Sentencia 9221-12 - Poder

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Exp: 12-003681-0007-CO
Res. Nº 2012009221
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San
José, a las catorce horas treinta minutos del diecisiete de julio de dos mil doce.
Acción de inconstitucionalidad promovida por O.A.Q.D., mayor, casado,
abogado,
cédula
número
000000000,
vecino
de
Moravia, en su condición de Presidente con facultades de Apoderado
Generalísimo sin límite de suma de Q.D. y Asoc. S.A., cédula
jurídica número 000000000, y en representación de M.M.B.D., mayor, soltera,
cédula número 000000000, asistente administrativa, vecina de San José, contra el
DECRETO EJECUTIVO No. 22085-H-MEIC.
Resultando:
1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las diez horas del
diecinueve de marzo de dos mil doce, el accionante solicita que se declare la
inconstitucionalidad del Decreto Ejecutivo No. 22085-H-MEIC, por estimarlo
contrario al principio de legalidad. Manifiesta que su legitimación proviene del
Proceso Contencioso Administrativo tramitado bajo el expediente No.
07-007898-0170-CA, en el cual se invocó la inconstitucionalidad de la norma
impugnada. Señala que el decreto impugnado es inconstitucional, porque el
Banco Nacional de Costa Rica, por medio de su aplicación, interpreta que está
facultado para emitir Títulos Ejecutivos utilizando como medio de pago Unidades
de Desarrollo (UDS). Señala que dicha entidad autónoma no está facultada, por
norma legal o constitucional, para establecer un medio de pago que no forme parte
del comercio de los hombres, ya que el Banco Central es el único autorizado para
esto. Indica el accionante que sus representadas formalizaron una operación de
crédito con el Banco Nacional por el monto de 82730 Unidades de Desarrollo.
Explica que el decreto impugnado, al crear el medio de pago de Unidades de
Desarrollo, violenta el principio de la Garantía de Reserva Legal, los artículos 28
de la Constitución Política y 19 de la Ley General de la Administración Pública y
remite al voto 1635-1990, esto porque considera que no cualquier tipo de
disposición estatal puede limitar acciones privadas, sino sólo las normas de rango
legal. Manifiesta que la aplicación del decreto impugnado produce una violación
directa al bloque de constitucionalidad, porque mediante un acto administrativo se
determina un medio de pago distinto al establecido por la Ley del Banco Central
de Costa Rica, reformándose una norma legal monetaria, que sólo podría ser
modificada por otra del mismo rango. Expone el accionante que el decreto
impugnado roza indirectamente con la Constitución Política, ya que su aplicación
modifica otra norma de rango superior. Manifiesta que el título ejecutivo puesto a
cobro causa un gran perjuicio patrimonial a sus representadas, porque el medio de
pago utilizado por el Banco Nacional de Costa Rica carece de las formalidades del
ordenamiento jurídico y es imposible de cumplir, en tanto a que su determinación
porcentual es especuladora, por utilizar como índice de medición el precio al
consumidor y no un tipo de cambio con respecto al colón. Señala que un medio de
pago debe cumplir con los presupuestos jurídicos de ser creado por ley,
circulación libre y global, determinación nominal y ser disponible en cualquier
entidad bancaria autorizada por el Banco Central de Costa Rica. Solicita que se
declare la inconstitucionalidad del Decreto Ejecutivo Número 22085-H-MEIC,
que se suspenda el dictado de sentencias, autos y resoluciones del proceso
tramitado bajo el expediente número No. 07-007898-0170-CA, por parte del
Tribunal Contencioso Administrativo y la Sala Primera de la Corte Suprema de
Justicia.
2.- Se aduce que la legitimación proviene del Proceso Contencioso
Administrativo tramitado bajo el expediente No. 07-007898-0170-CA, en el cual se
invocó la inconstitucionalidad de la norma impugnada.
3.- El artículo 9 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional faculta a la Sala
a rechazar de plano o por el fondo, en cualquier momento, incluso desde su
presentación, cualquier gestión que se presente a su conocimiento que resulte ser
manifiestamente improcedente, o cuando considere que existen elementos de
juicio suficientes para rechazarla, o que se trata de la simple reiteración o
reproducción de una gestión anterior igual o similar rechazada.
Redacta la Magistrada Calzada Miranda; y,
Considerando:
I.- Objeto de la acción. Solicita el accionante que se declare la
inconstitucionalidad del Decreto Ejecutivo No. 22085-H-MEIC, por estimarlo
contrario al principio de legalidad, por cuanto señala que de conformidad con esta
disposición el Banco Nacional ha establecido arbitrariamente como medio de pago la
unidad de desarrollo, que resulta distinta a la dispuesta por el Banco Central de Costa
Rica, reformando con ello la norma legal monetaria.
II.- Sobre el fondo.
Sobre este tema en particular, la Sala ya se pronunció
descartando la violación acusada. En sentencia No. 2005-10310 de las 11:26 horas del 5
de agosto de 2005, reiterada en la Consulta Judicial No. 05-008258-0007-CO planteada
por el Juzgado Civil de Cartago, este Tribunal señaló:
"Al respecto, debe tenerse en cuenta que el citado numeral constitucional
delega en la Asamblea Legislativa la competencia exclusiva para
«Determinar la ley de la unidad monetaria y legislar sobre la moneda, el
crédito las pesas y medidas. Para determinar la ley de la unidad monetaria, la
Asamblea deberá recabar previamente la opinión del organismo técnico
encargado de la regulación monetaria;»;
y es en desarrollo de este mandato que en el artículo 42 de la Ley Orgánica
del Banco Central de Costa Rica, número 7558, de tres de noviembre de mil
novecientos noventa y cinco, que los legisladores establecieron como unidad
monetaria de nuestro país el colón, el cual, «se dividirá en cien partes iguales
llamadas céntimos» y cuyo símbolo es «la letra C, cruzada por dos líneas
paralelas verticales». Además en el artículo 43 de la citada ley, se dispone
como medio de pago legal en nuestro país. Por su parte, el Decreto
impugnado lo que dispone es la creación de una unidad de cuenta, cuyo valor
se determina en equivalencia con el colón, según las fijaciones que
mensualmente hace la Comisión Nacional de Valores (CNV) (artículo 1°)
conforme al índice de precios del consumidor que le suministra el Ministerio
de Economía, Industria y Comercio (MEIC) (artículos 4, 5 y 6 del decreto en
cuestión). Así, no resulta posible estimar la infracción del principio de reserva legal
que se deriva de la norma constitucional estimada infringida, toda vez que la
regulación reglamentaria impugnada no está imponiendo otra unidad monetaria,
distinta del colón; sino que ±se repite±se trata de una unidad que tiene
equivalencia con el colón costarricense, únicamente.
IV.-CONTINUACIÓN.- Asimismo, debe tenerse en consideración el juez
consultante que la utilización de estas unidades de desarrollo se insertan
dentro del ámbito de la libertad de contratación, que deriva directamente de los
artículos 28, 45 y 46 de la Constitución Política, cuyo contenido fue definido
con anterioridad por este Tribunal de la siguiente manera:
«a) La libertad para elegir al co-contratante;
b) La libertad en la escogencia del objeto mismo del contrato y, por ende, de la
prestación principal que lo concreta;
c) La libertad en la determinación del precio, contenido o valor económico del
contrato que se estipula como contraprestación;
d) El equilibrio de las posiciones de ambas partes y entre sus mutuas
prestaciones; equilibrio que reclama, a su vez, el respeto a los principios
fundamentales de igualdad, razonabilidad y proporcionalidad, según los
cuales la posición de las partes y el contenido y alcances de sus obligaciones
recíprocas han de ser razonablemente equivalentes entre sí y, además,
proporcionadas a la naturaleza, objeto y fines del contrato» (sentencia
número 3495-92, de las catorce horas treinta minutos del diecinueve de
noviembre de mil novecientos noventa y dos)."
Con lo cual, el acuerdo de voluntades implicado en una relación contractual
±como la determinación de la cosa, objeto y precio±, pueden y deben ser
libremente estipulados por las partes que lo suscriben, mientras no traspasen
los límites definidos en el artículo 28 constitucional (moral, buenas
costumbres u orden público). De manera que, si no es contrario al orden
constitucional el pactar en una unidad monetaria diversa de la definida para
esta República (en este caso el colón), según lo consideró en esa ocasión esta
Sala (en la citada sentencia número 3495-92), y se consigna en el artículo 48
de la Ley Orgánica del Banco Central de Costa Rica, mucho menos lo sería el
que se pactara con unidad cuyo valor se calcula con base en la moneda
nacional. De igual manera se consideró que el contenido de las cláusulas y la
propia obligación podía ser objeto de revisión, y una eventual anulación, pero
en la vía ordinaria, por tratarse de un asunto de mera legalidad, en los
siguientes términos:
"[...] como corolario del contenido de la libertad contractual, no resulta
legítimo el pactar cláusulas o convenciones que puedan haber sido
concebidas como excepciones a los principios de la autonomía de la voluntad
de las partes, de la bilateralidad y la buena fe, que en última instancia puedan
alterar el equilibrio de la negociación en que se sustentan los negocios. Sin
embargo, esas estipulaciones contenidas en las obligaciones, y más
concretamente en los contratos ±como fuentes de aquéllas±, y que son
producto de la voluntad y acuerdo de las partes o del ordenamiento jurídico,
según sea el caso, son un asunto que pueden ser revisables en la jurisdicción
ordinaria ±y no la sede constitucional±, si se estima que las mismas pueden
implicar un vicio en el consentimiento que pueda aparejar la nulidad, no de la
cláusula, sino de toda la obligación, según lo consideró con anterioridad este
Tribunal en sentencia número 6515-93, de las quince horas treinta minutos del
nueve de diciembre de mil novecientos noventa y cinco."
En igual sentido lo reiteró este Tribunal en la sentencia No. 2011-991:
³SOBRE EL FONDO. Al respecto, es importante llevar a cabo una
serie de precisiones. En primer lugar, observa esta Sala Constitucional que,
según lo establece el artículo 1 del Decreto Ejecutivo No. 22085-H-MEIC de
12 de marzo de 1993, la Unidad de Desarrollo fue creada como una unidad de
cuenta. Por consiguiente, para efectos de resolver lo que en Derecho
corresponde, es importante tener clara la distinción entre una moneda y
aquella noción. Una moneda se caracteriza por ser: a) una unidad de cambio,
pues facilita las transacciones en el mercado; b) una unidad de cuenta, en el
tanto es un patrón de medida, permite expresar el valor de las cosas,
cuantificar y comparar deudas y créditos, en relación con su poder adquisitivo
y el precio de los bienes y servicios; c) una unidad de pago, pues tiene pleno
poder liberatorio dentro de cierta circunscripción territorial y; d) una unidad
de ahorro, la moneda es un medio de atesoramiento o acumulador de valor.
Resulta claro entonces que toda moneda es, necesariamente, una unidad de
cuenta, pero una unidad de cuenta no es una moneda, dado que por sí misma
no es más que un mecanismo que sirve para expresar un determinado valor,
careciendo de todos los demás atributos inherentes a la naturaleza del dinero.
Tal y como se hizo constar en el considerando anterior, el accionante
pretende que este Tribunal declare la inconstitucionalidad del Decreto No.
22085-H-MEIC de 12 de marzo de 1993, ya que, según su criterio, el Poder
Ejecutivo creó a través de él una moneda distinta del colón, con lo cual se
irrespetó el inciso 17 del artículo 121 de nuestra Constitución Política, el cual
dispone en lo conducente que: ³(«) Además de las otras atribuciones que le
confiere esta Constitución, corresponde exclusivamente a la Asamblea
Legislativa («) 17) Determinar la ley de la unidad monetaria y legislar
sobre la moneda, el crédito, las pesas y medidas («)´. A la luz de lo
expuesto en estas líneas, considera esta autoridad jurisdiccional que el
promovente incurrió en un error terminológico al calificar la Unidad de
Desarrollo como moneda, cuando, en realidad, no es más que una unidad de
cuenta, la cual sirve para expresar valor±inclusive en colones y de manera
indexada pues para su cálculo la Superintendencia General de Valores toma
en cuenta el Índice de Precios al Consumidor ±pero carece de las demás
propiedades del dinero. Bajo este orden de consideraciones, no encuentra esta Sala
Constitucional razón alguna que permita considerar lesionado el numeral
transcrito. Así las cosas, la acción resulta manifiestamente improcedente y así debe
declararse.´
III.- Conclusión. En razón de lo señalado en las sentencias parcialmente
transcritas y no habiendo variado este Tribunal el criterio indicado, en el sentido
de que no se produce la violación acusada pues no estamos ante una modificación
de la moneda nacional sino de una simple unidad de cuenta pactable entre las
partes, lo procedente es rechazar por el fondo la acción, como en efecto se ordena.
Por tanto:
Se rechaza por el fondo la acción.
Ana Virginia Calzada M.
Presidenta
Luis Paulino Mora M.
Gilbert Armijo S.
Ernesto Jinesta L.
Fernando Castillo V.
Paul Rueda L.
Ricardo Guerrero P.
2%)/361
R4E20IOSVQ861
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