Evaluación Común de País (CCA) - El PNUD en Venezuela

Anuncio
Sistema de las Naciones
Unidas en Venezuela
Evaluación Común de País
Common Country Assessment | CCA 2006
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
Presentación
Como parte de su programa de reforma dado a conocer en 1997 dirigido a aumentar la
eficacia y la eficiencia de las Naciones Unidas como institución promotora de la paz y el
desarrollo mundiales en el siglo XXI, el Secretario General destacó fuertes vínculos
recíprocos entre diferentes sectores: paz y seguridad; reducción de la pobreza y desarrollo
humano sostenible, y promoción y respeto de los derechos humanos. En respuesta a sus
instrucciones para que las Naciones Unidas expresen una visión y una estrategia coherentes
que posibiliten un enfoque unificado de las metas comunes de desarrollo a nivel de los
países, fueron adoptados la Evaluación Común para el País y el Marco de Asistencia de las
Naciones Unidas para el Desarrollo (CCA y UNDAF, respectivamente, por sus siglas en
inglés) como herramientas de planificación estratégica para el sistema de Naciones Unidas.
Este documento constituye la Evaluación Común de País (CCA) 2006 del Sistema de
Naciones Unidas en Venezuela. Su objetivo principal es presentar un diagnóstico compartido
por las agencias acreditadas en el país que comprende los principales problemas de
desarrollo identificados a nivel nacional, el análisis de sus causas, la valoración de su
importancia de acuerdo con los esfuerzos emprendidos internamente para solucionarlos y los
mejores aportes de la cooperación para contribuir a resolverlos. El contenido de este
documento se enmarca dentro de los propósitos del Sistema de Naciones Unidas dirigidos
hacia la construcción de un enfoque unificado de país con base en las Metas de Desarrollo de
la Declaración del Milenio, definido como un pacto entre las naciones para eliminar la
pobreza en el siglo XXI, pacto que fue suscrito por 189 Jefes de Estado y de Gobierno en
septiembre del año 2000.
La elaboración de este diagnóstico ha sido una responsabilidad conjunta de todas las
agencias del Sistema de las Naciones Unidas en Venezuela, con el apoyo de la Oficina del
Coordinador Residente, teniendo como columna vertebral la transversalización de los
enfoques de derecho y de género, y el mandato de los Objetivos de Desarrollo del Milenio en
todos sus análisis. Estas aproximaciones hacia la cooperación para el desarrollo y la
programación reconocen que las Naciones Unidas tiene la responsabilidad de ayudar a los
países a cumplir con sus obligaciones en lo que a los derechos humanos de sus ciudadanos
se refiere, de conformidad con la normativa internacional suscrita en esta materia por los
Estados miembros de la organización.
Finalmente, los apartados que aquí se presentan encuentran origen en estudios recientes de
todas las agencias involucradas, una gran parte de cuyos contenidos fueron avalados por el
Gobierno Nacional a través de consultas intersectoriales.
El diseño de cadenas causales para cada uno de los problemas identificados devino
posteriormente en el establecimiento de las áreas prioritarias donde el Sistema de Naciones
Unidas en Venezuela puede colaborar, considerando sus ventajas comparativas y las
necesidades del país. Tales líneas estratégicas han sido consultadas con el Gobierno
venezolano con miras a la formulación del Marco de Asistencia de las Naciones Unidas para
el Desarrollo-UNDAF para los próximos cinco años (2007-2012) y constituyen la base de
este diagnóstico.
|2
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
Introducción
El país: población,
instituciones y economía
Evaluación Común de País
CCA 2006
Los cambios institucionales que ha sufrido Venezuela durante la última década verifican el
advenimiento de un nuevo paradigma de la política y del propio ejercicio de la democracia.
Este proceso encontró su origen, en lo que a legislación se refiere, en el diseño y aprobación
de un nuevo texto constitucional a principios de 1999, en el que se formaliza un ambicioso
proyecto de refundación de la República y se sientan las bases de una sociedad democrática,
participativa y protagónica, así como multiétnica y pluricultural, animada por el respeto
irrestricto a los derechos fundamentales, la paz, la libertad, la solidaridad, la integridad
territorial, el bien común, la promoción de la cooperación pacífica, la autodeterminación de
los pueblos, el equilibrio ecológico y la democratización de la sociedad internacional (CRBV,
Preámbulo, 1999).
El Estado es definido, en esta Constitución, como uno de justicia, federal y descentralizado,
pero bajo términos diferentes a los establecidos en el modelo de democracia representativa
establecido en la Constitución de 1961, al menos en lo que institucionalidad se refiere1. De
esa forma, la Constitución de 1999 agregó a la clásica tríada de los poderes públicos otras
dos ramas, correspondientes a la salvaguarda de las virtudes republicanas y a la regulación
de los asuntos electorales, a saber, el Poder Ciudadano y el Poder Electoral, a la par que
consolidó las bases y políticas para la interacción dinámica del crecimiento económico
sostenido, las efectivas oportunidades y equidades sociales, la dinámica territorial y
ambiental sustentables, la ampliación de las oportunidades ciudadanas y la diversificación
multipolar de las relaciones internacionales (MPD, 2000: Plan de Desarrollo Económico y
Social de la Nación 2001-2007, p. 4).
Otras innovaciones que se destacan en la nueva Constitución son:
•
•
•
•
•
•
El privilegio permanente de los derechos humanos y su rango supraconstitucional;
El reconocimiento de derechos propios y garantías de protección a los pueblos
indígenas;
El reconocimiento de la igualdad de género;
El fortalecimiento de las instancias locales de decisión y del sistema de rendición de
cuentas por parte de las autoridades electas.
El establecimiento de un nuevo sistema económico fundado en los principios de
justicia social, democratización, eficiencia, libre competencia, protección del
ambiente, productividad y solidaridad.
La creación de la Asamblea Nacional como máximo órgano del poder legislativo con
un solo cuerpo de representantes.
1
La Constitución de 1961 contemplaba un Congreso Nacional bicameral, con representación de
senadores y diputados.
|3
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
•
•
La modificación del papel de los partidos políticos y la sociedad civil;
La participación como eje articulador del Estado y principio organizativo de los
poderes públicos, que se expresa en el derecho a la participación directa e indirecta;
el carácter democrático y participativo del gobierno; la creación de los referendo
populares consultivos, revocatorios, aprobatorios y abrogatorios; la referencia a las
Asambleas de Ciudadanos y Ciudadanas, como órganos populares con carácter
vinculante regidos por legislación especial; la construcción de un Sistema de
Planificación Nacional, integrado por el Consejo Federal de Gobierno, Consejos de
Planificación y Coordinación de Políticas Públicas en cada entidad estadal y Consejos
Locales de Planificación Pública en cada entidad municipal; la descentralización de
servicios públicos a comunidades y grupos vecinales; y la participación de la sociedad
organizada en la elección de cargos públicos, así como en la formulación, ejecución y
control de la gestión pública.
Entre las novedades más interesantes en el nuevo ordenamiento destaca que sólo cuida las
relaciones estructurales de género en las diferentes dinámicas que describe y regula, incluso
en el uso del lenguaje, sino que también hace referencia permanente a la disminución de las
brechas de capacidades entre el Estado y la ciudadanía, especialmente en el caso de
poblaciones vulnerables.
A partir de 1998, el triunfo
electoral de una visión diferente de
país estimuló el reacomodo de las
fuerzas políticas y la reestructuración
de
los
movimientos
opositores de acuerdo con un
nuevo programa. Este cuadro
produjo
situaciones
de
alta
conflictividad y polarización entre
sectores sociales, característica
que se hizo aún más patente con la
relegitimación de los poderes
públicos así como en la aprobación
de algunas materias de interés
colectivo por parte del gobierno
nacional.
La cooperación para el desarrollo en Venezuela en
el área de la gobernabilidad democrática
En el área de la institucionalidad democrática Venezuela
presenta valiosas oportunidades de cooperación dentro
de líneas tales como:
§ El fortalecimiento del marco institucional que emana
de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, y más específicamente en lo referido a la
ampliación de la participación ciudadana en los
niveles locales para el logro del desarrollo humano
sostenible;
§ El mejoramiento de las capacidades de los órganos
del Estado y de la sociedad civil que administran los
sistemas de protección de derechos humanos
(promoción del acceso igualitario a la justicia, diseño
de políticas de seguridad ciudadana y reducción de la
vulnerabilidad a la violencia);
§ El fortalecimiento de la transparencia y eficacia de las
organizaciones gubernamentales y de la sociedad, así
como la optimización de los sistemas de gestión
pública y de prestación de servicios, incluyendo la
democratización de las tecnologías de la información
y la comunicación.
El aumento de las tensiones entre
los diferentes actores políticos
devino
progresivamente
en
numerosos episodios de violencia,
una
ruptura
del
orden
constitucional en abril de 2002 y
un paro petrolero entre diciembre de 2002 y febrero de 2003, sólo por mencionar los más
resaltantes y de mayor impacto durante ese período. Acciones de calle y protestas civiles
también fueron parte de la agenda pública con motivo de los diferentes comicios convocados
a lo largo de los últimos ocho años, especialmente en ocasión del referendo revocatorio del
mandato presidencial en agosto de 2004.
La consolidación del programa político del presidente Hugo Chávez y el consecuente
despliegue de la revolución bolivariana, ha movilizado al gobierno nacional en el diseño y la
|4
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
implantación de nuevos abordajes al desarrollo, mediante el combate del déficit social –que
se podría identificar como de carácter histórico– y la construcción de nuevas instituciones y
estilos en el manejo de la administración pública.
Esto ha supuesto, igualmente, un modo especial de legislar alrededor de aquellos aspectos
de la vida pública otrora desatendidos o sobre los cuales era preciso realizar algunos ajustes
para garantizar así el despliegue de los principios consagrados por la Constitución de 1999.
En 2001, el Presidente de la República promulgó 49 decretos con carácter de leyes
nacionales con el propósito de llevar adelante cambios en el ordenamiento económico,
siguiendo las funciones y prioridades constitucionales asignadas al Estado en esta materia,
como son: la protección de la industria petrolera y del comercio externo, un papel
privilegiado para la agricultura, la erradicación del latifundio y la promoción de la
asociatividad económica colectiva. Las leyes más importantes fueron: la Ley de Tierras y
Desarrollo Rural, la Ley Especial de Asociaciones Cooperativas, la Ley Orgánica de
Hidrocarburos, la Ley de Creación, Estímulo, Promoción y Desarrollo del Sistema
Microfinanciero y la Ley de Zonas Especiales de Desarrollo Sustentable (ZEDES).
Por otra parte, la renta derivada de la actividad petrolera ha sido asumida como un
mecanismo de provisión de seguridad social y de reducción de las vulnerabilidades que
afectan a la población más pobre, abriendo paso a una institucionalidad diferente y al
margen de los órganos tradicionales de asistencia del Estado. Este es el caso de las
misiones, cuyo propósito central desde su creación en 2002 es atender las necesidades de
los sectores excluidos en áreas tales como salud (Misión Barrio Adentro); atención
odontológica (Misión Sonrisa); atención de la vista (Misión Milagro); alfabetización (Misión
Robinson); educación básica, diversificada y superior (misiones Ribas, Sucre y Alma Mater);
investigación científica (Misión Ciencia); identificación civil (Misión Identidad); seguridad
alimentaria (Mercal); empleo y economía popular (misiones Vuelvan Caras y Vuelvan
Caracas Jóvenes); diversificación de la economía de acuerdo con las riquezas minerales
(Misión Piar); distribución de las tierras (Misión Zamora); atención a las madres en situación
de pobreza (Misión Madres del Barrio), indigencia (Misión Negra Hipólita); vivienda (Misión
Hábitat); milicia de reserva (Misión Miranda); inclusión de los pueblos indígenas (Misión
Guaicaipuro) y conservación ambiental (Misión Árbol)2.
El pleno funcionamiento de las misiones así como de otros programas orientados a la
superación de la pobreza y la desigualdad en Venezuela sigue el espíritu de la
universalización de los derechos sociales y la ampliación de la cobertura de atención a
sectores excluidos y desfavorecidos. Sin embargo, en virtud de su muy reciente data y pese
al alto nivel de inversión, es necesario elaborar indicadores que permitan medir el impacto
de estas intervenciones.
También es importante mencionar las diferentes iniciativas legislativas que el gobierno
nacional impulsó desde el año 2002 para poner en práctica los nuevos mecanismos de
participación directa en los asuntos públicos que establece la Constitución. Entre las
iniciativas aprobadas por la Asamblea Nacional sobre el tema de participación, son
relevantes las siguientes leyes: Ley de los Consejos Locales de Planificación, aprobada en el
año 2002; Ley del Poder Público Municipal, aprobada en el año 2005; y Ley de los Consejos
Comunales, aprobada en el año 2006.
Un país en transición demográfica avanzada
2
Para mayor información sobre las misiones se puede consultar las siguientes direcciones:
http://www.misionvenezuela.gov.ve y http://www.pdvsa.com.
|5
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
Con una población estimada en 26,6 millones para el año 2005, Venezuela es un país en
proceso de transición demográfica. El sostenido descenso de la mortalidad general y de la
mortalidad infantil, la disminución de las tasas de fecundidad, así como la rápida
urbanización y la concentración de servicios sociales entre las décadas de los años cuarenta
y cincuenta contribuyó a elevar la esperanza de vida de la población venezolana.
En tal sentido ha descendido la natalidad de manera sostenida hasta menos de la mitad de
su valor inicial. Así mismo, la fecundidad decreció y con ello se redujo el tamaño de la
familia. En 1960 las mujeres venezolanas tenían en promedio cerca de 7 hijos/as; veinte
años después el promedio se había reducido aproximadamente a 4 hijos/as. En las décadas
siguientes la fecundidad continuó su tendencia decreciente hasta llegar a un nivel promedio
de 2,6 hijos por mujer.
Otro rasgo distintivo de este proceso de transición es la rápida e intensa transformación de la
población rural en población urbana, pasando esta última de 40% en 1950 a 90% en el año
2000, lo que ha tenido amplias repercusiones sociales. Asociada al elevado incremento de la
población total, la acelerada urbanización multiplicó por nueve la población urbana en el curso
de cincuenta años, que equivale al ritmo de crecimiento acumulativo más alto de América
Latina.
Esta transición se observa también en la transformación de la estructura por edades de la
población venezolana: de una estructura expansiva donde los menores de 15 años ocupaban
casi el 46% del total y las personas de 65 años y más constituían apenas el 3%, se pasó a una
estructura relativamente madura, donde el grupo de 0 a 14 años representa el 31% y el de 65
años y más aumentó a 5%, con tendencia a crecer en forma continua.
De igual manera, la transición se puede observar en el gran peso que tiene la población en
edad de trabajar, la cual se aproxima actualmente a 64%. A consecuencia de una mortalidad
baja y al marcado descenso en la fecundidad, el peso de los menores de 15 años tenderá a
reducirse. La persistencia de esta reducción por un tiempo prolongado llevará al envejecimiento
de la población por el aumento de la edad mediana de los activos. Así lo indican las
proyecciones de población para el año 2020.
En la transición demográfica avanzada también intervienen los flujos migratorios. En 1980, los
porcentajes más altos de población mayor de 60 años se encontraban en aquellas entidades
territoriales más rezagadas de los procesos de modernización. En esos casos, la importancia de
los adultos mayores se debe a la migración de la población en edad de trabajar. Actualmente,
las entidades más avanzadas muestran señales de envejecimiento asociadas con los logros de
supervivencia de la población adulta mayor mientras que las más rezagadas continúan
presentando porcentajes de personas mayores superiores al promedio nacional por los
factores expulsores de población en edad activa.
Un país de desafíos y oportunidades económicas y productivas
La economía venezolana, casi desde comienzos del siglo XX, creció por el impulso que le
daba la expansión del influjo de divisas proveniente de la actividad petrolera. El ingreso cada
vez mayor de divisas se tradujo en el incremento monetario sostenido que estimulaba la
demanda por producción interna y las importaciones. El ingreso fiscal creciente era el
soporte de una política de expansión del gasto y de la inversión pública, lo que incluía
infraestructuras, empresas públicas, el factor humano y el fomento de la producción
|6
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
industrial, consistente en amplios subsidios, transferencias y concesión de privilegios fiscales
a los productores privados domésticos.
Aunque Venezuela ha contado con un alto volumen de ingresos por la renta petrolera, este
volumen no ha tenido correspondencia con la percepción real de ingresos nacionales por
parte de la población ni con los bienes y servicios disponibles. Entre 1950 y 2003 se registró
una reducción de 38,5% en el PIB real per cápita, lo que equivale a una contracción anual
de 1,85% durante 26 años consecutivos. La tasa de variación interanual del PIB real por
habitante comenzó a tomar valores negativos entre 1978 y 1985. La contracción del PIB real
per cápita en ese lapso fue de 24,2%.
Desde 1986 en adelante el comportamiento de esta variable muestra una alta volatilidad con
tendencia al estancamiento. Incluso, las tasas espectaculares de ingresos petroleros
alcanzadas en los años 2004 y 2005 (15,8% y 7,5%, respectivamente), apenas lograron
superar ligeramente el nivel de disponibilidad real de bienes y servicios por habitante
existente en el país para 1985, manteniéndose por debajo del de 1964.
GRÁFICO I.1
VENEZUELA: PIB PER CÁPITA
Fuente: cálculos propios basados en datos del BCV (varios años). Data 1950-1998: Series Estadísticas
de Venezuela. Data 1995-2003: PIB por clase de actividad a precios de 1984. Data 1997-2005:
Programa de Estimaciones del PIB trimestral por clase de actividad económica a precios de 1997.
Los eventos económicos que tuvieron la potencia para alterar la dirección ascendente que
por casi 60 años mantuvo la economía venezolana, fueron:
a. La debacle de 1978
Entre 1978-1985 se produce una caída significativa del PIB por los efectos de la
nacionalización del petróleo. En 1979 el gobierno aplica una política de “enfriamiento”
consistente en menores escalas de producción y exportaciones que redujeron la
productividad total del sector petrolero con notables impactos sobre su contribución fiscal.
|7
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
Además, en 1982 se produce una crisis de pago de la deuda externa como resultado de la
abrupta elevación de las tasas de interés internacionales.
b. La crisis de pagos de 1983
El importante nivel de endeudamiento de la economía nacional y las políticas monetarias y
cambiarias seguidas desde 1979 tuvieron un efecto directo en la contracción del gasto
interno al tiempo que la recesión internacional redujo los ingresos fiscales por exportación,
empujando a la baja el gasto público interno con consecuencias severas sobre inversiones,
transferencias distributivas y apoyo a la industria nacional.
c. La crisis de del ajuste en 1989
En 1989 el PIB por habitante cayó respecto al año anterior en 11% como resultado de las
políticas de ajuste macroeconómico aplicadas. Una variación brusca en el costo de vida dio
pie a una fuerte reacción popular. En adelante, los miembros inactivos, especialmente las
mujeres, se vieron forzados a incorporarse a la búsqueda de ingresos. Por esta razón la tasa
de desocupación abierta comenzó a ascender de manera pronunciada.
d. La crisis bancaria de 1994
Los síntomas recesivos que mostraba la economía nacional se agravaron en 1994 y
constituyeron la causa de la situación de crisis bancaria que se presentó en el país durante
ese año. Además de reducirse la capacidad del sector público para apoyar a los grupos en
situación de mayor vulnerabilidad de la sociedad y contraerse el ingreso real de los hogares,
se destruyeron cuantiosos puestos de trabajo, conduciendo a un importante grupo de
trabajadores al autoempleo. El efecto de ello fue el crecimiento de la informalidad.
e. Los choques exógenos de 1998-1999 y 2002-2003
En los años 1998-1999 y 2002-2003 se produjeron choques exógenos transitorios en la
economía, como lo fueron la crisis asiática y la crisis global latinoamericana derivada de la
recesión norteamericana de 2001. En 1998-1999 aparecen desajustes endógenos
adicionales como consecuencia de la crisis bancaria de 1994 y el ajuste fiscal y cambiario de
1996. En los años 2002-2003, sin duda, los acontecimientos políticos internos como el golpe
de estado y el paro económico convocado por sectores de oposición al gobierno explican la
abrupta caída del PIB y sus consecuencias sobre la reducción del gasto fiscal.
Aun cuando tales acontecimientos son resultado de causas relativamente independientes
entre sí, en conjunto tuvieron un efecto de acumulación y repercusiones permanentes sobre
las capacidades para el desempeño económico y social del país. La contracción prolongada
en el crecimiento económico condujo a una menor ocupación de los factores productivos y a
la disminución de la productividad total de los factores, lo cual tuvo efectos directos sobre la
remuneración de éstos.
La combinación de acontecimientos y factores, dada la relativa abundancia de trabajo no
calificado así como la escasez y la desigual distribución del capital físico y del trabajo
calificado, llevó a una mayor desigualdad en la distribución del ingreso, lo que ocurrió
especialmente al ampliarse las disparidades entre los centros urbanos y urbano-rurales del
país.
|8
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
Las manifestaciones de colapso económico y la ausencia de políticas pertinentes para hacer
frente a las situaciones mencionadas repercutieron en el deterioro de las condiciones de vida
y de trabajo para la mayor parte de la población del país. En particular, estas repercusiones
fueron: el aumento de la desocupación abierta, la pérdida de empleos de calidad y el
aumento de la precariedad y de la informalidad ocupacional, la reducción de la remuneración
al trabajo, el aumento de la pobreza y la exclusión social, al igual que la disminución de la
protección social, entre otras cosas.
En general, los resultados económicos de 2004, 2005 y lo que se conoce de 2006 se
apoyaron en la recuperación del precio internacional del petróleo. Las exportaciones generan
entradas de divisas que, frente a un tipo de cambio fijo, expanden el dinero de base. Éste se
incorpora a la economía fundamentalmente mediante el gasto público. El gasto termina
convirtiéndose en demanda privada y pública de producción nacional e importaciones.
A partir del año 2003, la demanda agregada interna, expresada en términos reales por
habitante se recuperó notablemente. Este resultado proviene, en lo fundamental, de la
mejoría del consumo privado real por habitante por efectos de una menor tasa de expansión
del Índice de Precios de Consumo (IPC), conjuntamente con las medidas aplicadas para
elevar las remuneraciones de los trabajadores.
El consumo del sector público también se expandió, aunque no en las proporciones del gasto
privado en bienes finales. En este caso, las mayores transferencias al sector privado y el
mayor empleo público, así como los incrementos de las remuneraciones dan cuenta de ese
mayor nivel. Por su parte, la formación bruta de capital real por habitante también muestra
un repunte respecto del año 2003. Sin embargo, aún se mantiene por debajo de los niveles
alcanzados en 1997 y 1998.
GRÁFICO I.2
VENEZUELA: DEMANDA AGREGADA INTERNA REAL PER CÁPITA
Fuente: BCV, Agregados macroeconómicos.
El gasto social, en general, desde 1998, muestra una tendencia a crecer más rápidamente
que el gasto total, habiendo alcanzado su máxima participación en el total del gasto con un
|9
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
41,4% en el año 2004. El mayor crecimiento del gasto social real per cápita respecto del
gasto público total real per cápita se explica, a su vez, por los mayores recursos destinados
a educación, seguridad social y salud.
GRÁFICO I.3
VENEZUELA: GASTO SOCIAL FRENTE
A GASTO PÚBLICO TOTAL
Fuente: Oficina Nacional de Presupuesto, ONAPRE.
| 10
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
Capítulo 1:
Pobreza e Inequidades
Evaluación Común de País
CCA 2006
Se considera que la pobreza es expresión de la falta de oportunidades y opciones para que
la población desarrolle sus capacidades y potencialidades y alcance el nivel de vida que
permita su realización plena como personas y como parte de la sociedad3. Así mismo, hoy se
reconoce que la pobreza es el resultado tanto de debilidades en el crecimiento económico
como de las desigualdades en el acceso a los productos de ese crecimiento, que se origina
en parte en la discriminación y la exclusión política, social, económica y cultural.
Llamaremos inequidades al conjunto de estas dimensiones que influyen de manera
determinante en la pobreza así como en la calidad de vida de todos los grupos por género,
edad, características socioeconómicas y étnicas de una sociedad, con el propósito de llamar
la atención sobre las situaciones de injusticia que están implicadas en estos fenómenos, así
como las consideraciones éticas, sociales y económicas que deben ser tomadas en cuenta
para actuar sobre sus causas
y consecuencias.
La meta de reducción de la pobreza en Venezuela
La pobreza en Venezuela
tiene una fuerte incidencia
regional y presenta grandes
disparidades entre las áreas
urbanas
y
rurales.
Los
problemas de mayor influencia en la pobreza que
presenta el país se relacionan
con amplios déficit en el
acceso a la vivienda, al
empleo y a las actividades
productivas.
El gobierno de Venezuela se ha propuesto cumplir la primera
Meta del Milenio, que consiste en reducir a la mitad el
porcentaje de personas en situación de pobreza extrema para
el año 2015, tomando como referencia el año 2002, en el cual
25% de la población se encontraba en tal situación. Ello implica
que para el año 2015 las personas en hogares en situación de
pobreza extrema deben ubicarse en 12,5%. La línea nacional
de pobreza extrema se encuentra por encima de la línea
internacional sugerida por el PNUD, que se estima en un dólar
diario (MPD/PNUD, 2006).
3
Desde el punto de vista del desarrollo humano, entendido como el camino para ampliar las
oportunidades y opciones de la gente para lograr un desarrollo más democrático y participativo, la
pobreza puede definirse como “… la ausencia, la denegación del desarrollo humano. Por consiguiente,
su causalidad y los rasgos principales de su caracterización se encuentran íntimamente relacionados
con la carencia de oportunidades y opciones esenciales en la vida de una persona y con fallas en las
capacidades básicas. Allí se ubican la carencia de recursos, la insatisfacción de necesidades básicas y la
escasa participación (…) vinculada con la ausencia de voz, poder y representación” (PNUD, 2001: 18).
| 11
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
Los niveles de pobreza
En el período 1997-2005, la pobreza económica4 bajó de 48% a 38% y el número de
personas pertenecientes a los hogares en esta situación disminuyó de 54% a 44%. Dentro
de este conjunto de hogares, los que se encuentran en pobreza extrema pasaron de 19% a
15%, y el número de personas al interior de estos hogares disminuyó igualmente de 23% a
18% (ver en Anexo cuadros A.1a y A.1b).
Desde el punto de vista de las necesidades básicas insatisfechas (NBI)5, la pobreza ha tenido
una leve mejora en lo que se refiere a la asistencia escolar de las personas más jóvenes. No
obstante, el hacinamiento y las viviendas inadecuadas continúan siendo un problema
significativo. En el caso de los servicios básicos es notoria una mejor situación. Igualmente,
la dependencia económica también evidencia mejora, probablemente debido a la
disminución del desempleo.
CUADRO 1.1
INDICADOR NBI, 1997 – 2005
% de hogares con:
Niños 7 a 12 años que no asisten
a la escuela
Hacinamiento crítico
Viviendas inadecuadas
Sin servicios básicos
Alta dependencia económica
1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005
1,7
13,7
1,8
1,7
1,7
1,8
1,9
1,9
1,5
1,4
14,6
15,0
15,3
14,1
16,4
16,2
15,7
14,1
4,9
6,6
5,9
5,7
5,4
9,5
9,2
8,8
8,1
17,6
15,7
14,7
15,7
14,0
17,1
16,3
15,7
12,0
6,9
6,2
6,4
6,5
6,0
5,7
5,5
5,4
5,1
Fuente: INE. Encuesta de Hogares por Muestreo.
Aunque la pobreza presenta tendencias declinantes, es necesario considerar su distribución y
concentración regional. En Venezuela, el Distrito Capital es la entidad con menos pobreza
económica. Para el año 2005 esta entidad mostraba el menor porcentaje de pobres y de
pobres extremos en su población. En la situación contraria se encuentran los estados Sucre
y Barinas. Además, hay una notable distancia de pobreza entre el Distrito Capital y el estado
Miranda, que ocupa la segunda mejor posición, al igual que entre el mismo Distrito Capital y
4
Por convención internacional, la pobreza económica se mide por el método de líneas de pobreza. La
primera línea se traza comparando el ingreso per cápita de los hogares con el valor de una canasta
básica normativa de alimentos, la cual debe cubrir las necesidades nutricionales de 5 miembros en un
hogar. Los hogares cuyo ingreso laboral está por debajo de esta línea se encuentran en pobreza
extrema. La segunda línea se calcula multiplicando por 2 la línea anterior, estimando que otros bienes
y servicios básicos tienen un costo equivalente al doble del costo de los alimentos. Debajo de esta
línea se encuentran todos los hogares en pobreza.
5
La medición de la insatisfacción de necesidades básicas es una otra metodología utilizada por el
Instituto Nacional de Estadística para la estimación de la pobreza en Venezuela, pero aquí se establece
el foco en indicadores críticos de pobreza producidos con base en las estadísticas generada
regularmente por el INE. El Instituto Nacional de Estadística la evalúa con base en la presencia o
ausencia de características de la vivienda, tales como materiales del piso o techo o el acceso a
servicios como el agua potable o el servicio de cloacas. Se consideran también rasgos demográficos del
hogar como número de miembros, educación del jefe o asistencia de los niños a la escuela.
| 12
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
el estado Vargas, en el caso de la pobreza extrema. Los estados Lara, Yaracuy, Apure, Sucre
y Barinas son los que presentan la situación más precaria, puesto que la mitad de su
población está por debajo de la línea de pobreza.
CUADRO 1.2
ENTIDADES FEDERALES SEGÚN PORCENTAJE DE POBREZA, 2005
Pobres
Distrito Capital
Miranda
Monagas
Carabobo
Vargas
Delta Amacuro
Anzoátegui
Portuguesa
Mérida
Nueva Esparta
Táchira
Aragua
19%
28%
32%
32%
32%
35%
36%
37%
38%
38%
39%
39%
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
Pobres
extremos
6%
1
11%
4
12%
5
13%
8
10%
2
10%
3
13%
7
14%
9
13%
6
21% 19
15% 11
14% 10
Pobres
Zulia
Bolívar
Falcón
Amazonas
Trujillo
Cojedes
Guárico
Apure
Yaracuy
Lara
Barinas
Sucre
41%
42%
43%
43%
44%
45%
49%
49%
50%
51%
55%
55%
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
Pobres
extremos
16%
12
19%
15
20%
17
19%
14
17%
13
19%
16
21%
18
23%
22
23%
21
22%
20
26%
24
25%
23
Fuente: INE. Encuesta de Hogares por Muestreo.
El perfil de las inequidades
Las inequidades se reflejan en varios aspectos de la vida de los/as venezolanos/as a lo largo
del ciclo de vida. Las desigualdades territoriales son muy marcadas en el país. La
desigualdad en los ingresos y en el acceso a la riqueza, expresadas en pobreza y
diferenciales de nivel educativo, condiciones laborales, acceso a la salud, falta de vivienda y
fragilidad en las redes familiares y comunitarias afectan sensiblemente las oportunidades y
opciones de calidad de vida de la población. Estas desigualdades se relacionan también con
factores demográficos.
La aplicación de políticas públicas orientadas hacia la redistribución de la riqueza deben ser
prioritarias así como la inclusión debe ser un elemento destacado en las políticas, entendida
en última instancia como redistribución de poder político en el ámbito de los derechos y
también como poder para optar y decidir proyectos de vida. Esa inclusión debe tomar en
cuenta tanto la igualdad como la diversidad para generar condiciones que permitan a la
población el desarrollo de sus aspiraciones individuales y colectivas.
Inequidades regionales
La urbanización fue uno de los pilares del desarrollo político, económico y social del país
entre las décadas cincuenta y setenta, creando nuevos modos de vida y también nuevos
problemas en las condiciones de calidad de vida de la población. Durante estos años, el
centro norte costero, que representa el 2% del territorio, y específicamente las ciudades de
Caracas, Distrito Capital, y Maracaibo, estado Zulia, fueron los principales polos de atracción
y concentración poblacional. Dentro de estos espacios predominaron asentamientos
humanos en terrenos irregulares, viviendas improvisadas con espacios insuficientes y falta
| 13
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
de acceso a servicios básicos y sociales. En estos asentamientos se ha estimado que vive
hoy aproximadamente el 50% de la población de las ciudades.
Las cifras indican que la dinámica de urbanización cambió a partir de la década de los
ochenta. El crecimiento de las ciudades ya no se debe a los movimientos migratorios campociudad ni se relaciona con la industrialización, sino al aumento de la densidad interurbana.
Las grandes ciudades se han expandido, ocupando zonas rurales cercanas o periféricas sin
realizar en ellas actividades agrícolas y, a la vez, se han fortalecido otras ciudades y
regiones metropolitanas en el resto del país. De esta forma, la ciudad de Caracas ha ido
perdiendo su relevancia poblacional con el tiempo6, y Maracaibo su velocidad de crecimiento.
Cerca del 90% de la población venezolana vive en áreas urbanas. Esto parece indicar que la
población rural es cada vez menos significativa en la configuración socioterritorial del país.
No obstante, la forma de delimitar lo urbano subvalúa las formas de ocupación rural y
sobrestima lo urbano, haciendo pensar que la mayoría de los venezolanos viven en grandes
ciudades dotadas de vialidad, instituciones y servicios. En Venezuela sólo el 35% de la
población habita en ciudades de más de 1 millón de habitantes: Caracas y su área
metropolitana, Maracaibo, Valencia, Maracay y Barquisimeto. Se destaca también Ciudad
Guayana, en el estado Bolívar, que ha tenido un rápido crecimiento en los últimos años. El
resto de la población reside en ciudades y centros poblados medianos y pequeños, con
variedad de densidades y características urbanas, o en zonas rurales con poblaciones
concentradas o dispersas.
De acuerdo con la división político-territorial del país, integrada por 24 estados federales y
345 municipios autónomos, existe una amplia heterogeneidad y disparidades de distribución
de la población. Un 50% de la población se concentra en 6 estados del país (Zulia, Miranda,
Carabobo, Distrito Capital, Lara y Aragua. Los estados con menor población son: Apure,
Nueva Esparta, Vargas, Cojedes, Delta Amacuro y Amazonas. El 71% de los municipios
cuenta con poblaciones inferiores a 50.000 habitantes y el 40% con menos de 20.000
habitantes. En el Informe de Desarrollo Humano 2002 (PNUD, 2003) se encontró que la
desigualdad de condiciones de vida está asociada con la distribución espacial de la
población, de tal manera que a menor urbanización se encuentran peores condiciones de
vida. Los bajos ingresos, la baja calidad de la vivienda y de los servicios públicos aumentan
en la medida en que disminuye el tamaño de los asentamientos socioespaciales.
Desde el punto de vista socioeconómico, las disparidades coinciden con la distribución
poblacional. La diferencia entre los ingresos promedios de cada región muestra una marcada
ventaja del Área Metropolitana de Caracas sobre las regiones del interior del país, estando
en mayor desventaja las ciudades pequeñas y las zonas rurales. Aun cuando se observa la
inferioridad de los ingresos que perciben los hogares ubicados en zonas populares del Área
Metropolitana de Caracas, estos están en mejor situación que los que viven en el resto del
país. Tomando como indicador el Coeficiente Gini para observar la desigualdad regional, en
el año 2003 el valor más bajo lo presentó el Distrito Capital y el más alto el estado
Anzoátegui.
6
En la ENPOFAM (1998) se encontró que l 30% de las adolescentes encuestadas eran migrantes. Estas
migraciones se encuentran fundamentalmente en zonas del interior del país y en ciudades de menos
de 25.000 habitantes procedentes de Caracas. Esta migración es además reciente, son cambios de
residencia que ocurrieron hace menos de 10 años.
| 14
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
CUADRO 1.3
POSICIÓN DE EQUIDAD POR ESTADOS
DISTRITO
CAPITAL
ZULIA
0,336
1
VARGAS
0,385
6
0,341
2
BARINAS
0,427
12
GUÁRICO
0,358
3
LARA
0,436
13
SUCRE
0,376
4
ARAGUA
0,451
14
BOLÍVAR
0,379
5
PORTUGUESA
0,454
15
FALCÓN
0,399
7
NUEVA ESPARTA
0,467
16
MIRANDA
0,405
8
0,472
17
APURE
0,409
9
DELTA
AMACURO
CARABOBO
0,472
18
MONAGAS
0,413
10
MÉRIDA
0,473
20
TÁCHIRA
0,417
11
TRUJILLO
0,479
21
AMAZONAS
0,472
19
YARACUY
0,481
22
COJEDES
0,500
23
ANZOÁTEGUI
0,501
24
Fuente: procesamiento propio con base en datos del INE, Encuesta de Hogares por Muestreo.
El Índice de Desarrollo Humano por estados permite identificar diferentes territorios de menor
a mayor desarrollo. Esta clasificación ayuda a priorizar las políticas de inclusión y
redistribución a nivel regional. De acuerdo con esta clasificación los estados con menor
desarrollo son Amazonas, Delta Amacuro y Guárico, los dos primeros con alto9 porcentaje de
población indígena, que en algunos casos coincide también con inequidades económicas y con
una baja densidad poblacional.
CUADRO 1.4
CLASIFICACIÓN DE VENEZUELA EN TERRITORIOS SOCIALES , 2002
Territorio Social 1
(Menor
desarrollo)
Amazonas
Delta Amacuro
Guárico
Territorio
Social 2
Yaracuy
Sucre
Trujillo
Portuguesa
Barinas
Apure
Territorio
Social 3
Lara
Falcón
Monagas
Mérida
Táchira
Cojedes
Territorio
Social 4
Nueva Esparta
Aragua
Anzoátegui
Bolívar
Carabobo
Zulia
Territorio Social 5
(Mayor desarrollo)
Distrito Capital
Miranda
Fuente: Estratos definidos según PPA$ per cápita. Datos obtenidos del Índice y Entorno del Desarrollo
Humano en Venezuela, INE/PNUD, 2002.
Inequidades por igresos
En lo que respecta a la composición de grupos socioeconómicos en el país, FUNDACREDESA
ha realizado estudios aplicados en el Área Metropolitana de Caracas que han permitido
| 15
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
construir categorías sociales a partir de la ocupación del jefe del hogar y otras variables7. En
estos estudios se ha encontrado que el 7,9% de los hogares pertenecen a una primera
categoría constituida por un 96,8% de profesionales, empleados y comerciantes, el 44,3% a
una segunda categoría donde el 84,7% son empleados y obreros especializados, y el 47,7%
pertenece a una tercera categoría conformada por 100% de obreros especializados y no
especializados. Combinando estas categorías con una extensa cantidad de variables
demográficas, educacionales, nutricionales y de salud, FUNDACREDESA ha intentado
conformar estratificaciones de las condiciones de vida de la población venezolana.
En los análisis que ha venido realizando el Ministerio de Planificación y Desarrollo (2002)
sobre la estructura del mercado de trabajo, se encontró que para el año 2000 las mujeres
conformaban el 36,5% de la población ocupada y los hombres el 63,4%. El sector de
actividad económica de mayor peso poblacional es el sector “no transable”, en el cual se
producen bienes que no son comercializables con el resto del mundo, como por ejemplo el
sector servicios. Las mujeres representan la primera fuerza laboral en este sector, debido a
su creciente ritmo de participación en el mercado de trabajo durante los últimos años8.
De éstas, el grupo de mujeres calificadas asalariadas del sector “no transable” es el que se
distingue más por su tamaño (14,5%) del resto de los grupos laborales donde ellas
participan (1,5%). Los hombres, en cambio, tienen mayor significación en los grupos
calificados y no calificados asalariados y no asalariados del sector “no transable” (13,87% y
22,7% respectivamente). Los hombres tienden a presentar una remuneración promedio
superior a las mujeres en los mismos grupos. Los grupos laborales representativos de los
hombres concentran el 18,45%, mientras que el grupo de las mujeres, recibe el 15,8%.
Las disparidades por ingreso en Venezuela superan a otros países de la región. En un trabajo
realizado por el ILDIS sobre distribución del ingreso en el país con datos hasta 1995, se
encontró que el 10% más pobre de la población recibía 2,4% de los ingresos por trabajo,
mientras que el 10% más rico, un 34,9% de este ingreso, situación que se vio agravada en
los años noventa. En el año 2003, las desigualdades seguían siendo pronunciadas. El 10%
más pobre obtenía en ese año el 16% del ingreso promedio, mientras que el ingreso
promedio del décimo decil más rico fue 4 veces y medio superior. La diferencia entre ambos
es de 1 a 27 veces. Lo que muestra aún más la desigualdad es que el 80% de la población
tiene un ingreso promedio por debajo del promedio nacional.
Una fuente importante de ingresos son las transferencias en dinero por concepto de
pensiones, jubilaciones, transferencias entre hogares y ayudas de la asistencia social en
dinero que más recientemente ha asumido un importante rol en la composición del
presupuesto familiar en Venezuela debido a los programas sociales entre los que destacan
las Misiones Sociales. Estas transferencias aumentan el ingreso de los hogares en casi 13%
y modifican la forma de la distribución haciéndola menos desigual.
7
El análisis de FUNDACREDESA se basa en el Método Graffar modificado por el Dr. Méndez Castellanos
en el cual se incluyen las variables Profesión del Jefe de Familia; Nivel de Instrucción de la Madre,
Principal Fuente de Ingreso de la Familia y Condiciones de Alojamiento en la Vivienda.
8
“Al comparar los años 1996, 1998 y 2000 se observa que (...) la tasa de participación de las mujeres
aumenta mientras que en los grupos masculinos disminuye” (MPD, Líneas Generales del Plan de
Desarrollo Económico y Social 2001-2007).
| 16
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
Inequidades en escolarización y acceso a puestos de trabajo
Los datos disponibles permiten examinar la desigualdad según el nivel educativo de los
trabajadores, comparando su participación en la fuerza laboral y en el ingreso percibido. En
el año 1975, los trabajadores sin escolaridad representaban el 49% de la fuerza laboral
venezolana, y en el año 2002 disminuyeron a 18%. Pero, en 1975 éstos recibían el 35% del
ingreso laboral y, en 2002 pasaron a recibir el 11%. La situación contraria ocurrió con los
trabajadores que terminaron la educación primaria, la educación media y la educación
superior, que vieron disminuir su participación en la fuerza laboral pero presentan una mejor
situación distributiva, especialmente aquellos que terminaron el bachillerato y la
universidad.
GRÁFICO 1.4
VENEZUELA: PARTICIPACIÓN EN EL
INGRESO LABORAL SEGÚN NIVEL DE EDUCACIÓN
Fuente: procesamiento propio basado en datos del INE, Encuesta de hogares por muestreo.
GRÁFICO 1.5
VENEZUELA: PARTICIPACIÓN EN LA
FUERZA LABORAL SEGÚN NIVEL DE EDUCACIÓN
Fuente: procesamiento propio basado en datos del INE, Encuesta de hogares por muestreo.
| 17
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
CUADRO 1.6
POBLACIÓN OCUPADA SEGÚN NIVEL EDUCATIVO
Fuente: procesamiento propio basado en datos del INE, Encuesta de hogares por muestreo.
En cuanto al salario femenino, la meta de igual remuneración por igual trabajo desde el
punto de vista de la equidad de género en la actividad económica todavía está lejos de
lograrse, aunque en algunas ocupaciones como profesionales y gerentes se acerca a la
paridad. En las ocupaciones de empleados/as de oficina y operarios es donde se concentran
los ingresos más bajos pagados a la población femenina activa. Igualmente, la distribución
de los salarios por sexo indica que la brecha promedio entre mujeres y hombres ha
descendido. En 1990 el salario medio femenino representaba el 81% del masculino y, en el
año 2002, esta relación subió a 91%.
GRÁFICO 1.7
RAZÓN SALARIO MEDIO FEMENINO / SALARIO MEDIO MASCULINO
Fuente: procesamiento propio basado en datos del INE, Encuesta de hogares por muestreo.
| 18
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
CUADRO 1.5
POBLACIÓN OCUPADA SEGÚN NIVEL EDUCATIVO
Año 2002
ocupación
ingreso
Sin nivel
18,2
10,6
Primaria
46,4
37,3
Bachillerato
27,2
32,6
Universitario
7,0
17,5
Fuente: procesamiento propio basado en datos del INE, Encuesta de hogares por muestreo.
CUADRO 1.6
SALARIOS MEDIOS EN BS. MENSUALES
1990
1997
2002
Mujeres
7.167
104.574
262.523
Hombres
8.790
127.028
290.049
Fuente: procesamiento propio basado en datos del INE, Encuesta de hogares por muestreo.
GRÁFICO 1.8
PARTICIPACIÓN EN LA INFORMALIDAD
Fuente: cálculos propios basados en datos del INE sobre indicadores de la fuerza de trabajo.
La informalidad en el mercado de trabajo puede ser vista como un fenómeno asociado a la
desocupación y a los bajos niveles de desempeño de la economía. En Venezuela, la
ocupación informal ha aumentado en los períodos de bajos niveles de inversión y de
reducción en el ingreso de los hogares. Así, la informalidad, debido a su precariedad y
| 19
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
dimensión puede ser considerada en Venezuela una fuente de inequidad entre los
trabajadores.
Los saltos de la informalidad ocurren en Venezuela primero en 1982, luego en 1994 y
finalmente en 1999, asociados con acontecimientos que por razones diferentes afectaron la
economía del país. Así mismo, la fase de disminución de la informalidad parece estar
asociada con la recuperación de la tasa de crecimiento de PIB real per cápita y también del
ingreso fiscal. Un factor común a los saltos de la informalidad es la inflación. La pérdida del
ingreso real en los hogares por aumentos de precios obliga a los miembros inactivos a
buscar ingresos complementarios. Igualmente, quienes pierden su empleo formal, mientras
buscan un nuevo empleo, se procuran algún ingreso temporal laborando informalmente.
Los miembros de los hogares forzados a abandonar la condición de inactividad se incorporan
a la fuerza de trabajo como desocupados o como ocupados informales. Entre 1969 y 1978 la
ocupación informal cayó de 48% a 32%. Desde ese momento la tendencia se revirtió
mostrando un comportamiento al alza, pero en escalones. En 1980 todavía se encontraba en
32%, pero en 1982 subió a 39% y para 1986 había aumentado a 42%. A este brusco
ascenso siguió una década, entre 1983 y 1993, de relativa estabilidad, manteniéndose en un
promedió de 41%.
En el año 1994 la informalidad volvió a incrementarse llegando a un 46% y para el siguiente
año había alcanzado un 49%. Desde allí, la informalidad adoptó una tendencia ascendente.
En 1999 superó al trabajo formal llegando a ser el 51% y en el 2003 aumentó a 53%, el
valor máximo del período hasta el año 2004. Desde el 2003 hasta el 2005 la tendencia es
decreciente con un valor de 47%.
El comportamiento de la informalidad es diferente cuando se discrimina por género. La
participación de las mujeres en la informalidad respecto a la ocupación total de las mujeres
crece más que la participación de los hombres respecto a la totalidad de los ocupados. En el
caso de las mujeres, la informalidad dentro de la ocupación femenina aumentó entre 1993 y
2003 de 38% a 54%, mientras que en el caso de los hombres subió de 43% a 52%. Esto
significa que en general las mujeres que se incorporaron a la actividad económica luego de
1993 lo hicieron como trabajadoras informales.
Las inequidades por actividad económica e ingresos laborales indica que las políticas de
ajuste aplicadas a finales de la década de los años ochenta contrajeron fuertemente el
ingreso de los hogares, forzando a sus miembros inactivos a buscar ocupación para
compensar la pérdida de bienestar. Especialmente ocurrió así con las mujeres, pero también
con los niños y adolescentes quienes en muchos casos debieron abandonar sus estudios y
procurarse ingresos para sí mismos y para sus hogares.
Inequidades demográficas
Entre los años 1950 y 2000, la población en Venezuela creció al mayor ritmo de toda la
región latinoamericana. En ese período, la población venezolana se multiplicó casi 5 veces,
mostrando el más alto multiplicador de todos los países de la región.
| 20
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
GRÁFICO 1.9
VENEZUELA: RITMO DE CRECIMIENTO DE LA POBLACIÓN TOTAL 1950-2050
Fuente: CELADE. División de Población de la CEPAL.
En ese trayecto de cincuenta años la población se distribuyó de manera muy distinta en el
tiempo. En el período de alto crecimiento, entre el censo del año 1940 y el de 1971, se
añadieron aproximadamente 7 millones de personas. En los siguientes treinta años, cuando
el ritmo de crecimiento disminuyó considerablemente, la población creció el doble (13
millones). Desde mediados de los años setenta y hasta el año 2000, el país tuvo que hacer
frente a un incremento de población mayor en términos absolutos con mayores demandas
de alimentación, educación y salud.
A pesar de la tasa de crecimiento de ese período, la proyección al año 2045 muestra que el
descenso de la población tiene un ritmo considerable. Sin embargo, como la acumulación en
el tiempo del crecimiento de la población se va haciendo cada vez mayor, el rasgo distintivo
en Venezuela es que gran parte de esa población, aproximadamente el 90%, es actualmente
una población urbana. Si antes decíamos que el ritmo de crecimiento poblacional fue el más
alto de la región, el ritmo de crecimiento de la población urbana fue prácticamente explosivo
y el más alto también de América Latina.
La disminución de la fecundidad indica la entrada a la etapa de transición demográfica
avanzada. Este descenso abre una ventana de oportunidades ayudando a crear una ruta de
salida de la pobreza para muchas familias. No es la única solución, pero aumenta
extraordinariamente el margen de maniobra que tienen las personas, los hogares, las
comunidades y finalmente los países, para salir de la pobreza.
Una vía es el incremento del ahorro y la inversión debido a la mejora de la relación entre
población en edad laboral y población dependiente. Adicionalmente, permite el incremento
del tamaño de la población en edad de trabajar lo cual está asociado positivamente con el
| 21
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
crecimiento económico. Por el contrario, esta asociación es negativa en el caso del
incremento del grupo de edad de 0 a 15 años, porque aumenta la dependencia.
Esa ventana de oportunidades se abre por única vez y en un momento limitado de la
transición demográfica. La ventana se cierra cuando los cambios en la estructura de edades
aumentan la relación de dependientes mayores de 64 años. La ventana se aprovecha si más
personas pueden producir más, ahorrar más, invertir más e incrementar su capital humano,
pero eso sólo es posible si existen condiciones adecuadas de salud, educación y empleo
productivo.
La transición demográfica es heterogénea. Los grupos de población por entidades tienen
tasas de fecundidad y mortalidad diferentes. Esta distribución se presenta en círculos que
identifican etapas distintas de transición. En el primero, los estados en transición moderada
que todavía poseen niveles
Población y Objetivos de Desarrollo del Milenio
de
fecundidad
y
mortalidad altos y también
En el marco de los ODM, el estudio de la dinámica demográfica del
una elevada dependencia
país debe basarse en el reconocimiento de las inequidades, para lo
juvenil, representan el 5%
cual resulta fundamental construir indicadores desagregados para
de la población total (1,5
los diferentes estratos de la población, dada la situación desigual
millones de personas). Los
en que estos se encuentran en relación con los fenómenos
estados
en
plena
demográficos y las metas establecidas. En este sentido, este tipo
de análisis constituye una herramienta importante para revelar los
transición, que todavía
diversos rostros de la desigualdad y derivar de allí las prioridades
experimentan un proceso
de políticas.
lento de descenso en la
fecundidad
y
la
mortalidad, representan el 48% de la población (entre 11 y 12 millones de personas).
Finalmente, los estados del tercer círculo, que comprende el 47 % de la población, se
encuentran en fase avanzada de transición.
GRÁFICO 1.10
COMPARACIÓN INTERTEMPORAL DE LA RELACIÓN
DE DEPENDENCIA JUVENIL POR ENTIDAD FEDERAL,
CENSOS 1961 Y 2001
| 22
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
Las desigualdades económicas y sociales tienen expresiones demográficas que dan lugar a
un fenómeno de dualismo entre los estratos extremos de la población, como lo muestran los
siguientes gráficos. En ambos casos se observan disparidades entre los patrones
reproductivos y de supervivencia con estructuras de edades muy distintas entre sí.
GRÁFICO 1.11
Por otra parte, el calendario de la fecundidad es absolutamente diferente entre las mujeres
pertenecientes a los hogares más pobres y las de los más ricos. En las mujeres de estos
últimos, los niveles de fecundidad se inician más tarde porque hay un período de proyecto
de vida que cubre un tránsito dentro del sistema educativo mucho más prolongado y que
permite postergar el matrimonio y la maternidad. Mientras tanto, en el otro modelo de
calendario, las mujeres de los hogares más pobres comienzan mucho antes, con las
consiguientes limitaciones en otras dimensiones de la vida como son la inserción educativa y
laboral.
Las mayores brechas de insatisfacción en los deseos reproductivos de las mujeres
venezolanas se encuentran en las menos instruidas y las más pobres. Los niveles de
fecundidad deseada son relativamente similares, excepto en las mujeres con menos de 6
grados de escolaridad. En ellas se produce un exceso de fecundidad no deseada que está
limitando sus opciones de vida. La fecundidad adolescente en Venezuela tiene niveles altos.
Al parecer los elementos que influyeron en un descenso de la fecundidad general no han
penetrado en todo el universo de la población femenina.
Algunos hallazgos demuestran que las adolescentes en Venezuela no han desertado del
sistema escolar por efectos del embarazo. Muchas estaban fuera del sistema escolar cuando
quedaron embarazadas. Existen elementos previos a la escuela que les impiden desarrollar
un proyecto de vida.
La dimensión demográfica en la inequidad se manifiesta también en las condiciones de
partida frente a la morbilidad y la mortalidad. Existen grandes diferenciales todavía en la
esperanza de vida al nacer. Ésta se distribuye de manera muy diferente entre grupos de
población y territorios. Algunos estados del país poseen niveles de esperanza de vida por
encima del promedio nacional. En aquellos con una transición moderada, los déficit de años
por vivir son bastante grandes.
| 23
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
En la distribución de la mortalidad ocurre lo mismo. Entre el Distrito Capital y el estado
Amazonas, la probabilidad de que los niños sobrevivan es de 2 a 1. Visto por el lado de los
ingresos, también se observan enormes disparidades demográficas y, por lo tanto, sociales.
La diferencia entre la tasa de mortalidad infantil del quintil más rico en el estado Miranda, es
prácticamente de 6 a 1 en relación con el grupo de población más pobre del mismo estado.
GRÁFICO 1.12
TASA DE MORTALIDAD INFANTIL,
2004
En relación con las oportunidades laborales y la seguridad económica, los procesos están
actuando de manera muy diferencial entre hombres y mujeres. La tasa de participación es
muy distinta a lo largo de todo el ciclo de vida de hombres y mujeres. Pero, al mismo
tiempo, las mujeres abandonan el trabajo mucho antes, además de que la duración de su
inserción laboral es mucho menor. Ello tiene repercusiones importantes en la seguridad y la
protección económica de las familias que viven en las ciudades más tardías desde el punto
de vista de la transición demográfica. También hay desigualdades a lo interno del grupo. A
mayor nivel de instrucción, la capacidad de inserción laboral de las mujeres es mayor y su
permanencia dentro del mercado laboral es mucho más intensa y extensa.
En la población mayor de 64 años existen también importantes inequidades por género y
grupo socioeconómico. La mayor parte del peso relativo de las personas mayores está donde
la fecundidad bajó de manera más pronunciada y donde el peso relativo de los de 14 años
de edad es más pequeño. Los estados con una transición moderada, allí donde está la
mayoría de la población, serán los que concentren una mayor cantidad de personas
mayores.
Si se mira cuáles son las condiciones de seguridad económica de las personas mayores al
momento del retiro, efectivamente existen diferenciales entre los grupos socioeconómicos,
pero las diferencias de desprotección no son muy grandes entre los grupos. Si se discrimina
entre hombres y mujeres, la inseguridad económica se agrava en el caso de las segundas.
Es decir, el 80% de la población femenina mayor de 60 años con bajos recursos no tiene
ningún tipo de protección. Evidentemente, esto es producto de su salida anticipada del
mercado de trabajo.
| 24
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
GRÁFICO 1.13
PORCENTAJE DE LOS ADULTOS MAYORES SOBRE LA POBLACIÓN TOTAL POR ENTIDAD FEDERAL. AÑOS 1980, 2005 Y 2030
| 25
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
Capítulo 2:
El derecho a la salud
Evaluación Común de País
CCA 2006
La salud comprende todo lo que haga posible estar sano. No significa solamente ausencia de
enfermedad, sino la realización plena de condiciones de calidad de vida que permitan
alcanzar el mejor estado físico y mental, material y social, espiritual y anímico de las
personas, individual y colectivamente, a lo largo de la vida.
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (artículos 84, 85 y 86) establece
que la salud es un derecho social fundamental, parte integral del derecho a la vida y una
obligación del Estado. Bajo este mandato, ordena la creación de un Sistema Público Nacional
de Salud (SPNS) cuyo financiamiento es obligatorio por parte del Estado y cuya estructura
debe ser de carácter intersectorial, descentralizado y participativo, integrado al Sistema de
Seguridad Social y regido por los principios de gratuidad, universalidad, integralidad,
equidad, integración social y solidaridad. También establece que para garantizar el derecho
a la salud el Estado promoverá y desarrollará políticas orientadas a elevar la calidad de vida,
el bienestar colectivo y el acceso a los servicios.
El sistema de salud en Venezuela se ha caracterizado por una organización y dinámica de
funcionamiento compleja y fragmentada. A finales de 2005, la red de servicios del SPNS
estaba constituida por 4.804 establecimientos ambulatorios públicos en el nivel primario, de
los cuales 4.605 (96%) pertenecen al Ministerio de Salud; 296 hospitales públicos
segmentados en varios sistemas, 8.600 puntos de consulta popular instalados con la Misión
Barrio Adentro I y 600 centros de diagnóstico, rehabilitación y alta tecnología, creados con la
Misión Barrio Adentro II, ambos programas de salud instrumentados a partir de la
cooperación sur-sur entre Cuba y Venezuela.
El perfil epidemiológico general y de grupos específicos
Venezuela presenta un perfil epidemiológico donde se combinan enfermedades infecciosas,
crónico-degenerativas y lesiones por causas externas. Las principales causas de la
mortalidad general han sido los hechos violentos y accidentes de todo tipo, afectando la
mortalidad predominantemente a la población masculina entre 15 y 45 años.
De acuerdo con el Ministerio de Salud, en el año 2004, los primeros diez grupos de causas
de mortalidad por 100.000 habitantes, fueron: las enfermedades del corazón (93%); el
cáncer (67%); los hechos violentos, entre los cuales se encuentran los suicidios, los
homicidios y otras muertes violentas (57,2%); los accidentes de todo tipo (32,1%); las
enfermedades cerebrovasculares (31,7%); la diabetes (27,3%); las afecciones originadas en
el período perinatal (20,1); las enfermedades crónicas de las vías respiratorias inferiores
(12,1%); la influenza y la neumonía (11%); y las enfermedades del hígado (8,5%).
En la mortalidad destacan principalmente los diferenciales por sexo en las muertes causadas
por hechos violentos que afecta principalmente a los hombres (100,4 para los hombres y
| 26
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
10,0 para las mujeres) y los accidentes de todo tipo (49,1 para los hombres y 14,9 para las
mujeres). Las muertes por hechos violentos fueron la mayor causa de años de vida potencial
perdidos en el país.
En el caso específico de los niños/as, la mortalidad infantil expresada en tasas por 1.000
nacidos vivos fue de 17,5 en 2004. La prevalencia de bajo peso al nacer pasó de 12,0% en
1999 a 8,0% en 2002, última cifra registrada. La mortalidad en niños menores de cinco años
por enfermedades infecciosas intestinales expresada en tasa por 100.000 habitantes fue de
37,3 en 2002 y de 35,3 en 2004, siendo aproximadamente el 70% de estas muertes en
niños menores de un año. Según cifras preliminares, se reportaron 1.213.460 casos de
diarrea en niños menores de cinco años en 2004 y 1.214.461 en 2005. Cabe destacar que
en el grupo de muertes en menores de un año, 60% es debido a muertes neonatales
(menos de 20 días) relacionadas con el evento obstétrico.
En el grupo de los adolescentes, para el año 2004 la tasa de mortalidad entre 10 y 14 años
por 100.000 fue de 44,0 (52,0 sexo masculino y 35,0 sexo femenino) y en adolescentes
entre 15 y 19 años fue de 158,0 (253,0 sexo masculino y 59,0 sexo femenino). La principal
causa de muerte en adolescentes entre 15 y 19 años de sexo masculino fue por hechos
violentos. La tasa de fecundidad por 1.000 de las jóvenes entre 15 y 19 años se estimó en
91,7 para 2004. En 2002, el Ministerio de Salud reportó 98.099 nacimientos ocurridos en el
grupo de adolescentes de 10-19 años (22,4% del total de nacimientos).
En cuanto a la población adulta, las cinco primeras causas de muerte en el año 2004,
expresadas como tasa por 100.000 habitantes, fueron: hechos violentos 82,3 (153,4 hombres
y 11,1 mujeres); cáncer 57,3 (47,7 hombres y 67,0 mujeres); enfermedades del corazón 49,2
(68,6 hombres y 29,9 mujeres); accidentes de todo tipo 45,3 (76,1 hombres y 14,5 mujeres)
y diabetes 13,8 (15,9 hombres y 11,7 mujeres).
En lo que se refiere a la población adulta mayor, para el año 2004 la distribución proporcional
de las principales causas de mortalidad fueron: enfermedades del corazón 19,1%; cáncer
10,5%, enfermedades cerebrovasculares 6,8%, diabetes 5,1% y enfermedades crónicas de
las vías respiratorias inferiores 2,8%. En 2005, las principales causas de morbilidad en este
grupo específico fueron: hipertensión arterial 17,2%, trastornos visuales 13,9%, trastornos
respiratorios 12,7%, diabetes 11,3% y osteoartrosis y osteoartritis 10,0%.
Finalmente, las patologías prevalentes en la población indígena que representa 2,3% de la
población (532.743 habitantes), son principalmente de origen infecto-contagiosas y
nutricionales.
La mortalidad materna
Por ser uno de los problemas de salud pública de mayor relevancia en Venezuela, la
mortalidad materna merece especial atención en los diagnósticos de salud del país. Las
muertes de mujeres durante el período de gestación es un indicador del déficit de acceso
tanto a servicios sociales, de salud y de nutrición, como a ingresos económicos. Al analizar
la mortalidad materna, se observa un sostenido descenso de 172 en 1940 a 59 por 100.000
nacidos vivos en 1999. Pero, a partir de la década de 1980, esta reducción se hizo más lenta
y hasta el presente las cifras se mantienen en niveles altos. Para el año 2003 murieron 321
mujeres por causas relacionadas con el embarazo, el parto y el puerperio, obteniéndose una
tasa de 57,8 por 100.000 nacidos vivos.
| 27
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
Las muertes maternas ocurren principalmente por causas obstétricas, sean directas o
indirectas. Las primeras son las que suceden por complicaciones en el mismo embarazo,
parto o puerperio, tales como hipertensión, infecciones, hemorragias y abortos. En
Venezuela, el 77% de la mortalidad materna está relacionada con estas causas. Las
defunciones por causas obstétricas indirectas son aquellas que pueden ocurrir debido a una
enfermedad existente antes del embarazo o de una enfermedad que evolucionó durante el
mismo, como hepatitis, tuberculosis, anemia y diabetes. Las cifras indican que el 23% de las
muertes maternas en el país de deben a estas causas indirectas. De esta manera, la relación
entre causas y muertes de mujeres en gestación señala como factores influyentes:
a) La escasa cobertura de atención prenatal.
b) La inaccesibilidad y poca calidez de los servicios.
c) La baja calidad de la atención y la falta de capacidad resolutiva de las
emergencias obstétricas.
Todos estos aspectos no se pueden desligar de las condiciones de subordinación de la mujer
por razones de género en la atención del proceso reproductivo. La libertad de procrear o de
decidir sobre el embarazo sin sometimiento se inscribe dentro de los derechos sexuales y
reproductivos, desarrollados en Venezuela desde 1974, plasmados en normativas que
protegen a los niños(as), la mujer y la maternidad y, establecidos en la Constitución de
1999 (artículo 76). En ellos se consagra el derecho de todas las parejas e individuos a
decidir libre y responsablemente el número de hijos, el espaciamiento de los nacimientos y
el intervalo entre ellos; el derecho a disponer de la información y de los medios para
hacerlo; el derecho de alcanzar el nivel más elevado de salud sexual y reproductiva, y el
derecho a tomar decisiones sobre la reproducción sin sufrir discriminación, coacción, ni
violencia.
La visión tradicional de género induce a que las decisiones relacionadas con el embarazo
sean una pauta sociocultural adscrita exclusivamente a la conducta femenina. Ello restringe
las identidades, condiciones de existencia y actuación, y por ende, la autonomía de las
mujeres en los asuntos o funciones reproductivas y el cuidado de los hijos(as). Esto a su vez
excluye a los hombres de sentir, expresar y realizar las necesidades humanas involucradas
con la concepción y, en consecuencia, a no asumir, participar y realizarse como padres,
esposos, hermanos e hijos varones en la plenitud de la infancia, la familia y el hogar. Por
ello, cualquier intervención propuesta debe contribuir también a disminuir embarazos no
deseados (que podrían terminar en abortos), embarazos muy tempranos (adolescentes),
embarazos muy seguidos y embarazos en condiciones de riesgo, además de disminuir el
riesgo de complicaciones durante el embarazo o el parto y evitar posibilidades de muerte
entre las mujeres que experimenten tales complicaciones.
Reducir la incidencia de complicaciones entre las mujeres embarazadas fue siempre el foco
de los programas de salud materna durante la década pasada. Sin embargo, el potencial de
las actividades emprendidas para prevenir complicaciones ha sido re-examinada. Lo que
muestran los análisis es que la mayoría de estas complicaciones no puede ser prevenida. La
excepción son las complicaciones resultantes de abortos inducidos e inseguros que se
pueden evitar, entre otras cosas, con acceso a servicios de salud sexual y reproductiva. Este
planteamiento en ningún momento resta importancia al fortalecimiento del control prenatal,
el cual entre otras cosas garantiza mejores condiciones de salud de la madre y del niño/a.
| 28
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
Aunque no se pueden predecir ni
prevenir del todo las complicaciones
La mortalidad materna en los objetivos de
desarrollo de Venezuela
obstétricas,
éstas
pueden
ser
evitadas
con
un
tratamiento
adecuado. Por lo tanto, el acceso
Tanto en Venezuela como en América Latina las
muertes maternas, indicador de la Meta 5 de los
rápido a los cuidados obstétricos de
ODM, no sólo representan un dato numérico. Detrás
emergencia debe ser el esfuerzo
de este indicador hay rostros de mujeres con
principal para reducir muertes entre
derechos humanos, entre los cuales se cuentan los
mujeres embarazadas. Por ello, el
derechos sexuales y reproductivos (DSR). Si bien
paradigma de atención de las
estos derechos han sido reconocidos en diversos
emergencias
obstétricas
debe
acuerdos internacionales firmados por los gobiernos
enfocarse más en factores como la
que se han sucedido en Venezuela así como también
cantidad, la calidad y el acceso a los
en distintas leyes vigentes en el país, es necesario
centros de salud que ofrecen
profundizar los estudios acerca de la garantía real de
los derechos sexuales y reproductivos que se ofrece
servicios de cuidados obstétricos de
dentro del sistema de salud, específicamente en lo
emergencia. Cualquier mujer puede
concerniente a los servicios que deben atender las
presentar una complicación de esta
complicaciones de las mujeres en el momento del
naturaleza independientemente de su
parto.
grupo social de pertenencia, situación
económica o del control de su
embarazo. Por ello es necesario garantizar el acceso universal y la adecuación de los
servicios, dispensados de manera oportuna y rápida en todas las regiones del país.
El Ministerio de Salud, a través de la Misión Madre, creada en el año 2006, tiene como
objetivo reducir a nivel nacional la mortalidad de la madre y de los niños y las niñas
menores de 5 años mediante del fortalecimiento de dos componentes: la movilización de la
comunidad y la atención integral a través de redes de servicios desarrollados de acuerdo con
las siguientes líneas estratégicas:
•
•
•
Empoderar a los Comités de Salud y a las Redes Sociales en la promoción de la salud
de la madre y de los niños y niñas.
Fortalecer la Atención Integral a la Madre y a los niños y niñas en el primer y
segundo nivel de atención.
Mejorar la calidad de la atención integral a la madre y a los niños y niñas a nivel
hospitalario, con énfasis en Cuidados Obstétricos de Emergencia.
Las enfermedades prevenibles por vacunación
La vacunación es una práctica primordial que protege al niño y a la niña de contraer
enfermedades y de que se debiliten sus capacidades físicas y mentales a causa de ellas. En
Venezuela existe un esquema de vacunación obligatoria y gratuita como derecho
garantizado a todos los niños/as (LOPNA, artículo 47). Entre las primeras vacunas
suministradas a las embarazadas está el toxoide tetánico, que protege al niño/a del tétanos
neonatal en el momento del parto y durante los primeros meses de nacido; la vacuna contra
la tuberculosis (BCG) que debe administrarse en los primeros días de nacido; la vacuna
triple –contra el tétano, la difteria y la tosferina– aplicada en la sexta, décima y
decimocuarta semana de nacido, así como la vacuna contra la poliomelitis; y a los nueves
meses la vacuna contra el sarampión, que es causa frecuente de desnutrición, retraso
mental y ceguera.
| 29
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
Entre los años 2004 y 2005 se lograron coberturas superiores a 90% en la vacunación
obligatoria a menores de un año con BCG (96% y 95%, respectivamente) y fiebre amarilla o
antimalárica (94% en los dos años), mientras que el resto de vacunas mantuvieron
coberturas entre 80% y 90% durante el año 2005: la Trivalente o Triple Viral (sarampión,
rubéola y parotiditis) con 85%, la Triple Bacteriana o DPT3 (tétano, difteria y tosferina) con
87%, la Hepatitis B con 88% y la vacuna contra la Meningitis con 79%. La cobertura con
vacuna Pentavalente (DPT, Hepatitis B y Haemophilus influenzae Tipo b, que protege contra
las gripes y ciertas formas de meningitis) pasó de 37% en 2004, año en el que se la
introdujo en el país, a 80% en 2005.
Las enfermedades transmisibles
En las enfermedades transmisibles se encuentran las infecciosas endémicas como la fiebre
amarilla, la enfermedad de chagas, el paludismo o malaria, el dengue y otras enfermedades
como la oncocercosis, así como el VIH-SIDA. También en este tipo de enfermedades se
incluyen las crónicas como la tuberculosis y la lepra.
En el año 2002 se registraron tres casos de fiebre amarilla con dos muertes en Zulia, dando
inicio a un brote que se extendió hasta 2003 con un total de 34 casos y 14 defunciones. La
enfermedad de Chagas, considerando la proporción de positivos del total de muestras
examinadas, fue de 8,1% en 2000 y de 5,8% en 2005. Así mismo, la población bajo riesgo
de contraer la malaria ha disminuido de 36% en 2000 a poco menos de 20% en 2004, sin
embargo, la incidencia de la enfermedad aumentó casi tres veces en el mismo período de
0,3% en 2000 a 0,9% en 2004.
El dengue clásico y el dengue hemorrágico se han comportado de forma endemo-epidémica
en el país con circulación de los cuatro tipos de virus. En 2005 se produjo un incremento,
con 42.217 casos notificados (39.536 dengue clásico y 2.681 hemorrágico). Finalmente, en
el año 2005, Venezuela representó 22,0% de la población en riesgo de oncocercosis en
América Latina.
Desde 2004, Venezuela está clasificada en el grupo de países de la región americana con
mediana carga de tuberculosis (TB). La forma pulmonar representa la mayor parte del total
de casos notificados y la co-morbilidad SIDA/TB continúa en ascenso. En el año 2004 fueron
notificados 6.519 casos nuevos de TB todas formas, lo que representó una tasa de 25,1 por
100.000 habitantes. En el caso de la lepra, la tasa de prevalencia nacional en 2004 fue 0,54
por 10.000 habitantes.
Las enfermedades infecciosas agudas
Las diarreas y las neumonías son enfermedades infecciosas que tienen alto impacto en la
población infantil. Las diarreas y las enfermedades respiratorias en los niños/as se
relacionan con condiciones medio-ambientales. Las diarreas hacen perder una excesiva
cantidad de líquidos corporales y disminuye, por tanto, la absorción de nutrientes generando
una cadena de efectos infecciosos que provocan y agravan la desnutrición.
Los estados con mayor incidencia parasitaria son los estados Amazonas, Sucre, Bolívar y
Delta Amacuro y los más afectados en estos estados son las comunidades indígenas. La
contaminación general afecta principalmente a los niños/as indígenas y en ellos los casos de
diarrea adoptan una forma endémica. Las enfermedades respiratorias agudas, en cambio,
tienen una incidencia más general en niños menores de cinco años. En el año 2002 la
| 30
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
mortalidad por enfermedades respiratorias agudas expresada en tasa por 100.000
habitantes fue 24,5 en 2002 y 27,2 en 2004 habiéndose producido aproximadamente 60%
de estas muertes en niños menores de un año.
VIH/SIDA
El VIH/SIDA se presenta en el país como una epidemia concentrada, lo que significa que las
cifras de prevalencia superan el 5% en poblaciones con conductas de riesgo como los y las
trabajadores/as comerciales del sexo, hombres que tienen sexo con hombre (HSH) y
usuarios de drogas endovenosas, y se sitúa por debajo del 1% en la población general. Su
prevalencia en Venezuela es de 0,7% en la población de 15 a 49 años y se estima un total
de 110.000 casos de infecciones por VIH.
De 1982 a 2005 se registraron 53.465 casos de SIDA con 6.372 muertes por esta causa. No
obstante, todavía existe un significativo subregistro de las muertes, fenómeno asociado al
estigma y la discriminación vinculada al SIDA. Por ello es importante que el país cuente con
estudios de seroprevalencia y/o encuestas poblacionales que sustenten los cálculos que
exige el ejercicio de estimación de prevalencia y casos.
La epidemia de VIH en el país está relacionada en principio con la transmisión sexual, donde
se presenta más del 90% de los casos. Inicialmente afectó a los HSH, como en el resto del
mundo occidental. De hecho, hasta 2004 aproximadamente 65% de los casos registrados
por el Ministerio de Salud se producían en hombres de orientación homosexual y bisexual.
Pero en los últimos diez años se observa la feminización de la epidemia haciendo que la
razón de hombres afectados por mujer se haya reducido de 10 a 3. Esto obedece a un
incremento de la transmisión entre la población heterosexual, que es la forma predominante
en las epidemias “generalizadas”. Ello ocasionará un incremento de la transmisión vertical,
de madre a hijo/a recién nacido/a.
El Ministerio de Salud cuenta desde 1999 con el Programa Nacional de SIDA (PNS), cuyo
presupuesto ha venido aumentando progresivamente, aunque todavía requiere mejorar la
articulación multisectorial en el abordaje del problema. Desde 1999, el PNS ofrece acceso
universal y gratuito a terapia antiretroviral, pruebas diagnósticas y seguimiento
inmunológico y virológico a todos las personas venezolanas o residenciadas en el país. En
prevención, contempla actividades de “sangre segura”, adquisición y distribución de
condones, prevención de transmisión vertical atendiendo a todas las embarazadas con VIH,
profilaxis pos-exposición en accidentes laborales del personal de salud, y un concurso anual
promovido por organizaciones no gubernamentales (ONG) para estrategias de prevención en
poblaciones vulnerables, vigente desde 2003.
Otros organismos gubernamentales involucrados han sido el Ministerio de Educación, el
Ministerio de Comunicación e Información, el Instituto Nacional de la Mujer y la Fuerza
Armada Nacional, con la cooperación de UNFPA, ONUSIDA y/o UNICEF. No obstante, las
experiencias continúan siendo muy limitadas. Además, existe un movimiento organizado de
personas infectadas y/o afectadas por el virus que han influido de manera notable en
materia de políticas y prevención. De hecho, el acceso universal y gratuito a tratamiento es
producto de una querella legal modelo emprendida por este sector a mediados de los años
noventa. Existen más de 50 organizaciones no gubernamentales con servicios en VIH, la
mitad de ellas en la región metropolitana de Caracas, y muchas mantienen programas de
prevención de gran trascendencia e impacto, como es el caso del centro de información
telefónica en VIH.
| 31
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
Para el año 2003, cerca de 9.000 personas comenzaron a recibir en forma gratuita y regular
tratamiento antiretroviral (TARV) a nivel nacional. Para el año 2005, esa cifra había
aumentado a casi 16.000 personas, con lo cual la cobertura de tratamiento antiretroviral
entre las personas solicitantes pasó de 52% en 2004 a 100% en diciembre del año 2005. El
programa de tratamiento también contempla los 3 componentes que se requieren para la
atención de las embarazadas VIH positivas y la prevención de la transmisión de madre a
hijo/hija. Con este servicio se ha brindado atención a 816 embarazadas en los últimos cinco
años y el Ministerio de Salud reporta que ningún niño/niña (hijo de estas mujeres) ha
resultado VIH positivo.
El VIH/SIDA de cara a los Objetivos de
Desarrollo del Milenio
La meta 7 del sexto Objetivo de Milenio establece
haber detenido y comenzado a reducir, para el año
2015, la propagación del VIH/SIDA, para lo cual se
fijaron indicadores tales como la prevalencia de
VIH entre gestantes de 15 a 24 años; el porcentaje
de uso de preservativos dentro de la tasa de uso
de anticonceptivos (utilización de preservativos en
la última relación sexual de alto riesgo, porcentaje
de la población de 15 a 24 años que tiene
conocimientos amplios y correctos sobre el
VIH/SIDA y tasa de prevalencia de uso de
preservativos); y la relación entre la matriculación
de niños huérfanos y la matriculación de niños no
huérfanos de 10 a 14 años.
Dos observaciones surgen al intentar responder la
situación del país respecto a estos parámetros. En
primer lugar, estos indicadores se enfocan todos
en el comportamiento del VIH/SIDA en los países
donde la epidemia ha alcanzado el estatus de
generalizada, que ya vimos no es el caso de
Venezuela. Por esta razón habría que adecuar los
indicadores a la situación del país. En segundo
lugar, como se ha mencionado anteriormente, se
requiere del fortalecimiento del sistema de
vigilancia epidemiológica para poder monitorear la
epidemia y definir con precisión su tendencia.
El PNS se ha constituido en la principal
referencia estadística sobre la epidemia.
Según sus registros la mayoría de los
afectados por el virus tienen entre 25 y 45
años; sin embargo, se observa una
tendencia al ascenso sostenido de casos
en grupos más jóvenes, de 15 a 25 años
de edad. En los casos pediátricos, hasta el
año 2005 unos 422 niños y niñas menores
de 12 años y 611 adolescentes, entre 12 y
17 años, estaban cubiertos por el
programa. Sin embargo, estimaciones
elaboradas en el país entre ONUSIDA y el
Ministerio de Salud para el informe de los
ODM en 2004, calcularon que en 2003
podían existir 2.380 casos entre la
población menor de 15 años.
La epidemia venezolana sigue creciendo,
tiende a feminizarse y a afectar a la
población más joven. Un condicionante de
este crecimiento es la carencia de un
sistema integral y sistemático de vigilancia
epidemiológica que impide conocer con
precisión la dimensión, la dinámica y las
características demográficas y geográficas
de
la
epidemia,
así
como
los
comportamientos que la determinan. Esto
dificulta la definición de políticas, la
asignación de recursos y la aplicación de
estrategias adecuadas. Otros condicionantes fundamentales son el reducido uso del condón
y su limitada distribución, la alta proporción de personas infectadas que desconocen su
condición (sólo 1 de cada 10), la carencia de servicios públicos para la asesoría y el
diagnóstico, la violencia hacia la mujer y las altas tasas de infecciones por transmisión
sexual.
Por otra parte, las prácticas socioculturales no favorecen relaciones de género favorables a
la prevención, tales como el uso habitual de los preservativos entre los hombres, la
capacidad de negociación del condón masculino por parte de las mujeres y el uso del condón
femenino, entre otros. Ello requiere promover los vínculos entre la prevención del VIH y la
garantía de los derechos sexuales y reproductivos de la población.
| 32
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
De igual forma, no podemos olvidar que el SIDA en nuestro país, desde el inicio de la
epidemia y hasta nuestros días, ha afectado a la población GLBT (gays, lesbianas,
bisexuales y trans: travestis, transexuales, transgénero e intersex), cuyas identidades
sexuales fueron históricamente discriminadas y hasta perseguidas. Por lo tanto, el estigma y
la discriminación contra esta población constituyen un obstáculo crucial para detener la
epidemia, no sólo entre ellos/ellas, sino en la población general, toda vez que las
orientaciones bisexuales sin protección son un vehículo que alimenta las infecciones entre
las mujeres.
Para detener la epidemia es recomendable impulsar acciones efectivas contra la
discriminación por orientación sexual e identidad de género, así como programas de
prevención y atención integral dirigidos a la población GLBT, evitando la culpabilización, la
discriminación y el rechazo a estos grupos. La experiencia acumulada a lo largo de 25 años
evidencian que la prevención, la atención y el apoyo en VIH/SIDA sólo pueden ser encaradas
de manera eficaz si se reconocen los derechos humanos, la dignidad y la diversidad de las
personas.
| 33
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
Capítulo 3:
El derecho a la alimentación
Evaluación Común de País
CCA 2006
El derecho a la alimentación abarca todos los aspectos necesarios para tener una suficiente
y adecuada ingesta de alimentos y un buen estado nutricional que permitan llevar una vida
sana y activa. De acuerdo con la norma constitucional, la seguridad alimentaria es un
derecho de la población considerado como un área estratégica de las políticas del Estado. Se
entiende por seguridad alimentaria la disponibilidad suficiente y estable de alimentos para
todos los habitantes, así como el acceso oportuno y permanente a estos por parte de los
consumidores (CRBV, artículo 305).
De acuerdo con la FAO (Cumbre Mundial sobre la Alimentación, 1996) la seguridad
alimentaria es la que garantiza que todas las personas tengan en todo momento acceso
físico y económico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus
necesidades alimenticias y sus preferencias con el objetivo de llevar una vida activa y sana.
La seguridad alimentaria comprende muchas variables: la disponibilidad de los alimentos
para el consumo humano; la capacidad económica de la población para adquirirlos y la
capacidad física de las cadenas de colocación para distribuir alimentos en el territorio; el
estado nutricional de la población y su capacidad de utilización biológica de nutrientes
contenidos en los alimentos, y la estabilidad de las variables anteriores, al igual que la
vulnerabilidad de la población ante situaciones extraordinarias.
Entre los años 2001 y 2002 el gobierno nacional estableció un marco jurídico sobre la
seguridad alimentaria siendo relevantes las siguientes leyes: Ley de Tierras y Desarrollo
Agrario; Ley de Mercadeo Agrícola; Ley de Crédito para el Sector Agrícola; Ley de Silos,
Almacenes y Depósitos Agrícolas; Ley del Fondo de Desarrollo Agropecuario, Pesquero,
Forestal y Afines (FONDAFA); Ley de Pesca y Acuicultura; Ley Especial de Asociaciones
Cooperativas y Ley de Creación, Estímulo, Promoción y Desarrollo del Sistema
Microfinanciero. De igual manera estableció la nueva institucionalidad pública agraria
creando el Instituto de Desarrollo Rural (INDER), el Instituto Nacional de Tierras (INTI) y la
Corporación Venezolana Agraria (CVA).
Hoy en día hay numerosos organismos que trabajan en beneficio de la seguridad alimentaria
entre los cuales se menciona el Ministerio de Agricultura y Tierras (con sus organismos
adscritos: Instituto Nacional de Tierras, Instituto Nacional de Desarrollo Rural, FONDAFA); el
Ministerio de la Alimentación; el Ministerio de Ciencia y Tecnología (Instituto Nacional de
Investigaciones Agrícolas); el Ministerio para la Economía Popular (Fundación CIARA); el
Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales; el Ministerio de Salud y el Ministerio de
Participación Popular y Desarrollo Social, los cuales pudieran ser muy efectivos en su
contribución a la seguridad alimentaria si trabajaran de manera coordinada y estuviera
determinada la misión de cada uno, lo que no siempre sucede.
El gobierno nacional ha facilitado también el acceso a los medios de producción a través
leyes y acciones que posibiliten el acceso a la tierra y al capital. En diciembre de 2001
| 34
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
aprobó la Ley de Tierras y Desarrollo Rural, con la finalidad de disminuir progresivamente las
desigualdades, incrementado el acceso al crédito agrícola a través de FONDAFA, que
representa la institución financiera más importante en el sector y que ha otorgado
aproximadamente unos 400 millones US$ para el año 2005.
Igualmente, con el fin de disponer de estadísticas más actualizadas y de mejor calidad que
reflejen de forma fiel la situación alimentaria del país, el gobierno venezolano está
mejorando la aplicación de la Encuesta de Seguimiento al Consumo de Alimentos (ESCA) y
la elaboración de las Hojas de Balances de Alimentos para el período 2004 y 2005, así como
también ha perfeccionado la utilización de los datos de la Encuesta Nacional de Presupuestos
Familiares 2005. Por su parte, la FAO está brindando asistencia técnica para mejorar la
calidad de la información estadística sobre alimentación y apoya la implantación del
Programa Especial de Seguridad Alimentaria (PESA), el más grande de Latinoamérica,
solicitado por el propio gobierno venezolano a la FAO. El PESA comenzó su ejecución el año
2002 para zonas rurales y fue extendido en 2003 a zonas urbanas y periurbanas.
La agricultura y la importación de alimentos
La estrategia del país para garantizar la seguridad alimentaria es desarrollar y privilegiar la
producción agropecuaria interna. Para ello, el Estado deberá dictar las medidas, obtener los
soportes financieros, comerciales, tecnológicos y formativos, así como las condiciones de
tenencia de la tierra y disponibilidad de infraestructura para alcanzar los niveles estratégicos
de autoabastecimiento. Así mismo, el Estado protegerá la actividad agrícola de las
desventajas de la economía nacional e internacional y dará especial protección a las
comunidades rurales y a los pescadores artesanales. En función de estas orientaciones
constitucionales, las grandes líneas de la política de seguridad alimentaria (cf. Hernández,
2006), son:
•
•
•
•
La intervención directa del Estado como agente económico, para garantizar la
provisión de alimentos básicos desarrollando un complejo agroindustrial y comercial
público integrado verticalmente en las principales cadenas agroalimentarias.
La participación de nuevos agentes económicos, surgidos del proceso redistributivo
agrario y apoyados por el financiamiento público, dando prioridad a las cooperativas
y organizaciones comunales.
La promoción del desarrollo endógeno por medio de redes productivas generadas a
partir de las potencialidades o recursos locales no aprovechados, por medio de la
participación de las comunidades organizadas bajo un esquema cooperativo y en el
marco del reforzamiento de la identidad cultural y el respeto al medio ambiente.
Los programas de desarrollo social en función del Desarrollo Rural Integral
especialmente dirigidos a la capacitación y la dotación de infraestructura y servicios.
La seguridad alimentaria en Venezuela está marcada por el hecho de que el país es
fundamentalmente urbano puesto que 87% de la población habita en ciudades. Esto implica
una creciente disminución de personas dedicadas a la producción de alimentos y una mayor
dependencia de la oferta y de la capacidad de compra para adquirirlos. Para el año 2002 la
agricultura representaba 4,6% del PIB (FAO, 2004) y apenas el 7% de la población
económicamente activa lograba satisfacer alrededor del 26% de la necesidades de
alimentación de la población.
En relación con el comercio alimentario el país tiene un comportamiento deficitario en su
balanza agrícola por un monto promedio anual de US$ 1.200 millones. Para el año 2002, el
| 35
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
país importó el 73,28%, de sus alimentos elaborados, así como también sus productos
básicos. Las importaciones de alimentos representaron 1,64% de PIB. De igual modo las
exportaciones de productos agrícolas y de la industria alimentaria representaron 1,18% de
las exportaciones totales en 2002 y 0,3% de PIB.
La disponibilidad de nutrientes y el estado nutricional de la población
Erradicación del hambre en el cumplimiento de los
ODM por Venezuela
En relación con el primer objetivo, meta 2, de reducir a la
mitad, entre 1990 y 2015 el porcentaje de personas que
padezcan hambre, los indicadores establecidos para
medir su alcance fueron el porcentaje de menores de 5
años con insuficiencia ponderal (UNICEF-OMS) y el
porcentaje de la población por debajo del nivel mínimo de
consumo de energía alimentaria (FAO).
En Venezuela, para el año 1990, el porcentaje de los
menores de 5 años con peso inferior moderado o grave
fue de 7,7% mientras la proporción de personas cuya
ingesta alimenticia no satisfacía los requerimientos
energéticos mínimos establecidos para la población
venezolana fue de 11%. La meta del milenio para
Venezuela es disminuir para el año 2015 la insuficiencia
ponderal en menores de 5 años a 3,85% y la prevalencia
de la subnutrición a 5,5%.
El país ha realizado grandes avances en la mejora de la
condición nutricional, en particular en la población menor
de 15 años. Según los parámetros establecidos por la
OMS la prevalencia de la desnutrición global (peso/edad)
en los menores de 5 años se encuentra en el nivel
catalogado como bajo en 4,64%, aunque ha mostrado
retrocesos durante los periodos 1996-1998 y 2003-2004.
Esto indica que Venezuela está a menos de un punto
porcentual del cumplimiento de esta meta y de continuar
la tendencia hacia la disminución observada a partir del
2004 la meta se alcanzará antes del 2015.
Para el año 2004 los suministros de
energía alimentaria alcanzaron las
2.196 calorías, que cubren 99,5%
de los requerimientos calóricos de
la población (cf. MSDS, 2005c:
Resultados de las Hojas de Balance
de Alimentos y sus Aplicaciones
2002-2004, INN) cuando por lo
general se estima que esta
disponibilidad debe ser entre 10%
y 20% superior al requerimiento
promedio. De ello se infiere que,
sin
tomar
en
cuenta
las
desigualdades
de
consumo
derivadas de las posibilidades de
acceso a recursos económicos, la
disponibilidad de alimentos para
2004 no satisfacía las necesidades
energéticas
promedio
de
la
población.
En cuanto a la disponibilidad de
proteínas
per
cápita
en
los
alimentos para el mismo año fue de
64,8 gramos diarios (99,7% del
valor de referencia). En cuanto a la
disponibilidad de micronutrientes
sólo detectaron deficiencias en
calcio, cuya disponibilidad cubrió el
42,2% de los requerimientos, y en
retinol (98,8%). Debe destacarse
que alrededor del 70% de los aportes nutricionales y energéticos se encuentran en tres
rubros considerados estratégicos: cereales, lácteos y carnes. Sin embargo, los principales
proveedores de energía fueron los cereales (38%), azúcares (16,9%) y grasas visibles
(17,9%). La distribución calórica de la dieta del venezolano está compuesta por 60% de
carbohidratos, 28% de grasas y 12% de proteínas, lo que se ajusta a las metas
internacionales establecidas.
La información contenida en el Informe SOFI 2006 (FAO, 2006) destaca que el porcentaje de
subnutridos de Venezuela se ha estabilizado en 18%, de acuerdo a cifras preliminares de la
FAO, luego de experimentar un crecimiento sostenido desde 1990 hasta 2002. Entre 19901992 y 2000-2002 el porcentaje de población subnutrida pasó de 11% a 17%, observándose
un aumento de sólo 1 punto porcentual en el período 2001-2003, tasa que no experimentó
crecimiento alguno en el período 2002-2004.
| 36
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
Se puede destacar también que el ritmo de crecimiento de la población subnutrida también
se ha desacelerado. En el período 2002-2004 el crecimiento de la población subnutrida fue
de 4,4% con relación al período 2001-2003, y ligeramente inferior a la registrada en 20012003 respecto del período 2000-2002, que fue de 4,6%. Durante el período 2002-2004 la
población afectada fue de 4,7 millones de personas.
CUADRO 2.1
NÚMERO DE PERSONAS SUBNUTRIDAS EN VENEZUELA
Fuente: FAO (varios años), El estado de la inseguridad alimentaria en el mundo.
Sin embargo, debilidades en la transmisión y difusión de información, comunicación y
educación en hábitos de higiene y de manipulación de los alimentos, hacen que la población
carezca de conocimientos precisos acerca de los riesgos de la inadecuada alimentación sobre
la salud pública. A pesar de los esfuerzos por crear un sistema de información estadístico
oportuno y confiable, todavía existe una brecha de información en relación a algunas
variables y estudios que señala la necesidad de replantear los indicadores y los sistemas de
información estadísticos para el monitoreo de los programas diseñados.
Desde el año 2003 el gobierno, con la Misión Mercal, puso en práctica un Programa
Nutricional de Máxima Protección que se instrumenta a través de 4.000 Casas de
Alimentación en las cuales se entrega una comida diaria a un total de 150 beneficiarios en
cada una, entre los cuales se encuentran niños/as, mujeres embarazadas, personas mayores
y personas en situación de indigencia y desempleo. Así mismo, para garantizar una
adecuada nutrición se ha elaborado una ley de protección a la lactancia materna que
establece las normas de suplementación con hierro y ácido fólico para la población de este
sector, aunque es necesario resaltar que dicha ley todavía se encuentra en etapa de revisión
por el Ministerio de Salud.
Otra medida de protección nutricional de más vieja data son los programas de
fortalecimiento y enriquecimiento de las harinas de maíz precocida y de trigo con algunos
micronutrientes como hierro, vitamina A, tiamina, niacina y riboflavina, en acuerdo con las
empresas distribuidoras privadas. Esto ha determinado que su disponibilidad media se haya
mantenido alta, sin perjuicio de la persistencia de bajos suministros en grupos vulnerables.
Existen sin embargo todavía deficiencias significativas en calcio. De igual manera, en la
actualidad se trabaja en la formulación de alimentos estratégicos para garantizar la ingesta
| 37
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
de micronutrientes relacionados con las deficiencias más comunes de la nutrición en salud
pública.
Igualmente, más recientemente se han diseñado políticas para medir los indicadores de
vulnerabilidad y desnutrición en el país ampliando el Sistema de Información y Vigilancia
Nutricional (SISVAN) a nivel local en conjunto con la Misión Barrio Adentro, el cual busca
obtener información de manera oportuna y confiable sobre la situación nutricional de las
comunidades.
Acceso y abastecimiento de los alimentos
La población económicamente activa para septiembre de 2006 era de 11 millones de
personas. De éstas, 45,2% labora en el sector informal. La tasa de desocupación para la
fecha fue de 9,5%. El salario mínimo actual en Venezuela es de 512.325 Bs/mes (238 US$)
el más alto de América Latina, pero éste apenas sobrepasa en 17% el costo de una canasta
alimentaria que es de 424.550 Bs/mes (197,46 US$).
El país ha mantenido altos niveles de inflación en las últimas décadas, aunque se observa
una tendencia hacia su desaceleración. En el sector alimentario la inflación reflejada en las
variaciones de precios en alimentos y bebidas en el año 2005 fue de 19,8% por encima del
índice general de precios. Esta tendencia se ha mantenido durante los últimos siete años.
El número de hogares pobres en Venezuela es un indicador del bajo nivel de accesibilidad de
alimentos en el país. Según la encuesta de seguimiento al consumo realizada por el Instituto
Nacional de Estadística (INE), los primeros cinco productos adquiridos por parte de los
hogares desde 2003 hasta 2005 fueron: harina de maíz, arroz, azúcar, aceite y pasta
alimenticia.
En política alimentaria se han instrumentado una serie de programas para facilitar el acceso
alimentario a los sectores populares, independientemente del nivel de ingreso. La
distribución de alimentos se hace a través de la Misión Mercal. Las compras nacionales e
internacionales las realiza la empresa estatal Corporación CASA para abastecer la Misión
Mercal.
La red de distribución de Mercal se ha desarrollado de manera acelerada y en la actualidad
cuenta con más de 14 mil puntos de venta que cubren alrededor del 70% de la población y
tienen la preferencia en compras de un 47% de ella. Mercal, además de distintos tipos de
tiendas, cuenta con una red de 106 centros de acopio. Los productos vendidos por Mercal
tienen un precio promedio de 13% por debajo de los precios regulados por el Ejecutivo.
Venezuela se orienta hacia la conformación de un sistema nacional de control de alimentos
con el fin de garantizar la inocuidad y calidad de los mismos, bajo el enfoque de
responsabilidades compartidas en toda la cadena alimentaria. Las políticas alimentarias
mejoran la gestión de riesgos en los productos agrícolas, al igual que la aplicación de
normas de calidad conocidas como Buenas Practicas Agrícolas (BPA), Buenas Prácticas de
Fabricación (BPF), Procedimientos Normalizados Operativos de Saneamiento (SSOP),
Rastreabilidad, Control de los Procesos y Sistema de Análisis de Peligros y Control de Puntos
Críticos (HACCP).
No hay duda de que son muy importantes los esfuerzos realizados por la actual
administración para desarrollar los programas de seguridad alimentaria y equidad social. Sin
| 38
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
embargo, la falta de planificación en algunos casos, y la descoordinación entre los distintos
entes públicos en otros, ha mermado su eficacia económica y social. Es así como se
evidencia que han sido diseñados numerosos planes para lograr la seguridad alimentaria,
pero ellos han sido ejecutados de manera parcial. En este sentido es necesario retomar el
carácter integral de la seguridad alimentaria con la participación de todos los sectores y
actores involucrados y crear mecanismos y sistemas operativos que permitan coordinar las
acciones, aumentar la inversión en este ámbito y hacerla más eficiente.
| 39
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
Capítulo 4:
El derecho a la educación
Evaluación Común de País
CCA 2006
La educación comprende el aprendizaje y la apropiación de conocimientos y saberes de
información y comunicación, desde una visión integradora, abierta y democrática, acorde
con los contextos culturales y sociales de cada persona y comunidad. Estos son elementos
esenciales para el desarrollo expresivo, creador y transformador de los seres humanos en su
relación con el mundo y la sociedad.
Por mandato constitucional, en Venezuela la
educación es un derecho humano y un
deber social. Se considera un servicio
público de carácter democrático, gratuito y
obligatorio para todos/as las personas,
desde la etapa maternal hasta el nivel
medio diversificado. Este derecho debe
ejercerse
con
garantías
de
calidad,
integralidad, permanencia, en igualdad de
condiciones y oportunidades, respetando
todas las corrientes del pensamiento y
orientada hacia el desarrollo del potencial
creativo de cada ser humano y el pleno
ejercicio de su personalidad (CRBV, artículo
102).
Metas de los ODM en la educación
venezolana para el año 2015
Los compromisos internacionales asumidos por
Venezuela en educación respecto de los Objetivos
de Desarrollo del Milenio y la Declaración
Educación para Todos (Jomtien y Dakar) son:
1. En 2015 todos los niños y niñas deben haber
completado el ciclo de Educación Básica.
2. Alcanzar un crecimiento interanual sostenido
de 5% de la matrícula en Educación Inicial.
3. Haber mantenido la tendencia de crecimiento
de la tasa neta de escolaridad en Educación
Media, Diversificada y Profesional.
4. Expandir en 50% la alfabetización de adultos.
5. Brindar educación gratuita y obligatoria de
La educación abarca las experiencias
calidad, y mejorar la calidad de la lectura y
socioeducativas, la alfabetización y el
escritura, aritmética y competencias prácticas en
dominio del lenguaje, el desarrollo de
el aprendizaje.
competencias tanto en habilidades como en
capacidades,
la
adquisición
de
Fuente: MPD, 2004, p. 42.
conocimientos técnicos, humanísticos y
científicos, la formación y la capacitación
para el trabajo, así como la educación ciudadana en el sistema formal y en la participación.
Una de las prioridades del Estado venezolano es el desarrollo del sistema educativo,
propósito que se refleja en el aumento de las coberturas y la inversión pública, como parte
de los compromisos asumidos por el país con los objetivos de desarrollo del milenio (ODM) y
los compromisos de Jomtien y el Foro Mundial de Dakar, contenidos en la Declaración de
Educación para Todos.
El análisis del sector por niveles permite afirmar que el mayor logro educativo en Venezuela
se encuentra en la educación básica, cuyas coberturas alcanzaron el 95% entre el primero y
| 40
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
sexto grado, y el 80% entre el séptimo y noveno grado para el período 2002-2003. En
segundo lugar, se ubica la educación inicial y preescolar que para el período escolar 20042005 alcanzó una tasa neta de 52% entre los niños de 3 a 6 años. La mayor fragilidad del
sistema sigue estando en la educación media diversificada y profesional, que pese a su
evolución positiva sólo alcanzó una tasa neta de 30,6% para los años 2004 y 2005.
Otro aspecto relevante en los últimos años es la incorporación –por medio de las misiones
educativas– de los jóvenes y adultos que se encontraban excluidos del sistema escolar. De
esta manera, la Misión Robinson logró la alfabetización de cerca de 1.500.000 personas, lo
que hizo que en el año 2005 el gobierno nacional declarara al país libre de analfabetismo. No
obstante, Venezuela aún tiene un déficit importante en materia de formación de recursos
humanos, que se expresa en el bajo promedio de escolaridad de la población general el cual
alcanza los 8,9 años. Respecto de este promedio nacional las mujeres poseen una
escolaridad ligeramente superior, calculada en 9,2 años.
La educación en el país es fundamentalmente pública y la mayor oferta de los servicios se
concentra en el área urbana. La participación femenina es mayor en todos los niveles
educativos, sin embargo hay todavía problemas de calidad, así como estereotipos y
discriminación hacia las niñas. Entre las brechas más importantes destaca la alta deserción
de los y las adolescentes, la baja escolaridad de los niños/as indígenas y de aquellos que
viven en zonas de frontera así como en ciudades con menos de 200.000 habitantes, donde
la oferta educativa es todavía limitada.
En el marco del derecho a la educación se han aplicado una serie de medidas dirigidas al
aumento de la matrícula en las escuelas públicas, el programa alimentario escolar, la
ampliación progresiva de las escuelas de turno completo y los centros de educación inicial en
sus diferentes modalidades, como los centros de educación inicial llamados “Simoncitos”.
Como una estrategia complementaria a la educación básica, actualmente el gobierno está
desarrollando los Centros Bolivarianos de Informática y Telemática (CBIT). Los esfuerzos
realizados se observan en el incremento de la inversión pública educativa, que representó el
38% del gasto social y el 4,2% del PIB para el año 2005 (MPD/SISOV, 2005).
La educación inicial
La educación inicial es de particular importancia para el desarrollo de las capacidades de la
primera infancia, así como el aprestamiento necesario de los niños y niñas que iniciarán el
primer grado de la educación básica en condiciones más adecuadas.
Desde 1980 la matrícula del nivel preescolar ha ido en aumento: para 2002 existía una red
de cerca de 11.800 preescolares a nivel nacional y la cobertura se ha duplicado en los
últimos 20 años, de 412.000 alumnos (1981-1982) a 882.000 (2002-2003) (cf. MED,
Memoria y Cuenta, varios años). Para 2004-2005 existían 974.900 niños y niñas
matriculados en el preescolar y 282.00 niños y niñas en los centros denominados HOGAIN
atendidos por SENIFA, lo que significa que la tasa neta de escolaridad inicial de niños y niñas
de 3 a 6 años es aproximadamente 52%. Los servicios de educación preescolar en el país
son urbanos en un 77% y públicos en 82% (MED, Memoria y Cuenta 2004-2005), con
distintas modalidades de atención en el marco del proyecto “Simoncito”.
A pesar de estos avances, se puede afirmar que la matrícula de la educación preescolar
evoluciona con menos intensidad que la matricula de la educación básica, debido a la
persistencia de factores que impiden el pleno acceso de los niños y niñas en áreas
| 41
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
periurbanas y rurales. La educación preescolar tiene mayor cobertura en áreas urbanas
concentradas, especialmente en grandes ciudades como Caracas, Maracaibo y Valencia.
CUADRO 4.1
LINEAMIENTOS GENERALES DEL SISTEMA EDUCATIVO BOLIVARIANO
Educación
Inicial:
Simoncito
Educación
Básica
primaria:
Escuelas
Bolivarianas
Educación
media y
diversificada:
Liceos
Bolivarianos
Escuelas
Técnicas
Robinsonianas
Universidad
Bolivariana
La educación inicial es el primer nivel dentro del sistema de educación
bolivariana y se desarrolla mediante el programa “Simoncito”. En éste, se
concibe a la familia como el primer escenario de socialización e incluye
modalidades de atención convencional y no convencional. Su objetivo es
asegurar el derecho a la educación integral y de calidad a los niños y niñas entre
0 y 6 años de edad, en un marco de equidad y justicia social, a través de
condiciones sociales, educativas y nutricionales que permitan a la niñez crecer y
desarrollarse plenamente y procurar su nivelación antes de ingresar al primer
grado.
La educación básica primaria es el segundo nivel educativo y comprende del 1°
al 6° grado a través de las “Escuelas Bolivarianas”, definidas como espacios
para la salud y la vida a partir de la concepción de la educación como “un
continuo humano” que se inicia desde los 0 años de edad de los niños y niñas
hasta la adultez. Estas escuelas incluyen una jornada escolar completa, la
flexibilización del currículo y el cambio de paradigma de la supervisión de la
conducta punitiva hacia la orientación, acompañamiento, control y evaluación
del proceso educativo. Es una escuela transformadora de la sociedad que
profundiza la identidad nacional, la participación, la formación crítica, la
integración a la comunidad y el arraigo a la historia, valores y costumbres
nacionales.
La educación media en el nuevo modelo de educación bolivariana es atendida a
través de dos modalidades:
• Los Liceos Bolivarianos, son centros de educación media que atienden a los
adolescentes y jóvenes entre los 13 y 18 años de edad. Contempla 5 años de
formación, que corresponden a los grados 7°, 8º y 9° de educación básica y el
1° y 2° año de educación media diversificada. En estos liceos se propone un
programa formativo más flexible, ajustado a las realidades locales y el cual
garantice continuidad de formación. En este sentido, los liceos son definidos
como un espacio para la producción y la productividad, la paz, la innovación
pedagógica, la creación y creatividad, la salud y la vida, la comunicación
alternativa y la innovación tecnológica, además de constituirse en un centro del
quehacer comunitario. Comprende áreas de conocimiento en lugar de materias y
la construcción de proyectos en lugar de contenidos. Plantea además la creación
de centros de recursos para el aprendizaje, centros ambientalistas y el séptimo
bolivariano.
• Las Escuelas Técnicas Robinsonianas están orientadas a la formación de los
jóvenes en oficios necesarios para el desarrollo endógeno de su comunidad y
municipio y les permita la inserción en el proceso productivo. Su enfoque se
centra en la importancia de la educación y el trabajo como procesos
fundamentales para alcanzar la defensa y el desarrollo de las personas, así
como la construcción de una sociedad justa y pacífica.
La educación superior se orienta a potenciar la sinergia institucional y la
participación comunitaria para garantizar el acceso a la educación universitaria a
todos los bachilleres sin cupo y transformar la condición de excluidos del
subsistema de educación superior.
| 42
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
Para alcanzar una cobertura plena de calidad es necesario que las políticas educativas
presten particular atención a las necesidades diferenciadas de los niños de 0 a 3 años y de 4
a 6 años, enfatizando el desarrollo de modalidades alternativas para la primera etapa,
orientadas a fortalecer las capacidades de la familia para la atención integral de la niñez. En
el caso de los niños de 4 a 6 años, tiene mayor relevancia la oferta de servicios preescolares
de calidad orientadas a universalizar el acceso y permanencia de éstos en el sistema escolar.
La educación básica
Venezuela ha mostrado avances significativos en la universalización de la educación básica,
con diferentes ritmos de crecimiento en las últimas tres décadas. Durante los años ochenta
la matrícula apenas creció en 1,9% y en los noventa se produjeron retrocesos en la
cobertura. A lo largo de ese decenio, las tasas netas de matrícula del primer grado
mostraron un deterioro, pasando de 87,2% en 1990 a 80,6% en el período 1998-1999, con
una fuerte caída en la oferta educativa pública. Las tasas netas de matrícula de la tercera
etapa de educación básica (7º a 9º grado) arrojaron que menos de la mitad de los
adolescentes entre 13 y 15 años lograron tener acceso a ese nivel, sin grandes variaciones
durante los años noventa, calculándose entre 45% y 47% los porcentajes de cobertura
(OCEI/UCAB/UNICEF, 2001). El descenso en la matrícula escolar para esos años ha sido
atribuido a la crisis en el gasto público. En efecto, el gasto en educación como porcentaje del
PIB se mantuvo alrededor del 3,5%, bajando a 2,1% en el año 1996.
A partir del año 1999 la matrícula del sistema escolar retoma su tendencia al crecimiento
que por más de 30 años había sido considerado el más inclusivo de América Latina. Entre los
años 2004 y 2005 se incrementó la matrícula de educación básica en 11% y la tasa neta de
cobertura pasó de 82,8% en 1998-1999 a 90,7% en 2004-2005. La cobertura de la
educación básica muestra que en este nivel es donde el país tiene mayor fortaleza.
Actualmente se cuenta con más de 25.000 escuelas, de las cuales 83% son públicas y 17%
son privadas. En las zonas rurales e indígenas las escuelas son predominantemente públicas
y las privadas sólo representan 2% (MED, Memoria y Cuenta, varios años, citado por
MPD/UNICEF, 2005).
Los avances significativos en educación básica no sólo se reflejan en el acceso sino también
en la permanencia escolar, aun cuando todavía no se puede hablar de una plena
universalización. Hasta 1994-1995 la repitencia en educación básica había mostrado una
tendencia creciente y en esos años fue de 13%. A partir de 1998-1999 la repitencia mostró
un moderado descenso hasta ubicarse en 7,6% durante los años 2004-2005, siendo más
baja en las niñas (5,9%). Así mismo la deserción escolar, que había estado por encima de
12% para 1994-1995, bajó considerablemente a poco más del 4% entre los años 2003 y
20049.
Los avances más importantes en matrícula se concentran en los primeros seis grados, donde
la tasa neta superó 95% en el período 2002-2003, con diferencia de apenas un punto más
favorable para las niñas. La tasa neta de escolaridad del 7° al 9° grado de educación básica
es más baja, aunque ha tenido en los últimos años incrementos significativos al haber
9
La información de 1994-1995 procede del documento “La EPT Evaluación 2000: Informes de Países:
Venezuela” (www2.unesco.org/wef/countryreports/venezuela/rapport_1.html) y la información 20032005 son cálculos propios basados en las estadísticas oficiales del MED y las proyecciones de población
del INE.
| 43
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
pasado de menos de 50% en 1998-1999 a más de 80% en 2002-2003, con una situación
significativamente más favorable para las adolescentes.
A pesar de los altos promedios nacionales en la cobertura de la educación básica, existen
aún inequidades en la educación de la niñez indígena. Según la información del Censo 2001
se estima que la asistencia escolar de los niños/as indígenas entre 7 y 14 años es
aproximadamente un 20% más baja que el promedio del país. Se presume que también
existe un déficit de cobertura en las comunidades rurales afrodescendientes (UNICEF,
2006). A esto se suman las limitaciones de los contenidos y las metodologías pedagógicas
que no responden adecuadamente a la diversidad cultural y lingüística de los pueblos
indígenas, afrodescendientes y de las comunidades rurales del país.
GRÁFICO 4.1
TASAS DE ASISTENCIA ESCOLAR DE NIÑOS Y NIÑAS ENTRE 7 Y 14 AÑOS
Fuentes: Censo del Población 1990 y 2001; Censo indígena 1992.
La educación media diversificada
Este es el nivel con mayor fragilidad del sistema educativo venezolano, tanto por la aún baja
cobertura como por la alta tasa de deserción que se advierte en los últimos grados de la
educación básica. Como en todos los niveles educativos, la mayor parte de la matrícula del
ciclo medio sigue siendo pública con más del 70% para 2002-2003. Sin embargo, un tercio
de los planteles son privados.
Para el año escolar 2001-2002 la tasa neta de escolaridad media diversificada era de 23,7%
y aumentó a 30,6% para el año 2004-2005, con cerca de 43% de participación femenina y
34% de participación masculina. La deserción escolar sigue siendo alta: 11,6% para los años
2003-2004. Así mismo, las tasas de repetición son mayores en los niños (4%) que en las
niñas (2,7%). Se calcula que aproximadamente cerca de 1.000.000 de adolescentes entre
15 y 17 años están fuera del sistema educativo formal.
Según la CEPAL, para el año 2000, se requería un mínimo de 10 a 13 años de educación
formal para contar con buenas probabilidades de no caer o de seguir en la pobreza. Por lo
tanto, urge incrementar el acceso y la inclusión a la educación media que no sólo permitirá
el acceso a mejores empleos, sino que además juega un rol protector e incrementa las
| 44
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
capacidades de los adolescentes para tomar decisiones informadas y evitar riesgos de
diversa índole (CEPAL/UNICEF, 2006).
Entre los factores más relevantes que pueden estar afectando el acceso universal en
educación básica, media y diversificada de los niños, niñas y adolescentes se pueden
mencionar los siguientes:
•
•
La insuficiente oferta que persiste en algunos planteles educativos, particularmente
los ubicados en área rural dispersa, municipios de frontera, comunidades indígenas y
ciudades pequeñas, que no ofrecen todos los niveles y grados de la educación básica,
especialmente a partir del séptimo grado.
Los factores sociales y culturales, como la falta de documentos de identidad y/o
escolaridad, la nupcialidad temprana, el embarazo adolescente, la violencia en la
comunidad y la escuela, así como la incorporación temprana de la niñez al trabajo
doméstico y no doméstico, acentuado en familias de escasos recursos en general y
en las niñas en particular que asumen las tareas domésticas no remuneradas.
A estos factores se deben sumar los aspectos de calidad que pueden disminuir la retención
escolar de la niñez y la adolescencia en el sistema educativo. En este sentido, la falta de
adecuación de los contenidos a los requerimientos del mercado laboral, el bajo rendimiento,
la calidad del desenvolvimiento de los docentes en el aula, los contenidos sin suficiente
actualización y con poca relación con la visión de los jóvenes podrían contribuir a la
deserción de los estudiantes especialmente de estratos pobres. El fracaso escolar se debe en
parte a la ausencia de esfuerzos que contribuyan a mejorar la autoestima de los escolares.
Ello crea las condiciones para que la niñez y adolescencia sean excluidas del sistema escolar,
con el peligro de que la calle se convierta en el único medio de socialización accesible
(Espíndola y León, 2002).
| 45
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
Capítulo 5:
Los derechos de las mujeres y
la igualdad de género
Evaluación Común de País
CCA 2006
La situación de las mujeres venezolanas ha venido transformándose aceleradamente durante
las últimas décadas producto de significativos cambios en los aspectos sociodemográficos
como la reducción de la fecundidad, el aumento de la esperanza de vida, el mejoramiento de
los servicios básicos, el incremento de las oportunidades de acceso a la educación y
participación en la estructura económica así como avances en el marco institucional y
legislativo, reconocidos como impostergables para el logro de la igualdad de género. De ahí
que la Constitución de 1999, redactada desde una perspectiva de género, garantiza –entre
otros derechos– las medidas de acción positiva, reconoce el valor agregado del trabajo
doméstico, el derecho a decidir libre y responsablemente el número de hijos/as y a ejercer
acciones para atender las reivindicaciones más importantes en materia de derechos de las
mujeres e igualdad de oportunidades (CRBV, artículos 21, 83 y 76).
La educación en las mujeres
Venezuela no presentará mayores dificultades para alcanzar el cumplimiento de la Meta 4 de
la Declaración del Milenio, referida a la eliminación de las disparidades de género en la
educación primaria y secundaria. Para el período escolar 2003-2004 se produjo un aumento
de la matrícula tanto de niñas (53,5%) como de niños (53%) en preescolar, así como en la
educación básica tanto para las mujeres (98,4%) como para los hombres (97,2%)
situándose actualmente la proporción en 101 mujeres por cada 100 hombres. Durante los
últimos tres años se ha producido un incremento en la matriculación de estos niveles
(primaria y secundaria) lo que junto a un significativo descenso de la deserción escolar, la
aplicación de políticas sociales en educación y un significativo aumento de la inversión a
través de las Misiones Educativas Ribas y Sucre, permite decir que la meta está muy cerca
de ser alcanzada.
En la educación superior, la meta se alcanzó en la matriculación, pero en cuanto a las
especialidades existen aún importantes discrepancias. En ciencias sociales, salud, educación,
letras y artes el número de mujeres supera al de los hombres mientras que en las
ingenierías y carreras técnicas la preponderancia es masculina.
| 46
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
CUADRO 5.1
MATRÍCULA, NUEVOS INSCRITOS Y
Área de conocimiento
Ciencias básicas
EGRESADOS EN LAS UNIVERSIDADES SEGÚN ÁREA DE CONOCIMIENTO, AÑO
Total
Matrícula
Mujeres
Hombres
Total
2000
Egresados
Mujeres
Hombres
6.069
1.985
4.084
250
101
149
86.138
34.667
5.1471
6.909
2.606
4.303
12.749
4.293
8.456
1.126
348
778
Ciencias de la salud
34.292
17.947
16.345
5.783
2.695
3.088
Ciencias de la educación
96.210
61.108
35.102
14.882
10.009
4.873
166.893
87.663
79.230
17.032
9.027
8.005
7.806
1.583
6.223
464
145
319
Ingeniería, arquitectura
y tecnología
Ciencias del agro y del
mar
Ciencias sociales
Humanidades, letras y
artes
Fuente: Oficina de Planificación del Sector Universitario-OPSU, 2003.
Sin embargo persisten aún discriminaciones en el ámbito de los contenidos curriculares que
fortalecen los estereotipos culturales y mantienen obstáculos especialmente para el
empoderamiento de las mujeres y de las niñas. Por eso se requiere de esfuerzos en la
aplicación de programas que eduquen hacia la igualdad, con el fin de lograr mayores
oportunidades que se transformen en mayor acceso a trabajos productivos, mejores
ingresos y proyectos de vida que demoren, entre otros, la edad de inicio de la maternidad.
La participación política y cargos de decisión
El año 1999 marca un importante hecho histórico para el avance de los derechos de las
mujeres en Venezuela. La nueva Constitución visibiliza a las mujeres través del uso de un
lenguaje no sexista a lo largo de todo su articulado y además de que incluye los derechos
sexuales y reproductivos y el reconocimiento del valor agregado del trabajo doméstico
(CRBV, artículos 76 y 88).
En cuanto a la participación de las mujeres en política, tanto en los cargos de elección
directa como en la Asamblea Nacional, la tendencia ha experimentado un ligero aumento
pero la brecha entre mujeres y hombres sigue siendo muy amplia. En la Asamblea Nacional,
para el período 2006-2011, sólo 25% de la representación corresponde a mujeres, de las
cuales apenas 18% fueron elegidas como principales.
A nivel electoral, la resolución Nº 050401-179 del Consejo Nacional Electoral (CNE)
mediante la cual se exige a las organizaciones con fines políticos, así como a los grupos
electorales, conformar la postulación de sus candidatas/os de forma alternativa y paritaria,
es una medida de acción positiva que garantizará en cierta manera mayor participación de
las mujeres en la escena política.
Es importante señalar que el actual Poder Electoral está compuesto por tres mujeres como
rectoras principales, que en la presidencia del legislativo también está una mujer y que en el
poder judicial y en el Tribunal Supremo de Justicia 31% son magistradas (10 de 32).
| 47
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
Sin embargo, la situación actual está muy lejos de ser representativa y de corresponder con
la importancia poblacional de las mujeres y el mandato del texto del artículo 21 de la
Constitución. Una meta inmediata sería la de aumentar los porcentajes de mujeres en los
poderes legislativos, nacionales regionales y locales (concejalas, gobernadoras, alcaldesas)
para lo cual es necesario actuar mejorando los esfuerzos de representación en los partidos
políticos.
La incorporación al trabajo productivo
La proporción de mujeres venezolanas incorporadas a la fuerza de trabajo en los últimos
veinte años ha sido creciente y sostenida. Entre 1990 y 2005 la tasa de actividad económica
de las mujeres pasó de 35,6% a 55,2%. Las participaciones relativas para el año 2005
indican 40% de mujeres y 60% de hombres. Sin embargo, esta incorporación se ha dado en
condiciones de desigualdad. Otro elemento que muestra la desventaja de las mujeres en el
ámbito laboral sería la tasa de desocupación abierta, que es mayor para las mujeres (13%
frente a 10,8%), así como el tiempo que éstas tardan en conseguir un nuevo empleo.
Precisamente, mientras en 2005 los hombres tardaban en promedio 9,45 meses en situación
de desempleo, una mujer tardaba 20,62 meses, más del doble. Por otro lado, en los últimos
años ha habido una tendencia a la precarización del empleo femenino en sectores de bajos
salarios, malas condiciones de trabajo y carentes de seguridad social como ocurre con el
trabajo informal, el trabajo a domicilio y el trabajo a tiempo parcial, donde la mayoría de las
personas que los ejercen son mujeres. Se observa que el peso del trabajo informal es cada
vez mayor entre las trabajadoras respecto de los trabajadores hombres. Entre 1990 y 1998,
el trabajo informal entre las trabajadoras pasó de 19,2% a 35,0%, mientras que en los
hombres la variación fue mucho menor, de 24,8% en 1990 a 28,2% en 1998. Las
trabajadoras del servicio doméstico (incluidas en el sector informal de la economía)
representan 12% de la fuerza de trabajo femenina en condiciones de trabajo precarizadas.
El gobierno nacional ha instrumentado una serie de programas sociales, entre ellos la
creación del Banco de Desarrollo de la Mujer (2001), la organización en cooperativas y la
Misión Vuelvan Caras, que fomentan la participación activa de las mujeres para la obtención
de un ingreso a través de los micro-créditos, especialmente dirigidos a las mujeres más
pobres.
GRÁFICO 5.1
DISTRIBUCIÓN DE LOS OCUPADOS POR SEXO
Fuente: cálculos propios con base en datos de la Encuesta de hogares por muestreo.
| 48
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
No obstante, razones de género permanecen detrás de esta desigualdad que trae como
consecuencia:
•
•
•
•
Iniciación temprana en las relaciones sexuales y la maternidad.
Más hijos e hijas de los que desearían tener, con mayor riesgo de sufrir desnutrición
y enfermedades evitables, y más altos índices de muertes producidas por causas
relacionadas con el embarazo y el parto.
Doble jornada, trabajo doméstico no remunerado, siendo ésta una actividad
reproductiva por la que no perciben ingresos, lo que les impide satisfacer de manera
autónoma sus necesidades básicas, haciéndolas económicamente dependientes y por
lo tanto más vulnerables a la pobreza.
Menores oportunidades para insertarse en el mercado de trabajo, desempeñándose
en los segmentos más precarios del sector informal, con bajas remuneraciones,
incluso inferiores a la remuneración percibida por los hombres. Cuando trabajan con
remuneración no se liberan del trabajo doméstico lo que aumenta la carga total de
trabajo.
La violencia contra las mujeres
La violencia contra las mujeres, entendida como “cualquier acción o conducta, basada en su
género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto
en el ámbito público como en el privado” (Belem Do Pará) sigue siendo una de las más
profusas formas de discriminación que encontramos en Venezuela. Dada la dispersión de la
información y el sub-registro de los casos, junto a la ausencia de coordinación entre
organismos públicos y privados, es difícil dar cifras sobre la dimensión de este problema a lo
largo del tiempo.
El Instituto Nacional de la Mujer (INAMUJER), órgano rector de las políticas de igualdad,
desde su creación hace siete años ha mantenido una política institucional de prioridad a la
atención de este problema. Una de sus más importantes medidas es la creación de una línea
telefónica para denuncias, “0-800 Mujeres”, que ha recibido hasta el presente 22.372
llamadas, que reportan en su mayoría agresiones psicológicas y físicas hacia las mujeres por
parte de sus parejas.
INAMUJER informó que para el año 2004 se recibieron 2.895 llamadas, de las cuales 71,4%
referían casos de violencia. De estas últimas, 91% eran casos de violencia intrafamiliar, casi
siempre (70%) ocasionados por la pareja o ex-pareja. Una segunda fuente, el Boletín
Violencia en Cifras (CEM-UCV), apunta que en el 79% de los casos el agresor es la pareja.
Las diferentes fuentes coinciden en que el rango de edades tanto de agresores como de las
agredidas o agredidos se mueve entre los 20 y 40 años.
Desde 1998 y con la promulgación de la Ley sobre la Violencia contra la Mujer y la Familia,
tanto los institutos gubernamentales como las ONG comienzan a trabajar, de manera
sostenida y articulada, para instrumentar medidas de sanción, atención y prevención con la
finalidad de reducir la violencia. La Ley Orgánica por el Derecho de las mujeres a una vida
libre de violencia, de muy reciente aprobación, mejora el marco legal de protección de los
derechos de las mujeres, pues incluye no sólo la violencia doméstica y/o de pareja, sino
todas las otras formas de violencia existentes como la sexual, la patrimonial, la obstétrica, la
laboral, que también –aunque en menor magnitud– siguen estando presentes en la sociedad
venezolana.
| 49
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
Además, se ha habido también otros adelantos institucionales en materia de atención y
prevención de la violencia hacia la mujer, como la creación de la División contra la Violencia
a la Mujer y la Familia, en el CICPC (Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y
Criminalísticas) en el año 1999, y la creación de la Defensoría Nacional de los Derechos de la
Mujer, en el año 2002.
INAMUJER también ha realizado algunos avances significativos en la materia, dentro de los
cuales se puede señalar el Plan Nacional de Prevención de la Violencia hacia la Mujer 20002005 y la puesta en marcha de las Casas de Abrigo, donde el Estado presta asistencia a las
mujeres (y sus hijos e hijas) víctimas de violencia y donde reciben atención psicológica,
jurídica y pedagógica por parte de un equipo multidisciplinario. Actualmente funcionan dos
Casas de Abrigo a nivel nacional.
Entre los obstáculos más difíciles de vencer se encuentra el de visibilizar el problema con
cifras. El país cuenta con iniciativas muy frágiles como son las estadísticas sobre los casos
atendidos por la Defensoría Nacional de los Derechos de la Mujer, las denuncias registradas
por la línea 800 de cobertura nacional, así como el Boletín Violencia en Cifras del Centro de
Estudios de la Mujer de la Universidad Central de Venezuela, y las recogidas por el
Departamento de la Comisión de Investigaciones Científicas y Criminalísticas. También el
Ministerio de Salud ha presentado estadísticas de casos de violencia doméstica atendidos,
pero no están articuladas ni sistematizadas. En cualquier caso, para confirmar estas
tendencias haría falta desarrollar un sistema de recolección de información representativo a
escala nacional con el fin de realizar estudios en profundidad.
Igualmente, es altamente probable que se estén obviando algunos perfiles importantes
sobre el desarrollo y las tendencias del problema. Sin lugar a dudas, el fenómeno pudiera
ser más complejo en cuanto a estratos sociales y ámbitos geográficos se refiere, puesto que,
más allá de los grandes promedios, hay que considerar una cantidad de casos no reflejados
en los datos.
Si bien la tendencia de la violencia doméstica pareciera ser del hombre hacia la mujer dentro
de las relaciones de pareja, combinando violencia física con violencia psicológica, hace falta
afinar la información para poder capturar las diferencias. Algunas informaciones señalan la
existencia de patrones de violencia en las relaciones de noviazgo y la reproducción de
patrones violentos aprendidos por agresores que fueron agredidos. Igualmente será
necesario apoyar un trabajo eficiente sobre la identificación y erradicación de los patrones
socioculturales que perpetúan relaciones de poder de los hombres contra las mujeres.
Actualmente existe la posibilidad de instrumentar en el país encuestas demográficas y de
salud, en las cuales ya se ha probado la incorporación de un módulo para medir las
diferentes formas de violencia: violencia sexual, violencia en el hogar, incluso la existencia
de sentimientos de culpabilidad por parte de las mujeres, en el caso de la violación sexual,
así como el uso de medios legales y conocimiento de lugares donde realizar la denuncia.
Todo ello favorecerá la identificación y tendencias del problema y los diferentes perfiles de
violencia con el fin de elaborar políticas públicas que busquen resolver y erradicar esta forma
de violación de los derechos humanos.
Hacia la erradicación de las desigualdades
Los avances se expresan de manera desigual. Las mujeres más pobres reciben menores
ingresos, alcanzan menor nivel educativo y habitan en zonas marginales y rurales, por lo
| 50
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
que muestran marcadas desventajas en su calidad de vida. Hay un aumento de la
proporción de hogares pobres con jefatura femenina. Estos hogares son en extremo
vulnerables lo cual contribuye a mantener los patrones socioculturales tradicionales que
perpetúan la desigualdad entre mujeres y hombres.
El gobierno venezolano ha desarrollado un conjunto de políticas públicas que busca cubrir los
déficit sociales acumulados a través de la estrategia de inclusión social de la mayor parte de
la población que vive en situación pobreza. La creación de un marco institucional de equidad
de género ha estado a cargo de INAMUJER, institución que ha desarrollado el Plan de
Igualdad para las Mujeres (2005-2009), que centra su compromiso en acciones que velan
por el ejercicio de los derechos de las mujeres. Es importante señalar como muestra de
vocación política para la superación de las inequidades el aumento considerable que ha
tenido INAMUJER en su presupuesto desde su creación en el 1999, pasando de 228 millones
de bolívares a 5 mil millones en 2005.
Así mismo, INAMUJER trabaja con el Instituto Nacional de Estadística (INE) en la
transversalización de la perspectiva de género a fin de producir indicadores eficientes en la
medición de las inequidades y con el Ministerio de Finanzas actualmente lleva adelante la
incorporación del enfoque de género en el presupuesto nacional.
En cuanto a la participación ciudadana de las mujeres venezolanas, desde 1999 hasta hoy
ha sido masiva. Esto se observa con la creación de puntos de encuentro y la participación de
las mujeres en organizaciones sociales como las mesas técnicas de agua, comités de tierras,
comités de salud, impulsándolas hacia el ejercicio de la participación en todos los ámbitos de
la vida pública.
| 51
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
Capítulo 6:
El derecho a la seguridad
ciudadana
Evaluación Común de País
CCA 2006
Si bien la inseguridad se encuentra presente en todas las sociedades, existen situaciones y
circunstancias que la incremetan o la reducen. Esta es una materia que preocupa a amplios
sectores de la ciudadanía y, a la vez, un tema altamente sensible y complejo, por cuanto no
existe acuerdo ni político ni técnico sobre el estándar de seguridad esperada o buscada, y
menos sobre el nivel de inseguridad que una sociedad puede tolerar.
El concepto de seguridad ciudadana está íntimamente relacionado con la violencia, sin
embargo, la seguridad ciudadana no se circunscribe a la ausencia de violencia. En el marco
jurídico venezolano, la seguridad ciudadana es un derecho humano reconocido en la
Constitución donde se expresa que el Estado debe velar por la protección de las personas
ante situaciones de amenaza, vulnerabilidad o riesgo para su integridad física, sus
propiedades, el disfrute de sus derechos y el cumplimiento de sus deberes, a través de los
órganos de seguridad ciudadana regulados por ley.
Para la Organización de Estados Americanos (OEA), en su Declaración de Montrouis (1995)
la seguridad ciudadana es entendida como la seguridad de todas las personas sujetas a la
jurisdicción de un Estado. La seguridad de las personas constituye una pieza clave que incide
en el desarrollo de la sociedad y en la garantía democrática de un Estado, junto con otros
elementos esenciales tales como la existencia de instituciones democráticas y el estado de
derecho.
El tema de la violencia no está contemplado en las metas del milenio, por lo que no existen
metas fijadas. Sin embargo, su estudio no debe pasar desapercibido, puesto que está
demostrado que la criminalidad, la impunidad y la deficiencia de los sistemas judiciales y
policiales afectan el normal desenvolvimiento de la vida de las sociedades, amenazan la
consolidación de las democracias, deterioran los niveles de vida de la población e impiden la
vigencia plena de los derechos humanos y garantías de las personas.
El aumento de la violencia y la inseguridad entre los habitantes de las grandes ciudades, en
sus diferentes formas, debe entenderse como un fenómeno multicausal, en el que confluyen
factores individuales, familiares, sociales y culturales, que inciden sobre los patrones de
conducta doméstica y social. De acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID),
la rápida modernización, las aceleradas modificaciones en el ámbito económico y el
desarrollo de nuevas necesidades económicas, el deterioro de la calidad de vida de grandes
sectores de la población y la falta de solución a problemas de larga data como guerras
civiles y desigualdades en la distribución del ingreso y el acceso a la tierra ponen en
entredicho los valores establecidos en la sociedad, generando trastornos en la escala de
valores y la moral de la población.
| 52
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
En este contexto, la delincuencia aparece como una forma de autodefensa –“justicia por su
propia mano”– o una de forma de hacer dinero fácil, siempre a costa del derecho a la
propiedad y a la integridad física de las víctimas. Estas desviaciones, que se generan por
factores internos o externos de una sociedad, encuentran expresiones muy variadas, todas
ellas formando parte del problema mencionado: aumento de la criminalidad violenta;
ajusticiamientos por parte de autoridades encargadas de hacer cumplir la ley; la violencia
doméstica, en particular hacia la niñez y la adolescencia; potenciales disturbios sociales,
narcotráfico y presencia de grupos irregulares en la frontera.
Un elemento que explica la criminalidad en el país se relaciona con la impunidad. Durante el
año 2003 fueron reportados 265.488 delitos, de los cuales 68% fueron investigados, y sólo
el 7% de los casos culminó con la detención de sus autores. Esta situación tiende a generar
desconfianza y falta de credibilidad en el Sistema de Administración de Justicia, a pesar de
los esfuerzos gubernamentales desplegados para su reforma. La relación entre la impunidad
y las fallas en el sistema de administración de justicia se evidencian en la deficiencia tanto
en los sistemas de prevención del delito como en los de rehabilitación al delincuente, la
actuación al margen de la ley de los funcionarios encargados de la seguridad ciudadana y los
operadores de justicia, lo que se traduce en corrupción y abuso de poder.
Otra situación que ejemplifica el patrón de criminalidad son las ejecuciones extrajudiciales.
Según cifras oficiales, en los últimos tres años la Dirección de Derechos Humanos de la
Fiscalía General de la Republica reportó 2.415 denuncias por violación del derecho a la vida,
lo que por ese despacho es reconocido como “ajusticiamiento”. Según los datos de esa
oficina, las cifras de ejecuciones pasaron de 1.480 en 2004 a 707 en 2005 y sólo 228 en lo
que va de 2006. Sin embargo, según una ONG como Provea, las ejecuciones extrajudiciales
año a año se mantienen más o menos al mismo nivel.
Un aspecto que tiene impactos a largo plazo en la construcción de la convivencia ciudadana
lo constituye la protección a la niñez y a la adolescencia contra la violencia. Allí se observa
una debilidad en el sistema de protección, en particular en lo relativo a la prevención del
maltrato infantil, a pesar de los esfuerzos emprendidos en la reforma integral del sistema de
atención a la niñez implantado luego de la entrada en vigencia de la Ley Orgánica de
Protección del Niño y el Adolescente (LOPNA).
De igual modo resulta preocupante que los niveles de violencia en la extensa franja
fronteriza con Colombia se hayan incrementado notablemente en los últimos años como
resultado, entre otros aspectos de importancia, de la intensificación del conflicto colombiano
en los estados fronterizos y la exacerbación de los enfrentamientos armados entre los
distintos grupos irregulares.
Criminalidad y violencia urbana
En los últimos quince años la criminalidad y la violencia se presentan de manera consistente
entre los principales motivos de preocupación de la población urbana en Venezuela. En 2001
la inseguridad era considerada el segundo problema en el país, en el año 2003 pasó a
ocupar el tercer lugar después del desempleo, para volver a situarse en el segundo lugar en
consultas más recientes.
A pesar de las deficiencias en el registro y la clasificación de los hechos delictivos y la
presunción basada en encuestas de victimización, las cifras disponibles muestran una
creciente percepción de inseguridad en la población.
| 53
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
GRÁFICO 6.1
EVALUACIÓN DE LA DELINCUENCIA COMO UNO DE LOS PRINCIPALES PROBLEMAS DE LA GENTE
Fuente: Consultores 21.
GRÁFICO 6.2
DELITOS REGISTRADOS
Fuente: cálculos realizados por el Centro Para la Paz y los Derechos Humanos de la UCV con base en
datos de estadística delictiva del antiguo Ministerio de Justicia y del actual CICPC.
Sin embargo, a pesar de que el índice de delitos en general se ha mantenido relativamente
constante, la criminalidad violenta, expresada en homicidios y lesiones, ha experimentado
variaciones importantes, lo que refuerza en la población la percepción de riesgo de ser
víctima de delitos violentos.
Entre 1986 y 2005 la tasa de homicidios por cien mil habitantes se cuadruplicó, al pasar de
8 a 37. Este comportamiento se inicia a partir de 1989, cuando dicha tasa experimenta un
crecimiento sostenido con leves variaciones interanuales negativas al final de los noventa.
| 54
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
GRÁFICO 6.3
HOMICIDIOS REGISTRADOS
Fuente: cálculos realizados por el Centro Para la Paz y los Derechos Humanos de la UCV con base en
datos de estadística delictiva del antiguo Ministerio de Justicia y del actual CICPC.
Al comparar la participación porcentual de delitos contra las personas y contra la propiedad
sobre los delitos totales, encontramos que los primeros han experimentado un alza en tanto
que los segundos han decrecido en los últimos años, producto de los esfuerzos y recursos
públicos y privados dedicados al control de los delitos contra la propiedad.
GRÁFICO 6.4
DELITOS CONTRA LAS PERSONAS Y CONTRA LA PROPIEDAD. TOTAL NACIONAL
Fuente: cálculos realizados por el Centro Para la Paz y los Derechos Humanos de la UCV con base en
datos de estadística delictiva del antiguo Ministerio de Justicia y del actual CICPC.
Estas cifras indican un cambio de patrón en la criminalidad urbana en Venezuela, expresado
en el crecimiento de los delitos violentos (homicidios y delitos contra la propiedad con
recurso a la violencia), diferenciada en una criminalidad de tipo social (no delincuencial,
difusa y sin fines lucrativos) presente en la mayoría de los delitos contra las personas y una
criminalidad instrumental, caracterizada por su finalidad lucrativa, que se observa en la
mayoría de los delitos contra la propiedad.
La mayor parte de las víctimas de delitos violentos son varones entre los 15 y 24 años,
seguidos por mujeres, niños, niñas, ancianos y ancianas. Así mismo, se conoce que las
zonas periféricas de los centros urbanos presentan las mayores tasas de homicidios en tanto
| 55
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
que, las de mayor nivel socioeconómico, presentan una incidencia más alta de delitos contra
la propiedad y lesiones. Para el año 2005, siete estados del país se situaron por encima de la
tasa nacional de homicidios por cien mil habitantes, dentro de los cuales destaca el Área
Metropolitana de Caracas, que duplica el índice nacional.
CUADRO 6.1
TASA DE CRIMINALIDAD VIOLENTA, 2005
Estado
Tasa 2005
Caracas
99
Vargas
68
Carabobo
56
Anzoátegui
53
Bolívar
48
Táchira
48
Miranda
46
Venezuela
43
Fuente: cálculos realizados por el Centro Para la Paz y los Derechos Humanos de la UCV con base en
datos de estadística delictiva del antiguo Ministerio de Justicia y del actual CICPC.
Estos cambios en el patrón de criminalidad y violencia urbana en Venezuela tienen su
explicación en una diversidad de factores, entre los cuales destacan: el crecimiento del delito
organizado; el aumento de la conflictividad civil manifiesta en la resolución de conflictos
interpersonales por vías violentas; la impunidad estimulada por las disfunciones del sistema
de administración de justicia y la descodificación penal; las respuestas inadecuadas por
parte del Estado, en parte debido a la confusión entre los conceptos de seguridad ciudadana,
orden público y seguridad del Estado; la proliferación desordenada de cuerpos policiales que
no siempre actúan de manera coordinada; las dificultades en la formulación de políticas
públicas de seguridad para atender la heterogeneidad de factores asociados a la violencia, y
las deficiencias de registro y clasificación de los hechos delictivos, además de la insuficiente
intervención sobre factores de riesgo, tales como control de armas en manos de civiles,
consumo de drogas y alcohol, entre otros.
Las políticas y los planes dirigidos a reducir la violencia y el delito en Venezuela
tradicionalmente se han caracterizado por ser unidimensionales, improvisados, reactivos y
atomizados, así como por la exclusión de la participación ciudadana en su formulación y la
ausencia de seguimiento y evaluación sistemática. El enfoque del Estado ha estado dirigido a
incrementar la capacidad coercitiva de las fuerzas policiales y la represión del delito, más
que a la intervención sobre factores sociales y situacionales que actúan como causas de la
violencia y la criminalidad. Como consecuencia, se han producido reiterados fracasos –a
juzgar por el aumento de las tasas de criminalidad– así como efectos nocivos, tales como la
proliferación y el crecimiento desordenado de cuerpos policiales con distintos niveles de
competencia, grados de desarrollo institucional y de legitimidad. Así mismo han tenido
repercusiones negativas en el ejercicio de los derechos a la vida e integridad personal, pues
junto con el crecimiento de los índices de criminalidad y violencia se observa el incremento
de la intervención de funcionarios policiales en acciones que atentan directamente contra el
| 56
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
derecho a la vida, la integridad personal y la seguridad ciudadana, lo cual ha dado lugar a un
serio debate y cuestionamiento del funcionamiento y la estructura de los cuerpos policiales.
Ante esta situación, Venezuela emprendió un proceso de reforma policial consistente y
profundo a partir de abril de 2006, cuando se crea la Comisión Nacional para la Reforma
Policial como un órgano plural y técnico, conformado por representantes de amplios sectores
de la sociedad y presidida por el Ministro de Interior y Justicia, con la misión de proponer un
modelo de policía concebido como un servicio público orientado por los principios de
permanencia, eficiencia, extensión, democracia, participación y evaluación pública, dentro
del marco de la Constitución Nacional y de las normas y principios internacionales sobre
Derechos Humanos. Luego de una amplia y abierta consulta nacional, la Comisión se
encuentra en la etapa final de preparación de la propuesta que presentará a la nación.
La reforma policial se inserta en un programa más amplio de seguridad ciudadana que el
Estado está desplegando por intermedio del Ministerio de Interior y Justicia. Este programa
consta de los siguientes componentes: Plan de Control de Seguridad Urbana, Rural y
Fronteriza; Plan de Control de Armas; Plan Barómetro de Seguridad; Plan contra la
Delincuencia Organizada; Plan de Cumplimiento de la Ley y Rescate de Valores, y Plan de
Convivencia Ciudadana. Este programa representa un avance importante en las políticas
públicas de seguridad ciudadana. Sus ejes apuntan a la reconstrucción del papel del sector
seguridad en el sistema democrático, incorporando los derechos humanos y la participación
de la sociedad civil en el diseño y desarrollo de las políticas y planes de seguridad, y estos
ejes se conciben como complemento de otras políticas y acciones orientadas hacia la
creación de un ambiente propicio para el desarrollo humano.
La violencia y el maltrato a la niñez y la adolescencia
La violencia contra la niñez y la adolescencia es reconocida como un problema mundial,
depende de varios factores y son múltiples las manifestaciones en los diferentes entornos
(familia, comunidad, escuela, calles, instituciones de atención, lugares de trabajo y medios
de comunicación), con repercusiones que afectan el desarrollo infantil a nivel físico, psíquico,
emocional y mental, tanto en el corto como en el largo plazo.
Un estudio realizado por las Naciones Unidas sobre la violencia contra los niños en 2006
concluye que este problema está presente en todos los países y grupos sociales, y lo más
lamentable es que permanece oculto, no denunciado y poco documentado. Numerosos
niños, niñas y adolescentes que han sido víctimas o que son conscientes de su existencia se
mantienen callados por temor a la retribución y al estigma, cuando además no encuentran
mecanismos seguros para denunciar o recibir ayuda. Todos los niños y niñas corren
potencialmente el peligro de sufrir la violencia, especialmente en los países de bajos y
medianos ingresos, sin embargo el estudio identifica que los niños tienen más riesgo frente
a la violencia física mientras que las niñas lo tienen frente a la violencia sexual, al abandono
y la prostitución forzada. Destaca la alta vulnerabilidad de la niñez que vive en las calles,
carente de medio familiar, y los adolescentes en conflicto con la ley, refugiados o
desplazados (ONU, 2006).
En Venezuela la violencia contra la niñez y la adolescencia también está presente y
trasciende el ámbito de la esfera familiar o doméstica como suele atribuirse. Se ha
identificado que desde finales de los ochenta la violencia en general está impactando los
patrones de la mortalidad. La fuerte tendencia al incremento de los homicidios afecta
principalmente a los adolescentes y los jóvenes. Entre 1998 y 2000 el 70% de las muertes
| 57
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
de personas entre 15 y 19 años se produjo como consecuencia de hechos externos, con
aumento a 77% entre 2002-2003.
En la información oficial de los órganos de seguridad se reportan situaciones de violencia
contra niños, niñas y adolescentes. Entre septiembre 2004 y marzo 2005 hubo un total de
668 muertes por causas violentas y, de éstas, el 44% fueron homicidios10. En ese mismo
período se recibieron 1.800 denuncias por casos de violencia sexual, 2.070 lesiones a la
integridad física, 232 raptos y secuestros y 109 desapariciones concluidas. Otra fuente de
información importante es el Informe de la Defensoría del Pueblo, 2004 (cf. DP, 2005), el
cual reporta 285 denuncias relacionadas con violaciones al derecho de los niños y
adolescentes a ser protegidos en su integridad física y psíquica, 41 sobre abuso sexual y 5
sobre venta y tráfico de niños y adolescentes. Un estudio del Ministerio de Salud sobre
prostitución infantil (DP, ibíd., pp. 170-171) destaca que los niños y adolescentes víctimas
de esta situación conviven en un ambiente extremadamente duro y violento. En ese mismo
año el Consejo Nacional de los Derechos del Niño y el Adolescente (CNDNA) resaltó el
incremento de las denuncias relativas al presunto tráfico y abuso sexual de niños.
Entre los grupos de niños, niñas y adolescentes más vulnerables a la violencia están aquellos
en situación de calle y de mendicidad. No obstante, no existen estadísticas confiables sobre
este problema. Las cifras existentes provienen de censos muy focalizados, como por ejemplo
el que realizó la Alcaldía Metropolitana de Caracas (2003) que identificó a 857 niños y niñas
en situación de calle en los municipios Baruta, Chacao, Sucre y Libertador (citado por
CECODAP, Informe 2004). Otro censo sobre niños, niñas y adolescentes en situación de calle
realizado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y el Ministerio de Salud en ese mismo
año, arrojó otras cifras ya que sólo en el municipio Libertador se identificaron 754 niños,
niñas y adolescentes en esta situación. Estos resultados muestran la falta de uniformidad de
criterios en las metodologías de medición.
Cabe destacar que Venezuela cuenta con un amplio marco normativo orientado a proteger y
garantizar los derechos de la infancia y la adolescencia en general, y en particular para su
protección contra las diversas formas de violencia. Desde 1990 se ratificó la Convención de
los Derechos del Niño (CDN) y posteriormente ha sido acogida en sus principios
fundamentales, tanto en la Constitución de 1999 como en la Ley Orgánica para la Protección
del Niño y el Adolescente (LOPNA). El país también ha ratificado los dos Protocolos
Facultativos de la CDN, que protegen a la infancia contra la prostitución infantil y
pornografía, y la participación en conflictos armados, así como el Protocolo Facultativo para
Reprimir y Sancionar la Trata de Personas, especialmente mujeres y niños (Convención de
las Naciones Unidas Contra la Delincuencia Organizada Transnacional).
En los últimos años ha habido avances importantes como la puesta en funcionamiento del
sistema de protección de derechos de la niñez y adolescencia, con alcance nacional, estadal
y local, el fortalecimiento de la Defensoría del Pueblo en su rol de vigilancia y protección de
los derechos de la niñez, así como las acciones de prevención contra la explotación sexual
comercial y el reclutamiento forzoso de la niñez en las fronteras. También se destaca que en
noviembre de 2006 el gobierno nacional firmó el Plan Nacional de Acción contra la Trata de
Personas, con especial énfasis en la Niñez y la Adolescencia, el cual comenzará a ejecutarse
a partir del año 2007. Sin embargo, dos de los principales desafíos siguen siendo la
articulación entre los distintos órganos del Estado que asegure un abordaje integral para la
10
La misma fuente reporta que entre septiembre 2003 y mayo 2004 hubo 845 muertes violentas de
niños, niñas y adolescentes, siendo los homicidios el 45%.
| 58
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
prevención y atención de violencia a la niñez y adolescencia, así como un sistema de
administración de justicia más eficiente.
La violencia y los accidentes
En Venezuela, 32% de las muertes violentas son consecuencia de accidentes con vehículos
de motor, primera causa de muerte en las mujeres de 15 a 24 años y segunda causa en los
hombres en ese grupo de edad (MSDS, Anuarios de mortalidad, varios años).
GRÁFICO 6.5
MUERTES VIOLENTAS COMO CONSECUENCIA DE ACCIDENTES CON VEHÍCULOS DE MOTOR
GRÁFICO 6.6
MORTALIDAD POR SUICIDOS Y HOMICIDIOS, 1989-2004
| 59
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
La seguridad ciudadana en la zona de frontera
Venezuela tiene un área fronteriza extensa que comparte con Colombia, Brasil y Guyana
principalmente. La dinámica con Colombia es particularmente activa, con 2.317 Km de
frontera común. Los departamentos limítrofes colombianos con Venezuela comprenden las
entidades de la Guajira, Cesar, Norte de Santander, Arauca, Vichada y Guainía las cuales
colindan con los estados venezolanos de Zulia, Táchira, Apure y Amazonas, donde se
asientan aproximadamente cinco millones de habitantes (INE, Censo 2001).
Tres de los cuatro estados fronterizos presentan índices de pobreza y pobreza extrema en
porcentajes muy superiores al promedio nacional11 lo que evidencia que en estas zonas del
país también se encuentran presentes los problemas de la pobreza endémica, inequidades
sociales pronunciadas, servicios públicos precarios, poca presencia institucional, e incluso
elevados índices de desempleo y una creciente inseguridad social tanto en áreas urbanas
como rurales.
A estos problemas se unen los efectos del conflicto colombiano, que se ha intensificado en
años recientes, en particular, en los departamentos colombianos fronterizos con Venezuela.
Un signo visible de las secuelas del conflicto armado fue la llegada al territorio nacional de
personas civiles, mayoritariamente de origen rural, huyendo del conflicto colombiano. Este
flujo se ha caracterizado por ser constante, pero no masivo. Éste se ha consolidado a lo
largo de los últimos ocho años, alcanzando hasta la fecha una cifra significativa, que según
estimaciones del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR)
podría rebasar ya las 200.000 personas, con base en un estudio de 2003 y en proyecciones
a partir de los informes censales nacionales.
Esta nueva migración es sustancialmente distinta a las que habían caracterizado el flujo
histórico de personas de Colombia a Venezuela a lo largo de varias décadas, y que se han
asimilado a la sociedad venezolana. La nueva corriente se caracteriza por su mimetismo con
la población local y su consecuente invisibilización jurídica. No obstante, con el proceso de
adecuación de la normativa interna a los compromisos internacionales12, manifestada en la
inclusión del derecho al asilo y al refugio en el artículo 69 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela (1999), así como la entrada en vigencia de la Ley Orgánica sobre
Refugiados o Refugiadas y Asilados o Asiladas (2001), y la institucionalidad encargada de su
aplicación (2003), el número de solicitudes crece año a año, siendo el año 2006 el que
registra el mayor número de solicitantes, signo tangible del impacto del conflicto colombiano
y de las necesidades de protección en la que se encuentra dicha población.
Uno de los hechos que tiene mayor relevancia en la llegada de nuevas personas procedentes
de Colombia en busca de protección internacional es la implementación del Plan Colombia, la
erradicación de cultivos ilícitos y la ofensiva militar en amplias zonas del vecino país. A esto
se une la entrada en vigencia de los acuerdos de justicia y paz firmados entre las
Autodefensas Unidas de Colombia y el Gobierno colombiano, conocido como el acuerdo de
Santa Fe de Rialito. Por medio de dichos acuerdos los grupos paramilitares se
comprometieron a desmovilizarse gradualmente hasta desaparecer como grupo armado al
11
De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE), los estados Amazonas, Apure y
Zulia presentan cifras de pobreza y pobreza extrema en porcentajes superiores al promedio nacional.
12
Venezuela es signataria del Protocolo sobre el Estatuto de los Refugiados, firmado en Nueva York en
1967. El Protocolo fue ratificado el 27/06/1986 y fue publicado en la Gaceta Oficial N° 33.503 del
02/07/1986.
| 60
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
finalizar el año 2005. Sin embargo, según informe de la MAPP/OEA surgen ahora fenómenos
nuevos como el reagrupamiento de desmovilizados en bandas delincuenciales; grupos
paramilitares que no se han desmovilizado; aparición de nuevos grupos armados y la
violación al cese de hostilidades de estos grupos. Simultáneamente, otros grupos armados
han incrementado su pugna por recuperar su antiguo dominio dentro de las zonas
fronterizas, reactivando su ofensiva militar.
En este contexto, la frontera colombo-venezolana seguirá siendo un espacio donde se
sentirán los efectos del conflicto, no sólo por el arribo de nuevas personas, sino por el
deterioro de las condiciones de seguridad ciudadana de la población, exacerbado entre otros
factores por la presencia visible de los grupos armados colombianos, el aumento sostenido
del cobro de vacunas, el incremento en el número de secuestros, enfrentamientos entre los
distintos grupos armados en el territorio venezolano, asesinatos selectivos por medio de la
modalidad del sicariato, el reclutamiento forzado, así como el contrabando y el
racionamiento de gasolina.
Otros efectos que están asociados a la presencia del conflicto colombiano en Venezuela
tienen que ver con el incremento en los problemas de seguridad para los defensores de
derechos humanos que laboran en el área fronteriza, la propagación del narcotráfico y la
estigmatización de los colombianos solicitantes de la condición de refugiado por parte de la
población local y las autoridades públicas. En los siguientes mapas se muestra la dinámica
de la frontera colombo-venezolana, donde el tráfico de combustible y armas, y actividades
del narcotráfico coexisten con el accionar de grupos armados irregulares. También se puede
observar cómo las rutas del narcotráfico son también las rutas utilizadas por las personas
que ingresan a Venezuela en busca de protección internacional.
MAPAS 6.1 Y 6.2
DINÁMICA Y RUTAS DE LA FRONTERA COLOMBO -VENEZOLANA
| 61
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
Esta problemática ha sido abordada en uno de los componentes de la estrategia nacional de
convivencia y seguridad ciudadana, el Plan de Control de Seguridad Urbana, Rural y
Fronteriza, que se propone el aumento de los niveles de seguridad disminuyendo la
criminalidad en las áreas urbanas, rurales y fronterizas a través de la ejecución de proyectos
enfocados en las situaciones particulares de cada uno de estos ámbitos. A pesar de los
esfuerzos gubernamentales, el tema de la seguridad ciudadana tanto en el plano objetivo
como subjetivo requiere fortalecer políticas y programas integrales que incluyan el aspecto
preventivo como su componente esencial y abarque acciones coordinadas del Estado, la
sociedad civil y los organismos internaciones bajo el liderazgo rector de éste. Un signo
alentador en ese sentido sin duda lo constituye, como ha sido señalado, el reciente proceso
de reforma policial.
| 62
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
Capítulo 7:
El derecho al ambiente
Evaluación Común de País
CCA 2006
La estructura y dinámica de los asentamientos humanos involucra todo lo que permita un
espacio adecuado, sano y seguro para vivir, así como un entorno socioespacial (localidad de
residencia, vecindario, barrio o urbanización) que asegure condiciones físicas, ambientales,
económicas y sociales adecuadas para el desarrollo de la vida, en correspondencia con un
aprovechamiento armónico y sostenible de los recursos naturales y energéticos.
La sustentabilidad ambiental
La situación ambiental venezolana es un reflejo de los patrones de desarrollo y consumo
implantados. La realidad económica y social se refleja en un crecimiento descontrolado de
asentamientos humanos, periurbanos, urbanos y rurales, construidos en su mayoría sobre
zonas vulnerables que ya para el año 1997 involucraban a más del 60% de la población
urbana13 en condiciones precarias (cf. ONU, 2005) con carencias de servicios básicos y
sobreexplotación de recursos naturales que condujeron a una pérdida de biodiversidad y de
servicios ambientales.
CUADRO 7.1
PLANES DE ORDENAMIENTO Y REGLAMENTOS DE USO A SER COMPLETADOS
Nº total de áreas
Áreas boscosas de
protección
Lotes boscosos
Monumentos
naturales
Parques nacionales
Reservas de la
biosfera
Reservas de fauna
silvestre
Reservas forestales
Reservas
hidráulicas
Zonas protectoras
Total ABRAES
39
POR LAS
Planes de
ordenamiento
39
ABRAE PARA EL AÑO 2015
Reglamentos
de uso
39
8
36
8
31
8
31
43
2
23
2
23
2
6
5
5
11
14
9
13
9
13
64
230
48
180
42
174
13
Información presentada por el Gobierno de Venezuela ante la Comisión de Desarrollo Sostenible de
las Naciones Unidas en su Quinta Sesión.
| 63
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
Aun así, 72,8% del territorio nacional (aproximadamente 66,7 millones de hectáreas) se
encuentran bajo la figura jurídica de áreas bajo régimen de administración especial (ABRAE)
(MARN, 2002), de las cuales se estima que tan solo el 28,45% comprende áreas de
conservación de la biodiversidad, distribuidas en 214 sitios, de los cuales sólo 50 tienen un
Plan de ordenamiento y Reglamento de uso (ibíd.).
La cobertura vegetal del país esta amenazada por una tasa de deforestación que alcanzaba
un 0,4% para el año 2000 por actividades tales como explotación petrolera, minería,
expansión de tierras agrícolas, asentamientos humanos, invasiones, extracción ilegal de
recursos madereros e incendios forestales (CEPAL, 2001). La Organización de las Naciones
Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) ratifica que, entre 1980 y 1995, los
bosques venezolanos fueron destruidos a una tasa de 500.000 hectáreas por año. La mayor
proporción se debe a la conversión de bosques en tierras de cultivo y potreros. Esta alta tasa
de deforestación representa aproximadamente el 42% de las emisiones de gases de efecto
invernadero, lo que implica un aspecto importante relativo al cambio climático y señalado en
la Primera Comunicación Nacional en Cambio Climático de Venezuela. En respuesta a esta
situación, el Gobierno Nacional ha implementado la Misión Árbol, reforestando las cuencas
altas y medias fuertemente degradadas.
Otro aspecto importante es el impacto generado por la actividad industrial. A pesar de que
todo desarrollo debe presentar un estudio de impacto ambiental (EIA) con el fin de
establecer las medidas mitigantes, correctivas y preventivas a que haya lugar, casi el 95%
de las empresas inician operaciones dentro de procesos inadecuados para el tratamiento y la
disposición final de desechos, sólidos, líquidos y gaseosos; en parte por los sistemas de
tratamiento de la empresa y por la carencia de sitios de disposición final adecuados. Se
calcula en 600 mil toneladas por año los desechos peligrosos generados en su mayoría por la
industria petroquímica, petrolera e industrias básicas, los cuales son almacenados y
dispuestos dentro de las mismas instalaciones o exportados para su tratamiento bajo el
marco del Convenio de Basilea debido a que no existe posibilidad de tratamiento adecuado
en el país.
En el caso de los desechos domésticos, no hay un sistema adecuado de recolección,
tratamiento y disposición. De los 140 espacios existentes, tan solo 7 pueden ser
considerados rellenos sanitarios, pero su funcionamiento no es óptimo. Adicionalmente, en
el sector productivo, especialmente la pequeña, mediana y micro empresa, los procesos de
producción no son lo suficientemente eficientes, debido a que requieren mayor cantidad de
materia prima y generan una cantidad mucho mayor de desechos. Es allí hacia donde
deberán orientarse las políticas del Estado con el objetivo de alcanzar prácticas de
producción más limpia.
La existencia de estas condiciones tiene un origen institucional por parte no sólo de la
empresa y su comportamiento y postura ambiental, sino debido a fallas institucionales del
Estado en lo que se refiere a seguimiento, control y toma de decisiones, así como a la
inexistencia de un marco regulatorio que promueva el uso de buenas prácticas y tecnologías
limpias. En cuanto a las actividades urbanas, existe una responsabilidad compartida entre
las comunidades y el Estado, donde los aspectos de educación ambiental, ciudadanía y
sistemas eficientes de recolección y disposición de desechos, así como la existencia de
viviendas dignas, son los aspectos básicos a considerar.
Los altos niveles de pobreza en las zonas periurbanas y rurales conducen al uso inadecuado
de recursos y a la generación de desechos sin sistemas de manejo. En las grandes ciudades,
| 64
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
la economía informal se ha convertido en un problema ambiental y de salud pública, bien
sea por la disposición de alimentos y aceites al alcantarillado público, como por la cantidad
de desechos dispuestos inadecuadamente en las calles. Parte de los aspectos que generan
esa situación son la falta de ordenanzas municipales y las deficiencias institucionales para la
aplicación de las mismas, así como la planificación no adecuada del territorio con el
abastecimiento de servicios básicos. Es por ello que las políticas de desarrollo deben estar
dirigidas al abatimiento de la pobreza, a la definición de funciones y responsabilidades y al
empoderamiento de las comunidades, no sólo en derechos sino también en deberes.
Según las Naciones Unidas (ONU, 2005), el gasto ambiental total público y privado de la
última década no suele superar el 1% del PIB, mientras que el gasto ambiental público
nacional rara vez sobrepasa el 3% del gasto público total. En Venezuela hay variedad de
instrumentos económicos en esta materia como el sistema de depósito y reembolso para
botellas de consumo masivo, la exoneración de impuestos corporativos por desempeño
ambiental, los impuestos a la deforestación y los sistemas de tarifas a los desechos
industriales basadas en el volumen generado en la zona metropolitana de Caracas.
En el acceso al agua potable y al saneamiento, Venezuela ha venido cumpliendo la meta de
los objetivos de desarrollo del milenio. En abril de 2006, HIDROVEN señalaba que la
cobertura nacional de conexiones domiciliarias de agua había aumentado en un 89%. Esto
representa un aumento del 9% en comparación con el año 1998 y un incremento en más de
25% de cobertura en las zonas rurales.
GRÁFICO 7.1
COBERTURA DE AGUA POTABLE A TRAVÉS DE CONEXIONES DOMICILIARIAS
En el caso de la recolección de desechos a nivel nacional, se observa un incremento de
cobertura de 14% desde el año 1998, alcanzando 76% sobre el total de la población para el
2005 y 45% en las zonas rurales.
| 65
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
GRÁFICO 7.2
COBERTURA DE RECOLECCIÓN DE AGUAS SERVIDAS A TRAVÉS DE REDES
En saneamiento, la cobertura nacional es de 22%. No obstante este porcentaje no muestra
la calidad del tratamiento de las aguas servidas ni las características diferentes entre los
efluentes domésticos y los de los procesos productivos. En el sector energético, la intensidad
energética ha aumentado mostrando una menor eficiencia en el país (datos del Banco
Mundial).
La emisión de dióxido obedece en gran medida a las generadas por el parque automotor y el
sector industrial. Sin embargo, la alta tasa de deforestación y los incendios forestales
producen una gran cantidad de gases de efecto invernadero (GEI). En 1995 Venezuela
emitía aproximadamente 240 millones de toneladas de gas carbónico (CO2). La mitad debía
al consumo de energía y, la otra mitad, a la destrucción de los bosques naturales del país
| 66
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
(datos del MARN). Las emisiones de gas carbónico por habitante son muy superiores a las de
países con niveles similares de desarrollo.
En el caso de las sustancias agotadoras de la capa de ozono (SAO), el país cuenta con una
política clara de eliminación de este tipo de gases, así como la reconversión de los aparatos
industriales y domésticos. Hasta la fecha el Ministerio del Ambiente ha logrado capacitar
tanto a los agentes aduaneros para la reducción del tráfico ilícito como a los técnicos en
refrigeración para la recolección y disposición adecuada de dichos gases. En diciembre de
este año, la única empresa productora de estos gases, PRODUVEN, cerró estas líneas de
producción y la cantidad de importación de los mismos se estaba reduciendo dentro de un
proceso de sustitución progresiva. Sin embargo, si bien estas acciones son angulares en el
cumplimiento de los objetivos del milenio, se debe avanzar en el establecimiento de una
gestión ambiental integrada entre el Estado y las comunidades. Esta gestión deberá tener
como lineamientos claves:
•
•
•
•
•
•
•
•
•
La gobernabilidad de los recursos, tanto bienes como servicios, involucrando los
esfuerzos de la gestión del Estado y el empoderamiento de la sociedad civil.
La modificación de los patrones de consumo, domésticos y productivos.
La promoción de prácticas adecuadas para el uso sustentable de tecnologías limpias y
la disposición y tratamiento adecuado de desechos.
La implantación y el mantenimiento de programas de conservación.
La educación ambiental.
La equidad social y económica en la prestación de servicios y la planificación
territorial.
La capacidad de asimilación y recuperación de los ecosistemas en su resistencia y
resilencia.
El diagnóstico de las condiciones ecológicas y las relaciones con las comunidades; el
análisis de los vacíos institucionales y legales; el monitoreo, control y mejoramiento
continuo de la calidad ambiental; el establecimiento de indicadores; la definición clara
de responsabilidades y competencias, y un sistema de evaluación y retroalimentación
de dicho proceso de gestión.
El incremento en la inversión del Estado en Ambiente.
La gestión de riesgos
El desastre ocurrido en Vargas en diciembre de 1999 puso en evidencia los niveles de
vulnerabilidad y riesgo a que se encuentra expuesta gran porción de la población nacional
debido a las desigualdades generadas por los planes de desarrollo y el impacto de la
variabilidad ambiental. Los avances obtenidos en el caso de infraestructura y prestación de
servicios se ven amenazados o afectados por los efectos de desastres de origen natural cuya
principal consecuencia es la pérdida de vidas.
El incremento de la recurrencia de este tipo de fenómenos ha generado preocupación no
sólo en el sector científico y académico, y en las personas que pueden ser afectadas, sino
también en la población en general y en las autoridades nacionales y locales vinculadas a la
atención de emergencias y prevención de desastres. Hoy existe el convencimiento de que
estos ya no son fenómenos aislados y circunstanciales, sino que constituyen parte de la
dinámica de los procesos naturales que se dan en el territorio.
A consecuencia de las lluvias del año 2005, el 13 de febrero de 2006 el presidente de la
República creó la Comisión Nacional de Gestión de Riesgos, la cual tiene como misión
| 67
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
principal “trabajar en función de la prevención y alerta ante la presencia de fenómenos
naturales” (Boletín 03 del Ministerio de Interior y Justicia, marzo 2005). Dicha Comisión está
presidida por el Ministro de Interior y Justicia e integrada por los Ministerios de Ciencia y
Tecnología, Defensa, Vivienda y Hábitat, Infraestructura y Ambiente. Su objetivo es crear el
Sistema Nacional de Gestión de Riesgo y Atención a Emergencias.
Esta iniciativa indica una mejor comprensión por parte del alto gobierno y de la población en
general de las causas de los desastres, determinados generalmente por los riesgos que
producen los procesos de desarrollo. Actualmente se discute en la Asamblea Nacional el
Proyecto de Ley Orgánica que crea el Sistema Nacional de Gestión de Riesgo y Protección
Civil. Esta ley generará una reorganización de las instituciones vinculadas con la gestión de
riesgo y atención a emergencias, tanto a nivel nacional como regional y local. Igualmente, a
nivel municipal y comunitario existen lineamientos para atender o mejorar las condiciones
de seguridad de la población.
| 68
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
Conclusiones
Con base en este diagnóstico estratégico, el Sistema de las Naciones Unidas en Venezuela
pudo identificar cinco áreas prioritarias a través de las cuales puede apoyar al país durante
los próximos cinco años, de conformidad con sus ventajas comparativas en el campo de la
cooperación internacional y las estrategias nacionales de desarrollo. Tales líneas de acción
están siendo consensuadas para sentar las bases del Marco de Asistencia de las Naciones
Unidas para el Desarrollo-MANUD, y reflejan las preocupaciones comunes de las agencias
acreditadas en Venezuela.
La definición de estas posibles áreas de trabajo partió de la intersección de tres
componentes básicos, a saber:
a) los Objetivos de Desarrollo del Milenio;
b) la legitimidad del derecho al desarrollo de grupos particularmente vulnerables; y
c) mandato de las agencias del Sistema de las Naciones Unidas en Venezuela.
De este modo, el resultado de este ejercicio refleja que la mirada del Sistema de las
Naciones Unidas se centra sobre:
1. Promoción y protección de los derechos humanos, principalmente en poblaciones
vulnerables y excluidas.
2. Reducción de la mortalidad materna e infantil, y prevención y vigilancia de VIH/SIDA y
otras ITS, con énfasis en derechos sexuales y reproductivos.
3. Gestión Pública orientada a la reducción de la pobreza y las inequidades sociales,
haciendo especial hincapié en el fortalecimiento del Sistema Nacional de información y
estadística, la gestión local y la participación comunitaria.
| 69
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
4. Desarrollo de las capacidades humanas, a través del fortalecimiento de las políticas de
inclusión y el mejoramiento de la gestión educativa.
5. Promoción y coordinación de acciones para la prevención y atención a la población
afectada por desplazamiento en frontera y/o desastres naturales, incluyendo alerta
temprana, planes de contingencia y ayuda humanitaria.
| 70
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
Anexo
| 71
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
| 72
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
| 73
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
GRÁFICO A.1
VENEZUELA: PIRÁMIDE DE POBLACIÓN
Fuente: INE-Instituto Nacional de Estadísticas, http://www.ine.gob.ve, consulta en 2006.
| 74
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
GRÁFICO A.2
VENEZUELA: ESPERANZA DE VIDA AL NACER (SEGÚN TERRITORIO SOCIAL), 2002
Fuente: cálculos propios con datos tomados del INE, http://www.ine.gob.ve, consulta en 2006.
| 75
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
GRÁFICO A.3
ADECUACIÓN DE LAS DISPONIBILIDADES ALIMENTARIAS Y LOS APORTES
NUTRICIONALES EN ENERGÍA
Fuente: Instituto Nacional de Nutrición-INN, Hoja de balance de alimentos.
| 76
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
GRÁFICO A.4
RELACIÓN DEL COSTO DE LA CANASTA ALIMENTARIA NORMATIVA (CAN) Y EL SALARIO MÍNIMO , 2000-2006
Fuente: Instituto Nacional de Estadística-INE.
| 77
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
Bibliografía
Asociación Venezolana de la Industria Química y Petroquímica (2006) http://www.asoquim.com/
Consultado en agosto 15 de 2006.
Azpúrua, Marisela (2003) Interpretación de los datos recolectados a través del Protocolo de Atención
Telefónica de la Línea 0-800 Mujeres desde la visión del personal y de las/os usuarias/os.
Mimeo. Caracas.
BCV- Banco Central de Venezuela (varios años) Series Estadísticas de Venezuela. Caracas.
BCV- Banco Central de Venezuela (varios años) Programa de Estimaciones del PIB trimestral por clase
de actividad económica. Caracas.
Benítez, J. (2006) Programa Nacional de Control de Chagas, situación 2006. Caracas: Ministerio de
Salud.
Boletín Violencia en Cifras (varios números) Centro de Estudios de la Mujer, Universidad Central de
Venezuela-UCV, Caracas.
Bravo, Rosa (2005) Las metas del Milenio y la igualdad de género. El caso de la República Bolivariana
de Venezuela. CEPAL/UNIFEM, Serie mujer y desarrollo, nº 73. Santiago de Chile.
CAICET-Centro Amazónico de Investigación y Control de Enfermedades Tropicales Simón
Bolívar://www.innova.org.ve:8000/consultado en 2006.
CECODAP-Centros Comunitarios de Aprendizaje (2004) Informe anual. Caracas.
CEPAL-Comisión Económica para América Latina y el Caribe (2001) Red de Instituciones y Expertos en
Estadísticas Sociales y de Medio Ambiente (REDESA), sobre la base de información de la
Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) 2001.
CEPAL/UNICEF (2006) Boletín Desafíos, nº 3, agosto. Santiago de Chile.
CRBV-Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Caracas, 1999.
Dirección Nacional de Protección Civil, Ministerio de Interior y Justicia, 2006. http://pcivil.gob.ve/
Consultado en septiembre 11 de 2006
DP-Defensoría del Pueblo (2005) Informe anual 2004. Caracas.
ENPOFAM-Encuesta Nacional de Población y Familia (1998) Oficina Central de Estadística e
Informática-OCEI. Caracas.
Espíndola, Ernesto y León, Arturo (2002) “La deserción escolar en América Latina: un tema prioritario
para la región”, Revista Iberoamericana de Educación nº 30.
FAO (1999-2006) El estado de la inseguridad alimentaria en el mundo (1999-2006), Roma:
fao.org/sof/sofi/index_es.htm
FAO (2004) Anuario Estadístico de la FAO 2004, vol. 1. Roma.
FAO (2006) El estado de la inseguridad alimentaria en el mundo 2006. Roma:
www.fao.org/docrep/009/a0750s/a0750s00.htm>http://www.fao.org/docrep/009/a0750s/a07
50s00.htm
Ferrán, Lourdes (2003) Informe sobre el Objetivo 3: Equidad de género y Autonomía de la Mujer,
mimeo. Caracas. UNFPA/UNIFEM.
Hernández, Juan Luis (2006) Nota de Análisis sectorial. FAO/CAF. Caracas.
IIES-UCAB/Ministerio de Planificación y Desarrollo/UNICEF (2005) Análisis de la situación de la niñez y
la mujer en Venezuela. Caracas.
INAGER-Instituto Nacional de Geriatría (2005) Proyección de la población de adultos mayores y sus
principales causas de morbilidad y mortalidad. Presentación de Capielo, A. Instituto Nacional de
Geriatría. Caracas.
| 78
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
INAMUJER-Instituto Nacional de la Mujer (2006) Logros y desafíos. VII Aniversario de INAMUJER.
Mimeo. Caracas.
INE-Instituto Nacional de Estadísticas: Indicadores sociales; Indicadores de la fuerza de trabajo;
Estadísticas vitales; Censo 2001, http://www.ine.gob.ve. Consultado en agosto 29 de 2006.
INPSASEL-Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales.
http://www.inpsasel.gov.ve/Consultado en septiembre 25 de 2006.
MARN-Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales (2002) Memoria y Cuenta 2001. Caracas
MED-Ministerio de Educación y Deporte (varios años) Memoria y Cuenta. Caracas.
MPD-Ministerio de Planificación y Desarrollo, Líneas Generales del Plan de Desarrollo Económico y
Social de la Nación 2001 – 2007: www.mpd.gob.ve/pdeysn/plan.htm
MPD-Ministerio de Planificación y Desarrollo (2004) Cumpliendo las metas del milenio. MPD/PNUD.
Caracas.
MPD-Ministerio de Planificación y Desarrollo (2005) Sistema Integrado de Indicadores Sociales para
Venezuela (SISOV), http://www.sisov.mpd.gov.ve. Consultado en agosto 29 de 2006.
MPD-Ministerio de Planificación y Desarrollo/UNICEF (2005) Análisis de situación de la niñez y la mujer
en Venezuela. Caracas.
MPD-Ministerio de Planificación y Desarrollo/PNUD-Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
(2006) Modelo de Equilibrio General Computable para Evaluar las Metas del Milenio. Caso
Venezuela. Ministerio de Planificación y Desarrollo. Proyecto Medición de las Metas del Milenio.
Caracas.
MSDS-Ministerio de Salud y Desarrollo Social (varios años) Archivos de la Dirección General de
Epidemiología y Análisis Estratégico 2001 – 2005.
MSDS-Ministerio de Salud y Desarrollo Social (2003) Programa Malaria en Venezuela. MSDS. Caracas.
MSDS-Ministerio de Salud y Desarrollo Social (2004) Anuario de mortalidad 2003. Caracas.
MSDS-Ministerio de Salud y Desarrollo Social (2005a) Boletín Epidemiológico, Semana epidemiológica
52, Dic. 2005, 54 (52).
MSDS-Ministerio de Salud y Desarrollo Social (2005b) Informe anual de casos de la Dirección de
Vigilancia Epidemiológica 2004. Caracas.
MSDS-Ministerio de Salud y Desarrollo Social (2005c) Resultados de las Hojas de Balance de Alimentos
y sus Aplicaciones 2002-2004. Instituto Nacional de Nutrición, Caracas:
www.inn.gob.ve/contenidos/tecnica/pdf/HBA%202002_2004.pdf.
MSDS-Ministerio de Salud y Desarrollo Social (2005d) Anuario de mortalidad 2004. Disponible en:
http://www.msds.gov.ve/msds/documentos/Anuario.zip. Consultado agosto 8 de 2006.
MSDS-Ministerio de Salud y Desarrollo Social (2005e) Reporte internacional periódico de vigilancia de
fiebre amarilla, 2001-2005. Ministerio de Salud. Caracas.
MSDS-Ministerio de Salud y Desarrollo Social (2006a) Anuario de mortalidad 2005. Caracas.
MSDS-Ministerio de Salud y Desarrollo Social (2006b) Reunión Nacional de Zoonosis 2006. Caracas.
MSDS-Ministerio de Salud y Desarrollo Social (2006c) Programa ampliado de inmunizaciones. Boletines.
Caracas.
MSDS-Ministerio de Salud y Desarrollo Social (2006d) Programa Nacional de Prevención de VIH/SIDA.
Caracas.
MSDS-Ministerio de Salud y Desarrollo Social (2006e) Programa Nacional de Tuberculosis y otras
enfermedades respiratorias. Caracas.
OCEI/UCAB/UNICEF (2001) Informe Nacional sobre el Seguimiento de la Cumbre Mundial en favor de la
Infancia (basado en estadísticas del Ministerio de Educación y proyecciones de población del
censo).
| 79
Evaluación Común de País / Common Country Assessment – CCA, Venezuela 2006
ONU (2005) Objetivos de Desarrollo del Milenio: una mirada desde América Latina y El Caribe.
ONU (2006) Informe del experto independiente para el estudio de la violencia contra los niños, A/61/299
Asamblea General de las Naciones Unidas, 2006: www.violencestudy.org.
OPS-Organización Panamericana de la Salud (2006) Malaria in Venezuela. Organización Panamericana de
la Salud. Quito.
OPSU-Oficina de Planificación del Sector Universitario (2003) Boletín Estadístico de Educación Superior.
Caracas.
PNUD-Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (2001) Informe sobre Desarrollo Humano en
Venezuela, 2000. Caminos para superar la pobreza. Caracas.
PNUD-Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (2003) Informe de Desarrollo Humano
2002. Caracas.
PNUD-Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (2006) Informe sobre Desarrollo Humano
2005. La cooperación internacional ante una encrucijada ayuda al desarrollo, comercio y
seguridad en un mundo desigual, Nueva York: PNUD, 2005. Disponible en:
http://hdr.undp.org/reports/global/2005/espanol/ Consultado en agosto 24 de 2006.
UNICEF (2006) Escuela y significados compartidos. Asistencia y permanencia escolar de la niñez y
adolescencia indígena en Venezuela, Blas Regnault (información tomada del Censo General de
Población 2001).
UNIFEM/UNFPA (2004) El índice de compromiso cumplido: una estrategia para el control ciudadano de
la equidad de género. Informe Venezuela. Mimeo. Caracas.
Villegas, L. (2004) Paludismo en Venezuela. Caracas.
| 80
Descargar