El surgimiento de la Ciencia Moderna Entre los siglos XVI y XVII la concepción de la naturaleza cambia y surge la ciencia moderna que combate en gran medida a la ciencia aristotélica de la Edad Media. El problema de fondo había estado en la disputa entre razón y fe. Tomás de Aquino y otros habían supeditado la razón a la fe: ‘sólo hay una única verdad y es la revelada’. Apelar a la autoridad era lo más frecuente al construir argumentos. La revolución científica del siglo XVII implicó dos cambios relacionados: un cambio en la práctica científica, en realidad, un cambio global de tales prácticas, que se refleja en la fundación de nuevas sociedades científicas (como la Royal Society), y, un cambio complementario en cómo los filósofos naturales describían el tipo de conocimiento que resultaba de las nuevas prácticas científicas. El desarrollo de la ciencia moderna y su alejamiento de la rémora aristotélica venía apoyado por: 1. Autonomía de la razón ante la fe. Ningún saber exterior (=religioso) puede coartar la razón. 2. Autonomía, por tanto, de la ciencia respecto a la religión. Podemos estudiar la naturaleza sin apelar a instancias divinas. 3. Las matemáticas son el saber más seguro y evidente. Se aplican perfectamente a las ciencias mecánicas. La concepción de la naturaleza es la de una gigantesca máquina-reloj. Todo es cíclico y no hay estados nuevos. 4. Este mecanicismo otorga regularidad y orden al universo. Éste se hace completamente determinista y entonces es posible buscar las causas que provocan los fenómenos naturales. Hay una intención de búsqueda de conocimiento ligada a poder predecir otros estados similares. 5. La navaja de Ockham, el universo visto por Copérnico, etc., son el colofón de principios epistemológicos y resultados empíricos que convencen a los científicos naturales que la naturaleza es, en esencia, simple. Luego hay que buscar leyes simples. 6. Platón había expresado su idea de una matematización de la naturaleza, como ya habían dicho los pitagóricos. Galileo dirá que la naturaleza está escrita con lenguaje matemático. Los números son clave y la cuantificación de los fenómenos permite su estudio y predicción. 7. Pero, además de en la razón, la nueva ciencia se apoya en los hechos de la experiencia sensible. Razón y empiria se unen para construir el nuevo método científico que pergeñará Galileo: el método hipotético deductivo: 7.1 Todo fenómeno se reduce a sus elementos más simples y esenciales: conocer el todo requerirá conocer sus partes. 7.2 Se construye una hipótesis que relacione todas esas partes y de la que se deduzcan consecuencias empíricas. 7.3 Esas consecuencias deducidas se comparan con experimentos hechos a propósito para evaluar la validez de la hipótesis. Precisamente, todas estas características que conforman la emergencia de lo que será la ciencia que hoy día conocemos, son admitidas en mayor o menor grado por las dos tendencias básicas de pensamiento de la época, dos corriente filosóficas, el racionalismo (Descartes, Leibniz, Spinoza), con claras reminiscencias platónicas, y el empirismo (Locke, Berkeley, Hume), con no menos claras reminiscencias aristotélicas. En ambas concepciones aparece la noción de Ciencia Moderna entendida a través de los puntos anteriores. Las características fundamentales que las diferencian son: Racionalismo (reminiscencia platónica): i) La razón es la fuente principal del conocimiento humano. ii) Es además un conocimiento universal, necesario e independiente de la experiencia. iii) Las matemáticas son el modelo de ciencia: rigor, precisión, sencillez, deducción, etc. iv) Existen ideas innatas en todos los hombres. Son las verdades primeras que la razón encuentra en sí misma. A partir de ellas se construye por deducción todo el sistema del universo. v) Dios garantiza esta identificación entre pensamiento y realidad. Empirismo (reminiscencia aristotélica): i) La experiencia sensible es la única fuente de conocimiento. ii) El conocimiento es empírico, local a veces, universal aparente en otras. iii) Las ciencias naturales son el modelo a seguir. La verdad se alcanza por medio de la observación e inducción. iv) No existen ideas innatas. Cuando nacemos somos una tabula rasa, nacemos en blanco. La experiencia es el punto de partida. v) No hay una relación inmediata y evidente entre pensamiento y realidad Así, la necesidad de poner orden en las variadas respuestas de los filósofos de la tradición, la necesidad de clarificar la filosofía, la necesidad de hacerla más precisa, dotarla de una mayor penetración y rigor, conllevó la aceptación y aplicación de una concepción mecanicista de la naturaleza. Estos breves comentarios últimos son puntos comunes de ambas corrientes, los racionalistas y los empiristas.