Cuadernillo de Normas Legales

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El Peruano
Lima, jueves 28 de abril de 2011
NORMAS LEGALES
Nombres y Apellidos
Entidad
Hortencia Adriana Marruffo Mackenzie Ministerio de Trabajo y Promoción del
Empleo
María Laura Ramírez Rodríguez
Fuero Militar Policial – ex Consejo
Supremo de Justicia Militar
Luis Ricardo Córdova Pisco
Municipalidad Provincial de Mariscal
Nieto
Artículo Cuarto.- Los traslados y designaciones que
se efectúan de acuerdo a las disposiciones establecidas
en los artículos precedentes, deberán efectuarse,
indefectiblemente, dentro de los quince (15) días calendario
siguientes de publicada la presente Resolución.
Artículo Quinto.- Los profesionales a que se refieren
los artículos primero y tercero de la presente Resolución,
mantendrán su plaza de origen, teniendo derecho a
percibir la asignación por responsabilidad, respecto del
nivel y categoría del cargo, de acuerdo a lo previsto en las
Resoluciones de Contraloría Nº 433-2003-CG y 097-2004CG, durante el ejercicio efectivo del cargo.
Artículo Sexto.- La Gerencia de Gestión y Desarrollo
Humano y la Gerencia de Gestión de Órganos de Control
Institucional de la Contraloría General de la República
dispondrán y adoptarán las acciones que correspondan en
el marco de lo dispuesto en la presente Resolución.
Regístrese, comuníquese y publíquese.
FUAD KHOURY ZARZAR
Contralor General de la República
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
Declaran
improcedente
solicitud
de aclaración de sentencia que
declaró inconstitucionales diversas
disposiciones del Decreto Legislativo
Nº 1097 y por conexidad de la
declaración contenida en el punto 1.1
del Artículo Único de la Resolución
Legislativa Nº 27998
EXPEDIENTE Nº 00024-2010-PI/TC
Expediente N.º 0024-2010-PI/TC
LIMA
25% DEL NÚMERO LEGAL DE CONGRESISTAS
RESOLUCIÓN DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
Lima, 31 de marzo de 2011
VISTA
La solicitud de aclaración de sentencia presentada
por la Procuradora Pública Especializada en materia
constitucional del Ministerio de Justicia (en adelante, la
Procuradora), de fecha 29 de marzo de 2011; y,
ATENDIENDO A
632812-1
MINISTERIO PUBLICO
Aceptan renuncia de fiscal adjunta
provincial titular penal de Chiclayo del
Distrito Judicial de Lambayeque
RESOLUCIÓN DE JUNTA
DE FISCALES SUPREMOS
Nº 031-2011-MP-FN-JFS
Lima, 27 de abril de 2011
VISTO Y CONSIDERANDO:
La renuncia presentada por la doctora MARIBEL
LILIANA VEGA INFANTAS, al cargo de Fiscal Adjunta
Provincial Titular Penal de Chiclayo del Distrito Judicial de
Lambayeque.
Que, por Acuerdo N° 2221 adoptado en sesión
extraordinaria de Junta de Fiscales Supremos de fecha
27 de abril de 2011, se aceptó por unanimidad la renuncia
presentada por la mencionada Fiscal.
Que, en uso de las atribuciones conferidas por el
Decreto Legislativo N° 052, Ley Orgánica del Ministerio
Público, y conforme a lo establecido en el considerando
precedente.
SE RESUELVE:
Artículo Primero.- Aceptar, a partir de la fecha, la
renuncia formulada por la doctora MARIBEL LILIANA VEGA
INFANTAS, al cargo de Fiscal Adjunta Provincial Titular
Penal de Chiclayo del Distrito Judicial de Lambayeque.
Artículo Segundo.- Remitir la presente Resolución a la
Presidencia del Consejo Nacional de la Magistratura para
los fines pertinentes.
Artículo Tercero.- Hacer de conocimiento la presente
resolución a la Presidencia de la Junta de Fiscales
Superiores de Lambayeque, Gerencia Central de Potencial
Humano, Oficina de Registro y Evaluación de Fiscales, y a
la interesada.
Regístrese, comuníquese y publíquese.
GLADYS MARGOT ECHAIZ RAMOS
Fiscal de la Nación
Presidenta de la Junta de Fiscales Supremos
633478-1
441713
1. Que de conformidad con el artículo 121º del Código
Procesal Constitucional (CPCo.), con posterioridad a la
emisión de la sentencia, el Tribunal Constitucional, de oficio
o a instancia de parte, puede aclarar algún concepto o
subsanar cualquier error material u omisión en que hubiese
incurrido.
2. Que la Procuradora refiere que “[d]eclarar la la (sic)
inconstitucionalidad, por conexidad, de la declaración
contenida en el punto 1.1 del artículo Único de la Resolución
Legislativa Nº 27998, constituye un hecho que genera
incertidumbre jurídica, al encontrarnos ante la posibilidad
de que cualquier norma cuyo plazo de prescripción haya
sido superado, puede ser declarada inconstitucional por
conexidad”. En tal sentido, solicita al Tribunal Constitucional
“que se precisen los supuestos específicos en los que se
podría aplicar la figura de declarar inconstitucional una
norma con rango de ley por conexión, aunque el plazo para
interponer la demanda correspondiente haya prescrito”.
3. Que el Tribunal Constitucional ha establecido con
claridad en el fundamento jurídico (F. J.) 77 de la sentencia
(tal como lo había hecho antes en las SSTC 0033-2007PI, F. J. 21; y 0017-2008-PI, FF. JJ. 157 – 160), que el
cumplimiento del plazo de prescripción previsto en el artículo
100º del (CPCo.), no impide que este Colegiado emita un
juicio de constitucionalidad en relación con las normas
conexas a la impugnada, impidiéndole tan sólo expulsar las
referidas normas del sistema jurídico. En otras palabras, en
tales supuestos, el Tribunal Constitucional queda impedido
de desencadenar la ortodoxa consecuencia de una decisión
estimatoria en un proceso de inconstitucionalidad, cual es
el cese de la pertenencia de la norma al sistema jurídico en
razón de la inconstitucionalidad advertida, mas no queda
impedido de valorar la constitucionalidad de la norma
conexa en cuestión.
Esta interpretación no sólo tiene por objeto optimizar la
supremacía normativa de la Constitución (artículo 51º de
la Constitución), sino también la de dotar de coherencia y
sistematicidad al ordenamiento procesal constitucional, en
tanto criterios que permiten medir la racionalidad intrínseca
de un sistema jurídico. En efecto, aunque la Procuradora
parece sostener que el cumplimiento del plazo regulado en
el artículo 100º del CPCo., elimina la posibilidad de que la
jurisdicción constitucional declare la inconstitucionalidad
de las leyes, cabe recordar que el control difuso de
constitucionalidad, previsto en el artículo 138º de la
Constitución, carece de límites temporales, motivo por el
cual, en estricto, en el ordenamiento jurídico peruano la
valoración jurisdiccional de la constitucionalidad de las
leyes puede verificarse en todo tiempo. Y si bien es correcto
afirmar que en nuestro ordenamiento, prima facie, el control
difuso, a diferencia del concentrado, sólo tiene efectos inter
partes, esta tesis es solo relativamente extensible al caso
de las sentencias del Tribunal Constitucional, cuyos criterios
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NORMAS LEGALES
interpretativos resultan vinculantes para todos los poderes
públicos (artículo VI del Título Preliminar del CPCo.).
Es así que el criterio sostenido por el Tribunal
Constitucional en el F. J. 77 de la sentencia de autos, al
relativizar los límites generados por el cumplimiento del
plazo previsto en el artículo 100º del CPCo., coadyuva a
una mayor racionalidad intrínseca del sistema, de forma
tal que, en el ámbito del proceso de inconstitucionalidad,
se aminoran los límites para el ejercicio de una evaluación
de la constitucionalidad de las leyes que de todas formas
podría verificarse en los otros procesos constitucionales y
con efectos sustancialmente análogos.
De otra parte, lejos de generar incertidumbre jurídica,
el criterio sostenido por el este Colegiado, al consolidar
los márgenes del ejercicio de sus competencias en
materia de control constitucional de normas, fortalece la
seguridad jurídica, pues le permite, en los procesos de
inconstitucionalidad, optimizar su rol de supremo intérprete
de la Constitución, integrando y unificando interpretaciones
que, en caso contrario, podrían permanecer discordantes y
antinómicas en el marco de la labor de la justicia ordinaria.
Por cierto, es justamente ello lo que acontecía con los
criterios existentes en torno a la imprescriptibilidad o no de
los crímenes de lesa humanidad, incertidumbre ésta que ha
quedado superada como consecuencia de la emisión de la
sentencia de autos.
4. Que, de otra parte, la Procuradora sostiene que
en la sentencia el Tribunal “dispone en forma expresa:
declarar la inconstitucionalidad por conexidad de la
declaración contenida en el punto 1.1 del Artículo Único de
la Resolución Legislativa Nº 27998, esto no obstante haber
señalado en el fundamento jurídico 78 que ‘(...) el Tribunal
Constitucional no puede expulsar del orden jurídico el
punto 1.1 del Artículo Único de la Resolución Legislativa
Nº 27998 —conexo al mandato previsto en la Primera
Disposición Complementaria Final del Decreto Legislativo
N.º 1097—, pues se encuentra fuera del plazo previsto en el
artículo 100º del CPCo. (...)’” (el subrayado es del original).
Bajo esta premisa solicita aclarar “si se ha declarado la
inconstitucionalidad de la declaración contenida en el
punto 1.1 del Artículo Único de la Resolución Legislativa
N.º 27998, tal como textualmente se señala en la primera
parte del resolutivo Nº 2 de la Sentencia, o si se ha aplicado
control difuso para inaplicarla”.
5. Que el Tribunal Constitucional aprecia que la
búsqueda de una aclaración en este punto sería innecesaria
si en lugar de hacerse una referencia parcial al texto del F.
J. 78 de la sentencia, se analizara con atención su texto
completo. En él se señala lo siguiente: “En consecuencia,
aunque el Tribunal Constitucional no pueda expulsar
del orden jurídico el punto 1.1 del Artículo Único de la
Resolución Legislativa N.º 27998 —conexo al mandato
previsto en la Primera Disposición Complementaria Final
del Decreto Legislativo N.º 1097—, pues se encuentra fuera
del plazo previsto en el artículo 100º del CPCo., habiéndose
advertido su inconstitucionalidad, y siendo este Colegiado
el supremo intérprete de la Constitución, en virtud de los
artículos VI del Título Preliminar y 82º del CPCo., a partir
del día siguiente de la publicación de esta sentencia, todo
poder público se encuentra impedido de aplicar el referido
precepto jurídico”.
En otras palabras, i) el cumplimiento del plazo
regulado en el artículo 100º del CPCo. impide al Tribunal
Constitucional expulsar del ordenamiento una norma conexa
a la impugnada; ii) no obstante, ello no impide controlar su
constitucionalidad; iii) verificada su inconstitucionalidad, en
razón de la fuerza vinculante de las interpretaciones del
Tribunal Constitucional, todo poder público está obligado a
inaplicarla.
Así las cosas, es evidente que el Tribunal Constitucional,
tal como lo ha señalado en el punto resolutivo N.º 2 de la
sentencia, en concordancia con lo expuesto en los FF. JJ.
72 a 78, sí ha declarado la inconstitucionalidad del punto
1.1 del Artículo Único de la Resolución Legislativa N.º
27998, motivo por el cual todo poder público, a partir del día
siguiente de la publicación de la sentencia, está obligado a
inaplicarlo.
6. Que, por otra parte, la Procuradora, siguiendo
a la doctrina, refiere que “la diferencia entre reserva
y la declaración interpretativa, es que la declaración
interpretativa no va más allá de armonizar el derecho
interno con las disposiciones de la convención de quien
la hace y en ningún caso podrá excluir o modificar los
efectos jurídicos de las disposiciones de la convención
en su aplicación a ese Estado, lo que sí es posible con la
reserva”; para luego agregar “que la declaración contenida
en el punto 1.1 del artículo Único de la Resolución
El Peruano
Lima, jueves 28 de abril de 2011
legislativa N.º 27998, no excluye ni modifica los efectos
jurídicos de ninguna disposición de la Convención sobre
imprescriptibilidad de los Crímenes de Guerra y de los
Crímenes de Lesa Humanidad”. Siguiendo tales premisas,
solicita al Tribunal aclarar “si la disposición contenida en
el el (sic) punto 1.1 del Artículo Único de la Resolución
Legislativa N.º 27998, constituye una ‘Reserva’ a la
Convención sobre la Imprescriptibilidad de los Crímenes
de Guerra y de los Crímenes de Lesa Humanidad o una
‘declaración interpretativa’”.
7. Que en el F. J. 74 de la sentencia, se señala con
claridad lo siguiente:
“Ahora bien, lo señalado en la Primera Disposición
Complementaria Final del Decreto Legislativo N.º 1097
constituye, en la práctica, una reserva, tal y como lo dispone
la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados
de 1969 (entrada en vigor para el ordenamiento jurídico
peruano desde el 14 de octubre de 2000). En efecto, el
referido instrumento señala, en su artículo 1, inciso d, que
la reserva constituye ‘una declaración unilateral, cualquiera
que sea su enunciado o denominación, hecha por un Estado
al firmar, ratificar, aceptar o aprobar un tratado o adherirse
a él, con objeto de excluir o modificar los efectos jurídicos
de ciertas disposiciones del tratado en su aplicación a
ese Estado’. De esta forma, tal y como se dispone en el
artículo 19 de la Convención de Viena, las reservas no
proceden cuando: a) están prohibidas por el tratado; b)
que el tratado disponga que únicamente pueden hacerse
determinadas reservas, entre las cuales no figure la reserva
de que se trate; o cuando c) en los casos no previstos en
los apartados a) y b), la reserva sea incompatible con el
objeto y fin del tratado. De un examen de la Convención
sobre la imprescriptibilidad de los Crímenes de Guerra y de
los Crímenes de Lesa Humanidad y Crímenes de guerra
nos encontramos que estamos en el caso señalado en el
apartado c).
La declaración aludida contraviene el objeto y fin de la
Convención sobre la imprescriptibilidad de los Crímenes de
Guerra y de los Crímenes de Lesa Humanidad y Crímenes
de guerra, toda vez que este instrumento establece, en su
artículo I, que los crímenes señalados “son imprescriptibles,
cualquiera que sea la fecha en que se hayan cometido”
(énfasis agregado). En consecuencia, la declaración del
Estado peruano de limitar la regla de imprescriptibilidad
para los casos posteriores a la fecha de entrada en vigor
de la Convención (9 de noviembre de 2003), supone,
además, interponer una reserva violatoria del derecho
internacional que impide el esclarecimiento de crímenes
de estas características que hayan tenido ocurrencia con
fecha anterior al 9 de noviembre de 2003, deviniendo en
un incumplimiento de sus obligaciones internacionales
de investigar y sancionar a los responsables de estos
crímenes”.
Baste una lectura detenida del citado F. J. para apreciar
que tampoco en este aspecto es de recibo aclaración de
ningún orden.
8. Que, de otro lado, la Procuradora solicita al
Tribunal Constitucional aclarar “si la Resolución
Legislativa Nº 27998, la misma que ratifica la adhesión a
la Convención sobre la Imprescriptibilidad de los Crímenes
de Guerra y de los Crímenes de Lesa Humanidad y
la Convención misma, tienen carácter indisoluble. El
pedido se sustenta en el hecho de que se ha declarado
la inconstitucionalidad por conexidad de la Resolución
Legislativa N.º 27998, sin haberse hecho mención alguna a
la Convención sobre la Imprescriptibilidad de los Crímenes
de Guerra y de los Crímenes de Lesa Humanidad, es decir,
de manera aislada”.
9. Que es notorio que una cosa es el control de
constitucionalidad del contenido de un tratado internacional
y otra, muy distinta, el control de constitucionalidad de la
Resolución Legislativa que aprueba la adhesión del Estado
a dicho tratado. Cuando en la RTC 0018-2009-PI, el
Tribunal Constitucional refiere que la Resolución Legislativa
aprobatoria de una adhesión a un tratado internacional y
el referido tratado, tienen una relación de tipo indisoluble,
lo hace con el objeto de enfatizar que sin aquélla (como
condición necesaria aunque no suficiente) éste no tiene
oportunidad de surtir efectos en el ordenamiento interno.
Ello, desde luego, no impide que la Resolución Legislativa
pueda incurrir en un vicio de inconstitucionalidad que
no comprometa la constitucionalidad del contenido del
tratado aprobado. Es ello, justamente, lo que ha tenido
lugar con el punto 1.1 del Artículo Único de la Resolución
Legislativa N.º 27998, cuya manifiesta inconstitucionalidad
El Peruano
Lima, jueves 28 de abril de 2011
NORMAS LEGALES
en modo alguno compromete la validez constitucional y la
aprobación por parte del Estado peruano de la Convención
sobre la Imprescriptibilidad de los Crímenes de Guerra y de
los Crímenes de Lesa Humanidad.
10. Que la Procuradora solicita al Tribunal aclarar “si
el conocimiento al que se hace mención en el numeral 1
del artículo 7º de (sic) Estatuto de Roma (...) se refiere al
conocimiento de Estado o como lo sostiene la doctrina al
conocimiento del autor de los ataques”.
11. Que esta solicitud de la Procuradora no busca aclarar
algún criterio del Tribunal Constitucional esbozado en la
sentencia y que haya sido determinante para la decisión
adoptada, sino disipar dudas que se han presentado en la
doctrina en relación con un concreto aspecto del artículo
7.1 del Estatuto de Roma. Sobre el particular, cabe recordar
que el Tribunal Constitucional no es un órgano consultivo.
12. Que, finalmente, solicita que se aclare “si la
interpretación que el colegiado realizó en la sentencia de
las disposiciones del Estatuto de Roma, consideran lo
dispuesto en los artículos 11º, 22º, 24º y 29º del mismo”.
Los referidos artículos establecen lo siguiente:
Artículo 11º: “1. La Corte tendrá competencia únicamente
respecto de crímenes cometidos después de la entrada en
vigor del presente Estatuto.
2. Si un Estado se hace Parte en el presente Estatuto
después de su entrada en vigor, la Corte podrá ejercer
su competencia únicamente con respecto a los crímenes
cometidos después de la entrada en vigor del presente
Estatuto respecto de ese Estado, a menos que éste haya
hecho una declaración de conformidad con el párrafo 3 del
artículo 12”.
Artículo 22º: “1. Nadie será penalmente responsable
de conformidad con el presente Estatuto a menos que la
conducta de que se trate constituya, en el momento en que
tiene lugar, un crimen de la competencia de la Corte.
2. La definición de crimen será interpretada
estrictamente y no se hará extensiva por analogía. En caso
de ambigüedad, será interpretada en favor de la persona
objeto de investigación, enjuiciamiento o condena.
3. Nada de lo dispuesto en el presente artículo afectará
a la tipificación de una conducta como crimen de derecho
internacional independientemente del presente Estatuto”.
Artículo 24º: “1. Nadie será penalmente responsable
de conformidad con el presente Estatuto por una conducta
anterior a su entrada en vigor.
2. De modificarse el derecho aplicable a una causa
antes de que se dicte la sentencia definitiva, se aplicarán
las disposiciones más favorables a la persona objeto de la
investigación, el enjuiciamiento o la condena”.
Artículo 29º: “Los crímenes de la competencia de la
Corte no prescribirán”.
13. Que tal como puede apreciarse todos los artículos
citados, salvo el último, toman como punto de referencia
temporal la fecha de la comisión del hecho que se considera
punible, sea para determinar la competencia de la Corte
Penal Internacional (que sólo podrá conocer de los hechos
que tengan lugar con posterioridad a la entrada en vigor del
Estatuto de Roma), sea para determinar el Derecho penal
aplicable (el cual no podrá aplicarse retroactivamente, salvo
que resulte más favorable al procesado o condenado).
Un análisis detenido de los FF. JJ. 55 a 62 de la
sentencia, permite advertir que el Tribunal Constitucional
ha considerado la esencia de los referidos artículos. En ese
sentido, es singularmente clarificador el F. J. 56, en cuanto
refiere que
“...una cosa es afirmar que las normas atinentes a la
descripción de la conducta típica y la pena imponible sean
las vigentes en el momento en que se produce el acto o la
omisión penalmente reprochable (a menos que sobrevenga
una más favorable), y otra, muy distinta, sostener que este
criterio rige necesariamente también para las normas que
determinan el tiempo durante el cual dicha conducta es
susceptible de persecución penal.
El contenido esencial del principio de legalidad penal,
se encuentra referido a la conducta típica y a la pena, mas
no a la prescripción de la acción penal...”.
En otras palabras, no cabe confundir el régimen
constitucional e internacional que rige la aplicación de los
tipos penales y las penas en el tiempo, con el régimen
aplicable a las reglas de prescripción de la acción penal.
441715
14. Que, en definitiva, dado que ninguna de las
observaciones realizadas por la Procurada justifican alguna
aclaración de los criterios establecidos en la sentencia de
autos, la solicitud debe ser declarada improcedente.
Por estas consideraciones, el Tribunal Constitucional,
con la autoridad que le confiere la Constitución Política del
Perú
RESUELVE
Declarar IMPROCEDENTE la solicitud de aclaración
formulada.
Publíquese y notifíquese.
SS.
MESÍA RAMÍREZ
ÁLVAREZ MIRANDA
BEAUMONT CALLIRGOS
ETO CRUZ
URVIOLA HANI
632856-1
Declaran infundada demanda de
inconstitucionalidad contra el D. Leg.
Nº 1020, mediante el cual se promueve
la organización de los productores
agrarios y la consolidación de la
propiedad rural para el crédito agrario
EXPEDIENTE Nº 00027-2009-PI/TC
Expediente Nº 00027-2009-PI/TC
Lima
GONZALO TUANAMA TUANAMA Y OCHO MIL
TRESCIENTOS SIETE CIUDADANOS
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 5 días del mes de enero de 2010, el Pleno
del Tribunal Constitucional, integrado por los magistrados
Mesía Ramírez, Álvarez Miranda, Vergara Gotelli, Beaumont
Callirgos, Calle Hayen, Eto Cruz y Urviola Hani, pronuncia
la siguiente sentencia.
I. ASUNTO
Demanda de inconstitucionalidad interpuesta por
Gonzalo Tuanama Tuanama, en representación de ocho mil
trescientos siete ciudadanos, contra el Decreto Legislativo
N.º 1020, mediante el cual se promueve la organización de
los productores agrarios y la consolidación de la propiedad
rural para el crédito agrario, publicado el 10 de junio de
2008 en el diario oficial El Peruano.
II. ANTECEDENTES
A. Demanda
Con fecha 17 de julio de 2009, se interpone demanda de
inconstitucionalidad contra el Decreto Legislativo Nº 1020. Los
demandantes aducen que el referido decreto no ha contado
con un proceso participativo por parte de las comunidades
campesinas y nativas, las mismas que podrían resultar
afectadas. La norma fue legislada y promulgada sin
hacerse ninguna consulta previa, libre e informada a los
pueblos indígenas, tal como lo exigen el Convenio 169 de
la Organización Internacional del Trabajo (artículos 6, 15
y 17) y la Declaración de las Naciones Unidas sobre los
Derechos de los Pueblos Indígenas (artículos 19, 30 y 32).
Señalan que el Poder Ejecutivo, amparado en la
delegación de facultades que le hizo el Congreso con
motivo de la implementación de la normatividad relacionada
a la suscripción del TLC con Estados Unidos, promulgó la
norma cuestionada. Precisan que la citada delegación se
formalizó mediante la Ley N.º 29157; además alegan que
de la interpretación y concordancia de los artículos 2.1. y
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