Indicaciones de la electroencefalografía

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PROTOCOLOS DE PRÁCTICA ASISTENCIAL
Indicaciones de la electroencefalografía
J. Tejeiro Martínez
Sección de Neurología. Hospital Universitario Príncipe de Asturias. Alcalá de Henares. Madrid.
Introducción ..........................................................................................................................................................
La electroencefalografía es la parte de la Medicina que
estudia el registro y la interpretación de la actividad
bioeléctrica cerebral, espontánea e inducida por diversas
maniobras de activación.
El electroencefalograma (EEG) es el gráfico resultante de
este registro. Consiste en una serie de ondas que reflejan
los potenciales eléctricos cerebrales, originados por la suma
espacial y temporal de potenciales postsinápticos de la
membrana de neuronas de la corteza cerebral y las
correspondientes corrientes iónicas que fluyen al espacio
extracelular.
Estos potenciales son captados por una serie de electrodos
conductores situados habitualmente en el cuero cabelludo,
transmitidos hacia las entradas de un sistema electrónico
(electroencefalógrafo), amplificados y filtrados por el aparato
y, finalmente, registrados por un mecanismo analógico (el
resultado se graba sobre tiras de papel en movimiento) o
digital (el trazado se interpreta en un ordenador equipado
con un software especializado y se puede archivar en
diferentes formatos, como CD-Rom) (fig. 1).
Las ondas así registradas y con determinadas características
(frecuencia, amplitud, localización, etc.) en personas sin
anomalías del sistema nervioso, constituyen el EEG
normal. El EEG patológico es el registro que no contiene
los patrones considerados normales, pero sí actividad
eléctrica que estadísticamente se asocia con alteraciones
clínicas (actividad lenta, actividad epileptiforme y
alteraciones de la amplitud).
PROTOCOLOS DE PRÁCTICA ASISTENCIAL
Fig. 1.
Registro electroencefalográfico.
EEG: electroencefalograma.
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ENFERMEDADES DEL SISTEMA NERVIOSO (VI)
En términos operativos puede afirmarse que el EEG representa un gráfico bidimensional que relaciona el voltaje (diferencia de potencial entre dos electrodos, al menos uno situado
en el cuero cabelludo) –eje Y– con el tiempo –eje X–.
La utilidad del EEG es enorme si el médico clínico conoce
sus indicaciones y es consciente de sus limitaciones.
Indicaciones
El EEG se acepta como método de evaluación de la función
cerebral en situaciones normales y patológicas. El EEG puede tener indicaciones en tres aspectos:
Diagnóstico (fig. 2)
El EEG ofrece un elevado rendimiento diagnóstico en los
trastornos funcionales del sistema nervioso, siendo un método excelente para valorar las alteraciones de la actividad cerebral:
Episodios de presentación paroxística con/sin pérdida
de conciencia
Eventualmente, el registro de actividad epileptiforme o de
un síncope (progresiva actividad lenta y recuperación inversa), puede orientar el diagnóstico. La sospecha de otra enfermedad que explique los síntomas (vascular, trastornos del
control motor, migraña) no hace necesario un EEG.
Epilepsia
El EEG puede detectar anomalías muy características, denominadas actividad epileptiforme (puntas y polipuntas, ondas
agudas, complejos punta-onda), con valor diagnóstico. El EEG
tiene utilidad en el diagnóstico sintomático (puede confirmar el
diagnóstico clínico o ayudar cuando los datos de la anamnesis
son incompletos o dudosos, y clasificar el tipo de crisis epiléptica -parcial o generalizada-) y en el diagnóstico sindrómico
(puede identificar un síndrome epiléptico, por ejemplo, la hipsarritmia es característica del síndrome de West).
Los EEG realizados durante el sueño o los registros prolongados (vídeo-EEG, holter-EEG) se utilizan cuando se
sospechan crisis epilépticas y los EEG convencionales no
muestran anomalías.
No obstante, el diagnóstico de la epilepsia es fundamentalmente clínico y en este sentido siempre deben considerarse dos principios:
1. Un EEG normal no excluye el diagnóstico (10-40%
de los casos).
2. Ninguna anomalía electrográfica es patognomónica ni
suficiente para establecer el diagnóstico de epilepsia (puede
existir actividad epileptiforme en sujetos asintomáticos, 1-2%).
Alteraciones del nivel de conciencia, síndrome
confusional agudo y coma (encefalopatías difusas)
Aunque las anomalías eléctricas suelen ser inespecíficas, el
EEG puede tener valor diagnóstico (comprueba una anomalía
de la función cerebral, excluyendo causas psicógenas), evaluar
la evolución del proceso y, en ocasiones, establecer el pronóstico (determinados patrones electrográficos en el coma se aso4852
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cian con mal pronóstico en cuanto a recuperación funcional,
por ejemplo, la actividad periódica, una actividad de bajo voltaje persistente o el patrón brote-supresión).
Muerte cerebral
El diagnóstico de la muerte encefálica pertenece a la neurología clínica, pero el EEG puede constituir una prueba instrumental de soporte diagnóstico cuando la evaluación clínica es incompleta o no existe evidencia de lesión destructiva
cerebral. Con frecuencia, el EEG es utilizado en este sentido para la extracción y trasplante de órganos.
Infecciones
El EEG suele demostrar correlación electroclínica en encefalitis agudas (actividad lenta difusa o focal con/sin descargas
periódicas) e infecciones crónicas del sistema nervioso (actividad periódica generalizada en la enfermedad de JakobCreutzfeldt o en la panencefalitis esclerosante subaguda).
Patología vascular
El EEG puede ser útil en localizar isquemia cortical cuando
las manifestaciones clínicas son insuficientes (actividad lenta
focal) o los estudios de neuroimagen no muestran cambios
patológicos.
Trastornos del sueño
El EEG permite identificar el estado de vigilia y las diversas
fases del sueño mediante registros que pueden estudiar otras
variables fisiológicas: movimientos oculares, actividad muscular, parámetros respiratorios y cardiovasculares (estudios
poligráficos). La posibilidad de detectar descargas epileptiformes en epilepsias aumenta en registros electroencefalográficos de sueño.
El rendimiento diagnóstico del EEG es moderado o bajo
en la patología estructural del sistema nervioso, en función
de su tamaño, localización y rapidez de evolución.
Diagnóstico diferencial
Aunque la capacidad diagnóstica del EEG puede ser baja en
algunas enfermedades, es probable que resulte útil en el
diagnóstico diferencial de algún síndrome. Así, los hallazgos
electrográficos pueden orientar la etiología en el estudio de
la demencia (por ejemplo, existen descargas periódicas en la
enfermedad de Creutzfeldt-Jakob) o del síndrome confusional y encefalopatías difusas (la presencia de ondas trifásicas
sugiere encefalopatía metabólica o de actividad epileptiforme en estados epilépticos no convulsivos).
Seguimiento y evaluación de la respuesta
terapéutica en determinadas alteraciones
estructurales y funcionales del sistema nervioso
1. Encefalopatías tóxicas y metabólicas.
2. Traumatismo craneoencefálico.
3. Epilepsia. El EEG tiene relevancia en situaciones concretas (crisis no controladas, estado epiléptico, evaluación
Cor
Conside
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Episodios de presentación paroxística
Epilepsia
Alteraciones del nivel de conciencia y coma
Muerte cerebral
Infecciones del sistema nervioso
Patología vascular
Trastornos del sueño
EEG diagnóstico
Normal
Sospecha EEG patológico
Correlación clínica
Considerar falsos negativos
Evaluar:
Artefactos
Patrones sin significado clínico
EEG patológico
Correlación clínica
Considerar falsos negativos
PROTOCOLOS DE PRÁCTICA ASISTENCIAL
Fig. 2.
Indicaciones diagnósticas del electroencefalograma (EEG).
quirúrgica); no se debe realizar en cada revisión de un paciente epiléptico.
Limitaciones
El EEG no discrimina entre individuos sin patología y aquéllos
que tienen una enfermedad neurológica. Un trazado normal o
anormal tiene únicamente una asociación estadística con la enfermedad. Es más probable que un individuo con un EEG
anormal tenga una enfermedad neurológica, pero pueden existir personas sanas con la misma anomalía electrográfica.
En términos de sensibilidad podemos decir que un EEG
normal no implica ausencia de patología neurológica. El
EEG puede tener falsos negativos, es decir, no detectar determinadas alteraciones del sistema nervioso en función de
su dimensión espacial (lesiones de pequeño tamaño o de localización profunda pueden no originar anomalías eléctricas)
o temporal (registros obtenidos en fases precoces del desarrollo de una lesión, en lesiones crónicas o en ciertas anomalías intermitentes, como la epilepsia, pueden ser normales).
Respecto a la especificidad, un trazado anormal no implica
la existencia de patología neurológica. El EEG puede tener falsos positivos, es decir, revelar anomalías en individuos sin evidencia de patología cerebral (5-10% de la población general).
El EEG siempre debe ser utilizado como un procedimiento auxiliar, cuya información sólo tiene valor integrada en
el análisis global del paciente (anamnesis, exploración física,
exámenes complementarios). La utilidad del EEG como método de cribaje es escasa o nula, por ello debe solicitarse para
intentar solucionar el problema particular de un paciente.
Bibliografía recomendada
• Importante •• Muy importante
✔ Metaanálisis
✔ Ensayo clínico controlado
✔ Epidemiología
Emerson RG, Pedley TA. Electroencefalografía y potenciales evocados. En:
Bradley WG, Daroff RB, Fenichel GM, Jankovic J, editores. Neurología
clínica. Diagnóstico y tratamiento. 4ª ed. Volumen I. Madrid: Elsevier
España SA; 2005. p. 465-90.
Fisch BJ. Fisch & Spehlmann’s EEG Primer. Basic Principles of Digital and Analog EEG. 3th ed. Amsterdam: Elsevier Science BV; 1999.
Iriarte J, Ortiz P, de la Peña P, Saiz RA. Cómo y cuándo practicar
la electroencefalografía. Indicaciones en la epilepsia. En: Guía oficial para el diagnóstico y tratamiento de la epilepsia. Capítulo 2.
Grupo de Estudio de la Epilepsia. Sociedad Española de Neurología. Barcelona: Prous Science; 2004. p. 5-10.
Tejeiro Martínez J. Electroencefalografía clínica básica. Barcelona:
Viguera Editores SL; 2005.
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Medicine. 2007;9(75):4851-4853
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