periódico de las familias.

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ANO x x y i r .
PERIÓDICO DE LAS FAMILIAS.
NUM. 3 9 . '
COKTIEKE LOS DIBUJOS MAS KCTAHI TS DE LAS MODAS DE PARÍS; MODELOS DE TEAPAJOS A LA AGVJA, CHOCHET, DE TAPICEBIA EN COLl PES, ETC., ETC.
Se p u b l i c a l o s
PKECIO DE LA MODA ELEGANTE ILUSTRADA.
En España y Canarias.
dias
6, 1 4 , 2 2 y
30 d e c a d a
OBTIENEN UNA PRIMA
L I S Q U E SE ABOKEN POB ON AÑO A LA 1 . " E D I C I Ó N .
1.* Edición lie lujo: •ll fitíiirines ilii mi nades cadií M\n; \1 lapiceriaa en colores punto Berlini y 24 ¡liitriines en taiiiaSo nadirdl.
Cn afio 160 rs,..,SeiR meses, tO...'rres meses. 45...Un moa, 16.
I . ' Edición de 13 ii|,'uri[ies caila ano y 24 ¡latrones lamaño Tiatiiral.
Cu año 120 rs...,Seis niesüa, 65...Tres meses, 35...Un mea, 12,
3,' Edición, sin figurines ilumiTindiia y con 12 psliones tamaño natura!.
Un año 80 rs.,., í^eÍB meses, 42... Tres meses, 22... üu ities, 8.
4.' Edinn; sinfigurinesni patrones.
Un año 60,.. Seis meses, 3¿ .... Tres meses, 17.... Un mes, 6.
DIRIGIRSE PARA LOS A BOX OS
AL AÜMINISTEADORDE LA MODA MADltlDÓ CÁDIZ, CON LETRAS
DE FÁCIL COBEO.
FHOPIBTAKIO: Don Abelardo de CárloB.
volantes, el i'iltimo con cabeza. Trage de encima de p o pelina del mismo color del de debajo, orlado con un gaIon y un lleco, recogido en ambos ledos jior un lazo de
cinti color castaño,
Trugc redonda de alpaca [irlf^, con un volante sobre
el que corre un rizado doble; manteleta cruzada hecha de
Explicación del grabado de modas,
cachemira negra.
Traije de debajo ñ listas malvas >/ nearas.—Trage
de
Ti'age de debajo de tafetán castaño, guarnecido con dos
encima de tafetán malva, con volante rizado, y sobre él
Sumario ••^Grabado de modas.—Coginbordado al pasado.—Neceser para meiisilios lie dibulanles.— Estudie para ¡mieojos. — ^o^l;l•o^illo.—
Tira de tapicería.— Lccciiin de co-tura con fi5 dibujos y sus expliciiciones.— Mucela para camisa escolada, — lícviala de modas y explicación
del ligurJn ihiminado.
Fandango y lironia y ¡inla la casa toda. —El canario.—Crónica de sajones y de mQdas.-A,edre7.,-Gcrogllíico.-Solución del iinteriur.
mes.
PRECIO D E LA MODA ELEGANTE ILUSTRADA.
En la Isla de Coba y Fuerto-Eico.
Por un año, 12 pesos fuertes,..Seis meses 7 pesoi fuertesL
EN LAB DEMÁS AMÉHICA8 X F I L I P I N A S ,
P o r u n a ñ o , 1 5 ¡}s. f's.
ATJMINISTHACIOKKBPIÍINCII'ALES.
M A D R I D , I.ilirpria de Don C. Biiilly Baillierf, plaia del I'fincipe Alíon»o.
HA H A N A, Dim l i c n i l o Í K i n í n ' i i Tannl^O, tallt- llalinn.i.
LISIIOA; L. E. CardcT'O (iur-ilcs.—1.09 ¡irtrios p.irn Hoilnpal tienen un annieiilo de 1^ por lOllMibu- loMle l>|iaiiH.
un rizado recortado; ficbrt igua!.
Nifia de ií (n'/os.—Trage de alpnca color castaño con
rizado de cinta figurando una esclavina cuadrada y un
delantal.
A''Í/~'CÍ de '10 años.—Enngua de cachemira azul con volantes rizados. Trage de encima de cachemira blanca con
pi'esillas de cachemira azul.
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GRABADO Bt: MODAS.
h.
OCTUBRE DE 18G8.
COr.íN DOHDADO AL PASADO.
31 i
LA MODA ELEGANTE ILUSTRADA, PERIÓDICO DE LAS FAMILLA.S.
las cifias iguales y todo el estuche se orla con cordón.
Cogin bordado al pasado.
Este cogin está bordado con se(J;i, id pasado, sobre cachclüii'ü; los punios son onlrt'lazados para los pequeños arabescos que componen e! fondo del dibujo,— reotos para lo demás de la labor. Esta se ejecuta con seda sin torcer de diversas tintas (género oriental). En nuestro modelo la cacbem¡ra es encarnada: las eslreililas del fondo (contorno exterior) son de seda color castalio dorado, coa cruz de la misma tinta, pero mas clara en el centro; las estrellas del fondo (centro del cogiii) se liacen con seda maiz; cruzcoloi'castaiio en el ceniro Los grandes arabescos en forma de rosáceas, que se dirigen hacia la parle media, son de Ires tintas
azules, el centro de dos íiulas encarnadas.
El arabesco de hojas dirigidas hacia ahajo es de cuatro
tintas encarnadas y las rosáceas de cada lado de este arabesco, asi como los adornos de las esijuinas son de muchas
tintas verdes; el arabesco colocado enire las rosáceas del
medio está hecho con seda verdepardo, castaño claro j blanco. Las
lisias coa escamas se hacen á punto de pasado lai'go, con violeta oscuro,—ó azul,—(i granate.
Al ejecutar este hoi'dado, se deben hacer primero los arabe-scos
grandes á punto redo ; cuando se
ha lerminado esta labor se ejecula
el fondo ú pualo entrelazado. Un
dibujo especial indica este puulo,
hecho con torzal de seda para no
perjudicar á la claridad de la demostración.
Porta-ovillo en forma de canastilla.
£ l j i a i r u i i til? estü objeto [fía. 85) se p u l i l i c i i i i e n uno de nuestros p r ó x i m o s
iiüiiieros.
PORTA-OVll.1.0 V OTIiuS l'.Sü.S.
Este objeto se puede hacer mas ó menos í;rande. — Para
piepararlo, se corlan ea cartón y paño violeta cinco pedazos por la hg. 85, llegando solamoale cada pedazo hasta la
linea de puntos del dibujo, y excediendo del borde superior
los pedazos de paño eit medio centímetrojior lo meaos. Se
preparait en seguida ciaco pedazos de paño gris en todo el
coaloriio del patrón; estos se bordan al pasado y punto ru.so
coa torzal de seda violeta y cordoncillo de oro, y se l'estoaean |)or el borde superior y el inferior con seda violeta. Se
pega el forro violeta sobre el carlon, que se cubre del mismo modo con el paño gris, de manera que la punta de cada
pedazo gris caiga hacia la parte eslerior; luego se reúnen
todos lus pedazos por fuera, haciendo con la seda violeta
una costura en cruz. Cada puma se
adorna con un buclecillo cíe cuentas blancas de cristal. Entre cada
división se pone un cascabelillo de
cristal. Debajo del bordeípié) secóse una especie de platillo formado
de dos discos de paño viólela, ciula
uno de O cenlimetros de diámetro,
y entre ambos se pone un cartón que
se orla con cordoncillo de oro. Este
platillo se hoi'da con cuentas blancas de crislal.
Tira de tapicería.
Neceser para utensilios de dibujantes,
Esta lira servirá para silla larga,
silla inglesa, cortinas, porliers, cofre de madera, etc.
E l ¡ l i i t i ü n ílü cbie (jliii'lii he i m l i l i c a i á L-JI uno ile
iiiiysiiuf) ])r(J\¡nius iii'iiiii,'rii;.
MATIÍIHÍALES : Tíililcte castafio ilutado:
talfitaii del iid^nio color; <ralon idora
(Icbcda, de 3/'i de. cpnlímctro do ancho; perealiiia: luili; do seda; tor/al
di* seda vfrdt', toiv.ul do sedaaiiiariUo : cinta clástica esti'ccha de seda
color Casiano.
LECCIONES DE COSTUR.A.
Ojales para ropa blanca.
Publicamos hoy una colección de
ojales, liados y sólidos, parala ropa
blanca ; además del dibujo (|ue reEsle neceser, hecho de tafilete,
presenta cada ojal, se eaconlrariiun
va forrado de tafetán color castadibujo especial que reproduce la ejeESTUCHE
ño,!' ribeteado de cinta del mismo color, con punios de
ÜARA ANTEOJOS.
espina hechos coa igual seda; ea uao de los lados trans- NECESER PARA UTENSILIO.? DE DIBUJANTES. cucioa de los ojales en (amaño mayor que el natural, á lin de que la
versales se bordan dos iniciales coa seda amai'illa y seda
copia pueda liacerse mas fácilmente. La preparación de un
verde, al pasado y á punto de cordoacillo. Por dcniro se
•^nnnpivn^p^ffin
ponen pi'esillilas de ciiila para clasificar y sujelar ios diojal cualquiera se hace á ¡mnlo de bastilla (vt'ase el n.*^ •!).
versos utensilios. La fallriijuera ({uo allí se encuentra va
ó bien á punto de cadeneta {véase el n.'^ 2).
forrada de hule y sirve para guardar los esfuminos, barL\." 3 y 4.—Ojal ílesloii denüido). —Se orla la abertura
>•
V
ras, etc. Las figs. 30 á 38 represenlan el patrón de este
con largos puntos desiguales, formando un diente y se lineceser. So cosen unos con otros todos los jieda/.os, junjan por un segundo punto mas corto. So hace primero ua
tando las cifras iguales, y consullaado el dibujo correspunto largo (véase el dibujo n." i), poniendo la aguja sepoadieale. En la lig. 37 se liacenlas costuras desde 71 coa
gún las indicaciones del dibu(o. luego un punto corto al
7i lia&ía 70,—en seguida desde 71 hasta 1-2.
sesgo, dirigiendo la aguja de izquierda á derecha como lo
indica el dibujo n." i l .
JN." 5 y 1).— Ojfí/í.9 foíf puftio do espina. — Este punto es
Estuche para anteojos.
conocido de nuestras antiguas suscriloras; las nuevas enEl piition (le cbie elijelo se putiliciirá en «no de nuestros próximos ni'imeros.
contrarán su indicación en el dibujo n.^'6. Se hace primePUNTO ENTRIíLAZAnO.
ro un punto de ícsion al sesgo, picando de arriba abajo
MATERUI.ES. — Tafetán color castaño ; cordón fino de seda del
[Véase el cogin liorilado de la píiBÍnu anterior.)
mismo color: cartón.
como lo muestra la posición de la aguja;—e! punto siguieule se hace en
Este estus e n t i d o oche es muy
• IIBBailaBiaMHHHHMMBBiaEBBU&BKBHBBaaBBDBRasaBaBBaBaBnaHHBHBBBBBaBBBBBaBBaBIBaXBBBBBBBaBBBBaaBaBIBBaaBBBBBBBBBBBBBBBBVBBIBBBBDflBDDeBHIlnl'BBB
puesto (de afácil de eje- '^•'"
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• ".""' ' i : : - t - : ! - - - - r : : ^ - : - ; M - t - r - - - T - r - r - - ; - : - r , . . 7 . ; - - ' i v ^ ^ ^ i ; r h ^ : ^ • • • T + - ^ • h k r ^ ^ - t ^ ^ - H • í ^ ^ ^ • H ^ H ^ - 4 H - • T ; • r - ^ ^ - + - í • i • • ' • • • : • h H ' : H 4 . ' • ^ ^
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bajü arriba),
cular. Se cor- •• •• na ne aa
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y co!:íe al mistan ea tafetán
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con cordón, a a a B B B B B a a B a a B a a a B B B a B B a B B a B B B B a a B B a H B B B H B B a a B B•BBBBBBa aBaaBBBBMaBa BB BB BBBDBBa( iBaaBBBKaBaBaBBBBBKBa BBBBai BB B BB BK BB BBBa BB Ba aBBB BB R-B•••-¡-I-•
a B B a B>a jB. aa BBBBBBBaBa B a
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ion (véase el
B v a B a B B B U a f l B a H B B B B B a B a a B a B B a B B a a a a B B B B B B B •-l-l'[••i-l-l-BIBaaBBBaBaaBBBBaBBBBBaaB
luego se reúB B a B B B a B B a a B B E O B a a a B B B B B K f l B B a B B B B B B B B B a B B '-~-1-T"^'t"H'-aBBaaBBBBBII B B a a D B B B B B n B B B
dibujo n.'^Sl. '
nen los pedaSe rodea el
TIRA DE T A P I C E R Í A PARA CORTINAS, ETC.
zos Juntando
ojal con punExplicación de los signos: • Negro. ® Punzó. ^ Verde. * Lila. ^ Blanco. ? Gris. ^ Seda amariUa. ° Seda naranja.
NECE--1 I U L N U U L L A D O )
PAnAUTENSU.IOS DElJlÜCJA^TES.
pili
•Mil
IL
.j.
i::ir
312
LA MOrA ELEGANTE ILGáTUADA, PEilJüDlCO DE LAS FAMILIAS,
I los (le nuilillos (vrase el dibujo
I Ill'illU'fO'.t).
i
l\.'- •10 y W. —Doble fesloji.
1 Se liJtcí' lili piinlo ];n'2;o L-oniiin.
Iiu'iío imo corlo :il ses!j;o, fie iz-
•.-•j'ün í 1 1 '
:•-.•-.,...•
1
' •
¿J'¿il^-*J
1
ciiiienla áilt'i'eciía; L-UUIÜ lo iu-
, Ji).'it ol tiibujo II." 11.
N. 1. I'tüj).ii;iciui) (I
N."^'l-2 y IB.^Anlcs di' pre|iararpl ojal seponr un cordón,
cosido lodo al redodor de la a^ . 3 . 0,,:il ; i l f.'Sloii
lierlura; el dilmjo n." lü indica la dirercion
del iiilo y ejecución del ojal, pero sin_ el cordón, f]iie liLilnera podido perjudicar á la cíai'idaü de la deniuslracion.
N.<" 1-iy 15. — Es eoii corla diferencia el
punió deuiihitlíi e! (¡ue Ibrina e.sle ojal; se envuelve el hilo 7 ii ¡S veces al rededor de hi agiija. Inego se .saca esla aprelando el hilo envuelto conlrn la lela; se ¡dea la aguja en el sitio en f|ue se lia i^icado el último punto, se la
í\. b. (i.,al (¡Kiiiii) iii' ' s p i .¡I).
pasa por la lela y se liacc un nuevo punió.
ciLTIlinlrl.
Presillas para colgar los paños de tocador.
li. 1. Oj:it aduriiijilo ;'i jiiiiilo
Diversos botones para ropa
blanca.
Estos botones son, no so!o
mas bellos sino líinihien mas
sólidos que losipiesecuinpran
jiara ropa blanca; se hacen lodo^ con hilo lino.
N.°' lü y 17.—Bolón plano al
crochet. ~'ie principia por el
Ion se hace al crocliet, sobre cor!•' rfl>^
pTrí^^'ji!'
dón; es muy sólido. Se princijúa
por el centro, y se hacen 3 vuel'.tas en redondo solire cordón lino.
S^lg
g@
En cada vuelta se aumenlan algu• . • 1 ^ SsRí
nos punios, se mantiene el crecido, y se hacen 2 vuellas sin cordon,—2 sin crecido. — en lin 5 ó
O vuellas en las cuales se mengua ^, 2. l'ii'pLiiii, i h- un ojal i iiunlo
hasta cerrar la abertura: la hebra
puede servir para coser el hoton. E! dibujo
n." 20 representa la cara sujierior del bolón,
el dibujo n." 21 la inferior.
K. 12. Ojiil ;i r'itiiii (]..• hiviilud
Esuis ]iresillas reemplazan ventajosamente
.;i á los buclecillos de cinla.
N." 1.—Algodón del n." 50. — Se hace una
cadenela de 'Mi punios, el último de los cuaitc iiiiilillo.s.
les se reúne con el pi-imero,—20 jiunlosenel
aire; se pasa el íillimo y se hace uno sencillo en cada uno de
estos Jíl y en los 30 primitivos
(pero por el lado opuesfo á los
20 itllimos juinlos en el aire);
se hacen otras 'i vueltas iguales, de ida y vuelta. El dibujo
indica cómo se ha de coser esla presilla.
N." 2. El mismo algodón.—
Se la liace atravesada; se forma
una cadenela de '.I punios, se
N. 19.
centro y se liacen siete vuellas de
puntos sencillo.'^, en redondo; se
trabaja sierapre de izquierda á
derecha, siguiendo las indicaciones del dibujo, que representa la
labor mayor que el nalural. En la 2.-' de eslas 7 vueltas se hacen 2 puntos en cada punió; la 8.'' vuelta se compone de punios
sencillos hechos como comunmente se liacen, y cubre un circuüto de metal de tamaño adecuado; se hacen '2 puntos sencillos en
cada 2." punto de la vuelta anterior. El revés de la labor es el
derecho clel botón.
N."'18 y 19.—Kslo.s dibujos enseñan á utilizar el circulilo de
metal de liu botón usado. Se le pone entre dos discos de lienzo,
que se cosen todo al rededor, en seguida se circuye todo ello
siguiendo las indicaciones del dibujo n." 19 que représenla el boN. fi, EJi.'tiicion (id djjl ii. :i.
N. IS.
])asa el Último,—1 punto sencillo
N. 13. EgoíMicKJii (Id ojul ii, 12,
en cada punto de la cadeneta,—
otras 38 vuellas iguales, de ida y
vuelta, y picando el crochet siempre en el lado de encima de cada punto; al fin de cada vueila se hace un punto en el aire. Se
rodea la presilla con una fila de dientecitos ejecutados con algodón blanco y algodón encarnado: un punto encarnado,— 3 blancos en el punto siguiente y así se continúa; el punto encarnado
se termina siempre con algodón blanco;—el último punto blanco
con algodón encarnado.
N." 3.—Se hace con una tira de lienzo suficientemente larga de
2 celíraetros y medio de ancho; se la dobla por su mitad en el
senlido de su anclio, se cosen uno con otro los (ios bordes doblados; se rodea la tira con uu íestou separado (algodón blanco)
1
k
N. 11. Kgücucion de) ojal n. lu.
N. Ü. liyLTiidoii Üi¿\ üj.il
•1. 5 .
N. 9- Egcrufio" di' 'o^ nitdus dd
ojal II, 7,
K. «. EfjiJCiicioii (k-l ojal ii. 7.
l.^>^^^^
Itüi JiiihlaUíLi ULJ: ^l-JikiLJli;!L:'<:':LiLL.Lj J L Í Í Í I L
iN. TS. l'jL'silla |iiiij lultjit
IJÍ loli ilLis,
iii";¡iÜElfl.l¿í]iiiTfa;fjj¡¿|
N. 2íi. Presilla para colfiíir Ijs loliullas.
ii[3,Li-.i.>r..i, .
Íi-V
W. 29, Egecucioii ik la niiiceta al croi:li(;l
(tamailu n Liural).
ton mayor que
el nalural y uno
de los pedazos
de tela vuelta liáciíi afuera, para hacer conocer mejor la naturaleza de esta
labor.
N."'20y 2-1. —Este bo-
N. 27). Muci'la do cumif^a al crochet.
(La cipUciiciou i.>[i c) pnJxímo pairon.}
..„.,.„ el cual se
vuelve con algodón encarnado;
con este algodón se i'odeá
el algodón blanco (véase
el dibujo en la presente
página).
N, 27. Ericaí,'!; al crudiuL para futidas d&
aimoliuduSj etc.
313
LA MODA ELEGANTE ILUSTRADA, PEIlIODiCO DE LAS FAMILIAS.
Encage al crochet para guarnecer fundas de almohadas, etc.
Se hace una cadenela del largo necesario ó Iñen se ejecuta el encage sobro el borde de los lesiones.
I." vuelta.—Soln-e el primer lesión, 2 punios sencillos separados por uno en el aire,—luei,'o, picando el crochel en
el medio del mismo feslon H punios en el aire, y con los G
últimos se forma un piquillo, haciendo un punió sencillo en
el 5.U de los 11 punios en el aire,—5 en el aire,—2 sencillos separados por uno en
el aire, sobre el medio del
feslon siguienle y así se
continúa.
2.'' vtiella. — Sobre ol
punto en el aire que se
encueulra cnlrc 2 sencillos se hace uno sencillo,
N. 35.
—* ti'es sencillos sobre el
punto en el aire siguiente,—12 bridas (i caballo
sobre el piquillo ijue se encuentra entre los dos
puntos sencillos mas próximos pertenecieutes á
la vuelto anterior,—3 sencillos sobre el punto
en el aire siguiente,—uno sencillo sobre el punto en el airc^'que se encuentra entre '-2 sencillos. Vurlvaseó empezar desde*. Se
repiten otras dos veces eslas dos vueltas, y de modo
que las conchas queden
eonlrapuestas.
Diversos dibujos sueltos de
bordado para objetos de ropa blanca.
^ . 37.
N. £|2
w^r^ ...y^^^.^^^O^»^
N . " ' 2 8 á 3 i . —Se bordan estos
dibujos sobre muselina ú batisla,
sobre nansouk 6 piqué. Se les empleará para adornar b r i d a s , cornalas, corpinos, cuellos, puños.
El burdado se hace al festón, ó
punto de cordoncillo, punto de nudillos, pasado, punto de armas, y
con punios de encage; se le ejecuta
con algodón blanco y seda negra;
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.,. .
•
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•
'
'
•
Dos encages al crochet.
^^Í^Í:Í^^ÍÍ>.ÍÍ^^
'"'--
••"•
•'
N. ;is.
Diversas guarniciones para ropa
blanca.
H. a i .
N.« 35.— Oria bordada sobre
lienzo, al feslon y punto decor(loncilio. En el iiilerior de cada
ojete se hace una gran rueda;
se pespuntea una lira de lienzo sobreeslaorla para fijarla
en el objeto que
ha de adoniai-.
N." 36.—Dos
cosluras caladas que reúnen
dos lulús pequeños y pueden servir para
cuellos vpuños.
N.':';n. —Un
enlredos muy
bello, que puede también servir para adornar un pañuelo. Eslá hecho
sobre nansouk muy claro
ó bien muselina ; los conlornosvan á punto de l'es-
>. M.
h
^. 3 1 .
N."-'.3.-El
dobladillo que
este encage orla vaadoi-nado
.V
T*
t^':? KjKJr'O!
N. 33.
IS. 32.
compuesta de tres filas de
buclecillos de festón. El encage se compone de 4 vueltas
de piquillos.
l.-i cueíla. — * Se pica el
crochet en el dobladillo , se
hace un punto sencillo, — 5
en el aire y una brida en el
]." do estos 5 punios; se deJa debajü.de estos puntos un
espacio suficiente de dobladillo.—se vuelve á empezar
desde *.
Las otras tres
vucllas son iguales á esta,
pero se pica el
crochet en el
medio de cada
piquillo perteneciente á la
v u e l t a anterior.
esta puede también suprimirse;
los puntos oscuros designan el
sitio que le corresponde.
^ . 3i(.
N." 4.2.—Hilo de! n." 00.—El dobladillo se reúne al objeto que se
guarnece poi- un;i costura calada.
"
_^1
N. 2U.
iÜLj!,.
Ion y de cordoncillo. El interior de los vacíos se adorna con
punios de encage.
N." 38.—Se hace esta guarnición con lienzo muy fino, 6
bien batisla, formando pliegues muy estrechos á los que va
unida una lira festoneada. Ksta guarnición forma la raucela
y las mangas de la camisa cuii munf/aí; muy corlas, cuyo p a Iron se insertará en una de las hojas próximas.
ÍN." 39.—Esta guarnición se compone de tiras do m u s e l i na que tengan 5 centímetros poco mas ó menos de largo y
3 de ancho, cosidas unas cou
olra.-í de modo que lorme cada una un pliegue de un centímetro; por medio de costuras caladas se unen estas t i ras á otras mas estrechas que
forman cada una un pliegue
sencillo, d e m e d i o cehlime.>. 30.
tro, y se adornan con un bordado á punto de espina. I'or cada lado largo se
¡lespuntea una tira de lienzo ó de nansouk.
iS'." 4Ü. —Es una tii'a üe muselina de 5 centímetros de ancho, bordada, guarnecida por a m bos lados con una tu-a de lienzo dentada, que
se pone debajo: el boi'de
dolijado de estos dientes
va cubiei'to por una lira
pespunteada , cortada al
sesgo.
N." 4 1 . — Esta guarnición es de balista, los contornos de las líneas que
ondulan en ci medio son
N. íi3.
á punió decoj'doncillo; la
tela se quila m i r e cslas lineas, y
el vacío se i'ellena con puntos de
encage. Esta lira va recortada á
dientes por cada lado largo, y se
pone debajo una lira de muselina
que se pespuntea.
a. VA, Miiccm^para camisa cscotniln.
á paulo ileespina; el encage
secom|ione de
filas de dientes pequeños.
1." vuella. — S e pica el ¡jpt'^
crochet en el dobladUlo, se f
«. !|0.
N. 3fi,
314
LA MODA ELEGANTE IILXJSTRADA, PERIÓDICO DE LAS FAMLIAS.
hace un punto sencillo,—* í en el aire, elíilümo de
los cuales se pasa pava hacer subrc los demás un
punto sencillo.—^unu medi;i brida,—una brida,— se
dejará un espacio suficiente debajo de este diente, y
se vuelve siempre á empezar desde*. Se hacen otras
dos vueltas i^^uales u esta, colocando el punto sencillo sobre la punta de cada diente de la vuelta anterior.
lles mas principales de la corte, sirviendo de diversión á un hombre de trapo que llamaban pelele, cantando est^^
las gentes que los observaban y los aplaudían desde los copla:
balcones. Esas carreras eran las a i r r e r a s de caballos de
Coge, chica, el pelele,
aquella época.
cógele, que se va,
Las vueltas de Sun .Iníoii, eran carrei'as también; pecógele, que el menistro
ro se daban á la luz del dia 17 de enero en las calles de
preso le llevará.
Fuencarral y de llortaleza, y allí era de ver al labrador
del pueblo inmediato con su ¡lar de muías llenas de m o ños y de campanillas, confundido con el lacayo del obisEn esos mismos dias colgaba un gallo en la calle y con
po, que llevaba las del coche de S. I., no menos engala- los ojos vendados, aunque como decían los pisaverrles se
nadas ycompuestaSj que la del tahonero y la de la noria; quedara sin luz el barrio, le asestaba con un j.alo diferenMuceta para camisa escotada.
y entre aquellas pobres bestias se paseaba muy oronda tes golpes hasta que conseguía matarle, pai'a comerle desllena de lazos !a burra de la huevera, y el burro pués con arroz; sin pensar en que á estas fiestas se aluSe prepara la maceta corlándola en lienzo (al hi- ydelmuy
yesero, y los biichecitos de la verdulera, Pei'o entre diria mas tarde cuamlo se dijera, arroz ;/ ijalto ',nticrlo.
lo); su ancho es por delante de O ceullmelros, por todos los animales que corrían de un lado á otro, brincanOtro pelele, pero con cara negra, esto us cara de ti-aidetrás de 3 y el contorno del hombro, igualmente al do de alegría al arrimarse á la santa reja, donde el fraile dor, cara de ^ÍÍÍ/ÍÍS, hacian en todos los barrios de Madrid
hilo, es de 3 renlímclros: todo ello se corta de un escolapio revestido de estola y sobrepelliz, bendecía l a c e - el Sábado Santo y no le manteaban, sino que le quemasolo pedazo. Sobre eshi muceta casi preparada, se bada y los panecillos del Santo, eran de ver el matachin ban con gran algazara y gran ruido de panaeras y castasacan liilus perpendiculares y horizontales, de mo- de la plaza de los toros, y el clnilo de los caballos, y el ñuelas. Y aun ese día también llevaban á la luiguera la
do ijue se formen los cuadritos indicados en ol nú- calesero y algunos otros tratantes en bestias do mayor efigie de una vieja que representaba la Cuaresma y á la
iDe]-o_-í5, que representa una parte de la muceta en cuantía; todos en trage de bosta, cabalgando sobre jacas cual pintándola con siete piernas, como uu pólipo raciode dos cuerpos vistosamente arreadas, y llevando á la nal, la habían cortado una en cada semana del ayuno.
tamaño natural. Se rodean muchas veces con hilo grupa
cada cual á su cada ella, todas chorreando alama- Ceremonia popular que aunque olía á chamusquina y por
muy Jino ios idilios en ipic se ban sacado las hebras res de plata y flecos de seda, y broches de alialorio, con esto podría hallar disculpa entre los padres graves de la
y asi se forman cuadriles, cuyos centros se adornan su pantorriila de diosa Venus, su pié de Cupido, su talle época, no tenia una explicación muy católica y muchos
con cuatro nudos hechos con algodón de bordar. El de mimbre, su garganta de nieve y sus ojos de fuego. la encontraban cierta analogía con el ciilicrro de la sarcontorno de la muceía se feslonea.
Allí era de ver á la maja saltnr del jaco p a r a besar la dina, que era también otra diversión de gran íania entonmano al fraile que bendecía la cebada; y recogidos en ces pero de un gran contrasentido religioso.
un saco dos celemines de ella, echar un doblón de á
No sucedía así el 3 de mayo, en que la maja ¡lonia un
cuatro sobre la bandeja, y con el píe sobre la rodilla del
FANDANGO Y BROMA Y ARDA LA CASA TODA.
manólo |)onerse de un brinco sobre la cabalgadura, y sa- altar en cada esquina y allí bajo un trono ile pañuelos de
lir de estampía por la calle de llortaleza, hasta detener- seda y de llores de mano, entre la cara de Dios y el r e se en un puesto de bollos y gastar un peso duro en ])«- trato del monarca, se colocaba ella galana y bermoí-a como nunca, con los brazos abierto^ y haciendo la crtiz de
Aquí tenéis un cuadro iiuc no llegó ú sei'Io, pero cuyo uccUlos del Santo,
il/fiyc, mientras sus amigas acosaban á los transeúntes
asunto es sin disinita el mas curioso de la colección.
Fué lialliido cu la cartera de un piíitúv famoso, eonijiaLa ermita de San Blas, la de San Dámaso, y el Cristo pídíéniloles. con una gracia que no podía menos de ablanñero del ctUeljre y nunca bastante celeljrado Goya, y es de la Oliva y la Virgen del Puerto, y S;iii Antonio de la dar los bolsillos, un cKüríifo pm'Cí la maja y otro para
tra'jadcro.
cojiocido entre lorf iiiLeligente.s y ajiasiunados por l a m o s a Florida y Santa ¡\Iaría de la Cabeza, son otras tantas fes- I Ui cruz del
revuelta. Título el mas projiio (|ue pudieran darle, )]orí|Ue tividades que no ¡lodia dejar de solemnizar el pueblo de I También tragaba cuando el dia de San Eugenio iba a l a
siendo nna lieterof^énoa reunión ile liocetos, en todos se ftbtdrid; y mientras la maja encomendaba á un ííaiito la j romería de las bellotas y desde esc tiempo en que j a e m come, se lielic, se canta y se bail:i; conslitayendo cada uno garganta y á otro las piernas, jiídiendo al Cristo que la ! pezaba á comer chivltarroncs y lomo (porque siempre d i de ellos y todos reunidos, )a verdadera írancacliela de la librase de morir en un camino, y á la Virgen de ir á ga- ' jo que i.en San Andrés mata tu res, chica ó grande ó cog e n t e de hionce.
leras, y á Sün Antonio de que la hiciera un desamor su ¡ mo eS'j) hasta el último día del año, habia mucho de h o l Es, en suma, el verdadero calendario español, el alma- majo, dosi'obustos mozos la seguían cargados con los ces- I gorio, de atracones y de divertimiento.
cén de festividades (pie tmito lia dado que decir á los ex- tos de las provisiones para comer espléndídaineníe en el j Dábase et primer redoble de tambores de natívidad el
último día de noviembre y ya apenas habia un momento
ti'anjeros; con es]iecialidad á los in^deses, cuyo j-idículo camino.
mal tiunioi' apenas conipreudc que et hombre que lia t r a Pero todas esas romerías no eran sino preludios de la I en que no se oyera [lor las calles el £amboi-í!eo de los m u bajado el sábado, necesite descansar el domingo para vol- gi'an tiesta campestre, con que los hijos de Madrid cele- chachos, que iban anunciando el nacimiento del Hijo de
v e r íí trabajar el lunes.
braban la de su Santo patrono Isidro Labrador. .Aiiuella , Dios, dividiéndose en bandos, muchas veces sangrientos,
Sieiiijii'e coa el retó de arena colgado en k s narices, liestaj con su víspera y su octava; sí que era digna de los • los del Lavapiés y las Vistillas, ó los de Altijídos y el Barj a m á s los lia ocurrido á esos liorteras del universo, s u m a r veinte y cinco doblones que en ella gastaba la maja, y de quillo. Mientras tanto al honrado covacbuebsla, al sesulas horas (¡ue diariamente les lince dormir el padre Noé, que por ver esc rumbo y por divertirse cada uno á su mo- do magistrado y al grave y todo el año circunspecto a l p a r a convencerse de {¡ue no son ellos los que trabajan ma- do, vinieran á la corte las gentes de todos los pueblos de calde del crimen, :<e le empezaba á alborotar la sangre,
la provincia, y las calles de la coronada villa quedaran se le bailaban los pies, relamíase de regocijo y con el prey o r n ú m e r o de lioi'ay al año.
texto de los niños, se eiitretenia en piaier por sí mismo
Pero allá se bis hayan los hijos de la Bretaña grande, desiertas, por trasladarse toda la i)oblacion á la ermita un ¡telcYiv, haciendo un peñasco tan propio y colocando
con sus botellas y sus relojes, que como deciauna mano- del Santo. La maja, que ora la verdadera heroína de esas las figuras con tanta propiedad, que se le antojaba n o
la, amiga nuestra, en cada cntcdral se rG|iiea á gusto del limciones, como que se tenia por la madrileña mas legíti- haber hecho nada semejante en su vida. Y aun se ponia
sacristán, y mas aire hace un español cuando ¡•cijiielvc au ; m a y de consiguiente, \)<jy la mas obligada á festejar al muy orondo y muy hueco cuando oia decir á su mujer
I Santo patrón, fletaba de su ciierita una calesa y aun le
capa, que todos los fuelles micánicos de los gi'ingos.
y i'i sus amigos que tenia una verdadera habilidad y que
Y tenia razón la manota, porque ni los labradores de decía al calesero (¡ue no temiera reventar el caballo, que iJios le había dado un talento especial p;u'a liv.ccr naci,
de
su
cuenta
ilja
también
si
se
reventaba,
y
á
la
pradera
España, ([ue arrojaban el arado y tomaban las castañuelas
•uiicnlos. En cuanto á los mucbactios ¡[lobrcs de ellos si
ocho ó nueve días cada raes, llauíaitan á ningún extranje- ' se iba de.<de las primeras horas del día I Ti de mayo, á ex- no se hubieran divertido con lo que su padre les ponia
tender
sus
reales
jiara
el
almuerzo
y
la
comida,
en
el
sir o para que les labrase la lieri'a, ni por oÍr misa con depara que se divirtieran! No les dejaban acercar al Belem
voción y echar una ronda los dias de liesta. dejiíljan de tio que la vísiiera había acolado por suyo. Y después de y les decían que bailasen y cantasen de lejos como ios p a s comer y de dar comida á cuantos pobi'es se le acercaban,
coger todos lo^i años una abundante cosecha,
bacía gran provisión de cncharros y de botellas de licor, tores, porque lo demás no tenia gracia. A los chicos les
P e r o repelimos que no es de nuestra incumbencia, ni para tener el gusto do quebrar uno de los primeros en hubiese beclio mas gracia jugar con ello y aun rumperlo;
qniera Dios que lo sea nunca, el disputa)' con esos seño- cada esquinazo de la corte, y regalar los segundos á los ¡leru se limitaban á bailar y á cantar villancicos, a d m i r a n r e s agrimensores del tiempo, sobre (pié luicion es mas tra- amigos que encontraba al volver á su casa; en la que en- do el estro poético de su señor padre que sacaba versos
con toda lácílídad y cuando los chicos querían echar ana
bajadora, si la española ó la inglesa. C'uando ellos tengan traba cantando esta copla:
ctijda, á alguna persona de las que entraban á ver el n a u n a fracción decimal siípdcra, del sol que nosotros recocimiento, el padre les soplaba al oído coa lo siguiente:
gemos á esjiuertas, entonces bablarcnio?; mientras tanto,
que se entretengan cu envidiai'nos estos bocetos:
Pe San Isidro vengo
y be merendao;
Año micvü. iñdtt nueva. VA dia '1." de enero, como que
Tengo de echar una copla
mas do cuatro quisieran
llovía sobre mojado, es decir que las gentes se hallaban
por cima de un muladar,
lo que ha sobrao.
liarlas de diversiones y de liolganza, hacian un propósito
para que Dios dé salud
lirmísiino de la enniieiida, aunque sin enmendarse desde
lia sobrao jigote
á la señora que aquí acaba de entrar.
aquel misino dia, porque como era festivo menester era
y arbondiguíllas,
emplearle en santas obras. Como por ejemplo, ejemplo
cuatro liebres, un ¡lavo
Todos aplauílian la copla y la pi-ontitud con (|ue el chique entonces estaba muy a l a mano, en ir todos de casa
y seis gallinas.
co habia encontrado el consonante y algunos decían q u e
en capa, deseándose unos á otros buí'iuts enlraÚKS ij pulidas de aíiu., y comiendo y bebiendo en casa del prójimo,
Las vei'benas, que hacian pasar en vela gran parte de no tenia gracia |iorque se la batiía upimtado su padre. Y
como si no se ludiieran desayunado en la suya propia. la noche al luieblo de Madrid, eran verdaderas veladas así pasaban alegremente ([uínce dias del año, que d.ihan
A esjJCfur ios veijcs, iban el iba 5 di;l citado mes car- para la maja, que comía, bebía y bailaba, hasta dejar so- princí[uo con la famosa culaciotí de Nnelie-biiena y seguían
gados de cencerros, con liaclioncs de viento y escaleras bras de lo primero y caer rendida con lo segundo, las con ei pavo de Pascua y las demás solemnidades de la
d e mano, y esta era la diversión favorita de las gentes del visiteras de San Juan, de San Pedro, y sobre todo de San quincena.
Todo esto, como Vds. ven, no os decir nada; pero l a
pueblo; ;i las cuales honraban con su presencia en los bal- Lorenzo, que como era santo de su misma barriada le teculpa no es del pintor sino nuestra, liemos faltado á u n
cones las damas mas [irincipales de la cói'te. Divertíanse nia especial devoción.
l a s gentes de la le en abusar de la que traia consigo el
[',11 Carnaval se divertía cada prójimo en engañar al deber de amistad, jmrque el artista no nos autorizó á p u mozo de servicio recien llegado de la tifn'a, ;• era de ver oiro, y con mascarilla, ó sin ella, se daban íjarbanzos de blicar esos bocetos, sino que por el contrario, nos dijo
y de admirar, el entusiasmo y el regocijo del presidente 2^c(¡a, ccriUaa da pcf/a, pa¡'cl dv fumar de pcfja y cío-tas que solo los tenia para su uso particular y por si alguu
del Consejo de Castilla, y el de otros señores de no m e - de chasco; cosas todas (lUe para mayor disimulo se ven- día volvían ú estar de moda las majas.
n o s prosopopeya y campanillas, que convidaban á sus ami- dían á voces por las calles. En las visitas se daban caralloii, une razón el émulo de Coya, apenas se usan y
gos para que asomándose á las ventanas y dando diente melos amargos, y b'utas preparadas con acíbar, y se un- las pocas que se gastan no las conocería por hijas suyas
con diente de puro frió, aguardasen una liora y aun hora taban los picaportes, y se hacían otras gracias por el es- la madre que las parió.
y media, á ver pasar un pelotón de hoinlu'cs que ebrios tilo, con que reían no peco aquellos risueños mortales. La
Antiguamente se usaban tanto, que hasta en las fiestas
d e alegría y de vino, con el rostro tiznado y envueltos en maja se plantaba en mitad de la calle á. poner muzas y reales les estaba reservado un gran papel.
sucias esteras , daban aullidos salvajes y hacian cien g e s - rabos á todos los transeúntes; y como el alguacil lia sido
A guisa de bandera nacional las llevaban los señores
t o s ridículos, al sofocante resplandor de las teas y los ha- siempre la pesadilla de cierta gente, cuando pasaba algu- de la Villa en sus procesiones, bailando y cantando con
chones. Muchos dias antes de esa escena el amo de la ca- no de ellos tandjíen le ponía su maza, y aun sí no se la sus vistosos panderos cuadrados, en los que se veían p i n s a babia llamado mi-tcriosamente á la carnicera ó al due~ dejaba poner le gritaba aquello de—daca la maza.... que tados el oso y el madroño y el viva el rcij.
fio de la tienda de mercería, para decii'lcs—que tenia un la lleva,... el boi'rit[uíto.... que va á la plaza.... y cantaba
También festejaban al monarca por su propia cuenta'y
criado muy inocnilnn al cual era preciso que con maña con insolente, aunque gracioso descaro:
voluntad, formando vistosos grupos y alegres danzas d e l e fuesen engañando, para hacerle creer que los reyes
lante del regio alcázar y no defendieron mal su persona
magos venían á Madrid de noche y repartiendn dinero; y
cuando tan bizarramente pelearon por su rey, por su p a Hoy
son
Carnestolendas
q u e no tuviesen cuidado, que si á él le preguntaba, p a r a
tria y su ley, el memorable Dos de Mayo de 180S.
y todo pasa,
q u e le dijese la verdad, él completaría el engaño, siendo
y basta los algnacdes
d e su cuéntii pagar el vino que se gastara en semejante
A. P .
dacan la maza.
diversión. El criado de servicio, el mancebo de la botica,
y el mozo de la tienda, se dejaban engañar ó se engañaTambién la tomaba con el alguacil ó ministro de justiban de veras y arrastrando cencerros corrían por las cacia, cuando en esos mismos días de Carnaval manteaban
LA MODA ELEGANTE ILUSTRADA, PERIÓDICO DE LAS FAMILIAS.
EL~CANARIO
{i:ONTIN'UAr.lON'.)
C;irloíi escuchó estíi proposición con el mayor gusto, y
se alegró rauclin fli? ver que ya tenia medios de ocupar
su tiempo en el estudio.
Apenas conclaia de almoi'^íai" cuando tomaba lus libros
bajo del braiío, atravesaba corriendo la montaña y so dirigia á la casa do su bufíii protesoí'; pero cuando bis lluvias caian en abundancia durante iniicbos dias, ora imposible qno Carlos fuese tau lejos h tomar su lección; y pai'ii este ciso la sabiduría de su raidre le liabia procurado
un inocente recreo.
Hubia por aquella época en el Tiro! muchos canarios,
que lial.nan vendido en el v.ille algunos extranjeros. El
viejo tirolés tenia una jaula llena de p'ijai'Os, entre los cuales hDbii también al^junos de aquellos, y Carlos habla suplicado á su madre que le comprase uno de ellos, en atención á su poco coste.
—Lina tenia uno igual en el castillo, le decía: cómprame también á mí uno, y así en medio de estas rocas y
de eítoi bo-ques tendremos un motivo de recordar coníinuamenre á nuestra patria.
L a buena madre consintió en ello gustosa, y el niño escogió en la pajarera el canario m a s liuilo, y el que mas
se parecía al que su lin l i hermiiia tenia en el castillo.
Carlos estaba suinamíüite satisfecho con la posesión de
•Aqibíl pajarito, vestido di.! plumas de un be'lo color pajizo,
con uno.í ojit>s nebros y brillantes, y que no tardó m u cho en fauíiliari/, u'-íc con Cái'los, viniendo á ¡lOsar CTI SU
mano y comiendo de suí mismos labios las migajas de pan
que él pouia en su boca.
Cuando C.irlos escribia, el pajarito venia al lado de él
y se entretenía cu arrancar las barbas de la pluma, y picote u'le los dedos; de suerte que aunque el niño gustaba
mucliú de e.ítos juego:, se veia muchas veces obligado ;'i
encerrarlo en su jaiili porque no interrumpiese su trabajo. A- poco ii, npo principió á cantar y Carlos no se cansaba de admirL." su preciosa voz.
—Es necesario enseñarle algún aire, le dijo el viejo
tirolés.
P e r o Garlos creyó que lo decía de chanza, ignorando que
3G pudiese enseñar á cantar á los pájaros. El viejo sacó
entonces de su bolsillo nn ílantin, le tocó una contradanza y enseñó á Carlos á poner los dedos para que él también la tocase. Carlos quedó encantado del sonido claro
y penetrante del instrumento, que aprendió á manejar bien
pronto con ayuda de sus conocimientos músicos, tocando al poco tiempo con la mayor ñicilídad todos los aires
que oía.
Escogió sin embargo, entre todos ellos el que le a g r a daba mas al oído, y á fuerza de tocarlo todos los dias delante de su canario, llegó por fin !^ tener la agradable sorp r e s i de oírselo repetir á este con la mayor exactitud y
.sin ana sola falta: Cirios no pudo entonces contener su
gozo y su madre le dijo sonriéndose:
—liaz tú de manera que aprendas t u s lecciones con
tanta exactitud como este pajarito repite la que le has enseñado.
El canario y la flauta hicieron pasar en lo sucesivo r a tos muy agradables á Cirios y á su madre, y les servían
d e un agradable consuelo cuando el viento y las lluvias les
obligaban á encerrarse en su triste cabana.
Sin embargo, esta noble señora no separaba un instante de su imaginación á su marido y su bija, cuyos tristes
recuerdos le hacían pasar dias bien amargos, y largas
noches de desvelo consagradas al llanto y d la desesperación. E u v a n o procuraba por todos los medios imaginables
alguna noticia de tan caros objetos, porque las i'niicas que
podían recibir de Francia se rediician á los asuntos de interés público de que se ocupaban los periódicos que el cur a tenia la bondad ile enviar ú C i r i o ; una voz á la semana. Uu dia vino este último precii)itadamente con ellos;
recorriólos con ansiedad, y dijo á su madre:
—E! señor cura no lia tenido tiempo para acabarlos de
leer; pero ha visto lo bastante para saber que traen buenas noticias.
La señora de Erlau comenzó entonces á leerlos con el
mayor interés, y vii'i que con efecto, las notici;is de la
gueía'a eran sumamente lisonjeras. Esto le hizo concebir
la espei'anza de volver pronto á su patria querida; pero
al fm del periódico venia una lista de los nobles que debían
ser decapitados [loi- su adhesión á la antigua monarquía,
y entre ellos vio desgraciadamente el de su marido, Enrique Erlau.
Un grito de horror se escapó de los lahios de la señora,
eomo si un rayo la hubiese herido en aquel momento. El
periódico se le cayó de la mano y ella vino a! suelo sin
sentido: en este estado permaneció lai'go rato, hasta que
las gentes de la ca^a, acudiendo d los gritos de Carlos,
lograron volverla en sí. Sin embargo, este golpe mortal
le causó una enfermedad, de l a q u e todos desconliahan de
Salvarla, al mismo tiempo que su hijo C:irlos no se separaba un solo instíinte del lado de su madra', se desmejoraba por momentos. El viejo tirolés decía muchas veces,
sacudiendo la cabeza con un acento de profundo dolor:
—Ll otoño que se acerca cubrirá con sus hojas el se- i
pulcro de la pobre madre, y su hijo no alcanzará quizás
la próxima primavera.
IV.
Ricardo, el antiguo y fiel servidor de la familia de Erlau,
había esperado á la orilla del Rbin la vuelta de su h e r m a no, y este le bahía asogiirado por lin qne la travesía se
había hecho con toda (elicidad. Tranquilo ya sobre este
punto, su mayor deseo era arrancar :'i su amo de las g a r -
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ras de la muerte, porque miraba como la mayor de las
injusticias el que la íid'díd id del señor de Erlau hacia su
legítimo r e y hubiese de costarle la vida.
Presentóse á la mañana siguieiUc en la ciudad, donde
tenia un bijo Ihunado Roberto, que servía en l i guardia
nacional. E'ite excelente jn'cu, lleno de fuerza y de valor,
estaba con mucha frecuencia de guardia á la piiei'la d é l a
prisión en donde gemía el señor de Erlau, y Ricardo esperó con fiuidamento cpie esta circunstancial ínese favorable á sus miras. Ambos formaron de común acuei'do diferentes proyectos para salvar al prisionero: pero todos
fueron di'secb;idos después de un maduro ex'mien.
P o r último, resolvieron que Roberto estuviese siempre
á la mira, ú lia de aprovechar la primera ocasión que SQ
presentase; pei'o su paciencia fué inútil y sus esperanzas
iban ]>crdíénilnse por mome.ntos.
P o r lin el señur de Erlau vino á ser condenado á muert e después de un largo cautiveiáo. La sentencia ilebía ejecutii-se al dia siguiente por la mañana, y este buen padre, aíligido y deies])erado, se bahía sentado en un rincón de su encierro, ocultando su rostro entre las manos.
No habían cuidado tampoco de traerle luz, de modo que
en su prisión reinaba la m i s profunda oscuridad. Allí
pensaba tristemente en su mujer y sus hijos, de los cual e s n o había recibido noticia alguna, y cuya triste posición
le afligía mucbo mas que su propia suerte. Sin embargo,
repetía aun en este momento las palabras que Inbía pronunciado al escuchar su sentencia ile muerte,
— ¡ Cúm|ilase, Dios poderoso, tu v.jluut;iil sobre la
tierra!
Todos sus pensamientos se dirigieron entijuces hacía el
ELerno.
—¡Di'mde encontraré yo, decía, un consuelo en esta última noche de mí existencia, sino en el seno de tu bondad, oh Dios de clemencii! Tu voluntad divina se cumplir á sobre mí y sobre mi familia. Si tú te compadeces de
la suerte de mi querida esposa y de mis hijo-;, tu bondad
me reemplazará para con ellos, y les consolará en su aflicción. Por lo i]ue á mí toca, lleno de cijiilhinza en tu misericordia, llevaré tranquilo mi cabe^^a á ese cadalso, t e ñido ya con la sangre de mis amiu'os; pero sí tú quieixs
aun reiinirme á e!lo= por un momento, y es fácil á tu poder abrir la< puertas de mi prisión, y arraacarane del poder de mis enemigos, entonce-; mi vida y la de mi familia se consagrará toda entera á tributarte \\n eterno r e conocimiento.
En tanto que estas tristes ideas allígian el corazón del
prisionero, se dejó sentir un ruido bastante fuerte á la
entrada de su prisión, y la puerta se abrió bru.-camente.
Llenóse todo de humo en un momento, y la Huma de un
voraz incendio iluminó de repente el intei'íor de la p r i sión.
Un soldado joven se presentó entonces al caballero Erlau y le dijo:
—Siilvaos, señor, que esta es la voluntad de Dios!
Este soldado joven era Roberto. Y efectivamente, por
umx im[)rudencía de los otros soldados que Iiabían bebido demasiado, se liabia prendido fuego ú la parte de
la prisión donde se hallaban los deteniílos por asuntos políticos.
Los soldados que estaban de guardia dejaron al m o mento sus armas y sus trages militares pai'a correr á
sofocar el incendiii. Roberto so bíibía aprovechado de esta circunstancia, había cogido el uniforme de uno de los
soldados, y con él se dirigió á la prisión dol caballero
Erlau.
—Poneos pronto esta casaca, le dijo Roberto al mismo
tiempo que le avadaba á entrar el brazo, le colocaba en
la cal>eza un morrión adornado de plumas, con su cucarda tricolor-, le ataba un sal)le á la cíntuiM, y le ponía un
fusil en la mano.
La b;n'ba larga y espesa, que no se había cortado una
s3Ía vez en el tiempo de su prisión, daba al caballero Erlau un aspecto fiero, ¡¡ropio de los soldados de aquella
época, y un aire muy marcial.
—,\!ioi'a, le dijo Roberto, bajad con valor la escalera
y salid por la i)uerta principal. Con este trage creo que
saldréis sin obstáculo alguno. E n s e g u i d a podéis dirigiros á casa de mi padre, que os espera en casa de mi tio
el pescador.
La enti-ada del joven sohlado en la prisión había sido
para el señor do Erlau como la aparición de un ángel, y
sus palabras le parecían un aviso bajado del cielo. Pronto adoptó el aire que convenía á su trage, y con el mayor
desembarazóse unió á todos los demás que salían cargados de cubos de agua para apagar el incendio, giátjindo
con voz imperiosa: "paso, paso;" hasta que llegó por lin
ú Verse en la calle.
Ya no era posible retroceder, y esta consideración le
infundia uu valor sobrenatui'al que ])recipitaba sus pasos.
Dirigióse en derechura hacia una de las puertas de la ciudad y salió sin obstáculo alguno, gracias al cuidado que
tuvo Roberto de decirle la consigna.
Eran ya las doce di^ la noche cuando llegó á la casa del
viejo pescadoi'. Llamó al postigo de la ventana, y saliendo este á abrirlo, quedó un poco asombrado de verle, porque no reconoció en aquel militar al caballero de Erlau.
Lnaginóse a! pronto que vendrían á prenderle, porque su
adhesión hacia la íaniilia de Erlau le había acarreado m u chas enemistades en aquel país; pero cuando reconoció en
el disfrazado al caballero Erlau, llegó al colmo su alegría,
y dando gracias al cielo por tan feliz encuentro, le introdujo al momento en su habitación.
Ricardo, que había permanecido en vela durante m u chas noches aguardando este momento feliz, se precipitó
en sus brazos exclamando:
•—Oh, mi buen amo!
Y los dos lloraban al verse reunidos de aquella m a n e r a t a n inesperada.
315
La primera pregunta del caballero Erlau fué sobre el
paradero de su esposa y sus dos hijos.
Ricardo le respondió qno C irlos y su madre estaban e a
parage seguro; que Lina había estado muy mala, poro
que su salud se hallaba ya enteramente restablecida, y
que la tenia allí, en su com]ianía.
Lina, que dormía en el cuarto del lado, se despertó coa
los gritos de alegría del buen Ricardo: y ¡•oconoeiendo l a
voz de su padre, se levantó y se i)reci[)itó en sus brazos
llorando de gozo; al mismo tiempo sus mejillas fi'oscas y
sonrosadas se hnmedeciau con las lágrimas <pie, aquel p l a cer t-ait inesperado Inicia di'i-ramar á su buen padre.
Después de estos pruneros ilesahogos de alegría y de c a riño, el cahallei'o Erlau se decidió á ati'avesar el Rbin
aquella misma noche y buir de un país que si en o t r o
tiempo hahíji sido para él de paz y de felicidad, ahora s o lo ofrecia el espectáculo de asesinatos y muertes s a n g r i e n tas: y quiso abordar el suelo germánico en la misma b a r ca que poco antes bahía servido para la evasión de su m u jer y su hijo.
íVI momento se puso en camino con Lina, yendo d e l a n te el pescador y detrás Ricardo, que llevaba un fardo al
hombro. ILicia una hermosa luna, y el cíelo estaba vistosamente estrellado.
Acercábanse todos al rio, caminando con precaución y
guardando el mas ¡irofuudo silencio, y ya la bai'ca, oculta bajo la soraijra de algunos arbustos, estaba dispuesta
para su fag;t, c m n d o á pocos momentos oyeron á sus e s paldas una descarga de mosquetería, ymuclnis voces que
gritaban á la vez:
—Alto, alto!
Era qne los sohiados de la prisión del caballero E r l a u
habían notado su fuga asi que se apagó el fuego, y h a bían salido en su persecución. Api'uximábanse mas y m a s
los perseguidores, y los fugitivos se quedaron medio m u e r tos de miedo; pero corriendo con todas sus fuei-zas hacia
la barca, y habiendo conseguido al fin llegar á ella, el caballero Erlau se precipitó dentro, llevando á Limí en sus
brazos; Ricardo saltó lieírás, so apoderaron ambos de los
romos y se alejaron pr,mtamente de la orilla. Ll pescador
no jjudo hallar caijída dentro de la barca, y se escondió
en el hueco del tronco de un antiguo sauce.
La barca no estaría aun á cuarenta pasos de la oiálla,
cuando llegaron los soldados al río. Al momento hicieron
fuego sobre los fugitivos, y las balas pasaron silbando
junto á los oídos de la pobre Lina, que se asustó extraordinariamente; poro su padre la colocó en el fondo d é l a
barca y los dos remeros redoblaron sus esfuerzos á fin d e
ganar "la orilla 0|uiesta.
Utra nueva descarga atravesó el sombrero del caballero lírliui, y dos balas atravesaron el remo que manejaba
Ricardo. La débil barca vaciló con este empuje, y estuvo
corc^ de sumergirse; pero al fin consiguieron llegar s a nos y salvos á la otra orilla.
El caballero ICrlaii se arrodilló en el momento de saltar
en tierra para dar gracias á Dios por aquella salvación casi milagrosa; y en seguida se sentaron todos en el ti'onco
de nn árbol caido para descansar un instante de su p e nosa t a r e a .
Después de un momento de reposo se levantó Ricardo,
que no quería ver á su señor en un paraje donde se h a llaba tan expuesto á caer en manos de sus enemigos, t o mó su bastón de camino y su pesada malet;i, y echó á andar el primero para d;ir ejemplo. El caballero Erlau v L i na le siguieron, y tomaron el rumino que atraviesa las e s carpadas nmntañas de la Snabia, llimado del Bosque-negro, á causa de las sombrías florestas de abetos de que
está poblado todo el país.
El único deseo del caballero Erlau era ya el de encont r a r lo mas pronto posible á su querida esposa. Ricardo
conocía á un arrendatario en las cercanías del líosque-nagro, y se díi'igíó desde luego á su casa, con ánimo de p e r manecer en ella algunos dias y prepararse á emprender
un viage mas largo, Per,i apenas había entrado en a q u e lla cabana el caballero Erlau, cuando ya hablaba de p o nerse otra vez en camiim.
—No puedo tener un instante de reposo, le dijo á R i cardo, hasta que no llegue á ver á mí mujer y á mi hijo.
Tú me lias dicho varias veces que se habían retirado á" la
Suiza; ¿pero cómo podi-emos llegar hasta allá? La pobre
Lina no |niede pasar á pié nn camino tau largo, y n u e s tros escasos recursos no nos permiten alquilar un c a r riiage.
.M Oír estas palabras sacó Ricardo una bolsa llena d e
oro y la puso sobre la mesa.
—No sois tan pohi-e como creéis, mi buen señor, le d i Jo con aire satisfecho; este oro es todo vuestro.
El caballero Erlau estaba atónito; miraba aliernativamcnte al oro qne contenía la bolsa, y á su liel criado.
—Cuando estabais en la opulencia, dijo Ricardo continuando, no habois'ce.sado un instante de liaeer el bien.
¡ Q u e d e dinero no habéis repartido entre los desgi'aciados
que os rodeaban por todas partos! pues bien: yo he r e s e r vado una parte de estas limosnas mientras que vos gemíais
en el l'ondo de una prisión y la señora de Erlau erraba por
extrañas tierras. Hay muchos hombres, como he tenido
ocasión de conocerlo, en los cuales el reconocimiento y l a
probidad son cualidades innatas; y así yo he encontrado
ranchos hombres de bien, que no solo no han rehusado
pagar lo que debían, sino que han querido dar aun de
más, movidos de reconocimiento y amor hacia su hueu
amo.
Enrique de Erlau contó entonces el dinero:
—Oh, aquí hay mucbo! exclamó levantando los ojos at
ciclo. ¿Cuánto te parece que podrá durarnos?
—Podremos hacer grandes economías, dijo Ricardo».
310
LA MODA ELEGANTE ILUSTRADA, PERIÓDICO DE LAS FAMILIA?.
sin perjuicio de tomar un coclic para llegar cuanto antes
á Suiza.
nicíirdo compró un caballo y un carrito que cubrió con
iiu toido rayado para ponerlo al abrigo del viento y de
las lluvias, l'usiéi'orise con efeto en camino, y él andiuvo
á pió dui'iintc todo el viaje á pesür de los cont¡lluo^; r u e gos de Lina y dt; su padre porque subiese al carruage, á
los cuales se negaba constantemente,
(Se
coiHwuará.)
CRÓNICA DE SALONES Y DE MODAS.
I.
da do encage negro ó blanco.
Las marineras moradas, ó grana, los abrigos forrados
de cachemira morada y vestidos de terciopelo ó gros m o rado, con adornos blancos ó negros.
Las casacas de terciopelo ncgi'O son largas, ajustadas,
recogidas por detrás, con un ancho cinturon y largas caldas; el todo adornado con lleco y con el mismo figni'íula
la pelerina.
liemos visto mía )>reciosa polonesa Luis XV, de cachemira negra, forrada de alpaca color violeta, recogida á la
Camai'go y adornada con escarapelas y flecos; la (iilda r e donda.
Otra casaca de terciopelo, ajustada, figura chai por d e lante, el todo adornado de azabaches y bordados.
Un rico vestido de gi'os color inorado, con tres laidas:
la primera lisa; la segunda, con una franja de astrakan
al borde; igualmente la tercera que figui'a polonesa, con
esclavina; el adorno puede ser también, en lugar de a s trakaij, fleco.
Un vestido de gros azul serni-hirgo, con siete volantes
pequeños en la primera falda, destinado á una rocíen casada, era del mejor gusto: la falda de encima está abierta por deti'ás, teniendo ocho liullones á cada lario del p a ño abiertu; estos bullones son de terciopelo azul oscuro,
con rizados al l)orde de la falda; sombrero Maria-Estuardo, blanco, con adornos azules; bridas de encage.
Un lindísimo trage para niña, es el siguiente: vestido
gris perlü, guarnecido con raso color graiui; la primera
falda lisa, con un bies grana al borde; la segunda figura
polonesa, recogida con lazos ile raso grana; sombrero de
terciopelo blanco, ion bies y lazo grana.
Los encages, los llecos y las pieles, son los adornos
aceptados.
Los cinturonos escoceces, azul, grana y blanco, se llevarán sobre trages negros; y los cinturones negros, sobre
vestidos de color.
Los vestidos, muy abultados por detrás y estrechos del
borde.
_
HINNOVA.
Una de las diversiones mas en voga en este momento,
l)ellísimas lectoras, es la caza á la cual no liay dama elegante (|ue no asista ya en caiTuage ó bien caljalgando con
sus lindos trages de amazona, iipesar dei mal tieni|io, la
lluvia y el írio, precursores del invierno.
El invierno es pai"a las parisienses, el anuncio de los
bailen, conciertos, saraos, teati'os y demás carni)os de b a talla femeninos y en los cuales la guerra es algunas veces
mas encarnizada, que en Jlagenta ó Sebastopol.
El bello sexo cada dia adquiere mayor impulso |)ara la
emancipación, pues en Inglaterra, Francia y Listados de
la Union, se predica la igualdad civil y política entre amt o s sóxoíi.
En un pi^riódico titulado La Uevolucion, del que es directora miss Susann .'Vntony, se desarrollan las nuevas
doctrinas y se pide el uso de la palabra en la tribuna par a las uradoras.
El siglo del progreso, lectoras queridas, el siglo de las
luces! ¿qué cuestión legislativa podría tener oposición, d e fendida por una preciosa boca?
Además es también el siglo del vapor, siendo uno do
los lieclio^', que podremos ciUir en honor de esta verdad,
m a s recientes y curiosos el siguiente:
El tren d e ^farsella acababa d e llegar á u n a estación
cercana á Tarascón,
REVISTA DE MODAS.
Una linda jovencita de diez y seis años, adornada con
la cofia negra, usada en el |.ais, se acercó á !a primera
Una gran revulucion se prejiara en la copilal del
clase, ofi-eciendo los frutos mas hei-mosos y mas frescos.
En uno de los coches se encontraba el hijo de uno de impelió de ia moda. Vamos á desenmascarar al prolos joyerrs mas ricos de París, que regresaba de Ginebra. movedor de ella; vamos á decir su nombre.
Ver á la joven y sentir el amor mas violento, fué cuesEste promovedor es la capa il;imada impermeable,
tión lie algunos segundos.
su nombre es Wale-proof. No hay dama sin esia ca—Hermosa criatura, de dónde sois? la preguntó,
pa, >• be aquí las consecuencias de esla preferencia
— P e Arles, sr-"^ior, contestó ruborizándose,
concedida ai Waler-proof: es que el iragc actual, con
—Deseáis ca.'--N'os?
su licbú ó manlelela correspondicnle, pcr.sislirá á
La joven se sonrió sin responder.
pesar de los rigores del invierno, porque las damas
El viajero bajó y tomando otro billete la dijo:
se envolverán en su impermeable, cuando salgan,
—Niña mia, dadme esi,s frutos y subid conmigo: este dejándole en la antesala si van á una visita. Este uso,
es vuestro billete.
que estaba ya adoptado por un corto número de per—Pero caballero....
—Pronto: el tren va á ponerse en marcha y cuando sonas desde bace tíos ü tres años, va á generalizarse.
Ahora bien, esto no será muy lindo, una ciudad pollegue á París nos casaremos.
Llegaron A Lion; nuestros enamorados enviaron á sus blada de Water-proof. y las mugercs uniformemente
familias los siguientes telegramas;
cubiertas casi con un capote de soldado, van á priel caballero r i - var á las calles, á las plazos del aspecto variado y
"A la viuda de M.... mamá me caso,
co y bello, Jlandad papeles á I,,., calle. despues iremos pintoresco de mU trages y adornosdilerenles... Pero
á veros."
ello es cómodo!., pero se lleva la capa enrollada en
El otro decia:
una correa!... Pero cada miigcr puede convertirse
"M.... París: papá m e caso.... joven y bonita arlesiasucesivamente en crisiUido ó en mariposa, según que
n a : preparad habítlicion y consentimiento."
Es ó no el siglo del vapor acom[>añado por la electri- se introduzca en su funda sombría ó ijue salga de
ella.
cidad?
Casi en los mismos dias moria en París una joven, cuDebajo, pues, del Waler-proof se seguirán llevanj a triste historia interesará á nuestras sen-sibles leclorüs.
Hace algunos años que una joven de rara belleza, a m a n - do las manteletas de cacliemira negra, los fichíis y
te, cariñosa y buena, contrajo matrimonio con un hombre manteletas iguales á los trages de lana, ó de lana y
seda, ó de seda. En nuestras últimas bojasde pati'ohermoso y dotado de e\célentes cualidades.
Los do.s esposos se adoraban: no foi'maban sino una so- nes liemos dado manteletas de diversas formas, rpie
la voluntad y no habia mas mundo para ellos que su ni- se llevarán aun este invierno en las condiciones arrido de amor.
ba indicadas.
La señora de S.... era blanca, con ojos y cabellos n e Una moiiaque vuelve á brotar, y que se estableceg r o s ; el señor S.... rubio y con dulcísimos ojos azules.
rá con un éxliü mas general que'nunca, es la de lo
Verlos pasearse por Tulleríaií, indiferentes á todo y reconcentrarlos en su amoi-, era la m;ts bella iiersonifica- m'flí'.s'. Knlendáinonos: no .serán los tegidos de seda
cion del matrimonio y el ejemplo de esa sagrada institu- á cuadros, ni ann lodos ios tegidos de lana ios que
se adoptarán; la moda protegerá particularmente el
ción.
Un dia, paseándose poi' el bosque d e Boloña, notaron taiiüu escocés, empleado pai-a vestido eulei'O, ó para
el guardapiés y el pai'desús. Como accesorios, los leque un atistriaco, distinguido y elegante los seguía.
Pasó delante de ellos, volvió á qucdarne detrás y por gidos escoceses gozarán do gi'an lavor; sobre trages
i'iltirao, colocándose rápidamente al lado de la joven, la de un solo color, se pondrán sesgos y rulos escoceabrazó.
ses, aiisobitamenle lo mismo que se ponen sesgos y
La señora de "6.... dio un grito y cayó desvanecida: su ralos de lafetan 6 de raso; esle vesliilo se completa
marido sujetó al exti'angero y le dio un bofetón.
con un gran cintui'ou escocós, de cabos con flecos.
Al dia sigiíiente tuvo lugar un desafío: el desgraciado
Digamos además qne el citado cinturon tendrá el
S..., sucumbió atravesado por una estocada.
L a infeliz esposa perdió la ra/on y pei'nianeció pacífica ])rivilegio, en esle invierno, de acompañar á todos
algunas veces, furiosa otras, cuando Au duda ci-eía ver al los trages de un solo color, y liasia los trages negros,
y basta los de lercioiielo; elVinturon escocés se conque había causado su desgracia,
Hace coya de un mes recoin-i) todo su juicio. Derramó vertirá de este modo en un cinturon económico sin
abundantes lágrimas por el hombre á quien Lanto amó y dejar de sor elegante.
á los tros dias, en brazos de su desgi'aciado padre, espiVolvamos á lofscccrs. Esta moda, muy linda para
r ó ; liu muerte í'ué la d e u n a sania.
IL
•Como todas las lectoras de L \ i\l0D.A. son, á no d u d a r l o , bellas, elegantes y gracio.-^as, les agradarán los colores que en Fi-ancia y en España están adoptados para el
invierno: el morado, el g r a n a y_ carmesí.
Los sombrero.'; negros d e tei'ciopelo ó encage con escarapelas grana y bridas de terciopelo del mismo color, bor¿ e a d a s de encage negro.
Los vestidos p a r a sociedad de glasé grana con doble fal-
ma disposición que la guarnición, y se tendrá un
vestido alegre, poco costoso, cuyos detalles lodos armonizan con las reglas de la moda actual.
Explicación del figurín i l u m i n a d o .
Trage Oc batista cnidtt, orlado con un volante encañonado sobre el que corren dos sesgos; el volante y los sesgos van guarnecidos con un guipur blanco. Trage de encima de la misma batist,-. con el mismo volante é igual guarnición de gui|uir; este t r a g e , mas corto que el anlcrior,
está recogido en ambos lados con una escarapela semejante al írage, completada por tres cabos. Sobre el corpino montante Iteva un licbú figurado por vobintes.
Niíui de seis i'ña'i. Enagua de alpaca blanca gnrnecida
con tres sesgos de tafetán ÍIZUI. Ti-age de tafetiin a^ul. adornado con rizados recortados y presillas. Coselete con
tirantes igual al triíge. Corpino de muselina blanca,
Trage de fulanl blanco con ru.ijitas ¡liias color cereza.
El delantero del trage lleva por guarnición uuatro volantes y figura un guard.ipiés rodeado por tres sesgos cereza y un volante. Levita Watteau, igual al trage, abici'tay
recogida por detrás con un ancho lazo cereza. Cinturon
de la misma cinta. Sombrero de encage negro adornado
con flores color cereza.
EMMELINE R A Y M O N D .
PROBLEMAS DE AJEDREZ.
SOLUCIÓN AL PROBLEMA N.'> I S ' i .
Blaiicaf!.
Negras,
1..-> C. a.-iT-R."
T. toma C .
2.1 C. 2." C.R.-i juque-mate.
PROBLEMA N." 1 3 5 , POR M. PH. KLETT-
BLANCAS,
Las blancas dnn jaque-mate en 3 jugndna.
GEROGLIFICO.
cualquier edad, puede adoplarse con mayor baratura en los vestidos de las jóvenes y jovencilas. Para
Solución del gcroglifico anterior.
las úlLiraas- el escncí-N en popelina, ü basla en lana,
puede servir como sesgos y cintui'ones grandes: pa- Quevedo es el editor responsable de las gracias y.dosra las primeras, se cortai'á esta guarnición y su cin- vergüenzas de todo el mundo.
turonde un trage antiguo de tafelan escocés; en amDIHECTOH: D . F R A N C I S C O FLORES ARENAS.
bos casos, se orlará el cinturon con un ruló corlado
al sesgo. Supongamos un trage gris, negro ó castaIMP. I LITOGIUPIA DI: LA. REVISTA MSDIO*
ño; se le llevará con un guardapiés escocés de lo.s CÁDIZ 1868.
á cargo de 1). FL-derico .Toly y VehiHco,
mismos colores, y, si es posible, colocados en la mis- i
Bomba, n. 1.
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111/.1111II.
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5B. Rué Jacob, Paris.
11
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