RESPONSABILIDAD CIVIL PROVENIENTE DE DELITO

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310038. . Primera Sala. Quinta Época. Semanario Judicial de la Federación. Tomo LIX, Pág. 1762.
RESPONSABILIDAD CIVIL PROVENIENTE DE DELITO. PRESCRIPCION DE LA. El
artículo 1161 del Código Civil, vigente en el Distrito Federal, establece, en su fracción IV,
que prescribe en dos años la responsabilidad civil por injurias, ya sean hechas de palabra o
por escrito, y la que nace del daño causado por personas o animales, y que la ley impone al
representante de aquéllas o al dueño de éstos. Añade que la prescripción comienza a correr
desde el día en que se recibió o fue conocida la injuria o desde aquél en que se causó el daño.
El artículo 1934 del mismo código corresponde al capítulo V, titulado "De las obligaciones
que nacen de los actos ilícitos" y dispone que la acción para exigir la reparación de los daños
causados, en los términos de ese capítulo, prescribe en dos años, contados a partir del día en
que se haya causado el daño. Dentro de ese último capítulo, deben situarse todas aquellas
acciones de responsabilidad civil derivadas de la comisión de delitos, en tanto que todos éstos
sean actos ilícitos. La regla para la prescripción, es que ésta debe contarse a partir del día en
que se haya causado el daño y que se opere en un plazo de dos años. No cabe otra
interpretación a este precepto, que la estrictamente gramatical, lo que quiere decir, en otras
palabras, que el damnificado por un delito, dispone de un plazo de dos años para ejercer su
acción de reparación civil y que dicho plazo deberá contarse precisamente a partir de la fecha
en que se ocasionó el daño. En caso contrario, debe concluirse que hay abandono del
derecho, causa filosófica que preside la prescripción. No es posible aceptar la interpretación
de esos preceptos de la legislación civil, condicionando, de hecho, la iniciación de las
acciones privadas patrimoniales que se derivan de la comisión de los delitos, a la sentencia en
que se establece la responsabilidad criminal. El artículo 489 del Código Federal de
Procedimientos Penales aclara el punto, al disponer que la acción para exigir la reparación del
daño a persona distinta del inculpado, de acuerdo con el artículo 32 del Código Penal, debe
ejercerse por quién tenga derecho a ello, ante el tribunal que conozca de la acción penal; pero
deberá intentarse y seguirse ante los tribunales del orden común, en el juicio que
corresponda, cuando haya recaído sentencia irrevocable en el proceso, sin haberse intentado
dicha acción, siempre que el que la intente, fuere un particular. Este precepto está claramente
estableciendo la simultaneidad de la acción civil de reparación, con el proceso penal,
estableciendo una modalidad especial para el caso en que se haya dictado en este último,
sentencia irrevocable. No es atendible la argumentación en el sentido de que no es posible
afirmar que el daño se causó el día en que ocurrió el hecho que dio origen al daño, pues se
trata de un acto de tracto sucesivo, ya que el daño no se produjo solamente por la muerte de
la víctima, sino que aquél persiste a través de la situación de desamparo de sus familiares, por
la razón fundamental de que nunca se operaría la prescripción en casos como el citado, y el
perjudicado por el delito, en cualquier tiempo podría deducir su acción, alegando la
permanencia de daño. La ley ha fijado plazo que se cuenta a partir de la fecha en que dicho
daño se ocasiona, independientemente de que se prolongue o no la situación de desamparo
que deriva de él.
Amparo penal directo 8027/38. Gutiérrez Josefina. 15 de febrero de 1939. Unanimidad de
cuatro votos. Ausente: Fernando López Cárdenas. La publicación no menciona el nombre del
ponente.
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