Raul_Arturo_Alvarado_Lopez - FICH-UNL

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Transferencia Tecnológica y Creación de Capacidades Tecnológicas, en el
Enfrentamiento al Cambio Climático: El caso de Proyectos MDL en Energía
Eólica en México.
Raúl Arturo Alvarado López1
Universidad Nacional Autónoma de México
[email protected]
Teléfono: 55 2161 3155
Calle Quirino Mendoza No. 14, Colonia Los Cerrillos 2ª sección
Código Postal 16780 - Tulyehualco Xochimilco - Distrito Federal - México
Código del Eje Temático: 9 “Impactos Ambientales Globales”
Eje Temático: Cambio climático y cuestiones sociales y ambientales.
EXTENSO
1. Introducción
Los efectos del cambio climático no solo se centran en las afectaciones al medio
natural, además tiene implicaciones negativas sobre los sistemas económicos y
sociales. Lo anterior es reconocido por la Convención Marco de las Naciones Unidas
para el Cambio Climático (CMNUCC), adoptada en Nueva York el 9 de mayo de
1992 y ratificada mediante la firma del Protocolo de Kyoto (PK) en el marco de la
tercera Conferencia de las Partes (COP 3) realizada en ésta ciudad japonesa en
1997. En el mencionado protocolo, son desarrollados tres mecanismos de
cooperación internacional cuyo objetivo es el impulso a la reducción de los Gases de
Efecto Invernadero (GEI)2, que son los principales causantes del calentamiento
global.
Dichos mecanismos, también llamados mecanismos flexibles del PK son: el
Comercio Internacional de Emisiones (CIE); la Implementación Conjunta (IC); y el
Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL). La importancia del último mecanismo radica
en que es el único mecanismo que contempla la cooperación entre los países
desarrollados (países Anexo I, según La Convención) y los países en desarrollos3.
1
Maestro en Economía y Gestión de la Innovación, Actualmente estudiante del
Doctorado en Economía por la Universidad Nacional Autónoma de México.
2
Son seis principales gases que causan el calentamiento global: dióxido de carbono
(CO2), gas metano (CH4) y óxido nitroso (N2O), además de tres gases industriales
fluorados: Hidrofluorocarbonos (HFC), Perfluorocarbonos (PFC) y Hexafluoruro de
azufre (SF6).
3
También llamados Países no Anexo I o países Anexo B.
1
El MDL promueve la realización de proyectos que permitan la reducción de
emisiones de GEI en países que no disponen de objetivos de reducción emisiones
(Países no desarrollados), donde los beneficios para estos países se dan mediante
la venta de Reducciones Certificadas de Emisiones (CERs4 por sus siglas en inglés)
en el esquema de los mercados de carbono, en tanto que el beneficio para los
países desarrollados es cumplir con sus compromisos de reducción de emisiones (al
menos un 5%, dentro del periodo 2008-2012, tomando como base las emisiones del
año 1990).
Para la realización de algunos de los proyectos MDL, un elemento fundamental es el
impulso a la trasferencia tecnológica proveniente de los países desarrollados hacia
los países en vías de desarrollo, un ejemplo son los proyectos para la explotación de
la energía eólica en México, ya que para hacer posible la explotación de esta
energía ha sido necesaria la introducción de la tecnología requerida para este fin ya
que México históricamente no se ha destacado por el desarrollo de tecnología
eólica.
De esta manera, los MDL abren la posibilidad de transferir esta tecnología a un
menor costo así como el impulso al desarrollo de tecnologías endógenas en esta
área. Pero para que esto sea posible, es necesario generar procesos que permitan
el desarrollo; difusión; aplicación; despliegue; adecuación de las tecnologías
transferidas, es decir, es necesario el desarrollo y/o el fortalecimiento de
capacidades tecnológicas de los países anfitriones de proyectos MDL.
Partiendo de estas premisas, en el presente trabajo se hace un análisis de la
importancia de la cooperación internacional y de la trasferencia tecnológica como
elementos claves para el abatimiento del cambio climático y para la creación de
capacidades tecnologías (aprendizaje), además de analizar cuál es la situación de
México en este campo.
Para lo anterior, el trabajo se divide en cinco apartados, el primero corresponde a
esta breve introducción, en el segundo se aborda el tema de la cooperación
internacional, en el que se enmarcan los acuerdos del PK y en particular el MDL
como estrategia para combatir el cambio climático, para el tercer apartado se aborda
el tema la importancia de la trasferencia tecnológica, en el cuarto apartado se
analiza el tema de las capacidades tecnológicas. Para el quinto apartado se examina
la situación de México en los proyectos eólicos MDL y el escenario actual en la
conformación de sus capacidades tecnológicas en esta área. Finalmente se
presentan las principales conclusiones.
2. La Cooperación Internacional para la Mitigación del Cambio Climático
La CMNUCC (1992: 2) Reconoce “que la naturaleza mundial del cambio climático
requiere de la cooperación más amplia posible de todos los países y su participación
en una respuesta internacional efectiva y apropiada, de conformidad con sus
responsabilidades comunes pero diferenciadas, sus capacidades respectivas y sus
condiciones sociales y económicas”, de esta manera establece el principio del
4
Corresponde a una tonelada (métrica) de dióxido de carbono no emitido, reducido o
secuestrado, mediante un proyecto MDL. Se calcula con base en el potencial de
calentamiento global del GEI que es secuestrado.
2
impulso a los esfuerzos para hacer frente al cambio climático mediante la
cooperación entre las Partes interesadas5.
Referente a sus compromisos6 la CMNUCC (1992: 6), destaca la necesidad de que
los países (principalmente los desarrollados y en consecuencia los más
contaminantes):
“promuevan y apoyen con su cooperación, el desarrollo, la aplicación y la difusión, incluida la
transferencia, de tecnologías, prácticas y procesos que controlen, reduzcan o prevengan las
emisiones antropógenas de GEI no controlados por el Protocolo de Montreal7 en todos los
sectores pertinentes, entre ellos la energía, el transporte, la industria, la agricultura, la
silvicultura y la gestión de residuos”.
Lo anterior es ratificado en el marco de la Conferencia de las Partes 3 (COP 3),
realizada en la ciudad de Kyoto Japón en 1997, donde es firmado el PK. Dicho
Protocolo establece obligaciones legalmente vinculantes para 38 países
industrializados, incluyendo 11 países de Europa Central y del Este, para reducir sus
emisiones de GEI durante el período 2008-2012 en un promedio de 5.2% por debajo
de sus niveles de emisión de 1990.
Cabe destacar que las negociaciones han continuado después de Kyoto en
posteriores Conferencias de las Partes, siendo la última la celebrada en Cancún,
México en noviembre de 2010 (COP 16). La importancia del PK, son instaurados
tres mecanismos de cooperación internacional (herramientas), para ayudar a las
partes a alcanzar sus objetivos de reducción de emisiones. El proceso de
cooperación se basa en la realización de proyectos de reducción de GEI, donde se
antepone el impulso a la inversión internacional y la promoción de los recursos
esenciales para un crecimiento económico más limpio en todos los lugares del
mundo. En particular el MDL es el único mecanismo que se basa en la cooperación
entre los países desarrollados y en desarrollo, fundamentado en la promoción de
inversiones ambientalmente amigables por parte de los gobiernos y empresas de los
países desarrollados a los países en vías de desarrollo.
En este sentido, el PK y en particular el MDL, se fundamentan en la importancia de
la cooperación internacional como estrategia para el combate al cambio climático, ya
que como plantea Axelrod (2003), que al tomar en cuenta los principios evolutivos de
diferentes sistemas, es posible que los agentes más efectivos tengan más
probabilidades de sobrevivir y reproducirse, como es el caso de los sistemas
biológicos y algunos sistemas económicos y políticos donde el factor cooperativo es
un elemento o herramienta esencial para lograr determinados objetivos (objetivos
comunes y mutuamente benéficos). En términos generales el proceso cooperativo,
así como los benéficos ofrecidos por proyectos MDL se dan de la manera en que
presenta en la Figura 1.
5
Para la Organización de Naciones Unidades (ONU), la CMNUCC y el PK, el
Termino Partes hace referencia a los países miembros.
6
Compromisos establecidos en el Artículo Cuarto, inciso C de la CMNUCC.
7
El Protocolo de Montreal es un acuerdo internacional que limita, controla y regula la
producción, el consumo y el comercio de sustancias depredadoras de la capa de
ozono.
3
Figura 1. Funcionamiento de MDL
Países Anexo I
(desarrollados)
Identificación,
Formulación,
inversión en
proyectos MDL
en países no
Anexo I
Certificados de
Reducciones de
emisiones a Países
Anexo I
Países No Anexo I
(menos
desarrollados)
Proyecto
aprobado,
Implementado y
controlado
Inversiones en proyectos MDL e
Ingresos por Venta de Bonos de
Carbono a Países no Anexo I
Fuente: Alvarado (2010: 4)
En este punto es necesario mencionar que un elemento clave en los objetivos del
abatimiento al cambio climático contemplados tanto por la CMNUCC como por el PK,
es la conformación de redes que incentiven la innovación a favor del medio
ambiente, la acumulación del conocimiento y experiencias exitosas, como podría ser
el caso de la conformación de redes socio-culturales de innovación como las
describe Olivé (2010: 75) las cuales son redes que “incluyen entre sus nodos a los
sistemas donde se genera el conocimiento, los procesos por los que se hace eso
involucran la circulación de información y conocimiento entre los nodos de la red, así
como numerosas interacciones”. De esta manera la cooperación es la herramienta
en la que se sustentan los esfuerzos globales para dar atención al problema del
cambio climático al reconocerse que es un problema que requiere de acciones
urgentes y globales.
3. Transferencia Tecnológica para la Mitigación del Cambio Climático
Como se mencionó anteriormente, en la CMNUCC (1992) se establece que:
“Las Partes que son países en desarrollo y las demás Partes desarrolladas que figuran en el
Anexo I tomarán todas las medidas posibles para promover, facilitar y financiar, según
proceda, la transferencia de tecnologías y conocimientos prácticos ambientalmente sanos, o
el acceso a ellos, a otros países Parte, especialmente las Partes que son países en
desarrollo, a fin de que puedan aplicar las disposiciones de la Convención. En este proceso,
las Partes que son países desarrollados apoyarán el desarrollo y el mejoramiento de las
capacidades y tecnologías endógenas de las Partes que son países en desarrollo. Otras
Partes y organizaciones que estén en condiciones de hacerlo podrán también contribuir a
facilitar la transferencia de dichas tecnologías” (CMNUCC, 1992: 8).
Partiendo de lo anterior, es como se estructuran los objetivos del PK (1997), acuerdo
donde se conforman los mecanismos flexibles para el combate al cambio climático y
en particular el MDL, que es donde se materializan los objetivos planteados en la
CMNUCC, respecto a la cooperación entre países desarrollados y los menos
desarrollo y el impulso a la transferencia tecnológica.
4
De esta manera, la trasferencia tecnológica es analizada como una acción
deliberada para dar solución a un problema global, que en el marco de los proyectos
MDL en el corto plazo resulta ser un acto mutuamente beneficioso para los
participantes en términos económicos al incursionar en los mercados de carbono
(bonos de carbono8).
Para Domínguez y Brown (2004: 136) la transferencia tecnológica es un proceso que
“implica ante todo trasmisión de conocimiento entre distintos agentes; se caracteriza
por tener componentes tácitos de conocimiento específico tanto de las personas
como de las prácticas internas de la empresa que la genera; y se desarrolla a partir
de los procedimientos de búsqueda y aprendizaje para mejorar la eficiencia
productiva, generar nuevos productos e introducir métodos de organización”.
Olivé (2010), señala que para poder adoptar una tecnología, un elemento
indispensable es que la persona (empresa, organización, etc.) tenga incorporada la
cultura tecnológica adecuada para operarla. Ya que como puntualiza Kim (1997: 23)
“la tecnología puede ser trasferida a una organización desde el extranjero o
mediante la difusión local, pero no así la habilidad para utilizarla (y/o explotarla) de
manera eficaz” y adecuada.
En este sentido, Domínguez y Brown (2004:136), señalan que como elemento
básico “para que la tecnología pueda ser asimilada, bien operada y mejorada, las
empresas (u otro tipo de organizaciones) deben realizar inversiones y acciones
deliberadas de aprendizaje tecnológico”. Bajo esta misma línea, Lall (1987) señala
que:
“Para la empresa que aplica una tecnología importada por primera vez, aun tratándose de un
cuerpo de conocimiento dado (mismo que puede estar ampliamente difundido en el mundo
desarrollado), requiere aprender y desplegar un esfuerzo consiente. Más aún ninguna
tecnología puede aplicarse de manera completamente “dada”, siempre es necesario
introducir cambios para ajustarse a las escalas, las materias primas, el clima, las habilidades
y necesidades de los mercados locales. Después de hacer estos cambios iniciales a la
tecnología, la productividad puede incrementarse a lo largo del tiempo mediante
innovaciones –menores- de diferentes tipos; es entonces cuando la propia tecnología puede
ser modificada” (Lall, 1987: 7).
Lo anterior resulta ser de vital importancia en el marco de los proyectos MDL, tal es
el caso de la tecnología requerida para proyectos en energía eólica, tecnología que
ha requerido necesariamente de adecuaciones a las condiciones del país. En este
sentido, Bell y Pavitt (1993), distinguen tres etapas en la dinámica del cambio
técnico en los países en desarrollo (países receptores de tecnología):
“En la primera, se adopta tecnología con la incorporación de nuevas instalaciones y se
adopta o mejora la tecnología original para adecuarla a la situación específica; en la segunda
se busca llevarla a la eficiencia inicial y se modifica la tecnología para responder a los
cambios en los mercados de insumos y productos. Las dos etapas descritas requieren una
continua acumulación de conocimiento y habilidades. En la tercera etapa, las empresas
pueden basarse en el conocimiento, la experiencia y las nuevas destrezas adquiridas para
8
Los bonos de carbono, representan el derecho a emitir una tonelada de dióxido de
carbono, por lo que, con su transacción se benefician la empresas que disminuyen
su emisión, o directamente no los emiten, haciendo pagar, a las que sí emiten más
de lo permitido.
5
introducir un cambio técnico más sustancial” (Bell y Pavitt, 1993 en Domínguez y Brown,
2004:136).
La trasferencia de tecnología en beneficio del medio ambiente, según señala la
CMNUCC y el PK, solo será posible en la medida en que las Partes que son países
desarrollados lleven a la práctica efectivamente sus compromisos relativos a los
recursos financieros y la transferencia de tecnología, y se tendrá plenamente en
cuenta que el desarrollo económico y social y la erradicación de la pobreza son las
prioridades esenciales de las Partes que son países en desarrollo. Destacando
además, que mediante los proyectos MDL, en teoría, no solo implica trasferencia de
tecnologías más eficientes y limpias, sino el fortalecimiento y/o desarrollo de las
tecnologías y conocimientos endógenos de los países receptores de proyectos y
tecnologías.
Lo anterior, involucra el fortalecimiento de habilidades a partir de los esfuerzos
tecnológicos internos, lo cual implica procesos de aprendizaje y la adquisición y/o
desarrollo de capacidades tecnológicas por parte de los países receptores de
tecnología, es decir es necesario que los países en desarrollo tomen acciones
proactivas que faciliten la absorción y posterior generación de capacidades
tecnológicas.
4. Creación de Capacidades Tecnológicas
El aprendizaje es considerado como el medio para la construcción de capacidades
tecnológicas. Para Kim (2010), el aprendizaje tecnológico se refiere a “cualquier
proceso mediante el cual los recursos son dirigidos para generar y administrar el
cambio técnico (las capacidades tecnológicas), capacidades que son incrementadas
o reforzadas constantemente”.
Bajo esta misma línea, Lundvall (1992) asume que el recurso fundamental de la
economía moderna es el conocimiento y, por lo tanto, el proceso más importante es
el aprendizaje. Reconoce que el aprendizaje es predominantemente un proceso
interactivo, y asimilado socialmente y no puede entenderse sin tener en cuenta su
contexto institucional y social.
En este sentido, la CMNUCC (1992: 14), pone un especial énfasis en la importancia
que tiene el conocimiento científico y técnico para hacer frente a los efectos del
cambio climático, pero sobre todo la evolución y socialización de dicho conocimiento.
Donde el papel de las Partes comprometidas a reducir sus emisiones es “identificar
las tecnologías y los conocimientos especializados que sean innovadores, eficientes,
más avanzados y prestar asesoramiento sobre las formas de promover el desarrollo
o de transferir dichas tecnologías”.
Por lo anterior, un elemento fundamental en torno al aprendizaje es aquel que se
socializa, aprendizaje social, el cual según Olivé (2010: 66) “es aquel que puede
lograrse por medio de la imitación, como ocurre en muchas especies animales,
incluyendo la humana. Donde la información puede ser trasmitida por medio de
lenguajes verbales y no verbales, y pueden ser codificables en diferentes medios
(tablillas de arcilla, papeles, libros, revista, discos magnéticos, servidores eléctricos,
etc.)”.
Siendo el cambio climático un problema social, ambiental y económico de grandes
proporciones requiere de soluciones integrales y globales, por lo cual se requiere del
6
impulso de prácticas innovadoras a nivel local como global, en este sentido, Olivé
(2010: 64) mociona que dichas prácticas deben de cumplir con tres condiciones
generales:
a. Dirigirse expresamente al estudio de problemas específicos y a proponer
soluciones,
b. Apropiarse del conocimiento exógeno (es decir, producido de manera
independiente de la práctica) necesario para comprender el problema y
proponer soluciones y finalmente,
c. Generar ellas mismas el conocimiento previamente construido, que no puede
encontrarse, y que es necesario para entender y resolver el problema que se
trate.
La trasferencia de tecnología mediante proyectos que permitan la reducción de
emisiones de GEI como los impulsados por los MDL en el marco del PK, podría ser
considerada como una práctica de innovación, siempre y cuando esta práctica
genere nuevos conocimientos y habilidades (generación de capacidades
tecnológicas) en benéfico del medioambiente global.
Para Olivé (2010: 65) las prácticas de innovación, son prácticas generadoras de
conocimiento y trasformadoras de la realidad donde el conocimiento que producen
tiene un valor añadido porque han construido expresamente el problema que tratan
de resolver, en ellas se realiza investigación y se genera el conocimiento pertinente
al incorporar conocimiento ya existente y transformando la realidad mediante
acciones que tratan de resolver el problema (es decir acciones deliberadas).
En este sentido, el conocimiento que nos lleva a la conformación de capacidades
tecnológicas hace referencia a la aptitud de hacer un uso eficaz del conocimiento
tecnológico en la producción, la ingeniería y la innovación, con el fin de mantener la
competitividad, tanto en precio como en calidad. “Tal capacidad permite a una
empresa asimilar, emplear, adaptar y modificar las tecnologías existentes. Asimismo,
le permite crear nuevas tecnologías y desarrollar nuevos productos y métodos de
fabricación que respondan al cambiante entorno económico. El aprendizaje
tecnológico es el proceso de fortalecimiento y acumulación de las capacidades
tecnológicas. Es por esto, que los gobiernos como las empresas deben preocuparse
por el fortalecimiento de las capacidades para poder incrementar la competitividad”
(Kim, 2010). Aunque este tipo de actividades se den en gran medida en las
empresas, la política gubernamental puede crear una infraestructura importante que
las facilite.
Kim (1997: 86), destaca la importancia no sólo de la habilidad de hacer un uso
efectivo del conocimiento tecnológico, sino también la habilidad para crear
conocimiento nuevo. En este sentido, define las capacidades tecnológicas como “la
habilidad para hacer uso efectivo del conocimiento tecnológico para asimilar, utilizar,
adaptar y cambiar las tecnologías existentes. Esto también permite crear nuevas
tecnologías y desarrollar nuevos productos y procesos como respuesta al entorno
económico cambiante” y caótico como el que se vislumbra con los efectos del
cambio climático.
Para el éxito de las tecnologías trasferidas de los países desarrollados a los menos
desarrollados se requiere del fortalecimiento del conocimiento interno, que generen
7
capacidades tecnológicas endógenas, lo cual sin duda tiene que ser un acto
deliberado tanto a escala local (en la presa) como global (mediante políticas públicas
a nivel nacional e internacional), en este sentido, Olivé (2010) destaca que:
“El fomento de la cultura científica y tecnológica no bebe entenderse como adoctrinamiento,
sino como el entrenamiento de los miembros de los diversos pueblos que les permita
comprender el potencial de la ciencia y la tecnología para la resolución de ciertos problemas,
pero debe ser sobre todo un entrenamiento para participar en las prácticas de producción del
conocimiento, en donde concurren muy diversos puntos de vista para conformar nuevos
mercados conceptuales y métodos para abordar y resolver problemas inéditos” Olivé (2010:
71).
De lo anterior, se destaca la importancia de las capacidades de absorción de las
empresas, las cuales reflejan sus bases de conocimiento y sus capacidades
tecnológicas y organizacionales. Dosi (1998, 1992 y 1997)9, menciona que “las
bases de conocimiento se refieren a la información, conocimiento y capacidades que
necesitan las empresas para buscar soluciones innovadoras. Las bases de
conocimiento son el resultado de un proceso de aprendizaje acumulativo, el cual es
imperfecto, complejo y depende de la trayectoria de cada empresa10”.
En este sentido, para Bell y Pavitt (1995: 71), las capacidades tecnológicas son “las
capacidades domésticas para generar y administrar el cambio de las tecnologías
utilizadas en la producción, estas capacidades están basadas principalmente en
recursos especializados (…) mismos que deben ser acumulados por medio de una
inversión deliberada”. Lo cual hace referencia a la inversión en investigación y
desarrollo en el área de interés de la empresa u organismo receptor de la tecnología
trasferida mediante los proyectos MDL.
5. La Situación de México en los Proyectos MDL en Energía Eólica
Según la Unión Europea (2009), es por la necesidad de combatir el cambio climático
global, que se ha motivado en lo últimos años en gran medida a la expansión en la
explotación y/o exploración de energías alternas, en especial la energía eólica,
gracias a que este tipo de energía evita las emisión de dióxido de carbono, además
de que no produce ninguno de los otros contaminantes asociados con la generación
de energía eléctrica a partir de combustibles fósiles, o con la generación de energía
a partir de reactores nucleares.
Un desarrollo energético de esta naturaleza favorece mayoritariamente a que sea
aceptado en la sociedad, al no provocar emisiones de GEI y sin originar residuos de
larga duración. Según el informe de la Unión Europea (2009), en los últimos datos
publicados por países europeos, la generación eléctrica de las plantas eólicas
habían evitado la emisión a la atmósfera de unos 18 millones de toneladas de
bióxido de carbono (CO2), en 2007, que se habrían emitido si se hubieran generado
en centrales térmicas de carbón, gas, etc.
9
Cita tomada de Dutrénit y de Fuentes (2009: 42).
Se menciona que “es imperfecto debido a la naturaleza incierta del cambio técnico
y a la racionalidad limitada de los agentes. Es complejo debido a que el aprendizaje
y la innovación no son procesos lineales, sino interactivos. Es dependiente de la
trayectoria pues los logros tecnológicos pasados influyen en los desarrollos futuros”
(Dutrénit y de Fuentes, 2009: 42).
10
8
Además, de permitir a muchos países contar una fuente de energía limpia y reducir
su dependencia a los combustibles fósiles, ha permitido que diferentes países
contribuyan al cumplimiento de los compromisos derivados del PK. Algunos de los
proyectos eólicos desarrollados en el mundo se han podido expandir hacia los
países en desarrollo en el marco de los proyectos MDL.
En México, como en muchas otras partes de Latinoamérica se han identificado
diferentes zonas con un importante potencial para la explotación de la energía
eólica. En el caso particular de México, destaca la zona del Istmo de Tehuantepec
en el estado de Oaxaca, zona donde actualmente se localizan siete de los ocho
proyectos eólicos MDL que actualmente se encuentran registrados ante el
organismo correspondiente de las Naciones Unidas.
Un octavo proyecto se localiza en la zona de La Rumorosa en el estado de Baja
California11. En total estos ocho proyectos suman poco más de 923 megawatts (MW)
instalados, y que además representa una reducción emisiones de CO2 de 1,835
millones de toneladas de CO2 equivalentes (tCO2e). Los MW instalados por
proyecto, las tCO2e reducidas, así como las empresas a quien pertenecen los
proyectos se presentan en la Tabla 1.
Tabla 1: Proyectos eólicos MDL en México
Proyecto
Localización
Empresa
Bii Nee
Stipa
Istmo de
Tehuantepec,
Oaxaca
Istmo de
Tehuantepec,
Oaxaca
Juchitán de
Zaragoza,
Oaxaca
Gamesa Energía (España) y
Cableados Industriales SA
(México)
Gamesa Energía (España) y
Cableados Industriales SA
(México)
Comisión Federal de
Electricidad (México) y
Spanish Carbon Fund
(España)
Parques Ecológicos de
México (México) y Iberdrola
Generación S.A.U. (España)
EOLIATEC DEL ISTMO,
S.A.P.I. DE
C.V. (México)
EOLIATEC DEL PACÍFICO,
S.A.P.I.
DE C.V. (México)
Fuerza Eólica del Istmo, S.A.
de C.V.
Bii Nee
Stipa III
La Venta II
Proyecto La
Ventosa
Bii Stinu
Santo
Domingo
Istmo de
Tehuantepec,
Oaxaca
Istmo de
Tehuantepec,
Oaxaca
Istmo de
Tehuantepec,
Oaxaca
Istmo de
Tehuantepec,
Oaxaca
La Rumorosa,
Baja California
Potencia
nominal del
proyecto
Ton. de CO2
reducidas al
año
200 MW
164 MW
309,978 ton.
de CO2/año
291,246 ton.
de CO2/año
83 MW
192,545 ton.
de CO2/año
102 MW
224,040 ton.
de CO2/año
164 MW
325,349 ton.
de CO2/año
160 MW
358,650 ton.
de CO2/año
Fuerza
133,350 ton.
Eólica del
50 MW
de CO2/año
Istmo
Parque
Baja California 2000, S.A. de
17,000 ton.
Eólico Baja
C.V.
10 MW
de CO2/año
California
Fuente: elaboración propia a partir del portal de la CMNUCC http://cdm.unfccc.int/
11
Este proyecto actualmente se encuentra en etapa de validación.
9
Hay que puntualizar que México es uno de los países más privilegiados en el mundo
en lo que a su potencial eólico se refiere, pero aún falta mucho por hacer para poder
aprovechar de manera adecuada dicho potencial, ya que a lo largo del país existen
otras zonas en diferentes estados de la república que aún no han comenzado a ser
explotadas, tal es el caso de los estados de Zacatecas, Hidalgo, Veracruz, Sinaloa, y
en la Península de Yucatán.
Aunque aún no se llega a un acuerdo sobre el potencial eólico con el que cuenta
México diferentes estudio estiman que se encuentra en el orden de 5,000 a 15,000
MW. Por ejemplo, La Asociación Mexicana de Energía Eólica estima que la
capacidad potencial es de 10,000 MW. Por otro lado, estudios del Instituto de
Investigaciones Eléctricas (IIE) establecen un potencial competitivo sería de 5,000
MW y un potencial probable de 15,000 MW. La perspectiva de desarrollo que
maneja la Comisión Federal de Electricidad (CFE) es de 7,000 MW.
Con todo lo mencionado en los puntos anteriores ahora la pregunta es ¿La
implementación de los proyectos eólicos en México han permitido que se generen
capacidades tecnológicas endógenas en esta área?, esta pregunta se trata de dar
respuesta en los siguientes apartados.
5.1. Capacidades Tecnológicas en el Área Eólica en México
En Europa y en otros países desarrollados como Estados Unidos, las tecnologías
para la explotación de energía eólica, son tecnologías maduradas y conocidas,
donde en general el mercado ha podido alcanzado una cierta madurez. Pero en el
caso de México (como en la mayoría de los países en vías de desarrollo), éste es un
mercado y una tecnología incipiente, donde una de las principales barreras son de
carácter tecnológico lo que impide su difusión y crecimiento. Esto obliga a que las
empresas y organismos públicas y/o privadas mexicanas fortalezcan o desarrollen
capacidades tecnológicas para el adecuado aprovechamiento de potencial eólico
nacional.
Considerando que el desarrollo tecnológico en sector eólico proviene de países
desarrollados, estas tecnologías requieren forzosamente de adecuaciones técnicas
a las condiciones locales, es decir en necesario la adaptación de los
aerogeneradores a los regímenes de viento específicos de cada zona. En concreto,
en la zona de Oaxaca, los vientos son muy fuertes y constantes, llegando a superar
la velocidad de corte de las máquinas, que se considera a partir de los 25 m/s. Estos
regímenes de vientos, además de dificultar las labores de operación y
mantenimiento de las máquinas, favorecen el deterioro prematuro de las mismas.
Otro aspecto de diseño a tener en cuenta es que en esta zona hay una incidencia
significativa de descargas atmosféricas. Los sistemas de protección actuales no
siempre son suficientes y en ocasiones las máquinas quedan seriamente dañadas.
Una realidad en los países receptores de proyectos eólicos MDL, como es el caso
de México, es la falta de proyectistas, instaladores y mantenedores capacitados. De
lo cual el IIE está consiente, lo anterior lo incentiva a crear el Centro Regional de
Tecnología Eólica (CERTE), que es un centro de investigación y desarrollo
tecnológico que se encuentra estratégicamente localizado en la Zona del Istmo de
de Tehuantepec Oaxaca. Entre sus objetivos, además de buscar dar solución a los
10
problemas de adecuación, instalación y mantenimiento, busca desarrollar
tecnologías propias y así fortalecer y potencializar el sector eólico nacional. Ejemplo
de ello es que actualmente se encuentra desarrollando el prototipo de un
aerogenerador de 1.2 MW a partir del estudio de un aerogenerador japonés.
5.2. Centro Regional de Tecnología Eólica
El CERTE fue construido con el apoyo económico del Fondo Mundial para el Medio
Ambiente (GEF por sus siglas en inglés) a través del Programa de las Naciones
Unidas para el Desarrollo (PNUD), como parte de las metas del proyecto “Plan de
Acción para Eliminar Barreras para el Desarrollo de la Generación Eoloeléctrica en
México”. El 1 de julio de 2010 al haber cumplido con los requisitos y pruebas
establecidas por la Comisión Federal de Electricidad (CFE), entró en operación
normal el CERTE perteneciente de la Gerencia de Energías No Convencionales del
IIE, ubicado en La Ventosa, Oaxaca.
Los objetivos fundamentales del Centro según el IIE son:
Apoyar a fabricantes de aerogeneradores interesados en la caracterización y
mejora tecnológica de sus productos bajo condiciones locales.
Capacitar a ingenieros y personal técnico para la operación y mantenimiento
de aerogeneradores y centrales eólicas.
Conformar una plataforma de demostración, validación y evaluación,
facilitando el encuentro entre fabricantes de aerogeneradores y compañías
mexicanas.
Identificar y promover convenios para la fabricación local de partes para
aerogeneradores y/o emprender negocios de riesgo compartido.
Conformar una moderna y flexible instalación para obtener datos
operacionales relacionados con los aspectos de interconexión de
aerogeneradores a la red de distribución de energía eléctrica.
Servir como un medio para entender e internalizar las normas, métodos de
prueba y certificación, con el objeto de detectar y facilitar la implementación
de requisitos adicionales que cubran los aspectos locales. Constituir un medio
para incrementar el nivel de investigación y desarrollo tecnológico en el
ámbito nacional.
Facilitar proyectos demostrativos o experimentales.
La visión del CERTE es la constituirse en el mediano y largo plazo como un centro
de infraestructura tecnológica enfocada al desarrollo de capacidades tecnológicas
nacionales y al fortalecimiento de la interrelación con organismos y empresas
extranjeras.
Considerando lo mencionado en los apartados anteriores, en necesario mencionar
que los proyectos eólicos MDL, han implicado la trasferencia tecnológica, por lo
tanto, ha implicado trasmisión de conocimiento hacia el país receptor, en el que se
11
integran conocimientos tácitos como explícitos. Esto ha incentivado al IIE
implementar procedimientos de búsqueda y aprendizaje para mejorar la eficiencia de
las tecnologías trasferidas al adecuarlas a las condiciones locales, así como el
impulso para el posterior desarrollo de tecnologías propias y así poder incursionar en
el mercado de aerogeneradores.
En este sentido, al recordar que las capacidades tecnológicas son las capacidades
domésticas para generar y administrar el cambio de las tecnologías utilizadas en
sector productivo de interés y que dichas capacidades tecnológicas están basadas
principalmente en recursos especializados, podemos decir que por lo menos por
parte del IIE existe el interés de desarrollar y explotar las capacidades tecnológicas
en el sector eólico mediante una acción deliberada (inversión) dirigida a la
investigación y desarrollo tecnológico en esta área.
6. Conclusiones
A través de políticas y/o iniciativas orientadas a la difusión de conocimientos y
prácticas, que faciliten la socialización del mismo entre los agentes, en un ambiente
cooperativo entre países y empresas representan una alternativa de organización
que estimule la modernización y la transferencia tecnológica en beneficio del medio
ambiente. Esto es una de las premisas en las que se fundamenta la CMNUCC y el
PK, para el desarrollo de los mecanismos flexibles del mencionado protocolo, en
especial el Mecanismo para el Desarrollo Limpio (MDL), el cual impulsa la
trasferencia de tecnología de los países desarrollados hacia los menos desarrollado
en donde el beneficio para los primeros es cumplir con sus compromisos de
reducción de GEI a los que se comprometieron en el PK, en tanto que e beneficio
para los segundos en contar con la tecnología y el conocimiento (aprendizaje
tecnológico), así como ingresos por la venta de bonos de carbono que se
contemplan en el mencionado protocolo, mediante la conformación del mercado de
carbono.
Hay que destacar que la trasferencia tecnológica impulsada en los MDL es un acto
que requiere de diferentes acciones de aprendizaje por parte de las empresas y/o
organismos competentes de los países receptores para hacer un uso eficiente de las
mismas, es decir que exista una cultura tecnológica para incorporar, adecuar y
utilizar dichas tecnologías.
Para el éxito de las tecnologías trasferidas mediante proyectos MDL (trasferencia
que se da de los países desarrollados a los menos desarrollados), requiere del
fortalecimiento del conocimiento interno, para generar capacidades tecnológicas
propias ya que en un proceso de trasferencia tecnológica como la que se da en este
tipo de marcos cooperativos no sólo basta con la habilidad de hacer un uso efectivo
del conocimiento tecnológico, sino también la habilidad para crear conocimiento
nuevo.
Considerando que problemas de escala global, como el que representa en cambio
climático, requiere de soluciones tanto en el ámbito local como global, donde la
trasferencia de tecnología puede ser una herramienta importante para hacer frente a
este problema y que para su éxito requiere indudablemente de la creación y/o
fortalecimiento de capacidades tecnologías internas para hacer un uso eficiente de
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las tecnologías trasferidas, es decir es necesario el impulso de prácticas
innovadoras integrales.
Una de las motivaciones que tiene el IIE para la conformación del CERTE, es
precisamente la creación de dichas capacidades tecnológicas para México, ya que el
objetivo del CERTE no solo se centra en la mejora tecnológica de lo
aerogeneradores bajo condiciones locales, además busca desarrollar tecnologías
propias y así desarrollar un mercado interno de tecnologías eólicas.
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