Revista de la Facultad de Economía y Negocios Universidad

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Economía
& Región
Revista de la Facultad
de Economía y Negocios
Universidad Tecnológica de Bolívar
Vol. 9 No. 1 junio de 2015
ISSN 1692-8989
Economía
& Región
Volumen 9 No. 1
Junio de 2015
Cartagena de Indias, Colombia
Economía
& Región
Editada por la Facultad de Economía y Negocios
de la Universidad Tecnológica de Bolívar
Decano: Daniel Toro González
COMITÉ CIENTÍFICO
Juan David Barón
Banco Mundial
Jaime Bonet
Banco de la República
Alfredo García Morales
Universidad de Virginia
Ana María Ibáñez
Universidad de los Andes
Luis Armando Galvis
Banco de la República
Jairo Parada Corrales
Universidad del Norte
COMITÉ EDITORIAL
Daniel Toro González
Luis Armando Galvis Aponte
Guillermo Serrano López
Julio Romero Prieto
Director: Haroldo Calvo Stevenson
Editores Invitados: Pablo Abitbol Piñeiro y Andrés Casas Casas
Asistente editorial: Luis Carlos Díaz Canedo
Diagramación electrónica: Samanda Sabogal Roa
Impresión: Javegraf
Universidad Tecnológica de Bolívar
Manga, Calle del Bouquet, Cra. 21 No. 25 - 92
Fax: (5) 6604317 • Teléfonos: (5) 6606041 / 6606042 Ext: 454
Cartagena (Colombia)
Revista listada en:
—Dotec-Colombia: Documentos de Trabajo en Economía de Colombia
— ebsco Publishing
—EconLit: American Economic Association Online Bibliography of Economic Research
—Gale, Cengage Learning: Base de datos «Informe Académico»
—Latindex: Sistema Regional de Información en línea para Revistas Científicas de América
Latina, el Caribe, España y Portugal
­— publindex: Índice Bibliográfico Nacional de Publicaciones de Colciencias (Categoría b)
—Repec: Research Papers in Economics
Economía & Región está disponible en el siguiente link:
http://investigaciones.unitecnologica.edu.co/revista-economia-region
Los conceptos y opiniones expresadas en los textos publicados en Economía & Región son responsa­
bilidad de sus autores y no comprometen a la Universidad Tecnológica de Bolívar o a sus directivos.
CONTENIDO
PRESENTACIÓN............................................................................................ 7
C. MANTZAVINOS, DOUGLASS C. NORTH Y SYED SHARIQ
Aprendizaje, instituciones y desempeño económico.................................................. 11
JOHANNA AMAYA PANCHE Y JOHANNES LANGER
Comisiones de la verdad como instituciones de aprendizaje: El caso de Kenia ...... 35
NATHALIE MÉNDEZ MÉNDEZ
Institucionalismo cognitivo, capital social y la construcción de la paz en Colombia 67
CHRISTIAN IVÁN BENITO HERRERA Y NICOLÁS SEBASTIÁN
SANTAMARÍA URIBE
La reforma política colombiana de 2003: Explicación e intervención.................... 91
JUAN CAMILO OLIVEROS CALDERÓN
Aprendizaje colectivo y evaluación descentralizada en el análisis de
políticas públicas..................................................................................................... 109
KARELYS GUZMÁN FINOL
La oferta de servicios de salud en Colombia, 2012-2013........................................ 131
5
CONTENIDO
JHORLAND AYALA GARCÍA
El acceso a la consulta médica general en Colombia, 1997-2012 .......................... 172
SERGIO PAOLO SOLANO DE LAS AGUAS
El Apostadero de la Marina de Cartagena de Indias, sus trabajadores y
la crisis política de la independencia....................................................................... 209
LUIS Miguel BOLÍVAR CARO, NATALY CRUZ GARCÍA Y
ANDREA PINTO TORRES
Modelo gravitacional del comercio internacional colombiano, 1991-2012 ............. 245
RESEÑAS
Gobernación de Bolívar, Estudios claves para la gobernanza del
Departamento de Bolívar........................................................................................ 271
JAVIER PÉREZ VALBUENA
La Cartagena de Mangini ..................................................................................... 278
MARÍA TERESA RIPOLL
Andrés Sánchez Jabba y Andrea Otero Cortés, editores,
Educación y desarrollo regional en Colombia.......................................................... 282
LUIS CARLOS DÍAZ CANEDO
INSTRUCTIVO PARA LOS AUTORES.............................................................287
GUIDELINES FOR AUTHORS ..........................................................................291
6
PRESENTACIÓN
Celebrando una DÉCADA de “Aprendizaje,
instituciones y cambio social”
“¿Quién iba a pensar, hace quince años, que los modelos mentales y las instituciones figurarían de manera tan prominente en un reporte del Banco Mundial?”, contestaba con sorpresa hace poco el profesor Chrysostomos Mantzavinos
a un correo en que le comentábamos sobre la publicación del Informe de Desarrollo
Mundial 2015: Mente, sociedad y comportamiento. El informe sintetiza un amplio
espectro de teorías, basadas en el cúmulo de evidencia empírica proveniente de
varios campos de las ciencias cognitivas y sociales, sobre las maneras en que los
seres humanos tomamos decisiones, y explora las implicaciones que de ahí se
derivan para el diseño de políticas públicas.
Esta no es una perspectiva reciente. Desde el neoinstitucionalismo, así como
desde otras vertientes de las ciencias sociales, ya se perfilaba con claridad en la
obra de Douglass North, Instituciones, cambio institucional y desempeño económico,
publicada en 1990. Fue adquiriendo una creciente precisión conceptual a través
de los artículos de North y colaboradores como Arthur Denzau y Jack Knight durante la última década del siglo xx. Y obtuvo un primer tratamiento sistemático y
robusto en la obra de C. Mantzavinos, Individuos, instituciones y mercados, publicado
en 2001 por Cambridge University Press.
En 2004, la revista norteamericana Perspectives on Politics publicó “Learning,
Institutions, and Economic Performance”, por C. Mantzavinos, D. North y S.
Shariq (mns 2004). En ese artículo los autores proponen una nueva aproximación
a la relación entre el cambio social y las instituciones, y acuñaron el término “institucionalismo cognitivo”. Su enfoque desarrolla un marco de análisis dinámico
que articula: (1) procesos de aprendizaje mediante los cuales los individuos se forman modelos mentales del mundo para actuar o realizar elecciones cuyos resultados,
7
PRESENTACIÓN
a su vez, retroalimentan dichos modelos mentales; (2) procesos de aprendizaje social, fruto de innumerables elecciones y acciones individuales, que con el tiempo
se cristalizan en arreglos institucionales (reglas de juego formales e informales),
que, a su vez, enmarcan y guían, en tanto que modelos mentales compartidos, el comportamiento de los actores sociales; y (3) procesos de retroalimentación a partir
de los cuales emergen los fenómenos de sendero-dependencia cognitiva, institucional
y político-económica, que permiten explicar las diferencias en los niveles de desarrollo de diversas sociedades.
Así, mns 2004 inaugura un marco de análisis cuya vigencia se ratifica en que
sigue ofreciendo un terreno fértil para conectar entre sí un variado conjunto de agendas de investigación en ciencias sociales y fomentar una discusión en torno a diversas
y nuevas maneras de entender las lógicas y los marcos institucionales de la acción
colectiva y de la política pública, teniendo en cuenta la importancia de la heterogeneidad de los diversos contextos históricos y territoriales. Una década después
de su publicación, el institucionalismo cognitivo propuesto en mns 2004 sigue
despertando gran interés entre investigadores, estudiantes y tomadores de decisiones, inquietos por abrir la caja negra del desarrollo humano, político y económico, sus conexiones con el aprendizaje y con la cultura, los retos que enfrenta
en contextos signados por difíciles legados del pasado, entornos institucionales
débiles, o cooptados, o las dificultades que impone la existencia de profundas
desconexiones entre las reglas formales y las instituciones informales en el nivel
local y cotidiano de las comunidades y los ciudadanos.
El poderoso mensaje de mns 2004 sigue seduciendo mentes curiosas con la
idea de que el cambio social es una posibilidad siempre abierta, más allá de cualquier pasado y en todo contexto.
Para celebrar los diez años de la publicación de mns 2004, y en el marco de
los eventos académicos de lanzamiento de la “Red de investigación aplicada sobre
aprendizaje social, instituciones y paz territorial”, realizados por la Universidad
eafit y la Universidad Tecnológica de Bolívar en el mes de febrero de 2015, nos
complace presentar esta edición especial de Economía & Región, en la que publicamos la traducción — por primera vez al español — del artículo “Aprendizaje,
instituciones, y desempeño económico”.
Así mismo, en este número de Economía & Región se presentan cuatro trabajos
originales de investigación y reflexión basados en el marco de análisis del institucionalismo cognitivo. Johanna Amaya y Johannes Langer proponen una aproximación a los procesos de construcción de la verdad y, en particular, a las comi8
PRESENTACIÓN
siones de la verdad, desde el punto de vista de las instituciones como vehículos
de aprendizaje social. Por su parte, Nathalie Méndez conecta el institucionalismo
cognitivo con el concepto de capital social, para ofrecer pistas sobre el diseño
y la medición de resultados de las acciones y políticas orientadas hacia la construcción de la paz en un marco de justicia transicional. A continuación, Christian Benito y Nicolás Santamaría ofrecen una reflexión sobre la multiplicidad
de explicaciones que pueden guiar una misma intervención institucional, dada
la complejidad esencial (no-ergodicidad) del mundo social — principal axioma
ontológico y epistemológico del institucionalismo cognitivo — presentando como
ilustración un análisis de la reforma política colombiana de 2003. Por último,
Juan Camilo Oliveros plantea la importancia de adoptar una perspectiva descentralizada en la evaluación de las políticas públicas, que reconozca la implementación diversa que, desde el marco de análisis de mns 2004, debemos esperar que
ocurra en contextos institucionales variados.
Nuestro sincero agradecimiento a los profesores Mantzavinos, North y Shariq,
así como a Cambridge University Press, por su amable y diligente disposición
para autorizar la publicación de esta traducción, que hoy presentamos al público
hispanohablante; al profesor Haroldo Calvo, director de Economía & Región, por
acogernos en este importante y excelente vehículo de creación y comunicación
académica, así como por su meticulosa revisión y sus importantes aportes a nuestra traducción de mns 2004; a Luis Carlos Díaz, asistente editorial de Economía
& Región, cuyo impecable trabajo y gestión son esenciales para asegurar la calidad
de los textos de esta revista; a todos los evaluadores anónimos que revisaron
en detalle y aportaron importantes sugerencias a cada uno de los artículos aquí
publicados; a los académicos que participaron en los eventos realizados, tanto
en Medellín como en Cartagena, en torno a la constitución de la “Red de investigación aplicada sobre aprendizaje social, instituciones y paz territorial”; y a las
universidades eafit y Tecnológica de Bolívar, por todo el apoyo institucional y el
espacio intelectual que nos han otorgado en el curso de este proyecto.
Dedicamos este número especial de Economía & Región al profesor Chrysostomos Mantzavinos por su inmensa generosidad.
Pablo Abitbol
Universidad Tecnológica de Bolívar
Andrés Casas
Universidad eafit
Editores Invitados
9
APRENDIZAJE, INSTITUCIONES,
Y DESEMPEÑO ECONÓMICO
C. MANTZAVINOS,
DOUGLASS C. NORTH
Y SYED SHARIQ*
RESUMEN
En este artículo ofrecemos una visión amplia de la interacción entre cognición, sistemas de creencias e instituciones, y de la manera cómo estos afectan el
desempeño económico. Argumentamos que una comprensión más profunda del
surgimiento, las propiedades operativas y los efectos de las instituciones en los
resultados económicos y políticos debería comenzar por el análisis de procesos
cognitivos. Exploramos la naturaleza del aprendizaje individual y colectivo, haciendo énfasis en que el asunto no es si los agentes son perfecta o limitadamente
racionales, sino cómo los seres humanos en realidad razonan y eligen de forma
individual o colectiva. Luego atamos el proceso de aprendizaje con el análisis institucional, ofreciendo argumentos a favor de lo que se puede caracterizar como
“institucionalismo cognitivo”. Además, mostramos que un tratamiento completo
del fenómeno de sendero-dependencia debe comenzar en el nivel cognitivo, pasar por el nivel institucional, y culminar en el nivel económico.
Palabras clave: Instituciones, modelos mentales, aprendizaje social, desarrollo
económico.
Clasificaciones jel: B52, D02, D83, E14, O17, O43
*
Este artículo apareció originalmente como “Learning, Institutions, and Economic Performance” en Perspectives on Politics (Vol. 2, No. 1, marzo de 2004) y fue traducido al español por Nathalie Méndez, Andrés Casas
y Pablo Abitbol. Se publica en Economía & Región con autorización de los autores y de Cambridge University
Press. Chrysostomos Mantzavinos es Profesor de Filosofía de la Ciencia en la Universidad de Atenas. Douglass
C. North es Spencer T. Olin Professor in Arts and Sciences de la Universidad de Washington, en Saint Louis,
y Bartlett Burnap Senior Fellow de la Hoover Institution; recibió el Premio Nobel de Economía en 1993. Syed
Shariq es Kozmetsky Senior Research Scholar y Director del Programa de Investigación en Conocimiento, Creencias e Instituciones de la Universidad de Stanford.
Economía & Región, Vol. 9, No. 1, (Cartagena, junio 2015), pp. 11-34.
11
C. MANTZAVINOS, DOUGLASS C. NORTH Y SYED SHARIQ
ABSTRACT
Learning, Institutions, and Economic Performance
In this article, we provide a broad overview of the interplay among cognition,
belief systems, and institutions, and how they affect economic performance. We
argue that a deeper understanding of institutions’ emergence, their working
properties, and their effect on economic and political outcomes should begin
from an analysis of cognitive processes. We explore the nature of individual and
collective learning, stressing that the issue is not whether agents are perfectly or
boundedly rational, but rather how human beings actually reason and choose,
individually and in collective settings. We then tie the processes of learning to
institutional analysis, providing arguments in favor of what can be characterized
as “cognitive institutionalism.” Besides, we show that a full treatment of the phenomenon of path dependence should start at the cognitive level, proceed at the
institutional level, and culminate at the economic level.
Key words: Institutions, mental models, social learning, economic development.
jel
Classifications: B52, D02, D83, E14, O17, O43
El mayor reto que enfrentan las ciencias sociales es explicar el cambio — o,
más específicamente, el cambio social, político, económico y organizacional1. El
Versiones de este artículo han sido presentadas en el Segundo Simposio de Investigación Knexus sobre la
Institucionalización del Conocimiento del Instituto para Estudios Internacionales de la Universidad de Stanford, en agosto de 2000; en el taller sobre Cognición, Aprendizaje y Cambio Social en Arlington, Virginia, en
octubre de 2000; en el taller sobre Creencias, Instituciones y Cambio Social en la Universidad de Washington
en St. Louis, en diciembre de 2000; en el taller sobre Política, Mercados y Cambio Social en la Universidad de
Stanford, en febrero de 2001; en la quinta conferencia anual de la Sociedad Internacional para la Nueva Econo­
mía Institucional en la Universidad de California, Berkley, en septiembre de 2001; en el taller sobre Institucio­
nes y Cambio Institucional del Instituto Max Planck para el Estudio de Bienes Colectivos, en octubre de 2001;
y en el encuentro anual de la Asociación Americana de Ciencia Política en Boston, en septiembre de 2002.
Agradecemos a todos los participantes en estos talleres y sesiones por sus útiles comentarios y sugerencias.
Estamos particularmente agradecidos por los valiosos comentarios de Jim Alt, Martin Beckenkamp, Jeannette
Colyvas, Bob Cooter, Leda Cosmides, Tyler Cowen, Frank Dobbin, Merlin Donald, Paul Edwards, Christoph
Engel, Jean Ensminger, Henry Farrell, Alexander Field, Neil Fligstein, Mark Granovetter, Avner Greif, Peter
Hall, Adrienne Heritier, David Holloway, Katharina Holzinger, Ron Jepperson, Jim Johnson, Phil Keefer,
Sukkoo Kim, Jack Knight, Anjini Kochar, Timur Kuran, Dick Langlois, David Laitin, Margaret Levi, Stefan
1
12
APRENDIZAJE, INSTITUCIONES, Y DESEMPEÑO ECONÓMICO
punto de partida debe ser un recuento del aprendizaje humano, que es el prerrequisito fundamental para explicar dicho cambio. La capacidad de aprender es la
razón principal de la plasticidad observable en el comportamiento humano, y la
interacción entre individuos que aprenden da lugar al cambio en la sociedad, la
política, la economía y las organizaciones. Dado que el aprendizaje es el principal
objeto de indagación de la ciencia cognitiva, solo una actitud dogmática impediría que los investigadores sociales interesados en los fenómenos relacionados
con el cambio le presten la debida atención a sus hallazgos. La revolución de la
ciencia cognitiva en las últimas décadas ha producido perspectivas valiosas sobre
los procesos de aprendizaje individual en diferentes tipos de ambientes. Esta es la
razón principal por la cual la importancia de la ciencia cognitiva para los científicos sociales no es meramente periférica, sino que debe ser el punto de partida de
cualquier discusión seria sobre el cambio social.
En este artículo, exploramos la naturaleza del aprendizaje individual y luego
procedemos a examinar el aprendizaje colectivo y a discutir el surgimiento de las
instituciones. Luego hacemos un enlace entre aprendizaje y desempeño económico, y, al final, examinamos el tema de la sendero-dependencia.
I. APRENDIZAJE INDIVIDUAL
Durante las últimas décadas, la investigación en ciencia cognitiva ha profundizado nuestra comprensión de las relaciones entre el cerebro, la mente y el comportamiento. En particular, el trabajo en “neurociencia cognitiva” ha avanzado
nuestro entendimiento sobre la manera en que las estructuras cerebrales se relacionan con fenómenos mentales y con conductas observables (Damasio, 1999).
Dado que la arquitectura cognitiva del Homo sapiens es el producto de un largo
proceso evolutivo, un asunto mayor que nos confronta es la relación que hay
entre la estructura genética que ha evolucionado como respuesta al evolutivo ambiente humano y las condiciones culturales que son una consecuencia del marco
institucional deliberadamente creado por los seres humanos para organizar su
ambiente.
Magen, Kevin McCabe, Dan McFarland, Jim March, Bertin Martens, Jerry Moe, Joel Mokyr, Wolfgang C.
Müller, John Nye, John Padgett, Perri 6, Paul Pierson, Woody Powell, Birger Priddat, Nathan Rosenberg, Norman Schofield, Richard Scott, Christian Schubert, Itai Sened, Paul Sniderman, Alec Stone Sweet, John Tooby,
Mark Turner, Morten Vendelo, Karen Vaughn, Barry Weingast, Gavin Wright, Jennifer Hochschild, y tres
evaluadores anónimos.
13
C. MANTZAVINOS, DOUGLASS C. NORTH Y SYED SHARIQ
Dado que la ciencia cognitiva es una disciplina muy reciente, no sorprende
que existan una cantidad de explicaciones en competencia sobre la percepción,
el aprendizaje, la memoria y la atención; y existe aún mayor controversia sobre las
explicaciones generales acerca de la naturaleza de los procesos cognitivos y de la
interrelación entre mente y cerebro. Con el fin de aplicar de una manera útil la
ciencia cognitiva a la ciencia política, a la economía, y a otras ciencias sociales,
es importante recordar el enfoque analítico de la tarea explicativa. Para nuestros
propósitos — comprender el tema del cambio social — queremos usar una teoría
que sea lo suficientemente analítica para incluir lo siguiente:
• Un recuento empíricamente comprobable del aprendizaje individual.
• Un recuento satisfactorio de los procesos de elección.
• Un fundamento para explicar los procesos de aprendizaje social, dado que
los fenómenos que nos interesan, en últimas, son el cambio político y los
resultados económicos.
A la luz de estos criterios, no tenemos que abordar ciertos asuntos que se debaten en la ciencia cognitiva — por ejemplo, la formación de conceptos, que implica
una complicada interacción entre la genética, la neuroembriología, los mecanismos celulares, los procesos de maduración, la formación de grupos neuronales,
y la experiencia ontogenética.2 En su mayor parte, no necesitamos adoptar una
posición sobre los detalles de estos procesos, ya que nos conciernen solamente las
conceptualizaciones que muestran gran variedad entre diferentes grupos sociales
y que pueden experimentar cambio sustancial, incluso en una sola generación.
Las operaciones mentales que subyacen a este tipo de variedad son creativas y
flexibles, así que restringimos nuestras aseveraciones a ellas y a las maleables representaciones mentales que producen. No nos adentramos en los contenciosos
debates sobre conceptos mucho más básicos y, en muchos casos, evidentemente
universales en toda la especie (tales como dinámicas de fuerza, ciertos aspectos de
la estructura del color, juegos de persecución, etc.).
El enfoque que sugerimos aquí concibe la mente como una estructura compleja que de manera activa interpreta y, al mismo tiempo, clasifica la variedad de
señales recibidas por los sentidos. La mente clasifica las experiencias provenientes
2
14
Agradecemos a un lector anónimo por sugerir el argumento en que se basa este párrafo.
APRENDIZAJE, INSTITUCIONES, Y DESEMPEÑO ECONÓMICO
del entorno material, así como aquellas provenientes del entorno sociocultural
y lingüístico (Gigerenzer, 2000). Una gran variedad de representaciones mentales han sido propuestas como modelos cognitivos para describir las operaciones
mentales que nos interesan aquí (Pitt, 2002). Pese a lo inconcluso del debate entre
quienes actualmente proponen diferentes conceptualizaciones sobre los modelos
mentales3, encontramos que la noción pragmática de modelos mentales es la más
apropiada para nuestros propósitos explicativos. Los modelos mentales evolucio­
nan gradualmente durante nuestro proceso cognitivo para organizar nuestras percepciones y para mantener el rastro de nuestras memorias. Como estructuras
cog­nitivas flexibles, típicamente son formados por un organismo como respuesta
pragmática a una situación problemática con el fin de explicar e interpretar su
entorno (Holland, et al., 1986).
Un modelo mental puede entenderse mejor como la predicción final realizada
por la mente, o como la expectativa que tiene sobre el ambiente, antes de recibir retroalimentación del mismo. Dependiendo de si la expectativa formada es validada
por la retroalimentación medioambiental, el modelo mental puede ser revisado,
refinado o rechazado en su conjunto. El aprendizaje es la compleja modificación
de los modelos mentales de acuerdo a la retroalimentación recibida desde el ambiente. La característica distintiva del aprendizaje humano es que la modificación
de los modelos mentales va de la mano de una “redescripción representacional”
(Clark y Kariloff-Smith, 1993), un proceso en que el conocimiento almacenado
como solución a un problema especial planteado por el entorno es luego reordenado para servir como solución a una amplia variedad de problemas.
Sin embargo, la formación de modelos mentales y la comprobación de soluciones a problemas del entorno no necesariamente conducen al éxito. El aprendizaje
es un fenómeno evolutivo de ensayo y error (Popper, 1992 [1972]), y el fracaso en
la resolución de un problema lleva a poner a prueba una nueva solución. Como
los modelos mentales son estructuras cognitivas flexibles que ayudan a los seres
humanos a resolver sus problemas, resulta interesante profundizar en la relación
entre la retroalimentación medioambiental y la estabilización o modificación de
modelos mentales.
Cuando la retroalimentación del entorno confirma el mismo modelo mental una y otra vez, este se estabiliza de cierto modo. Denominamos este tipo de
3
Ver, p.ej., Fetzer, 1999a; Fetzer, 1999b; Johnson-Laird, 1997a; Johnson-Laird, 1997b; Johnson-Laird y Byrne, 1999; Rips, 1994; Rips, 1997.
15
C. MANTZAVINOS, DOUGLASS C. NORTH Y SYED SHARIQ
modelo mental relativamente cristalizado una “creencia”; y llamamos la interconexión entre creencias (que pueden ser consistentes o inconsistentes entre sí) un
“sistema de creencias”. Gracias a que los sistemas de creencias han permitido al
individuo sobrevivir en su entorno en el pasado, se logra una interconexión entre
los sistemas de creencias y el sistema motivacional. Para ponerlo de otra forma:
el sistema de creencias es progresivamente moldeado al involucrar un proceso
paralelo de adaptación emocional, y por lo tanto reviste el carácter de un filtro general para el procesamiento de nuevos estímulos. Lo anterior le da certidumbre
a la hipótesis de que el sistema de creencias es relativamente resistente a cambios
abruptos.
Cuando una solución producida a partir de un modelo mental no tiene éxito,
un individuo utiliza estrategias inferenciales (en especial analogías) de una manera
cuasi automática (Nisbett y Ross, 1980; Holyoak y Thagard, 1995; Gentner, et al.,
2001). Si estas estrategias tampoco resuelven el problema, entonces el individuo
se ve forzado a ser creativo, es decir, a formar nuevos modelos mentales y a probar
nuevas soluciones. Este es el caso de la elección (choice), entendida aquí como la
selección mental de alternativas encaminadas a resolver un nuevo problema.4
La retroalimentación proveniente del medioambiente juega un rol primordial
para determinar el éxito o fracaso — así como la subsiguiente estabilización o modificación incremental — del modelo mental subyacente. En suma, la posibilidad
de que ocurran elecciones creativas o un proceso de aprendizaje depende crucialmente de la retroalimentación que la mente individual recibe del entorno mientras intenta resolver sus problemas. Es obvio que nada garantiza que la recepción
de la retroalimentación proveniente del entorno ocurra de forma precisa. Como
4
Ver Mantzavinos, 2001. Como lo propone el neurocientífico cognitivo Elkhonon Goldberg (en Goldberg,
2001, p. 44): “El cerebro de los animales superiores, incluyendo a los humanos, está dotado de una poderosa
capacidad de aprendizaje. A diferencia del comportamiento instintivo, el aprendizaje, por definición, implica
cambio. El organismo encuentra una situación frente a la que no posee una respuesta efectiva preestablecida. La
exposición repetida a situaciones similares a través del tiempo genera la emergencia de respuestas apropiadas.
La medida de tiempo, o el número de exposiciones requeridas para el surgimiento de soluciones efectivas, es
notoriamente variable. El proceso a veces se condensa en tan solo una exposición (la denominada Reacción
¡Ajá!). Pero invariablemente, la transición se da de la ausencia de un comportamiento efectivo al surgimiento
de un comportamiento efectivo. A este proceso se le denomina “aprendizaje” y el comportamiento emergente
(o enseñado) recibe el nombre de “comportamiento aprendido”. En un estadio temprano de todo proceso de
aprendizaje un organismo se enfrenta a la “novedad”, y el estadio de finalización puede ser concebido como
“rutinización” o “familiaridad”. La transición de la novedad a la rutinización constituye el círculo universal de
nuestro mundo interior. Es el ritmo de nuestros procesos mentales desplegándose a través de varias escalas
de tiempo.
16
APRENDIZAJE, INSTITUCIONES, Y DESEMPEÑO ECONÓMICO
la mente interpreta de manera activa todos los insumos sensoriales, el mensaje
relativo al éxito o fracaso de la solución adoptada puede ser a menudo malinterpretado. Ciertamente, la persistencia histórica de dogmas, mitos, supersticiones
e ideologías basadas en sistemas de creencias errados nos obliga a prestar tanta
atención al aprendizaje que produce tales creencias como la que prestamos al
aprendizaje que parece interpretar correctamente los problemas que enfrentan
los seres humanos.
Por supuesto, la teoría que aquí proponemos requiere mayor elaboración. Pero
pensamos que es un punto de partida útil para construir nuestro marco analítico,
ya que cumple con los tres criterios propuestos previamente. Explica de manera
más o menos satisfactoria los procesos de aprendizaje y elección individual, mientras que proporciona una base suficiente para explicar los procesos de aprendizaje social, los cuales abordamos a continuación.
II. APRENDIZAJE COLECTIVO Y CAMBIO
El aprendizaje a nivel social puede ser mejor conceptualizado como un proceso
de aprendizaje compartido o colectivo. Cuando intentamos explicar el surgimiento del conocimiento social o cultural, debemos distinguir entre dos aspectos del
aprendizaje compartido: el estático y el evolutivo.
En la dimensión estática, los individuos de un entorno sociocultural dado
se comunican continuamente con otros individuos mientras resuelven sus problemas. El resultado directo de esta comunicación es la formación de modelos
mentales compartidos (Denzau y North, 1994), que proporcionan el marco para
una interpretación común de la realidad y dan origen a soluciones compartidas
frente a los problemas que surgen en el entorno. La importancia de este proceso
es obvia: una interpretación compartida de la realidad es el cimiento de cualquier
interacción futura.
¿Y qué ocurre con la evolución de los modelos mentales compartidos en un
grupo social a través del tiempo? La evolución de modelos mentales compartidos
— es decir, del aprendizaje compartido o colectivo — depende del tamaño del grupo y, por ende, difiere al interior de las organizaciones y en la sociedad en general.
El aprendizaje compartido se da inicialmente al interior de las familias, los vecindarios y los colegios (es decir, al interior de organizaciones). La teoría moderna
del aprendizaje organizacional considera a las organizaciones como sistemas de
17
C. MANTZAVINOS, DOUGLASS C. NORTH Y SYED SHARIQ
conocimiento distribuido donde las capacidades son compartidas a través del
intercambio de conocimientos (March, 1999). A nivel de la sociedad, el proceso
de evolución cultural implica el crecimiento y la transmisión de conocimiento en
el tiempo. Merlin Donald llama la atención sobre la importancia del “Almacenamiento Simbólico Externo” para la transmisión y acumulación de conocimiento
a través de las generaciones. La innovación crítica en que se ha basado masivamente la evolución de una cultura “teórica” ha sido el simple hábito de preservar
ideas — es decir, de “externalizar el proceso del comentario y el evento oral”. Este
fenómeno ocurrió en China, India, Egipto y Mesopotamia al menos mil años
antes de que se afianzara en la Grecia Antigua, alrededor 700 A.C. El elemento
novedoso entonces consistió en que “por primera vez en la historia, ideas complejas fueron expuestas en la arena pública, en un medio externo, en el que podían
ser refinadas en el largo plazo, es decir, más allá del tiempo de vida de personas
individuales” (Donald, 1991, pp. 342 y 344). Estas redes de Almacenamiento Sim­
bólico Externo han sido decisivas en el desarrollo del conocimiento teórico, es
decir, del conocimiento susceptible de ser comunicado por medios simbólicos
(naturales o artificiales), ya que proporcionan la posibilidad de una interacción
constante entre el cuerpo de conocimiento científico-teórico y los problemas teóricos que enfrentan los individuos en cualquier sociedad.
Sin embargo, el acervo de conocimientos transmitido de generación en generación no está limitado al conocimiento teórico. La otra categoría de conocimiento — conocimiento práctico o “saber hacer” (Ryle, 1949) — no se puede expresar
en términos lingüísticos; los mecanismos de su transmisión dependen de la imitación directa de las acciones de otros. El conocimiento práctico se refiere a todas
las habilidades adquiridas mediante la resolución de problemas prácticos (nadar,
cocinar, montar bicicleta, conducir un automóvil, mecanografiar un texto) y es
igualmente importante para la vida cotidiana de los individuos en cualquier sociedad.5
Con el proceso de aprendizaje colectivo en la sociedad, su capacidad de reso­
lución de problemas, que abarca tanto el conocimiento teórico como el conoci­
miento práctico, crece y se transmite a través del tiempo. Existe, sin embargo, una
5
Esta distinción entre conocimiento teórico y práctico es paralela a la que existe en psicología cognitiva
entre conocimiento declarativo y procedimental. Ver, p.ej., Anderson (1993, capítulos 2-4). Ver Cohen y Squire
(1980), quienes presentan evidencia de que nuestro sistema nervioso honra la diferencia entre “saber qué” y
“saber cómo”.
18
APRENDIZAJE, INSTITUCIONES, Y DESEMPEÑO ECONÓMICO
subcategoría del conocimiento práctico — el conocimiento relacionado con la
solución de los problemas sociales de la interacción humana — que en muchas
ocasiones no puede ser entendido como habiendo aumentado a través del tiempo. En este punto, debemos ir más allá de lo propuesto por Friedrich A. von
Hayek, quien equiparó el crecimiento de la civilización con el crecimiento del conocimiento, incluyendo “nuestros hábitos y habilidades, nuestras actitudes emocionales, nuestras herramientas y nuestras instituciones — todas adaptaciones a
experiencias pasadas que han crecido por la eliminación selectiva del contacto
menos adecuado” (Hayek, 1960, p. 26). Debemos desarrollar una comprensión
más analítica de las instituciones sociales y examinar en cierta profundidad cómo
evolucionan.
III. Aprendizaje colectivo y el surgimiento de
instituciones
Las instituciones son las reglas de juego en una sociedad o, más formalmente,
las restricciones ideadas por humanos que estructuran la interacción humana.
Consisten en reglas formales (constituciones, estatutos y ley común, y regulaciones), reglas informales (convenciones, reglas morales y normas sociales), y las características de cada una de ellas en cuanto a cómo la sociedad las hace cumplir.
Como estas reglas establecen la estructura de incentivos de una sociedad, ellas
definen la manera en que el juego se desarrolla a través del tiempo. Al teorizar sobre las instituciones, resulta útil distinguir entre dos aspectos: externo e interno.
Desde un punto de vista externo, las instituciones son regularidades de comportamiento compartidas o rutinas compartidas al interior de una población.
Desde un punto de vista interno no son más que modelos mentales compartidos
o soluciones compartidas a los problemas recurrentes de interacción social. Solo
debido a que las instituciones están ancladas en la mente de las personas es que
estas cobran relevancia desde el punto de vista del comportamiento. La especificación del aspecto interno de las instituciones es el paso crucial para explicar
adecuadamente su surgimiento, su evolución y sus efectos; esto es lo que hace
cualitativamente distinta una mirada cognitiva de las instituciones frente a otros
enfoques. Aunque, por ejemplo, el enfoque de elección racional ofrece algunas
luces sobre los procesos cognitivos, lo hace de una manera estandarizada, viendo
todos los eventos mentales como decisiones que conducen a la acción. Aunque
19
C. MANTZAVINOS, DOUGLASS C. NORTH Y SYED SHARIQ
les presta debida atención a los fenómenos relacionados con la elección, la aproximación cognitiva a las instituciones no insiste en su racionalidad, evaluada según un estándar externo, ni tampoco descuida el espectro más amplio de los procesos mentales — racionamiento analógico, formación de habilidades, etc. — que
juegan un papel crucial en el surgimiento de soluciones compartidas a problemas
recurrentes de interacción social (es decir, de las instituciones).
Las instituciones tienen diversos efectos. Uno es la provisión de incentivos
para crear organizaciones. Aquí es útil distinguir entre instituciones y organizaciones. Las instituciones son las reglas del juego; las organizaciones son los jugadores. Estas consisten de grupos de individuos unidos por algún objetivo común.
Por ejemplo, las firmas son organizaciones económicas, los partidos políticos son
organizaciones políticas, las universidades son organizaciones educativas. En la
medida en que los modelos mentales evolucionan al interior de las organizaciones,
el aprendizaje colectivo se desarrolla según sus metas (Powell y DiMaggio, 1991).
El surgimiento de instituciones informales y formales es impulsado por distintos mecanismos. Las instituciones informales de una sociedad surgen y cambian en un proceso espontáneo de interacción y son “de hecho el resultado de
la acción humana, pero no de la aplicación de un diseño humano” (Ferguson,
1966 [1767], p. 188). El surgimiento espontáneo de instituciones informales es
un proceso de innovación e imitación que ocurre en un grupo social que está
aprendiendo colectivamente. Un conjunto de individuos que respeta las convenciones, obedece las reglas morales y adopta normas sociales, genera (como resultado no intencional de su acción) el surgimiento del orden social. En grupos muy
unidos, las instituciones informales son suficientes para estabilizar las expectativas y suministrar disciplina, ya que los miembros del grupo están involucrados
en relaciones personales.6 En sociedades primitivas, las instituciones informales
por sí mismas pueden establecer el orden social y a menudo no se necesitan instituciones adicionales con un mecanismo explícito garantizado por terceros para
hacerlas cumplir.
Esto nos trae a una de las cuestiones centrales en ciencia política: las razones
de la existencia del Estado. Los Estados existen porque suministran a los individuos soluciones para los problemas paralelos de confianza y protección contra la
agresión (generada por individuos de la misma sociedad, así como de sociedades
6
20
Ostrom (1990) y Ostrom, et. al., (1994) presentan mucha evidencia empírica sobre este tema.
APRENDIZAJE, INSTITUCIONES, Y DESEMPEÑO ECONÓMICO
diferentes). Un Estado surge una vez la sociedad se hace más grande y las relaciones entre sus miembros se vuelven crecientemente impersonales. En el caso de
los grandes grupos (sociedades), la disciplina basada en la reciprocidad y en “la
sombra del futuro” pierde peso haciendo que la confianza escasee. Los individuos
que son capaces de aprender son conscientes de que cuando actúan dentro de un
grupo grande, la probabilidad de lidiar con un incumplidor oportunista aumenta. Como hemos explicado arriba, debido a que el contenido del aprendizaje de
un individuo depende decisivamente de la retroalimentación de su entorno, los
individuos que actúan dentro de un grupo grande (p.ej., una sociedad moderna
y compleja) adquirirán lecciones diferentes a las de los miembros de un grupo
pequeño (p.ej., una tribu primitiva). Este proceso de aprendizaje diferenciado es
central para la posibilidad de que surja el Estado como una agencia de refuerzo.
En una sociedad de gran tamaño, por ejemplo, con su creciente despersonalización, es suficiente para que se inicie el proceso de surgimiento del Estado que
un individuo creativo comience a incumplir las promesas hechas por el resto de
los miembros del grupo, percibiendo así los beneficios potenciales de la defección.
Otros lo imitarán y, después de un tiempo, surgirá un número creciente de oportunistas (free riders). Como consecuencia, cambiará el insumo (input) del entorno
para los otros individuos (que son cumplidores o morales). Habrán aprendido
colectivamente que la cooperación es beneficiosa, pero que los incumplidores
existen en número creciente y que los costos de castigar a los incumplidores (defectors) han crecido, dado que son muchos.
Esta lección colectiva tiene una implicación importante: para poder prevenir
el oportunismo, surgirá una demanda por protección. Cada individuo intentará
resolver este problema práctico exigiendo violencia contra los oportunistas. La
atención de esta demanda puede ocurrir de dos maneras: cada individuo consumirá parte de su capacidad productiva y su tiempo con el fin de formar coaliciones contra los oportunistas cada vez que estos incumplan, o surgirá una agencia
especializada en proteger contra los oportunistas. Ante los inmensos costos de
transacción que plantea el primer escenario, es plausible prever que algunos individuos creativos establecerán y dirigirán un negocio de protección.
No hay razón para suponer que solo surgirá una agencia de protección. Por el
contrario, muchas agencias de ese tipo existirán en una sociedad, intercambiando
su protección contra los oportunistas a cambio de dinero y otros bienes. La peculiaridad de este bien es que la violencia ofrece, de hecho, la oportunidad para
que la agencia de protección oprima a los mismos miembros del grupo a los que
21
C. MANTZAVINOS, DOUGLASS C. NORTH Y SYED SHARIQ
debería proteger. Los empresarios (entrepreneurs) que dirigen esas agencias solo
están restringidos por las reglas informales relevantes para todos los miembros
de la sociedad en cuestión — es decir, las convenciones, reglas morales y normas
sociales que prevalecen en ese momento.
Como solo existen reglas de juego informales y los empresarios tienen acceso
a un mecanismo de violencia, tres tipos de relaciones son posibles entre las agencias de protección: estas podrán cooperar entre ellas, competir, o permanecer
indiferentes. En un proceso de ensayo y error, estas entablarán todos los tipos de
relaciones posibles, desde batallas armadas hasta fusiones completas entre agencias de protección para lograr un mejor control sobre los clientes. El resultado
de este proceso evolutivo no puede ser totalmente determinado ex-ante, ya que
depende de la creatividad de los empresarios (o gobernantes), sus probabilidades
estimadas de ganar las batallas, y la efectividad de su control sobre sus clientes.
Debemos abordar con cautela la pregunta de si solo una agencia de protección
prevalecerá al final, reclamando para sí exitosamente el monopolio mediante el
uso legítimo de la fuerza en un territorio (Weber, 1972 [1922], p. 29). La visión
del Estado como monopolio es correcta solo en parte. Con seguridad es falaz si
el supuesto monopolio de fuerza pretende cubrir a toda la sociedad o comunidad cultural — es decir, a todos los individuos que comparten modelos mentales
e instituciones informales. Existen contraejemplos históricos que incluyen las
ciudades-Estado griegas independientes de la Antigüedad, así como los feudos
de la Edad Media.7 En un sentido más estrecho, sin embargo, el argumento relativo al monopolio de la fuerza es correcto: las agencias de protección poseen un
monopolio sobre el grupo de individuos que protegen.8 El proceso cooperativo
7
En la antigua Grecia, por ejemplo, tenemos un caso claro de una comunidad cultural con instituciones
informales similares o incluso idénticas; es bien sabido que los griegos se identificaban como no bárbaros y
que un griego se definía como cualquier persona que compartiera la cultura griega. Esto, sin embargo, ocurrió
mano a mano con la existencia de una gran variedad de agencias de protección que tomaron la forma de ciudades-Estado y que ofrecían protección de una manera autónoma, participando periódicamente en todo tipo
de relaciones entre sí. Así que este es un caso en que el monopolio de la fuerza no cubre a toda la comunidad
cultural. Los feudos en la Edad Media proporcionan un caso obviamente parecido.
8
Es importante tener en cuenta que este monopolio no tiene nada que ver con el argumento económico
relativo a las economías de escala o casos parecidos. No hay evidencia de que la protección es una industria que
puede ser considerada como un monopolio natural. En vez, el monopolio de la fuerza debe ser explicado con
referencia a la capacidad de la agencia de protección para reprimir a sus clientes y obligarlos a aceptar su protección exclusiva (Green, 1990). Sobre el papel del poder relativo de negociación, los costos de transacción, y las
tasas de descuento en la regulación de la relación entre gobernantes y electores (ver Levi, 1988, especialmente
el capítulo 2).
22
APRENDIZAJE, INSTITUCIONES, Y DESEMPEÑO ECONÓMICO
o de competencia entre diferentes agencias de protección, donde cada una usa el
monopolio de la fuerza sobre su propio grupo de clientes, puede llevar (aunque
no necesariamente) a un resultado monopolístico.
Así, a través de un proceso evolutivo caracterizado por el aprendizaje colectivo,
la división del trabajo y la competencia o cooperación entre empresarios, una
o más agencias de protección permanecerán en la sociedad. Ya que su función
primaria es ofrecer protección a cambio de bienes o dinero, estas constituyen el
Estado o Estados protectores que les cobran impuestos a los ciudadanos por la provisión de protección. Pero, ¿no existe una diferencia entre las agencias de protección
y los Estados protectores? La única diferencia analítica importante parece ser que
las agencias de protección aparecen en los primeros estadios del proceso evolutivo, mientras que los Estados protectores son, de alguna manera, el resultado de
ese proceso. Una mayor estabilidad es característica de los Estados protectores, ya
que tanto los gobernantes como los ciudadanos han transitado por un proceso
de aprendizaje. Los ciudadanos son conscientes de que los costos de abandonar
un Estado protector son bastante altos (si la salida no está explícitamente permitida por los gobernantes).9 Los gobernantes, por su parte, han aprendido cómo
reaccionan otros gobernantes y cuáles son las tecnologías más exitosas para asegurar la opresión. Por lo tanto, las diferencias son de grado más que de tipo.10
Esta perspectiva evolutiva es compatible con la gran diversidad de la historia
humana. En Europa Occidental nunca existió un poder hegemónico después de
la muerte de Carlomagno, pero siempre existió una pluralidad de gobernantes
involucrados permanentemente en guerras. Los poderes hegemónicos regionales
sí prevalecieron, sin embargo, a través de prolongados periodos históricos, como
en las dinastías Ming y Manchú en China, y en el Imperio Romano.11
9
Durante la mayor parte de la historia humana, los gobernantes no han permitido a sus ciudadanos salir
de sus jurisdicciones, ya que han tenido interés en gravarlos. La excepción se da cuando los gobernantes sienten
que su autoridad está siendo puesta en duda. La tolerancia que la Cuba de Castro mostró de vez en cuando a
los emigrantes y el ostracismo en las antiguas ciudades griegas son ejemplos de permisividad frente a la salida.
Para el argumento presentado en el texto, es crucial que la salida no sea gratis, sino sólo que pueda ser permitida
(o incluso ser ordenada) por el gobernante (Finer, 1974).
10
El modelo del surgimiento del Estado que esbozamos en el texto tiene fuertes afinidades con el modelo
de Nozick (1974), aunque él lo ha desarrollado principalmente con el fin de extraer conclusiones normativas
que no son de interés aquí.
Ver Jones (1981). Nuestro modelo no pretende negar que en el mundo moderno prevalecen formas más
complejas de gobierno. En la mayoría de las unidades políticas nacionales modernas, muchas entidades públicas y privadas están autorizadas para supervisar y hacer cumplir las reglas. En un parque nacional, las reglas se
11
23
C. MANTZAVINOS, DOUGLASS C. NORTH Y SYED SHARIQ
Para resumir y ampliar: las instituciones informales son producidas de manera
interna — es decir, son endógenas a la comunidad (Lipford y Yandle, 1997). En
comparación, las instituciones formales son impuestas de manera externa sobre
una comunidad como el producto exógeno de la evolución de las relaciones entre
gobernantes. Carecemos de una teoría general del funcionamiento de los mercados políticos y de la manera cómo los Estados protectores logran asumir más y
más funciones, al punto de ofrecer un abanico de bienes públicos que trascienden la mera protección. Pese a que los recientes desarrollos en ciencia política
han producido predicciones valiosas sobre resultados políticos (Katznelson y Milner, 2002), estos se aplican principalmente a los Estados Unidos y a otros cuerpos
políticos desarrollados, que operan dentro de una red de reglas constitucionales
y políticas que se mantienen como “constantes inestables” en el corto plazo (Riker, 1980). Una teoría más general de la política exploraría las características de
costos de transacción de los mercados políticos, así como el papel de la ideología
para moldear los resultados políticos (North, 1990b). Una teoría de la ideología
con contenido empírico, que debe ser desarrollada, podría tener como punto de
partida la evolución de los modelos mentales compartidos de los actores políticos
que dan paso a, y legitiman, las nuevas reglas políticas, que a su vez estructuran la
interacción humana.12 Por supuesto, los procesos de elección deben ser una parte
constitutiva de una teoría tal, pero no necesariamente de la manera propagada
por los teóricos de la elección racional en ciencia política. La cuestión no es si las
decisiones individuales o colectivas pueden ser clasificadas como “racionales” de
acuerdo con un estándar normativo externo, sino dar cuenta de la manera como
se comparten los sistemas de creencias y como la cognición distribuida resuelve
los problemas colectivos que enfrentan los grupos sociales.
La relación entre instituciones formales e informales es muy importante por
razones de política pública.13 Ya que las políticas consisten en cambiar las institu-
harán cumplir por parte de un guardaparques federal; en un parque estatal, por un guardaparques estatal; en
un parque del condado, por un sheriff del condado; en un parque de ciudad, por la policía de la ciudad. Todas
estas unidades tienen una autonomía considerable. El camino evolutivo de algunos sistemas políticos conduce
hacia unas fuertes instituciones nacionales centralizadas que dominan de manera autoritaria, mientras que el
camino evolutivo de otros conduce hacia una amplia variedad de instituciones políticas anidadas en múltiples
niveles. (Sobre el tema del policentrismo del orden político, véanse McGinnis, 1999a; McGinnis, 1999b; McGinnis, 2000.) Sin embargo, en el texto nos centramos principalmente en el Estado, ya que es la forma más
importante de gobernanza.
24
12
Un primer intento serio en esta dirección se encuentra en Hall, 1993.
13
Nee, 1998 y Nee e Ingram, 1998 son intentos iniciales de abordar este tema.
APRENDIZAJE, INSTITUCIONES, Y DESEMPEÑO ECONÓMICO
ciones formales, pero sus resultados son producto del cambio tanto de las reglas
formales como de las reglas informales (así como de la manera en que se hacen
cumplir), aprender más sobre la interacción entre reglas formales e informales es
una condición necesaria para mejorar el desempeño económico.
IV. DESEMPEÑO ECONÓMICO
Una vez establecidas las reglas, el siguiente paso analítico es observar la manera en que los mercados económicos evolucionan dentro del marco institucional.
Dependiendo del tipo de instituciones que prevalecen y de cómo se hacen cumplir, la creación, difusión y división del conocimiento ocurrirá, ya sea con altos o
bajos costos de transacción. Las instituciones adecuadas, a través de la estabilización de expectativas, conducen a una mayor seguridad en las transacciones. Este
proceso va de la mano de bajos costos de transacción, una mejor captación de
las ganancias del comercio y, al final, un mejor desempeño económico (North,
1990a).
Se puede ilustrar mejor este argumento general distinguiendo entre intercambio y competencia, así como examinando la manera en que están relacionados
con la división del conocimiento, la creación de conocimiento y los costos de
transacción. La teoría económica neoclásica pocas veces aborda este tema, y los
economistas a menudo usan los conceptos de “mercado” y “competencia” como
sinónimos. Nosotros definimos los mercados como procesos de intercambio y la
competencia como la rivalidad que puede ocurrir no solo en los mercados, sino
también en la política y las organizaciones — dondequiera que dos o más individuos buscan alcanzar el mismo fin. Examinaremos primero la manera en que las
instituciones, el intercambio en el mercado y la diseminación del conocimiento
están interrelacionados, y luego cómo el marco institucional afecta la competencia en el mercado y conduce al crecimiento y a la acumulación de conocimiento.
De los procesos de intercambio surge la división del trabajo, que es concomitante con una división del conocimiento entre los participantes del mercado
(Loasby, 1999). El hecho de que diferentes individuos posean diferentes pedazos
de información, ya que cada uno se especializa en un intercambio o empleo específico, plantea dos problemas teóricos difíciles: la coordinación del conocimiento
y su uso efectivo. Ya hemos subrayado que las instituciones están ancladas en
la mente de las personas como soluciones compartidas frente a los problemas
25
C. MANTZAVINOS, DOUGLASS C. NORTH Y SYED SHARIQ
sociales. El principal efecto de la existencia de modelos mentales compartidos o
del conocimiento compartido respecto al paisaje humano en el nivel cognitivo es
la coordinación de las actividades individuales a nivel del comportamiento. Los
miembros de una sociedad construyen las mismas estructuras cognitivas y adoptan las respectivas regularidades de comportamiento a través de un largo proceso
evolutivo de socialización. Así, cuando un individuo comienza a intercambiar
en el mercado ya comparte las reglas sociales con otros participantes en ese mercado. Ese individuo no es un ser ahistórico, equipado solo con preferencias que
maximizan su utilidad bajo las restricciones de, por ejemplo, precios dados y un
ingreso disponible.
Durante el proceso de socialización, los individuos han aprendido las convenciones, las reglas morales y las normas sociales de su sociedad. Cuando comienzan
sus negocios, los empresarios han aprendido que reglas legales deben respetar y
el punto hasta donde los derechos de propiedad son protegidos o violados por el
Estado; ya son las “personas legales” de la teoría del derecho. Al tener la misma
historia de aprendizaje, los empresarios y otros participantes del mercado comparten instituciones formales e informales y, por lo tanto, las reglas del juego. Esto
los convierte en agentes específicos de un juego económico específico.
Por lo tanto, las instituciones son las responsables de coordinar el conocimien­
to de los participantes en el mercado en un primer y muy importante nivel. Es
claro que, dependiendo de las características del proceso de aprendizaje compartido en sociedades específicas, esta coordinación del conocimiento ocurrirá a un
nivel diferente de costos de transacción (North, 1990a). El marco institucional de
un mercado al aire libre en Marruecos, por ejemplo, coordina el conocimiento
de los participantes del mercado a un nivel mayor de costos de transacción que el
elaborado marco institucional de mercados más diferenciados — por ejemplo, en
los países desarrollados de Occidente.
En un segundo nivel, la coordinación de conocimiento en un mercado tiene
lugar con la ayuda de los precios. El viejo argumento de Hayek sigue siendo cierto:
la existencia de precios en escenarios de mercado facilita en gran medida la posterior coordinación del conocimiento de los participantes del mercado en comparación con escenarios sin precios de mercado — como ocurre, por ejemplo, en los
sistemas económicos socialistas (Hayek, 1960). En consecuencia, la coordinación
del conocimiento en los mercados se debe tanto al marco institucional como a los
precios que prevalecen en el juego de un mercado específico.
Al considerar el papel del mercado en la acumulación del conocimiento se
debe observar lo que ocurre durante el intercambio entre oferta y demanda, bajo
26
APRENDIZAJE, INSTITUCIONES, Y DESEMPEÑO ECONÓMICO
el supuesto de que todos los participantes del mercado conocen las reglas de
juego. El intercambio es un proceso de comunicación durante el cual los consumidores y los empresarios forman modelos mentales compartidos. Así, empresarios y consumidores no comparten desde el inicio un “conocimiento común”
(Langlois y Cosgel, 1998, p. 112). No existe tampoco un subastador ficticio a quien
le importa que cada parte del mercado sea consciente de la otra. El surgimiento
mismo de una estructura de comunicación común es el prerrequisito de cualquier
acto de intercambio. Como los empresarios no siempre suministran hipótesis
correctas sobre los problemas del consumidor, y los consumidores no pueden conocer todas las alternativas disponibles en los mercados, los actos de intercambio
siempre son “imperfectos”.
Para prevenir posibles malentendidos aquí, queremos hacer énfasis en que los
modelos mentales en el proceso de intercambio difieren de aquellos que encierran las formas internas de las instituciones sociales, aunque son del mismo material cognitivo. El rasgo distintivo de las reglas del juego internalizadas es que son
compartidas por todos los participantes del mercado. Los modelos mentales que
llegan a ser compartidos en el proceso de intercambio son, inversamente, de carácter más temporal. Más importante aún es que son compartidos solo por algunos
consumidores y algunos empresarios. La existencia de unos precios facilita la información de este tipo de modelos mentales durante el proceso de intercambio.
Por lo general, mientras más modelos mentales se formen en el mercado con
bajos costos de transacción, más efectivo será el uso del conocimiento en una
economía. Este argumento requiere mayor elaboración. Bertin Martens examina
el dilema que enfrentan agentes especializados con capacidades cognitivas limitadas al compartir la difusión de conocimiento en el mercado (Martens, 1999).
Los agentes pueden dedicar más de esa escasa capacidad a adquirir conocimiento
común y formar modelos mentales compartidos con otros agentes o a desarrollar
su propia especialización. Los costos de transacción afectan la opción que escogerán los agentes. Una alta frecuencia de actos de intercambio y la profundización
de la división del conocimiento llevan a una mayor realización de los beneficios
del intercambio y, al final, a un mejor desempeño económico.
Habiendo examinado como se interrelacionan las instituciones, los intercambios de mercado y la diseminación del conocimiento, examinaremos ahora cómo
el marco institucional afecta la competencia en el mercado. El tipo de competencia que prevalece durante el proceso de intercambio depende crucialmente de las
instituciones que prevalecen en el momento. Las instituciones determinan no solo
27
C. MANTZAVINOS, DOUGLASS C. NORTH Y SYED SHARIQ
el tipo de juego competitivo, sino también su ritmo. Así, el ritmo de aprendizaje
de los jugadores depende de la intensidad de la competencia, que a su vez está
determinada por el marco institucional (Mantzavinos, 1994). Debido a la competencia, los agentes que sufren efectos pecuniarios externos se motivan a aprender
más con el fin de asegurar su supervivencia en la lucha económica.
Durante el proceso competitivo, se generan tecnologías como un producto
espontáneo. ¿Por qué espontáneo? Porque las organizaciones que participan en
el juego económico — es decir, las empresas — están principalmente preocupadas
por incrementar sus ganancias. En el proceso de resolver este problema primario,
utilizan una muy amplia variedad de parámetros competitivos. La tecnología es
solo uno de ellos. El conocimiento científico es usado, y también parcialmente
producido, por las empresas solo en la medida en que los empresarios esperen
obtener beneficios económicos derivados de su uso. Así, la generación de las
tecnologías está mediada por la prueba del mercado, es decir, por consideraciones de rentabilidad. Es por esta razón que no existe una conexión causal simple
entre instituciones, actividades organizacionales y la generación de tecnologías
(Rosenberg, 1994).
El proceso económico competitivo que genera tecnologías y, por ende, nuevo
conocimiento está, por supuesto, ligado al intercambio en el mercado. Para que
las tecnologías puedan ser efectivas, debe estar presente una capacidad de absorción
apropiada del lado de la demanda en el mercado (Cohen y Levinthal, 1990). En
otras palabras, los resultados del proceso competitivo del lado de la oferta en
la forma de nuevas tecnologías puede aumentar la riqueza solo si el lado de la
demanda puede usarlas. Este hecho tiene profundas implicaciones para el importante asunto de política pública de la transmisión de nuevas tecnologías, especialmente en los lugares menos desarrollados del mundo. La transferencia de
tecnologías solo se logra si los procesos de aprendizaje adecuados han tenido lugar
en la parte receptora (Wright, 1997). Así, la comunicación y la formación de los
respectivos modelos mentales es un prerrequisito de cualquier uso efectivo de
tecnologías.14
En resumen, el desempeño económico es el resultado de un complejo proceso
que implica entrar en el juego económico según las reglas formales e informales
14
Hay aquí una diferencia crucial entre nuestra teoría y la teoría del desarrollo endógeno (p.ej., Romer,
1986; Romer, 1993; Romer, 1994; Lucas, 1988; Lucas, 1993).
28
APRENDIZAJE, INSTITUCIONES, Y DESEMPEÑO ECONÓMICO
que generan estructuras de incentivos y canalizan las actividades innovadoras en
una cierta dirección. No hay garantía de que los procesos de aprendizaje compartido y las instituciones que evolucionan en una sociedad a través del tiempo
producirán crecimiento económico (North, 1994). A través de la historia, los
fracasos son más frecuentes que los éxitos. Y es importante entender que lo que
es adecuado para una economía no es automáticamente adecuado para otra; y
que aunque sea adecuado hoy, no necesariamente será adecuado mañana. Solo si
entendemos los principales factores que producen sendero-dependencia podremos aspirar a ser capaces de alterar el desempeño económico en una dirección
particular.
V. sendero-Dependencia: cognitiva,
institucional y económica
El proceso de cambio social que presentamos en este artículo puede ser resumido de la siguiente forma:
“realidad” > creencias > instituciones > políticas específicas > resultados (y, en
consecuencia, “realidad” alterada)
El mecanismo de retroalimentación que va de los resultados a la realidad corre a través de la mente humana. Y como la mente interpreta activamente la realidad, tenemos un muy limitado conocimiento de la manera en que los resultados
serán percibidos o interpretados por los agentes. Esta es la principal razón por
la cual los modelos económicos mecanicistas y deterministas del cambio económico no pueden funcionar: las ideas son los factores autónomos de la evolución
socioeconómica, y si queremos aprender más sobre este proceso, necesitamos
saber más sobre la manera en que nuestras mentes construyen la realidad.
Sin embargo, podemos formular una hipótesis acerca de cómo el “andamiaje”
construido por los humanos se relaciona con los resultados, mientras continua
evolucionando en el tiempo. Después de un periodo t1 (esto es, después de que se
ha completado el aprendizaje a través de las instituciones, los mercados y los resultados), la mente interpreta la realidad en el periodo t2 (esto es, los resultados)
con base en los modelos mentales ya existentes en el periodo t1. Obviamente,
esto es cierto para cada individuo en la sociedad, de manera que el aprendizaje
29
C. MANTZAVINOS, DOUGLASS C. NORTH Y SYED SHARIQ
compartido en t2 debe estar basado en lo que ya existía en t1. En otras palabras,
los modelos mentales compartidos en t2 se han formado con base en los modelos
mentales compartidos en t1. En los casos en que el contenido del aprendizaje colectivo es el mismo o es similar a través de un número de periodos, los modelos
mentales se hacen relativamente inflexibles y los sistemas compartidos de creencias son moldeados. Estos son a su vez la fuente de la sendero-dependencia cognitiva,
ya que mientras más inflexibles sean los modelos mentales, más difíciles serán su
modificación y su revisión.
Debido a esta sendero-dependencia cognitiva, el andamiaje del paisaje humano (es decir, la formación de instituciones) también ocurre de manera sendero-dependiente. Una vez todos los jugadores han formado los mismos modelos mentales, la mezcla institucional puede comenzar a resolver una variedad de
problemas sociales de manera particular. Se puede hablar así de “rendimientos
crecientes de un marco institucional” en el sentido de que, una vez las soluciones
a los problemas han sido aprendidas por los agentes, se aplican inconscientemente cada vez que surgen problemas similares. Esta sendero-dependencia institucional
puede estructurar el juego económico de una manera estandarizada a través del
tiempo y puede conducir a las sociedades a jugar un juego que resulte en consecuencias indeseables (North, 2000; Pierson, 2000).
Mientras el marco institucional y la estructura de incentivos se mantengan
constantes, la interacción en el mercado se canalizará en una cierta dirección
y se fomentará la generación de ciertos tipos de tecnologías. En este sentido, la
sendero-dependencia cognitiva y la institucional darán paso, en últimas, a la sendero-dependencia económica. La proposición intuitiva de que “la historia importa” designa la importancia del fenómeno de sendero-dependencia, comenzando
en el nivel cognitivo, pasando por el nivel institucional y culminando en el nivel
económico (Mantzavinos, 2001).
VI. CONCLUSIÓN
El marco analítico presentado aquí es una primera aproximación al papel que
tiene el aprendizaje en la formación de instituciones y de los juegos económicos
que se desarrollan en ellas. Se requiere más investigación con el fin de desarrollar
teorías de cómo funcionan los mercados políticos, del surgimiento y los efectos
de la ideología, y de las relaciones entre instituciones formales e informales. Para
30
APRENDIZAJE, INSTITUCIONES, Y DESEMPEÑO ECONÓMICO
todas estas áreas de investigación, la cuestión del aprendizaje resulta de crucial
importancia. Es por esto que debemos prestar atención a los desarrollos de la
ciencia cognitiva y usar sus hallazgos para nuestros propios propósitos explicativos, mientras que nos movemos hacia una teoría más refinada — una teoría lo
suficientemente operacional para ser usada en asuntos de política pública.
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34
COMISIONES DE LA VERDAD COMO
INSTITUCIONES DE APRENDIZAJE:
EL CASO DE KENIA
JOHANNA AMAYA PANCHE
JOHANNES LANGER*
RESUMEN
El institucionalismo cognitivo brinda herramientas teóricas importantes para
comprender las dinámicas del cambio social. Los modelos mentales, el aprendizaje individual colectivo, las instituciones y organizaciones, son algunos de los temas
que se abordan en este artículo para realizar una aproximación a los procesos de
construcción de la verdad; en particular, la Comisión de la Justicia, Reconciliación y Verdad de Kenia (tjrc), caracterizada por presentar altos niveles de corrupción y muchas contradicciones, debido — entre otros factores — a su mandato
excesivamente amplio. Aunque la búsqueda y reconstrucción de la verdad han
comenzado, todavía queda un largo camino por recorrer para lograr que los derechos humanos y las violaciones de éstos sean reconocidos por el Estado de Kenia.
Este ensayo busca articular algunas lecciones del institucionalismo cognitivo con
las complejas dinámicas de reconstrucción de la verdad en la tjrc.
* Johanna Amaya Panche es profesora asistente, Directora del grupo de investigación de la Facultad de
Derecho, Ciencias Políticas y Económicas de la Universidad de San Buenaventura, Bogotá y catedrática de la Pontificia Universidad Javeriana. Johannes Langer es profesor asociado e investigador de la Facultad de Derecho,
Ciencias Políticas y Económicas de la Universidad de San Buenaventura, Bogotá. Correos electrónicos: lamaya@
usbbog.edu.co y [email protected]. Los autores agradecen en especial al profesor Chrysostomos Mantzavinos por sus inspiradoras ideas y explicaciones brindadas en los talleres realizados en Medellín y Cartagena, en
febrero 2015, pues ellos proporcionaron las bases de este artículo. El artículo es parte del proyecto de investigación “Get the truth out of truth commissions”, de la Facultad de Ciencias Jurídicas, Políticas y Económicas de
la Universidad de San Buenaventura, Bogotá, y la Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la
Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá. Recibido: marzo 30 de 2015; aceptado: abril 30 de 2015.
Economía & Región, Vol. 9, No. 1, (Cartagena, junio 2015), pp. 35-65.
35
JOHANNA AMAYA PANCHE Y JOHANNES LANGER
Palabras clave: Comisión de la verdad, Kenia, institucionalismo cognitivo,
modelos mentales, reconciliación, verdad.
Clasificaciones jel: D63, D74, D87, N47
ABSTRACT
Truth Commissions as Learning Institutions to Deal with the Past:
The Case of Kenya
Cognitive institutionalism provides an important theoretical tool to understand the dynamics of social change. Mental models, collective individual learning,
institutions and organizations are addressed in this article to show the approach
to the process of truth construction, in particular the Commission for Justice,
Truth and Recociliation of Kenya (tjrc), which was characterized, among other
factors, by high levels of corruption and many contradictions, due to its overly
broad mandate. Although the search for truth and reconstruction has started,
there is still a long way to go so that human rights and their violation are recognized by the State of Kenya. This essay seeks to articulate some lessons from
cognitive institutionalism with the complex dynamics of reconstruction of truth
in the tjrc.
Key words: Cognitive institutionalism, Kenya, mental models, reconciliation,
truth commission, truth.
jel
Classifications: D63, D74, D87, N47
I. INTRODUCCIÓN
Las comisiones de la verdad son un fenómeno que se presenta y se estudia de
manera cada vez más frecuente en el mundo. El auge de estas es, evidentemente,
un fenómeno interesante e importante por explorar. Paralelamente, el institucionalismo cognitivo se constituye en una apuesta teórica innovadora, que incorpora aspectos relacionados con los complejos procesos de aprendizaje individual y
social y, de la mano de ellos, la institucionalización de prácticas sociales en varios
niveles — todo lo cual brinda respuestas interesantes al fenómeno del cambio
social.
36
COMISIONES DE LA VERDAD COMO INSTITUCIONES DE APRENDIZAJE: EL CASO DE KENIA
Este ensayo tiene por objeto articular la teoría del institucionalismo cognitivo
con el análisis de los procesos de construcción y reconstrucción de la verdad en
las comisiones de la verdad, que son entendidas como instituciones. En particu­
lar, se estudia el caso de la Comisión de la Justicia, Reconciliación y Verdad (tjrc)
de Kenia, que es la organización que implementa las reglas del juego en ese país.
El documento también analiza la forma en que los procesos de aprendizaje colec­
tivo y la construcción de modelos mentales compartidos, en un contexto de violencia
prolongada, influyen en la construcción de acuerdos de paz que llevan a la implementación de mecanismos propios de la justicia transicional, concretamente, la
comisión de la verdad.
El texto se divide en tres partes. En la primera se retoman algunos elementos
relevantes del institucionalismo cognitivo como marco de análisis del objeto de
estudio. En la segunda se exploran las posibles relaciones entre los elementos teóricos abordados en la primera sección y los procesos de construcción y reconstrucción de la verdad en las comisiones de la verdad. La tercera sección analiza el caso
específico de la tjrc en Kenia, retomando elementos propios del conflicto que
antecedió a la creación de esta organización, las dinámicas en las que emergió y
se desarrolló, y algunos de sus efectos parciales. Finalmente, se concluye estableciendo conexiones explícitas entre las partes desarrolladas a lo largo del mismo.
II. EL INSTITUCIONALISMO COGNITIVO
El marco teórico que orienta el análisis de este trabajo es el institucionalismo
cognitivo propuesto por Mantzavinos, North y Shariq (2004).1 En este apartado
recogeremos algunos elementos centrales de esta perspectiva teórica, que resultan
relevantes para el análisis de los procesos de construcción de la verdad y, particularmente, de las comisiones de la verdad y la tjrc. Abordaremos principalmente
los conceptos relacionados con los procesos de aprendizaje individual y colectivo,
la configuración de modelos mentales, las instituciones formales e informales,
y las dinámicas de cambio en este tipo de procesos, para luego relacionarlos con
el estudio del caso de Kenia.
mns 2004 destacan el papel del aprendizaje como requisito fundamental para
entender las dinámicas del cambio en las ciencias sociales, que es uno de los ob-
1
En adelante, esta referencia será citada como mns 2004.
37
JOHANNA AMAYA PANCHE Y JOHANNES LANGER
jetos centrales del estudio en las ciencias cognitivas y en la investigación realizada
por estos autores. De manera que lo que ellos buscan es comprender la forma en
que se articulan los procesos de aprendizaje individual con el cambio en el nivel
de la sociedad, y explorar la manera en que el aprendizaje individual y colectivo
tienen lugar en la conformación de instituciones.
Para entender este planteamiento teórico, resulta pertinente aclarar que el
enfoque propuesto por los autores observa la mente como una estructura compleja
que activa interpretaciones, al tiempo que clasifica una variedad de señales recibi­
das de los sentidos y experiencias del ambiente físico, del ambiente sociocultural y
del ambiente lingüístico. Es importante reconocer que, como lo señalan los autores, existe una amplia variedad de representaciones mentales que se han ofrecido
como modelos cognitivos para describir las operaciones mentales. Sin embargo,
ellos optan por la noción pragmática de los modelos mentales, y es así como
entienden que estos evolucionan gradualmente durante el desarrollo cognitivo
para organizar las percepciones y actualizar las memorias. Estas últimas, en forma
de estructuras de conocimiento flexibles, se crean en el organismo como una
respuesta pragmática a una situación problemática, para explicar e interpretar su
ambiente (mns 2004).
Es en este punto donde se puede definir un modelo mental como la predicción final que la mente realiza, o como la expectativa que esta tiene respecto al
ambiente, antes de obtener una retroalimentación del mismo. Dependiendo de
si la expectativa formada es validada por la retroalimentación del ambiente, el
modelo mental puede ser revisado, refinado o totalmente rechazado (mns 2004).
Sin embargo, como lo sostienen los autores, la formación de modelos mentales y la evaluación de soluciones a problemas en el ambiente no conducen necesariamente al éxito. El aprendizaje es un proceso evolutivo de ensayo y error, y fallar
en la solución de un problema conduce a intentar una nueva solución. Por tal
motivo, los modelos mentales son generalmente estructuras cognitivas flexibles
que ayudan a los seres humanos a resolver problemas (mns 2004).
Por consiguiente, cuando el ambiente confirma el mismo modelo mental muchas veces, el modelo comienza a estabilizarse. Los autores denominan “creencia”
a esta relativa cristalización del modelo mental y “sistema de creencias” a la interconexión entre creencias (Mantzavinos, 2015). Al estar habilitado para sobrevivir
en su ambiente — respecto al aprendizaje del pasado — el sistema de creencias
empieza a conectarse con el sistema motivacional (mns 2004).
38
COMISIONES DE LA VERDAD COMO INSTITUCIONES DE APRENDIZAJE: EL CASO DE KENIA
Cuando cierto modelo mental no produce una solución exitosa, el individuo
emplea estrategias inferenciales, en especial analogías, de forma casi automática.
Si estas estrategias tampoco resuelven el problema, el individuo se ve forzado a
ser creativo y a producir nuevos modelos mentales y crear así nuevas soluciones
(Mantzavinos, 2015).
En este proceso es crucial la retroalimentación del ambiente, que juega un papel primario en la determinación del éxito o el fracaso — y la subsiguiente e incremental estabilización o modificación — del modelo mental subyacente. En suma,
las decisiones creativas o aprendizajes tendrán o no lugar dependiendo fundamentalmente de la retroalimentación del entorno que la mente del indivi­duo
recibe mientras trata de solucionar sus problemas. Sin embargo, nada garan­tiza
que la retroalimentación del ambiente sea percibida tal y como sucede. Debido
a que la mente interpreta activamente todos los insumos sensoriales, con frecuencia el mensaje referido al éxito o fracaso de la solución podrá ser malinterpretado
(mns 2004).
La teoría sugerida por los autores necesita, según ellos, de una mayor elabora­
ción. Pero, asimismo, suministra un punto de partida útil para construir un marco analítico y da cuenta de manera más o menos satisfactoria del aprendizaje
individual y del proceso decisorio, además de proveer las bases suficientes para la
explicación del proceso de aprendizaje social.
A. Aprendizaje colectivo y modelos mentales
Siguiendo a mns (2004), entendemos que
“El aprendizaje en el nivel social puede ser conceptualizado como un proceso
compartido o de aprendizaje colectivo; cuando se explica la emergencia de conocimiento cultural o social, es necesario distinguir dos aspectos del conocimiento
compartido: el estático y el evolutivo. En la dimensión estática, los individuos
en determinado contexto sociocultural, continuamente se comunican con otros
individuos mientras intentan resolver sus problemas. El resultado directo de esta
comunicación es la formación de modelos mentales compartidos, los cuales proveen el marco común de interpretación de la realidad y dan lugar a soluciones
colectivas a problemas surgidos del entorno. La importancia de este proceso es
obvia: la interpretación común de la realidad es el fundamento de cualquier interacción futura.” (Ibíd., p. 76).
39
JOHANNA AMAYA PANCHE Y JOHANNES LANGER
Entonces, la evolución de los modelos sociales colectivos a lo largo del tiempo,
y de modelos mentales compartidos, depende del tamaño del grupo y de las organizaciones. Como lo señalan los autores, este proceso tiene lugar, en principio,
dentro de las familias, los vecinos, y las escuelas; es decir, dentro de organizacio­
nes sociales. La teoría moderna del aprendizaje organizacional considera a las organizaciones como sistemas de distribución del conocimiento, en las cuales las
capacidades son compartidas con el intercambio de conocimiento.
A partir de lo anterior es posible comprender que los modelos mentales se
conforman con el surgimiento de instituciones y se consolidan como prácticas
que brindan soluciones exitosas ante los problemas o conflictos a que se enfrentan los seres humanos. En ese sentido, un modelo mental se consolida cuando
resulta exitoso para dar respuestas a un problema, y tiende a perpetuarse siempre
que mantenga su capacidad de brindar soluciones a situaciones problemáticas.
Frente al fracaso en la resolución de un problema, al aplicar un modelo mental
previamente existente, surgen respuestas creativas que permiten idear nuevos modelos mentales en contextos diferentes y ante situaciones problemáticas diversas
(Mantzavinos, 2015).
Sin embargo, el origen del conocimiento transmitido de generación en generación no está limitado al conocimiento teórico. La otra categoría del conocimiento
no es expresable en términos lingüísticos. Su mecanismo de transmisión es la
imitación directa de la actuación de otros. Se trata del conocimiento práctico o
“saber hacer” (knowing-how), que se refiere a habilidades adquiridas para resolver
problemas prácticos y es igualmente importante para la vida cotidiana de todos
los individuos en una sociedad (mns 2004).
Como el conocimiento colectivo tiene lugar en el nivel social, la capacidad de
solución de problemas de la sociedad abarca a ambos: conocimiento teórico-científico y conocimiento práctico, el cual crece y es transmitido en el tiempo. Existe,
sin embargo, una subcategoría que resulta de primordial interés para el conocimiento práctico: aquel relacionado con la solución de problemas de interacción
humana. Hayek (1960) equipara el crecimiento de las civilizaciones con el crecimiento del conocimiento, incluyendo “hábitos, habilidades, actitudes emocionales, herramientas e instituciones: todas las adaptaciones de experiencias pasadas
que han crecido por la eliminación selectiva de contactos menos adecuados”
(citado en mns 2004, p. 77). Este tipo de conocimiento es, desde nuestra perspectiva, de vital importancia para el análisis de situaciones de conflicto, como la
expuesta en nuestro estudio de caso.
40
COMISIONES DE LA VERDAD COMO INSTITUCIONES DE APRENDIZAJE: EL CASO DE KENIA
B. Aprendizaje colectivo y el surgimiento de instituciones
Desde el enfoque propuesto para este análisis, las instituciones son definidas
como las reglas de juego en una sociedad o, más formalmente, ideaciones humanas que constriñen la estructura de sus propias interacciones (North, 1991 y
1994). Están conformadas por reglas formales (constituciones, estatutos, derecho
común y regulaciones), reglas informales (convenciones, reglas morales y normas
sociales), y las características de aplicación de cada una. Debido a que ellas conforman la estructura de incentivos de la sociedad, definen también el camino o el
sentido en que el juego es jugado a través del tiempo (Mantzavinos, 2015).
En este sentido, desde el punto de vista externo, las instituciones son comportamientos regulares o rutinas compartidas en una población. Desde el punto de
vista interno, estas no son más que modelos mentales o soluciones compartidas
a problemas recurrentes en la interacción social. Las instituciones, sólo por estar
ancladas en la mente de las personas, se vuelven relevantes para la conducta. La
elucidación de los aspectos internos es un paso crucial en la adecuada explicación
del surgimiento, evolución y efectos de las instituciones; esto determina una diferencia cualitativa entre el enfoque cognitivo y otros enfoques institucionales.
Respecto al fenómeno de la decisión, el enfoque cognitivo de las instituciones no
insiste tanto en la racionalidad como lo hace en el juicio por algunos estándares
externos, no descuida el rango más amplio de procesos mentales — racionamiento
analógico, formación de habilidades, etc. — que juegan un papel crucial en el
surgimiento de soluciones compartidas a problemas recurrentes de la interacción
social (Mantzavinos, 2015).
Las instituciones tienen diversos efectos. Uno de ellos es la provisión de incen­
tivos para crear organizaciones. Esto quiere decir que existe una gran diferencia
entre estos dos términos: las instituciones son las reglas del juego, las organizaciones son los jugadores. Estas últimas están conformadas por individuos o grupos
de individuos que se dirigen juntos hacia algún objetivo común. Dichos individuos, igual que los modelos mentales, evolucionan dentro de las organizaciones,
y allí tiene lugar el aprendizaje colectivo de sus objetivos (mns 2004).
El surgimiento de instituciones formales e informales es conducido por distin­
tos mecanismos. Las instituciones informales de la sociedad surgen y cambian en
un proceso de interacción espontánea y son “en efecto, el resultado de acciones
humanas; pero no la ejecución de algún diseño humano” (Ferguson, 1966, p.
188). El surgimiento espontáneo de instituciones informales se deriva de un pro41
JOHANNA AMAYA PANCHE Y JOHANNES LANGER
ceso de innovación e imitación que tiene lugar en el grupo social que está aprendiendo colectivamente. Los individuos que respetan convenciones siguen reglas
morales y adoptan normas sociales que producen el surgimiento del orden social.
En grupos unidos, las instituciones informales son, en gran medida, suficientes
para la estabilización de expectativas y proveen disciplina, porque los miembros
del grupo establecen relaciones. En sociedades primitivas, sólo las instituciones
informales pueden establecer el orden social, y, frecuentemente, no son necesarias
instituciones adicionales con mecanismos de aplicación explícitos por terceros
(third-party) (Mantzavinos, 2015; mns 2004).
Este asunto, como lo plantean los autores, nos lleva a uno de los principales
problemas en la ciencia política: las razones de la existencia del Estado. El Estado
existe porque provee a los individuos soluciones a problemas similares de confianza y protección de la agresión (para individuos de la misma sociedad y de
diferentes sociedades). El Estado surge una vez la sociedad se hace más grande
y las relaciones entre sus miembros son cada vez más impersonales. Como se ha
explicado antes, el contenido del aprendizaje individual depende decisivamente
de la retroalimentación del ambiente; así, los individuos actúan en grupos grandes (como las complejas sociedades modernas) de las que adquirirán diferentes
lecciones que serán asumidas por un grupo pequeño. Esta diferenciación de los
procesos de aprendizaje es central si el Estado surge como una agencia que ordena el cumplimiento de las normas (enforcement) (mns 2004).
En suma, para Mantzavinos North y Shariq las instituciones informales se
producen internamente, es decir, son endógenas a una comunidad. En comparación, las instituciones formales son imposiciones externas sobre la comunidad;
en otras palabras, son productos exógenos de la evolución de las relaciones entre
gobernantes. La teoría de la ideología con contenido empírico, que está siendo
desarrollada, podría tener como punto de partida la evolución de modelos mentales compartidos, de actores políticos que dan lugar a la legitimación de nuevas
reglas políticas, que a su vez estructuran la interacción humana (Mantzavinos,
2015).
Una vez expuestos algunos de los elementos centrales — y más relevantes para
nuestro estudio de caso — de la propuesta teórica de mns 2004, se examinarán
las comisiones de la verdad como instituciones en que se gestan dinámicas complejas de construcción de la verdad social colectiva — entendido éste como un
proceso de construcción, reconstrucción, estabilización y transformación de las
diversas aproximaciones y relato de la verdad sobre el pasado de violencia — y por
ende de los modelos mentales que se construyeron durante este período.
42
COMISIONES DE LA VERDAD COMO INSTITUCIONES DE APRENDIZAJE: EL CASO DE KENIA
III. MODELOS MENTALES Y CONSTRUCCIÓN DE LA
VERDAD: UNA IDEA EN DESARROLLO
Entendemos que el marco teórico propuesto por el institucionalismo cognitivo nos brinda herramientas para analizar y comprender dos fenómenos en general y uno en particular. En general, nos brinda elementos para analizar los procesos de construcción de la verdad a través de los conceptos de modelos mentales
compartidos, aprendizaje individual y aprendizaje colectivo. Entendemos que la
construcción y reconstrucción de la verdad obedece a la configuración y transformación de modelos mentales y, por ende, de las creencias y sistemas de creencias.
En segundo lugar, también entendemos que, como consecuencia de lo anterior,
las comisiones de la verdad en general, como instituciones, son dinamizadas por
estos procesos de construcción y reconstrucción de la verdad y sus respectivos
modelos mentales. En tercer lugar, dentro del abordaje particular propuesto,
comprendemos que la Comisión de la Verdad de Kenia, como una organización
específica, puede ser analizada desde la perspectiva aquí expuesta, en relación
con los procesos de construcción de la verdad en general, la configuración de las
comisiones de la verdad como instituciones y la aplicación de las reglas de juego
definidas por ellas en el marco de las regla de la justicia transicional.
En este apartado se desarrolla una discusión preliminar sobre la construcción
de las comisiones de la verdad como instituciones en el marco de la justicia transicional internacional. Luego se propone una aproximación teórica que permita
reconocer las posibles relaciones entre modelos mentales compartidos, creencias,
aprendizaje individual y colectivo, construcción de la verdad y comisiones de la
verdad.
A. El auge de las comisiones de la verdad
El nacimiento de las comisiones de la verdad se asocia generalmente con los
países que tuvieron transiciones a la democracia en América Latina en la década de
los ochenta (Bass, 2012; Elster, 2004). Las comisiones de la verdad se pueden
definir como “cuerpos dispuestos para la investigación de la historia de violación
de los derechos humanos en un país en particular, las cuales pueden incluir violaciones por parte de militares, fuerzas del gobierno o por parte de fuerzas armadas de oposición” (Hayner, 1994, p. 600). Dependiendo de cómo se defina una
43
JOHANNA AMAYA PANCHE Y JOHANNES LANGER
comisión de la verdad, se pueden identificar 52 casos que se han desarrollado
desde 1974 (Hirsch, 2007) o 40 casos en más de 25 países, como lo ha estudiado
e identificado Hayner (2011).
Las comisiones de la verdad que se han establecido en diversos lugares alrededor del mundo se caracterizan por ser creadas generalmente por el Estado, así
como por tener mandatos estrictamente delimitados y una duración temporal definida (con un plazo de uno a dos años de duración en promedio). Asimismo,
suelen privilegiar un enfoque orientado hacia el pasado (Avruch, 2010), y por lo
general tienen como expectativa publicar un informe final, que suele incluir recomendaciones.
A diferencia de los tribunales o comisiones de crímenes de guerra, las comisio­
nes de la verdad no tienen competencia para juzgar o hacer justicia retributiva
(Mo­rris, 1996). La justicia retributiva busca la venganza, el castigo, y se concentra
principalmente en el perpetrador, mientras que la justicia restaurativa se basa en
el perdón, pues se enfoca en y busca la reconciliación (Avruch, 2010). Es importante comprender que las comisiones de la verdad se basan en el concepto de
justicia restaurativa, entendida como aquella comprensión de la justicia en la que
se pone la atención tanto en la víctima como en el agresor o perpetrador. Esta
visión apunta hacia el futuro sin olvidar el pasado, busca promover los procesos
de reconciliación y producir transformaciones colectivas en la sociedad (Lederach,
1997; Minow, 1998). La reconciliación se puede definir como la presencia de
cuatro ingredientes simultáneos: verdad, perdón, justicia y paz, entendiendo que,
cuando se habla de perdón, no deben existir ánimos de venganza entre las partes,
de manera que la reconciliación debe incluir disculpas y arrepentimiento (Lederach, 1997).
El dilema que se plantea en este punto es ¿cómo construir el perdón colectivo
y no sólo individual? Para que esto sea posible, las disculpas deben tener un contenido de transformación de los dos actores y, por consiguiente, se debe producir
una transformación de identidad a nivel colectivo. Es decir, una transformación
de los modelos mentales, creencias y sistemas de creencias del pasado. Es por lo
anterior que uno de los retos más importantes de las comisiones de la verdad es
pasar de lo individual a lo general (Avruch, 2010, p. 44), es decir, de los procesos
micro a los procesos macro de perdón, o, en palabras de Mantzavinos, del aprendizaje individual al aprendizaje colectivo (Mantzavinos, 2010).
De otra parte, resulta relevante destacar que, a menudo, las comisiones de la
verdad se han desarrollado de forma paralela a los procesos judiciales, como se
44
COMISIONES DE LA VERDAD COMO INSTITUCIONES DE APRENDIZAJE: EL CASO DE KENIA
puede observar en los casos de Timor Oriental, Ruanda y Sierra Leona, con el
fin de satisfacer la necesidad o demanda de justicia de las víctimas (Clark, 2010;
DeShaw Rae, 2009; Schabas, 2004).
Las comisiones de la verdad son consideradas como uno de los cuatro componentes principales de los mecanismos de justicia transicional. Su tarea es descubrir la verdad del pasado que ha estado envuelto en la violencia estatal y aquella
ocasionada por la opresión política o por violaciones de los derechos humanos
en general (Minow, 1998; Rotberg, 2000). Han sido activamente promovidas por
las Naciones Unidas, así como por organizaciones no gubernamentales como
Amnistía Internacional o Human Rights Watch, y otras entidades concentradas
específicamente en el tema de justicia transicional, como el Centro Internacional
para la Justicia Transicional (ictj), establecido en 2001. Su utilidad ha sido ampliamente reconocida, en tanto que actúan como instrumento alternativo a la
justicia punitiva. Por lo general, las comisiones de la verdad son obligadas por
organismos nacionales o negociadas por árbitros internacionales, como las Naciones Unidas.
Se espera que una comisión de la verdad pueda superar los mitos en torno a
los cuales podrían haber sido creadas, relacionados con las atrocidades cometidas en el pasado y la cuantificación de las violaciones a los Derechos Humanos
cometidas durante el período investigado (Rotberg, 2000). Es así que uno de los
aspectos más importantes de una comisión de la verdad es su capacidad de ayudar
a construir o reconstruir la unidad social y servir como mecanismo de curación
o sanación colectiva. Las comisiones de la verdad han ido incrementando su participación como herramientas para tramitar conflictos en curso dentro de una
sociedad determinada y en un momento histórico específico.
Estas instituciones (las comisiones de la verdad) y sus respectivas organizaciones (cada una de las comisiones de la verdad que se han desarrollado concretamente alrededor del mundo) presentan desafíos relacionados con la protección
de testigos y la disposición de las comunidades locales para realizar procesos de
sanación colectiva, así como la respectiva reconfiguración o aprendizaje de los
modelos mentales compartidos y creencias, construidos durante el pasado de violencia. El supuesto fundamental que aquí se sigue es que, sin un proceso de
sanación tal, una nueva sociedad no puede ser construida, debido a la ausencia
de confianza común (Lederach 1997; Zehr 1997).
Las comisiones de la verdad por lo general buscan defender a las víctimas y
permitir que sus voces sean escuchadas, porque son ellas quienes fueron olvidadas
45
JOHANNA AMAYA PANCHE Y JOHANNES LANGER
durante el conflicto violento (Villa-Vicencio, 2003). Es así como en este proceso
existe la esperanza de que los perpetradores hablen sobre las injusticias que han
cometido en el pasado, para ayudar a arrojar luces sobre los acontecimientos relacionados con los crímenes y la forma en que se organizaron, pues, de otra manera, difícilmente se revelarían a través del sistema de justicia punitiva ordinaria. En
particular, existe la presunción de que los perpetradores tendrán la oportunidad
de reconocer sus crímenes y pedir perdón, otorgando a las víctimas y sobrevivientes la oportunidad de poder perdonar. Por supuesto, esto sucedería gracias al
marco que, como instituciones, proporcionan las comisiones de la verdad para
la construcción de un relato común sobre las causas y los hechos del pasado envuelto en la violencia. Diversos autores que han reflexionado y escrito sobre las
comisiones de la verdad, se han centrado en el elemento de la catarsis, de manera
que el perdón y el castigo fueron también destacados por ellos como elementos
centrales de este tipo de abordajes. En ese sentido, las amnistías fueron observadas como un proceso necesario, dirigido a reconstruir la sociedad.
En el caso de la comisión de la verdad de Suráfrica, por ejemplo, se esperaba
que las víctimas renunciaran a la venganza y que ello permitiera la construcción
de la reconciliación nacional (Mamdani, 1996). Si bien es comprensible que desde
esta perspectiva, que fue orientada desde el Estado, se puso en práctica un enfoque dirigido desde arriba hacia abajo (top down), también es cierto que, paralelamente, muchas víctimas se sintieron presionadas a perdonar, a pesar de que no
estaban preparadas para ello. Es por esto que algunas de ellas querían canalizar
la venganza a través de un sistema de justicia punitiva, pero finalmente se les
negó esta posibilidad (Lambourne, 2001; Wilson, 2000). Del mismo modo, las
víctimas en Indonesia, Sierra Leona y Ruanda se vieron obligadas a seguir tales
procedimientos, que en últimas se definieron por la realización del canje de la
verdad por la amnistía, lo cual fue establecido en el sistema de justicia transicional, en todos estos casos.
Por lo anterior resulta necesario que las comisiones de la verdad sean implementadas junto a otros mecanismos propios de la justicia transicional, de manera
que se logre cumplir con el principio de la reparación integral a las víctimas. Esta
reparación se refiere, por una parte, a medidas de satisfacción relacionadas con
demandas de justicia y, por otra, a la promoción de procesos colectivos de reconstrucción de la verdad que conlleven a la sanación, el perdón y la reconciliación
nacional.
Es claro que, independientemente del rol que cada Estado juegue con relación
a las comisiones de la verdad y el enfoque que privilegie, en la mayoría de los ca46
COMISIONES DE LA VERDAD COMO INSTITUCIONES DE APRENDIZAJE: EL CASO DE KENIA
sos este (el Estado) utiliza dichas instituciones (las comisiones de la verdad) como
herramientas útiles para reconstruir el orden político e institucional. En ese mismo sentido, la verdad social, entendida como una institución informal, puede,
por lo tanto, reconstruir las memorias individuales que convergen en una memo­
ria colectiva, o, visto desde el institucionalismo cognitivo, en la construcción de
modelos mentales compartidos sobre la memoria y la verdad (mns 2004). En otras
palabras, los relatos singulares se funden en una gran narrativa colectiva, derivada
del aprendizaje y el cambio social e institucional surgido del pasado de violencia.
El desafío para estas instituciones es comprender la manera en que el pasado
es impugnado. En casi todas las comisiones de la verdad se puede observar que la
expectativa del público es enorme y que, como es de esperar, existe muy poca paciencia por parte de las víctimas, los perpetradores y la sociedad en general para
atender a sus “resultados”. Sin embargo, las comisiones de la verdad necesitan
tomarse su tiempo para construir el informe final. Es por ello que se debe tener
presente que estas instituciones no son la “vara mágica” para resolverlo todo; son
tan solo una pieza del rompecabezas, en un panorama importante y mucho más
amplio, para tratar de descifrar el pasado violento en un entorno de transición
hacia la democracia.
B. Interpretando la verdad como un modelo mental: Aprendizaje
individual, colectivo y cambio
Como se ha propuesto hasta ahora, los complejos procesos de construcción
y reconstrucción de la verdad del pasado de violencia implican, a su vez, la construcción, reconstrucción, e incluso la modificación o transformación radical de
modelos mentales y creencias construidas durante el pasado de violencia. Es claro que las comisiones de la verdad emergen como instituciones, producto de los
estándares o reglas de juego definidas por la justicia transicional internacional
que buscan dar respuesta a las demandas de las víctimas y la sociedad en general
sobre la necesidad y el derecho a la verdad (González y Varney, 2013). Estas instituciones en general son definidas por unas reglas de juego explicadas en el acápite anterior, que, al menos teóricamente, permiten la construcción de un relato
común sobre los hechos violentos del pasado y sus causas, en medio de diversas
complejidades relacionadas con la diversidad de actores, sus respectivos relatos,
perspectivas y narrativas respecto a lo acaecido.
47
JOHANNA AMAYA PANCHE Y JOHANNES LANGER
De esta manera, las comisiones de la verdad pueden abordarse como institu­
ciones formales creadas, impulsadas y establecidas por el Estado, que emiten un
mandato con recomendaciones dirigidas a superar el pasado de violencia (Avruch,
2010). A su vez, estas instituciones formales interactúan con instituciones infor­
males, como las normas morales y éticas, sobre el precepto o principio de la verdad y otras instituciones sociales informales que juegan en el contexto cultural
específico, dentro del cual se desarrollan las organizaciones que ponen en marcha
estas reglas de juego. De allí que la retroalimentación del entorno respecto al rol
de las comisiones de la verdad sea fundamental en la efectividad de la implementación de su mandato.
Siguiendo a Mantzavinos, las reglas morales, asumidas como un fenómeno
em­pírico, son culturalmente independientes, en tanto que aportan soluciones a
problemas que son prevalentes en todas las sociedades. Como ejemplos clásicos
sobre normas morales Mantzavinos destaca entre otros “decir la verdad” (Mantzavinos, 2015), una norma moral que con frecuencia ha sido vulnerada en contextos de violencia. Uno de los objetivos centrales de las comisiones de la verdad
es restablecer esta regla moral.
En este orden de ideas, es posible entender que, en un contexto determinado de violencia, se forman modelos mentales compartidos que se cristalizan en
creencias, con el propósito de buscar la solución del problema de violencia proveniente del entorno. En algunos casos, las respuestas al estímulo son más violentas
que la situación inicial de violencia, por lo que se produce una escalada del conflicto, en la que las partes con el tiempo quedan atrapadas. Cuando este tipo de
modelos mentales operan “con éxito”, se estabilizan y perpetúan, de manera que
reproducen ciclos de violencia. En otros casos se presenta una dinámica opuesta
a la anterior, en la que las respuestas comunitarias a los estímulos violentos del
entorno son pacíficas, como es el caso de las “comunidades de paz desde la base
en Colombia” (Hernández, 2004; Lederach, 1997; Rodríguez, 2012). A través de
métodos no violentos, se estabilizan y reproducen modelos mentales compartidos
exitosos a través de la puesta en marcha de estrategias comunitarias pacíficas para
hacer frente a la violencia.
La construcción de la verdad en el marco de conflictos violentos implica el
descubrimiento y redescubrimiento de lo que realmente ocurrió durante el período de la guerra civil o conflicto armado, es decir, la verdad. Esta reconstrucción
necesariamente debe pasar por las diferentes perspectivas, miradas y versiones
sobre la verdad, de manera que debe ser re-aprendida a través de las historias de
48
COMISIONES DE LA VERDAD COMO INSTITUCIONES DE APRENDIZAJE: EL CASO DE KENIA
las víctimas, así como las de los perpetradores responsables y la sociedad en general, y así lograr comprender el pasado de manera colectiva. Para ello se deben
tener en cuenta aspectos tan importantes como las violaciones de los derechos
humanos, y sus causas, características y consecuencias.
La comprensión de los modelos mentales, creencias y sistemas de creencias
que se construyeron en el pasado, sean violentos o pacíficos, es un reto para una
comisión de la verdad. Esta dificultad crece si se tiene en cuenta que se espera
que dichas comisiones puedan proporcionar una comprensión del pasado, incluidas las recomendaciones que contribuyan a la superación de los modelos
mentales violentos “exitosos” del pasado. También se espera que las comisiones
de la verdad puedan recordar y aprender de los modelos mentales pacíficos, que
a menudo han sido marginados del proceso de construcción de la verdad, lo
que podría contribuir a la consolidación de la paz en situaciones posteriores a
los conflictos.
En suma, bajo la presunción de que la verdad funciona como una norma
moral que hace posible la regulación en las interacciones entre individuos (Mantzavinos, 2015), entendemos que las comisiones de la verdad, en general, pueden
ser interpretadas como instituciones formales, en tanto que son creadas por los
Estados en un escenario de transición hacia el posconflicto, que recogen en su
conformación algunas instituciones informales, tales como convenciones, reglas
morales y éticas, y normas sociales, relacionadas todas ellas con el deber de “decir
la verdad”.
Siguiendo a Barkan (2010), las comisiones de la verdad traen consigo narracio­
nes históricas que suministran las bases para la creación de una identidad compartida. Para ello, deben abordarse los casos de perpetradores y víctimas que posiblemente ya no estén vivos, pero que siguen afectando la historia nacional. En
la construcción de la verdad sobre el pasado de violencia es necesario entonces
articular los procesos de aprendizaje individual y colectivo en la construcción de
modelos mentales compartidos y creencias. Sólo de esta manera será posible descifrar la forma en que estos pueden y deben estabilizarse para reproducirse a favor
de la construcción de la paz, o bien transformarse a favor de ella. Es claro que el
aprendizaje colectivo y el cambio institucional se encuentran conectados, pues
los seres humanos tienen la capacidad de aprender como un pre-requisito fundamental para el cambio (mns 2004).
La sanación colectiva implica que los actores involucrados en los procesos de
construcción y reconstrucción de la verdad identifican las instituciones infor49
JOHANNA AMAYA PANCHE Y JOHANNES LANGER
males conformadas por modelos mentales compartidos y creencias construidas
durante el pasado de violencia. Una vez reconocidos, se hace necesaria la reconfiguración de aquellos modelos que ofrecieron respuestas violentas, con el fin de
propiciar procesos de sanación. De otra parte, es necesario generar experiencias
de aprendizaje de aquellos modelos mentales compartidos que ofrecieron respuestas pacíficas, pese a haber recibido del entorno estímulos y retroalimentaciones violentas. La articulación de estos dos tipos de aprendizaje puede contribuir
significativamente a la construcción de la paz en el posconflicto.
IV. ESTUDIO DE CASO: KENIA
Teniendo clara la relación establecida con anterioridad entre los elementos
conceptuales brindados por el institucionalismo cognitivo en función de los procesos de construcción y reconstrucción de la verdad en el marco de las comisiones de la verdad, en esta sección se examina la forma en que las reglas de juego
definidas en las comisiones de la verdad, abordadas como instituciones, toman
forma en un cuerpo específico: la Comisión de la Verdad de Kenia. Asimismo,
se exploran las posibles relaciones entre los modelos mentales, las creencias, las
normas morales y los procesos de aprendizaje individual y colectivo en relación
con los procesos de cambio institucional en este caso específico. Se ha seleccionado el caso de Kenia porque es un ejemplo reciente de una comisión de la verdad
que no se ha estudiado a profundidad hasta el momento; con la excepción de
algunos artículos (Brown, 2013; Hansen, 2013; Kariuki, 2014; Naughton, 2014;
Ngari, 2012), no se han producido publicaciones amplias sobre el caso.
A. Contexto
Las elecciones generales de Kenia del 27 de diciembre 2007 se caracterizaron
por presentar fraude por parte de todos los actores involucrados en el proceso,
incluyendo tanto al electo presidente, Mwai Kibaki, candidato del Partido de
Unidad Nacional (pnu), como al líder principal de la oposición, Raila Odinga,
candidato del Movimiento Democrático Naranja (odm). La Comisión Electoral
de Kenia no pudo proporcionar datos adecuados sobre los resultados electorales.
Sin embargo, anunció de forma sorpresiva la reelección de Kibaki, ante lo cual
50
COMISIONES DE LA VERDAD COMO INSTITUCIONES DE APRENDIZAJE: EL CASO DE KENIA
los ciudadanos adeptos a la oposición organizaron rápidamente manifestaciones,
que estaban dirigidas contra los miembros de la base étnica que apoyaban al otro
candidato y que pronto se tornaron violentas.
Ya antes de las elecciones se había gestado un clima de tensión política en general, incentivado por los discursos de odio en contra de los grupos étnicos a los
que pertenecían los principales contendores. Este ambiente contribuyó a la propagación de un ambiente de violencia después de las elecciones, que se prolongó
durante dos meses y tuvo como resultado la muerte de más de 1.000 personas
y el desplazamiento forzado de 300.000 (Ashforth, 2009; Branch y Cheeseman,
2009; Kagwanja y Southall, 2009; Klopp, 2009). Evidentemente, en este caso, los
resultados electorales produjeron una gran inconformidad que se tradujo en respuestas violentas de la oposición ante las realimentaciones negativas del sistema
electoral. La respuesta de la oposición fue igualmente violenta, de manera que se
consolidaron y desarrollaron aprendizajes negativos, que conllevaron a la reproducción de interacciones violentas entre las bases étnicas de los partidos políticos
en contienda. Se puede pensar que esta dinámica favoreció la estabilización de
modelos mentales, creencias y sistemas de creencias violentos y corruptos, producto de un sistema político de democracia restringida unipartidista (Bobbio,
1986), monopolizada por el partido mayoritario y, de hecho, la etnia mayoritaria,
durante décadas.
Sólo a través del esfuerzo del Grupo de Personalidades Africanas eminentes
de la Unión Africana, encabezado por el ex Secretario General de la onu, Kofi
Annan, fue posible alcanzar un acuerdo de paz entre los dos principales contendientes, Kibaki y Odinga. Así, se suscribió un acuerdo el 28 de febrero de 2008,
mediante la “Ley de Entendimiento y Reconciliación Nacionales” para la construcción de la paz en Kenia. Entonces, la violencia postelectoral de 2007 y 2008,
que llevó al país a una situación de orden público crítica, enfrentó a los kenianos
a una dura disyuntiva: hacer una ruptura radical con el pasado que había dado
lugar a la violencia por motivos étnicos, o, de lo contrario, continuar con un
fuerte Estado centralista que no brindaba oportunidades de participación a sus
ciudadanos. En el fondo, se jugaba en esta decisión la posibilidad de empezar a
re-configurar o transformar los modelos mentales, creencias y sistemas de creencias violentos, establecidos en el pasado como la forma directa de resolver los conflictos étnicos.
La violencia postelectoral de 2007 y 2008 tuvo lugar en un momento que algunos observadores consideran un proceso de transición a la democracia en Ke51
JOHANNA AMAYA PANCHE Y JOHANNES LANGER
nia.2 Después de la independencia de Gran Bretaña, en 1963, el gobierno de
Kenia fue controlado durante 40 años por un solo partido, la Unión Nacional
Africana de Kenia (kanu), que tendió con el tiempo a ser más autoritario y utilizó
la violencia como medio de represión de la oposición, incluyendo asesinatos e
intimidación para mantenerse en el poder. El partido llegó a la cima del poder
en la década de 1980, cuando fue la única colectividad a la que se permitió presentarse a las elecciones.
Debido a la presión de la comunidad de donantes occidentales, el presidente
Daniel Arap Moi hizo posible de nuevo, en 1992, el desarrollo de elecciones
mul­tipartidistas formales. Sin embargo, el uso instrumental de la etnicidad en la
política keniana permitió la consolidación de una oposición unificada imposible
de controlar. De manera cínica, Moi anunció que “la democracia es un lujo que
los africanos no se pueden permitir”, ya que traería el derramamiento de sangre
étnico (Branch, 2011, pp. 196-197). En un acto de profecía autocumplida, Moi
desató milicias recién formadas, que fueron la causa de la violencia étnica en la
que murieron varios cientos de desplazados y cientos de miles de personas, sobre
todo en el Valle del Rift, en Kenia occidental. Así, Moi ganó las elecciones presidenciales en 1992 y 1997, debido a que la oposición se encontraba demasiado
fragmentada, principalmente a lo largo de las líneas étnicas; adicionalmente, los
votantes fueron intimidados por la violencia (hrw, 1993; 2002).
En 2002, ocurrió un cambio histórico: la victoria de la Coalición Nacional
Arco Iris (narc), una agrupación de 14 partidos políticos, aparte de kanu. El narc
propuso a Mwai Kibaki como presidente y en el país fue ampliamente percibida
como positiva la transición hacia una democracia, con elecciones libres y sin violencia. No obstante, la alianza narc fracasó en 2005 y Kibaki rompió relaciones
con Odinga, quien antes era su aliado. La percepción común era que el gobierno
de Kibaki no era capaz de corresponder a los ciudadanos y esta decepción generalizada se conectó con múltiples escándalos de corrupción, todo ello unido a la
imposibilidad de adoptar una nueva constitución y una comisión de la verdad
dirigida a esclarecer las últimas violaciones de los derechos humanos, durante la
era de kanu.
2
Para otros autores la transición a la democracia inicia en el momento en que se da el proceso de descolonización y se producen elecciones libres (Brown, 2011). En esta concepción predomina un concepto de
democracia restringida, dado que desde la independencia se consolida un régimen de democracia restringida
dominado por kanu.
52
COMISIONES DE LA VERDAD COMO INSTITUCIONES DE APRENDIZAJE: EL CASO DE KENIA
El presidente Kibaki designó una fuerza de tarea, encabezada por el profesor
Makau Mutua, para establecer la necesidad de conformar una comisión de la
verdad. La recomendación fue, en efecto, plasmada en el informe entregado por
la fuerza de tarea en agosto de 2003. Sin embargo, como sucedió tantas veces
antes en la historia de Kenia, el proyecto de una comisión de la verdad fue abandonado por el presidente. Kibaki estuvo demasiado inmiscuido en las antiguas
estructuras del kanu y contó con el apoyo político de estas redes (Bellamy, 2004;
Kagwanja, 2005). La consecuencia de ello fue un pueblo en gran parte desilusionado, que vio la transición de Kenia como un proceso inherentemente defectuoso.
No obstante, las alianzas étnicas resultaron ser más importantes en las elecciones
generales de 2007, pues permitieron que se desafiara la victoria de Kibaki. Cuando la violencia cesó y se firmó un acuerdo para compartir el poder entre el pnu y
odm, muchos kenianos tuvieron sospechas sobre el pacto, debido a las experiencias del pasado, cuando el gobierno no dio a conocer los informes finales a sus
ciudadanos, y, en consecuencia, la verdad le fue ocultada al país (Cheeseman,
2007).
La comunidad internacional era consciente de las fallas del gobierno anterior.
Por tanto, presionó la reforma institucional, así como la puesta en marcha de
mecanismos propios de la justicia transicional. Las partes en conflicto acordaron
entonces crear la Comisión de Verdad, Justicia y Reconciliación (tjrc) con el
propósito de contribuir a la unidad nacional, la reconciliación y la sanación entre kenianos y sus más de 40 comunidades étnicas. El acuerdo de paz incluyó la
puesta en marcha de varias comisiones, entre ellas la Comisión de Investigación
sobre la Violencia Postelectoral (cipev), que debía indagar tanto sobre los orígenes de la violencia como la situación actual en las diferentes regiones del país.3 El
informe, conocido como “Informe Waki”, finalmente llevó al levantamiento de
cargos contra seis kenianos ante la Corte Penal Internacional (cpi) de La Haya.4
Además, las partes acordaron una nueva constitución política que debía ser la
3
Además, la Comisión de Revisión Independiente (irec) y la Cohesión e Integración de la Comisión Nacional (ncic) se establecieron como consecuencia del acuerdo de 2008. Se suponía que el cpiv y el irec debían
arrojar luces sobre la propia violencia postelectoral y llegar al fondo de lo que realmente ocurrió, mientras que
el ncic y la tjrc debían promover la curación y la reconciliación.
Mueller (2014) presenta un buen panorama sobre los debates decisivos acerca de cómo tratar a los seis
kenianos que recibieron acusaciones ante la cpi, entre ellos el actual presidente, Uhuru Kenyatta, y su vicepresidente, William Ruto, por crímenes de lesa humanidad.
4
53
JOHANNA AMAYA PANCHE Y JOHANNES LANGER
base para superar finalmente los altos niveles de corrupción y lograr iniciar los
procesos de descentralización. Se buscaría que el Estado, hasta entonces centralizado en extremo, llevara más democracia a nivel local y, por lo tanto, una mayor
participación de los ciudadanos.
B. La comisión de la verdad keniana
La tjrc creó un clima político significativamente decisivo. No sólo existía aún
poca confianza entre los partidos políticos, sino que, además, hubo un desacuerdo importante sobre la suerte de los perpetradores. El debate sobre la amnistía
o no dividió al gobierno. El pnu argumentó que las amnistías se darían contra
el estado de derecho, mientras que el odm de Odinga pidió la amnistía para los
jóvenes desfavorecidos y pobres que se manifestaban.
En consecuencia, el debate sobre la justicia de transición en Kenia fue de carácter político (Kariuki, 2014, p. 8). De hecho, el gobierno de coalición, cuando la
remisión a la cpi fue decidida por el cpiv, expresó que el tjrc sería un instrumento alternativo para ir también sobre los principales autores, lo que implicaría que
los responsables más importantes no serían llevados ante la justicia. A medida
que el cpiv recomendaba establecer un tribunal local en Kenia o remitir los casos
a la cpi, y el gobierno hacía caso omiso de estas recomendaciones, para muchos
kenianos el tjrc se había convertido en un instrumento para promover la impunidad, para seguir protegiendo a los poderosos y servir sólo como un excusa ante
la comunidad internacional (Kariuki, 2014, p. 9).
Desde el principio estaba claro que la tjrc tendría un mandato amplio: el
tiempo, así como los temas que se tratarían, serían amplios, de manera que se
abordarían las muchas quejas de los diversos grupos. Con el apoyo de representantes de la sociedad civil de Kenia, los mediadores internacionales subrayaron la
importancia de una comisión de la verdad y la reconciliación. Así fue como esta
se definió como un factor significativo para la creación de un camino común,
que permitiría hacer frente a las causas fundamentales de odio étnico y superar
las divisiones de larga data en la sociedad keniana.
Sin embargo, desde su inicio, la tjrc se caracterizó por las controversias, escán­
dalos e incluso demandas judiciales contra de su trabajo. La Comisión constantemente recibió muestras de desconfianza del público, sobre todo porque algunos
comisionados habían estado involucrados en violaciones de derechos humanos.
54
COMISIONES DE LA VERDAD COMO INSTITUCIONES DE APRENDIZAJE: EL CASO DE KENIA
Aunque tenía en total cuatro años para trabajar, lo que es mayor al promedio
de uno a dos años de duración de las comisiones en general, la Comisión fue
casi incapaz de entregar los resultados y las recomendaciones finales, según se
estipulaba en su mandato. Según las cifras, más de 42.000 declaraciones fueron
grabadas en todas las regiones de Kenia para ser escuchadas, incluyendo audiencias especiales para las mujeres (Naughton, 2014, pp. 63-64). Finalmente, la tjrc
presentó sus conclusiones y recomendaciones en cuatro grandes volúmenes, en
mayo de 2013.
1. El escándalo del presidente de la tjrc
La tjrc se estableció con nueve comisionados: seis kenianos que pasaron por
un proceso de investigación y tres miembros internacionales que fueron seleccionados por el Grupo de Personalidades Africanas Eminentes de la Unión Africana. El trabajo de la tjrc fue guiado por cinco principios generales basados en las
mejores prácticas de otras partes del mundo: la independencia, la investigación
justa y equilibrada, poderes apropiados, la plena cooperación del gobierno y otras
oficinas estatales, y el apoyo financiero requerido para la reparación (Naughton,
2014, p. 70). Se estableció que los comisionados debían ser “de buen carácter e
integridad” y “de ninguna manera se deben haber vinculado o asociado con violaciones de los derechos humanos de cualquier tipo o en cualquier asunto que
fuera a investigarse en esta Ley” (Gobierno de Kenia, 2008, pp. 15-16).
No obstante, se encontró que el presidente de la tjrc, Behuel Kiplagat, era
responsable de graves violaciones a los derechos humanos.5 Así, el público en general percibía en la tjrc la continuidad de las viejas prácticas que el Estado había
utilizado para ocultar sus crímenes. Ya Kaari Betty Murungi había renunciado
y no había sido reemplazado, y por su parte, Kiplagat, quien fue elegido a dedo
por el presidente Mwai Kibaki, renunció en noviembre de 2010, después de una
gran presión de la sociedad civil y de los demás comisionados. La escena más
problemática ocurrió cuando Kiplagat regresó a esta oficina con el compromiso
de que seguiría como presidente de la tjrc y con la condición de que no fuera
involucrado en la redacción del informe final. De hecho, en el informe final de la
La masacre de Wagalla en 1984 fue particularmente grave, porque fue un crimen del Estado keniano
contra su propia población. Los estimativos del número de víctimas difieren mucho, pues oscilan entre 300 y
5,000 muertos (Kinyanjul, 2014).
5
55
JOHANNA AMAYA PANCHE Y JOHANNES LANGER
tjrc,
el propio presidente de la comisión fue incluido en una lista de 32 personas
que deberían ser procesadas (Lanegran, 2013, pp. 42-43).
2. Problemas con la fecha límite
La ley que estableció la tjrc fue aprobada en noviembre de 2008 y la comisión como tal se estableció a partir de marzo de 2009. Sin embargo, solo hasta
noviembre de 2009 los comisionados empezaron su trabajo. La tjrc dispuso de
dos años para escribir un informe sobre todas las violaciones de los derechos humanos cometidas en Kenia desde la independencia, en diciembre de 1963, hasta
la firma del acuerdo de paz que puso fin a la violencia postelectoral, en febrero
de 2008. Seguramente, esta tarea de la tjrc era complicada e implicaba grandes
retos. De hecho, los kenianos eran muy escépticos sobre la posibilidad de que la
tjrc publicara algún informe, teniendo en cuenta que tantos otros informes de comisiones en el pasado desaparecieron y nunca fueron accesibles al público. Una
decisión muy polémica fue no haber publicado el informe antes de las elecciones
generales de marzo de 2013, pero sí dos meses después, en mayo. Para algunos
observadores era claro que esta decisión fue tomada por políticos que no querían
recibir la influencia de la memoria histórica en momentos en que se decidía el
liderazgo político futuro.
Por otra parte, los tres comisionados extranjeros, Gertrude Chawatama, Ron
Slye y Berhanu Dinka, también se quejaron porque, según ellos, la Oficina del
Presidente había manipulado el informe final. Su opinión disidente en el capítulo sobre la tierra fue polémico y se dejó por fuera de la publicación del informe
final (Ndungu, 2014, p. 3). Cuando, finalmente, el informe fue presentado al presidente de Kenia, la ley estableció que en un plazo de seis meses se debían poner
en práctica las recomendaciones. Sin embargo, por distintos motivos, el parlamento de Kenia nunca debatió las recomendaciones. La mayoría de los kenianos no
conoce el informe de 2.000 páginas, lo cual no es una sorpresa, ya que no se ha
publicado oficialmente, pues se han interpuesto toda suerte de trabas jurídicas
para que el informe no sea oficialmente acogido por el presidente y el parlamento
(Ndungu, 2014, pp. 10-11).
3. Un mandato muy amplio
La tjrc tuvo un mandato muy amplio que incluyó “definir los medios de reparación para las víctimas de violaciones graves de los derechos humanos” y “hacer
56
COMISIONES DE LA VERDAD COMO INSTITUCIONES DE APRENDIZAJE: EL CASO DE KENIA
las recomendaciones pertinentes”. La comisión también tenía por objeto recomendar el “enjuiciamiento de los autores de violaciones graves de los derechos
humanos” (Gobierno de Kenya, 2008, pp. 9-10). El acuerdo de paz incluyó como
requisito que la tjrc cubriera 45 años de trabajo, y entre los temas a tratar se definieron: “crímenes contra la humanidad, genocidio, desaparición forzada, y violaciones graves a los derechos humanos”. Debido a la importancia de las cuestiones
relacionadas con la tierra en Kenia, fue ampliamente aceptado que el mandato
de la tjrc tendría que incluir las investigaciones sobre “las transacciones ilegales de
tierras” (Naughton, 2014, p. 66). De hecho, la gran corrupción, las injusticias históricas en la distribución de tierras y la adquisición irregular de la tierra se incluyeron también en el trabajo de la tjrc.
La sociedad civil, el sector privado, los medios de comunicación y el mundo
académico fueron fundamentales para la redacción de la Ley que estableció la
tjrc. En el proceso de su elaboración, los actores de la sociedad civil local e inter­
nacional estuvieron muy atentos a la calidad de la legislación, y trataron de garan­
tizar su conformidad con el derecho y las normas internacionales. El debate se
centró en (1) crímenes y violaciones a investigar; (2) el período histórico a cubrir;
(3) poderes y privilegios; (4) recursos para llevar a cabo su mandato; (5) la equidad
de género; (6) los criterios del proceso de selección y de nombramiento de comisionados y demás personal; y (7) disposiciones para garantizar la aplicación de las
recomendaciones. También analizaron disposiciones sobre la protección de testi­
gos y las probabilidades de proteger a los responsables de los posibles futuros juicios o demandas civiles de reparación, sobre la base de que habían comparecido
ante la Comisión.
4. Temas relacionados con el enfoque de la tjrc
Con el objeto de reducir el alcance de su trabajo, la tjrc priorizó las violaciones a través de siete acontecimientos específicos: la Guerra Shifta (1965-1967);
operaciones de seguridad en el noreste, Alta Oriental y del Norte del Rift (19632008); el intento de golpe de Estado (1982); la represión de los multipartidistas
y activistas pro-democracia (1986-1991); los enfrentamientos étnicos y políticos
(1991/1992 y 1997); las actividades de represión y de las milicias (2006/2007);
y, finalmente, la violencia postelectoral (2007/2008). Las conclusiones sobre estos eventos de la tjrc son desiguales, con violaciones encubiertas en diferentes
niveles. Como ha ocurrido con muchas comisiones de la verdad, las audiencias
57
JOHANNA AMAYA PANCHE Y JOHANNES LANGER
fueron diseñadas alrededor de casos ilustrativos. Como resultado, las violaciones
cometidas en ciertas regiones del país, como el norte, se exploraron en detalle,
mientras que otros episodios, violaciones o regiones recibieron menos atención
(Naughton, 2014, p. 67).
C. Aprender del pasado
La expectativa de distintos grupos en Kenia sobre una comisión de la verdad
era enorme. Como consecuencia, el mandato y el tiempo de investigación fueron
demasiado amplios respecto a los temas allí tratados. Se debe tener en cuenta
que las comisiones no son algo nuevo en Kenia. De hecho, se han creado muchas
comisiones desde la independencia, pero no tuvieron muchos efectos porque sus
resultados no fueron publicados. Con la tjrc, la comunidad internacional estuvo
más atenta a los resultados, de manera que hubo más presión sobre el gobierno
keniano. Aún hoy, el presidente y el parlamento se niegan a debatir las recomendaciones de la tjrc. En consecuencia, esta ha sido percibida por la sociedad como
una farsa. Al mismo tiempo, la población keniana participó activamente en las
audiencias públicas en todas las regiones del país. No obstante, a partir de la
experiencia negativa con su propio gobierno no hubo un interés significativo por
modificar las estructuras, de forma que muchos kenianos que querían hablar sobre su historia y las violaciones de las fuerzas armadas kenianas o de otros grupos
no pudieron hacerlo. El trabajo de la tjrc era también un reconocimiento del sufrimiento, por lo menos de parte de la Comisión, porque el gobierno todavía no
ha aceptado oficialmente su culpa en muchas violaciones de derechos humanos.
Es claro que ello también está relacionado con el rechazo del gobierno a debatir públicamente las conclusiones y poner en práctica las recomendaciones. Es
decir, la tjrc, como institución, no logró un cambio en la actitud del gobierno.
Los intereses personales de algunos miembros del gobierno, inclusive el presidente y el vicepresidente, están muy en contra de ocuparse del pasado. La sociedad
civil sabe que necesita presionar al gobierno para cambiar su rechazo a examinar
el pasado y hacen presión a la comunidad internacional para ello. Sin embargo,
es muy difícil que esto ocurra, pues el clima general respecto a los debates de la
cpi empeoró las relaciones con el mundo occidental.
Kenia tiene ahora una nueva constitución que descentralizó el Estado al darles más poder a los niveles regionales y locales. Muchos kenianos han tenido la
58
COMISIONES DE LA VERDAD COMO INSTITUCIONES DE APRENDIZAJE: EL CASO DE KENIA
esperanza de que se diera un cambio radical en su país. No obstante, los procesos
para encontrar la verdad han sido difíciles porque los actores de la élite impiden
la discusión sobre los cambios requeridos para enjuiciar a los perpetradores, inclusive a la cúpula del ejército y a la élite política.
V. CONCLUSIONES
Históricamente se puede observar que, luego de la independencia de Kenia,
los conflictos partidistas de ese país se caracterizan por tener su origen en las diferencies étnicas. Es así como se configura una democracia restringida unipartidista, representada por la etnia mayoritaria y excluyente de la participación política
del resto. Así, en el marco de una democracia mínima al interior del Estado, se
consolidan prácticas que son vistas como instituciones sociales y políticas conflictivas y excluyentes, que estabilizaron modelos mentales y sistemas de creencias
violentos de interacción entre etnias, así como prácticas corruptas en la administración del Estado. Ello refuerza la deslegitimación del mismo ante la sociedad
como institución de refuerzo de normas, y da paso al uso de la justicia por mano
propia como institución social informal válida para la resolución de conflictos.
El Estado pierde así su capacidad de mantener el orden social, dada la falta de
confianza de los ciudadanos en sus acciones dirigidas a resolver y gestionar los
conflictos interétnicos.
Ante ello, el Estado como institución de refuerzo de tercer nivel intenta producir transformaciones en estas instituciones a través de diversas reformas en
las reglas de juego: leyes y reformas constitucionales dirigidas a ampliar la participación y la democracia. La primera de ellas data de 1992, pero entonces solo
se produce un cambio formal que busca transitar hacia el multipartidismo, sin
lograr su propósito. Más tarde, en la reforma de 2002, se da un tímido proceso
de profundización democrática, cuando el partido hegemónico (kanu) pierde las
elecciones ante la oposición. Sin embargo, la corrupción continúa y con ella la
exacerbación de las divisiones étnicas. En 2005 se intenta realizar un referendo
para modificar la constitución, pero las divisiones étnicas, y por ende partidistas,
no hacen posible la reforma.
La violencia postelectoral de 2007 y 2008 desencadenó una respuesta de la
comunidad internacional, y fue claro que los patrones de comportamiento, relacionados con los modelos mentales y sistemas de creencias configurados en el
59
JOHANNA AMAYA PANCHE Y JOHANNES LANGER
contexto de violencia, requirieron una transformación profunda para prevenir la
repetición o reproducción de la violencia étnica en el futuro. Una de las respuestas para producir esta transformación fue una herramienta propia de la justicia
transicional: la comisión de la verdad. Esta debería, como institución creada por
el Estado y vigilada por la comunidad internacional, mostrar a los kenianos que
era posible que el Estado tuviese una función nueva a favor de sus ciudadanos:
conocer la verdad sobre las causas y los hechos del pasado de violencia. En este
sentido, el Estado debería ser transparente y ofrecer servicios descentralizados a
su gente, así como terminar con la política de odio y explotación de estereotipos
entre las etnias kenianas. La tjrc en Kenia fue establecida para revelar la verdad
sobre crímenes gubernamentales contra su propia población y violaciones de derechos humanos.
La tjrc, como organización, tenía muchos retos, incluidos los escándalos de
su propio presidente, un mandato demasiado amplio, problemas severos con las
fechas límites y desafíos en los temas que fueron incluidos en la tjrc. En consecuencia, la oportunidad de aprendizaje colectivo para producir cambios fue
limitado y las normas sociales y reglas morales relacionadas con el deber de decir
la verdad no fueron usadas por el Estado, porque el gobierno no aceptó los resultados de la tjrc.
Evidentemente, en este caso, los diferentes resultados electorales generaron un
malestar general en los ciudadanos, lo que produjo reacciones violentas de la oposición. En otras palabras, la respuesta de la oposición ante la retroalimentación
negativa del sistema electoral generó un incremento de la violencia, que reabrió
ciclos de violencia pasados, acentuados por odios étnicos, que se tradujeron en
odios partidistas. Nuestra hipótesis es que estas dinámicas favorecieron la estabilización de modelos mentales y sistemas de creencias violentos y corruptos en la
gestión de los conflictos étnicos y, por ende, partidistas, arraigados en la configuración de la democracia desde la independencia.
Todo lo anterior demuestra que las reformas impulsadas por el Estado han fallado en el propósito de resolver jurídica y electoralmente los conflictos sociales,
políticos y étnicos, produciendo un nivel de polarización general, lo que, sumado al fraude electoral, desencadena la violencia masiva. Ante la incapacidad del
Estado de controlar el orden, aparece en la escena un agente de “cuarto nivel”:
los expertos de la comunidad internacional africana, que intervienen ante la
ilegitimidad del Estado, incapaz de resolver su propio conflicto.
Este agente de “cuarto nivel”, actúa para dar paso a un proceso de justicia
transicional destinado a restablecer el orden por medios pacíficos mediante un
60
COMISIONES DE LA VERDAD COMO INSTITUCIONES DE APRENDIZAJE: EL CASO DE KENIA
acuerdo de paz. Se busca, a través de éste y de la implementación de herramientas
de justicia transicional como la comisión de la verdad, transformar los modelos
mentales violentos compartidos, construidos en el pasado de violencia, en modelos proclives a la construcción de la paz, el perdón y la reconciliación. Sin embargo, pese a la vigilancia de la comunidad internacional, la comisión reprodujo las
prácticas e intereses del pasado de manera que tampoco logró constituirse como
una entidad legítima que pudiera abanderar las transformaciones requeridas, excepto en lo referido a la reforma constitucional.
Se puede observar, sin embargo, un sentimiento de esperanza social compartida que aglutinó a la sociedad en general en torno a la posibilidad de conocer la
verdad, hacerla pública y producir las transformaciones necesarias para la construcción de la paz y la reconciliación. A pesar de que aún los gobernantes rehúsan
discutir el informe final de la tjrc, la esperanza general de la sociedad keniana
abre las puertas para la transformación institucional, de los modelos mentales y
de los sistemas de creencias violentos que Kenia requiere. Conocer la verdad
y hacerla pública sería un paso fundamental en la construcción de un proceso de
transformación que conduzca a la construcción de la paz. Las transformaciones
que se pretenden realizar deberían orientarse no sólo desde los agentes de tercer
y cuarto nivel (Estado y comunidad internacional), sino también desde la participación de la sociedad en general, permitiendo realizar cambios en las instituciones informales. La articulación de todos estos niveles en la construcción de los
cambios que requiere Kenia daría pie a la configuración de nuevos sistemas de
creencias que permitan construir la paz.
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Institucionalismo cognitivo,
CAPITAL SOCIAL Y LA CONSTRUCCIÓN
DE LA PAZ EN COLOMBIA
NATHALIE MÉNDEZ MÉNDEZ*
Resumen
En este trabajo se examinan los aportes del institucionalismo cognitivo y particularmente del trabajo de Mantzavinos, North y Shariq (2004) al campo de la
construcción de paz en un marco de justicia transicional. Específicamente se parte del desafío del capital social en el posconflicto a partir de dos aportes concretos de ese planteamiento teórico: la definición de pistas analíticas para entender
los mecanismos de intervención y sostenibilidad de los mismos, y la ampliación
de los supuestos para la medición innovadora de cambios en el capital social.
Para este propósito se empleó el marco analítico de Casas y Méndez (2015) y se
usó evidencia relacionada con las víctimas en Colombia (Méndez, 2014) para
concluir que la posibilidad de comprender, medir y diseñar estrategias para lo
que algunos denominan “paz territorial”, pasa por apropiar una noción de cambio social fundada en las bases cognitivas de la reconstrucción del tejido social.
Palabras clave: Colombia, institucionalismo cognitivo, justicia transicional,
construcción de paz, capital social, conflicto armado, víctimas.
Clasificaciones jel: D74, H70, I2, Y3
* Coordinadora de la Estrategia Nación — Territorio del Centro Nacional de Memoria Histórica (cnmh).
Correo electrónico: [email protected]. Las opiniones aquí presentadas son posturas académicas de
la autora y no representan la posición del cnmh ni de otra entidad del Gobierno Nacional. Recibido: marzo 15
de 2015; aceptado: mayo 10 de 2015.
Economía & Región, Vol. 9, No. 1, (Cartagena, junio 2015), pp. 67-90.
67
NATHALIE MÉNDEZ MÉNDEZ
Abstract
Cognitive Institutionalism, Social Capital and the
Construction of Peace in Colombia
The purpose of this paper is to examine the contributions of cognitive institutionalism and particularly the work of Mantzavinos, North and Shariq (2004) to
the field of peacebuilding within a framework of transitional justice. Specifically,
the challenge to social capital using two specific contributions of the theoretical
proposal of Mantzavinos, et al.: the definition of analytical clues to understanding the mechanisms of intervention and sustainability, and the expansion of the
assumptions for innovative measurement of changes in social capital. The article
uses the analytical framework of Casas and Mendez (2015) and evidence related
with victims in Colombia (Mendez, 2014) in order to conclude that the ability to
understand, measure and design strategies for territorial peace involves a notion
of social change based on cognitive foundations of social reconstruction.
Key words: Colombia, cognitive institutionalism, transitional justice, peace
building, social capital, armed conflict victims.
jel
Classifications: D74, H70, I2, Y3
I. INTRODUCCIÓN
En épocas de negociación de paz, renovación de promesas políticas y cada
vez más espacios de reflexión sobre las implicaciones de una eventual firma de
un acuerdo de paz en Colombia, surgen nuevas y viejas preocupaciones sobre
los alcances de un pacto para la terminación del conflicto que durante décadas
ha afectado a un número significativo de colombianos y gran parte del territorio
nacional.1 Uno de los puntos centrales discutidos en este proceso es la protección
de los derechos de las víctimas y el reconocimiento de los efectos que el grave legado de atrocidades que se han cometido en Colombia tienen en el bienestar físico,
mental, emocional y económico de las víctimas. Esta reflexión no solo se circuns-
1
Según la Red Nacional de Información (rni) de la Unidad para la Atención y Reparación a las Víctimas
(2015), en Colombia se han registrado 7.337.667 víctimas del conflicto (corte de 30 de abril de 2015). Esta cifra
representa alrededor del 15% de la población actual del país, de acuerdo a proyecciones del Departamento
Administrativo Nacional de Estadística (dane) a partir del Censo 2005.
68
Institucionalismo cognitivo, CAPITAL SOCIAL Y LA CONSTRUCCIÓN DE LA PAZ…
cribe a una noción individual de la víctima sino también genera inquietudes
sobre cómo se afrontará (si es que es factible) la destrucción material y simbólica
de los nexos comunitarios de las poblaciones vulneradas y, en un sentido más
amplio, de la sociedad en su conjunto.
Eso que algunos llaman “recuperación del tejido social” aparece como un
elemento central de la Ley 1448 de 2011 (mejor conocida como Ley de Víctimas
y Restitución de Tierras), en la cual, en el Artículo 187 se afirma que el Estado
en su conjunto debe garantizar “un proceso de construcción de convivencia y de
restauración de las relaciones de confianza entre los diferentes segmentos de la
sociedad”.
Este reto no es solo imperativo en lo jurídico sino que adquiere un particular
tinte en la práctica al cuestionar a la sociedad sobre ¿cómo restablecer las relaciones interpersonales y transformar el capital social que durante décadas ha sido
afectado por la violencia? Sugiere, incluso, un cuestionamiento más profundo:
¿es posible que el Estado genere acciones que tengan impacto directo en la confianza de los ciudadanos, o simplemente la mayor confianza en organizaciones
estatales será un subproducto de que el Estado sea efectivo en sus intervenciones?
Con base en lo anterior, este ensayo tiene como propósito analizar los desafíos para la reconstrucción del capital social en un escenario de posconflicto a la
luz de la teoría del institucionalismo cognitivo y particularmente del trabajo de
Mantzavinos, North y Shariq (2004)2. El texto está organizado en tres secciones:
en la primera se definen los aportes que, según el criterio de la autora, pueden derivarse del artículo en mención y del marco analítico de Casas y Méndez (2015),
que integra los supuestos de una mirada microsocial. En una segunda sección se
estudian los efectos de la guerra sobre el capital social desde un punto de vista cognitivo haciendo uso de evidencia relacionada con víctimas (Méndez, 2014). En la
sección final se concluye alrededor de los retos que tiene la reconstrucción del capital social con base en una propuesta de mecanismos territoriales de aprendizaje.
II. APORTES DEL INSTITUCIONALISMO COGNITIVO AL
ESTUDIO DE LA VIOLENCIA Y LA CONSTRUCCIÓN DE PAZ
Los caminos que los investigadores y los tomadores de decisiones recorren
para aproximarse a los fenómenos sociales que estudian e intervienen son diver-
2
En adelante, esta referencia será citada como mns 2004.
69
NATHALIE MÉNDEZ MÉNDEZ
sos y complejos. Durante décadas, y aún en la actualidad, se han producido incesantes debates epistemológicos sobre cómo y bajo qué supuestos debe ser llevado
a cabo el estudio del mundo social y, adicionalmente, cuál es la unidad de análisis
para las distintas aproximaciones.
Una de esas corrientes epistemológicas postula que conocer la razón de ser
del mundo se logra a través de una “comprensión profunda de los fenómenos y
el significado de las acciones de quien las lleva a cabo, dando cuenta además del
contexto en el que se enmarcan y cómo este condiciona las acciones”. Esta corriente hermenéutica se contrapone (al menos en sus versiones más clásicas) a
explicaciones de corte empírico-analítico en cuanto estas últimas buscan la comprobación empírica para confrontar las hipótesis con los hechos (Losada y Casas,
2009, pp. 53 y 58).
Aunque son muchas las diferencias entre estas dos posturas, es de particular
importancia para los propósitos de este artículo estudiar el papel que se le asigna
al individuo y la interacción con su entorno. Una forma de representación de
esta relación es el debate clásico sobre estructura y actuación de Hay (1997), que
pone en perspectiva cómo existe una tensión entre aproximaciones epistemológicas que ubican al ser humano como agente de sus propias decisiones y actuaciones. Por su parte, otros autores (ante todo de la tradición hermenéutica, crítica y
posmoderna) sostienen que la estructura condiciona en gran medida las posibilidades de acción de los individuos e incluso puede inhibir cualquier posibilidad
misma de actuación.
Tal vez esta aparente contraposición ha incidido en que el neoinstitucionalismo se haya constituido en uno de los enfoques de análisis más pertinentes y
usa­­dos para el estudio de los fenómenos sociales, políticos y económicos en las
últimas décadas en la ciencia política, puesto que es una mirada que articula la
acción individual y las restricciones del contexto. En este enfoque, desarrollado,
entre otros, por Denzau y North (1994); Mantzavinos (2001); mns 2004, y North
(2005), se busca dar explicaciones sobre la construcción de instituciones a partir
de la comprensión del comportamiento humano y su influencia sobre ese proceso, para lo cual se recurre a disciplinas como la sociología, la psicología y la
biología, entre otras.
Basta leer algunos de las obras capitales del enfoque, como las de March y
Olsen (1984), Elster (2007), North (1990 y 2005), Putnam (1993) y Ostrom (1990
y 2007), para notar la interesante aplicación práctica de los supuestos económicos a problemas macro y micro del desarrollo social y económico a través de un
70
Institucionalismo cognitivo, CAPITAL SOCIAL Y LA CONSTRUCCIÓN DE LA PAZ…
enriquecedor diálogo interdisciplinar. Uno de los grandes aportes del neoinstitucionalismo ha sido concebir al individuo desde una visión que valora su propia
capacidad de actuación, pero a la vez reconoce las restricciones impuestas por el
contexto y trata de develar cómo estas limitaciones (expresadas en instituciones)
moldean el comportamiento humano.
En particular, el institucionalismo cognitivo ha sido una de las vertientes que
ha cobrado fuerza en los últimos años al preguntarse por los mecanismos básicos
que subyacen dicho moldeamiento para generar una aproximación compleja de
la estructura de las decisiones individuales y sus consecuentes efectos para el
desarrollo de las sociedades.
Precisamente, el trabajo de mns 2004 se constituye en la piedra angular de
esta vertiente. Se trata una propuesta teórica que ayuda a entender mejor cómo
los individuos toman decisiones, cómo las instituciones emergen y cómo a través
del fenómeno de “sendero-dependencia” se puede explicar el cambio social desde
un nivel cognitivo, pasando a un nivel institucional y terminando en un nivel
económico.
En concreto, para los propósitos de este artículo, la teoría de Mantzavinos,
North y Shariq brinda cuatro pistas analíticas para entender la relación entre el
institucionalismo cognitivo y la construcción de paz. En primer lugar es fundamental entender que el aprendizaje colectivo es la clave del cambio social. Para
explicar esto, los autores postulan que la habilidad para aprender es la base de las
ciencias cognitivas y es esta la que posibilita la transformación del comportamiento humano a partir de la retroalimentación de los cursos de acción para resolver
problemas. Si se reconoce, entonces, que el aprendizaje individual existe, la interacción entre individuos que aprenden también puede derivar en cambios en
la sociedad, el sistema de gobierno, la economía y las organizaciones (mns 2004).
Así mismo, el artículo permite entender cómo el aprendizaje individual y social busca ante todo servir como un método para la resolución de problemas. En
este proceso se reconoce, además, que la creatividad y la generación de nuevas
opciones faculta a los individuos (y por consiguiente a las sociedades) a optar por
nuevas soluciones a viejos problemas.
Sin duda el concepto de modelo mental es central para identificar cómo se
genera dicho proceso, en tanto da cuenta del dinamismo del aprendizaje humano, de la posibilidad de organizar las percepciones y estructurar creencias, y, en
general, de comprender cómo las personas tienen estructuras cognitivas flexibles
que pueden cambiar en el tiempo dependiendo del contexto y de si una cierta
71
NATHALIE MÉNDEZ MÉNDEZ
forma de resolver problemas es exitosa o no. Así las cosas, el ensayo y error hacen
parte constitutiva de la misma formación de modelos mentales (mns 2004). Es
novedoso el aporte de los autores en términos de que es posible el aprendizaje
colectivo y este puede repercutir en el cambio institucional al ser las instituciones, desde .un punto de vista interno, modelos mentales compartidos, como se
explicará a continuación.
La segunda clave del texto se relaciona con que las instituciones formales e informales no son suficientes por sí mismas ni actúan de manera separada. Frente a
esto cabe mencionar que la tradición institucionalista de tipo jurídico (conocida
como viejo institucionalismo), volcada hacia la centralidad de la normatividad,
postulaba que “las reglas, procedimientos y organizaciones formales determinan
el comportamiento político” (Losada y Casas, 2009, p. 165). Ante esto, la obra
de Mantzavinos, North y Shariq (antecedida por trabajos tan importantes como
el de North, 2005) resalta una visión más amplia de instituciones como reglas
de juego en una sociedad y, más específicamente, como “restricciones humanamente ideadas que estructuran la interacción humana” y desde un punto de vista
interno, como se dijo, “modelos mentales compartidos o soluciones compartidas
a los problemas recurrentes de interacción social” (mns 2004). Esto implica que
las instituciones no solo son de tipo formal como las leyes, constituciones y estatutos, sino también son informales al estilo de reglas morales, normas sociales y
convenciones. Para efectos de claridad, si las instituciones son las reglas del juego,
las organizaciones son los jugadores (North, 1994, p. 4).
Ahora bien, la manera en que surgen estas dos clases de instituciones es distinta, pues, por un lado, las instituciones formales son impuestas y diseñadas de
forma externa, mientras las informales son endógenas a la comunidad y “surgen
y cambian en un proceso espontáneo de interacción y son en efecto el resultado
de la acción humana, pero no de la aplicación de un diseño humano” (North,
1994, p. 6). Frente a esto es relevante identificar que las instituciones formales,
y en general las disposiciones jurídicas de la tradición legalista, no son las únicas
reglas que existen en la sociedad y no pueden desconocer la importancia de otros
mecanismos de regulación social.
En este sentido, las instituciones informales han jugado un importante papel
para el establecimiento del orden social en cierto tipo de comunidades en donde
existen mecanismos endógenos de autorregulación y no necesariamente requieren de instituciones externas (Ostrom, 1990; Putnam, 2000). No obstante, la creciente complejidad de las sociedades modernas (en términos de tamaño y tipo de
72
Institucionalismo cognitivo, CAPITAL SOCIAL Y LA CONSTRUCCIÓN DE LA PAZ…
problemas a resolver) hace que las instituciones informales necesiten también de
las formales (así sea a través de sencillos códigos) para regularizar las expectativas
de los individuos, lograr su protección y tender hacia la consecución del bien
público. Adicionalmente, es observable en distintos contextos que una norma
“informal” puede llegar a formalizarse y una norma “formal” puede no aceptarse
jamás en una sociedad, por lo que se puede afirmar que existe un divorcio entre
la ley e instituciones informales como la moral y la cultura (Mockus, 2002).
Sin duda, este vínculo entre instituciones formales e informales es una valiosa
lección para los esfuerzos que se emprenden para intervenir las sociedades, y reiteran la relación muy significativa (y prácticamente indisoluble) entre individuos
e instituciones, y más profunda aún entre instituciones y cambio social.
La tercera clave analítica consiste ya no solo en preguntarse cuáles son los
tipos de instituciones que existen sino, más allá de esto, ¿quién debería hacerlas
acatar y cumplir? Aunque en ciertas comunidades las relaciones de confianza y
reciprocidad que sustentan las instituciones informales son suficientes para resolver los problemas de interacción, la existencia del Estado en la sociedad moderna
supone la provisión externa de “soluciones para los problemas gemelos de confianza y protección de la agresión (…) cuando una sociedad crece en tamaño y las
relaciones entre sus miembros se vuelven crecientemente impersonales” (North,
1994, p. 6). Esto quiere decir que la regulación y el cumplimiento de las normas
dependen de la naturaleza de las reglas, así como del tipo de agentes, bien sean
estatales o incluso sociales y comunitarios.
Finalmente, aunque no es explícito en el texto, las reflexiones que suscita invitan a medir los posibles cambios de modelos mentales y transformaciones sociales
con base en la movilización cognitiva. Si bien la idea del aprendizaje compartido
como base del cambio social es a todas luces innovadora y llamativa, la verificación de que esos cambios se producen debe pasar por ejercicios de medición a
través de diferentes tipos de evidencia.
Esto ayudaría a comprender si los cambios de comportamiento que se dan
en las sociedades son resultado de un cambio de “modelos mentales” o de oscilaciones ocasionales en las formas de actuación de los individuos. Sin duda, un
cuestionamiento aún mayor surge al pensar cómo medir la cristalización de estas
transformaciones a nivel cognitivo y cuáles son las herramientas metodológicas
para hacerlo.
Con base en estos aprendizajes, Casas y Méndez han venido construyendo un
marco analítico desde 2008 para abordar diferentes fenómenos sociales, como la
73
NATHALIE MÉNDEZ MÉNDEZ
educación para la paz (Casas, 2008), la cultura política en jóvenes (Casas y Méndez, 2011) y más recientemente el capital social, la lealtad y la eficacia colectiva,
y la seguridad y convivencia en el departamento de Antioquia (Casas y Méndez,
2015). En el Cuadro 1 se brindan pistas para interpretar multidimensionalmente
la realidad social en diferentes niveles de análisis.
CUADRO 1
La mirada multidimensional de la seguridad y la convivencia
Niveles
Macro
Meso
Dimensiones
Policy Game
Es un aspecto dinámico que incluye los
mecanismos estratégicos del inter-juego de
diversos actores, en especial relacionados
con los juegos distributivos, la formación de
coaliciones y la definición de políticas públicas
Institucional
Incluye aspectos mesosociales del nivel de
los grupos y las organizaciones (relativos a los
modelos mentales); y las reglas informales
en interacción con las reglas formales y los
procesos que estructuran las relaciones sociales
en el nivel macrosocial
Interpersonal
Evidencia el inter-juego entre aspectos
relativos a la confianza, la acción colectiva,
la reciprocidad, la tolerancia, las nociones de
justicias, y el rol de las convenciones, las reglas
morales y las normas sociales
Intrapersonal
Relativa a las motivaciones, actitudes y valores
de las personas. En este nivel se expresa la
arquitectura cognitiva humana, evidenciando
el rol de las emociones, los deseos, las creencias
y la información disponible para interpretar
situaciones
Micro
Fuente: Casas y Méndez (2015).
En este sentido existen cuatro dimensiones para el análisis de fenómenos sociales: Una dimensión intrapersonal, una interpersonal, una institucional y, finalmente, una dimensión de policy game o juego político.
74
Institucionalismo cognitivo, CAPITAL SOCIAL Y LA CONSTRUCCIÓN DE LA PAZ…
En la dimensión intrapersonal se retoman muchos de los supuestos del institucionalismo cognitivo y del artículo de mns 2004, puesto que en este nivel se
moldean las preferencias y creencias individuales y se produce el interjuego de
estas con emociones, motivaciones y el contexto en el cual se encuentra el individuo. Este nivel de análisis también contribuye a entender cómo se dan diferentes
grados de afectaciones sobre los individuos en contextos de violencia. Para el
caso colombiano, son muchos los daños de tipo social, político, económico y
simbólico (Ibáñez, et al., 2014; Méndez, 2014; cnmh, 2013; Ibáñez y Velásquez,
2008; Ibáñez y Moya, 2006; Bello, et al., 2000) que han acarreado difíciles condiciones de vida para las familias víctimas de la violencia y que se traducen en bajos
niveles de ingresos que repercuten en ciclos de pobreza y exclusión, así como en
impactos psicológicos y emocionales profundos.
Es en las dimensiones interpersonal e institucional donde se empieza a gestar
el aprendizaje colectivo y se configuran modelos mentales compartidos que se traducen en formas compartidas de resolución de problemas. Es claro que todo escenario de interacción es susceptible de presentar situaciones de rivalidad, conflicto
y también de cooperación y solidaridad, frente a las cuales emergen instituciones
informales que median en estos escenarios. No obstante, estas instituciones no
surgen en abstracto, pues en las comunidades ya existe cierto tipo de recursos
inmateriales que podrían potenciar u obstaculizar el éxito de estas soluciones
compartidas, como por ejemplo la confianza, la disposición a contribuir a la
consecución de bienes públicos, la lealtad, entre otros. Para el caso de sociedades
con contextos de violencia, existen referentes en la literatura que revelan que esos
recursos se destruyen a causa de estos hechos (Moser, 1998; Moser y Holland,
1997; Grootaert y van Bastelaer, 2001; Collier, et al., 2003) y otras que sostienen
que, por el contrario, las relaciones comunitarias se ven fortalecidas como símbolo mismo de resistencia frente a las atrocidades y manejo del duelo y traumas
(Blattman, 2009; Bellows y Miguel, 2009; Voors, et al., 2010; Shewfelt, 2009;
Bhavnani y Backer, 2007).
La dimensión institucional conlleva también la presencia de instituciones formales expresadas en reglas de juego que, en procesos de transición de la guerra
a la paz, se materializan en un amplio repertorio de mecanismos políticos, administrativos y judiciales.
En este interjuego de instituciones formales e informales y su mutua retroalimentación se evidencia que los recursos inmateriales de los que se habló anteriormente, no solo se hacen visibles en interacciones interpersonales sino en los
75
NATHALIE MÉNDEZ MÉNDEZ
vínculos que tienen los ciudadanos con el Estado y que, como se ha identificado
en otros países, puede manifestarse en un profundo sentimiento de desconfianza
hacia las organizaciones del Estado (Brehm y Rahn, 1997).
Finalmente, la dimensión de juego político da cuenta de las relaciones entre
actores, sus niveles de influencia y la posibilidad de que sus estrategias afecten el
reparto de valores, recursos y otros asuntos en disputa en contextos de violencia.
En estos escenarios, ciertos grupos son más vulnerables y otros más influyentes y,
dada la eventualidad de nuevos acuerdos nacionales, surgen conflictos e intereses
particulares para poder incidir en la agenda que genera la reconstrucción de los
aparatos estatales de las sociedades en transición.
Teniendo en cuenta este marco, los aportes del institucionalismo cognitivo
pueden apoyar la indagación de las causas y efectos de los hechos violentos y suponen un esfuerzo monumental por conjugar postulados teóricos con pautas para el
análisis de problemas prácticos.
Es por esta razón que resulta tan pertinente recurrir al texto para abordar un
tema como el de la justicia transicional, un fenómeno multidimensional, complejo y absolutamente dinámico por su misma naturaleza de excepcionalidad que
provoca un repertorio de mecanismos administrativos y judiciales en cierta medida atípicos para las sociedades, pero necesarios para contextos de tránsito de
la guerra a la paz.
Este trabajo en particular hará énfasis en la dimensión interpersonal e institucional para entender, desde los aportes de mns 2004, como la reconstrucción del
tejido social es un asunto crucial porque actúa como bisagra entre las diferentes
dimensiones analíticas de la justicia transicional y compromete la sostenibilidad
de las intervenciones.
III. EL INSTITUCIONALISMO COGNITIVO Y LOS EFECTOS
DE LA GUERRA SOBRE EL CAPITAL SOCIAL
Como se mencionó anteriormente, aquí se hará énfasis en entender los aportes de mns 2004 para la construcción de paz, concretamente en lo relacionado
con el tejido social. Para esto es necesario indicar que las afectaciones al tejido
social y, en general, las afectaciones de tipo colectivo son uno de los efectos del
conflicto armado en Colombia, que varían según el territorio y demostrando que
las modalidades de la guerra han venido fluctuando y adaptándose a la realidad
geográfica, política, económica y cultural de un país heterogéneo.
76
Institucionalismo cognitivo, CAPITAL SOCIAL Y LA CONSTRUCCIÓN DE LA PAZ…
Estas afectaciones hacen parte de un repertorio de daños más amplio que,
según el Centro Nacional de Memoria Histórica, se dividen en daños morales,
daños políticos, daños socioculturales y daños emocionales y psicológicos. Los daños morales hacen referencia al “resultado del menoscabo de valores significativos para las personas y las comunidades, pues muchos de los actos violentos buscan, en efecto, degradar la dignidad de las personas y sus comunidades, devaluar
ideales y creencias y violentar los valores más íntimos que sustentan la identidad
colectiva” (cnmh, 2013, p. 270). Los daños políticos son causados por actores
armados en complicidad de élites regionales para “impedir, silenciar o exterminar prácticas, mecanismos, organizaciones, movimientos, partidos, liderazgos e
idearios políticos calificados como opuestos y percibidos como peligrosos” (Ibíd.,
p. 281); y los daños socioculturales se relacionan con “las lesiones y alteraciones
producidas en los vínculos y relaciones sociales (…) la vulneración de creencias,
prácticas sociales y modos de vivir de las comunidades” (Ibíd., p. 272).
Se puede afirmar desde una perspectiva cognitiva que los daños emocionales
y psicológicos en lo individual pueden repercutir en otras interacciones en el mediano y largo plazo. Por ejemplo, la presencia de sentimientos de miedo y ansiedad
provocados en las víctimas tras los hechos violentos pueden generar mecanismos
distintos de resolución de problemas y, como se ha indicado, pueden inhibir las
acciones de denuncia, búsqueda de justicia, organización social y participación
política (cnmh, 2013, p. 263).
Un efecto puntual que se ha medido recientemente, y que puede interpretarse como un ejemplo de la transformación de un modelo mental, es el impacto del
desplazamiento sobre la salud mental de las víctimas y sobre su comportamiento
económico. A través del análisis de datos de encuestas, Andrés Moya comprueba que los daños psicológicos del desplazamiento pueden modificar la aversión
al riesgo de los individuos, lo que significa que no están dispuestos a sacrificar
consumo presente para invertir en acciones con cierto riesgo, pero que podrían
incrementar sus ingresos futuros. Esto impacta en un limitado crecimiento de los
ingresos y en situaciones de trampa de la pobreza, que minimizan el efecto positivo de programas de indemnización en donde las víctimas puedan estar usando
los recursos para asegurar un ingreso mínimo en el presente y no una inversión
en otro tipo de activos para el futuro (Ibáñez, et al., 2014).
Si bien se han generado aproximaciones como las anteriores a la medición de
los daños individuales y sus posibles mecanismos de intervención como programas de atención psicosocial y rehabilitación, sigue siendo un reto la medición
de los daños sociales que por décadas han devastado a las víctimas, sus familias
77
NATHALIE MÉNDEZ MÉNDEZ
y comunidades, así como a las organizaciones, instituciones y el conjunto de la
sociedad en general. Aunque se sabe que estos son complejos y de diferente magnitud (cnmh, 2013, p. 259) la evidencia es variada. Una muestra cualitativa de
ella se circunscribe a las narraciones documentales y orales que fundamentan
ejercicios de reconstrucción individuales y colectivos de la memoria histórica de
lo sucedido.
Otro ejercicio puntual de medición cuantitativa es el trabajo de Ibáñez y Moya
(2006), que encuentra que el desplazamiento forzado provoca una ruptura de los
vínculos sociales que tenían las personas al interior de la comunidad, “destruyendo las redes sociales y la eliminación de los mecanismos informales de manejo
de riesgo” (Ibáñez y Moya, 2006, p. 21). Esto se acentúa con el hecho de que el
desplazado migra con su familia en un 91% de los casos y tan solo en un 6,3%
“lo hace acompañado de otros parientes o vecinos del mismo barrio o vereda”
(Ibíd., p. 21).
Ahora bien, la importancia de comprender la reconstrucción del tejido social
se propone a la luz del análisis de una categoría como la de capital social, que
bajo el concepto de Putnam se puede entender como todas “las redes, normas de
reciprocidad y confianza para el beneficio colectivo” (Stolle, 2007). Las implicaciones empíricas de que exista debilidad del capital social se refleja en una menor
probabilidad para generar ingresos y mejorar las condiciones materiales de vida
de las víctimas (Ibáñez y Moya, 2006) así como en una frágil cohesión social y
disposición por el bien colectivo (Sampson, et al., 1997).
Así mismo, el capital social puede ser relevante pues la percepción de segu­
ridad que generan las redes sociales, la participación en organizaciones y la propie­
dad colectiva de la tierra puede incentivar el retorno de las poblaciones desplazadas (Ibáñez y Querubín, 2004).
Una aproximación reciente a una medición de capital social para las víctimas
fue realizada mediante un diseño metodológico mixto en 2014, que contempló
instrumentos cuantitativos (encuestas y juegos experimentales) y cualitativos (historias de vida y grupos focales). Para esto se diseñaron indicadores específicos
para la medición de capital social en la población víctima, y la construcción de
un índice agregado y desagregado en dimensiones micro, meso y macro para dos
tipos de variables que constituyen el capital social: confianza y acción colectiva. El
pilotaje de la metodología se realizó en dos escenarios: la comunidad de víctimas
que vive en el corregimiento de El Salado (Bolívar, Colombia) y que han sido
intervenidas, y víctimas que habitan la vereda La Emperatriz, cercana a este corregimiento pero que no han sido objeto de intervención (Méndez, 2014).
78
Institucionalismo cognitivo, CAPITAL SOCIAL Y LA CONSTRUCCIÓN DE LA PAZ…
Los resultados señalan que el nivel de confianza micro es mayor que el de confianza meso y macro, lo cual supone que las víctimas confían más en la familia,
los vecinos y la comunidad que en individuos desconocidos, organizaciones e ins­
tituciones del Estado (Cuadro 2).
CUADRO 2
Resultados de indicadores de confianza
Mínimo
Máximo
Media
El salado
La
emperatriz
Micro
1
4
2,92
(64%)
3,05
(68%)
2,79
(60%)
Meso
1
4
1,96
(32%)
2,03
(34%)
1,88
(29%)
Macro
1
4
2,5
(50%)
2,63
(54%)
2,38
(46%)
Total
1
4
2,48
(49%)
2,6
(53%)
2,36
(45%)
Nota: Número de observaciones: 40. Cronbach Alpha: 0,8459.
Fuente: Méndez (2014).
En términos de disposiciones hacia la acción colectiva el indicador del nivel
meso (participación en organizaciones) es mayor que el de los otros niveles. En
todas las dimensiones, los niveles de acción colectiva son mayores en los participantes de El Salado que los de la vereda, especialmente en las dimensiones micro
y meso.
Como lo muestra el Cuadro 3 y también los hallazgos cualitativos, las puntuaciones son mayores en los indicadores desagregados y en el total de la variable de
acción colectiva que en la de confianza, lo cual revela que los avances en materia
de participación y acción colectiva en El Salado no necesariamente se trasladan
en más niveles de confianza entre la población victimizada (Méndez, 2014). Esto
significa que se deben “entender los micro fundamentos detrás de la recomposición directa o indirecta del tejido social, lo cual se traduce en que, además de fortalecer la acción colectiva, debe buscarse una mayor reflexión y comprensión del
sustrato básico de las relaciones humanas: la confianza” (Méndez, 2014, p. 46).
79
NATHALIE MÉNDEZ MÉNDEZ
CUADRO 3
Resultados de indicadores de acción colectiva
Mínimo
Máximo
Media
El salado
La
emperatriz
Micro
0
1
0,59
(59%)
0,83
(83%)
0,35
(35%)
Meso
0
1
0,75
(75%)
0,95
(95%)
0,55
(55%)
Macro
0
1
0,69
(69%)
0,70
(70%)
0,68
(68%)
Total
0
1
0,66
(66%)
0,80
(80%)
0,52
(52%)
Notas: Número de observaciones: 40. Cronbach Alpha: 0,4946.
Fuente: Méndez (2014).
Desde un punto de vista cognitivo, aunque a nivel interpersonal existen mecanismos (al menos formales) para emprender proyectos colectivos (por ejemplo, asociaciones y organizaciones), en lo intrapersonal se siguen evidenciando
emociones como la rabia y frustración, y patrones de desconfianza individuales
que pueden obstaculizar la sostenibilidad de acciones de propósito colectivo que
involucren a los habitantes de la comunidad.
Aunque lo que se hizo en ese trabajo fue un piloto, ha servido de base para
otros trabajos que involucran juegos experimentales en Antioquia y Medellín
(Giraldo, et al., 2013) que señalan también el desafío en materia de capital social
en otros lugares del país. Esta dimensión territorial también implica comprender
patrones de afectación variados y condicionantes culturales y sociales muy distintos según el sitio que se analice.
De Greiff (2008) sostiene que la justicia transicional es un motor de creación
de “confianza cívica”, que se materializa en el establecimiento de nuevos acuerdos
y parámetros normativos de una sociedad en transición. A partir de los aprendizajes del institucionalismo cognitivo esta confianza debe irse recomponiendo desde
el nivel intrapersonal. Posteriormente debe expresarse en las interacciones sociales en un grado interpersonal, buscando también el fortalecimiento de organizaciones de la sociedad civil que velen por los derechos de las víctimas y refuercen el
80
Institucionalismo cognitivo, CAPITAL SOCIAL Y LA CONSTRUCCIÓN DE LA PAZ…
carácter democrático de los mecanismos de transición. Y, al final, deberían tener
impactos sobre políticas que transversalicen la legitimidad y la confianza mutua
entre Estado y ciudadanía.
El estudio de caso en El Salado mostró que es importante que las víctimas se
involucren en estos procesos pero que también es necesario tener en cuenta que
la reconstrucción de la confianza cívica es un asunto de todos los ciudadanos.
En particular, el problema radica en que el nivel de confianza en organizaciones
estatales siempre ha sido muy bajo (sobre todo en el Congreso y los partidos políticos) y al Estado se le han comprobado múltiples nexos y complicidades con la
ocurrencia de los hechos violentos. En general, el desafío primario y subyacente
es que los colombianos tienen muy poca confianza entre sí, como lo señala la
Encuesta Mundial de Valores en 2012, donde solo el 4% reporta que se puede
confiar en la mayoría de las personas.
Estos datos son solo indicativos de un panorama en que las afectaciones sociales y las rupturas de los vínculos comunitarios son temas que requieren de
análisis e intervención en un marco de construcción de paz.
IV. DESAFÍOS PARA LA RECONSTRUCCIÓN DEL CAPITAL
SOCIAL EN UN ESCENARIO POSCONFLICTO
En las secciones anteriores se explicaron los elementos teóricos del trabajo
de mns 2004 que podrían ser útiles para analizar escenarios de construcción de
paz. Además, se mostraron algunos datos para ilustrar el panorama que enfrenta
la justicia transicional en Colombia frente a la reconstrucción del capital social.
En este apartado final se articularán los aportes del institucionalismo cognitivo con los desafíos para las intervenciones de política que se generen sobre
capital social, a partir de dos grandes aportes de mns 2004 y que agregan a los
elementos analíticos presentadas en la primera sección: la definición de pautas
para entender los mecanismos de intervención y sostenibilidad de dichos cambios y la ampliación de los supuestos para la medición innovadora de cambios
en el capital social.
Los interrogantes que surgen para el diseño de intervenciones y su sostenibilidad son los siguientes:
81
NATHALIE MÉNDEZ MÉNDEZ
• ¿Cuáles son los mecanismos de intervención que darían cuenta de la necesidad de una transformación en el capital social en un escenario posconflicto?,
• ¿Cuáles son las instituciones y organizaciones existentes (y cuáles deberían
existir) para lograr desarrollar estas propuestas?,
• ¿Cuáles deberían ser los mecanismos para obligar a su cumplimiento?, y
• ¿Cómo se podrían medir cambios en el capital social del país y, en general,
que las intervenciones han sido exitosas?
A continuación se examinan estos interrogantes con base en los aprendizajes
de la propuesta teórica revisada a través de la explicación de los desafíos que supone para el capital social.
Para la intervención: Entender que el aprendizaje colectivo es la clave del
cambio social y que se deberán diseñar estrategias de intervención con base en
la educación y la movilización cognitiva
El escenario de transición de la guerra a la paz que vive Colombia, complicado
por la persistencia de las acciones bélicas, impone la necesidad de proponer solu­
ciones creativas a los diseños institucionales que se irán generando y las estrategias
programáticas que los gobiernos del orden nacional y local tendrán que ofrecer.
Un primer paso derivado del institucionalismo cognitivo es entender que las
sociedades son organismos vivos que evolucionan y se transforman permanentemente. Por lo tanto, reflexionar sobre cómo se produce el cambio social implica
rastrear los mecanismos de aprendizaje subyacentes a esta modificación y adaptación de reglas a contextos particulares (Mantzavinos, 2001, p. 28). Esta perspectiva evolucionista de las sociedades implica también reconocer que los cambios sí
existen y, aunque se den en el largo plazo, requieren de diseños institucionales novedosos e intervenciones inteligentes sobre la transformación individual y social.
La propuesta que desde aquí se hace, a partir del enfoque neoinstitucionalista
y de distintos trabajos en este campo, es diseñar intervenciones educativas que
acompañen la oferta social del Estado y estén orientadas a constituirse en mecanismos territoriales de aprendizaje.
Para esto, se debe comprender, en primer lugar, que la educación será la
piedra angular de las futuras intervenciones en política pública. Siguiendo a mns
2004 (p. 77) esta debe ser vista como una estrategia de generación de procesos de
aprendizaje que no se limitan a transmitir información, sino que debe generar
82
Institucionalismo cognitivo, CAPITAL SOCIAL Y LA CONSTRUCCIÓN DE LA PAZ…
una transición de ausencia de comportamiento efectivo a una situación en la que
emerjan conductas eficientes para la resolución de problemas en los individuos.
Si bien el país ha avanzado en reconocer la monumental tarea de fortalecer
atributos de cobertura y calidad del sistema educativo, persisten problemas como
el respeto por el otro, la desconfianza, la intolerancia y la falta de solidaridad que
no solo se expresan en un inadecuado clima escolar o en “matoneo escolar”, sino
que irradian la vida cotidiana de los ciudadanos.
Frente a esto existen algunas intervenciones incipientes, como el programa
“Aulas en Paz”, que han buscado movilizar cognitivamente a los niños para resolver de manera distinta los problemas, usando distintas técnicas reducción de la
agresividad y aumento de comportamientos prosociales (Chaux, 2007; Casas y
Méndez, 2009) así como otras estrategias basadas en la educación para la paz (Casas, Salamanca y Otoya, 2009). Además de una oferta educativa de alta calidad
que requiere el país, ejercicios como los señalados pueden constituir programas
piloto para el cambio de “modelos mentales”, en donde a través del respeto, la
autorregulación y la tolerancia se pueda modificar la forma en que se resuelven
problemas cotidianos.
Estos ejercicios no solo deberían pensarse como esfuerzos adicionales, sino
propiciando a la vez la transversalización de un enfoque de construcción de paz
y convivencia en toda la oferta educativa y en la política social del Estado.3 Esto
podría capitalizarse no solo en indicadores de una educación de calidad, sino
en aportes para la reconstrucción del capital social, pues esfuerzos educativos
y pedagógicos para la primera infancia y para los adultos basados en el respeto y
reconocimiento de la diferencia, el respeto y cumplimiento de los acuerdos sociales, el trámite de las emociones y la resolución pacífica de conflictos, son el primer paso para la restauración de los lazos sociales rotos por el conflicto armado, y
también para la recomposición de las relaciones de confianza entre la ciudadanía
y el Estado.
Se entiende por convivencia “acatar reglas comunes, contar con mecanismos culturalmente arraigados de
autorregulación social, respetar las diferencias y acatar reglas para procesarlas; también es aprender a celebrar, a
cumplir y reparar acuerdos” (Mockus, 2002, p. 21).
3
83
NATHALIE MÉNDEZ MÉNDEZ
Para la sostenibilidad: Diseñar instituciones formales pertinentes,
comprender cómo operan las instituciones informales y construir un
esquema robusto de medición del cambio en el capital social con enfoque
territorial
Uno de los elementos analíticos mencionado en secciones anteriores es que
las instituciones formales e informales no actúan de manera separada. Aquí es
clave tener en cuenta que, si bien es necesario contar con diseños institucionales
pertinentes desde lo formal, no se puede desconocer la existencia de las instituciones informales y su importancia para moldear comportamientos.
Desde las instituciones formales, la pertinencia estaría dada en que las disposiciones administrativas y jurídicas sean acordes a la variedad de realidades,
necesidades y expectativas del país, lo cual se traduce en que tengan un enfoque
territorial. No solo bastará la generación de políticas de carácter nacional sino
una aproximación que trastoque problemas subyacentes al modelo de descentralización y la transferencia real de capacidades a los territorios no solo en materia
de políticas típicas del posconflicto, como la atención, asistencia y reparación
a víctimas y el desarme, desmovilización y reinserción de excombatientes, sino
también en política social y desarrollo económico.
Un abordaje más sensible a las variaciones territoriales e intervenciones contexto-dependientes pueden ser pautas importantes para la materialización de lo
que se ha venido denominando “paz territorial”.4 Dar un lugar a las regiones implica tener presente también que el conflicto se ha gestado como causa y consecuencia de una institucionalidad débil, una precaria infraestructura y muy lentos
procesos de desarrollo económico y social, así como altos niveles de pobreza y
desigualdad.
En este sentido, esos diseños institucionales creados de manera intencionada
por el Estado deben estar en diálogo con esas formas cotidianas de resolución de
problemas que también varían de territorio a territorio y que en últimas reflejan
una diversa configuración cultural. Por esto resulta útil prestar atención también
a los procesos de aprendizaje, educación y transmisión de capacidades para prepararse para la paz en el nivel local.
Este concepto ha venido siendo presentado por el Alto Comisionado para la Paz, Sergio Jaramillo, haciendo referencia a la conjunción entre un enfoque de derechos con un enfoque territorial que es necesaria para el
logro de la paz, la no repetición y el desarrollo institucional.
4
84
Institucionalismo cognitivo, CAPITAL SOCIAL Y LA CONSTRUCCIÓN DE LA PAZ…
En este sentido, surge también la necesidad de fortalecer la sociedad civil en
sus asociaciones horizontales, redes de cooperación y consensos con un enfoque
diferencial y territorial, lo cual podría a su vez cimentar bases para la confianza
entre los ciudadanos y hacia el Estado. El cambio social, entonces, no se agota en
reformas institucionales, sino en procesos de cambio en los imaginarios colectivos de víctimas y ciudadanos, y de nuevas formas de relacionamiento en perspectiva de construcción de paz y convivencia.
Estos cambios, que, en últimas tendrán que ser propiciados al interior de las
familias, los barrios, los colegios, las juntas de acción comunal, las organizaciones públicas y privadas, los partidos, las universidades y demás manifestaciones
de la vida social de un territorio, tendrán que contar también con el diseño e
implementación de políticas públicas en lo macro. Allí se deberá resaltar la importancia de los procesos de retroalimentación entre cada dimensión del marco
multidimensional de Casas y Méndez (2015), pero también de la interacción entre instituciones formales e informales como base de intervenciones sostenibles
que no se deterioren con el paso del tiempo.
En últimas, si las instituciones surgen de los modelos mentales compartidos,
es decir, a través del aprendizaje colectivo, es fundamental contar con intervenciones que partan del saber construido y reconstruido en comunidad, fomentando una verdadera pluralidad y democracia en el ejercicio del aprendizaje social
que nos espera en las próximas décadas.
Tal vez en este escenario las transformaciones positivas del capital social serán
un subproducto de estas intervenciones en donde se valore lo construido en lo
local y se comprenda que el hacer cumplir esos mecanismos también pasa por los
ciudadanos y por el reafianzamiento de una noción de lo público que involucre a
todos. Estas estrategias que valoren la recuperación de la confianza y la configuración de redes de apoyo y contribución al bien público, de manera directa e indirecta, pueden repercutir a su vez en la sostenibilidad social de las acciones (acompañada, por supuesto, de una sostenibilidad económica), una ciudadanía mucho
más activa y en un ejercicio democrático mucho más real y menos abstracto.
Finalmente, la invitación que hace el texto de mns 2004, es a buscar ampliar
los supuestos para la medición innovadora de cambios en el capital social. El diseño metodológico aplicado para el capital social de las víctimas aquí presentado
es una pauta para entender que las mediciones pueden variar en herramientas
y supuestos. Si bien hay comportamientos observables que potencialmente pueden ser verificados vía observación, hay otros factores subjetivos que complemen85
NATHALIE MÉNDEZ MÉNDEZ
tan el análisis del mundo social y que requieren de otras técnicas para hacerse
visibles.
Aunque sigue perfeccionándose la construcción de instrumentos que midan
la cristalización y el tránsito en el sistema de creencias y en general la transformación de modelos mentales, el tener líneas de base y mediciones periódicas sobre
la modificación de conductas efectivas y percepciones a nivel intrapersonal e
interpersonal, y la posible afectación de un nivel institucional, pueden conducir
a esquemas de intervención más responsables, eficientes, efectivos y equitativos.
En este trabajo se han examinado algunos aprendizajes del institucionalismo
cognitivo y de la obra de mns 2004 en relación con ciertos desafíos para la reconstrucción del capital social en un escenario de posconflicto en Colombia. Aunque
se delinearon algunas pautas para los análisis a futuro, cabe decir que, dada la
particularidad de los procesos de justicia transicional en Colombia, resulta útil e
indispensable pensar en estrategias que se desmarquen de los modelos tradicionales de intervención social que durante mucho tiempo no han dado tampoco
resultados significativos en materia de reducción de la inequidad y movilización
social.
Esta oportunidad que se abre para Colombia, de transitar a un escenario de
construcción de paz, debe generar mecanismos de aprendizaje para la no repetición en lo local que, a través de la movilización cognitiva y el largo tránsito de
sistemas de creencias de la guerra a la paz, repercutan en una sociedad más justa,
tolerante y humana.
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90
LA REFORMA POLÍTICA COLOMBIANA DE 2003:
EXPLICACIÓN E INTERVENCIÓN
CHRISTIAN IVÁN BENITO HERRERA
NICOLÁS SEBASTIÁN SANTAMARÍA URIBE
RESUMEN
Este trabajo estudia la reforma política colombiana de 2003 a la luz de un
conjunto de categorías analíticas relacionadas con las ideas de explicación e intervención. Se trata de conceptos que han sido desarrollados por algunos trabajos
recientes sobre la filosofía analítica de las ciencias sociales. Para ese ejercicio se
emplea evidencia que muestra las posiciones de tres actores: los congresistas, los
académicos y el poder ejecutivo.
Palabras clave: Reforma política, explicación, intervención
Clasificaciones jel: Z13, Y80
ABSTRACT
The 2003 Colombian Political Reform: Explanation and Intervention
This paper studies the Colombian political reform of 2003 using a set of
analytical categories related to the ideas of ​​explanation and intervention. These
* Christian Benito es profesor del Programa de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Tecnológica de Bolívar. Nicolás Santamaría es profesor de la Facultad de Sociología de la Universidad
Santo Tomás, en Bogotá. Correos electrónicos: [email protected] y [email protected].
Recibido: septiembre 1° de 2014; aceptado: abril 28 de 2015.
Economía & Región, Vol. 9, No. 1, (Cartagena, junio 2015), pp. 91-107.
91
CHRISTIAN IVÁN BENITO HERRERA Y NICOLÁS SEBASTIÁN SANTAMARÍA URIBE
concepts have been introduced by some recent writings in the analytic philosophy of the social sciences. To carry out this exercise we use evidence showing the
position of three groups: congressmen, academics and the executive branch of
government.
Key words: Political reform, explanation, intervention
jel
Classifications: Z13, Y80
I. INTRODUCCIÓN
Uno de los temas recurrentes de la literatura en ciencia política es el efecto
de las reformas institucionales en el sistema político. En el caso colombiano,
en particular, un conjunto importante de trabajos se ha centrado en analizar
el impacto de la reforma política de 2003 sobre la forma de hacer política en el
país (Botero, 2006; Rodríguez y Botero, 2006; García, 2006; Pachón y Shugart,
2010). La mayoría de estas investigaciones parten del análisis de datos electorales
de contiendas locales y legislativas, comparando los resultados en las urnas antes
y después de la reforma. Su propósito es hallar evidencia de cambios o continuidades en la relación entre el comportamiento de los actores políticos y el diseño
institucional.
Estos trabajos han hecho aportes significativos para entender la dinámica de
la política nacional contemporánea. No obstante, debido a la naturaleza de estas
investigaciones, ninguna de ellas ofrece un análisis de la reforma en términos
de: (1) la noción de explicación que justifica el diseño e implementación de la
misma, (2) la lógica en que se basan los argumentos presentados por los actores
más relevantes en el proceso, y (3) la relación entre la explicación que sustenta el
cambio institucional y la noción de intervención.
En este orden de ideas, este trabajo explora la reforma política colombiana de
2003 a la luz de un conjunto de categorías analíticas relacionadas con la idea
de explicación, desarrollada por algunos de los trabajos más recientes en la filosofía analítica de las ciencias sociales. Para lograr este objetivo, el texto se divide en
cinco secciones, incluyendo esta Introducción. En la segunda se exponen algunas
generalidades del contexto que motiva la aparición de la reforma y su implementación. En la tercera se presenta una reflexión sobre los rasgos generales en que se
92
LA REFORMA POLÍTICA COLOMBIANA DE 2003: EXPLICACIÓN E INTERVENCIÓN
basaron las explicaciones que validaron la implantación de la reforma. En la cuarta sección se presenta una discusión en dos sentidos: por un lado, se considera
el vínculo entre explicación e intervención en este caso específico y, por otro, se
examina la idea de intervención en políticas relacionadas con asuntos electorales.
En la última sección se presentan unas conclusiones.
II. LA REFORMA POLÍTICA COLOMBIANA DE 2003
Tras la crisis política de los años ochenta, provocada entre muchos otros factores por la terminación del Frente Nacional, el gobierno convocó a una Asamblea Constituyente para que redactara una nueva Constitución Política, que fue
promulgada en 1991. Uno de los objetivos fundamentales de la nueva Carta
fue la apertura del sistema a nuevas fuerzas políticas y sociales. El cumplimiento
de dicho objetivo se evidenció en dos hechos: (1) la disminución del número de
curules de los partidos Liberal y Conservador en el Congreso, y (2) el aumento
de listas inscritas para elecciones del Congreso (Cuadro 1).
CUADRO 1
Colombia: Curules obtenidas por los partidos tradicionales
en el Senado de la República, 1978-2002
(porcentajes)
Partido
Años
1978
1982
1986
1990
1991
1994
1998
2002
Conservador
43,75
42,98
37,72
33,33
8,82
19,61
13,73
12,75
Liberal
55,36
48,25
50,88
57,89
54,9
54,9
48,04
28,43
Total
99,11
91,23
88,6
91,22
63,72
74,51
61,77
41,18
Fuente: Wills (2009).
No obstante, como señalan Hoskin y García (2006, p. 4), “una mayor apertura del sistema político no significó una mayor organización del sistema de partidos y una mejor representación política”. Por el contrario, el sistema de partidos
colombiano empezó a caracterizarse, fundamentalmente, por dos rasgos: “el frac93
CHRISTIAN IVÁN BENITO HERRERA Y NICOLÁS SEBASTIÁN SANTAMARÍA URIBE
cionamiento de los partidos políticos y la dispersión y atomización de listas electorales” (Holguín, 2006, p. 36) y por brindar “incentivos fuertes para que los políticos cultivaran sus reputaciones personales en detrimento de las reputaciones
de sus partidos” (Botero, 2006, p. 142). En este sentido, la apertura del sistema
político colombiano a nuevas fuerzas políticas, derivada del nuevo pacto constitucional, significó un importante aumento del número de partidos, un debilitamiento de los mismos y un aumento del personalismo.
En estas circunstancias, el Congreso aprobó en 2003 una reforma al sistema
electoral. Esta reforma buscaba crear nuevas reglas de juego que inducían a los
partidos políticos pequeños a agregarse en unidades más grandes y que dificultaban la creación de nuevos partidos políticos. También se prohibió la doble
militancia (pertenencia a más de un partido) y se exigió a los partidos presentar
una sola lista de candidatos para cada cargo (Losada, 2007). La fórmula electoral
también cambió. Se adoptó la fórmula D´Hondt, en reemplazo de la fórmula
Hare, lo que en términos electorales privilegió a quienes hacían parte de partidos
grandes y medianos e hizo que los pequeños se incorporaran a otros de mayor
tamaño (Losada, 2007)1. Es decir, gracias a la reforma de 2003, hoy en Colombia,
hay menos partidos y estos son más grandes (Gráfico 1).
Sin embargo, la reconfiguración del sistema de partidos no puede ser vista
como un generador suficiente de organización y cohesión partidista. Tal como
lo señalan Botero y Rodríguez (2008), “grande no es sinónimo de fuerte”. En ese
sentido, si bien la reforma de 2003 logró cambios importantes, al parecer aún
existen tres elementos que hacen dudar de su eficacia para fortalecer a los partidos. Primero, la permanencia de rastros de personalismo, cuya existencia generalmente se asocia a la adopción de listas con voto preferente (Rodríguez, 2006).
Segundo, la falta de una verdadera aplicación de la Ley de Bancadas (Wills, et
al., 2010)2. Y tercero, el limitado alcance de las reformas, en tanto que sus efectos
estarán determinados también por la organización interna de los partidos (Wills,
2009).
1
Las fórmulas D’Hondt y Hare son formas de cálculo electoral. La fórmula de D’Hondt permite ganar
escaños en proporción a los votos obtenidos. La fórmula de Hare permite ganar escaños considerando los votos
válidos sobre el total de escaños en competencia.
2
La Ley de Bancadas, una norma aprobada por el Congreso colombiano en 2005, estableció que en toda
corporación pública los partidos políticos deben actuar en bloque (o “en bancada”).
94
LA REFORMA POLÍTICA COLOMBIANA DE 2003: EXPLICACIÓN E INTERVENCIÓN
GRÁFICO 1
Colombia: Número efectivo de partidos (nep)
9,22
10
8
6,90
6
4
2,01
2,96
2
2,21
0
1978
1982
1986
1990
1994
1998
2002
2006
1
(ρ es el porcentaje de
∑ ρi2 i
votos o escaños del i-ésimo partido). El resultado representa el número de partidos ponderado por
su peso, bien sea en términos de votos o de escaños.
Nota: Según Rodríguez y Botero (2006), el nep se calcula como NEP =
Fuente: Wills (2009).
III. REFLEXIONES SOBRE LA IDEA DE EXPLICACIÓN
DETRÁS DE LA REFORMA
Teniendo en cuenta el vacío en la literatura sobre la reforma de 2003 en relación a los elementos que se encuentran en la base de la(s) explicación(es) que
subyace(n) la implementación de este cambio en las reglas electorales, a continuación se presenta un conjunto de hipótesis no excluyentes, que pretenden explorar este fenómeno a la luz de una serie de categorías y planteamientos utilizados
en la filosofía analítica.
Para ello, es preciso desarrollar conceptualmente la noción de explicación, considerada desde la obra de Mantzavinos (2015) a partir de tres enfoques distintos:
unificacionista, mecanicista y manipulacionista.
En el caso de la aproximación unificacionista, se considera que la comprensión científica de los fenómenos tiende a incrementarse en tanto disminuye la
cantidad de supuestos de carácter independiente que son requeridos para dar
95
CHRISTIAN IVÁN BENITO HERRERA Y NICOLÁS SEBASTIÁN SANTAMARÍA URIBE
cuenta de lo que ocurre en el mundo. En otras palabras, una explicación se convierte en un principio de alta generalidad que abarca hechos particulares.
Por su parte, e inspirada en la fisica, la aproximación mecanicista se refiere al
principio de causalidad como el motor de las explicaciones. Esto es, indagar por
los mecanismos que revelan el funcionamiento de los acontecimientos a partir de
la identificación de sus causas. Adicionalmente al considerar la explicación como
un mecanismo que porporciona razones, se asumem como premisas centrales de
esta aproximación la continuidad en términos de las partes que se explican y el
carácter inteligible de la realidad que se deriva de la construcción de los mecanismos causales.
Finalmente, el enfoque manipulacionista surge como una alternativa a la idea
de considerar la explicación desde la lógica de leyes generales. La premisa fundamental gira en torno al supuesto, según el cual, para dar cuenta de los distintos
hechos de la realidad, es posible considerar generalidades que no necesariamente
son ajenas a excepciones. Lo anterior significa que la explicación se caracteriza por
tener una vigencia espacio-temporal definida, de forma tal que permite apreciar
las diferencias de los eventos a explicar considerando los posibles cambios en las
variables independientes.
Las siguientes son las hipótesis propuestas en que se basa este ensayo.
Hipótesis 1: No hay un sólo tipo de explicación de la implementación de la
reforma política de 2003
Existen al menos dos argumentos a partir de los cuales es posible justificar
esta hipótesis. El primero es el carácter contingente de la realidad social (Little,
2009). Con esta idea, Little propone que cualquier intento de explicación está
mediado por un conjunto de eventualidades que hacen que las interpretaciones
estén vinculadas a características que no son permanentes en el tiempo. En este
orden de ideas, suponer que la realidad social es explicada desde un único punto
de vista resulta insuficiente para entender cualquier fenómeno social; más aún
en un contexto como el actual, donde existe una multiplicidad de interpretaciones sobre un mismo fenómeno.
Una muestra de esta particularidad se refleja en el tipo de solución que se le
dio al problema de la representación política en Colombia, tanto en 1991 como
en 2003. En ambos casos, esta dificultad fue afrontada mediante ingeniería institucional diferenciada debido a que la contingencia en uno y otro momento era
diferente. Por ejemplo, el ambiente previo a la Reforma Constitucional de 1991
estaba marcado por pretensiones de apertura de un sistema bipartidista y exclu96
LA REFORMA POLÍTICA COLOMBIANA DE 2003: EXPLICACIÓN E INTERVENCIÓN
yente que limitaba la participación, así como por un propósito de pacificación
del país. En 2003, las pretensiones pasaban por la idea de fortalecer a los partidos
políticos a través de la reducción de su número. Paradójicamente, la solución
propuesta en la reforma de 1991 terminó por convertirse en el problema a resolver en 2003, lo que revela el carácter no ergódico de la realidad (North, 1998;
Mantzavinos, 2001) y por lo tanto de la variación misma a la que están expuestas
las explicaciones con el paso del tiempo.
El segundo argumento tiene que ver con el hecho de que, a diferencia de otros
tipos de fenómenos (por ejemplo, los eventos puramente físicos, químicos o biológicos), los sistemas sociales no pueden ser explicados a partir de la utilización
de leyes universales que operan bajo la lógica de generalizaciones a manera de
axiomas (Mitchell, 2009). En este sentido, un análisis de la implementación
de una política cuyo propósito es modificar las condiciones de la competencia
electoral puede variar teniendo en cuenta el amplio número de factores asociados al fenómeno y la existencia de relaciones causales dinámicas (Sterman, 2000).
Es importante tener en cuenta la discusión sobre la variedad de factores que se
asocian a la explicación de los efectos de la implementación del voto preferente sobre las dinámicas políticas. Por ejemplo, mientras que, para algunos, la existencia
de este mecanismo incide en la disciplina de los partidos (Rodríguez, 2006), para
otros, el voto preferente no resulta significativo para explicar este fenómeno (Pachón y Shugart, 2010). Cabe señalar que este ejemplo resalta la complejidad que
revisten las explicaciones en las ciencias sociales, ya que ambos argumentos se sustentan en evidencia empírica a pesar de dar cuenta de relatos causales disímiles.
Hipótesis 2: El tipo de explicación de la reforma de 2003 está determinado
por la motivación de los actores.
Al examinar los motivos usados para justificar la reforma política de 2003, se
observa que los diferentes actores involucrados apelaron a múltiples argumentos.
Por tanto, es posible plantear que la diferencia en las formas de comprensión del
mismo fenómeno está asociada a la intención de los agentes. Para ilustrar este
postulado, a continuación se mencionan algunos de los actores involucrados, los
motivos a los que apelaron para justificar la reforma y el tipo de explicación en
que basan su argumentación.3
3
No es el propósito de esta sección hacer un inventario exhaustivo de los actores sino simplemente resaltar
los más relevantes en el proceso
97
CHRISTIAN IVÁN BENITO HERRERA Y NICOLÁS SEBASTIÁN SANTAMARÍA URIBE
Actor 1: Congresistas
En la exposición de motivos del proyecto del Acto Legislativo que dio origen
a la reforma política de 2003, se evidencia que, para sustentar su relevancia, los
autores de la iniciativa apelaron a un conjunto de argumentos entendidos desde
una explicación fundamental, pero no exclusivamente moralista. Es decir, la mayoría de justificaciones se basan en argumentos más de orden normativo que de
carácter técnico o científico.
Para los congresistas autores de este proyecto, el principal objetivo de la iniciativa era “recuperar la legitimidad, la credibilidad, la fe de los colombianos en
la política y en las instituciones (…)” (Congreso de la República, 2002). Es decir,
para los legisladores el principal problema que debía ser resuelto no era la sobrerepresentación o el caos del sistema de partidos. En su lugar, las justificaciones
estaban alineadas con principios axiológicos reforzados por estrategias discursivas
y retóricas (nótese el uso de la palabra “fe” en la cita anterior).
Otro ejemplo del carácter moralista de las justificaciones se pone de manifiesto cuando los autores del Acto Legislativo señalan que la reforma es necesaria
pues garantiza una relación fraterna entre los actores de la política colombiana.
En palabras de los propios legisladores, lo esencial era argumentar que:
“Un gran acuerdo no implica ser eclécticos, sino reconocer que la política se ocupa de lo colectivo y que las reglas de juego deben expresar un marco armonioso
para el ejercicio político normando la manera como se accede y ejerce el poder
en nuestra democracia y se relacionan los partidos” (Congreso de la República,
2002).
Los fragmentos citados, extraídos de la exposición de motivos, son un ejemplo del tipo de explicación utilizada con mayor frecuencia. Es decir, explicaciones
en las que se alude a escenarios o condiciones éticamente deseables en la política.
En suma, a pesar de que en ocasiones se empleen nociones técnicas (relación entre características del sistema electoral y funcionamiento del sistema de partidos),
estas no son comunes en su discurso.
Resulta sugestivo contrastar este tipo de explicación con aquellas generalmente utilizadas por la ciencia política, donde se supone que los cambios institucionales obedecen a la intención de los actores individuales de construir escenarios
artificiales que les permitan maximizar su utilidad esperada (Downs, 1957; Bonchek y Shepsle, 1997). Con relación a este último punto, el trabajo de Bratman
(2009) resulta ilustrativo para entender la reforma en términos de una actividad
colectiva intencional, que es producto de intenciones individuales.
98
LA REFORMA POLÍTICA COLOMBIANA DE 2003: EXPLICACIÓN E INTERVENCIÓN
Actor 2: Académicos
En contraste con el tipo de explicación ofrecida por los congresistas, los académicos soportaron su argumentación utilizando primordialmente dos tipos de
explicaciones no excluyentes entre sí. La primera se basa en lo que Woodward
(2000) entiende como “generalizaciones con altos niveles de robustez y estabilidad a lo largo del tiempo”. Una muestra clara de este tipo de explicaciones se
encuentra en el conjunto de trabajos que en Colombia analizaron los efectos de
los elementos constitutivos de la reforma, tales como el umbral, la lista única por
partido, la cifra repartidora y la opción de los partidos por optar por una lista
cerrada o abierta.
Por ejemplo, Hoskin y García (2006) parten de la premisa, ampliamente validada en la literatura, que sostiene que el éxito de la reforma política de 2003
radicó en el hecho de que construyó un sistema de partidos coherente y racional
gracias a la disminución del número de organizaciones partidistas, el fortalecimiento de los partidos tradicionales y la inclusión de grupos de izquierda. Como
se puede observar, para estos autores existe una relación causal entre la implementación de un umbral y la adopción de un tipo diferente de fórmula electoral
con la reducción del número de partidos políticos.4
Así mismo, Rodríguez (2006) parte de un supuesto: la utilización de listas
cerradas incide directamente en la disciplina de los partidos políticos, haciendo
de estas unas organizaciones más fuertes. En este caso, al igual que en el anterior,
la explicación sobre la importancia de la reforma parte de una generalización con
respaldo empírico de estudios realizados en otros países que han implementado
este tipo de medidas y que han arrojado resultados consistentes en estos sistemas
políticos a lo largo del tiempo (Cox, 1997).
La segunda explicación utilizada por los académicos es lo que Woodward
(2003) denomina “relevancia estadística”. Esta explicación se caracteriza, según
el autor, por dos criterios: “(1) las explicaciones deben citar una relación causal
y (2) una relación causal está capturada por una relación con significancia estadística”. Esto significa que la validez de una hipótesis radica en la demostración
estadística de la existencia de una relación entre las variables asociadas a un fenómeno determinado.
4
El umbral se refiere a una cifra mínima de votos que deben obtener los partidos políticos para mantener
su personería jurídica. En Colombia, el umbral en las elecciones legislativas es de 2% de los votos válidos.
99
CHRISTIAN IVÁN BENITO HERRERA Y NICOLÁS SEBASTIÁN SANTAMARÍA URIBE
Un ejemplo de esta propensión es el trabajo de Pachón y Shugart (2010),
quienes usan modelos de regresión para determinar la significancia de un conjunto de variables asociadas a los elementos constitutivos de la reforma sobre el
funcionamiento del sistema político colombiano. Cabe señalar la forma en que,
en este trabajo, las herramientas estadísticas no se utilizan sólo para validar ciertas hipótesis, sino también para decantar aquellos factores más próximos a una
explicación sistemática de la reforma.
Actor 3: El Ejecutivo
Antes de la reforma de 2003 el Gobierno Nacional hizo explícito su interés en
llevar a cabo un cambio en las reglas del juego electoral. Dicha intención se puso
de manifiesto en la contratación de una consultoría internacional (Valenzuela, et
al., 1999), con el propósito de evaluar el caso colombiano y plantear un conjunto
de recomendaciones para la implementación de un nuevo diseño institucional.
Este ejercicio fue llevado a cabo por un grupo de especialistas, quienes se basaron
en las explicaciones de los académicos.
No obstante, las intenciones del Ejecutivo estaban mediadas por su interés en
disminuir el número de actores en el sistema, para reducir los costos de transacción y de negociación con el Legislativo. Esta situación es un claro ejemplo de la
forma en que, en el proceso de discusión de la reforma, el Ejecutivo hizo uso de
una explicación técnica para justificar modificaciones en las instituciones y alcanzar así sus objetivos políticos — en particular, minimizar los esfuerzos requeridos
para lograr la aprobación de legislación favorable a sus intereses.
IV. EXPLICACIÓN E INTERVENCIÓN EN LA REFORMA
POLÍTICA DE 2003
A continuación se exponen algunos planteamientos sobre el vínculo entre
intervención y explicación en el fenómeno analizado:
A. Diferentes explicaciones llevaron a la misma intervención
Un aspecto que llama la atención respecto a la relación entre explicación e
intervención en este caso específico es el hecho de que, a pesar de la multiplicidad
100
LA REFORMA POLÍTICA COLOMBIANA DE 2003: EXPLICACIÓN E INTERVENCIÓN
CUADRO 2
Actores, motivaciones y explicaciones de la Reforma Política
de 2003
Actor
Motivación
Desde un punto de vista normativo, armonizar el sistema político
Congresistas Desde el punto de vista
de economía política,
maximizar su utilidad
esperada
Académicos
Ejecutivo
Dar cuenta de los
efectos de la reforma
Reducir costos de
transacción
Tipo de explicación
Moralista
Explicación desde la ética de la virtud
Explicación basada en generalizaciones
con altos grados de robustez y estabilidad
Explicación soportada en relaciones con
significancia estadística
Explicación basada en generalizaciones
con altos grados de robustez y estabilidad
Fuente: Elaboración propia.
de explicaciones sobre una misma cuestión, parece haber un acuerdo, en términos muy generales, sobre la necesidad de cierto tipo de intervención. Esta particularidad permite plantear, al menos en esta materia, que la necesidad de una
intervención inminente puede llevar (a pesar de las diferencias entre los actores,
sus motivos y el tipo de explicación) a que estos tiendan a plantear un tipo de
intervención semejante.
Este hecho puede llevar a examinar planteamientos más amplios relacionados con el vínculo no lineal entre explicación e intervención. En otras palabras,
puede conducir a señalar, en general, que las intervenciones y explicaciones no
se pueden separar en términos de variables dependientes e independientes, sino
que, al parecer, existen relaciones causales dinámicas entre las mismas (Sterman,
2000). Es decir, se afectan mutuamente y a lo largo del tiempo, lo cual se relaciona con el siguiente punto a desarrollar
101
CHRISTIAN IVÁN BENITO HERRERA Y NICOLÁS SEBASTIÁN SANTAMARÍA URIBE
B. No es posible identificar el tránsito entre explicación e intervención
de manera automática
Cuando se trata de intervención en asuntos políticos y especialmente en
temas electorales, la relación entre explicación e intervención resulta confusa,
pues no es posible identificar con claridad un proceso automático entre ambos
elementos. Por ejemplo, las Gacetas del Congreso (donde hay registro de la discusión de este proyecto y de los diferentes textos aprobados durante su proceso de
trámite en el Legislativo) permiten constatar que hay diferentes intereses políticos
que median en el proceso de toma de decisiones con respecto a una intervención.
Un ejemplo de esta peculiaridad se hizo evidente en la posición discordante
que el Partido Conservador sostuvo con relación a la adopción del sistema de
listas cerradas como única forma de elaborar listas. Fue este el principal motivo
de la adopción de un sistema con dos tipos de listas, revelando así la forma en
que los intereses políticos de un grupo en particular pueden afectar en la relación
o el tránsito entre explicación e intervención.
C. El modelo de Woodward en el caso de las políticas electorales
La relación entre explicación e intervención resulta compleja si se considera
bajo otros puntos de vista. Una aproximación presentada por Woodward (2000),
en la que es posible concebir la intervención ex ante a la relación causal entre
variables, sugiere que no necesariamente una manipulación intencional sobre la
realidad ocurre después de la justificación de los argumentos que componen una
explicación.
Por ejemplo, en el caso de las políticas públicas de corte social y económico,
una intervención ex ante es posible si antes de la implementación de la política
se consideran sus impactos sobre un grupo de control. Esto permitirá poner a
prueba algunas de las intuiciones centrales a partir de las que se construirán las
explicaciones que justificarán un proceso de intervención de mayor envergadura
en ese momento del tiempo y en futuras ocasiones (Gráfico 2).
Sin embargo, a la luz de este modelo, en la reforma de 2003 las políticas públicas electorales no evidenciaban con claridad la idea de una intervención ex ante
a la explicación, pues la naturaleza del grupo de control sería completamente
diferente. Para la intervención en asuntos que definen las reglas de la competen102
LA REFORMA POLÍTICA COLOMBIANA DE 2003: EXPLICACIÓN E INTERVENCIÓN
GRÁFICO 2
Interpretación de la relación entre explicación e intervención
desde la aproximación de Woodward (2000)
Intervención
Explicación "X entonces Y"
Intervención
Fuente: Elaboración propia con base en Woodward (2000).
cia electoral en sistemas democráticos, son los políticos quienes podrían definir
un grupo de control, pues son ellos quienes se ven afectados por cambios en las
reglas del juego. No obstante, este grupo sólo puede ser definido en un ejercicio
electoral genuino en el que se experimenten directamente y en tiempo real los
cambios introducidos por las reformas. Dicho de otro modo, constituir un grupo
de control compuesto por políticos genuinos (personas elegidas por votación popular) sólo es posible ex post a la intervención en la cual se implementa un nuevo
diseño institucional.
En ese sentido, las reformas electorales, como la implementada en 2003 en
Colombia, representan grandes desafíos analíticos, puesto que sus impactos sobre
la población objetivo únicamente pueden ser medidos después de la implementación de la política. Como consecuencia, las explicaciones estarán constantemente
limitadas a las experiencias previas del país en este tipo de situaciones o a los paralelos con otros países que han vivido experiencias similares. Además, cabe señalar
que los argumentos expresados en las explicaciones tenderán a estar construidos
para sugerir de manera enfática la importancia y la pertinencia de la reforma para
resolver los problemas de representación generados por el diseño institucional
vigente.
D. Explicaciones públicas y privadas
Según Scott (2000), la relación entre explicación e intervención también puede ser entendida dada la distancia entre las motivaciones genuinas de los actores
y el tipo de explicación al que apelen para justificar determinada intervención.
103
CHRISTIAN IVÁN BENITO HERRERA Y NICOLÁS SEBASTIÁN SANTAMARÍA URIBE
Los discursos, por lo tanto, no siempre tienen un carácter público. Es decir, por
lo general los actores sociales no revelan sus intenciones reales en el escenario
público a través de sus explicaciones.
A la luz de este argumento, es posible reconsiderar el carácter genuino de las
explicaciones ofrecidas por, los congresistas y el Ejecutivo, actores de la reforma
política de 2003. La justificación pública ofrecida por ellos para demostrar la
preponderancia de su implementación podría ser diferente a los argumentos que
en el ámbito privado contemplan y presentan. Con esto se plantea la idea fundamental sobre el carácter contextual e instrumental de las explicaciones, pues,
como se evidencia con el caso expuesto en este trabajo, existen argumentos que,
aun proviniendo de fuentes eminentemente técnicas, se ajustan a las circunstancias propias del escenario y a las características del público.
Una reflexión que surge a raíz de los dos puntos desarrollados con anterioridad tiene que ver con la imposibilidad de conocer con antelación las intenciones
y motivaciones genuinas que constituyen el pilar de las explicaciones empleadas
por los actores involucrados en todo el proceso de discusión de la reforma política de 2003. Pese a ello, dicha imposibilidad no es inamovible, pues esas intenciones pueden identificarse a través de las acciones desarrolladas por los actores a lo
largo del proceso de intervención que dio paso a un nuevo marco institucional
de los procesos electorales en Colombia.
Más específicamente, la reflexión sugiere que es posible pensar la intervención como la manera más apropiada de aproximarse a las intenciones genuinas
de los actores y la explicación como una herramienta que puede adaptarse a la
contingencia de la realidad social. Así mismo, es importante considerar que en
vista de la excepción que constituyen las políticas electorales dentro del modelo
de Woodward (2000), será poco probable que se puedan conocer las intenciones de
los agentes en las etapas previas a la intervención
V. CONCLUSIONES
El desarrollo de este ejercicio muestra que, en primer lugar, es posible identificar diversos tipos de explicación sobre un mismo fenómeno dependiendo de
los intereses de los actores involucrados en el proceso de toma de decisiones.
Segundo, no se puede entender el tránsito de la explicación a la intervención
sin tener en cuenta que hay un conjunto de variables intervinientes que median
104
LA REFORMA POLÍTICA COLOMBIANA DE 2003: EXPLICACIÓN E INTERVENCIÓN
este vínculo. Tercero, las políticas que afectan asuntos electorales en contextos
democráticos parecen presentar un conjunto de características que no permiten
elaborar intervenciones ex ante a las explicaciones. Cuarto, debido al carácter
político de la intervención analizada en este texto, se puede plantear que, a pesar
de que una explicación cuente con respaldo empírico, esta no necesariamente
será la que justificará cierto tipo de intervenciones. En ese sentido, dadas las características de este caso específico, es probable plantear que toda justificación de
una intervención tiene un contenido político. Quinto, cabe señalar, finalmente,
que las conclusiones de este documento no son definitivas; por el contrario, se
convierten en una agenda tentativa de investigación a partir de la cual se puede
profundizar el análisis exploratorio anteriormente expuesto.
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107
APRENDIZAJE COLECTIVO Y EVALUACIÓN
DESCENTRALIZADA EN EL ANÁLISIS DE
POLÍTICAS PÚBLICAS
JUAN CAMILO OLIVEROS CALDERÓN*
RESUMEN
Este artículo presenta una aproximación al análisis de las políticas públicas
desde el encuadre teórico que ofrecen Mantzavinos, North y Shariq (2004). En
efecto, se introduce el marco teórico que proporciona el institucionalismo cognitivo y se acopla con los conceptos fundamentales en política pública. Se abordara
el concepto de aprendizaje colectivo en la formulación y en la implementación
de políticas públicas; sucesivamente se evidencia la necesidad de la definición de
los propósitos de la evaluación desde una aproximación descentralizada para concluir que el uso de éste marco brinda un tratamiento operativo de la cultura que
facilita la comprensión y la relevancia del aprendizaje colectivo y de la adaptación
diversa en las distintas etapas del ciclo de las políticas públicas.
Palabras clave: Institucionalismo cognitivo, formulación e implementación
de políticas públicas, aprendizaje colectivo, evaluación descentralizada.
Clasificaciones jel: D78, O38, O43, R50, Z10
* Profesor y director del Programa de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad
Tecnológica de Bolívar. Correo electrónico: [email protected]. Este artículo desarrolla algunos
elementos que el autor trabajó en su tesis de maestría, “Adaptación diversa y aprendizaje social en la planeación
del desarrollo local” y en ponencias realizadas en el Séptimo Congreso Latinoamericano de Ciencia Política
de alacip, celebrado en septiembre de 2013 en la Universidad de los Andes, en Bogotá, y en el Tercer Congreso Nacional de Ciencia Política de accpol celebrado en septiembre de 2014 en la Universidad del Cauca,
la Universidad icesi y la Pontificia Universidad Javeriana. El autor agradece a Pablo Abitbol y a Chrysostomos
Mantzavinos por sus comentarios durante el seminario “Instituciones, aprendizaje y cambio social” y en el taller
“Teoría y metodología del institucionalismo cognitivo”; ambos realizados en febrero de 2015 en la Universidad
eafit, en Medellín. Recibido: abril 13 de 2015; aceptado: mayo 20 de 2015.
Economía & Región, Vol. 9, No. 1, (Cartagena, junio 2015), pp. 109-130.
109
JUAN CAMILO OLIVEROS CALDERÓN
ABSTRACT
Collective Learning and Decentralized Evaluation
in Public Policy Analysis
This paper presents an approach to public policy analysis using the theoretical
framework offered by Mantzavinos, North and Shariq (2004). Indeed, the theory
of cognitive institutionalism will be connected with the fundamental concepts
in public policy. The concept of collective learning it’s addressed in the formulation and implementation stages of public policy; successively I will claim on the
need to define the purpose of the evaluation from a decentralized approach to
conclude that by using this framework it´s provided an operational treatment of
culture, which assists the understanding and relevance of collective learning and
dissimilar adaptation at the different stages of the public policy cycle.
Key words: Cognitive institutionalism, analysis of policy formulation and implementation, collective learning, decentralized evaluation.
jel
Classifications: D78, O38, O43, R50, Z10
I. INTRODUCCIÓN
En “Aprendizaje, instituciones y desempeño económico” (“Learning, Institutions and Economic Performance”), Mantzavinos, North y Shariq (2004) abordan uno de los temas más recurrentes en las ciencias sociales: la naturaleza del
comportamiento individual y grupal del ser humano, sus decisiones y la forma
en que estos identifican y responden a los problemas que surgen de la interacción humana.1 La contribución de este trabajo es significativa, pues sus autores
dejaron a un lado el supuesto, ya tradicional en el nuevo institucionalismo, de
una absoluta o limitada racionalidad en las decisiones humanas al incorporar
como concepto central el “modelo mental”, apoyados en hallazgos que se venían
produciendo desde la ciencia cognitiva.
1
110
En adelante la referencia de Mantzavinos, North y Shariq (2004) será citada como mns 2004.
APRENDIZAJE COLECTIVO Y EVALUACIÓN DESCENTRALIZADA…
En efecto, esta innovación, construida a partir del marco explicativo del nuevo institucionalismo y apoyada en los trabajos de North (1990) y Mantzavinos
(2001), fue la base de lo que los autores denominaron “institucionalismo cognitivo”, que ofrece los primeros pasos hacia un amplio marco teórico que busca
explicar el papel del aprendizaje en la formación de las instituciones y en el desempeño económico.
Sin duda el nuevo institucionalismo ha sido muy influyente en el campo de
estudio de las políticas públicas. No obstante, poco lo ha sido el institucionalismo cognitivo. El presente trabajo, por lo tanto, ofrece una aproximación al análisis de las políticas públicas (app) desde el marco teórico que ofrecen mns 2004.
Como se verá, el institucionalismo cognitivo brinda elementos para construir
explicaciones sobre procesos de formulación e implementación de políticas públicas, lo que podría mejorar nuestra comprensión de la adaptación diversa cuando una misma política pública debe ser implementada en múltiples contextos
particulares. También puede servir para identificar oportunidades de aprendizaje
colectivo y diseñar procesos de toma de decisiones que procuren incorporar dichos aprendizajes, ayudar en la definición de los propósitos de la evaluación, y
asistir la implementación de políticas exógenas en un contexto particular y de
aquellas políticas concebidas para una aplicación global.
El documento está compuesto por seis secciones. En la segunda se introduce
el marco teórico que proporciona el institucionalismo cognitivo y se acopla con los
conceptos fundamentales de las políticas públicas. En la tercera sección se aborda
el aprendizaje colectivo en la formulación y, en la cuarta, en la implementación
de políticas públicas. En la quinta sección se examina la necesidad de la definición de los propósitos de la evaluación desde una aproximación descentralizada.
Por último se presentan las conclusiones.
II. INSTITUCIONALISMO COGNITIVO Y POLÍTICAS
PÚBLICAS
En las ciencias sociales, en particular, la ciencia política y la economía, era muy
común el uso de aproximaciones conductistas y de la elección racional, en que
las teorías se construían a partir del individuo y sus decisiones, para explicar el
comportamiento humano. Luego surgieron algunos interrogantes relacionados
con las instituciones, que de manera externa al individuo (y vistas principalmente
111
JUAN CAMILO OLIVEROS CALDERÓN
como variables independientes) se entienden como pautas que deben seguir (o
siguen) las personas, limitando así sus alternativas de decisión. En efecto, al restringir las alternativas de decisión de los individuos, las instituciones tienen un
poder explicativo frente a una importante variedad de fenómenos y resultados
sociales.
Al respecto, Peters (1996) planteó algunos interrogantes con relación al surgi­
miento de esta nueva aproximación. El autor se preocupó por lo que llamó “problemas teóricos del nuevo institucionalismo”, relacionados en esencia con: (1) Si
el poder explicativo de las instituciones tiene que ver con la imposición de restricciones, la decisión individual de aceptar la restricción sobre su comportamiento
adquiere también una importancia en la explicación; por lo tanto, ¿qué ocurre
cuando el individuo no sigue la pauta?, y, de no ser obedecida, ¿dejaría de ser una
institución? (2) ¿Cómo ligar el comportamiento de los individuos al de las organizaciones? Pues un asunto es afirmar que las instituciones limitan la posibilidad de
decisión de las personas y otro es asegurar que también lo hacen con las organizaciones. (3) ¿Cómo se pueden identificar las instituciones? Y si se logra evidenciar
la existencia de una en particular, ¿cómo se transmite, aprende y refuerza esa
pauta?
Peters también examinaba la forma en que algunos investigadores se encuentran menos interesados en la capacidad predictiva per sé que tendrían las instituciones que en la capacidad que su entendimiento tiene para diseñar nuevas reglas
con mayores probabilidades de generar los resultados socialmente deseables.
Estos interrogantes fueron trazados por Peters con el propósito de allanar caminos para superar las debilidades que, en su momento, él observaba en el nuevo
institucionalismo. Sin embargo, a pesar de dejar algunos asuntos pendientes,
el institucionalismo cognitivo ofrece respuestas a dichas preguntas por la incorporación en su encuadre teórico de los modelos mentales compartidos, lo cual
se aprecia con mayor claridad cuando es aplicado al app.
A. La disposición institucional
El punto de partida para el análisis que aquí se presenta es comprender qué es
la disposición institucional. Para ello, primero debe distinguirse entre instituciones y organizaciones. Así, según Mantzavinos (2001), en la interacción humana se
generan problemas de cooperación y problemas de coordinación. Los problemas
112
APRENDIZAJE COLECTIVO Y EVALUACIÓN DESCENTRALIZADA…
de cooperación surgen cuando los intereses de las personas entran en conflicto
y adoptan una solución de tipo contractual que requiere, por lo general, de un
tercero para su implementación. Por su parte, los problemas de coordinación
surgen cuando los intereses de las personas confluyen y tienen una solución de
tipo convencional que se implementa sin que sea necesaria la mediación de un
tercero, por ejemplo, el Estado. En otras palabras, las instituciones son soluciones a problemas de cooperación y a problemas de coordinación que delimitan el
contexto en que juegan los jugadores. Para Mantzavinos, las instituciones formales son aquellas reglas sociales normativas que se refuerzan por el poder coercitivo
del Estado, y las instituciones informales son aquellas reglas que poseen otras
agencias de refuerzo que hacen parte de la interacción humana.
Entretanto, las organizaciones son los jugadores establecidos de tal forma que
los individuos que las conforman dejan de responder, para ciertos efectos, a su
propia racionalidad, dado que la organización adquiere valores e intereses propios
(e. g., una empresa, una universidad, una entidad pública, un gremio económico,
una fundación, una firma de consultoría, entre otras). De allí que las instituciones se presentan como pautas que restringen las alternativas de decisión tanto de
los individuos como de las organizaciones, por lo cual, pueden ser útiles para
explicar resultados sociales, políticos y económicos.
Con base en lo anterior, es importante preguntarse por el origen de las institu­
ciones. Mantzavinos (2001, p. 402) considera que estas emergen mediante un
proceso deliberativo o, de manera espontánea, por un proceso evolutivo, es decir,
“como producto de la acción colectiva o como producto de la interacción social”.
Así, las instituciones formales, como la constitución, la ley u otro tipo de norma
promulgada, que por lo generar resuelven problemas de cooperación, son diseñadas deliberadamente. Por su parte, las instituciones informales no son promulgadas, sino que surgen de un proceso no intencionado. En otras palabras, las
instituciones formales son objeto de diseño en el marco de un proceso político,
principalmente, pero no es posible diseñar instituciones informales deliberadamente.
En consecuencia, se presenta una mayor claridad respecto de las instituciones
formales, dada la posibilidad de crearlas, modificarlas o terminarlas desde la deliberación entre actores (que resulta en decisiones públicas), y por los amplios abordajes académicos que se han surtido desde distintas disciplinas (principalmente
desde el derecho y la ciencia política). Desde luego, retomando lo expuesto por Peters (1996) sobre la decisión individual de cumplir o no la regla, el cumplimiento
113
JUAN CAMILO OLIVEROS CALDERÓN
subsiguiente de dichas decisiones depende del ejercicio de su refuerzo. Aquí es
útil introducir el concepto de “centralización política” usado por Acemoglu y Robinson (2012) para explicar por qué las instituciones formales no se implantan en
todo el territorio de un país. Según ellos (pp. 288-289), las instituciones “exigen
cierto grado de centralización política para que el Estado pueda imponer la ley y
el orden, defender los derechos de propiedad y fomentar la actividad económica
invirtiendo en servicios públicos cuando sea necesario”.
En contraposición, las instituciones informales han sido menos exploradas en
la literatura académica. Mantzavinos (2001) clasifica las instituciones informales
en convenciones, reglas morales y normas sociales. Según su planteamiento, (1)
las convenciones solucionan problemas de coordinación y tienen un refuerzo
automático, dado que ningún individuo tiene incentivos para incumplir una regla que todos siguen. Ejemplos clásicos de convenciones son conducir por la
izquierda o por la derecha, el lenguaje y el dinero, entre otros. (2) Las reglas morales solucionan problemas de coordinación que se presentan en toda sociedad
y tienen un refuerzo al interior del individuo. Las reglas morales importan en la
medida en que sean observadas por un buen número de personas de un determinado grupo social y se infieren al observar sus comportamientos. La gente actúa
moralmente, pensando más que así se cumple con un deber que comprendiendo
que se encuentra resolviendo un problema social. Ejemplos de reglas morales
son decir la verdad, respetar a las personas o cumplir las promesas. Y, (3) las
normas sociales solucionan problemas de coordinación propios del contexto y
son reforzadas por otros individuos del grupo. Incluso, los individuos cumplen
las normas sociales para evitar la sanción por parte de otras personas o para que
ellas le reconozcan su cumplimiento.2
El reconocimiento de instituciones formales e informales fortalece la relevancia del análisis neoinstitucional, pues permite dar cuenta de resultados sociales,
políticos y económicos. Por ejemplo, en economía política, una de las principales
aplicaciones de este enfoque, las instituciones ayudarían a entender las diferencias en el desempeño económico de los países.
2
Según Bicchieri (2005), una norma social es un patrón de comportamiento que los individuos prefieren
acatar y observar si creen que una cantidad suficiente de personas en su grupo de referencia de hecho se comporta de esa manera (expectativas empíricas). Además, el individuo cree que un número suficiente de personas
en su grupo de referencia espera que él se comporte de esa misma manera (expectativas normativas).
114
APRENDIZAJE COLECTIVO Y EVALUACIÓN DESCENTRALIZADA…
Así, Acemoglu y Robinson (2012) consideran que el éxito o fracaso de una
nación tiene que ver con el casamiento entre sus instituciones políticas y económicas. Es decir, aquellos lugares donde priman las instituciones extractivas (que
sirven para la acumulación de riqueza y poder político a un grupo específico de
la población) no tendrían un desempeño económico de prolongado aliento. Por
el contrario, aquellos países donde priman las instituciones inclusivas (las que
no pretenden instaurar privilegios a ciertos individuos sobre otros) tendrían un
mejor desempeño económico en el largo plazo.
Según Smith [2001 (1776)] lo que origina la riqueza de las naciones es la capacidad de una determinada sociedad para captar las ganancias del intercambio, de
manera que a mayor intercambio existe mayor posibilidad de captar ganancias.
Precisamente North (1990) sostiene que son las instituciones las que facilitan o
dificultan el intercambio. Por lo tanto, dependiendo de las reglas de juego que se
establezcan en una sociedad se determinará su capacidad de captar dichas ganancias, teniendo entonces un mayor o menor desempeño económico. En efecto,
una sociedad que requiere invertir demasiados recursos para obtener información y proteger los derechos de propiedad, tendrá elevados costos de transacción,
lo que disminuye su capacidad de obtener amplias ganancias del intercambio.
En suma, la disposición institucional de un contexto determinado se compone
de un entramado de instituciones formales e informales establecidas, de cómo es
el casamiento de unas con otras, de cómo se siguen las pautas, de cómo se practican los refuerzos, y de cómo estos dispositivos han restringido las alternativas de
los individuos y de las organizaciones en el pasado (path dependence o dependencia de la trayectoria). En este sentido, una determinada disposición institucional
puede disminuir la incertidumbre sobre el comportamiento de las personas y,
por ende, reducir los costos de transacción. Por supuesto, una disposición distinta podría generar los efectos contrarios.
Lo expuesto hasta el momento no resuelve una parte de las preocupaciones
expuestas por Peters (1996). El análisis institucional queda incompleto si únicamente se observa la existencia de las pautas como un asunto externo que restringe
el comportamiento individual. Es necesario, entonces, tener un marco que permita explicar el proceso de decisión individual y extrapolarlo a las organizaciones.
Precisamente, éste asunto está relacionado con el mayor aporte del institucionalismo cognitivo al entendimiento de las instituciones: los modelos mentales
compartidos.
115
JUAN CAMILO OLIVEROS CALDERÓN
B. Modelos mentales
2004 definen un modelo mental (mm) como “la predicción final que la
mente hace o su expectativa al enfrentarse con el entorno antes de recibir una
retroalimentación, dependiendo de si la expectativa es validada por esa retroalimentación, el modelo mental puede ser revisado, refinado, o rechazado por completo” (p. 76). Lo anterior teniendo en cuenta que Mantzavinos (2001, p. 401)
considera que la mente humana está lejos de poder realizar todos los cómputos
necesarios para resolver los problemas que surgen de la interacción diaria con
otras mentes humanas, pues tiene una capacidad cognitiva limitada, por lo cual,
“todo individuo moviliza su energía solo cuando aparece un nuevo problema, y
sigue una rutina cuando clasifica una situación problemática como familiar”. Así
los seres humanos evitan realizar cálculos innecesarios y se concentran en resolver
adecuadamente nuevos problemas que emergen del contexto tanto natural como
sociocultural. Desde este punto de vista, las instituciones le facilitan las decisiones
al individuo, pues estos adoptan pautas para solucionar problemas futuros.
Para mns 2004 el cambio en los mm es un proceso de ensayo y error, donde un fracaso conduce al intento de una nueva solución. De esta forma, si la
retroalimentación confirma sistemáticamente el mismo modelo mental este se
estabiliza cristalizando una “creencia” que se suma a otras creencias previamente
cristalizadas, configurando así un “sistema de creencias”. Luego, el individuo va
conectando su sistema de creencias a un sistema motivador. Los autores también consideran que el sistema de creencias es relativamente resistente a cambios
bruscos dado que en el individuo se configura un sistema de motivaciones que
adquiere el carácter de un filtro general para el procesamiento de toda información nueva. En otras palabras, el individuo interpreta la retroalimentación del
entorno desde cierto punto de vista (un filtro) configurado por sus creencias y
motivaciones. Ahora bien, si una solución no tiene éxito, el individuo emplea
estrategias inferenciales, haciendo analogías entre soluciones ya probadas aplicadas a problemas parecidos, y si esas estrategias tampoco resuelven el problema,
el individuo se ve obligado a ser creativo, a ensayar nuevas soluciones y a generar
un nuevo modelo mental (mns 2004, p. 76). El Gráfico 1 muestra la relación
entre la retroalimentación (feedback), el modelo mental, el sistema de creencias y
el sistema de motivaciones.
mns 2004 entienden el aprendizaje como una compleja modificación de los
mm que surge a partir de la información que recibe el individuo desde el entorno.
La modificación de los mm va de la mano con un proceso en que el conocimiento
mns
116
APRENDIZAJE COLECTIVO Y EVALUACIÓN DESCENTRALIZADA…
GRÁFICO 1
Modelo mental, sistema de creencias y sistema de motivaciones
Confirma
Feedback
Cristaliza
Modelo mental (MM)
Creencia
Interconexión
Filtro
Sistema de
motivaciones
Adaptación emocional
Sistema de
creencias
Fuentes: Elaboración propia con base en mns 2004.
que se almacena como solución a un problema específico es ordenado posteriormente para servir como solución a una amplia variedad de problemas, y que esta
es una característica única del aprendizaje humano. Sin embargo, los autores
precisan que nada garantiza que la recepción de la retroalimentación se produzca
de manera precisa, pues la mente interpreta activamente toda la información
sensorial, con lo cual, a menudo, el mensaje sobre el éxito o el fracaso del intento
de una solución es malinterpretado. Incluso, la persistencia a lo largo de tiempo
de dogmas, mitos, supersticiones e ideologías basadas en tales sistemas llama a
prestar atención a los procesos de aprendizaje.
En adelante, el asunto tiene que ver con la posibilidad de extrapolar el marco
analítico que ofrecen los mm para ayudar a explicar los procesos de toma de decisiones individual hasta los procesos de toma de decisiones de las organizaciones.
Se usará el concepto de modelos mentales compartidos (mmc) para deducir que el
proceso anteriormente descrito, y expuesto en el Gráfico 1, también sucede dentro
de grupos humanos que presentan una constante y activa interacción.
C. La política pública
La discusión sobre cuál es la forma más apropiada de definir “política pública”
es amplia, y desde luego, existe un sinnúmero de definiciones del término.3 No
3
En español la palabra “política” tiene diversos significados. Sin embargo, en inglés existen tres términos
distintos que denotan “política”: politics, polity y policy. Cada una de estas palabras tiene en un significado pro-
117
JUAN CAMILO OLIVEROS CALDERÓN
obstante, la mayoría de ellas gira alrededor de dos ideas fundamentales: (1) que la
política pública revela una intención de dar respuesta a una situación considerada
como problemática, y (2) que dicha respuesta es mediada por una organización
pública. Este debate tiene sus inicios en los trabajos de Lasswell (1950 y 1971).
Para Lasswell (1950) era imperativo que la investigación científica, dentro y fuera
de las ciencias sociales, se preocupara por las decisiones públicas. Es decir, por
una parte, los problemas no podían ser correctamente caracterizados desde una
única disciplina y los tomadores de decisiones requerían mayor y mejor información para definir, a partir de una situación problemática, cuál era el problema a
tratar y cuál sería la alternativa para solucionarlo. De otro lado, debido al aumento del tamaño y gasto del sector público luego de las dos guerras mundiales y del
surgimiento del estado de bienestar, también era preciso estudiar los procesos,
las actividades y los recursos que se ponían en marcha tras la decisión pública en
función de conseguir los objetivos propuestos.
Lindblom (1959) sostiene que un tomador de decisiones públicas no siempre
encuentra útil el trabajo de un asesor (orientaba su trabajo según los postulados
de Lasswell, 1950), dado que, al momento de estudiar las alternativas y de usar
criterios objetivos para compararlas, no podía apartarse de los valores que en ese
momento eran ampliamente aceptados por la sociedad y otros actores políticos.
Posteriormente, Wildavsky (1979) reabre el debate weberiano sobre la relación
entre el científico y el político; así, critica la mirada técnica de Lasswell, coincide
con Lindblom, y postula que es imperativo incorporar una mirada pluralista al
app, añadiendo a su estudio el debate democrático.
En este punto es necesario proponer una definición de política pública enmarcada, como ya se ha mencionado, en el institucionalismo cognitivo. Para ello,
serán consideradas las dos ideas fundamentales que nutren las definiciones de
política pública. Además, se tendrá en cuenta la permanente tensión generada
por la dicotomía en la toma de decisiones que, por un lado, manifiesta la exclusividad de los valores y las creencias de quienes tienen los recursos de poder para
incidir en el contenido de las políticas y, por otro, declara el uso exclusivo del
conocimiento científico en dichas decisiones.
pio y requiere una definición específica que es imposible en español usando una sola palabra. Estas diferencias
son importantes, dado que los desarrollos académicos y prácticos en la materia están escritos principalmente
en inglés. Así, politics, se refiere a la búsqueda y mantenimiento del poder, mientras que, polity, se refiere a la
organización y arquitectura política de un territorio, y policy, se refiere a las decisiones para alcanzar objetivos
acordados, es decir, la política pública.
118
APRENDIZAJE COLECTIVO Y EVALUACIÓN DESCENTRALIZADA…
Considérese que (1) para mns 2004, desde un punto de vista externo, las instituciones son regularidades de comportamiento o rutinas compartidas dentro
de una población, y, desde un punto de vista interno, son los mmc o soluciones
compartidas a problemas recurrentes en la interacción social;4 (2) que, como ya
se mencionó, las instituciones formales pueden ser creadas, modificadas o terminadas desde un proceso de deliberación que termina en una decisión pública
(diseño institucional);5 y (3) que no es posible tener ese mismo proceso de deliberación con las instituciones informales. Por consiguiente, la política pública sería
un conjunto de instituciones formales que pretende modificar una situación que
es considerada socialmente problemática. Esta definición implica que (1) la política pública responde a una problemática; (2) es deseable social y políticamente
dar respuesta a dicha problemática; (3) la decisión de política es el resultado de
un proceso de diseño institucional; (4) el diseño institucional supone que se
crean, modifican o eliminan instituciones formales (la pauta y su respectivo refuerzo), y (5) dicha respuesta es mediada por al menos una organización pública
en la medida en que su diseño ocurre en una arena política y su refuerzo recae
también en una autoridad pública. Ante esta última consideración, con frecuencia otros actores no públicos buscan que cierto problema sea tratado, de manera
que la iniciativa no atañe de manera exclusiva a las organizaciones públicas.
Ahora bien, ¿cómo explicar el aprendizaje colectivo, visto como cambio en los
mmc, en el análisis de las políticas públicas? Para responder ese interrogante, en
adelante se trabajará de acuerdo con el modelo secuencial inspirado en el trabajo
de Jones (1984), quien propuso una serie de etapas para facilitar el estudio de las
políticas.6 Con esa intención, se expondrá la formulación en la sección iii, la implementación en la sección iv, y la evaluación en la sección v.
Para mns 2004, como las instituciones están ancladas en la mente de las personas se tornan relevantes
para el comportamiento, aspecto que es crucial para explicar adecuadamente el surgimiento, la evolución y
los efectos de las instituciones: por ello existe una diferencia significativa entre la aproximación cognitiva a las
instituciones frente a otros enfoques.
4
5
Abitbol (2005) entiende diseño institucional como la creación o la transformación intencional de reglas
de comportamiento individual en situaciones de interacción estratégica.
6
El modelo secuencial facilita las explicaciones en torno a las políticas públicas. No obstante, en casos
concretos no resulta sencillo delimitar y separar una etapa de otra.
119
JUAN CAMILO OLIVEROS CALDERÓN
III. FORMULACIÓN EN EL APP
El estudio de la formulación en el app se ha centrado fundamentalmente en
los modelos de toma de decisiones, con el objeto establecer un referente que permita evaluar dichos procesos (modelos con utilidad prescriptiva) o para entender
por qué se toman ciertas decisiones (modelos con utilidad descriptiva). Ahora,
¿es posible la construcción de un modelo útil para explicar el aprendizaje colectivo? La respuesta es que un modelo de decisión basado en el institucionalismo
cognitivo (mcog) podría serlo. Sin embargo, tendría mayor utilidad descriptiva
que prescriptiva. En efecto, a continuación se presentan los principales modelos
de toma de decisiones del app y se ilustran las líneas gruesas que describirían el
mcog.
El modelo racional (Taylor, 1911), propone un estudio profundo del problema y sus causas, la identificación de valores y objetivos, el análisis de todas las
alternativas posibles y la aplicación de criterios objetivos para compararlas, y luego, la selección de la alternativa óptima (la mejor decisión posible). Entre tanto,
el modelo de la racionalidad limitada, introducido por Simon (1965), parte de
reconocer que la información es incompleta y costosa, y que tampoco es posible
usar criterios objetivos para seleccionar y comparar las alternativas por las preferencias dadas de los decisores. Por lo tanto, la racionalidad limitada postula que,
solo a partir de las preferencias y del contexto en que participan esos tomadores
de decisiones se pueden identificar los valores y objetivos, buscar algunas alternativas que concuerden con ellos, usar un criterio de comparación menos estricto
que en el modelo racional, y seleccionar la alternativa más satisfactoria (que no
corresponde con la más óptima). Ambos modelos, el racional y el racional limitado, tienen una utilidad prescriptiva, dado que permiten evaluar la toma de
decisiones de acuerdo con un ideal o deber ser.
Lindblom (1959) propone el modelo incrementalista, en que el conocimiento
disponible sobre la realidad es limitado y el juego político debe ser incorporado
en el análisis para entender los resultados de las decisiones, que son entendidas
por el modelo como pequeños ajustes de decisiones anteriores. Si bien este modelo indica que, por lo general, las nuevas decisiones no representan un importante giro frente a las anteriores (no debe ser interpretado como una apología del
mantenimiento el statu quo), nueva información o un cambio en las relaciones de
poder sí permiten producir notables oscilaciones en la política pública.
El modelo caneca de basura (Cohen, et al., 1972), por su parte, postula que,
comúnmente, (1) los objetivos de las políticas son ambiguos; (2) existe incerti120
APRENDIZAJE COLECTIVO Y EVALUACIÓN DESCENTRALIZADA…
dumbre técnica sobre las alternativas;7 y (3) la participación es fluida.8 El modelo
de caneca de basura propone entonces la existencia de tres corrientes autónomas
entre sí: la actividad política, la dinámica de los problemas y el desarrollo técnico
de las soluciones. Teóricamente, las corrientes se encuentran en un determinado
momento y allí se abre una ventana de oportunidades que admite una nueva
decisión de política pública.
En otras palabras, los modelos propuestos por Lindblom (1959) y Cohen, et
al., (1972), tienen una utilidad descriptiva, dado que ayudan a explicar por qué y
cómo se toman algunas decisiones.
El modelo de decisión que aquí se propone (el mcog) toma elementos tanto
del modelo incrementalista como del modelo de caneca de basura, y parte de la
idea de que las instituciones son mmc que ofrecen soluciones compartidas a problemas recurrentes en la interacción social, y de la definición aquí propuesta de
política pública (conjunto de instituciones formales que pretende modificar una
situación que es considerada socialmente como problemática).
Ciertamente el primer asunto por resolver desde el mcog es definir qué puede
ser considerado una situación problemática y cómo se valoran las alternativas
para su tratamiento. Al respecto, mns 2004 proponen que, como resultado de la
comunicación permanente entre los individuos en un contexto particular se establecen mmc que “proporcionan el marco para una interpretación común de la realidad y dan lugar a soluciones colectivas para afrontar los problemas que surgen
en el entorno […] La importancia de este proceso es evidente: una interpretación
común de la realidad es el fundamento de toda interacción social” (p. 76). Por
lo tanto, la manera en que una sociedad percibe una situación como problemática también se encuentra estrechamente relacionada con sus instituciones y los
mmc allí establecidos. Por esto, la manera como se entiende un problema puede
cambiar de un contexto a otro. Así, la información que obtienen los actores para
establecer los objetivos y las alternativas de política que se plantean como tratamiento son filtradas por el sistema motivacional y de creencias allí cristalizados.
Por lo anterior, la comprensión de la disposición institucional, y, en particular, de los mmc es ineludible para el app. Precisamente, las políticas se formulan
7
La incertidumbre técnica se refiere a la dificultad que se tiene cuando no hay absoluta certeza de que una
determinada alternativa efectivamente conduce al cumplimiento de los objetivos propuestos. En otras palabras,
cuando existe alta probabilidad de error en la hipótesis de intervención o en el tratamiento seleccionado.
8
La participación fluida se refiere a que los actores no participan ni continuamente ni con la misma intensidad a lo largo del proceso de toma de la decisión.
121
JUAN CAMILO OLIVEROS CALDERÓN
(y también se implementan) bajo disposiciones institucionales que pueden fortalecer o debilitar la misma política. Asimismo, la armonía entre las instituciones
formales y las informales importa, por lo que si las instituciones informales no
corresponden con las formales, la política tendrá serias dificultades y no sería
implementada congruentemente con su diseño. Por consiguiente, al estudiar la
formulación, es necesario determinar la forma en que los actores siguen las pautas, cómo se practican los refuerzos y cómo las instituciones han limitado las
alternativas de los individuos y de las organizaciones en el pasado (dependencia
institucional), y por supuesto, cómo ellos interpretan la información (feedback),
cómo aprenden y qué mmc se resisten a cambiar (dependencia cognitiva).9
El segundo asunto por resolver desde el mcog es la motivación para priorizar
una determinada situación problemática en lugar de otras. Sobre este asunto se
proponen tres elementos explicativos. El primero es la ocurrencia de un aprendizaje colectivo. Este aprendizaje puede ser generado por un nuevo conocimiento
sobre una posible alterativa que trataría efectivamente una situación problemática, por un cambio en las instituciones informales en un determinado contexto
producto de la adaptación diversa de una política pública (que se tratará en la
Sección iv), o, también, por un cambio en las instituciones informales generado
por un cambio en los mmc.
El segundo elemento es la ocurrencia de una coyuntura crítica que altera el
equilibrio existente (desestabiliza el statu quo) en las relaciones de poder político
o económico y obliga a los actores a interactuar para establecer un nuevo diseño
institucional amplio o para la formulación de una determinada política.10
El tercer asunto que debe ser considerado por el mcog es la interacción entre
los actores involucrados en el proceso de decisión. Para Dente y Subirats (2014)
existen los actores políticos, los burocráticos, los de intereses específicos, los de
intereses generales y los expertos. Según ellos, cada actor tiene objetivos de contenido en la política o de proceso en su diseño y, para conseguirlo, emplean
recursos políticos, legales, económicos y cognitivos. Desde el mcog, el diseño
9
Mantzavinos (2001) ofrece una reflexión sobre la existencia de tres tipos de conocimiento: el conocimiento genético (genetic knowledge), que se refiere a la información que va de la mano de la evolución biológica del ser
humano; el conocimiento disperso (atomistic knowledge) se refiere al aprendizaje individual, y el conocimiento
cultural (cultural knowledge), el que aquí más importa, que se refiere al aprendizaje que produce un cambio en
el modelo mental compartido.
Según Acemoglu y Robinson (2012) una coyuntura crítica es un gran acontecimiento o una confluencia
de factores que perturba el equilibrio existente de poder político o económico en una nación. Precisan que la
idea de una coyuntura crítica fue desarrollada por primera vez por Lipset y Rokkan (1992).
10
122
APRENDIZAJE COLECTIVO Y EVALUACIÓN DESCENTRALIZADA…
institucional implica la deliberación en una arena política previa a la selección de
un tratamiento determinado, en la cual entran en juego los mmc de los actores
en cuestión sobre el problema, las alternativas, los objetivos que ellos persiguen,
y los mmc que ellos suponen dados en la población por tratar.
IV. IMPLEMENTACIÓN EN EL APP
Los estudios sobre la implementación en el app tomaron impulso desde el trabajo de Pressman y Wildavsky (1973), que se analizó el proceso de políticas federales de Estados Unidos que debían ser implementadas en varias localidades del
país, estudiando el caso específico de Oakland, California. Para los autores, la
actividad política (llevada a cabo en la formulación) no termina con la decisión;
esta continúa dada, principalmente, por actores que se involucran en esta nueva
etapa y que toman decisiones determinantes para la implementación de las políticas públicas.
Sin duda, las afirmaciones de Pressman y Wildavsky (1973) se entrelazan en
buena medida con la aproximación que se propone desde el institucionalismo
cognitivo, donde se entiende que la política pública es formulada bajo una disposición institucional dada y pretende generar un impacto en función de los
objetivos que se consideraron como deseables por los actores involucrados al momento de su diseño (mcog). Sin embargo, dicha política debe ser implementada
en una disposición institucional particular (contexto) que restringe las decisiones
subsiguientes tomadas por actores, que por lo general, son distintos a aquellos
que participaron en su diseño.
Como se muestra en el Gráfico 2, durante el proceso descrito ocurre una adaptación de dicho contexto frente a la política determinada. Así las cosas, esa adaptación produce cambios en la política y en la disposición institucional particular.
Por lo tanto la política implementada no coincide con la política formulada (decisión inicial) generando así una brecha de implementación. A su vez, la disposición institucional particular cambia tras la adaptación de nuevas políticas, por lo
que es posible explicar el cambio en instituciones informales por la introducción
de nuevas instituciones formales.11 La ocurrencia de adaptaciones de una misma
política pública en distintos contextos se denomina aquí “adaptación diversa”.
11
Un ejemplo es el cambio en los patrones de consumo de agua en Bogotá luego de la introducción de
multas por desperdicio del líquido. En este caso, aún luego de disminuir la aplicación de controles a la violación
de la norma, el consumo permaneció en un nivel inferior al inicial (Murrain, 2009).
123
JUAN CAMILO OLIVEROS CALDERÓN
GRÁFICO 2
Esquema analítico de una disposición institucional
Disposición
institucional dada
Decisión de política
pública
Política pública
(instituciones formales)
Pretende
Impacto
Resultado
Política
implementada
Contexto particular
Adaptación
diversa
Fuente: Elaboración propia.
Reconocer la ocurrencia de la adaptación diversa durante la formulación de las
políticas públicas es perentorio. Entonces, la cuestión es qué tan rígida debe ser
la política pública que se diseña, dados sus objetivos. Majone y Wildavsky sostienen al respecto:
“Cuanto más general y más adaptable sea una idea a una variedad de circunstancias, más probabilidad habrá de que se realice en cierta forma, pero menos probable será que en la práctica surja como se había pensado. Cuanto más se limite y
más se restrinja la idea, más probable será que surja como se había pronosticado,
pero menos probabilidad habrá de que produzca un impacto considerable” (Majone y Wildavsky, 1979, p. 280).
Dado que es la política adaptada la que tiene posibilidades efectivas de producir un impacto considerable en la situación problemática, el punto de mayor
atención desde el institucionalismo cognitivo al app es el aprendizaje colectivo
que acontece en los contextos particulares y, por ende, también la producción y
apropiación de conocimientos locales.
124
APRENDIZAJE COLECTIVO Y EVALUACIÓN DESCENTRALIZADA…
V. EVALUACIÓN EN EL APP
Desde el modelo secuencial del app, la evaluación es la etapa definitiva que
permite, en teoría, tomar la decisión de terminar o continuar una política pública a partir de la información que produce. El auge de su estudio, según Browne
y Wildavsky (1983), comenzó en la década de 1960 por la disposición de fondos
públicos para ello, particularmente en Estados Unidos. Para Browne y Wildavsy,
existen cinco preguntas básicas sobre la evaluación: ¿cuándo evaluar?, ¿dónde
evaluar?, ¿para quién evaluar?, ¿qué evaluar? y ¿por qué evaluar?
En cuanto a la primera pregunta, Roth (2002, pp. 142-143) distingue tres posibles oportunidades: “La evaluación que se realiza antes de una acción es la
evaluación ex ante, la que acompaña la puesta en marcha de la acción pública (que se conoce como evaluación concomitante o continua), y la que se realiza
posteriormente a la ejecución de la acción (conocida como evaluación ex post)”.
Para responder la segunda pregunta, la evaluación es comúnmente efectuada o
encargada, según el respectivo país, desde organizaciones nacionales o federales,
y muy pocas veces en ámbitos locales. Browne y Wildavsky (1983) proponen una
solución a la tercera pregunta y afirman que los evaluadores se ven naturalmente
constreñidos por su fuente de financiamiento. Además,
“Si el objetivo de la evaluación es informar a los propios actores de un programa
para que éstos puedan modificar sus acciones para mejorar y transformar dicho
programa, entonces se habla de una evaluación endoformativa. Si la finalidad de la
evaluación es informar al público en general o a actores externos sobre un programa en particular para que se formen una opinión sobre su valor intrínseco, entonces se habla, en este caso, de una evaluación recapitulativa” (Roth, 2002, p. 152).
La cuarta pregunta (¿qué evaluar?) es desarrollada por Roth (2002) explicando
la existencia de cinco niveles de evaluación: (1) la evaluación de medios que revisa
el uso de los recursos dispuestos para llevar a cabo la política; (2) la evaluación de
resultados que se pregunta por la culminación de actividades y productos; (3) la
evaluación de impacto que pretende determinar la incidencia de tratamiento seleccionado sobre la situación problemática aislando los efectos de otras variables
que también puedan incidir en la dinámica de dicha situación; (4) la evaluación
a nivel de eficiencia que busca examinar los efectos producidos por la política
con los recursos empleados; y, (5) la evaluación a nivel de satisfacción que tiene
como objetivo “responder a la pregunta: ¿los efectos del programa han satisfecho
las necesidades fundamentales?” (Roth, 2002, p. 158).
125
JUAN CAMILO OLIVEROS CALDERÓN
Como se aprecia, los niveles de evaluación señalados bajo el qué evaluar no
consideran necesariamente la ocurrencia de la adaptación diversa. En general,
las evaluaciones se concentran en establecer una relación entre el tratamiento
incorporado en la política pública (decisión primaria) y el impacto pretendido en
la situación percibida como problemática, los recursos que para ello se emplean,
sus resultados y productos, la eficiencia y la satisfacción de las necesidades fundamentales de la población tratada (Gráfico 3). La evaluación aquí descrita se
denominará en adelante “evaluación centralizada”.
Ahora bien, la respuesta de “¿por qué evaluar?” despierta múltiples discusiones
en la literatura del app. Para los propósitos de este trabajo, la pregunta tiene que
ver con el apremio por tratar de manera efectiva las distintas situaciones problemáticas que se presentan en los contextos particulares y que intentan ser tratados
por políticas formuladas en otros contextos. Tal como se dijo en la cuarta sección, es la política adaptada, luego de las decisiones subsecuentes bajo la disposición institucional particular, la que tiene la posibilidad de producir un impacto
considerable en la situación problemática, no así la política formulada per sé. Es
decir, la evaluación debe ser descentralizada (Gráfico 4). De esta manera, el ejer-
GRÁFICO 3
Evaluación centralizada
Disposición
institucional dada
Decisión de política
pública
Política pública
(instituciones formales)
Pretende
Impacto
Resultado
Política
implementada
Contexto particular
Adaptación
diversa
Fuente: Elaboración propia.
126
Evaluación
centralizada
APRENDIZAJE COLECTIVO Y EVALUACIÓN DESCENTRALIZADA…
GRÁFICO 4
Evaluación descentralizada
Disposición
institucional dada
Decisión de política
pública
Política pública
(instituciones formales)
Pretende
Impacto
Resultado
Política
implementada
Contexto particular
Adaptación
diversa
Evaluación
descentralizada
Fuente: Elaboración propia.
cicio de evaluar pretende comprender cómo acontece el aprendizaje colectivo en
un contexto particular, y también, cómo, en dicho contexto, se produce y apropia
nuevo conocimiento.
VI. CONCLUSIONES
El presente trabajo ofrece una aproximación al app desde el institucionalismo
cognitivo desarrollado por mns 2004. En consecuencia con dicha intención, se
expuso la forma en que el institucionalismo cognitivo ofrece un marco teórico
que permite construir explicaciones sobre la formulación, implementación y evaluación de políticas públicas.
El uso de este marco facilita la comprensión de la ocurrencia de la adaptación
diversa cuando una misma política pública debe ser implementada en múltiples
contextos particulares, sirve para identificar oportunidades de aprendizaje colectivo y diseñar procesos de decisión que procuren incorporar dichos aprendizajes,
127
JUAN CAMILO OLIVEROS CALDERÓN
ayuda en la definición del por qué evaluar al incorporar la idea de la evaluación
descentralizada, y podría circunscribir la implementación de políticas exógenas
en un contexto particular y de aquellas concebidas para una aplicación global.
El institucionalismo cognitivo ofrece una incorporación operativa de la cultura en el app, elemento definitivo a tener en cuenta en cualquier tipo de política
pública (transversalidad de la cultura). En efecto, el desafío que queda pendiente
es, además de fortalecer varios de los elementos acá presentados, proveer esquemas metodológicos para el análisis de políticas concretas. Para ello, se propone
emprender un programa de investigación para robustecer el marco teórico, realizar los desarrollos metodológicos y obtener hallazgos empíricos.
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130
LA OFERTA DE SERVICIOS DE SALUD EN
COLOMBIA, 2012-2013
KARELYS GUZMÁN FINOL*
RESUMEN
Esta investigación tiene por objeto determinar la situación actual de la oferta
de servicios de salud en Colombia, identificando diferencias entre regiones, regímenes y naturaleza jurídica de los prestadores. De los 1.124 municipios del país,
45% solo cuenta con ips públicas de baja y mediana complejidad y ofrece, en
promedio, 18 de los 234 distintos servicios de salud disponibles. De hecho, 76%
de los departamentos colombianos ofrece apenas entre 11 y 40 servicios. Variables como los costos de viaje, la frecuencia con que se requieren los servicios y la
capacidad de los prestadores de atender las urgencias deben considerarse cuando
se evalúa la relación entre la distribución de los servicios a lo largo del territorio
nacional y la calidad de la atención en salud.
Palabras Clave: Colombia, servicios de salud, calidad, capacidad instalada,
eps, ips.
Clasificación jel: I10, I11, I19, I30
* La autora es economista del Centro de Estudios Económicos Regionales (ceer), Banco de la República,
Cartagena. Correo electrónico: [email protected]. Agradece los comentarios y apoyo en la organización
de los datos de Harrison Sandoval y Joaquín Urrego, y las observaciones de Jaime Bonet, Yuri Reina, Javier
Pérez y Jairo Humberto Restrepo. Gracias también a Nancy Londoño y Diana Romero, funcionarias del Ministerio de Salud y Protección Social por su asesoría, y a la Superintendencia de Salud por el suministro de
información. Todos enriquecieron el trabajo con sus aportes. Una versión preliminar de este trabajo apareció
con el título de “Radiografía de la oferta de servicios de salud en Colombia”, Documento de Trabajo sobre
Economía Regional, No. 202, ceer, Banco de la República, mayo de 2014. Recibido: marzo 16 de 2015; aceptado: mayo 11 de 2015.
Economía & Región, Vol. 9, No. 1, (Cartagena, junio 2015), pp. 131-174.
131
KARELYS GUZMÁN FINOL
ABSTRACT
The Supply of Health Services in Colombia, 2012-2013
The purpose of this paper is to determine the current status of the supply of
health services in Colombia, by examining differences among regions, regimes
and the legal status of providers. Of the 1,124 municipalities in Colombia, 45%
only have public ips of low and medium complexity and only provide, on average,
18 of the 234 available health services. In fact, 76% of Colombian departments
offered only between 11 and 40 services. Variables such as travel costs, the frequency with which services are required and the ability of providers to meet
emergencies, need to be considered when evaluating the relationship between
the distribution of services across the country and the quality of health care.
Key words: Colombia, health services, quality, facilities, insurers, providers.
jel
Classifications: I10, I11, I19, I30
I. INTRODUCCIÓN
“No me digan que las pinzas se perdieron,
que el estetoscopio está de fiesta, que los rayos X se fundieron
y que el suero ya se usó para endulzar el café”.
Juan Luis Guerra, “El Niágara en bicicleta”
En Colombia, desde hace años, se documenta una crisis en el sector de la
salud: se habla del “paseo de la muerte” (las ocasiones en que una persona visita
varios servicios de urgencia y muere antes de ser atendido); de esperas exageradas
por el mismo servicio, y de la escasez de camas hospitalarias (El Espectador, 2014;
Malaver, 2013). Por otro lado, el déficit operacional de los hospitales públicos
alcanzó en 2012 $160.591 millones de pesos [Superintendencia Nacional de Salud
(sns), 2013a, p. 20]. Esto es consecuencia de la cartera de las Instituciones Prestadoras de Servicios de Salud (ips), que ascendió a $14.4 billones en 2013 (sns,
2013b, p. 1). Otro reflejo de la crisis es el aumento sostenido en las tutelas en salud, que pasaron de 21.301 en 1999 a 142.957 en 2008 (Rodríguez, 2012, p. 513).
132
LA OFERTA DE SERVICIOS DE SALUD EN COLOMBIA, 2012-2013
Incluso hoy muchos afectados acuden a redes sociales (Twitter, por ejemplo) para
comunicarse con el Ministro de Salud y así buscar la atención oportuna propia o
de familiares (Mosquera, 2014).
Ante el hecho de que los servicios no son suministrados oportunamente, surgen varias preguntas sobre la oferta de servicios de salud: ¿Se trata de un problema de escasez? ¿No hay suficientes hospitales? ¿Están mal distribuidos a lo largo
del territorio nacional? Un elemento que puede ayudar a entender la situación es
un inventario de los prestadores del servicio de salud que permita conocer con
precisión su localización y la calidad que ofrecen.
El propósito de esta investigación es revisar la situación actual de la oferta de
servicios de salud en Colombia, identificando diferencias entre regiones, regímenes y naturaleza jurídica de los prestadores. A continuación se describe cómo se
distribuye la población entre las Empresas Promotoras de Salud (eps) del país,
se examina el grado de concentración de los mercados de los regímenes contributivo y subsidiado, y se examina su capacidad instalada. Además, se analiza la localización de los servicios de salud, se indaga si la calidad de los servicios ofrecidos
por las eps e ips es distinta de acuerdo al régimen en que se encuentran activas,
en el caso de las primeras, o a la naturaleza jurídica, en el caso de las segundas.
En este estudio se emplean varias bases de datos: el Registro Especial de Prestadores (reps), el Sistema de Información Hospitalaria (siho), la Base de Datos
Única de Afiliados (bdua), indicadores de calidad reportados por las eps e ips
al Ministerio de Salud e información laboral del Departamento Administrativo
Nacional de Estadística (dane), lo que permite contar con información sobre la
capacidad instalada, la naturaleza jurídica, localización y tipo de servicios prestados en diferentes sedes de un mismo prestador.
Desde hace más de 10 años no se realiza en Colombia un estudio que identifique disparidades regionales en términos de la capacidad de recursos físicos de los
prestadores. De otra parte, este trabajo es el primero que analiza la distribución
de los servicios de salud, lo que puede servir para identificar zonas que carecen de
determinados servicios. Por otro lado, se busca aprovechar la consolidación
de algunos indicadores de calidad de las eps e ips para identificar diferencias en
la calidad de los servicios.
El trabajo se divide en cinco secciones. En la siguiente sección se resumen
algunos conceptos que sirven para delimitar el alcance de la investigación. En la
tercera se resumen las conclusiones de otros trabajos sobre la oferta de servicios
de salud en el país. En la cuarta sección se describen, por un lado, el papel que
133
KARELYS GUZMÁN FINOL
juegan las eps y, por otro, cómo están organizados los prestadores, su localización,
capacidad instalada y la variedad de servicios disponibles a nivel municipal. En la
quinta sección se presentan algunas conclusiones.
II. ¿QUÉ SE ENTIENDE POR OFERTA DE SERVICIOS DE
SALUD?
Un sistema de salud está conformado por varios agentes: aportantes, aseguradores, prestadores, consumidores o pacientes, proveedores de medicamentos y
agencias estatales [Ministerio de Protección Social (mps), s.f., p. 464]. La oferta de
medios asistenciales puede entenderse como el conjunto de activos de diferente
naturaleza que posibilitan la prestación de la atención sanitaria. Dichos activos
pueden ser clasificados en recursos tangibles o recursos intangibles. Los recursos
tangibles se dividen a su vez en recursos físicos (edificios, equipamientos, terrenos, etc.) y recursos financieros. Los recursos intangibles se caracterizan por estar
basados en el conocimiento y pueden ser divididos en recursos tecnológicos,
reputación y recursos humanos (Ventura, 2008, p. 11). Para Solan y Hsieh (2012,
p. 24), los principales oferentes de los servicios de salud son médicos, enfermeras,
hospitales y productores de medicamentos.
Existen varias fallas de mercado del lado de la oferta de atención en salud. Por
un lado, se observan externalidades positivas, como la vacunación contra una
enfermedad trasmisible, y negativas como la contaminación del medio ambiente.
Por otro lado, a veces las condiciones geográficas o el tamaño del mercado dan
lugar a monopolios naturales, oligopolios y alianzas entre agentes para la prestación de los servicios. También hay fallas en el aseguramiento, como la selección
adversa, el riesgo moral y la discriminación de riesgos.
Según Castaño (2014, p. 48), la selección adversa se refiere a una mayor concentración de personas de alto riesgo en un subconjunto dado de población (región de un país, tipo de ocupación o asegurador), bien sea que las personas se
hayan autoseleccionado hacia ese subgrupo o que hayan sido asignadas deliberadamente por una autoridad sanitaria o un pagador. La discriminación de riesgos,
“descreme” o cream skimming, ocurre cuando los aseguradores tienen incentivos
para seleccionar las personas de más bajo riesgo y rechazar las de más alto riesgo.
Por su parte, el riesgo moral hace referencia al cambio en el comportamiento del
individuo cuando se encuentra asegurado. Concretamente, el riesgo moral ex-post
134
LA OFERTA DE SERVICIOS DE SALUD EN COLOMBIA, 2012-2013
se refiere a la decisión de consumir procedimientos cubiertos por el seguro que
no se consumirían si el individuo tuviera que pagar completamente por ellos
(Santa María, et al., 2009, pp. 28-29).1
Para contrarrestar las tres anteriores fallas interviene el Estado, diseñando un
sistema de salud que coordine las relaciones entre la oferta y la demanda de servicios. Este diseño condiciona la equidad en la distribución de los recursos y
debería establecer sus objetivos, elemento clave para evaluar su calidad.
Los aseguradores son intermediarios entre la oferta y la demanda, aglomeran
la demanda y conforman redes de servicios para garantizar la oferta. Los prestadores, entonces, compiten con la calidad y cantidad de sus servicios e instalaciones
por ser incluidos en las redes. Las aseguradoras están interesadas en controlar costos a través de juntas médicas, el mecanismo de pago a los médicos u hospitales
y/o la integración vertical (mps, s.f., pp. 468-469).
Al interior de una red de servicios se presentan diversas relaciones contractuales entre médicos y prestadores (prestador-médico, prestador-prestador). Uno
de los aspectos a considerar, especialmente cuando el asegurador o el prestador
pretenden controlar los costos, es que, como son los médicos quienes recetan los
medicamentos y ordenan los exámenes diagnósticos, estos pueden usar su conocimiento para influenciar la demanda en beneficio propio, especialmente cuando
al prestador (hospital o médico) se le paga por servicio. En la literatura esto se
conoce como demanda inducida por la oferta.
Este documento se enfoca en los recursos tangibles físicos que posibilitan la
oferta asistencial: los prestadores, su capacidad instalada y los servicios que efectivamente ofrecen. Por el contrario, no se abordan aspectos como el recurso humano, los recursos financieros y la eficiencia hospitalaria.
III. ¿QUÉ SE CONOCE SOBRE LA OFERTA DE SERVICIOS DE
SALUD EN COLOMBIA?
En Colombia, la literatura sobre la oferta de los servicios de salud es relativamente reciente, en parte por la carencia de bases de datos confiables. Las prime-
1
El riesgo moral ex –ante no es significativo en los mercados de salud. Este se refiere a la decisión que toma
el individuo de cuidarse menos una vez está asegurado (Santa María, et al., 2009, p. 29).
135
KARELYS GUZMÁN FINOL
ras investigaciones apuntaban a realizar censos de las aseguradoras y prestadoras
del país, llegando en algunos casos a calcular indicadores de capacidad y a realizar
balances de la información financiera de los hospitales públicos.2 Desde 2007 la
sns, el mps y entidades gremiales, como la Asociación Colombiana de Empresas
de Medicina Integral (2013), han hecho evaluaciones de la calidad de la oferta de
los servicios.
Sarmiento, et al. (2005) calcularon indicadores de recursos físicos, de aprovechamiento de dichos recursos, de funcionamiento de algunos servicios de salud
y de calidad en la prestación del servicio asistencial, con información de 2003.
Con este propósito levantaron una muestra de 834 ips públicas que reportaron
información al siho. Los autores encontraron que la tasa nacional de camas hospitalarias públicas era de 0,74 por mil habitantes, muy por debajo del promedio
de países del Cono Sur (3,4 por mil habitantes) y de la Región Andina (1,4 por
mil habitantes). También concluyeron que el equipamiento para urgencias era
deficitario y las salas de cirugías públicas casi inexistentes. Debido a que en los
municipios de mejor situación económica existen prestadores privados y mixtos,
Sarmiento et. al. suponían que la oferta sanitaria era mayor en estas localidades.
Consideraron que existía un buen aprovechamiento de los insumos y que el hecho de que los hospitales de segundo nivel los emplearan más que los del tercero,
podría explicarse porque estos últimos se ubicaban en grandes y medianas ciudades, donde los hospitales privados descongestionarían a los públicos.
Por otro lado, Sarmiento, et al. (2005, pp. 20-37) también encontraron que
hace 10 años el promedio nacional de consultas especializadas por cada 1.000 habitantes era cuatro veces inferior a la media de América Latina. Además, solo un
cuarto de la población de madres gestantes menores de 15 años accedía a control
prenatal y únicamente se tomaron citologías al 11% de la población femenina en
edad fértil. En cuanto a la calidad en la prestación del servicio asistencial, se presentaba una baja tasa de letalidad intrahospitalaria, altos niveles de egresos vivos
y una alta proporción de muertes en las primeras 48 horas, especialmente en los
hospitales de primer nivel de los municipios de bajo nivel económico, relacionado por los autores con la escasez de recursos físicos en ese tipo de hospitales.
El Departamento Nacional de Planeación (dnp) (2002) y el mps (2005) revisan la situación financiera de
los hospitales públicos. En ambos se destaca que su déficit empezó a crecer en 1997. En el documento conpes
3447 (dnp, 2006) se buscan estrategias para aliviar la cartera de estas entidades, identificando los principales
deudores en cada régimen. El informe de la sns (2010) presenta la relación entre los ingresos reconocidos y
los recaudados para una muestra de 997 ips públicas, de las cuales 883 tendrían déficit presupuestal en 2009.
2
136
LA OFERTA DE SERVICIOS DE SALUD EN COLOMBIA, 2012-2013
El mps (2005, pp. 55 y 62), con base en información recopilada a través del
reps para 2004, encontró que el 70% de las ips públicas y el 42% de las privadas
prestaban sus servicios en áreas diferentes a Bogotá, Antioquia, Atlántico, Santander y Valle del Cauca, con lo que señalaba que las ips privadas se concentraban
en las principales ciudades del país, a diferencia de las públicas. Con respecto a la
capacidad instalada de las ips, describió cómo estaban distribuidos por niveles de
complejidad en el país los consultorios, las mesas de parto y las salas de cirugía,
encontrando que las ips de menor nivel de complejidad concentraban la mayor
parte de las facilidades físicas destinadas a la prestación de servicios, seguidas por
las instituciones de segundo nivel.
Un año más tarde, Orozco (2006, p. 144) realizó una caracterización del mercado de aseguramiento del régimen contributivo en Colombia. Allí estableció, a
partir del Censo de 2005, que en algunos departamentos las coberturas superaban el 100%. Esto indicaría la existencia de duplicidades entre el régimen contributivo y el subsidiado o al interior de estos. En 2006 existían 21 eps en el régimen
contributivo, de las cuales Saludcoop, el Instituto de Seguros Sociales y Coomeva
participaban con el 50% de los usuarios.
Un primer esfuerzo por conocer las percepciones de los afiliados sobre la
calidad de los servicios fue realizado por Peñaloza (2005) y por el Centro de Investigaciones para el Desarrollo (cid) de la Universidad Nacional de Colombia, en
conjunto con el mps (2007). A partir de la Ley 1438 de 2011, el mps debe establecer indicadores administrativos que den cuenta del desempeño de las direcciones
territoriales de salud, eps, Administradoras de Riesgos Profesionales (arp) e ips.
Como resultado de la aplicación de estos indicadores, el mps ha desarrollado
un sistema de evaluación y calificación de estas entidades, con el fin de reducir
las asimetrías de información a las que estarían sujetos los ciudadanos. En este
marco ha publicado una serie de ordenamientos de las eps según la calidad de
sus servicios [mps y sns (2011), msps y sns (2013), msps y sns (2012) y msps (2012)].
En síntesis, las investigaciones mencionadas encontraron una capacidad instalada y una producción hospitalaria pública deficientes, y baja calidad en los servicios ofrecidos, principalmente por los hospitales públicos de menor complejidad. Por otro lado, los usuarios calificaban mejor los servicios de salud brindados
en el régimen contributivo que en el subsidiado, percibiéndose diferencias entre
los resultados de calidad reportados por las eps y la percepción de los afiliados.
137
KARELYS GUZMÁN FINOL
IV. DEL ASEGURAMIENTO A LA PRESTACIÓN DEL
SERVICIO
El análisis de los factores que determinan el acceso de los ciudadanos a los servicios de salud por el lado de la oferta comprende varios aspectos. En esta sección
se describen varios de ellos: el aseguramiento, la distribución de los prestadores
de servicios en el territorio nacional y las redes que conforman, la capacidad instalada y la variedad de servicios disponibles a nivel municipal.
A. El aseguramiento
El aseguramiento o afiliación de los ciudadanos al Sistema General de Seguridad Social en Salud (sgsss) es el primer paso para que puedan recibir los servicios que requieran para conservar la salud o prevenir enfermedades. En 2013, al
menos el 70% de la población de cada departamento estaba afiliada al sgsss. Las
entidades territoriales con una mayor población (en su orden, Bogotá, Antioquia,
Valle del Cauca y Atlántico) tienen, en promedio, el 92% de sus habitantes afiliados.3 Una excepción es Cundinamarca, que a pesar de ser el cuarto departamento
con mayor población del país, tiene la menor proporción de población afiliada
(74% en promedio), al par con Caquetá, Guaviare, Vaupés, y San Andrés y Providencia.
En 2013, el 46% de los afiliados al sgsss del país se encuentran en el régimen
contributivo, el 53% en el régimen subsidiado y el 1% en el régimen especial.
Los afiliados al régimen contributivo están distribuidos principalmente en 18 eps
(Gráfico 1). El número de eps en el régimen contributivo viene cayendo desde
2004. Comparando cifras presentadas por el Grupo de Economía de la Salud
(ges) (2011, p. 15) y las obtenidas a partir de reps, resulta que en 1998 había
nueve eps más de las que existían en 2013. Aunque el número de eps disminuyó
entre 1998 y 2013, la cobertura del régimen contributivo ha experimentado un
crecimiento sostenido desde 2003, paralelo al crecimiento de la economía y la generación del empleo (ges, 2012, p. 8). De hecho, desde 2007 se observa la coincidencia entre el crecimiento de la población ocupada y el de los cotizantes.
3
138
Bogotá será considerado en este documento como otro departamento por el tamaño de su población.
LA OFERTA DE SERVICIOS DE SALUD EN COLOMBIA, 2012-2013
GRÁFICO 1
Colombia: Número de afiliados al régimen contributivo
según eps, 2013
Saludcoop
Coomeva S.A.
Nueva EPS S.A.
Salud Total S.A.
Suramericana S.A.
Famisanar LTDA
Sanitas S.A.
Compensar
Servicio Occidental de Salud S.A.
Cafesalud S.A.
Cruz Blanca S.A.
Comfenalco Antioquia
Aliansalud S.A.
Comfenalco Valle
Saludvida S.A.
Golden Group S.A.
FPSFN
Empresas Públicas de Medellín
Otros
3.979.646
2.785.933
2.610.205
1.904.162
1.674.658
1.486.820
1.092.474
932.085
831.390
716.787
553.568
342.406
316.162
305.538
78.673
62.152
47.178
11.793
404
Notas: El grupo “Otros” lo conforman: Humana Vivir, Salud Colpatria, Multimédicas Salud con
Calidad s.a y Saludcolombia s.a. fpsfn: Fondo de Pasivo Social de los Ferrocarriles Nacionales.
Información de noviembre de 2013.
Fuente: Elaboración propia con base en datos de Superintendencia Nacional de Salud (sns).
De las 18 eps activas en el régimen contributivo, Saludcoop, Coomeva s.a,
Nueva eps s.a, Salud Total s.a, Suramericana s.a y Famisanar ltda concentran
el 73% de los afiliados. En cada departamento hay entre dos y 15 eps. A mayor
población, mayor diversidad de eps (Cuadro 1).
Al contrario de lo que sucedía en el régimen contributivo, a nivel nacional las
seis entidades con más afiliados en el régimen subsidiado concentran un poco
más de la mitad de estos, lo que indica una mayor concentración de afiliados en
el primer régimen (Gráfico 2). Desde 1999 el número de eps en el subsidiado
viene disminuyendo (Garavito y Soto, 2009, p. 87). En ese año había 245 eps
mientras que en 2013 operaban 35, de las cuales: 15 son Cajas de Compensación
139
KARELYS GUZMÁN FINOL
CUADRO 1
Colombia: Número de eps del régimen contributivo
por departamento, 2013
Número de
eps
Número de
departamentos
Departamentos
Hasta 5 eps
11
Amazonas, Arauca, Caquetá, Casanare,
Chocó, Guainía, Guaviare, Putumayo, San
Andrés y Providencia, Vaupés y Vichada
Entre 6 y 10
10
Boyacá, Cauca, Cesar, Córdoba, Huila, La
Guajira, Meta, Nariño, Norte de Santander,
Sucre
Entre 11 y 15
12
Antioquia, Atlántico, Bogotá d.c, Bolívar,
Caldas, Cundinamarca, Magdalena, Quindío,
Risaralda, Santander, Tolima, Valle del Cauca
Notas: No se incluyó en el cálculo departamental de las eps aquellas con un número de afiliados de
dos o un dígito. Información de noviembre de 2013.
Fuente: Elaboración propia con base en datos de Superintendencia Nacional de Salud (sns).
Familiar (ccf), 13 son eps, seis de ellas de carácter indígena (epsi) y siete Empresas
Solidarias de Salud (ess). 4
La disminución del número de entidades participantes en el régimen subsidia­
do se ha dado como resultado de un interés en aumentar la cobertura del programa
con entidades que tuvieran una mayor capacidad de administración del riesgo.
La expedición del Decreto 1804 de 2000, que fijó el tamaño mínimo de afiliados
requeridos por una entidad para permanecer operando en el sistema, fue una de
las medidas adoptadas con ese propósito (Garavito y Soto, 2009, pp. 86-87).
Podría pensarse que en los departamentos con más pobreza y desempleo habrá una mayor proporción de la población en el régimen subsidiado. Si se toma
como indicador de pobreza el índice de Necesidades Básicas Insatisfechas (nbi),
efectivamente se verifica la primera correlación. Pero hay algunas excepciones:
aunque en Arauca, La Guajira y Putumayo el indicador nbi es menor que en San
4
140
Sin tener en cuenta cinco eps, tres de ellas con un solo afiliado cada una y las otras dos con cinco cada una.
LA OFERTA DE SERVICIOS DE SALUD EN COLOMBIA, 2012-2013
GRÁFICO 2
Colombia: Número de afiliados al régimen subsidiado
según eps, 2013
Caprecom
Confama
Asociación Mutual de Nariño Emssanar E.S.S.
Asociación Mutual La Esperanza Asmet Salud
Cooperativa de Salud Comunitaria Comparta
Cooperativa de Salud y Desarrollo Integral de Cartagena LTDA
Saludvida S.A.
Asociación Mutual Ser E.S.S.
Capital Salud
Cafesalud S.A.
Asociación Mutual Barrios Unidos de Quibdó E.S.S.
CCF Córdoba
CCF Huila
CCF Atlántico
Empresa Mutual para el Desarrollo Integral de la Salud E.S.S.
Asociación Indígena del Cauca
Convida
Entidad Cooperativa Sol Salud del norte de Soacha Ecoopsos
Mallamas
Asociación Indígena del Cesar y La Guajira Dusakawi
CCF Cartagena
Manexka EPSI
Cafam
CCF Nariño
Capresoca
CCF La Guajira
Anaswayuu
CCF del Oriente Colombiano
CCF Boyacá
CCF Sucre
CCF Cundinamarca
Colsubsidio
CCF del Chocó
Pijaos Salud EPSI
CCF Norte de Santander
Otras
CCF Antioquia
3.495.019
1.696.554
1.681.314
1.652.974
1.601.072
1.593.548
1.244.534
1.114.541
1.034.162
1.011.547
832.142
562.899
533.499
503.872
470.406
418.454
361.779
310.783
274.761
243.135
237.362
227.135
190.061
170.526
147.316
127.620
117.629
117.159
108.613
100.459
92.940
88.587
84.010
80.419
59.161
59
Notas: El grupo “Otros” lo conforman: Selvasalud s.a, Humana Vivir s.a, Cóndor s.a, Calisalud, el
inpec y las ccf de Caquetá y Barrancabermeja. Información de noviembre de 2013.
Fuente: Elaboración propia con base en datos de Superintendencia Nacional de Salud (sns).
Andrés, más del 80% de su población está en el régimen subsidiado; en las islas
este porcentaje es de 36% (Gráfico 3).
Por otro lado, no existe una relación consistente entre la tasa de desempleo
y el porcentaje de población afiliada al régimen subsidiado. Atlántico, Bolívar,
Boyacá y Magdalena tienen las más bajas tasas de desempleo, pero la mayor parte
de su población pertenece a este régimen. Por el contrario, aunque Valle del
141
KARELYS GUZMÁN FINOL
GRÁFICO 3
Colombia: Relación entre la proporción de la población afiliada
al régimen subsidiado y el porcentaje de nbi, 2013
(porcentajes)
100
Guai
Vau
Vich
Put Guaj
Nar
Guav
Ara Caq
Sucr Cór
Ama Cau
Hui
Cesr
Mag
Norts
Bol
Boy
Atl Tol
Cas
Quin
Cal
Met
Vall Cun Sant
Ris
Ant
Afiliados al régimen subsidiado
90
80
70
60
50
40
Cho
S&P
30
20
Coeficiente de
correlación: 0,8457
Bog
10
0
20
40
60
80
NBI
Nota: La información de la población afiliada al régimen subsidiado es de noviembre de 2013.
Fuentes: Elaboración propia con base en datos de Superintendencia Nacional de Salud (sns) y
Departamento Nacional de Estadísticas (dane).
Cauca y Risaralda tienen altas tasas de desempleo, un poco más de la mitad de
sus afiliados está afiliada al régimen contributivo (Gráfico 4).
Lo que sí parece existir es una relación positiva entre la proporción de la
población en el régimen subsidiado y el porcentaje de la informalidad departamental: a mayor informalidad laboral es mayor la población afiliada al régimen
subsidiado. Hay algunos casos especiales, como los de Villavicencio y Cúcuta
(Gráfico 5).5 Cúcuta tiene un mayor porcentaje de informalidad que Cartagena,
5
La proporción de afiliados al régimen subsidiado incluida es la del departamento, mientras que la
informalidad corresponde a su capital. Esta fue calculada como el cociente entre informales y ocupados.
142
LA OFERTA DE SERVICIOS DE SALUD EN COLOMBIA, 2012-2013
GRÁFICO 4
Colombia: Relación entre la proporción de la población afiliada
al régimen subsidiado y la tasa de desempleo, 2013
(porcentajes)
Afiliados al régimen subsidiado
100
Guai
90
Gua
80
Sucr
Caq
Cesr
Hui
Bol Mag
70
Boy
60
Cal
Atl
50
Cór
Nar
Cau
Norts
Tol
Met
Sant
40
Cho
Quin
Vall
Ant
Ris
30
20
Coeficiente de
correlación: -0,1878
Bog
10
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
Desempleo
Notas: La información de la población afiliada al régimen subsidiado es de noviembre de 2013. El
desempleo es un promedio de la tasa observada entre enero y diciembre de 2013.
Fuentes: Elaboración propia con base en datos de Superintendencia Nacional de Salud (sns) y
Departamento Nacional de Estadísticas (dane).
pero una menor proporción de sus afiliados al régimen subsidiado. Así mismo,
Villavicencio tiene un mayor porcentaje de informalidad que Manizales, pero una
menor proporción de sus afiliados al régimen subsidiado.
Una forma de aproximarse a la organización industrial de la oferta del seguro
de salud es identificar el grado de concentración del mercado. Teniendo en cuenta que las eps de cada régimen ofrecen sus servicios a personas con diferente perfil
socioeconómico, se calculó el Índice Herfindahl- Hirschman (ihh) en cada departamento para el régimen contributivo y el subsidiado. Este índice puede alcanzar
los valores máximos y mínimos de 10.000 para mercados monopólicos y 0 para
competitivos. Si el ihh toma un valor inferior a 1.500, el mercado se considera no
concentrado; si es superior a 1.500 e inferior a 2.500, se estima que es moderada143
KARELYS GUZMÁN FINOL
GRÁFICO 5
Colombia: Relación entre la proporción de la población afiliada
al régimen subsidiado y la informalidad, 2013
(porcentajes)
Afiliados al régimen subsidiado
90
Montería
Pasto
80
70
60
Barranquilla
Manizales
Medellín AM
50
40
Cartagena
Ibagué
Cúcuta
Villavicencio
Cali
Pereira
Bucaramanga
30
20
Coeficiente de
correlación: 0,696
Bogotá
10
40
45
50
55
60
65
70
75
Informalidad
Notas: La información la población afiliada al régimen subsidiado es de noviembre de 2013. La
informalidad es un promedio de la tasa observada entre septiembre y noviembre de 2013.
Fuentes: Elaboración propia con base en datos de Superintendencia Nacional de Salud (sns) y
Departamento Nacional de Estadísticas (dane).
mente concentrado, mientras que valores por encima de 2.500 corresponden a
mercados altamente concentrados (ges, 2011, p. 15).
Los resultados para el régimen contributivo indican que en 19 departamentos
una o dos eps agrupan entre el 70% y el 100% de los afiliados, es decir, estos son
altamente concentrados. En los 13 departamentos que se consideran moderadamente concentrados, las tres eps principales reúnen entre el 54% y el 74% de los
afiliados. Solo el mercado de Bogotá se consideraría no concentrado, pues para tener el 66% de los afiliados se requiere reunir los usuarios de cinco eps (Cuadro 2).
En cuanto al régimen subsidiado, en 19 departamentos una o dos eps agrupan
entre el 65% y el 100% de los afiliados. En los seis departamentos moderadamente concentrados, dos eps reúnen entre el 49% y el 60% de los asegurados, o hasta
el 76% si se tiene en cuenta una tercera eps. Por otro lado, hay un grupo de siete
144
LA OFERTA DE SERVICIOS DE SALUD EN COLOMBIA, 2012-2013
CUADRO 2
Colombia: Grado de concentración de los mercados
contributivo y subsidiado según el Índice Herfindahl-Hirschman,
2013
Contributivo
Promedio
del ihh
Concentración
Subsidiado
Promedio
del ihh
Concentración
Departamentos
4.914
Alta
4.327
Alta
Amazonas, Arauca,
Caquetá, Casanare, Chocó,
Guainía, Guaviare, Huila,
Meta, Nariño, Putumayo,
Vaupés, Vichada
1.818
Moderada
1.941
Moderada
Bolívar, Caldas,
Cundinamarca, Santander,
Tolima
3.980
Alta
1.810
Moderada
Boyacá
2.916
Alta
1.323
No
concentración
Córdoba, La Guajira,
Norte de Santander y
Sucre
5.402
Alta
10.000
Monopolio
San Andrés y Providencia
1.794
Moderada
3.611
Alta
Antioquia, Cauca,
Quindío, Risaralda y Valle
2.083
Moderada
1.352
No
concentración
Atlántico, Cesar y
Magdalena
1.159
No
concentración
5.410
Alta
Bogotá d.c
Notas: Si el ihh toma un valor inferior a 1.500, el mercado se considera no concentrado; si es superior a 1.500 e inferior a 2.500, se estima que es moderadamente concentrado, mientras que valores
por encima de 2.500 corresponden a mercados altamente concentrados (ges, 2011). Información
de noviembre de 2013.
Fuente: Elaboración propia con base en datos de Superintendencia Nacional de Salud (sns).
departamentos, seis de los cuales son de la Costa Caribe, que no se considerarían
un mercado concentrado, ya que las principales cuatro eps tienen entre 54% y
66% de los usuarios. Finalmente, en San Andrés y Providencia existe monopolio,
pues solo Caprecom maneja el aseguramiento en este régimen.
145
KARELYS GUZMÁN FINOL
Un ejercicio similar fue realizado por el ges (2011, pp. 15-18), calculando el
ihh y la participación relativa de las cuatro empresas de mayor volumen para las
diez cabeceras municipales más y menos pobladas del país en 2011. En primer
lugar se encontró que en las ciudades más pobladas el régimen subsidiado estaba
más concentrado que el contributivo. En segundo lugar, los altos niveles de concentración fueron más frecuentes en los municipios con un número reducido de
habitantes. En tercer lugar, entre el grupo de municipios con menor población,
la oferta de eps es superior en el régimen contributivo que en el subsidiado.
La concentración en las eps del régimen subsidiado aumentó en Bogotá entre
2011 y 2013: la capital pasó de tener 15 eps a tres, donde una de ellas agrupa el
69% de los afiliados. Se han mencionado varias causas de la disminución en el
número de eps en Bogotá. Algunos de sus representantes afirman que salieron
del mercado debido a que la nivelación del Plan Obligatorio de Salud (pos) entre los dos regímenes no estuvo acompañada, al menos en un principio, por la
correspondiente igualación de la Unidad de Pago por Capitación (upc) que estas
reciben como compensación por la prestación de los servicios (El Nuevo Siglo,
2012; rcn La Radio, 2012). En otros casos, la sns al parecer consideró que la eps
liquidada ponía en riesgo la vida de sus pacientes por sus graves problemas financieros y las recurrentes fallas en la atención. Otra causa de liquidación podría ser
que las eps no tuviesen los márgenes de solvencia ni el capital mínimo requerido
(Semana, 2011).
B. Los prestadores del servicio de salud
En esta sección se describen las características de los prestadores de los servicios de salud con base en el Registro Especial de Prestadores (reps), que contiene
información sobre aquellos habilitados para ofrecer servicios de salud en el país.6
Existen cuatro tipos de prestadores de servicios de salud en Colombia: las Instituciones Prestadores de Servicios de Salud (ips), los profesionales independientes,
las entidades con objeto social diferente y las entidades que realizan el transporte
especial de pacientes (Gráfico 6).
6
Los requisitos que debe cumplir cada prestador para obtener la habilitación están consignados en la
Resolución 1441 de 2013 y dependen del tipo de servicio que pretenda ser ofrecido.
146
Complejidad
media (534)
Complejidad
alta (41)
Fuente: Elaboración propia con base en Registro Especial de Prestadores (reps).
Nota: En este conteo se incluyen las sedes principales y alternas.
Complejidad
baja (3.260)
Mixta (75)
Pública (3.888)
Mixta (12)
Privada
(1.258)
Pública (231)
IPS (18.959)
Objeto Social Diferente
(1.501)
Privada (417)
Transporte Especial de
Pacientes (424)
Pública (7)
ND (53)
Privada
(14.996)
PRESTADORES
GRÁFICO 6
Colombia: Prestadores del sgsss, 2013
Profesional
Independiente (35.290)
KARELYS GUZMÁN FINOL
Las ips son aquellas entidades cuyo objeto social es la prestación de servicios
de salud y se encuentran habilitadas por el Sistema Obligatorio de Garantía de
Calidad en Salud. Los profesionales independientes son aquellos que actúan
de manera autónoma en la prestación del servicio de salud. El transporte especial de pacientes puede ser ofrecido por ips o profesionales independientes. De
las 424 entidades que prestan este servicio, 417 son privadas. Las otras siete, que
son públicas, corresponden a los cuerpos de bomberos y seccionales de la Defensa Civil de los municipios donde se encuentran ubicados (por ejemplo, Medellín,
Valledupar, Neiva y Villavicencio).
Por su parte, las entidades con objeto social diferente son aquellas cuya actividad principal no es la prestación de servicios de salud pero brindan servicios
de baja complejidad y/o consulta especializada, sin incluir servicios de hospitalización o quirúrgicos. El 84% de las existentes en el país son privadas, el 15%
públicas y el 1% de naturaleza mixta. Existen desde centros de atención al adulto
mayor, colegios, instituciones educativas y universidades, hasta seccionales de la
Defensa Civil y el Servicio Nacional de Aprendizaje (sena).
Al examinar la localización de los prestadores de salud a lo largo del territorio
nacional se encuentra lo siguiente:
1. Mientras en términos absolutos los departamentos más poblados tienen
un mayor número de ips, en términos per cápita no son estos territorios los
que encabezan el ordenamiento (Gráficos 7 y 8). El único que mantiene
su posición en los primeros puestos del ordenamiento es Santander; de hecho, Antioquia, pasa a ser uno de los últimos en la lista, siendo superado
por departamentos pobres como Chocó, Boyacá y Nariño. Por otro lado,
los departamentos menos poblados sí aparecen en las últimas posiciones
de ambos ordenamientos, excepto Casanare.
2. Existen diez municipios que no tienen ningún tipo de prestador: cinco en
Guainía, tres en Vaupés, uno en Huila y otro en Santander. Para saber si
esto constituye efectivamente una barrera de acceso a los servicios se debería analizar cuál es la distancia que deben recorrer los usuarios para llegar
a la ips más cercana o que hace parte de la red de la eps donde están asegurados, los tiempos y costos del viaje y si hay servicios que no se ofrezcan en
los municipios más cercanos, lo que implicaría desplazamientos más largos
y costosos a los usuarios.
Pacoa (Vaupés) es uno de los municipios donde no hay ningún prestador. De hecho, en Vaupés solo se presta el 18% de los servicios médicos
148
LA OFERTA DE SERVICIOS DE SALUD EN COLOMBIA, 2012-2013
GRÁFICO 7
Colombia: Número de ips por departamento, 2013
Bogotá D.C.
Valle del Cauca
Antioquia
Santander
Atlántico
Bolívar
Cundinamarca
Nariño
Magdalena
Córdoba
Cesar
Norte de Santander
Boyacá
Sucre
Tolima
Cauca
Caldas
Meta
Huila
Risaralda
La Guajira
Quindío
Chocó
Casanare
Putumayo
Arauca
Caquetá
Vichada
Guaviare
Amazonas
San Andrés y Providencia
Guainía
Vaupés
3.284
2.136
1.945
1.155
1.028
861
725
622
600
550
528
517
508
501
470
430
419
408
369
347
316
253
231
210
191
133
108
33
27
25
17
8
4
Nota: Datos con corte a diciembre de 2013.
Fuente: Elaboración propia con base en datos de Registro Especial de Prestadores (reps).
149
KARELYS GUZMÁN FINOL
GRÁFICO 8
Colombia: Número de ips departamental por cada cien mil habitantes, 2013
Casanare
Sucre
Putumayo
Santander
Cesar
Arauca
Magdalena
Vichada
Valle del Cauca
Chocó
Quindío
Meta
Bogotá D.C.
Atlántico
Caldas
Bolívar
Boyacá
Norte de Santander
Risaralda
Nariño
La Guajira
Tolima
Amazonas
Córdoba
Huila
Cauca
Antioquia
Cundinamarca
Guaviare
Caquetá
San Andrés y Providencia
Guainía
Vaupés
61
60
57
57
53
52
49
48
47
47
45
44
43
43
43
42
40
39
37
37
35
34
34
33
33
32
31
28
25
23
23
20
9
Nota: Datos con corte a diciembre de 2013.
Fuente: Elaboración propia con base en datos de Registro Especial de Prestadores (reps).
disponibles en el país, específicamente en tres municipios (Mitú, Carurú y
Taraira). Por lo tanto, es muy probable que sus habitantes con frecuencia
deban viajar a otro departamento para ser atendidos. Si un residente de
Pacoa necesita consultar un gastroenterólogo, debe desplazarse a Floren150
LA OFERTA DE SERVICIOS DE SALUD EN COLOMBIA, 2012-2013
cia o Curillo (Caquetá), o a Leticia (Amazonas) o a San José del Guaviare (Guaviare), que son los municipios de departamentos limítrofes que
prestan dicho servicio. Se supondría que la eps donde está asegurado el
paciente tiene contrato con algún prestador de esta zona. Los interesados
deben primero desplazarse por vía terrestre hasta Carurú (Vaupés), un viaje que, en promedio, dura 40 minutos. En Carurú hay un vuelo comercial
a Villavicencio, desde donde el paciente tomaría un vuelo a cualquiera de
las anteriores ciudades o simplemente buscaría ser atendido allí, ya que la
capital del Meta también cuenta con este tipo de especialistas.
Si el gastroenterólogo le ordena al paciente una endoscopia digestiva
tendría que desplazarse a Florencia, Granada (Meta), Leticia o Villavicencio, o ir a uno de los dos últimos si el paciente debe ser sometido a una
cirugía gastrointestinal. Nuevamente, la posibilidad de elección está sujeta
a la red de la eps del asegurado.
Por lo tanto, los gastos del desplazamiento, cubiertos por el paciente,
incluirían los pasajes de ida y vuelta desde Pacoa hasta Carurú, el trayecto
Carurú-Villavicencio-Carurú, y, eventualmente, el vuelo desde Villavicencio a alguna otra ciudad. Si el paciente debe someterse a diálisis renales
varias veces a la semana tendría que fijar su residencia en Florencia o Villavicencio, considerando los costos de viaje y su estado de salud.
3. En 504 municipios (el 45% del total del país) las ips disponibles son públicas. Entre estos, el 73% solo tiene una ips y el 14% solo cuenta con dos.
Tres municipios en Nariño (Barbacoas, Maguí y Potosí) alcanzan a tener
hasta 12, 17 y 18 ips, respectivamente. Es importante aclarar que a menos
que se especifique lo contrario, en esta sección el número de ips incluye
tanto la sede principal del prestador como sus sedes alternas. Por ejemplo,
en Barbacoas existen 12 ips, diez de ellas puestos de salud en la zona rural
del municipio y son sedes del Hospital San Antonio de Barbacoas, que está
en la cabecera municipal. Igual ocurre en Potosí y Maguí.
Esto implica que la atención oportuna y, hasta cierto punto, el acceso a
los servicios de 4.609.417 personas (10% de la población del país) depende
del adecuado funcionamiento de entidades del Estado. Ello debe ser una
razón para que estas sean pioneras y ejemplo de la calidad en la prestación
de los servicios de salud. Por otro lado, garantizar el acceso a los servicios
no solo está relacionado con el número de ips, sino también con que estas
ofrezcan servicios de todos los niveles de complejidad.
151
KARELYS GUZMÁN FINOL
Los prestadores se pueden clasificar según el nivel de complejidad de
los procedimientos médicos que ofrecen para resolver las necesidades
de sus afiliados para curar o prevenir dolencias. Los grados de complejidad
se clasifican en bajo, medio y alto.7 Como las ips privadas no están obligadas a auto reportar el grado de complejidad de los servicios que brindan,
solo se podrá analizar la oferta de servicios de salud, bajo este concepto,
para las ips públicas (alrededor del 20% de las ips).8
De los 1.124 municipios del país, 1.091 tienen ips públicas y, como se
mencionó, 504 solo cuentan con ips de esta naturaleza jurídica.9 De estas
504 entidades territoriales, 57 tienen ips de mediana complejidad y hacen
parte en su mayoría de los departamentos de Cundinamarca, Boyacá y
Norte de Santander, y en una menor proporción de Amazonas, Antioquia,
Bolívar, Caquetá, Guainía, y Vaupés. Estos municipios son precisamente
los que no tienen ips de baja complejidad. En general, cuando se observa
el Mapa 1 se observa que entre las ips de baja y media complejidad existe
esta dinámica: en los municipios donde no hay ips de baja complejidad,
existe al menos una de mediano nivel.
Las 41 ips de alta complejidad existentes están localizadas en 20 municipios, 17 de ellas en Bogotá y 4 en Santander. Uno de ellos, Hato (Santander), hace parte de los municipios que solo tienen ips públicas y, siguiendo
la tendencia antes mencionada, tampoco cuenta con algún prestador de
nivel bajo y medio. Finalmente, en 445 entidades territoriales solo hay ips
de baja complejidad.
4. En cuanto al número de ips por cada 100.000 habitantes, las principales
ciudades del país no lideran el ordenamiento (Cuadro 3). En los municipios que encabezan el listado, la oferta de prestadores está constituida
principalmente por centros y puestos de salud, laboratorios, centros de
rehabilitación, entidades de ortodoncia y ópticas. De hecho, en estas entidades territoriales no hay ninguna ips pública de alta complejidad. Por
En el Anexo Técnico No 1 de la Resolución 1043 de 2006 se determinan cuáles son las condiciones
que debe cumplir un prestador de acuerdo al servicio y el nivel de complejidad en que lo ofrece. Los requisitos
cubren aspectos como recurso humano, instalaciones físicas, dotación y mantenimiento, la gestión de medicamentos y los dispositivos médicos.
7
8
9
152
Para el 1% de las ips públicas (53 ips) tampoco está definido el grado de complejidad.
También hay 19 municipios que solo cuentan con ips privadas; 12 de ellos se encuentran en Chocó.
Fuente: Elaboración propia con base en datos de Registro Especial de Prestadores (reps).
MAPA 1
Colombia: Localización de las ips públicas según su nivel de complejidad, 2013
LA OFERTA DE SERVICIOS DE SALUD EN COLOMBIA, 2012-2013
153
3,3
3,8
4,0
4,1
4,2
4,3
4,4
4,5
4,5
Zaragoza (Antioquia)
Isnos (Huila)
Palmar de Varela (Atlántico)
Algeciras (Huila)
Dabeiba (Antioquia)
Yolombó (Antioquia)
Solano (Caquetá)
Los Córdobas (Córdoba)
Santa Bárbara (Antioquia)
Cúcuta (Norte de Santander)
Popayán (Cauca)
Tolima (Tolima)
Montería (Córdoba)
Pasto (Nariño)
Barranquilla (Atlántico)
Cartagena (Bolívar)
Cali (Valle del Cauca)
Medellín (Antioquia)
Bogotá d.c
Municipio
52,9
75,5
57,1
63,7
46,4
62,8
54,3
50,0
44,3
42,8
por cada
100.000
habitantes
ips
Las principales cabeceras
Mocoa (Putumayo)
Potosí (Nariño)
Remolino (Magdalena)
Roldanillo (Valle del Cauca)
Quibdó (Chocó)
La Uvita (Boyacá)
San Juan del Cesar (La Guajira)
Bugalagrande (Valle del Cauca)
Yotoco (Valle del Cauca)
Santa Rosalía (Vichada)
Municipio
Los primeros diez
Fuentes: Elaboración propia con base en datos de Registro Especial de Prestadores (reps) y Departamento Nacional de Estadísticas (dane).
3,2
por cada
100.000
habitantes
ips
Acevedo (Huila)
Municipio
Los últimos diez
152,8
137,9
121,0
114,6
111,0
110,3
109,9
108,2
105,5
103,2
por cada
100.000
habitantes
ips
CUADRO 3
Colombia: Ordenamiento de municipios de acuerdo al número de ips por cada 100.000 habitantes, 2013
LA OFERTA DE SERVICIOS DE SALUD EN COLOMBIA, 2012-2013
ejemplo, en La Uvita (Boyacá), ubicada en el sexto puesto entre 1.123 mu­
nicipios, solo hay tres ips y todas son puestos de salud.
Si bien el número de ips en cada municipio es un primer indicador de
la posibilidad que tienen sus ciudadanos de acceder a la atención médica, la
composición de la oferta en los municipios que encabezan el listado confirma que hace falta considerar otros elementos para entender qué tan
equipados se encuentran estos para resolver a tiempo los problemas de
salud de sus habitantes.
C. Redes de servicios de salud
Los diferentes prestadores que una eps contrata para atender a sus afiliados
en determinado espacio geográfico conforman una red. La Ley 100 de 1993 estableció que las eps son las encargadas de estructurar la red de servicios para sus
afiliados.10 Por otro lado, las ips públicas localizadas en un mismo departamento
conforman la red hospitalaria pública departamental. Históricamente, esta red
ha atendido principalmente a afiliados del régimen subsidiado y a personas no
aseguradas (o vinculadas). Las eps del régimen subsidiado deben contratar al menos el 60% del gasto en salud con ips de esta naturaleza jurídica (Congreso de la
República, 2007) y también son contratadas por las entidades territoriales para
realizar actividades de salud pública.
Dado que se hicieron evidentes una falta de desarrollo y organización de la red
y desequilibrios entre la oferta y la demanda de servicios de salud en distintas regiones, (Arroyave, 2009, p. 335), desde 1999 el Gobierno ha venido desarrollando
el proyecto de mejoramiento, fortalecimiento y ajuste de la gestión de las instituciones que conforman la red pública hospitalaria, con el propósito de mejorar la
estructura de sus costos y su productividad.
En 2004 se inició el Programa de Reorganización, Rediseño y Modernización
de las redes de prestación de servicios de salud, financiado con créditos otorgados por el Banco Interamericano de Desarrollo (bid), y recursos de las entidades
Según la Organización Panamericana de la Salud (2011, p. 231), algunas eps habrían sacado ventaja de
esta posición construyendo sus propias redes de centros médicos, apoyo diagnóstico, o redes que incluían todos
los niveles de atención.
10
155
KARELYS GUZMÁN FINOL
territoriales y de la Nación. Como parte del programa, entre 2002 y 2010, 268
ips de 28 departamentos suscribieron voluntariamente convenios de desempeño
asociados a créditos condonables, para adecuar la estructura de sus recursos humanos y hacer posible su autofinanciamiento (Arroyave, 2009; Glasssman, et al.,
2010; dnp, s.f.).
Según el dnp (s.f., p. 3), 31 entidades territoriales, entre departamentos y distritos, contaban (aproximadamente en 2010) con un diseño de red de prestación de
servicios de salud aprobado por el Ministerio de la Protección Social. Dichos diseños se derivaron de estudios de la organización de la red del departamento desde
el punto de vista de la demanda de servicios, incluyendo perfil epidemiológico,
nivel de aseguramiento y frecuencia de uso de servicios, contrastado con la capacidad instalada, el recurso humano y las condiciones financieras de cada entidad
territorial. Solo en La Guajira y Guainía no se habían iniciado estos estudios.
La Ley 1438 de 2011 introdujo el concepto de Redes Integradas de Servicios
de Salud (riss), definiéndolas como “el conjunto de organizaciones o redes que
prestan servicios o hacen acuerdos para prestar servicios de salud individuales
y/o colectivos, más eficientes, equitativos, integrales, continuos a una población
definida, dispuesta conforme a la demanda” (Congreso de la República, 2011). A
partir de esta Ley, la red al interior de un espacio poblacional determinado debe
ser organizada por las eps y las entidades territoriales, no solo por las eps, como
antes. 11 Además, dentro de la red deberían incluirse prestadores públicos, priva­
dos y mixtos. Para la Organización Panamericana de la Salud (ops) (2011) las redes
propuestas bajo ese marco legal no cumplen los atributos esenciales de las riss,
existe una reglamentación contradictoria en el país y subsisten ineficiencias, por
lo cual el sistema de salud tendría que enfrentar varios retos.
Identificar diferencias entre redes de distintas regiones presenta algunas dificultades. Si el análisis se limita a la red pública, se debe notar que para identificar
la red de un departamento no basta con conocer cuáles son los hospitales públicos con que cuenta, sino también es necesario conocer el proceso de referencia y
contra referencia de los pacientes, que no necesariamente implica que estos van a
ser transferidos a prestadores ubicados al interior de la misma entidad territorial.
Es decir, puede suceder que una eps autorice la realización de un tratamiento o
consulta en un municipio distinto a aquel donde residen sus afiliados, aunque en
11
La entidad territorial sería ser el departamento, distrito o municipio, dependiendo de si este último está
certificado.
156
LA OFERTA DE SERVICIOS DE SALUD EN COLOMBIA, 2012-2013
el lugar de residencia sí se ofrezca el servicio requerido. Además, al interior de un
municipio cada eps tiene su propia red y esta es dinámica: una eps puede cambiar
de ips, de laboratorio o simplemente suspender los contratos de un perio­do a
otro. La red que cubre dos habitantes de un mismo municipio puede ser diferente si uno pertenece al régimen subsidiado y el otro al contributivo.
Por estas razones los análisis en el presente trabajo no se realizarán a nivel
de redes sino a nivel de prestadores. Como ya se mencionó, un gran número de
municipios depende exclusivamente de una o dos ips, en la mayoría de los casos
pública. Conviene saber, entonces, si existen diferencias entre regiones en la capacidad instalada y en los servicios efectivamente ofrecidos.
D. Capacidad instalada
La información sobre capacidad instalada en el país proviene principalmente
de dos fuentes. Una es el Registro Especial de Prestadores (reps), que permite
conocer la disponibilidad de recursos, tales como camas, salas de quirófano y de
parto, y ambulancias. De los prestadores existentes, el 17% de las ips, el 87%
de las entidades con transporte especial de pacientes y el 8% de las empresas con
objeto social diferente, cuentan con alguna de estas facilidades. Es decir, 3.666 de
56.174 prestadores ofrecen servicios hospitalarios, quirúrgicos y/o de transporte
especial de pacientes. En el país como un todo, 57% de las camas, 76% de las salas
de quirófanos y 51% de las ambulancias son de naturaleza privada (Cuadro 4).
Sin embargo, en 10 departamentos 61% de las camas provienen de prestadores
privados.12
Según el reps, en 2013 existían 15 camas por cada 10.000 habitantes. Por otro
lado, según las estadísticas sanitarias de la Organización Mundial de la Salud
(oms, 2012), el promedio entre 2005 y 2012 de este indicador en el grupo de países con un nivel ingresos medio alto, en el que se incluye a Colombia, fue de 27
camas por cada 10.000 habitantes y en los de ingresos altos fue de 37.13 En Amé-
12
Antioquia, Atlántico, Bogotá, Caldas, La Guajira, Magdalena, Nariño, Risaralda, Santander y Sucre.
La oms clasifica a sus países miembros según el ingreso en las categorías bajo, medio bajo, medio alto
y alto. También los clasifica por su ubicación geográfica en cinco regiones: África, Américas, Asia Suroriental,
Europa, Mediterráneo Oriental y Pacífico Occidental. No incluyen información sobre la región de África. Para
conocer en detalle los parámetros de las clasificaciones, consultar oms (2012, pp. 130-131).
13
157
KARELYS GUZMÁN FINOL
CUADRO 4
Colombia: Capacidad instalada por naturaleza jurídica, 2013
Facilidad
Ambulancias
Camas
Salas de quirófanos
Salas de parto
Pública
Privada
Mixta
Total
1.988
2.048
15
4.051
29.460
40.679
1.395
71.534
681
2.299
40
3.020
1.160
438
16
1.614
Fuente: Elaboración propia con base en datos de Registro Especial de Prestadores (reps).
rica Latina, el promedio fue de 24, superando solo a Asia Sudoriental y el Mediterráneo Oriental. En Europa el promedio es de 60 camas por cada 10.000
habitantes.14 La diferencia entre las cifras presentadas por reps y la oms puede
deberse a sus fuentes de información, además del periodo que consideran. De
hecho, el documento de la oms no especifica sus fuentes.
Las diferencias regionales en la capacidad instalada pueden observarse en el
Gráfico 9. Si bien Bogotá, Antioquia, Valle del Cauca, Atlántico y Santander
tienen el mayor número de facilidades, no sucede lo mismo al controlar por la
población. Incluso varios de estos departamentos finalizan el ordenamiento en
cuanto al número de salas de parto por cada 100.000 habitantes. Tampoco sobresalen si se trata del número de ambulancias o camas. Por su parte, regiones de
frontera como Vaupés, Amazonas, Chocó y Guainía figuran como las de menos
ambulancias por cada 100.000 habitantes, estando en desventaja en cuanto al
número de ips, como se mostró en el Gráfico 8.
La segunda fuente de datos sobre la capacidad instalada es el Sistema de Información Hospitalaria (siho), que reúne información financiera, técnica y administrativa de las ips públicas (sedes principales y alternas). Para 2012 existe
información de 998 ips distribuidas en 856 municipios (93% de las registradas
en el reps en 2013). Entre 2002 y 2012 no hubo grandes cambios en la capacidad hospitalaria pública: por un lado, se dieron ligeros aumentos en el número
El informe advierte que, como la metodología de conteo en cada país puede ser distinta, es probable
que las cifras no sean comprables. Sin embargo, la comparación brinda un panorama general de la situación de
Colombia frente a otros países.
14
158
GRÁFICO 9
Colombia: Capacidad instalada por departamento, 2013
(b) Salas quirófano por cada 100.000 habitantes
(a) Ambulancias por cada 100.000 habitantes
Casanare
Meta
Putumayo
Boyacá
Guaviare
Tolima
Huila
Sucre
Santander
Vichada
Cesar
Cauca
Caldas
Caquetá
Norte de Santander
Arauca
Quindío
Nariño
Cundinamarca
Magdalena
Valle del Cauca
Bogotá D.C.
Risaralda
La Guajira
Córdoba
Atlántico
Antioquia
San Andrés
Guainía
Bolívar
Chocó
Amazonas
Vaupés
3
3
2
12
12
11
11
10
10
10
10
10
10
10
9
9
8
8
8
7
7
7
6
6
6
5
5
5
17
17
23
21
28
(c) Camas por cada 100.000 habitantes
Sucre
Caldas
Magdalena
Quindío
Atlántico
Cesar
Santander
Amazonas
Bogotá D.C.
San Andrés
Meta
Valle del Cauca
Risaralda
Vichada
Tolima
Guinía
Nariño
Bolívar
Antioquia
Huila
Córdoba
Chocó
Norte de Santander
Putumayo
Caquetá
La Guajira
Guaviare
Casanare
Arauca
Boyacá
Cundinamarca
Cauca
Vaupés
75
199
192
191
187
185
183
169
168
166
166
164
160
157
149
147
145
142
136
134
133
133
131
128
128
124
121
115
109
108
96
94
Amazonas
San Andrés
Atlántico
Valle del Cauca
Bogotá D.C.
Santander
Magdalena
Cesar
Risaralda
Caldas
Vichada
Meta
Quindío
Bolívar
Sucre
Antioquia
Norte de Santander
Huila
Arauca
Guainía
Nariño
La Guajira
Córdoba
Putumayo
Boyacá
Tolima
Cauca
Cundinamarca
Caquetá
Chocó
Casanare
Vaupés
Guaviare
10,6
10,5
9,3
7,9
7,8
7,8
7,5
7,3
7,3
7,3
6,5
6,4
6,3
6,0
5,5
5,2
5,1
5,1
5,0
4,6
4,5
4,2
4,2
4,1
4,1
3,5
3,1
3,0
2,7
2,6
2,3
1,9
14,8
(d) Salas de parto por cada 100.000 habitantes
234
Vichada
Guinía
Magdalena
Vaupés
Chocó
Amazonas
Caquetá
Sucre
Casanare
Santander
Guaviare
Norte de Santander
Cesar
Huila
Nariño
Tolima
Cauca
Meta
Caldas
San Andrés
Putumayo
Bolívar
Atlántico
Boyacá
Risaralda
La Guajira
Córdoba
Quindío
Antioquia
Cundinamarca
Arauca
Valle del Cauca
Bogotá D.C.
7,5
7,4
7,0
6,9
6,7
6,4
6,1
6,1
5,9
5,6
5,1
5,1
4,7
4,7
4,4
4,4
4,3
4,3
4,0
3,9
3,5
3,3
3,3
3,3
3,1
2,9
2,9
2,8
2,6
2,3
2,3
1,3
13,1
Fuente: Elaboración propia con base en datos del Registro Especial de Prestadores (reps).
159
KARELYS GUZMÁN FINOL
de consultorios y unidades de odontología; por otro, hubo disminuciones de la
cantidad de camas, salas de quirófanos y mesas de parto (Cuadro 5). Esto podría
indicar que las atenciones de mayor complejidad están pasando a ser resueltas
por las ips privadas.
CUADRO 5
Colombia: Número de facilidades por cada cien mil habitantes
en las ips públicas, 2002, 2008 y 2012
Facilidad
Año
2002
2008
2012
Camas
73
71
72
Consultorios de consulta externa
15
36
20
Consultorios en el servicio de urgencias
4
6
7
Salas de quirófanos
2
1
1
Mesas de partos
4
3
3
Número de unidades de odontología
7
14
9
Fuente: Elaboración propia con base en Sistema de Información Hospitalaria (siho).
Cuando se compara la capacidad instalada de los municipios que solo cuentan con ips públicas con la del resto de municipios donde existen también ips
privadas y mixtas, quizás no sorprende que los últimos estén mejor equipados
que los primeros. Sin embargo, cuando se controla por el número de habitantes
sucede lo contrario, al menos en términos del número de ambulancias y salas de
parto (Cuadro 6). Esto suscita el interrogante de si la capacidad instalada de aquellos municipios, con tener un mayor número de ips que concentran una mayor
población y que muy seguramente ofrecen un mayor número de servicios, es en
realidad suficiente para brindar una atención oportuna a los afiliados. Haría falta ahondar en este tema y definir umbrales que permitan definir situaciones de
alerta a nivel municipal o regional. Además, es necesario conocer el inventario
completo de consultorios y unidades de odontología en los municipios que cuentan con ips de diversas naturalezas jurídicas para poder realizar comparaciones.
Entre los municipios con solo ips públicas, 93% no poseen salas de quirófano,
31% no poseen salas de partos y 29% no tienen camas. Para el resto de municipios
de la muestra, 60% no cuenta con salas de quirófanos, 11% no tienen salas de
160
LA OFERTA DE SERVICIOS DE SALUD EN COLOMBIA, 2012-2013
CUADRO 6
Colombia: Capacidad instalada, 2012-2013
(municipios con solo ips públicas y resto de municipios)
Capacidad instalada total
Facilidad
Camas
Municipios
con solo ips
públicas
(Por cada cien mil habitantes)
reps
2013
siho
Resto de
Municipios
Municipios
municipios con solo ips Resto de con solo ips
municipios
públicas
públicas
2012
Resto de
municipios
3.603
67.931
78
161
80
77
Ambulancias
669
3.382
14
8
nd
nd
Salas de partos
377
1.237
8
3
nd
nd
53
2.967
1
7
0
2
Consultorios para
consulta externa*
1.306
8.215
nd
nd
34
21
Consultorios para
urgencias*
1.787
1.536
nd
nd
47
4
816
3.213
nd
nd
21
8
486
598
366
490
Salas de quirófanos
Unidades de
odontología*
Observaciones
Notas: nd: Datos no disponibles. *Información obtenida de siho (2012).
Fuentes: Elaboración propia con base en el Registro Especial de Prestadores (reps) y el Sistema de
Información Hospitalaria (siho).
parto y 6% no ofrecen camas.15 De nuevo, las diferencias saltan a la vista y no
favorecen a aquellos municipios que solo cuentan con ips públicas.
Si este modelo de operación del sistema de salud, en el cual las ips públicas se
ubican principalmente donde también están las privadas y mixtas, es coherente
con el propósito de lograr acceso a la salud para todos, se debe constatar que la
distancia a otros prestadores de mayor nivel de complejidad, o que ofrecen determinados servicios, no es un obstáculo para que las personas que habitan en estos
municipios obtengan de manera oportuna la atención médica que requieren.
15
Cálculos realizados a partir del reps, 2013.
161
KARELYS GUZMÁN FINOL
Al revisar en detalle el caso de cada facilidad se encuentran algunos aspectos
que llaman la atención. Primero, las principales ciudades del país no se encuentran entre los diez municipios con mayor número de facilidades públicas por
cada 100.000 habitantes. Por el contrario, algunas de ellas sí están en la lista de
los diez municipios con menos facilidades. Es el caso de Barranquilla, que se encuentra en la lista de los “10 menos” en todas las facilidades, excepto en camas y
quirófanos, debido a que la oferta de ips allí es 93% privada. Lo mismo sucede en
Cali, Medellín y Bogotá, que se encuentran en la lista de los 10 municipios con
menos mesas de parto públicas por cada 100.000 habitantes; y en Barranquilla,
Medellín y Cartagena con las salas de quirófano. Esto implica que en estas ciudades los partos y cirugías se atienden principalmente en ips privadas.
Por otro lado, cuando se controla por el número de habitantes, las menores
diferencias se dan en el número de quirófanos públicos. El municipio de Soatá
(Boyacá) encabeza la lista con 26 quirófanos por cada 100.000 habitantes y Dosquebradas (Risaralda) es la última con un quirófano. Por el contrario, entre el primero y el último municipio de otras listas, la diferencia es de 22.782 consultorios
para urgencias, 2.610 camas y 793 consultorios para consulta externa por cada
100.000 habitantes.
Varios municipios de Boyacá, como Soatá, Guateque, Paya y Pisba, se encuentran en la lista de municipios con mayor número de facilidades por habitante.
Sin embargo, en el número de camas, de los 59 municipios que no poseen ninguna, 52 son de ese departamento. De nuevo, la distancia y la disponibilidad de
medios de transporte para llegar a los centros de atención que sí cuentan con
esta facilidad, propia de los servicios que no son ambulatorios, juegan un papel
fundamental para garantizar el acceso a los servicios.
Como lo habían advertido Sarmiento, et al. (2005, p. 20), no existe información sobre la cantidad de otro tipo de salas y equipos, por ejemplo incubadoras,
consultorios no médicos (enfermería, curación, nutrición etc.), salas de rehabilitación, salas de radiología, salas de ecografía y laboratorios de patología. Sin embargo, a partir del reps es posible conocer los servicios habilitados por prestador
en cada municipio, con lo que se da por sentado la existencia de las condiciones
tecnológicas y científicas indispensables para su prestación, si bien al menos esta
base de datos no identifica la cantidad existente de cada insumo o equipo. Por
ejemplo, se puede saber en qué municipios se realizan diálisis renales, mas no con
cuantas sillas hay para la realización de este procedimiento. Por lo tanto, quedan
por fuera consideraciones como el grado de utilización o aprovechamiento de las
facilidades y si hay sobre oferta o escasez de las mismas.
162
LA OFERTA DE SERVICIOS DE SALUD EN COLOMBIA, 2012-2013
E. Servicios de salud16
Existen 234 servicios de salud susceptibles de ser habilitados por los prestadores ante la respectiva entidad departamental o distrital de salud, los cuales son
ofrecidos en las modalidades de intramural, extramural y telemedicina. Para el
caso del transporte especial de pacientes, las modalidades son terrestre, aérea y
marítima o fluvial.
La modalidad intramural es la atención ambulatoria y hospitalaria que se
realiza en una misma estructura de salud. La modalidad extramural son aquellos
servicios que se ofrecen a la población en espacios no destinados a salud o espacios de salud de áreas de difícil acceso que no cuentan con servicios quirúrgicos
habilitados. Por su parte, telemedicina consiste de la prestación de servicios de
salud a distancia en los componentes de promoción, prevención, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación, por profesionales de la salud que utilizan tecnologías
de la información y la comunicación. Estas les permiten intercambiar datos para
facilitar el acceso y la oportunidad en la prestación de servicios de salud a la población que presenta en su lugar de residencia limitaciones de oferta, de acceso a
los servicios o de ambos (msps, 2013).
El 64% de los departamentos cuentan con más del 70% de los servicios, mientras que los menos poblados (Amazonas, Guainía, Guaviare, Vaupés, Vichada, y
San Andrés y Providencia) ofrecen menos del 50% de los mismos, teniendo sus
principales carencias en diversos tipos de consulta externa, los servicios quirúrgicos y los de diagnóstico y complementación terapéutica.
Los departamentos con el mayor número de ips (Gráfico 7) también son los
que ofrecen más servicios, al igual que las capitales departamentales. De un total
de 1.124 municipios en Colombia, 76% ofrece entre 11 y 40 servicios; 10% ofrece
entre 40 y 100 servicios; 4% ofrece entre 100 y 200; 0,4%, que corresponden a las
cinco ciudades principales, ofrecen más de 200 servicios, y 1% (diez municipios)
no ofrece ningún servicio, pues no cuenta con ningún tipo de prestador (Mapa
2). Por otro lado, entre los diez municipios con mayor número de ips por cada
100.000 habitantes (ver Cuadro 3), seis ofrecen menos de 50 servicios y los restantes no brindan ni la mitad de los servicios disponibles.
16
Esta sección se basa en reps del Ministerio de la Protección Social, que publica datos sobre los servicios
prestados por el 98% de las ips (sedes principal y alternas) en Colombia.
163
KARELYS GUZMÁN FINOL
MAPA 2
Colombia: Cantidad de servicios de salud prestados por municipios, 2013
Fuente: Elaboración propia con base en Registro Especial de Prestadores (reps).
164
LA OFERTA DE SERVICIOS DE SALUD EN COLOMBIA, 2012-2013
El número de servicios ofrecidos en los municipios donde coexisten ips de
distinta naturaleza puede llegar a ser más de cuatro veces los ofrecidos en los que
solo hay ips públicas. En promedio los primeros ofrecen más del doble que los
segundos (Cuadro 7).
Las diferencias entre los municipios son más notorias cuando se tiene en
cuenta la clasificación de los servicios según la etapa de atención al paciente. Por
lo común, el paciente primero asiste a consulta externa con el médico general o
especialista, que luego le ordena algunos exámenes de diagnóstico. Finalmente,
se encuentran los procedimientos quirúrgicos, que podrían ser de mayor complejidad que los servicios anteriores. En el Mapa 3 se identifican zonas que prestan
un menor número de servicios en la medida en que su complejidad aumenta.
Es cierto que no necesariamente el modelo de prestación de servicios de salud
más eficiente en Colombia es aquel en que cada municipio cuenta con todos los
servicios. Sin embargo, podría ser el caso que el escenario más eficiente no sea
compatible con aquel que garantiza oportuno acceso. En este debate deben considerarse algunos elementos adicionales:
1. Los costos de viaje: En caso de que un paciente requiera trasladarse a otro
municipio para acceder a un servicio cubierto por el pos que no está dispo­
nible en su lugar de residencia, el paciente debe cubrir los costos de transporte [Comisión de Regulación en Salud (cres), 2011]. En 2013, 10% de la
población en Colombia no estaba afiliada al sgsss — un grupo para el cual
presumiblemente era más difícil acceder al servicio pues, además de pagar
la consulta, debían asumir los costos del desplazamiento.
CUADRO 7
Colombia: Cantidad de servicios de salud ofrecidos, 2013
Tipo de municipios
Mínimo
Máximo
Promedio
Municipios con solo ips
públicas
4
52
18
Municipios con ips de
distintas naturalezas
4
227
46
Fuente: Elaboración propia con base en datos de Registro Especial de Prestadores (reps).
165
166
Fuente: Elaboración propia con base en datos de Registro Especial de Prestadores (reps).
MAPA 3
Colombia: Oferta de servicios municipal según el tipo de servicio, 2013
KARELYS GUZMÁN FINOL
LA OFERTA DE SERVICIOS DE SALUD EN COLOMBIA, 2012-2013
2. La frecuencia con que se requiere el servicio: Según la incidencia de las
enfermedades por municipio o región, puede variar el porcentaje de utilización de ciertas especialidades (en el caso de la consulta externa) o tipos
de procedimientos quirúrgicos, lo que determina si su oferta es suficiente.
Por lo tanto, puede ser natural, en razón de las economías de escala, que
ese tipo de atenciones se ofrezcan solo en algunos municipios.
Lo anterior implica que cuando un municipio como Bogotá, por ejemplo, tiene 227 servicios habilitados, mientras que los municipios que lo
rodean ofrecen en promedio 38 servicios, es muy probable que las eps remitan a sus pacientes a la capital para recibir ciertas atenciones.17 Teniendo en cuenta que, en lo que concierne específicamente a estos servicios,
la demanda por atender en Bogotá excede la población que reside allí, las
eps deberían asegurarse de que la capacidad instalada y/o número de profesionales de las ips que contraten permita la prestación oportuna de los
servicios. Al menos en cuanto al número de ambulancias y salas de parto,
la capital no está en los primeros lugares en el listado departamental, y
ocupa los puestos noveno y quinto en las listas de quirófanos y camas, a
pesar de ser la entidad territorial con mayor población.
3. Las consultas externas con especialistas y las cirugías se programan con
determinado tiempo de anticipación. En el evento de que este servicio no
se ofrezca en el lugar de residencia del paciente, independientemente de
los costos de transporte, este cuenta con tiempo para planificar su desplazamiento. Sin embargo, un accidente o el diagnóstico realizado en el
servicio de urgencias pueden implicar la necesidad de un procedimiento
quirúrgico para lo cual la red hospitalaria de ciertos municipios no esté
preparada. En estos casos, la disponibilidad de ambulancias, la distancia a
la ips que cuente con el servicio requerido y la duración del recorrido harían la diferencia entre la vida y la muerte. Al respecto, es curioso que los
departamentos que menos servicios quirúrgicos prestan (Gráfico 9) sean
los que cuentan con el menor número de ambulancias. Este es el caso de
Amazonas, Guainía, Guaviare, Vaupés y Vichada.
En conclusión existen en Colombia amplias diferencias entre los municipios
en el número de servicios de salud ofrecidos. De 234 disponibles en el país, el
17
Alrededor de Bogotá hay 14 municipios de Cundinamarca y tres del Meta.
167
KARELYS GUZMÁN FINOL
74% de las entidades territoriales brindan menos de 40. Estas disparidades se
acentúan cuando se trata de servicios que requieren mayor complejidad, como
cirugías, ciertas especialidades y servicios de diagnóstico. ¿Funciona bien así el
sistema? Los costos de viaje, la frecuencia de utilización o necesidad de ciertos
servicios y la capacidad de la red hospitalaria para resolver las urgencias merecen
un análisis detallado.
V. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
Con base en este examen de diferentes aspectos relacionados con la oferta de
servicios de salud, se pueden extraer varias conclusiones.
En primer lugar, en 45% de los municipios colombianos solo existen ips públicas; 73% de estos solo tiene una ips. Este grupo de entidades territoriales está
en desventaja con respecto al resto de municipios en cuanto a la capacidad instalada, especialmente la necesaria para la prestación de servicios de alta complejidad. También lo está con respecto al número de servicios ofrecidos, pues, en
promedio, cuentan con menos de la mitad de los servicios disponibles en el país.
Hay un segundo hecho digno de resaltarse: de un total de 1.124 municipios en
Colombia, y teniendo en cuenta que hay 234 tipos de servicios que pueden ofrecerse, 76% ofrecen apenas entre 11 y 40 servicios; 0,4% de ellos, correspondiente
a las cinco ciudades principales, ofrece más de 200 servicios. Si se discriminan
los servicios según su nivel de complejidad, es evidente que los municipios van
ofreciendo cada vez menos servicios en cuanto se avanza de una consulta externa
a un examen diagnóstico. Cuando se trata de procedimientos quirúrgicos, una
gran parte del territorio nacional, especialmente el suroriente del país, no ofrece
ningún tipo de atención.
En tercer lugar, es cierto que no necesariamente el modelo de prestación de
servicios de salud más eficiente en Colombia es aquel en el cual cada municipio
cuenta con todos los servicios. Sin embargo, podría ser el caso que el escenario
más eficiente no sea compatible con aquel que garantiza acceso oportuno. En
el contexto colombiano, donde la oferta de servicios y, por ende, la capacidad
instalada se ha concentrado en ciertos municipios en donde reside gran parte de
la población nacional, deben considerarse elementos adicionales. Un ejemplo
son los costos de viaje que deben ser cubiertos por los pacientes en cuánto deban
desplazarse a otro municipio para acceder a un servicio no disponible en su lugar
de residencia, lo cual es una barrera de acceso a la atención.
168
LA OFERTA DE SERVICIOS DE SALUD EN COLOMBIA, 2012-2013
En cuarto lugar, si se supone que los costos de viaje son cero y se tiene en cuenta que ciertas consultas externas y procedimientos quirúrgicos se planifican con
antelación, entonces el hecho de que las especialidades médicas y otros de mayor
complejidad se ofrecen en los centros urbanos más poblados, podría ser compatible con el acceso garantizado de la población a los servicios, siempre y cuando
el recurso humano y capacidad instalada disponibles en aquellas ciudades sean
suficientes no solo para atender a sus residentes, sino también a los usuarios
visitantes. Entre los departamentos con mayor número de ips por cada 100.000
habitantes no se encuentran los de mayor población, lo que podría ser una señal
de alerta. Así como lo es también el hecho de que, entre 2008 y 2012, en las
cinco principales capitales (Bogotá, Medellín, Cali, Cartagena y Barranquilla),
se redujo el porcentaje de personas que se sienten satisfechas con los servicios,
mientras que aumentó la proporción de las que se sientes insatisfechas (Reina,
2014, p. 18).
De lo anterior se desprenden algunas recomendaciones. La primera es que se
deben identificar los servicios más demandados y evaluar si se están suministrando oportunamente, teniendo en cuenta su distribución geográfica y la de las ips
contratadas por cada eps. Para ello sería útil hacer seguimiento a los patrones de
morbilidad y mortalidad en el país.
En segundo lugar, se debe ampliar la cobertura del reporte de los indicadores
de calidad suministrado por las ips para que, teniendo una muestra significativa
del número de prestadores del país, se puedan hacer evaluaciones más completas. Una estrategia para lograr esto sería enfocarse primero en los prestadores que
atienden el mayor número de pacientes en el país y asegurar que envíen correctamente la información de sus indicadores de calidad. Posteriormente se concentrarían los esfuerzos en el resto de prestadores. También podrían crearse nuevos
indicadores que den cuenta de servicios que no están siendo evaluados en la
actualidad. Por ejemplo, el tiempo de respuesta del servicio del transporte especial de pacientes que prestan las ambulancias. Adicionalmente, encuestas usadas
regularmente en la literatura, como la Nacional de Calidad de Vida y las de Percepción Ciudadana Cómo Vamos, deberían usarse para identificar las brechas
entre necesidad y acceso a servicios médicos específicos, tales como las consultas
con especialistas y los exámenes diagnósticos. Estas medidas podrían servir para
complementar y contrarrestar los indicadores de calidad reportados por las ips.
Tercero, los departamentos del suroriente (Amazonas, Guainía, Guaviare,
Vaupés y Vichada), que son los que ofrecen un menor número de servicios, son,
169
KARELYS GUZMÁN FINOL
al mismo tiempo, los que cuentan con el menor número de ambulancias. Por
lo tanto, debería fortalecerse este servicio, teniendo en cuenta las características
geográficas de la zona, y/o impulsar la creación de prestadores con la capacidad
instalada suficiente para brindar los servicios de salud que se requieran con más
urgencia, especialmente cuando se trate de contingencias como un accidente. Se
precisan estudios que determinen los factores del lado de la oferta que afecten
el acceso a los servicios, especialmente en estas zonas apartadas (Tovar-Cuevas y
Arrivillaga-Quintero, 2014, p. 23).
En cuarto lugar, teniendo en cuenta que pocos municipios cuentan con hospitales públicos de nivel ii, se debe aumentar su capacidad instalada, ya que generalmente funcionan como hospitales de carácter regional y atienden pacientes no
sólo de las ciudades donde se encuentran ubicados sino de municipios aledaños.
Por último, cabe señalar que hay varios temas por estudiar, aparte de los mencionados con anterioridad. Uno de ellos es la oferta y demanda de recurso humano. Otros son la relación entre la eficiencia hospitalaria, la situación financiera
de las ips y la calidad de los servicios. Además, se debe profundizar el análisis de
otros determinantes del acceso por el lado de la oferta: la organización de las
redes de servicios de las eps, la cantidad de trámites que debe realizar un usuario
para ser atendido, la negación de la atención, el mal servicio, la efectividad de los
tratamientos y las distancias a los centros de atención. Sin embargo, esto implica
que se mejore la cobertura y validez de los sistemas de información disponibles.
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174
EL ACCESO A LA CONSULTA MÉDICA
GENERAL EN COLOMBIA, 1997-2012
JHORLAND AYALA GARCÍA*
RESUMEN
A partir de los datos de la Encuesta Nacional de Calidad de Vida 2012, este
trabajo evalúa los determinantes del acceso a los servicios médicos en Colombia,
considerando en conjunto características de la oferta y la demanda de servicios
de salud. Se encontró que el acceso a los servicios médicos se redujo entre 1997
y 2012. Este comportamiento fue desigual al interior de las regiones: Antioquia y la región Oriental experimentaron un aumento en el indicador, mientras
que las regiones Caribe, Centro, Bogotá, San Andrés, Providencia y Santa Catalina, Orinoquía y Amazonía registraron disminuciones. Los resultados de los
modelos Probit muestran que las características de la demanda explican en mayor
medida la probabilidad de acceso que las características de la oferta. Por último,
se encontraron diferencias regionales significativas en el acceso para 2012.
Palabras clave: Colombia, acceso a servicios médicos, modelos Probit, diferencias regionales.
Clasificaciones jel: I11, I13, I14.
* El autor es economista del Centro de Estudios Económicos Regionales (ceer), Banco de la República,
Cartagena. Correo electrónico: [email protected]. Agradece de manera especial los comentarios de Jaime
Bonet, Karina Acosta y Antonio Orozco, y también la valiosa colaboración de Harrison Sandoval como asistente
de investigación. Una versión preliminar de este trabajo apareció con el título de “La salud en Colombia: más
cobertura pero menos acceso”, Documentos de Trabajo sobre Economía Regional, No. 204, ceer, Banco de la
República, julio de 2014. Recibido: febrero 11 de 2015; aceptado: marzo 22 de 2015.
Economía & Región, Vol. 9, No. 1, (Cartagena, junio 2015), pp. 175-207.
175
JHORLAND AYALA GARCÍA
ABSTRACT
General Access to Medical Consultation in Colombia, 1997-2012
This paper studies the determinants of access to health care services in Colombia with data from the 2012 National Quality of Life Survey, jointly considering characteristics of supply and demand. I find that access to medical services
decreased in Colombia between 1997 and 2012. This performance was uneven
within regions: Antioquia and the Oriental region show an increase in the indicator, while the Caribbean, Central, Bogotá, San Andrés, Providencia and Santa
Catalina, Orinoco and Amazon regions reported decreases. Probit models show
that demand characteristics explain more the probability of access than characteristics of supply. Finally, significant regional differences in access were observed
in 2012.
Keywords: Colombia, access to health care services, Probit models, regional
differences.
jel
Classifications: I11, I13, I14.
I. INTRODUCCIÓN
Uno de los principales desafíos que afronta el actual Sistema General de Segu­
ridad Social en Salud (sgsss) en Colombia es el acceso a los servicios médicos
(Vargas, et al., 2010). Ello se debe a que, a pesar del aumento en la cobertura del
aseguramiento, de 56,9% a 90,8% entre 1997 y 2012, el acceso a los servicios de
salud en Colombia, entendido como el porcentaje de personas que utilizó los
servicios médicos al momento de necesitarlos, disminuyó en el mismo período, de
79,1% a 75,5%, según la Encuesta Nacional de Calidad de Vida (encv) (Céspedes, et al., 2000; Restrepo, et al., 2007).
Para interpretar esto es necesario tener en cuenta la diferencia entre los conceptos de cobertura y acceso. Si bien el aumento de la cobertura fue el mecanismo a través del cual la Ley 100 de 1993 pretendía facilitar el acceso a la salud en
Colombia (ges, 2011), este no es el único factor que determina la utilización de
los servicios. Aunque una persona esté asegurada por el sgsss, persisten ciertas
barreras que pueden evitar que reciba atención médica en caso de necesitarla.
Algunas de estas barreras se relacionan con la oferta, como la falta de centros de
atención o una mala calidad del servicio; otras se relacionan con la demanda,
176
EL ACCESO A LA CONSULTA MÉDICA GENERAL EN COLOMBIA, 1997-2012
como la falta de dinero o la necesidad de atención médica percibida por las
personas.
En vista de lo anterior, una forma de mejorar el funcionamiento del sistema
de salud colombiano es aumentar el acceso a los servicios médicos. Para ello es
necesario conocer cuáles son sus principales determinantes y qué herramientas
de política se pueden utilizar para llegar a niveles de acceso cercanos al 100%.
Asimismo, si existen diferencias regionales en el acceso al sistema, se debe evaluar
si las políticas deben estar focalizadas en mayor medida en algunas regiones.
Esta investigación parte de un modelo que diferencia entre el acceso potencial,
determinado por las características del sistema de salud, como la distancia que
separa a los hogares del centro de salud más cercano, y el acceso realizado, que
depende de indicadores de uso de los servicios médicos y la satisfacción asociada
(Andersen, et al., 1983). Según este modelo, el acceso puede medirse con indicadores de utilización de los servicios, como visitas al médico u odontólogo, admisión al centro médico y exámenes preventivos, entre otros, y con indicadores de
satisfacción, como los tiempos de desplazamiento o espera, los costos de las citas
médicas y la calidad percibida del servicio.
Diversos estudios empíricos han utilizado medidas de acceso potencial, como
la distancia o el tiempo de viaje al centro de atención más cercano (Christie y
Fone, 2002; Pérez, 2013). Pero estas medidas son deficientes pues suponen que
estar cerca del centro de atención equivale a tener acceso, e ignoran la existencia
de barreras relacionadas con la demanda de salud, como la falta de dinero, que
impiden que las personas usen los servicios médicos. Así, una buena medida de
acceso debe considerar la utilización de los servicios cuando las personas los
necesitan, razón por la cual en este estudio se emplea el acceso realizado y no el
potencial.
En Colombia se ha estudiado ampliamente el acceso a los servicios médicos
y su relación con características de los usuarios y del sistema de salud. Diversos
estudios empíricos han encontrado una fuerte relación entre el acceso realizado y
variables socioeconómicas y del sistema de salud, como la edad, el sexo, la raza, el
estado civil, el nivel de escolaridad, el ingreso, el tamaño del hogar, la ubicación
geográfica, la cobertura de aseguramiento y el régimen de afiliación (Guarnizo y
Agudelo, 2008; Restrepo, et al., 2007; Zambrano, et al., 2008; Mejía, et al., 2007;
Vargas y Molina, 2009).
Sin embargo, son escasos los trabajos que evalúan conjuntamente el uso de
los servicios médicos, controlando por la necesidad de los mismos y las características de la oferta (Vargas, et al., 2010). Aquellos que lo hacen se han enfocado en
177
JHORLAND AYALA GARCÍA
tipos particulares de atención, como las consultas por maternidad (Aguado, et al.,
2007) y la vacunación (Acosta, et al., 2005), encontrando que las características
del sistema de salud son determinantes importantes del acceso. Sin embargo, en
la revisión bibliográfica para el presente trabajo no se encontró ningún estudio
que use los datos de la encv de 2012 o que analice el acceso a la consulta general.
Por lo anterior, el principal aporte de este artículo es el análisis del acceso a la consulta médica general y sus determinantes, considerando de manera conjunta aspectos de oferta y de demanda por atención médica con información para 2012.
El estudio tiene tres objetivos: (1) analizar el acceso a los servicios médicos en
1997 y 2012; (2) evaluar si el acceso difiere entre las regiones colombianas para
identificar cuáles son las más rezagadas en materia de acceso, y (3) a través de
modelos Probit, evaluar los determinantes del acceso a la atención médica con los
nuevos datos disponibles de la encv de 2012, controlando de manera conjunta
por características personales o individuales y por aquellas del sistema de salud
colombiano. De esta forma se evitan sesgos por variables omitidas relevantes.
El trabajo se divide en cinco secciones. La segunda parte describe en términos
generales la necesidad, demanda y oferta de prestadores de servicios de salud en
Colombia y su distribución regional. La tercera presenta los resultados del cálculo del acceso a los servicios de salud y las principales estadísticas descriptivas que
motivan la investigación, comparando 2012 con 1997. La cuarta sección describe
la metodología de estimación y los resultados de los cálculos econométricos. La
quinta sección contiene algunas conclusiones y recomendaciones de política.
II. NECESIDAD, DEMANDA Y OFERTA DE SERVICIOS DE LA
SALUD EN COLOMBIA
Antes de entrar a evaluar el acceso al sistema de salud en Colombia y sus posibles determinantes, es importante considerar aspectos previos al mismo, tales
como la necesidad, la demanda y la oferta de prestadores de servicios de salud. La
necesidad de atención médica se presenta cuando una persona tiene un problema de salud. Si esta persona que tiene la necesidad se dirige a un centro de atención, se crea una demanda por el servicio. Sin embargo, hasta aquí no ha habido
acceso a la atención médica. Solo hay acceso en el momento en que la persona que
presentó la necesidad de atención la recibe después de demandar el servicio. La
persona solo podrá dirigirse a un centro de atención si existe la oferta de servicios
médicos; de lo contrario no habrá acceso (Aday y Andersen, 1974; Reina, 2014).
178
EL ACCESO A LA CONSULTA MÉDICA GENERAL EN COLOMBIA, 1997-2012
En otras palabras, existe una diferencia entre la necesidad de atención médica
y la demanda por servicios de salud. La primera se presenta en el momento en
que las personas tienen un problema de salud, independientemente de si consideran que dicho problema de salud requiere o no atención médica. La segunda
depende de factores como el ingreso, los costos de atención y el estado de salud
percibido por las personas o la gravedad percibida del problema de salud (Musgrove, 1985; Gallego, 2008).
Con los datos de las encv de los años 1997 y 2012 es posible identificar a las
personas que presentaron un problema de salud que no requirió hospitalización
o, dicho de otra manera, quienes necesitaron atención médica. Además, es posible
identificar cuáles de esas personas que necesitaron atención demandaron servicios médicos para tratar su dolencia, pues algunos de estos consideraron que su
caso era leve o no tenían recursos suficientes para desplazarse al centro médico
y no demandaron el servicio. Por último, entre quienes demandaron el servicio
hubo algunos que recibieron atención médica y otros que no la recibieron. El
acceso se estimó como el porcentaje de personas que recibió atención médica del
total que presentó un problema de salud.
Partiendo de la diferencia entre la necesidad de salud y la demanda por servicios médicos, se estimó la necesidad como el porcentaje de colombianos que manifestó haber presentado un problema de salud que no requirió hospitalización
durante los 30 días previos a la realización de la encuesta. Por su parte, la demanda se calculó como el porcentaje de personas que acudió a un centro médico para
atender su dolencia del total de individuos que lo necesitaron. A modo de ilustración, si cinco de diez personas presentaron un problema de salud, entonces se
considera que 50% tuvo necesidad de atención médica; si tres de estas personas
acudieron a un centro médico para atender su necesidad, se considera que la
demanda de salud es de 60%.
Según los datos de la encv de 2012, 10,3% de las personas presentaron un
problema de salud que no requería hospitalización en los 30 días anteriores a la
realización de la encuesta ese año. Además, se encontró que existen diferencias
regionales significativas con relación a las necesidades de utilización de los servicios de salud. Las regiones Central y Pacífica (sin el departamento del Valle del
Cauca) ocuparon el primer lugar, con 12,3% y 12,2%, respectivamente, 3,5 veces
lo observado en el departamento de San Andrés, Providencia y Santa Catalina
(sapsc). Este, a su vez, ocupa el último lugar, con apenas el 3,5% de necesidades
de servicio de salud (Cuadro 1).
179
JHORLAND AYALA GARCÍA
CUADRO 1
Colombia: Necesidades de servicios de salud diferentes
a hospitalizaciones,
2012
Regiones
Porcentaje de
necesidad
Relativo a
sapsc
Central
12,3
3,5
Pacífica (sin Valle del Cauca)
12,2
3,4
Valle del Cauca
11,4
3,2
Caribe
11,2
3,2
Bogotá
10,3
2,9
Orinoquía y Amazonía
10,0
2,8
Oriental
8,3
2,4
Antioquia 7,8
2,2
San Andrés, Providencia y
Santa Catalina (sapsc)
3,5
1,0
10,3
2,9
Colombia
Nota: Región Central: Caldas, Caquetá, Huila, Quindío, Risaralda, Tolima. Región Pacífica: Cauca, Nariño y Chocó. Región Caribe: Atlántico, Bolívar, Cesar, Córdoba, La Guajira, Magdalena y
Sucre. Región Orinoquía y Amazonía: Arauca, Casanare, Putumayo, Amazonas. Región Oriental:
Boyacá, Cundinamarca, Meta, Norte de Santander, Santander.
Fuentes: Encuesta Nacional de Calidad de Vida, 2012, y cálculos del autor.
El paso siguiente consiste en evaluar la demanda de salud. Según la encv de
2012, cerca del 77% de los colombianos que necesitaron atención médica acudieron a una institución prestadora de servicios de la salud o a un médico general o
especialista independiente (Cuadro 2). Es decir, el 77% del 10,3% que presentó
un problema de salud en Colombia demandó el servicio en 2012.
Pero esta demanda no es homogénea a lo largo del territorio nacional. Como
se observa en el Cuadro 2, la mayor demanda por servicios de salud se presentó
en el departamento del Valle del Cauca (85,4%), mientras que la menor se encontró en la región de la Orinoquía (70,7%). Al interior del país las diferencias
son notables entre Bogotá (83,3%) y Central (70,9%).
180
EL ACCESO A LA CONSULTA MÉDICA GENERAL EN COLOMBIA, 1997-2012
CUADRO 2
Colombia: Demanda por servicios de salud diferentes
a hospitalizaciones,
2012
Regiones
Porcentaje de
demanda
Valle del Cauca
85,4
Antioquia 83,9
Bogotá
83,3
San Andrés, Providencia y
Santa Catalina
76,2
Pacífica (sin Valle del Cauca)
75,5
Oriental
74,5
Caribe
71,5
Central
70,9
Orinoquía
70,7
Colombia
76,9
Nota: Región Pacífica: Cauca, Nariño y Chocó. Región Oriental: Boyacá, Cundinamarca, Meta,
Norte de Santander, Santander. Región Orinoquía: Arauca, Casanare, Putumayo, Amazonas. Región Central: Caldas, Caquetá, Huila, Quindío, Risaralda, Tolima. Región Caribe: Atlántico, Bolívar, Cesar, Córdoba, La Guajira, Magdalena y Sucre.
Fuentes: Encuesta Nacional de Calidad de Vida, 2012, y cálculos del autor.
¿Qué hicieron quienes no demandaron servicios médicos? El Cuadro 3 muestra que la mayoría de las personas que no asistieron a un centro de atención médica ni consultaron a un médico independiente utilizaron remedios caseros o se
auto recetaron (64,3%), mientras que el 22% acudió a un boticario, farmaceuta
o droguista, y el 11% no hizo nada ante el problema de salud. Ello apunta a la necesidad de considerar la existencia de barreras culturales al acceso y conocimiento
del sistema para formular políticas que busquen mejorar en este aspecto (Gold,
1998).
181
JHORLAND AYALA GARCÍA
CUADRO 3
Colombia: Alternativas a la demanda por servicios médicos,
2012
Alternativa a la demanda
Porcentaje de personas
Uso remedios caseros
34,9
Se auto recetó
29,3
Acudió a un boticario, farmaceuta, droguista
21,8
Nada
10,7
Consultó a un tegua, empírico, curandero,
yerbatero, comadrona
2,4
Asistió a terapias alternativas (acupuntura,
esencias florales, musicoterapias, homeópatía, etc.)
0,9
Total
100,0
Fuentes: Encuesta Nacional de Calidad de Vida, 2012, y cálculos del autor.
De otra parte, los datos de la encv de 2012 permiten estimar el porcentaje
de colombianos que manifestaron consultar servicios médicos por prevención.
Según estos, solo el 63% de los colombianos manifestó consultar por prevención al médico o al odontólogo al menos una vez al año. Como se puede apreciar
en el Cuadro 4, esta demanda difiere entre las regiones del país. Bogotá presentó
la demanda más alta por este tipo de servicios (80,5%) y Antioquia, la menor
(53,1%).
También se dispone de datos sobre la demanda por servicios de hospitalización. El 7,8% de los colombianos manifestó haber necesitado este servicio durante los doce meses anteriores a la encuesta. Las regiones Central y Orinoquía-Amazonía presentaron la mayor demanda (8,8%); Valle del Cauca y sapsc, la menor
(6,6%).
Por último, existe información sobre la demanda por medicamentos, estimada como el porcentaje de personas a quienes se les recetaron medicamentos
del total que presentaron enfermedad y recibieron atención. Aproximadamente
el 87% de los colombianos que presentaron un problema de salud requirieron
medicamentos para ser tratados, con mayor nivel en la Costa Caribe (94,6%) y
menor en Bogotá (81,7%).
182
EL ACCESO A LA CONSULTA MÉDICA GENERAL EN COLOMBIA, 1997-2012
CUADRO 4
Colombia: Demanda por servicios de salud: prevención,
hospitalización y medicamentos, 2012
(porcentajes)
Región
Prevención
Hospitalización
Medicamentos
Bogotá
80,5
8,2
81,7
Orinoquía-Amazonía
76,6
8,8
84,6
Central
66,7
8,8
87,4
sapsc
65,9
6,6
83,9
Oriental
65,6
6,9
84,8
Valle del Cauca
63,7
6,6
84,0
Caribe
61,8
8,3
94,6
Pacífica (sin Valle del Cauca)
57,8
8,6
87,8
Antioquia
53,1
6,7
88,0
Total
76,6
7,8
87,3
Nota: Región Pacífica: Cauca, Nariño y Chocó. Región Oriental: Boyacá, Cundinamarca, Meta,
Norte de Santander, Santander. Región Orinoquía: Arauca, Casanare, Putumayo, Amazonas. Región Central: Caldas, Caquetá, Huila, Quindío, Risaralda, Tolima. Región Caribe: Atlántico, Bolívar, Cesar, Córdoba, La Guajira, Magdalena y Sucre.
Fuentes: Encuesta Nacional de Calidad de Vida, 2012, y cálculos del autor.
Con base en lo anterior se puede afirmar que no existe diferencia sustancial
entre la demanda por servicios curativos y aquella por servicios preventivos en
Colombia. El 76,9% mencionó acudir al médico u odontólogo por consulta ante
un problema de salud, mientras que la consulta por prevención alcanzó el 76,6%,
de los cuales 5,5% visitaron solo al odontólogo. Un dato a destacar es que las
consultas más frecuentes son por hipertensión, diarrea y gastroenteritis de posible origen infeccioso y parasitosis intestinal (Ministerio de Salud y Protección
Social, 2013).
Dado lo anterior, importa evaluar si también existen diferencias en materia
de oferta de prestadores de servicios de salud, con el fin de determinar si se presentan inequidades regionales en el mercado de la salud para responder a las ne183
JHORLAND AYALA GARCÍA
cesidades de servicios médicos. Con este fin se estimó el número de prestadores
de servicios de salud habilitados en Colombia (ips, profesionales independientes,
transporte especial y de objeto social diferente, tanto públicos como privados)
por cada 100.000 habitantes para 2012, contenidos en el Registro Especial de
Prestadores de Servicios de Salud (reps).
En el Cuadro 5 se observa que las regiones de Bogotá y sapsc presentan la
mayor cantidad de prestadores por habitante. Ello refleja la inequitativa distribución de la oferta de prestadores de servicios de salud en Colombia, pues San
Andrés fue el departamento que menos necesidades de salud presentó, según la
información del Cuadro 1.
CUADRO 5
Colombia: Oferta de prestadores de servicios de salud
2012
Regiones
Prestadores por cada
100.000 habitantes
Relativo a sapsc
Bogotá
155
1,24
San Andrés, Providencia y
Santa Catalina (sapsc)
125
1,00
Valle del Cauca
98
0,79
Antioquia 88
0,70
Central
81
0,65
Oriental
72
0,58
Orinoquía
71
0,57
Pacífica (sin Valle del Cauca)
71
0,57
Caribe
38
0,30
Nacional
81
0,65
Nota: Región Pacífica: Cauca, Nariño y Chocó. Región Oriental: Boyacá, Cundinamarca, Meta,
Norte de Santander, Santander. Región Orinoquía: Arauca, Casanare, Putumayo, Amazonas. Región Central: Caldas, Caquetá, Huila, Quindío, Risaralda, Tolima. Región Caribe: Atlántico, Bolívar, Cesar, Córdoba, La Guajira, Magdalena y Sucre.
Fuentes: Registro Especial de Prestadores de Servicios de Salud (reps), 2012, y cálculos del autor.
184
EL ACCESO A LA CONSULTA MÉDICA GENERAL EN COLOMBIA, 1997-2012
Cabe resaltar que mientras en la Región Caribe se presentó una necesidad
por servicios de salud más de tres veces mayor que la del departamento de sapsc,
la disponibilidad de prestadores de servicio no fue ni la tercera parte relativo a
sapsc, y la Región Pacífica, también con más de tres veces la necesidad que sapsc,
contó con el 57% de los prestadores por cada 100.000 habitantes. De esta forma,
queda en evidencia que algunas de las regiones con mayores necesidades de servicios médicos contaban con menos prestadores por habitante.
Sumado a lo anterior, algunos trabajos señalan un déficit importante de oferta de prestadores de servicios de salud en Colombia para todos los niveles de
prestación. También se han detectado carencias de dotación humana, principalmente para las actividades de promoción y prevención de enfermedades, y en la
disponibilidad de recursos diagnósticos para la red pública junto con la atención
de urgencias en el país, que se ha mantenido desde la década anterior (Sarmiento, et al., 2005; Guzmán, 2014). Todos estos factores imponen barreras de acceso a
los servicios de salud y dificultan que se cumpla el acceso universal plasmado en
la Ley 100 de 1993.
III. EL ACCESO A LOS SERVICIOS DE LA SALUD EN
COLOMBIA
A. Definición de acceso y evidencia existente
El acceso a los servicios médicos se define como la disponibilidad de recursos
médicos donde y cuando las personas los necesitan (Aday y Andersen, 1974).
Se puede dividir en acceso efectivo o realizado, que depende de indicadores del
uso de los servicios médicos y la satisfacción asociada, y acceso potencial, determinado por las características del sistema de salud y de las personas en el área
geográfica definida (Andersen, et al., 1983).
Para otros países se han hecho estudios que miden el acceso a través de los
tiempos de viaje entre la vivienda de las personas y los centros de atención (Christie y Fone, 2002). También se han evaluado las características de la oferta, tales
como la disponibilidad de salas y equipos médicos (u.s. Department of Health
and Human Services y u.s. Department of Justice, 2010) e indicadores de utilización de los servicios (Cohen y Bloom, 2010; Driscoll y Bernstein, 2012; Brabyn
y Skelly, 2002). Según estos estudios, la mayor cobertura del aseguramiento y la
185
JHORLAND AYALA GARCÍA
reducción de los tiempos de desplazamiento son herramientas de política útiles
para aumentar el acceso a los servicios de salud. No se encontraron estudios con
indicadores de acceso comparables a los utilizados en el presente trabajo.
De otra parte, en Colombia algunos han utilizado medidas de cobertura de
aseguramiento como indicadores de acceso a los servicios médicos (Céspedes, et
al., 2000). De hecho, con la implementación de la Ley 100 de 1993 en el país se
impulsó la cobertura de aseguramiento como el principal mecanismo para resolver el problema del acceso a la salud (ges, 2011) y, en efecto, se logró aumentar
la cobertura (Ramirez, et al., 2005; Restrepo, 2002). Sin embargo, según datos de
las encv de 1997 y 2012, se presentó una reducción en el acceso a los servicios
médicos.1
Esto no significa que la mayor cobertura no ha tenido efecto alguno sobre el
acceso, pues quienes están asegurados por el sgsss tienen mayor probabilidad de
utilizar los servicios médicos que quienes no, según datos de las encv de 1997
y 2003 (Restrepo, et al., 2007; Mejía, et al., 2007). También existe evidencia de
que las mujeres tienen mayor probabilidad de acceso a los servicios médicos, así
como quienes viven en zonas urbanas tienen mayores ingresos, están afiliados al
régimen contributivo y viven en una zona con mayor disponibilidad del servicio
(Guarnizo y Agudelo, 2008; Vargas, et al., 2010).
Otras medidas de acceso utilizadas en Colombia parten de la utilización de
servicios médicos, dada la necesidad y la posterior demanda. Rodríguez y Roldán
(2010) evalúan los determinantes del acceso y la utilización de servicios médicos
preventivos, curativos y de hospitalización para la población asegurada en los
regímenes contributivo y subsidiado de la región Caribe colombiana. Las autoras
miden el acceso desde el enfoque de la utilización del servicio, pero considerando
únicamente la población que demanda por el mismo, y no al total de la población que necesita el servicio. ges (2014) propone diferentes indicadores para monitorear el acceso a los servicios médicos en Colombia, sin proponer una medida
de acceso para los diferentes tipos de atención en particular. Estos indicadores
parten desde la necesidad de atención médica hasta medidas de satisfacción asociadas al servicio recibido, analizados de forma independiente.
1
Para complementar el análisis se estimó el acceso también para los años 2002 y 2008 a partir de las encv
de cada año, encontrando valores de 69,2% y 78,6%, respectivamente. Esto significa que el acceso en la década
pasada fue inferior al observado en 1997, tal vez por el efecto que tuvo la severa recesión de 1999 en Colombia,
que pudo contribuir a que el acceso pasara de 79,1% en 1997 a 69,2% en 2002.
186
EL ACCESO A LA CONSULTA MÉDICA GENERAL EN COLOMBIA, 1997-2012
Por otro lado, la mayor parte de la evidencia existente se basa en modelos
que no consideran todos los factores de manera conjunta y que, en su mayoría,
ignoran la importancia de las características de la oferta que pueden marcar la
diferencia entre los niveles de acceso (Gold, 1998; Pérez, 2013). Además, aún no
existen estudios que evalúen los determinantes del acceso con la información de
la encv de 2012. Por esa razón este trabajo estima los determinantes del acceso
a los servicios de salud en Colombia considerando características del sistema,
como la disponibilidad de prestadores, y la cobertura de aseguramiento, y características de los individuos, como sus condiciones socioeconómicas y su conocimiento acerca del sgsss.
Para ello, se considera una medida de acceso construida con base en las definiciones de Aday y Andersen (1974), según las cuales el acceso se presenta cuando
hay disponibilidad de recursos médicos donde y cuando las personas los necesitan. Si una persona necesita atención médica y no la recibe, habiendo demandado o no, entonces no es posible hablar de acceso al servicio médico.
B. Estadísticas descriptivas
Según los datos de la encv de 2012, las regiones con mayor necesidad de servicios médicos diferentes a hospitalizaciones, como la Pacífica, Central y Caribe,
tuvieron un menor acceso relativo a los servicios de salud. En contraste, Antioquia tuvo el mayor acceso, aunque fue una de las regiones con menor necesidad
relativa de servicios médicos, superada únicamente por sapsc.
El Mapa 1 muestra, por regiones en 2012, la distribución de la necesidad de
atención médica en el panel (a), la oferta de prestadores habilitados en el (b)
y el acceso a los servicios médicos en el (c). Se observa que, mientras la región
Pacífica (sin Valle del Cauca) presentó la mayor necesidad de servicios de salud,
fue una de las que tenía menos prestadores por habitante. Una situación similar
se registró en la Costa Caribe, mientras que sapsc fue uno de los territorios con
mayor cantidad de prestadores por habitante, aunque fue el que presentó menor
necesidad de servicios médicos. Cabe resaltar que la región Caribe no solo es la
que menos prestadores por habitante tenía en 2012, sino que, con las regiones
Central y Amazonía-Orinoquía, fue la que menor acceso a la atención médica
presentó.
Lo anterior refleja las diferencias regionales en toda la cadena del acceso en
Colombia, desde las necesidades de atención médica hasta el acceso realizado. Asi187
188
Fuentes: Encuesta Nacional de Calidad de Vida, 2012 y Registro Especial de Prestadores de Servicios de Salud (reps), 2012, y cálculos del autor.
Nota: (a) necesidad de servicios médicos, (b) prestadores habilitados por cada 100.000 habitantes, y (c) acceso a los servicios de salud.
MAPA 1
Colombia: Necesidad, disponibilidad y acceso a los servicios médicos, 2012
EL ACCESO A LA CONSULTA MÉDICA GENERAL EN COLOMBIA, 1997-2012
mismo, la distribución de los prestadores de servicios de salud no responde a las
necesidades de servicios médicos en las regiones (Guzmán, 2014). No sorprende,
por lo tanto, que existan diferencias de acceso realizado, que precisamente requiere que haya disponibilidad de recursos médicos cuando y donde las personas
los necesiten.
Es importante evaluar si estas diferencias regionales se han mantenido con el
paso del tiempo o si, por el contrario, han aumentado o disminuido. Para ello, se
comparan los datos de 1997, que son los primeros resultados capturados por la
encv después de la reforma a la seguridad social en 1993, con los datos de 2012.
Así, se tienen dos conjuntos de información comparables en un intervalo de 15
años que contienen siete regiones en común y preguntas completamente homologables relacionadas con las necesidades, la demanda y el acceso a los servicios
médicos en sus respectivos años.
Se encontró que el acceso a los servicios médicos disminuyó en Colombia en
cerca de 3,6 puntos porcentuales entre 1997 y 2012. Esto significa que, al controlar por el tamaño de la población, el número de personas que requirió servicios
médicos y no los recibió al momento de necesitarlos aumentó en poco más de
173.000 entre esos dos años. Este comportamiento se observó en la mayoría de
las regiones, con excepción de Antioquia y la región Oriental, que presentaron
un aumento importante en este indicador. Este resultado es quizás debido a que
estas fueron las regiones donde el porcentaje de personas pertenecientes al régimen contributivo se redujo en menor medida: 22 y 15 puntos porcentuales,
respectivamente, comparados con 42 puntos porcentuales de la región Caribe.
En el mismo sentido, nótese que, según los datos del Cuadro 6, existen diferen­
cias regionales en el acceso registrado en 2012. El departamento de Valle del
Cauca se encuentra como el mejor posicionado, con 83,7%, y la región Orinoquía-Amazonía ocupa el último lugar con 69%, 14,7 puntos porcentuales menos
que Valle del Cauca, y muy cerca de las regiones Caribe y Central. Se redujo el
acceso para aquellas personas que viven en cabeceras urbanas, centros poblados
e inspecciones de policía, mientras que quienes viven en zona rural experimentaron un aumento en el indicador, que refleja una pequeña reducción de las
desigualdades entre la zona rural y urbana. Es importante destacar que en sapsc
se presentó una reducción en el acceso de 18 puntos porcentuales entre 1997 y
2012, lo que la ubica como la región que más retrocedió en esta materia.
189
JHORLAND AYALA GARCÍA
CUADRO 6
Colombia: Personas con acceso médico
por ubicación geográfica, 1997 y 2012
(porcentajes)
Variable
1997
2012
—
83,7
—
Antioquia 81,7
82,9
1,2
Bogotá
87,7
81,1
-6,7
San Andrés, Providencia
y Santa Catalina
94,2
76,2
-18,0
Pacífica(sin Valle del
Cauca para 2012)
82,2
74,4
—
Oriental
67,8
72,8
5,0
Caribe
80,2
70,6
-9,6
Central
78,8
69,4
-9,4
Orinoquía-Amazonía
82,7
69,0
-13,7
Zonas
83,0
77,5
-5,4
Centros poblados,
inspección de policía
75,5
67,9
-7,6
Área rural dispersa
62,5
68,9
6,4
Colombia
79,1
75,5
-3,6
Cabecera
Regiones
Valle del Cauca
Variación (pp)
Nota: Región Pacífica: Cauca, Nariño y Chocó. Región Oriental: Boyacá, Cundinamarca, Meta,
Norte de Santander, Santander. Región Orinoquía: Arauca, Casanare, Putumayo, Amazonas. Región Central: Caldas, Caquetá, Huila, Quindío, Risaralda, Tolima. Región Caribe: Atlántico, Bolívar, Cesar, Córdoba, La Guajira, Magdalena y Sucre.
Fuentes: Encuesta Nacional de Calidad de Vida 1997 y 2012, y cálculos del autor.
Lo anterior estuvo acompañado de una reducción en las desigualdades regionales, pues mientras en 1997 la región de mayor acceso superaba en 26,4 puntos
porcentuales a la región de menos acceso y la desviación estándar de los datos de
acceso fue de 7,5%, en 2012 fueron de 14,7 puntos porcentuales y 5,8%, respectivamente. Sin embargo, aún falta por eliminar las brechas regionales, pues los
14,7 puntos porcentuales de diferencia entre la región con más acceso (Valle del
190
EL ACCESO A LA CONSULTA MÉDICA GENERAL EN COLOMBIA, 1997-2012
Cauca) y la región con menos acceso (Orinoquía-Amazonía) siguen siendo altos.
Estas disparidades pueden estar asociadas a la desigual distribución de la oferta
hospitalaria, pues Valle del Cauca, Antioquia, Bogotá y sapsc son también las
cuatro regiones con mayor cantidad de prestadores de servicios de salud por cada
100.000 habitantes.
Por otra parte, según las características del sgsss, el acceso se redujo tanto
para quienes estaban cubiertos por el sistema como para quienes no. El Cuadro
7 muestra que entre los cubiertos disminuyó el acceso para los pertenecientes al
régimen contributivo, mientras que para los del régimen subsidiado aumentó
en 2,3 puntos porcentuales. El mayor acceso para las personas del régimen subsidiado está relacionado con su incremento en la zona rural, pues es allí donde
hay mayor cubrimiento del sistema (ges, 2011). Asimismo, la composición de la
cobertura del aseguramiento cambió: el régimen subsidiado pasó de tener 31%
de la población cubierta en 1997 a 52% en 2012, mientras que en el contributivo
se pasó de 69% a 40%, respectivamente, lo cual podría contribuir a los resultados
observados en el acceso.
CUADRO 7
Colombia: Acceso a la salud por características del sistema,
1997 y 2012
(porcentajes)
Acceso
Variable
Cobertura
No
Si
Régimen
Contributivo
Especial (Fuerzas Armadas,
Ecopetrol, u otros)
Subsidiado
No sabe, no informa
2012
Variación
(pp)
70,2
50,4
-19,8
84,0
77,5
-6,5
89,4
82,5
-6,9
—
84,4
70,8
73,1
—
50,4
1997
2,3
Fuentes: Encuesta Nacional de Calidad de Vida 1997 y 2012, y cálculos del autor.
191
JHORLAND AYALA GARCÍA
En cuanto a las características individuales, en el Cuadro 8 se observa que
el acceso disminuyó tanto para las mujeres como para los hombres, aunque en
menor medida para las primeras, así como también en todos los grupos de edad.
Por estrato, la situación no fue diferente, dado que se redujo en el bajo y el medio, pero para quienes se ubican en el estrato alto el acceso promedio aumentó
2 puntos porcentuales. Por último, también se redujo el acceso para quienes
consultan o no por prevención, aunque se mantiene la diferencia entre el acceso
para estos dos grupos.
CUADRO 8
Colombia: Acceso a la salud por características socioeconómicas,
1997 y 2012
(porcentajes)
Características
1997
2012
Variación (pp)
Sexo
Hombre
Mujer
76,4
81,1
73,0
77,3
-3,4
-3,7
Rangos de edad
Menores de 1 año
Entre uno y 5 años
Entre 5 y 25 años
Entre 25 y 50 años
Entre 50 y 75 años
Mayores de 75 años
80,5
78,6
73,8
80,5
84,2
85,3
79,8
78,2
70,5
75,7
78,8
84,1
-0,7
-0,4
-3,2
-4,9
-5,4
-1,2
Estrato
Bajo
Medio
Alto
75,5
85,8
92,2
74,7
81,0
94,1
-0,8
-4,8
2,0
Etnia
No pertenece
Sí pertenece
76,6
70,6
—
—
Prevención
Sólo al médico
Sólo al odontólogo
Al médico y al odontólogo
A ninguno
80,5
71,1
81,8
62,9
—
—
—
-4,9
89,0
67,9
Fuentes: Encuesta Nacional de Calidad de Vida 1997 y 2012, y cálculos del autor.
192
EL ACCESO A LA CONSULTA MÉDICA GENERAL EN COLOMBIA, 1997-2012
¿A qué se debe este comportamiento del acceso? Para responder este interrogante deben evaluarse las razones por las cuales las personas encuestadas no
solicitaron o no recibieron atención médica al momento de presentar una enfermedad. A este efecto, se encuentra que la percepción de que “el caso era leve”
aparece como la principal barrera al acceso para el año 2012, seguida de la falta
de recursos económicos y la percepción de un mal servicio del sistema (Cuadro 9).
CUADRO 9
Colombia: Razones por las cuales no se tuvo
acceso al sistema de salud, 1997 y 2012
(porcentajes)
Razones
1997
2012
El caso era leve
31,0
54,9
Falta de dinero
42,3
11,5
Mal servicio o cita distanciada en el tiempo
1,4
8,3
El centro de atención queda lejos
4,2
5,8
Muchos trámites para la cita
3,4
5,8
No tuvo tiempo
7,3
5,4
No confía en los médicos
4,8
4,7
Consultó antes y no le resolvieron el problema
4,3
1,8
No lo atendieron
1,4
1,7
Total
100
100
Fuentes: Encuesta Nacional de Calidad de Vida 1997 y 2012, y cálculos del autor.
Pero lo anterior no es similar a lo que se presentó en 1997, cuando la falta de
dinero era la principal razón por la cual los colombianos no recibían atención
médica. Así, el resultado para 2012 representa un avance en materia de equidad
en el acceso, pues el porcentaje de personas que no recibió atención por falta
de recursos pasó del 42,2% a 11,5%. A modo de comparación, en 2008, en los
Estados Unidos, la falta de dinero impidió que el 10% de los adultos entre los 20
193
JHORLAND AYALA GARCÍA
y los 29 años recibieran atención médica al necesitarla (Cohen y Bloom, 2010).
En Colombia este porcentaje solo llega al 2,8%, lo que constituye el principal beneficio del aumento de la cobertura del aseguramiento. No obstante, un aspecto
que no muestra mejora es la calidad percibida, ya que quienes no recibieron atención por percibir un mal servicio o una cita distanciada en el tiempo pasaron de
representar 1,4% a 8,3%. Se mejoró en cobertura, pero empeoró la percepción
de la calidad del servicio.
En general, existen barreras de oferta y de demanda (Velandia, et al., 2001;
López, 2011). Las barreras de oferta consisten de aspectos organizacionales o institucionales, como “muchos trámites para la cita” y el “no lo atendieron”. Otras
barreras de oferta son la calidad del servicio, como es el caso de “mal servicio o
cita distanciada en el tiempo” y “consultó antes y no le resolvieron el problema”.
Por último, hay barreras de oferta relacionadas con la disponibilidad de recursos
médicos, como cuando “el centro de atención queda lejos”.
De la misma manera, hay tres tipos de barreras de demanda. El primero consiste de los costos asociados a la demanda del servicio, como la “falta de dinero”
o “no tuvo tiempo”. El segundo se refiere a la percepción que se tiene sobre la
gravedad del problema de salud, por ejemplo, “el caso era leve”. Por último, hay
barreras de demanda relacionadas con la cultura y el conocimiento del sistema
de salud; tal es el caso de “no confía en los médicos”.
Las barreras de la demanda representaron el 76,5% de las causas de no acceso
en 2012, comparado con 85,4% en 1997, lo que muestra que después de 15 años
estas restricciones han perdido importancia. Por su parte, las barreras de la oferta
aumentaron en 9% su participación como causas de no acceso, especialmente la
relacionada con la calidad del servicio, que pasó de 1,4% a 8,3% en el período
analizado. En síntesis, hubo una reducción en el acceso a los servicios de salud
en el país. Si bien las barreras de demanda siguen siendo las de mayor relevancia
para el acceso, ha aumentado la importancia de las barreras de oferta.
Cabe resaltar que la reducción en el acceso se debe principalmente a la mayor
participación de la necesidad percibida, pues la mayoría de las personas que no
tuvieron acceso lo registraron porque consideraban que el caso era leve. Bajo este
escenario, si se excluye “el caso era leve” como barrera al acceso, no se observa una
reducción. Por el contrario, hubo un aumento en el acceso, al pasar de 84,6% en
1997 a 86,4% en 2012. Sin embargo, no existe información suficiente para excluir esta barrera al acceso, pues se desconoce la verdadera necesidad de atención.
194
EL ACCESO A LA CONSULTA MÉDICA GENERAL EN COLOMBIA, 1997-2012
IV. DETERMINANTES DEL ACCESO A LOS SERVICIOS
DE SALUD EN COLOMBIA
A. Metodología
1. Definición de las principales variables
A partir de los datos de la encv de 2012 se estimó una medida de acceso que
toma dos valores: igual a uno si la persona encuestada presentó un problema de
salud que no requería hospitalización y recibió atención médica para ello, y cero
en caso contrario.
Esta medida del acceso es la variable de interés en este caso y estará en función
de características socioeconómicas de los encuestados, tales como estrato, edad,
sexo, etnia y ubicación geográfica. También se consideran variables que funcionan
como medidas aproximadas del conocimiento que las personas tienen sobre el
sgsss, como es el caso de si la persona encuestada consulta por prevención o no,
pues es de esperarse que quienes consultan al médico por prevención tengan
mayor conocimiento de los trámites y requisitos generales para acceder a los servicios médicos del sistema al momento de necesitarlos.
Otras variables relevantes para explicar la diferencia en el acceso de los colombianos son la cobertura de aseguramiento, el régimen de afiliación y la oferta
de prestadores de servicios de salud. En el primer caso, se espera que quienes
están cubiertos por el sgsss tengan una mayor probabilidad de acceder a los servicios médicos que quienes no. Entre los asegurados, los pertenecientes al régimen
contributivo pueden tener más probabilidad de acceso que los del subsidiado,
debido a que el costo de oportunidad de no utilizar los servicios médicos para los
primeros es más alto. Por último, la oferta de prestadores por departamento se
mide como el logaritmo natural del número de prestadores habilitados por cada
100.000 habitantes, según datos del reps a 2012.
Cabe aclarar que en la literatura existen otros indicadores de oferta, como
la distancia al centro de salud más cercano (Christie y Fone, 2002; Pérez, 2013),
pero en la encv de 2012 no existe la información pertinente. La mejor variable
proxy para estas distancias es la disponibilidad de prestadores, porque entre más
prestadores haya en una región, se supone que menor será la distancia que deben recorrer los usuarios para recibir atención médica. Por otra parte, existen
indicadores de capacidad instalada, como camas por cada 100.000 habitantes.
195
JHORLAND AYALA GARCÍA
El problema con esta variable es que este estudio analiza el acceso a los servicios
médicos que no requieren hospitalización; además, el uso de una variable tal
dejaría por fuera a muchos prestadores de servicios que brindan atención médica
general pero no disponen de camas para su funcionamiento.
2. El modelo
Para la estimación de los factores que afectan la probabilidad de que un colombiano acceda a los servicios médicos al momento de necesitarlos se estimó
un modelo Probit. Defínase Yi como una variable dicótoma que toma el valor de
1 si el individuo presentó un problema de salud que no requiera hospitalización
y recibió atención médica para dicho problema en 2012, y toma el valor de 0 si el
individuo que presentó el problema de salud no recibió atención. Formalmente,
Yi = β + Xi λ + Zd φ + ui
(1)
Donde,
X i
Zd
representa el vector de características observables del individuo ,
es el conjunto de variables que representan las características del
sgsss colombiano,
β, λ y φ son vectores de coeficientes, y
ui
es el término de error estocástico con ~N (0, σ2).
Con estos parámetros, el paso a seguir consiste en encontrar la probabilidad
de tener acceso al servicio médico, Pr (Yi = 1 | Xi, Zd), dadas unas características
observables del individuo i, Xi, y unas características del sistema de salud colombiano, Zd.
Podría pensarse que existe simultaneidad entre la oferta de servicios médicos
contenida en Zd y la variable dependiente porque en ambos casos el precio de los
servicios médicos es un determinante teórico. Pero esta sospecha se elimina al
considerar que el sgsss en Colombia está diseñado de tal manera que el precio
del servicio no es una variable determinante de la demanda o de la oferta de servicios médicos, dado que las aseguradoras compiten por la calidad ofrecida y no
por precios. En este sentido, es de esperarse que sea un error estocástico.
Como variables independientes del modelo se consideran todas aquellas que
la literatura ha identificado como determinantes del acceso. En primer lugar, las
características socioeconómicas de las personas encuestadas, tales como edad,
196
EL ACCESO A LA CONSULTA MÉDICA GENERAL EN COLOMBIA, 1997-2012
sexo, etnia, estrato y ubicación geográfica, así como también el conocimiento del
funcionamiento del sistema de salud colombiano y las variables que representan
las características estructurales del sgsss, como la oferta de prestadores y la cobertura del aseguramiento.
Por otra parte, como el acceso depende tanto de características de oferta como
de demanda, hay autores que argumentan que, para corregir un supuesto sesgo de
selección, es necesario estimar primero la probabilidad de que una persona presente un problema de salud para luego estimar la probabilidad de que acceda
al servicio médico. Se ha encontrado que este sesgo no existe porque no hay
argumentos suficientes para pensar que hay selección en la medida en que tener
un problema de salud no es una decisión de una persona, sino una circunstancia
determinada por factores exógenos (Rodríguez, 2010).
B. Estimaciones y resultados
Los resultados indican que, entre las variables que explican la diferencia en
el acceso a la salud, se encuentran el estrato, la edad, el sexo, la etnia, el conocimiento sobre el sistema, la ubicación geográfica, la disponibilidad de recursos y la
cobertura de aseguramiento. Todas las variables resultaron con el signo esperado.
Se encontró, además, que las diferencias regionales son considerables y significativas.2
El modelo Probit estimado muestra que, manteniendo todas las demás variables en el promedio, los individuos que pertenecen al estrato alto tienen 12,9
puntos porcentuales más de probabilidad de recibir atención médica en caso de
necesitarla que aquellos del estrato bajo y 0,7 puntos porcentuales más que los
del estrato medio. La edad resultó ser estadísticamente significativa pero con un
efecto marginal cercano a cero. Las mujeres tienen 2,2 puntos porcentuales más
probabilidad de acceder a los servicios médicos diferentes a hospitalizaciones en
comparación con los hombres, posiblemente por el mayor porcentaje de mujeres
que consultan por prevención (71% de las mujeres contra 60% de los hombres)
y que, por ende, tienen mayor conocimiento del funcionamiento del sistema que
los hombres.
La estimación de las diferencias regionales se hizo de forma independiente. No se incluyeron en el modelo
como variables de control porque que la correlación entre la oferta de prestadores y la variable de regiones
resultó ser de 56,3%.
2
197
JHORLAND AYALA GARCÍA
Pertenecer a un grupo étnico se traduce en 3 puntos porcentuales menos probabilidad de tener acceso a los servicios médicos, quizás porque aquellos recurren
más a métodos tradicionales de cuidados de salud y desconfían más de la ciencia
médica. Quienes consultan al médico por prevención tienen 13,2 puntos porcentuales más probabilidad de acceso que quienes no lo hacen, mientras que los
que consultan solo al odontólogo regularmente tienen 3,7 puntos porcentuales
más probabilidad de acceder al servicio. Las personas que habitan en área rural
dispersa tienen 3,8 puntos porcentuales menos probabilidad de recibir atención
en caso de necesitarla que aquellos que viven en cabecera municipal o en inspecciones de policía, posiblemente por la menor cobertura del servicio que se
presenta en dicha zona (Cuadro 10).
La consulta por prevención es una variable correlacionada con diferentes características no observables de las personas, como el conocimiento del funcionamiento del sgsss, que está directamente asociado a la utilización de los servicios
(Pérez, 2013) y a la confianza en el personal médico, pues se supone que una persona que asiste al médico por prevención está más enterada de los requisitos y pasos a seguir para acceder al servicio en caso de presentar una enfermedad que una
persona que no asista por prevención. Asimismo, es de esperarse que quienes
consultan por prevención confíen más en los médicos que quienes no lo hacen.
En cuanto a las características del sgsss en Colombia, la oferta de prestadores
de servicios de salud resultó significativa y con el signo esperado, aunque con un
efecto marginal pequeño. Manteniendo todas las demás variables en el promedio, un aumento en una unidad (por encima del promedio) del logaritmo del número de prestadores por cada 100.000 habitantes incrementa la probabilidad de
tener acceso a servicios médicos en 1,7%.3 En otras palabras, un departamento
con un prestador más por cada 100.000 habitantes tiene 1,7% más probabilidad
de acceso que un departamento que se encuentre en el promedio nacional. Esto
implica que, para aumentar el acceso en 1,7%, la oferta de prestadores debería
aumentar de 69 a 198 prestadores por cada 100.000 habitantes — un esfuerzo
fiscal considerable.
También se realizó la estimación considerando únicamente el número de ips por cada 100.000 habitantes.
Los resultados se mantienen, pero se seleccionó el total de prestadores para incluir a los profesionales independientes.
3
198
EL ACCESO A LA CONSULTA MÉDICA GENERAL EN COLOMBIA, 1997-2012
Error
Estándar
Estrato alto
Estrato medio
Edad
Mujeres
Etnia
Prevención (médico)
Prevención (odontólogo)
Rural
0,129
0,007
0,001
0,022
-0,030
0,132
0,037
-0,038
0,004
0,001
0,000
0,000
0,000
0,000
0,001
0,001
0,121
0,006
0,001
0,021
-0,031
0,131
0,035
-0,039
0,138
0,008
0,001
0,023
-0,029
0,133
0,038
-0,037
Del sgsss
Variable dependiente:
Acceso a servicios médicos
Prestadores
Contributivo
Especial
No afiliado
0,017
0,059
0,097
-0,161
0,000
0,000
0,001
0,001
0,016
0,058
0,095
-0,162
0,017
0,059
0,100
-0,159
Caribe
Oriental
Central
Pacífica (sin Valle del Cauca)
Bogotá
Valle del Cauca
-0,136
-0,116
-0,152
-0,099
-0,022
0,010
-0,080
-0,161
0,001
0,001
0,001
0,001
0,001
0,001
0,012
0,002
-0,135
-0,118
-0,154
-0,101
-0,024
0,008
-0,103
-0,165
0,24
-0,114
-0,150
-0,097
-0,021
0,012
-0,057
-0,157
Socioeconómicas y
conocimiento del sistema
Efectos
marginales
Diferencias regionales
CUADRO 10
Colombia: Acceso a los servicios de salud y sus determinantes, 20124
sapsc
Orinoquía-Amazonía
Observaciones
Wald chi
Prob > chi2
Pseudo R2
Predicción
2(12)
[95% C.I.]
4642921
298370
0,000
0,062
0,771
Notas: (1) Las diferencias regionales que allí se muestran se estimaron de forma independiente,
no como controles al modelo, por la alta y significativa correlación que existe entre la oferta de
prestadores y las regiones. (2) Todos los coeficientes son significativos al 1%.
Fuentes: Encuesta Nacional de Calidad de Vida, 2012; Registro Especial de Prestadores de
Servicios de Salud (reps), 2012; Departamento Administrativo Nacional de Estadística — dane,
Cuentas Departamentales, y estimaciones del autor.
4
Los modelos con los coeficientes de estimación se presentan en el Anexo 2.
199
JHORLAND AYALA GARCÍA
Por otro lado, existen diferencias importantes entre quienes están cubiertos
por el sistema y quienes no. Estos últimos tienen 16,1 puntos porcentuales menos probabilidad de acceder a los servicios médicos que los afiliados al régimen
subsidiado, después de controlar por las demás características, y 22 puntos porcentuales menos probabilidad de acceso que los afiliados al contributivo. Asimismo, tanto los afiliados al régimen contributivo como los del régimen especial
tienen mayor probabilidad de acceso que los del régimen subsidiado en 5,9 y 9,7
puntos porcentuales, respectivamente.
Existen diferencias regionales altas y significativas en materia de acceso a los
servicios médicos. En comparación con el departamento de Antioquia, se encontró que, a excepción del Valle del Cauca, todas las regiones tienen menor probabilidad de acceder a los servicios médicos: Caribe en 13,6 puntos porcentuales,
Oriental en 11,6 puntos porcentuales, Central en 15,2 puntos porcentuales, Pacífica (sin Valle del Cauca) en 9,9 puntos porcentuales, Bogotá en 2,2 puntos porcentuales, sapsc en 8 puntos porcentuales y Orinoquía-Amazonía en 16,1 puntos
porcentuales menos probabilidad (Cuadro 10).
Lo anterior se debe principalmente a las brechas regionales en la oferta de
prestadores de salud, pues aquellas con mayor oferta presentan el mayor acceso.
Existe evidencia que permite inferir que las diferencias en el acceso no son solo
a nivel interregional, sino que también se dan a nivel intrarregional. Las principales ciudades capitales presentaron en 2012 valores de acceso superiores al
90%, mientras que el promedio de las regiones estuvo por debajo de dicho valor
(Reina, 2014).
Con base en pruebas estadísticas sustentables se encontró que, en general, las
variables de demanda (características personales y el conocimiento sobre el funcionamiento del sgsss) son más importantes para explicar la probabilidad de acceso
que las características de oferta, tal como lo señalan las barreras al acceso que se
examinaron en la sección iii de este estudio.
V. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
El acceso a los servicios de salud diferentes a hospitalizaciones se redujo en
Colombia entre 1997 y 2012, a pesar de los esfuerzos realizados para aumentar
la cobertura del sgsss. En este contexto, este trabajo examinó los determinantes
del acceso a los servicios médicos según la información más reciente de la encv,
200
EL ACCESO A LA CONSULTA MÉDICA GENERAL EN COLOMBIA, 1997-2012
partiendo de que el acceso realizado resulta de la integración de factores de oferta
y demanda.
En Colombia no existe complementariedad entre estos dos grupos de variables, pues aquellas regiones con mayor necesidad de servicios de salud tuvieron
la menor disponibilidad de prestadores de servicios y, además, un menor acceso
realizado. Lo anterior indica que existe una inequitativa distribución de la oferta
de prestadores de servicios de salud en Colombia que impide un acceso equitativo a la atención médica.
Además, al comparar 1997 y 2012, se observa que, a pesar de que el acceso
realizado se redujo en el país, el comportamiento regional fue desigual, pues Antioquia y Orinoquía tuvieron un aumento en este indicador durante ese lapso.
También hay una persistencia de las barreras de oferta, como muchos trámites
para una cita, la percepción de mal servicio y la distancia al centro de atención,
y de barreras de demanda como la gravedad percibida de la enfermedad, la falta
de dinero y la desconfianza hacia los médicos. Los resultados muestran que, en
2012, la región Orinoquía-Amazonía fue la más rezagada en materia de acceso y
Valle del Cauca, la mejor posicionada.
Pero para implantar políticas que reduzcan estas desigualdades y aumentar
el acceso en todo el territorio nacional es necesario evaluar sus causas y, en particular, en qué medida las afectan las características socioeconómicas de los individuos y aquellas relacionadas con el sgsss. Se observó que quienes consultan
al médico u odontólogo por prevención tienen mayor probabilidad de acceder a
los servicios médicos. Esto refleja que los que tienen un mayor conocimiento del
funcionamiento del sgsss, en cuanto a los trámites, servicios y horarios, así como
quienes se preocupan más por su estado de salud en general, tienen mayor acceso
a los servicios médicos.
Por otro lado, las personas que viven en zonas rurales tienen menor probabilidad de acceder a la atención médica que quienes habitan en zonas urbanas o en
inspecciones de policía. Ello indica que aún hace falta reducir las desigualdades a
pesar de que entre 1997 y 2012 aumentó el acceso para los habitantes del campo,
mientras que se redujo para los de zonas urbanas. También tienen menor probabilidad de acceso quienes no están cubiertos por el sistema, lo cual muestra la
importancia de la expansión de la cobertura lograda por la Ley 100 de 1993, y
apunta a que, con mayor cobertura, habrá más acceso, sobre todo si se amplía la
población cubierta por el régimen contributivo.
La oferta de prestadores también resultó significativa aunque con un efecto
marginal pequeño, lo que indica que para el caso de los prestadores de servicios
201
JHORLAND AYALA GARCÍA
de salud se requerirían esfuerzos fiscales considerables para reducir las desigualdades y aumentar el acceso a los servicios médicos. Por último, se encuentra que
existen altas desigualdades regionales. A excepción del Valle del Cauca, todas las
regiones presentaron un menor acceso que Antioquia. La diferencia marginal
en el acceso realizado en las regiones oscila entre 2,2 y 16,1 puntos porcentuales.
Estos resultados apuntan a dos opciones de política que, por un lado, podrían
reducir las brechas en la disponibilidad de prestadores y, por el otro, aumentar el
acceso. La primera estrategia es una mayor inversión en el sector para aumentar
el número de prestadores de servicios médicos en las zonas donde hay más necesidades de atención. La segunda consiste en promover campañas de prevención de
salud y de información útil que acerquen a las personas al sistema y les permitan
estar mejor informados sobre su funcionamiento, los requisitos y pasos para acceder a los servicios, así como aumentar la confianza en el personal médico y pasar
de una cultura de demanda por servicios curativos a una de servicios preventivos,
que a largo plazo también reduciría los costos agregados del sistema.
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205
JHORLAND AYALA GARCÍA
ANEXOS
ANEXO 1
Descripción de las variables del modelo econométrico
Variables
Descripción
Estrato alto
= 1 si la persona encuestada pertenece al estrato 5 o 6,
y cero en caso contrario
Estrato medio
= 1 si la persona encuestada pertenece al estrato medio
bajo, medio o medio alto, y cero en caso contrario
Edad
Edad de la persona encuestada en años
Edad al cuadrado
Edad de la persona encuestadas en años elevada a la
potencia de 2
Mujeres
= 1 si la persona encuestada es mujer, y cero en caso
contrario
Etnia
= 1 si la persona encuestada pertenece a un grupo
étnico, y cero en caso contrario
Prevención (médico)
= 1 si la persona encuestada visita al médico sin estar
enfermo, y cero en caso contrario
Prevención (odontólogo)
= 1 si la persona encuestada visita al odontólogo sin
estar enfermo, y cero en caso contrario
Rural
= 1 si la persona encuestada vive en zona rural dispersa, y cero en caso contrario
Prestadores
Número de prestadores habilitados por cada 100.000
habitantes
Contributivo
= 1 si la persona encuestada está afiliada al régimen
contributivo, y cero en caso contrario
Especial
= 1 si la persona encuestada está afiliada al régimen
especial, y cero en caso contrario
No afiliado
= 1 si la persona encuestada no está afiliada al sgsss, y
cero en caso contrario
206
EL ACCESO A LA CONSULTA MÉDICA GENERAL EN COLOMBIA, 1997-2012
ANEXO 2
Coeficientes de estimación del modelo Probit:
Determinantes del acceso a los servicios médicos en Colombia, 2012
Diferencias regionales
Del sgsss
Socioeconómicas y
conocimiento del sistema
Variable dependiente: Acceso a
servicios médicos
Coeficientes
Errores
Estándar
z
P>z
Estrato alto
Estrato medio
Edad
Edad al cuadrado
Mujeres
Etnia
Prevención (médico)
Prevención (odontólogo)
Rural
0,442
0,023
0,000
0,000
0,075
-0,103
0,452
0,126
-0,129
0,014
0,002
0,000
0,000
0,001
0,002
0,001
0,003
0,002
30,50
12,71
-2,97
40,32
56,37
-61,97
311,53
42,44
-68,13
0,000
0,000
0,003
0,000
0,000
0,000
0,000
0,000
0,000
0,414
0,020
0,000
0,000
0,072
-0,106
0,449
0,120
-0,133
0,471
0,027
0,000
0,000
0,077
-0,100
0,455
0,131
-0,125
Prestadores
Contributivo
Especial
No afiliado
Constante
0,057
0,200
0,332
-0,549
-0,018
0,001
0,002
0,004
0,002
0,005
60,83
129,91
75,55
-237,14
-3,79
0,000
0,000
0,000
0,000
0,000
0,056
0,197
0,323
-0,554
-0,027
0,059
0,204
0,341
-0,545
-0,009
Caribe
Oriental
Central
Pacífica (sin Valle del Cauca)
Bogotá
-0,410
-0,345
-0,443
-0,294
-0,070
0,002
0,003
0,003
0,003
0,003
-165,77
-128,58
-166,19
-98,98
-26,07
0,000
0,000
0,000
0,000
0,000
-0,414
-0,350
-0,449
-0,300
-0,075
-0,405
-0,340
-0,438
-0,288
-0,065
Valle del Cauca
0,032
-0,237
-0,455
0,003
0,033
0,005
10,76
-7,26
-84,88
0,000
0,000
0,000
0,026
-0,301
-0,465
0,038
-0,173
-0,444
sapsc
Orinoquía-Amazonía
Observaciones
Wald chi2(12)
Prob > chi2
Pseudo R2
Predicción
[95% I.C.]
298370
333125
0,000
0,062
0,771 Nota: Todos los coeficientes son significativos al 1%.
Fuentes: Encuesta Nacional de Calidad de Vida, 2012; Registro Especial de Prestadores de
Servicios de Salud (reps), 2012; Departamento Administrativo Nacional de Estadística — dane,
Cuentas Departamentales; y estimaciones del autor.
207
EL APOSTADERO DE LA MARINA DE
CARTAGENA DE INDIAS, SUS TRABAJADORES
Y LA CRISIS POLÍTICA DE LA INDEPENDENCIA
SERGIO PAOLO SOLANO DE LAS AGUAS*
RESUMEN
Este artículo estudia el Apostadero de la Marina de Cartagena de Indias durante el tránsito entre los siglos xviii y xix y, en particular, las características de los
trabajos que en él se realizaban. Muestra que las labores de los sistemas defensivos demandaban grandes concentraciones de trabajadores, y que estas formas de
trabajo estaban más allá del pequeño taller artesanal encabezado por un maestro
y con la participación de la unidad familiar o de un escaso número de oficiales y
aprendices. Sugiere que existió una relación entre la crisis del Imperio a partir de
1808, la crisis presupuestal del Apostadero y la crisis política de Cartagena, con
el respaldo que los trabajadores brindaron al proyecto de independencia absoluta
de España.
Palabras clave: Virreinato de la Nueva Granada, Cartagena de Indias, armada
colonial, trabajo y relaciones laborales
Clasificaciones jel: N76, N96
* El autor es Profesor Titular del Programa de Historia, Facultad de Ciencias Humanas, Universidad de
Cartagena y Director-Editor de la revista El Taller de la Historia. Correo electrónico: ssolanod@unicartagena.
edu.co. Este trabajo es un resultado del proyecto de investigación “Trabajo, movilidad social e independencia
en el Caribe neogranadino de finales del siglo xviii: Pedro Romero, entre el artesano y el pequeño empresario”,
registrado en la Vicerrectoría de Investigaciones de la Universidad de Cartagena, 2015. Recibido: abril 18 de
2015; aceptado: mayo 19 de 2015.
Economía & Región, Vol. 9, No. 1, (Cartagena, junio 2015), pp. 209-243.
209
SERGIO PAOLO SOLANO DE LAS AGUAS
ABSTRACT
The Colonial Navy Docks and Shipyard in Cartagena de Indias,
Its Workers and the Political Crisis of Independence
This article studies the Colonial Navy Docks and Shipyard of Cartagena de
Indias in the late xviiith and early xixth centuries and, in particular, the characteristics of the activities undertaken there. We show that the defensive systems
demanded large concentrations of workers, and that these went beyond the small
artisan workshop led by a master craftsman, with the participation of the family
unit or of a small number of journeymen and apprentices. We suggest that a relationship exists between the crisis of the Empire, beginning in 1808, the budget
crisis of the Shipyard and the political crisis in Cartagena, with the support given
by workers to the movement for absolute independence from Spain.
Key words: Viceroyalty of New Granada, Cartagena de Indias, colonial navy,
labor and labor relations
jel
Classifications: N76, N96
I. INTRODUCCIÓN
El mundo laboral de Cartagena de Indias de finales del siglo xviii tuvo unas
particularidades cuando se le compara con otras poblaciones del Nuevo Reino
de Granada, pues al lado de los pequeños talleres artesanales (Ruiz Rivera, 2007,
p.137-153; Solano, 2013, pp.92-139), también existieron los espacios laborales
del Apostadero de la Marina, de las Reales Obras de fortificación, la maestranza
de la artillería, y los talleres de armería de los ejércitos reales. Para la segunda mitad de esa centuria estos talleres concentraron significativas cantidades de maestros artesanos, oficiales y jornaleros en las diversas actividades que demandaban
los trabajos. Y en las fortificaciones también laboraba un pequeño número de
esclavos del Rey y una importante cantidad de presidiarios.
En el Apostadero se concentraba el mayor número de trabajadores, ya que
al ocupar Cartagena una posición de primer orden en el sistema de comercio y de
defensa del Imperio Español, fue corriente la reparación y construcción de embarcaciones con propósitos militares y comerciales. Allí algunos maestros artesanos
lograron ciertos privilegios, tales como una demanda hasta cierto punto conti210
EL APOSTADERO DE LA MARINA DE CARTAGENA DE INDIAS…
nua de trabajo, contratos de asentistas, mejores ingresos salariales y el orgullo y la
pres­tancia que les daba el saber que, en buena medida, las defensas militares de
Cartagena dependían de sus labores y destrezas.
El propósito de este artículo es examinar las relaciones entre las formas de
trabajo que demandaba el Apostadero, la crisis que este vivió durante el primer
decenio del siglo xix y en qué medida esto influyó para que entre sus trabajadores
surgiera la dirección popular de la independencia de Cartagena de 1811. Proponemos algunas hipótesis que añaden nuevos elementos a los estudios sobre las
razones que llevaron a los sectores populares de Cartagena a abrazar la causa
independentista.
Para desarrollar este estudio han sido útiles los informes de los comandantes del Apostadero de la Marina (presupuestos anuales y mensuales; informes al
Tribunal de Cuentas de Santa Fe de Bogotá y a los virreyes, y los listados de trabajadores y sus respectivos jornales) que se hallan en el Fondo Guerra y Marina
de la Sección Archivos Anexos y en el Fondo de Milicias y Marina de la Sección
Colonia del Archivo General de la Nación de Colombia. También hemos empleado algunos documentos del Fondo de Secretaría de Despacho de Guerra del
Archivo General de Simancas (España), y de algunos fondos del Archivo General
de Indias, en Sevilla (España).
El artículo está organizado en cinco secciones, además de esta Introducción.
En la primera se describen los rasgos generales del Apostadero, creado en
1750. En la segunda se examinan los inicios de la crisis presupuestal del Apostadero durante el primer decenio del siglo xix. En la tercera se estudian las características de sus trabajadores. En la cuarta se da cuenta de las posibilidades que
ofrecieron las guerras a los trabajadores de Cartagena. Y en la quinta se presentan
las respuestas de los trabajadores a la crisis de esa institución y de la ciudad, y
cómo el conjunto de circunstancias llevaron a que ese descontento se expresara
a través de canales políticos.
II. EL APOSTADERO DEL ARSENAL DE LA MARINA Y SU
PRESUPUESTO
Con la importancia adquirida por la guerra naval en los mares que bañaban
las colonias hispanoamericanas y con el incremento del contrabando, los apostaderos de la marina alcanzaron un lugar de importancia en el sistema defensivo
del imperio español. Los apostaderos se crearon donde había poblaciones de im211
SERGIO PAOLO SOLANO DE LAS AGUAS
portancia geo-militar que, a su vez, tuvieran condiciones litorales favorables para
el atraque, construcción y reparación de embarcaciones. Sobresalieron los apostaderos de La Habana, San Blas de California, Guayaquil, El Callao, Veracruz,
Valparaiso, Montevideo-Buenos Aires, Puerto Cabello y Cartagena de Indias. Tenían bajo sus jurisdicciones extensas áreas costeras con el fin de prevenir y perseguir el contrabando, rechazar la presencia de extranjeros y resguardar el traslado
de riquezas, por ejemplo, los situados fiscales, entre distintas ciudades portuarias.
Para cumplir su misión los apostaderos estaban dotados de escuadras de naves.
También debían servir para la construcción y reparación de embarcaciones, y
como arsenales, es decir, como sitios de almacenamiento de todos los pertrechos
necesarios para el avío de los barcos y el reclutamiento de marineros. Estaban
bajo la dirección de un comandante con atribuciones en todos los asuntos civiles
y militares del personal bajo su mando y tenían secciones de tesorería, matrícula
de la mar para alistar hombres con condiciones para la marinería, maestranzas de
distintos oficios (carena, calafatería, carpintería de la mar, carpintería blanca, herrería, armería, velas y jarcias) y montepío producto del recaudo de las contribuciones deducidas de los sueldos para socorrerlos en caso de desgracias. Contaba
con una junta de marina formada por quienes estaban al frente de esas secciones,
disfrutando de autonomía administrativa y financiera con relación a las autoridades ordinarias de las ciudades en las que estaban radicados (Arias, 1983, pp.963986; Bernal, 2011, p.32).
En el caso de Cartagena de Indias, fue en 1750, después del ataque de la escuadra naval inglesa bajo el mando del almirante Edward Vernon (1741), que la
Corona creó el Apostadero, situado sobre la corta playa del barrio de Getsemaní
que en la actualidad ocupa el parqueadero del Centro de Convenciones, en la
Avenida del Arsenal (ver Mapa 1). El propósito era contar con un sitio oficial
para atender los barcos de guerra del Imperio, en especial los servían de guardacostas para combatir el contrabando. Sin embargo, solo hasta 1786 se empezó a
habilitar el lugar con almacenes, tinglados, muelle y un carenero (sitio de reparaciones navales), que recibió el nombre del Boquete debido a que en unos de los
costados del baluarte de Santa Isabel se abrió una puerta para facilitar la movilización del personal y de los pertrechos (Archivo General de la Nación, Sección
Colonia (agn, sc), Fondo Milicias y Marina (mm), leg.15, f.346r). Se construyó en
ese lugar porque de mucho tiempo atrás esas playas eran usadas como sitio para la
construcción y reparación de embarcaciones menores (Archivo General de Indias
(agi), Cuba, leg.709)
212
EL APOSTADERO DE LA MARINA DE CARTAGENA DE INDIAS…
MAPA 1
Cartagena: Área portuaria en el siglo xviii
Nota: (1) Muelle de Cabotaje; (2) Apostadero de la Marina; (3) Muelle de la Machina; y
(4) Almacenes de Manga.
Fuente: Detalle del “Plano de la plaza de Cartagena de Indias […]”, elaborado por el ingeniero
Manuel de Anguiano. Depósito de la Guerra, Archivo de Planos, Estante J, Tabla 5, Cartera 2ª,
Sección a, n.°7.
213
SERGIO PAOLO SOLANO DE LAS AGUAS
El Apostadero fue pieza clave en el área portuaria de Cartagena. De esta también formaban parte el carenero de La Machina, situado en una punta de la
franja de tierra del islote de Bocagrande (a la entrada de la actual Base Naval),1 los
almacenes y el muelle de la isla de Manga, y el muelle para embarcaciones menores
situado en la parte exterior de la muralla, frente a las puertas que daban acceso a
la Plaza de la Aduana (Mapa 1).
El Apostadero de Cartagena de Indias no llegó a ser de grandes proporciones,
como si lo fueron los de Guayaquil (Juan y Ulloa, 1826, pp.57-66; agn, sc, mm,
leg.74, ff.345r.-351v; Laviana, 1987, pp.227-301), La Habana (Serrano, 2008) y
Veracruz (Martínez y Alfonso, 1999, pp.279-304; Cádiz y Duque, 1985, pp.105115). Contaba con “[…] almacenes para arboladuras, jarcias y demás pertrechos
[…] tinglados para la pipería, norias para las aguadas, contaba con dispositivos
para carenar, calafatear y refaccionar embarcaciones” (agn sc, mm, leg.15, f.346r).
También disponía de algunos dispositivos técnicos que sobresalían en un mundo
en que buena parte del trabajo se ejecutaba con base en la fuerza animal y humana (agi, Estado, leg.54, exp.4, ff.1r.-4v).
En 1787 se construyó un nuevo tinglado en el carenero del Boquete del Arsenal para poner en seco las embarcaciones y repararlas (agn, Sección Archivos
Anexos I-16, Fondo Guerra y Marina (saa, gm), leg.43-1, f.389r). En 1801 el informe de la Expedición de Costas dirigida por Joaquín Francisco Fidalgo describió
algunas de estas instalaciones de la siguiente manera:
“En la misma Isla [Manga] se hallan los Almacenes o Tinglados del Rey destinados
a conservación de lanchas cañoneras y maderas de construcción para uso de la
Marina Real […]. Se dijo podía fondearse en cualquier lugar del puerto, pero el
que sirve de fondeadero por más próximo a la ciudad es el que nombran Bahía
en la inmediación del Fuerte San Sebastián de Pastelillo, donde hay 9 o 10 brazas
1
Desde mediados del decenio de 1750 se empezó a construir un muelle en la parte interna de la bahía, en
uno de los islotes situados frente de la isla de Manga. A este muelle se le conocía con el nombre de La Machina.
En el siguiente decenio se le hicieron algunas modificaciones, sobre los cuales el ingeniero Antonio de Arévalo
informaba en 1769 que “[...] en esta plaza se hallan abiertos varios trabajos de consideración, como son los de
la construcción del carenero para las embarcaciones de s. m. en esta bahía, en 4 brazas de fondo […]” (agn, sc,
mm, leg.12, f.571r). Con tres filas de cubos de mampostería de cuatro metros cuadrados, con sus talleres y astilleros
reales, era dirigido por un capitán, quien estaba al frente de maestros mayores en carpintería, calafatería, herrería,
y oficiales y aprendices en cada oficio. No se conoce el uso que tuvo este muelle, pues en 1805 el ingeniero Manuel de Anguiano solicitaba que el carenero del Apostadero situado en la parte de Getsemaní que daba hacía
la bahía interior “[…] debe colocarse en la costa del frente de la bahía en el paraje nombrado la Machina en
donde se construyó el año de 1768 un muelle al propósito con cajones de mampostería en fondo de 4 brazas
[…]” (Anguiano, 1805, f.vi).
214
EL APOSTADERO DE LA MARINA DE CARTAGENA DE INDIAS…
de agua sobre lama arenosa. Los navíos y fragatas, para quedar francos deben
fondear al sur de Pastelillo y e.s.e del muelle de la Machina, y todos los buques
han de amarrarse del n.e al s.o. El muelle de la Machina carece de esta máquina
pero es muy conocido por su situación y ser de piedra único de esta materia en
toda la bahía […] En sus proximidades carenan o pueden carenar buques de todos
portes […]. En la lengua de arena estrecha del pie de la muralla occidental del barrio Getsemaní, entre los baluartes de Barahona y San Lázaro y unido al de Santa
Isabel, se halla el Carenero de la Marina Real, reducido a un muelle de madera
para tumbar o dar de quilla a los bajeles guarda Costas, un tinglado u obrador
de maestranza más bajo que la muralla, y un pescante que sirve de Machina para
para arbolar y desarbolar los Guarda-costas u otros buques menores, como también para embarco y desembarco de artillería u otros grandes pesos. Se comunica
el carenero con el barrio de Getsemaní por el portillo del Boquete que se halla
entre los baluartes de Santa Isabel y San Lázaro más próximo al primero” (Fidalgo,
2012, pp.128-129).
Las necesidades del Apostadero, de la escuadra de guardacostas y de otras
embarcaciones originó una economía que hasta el momento no ha sido analizada por quienes han estudiado el comercio por el puerto de Cartagena de Indias:
proveedores de pertrechos, traídos de España o comprados a países neutrales;
abastecedores de madera, jarcias, clavazón, alimentos, medicinas, materiales de
construcción (ladrillos, tejas, arena, caracolejo), de velas y botijuelas de aceite para
el alumbrado, de sebo, breas, alquitrán, platos y tazas de barro cocido; asentistas
de pan y bizcochos; carnes; arroz; estopa; repuestos de bronce, cobre y hierro;
motones; esteras; cordeles y muchos otros productos y objetos. Hasta donde la
documentación consultada permite afirmar, muchas de estas actividades estaban
en manos de pequeños y ocasionales comerciantes, y artesanos que sacaban provecho de las oportunidades que ofrecían las demandas del Apostadero.2
IiI. VICISITUDES PRESUPUESTALES DEL APOSTADERO
La vida del Apostadero dependió de un conjunto de circunstancias entre las
que sobresalía la disponibilidad presupuestal, que se financiaba con las transfe-
agn, saa-i, 116, leg.79, f.180r.-183v; leg.43-1, ff.341r.-351v., 1116r.-1122v.; agn, sc, Fondo Historia Civil,
leg.1, ff.443r.-458v; agn, sc, Fondo Virreyes, leg.16, ff.333-340 v; agn, sc, mm, leg.6, ff.1r.-222v; leg.42, ff.880r.912v.; leg.57, ff.924r.-925v; leg.59, ff.1012r.-1013v.; leg.62, ff.530r.-532v., 537r.
2
215
SERGIO PAOLO SOLANO DE LAS AGUAS
rencias del situado, un subsidio proveniente de otras plazas.. El situado, sin embargo, estuvo sometido a los ciclos de la economía del imperio, a las frecuentes
guerras en el Caribe y a los conflictos entre las distintas jurisdicciones políticas y
militares que hacían presencia en Cartagena, que se disputaban la distribución
del situado y de algunos recursos de las Cajas Reales de la ciudad. Por ejemplo,
el incremento del tráfico de barcos que había recibido un impulso del Reglamento de Libre Comercio de 1778, que debió redundar en la intensificación de
los trabajos de reparaciones, ocurrió cuando el Apostadero atravesaba por serias
dificultades económicas, obligando a sus administradores a solicitar empréstitos
(agn, sc, Virreyes, leg.16, ff.333-340 v). Por disposición oficial, al Apostadero
se le asignó un presupuesto de $150.000,oo anuales, suma que se conservó sin
modificaciones hasta comienzos del decenio de 1790. Es posible que esta asignación presupuestal haya servido durante los años de paz. Pero durante los años
de guerra debió quedarse corta debido a que se incrementaban las reparaciones de
embarcaciones, aumentaba la movilización de marineros, y se requerían más provisiones (armas y alimentos). Por eso, a partir de 1796 el dinero faltante para suplir
esas necesidades empezó a ser proporcionado por las Cajas Reales de Cartagena
(Cuadro 1). Esa especie de bonanza comenzó a revertirse a partir de 1808, con la
crisis suscitada por la invasión francesa a España, pues hubo que trasladar gruesas sumas de dinero a Madrid para poder sostener la guerra contra los invasores.
Esto afectó al situado que la ciudad recibía para su defensa militar (Meisel, 2012,
pp.204-208).
El Cuadro 1 contiene los presupuestos aprobados por la Junta de la Marina
para distintos años del período 1791-1809. Aunque no se halló información sobre
los presupuestos de 1799 a 1806, por otros documentos se sabe que la tendencia
fue ascendente hasta el año de la crisis política de 1808, cuando por las razones
de los acontecimientos en todo el Imperio las asignaciones presupuestales empezaron a decrecer.
En efecto, entre 1805 y 1810 el Apostadero vivió años difíciles debido a la crisis
de las finanzas de Cartagena, agravada por la crisis externa y por los enfrentamientos entre distintas instancias del poder que controlaban las finanzas públicas. Su
presupuesto había crecido, pero también habían aumentado sus deudas y buena
parte de lo que ingresaba se gastaba pagando compromisos monetarios de años
anteriores. Todos atentarían contra esta institución: el gobernador de la plaza, los
ministros de las Reales Cajas de Cartagena, el Tribunal de Cuentas de Santa Fe
de Bogotá y hasta los patricios de Cartagena. Todas las quejas giraban en torno a
216
EL APOSTADERO DE LA MARINA DE CARTAGENA DE INDIAS…
CUADRO 1
Apostadero de la Marina de Cartagena:
Presupuesto para diversos años, 1791-1809
Año
Presupuesto
1791
$150.000,oo
1792
$150.000,oo
1794
$124.954,oo
1796
$338.458,oo
1797
$218.224,oo
1798
$626.129,oo
1799
$214.976,oo
1806
$529.350,oo
1808
$536.503,oo
1809
$459.510,oo
Fuentes: agn, saa I-16, gm, leg.62-1, ff.402r., 465r.; leg.73-6, ff.983r., 985r.; leg.74-8, f.760v.; leg.7811, f.778r.; leg.78-12, f.778r.; leg.78-13, ff.783r.-825r.; leg.93-12, ff.190r.-244v.; leg.102-11, f.224r.;
agn, sc, Virreyes, leg.6, f.1232r.; agn, sc, mm, leg.47, f.447r.; agn, sc, Miscelánea, leg.100, f.631r.
la autonomía que tenía el Apostadero de Cartagena para manejar la inversión de
los dineros que estaban obligadas a entregarle las Cajas Reales, fuese del situado
fiscal o de la recolección de los distintos gravámenes establecidos por disposiciones reales. Pese a que se trataba de asuntos reglados por reales cédulas, todos acusaban a la marina de representar gastos exorbitantes y en muchas ocasiones onerosos (“Representación de la Junta Provincial de Cartagena”, 2008 [1810], p.37).
Entre agosto de 1808 y noviembre 1809 el Tribunal de Cuentas de Santa Fe de
Bogotá objetó los informes de inversiones que presentó el tesorero del Apostadero
de Cartagena (agn, sc, Virreyes, leg.12, ff.445r.-466v). A finales de 1809 el comandante del Apostadero se quejó al virrey porque Francisco Montes, gobernador de
la provincia y plaza fuerte de Cartagena, ponía obstáculos para financiar las necesidades más elementales de la escuadra marítima (agn, sc, mm, leg.31, ff.880r.887v). A esto se sumó la demanda de la metrópoli de dinero de sus colonias para
sostener la guerra con los franceses en el territorio de la península, bloqueando
toda posibilidad de que llegaran los situados fiscales a Cartagena. Ello redundó
en la parálisis de los trabajos en las fortificaciones y en el Apostadero.
217
SERGIO PAOLO SOLANO DE LAS AGUAS
CUADRO 2
Apostadero de la Marina de Cartagena: Comparación entre presupuestos
nominales y ejecutados, varios años, 1791-1809
i-1806
1808
1809
$334.707
$536.503
$232.057
$529.350
$232.057
31.503
47.536
11.277
11.808
9.074
11.126
45.904
30.623
15.833
36.854
Sueldos y gratificaciones
empleados arsenal
7.105
6.992
Sueldos de escribientes
1.560
Sueldos individuos de la
mar del depósito
8.514
6.373
4.873
6.157
1.720
1.896
Presupuestos
Años
1791
1794
1797
Nominal
$150.000
$115.131
$218.224
Ejecutado
$147.489
$124.954
$170.913
iv-1807
Por concepto de
Sueldos y gratificaciones a
plana mayor
Sueldos empleados del
Ministerio
Sueldos, gratificaciones,
raciones de mesa, estancia
hospital, alquiler de casas,
almacenes, gastos extraordinarios, otros
74.764
Sueldos y gratificaciones
oficiales de lanchas y barcos
de guerra
Sueldos y gratificaciones
de tripulantes y brigadas de
lanchas y barcos de guerra
25.196
Sueldos de los capitanes
empleados en el Apostadero
2.115
Sueldos oficiales y tripulantes de guarda costas
Sueldos de oficiales de
matrículas
50.502
2.281
3.978
9.645
Sueldos de cirujanos
2.121
1.540
2.907
Sueldos de pilotos
6.682
3.568
4.640
Sueldos de cabos y rondines
Sueldos de criados y capellanes de los guarda costas
2.519
1.765
1.939
EL APOSTADERO DE LA MARINA DE CARTAGENA DE INDIAS…
Sueldos de maestros mayores
y trabajadores de las maestranzas
17.954
Asentista de víveres
13.035
Asentistas de alimentos y
medicinas
16.195
24.310
17.557
16.600
47.922
110.162
4.170
1.300
361
102
200
750
1.500
1.027
15.951
8.140
8.000
765
1.237
1.027
Asentista pintor
Asentista herrero
13.804
Asentista motonero
472
Asentistas artesanos
587
Pensiones y montepío
140.286
2.371
21.073
222
1.307
Estancia hospital
2.512
375
1.023
418
Raciones a plata
2.336
3.057
3.434
4.800
5.374
85.450
49.912
57.372
1.953
18.775
Compra de pertrechos
Compra de géneros para los
ingenieros
Compra de géneros y
pertrechos para carenas y
recorridos de embarcaciones
24.003
58.881
12.013
Compra de vestuarios para
sentenciados
Alquileres de casas y almacenes
Gastos menores
Inversión en barcos surtos
en el puerto
Inversión en lanchas de
defensa de la ciudad
1.052
618
720
744
337
627
1.680
1.161
2.784
1.228
2.200
35.436
51.527
24.379
Inversión el goleta de correo
La Piedad
3.202
Inversión en barcos de
correo
1.057
Inversión tinglado de Manga para lanchas cañoneras
2.658
Carenas de botes de obras
de fortificaciones
903
Pago deudas atrasadas del
Darién
200
Otros
26
43.074
Fuentes: sc, agn, sc, Virreyes, leg.6, f.1227r.; agn, saa I-16, GM, leg.56-2, ff.1r.-160r.; leg.78-11,
f.778r.; leg.78-12, ff.780r.; leg.78-13, ff.-818r.; leg.93-12, ff.190r.-244v.; leg.93-15, ff.506r.614v.;
leg.102-11, ff.227r., 232r., 235v., 238v., 241v., 243r., 248v., 251v., 253r., 255v., 259r., 261r.-v.,
263v., 266v., 269r., 270v., 272r., 274r., 277r.; agn, sc, mm, leg.47, ff.477r.-526v.
SERGIO PAOLO SOLANO DE LAS AGUAS
La eventual guerra con Francia llevó a que el virrey Antonio Amar y Borbón
convocara de urgencia a la Junta de Guerra y de Real Hacienda de Cartagena de
Indias. Esta se reunió el 14 de junio de 1809 para diagnosticar el estado de las
defensas militares de la plaza fuerte y establecer las prioridades de los recursos
que se debían solicitar a la Corona. En la reunión, Miguel Antonio de Yrigoyen,
capitán de navío de la Real Armada y comandante del Apostadero, presentó
un sombrío informe sobre el estado de la defensa naval de la ciudad. Como
demostración de las restricciones económicas en el informe señalaba que varias
embarcaciones para la defensa
“[…] se hallan varadas y desarmadas con el objeto de ahorros de gastos y almacenados sus útiles y pertrechos, aunque no todos y en disposición de armarse en poco
tiempo bien que con algún costo. Dichas 6 cañoneras de la plaza solo tienen un
tercio de sus tripulaciones con el fin de ahorrar […]”. (agn, sc, mm, leg.8, f.256r)
En 1810 Andrés de Oribe, nuevo comandante del Apostadero, comunicaba al
virrey que se había visto precisado a tomar dineros de la vigencia presupuestal de
ese año para pagar deudas del año inmediatamente anterior (agn, sc, mm, leg.55,
ff.754r.-759v). En otra misiva le recordaba las reiteradas cartas que había enviado
al gobernador de Cartagena para que autorizara a los funcionarios de las Cajas
Reales de la ciudad a girar el presupuesto (agn, sc, Virreyes, leg.2, ff.991r.-993v), y
en otra acusó directamente al gobernador de ser un obstáculo para que la marina
funcionara con regularidad (agn, sc, mm, leg.54, ff.938r.-954v).
Por otra parte, la situación del Imperio también incidía de forma negativa
debido a que la invasión francesa de España empezó a reflejarse en una escasez de
recursos para el mantenimiento de las obras de defensa de Cartagena (agn, sc,
mm, leg.13, ff.265r. y v., 268r). Adolfo Meisel ha mostrado en mucho detalle que
el situado que recibió Cartagena en 1810, 212.500 pesos de plata, fue el más bajo
desde 1798 y solo un 44,2% del que se obtuvo en 1809 (Meisel, 2011, pp.371403). “Como resultado de esa reducción, durante la llamada primera república
(1811-1815), Cartagena se enfrentó con una aguda crisis fiscal. Durante el bienio
1810-1811 la ciudad sólo recibió 200.000 pesos de situado, mientras que sus gastos anuales ascendían a 700.000 pesos” (Restrepo, 1969, p.64).
La Junta de Gobierno de 1810 afectó aún más la suerte del Apostadero. A
partir de ese año los criollos elevaron reiteradas quejas contra el dominio de los
militares sobre el gobierno local y provincial, aduciendo que era solo apto para
220
EL APOSTADERO DE LA MARINA DE CARTAGENA DE INDIAS…
sociedades no civilizadas, que muchas veces tomaban decisiones arbitrarias, y que
generaban gastos muy onerosos para el situado fiscal y para las cajas reales de la
ciudad. En agosto de ese año la Junta de Gobierno de Cartagena explicaba al Rey
las razones que tuvo para deponer al gobernador Francisco Montes. La extensa
comunicación decía que, en los primeros meses de gobierno de Montes, el Ayuntamiento se sintió contento “[…] por el celo y actividad que manifestaba en los
objetos del servicio, y más particularmente en el ahorro de las sumas inmensas
que el Cuerpo de Marina se había acostumbrado a malgastar en este puerto […]”
(“Representación de la Junta Provincial de Cartagena de Indias”, 2008, p.36).
En septiembre de 1810 la Junta de Gobierno procedió a reformar la marina,
disminuyendo el número de barcos y de los oficiales asignados al Apostadero,
extinguiendo la matrícula de marinero por considerarla muy onerosa para las
actividades productivas de la provincia. En especial, se abolieron los privilegios
que solo permitían que los matriculados pescaran en el mar y en los ríos, y que
reservaba a las autoridades de la marina grandes extensiones de los bosques de
maderas aptas para la construcción y reparación de embarcaciones (El Argos Americano, septiembre 17 de 1810). Pero las principales medidas estuvieron dirigidas a
reducir el tren administrativo de la marina y a suprimir su autonomía financiera.
También demandaron del Tesorero de la Marina un informe detallado de los gastos, el pago de los sueldos de los oficiales, una reducción drástica de la nómina,
y la entrega de fondos y documentación a los funcionarios de las Cajas Reales de
la ciudad (“Representación de Antonio Palacios”, 2008, p.73).
En septiembre de 1810 el comandante del Apostadero y varios oficiales de la
marina adscrito a aquel renunciaron a sus cargos y regresaron a España, lo que fue
bien visto por la Junta de Gobierno debido
“[…] a las angustiadas circunstancias de estas cajas, las urgentes necesidades que
hay que atender, el crecido empeño que tienen contraído como los cortos medios
que ofrece la provincia para sostener unos gastos como los de este ramo que absorbe el producto de las Aduanas del Reino […]” (El Argos Americano, septiembre
17 de 1810).
Lo cierto es que la Junta de Gobierno dio el golpe final a las condiciones
que habían permitido trabajo y ciertas prerrogativas a los artesanos, cuando en
ese mismo año le quitó el carácter de Apostadero al puerto (El Argos Americano,
septiembre 17 de 1810), es decir la condición de sitio de permanencia de la flota
221
SERGIO PAOLO SOLANO DE LAS AGUAS
de guardacostas, de reclutamiento de marinería (matrícula de la mar) y para la
refacción de embarcaciones por cuenta del gobierno, y por tanto acabó con los
asentistas. Ahora era un puerto libre y las embarcaciones contratarían los servicios
de las maestranzas. Se creyó que la supresión del situado, que había estimulado
las obras de defensa y por tanto el empleo de artesanos y jornaleros, era una crisis
momentánea que se solucionaría rápidamente con el arribo de embarcaciones
que estimularían el comercio y la producción (El Argos Americano, febrero 25 de
1814).
No se dispone de datos completos sobre el movimiento de entradas y salidas
de embarcaciones al puerto de Cartagena para los años de la primera república
(1811-1815). Sabemos que entre septiembre y noviembre de 1810 entraron al puerto 20 embarcaciones y salieron 32 (El Argos Americano, septiembre 17; octubre 8,
15, 22, 29; noviembre 5 de 1810). En 1813 entraron 112 barcos extranjeros y 69
nacionales, para un total de 181 embarcaciones (El Mensagero de Cartagena de Indias, febrero 25 de 1814). Esta cifra es significativa si se tiene en cuenta, como ya
se anotó, que, según René de la Pedraja, en los 20 años transcurridos entre 1783
y 1804 (faltando datos para los años de 1791 y de 1794 a 1796) arribaron a Cartagena 270 barcos procedentes de España, y en los 16 años de 1788 a 1804 (faltando
cifras para los años de 1797 a 1801) salieron de Cartagena 276 con destino a esa
metrópoli. Entre 1783 y 1798 llegaron al puerto 156 barcos procedentes de puertos
extranjeros (De la Pedraja, 1979, pp.214-215).
En 1816, luego de la toma de la ciudad por las tropas de la reconquista española al mando de Pablo Morillo, el Apostadero estaba desorganizado y sin operarios
que realizaran los trabajos (agn, saa I-16, gm, leg.143-18, f.719r). Las levas que se
realizaron a finales de diciembre de ese año para alistar marineros matriculados,
tampoco produjeron los resultados esperados y escaseaban las tripulaciones de
los barcos (agn, saa i-16, gm, leg.143-18, f.731r). Pascual Enrile, comandante de la
flota marina de la reconquista, reorganizó el sistema de los maestros que sobrevivieron, colocando un maestro mayor de maestranzas con el fin de controlarlos
y determinar la política de contrataciones de los trabajadores. No tuvo asentista
de herrería, cerrajería y armería y contrató con los talleres de la artillería los
arreglos de los armamentos de los barcos (agn, saa i-16, gm, leg.140-17, f.344r).
La experiencia había enseñado que las autonomía disfrutadas por los maestros
mayores que trabajaban para el Apostadero, unida al descontento por situaciones
de atrasos en los pagos, recortes presupuestales, el alto costo de vida y la crisis
política abierta desde 1808, habían creado una situación propicia para que los
222
EL APOSTADERO DE LA MARINA DE CARTAGENA DE INDIAS…
trabajadores concentrados se movilizaran rápidamente el 14 de junio de 1810,
cuando se derrocó al gobernador Francisco Montes, y luego el 11 de noviembre
de 1811, cuando se declaró la independencia absoluta (agn, saa i-16, gm, leg.14017, f.344r). Además, Enrile consideraba que buena parte de las reparaciones debían hacerse en el puerto de Santa Marta, dado que estaba más próximo al de La
Habana, epicentro de la construcción naval española en América (agn, saa I-16,
gm, leg.143-18, f.733r).
Y no se equivocaba en su prevención contra los trabajadores del Apostadero,
pues de allí había salido la dirección popular del proceso independentista. Las
formas organizativas de las maestranzas de carpinteros de ribera y de calafates
prestaron importantes servicios a la causa republicana durante la guerra de 1812
contra la realista provincia de Santa Marta, cuando se requirió de muchos bongos, champanes y lanchas para movilizar tropas y para los combates fluviales en
el rio Magdalena. Asimismo, cuando las tropas republicanas sitiaron a Cartagena
en 1820, nuevamente se mostró la importancia de esas maestranzas. Así lo relató
Pedro de Villa, un carpintero de ribera que en ese año se presentó en Turbaco,
población donde los republicanos estaban acuartelados. La orden que recibió
fue: “[…] habiéndosele comunicado una orden por conducto del maestro Diego
Murillo para que todos los artesanos se presentasen a la Maestranza lo verificó
como uno de tanto, marchando al tercer día […] para la villa de Barranquilla para
los trabajos de las fuerzas sutiles […] en donde permaneció hasta la conclusión
del trabajo […]” (agn, Sección República, Peticiones y Solicitudes, Solicitudes
Magdalena-Noviembre, leg.2, f.376r).
IV. LOS TRABAJADORES DEL APOSTADERO
El funcionamiento del Apostadero de Cartagena de Indias se regía por una
real ordenanza de 1776 (Ordenanza de s.m., 1776, pp.314-342) que reglamentaba
todo lo relacionado con administración de los Reales Arsenales de Marina del
imperio español. Los Cuadros 3 y 4 muestran como estaba organizada la administración del Apostadero de Cartagena. Esas normas también regían para la contratación y administración de los trabajos y de los trabajadores. Había un grupo de
trabajadores estables (maestros mayores, asentistas, rondines, mandos medios
de las embarcaciones) y el resto que se empleaba en los barcos como marineros.
En las reparaciones de aquellos fluctuaba según las necesidades. Los requerimien223
SERGIO PAOLO SOLANO DE LAS AGUAS
tos de mano de obra se ampliaban o contraían según las urgencias, las necesidades y la disponibilidad de presupuesto. En las contrataciones de trabajadores
también influía la periodicidad con que se reparaban las embarcaciones, lo que a
su vez estaba sometido a ciertas contingencias, como las variaciones del clima en
el área sobre la que tenía jurisdicción el apostadero de Cartagena. Las épocas de
lluvia y de fuertes vientos determinaban reparaciones más continuas que durante
los periodos secos. Las zonas donde se prestaba el servicio también influían. Por
ejemplo, las inmediaciones de Portobelo, en el istmo de Panamá, eran tenidas
como una especie de infierno cuyas condiciones climáticas deterioraban rápidamente las embarcaciones que fondearan por largos periodos.
Sus trabajadores estaban distribuidos por jerarquías y oficios en diferentes
espacios. Los Cuadros 3, 4, 5 y 6 muestran el personal vinculado al Apostadero
en distintos años de finales del siglo xviii. En los Cuadros 3 y 4, correspondientes
a 1798 y 1809, respectivamente, se incluye el personal administrativo, maestros
mayores, artesanos asentistas, guardias del Arsenal y la marinería, mas no a las
distintas maestranzas de trabajadores organizadas por los oficios de calafatería,
carpintería de ribera, velas y pintura.
Según los Cuadros 3 y 4 el peso de la marinería en el total de empleados y
trabajadores era de alrededor del 80%. Sin embargo, esos cuadros nos presentan
unas imágenes detenidas en el tiempo, dado que en la realidad la marinería en el
puerto fluctuaba de acuerdo al arribo de embarcaciones, al movimiento de carga
y si era tiempo de paz o de guerra, como también si eran del servicio de guardacostas o del comercio. Por ejemplo, según otra información de archivo de 1786,
siete barcos (una balandra, dos goletas, dos galeotas y dos lanchas cañoneras)
ocupaban 30 oficiales y 244 marineros (agi, Estado, leg.54, exp.4). En informe
rendido en 1789, el arzobispo-virrey Antonio Caballero y Góngora dice que 28
embarcaciones del servicio de guardacostas tenían una tripulación total de 1.012
marinos distribuidos entre la oficialidad mayor, oficialidad de mar, artilleros de
preferencia, artilleros ordinarios, marineros, grumetes, pajes, tropas de infantería
y criados. El mayor contingente era el formado por los marineros y grumetes, con
algo más del 50% de aquella cifra (agi, Estado, leg.54, exp.4). Sin embargo, se
trata de un informe rendido en el momento más florecientes de la escuadra de
Cartagena. Ocho años después, en 1798, siete embarcaciones ocupaban 584 tripulantes (Cuadro 3), y para 1809 ocho guardacostas ocupaban a 468 tripulantes
(Cuadro 4).
224
EL APOSTADERO DE LA MARINA DE CARTAGENA DE INDIAS…
CUADRO 3
Apostadero de la Marina de Cartagena:
Personal administrativo y trabajadores, 1798
Secciones laborales
Personal
Total
Personal
administrativo del
Arsenal:
— Comandante del Arsenal;
— Ayudante del comandante;
— primer ayudante del
Arsenal;
— Ministro principal;
— Interventor de la Real
Hacienda;
— guarda almacén general;
— Encargado de compras
Menores.
Personal de la Mar
que labora en el
Arsenal:
— 3 primeros guardianes;
— 2 segundos guardianes;
— 1 patrón de bote;
— 2 patrones de lanchas;
— 15 artilleros de la mar;
— 25 marineros;
— 40 grumetes.
— 1 tonelero.
89
Juzgados de
Matrículas:
En Cartagena:
— 1 asesor de matrículas;
— 2 escribanos;
— 1 cabo de alguacil de
matrículas.
4
Maestros artesanos
mayores:
— de carpinteros de ribera;
— de calafates;
— de velas.
3
Cabo y rondines del — Cabo de rondines;
Arsenal:
— 12 rondines
Asentistas
artesanos:
— tornería y motonería;
— herrería, cerrajería,
armador y fundición.
Tripulaciones en 7
embarcaciones:
— 30 oficiales mayores;
— 24 artilleros de preferencia;
— 26 artilleros ordinarios;
— 4 guardianes primeros;
— 6 guardianes segundos;
— 19 artilleros ordinarios;
— 4 carpinteros segundos;
— 4 calafates segundos;
— 4 prácticos de costas;
— 4 cocineros;
— 5 patrones de lanchas;
— 4 sangradores;
— 7 despenseros;
— 100 marineros;
— 161 grumetes;
— 28 infantes de marina;
— 8 pajes;
— 20 criados de los oficiales.
Total
7
13
2
466
584
Fuentes: agn, sc, Virreyes, leg.6, ff.1229r.-1231r., 1233r.
Los marineros eran reclutados por el Juzgado de Matrícula, dependencia administrativa del Apostadero que a su vez tenía a los cabos de matrículas, personas
encargadas en las distintas poblaciones relacionadas con el mundo fluvial y marí225
SERGIO PAOLO SOLANO DE LAS AGUAS
CUADRO 4
Apostadero de la Marina de Cartagena:
Personal adminstrativo y trabajadores, 1809
Secciones laborales
Personal
Total
Personal
administrativo del
Arsenal:
— Comandante del Arsenal;
— guarda almacén del
— primer ayudante del Arsenal;
depósito de maderas;
— primer contador del Astillero;
— primer piloto vigía en el
— guarda almacén general;
Cerro de la Popa.
— interventor de la Real Hacienda;
7
Personal de la Mar
que labora en el
Arsenal:
— 1 primer contramaestre;
— 1 segundo contramaestre;
— 3 primeros guardianes;
— 3 segundos guardianes;
— 4 patrones de embarcaciones;
— 1 maestre de víveres;
— 1 tonelero;
— 6 prácticos del puerto;
— 1 condestable primero
de artillería marina;
— 20 artilleros ordinarios;
— 20 marineros;
— 20 grumetes.
81
Juzgados de
Matrículas:
En Cartagena:
— 1 comandante;
— 1 contador;
— 1 auditor;
— escribano;
— 1 alguacil de matrículas;
— 5 cabos primeros;
— 2 cabos segundos.
12
Maestros mayores:
— de Carpinteros de ribera;
— de calafates;
— de velas.
Cabo y rondines del — Cabo de rondines;
Arsenal:
— 12 rondines
Asentistas de:
— pintura;
— tornería y motonería;
— herrería, cerrajería,
armador y fundición.
Tripulaciones en 8
embarcaciones:
— 33 oficiales mayores;
— 54 oficiales de la mar;
— 26 oficiales de artillería de
preferencia;
— 83 oficiales de artillería
ordinarios;
— 118 marineros;
— 118 grumetes;
— 61 infantes de marina;
— 23 varios.
Total personal 1809
Fuentes: agn, sc, mm, leg.47, ff.481r.-483r., 485r., 489r., 481r. y v.
226
4
13
3
515
635
EL APOSTADERO DE LA MARINA DE CARTAGENA DE INDIAS…
timo, para construir listados de hombres aptos para ser incluidos en los listados
de matriculados, y de enviarlos al puerto de Cartagena para que prestaran ese
servicio (agn, sc, Cabildos, leg.4, ff.34r.-41v; agn, sc, mm, leg.33, ff.315r.-446v;
leg.53, ff.958r.-998v).
Al lado de la marinería también eran significativas las maestranzas de los calafates, carpinteros, herreros, cerrajeros, carpinteros de ribera, torneros, armeros,
obrajeros (capataces), cabos de rondines, rondines (vigilantes) motoneros (para
manejar los cabos), pintores, cabos de matrículas (Cuadros 5 y 6). Además, había
asentistas que contrataban mano de obra, a la que retribuían de acuerdo con
los oficios, predominando, en los casos de trabajo especializado, el salario por
producción y, para los jornaleros, el salario diario establecido de acuerdo a una
combinación entre la costumbre y los precios del mercado (agn, sc, mm, leg.47,
ff.477r.-526v).
Los trabajadores agrupados en maestranzas realizaban las labores propias de
sus oficios. Los carpinteros de ribera y calafates se encargaban del reconocimiento (“recorrido”) y la señalización (“baliza”) de las áreas del barco en las cuales
había que hacer reparaciones. Algo parecido hacían los especialistas en construir
y reparar las velas y jarcias, los pintores, herreros, montoneros, cordeleros, faroleros. Una vez las embarcaciones eran puestas en seco, grupos de los más avezados
carpinteros de ribera y calafates recorrían los barcos, tanto en sus partes internas
como externas, examinaban los cascos, determinaban y señalaban (baliza) las partes que requerían de trabajos detallados. El número de trabajadores empleados
en estas operaciones dependía de las dimensiones de los barcos y de los daños y
trabajos a realizar. En 1787, en el recorrido y baliza de dos balandras se emplearon
dieciocho carpinteros y calafates durante ocho días (agn, saa i-16, gm, leg.43-1,
ff.142r-144r). Pero en las mismas operaciones en una fragata (que era mucho
más grande) se utilizaron 16 calafates durante 12 días (agn, saa i-16, gm, leg.43-1,
ff.150r. y v).
Luego, las cuadrillas de carpinteros de ribera procedían a cambiar las tablas
deterioradas, los clavos y pernos, y a limpiar la madera del caracolejo y de las rémoras que la debilitaban. Una vez hecha esta parte del trabajo, entraban en actividad
los calafates que tenían que llenar con estopa alquitranada las junturas de las
tablas y recubrir el casco con brea para impermeabilizarlo. La quilla del barco
necesitaba un trabajo especial con fuego para hacerla más resistente. Luego se
seguía con el trabajo en la parte interna de la embarcación y se reparaban y/o
cambiaban las maderas de la ligazón y los cuadernales que estuviesen vencidos.
Se hacían ajustes y se determinaban las piezas metálicas que debían cambiarse.
227
SERGIO PAOLO SOLANO DE LAS AGUAS
Al frente de estos grupos estaban los maestros mayores de cada oficio, que podían tener una vinculación directa con la Marina, ser contratados eventualmente, o ser asentistas. Todo dependía de la importancia y urgencia de los trabajos,
y de la oferta de mano de obra capacitada. Por ejemplo, en 1796 había maestros
mayores vinculados de forma directa a los trabajos del Apostadero, que estaban al
frente de las respectivas maestranzas de carpinteros, calafates, veleros, careneros
y pintores. Los listados de jornales muestran que, además del maestro mayor que
encabezaba cada maestranza, incluían a otros maestros y también oficiales, aprendices y jornaleros (peones) (Cuadro 5) (agn, saa i-16, gm, leg.42-9, ff.468r.-493v).
CUADRO 5
Apostadero de la Marina de Cartagena:
Maestranzas de trabajadores y jornales en refacción de embarcaciones, 1786
Maestranzas
(trabajadores)
Jornales (reales
de plata)
Carpinteros
Maestranzas
(trabajadores)
Jornales (reales
de plata)
4
10
1
13
3
9
18
12
4
8
Maestranzas
(trabajadores)
Jornales (reales
de plata)
Aserradores
(medio real la
vara)
12
Veleros
2
11
2
7
1
15
7
10
7
6
10
6
6
9
4
5
2
3
31
8
5
4
9
7
12
3
11
6
Peones de calafatería
8
5
9
Toneleros
1
12
1
6
4
5
4
10
3
3
4
2
Peones de Albañiles
1
4
6
1
3
Calafates
1
13
27
12
3
11
Albañiles
Faroleros
4
Rondín
1
Fuentes: agn, saa i-16, gm, leg.42-9, ff.468r.-493v.
228
1
8
6
Sastres
Tripulantes de falúa
2
17
4
250
255 reales
EL APOSTADERO DE LA MARINA DE CARTAGENA DE INDIAS…
Todo el personal dedicado al trabajo manual fluctuaba de acuerdo a diversos
factores que podían ampliar o restringir la demanda de trabajo. La carena y el
calafateo de las embarcaciones eran las actividades que más trabajadores movilizaban pues implicaban sacarlas en seco, armar tinglados en torno a los cascos
para facilitar los trabajos, movilizar maderas, breas, betunes, estopas, vigilantes
(rondines), maestros mayores y grupos de operarios que realizaban las labores. El
total de estos dependía del estado en que se encontraran, de la disponibilidad de
recursos económicos en el Apostadero, y de las dimensiones de los barcos.
Los informes de los administradores del Apostadero correspondientes a los
años de 1786-1787, cuando hubo un significativa demanda de trabajo para carenar y calafatear 15 embarcaciones, detallan las labores de 112 carpinteros de
ribera; 72 calafates y 9 peones de calafates; 13 veleros; 12 aserradores; 9 albañiles;
2 toneleros; 2 sastres y un farolero. Fueron en total 232 trabajadores ocupados
diariamente, de domingo a domingo. Durante varios meses se estabilizó el empleo en 232 trabajadores, en promedio (agn, saa i-16, gm, leg-42-9, ff.628r.-629r).
CUADRO 6
Apostadero de la Marina de Cartagena: Empleo mensual de trabajadores,
por oficios, enero-septiembre de, 1792
Meses
Carpinteros
de ribera
Calafates
Veleros
Toneleros
Albañiles
Aserradores
Enero
126
52
7
2
13
13
Febrero
146
72
5
5
3
16
Marzo
139
74
4
1
6
13
Abril
63
38
1
4
16
1
Mayo
58
36
1
3
18
1
Junio
85
23
1
3
14
1
Julio
86
24
6
1
3
34
1
Agosto
33
5
3
1
2
4
Septiembre
24
5
1
2
Sastres
Faroleros
5
1
1
1
1
Fuentes: agn saa i-16, gm, leg.56-2, ff.676r.-776r.
En el Cuadro 6 se muestra el empleo en los oficios más importantes de las
maestranzas del Apostadero durante nueve meses de 1792. Los tres primeros me229
SERGIO PAOLO SOLANO DE LAS AGUAS
ses muestran unas cifras significativas de contrataciones, mientras que de abril en
adelante las cifras bajaron. Durante enero, febrero y marzo las maestranzas se ocuparon de hacer los recorridos, balizas y refacciones de una fragata, una balandra,
un balajú, una galeota y una lancha cañonera. También hicieron los velámenes
para la fragata, la balandra, y la lancha cañonera, y los toldos para botes, arreglo de toneles y pipas, aserrar maderas para las reparaciones y para el almacén,
hacer bateas y parihuelas, los tinglados de la Aguada (agn, saa I-16, gm, leg.562, ff.676r.-711v). De abril a septiembre de ese año los trabajos disminuyeron,
concentrándose en desforrar y echar cubierta a una balandra, dos balajús, a las
lanchas de una balandra Se recorrieron, además, las obras muertas de una goleta
y de un balajú. Se hizo el recorrido y los velámenes de una lancha cañonera. Se
carenó una goleta. Se llevaron a cabo trabajos de recorrido y arreglo de velámenes
de una galeota y de una lancha cañonera. Se reconstruyeron los tinglados del
Arsenal. Los carpinteros confeccionaron remos, y otros trabajadores arreglaron
barriles, banderas y gallardetes para embarcaciones. Se arreglaron los tejados de
la Aguada, los caños del Boquete, y se hicieron repuestos para almacenes (agn,
saa i-16, gm, leg.56-2, ff.733r.-766v).
Con las necesidades que trajeron las labores en el Apostadero, al igual que las
realizadas en la Maestranza de la Artillería y en las Reales Obras de Fortificación,
creció el número de ejercitantes de los oficios que trabajaban los metales resistentes (herreros, cerrajeros y armeros). Según los censos de artesanos de 1780 en
la ciudad había 20 herreros, 6 armeros y 1 fundidor (agn, sc, Miscelánea, leg.31,
ff.148r.-154v., 1014r.-1015v.; agn, sc, fondo Censos Redimibles-Censos Varios Departamentos (cr-cvd), leg.6, ff.259r.-260v., y 615r.-619v.; agn, sc, cr-cvd, leg.8,
ff.75r.-134v). Sin embargo esa cifra no refleja la realidad, pues cuando se estudian
los informes de quienes estaban al frente de las Reales Obras de Fortificación,
del Apostadero y de la Real Maestranza de la Artillería, se observa que aparecen
nombres de herreros y armeros no registrados en el mencionado censo.
V. GUERRAS Y OPORTUNIDADES LABORALES
Desde que se empezaron a construir los sistemas de fortificaciones y de defen­sa
de las ciudades coloniales españolas era tradición que la mayoría de las maestrías
mayores en las maestranzas en las obras de fortificaciones, armería, carpintería
de ribera y calafatería fueran desempeñadas por menestrales de origen español.
230
EL APOSTADERO DE LA MARINA DE CARTAGENA DE INDIAS…
Este también era el caso en otras maestrías mayores que ejercían peritazgos sobre
asuntos públicos y judiciales, como era el caso de los alarifes (agn, sc, Miscelánea, leg.22, ff.486r.-498v). Estos artesanos se contrataban en ciudades españolas,
conviniendose por escrito el monto de los salarios, las prerrogativas de que disfrutarían, el tiempo de permanencia en las colonias y los compromisos que adquirían.3 Dependiendo del oficio, de las necesidades de las colonias y de los encargos que se les hicieran, estos maestros podían importar sus equipos de trabajo
formados por oficiales y aprendices (agi, Contratación, leg.5520, exp.2, ff.1r.-14v;
leg.5495, exp.2. ff.1r.-8v; agn, sc, cr-cvd, leg.6, f.618r.)
Aunque una de las razones esto, que aún aducían algunos ingenieros a finales
del siglo xviii, era la escasa capacitación de la mano de obra local (agn, sc, mm,
leg.35, ff.465r.-467v), los informes de ingenieros al frente de las Reales Obras de
Fortificaciones, del taller de la Artillería y del Apostadero de la Marina muestran
que para el tránsito del siglo xviii al xix los maestros artesanos nativos ya estaban
desplazando a los españoles. Esto ocurría gracias a que se combinaron unas circunstancias propicias para que se le empezara a dar importancia a la mano de
obra nativa, por encima de las objeciones raciales que hasta entonces habían
primado para objetar el acceso de los maestros de color a las maestrías mayores
de los oficios (Solano, 2013, pp.92-139). Los factores de contexto internacional
tuvieron un peso determinante. En épocas de paz muchos de los pertrechos y
repuestos necesarios para equipar y reparar las embarcaciones eran traídos de
España, como lo muestra el informe que rindió en 1777 el comandante de Guardacostas al virrey Manuel Antonio Flórez sobre productos venidos del arsenal de
El Ferrol (España) (agn, saa i-16, gm, leg.56-2, ff.733r.-766v). En 1786 se le informaba al virrey Antonio Caballero y Góngora que el Apostadero de Cartagena se
había aprovisionado del Arsenal de La Coruña (agi, Estado, leg.54, exp.4, ff.1r.6v). Un año después compraba casi todo lo necesario para las 16 embarcaciones
que estaban adscritas al servicio de la defensa de Cartagena (agn, saa i-16, gm,
leg.43-1, f.473r.; leg.79-1, ff.628r.-730v). Pero en años de guerra podían agotarse
las existencias de repuestos y otros materiales en el almacén debido al creciente
número de reparaciones de los barcos (agn, saa i-16, gm, leg.79-1, ff.180r.-183v).
3
Archivo General de Simancas, Secretaría Despacho de Guerra (ags, sdg), leg.7073, exp.17, ff.93r.-103v;
leg.7237, exp.55, ff.9r.-9v; leg.7238, exp.18, ff.123r.-128v; leg.7241, exp.31, f.29r; agn, sc, mm, leg.1, ff.480r.,
489r; leg.22, ff.54r.-55v; leg.60, ff.162r.-164v; agn, sc, Miscelánea, leg.120, ff.21r.-30v; agn, sc, Policía, leg.8,
f.684r; agn, saa, i-16, gm, leg.16, ff.534r.-541v.
231
SERGIO PAOLO SOLANO DE LAS AGUAS
Esa relación entre paz e importación de pertrechos y herramientas de los arsenales de España y de guerras navales y producción de algunos elementos en el medio también se evidencia en los informes de los ingenieros al frente de los talleres
de la Artillería, donde se discriminaba entre lo que venía de España y lo que se
podía producir por parte de los artesanos raizales. En 1790 el ingeniero Antonio
de Arévalo, encargado de las obras de las fortificaciones, solicitaba traer de España herramientas y otros productos de hierro y acero necesarios para adelantar los
trabajos (ags, sdg, leg.7241, exp.31, ff.131r.-143v.; leg.7241, exp.31, ff.12r.-17v).
Pero todo cambiaba en medio de las continuas guerras inter-imperiales que
tuvieron como escenario el Gran Caribe. Desde la guerra de 1739-1741 contra los
ingleses se fue haciendo evidente que, en momentos de apremio, la mano de obra
nativa podía asumir las labores de construcción y reparación de los distintos sistemas de defensa de la ciudad. En ese año los trabajos de herrería para las cureñas
de cañones, reparaciones de fusiles, albañilería en baluartes y murallas, cantería,
carpintería de ribera y calafatería fueron asumidos en su mayoría por artesanos y
trabajadores oriundos de Cartagena.
Las posteriores guerras con Inglaterra (1779-1783, 1796-1802 y 1805-1806), y
con Francia (1793-1795), le habían otorgado una función de primer orden a los
oficios que trabajaban con metales empleados en armas y embarcaciones. Esas
oportunidades no se presentaban en otras ocupaciones como la sastrería, pues los
uniformes de los dos batallones que formaban el Regimiento Fijo eran elaborados
en España, restringiendo la posibilidad de que los sastres locales se hicieran a una
demanda de significativas proporciones (ags, sdg, leg.7059, exp.14, f.8v.). Igual
sucedía con el correaje de cuero que utilizaban los soldados. Solo les quedaban
las reparaciones de uniformes, botas y correajes. Los reglamentos contemplaban
que los uniformes debían renovarse cada año y el armamento debía cambiarse
cada 10 años, aunque no siempre sucedía así.
Durante las guerras las condiciones eran más favorables para los trabajadores
del metal debido a las dificultades para el aprovisionamiento. Por ejemplo, en la
guerra de 1779-1783 con Inglaterra, una relación de los suministros de Cartagena
para defenderse y resistir un posible sitio muestra lo que había en los almacenes,
como también los artículos de metal adquiridos y lo que se fabricó en la ciudad
(agn, sc, Historia Civil, leg.18, ff.190r.-204v). De nuevo, en 1780, las autoridades
del Apostadero se quejaban porque en los Almacenes de la Escuadra de Guardacostas de Cartagena no había materias primas para equipar barcos, en especial
todo lo relacionado con velámenes y jarcias. Achacaban la escasez a que nada
232
EL APOSTADERO DE LA MARINA DE CARTAGENA DE INDIAS…
llegaba de España y se habían agotado las existencias, lo que obligó a realizar
importaciones de Curazao (agn, sc, mm, leg.62, ff.481r.-499v). En informe sobre
el estado de la marina que rindió en 1789 el virrey Antonio Caballero y Góngora
como anexo a su Relación de Mando, señalaba que “[…] en tiempo de la pasada
guerra, mi antecesor el Señor Don Manuel Antonio Flórez no pudo conseguir
saliese del puerto un solo buque de los pocos que había, por faltar en estos almacenes los utensilios necesarios de su habilitación […]” (ags, sdg, leg.54, exp.4,
ff.1r.-6v).
En 1793, ante la inminencia de la guerra con Francia el gobernador militar de
Cartagena relacionó los pertrechos, herramientas y materias primas que debían
venir de España y cuales existían y/o podían producirse en la ciudad. Excluía los
clavos porque consideraba que su almacenamiento y por razón del clima, se deterioraban rápidamente. Sugería que era mejor comprárselos a los herreros locales
que los producían en sus talleres (ags, sdg, leg.7241, exp.31, ff.17r., 33r). Y en
1799 el comandante, ante la imposibilidad de La Habana de proveer lo necesario
a la escuadra de guardacostas de Cartagena, pedía permiso para negociar con
embarcaciones neutrales en el conflicto naval que se vivía con Inglaterra (17961802) para que trajeran cordeles, aparejos, cabos, jarcias, velas (agn, sc, Historia
Civil, leg.1, ff.443r.-447v).
Esa escasez durante las guerras también incluía objetos de metal traídos de
España y necesarios para otros trabajos productivos. Por ejemplo, en 1800 una
mujer de Mompox que se hallaba al frente de los negocios de su esposo se quejaba porque la guerra con Inglaterra imposibilitaba traer efectos de Castilla, en
especial herramientas, las que se habían encarecido de manera exorbitante, de tal
manera “[…] que los hacendados, los que tienen tejares, los mineros, los oficiales,
todos sufren un conocido menoscabo y perjuicio, por cuya razón es forzoso se
atrase la agricultura, las artes, los oficios, las minas, el aumento de los edificios, y
lo demás que hace florecer los lugares” (agn, saa i-16, gm, leg.19-23, ff.350r.-356r).
En consecuencia, el cierre de los circuitos de tráfico mercantil para traer herramientas y repuestos de España, y las necesidades de la guerra naval y de artillería
creaban condiciones favorables aprovechadas por los herreros, armeros, cerrajeros y fundidores para producir armas blancas. Y piezas de primera necesidad para
barcos. Pero, a su vez, sobresalir también dependía de la dedicación, responsabilidad, destreza e inventiva en sus respectivos oficios. Es el caso de Pedro Romero,
quien se favoreció por sus conocimientos y destrezas técnicas, su responsabilidad,
la buena fama ganada en el ejercicio de los oficios y la consolidación de su taller
233
SERGIO PAOLO SOLANO DE LAS AGUAS
(Pombo, 2010 [1810], p.272; blaa, Década Miscelánea de Cartagena, Cartagena, noviembre 9 de 1814). Todo esto debió lograrlo gracias a un estilo de vida en que la
valoración del trabajo y del estudio de sus artes, la vida austera y la honorabilidad
familiar eran piedras angulares (Solano, 2015).
Vi. DESCONTENTO Y ACTITUDES POLÍTICAS DE LOS
TRABAJADORES
Todo esto empezó a perderse para finales del primer decenio del siglo xix,
cuando a los problemas presupuestales del Apostadero se agregó el alto costo de
vida y la crisis de la monarquía y del imperio a partir de 1808. En conjunto estas
situaciones crearon un clima propicio para el descontento, como se desprende de
la lectura de los informes y del cruce de correspondencia entre varios oficiales de
Cartagena con el virrey, que revela que la principal inconformidad provenía de la
marina porque era la más afectada por las políticas del gobernador de Cartagena.
En 1810 Andrés de Oribe escribía al virrey: “[…] llegando por último este señor
Gobernador al extremo de sitiarnos por hambre, para ver cómo cuanto antes acaba con este infeliz resto de Apostadero […]” (agn, sc, mm, leg.31, f.880r). Se redujo
la demanda de mano de obra y algunos trabajos se paralizaron, lo que tuvo un
fuerte impacto en la economía de muchos hogares que dependían de los trabajos
en el Apostadero, y de manera indirecta se vieron afectados otros sectores que
también dependían de manera indirecta del circuito económico que se había
creado gracias a los ingresos de los trabajadores.
Durante los primeros años del siglo xix los habitantes de Cartagena de Indias
y de su provincia empezaron a sentir los rigores de la escasez de alimentos, las
especulaciones de los acaparadores y el alto costo de vida. La lecturas de las compras de víveres del Apostadero para proveer a las tripulaciones, así como también
las del Hospital Militar de San Carlos, revelan una estabilidad de precios, que da
paso a un paulatino proceso alcista que se acelera a partir de 1804 en adelante.4
Cartagena no era una plaza fuerte autosuficiente en lo relativo a alimentos, y
agn, sc, fondo Abastos, leg.2, ff.1r.-30v, 55r.-59v; leg.9, ff.570r.-635v, 819r.-902v, 877r.-894v; agn, sc,
Cabildos, leg.2, ff.647r.-675v; gn, sc, Miscelánea, leg.7, ff.626r.-635v; leg.61, ff.882r.-890v; agn, sc, Virreyes,
leg.16, ff.767r.-777v, ff.767r.-777v.; 798r.-800r.; 814r.-820v.; 850r.-854r.; 864r.-870v.; 872r.-877r; agn, sc, mm,
leg.31, ff.880r.-887v; agn, saa i-16, gm, leg.16-23, f.213r; leg.18-2, f.946r., 973rv; leg.24-8, f.153v; leg.89-4, ff.221r,
233r-236r; leg.89-5, f.1274r-1293r., 1350r., 1359r.
4
234
EL APOSTADERO DE LA MARINA DE CARTAGENA DE INDIAS…
en sus inmediatos alrededores escasamente se producían artículos de primera
necesidad (Marco Dorta, 1962, 335-352; Anguiano, 1805, ff.iii-iv). Diferentes
factores podían obstaculizar el abastecimiento de la ciudad, lo que incidía en la
subida de los precios de los artículos de primera necesidad. Entre 1761 y 1808 en
Cartagena aumentó el costo de la carne de res y la de cerdo en más de un 100%
(agn, sc, mm, leg.66, ff.174r.-178v; agn, sc, Miscelánea, leg.7, ff.633r.-635v.; agn,
sc, Virreyes, leg.16, ff.768r.-769r). Y entre 1794 y 1804, en Mompox, área que
abastecía de carnes a Cartagena, el precio de las carnes de res y de cerdo (tanto
fresca como salada) y el del arroz aumentó en 200%, al igual que el pescado, maíz,
arroz y frijol (agn, sc, Fondo Policía, leg.3, ff.978v.-979r).
El encarecimiento de los principales productos de consumo diario era generalizado en toda la provincia, y las autoridades (incluyendo al virrey que comisionó
de forma reservada a personajes de la ciudad para que le informaran de las razones de lo que sucedía) atribuían la situación a las intensas lluvias que habían afectado el ciclo de la quema que hacían los labradores por el mes de marzo para que
luego las lluvias de abril y mayo fertilizaran los suelos con las cenizas. También
argüían que se debía a las especulaciones de los acaparadores de los productos
provenientes del río Sinú, y de las reses provenientes de la provincia de Santa
Marta y del área de Mompox, como también de los cerdos que venían de la zona
de los Montes de María. A esto agregaban el escaso control de las autoridades.
Pero fueron unos vecinos pobres de Mompox que firmaron una representación en 1804 quienes dieron mayores detalles sobre por qué había especulación
de precios. Adujeron que razones como la “pacificación” de los indios Chimilas
habían creado condiciones más favorables para el transporte de los hatos de ganado de las zonas centrales de la provincia de Santa Marta con destino al consumo
de Mompox y Cartagena. Consideraban que esto debía incidir en la baja de los
precios pues ya era posible la libre utilización de los playones del río por parte de
los ganaderos y, por tanto, el engorde de las reses en épocas de verano. De igual
forma aducían que existía un abaratamiento en los costos de la mano de obra dedicada a la vaquería, la mejoría en los caminos para el transporte de los productos
agrícolas o el costo del transporte de estos por los caños y ciénagas de esa zona.
No se explicaban como podían haber aumentado los precios del pescado cuando
este era abundante en los ríos Magdalena y Cauca y en los caños y ciénagas. Asimismo decían que en el área de La Mojana se seguía cultivando arroz en grandes
cantidades y que su transporte hacía Mompox continuaba haciéndose por vía
fluvial. Concluían que la especulación y la falta de control de las autoridades era
235
SERGIO PAOLO SOLANO DE LAS AGUAS
lo que explicaba el aumento desorbitante de los productos de consumo básicos,
y mostraban que esto estaba generando una situación social de miseria entre algunos sectores de la población momposina (agn, sc, Policía, leg.3, ff.978v.-981v).
Ese aumento del costo de vida no fue compensado con una subida de los jornales, que se mantuvieron estables durante más de medio siglo.5 Al contrario, la
situación se vio agravada por el cese laboral de muchos hombres como resultado
de la parálisis de las obras en los sistemas defensivos de la ciudad, que empezó a
sentirse desde mediados de 1809.
El desempleo, el alto costo de vida y el estancamiento de los salarios debió
generar situaciones de inconformidad entre los trabajadores del Apostadero.
Algunos informes oficiales dejan ver entre líneas que existía inquietud entre el
vecindario por lo que estaba sucediendo. Pues bien, en el marco de las difíciles
situaciones de 1808 a 1810, el descontento de los trabajadores que laboraban
en las distintas obras de la ciudad se expresó a través de un canal novedoso en
la historia de la ciudad: la política. En efecto, la crítica situación económica, el
cierre de los frentes de trabajo y los enfrentamientos entre sectores de las esferas
del poder, colocaron en el foco del descontento al gobernador Francisco Montes,
quien a los ojos de los habitantes aparecía como el responsable de los recortes
presupuestales y de la parálisis de las obras en los sistemas defensivos. Por eso a
los patricios cartageneros, que estaban a favor de seguir los pasos de otras ciudades coloniales y crear una junta de gobierno en la que tuviera participación el
Cabildo, les era fácil convenir el apoyo de los artesanos prestantes que estaban al
frente de las distintas maestranzas.
Durante los primeros meses de 1810 José María García de Toledo debió buscar a los maestros artesanos más sobresalientes de Cartagena para plantearles un
posible compromiso con la creación de una junta de gobierno para la ciudad y
su provincia homónima. El propósito era comprometer la ascendencia que estos
tenían sobre gruesos sectores de la población para que, en caso de que las tropas del Regimiento Fijo apoyaran incondicionalmente al gobernador Francisco
5
Información sobre jornales 1741: agn, saa i-16, leg.2, ff.698r.-849v; 1751: agn, saa i-16, gm, leg.6-2, ff.14v.,
17r., 43r., 44r., 45r., 46r; 1770: agn, sc, Miscelánea, leg.120, ff.21r.-30v; 1775: agn, sc, mm, leg.31, ff.970r.-971v;
leg.62, ff.151r-154v; 1777: agn, sc, mm, leg.62, ff.151r-154v; 1786: agn, saa i-16, leg.42-9, ff.468r.-493v; 1796:
agn, sc, mm, leg.8, ff.606r.-610v.; 1797: agn, sc, mm, leg.3, ff.822r.-860v; 1801: agn, saa i-16, leg.85-1, ff.15r.-663v;
1802: agn, sc, mm, leg.5, ff.129r-133v; agn, sc, Miscelánea, leg.132, f.100r; 1809: agn, sc, mm, leg.47, ff.481r.483r., 485r., 489r., 481r. y v; Martínez, 2015.
236
EL APOSTADERO DE LA MARINA DE CARTAGENA DE INDIAS…
Montes, los maestros artesanos, muchos de ellos con grados de oficiales en las
milicias blancas y pardas, y con ascendencia sobre los trabajadores de las distintas
maestranzas de los sistemas defensivos, los movilizaran para neutralizar al Fijo.
Un escrito de la época anotó: “Se buscaron varias personas que se acercasen a la
multitud y la fueran disponiendo paras las ulteriores medidas que era necesario
adoptar […] Romero era un apoyo de importancia en la ciudad […] del mismo
modo fueron designadas otras personas para el mismo objeto en los barrios de la
Catedral y de Santo Toribio” (Anónimo, 2011, p.198). Al lado de Pedro Romero
estuvieron Pedro Medrano, Nicolás Delfín y Martín Villa, trabajadores del Apostadero; Ramón Viaña, escribiente de las Reales Obras de Fortificaciones (blaa,
Semanario de la Provincia de Cartagena, Cartagena, noviembre 8 de 1846); Cecilio
Rojas, platero y pulpero; y Silvestre Paredes, el único que había sido toda su vida
miliciano y quien, en 1810, se desempeñaba como comandante del batallón de
milicias pardas.6
La mejor forma de neutralizar a los milicianos era movilizando a los sectores
bajos y medios de la población, entre quienes se contaban familiares de aquellos.
Y para alcanzar este propósito era necesario entablar alianzas con los maestros artesanos que tenían ascendencia sobre la población y sobre los milicianos pardos,
dado que la mayoría de estos también eran artesanos y su subsistencia en buena
medida dependía de las contrataciones que realizaban los primeros. Los sucesos
del 14 de junio de 1810 demostraron que los patricios abrigaban suficientes razones para dudar de los militares del Fijo. Ese día, cuando el cabildo procedió a
destituir al gobernador, reemplazándolo por el teniente coronel Blas de Soria y a
crear la junta de gobierno nombrando dos coadministradores, algunos oficiales
intentaron movilizar al Regimiento Fijo con la pretensión de apresar a los cabildantes y a los miembros de la junta (Urueta y Gutiérrez de Piñeres, vol.2, 2011,
Sobre estos artesanos existe información dispersa. Pedro Romero: (Múnera, 2005, pp.152-167; Helg,
2013, pp.181-196; Solano, 2015; agn, Sección República, Fondo Peticiones y Solicitudes, Magdalena-Mayo,
leg.2, ff.247r.-248v); Pedro Medrano: agn, Sección República, Peticiones y Solicitudes, Solicitudes del Magdalena-Junio, leg.3, f.373v; agn, sc, cr-cvd, leg.6,); Silvestre Paredes: (agn, sc, mm, leg.48, f.728r; leg.13, f.251;
ags, sdg, leg.7081, exp.21, ff.5r.-9v; agn, sc, Virreyes, leg.18, f.231r; Urueta y Gutiérrez de Piñeres, vol.2, 2011,
p.771; agn, saa i-16, gm, leg.85-1, f.296r); Cecilio Rojas: (agn, sc, cvd, leg.6, f.260r; Corrales, vol.2, 2011, p.825;
Vanegas, 2010, p.320; blaa, Década Miscelánea de Cartagena, Cartagena, octubre 19 de 1814, p.19); Ramón
Viaña: (agn, sc, cr-cvd, leg.6, f.64r.; agn, saa i-16, gm, leg.85-1, f.15r; agn, sc, Fondo Curas y Obispos, leg.8-bis,
f.179r; agn, sc, cr-cvd, leg.6); Nicolás Delfín: (agn, saa i-16, gm, leg.42-9, f.481r; agn, sc, cr-cvd, leg.6, f.65r.;
Jiménez, 1948, p.60; agn, saa i-16, gm, leg.139-2, f.21r; agn, sc, cr-cvd, leg.6); Martín Villa: (agn, saa i-16, gm,
leg.43-1, f.481r).
6
237
SERGIO PAOLO SOLANO DE LAS AGUAS
pp.725-734; Múnera, 1998, pp.152-167; Sourdis, 1988; Helg, 2011; Lasso, 2013).
En esta primera fase el recurso fue la movilización de la población.
Sobre la negociación entre los maestros artesanos y José María García de
Toledo es difícil tener una idea completa pues el principal recuento sobre las
peticiones que hicieron los comisionados de los habitantes de Getsemaní lo proporcionó José Manuel Restrepo en 1827 (Independencia absoluta de España,
extinción de la Inquisición, oficialidad del Regimiento Fijo para los americanos,
división tripartita del poder, amnistía para los implicados en el levantamiento de
Mompox contra Cartagena y devolución de los fusiles confiscados a comisionado
de Cundinamarca). “Vióse obligada la Junta a conceder estas y otras peticiones
menos importantes” (Restrepo, 1858, p.127). A esas solicitudes más de medio
siglo después José P. Urueta agregó “que en los cuerpos de pardos los oficiales
fuesen pardos” (Urueta y Piñeres, 2011, pp.756, 765). En carta de Agustín Gutiérrez Moreno a su hermano José Gregorio, fechada el 25 de noviembre de 1811 y
dirigida desde el sitio de Soledad (actual departamento del Atlántico), se señala
que “El pueblo ha hecho once peticiones […]” (Vanegas, 2010, p.283). Desafortunadamente no se tiene conocimiento detallado de todas. Pese a esto, la lectura de
los contextos y de la dinámica que tomaron los acontecimientos permite inferir
algunos puntos cardinales de la negociación. Un aspecto tenía que ver con la
cuestión racial pero planteada en una primera fase desde el servicio miliciano
reformado desde 1773, para luego, cuando las Cortes de Cádiz negaron la ciudadanía a los hombres libres de color, extenderse a todos los sectores libres de la
sociedad. Es importante establecer estas graduaciones porque permiten conocer
en más detalle los sucesos y establecer periodizaciones en los mismos.
VII. CONCLUSIONES
En este trabajo se ha analizado el funcionamiento del Apostadero de la Marina de Cartagena en dos dimensiones: por una parte, sus funciones en el sistema
defensivo de la ciudad y su organización laboral; por otra, las vicisitudes que
afrontó en un contexto de crisis presupuestal y las implicaciones que esto tuvo
en el comportamiento político de sus trabajadores al conjugarse con la crisis del
imperio español a partir de 1808. Desde el punto de vista laboral el Apostadero
de la Marina puede considerarse como una de las instalaciones que albergaba el
mayor número de trabajadores en el Nuevo Reino de Granada, cuyas economías
238
EL APOSTADERO DE LA MARINA DE CARTAGENA DE INDIAS…
urbanas usualmente se caracterizaban solo por la presencia de los pequeños talleres artesanales (Escobar, 1990, pp.25-62; Fajardo, 2008; Mayor, 1997, pp.17-98).
Además, se trataba de trabajo asalariado realizado por maestros artesanos, oficiales, aprendices y una gran cantidad de jornaleros.
Contrario a quienes creen que el mundo laboral de las sociedades del Antiguo Régimen se caracterizaba por la informalidad y por la inconstancia de los
trabajadores (Quiroz, 2009, pp.211-264), el análisis de los informes de los técnicos e ingenieros militares aquí citados muestran que un grueso contingente de
trabajadores formado por maestros, oficiales y jornaleros, se estabilizó en sus labores diarias hasta por 20 años. Además, hubo artesanos asentistas (maestros de
armería y herrería, pintura y velas) que también lograron mantener sus contratos
hasta por más de 20 años. Para finales del siglo xviii la manos de obra calificada
estuvo formada por maestros artesanos de color oriundos de Cartagena, quienes
en algunas ocasiones alcanzaron las maestrías mayores. Así se revertió la tendencia de emplear a artesanos españoles en los cargos que de alguna forma tuvieran
participación en la dirección de la construcción de los sistemas defensivos de la
ciudad.
Organizados en maestranzas el mundo laboral de Apostadero continuó repro­
duciendo la jerarquía del mundo de los talleres artesanales, al tener al frente maestros mayores, quienes en una coordinación que al mismo tiempo estaba subordinada con relación a los administradores de las instalaciones, orientaban los
trabajos de construcción y reparación de las embarcaciones. Eran los maestros
artesanos quienes escogían los trabajadores a contratar, hecho significativo por
de alguna u otra forma les permitía construir redes clientelares. En determinadas
circunstancias esas formas de organización del trabajo tuvieron un papel protagónico en la movilización política de estos trabajadores.
En estos sistemas de trabajo se devengaban los mejores jornales, convirtiéndose estos trabajadores en un factor que dinamizaba el comercio al detal, que formaba buena parte de la vida económica de la ciudad (Meisel, 2011, pp.371-403). Por
eso, cuando se interrumpían los trabajos en las obras de defensa ese comercio se
resentía debido a que la demanda local se contraía.
La conjunción entre las restricciones presupuestales y la crisis del Imperio en
1808 radicalizó a estos trabajadores. Como se ha mostrado, los maestros artesanos más sobresalientes negociaron alianzas con los sectores notables de la ciudad,
y en un movimiento que debió tener propósitos heterogéneos, al igual que la
composición socio-racial de sus dirigentes, participaron en el proceso indepen239
SERGIO PAOLO SOLANO DE LAS AGUAS
dentista de la ciudad. Los trabajos en el Apostadero, al igual que en las reales
obras de fortificación y en la artillería, les habían proporcionado ciertas formas
de cohesión. A escasos treinta años de los sucesos del 11 de noviembre de 1811,
la Cámara de la Provincia de Cartagena promulgó una ordenanza celebrando el
protagonismo que habían tenido los trabajadores de las obras de defensa: “[...]
en las clases de los cuerpos de marina, artillería e ingenieros [...] por los obreros
Pedro Romero, Pedro de Medrano, Ramón Viaña, Nicolás Delfín, Martín Villa
y varios otros en sus respectivas Maestranzas” (blaa, Semanario de la Provincia de
Cartagena, Cartagena, noviembre 8 de 1846).
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243
MODELO GRAVITACIONAL DEL COMERCIO
INTERNACIONAL COLOMBIANO, 1991-2012
LUIS MIGUEL BOLÍVAR CARO
NATALY CRUZ GARCÍA
ANDREA PINTO TORRES*
RESUMEN
El comercio exterior de Colombia está moldeado por las posibilidades de
acceso a los diferentes mercados. Dicho acceso depende de la distancia, medida
no solo desde el punto de vista geográfico, sino también desde las perspectivas
político-administrativa, cultural y económica. Estas dimensiones del concepto
de “distancia” se analizan aquí mediante el modelo gravitacional de comercio
exterior. En este trabajo se usan datos de flujos de comercio entre Colombia y
173 países y territorios. Se encuentra que, en la selección de sus socios comerciales, Colombia es muy sensible a la distancia geográfica y más sensible aún a que
los países socios sean hispanohablantes. Además, variables geográficas, como el
acceso al mar, y variables administrativas, como tener acuerdos regionales y pertenecer a la Organización Mundial de Comercio, resultan críticas para entablar
relaciones comerciales con el resto del mundo.
* Luis M. Bolívar es profesor de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Tecnológica de
Bolívar. Nataly Cruz y Andrea Pinto son estudiantes de los programas de Economía y Finanzas y Negocios
Internacionales de la misma Facultad. Correos electrónicos: [email protected], natalycruz_09@
hotmail.com y [email protected]. Este trabajo fue realizado como parte del Taller de Formación para
la Investigación en Ciencias Sociales que, bajo la dirección de los profesores Luis Armando Galvis y Gerson
Javier Pérez, llevó a cabo, entre junio y septiembre de 2014, el Instituto de Estudios para el Desarrollo (ide),
con el apoyo de la Decanatura de la Facultad de Economía y Negocios. Los autores agradecen en especial la
asesoría del profesor Galvis en el desarrollo metodológico de este trabajo. Recibido: abril 6 de 2015; aceptado:
mayo 15 de 2015.
Economía & Región, Vol. 9, No. 1, (Cartagena, junio 2015), pp. 245-270.
245
LUIS MIGUEL BOLÍVAR CARO, NATALY CRUZ GARCÍA Y ANDREA PINTO TORRES
Palabras clave: Colombia, comercio exterior, modelo gravitacional, dinámica
comercial, economía internacional.
Clasificaciones jel: F15, F17, F55.
ABSTRACT
A Gravity Model of Colombian Foreign Trade, 1991-2012
Colombian foreign trade is determined by the possibilities of access to external markets. Such access depends on the distance between the country and its
trading partners — not only geographic distance, but also distance from the political and administrative, cultural and economic perspectives. These dimensions
of “distance” are analyzed here using a gravity model of foreign trade. For this
purpose, we use trade flow data between Colombia and 173 countries. We find
that Colombia is very sensitive to geographical distances in selecting trade partners, and even more sensitive to sharing a common language with its partners.
In addition, geographic variables, such as access to the sea, and administrative
variables, such as having regional agreements or belonging to the World Trade
Organization, become critical for establishing commercial relations with the rest
of the world.
Key words: Colombia, foreign trade, gravity model, commercial dynamics,
international economy
jel
Clasifications: F15, F17, F55.
I. INTRODUCCIÓN
Este trabajo aborda el problema de la modelación de los flujos comerciales
de Colombia, considerando las barreras que impone la distancia entre el país y
el resto de las economías del mundo. Este ejercicio permite estimar indicadores
que pueden ser la base de futuras investigaciones para determinar el potencial
de mercado de productos locales, predecir volúmenes de comercio y conocer el
impacto de ciertas fuerzas específicas del entorno.
246
MODELO GRAVITACIONAL DEL COMERCIO INTERNACIONAL COLOMBIANO, 1991-2012
Esta labor resulta particularmente importante en el ambiente económico actual, donde la competencia es la premisa dominante, bien se trate de empresas,
países o regiones geográficas enteras. Más allá de esto, la viabilidad de los sistemas
político-económicos de los países se sustenta en gran medida en la capacidad que
tengan sus economías de producir eficientemente bienes y servicios y colocarlos
en mercados internos y extranjeros. Así, la tarea de modelar los flujos de comercio colombianos adquiere gran relevancia para orientar sus relaciones comerciales, pues se inicia un proceso de reconocimiento de la distancia real con sus
socios, sea esta tangible o intangible.
El comercio exterior colombiano ha sido ampliamente estudiado, pero especialmente desde la estadística descriptiva y desde métodos econométricos que
usan variables agregadas de importaciones y exportaciones. Normalmente las investigaciones sobre el tema utilizan como variables explicativas de carácter interno, como la dotación de factores, la inversión, la política económica y otros relacionados con la capacidad del país o, en otras palabras, la oferta. Sin embargo, el
estudio del comercio exterior, visto desde la perspectiva de una explicación externa —como la del modelo gravitacional— presenta mucho menos antecedentes en
el caso colombiano. La teoría del comercio internacional plantea que la demanda
resulta un factor determinante y que, además, el potencial de demanda debe ser
ajustado por las distancias entre las economías que participan del intercambio.
El presente trabajo estudia el comercio exterior colombiano desde esta segunda perspectiva. Su propósito es analizar los coeficientes de variación en el comercio ante distintos valores de variables geográficas, económicas, administrativas
y culturales entre los diferentes mercados. A su vez, estos coeficientes permiten
explicar la trayectoria histórica del comercio exterior del país.
Este trabajo utiliza el modelo gravitacional para sus estimaciones, de manera
que contiene un esbozo de los referentes teóricos que pretenden justificar el uso
de dicho modelo. Seguidamente se presenta la síntesis de los datos recopilados
para la investigación y los resultados del ejercicio econométrico. Como resultado
de esto, se presenta una interpretación del impacto de las distancias que tiene Colombia con el resto de países del mundo sobre el comportamiento del comercio.
II. METODOLOGÍA
A partir de los resultados obtenidos, se evalúa el impacto de la distancia en
el comercio de varios de los bienes que produce el país, con base en el modelo
247
LUIS MIGUEL BOLÍVAR CARO, NATALY CRUZ GARCÍA Y ANDREA PINTO TORRES
de distancias cage, que identifica cuatro dimensiones de distancia: cultural, administrativa, geográfica y económica (Ghemawat, 2001). Dichas dimensiones se
deben considerar al elaborar estrategias internacionales, evaluar oportunidades
de mercado, determinar políticas monetarias o evaluar acuerdos comerciales.
El desarrollo de estos análisis obedece a la necesidad de detectar las sensibilidades que presenta el país en sus condiciones de comercializar productos con
el resto del mundo. Se trata de llevar al plano de lo cuantificable el concepto de
potencial comercial del país. Además, se busca entender aquellos aspectos del
entorno económico, cultural, administrativo y geográfico que generaron mayores
efectos en los resultados del comercio exterior colombiano, para encontrar los
determinantes futuros del mismo.
Con esto es posible generar una idea de cómo algunos factores como el idioma moldearon la oferta exportable del país y si este ha venido o no siendo un determinante para la búsqueda de nuevos mercados. Asimismo, es posible detectar
si la herencia colonial tiene algún efecto en la configuración de los destinos de
exportación, como tal vez puedan tenerlo el pertenecer a la Organización Mundial de Comercio (omc), los vínculos geográficos de las fronteras o la cercanía
geográfica.
Así se obtiene una serie de coeficientes con los que se categorizan y miden los
efectos de las distancias en el comercio, de manera que será posible ajustar las
expectativas de potencial que representa un mercado. A manera de ilustración,
se puede pensar en una economía como la de Finlandia, en la que un alto nivel
de ingresos, una economía estable y una alta propensión a consumir bienes importados podrían representar un alto potencial como mercado para productos
específicos. Sin embargo, existen otros factores que no han permitido el aprovechamiento de ese mercado; por ejemplo, altos costos de transporte (larga distancia) y diferencias idiomáticas, que dificultan las negociaciones y las transacciones
comerciales.
De manera que dichos coeficientes o indicadores tendrían la capacidad de
aportar nuevas variables de análisis distintas a las tradicionales, de tal suerte que
el ajuste por distancia ayude a explicar mejor el potencial que tienen las relaciones
comerciales entre los países para desarrollar determinados flujos de comercio.
¿En qué medida han afectado estos aspectos al comercio colombiano? ¿Cómo
se han configurado los destinos de exportación y los orígenes de las importaciones? El desarrollo de estrategias de política económica en las regiones y el desarrollo de políticas empresariales en las firmas justifican gran parte de la realización
248
MODELO GRAVITACIONAL DEL COMERCIO INTERNACIONAL COLOMBIANO, 1991-2012
de este trabajo. Es necesario conocer el potencial de los diferentes mercados internacionales bajo una visión ajustada a la realidad del entorno y poniendo en
contraste las variables que los afectan y que determinan su viabilidad comercial.
Se espera, además, que el análisis del comercio colombiano con otros países
permita establecer las bases para mostrar qué tan apropiado es el modelo gravitacional para el caso de Colombia y cuál es la dimensión de las distancias entre
el país y sus socios comerciales. El cálculo de estas distancias permitiría ajustar el
tamaño de los mercados y establecer unas categorizaciones sobre la favorabilidad
de los países como mercados objetivo para Colombia. Esta tarea, sin embargo,
supera el alcance de este trabajo.
III. REFERENTES TEÓRICOS
Desde que el economista holandés Jan Tinbergen (1962) propuso el modelo
gravitacional de comercio, este ha sido ampliamente usado para predecir diversos
aspectos del comercio internacional. Se ha usado, por ejemplo, para predecir los
flujos de comercio bilateral con base en los tamaños económicos y en la distancia
entre los países, para evaluar el impacto de los tratados y alianzas comerciales o
para evaluar la eficacia de los acuerdos de comercio y de organizaciones como la
omc y el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (nafta, por sus siglas
en inglés).
El modelo gravitacional consiste en la adaptación del concepto de gravedad
introducido en el campo de la física por Isaac Newton, a los métodos econométricos modernos. El modelo partió inicialmente de la ecuación de gravedad, en la
cual la atracción entre dos cuerpos es directamente proporcional a la masa de los
mismos e inversamente proporcional a la distancia que los separa, en la presencia
de una constante gravitacional. Este concepto resulta ser una analogía, en la cual
los cuerpos corresponden a los países; la masa de los mismos equivale al tamaño
de la economía o su nivel de producción; y la distancia que los separa es medida
tanto desde lo geográfico como de otras variables. Así, en la práctica, el modelo se
construye con el uso de las principales variables de comercio, producción nacional, población y características culturales, geográficas y político-administrativas.
Aunque el modelo predice con bastante precisión los flujos de muchos bienes
y servicios entre países, durante mucho tiempo algunos estudiosos creyeron que
no había ninguna justificación teórica de la ecuación de gravedad. Sin embargo,
249
LUIS MIGUEL BOLÍVAR CARO, NATALY CRUZ GARCÍA Y ANDREA PINTO TORRES
se demostró que una relación gravitacional puede surgir en casi cualquier modelo de comercio que incluya costos comerciales que aumentan con la distancia.
Con base en esto, el modelo gravitacional busca estimar la estructura del comercio internacional, incorporando factores que tienen que ver con la geografía y la
dimensión espacial (Cárdenas y García, 2004).
El modelo Heckscher-Ohlin, predice que los patrones de comercio están basados en la dotación relativa de los factores de producción. De manera que se espera
que aquellos países con abundancia relativa de un factor en particular produzcan
bienes que requieren relativamente grandes cantidades de ese factor para su producción. Ahora bien, este postulado fue generalmente aceptado como teoría del
comercio. No obstante, investigaciones empíricas subsecuentes sobre los flujos
del comercio mundial, específicamente las desarrolladas por Wassilly Leontief,
obtuvieron resultados divergentes con las expectativas de la teoría clásica. Leontief encontró que el país con mayor dotación de capital en el mundo, los Estados
Unidos, de hecho exportaba bienes intensivos en mano de obra. A este problema se le ha denominado la paradoja de Leontief, que el propio Leontief explicó
que se trataba de exportaciones intensivas en capital humano, no simplemente
mano de obra poco entrenada. Con el tiempo, otras teorías han venido incorporándose al estudio de la relación entre comercio y dotación de factores, a la
vez que tratan de explicar la relación entre los resultados empíricos y la teoría
económica (Czinkota, et al., 2007).
Una teoría alternativa es la expuesta por Staffan Linder, que postula que los
patrones de comercio estarán determinados por las preferencias agregadas de bienes entre países. Se espera que aquellos países con similares preferencias, desarrollen industrias semejantes. Con una demanda continua y similar, estos países
continuarían comercializando entre ellos en bienes diferenciados, peros similares, dado que producen y demandan productos similares. A diferencia de las teorías anteriores, el modelo de Linder se fundamenta en la demanda, en vez de la
oferta determinada por la dotación de factores. Si bien Linder nunca desarrolló
un modelo formal, diferentes estudios han probado su hipótesis, y aunque aún
existen quienes no apoyan la teoría, se han obtenido resultados que empíricamente implican un significativo efecto Linder (Salvatore, 1995).
Krugman y Helpman (1985) hicieron contribuciones a la teoría del comercio
internacional y al uso del modelo gravitacional para predecir los flujos de comercio. Sostenían que la teoría que sustenta la ventaja comparativa no es útil para
predecir las relaciones en el modelo gravitacional. Bajo este, hay evidencia de que
250
MODELO GRAVITACIONAL DEL COMERCIO INTERNACIONAL COLOMBIANO, 1991-2012
los países con niveles similares de ingresos comercian más entre ellos, argumento
complementario al postulado de Linder (Krugman y Obstfeld, 1995).
Además, varios autores han revisado la literatura existente y han hallado mayor sustento teórico para la ecuación gravitacional del comercio exterior. Por
ejemplo, Deardorff (1998) plantea que, aunque no es del todo evidente, el modelo gravitacional básico se puede derivar de lo propuesto por Heckscher y Ohlin
(1933), así como de las hipótesis de Linder (1961) y Krugman y Helpman (1985).
El autor llega a la conclusión de que, aunque muchos modelos pueden estar vinculados a la ecuación del modelo gravitacional, este modelo por sí solo aun no
resulta ser definitivo para evaluar la validez empírica de las teorías.
Anderson y van Wincoop (2001), por su parte, desarrollaron modelos econométricos basados en las teorías de bienes diferenciados, que miden los beneficios de la liberalización del comercio y la magnitud de las barreras fronterizas al
intercambio.
De manera que, bajo esta serie de enfoques, el modelo gravitacional se ha
convertido en una herramienta empírica que se ajusta a diferentes postulados
teóricos. Las diferentes formas y variaciones del modelo econométrico pueden
ser utilizadas para lograr diferentes objetivos de investigación económica, en pro
de obtener efectos predictivos y explicativos en aspectos como el comercio, el
crecimiento económico y la evaluación de política monetaria, entre otros.
Ejemplos de esto son los diferentes estudios de Jeffrey Frankel y Andrew Rose,
realizados desde la década de 1990, que han venido generando una mayor aceptación del modelo gravitacional por su capacidad de medir los efectos de diferentes
variables en el crecimiento y en el comercio. Frankel y Rose (2002) trabajan con
diferentes conjuntos de controles o variables dicótomas para determinar sus efectos en el crecimiento de la economía y el comercio, específicamente enfocados en
el impacto de las uniones monetarias como objeto de estudio.
Frankel y Rose (2002) usan algunas variables adicionales, como la distancia
geográfica, el pib, el pib per cápita, el idioma, las fronteras, la relación colonia-colonizador, el área y las monedas nacionales. Los autores estiman un modelo desde
un conjunto de datos y emparejan 180 países o territorios, y con un modelo de
Mínimos Cuadrados Ordinarios (mco) evalúan los efectos (positivos o negativos)
de adoptar una política de dolarización o “eurización”.
Baier y Bergstrand (2005) intentan determinar los efectos de los tratados de
libre comercio sobre el comercio internacional entre los socios de dichos acuerdos. Su objetivo principal es evaluar los acuerdos comerciales desde la perspectiva
251
LUIS MIGUEL BOLÍVAR CARO, NATALY CRUZ GARCÍA Y ANDREA PINTO TORRES
de la política exterior de los países. Este es un trabajo de referencia que muestra
el uso de mco y arroja resultados concluyentes en la relación positiva de acuerdos
comerciales y comercio. Más adelante, Dueñas y Fagiolo (2013) modelan las redes internacionales de comercio mediante el uso de variantes de la ecuación de
gravedad.
En Colombia, hay varios trabajos sobre el comercio exterior, en su mayoría
descriptivos o basados en variables de análisis interno. Villar y Esguerra (2005) exploran la historia estadística del comercio exterior colombiano y su interrelación
con la política económica a lo largo del siglo xx. García (2008) también estudia
el régimen del comercio exterior, su relación con las políticas macroeconómicas y
sus implicaciones para la Costa Caribe colombiana; además estudia la demanda
por importaciones del país, hace distintos ejercicios sobre la elasticidad precio e
ingreso de aquellas, y hace algunas recomendaciones sobre política cambiaria y
fiscal.
Otros trabajos analizan el comercio internacional desde la perspectiva de los
efectos de los precios de los bienes primarios (commodities), la tasa de cambio y su
impacto sobre la balanza comercial. Otros estudian detalladamente los casos del
comercio con Estados Unidos y Venezuela (Cao y Ronderos, 2011); aun otros
analizan la manera en que las estrategias de relaciones exteriores se forman sobre
la plataforma del comercio internacional (Vargas, et al., 2012).
El modelo gravitacional en Colombia solo ha sido estudiado por Cárdenas y
García (2004), quienes usan la ecuación gravitacional para tratar de explicar el impacto de la firma de un acuerdo de libre comercio entre Colombia y Estados Unidos. Es decir, emplean un modelo depurado en línea con la ecuación de Frankel
y Rose (2002), y llegan a conclusiones similares.
Paralelamente, Ghemawat (2001) buscó darle un uso adicional y poco explorado a los resultados de la aplicación del modelo gravitacional. En su trabajo sobre
la globalización y las distancias que separan a los países, presenta un ejemplo
sobre cómo tomar los coeficientes arrojados por el ejercicio econométrico, para
ajustar el valor estimado de potencial de mercado de un país para un producto
específico. Ghemawat considera que el tamaño de un mercado, expresado en
consumo total y consumo per cápita, puede reducirse o aumentarse dependiendo de las distancias que separan a productores y consumidores. Dichas distancias
no son más que los coeficientes resultantes de la interpretación del modelo econométrico.
Bien sea que se trate de evaluar el potencial de mercado de un país extranjero
o de poner a prueba postulados teóricos, encontramos en el modelo gravitacional
252
MODELO GRAVITACIONAL DEL COMERCIO INTERNACIONAL COLOMBIANO, 1991-2012
una propuesta valiosa para explicar el comercio entre países y detectar los factores
que más inciden en el desempeño comercial de Colombia.
IV. METODOLOGÍA
A. El modelo gravitacional
El modelo gravitacional es una de las herramientas más utilizadas para modelar los flujos comerciales entre los países. Se trata de una analogía a la Ley de
Gravedad de Newton, que también considera la distancia y el tamaño físico entre
dos objetos. Al igual que ocurre con la ley newtoniana, el modelo predice que
existe una relación directa entre el comercio y las “masas” de los países, ya que
existirá mayor atracción entre ellos, e inversa con relación a la distancia, debido a
los mayores costos de transporte. En versiones ampliadas del modelo, se incluyen
otros factores que afectan el comercio, tales como las características institucionales, culturales, económicas e históricas de cada pareja de países.
La ecuación general del modelo, expresado en logaritmos, puede especificarse
de la siguiente manera:
lnXijt = lnβ0 + β1lnYit + β2lnYjt + β3lnDij + β4Γijt + εijt(1)
Donde,
Xijt
Yit
Yjt
Dij
es el comercio entre los países i y j en el año t,
es el producto del país i en el año t,
es el producto del país j en el año t,
es la distancia entre el país i y el país j, es un vector de variables explicativas adicionales, y
εijt es el error, normalmente distribuido y con media cero.
Frankel y Rose (2002) han usado el modelo en diversos trabajos para evaluar
el impacto de las uniones monetarias sobre el comercio y, más recientemente, los
efectos de la adhesión a la omc. Su metodología es muy útil para los propósitos
del presente trabajo. En particular, el modelo gravitacional básico estimado por
Frankel y Rose (2002) está dado por:
253
LUIS MIGUEL BOLÍVAR CARO, NATALY CRUZ GARCÍA Y ANDREA PINTO TORRES
ln (X ijt ) =
β0 + β1ln(Dit ) + β2ln(YiYj )t + β 3ln(YiYj / PobiPob j )t +
β 4ln(Areai Area j )t + β 5Leng ij + β6Cont ij + β7Mediterij + β8Islaij +
(2)
β 9ColCom ijt + β10ColAct ijt + β11Coloniaij + β12 NacCom ij + β13UMijt +
β14TLC ijt + Σϕ tTt + γ 1 Ambosijt + γ 2Uno ijt + γ 3SGPijt + ε ijt
Donde,
los subíndices corresponden a los países i y j en el año t
X
es el comercio entre los países de estudio, medido como el promedio
de importaciones y exportaciones para cada año
D
es la distancia circular entre los centroides de la pareja de países, que
sirve como proxy para los costos de transporte. Este concepto de distancia geográfica corresponde a la ortodrómica, es decir, la distancia
entre dos puntos de la esfera terrestre midiendo el arco formado en
su superficie. En este caso, los puntos escogidos son los centroides de
cada país, calculados a partir de sus coordenadas geográficas.
Y
es el Producto Interno Bruto (pib) de cada país, medido en dólares
corrientes para cada año. Esta variable representa el tamaño de la economía y da una idea de la capacidad de absorción de la oferta de bienes
y servicios.
Pob es la población y
Área es el área del país en kilómetros cuadrados.
Las siguientes son variables dicótomas adicionales:
es igual a 1 cuando la pareja de países comparte el idioma oficial
principal y 0 cuando no
Cont si los países comparten una frontera
Mediter si el país socio tiene acceso al océano
Isla
si el país socio es un país-isla, si la pareja de países comparte historia
de un colonizador en común
ColAct si uno de los países es colonia actual del otro
Colonia si uno de los países fue alguna vez colonia del otro
NacComsi los países constituyen una misma nación
um
si la pareja de países comparte la moneda oficial
tlc
si ambos países hacen parte de un acuerdo regional de libre comercio
Leng
254
MODELO GRAVITACIONAL DEL COMERCIO INTERNACIONAL COLOMBIANO, 1991-2012
Ambos si ambos países hacen parte de la omc
Uno si solo uno de los dos países hace parte de la omc, y
sgp
si uno de los países confiere preferencias al otro.
Además, se agregó la variable “precio internacional del petróleo” para cada
año como proxy para los costos de transporte. Se usó la referencia wti (West Texas
Intermediate), que sirve para fijar el precio en dólares por barril de petróleo.
De otra parte, se acudió a las siguientes fuentes de información para captar
los datos de cada variable:
CUADRO 1
Fuentes de información
Dimensión de distancia
Económica
Geográfica
Cultural
Administrativa
Variable
Fuente
Comercio
Banco Mundial
pib
Banco Mundial
pib
per cápita
Banco Mundial
Precio del petróleo
Investing
Distancia circular
Matlab
Área
Naciones Unidas
Frontera común
Sinomaps Press & Pulishing House
Acceso al océano
Sinomaps Press & Pulishing House
Isla
Sinomaps Press & Pulishing House
Idioma común
Naciones Unidas
Colonizador común
Naciones Unidas
Colonia actual
Naciones Unidas
Colonia anterior
Naciones Unidas
Misma nación
Naciones Unidas
Moneda común
Naciones Unidas
tlc
Ministerio de Comercio, Industria y
Turismo de Colombia
Ambos omc
Organización Mundial del Comercio
Uno omc
Organización Mundial del Comercio
Preferencias
Ministerio de Comercio, Industria y
Turismo de Colombia
Fuente: Elaboración propia.
255
LUIS MIGUEL BOLÍVAR CARO, NATALY CRUZ GARCÍA Y ANDREA PINTO TORRES
B. Los datos
En este trabajo se usaron datos del comercio entre Colombia y otros 215
países entre 1991 y 2012. Esta base fue depurada, pues solo fueron conservados
aquellos países que existen en 2015. También se omitieron aquellos territorios
que tienen comercio muy esporádico o no tienen comercio bilateral y aquellos que presentaban dificultad en el emparejamiento de los datos. Los valores
de Bélgica — Luxemburgo fueron descompuestos para cada país, dada la disponibilidad de estadísticas recientes. Como resultado, se obtuvo una base neta de
173 países. Frankel y Rose (2002) y Cárdenas y García (2004) utilizan un número
mayor de países, pues en esos trabajos se hace un emparejamiento de “todos contra todos”. En el caso de Colombia, es posible afirmar que no existe un comercio
significativo y sostenido con la totalidad de países y territorios del mundo.
En cuanto a los acuerdos comerciales suscritos por Colombia, se tuvieron
en cuenta aquellos en un nivel mínimo de integración, como los tratados de libre comercio vigentes. Estos tratados incluyen a Estados Unidos, México, Chile,
Comunidad Andina de Naciones (can), Unión Europea, la Asociacion Europea
de Libre Comercio (efta, por sus siglas en inglés), Corea del Sur, Triángulo del
Norte y Canadá.
V. ANÁLISIS ECONOMÉTRICO DE LA ECUACIÓN
GRAVITACIONAL
El modelo gravitacional tradicionalmente utilizado por Frankel y Rose (2002)
y otros son estimados por mco. Sin embargo, la prueba del Multiplicador de Lagrange para efectos aleatorios indica la utilización de un Panel (Cuadro 2).
Con base en esta prueba, se rechaza la Hipótesis nula (Ho) de que la variabilidad de los efectos específicos sea cero. Entonces, sí hay efectos específicos, por
lo que se debería aplicar modelo de panel. No obstante, el grueso de las investigaciones desarrolladas sobre el modelo gravitacional utiliza mco. De manera que,
para efectos de este trabajo, se presentará un ejercicio usando ambos modelos
para determinar los matices de los resultados.
Los datos recogidos en el presente trabajo constituyen un panel balanceado.
Sin embargo, es preciso aclarar que estos corresponden al comercio de la pareja
de países, que tiene por un lado a Colombia y por el otro lado otros 173 países
del mundo, lo cual se diferencia del trabajo de Frankel y Rose (2002) y de Cár256
MODELO GRAVITACIONAL DEL COMERCIO INTERNACIONAL COLOMBIANO, 1991-2012
CUADRO 2
Prueba del multiplicador de Lagrange para efectos aleatorios
Promcom
e
Var
sd = sqrt(Var)
19,45588
4,410882
2,822338
1,679981
u
1,71185
1,308377
Test
Var(u) = 0
chibar2(01)
4973,60
Prob > chibar2
0,0000
Fuente: Elaboración propia con base en resultados del software Stata.
denas y García (2004), dado que en su caso se estima un modelo inicial en que
se apareja cada país contra el resto de los demás países. De ésta manera su modelo puede constituirse en una generalización, a nivel “global”, mientras que el
modelo aplicado en este trabajo es una particularización al caso colombiano del
comercio exterior.
Al estimar el modelo inicial por mco se encontró que la variable frontera no
es significativa; por lo tanto, se eliminó del modelo. Esta variable solo toma el valor de 1 para los cinco países fronterizos de Colombia; era de esperarse, entonces,
que, al no tener mucha variabilidad, tampoco tendría impacto significativo sobre
los cambios en el comercio colombiano. Además de esto, la Comisión Económica para America Latina y el Caribe (cepal) (2012) ha detectado una serie de limitantes en los corredores terrestres de comercio exterior colombiano que incluyen
calzadas sencillas, especificaciones geométricas y capacidad de transporte, entre
otras, que necesariamente restringen el volumen de comercio potencial con los
países fronterizos, tal como se evidencia en las estimaciones. El resto de variables,
por el contrario, tienen una alta significancia.
Como se puede observar, se excluyeron las variables que miden el pib per cápita y si uno de los países no hace parte de la omc debido a que tienen correlación
con “pib” y “ambos países hacen parte de la omc”, respectivamente. También se
excluyeron las variables “uno de los países es colonia actual del otro”, “constituyen una misma nación”, “tienen moneada común” y “uno de los países confiere
preferencias al otro”, ya que no tienen variación para los distintos países en los
diferentes años.
257
LUIS MIGUEL BOLÍVAR CARO, NATALY CRUZ GARCÍA Y ANDREA PINTO TORRES
CUADRO 3
Modelo gravitacional del comercio exterior de Colombia:
Resultados de estimación con el método de Mínimos Cuadrados Ordinarios
Coef.
Error
Estándar
LnYY
1,336
0,021
63,2
0,000
1,296
1,378
LnDistancia
-1,879
0,063
-29,68
0,000
-2,004
-1,755
LnProdArea
-0,116
0,021
-5,58
0,000
-0,158
-0,076
Idioma2
1,517
0,211
7,17
0,000
1,103
1,933
Costas
0,961
0,094
10,19
0,000
0,777
1,147
Isla
0,364
0,104
3,5
0,000
0,160
0,568
Colonizador
-0,641
0,204
-3,14
0,002
-1,042
-0,241
Ambos omc
0,462
0,103
4,46
0,000
0,259
0,666
tic
0,848
0,099
8,56
0,000
0,654
1,043
LnPrecioPetr
-0,770
0,061
-12,56
0,000
-0,890
-0,650
Variable
T
P > |t|
[Intervalo de confianza
95%]
Cons
-38,014
0,864
-43,95
0,000
-39,711
-36,319
Observaciones
F (10,3777)
3788 1254,76 Prob > F
0,000 R-squared
0,769
Adj R-squared
0,768
Root mse
2,130 Fuente: Elaboración propia con base en resultados del software Stata.
Los coeficientes de las variables incluidas en el modelo final aparecen con
los signos esperados y concuerdan con los resultados obtenidos en modelos anteriores, a excepción de la variable “colonizador común”, que aparece con signo
negativo a pesar de que se espere que tener un colonizador en común afecte
positivamente las relaciones comerciales. Sin embargo, para el caso de Colombia
este resultado se puede explicar por la influencia de distintos países africanos con
los que se comparte colonizador y cuyo comercio con el país es casi inexistente.
258
MODELO GRAVITACIONAL DEL COMERCIO INTERNACIONAL COLOMBIANO, 1991-2012
Respecto a las variables esenciales del modelo, tal como este lo predice, se
evidencia una relación directa entre el comercio del país y el tamaño de las economías del resto de países del mundo y una relación inversa con la distancia debido
a los mayores costos de transporte implicados. La variable que mide los precios
del petróleo también aparece con signo negativo, lo que confirma el impacto
negativo de los costos de transporte en el comercio.
Por su parte, el r cuadrado es alto, de manera que las variables independientes
incluidas están explicando en un alto porcentaje el comercio del país.
CUADRO 4
Modelo gravitacional del comercio exterior de Colombia:
Resultados de estimación con el método de panel con efectos aleatorios
Error
[Intervalo de confianza
z
P > |z|
Estandar
95%]
LnYY
1,053
0,041
25,86
0,000
0,973
1,132
LnDistancia
-1,771
0,189
-9,36
0,000
-2,142
-1,400
LnProdArea
0,045
0,056
0,79
0,427
-0,066
0,155
Idioma2
1,857
0,624
2,98
0,003
0,634
3,079
Costas
1,301
0,277
4,69
0,000
0,758
1,844
Isla
0,469
0,311
1,51
0,132
-0,141
1,079
Colonizador
-0,974
0,606
-1,61
0,108
-2,161
0,212
Ambos omc
0,640
0,308
2,07
0,038
0,035
1,244
tic
1,473
0,278
5,31
0,000
0,929
2,017
LnPrecioPetr
-0,361
0,073
-4,96
0,000
-0,504
-0,219
Cons
-31,220
2,262
-13,8
0,000
-35,654
-26,785
Variables
Coef.
Observaciones
3788
N° de grupos
173
Wald chi2(10)
2346,36
Prob > chi2
0,000
sigma_u
1,310
sigma_e
1,680
rho
0,378
(fraction cf variance due to u_i)
R-sq Within
0,227
Between
0,877
Overall
0,760
Obs. Por grupo Min
18
Prom
21.9
Max
22
Fuente: Elaboración propia con base en resultados del software Stata.
259
LUIS MIGUEL BOLÍVAR CARO, NATALY CRUZ GARCÍA Y ANDREA PINTO TORRES
Cuando se estima el modelo con el método de panel con efectos aleatorios,
las variables del producto de las áreas y las dummy para isla y colonizador resultan
no significativas.
El resto de variables son significativas y aparecen con los mismos signos obtenidos por mco. Además, los valores de los coeficientes son similares a los obtenidos con anterioridad. Las variables fundamentales del modelo, nuevamente son
altamente significativas y coherentes con lo que se espera.
VI. FACTORES QUE INCIDEN EN LA DINAMICA DEL
COMERCIO DE COLOMBIA
En el Cuadro 5 se muestran los resultados de las diferentes variables de acuerdo con los diferentes modelos de estimación.
CUADRO 5
Comparación de resultados de las estimaciones
Variable
Nivel de ingresos — pib pc
Modelo Global
(Frankel y Rose,
2002)
Coeficientes
mco caso
Colombiano
Coeficientes
ea caso
Colombiano
0,7
Tamaño de la economía — pib
0,8
1,3369
1,0526
Distancia geográfica
-1,1
-1,8795
-1,7708
Tamaño - Área*
-0,2
-0,1166
Acceso al océano
50
161,58
267,27
Frontera común
80
Idioma común
200
356,19
540,15
Acuerdo regional — tlc
330
133,59
336,24
Relación colonia — colonizador
900
Colonizador común
190
Precio Petróleo
Pertenecer a la omc
Moneda común
-47,33
-0,7700
-0,3611
58,81
89,61
340
Fuentes: Frankel y Rose (2002) y elaboración propia con base en resultados del software Stata.
260
MODELO GRAVITACIONAL DEL COMERCIO INTERNACIONAL COLOMBIANO, 1991-2012
Cabe anotar que los resultados aquí presentados equivalen a la forma de interpretación de datos luego de estimar los modelos econométricos, en donde los
impactos de los coeficientes de las variables dicotómicas sobre la variable dependiente resultan de aplicar la siguiente fórmula:
(eγ - 1) × 100(3)
Donde γ es el coeficiente obtenido en la estimación para la variable correspondiente.
De esta información, es posible proponer las siguientes interpretaciones de
las variables que determinan los flujos del comercio exterior colombiano.
A. Efectos del pib en el comercio
El modelo predice que mayores ‘masas’ (medidas por el pib y el pib per cápita)
inducen mayor atracción entre los países y, por lo tanto, mayor comercio. Los resultados muestran que existe una relación positiva entre el comercio colombiano
y el tamaño de las economías del resto de países del mundo y es un poco superior a la obtenida con el modelo estimado a nivel global. Específicamente, un
aumento del 1% en el pib de los países con que se comercia Colombia genera
un aumento de 1,33% en el volumen de comercio. Aunque esta relación es positiva, es muy inferior a los resultados obtenidos con otras de las variables incluidas. Esto se puede explicar por las diferencias existentes en las economías de los
principales socios comerciales del país, que no permite que el pib genere cambios
más significativos en el comercio con Colombia. Países como Estados Unidos
tienen pib y pib per cápita por encima del promedio mundial, mientras que para
países como Venezuela, ocurre lo contrario.
B. Impacto de la distancia geográfica en el comercio
Tal como se espera, una mayor distancia entre los países genera un menor
volumen de comercio. El modelo de Frankel y Rose (2002) revela una sensibilidad de 1 a -1,1. Esto quiere decir que por cada cambio de un 1% positivo en la
distancia circular entre un país del mundo y otro, el comercio entre ellos se redu261
LUIS MIGUEL BOLÍVAR CARO, NATALY CRUZ GARCÍA Y ANDREA PINTO TORRES
cirá en 1,1%. Sin embargo, para el caso de Colombia un incremento de 1% de
la distancia circular representa una reducción de 1,87%, es decir, una cantidad
superior a la que se reduce para el común de los países. Esto indica que Colombia
es un país con mayor sensibilidad a las distancias geográficas que el promedio de
los otros países.
Cuando se estima el modelo por efectos aleatorios, la reducción del comercio
es de 1,77%, que sigue siendo superior a la obtenida en el modelo global.
El resultado es acorde con lo que se espera dado que las distancias aumentan
los costos de transporte. Para ello se incluyó una proxy que intenta capturar la
influencia de dichos costos: el precio del petróleo. En efecto, un aumento del
1% en el precio del petróleo genera una reducción en el comercio de 0,77%. En
otras palabras, para Colombia los costos de transporte son muy determinantes,
de hecho, en una mayor proporción que para el resto del mundo.
Ahora bien, un vistazo a los socios comerciales de Colombia a través del tiempo revela que por muchos años Colombia tuvo como principales socios a Estados
Unidos y Venezuela. Es decir, el resto de países, geográficamente más lejanos, fueron menos determinantes en el comercio colombiano. En otras palabras, tradicionalmente Colombia ha tenido una concentración del comercio en mercados
relativamente cercanos.
En los Gráficos 1 y 2 se muestran los principales socios comerciales de Colombia. Estados Unidos, como principal destino de exportaciones, es el destino de
más del 40% del valor exportado en promedio en el período 1991-2012. Los países de origen de las importaciones, por su parte, presentan una mayor diversidad.
En los Gráficos 3 y 4 se muestra la relación entre comercio y distancia. Se
puede observar en ellos una aparente disparidad en los valores, es decir, entre los
20 países más cercanos (de acuerdo a la medida de la distancia circular entre
los centroides) hay ocho con los que el comercio total es cero o cercano a cero
(Gráfico 3). Mientras que al comparar países con un valor de comercio total muy
parejo se encuentra que la distancia con ellos es muy variable (Gráfico 4).
C. Implicaciones del tamaño geográfico de los socios comerciales
Tanto para Colombia como para el resto del mundo, el tamaño geográfico de
los socios comerciales resulta significativa para explicar el volumen de comercio.
La estimación arrojó que existe una relación inversa entre el tamaño (en kms2) de
262
GRÁFICO 1
Colombia: Destino de las exportaciones, 1991-2012
(miles de millones de dólares)
25
20
15
10
Estados Unidos
Panama
Resto del mundo
China
Venezuela
2011
2012
2010
2009
2007
2008
2006
2005
2003
2004
2001
2002
1999
2000
1997
1998
1996
1995
1994
1993
1991
0
1992
5
España
Holanda
Fuente: Elaboración propia con base en datos del Banco Mundial.
GRÁFICO 2
Colombia: Países de origen de las importaciones, 1991-2012
(miles de millones de dólares)
16
14
12
10
8
6
4
2
19
91
19
92
19
93
19
94
19
95
19
96
19
97
19
98
19
99
20
00
20
01
20
02
20
03
20
04
20
05
20
06
20
07
20
08
20
09
20
10
20
11
20
12
0
United States
Brasil
Resto del mundo
China
Argentina
México
Alemania
Fuente: Elaboración propia con base en datos del Banco Mundial.
263
GRÁFICO 3
Colombia: Comercio total con los 20 países más cercanos, 2012
(kms y miles de millones de dólares)
2500
3,5
3
2000
2,5
$
2
1500
1,5
1000
Km
1
500
Comercio total 2012
Cuba
Belize
El Salvador
Antigua y Barbuda
Suriname
Honduras
Barbados
Dominica
Haiti
Rep. Dominicana
Jamaica
Guyana
Nicaragua
Granada
Peru
Trinidad y Tobago
Panama
Costa Rica
Venezuela
0
Ecuador
0,5
0
Distancia
Nota: Comercio Total = Importaciones + Exportaciones.
Fuente: Elaboración propia con datos del Banco Mundial.
GRÁFICO 4
Colombia: 20 principales socios comerciales y su distancia, 2012
(kms. y miles de millones de dólares)
40
18000
35
16000
30
14000
12000
25
10000
20
$
8000
15
6000
10
4000
2000
0
0
Es
ta
do
s
C
U
ni
do
s
hi
M na
ex
ico
Br
az
Es il
pa
ña
C
Ve hi
ne le
zu
Pa ela
na
Ec ma
u
Al ado
em r
Ar an
ge ia
n
H tina
ol
an
da
Pe
ru
In
di
Re Ja a
in pó
o
U n
ni
d
C o
o
C rea
an
a
Fr da
an
cia
Ita
lia
5
Comercio total 2012
Distancia
Nota: Comercio Total = Importaciones + Exportaciones.
Fuente: Elaboración propia con datos del Banco Mundial.
264
Km
MODELO GRAVITACIONAL DEL COMERCIO INTERNACIONAL COLOMBIANO, 1991-2012
un país y su comercio con Colombia. Esto indica que Colombia es menos propensa a comerciar con otros países en la medida en que estos aumentan de tamaño. La razón es que los países pequeños, al tener limitaciones para la generación
de mayores economías de escala, son más propensos a beneficiarse del comercio
internacional y a adoptar políticas comerciales más liberales para ampliar el tamaño de sus mercados. Para el caso del resto del mundo la relación de variaciones
es de 1% a -0,2% y para Colombia implica casi el mismo efecto: un aumento de
1% en el área del socio comercial reduce el comercio con ese país en un 0,11%.
D. Acceso al mar
Al comerciar con otros países es más favorable, tanto para Colombia como
para el resto del mundo, tener acceso al mar. En el caso de Colombia se incremen­
ta el comercio en un 161%; esto significa que el uso de las costas en el comercio
es más importante para Colombia que para el resto del mundo, donde el incremento es de 50% cuando uno de los dos tiene acceso al océano.
De estos resultados se puede concluir que Colombia es muy sensible a que sus
socios tengan acceso al mar. Esta situación puede tener su origen en que su ubicación le permite una conexión directa a América del Sur y su localización entre
dos océanos, disponer de puertos hacia el resto de América, Europa y los países
de la Cuenca del Pacífico. Es decir, su posición geográfica le otorga a Colombia
gran importancia estratégica para las comunicaciones y el comercio.
No se debe dejar de lado, sin embargo, que el tipo de transporte más usado
es a través de los puertos marítimos, dada una escasa conexión por carreteras y la
inexistencia de una vía férrea para transportar las mercancías a nivel internacional.
E. Incidencia del idioma en los negocios
La lógica de las tendencias globalizantes indica que para evitar que el idioma se convierta en un impedimento para el comercio internacional es menester
manejar el idioma de la contraparte para entablar negocios. Sin embargo, Colombia aún es muy sensible al idioma para hacer negocios. Según los resultados
arrojados por el modelo, compartir el idioma principal aumenta en un 356%
el comercio de Colombia con los demás países del mundo cuando se estima el
modelo por mco, y en 540% cuando se hace por efectos aleatorios. En ambos
265
LUIS MIGUEL BOLÍVAR CARO, NATALY CRUZ GARCÍA Y ANDREA PINTO TORRES
casos es superior que la misma medida para el resto del mundo, cuya influencia
del idioma oficial es del 200%. Es decir, Colombia es más sensible a la influencia del idioma de sus socios comerciales. Más allá de tener economías similares
o de estar relativamente cerca, el idioma es la variable que mayor influencia gene­
ra, de tal forma que para aumentar el comercio del país es muy importante tener
una lingua franca, que permite una mejor comunicación entre personas que manejan diferentes idiomas (Sanchez, 2013).
El inglés, que se ha convertido en el idioma común en las negociaciones inter­
nacionales en el mundo empresarial, es la respuesta a esta barrera idiomática para
el comercio. En la medida en que la población colombiana tenga un mayor dominio de este idioma, será posible reducir la evidente dependencia de hacer negocios esencialmente con países de habla hispana. Hay mucho trabajo por hacer en
este campo. Según las cifras del Educational Testing Service (ets), el nivel de inglés
en Colombia se ubica en la cola de la distribución de los países de América Latina, si se mide el puntaje obtenido por quienes toman el examen Test of English as
a Foreign Language (toefl). En este examen Colombia se ubicó en el cuarto peor
puesto en 2012, pues solo superó a Haití, Ecuador y Cuba (Sánchez, 2013).
F. Implicaciones de los acuerdos comerciales
Como es de esperar, tener un acuerdo de libre comercio aumenta los volúmenes de comercio del país. Para el caso colombiano, este aumento es de 133%
cuando se estima el modelo por mco y de 336% cuando se estima por efectos
aleatorios. Los países con que más se tuvo intercambio comercial durante los años
estudiados fueron aquellos con los que se tiene un acuerdo comercial. Es decir,
poseer o no un acuerdo regional con los distintos países con quienes se comercia
es un factor fundamental en el comercio de Colombia con el resto del mundo.
Con el idioma y el acceso al mar, esta es una de las variables que más efectos produce sobre el comercio, lo que resalta la importancia que tienen los tratados de
libre comercio y la formalización de relaciones comerciales con los demás países.
G. Incidencia de pertenecer a la Organización Mundial de Comercio
Pertenecer a la omc tiene un efecto positivo para el comercio del país, lo cual
es de esperarse debido a que la principal función de esta organización es facilitar
266
MODELO GRAVITACIONAL DEL COMERCIO INTERNACIONAL COLOMBIANO, 1991-2012
el intercambio comercial de sus países miembros. Sin embargo, estos efectos son
inferiores a los generados por otras variables. Al realizar la estimación por mco
se encuentra que Colombia aumentará el comercio en 58% con aquellos países
que también pertenecen a la omc, y en 89% si se estima por efectos aleatorios.
VII. CONCLUSIONES
Examinados los efectos de las variables contempladas en la ecuación de gravedad sobre el comercio colombiano, cabe preguntarse sobre su utilidad en la
generación de decisiones de política económica. Hace cerca de 25 años el país
hizo un gran cambio en su política comercial: realizó una apertura económica y
esfuerzos de integración regional con los vecinos próximos y que luego se ha extendido a más de 40 países y bloques de comercio. La evidencia indica que tener
un acuerdo regional incrementa el comercio en 133% con el país socio. Así, los
acuerdos comerciales vienen siendo promocionados como la principal vía, desde la política comercial, para abrir las oportunidades de mercado a los sectores
empresariales locales. Aun así, al contrastar estos resultados con los del resto del
mundo, vemos que, para el común de países, los acuerdos regionales implican
un aumento del comercio en 300%. En general, por lo tanto, los acuerdos de
integración económica de Colombia no se han explotado en la forma en que lo
ha hecho el resto de países del mundo.
Otro aspecto se refiere a las implicaciones para la política educativa. A nivel
internacional existe 200% más comercio entre países que comparten un mismo
idioma. Sin embargo, para Colombia este valor llega a 356%. Esto indica que el
país tiene una barrera idiomática superior al resto del mundo y que debe desarrollar incentivos para el aprendizaje de idiomas extranjeros. Comparativamente
el país tiene menor acceso a mercados por la dificultad que representa vencer la
barrera idiomática. Las entidades encargadas de la política educativa deberían
identificar los mercados de mayor crecimiento para determinar los idiomas cuyo
aprendizaje se debe promover en el país, con el objetivo de acercarlo culturalmente al resto del mundo e impulsar las relaciones comerciales.
El aumento del precio del petróleo genera una reducción del comercio colombiano, a pesar de que Colombia sea un país cuyo principal producto de exportación es el petróleo y sus derivados. En este aspecto se presenta una paradoja, pues
los ingresos del Estado pueden verse afectados por una reducción de los precios
267
LUIS MIGUEL BOLÍVAR CARO, NATALY CRUZ GARCÍA Y ANDREA PINTO TORRES
del petróleo; a su vez, esta disminución podría ser ventajosa, por su relación con
los costos de transporte.
Los anteriores son los principales determinantes de los flujos del comercio
colombiano. No debe olvidarse que el país tiene relativamente pocas conexiones
terrestres o férreas con los países vecinos, que no hay un debido aprovechamiento
de las vías fluviales y que, aunque por su topografía, Colombia tiene unos elevados costos de transporte interno, las ciudades portuarias no son los principales
centros de producción manufacturera. Con la aplicación del modelo gravitacional se da soporte entonces a esta serie de consideraciones económicas, culturales,
político-administrativas y geográficas que se deben tener en cuenta para formular
las políticas comerciales, educativas y de infraestructura a futuro.
En resumen, este trabajo identifica nuevas direcciones de investigación orientadas a predecir el comportamiento del comercio y a encontrar nuevos usos a la
ecuación gravitacional. En particular, se podría pensar en responder a preguntas
como ¿qué incidencia presentan las variables de distancia en el potencial de mercado de productos colombianos? y ¿cómo se pueden descubrir nuevas oportuni­
dades para el comercio del país mediante el modelo gravitacional?. Con esto se
lograría profundizar en la construcción de líneas de investigación en negocios y
economía internacional, de manera que se pueda fortalecer la toma de decisiones tanto en el campo empresarial como en procesos de formulación de política
pública.
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270
ReseñaS
DESAFÍOS Y OPORTUNIDADES PARA EL DEPARTAMENTO
DE BOLÍVAR
Estudios claves para la gobernanza del departamento de Bolívar
Gobernación de Bolívar – Centro de Pensamiento y Gobernanza
Cartagena, 2014, 253p.
El departamento de Bolívar ha ocupado históricamente un lugar privilegiado en la realidad social, política y económica del país, en particular Cartagena,
su capital, que tuvo una importancia tal que durante mucho tiempo, en la era
colonial, fue objetivo militar de franceses e ingleses. La organización geopolítica
del departamento de Bolívar ha sufrido grandes transformaciones. Desde 1857,
cuando recibió definitivamente su nombre, hicieron parte de él los actuales departamentos de Atlántico, Sucre y Córdoba, los cuales le fueron segregados posteriormente hasta que finalmente se definieron sus límites actuales. Esta dinámica
ha marcado definitivamente el presente y futuro del territorio y su población.
El departamento como un todo y su capital han sido objeto de múltiples estudios, desde una perspectiva individual o regional (Acosta, 2013; Espinosa, 2012;
pnud, 2012; Pérez, 2007; Ministerio de Educación, 2004; Ministerio de Comercio,
Industria y Turismo, 2004; dnp, 2002; Banco de la Republica, 2001), e incluso
histórica (Corrales, 1999; Gutiérrez de Piñeres, 1924). Todo esto aparte de los múltiples documentos analíticos producidos por la propia Gobernación, así como de
271
RESEÑAS
los elementos de diagnóstico incluidos en cada uno de los planes de desarrollo
del departamento. Cada uno ha contribuido de una u otra forma al entendimiento de la realidad bolivarense como medio para identificar las acciones estratégicas
que se requieren para mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
La mayor parte de la literatura existente hasta el momento se caracteriza por
enfocar el análisis en algunos de sus principales indicadores socioeconómicos. Es
aquí donde Estudios clave para la gobernanza del departamento de Bolívar hace su principal contribución. Este primer texto del Centro de Pensamiento y Gobernanza
(cpg) de la Gobernación de Bolívar hace un importante aporte en temas puntuales de la realidad actual del departamento y las que enfrentará en el mediano y
largo plazo, en particular cuando el país ha tenido niveles relativamente altos de
crecimiento económico en un ámbito globalizado, y ad portas de un eventual proceso de paz con las guerrillas. Todo esto impactará en forma definitiva la realidad
social, económica, cultural y política del departamento y del país. Por esa razón
este libro resulta estratégico en el desarrollo de cada uno de los sectores claves
identificados por el cpg.
En cada uno de los capítulos se realiza un análisis exhaustivo de los aspectos
que para el departamento son estratégicos en el proceso de crecimiento y desarro­
llo. Se abordan temas diversos, desde perspectivas ampliamente distintas, pero
con el propósito común de generar conocimiento en cuestiones claves para el
adecuado desarrollo de la gobernanza de Bolívar y la correspondiente apropiación por parte de la comunidad. Si se quisiera destacar una particularidad que
diferencia a este trabajo de otros sería sin lugar a dudas la multidisciplinariedad
y la alta calidad de cada una de las investigaciones.
En cuanto al primer aspecto, en el libro se abordan problemáticas sociales
como la reparación de víctimas del conflicto armado; culturales, a través de las
cuales se consideran estudios de caso de municipios con una significativa diversidad autóctona (Turbaco, María La Baja, San Jacinto, Achí y Santa Rosa del Sur);
de competitividad, como las estrategias productivas locales y la participación en
la economía nacional e internacional; y, finalmente, aspectos políticos como el
buen gobierno. Esta estrategia de aproximación a cada uno de los contenidos es
desarrollada por autores de la mayor rigurosidad académica y científica que son
destacados conocedores del departamento.
El texto acierta significativamente en el estudio de una de las mayores problemáticas sociales que el país deberá enfrentar durante las próximas décadas. Los
diferentes actores armados y las distintas mutaciones que han tenido a lo largo de
272
RESEÑAS
las más de cinco décadas de conflicto interno, hacen de esta una tarea prioritaria
pero compleja en la ejecución de estrategias para la reparación integral de las
víctimas. Para responder a esta preocupación, Wilson Castañeda y Claudia Ayola
analizan el caso del corregimiento de Las Palmas, en el municipio de San Jacinto.
Se destacan al menos dos razones que hacen de esta población un estudio de
caso ideal que podría servir de piloto para la adaptación en otras poblaciones de
la región y del país. El primero es el hecho de tener una larga historia, de casi
cinco lustros, de desplazamiento a causa de la presencia guerrillera y paramilitar.
La segunda es que, a pesar de enfrentar tanto sufrimiento, continúa siendo una
comunidad organizada y participativa con intenciones verdaderas de retorno a
sus tierras.
Al abordar este tema tan complejo, sobresale el trabajo de campo llevado a
cabo por los autores, mediante el cual es posible entender la problemática y el
largo proceso que ha venido enfrentando la comunidad con el fin de ver resarcidos sus derechos como víctimas. Una de las maneras en que este tipo de investigaciones, basadas en entrevistas a la población y la recolección observacional de
datos, podría llevarse a una segunda etapa es la cuantificación de la información
cualitativa recolectada. La presentación organizada y sistemática de los resultados
en tablas y gráficos le permitirían, no solo al lector sino a los mismos autores,
proponer hipótesis y argumentos mejor sustentados que podrían ser utilizados
en comparaciones con poblaciones de similares características y ayudarían a una
mejor comprensión del problema y posibles alternativas de política pública.
Este último aspecto es complementado en el libro a través de la discusión de
la gobernanza y las practicas de buen gobierno que se adelantan en Bolívar. En
múltiples ocasiones se han relacionado estas tesis con la economía institucional,
donde el trabajo más destacado es tal vez el de Acemoglu y Robinson (2012). A
este respecto es indudable que, aunque Colombia está muy lejos de contar con
un sistema institucional ideal, lo cierto es que el país ha dado pasos importantes
en el fortalecimiento de sus instituciones públicas, que a la vez se han traducido en reglas de juego claras para los agentes privados y para la comunidad en general. Este se podría describir como un círculo virtuoso que genera efectos multiplicadores hacia un mayor desarrollo y una mayor calidad de vida para la población.
La comunidad bolivarense no es ajena a este proceso, especialmente durante
los últimos años. Así lo menciona con claridad Pablo Abitbol, quien en su trabajo destaca la estructura de toma de decisiones adoptada por la Gobernación
como una gobernanza policéntrica, a través de la cual se utiliza el potencial ins273
RESEÑAS
titucional, económico y cultural para ejecutar políticas públicas. Lo anterior ha
generado efectos en el fortalecimiento fiscal, financiero y de gestión pública. Sin
embargo, a pesar de los importantes avances en el departamento, el autor destaca
dos aspectos en los cuales no se han conseguido grandes logros: la violencia y la
concentración de la tierra.
Para el avance en el primero, se han argumentado ampliamente las virtudes
del efecto multiplicador generacional de una educación de calidad. Aunque ya
hay un plan nacional para elevar sustancialmente la escolaridad durante la próxima década, esta tarea no debe dejarse exclusivamente al gobierno central. Es necesario avanzar desde ahora en el establecimiento de estrategias sostenibles y verificables de calidad de la educación. En cuanto al segundo, la restitución de tierras,
se trata tal vez, bajo las actuales circunstancias, de la herramienta más apropiada
para fomentar un cambio estructural en la concentración de la propiedad.
En este capítulo el autor destaca el uso de información cuantitativa relacionada con información georeferenciada, por ejemplo aquella sobre la ubicación de
municipios con víctimas del conflicto y las poblaciones de mayor riesgo electoral
debido a la corrupción. Durante la última década los estudios en las áreas de ciencias políticas y gobierno han venido evolucionando hacia la utilización de herramientas de análisis cuantitativo que, con el avance en los sistemas de información
geográfico (sig) y la disponibilidad de información espacial, permite una amplia
gama de posibilidades de análisis que sin duda enriquecerían estudios como este,
ofreciendo la oportunidad de postular argumentos y recomendaciones respaldadas con hipótesis cuantificables.
Dos capítulos adicionales del texto hacen referencia a temas estructurales y estrechamente relacionados, pero abordados desde dos perspectivas diferentes: las
apuestas del sector rural del departamento y sus estrategias de participación en el
ámbito nacional e internacional. Durante los dos últimos años para los cuales se
tiene información del pib departamental, Bolívar se ha destacado por pertenecer
al grupo de departamentos que lograron altas tasas de crecimiento. Mientras que
el crecimiento económico del país como un todo fue de 4,7% entre 2012 y 2013, el
departamento creció a una tasa de 5,3%. Si a esto se agrega el hecho de que ocupa el séptimo lugar en el ranking de participación porcentual en el pib nacional,
se puede afirmar que esta es sin duda una oportunidad única para el desarrollo
de estrategias que le den a Bolívar, en especial a su población rural, la posibilidad de encaminarse hacia un desarrollo sostenible de largo plazo.
Entre las estrategias mencionadas por los autores de estos dos capítulos, Carlos
Eduardo Vargas e Ignacio Vélez, que son sustentadas con información cuantita274
RESEÑAS
tiva, se destaca el fortalecimiento de la productividad agropecuaria. Se propone
que esto se lleve a cabo a través de la adecuación de tierras, la asistencia técnica
y, un asunto clave, el apoyo a la producción agroindustrial. Al respecto vale la
pena destacar la importancia de esta estrategia de fomento productivo, ya que las
actividades relacionadas con el sector agrícola son intensivas en mano de obra,
de manera que cualquier esfuerzo para mejorar la competitividad del sector rural
se traducirá en reducciones de la tasa de desempleo y, por tanto, mayor bienestar
para la población. Según los últimos reportes del mercado laboral por departamentos, Bolívar se destaca por tener una de las menores tasas de desempleo en el
país (6,4% en 2014), así como por haber logrado una de las mayores reducciones
de este indicador entre 2013 y 2014 (-12,6%).
Estas buenas noticias en materia de empleo se convierten en una gran oportunidad de seguir avanzando en la reducción de la pobreza y el mejoramiento de la
calidad de vida de la población bolivarense. Para ello es importante que el gobierno departamental desarrolle de manera integral, sostenible y a largo plazo tres
propuestas adicionales mencionadas por Ignacio Vélez: el turismo, los servicios
logísticos y de transporte, y el estímulo a las actividades productivas con potencial
exportador. Todo esto continuando con el fortalecimiento de las actividades petroquímicas y de desarrollo naval. Es destacable cómo los autores enumeran, para
cada una de las estrategias de fomento productivo desarrolladas, un conjunto de
sugerencias y recomendaciones.
Sin embargo, sería interesante profundizar en algunos aspectos operativos y
financieros para su efectiva puesta en marcha. Por ejemplo, la oportunidad que
tienen en la actualidad los gobiernos departamentales para ejecutar proyectos
de inversión haciendo uso de los recursos de las regalías. Todo esto teniendo en
cuenta que deben planearse con cuidado los fondos para el mantenimiento de la
operación de las inversiones realizadas. Otra propuesta concreta se refiere al fortalecimiento fiscal de Bolívar. Al respecto Bonet et al. (2014) mencionan las razones
por las cuales es indispensable, para la próxima reforma al Sistema General de
Participaciones, el fortalecimiento fiscal de los departamentos.
Finalmente, un capítulo adicional, y no menos importante, se refiere a la caracterización cultural de las comunidades bolivarenses. Aquí, Kandya Obezo Cáceres describe en detalle los elementos materiales e inmateriales que hacen únicas
a las comunidades de los municipios de Turbaco, María La Baja, San Jacinto,
Achí y Santa Rosa del Sur. El principal aporte de esta sección del libro es mostrar
cómo las prácticas culturales trascienden el desarrollo socioeconómico de cada
275
RESEÑAS
uno de sus gobiernos locales y del departamento como un todo. De igual forma
se destaca el conjunto de recomendaciones planteadas, dentro de las que sobresale la creación de un corredor cultural a lo largo de las diferentes ferias, fiestas
y festivales del departamento. Como prerrequisito es indispensable, tal como lo
menciona la autora, el desarrollo de un sistema de información de la diversidad
étnica y cultural de las diferentes comunidades y sitios de interés, ya que sin su
adecuada identificación no será posible la ejecución de un programa cultural
integral. De igual forma, hay al menos otras tres condiciones previas para que un
proyecto turístico de esta envergadura tenga éxito: garantizar la seguridad en toda
la región, tener una oferta hotelera y disponer de una infraestructura vial adecuada. Si al menos una de estas no se cumple, el proyecto estará destinado al fracaso.
Entre los aspectos que podrían ser abordados para complementar el estudio
del ámbito cultural de las comunidades bolivarenses, y que servirían de insumo
para el propuesto Sistema de Información Cultural y Étnico para Bolívar, se incluye la contabilización de los espacios físicos con que cuentan las comunidades
para desarrollar sus capacidades culturales y visibilizar sus expresiones culturales
y recreativas. Algunos de estos son las casas de la cultura, los teatros, los museos,
las bibliotecas y las plazas y plazoletas.
Esta primera experiencia del Centro de Pensamiento y Gobernanza de Bolívar
es ya una obra de referencia, no solo para los académicos e investigadores por la
rigurosidad con que se abordan los diferentes temas, sino para los formuladores
de políticas públicas locales, quienes encontrarán en cada capítulo una serie de
recomendaciones que, de ser adoptadas, contribuirán a mejorar el bienestar de
sus habitantes. De igual forma, la comunidad en general valorará este libro por
estar escrito en un lenguaje sencillo y de fácil comprensión, que aporta una perspectiva clara de las oportunidades y retos del departamento en el futuro cercano.
Gerson Javier Pérez-Valbuena
Centro de Estudios Económicos Regionales
Banco de la Republica
REFERENCIAS
Acemoglu, Daron, y James Robinson (2012), Why Nations Fail: The Origins of Power,
Prosperity, and Poverty, New York: Crown Publishers.
276
RESEÑAS
Acosta, Karina (2013), “Cartagena: Entre el progreso industrial y el rezago social”. Economía & Región, Vol. 7, No. 1, junio.
Aguilera, María (2004), “La Mojana: Riqueza natural y potencial económico”,
Documentos de Trabajo sobre Economía Regional, No. 48, Centro de Estudios Eco­
nómicos Regionales, Banco de la República, Cartagena, octubre.
Badel, Dimas (1999), Diccionario histórico-geográfico de Bolívar, Bogotá, Carlos Valencia Editores.
Banco de la Republica (2001), La economía de Bolívar en cifras, Cartagena: Banco
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Bonet, Jaime, Gerson Javier Pérez y Jhorland Ayala (2014), “Contexto histórico y
evolución del sgp en Colombia”, Documentos de Trabajo sobre Economía Regio­
nal, No. 205, Centro de Estudios Económicos Regionales, Banco de la Republica, Cartagena, julio.
Colombia, Ministerio de Comercio, Industria y Turismo (2004), Estructura productiva de comercio exterior del Departamento de Bolívar, Bogotá: Ministerio de Turismo, Industria y Comercio, junio.
Colombia, Ministerio de Educación Nacional (2004), Perfil del sector educativo,
Departamento de Bolívar, Distrito de Cartagena y municipio certificado de
Magangué, Bogotá: Ministerio de Educación Nacional.
Corrales, Manuel Ezequiel (1999), Efemérides y anales del Estado de Bolívar, Bogotá:
Carlos Valencia Editores.
Departamento Nacional de Planeación (2002), “Bolívar”, en Información básica
departamental, Bogotá: dnp.
Espinosa, Aarón (2012), “Los objetivos de desarrollo del milenio en Bolívar:
Avances y retos hacia 2015”, Economía & Región, Vol. 8, No. 2, diciembre.
Gutiérrez de Piñeres, Eduardo (1924), Documentos para la historia del departamento
de Bolívar, Cartagena: Imprenta Departamental.
Pérez, Gerson Javier (2006), “Bolívar: Industrial, agropecuario y turístico”, Economía & Región, No. 4, 2006. También en Adolfo Meisel Roca (editor), Las
economías departamentales del Caribe continental colombiano, Cartagena: Banco
de la Republica, 2007.
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, pnud (2012), “Bolívar y Cartagena 2012. Estado de avance de los objetivos de desarrollo del milenio”,
Bo­gotá: pnud.
277
LA CARTAGENA DE MANGINI, A LAS PUERTAS DEL
GRAN CAMBIO, 1945-1969
La Cartagena de Mangini
Cartagena, Dematinada, 2015, 240 pgs.
Una fotografía es una imagen congelada en el tiempo con la cual nos apropiamos de una porción del pasado o del presente. Su competencia para reproducir un
espacio, un objeto, un acontecimiento, una o varias personas, y hasta una comunidad, le confiere un poder especial como testimonio documental que difícilmente
se puede igualar con la palabra escrita. El registro fotográfico es uno de los patrimonios documentales más elocuentes del pasado y del presente, y si, además,
ese registro está hecho bajo la mirada tutelar de un artista, entonces la imagen se
convierte en una obra de arte. Constituye por eso todo un acontecimiento el rescate de una parte del archivo fotográfico de Giovanni (Juan) Mangini, el correspondiente a los negativos y diapositivas de los años comprendidos entre 1945 y 1969,
que han sido publicados en un libro bellamente editado y puesto en circulación
hace poco en Cartagena.
La publicación fue posible gracias al rescate que hiciera la nieta de Mangini,
María Isabel Lara de Benedetti, de esos negativos y diapositivas encontrados por
azar en el altillo de la casa de su madre, en Bogotá. Consciente del tesoro que tenía en sus manos, lo guardó celosamente durante muchos años hasta encontrar a
la persona adecuada para la reproducción y conservación de este material, que requería del manejo de un profesional. Y fue un acierto la escogencia del fotógrafo
Alexandre Magre Devesa para esta tarea. Magre ha hecho un trabajo impecable.
Sobre su experiencia escribe estas palabras en la última página del libro:
La limpieza, restauración y tratamiento digital se efectuaron respetando la total
integridad de la imagen y procurando reproducirlas acercándonos al máximo a
los tonos originales de cada fotografía, resultado de las técnicas utilizadas en esas
décadas, como son, entre otros, virajes a sepia y cianotipos, en el caso del blanco y
negro. El color y la textura de una fotografía son parte de la lectura histórica que
nos entrega un soporte fotográfico.
278
RESEÑAS
El libro contiene aproximadamente 260 fotografías, agrupadas bajo nueve temas. En su mayor parte son imágenes de las plazas y calles de Cartagena, seguidas
de las fotografías aéreas y de “la obra de piedra”. Las imágenes vienen precedidas de
un prólogo de Juan Gossaín, titulado “El encuentro del Renacimiento con el
trópico”, en que el periodista destaca el manejo de luces y sombras en estas imágenes. Una breve biografía de María Isabel Lara da cuenta de algunos datos personales de la vida de su abuelo, Giovani (Juan) Mangini Corsanego, (Génova,
1895-Cartagena, 1970), y de la historia del rescate del tesoro fotográfico. Alberto
Samudio Trallero a continuación hace un breve relato de los recuerdos personales del fotógrafo y de la ciudad que evocó ante la vista de esta colección, seguido
de un corto escrito de Alexandre Magre, autor también del diseño y diagramación del libro, donde rinde un tributo de admiración a Mangini por su obra.
Además de estos escritos sobre la vida y obra de Mangini, el libro nos regala en
su solapa un texto del maestro Felipe Santiago Colorado, titulado “Cartagena la
deseada”, que es un poético canto de amor a la ciudad.
Las bellas fotografías de este libro corresponden, como ya se dijo, a imágenes
de Cartagena en los años comprendidos entre 1945 y 1969, y esta cronología le
añade un nuevo interés a esta colección puesto que en esos años se comienzan a
gestar las condiciones para que se diera el gran cambio que se va a operar en la
ciudad en la segunda mitad del siglo xx, comenzando por el crecimiento sin precedentes de su población, que se multiplica por siete, al pasar de 128.877 habitantes
en 1951 a 892.545 en el censo de 2005.
La Cartagena que retrata Mangini en el tercer cuarto del siglo xx es una ciudad que está a las puertas de un cambio que, en las siguientes décadas, tendrá repercusiones en su base económica y en su crecimiento demográfico y urbanístico.
Como bien lo han hecho notar investigadores de este período, entre 1946 y 1961
se crearon los principales emblemas que harán parte de la identidad turística de
Cartagena, como fueron la inauguración del Hotel Caribe y del Areopuerto
de Crespo, en 1946; el Concurso Nacional de Belleza, en 1947; el primer casino de juegos de azar, en 1957; el Festival Internacional de Cine, en 1960; y la con­
versión del Concurso Nacional de Belleza en un evento anual, en 1961 (Báez y
Calvo, 2000, p. 71-72). En 1955 se inaugura la carretera Troncal de Occidente,
con lo cual se comunicó por primera vez por carretera a Cartagena con el interior
del país, y el aislamiento en que vivía la Costa Caribe comienza a superarse (Aguilera y Meisel, 2009, p. 113). Otro hecho de gran relevancia para el futuro inmediato de la ciudad fue la puesta en marcha, en 1957, de la refinería de Intercol (lue279
RESEÑAS
go de Ecopetrol), la segunda refinería en construirse en el país, con lo cual se inicia el desarrollo de un polo industrial en la zona de Mamonal, en una ciudad que
había carecido de un sector industrial significativo. Es también el inicio de una
gran expansión urbana, tanto en la zona norte como en la zona sur; esta última se
extenderá a lado y lado de la recién inaugurada Avenida Pedro de Heredia, que
se trazó siguiendo la ruta de la banca del ferrocarril Cartagena Calamar, como se
puede constatar en una de las fotografías del libro.
Es en los años cincuenta también que se inicia un incremento en la construcción que ya no se detendrá en las décadas siguientes. Entre 1950 y 1969, la actividad edificadora será más del doble que la de las dos décadas que la precedieron,
pues se da inicio a la construcción de la infraestructura hotelera de Bocagrande,
al desarrollo urbanístico de la Matuna (que vemos aun ausente en una de las
fotografías), y a la expansión del complejo industrial de Mamonal (Báez y Calvo,
2000, p. 82). Las imágenes de Mangini son también testimonio de la pobreza que
padecía una parte de la población. Las fotografías de Chambacú, ese barrio de invasión que se había formado desde las primeras décadas del siglo, sería erradicado
en 1970, y sus habitantes dispersados en otros barrios de la ciudad. Las fotografías de Chambacú de Mangini son de los pocos testimonios que se conservan
de la pobreza endémica que aun agobia a una parte significativa de la población
cartagenera, hoy concentrada principalmente en los alrededores de la Ciénaga de
la Vírgen. (Aguilera y Meisel, 2009, p. 136)
Mangini vino a Colombia por primera vez en 1936 y a Cartagena, en 1939.
Como fotógrafo tuvo un relativo éxito profesional. Hizo en el Vaticano exposiciones de imágenes relativas a San Pedro Claver; en el pabellón de Colombia de la
Feria de Milán; en Toronto, a pedido de la Compañía Gran Colombiana, y en
Chicago por pedido de la Pan American Airways. Las fotos reproducidas en este
libro tienen todas una resolución excelente que permite visualizar hasta el más
mínimo detalle. Las fotografías aéreas son especialmente intrigantes, por haber
sido tomadas la mayoría de ellas en el decenio de 1960 y no conocer mayores detalles sobre el tema. Es posible que fueran el resultado de nuevos contratos fotográficos con compañías de inversionistas extranjeros, como sucedió en el pasado,
cuando Mangini fue contratado por la South American Gulf Oil Co., en 1938, o
las que hizo en 1948 en compañía del fotógrafo aéreo W.A. Ironside.
La Cartagena de Mangini es uno de esos libros atemporales que hay que tener
porque siempre que los miramos nos descubren cosas nuevas sobre esta ciudad
llena de misterios que es Cartagena. María Isabel Lara puede estar segura de que
280
RESEÑAS
el trabajo de su abuelo, realizado con tanto amor y tanta pasión, quedará para
siempre en la memoria viva de la ciudad gracias a esta joya editorial.
María Teresa Ripoll
Fototeca Histórica de Cartagena
Universidad Tecnológica de Bolívar
REFERENCIAS
Aguilera Díaz, María M., y Adolfo Meisel Roca, Tres siglos de historia demográfica de
Cartagena de Indias, Cartagena: Banco de la República, 2009.
Báez Ramírez, Javier, y Haroldo Calvo Stevenson, “La economía de Cartagena
en la segunda mitad del siglo xx: Diversificación y rezago”, en Haroldo Calvo
Stevenson y Adolfo Meisel Roca, editores, Cartagena de Indias en el siglo xx,
Bogotá: Banco de la República y Universidad Jorge Tadeo Lozano, Seccional
del Caribe, 2000.
281
LA EDUCACIÓN EN COLOMBIA, ¿MOTOR DE
CRECIMIENTO O DE ESTANCAMIENTO?
Educación y desarrollo regional en Colombia
Andrés Sánchez Jabba y Andrea Otero Cortés, editores
Banco de la República, Colección de Economía Regional, 2014, 278 p.
Desde 2001 el Banco de la República ha publicado 18 libros en su Colección
de Economía Regional, una serie cuyo propósito es divulgar los trabajos monográficos de los investigadores de su Centro de Estudios Económicos Regionales
(ceer), en Cartagena. Las obras contienen los más diversos trabajos, muchos de
ellos estudios pioneros centrados en la Costa Caribe, sobre temas como las desi­
gualdades regionales, la estructura económica, el comercio exterior, la geografía
económica y el capital humano, entre otros.
Educación y desarrollo regional en Colombia, editado por Andrés Sánchez y Andrea Otero, investigadores del ceer, es uno de los últimos tomos de la serie y
ofrece una amplia perspectiva de la educación colombiana en todos sus niveles.
En años recientes, los problemas del sistema educativo colombiano han captado,
quizás como nunca antes, la atención de la opinión pública, al conocerse los deficientes resultados de los estudiantes colombianos en pruebas internacionales.
Por ejemplo, en 2012, de 65 países evaluados en las pruebas pisa, un sistema para
medir las competencias prácticas en lectura, matemáticas y ciencias, Colombia se
ubicó en los puestos 55 en lectura, 58 en ciencias y 62 en matemáticas. El asunto
produjo un vivaz debate en el país, hasta el punto que la revista Semana, en un
artículo que llevaba por título “Vergüenza: Colombia entre los peores en educación”, anotaba que “estamos hablando de toda una generación rajada y mal educada” (Semana, 2013). Por otro lado, en 2015, los educadores del país se fueron
al paro para exigirle al Ministerio de Educación Nacional aumentos salariales,
alegando que son muy mal pagados – un capítulo más en la puja de años entre el
sindicato de maestros, fecode, y el Gobierno.
Aunque no delimitados en forma explícita, los trabajos incluidos en este libro
se dividen en tres ejes temáticos. Al primero pertenecen cuatro capítulos dedicados al análisis de las características de los estudiantes. Los del segundo, que son
tres, examinan la oferta educativa. Y el tercer eje lo constituye un único trabajo
282
RESEÑAS
que propone soluciones a distintos problemas de política educativa. No obstante,
los argumentos planteados en cada uno de los capítulos concuerdan entre sí, lo
que la convierte en una obra escrita a varias manos con notables coincidencias de
apreciación y diagnóstico. Un común denominador son los temas atinentes a la
calidad de la educación: el rendimiento de los estudiantes, las deficiencias de los
profesores y las desigualdades entre instituciones educativas. Poco tratan los trabajos sobre el tema de cobertura educativa, tal vez porque desde 1993 Colombia
ha avanzado notablemente en esto y las principales preocupaciones se centran en
los problemas de calidad (Ayala, 2015).
Una de las conclusiones que extrae el lector de este oportuno texto es que
hay un trasfondo institucional en los problemas de la educación en Colombia.
Las desigualdades sociales, económicas y de otros tipos que son características del
país juegan un papel importante al determinar la calidad de la educación en las
distintas regiones.
El primer trabajo, “Doble jornada escolar y calidad de la educación en Colombia”, escrito por Leonardo Bonilla, estudia los efectos de la jornada completa
sobre los resultados de los estudiantes en las pruebas del icfes de 2009. Bonilla
encuentra que los estudiantes matriculados en jornada completa tienen, en promedio, mejor rendimiento que aquellos de media jornada. Esto plantea un reto
importante en materia educativa: solo el 18% asiste a clase en jornada completa
y los costos de aumentar ese porcentaje son altos (si bien, como afirma Bonilla,
no imposibles de financiar). Un dato interesante se refiere a los 24.098 estudiantes matriculados en jornada nocturna o sabatina-dominical que presentaron las
pruebas de estado en 2009 (41,1% del total). De esa cifra, casi 61% no trabaja, lo
que apuntaría a un problema social que merece mayor investigación.
En este trabajo y en el siguiente, “Etnia y rendimiento económico en Colombia”, escrito por Andrés Sánchez, también es posible identificar las desventajas
que tienen aquellos estudiantes que hacen parte de una etnia o provienen de
familias pobres y poco educadas. El tercer trabajo, “Bilingüismo en Colombia”,
también de Andrés Sánchez, es el más descriptivo de todos y examina el nivel de
inglés de estudiantes y docentes del país. Los resultados indican que en Colombia se advierten serias deficiencias en el manejo de inglés como lengua extranjera,
lo que eventualmente podría traer efectos negativos en las relaciones con otros
países no hispanoparlantes, sobre todo en temas de comercio. A propósito de
este tema, Bolívar et. al., en este número de Economía & Región, encuentran que
283
RESEÑAS
el comercio colombiano con otros países aumenta entre 356 y 540% cuando
comparte el mismo idioma de su contraparte. Sánchez señala que “los retos en
el tema de bilingüismo en Colombia son enormes” (p. 124). Hay que añadir que
los beneficios sociales de elevarlo también lo son, de manera que difundir el
bilingüismo debe ser política de Estado.
Juan David Barón, Leonardo Bonilla y Luis Armando Galvis examinan la
oferta educativa en Colombia. Específicamente, Barón y Bonilla, en “Desempeño relativo de los graduados en el área de educación en el examen de estado del
icfes”, encuentran que en el país existe una relación inversa entre la probabilidad
de obtener un título en educación y el resultado de los estudiantes en las pruebas
del icfes. En otras palabras, los estudiantes están siendo educados por aquellos
profesores que en su etapa escolar recibieron educación de baja calidad. Estos resultados, si se analizan en forma paralela con los hallazgos de Bonilla y Galvis en
su trabajo “Profesionalización docente y calidad de la educación en Colombia”,
plantean un desafío importante, pues estos últimos concluyen que la formación
académica de los docentes tiene un impacto significativo en el rendimiento de los
estudiantes en las pruebas estandarizadas. Además, en su trabajo “Desigualdades
en la distribución del nivel educativo de los docentes en Colombia”, Galvis y
Bonilla muestran que aquellos docentes con mayor nivel educativo (que pueden
brindar educación de mayor calidad) no están distribuidos uniformemente en el
territorio colombiano.
En otras palabras, es evidente la desigualdad en la calidad de la educación
que reciben los estudiantes colombianos: ¿Qué oportunidad de recibir educación
de calidad tiene un estudiante que proviene de una familia pobre, pertenece a
una etnia, que muy probablemente estudia en un colegio público, muy probablemente estudia en media jornada, muy probablemente tiene un profesor con una
educación de baja calidad y un bajo nivel de formación y cuya madre alcanzó a
estudiar solo hasta la primaria? Casi ninguna.
En Colombia este estado de cosas pareciera tener continuidad en el tiempo,
tal como se desprende del trabajo de Laura Cepeda, “¿Fuga interregional de cerebros? El caso colombiano”. Cepeda encuentra que los estudiantes que han cursado postgrados en el exterior, al regresar al país se ubican en las grandes ciudades,
en particular Bogotá. Por sus pocas economías de aglomeración y bajas oportunidades de hallar ocupaciones bien remuneradas, los municipios más pequeños
tienen grandes dificultades para retener o atraer capital humano, una vía directa
de perpetuar la desigualdad.
284
RESEÑAS
Además de examinar los problemas de la educación en el país, Educación y
desarrollo regional en Colombia plantea posibles estrategias de política pública encaminadas a reducir las desigualdades en Colombia. Para ello, en el último capítulo, Adolfo Meisel propone que, para lograr ese objetivo, es fundamental invertir
en el capital humano de las regiones periféricas, la reducción del analfabetismo,
la construcción de infraestructura educativa para establecer la jornada escolar
única, la disminución de las brechas en la capacitación de docentes y en la eliminación de las brechas de rendimiento académico entre los estudiantes de las
minorías y el resto.
El libro está dirigido a un público especializado. Esto significa que se podrá
aprovechar mejor su lectura si se tiene algún conocimiento de la teoría económica y de la econometría. Más aún, algunos apartes donde se explican las metodologías y modelos usados pueden ser un poco densos. Además, salvo algunos errores
editoriales menores, la edición del libro es impecable.
Educación y desarrollo regional en Colombia hace importantes aportes al estudio
de la educación. Si la educación es uno de los principales motores del desarrollo,
como lo demuestran muchos estudios internacionales, el sistema educativo colombiano, caracterizado por altos niveles de desigualdad y baja calidad, está lejos
de serlo. En ello tiene una responsabilidad histórica nuestra dirigencia política.
Afortunadamente, ya en Colombia la opinión pública, como lo demuestra el
escándalo nacional que suscitó el bajo rendimiento del país en las pruebas pisa,
no es indiferente a un problema de tanta envergadura. Nunca es tarde para enmendar los errores.
Luis Carlos Díaz Canedo
Universidad Tecnológica de Bolívar
REFERENCIAS
Ayala, Jhorland (2015), “Evaluación externa y calidad de la educación en Colombia”, Documentos de Trabajo sobre Economía Regional, N° 217, Centro de Estudios
Económicos Regionales, Banco de la República.
Bolívar, Luis Miguel, Nataly Cruz, y Andrea Pinto, “Modelo gravitacional del
comercio internacional colombiano, 1991-2012”, Economía & Región, Vol. 9,
No. 1.
285
RESEÑAS
El Espectador (2013), “Colombia vuelve a rajarse en las pruebas de educación Pisa”,
diciembre 3, [Disponible en: http://www.elespectador.com/noticias/educacion/colombia-vuelve-rajarse-pruebas-de-educacion-pisa-articulo-461894]
Semana (2013), “Vergüenza: Colombia entre los peores en educación”, marzo
12, [Disponible en: http://www.semana.com/nacion/articulo/colombia-entre-ultimos-puestos-prueba-pisa/366961-3]
286
Instructivo para los autores
Introducción
1. Economía & Región es una publicación semestral de la Facultad de Economía
y Negocios de la Universidad Tecnológica de Bolívar que tiene como
propósito divulgar, entre académicos, estudiantes y profesionales, trabajos
académicos en economía y, en general, en las ciencias sociales, con especial
énfasis en temas relacionados con la Región Caribe colombiana. La revista considerará para su publicación trabajos originales e inéditos de investigación, de reflexión y de revisión de la literatura, aunque podrá reproducir
escritos o documentos ya publicados que, por su calidad y/o pertinencia,
lo ameriten. Los trabajos serán escogidos por un Comité Editorial, previa
evaluación por dos pares académicos anónimos
Presentación del texto
2. El texto debe ser enviado por medio electrónico. El archivo debe contener
el escrito completo y, al final, la lista de las referencias utilizadas y los anexos,
si los hay. Los cuadros, tablas, gráficos y mapas, si los hay, deberán presentarse tal como se indica más adelante.
3. El texto debe ser presentado atendiendo las siguientes pautas:
287
INSTRUCTIVO PARA LOS AUTORES
a. El escrito debe tener una extensión no superior a 40 páginas ni inferior
a 20, incluyendo cuadros, tablas, gráficos, listado de referencias y anexos.
El formato debe ser Microsoft Word tamaño carta (22 x 28 cms.), con
márgenes de 2,5 cms., interlineado a espacio y medio, y fuente Times
New Roman 12. Las páginas deben estar numeradas en la parte superior
derecha; no se debe numerar la primera página.
b.En la primera página debe aparecer el título, que debe ser conciso y
concreto, seguido de nombre del autor (o autores). Al pie de la primera
página, con un remitido desde un asterisco (*) después del nombre del
autor, deben aparecer su afiliación institucional y correo electrónico, seguido, si a ello hay lugar, de los agradecimientos a pares y a entidades que
hayan dado apoyo financiero.
c. En la segunda página deberán aparecer resúmenes del trabajo en español
y en inglés de no más de 150 palabras cada uno. En estos resúmenes
se indicarán en forma concisa los objetivos del trabajo, la metodología
empleada y las principales conclusiones. Enseguida se indicarán las palabras claves del escrito y por lo menos dos números de la clasificación del
Journal of Economic Literature (jel).
d. Los títulos de las secciones deben aparecer en fuente Times New Roman
12, en negri­llas y a la izquierda del texto. Se numerarán en forma consecutiva con números romanos (i, ii, iii, iv, etc.). Si el escrito tiene más
divisiones se debe emplear primero A, B, C, etc. y después 1, 2, 3, etc.
En lo posible, deben limitarse a tres tipos (A, 1, a) las sub­divisiones del
texto.
e.Las ecuaciones, funciones y fórmulas matemáticas deben ir en líneas
separadas del texto y listadas con números arábigos consecutivos.
f. Las notas de pie de página deben usarse con poca frecuencia y solo para
aclarar o expandir alguna idea o concepto que no quepa en el texto. Los
remitidos a los títulos listados en las referencias deben insertarse siempre
en el texto y citarse con el apellido del autor o autores, seguido del año
de publicación y de la página. Ejemplos: (López, 1990, p. 37); (Pérez y
González, 1979, pp. 234-35); (Acemoglu et. al., 2004, p. 89).
g. Al final del texto deben incluirse las referencias, que es el listado de los
libros y artículos consultados y/o citados para la elaboración del escrito.
El listado debe hacerse en orden alfabético por apellidos de los autores
(salvo en artículos periodísticos que no aparecen con autor, en cuyo caso
288
INSTRUCTIVO PARA LOS AUTORES
se incluirá según la primera letra del título). Los títulos de libros, revistas
y periódicos deben aparecer en cursivas y sin negrillas o comillas. Los
títulos de artículos deben escribirse en letra ordinaria, entre comillas y
sin negrillas. Las referencias del Internet deben informar la fecha en que
fueron consultadas. Ejemplos:
Para referenciar un libro:
Diamond, Jared (1998) Guns, Germs, and Steel. New York: Norton
Para referenciar un artículo en revista:
Fuchs, Victor (2001) «El futuro de la economía de la salud», Lecturas de
economía, No. 55, julio-diciembre, pp. 9-30
Para referenciar un artículo periodístico:
Hommes, Rudolf (2009) «La crisis de la diplomacia en la región andina», El Tiempo, agosto 14, p. 1-15
Para referenciar un escrito bajado del internet:
Romero, Julio (2008) «Transmisión regional de la política monetaria
en Colombia», Banco de la República, Documentos de Trabajo sobre
Economía Regional No. 107, octubre, www.banrep.gov.co [consultado
agosto 12 de 2009]
h.Los cuadros, tablas, gráficos y mapas, si los hay, deberán presentarse en
páginas independientes y en blanco y negro al final del texto, indicándose en el cuerpo de este los sitios apropiados para su inserción. En
todos los casos, se deberá emplear numeración consecutiva independiente (Cuadro 1, Cuadro 2, etc.; Gráfico 1, Gráfico 2, etc.) e indicar
al pie la fuente de información. Los gráficos y mapas se presentarán
confeccionados para su reproducción directa; se deberán enviar copias
de los archivos de imágenes y tablas en sus formatos originales, para
poder ser reeditados en caso necesario.
289
INSTRUCTIVO PARA LOS AUTORES
Remisión y evaluación
4. Los trabajos para consideración del Comité Editorial deben ser remitidos a
Haroldo Calvo Stevenson
Director, Economía & Región
Facultad de Economía y Negocios
Universidad Tecnológica de Bolívar
Manga, Calle del Bouquet, Cra. 21 No. 25-92
Cartagena, Colombia
Correo electrónico: [email protected]
5. La presentación de un escrito implica que el autor,
a. Declara que este no ha sido publicado previamente (salvo en formato
de documento de trabajo o similares) y que no ha sido sometido simultáneamente a otra revista para su publicación.
b.Acepta que, en caso de ser publicado su trabajo en Economía & Región,
transferirá los derechos patrimoniales de autor a la revista.
c. Conviene en que Economía & Región editará el texto para que su presentación y redacción se ciñan al presente Instructivo.
d.Entiende que el envío y aceptación de un trabajo para ser evaluado no
implica un compromiso de la revista de publicarlo y que las decisiones
del Comité Editorial son inapelables.
6. Una vez recibido el escrito, el Director acusará recibo por correo electrónico e indicará el tiempo aproximado del proceso de evaluación, que no
debe exceder de tres meses.
7. El Comité Editorial decidirá sobre su publicación con base en los conceptos de dos pares académicos anónimos. Estos árbitros serán profesionales
familiarizados con el campo del escrito, quienes lo juzgarán atendiendo los
siguientes criterios:
a.Estructura
b.Calidad expositiva y de argumentación
c. Contribución al conocimiento
290
Guidelines for Authors
Introduction
1. Economia y Región is a biannual publication of the School of Economics
and Business, Universidad Tecnológica de Bolivar, Cartagena, Colombia.
Its purpose is to publish academic writing and research in Economics and,
more generally, in the social sciences, with special emphasis on topics related to the Colombian Caribbean region. The journal will consider for
publication unedited articles containing original research, opinion essays,
or surveys of the literature in particular fields. It also reprint previously published articles deemed worthy because of their quality and/or pertinence.
Submitted articles are chosen by an Editorial Committee, based on the evaluations of at least two anonymous peers.
Submission of articles
2. Articles should be submitted by electronic mail to the address shown below.
The manuscript should include the full text, followed by a list of references
used and appendices, if any. Tables, figures and maps, if any, should be presented as indicated below.
3. The manuscript should follow these specifications:
291
INSTRUCTIVO PARA LOS AUTORES
a. The text should have an extension between 20 and 40 pages, including
tables, figures, maps, the reference list, and appendices. The format is
Microsoft Word, pages in letter size (8 x 11 in.), with two inch margins
on all sides, and 12 point Times New Roman font. All pages, except the
first, should be numbered at the upper right corner.
b.The title should appear in the upper first page of the paper. It should
be brief and specific. Below the title, the name of the author(s) should
be included together with a footnote (*), indicating the author(s) institutional affiliation, e-mail, and acknowledgements (external funding, peer
contributions), if any.
c. Below the authors’ names, an abstract of no more than 150 words should
be included. The abstract will briefly inform the purpose of the research,
the method used, and the main findings. Following the abstract, at least
three key words and two Journal of Economic Literature (jel) codes should
be added.
d. Section titles should be written on the left margin in boldface, 12 point
Times New Roman font. Sections should be numbered successively in
upper case Roman numerals (i, ii, iii, iv, etc). If there are any further
subsections of the manuscript, they should be numbered A, B, C, etc,
and then 1, 2, 3, etc. If possible, however, the manuscript should have
no more than three subdivisions (i, A, 1).
e. Equations, functions and mathematical formulas should appear in separate lines from the preceding paragraph and should be identified with
successive Arabic numerals.
f. Footnotes must be used sparsely. Their purpose should be to clarify or
expand some idea or concept that does not fit well in the text. References
to works from the reference list must always be inserted in the text and
should be cited by author (date, p. xx). For example: (Lopez, 1990, p. 37);
(Perez and Gonzalez, 1979, pp. 234-35); (Acemoglu et al., 2004, pp. 89)
g. A list of references should be included at the end of the manuscript.
It should be in alphabetical order by author (except for newspaper articles with no author, which are ordered by the first letter of the title).
Books, journals, and newspaper titles should be italicized, though not
in boldface or with quotation marks. Article titles should be in regular
font, with quotation marks and not in boldface. Internet sources must
be cited including the date of their retrieval. Examples:
292
INSTRUCTIVO PARA LOS AUTORES
Book:
Diamond, Jared (1998) Guns, Germs, and Steel. New York: Norton
Journal article:
Fuchs, Victor (2001) «El futuro de la economía de la salud», Lecturas de
economía, No. 55, july-december
Newspaper article:
Bradsher, Keith (2012), «China’s Banking Leaders Seek to Calm Concerns Over Loan Quality», The New York Times, p. 3A, November 12
Document from internet sources:
Romero, Julio (2008) «Transmisión regional de la política monetaria
en Colombia», Banco de la República, Documentos de Trabajo sobre
Economía Regional No. 107, octubre, www.banrep.gov.co [retrieved August 12, 2009]
h Figures, tables or maps, if any, should be submitted in separate pages at
the end of the manuscript, in black (no colors), and indicating where
they should be inserted in the text. All tables, figures and maps should
be enumerated successively in Arabic numerals (Table 1, Table 2, etc;
Figure 1, Figure 2, etc). The source should be cited as a footnote to the
table, figure or map. Figures and maps should be print ready. Authors
should provide the source files of figures and tables, in case they need to
be edited again.
293
INSTRUCTIVO PARA LOS AUTORES
Submission and review policy
4. Articles submitted for the review to the Editorial Committee should be
addressed to
Haroldo Calvo Stevenson
Director, Economía & Región
Facultad de Economía y Negocios
Universidad Tecnológica de Bolívar
Manga, Calle del Bouquet, Cra. 21 No. 25-92
Cartagena, Colombia
E-mail: [email protected]
5. By submitting an article for publication in Economía & Región, the author:
a. Declares that it has not been published before (other than in a working
paper series or similar format), and that it is not under review for publication elsewhere.
b.Accepts to transfer the copyright of his article to Economia & Region, if
and when it is accepted for publication.
c. Agrees that Economia & Region will edit the manuscript to comply with
these guidelines.
d.Understands that the submission and acceptance-for-review status of a
manuscript does not constitute an obligation of the journal to publish
it, and that the decisions of the Editorial Committee are final.
6. Upon receiving a submission, the Director will acknowledge receipt of the
text and will provide estimated time for reviewing the paper, which should
not take more than three months.
7. The Editorial Committee will decide whether a manuscript is accepted for
publication or not, based on the opinions of at least two anonymous referees. These referees will be specialists in the subject matter of the article and
will evaluate it on the basis of the following criteria:
a.Structure
b.Quality of exposition and argumentation
c. Contribution to the field of knowledge
294
Economía & Región
Revista de la Facultad de Economía y Negocios
Universidad Tecnológica de Bolívar
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se terminó de imprimir en Javegraf,
en el mes de junio de 2015,
en Bogotá, Colombia.
Aprendizaje, instituciones y desempeño económico
C. MANTZAVINOS, DOUGLASS C. NORTH Y SYED SHARIQ
Comisiones de la verdad como instituciones de aprendizaje: El caso de Kenia
JOHANNA AMAYA PANCHE Y JOHANNES LANGER
Institucionalismo cognitivo, capital social y la construcción de la paz en Colombia
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La reforma política colombiana de 2003: Explicación e intervención
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Aprendizaje colectivo y evaluación descentralizada en el análisis de políticas públicas
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La oferta de servicios de salud en Colombia, 2012-2013
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El acceso a la consulta médica general en Colombia, 1997-2012
JHORLAND AYALA GARCÍA
El Apostadero de la Marina de Cartagena de Indias,
sus trabajadores y la crisis política de la independencia
SERGIO PAOLO SOLANO DE LAS AGUAS
Modelo gravitacional del comercio internacional colombiano, 1991-2012
LUIS Miguel BOLÍVAR CARO, NATALY CRUZ GARCÍA Y ANDREA PINTO TORRES
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