COMUNICACION GINES FERNANDEZ Diario

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Encuentro internacional Salir del Euro, Barcelona 10 y 11 de octubre.
El proceso histórico, la realidad del Euro y de la Europa del
capital contra la mayoría social trabajadora.
Comunicación de Ginés Fernández González (Director de Mundo Obrero).
Una Europa proyecto imperialista de los EE.UU.
El inicio de la Guerra Fría supuso que dos naciones vencidas y debilitadas
política y económicamente como Japón y Alemania fueran las elegidas por
los EE.UU. para el mantenimiento del modelo económico americano de
postguerra y la expansión a dos importantes regiones como Europa y Asia.
En lo que respecta a Europa, la creación de la OCDE fue el instrumento
utilizado para incluir a Alemania en las instituciones de la integración
europea con el paraguas del Plan Marshall, los americanospusieroncomo
condición la eliminación de las barreras europeas al comercio y de paso
iniciaron la recuperaciónde la industria alemana. Un proceso que Francia
veía con reticencias y a los que losEE.UU. hicieron cambiar de opinión,
máxime cuando los defensores del New Deal americano dieron forma a la
idea de que para apoyar al Dólar una nueva moneda debía aparecer y esa
no era otra que el marco Alemán. Con el Plan Marshall agotándose los
Estados Unidos ponen en marcha el proceso de integración de los mercados
de la industria y el comercio de Europa sobre la base del carbón y del acero
que supone el nacimiento de la CECA(Comunidad Europea del Carbón y del
Acero), esta proporciona un espacio trascendental para la industria
alemana.
El proyecto de una unión política y un espacio económico conjunto,sobre
todo entre Francia y Alemania, para evitar más guerras fue el centro de la
idea que parte con la CECA sacando a Alemania de la situación marginal de
la mano del padrinazgo de los EE.UU., que guiaron todo el proceso a su
imagen, semejanzae intereses. Lo que sitúa en ese momento a una
Alemania débil en centro de la construcción de la nueva economía europea
de postguerra y al Marco alemán en el centro del desarrollo económico de
Europa.
A partir de 1985 y como resultado de la conjunción del proceso de
expansión de la economía americana con la situación económica de Europa
y Asia se produce una mejora de la balanza comercial alemana que contagia
al resto de Europa. Es en esta situación donde las fuerzas que querían crear
la moneda única ven la oportunidad favorable, si bien cada una tenia
diferentes motivos, le dan un importante impulso. Mientras Alemania lo
hace por evitar la especulación contra las incidencias de la fluctuaciones
monetarias, las elites de los países deficitarios -que tenían sus cuentas en
marcos alemanes- lo hacen por las inesperadas caídas ante las
devaluaciones y los trabajadores porque la inflación se comían sus
aumentos salariales. La moneda única supuso un fuerte precio a pagar por
el límite del 3% de déficit. Destrucción de los sectores productivos, bajada
de los salarios, aumento del endeudamiento familiar, todo ello produjo un
estancamiento en los países deficitarios y en Francia, a la vez que una
extraordinaria generación de excedentes en Alemania y en el resto de
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países excedentarios de la eurozona.
La moneda única supuso un fuerte precio a pagar por el límite del 3% de
déficit. Destrucción de los sectores productivos, bajada de los salarios,
aumento del endeudamiento familiar, todo ello produjo un estancamiento
en los países deficitarios y en Francia, a la vez que una extraordinaria
generación de excedentes en Alemania y en el resto de países
excedentarios de la eurozona.
El tratado de Maastricht se vendió a la opinión pública y a las élites como
una serie de medidas para blindar la moneda única frente a los
especuladores. La construcción institucional de esta propuesta estableció
normas que se han ido denunciando durante todos estos años y que hoy se
han mostrado ineficaces, y más tras el “crash” de 2008, para la solución de
los problemas sociales y económicos de la sociedad europea y por otra
parte de una crisis como la actual. El mencionado tope del 3% para los
déficits presupuestarios de los países miembros, la política monetaria
dirigida por un banco central “independiente” que no presta dinero a los
estados y si a los bancos para la especulación, límites a la deuda PIB por
debajo del 60%. Alemania impuso su criterio de que no hubiera mecanismo
de reciclado de excedentes para que los demás países se vieran en la
necesidad de proporcionar a Alemania una demanda neta de exportaciones.
Los tratados posteriores han profundizado en esta situación y también en
un amplio déficit democrático de la Unión Europea, en la que Alemania es
hoy quien “manda” como se ha visto en la actuación de la UE con Grecia.
La crisis de la Unión Europea.
El ajuste estructural que se ha aplicado por los Estados miembros de la UE
y dirigido desde las instituciones comunitarias, con el argumento de la
salida “rápida” a la crisis capitalista, es la mayor agresión sufrida por las
clases populares del conjunto de Europa Occidental desde el final de
Segunda Guerra Mundial.
A la vez y de forma incipiente se observa que los efectos esenciales de la
crisis y la respuesta del capital a ésta están propiciando un resurgimiento de
la conciencia y la combatividad de la clase trabajadora y del resto de capas
populares; lejos de estar rendida, la mayoría social de nuestro país está
cada día más dispuesta a luchar por sus derechos, y a conquistar su futuro
(Euro marchas, movilizaciones sindicatos europeos y movimientos sociales,
Marchas de la Dignidad, Mareas, etc.).
La situación de Grecia tras el referéndum y las elecciones de septiembre nos
han dejado algunas enseñanzas. En el marco del Euro es imposible la
realización de políticas sociales. Esta Europa no va a dejar, en función
de la actual correlación de fuerzas, que ningún pueblo pueda decidir su
futuro y por lo tanto, no es posible desde un solo gobierno, desde un solo
país, generar una alternativa en el marco europeo a la situación actual. A lo
anterior, hay que añadir la pérdida de soberanía de los parlamentos a favor
de estamentos no elegidos por la ciudadanía que son los que deciden las
políticas.
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La deuda es un instrumento de dominación. La deuda de los países
europeos, fundamentalmente de los del sur, es principalmente una deuda
privada convertida en pública a través del mecanismo neoliberal de
socializar las perdidas, deuda de bancos y grandes corporaciones que han
sido saneados con el dinero público. Una deuda impagable, ilegítima e
ilegal, que aplasta a los pueblos, por ello es incuestionable para el futuro
de las generaciones venideras una solución que pasa por la condonación o
el no pago.
Estamos ante una batalla social, política e ideológica sin
precedentes de la que del resultado de la misma se verá si la salida
de la crisis o es neoliberal y oligárquica, o es anticapitalista y
democrática.
La situación actual tiene, entre otras, las siguientes características: En lo
económico, se profundiza en la estrategia neoliberal de incremento del
grado de explotación de la clase trabajadora mediante el ajuste salarial.
En lo Institucional, el funcionamiento de las instituciones de la UE está
determinado para asegurar la ejecución de los principios básicos de los
Tratados en la construcción de una UE mercado.
En lo social, la sumisión de la mayoría social trabajadora se realiza
mediante el desmantelamiento de los servicios sociales existentes y los
servicios públicos, el aumento de la exclusión social, el aumento de la
desigualdad social, el retroceso en la defensa de los derechos humanos que
tienen como objetivo aumentar los niveles de atomización y disgregación de
las capas populares, volviendo a sus miembros más vulnerables frente a los
dictados despóticos de la burguesía en su conjunto.
En lo político, se bloquea cualquier opción de ejercicio de soberanía popular,
centralización formal y real del poder político en torno a instancias
tecnocráticas como la «Troika» para garantizar que los
parlamentos
nacionales no puedan convertirse en instancias útiles para sostener
cualquier mínima defensa de los derechos sociales y que las instituciones
locales pierdan cualquier posible capacidad de resistencia.
En lo internacional, la UE se ha mantenido de forma inquebrantable al
servicio de los procesos de expansión de capitales y apertura de mercados
para los grandes capitales occidentales, con un creciente uso de la guerra
contra naciones soberanas como instrumento para el apuntalamiento y
crecimiento de su esfera de influencia, bajo la excusa de la defensa de los
Derechos Humanos. Tal línea de actuación es coherente con la alianza
estratégica mantenida por el núcleo capitalista europeo con los EE.UU, cuya
expresión político-militar específica es la OTAN.
En lo Medioambiental. Las posturas de la UE ante las sucesivas Cumbres del
Clima son mera propaganda y suponen un desprecio inmenso por el medio
ambiente en beneficio del capitalismo depredador de recursos al que no le
importan las consecuencias para el entorno y las personas.
Y en lo Ideológico, con la imposición del pensamiento posmoderno como
“pensamiento único”, basado en la exaltación del individualismo, la
entronización de la competitividad como valor social supremo, la
proclamación del capitalismo salvaje como único modelo económico
“natural”, la demonización de la acción política colectiva y la negación de la
lucha de clases, desterrando valores como la igualdad, la solidaridad, la
democracia y el progreso social, que surgen como fruto colectivo de las
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vidas de incontables generaciones de trabajadoras y trabajadores, y de lo
mejor de la crítica a la explotación y la opresión.
Como conclusión podemos decir que la Unión Económica y
Monetaria sigue cumpliendo inexorablemente su función como
mecanismo principal de dominación económica sobre la clase
trabajadora en el conjunto de países de la UE.
Propuestas:
La propuesta de cambio arranca con el desarrollo de la contestación social y
popular al proceso de ajuste estructural en marcha tanto en España como
en el resto de países de la UE, con la excusa del “exceso” de déficit público
y los niveles “inaceptables” de las deudas pública y externa.
La apertura de un proceso alternativo de construcción europea al servicio de
las necesidades sociales, que ha de venir a través de la conjunción de las
fuerzas de los trabajadores y trabajadoras y de la mayoría social de todo el
continente. La articulación de “objetivos alternativos” en el ámbito
internacional requiere la conformación de alternativas regionales de
cooperación económica, política y social bajo la adhesión a los principios de
respeto mutuo y solidaridad.
La coordinación supranacional europea de las fuerzas alternativas al sistema
con una perspectiva anticapitalista, en especial con aquellas pertenecientes
a los países en el sur de la UE. La recuperación de la soberanía popular no
sólo de estos países sino la de todos en el continente, que se refleje en la
construcción un proyecto común que tenga como prioridad la satisfacción de
los intereses vitales de las capas populares de Europa.
El rechazo total a los principios que conforman la Unión Económica y
Monetaria, y, por lo tanto, rechazar la naturaleza y principios que
conforman la actual moneda común, el euro.
La salida de la crisis al servicio de la mayoría social pasa por la apertura de
un proceso constituyente que permita la recuperación plena de la soberanía
popular, que supone que toda iniciativa dentro del marco estatal interno, y
todo acuerdo internacional, sea del rango que sea, se subordinan a la
coherencia con el programa del que se haya dotado el pueblo, y que,
consecuentemente, se garantiza institucionalmente la implementación de
dicho programa.
Oposición a la intervención por parte de los poderes económicos europeos y
rechazo a cualquier “memorando” que suponga recortes en derechos y
libertades, sea cual sea la forma de imposición.
Constituir un espacio europeo de debate y construcción de la alternativa al
Euro, que sea participativo, colaborativo y plural de las fuerzas de izquierda
y transformadoras capaz de construir la alternativa política y programática
europea que construya un espacio nuevo en el que las personas sean lo
más importante.
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