El camino informal de la basura. Conflictos y acción colectiva en un

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Primer Ciclo de Conferencias
sobre Residuos Sólidos Urbanos
Primer Ciclo de Conferencias sobre Residuos Sólidos Urbanos
Introducción
La Secretaría de Ambiente y Desarrollo
Sustentable puso en marcha en el mes de
enero de 2009 el Observatorio Nacional para
la Gestión de Residuos Sólidos Urbanos. El
mismo fue creado en el marco de la Estrategia
Nacional de Gestión Integral de Residuos
Sólidos Urbanos (ENGIRSU) y aspira
constituirse en un centro de referencia del
ámbito gubernamental sobre Residuos Sólidos
Urbanos. El Observatorio Nacional compila,
sistematiza y clasifica información; elabora
informes, estudios e investigaciones; desarrolla
y coordina actividades de capacitación, entre
otras tareas.
informales y sus formas organizativas, las
relaciones sociales y económicas existentes
en los basurales, entre otros temas.
El conjunto de artículos que aquí se presentan
son la versión escrita de las exposiciones
realizadas por los expertos a lo largo del ciclo.
De este modo, la SAyDS no sólo brinda la
posibilidad de acceder a este valioso material
a especialistas y público en general, sino que
además intenta contribuir a llenar un vacío
en relación a la divulgación de los temas
tratados1.
El
sitio
web
www.ambiente.gob.ar/
observatoriorsu es el instrumento central para
la difusión, socialización y extensión de la
información contenida en el Observatorio y el
espacio desde donde se busca poder establecer
vínculos para contribuir al trabajo en red
entre sectores gubernamentales, académicos,
empresariales y de la sociedad civil, con
el objeto de articular diferentes aspectos y
alternativas de solución a la problemática de
los Residuos Sólidos Urbanos.
Durante el año 2009, entre las actividades
realizadas por el Observatorio, se desarrolló
un ciclo de conferencias sobre diversos temas
relacionados con los RSU, en coordinación con
el Departamento de Capacitación Específica
de la SAyDS.
Este ciclo de conferencias, profundizó el
conocimiento sobre la historia y la situación
actual de la gestión de los residuos en el país
y en particular en el Área Metropolitana de
Buenos Aires (AMBA); abordó aspectos
que caracterizan el manejo de los RSU en
otros países (Japón y Francia) y analizó la
evolución de la composición de los RSU, las
campañas de comunicación de programas de
recolección selectiva, el rol de los recolectores
1
Las opiniones de los distintos autores no
reflejan necesariamente el posicionamiento de la
SAyDS repecto de los temas tratados.
2
El camino informal de la basura. Conflictos y acción
colectiva en un basural
Por Cinthia Shammah*
Primer Ciclo de Conferencias sobre Residuos Sólidos Urbanos
1.
Introducción
Con este trabajo, se pretende contribuir
al debate sobre la gestión informal de los
residuos, a comprender las luchas y conflictos
que se desarrollan en torno a los residuos. Es
por ello que nos focalizaremos en estudiar el
funcionamiento de un basural, quienes son
los actores que intervienen y sus prácticas
y cuáles son las políticas públicas que se
implementan.
El basural estudiado se encuentra en el
Área Metropolitana de Buenos Aires1. Esta
flanqueado por dos barrios2: el barrio Ceballos
y el barrio Agua de Piedra. Cada uno de
estos barrios ha sostenido diferentes lógicas
de actuación frente al basural. Se pueden
describir, a grandes rasgos, dos tipos de
actores de acuerdo a su estrategia de actuación
frente al basural: los que mantienen activo al
basural y los que apuntan a su disminución
y erradicación. Estos posicionamientos
diferenciados establecen una tensión que se
plasma en las políticas públicas ligadas a la
cuestión de los basurales a cielo abierto.
El basural ha funcionado en estos barrios
como elemento estructurador de la vida barrial
1
Los municipios de la región AMBA están
obligados a disponer sus residuos en los rellenos
sanitarios del CEAMSE, por lo tanto todos los basurales existentes están en contravención con la ley.
Los basurales que se trabajan en este estudio son
simples depósitos de residuos a cielo abierto, sin
control sanitario ni ambiental, carecen de técnicas
de relleno sanitario y producen alta contaminación.
En el circuito que transita el residuo, son el espacio
de disposición final; en el Área Metropolitana son
el desvío ya que legalmente deben ser depositados
en rellenos sanitarios del CEAMSE.
2
Los nombres de los barrios y sus habitantes que se presentan en este trabajo son ficticios
como forma de preservar la identidad de los entrevistados.
y de la acción colectiva. Actúa como espacio
de identificación común y a la vez de estigma
para los habitantes del territorio. Si bien es
un elemento estigmatizador, para algunos la
cercanía al basural es reconocida como positiva
ya que facilita el acceso al recurso. Para otros,
su cercanía causa perjuicio en la salud y el
ambiente. Estos sitios son entendidos como
recurso y nudo de conflicto en los que distintos
actores lo entenderán de manera diferente,
reflejando en sus respectivas acciones sus
propios intereses y capacidades.
Diversas son las razones por las cuales
algunos vecinos aceptan la existencia del
basural, establecen un pacto silencioso con él,
aceptan los costos de tenerlo a cambio de los
beneficios que su proximidad les brinda. Los
mismos habitantes de los barrios, al permitir
la existencia de los basurales en sus territorios,
generan sus propios recursos, perjudicándose
en otros aspectos. Esta acción es vista como
legítima por los propios actores ya que se
convierte en proveedora de recursos necesarios
para la subsistencia.
El supuesto central de este trabajo es que la
mayoría de los basurales se mantienen activos
como resultado del tipo de relación de poder
que se construye entre grupos sociales y de
las oportunidades políticas que posibilitan
este escenario. En este trabajo, se presenta
cómo se generaron cambios en el basural a
partir de la acción de una organización del
barrio Ceballos que transformó las relaciones
de poder existentes. Para comprender esto,
analizaremos cuáles fueron las particularidades
de esta organización, cuestión que permitió
acumular mayor poder.
El basural estudiado presenta características
particulares que lo constituyen en un caso de
excepción, ya que a partir de la acción de una
organización local se estableció un conflicto
3
Primer Ciclo de Conferencias sobre Residuos Sólidos Urbanos
en el territorio que logró su cierre. La intención
es analizar cuáles fueron las condiciones que
lo constituyen en caso de excepción.
Nos hemos planteado diversas preguntas
para este estudio que presentamos aquí: ¿De
qué forma la acción territorial influye sobre
las políticas locales? ¿Cómo el territorio
determina la acción local? ¿Qué dinámica
adquiere el basural en el territorio como fuente
de recursos? ¿Quiénes y cuáles han sido las
estrategias para incidir sobre las políticas
municipales sobre el caso de los basurales?
Para concluir con esta introducción,
consideramos que las políticas que se plantean
en relación con los basurales no atienden
a los múltiples factores involucrados. Los
basurales, no sólo remiten a datos relevantes
como porcentajes de contaminación, cantidad
de enfermedades que genera y afecciones a
la salud. Sostenemos que se deben tener en
cuenta otras cuestiones (derechos) que en su
mayoría no son contempladas por algunos
decisores políticos quienes tienen una mirada
cortoplacista. En este trabajo nos interesa
reflexionar acerca de la cuestión socio-política
y los basurales son un lente para hacerlo.
2.
La gestión de residuos en el AMBA
El circuito formal de los residuos en los
municipios del Área Metropolitana de Buenos
Aires abarca, a grandes rasgos, la recolección
(desarrollada en su mayoría por empresas
privadas) el transporte y la disposición final
(en rellenos sanitarios del CEAMSE). Aquí
nos concentraremos en analizar el sistema
de disposición final de los residuos en esta
región.
Antes de la creación del CEAMSE que
estableció la disposición final de los residuos en
rellenos sanitarios, la política era incinerarlos o
llevarlos a basurales a cielo abierto. La ley 9111
que estableció el CEAMSE fue sancionada en
1978 por la dictadura militar, donde se decidió
unificar el sistema de disposición final de
los residuos del Área Metropolitana definida
por 34 partidos del conurbano bonaerense y
la Ciudad de Buenos Aires3. Una región que
concentra el 35% de la población argentina, el
40 % del total de los residuos del país y el 40%
de las industrias radicadas en Argentina4.
Según esta ley, los municipios fueron obligados
a disponer sus residuos en los rellenos
sanitarios del CEAMSE, se prohibieron los
basurales a cielo abierto y las acciones de
recuperación de residuos.
El sistema de recolección de los residuos es
responsabilidad de los municipios quienes lo
realizan a través de un sistema público-privado,
mientras que al CEAMSE le correspondió,
básicamente la disposición final. El mapa de
actores se amplió ya que, en ambos casos,
han actuado tercerizando la ejecución de los
servicios de operación.
A lo largo de la historia, además de
establecer un sistema de disposición final de
enterramiento de residuos, que según muchos
especialistas genera contaminación, presentó
también las siguientes características: excluyó
a grandes grupos que se dedicaban al cirujeo,
3
Se trata de una superficie de 4.100 Km2.
Desde 1995, debido a la subdivisión de algunos
partidos, son 30: Avellaneda, Lanús, Lomas de
Zamora, Esteban Echeverría, Florencio Varela,
General Rodríguez, General San Martín, La Plata,
Tigre, San Fernando, San Isidro, Vicente López,
La Matanza, Moreno, Pilar, Quilmes, Morón, Tres
de Febrero, Berazategui, Ezeiza, San Miguel, Roberto Clemente Paz, Malvinas Argentinas, Hurlingham, Ituzaingó, Merlo, Almirante Brown, Berisso,
Ensenada y la Ciudad de Buenos Aires..
4
Datos extraídos de la web del CEAMSE
en noviembre del 2005, www.ceamse.gov.ar
4
Primer Ciclo de Conferencias sobre Residuos Sólidos Urbanos
debilitó los intereses de los municipios
frente a sus residuos y finalmente benefició a
grandes grupos económicos, quienes crearon
empresas para operar los rellenos sanitarios
del CEAMSE5.
A fines del 2006 se aprobó la ley 13592
“Gestión Integral de Residuos Sólidos
Urbanos” que modificó la ley 9111, estableció
un marco legal que faltaba para la cuestión
de los residuos. Con esta ley se apuntaría a la
minimización y valorización de los residuos,
sacaría la obligatoriedad de adhesión al
CEAMSE, haría voluntaria la participación
de los municipios, y establecería el poder de
fiscalización en el organismo provincial de
autoridad máxima. En primer lugar, según
este proyecto de ley los municipios obligados
por la ley 9111 a disponer sus residuos en los
rellenos sanitarios del CEAMSE, podrán elegir
si adhieren o no a este organismo o crean sus
propias plantas de clasificación y disposición
final de los residuos, en forma individual o
asociándose en consorcios regionales. Los
municipios para efectuar estas tareas podrían
tercerizar el servicio y disponerlo en manos de
empresas privadas.
De esta forma, los municipios de la Provincia
de Buenos Aires deben presentar proyectos
integrales de residuos sólidos urbanos
contemplando la existencia de circuitos
de recolección, recuperación y reciclaje,
erradicar los basurales y elegir si se adhieren al
CEAMSE como sistema de disposición final.
A partir de la aprobación de los proyectos,
los municipios tendrán un plazo de cinco
años para alcanzar una reducción del treinta
5
Se pueden citar como ejemplos a Benito
Roggio e Hijos quienes crearon la empresa TECSAN y a Techint con Syusa. CEAMSE tiene como
objetivo controlar a las empresas contratistas en la
ejecución de sus trabajos.
por ciento de la totalidad de los residuos
comenzando en el primer año con una campaña
de concientización.
En cualquier caso, los municipios deberán,
según este marco legal, erradicar los basurales
a cielo abierto. Este proyecto apunta a
solucionar diversos problemas: por un lado,
encontrar nuevos centros de disposición final
para los residuos en la Provincia de Buenos
Aires6, ya que ningún municipio quiere tener
uno y, por otro, intenta solucionar el problema
de legitimidad que afecta al CEAMSE
quitando la obligatoriedad al sistema.
En segundo lugar, este marco legal pretende
hacer cumplir la ley nacional de presupuestos
mínimos de protección ambiental 259167 para
los residuos sólidos urbanos. Los objetivos de
esta ley apuntan a 1) promover la valorización
de los residuos, 2) minimizar la cantidad de
residuos que es dispuesta en rellenos sanitarios
y 3) reducir los impactos negativos que los
residuos generan al ambiente.
Si bien se planteó una fecha máxima de
presentación de los proyectos (20/06/2007), los
municipios del Área Metropolitana de Buenos
6
Los centros de disposición final deberán
ubicarse en sitios suficientemente alejados de áreas
urbanas, de manera tal de no afectar la calidad de
vida de la población; y su emplazamiento deberá
determinarse considerando la planificación territorial, el uso del suelo y la expansión urbana durante
un lapso que incluya el período de postclausura.
Asimismo, no podrán establecerse dentro de áreas
protegidas o sitios que contengan elementos significativos del patrimonio natural y cultural. Los
centros de disposición final deberán ubicarse en sitios que no sean inundables. De no ser ello posible,
deberán diseñarse de modo tal de evitar su inundación. Ley 25.916 Fecha de Sanción: 04/08/2004
7
Sancionada el 4 de Agosto de 2004 y
promulgada parcialmente el 3 de Septiembre de
2004.
5
Primer Ciclo de Conferencias sobre Residuos Sólidos Urbanos
Aires aún no los han presentado. Hasta el
momento sólo se han establecido los aspectos
formales; no se vislumbra al momento cuándo,
ni cómo se desarrollarán los proyectos.
residuo, son el espacio de disposición final;
en el Área Metropolitana son el desvío ya que
legalmente deben ser depositados en rellenos
sanitarios del CEAMSE.
Aún con este marco legal, el modelo de
gestión descrito plantea efectos diversos ya
que no establece políticas públicas fuertes:
genera una clientela cautiva a partir de los
residuos que se producen en el AMBA, obliga
a los municipios a llevar los residuos a los
rellenos sanitarios y a pagar al CEAMSE,
continúa premiando la tonelada de residuos
recolectados y depositados y no otras opciones
de tratamiento como el reciclado. A su vez,
plantea responsabilidades poco claras para
los diversos niveles de gobierno que impacta
sobre el control ejercido en los desvíos de
residuos, contribuye al circuito informal al
no establecer la recolección diferenciada en
origen y concentra los beneficios económicos
que generan los residuos en pocas manos y
no responde al problema de los cirujas que
históricamente recuperaban los residuos y a
nuevas poblaciones que se benefician con esta
actividad.
La mayor parte de los sitios donde se acumulan
residuos, se ubican en suelos que tienen un
supuesto “bajo valor” en el mercado, en
lugares de baja accesibilidad y de baja cota, en
la periferia de las ciudades, terrenos baldíos,
a orillas de ríos y arroyos donde el control
disminuye. Estos basurales generalmente se
encuentran rodeados por asentamientos de
sectores empobrecidos y marginados que
subsisten a partir de su actividad.
3.
Los basurales como desvío
Los municipios de la región AMBA están
obligados a disponer sus residuos en los
rellenos sanitarios del CEAMSE, por lo
tanto todos los basurales existentes8 están en
contravención con la ley.
Los basurales que se trabajan en este estudio son
simples depósitos de residuos a cielo abierto,
sin control sanitario ni ambiental, carecen de
técnicas de relleno sanitario y producen alta
contaminación. En el circuito que transita el
8
Las cifras varían ya que la dinámica activa de los basurales es muy variable. Según datos
del CEAMSE al 2004 existían 105, aunque informalmente se cree que esta cifra se duplica.
En
general
suele
denominárselos
“clandestinos”, no por la ubicación geográfica
en la que están ya que son visibles e
identificables, sino porque el vuelco de
residuos se hace en forma ilegal.
Eduardo Bidondo (2004: 2), brinda una
definición simple de basural, como “un
terreno en el cual se vuelcan residuos de
toda clase y de forma indiscriminada sin
estar preparado para ello”. Establece las
características para considerar a un basural de
magnitud: la recepción de residuos en forma
periódica, la acumulación de más de 500 m3
de residuos sobre el nivel de terreno natural y
que la superficie afectada abarque más de una
hectárea.
Los basurales a cielo abierto afectan a las
poblaciones que los rodean y a aquellas que
interactúan con ellos. Afectan a la salud ya que
son un foco de propagación de enfermedades
epidemiológicas9 asociado a diversos
9
Las principales enfermedades que se
propagan a partir de diversos vectores, son las siguientes: moscas (fiebre tifoidea, salmonelosis, disentería, diarrea infantil, gastroenteritis, infecciones
intestinales); cucarachas (disentería, diarrea, lepra,
6
Primer Ciclo de Conferencias sobre Residuos Sólidos Urbanos
animales que conviven en los basurales y por
la contaminación que generan los residuos
dispuestos sin control en el agua, aire y suelo10
y al grado de vulnerabilidad social11 de la
población.
Los residuos dan lugar a dos tipos de
actividades económicas (Pírez y Gamallo
(1994) y Castillo Berthier (1990) uno es
la eliminación a través de la recolección y
la disposición final y por otro lado como
mercancía se presta a acciones que apuntan
a su aprovechamiento económico. El residuo
se convierte, en situaciones de marginalidad
y exclusión social, en elemento clave para la
intoxicaciones alimenticias); mosquitos (malaria,
fiebre amarilla, dengue, encefalitis vírica, peste
bubónica, tifus murino, leptospirosis -enfermedad
de Weil-), roedores (fiebre harverhill, ricketsiosis,
vesiculosa, disenterías, rabia). (Cassano 1998:13).
10
Al arrojar residuos directamente a las
aguas superficiales, aumenta la carga orgánica,
disminuye el oxígeno disuelto necesario para la
vida acuática, causa mortandad de peces y provoca
malos olores. Por otra parte, los lixiviados de residuos contaminan los acuíferos subterráneos, de
donde numerosa población extrae agua a riesgo de
contraer enfermedades digestivas, diarreas, infecciones intestinales etc. La contaminación del suelo
en espacios urbanos donde la población transita
y realiza actividades recreativas, puede ocasionar
enfermedades de piel por contacto o infecciones
por cortes. Por último, se hace presente la contaminación del aire por quema de residuos donde se
liberan gases tóxicos y por los vientos que arrastran papeles y plásticos y dejan partículas en suspensión (Cassano, 1998:14).
11
Se entiende como vulnerabilidad social
a “un estado de ciertos sectores sociales, como
consecuencia de un proceso de acumulación de
diversos factores: socioeconómicos, ambientales,
tecnológicos, etc. que conducen a la sociedad, o a
parte de ella, a un estado de debilidad social. Esto
es, de incapacidad para absorber, amortiguar o
mitigar cualquier evento que salga de los carriles
habituales”. (Herzer, 1990: 5).
construcción de viviendas sobre terrenos bajos,
en fuente de alimentación y en mercancía para
el recupero y la comercialización.
A partir del circuito que sigue el residuo
notamos dos clases de tensiones que se plantean
en el aprovechamiento de estos bienes. En la
primera tensión, podemos distinguir entre
el grupo que apunta a la valorización del
capital, a aprovechar el residuo como objeto
de una actividad económica capitalista que
genera rentabilidad y por eso un proceso de
acumulación de capital para algunos actores
económicos. Y el otro grupo que apunta a la
reproducción social de sectores populares
comprometidos con la recuperación del
residuo. Tanto como recurso que soluciona
el tema de vivienda y alimento, como para
los que lo tienen como una actividad de
generación de ingresos, fuera de una lógica de
acumulación de capital que produce ganancias.
En este grupo encontramos a los cirujas y a los
habitantes de los barrios periféricos.
La segunda tensión se concentra en los que
aprovechan el residuo para producir ganancia,
es decir, sectores empresarios capitalistas
formales e informales. Dentro de los grupos
informales encontramos aquellas empresas
que recolectan los residuos informalmente y
lo arrojan a los basurales para disminuir sus
costos. En ambas tensiones encontramos que
se produce una “sustracción” del objeto del
negocio del sector formal para generar otros
aprovechamientos, pero en situaciones y con
significaciones muy diferentes.
Esta lucha por el residuo se concreta
materialmente en el servicio brindado por
el Estado, que prioriza el capital económico
formal y no da respuestas a las necesidades
sociales.
Como hemos explicado en la introducción,
7
Primer Ciclo de Conferencias sobre Residuos Sólidos Urbanos
a partir de la existencia de un basural se
distinguen, a grandes rasgos, dos tipos de
actores de acuerdo a su estrategia de actuación
frente a este: los que lo mantienen activo y los
que apuntan a su disminución y erradicación.
Estos
posicionamientos
diferenciados
establecen una tensión que nos interesa
plasmar y analizar en este trabajo.
Dentro del primer grupo encontramos actores
con lógicas muy diferentes: por un lado,
vecinos que subsisten a partir del basural
(trabajo, alimentación y vivienda), algunas
pequeñas y medianas empresas y empresas
volqueteras que llevan los residuos hacia
el basural, administradores de vuelcos que
organizan el funcionamiento del basural,
algunos funcionarios políticos y la policía, que
generan acuerdos para permitir el vuelco de
basura. La necesidad y el interés económico
se articulan fuertemente en el basural y es
en base a este matrimonio que subsiste para
obtener beneficios para distintos actores. Es
por esto que en el territorio la mayoría suele
apoyar la ruta de la basura.
El otro grupo está integrado por actores que
establecen distintas estrategias para disminuir
y erradicar los basurales y responden también a
diferentes lógicas: sectores populares vecinos
al basural, que en su mayoría subsisten de
los residuos, organizaciones sociales y el
CEAMSE12. En este caso, intentaremos
abordar cómo lo local, particularmente uno de
12
El CEAMSE - Coordinación Ecológica
Área Metropolitana Sociedad del Estado- es una
empresa del estado de carácter interjurisdiccional,
compartido por el Gobierno de la Provincia de
Buenos Aires y el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires encargada de la disposición
final de los residuos sólidos. Creada en 1978, su
área de influencia son la Ciudad de Buenos Aires
y 34 municipios del Conurbano de la Provincia de
Buenos Aires.
los barrios estudiados, sirvió de base para la
acción colectiva en la cuestión de los basurales.
Este territorio “periférico” fue el escenario para
que una organización local desarrolle acciones
de influencia sobre las políticas municipales y
logren el cierre del basural.
Los actores involucrados en esta temática,
cuando cuestionan o apoyan la existencia de
los basurales y se involucran en esta “temática
ambiental” están defendiendo alguno o varios
de estos derechos.
4.
El basural estudiado
El basural analizado se encuentra en la región
del AMBA, sobre una laguna en la periferia
del territorio municipal, próximo a un relleno
sanitario del CEAMSE. Esta flanqueado por
dos asentamientos: Ceballos y Agua de Piedra,
próximos al barrio Sarmiento.
Los habitantes de los dos barrios conviven con
la basura, viven del basural y de lo que cirujean
en el relleno sanitario del CEAMSE y los
cimientos de sus viviendas se sostienen sobre
la basura. La subsistencia de los habitantes de
estos barrios, se complementa, en su mayoría,
entre residuos y planes sociales.
Ambos barrios son territorios de relegación
urbana13 y si bien el origen y el territorio
es el mismo, cada uno estableció diversas
estrategias que logran su diferenciación
en cuanto a su matriz urbano-espacial. Al
iniciarse la actividad del basural, grupos de
ambos barrios iban a recuperar y a arrojar
residuos. Al poco tiempo los vecinos de cada
barrio, en general, mantuvieron una actuación
diferente: unos continuaron asistiendo (Agua
de Piedra), mientras que otros se ausentaron y
comenzaron a protestar (Ceballos).
13
Ver más sobre esto en Wacquant Loic
(2003)
8
Primer Ciclo de Conferencias sobre Residuos Sólidos Urbanos
La organización barrial Ceballos actuó en el
territorio, enfrentando la existencia del basural
y a los administradores, y de esta forma logró
el cierre del basural. Se generó un cambio en el
juego de fuerzas mantenido hasta el momento,
a partir de que esta organización consiguió
apoyo de otros actores logrando influenciar las
políticas locales para su cierre. Este cambio
en el juego de fuerzas que generó el cierre del
basural es lo que se pretende explorar en este
trabajo.
El
enfrentamiento
entre
referentes
(administradores y organización Ceballos)
tuvo al basural como objetivo directo de lucha
pero indirectamente se jugaba el liderazgo
en el territorio y la forma de trabajo barrial.
En este litigio se ponía en juego el poder en
el barrio y cada actor utilizó sus recursos y
contactos para imponer su posición. El control
del territorio era visto por ambos actores como
un instrumento de poder para lograr otros
fines: la forma de gestión de los recursos y el
tipo de acción política en el barrio.
Encontramos que la movilización fue originada
por un determinado grupo local cercano al
basural que evidenciaba el problema de tener
uno activo. Otros grupos, en cambio, no
participaron de esta movilización y se oponían
a la protesta. Estos últimos, no participaron en
este juego porque trabajaban en la economía de
los residuos, tomando como fuente proveedora
al basural.
Mientras que para el grupo que apoyaba el
basural, los recursos estaban disociados de la
calidad ambiental del territorio en el que viven;
para los referentes de la organización Ceballos
estaban asociados. Por lo tanto, estos últimos
entendían que debían distanciar los recursos
para poder continuar subsistiendo de estos, sin
afectar la calidad ambiental. Esta distinción es
fundamental para poder comprender la acción
de enfrentamiento de la organización Ceballos
a la fuente proveedora de recursos. Para lograr
este distanciamiento, la organización apuntó a
conseguir recursos de otras fuentes.
Sostenemos que los sectores populares cuando
se movilizan por estos temas plantean un
cambio general en sus condiciones sociales de
existencia. Consideran a este tema enmarcado
en un reclamo más amplio que apunta a
la inclusión social y al reconocimiento de
derechos; y evidencian la articulación existente
entre la relegación territorial y la cuestión
de clase. Es decir que enfrentarse al basural
significaba enfrentarse a las condiciones de
exclusión y marginación a las que los referentes
de Ceballos consideran se los somete y por
ende sostenían que se debían modificar las
condiciones de vida y de su hábitat.
Los integrantes de la organización Ceballos
establecieron vínculos con varios actores,
entre ellos con una ONG que apoya
proyectos sociales. Esta ONG brindó recursos
financieros para crear un centro comunitario,
acceder a alimentos y para fortalecerse
institucionalmente. Esta opción comenzó a
ser la alternativa al basural ya que algunos
recursos provenían de otras fuentes. A partir
de esto, desarrollaron proyectos concretos:
microemprendimientos
de
carpintería,
panadería, un grupo de salud, entre otros.
La ONG de apoyo brindó tres estrategias
fundamentales para la acción de la organización:
recursos por fuera del basural, vínculos con
actores relevantes y la asistencia técnica en
general y en un proyecto de recuperación de
residuos. Estos tres puntos permitieron que la
organización sostenga su enfrentamiento al
basural y paralelamente establezca un proyecto
de largo aliento que beneficie al barrio.
Para lograr esto, Ceballos diseñó junto a otras
9
Primer Ciclo de Conferencias sobre Residuos Sólidos Urbanos
ONG, un proyecto de recuperación de los
residuos que les permitiría trabajar en el relleno
sanitario de CEAMSE y de esa forma sostener
a la comunidad con un recurso alternativo
al basural. Este punto es central para poder
comprender la lógica que establecieron,
de forma tal de conseguir recursos que no
provengan del basural y transmitirlas a las
bases para lograr consenso en la erradicación.
Como consecuencia del proyecto tomaron
contacto con el gobierno provincial y nacional,
quienes apoyaron la acción de Ceballos.
El gobierno provincial en este escenario se
convirtió en un “aliado” para incidir sobre
el gobierno local. Según los integrantes de la
organización, gracias a las acciones realizadas
se logró la intervención policial para cerrar el
basural.
La organización Ceballos, con el apoyo de
diversos actores externos al territorio, fueron
los que incidieron en la política pública y
lograron cerrar el basural. Siguiendo a Craig
Jenkins (1986), entendemos a las estrategias
de incidencia y participación en políticas
públicas como los intentos de influir sobre las
decisiones de elites institucionales, en todos
sus niveles de acción, en función de intereses
que han quedado sub-representados en el
proceso político.
Los actores que apoyaron a Ceballos
funcionaron como mediadores entre la
organización y el sistema político y a través
de estos la protesta tomó mayor fuerza.
Ceballos fue apoyada principalmente por
organizaciones internacionales que han
respondido a la crisis distribuyendo recursos
y acompañando la acción de sectores
excluidos. Estas organizaciones cuentan con
recursos que les dotó de poder y legitimidad
para influenciar y presionar a los decisores
políticos. Entendemos que se dio una cierta
“transferencia” de la legitimidad y credibilidad
de las organizaciones a Ceballos. Estas
relaciones, le permitió a Ceballos mantener
visibilidad hacia el exterior del territorio que
impactó en el reconocimiento en el barrio y en
el gobierno municipal.
A su vez, la alta visibilidad otorgada al
conflicto en los medios de comunicación,
generó la respuesta del gobierno provincial
y del municipal, quienes prefieren que la
temática sobre la existencia de basurales en el
AMBA no esté en la agenda pública.
Entendemos que la organización Ceballos
aprovechó la siguiente estructura de
oportunidades:
político-institucionales
(receptividad del gobierno municipal para el
cambio ya que no deseaba conflictos en su
territorio, coyuntura electoral, interés de los
diversos niveles de gobierno y organismos
internacionales por erradicar los basurales,
clima político relacionado con el proyecto
de ley de residuos en la provincia de Buenos
Aires) y socio-culturales (fuerte presencia
y reconocimiento de la organización en el
barrio, apoyo de ONG con recursos, mayor
conciencia ambiental, características de los
actores barriales, gran visibilidad mediática,
proyecto de recuperación de residuos con
participación de los actores barriales).
Consideramos que el cierre del basural se
produjo por un cambio en el equilibrio del
poder dado hasta el momento. Las presiones
externas (provincia y nación) fueron más
fuertes que las internas (los que quieren
la existencia del basural), por lo tanto el
municipio intervino cerrando el basural.
El
gobierno
comunal
se
manejó
contradictoriamente en la cuestión de
los basurales, aunque se considere como
el principal perjudicado. Administró las
10
Primer Ciclo de Conferencias sobre Residuos Sólidos Urbanos
demandas de la comunidad en contra del
basural y a favor de un mayor reciclaje que
disminuya el presupuesto de gobierno en la
temática de los residuos, pero sin políticas
concretas que permitan el cierre y a la vez
la inclusión social de aquellas personas que
sobreviven de los residuos.
Los gobiernos municipales, no desconocen
que los basurales a cielo abierto, en época de
crisis, se consideran un “plan social informal”
donde muchas personas comen, viven y
comercializan de los residuos que consiguen.
Establecer un programa de erradicación de
basurales tal como lo concibe la norma, o sea
generar un cambio en la política que mantienen
hasta ahora los municipios, derivaría entre
otras cuestiones, en que miles de personas
queden afuera de ese “plan informal”.
Por lo tanto, participó de dos juegos paralelos:
por un lado, omitió cerrar el basural, en tanto
recursos informales que solucionaba el tema
de vivienda, trabajo y alimento a sectores
excluidos, una caja chica para dirigentes
políticos, barriales y la policía y una solución
para aquellas empresas que no tratan y
disponen sus residuos en forma ilegal. Por otro,
le preocupaba la imagen que aparecía de su
gestión y el perjuicio sobre su carrera política
y denunciaba la existencia del basural ante
los medios de comunicación y la justicia14 en
donde reconocían el problema y evidenciaban
su incapacidad de resolverlo por la existencia
de actores en el territorio que no lo permitían.
Mientras que el gobierno municipal durante
largo tiempo explicaba públicamente su
imposibilidad de resolver la situación por no
14
Presentó denuncias ante la justicia federal luego de que el fuero provincial se declarase
incompetente ya que el delito excedería la jurisdicción, para que se investigue y castigue a los responsables.
contar con el poder de policía necesario, fue
el responsable en generar el cierre definitivo,
solicitando el apoyo al gobierno provincial
quien puso en ejecución el control policial.
Entendemos que existen por parte del
municipio incentivos positivos para omitir
cerrar el basural. Para profundizar y ampliar
esta afirmación, desarrollamos los costos
considerados. Los costos de cerrar un basural
para el municipio no son sólo económicos:
mayor presupuesto en control, recolección en
zonas bajas, personal calificado inmerso en la
temática, un programa social que responda al
problema, sino también políticos: planificar
una política integral, presionar a la policía y
a otras áreas burocráticas implicadas, cerrar
un “plan social informal” que funciona como
mecanismo de subsistencia para amplias
poblaciones, enfrentar a una red de actores
que se benefician económicamente (empresas
volqueteras, administradores de vuelcos,
algunos funcionarios políticos, la policía y
empresas).
Igualmente, las causas de la tolerancia y
participación de los gobiernos municipales
en los desvíos de residuos a basurales no se
deben simplemente a cuestiones puramente
racionales (respecto a costos y a votos),
muchas veces las causas apuntan a lógicas de
comodidad, facilidad y costumbre de llevar
los residuos a los basurales.
Las visiones encontradas o confusas dentro
del gobierno municipal sobre cómo trabajar el
tema, parecieran aumentar las dificultades de
generar un plan integral que tenga en cuenta
el conflicto social en torno a la cuestión de
los residuos y permita a la vez erradicar los
basurales a cielo abierto. Cada funcionario tiene
su propia visión de cómo resolver el problema,
implementando desde su escritorio lo que
considera adecuado. Estas contradicciones
11
Primer Ciclo de Conferencias sobre Residuos Sólidos Urbanos
internas, de alguna forma contribuyen a
mantener los desvíos, ya que erradicar los
basurales requeriría de una política integral
entre diversas áreas de gobierno, que tengan en
cuenta los múltiples aspectos que intervienen
en la cuestión. Al igual que otras temáticas, el
funcionamiento sectorial en que se mantiene
el gobierno municipal no resuelve la situación
de los basurales.
El gobierno municipal en relación al basural
presentó denuncias ante la justicia federal
luego de que el fuero provincial se declarase
incompetente ya que el delito excedería la
jurisdicción, para que se investigue y castigue
a los responsables15. A la vez, intentó lograr
el cierre presionando a la policía y logrando el
apoyo momentáneo del gobierno provincial.
El circuito que siguen los residuos y la
existencia de los basurales cristaliza diversas
luchas de los sectores populares que evidencian
la heterogeneidad y dinámica del sector.
Si bien el territorio los une, se establecen
luchas en donde es posible notar varios
comportamientos en los barrios. A partir de la
acción generada por la organización Ceballos
entendemos que las luchas por la segregación
residencial y ambiental, tienen un componente
de clase que evidencia la exclusión y
desigualdad social. Es decir que, se presenta
una resistencia territorial que al mismo tiempo
es una resistencia clasista.
Consideramos que el cierre del basural se
produjo por un cambio en el equilibrio del
poder dado hasta el momento. Las presiones
externas (provincia y nación) fueron más
fuertes que las internas (los que quieren
la existencia del basural), por lo tanto el
municipio intervino cerrando el basural.
15
“Del asentamiento a la favela” Sentido
Común, Noviembre 2004
A partir de la acción de Ceballos se pretende
discutir con aquellos que consideran que los
sectores vulnerables afectados difícilmente
se movilizan por temáticas como estas que
apuntan al aspecto ambiental. Estas posturas
consideran que si bien son las caras públicas
del problema los que embanderan el tema son
las clases medias que cuentan con necesidades
básicas satisfechas y se movilizan por causas
verdes. De acuerdo a esto, entienden que las
organizaciones de sectores pobres que ingresan
a estos temas no plantean un cambio sino que
lo hacen como un medio para pedir subsidios al
poder político. El planteo de este trabajo es que
los sectores cercanos al basural pueden llegar
a organizarse sobre estas temáticas y generar
actuaciones más sostenibles para erradicar los
basurales, e incidir con mayor fuerza sobre
las políticas públicas, en comparación con
otro tipo de organizaciones más distantes del
territorio y por ende de la afectación. Los
sectores populares que ingresan a estos temas se
movilizan porque plantean un cambio general
en sus condiciones sociales de existencia.
No consideran a este tema como una materia
verde sino que está enmarcado en un reclamo
más amplio que apunta a la inclusión social y
al reconocimiento de derechos.
Las distintas formas de actuación de los
sectores populares frente al basural evidencian
su heterogeneidad como grupo. Si bien el
territorio los une, se establecen luchas por
derechos no tenidos en cuenta por el Estado.
A partir de la existencia del basural, notamos
dos comportamientos en los barrios, uno que
intenta formalizar su acción mientras que el
otro se mantiene en la informalidad.
Tanto Ceballos como el municipio comparten
la tensión que existe en los tiempos de la
gestión: el corto vs el largo plazo.
La organización Ceballos estableció estrategias
12
Primer Ciclo de Conferencias sobre Residuos Sólidos Urbanos
para responder a la urgencia (gestionar) y
construyó un proyecto de cambio “estructural”
(protestar y consensuar). A la organización
se le presentó un desafío entre una visión de
corto plazo que responda a las necesidades de
subsistencia (basural activo) y una visión más
amplia del problema que apunte a garantizar
sus derechos y acceder a un hábitat digno
(cierre del basural). Nos interesa explicar qué
se dio aquí para revertir las condiciones de
corto plazo.
Para resolver esta tensión, la organización
Ceballos consiguió otros recursos de las
organizaciones que los apoyaban que les
permitió depender menos del basural. Este
punto es central para poder comprender la lógica
que establecieron. A su vez, esta posibilidad les
permitió visibilizar otras alternativas (como
es el proyecto de recuperación de residuos)
donde conseguir recursos que no provengan
del basural y transmitirlas a las bases para
lograr consenso en la erradicación. Frente al
cierre del basural como fuente de recursos,
la organización debió mantener su lugar de
oposición en relación con el desvío de residuos
y a la vez responder a las necesidades que los
habitantes del barrio le demandaron.
Respecto al gobierno, también se enfrenta
a los tiempos conflictivos de la gestión y
mantener o revertir las condiciones del corto
plazo, mantener el basural abierto frente a
cerrarlo. Para el municipio los costos de cerrar
el basural no son sólo económicos (recursos
de inversión y el desarrollo de un programa de
RSU y el cierre de la caja chica) sino también
políticos (votos en contra de la clientela,
desarrollo de un programa integral entre
visiones de diversos actores relevantes).
Encontramos en este juego lo que Geddes
(Repetto, 2001:5) denomina el dilema del
político, que se expresa en “la tensión entre
mantener los apoyos políticos de corto plazo
o avanzar en la construcción de largo plazo
de apropiados aparatos administrativos”.
Según diversos autores (Tommasi y Spiller,
2000; Acuña y Repetto, 2001) en la Argentina
los políticos no colaboran con un proyecto
de largo aliento, suelen adoptar la visión de
corto plazo que los beneficia en otros arreglos
políticos.
Estos recursos obtenidos del basural son
percibidos por los propios actores como
legítimos ya que su utilización satisface
necesidades
básicas.
Siguiendo
este
razonamiento, Kessler (2002) sostiene que
“todo acto que proporciona recursos para
satisfacer necesidades es legítimo sin que
la diferencia entre legalidad e ilegalidad
de la acción sea relevante”. Y agrega que
“legitimidad y legalidad se desacoplan al
punto que es más legítima una conducta ilegal
proveedora que una legal que no lo es…”.
Este escenario nos permite profundizar en
la dificultad para percibir la existencia de la
ley, por parte de los actores intervinientes,
entendida como una terceridad que
interviene en las relaciones. Percibimos el
desdibujamiento de lo legal e ilegal o al menos
como fronteras legítimas, en las prácticas que
hemos analizado.
Se trata de entender, fundamentándonos en
Rincón, (2006) como la tensión entre legalidad
e ilegalidad incorpora fundamentos más
amplios de la experiencia social, y esta tensión
se inscribe en los principios organizadores
de la vida colectiva y específicamente en la
naturaleza de la transformación del fenómeno
urbano. Según Rincón, se trata de entender
el fenómeno de la ilegalidad en su expresión
territorial, dar cuenta de la territorialidad de la
legalidad.
13
Primer Ciclo de Conferencias sobre Residuos Sólidos Urbanos
En contextos de informalidad urbana, la
norma social no se aplica de oficio, sino
por activación. Esta se activa cuando para
una de las partes existe el conflicto; si no
lo existe por lo general el decisor político
que establece las normas no interviene y es
permisivo. La cuestión no está en la pregunta
por la ilegalidad, sino en las legalidades
urbanas, entendidas como aquellas “prácticas
colectivas territoriales que definen y concretan
las relaciones entre el Estado y la sociedad
en las transformaciones espaciales”, que se
manifiestan, por un lado, en “territorialidades
legítimas y legales, legales pero no legítimas o
ilegales y legitimadas socialmente generando
reproducciones sociales de especialidades
ilegales estatales y especialidades socialmente
legalizadas… y de otro lado, las legalidades,
como racionalidades normativas, nos ubican
en la constatación histórica de diversos
ejercicios de territorialidad normativa”.
(Rincón, 2006:677)
5.
A modo de cierre
El trabajo que hemos realizado sobre los
basurales nos permite reconocer que éstos
no son solamente un espacio de disposición
final de los residuos, son un escenario desde
donde se pueden generar nuevas estrategias de
actuación, son territorios de intercambio donde
el residuo es la moneda de cambio, una fuente
de recursos y generador de contaminación y
afecciones a la salud. En relación con esto,
el basural funciona como lugar y objeto de
lucha. Para algunos el basural es un punto
final del residuo; para otros, es un punto de
partida para otros fines y es en esta inflexión
donde los actores intervienen.
Para Mongin (2006), la lucha de clases ha
cedido a la lucha de los lugares. Siguiendo
a este autor, damos cuenta de la existencia
de capital espacial como elemento de
diferenciación entre los ricos y los pobres,
entre los sobreclasados y los desclasados, pero
también entre los empobrecidos mismos en
función de su localización dentro de la ciudad.
Es por ello que en la periferia, la mayoría de
los barrios de sectores pobres, no cuentan o no
funciona el servicio de recolección de residuos
y sobreviven los basurales.
Por lo tanto, pretendemos reflexionar sobre el
conflicto social, entendiendo que se pueden
distinguir actores que se benefician y otros
que se perjudican a lo largo de un proceso.
E intentamos echar luz sobre las luchas entre
actores, descubriendo las cuestiones capilares
que atraviesan nuestro objeto de estudio. Con
esto, procuramos distanciarnos de aquellas
voces, consideradas expertas, que sostienen
que los basurales existen principalmente por
la falta de educación ambiental, y que plantean
que al no existir conflicto entre actores un plan
de erradicación beneficiaría a todos los actores
sociales comprometidos.
Paradójicamente, centrar nuestra mirada sobre
los basurales para dar cuenta de la cuestión
social, nos ha alejado de la disposición final
para acercarnos al circuito que establece el
residuo. Este camino es el que efectúan algunos
actores cuando se aproximan al basural para
obtener el residuo dispuesto y convertirlo
en recurso. Frente a esto, las políticas sobre
residuos plantean cambios tibios que no
logran responder al problema, que incluiría
reconfigurar el mapa de actores y los intereses
en juego.
En base a lo analizado, sostenemos que el
circuito que siguen los residuos y la existencia
de los basurales cristaliza diversas luchas. Por
un lado, la lucha de los sectores populares frente
al basural que evidencia la heterogeneidad
del grupo. Si bien el territorio los une, se
establecen luchas en donde es posible notar
14
Primer Ciclo de Conferencias sobre Residuos Sólidos Urbanos
dos comportamientos en los barrios, uno que
intenta formalizar su acción mientras que el
otro se mantiene en la informalidad.
Por otro, la lucha entre el capital económico
formal (representado en el CEAMSE, empresas
concesionarias, empresas transportadoras,
entre otros) y el informal (representado por los
cirujas y otros actores que componen la cadena
de recuperadores de residuos). Estos últimos,
a partir de su acción, extraen un porcentaje
del beneficio de los residuos del sector
formal generando otros aprovechamientos.
En esta pugna, el marco legal contribuye a la
reproducción del capital formal: prohíbe a los
cirujas y a los basurales y favorece los intereses
económicos de las empresas privadas.
Los basurales, se ubican como temática dentro
del “marco ambiental” cruzando derechos
básicos como: vivienda, alimentación, trabajo,
hábitat y salud. Por lo tanto, cuando los actores
cuestionan o apoyan la existencia de los
basurales están defendiendo alguno o varios
de estos derechos. Estos derechos no suelen
ser contemplados por los decisores políticos,
quienes lo estructuran en términos ambientales
y no establecen la relación existente entre la
cuestión ambiental y la desigualdad.
Si bien la mayoría entiende que la existencia
del basural produce contaminación en el
ambiente y genera efectos nocivos a la salud,
no todos deciden oponerse a su existencia
por los beneficios que le generan. Los que se
enfrentan, lo plantean defendiendo el derecho
a vivir en un hábitat digno. El territorio
periférico donde se encuentran los basurales,
es un escenario de expresión de la relegación
y la pobreza.
Los mismos habitantes de los barrios, al
permitir la existencia de los basurales en
sus territorios, generan sus propios recursos,
perjudicándose en otros aspectos. Esta
acción es vista como legítima por los propios
actores ya que se convierte en proveedora de
recursos necesarios para la subsistencia. Por
estas mismas razones es que el Estado no
castiga estas acciones aunque sean “ilegales”.
En definitiva, la tensión de lo legítimo y
lo legal parece permear la acción política
permanentemente, y en este dilema es donde
el Estado actúa.
El gobierno también se enfrenta a los plazos
de la gestión: mantener el basural abierto
(acceso a recursos considerados legítimos
por los excluidos), frente a cerrarlo (plano de
la legalidad). Por eso, al inicio omitió cerrar
el desvío de residuos que solucionaba la
cuestión social y luego respondió activando
la norma y cerrando el basural, al instalarse
un conflicto en el territorio por uno de los
barrios. Por lo tanto, el gobierno municipal
se presentó contradictoriamente explicando
su imposibilidad de erradicar el basural y
posteriormente solicitando el apoyo de las
fuerzas policiales.
El cierre del basural se logró a partir de la
existencia de un conflicto en el territorio
que llevó a que el intendente solicite al
gobierno provincial la presencia de fuerza
policial. A partir de la presión generada por el
Intendente se obtuvo una respuesta favorable
interviniendo en el basural. En contextos de
informalidad urbana, la norma social no se
aplica de oficio, sino por activación. Esta se
activa cuando para una de las partes existe
el conflicto; si no lo existe por lo general el
decisor político que establece las normas no
interviene y es permisivo.
El cierre se produjo por un cambio en el
equilibrio del poder dado hasta el momento.
Las presiones externas (provincia y nación)
fueron más fuertes que las internas (los que
15
Primer Ciclo de Conferencias sobre Residuos Sólidos Urbanos
quieren la existencia del basural), por lo tanto
el municipio intervino cerrando el basural.
El supuesto central de este trabajo es que la
mayoría de los basurales se mantienen activos
como resultado de la relación de poder que se
construye. En este trabajo, se modificaron las
relaciones de poder existentes en el basural a
partir de la acción de un grupo del territorio
local.
Indudablemente un cambio en la gestión de
los residuos representa una transición costosa
en términos económicos, políticos y sociales,
teniendo en cuenta que se deben formalizar
estrategias antes no planteadas, mientras se
sostiene el sistema que actualmente se está
llevando adelante. Por lo tanto, se brindaría
financiamiento16 para generar incentivos en
otros sentidos y que de esta forma, funcionarios
políticos, empresas y otros actores se
involucren en desarrollar iniciativas integrales
en relación con la nueva política pública de
recupero y minimización.
Estas transiciones requieren de tiempo pero
estos no son los tiempos de la comunidad ni
los costos que deberán pagar por la afectación
que genera el arrojo indiscriminado de
residuos. Las miradas de los políticos y
funcionarios que apuntan a la limpieza y cierre
de basurales deberían redireccionar sus ojos
hacia experiencias como éstas.
Para diseñar políticas al respecto, es preciso
comprender la existencia de los basurales en
su aspecto integral, atendiendo a todo el ciclo
de los residuos, tanto en la cadena formal
como informal. Sin un planteo de este tipo,
es probable que la cadena de actores ligados
al basural permanezca y se encuentren otros
territorios de posibilidad para establecer
16
Tanto del gobierno nacional y provincial
como de organismos internacionales.
nuevos basurales.
Si bien los marcos legales y las políticas
públicas plantean el valor del residuo, su
minimización y paralelamente la integración
de poblaciones al circuito de gestión del
residuo sólo queda en los aspectos formal.
En la decisión y ejecución de las políticas
conviven diversos paradigmas de trabajo y
que suelen dar como resultado el beneficio
de intereses de unos pocos con mayor peso
político y económico.
6.
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Santiago.
* Graduada en Ciencias de la Comunicación
Social en la Universidad de Buenos Aires
y Magíster en Administración y Políticas
Públicas en la Universidad de San Andrés.
Candidata al Doctorado en Ciencias Sociales.
Investigadora del Área Sociedad Civil y
Desarrollo Social del CEDES - Centro de
Estudios de Estado y Sociedad. Asesora para el
Plan Integral de la Cuenca Matanza Riachuelo
de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo
Sustentable de la Nación. Ex becaria doctoral
del CONICET. Recientemente ha publicado
“El circuito informal de los residuos. Los
basurales a cielo abierto”, Espacio Editorial,
2009.
17
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