Poder Judicial de la Nación

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Causa n? 317/99-“MESURACO, Alberto y otros s/Inf. arts. 210,
248 y 174 del C.P.”
Juzg. Fed. Mercedes - Sec. 2
Sala II-Reg. n?
Poder Judicial de
la Nación
///Martín,
de agosto de 2000.
VISTOS Y CONSIDERANDO:
Para dictar sentencia en los autos caratulados:
“Mesuraco, Alberto y otros s/inf. art. 210, 248 y 174 del
C.P.” del registro de la Secretaría Penal N? 4;
El Dr. Horacio Enrique PRACK dijo:
I.- Del trámite del recurso:
a) Los autos han llegado a la consideración de este
Tribunal, a fin de analizar exclusivamente la situación
procesal de David Luque, a cuyo respecto la Sala I de esta
Cámara anulara parcialmente su propia sentencia dictada a fs.
5339/5380 por las motivaciones volcadas en el decisorio
adoptado a fs. 5389/5390vta. En consecuencia, el alcance de
la
presente
estará
limitado
a
la
consideración
de
los
recursos interpuestos por el Ministerio Público Fiscal y por
la defensa, en orden al antes mentado David Luque en relación
a los sucesos y en virtud de la significación jurídica que se
ha de precisar en los apartados que siguen.
b) Es necesario recordar, de todos modos, que
-1-
mediante la sentencia dictada a fs. 4966/5131vta., punto
dispositivo II, el magistrado de grado condenó a David Luque
a cumplir la pena de tres años y cuatro meses de prisión,
inhabilitación perpetua para desempeñar cargos públicos e
inhabilitación
absoluta
por
el
término
de
ocho
años,
accesorias legales y costas, como partícipe necesario del
delito de defraudación por administración infiel en perjuicio
de una administración pública (hecho N? 2), coautor del delito
de negociaciones incompatibles con el ejercicio de funciones
públicas, reiterado en seis oportunidades (hechos N? 1, 3, 5,
6, 7 y 13) y partícipe necesario en el delito de defraudación
por administración infiel en perjuicio de una administración
pública en concurso ideal con el delito de negociaciones
incompatibles con el ejercicio de funciones públicas -este
último en carácter de coautor- reiterado en dos oportunidades
(hechos N? 14 y 15); todos ellos a su vez en concurso real
(arts. 29, ap. 3?, 45, 54, 55, 56, 173, inc. 7?, 174, inc. 5?
y último párrafo, y 265, 1? párrafo del Código Penal).
En la misma sentencia, merced a lo decidido en el
-2-
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punto dispositivo VI del fallo el colega de la instancia
anterior
absolvió
a
Luque
en
orden
al
delito
de
administración fraudulenta en perjuicio de una administración
pública, reiterado en seis oportunidades (hechos 4, 8, 9, 10,
11 y 12) y el de asociación ilícita (hecho 26), sin costas.
Contra el decisorio de marras apelaron el encausado
David Luque (fs. 5141), su letrado defensor (fs. 5142) y el
representante del Ministerio Público (fs. 5132).
En la oportunidad prevista por el artículo 519 del
Código de Procedimientos en Materia Penal, el señor fiscal de
cámara mantuvo el recurso de apelación interpuesto por su
inferior jerárquico y expresó los agravios que se incorporan
en la pieza corriente a fs. 5166/5245. Solicitó que se
condenara a David Luque como coautor penalmente responsable
del delito de asociación ilícita; administración infiel en
perjuicio de una administración pública reiterada (2 hechos);
administración infiel en perjuicio de una administración
pública en concurso ideal con negociaciones incompatibles con
el ejercicio de funciones públicas reiterada (2 hechos) y
-3-
negociaciones incompatibles con el ejercicio de funciones
públicas reiterada (10 hechos). También consideró que Luque
resultó partícipe necesario del delito de falsificación de
documentos públicos reiterado (13 hechos) en concurso ideal
con
falsificación
de
documentos
privados
reiterado
(6
hechos); todos los cuales concurren realmente entre sí, y en
forma
ideal
con
incumplimiento
de
los
deberes
de
un
funcionario público; propuso, en definitiva, que se impusiera
la
pena
de
cuatro
años
y
ocho
inhabilitación
absoluta
por
el
inhabilitación
especial
perpetua
meses
término
para
de
de
prisión,
diez
ejercer
años,
cargos
o
empleos públicos, accesorias legales y costas.
c) Merced al ya mentado decisorio adoptado a fs.
5339/5380, la Sala I de este Tribunal declaró la nulidad
parcial de la acusación de fs. 3227/57, en lo referente a la
falsificación
ideológica
de
documentos
públicos
y
falsificación de documentos privados, cometidos en forma
reiterada y, en consecuencia, absolvió a David Luque en orden
a los delitos mencionados (-Art. 509 del C.P.M.P.-, punto
dispositivo V). Asimismo, dispuso, revocar parcialmente los
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puntos dispositivos II, VI, y IV de la sentencia de origen,
imponiendo al nombrado la pena de tres años y ocho meses de
prisión,
inhabilitación
perpetua
para
desempeñar
cargos
públicos e inhabilitación absoluta por el término de ocho
años, accesorias legales y costas, por considerarlo coautor
penalmente responsable de los delitos de asociación ilícita
(hecho N? 26) y negociaciones incompatibles con el ejercicio
de funciones públicas, reiterado (hechos N? 1, 3, 4, 5, 6, 7,
8, 11, 12 y 13); y partícipe necesario en el delito de
administración fraudulenta en perjuicio de la administración
pública (hecho N?
2) y de administración fraudulenta en
perjuicio de una administración pública, en concurso ideal
con negociaciones incompatibles -este último en carácter de
coautor- reiterado en dos oportunidades (hechos N ?14 y 15);
todos los cuales concurren realmente entre sí, y en forma
ideal con el delito de incumplimiento de los deberes de
funcionario
público.
Asimismo,
absolvió
al
nombrado
en
relación al hecho N? 9 (arts. 12, 29 inc. 3?, 45, 54, 55, 56,
-5-
174 inc. 5? en función del 173 inc. 7?, 174, último apartado,
210, primer apartado, 248 y 265, primer apartado del C.P.;
punto dispositivo VII, apartado “d” de la aludida sentencia
de fs. 5339/5380).
Tras haber dictado la aludida resolución, conforme
se indicara al inicio del presente, la Sala I advirtió que
durante
la
tramitación
del
respectivo
recurso
se
había
omitido dar debida intervención a la defensa del procesado
David Luque a los fines del artículo 519 del C.P.M.P., como
consecuencia de lo cual, declaró la nulidad parcial de su
propio pronunciamiento, en relación a los hechos por los
cuales
Luque
resultara
condenado
en
esa
instancia,
disponiendo el consecuente envío de las actuaciones a esta
Sala para que se dictase un nuevo pronunciamiento (resolución
adoptada a fs. 5389/5390vta.).
d) Corrido que fue el traslado pertinente en la
ocasión prevista por el Art. 519 del C.P.M.P., el Defensor
Oficial de la Cámara, Dr. Aníbal J. L. Gilardenghi expresó
los agravios expuestos en el memorial de fs. 5417/5431vta.
Sostuvo, en esencia, que el acotado margen de
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manejo y decisión que desarrollaba su asistido Luque dentro
de una división que se hallaba a cargo del coencausado
Eduardo Oscar Ferrín, sumado a la presencia esporádica de su
ahijado procesal en la Colonia Montes de Oca en razón de
haber sido designado para cumplir funciones en la Comisión
Normalizadora de la Asociación Mutual del Personal de la
Salud Pública, habilitaba a sostener el descargo sobre la
falta de conocimiento de la finalidad ilícita que pudieron
haber
tenido
los
restantes
imputados
respecto
de
las
maniobras investigadas. Aceptó que, a lo sumo, su asistido
podría haber merecido una imputación en los términos del art.
262 del Código Penal en virtud de una conducta negligente de
Luque.
Por otra parte, el representante de la Defensa
Oficial argumentó que durante el trámite de la causa no se
habían evaluado en debida forma las concretas razones que
llevaron a Luque a confeccionar el manuscrito incautado en su
domicilio en la diligencia de fs. 550/1, que sirviera de base
para la resolución condenatoria dispuesta por el sentenciante
-7-
de la instancia anterior.
Consecuentemente,
solicitó
el
rechazo
de
la
pretensión fiscal de fs. 5166/5245, en relación a delitos de
falsificación de documentos e incumplimiento de los deberes
de
funcionario
público
atendiendo
a
las
genéricas
e
indeterminadas atribuciones de reproche penal que señala en
su
presentación.
Por
otra
lado,
en
relación
al
ilícito
tipificado en el art. 210 del Código Penal argumentó que las
concordantes
conformaban
declaraciones
un
cuadro
efectuadas
probatorio
que
por
no
los
imputados
se
encuentra
desvirtuado por las declaraciones testimoniales que citó el
agente fiscal, lo cual impedía arribar a la certeza demandada
por todo fallo condenatorio para reprocharle la comisión del
ilícito en cuestión a su pupilo. Asimismo, señaló que el
magistrado de grado había omitido valorar las rectificaciones
prestadas por su asistido a fs. 4566/4573vta., 4574/4577vta.
y 4185/vta. (careo mantenido con Ferrín), respectivamente,
que
justificaban
prevalencia
de
las
las
razones
mencionadas
de
en
su
discordancia
último
término.
y
la
A
lo
apuntado, agregó que el hecho singular de haber mantenido en
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su domicilio particular los manuscritos secuestrados a pesar
de tener conocimiento de la detención del ex Director de la
Colonia -Dr. Sánchez- demostraba la total inocencia de su
ahijado
procesal
respecto
de
los
hechos
materia
de
investigación; a lo que se adunaba la circunstancia de que
los proveedores del mencionado establecimiento asistencial
negaron que se les hubiere requerido comisión alguna, tanto
por
parte
de
los
funcionarios
del
mismo
como
por
la
intervención de interpósita persona. Por último, peticionó
que
se
declarase
la
inconstitucionalidad
de
las
inhabilitaciones impuestas a su pupilo, con fundamento en las
articulaciones volcadas en el capítulo III del memorial (fs.
5427vta.).
Agregada
que
fue
la
mentada
defensa,
una
vez
revocado el auto de fs. 5464, la causa quedó en condiciones
de recibir pronunciamiento definitivo en la instancia.
II.- De los hechos objeto de juzgamiento y su significación jurídica
a) Ha sido reiteradamente dicho a lo largo de las
-9-
actuaciones que la investigación de autos comenzó el 28 de
enero de 1992, con la denuncia formulada por el entonces
interventor de la Colonia Montes de Oca, Alejandro Roque L.
Lanfranchi, al poner en conocimiento del titular del Juzgado
Federal de Mercedes de presuntas irregularidades detectadas
en
el
trámite
de
diversos
expedientes
administrativos
referidos a contrataciones directas y licitaciones públicas
llevadas
a
cabo
para
el
aprovisionamiento
de
distintos
insumos del organismo, durante los últimos tres meses del año
1991.
Puede indicarse, en rasgos generales, que merced al
acuerdo
previo
entre
funcionarios
de
la
Colonia
y
representantes de determinadas empresas, se alteraban las
contrataciones
directas
y
las
licitaciones
mediante
la
simulación de invitaciones para concursar precios, de suerte
de favorecer a la firma adjudicataria que en todos los casos
registraba la cotización más baja. Así pues, mediante la
ejecución de un trámite aparentemente legal impreso a las
distintas contrataciones directas, se encubría la realización
de la maniobra antes descripta, favoreciéndose irregularmente
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los intereses propios de los funcionarios que participaban en
los diversos segmentos de la tramitación, así como también
los
de
los
titulares
de
las
empresas
que
resultarían
adjudicadas, siendo que, en algunos casos, se asumía una
obligación abusiva a cargo del establecimiento adquirente.
b) Tal como se señalara, la Sala I del Tribunal
dictó sentencia condenatoria respeto de los coencausados
Alberto Héctor Mesuraco, Emilio Adolfo Bellido, Eduardo Oscar
Ferrín y Jorge Luis Bellagamba. La decisión en ese aspecto
quedó firme por consentimiento de las partes y abarcó los
sucesos vinculados con el delito de asociación ilícita (hecho
N?
26)
y
con
los
expedientes
administrativos
1-2020-
4107000971/91-3 (hecho N? 1); 1-2020-4107000429/91-4 (hecho
N?
2);
1-2020-4107000974/91-2
(hecho
N?
3);
1-2020-
4107000979/91-4 (hecho N? 4); 1-2020-4107-000988/91-3 (hecho
N?
5);
1-2020-4107000968/91-2
(hecho
N?
6);
1-2020-
4107000973/91-6 (hecho N? 7); 1-2020-4107000952/91-9 (hecho
N? 8); 1-2020-4107000701/91-6 (hecho N? 11); 1-2020-4107-
-11-
001044/91-9 (hecho 12); 1-2020-4107000930/91-5 (hecho N? 13);
1-2020-4107000867/91-1 (hecho N? 14); 1-2020-4107000993/91-7
(hecho N? 15) relativos a las contrataciones directas 67/91,
56/91, 68/91, 73/91, 79/91, 65/91, 69/91, 61/91, lic. pública
21/91, 80/91, 60/91, 57/91 y 77/91, respectivamente.
La circunstancia de que los hechos antes señalados
hayan sido materia de juzgamiento firme por los colegas de la
Sala I del Tribunal, impide en este estadio procesal que se
pueda revisar la materialidad de los hechos que allí se
tuvieron
por
acreditados.
sentido,
que
el
instituto
Es
de
del
caso
señalar,
la
cosa
juzgada
en
ha
tal
sido
invariablemente reconocido por la Corte Suprema de Justicia
de la Nación, como uno de los pilares fundamentales sobre los
que se asienta nuestro régimen constitucional y, por ello,
“...no es susceptible de alteración ni aún por vía de la
invocación
de
leyes
de
orden
estabilidad
de
las
constituyen
un
presupuesto
público,
sentencias,
en
la
ineludible
toda
vez
medida
de
la
que
en
la
que
seguridad
pública, es también exigencia del orden público superior...”
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(JA
1997-II-557,
del
27/12/96;
JA
1997-1997-IV-356,
del
6/5/97, fallos 322:1405). Es que, la estabilidad de las
decisiones jurisdiccionales, en la medida en que constituye
un
presupuesto
ineludible
de
la
seguridad
jurídica,
es
exigencia de orden público y tiene jerarquía constitucional
(C.S.J.N., sept. 18-1990 “Caballero, Ismael y otros”- L.L.
1991 A, pág. 600).
En el mismo sentido de asegurar la inmutabilidad de
las decisiones judiciales, tuvo oportunidad de pronunciarse
la Cámara del Crimen de la Capital Federal (C.N.Crim. y
Correc.,
Sala
16/1/1991),
I,
septiembre
señalando
que
el
13-1990,
E.D.
sobreseimiento
diario
del
definitivo
dictado en relación a los hechos investigados produce efectos
de cosa juzgada material “erga omnnes” (art. 436, parte 1? del
Código de Procedimientos en Materia Penal) por lo que no es
admisible que por idéntico suceso se trate de perseguir a
otras personas.
De igual manera, el citado Tribunal capitalino
había decidido que la persona que es juzgada por hechos
-13-
cometidos junto con otros sobre quienes recayó sentencia con
anterioridad,
no
puede
discutir
al
tiempo
de
su
propio
juzgamiento la existencia material de los hechos, ni su
calificación legal, en tanto no existan circunstancias que
permitan modificar tales conclusiones, teniéndose al respecto
como configurado el instituto de la cosa juzgada (conf.
C.N.Crim. y Correc., Sala IV, octubre 9-1979, “Córdoba,
Manuel H.”, pub. L.L. diario del 5/11/1980). Es éste, por
otra parte el criterio adoptado por esta Sala II en ocasión
de resolver la causa 1619 (916/97) “Testimonios de la causa:
Barrera,
Héctor
Ricardo
y
otros
s/inf.
ley
23737",
del
registro de la Secretaría Penal N? 4 en fecha 13 de junio del
corriente.
Un caso interesante, que auxilia a traer a luz para
la correcta solución del tema “sub examen”, es aquél que
fuera resuelto por la misma Cámara de Buenos Aires (C.N.Crim.
y Correc., Sala IV, agosto 6-1987, in re “Corvalán, Jorge”,
pub. L.L. diario del 29/11/1988, con nota de Miguel Ángel
Madariaga “La ‘reformatio in pejus’ y los alcances de la cosa
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juzgada”) respecto del caso relativo al juzgamiento de un
procesado luego de que hubiera sido resuelta la situación de
quienes habían actuado como coautores o partícipes. Cuando se
da esta hipótesis -señala el Dr. Madariaga en la nota citadala doctrina es virtualmente unánime en excluir al obstáculo
de la cosa juzgada en cuanto a los copartícipes no incluidos
en
la
primera
sentencia,
por
la
inexistencia
de
“litis
consorcio” necesario en el proceso penal. Claro que tal
exclusión no es absoluta porque también hace una importante
distinción en lo atinente al hecho constitutivo de la causa
de la pretensión punitiva: a) si con posterioridad a la
primera sentencia se incorporan nuevas pruebas que permitan
considerarlo de diferente manera respecto de la calificación,
del grado, o de las circunstancias atenuantes o agravantes,
desaparece el impedimento para arribar a distinto encuadre
penal en la nueva decisión, en base a la valoración de los
nuevos elementos de juicio, inclusive complementándolos con
los
primigenios;
b)
si
la
apuntada
circunstancia
no
se
produce y la segunda sentencia debe fundarse en los mismos
-15-
elementos de comprobación ya valorados en la primera, si el
tribunal originario tenía legitimación para seleccionar una
calificación más grave, aunque se lo hubiese impedido la
reformatio in pejus, adquiere primacía la concepción unitaria
de
la
sentencia
primitiva,
cuyas
motivaciones
y
fallo
integran un solo contexto integral a los fines de la “cosa
juzgada”.
De
articulista-,
no
es
aceptarse
decir
la
este
criterio
hipótesis
-concluye
desarrollada
en
el
el
apartado b) del párrafo anterior, no solamente se produciría
un
verdadero
escándalo
jurídico,
derivado
de
distintas
decisiones del mismo Tribunal con sustento en los mismos
presupuestos fácticos, sino que se conculcaría simultáneamente la equidad que debe presidir todo pronunciamiento
definitivo cuando son varias las personas juzgadas.
Y como el caso “sub examen” no ha registrado la
incorporación
de
nuevos
elementos
de
juicio
capaces
de
alterar la materialidad de los sucesos ni la significación
jurídica que a ellos le ha sido atribuida en la sentencia
dictada por la Sala I de este mismo Tribunal, se debe atender
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a lo ya decidido en el aspecto que ha sido expuesto en los
párrafos
antecedentes.
Sin
perjuicio
de
lo
hasta
aquí
expuesto, es del caso señalar que se comparten en un todo,
los
elementos
calificación
de
legal
juicio
valorados
discernida
por
los
para
adoptar
colegas
de
la
este
Tribunal respecto de los hechos materia de tratamiento y a
cuyos conceptos me remito para no repetir expresiones que ya
han sido correcta y largamente desarrolladas a lo largo de la
sentencia recaída a fs. 5339/80. Incluso aquélla relativa al
delito
de
incumplimiento
de
los
deberes
de
funcionario
público, observada por el Defensor de Cámara a fs. 5417,
atento el modo concursal ideal que lo une al resto de las
figuras penales aplicables al caso.
En cuanto atañe al suceso identificado como hecho
N? 9 (expediente administrativo N? 1-2020-4107000622/91-9),
cabe puntualizar que no corresponde pronunciamiento alguno en
virtud del alcance que toca otorgar a la nulidad dispuesta
por la Sala I del Tribunal (fs. 5389/90vta.) y la falta de
agravio
-17-
anunciada
a
este
respecto
en
el
decisorio
en
cuestión.
Sentado cuanto precede, corresponde analizar ahora
la
eventual
intervención
que
le
pudo
haber
cabido
al
encausado de autos en la perpetración de los hechos cuya
materialidad debe tenerse por debidamente comprobada conforme
se detallara precedentemente. Rigen la prueba los arts. 207,
305, 306, 316, 317, 319, a contrario, 321, 346, 357, 358 y
concordantes del Código de Procedimientos en Materia Penal.
III.- Participación y responsabilidad penal
a) Hecho N? 1 (expediente administrativo 1-20204107000971/91-3, contratación directa 67/91),
hecho N?
3
(expediente administrativo 1-2020-4107000974/91-2, contratación directa 68/91), hecho N? 5 (expediente administrativo 12020-4107-000988/91-3, contratación directa 79/91), hecho N?
6 (1-2020-4107000968/91-2, contratación directa 65/91), hecho
N? 7 (1-2020-4107000973/91-6, contratación directa 69/91),
hecho N? 13 (expediente administrativo 1-2020-4107000930/91-5,
contratación
-18-
directa
60/91),
hecho
N?
14
(expediente
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administrativo 1-2020-4107000867/91-1, contratación directa
57/91) y
hecho N?
15
(expediente
administrativo
1-2020-
4107000993/91-7, contratación directa 77/91).
A fin de evaluar la situación procesal de David
Luque respecto de los hechos identificados en el epígrafe
cuyo contenido fáctico fuera descripto en los capítulos
anteriores, corresponde evocar someramente la función que
cumplía el nombrado dentro de la administración contable de
la
Colonia
Montes
de
Oca.
Es
así
que
David
Luque
se
desempeñaba junto con Eduardo Oscar Ferrín dentro de la
División
de
Compras,
ostentando
el
cargo
de
Analista
Principal, y rubricando en ausencia del titular del sector
(el mismo Ferrín) las actuaciones que lo así lo requerían.
La sección en trato -según los dichos del propio
Luque, conf. fs. 634/40- se encargaba de confeccionar el
pliego de condiciones, cursar las invitaciones a las empresas
del
rubro,
anoticiar
Proveedores
de
apertura
ofertas
-19-
de
del
Estado
y
procedimiento
(U.A.P.E.),
diseñar
un
de
Unión
de
acta
de
comparativo
de
elaborar
cuadro
la
el
precios.
Y
en
tales
condiciones,
corresponde
tener
por
debida y suficientemente acreditado que el ya juzgado Ferrín
en colaboración con Luque y por medio de nóminas fraguadas de
empresas oferentes, simularon haber invitado a participar en
las
licitaciones
a
varias
firmas;
así
como
también
que
falsearon la constancia de comunicación a la Unión Argentina
de Proveedores de Estado (U.A.P.E.) para que pretendidamente
difundiera entre sus asociados la instrumentación de tales
contrataciones.
Si
bien
en
su
descargo
material,
David
Luque
refirió que el cargo de analista principal que ocupaba no lo
habilitaba para estar en condiciones de participar en los
hechos endilgados, lo cierto es que en numerosas ocasiones
actuó como reemplazante natural del director de compras
Ferrín y que, en función de su cargo, mantenía un fluido y
permanente contacto con las empresas que se presentaban tanto
a
las
licitaciones
públicas,
como
a
las
contrataciones
directas (cf. fs. 634/40).
Por
-20-
otro
lado,
cabe
destacar
que
durante
el
Causa n? 317/99-“MESURACO, Alberto y otros s/Inf. arts. 210,
248 y 174 del C.P.”
Juzg. Fed. Mercedes - Sec. 2
Sala II-Reg. n?
Poder Judicial de
la Nación
registro judicial perfeccionado a fs. 550/51, se incautó en
poder de Luque una nómina de dos hojas manuscritas donde
figura el listado de las empresas que a la postre resultaron
adjudicatarias de las contrataciones que, de seguido, habrán
de analizarse. Es importante destacar que en esa lista se
consignaban las órdenes de compra emitidas a favor de cada
una
de
las
empresas
y,
debajo
de
las
respectivas
denominaciones sociales, se estamparon números o anotaciones
referidos a porcentajes o cifras indudablemente vinculadas
con
los
beneficios
que
se
obtendrían
de
las
conductas
ilícitas motivo de juzgamiento.
En lo que respecta al contenido de los referidos
papeles Luque manifestó, en un primer momento, que en ellos
se habían anotado los porcentajes que se pensaba cobrar a las
empresas adjudicatarias a modo de comisión; circunstancia que
era conocida por Mesuraco, Ferrín y Bustamante (fs. 634/40).
Aclaró luego Luque, en una declaración posterior, que creía
que esas comisiones no se habían llegado a cobrar y que no le
constaba que se hubiesen pedido (fs. 2843/46). Posteriormen-
-21-
te,
al
ser
documental,
preguntado
el
una
enjuiciado
vez
adujo
más
sobre
que
el
dicha
prueba
manuscrito
lo
confeccionó a pedido del director Sánchez, porque el nombrado
pretendía que las empresas adjudicadas hicieran una deducción
en
las
facturas
que
la
Colonia
debía
pagarles
por
las
contrataciones donde resultaron favorecidas (conf. careo con
Ferrín mantenido a fs. 4181/86).
En el contexto de las probanzas de la causa, es
claro que el reclamo de inocencia ensayado por Luque, en
cuanto a que era ajeno a las maniobras en estudio, carece del
más mínimo asidero. Ello así pues los elementos arrimados al
proceso
han
participación
permitido
tanto
comprobar
en
los
su
activa
trámites
y
eficiente
licitatorios
ya
mencionados, como en el manuscrito incautado a fs. 550/551,
siendo del caso insistir en el hecho de que su inicial
versión confesoria se condice acabadamente con el resto de
los elementos de juicio arrimados al proceso.
Tan es ello así que la explicación ulterior de
Luque cuando pretendió destacar que el valor de descuento
para sustentar un supuesto abaratamiento de los costos (fs.
-22-
Causa n? 317/99-“MESURACO, Alberto y otros s/Inf. arts. 210,
248 y 174 del C.P.”
Juzg. Fed. Mercedes - Sec. 2
Sala II-Reg. n?
Poder Judicial de
la Nación
4566 y 4574), no resiste el menor análisis ya que la simple
comparación entre el monto total de emisión de la orden de
compra consignado en el listado de referencia y las numerosas
órdenes
glosadas
demuestra
que
en
en
los
los
expedientes
valores
finales
administrativos,
adjudicados
no
se
efectuó ningún descuento, quita o modificación alguna de los
montos establecidos originariamente. Amén de que, por otra
parte, Luque incumplió la carga probatoria impuesta por el
Art. 319, segundo párrafo del Código de Procedimientos en
Materia Penal aplicable al caso, a fin de considerar viable
y atendible la retractación que pretendió hacer valer su
letrado defensor en esta instancia de alzada.
El acotado margen de poder de decisión que ejercía
Luque dentro de la División de Compras ha sido también
alegado por la defensa como fundamento remisorio a favor de
su pupilo. El planteo debe ser descartado por su propia
inconsistencia ya que Luque cumplió un papel trascendente en
la
etapa
precontractual
de
los
expedientes,
tanto
licitatorios como de contratación directa, al haber asumido
-23-
la
tarea
de
dar
a
publicidad
los
procedimientos
de
la
contratación y en tal cometido, según sus propios dichos, era
el reemplazante natural de Ferrín. Es claro también, conforme
se
acreditó
en
el
legajo,
que
Luque
cursó
numerosas
invitaciones junto a Ferrín a empresas seleccionadas a su
propio arbitrio o bien que eran discrecionalmente elegidas,
perjudicando de tal suerte al patrimonio del Estado Nacional,
al
atentar
contra
la
transparencia
que
debía
regir
la
convocatoria dirigida a los proveedores del organismo que
representaba.
A mayor abundancia de argumentos, no es ocioso
precisar que la participación del encausado en las maniobras
objeto de análisis, se desprende también de las declaraciones
de los propios titulares de las empresas que figuran en la
nómina
de
invitadas,
quienes
refirieron
no
haber
sido
participados a intervenir en la contratación de que se trató
en cada caso, tal como se aprecia sin mayor esfuerzo del
oportuno cotejo al tenor de los testimonios glosados a fs.
2695/6, 2955/6, 1005/7vta., 1046/52, 1083/7vta., 2746/7vta.,
2750/vta., 2841/2vta., 2955/6vta., entre otros de similar
-24-
Causa n? 317/99-“MESURACO, Alberto y otros s/Inf. arts. 210,
248 y 174 del C.P.”
Juzg. Fed. Mercedes - Sec. 2
Sala II-Reg. n?
Poder Judicial de
la Nación
entidad.
Es necesario hacer mérito, igualmente, del informe
obrante
a
fs.
4145/4149
confeccionado
por
la
Unión
de
Proveedores de Estado, cuyo representante legal hizo saber
que dicha corporación no había recibido comunicación alguna
para
la
difusión
de
las
contrataciones
directas
aquí
tratadas, a pesar de haberse hecho constar tal extremo en los
expedientes administrativos (fs. 976/7, 982, 1330 y 2331).
Por otro lado, de la lectura de los expedientes
administrativos reservados en Secretaría se desprende que en
varias de las contrataciones efectuadas se daba intervención
a empresas respecto de las cuales el hoy condenado Jorge Luis
Bellagamba poseía en su domicilio formularios y/o sellos
utilizados para falsear las ofertas y contrataciones de
distintos expedientes licitatorios (fs. 957/8, contrataciones
directas N? 67/91, 56/91 y 65/91).
Dicho
elemento
de
cargo
cobra
mayor
fuerza
probatoria en la medida en que se condice plenamente con el
resultado del estudio pericial incorporado a fs. 1425/9,
-25-
realizado sobre la máquina de escribir, formularios y sellos
incautados en poder de Bellagamba, en cuanto concluye que
varios de los presupuestos incorporados a las contrataciones
directas 14/91, 60/91, 67/91, 69/91, 57/91, 77/91, 65/91,
79/91 fueron confeccionados por una misma y única máquina de
escribir.
Además, el estudio concluyó en que algunas de las
ofertas pretendidamente presentadas por las empresas eran una
mera reproducción fotostática, amén de que los elementos
selladores secuestrados fueron usados para los estampados
aclaratorios
que
rezan:
“Distribuidora
Ariel”,
“Cirbel
Insumos S.R.L. (Gerente)”, “Distribuidora Ariel S.R.L. (Socio
Gerente)”, “Cirugía S y F (Federico Paparella Remedios 3360
T.E. 611-1217)”, “Emed (Alejandro D. Felli)” y “Cirugía
Almafuerte
S.R.L.
(Gerente)”,
los
que
figuran
en
los
formularios agregados en las distintas contrataciones (ver
allanamiento documentado a fs. 957/8).
Por último, no debe perderse de vista que en todas
las contrataciones donde presentaron ofertas las empresas de
Bellagamba (“Cirugía Bellagamba” y “Proim S.A.”) o la de su
-26-
Causa n? 317/99-“MESURACO, Alberto y otros s/Inf. arts. 210,
248 y 174 del C.P.”
Juzg. Fed. Mercedes - Sec. 2
Sala II-Reg. n?
Poder Judicial de
la Nación
hijo (“Cirbel Insumos”), invariablemente resultaron adjudicadas
en
forma
documentos
total
según
pertinentes
se
que
aprecia
se
al
comparar
adjuntaron
los
en
las
contrataciones directas 67/91, 56/91, 79/91, 65/91, 69/91,
57/91,
60/91
y
77/91.
Tal
extremo
evidencia
que
para
perpetrar las aludidas maniobras, Bellagamba debió recurrir
indefectiblemente al acuerdo previo con los acusados Ferrín
y Luque, lo que se colige a partir de constatar la sugestiva
circunstancia de que en los legajos administrativos para la
adjudicación
de
elementos
de
la
más
variada
índole,
se
invitaban o incorporaban presupuestos de las mismas empresas.
Los elementos de cargo antes citados, oportunamente
arrimados al proceso, convocan la indudable responsabilidad
criminal
del
enjuiciado
David
Luque,
más
aún
cuando
su
personal intervención en los expedientes administrativos de
marras ha quedado demostrada mediante la imposición de su
propia rúbrica en la nómina de invitados (hecho 5), en el
encabezamiento del pliego de condiciones (hechos 1 y 6), en
el acta de apertura de ofertas (hechos 1, 2, 6, 7, 8 y 13) y
-27-
en el cuadro comparativo de precios (hecho 2). A ello debe
agregarse el contenido del ya mentado manuscrito incautado en
su domicilio, donde constan las empresas adjudicadas con los
porcentajes que se pretendía requerirles, lo cual refuerza el
serio plexo cargoso reunido en su contra y lleva a confirmar
sin hesitación alguna que Luque conoció a ciencia cierta la
naturaleza de las maniobras en estudio y la ilicitud que ello
traía aparejado, poniendo asimismo de manifiesto su voluntad
de actuar conforme a tal conocimiento.
Dentro de dicho plexo probatorio, toca señalar que
si bien de los expedientes relativos a los hechos identificados con los N? 3 y 14 no se registró la existencia de rúbrica
ninguna atribuible al procesado Luque en los respectivos
legajos administrativos, ello no es óbice para suponer y, en
definitiva, afirmar, su directa y personal intervención en
ellos. Tal conclusión se funda, por una parte, en su probada
participación en otros hechos de idéntica factura y con los
mismos protagonistas; y, por otra, porque debe recurrirse
nuevamente al manuscrito secuestrado en poder de Luque, de
innegable
-28-
contenido
incriminatorio,
donde
figuran
las
Causa n? 317/99-“MESURACO, Alberto y otros s/Inf. arts. 210,
248 y 174 del C.P.”
Juzg. Fed. Mercedes - Sec. 2
Sala II-Reg. n?
Poder Judicial de
la Nación
enunciadas empresas que resultaron adjudicadas, en sendas
contrataciones y con sus respectivos porcentajes.
En tal entendimiento, atendiendo a las modalidades
de cada caso en concreto, considero que el encartado deberá
responder por los hechos N? 1, 3, 5, 6, 7, 13, 14 y 15 a
título de coautor y por los restantes acontecimientos en
calidad de partícipe necesario, conforme la intervención que
le cupo en cada uno de ellos.
b) Hecho N? 4 (expediente administrativo N ? 1-20204107000979/91-4, contratación directa N ? 73/91), hecho N? 8
(expediente administrativo N ? 1-2020-4107000952/91-9, contratación directa N? 61/91), hecho N? 11 (expediente administrativo N? 1-2020-4107000701/91-6, licitación pública N ? 23/91)
y
hecho
N?
12
(expediente
administrativo
1-2020-4107-
001044/91-9, contratación directa N ? 80/21).
En relación a los sucesos “supra” mencionados,
entiendo
que
también
corresponde
reprochar
a
Luque
la
responsabilidad en los sucesos antes mentados, teniendo en
-29-
consideración que mediante la sentencia de fs. 5339/80 quedó
acreditado que merced a las contrataciones directas N? 73/91,
61/91,
80/91
y
la
licitación
pública
23/91,
se
quiso
favorecer a las empresas adjudicatarias (“Orel S.A.” -en las
dos primeras- y “Balaguer y Cía. S.R.L.” y “Juan Carlos
Salvi” en las dos restantes, respectivamente).
Lo sostenido encuentra respaldo probatorio en el
hecho de que la Unión de Proveedores de Estado no fue
debidamente anoticiada de las licitaciones convocadas -a
excepción de la N? 23/91- (fs. 4145/49) y en la ineficacia o
bien en la inexistencia de invitaciones a ofertar para las
distintas
contrataciones,
denominados
hechos
N?
tal
11
como
(fs.
aconteciera
14/22
del
en
los
expediente
administrativo), hecho N? 4 (informe policial de fs. 2321),
hecho N? 8 (fs. 1330/vta.) y hecho N? 12 (fs. 2695/6, 2955/6,
2698/9, 982 y 1005).
A diferencia de lo que pudo ser comprobado en las
restantes
contrataciones,
en
los
sucesos
que
ahora
se
analizan no surge que Luque hubiera tomado intervención en
-30-
Causa n? 317/99-“MESURACO, Alberto y otros s/Inf. arts. 210,
248 y 174 del C.P.”
Juzg. Fed. Mercedes - Sec. 2
Sala II-Reg. n?
Poder Judicial de
la Nación
los expedientes administrativos, salvo el caso referido al
hecho N? 8 donde se aprecia su firma impuesta en el acta de
apertura de ofertas. De todas formas, la ausencia de marras
no impide endilgarle responsabilidad por tales eventos, en la
medida en que el aporte esencial que Luque prestó en las
aludidas contrataciones, cobra virtual comprobación a partir
de la lectura del listado incautado en su domicilio y donde
figuran
enunciadas
las
distintas
empresas
fementidamente
favorecidas. En cuanto atañe a la explicación que otorgara
Luque al momento de exponer en declaración indagatoria,
corresponde hacer un puntual reenvío a lo que ya se señalara
en el apartado respectivo (vid. cap. III, ap. A).
En definitiva, estimo que los elementos de cargo
reseñados precedentemente han permitido acreditar, por un
lado, la existencia de una maniobra encubierta tendiente a
favorecer a determinadas empresas conforme la resolución de
la Sala I del Tribunal en el antecedente citado y, por otro,
el profundo y acabado conocimiento que tuvo el encausado
Luque del mecanismo llevado a cabo en el seno de la División
-31-
de Contrataciones de la Colonia Montes de Oca, al igual que
su voluntad dirigida a ese fin, de donde se desprende sin
hesitación alguna el juicio de reproche que toca formular a
su respecto, en orden a los sucesos identificados con los N?
4, 8, 11 y 12 por los que deberá responder en carácter de
coautor.
c) Hecho N? 26 (Asociación ilícita)
También cabe reprochar a David Luque su personal y
directa intervención en el delito de asociación ilícita por
el que resultaran ya condenados sus consortes de causa Emilio
Adolfo Bellido, Héctor Alberto Mesuraco, Eduardo Oscar Ferrín
y Jorge Luis Bellagamba en función de la descripción típica
del Art. 210 del Código Penal, adoptada por los colegas de la
Sala I en la recordada sentencia de fs. 5339/5380.
En el caso de Luque, ya se ha dicho que su calidad
de analista principal de la División Contrataciones, lo
colocó en una situación esencial -junto con Ferrín- para
integrar el círculo delictivo completado en los distintos
hechos analizados en la causa. Ya desde el dictamen fiscal
-32-
Causa n? 317/99-“MESURACO, Alberto y otros s/Inf. arts. 210,
248 y 174 del C.P.”
Juzg. Fed. Mercedes - Sec. 2
Sala II-Reg. n?
Poder Judicial de
la Nación
incorporado en los folios 2803 y siguientes de esta causa, se
describió
con
detalle
y
loable
pulcritud
los
elementos
constitutivos de la figura que nos ocupa, aspectos que fueron
luego
reiterados
en
el
libelo
del
Ministerio
Público
corriente a fs. 5166, en especial, las fojas 5234/5239vta. y
recibidos
más
antecedente
tarde
de
fs.
5367vta./5370;
de
5339,
conformidad
por
específicamente
fundamentos
a
los
cuales
la
sentencia
en
los
folios
me
remito
por
compartirlos en su totalidad y a fin de no incurrir en
ociosas repeticiones. Cabe agregar, sin embargo, que las
observaciones formuladas en este aspecto por el esforzado
defensor de esta alzada respecto de los testimonios prestados
por Arabolaza y Lattaro recibieron oportuna respuesta en el
voto
del
vocal
modificaciones
preopinante
de
los
(fs.
respectivos
5369),
siendo
aportes
que
las
testimoniales
recibidos durante la etapa plenaria de las actuaciones no
alteran en nada el contenido inicial de las imputaciones
oportunamente
formuladas,
en
la
medida
en
que
tales
primigenios señalamientos han coincidido a la perfección con
-33-
el
resto
de
las
probanzas
documentales
y
testimoniales
glosadas en la causa.
IV.- Síntesis
En definitiva, considero que el enjuiciado David
Luque deberá responder como coautor penalmente responsable de
los
delitos
incompatibles
de
asociación
con
el
ilícita
ejercicio
de
y
negociaciones
funciones
públicas,
reiterado (hechos N? 1, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 11, 12, 13 y 26);
y
partícipe
necesario
en
el
delito
de
administración
fraudulenta en perjuicio de una administración pública (hecho
N? 2) y de administración fraudulenta en perjuicio de una
administración pública, en concurso ideal con negociaciones
incompatibles -este último en carácter de coautor- reiterado
en dos oportunidades (hechos N? 14 y 15); todos los cuales
concurren realmente entre sí, y en forma ideal con el delito
de incumplimiento de los deberes de funcionario público
(Arts. 45, 54, 55, 174 inc. 5?, en función del 173, inc. 7?,
174, último apartado, 210, primer párrafo, 248 y 265, primer
apartado, todos del Código Penal).
-34-
Causa n? 317/99-“MESURACO, Alberto y otros s/Inf. arts. 210,
248 y 174 del C.P.”
Juzg. Fed. Mercedes - Sec. 2
Sala II-Reg. n?
Poder Judicial de
la Nación
V.- Individualización de la pena e Inconstitucionalidad
a) Con el objeto de graduar la pena que estimo debe
ser impuesta al encausado Luque, valoro la naturaleza de los
delitos y las circunstancias de tiempo y modo de su comisión,
su condición de empleado estatal, la falta de antecedentes
penales informados a su respecto, el buen concepto vecinal
que registra y el tiempo transcurrido desde el inicio de
estos
obrados;
que
le
fue
otorgado
el
derecho
de
la
excarcelación hace más de cuatro años (17 de agosto de 1994,
fs. 36 de su incidente de excarcelación) y, en fin, las demás
circunstancias de ponderación sugeridas por el Art. 41 del
Código Penal.
Por ello, en virtud del grado de responsabilidad
funcional que ejercía David Luque dentro de la estructura
administrativa de la Colonia Montes de Oca, propongo a mis
apreciados colegas que se condene a David Luque a cumplir la
pena de tres años y ocho meses de prisión, inhabilitación
especial
-35-
perpetua
para
ejercer
cargos
públicos
e
inhabilitación
absoluta
por
el
término
de
ocho
años,
accesorias legales y costas (Arts. 12 y 29, inc. 3? del Código
Penal).
b) Es necesario dar respuesta al señor Defensor
Oficial
de
esta
alzada
en
torno
del
reclamo
de
inconstitucionalidad propiciado en su libelo de fs. 5417 (ap.
III, fs. 5427vta.) en relación con la pena de inhabilitación
absoluta e inhabilitación perpetua que pudiera ser dispuesta
en autos.
El funcionario del Ministerio Público de la Defensa
señaló que las mentadas penas de inhabilitación resultarían
contrarias
a
las
previsiones
del
Derecho
Internacional
incorporadas en nuestra Constitución (Art. 75, inc. 22) a
través
del
“Pacto
Internacional
de
Derechos
Civiles
y
Políticos”, de la “Convención contra la Tortura y otros
tratos
o
penas
crueles,
inhumanos
o
degradantes”
y
la
“Convención Americana de Derechos Humanos”.
La puntual observación de las convenciones y el
pacto citados precedentemente permite advertir que no existe
mención alguna respecto de las penas de inhabilitación, sean
-36-
Causa n? 317/99-“MESURACO, Alberto y otros s/Inf. arts. 210,
248 y 174 del C.P.”
Juzg. Fed. Mercedes - Sec. 2
Sala II-Reg. n?
Poder Judicial de
la Nación
éstas absolutas o especiales, temporales o perpetuas.
En efecto, el art. 5, inc. 2? de la Convención
Americana
garantiza
la
integridad
personal
de
los
beneficiarios al señalar que nadie será sometido a torturas
ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes. A su
vez, cuando la misma Convención legisla sobre la protección
de la honra o la dignidad de las personas (Art. 11, inc. 2?)
postula que nadie puede ser objeto de injerencia arbitraria
o abusiva en su vida privada, en la de su familia, en su
domicilio o en su correspondencia, ni de ataque ilegal a su
honra o reputación. Al tiempo que en el Art. 32 de la misma
Convención se establece que los derechos de cada persona
estarán limitados por los derechos de los demás, por la
seguridad de todos y por las justas exigencias del bien
común, en una sociedad democrática.
La breve reseña así efectuada, permite apreciar que
la pena de inhabilitación prevista en el Código Penal para
sancionar a un funcionario público juzgado mediante el debido
proceso legal, no puede tenerse por arbitraria, abusiva,
-37-
cruel, inhumana o degradante ni, por ello, contraria a las
previsiones de los pactos incorporados en la Constitución
Nacional en la reforma de 1994. El caso debe ser considerado
dentro de los parámetros razonables de la retribución penal
a cargo del Estado cuando, según acontece en el sub examen,
se pretende impedir que quien ha sido hallado culpable de un
delito al que se le atribuye cierta gravedad (pena privativa
de libertad por más de tres años) sea privado del ejercicio
de ciertos derechos, tal como se contempla en las accesorias
legales previstas en el art. 12 del Código Penal. Con más
razón cuando el condenado a determinados delitos revistió al
tiempo
de
su
ocurrencia,
una
calidad
o
cargo
especial
(empleado público) o disponía de un permiso fundado en su
capacitación
previa
(médico
o
conductor
de
automotor),
supuesto en el que la norma pretende evitar, con idéntico
contenido
de
razonabilidad,
que
vuelva
a
cumplir
las
funciones o a desempeñar las calidades habilitantes por un
cierto
período
preestablecido
al
haberse
demostrado
su
incapacidad funcional, ya por un desempeño doloso o culposo.
Tan
-38-
no
resulta
arbitraria
o
irrazonable
la
Causa n? 317/99-“MESURACO, Alberto y otros s/Inf. arts. 210,
248 y 174 del C.P.”
Juzg. Fed. Mercedes - Sec. 2
Sala II-Reg. n?
Poder Judicial de
la Nación
previsión
legal
que
la
propia
normativa
que
impone
la
inhabilitación, tiene previsto un sistema de rehabilitación
para que, superado cierto lapso, el condenado pueda recuperar
el uso y goce de los derechos que le fueron retaceados por la
condena de que se trate.
Por lo demás, si bien la Corte Suprema de Justicia
de la Nación ha sostenido reiteradamente que es factible
evaluar
la
arbitrariedad
y
la
irrazonabilidad
de
las
decisiones del Poder Legislativo, a efectos de impugnarlas
como
inconstitucionales
(Fallos
112:63;
118:278;
150:89;
181:264; 257:127; 261:409; y 264:416) ha requerido siempre
que la procedencia de un recurso de extrema gravedad y
trascendencia
institucional
estuviera
sustentado
en
la
comprobación de una irrazonabilidad o iniquidad manifiestas
(Fallos 150:89; 171:348; 199:483; 200:450; 247:121; 249:252;
250:418; 256:241; 263:460 y 302:456). La cuestión traída por
el esforzado defensor no permite, en manera alguna, atribuir
a las penas de inhabilitación previstas en las normas que se
tienen por aplicables al caso, la condición de irrazonables,
-39-
arbitrarias o de una iniquidad manifiestas. Por el contrario,
tanto las penas privativas de la libertad previstas para el
caso, como las inhabilitaciones de que se trata, resultan
sanciones proporcionales a la gravedad de los delitos que se
tiene por cometidos y al bien jurídico objeto de tutela, en
los términos en que se pronunciara la Corte Suprema de los
Estados Unidos in re “Solem vs. Helm” 463 U.S. 277, 77 L ed.
2d. 637, y que fuera citado en C.S.J.N. “Martínez, José A.”
del 6 de junio de 1989, publ. L.L. diario del 17/XII/1990,
pág. 6).
De
expuestos,
tal
suerte
propicio
inconstitucionalidad
y
que
por
los
se
rechace
articulado
a
fundamentos
fs.
el
que
dejo
reclamo
5427vta.
de
por
el
Defensor Oficial de esta alzada y que, en definitiva, se
condene a David Luque a cumplir la pena de tres años y ocho
meses
de
prisión,
inhabilitación
especial
perpetua
para
ejercer cargos públicos e inhabilitación absoluta por el
término de ocho años, por considerarlo coautor penalmente
responsable
de
los
delitos
de
asociación
ilícita
y
negociaciones incompatibles con el ejercicio de funciones
-40-
Causa n? 317/99-“MESURACO, Alberto y otros s/Inf. arts. 210,
248 y 174 del C.P.”
Juzg. Fed. Mercedes - Sec. 2
Sala II-Reg. n?
Poder Judicial de
la Nación
públicas, reiterado (hechos N? 1, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 11, 12,
13
y
26);
y
partícipe
necesario
en
el
delito
de
administración fraudulenta en perjuicio de una administración
pública (hecho N?
2) y de administración fraudulenta en
perjuicio de una administración pública, en concurso ideal
con negociaciones incompatibles -este último en carácter de
coautor- reiterado en dos oportunidades (hechos N? 14 y 15);
todos los cuales concurren realmente entre sí, y en forma
ideal con el delito de incumplimiento de los deberes de
funcionario público, con accesorias legales y costas de ambas
instancias (Arts. 12, 29 inc. 3?, 45, 54, 55, 174 inc. 5?, en
función del 173 inc. 7?, 174, último apartado, 210, primer
párrafo, 248 y 265, primer apartado, todos del Código Penal).
El
magistrado
de
la
instancia
anterior
deberá
practicar el respectivo cómputo del cumplimiento de la pena
y realizar las comunicaciones pertinentes.
Así voto.
Los Dres. Daniel Mario RUDI y Alberto MANSUR por
-41-
análogas razones adhieren al voto precedente.
Por todo lo expuesto, el Tribunal RESUELVE:
I. REVOCAR PARCIALMENTE el punto dispositivo II de
la sentencia dictada a fs. 4966/5131 y, en consecuencia,
CONDENAR a David LUQUE a la pena de TRES AÑOS Y OCHO MESES DE
PRISIÓN,
INHABILITACIÓN
PERPETUA
para
desempeñar
cargos
públicos e INHABILITACIÓN ABSOLUTA por el término de OCHO
AÑOS, accesorias legales y costas de ambas instancias, por
considerarlo coautor penalmente responsable de los delitos de
asociación
ilícita
y
negociaciones
incompatibles
con
el
ejercicio de funciones públicas, reiterado (hechos N? 1, 3,
4, 5, 6, 7, 8, 11, 12 y 13); y partícipe necesario en el
delito de administración fraudulenta en perjuicio de una
administración
pública
(hecho
N?
2)
y
de
administración
fraudulenta en perjuicio de una administración pública, en
concurso ideal con negociaciones incompatibles -este último
en carácter de coautor- reiterado en 2 oportunidades (hechos
N? 14 y 15), todos los cuales concurren realmente entre sí,
y en forma ideal con el delito de incumplimiento de los
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Causa n? 317/99-“MESURACO, Alberto y otros s/Inf. arts. 210,
248 y 174 del C.P.”
Juzg. Fed. Mercedes - Sec. 2
Sala II-Reg. n?
Poder Judicial de
la Nación
deberes de funcionario público (Arts. 12, 29 inc. 3?, 45, 54,
55, 174 inc. 5?, en función del 173, inc. 7?, 174, último
apartado, 210, 1? párrafo, 248 y 265, primer apartado, todos
del Código Penal).
II. RECHAZAR el reclamo de inconstitucionalidad
propiciado por el señor defensor oficial a fs. 5427vta. en
relación con la pena de inhabilitación dispuesta en autos.
TÓMESE RAZÓN, NOTIFÍQUESE Y DEVUÉLVASE a su origen,
con la recomendación anotada en el último párrafo del voto
emitido en primer término.-
Reg.n?:62/00
Firmantes: Dres. Mansur-Prack -Rudi
Sec.Act.: Dr. de Guzmán (sec.pen.4)
Fecha:10/8/00
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