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Diálogos con…
Verónica
Casado
Vicente.
Vicepresidenta del Consejo Nacional de
Especialidades en Ciencias de la Salud
(CNECS) y presidenta de la Comisión
Nacional de Medicina de Familia.
Médico de familia en el Centro de Salud
Universitario de Parquesol, en Valladolid y
profesora asociada de la Facultad de
Medicina. Nacida el 23 de Marzo de 1959
en Reims (Marne), en la región de
Champagne, en Francia.
Cursó sus estudios de Medicina, de 1976 a
1982, en la Facultad de Medicina de
Valladolid, Inicia en 1983 el MIR en
Medicina Familiar y Comunitaria en la
Unidad Docente de Valladolid. Lee su tesis
doctoral en 1987. Siendo R2 constituye
con otras 17 personas (residentes y
jóvenes médicos de familia) la sociedad
castellana y leonesa de Medicina Familiar
y Comunitaria, federada a semFYC.
Además de docencia, asistencia e
investigación, ha ocupado cargos en
gestión y planificación como directora
gerente de Atención Primaria y
subdirectora general de Planificación
sanitaria del Ministerio de Sanidad y
Consumo. A nivel internacional ha sido
Presidenta del Secretariado Europeo de
prácticas de Salud Comunitaria hasta
2005, asesor temporal de la OMS y
experto internacional de Eurosocial (Unión
Europea) en formación de profesionales
para la Atención Primaria de Salud.
Autora de múltiples publicaciones, es
además miembro del Consejo Editor y de
los comités científicos de 7 revistas de
Atención
Primaria
.Ha
sido
la
Coordinadora del grupo editorial y de
redacción del programa de la especialidad
de Medicina Familiar y Comunitaria (BOE
3 de mayo de 2005) , y como
Vicepresidenta del Consejo Nacional de
Especialidades en Ciencias de la Salud
(marzo 2007) ha sido responsable del
grupo de trabajo de Troncalidad y del
grupo de Áreas de Capacitación específica
del Consejo en las Especialidades Médicas.
En los últimos 2 años, aparte de
compaginar asistencia y docencia de
grado y residentes, ha colaborado
estrechamente con Eurosocial (Unión
Europea) y desarrollando diversos
proyectos
internacionales
de
colaboración, con documentos y asistencia
directa en Brasil y Uruguay. Es, en la
actualidad, la Vicepresidenta del Consejo
Nacional de Especialidades en Ciencias de
la Salud (CNECS) y la presidenta de la
Comisión Nacional de Medicina Familiar y
Comunitaria.
¿Por qué médico general?
Durante la carrera fui alumna interno del
servicio de Radiología del Hospital Clínico
Universitario de Valladolid. Y, como está
claro que uno ama lo que conoce, quería
hacer radiología en el mismo servicio. En
aquellos momentos el MIR era muy
selectivo. Creo que nos presentamos 20000
personas para 1800 plazas y 5 números
antes que yo, la plaza deseada fue elegida
por otro compañero; entonces pensé en la
segunda opción que había barajado, que
era esa especialidad nueva que nadie sabía
muy bien de qué iba y cuyo futuro era
absolutamente desconocido, con sus
primeras promociones encerradas y
manifestándose. Así me incorporé a la
Cátedra UPF-SEMG-Grünenthal de Medicina de Familia y Economía de la Salud
quinta promoción de especialistas en
Medicina Familiar y Comunitaria. La
radiología estaba más inspirada por una
tutora, magnifica docente (Dra. Rosario
Esteban y actualmente una gran amiga)
que por la especialidad en sí, que me
gustaba mucho, pero que me hacía echar
de menos el contacto con las personas. Por
eso, mi segunda alternativa fue ésta,
porque me atraía la cercanía con el
paciente y el potencial de utilidad para la
salud de las personas que yo vislumbraba
en esta especialidad. Además, me parecía
un reto extraordinario que, partiendo de la
medicina general (nuestro tronco y origen)
se llegara a definir un cuerpo doctrinal, con
sus competencias y sus delimitaciones y
que este precisara de una formación
específica, que ya llevaba en desarrollo en
Europa y en EEUU varios años. Lo que sí sé
ahora es que sería un millón de veces
médico de familia, porque no creo que
haya nada tan extraordinariamente
apasionante que ejercer la medicina de
familia, por su amplitud, por su dificultad,
por su importancia social, por su impacto y
porque, más que una especialidad, una
disciplina académica y una profesión, es
una filosofía no sólo de entender la
medicina sino también de entender la vida.
Su esencia está cargada de valores que
comparto y defiendo.
Para nuestros lectores, que también
vienen del campo de la economía,
explíquenos los objetivos primordiales de
la Comisión Nacional de la Especialidad de
Medicina Familiar y Comunitaria.
Desde la constitución oficial del MIR en
1978 se crean las estructuras docentes que
lo desarrollan, y entre ellas las comisiones
nacionales (CN), que son comisiones
asesoras de los Ministerios de Sanidad y
Educación. Así, en el momento actual hay
47 especialidades médicas y por lo tanto
hay 47 comisiones nacionales. La LOPS, en
2003, reformó su composición, de tal
manera que todas las CN están constituidas
por 4 representantes de las Comunidades
Autónomas,
2
representantes
del
Ministerio de Educación, un representante
de la OMC, dos representantes de las
Sociedades científicas más representativas
del sector y dos representantes de los
residentes que son elegidos por ellos
mismos. Todos los representantes forman
parte de la estructura docente, es decir,
son tutores, técnicos de salud, residentes o
Jefes de estudio de las Unidades Docentes.
Nuestras
funciones
reglamentarias,
recogidas en la Ley, son la elaboración del
programa formativo de la especialidad, el
establecimiento de los criterios de
evaluación de los especialistas en
formación, el establecimiento de los
criterios para la evaluación en el supuesto
de nueva especialización, la propuesta de
creación de áreas de capacitación
específica, el establecimiento de criterios
para la evaluación de unidades docentes y
formativas, el informe sobre programas y
criterios relativos a la formación
continuada
de
los
profesionales,
especialmente los que se refieran a la
acreditación y la acreditación avanzada de
profesionales en áreas funcionales
específicas dentro del campo de la
especialidad, la participación en el diseño
de los planes integrales dentro del ámbito
de la correspondiente especialidad y las
que se señalan expresamente en esta ley o
se determinen en las disposiciones
reglamentarias dictadas en su desarrollo.
Nuestros objetivos generales para el 20112015 son:
- Mejorar la calidad y la relevancia
de la especialidad de Medicina
Familiar y Comunitaria.
- Mejorar la calidad y cohesión de la
formación
especializada
en
Medicina Familiar y Comunitaria en
todo el territorio nacional.
- Potenciar el desarrollo de aspectos
específicos de la Medicina Familiar
y Comunitaria en todo el trayecto
formativo
médico:
grado,
formación especializada troncal,
formación especializada propia y
de otras especialidades en ciencias
Cátedra UPF-SEMG-Grünenthal de Medicina de Familia y Economía de la Salud
de la salud, áreas de capacitación y
de desarrollo profesional y
formación continuada.
- Favorecer la calidad de la
formación troncal y la formación
multiprofesional
de
Atención
Familiar y Comunitaria y la
formación de las Áreas de
capacitación y su coordinación con
la formación especializada en
Medicina Familiar y Comunitaria.
Nuestros objetivos específicos son
- Favorecer el desarrollo del
programa de la especialidad y la
implantación
del
libro
del
especialista en formación.
- Favorecer la coordinación con toda
la estructura docente, la acción
coordinada de las diferentes
Unidades Docentes en el desarrollo
docente de la Medicina Familiar y
Comunitaria y la coordinación con
el
Consejo
Nacional
de
Especialidades
y
con otras
especialidades.
- Mejorar la formación en Medicina
Familiar y Comunitaria para otras
especialidades en Ciencias de la
salud.
- Favorecer el desarrollo de la
formación troncal y la coordinación
de
estructuras
y
procesos
docentes.
- Favorecer el desarrollo de la
formación multiprofesional de
Atención Familiar y Comunitaria y
la coordinación de estructuras y
procesos docentes.
- Favorecer el desarrollo de la áreas
de capacitación especificas desde
la MFyC
En un reciente estudio, los estudiantes de
medicina otorgaron poco valor a la
especialidad de medicina de familia,
considerándola monótona, no tecnológica
y sin desafío intelectual. ¿Qué se puede
hacer desde la Comisión Nacional de la
Especialidad para paliar este descrédito?
Creo que debemos hacer un análisis de
todos los datos que tenemos y no sólo de
los negativos. En los datos preliminares de
un amplio estudio en el que estoy
participando y que dirige el Dr. Martin
Zurro en 20 facultades, con 5311 alumnos
encuestados, se extraen los siguientes
datos: El 88.1% de los alumnos considera
que hay motivos suficientes para justificar
un aprendizaje teórico-práctico obligatorio
en medicina de familia durante la carrera,
el 93.6% considera que la medicina familiar
deber ser obligatoria, el 92.75% considera
que contribuye a la mejora de la atención
de salud, que debe darse de forma
integrada en los contenidos de las
asignaturas relacionadas y como asignatura
especifica y que debe ser impartida por
médicos de familia. Los apartados en los
que los alumnos consideran que sus
aportaciones serían mayores son en
Comunicación /relación médico-paciente
(94.5%), prevención y promoción de la
salud 92.14% atención clínica de los
problemas más frecuentes (93.86%) y
atención a lo largo de la vida (91.06%).
Consideran que la función social es
imprescindible (90.48%) y, sin embargo,
que su prestigio científico es bajo (18% la
consideran como de elevado prestigio y el
16,37 % opina que goza de un estatus
similar al de otras especialidades médicas).
Ante esto, la pregunta es cómo valorizar la
Medicina de Familia. Tiene valor intrínseco
por su utilidad demostrada por las
evidencias científicas y, sin embargo, su
valor
extrínseco,
es
decir,
el
reconocimiento por la profesión y el
Cátedra UPF-SEMG-Grünenthal de Medicina de Familia y Economía de la Salud
prestigio académico,
entredicho.
está
más
en
En el año 2005 la Comisión Nacional de
Medicina Familiar y Comunitaria (MFyC)
realizó un estudio mediante grupos
nominales, en los que los informadores clave
fueron la totalidad de coordinadores de las
93 Unidades docentes de Medicina Familiar
y Comunitaria, sobre problemas detectados
en los recién licenciados que se incorporan
el Unidades Docentes de MFyC. En este
estudio se detecta que los recién licenciados
se manejan muy mal en medicina de familia
y se considera que se debe a que:
- no hay continuum entre formación
de grado y la formación
especializada en MFyC,
- los recién licenciados acumulan
muchos
conocimientos
muy
específicos,
tienen
pocos
conocimientos
genéricos
o
esenciales y sus conocimientos son
reducidos sobre los problemas más
prevalentes y generales y sobre la
medicina preventiva clínica,
- no se manejan bien con habilidades
y actitudes claves en la competencia
profesional,
- su vocación refleja lo que han visto y
a lo que han sido expuestos y
- tienen poco grado de autonomía
para el aprendizaje autodirigido por
la tradicional metodología docente
empleada en el grado, en la que el
profesor habla-muestra y el
estudiante escucha-observa.
Pero estos temas tienen gran envergadura
porque:
- El perfil médico más demandado por el
Sistema sanitario en el momento
actual es el del médico de familia, y en
el futuro deberían suponer más del
50% de los profesionales médicos del
Sistema de Salud e incluso llegar al 60%
si se siguen las Recomendaciones de la
OMS.
- Casi un tercio de la totalidad de oferta
de las plazas MIR es para la Medicina
Familiar y Comunitaria.
-
La función central del sistema sanitario
es la Atención Primaria y su
competencia determina claramente los
niveles de efectividad y eficiencia del
sistema por lo que cual precisa de
profesionales altamente cualificados y
motivados.
A pesar de que la función de la Comisión
nacional, tal como recoge la Ley, se
circunscribe a la formación especializada, lo
cierto es que tanto lo que pasa antes como
lo que pasa después es clave para un
correcto desarrollo de la Medicina Familiar y
Comunitaria como especialidad. Como
Comisión que no tiene capacidad ejecutiva,
sino asesora, se transmiten a los Ministerios
informes y evidencias sobre la necesidad de
que para que la Medicina de familia se
desarrolle como una gran especialidad
precisa ser una disciplina académica nuclear
y una profesión sanitaria prestigiada y
cuidada. Diversos autores han determinado
que los mejores predictores para la
elección de MFyC están vinculados a las
características familiares y personales del
estudiante (sexo, edad, estado civil, origen,
personalidad,
valores, expectativas,
experiencias,) así como las del entorno
docente, es decir a las características
vinculadas con la Facultad y los planes de
estudio: tipo de enseñanza de grado,
proporción de MF en el profesorado de la
FM, existencia de departamentos de MFyC,
prácticas obligatorias en medicina de
familia, experiencias longitudinales de
atención al paciente y características del
proceso de admisión para seleccionar
estudiantes y residentes y a las
percepciones de los alumnos de las
características de la especialidad: Estilo de
vida controlable o no controlable, Ingresos
y Valor social / prestigio académico. Como
afirma López Roig en su trabajo
“Understanding the reputation of and
professional identification with the practice
of family medicine among medical
students: a Spanish case”, para mejorar la
reputación de la Medicina de familia, y su
consideración como opción profesional
atractiva, se ha de estimular su desarrollo
Cátedra UPF-SEMG-Grünenthal de Medicina de Familia y Economía de la Salud
en el ámbito académico, pero también se
han de mejorar las condiciones de su
práctica en el sistema sanitario.
El objetivo de la CN, en tanto su
responsabilidad con la especialidad, es
intentar mejorar las estructuras y los
procesos formativos de la MFyC, pero
también intentar que grado, especialidad y
profesión se desarrollen de manera
acompasada.
“Da la impresión que
tenemos un problema
grave de planificación,
porque hay
especialidades en
déficit y otras en
superávit que no son
absorbidas por el
sistema y llevan a la reespecialización”
¿Cuáles son a su juicio las razones de la
baja cotización de la especialidad de
medicina de familia frente al resto?
Ante esta pregunta debo decir que debe
ser muy aquilatada porque partimos de
una premisa que a priori puede parecer
cierta, pero que en un análisis más
profundo permite observar que a lo mejor
las cosas no son tan claras como
aparentemente parecen. Es decir, la
afirmación de su baja cotización parece
sustentarse en tres pilares: quedan plazas
vacantes, se elige Medicina de familia con
malos números y muchos médicos de
familia vuelven a presentarse al MIR.
A la primera afirmación cabe el análisis de
porqué quedan plazas vacantes. Puede ser
porque no se quiere la Medicina de familia
y esto puede responder a su bajo prestigio
académico (que no social, que es muy
alto), o a que se conoce mal por la baja
exposición durante la carrera, pero
también, y de una manera muy clara,
porque la oferta está mal planificada en
relación a la demanda.
Si en las facultades españolas acaban cada
año 4000 alumnos y se ofertan casi 7000
plazas de formación especializada, existe
una diferencia de 3000, que se cubre con
médicos que vengan desde fuera
(comunitarios y extracomunitarios) o con la
re-especialización. Si estas dos vías
fundamentales
no son suficientes,
quedarán vacantes, y la especialidad que
mayor probabilidad tiene de tener
vacantes es la que más oferta. Y ante esta
situación cabe plantearse la pregunta de
dónde está el error. ¿Es correcto que haya
4000 recién licenciados con notas de más
de 8 para acceder a la carrera si se ofertan
7000 plazas de formación especializada a
los que se puede acceder con puntuaciones
francamente malas? Estas 7000 plazas,
¿son las que necesita el sistema sanitario?
¿Están bien distribuidas por comunidades
autónomas y por especialidades? ¿El
sistema sanitario absorbe laboralmente a
estos especialistas o se ofertan las plazas
para mantener el funcionamiento de los
servicios? Da la impresión que tenemos un
problema grave de planificación, porque
hay especialidades en déficit y otras en
superávit que no son absorbidas por el
sistema y llevan a la re-especialización.
A la segunda afirmación: se elige medicina
de familia con malos números. Es cierto,
pero también con buenos. De hecho en un
estudio realizado hace unos años en la CN
se observaban dos ondas: una primera en
las que había un grupo de aspirantes que
elegían con buenos números y una
segunda onda amplia con peores
resultados. En la primera onda la
exposición a la MFyC en las facultades de
procedencia era significativa frente a la
Cátedra UPF-SEMG-Grünenthal de Medicina de Familia y Economía de la Salud
segunda onda. Asimismo, el tercer día de
elección del MIR (cuando se está entre el
1800-1900 primeras plazas) la MF está
entre la 19-25 más elegida del conjunto de
las 47 especialidades médicas ofertadas. Si
bien es cierto que hay 18 especialidades de
las que se cogieron más plazas entre esas
1858 primeras (sobre todo dermatología,
cirugía plástica, cardiología, pediatría…), no
es menos cierto que 29 especialidades se
eligieron menos veces que Medicina
familiar y comunitaria, muchas de ellas con
larga trayectoria. En algunos casos se
empiezan a elegir mucho después que la
MFyC. Es también cierto que si en vez de
ofertar casi 1900 plazas ofertáramos sólo
300, los números con los que se han
elegido hasta la plaza 300 son muy
superponibles a especialidades de amplio
espectro como la nuestra. Las curvas de
Gauss de esas 300 plazas son peores que
pediatría, similares a psiquiatría y medicina
interna y mejores que en geriatría y
preventiva.
“Es importante
incorporarse a las
Facultades, acreditar
médicos de familia e ir
accediendo a las plazas
de titulares y
catedráticos. Y no por
nosotros, sino por la
salud de la población”
Y en relación a la tercera aseveración,
muchos médicos de familia vuelven a
presentarse al MIR, se puede afirmar que la
precariedad laboral, la baja fidelización, la
escasa
posibilidad
de
movilidad
interterritorial, la voluntad de ampliar
formación, o varias a la vez, pueden llevar
a que muchos médicos de familia en
posesión de un título de especialista
vuelvan a presentarse al MIR para optar a
una segunda especialidad. Pero esto no es
exclusivo de la medicina de familia.
Nuevamente,
nuestra
situación
es
intermedia. Hay 18 especialidades que
recirculan menos, 19 con una tasa del 1520% como nosotros y 10 que recirculan
más (hasta un 60%)
Hace dos años se reunieron las 9 Cátedras
de Medicina Familiar para consensuar
una asignatura y unas prácticas tuteladas
en los centros de salud. ¿Dónde estamos
después de 2 años de recorrido?
Este trabajo conjunto tuvo un triple valor.
Por una parte aunó los esfuerzos de las 9
cátedras de patrocino de Medicina Familiar
y Comunitaria y la Academia de Medicina
familiar y Comunitaria de España (AMFE),
con el respaldo de las 3 Sociedades
científicas y de la Comisión Nacional de la
especialidad; es decir, puso de acuerdo a
toda la profesión de médicos de familia en
la necesidad de la incorporación nuclear
de la Medicina de Familia y Comunitaria,
brindó herramientas a todos los profesores
de medicina de familia de España para que
en sus diferentes facultades pudieran
presentar un documento consensuado y
homogeneizado. Después de este tiempo,
el practicum está en prácticamente todas
las facultades, la asignatura obligatoria en
más de la mitad y la participación como
materia transversal en unas pocas.
Las expectativas para la especialidad que
podíamos ver en los nuevos planes de
estudio (Bolonia) vuelven a defraudar
(Practicum en 6º año, prácticas tuteladas
definidas vagamente y poca visibilidad de
la MFC) a los médicos de primaria. ¿No
era esta la oportunidad?
Era y sigue siendo una gran oportunidad.
Evidentemente nuestra situación dista
mucho de las de los países que nos rodean,
ya que, salvo excepciones como la nuestra
Cátedra UPF-SEMG-Grünenthal de Medicina de Familia y Economía de la Salud
y pocas más, en Europa hay 95
departamentos de Medicina de familia, lo
que significa su presencia mayoritaria en
todas las facultades de Europa, al igual que
en EEUU, dónde hay 100 departamentos
de Medicina de familia llevados por
catedráticos y titulares médicos de familia
y, lo que es más importante, la Medicina
de familia ocupa una posición nuclear y
central en los curricula de muchas de estas
facultades. De cualquier manera, aunque la
situación actual dista mucho de lo ideal, es
un paso y es importante que todos
recojamos el testigo. Es importante que los
médicos de familia interesados en la
docencia de grado se acrediten por la
ANECA y se lo comuniquen a sus
facultades. Ser corredor de fondo,
perseverante y resistente, es la clave para
avanzar en este tema, porque no se puede
poner puertas al mar, ni a la medicina de
familia. Efectivamente, a muchos, y sobre
todo los que llevamos mucho tiempo
invertido en este tema, nos parece muy
poco lo conseguido, pero la puerta está ya
abierta y la necesidad empieza a ser
entendida por todos, y no me refiero sólo a
las facultades, sino entre nosotros mismos,
y eso es muy importante.
“Hay que fidelizar
talentos y no hay nada
que lo haga mejor que
contratos dignos y no
precarios”
Hace relativamente poco, este tema no era
nuestro tema y, actualmente, ya se tiene
claro que es importante incorporarse a las
Facultades, acreditar médicos de familias e
ir accediendo a las plazas de titulares y
catedráticos. Y no por nosotros, sino por la
salud de la población. Son muchas las
evidencias que demuestran el impacto del
médico de familia vocacional, formado y
competente, sobre la salud, y esta
formación debe iniciarse desde el grado y
debe ser impartido sobre el que más sabe
sobre medicina de familia, el médico de
familia. Ya tenemos un médico de familia
acreditado como catedrático por ANECA y
varios como titulares. Su presencia en las
Facultades consolidará la asignatura
obligatoria por una parte, pero facilitará la
colaboración con otras materias en las que
el punto de vista de la medicina de familia
es imprescindible: formación clínica
humana, comunicación, bioética…
Los británicos fueron a buscar médicos a
otros países con buenos niveles de
formación, como el nuestro, y solventaron
el problema. Mientras se ajustan los
numerus clausus, ¿puede España salir a
buscar buenos profesionales o sería mejor
retener
talento
e
incentivar
la
especialidad?
Yo creo que hay que ajustar un poco, pero
poco, los números clausus. Lo que hay que
hacer, sobre todo, es reequilibrar la oferta
de plazas de formación según comunidades
y especialidades y adaptar estas, no a las
necesidades de los servicios sino a las
necesidades de la población. Como he
comentado antes, si se forman 7000
especialistas/año y luego recircula el 20%
por falta de trabajo en su especialidad
tenemos un problema grave de
planificación. Y desde luego hay que
fidelizar talentos y no hay nada que lo haga
mejor que contratos dignos y no precarios.
Si en ese momento todo esto no es
suficiente hay que buscar talentos fuera,
como ha hecho el Reino Unido. Desde
luego, el sistema actual no debe
mantenerse, porque la discrepancia no
sólo deja plazas vacantes, sino que penaliza
a una especialidad en precario en algunas
CCAA, como la nuestra, y hace efecto
llamada de profesionales de fuera (algunos
muy bien preparados, pero otros no tanto).
En estudios realizados por la CN y
atendiendo a la información disponible y a
los estudios de investigación al respecto, la
oferta de plazas MIR debería estar en torno
Cátedra UPF-SEMG-Grünenthal de Medicina de Familia y Economía de la Salud
a las 5400 plazas, con reequilibrio interno
de la oferta, y al menos 2000 plazas para
médicos de familia. Esta cifra parece
ajustarse más a las necesidades del
sistema, obviaría la recirculación, rompería
el efecto llamada y permitiría un punto de
corte más adecuado (percentil 50 en
ediciones anteriores del MIR). Pero esto, es
evidente que obligaría a revisar las
plantillas de algunos servicios.
Amenazas y fortalezas de la Troncalidad.
El sistema de formación especializada a
través de residencia, a lo largo de sus más
de 30 años, ha sido, indudablemente, uno
de los elementos que ha contribuido a
elevar de forma homogénea en todo el
territorio del Estado la calidad asistencial y
la seguridad de los pacientes, situando a
nuestro Sistema Nacional de Salud como
uno de los que ha alcanzado mayores cotas
de calidad en el ámbito de los países más
desarrollados.
Sin embargo, no está exento de
posibilidades de mejora y debe atender a la
necesidad de mejora continua. En España
existen 47 especialidades médicas (35 en el
que más tiene en Europa) y, desde un
punto de vista administrativo, en Europa
sólo 18 especialidades cuentan con
coordinación total (existen en todos los
estados miembros de la EU). El acceso a la
especialidad precisa del paso previo por un
área troncal en los EEUU de Norteamérica
y en la mayoría de los países de la UE.
Todo ello está motivando la incorporación
de cambios en el sistema de formación
sanitaria en ciencias de la salud y, así,
distintos países del entorno europeo están
inmersos en reformas más o menos
profundas de sus sistemas formativos,
tanto en la formación de grado como en la
formación especializada.
La reforma de la formación sanitaria
especializada a través de la troncalidad
pretende dotar al futuro especialista de
una base competencial más amplia que le
permita una mayor versatilidad y
pluralidad en su formación nuclear,
consolidando
y
profundizando
los
conocimientos y habilidades generales
adquiridos durante los estudios de grado y
mediante la adquisición de competencias
específicas del tronco y competencias
transversales comunes que, programadas a
lo largo de toda la formación especializada,
le doten de los valores y las herramientas
inherentes al hecho de ser un profesional
de la salud y practicar la profesión. Y
también de las herramientas de “aprender
a aprender” que posibiliten el aprendizaje
continuado
necesario
para
el
mantenimiento de la competencia a lo
largo de toda la etapa de desarrollo
profesional.
Por ello, en el momento actual se trata de
buscar el equilibrio entre la necesaria
superespecialización
y
un
cuerpo
competencial transversal en las diferentes
especialidades. La filosofía que subyace en
toda la reforma europea y la preconizada
por la Ley de Ordenación de las Profesiones
Sanitarias (LOPS 2003) se orienta hacia una
construcción formativa lógica que apuesta
por el continuum formativo, que parte de
un grado que establece cimientos sólidos,
no sólo de competencias nucleares sobre
formación clínica, sino sobre valores
profesionales y competencias esenciales
de relación médico-paciente, ética, gestión
clínica, capacidad de razonamiento clínico
crítico, actitud reflexiva, comprensión del
modelo clínico de modo integral y el
Cátedra UPF-SEMG-Grünenthal de Medicina de Familia y Economía de la Salud
trabajo en equipo. Sobre esta base debe
construirse la troncalidad, que aborda
competencias transversales, comunes a
varios especialistas, y que debe favorecer
la continuidad asistencial en el itinerario de
cada paciente. Y sobre este tronco, sólido,
construir la especificidad de cada
especialidad.
“La troncalidad
pretende dotar al
futuro especialista de
una base competencial
más amplia que le
permita una mayor
versatilidad y
pluralidad en su
formación nuclear”
Pero este proceso no está exento de
debilidades, amenazas, fortalezas y
oportunidades. El Consejo Nacional de
Especialidades en Ciencias de la salud
valoró las siguientes:
DEBILIDADES
- Resistencia profesional
- Número elevado de especialidades
médicas en España
- Mapas
competenciales
heterogéneos y no suficientemente
definidos
en
múltiples
especialidades médicas
- No todas las especialidades son
susceptibles de ser agrupadas
mediante troncos
- La
delimitación
clásica
de
especialidades
médicas,
quirúrgicas y procedimentales no
es un criterio suficiente para la
agrupación
de
todas
las
especialidades
- Orientación medicalizada de la
troncalidad,
generatriz
de
susceptibilidad
en
otras
profesiones sanitarias
- Complejidad organizativa de la
formación
- Complejidad en los procesos de
acreditación
AMENAZAS
- Ruptura de un buen sistema
formativo
- Introducción de un elemento de
desigualdad interespecialidades
- Posible riesgo de prolongación de
tiempos
de
formación
no
justificada
- Compartimentos estancos de la
formación entre grado, formación
especializada
y
desarrollo
profesional continuo.
FORTALEZAS
- Diversifica la formación, la amplía y
favorece el aprendizaje de la
resolución de los problemas desde
diferentes perspectivas
- Mejora la continuidad de la
atención y la coordinación externa
e interna de los procesos en los
diferentes ámbitos sanitarios y
evita que los pacientes con una
misma enfermedad sean atendidos
simultáneamente
por
varios
especialistas
- Puede favorecer la elección
informada de la especialidad (si no
se elige la especialidad desde el
inicio) y así limitar la solicitud de
cambios de especialidad
- Mejora las perspectivas del
desarrollo profesional
- Resuelve las “luchas” entre
especialidades sobre el abordaje
de problemas “compartidos” y lima
la sensación de intrusismo y, por lo
tanto, favorece la coalición y no la
competitividad
- Adecua el sistema formativo a las
actuales tendencias de empleo y
tecnologías sanitarias
- Adecua el sistema formativo al
itinerario de los pacientes.
- Adecua el sistema formativo a las
actuales
tendencias
de
Cátedra UPF-SEMG-Grünenthal de Medicina de Familia y Economía de la Salud
organización en la prestación de
servicios
- Mejora la formación global del
especialista
- Flexibiliza el sistema formativo
- Favorece la multidisciplinaridad
- Favorece la adaptación del
especialista a diferentes entornos
asistenciales y sociales
OPORTUNIDADES
- Incrementa las posibilidades de
gestión de los recursos humanos
en función de las necesidades
- Permite la adaptación de la
formación a la realidad sociosanitaria y al conocimiento
científico-técnico actual
- Desarrolla el marco legal vigente
- Se alinea con el Espacio Europeo de
Educación Superior
Tres sociedades científicas, ¿son capaces
de ponerse de acuerdo para temas claves
sanitarios? Me refiero a la troncalidad, a
la adecuación de Bolonia a los estudios de
grado donde se explicita la asignatura de
medicina de familia, etc.
Si, lo son, y lo han demostrado. Desde
luego, en el tema de la formación de grado
ha estado muy claro y, en lo relacionado a
la especialidad, en la Comisión hay
personas que pertenecen a diferentes
sociedades y tenemos muy claro que
avanzar juntos es fundamental.
¿Ve posible un congreso nacional que
aúne las 3 sociedades de familia? ¿Y una
única sociedad refundada a partir de las 3
existentes?
Yo creo que cada vez está más cerca esa
casa común de la Medicina de familia.
Desde
luego,
en
colaboraciones
estratégicas es obvio, porque ya se está
haciendo. De cualquier manera, en un
colectivo tan amplio como el nuestro, que
representa casi la mitad de los médicos del
Sistema, que haya diferentes sensibilidades
y valores que han llevado, a través de la
historia, a la existencia de tres Sociedades,
no es extraño. No es infrecuente observar
otras especialidades con muy pocos
profesionales, con tres Sociedades. Lo que
es cierto es que, aunque esto explica la
situación, tiene sus evidentes claroscuros.
“Tras más de 30 años
seguimos contando con
un Sistema sanitario
fuertemente
hospitalocentrista”
Ha
representado
fortalezas
y
oportunidades porque ha permitido
diferentes desarrollos y no un pensamiento
único en lo científico y, sobre todo, en lo
socio-sanitario. Por el contrario, es
evidente que tiene debilidades y amenazas
porque nos diluye y nos hace perder fuerza
antes temas clave como es el exigir que se
cumpla la legalidad vigente, es decir, que la
Atención Primaria sea lo que dice la Ley: la
función central; y para ello debe tener
mayor financiación y poder en la
organización sanitaria. Tras más de 30 años
seguimos contando con un Sistema
sanitario fuertemente hospitalocentrista.
Los problemas históricos van quedando
ahí, en la historia, y los temas candentes
que precisan nuestra unión (financiación
de la atención primaria, papel de la
Atención Primaria en el sistema sanitario y
educativo, valorización de la Atención
primaria, reforma del sistema hospitalario,
etc.) llevan a que esa unión esté cada vez
más cercana.
Cátedra UPF-SEMG-Grünenthal de Medicina de Familia y Economía de la Salud
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