proyecto urbano

Anuncio
 PROYECTO URBANO
San Marcos, Sucre
Mayo de 2011
Primer premio en la Primera Edición del Premio Nacional a la Vivienda de Interés
Social Sostenible (VISS) "Julio Mario Santo Domingo": "Proyecto Urbano en el
Municipio de San Marcos, Sucre", Diego Bermúdez, tesis de grado de
arquitectura, Universidad de Los Andes.
El proyecto ganador de la Primera Edición del Premio Nacional a la Vivienda de
Interés Social (VISS) "Julio Mario Santo Domingo" (Premio VISS) es un proyecto de
vivienda urbana propuesto para el municipio de San Marcos, Sucre. Este municipio
puede catalogarse como la "cabecera" regional de la región de La Mojana que, como
es sabido, cada año se ve fuertemente afectada por inundaciones ocasionadas por el
desbordamiento de los ríos San Jorge, Cauca y Magdalena.
En la foto: Diego Bermúdez, arquitecto Universidad de los Andes, Primer puesto Premio VISS
La formulación del proyecto está basada en tres premisas: que tenga calidad
ambiental y urbanística, que sea técnicamente viable y que sea económicamente
factible. Teniendo en cuenta estos tres aspectos, el proyecto parte de una propuesta
urbanística que se estructura en una trama ortogonal, la cual genera manzanas de
120m x 120m y propone una densidad de 35 viviendas por hectárea.
Los centros de las manzanas son las "semillas para la construcción del proyecto",
pues allí se proyecta un aserrío como inversión inicial. La invitación es a que la
comunidad siembre madera y tenga siempre la material prima de su vivienda a mano.
Allí también se podrán situar talleres donde se enseña cómo construir los humedales
y cómo reciclar y generar cultivos productivos.
En cuanto a la viabilidad técnica, el sistema utilizado para las nuevas viviendas totalmente construidas en madera- es el entramado ligero. Esta es una construcción
sencilla que permite tener muros portantes: sólo se necesita armar el
panel, arriostrarlo en una de las esquinas e izarlo. Una vez los paneles están en su
lugar, cada habitante puede poner elementos para las fachadas, de acuerdo a sus
preferencias estéticas y a los recursos disponibles. Como explica el autor: "El bajo
costo de la vivienda permite que cualquier persona tenga una casa sin fachada. La
fachada será la forma de evolucionar en el tiempo. Para esto se diseñan unos
bastidores que reciben todo tipo de material".
Las casas se levantan 30cm del piso con el fin de ventilar de abajo hacia arriba: el aire
fresco proveniente del suelo se filtra a través de los listones del piso y empuja el aire
caliente hacia arriba. Esta técnica también favorece los procesos de percolación al
casi no interrumpir los procesos normales del suelo.
Para lograr la viabilidad económica, el proyecto identifica tres actores importantes:
gobierno, comunidad y un inversionista privado. El gobierno sería actor clave a través
del otorgamiento de un subsidio en especie: el suelo; el inversionista privado sería
idealmente una industria maderera que "preste" la madera (pino, por ejemplo) para la
construcción de las 1.500 casas del proyecto. El tercer actor, la comunidad,
conformaría una cooperativa que mantiene un cultivo de maderas finas (teca, caoba)
que se utilizarán para pagarle la madera al inversionista. El proyecto calcula que en 20
años se devuelve madera fina al inversionista (quién que prestó el pino durante el
desarrollo el proyecto).
De esta manera todos los actores ganan: los habitantes aprenden a cultivar y al cabo
de 20 años tienen un negocio de madera funcionando y viviendas propias. El
inversionista recupera su inversión y además recibe una rentabilidad, pues prestó
pino para el desarrollo del proyecto y al final del proceso obtiene maderas finas. Por
su parte, el gobierno apoya la creación de comunidades sostenibles y genera cultura,
educación, empleo y empresas comunitarias.
Como explica Diego Bermúdez: "Este proyecto está pensado para que le sea útil a la
población principalmente, pero también es importante que los actores involucrados
en este proyecto se vean beneficiados de una u otra forma".
Fuente: Texto elaborado por el CCCS
Publicado en el Boletín del CCCS de mayo 2011
Descargar