Las "vecindades foranas" - Gobierno

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JUAN CRUZ ALLI ARANGUREN
Profesor Titular de Derecho Administrativo de la UPNA
LAS “VECINDADES FORANAS”
EN EL DERECHO NAVARRO
SUMARIO
I.
INTRODUCCIÓN SOBRE LOS BIENES COMUNALES
1. Una institución propia del Derecho navarro.
2. La naturaleza jurídica de los bienes comunales.
3. El derecho real al aprovechamiento.
II. DE LAS VECINDADES EN GENERAL.
1. Su regulación en el Derecho Histórico.
2. Doctrina de la Diputación durante el siglo XIX.
A) Competencias de la Diputación.
B) Competencia municipal.
C) La vecindad es un derecho personal.
D) Situaciones especiales.
E) Cumplimiento de las cargas.
F) Contenido de los aprovechamientos.
III. DE LAS VECINDADES FORANAS
1. Concepto.
2. Derecho histórico.
A) Fuero General.
B) Novísima Recopilación.
C) Leyes de las Cortes de Navarra.
D) Su derogación por decreto de las Cortes.
3. Doctrina de la Diputación.
A) Sobre su régimen.
B) Competencias de la Diputación.
C) Vigencia del derecho de vecindad.
D) Aprovechamientos.
4. Jurisprudencia.
IV. LA VECINDAD FORANA EN EL FUERO NUEVO
1. Régimen jurídico.
2. Naturaleza jurídica.
A) Comunidad de bienes.
B) Servidumbre.
C) Derecho real de goce.
D) Su naturaleza es de derecho real administrativo.
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JUAN CRUZ ALLI ARANGUREN
I. INTRODUCCIÓN SOBRE LOS BIENES COMUNALES.
1. Una institución propia del Derecho navarro.
El derecho de los vecinos al aprovechamiento de los bienes comunales está reconocido y regulado por el ordenamiento jurídico administrativo. Sin embargo, existe un modo
de aprovechamiento de los bienes comunales desvinculado de la condición de vecino y que,
además, se halla regulada por el Fuero Nuevo o Compilación de Derecho Privado Foral de
Navarra (Ley 1/1973, de 1 de marzo).
El Fuero Nuevo regula en la ley 392 las llamadas “vecindades foranas”, que se encuadran dentro de las “comunidades de bienes y derechos”, junto con otras instituciones peculiares del Derecho histórico navarro como son las “facerías”, los “helechales” y el “dominio
concellar” (Libro III, Título II, Capítulo V). Su carácter de derecho de aprovechamiento sobre
bienes comunales tiene la peculiaridad de que su titular no es un vecino del municipio ejercitando su derecho vecinal, sino un vecino “forano”, con vecindad en otro municipio, que la ha
obtenido “por título administrativo”, con “naturaleza civil y carácter de derecho real” (Ley
392, 1º). Tales vecindades siguen vigentes con posibilidad de redención por los municipios,
mediante el pago de su valor, así como el derecho de tanteo y retracto en beneficio del común
en caso de enajenación, sin que puedan constituirse en lo sucesivo (Ley 392, 2º, 3º y 4º).
De acuerdo con el maestro NIETO “es claro que sólo la historia podrá darnos la clave
de su esencia”, de modo que a través del método histórico podamos “recorrer un camino que
nos lleve a la inteligencia de una institución que es, por descontado, una institución jurídica,
para desde allí desarrollar su estudio jurídico y global”1.
2. La naturaleza jurídica de los bienes comunales.
El debate histórico sobre la naturaleza jurídica de los bienes comunales fue zanjado por
el art. 132.1 CE al atribuirles el mismo régimen jurídico que a los bienes de dominio público.
De tal modo que, aun teniendo una denominación diferenciada, forman parte de la misma categoría siendo equiparables a los bienes demaniales y no a los patrimoniales. El art. 79.2 de la
Ley de Bases de Régimen Local profundizó en la equiparación al diferenciar los bienes de las
Entidades locales en “bienes de dominio público o patrimoniales”, añadiendo en el apartado 3
referido a los bienes de dominio público: “Tienen la consideración de comunales aquellos cuyo
aprovechamiento corresponde al común de los vecinos”. Por su parte el Reglamento de Bienes
(RD 1372/1986, de 13 de junio) mantiene en su art. 2.1 las categorías de domino público y
patrimoniales añadiendo: “Tienen la consideración de comunales aquellos bienes que siendo
de dominio público, su aprovechamiento corresponde al común de los vecinos” (Art. 2.3).
La consideración de los bienes comunales como bienes de dominio privado tuvo origen civilista y se ha basado en el hecho de que al no incluirlos el art. 344 del Código Civil
entre los bienes de uso público fueron tenidos por bienes patrimoniales sometidos al derecho
privado y con una relación de naturaleza civil. Por ello en la categoría de los bienes patrimoniales se incluían los bienes de propios y los bienes comunales. Dentro de la doctrina es
citado VALVERDE como el primer autor que lo apoya: “En estos bienes (los patrimoniales)
la Provincia y el Municipio son considerados como particulares y las relaciones jurídicas que
mantienen son las mismas que las que pueden tener los particulares con sus propiedades”.2
1. A. NIETO: Bienes comunales, Madrid, 1964, p. 10.
2. Citado por FERNÁNDEZ DE VELASCO, R.: Sobre la naturaleza jurídica de los bienes comunales, Revista de Derecho Privado, 174, 1928, p. 66.
ESTUDIOS
En la misma línea SÁNCHEZ ROMÁN criticó al Código por no diferenciar dentro de los
bienes patrimoniales entre los bienes de propios y los comunales categorías que entendió
subsistentes y sometidas al derecho privado3.
Esta valoración fue también compartida por algunos de los administrativistas históricos como POSADA4. ROYO VILLANOVA incluyó a los bienes comunales dentro de los
bienes de propiedad privada porque su fin es “la utilidad particular de los vecinos”5.
FERNÁNDEZ DE VELASCO, siguiendo a VALVERDE, afirmó que los bienes comunales
“constituyen una variedad de los que el Código Civil llama patrimoniales; son por lo tanto
privados y pueden perderse por prescripción y enajenarse libremente por quien represente la
comunidad”6.
JORDANA DE POZAS propuso sacar el patrimonio comunal de “un derecho privado romanista y hostil a todas las instituciones que se basan en la comunidad de dominio y de
aprovechamiento”7. Esta opinión fue apoyada por FERNÁNDEZ DE VELASCO, quien rectificó su postura anterior “que hoy me parece absolutamente inaceptable”, para afirmar que
se traba de bienes de derecho público con el régimen de los bienes de dominio público 8. Por
su parte ALVAREZ GENDÍN sostuvo la necesidad de “rectificar la Ley de Régimen Local
y el Reglamento de Bienes de las Entidades Locales y en la clasificación de los bienes de
dominio público incluir a los comunales, siendo únicamente patrimoniales los llamados de
propios”9. Será BALLBÉ quien establecerá que la determinación del concepto de un bien
está en el régimen jurídico que los regula, de modo que ni la titularidad ni el destino son los
determinantes de la dominialidad sino “el sometimiento a un régimen de Derecho público,
condición sine qua non de la dominialidad”10.
La concepción existente en el Derecho navarro se hallaba en la línea del régimen de
derecho privado del patrimonio comunal cuya “enajenación, permuta y gravamen” era posible conforme a los artículos 366 y 368 del Reglamento de Administración Municipal de
Navarra (RAMN). En un estadio normativo diferente y menos evolucionado que el común
no se establecían las categorías de bienes citadas, sino un uso diferenciado del “patrimonio
comunal” que no transformaba ni su naturaleza ni su régimen jurídico: “no experimentarán
cambio alguno en su naturaleza y tratamiento jurídico, cualquiera que sea la forma en que se
lleve a cabo su disfrute, por los procedimientos reglamentarios vigentes o que en lo sucesivo se establezcan” (Art. 360.5º RAMN)11. No obstante, el propio RAMN reconocía la existencia de ingresos procedentes “de los bienes llamados de propios” (Art. 392) que incluía los
“bienes, efectos públicos, capitales o derechos que por cualquier concepto pertenezcan al
Municipio o Concejo...” (Art. 396).
El Fuero Nuevo al regular los bienes en su título III dijo que “son bienes de propiedad privada los que se hallan en el patrimonio de las personas particulares, individuales o
3. SÁNCHEZ ROMÁN, F.: Estudios de Derecho Civil, II, Madrid, 1911, p. 526.
4. POSADA, A.: Tratado de Derecho Administrativo, II, 1898, pp. 430 y 431.
5. ROYO VILLANOVA, A.: Principios de Derecho Administrativo, II, 1901, p. 12.
6. FERNÁNDEZ DE VELASCO, R.. Resumen de Derecho Administrativo y de Ciencia de la Administración,
II, 1922, pp. 309 y 310.
7. JORDANA DE POZAS, L.: Derecho Municipal, 1924, p. 218.
8. FERNÁNDEZ DE VELASCO, R.: Sobre...cit., pp. 67 y 68.
9. ALVAREZ GENDÍN, S.: El dominio público, Barcelona, 1955, p. 209.
10. BALLBÉ, M.: Concepto del dominio público, Barcelona, 1945, p. 55.
11. Tal redacción fue introducida por acuerdo del Consejo Foral Administrativo de 29 de diciembre de 1959
(BON 20-1-1960) que trataba de dejar claro “que la forma de disfrute de los bienes comunales de los Ayuntamientos, Concejos y Entidades Administrativas de Navarra, no influye en la determinación de su naturaleza y consiguiente tratamiento jurídico. Sin embargo, en algún caso se ha pretendido discutir sobre este extremo y no obstante
haber sido reconocido en definitiva el principio foral, conviene dejar constancia en un precepto claro y terminante,
consecuencia inmediata de disposiciones más generales del régimen privativo de Navarra”. Se estaba refiriendo a
una cuestión de competencia entre la Diputación y la Audiencia Territorial que había sido resuelta por Decreto de
la Jefatura del Estado 1854/1959, de 22 de octubre (BOE 28-10-1959, pp. 13.735-13.738).
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jurídicas, así como los “bienes de propios” pertenecientes al Estado o a las Corporaciones
reconocidas por las Leyes 42 y 43”. Por el contrario, “son bienes públicos los comunales y
los que pertenezcan al común de los vecinos, así como los del Estado o de otras
Corporaciones públicas no comprendidos en el párrafo anterior” (Ley 346.2º). La clasificación se vincula a la titularidad manteniendo la categoría de los comunales en la misma línea
que el RAMN, aunque introduciendo la variable de los bienes “que pertenezcan al común de
los vecinos”, sin que, además de la titularidad, haya diferencias por la afectación y el régimen jurídico. Esta inicial adscripción al régimen de derecho privado es la que posibilitaba
“enajenar, permutar y gravar bienes del patrimonio comunal” (Art. 366 RAMN), la “cesión
temporal o definitiva de terrenos”, las “ocupaciones y explotaciones” o “cualquier otro beneficio similar que sea factible” (Art. 368). Además, El artículo 4 de la L.F. 6/1986, de 28 de
mayo, se remitía a las normas del Derecho privado foral como fuente reguladora supletoria
de la misma ley para las instituciones de los apartados 2º y 3º de la Ley 43 (D.A. 2ª.2).
La evolución anteriormente expuesta de la regulación en régimen común llegó muy
tardíamente al Derecho navarro. Hasta la Ley Foral 6/1986, de 23 de mayo, sobre bienes
comunales, no se atribuye a los comunales el carácter de bienes “inalienables, imprecriptibles e inembargables y no estarán sujetos a tributo alguno. No experimentarán cambio alguno en su naturaleza y tratamiento jurídico cualquiera que sea la forma de disfrute y aprovechamiento de los mismos” (Art. 3). La Ley Foral 6/1990, de 2 de julio, de Administración
Local de Navarra, incorporó la clasificación de los bienes en las categorías de “bienes de
dominio público, bienes comunales y bienes de dominio privado o patrimoniales” (Art.
97.2). Los bienes comunales son “aquellos cuyo aprovechamiento y disfrute corresponde al
común de los vecinos” (Art. 98.2). Todo ello de conformidad con lo dispuesto por los artículos 132.1 CE, 79 y 80 de la Ley 7/1985, de 2 de abril. Tales preceptos van a incluir los bienes comunales en la categoría del dominio público por la atribución del mismo régimen jurídico inspirado en los principios de inalienabilidad, imprescriptibilidad, inembargabilidad,
desafectación y no sujeción a tributo alguno12.
3. El derecho real al aprovechamiento.
La vecindad en cuanto calidad de vecino está regulada en su aspecto jurídico-administrativo por la Ley de Bases de Régimen Local 7/1985, de 2 de abril, con las modificaciones introducidas por la Ley 4/1996, de 10 de enero, sobre el Padrón Municipal de habitantes, y por las normas que la desarrollan. Conforme al art. 15 “los inscritos en el Padrón municipal son los vecinos del municipio”, de modo que la “condición de vecino se adquiere en el
mismo momento de su inscripción en el Padrón”
Las “vecindades” como derechos de los vecinos de un Municipio sobre los bienes
comunes han tenido una gran trascendencia en el Derecho navarro histórico hasta el punto
de mantenerse su vigencia en distintas manifestaciones. En el ámbito del Derecho local la
Ley Foral 6/1990, de 2 de julio, de la Administración Local de Navarra, regula en el capítulo II de su Título IV el régimen de los aprovechamientos (arts. 141-176), concreción del
derecho a “acceder a los aprovechamientos comunales, conforme a las normas aplicables”,
reconocido por el artículo 18-c) de la Ley 7/1985, de 2 de abril, Reguladora de las Bases de
Régimen Local.
El aprovechamiento de los bienes comunales por todos los vecinos es la auténtica
razón de ser de los mismos y de su régimen jurídico. Así lo ha venido reconociendo la legislación común, tal el artículo 26 de la Ley Municipal de 1877 al disponer que “todos los veci-
12. Como ha dicho A. NIETO (La nueva regulación de los bienes comunales, REALA, 233, 1987, p. 13) “hay
que entender derogado el régimen anterior al respecto y considerar que los bienes comunales son de dominio
público, cuyo régimen genérico les es aplicable, sin perjuicio de las peculiaridades propias que les correspondan”.
ESTUDIOS
nos tienen participación en los aprovechamientos comunales”13. Fue reiterado por el art. 28
del Estatuto Municipal de 1924, como constató la sentencia de 8 de mayo de 1933 (RA
3164): “...el art. 28 determina el derecho de los vecinos a participar de los aprovechamientos comunales...todo vecino, por el hecho de serlo, tiene derecho a los aprovechamientos
comunales, no distingue, no establece condiciones, y no es lícito establecerlas donde la Ley
no lo hace”. Durante el periodo franquista la legislación fue más confusa al designar como
beneficiarios de los aprovechamientos sobre los bienes comunales a los “vecinos” (Arts. 187,
192, 193 y 194 LRL, y 5 RB), “vecinos o cabezas de familia” (Arts. 79-81 y 83 RB), “vecinos cabezas de familia” (Art. 192.2º LRL) y “vecinos y cabezas de familia” (Arts. 80, 82 y
86 RB). Estas diferencias fueron zanjadas por la jurisprudencia en el sentido de que se trataba de una doble exigencia, la de vecino y cabeza de familia14.
Se trata de un derecho del vecino sobre el patrimonio comunal con igualdad e indeterminación de los titulares, un ius in re aliena, de naturaleza pública, derecho real de goce
o disfrute de los vecinos sobre los bienes comunales, que no es patrimonializable ni disponible15. Como declaró la sentencia del Tribunal Supremo de 28 de octubre de 1975 el derecho de los vecinos es una “propiedad cuyo contenido es el aprovechamiento o disfrute por
los miembros de la comunidad...independientemente de sus analogías con las categorías civiles de propiedad especial, puede configurarse como un derecho real administrativo de goce,
a la vez que pertenecen al municipio o entidad los bienes sobre que recae como una variedad de los patrimoniales”. A propósito de un derecho de pastos de los vecinos de otros municipios sobre terrenos comunales de Cabanillas, la sentencia de 5 de abril de 1972 dijo que se
trataba de un “derecho real sui generis”.
Tal carácter de derecho real fue claramente establecido por el artículo 47 LRL al enumerar entre los derechos y obligaciones del estatus de vecino el derecho a participar de los
aprovechamientos comunales. Como dijo A. NIETO: “...sobre la base del art. 47 LRL podemos afirmar que nos encontramos ante un derecho público de naturaleza corporativa...ante
un derecho real administrativo de goce”16. Así lo ha confirmado el artículo 18.1.b) LBRL
que reconoce a los vecinos el derecho a “acceder a los aprovechamientos comunales”.
II. DE LAS VECINDADES EN GENERAL.
El derecho histórico está presente en la vida local navarra, tanto en su organización,
como en el régimen de los aprovechamientos vecinales. En lo relativo a la “vecindad forana” la regulación del Fuero Nuevo es consecuencia y presencia de las fuentes históricas y de
una antigua institución. Por ello es interesante conocer los fundamentos de tales normas en
13. Con carácter excepcional se admitieron los beneficios de la vecindad a empresas y sus dependiente y operarios, tales como contratistas de obras públicas en los términos donde se realizaran (Arts. 32 y 41 de la Ley de
obras públicas de 13 de abril de 1877), a contratistas de carreteras del Estado (Art. 22 de la Ley de carreteras de 4
de mayo de 1877), a empresas de ferrocarriles (Art. 31 de la Ley de 23 de noviembre de 1877), a mineros en los
pueblos donde radiquen los yacimientos (Art. 91 del reglamento de minas de 16 de junio de 1905), y a trabajadores
de las colonias agrícolas (Art. 61 de la Ley de 3 de junio de 1868).
14. La sentencia de 12 de marzo de 1962 (RA 1470) sostuvo que frente a los simples vecinos que reclamaban
su condición de beneficiarios de los aprovechamientos la Ley de 24 de junio de 1955 “exige la doble condición de
vecino cabeza de familia para tener derecho al aprovechamiento de los lotes o suertes”, criticando la imperfecta
redacción del Reglamento de Bienes.
15. NIETO, A.: Bienes comunales, Madrid, 1964, p. 286. GONZÁLEZ PÉREZ, J.: Los derechos reales administrativos, 1975, p. 43. ARÍN Y DORRONSORO. Problemas agrarios, Segovia, 1930, pp. 184,, 199, 269 y 277.
La R.O. de 22 de mayo de 1848 dispuso: “1º Que la legislación administrativa no reconoce la diferencia que
se pretende establecer entre los montes del común de los pueblos y del común de los vecinos. 2º Que es inadmisible el principio de que los vecindarios por sí, y con independencia absoluta de los Ayuntamientos y del Gobierno,
puedan disponer omnímodamente de dichos montes llamados del común de vecinos, asimilándolos con notoria
equivocación a los del dominio particular. 3º Que todos los montes de propios y comunes, cualquiera que sea la
época y origen de su adquisición, están sujetos a las disposiciones generales que los rigen, en virtud de las cuales
los vecinos no están autorizados para proceder al aprovechamiento de sus arboledas, sino por medio de los Ayuntamientos, que son los administradores legítimos de los intereses comunales, con arreglo a la Ley”.
16. A. NIETO: Bienes...cit., p. 286.
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el Derecho histórico, lo que proporcionará la comprensión e interesantes referentes para análisis posteriores de tales instituciones.
Como tendremos ocasión de ver, las “vecindades foranas” son una variante de las
vecindades que constituyen el género, mientras que aquellas son una especie que se caracteriza porque el derecho de vecindad no lo ejercita un vecino, sino que no siéndolo se le equipara por el reconocimiento de la condición a tales efectos. De ahí que el régimen general es
la base que posibilita el especial, sin el cual aquel no tiene sentido.
1. Su regulación en el Derecho Histórico.
Expone YANGUAS Y MIRANDA como se adquiría la vecindad en “villa infanzonada et franca” por cualquier cristiano que iba a pie con su lanza o sus armas o su mueble
y alquilaba casa, encendiendo fuego en ella un año y un día. Durante tal tiempo estaba exento de contribuciones y de apellido o de ir a la guerra, porque “en cara non sabe las costumpres de la villa nin las entradas de los muros”. Transcurrido el año estaba obligado a contribuciones y apellido, debía solicitar por tres veces la vecindad al concejo y si se la daba
adquiría la condición de vecino. Se adquiría también por matrimonio con hija de vecino17. La
reglas generales para adquirir la vecindad exigían una casa cubierta con tres vigas, de a diez
codos sin el grueso de las paredes, o un casal viejo formado por paredes sin cubierto, tierra
para sembrar seis robos de trigo, una arinzada de viña si hubiera en el pueblo, un huerto
capaz de criar trece plantas de col sin que se tocasen sus raíces y una era de trillar (F.G. Lib.
I, Tít. XX, Cap. I)18. Señala el mismo autor la existencia en el Fuero General de tres confusas clases de vecindades19.
El Fuero General limitaba su adquisición por la compra de heredades en prenda hasta
pasado el tiempo del empeño (III, XII, IV), regulaba la pérdida de la vecindad por desacuerdo con los demás vecinos sobre sus ordenanzas o determinaciones (V, XII, II), la entrega de fuego en la palma de la mano (III, XIX, VII) y la ofrenda en Pascuas como reconocimiento de la condición de vecino (III, II, V).
En la Novísima Recopilación se establecieron normas sobre los aprovechamientos
vecinales (I, XX, Leyes I a XXIV), la elaboración de los censos de vecinos previos a los
repartimientos (I, XXV, Leyes X a XIII), los derechos de los hidalgos (I, XX, X), y las condiciones para ser insaculado para oficios (I, XIII, LIII), para alcalde o regidor (I, X, XI)20.
La Ley XXXVII de las Cortes de Navarra de 1743-1744 diferenciaba los bienes
comunes de los pueblos de los propios del patrimonio real: “Dos generos de tierras valdías
ay en este Reyno: unas que están dentro de los términos amojonados de los lugares; y otras,
que con el nombre de Montes Reales, se llaman Realengos Comunes....El segundo genero de
tierras valdías, son Andía, Encia y Urbasa, y otras que se hallan distinguidas por sus demarcaciones, y nombres; diversas del todo de las referidas tierras, Valdías, Comunes, y propias
de los Pueblos, y se llaman Realengos, Montes, o Comunes Reales; y aun en ellos tienen
goce libre del mismo tiempo inmemorial, estos naturales, en la forma que parece del todo el
lib. I, título XXIII, de dicha Recopilación...”
17. YANGUAS Y MIRANDA, J.: Diccionario de antigüedades del Reino de Navarra, III, Pamplona, 1840,
pp. 482-484.
18. Fuero General de Navarra, en Biblioteca de Derecho Foral, I, Pamplona, 1964.
19. YANGUAS Y MIRANDA, J.: Diccionario...cit., nota 1, p. 483: La de la residencia personal permitía a los
hidalgos hacer dehesas vedadas para caballos y disfrutar de pastos, disponer de doble porción de leña y roturas que
los labradores, pero no podían cortar ni roturar sin voluntad de aquéllos. La “vecindat entegra”, que heredaban los
hijos y se componía de casa o casal y tierras, era necesaria para que los hidalgos pudieran disfrutar de derechos en
pueblos realengos y abadengos donde no tenían residencia que les permitía a sus ganados pacer en las yerbas, aun
cuando tuvieran otras vecindades; es la que se denominará “vecindad forana”. La vecindad común del villano que
si tiene bienes podía ser testigo y fiador.
20. Novissima Recopilación, en Biblioteca de Derecho Foral, 2 tomos, Pamplona, 1964.
ESTUDIOS
2. Doctrina de la Diputación durante el siglo XIX.
Las Cortes del Reino, celebradas en Pamplona del 24 de julio de 1828 al 28 de marzo de
1829, promulgaron las últimas leyes de carácter local del Antiguo Régimen sobre la administración de los propios y rentas de los pueblos, insaculaciones y renovación de alcaldes y regidores.
Partiendo de una escasa normativa general y del casuismo de la normativa local, a lo
largo del siglo XIX la Diputación Foral de Navarra elaboró un cuerpo doctrinal sobre las
vecindades y los aprovechamientos vinculados a las mismas. La Ley de 16 de agosto de 1841
puso en manos de la Corporación unos medios de control y tutela sobre las entidades locales
que la convirtieron en un auténtico superior jerárquico de las mismas. Conforme al artículo 6
“las atribuciones de los Ayuntamientos, relativas a la administración económica interior de los
fondos, derechos y propiedades de los pueblos, se ejercerán bajo la dependencia de la
Diputación provincial, con arreglo a su legislación especial”. En cuanto a la “administración
de productos de propios, rentas, efectos vecinales, arbitrios y propiedades de los
pueblos...tendrá (la Diputación) las mismas facultades que ejercían el Consejo de Navarra y
la Diputación del Reino, y además las que, siendo compatibles con éstas, tengan o tuvieren
las otras Diputaciones provinciales de la Monarquía”, según dispuso el artículo 10.
La administración del patrimonio municipal y la gestión de los bienes comunales por
los municipios se llevó a cabo bajo la “dependencia de la Diputación” (Art. 6), que ostentaba las competencias propias de las Diputaciones provinciales más las de dos instituciones del
Antiguo Régimen como eran el Consejo de Navarra y la Diputación del Reino (Art. 10). El
primero ejercía funciones judiciales, gubernativas y legislativas, entre éstas dictó las ordenanzas para regular el gobierno de los pueblos21. La Diputación tenía competencias de representación, de defensa del derecho del Reino, de régimen militar, de relaciones exteriores y
sobre cuestiones económicas22.
En el ejercicio de sus competencias de control sobre los municipios, así como en
materia de montes y aprovechamientos forestales la Diputación elaboró un cuerpo doctrinal
sobre las vecindades y los derechos vecinales al dictar disposiciones reglamentarias, circulares y resoluciones al resolver reclamaciones contra decisiones de los entes locales. De tal
modo que las ordenanzas locales se integraron en un ordenamiento que, superando los estrechos márgenes de las regulaciones locales e históricas, se configuró por disposiciones y
“jurisprudencia” administrativa.
A partir del R.D.-L. De 4 de noviembre de 1925 se sistematizó el régimen local en el
Reglamento para la Administración Municipal de Navarra (RAMN), en el que se recogió el
mandato de la Base 3ª que reconoció a los Ayuntamiento “libertad para regular el aprovechamiento de los bienes comunales, sujetándose al dictar sus Reglamentos y Ordenanzas a
las disposiciones legales que constituyen el régimen privativo de la provincia y a los
Reglamentos o acuerdos generales que dicte la Diputación de Navarra”. En ese Reglamento
se va a plasmar el derecho vigente y la doctrina elaborada por la Diputación al regular y
resolver las reclamaciones.
A) Competencias de la Diputación.
a) Sobre cuestiones de vecindad:
- La vecindad ha de ser solicitada del Ayuntamiento en primer termino y si este la
niega, podrá el interesado recurrir en alzada ante la Diputación, acreditando en uno y otro
21. SALCEDO IZU, J.: El Consejo Real de Navarra en el siglo XVI, Pamplona, 1964, pp. 145-183.
22. SALCEDO IZU, J.: Atribuciones de la Diputación del Reino de Navarra, Pamplona, 1974. HUICI GOÑI,
M.P.: Las Cortes de Navarra durante la Edad Moderna, Pamplona, 1963.
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caso con documentos su procedencia y naturaleza (Sesión de 13 de septiembre de 1841,
Libro 46, Larrasoaña).
- La resolución de cuestiones de vecindad y derecho a aprovechamientos comunales
corresponde a la Diputación y no a los juzgados ni al Consejo provincial. (Sesión de 26 de
julio de 1852, Libro 58, Loza).
- Decreto de la Regencia de 21 de abril de 1870 decidiendo a favor de la
Administración una competencia sobre goce de pastos comunales. (B.O. núm. 52).
- El que considere lesionado algún derecho vecinal que crea tener, reclamará en primer termino, ante el Ayuntamiento y contra la resolución de este podrá recurrir a la
Diputación. (Sesión de 1 de agosto de 1881, Libro 96, Santesteban).
- No corresponde a la Diputación decidir a qué pueblo ha de pertenecer un individuo.(Sesión de 22 de abril de 1896, Libro 127, Arizaleta).
- Quien tenga residencia alternativa en distintos pueblos, tendrá la vecindad en aquel
por el cual opte, solicitándola oportunamente. En alzada sobre el asunto resuelve la
Diputación. (26 de enero de 1906, Libro 150, Larraga).
- La Diputación informa al Gobernador que debe inhibirse en favor de ella en un
expediente sobre reconocimiento de vecindad en Valcarlos a un carabinero retirado, porque
con arreglo a la ley municipal y el R.D.L. de 29 de febrero de 1877, las cuestiones relativas
a la vecindad son gubernativas y su resolución compete a los Ayuntamientos con alzada ante
la Diputación (Sesión de 26 de febrero de 1908, Libro 153).
b) Efecto de sus decisiones:
- A nadie se le incluirá en los repartimientos de beneficios y cargas hechas antes de
que hubiere adquirido la vecindad. Las providencias de la Diputación declarando a uno con
vecindad, regirán desde su notificación (Sesión de 13 de abril de 1848, Libro 53, Urdaniz).
c) Derechos:
- Sobre derecho de la Diputación a aprovechamientos en los pueblos, como vecina de
todos ellos (Sesión de 3 de junio de 1862, Libro 69, Folio 201, Pueyo).
- El Ayuntamiento en cuyo termino sea la Diputación mayor contribuyente forano, la
invita a enviar un representante a la discusión y votación de los presupuestos municipales.
(Sesión de 19 de octubre de 1916, Libro 151, Huarte).
B) Competencia municipal:
- La vecindad ha de ser solicitada del Ayuntamiento en primer termino y si este la
niega, podrá el interesado recurrir en alzada ante la Diputación, acreditando en uno y otro
caso con documentos su procedencia y naturaleza (Sesión de 13 de septiembre de 1841,
Libro 46, Larrasoaña).
- A nadie se le incluirá en los repartimientos de beneficios y cargas hechas antes de
que hubiere adquirido la vecindad. Las providencias de la Diputación declarando a uno con
vecindad, regirán desde su notificación (Sesión de 13 de abril de 1848, Libro 53, Urdaniz).
- El que adquiere vecindad en un pueblo no puede ser comprendido en repartimientos hechos antes de que la obtuviere (Sesión de 5 de junio de 1858, Libro 65. Lezaun).
ESTUDIOS
- La adquisición de vecindad en un pueblo y su concesión por el Ayuntamiento deben
ajustarse a lo que la ley municipal prescribe. (Sesión del 21 de octubre de 1880, Libro 94.
Andosilla).
C) La vecindad es un derecho personal:
a) Adquisición:
- La adquisición de vecindad en un pueblo y su concesión por el Ayuntamiento deben
ajustarse a lo que la ley municipal prescribe. (Sesión del 21 de octubre de 1880, Libro 94.
Andosilla).
- R.D. de 12 de Junio de 1899: Contiene disposiciones que aclaran las establecidas en
el art. 15 del Código civil español sobre formalidades para determinar la vecindad con relación a los efectos civiles (Gaceta del 14 de junio).
b) Derecho irrenunciable:
- Los derechos y obligaciones personales que la vecindad crea, son irrenunciables,
mientras dure la residencia. Los militares retirados tendrán dichos derechos y obligaciones
donde residan (Sesión de 20 de Abril de 1850. Libro 55, Lodosa).
c) Derecho personal:
- Todos los vecinos residentes en un pueblo, bien sean propietarios, bien colonos, tienen igual derecho a los aprovechamientos de los bienes comunales. (Sesión de 17 de septiembre de 1810, libro 9, Uterga).
- No corresponde a la Diputación decidir a qué pueblo ha de pertenecer un individuo.(Sesión de 22 de abril de 1896, Libro 127, Arizaleta).
- Las casas inhabitadas o desalquiladas no tienen derecho a vecindad, y, por tanto, su
propietario no puede disfrutar más que por la vecindad propia, porque el derecho de vecindad es inherente a las personas y no a la casa. (Sesiones de 14 de noviembre y 15 diciembre
de 1903, Libro 145).
- Siendo el derecho de vecindad inherente a la persona y no a la casa, un vecino no
puede tener un derecho de vecindad por cada casa que posea. (Sesión de 9 de enero de 1904,
Libro 145, Nuin).
- No puede ser considerado como vecino ni como domiciliado en un pueblo un individuo que, siendo hijo de padres extranjeros, no haya cumplido las disposiciones del Código
Civil y demás españolas para que pueda considerársele como naturalizado en España; y no
pueden concedérsele los aprovechamientos comunales, porque para disfrutar de estos, es
preciso ser vecino del municipio en que se pretenda verificarlos. (Sesión de 5 de febrero de
1907, Libro 151, Tafalla).
d) Directamente vinculado a la residencia:
- Los residentes con casa y tierras que cultiven por sí, tienen todos sus derechos de
vecindad que disfruten los demás vecinos, así para los aprovechamientos como para el
desempeño de cargos públicos del concejo (Sesión de 6 de abril de 1840, Libro 44, Astrain).
- Para el goce de los derechos de vecindad no se hará distinción entre los vecinos nuevos y los llamados antiguos. Si alguno de éstos se considera perjudicado por esta igualación,
acuda al tribunal de justicia (Sesión de 2 de junio de 1845, Libro 49, Betelu).
LAS “VECINDADES FORANAS”...
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JUAN CRUZ ALLI ARANGUREN
- Por tener más de una casa en el pueblo, no se considerará al dueño mas que como
un vecino para los beneficios y cargas, que se le impondrán con arreglo a su riqueza catastral (Sesión de 16 de diciembre de 1845, Libro 50, Olaverri).
- El que resida en un pueblo y contribuya catastralmente, tendrá en los aprovechamientos igual parte que los demás vecinos (Sesión de 24 de enero de 1849, Libro 54, Oco).
- El derecho de vecindad de un pueblo exige la residencia en este, no bastando poseer casa y contribuir a las cargas del pueblo (Sesión de 3 de octubre de 1849, Libro 54,
Escaroz).
- El derecho de vecindad no es inherente a la casa sino al propietario de ella o al inquilino que resida en el pueblo, porque la vecindad es personal y debe concederse a todo residente sin exigirle pago alguno (Sesión de 13 de diciembre de 1849, Libro 55, Lerruz).
- Los derechos y obligaciones personales que la vecindad crea, son irrenunciables,
mientras dure la residencia. Los militares retirados tendrán dichos derechos y obligaciones
donde residan (Sesión de 20 de abril de 1850. Libro 55, Lodosa).
- Circular de 24 de Enero de 1851 sobre igualdad de derechos y cargas para todos los
vecinos, sin ninguna distinción. (B.O. núm. 12, 1851).
- A un forastero que tiene casa y tierras en un pueblo no se le conceden suertes de
terreno al adjudicarlas a los vecinos del mismo. (Sesión de 10 de marzo de 1856, libro 63,
Azpa).
- El residente que contribuya a todas las cargas en proporción a su riqueza, será considerado como vecino con todos los derechos consiguientes (Sesión de 29 de abril de 1858.
Libro 65, Murillo el Fruto).
- Para ser considerado como vecino en un pueblo, con los derechos consiguientes, es
preciso establecer en él la residencia y contribuir proporcionalmente a las cargas. (Sesión de
18 de septiembre de l863, Libro 70, Sarasibar).
- Todos los vecinos residentes en un pueblo, sin distinción alguna deben tener los
aprovechamientos y cargas inherentes a la vecindad. (Sesión de 19 de mayo de 1868, Libro
75, Echalecu).
- Al que haya fijado su residencia en un pueblo y contribuya a las cargas, se le reconocerá como vecino con iguales derechos que disfruten los demás. (Sesión de 16 de agosto
de 1869, Libro 77, Irurre).
- Al inquilino de una finca cuyo dueño pague las contribuciones correspondientes, no
se le pueden negar los derechos comunes desde el momento en que adquiera vecindad en el
pueblo. (Sesión de 23 de diciembre de 1878, Libro 91, Erizmendi-Badostain).
- Los vecinos de un distrito municipal compuesto de varias localidades, que tengan
fincas en distintos pueblos pertenecientes al mismo deben ser considerados como foranos
para el pago de las contribuciones, excepto en el pueblo en que residan.(Sesiones de 30 de
abril y 21 agosto de 1879, libro 92. Atez, Ansoain).
- Para adquirir el derecho a los aprovechamientos comunales de un pueblo, es requisito indispensable ser vecino del mismo y contribuir al levantamiento de todas las cargas y
gastos de la localidad. (8 de junio de 1880, Libro 94, Sansoain).
ESTUDIOS
- Quien tenga residencia alternativa en dos pueblos podrá en todo tiempo disfrutar de
los beneficios comunales en aquel que tenga la vecindad y levante las cargas en igual forma
que todos los vecinos residentes. (Sesión de 19 de enero de 1881, Libro 95, Barasoain).
- Desde el día en que un individuo fije su residencia con su familia en una localidad,
debe ser incluido en el padrón de habitantes con el carácter de domiciliado, y cuando lleve
seis meses de residencia el Ayuntamiento le declarará vecino, si él lo solicita sin aguardar a
la época de formación o rectificación del padrón. (Sesión de 27 de julio de 1905, Garínoain).
- Con arreglo a lo establecido por la ley municipal, leyes de esta provincia, circulares
y jurisprudencia constante de esta Diputación, para poder disfrutar de los aprovechamientos
comunales en dos pueblos de Navarra, es necesario, además de contribuir al levantamiento
de toda clase de cargas municipales, la de ser vecino residente o hacendado forano, o colono de algunos de estos vecinos pero con residencia efectiva y casa abierta. (Sesión de 29 de
mayo de 1906, Libro 150, Yanci, Burguete).
- Debe reconocerse con igual derecho que los demás vecinos a los aprovechamientos
comunales al que ha contribuido a las cargas del municipio, aunque no lleve un año de residencia. (Sesión de 14 de enero de 1907, Libro 151, Igúrquiza).
e) Pérdida por traslado de la residencia:
- El derecho de aprovechamientos vecinales en un pueblo se pierde desde que se traslada la residencia a otro (Sesión de 15 de julio de 1857, Libro 64, Arazuri).
- Todos los vecinos residentes en un pueblo, sin distinción alguna deben tener los
aprovechamientos y cargas inherentes a la vecindad. (Sesión de 19 de mayo de 1868, libro
75, Echalecu)
- El que se despide de vecino de un pueblo, debe ser considerado desde aquel momento como forano para los efectos legales.(Sesión de 17 de junio de 1870, libro 78, Cascante).
- El traslado de domicilio, residencia o vecindad es un acto libérrimo de todo ciudadano, siempre que cumpla lo dispuesto en las leyes pero si se acredita que se realiza solamente para eludir un cargo público y obligatorio, hay que atenerse a las disposiciones vigentes.(Sesión de 21 de mayo de 1873, Libro 81, Ucar).
- Todo el que deje de ser vecino de un pueblo, queda con la obligación de contribuir
a las cargas que sobre este pesaren hasta que aquel traslade su residencia.(Sesión de 16 de
marzo de 1877, Libro 88, Badostain).
- El que traslade su residencia, estará obligado a pagar en el pueblo que deja, las contribuciones anteriores a la fecha de su traslado.(Sesión del 17 de abril de 1877, Libro 88,
Arriasgoiti).
- Los que cambian de residencia, deben pagar por repartimientos e impuestos en los
pueblos donde residieron, hasta el traslado de su residencia, y por lo repartido en el pueblo
a que le han trasladado, solamente satisfarán desde la fecha en que la tomaron en el mismo.
(Sesión de 31 de mayo de 1878, libro 90, Ezperun).
- Al que definitivamente se marche del pueblo en que está avecindado, se le considerará como forano para los efectos tributarios, desde que traslade su residencia. (Sesion de 11
de enero de 1879, libro 91, Añezcar).
- Una persona nacida en territorio navarro y que muere en Madrid llevando veinte
años de vecindad en esa capital, ha pendido la condición de aforada (S.T.S. de 7 de febrero
de 1899, Gaceta de 13 de marzo).
LAS “VECINDADES FORANAS”...
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JUAN CRUZ ALLI ARANGUREN
- El que deja de ser vecino de un pueblo pierde en él todo derecho a aprovechamiento, salvo lo dispuesto en la circular de 19 de diciembre de 1891. (Sesión de 24 de noviembre
de 1899, libro 137, Ribaforada).
- No puede ser considerado como vecino ni como domiciliado en un pueblo un individuo que, siendo hijo de padres extranjeros, no haya cumplido las disposiciones del Código
Civil y demás españolas para pueda considerársele naturalizado y, por tanto, puedan concedérsele los aprovechamiento comunales, porque para disfrutar de estos es preciso ser vecino del municipio en que se pretenda verificarlos (Sesión de 5 de febrero de 1907, libro 151,
Tafalla).
D) Situaciones especiales:
a) Arrendatarios:
- Al inquilino de una finca cuyo dueño pague las contribuciones correspondientes, no
se le pueden negar los derechos comunes desde el momento en que adquiera vecindad en el
pueblo. (Sesión de 23 de diciembre de 1878, Libro 91, Erizmendi-Badostain ).
- El ser arrendatario de fincas sitas en el término de un pueblo, no da derecho a disfrutar de pastos en el mismo.(Sesión de 26 de noviembre de 1901, Libro 141, ZuastiAldava).
b) Empleos públicos:
- Acuerdo de 27 de octubre de 1862 sobre exención de los camineros de cargas vecinales y conducción con facultativos. (Sesión de 27 de octubre de 1862, libro 70, Aoiz).
- La exención de pago de contribuciones a los peones camineros no comprende ni
alcanza a las que deben pagarse para cubrir los salarios de maestros y facultativos. (Sesiones
de 9 de Agosto de 1861, libro 68; 28 de octubre de 1863, Libro 70, Nagore).
- Los guardias civiles se consideraran como vecinos del pueblo en que residan, respecto al aprovechamiento de leña para sus hogares. (Sesión de 11 de noviembre de 1880,
libro 95, Zudaire ).
- Los peones camineros de la Diputación gozan donde residen de los mismos derechos que los demás vecinos, y por tanto no pueden ser obligados a conducirse con ningún
facultativo. Aunque están exentos de toda contribución por su sueldo, deben pagar las retribuciones de los niños que envíen a la escuela. (Sesión de 18 de octubre de 1891, Libro 125,
Bearin).
- A los celadores camineros les comprende la vecindad donde tienen la residencia oficial (Sesión de 20 de junio de 1898, Libro 134. Estela).
- A los individuos del cuerpo de carabineros se les facilitará leña previo permiso de
la Diputación. (Sesión de 20 de septiembre de 1899, Libro 137, Valle de Salazar).
- Todo el que ejerza un cargo público que exija residencia fija en un termino municipal, debe ser declarado de oficio vecino aunque él no pida tal declaración. (Sesión de 2 de
marzo de 1904, Libro 146, Bilbao).
- Los camineros de la Diputación tienen derecho innegable al disfrute de los aprovechamientos comunales en igual forma que los demás vecinos, aunque están exentos de contribuir a las prestaciones personales. (Sesión de 21 de mayo de 1916, Libro 150, Urbiola).
ESTUDIOS
c) Casados y sus padres:
- No se conceden derechos vecinales a casados que viven en compañía de sus padres
(Sesión de 29 de abril de 1857, Libro 64, Murillo el Fruto).
- Donantes y donatarios que vivan en sociedad, serán considerados como una sola
familia y un solo objeto para aprovechamientos y cargas vecinales (Sesión de 28 de octubre
de 1863, Libro 70, Miranda).
d) Caseros:
- Los caseros residentes tendrán los mismos derechos y sufrirán en proporción a sus
haberes las mismas cargas que los demás vecinos (Sesión de 2 de marzo de 1844, Libro 48).
- En la participación de toda clase de aprovechamientos comunales no se hará distinción entre vecinos propietarios y vecinos caseros. (Sesión del 15 de septiembre de 1888,
Libro 113, Zuazu).
e) Colonos:
- Para el disfrute de los derechos de vecindad no se establecerá diferencia alguna
entre propietarios y colonos, sino que éstos tendrán los mismos que aquéllos desde que establecieran definitivamente su residencia con su familia (Sesión de 22 de marzo de 1841, Libro
45, Larraga).
- Los que tienen casa abierta con dependientes y labor por su cuenta, no deben ser
excluidos de los derechos y goces que tienen los residentes levantando proporcionalmente
las cargas. (Sesión de 14 de julio de 1855, Libro 62, Falces; también los acuerdos de 22 y 30
de marzo, 5 de abril de 1883 y 15 de marzo de 1891).
f) Comuneros:
- Los derechos vecinales que disfruten los comuneros no alcanzaran a la participación
en los repartos de suertes de tierra que se hagan entre los vecinos. (Sesión de 19 de mayo de
1869, Libro 76, Garínoain).
g) Curas:
- Los señores curas párrocos y los peones camineros están exentos del pago de la contribución para atender a los gastos de los presos pobres del partido. (Acta de 23 de agosto de
1865, Libro 72, Lónguida).
h) Gerentes y sus familias:
- Deben reputarse como vecinos del pueblo en que se halle domiciliada una sociedad
industrial, los gerentes y operarios de la misma que tengan casa y se hallen constituidos en
familia en el pueblo, pero no los criados y dependientes que no reúnan esas circunstancias.(Sesión de 4 de agosto de 1890, Libro 116, Arruiz).
i) Hacendados forasteros:
- La circular de la Diputación de 22 de Julio de 1872 y decretos posteriores sobre
aprovechamientos, se refieren exclusivamente a los hacendados forasteros, respetando los
derechos de los vecinos foranos. La Diputación declaró subsistentes varias vecindades foranas.(Sesiones de 8 y 9 de octubre de 1883, Libro 103, Lezaun e Irujo).
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- Por circular sobre derechos y cargas de los contribuyentes foranos de 19 de diciembre de 1891 se dispuso que los repartos que hagan los Ayuntamientos a la riqueza encatastrada, se efectuará sin tomar en cuenta si corresponde a hacendados residentes o forasteros,
quienes disfrutarán de igual modo del derecho a los aprovechamientos comunales.
- No se concede el derecho a los aprovechamientos comunales a los hacendados
forasteros cuando el Ayuntamiento cubre todas las atenciones municipales con el producto
de propios y arbitrios sin repartos de contribución a la riqueza encatastrada para nivelar el
presupuesto (Sesión de 18 de julio de 1899).
- Acuerdo general de la Diputación de 18 de noviembre de 1902 sobre goce de aprovechamientos comunales por hacendados forasteros. (B.O. de 1 de diciembre de 1902, núm.
142).
- Acuerdo general sobre si el ser hacendado forastero de un pueblo que tenga comunidad de pastos con otro da derecho al goce de pastos en el segundo (Sesiones de 5 de julio
de 1892, libro 120, Aldaz; l de abril de 1896, libro 124, folio 199, Abaurrea Alta; 3 de mayo
de 1895, libro 125, folio 32, Valle de Salazar).
- Se deben considerar como vecinos en pueblos donde no residan los que tengan en
ellos casa abierta con labor. (Sesión de 14 de julio de 1855, Libro 62, Folio 187 vto.).
- El hacendado forano que tiene casa abierta y habitada por inquilinos y arrendadas
también por estos las fincas de la casa, no tiene derecho a ninguna clase de aprovechamiento.(Sesión de 11 de enero de 1899, libro 131, folio 93, Oronoz).
- No tiene derecho a disfrutar de los aprovechamientos comunales el hacendado forastero que no contribuya para las cargas exclusivas del pueblo (Sesión de 21 de abril de 1902,
libro 102, Santesteban).
- Los hacendados forasteros disfrutarán mientras permanezcan en la localidad de
asistencia médica y farmacéutica gratuita. (Sesión de 4 de Septiembre de 1902, libro 142,
Cortes).
- No tiene derecho a los aprovechamientos comunales el hacendado forastero que
tenga arrendadas sus fincas a inquilinos reconocidos como vecinos residentes. Al que se
halle en ese caso, le es aplicable el acuerdo general de 13 de junio de 1899, que aclara la circular de 19 de Diciembre de 1891. (Sesión de 24 de diciembre de 1904, libro 147, Liédena,
Biguezal ).
- Los Ayuntamientos no pueden eximir a ningún hacendado forastero del pago de la
contribución municipal ni privarle, a cambio de eso, del derecho a los aprovechamientos
comunales, al contrario, están obligados a incluir a todos ellos en el reparto de dicha contribución y a reconocerles el derecho mencionado.(Sesión de 13 de enero de 1906, Libro 149,
Elorz, Monreal).
- Con arreglo a lo establecido por la ley municipal, leyes de esta provincia, circulares
y jurisprudencia constante de esta Diputación, para poder disfrutar de los aprovechamientos
comunales en dos pueblos de Navarra, es necesario, además de contribuir al levantamiento
de toda clase de cargas municipales, la de ser vecino residente o hacendado forano, o colono de algunos de estos vecinos pero con residencia efectiva y casa abierta. (Sesión de 29 de
mayo de 1906, Libro 150, Yanci, Burguete).
j) Hermanos:
- Los hermanos que vivan juntos deben ser considerados como dos vecinos con todos
los derechos consiguientes, si reúnen las circunstancias que requiere la vecindad y contribu-
ESTUDIOS
yen independientemente a las cargas en proporción a su riqueza catastral, cuando se trata de
una mujer y se hace constar que su emancipación está reconocida de hecho y de derecho por
nuestro régimen jurídico y por sentencia del T. Supremo. (Sesión de 29 diciembre de 1906,
Libro 151, Arguedas).
k) Maestros:
- El maestro de un distrito escolar compuesto de varios pueblos sólo debe disfrutar los
derechos de vecindad en el pueblo de su residencia, pagando las cargas correspondientes
(Sesión de 10 de enero de 1856, Libro 62, Pamplona).
- Los maestros de primera enseñanza tienen los mismos derechos que los demás vecinos en el pueblo de su residencia.(Sesiones de 26 de enero de 1869 y 21 de enero de 1870,
Libro 76, Añezcar).
- Los profesores de instrucción primaria tienen los mismos derechos que los demás
vecinos a los aprovechamientos comunales. (Sesión de 28 de abril de 1904, Libro 146).
l) Menores y huérfanos:
- Los menores de edad huérfanos deben ser considerados como vecinos y participar
proporcionalmente de los derechos y obligaciones inherentes a la vecindad (Sesión de 21 de
enero de 1856, Libro 62, Acedo).
- En un reparto de quiñones ya hecho se dará a un vecino lo que le corresponda, si al
efectuarse el reparto contribuía como los demás a las cargas comunales, aunque sea un huérfano.(Sesiones de 22 de febrero y 22 de abril de 1869, Libro 76, Garde).
m) Minas:
- Los explotadores o beneficiadores de minas serán considerados como vecinos
(Sesión de 28 de febrero de 1858, Libro 65, Leiza).
n) Padre e hijo:
- Padre e hijo que vivan juntos se considerarán como dos vecinos para todo aprovechamiento y toda carga, si uno y otro reúnen las circunstancias que la vecindad requiere
(Sesión de 22 de agosto de 1844, Libro 49, Azparren).
- Los matrimonios entre los cuales medie relación de padres e hijos, constituyen dos
familias aunque vivan juntas (Sesión de 13 de octubre de 1849, Libro 54, Murugarren).
- Donantes y donatarios que vivan en sociedad, serán considerados como una sola
familia y un solo objeto para aprovechamientos y cargas vecinales (Sesión de 28 de octubre
de 1863, Libro 70, Miranda).
o) Propietarios de casas:
- Por tener más de una casa en el pueblo, no se considerará al dueño mas que como
un vecino para los beneficios y cargas, que se le impondrán con arreglo a su riqueza catastral (Sesión de 16 de diciembre de 1845, Libro 50, Olaverri).
- Para el goce de aprovechamiento cada fuego o familia constituye una vecindad, aunque aquella no posea casa entera (Sesión de 10 de octubre de 1848, Libro 53, Abaigar).
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- El derecho de vecindad no es inherente a la casa sino al propietario de ella o al inquilino que resida en el pueblo, porque la vecindad es personal y debe concederse a todo residente sin exigirle pago alguno (Sesión de 13 de Diciembre de 1849, Libro 55, Lerruz).
- Se deben considerar como vecinos en pueblos donde no residan los que tengan en
ellos casa abierta con labor. (Sesión de 14 de julio de 1855, Libro 62, Folio 187 vto.).
- Las casas inhabitadas o desalquiladas no tienen derecho a vecindad, y su propietario no puede disfrutar más que por la vecindad propia, porque el derecho de vecindad es
inherente a las personas y no a la casa. (Sesiones de 14 de noviembre y 15 Diciembre de
1903, Libro 145).
- Siendo el derecho de vecindad inherente a la persona y no a la casa, un vecino no
puede tener un derecho de vecindad por cada casa que posea. (Sesión de 9 de enero de 1904,
Libro 145, Nuin).
- Tiene derecho a los beneficios del común el vecino que contribuye a las cargas
municipales, aunque viva en compañía de otro, por carecer él de casa. (Sesión de 20 de septiembre de 1907, Libro 153, Garayoa).
p) Tío y sobrino:
- Deben ser considerados como dos vecinos en cargas y aprovechamientos un tío y un
sobrino que reúnan las condiciones necesarias aunque vivan juntos (Sesión de 6 de febrero
de 1851, Libro 56, Echávarri).
q) Viudas:
- Las vecinas viudas tienen iguales derechos y deberes de vecindad que todos los
vecinos (Sesión de 25 de febrero de 1845, Libro 49, Cortes).
- Las viudas residentes con casa y bienes se considerarán como vecinos con los derechos y obligaciones inherentes a la vecindad (Sesión de 20 de septiembre de 1850, Libro 56,
Arrarás).
E) Cumplimiento de las cargas:
a) Deber de contribuir:
- A ningún residente que contribuya como corresponde a las cargas, se le negarán los
beneficios vecinales ni se le exigirá pago alguno por concedérselos. (Sesión de 17 de febrero de 1847, Libro 61, Abárzuza).
- El que resida en un pueblo y contribuya catastralmente, tendrá en los aprovechamientos igual parte que los demás vecinos (Sesión de 24 de enero de 1849, Libro 54, Oco).
- Se concede a un vecino participación en los aprovechamientos en la proporción en
que contribuye a las cargas (Sesión de 30 de mayo de 1860, Libro 67, Osinaga).
- A los vecinos antiguos de un pueblo que se consideran con derecho de propiedad
sobre los bienes del mismo, podrán ejercitarlo donde les convenga, pero entretanto los vecinos nuevos disfrutaran como aquellos de todos los emolumentos del común, concurriendo a
cubrir las cargas (Sesión de 18 de julio de 1861, Libro 68, Alcoz).
ESTUDIOS
- A un vecino que contribuye a las cargas como dos, se le asigna porción doble respecto de un hayedal, pero no en los demás aprovechamientos (Sesión de 1 de agosto de 1861,
Libro 68, Osinaga).
- Para poder disfrutar de los derechos comunales, no basta la residencia en el pueblo,
sino que es preciso contribuir a las cargas públicas en la proporción correspondiente.(Sesión
de 25 de octubre de 1869, Libro 77, Olazagutía).
- Todo el que deje de ser vecino de un pueblo, queda con la obligación de contribuir
a las cargas que sobre este pesaren hasta que aquel traslade su residencia.(Sesión de 16 de
marzo de 1877, Libro 88, Badostain).
- El que traslade su residencia, estará obligado a pagar en el pueblo que deja, las contribuciones anteriores a la fecha de su traslado.(Sesión del 17 de abril de 1877, Libro 88,
Arriasgoiti).
- Todo individuo, al adquirir la vecindad en un pueblo, queda obligado a sostener
todas las cargas que pesen sobre el municipio, y entra a disfrutar de todos los beneficios que
gozan sus convecinos.(Sesión de 28 de mayo de 1878, Libro 90, Marañón).
- El que se establece en un pueblo, debe levantar en él las cargas y pagar las contribuciones desde que fijó su residencia en el mismo. (Sesión de 12 de octubre de 1878, libro
91, Tabar).
- El que traslade su residencia a otro pueblo y vuelva a establecerla en el que dejó, no
será considerado en éste como vecino para el pago de contribuciones ordinarias ni extraordinarias por lo tocante al tiempo que permaneció ausente. (Sesión de 21 de enero de 1879,
Libro 91, Echavacoiz).
- No se puede considerar como ambulante al que pide vecindad y se obliga a levantar
las cargas como todos los demás vecinos. (Sesión de 9 de abril de 1879, libro 92, Lodosa).
- Para adquirir el derecho a los aprovechamientos comunales de un pueblo, es requisito indispensable ser vecino del mismo y contribuir al levantamiento de todas las cargas y
gastos de la localidad. (8 de junio de 1880, Libro 94, Sansoain).
- Quien tenga residencia alternativa en dos pueblos podrá en todo tiempo disfrutar de
los beneficios comunales en aquel que tenga la vecindad y levante las cargas en igual forma
que todos los vecinos residentes. (Sesión de 19 de Enero de 1881, Libro 95, Barasoain).
- La obligación de contribuir a los gastos municipales en un pueblo cesa para el que
cambie de vecindad, desde el día en que deje de ser vecino de aquel pueblo.(Sesión de 18 de
noviembre de 1881, libro 87, Ubago).
- Todo vecino debe contribuir con arreglo a su riqueza a todas las cargas del pueblo
sin exceptuar las contraídas por este antes de que aquel adquiera la vecindad. Igualmente
tiene derecho a todos los beneficios que pueda haber en la localidad. (Sesión del 19 de octubre de 1889, Libro 115. Villava).
- Para entrar los vecinos en el disfrute de los aprovechamientos comunales, es preciso que tengan cubiertas sus obligaciones relativas al presupuesto municipal.(Sesión de 24 de
noviembre de 1899, Libro 137, Ribaforada).
- Debe reconocerse con igual derecho que los demás vecinos a los aprovechamientos
comunales al que ha contribuido a las cargas del municipio, aunque no lleve un año de residencia. (Sesión de 14 de enero de 1907, Libro 151, Igúrquiza).
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- Tiene derecho a los beneficios del común el vecino que contribuye a las cargas
municipales, aunque viva en compañía de otro, por carecer él de casa. (Sesión de 20 de septiembre de 1907, Libro 153, Garayoa).
b) Pago de censos y préstamos:
- A los réditos de un censo, aunque sean atrasados, deben contribuir los vecinos actuales y no los que hubieren trasladado su residencia a otro punto (Sesión de 23 de marzo de
1846. Libro 50).
- Es obligación aneja a la vecindad el contribuir al pago de intereses de capitales
tomados por el pueblo antes de la adquisición de aquella. (Sesion de 11 de enero de 1882,
Libro 98, Tajonar).
c) Deudas del vecino con el pueblo:
- A ningún vecino se le privará de los aprovechamientos que disfruten los demás, por
tener pendiente liquidación de créditos y débitos con el pueblo. (Sesión de 7 de enero de
1873, Libro 80, Zurucuain).
- A los vecinos que deban cantidades al pueblo, no se les puede privar por ello de los
aprovechamientos que se conceden a los demás vecinos, lo que procede en tal caso, es exigirles el pago de sus débitos. (Sesión de 23 de enero de 1904, Libro 145, Mirafuentes).
d) Prestación personal o auzolan:
- El no acudir un vecino a la prestación personal no es motivo para que se le prive de
aprovechamientos comunales, sino para exigirle la cantidad que corresponda. (Sesión de 27
de junio de 1906, Libro 152, Erroz).
e) Pobres:
- En caso de duda sobre la pobreza de un vecino, se le dará parte en los goces vecinales, sin perjuicio de comprobar si es o no pobre para los efectos tributarios (Sesión de 1 de
diciembre de 1871, libro 79, Murugarren).
F) Contenido de los aprovechamientos:
a) Sobre los bienes y derechos del común:
- El derecho al goce y aprovechamientos que la vecindad concede se extiende a todos
los bienes y derechos del común, pero no a los que se consideren de propiedad particular
(Sesión de 2 de junio de 1851, libro 57, Echalecu).
- En el reparto de los aprovechamientos se tendrá en cuenta la circular de la
Diputación de 24 de enero de 1851 (Sesiones de 17 de diciembre de 1851, libro 57, Ochovi;
2 de marzo de 1882, libro 98, Muguiro).
- El derecho de todo vecino a los aprovechamientos comunes no se extiende a los que
sean de particular pertenencia de los vecinos propietarios. (Sesión de 24 de febrero de 1859,
libro 66, Leranoz).
- Se concede a un vecino la participación en los aprovechamientos en la proporción
en que contribuye a las cargas. (Sesión de 30 de mayo de 1860, libro 67, Osinaga).
ESTUDIOS
- Los vecinos antiguos de un pueblo que se consideran con derecho de propiedad
sobre los bienes del mismo, podrán ejercitarlo donde les convenga, pero entre tanto los vecinos nuevos disfrutarán como aquellos de todos los beneficios del común, concurriendo a
cubrir las cargas. (Sesión de 218 de julio de 1861, libro 68, Alcoz).
b) No procede el reparto de fondos:
- Los vecinos no tienen derecho a que se reparta entre ellos cantidad alguna de fondos del común. Donde esto se haya hecho, deberá reintegrarse inmediatamente. (Sesión de
24 de febrero de 1868, libro 75, Valle de Salazar).
c) Casa:
- Al que sea vecino de un pueblo se le cederá el terreno común y los árboles necesarios para construir una casa. (Sesión de 14- de abril de 1851, libro 56, Elzaburu).
d) Custodia de fincas:
- Una Oncena no puede disponer que el guarda del campo del pueblo deje de custodiar las fincas de un vecino (Sesión de 7 de abril de 1902, libro 141, Guirguillano).
- No se puede privar del servicio de guarderio al vecino que se obligue apagar, como
a los demás, las cuotas que se le hayan girado y las de los repartos sucesivos. (Sesión de 12
de noviembre de 1904, libro 147, Izurdiaga).
e) Dula:
No se puede obligar a un vecino a llevar los ganados a la dula concejil. (Sesión de 7
de abril de 1902, libro 141, Guirguillano).
f) Hayedales:
- A un vecino que contribuye como dos a las cargas se le asigna porción doble respecto de un hayedal, pero no en los demás aprovechamientos. (Sesión de 1 de agosto de
1861, libro 68, Osinaga).
g) Leñas:
- El aprovechamiento de leñas por vecinos foranos ha de hacerse consumiéndolas
dentro de la demarcación municipal a que corresponde el monte, pero no para extraerlas a
otro pueblo distinto (Acuerdo de 20 de octubre de 1894).
h) Piedra y arena:
- Quien no sea vecino de un pueblo, no tiene derecho a tomar piedra o arena de su término, sino mediante convenio con el Concejo. (Sesión de 25 de mayo de 1864, libro 61, Azpa).
i) Roturaciones:
- Igual derecho que los vecinos propietarios de casas tienen los demás residentes respecto a las roturaciones de terrenos para cultivos. (Sesión de 25 de marzo de 1841, libro 45,
Lumbier).
j) Suertes:
- A un forastero que tiene casa y tierras en un pueblo no se le conceden suertes de terreno al adjudicarlas a los vecinos del mismo. (Sesión de 10 de marzo de 1856, libro 63, Azpa).
LAS “VECINDADES FORANAS”...
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k) Hierbas:
- Los derechos a aprovechamientos de hierbas se adquieren en cualquier tiempo en
que uno adquiere la vecindad. (Sesión 3 de noviembre de 1840, libro 45, Senosiain).
- Tendrán derecho a gozar de pastos como dos vecinos el que, teniendo dos casas,
pague por las dos para cubrir cargas que pesan sobre todas las del pueblo para pagar una
deuda. (Sesión 28 de febrero de 1855, libro 62, Aós).
- Los vecinos de un pueblo anexionado al Ayuntamiento de otro que tiene establecida promiscuidad de pastos con otros en algún monte, no podrán disfrutar de los pastos de
esta facería mientras no acrediten su derecho al goce de los mismos. (Sesión de 15 de marzo
de 1904, Oteiza, Santesteban).
- El dueño de una colonia agrícola tiene derecho al disfrute de pastos en una facería
de la que es copartícipe el pueblo donde tiene dicha colonia. (Sesión de 25 de enero de 1834,
libro 111, Buñuel).
III. DE LAS VECINDADES FORANAS23.
1. CONCEPTO.
La vecindad forana es el derecho a participar en los aprovechamientos comunales de
un municipio por personas que no tienen la condición de vecinos24. La Ley 392.1º del Fuero
Nuevo la define como “la participación en el disfrute de los bienes comunales concedida por
los municipios”, que grava a sus terrenos comunales (“cuyos terrenos comunales se hallen
gravados con vecindades foranas”).
2. DERECHO HISTÓRICO.
La institución tiene acreditada su antigüedad, como privilegio nobiliario y de los
hidalgos, posteriormente ampliado, quizá basado en la necesidad del poblamiento de los nuevos terrenos conquistados, así como de la creación de riqueza ganadera. Se ha de encuadrar,
como lo hace el Fuero Nuevo, dentro del conjunto de instituciones que fomentaban la ocupación del territorio por los usos agrícolas y ganaderos por los vecinos de varios pueblos
como las facerías, los derechos de pastos, el dominio concellar y algunas corralizas. Este tipo
de derecho de aprovechamiento en común están recogidos en numerosos fueros locales.25
A) Fuero General.
En el Fuero General se contiene la más antigua regulación de la vecindad forana y de
sus condiciones (Fuero General, Tit. XX, Lib. III, Cap. I). Para tener vecindad forana el
23. COVIÁN, V.: El Derecho Civil Privado de Navarra, y su codificación, Madrid, s.f., pp. 246-251 LACARRA MENDILUCE, V.: Instituciones de Derecho Civil Navarro, I. Pamplona, 1917, pp. 114-122; en Biblioteca de
Derecho Foral, Pamplona, 1965, pp. 77-81. MARTINENA RUIZ, J.J.: Voz “vecindad forana”, en Gran Enciclopedia de Navarra, XI, Pamplona, 1990, p. 327. MORALES GÓMEZ, A.: Memoria que comprende los principios e
instituciones del Derecho Civil de Navarra, Pamplona, 1884, pp. 17-24. SALINAS QUIJADA, F.: Derecho Civil
de Navarra, II, Pamplona, 1972, pp. 594-607.
24. La sentencia del Tribunal Supremo de 21 de marzo de 1929, sobre división de los montes del valle de
Salazar, dijo: “porque ante la ley, salvo el caso de vecindad forana...lo mismo en Navarra que en territorios de
derecho común, no hay más vecinos que los que lo son de un Municipio...”.
25. ALLI ARANGUREN, J.C.: Naturaleza jurídica y redención del derecho de pastos sobre bienes comunales a favor de los vecinos de otro municipio, RJN, 6-I, 1988, pp. 109-121.
ESTUDIOS
infanzón por sus villanos era preciso que estos tuviesen algo de heredad (Fuero General, Tít.
VII, Cap. VIII, Lib. III).
Sobre los derechos vecinales en pastos de los infanzones que entraran en Orden y de
los monasterios (Fuero General, Tít. XVII, Lib. III, Cap. XVII).
Se regulaba también la privación de vecindad: “Por quoales cosas, et de quoales cosas
pueden los vecinos sacar a luz vezino de vezindad” (Fuero General, Tít. XII, Lib. V, Cap. II).
B) Novísima Recopilación.
Se recoge la regulación que va ampliando y detallando al contenido del Fuero
General con el establecimiento de las condiciones para el gozamiento de vecindades foranas basta ser franco el suelo vecinal (Novís. Recop. Ley 7, Tít. 20, Lib. l). Que los Hijos
Dalgo tengan doble gracia en todo genero de gozamiento, residiendo en los pueblos (Novis.
Recop., Ley X, Tít. XX, Lib. 1º). La medida del Fuero quanto a las vecindades baste tener
los solares por qualquiera parte fuera de los casos de haver pleito pendiente (Novis. Recop.
Ley II, Tít. XX, Lib. 1º).
Los vecinos residentes no admitan a ninguno por vecino forano, sin consentimiento
de los vecinos foranos, y si se averiguare que por esso han recibido alguna cantidad lo restituyan en otro tanto más. (Novis. Recop. Ley XVI, Tit. XX, Lib.1º). Los vecinos residentes
no admitan vecinos foranos sin ser citados los que lo son (Novis. Recop. Ley XVIII, Tít.
XX, Lib. 1º).
El que gozare de vecindad forana por quorenta años continuos cumplidos pacíficamente con ciencia de los residentes, con sus ganados de qualquiera calidad, y pagare el costerage sea havido por vecino forano, aunque no muestre el casal de su vecindad, y los residentes no hagan vedados algunos, ni corte de leña con perjuicio de los vecinos foranos
(Novís. Recop, Ley III, Tit. XX, Lib. 1º). Los que en quarenta años han gozado vecindad
forana no sean obligados a mostrar vecindad (Novis. Recop., Ley IV, Tít. XX, Lib. 1º). Que
se guarde la Ley que habla sobre las vecindades foranas, en orden a que valga la possession
de los quarenta años, aunque sean interpolados. (Novis. Recop., Ley V, Tit. XX, Lib. l).
Que de una vecindad no se puedan hacer dos vecindades para foranos (Novis. Recop.,
Ley VII, Tit. XX, Lib. 1º).
Las vecindades foranas no las pueden vender los que las tuvieren, sino siendo Hijos
Dalgo, despues de haberlos puesto, y contestado pleito sobre sus calidades, pero las puedan
donar a los que la ley dispone (Novis. Recop. Ley XVII, Tit. XX, Lib. 1º).
C) Leyes de las Cortes de Navarra.26
a) Privilegio de la hidalguía.
En las compras de vecindades por personas que no son hidalgos si se ponía pleito para
impedir su pretensión a quienes querían gozar de vecindad forana adquirida por herencia,
26. Actas de las Cortes de Navarra, edición del Parlamento de Navarra a cargo de L.J. FORTÚN PÉREZ DE
CIRIZA, 19 tomos, Pamplona, 1995-1996. Cuadernos de las Cortes del Reino de Navarra, 2 tomos, en Biblioteca
de Derecho Foral, Pamplona, 1964. VAZQUEZ DE PRADA, V.-USUNARIZ GARAYOA, J.M.: Las Cortes de
Navarra desde su incorporación a la Corona de Castilla, 2 tomos, Pamplona, 1993.
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sucesión o compra, no la pudieran gozar ni vender sino sólo transferir en dote a una hija que
se cases con un hidalgo o a sobrino o sobrina que lo fuesen. (Ley LIII de las Cortes de 1642).
b) Medidas de los solares para adquirir vecindad:
La Ley XL de las Cortes de 1652-1654 interpretó al cap. I, tít. XX, lib. III del Fuero
General sobre las dimensiones de la casa o casal cubierto de modo que la medida de los doce
o diez codos bastase tenerla en cualquier parte de la casa, ya que había dudas sobre si esas
medidas debían ser el largo desde la puerta o frente o por los costados.
c) Contenido y alcance de la vecindad.
Todo hijodalgo que poseyera y gozara de vecindad forana en cualquier término por
tiempo de cuarenta años seguidos, pacíficamente y con paciencia de los vecinos residentes y
que además hubiese pagado el costeraje, fuera considerado vecino forano de ese lugar, aunque no pudiese probar su vecindad forana, con las calidades del fuero, y gozara de dichos
términos como cualquier vecino residente; y que los vecinos residentes no hicieran vedados
en los términos, montes, pastos, etc. en daño ni perjuicio del aprovechamiento de los vecinos foranos hijosdalgo. (Ley LII de las Cortes de 1565). Por las Leyes LXI de las Cortes de
1580 y XIV de las Cortes de 1589-1590 se dispuso se guardase la ley LII de 1565 que disponía que los que demostrasen haber gozado de vecindad forana en algún lugar por espacio
de cuarenta años, no fuesen obligados a demostrar el solar de esa vecindad, ya que muchos
jueces de Corte y Consejo no la cumplían. (VI de las Cortes de 1567).
Basta que el suelo fuera libre y franco para que se pudiera tener en él gozamiento de
vecindad forana, pues se había dudado si el suelo debía ser de hidalgos o bastaba con ser
libre y franco (Ley II de las Cortes de 1576).
Por la Ley XVIII de las Cortes de 1576 se dispuso que ningún vecino residente ni
forano pudiese hacer de una vecindad dos vecindades, de manera que gozase sólo de una y
tuviera que vender la otra, pero que esto no se entiende respecto a los vecinos residentes, de
forma que éstos pudiesen hacer de una casa dos casas o vecindades para darlas a sus hijos.
Los vecinos residentes no podían concertarse para no arrendar a los foranos cubiertos y corrales que les obligase a recoger su ganado en otra parte cuando la vecindad era un
privilegio de hidalguía, con pena de cien libras a los alcaldes y regidores que interviniesen
en los contratos y de doscientas a los escribanos. (Ley XII de las Cortes de 1628).
d) Admisión de nuevos vecinos foranos.
La Ley XXXVI de las Cortes de 1604 dispuso que los vecinos residentes no pudiesen admitir a nadie por vecino forano sin la voluntad y el consentimiento de los antiguos
vecinos foranos. La Ley XXXIX de las Cortes de 1632 dispuso una sanción de doble de lo
recibido si se averiguaba que algún residente hubiese admitido algún forano recibiendo dinero por ello.
e) Aprovechamientos.
Los vecinos foranos gozan con todos sus ganados y puercos de las yerbas y aguas,
pastos de bellota y otros aprovechamientos, como hacer leña, tabla, rama, etc. en los términos donde tuvieran sus vecindades foranas, al igual que lo hacían los vecinos residentes; que
en los lugares donde hubiera limitación de ganado, pudiesen gozar de la vecindad forana
hasta el número limitado por los que no tenían ganado; que sin el consentimiento de los veci-
ESTUDIOS
nos foranos hijosdalgo, no se pudieran vender las yerbas ni pastos; y que los pastores de los
foranos pudiesen tener sus horras propias, sin embargo de cualquier costumbre. (Ley VI de
las Cortes de 1567).
f) Pastos y pastores.
Todo hijodalgo que tuviera vecindad podía gozar en el lugar donde la tenía, de las
hierbas y aguas con sus ganados (Cortes de 1538).
En el caso de que los vecinos foranos no tuviesen pastor o guardas propios para su
ganado, lo pudieran poner bajo la custodia del guarda de la ganadería concejil, como cualquier otro vecino residente, habiéndose dado el caso de residentes que habían prohibido que
los ganados de los foranos se acogieran por los guardas concejiles, si no tenían cierto número de cabezas, con grave daño para aquellos. (Ley XXVII de las Cortes de 1593).
g) Facerías.
La Ley XXVIII de las Cortes de 1632 dispuso que donde hubiera facerías los vecinos
foranos gozasen de los términos faceros lo mismo que los vecinos residentes, salvo donde
hubiera costumbre, privilegios o sentencias ganadas contra los foranos, porque sucedía que
a los vecinos foranos no se les dejaba gozar del término facero de aquel lugar donde no eran
vecinos foranos, en contra del Fuero y de la Ley I, tit., XX, lib. 1º de la Recopilación de los
Síndicos.
La Ley XLVII de las Cortes de 1604 se autorizó que los vecinos foranos pudiesen juntar sus ganados con los de los residentes, cuando el número de ganado no fuese suficiente
para formar un rebaño por sí solos; y si los residentes no quisieran admitirlo, los foranos
podían juntar sus ganados hasta el número de uno o dos pastores.
h) Los caseros de los foranos.
Los caseros de los vecinos foranos no pueden tener los mismos derechos limitándose su goce a treinta cabezas de ganado menudo, una bestia y un ganado mayor, o de bueyes,
necesario para cultivar las tierras del vecino forano, y dos yeguas o ganados cerriles; todo lo
cual se le descontaría al vecino forano, ya que si el casero pretendía gozar lo mismo que el
forano vendría a tener dos vecindades, una de residente y otra de forano, lo que está prohibido por la Ley VI, tít. XX, li. II de la Recopilación de los Síndicos. (Ley LVI de las Cortes
de 1652-1654).
i) Régimen para su obtención, venta y goce.
La Ley XXXII de las Cortes de 1780 y 1781 atendió la petición del Reino con cinco
aditamentos a la Ley XLIV de 1743-1744, que rechazó un reparo de agravios sobre limitación de vecinos foranos, en cuanto a
- que cualquiera que en lo sucesivo pretenda vecindad forana haga constar las cualidades con las que debe estar asistido;
- que a los que sean admitidos no se les lleve nada por el pueblo con el título de colación, refresco ni otro alguno en dinero, ni tampoco se les obligue a pagar costeraje;
- que el derecho de retracto que compete a los lugares respecto a la vecindades enajenadas, y que hasta ahora sólo se ha estimado en los contratos de compraventa, proceda
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también en los de permuta, concediendo el tanteo no sólo a los lugares, sino también a los
que lo pretendan por derecho de abolengo;
- para saber el valor justo de la vecindad, se nombrarán dos personas, una por cada
parte que lo regulen;
- en los pleitos tocantes a esta materia ordenó a los jueces que a falta de prueba concluyente o en caso de duda se juzgue siempre a favor de los pueblos, por lo mucho que interesa a sus habitantes que se restrinjan los abusos;
- que jamás recaigan en personas cuya nobleza y calidades no sean notorias y claras;
y encargó a los magistrados públicos que castiguen severamente cualquier fraude.
D) Su derogación por decreto de las Cortes.
Las vecindades foranas eran rechazadas por los vecinos en cuanto limitaban sus posibilidades de aprovechamientos por lo que trataban de desconocerlas o de liberarse de las mismas. Los pueblos de Ancín, Aramendía, Ecala, Eulz, Galbarra, Gastiarin, Larraona,
Mendilibarri, Narcue, Ulíbarri, Viloria y Zudaire adquirieron en 1731 el derecho a no tenerlas por donativos que dieron para la reconstrucción de Roncesvalles27.
A instancia de un número importante de municipios navarros, por Decreto de las
Cortes de 24 de mayo de 1821 se declaró que “quedaban abolidas para siempre las prerrogativas que habían disfrutado los hidalgos de Navarra, conocidas con el nombre de vecindades foranas y porciones dobles, salvándose el derecho al reintegro del capital a los que las
hayan adquirido por compra u otro título oneroso”28.
La reacción absolutista determinó que por Real Decreto de 1 de octubre de 1823 se
declararan nulos todos los actos del periodo constitucional anterior, lo que derogó el Decreto
de 24 de mayo de 1821 dejando vigente las vecindades foranas con su régimen29. El Decreto
de 20 de agosto de 1836 dispuso que no quedaban restablecidas las disposiciones de épocas
constitucionales que no hubieran sido expresamente declaradas vigentes. Así ocurrió con las
leyes de 6 de agosto de 1811 y 3 de mayo de 1823, sobre los señoríos jurisdiccionales, que
habían sido abolidas y fueron parcialmente restablecidas por las leyes de 2 de febrero y 26
de agosto de 183730.
La ley de 15 de junio de 1866 autorizó a los poseedores de fincas gravadas con aprovechamientos constituidos a favor de los pueblos para la redención de los gravámenes. Fue
27. YANGUAS Y MIRANDA, J.: Adiciones al Diccionario de Antigüedades de Navarra, Pamplona, 1843, p.
373.
28. Para MORALES (Memoria...cit., p. 21) las vecindades foranas “tuvieron en el Fuero un carácter exclusivo
de privilegio. Que posteriormente los tres Estados trabajaron sin cesar porque no sólo tuvieran tal carácter, sino por
aumentar el privilegio concediendo la doble porción a los hijosdalgo aunque no residiesen en las villas y lugares.
Que se hicieron efectivamente, cada vez más, de carácter privilegiado y nobiliario aunque sin llegar al extremo
intentado por la nobleza: oponiendo no obstante los pueblos cuantos medios estaban a su alcance para dificultarlas,
negándose de concierto a arrendar cubiertos para los ganados foranos y negándoles el guarderio: Que a pesar de las
leyes, acogían también por precio a otros particulares como vecinos foranos, sin la previa citación ni consentimiento de los que lo eran, suscitándose pleitos y contiendas”.
29. LACARRA (Instituciones...cit., p. 116) recuerda como ALONSO sostuvo el restablecimiento de la vigencia del Decreto de 24 de mayo de 1821 con la restauración del régimen constitucional, para concluir que era necesaria “una disposición que así concretamente lo expresara, y tal disposición no se ha dado”.
30. J. ALONSO (Recopilación y comentarios de los Fueros y Leyes de Navarra, en Biblioteca de Derecho
Foral, II, Pamplona, 1964, pp. 323-324) dice: “Estos privilegios fueron abolidos y derogadas las leyes que los sostenían, por resolución de las cortes generales del reino, fecha 24 de mayo de 1841. Aunque en la reacción de 1823
volvieron los nobles a la posesión de aquéllos privilegios, restablecido el gobierno representativo, lo fue también la
citada resolución de 24 de mayo”. ”Supuesta, pues, la abolición de las vecindades foranas y de la doble porción,
que en los aprovechamientos vecinales correspondían a los nobles o hidalgos, ya no pueden los ganados de éstos
pastar sin limitación las yerbas de los pueblos: están reducidos al mismo igual derecho que los demás vecinos residentes, y limitados a los del pueblo en que tengan la vecindad de residencia con arreglo a las leyes”.
ESTUDIOS
confirmada por los artículos 602 y 603 CC31. Esta disposición fue el origen de varios procesos de redención de corralizas debatiéndose el alcance de la titularidad del derecho y del
dominio, denegándose la redención cuando no constaba el dominio del terrenos (R.O. 4 de
julio de 1891; SSTS 11-12-1923 Y 5-6-1924).
El no restablecimiento del citado decreto dio lugar a que los Tribunales declarasen
que las vecindades continuaban vigentes. La sentencia del Tribunal Supremo de 24 de mayo
de 1867, que rechazó el recurso de casación contra la sentencia de la Audiencia de Pamplona
de 11 de octubre de 1866, declaró su vigencia, porque “si bien por el Decreto de las Cortes
de 24 de mayo de 1841 se abolieron las vecindades foranas, este decreto no fue después restablecido; y que no se comprendieron tampoco, ni se entendió que pudieran estarlo en las
disposiciones derogatorias de los privilegios exclusivos, privativos y prohibitivos, quedando
por ello subsistentes en Navarra”32.
3. DOCTRINA DE LA DIPUTACIÓN.
A) Sobre su régimen.
- Se pronunció sobre la vigencia del derecho histórico al declarar que el goce de aprovechamientos por vecindad forana ha de sujetarse a las reglas forales establecidas. (Sesión
de 30 de mayo de 1865, Libro 72, Ulzurrun y Azanza).
- Para disfrutar de vecindad forana son indispensables los requisitos prevenidos en las
leyes forales. (Sesión de 1 de octubre de 1866, Libro 73, Allo).
- Mientras un pueblo no redima la vecindad forana que tenga en él un individuo, se
atendrá a la ley XIX, titulo XX; Libro lº de la Novísima Recopilación de Navarra. (Sesión
de 13 de marzo de 1867, Libro 74, Olleta).
- La circular de la Diputación de 22 de Julio de 1882 y decretos posteriores se refieren a los hacendados forasteros, dejando intactos los derechos de los vecinos foranos.(Actas
de 8 y 9 de octubre de 1883, Libro 103, Lezaun, Irujo).
- Los acuerdos de 20 de octubre de 1894 (libro 124, folio 22, Ezprogui) y 21 de
noviembre de 1896 (Libro 129, folio 44, Legasa) sistematizaron el régimen de los aprovechamientos de bienes comunales por vecinos foranos.
B) Competencias de la Diputación.
Por R.D. de 20 de junio de 1906 se señaló la competencia de los Tribunales y la de la
Diputación de Navarra en cuestiones sobre vecindades foranas. (Gaceta del 25 de junio de
1906). Recogido en la R.O. de 21 de Junio de 1906. (Acta de 23 de julio de 1906, Libro 150,
folio 181 v.)
31. Art. 603 CC: “El dueño de terrenos gravados con la servidumbre de pastos podrá redimir esta carga
mediante el pago de su valor a los que tengan derecho a la servidumbre...”. Art. 604: “ Lo dispuesto en el artículo
anterior es aplicable a las servidumbres establecidas para el aprovechamiento de leñas y demás productos de los
montes de propiedad particular”.
32. SANCHO REBULLIDA, F.: Jurisprudencia Civil Foral de Navarra, II, pp. 1220-122. SÁNCHEZ
ROMÁN, F.: Estudios de Derecho Civil, II, Madrid, 1911, p. 672 alude a la citada sentencia diciendo: “A pesar de
una sentencia del Tribunal Supremo, es opinión general que esta institución de la vecindad forana es puramente
histórica y carece de valor en la actualidad”. Por su parte, COVIÁN (El Derecho Civil...cit. p. 251) dijo: “Degenerada la vecindad forana en la forma expuesta, convertida en un privilegio puramente personal que se transmitía por
toda clase de contratos, se apartó de lo que esos derechos tienen de reales en otras provincias y países y en la
misma antigua legislación de Navarra, y examinada la cuestión bajo tal aspecto, siempre resultará de dudosa conveniencia la doctrina del Tribunal Supremo”.
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Las competencias de la Diputación sobre las vecindades foranas se concretaron en los
siguientes acuerdos.
a) Carecía de competencias para decidir sobre su existencia.
- Sobre la existencia de una vecindad forana no decide la Diputación. (Sesión de 7 de
febrero de 1888, Libro 112. Arguiñano).
- La Diputación no es competente para declarar si un individuo tiene una vecindad
forana que alega habérsela comprado a otro, al cual niega el pueblo el derecho de venderla.
(Sesión de 26 de enero de 1905, Libro 147, Azcona).
- Resuelta por los tribunales una cuestión sobre si los vecinos de un pueblo son vecinos foranos de otro, ambos pueblos someten a la resolución de la Diputación sus diferencias
sobre el alcance de la declaración hecha por los tribunales. (Sesión de 19 de mayo de 1905,
Libro 148, Zuazu y Ecay).
- No está en las facultades de la Diputación el declarar si un individuo está en posesión de una vecindad forana, si es o no dueño de ella. (Sesión de 30 de julio de 1907, libro
152, Indurain).
b) Sobre reconocimiento de su vigencia.
- El pueblo que quiera impugnar la vecindad forana que disfrute un individuo, podrá
entablar la reclamación ante quien corresponda, respetando entretanto la foranía que aquel
viene disfrutando. (Sesión de 17 de septiembre de 1860, Libro 68, Janariz).
- En sesiones de 8 y 9 de octubre de 1883 declaró vigentes varias vecindades (Libro
103, Lezaun e Irujo).
- Sobre la subsistencia de vecindades foranas adquiridas decide la Diputación, como
también sobre la procedencia de las denuncias y multas sufridas por los dueños de aquellas
vecindades, por no presentar los documentos justificativos de su derecho. (Sesión de 14 de
mayo de 1904, Libro 146, Arguiñano y otros pueblos).
- La Diputación ordena que se respete la posesión de vecindad forana, con todos sus
efectos, mientras no se declare por quien corresponde extinguirla. (27 de abril de 1905, Libro
148, Gulina, Sarasate).
c) Materias de naturaleza administrativa.
- Las cuestiones sobre aprovechamientos de pastos comunales por vecinos foranos,
son administrativas. (R.D. de 20 de enero de 1883, B.O. núm 94).
- Es competencia de la Diputación decidir sobre la procedencia de las denuncias y multas sufridas por los dueños de las vecindades foranas, por no presentar los documentos justificativos de su derecho. (Sesión de 14 de mayo de 1904, Libro 146, Arguiñano y otros pueblos).
- En cuestiones sobre servidumbre de foranía en un pueblo a favor de los vecinos de
otro resuelve la Diputación acordando su redención, fijando las bases y sujetándolas a la
aprobación de los dos pueblos. (Sesión de 13 de febrero de 1905, Libro 143, Zuazu y Ecay).
- Visto el escrito del Concejo de Guerguetiain relacionado con la declaración de
vecindad forana que pretende obtener D. José Castillo, vecino de Indurain, se dispuso que
dicho Concejo practique una información testifical para saber si el Sr. Castillo está o no en
posesión de la vecindad forana que reclama. (Sesión de 10 de enero de 1907, Libro 151).
ESTUDIOS
d) Competencia de los Tribunales.
- Los vecinos que quieran impedir a otro el goce de aprovechamientos en terrenos de
los cuales se crean propietarios, deben acudir al Tribunal de Justicia. (Sesión de 29 de enero
de 1846, Libro 50, Oroquieta).
- Los incidentes sobre vecindad en los cuales se ventile cuestión de propiedad, serán
resueltos por el tribunal competente. (Sesión de 15 de diciembre de 1868, Libro 76,
Uzquita).
- Se reconocen como propias del ámbito de la jurisdicción civil las cuestiones relativas a la existencia del derecho y cuanto afecte a cuestiones de orden civil. Por R.D. de 20 de
junio de 1906 se señaló la competencia de los Tribunales y la de la Diputación de Navarra
en cuestiones sobre vecindades foranas. (Gaceta del 25 de junio de 1906). Recogido en la
R.O. de 21 de Junio de 1906. (Acta de 23 de julio de 1906, Libro 150, folio 181 v.)
- Resuelta por los tribunales una cuestión sobre si los vecinos de un pueblo son vecinos foranos de otro, ambos pueblos sometieron a la resolución de la Diputación sus diferencias sobre el alcance de la declaración hecha por los tribunales. (Sesión de 19 de mayo de
1905, Libro 148, Zuazu y Ecay).
- El forano que se considere lesionado en sus derechos civiles con los impuestos que
el Ayuntamiento o el concejo establezca sobre el disfrute de los aprovechamientos comunales, puede acudir a donde corresponda. (Sesión de 11 de agosto de 1905, Ilzarbe).
- La declaración de existencia de vecindad forana a favor de un individuo corresponde al tribunal ordinario. Para sus aprovechamientos comunales seguirán las disposiciones de
la Diputación. (Sesión de 10 de marzo de 1900, libro 138, Ubago).
C) Vigencia del derecho de vecindad.
- Un vecino forano no puede ser privado de los goces a que, como tal, tiene derecho,
mientras este no le sea indemnizado por el pueblo. (Sesión de 14 de diciembre de 1868,
Libro 76, Ubani ).
a) Reconocimiento y prueba.
- Debe ser reconocido como vecino forano, aunque no acredite su nobleza, a quien
compró un sitio casal en su vecindad y goce de yerbas y otros aprovechamientos. (Sesión de
17 de diciembre de l842, Libro 47, Ayesa). También el poseedor de un palacio de cabo de
armería. (Sesión de 27 de julio de 1859, Libro 66, Elizondo).
- La existencia del derecho ha de ser acreditado ante el municipio o concejo. El que
pretenda disfrutar los beneficios de vecindad forana ha de acreditar previamente que la tiene,
ante quien corresponda. Hecho así, el pueblo quedará obligado a respetar su derecho. (Sesión
de 6 de noviembre de 1890, Libro 116, Arizala).
- No habiendo probado D. José Castillo, de Indurain, que se halla en posesión de
vecindad forana en el pueblo de Guerguetiain, se dispuso que el alcalde de este pueblo cumpla el decreto de 5 de marzo ultimo relativo a la denuncia de que fue objeto por corta abusiva de arboles; devolviéndose al Sr. Castillo el inventarío de bienes aportado como prueba del
expediente. (Sesión de 20 de julio de 1906, Libro 150). Por no haber probado su posesión de
vecindad forana, se declaró que no ha lugar a conceder el permiso solicitado por D. José del
Castillo para verificar una limpia en el monte. (Sesión de l de agosto de 1906).
LAS “VECINDADES FORANAS”...
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JUAN CRUZ ALLI ARANGUREN
b) No le afecta la pendencia de litigio.
- El ejercicio del derecho no se niegue a quien tiene pendiente de fallo del Tribunal
de Justicia sobre su vecindad forana. (Sesión de 18 de Julio de 1846, Libro 51, Eneriz). Su
goce no se suspenderá mientras la autoridad a quien corresponda no resuelva sobre
ello.(Sesión de 15 de octubre de 1888, Libro 113).
c) Inquilinos.
- Los inquilinos de vecinos foranos no disfrutarán los derechos de los foranos mientras hagan uso de ellos los propietarios de los mismos. (Sesión de 7 de marzo de 1846, Libro
50, Belascoain).
d) Redención.
- El derecho de vecindad está vigente y su régimen será el propio del Derecho de
Navarra hasta tanto se produzca su redención (Sesión de 13 de marzo de 1867, libro 74,
Olleta), con abono de indemnización (Sesión de 14 de diciembre de 1868, libro 76, Ubani).
- La Diputación es competente para acordar la redención y fijar sus bases (Sesión de
13 de febrero de 1905, libro 148, Zuazu y Ecay). En sesión de 6 de junio de 1906 se aprobó
un informe de la Dirección de Montes de fecha 25 de junio, proponiendo la forma en que
puede hacerse la redención de los derechos de vecindad forana que el pueblo de Ecay tiene
sobre el monte de Zuazu y se dispuso que se practique el deslinde y amojonamiento, cuyas
operaciones serán presenciadas por comisionados de ambos Concejos interesados en el
asunto y el Alcalde Secretario del Valle de Araquil. (Libro 163).
- Se facultó a la oncena de Iturgoyen para evaluar y luir una vecindad forana utilizando para ello la cantidad que tiene consignada en los presupuestos actuales con ese objeto; advirtiéndose que de haber diferencias en la valoración se nombren peritos competentes
por ambas partes. (Sesión de 9 de octubre de 1907, Libro 163).
D) Aprovechamientos.
- Los derechos de los foranos son los mismos que los que tienen los vecinos sobre los
comunales, sin que exista derecho a que se reparta cantidades de los fondos del común y, si
se hubiera hecho, deberá reintegrarse inmediatamente. (Sesión de 29 de febrero de 1868,
libro 75, Valle de Salazar).
- La regla general es la de que el poseedor de una vecindad forana debe sujetarse en
todo aprovechamiento a las mismas condiciones que los vecinos residentes. (Sesión de 5 de
febrero de 1902, Libro 141. Folio 141, Lezaun).
- El hecho de ser vecino forano de dos pueblos congozantes de las Bardenas Reales
no da derecho a ninguna clase de aprovechamiento en las mismas. (Sesión de 15 de mayo de
1903, libro 144, Tudela, Fitero).
a) Pastos.
- Los denominados foranos no tienen por ahora derecho a pasturar con otros ganados
que los de reja y labor en los terrenos comunales de los pueblos en que hubieren sido foranos. (Sesión de 11 de abril de 1883, libro 101, Lezaun).
- Los foranos de dos pueblos que tienen una faceria, tienen derecho a disfrutar los
pastos de la misma y de ambas jurisdicciones. (Sesión de 12 de noviembre de 1904, Libro
147, Torres).
ESTUDIOS
- Los foranos tienen igual derecho que los residentes respecto de los pastos comunales, y por el aprovechamiento de estos no se exigirá a los primeros mayor cuota que a los
segundos.(Sesión de 16 de octubre de 1905, libro 149, Mendavia).
b) Leñas.
- Los vecinos foranos tienen, por ahora, derecho a extraer leña de los montes comunales. (Sesión de 5 de abril de 1883, Libro 101, Asin).
- El aprovechamiento de leñas por vecinos foranos ha de hacerse consumiéndolas
dentro de la demarcación municipal a que corresponde el monte, pero no para extraerlas a
otro pueblo distinto (Sesión de 20 de octubre de 1894).
- El vecino forano de un pueblo no tiene en este derecho a mas leña que la que consuma en él, si tiene casa abierta, cuando cultive sus fincas. (Sesión de 7 de marzo de 1904,
libro 146, Muniain).
- Al vecino forano de un pueblo se le debe entregar igual cantidad de leña que a los
vecinos residentes. (Sesión de 11 de noviembre de 1905, Libro 149, Gulina).
- El derecho de los foranos a aprovechamiento de leña es y se entiende con relación a la
que se consume dentro de la demarcación municipal a que corresponde el monte, pero no para
extraerla a otro pueblo distinto. (Sesión de 19 de diciembre de 1905, Libro 149, Villamayor).
4. JURISPRUDENCIA.
A lo largo del siglo XIX fueron muy numerosos los litigios sobre las vecindades
foranas, como lo acredita la doctrina dictada por la Diputación y la existencia de varias sentencias de la Audiencia de Pamplona y del Tribunal Supremo, que ayudan a entender la
vigencia, naturaleza y régimen de la institución.
A) Sentencia de la Audiencia de Pamplona de 15 de febrero de 185833:
a) Vigencia.
Reconoce la vigencia de las vecindades y de las normas históricas al invocar la Ley
de las Cortes de 1780 y 1781 en cuanto a la prueba contradictoria de la vecindad, al derecho
de retracto de los lugares en los contratos de compra y en permutas y en la valoración de la
vecindad por peritos.
b) Titularidad y retracto.
El derecho de vecindad sólo se podía tener si se disponía de los “requisitos prevenidos en dicha ley 32”, de modo “que aunque el vendedor tuviese el derecho de vecindad y lo
vendiese, no podía recaer sino en noble, según dicha ley, y el pueblo debía contradecir primero este derecho antes de interponer el retracto”.
c) Derecho de retracto.
La venta de fincas no implicaba la de la vecindad forana, de modo que “no podía
retraerse cuando llegase la época del retracto, más que la vecindad y no las fincas, ya por-
33. SANCHO REBULLIDA, F.: Jurisprudencia Civil Foral de Navarra, 3 tomos, Pamplona, 1997, I, Marginal 29, pp. 24-25.
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que la ley no lo extiende a éstas, y no puede extenderse siendo odiosos, ya porque la ley lo
limita a la vecindad...siendo la vecindad vendible y sujeta a tasa, si no se habló de ella en la
venta, no se puede decir que se entiende implícitamente vendida, ni basta decir que se tiene
casa para alegar vecindad forana”.
B) Sentencia de la Audiencia de Pamplona de 11 de octubre de 186634:
a) Vigencia.
Se hallan vigentes porque “no pueden decirse derogadas por las leyes generales de la
Nación, toda vez que si bien es verdad que aquéllas lo fueron expresamente por decreto de
las Cortes de 24 de mayo de 1821, también lo es, que este no fue restablecido por las generales de 1836 ni las posteriores, como era necesario y lo exigían el Real Decreto de 20 de
agosto de dicho año de 1836, viniendo, por consiguiente, a quedar subsistentes las dichas
vecindades foranas”.
b) Título de propiedad.
Califica a las vecindades de “otro título de propiedad, tan legítimo como el censo,
según la legislación especial vigente hoy en esta provincia”, y “uno de tantos modos de
adquirir y transmitir el dominio”,
c) Contenido.
Su contenido es el “goce de la vecindad y sus aprovechamientos, contribuyendo con
las cargas correspondientes”,
d) Adquirible por prescripción.
Se puede adquirir por prescripción: “que a parte de ese título y a mayor abundamiento ha probado el demandado tener a su favor otro tan justo y legítimo cual es la posesión
constante y a la vista, ciencia y paciencia de los vecinos de Javerri y de los foranos y censatarios del lugar desde dicho años de 1784...todo lo cual unido a la buena fe y justos títulos
que adornaban la dicha constante posesión, constituye la prescripción de que hablan el capítulo 1º, título 5º, libro 2º del Fuero General y las leyes 1ª, 3ª y 4 ª del título 4º, libro 4º de la
Novísima Recopilación de Navarra”.
C) Sentencia del Tribunal Supremo de 24 de mayo de 1867.35
Rechazó el recurso de casación contra la sentencia de la Audiencia de Pamplona de
11 de octubre de 1866 declarando la vigencia de las vecindades foranas porque “si bien por
el Decreto de las Cortes de 24 de mayo de 1841 se abolieron las vecindades foranas, este
decreto no fue después restablecido; y que no se comprendieron tampoco, ni se entendió que
pudieran estarlo en las disposiciones derogatorias de los privilegios exclusivos, privativos y
prohibitivos, quedando por ello subsistentes en Navarra”.
34. SANCHO REBULLIDA, F.: Jurisprudencia...cit., I, marginal 124, pp. 119-120.
35. SANCHO REBULLIDA, F.: Jurisprudencia...cit., I, marginal 125, pp. 120-122. Legislación Foral de
España. Derecho Civil vigente en Navarra, con prólogo de D. F.J. Castejón, marqués del Vadillo, I, Madrid 1888,
pp. 72-81.
ESTUDIOS
D) Sentencia de la Audiencia de Pamplona de 1 de octubre de 186936.
Confirmó la vigencia declarando que “cualquiera que fuera el origen de las vecindades foranas han perdido en día su carácter odioso, toda vez, que se transmiten del mismo
modo y forma que el derecho reconoce para las demás traslaciones de dominio particular, sin
atender a las cualidades personales de los contrayentes”.
E) Sentencia del Tribunal Supremo de 13 de junio de 187037.
Dictada en recurso de casación contra la de la Audiencia de Pamplona de 1 de octubre de 1869 declaró
a) Vigencia.
Vigencia en cuanto “que el decreto de las Cortes de 8 de junio de 1813, restablecido
y aclarado en 6 y 23 de septiembre de 1836, al abolir las prestaciones que desmembraban la
propiedad territorial respetaron como era justo, las que procedían de título legítimo y eficaz
con arreglo a derecho constituido”.
b) Título y calificación como servidumbre de pastos.
Declara “que la servidumbre de pastos, cuya exención ha sido objeto del presente litigio, se halla legitimada ya por el transcurso de más de un siglo, por el que viene ejerciéndose sin contradicción alguna por parte de los predios sirvientes, ya por los reconocimientos
ejecutados con repetición...”
c) Transmisibilidad.
“...ya por la transmisión y enajenación por título oneroso de tales derechos a un tercero...y por las declaraciones solemnes y repetidas de los Tribunales de Justicia en las ejecutorias de 1857 y 1861”.
F) Sentencia de la Audiencia Territorial de Pamplona de 5 de octubre de 187038,
confirmada por la del Tribunal Supremo de 8 de marzo de 187239.
a) Vigencia.
Subsistente en Navarra la vecindad forana “porque no se restableció la ley de Cortes
de 14 de mayo de 1821 y así se halla declarado por sentencia del Tribunal Supremo de 26 de
mayo de 1867 y otras de esta Audiencia...”.
b) No tiene naturaleza de servidumbre.
Se trata de “un derecho perfecto y no tiene el carácter y condiciones de servidumbre
constituida sobre fundo ajeno y a favor de otro que no sea su dueño, circunstancias esenciales y graciosas para que exista la servidumbre, siendo axiomático que ha de gravitar sobre
cosa ajena y que ésta ha de prestar servicio a otra persona que no sea el propietario”.
36. SANCHO REBULLIDA, F.: Jurisprudencia...cit., marginal 151, pp. 153-154.
37. SANCHO REBULLIDA, F.: Jurisprudencia...cit., marginal 152, pp. 154-155.
38. SANCHO REBULLIDA, F.: Jurisprudencia...cit., marginal 167, pp. 167-168.
39. SANCHO REBULLIDA, F.: Jurisprudencia...cit., marginal 168, pp. 168-169.
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c) Contenido.
La vecindad “concede derechos en comunidad, con los demás vecinos, a los bienes
comunes de aquel Concejo, que no siendo privativamente de ninguno, en cuanto a la propiedad, pertenecen al común de dicha villa, y en cuanto al uso a todos y cada uno de sus vecinos, ora los disfruten en conjunto, ora los dividan, ora sirvan sus productos para objetos de
utilidad común, como sucede con las hierbas y los pastos del Campestre, conforme a lo prescrito en las leyes 3ª, 9ª y 10ª, título 28, Partida 3ª”.
d) No puede ser objeto de la prescripción.
“no puede admitirse que el derecho de vecindad forana...sea una servidumbre continua ni discontinua”, rechazando la aplicación del régimen de la prescripción “si la cosa fuera
prescriptible, que no lo es...”40.
e) Exención de pago.
Se invoca la ley 32 de las Cortes de 1780 y 1781 “sobre servidumbres foranas y que
estas se respeten siempre que estuviesen legalmente adquiridas; siendo muy apreciable lo
ordenado en el capítulo 3º de la repetida ley, en cuanto por él se exime de pagar costeraje por
los años que, usando de su libertad, no disfruten los aprovechamientos vecinales y quieran
utilizarlos sus sucesores, lo hagan sin que nada pueda exigírseles por aquel concepto...”.
G) Sentencia de la Audiencia Territorial de Pamplona de 4 de noviembre de
189741.
a) Vigencia.
Mantiene la subsistencia a pesar de haberse abolido los privilegios, “muy especialmente desde que el Tribunal Superior en su sentencia de 15 de mayo de 1867, sentó la doctrina de que si bien por el Decreto de las Cortes de 24 de mayo de 1821 se abolieron las
vecindades foranas, este decreto no fue después restablecido; y que no se comprendieron
tampoco ni se entendió que pudieran estarlo en las disposiciones derogatorias de los privilegios exclusivos, privativos y prohibitivos, quedando por ello subsistentes en Navarra”.
b) Contenido.
“Que el principio de vecindad forana, da derecho a gozar de los aprovechamiento
comunales de un pueblo. Aun cuando en él no se resida, en la misma proporción que cualquier otro vecino residente”, En este caso se traba de los aprovechamientos por los vecinos
de Ecay de madera, leña, hojarasca, helechos y pasturación del ganado de cerda en los robledales y hayedos de Zuazu.
c)Títulos.
“Si bien en un principio fue establecido a favor de las clases aristocráticas como privilegio de que podía usar todo Infanzón o Hijodalgo que tuviera casa o sitio casal en el pueblo, tales derechos fueron después objeto de concesiones de los pueblos, ya gratuitas, ya
40. Lo fundamenta en las sentencias del TS de 28-9-1860, 17-12-1864 y 24-2-1865, “conforme con lo dispuesto en las leyes 7ª, título 29, Partida 3ª, y 2ª, título 8º, libro 1 de la Novísima Recopilación del Reino, versando
la cuestión sobre fuero de Navarra, a esta legislación especial hay que recurrir, con exclusión de las leyes 9ª, título
19, Partida 6ª y otras que tratan de la prescripción de dominio y acciones, como también lo sancionó el Tribunal
Supremo en sentencia de 31 de diciembre de 1864m al título 37, libro 2º de la Novísima Recopilación de Navarra,
que es el único que de prescripción trata”.
41. SANCHO REBULLIDA, F.: Jurisprudencia...cit., marginal 382, pp. 440-444.
ESTUDIOS
remuneratorias de servicios prestados, ya también por cantidades determinadas a título de
compra...”
d) Prescripción.
“Que las leyes 2ª y 3ª del título 20 del libro 1º de la Novísima Recopilación dispusieron que cualquier natural de este Reino que poseyera y gozara de vecindad forana en los
términos y montes de cualquier lugar por tiempo de cuarenta años cumplidos, pacíficamente a ciencia y paciencia de los vecinos residentes, con sus ganados, y pagare el costeraje
fuese habido por vecino de tal lugar, aunque no probase el casal de la vecindad forana...la
justificación basta que se concrete a la posesión pacífica y sin contradicción por más de cuarenta años pagando el costeraje”,
e)Titulares.
“tanto puede ostentar ese derecho un individuo como una colectividad, al igual que
los demás derechos con tanto mayor motivo cuanto que no se cita ninguna ley ni doctrina
que excluya ese derecho de las reglas generales concretando su ejercicio a individualidades”.
H) Sentencia del T.S. de 30 de junio de 189842.
Rechazó la casación contra la sentencia anterior, declara subsistente en Navarra las
vecindades foranas.
a) Vigencia:
“...según la sentencia de este Tribunal de 24 de mayo de 1867, las vecindades foranas
han quedado subsistentes en Navarra, ya porque el decreto de las Cortes de 24 de mayo de
1821, que las abolió, no fue después restablecido, ya porque tampoco se comprendieron ni
se entendió que pudieran estarlo en las disposiciones derogatorias de los privilegios exclusivos, privativos o prohibitivos; y partiendo de tal doctrina es evidente que al reconocer la Sala
ese derecho a los vecinos de Ecay, no infringe la ley de 6 de agosto de 1811 ni las demás que
con aquella se citan...”
b) Titulares:
“las leyes del título 20 de la Novísima Recopilación de Navarra que al tratar de esa
institución se refieren a los hijosdalgo, deben considerarse aplicables a todos los que por
cualquier título adquieran o hubieran adquirido la vecindad forana...ninguna de ellas, explícita o implícitamente, prohibe que la vecindad forana sea disfrutada por una corporación o
colectividad”
c) Prescripción:
La tercera ley del título 20 establece “como título legítimo de adquisición de la referida vecindad la posesión de cuarenta años unida al pago de costeraje”.
42. Recogida por LACARRA MENDILUCE, V.: Instituciones...cit., I, pp. 509-511; en Biblioteca de Derecho
Foral...cit., pp. 546-547.
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IV. LA VECINDAD FORANA EN EL FUERO NUEVO.
1. RÉGIMEN JURÍDICO.
La Ley 392 del Fuero Nuevo regula la vecindad forana dentro de las “comunidades
de bienes y derechos”, junto con otra variantes como son las “facerías”, los “helechales” y
el “dominio concellar” (Tit. II, lib. 2º). Se trata de una “participación en el disfrute de los bienes comunales concedida por los municipios”, con las siguientes características:
A) Título: “está constituida por título administrativo” (1º), sin que puedan constituirse en lo sucesivo (4º).
B) Naturaleza: “tiene naturaleza civil y carácter de derecho real”(1º), que grava los
terrenos comunales (2º).
C) Es un derecho enajenable y permutable (3º), con las limitaciones derivadas de los
derechos de los pueblos (2º y 3º).
D) Los pueblos tienen derecho de redención y retracto sobre la vecindad:
a) Redención mediante pago: “los pueblos cuyos terrenos comunales se hallen gravados ...podrán redimirlas mediante el pago de su valor a los que tengan derecho a ellas. A falta
de convenio, el capital para la redención se determinará en consideración al valor de los aprovechamientos y al beneficio que la redención aporte”43.
b) Al retracto en la enajenación y permuta: en los plazos de la Ley 458 para el retracto
gentilicio, con preferencia a éste (Ley 392.3º y Ley 446). “En caso de permuta, se determinará
el valor de la vecindad por tasación de dos peritos nombrados uno por cada parte, y, si hay discordia, de un tercero por acuerdo de aquéllos o, en defecto de acuerdo, por el Juez” (3º).
El citado régimen jurídico hace a la vecindad una institución próxima a la “corralizas” (Leyes 379-383) en cuanto derecho de aprovechamiento sobre finca de origen comunal
(Ley 379.2º), transmisible inter vivos o mortis causa (Ley 379.1º) y redimible a instancia del
municipio cuando grave bienes comunales (Ley 382). Lo mismo ocurre respecto a los “helechales” como derecho de aprovechamiento en montes comunales con redención y retracto
como en las corralizas (Leyes 388 y 390).
La redención y el retracto de los derechos de aprovechamiento es un modo de refundición de derechos o dominios limitados para que las entidades locales dispongan de todas las
facultades sobre los bienes comunales en beneficio del común de los vecinos. La refundición,
redención y expropiación de tales aprovechamientos tiene sus antecedentes en la legislación
de montes para facilitar su repoblación (Arts. 6 y 9 de la Ley de Montes de 1863; 62 , 75 y
ss. del Reglamento de 17 de mayo de 1865; 35 del Reglamento de 17 de octubre de 1925, y
3 y 4 del R.D. de 26 de julio de 1926; R.D. de 25 de junio de 1926 sobre redención de foros;
arts. 23 de la Ley de 8 de junio de 1957, 13-17 del Reglamento D. 485/1962, de 22 de febrero). La L.F. 13/1990, de 31 de diciembre, de protección y desarrollo del patrimonio forestal
de Navarra, reconoce el derecho de tanteo y retracto sobre los enclaves sitos en los montes
43. La redención de los derechos y cargas existentes sobre el patrimonio comunal para poder destinarlo a su
mejor explotación está prevista en la LF 8/1985, de 30 de abril, de financiación agraria. Tiene entre sus objetivos la
“defensa y mejora de los bienes comunales” (Art. 2.1.c), por medio de actividades tales como “las inversiones y
gastos destinados al deslinde, amojonamiento y adquisición de bienes comunales, a la redención de servidumbres,
corralizas u otras limitaciones del dominio, así como los de escrituración e inscripción de los bienes citados en el
Registro de la Propiedad” (Art. 9.1), por medio de subvenciones, préstamos y beneficios que “sólo podrán concederse a los Ayuntamientos, Concejos y demás Entidades administrativas de Navarra” (Art. 11).
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catalogados (Art. 15.1), exige la justificación de los gravámenes (Art. 16.1), permite limitar y
prohibir el pastoreo (Art. 24.1) y declarar la incompatibilidad de un gravamen (Art. 28.1).
2. NATURALEZA JURÍDICA.
Cual sea su naturaleza jurídica no ha sido una cuestión pacífica habiendo utilizado
la calificación de servidumbre y la de derecho real de goce.
A) Comunidad de bienes.
El encuadramiento de tal institución en el mismo capítulo V del título II del libro 2º
les atribuye una cierta homogeneidad que justifica la sistemática, como variantes de la
“comunidad de bienes y derechos”, en cuanto que el bien sobre el que recaen tales aprovechamientos tiene distinto titular del que lo es de unos beneficios que constituyen el valor más
importante de aquel.
Tal consideración es consecuencia de una antigua jurisprudencia que calificó de comunidad de bienes la división del dominio y de los aprovechamientos entre partícipes distintos
(SS.TS 9-3-1893, 8-4-1909, 9-5-1922, 25-1-1928 y 21-11-1929). Fue contradicha por otra que
reconociendo que no se producía una comunidad conforme al artículo 392 CC, entendió que
se trataba de una relación jurídica análoga (SS.TS 19-4-1901, 9-7-1903. 3-4-1909 y 6-7-1920).
La idea del condominio o comunidad germánica fue defendida por ARIN para “cualquiera que posea como dueño uno de esos disfrutes dominicales principales de la tierra (arbolado,
siembra o cultivo, pastos, etc.) es ...copartícipe en la comunidad de bienes y verdadero condueño”44. De tal modo que “cualquier disfrute de los principales o fundamentales de una tierra,
por su naturaleza, destino, capacidad productiva, como son los pastos, arbolado, roturación y otros
de esta índole, poseídos en su integridad y en común, con igualdad cualitativa de derechos”45.
Tal posibilidad fue negada por OSSORIO para quien “en el supuesto de que ese derecho corresponda a una pluralidad de personas en régimen de comunidad, tendremos la servidumbre de comunidad de pastos o servidumbre de pastos ejercita en común”46.
La naturaleza de comunidad de derechos fue atribuida por la sentencia de la Audiencia
de 5 de octubre de 1870, confirmada por la del Tribunal Supremo de 8 de marzo de 1872, al
decir que la vecindad “concede derechos en comunidad, con los demás vecinos, a los bienes
comunes de aquel Concejo”, rechazando expresamente la idea de servidumbre: “no puede
admitirse que el derecho de vecindad forana ...sea una servidumbre continua ni discontinua”.
Se trata de “un derecho perfecto y no tiene el carácter y condiciones de servidumbre constituida sobre fundo ajeno a favor de otro que no sea su dueño...siendo axiomático que ha de gravitar sobre cosa ajena y que ésta ha de prestar servicio a otra persona que no sea el propietario”.
B) Servidumbre.
No han faltado quienes han calificado a las vecindades foranas de servidumbres. Para
COVIÁN “es un error el creer que el ejercicio de un derecho de uso forestal vaya unido a la
condición de vecino o indígena del país. La servidumbre existe en provecho de los inmuebles
independientes de toda división territorial, y su ejercicio no está subordinado a la circunstancia de que el usuario habite el término municipal donde se encuentran situados los predios sir-
44. ARIN Y DORRONSORO, F.: Problemas...cit, p. 172.
45. ARIN Y DORRONSORO, F.: Problemas...cit, p. 292.
46. OSSORIO MORALES, J.: Las servidumbres personales, Madrid, 1936, p. 97.
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vientes; en efecto, si se trata del aprovechamiento de leñas, son las casas el predio dominante, siquiera se llame usuarios a sus habitantes, porque son los que ejercitan las servidumbres
adscritas a los inmuebles. Es una consecuencia de la realidad del Derecho, y es en lo que estos
usos difieren de los personales; hay predios sirvientes, las aguas, pastos, leñas, etc.”47.
SANCHO REBULLIDA presentó una enmienda a la ley 369 el 14-10-1961 proponiendo su incorporación al título III por tratarse de una institución típica, ya que su origen
histórico y su modo público de concesión no permitían que su contenido fuera una participación en el dominio, sino un aprovechamiento privado y concurrente con otros de los vecinos en el dominio comunal. Propuso una nueva redacción en la que se decía: “Las existentes en la actualidad, aunque constituidas por título administrativo, tienen naturaleza civil y el
contenido de un derecho real de servidumbre de pastos...”48. Tal opinión es coincidente con
la de OSSORIO para quien “la servidumbre de pastos es el derecho concedido a una o varias
personas de que sus ganados pasten en uno o varios predios ajenos, derecho que está comprendido en el artículo 531 del Código Civil, puesto que representa un gravamen...en el
supuesto de que ese derecho corresponda a una pluralidad de personas en régimen de comunidad, tendremos la servidumbre de comunidad de pastos ejercida en común”49.
Apoyaría esta calificación la posibilidad de transmisión de las servidumbres personales en cuanto son hipotecables (Art. 107.5 LH), así como la de su redención por el dueño del
predio sirviente aun en contra de los titulares de la misma (Arts. 603 y 604 CC).
Así lo hizo la sentencia del Tribunal Supremo de 13 de junio de 1870 al hablar de una
“servidumbre de pastos”. Tal naturaleza fue rechazada por la sentencia de la Audiencia de
Pamplona de 5 de octubre de 1870, confirmada por la del Tribunal Supremo de 8 de marzo
de 1872, al afirmar que “se trata de un derecho perfecto y no tiene el carácter y condiciones
de servidumbre constituida sobre fundo ajeno y a favor de otro que no sea su dueño, circunstancias esenciales y graciosas para que exista la servidumbre, siendo axiomático que ha
de gravitar sobre cosa ajena y que ésta ha de prestar servicio a otra persona que no sea el propietario”; añadiendo: “no puede admitirse que el derecho de vecindad forana...sea una servidumbre continua ni discontinua”.
C) Derecho real de goce.
La ley 396 de la Recopilación Privada le asignó tal concepto con su naturaleza: “La
participación o disfrute de bienes comunales que con el nombre de “vecindad forana” pueden conceder los municipios, aunque sólo pueda ser constituida por título administrativo,
tiene sin embargo el carácter de un derecho real de naturaleza civil”50.
Se trata del concepto mantenido por LACARRA51 que lo calificó de “derecho real, objeto de contratación y de transmisión por títulos civiles, respecto de cuya caducidad y subsistencia,
deben conocer y fallar los Tribunales ordinarios, según lo declarado por el Consejo provincial de
Navarra en una sentencia que confirmó el Consejo de Estado en la de 8 de octubre de 1851.”
La Ley 392.1º atribuye a la vecindad forana el “carácter de derecho real”. Así lo reconoció la sentencia de 15 de febrero de 1858 como un derecho diferenciado del dominio de
las restantes propiedades y desvinculado de aquéllas. Para la de 11 de octubre de 1866 es un
“título de propiedad...uno de tantos modos de adquirir y transmitir el dominio”.
47. COVIAN: El Derecho...cit., p. 250.
48. F. SALINAS: Derecho..., cit., II, pp. 606 y 607.
49. OSSORIO MORALES, J.: Las servidumbres...cit., p. 97.
50. El texto es coincidente con el propuesto por la denominada “Recopilación privada”: GARCIA-GRANERO, AIZPÚN, LÓPEZ JACOISTE, SANTAMARÍA, NAGORE, D’ORS, ARREGUI, SALINAS: Derecho Foral
de Navarra. Derecho Privado (Recopilación Privada), en Biblioteca de Derecho Foral, Pamplona, 1971, p. 119.
ESTUDIOS
Su contenido es el “goce de la vecindad y sus aprovechamientos” (S. 8-10-1866),
“derechos en comunidad con los demás vecinos a los bienes comunes” (SS. 5-10-1870 y 83-1872), “derecho a gozar de los aprovechamientos comunales de un pueblo, aun cuando en
él no se resida, en la misma proporción que cualquier otro vecino residente” (S.4-11-1897).
a) Título y titulares.
El título de la vecindad forana es un título histórico, que “en lo sucesivo no podrán
constituirse” (Ley 392.4º). Concedido originalmente por los municipios a favor de la nobleza y
los hidalgos se convirtió, posteriormente, en “objeto de concesiones de los pueblos, ya gratuitas, ya remuneratorias de servicios prestados, ya también ...a título de compra” (S. 4-11-1897).
La prescripción fue considerada como uno de los títulos para su adquisición por “la
posesión constante y a la vista, ciencia y paciencia de los vecinos... unido a la buena fe y justos títulos... constituye la prescripción...” (S.11-10-1866). Conforme al Derecho histórico “la
justificación basta que se concrete a la posesión pacífica y sin contradicción por más de cuarenta años pagando el costeraje” (S.4-11-1897), siendo “título legítimo de adquisición... la
posesión de cuarenta años unida al pago del costeraje” (S. 30-6-1898). La invocación de la
prescripción para negar la existencia de la vecindad por no haberla gozado durante cuarenta
años continuos fue rechazada por entender que el derecho de vecindad no era prescriptible
conforme a la legislación de Navarra (S.5-10-1870).
Si la prescripción fue válida como título histórico, expresamente previsto en el Fuero
General y en la Novísima Recopilación, perdió la vigencia cuando los bienes comunales se
convirtieron en imprecriptibles como consecuencia de la aplicación general de la previsión
contenida en la ley 7, título 29 de la Partida III52. Como hemos visto hoy es una de las características del régimen de los bienes comunales ex artículo 132 CE53.
Se trata de “un título de propiedad...uno de tantos modos de adquirir y transmitir el
dominio” (S. 11-10-1866), que se transmitía “sin atender a las cualidades personales de los
contrayentes” (S. 24-5-1867), “del mismo modo y forma que el derecho reconoce para las
demás translaciones del dominio particular” (S. 1-10-1869).
El título puede ser individual o colectivo, de modo que “tanto puede ostentar ese derecho un individuo como una colectividad” (S.4-11-1897), porque ninguna de las leyes de la
Novísima Recopilación, “explícita o implícitamente, prohibe que la vecindad sea disfrutada
por una corporación o colectividad” (S.30-6-1898).
Por otra parte, la apariencia de derecho establece una presunción iuris tantum a favor
de quien ejercite los derechos de la vecindad, conforme a la Ley 360 del Fuero Nuevo.
b)Transmisibilidad.
Es un derecho transmisible “cualquiera que fuera el origen de las vecindades foranas...se
transmiten del mismo modo y forma que el derecho reconoce para las demás traslaciones del
dominio particular”(S.1-10-1869), incluso la enajenación a título oneroso (S.13-6-1870) por
51. LACARRA MENDILUCE, V.: Instituciones de Derecho Civil Navarro, I, Pamplona, 1917, p. 121.
52. “Plaza, nin calle, nin camino, nin defensa, nin exido, nin otro logar cualquier semejante destos, que sea en
uso comunalmente del Pueblo de alguna Cibdad, o Villa, o Castillo, o de otro lugar, non lo puede ninguno ome
ganar por tiempo”
53. Los arts. 188 LRL y 94 RB dispusieron que “los bienes...comunales mientras conserven su carácter
serán...imprescriptibles”, siguiendo la doctrina del art. 341 CC que vinculó la prescripción a la previa desafectación: “Los bienes de dominio público, cuando dejen de estar destinados al uso general o a las necesidades de la
defensa del territorio, pasan a formar parte de los bienes de propiedad del Estado”. GARCÍA DE ENTERRÍA, E.:
Sobre la imprescriptibilidad del dominio público, en Dos estudios sobre la usucapión en el Derecho Administrativo, Madrid, 1955, pp. 53. Y ss.
LAS “VECINDADES FORANAS”...
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compraventa (S.4-11-1897). Por tanto, su vigencia actual se basará en su transmisión a título
oneroso o gratuito, ante la prohibición expresa de su constitución ex novo (Ley 392.4º).
En el caso de enajenación el municipio “tendrá derecho de retracto a favor de la
comunidad de vecinos” en los plazos del retracto gentilicio. Si se produce por permuta “se
determinará el valor de la vecindad por tasación de dos peritos nombrados uno por cada
parte, y, si hay discordia, de un tercero por acuerdo de aquéllos o, en defecto de acuerdo, por
el Juez” (Ley 392.3º).
D) Su naturaleza es de derecho real administrativo.
La Ley 392.1º le atribuye “naturaleza civil y carácter administrativo”. Si consideramos que la naturaleza es la esencia y propiedad característica de cada ser o cosa hemos de
atribuir a la vecindad forana, la de derecho real administrativo. Siendo el carácter la cualidad o circunstancia propia de algo para distinguirla, tal derecho real lo tiene administrativo.
Como se ha expuesto anteriormente el derecho vecinal a los aprovechamientos de los
bienes comunales es un derecho público subjetivo de carácter real administrativo, en cuanto
recae sobre bienes de titularidad pública, se vincula a la situación administrativa de vecino
de un municipio aunque ampliada a quien no la tiene, y está regulado por normas de Derecho
Administrativo.
El estudio de su naturaleza se ha realizado desde la perspectiva de la titularidad
dominical y del beneficio que también se aplicó a los bienes comunales de modo que, si se
atribuían a los vecinos, la categoría y régimen era de Derecho privado, como hemos visto a
propósito de la consideración de los bienes comunales como bienes patrimoniales. Si “son
bienes de propiedad privada los que se hallan en el patrimonio de las personas particulares,
individuales o jurídicas” (Ley 346.1º) se atribuye “naturaleza civil” a la vecindad porque está
en el patrimonio privado, se transmite como los restantes derechos reales y produce un beneficio que se patrimonializa por su titular.
Sin embargo, ni las posibles analogías con las propiedades civiles especiales, ni su
parcial regulación en el cuerpo del Derecho Civil Foral transforma su auténtica naturaleza en
un accidente. Su peculiaridad se halla en su patrimonialización por el titular y en la transmisibilidad de un derecho real administrativo por medios civiles. Ni la posibilidad de su
redención ni el derecho de retracto por parte de las entidades locales son elementos de orden
civil, ajenos al ordenamiento jurídico administrativo, como hemos visto.
Su constitución originaria fue realizada por una entidad pública como son los municipios, su régimen era configurado por las entidades locales, la extensión de la condición de
vecino era también una decisión local, el derecho se ejercía como real sobre bienes del
común de los vecinos cuya titularidad terminó siendo de la entidad, los derechos de redención y tanteo corresponden a aquélla para refundir su dominio y liberarlo de limitaciones.
Por tanto, la vecindad forana tiene un componente público en su origen, bienes sobre
los que recae, régimen de los aprovechamientos, redención y retracto por los municipios a
favor de la comunidad de vecinos, que no se pierde por los elementos iusprivatistas. En todo
caso constituirían una variedad del derecho real administrativo de aprovechamiento comunal
general o típico que existe vinculado a la vecindad, que sólo se patrimonializa en sus aprovechamientos y no se transmite. Sólo sus elementos atípicos, como son la titularidad y la
transmisibilidad, tienen carácter civil, sin que le hagan perder su naturaleza de derecho real
administrativo de goce sobre los bienes comunales.
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