Jurisdicción: Social Recurso de Suplicación núm. 500/2005. Ponente: Ilma. Sra. Dª. Alicia Cano Murillo DESPIDO PROCEDENTE: causas justas: trasgresión de la buena fe contractual y abuso de confianza: encargado del Parque Móvil de Vehículos de Cruz Roja: aprovecharse de la posición de mando y responsabilidad para lucrarse de unos puntos que se conceden en razón a los litros de gasolina suministrados a la empresa, canjeándolos por un televisor que hace suyo, con ocultación a su empresa; carta de despido: hechos imputados: suficiencia: conocimiento suficiente por el trabajador de los hechos imputados: expediente contradictorio: formulación de pliego de descargo. El TSJ estima el recurso de suplicación interpuesto por la parte demandada contra Sentencia del Juzgado de lo Social núm. 1 de Badajoz, de fecha 12-04-2005, en autos promovidos sobre despido, que queda revocada en el sentido que se indica en la fundamentación jurídica. En Cáceres, a cuatro de noviembre de dos mil cinco, habiendo visto las presentes actuaciones de la Sala de lo Social de este Tribunal Superior de Justicia, compuesta por los Ilmos. Sres. citados, de acuerdo con lo prevenido en el artículo 117.1 de la Constitución Española, EN NOMBRE DE SM EL REY Y POR LA AUTORIDAD QUE LE CONFIERE EL PUEBLO ESPAÑOL ha dictado la siguiente SENTENCIA NÚM. 643 En el Recurso de Suplicacion 500/2005, formalizado por el Sr. Letrado D. Miguel Maria Gallardo Vazquez, en nombre y representación de Cruz Roja Española Badajoz, contra la sentencia de fecha 12-4-05, dictada por el Juzgado de lo Social núm. 1 de Badajoz en sus autos número 115/2005, seguidos a instancia de D. Benito, frente a la RECURRENTE, en reclamación por DESPIDO DISCIPLINARIO, siendo Magistrado-Ponente la Ilma. Sra. Dª Alicia Cano Murillo, y deduciéndose de las actuaciones habidas los siguientes, ANTECEDENTES DE HECHO PRIMERO Según consta en los autos, se presentó demanda por la citada parte actora contra la mencionada parte demandada, siendo turnada para su conocimiento y enjuiciamiento al señalado Juzgado de lo Social, el cual, tras los pertinentes actos procesales de tramitación y previa celebración de los oportunos actos de juicio oral, en el que quedaron definitivamente configuradas las respectivas posiciones de las partes, dictó la sentencia referenciada anteriormente. SEGUNDO En dicha sentencia recurrida en suplicación se consignaron los siguientes hechos en calidad de expresamente declarados probados: «I.-El actor, Benito viene prestando sus servicios desde noviembre de 1994 en la entidad demandada, Asamblea Provincial de la Cruz Roja en la Ciudad, con la categoría de conductor, pero realizando las funciones de Encargado del Parque Móvil, si bien, desde el pasado mes de septiembre de 2004 se encuentra de baja por enfermedad, situación en la que aún permanece, teniendo la condición de representante de personal. II.-Ha venido percibiendo un salario último de 1.327,76 euros mensuales o 44,25 diarios por todos los conceptos. III.-El 17 de diciembre la demandada le comunicó un primer despido disciplinario imputándole la comisión de una falta grave de abuso de confianza, si bien, el día 11 lo quedó sin efecto al mismo tiempo que debía formalizar las alegaciones que tuviese por conveniente en un plazo de 10 días, pero sin que le imputase cargo alguno, y finalmente, el 4 de enero y con efectos del día siguiente, volvió a despedirlo "por los hechos que le fueron comunicados debidamente". Tal comunicación así como los anteriores que tienen expresamente por reproducidas. IV.-No conforme e intentada sin efecto la preceptiva conciliación en la UMAC presentó demanda en el Juzgado de lo Social por despido nulo o improcedente. V.-En el mes de agosto anterior, el actor retiró de una estación de servicio para su uso personal, en la que repostaban los vehículos de la demandada, un televisor, utilizando un número determinado de puntos de los que disponía como Jefe del Parque por el suministro de dichos vehículos, hecho del que la demandada tuvo conocimiento a finales de noviembre. VI.-Durante su baja había interesado ante la entidad demandada se le reconociera la categoría de Encargado, a lo que ha accedido la misma». TERCERO En dicha sentencia recurrida en suplicación se emitió el siguiente fallo o parte dispositiva: «Que ESTIMANDO sustancialmente la demanda interpuesta por Benito contra Asamblea Provincial de Cruz Roja Española, sobre despido, debo declarar y declaro la IMPROCEDENCIA del mismo con efectos de 15-01-05, condenando a dicha demandada a estar y pasar por la presente declaración así como a que opte, en el término de CINCO DÍAS entre readmitir al trabajador en su anterior puesto de trabajo o abonarle una indemnización de 20.742,18 Euros, y sin que proceda cantidad alguna en concepto de salarios de tramitación». CUARTO Frente a dicha sentencia se anunció recurso de suplicación por la parte demandada. Tal recurso fue objeto de impugnación por la contraparte. QUINTO Elevados por el Juzgado de lo Social de referencia los autos principales, en unión de la pieza separada de recurso de suplicación, a esta Sala de lo Social, tuvieron los mismos entrada en fecha 13-7-05, dictándose las correspondientes y subsiguientes resoluciones para su tramitación en forma. SEXTO Nombrado Magistrado-Ponente, se dispuso el pase de los autos al mismo para su conocimiento y estudio, señalándose el día 20-10-05 para los actos de deliberación, votación y fallo. A la vista de los anteriores antecedentes de hecho, se formulan por esta Sala los siguientes, FUNDAMENTOS DE DERECHO PRIMERO La sentencia de instancia estima la demanda deducida por el trabajador y declara improcedente el despido de que ha sido objeto el mismo por decisión empresarial adoptada finalmente el día 4 de enero de 2005, con las consecuencias legales inherentes a tal declaración en orden a la readmisión o abono de la indemnización legal y al pago de los salarios de tramitación, opción primera que le corresponde ejercitar al actor por su condición de representante de personal. El sustento de tal decisión, en tanto que la sentencia considera acreditados las faltas imputadas, no es otro que no cumplir la carta de despido los requisitos formales que impone el artículo 55.1 del Estatuto de los Trabajadores ( RCL 1995, 997) , en concreto en lo que respecta a la determinación clara y precisa de los hechos que se le imputan. Frente a dicha decisión se alza la demandada, que articula su recurso con sustento en los apartados b) y c) del artículo 191 de la Ley de Procedimiento Laboral ( RCL 1995, 1144, 1563) . Es pues que, en los dos primeros motivos de recurso, solicita la revisión del relato fáctico declarado probado, en lo que atañe al ordinal tercero, pretendiendo añadir del propio modo un hecho probado de nueva factura. Para una adecuada solución de la cuestión sometida a la consideración de la Sala hemos de partir del tenor del hecho probado tercero de la sentencia recurrida, que es del siguiente tenor: «El 17 de diciembre la demandada le comunicó un primer despido disciplinario imputándole la comisión de una falta grave de abuso de confianza, si bien el día 20 (alude por error manifiesto al día 11) lo quedó sin efecto al mismo tiempo que debía formalizar las alegaciones que tuviera por conveniente en un plazo de 10 días, pero sin que se le imputase cargo alguno, y finalmente, el día 4 de enero y con efectos del día siguiente, volvió a despedirlo por los hechos que le fueron comunicados debidamente. Tal comunicación así como los anteriores se tienen expresamente por reproducidas»; a ello ha de añadirse lo que el Magistrado hace constar en el fundamento de derecho segundo de la sentencia recurrida, en el que alude a que «El actor contesta a dicho requerimiento, también por burofax haciendo constar que los hechos contenidos en la carta de despido eran inciertos, que tal despido respondía a una decisión arbitraria de la demandada y que "en ningún momento se me hace saber que hechos se me imputan" "desconociendo cual era el pliego de cargos del cual me tengo que defender en este momento". Pues bien, lo que pretende la recurrente es, en primer término, con sustento en los documentos obrantes a los folios 73, 74, 229 y 230 de los autos, certificación original del burofax aportada tanto por la actora como por la demandada, añadir el texto completo del mismo, que es el de fecha 20 de diciembre de 2004; y en segundo lugar, con sustento en los documentos obrantes a los folios 76 y 77 de los autos, aportado por la propia actora, incluir el texto completo de la contestación del burofax de fecha 20 de diciembre de 2004, que cursa el trabajador a la empresa, y al que alude el Magistrado de instancia en el fundamento de derecho segundo de la sentencia recurrida». Dicha pretensión, en su vertiente formal, de revisión del relato fáctico declarado probado a la vista de las pruebas documentales y periciales practicadas, conforme al apartado b) del artículo 191 de la Ley de Procedimiento Laboral, no puede prosperar, en tanto que el Magistrado de instancia en su sentencia da por reproducidos los documentos cuyo texto pretende añadir el recurrente, y mal se puede añadir lo que ya consta por remisión expresa. Cuestión distinta es que esta Sala, y por obra de dicha remisión, pueda tener en consideración el tenor de los mismos, como así debe ser. SEGUNDO En el tercer motivo de recurso, con correcto cobijo procesal en el apartado c) del artículo 191 de la Ley de Procedimiento Laboral ( RCL 1995, 1144, 1563) , la recurrente denuncia la infracción del artículo 55 del Estatuto de los Trabajadores ( RCL 1995, 997) , en lo que respecta al pronunciamiento relativo a que la demandada no ha cumplido en legal forma con dicho precepto al momento de la tramitación del expediente disciplinario, en relación a la doctrina de la Sala de lo Social del Tribunal Supremo, citando las sentencias de 22 de enero de 1991 ( RJ 1991, 69) , 20 de diciembre de 1984 ( RJ 1984, 6463) y 30 de octubre de 1989 ( RJ 1989, 7460) . A este respecto, hemos de partir de la realidad de las comunicaciones cursadas tanto por la empresa como por el trabajador, y que como hemos adelantado el Magistrado de instancia da por reproducidas, para determinar el alcance de la cuestión debatida. En primer término, la demandada comunica al trabajador el 17 de diciembre de 2004, lo siguiente: «Muy Sr. Nuestro: Por la presente le comunicamos que en virtud de los hechos que seguidamente se expondrán, los cuales constituyen incumplimiento grave y culpable de sus obligaciones contractuales, queda despedido de esta empresa, con efectos del día de hoy. Los hechos que motivan su despido son los siguientes: A mediados del pasado mes de noviembre de 2004, se solicitó a la Empresa suministradora de carburante Gesturser, relación de litros y puntos acumulados, pues como VD. Sabe, al ser la persona que habitualmente repostaba con los vehículos de la empresa, existe un acuerdo de suministro con la misma, y cual es la sorpresa, que al recibir la información se detecta un menor número de puntos en relación a los litros suministrados. Requeridita explicación a la Empresa, se nos informa que Vd. Ha canjeado 10.000 puntos, por un televisor, el cual tas realizar diversas gestiones, se confirme por la Empresa suministradora que lo canjeó Vd. Y se llevó dicho televisor, el cual se ha quedado. La utilización fraudulenta de dichos puntos por su parte, con el canje de 10.000 de los mismos para la adquisición de un televisor, con ocultación manifiesta para su empresa, constituye causa de despido conforme establece el art. 54,2 E) del ET ( RCL 1995, 997) , esto es, por trasgresión de la buena fe contractual y abuso de confianza, quedando en consecuencia despedido. Tiene a su disposición la liquidación al cese por el tiempo de permanencia en al empresa y documentación que pueda precisar caso de tener que acogerse a prestaciones por desempleo. Lo que se comunica por escrito, conforme a lo establecido en el art. 55.3 de citado texto legal, debiendo firmar la copia adjunta para constancia de su recepción, sin que ello implique conformidad con su contenido. Badajoz, a quince de diciembre de dos mil cuatro». Con fecha 20 de diciembre de 2004, la demandada, vía burofax, hace saber al demandante lo siguiente: «En relación a la comunicación vía burofax recibida por Vd. El pasado 17 de diciembre, relativa a su cese como trabajador, debe indicarse que previamente a la decisión final que se pueda tomar, debe formalizar las alegaciones que estime oportunas en un plazo de 10 días. Esto significa que no está despedido en el momento actual, en tanto en cuanto no ese finaliza el proceso de expediente contradictorio, y se le notifique tras sus alegaciones lo correspondiente. Señalar que ha habido un mero error de trascripción documental, puesto que al comité de empresa se le ha informado expresamente del inicio del Expediente. Cruz Roja» En efecto, y por ser un hecho indiscutido podemos tomarlo en consideración, con fecha 16 de diciembre de 2004, la demandada comunicó al Comité de Empresa la iniciación de expediente disciplinario, indicando los hechos que lo motivan, tal y como consta en el documento obrante al folio 234 de los autos. El 30 de diciembre de 2004 el trabajador formula, y así lo denomina, «Pliego de Descargos», del siguiente tenor: « PRIMERO.-Mediante burofax de fecha 17 de diciembre de 2004, se ha procedido por Cruz Roja de Badajoz, concretamente la Oficina Provincial, a comunicarle formalmente mi cese en la empresa por despido disciplinario. Los hechos recogidos en la carta de despido, eran de todo punto inciertos, vulnerando abiertamente la legislación vigente y respondiendo a una decisión arbitraria de Secretaría Provincial de Badajoz, motivada única y exclusivamente por el intento de que por parte de la empresa me fuera reconocida mi verdadera categoría profesional, decisión que nos lleva a la persecución que estoy sufriendo. SEGUNDO. Con fecha 20 de diciembre de 2004, se me hace llegar una nueva comunicación en la cual me notifican que ya no estoy despedido, quedando sin efecto la anterior carta de despido, y dándome un plazo de 10 días para formular alegaciones al haberse abierto expediente contradictorio. TERCERO. En ningún momento en la antedicha comunicación por parte de Cruz Roja de Badajoz se me hace saber qué hechos se me imputan, en consecuencia, entendiendo que el primer despido carece de todo efecto y, desconociendo cual es el pliego de cargos del cual me tengo que defender en este momento, motivo por el cual se me está colocando en una clara y manifiesta situación de indefensión». Y por último, mediante escrito de 4 de enero de 2005, se le hace saber al actor lo siguiente: «Muy Sr. Nuestro. Por la presente le comunicamos que tras haberse tramitado expediente disciplinario frente a Vd. Por los hechos que le fueron comunicados debidamente, en el que le concedíamos plazo de 10 días para que realizara las alegaciones y cuestiones que estimara pertinentes, le informamos que vencido el plazo, se procede a resolver el expediente, siendo Vd. Sancionado con despido disciplinario, con efectos del día de la fecha, quedando extinguido su contrato de trabajo. Tiene a su disposición la liquidación al cese por el tiempo de permanencia en la empresa». Las descritas son las comunicaciones, ad pedem litterae, pues a su tenor íntegro se remite el Magistrado de instancia en su resolución, y con ello, concluye la resolución recurrida afirmando abiertamente la veracidad de los hechos que se le imputan (fundamento de derecho primero), para después, mantener que teniendo en cuenta que la comunicación de 4 de enero de 2005 constituye un nuevo despido, debía contener de forma clara e indubitada los hechos que lo motivaron al objeto de que su destinatario tenga un conocimiento cabal de los hechos que se le imputan para, en su caso, poder articular su defensa y delimitar los términos del debate, considerando que esa última comunicación no cumple los requisitos mencionados. TERCERO Ante los hechos descritos, a lo que cabe añadir que el demandante practicó la prueba que estimó por conveniente en relación a los hechos imputados, tal y como se extrae del acta de juicio obrante a los folios 28 a 30 de los autos, declaración testifical de Don Juan Pedro, practicada a instancias de la parte actora, nos hemos de remitir a la doctrina jurisprudencial, que el recurrente cita como infringida. En lo que respecta a la cuestión planteada, que se simplifica en si la comunicación de despido fue lo suficientemente ilustrativa para el trabajador en cuanto a los hechos que se le imputan, teniendo en cuenta que el Magistrado de instancia parte del cumplimiento de los requisitos relativos a la tramitación de expediente disciplinario y de audiencia al Comité de Empresa en el mismo, esta Sala ha tenido ocasión de pronunciarse sobre la cuestión planteada, habiendo razonado en la sentencia recaída en recurso 402/2003 ( JUR 2004, 55449) , de fecha 11-7-2003 y en la de 9 de marzo de 2004, recurso de suplicación 88/2004 ( JUR 2004, 96921) , en cuanto al requisito cuestionado lo siguiente: «el artículo 105.2 de la Ley de Procedimiento Laboral ( RCL 1995, 1144, 1563) , que determina que: «Para justificar el despido, al demandado no se le admitirán en juicio otros motivos de oposición a la demanda que los contenidos en la comunicación escrita de dicho despido", precepto que marca el límite de las alegaciones y pruebas que se han de practicar para acreditar los hechos que se imputan al trabajador como justas causas de despido, y que, es obvio, limitan los hechos sobre los que se ha de pronunciar el Juez de instancia y su consiguiente calificación jurídica. Es decir ponen marco a la actuación judicial a la vez que obligan a declarar probados, de entre aquellos, los que así estime el Magistrado. Los hechos que no consten en la carta de despido quedan extramuros del procedimiento seguido por despido conforme a los artículos 103 a 113 de la Ley de Procedimiento Laboral. Todo ello explica los abundantes pronunciamientos en torno a los requisitos que ha de reunir la comunicación escrita donde consta la decisión empresarial de dar por concluida la relación laboral por incumplimientos del trabajador que alude a que "El art. 55.1 del Estatuto ( RCL 1995, 997) prescribe que el despido ha de ser notificado por escrito al trabajador, haciendo figurar los hechos que lo motivan y la fecha en que tendrá efectos. El contenido de esta comunicación, a su vez, delimita el objeto del eventual y futuro proceso de despido, ya que, con arreglo al art. 105.1 de la Ley Procesal, al empresario no se le pueden admitir en el juicio para justificar el despido, según es carga que legalmente le corresponde, otros motivos de oposición a la demanda que los que expresa la comunicación escrita. Estos preceptos, sin embargo, son interpretados por la jurisprudencia de manera no rigorista y con flexibilidad, atendiendo, sobre todo, al propósito de impedir que la redacción de la carta ocasione indefensión procesal al actor por desconocimiento de los incumplimientos contractuales que se le imputan y en los que se basa el empresario para despedir. En tal sentido, se ha dicho que la valoración de si la carta de despido cumple el requisito de consignar de manera suficiente los 'hechos que lo motivan' es una calificación jurídica que debe tener en cuenta una gran variedad de circunstancias concretas (tipo de imputación, posición del trabajador despedido en la organización de trabajo, posibilidad en el momento de concreción de unos u otros aspectos de la conducta reprochada, etc.), lo que aconseja consentir un amplio margen a la apreciación del Juez de lo Social que conoce del asunto en la instancia ( STS 22-2-1993 [ RJ 1993, 1266] ); que no se exige una pormenorizada descripción de los hechos, 'siendo suficiente un escrito en el que se utilicen expresiones que el trabajador pueda comprender deduciendo los hechos a que se refiere y le son atribuidos como causa de terminación del contrato' ( STS 10-11-1986 [ RJ 1986, 6672] ); y que la comunicación ha de proporcionar al trabajador 'un conocimiento claro', suficiente e inequívoco de los hechos que se le imputan para que, comprendiendo sin dudas racionales el alcance de aquéllos, pueda impugnar la decisión empresarial" ( SSTS 3-10-1988 [ RJ 1988, 7507] y 13-12-1990 [ RJ 1990, 9780] ). Otras sentencias hacen hincapié en que las vaguedades, imprecisiones u omisiones de algún aspecto que se observen en la carta de despido son tolerables y no acarrean la invalidez de la misma si no generan indefensión para el trabajador (así SSTS 21-5-1976, 2-5-1978, 13-3 [ RJ 1986, 1317] y 10-11-1986, 24-121990 [ RJ 1990, 9828] , etc.). Sí es nula, por el contrario, la comunicación empresarial que sólo contiene imputaciones genéricas e indeterminadas que perturban gravemente la defensa del trabajador y atentan al principio de igualdad de partes al constituir, en definitiva, esa ambigüedad una posición de ventaja de la que puede prevalerse la empresa en su oposición a la demanda ( SSTS 9-12-1998 [ RJ 1998, 10498] y 18-1-2000 [ RJ 2000, 1059] )». Las mismas precisiones se realizan por el Alto Tribunal en la sentencia que invoca el recurrente de 22 de enero de 1991 ( RJ 1991, 69) en relación a la tramitación del expediente sancionador, considerando que tiene por finalidad dar conocimiento al expedientado de los hechos que se le imputan y también dar la oportunidad de contestar a tales imputaciones, en el correspondiente trámite de alegaciones. Y en el supuesto examinado, y pese a las alegaciones que formula el impugnante, desde luego, y así se trasluce de lo hasta aquí razonado, es evidente que el trabajador tuvo conocimiento cabal de los hechos que se le imputaban en el expediente sancionador, y tan es así que formuló el correspondiente pliego de descargos, negando dichos hechos, a los que obviamente se remitió la carta de despido que finalmente le fue notificada. Un simple examen de la prueba practicada por el actor da suficientes explicaciones del conocimiento pleno que tenía de la falta que se le imputaba. Es pues que el motivo ha de prosperar. CUARTO En el último motivo de recurso, como no podía ser de otra forma, el disconforme, con amparo en el apartado c) del artículo 191 de la Ley de Procedimiento Laboral ( RCL 1995, 1144, 1563) , denuncia la infracción del artículo 54.2.d) del Estatuto de los Trabajadores ( RCL 1995, 997) , el cual podemos entrar a resolver dado que constan con toda su extensión los hechos relativos a las faltas que se le achacan al trabajador, y desde luego sin que esta Sala vaya a entrar en disquisiciones sobre si se puede denunciar por esta vía la no aplicación de un precepto sustantivo, que es en lo único que se centra la impugnante del recurso, alegando incluso que no se puede entrar a conocer sobre el motivo por cuanto que la sentencia no aplica en ningún momento el mentado artículo. A este respecto, el Magistrado de instancia declara probado que el actor, que es delegado de personal, y ocupaba un puesto de mando y responsabilidad, Encargado del Parque Móvil de Vehículos de la Cruz Roja, en el mes de agosto de 2004 retiró de una estación de servicios para su uso personal, en la que repostaban los vehículos de la demandada, un televisor, utilizando un número determinado de puntos de los que disponía como Jefe del Parque por el suministro de dichos vehículos, hecho del que la demandada tuvo conocimiento a mediados de noviembre de 2004 (hecho probado sexto de la sentencia recurrida). Dicho lo anterior hemos de traer a colación la doctrina sobre las causas de despido tipificadas en el artículo 54.2.d) del Estatuto de los Trabajadores, trasgresión de la buena fe contractual y abuso de confianza, causas que conectan directamente con la significación fundamental que en la relación de trabajo alcanzan tales normas como expresión de la probidad en el cumplimiento del servicio encomendado, que debe desempeñarse con todo celo y lealtad (artículo 5.a) del Estatuto de los Trabajadores), calificando el concepto de trasgresión de la buena fe y abuso de confianza, atentatorios ambos de deberes éticos jurídicamente protegidos al afectar al elemento espiritual del contrato, y que en todo caso implica una ruptura radical de la fidelidad y confianza que deben presidir las relaciones laborales. Como enseña la sentencia del Tribunal Supremo de 21 de mayo de 1990 ( RJ 1990, 4477) : «La buena fe contractual se configura por la disposición personal en orden a la realización del contenido propio de las prestaciones voluntarias asumidas, por la probidad en su ejecución, y por la efectividad voluntad de correspondencia a la confianza ajena, excluyente de engaño y de la finalidad de alterar el equilibrio de la relación contractual» (fundamento de derecho noveno). Y es que en efecto la relación laboral genera un complejo de obligaciones recíprocas entre empresario y trabajador que nuestra legislación y por lo que se refiere a las exigibles específicamente al trabajador obliga que se desarrollen conforme a las reglas de la buena fe (artículo 5.a) citado) hasta el punto que la trasgresión de este específico deber se tipifica como causa justa de despido. Y con arreglo a dicha doctrina resulta evidente la infracción de los principios expuestos por obra de la conducta del trabajador, el cual, y para mayor reproche, tal y como invoca la recurrente, se aprovecha de la posición de mando y responsabilidad para lucrarse de unos puntos que se conceden en razón a los litros de gasolina suministrados a la demandada, canjeándolos por un televisor que hace suyo, actuando con ocultación a su empresa, ocultación que se mantiene en el expediente sancionador y en el acto del juicio, momento en el que pretende mantener que le ha sido regalado por la gasolinera en cuestión, y enmascarando su acción con unas supuestas represalias de la empresa por haber reclamado el reconocimiento de la categoría profesional que efectivamente desempeñaba, lo cual queda claro que no acontece pues la demandada sin mayores reparos se la concedió. Es por todo lo expuesto, que el despido ha de ser declarado procedente, conforme al artículo 55.4 del Estatuto de los Trabajadores, y por ello convalidada la extinción del contrato de trabajo que con aquél se produjo, sin derecho a indemnización y salarios de tramitación (artículo 55.7 del Estatuto de los Trabajadores en relación con el artículo 109 de la Ley de Procedimiento Laboral), previa la estimación del recurso de suplicación interpuesto y la revocación de la sentencia de instancia. VISTOS los anteriores preceptos y los demás de general aplicación, FALLAMOS ESTIMANDO el recurso de suplicación interpuesto por Cruz Roja Española Badajoz frente a la sentencia de fecha 12 de abril de 2005, aclarada por auto de 28 de abril del 2005, dictada en autos número 115/2005, seguidos ante el Juzgado de lo Social número 1 de los de Badajoz y su provincia, a instancias de Don Benito contra la recurrente, sobre DESPIDO DISCIPLINARIO, REVOCAMOS aquella resolución dejándola sin efecto, para desestimando la demanda interpuesta por el actor, declarar procedente el despido del que fue objeto con efectos de 5 de enero de 2005, y con ello convalidada la extinción del contrato de trabajo que aquél produjo, sin derecho a indemnización ni a salarios de tramitación, y absolviendo a la demandada de las pretensiones en su contra deducidas. Firme que sea la presente resolución, devuélvase a la recurrente el depósito y la consignación constituidos para recurrir. Dese a los depósitos y consignaciones constituidos, en su caso, para recurrir el destino que le corresponda una vez firme la sentencia. Incorpórese el original de esta sentencia, por su orden, al Libro de Sentencias de esta Sala. Expídanse certificaciones de esta sentencia para su unión a la pieza separada o rollo de suplicación, que se archivará en este Tribunal, y a los autos principales Notifíquese la presente sentencia a las partes y a la Fiscalía de este Tribunal Superior de Justicia. Hágaseles saber a los antedichos, sirviendo para ello esta misma orden, que contra la presente sentencia pueden, si a su derecho conviene, interponer recurso de casación para la unificación de la doctrina, previsto en los artículos 216 y siguientes de la Ley de Procedimiento Laboral ( RCL 1995, 1144, 1563) , que ha de prepararse mediante escrito presentado ante esta Sala de lo Social dentro del improrrogable plazo de los diez días hábiles inmediatos siguientes a la fecha de notificación de esta sentencia de acuerdo con los establecido, más en concreto, en los artículos 219, 227 y 228 de la citada Ley. Asimismo se hace expresa advertencia a todo posible recurrente en casación para unificación de esta sentencia que no goce de la condición de trabajador o de causahabiente suyo o de beneficiario del Régimen Público de la Seguridad Social o del beneficio reconocido de justicia gratuita, y por lo que respecta a los dos últimos preceptos dichos (227 y 228), que el depósito de los 300 euros deberá ser efectuado ante la Sala Cuarta o de lo Social del Tribunal Supremo al tiempo de personarse ante ella y en su cuenta número 2410, abierta en el Banco Español de Crédito, SA Oficina 1006, sucursal de la calle Barquillo núm. 49,28.004 Madrid, mientras que la consignación en metálico del importe de la condena eventualmente impuesta deberá acreditarse, cuando así proceda, por el recurrente que no goce del señalado beneficio de justicia gratuita ante esta Sala de lo Social al tiempo de preparar el recurso de casación para unificación citado, para lo cual deberá presentar en el tiempo dicho resguardo acreditativo de hacer efectuado la indicada consignación en la cuenta corriente «Código de cuenta del Juzgado 1131-TRIB. Sup. Just. Sala Social Cáceres, Código Entidad: 0030, Código Oficina: 5036, Banco: Banco Español de Crédito, SA, Nombre: Cáceres OP, Dirección: AV. España, 27, CP 10001 Cáceres», bajo la clave 66 y Cuenta Expediente del Rollo de referencia, pudiéndose, en su caso, sustituir dicha consignación en metálico por el aseguramiento de dicha condena mediante el correspondiente aval bancario en el que, expresa y necesariamente, habrá de hacerse constar la responsabilidad solidaria de la entidad bancaria avalista, documento escrito de aval que deberá ser ratificado por persona con poder bastante para ello de la entidad bancaria avalista. Una vez adquiera firmeza la presente sentencia, devuélvanse los autos originales, para su debida ejecución, al Juzgado de lo Social de su procedencia, dejando de ello debida nota en los Libros de esta Sala. Así, por esta nuestra sentencia, lo pronunciamos, mandamos y firmamos. PUBLICACIÓN.-En la misma fecha fue leída y publicada la anterior resolución por la Ilma. Sra. Magistrado que la dictó, celebrando Audiencia Pública. Doy fe. DILIGENCIA: Seguidamente se procede a cumplimentar la notificación de la anterior resolución. Doy fe.