1 EL PROFESOR MEDIADOR Y MODELADOR EN EL PROCESO DE

Anuncio
EL PROFESOR MEDIADOR Y MODELADOR EN EL PROCESO DE
ENSEÑANZA APRENDIZAJE. (La atención a la diversidad y el diseño de
actividades prácticas facilitan la labor del docente).
El profesor tiene que ser mediador y modelador en el proceso de enseñanza
aprendizaje. Él debe atender la diversidad en el aula y estar pendiente en todos los
momentos de los alumnos/as para que vayan adquiriendo una formación integral en
todos los sentidos. Los alumnos deben prepararse en sus distintas materias, pero
también deben formarse como personas democráticas responsabilizándose cada día y
formándose, para llegar a ser los hombres y mujeres del futuro.
Todos sabemos, que nos encontramos con grandes dificultades en las aulas porque
hay una gran diversidad de alumnos/as, pero debemos unirnos todos: padres y
profesores para que esa educación sea al cien por cien integral.
1.-LA ATENCIÓN A LA DIVERSIDAD EN EL AULA
La atención a la diversidad es imprescindible y necesaria para compensar las
desigualdades y valorar el principio básico de igualdad. Todos somos iguales, pero no
todos nos comportamos adecuadamente. Ante situaciones concretas no todos los
alumnos/as se comportan de igual forma, ni tienen las mismas motivaciones porque
desgraciadamente el mundo que nos ha tocado vivir está lleno de violencia,
desigualdad, corrupción que llega en muchos casos de forma directa por los medios
de comunicación: la televisión, la radio, la prensa, Internet, La propia LOGSE
(Enseñanza Obligatoria hasta los 16 años) , en muchos aspectos, débil por escasez de
medios, ha hecho que haya alumnos que abandonan por carecer de estímulos y más
que nunca nos vemos expuestos a un mundo insolidario impregnado de violencia.
En las clases vemos grandes diferencias entre los alumnos y sus intereses muy
dispares. Todo puede ser enseñado, y, en consecuencia, aprendido. Por tanto, en esa
diversidad, más que nunca, urge tener confianza, intentar preparar actividades
múltiples motivadoras que puedan trabajarse de forma transversal en cada materia y
sensibilizar poco a poco con ellas a nuestros alumnos/as porque sabemos que todo lo
que gusta y motiva se aprende mejor. Los educandos deben ser atendidos por igual y
los Centros tienen que adaptarse a las nuevas formas de entender la realidad.
Debemos crear actitudes positivas para aprender a valorar lo que nos rodea, facilitar la
relación padres e hijos, profesor y alumnos, alumnos y alumnos. Observar las barreras
y los problemas de aprendizaje y adaptar las metodologías diseñando actividades que
ayuden a que esa diversidad mejore y donde todos nos sintamos beneficiados.
Hay factores sociales que influyen en la práctica docente, desfases en algunas
conductas de los alumnos, factores sexistas que conllevan la discriminación, factores
culturales y sociales diversos y el docente tendrá que ayudar para conseguir que
nuestro aprendizaje sea cada vez más autónomo y significativo. No hay ningún alumno
1
igual porque somos diversos y es esa diversidad la que nos define y nos distingue a
unos de otros. No todos aprendemos de igual forma y de igual forma no nos motivan
las mismas cosas y en eso radica la importancia del aprendizaje. Debemos más que
nunca socializarnos porque las situaciones de riesgo social existen y la familia es
básica. Los hijos desatendidos y con carencias en el seno familiar presentan mayores
problemas que aquellos que viven en familias estructuradas. La destructuración de la
familia nos lleva a un pozo sin salida, que, en muchos casos, cuesta mucho resolver
desde el propio Centro Educativo. Sin el apoyo de la familia como soporte fundamental
en la Educación, el docente tendría poco que decir, pues nuestra labor de enseñar
debe estar amparada por la propia familia.
En esa diversidad que tenemos hay niños abandonados que presentan conductas
agresivas, marginación, niños maltratados y desatendidos en sus familias con
dificultades diversas y que no pueden a veces relacionarse con los demás por falta de
estímulos, niños muy protegidos por la familia que no valoran nada lo que tienen
porque están hartos de todo, niños inadaptados al colegio con hábitos antisociales,
niños vagos, niños mal educados con conductas disruptivas que hacen que en muchos
momentos el docente se sienta abocado al fracaso por no saber cómo actuar o no
poder tener los medios. Hay que buscar soluciones que lleven a la socialización, a
desarrollar la autonomía y la autoestima. Desde las tutorías se intenta prevenir las
deficiencias, adquirir nuevos hábitos para la comunicación, se ayuda a los alumnos/as
difíciles con actividades diversas y se les motiva para que entiendan mejor el mundo
que le está tocando vivir.
2.- EL PROFESOR COMO MODELADOR DE LA ACTIVIDAD
El papel del profesor en el aula es fundamental para que la actividad que se vaya a
realizar sea enriquecedora.
Frente al grupo de alumnos/as el profesor debe tener siempre la función de mediador.
Él controla y dirige su clase y es por ello que debe asumir sus funciones de forma
responsable y crítica, sabiendo que para que su actividad cale hondo y llegue a los
alumnos, debe partir siempre de las ideas previas que los alumnos tienen.
Nunca debe dar soluciones por anticipado o tratar de imponer sus criterios porque los
alumnos deben debatir y plantear sus interrogantes en la clase. Siempre serán
sujetos activos y no receptores pasivos. El profesor antes de realizar su actividad
debe dar unas mínimas pautas y favorecer la discusión en el aula y de esta forma
seguro que su actividad va a despertar interés, motivación y va a realizarse con éxito.
El profesor será uno más en la clase, modelando y estimulando a sus alumnos para
que logren adquirir los objetivos que se plantean en la actividad en el momento que la
realizan. Siempre será un apoyo, un orientador comprometido y si es necesario
participará en la actividad con los propios alumnos para que lo vean como un
compañero más, alguien que ayuda a entender la actividad que se está preparando. Él
procurará ofrecer todos los recursos y medios para favorecer la actividad, analizará
todas las respuestas que los alumnos proporcionan e intentará buscar siempre la
estrategia adecuada para que su actividad se vea fortalecida y pueda ser entendida, y,
en consecuencia, aprendida. No olvidemos que para entender los contenidos
conceptuales hace falta reforzar constantemente los procedimentales. Con actividades
lúdicas, comprometidas se entenderán mejor los problemas que están presentes en
nuestra sociedad. Para que los alumnos procesen mejor su información y la analicen
debemos despertar en ellos estrategias comprometidas que persigan ese fin concreto.
2
Todo profesional de la Educación debe fomentar la interacción entre los alumnos en el
aula y guiar el aprendizaje para que sea más autónomo y significativo.
Cada profesor es un mundo, de igual forma que no hay ningún alumno igual. En
cualquier caso, lo importante será que cuando realicemos esa actividad, todos nos
sintamos comprometidos para obtener los mejores resultados.
No olvidemos que cada clase es diferente y una misma actividad puede tener mayor o
menor éxito en una clase o en otra. (A pesar de las diferencias, lo que verdaderamente
nos debe preocupar es que llegue al alumnado y lo comprometa para entender mejor
la realidad que nos está tocando vivir y poder en la medida de lo posible atajar las
desigualdades).
Estoy convencida que cuando los alumnos hacen actividades comprometidas,
entienden mejor los problemas y llegan a conclusiones importantes para su futuro y
para la vida. Por eso, cuantas más actividades se organicen sobre un determinado
tema o problema, mejores garantías de éxito obtendremos.
3-. ¿EL PROFESOR MEDIADOR O TUTOR HA PERDIDO HOY SU ROL COMO
EDUCADOR?
Es evidente que hoy en día atravesamos un momento muy delicado en todos los
sentidos porque estamos inmersos en un mundo lleno de desigualdades, una sociedad
donde los conflictos son cada vez más relevantes y estamos cansados de ver de
forma directa agresiones de todo tipo, en todos los niveles e incluso desde los medios
de comunicación nos llega, a veces, toda la información muy deteriorada y se nos
ofrece un mundo vacío de contenidos, que, al proyectarse en cada uno de nosotros,
en lugar de ayudarnos, nos conduce al desánimo y a la inestabilidad. Lo que a veces
vemos en la tele, en la prensa, en Internet, en los Centros educativos es el reflejo de
lo que somos, el reflejo de una sociedad sin escrúpulos que estamos amamantando
sin darnos cuenta porque ya estamos pasando de la libertad al libertinaje. Lo que
antes no aceptábamos ya se acepta e incluso estamos perdiendo nuestra autoridad,
la única herramienta que tendríamos que potenciar más, para evitar males peores.
Desgraciadamente nuestro papel de educadores se ve muy mermado en el aula
porque hemos pasado a ser no mediadores en los conflictos, sino mas bien sufridores
en muchos momentos, enfrentándonos a los alumnos que no quieren estudiar y que
agreden verbalmente a otros compañeros e incluso a sus profesores. Qué pena que
no podamos proyectar en imágenes lo que pasa cada día en las aulas. Más de un
padre se daría cuenta de la difícil tarea que nos toca vivir y más de uno pensaría que
con más dedicación a la educación de sus hijos se conseguiría aliviar un poco esta
situación que tanto nos duele.
No quiero responsabilizar a nadie, pero debo decir que la primera educación que
recibimos es en el seno familiar y desde allí debemos esforzarnos para que los hijos
valoren más lo que tienen, lo que le rodea y sientan de cerca lo que no se debe hacer
porque hace daño. Los niños son esponjas que todo lo filtran y cuando en casa no se
les presta la atención adecuada o no se les reprende al hacer algo mal o cuando hay
un chantaje emocional premiando al hijo sin una causa justificada, se producen
lagunas en el comportamiento muy importantes que de una forma u otra repercuten en
la educación y dejarán huella en la escuela.
No quiero dramatizar demasiado porque yo creo todavía en el profesor mediador, en
ese tutor que vela cada día en su aula intentando mejorar lo que a veces es casi
imposible, que lucha por erradicar los conflictos, que invita a las familias a participar
con sus hijos en el Centro Educativo para conseguir metas y paliar las dificultades, que
interviene cada vez que se necesita para encauzar y guiar al alumno, siempre
3
respetando sus intereses, sus argumentaciones para que los alumnos/ as sientan más
confianza al hablar o expresarse.
El profesor mediador, sin ser tajante, sin condicionar a sus educandos, debe imponer
seriedad y respeto en el aula y adiestrar a sus alumnos con la palabra para que
puedan mejorar en todos los sentidos. Sin alterarse y, siempre por las buenas,
escucharlos y entenderlos potenciando el respeto y la responsabilidad. ¡Qué tarea tan
difícil en la actualidad!
Nuestro rol de mediadores de los conflictos está desapareciendo porque la sociedad
que nos rodea está llena de lagunas y nos sentimos desprotegidos muchas veces ante
problemas que nos traspasan porque la propia familia se desentiende de los hijos o no
nos apoya cuando la necesitamos. Más que nunca debemos ir a la par, padres y
profesionales de la enseñanza porque lo que falta en la sociedad es una mayor
socialización entre todos y debemos conseguirlo o al menos intentarlo.
4-. ¿CÓMO CONSEGUIREMOS ACERCARNOS MÁS A LOS ALUMNOS / AS?
Podemos conseguirlo de muchas formas pero hay una que nos va a ayudar bastante.
Con actividades motivadoras que muevan el corazón de los alumnos y que sirvan para
potenciar la responsabilidad, el respeto, la tolerancia y la educación en valores
fundamentales.
Estoy convencida de que cuando seleccionamos y realizamos actividades que están
dentro de los intereses personales del alumno es más fácil llegar a la motivación y se
consigue mejor el fin perseguido.
Deben ser actividades lúdicas, significativas que intenten solucionar un determinado
conflicto o que sirvan para entender mejor un concepto ya explicado, que ayuden a
mejorar el mundo en el que estamos inmersos y que potencien como he dicho la
solidaridad, la tolerancia entre todos y el respeto mutuo entre iguales.
En este mundo altamente globalizado debemos socializarnos porque urge ser más
humanos, más solidarios con los demás. Vamos a darnos la mano: padres, profesores
educadores y vamos a inculcar estos valores fundamentales que son básicos en la
educación y en cualquier aprendizaje. Yo cuando hablo con los alumnos siempre digo
que lo más importante es la educación. Con educación se pueden conseguir cosas
impensables y podemos ser fantásticos en Biología, en Francés, en Lengua, en Inglés,
en Matemáticas, pero si no sabemos comportarnos de poco nos va a servir. Hay
personas que no han tenido la oportunidad de estudiar y, sin embargo, son educadas y
saben comportarse en cualquier situación cotidiana que se presente porque lo han
aprendido cada día con su esfuerzo y su responsabilidad, leyendo por ejemplo.
Cuando leemos aprendemos mucho porque lo que vemos en los libros lo vamos
asimilando mejor y para saber, hace falta trabajar, leer, estudiar .El esfuerzo en las
cosas es fuente de progreso y, desgraciadamente, hoy los alumnos se esfuerzan poco
porque le damos muchas cosas que piden sin necesitarlas.
Las actividades que se realicen en el aula deben perseguir un fin concreto: “Mediar en
el aula para que los conflictos se acaben y los alumnos/as adquieran unos valores
democráticos necesarios e imprescindibles para ser hombres y mujeres responsables
en esta sociedad que debemos cada día mejorar”.
5-. DISEÑO DE ACTIVIDADES PRÁCTICAS
Es necesario e imprescindible motivar a los alumnos al diseñar las actividades.
4
Todos sabemos que se aprende mejor lo que nos atrae y nos gusta. El docente debe
apoyarse siempre en alguna situación concreta cercana, cuando prepare su actividad.
¿Por qué? Porque los alumnos entenderán mejor esa situación y valorarán mejor los
planteamientos que se tomen.
Todas las actividades deben perseguir un fin concreto y todas tienen que despertar
curiosidad por parte de los alumnos/as. La motivación en la actividad es una garantía
de éxito.
Las actividades se podrán realizar de forma individual o grupal. Todas tienen su
importancia y todas ayudarán al alumno en un determinado momento.
5.1-. ACTIVIDADES MÚLTIPLES
Las asambleas y los debates sobre temas trabajados son una fuente inagotable de
recursos y como técnica de aprendizaje favorecen la motivación y ayudan en las aulas.
¿Por qué? Porque los alumnos debaten, dialogan entre ellos, respetan las opiniones
propias y ajenas, argumentan y son capaces de dar o aceptar pautas para más tarde
llegar a acuerdos importantes y a toma de decisiones.
Cualquier actividad que realicemos debe perseguir un fin concreto y si se ha debatido
entre todos antes, va a ser mucho más enriquecedora porque siempre se llegará a
acuerdos y conclusiones relevantes.
En cada actividad que hagamos nos debemos plantear una temporalización concreta,
ya que hay actividades que requieren mayor tiempo que otras que pueden plantearse
a largo plazo.
En un debate o asamblea, las ideas que los alumnos aportan son todas importantes, la
discusión y el turno de palabra entre todos debe siempre respetarse para llegar a
elaborar unas conclusiones pertinentes entre todos y establecer los acuerdos.
El educador como mediador en la actividad regulará todo el proceso y controlará las
medidas a adoptar en el aula y las posibles consecuencias. Siempre estará ahí para
aclarar dudas, dirigiendo todo el proceso de la actividad, para que todos los acuerdos
que se tomen sean un compromiso para todos y todos cumplan y valoren los acuerdos
establecidos.
Es fundamental trabajar en clase con los alumnos las normas de convivencia que el
Centro Escolar haya establecido. Leerlas en clase, entenderlas y debatir para llegar a
acuerdos pues con frecuencia los alumnos desconocen esas normas y no entienden
por qué hay que cumplirlas.
Los alumnos deben tener desde los primeros días del curso bien claro cuáles son esas
normas. Los derechos y deberes de los alumnos y de los profesores. Cuando se
conocen todas las normas es más fácil ponerlas en práctica. Por eso, conocer bien
cómo funciona el Centro Educativo va a ayudarnos en nuestro aprendizaje.
Si los alumnos conocen bien todas las normas y han reflexionado sobre ellas, las
interpretarán y entenderán mejor y podrán aportar también ideas para mejorarlas. El
profesor transmitirá siempre confianza para favorecer en los alumnos la autoestima.
Todos podemos mejorar si nos lo proponemos. Querer es poder y los alumnos lo
pueden conseguir porque no somos perfectos y cada día todos estamos aprendiendo
cosas nuevas. Es muy importante crear un ambiente de amistad entre todos los
compañeros, por eso, las actividades que se realizan en grupo son más gratificantes
que las individuales porque hay que llegar a acuerdos entre todos y los alumnos eligen
con quien van a realizarlas. Una buena estrategia es conocer al cien por cien cómo es
el grupo clase, sus características personales, sus gustos y motivaciones porque en
los mismos niveles no todos los grupos son iguales, ni todos aprenden de igual forma.
Ya he hablado antes de la diversidad y es esa diversidad la que hace que seamos
diferentes. Los alumnos deben opinar ellos solos y ellos solos se darán cuenta de lo
que hacen mal si despertamos en ellos el sentido de la responsabilidad y de la
curiosidad. Se aprende más cuando nos equivocamos y de los errores siempre
5
aprendemos. Cuando un alumno ha llegado a una conclusión errónea, no debemos
corregirlo o regañarlo, tenemos que animarlo para que entienda y transforme ese
error, lo haga suyo y, en consecuencia, acepte su equivocación. Es bueno equivocarse
para llegar a la meta deseada y no es necesario imponer nada por la fuerza. A los
alumnos hay que animarlos poco a poco y no penalizarlos porque si lo hacemos los
vamos a desmotivar. Es básico en nuestro aprendizaje crear un clima donde la
autoestima esté siempre elevada y para conseguirlo nos apoyaremos en argumentos
sólidos de responsabilidad. Todo es negociable y en esa negociación está la clave
porque el alumno notará que no se hacen las cosas por obligación sino porque son
necesarias. La propia conducta humana debe regirse por unas normas concretas
porque las necesitamos. Sin normas esta vida sería una jungla y nos comeríamos
unos a otros. Extrapolando esta situación a la clase, el profesor mediará siempre para
que nadie se sienta perjudicado. Todos tenemos que tener unos límites porque los
necesitamos para vivir y relacionarnos. No olvidemos que estamos formando a los
alumnos para la vida futura y, si lo hacemos bien, no habrá desequilibrios. Si
queremos que nos respeten los demás, tendremos que respetarnos entre nosotros
mismos.
En los debates o en las asambleas se resuelven mejor los conflictos que de forma
individual porque siempre se llega a conclusiones votadas entre todos y debatidas.
Cuando hagamos actividades encaminadas a favorecer la paz ante un determinado
conflicto debemos ser cautos y precavidos porque los problemas no se solucionan por
la fuerza sino con la palabra, el diálogo. Cuando dialogamos podemos entendernos.
Hay que ofrecer modelos educativos tranquilizadores para evitar males mayores y solo
así, por el camino de la igualdad, del respeto y de la responsabilidad conseguiremos
transformar un poquito nuestra sociedad. Hace mucha falta en la actualidad porque
estamos constantemente salpicados por la violencia y nos movemos en un mundo
globalizado muy contaminado que entre todos debemos mejorar.
6.- BIBLIOGRAFÍA
Este artículo es completamente personal. Está basado en mi experiencia cotidiana.
Cada día aprendo con mis alumnos/as algo nuevo que me enriquece como persona y
como educadora. Soy consciente de la difícil situación que nos está tocando vivir en
las aulas, pero también sé que con esfuerzo y comprensión se pueden conseguir
metas importantes. Esta tarea es difícil, pero apasionante si seguimos aportando
nuestro granito de arena.
6
Descargar