EpOCA VI. ~ALUD :lA NUMERO 5. VOLUMEN XXIV SEPTIEMBRE-OCTUBRE 1982 lJiJBlmA MEXICO d. Urna olmeca que podrf a representar la leishmaniasis tegumentaria DR. :\Iartínel :\1arañón. diseminada RICARDO R.: I'ma olmeca que podría representar la leishmaniasis minada. Sal. Pub. ~lex. XXI\', 497-507,1982. MARTi~EZ tegumentaria MARA~Ó~' dise- Resumen: En el museo Carlos Pellicer de Villahermosa existe una urna olmcca del período preclásico con "lesiones cutáneas" que podrían reproducir la leishmaniasis tegumentaria difusa. Se exponen las razones que hacen considerar más probable que se trate de esta enfermedad y no de diversos padecimientos o de otras cosas que también podrían representarse así. Hay dos pequeñas esculturas más de este mismo pueblo que se pueden interpretar como imágenes de otras formas de esta misma enfermedad. En varias culturas mesoamericanas y aún andinas existen figuras semejantes. algunas de las cuales. del altiplano mexicano. se consideran imágenes de Nanahuatzin. el Dios Bubos o. Se sugiere la posibilidad de que se hayan originado en representaciones realistas de esta enfermedad procedentes de regiones de endemia leishmaniásica. Debido a la similitud clínica de sus lesiones. si la Ieishmaniasis tegumentaria diseminada existió en América Precolombina. esto implicaría entre otras cosas que la presencia de lepra en esos pueblos sólo podría probarse encontrando en huesos o en momias lesiones patológicas inconfundiblemente debidas a este padecimiento. Es muy probable que en las poblaciones pequeñas de México. incluso actualmente. muchos enfermos de lcishmaníasis tegumentaria diseminada sean considerados leprosos. como sucedió en Etiopía. a leishmaniasis tegumentaria disemina(L TD en lo sucesivo)", cutánea generalizada , anérgica o lepromatoide, es una variedad de esa parasitosis que describieron Pra- do Barrientos en Bolivia! y Convit y Lapenta en Venezuela' en 1948. La característica más conspicua de esta forma clínica de leishmaniasis es que, en lugar de L da • Instituto de Salubridad y Enfermedades Tropicales. Dirección General de Epidemiologia e Investigación en Salud Pública S.S.A. .. Prefie ro esta denominación porque la palabra tegu- mente denota piel y mucosas y ras lesiones de éstas suelen ser muy características en la l TD. En Ycncvucla las consideran benignas y poco importantes. parece ser en comparación con las de la espundia. en que son terribles. 497 Martínez Marañón, Figura 1. Leishmaniasis dular "pura". tegumentaria difusa. Forma no- que el protozoario produzca solo una lesión local (ordinariamente una úlcera) o regional, se generaliza progresivamente a toda la piel y a las mucosas bucal y nasal, habitualmente en forma de nódulos muy semejantes a los de la lepra lepromatosa (figuras I y 2). Al principio se tuvo la impresión de que su frecuencia era relativamente grande en Venezuela, comparada con su virtual ausencia en el resto del mundo y esto, además, de promover numerosas investigaciones en ese país.>! con- dujo a pensar que podía existir ahí una variedad especial del parásito, que se bautizó Leishmania pifanoñ que sería la causa de la enfermedad. Ulteriormente se con oció su existencia en Etiopía" H y después en otros países en que existen leishmaniasis cutáneas provocadas por diferentes subespecies y aún especies' del flagelado, por lo que tiende a admitirse que, tanto o más que al agente, el desarrollo de esta forma se debe a una "constitución" especial del enfermo. de la que me ocuparé después. 10 En México, sin pretender ser exhaustivo tengo noticia de que más de diez casos, cinco de ellos publicados.u-« entre los cuales por lo menos cuatro provienen curiosamente del Norte de la República (Coahuila y quizás Tamaulipas o Nuevo León); zona de ecología completamente opuesta a la clásica de endemia 498 Figura 2. Leishmaniasis tegumentaria diseminada. ma nodular con tendencia a la ulceración. R. For- de las leishmaniasis cutáneas en América que, con excepción de la uta, es la selva tropical; o sea, en nuestro país grandes porciones de Quintana Roo, Yucatán, Campeche, Chiapas y Tabasco (unos tres de los casos de LTD que conozco proceden de ahí) y partes más limitadas de Veracruz y Oaxaca." Sin embargo, las leishmaniasis en general y muy especialmente esta variedad, son poco conocidas por los médicos mexicanos salvo los dermatólogos y los parasitólogos. Contrariamente a otros padecimientos parasitarios como la oncocercosis, la uncinariasis y el paludismo, que probablemente fueron importados a América sea por los europeos, sea, más frecuentemente, por los esclavos africanos,!s los autores son casi unánimes en considerar la .leishmaniasis cutánea americana, con toda su gama de variedades clínicas, como autóctona del continente. Esta teoría se basa en dos tipos de investigaciones: biológico-epidemiológicas y antropológico-históricas. Las' primeras han sido resumidas así por Lainson y Shaw.!? "If the epidemiology of Old World leishmaniasis appears complex, that ofthe New World is infinitely more so. As with kala-azar, there was been much disagreement as to whether or not cutaneous leishmaniasis in an indigenous SALUD PÚBLICA DE MÉXICO Leishmaniasis tegumentaria diseminada disease of Latin America. Sorne have favoured the view that the disease has evolved from. L. tropica brough to the Americas by the conquistadores or immigrants from endemic areas of the Old World ..... The relatively recent discovery of a huge reservoir of infection in the wild rodents of remete, unhabited areas of Central and South America. however. has made this idea of evolution from L. tropica untenable, as has the disclosure of variations noted in a study of the parasite from man and wild animals, which suggest a wide degree of specialization over a long evolutionary period". Entre los argumentos antropológicos e históricos. unos son de orden lingüístico. por ejemplo. palabras quechuas que designan a la enfermedad o a sus vectores; 18 19 otros se basan en tradiciones o testimonios de cr on ist as-v y viajeros?' y otros. por último. en el estudio de obras de arte prehispánicas. sobre todo piezas de cerámica mochica que representan. a veces con realismo impresionante. lesiones muy típicas de la enfermedad como úlceras en las mejillas u otras partes del cuerpo o destrucciones de la nariz. la boca o ambas.' Como es natural. dada la frecuencia y gravedad de estos padecimientos en muchas partes de Sudarnérica, casi todas estas piezas proceden de ahí y aunque en el arte de los pueblos mesoamericanos también abundan reproducciones de diversos procesos patológicos. no tengo noticia de alguna figura que se haya interpretado como representación de esta enfermedad. Esto parece confirmarse por la afirmación de Coury.t- p. 112 "La leishmaniose cutanée avoir épargné les autres regions d Amerique". Se comprende pues el interés que me prod u.. Antes de descubrirse que estos procesos son de origen leishmaniásico. la interpretación de las lesiones representadas en estos huacos dió origen a interminables discusiones sobre si eran lepra. sífilis, sarna, mutilaciones punitivas o "la llaga", nombre con que el pueblo de ciertos lugares de endemia y algunos médicos rurales observadores y perspicaces designaban a la leishmaniasis mucocutánea tipo espundia, aún no descubierta por la medicina oficial. Estas discusiones fueron cuidadosa y eruditamente reseñadas por Lchman-Nitsche.u También, se ha atribuido a estas culturas complejas relaciones con cultos de fertilidad. especialmente de la papa.t' SEPTIEMBRE-OCTUBRE 1982 Figura 3 jo encontrar en el museo Carlos Pellicer de Villa hermosa una pieza arqueológica que inmediatamente me sugirió que podía representar este padecimiento (figuras 3 y 4). Es una urna de arcilla del periodo preclásico (2000 a 1800 A.c.). probablemente de uso funerario. descubierta en la región del río Us umacinta en Tabasco. que el museo adquirió en 1971. Mide 36 cm de alto por 22 de ancho y 27 de largo. Representa. según la leyenda que la acompaña en la vitrina. "un anciano contrahecho y lisiado"; pero al analizar con más detalle sus lesiones desde el punto de vista médico. se ve que parece reproducir toda una serie de procesos patológicos y deformaciones no relacionados uno con otro y de los cuales los más evidentes son: 1. Una giba dorsal (cifosis) (figura 3). 2. La deformación craneal provocada de tipo tabular oblicuo, tan frecuente en esta cultura (figura 3). 3. El ojo derecho cerrado ycierta asimetría en los rasgos de la cara. sugestivos de representar secuelas de parálisis facial. aunque la boca no está desviada. tal vez por la forma 499 Martínez Marañón. R. xilar inferior. Esto me parece tan sugestivo de reproducir "granos" de la piel, que sólo por escrúpulo menciono otras posibilidades y las razones que creo valederas para excluirlas. Podrían representar también: a) Barba o patilla. Hay esculturas olmecas que tienen en el mentón un mechoncillo de pelo que parece figurar una barba (precisamente ésta parece tenerlo), pero sólo un escultor muy torpe o bisoño representaría una barba con los pegotes que esta tiene en el carrillo y evidentemente no es el caso de quien hizo esta pieza. b) Máscara, postizo o adorno. Algunas figuras de occidente tienen sobre los hombros una especie de capa representada en forma parecida," pero que se repite en muchas de ellas, cuya disposición lo sugiere inmediatamente y que no tendria sentido aqui. Hay también esculturas olmecas que tienen "máscaras parciales", pero generalmente representando la boca del jaguar o algo relacionado, o sea, plenas del simbolismo y la plástica de este pueblo, contrariamente a ésto.26 Figura 4 especial que se le daba en la escultura de este pueblo' (figura 4). 4. Una posición y un aspecto anormales, curiosos, de los dedos de ambas manos, difíciles de explicar médicamente, pues aunque la LTD puede afectar los dedos (y esto era particularmente evidente en el primer caso mexicano descrito), 11 sería muy arriesgado darles esa interpretación de esta pieza (figura 3). ' 5. Edema periorbitario, dudoso por la frecuencia con que se esboza en tedas las figuras de este tipo, pero que me parece aún más marcado en esta (figura 4). 6. La lesión objeto de esta nota: La mitad derecha de la cara está cubierta de grandes y llamativos "nódulos cutáneos" confluentes, redondos o alargados, irregularmente dispuestos, que van desde la oreja al reborde orbitario y, siguiendo el surco Iabio-geniano. llegan hasta el borde del ma500 e) Escarificaciones o tatuajes cosméticos, rituales o de otro tipo. En el museo de Cambridge hay una figurita de Xochicalco descrita por l.itvac-? que los representa, realizados en forma técnicamente semejante pero con una distribución tan ordenada, de un tamaño tan uniforme, que a su vez dicho autor, con razón, ni siquiera planteó la posibilidad de que pudieran representar lesiones naturales. Para mi resulta pues casi seguro que éstas son alteraciones dermatológicas; pero, ¿porqué pensar que representan precisamente esa forma rara y grave de leishmaniasis y no otra enfermedad') ¿no hay otros padecimientos cutáneos que tengan ese aspecto? Claro que si los hay. Muchas dermatosis y manifestaciones cutáneas de enfermedades generales podrían representarse asi y entre otras, como principales: A. Acné, sicosis yo/ras piodermitis. Benignas, más frecuentes en los jóvenes, más bien achaques que enfermedades graves; o sea, improbable que se representaran en esta figura y unidas a las demás lesiones, todas persistentes o severas. No invaden la oreja. B. Treponematosis: ¿Pian? MorfológicaSALUD PÚBLICA DE MÉXICO Lcishmaniuvis tegumentaria diseminada mente, los nódulos de la pieza semejan las manifestacines secundarias vegetantes, "frambuesiformes" de la enfermedad, pero éstas se manifiestan principalmente en la infancia o adolescencia y, sobre todo, el pian nunca se ha encontrado en México. ¿Sífilis? Exactamente al contrario, muchos piensan que se originó en Arnérica.!s pero sería muy raro que se representara así, pues la sifílides papulosas del secundarismo son transitorias y benignas y las lesiones terciarias, no tienen ese aspecto. ¿Mal del pinto? Casi seguramente originario de América" y probablemente conocido por este pueblo, pero el "empeine" primario, no es así y sus otras lesiones, menos. e. ¿Micosis? La fase cutánea de la blastomicosis sudamericana presenta estas formas, pero en la actualidad es aún más rara que la LTD en México. Como tiende a generalizarse, si hubiera existido entre los olmecas no creo tan infundado pensar que debió constituir una enfermedad grave, probablemente mortal a plazo relativamente corto y, en consecuencia, poco propicia para ser observada y reprod ucida por escultores o sacerdotes. La esporotricosis sí pudiera ser, aunque tampoco encuentro razones para pensar que fuera particularmente frecuente en la zona. D. [Lupus tuberculoso? No sólo es posible, sino que la existencia de la giba (probable mal de Pott) hablaría en favor de él. Unicamente razones estadísticas parecen favorecer la leishmaniasis, porque una forma no tan frecuente de tuberculosis cutánea. es menos probable que se representara en esculturas que una enfermedad endémica en la zona. E. Genodermat osis como la enfermedad de Recklinghausen, facomatosis y otros síndromes dermatológicos, neurodermatológicos o sistémico dermatológicos. Aún más raros y no hay razón alguna a mi parecer para pensar que se presentaran con más frecuencia en los 01mecas. f. [Lepra lepromatosat Perfectamente compatible, como es natural, ya que incluso en nuestros días y aún para el médico conocedor y el especialista. es el primer diagnóstico que se plantea cuando ve un caso así; y no puede diferenciarlo con seguridad más que por exámenes de laboratorio. Pero es proba ble que la SEPTIEMBRE-OCTUBRE 1982 Figura 5. Forma infiltran te de leishmaniasis tegumentaria diseminada. (Tomada de Convit y Kerdel Vegas5.). lepra no haya existido en América precolombina. Discutiré más ampliamente esta opción adelante. En cambio, inclina a pensar en leishmaniaSIS: 1. Que es y casi seguramente era desde entonces, como ya vimos, endémica en la zona olmeca en general y particularmente en aquella de donde procede la figura. 2. Que la forma clínica habitual enla comarca hoy y probablemente ya en aquella época, la actual "úlcera de los chicleros", puede haber sido tan banal y benigna en pueblos en constante contacto con zonas selváticas de "nidalidad natural "* y en consecuencia con gran inmunidad adquirida, que ya no se considera justificado representarla; lo cual explicaría su ausencia o rareza en las inconografias olmeca y maya, en las que debería abundar, que ya comenté. Dicho de otro modo, casi todo el mundo debe haber tenido en la infancia o juventud • Los epidemiólogos rusos llaman así a las regiones en que un agente patógeno circula en un ecosistema fuera de la presencia del hombre en él. Este adquiere la infección al introducirse al nicho en que el proceso se está realizando. Así, la leishmaniasis cutánea seria en México una parashos¡s que transmiten de un roedora otro. jejenes del género Lursoniya.v Cuando el hombre entra a la selva y lo pica uno de estos vectores. conrrae la infección. 501 Martínez Marañón. R. infiltración gruesa, pero sin nódulos prominentes (figura 5). En otras ocasiones los tubérculos llegan a ulcerarse o fisurarse prod uciendo cierto polimorfismo del cual puede dar una idea el enfermo de la figura 2, en el que ésto empezaba a esbozarse. Hay por lo menos dos pequeñas esculturas olmecas sugestivas de representar esas otras formas clínicas de LTD. La primera de estas piezas, procedente de Huimanguillo, Tabasco, reproducida por Pohorilenkow con el número de catálogo 13-607 y llamada popularmente "El Viejo Negro", podría representar la forma infiltrante (figura 6). Respecto a la segunda (figura 7), creo que lo mejor es citar íntegramente el párrafo que le dedican Dávalos Hurtado y Ortiz de Zárate.!' Fil!ura 6 pequeñas úlceras que curaban espontáneamente o bien, incluso sin presentarlas, adquiría por infección inaparente inmunidad contra la leishmania. Muy de cuando en cuando una persona nacía con la "constitución" especial necesaria y ésta al infectarse igual que las demás, desarrollaba la LTD. 3. Que la L TD además de ser mucho más rara que la úlcera leishmaniásica simple y ya por esto llamar la atención, también indudablemente aún en nuestros días constituye una enfermedad dramática, que impresiona a cualquiera que la ve y todavía más cuando observa su evolución crónica, progresiva e implacable, lo que explicaría porqué se representó en esta escultura y las que mencionaré enseguida. 4. También y sobre todo, que las lesiones de la pieza son realmente muy semejantes a las de esta enfermedad. como se ve comparando las figuras correspondientes. Aunque la forma nodular "pura" de la LTD que he descrito e ilustrado en la figura I es la menos rara. no es la única. Ocasionalmente las lesiones tapizan más o menos uniformemente la piel. sobre todo de la cara. formando una 502 "El cráneo de la pequeña escultura encontrada en La Venta, Tabasco, por Stirling, con ser francamente anormal por su moldeado, es tal vez menos impresionante; en cambio la cara, francamente monstruosa, nos hace pensar en un sujeto atacado por el bacilo de Hansen. Efectivamente, la lepra,ese temible flagelo de la humanidad que ha preocupado por igual a los médicos y hechiceros que a los sociólogos y legisladores, no podría menos que impresionar a los escultores indígenas yen esta representación plasmaron con todo su cruel realismo a un individuo atacado por el mal de una de sus formas más dramáticas, la lepra mutilante. El rostro del sujeto, con los ojos serniabiertos por la infiltración de los leprornas, la nariz deforme y mutilada, la boca enorme y las orejas fuertemente engrosadas dan a éste un aspecto que los clínicos califican de facies leonina. Las manos tienen la apariencia de muñones y para completar el cuadro parece que eligieron un material que por sus manchas aumenta el sentimiento de repulsión". He su brayado varias veces la semejanza clínica de la lepra lepromatosa con la LTD. Baste decir que las palabras antes citadas se podrían aplicar punto por punto y literalmente a la descripción de la última y que. naturalmente, ésta resulta más probable entre los olmecas por las razones epidemiológicas que ya expuse. En cambio, la existencia entre ellos de la lepra, que se transmite esencialmente por contacto directo y prolongado con enfermos baciSALUD PÚBLICA DE MÉXICO Leishrnaniasis tegumentaria diseminada Iíferos, resulta más remota ya que, por una parte, no sufrían de exagerado hacinamiento o promiscuidad)" y por otra, contrariamente a sus contemporáneos del Viejo Mundo, deben haber sido muy limpios a juzgar por lo que nos cuentan los cronistas españoles sobre sus descendientes directos o indirectos y también porque el clima en que vivían los invitaba a las prácticas de aseo. Su exigua vestimenta y escaso ajuar tampoco pueden considerarse como elemento favorable a la transmisión intrafamiliar por fornites". La existencia de tres piezas de la misma cultura, grosso modo del mismo período, procedentes de regiones relativamente cercanas y todas endémicas de leishmaniasis; de tamaño, material y uso diversos; naturalmente realizadas por diferentes artistas y, sin embargo, todas sugestivas (y no sólo para mí) de representar diversas variedades de lo que hoy sabernos es la misma enfermedad, pare ce dar un fuerte apoyo a la interpretación que propongo. Parece también, y esto no es excepcional en el arte mesoamericano, ** que el artista hubiera tratado de acumular en esta obra muchas de las lesiones impresionantes o incurables que había percibido entre sus contemporáneos, desde luego en diferentes individuos, ya que su asociación enuna persona concreta que hubiera servido de modelo, resulta extremadamente improbable. Se diría que no trató de representar "un giboso", o "un caso de parálisis facial" o de dermatosis, sino las jorobas, las ptosis palpebrales, las tumoraciones, todos los flagelos que azotan al hombre y lo convierten en un ser deforme, triste y repulsivo. Ya dije y se observa claramente en la figura 4, que es únicamente el lado derecho el que presenta tanto los nódulos como la ptosis palpebral. La mitad izquierda de la cara está libre de ... Sin embargo. estas ideas tendrían que cambiarse radicalmente si se llegara a demostrar que el armadillo constituye en la naturaleza un reservorio de la lepra humana. •• Por ejemplo. en Kaminal Juyú, Guatemala. se encontró una pieza descrita por Rosell-' que además de tener joroba presenta también parálisis facial y ascitis y la figura 80 del libro de Dela Fuente." además de estar gibosa. está evidentemente caquéctica. SEPTIEMBRE-OCTUBRE 1982 Figura 7 lesiones, tiene un inconfundible aire olmeca y se parece mucho a cualquiera de las esculturas del primer tipo de Covarrubias, tan abundantes en la región, cráneo rasurado, ojo almendrado, nariz platirrina, labios gruesos de comisuras descendentes, mandíbulas fuertes y cuello corto. Lo único especial que se advierte en ella es una expresión de hastío levemente doloroso soberbiamente lograda, muy acorde con lo reproducido en la totalidad de la figura y que habla muy alto de la maestría del escultor (figura 4). Así pues, parece existir en esta pieza un "eje de asimetría" derecha izquierda que separaría enfermedad-salud así como en otras esculturas mexicanas separa vida-muerte (figura 8) o jaguar hornbre.Ve En pocas palabras, parecería representar en abstracto la enfermedad física (mitad derecha) y su repercusión psicológica (mitad izquierda). Esto es lo que pensaría, incluso creyendo ser muy agudo en sus observaciones, un médico absolutamente lego en arqueología. Pero aún 503 Martíncl Figura 8. lecturas muy elementales sobre estos temas convencen a uno de que estas interpretaciones ingenuas y románticas nunca conciden con el espíritu profundo de una obra arqueológica. Como dice Weiss.> ..... Hay que partir de la certidumbre de que en ningún caso la figura arqueológica fue hecha con intención artística, ni para ser mirada, menos como lámina médica documental .... el completo significado de las figuras no se alcanza por los carriles de la lógica hipocrática, sino del pensamiento mágico ", Dentro de este género de ideas. en todos los libros de Castañeda pero especialmente en "Relatos de Poder". muchos párrafos parecen dar una pista sobre otra interpretación mucho más profunda e interesante de la disociación derecha-izquierda que presentan todas estas imágenes: el lado derecho es el del tonal y el izquierdo, el del nagual.' Según esto, las figuras de este tipo podrían 504 ~b.r;.lñón. R. simbolizar nada menos que lamás profunda e importante dicotomía de la concepción del universo en la filosofía y la magia del indio mexicano. que por cierto coincidiría entonces curiosamente con las representaciones plásticas de ideas religiosas o filosóficas en sistemas culturales totalmente diferentes. por ejemplo. el hecho de que en el arte cristiano figuren siempre el maligno. los réprobos ycondenados a la izquierda y los elegidos a la derecha. Por último. respecto a esta pieza. otra interpretación intermedia a las anteriores tal vez resulte más verosímil: casi en todas las culturas antiguas pero especialmente entre las olrnecas, los seres teratológicos. deformes o enfermos parecían producir una admiración y gozar de un prestigio muy difíciles de concebir para nosotros. Probablemente se pensaba que si habían sido marcados por los dioses con esas manifestaciones excepcionales e inexplicables. es porque poseían atributos especiales que a los ojos de sus contemporáneos les daban cierta aureola. si no divina. por lo menos mágica. De aquí, quizás. la frecuencia con que aparecen en su iconografía. al grado que Dá valos Hurtado" dice: "en la escultura olmeca del Cerro de las Mesas y La Venta hay tal cantidad de material digno de estudiarse desde el punto de vista de la patología que el investigador podría preguntarse si los artistas de dicha cultura escogían como modelos solarnenie a tarados, pues la proporción en que figuran estos anormales es sor prendente ". Me parece probable que esculturas olrnccas del tipo de la primera que he descrito sean precursoras de otras mayas. teotihuacanas. nahoas y aún de occidente que representan el mismo género de lesiones: unas sólo en la cara, otras. como la reproducida por Somolinos dArdois> en su figura 26, en todo el cuerpo: y otras ¡aún en el tocado! Existen también en la cultura mochica donde probablemente se ha• Castañeda. C. Reknos de Poder. Las Lecciones de Don Juan. Fondo de Cultura Económica. Primera reimpresión. México. 1978. Págs. 258. 259. JO~. 331 y otras muchas. Incidentalmente mencionare que en estos libros también se alude al significado mágico de la posición de las manos y que esto podrla también llenar el hueco que dejé esbozado sobre la posición de los dedos en la primera de las Figuras q uc me han ocupado. SALUD PÚBLICA DE MÉXICO Leishmaniasis tegumentaria diseminada yan desarrollado independientemente y tal vez en la misma forma (figuras l.1O y l.ll de \Veiss3'). Algunas. del altiplano mexicano. se interpretan como imágenes de Nanahuatzin. el Dios Buboso, que adeiántándose a sus rivales (¿otra muestra del prestigio de ciertos enfermos en estos pueblos") no titubeó en arrojarse el primero a la hoguera para crear el Quinto Sol. Sea cual fuere el significado profundo. teológico. cosmogónico o polltico= que se atribuya a este mito y a esas figuras, a mi conocimiento no se ha tratado de analizar desde el punto de vista de la patología cuál fue el modelo inicial a partir del cual se desarrollaron, porqu me parece improbable que la idea de dioses cubiertos de llagas haya brotado espontáneamente de la imaginación. Como médico me llama mucho la atención que aún en obras recientes y también de carácter fundamentalmente médico (Weiss, Loe. cit. y Coury, Ibid.) se siga designando a estas figuras. sin mayor comentario. con el vago calificativo de buboso o aposternatoso, quizá muy adecuado en la época de la conquista. pero totalmente arcaico y vacío de sentido hoy. En realidad, ¿qué enfermedad representaron esas esculturas y pinturas'! Si como piensan González Ureña.?? Lehmann-Nitsche12 y Coury" , "" entre otros. la lepra no existió en América Precolombina. me parcce probable que originalmente. por las razones antes expuestas, estas figuras hayan representado casos de LTD más que sífilis, pian y y las otras enfermedades a que se han atribuido y ya discutidas. Incluso (simple lucubración que toca a los arqueológos dictaminar si vale la pena considerar hipótesis de trabajo) podría concebirse que el mito de Nanahuatzin haya tenido más o menos este origen: los olmecas y mayas (originalmente por supuesto aquéllos) además de estar muy familiarizados con la leishmaniasis banal (actual úlcera de los chicleros). habrían llegado a observar casos de LTD Ylos habrían representado llenos de "poste mas" (nódulos). pero también de poderes mágicos como ya dije. en figuras y tradiciones en su mayoría perdidas. La difusión de éstas hasta lugares en que jamás se presenta la enfermedad. como la altiSEPTIEMBRE-OCTUBRE 1982 planicie de México, hizo que se perdiera su nexo con la realidad, pero conservaron su prestigio de fetiche acrecentándolo con el tiempo hasta alcanzar la deificación. La facilidad con que los pueblos del altiplano mexicano incorporaban los mitos y símbolos de otros. por ejemplo. de los olmecas el jaguar, que pasó a rivalizar con las águilas en la poderosas sectas militares aztecas. podría contribuir a explicar que a la larga fuera un pobre "bubosillo" quien tuviera la gloria nada menos que de crear el Quinto Sol. Pero además de estas divagaciones arqueológicas. aceptar esta interpretación tendría otras implicaciones interesantes. Como ya dije, la leishmaniasis igual que la lepra se concibe en la actualidad como un padecimiento cuyas manifestaciones clínicas están influenciadas, tal vez más aún que en otras enfermedades infecciosas, por la manera de reaccionar del huésped frente al parásito; comprendiendo un polo benigno (la úlcera única, que cura espontáneamente) en el paceinte resistente y otro maligno, la LTD en el sujeto anérgico y, entre ambos, toda la gama de variedades clásicas (en América el pian bois, la espundiaj.v 3' La existencia de LTD en la América Prehispánica demostraría pues, además de la presencia del parásito ya clásicamente aceptada. la del terreno en que esta variedad se desarrolla; o sea, cierto tipo de inmunodeficiencia aún no perfectamente esclarecida pero que sin duda se terminará de precisar pronto y que las razas indígenas americanas compartirían con otras. puesto que el padecimiento se ha encontrado en blancos y negros. Esto podría en algún momento incorporarse a otros estudios genéticos para precisar ciertos aspectos del genotipo de los indios americanos. La probable existencia de casos esporádicos de LTD entre los habitantes de vastas regiones selváticas de América Precolombina en que se desarrollaron o establecieron importa ntísimas culturas. atañe también a otra cuestión: la única manera de probar sin lugar a dudas la controvertida existencia de la lepra en nuestros pueblos antes de la conquista'. sería hallar restos óseos o momias con lesiones inconfundiblemente debidas a esta enfermedad; pues ni el testimonio de los cronistas españoles ni las piezas arqueológicas que representan lesiones 505 Martínez sugestivas constituyen un argumento de valor. dada la similitud de ambos padecimientos. González Ureña " explica la alta prevalencia de lepra en la costa mexicana del Pacifico (principalmente Sinaloa) por los contactos que durante la época colonial se establecieron por ahí con China y sobre todo con Filipinas, lugares de endemia. Pero aunque insiste también en su frecuencia en YucatánysobretodoenCampeche. donde Carlos IV ordenó en 1783que se construyera el Hospital de San Lázaro. no da una explicación a este hecho. Puede temerse que muchos de los casos que ese leprosario albergó hayan sido en realidad LTO. Más aún. es prácticamente seguro que no sólo en toda la época colonial y posteriormente. sino incluso hace muy pocos años yaún Martínez Marañón. R. en la actualidad. muchas personas afectadas por la LTO sean catalogadas como leprosos en las poblaciones pequeñas y, lo que es peor, segregados de su sociedad a causa de ello como se hacia en la Edad Media (no, naturalmente, por los trabajadores de la campaña contra la lepra ni por los médicos generales, sino por sus parientes. "amigos" y conocidos). CREDITOS Las fotografías I y 2 se tomaron de Dermatología Revista Mexicana. con autorización del Dr. Amado Saúl. Las figuras 3 y 4 fueron gentilmente proporcionadas por el Dr. Julio César Javier Quero. del Museo Regional de Antropología "Carlos Pellicer Cámara", a solicitud del Dr. Jaime Litvak. Las números 6 y 7 por la Lic, Amada martinez Reyes. del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM. R.: An olmec figure representing diffuse skln leishmaniasis. Vol. XXIV. 497-507. 1982. Summary: In the Carlos PelJicer Museurn of Villahermosa. Tabasco. México. there is a preclasic Olrnec figure with signs of diffuse skin Icishmaniasis (DSL). Sorne Iacts supporting this hypotnesis are presented in the paper. In sorne Central American and Andine cultures exist similar figures; sorne from the highland of México. pro~ bably represent the god Nanahuatzin. Probably these fig- Marañón. Sal. Pub. Méx. ures represent sorne cases of leishmaniasis. Givcn (he c1inical sirnilarities of leishrnaniasis with lepra. the archcologic evídence of the existance of this disease. in the precolumbine periodo could be found only in characteristic Iesions in human bones. It might well be that in small rural villages, patients with difusse skin leishmaniasis are considered as leprous cases. as it has happened in Ethiopia. REFERENCIAS 1. Barrientos. L.P. Un caso atípico de leishmaniose cutáneo mucosa (espundia). Mem. tnst. Oswaldo Cruz. 46: 415-418. 1948. 2. Convit. J. y Lapenra. P. Sobre un caso de leishmaniasis tegumentaria deforma diseminada. Rev. 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