lJiJBlmA d. MEXICO - Salud Pública de México

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EpOCA VI.
~ALUD
:lA
NUMERO
5.
VOLUMEN XXIV
SEPTIEMBRE-OCTUBRE
1982
lJiJBlmA MEXICO
d.
Urna olmeca que podrf a representar
la leishmaniasis tegumentaria
DR.
:\Iartínel
:\1arañón.
diseminada
RICARDO
R.: I'ma olmeca que podría representar la leishmaniasis
minada. Sal. Pub. ~lex. XXI\',
497-507,1982.
MARTi~EZ
tegumentaria
MARA~Ó~'
dise-
Resumen: En el museo Carlos Pellicer de Villahermosa existe una urna olmcca del período preclásico con
"lesiones cutáneas" que podrían reproducir la leishmaniasis tegumentaria
difusa.
Se exponen las razones que hacen considerar más probable que se trate de esta enfermedad y no de diversos
padecimientos
o de otras cosas que también podrían
representarse
así. Hay dos pequeñas esculturas más de
este mismo pueblo que se pueden interpretar como imágenes de otras formas de esta misma enfermedad.
En varias culturas mesoamericanas y aún andinas existen figuras semejantes. algunas de las cuales. del altiplano
mexicano. se consideran imágenes de Nanahuatzin.
el
Dios Bubos o. Se sugiere la posibilidad de que se hayan
originado en representaciones
realistas de esta enfermedad procedentes de regiones de endemia leishmaniásica.
Debido a la similitud clínica de sus lesiones. si la Ieishmaniasis tegumentaria
diseminada existió en América
Precolombina.
esto implicaría entre otras cosas que la
presencia de lepra en esos pueblos sólo podría probarse
encontrando en huesos o en momias lesiones patológicas
inconfundiblemente
debidas a este padecimiento.
Es muy probable que en las poblaciones pequeñas de
México. incluso actualmente. muchos enfermos de lcishmaníasis tegumentaria diseminada sean considerados leprosos. como sucedió en Etiopía.
a leishmaniasis
tegumentaria
disemina(L TD en lo sucesivo)", cutánea generalizada , anérgica o lepromatoide, es una variedad de esa parasitosis que describieron Pra-
do Barrientos en Bolivia! y Convit y Lapenta
en Venezuela' en 1948.
La característica más conspicua de esta forma clínica de leishmaniasis es que, en lugar de
L da
•
Instituto de Salubridad y Enfermedades Tropicales.
Dirección General de Epidemiologia e Investigación
en Salud Pública S.S.A.
.. Prefie ro esta denominación
porque
la palabra
tegu-
mente denota piel y mucosas y ras lesiones de éstas suelen ser muy características en la l TD. En Ycncvucla las
consideran benignas y poco importantes. parece ser en
comparación con las de la espundia. en que son terribles.
497
Martínez Marañón,
Figura 1. Leishmaniasis
dular "pura".
tegumentaria difusa. Forma no-
que el protozoario produzca solo una lesión
local (ordinariamente una úlcera) o regional,
se generaliza progresivamente a toda la piel y a
las mucosas bucal y nasal, habitualmente en
forma de nódulos muy semejantes a los de la
lepra lepromatosa (figuras I y 2).
Al principio se tuvo la impresión de que su
frecuencia era relativamente grande en Venezuela, comparada con su virtual ausencia en el
resto del mundo y esto, además, de promover
numerosas investigaciones
en ese país.>! con-
dujo a pensar que podía existir ahí una variedad especial del parásito, que se bautizó Leishmania pifanoñ que sería la causa de la enfermedad.
Ulteriormente se con oció su existencia en
Etiopía" H y después en otros países en que
existen leishmaniasis cutáneas provocadas por
diferentes subespecies y aún especies' del flagelado, por lo que tiende a admitirse que, tanto o
más que al agente, el desarrollo de esta forma
se debe a una "constitución" especial del enfermo. de la que me ocuparé después. 10
En México, sin pretender ser exhaustivo tengo noticia de que más de diez casos, cinco de
ellos publicados.u-« entre los cuales por lo
menos cuatro provienen curiosamente del
Norte de la República (Coahuila y quizás Tamaulipas o Nuevo León); zona de ecología
completamente opuesta a la clásica de endemia
498
Figura 2. Leishmaniasis tegumentaria diseminada.
ma nodular con tendencia a la ulceración.
R.
For-
de las leishmaniasis cutáneas en América que,
con excepción de la uta, es la selva tropical; o
sea, en nuestro país grandes porciones de
Quintana Roo, Yucatán, Campeche, Chiapas
y Tabasco (unos tres de los casos de LTD que
conozco proceden de ahí) y partes más limitadas de Veracruz y Oaxaca."
Sin embargo, las leishmaniasis en general y
muy especialmente esta variedad, son poco conocidas por los médicos mexicanos salvo los
dermatólogos y los parasitólogos.
Contrariamente a otros padecimientos parasitarios como la oncocercosis, la uncinariasis y
el paludismo, que probablemente fueron importados a América sea por los europeos, sea,
más frecuentemente, por los esclavos africanos,!s los autores son casi unánimes en considerar la .leishmaniasis cutánea americana, con
toda su gama de variedades clínicas, como autóctona del continente.
Esta teoría se basa en dos tipos de investigaciones: biológico-epidemiológicas y antropológico-históricas.
Las' primeras han sido resumidas así por
Lainson y Shaw.!?
"If the epidemiology of Old World leishmaniasis appears complex, that ofthe New World
is infinitely more so. As with kala-azar, there
was been much disagreement as to whether or
not cutaneous leishmaniasis in an indigenous
SALUD
PÚBLICA
DE MÉXICO
Leishmaniasis
tegumentaria
diseminada
disease of Latin America. Sorne have favoured
the view that the disease has evolved from. L.
tropica brough to the Americas by the conquistadores or immigrants from endemic areas of
the Old World ..... The relatively recent discovery of a huge reservoir of infection in the wild
rodents of remete, unhabited areas of Central
and South America. however. has made this
idea of evolution from L. tropica untenable, as
has the disclosure of variations noted in a study
of the parasite from man and wild animals,
which suggest a wide degree of specialization
over a long evolutionary period".
Entre los argumentos antropológicos
e históricos. unos son de orden lingüístico. por ejemplo. palabras quechuas que designan a la enfermedad o a sus vectores; 18 19 otros se basan en
tradiciones o testimonios
de cr on ist as-v y
viajeros?' y otros. por último. en el estudio de
obras de arte prehispánicas. sobre todo piezas
de cerámica mochica que representan. a veces
con realismo impresionante. lesiones muy típicas de la enfermedad como úlceras en las mejillas u otras partes del cuerpo o destrucciones de
la nariz. la boca o ambas.'
Como es natural. dada la frecuencia y gravedad de estos padecimientos en muchas partes
de Sudarnérica, casi todas estas piezas proceden de ahí y aunque en el arte de los pueblos
mesoamericanos
también abundan reproducciones de diversos procesos patológicos. no
tengo noticia de alguna figura que se haya
interpretado como representación de esta enfermedad. Esto parece confirmarse por la afirmación de Coury.t- p. 112 "La leishmaniose
cutanée avoir épargné les autres regions d Amerique".
Se comprende pues el interés que me prod u.. Antes de descubrirse que estos procesos son de origen
leishmaniásico. la interpretación de las lesiones representadas en estos huacos dió origen a interminables discusiones sobre si eran lepra. sífilis, sarna, mutilaciones
punitivas o "la llaga", nombre con que el pueblo de ciertos lugares de endemia y algunos médicos rurales observadores y perspicaces designaban a la leishmaniasis
mucocutánea tipo espundia, aún no descubierta por la
medicina oficial. Estas discusiones fueron cuidadosa y
eruditamente reseñadas por Lchman-Nitsche.u
También, se ha atribuido a estas culturas complejas relaciones con cultos de fertilidad. especialmente
de la
papa.t'
SEPTIEMBRE-OCTUBRE
1982
Figura 3
jo encontrar en el museo Carlos Pellicer de
Villa hermosa una pieza arqueológica que inmediatamente
me sugirió que podía representar este padecimiento (figuras 3 y 4).
Es una urna de arcilla del periodo preclásico (2000 a 1800 A.c.). probablemente de uso
funerario. descubierta en la región del río Us umacinta en Tabasco. que el museo adquirió en
1971.
Mide 36 cm de alto por 22 de ancho y 27 de
largo. Representa.
según la leyenda que la
acompaña en la vitrina. "un anciano contrahecho y lisiado"; pero al analizar con más detalle
sus lesiones desde el punto de vista médico. se
ve que parece reproducir toda una serie de
procesos patológicos y deformaciones no relacionados uno con otro y de los cuales los más
evidentes son:
1. Una giba dorsal (cifosis) (figura 3).
2. La deformación craneal provocada de tipo
tabular oblicuo, tan frecuente en esta cultura (figura 3).
3. El ojo derecho cerrado ycierta asimetría en
los rasgos de la cara. sugestivos de representar secuelas de parálisis facial. aunque la
boca no está desviada. tal vez por la forma
499
Martínez Marañón.
R.
xilar inferior.
Esto me parece tan sugestivo de reproducir
"granos" de la piel, que sólo por escrúpulo
menciono otras posibilidades y las razones que
creo valederas para excluirlas. Podrían representar también:
a) Barba o patilla. Hay esculturas olmecas
que tienen en el mentón un mechoncillo de pelo
que parece figurar una barba (precisamente
ésta parece tenerlo), pero sólo un escultor muy
torpe o bisoño representaría una barba con los
pegotes que esta tiene en el carrillo y evidentemente no es el caso de quien hizo esta pieza.
b) Máscara, postizo o adorno. Algunas figuras de occidente tienen sobre los hombros una
especie de capa representada en forma parecida," pero que se repite en muchas de ellas,
cuya disposición lo sugiere inmediatamente y
que no tendria sentido aqui. Hay también esculturas olmecas que tienen "máscaras parciales", pero generalmente representando la boca
del jaguar o algo relacionado, o sea, plenas del
simbolismo y la plástica de este pueblo, contrariamente a ésto.26
Figura 4
especial que se le daba en la escultura de este pueblo' (figura 4).
4. Una posición y un aspecto anormales, curiosos, de los dedos de ambas manos, difíciles de explicar médicamente, pues aunque
la LTD puede afectar los dedos (y esto era
particularmente evidente en el primer caso
mexicano descrito), 11 sería muy arriesgado
darles esa interpretación
de esta pieza (figura 3).
'
5. Edema periorbitario, dudoso por la frecuencia con que se esboza en tedas las figuras de
este tipo, pero que me parece aún más marcado en esta (figura 4).
6. La lesión objeto de esta nota:
La mitad derecha de la cara está cubierta de
grandes y llamativos "nódulos cutáneos"
confluentes, redondos o alargados, irregularmente dispuestos, que van desde la oreja al reborde orbitario y, siguiendo el surco
Iabio-geniano. llegan hasta el borde del ma500
e) Escarificaciones o tatuajes cosméticos, rituales o de otro tipo. En el museo de Cambridge hay una figurita de Xochicalco descrita por
l.itvac-? que los representa, realizados en forma técnicamente semejante pero con una distribución tan ordenada, de un tamaño tan uniforme, que a su vez dicho autor, con razón, ni
siquiera planteó la posibilidad de que pudieran
representar lesiones naturales.
Para mi resulta pues casi seguro que éstas
son alteraciones dermatológicas; pero, ¿porqué
pensar que representan precisamente esa forma rara y grave de leishmaniasis y no otra
enfermedad') ¿no hay otros padecimientos cutáneos que tengan ese aspecto?
Claro que si los hay. Muchas dermatosis y
manifestaciones cutáneas de enfermedades generales podrían representarse asi y entre otras,
como principales:
A. Acné, sicosis yo/ras piodermitis. Benignas, más frecuentes en los jóvenes, más bien
achaques que enfermedades graves; o sea, improbable que se representaran en esta figura y
unidas a las demás lesiones, todas persistentes
o severas. No invaden la oreja.
B. Treponematosis:
¿Pian? MorfológicaSALUD
PÚBLICA DE MÉXICO
Lcishmaniuvis
tegumentaria diseminada
mente, los nódulos de la pieza semejan las
manifestacines secundarias vegetantes, "frambuesiformes" de la enfermedad, pero éstas se
manifiestan principalmente
en la infancia o
adolescencia y, sobre todo, el pian nunca se ha
encontrado en México. ¿Sífilis? Exactamente
al contrario, muchos piensan que se originó en
Arnérica.!s pero sería muy raro que se representara así, pues la sifílides papulosas del secundarismo son transitorias y benignas y las
lesiones terciarias, no tienen ese aspecto. ¿Mal
del pinto? Casi seguramente originario de América" y probablemente conocido por este pueblo, pero el "empeine" primario, no es así y sus
otras lesiones, menos.
e.
¿Micosis? La fase cutánea de la blastomicosis sudamericana presenta estas formas, pero en la actualidad es aún más rara que la LTD
en México. Como tiende a generalizarse, si
hubiera existido entre los olmecas no creo tan
infundado pensar que debió constituir una enfermedad grave, probablemente mortal a plazo
relativamente corto y, en consecuencia, poco
propicia para ser observada y reprod ucida por
escultores o sacerdotes. La esporotricosis
sí
pudiera ser, aunque tampoco encuentro razones para pensar que fuera particularmente frecuente en la zona.
D. [Lupus tuberculoso? No sólo es posible,
sino que la existencia de la giba (probable mal
de Pott) hablaría en favor de él. Unicamente
razones estadísticas parecen favorecer la leishmaniasis, porque una forma no tan frecuente
de tuberculosis cutánea. es menos probable
que se representara en esculturas que una enfermedad endémica en la zona.
E. Genodermat osis como la enfermedad de
Recklinghausen,
facomatosis y otros síndromes dermatológicos,
neurodermatológicos
o
sistémico dermatológicos. Aún más raros y no
hay razón alguna a mi parecer para pensar que
se presentaran
con más frecuencia en los 01mecas.
f. [Lepra lepromatosat Perfectamente compatible, como es natural, ya que incluso en
nuestros días y aún para el médico conocedor y
el especialista. es el primer diagnóstico que se
plantea cuando ve un caso así; y no puede
diferenciarlo con seguridad más que por exámenes de laboratorio. Pero es proba ble que la
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1982
Figura 5. Forma infiltran te de leishmaniasis tegumentaria diseminada. (Tomada de Convit y Kerdel Vegas5.).
lepra no haya existido en América precolombina. Discutiré más ampliamente esta opción
adelante.
En cambio, inclina a pensar en leishmaniaSIS:
1. Que es y casi seguramente era desde entonces, como ya vimos, endémica en la zona
olmeca en general y particularmente en aquella
de donde procede la figura.
2. Que la forma clínica habitual enla comarca hoy y probablemente ya en aquella época, la
actual "úlcera de los chicleros", puede haber
sido tan banal y benigna en pueblos en constante contacto con zonas selváticas de "nidalidad natural "* y en consecuencia con gran inmunidad adquirida, que ya no se considera
justificado representarla; lo cual explicaría su
ausencia o rareza en las inconografias olmeca y
maya, en las que debería abundar, que ya comenté.
Dicho de otro modo, casi todo el mundo
debe haber tenido en la infancia o juventud
•
Los epidemiólogos rusos llaman así a las regiones en
que un agente patógeno circula en un ecosistema fuera
de la presencia del hombre en él. Este adquiere la infección al introducirse al nicho en que el proceso se está
realizando. Así, la leishmaniasis cutánea seria en México una parashos¡s que transmiten de un roedora
otro. jejenes del género Lursoniya.v Cuando el hombre entra a la selva y lo pica uno de estos vectores. conrrae la infección.
501
Martínez Marañón.
R.
infiltración gruesa, pero sin nódulos prominentes (figura 5). En otras ocasiones los tubérculos llegan a ulcerarse o fisurarse prod uciendo cierto polimorfismo del cual puede dar una
idea el enfermo de la figura 2, en el que ésto
empezaba a esbozarse.
Hay por lo menos dos pequeñas esculturas
olmecas sugestivas de representar esas otras
formas clínicas de LTD. La primera de estas
piezas, procedente de Huimanguillo, Tabasco,
reproducida por Pohorilenkow con el número
de catálogo 13-607 y llamada popularmente
"El Viejo Negro", podría representar la forma
infiltrante (figura 6).
Respecto a la segunda (figura 7), creo que lo
mejor es citar íntegramente el párrafo que le
dedican Dávalos Hurtado y Ortiz de Zárate.!'
Fil!ura
6
pequeñas úlceras que curaban espontáneamente o bien, incluso sin presentarlas, adquiría
por infección inaparente inmunidad contra la
leishmania. Muy de cuando en cuando una
persona nacía con la "constitución" especial
necesaria y ésta al infectarse igual que las demás, desarrollaba la LTD.
3. Que la L TD además de ser mucho más
rara que la úlcera leishmaniásica simple y ya
por esto llamar la atención, también indudablemente aún en nuestros días constituye una
enfermedad dramática, que impresiona a cualquiera que la ve y todavía más cuando observa
su evolución crónica, progresiva e implacable,
lo que explicaría porqué se representó en esta
escultura y las que mencionaré enseguida.
4. También y sobre todo, que las lesiones de
la pieza son realmente muy semejantes a las de
esta enfermedad. como se ve comparando las
figuras correspondientes.
Aunque la forma nodular "pura" de la LTD
que he descrito e ilustrado en la figura I es la
menos rara. no es la única. Ocasionalmente las
lesiones tapizan más o menos uniformemente
la piel. sobre todo de la cara. formando una
502
"El cráneo de la pequeña escultura encontrada en La Venta, Tabasco, por Stirling, con ser
francamente anormal por su moldeado, es tal
vez menos impresionante; en cambio la cara,
francamente
monstruosa, nos hace pensar en
un sujeto atacado por el bacilo de Hansen.
Efectivamente, la lepra,ese temible flagelo de la
humanidad que ha preocupado por igual a los
médicos y hechiceros que a los sociólogos y
legisladores, no podría menos que impresionar
a los escultores indígenas yen esta representación plasmaron con todo su cruel realismo a un
individuo atacado por el mal de una de sus
formas más dramáticas, la lepra mutilante.
El rostro del sujeto, con los ojos serniabiertos por la infiltración de los leprornas, la nariz
deforme y mutilada, la boca enorme y las orejas fuertemente engrosadas dan a éste un aspecto que los clínicos califican de facies leonina. Las manos tienen la apariencia de muñones
y para completar el cuadro parece que eligieron un material que por sus manchas aumenta
el sentimiento de repulsión".
He su brayado varias veces la semejanza clínica de la lepra lepromatosa con la LTD. Baste
decir que las palabras antes citadas se podrían
aplicar punto por punto y literalmente a la
descripción de la última y que. naturalmente,
ésta resulta más probable entre los olmecas por
las razones epidemiológicas que ya expuse.
En cambio, la existencia entre ellos de la
lepra, que se transmite esencialmente por contacto directo y prolongado con enfermos baciSALUD
PÚBLICA
DE MÉXICO
Leishrnaniasis
tegumentaria
diseminada
Iíferos, resulta más remota ya que, por una
parte, no sufrían de exagerado hacinamiento o
promiscuidad)" y por otra, contrariamente a
sus contemporáneos del Viejo Mundo, deben
haber sido muy limpios a juzgar por lo que nos
cuentan los cronistas españoles sobre sus descendientes directos o indirectos y también porque el clima en que vivían los invitaba a las
prácticas de aseo. Su exigua vestimenta y escaso ajuar tampoco pueden considerarse como
elemento favorable a la transmisión intrafamiliar por fornites".
La existencia de tres piezas de la misma
cultura, grosso modo del mismo período, procedentes de regiones relativamente cercanas y
todas endémicas de leishmaniasis; de tamaño,
material y uso diversos; naturalmente realizadas por diferentes artistas y, sin embargo, todas sugestivas (y no sólo para mí) de representar diversas variedades de lo que hoy sabernos
es la misma enfermedad, pare ce dar un fuerte
apoyo a la interpretación que propongo.
Parece también, y esto no es excepcional en
el arte mesoamericano, ** que el artista hubiera
tratado de acumular en esta obra muchas de las
lesiones impresionantes o incurables que había
percibido entre sus contemporáneos, desde luego en diferentes individuos, ya que su asociación enuna persona concreta que hubiera servido de modelo, resulta extremadamente improbable. Se diría que no trató de representar "un
giboso", o "un caso de parálisis facial" o de
dermatosis, sino las jorobas, las ptosis palpebrales, las tumoraciones, todos los flagelos que
azotan al hombre y lo convierten en un ser
deforme, triste y repulsivo.
Ya dije y se observa claramente en la figura
4, que es únicamente el lado derecho el que
presenta tanto los nódulos como la ptosis palpebral.
La mitad izquierda de la cara está libre de
... Sin embargo. estas ideas tendrían que cambiarse radicalmente si se llegara a demostrar que el armadillo
constituye en la naturaleza un reservorio de la lepra humana.
•• Por ejemplo. en Kaminal Juyú, Guatemala. se encontró
una pieza descrita por Rosell-' que además de tener joroba presenta también parálisis facial y ascitis y la figura 80 del libro de Dela Fuente." además de estar gibosa. está evidentemente caquéctica.
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Figura 7
lesiones, tiene un inconfundible aire olmeca y
se parece mucho a cualquiera de las esculturas
del primer tipo de Covarrubias, tan abundantes en la región, cráneo rasurado, ojo almendrado, nariz platirrina, labios gruesos de comisuras descendentes, mandíbulas fuertes y cuello corto. Lo único especial que se advierte en
ella es una expresión de hastío levemente doloroso soberbiamente lograda, muy acorde con
lo reproducido en la totalidad de la figura y que
habla muy alto de la maestría del escultor (figura 4).
Así pues, parece existir en esta pieza un "eje
de asimetría" derecha izquierda que separaría
enfermedad-salud así como en otras esculturas
mexicanas separa vida-muerte (figura 8) o jaguar hornbre.Ve
En pocas palabras, parecería representar en
abstracto la enfermedad física (mitad derecha)
y su repercusión psicológica (mitad izquierda).
Esto es lo que pensaría, incluso creyendo ser
muy agudo en sus observaciones, un médico
absolutamente lego en arqueología. Pero aún
503
Martíncl
Figura 8.
lecturas muy elementales sobre estos temas
convencen a uno de que estas interpretaciones
ingenuas y románticas nunca conciden con el
espíritu profundo de una obra arqueológica.
Como dice Weiss.> ..... Hay que partir de la
certidumbre de que en ningún caso la figura
arqueológica fue hecha con intención artística,
ni para ser mirada, menos como lámina médica
documental .... el completo significado de las
figuras no se alcanza por los carriles de la
lógica hipocrática, sino del pensamiento mágico ",
Dentro de este género de ideas. en todos los
libros de Castañeda
pero especialmente
en
"Relatos de Poder". muchos párrafos parecen
dar una pista sobre otra interpretación mucho
más profunda e interesante de la disociación
derecha-izquierda
que presentan todas estas
imágenes: el lado derecho es el del tonal y el
izquierdo, el del nagual.'
Según esto, las figuras de este tipo podrían
504
~b.r;.lñón. R.
simbolizar nada menos que lamás profunda e
importante dicotomía de la concepción del
universo en la filosofía y la magia del indio
mexicano. que por cierto coincidiría entonces
curiosamente con las representaciones
plásticas de ideas religiosas o filosóficas en sistemas
culturales totalmente diferentes. por ejemplo.
el hecho de que en el arte cristiano figuren
siempre el maligno. los réprobos ycondenados
a la izquierda y los elegidos a la derecha.
Por último. respecto a esta pieza. otra interpretación intermedia a las anteriores tal vez
resulte más verosímil: casi en todas las culturas
antiguas pero especialmente entre las olrnecas,
los seres teratológicos. deformes o enfermos
parecían producir una admiración y gozar de
un prestigio muy difíciles de concebir para nosotros. Probablemente se pensaba que si habían
sido marcados por los dioses con esas manifestaciones excepcionales e inexplicables. es porque poseían atributos especiales que a los ojos
de sus contemporáneos
les daban cierta aureola. si no divina. por lo menos mágica. De aquí,
quizás. la frecuencia con que aparecen en su
iconografía. al grado que Dá valos Hurtado"
dice: "en la escultura olmeca del Cerro de las
Mesas y La Venta hay tal cantidad de material
digno de estudiarse desde el punto de vista de la
patología que el investigador podría preguntarse si los artistas de dicha cultura escogían
como modelos solarnenie a tarados, pues la
proporción en que figuran estos anormales es
sor prendente ".
Me parece probable que esculturas olrnccas
del tipo de la primera que he descrito sean
precursoras de otras mayas. teotihuacanas. nahoas y aún de occidente que representan el
mismo género de lesiones: unas sólo en la cara,
otras. como la reproducida
por Somolinos
dArdois> en su figura 26, en todo el cuerpo: y
otras ¡aún en el tocado! Existen también en la
cultura mochica donde probablemente se ha•
Castañeda. C. Reknos de Poder. Las Lecciones de
Don Juan. Fondo de Cultura Económica. Primera reimpresión. México. 1978. Págs. 258. 259. JO~. 331 y
otras muchas. Incidentalmente mencionare que en
estos libros también se alude al significado mágico de
la posición de las manos y que esto podrla también llenar el hueco que dejé esbozado sobre la posición de los
dedos en la primera de las Figuras q uc me han
ocupado.
SALUD
PÚBLICA DE MÉXICO
Leishmaniasis
tegumentaria
diseminada
yan desarrollado independientemente
y tal vez
en la misma forma (figuras l.1O y l.ll de
\Veiss3').
Algunas. del altiplano mexicano. se interpretan como imágenes de Nanahuatzin.
el
Dios Buboso, que adeiántándose a sus rivales
(¿otra muestra del prestigio de ciertos enfermos en estos pueblos") no titubeó en arrojarse
el primero a la hoguera para crear el Quinto
Sol.
Sea cual fuere el significado profundo. teológico. cosmogónico o polltico= que se atribuya a este mito y a esas figuras, a mi conocimiento no se ha tratado de analizar desde el punto
de vista de la patología cuál fue el modelo
inicial a partir del cual se desarrollaron, porqu
me parece improbable que la idea de dioses
cubiertos de llagas haya brotado espontáneamente de la imaginación.
Como médico me llama mucho la atención
que aún en obras recientes y también de carácter fundamentalmente
médico (Weiss, Loe. cit.
y Coury, Ibid.) se siga designando a estas figuras. sin mayor comentario. con el vago calificativo de buboso o aposternatoso,
quizá muy
adecuado en la época de la conquista. pero
totalmente arcaico y vacío de sentido hoy. En
realidad, ¿qué enfermedad representaron esas
esculturas y pinturas'!
Si como piensan González Ureña.?? Lehmann-Nitsche12
y Coury" , "" entre otros. la
lepra no existió en América Precolombina. me
parcce probable que originalmente. por las razones antes expuestas, estas figuras hayan representado casos de LTD más que sífilis, pian y
y las otras enfermedades a que se han atribuido
y ya discutidas.
Incluso (simple lucubración que toca a los
arqueológos dictaminar si vale la pena considerar hipótesis de trabajo) podría concebirse
que el mito de Nanahuatzin haya tenido más o
menos este origen: los olmecas y mayas (originalmente por supuesto aquéllos) además de
estar muy familiarizados con la leishmaniasis
banal (actual úlcera de los chicleros). habrían
llegado a observar casos de LTD Ylos habrían
representado llenos de "poste mas" (nódulos).
pero también de poderes mágicos como ya dije.
en figuras y tradiciones en su mayoría perdidas. La difusión de éstas hasta lugares en que
jamás se presenta la enfermedad. como la altiSEPTIEMBRE-OCTUBRE
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planicie de México, hizo que se perdiera su
nexo con la realidad, pero conservaron su prestigio de fetiche acrecentándolo
con el tiempo
hasta alcanzar la deificación.
La facilidad con que los pueblos del altiplano mexicano incorporaban los mitos y símbolos de otros. por ejemplo. de los olmecas el
jaguar, que pasó a rivalizar con las águilas en la
poderosas sectas militares aztecas. podría contribuir a explicar que a la larga fuera un pobre
"bubosillo" quien tuviera la gloria nada menos
que de crear el Quinto Sol.
Pero además de estas divagaciones arqueológicas. aceptar esta interpretación
tendría
otras implicaciones interesantes. Como ya dije,
la leishmaniasis igual que la lepra se concibe en
la actualidad como un padecimiento cuyas manifestaciones clínicas están influenciadas, tal
vez más aún que en otras enfermedades infecciosas, por la manera de reaccionar del huésped frente al parásito; comprendiendo un polo
benigno (la úlcera única, que cura espontáneamente) en el paceinte resistente y otro maligno,
la LTD en el sujeto anérgico y, entre ambos,
toda la gama de variedades clásicas (en América el pian bois, la espundiaj.v 3'
La existencia de LTD en la América Prehispánica demostraría pues, además de la presencia del parásito ya clásicamente aceptada. la
del terreno en que esta variedad se desarrolla; o
sea, cierto tipo de inmunodeficiencia
aún no
perfectamente esclarecida pero que sin duda se
terminará de precisar pronto y que las razas
indígenas americanas compartirían con otras.
puesto que el padecimiento se ha encontrado
en blancos y negros. Esto podría en algún momento incorporarse a otros estudios genéticos
para precisar ciertos aspectos del genotipo de
los indios americanos.
La probable existencia de casos esporádicos
de LTD entre los habitantes de vastas regiones
selváticas de América Precolombina en que se
desarrollaron o establecieron importa ntísimas
culturas. atañe también a otra cuestión: la única manera de probar sin lugar a dudas la controvertida existencia de la lepra en nuestros
pueblos antes de la conquista'.
sería hallar
restos óseos o momias con lesiones inconfundiblemente debidas a esta enfermedad; pues ni el
testimonio de los cronistas españoles ni las
piezas arqueológicas
que representan lesiones
505
Martínez
sugestivas constituyen un argumento de valor.
dada la similitud de ambos padecimientos.
González Ureña " explica la alta prevalencia
de lepra en la costa mexicana del Pacifico
(principalmente Sinaloa) por los contactos que
durante la época colonial se establecieron por
ahí con China y sobre todo con Filipinas, lugares de endemia. Pero aunque insiste también en
su frecuencia en YucatánysobretodoenCampeche. donde Carlos IV ordenó en 1783que se
construyera el Hospital de San Lázaro. no da
una explicación a este hecho.
Puede temerse que muchos de los casos que
ese leprosario albergó hayan sido en realidad
LTO. Más aún. es prácticamente seguro que
no sólo en toda la época colonial y posteriormente. sino incluso hace muy pocos años yaún
Martínez
Marañón.
R.
en la actualidad. muchas personas afectadas
por la LTO sean catalogadas como leprosos en
las poblaciones pequeñas y, lo que es peor,
segregados de su sociedad a causa de ello como
se hacia en la Edad Media (no, naturalmente,
por los trabajadores de la campaña contra la
lepra ni por los médicos generales, sino por sus
parientes. "amigos" y conocidos).
CREDITOS
Las fotografías
I y 2 se tomaron de Dermatología
Revista Mexicana. con autorización del Dr. Amado Saúl.
Las figuras 3 y 4 fueron gentilmente proporcionadas
por el Dr. Julio César Javier Quero. del Museo Regional
de Antropología
"Carlos Pellicer Cámara", a solicitud
del Dr. Jaime Litvak. Las números 6 y 7 por la Lic,
Amada martinez Reyes. del Instituto de Investigaciones
Estéticas de la UNAM.
R.: An olmec figure representing diffuse skln leishmaniasis.
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Summary: In the Carlos PelJicer Museurn of Villahermosa. Tabasco. México. there is a preclasic Olrnec figure
with signs of diffuse skin Icishmaniasis (DSL). Sorne
Iacts supporting
this hypotnesis
are presented in the
paper.
In sorne Central American and Andine cultures exist
similar figures; sorne from the highland of México. pro~
bably represent the god Nanahuatzin. Probably these fig-
Marañón.
Sal. Pub. Méx.
ures represent sorne cases of leishmaniasis.
Givcn (he c1inical sirnilarities of leishrnaniasis
with
lepra. the archcologic evídence of the existance of this
disease. in the precolumbine periodo could be found only
in characteristic
Iesions in human bones. It might well be
that in small rural villages, patients with difusse skin
leishmaniasis are considered as leprous cases. as it has
happened in Ethiopia.
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