conyugal y los requisitos necesarios

Anuncio
—
99
—
La naturaleza jurídica de la porción
conyugal y los requisitos necesarios
su
para
por el Dr.
renuncia
Hugo
E. Gatti
Profesor de Derecho Civil
1
publicado, en esa misma Revista ( 1 ) una
abogados del Banco Hipotecario, el
Dr. CanO'N Nieto, a un título de propiedad, por no haber cumplido, con
el requisito de la escritura pública, para renunciar a la porción conyugal.
Dice textualmente, el dictamen del Asesor del Banco: "Según opina el Dr.
Cibils en la Rev. de Der. P. P. t. 19, pág. 195 y el Dr. Vaz Ferreira
L.J.U., t. 17 doct., pág. 35, la porción conyugal es un legado legal,
Recientemente
—
.
ha
se
observación formulada por
uno
de los
"
"
"
"
derecho real, que debió haberse transmitido por escritradición, precio e inscripción, lo que no ha sucedido así".
y por lo tanto
tura
pública,
un
con lo transcripto, se deduce que, si la porción conyu
sólo podría válidamente renunciarse o transmitir
legado
legal
gal
se, por escritura pública.
Discrepamos con esta opinión y nos proponemos demostrar en esta no
De conformidad
fuera
un
en el supuesto de que fuese exacta la construcción de los Drs.
Cibils Hamilton y Vaz Ferreira, acerca de la naturaleza jurídica de la
porción conyugal, no se requeriría para su renuncia, la solemnidad de la
ta que, aún
escritura
2.
tario
a
pública.
—
esta
En realidad, sólo dentro de la tesis que atribuye carácter heredi
asignación forzosa, es posible reclamar el requisito de la escri
tura
pública,
dere
un
poder
válidamente renunciar
—
gado ex
el cónyuge
Y esto
(1)
para
derecho creditorio,
legge, no puede de
no
es
alimenticio
o
no,
a
o
ella, pues ya se le consi
se sostenga que es un le
ninguna manera exigirse esa formalidad, pues
ningún derecho real para reclamar su porción.
art. 1075, que exige la solemnidad de la escri-
está asistido de
así,
porque el
Rev. de la Asociación de Escribanos del
Uruguay,
t.
XXXIV,
ip. 216.
—
tura pública, para renunciar a la
lo tanto de estricta interpretación
100
-
herencia,
es
de carácter
excepcional
y por
.
Pero, la tesis de la naturaleza hereditaria de la porción conyugal, no
la que sustentan los Dres. Cibils, Vaz Ferreira 3; CanO'N, que da mé
rito a este trabajo y ha sido sólo aisladamente aceptada en nuestro medio
(2) porque no resiste los embates de la crítica.
es
no puede asimilarse los derechos del cónyuge porcio
variables emolumentariamente, en función de dos liquidaciones aritmé
ticas previas, la del haz hereditario y la de su propio patrimonio, al here
dero de cuota de parte alícuota, quien, desde el instante de la apertura legal de
la sucesión (art. 1039) adquiere ipso jure, derecho sobre todas las especies
hereditarias, en proporción a su cuota, el que permanece invariable desde ese
Particularmente,
nero
en cuanto a su extensión, tanto respecto al pa
propia situación económica (3).
La particular responsabilidad por el pasivo, asimilaba a la subsidiaria
de los legatarios, que en realidad excluye técnicamente una responsabilidad
mismo instante,
sivo hereditario,
e
insensible
como
a
su
(2) Entre nosotros, sólo un destacado jurista, el Dr. RAFAEL DE LOS REYES
PENA, ha. sostenido, frente a un asunto profesional, y ante el complejo y debatidisimo
-problema de la acumulabilidad de la porción conyugal a la disponible, qjie la porción con
yugal es "asignación forzosa de parte de la herencia en dominio pleno, contra el anterior
."sistema de simple deuda legal" ..."es la consagración de un verdadero derecho .héredi." tario, abrogando conceptos inconciliables con la actual organización de la familia"
y
por tanto es un legitimario" (L.J.Ü. t.
ique el cónyuge tiene una legítima rigurosa *
°IV, p. 209, ,210 y 212) aunque en ciertas partes de su trabajo, le quita entidad trascendente
se refiere al instituto, como "la obligación legal"
a esas premisas, pues
(p. 210) y "a la
deuda legal porción consmgal" (p. 213).
Conocemos un solo fallo, del Dr. HA(ML.ET REYES, en el que incidentalmente se
plega a -esta tesis (L. J. 'U. t. XI, N? 1943, p. 288).
(3) Si suponemos un heredero, llamado legal o testamentariamente, a la cuarta parte
de la herencia, desde la apertura legal de la sucesión, es co-propietario, en un cuarto, de
todos ios bienes existentes en el patrimonio hereditario, cualquiera sea su naturaleza, reales
o personales, muebles o inmuebles, corporales o incorporales, su origen o lugar de ubicación,
sin necesidad de recurrir a un procedimiento previo de liquidación del pasivo hereditario,
"
—
—
y
sin que éste afecte para nada la extensión cuotativa de
la herencia.
sus
derechos sobre los bienes de
.
Si admitimos que existan en la herencia, cuatro bienes inmuebles de $ 10.000 cju y
existen deudas por valor de $ 10.000 ese heredero de un cuarto, proyecta su derecho de
dominio, sobre las cuatro especies inmuebles que existen en el patrimonio en proporción a
su cuota, es decir, es propietario en una cuarta parte sobre cada uno de los cuatro inmue
y
adquirir el 'dominio de las mismas, deba previamente pagar a los acree
si el monto del pasivo en vez de $ 10.000 fuese de $ 20.000. o de
Además,
$ 18.756.23, la parte indivisa que sobre las especies hereditarias), le corresponda, perma
nece invariablemente fijada por su cuota, un cuarto, y sin que para nada se tenga en cuenta
fei al momento de fallecer el causante, ese heredero tenía o no bienes propios, de igual,
mayor o menor valor, que lo que le corresponde en la herencia.
Nada de esto sucede como es notorio con el cónyuge porcionero.
bles,
y sin que, para
dores.
—
101
-
-personal y propia, aleja toda posibilidad de considerarlo un asignatario uni
versal, cuyo título comporta por sí sólo, una responsabilidad directa y per
sonal por las deudas hereditarias, en proporción a su cuota (art. 1039 y
1168) y puede extenderse o hacerse efectiva en sus bienes propios, si no se
acoge al beneficio de inventario (arts. 1069, 1078 y ss.).
Y si la intención del legislador, hubiera sido acordarle el título y la
calidad de heredero al cónyuge porcionero, no se comprende como: a) Le
concedió la porción conyugal, en casos, como sucede en el primer orden de
llamamiento en que le priva de la calidad de heredero (arts. 1025, inc. 2*,
881, 887) o le da por tal concepto una cuota mayor que la que tendría de
recho como sucesor universal en el segundo orden de llamamiento (art. 1026)
(4) y b) Porque recurrió', para regular los derechos del cónyuge supérstite
a la porción conyugal, calcada del modelo chileno, cuando
pudo imitar el
sistema consagrado en el proyecto de Velez Sarsfield (5,) que con
fiere al cónyuge la calidad de legitimario, y por lo tanto de heredero.
3.
—'
Descartada pues, la tesis de la naturaleza hereditaria de la por
ción
conyugal, es fácil demostrar que dentro de las otras, dos posiciones doc
trinarias, la del derecho creditorio y la del legado legal, no se requiere para
nada la solemnidad de la escritura pública para repudiarla válidamente.
Dentro de la tesis del derecho creditorio, cuyos desarrollos exhaustivos
expuestos en el curso del Profesor Irureta Goyena (h) (6)
fueron
elemental que para renunciar
es
mente
que,
se
a la porción conyugal,
derecho eminente
requiere ningún requisito especial, sin per jnicst) de
tenga presente lo dispuesto en el último apartado del art. 1 595 y
personal,
no
se
disposiciones de la remisión de la deuda (art. 1515 y ss.) "La porción
conyugal, dice Irureta Goyena (h) pues, podrá renunciarse válidamente en simple escrito presentado al Juez de la sucesión, o en cualquier
las
"
"
"
otro
"
.
Por lo demás deberá tenerse
en
cuenta, que
no
es
ne-
asignaciones de igual
o se encuentre comprobado en autos que
gananciales de parecida magnitud. Se trata en-
"
cónyuge
recibe otras
.goza de bienes propios o
tonces del caso en que falta la condición fundamental para la existencia
del crédito, sin perjuicio de la facultad del art. 880, cuyo ejercicio no pue-
"
"
"
documento
cesaría la renuncia, cuando el
o mayor valor en la sucesión,
.de dilatarse
injustificadamente" (7)
propio cabe afirmar, contra lo sostenido
el supuesto que la porción conyugal fuese un legado
caso e! legatario carece de todo derecho real.
4-
en
tal
—
.
Lo
(4) Cfr. IRURETA GOYENA (h). Curso de sucesiones.
Vol. I, ed. Medina Vidal, Montevideo, 1949', p. 75 y
sigts.
(5) Arts. 3629 y concordantes del C. C. argentino.
IRURETA
(6)
GOYENA, Asignaciones
N'> 40
forzosas,
(7)
IRURETA GOYENA (h), Ob. cit.,
p.
115 nota
p
210.'
por el Dr. CanO'N,
"ex legge',, pues en
Asignaciones forzosas.
.'
.
'
84
y
sgts
.'
-
,
—
Esta
tesis, sostenida abiertamente
de decirse por Claro Solar (9),
por Vaz Ferreira, en su tesis de
ton,
en
102
el
trabajo
aludido
estrictamente armónica
con
tro derecho sucesorio ni
—
por Somarriva
—
en
nuestro
medio
profesorado (10) y por Cibils Hamil
precedentemente (11), no es a nuestro entender
los principios fundamentales que informan nues
lo sostenido por Cibils
cónyuge porcionero frente a
comporta, contrariamente
HamiltO'N, mejora alguna
y también pue
(8)
ha sido defendida
en
la situación del
a
los herederos del causante.
5.
sis
en
¿Cuáles son los argumentos
del legado legal?
Fundamentalmente, los argumentos
cuenta los orígenes del instituto.
—'
o
las bases donde
son
se
edifica la te
Se tiene
de carácter histórico.
Se recurre a la quarta uxoria de las Novelas de Justiniano, a la cuarta
marital de Partidas, y la opinión del codificador Andrés Bello, expues
ta en sus Opúsculos jurídicos o consagrada en las disposiciones de los pro
yectos de 1841, 1846 y 1853, que no fueron sancionadas en el proyecto de
finitivo, convertido
en
el
Código
Civil de Chile.
A nuestro entender, los orígenes históricos del instituto, revelan el ca
rácter substancialmente alimenticio de la porción conyugal, que se encuentra
(8)
SOMARRIVA UNDURRAGA, De la sucesión por
causa
Santiago, 1938 p. 82 y ss.
(9) CLARO SOLAR, quien si bien en su obra. Explicaciones
trata fundamentalmente
leno p comparado. iSantiago, 1942, t. XV,
de meterte 'y de las
donaciones entre vivos.
—
de derecho civil chi
de demostrar que la
-porción conyugal, no es una cuota .o parte alícuota de la herencia, ni el porcioinero es un
sucesor universal,
en numerosos pasajes de la misma, asimila la situación de aquél a la
de un legatario. Así dice; "se halla colocado por ley, en la situación de un legatario'' (p.
341 N° 1418),
"la situación del cónyuge sobreviviente en razón de su porción conyugal
complementaria es manifiestamente, por lo mismo, la de un legatario que recibe determina
dos bienes" (p. 350 N' 1426) ;
"puesto que la asignación de una suma o cantidad de
pesos, la asignación de una parte o porción equivalente a un valor dadoi, es evidentem,ente
una asignación a título singular, y no una asignación a título universal o de herencia" (p.
"y claramente manifiesta (se refiere al art. 1180 que corresponde a
35;^ N° 1429) ;
n|art. 883) que en razón de la porción conyugal el viudo o viuda que la percibe, es lega
tario, y sólo tiene la responsabilidad subsidiaria de los legatarios" (p. 355 N° 1431) Por
eso encontramos m.ás acertado a VA'Z FERREIRA, que incluye a este insngne autor entre
los partidarios de la tesis d'el legado, y no a CIBILS HAMILTON, que lo coloca en la
misma posición doctrinaria que IRURETA .GOYENA (h).
(10) VAZ FERREIRA, ©., Pago de las deudas hereditarias y de los legados, Mon
tevideo, 1948, p. 149 y ss., cuyo capítulo V, fué anticipadamente publicado en L. J. U. t.
—
,
—
—
—
.
17, 2S, p. 35 y ss.
(11) CIBILS HAí'MILTON,
Der. P. P. t. 19, p. 195 y ss.
Naturaleza
jurídica
de
la
porción conyugal,
en
Rev.
103
—
—
esbozado cuarta vidual de la Nov. 117 cap. V de Justiniano, (12) se afir
en la ley 13 tít.
7 part. 6a. (13) y se confirma en la disposición del
art. 1172 C. C. Chileno
y del art. 874 nuestro, que sólo confieren derecho
ma
al cónyuge
6.
Cibils
—■
"que
carece
de lo necesario para
su
congrua sustentación"
.
Los textos romanos, transcriptos in extenso en .el artículo de
son absolutamente ajenos a la
expresión legado legal,
Hamilton,
conjunción verbal
que hubiese
asombrado,
quizá
y
escandalizado
a
los
juris
tas romanos.
El legado fué durante la secular trayectoria del derecho romano,
un
desde sus orígenes fué
personaje exclusivo de la sucesión testamentaria;
"una asignación patrimonial, por causa de muerte, hecha en un testamento"
según la acertada definición del maestro Bonfante (14), y absolutamente
imposible de concebir dentro de la sucesión intestada.
.—
—
,
cap.
(12)
III,
La cuarta ma-rital,
que
expresa:
establecida
"También
sanción
o
pena, por la Nov. XXII,
la disolución de matrimonios, conve
una
como
imponemos pena
a
nidos sin estipulación de dote, que hemos sido ''los primeros
aquellos matrimonios ique se contraen, sin contrato dotal,
—
repudia sin justa
establecer", consistente, en
imponerle al marido, que
aquél sin motivo razonable,
nunca más de cien libras,
en
en
o a ésta,
si se separa de
parte de todos sus bienes, pero
aunque la fortuna del cónyuge deudor excediese de cuatrocientas, entendiendo por fortima
se extiende a la miujer indotada
el líquido, después deducidas las deiidas",
y al marido
a los efectos de entregar a
pobre, por la Nov. LUÍ cap. VI,
ellos, haya muchos o pocos
—
causa
entregar al otro, la
a
su
mujer
cuarta
—
—
hijos, la
cuarta parte de los bienes del
ramente
expresado
por
Justiniano,
cónyuge difunto". El carácter alimenticio está cla
dice : "quedan sin cosa alguna y por tanto
cuando
a la extrema miseria..."
"....para evitar este mal queremos que sobre los bie
del marido tengan asegurada su subsistencia. ." y que uno de los esposos esté al abri
Por último en la Nov. CXVII, Cap. V,; el co
go de la pobreza) por la riqueza del otro"
dificador romano, luego de referirse a las dos anteriores,
y "disponiendo ahora con ma
yor cordura" según sus palabras, excluye al marido en todo caso del beneficio acordado por
reducidas
nes
.
—
las Novelas anteriores, y otorga a la mujer la cuarta parte de los bienes de su marido, si
é.ste no tiene más que tres hijos de ella o de un matrimonio anterior; pero si tiene más,
recibirá tanto cuanto le toque a cada uno de los hijos. La parte de la mujer la adquirirá
en propiedad, cuando no tenía hijos con su marido, en caso contrario sólo le concedía el
simple uso de los bienes que recibiere y la propiedad la conservará para aquellos hijos.
También en este supuesto, es menester la pobreza de la miUJer.
(13) El car^ácter alimenticio de la cuarta marital, o vidual de Partidas, se revela clara
mente en la ley 13 del tít. 7' de la Partida &^ tan reiteradamente transcripta por todos los au
a la que el marido no dejase "en
tores, pues refiriéndose a la mujer pobre o indotada,
que
pudiese bien et honestamente beuir, ni ella ouiesse de los suyo, que pueda heredar fasta la quar
ta parte de los bienes deí¡ maguer haya fijos; pero esta quarta parte non debe montar
mfls de cien libras de oro, pero si la mujer tuviese de lo suyo con qué vivir honestamente,
no hay Inigar a demanda alguna por razón de esta cuarta.
(14) BONFANTE, L'origine dell'hereditas e dei legata nel diritto sucesorio romano,
en Scritti igiuridici varii, Vol. I, Torino, 1916 p. 148-149.
—
r
—
104
—
Es cierto que el término es grato a los escritores tedescos, quienes de
signan distintos casos de sucesión particular legítima, como legados legales
(gesetzliche Vermáchtnisse), especialmente utilizado por los pandectistas, co
mo WiNDSCHEiD
(15), pero la expresión es sólo el fruto de la tradicional
como luego
pero falsa asimilación, del legado y la sucesión particular,
veremos.
(16)
La expresión es totalmente desconocida por la tradición jurídica espa
ñola, tanto para aludir a los derechos viduales de la mujer pobre de Partidas,
como al derecho de usufructo conferido
C. español, a la manera
por el C
de legítima.
'—
No existe tampoco,, una clara definición respecto
matrital, dentro de la doctrina española, tanto
cuarta
Así,
glosa 43,
si
recurrimos
a
la naturaleza de la
antigua
moder
como
las
glosas del Licenciado Gregorio López,
a la frase de la ley "que puede heredar", se expresa : "De esta pa
labra puede argüirse, que si los hijos repudian su parte, la mujer adquiere
na.
"
"
"
a
el todo por derecho de acrecer; véase sobre todo Bal. en la i. un C. quan.
non pet.
part. col. 7; empero deberá reservar la propiedad para los hijos
de aquel matrimonio Que sucede en calidad de heredera pruébalo también
.
"
"
"
"
"
5' cap. 6. Esto es evidente, cuando sucede por testamento
testato : ahora en caso de qu ese le adjudicara la cuarta, contra "lo
Nov.
to
en
Cast
.
,
ab in-
o
dispues-
el testamento por su marido, dicen Badl. Salic, Cumn., y Paul, de
en d
auth praeterea, que la tendrá en virtud de la acción de la
.
se. opone a que esto admitamos, las palabras de nuestra I.,
puede heredar; así como el Cap. 5 de la Nov. 117, donde se
lee. que la mujer recibirá; con lo que indica que no tiene necesidad dé pedir" como dice Corn. const. 178, vol. 2 col. 4" (17).
Según' pues,- LÓPEZ, la asignación vidual de la ley de Partidas, sería
a título de heredera que lo recibiría la viuda pobre e indotada, tesis recha
zada por nuestro derecho positivo y que en. nada favorece la opinión, de. Vaz
"
ley;
empero
cuando dice
"
"
Ferreira y. Cibils Hamilton.
■
..,
WINDSCHEID, Diritto delle pandette, trad. it. de Fada y Benza, Torino, 1904,
su parte en
propiedad, ni es tanto como here
dera como una legataria legítima" (p, 574 p. 140) y agrega en nota: "Yo .retengo que pre-.
que Justiniano ha constituido
valecen los argumentos sobre legado legal. Estos son: 1)
el derecho de la viuda pobre, sobre el modelo de los derechos de la mujer repudiada por
el marido vivo; y la ha equiparado perfectamente, en cupo caso no puede por derto hablarse
de suc. universal; 2) que igualmente no puede hablarse de sucesión universal, en el caso
de que es sólo usufructuaria, caso en que Justiniano pone én la misma línea, que aquel en
que deviene propietaria" (nota 10, p. 40)
(16) GAN'GI, /. legati nel diritto (ivile italiano, Vol. I, 2* ed. PadovS, 193.3',- p. 44;
(15)
VqL .III, quien expresa : "aún cuando reciba
.
•
N9 15.
.
'
_
^
_
(17) Las Siete Partidas del sabio rey D Alfonso IX, con las variantes de más in
tereses y con las glosas del Licenciado, Gregorio LójDez, Ba.rcelona, 1843, t; III, p. 696.
105
—
,
"La
No
menos
mujer
expresivo
al respecto,
recibe la cuarta marital
es
a
—
Gutiérrez Fernández,
titulo de alimentos" y
quien dice:
luego transcribe
aceptando implícitamente, la siguiente jurisprudencia: "La cuarta parte de
la ley 7a. tít. 13, part. 6a., señala a la viuda pobre de marido rico en
los bienes que éste dejase, aunque tuviese hijos es en concepto de alimentos, que no tendría lugar si aquélla hubiese de lo suyo con que vivir bien
y honestamente, por lo que se reputa como una deuda legal que debe satisfacerse con los bienes del marido" (18).
Ni
García Goyena
(19), ni Manresa (20), se pronuncian
"
"
"
"
"
sobre la naturaleza de la cuarta marital,
en cambio Sánchez Román
(21) expresa: "en el derecho anterior tenía cierto carácter de legitima cir—
"
ciinstancial, la llamada cuarta marital. .", y se adhiere a la jurispruden
cia, que cita Gutiérrez Fernández y que transcribimos supra.
Interesante
a
"
es
también la
opinión
de Gastan
(22), quien
refiriéndose
la quarta uxoria antecedente de la marital, expresa : "más bien que un de
recho sucesorio propiamente dicho, fué una consecuencia de la deuda ali-
mentida,
7.
—
y
Sí
Xa.
vez
Respecto
un
a
}rectos de 1841, 1846
sucedáneo de la dote"
.
los antecedentes inmediatos, consagrados en los pro1853 y a la opinión sustentada por Bello, es pro
y
bable que constituyan la base más sólida en favor de la tesis que estamos
analizando, pero que dista, igualmente de ser decisiva, por circunstancias que
expondremos a continuación.
En el primer proyecto publicado en 1841 se decía, en la disposición que
correspondería al art. 1180 (concordante pero distinto, a nuestro art. 883,
referente a la responsabilidad del porcionero por las deudas hereditarias) lo
siguiente :' "El cónyuge sobreviviente, será considerado como legatario de
las' especies que se le adjudiquen por cuenta de la porción conyugal; no será por lo tanto responsable de las deudas de la sucesión, sino de la manera
luque lo son los legatarios; no tendrá derecho alguno a las ganancias o
"
"
"
"
cros
eventuales que acrecieren
Esta
a
disposición
mantuvo
a
la sucesión".
en
los
pero fue
defmitiva
la redacción
Proyectos dé 1846
entender substancialmente modificada
nuestro
(18)
se
GUTIERIiEZ FERNANDEZ, Códigos
o
en
y
1853-,
estudios fundamentales sobre el de
recho civil español, Madrid, Í868, t. III, p. 630.
(19) garcía GOYENA, Concordancias, motivos y comentarios del
á
"
código civil
es
pañol, Madrid, 1852, apéndicei, 11, t. II, p. 369.
"(20) MANRESA y NAVARRO, Comentarios al código civil español, Madrid, I92Í,
t. V, p. 257 y t. VI p. 508,
(21) SÁNCHEZ ROIMAN, Estudios de Derecho Civil, t. VI, Vol. 2, 2?- ed. Madrid,1910,
p.
766
y
772.
(22) GASTAN, J., La sucesión del cónyuge viudo y
forales, Madrid, 1915, p. 27-28 nota 3.
-
el
problema de las legislaciones
—
106
del
art.
1180, no obstante, según la autorizada opinión de Claro
Solar, quien explica la redacción definitiva dada por la Comisión revisora,
diciendo que se debió, a que la disposición primitiva no contemplaba los ca
de
imputación a una asignación a título unversal y a los gananciales.
que para los autores del Cópuede concluir, dice el autor citado,
no
cuestión
la
era
dudosa,
que
porción conyugal no constituía una
digo
asignación de herencia. Tal asignación establecida por la ley, que le ha
dado el carácter de asignación forzosa, no es a título universal como lo
,' son generalmente las asignaciones legales. El legislador manifiesta que no
le da este carácter, porque íntegra o complementariamente, la porción conyugal es sencillamente una asignación cantidad, una asignación de un determinado valor que corresponde a la suma que representa la cuarta parte
del valor de los bienes de que hay que deducirla, no como asignación de parte
alícuota, sino como una cantidad de pesos que deben sacarse para dejar el
acervo líquido; o que se mide por e! valor de la legítima rigurosa de un
hijo" (23).
Y estos antecedentes, se robustecen, con las palabras del mensaje redac
tado por Bello, con el que, el Presidente de la República, sometió al Con
"Al cónyuge sobreviviente
greso Chileno, el proyecto del Código Civil
que carece de lo necesario, para su congrua sustentación, se le asegura una
no corta porción en el patrimonio del difunto, al modo que se hace en la
legislación que hoy rige, pero igualmente el viudo a la viuda. .", lo que
significa según Cibils Hamilton (24) y Vaz Ferreira (25), que se
mantuvo el carácter de legado legal de las antiguas legislaciones romana
sos
"Se
—
"
"
"
"
"
"
"
"
"
"
.
.
.
.
'■
"
"
.
y de Partidas.
Lo que no puede
legal forzosa del
ción
no
lo
ción
es en
legal
a
estos
cónyuge porcionero,
el chileno, ni lo fué
título universal
a
dudarse, frente
o
de
en
antecedentes,
no
es
las Partidas ni
herencia,
pero ésto
no
en
es
que la
asigna
derecho, como
las Novelas, una asigna
en
nuestro
significa
que
sea un
legado
.
8.
tim,o",
—'
—
Hemos demostrado supra (N' 6) que la locución "legado
extraña al lenguaje de los juristas romanos y a sus textos
es
legíléga
es absolutamente
desconocida por la doctrina española, consultada
Bello
por
y por Narvaja, y fué creada por los autores germánicos, cuya
influencia en la obra de Narvaja puede considerarse absolutamente nula.
les;
—
Por otra parte, la opinión de Bello y las disposiciones de los pro
yectos de 1841, 1846 y 1853, pueden servir para interpretar el art. 1180 del
Código chileno, pero no para iluminar nuestro artículo 883
porque Nar—
(23)
(24)
(25)
CLARO SOLAR, Ob. dt. t. XV, p. 356 N? 1432.
CIBILS HAMILTON, loe. cit. p. 201.
VAZ FERREIRA, ?. Ob. cit. p. 152.
„
107
-
va JA no tuvo en cuenta para nada aquellos antecedentes y sólo el
Código
Civil de Chile, habiendo además, nuestro codificador, introducido modifica
ciones singulares en la redacción del art. 883, consagrando como principio
general, la responsabilidad subsidiaria del cónyuge porcionero, (que es el
inciso 3.' del art. 1180, con la supresión de: "en lo demás"), dejando en
igual colocación el inciso 2'^ y pasando a tercer término el inciso 1' de la
disposición chilena.
Y es importante hacer resaltar que, dentro de nuestro tecnicismo legal,
heredado de la tradición jurídica romana y española,
el legado es un
de
la
sucesión
absolutamente
extraño a la
testamentaria,
personaje típico
y
sucesión legítima. La sucesión o herencia, modo universal de adquirir (art.
de la sucesión in
776) puede ser testada o intestada (art. 778 inc. P),
testada y de las reglas relativas a ella, el legislador se ocupa en el tít. V del
L' III (art. 778 inc. 4') en donde no es posible encontrar rastros ninguno
que permita sostener que se ha consagrado la teoría del legado legal.
—
—
—■
En cambio, en el tít. IV, de! L' III de la sucesión testamentaria, el co
dificador estableció que la sucesión puede ser a título universal o de herencia
y a título particular o de legado (art. 780), y que el testador, puede gravar
con legados, tanto al heredero como al
propio legatario (art. 905).
Ahora, si
ton
de
lo que
de Vaz
y
porción,
es
un
se
quiere significar, en la posición de Cibils Hamil
ea que el cónyuge por lo que perciba como
a título particular,
por oposición al sucesor univer
Ferreira,
sucesor
sal, la posición está más
cerca
de la verdad.
Si por sucesión en el sentido amplio de sub-cedere, se entiende el subentrar de una persona en el puesto de otra, o la sustitución de una persona
por otra, como titular activo o pasivo de una relación de derecho, es eviden
te que el cónyuge porcionero es un sucesor a título singular, pero no necesa
riamente del causante, sino que normalmente, lo será de los herederos obli
gados a pagar el valor que representa la porción conyugal.
En otra
oportunidad, ya tuvimos ocasión de expresar, fundándonos
representativo de la doctrina italiana moderna (26), que no hay
nominia absoluta entre legado y sucesión a título particular, como lo hay
lo más
cambio entre sucesión universal y herencia.
No siempre el legado importa sucesión
deuda,
—
o
realización de
un
hecho del
(tal el legado
gravado), y cuando
en
sien
de remisión de
lo es,
no
siem
constituye verdadera sucesión mortis causa, sino ínter vivos, como su
cede en el legado de cosa ajena, cuando es válido (art. 908).
La doctrina,
admite, que puede existir sucesión particular mortis cau
sa, fundada en la ley, y no en el testamento, como ocurre en el Código Civil
pre
—
(26)
De las mandas
o
legados, Montevideo, 1947,
p.
53, N' 34.
—
Italiano,
tite, que
—
el derecho de usufructo que se le
con los hijos legítimos (27)
con
reconoce
al
cónyuge supérs
.
positivo si se quiere hablar de sucesión par
debe emplearse
(no
cónyuge porcionero,
legado) legítima
con
las
aclaraciones
con
necesaria
cautela
la
pertinentes
y
designación
eviten incurrir en errores jurídicos de apreciación, sobre la naturaleza
En cuanto
que
-
concurre
ticular
esta
108
nuestro
a
derecho
de
del
—
del instituto.
Puede hablarse de sucesión
del
particular legítima
cónyuge porcionero,
el sentido de que su vocación fundada en la ley, no comporta la calidad de
sucesor universal o de heredero, pero debe observarse, que normalmente el
en
porcionero no es un auténtico sucesor
legatarios, fuera del de especie cierta)
ceder
a
La
de
su
del causante, (al igual que todos los
sino de los herederos que deben pro
pago.
forzosa
asignación
porción conyugal,
es
una
de valor,
la misma for
asignación
—
cantidad de pesos que deben abonar los herederos, en
que deben pagar las deudas hereditarias y los legados de cosas indeter
minadas, y que se hacen propietarios de las sumas o valores con que son
desinteresados por acto entre vivos y por el modo tradición.
una
ma
No
son
sucesores
del causante, sino de los herederos que
cumplen
con
aquellas obligaciones.
9.
Se invoca, para robustecer la tesis del legado legal las disposi
ciones de los arts. 880 y 1010 del C. Civil, que se reputan inconciliables con
la tesis del derecho creditorio, sostenida por Irureta Goyena (h).
—^
Al
respecto expresa Cibils Hamilton : "La tesis de que el cón
acreedor tampoco puede ser consecuente consigo mismo, pues cae
yuge
es
en
conclusiones insostenible. Así
Claro
"
de
Solar
verse
(27);
que
y
es
el
Dr.
a pesar del talento con
que la defienden
Irureta Goyena
(h), no puede menos
difícilmente cordinable
Cfr. GANGI, Ob. cit. N^ 15,
con
880 C.
el art.
C.
que dice:
p. 52-53;
POLACCO, Delle successioni, 2*
Roma, 1937, t. I, p. 116;
DEGNI, Successioni legittime, p. 134-138.
Recuerda igualmente GANGI, que constituyen verdaderas sucesiones particulares le.gítimas, en el código germánico los derechos acordados por los arts. 1932 y 1969 y en el
suizo, por los arts. 593., 360 y 362 (Ob. cit. p. 44 nota 3).
En cambio, la doctrina española), sostiene que el cónyuge viudo que concurre como
ed.
Milán,
-
usufructuario
dero y
no
—
—
en
como
Ob. cit. t. VI, p.
la herencia de
su
difunto consorte, lo hace
en
calidad de verdadero here
legatario (Cfr. SANOHEZ ROM.AN, Ob. cit.
556).
En lo que respecta al derecho francés,
p,
810;
—
MANRESA,
cuando no concurre con los parientes, el cónplena propiedad, como sucesor irregular,
pues no tiene saisine
(art. 767), y cuando concurre co.mo usufructuario, es en la opinión de PLANIOL, Traite
Elementaire, París, 1927, t. III, N'' 18q0-1871, un usufructuario universal, que recoge a
título de heredero.
puge recoge la heraicia
en
—
—
109
El cónyuge podrá retener lo
conyugal, abandonando los
"
"
"
"
"
"
"
"
"
comentando este art
dice
~~
o
se
bienes
o
que posee
otros
le
deba,
la
pedir
o
derechos".
Claro
porción
Solar,
"Por otra parte la
opción a la porción conyuaportados al matrimonio, y la mitad
de los gananciales habidos en la sociedad conyugal, al dar al cónyuge sobreviviente derecho indiscutido en la porción conyugal, no da a dicho so
breviviente el carácter de heredero en la sucesión del otro cónyuge; pero
lo hace comunero en la herencia con los demás herederos del cónyuge supérstite" (t. XIV, N" 1408, p. 314).
Y agrega Cibils Hamilton : "De este modo, si el cónyuge opta
gal,
.
:
el abandono de los bienes
con
por abandonar sus bienes será comunero y de lo contrario acreedor. Puede tener uno u otro carácter según el derecho que ejerza, con lo que te-
completamente diferentes para
reglamenta el Código" (28)
dremos dos caracteres
"
en
de
vez
uno
que
la
porción conyugal,
.
Ante todo, nos apresuramos
don Luís Claro
jurídico de
a
aclarar,
Solar,
en
honor
la
que
a
la verdad y al talento
transcripción que hace
revela el pensamiento
Cibils Hamilton, atribuyéndosela a aquél, no
del mismo, sino que son fragmentos de los considerandos de una sentencia
de casación de la Corte Suprema, del 10 de julio de 1929 (29) que fué pre
cisamente
criticada
acerbamente,
blicado
la Rev.
de Der.
en
y
por
Claro
Solar,
en
un
Jurisprudencia chilena, (30)
y
artículo pu
luego
en
su
evidencia los gruesos errores jurídicos
precisamente pone
de la sentencia, al pretender que existen comuneros a simple título de co
Tratado donde
muneros
en
(31).
Además, la facultad de abandono se concilia perfectamente bien con cual
quiera de las tesis en juego. Ella importa el abandono de los bienes propios
para optar por la porción conyugal, y la naturaleza jurídica de ésta, como es
evidente, permanece incambiada, ya la adquiera el cónyuge, haciendo o no
uso
de
ese
derecho
excepcional
.
cónyuge, para ejercer la acción re
forma del testamento, (art. 1010) en realidad sólo se concilia perfectamen
te con la tesis de la naturaleza sucesoria de la porción conyugal,
porque
En cuanto
a
la facultad conferida al
—'
si bien un acreedor no tiene necesidad de reformar el testamento para cobrar
lo que se le debe, es .evidente también, que ningún legatario puede estar asis
tido de ese derecho exorbitante.
Pero
(28)
(29)
(30)
(31)
(32)
como
lo han
demostrado,
tanto
Claro Solar
(32)
como
CIBILS HAMILTON, Ob. cit. p. 202.
Revista de Derecho y Jurisprudencia, t. 27, 2"*' parte, 1^ sec- p. 417.
Revista de Derecho y Jurisprudencia, primera parte p. 75.
CLARO SOLAR; Ob. cit.,
CLARO SOLAR, Ob. cit.,
t.
XV,
t.
XV, N"? 1468,
p.
343,
nota
p.
95;
550.
y
N<? 1429 p. 352 y
ss.
-
lio
-
(h) (33), el ejercicio de la acción de reforma, por
cónyuge porcionero, tiene razón de ser y se explica, cuando concu
rre con los descendientes legítimos, porque entonces, gravando esa porción
la parte legitimaria,
y recibiendo el porcionero una cantidad de dinero,
a
la
legítima rigorosa de un hijo, tiene interés en hacer reformar un
igual
testamento, que al vulnerar las legítimas, desconoció al mismo tiempo la
porción conyugal.
Irureta Goyena
parte del
—
Pero en la hipótesis, de que fuera exacta la tesis del legado
debe
analizar sucesivamente, cuál es la naturaleza y objeto de
legal,
cuáles son los derechos que por tanto correspon
este pretendido legado;
den al porcionero-legatario legítimo, y si realmente su situación se encuentra
10.
—•
—
se
—
mejorada por esa construcción técnica.
¿Cuál sería la naturaleza y objeto de este legado legal?
No podría ser el legado parciario del derecho romano, trasplantando sin
solución de continuidad, y asimismo sin proponérselo nuestro codificador y
el chileno, por las siguientes razones :
o
no
1*) Porque si la institución testamentaria en una cuota o parte alícuo
patrimonio, es en nuestra legislación, institución de heredero o a ti
tulo universal, pues lo que importa es la substancia de la disposición y no el
título otorgado por el testador, (arts. 856, 855, 1045, 1011, 870 y 857 C.
C ) esa asignación debe con mayor razón, ser de herencia, cuando el lla
mamiento lo hace directamente la ley.
2*) El legado parciario, importaba la institución en una cuota parte
del patrimonio, sin el título de heredero, y en nuestro derecho es de recibo
que la porción conyugal no importa asignación de cuota patrimonial (34)
3*) El legado parciario romano, no requería para nada en el instituído, la condición de pobreza que como requisito fundamental exige nuestro
derecho positivo para que nazca el derecho a porción conyugal.
4*) Porque en nuestra legislación no militan las razones que existían
entre los romanos, para la admisión y la difusión de la "partitio legata" (35).
ta del
.
,
.
(33)
(34)
(35)
redero
y
era
directo,
IRURETA GOYENA (h), Ob. cit. N"? 42, p. 87.
IRURETA GOYENA (h), Ob. cif. N? 38, p. 78 y sig.
La admisión del legado parciario se debe en Roma, a que externamente el he
aquel instituido como tal en el testamento, con un llamado solemne imperativo
en
lengua latina (Titius heres esto)
a
la cabeza ,del testamento (heres instituitio
capuit et fundamentum totius testamend) lo que traía como consecuencia que era here
dero exclusivamente el instituido como tal {aun res certa), en cambio el llamado incluso, a
la totalidad de la herencia o a una cuota de la misma, sin el título de heredero, era con
est
,
siderado legatario.
Su difusión se debió principalmente, como uno de los efectos de la ley Voconia que
impidió a los ciudadanos de la primera clase, instituir herederas a las mujeres.
—
111
—
Porque aún en la hipótesis remota de que se pretendiera asimilar
porcionero al legado de parte alícuota romano, en nada se vería fa
vorecido aquél. Basta recordar, que dentro de la posición más aceptada por
los romanistas, el legatario parciario, no tiene más que una acción personal
para pedir la parte que le es atribuida en el testamento (adío ex- testamento),
sobre .el conjunto de cosas de la herencia, a condición de sufrir en la misma
proporción las disminuciones que resultan del pasivo; no es propietario de
las cosas hereditarias, ni acreedor de los deudores la herencia, ni deudor de
los acreedores de la misma;
no aprovecha del derecho de acrecer, ni pue
de ejercer la acción de petición de herencia, ni la familia ersiscundae, e in
cluso se admite, que el heredero perseguido por la acción personal, puede pa
garle en dinero o en bienes de la herencia de un valor igual al de la cosa
legada (36)
5*)
nuestro
—■
.
pretende VAZ FERREIRA (37)
GANGI, es decir con derecho
al residuo activo de una cuota, o en su defecto, un legado de alimentos ex
presamente previsto en nuestro derecho positivo (art. 933) (38)
Siendo así, estaríamos en presencia de un legado de cosas indetermina
das o de género, es decir de aquella categoría de legados, que sólo está de11.
un
—
Podría
ser,
legatum partitionis
en
en
cambio,
como
el sentido que le da
.
Cfr. MAINZ, Curso de derecho romano, trad. esp., Madrid, 1888, t. III § 431
WINSCHEID, Ob. cit. § 662 p. 425.
(37) VAZ FERREIRA, Ob. dt. p. 153. En cambio, el Dr. CIBILS HAMILTON,
partidario de la tesis del legado legal, no se ha pronunciado, sobre cuál sería la naturaleza
y objeto de ese legado, punto capital para deducir los derechos y ventajas que comportaría
la condición de legatario.
(38) VAZ FERREIRA, Ob. cit. p. 155. Pero este autor,
luego de 'emitir su opi
(36)
p. 691 ;
—
—
nión de que estaríamos
presencia de un legatario de alimentos, agrega: "Ahora si se
admitiera, como a veces se ha sostenido!, no sólo que la porción conynigal tiene carácter
alimenticio, sino también que la obligación de pagar la porción conyugal después de la
muerte .del causante es la misma obligación alimentaria que el causante tenía en vida
respecto a su cónyuge y que pasó a los herederos con ciertas modificaciones; que el
"
derecho de viudo y viuda a pedir la porción conyugal, es el mismo derecho que antes de
la muerte del cónyuge tenía a pedir alimentos; que el cónyuge que percibe porción conyugal no es heredero ni legatario, sino un acreedor del difunto, que al recibir la porción
conyugal se cobra de los herederos el crédito .que contra el caulsante tenía por alimentos,
"
entonces el carácter alimenticio de la porción conyugal seria incompatible con la naturaleza que le hemos atribuido de legado" (p. 153).
No alcanzamos a percibir, en qué sentido el legatario de
alimentos,
como legatario,
estaría en mejor situación que el porcionero como acreedor de la suma que idebe
pagarse sí
se le considera una asignación alimenticia. Como lo expresamos en el
texto, el cónyuge por
cionero, aún cuando se le considere un legatario legal, está en la misma posición que cuan
do se le considera un acreedor de los herederos, ejerciendo el derecho de reclamar alimen
en
"
"
"
"
"
"
"
"
—
En amibos casos, sólo les asiste un derecho personal y por ende, tienen sólo abierta
acción del mismo carácter, para hacer efectivo sus derechos.
tos.
una
112
—
terminada por el género, pero que
que debe satisfacerse el legado.
—
indeterminados los individuos
son
con
legado de 100 Kl. de trigo, de 20 Its. de vino o de $ 10. OOO.oo
cumplirse, entregando el género designado por el testador, exista o no
la herencia (arts. 925 inc. 2° y 939 inc. 2")
No puede existir duda, que, si el cónyuge porcionero, es legatario, lo
El
deben
en
es
de
de
una
cantidad
o
suma
indeterminadas
cosas
o
de dinero, y en tal supuesto, como todo sucesor
sólo genéricamente designadas, no adquiere, en
el momento de abrirse la sucesión, derecho real sobre
cies sucesorias.
En efecto: sóh
en
el
al testador
perteneciente
puro y simple de
el acto de su muerte,
legado
en
cosa
ninguna
de las espe
cierta y determinada,
el lega
adquiere ipso jure
tario desde la apertura de la sucesión, derecho real de dominio sobre la es
pecie legada (arts. 936 y 937), como adquieren también un derecho real,
desde la muerte del causante, el legatario de usufructo
de uso (art. 495 y 542), de habitación (art. 542 y
(art. 636) cuando
en propiedad .en
ne
Fuera de
el derecho
constituye
se
el momento de
sobre bienes que e' testador tie
muerte
su
(art. 496 inc. 2'),
495) y servidumbre
(39)
.
todas las otras variedades de
categorías,
legados, es
pecialmente en los legados de género o de cosas indeterminadas (como el le
gado de suma de dinero o de alimentos) sólo nace en favor del legatario un
derecho personal contra el gravado, un derecho "adrem", un derecho ten
diente a obtener el pago del legado (arts. 936
y 938).
Y dependiendo la naturaleza de la acción, del derecho que la
engendra
(arts. 472-73) sólo en favor del legatario de especie cierta y determinada,
estas
en
.
acción real para hacer valer sus derechos, en cambio en las otras
variedades, sólo nace una acción personal contra el gravado para obtener el
cumplimiento de la obligación que pesa sobre aquél.
nace
una
Y de ahí otra consecuencia
a
determinada y el
de
sólo el legatario de especie cier
derecho real de usufructo, uso, habita
ción o servidumbre, constituido también sobre una especie determinada exis
tente en el patrimonio del testador, en el acto de su muerte,
adquieren sus
derechos por el modo sucesión, pues todos los otros legatarios al estar asis
ta y
legatario
apuntar
:
—
un
—
tidos de
cosas
o
un
derecho
valores
con
personal
que
No suceden mortis
do
con
12.
el pago
—
renunciar
(39)
a
contra el
les
causa
gravado se hacen propietarios de las
desinteresa, por el m^ódo tradición
.
al causante, sino suceden ínter vivo al
grava
.
Cabe
la
se
entonces
preguntarse, ¿qué requisitos
si
porción conyugal,
De las mandas
o
legados,
p.
se
le considera
tm
son
necesarios para
leg-ado legal?
240 N'' 239 y los autores allí citados.
113
—
—
Es
que tanto la aceptación co
pacíficamente admitido en doctrina,
repudio de los legados, como actos unilaterales de voluntad, se regu
lan por las normas jurídicas generales que rigen la aceptación o renuncia de
un derecho cualquiera, incluso la
aceptación o repudio de la herencia, en cuan
to no sean más que la aplicación especial de aquellas normas generales, y
excluyendo, las disposiciones que por su alcance y naturaleza, sólo son apli
mo
-
—
el
cables
a
la sucesión universal.
ejemplo, las normas relativas al beneficio de inventario (arts.
son inaplicables al legatario, que por ministerio de la ley sólo
responde intra vires hereditates (arts. 905 y 1175).
Tampoco puede aplicarse el art. 1075, relativo al repudio de la heren
cia, porque importa una seria derogación al principio general de que no
existen solemnidades especiales, para renunciar a un derecho creditorio, que
como vimos, es el que le asiste al cónyuge porcionero, en el supuesto de que
se le considerara un legatario (40)
Sólo para el caso de que se renunciara a un legado de un derecho real
sobre un inmueble, sería lícito exigir la escritura pública e inscripción, para
la validez de la misma (41), derecho real que desde luego, repetimos no com
pete a un pretendido legatario de suma de diniero o de un valor a determi
narse mediante una doble liquidación : la del
patrimonio hereditario y la del
patrimonio del porcionero.
Rigiéndose pues, por los mismos principios, que regulan el repudio de
los legados de género o cantidad, la renuncia de la porción conyugal no está
sujeta a ninguna solemnidad especial, pudiendo ser expresa o tácita, verbal
o escrita, sin perjuicio de que se tenga presente, según el monto de la mis
ma, lo dispuesta en el art. 1595 inc. 3'. Normalmente, bastará con un es
crito" presentado al Juzgado, donde se tramite la sucesión
Así por
1078 y ss.)
.
.
_
13.
—
En cuanto
a
las consecuencias beneficiosas, que derivarían de
del legado como la aceptación,, no requieren formaUdades
-particularmente las exigencias del art. 1075, no se le aplican al legatario,
B AUDRYes uniyersalmente admitido : GANGI, Ob. cit. t. I, N"? 190, p. 317, nota 3 :
LACANTINERIE-COLLIN, '.Des donations entre vifs et des testaments, W 2280;;
STOLFI, Diritto civile. Diritto delle
PLANIOL, Traite elementaire, t. III Nc 2731;
LOSANA, Le successione testamentaire secano' el códice civile,
successione, N^ 1587;
\MACHADO, Exposición y comentado del Código civil argentino,
Túrín, 1888, p. 375 ;
(40)
especiales,
Que
tanto la renuncia
y que
—
—
—
—
—
265.
(41) Cfr. GANGI, Ob. cif. t. I ,p. 318. ,Se aplicarían analógicamente, los arts. 1664
nuestra legislación no existe una disposición como la del art. 1314 del C. C.
y. 1619, pues en
italiano de 1865, que obliga bajo pena de nulidad, a otorgar en acto público o por escritura
la propiedad de los inmuebles, así como los que
privada las convenciones 'que transfieran
de los mismos, y la del art. 1932 que obligan a su transcripción.
renuncia
la
impliquen
t. X p.
114
-
la tesis del
legado legal,
Dr.
clusiones del
"
"
"
"
"
"
"
"
"
concuerda
mejor
librado al albur,
gros que tienen
no
Cibils
con
las necesidades
siempre
en
compartimos
desde
Hamilton, cuando
cuenta
las
luego,
'optimistas
dice: "También
prácticas,
pues
no
es
la
con
que
deja al cónyuge
temible de la insolvencia de los herederos, peliprincipalmente los que defienden la posición del
cónyuge heredero. Representaría por otra parte una verdadera injusticia
exponerlo a verse privado de los bienes necesarios para su congrua sustentación, y obligarlo a entablar de inmediato acción contra sus propios hijos y no esperar un instante para la liquidación del patrimonio sucesorio,
aunque así lo
na"
(42)
requieran las circunstancias
y llevar la
sucesión
a
la rui-
.
compartii-nos el optimismo, del ilustrado Jurista, no porque no
agrado, de que el cónyuge porcionero, estuviese garantido con
un derecho real, para hacer efectiva su porción,
pero esto sería, parodian
do sus propias palabras, "si viéramos la ley del punto de vista de su reforma
y no del de su interpretación", pues desde este enfoque, que es el que nos
interesa, no podemos percibir en qué sentido el legatario, estaría en mejores
condiciones que un acreedor para reclamar el pago de su legado.
En muchos aspectos, la situación del legatario es igual a la de los acree
dores, porque la ley al conferirle sólo un derecho personal y una acción per
'os ha asimilado a aquellos, hasta el ex
sonal, para reclamar su legado,
tremo de que se habla del pago de los legados (arts. 940, inc. 3' 890 apar
tado 2", 1178, inc. 2') y de los acreedoras testamientcnrios (art. 1177), pero
cuando establece una 'diferencia, es desde luego, en beneficio precisamente
Y
no
viéramos
con
—
—
de los acreedores.
fuese
simplemente un legatario, sería prefe
(art. 1178) le alcanzaría las disposiciones
sobre indignidad (arts 842 y ss ) e incluso en ciertos supuestos especialísimos (arts. 825 y 840) las incapacidades relativas, cuando el causante, cum
pliese testamentariamente, con la obligación de proveer a la congrua susten
tación del cónyuge, etc., etc.
Si el
rido
en
cónyuge porcioniero
el pago,
a
los acreedores
.
.
14.
—
CONCLUSIONES
demos extraer las
siguientes
—
.
De lo expuesto
conclusiones definitivas
precedentemente
po
:
1') Sólo dentro de la tesis, que considera la porción conyugal, una
asignación a título universal o de herencia, se debe exigir para su rep-udio,
el requisito de la escritura pública (art. 1075).
2*)
(42)
Que
ya
se
considere la
porción conyugal,
CIBILS HAMILTON, loe. cit.
p. 203.
un
derecho- creditorio
—
existente
115
la vida del causante, y que
herederos, o se le asimile
—
proyectó con ciertas modificacio
legado legal de un valor a de
el porcionero
terminarse, o del importe líquido de cuota o de alimentos,
nunca está asistido de derecho real sobre ninguna de las especies sucesorias
y sólo tiene un derecho personal contra el gravado o los gravados, para re
clamar lo que se le debe, en cuyo caso no puede exigirse una solemnidad no
prevista en la ley.
nes, sobre
en
sus
se
a
un
—
3') Que la tesis del legado legal,
que recurre a la conjunción de dos
palabras, absolutamente extrañas a los textos y juristas romanos, descono
cida por la terminología jurídica española,
y contraria a la técnica que
informa nuestro derecho positivo, lejos de ser beneficiosa para el cónyuge
porcionero, en muchos aspectos, lo coloca en una situación de inferioridad
—
—
con
respecto
a
los acreedores hereditarios.
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