— 99 — La naturaleza jurídica de la porción conyugal y los requisitos necesarios su para por el Dr. renuncia Hugo E. Gatti Profesor de Derecho Civil 1 publicado, en esa misma Revista ( 1 ) una abogados del Banco Hipotecario, el Dr. CanO'N Nieto, a un título de propiedad, por no haber cumplido, con el requisito de la escritura pública, para renunciar a la porción conyugal. Dice textualmente, el dictamen del Asesor del Banco: "Según opina el Dr. Cibils en la Rev. de Der. P. P. t. 19, pág. 195 y el Dr. Vaz Ferreira L.J.U., t. 17 doct., pág. 35, la porción conyugal es un legado legal, Recientemente — . ha se observación formulada por uno de los " " " " derecho real, que debió haberse transmitido por escritradición, precio e inscripción, lo que no ha sucedido así". y por lo tanto tura pública, un con lo transcripto, se deduce que, si la porción conyu sólo podría válidamente renunciarse o transmitir legado legal gal se, por escritura pública. Discrepamos con esta opinión y nos proponemos demostrar en esta no De conformidad fuera un en el supuesto de que fuese exacta la construcción de los Drs. Cibils Hamilton y Vaz Ferreira, acerca de la naturaleza jurídica de la porción conyugal, no se requeriría para su renuncia, la solemnidad de la ta que, aún escritura 2. tario a pública. — esta En realidad, sólo dentro de la tesis que atribuye carácter heredi asignación forzosa, es posible reclamar el requisito de la escri tura pública, dere un poder válidamente renunciar — gado ex el cónyuge Y esto (1) para derecho creditorio, legge, no puede de no es alimenticio o no, a o ella, pues ya se le consi se sostenga que es un le ninguna manera exigirse esa formalidad, pues ningún derecho real para reclamar su porción. art. 1075, que exige la solemnidad de la escri- está asistido de así, porque el Rev. de la Asociación de Escribanos del Uruguay, t. XXXIV, ip. 216. — tura pública, para renunciar a la lo tanto de estricta interpretación 100 - herencia, es de carácter excepcional y por . Pero, la tesis de la naturaleza hereditaria de la porción conyugal, no la que sustentan los Dres. Cibils, Vaz Ferreira 3; CanO'N, que da mé rito a este trabajo y ha sido sólo aisladamente aceptada en nuestro medio (2) porque no resiste los embates de la crítica. es no puede asimilarse los derechos del cónyuge porcio variables emolumentariamente, en función de dos liquidaciones aritmé ticas previas, la del haz hereditario y la de su propio patrimonio, al here dero de cuota de parte alícuota, quien, desde el instante de la apertura legal de la sucesión (art. 1039) adquiere ipso jure, derecho sobre todas las especies hereditarias, en proporción a su cuota, el que permanece invariable desde ese Particularmente, nero en cuanto a su extensión, tanto respecto al pa propia situación económica (3). La particular responsabilidad por el pasivo, asimilaba a la subsidiaria de los legatarios, que en realidad excluye técnicamente una responsabilidad mismo instante, sivo hereditario, e insensible como a su (2) Entre nosotros, sólo un destacado jurista, el Dr. RAFAEL DE LOS REYES PENA, ha. sostenido, frente a un asunto profesional, y ante el complejo y debatidisimo -problema de la acumulabilidad de la porción conyugal a la disponible, qjie la porción con yugal es "asignación forzosa de parte de la herencia en dominio pleno, contra el anterior ."sistema de simple deuda legal" ..."es la consagración de un verdadero derecho .héredi." tario, abrogando conceptos inconciliables con la actual organización de la familia" y por tanto es un legitimario" (L.J.Ü. t. ique el cónyuge tiene una legítima rigurosa * °IV, p. 209, ,210 y 212) aunque en ciertas partes de su trabajo, le quita entidad trascendente se refiere al instituto, como "la obligación legal" a esas premisas, pues (p. 210) y "a la deuda legal porción consmgal" (p. 213). Conocemos un solo fallo, del Dr. HA(ML.ET REYES, en el que incidentalmente se plega a -esta tesis (L. J. 'U. t. XI, N? 1943, p. 288). (3) Si suponemos un heredero, llamado legal o testamentariamente, a la cuarta parte de la herencia, desde la apertura legal de la sucesión, es co-propietario, en un cuarto, de todos ios bienes existentes en el patrimonio hereditario, cualquiera sea su naturaleza, reales o personales, muebles o inmuebles, corporales o incorporales, su origen o lugar de ubicación, sin necesidad de recurrir a un procedimiento previo de liquidación del pasivo hereditario, " — — y sin que éste afecte para nada la extensión cuotativa de la herencia. sus derechos sobre los bienes de . Si admitimos que existan en la herencia, cuatro bienes inmuebles de $ 10.000 cju y existen deudas por valor de $ 10.000 ese heredero de un cuarto, proyecta su derecho de dominio, sobre las cuatro especies inmuebles que existen en el patrimonio en proporción a su cuota, es decir, es propietario en una cuarta parte sobre cada uno de los cuatro inmue y adquirir el 'dominio de las mismas, deba previamente pagar a los acree si el monto del pasivo en vez de $ 10.000 fuese de $ 20.000. o de Además, $ 18.756.23, la parte indivisa que sobre las especies hereditarias), le corresponda, perma nece invariablemente fijada por su cuota, un cuarto, y sin que para nada se tenga en cuenta fei al momento de fallecer el causante, ese heredero tenía o no bienes propios, de igual, mayor o menor valor, que lo que le corresponde en la herencia. Nada de esto sucede como es notorio con el cónyuge porcionero. bles, y sin que, para dores. — 101 - -personal y propia, aleja toda posibilidad de considerarlo un asignatario uni versal, cuyo título comporta por sí sólo, una responsabilidad directa y per sonal por las deudas hereditarias, en proporción a su cuota (art. 1039 y 1168) y puede extenderse o hacerse efectiva en sus bienes propios, si no se acoge al beneficio de inventario (arts. 1069, 1078 y ss.). Y si la intención del legislador, hubiera sido acordarle el título y la calidad de heredero al cónyuge porcionero, no se comprende como: a) Le concedió la porción conyugal, en casos, como sucede en el primer orden de llamamiento en que le priva de la calidad de heredero (arts. 1025, inc. 2*, 881, 887) o le da por tal concepto una cuota mayor que la que tendría de recho como sucesor universal en el segundo orden de llamamiento (art. 1026) (4) y b) Porque recurrió', para regular los derechos del cónyuge supérstite a la porción conyugal, calcada del modelo chileno, cuando pudo imitar el sistema consagrado en el proyecto de Velez Sarsfield (5,) que con fiere al cónyuge la calidad de legitimario, y por lo tanto de heredero. 3. —' Descartada pues, la tesis de la naturaleza hereditaria de la por ción conyugal, es fácil demostrar que dentro de las otras, dos posiciones doc trinarias, la del derecho creditorio y la del legado legal, no se requiere para nada la solemnidad de la escritura pública para repudiarla válidamente. Dentro de la tesis del derecho creditorio, cuyos desarrollos exhaustivos expuestos en el curso del Profesor Irureta Goyena (h) (6) fueron elemental que para renunciar es mente que, se a la porción conyugal, derecho eminente requiere ningún requisito especial, sin per jnicst) de tenga presente lo dispuesto en el último apartado del art. 1 595 y personal, no se disposiciones de la remisión de la deuda (art. 1515 y ss.) "La porción conyugal, dice Irureta Goyena (h) pues, podrá renunciarse válidamente en simple escrito presentado al Juez de la sucesión, o en cualquier las " " " otro " . Por lo demás deberá tenerse en cuenta, que no es ne- asignaciones de igual o se encuentre comprobado en autos que gananciales de parecida magnitud. Se trata en- " cónyuge recibe otras .goza de bienes propios o tonces del caso en que falta la condición fundamental para la existencia del crédito, sin perjuicio de la facultad del art. 880, cuyo ejercicio no pue- " " " documento cesaría la renuncia, cuando el o mayor valor en la sucesión, .de dilatarse injustificadamente" (7) propio cabe afirmar, contra lo sostenido el supuesto que la porción conyugal fuese un legado caso e! legatario carece de todo derecho real. 4- en tal — . Lo (4) Cfr. IRURETA GOYENA (h). Curso de sucesiones. Vol. I, ed. Medina Vidal, Montevideo, 1949', p. 75 y sigts. (5) Arts. 3629 y concordantes del C. C. argentino. IRURETA (6) GOYENA, Asignaciones N'> 40 forzosas, (7) IRURETA GOYENA (h), Ob. cit., p. 115 nota p 210.' por el Dr. CanO'N, "ex legge',, pues en Asignaciones forzosas. .' . ' 84 y sgts .' - , — Esta tesis, sostenida abiertamente de decirse por Claro Solar (9), por Vaz Ferreira, en su tesis de ton, en 102 el trabajo aludido estrictamente armónica con tro derecho sucesorio ni — por Somarriva — en nuestro medio profesorado (10) y por Cibils Hamil precedentemente (11), no es a nuestro entender los principios fundamentales que informan nues lo sostenido por Cibils cónyuge porcionero frente a comporta, contrariamente HamiltO'N, mejora alguna y también pue (8) ha sido defendida en la situación del a los herederos del causante. 5. sis en ¿Cuáles son los argumentos del legado legal? Fundamentalmente, los argumentos cuenta los orígenes del instituto. —' o las bases donde son se edifica la te Se tiene de carácter histórico. Se recurre a la quarta uxoria de las Novelas de Justiniano, a la cuarta marital de Partidas, y la opinión del codificador Andrés Bello, expues ta en sus Opúsculos jurídicos o consagrada en las disposiciones de los pro yectos de 1841, 1846 y 1853, que no fueron sancionadas en el proyecto de finitivo, convertido en el Código Civil de Chile. A nuestro entender, los orígenes históricos del instituto, revelan el ca rácter substancialmente alimenticio de la porción conyugal, que se encuentra (8) SOMARRIVA UNDURRAGA, De la sucesión por causa Santiago, 1938 p. 82 y ss. (9) CLARO SOLAR, quien si bien en su obra. Explicaciones trata fundamentalmente leno p comparado. iSantiago, 1942, t. XV, de meterte 'y de las donaciones entre vivos. — de derecho civil chi de demostrar que la -porción conyugal, no es una cuota .o parte alícuota de la herencia, ni el porcioinero es un sucesor universal, en numerosos pasajes de la misma, asimila la situación de aquél a la de un legatario. Así dice; "se halla colocado por ley, en la situación de un legatario'' (p. 341 N° 1418), "la situación del cónyuge sobreviviente en razón de su porción conyugal complementaria es manifiestamente, por lo mismo, la de un legatario que recibe determina dos bienes" (p. 350 N' 1426) ; "puesto que la asignación de una suma o cantidad de pesos, la asignación de una parte o porción equivalente a un valor dadoi, es evidentem,ente una asignación a título singular, y no una asignación a título universal o de herencia" (p. "y claramente manifiesta (se refiere al art. 1180 que corresponde a 35;^ N° 1429) ; n|art. 883) que en razón de la porción conyugal el viudo o viuda que la percibe, es lega tario, y sólo tiene la responsabilidad subsidiaria de los legatarios" (p. 355 N° 1431) Por eso encontramos m.ás acertado a VA'Z FERREIRA, que incluye a este insngne autor entre los partidarios de la tesis d'el legado, y no a CIBILS HAMILTON, que lo coloca en la misma posición doctrinaria que IRURETA .GOYENA (h). (10) VAZ FERREIRA, ©., Pago de las deudas hereditarias y de los legados, Mon tevideo, 1948, p. 149 y ss., cuyo capítulo V, fué anticipadamente publicado en L. J. U. t. — , — — — . 17, 2S, p. 35 y ss. (11) CIBILS HAí'MILTON, Der. P. P. t. 19, p. 195 y ss. Naturaleza jurídica de la porción conyugal, en Rev. 103 — — esbozado cuarta vidual de la Nov. 117 cap. V de Justiniano, (12) se afir en la ley 13 tít. 7 part. 6a. (13) y se confirma en la disposición del art. 1172 C. C. Chileno y del art. 874 nuestro, que sólo confieren derecho ma al cónyuge 6. Cibils —■ "que carece de lo necesario para su congrua sustentación" . Los textos romanos, transcriptos in extenso en .el artículo de son absolutamente ajenos a la expresión legado legal, Hamilton, conjunción verbal que hubiese asombrado, quizá y escandalizado a los juris tas romanos. El legado fué durante la secular trayectoria del derecho romano, un desde sus orígenes fué personaje exclusivo de la sucesión testamentaria; "una asignación patrimonial, por causa de muerte, hecha en un testamento" según la acertada definición del maestro Bonfante (14), y absolutamente imposible de concebir dentro de la sucesión intestada. .— — , cap. (12) III, La cuarta ma-rital, que expresa: establecida "También sanción o pena, por la Nov. XXII, la disolución de matrimonios, conve una como imponemos pena a nidos sin estipulación de dote, que hemos sido ''los primeros aquellos matrimonios ique se contraen, sin contrato dotal, — repudia sin justa establecer", consistente, en imponerle al marido, que aquél sin motivo razonable, nunca más de cien libras, en en o a ésta, si se separa de parte de todos sus bienes, pero aunque la fortuna del cónyuge deudor excediese de cuatrocientas, entendiendo por fortima se extiende a la miujer indotada el líquido, después deducidas las deiidas", y al marido a los efectos de entregar a pobre, por la Nov. LUÍ cap. VI, ellos, haya muchos o pocos — causa entregar al otro, la a su mujer cuarta — — hijos, la cuarta parte de los bienes del ramente expresado por Justiniano, cónyuge difunto". El carácter alimenticio está cla dice : "quedan sin cosa alguna y por tanto cuando a la extrema miseria..." "....para evitar este mal queremos que sobre los bie del marido tengan asegurada su subsistencia. ." y que uno de los esposos esté al abri Por último en la Nov. CXVII, Cap. V,; el co go de la pobreza) por la riqueza del otro" dificador romano, luego de referirse a las dos anteriores, y "disponiendo ahora con ma yor cordura" según sus palabras, excluye al marido en todo caso del beneficio acordado por reducidas nes . — las Novelas anteriores, y otorga a la mujer la cuarta parte de los bienes de su marido, si é.ste no tiene más que tres hijos de ella o de un matrimonio anterior; pero si tiene más, recibirá tanto cuanto le toque a cada uno de los hijos. La parte de la mujer la adquirirá en propiedad, cuando no tenía hijos con su marido, en caso contrario sólo le concedía el simple uso de los bienes que recibiere y la propiedad la conservará para aquellos hijos. También en este supuesto, es menester la pobreza de la miUJer. (13) El car^ácter alimenticio de la cuarta marital, o vidual de Partidas, se revela clara mente en la ley 13 del tít. 7' de la Partida &^ tan reiteradamente transcripta por todos los au a la que el marido no dejase "en tores, pues refiriéndose a la mujer pobre o indotada, que pudiese bien et honestamente beuir, ni ella ouiesse de los suyo, que pueda heredar fasta la quar ta parte de los bienes deí¡ maguer haya fijos; pero esta quarta parte non debe montar mfls de cien libras de oro, pero si la mujer tuviese de lo suyo con qué vivir honestamente, no hay Inigar a demanda alguna por razón de esta cuarta. (14) BONFANTE, L'origine dell'hereditas e dei legata nel diritto sucesorio romano, en Scritti igiuridici varii, Vol. I, Torino, 1916 p. 148-149. — r — 104 — Es cierto que el término es grato a los escritores tedescos, quienes de signan distintos casos de sucesión particular legítima, como legados legales (gesetzliche Vermáchtnisse), especialmente utilizado por los pandectistas, co mo WiNDSCHEiD (15), pero la expresión es sólo el fruto de la tradicional como luego pero falsa asimilación, del legado y la sucesión particular, veremos. (16) La expresión es totalmente desconocida por la tradición jurídica espa ñola, tanto para aludir a los derechos viduales de la mujer pobre de Partidas, como al derecho de usufructo conferido C. español, a la manera por el C de legítima. '— No existe tampoco,, una clara definición respecto matrital, dentro de la doctrina española, tanto cuarta Así, glosa 43, si recurrimos a la naturaleza de la antigua moder como las glosas del Licenciado Gregorio López, a la frase de la ley "que puede heredar", se expresa : "De esta pa labra puede argüirse, que si los hijos repudian su parte, la mujer adquiere na. " " " a el todo por derecho de acrecer; véase sobre todo Bal. en la i. un C. quan. non pet. part. col. 7; empero deberá reservar la propiedad para los hijos de aquel matrimonio Que sucede en calidad de heredera pruébalo también . " " " " " 5' cap. 6. Esto es evidente, cuando sucede por testamento testato : ahora en caso de qu ese le adjudicara la cuarta, contra "lo Nov. to en Cast . , ab in- o dispues- el testamento por su marido, dicen Badl. Salic, Cumn., y Paul, de en d auth praeterea, que la tendrá en virtud de la acción de la . se. opone a que esto admitamos, las palabras de nuestra I., puede heredar; así como el Cap. 5 de la Nov. 117, donde se lee. que la mujer recibirá; con lo que indica que no tiene necesidad dé pedir" como dice Corn. const. 178, vol. 2 col. 4" (17). Según' pues,- LÓPEZ, la asignación vidual de la ley de Partidas, sería a título de heredera que lo recibiría la viuda pobre e indotada, tesis recha zada por nuestro derecho positivo y que en. nada favorece la opinión, de. Vaz " ley; empero cuando dice " " Ferreira y. Cibils Hamilton. ■ .., WINDSCHEID, Diritto delle pandette, trad. it. de Fada y Benza, Torino, 1904, su parte en propiedad, ni es tanto como here dera como una legataria legítima" (p, 574 p. 140) y agrega en nota: "Yo .retengo que pre-. que Justiniano ha constituido valecen los argumentos sobre legado legal. Estos son: 1) el derecho de la viuda pobre, sobre el modelo de los derechos de la mujer repudiada por el marido vivo; y la ha equiparado perfectamente, en cupo caso no puede por derto hablarse de suc. universal; 2) que igualmente no puede hablarse de sucesión universal, en el caso de que es sólo usufructuaria, caso en que Justiniano pone én la misma línea, que aquel en que deviene propietaria" (nota 10, p. 40) (16) GAN'GI, /. legati nel diritto (ivile italiano, Vol. I, 2* ed. PadovS, 193.3',- p. 44; (15) VqL .III, quien expresa : "aún cuando reciba . • N9 15. . ' _ ^ _ (17) Las Siete Partidas del sabio rey D Alfonso IX, con las variantes de más in tereses y con las glosas del Licenciado, Gregorio LójDez, Ba.rcelona, 1843, t; III, p. 696. 105 — , "La No menos mujer expresivo al respecto, recibe la cuarta marital es a — Gutiérrez Fernández, titulo de alimentos" y quien dice: luego transcribe aceptando implícitamente, la siguiente jurisprudencia: "La cuarta parte de la ley 7a. tít. 13, part. 6a., señala a la viuda pobre de marido rico en los bienes que éste dejase, aunque tuviese hijos es en concepto de alimentos, que no tendría lugar si aquélla hubiese de lo suyo con que vivir bien y honestamente, por lo que se reputa como una deuda legal que debe satisfacerse con los bienes del marido" (18). Ni García Goyena (19), ni Manresa (20), se pronuncian " " " " " sobre la naturaleza de la cuarta marital, en cambio Sánchez Román (21) expresa: "en el derecho anterior tenía cierto carácter de legitima cir— " ciinstancial, la llamada cuarta marital. .", y se adhiere a la jurispruden cia, que cita Gutiérrez Fernández y que transcribimos supra. Interesante a " es también la opinión de Gastan (22), quien refiriéndose la quarta uxoria antecedente de la marital, expresa : "más bien que un de recho sucesorio propiamente dicho, fué una consecuencia de la deuda ali- mentida, 7. — y Sí Xa. vez Respecto un a }rectos de 1841, 1846 sucedáneo de la dote" . los antecedentes inmediatos, consagrados en los pro1853 y a la opinión sustentada por Bello, es pro y bable que constituyan la base más sólida en favor de la tesis que estamos analizando, pero que dista, igualmente de ser decisiva, por circunstancias que expondremos a continuación. En el primer proyecto publicado en 1841 se decía, en la disposición que correspondería al art. 1180 (concordante pero distinto, a nuestro art. 883, referente a la responsabilidad del porcionero por las deudas hereditarias) lo siguiente :' "El cónyuge sobreviviente, será considerado como legatario de las' especies que se le adjudiquen por cuenta de la porción conyugal; no será por lo tanto responsable de las deudas de la sucesión, sino de la manera luque lo son los legatarios; no tendrá derecho alguno a las ganancias o " " " " cros eventuales que acrecieren Esta a disposición mantuvo a la sucesión". en los pero fue defmitiva la redacción Proyectos dé 1846 entender substancialmente modificada nuestro (18) se GUTIERIiEZ FERNANDEZ, Códigos o en y 1853-, estudios fundamentales sobre el de recho civil español, Madrid, Í868, t. III, p. 630. (19) garcía GOYENA, Concordancias, motivos y comentarios del á " código civil es pañol, Madrid, 1852, apéndicei, 11, t. II, p. 369. "(20) MANRESA y NAVARRO, Comentarios al código civil español, Madrid, I92Í, t. V, p. 257 y t. VI p. 508, (21) SÁNCHEZ ROIMAN, Estudios de Derecho Civil, t. VI, Vol. 2, 2?- ed. Madrid,1910, p. 766 y 772. (22) GASTAN, J., La sucesión del cónyuge viudo y forales, Madrid, 1915, p. 27-28 nota 3. - el problema de las legislaciones — 106 del art. 1180, no obstante, según la autorizada opinión de Claro Solar, quien explica la redacción definitiva dada por la Comisión revisora, diciendo que se debió, a que la disposición primitiva no contemplaba los ca de imputación a una asignación a título unversal y a los gananciales. que para los autores del Cópuede concluir, dice el autor citado, no cuestión la era dudosa, que porción conyugal no constituía una digo asignación de herencia. Tal asignación establecida por la ley, que le ha dado el carácter de asignación forzosa, no es a título universal como lo ,' son generalmente las asignaciones legales. El legislador manifiesta que no le da este carácter, porque íntegra o complementariamente, la porción conyugal es sencillamente una asignación cantidad, una asignación de un determinado valor que corresponde a la suma que representa la cuarta parte del valor de los bienes de que hay que deducirla, no como asignación de parte alícuota, sino como una cantidad de pesos que deben sacarse para dejar el acervo líquido; o que se mide por e! valor de la legítima rigurosa de un hijo" (23). Y estos antecedentes, se robustecen, con las palabras del mensaje redac tado por Bello, con el que, el Presidente de la República, sometió al Con "Al cónyuge sobreviviente greso Chileno, el proyecto del Código Civil que carece de lo necesario, para su congrua sustentación, se le asegura una no corta porción en el patrimonio del difunto, al modo que se hace en la legislación que hoy rige, pero igualmente el viudo a la viuda. .", lo que significa según Cibils Hamilton (24) y Vaz Ferreira (25), que se mantuvo el carácter de legado legal de las antiguas legislaciones romana sos "Se — " " " " " " " " " " . . . . '■ " " . y de Partidas. Lo que no puede legal forzosa del ción no lo ción es en legal a estos cónyuge porcionero, el chileno, ni lo fué título universal a dudarse, frente o de en antecedentes, no es las Partidas ni herencia, pero ésto no en es que la asigna derecho, como las Novelas, una asigna en nuestro significa que sea un legado . 8. tim,o", —' — Hemos demostrado supra (N' 6) que la locución "legado extraña al lenguaje de los juristas romanos y a sus textos es legíléga es absolutamente desconocida por la doctrina española, consultada Bello por y por Narvaja, y fué creada por los autores germánicos, cuya influencia en la obra de Narvaja puede considerarse absolutamente nula. les; — Por otra parte, la opinión de Bello y las disposiciones de los pro yectos de 1841, 1846 y 1853, pueden servir para interpretar el art. 1180 del Código chileno, pero no para iluminar nuestro artículo 883 porque Nar— (23) (24) (25) CLARO SOLAR, Ob. dt. t. XV, p. 356 N? 1432. CIBILS HAMILTON, loe. cit. p. 201. VAZ FERREIRA, ?. Ob. cit. p. 152. „ 107 - va JA no tuvo en cuenta para nada aquellos antecedentes y sólo el Código Civil de Chile, habiendo además, nuestro codificador, introducido modifica ciones singulares en la redacción del art. 883, consagrando como principio general, la responsabilidad subsidiaria del cónyuge porcionero, (que es el inciso 3.' del art. 1180, con la supresión de: "en lo demás"), dejando en igual colocación el inciso 2'^ y pasando a tercer término el inciso 1' de la disposición chilena. Y es importante hacer resaltar que, dentro de nuestro tecnicismo legal, heredado de la tradición jurídica romana y española, el legado es un de la sucesión absolutamente extraño a la testamentaria, personaje típico y sucesión legítima. La sucesión o herencia, modo universal de adquirir (art. de la sucesión in 776) puede ser testada o intestada (art. 778 inc. P), testada y de las reglas relativas a ella, el legislador se ocupa en el tít. V del L' III (art. 778 inc. 4') en donde no es posible encontrar rastros ninguno que permita sostener que se ha consagrado la teoría del legado legal. — — —■ En cambio, en el tít. IV, de! L' III de la sucesión testamentaria, el co dificador estableció que la sucesión puede ser a título universal o de herencia y a título particular o de legado (art. 780), y que el testador, puede gravar con legados, tanto al heredero como al propio legatario (art. 905). Ahora, si ton de lo que de Vaz y porción, es un se quiere significar, en la posición de Cibils Hamil ea que el cónyuge por lo que perciba como a título particular, por oposición al sucesor univer Ferreira, sucesor sal, la posición está más cerca de la verdad. Si por sucesión en el sentido amplio de sub-cedere, se entiende el subentrar de una persona en el puesto de otra, o la sustitución de una persona por otra, como titular activo o pasivo de una relación de derecho, es eviden te que el cónyuge porcionero es un sucesor a título singular, pero no necesa riamente del causante, sino que normalmente, lo será de los herederos obli gados a pagar el valor que representa la porción conyugal. En otra oportunidad, ya tuvimos ocasión de expresar, fundándonos representativo de la doctrina italiana moderna (26), que no hay nominia absoluta entre legado y sucesión a título particular, como lo hay lo más cambio entre sucesión universal y herencia. No siempre el legado importa sucesión deuda, — o realización de un hecho del (tal el legado gravado), y cuando en sien de remisión de lo es, no siem constituye verdadera sucesión mortis causa, sino ínter vivos, como su cede en el legado de cosa ajena, cuando es válido (art. 908). La doctrina, admite, que puede existir sucesión particular mortis cau sa, fundada en la ley, y no en el testamento, como ocurre en el Código Civil pre — (26) De las mandas o legados, Montevideo, 1947, p. 53, N' 34. — Italiano, tite, que — el derecho de usufructo que se le con los hijos legítimos (27) con reconoce al cónyuge supérs . positivo si se quiere hablar de sucesión par debe emplearse (no cónyuge porcionero, legado) legítima con las aclaraciones con necesaria cautela la pertinentes y designación eviten incurrir en errores jurídicos de apreciación, sobre la naturaleza En cuanto que - concurre ticular esta 108 nuestro a derecho de del — del instituto. Puede hablarse de sucesión del particular legítima cónyuge porcionero, el sentido de que su vocación fundada en la ley, no comporta la calidad de sucesor universal o de heredero, pero debe observarse, que normalmente el en porcionero no es un auténtico sucesor legatarios, fuera del de especie cierta) ceder a La de su del causante, (al igual que todos los sino de los herederos que deben pro pago. forzosa asignación porción conyugal, es una de valor, la misma for asignación — cantidad de pesos que deben abonar los herederos, en que deben pagar las deudas hereditarias y los legados de cosas indeter minadas, y que se hacen propietarios de las sumas o valores con que son desinteresados por acto entre vivos y por el modo tradición. una ma No son sucesores del causante, sino de los herederos que cumplen con aquellas obligaciones. 9. Se invoca, para robustecer la tesis del legado legal las disposi ciones de los arts. 880 y 1010 del C. Civil, que se reputan inconciliables con la tesis del derecho creditorio, sostenida por Irureta Goyena (h). —^ Al respecto expresa Cibils Hamilton : "La tesis de que el cón acreedor tampoco puede ser consecuente consigo mismo, pues cae yuge es en conclusiones insostenible. Así Claro " de Solar verse (27); que y es el Dr. a pesar del talento con que la defienden Irureta Goyena (h), no puede menos difícilmente cordinable Cfr. GANGI, Ob. cit. N^ 15, con 880 C. el art. C. que dice: p. 52-53; POLACCO, Delle successioni, 2* Roma, 1937, t. I, p. 116; DEGNI, Successioni legittime, p. 134-138. Recuerda igualmente GANGI, que constituyen verdaderas sucesiones particulares le.gítimas, en el código germánico los derechos acordados por los arts. 1932 y 1969 y en el suizo, por los arts. 593., 360 y 362 (Ob. cit. p. 44 nota 3). En cambio, la doctrina española), sostiene que el cónyuge viudo que concurre como ed. Milán, - usufructuario dero y no — — en como Ob. cit. t. VI, p. la herencia de su difunto consorte, lo hace en calidad de verdadero here legatario (Cfr. SANOHEZ ROM.AN, Ob. cit. 556). En lo que respecta al derecho francés, p, 810; — MANRESA, cuando no concurre con los parientes, el cónplena propiedad, como sucesor irregular, pues no tiene saisine (art. 767), y cuando concurre co.mo usufructuario, es en la opinión de PLANIOL, Traite Elementaire, París, 1927, t. III, N'' 18q0-1871, un usufructuario universal, que recoge a título de heredero. puge recoge la heraicia en — — 109 El cónyuge podrá retener lo conyugal, abandonando los " " " " " " " " " comentando este art dice ~~ o se bienes o que posee otros le deba, la pedir o derechos". Claro porción Solar, "Por otra parte la opción a la porción conyuaportados al matrimonio, y la mitad de los gananciales habidos en la sociedad conyugal, al dar al cónyuge sobreviviente derecho indiscutido en la porción conyugal, no da a dicho so breviviente el carácter de heredero en la sucesión del otro cónyuge; pero lo hace comunero en la herencia con los demás herederos del cónyuge supérstite" (t. XIV, N" 1408, p. 314). Y agrega Cibils Hamilton : "De este modo, si el cónyuge opta gal, . : el abandono de los bienes con por abandonar sus bienes será comunero y de lo contrario acreedor. Puede tener uno u otro carácter según el derecho que ejerza, con lo que te- completamente diferentes para reglamenta el Código" (28) dremos dos caracteres " en de vez uno que la porción conyugal, . Ante todo, nos apresuramos don Luís Claro jurídico de a aclarar, Solar, en honor la que a la verdad y al talento transcripción que hace revela el pensamiento Cibils Hamilton, atribuyéndosela a aquél, no del mismo, sino que son fragmentos de los considerandos de una sentencia de casación de la Corte Suprema, del 10 de julio de 1929 (29) que fué pre cisamente criticada acerbamente, blicado la Rev. de Der. en y por Claro Solar, en un Jurisprudencia chilena, (30) y artículo pu luego en su evidencia los gruesos errores jurídicos precisamente pone de la sentencia, al pretender que existen comuneros a simple título de co Tratado donde muneros en (31). Además, la facultad de abandono se concilia perfectamente bien con cual quiera de las tesis en juego. Ella importa el abandono de los bienes propios para optar por la porción conyugal, y la naturaleza jurídica de ésta, como es evidente, permanece incambiada, ya la adquiera el cónyuge, haciendo o no uso de ese derecho excepcional . cónyuge, para ejercer la acción re forma del testamento, (art. 1010) en realidad sólo se concilia perfectamen te con la tesis de la naturaleza sucesoria de la porción conyugal, porque En cuanto a la facultad conferida al —' si bien un acreedor no tiene necesidad de reformar el testamento para cobrar lo que se le debe, es .evidente también, que ningún legatario puede estar asis tido de ese derecho exorbitante. Pero (28) (29) (30) (31) (32) como lo han demostrado, tanto Claro Solar (32) como CIBILS HAMILTON, Ob. cit. p. 202. Revista de Derecho y Jurisprudencia, t. 27, 2"*' parte, 1^ sec- p. 417. Revista de Derecho y Jurisprudencia, primera parte p. 75. CLARO SOLAR; Ob. cit., CLARO SOLAR, Ob. cit., t. XV, t. XV, N"? 1468, p. 343, nota p. 95; 550. y N<? 1429 p. 352 y ss. - lio - (h) (33), el ejercicio de la acción de reforma, por cónyuge porcionero, tiene razón de ser y se explica, cuando concu rre con los descendientes legítimos, porque entonces, gravando esa porción la parte legitimaria, y recibiendo el porcionero una cantidad de dinero, a la legítima rigorosa de un hijo, tiene interés en hacer reformar un igual testamento, que al vulnerar las legítimas, desconoció al mismo tiempo la porción conyugal. Irureta Goyena parte del — Pero en la hipótesis, de que fuera exacta la tesis del legado debe analizar sucesivamente, cuál es la naturaleza y objeto de legal, cuáles son los derechos que por tanto correspon este pretendido legado; den al porcionero-legatario legítimo, y si realmente su situación se encuentra 10. —• — se — mejorada por esa construcción técnica. ¿Cuál sería la naturaleza y objeto de este legado legal? No podría ser el legado parciario del derecho romano, trasplantando sin solución de continuidad, y asimismo sin proponérselo nuestro codificador y el chileno, por las siguientes razones : o no 1*) Porque si la institución testamentaria en una cuota o parte alícuo patrimonio, es en nuestra legislación, institución de heredero o a ti tulo universal, pues lo que importa es la substancia de la disposición y no el título otorgado por el testador, (arts. 856, 855, 1045, 1011, 870 y 857 C. C ) esa asignación debe con mayor razón, ser de herencia, cuando el lla mamiento lo hace directamente la ley. 2*) El legado parciario, importaba la institución en una cuota parte del patrimonio, sin el título de heredero, y en nuestro derecho es de recibo que la porción conyugal no importa asignación de cuota patrimonial (34) 3*) El legado parciario romano, no requería para nada en el instituído, la condición de pobreza que como requisito fundamental exige nuestro derecho positivo para que nazca el derecho a porción conyugal. 4*) Porque en nuestra legislación no militan las razones que existían entre los romanos, para la admisión y la difusión de la "partitio legata" (35). ta del . , . (33) (34) (35) redero y era directo, IRURETA GOYENA (h), Ob. cit. N"? 42, p. 87. IRURETA GOYENA (h), Ob. cif. N? 38, p. 78 y sig. La admisión del legado parciario se debe en Roma, a que externamente el he aquel instituido como tal en el testamento, con un llamado solemne imperativo en lengua latina (Titius heres esto) a la cabeza ,del testamento (heres instituitio capuit et fundamentum totius testamend) lo que traía como consecuencia que era here dero exclusivamente el instituido como tal {aun res certa), en cambio el llamado incluso, a la totalidad de la herencia o a una cuota de la misma, sin el título de heredero, era con est , siderado legatario. Su difusión se debió principalmente, como uno de los efectos de la ley Voconia que impidió a los ciudadanos de la primera clase, instituir herederas a las mujeres. — 111 — Porque aún en la hipótesis remota de que se pretendiera asimilar porcionero al legado de parte alícuota romano, en nada se vería fa vorecido aquél. Basta recordar, que dentro de la posición más aceptada por los romanistas, el legatario parciario, no tiene más que una acción personal para pedir la parte que le es atribuida en el testamento (adío ex- testamento), sobre .el conjunto de cosas de la herencia, a condición de sufrir en la misma proporción las disminuciones que resultan del pasivo; no es propietario de las cosas hereditarias, ni acreedor de los deudores la herencia, ni deudor de los acreedores de la misma; no aprovecha del derecho de acrecer, ni pue de ejercer la acción de petición de herencia, ni la familia ersiscundae, e in cluso se admite, que el heredero perseguido por la acción personal, puede pa garle en dinero o en bienes de la herencia de un valor igual al de la cosa legada (36) 5*) nuestro —■ . pretende VAZ FERREIRA (37) GANGI, es decir con derecho al residuo activo de una cuota, o en su defecto, un legado de alimentos ex presamente previsto en nuestro derecho positivo (art. 933) (38) Siendo así, estaríamos en presencia de un legado de cosas indetermina das o de género, es decir de aquella categoría de legados, que sólo está de11. un — Podría ser, legatum partitionis en en cambio, como el sentido que le da . Cfr. MAINZ, Curso de derecho romano, trad. esp., Madrid, 1888, t. III § 431 WINSCHEID, Ob. cit. § 662 p. 425. (37) VAZ FERREIRA, Ob. dt. p. 153. En cambio, el Dr. CIBILS HAMILTON, partidario de la tesis del legado legal, no se ha pronunciado, sobre cuál sería la naturaleza y objeto de ese legado, punto capital para deducir los derechos y ventajas que comportaría la condición de legatario. (38) VAZ FERREIRA, Ob. cit. p. 155. Pero este autor, luego de 'emitir su opi (36) p. 691 ; — — nión de que estaríamos presencia de un legatario de alimentos, agrega: "Ahora si se admitiera, como a veces se ha sostenido!, no sólo que la porción conynigal tiene carácter alimenticio, sino también que la obligación de pagar la porción conyugal después de la muerte .del causante es la misma obligación alimentaria que el causante tenía en vida respecto a su cónyuge y que pasó a los herederos con ciertas modificaciones; que el " derecho de viudo y viuda a pedir la porción conyugal, es el mismo derecho que antes de la muerte del cónyuge tenía a pedir alimentos; que el cónyuge que percibe porción conyugal no es heredero ni legatario, sino un acreedor del difunto, que al recibir la porción conyugal se cobra de los herederos el crédito .que contra el caulsante tenía por alimentos, " entonces el carácter alimenticio de la porción conyugal seria incompatible con la naturaleza que le hemos atribuido de legado" (p. 153). No alcanzamos a percibir, en qué sentido el legatario de alimentos, como legatario, estaría en mejor situación que el porcionero como acreedor de la suma que idebe pagarse sí se le considera una asignación alimenticia. Como lo expresamos en el texto, el cónyuge por cionero, aún cuando se le considere un legatario legal, está en la misma posición que cuan do se le considera un acreedor de los herederos, ejerciendo el derecho de reclamar alimen en " " " " " " " " — En amibos casos, sólo les asiste un derecho personal y por ende, tienen sólo abierta acción del mismo carácter, para hacer efectivo sus derechos. tos. una 112 — terminada por el género, pero que que debe satisfacerse el legado. — indeterminados los individuos son con legado de 100 Kl. de trigo, de 20 Its. de vino o de $ 10. OOO.oo cumplirse, entregando el género designado por el testador, exista o no la herencia (arts. 925 inc. 2° y 939 inc. 2") No puede existir duda, que, si el cónyuge porcionero, es legatario, lo El deben en es de de una cantidad o suma indeterminadas cosas o de dinero, y en tal supuesto, como todo sucesor sólo genéricamente designadas, no adquiere, en el momento de abrirse la sucesión, derecho real sobre cies sucesorias. En efecto: sóh en el al testador perteneciente puro y simple de el acto de su muerte, legado en cosa ninguna de las espe cierta y determinada, el lega adquiere ipso jure tario desde la apertura de la sucesión, derecho real de dominio sobre la es pecie legada (arts. 936 y 937), como adquieren también un derecho real, desde la muerte del causante, el legatario de usufructo de uso (art. 495 y 542), de habitación (art. 542 y (art. 636) cuando en propiedad .en ne Fuera de el derecho constituye se el momento de sobre bienes que e' testador tie muerte su (art. 496 inc. 2'), 495) y servidumbre (39) . todas las otras variedades de categorías, legados, es pecialmente en los legados de género o de cosas indeterminadas (como el le gado de suma de dinero o de alimentos) sólo nace en favor del legatario un derecho personal contra el gravado, un derecho "adrem", un derecho ten diente a obtener el pago del legado (arts. 936 y 938). Y dependiendo la naturaleza de la acción, del derecho que la engendra (arts. 472-73) sólo en favor del legatario de especie cierta y determinada, estas en . acción real para hacer valer sus derechos, en cambio en las otras variedades, sólo nace una acción personal contra el gravado para obtener el cumplimiento de la obligación que pesa sobre aquél. nace una Y de ahí otra consecuencia a determinada y el de sólo el legatario de especie cier derecho real de usufructo, uso, habita ción o servidumbre, constituido también sobre una especie determinada exis tente en el patrimonio del testador, en el acto de su muerte, adquieren sus derechos por el modo sucesión, pues todos los otros legatarios al estar asis ta y legatario apuntar : — un — tidos de cosas o un derecho valores con personal que No suceden mortis do con 12. el pago — renunciar (39) a contra el les causa gravado se hacen propietarios de las desinteresa, por el m^ódo tradición . al causante, sino suceden ínter vivo al grava . Cabe la se entonces preguntarse, ¿qué requisitos si porción conyugal, De las mandas o legados, p. se le considera tm son necesarios para leg-ado legal? 240 N'' 239 y los autores allí citados. 113 — — Es que tanto la aceptación co pacíficamente admitido en doctrina, repudio de los legados, como actos unilaterales de voluntad, se regu lan por las normas jurídicas generales que rigen la aceptación o renuncia de un derecho cualquiera, incluso la aceptación o repudio de la herencia, en cuan to no sean más que la aplicación especial de aquellas normas generales, y excluyendo, las disposiciones que por su alcance y naturaleza, sólo son apli mo - — el cables a la sucesión universal. ejemplo, las normas relativas al beneficio de inventario (arts. son inaplicables al legatario, que por ministerio de la ley sólo responde intra vires hereditates (arts. 905 y 1175). Tampoco puede aplicarse el art. 1075, relativo al repudio de la heren cia, porque importa una seria derogación al principio general de que no existen solemnidades especiales, para renunciar a un derecho creditorio, que como vimos, es el que le asiste al cónyuge porcionero, en el supuesto de que se le considerara un legatario (40) Sólo para el caso de que se renunciara a un legado de un derecho real sobre un inmueble, sería lícito exigir la escritura pública e inscripción, para la validez de la misma (41), derecho real que desde luego, repetimos no com pete a un pretendido legatario de suma de diniero o de un valor a determi narse mediante una doble liquidación : la del patrimonio hereditario y la del patrimonio del porcionero. Rigiéndose pues, por los mismos principios, que regulan el repudio de los legados de género o cantidad, la renuncia de la porción conyugal no está sujeta a ninguna solemnidad especial, pudiendo ser expresa o tácita, verbal o escrita, sin perjuicio de que se tenga presente, según el monto de la mis ma, lo dispuesta en el art. 1595 inc. 3'. Normalmente, bastará con un es crito" presentado al Juzgado, donde se tramite la sucesión Así por 1078 y ss.) . . _ 13. — En cuanto a las consecuencias beneficiosas, que derivarían de del legado como la aceptación,, no requieren formaUdades -particularmente las exigencias del art. 1075, no se le aplican al legatario, B AUDRYes uniyersalmente admitido : GANGI, Ob. cit. t. I, N"? 190, p. 317, nota 3 : LACANTINERIE-COLLIN, '.Des donations entre vifs et des testaments, W 2280;; STOLFI, Diritto civile. Diritto delle PLANIOL, Traite elementaire, t. III Nc 2731; LOSANA, Le successione testamentaire secano' el códice civile, successione, N^ 1587; \MACHADO, Exposición y comentado del Código civil argentino, Túrín, 1888, p. 375 ; (40) especiales, Que tanto la renuncia y que — — — — — 265. (41) Cfr. GANGI, Ob. cif. t. I ,p. 318. ,Se aplicarían analógicamente, los arts. 1664 nuestra legislación no existe una disposición como la del art. 1314 del C. C. y. 1619, pues en italiano de 1865, que obliga bajo pena de nulidad, a otorgar en acto público o por escritura la propiedad de los inmuebles, así como los que privada las convenciones 'que transfieran de los mismos, y la del art. 1932 que obligan a su transcripción. renuncia la impliquen t. X p. 114 - la tesis del legado legal, Dr. clusiones del " " " " " " " " " concuerda mejor librado al albur, gros que tienen no Cibils con las necesidades siempre en compartimos desde Hamilton, cuando cuenta las luego, 'optimistas dice: "También prácticas, pues no es la con que deja al cónyuge temible de la insolvencia de los herederos, peliprincipalmente los que defienden la posición del cónyuge heredero. Representaría por otra parte una verdadera injusticia exponerlo a verse privado de los bienes necesarios para su congrua sustentación, y obligarlo a entablar de inmediato acción contra sus propios hijos y no esperar un instante para la liquidación del patrimonio sucesorio, aunque así lo na" (42) requieran las circunstancias y llevar la sucesión a la rui- . compartii-nos el optimismo, del ilustrado Jurista, no porque no agrado, de que el cónyuge porcionero, estuviese garantido con un derecho real, para hacer efectiva su porción, pero esto sería, parodian do sus propias palabras, "si viéramos la ley del punto de vista de su reforma y no del de su interpretación", pues desde este enfoque, que es el que nos interesa, no podemos percibir en qué sentido el legatario, estaría en mejores condiciones que un acreedor para reclamar el pago de su legado. En muchos aspectos, la situación del legatario es igual a la de los acree dores, porque la ley al conferirle sólo un derecho personal y una acción per 'os ha asimilado a aquellos, hasta el ex sonal, para reclamar su legado, tremo de que se habla del pago de los legados (arts. 940, inc. 3' 890 apar tado 2", 1178, inc. 2') y de los acreedoras testamientcnrios (art. 1177), pero cuando establece una 'diferencia, es desde luego, en beneficio precisamente Y no viéramos con — — de los acreedores. fuese simplemente un legatario, sería prefe (art. 1178) le alcanzaría las disposiciones sobre indignidad (arts 842 y ss ) e incluso en ciertos supuestos especialísimos (arts. 825 y 840) las incapacidades relativas, cuando el causante, cum pliese testamentariamente, con la obligación de proveer a la congrua susten tación del cónyuge, etc., etc. Si el rido en cónyuge porcioniero el pago, a los acreedores . . 14. — CONCLUSIONES demos extraer las siguientes — . De lo expuesto conclusiones definitivas precedentemente po : 1') Sólo dentro de la tesis, que considera la porción conyugal, una asignación a título universal o de herencia, se debe exigir para su rep-udio, el requisito de la escritura pública (art. 1075). 2*) (42) Que ya se considere la porción conyugal, CIBILS HAMILTON, loe. cit. p. 203. un derecho- creditorio — existente 115 la vida del causante, y que herederos, o se le asimile — proyectó con ciertas modificacio legado legal de un valor a de el porcionero terminarse, o del importe líquido de cuota o de alimentos, nunca está asistido de derecho real sobre ninguna de las especies sucesorias y sólo tiene un derecho personal contra el gravado o los gravados, para re clamar lo que se le debe, en cuyo caso no puede exigirse una solemnidad no prevista en la ley. nes, sobre en sus se a un — 3') Que la tesis del legado legal, que recurre a la conjunción de dos palabras, absolutamente extrañas a los textos y juristas romanos, descono cida por la terminología jurídica española, y contraria a la técnica que informa nuestro derecho positivo, lejos de ser beneficiosa para el cónyuge porcionero, en muchos aspectos, lo coloca en una situación de inferioridad — — con respecto a los acreedores hereditarios.