BASES TÉCNICAS SISTEMA DE PROTECCIÓN Y CUIDADO RESIDENCIAL ESPECIAL LÍNEA DE ACCIÓN CENTROS RESIDENCIALES Y LÍNEA PROGRAMAS MODALIDAD RESIDENCIAS ESPECIALIZADAS DE PROTECCIÓN - RPECON PROGRAMA DE PROTECCIÓN ESPECIALIZADO DE INTERVENCIÓN RESIDENCIAL - PRE – ADOSADO Y PROGRAMA DE PROTECCIÓN ESPECIAL – PPE - ADOSADO PROYECTO PILOTO DEPARTAMENTO DE PROTECCIÓN Y RESTITUCIÓN DE DERECHOS SERVICIO NACIONAL DE MENORES Junio 2016 INDICE I Presentación 02 II Antecedentes 03 III Objetivos 05 IV Sujeto de Atención 06 V Ingreso y Acceso 06 VI Permanencia 06 VII Cobertura y focalización territorial 08 VIII Metas o Logros Esperados 08 IX Enfoques transversales y Principios que deben orientar el diseño de intervención 08 X Bases diseño metodológico 13 XI Equipo de Trabajo 24 XII Registros 29 XIII Monitoreo, Evaluación y Sistematización del Programa 29 XIV Infraestructura y Equipamiento 31 XV Sobre el Presupuesto 32 1 I. Presentación El presente documento tiene por objeto definir los lineamientos y requerimientos técnicos para el funcionamiento de la modalidad denominada Residencia Especializada de Protección correspondiente a la línea de acción Centros Residenciales, complementada con un Programa de Protección Especializado de intervención Residencial, y un Programa de Protección Especial, denominada en su conjunto RPE PRE PPE, bajo el contexto normativo de la Ley 20.032, del año 2005, que establece el sistema de atención a la niñez y adolescencia a través de la red de Organismos Colaboradores Acreditados del SENAME, y su régimen de subvención. Para la postulación en los concursos públicos de proyectos de esta modalidad a los que convoque SENAME, los Organismos Colaboradores Acreditados, deberán presentar una propuesta que integre los Programas y la Modalidad Residencial, en un solo proyecto de funcionamiento1; sin embargo, en el área financiera, deberá presentar cuadros presupuestarios separados, es decir, cuadro presupuestario de los Programas y cuadro presupuestario para la Residencia, debido a que les corresponden distintos montos de subvención, según la normativa vigente. Bajo el paradigma de la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), que orienta el desarrollo programático de SENAME, las presentes Orientaciones Técnicas adhieren a los Principios Rectores allí señalados -artículos 2 y 3-, considerando el respeto a los Derechos y Garantías fundamentales de protección universal para la niñez y adolescencia, y de protección especial, cuando sus derechos han sido vulnerados, considerando primordialmente su Interés Superior. Asimismo, este Servicio reconoce a las Directrices de las Naciones Unidas sobre las Modalidades Alternativas de Cuidado de los Niños y su Guía de Estándares para Operadores Sociales (UNICEF, 2011) como pautas dirigidas a garantizar la protección y el bienestar de los niños, niñas y adolescentes separados transitoriamente de su familia de origen, ante graves vulneraciones de sus derechos y dificultades de la familia para cumplir con las responsabilidades de cuidado y efectiva protección de éstos. Así también, es posible señalar que la actual Política de Niñez y Adolescencia, periodo 2015-2025, constituye un instrumento guía para el diseño y desarrollo de las políticas públicas en este ámbito. Destaca como una de las orientaciones prioritarias del Área Estratégica “Familia y Comunidad”, el quehacer dirigido a “avanzar en la provisión de cuidados bajo condiciones de vida familiar para niñas, niños y adolescentes que, por situaciones de graves vulneraciones de derechos, deben ser separados de su familia de origen.” Existe un grupo de niños, niñas y adolescentes para los cuales las respuestas de atención que se han dispuesto desde diversos sectores del Estado no han sido suficientes, se trata de población infantoadolescente que ha sido víctima de múltiples experiencias de vulneraciones de derechos a temprana edad y que por lo mismo, presentan un importante daño biopsicosocial, donde los diseños o modelos de intervención no han sido suficientes para la protección y restitución de sus derechos, de modo que puedan integrar dicha experiencia traumática y desarrollarse en un contexto familiar y comunitario que les brinde protección y cuidado permanente. 1 Los postulantes deberán presentar sus propuestas en el respectivo Formulario de Presentación de Proyectos, considerando los procedimientos y plazos establecidos en las Bases Administrativas de Licitación. Ambos documentos han sido publicados en el sitio web de Sename, www.sename.cl, junto a las presentes Orientaciones y respectivas Bases Técnicas. 2 Lo anterior, presenta un interesante desafío para profesionales y técnicos que se encuentran comprometidos con el bienestar de la población infanto-adolescente y para los organismos o servicios del Estado que deben asumir el cuidado y protección de la infancia. Por lo mismo, el Servicio Nacional de Menores ha resuelto implementar programas piloto, de modo que dicha experiencia de trabajo contribuya a responder a las necesidades de atención especializada que las diversas región del país requieren, por no contar con oferentes interesados en la ejecución de un modelo residencial que no cuente con mayores recursos para entregar prestaciones de mayor amplitud a los niños, niñas y adolescentes que deben ser atendidos por múltiples experiencias traumáticas tempranas, situación que ha incrementado el daño en el curso de su desarrollo evolutivo, y que ha repercutido en severos trastornos conductuales. En el entendido que se trata de un intento nuevo por aproximarse a la posibilidad de reparar y restituir los derechos vulnerados de esta población, se ha resuelto que la misma tenga carácter de piloto y se desarrolle en el marco de una investigación-acción, de modo que junto con el trabajo directo con el niño y su familia, se pueda ir evaluando, sistematizando y modificando cada uno de los componentes del proceso de intervención. Para ello, se ha dispuesto crear un Sistema de Protección y Cuidado Residencial Especial, el que estará conformado por una residencia especializada (RPE), un programa de intervención residencial (PRE) y un programa de protección especial (PPE), en los cuales se han establecido protocolos de intervención que deben ser respetados. Es decir, se trata de un sistema que articula en un mismo diseño general la intervención de tres equipos, los cuales, podrán aparecer administrativamente separados, pero en términos de intervención será concebido como un diseño único e integrado. Junto con lo anterior, será parte del proceso de implementación como de ejecución de la propuesta el disponer de un sistema de asesoría y monitoreo desde Sename, el que podrá contar con apoyo externo, de manera de acompañar desde su inicio la puesta en marcha de la iniciativa, siendo las instancias de capacitación del personal uno de los propósitos nucleares para avanzar a comprensiones compartidas del diseño y sobre todo, en el logro de los objetivos del mismo. II. Antecedentes El ingreso de un niño, niña o adolescente a una residencia representa la última alternativa que posee el sistema de protección, para interrumpir la situación de vulneración, otorgar los cuidados y prestaciones acordes a sus necesidades y desarrollar un proceso de intervención que contribuye a la restitución de los derechos vulnerados. Así también, se da lugar a la formulación de un plan específico de trabajo con cada niño, niña o adolescente y con sus progenitores o familiares extensos, o bien, con adulto no familiar relacionado, dirigido a la resignificación de las vulneraciones y reinserción a la vida familiar protectora y estable. SENAME atiende cada año a más de 15.000 niños, niñas y adolescentes separados transitoriamente de su entorno familiar y comunitario por una medida de protección judicial, que indica el ingreso a la modalidad residencial del sistema de cuidado alternativo (residencias y programas de familias de acogida), ante graves vulneraciones de derechos. Las principales causales de ingreso al sistema de cuidado alternativo darían cuenta de debilidad o baja competencia parental presente en el adulto que ejercía el rol de cuidado y crianza del niño o niña. Las causales de ingreso asociadas a la debilidad de dicha competencia son la negligencia 3 (23,8%), la inhabilidad de uno o ambos padres (18,5%), además de otras vulneraciones como peligro material o moral (9%), maltrato, abuso sexual, violación (3,8%).2 En las modalidades residenciales vigentes hasta el año 2015, la principal causa de ingreso para la población atendida en las Residencias Especializadas, no resulta específica, en tanto se consigna en Senainfo como “protección según orden del tribunal” (27%), seguida por “interacción conflictiva con los padres o adultos a cargo” (14%) e “inhabilidad de uno o ambos padres” (13%). Mientras que en las Residencias Especializadas, sin Programa adosado, la primera causal de ingreso es “víctima de negligencia” (24%), “niño o niña de la calle” (15%) y “protección según orden del tribunal” (11%).3 Esta información se referencia en función que el sujeto de atención de las residencias especializadas actualmente vigentes, es el más aproximado al sujeto de atención de la presente modalidad residencia, que tiene carácter de experiencia piloto. VIGENTES EN RESIDENCIAS AL 31-12-2015 Y 30-04-2016 31-12-2015 Región 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 Total general 30-04-2016 PROTECCIÓN DE DERECHOS Y PRIMERA INFANCIA ADOPCIÓN 16 53 69 129 176 125 220 1162 354 766 1374 526 548 18 92 2510 211 109 8320 Total 2015 129 176 125 220 1162 354 766 1390 526 548 18 92 2563 211 109 8389 PROTECCIÓN DE DERECHOS Y PRIMERA INFANCIA ADOPCIÓN 12 57 69 138 173 167 256 1104 339 777 1413 537 547 15 77 2550 192 116 8401 Total 2016 138 173 167 256 1104 339 777 1425 537 547 15 77 2607 192 116 8470 Cabe hacer mención a una evaluación realizada por Sename sobre la modalidad de atención Residencias Especializadas con Programa de Intervención (RSP-PER). 4 (En base a un universo de 500 niños, niñas y adolescentes, vigentes en trece regiones del país), a través de la cual es posible 2 Base de Datos Senainfo, niños, niñas y adolescentes atendidos durante el año 2014. Información registrada por los proyectos como primera causal de ingreso. 3 Base de Datos Senainfo, niños, niñas y adolescentes atendidos durante el año 2014. 4 Sename/ Unidad de Estudios. Julio 2012 4 delimitar que el problema que demanda atención y determina el ingreso a esta modalidad residencial, obedece a un fenómeno con muchas variables. Éstas, asociadas a la vulnerabilidad de adolescentes que con mayor frecuencia presentan conductas disruptivas, pues a la base de la medida de protección residencial, existen situaciones de calle, drogadicción, explotación sexual y conductas trasgresoras de ley. Junto a ello, se aprecia que el promedio de edad fluctúa entre 14 y 17 años; es decir, son jóvenes que están en plena etapa de la adolescencia, con dificultades en cuanto al soporte parental, pues alrededor del 11% no cuenta con grupo familiar o existe evidente descuido negligente de parte de los adultos. Otras de las principales características de estos adolescentes y sus contextos de vida, se refiere a que: 80% consume drogas. 32% asiste a la escuela en forma interrumpida, no asiste o desertó y el 39% presenta 2 o más años de retraso pedagógico. Entre un 80% y 69% de adolescentes egresa sin cumplir el Plan de Intervención Individual y el 48% permaneció sólo hasta 3 meses en la residencia. Con dichos antecedentes, es factible de desprender que estamos frente a un grupo objetivo víctima de desprotección severa, que presenta evidentes factores de riesgo personal y social con conductas difíciles de manejar sólo desde un entorno residencial, pues está cruzado con otros factores que requieren de las garantías de participación y expertiz en salud (drogas y alcohol) y de reparación en maltrato grave, calle o conductas disociales. SENAME enfatiza el mejoramiento de los diversos modelos de atención, con la perspectiva de la coresponsabilidad de garantizar los derechos de la niñez. De acuerdo a ello, este proyecto piloto, permitirá un funcionamiento coordinado y respuestas más oportunas y eficaces a las necesidades de los niños, niñas, adolescentes y sus familias, en particular hacia los grupos que hoy ven coartado el pleno ejercicio de sus derechos y el acceso a prestaciones focalizadas y especializadas, por situaciones de exclusión o vulnerabilidad social. En consideración a todos los anteriores antecedentes, es que se torna pertinente la existencia de una modalidad residencial especializada de adolescentes, que trabaje integralmente y en coresponsabilidad con otros programas de SENAME y soportes de la red comunitaria. III. Objetivos Objetivo General: Contribuir a la restitución de derechos de niños, niñas y adolescentes gravemente vulnerados, mediante una intervención residencial transitoria, desarrollada bajo estándares mínimos de calidad5. Objetivos específicos: 1. Asegurar calidad de vida para la satisfacción de las necesidades básicas y bienestar integral de los niños, niñas y adolescentes en la residencia. 2. Realizar acciones para la resignificación de experiencias asociadas a las graves vulneraciones de derechos de las cuales ha sido víctima el niño, niña o adolescente, que llevaron a su ingreso al sistema residencial de protección, de manera directa o en 5 Estándares mínimos de calidad para la atención residencial. DEPRODE, SENAME 2013. 5 coordinación con la red local. 3. Contribuir al proceso reparatorio individual por medio de la implementación de medidas judiciales en el ámbito proteccional y/o penal, de salud mental y de desarrollo de habilidades prosociales y de autocuidado. 4. Desarrollar intervenciones con las familias o adultos relacionados o de referencia de los niños, niñas o adolescentes, ya sea de manera directa o en coordinación con la red local, dirigidas al fortalecimiento de las competencias parentales y posterior reunificación familiar en un contexto familiar protector6. 5. Preparar para la vida independiente a adolescentes y jóvenes7 sin posibilidad de reinserción familiar. IV. Sujeto de Atención El sujeto de atención de este sistema de protección y cuidado especial son niñas y/o niños y/o adolescentes entre 12 y 17 años, 11 meses y 29 días de edad, que presentan situaciones de grave vulneración de derechos y que requieren intervención especializada a nivel de su desarrollo biopsicosocial, que se ve afectado por los efectos de tales vulneraciones. La definición específica del sujeto de atención en cuanto al sexo, estará determinada por las necesidades particulares de cada región. Algunas de las situaciones de vulneración de derechos y problemáticas comprendidas son el maltrato grave sistemático, explotación sexual comercial, situación de calle, consumo problemático de alcohol y droga, entre otras, lo que se traduce en conductas de riesgo y vulnerabilidad ante nuevas situaciones que pueden cronificar las vulneraciones de derechos. Si bien la niña, el niño o adolescente se configura como el sujeto de atención directo, la existencia de una figura protectora a nivel familiar o quienes puedan asumir dicho rol protector para el proceso de reinserción familiar, acompañamiento o egreso, también se constituyen en sujetos de intervención. V. Ingreso o Acceso El 100% de las niñas, niños o adolescentes que ingresen al centro residencial deberá hacerlo con orden del Tribunal de Familia respectivo8. Sin perjuicio de ello, en la eventualidad que se requiera el ingreso de una niña, niño o adolescente por razones de urgencia y ésta no cuente con orden de Tribunal de Familia, se deberá solicitar la misma a la autoridad judicial al día siguiente hábil. VI. Permanencia En el entendido que la decisión de separar a una niña, niño o adolescente de su familia es una medida de último recurso para brindarle protección, su permanencia en el sistema residencial 6 La reunificación debe realizarse en un “contexto familiar protector”, es decir en un grupo familiar conformado por la familia biológica de los niños/as o adolescentes o por adultos responsables con los cuales la residencia realizó procesos de intervención familiar destinados a la evaluación y fortalecimiento de sus competencias parentales. Considera también a la familia adoptiva. 7 El concepto de “jóvenes” se incorpora en atención a la posibilidad –en casos específicos, cuyo interés superior así lo indique- de permanencia en la residencia hasta la edad de 24 años, si se encuentran en preparación a la vida independiente, realizando estudios técnicos, profesionales o de capacitación en oficios. El período de adolescencia refiere a las edades entre 14 y 18 años. 8 Ley 20.032, Art. 19: “En las residencias sólo se podrán acoger niños, niñas o adolescentes por disposición de la autoridad judicial.” 6 deberá tender a ser el más breve posible, en razón de su estabilidad emocional, pudiéndose ir avanzando progresivamente a mayores tiempos de intervención de forma ambulatoria. Sin perjuicio de ello, el equipo deberá establecer un tiempo de intervención global para cada niña, niño o adolescente procurando que el mismo no supere lo establecido en la norma judicial respecto de la permanencia en la residencia; es decir, inicialmente 6 meses, con posibilidad de incrementar dicha permanencia por otro periodo equivalente, lo cual deber ser debidamente fundado. Sin perjuicio de ello, se deberá ir fundando trimestralmente la permanencia de cada niña, niño o adolescente en el centro residencial. Se debe tener presente que quien determina dicha permanencia es el Tribunal de Familia respectivo, por lo cual, se deberán establecer todas las coordinaciones que corresponda para avanzar en la mejor alternativa de protección y cuidado para cada niña, niño o adolescente. INGRESO, ACOGIDA Y DIAGNÓSTICO PSICOSOCIAL (Primer mes) Se entregan al Tribunal de Familia Informes de Avance (o de Permanencia), el que se debe enviar cada tres meses y PII actualizados. INTERVENCION PSICO-SOCIAL (Hasta noveno mes) Se entrega al Tribunal de Familia Informe de solicitud de pre egreso, proponiendo revinculación familiar con pernoctación. Se entrega al Tribunal de Familia Informe de resultados (evaluación ex post), y de ser favorable, Informe de solicitud de egreso PRE – EGRESO (3 meses) EGRESO (2 semanas) El Acercamiento familiar no corresponde a una fase, es un proceso que se inicia desde el ingreso y termina con el egreso Se entrega al Tribunal de Familia Informe de Diagnóstico Psicosocial y Plan de Intervención Individual. 7 VII. Cobertura y focalización territorial La cobertura máxima del centro residencial y su localización geográfica se encuentran definidos en el Anexo Nº 1. VIII. Metas o logros esperados Dado el carácter piloto de la propuesta y en el entendido que por lo mismo, no existen antecedentes que permitan establecer a priori expectativas de logro cuantitativo, se ha estimado que como producto de la intervención, se deberá establecer la línea base para futuras iniciativas de este tipo. Sin perjuicio de lo anterior, se deberán cumplir los siguientes resultados con la intervención: La situación de vulneración de derechos ha sido efectivamente interrumpida y se han implementado acciones que impiden su repetición. La niña, el niño y/o adolescente ha incorporado un estilo vincular que le permite relacionarse socialmente de forma adecuada y significar su experiencia traumática de forma resiliente. La niña, el niño y/o adolescente se encuentra vinculados a una figura adulta protectora y viviendo en un contexto familiar. O bien, la niña, el niño y/o adolescente se encuentra realizando un proyecto para la vida independiente. IX. Enfoques transversales y Principios que deben orientar el diseño de intervención Interés Superior del Niño. Según este principio, ninguna de las medidas, acciones o acuerdos que adopten las instituciones públicas o privadas, los padres o alguna instancia administrativa, pueden estar por encima de los derechos consagrados en la Convención sobre los Derechos del Niño. En términos operacionales, lo anterior se refiere a que se debe cuidar que las decisiones judiciales, las acciones técnicas y/o la participación de terceros, desde la familia a la comunidad, estén siempre subordinadas a la protección integral de la niña, el niño y/ o adolescente. Comprensión de la Singularidad de la niña, el niño y/o adolescente. La comprensión de los niños como sujeto activo, exige necesariamente que el diseño de intervención se construya desde la singularidad de cada niña, es decir, el diseño y funcionamiento del sistema de protección y cuidado, deberá considerar a la niña desde su historia, características, necesidades y potencialidades, al momento de establecer las estrategias o acciones específicas del proceso de intervención; es decir, se debe considerar a la niña, el niño y/o adolescente como un sujeto integral y en desarrollo, cuya situación está ligada a su historia, pero que su futuro y horizonte están relacionados con sus potencialidades. En términos operativos, ello significa, por ejemplo, que el diseño deberá contemplar la deserción de las niñas y los niños como parte del proceso de intervención y por lo mismo, no podrá desligarse de la misma, sino que generar los mecanismos necesarios y posibles para continuar con su protección y reingreso al proceso de intervención. Participación de la niña, el niño y/o adolescente en la solución de sus problemas. El proceso de intervención que se llevará a cabo con la niña, el niño y/o adolescente debe, además de respetar su singularidad, permitir su participación en las acciones y decisiones orientadas a dar solución a sus problemas. Sin embargo, esto último se deberá entender como la posibilidad de que la niña, el niño o adolescente sea protagonista de su propio proceso de desarrollo e integración social, lo 8 que no se debe confundir con el carácter de autoridad que debe asumir el equipo respecto de su tratamiento en la toma de decisiones. Participación de la figura adulta protectora del ámbito familiar o comunitario en el proceso de intervención. Desde el enfoque que funda el sistema de protección y cuidado, el rol que le cabe a la persona adulta que asuma o llegue a asumir el cuidado y protección de la niña y el niño es vital en dicho proceso, sobre todo, si uno de los propósitos es la integración de la niña, el niño y/o adolescente en un contexto familiar y comunitario estable. Como se podrá observar, el presente principio no hace referencia en primer lugar a la “familia” o “los padres”, sino que a la figura protectora como agente relevante a considerar en el proceso de intervención, la cual se puede encontrar en el ámbito familiar, pero también, en la comunidad. Ello se explica por la realidad cierta y concreta de que las niñas y los niños que serán sujeto de atención del sistema de protección y cuidado provienen de una experiencia familiar y parental, donde los adultos a cargo no han podido o no han sido capaces de brindarles la protección debida, cuestión estudiada profundamente empírica y científicamente9. Por tanto, aunque no se niega el rol relevante de la familia y los padres, en el proceso de intervención que se llevará a cabo, el principio que la regulará la participación de los mismos, será la evaluación de su capacidad protectora. El Enfoque de género permite analizar las diferencias entre hombres y mujeres, distinguiendo las características biológicas de aquellas que son construidas socioculturalmente. Al develar las desigualdades e injusticias en las relaciones entre los sexos, es posible reconocer y proponer cambios en todos los niveles de la vida en común, es decir, desde lo personal hasta lo más general, para construir la igualdad de derechos y avanzar en establecer la equidad. La aplicación del enfoque de género, buscará develar y cuestionar prejuicios y estereotipos que pudieran estar presentes e incidir negativamente en la toma de decisiones, particularmente en la instancia de cuidado alternativo, los Tribunales de Familia, o en la misma residencia. El enfoque de interculturalidad hace referencia a la relación e intercambio entre distintas culturas con el mutuo enriquecimiento de quienes comparten y coparticipan en una relación horizontal, respetándose mutuamente sus historias y saberes, lo que va más allá de la multiculturalidad asociada a la presencia de varias culturas sin relación y profundización entre ellas.10 Por tanto, las intervenciones con perspectiva intercultural deben diseñarse y ejecutarse con el reconocimiento de la identidad cultural de niños/as y adolescentes, sus particulares vivencias individuales, familiares y sociales, sus trayectorias, la pérdida de vínculos y personas significativas, la integración a nuevos territorios y contextos. La residencia debe considerar el enfoque intercultural para promover y facilitar la integración social de los niños, niñas y adolescentes inmigrantes o pertenecientes a pueblos originarios y contribuir a un ejercicio efectivo de sus derechos, respetando su identidad, cosmovisión y diferencias culturales. El enfoque inclusivo de discapacidad. De acuerdo a los compromisos adquiridos por el Estado chileno, al ratificar la Convención sobre los Derechos del Niño y la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, ratificada por Chile en agosto del 2008, toda entidad pública abocada a la protección de derechos de la niñez y la adolescencia ha de tener incorporada la mirada de las necesidades especiales de atención que puede presentar este grupo durante su proceso de desarrollo. 9 Ainsworth, 1978; Bowlby, 1988; Crittenden, 1994;Cassidy & Shaver, 1999, 2008; Lecannelier,2009. Hidalgo, V. (2005). “Cultura, Multiculturalidad, Interculturalidad y Transculturalidad: Evolución de un Término”, En Revista Universitas Tarraconensis, Revista de Ciencias de la Educación. , Nº 1, 2005, págs. 75-85 España. 10 9 En efecto, las necesidades especiales -ya sean de carácter transitorio o permanente- deben ser entendidas tal como las define la Convención sobre la Discapacidad, es decir como “aquellas necesidades especiales (físicas, mentales, intelectuales, sensoriales) que al interactuar con diversas barreras y actitudes del entorno impiden la participación plena y efectiva en la sociedad en igualdad de condiciones con los demás” (Preámbulo, inciso e). Este enfoque enfatiza la necesidad de visibilizar a las personas con discapacidad como ciudadanos/as, superando la noción de problema de salud y rehabilitación, para connotar el desafío de lograr la equidad social para este grupo minoritario de la población, en tanto la responsabilidad de la inclusión ya no es sólo del sujeto, si no de la comunidad que debe proporcionarle los apoyos, recursos, ayudas técnicas, adecuaciones y ajustes necesarios, para el desarrollo de su vida y ejercicio de sus derechos. La residencia deberá realizar acciones para gestionar la entrega de una rehabilitación de calidad al niño/a o adolescente que presente algún tipo de discapacidad. También, que sean especialmente protegidos contra todo tipo de explotación, abuso o situación de vulneración, en tanto se reconoce que este grupo se encuentra más expuesto a ser víctima de vulneraciones de distinto orden. Trabajo de redes (intersectorialidad y circuito de protección especial). En el contexto de la co-responsabilidad de garantizar los derechos de la niñez y adolescencia que le compete a la sociedad en general y en particular al Estado, a través de las instituciones públicas, las residencias para mayores (REM) deben desarrollar intervenciones integradas dirigidas a interrumpir las vulneraciones y restablecer derechos, mediante un accionar coordinado en el espacio local con los servicios y prestaciones de la política pública, como también con el circuito de protección especial correspondiente a la oferta programática de SENAME. 10 La residencia deberá desarrollar y sostener interacciones sistemáticas con las instancias encargadas de concretar el acceso a las prestaciones de protección universal para los niños, niñas y adolescentes y sus familias o adultos relacionados. En el sector Salud, la residencia debe gestionar y concretar el acceso a atención de salud primaria y especializada (física y mental) y a las garantías que ofrece el Sistema de Protección Integral a la Infancia Chile Crece Contigo, cuando se trate de niños/as menores de 04 años, en tanto la residencia tiene la obligación de garantizar la atención de salud de toda la población atendida, y velar por el cumplimiento de controles periódicos y tratamientos médicos especializados de acuerdo a la edad y estado de salud. En Educación, se debe tramitar la matrícula en establecimientos y otras gestiones que favorezcan la reinserción y/o estabilidad y logros esperados en el sistema escolar, tales como beca de alimentación, nivelación, evaluación diferenciada, exámenes libres, traslados durante el año, transporte, y otras. Lo anterior, según edad, características y necesidades de la población atendida. La residencia deberá realizar también gestiones para lograr el acceso y desarrollo de las atenciones requeridas en programas locales implementados por SENDA, en situaciones de consumo experimental de drogas y alcohol, sin perjuicio de las atenciones de salud que correspondan en el sistema de atención primaria. De acuerdo al diagnóstico de cada caso y los objetivos, resultados esperados y estrategias de los respectivos planes de intervención, la residencia activará las redes locales del intersector y de protección especial para concretar las prestaciones y beneficios necesarios para los niños, niñas, adolescentes y sus familias o adultos relacionados participantes en el proceso de restitución de derechos. En este trabajo en redes se tendrá presente el ejercicio del derecho consagrado en el artículo 18 de la Convención sobre los Derechos del Niño, relacionado con el deber del Estado de brindar a padres y madres la asistencia necesaria en el desempeño de sus funciones; como también lo establecido en el artículo 26, que dice relación con el derecho de todo niño y niña a beneficiarse de la seguridad social. Para ello, la residencia gestionará los soportes en el espacio local disponibles para las familias vulnerables, a través de los Municipios correspondientes, de forma que accedan a oportunidades de empleo, vivienda y otros subsidios acorde a sus necesidades. Conjuntamente y cuando se requiera, la residencia deberá desarrollar un trabajo complementario con los programas especializados del territorio, para el buen desarrollo de los procesos reparatorios de los niños, niñas y adolescentes y para contribuir al fortalecimiento de las competencias parentales de los adultos de la familia de procedencia. El trabajo multidisciplinario e interdisciplinario, atendida las características del trauma complejo del desarrollo que presenta este tipo de niñas, niños o adolescentes, sus dificultades con el vínculo, su manera de significar y regular la experiencia de abandono, maltrato y explotación sexual de la que han sido víctimas, entre otros, exige, por una parte, que el equipo de trabajo este conformado multidisciplinariamente y por otra, que dicho equipo cuente con el esfuerzo colaborativo de todos sus miembros a nivel profesional, técnico, administrativo y de servicio; es decir, actuar interdisciplinariamente, donde cada persona desde su particular posición y rol al interior del centro, deberá aportar al sistema de cuidado y protección que requieren los niños/as y adolescentes atendidos en el Programa. 11 Lo anterior significa, que este diseño de intervención comprende que las explicaciones unicausales o reduccionistas sobre la dinámica compleja infantil deben ser modificadas por una visión multinivel (biológico, individual, relacional, social y cultural) y multiproceso (conducta, afectos, cognición, lenguaje, apego), bajo múltiples trayectorias del desarrollo (Ascanio, L; Flores F; Hoffmann M y Lecannelier, 2008). De ahí, que el setting como proceso de cambio da paso a la posibilidad de que en todos los contextos vitales de la niña, el niño o adolescente (a nivel familiar, comunitario y en este caso, en el propio centro residencial) pueden generar verdaderas posibilidades de cambio de la niña, el niño o adolescente (Cunningham, Bremner, & Boyle 1995; Olds, Henderson, & Kitzman, 1994; Smith et al., 2004). Una visión multinivel y multiproceso de la situación de complejidad en que se encuentra una niña, un niño o un adolescente, obliga a los operadores del sistema de protección y cuidado a comprender que el proceso de intervención debe adaptarse a la niña y su contexto, y no viceversa. Es decir, la posición del experto que dispone de un modelo o enfoque explicativo a priori, donde su lógica es que las técnicas y estrategias que propone son correctas y funcionan ante múltiples problemáticas que presenta la niña o el niño, y de no ser así, entonces, es dicha niña o niño el que no se ajusta a dicho modelo. Sin embargo, desde el enfoque que promueve este diseño, dicha lógica no tiene cabida; pues la diversidad y complejidad de la psicopatología infantil que generan las situaciones de vulneración de derechos y el reconocer que cada persona se representa a si misma dicha experiencia desde su propia singularidad, es que carece de sentido sostener que un set limitado de estrategias funcione para un amplio abanico de problemas (Arciero G., 2005 y Lecannelier F., 2008). Por tanto, el sistema de cuidado y protección propuesto, postula que la mejor estrategia de cambio de la niña, el niño o adolescente es aquella donde se interviene interdisciplinariamente para adaptarse de la mejor manera a la particularidad de su problemática, edad, nivel de funcionamiento y cultura, independiente de si las estrategias o técnicas para lograr dicho propósito pertenecen o no al enfoque al que los operadores en forma particular adscriben. Por lo tanto, es un deber de todos quienes conforman el sistema de cuidado y protección estar informado sobre los diversos tratamientos que funcionan, no funcionan, o no han sido testeados empíricamente, a la hora de escoger la mejor alternativa para la niña o el niño; estudios recientes han demostrado que la combinación de técnicas provenientes de diversos enfoques suele tener resultados favorables, en relación a la elección de tratamientos aislados (Henggeler, Cunningham, Pickrel, Schoenwald, & Brondino, 1996). Desarrollo de Equipo, atendido el carácter piloto del diseño propuesto y las características particulares de la población de niñas, niños o adolescentes y familias que será sujeto de atención, el equipo de trabajo estará sometido a constantes presiones, ya sea producto de las implicaciones emocionales, psicológicas personales propias de la intervención, o como resultado de la dinámica que va adquiriendo el contacto permanente con las diversas problemáticas de esta población, lo cual se puede traducir en ciertos niveles de burnout o frustración, es que se contemplan las siguientes actividades para el desarrollo del equipo: Jornada de inducción, entrenamiento y motivación previa a la atención de las niñas, los niños y adolescentes y sus familias. Reuniones de trabajo para análisis de la intervención con asesoría externa. Reuniones de equipo para revisar efectos personales en la implementación y funcionamiento del el sistema de cuidado y protección especial, con asesoría externa. Plan de funcionamiento interno que regule las cargas laborales, acoja y anticipe eventuales conflictos internos del personal. Propuesta del director/a con metodología participativa. 12 Atendida la relevancia del equipo humano en el logro de los propósitos establecidos en el sistema de protección y cuidado residencial especial, Sename pondrá especial preocupación en revisar que se cumpla con las exigencias técnicas establecidas en cada una de las modalidades. Será responsabilidad de la Dirección del Proyecto revisar que el personal que conforma el Sistema de Protección y Cuidado Residencial Especial, no se encuentre en el “Registro de Inhabilidades de la Ley Nº20.594”. X. Bases del diseño metodológico 10.1 Estructuración de la Rutina El modo como se estructura u organiza el tiempo que las niñas, niños y adolescentes permanezcan en el centro residencial, resulta vital para contribuir al proceso de modificación conductual de dicha población, reducir los riesgos de la institucionalización y evitar situaciones de desregulación que terminan en crisis. Para ello, la rutina debe abarcar todos los momentos cotidianos y de convivencia con la niña, niño o adolescente, por lo mismo, para que cumpla la función de regulación de las situaciones de estrés debe ser estándar, predecible, conocida en plenitud por cada niña, niño o adolescente y sobre todo, respetada por todos los miembros del sistema de cuidado y protección. En la eventualidad que alguna de las actividades se deba suspender excepcionalmente, por razones de fuerza mayor, se debe informar lo más anticipadamente lo ocurrido a la niña o niño afectado y proponer una alternativa en su reemplazo. Se elaborará la rutina de funcionamiento del sistema de cuidado y protección especial de toda la semana (Lunes a Domingo). Es decir, no se debe dejar ningún momento al azar, todo momento deberá estar debidamente estructurado y planificado, debiéndose describir con la mayor precisión y claridad posible lo que implicada cada actividad, de modo que no existan dos lecturas al respecto (tiempo que dura, dónde se hace, con quién, etc.). Aunque las actividades descritas anteriormente hacen referencia a acciones exclusivamente internas, es necesario precisar que si el equipo resuelve realizar algunas actividades fuera del centro residencial, dicha situación se deberá explicitar en la planificación; sin perjuicio de que en un primer momento, es recomendable no iniciar actividades fuera de la residencia atendida la gravedad que supone la situación que motivó su ingreso al centro. Sin perjuicio de esto último, se deberá resolver dicha situación de acuerdo a la realidad particular de cada niña, niño o adolescente ingresado. Igualmente, se deberá construir –de manera participativa con los niños, niñas y adolescentes atendidos en la residencia- un reglamento de funcionamiento interno del centro, destacando las responsabilidades y consecuencias al no cumplir con el mismo. Es muy importante que la comunidad de profesionales, educadores, técnicos, administrativos y auxiliares que conforman el sistema de protección y cuidado residencial especial, conozcan a cabalidad tanto la rutina como el reglamento y actúen con un mismo criterio ante la eventual solicitud o intento de algunas niñas, niños o adolescentes de transgredirlos. En el mismo sentido, se deberá trabajar con cada uno de los niños atendidos el sentido de responsabilidad en el respeto a lo establecido y las consecuencias que trae para los demás el que no respete dichas normas. Por ejemplo, Si una niña, niño o adolescente raya una muralla, será responsabilidad de quien lo hizo limpiar y volver a pintar. Será este tipo de situaciones las que permitirán a las niñas, niños o adolescentes comenzar a desarrollar paulatinamente el sentido de las consecuencias de su conducta, la responsabilidad con 13 los otros y al equipo fortalecer la regulación emocional de las niñas, niños y adolescentes para modificar su conducta. El director/a del centro residencial tendrá la principal responsabilidad en evaluar y cuidar que todos quienes conforman el sistema de protección y cuidado cumplan y respeten lo establecido en la rutina como en las normas de funcionamiento. 10.2 Metodología de Intervención Es fundamental que los centros residenciales constituyan ambientes emocionalmente protectores y seguros para la población atendida, lo que implica reconocer el impacto que las vulneraciones y la separación de la familia de origen han producido. Ese punto de partida es un imperativo para los adultos responsables de la organización y convivencia residencial, entendida como un lugar nuevo, que ha de volverse un ambiente “significativo” con condiciones de vida familiar, con normas y límites, con condiciones afectivas favorables para la expresión de emociones y formas de canalizarlas. Es decir, se debe crear un clima en que niños/as y adolescentes se sientan incondicionalmente aceptados, respetados y valorados, escuchados y confortados frente a situaciones de crisis o conflicto. 10.3 Proceso de Intervención 10.3.1 Ingreso y acogida11: La separación de una niña, el niño o adolescente de su familia o cuidadores para ingresar a un sistema residencial institucional, representa por sí mismo un hecho altamente estresante y poco comprensible para la dicha niña, niño o adolescente; pues, se trata de una medida adoptada por la autoridad judicial y en innumerables ocasiones sin consultar o conocer su opinión, sin precisar plazos ni condiciones y, lo que es peor, sin ningún proceso que le permita elaborar por qué en este momento en particular, resulta necesario adoptar una medida tan extrema para protegerlos. Por tanto, a la situación de vulneración de derechos que justificaría el ingreso de la niña, el niño o adolescente al centro, se podría agregar una nueva situación de vulnerabilidad, si dicho proceso no se hace adecuadamente. De ahí, que se deberá realizar y respetar el siguiente protocolo al ingreso: a) El profesional psicólogo y el tutor o educador, acogerán y contendrán a la niña, el niño o adolescente emocionalmente; es decir, el foco de la entrevista estará centrada en cómo se siente, qué le provoca estar en ese lugar, qué le pasa con lo que se le informo sobre estar en ese lugar (por qué debe estar en ese lugar, quién le dijo que debía estar en este lugar, cuánto tiempo debe estar en el mismo; etc.). b) Una vez que la niña, el niño o adolescente haya sido acogido y contenido emocionalmente, el equipo a cargo de su acogida, deberá informarle sobre el funcionamiento del centro, acoger sus dudas al respecto y aclarar las mismas. Al finalizar, siempre se le debe ofrecer a la niña, el niño o adolescente la posibilidad de volver a expresar y manifestar nuevas dudas, preocupaciones, temores, etc. 11 Se debe dar curso a lo establecido de manera concreta en el protocolo de ingreso del documento de Protocolos. 14 Es relevante que en este primer encuadre con la niña, el niño o adolescente, se presente al tutor como la persona a la cual ella podrá recurrir siempre y será el responsable de cuidarla y protegerla mientras permanezca en el centro. c) Con posterioridad, el tutor deberá presentar a cada uno de los profesionales y técnicos que se encuentren presentes en el lugar, al personal de apoyo (manipuladoras, administrativos, auxiliares), a todas las niñas, los niños o adolescentes que hubiese y en particular, a las niñas o niños con los que eventualmente compartirá habitación. El tutor llevará a la niña, el niño o adolescente a recorrer la casa y con las niñas y niños que compartirá habitación (si están disponibles), la llevará a su habitación y le informará sobre las reglas de funcionamiento de la residencia. En la eventualidad que al ingreso, la niña, el niño o adolescente presente condiciones físicas o de salud que puedan poner en riesgo su integridad, o bien, daño de terceros y los antecedentes judiciales no lo respaldan, se deberá trasladar la niña, el niño o adolescente a constatación de lesiones y asegurarse que se le brinde el tratamiento que corresponda. Dichos antecedentes, deberán ser puestos en conocimiento del tribunal, a más tardar, al día hábil siguiente de lo ocurrido. Igualmente, la niña, el niño o adolescente presenta alguna alteración emocional de tipo psiquiátrica, se deberá solicitar al psiquiatra evaluar a la niña, el niño o adolescente y determinar procedimiento más pertinente para asegurar su integridad y la de las demás niñas, niños o adolescentes. 10.3.2 Diagnóstico y/o Evaluación de los antecedentes12 La fase de Diagnóstico tiene el objetivo de obtener información suficiente para la toma de decisiones y la construcción del plan de trabajo individual en la que todos los funcionarios del centro residencial pueden y deben aportar. a) En primer lugar, se deberá chequear si los antecedentes recopilados al momento del ingreso, por parte del abogado y A. social, dan cuenta con claridad de los siguientes aspectos: Necesidades en materia de salud y salud mental (por ejemplo: el nivel de consumo de drogas y alcohol, sintomatología o trastornos psiquiátricos, entre otros). Aspectos familiares: Dinámica relacional al interior de la familia o con los referentes significativos del usuario/a, relación con padres, hermanos/as. Aspectos educacionales, necesidades especiales si las hubiere. Aspectos cognitivos y del lenguaje, recursos y déficits. Aspectos emocionales (auto-concepto, autoestima, intereses, deseos, expectativas). Aspectos sociales: relación del niño, niña con su medio. Aspectos de la conducta: hábitos, autocontrol, nivel de autonomía, habilidades sociales. Aspectos que digan relación con las competencias parentales de los cuidadores En la eventualidad que no se disponga de dicha información a través de fuentes secundarias (informes de otros proyectos, antecedentes disponibles en tribunales, etc.) el equipo técnico del PRE deberá realizar la evaluación clínica de la niña, el niño o adolescente y otros, proceso que aparece descrito en las bases técnicas de dicho programa. La evaluación del funcionamiento de la familia, como también la referida a las competencias específicas de los adultos encargados del cuidado, debe considerar herramientas formales de evaluación validadas en población chilena. 12 Para esta etapa se deben consignar los aspectos relacionados en el protocolo de diagnóstico psicosocial. 15 Actualmente, SENAME establece la aplicación de la Escala de Evaluación NCFAS-R para la preservación familiar, la cual permite realizar una evaluación eco-sistémica de la forma de funcionar de la familia, mediante la valoración de dimensiones como: entorno, competencias parentales, interacciones familiares, protección o seguridad familiar, bienestar del niño/a o adolescente, ambivalencia del cuidador – adolescente y las condiciones para la reunificación. Al aplicar esta escala el equipo residencial debe tener en consideración lo siguiente: La NCFAS también requiere como estándar mínimo tres acciones para emitir un informe de diagnóstico psico-social, a saber: 1. Recolección de antecedentes. 2. Una entrevista a la familia (con auto-reporte para contrastar) y a los niños/as y adolescentes 3. Una visita domiciliaria. El equipo de intervención residencial debe considerar que la visita domiciliaria con fines de evaluación requiere planificación previa y llevar una “pauta de visita domiciliaria” con los elementos a observar. Por ejemplo, conocer con anterioridad los aspectos que mide la dimensión “Entorno” de la NCFAS, para ir a la visita con claridad de lo que se va a observar. La NCFAS puede y debe aplicarse junto a otros instrumentos que se estimen necesarios para este proceso o según cada caso en particular, lo que incluye la construcción de un genograma y un ecomapa familiar, además de otros tales como la Pauta de observación de la relación vincular (Massie y Campell), testeo del potencial de maltrato (PMF), valoración del desarrollo psico-motor, (TADI/TEPSI), o si es pertinente explorar autoconcepto (Pier- Harris), o lenguaje (TEVI ), con el objeto de derivar cuando hay sospecha en algún ámbito asociado al niño/a o adolescente, o a la familia, que va a requerir derivación. La NCFAS debe ser aplicada pre y post intervención por los mismos profesionales, de forma que el juicio tenga parámetros para comparar, habiendo realizado la observación directa del caso y del desarrollo del proceso de intervención. Asimismo, es recomendable aplicar esta escala cada tres meses, como un aporte a la evaluación del proceso de intervención, pues sirve para apoyar la toma de decisiones en caso que no existan avances o no haya resultados en tiempos razonables. Se debe recordar que seis meses es buen lapso de tiempo apropiado para observar cambios en una familia respecto de sus habilidades de cuidado marental / parental. Se deben evaluar todas las dimensiones de la Escala para lograr una visión integral. Es recomendable comenzar a abordar el caso desde las fortalezas (de “clara fortaleza” a “problema serio”). La evaluación de las competencias marentales/parentales se debe trabajar siempre en equipo o dupla, analizando y contrastando más de dos opiniones. Para completar las valoraciones de las diversas dimensiones de la escala NCFAS-R, el equipo debe leer en conjunto las “Definiciones”, lo que ayuda al ejercicio y hace más fácil y eficiente su aplicación. Así, el equipo logra afinar el juicio, al calificar los criterios cada vez en menor tiempo y con poca diferencia en la discusión de los puntajes que corresponde asignar. La valoración de la dimensión general de cada dominio, no es la suma ni el promedio de cada aspecto o criterio, sino que es una valoración global que refleja la opinión o juicio técnico – profesional que se ha formado en esa materia. 16 El equipo debe tener en cuenta que para calificar (-3) o “problema serio” se debe visualizar que no puede haber algo peor, ya que en la práctica se tiende a utilizar esa puntuación sobre valorando las dificultades o gravedad observada. Sin embargo, esta puntuación corresponde sólo a algo extremo, quizás poco modificable. Por ejemplo, el perfil de “Negligencia grave” describe un perfil en que los puntajes asociados a supervisión del niño, oportunidades de desarrollo, crecimiento y rutinas son problemas serios (-3), a diferencia del (-2) o “problema moderado” que significa que algo anda mal, pero se prevé como posible de modificar mediante el proceso de intervención del proyecto residencial, en articulación con otros programas o instancias del nivel local. Es razonable y pertinente aplicar la escala durante el primer mes de intervención. No obstante, al segundo o tercer mes se pueden completar aspectos desconocidos, verificar otros o incorporar antecedentes nuevos, lo que aporta a enriquecer el desarrollo y evaluación del Plan de Intervención Individual del caso (es decir, el plan de trabajo con los niños/as y adolescentes y las redes socio comunitarias). Es pertinente iniciar gestiones para el pre-egreso de casos cuando han transitado a problema leve o adecuado (puntaje 0 y -1). Para la elaboración del Informe de evaluación psico-social se sugiere organizar la información en un FODA, preguntándose ¿cuáles son los focos?, ¿cuáles serían las recomendaciones?, como también responder a la primera pregunta que dio origen al caso (causal de ingreso). Asimismo, describir lo realizado en el proceso de evaluación, con lenguaje sencillo y comprensible; describir cómo y en qué aspectos se observa afectada la parentalidad/marentalidad evitando causalidades lineales. El tono debe ser neutral, tener la capacidad de ver fortalezas y recursos en los evaluados, no sólo lo que falta o necesita la familia para ejercer un cuidado responsable y nutricio. Cabe destacar que la evaluación de las competencias parentales o marentales, visto desde un contexto multisistémico, logra comprender cómo funcionan las condiciones y oportunidades para ejercer los roles de padre o madre. Es diferente que éstos no tengan competencias o sean “inhábiles”, a entender que no se han tenido las condiciones y oportunidades para aprender a ejercer esos roles de crianza de manera eficaz. Es clave hacer esta distinción, pues la deprivación cultural y educativa, la discapacidad, los trastornos de salud mental, las adicciones, la falta de disponibilidad de la oferta de apoyo o la pobreza y exclusión social, son factores que pueden influir o perjudicar el rol marental/parental, pero no son determinantes de por sí. Y es precisamente sobre esa capacidad que el equipo encargado debe pronunciarse en una evaluación de este tipo, teniendo en cuenta la relación diagnóstico/pronóstico sobre la recuperabilidad de la capacidad protectora de los referentes familiares, así como del desarrollo de esas capacidades disminuidas. Lo anterior, teniendo presente que con -apoyo de las redes locales- se puede facilitar el trabajo residencial, destinado a superar y fortalecer el ejercicio de la paternidad o maternidad. Como se ha dicho es recomendable complementar la evaluación con herramientas como el genograma y la cronología familiar destacando los momentos buenos, sin crisis, para construir un relato familiar más esperanzador e identificar los patrones de conducta e interacción que pueden ser modificados, ya que esta metodología se basa precisamente en destacar los puntos fuertes, reafirmar a las familias en sus valores, creencias y esperanzas, sueños de futuro, anhelos de sana convivencia y por sobre todo sus fortalezas para el cambio, ya que todos deben tienen oportunidades de hacer las cosas de otra forma. En esta labor, considerar aspectos como la comunicación clara y la expresión de emociones que permitan manifestar las diferencias y heridas emocionales de una manera que promueva la comprensión y la sanación. Enseñar a modular la intensidad de las emociones, subrayar puntos válidos de las opiniones de cada miembro de la familia, dar tiempo para hablar con serenidad. 17 Desactivar tensiones, enseñar a que son capaces de tratar un asunto delicado dentro de ciertos límites, la sensación será de mayor control de procesos desbordados. La recomendación es abocarse primero a tareas sencillas y manejables, empezar con lo positivo, dominando “lo posible”, esto significa ayudar a las familias a dejar de centrarse en lo que no puede modificarse y dirigir su atención hacia lo que sí se puede. Como resultado del diagnóstico, es posible que el equipo se encuentre con situaciones excepcionales, tales como el abandono familiar de los progenitores y de la familia extensa, negándose a participar y hacerse cargo de la protección. En caso que el proceso evaluativo determine esto - vale decir, la inexistencia de recursos familiares o protectores- la intervención deberá planificarse considerando la posibilidad de dar inicio a susceptibilidad de adopción. Cualquiera sea la hipótesis, siempre deberá remitirse formalmente esta información al Tribunal que ordenó la medida en los plazos ya señalados. Los resultados emanados de la evaluación deberán traducirse en insumos para elaborar, en conjunto con los niños/as y adolescentes y la familia, un Plan de Intervención Individual. Como se ha dicho, los resultados de la evaluación diagnóstica serán registrados en un Informe de diagnóstico psico-social, que contiene los aspectos fundamentales desarrollados en esta etapa, específicamente responder a la situación de vulneración que determinó su ingreso a la residencia, a la capacidad protectora de los adultos de referencia, concluyendo con un juicio profesional, pronóstico y recomendaciones del curso a seguir. La evaluación o profundización diagnóstica implica realizar al menos las siguientes acciones mínimas: Compilación y revisión de los antecedentes del caso. Entrevista con otros programas intervinientes. Entrevista con la adolescente y sus adultos relacionados Visitas domiciliarias. Aplicación de instrumentos y técnicas de evaluación pertinentes a cada caso. 18 10.3.3 Elaboración y ejecución Plan de Trabajo Individual13 Se trata de una instancia de trabajo con el propósito de desplegar los antecedentes que se dispone sobre la situación de la niña, el niño o adolescente particularmente, lo que dice relación con: La situación de vulneración de derechos y problemáticas asociadas (calle, droga, etc.) Tipo y calidad de sus recursos familiares y comunitarios Historial de intervenciones en la red pública y privada Principales indicadores de desregulación emocional Antecedentes de salud, salud mental y prescripciones médicas (uso de fármacos, etc.) Antecedentes judiciales. A partir del análisis de los antecedentes disponibles, se debe establecer un plan de trabajo con la niña, niño o adolescente y su figura protectora, el cual debe contener hipótesis, objetivos, resultados esperados, actividades y responsables de trabajo, donde se expliciten, a lo menos, las siguientes dimensiones: a) Protección, reparación y restitución de los derechos gravemente vulnerados. b) Resignificación de las experiencias traumáticas vivenciadas. c) Favorecer vínculo con figura protectora, o bien, apoyar su proyecto para la vida independiente para lograr su reinserción social en forma estable. La intervención especializada incorpora o considera una intervención especializada basada en un trabajo individual potenciado tanto para las niñas, niños y adolescentes como con las familias. Para esto se aborda tanto en la intervención individual como en la intervención grupal. Terapia individual: En pocas sesiones (se tendrá que resolver caso a caso el n° de sesiones, no debiendo ser más de 2 a la semana) se deberá trabajar sobre una situación de estrés específica y que le provoca malestar a la niña, el niño o adolescente y no de su “problemática” en general o sobre los grandes temas del vínculo. Será parte del proceso terapéutico, ayudar a la niña, el niño o adolescente a reconocer que como se siente y reacciona ante dicha experiencia es normal y propia de alguien que ha sufrido lo que le ha tocado vivir; que debe aprender a respetar ese sufrimiento y que ahora no se encuentra sola/o. De acuerdo a las investigaciones internacionales sobre el trabajo con niños y niñas con trastorno del apego reactivo o con trauma complejo del desarrollo, la posibilidad de entablar un vínculo con el terapeuta puede ser un factor relevante de estrés, por lo que se recomienda tener especial cuidado en determinar el momento y cuánto es posible avanzar en un proceso de terapia e incluso si ello es posible en algunos casos. Trabajo grupal: la posibilidad de que las niñas y niños puedan disponer de un espacio de conversación guiado y orientado a hablar de sus vivencias, constituye un recurso extremadamente valioso para contribuir a la sanación de sus padecimientos. La literatura científica es consistente en demostrar que el solo hecho de ver y escuchar a otras personas padecer el mismo dolor, contribuye en la resignificación de la experiencia traumática, lo que tiene un carácter terapéutico y reparador. Como se sabe, producto de la experiencia politraumática temprana hay niños, niñas y adolescentes que han sido afectados en su capacidad y posibilidad de verbalizar lo que les acontece emocionalmente; por ello, el uso del arte, particularmente del teatro y la música, en la medida de 13 Conocer y aplicar el Protocolo de Diseño, Evaluación y Ejecución del Plan de Trabajo Individual. SENAME. 2016. 19 las posibilidades, deberían ser incorporados como recursos al proceso del desarrollo de la capacidad resiliente de la niña/o. Lo que además, contribuirá a reducir los episodios de desequilibrio emocional. d) Favorecer el vínculo de la niña, el niño o adolescente con una figura protectora del ámbito familiar o comunitario, o bien, apoyar su proyecto para la vida independiente para lograr su reinserción social en forma estable. La posibilidad de que las niñas, niños y adolescentes cuenten con un sistema de cuidado y protección especial residencial, se debe asumir siempre como una medida transitoria y extrema, pues las investigaciones son categóricas en referir que dicha medida en siempre contraria al bienestar de los niños y niñas (Lecannelier, 2006). Por tanto, resulta altamente relevante para reparar el daño de que fueron víctimas las niñas o los niños que ingresan al sistema de protección y cuidado especial, el detectar y sobre todo, entrenar a la o las personas que podrían asumir su cuidado y protección en un contexto familiar. Hacer dicha labor, será tan compleja o más difícil que el proceso de ayudar a las niñas y niños a aprender a establecer vínculos de apego que le permitan desarrollarse de manera sana con su entorno. Por ello, el equipo deberá tener siempre en su plan de trabajo dicho propósito y por lo mismo, deberá desplegar las estrategias técnicas que le permitan alcanzar el mismo; desde ya será una exigencia que se cumpla con las siguientes acciones: Explorar las eventuales personas que resultan significativas para la niña, el niño o adolescente y que refiere como posibilidad de vida a su lado. Revisar antecedentes familiares de los padres o cuidadores tutelares, de modo de disponer de datos concretos que develen las practicas concretas de cuidado o descuido de éstos. Una vez establecidos los eventuales cuidadores proceder a la evaluación de sus competencias parentales. Realizar entrevista orientada a determinar el tipo de apego adulto a través de la aplicación del instrumento “Guía Competenciales Parentales” de Barudy y Dantagnan (2010) o de la Escala de Evaluación Familiar de Carolina del Norte para Reunificación NCFAS-R (2006). Potenciar las habilidades psicosociales de los adultos, especialmente de aquellos con resultados diagnósticos disminuidos. Si los antecedentes disponibles hacen inviable la posibilidad de un cuidador con el cual la niña, el niño o adolescente puede egresar para vivir en familia, se podrá revisar la posibilidad de egreso con una familia de acogida, para lo cual se deberá cumplir con las mismas exigencias establecidas para determinar habilidades parentales del cuidador referido por la niña, el niño o adolescente pero además, se deberá establecer un proceso de acercamiento entre la niña/o y familia de acogida, de modo de prever la factibilidad real de egreso con dichos cuidadores. Para dar cumplimiento a lo anterior, es necesario realizar un proceso de evaluación ex post de las competencias parentales a través de la aplicación del NCFAS-R que dará indicios concretos de avances en las materias trabajadas con el grupo familiar. En cualquiera de los casos, el equipo deberá ejecutar un taller con el o los cuidadores seleccionado para el desarrollo de sus habilidades de cuidado y protección parental. 20 De no ser posible lo anterior, se deberá diseñar un plan para la vida independiente, donde el/la Trabajador/a Social tendrá la responsabilidad de proponer alternativas en el ámbito académico, laboral, de vivienda y otros que hagan posible tal alternativa.14 Coordinar las acciones para el desarrollo de un trabajo en la línea de la preparación para la vida independiente y fortalecimiento de la autonomía progresiva en los/as adolescentes que no cuentan con familia o adultos significativos, una vez que se han realizado los despejes familiares correspondientes. A modo de síntesis, lo que corresponde es realizar el despeje familiar, que equivale a buscar la familia consanguínea que pueda hacerse cargo del niño, niña o adolescente. Una vez realizado esto, se trabaja la vinculación con esta familia a través de visitas, terapias, talleres formativos, apoyo a la gestión de acceso a prestaciones sociales, como medidas principales. Paralelamente, se realizan las acciones establecidas en el respectivo protocolo, que son las siguientes: - - - Inclusión en procesos educativos. Fortalecimiento de los procesos de autonomía, a través de: Desarrollo de evaluaciones vocacionales, acercamiento al ámbito laboral, por medio de experiencias de trabajo ligeras, que no perjudiquen su salud y desarrollo. Asimismo, se puede establecer nexos con posibles fuentes de inserción laboral. Se realiza habilitación, que incluye valorizar el ahorro (incluye considerar la apertura de una cuenta de ahorro para la vivienda), el manejo responsable de bienes, autocontrol, autovaloración, y formación de habilidades sociales como objetivos principales. Lo anterior debe estar considerado y establecido en el Plan de Intervención Individual, de manera que se realice seguimiento y evaluación de acciones y logro del mismo. A continuación se presenta un cuadro resumen de los aspectos a completar para el diseño del PII: CONTENIDOS DEL PII Objetivos Específicos del PII DESCRIPCIÓN Se definen los objetivos del trabajo a desarrollar en los tres ámbitos de la intervención: Individual–Familiar y Comunitario. Los objetivos específicos deben: (en los componentes Individual, Familiar y Comunitario) Actividades Programadas 14 a) Ser correlativos a los aspectos claves detectados en el diagnóstico del niño, la familia y las redes. . b) Ser expuestos como acción a llevar a cabo. (Por ejemplo: 1 taller de autocuidado de la indemnidad sexual, 3 sesiones psicoeducativas sobre crianza, derivación a tratamiento de alcohol y drogas, u otros) c) Orientarse a logros concretos. Se consignan las acciones fundamentales a desarrollar para cumplir cada objetivo desde los componentes de la intervención definidos por SENAME; tales como, entrevistas, consejerías, psicoterapia, trabajo grupal, actividades Conocer y aplicar el Protocolo de Preparación para la Vida Independiente. SENAME. 2016. 21 socioeducativas, entre otras. Profesional Responsable Se identifica al o los profesionales responsables del desarrollo de la intervención psicosocial. Resultados Esperados Se redactan los resultados esperados como el objetivo específico del PII cumplido. Por ejemplo: niño en conocimiento del motivo de ingreso a la residencia, familia reconoce fortalezas del vínculo con su hijo/a, niño participando en práctica deportiva sistemática. Tiempo estimado de Intervención Se estipula el tiempo proyectado para el cumplimiento de los objetivos propuestos, calculando la cantidad de actividades que se estima para lograr la meta, estableciendo límites en la ejecución. 10.3.4. Pre-egreso y egreso: 15 Durante la ejecución del Plan de Intervención Individual se evalúan los avances con la familia de egreso y la intervención con los niños/as y adolescentes, lo cual incluye la preparación para el cambio ajustándose en cada caso a la opción de familia que se ha determinado como la mejor opción estabilizadora, con la cual se pronostica el egreso. La evaluación de los logros se realiza de manera comparada con el diagnóstico inicial, a través de la evaluación ex post del funcionamiento familiar y de las competencias parentales y otros aspectos específicos de cada caso (NCFAS-R y otras herramientas), a fin de verificar si la familia logró las habilidades necesarias para garantizar el bienestar del niño, niña o adolescente. Si el resultado es favorable los períodos de permanencia del niño, niña o adolescente en ese entorno son cada vez mayores, considerando la pernoctación, lo que marca el inicio de la fase de pre egreso, que implica monitorear los períodos de permanencia con la familia, a través de las acciones en terreno como a través del reporte de las redes, en especial la escuela y el consultorio, identificar las fortalezas y las dificultades que puedan surgir en la dinámica familiar, trabajando los ámbitos que lo requieran para apoyar la adaptación a la nueva situación; evaluar la integración socio comunitario de los niños/as y adolescentes y los avances observados en el desarrollo personal, constatando si la familia16 ya presenta las condiciones adecuadas para y asegurar el cuidado de éstos. El Plan de Intervención Individual debe reflejar objetivos para la estadía programada y progresiva con la familia o adulto no familiar relacionado, solicitando la autorización del Tribunal de Familia, 15 Conocer y aplicar el Protocolo para el Pre-egreso y Egreso. SENAME.2016. 16 Esta familia es aquella con la cual la residencia directamente y en trabajo articulado con otros programas de la red de SENAME y del intersector, ha realizado el proceso de preparación para la reunificación y fortalecimiento de sus competencias parentales y activación de redes de apoyo o soporte comunitario, para que estén en condiciones de asumir el cuidado de los niños/as y adolescentes en cuidado alternativo residencial. 22 pues se requiere contar con esa aprobación para que los niños/as o adolecentes permanezcan y pernocten con la familia que se pronostica el egreso. Es el momento también de realizar gestiones de traslado de establecimiento de salud y educacional, u otros, según corresponda, para asegurar el acceso a todas las prestaciones y servicios requeridos. Todo este proceso significa análisis del equipo técnico de la residencia y participación de todos/as los involucrados, además de acompañamiento en un proceso de seguimiento “in situ”, a fin de apoyar y verificar que los niños/as y adolescentes se encuentren protegidos en el contexto familiar que la acoge. Implica por cierto, visitas domiciliarias, monitoreo a través de redes de inserción comunitaria del niño(a) y adolescentes y entrevistas con la familia para apoyar la adaptación a la nueva situación. A modo de síntesis, para la residencia el proceso de pre-egreso, significa realizar las siguientes acciones mínimas de acompañamiento terapéutico: 1. Preparación de la familia o adultos relacionados con los que vivirá el niño, niña o adolescente, para la integración de éstos en la cotidianidad del hogar. 2. Coordinaciones para continuar la reunificación asistida con la participación de otros proyectos externos a la residencia. 3. Verificación de la efectividad y mantención de los apoyos en el ámbito de la protección social, en lo jurídico, u otras prestaciones que se ha definido como imprescindibles para que la familia de egreso pueda cumplir su función protectora. 4. Verificación in situ de la estabilidad de las condiciones de protección del niño, niña o adolescente: resolución de los factores de riesgo; comprensión por parte de la familia de las necesidades de éste, otros aspectos relevantes del caso. 5. Informar al Juez de la causa el inicio de este proceso de pre egreso Asimismo, al interior de la residencia se realizan las siguientes actividades previas a la integración del niño, niña o adolescente al hogar familiar donde permanecerá: Revisión y despedida en el cuaderno o libro de vida elaborado durante la estadía, lo cual puede constituir una herramienta para estos fines. Acompañamiento en la despedida de sus pares y del equipo técnico que participó del acogimiento residencial. Lo anterior, se realiza con todas las familias de egreso, salvo las situaciones de adopción, en las que como ya se indicó, se habrán realizado las acciones señaladas con la Unidad de Adopción de la respectiva Dirección Regional de SENAME. El traslado definitivo del niño/a o adolescente a la familia, concreta el proceso de egreso propiamente tal, el cual aún conlleva acciones administrativas (egreso de Senainfo, revisión y orden de la carpeta y entrega de documentación relevante a la familia o proyectos externos que continuaran el proceso, según corresponda), unidas a la participación del niño/a o adolescente y/o la familia en actividades finales de cierre de la intervención residencial, como es la evaluación de los usuarios/as en relación a los servicios prestados en la residencia. Aunque el momento del egreso de la niña, el niño o adolescente del sistema de protección y cuidado residencial especial, dice relación directa con el logro de los objetivos propuestos, el egreso de la residencia puede acontecer antes de que se cumplan los objetivos del proceso de intervención, pues, como se señaló anteriormente la medida residencial es una herramienta al servicio de la protección del niño, niña o adolescente, cuyo uso es excepcional y en lo posible, de corta duración. 23 Por tanto, se deberá estar evaluando permanentemente en qué momento se podría determinar el egreso de la residencia, sin perjuicio de que la misma continúe con el proceso de reparación. Sin perjuicio de lo señalado, desde el punto de vista administrativo se deberá elaborar informe técnico con la situación de egreso de la niña, niño -adolescente, el que debe ser remitido al Tribunal de Familia correspondiente, órgano exclusivo para adoptar la decisión administrativa de egreso. 10.4 Relación con los Tribunales En el entendido que la autoridad judicial es la que determina que una niña, un niño o adolescente ingrese o egrese de un sistema residencial y administra las medidas de protección que se estiman necesarias para la protección de las niñas, los niños o adolescentes, será labor del director y del abogado desarrollar un trabajo colaborativo con dicha instancia judicial, de modo que las propuestas técnicas del equipo del sistema de protección y cuidado residencial especial sean escuchadas y sobre todo acogidas por dicha instancia judicial. Por ello, será relevante que el sistema de cuidado y protección mantenga informada a la instancia judicial del trabajo que se realiza con cada niña, niño o adolescente y le pueda anticipar eventuales acciones que requieren el respaldo de la magistratura para brindar la protección debida a las niñas, los niños o adolescentes a cargo. Sin perjuicio de ello, se deberá siempre velar porque la medida judicial que se adopte sea en el marco de la Convención sobre los Derechos del Niño y tienda efectivamente a la protección de la población a cargo. De no ser así, se deberá asumir un rol activo con la autoridad judicial, de modo que impere el Interés Superior del niño. XI. Equipo de trabajo 11.1 Composición La composición del equipo humano que estará detrás de la implementación del modelo, es fundamental para prevenir el que niñas, niños o adolescentes gravemente dañados transiten desde la negligencia parental a la negligencia institucional. Por ello, los profesionales, técnicos, administrativos y auxiliares que van a asumir tan desafiante tarea son clave para el logro de los objetivos propuestos. Por su parte, el ejecutor deberá verificar que cada postulante no figure en el “Registro de inhabilidad para trabajar con niños”, al que se puede acceder en el sitio web del Registro Civil (http://www.registrocivil.cl/home.html, “consultas de registros en línea”) o bien, a través del sitio web institucional (http://www.sename.cl/wsename/index.php). Esta verificación se deberá realizar periódicamente (cada 6 meses) respecto del personal contratado y ante nuevas contrataciones17. Atendido lo anterior, se han establecido requisitos de formación académica, experiencia laboral y de desarrollo personal para determinar la selección del personal. El siguiente cuadro establece la proporción del personal para una residencia de 20 plazas: 17 Complementa lo anterior, la circular Nº15 de 19 de octubre de 2012, que imparte instrucciones sobre la obligatoriedad contenida en los convenios suscritos entre Sename y los Organismos Colaboradores, en función de la idoneidad del personal a cargo de los proyectos y los plazos de verificación de esta idoneidad. 24 Cargo N° Jornada laboral Funciones y Requisitos Director/a 1 Jornada completa (disponibilidad 24/7 según requerimientos) Profesional de las ciencias sociales o de la salud. Con formación en apego e intervención en crisis con niñas, niños y adolescentes. Además, formación y experiencia en la conducción de equipos de trabajo. Responsable de la conducción técnica y gestión administrativa de la residencia, de acuerdo a condiciones presupuestarias, legales y administrativas existentes. Monitorear y liderar al equipo profesional, técnico y administrativo en la dirección de los objetivos el sistema de protección y cuidado residencial especial. Aplicar Circular Nº 2308, cuando corresponda. Responsable de generar un clima organizacional adecuado y el desarrollo del proyecto bajo conceptos de trabajo de equipo y colaboración interdisciplinaria. Asegurar la disponibilidad de personal profesional durante horas vespertinas y fines de semana. Deseable considerar la flexibilidad horaria y accesos telefónicos de urgencia a directivo del centro y/o profesionales. Apoyo técnico directo en los procesos de intervención de los ejes que guían la intervención de acuerdo a su especialidad. Representación del Proyecto frente a SENAME y Tribunales de Familia, así como ante otras instituciones y sectores con los que se vincula el proyecto. Responsable de la coordinación permanente con Tribunales de Familia y Fiscalías en aquellos casos ingresados por vía judicial, así como aquellos en que, durante el proceso de intervención, se pesquisan situaciones de graves vulneraciones de derechos constitutivas de delito y que requieren de acciones judiciales. Educador 9 Sistema de turnos Se sugiere 3 diurnos y 3 nocturnos en turnos rotativos 2x2x2 Profesional o técnico de las ciencias sociales o educación, en lo posible con formación o experiencia como paramédico o terapeuta comunidad terapéutica o apoyo escolar. Asegurar cumplimiento de la rutina y protocolo de funcionamiento de la residencia por parte de las niñas, niños o adolescentes. Desarrollar un trabajo coordinado con los profesionales responsables del proceso de intervención. Frente a alguna situación emergente o crisis es urgente que se coordine e informe a director o profesional. Proveer un ambiente seguro y formativo en horarios diurnos y nocturnos. Establecer relaciones basadas en el respeto y 25 Manipuladora de Alimentos 1 Jornada completa Estafeta/Auxiliar 1 Estafeta/Auxiliar Psicólogo/a 1 Jornada completa 18 buen trato con los niños y niñas. Regular y mediar conflictos haciendo uso de normas y límites establecidos en el reglamento interno. Incorporarse a la planificación y desarrollo de intervenciones. Llevar un registro riguroso de las acciones realizadas y de situaciones que perturban el funcionamiento habitual u otras relevantes. Estudios básicos completos y estudios E. Media conocimiento de manejo y manipulación de alimentos, deseable con conocimientos de nutrición, y con experiencia y motivación para relacionarse apropiadamente con niñas, niños y adolescentes. Elaboración de minutas con asesoría de profesional del área. Planificación para la adquisición de alimentos perecibles y no perecibles. Mantención de los alimentos en las condiciones de orden e higiene requeridas. Preparación de minutas de acuerdo a planificación, sanas, saludables y nutritivas que incorporen las necesidades del usuario/a. Mantener comunicación fluida, eficaz y permanente con los miembros del equipo de intervención (directivos, profesionales y técnicos). Estudios de E. Media, experiencia en limpieza, aseo, reparaciones y labores de estafeta con motivación para desempeñar su actividad, capacidad de establecer buenas relaciones personales y con antecedentes intachables. Profesional psicólogo clínico, con formación y entrenamiento en apego. Formación en adicciones. Conocimiento en vulneraciones graves como: ESCI, maltrato, abuso Experiencia clínica en apego Experiencia en tratamiento de adicciones. Experiencia en manejo de situaciones de crisis con niños/as. Motivación por el trabajo con niñas/os con grave vulneración Coordinar Equipo de intervención. Realizar entrevistas clínicas a niñas, niños o Adolescentes. Realizar psicoterapia, según corresponda, a niñas, niños o adolescentes. Intervenir en situaciones de crisis en la residencia. 18 Si bien se exige 1 sola persona que cumpla esta función, el ejecutor debe asegurar que estas funciones sean cumplidas durante fines de semanas y festivos por una persona de exclusividad para esta función. 26 Asesorar a equipo de Tutores. En conjunto con A. Social, realizar intervención como talleres para adultos relacionados. Profesional Asistente Social, con formación en intervención familiar. Conocimiento en Vulneraciones graves de derechos, como ESCI, maltrato, abuso. Experiencia de trabajo con familias en situación de vulneración de derechos de la infancia. Experiencia en trabajo con población infanto juvenil en situación de vulneración grave de derechos. Experiencia de trabajo en sistema residencial. Realizar evaluación de antecedentes de la niña, el niño o adolescente al momento del ingreso. Realizar evaluación social de los adultos significativos. Realizar el seguimiento de las niñas, niños o adolescentes egresadas del Sistema de Protección. En conjunto con psicólogo, realizar procesos de fortalecimiento del rol de cuidado y crianza como talleres para padres. Trabajador Social 1 Jornada completa Tutor/a 1 Jornada completa Profesional o técnico de las ciencias sociales, en lo posible con formación en apego y entrenamiento en adicciones. Experiencia en comunidad terapéutica o equivalente. Motivación por el trabajo con niñas/os o adolescentes vulneradas. Manejo de situaciones de crisis en niñas/os. Buena capacidad de resistencia a la frustración y situaciones de estrés. Horario Diurno* Estar en contacto permanente con su grupo de niñas, niños o adolescentes asignadas. Velar que las niñas/os estén siempre informados de su situación y del proceso. Velar por que la niña, niño o adolescente conozca y de cumplimiento a las normas del sistema de protección. Apoyar a los educadores en el manejo de las niñas, niños o adolescentes. Desarrollar actividades, en coordinación con el resto del equipo técnico, para las niñas, niños o adolescentes. Terapeuta Ocupacional 1 Media jornada Profesional terapeuta ocupacional, en lo posible con formación en población infanto-adolescente. Coordinar la rutina general de las niñas, niños y adolescentes a través de: Evaluación de las actividades de la rutina que se pueden implementar con las niñas y niños (horarios de trabajo educativo, recreativo, tiempo libre, etc.). Revisar y sancionar con Unidad de interv. 27 Psiquiatra 19 1 8 a 12 horas mensuales Terapéutica la propuesta de actividades de rutina a implementar. Evaluar la ejecución de la rutina implementada por parte de los educadores. Entrenar a los educadores en la adecuada ejecución de la rutina. Si es necesario, disponer actividades específicas para algunas niñas y niños. Participar en la ejecución de talleres formativos con las familias Profesional psiquiatra, con formación clínica de población infanto-adolescente. Responsable de la evaluación y tratamiento psiquiátrico, a través de: Abogado 1 12 horas mensuales Evaluación psiquiátrica de cada niña, niño o adolescente como de definición de la hipótesis diagnóstica. Indicación de la terapia farmacológica. Articulación de derivaciones de interconsulta o de urgencia cuando corresponda. Realización de consultas psiquiátricas programadas con niña, niño y adulto protector en el centro. Realización de Informes a Tribunales de Familia. Participación de reuniones de trabajo con el equipo de la U. de Interv. Terapéutica con la finalidad de revisar diagnóstico, tratamiento farmacológico y las estrategias de intervención. Participación en reuniones informativaformativa con figuras protectoras de familia o red comunitaria de la niña o el niño. Profesional abogado, con formación y experiencia en temas de infancia y Convención de los DDNN. Revisar causas de protección y penales de las niñas, niños o adolescentes. Interponer medidas de protección o penal a favor de las niñas, niños o adolescentes. Realizar gestiones con Tribunales de Familia y Ministerio Público (asistir a audiencias, reuniones con magistrados, etc.). Asesorar jurídicamente al equipo del sistema de protección y cuidado residencial especial en materias legales. 19 Considerando las características de la región, es posible modificar la especialidad del médico a neurólogo o medicina familiar, si esta no dispone de dicho recurso. 28 XII. Registros La institución debe mantener registros de los siguientes ámbitos de su quehacer, entre otros: De su orgánica institucional: Incluye documentación tal como el proyecto de funcionamiento, organigrama de funciones, cargos y funciones. Del recurso humano que se desempeña en el proyecto: Incluye procedimientos de selección de personal, carpetas del personal, evaluaciones, y todo documento que se estime necesario. Por ejemplo, certificados de antecedentes, de logros curriculares, de salud, certificaciones para manipulación de alimentos, investigaciones y resoluciones de las mismas, entre otros. De los usuarios/as atendidos: Cada usuario/a atendido debe tener una carpeta en papel, la cual incorpore la orden de ingreso del Tribunal, datos personales, foto, informes psicosociales y otros, PII y hoja cronológica en la cual quienes tienen responsabilidad por el desarrollo del PII registren en forma sucinta las acciones desarrolladas con la fecha de su realización, y el nombre de la persona y función desempeñada por quien ingresa la información. Deben anexarse todos aquellos documentos que permitan comprobar la información registrada respecto de cada caso (verificadores), tales como certificados de nacimiento; de salud; escolares; otros. Esta información debe mantenerse actualizada en las carpetas en papel y en SENAINFO. Instructivos y protocolos de procedimientos: Debe existir una carpeta o archivador que condense circulares, lineamientos técnicos, instructivos, minutas orientadoras y protocolos de procedimientos emanados del Servicio, como también formulados por la propia institución. Como por ejemplo, debe incluirse Protocolo de Prevención de Riesgos y Seguridad del establecimiento. XIII. Monitoreo, evaluación y sistematización del Programa: El monitoreo, la evaluación y la sistematización tendrán como objetivo la generación de información sobre los procesos, resultados intermedios y finales de las intervenciones desarrolladas, que sustente las decisiones para su mejoramiento. El Programa será evaluado en todas sus fases su ciclo de desarrollo, incluyendo: a) Evaluación Ex ante: en el proceso de licitación, equipos profesionales del Servicio evaluarán los proyectos presentados por los Organismos Colaboradores en función de los requerimientos de las bases de licitación. Este análisis se orienta al análisis técnico de la coherencia, pertinencia y factibilidad del diseño presentado para su aprobación. b) Monitoreo: durante la implementación del Programa, el Servicio observará su desarrollo y resultados en dos niveles: b.1. Proyecto: La evaluación anual de desempeño del proyectos: a través de Pautas de Evaluación Anual de Desempeño, los supervisores/as de las Direcciones Regionales califican descriptores asociados a los criterios de: • Eficacia: Logro de los objetivos, metas y/o resultados esperados, comprometidos por el proyecto. • Criterio Calidad: Mejoramiento continuo de la intervención desarrollada, de la atención brindada • Criterio Pertinencia: Nivel de adecuación de la ejecución, conforme al proyecto convenido y a las bases técnicas respectivas 29 • Criterio Eficiencia: Mecanismos para el logro de los objetivos, con los recursos disponibles y en el menor tiempo posible. Evaluación del período convenido: responde a los requerimientos de la Ley 20.032 de subvenciones de Sename y su respectivo reglamento, para determinar la prórroga de los convenios que firman los colaboradores acreditados para ejecutar proyectos Sename, por un período igual al estipulado en dicho instrumento. Incluye la medición de la Evaluación anual del primer año y siguientes (según período del convenio) b.2. Monitoreo anual de los resultados del programa: a través del sistema de monitoreo del desempeño institucional que mide indicadores del programa a nivel regional y nacional, se observará los resultados del programa en los siguientes indicadores: • Indicador: Porcentaje de niño(a)s y adolescentes egresados del Sistema de Protección por causales asociadas a la intervención, que no reingresan en un periodo de 12 meses a la misma línea de atención respecto del total de niño(a)s y adolescentes egresados del Sistema de Protección. • Indicador: Porcentaje de adolescentes egresados del Sistema de Protección que ingresan a medidas y sanciones del Sistema Justicia Juvenil respecto del total de adolescentes egresados del Sistema de Protección. • Indicador: Porcentaje de egresados de Proyectos de Organismos Colaboradores de Protección con PII Logrado. Residencias. • Indicador: Porcentaje de egresados de Proyectos Residenciales de Organismos Colaboradores de Protección sin Reingresos. • Indicador: Porcentaje de egresados de Protección con permanencia de acuerdo a lo señalado para Residencias. c) Ex post: esta modalidad de evaluación, que se encuentra en un desarrollo inicial en el Departamento de Protección y Restitución de Derechos, se focalizará en los resultados del programa e incluirá tres aspectos: la producción de los componentes, la eficacia y una aproximación a los efectos del programa, a partir de la perspectiva de los distintos actores involucrados, especialmente de los niños, niñas y adolescentes. A saber: • • • En la producción de los componentes se medirá la cobertura y la calidad por cada componente, es decir, se cuantificarán los productos que han generado los programas. En la evaluación de la eficacia, se analizará la consecución de los objetivos específicos del programa, es decir, en qué medida se cumplió con los resultados esperados o resultados finales. En la evaluación de efectos, se indagará respecto de las repercusiones atribuibles al programa en los usuarios/as egresados, especialmente en los niños, niñas y adolescentes. En este sentido, interesa aproximarse a las explicaciones que otorgan los propios sujetos al logro o no de los resultados y al por qué de esto. Para el desarrollo de las acciones de evaluación y monitoreo, es crucial que los equipos ejecutores completen adecuadamente y actualicen la información de Senainfo, que es la fuente de información secundaria más relevante con que cuenta del Servicio para realizar los procesos de monitoreo y evaluación. Los resultados de las evaluaciones son la base para proponer recomendaciones específicas a las autoridades institucionales para la toma de decisiones en torno al modelo programático. d) Sistematización de la experiencia: La sistematización de la experiencia del Sistema de Protección y Cuidado Residencial Especial tendrá como focos: la descripción, organización y análisis del desarrollo del proyecto para identificar aprendizajes en los ámbitos de la teoría a la base de la 30 intervención, la metodología, el contexto institucional y los factores que obstaculizaron y facilitaron el trabajo y los resultados de la experiencia. La sistematización será desarrollada por el Sename en conjunto con los equipos del proyecto y tendrá tres etapas20: 1. Reconstrucción ordenada de la experiencia. En esta fase se generará, recopilará y ordenará la información a partir de los relatos de niñas, niños y adolescentes, sus familias y los equipos profesionales sobre la experiencia y la revisión de fuentes documentales. 2. Interpretación de la experiencia y generación de nuevos conocimientos. Una vez reconstruida la experiencia, se analizará e interpretará la formación para dar respuesta a las preguntas de sistematización. 3. Devolución: se trabajarán los resultados de la sistematización con los equipos de trabajo para su retroalimentación final La sistematización aportará además a la transferencia de la experiencia y adaptar metodologías de trabajo. XIV. Infraestructura y Equipamiento El inmueble donde se instale la residencia deberá asegurar las condiciones de infraestructura, equipamiento y de privacidad adecuadas de habitabilidad para las niñas, niños y adolescentes como para la realización de los procesos de intervención especializados complementarios21. Por ello, se deberá disponer a lo menos de los siguientes espacios: a) Dormitorios, que permitan disponer adecuadamente hasta 4 camas y closet o velador individual, en cada uno de ellos. b) Baños diferenciados por sexo, con espacios de privacidad. c) 1 sala de estar o de recepción de las familias o visitas d) 1 sala comedor e) 1 sala de estudio, estar y/o taller grupal f) 1 oficina director g) Baño de visitas h) 2 oficinas para ubicación del equipo técnico i) 3 salas de intervención para los diversos profesionales j) 1 cocina amplia k) 1 bodega l) Patio amplio Todas las dependencias deben disponer de iluminación y ventilación adecuada y medidas de seguridad para prevenir conductas disruptivas. Respecto a las condiciones de equipamiento, se deben contemplar a lo menos tres computadores, con las siguientes características técnicas: 20 Adaptado de Londoño Uribe D., y Atehortúa G., Los pasos en el camino de la sistematización. Disponible en http://www.cepalforja.org/sistem/documentos/decisio28_saber5.pdf 21 Las condiciones que se indican en el presente documento, deben enmarcarse en lo indicado en los Estándares mínimos de calidad para la atención residencial. DEPRODE, SENAME 2013. 31 Procesador Intel Pentium IV 2.8 MHZ, o equivalente, capacidad de disco duro no inferior a 250 GB, memoria RAM mínimo de 1 GB, unidad de CD Rom (deseable Grabador de CD), (opciones de multimedia son deseables por las características del software actual), tarjeta de Red Fast Ethernet 10/100 Mbps, tarjeta fax-modem, Puertos USB 1.1 como mínimo. Impresora. Sistema operativo Windows 2007 o superior, programas Office 2007 Profesional (Access incluido). Navegador Internet Explorer 8.0 o superior, Solución Antivirus, Visualizador de archivos PDF. Conexión a Internet: ADSL mínima de 512 Kbps. Debe contarse asimismo con teléfono, fax y correo electrónico. El equipo computacional se requiere para el ingreso de datos del proyecto al Sistema de Registro en Línea de Niños y Niñas de Sename (Senainfo), por tanto es necesario desde el inicio de su ejecución. XV. Sobre el Presupuesto El presupuesto de la RPE deberá permitir arrendar inmueble para la residencia, de acuerdo a las consideraciones establecidas anteriormente, la contratación del personal y los insumos necesarios para cumplir con las condiciones de calidad de vida para las niñas, niños y adolescentes y el personal, tales como: alimentación, vestuario, útiles de aseo personal, útiles de aseo, etc. Además, deberá permitir adquirir el equipamiento esencial: camas, ropa de cama, toallas, mesas, sillas, refrigerador, cocina, closet, etc. El presupuesto definido por la Ley 20.032 para la ejecución de los Programas de Protección Especializada es de 9,3 USS mensual por niña, niño o adolescente atendido, más el criterio de zona. NOTA: La presente base técnica, considera la incorporación de elementos técnicos específicos en cuanto al modelo de intervención, los cuales estarán contenidos en Orientaciones Técnicas y/o Notas Técnicas Específicas, las que deberán ser considerados para su aplicación como parte de las presentes Bases Técnicas por el equipo ejecutor que se adjudique la licitación. 32