Una edición facsimilar del Mapa de Oztoticpac

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FAMSI © 2004: Dr. Xavier Noguez
Una edición facsimilar del Mapa de Oztoticpac
Traducido del Inglés por Alex Lomónaco
Año de Investigación: 1996
Cultura: Azteca
Cronología: Clásico Posterior
Ubicación: Noreste México, Cerca de Texcoco
Sitio: Desconocido
Tabla de Contenidos
Ediciones Facsímile
El Mapa de Oztoticpac
Logros
Trabajos previos sobre el Mapa de Oztoticpac
Ediciones Facsímile
Afortunadamente, estamos hoy ante un movimiento serio tendiente a publicar
documentos pictográficos de Mesoamérica, y que promete continuar a lo largo de la
década de 1990. Trabajar directamente con originales se hace cada día más difícil. Los
códices se encuentran diseminados por varios países, son frágiles, y muchos de ellos
sufren un avanzado estado de deterioro. Las instituciones han ido imponiendo
restricciones cada vez más severas para revisar sus acerbos, y a pesar de los avances
técnicos en el campo de la preservación, la pérdida de datos es irremediable, puesto
que, por ejemplo, los colores se borran y van cambiando con el tiempo. Por todas estas
razones, publicar facsímiles es la única manera de crear un corpus sólido de
instrumentos nuevos y eficientes con los cuales poder trabajar.
Entregado el 1 de agosto del 1996 por:
Dr. Xavier Noguez
[email protected]
El Mapa de Oztoticpac
Mapa de Oztoticpac es uno de los más antiguos documentos pictóricos indígenas,
pintados después de la conquista española del México Central. Es un códice de primer
nivel que merece ser reproducido adecuadamente. El Mapa no proviene del pueblo de
San Nicolás Oztoticpac, situado en la municipalidad de Otumba, en la sección
nororiental del Estado de México, sino que más bien se refiere, principalmente, a un
lugar todavía no identificado muy próximo a la ciudad de Texcoco, al este de la ciudad
de México. Mide 96 por 105.6 centímetros y fue pintado en papel de amatl. Está bien
preservado, aunque muestra evidencias de haber sido doblado en cuatro partes.
Aquí no estamos hablando de escenas dramáticas y coloridas. Estamos tratando, más
bien, con un documento complejo que es de carácter pragmático, sin ilustraciones
espectaculares como las que encontramos en los códices religiosos precolombinos o
los del período colonial temprano. Pero su contenido es de sumo interés. Además de la
información catastral, contiene distintos tipos de datos que iremos mencionando más
adelante.
No sabemos cómo o cuándo la Biblioteca del Congreso (Washington, D.C.) adquirió el
Mapa. Hacia 1905 ya hay informes en cuanto a que el Mapa está en posesión de la
Biblioteca. Hoy en día se lo guarda en la División de Geografía y Mapas, bajo el
número 247. Las únicas fotografías publicadas del documento son en blanco y negro, y
no le hacen justicia a las imágenes del original. Éstas fueron dibujadas con gran
precisión, y presenta la misma integración de elementos nativos y europeos que se
observan en otras pictografías del Acolhua (el área al oriente de la ciudad de México,
cuyo centro político era Texcoco). Hay una fotografía a color disponible, pero es tan
pequeña que no se la puede usar para la investigación.1
El origen del documento puede estar directamente relacionado con el destino de Don
Carlos Ometochtli Chichimecatecuhtli o Chichimecatecólotl. Don Carlos era miembro de
la nobleza Acolhua que había gobernado en esa área desde el siglo 15. Era el hijo de
Nezahualpilli Acamapichtli, y nieto del célebre Nezahualcóyotl Acolmiztli.
1
Véase John R. Hébert (editor), 1492. An Ongoing Voyage, Washington, Biblioteca del Congreso, 1992,
pág. 139.
2
Por ese entonces, el obispo Juan de Zumárraga (1476-1548), un fraile franciscano,
había sido nombrado Inquisidor Apostólico Contra la Herejía Depravada y la Apostasía,
en la capital de México y en todo el ámbito de la diócesis. En un caso extraño y
extremo de crueldad innecesaria hacia la pipiltin (la nobleza indígena) de las
comunidades recientemente conquistadas, Zumárraga, en 1539, ordenó que Don
Carlos fuera apresado y llevado a juicio. Se lo acusó, entre otras cosas, de idolatría y
concubinato y de practicar sacrificios paganos. Ese mismo año fue condenado a morir
en la hoguera y todos sus bienes terrenales quedaron confiscados.2
Este duro castigo contra un miembro cercano de la familia del gran Nezahualpilli
provocó un gran escándalo entre los nobles indígenas. También generó gran cantidad
de problemas, uno de los cuales fue la subsecuente protección del patrimonio de la
nobleza Acolhua (campos cultivados y huertos con árboles frutales transplantados de
Europa), que había estado en manos de Don Carlos.
De estas circunstancias, se infiere que el Mapa de Oztoticpac fue preparado para
defender las propiedades de la nobleza de Texcoco. Probablemente lo haya encargado
el tlatoani (gobernante nativo) Don Antonio Pimentel Tlahuilotzin, quien gobernó
Texcoco entre 1540 y 1546.3 Los textos que acompañan la pictografía mencionan la
heredad de Don Carlos y la de su hermano, Fernando Cortés Ixtlixóchitl.
Como se dijo anteriormente, este es un documento bastante temprano, preparado entre
1540 y 1541. Describe, entre otras cuestiones de importancia, cómo la nobleza
indígena recientemente conquistada se estaba sirviendo de mecanismos de litigio y
presentando evidencia legal dentro del sistema español.
Echemos un vistazo al contenido de la pictografía. Aproximadamente las tres cuartas
partes del documento presenta propiedades registradas, a través del uso de un
complejo sistema tradicional de medición (Figura 1a, b y d). Las parcelas de tierra y los
edificios que allí se ilustran estaban ubicados en un momento dado en barrios, no lejos
de Texcoco. Por otro lado, y porque el Mapa es el ejemplo más antiguo de registro
conocido de una acción legal relacionada con la agricultura, nos da una información
valiosa acerca de los injertos de árboles frutales que se practicaban en la década de
1540, en el corazón del Acolhua.
El último cuarto del manuscrito, ubicado abajo a la izquierda (Figura 1c), ilustra una
serie interesante de 20 troncos de árbol que tienen injertos de ramas de árboles
frutales europeos. Se pueden reconocer granados, membrillos, manzanos, perales y
durazneros, además de viñas. En un costado de la escena cuatro aparecen glifos de
lugar. Corresponden a Texcotzinco, Cuauhyácac, Tlaxomolco y Oztoticpac.
2
Esta decisión es completamente opuesta a la administración habitualmente benevolente de Zumárraga.
Fue duramente criticado por la corona española, a tal punto que los indígenas fueron retirados de la
jurisdicción de la Inquisición. La prohibición más tarde formó parte de las Leyes de Indias.
3
Cline, "The Oztoticpac Lands…" en Ristow, A la Carte…, pág. 13.
3
Figura 1. El Mapa de Oztoticpac.
La razón por la cual se incluyó esta información parece derivarse de un juicio iniciado
en 1540 por parte de Pedro de Vergara, quien pide que los huertos con injertos que
una vez fueron propiedad de Don Carlos Ometochtli, le fueran transferidos a él. Tal
parece que Vergara no había concluído una transacción con Don Carlos que tenía
relación con los injertos de árboles. Los árboles con injertos habían sido confiscados
por la Inquisición y fueron vendidos, junto con las parcelas de tierra, a Alonso de
Contreras.
Toda la información catastral está acompañada de textos de variada extensión. Están
escritos en español y en náhuatl, y además de Oztoticpac, mencionan Texcoco y
Tollantzinco (en el Estado de Hidalgo). En la parte superior derecha de esta sección
aparecen setenta y cinco secciones autónomas de tierra. Dichas parcelas de tierra
4
aparentemente habían sido donadas a Don Carlos Ometochtli por Fernando Cortés
Ixtlixóchitl.
En la sección correspondiente a la parte inferior derecha (Figura 1d), aparecen
representadas más parcelas de tierra. No se las ha identificado hasta este momento,
pero puede tratarse de Octipac, Tototzinco, Apocopan, Hueiatl y Atlxocopan. Se hace
mención de personajes como Huehuexoxol, abuelo de la madre de Don Carlos
Ometochtli, y de la cantidad de mantas entregadas como pago por las tierras.
La sección superior izquierda es sumamente interesante (Figura 1a). Los dibujos de
tierras y el diagrama de distintos edificios ubicados dentro del coto, son pasmosamente
parecidos al Fragmento VI de la Colección Humboldt (Figura 2). Este interesante
fragmento pictográfico está fechado entre 1545 y 1546.4 Se trata de un dibujo sobre
un trozo de papel de amatl, y mide 20 por 21 centímetros. Hoy es propiedad de la
Biblioteca Estatal de Alemania, en Berlín.
4
Véase Eduard Seler, "The Mexican Picture Writings of Alexander Von Humboldt" en Bulletin of the
Bureau of American Ethnology (Washington, D.C.), no. 28, 1904. No hace mucho el Fragmento fue
reproducido en Vistas de las cordilleras y monumentos de los pueblos indígenas de América, de
Alexander Von Humboldt, con aportes de Charles Minguet, Jean-Paul Duviols, Jaime Labastida, Eduardo
Matos Moctezuma, Mercedes Olivera y Cayetano Reyes, 2 vols., México, Smurfit Cartón y Papel de
México y Siglo XXI Editores, 1995, vol. II, lámina 12: "Pièce de procès en ecriture hièroglyphique."
5
Figura 2. Fragment VI de la Colección Humboldt.
Presenta el mismo complejo de edificios que se observa en el Mapa de Oztoticpac
junto con un interesante grupo de siete individuos. Seis de ellos son funcionarios
españoles, y el séptimo, un gobernador indígena, probablemente sea Don Antonio
Pimentel Tlahuilotzin. Por el contrario, el Mapa de Oztoticpac contiene largas glosas
que no aparecen en el Fragmento VI. Cuando se combina la información contenida en
ambos documentos, se puede inferir que se habla del patrimonio o la heredad
propiedad del linaje de la pipiltin Acolhua que habitaba en los palacios (tecpancalli)
construídos por Quinatzin en el siglo 14, y que fueron utilizados por Don Carlos
Ometochtli y su esposa Doña María a partir de 1532.
Para finalizar, como si se tratara de una subsección autónoma, hay una parcela de
tierra dibujada en el rincón superior izquierdo (Figura 1e). Dicha parcela estaba ubicada
6
en Tollantzinco (Estado de Hidalgo), y la glosa que la acompaña, en español, dice "esto
es porque no es seguro que Ixtlixochitl le diera ésto a Don Carlos, quien reclama su
propiedad".
Además de las secciones catastrales del Mapa de Oztoticpac, el resto del manuscrito
demuestra una fuerte influencia europea: los dibujos están más orientados hacia lo
perceptual que hacia lo conceptual. La presencia europea es notable en lo que
respecta a los glifos de lugar. Tómese, por ejemplo, la forma en que se combinaron los
glifos de cueva (óztotl) y bandada (icpatl) para que formaran una palabra con el nombre
del lugar en el Códice Mendoza (Figura 3), y su contrapartida en el Mapa de Oztoticpac
(Figura 1c, círculo).5
Figura 3. El nombre del lugar en el Códice Mendoza.
Las diferentes representaciones de tierras no se dibujaron usando la misma escala,
sino que expresan un modelo que puede servir como una referencia adecuada para
usos prácticos. Esto es lo opuesto a los espacios rituales o figurativos que encontramos
en algunos de los documentos precolombinos mixtecos de Oaxaca o en el grupo
Borgia, todavía poco comprendido. El Mapa no trata de territorios extensos como por
ejemplo los que aparecen señalados en el Códice Xólotl. El Mapa, conceptualmente,
está más cerca de los llamados Códices indígenas de algunos pueblos del Marquesado
del Valle de Oaxaca…, del Fragmento VIII de la Colección Humboldt, del Códice Santa
5
Códice Mendoza, folio 10 v.
7
María Asunción, del Códice Vergara, del Códice de las posesiones de don Andrés, o de
algunas secciones del Códice Tepetlaoztoc o del Kingsborough.6
El espacio representado en el Fragmento VI de la Colección Humboldt es
considerablemente reducido, y, en general, se acerca más al estilo indígena tradicional,
sobre todo en la representación de figuras humanas y onomásticos, y glifos de lugar.
Por otro lado, en ambos documentos encontramos una representación arquitectónica
que es una mezcla extraña, y que combina planos de altura y de pisos, en los que se
utilizan elementos nativos y europeos.7
Si bien la representación glífica es relativamente simple, la interpretación del sistema
de medición de la tierra todavía implica un desafío. Parece tratarse de una antigua
tradición para medir parcelas destinadas a la agricultura, que continuaron en uso algún
tiempo después de la conquista. Huelga decirlo, para la población indígena era de vital
importancia determinar con exactitud la extensión de sus tierras patrimoniales y
comunitarias. Dentro del sistema precolombino de tenencia de la tierra, la propiedad
privada no existía. Don Carlos Ometochtli se beneficiaba de los ingresos que recibía de
ciertas tierras. Eran de él, para que las trabajara. Pero no eran "de su propiedad". Eran
parte de un patrimonio que pertenecía, en común, a los píllotl del Acolhua (clase noble
indígena). Cuando Don Carlos Ometochtli fue ejecutado, quedaba en manos de la
nobleza Acolhua demostrar la propiedad. Estos dos documentos son un intento por
definir el origen y ubicación de ciertas propiedades que "eran usadas" por Don Carlos.
El problema de decifrar el sistema de relevamiento representado en manuscritos
náhuatl tradicionales ya ha sido estudiado por muchos especialistas.8 Sin embargo,
todavía no hemos descubierto las fórmulas para convertir el sistema tradicional de
medición de tierras al sistema métrico moderno. Todavía tenemos la esperanza de
encontrar la clave del sistema nativo, que podría caracterizarse como "verdadero,
6
El Plano parcial de la Ciudad de México ("Plano en papel de maguey"), es un mapa de tamaño
considerable que mide 238 por 168 centímetros. El original se conserva en la Sala de Testimonios
Pictográficos en el Museo Nacional de Antropología. Presenta información catastral pero no emplea el
intrincado sistema de medición que encontramos en los documentos aquí estudiados.
7
Puede encontrarse un ejemplo similar en el Mapa Quinatzin del Acolhua. Para mayor información
acerca de la combinación de rasgos artísticos indígenas y europeos, véase Donald Robertson, "Domestic
Architecture of the Aztec Period: Mapa Quinatzin", en Del arte. Homenaje a Justino Fernández, México,
Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Estéticas, 1997, págs. 11-18.
8
Véase el trabajo pionero de Víctor Manuel Castillo Farreras, "Unidades nahuas de medida", en Estudios
de Cultura Náhuatl, no. 10, 1977, págs. 147-154. Véase también Marcos Matías Alonso, Medidas
indígenas de longitud, México, Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social
(CIESAS), 1984, (Cuadernos de la Casa Chata, 94); Herbert R. Harvey y Barbara Williams, "Aztec
Arithmetic: Positional Notation and Area Calculation", en Science, no. 210, 1980, págs. 499-505; Herbert
R. Harvey y Pablo Noriega, Native Mexican Mathematics, Madison, University of Wisconsin, Department
of Anthropology, 1981; Herbert R. Harvey y Barbara Williams, "Decipherment and Some Implications of
Aztec Numerical Glyphs", en Native American Mathematics, Michael P. Closs (editor), Austin, University
of Texas Press, 1986, págs. 237-259.
8
fácilmente sostenible, austero en su contenido, ligeramente redundante, elocuente y
accesible para todos".9
Aquello que Herbert R. Harvey detectó en el Mapa de Oztoticpac todavía es un misterio
que él describe de la siguiente manera:
Lo que resulta especialmente dificultoso en el desciframiento del Mapa de las
Tierras de Oztoticpac es el hecho de que se usaron dos sistemas de medición
distintos, el quahuiti de 2.5 m y un cemmatl de 1.77 m (?), sin ningun glifo de
advertencia en especial que señale el cambio y sin ninguna modificación en la
anotación. Esto debe tomarse con cautela a la hora de decifrar otros
documentos de tierras. Con el tiempo, debería ser posible aclarar las razones de
la preferencia por uno u otro sistema, o en todo caso las reglas que gobiernan el
uso de uno u otro.10
Logros
Damos por concluído este informe luego de mencionar los temas que se vieron
enriquecidos por la revisión del manuscrito pictórico original, en Washington, D.C., y las
consultas realizadas en el Archivo General de la Nación, en la ciudad de México:
—Las formas y los colores. Pude reunir una buena cantidad de información sobre estos
asuntos. Cline y Harvey (véase "Trabajos anteriores sobre el Mapa de Oztoticpac")
tenían un interés secundario por la descripción de las formas y los colores.
—Nombres de lugares. Se aclararon importantes detalles iconográficos. Esto me dará
la oportunidad de buscar las localizaciones geográficas correctas que aparecen
mencionadas en el Mapa.
—Glosas. Los textos en español y en náhuatl fueron cuidadosamente reconstruídos y
comparados con traducciones anteriores.
—El juicio de Don Carlos Ometochtli (de junio a noviembre de 1539). Las consultas en
el Archivo General de la Nación, Ramo Inquisición (volumen II, exp. 10, folios 242-346),
me aportaron más información sobre el juicio del desdichado Don Carlos Ometochtli y
sus consecuencias en el Acolhua y otras partes. Si bien el juicio trata básicamente de
sus malas conductas en lo religioso, representan pistas importantes para reconstruir su
biografía y sus actividades económicas en la comunidad indígena al igual que en la
española.
9
Pablo Noriega B.V., "Códice Santa María Asunción. Ejemplo de sistema catastral de origen
prehispánico", en Vértices (Mexico, Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, INEGI), no.
3, Septiembre-Diciembre, 1993, pág. 13.
10
Herbert R. Harvey, "The Oztoticpac Lands Map. A Reexamination", en Land and Politics in the Valley
of México, H.R. Harvey (editor), Albuquerque, University of New Mexico Press, 1991, págs. 163-185.
9
—Sistemas nativos de medición. A pesar de los esfuerzos realizados durante los
últimos meses, éste es el tema que me resulta menos conocido (y
desafortunadamente, es crucial). Ya he estudiado los trabajos de los especialistas
modernos y he notado sus marcados desacuerdos en cuanto al sistema (¿o los
sistemas?) de medición de la tierra nativos vis-à-vis los europeos. No creo que el
problema se pueda resolver hasta que se hayan publicado todos los ejemplos
disponibles, y se los haya descrito y estudiado minuciosamente. Entonces podremos,
por primera vez, comparar y contrastar su información catastral.
—Fotos y copias de material relacionado. Los días que pasé en la Biblioteca del
Congreso me brindaron la posibilidad de adquirir buen material fotográfico del Mapa y
reunir fotografías de materiales relacionados, en las Divisiones de Geografía y Mapas y
en la de Manuscritos.
Según lo establecido en la propuesta original, El Colegio Mexiquense AC (El Centro de
Investigaciones sobre las Humanidades y las Ciencias Sociales del Estado de México),
con el apoyo de la Biblioteca del Congreso, en Washington, D.C., tiene planeado
publicar una edición facsimilar del Mapa de Oztoticpac y del Fragmento VI de la
Colección Humboldt, junto con una nota introductoria que contiene más información
sobre el tema que nos ocupa.
Mirando un poco más allá, la preservación y difusión de otros documentos pictóricos
originarios de áreas cercanas a la ciudad de México es una tarea impostergable. De lo
que se trata aquí es de preservar la identidad de pequeños y antiguos centros
poblacionales o de sus barrios. Estos asentamientos están siendo devorados, a veces,
por un violento desarrollo urbano, y muy pronto habrán desaparecido. La región del
Acolhua fue particularmente importante desde los tiempos del Preclásico (ca. 500 A.D.
– 200 d.C.). Si bien sólo jugaron un papel secundario en la historia colonial temprana,
los documentos que son su patrimonio deberían quedar a buen resguardo.
Trabajos previos sobre el Mapa de Oztoticpac
Cline, Howard F.
"The Oztoticpac Lands Map of Texcoco, 1540" in Quarterly Journal of the Library
of Congress, vol. 23, no. 2, April, 1966.
"The Oztoticpac Lands Map of Texcoco, 1540: Further Notes" in Actas y
memorias del XXXVII Congreso Internacional de Americanistas (Argentina),
1966, vol. III (Buenos Aires, 1968). An expanded text appeared in Walter W.
Ristow (editor), A la Carte. Selected Papers on Maps and Atlases, Washington,
D.C., The Library of Congress, 1972.
10
Harvey, Herbert R.
"The Oztoticpac Lands Map. A Reexamination" in Land and Politics in the Valley
of México, H.R. Harvey (editor), Albuquerque, University of New Mexico Press,
1991, p. 163-185.
11
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