ARCHIPIÉLAGO DE LAS LETRAS PEDRO GARCÍA CABRERA

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ARCHIPIÉLAGO DE LAS LETRAS
PEDRO GARCÍA CABRERA, POR MARÍA JESÚS PABLO GIMENO
PEDRO GARCÍA CABRERA
Por María Jesús Pablo Gimeno
Quién es
«En medio de las llamas,
con las espinas de los hombres,
vinieron a la vida y a la muerte
el rosal y el poeta» P.G.C.
Pedro García Cabrera nace el día 19 de agosto de 1905 en Vallehermoso, y en ese
abrupto y paradisíaco paisaje insular permanece hasta los siete años. A su isla natal, le
dedicará un hermoso romance, Gomera. En 1915, tras una breve estancia en Sevilla, la
familia se establece en Tenerife, e inicia sus estudios de Bachillerato en el Instituto General y
Técnico de Canarias (La Laguna). Desde muy joven, colabora en la prensa y publica en La
Voz de Junonia y Gaceta de Tenerife. A partir de 1926, sus escritos aparecen en Hespérides,
revista en la que coinciden escritores ligados al modernismo y al regionalismo de fin de siglo
con jóvenes poetas e intelectuales que formarán parte del grupo de vanguardia. En 1930, es
uno de los fundadores de Cartones. Además, junto a E. Westerdahl y D. Pérez Minik, entre
otros, participa en la creación de Gaceta de Arte (1932-1936), revista internacional de
cultura, que conectó a los intelectuales y artistas canarios con las vanguardias europeas y el
surrealismo. Desde Gaceta de Arte, se organiza el viaje a las islas de A. Breton, J. Lamba y
B. Péret, suceso que va acompañado de una exposición internacional de arte surrealista en
Santa Cruz de Tenerife, de la firma de un manifiesto y la publicación del segundo número del
Boletín Internacional del Surrealismo, y de la proyección de La Edad de Oro.
En los años de la Segunda República, a su compromiso intelectual se suman sus
inquietudes sociales y políticas. Afiliado al PSOE, es elegido concejal del Ayuntamiento de
Santa Cruz de Tenerife (1931) por la Conjunción Republicano-Socialista y nombrado
consejero del Cabildo Insular. Dirige Altavoz y El Socialista, y participa, activamente, en la
vida pública. Tras el triunfo electoral del Frente Popular, viaja a Madrid, en abril de 1936,
para asistir a la elección de Manuel Azaña. Cuando, en julio, se produce el golpe de estado
contra la democracia, P.G.C. es detenido y deportado a un campo de concentración en Villa
Cisneros, del que los prisioneros se evaden en 1937. Marcha a Dakar (Senegal) y,
posteriormente, desde Marsella, entra en España y se integra en el frente republicano de
Andalucía, donde realiza labores de inteligencia militar. Sufre un grave accidente y, en el
hospital, conoce a Matilde Torres Marchal con quien se casará en 1948. Detenido en
Granada, unos meses antes de acabar la Guerra Civil, permanecerá en prisión hasta 1946.
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En los difíciles años de la posguerra, a pesar del mísero ambiente cultural marcado
por una férrea censura y de la disolución del grupo de vanguardia, García Cabrera,
Westerdahl y Pérez Minik impulsan la publicación de una nueva y fugaz revista: De Arte.
Además, P.G.C. reinicia sus colaboraciones con textos críticos y relatos, en la prensa local,
especialmente en Gaceta Semanal de las Artes, y se convierte en maestro de los jóvenes
escritores. Vive con ilusión los años de transición a la democracia, y da conferencias y
participa en diversos actos, como el Primer Congreso de Poesía Canaria en 1976. Siempre
comprometido, ética e intelectualmente, muere en Tenerife en 1981.
Valor y significado de su obra
1928-1936 son años muy creativos. La publicación de Líquenes (1928) vincula al
poeta con las inquietudes que animan los primeros libros de la Generación del 27 y la lírica
europea contemporánea: neopopularismo y formas cultas ligadas a las primeras vanguardias,
en especial, al ultraísmo y creacionismo. El mar que rodea la isla, espacio lírico que abre
caminos al ensueño, se convierte, en palabras de Nilo Palenzuela, «en una fuerza que lo
anega todo», y «la isla en una presencia insuflada de mar». A partir de 1930, inicia en la
prensa una labor ensayística esencial para entender su pensamiento universalista, su visión
del paisaje y de la estética vanguardista, y, también, su punto de vista sobre las posibilidades
del lenguaje poético abstracto. Así, en su ensayo, El hombre en función del paisaje, revisa
críticamente cuáles son los fundamentos de una auténtica literatura regional. Asimismo,
escribe Proyecciones, su única obra teatral. Transparencias fugadas (1934), es ya un libro de
madurez, cuya construcción responde a una preocupación intelectual manifestada en varios
de sus ensayos: «El arte abstracto expresa mejor que ningún otro prisma de nuestro tiempo la
tragedia del hombre contemporáneo, porque la remonta a un escenario cósmico». Ahora el
aire, viajero dinámico y libre, se convierte en tema y símbolo que da unidad a un libro en el
que el endecasílabo blanco es el principal vehículo formal de expresión. En ese mismo año,
P.G.C. inicia, en Tafira, la escritura de La rodilla en el agua, que sigue la línea del libro
anterior y cuyo espacio-símbolo central es la isla. También, en 1934, escribe el relato
surrealista Los senos de tinta. Asimismo, en los días inmediatos al golpe militar, compone los
textos de Dársena con despertadores, el poemario que más se acerca a la escritura
automática y a los principios surrealistas defendidos por A. Breton.
1936-1946 son años inmersos en un ámbito de violencia. Prisión, guerra y prisión
enmarcan la vida del poeta y de sus escritos: Entre la guerra y tú, Romancero cautivo, La
arena y la intimidad, Hombros de ausencia y Viaje al interior de tu voz. Los tres poemas
iniciales de Entre la guerra y tú, premonitorios de la inmediata barbarie, están creados poco
antes de la Guerra Civil; las restantes composiciones, durante la guerra y, sobre todo, en la
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cárcel. La guerra y el tú amoroso son los dos ejes de este poemario de estirpe surrealista y
sentido trágico. Romancero cautivo, su libro más testimonial, poetiza la trágica y
estremecedora peripecia humana que viven el poeta y la España republicana entre 1936 y
1940. Lo inicia en el campo de concentración, lo continúa en Dakar y lo concluye en prisión.
1946-1981 son años de exilio interior y de búsqueda de la esperanza. Tras salir de la
cárcel, su vida debe desenvolverse en un tiempo de libertad encadenada. En 1951, aparece
Día de alondras, texto vinculado estéticamente al neopopularismo, en el que el poeta busca
refugio en un momento adverso de su existencia. Ricardo Gullón, elogia la aparición de estos
«romances que dicen las alegrías −o las penas sencillas− del mundo y de la vida». Por otra
parte, reanuda su relación con escritores y profesores extranjeros y, en 1956, junto a José
Domingo, presenta en la III Bienal Internacional de Poesía celebrada en Knokke (Bélgica)
Las fuentes de la poesía popular, uno de sus ensayos más significativos. Poco después, en
1959, publica en Madrid una obra singular y muy destacada en la lírica española de
posguerra: La esperanza me mantiene, libro que es secuestrado por la censura. En sus versos,
cuyo rico lenguaje enlaza con la tradición del surrealismo, el poeta invoca y apostrofa a la
mar, cambiante y profunda, en la que busca renacer. En el prólogo, Pérez Minik reflexiona
sobre la importancia que adquiere, en el universo lírico de P.G.C., aquella copla que
escuchaba de niño: «A la mar fui por naranjas, / cosa que la mar no tiene. / Metí la mano en
el agua: / la esperanza me mantiene»; y añade: «Esta lucha entablada, a través de estos cuatro
versos bellísimos, entre la realidad y la irrealidad ha de marcar muy poderosamente toda la
creación de nuestro poeta». V. Aleixandre elogia el poemario del que dice que es «un cántico
generoso de la conciencia humana, mucho más todavía que de la esperanza de los hombres».
Entre 1968 y 1970, García Cabrera publica: Entre cuatro paredes, Vuelta a la isla y
Hora punta del hombre, libros en los que hay intimismo, evocación del hogar y los amigos
ausentes, una emotiva mirada hacia el paisaje y el quehacer humano, y un claro compromiso.
A su vez, crea los poemas de Las islas en que vivo, escritos «junto al mar batiente, en el
litoral suroeste de Tenerife», entre 1960 y 1967. En el prólogo, expone que muchas de las
«imágenes que cristalizan» en ellos «son formas elaboradas por el pueblo» y que su propósito
ha sido «el de utilizar su fuerza expresiva y sus bellas siluetas coloquiales para dar calor» a la
palabra poética. Elegías muertas de hambre, dedicado a la UNICEF, Ojos que no ven y
Hacia la libertad recogen los versos que escribe y publica en los últimos años de su vida. A
los tonos sociales, se unen las preocupaciones ecológicas y la denuncia de las secuelas y
odios de las guerras. Cercana ya su muerte, acaecida en marzo de 1981, ve la luz A la mar fui
por naranjas (1980), antología seleccionada por el propio autor, en cuyo prólogo, Pérez
Minik elogia la lealtad lírica que ha mantenido P.G.C., aun en las situaciones políticas más
adversas, para lograr «el más libre pero asimismo más riguroso y esforzado trabajo creador».
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Bibliografía
OBRAS DE PEDRO GARCÍA CABRERA
Líquenes, Hespérides, Santa Cruz de Tenerife, 1928.
Transparencias fugadas, Gaceta de Arte, Santa Cruz de Tenerife, 1934.
La rodilla en el agua [1934-1935], Benchomo, Santa Cruz de Tenerife, 1981.
Dársena con despertadores [1936], Papeles Invertidos, 4-5, Santa Cruz de Tenerife, 1980.
Entre la guerra y tú [1936-1939].
Romancero cautivo [1936-1940].
La arena y la intimidad [1940].
Hombros de ausencia [1942-1944].
Viaje al interior de tu voz [1944-1946].
Día de alondras, Goya Ediciones, Santa Cruz de Tenerife, 1951.
La esperanza me mantiene, Gráficas Arges, Madrid, 1959.
Entre cuatro paredes, Gaceta Semanal de las Artes, Santa Cruz de Tenerife, 1968.
Vuelta a la isla, Caja General de Ahorros, Santa Cruz de Tenerife, 1968.
Hora punta del hombre, La Quincena, Las Palmas de Gran Canaria, 1970.
Las islas en que vivo, Nuestro Arte, Santa Cruz de Tenerife, 1971.
Elegías muertas de hambre, Adonais, Madrid, 1975.
Ojos que no ven, Taller Ediciones J.B., Madrid, 1977.
Hacia la libertad, Aula de Cultura, Santa Cruz de Tenerife, 1978.
A la mar fui por naranjas, antología poética, Edirca, Las Palmas de Gran Canaria, 1980.
Pedro García Cabrera. Obra selecta, 3 v., obra poética y prosa −ensayos y artículos
críticos, relatos y teatro−, edición de Nilo Palenzuela y Rafael Fernández,
Gobierno de Canarias, Fundación Pedro García Cabrera, Editorial Verbum,
Madrid, 2005.
Pedro García Cabrera. El hombre en función del paisaje y otros ensayos, selección e
introducción de Jorge Rodríguez Padrón, Caja Canarias, Santa Cruz de Tenerife,
2005.
Biblioteca del centenario. Pedro García Cabrera, 10 v., edición de Rafael Fernández,
Cabildo Insular de la Gomera, Ediciones Idea, 2005.
Pedro García Cabrera. Aires de libertad, María Jesús Pablo Gimeno (ed.), antología de
poemas acompañados de lecturas personales de diversos autores, Ediciones Idea, el
Poeta y su Contexto, 2006.
Antología de Pedro García Cabrera, obra poética y prosa −ensayos y artículos críticos,
relatos y teatro−, edición de María Jesús Pablo Gimeno, Academia Canaria de la
Lengua, Biblioteca Manuel Padorno, 2008.
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Pedro García Cabrera. Los senos de tinta. Erotismo y Surrealismo, La Página Ediciones,
Viceconsejería de Cultura del Gobierno de Canarias, 2010.
Todo es azar: entrevistas y otros textos dispersos, edición de Miguel Martinón, Instituto
de Estudios Canarios, 2010.
OBRAS SOBRE PEDRO GARCÍA CABRERA
AMADO SANTANA, Esteban, Pedro García Cabrera. En torno a una existencia poética,
Aula de Cultura del Cabildo Insular de Tenerife, S/C de Tenerife, 1985.
MORRIS, C. B., Entre la guerra y tú, de Pedro García Cabrera: guerra, prisión y poesía,
Ediciones Idea, Santa Cruz de Tenerife, Las Palmas de Gran Canaria, 2009.
MORRIS, C. B., Líquenes, de Pedro García Cabrera: isla, mar y mundo, Ediciones Idea,
Santa Cruz de Tenerife, Las Palmas de Gran Canaria, 2011.
PALENZUELA, Nilo, El primer Pedro García Cabrera, Ediciones del Cabildo Insular de
Gran Canaria, Las Palmas de Gran Canaria, 1991.
OTROS RECURSOS
Hombre soy de las islas. Pedro García Cabrera. Letras Canarias 2012
www.gobiernodecanarias.org/cultura/dlcan/pdf/RDLC_2012.pdf
García Cabrera. Folleto exposición P.G.C., CUIDADANO DEL MUNDO
www.bibliotecaspublicas.es/tenerife/imagenes/DEFINITIVOExpPedroGC_dina5.pdf
Navegar, navegar, navegar. Pedro García Cabrera. Letras Canarias 2012.
www.gobiernodecanarias.org/cultura/dlcan/pdf/RDLC_2012.pdf
Pedro García Cabrera. Por encima del olvido, materiales de aula.
www.gobiernodecanarias.org/cultura/dlcan/pdf/RDLC_2012.pdf
Audios
Poemas grabados con la voz del poeta: Gomera, Pesadilla, Un día habrá una isla y A voz
en cuello.
Programa emitido por Radio Campus, Universidad de la Laguna, en mayo de 1994, sobre
Pedro García Cabrera, con documentos grabados en vida del poeta (archivo de RNE en
Canarias), en el que se escucha su voz mientras habla de su propia biografía y recita
poemas.
Documentos
PEDRO GARCÍA CABRERA, PASIÓN Y VERDAD (Documento PDF | 239.3 KB)
PEDRO GARCÍA CABRERA. BIBLIOGRAFÍA (Documento PDF | 68.9 KB)
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Selección de textos
DEL LIBRO LÍQUENES
Esta racha de viento que a mí llega,
acaso fuera silbo
en las gráciles jarcias de una nave.
O sonrisas plegándose en el ojo
acuoso y abierto de un estanque.
O corcel embridado de una nube.
O carne melodiosa de un oboe.
O ¡quién sabe! Quién sabe y fue un suspiro,
que ha crecido, rodando por el aire.
Qué bien que te baila el viento
remojadito de sal.
Las rodillas en el agua,
el vientre fino en las velas
y el alma en la inmensidad.
DEL LIBRO TRANSPARENCIAS FUGADAS
Único y sin fronteras. Compacto
escalador de diáfanas planicies
que comienzan en ti y en ti terminan
sin que comiencen ni terminen nunca.
Aduanero de paz que ruborizas
la feria de colores de los mapas
y l’alta diplomacia de los soles.
Tan solidario siempre. Y tan igual
en tu imperio de alados celuloides,
sin problemas raciales que dividan
tu universal desvelo de ser uno
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PEDRO GARCÍA CABRERA, POR MARÍA JESÚS PABLO GIMENO
frente a los continentes disgregados.
Ahora sí que puedes encontrarme
en los primeros planos de tu insomnio.
DEL LIBRO LA RODILLA EN EL AGUA
DE CÓMO ESTÁS EN MÍ
Te me vas escapando poco a poco
de mi cielo, isla. Más isla y sola
al tic tac con que ahora te desnudo.
Hasta yo mismo que jugué contigo
a ser explorador por las dos niñas
de mis ojos, aprendiendo vertientes
donde se me caían las miradas,
me voy tornando como tú, una isla,
que hiela sus nostalgias con delfines
y derrumba los valles del latido,
emigrando de mí para encontrarme
en la desnuda soledad que pueblas.
DEL LIBRO ENTRE LA GUERRA Y TÚ
CON LA MANO EN LA SANGRE
Nadie se acuerda ya de la Gran Guerra
y aún tienen los ríos su largo brazo en cabestrillo
y los ojos saltados los puentes
y corazones ortopédicos los hombres.
Sólo tú, yo y aquel sueño polar de golondrinas,
con nuestras aguas verdes por la espera,
batimos el recuerdo en tu mármol, en mi frente, en su oído.
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PEDRO GARCÍA CABRERA, POR MARÍA JESÚS PABLO GIMENO
Nos venderán de nuevo
aunque prosigan con su rebelión armada los rosales
y la mentira con sus tres dimensiones y un pico con ojeras
y el treno de los trenes en el trino de una estación al este de los mares.
Todo se perderá: corales, ruiseñores,
la última comedia que apunte el caracol desde su concha,
los diarios que voceen las ranas al crepúsculo,
tu orfelinato de montañas locas,
tantas y tantas cosas que ignoran los cipreses.
Y de tu voz, hasta de tu voz, que enlaza la seda con los pámpanos,
fabricarán cañones que habrán de bendecir los obispos
para que rompan más eficazmente las venas de los sueños.
Se nos dará una gran razón: que somos hijos de la patria,
sin saber que a ti, a mí y al sueño polar de golondrinas
nos sobra espacio para vivir aun dentro de un beso de paloma.
DEL LIBRO ROMANCERO CAUTIVO
EN EL PUÑO DEL RECUERDO
El camarín de la noche
guarda un puñado de amigos.
No creáis que se divierten:
están celebrando un rito.
Hay muchas vidas descalzas,
muchas estrellas con frío,
muchas voces que nos hablan
con la lengua de un cuchillo,
la gran mano de la ausencia
llena de nidos vacíos
y muchas sonrisas muertas
ya sobre labios dormidos.
En la prisión de la noche
todos parecemos filtros
de pensamientos lejanos
y de amores desvalidos.
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PEDRO GARCÍA CABRERA, POR MARÍA JESÚS PABLO GIMENO
Nos oímos por las venas
cruzar un llanto de niños,
latir angustias distantes
y hacerse el recuerdo vino.
Nochebuena entre barrotes,
cerrada como un castillo
que proyectara su sombra
con un gesto pensativo,
tú vivirás en nosotros
por encima del olvido.
(Prisión de Baza, Nochebuena de 1940,
con trece firmas de prisioneros.)
DEL LIBRO HOMBROS DE AUSENCIA
Como tú, libertad, oh ausencia mía,
juegas en mis trapecios de colores.
Yo, tu circo, tus gradas expectantes,
tu naipe al alimón, tu anillo al dedo.
Me haces de cada músculo un camino
para lograr, altísima, mis sienes,
tú que tan honda, hondísima, entreabres
el alfa de tu vuelo en mis raíces.
Y al ascender calzadas interiores
hasta el nido de águila del gozo,
le das un doble eje a cada día,
médula virgen, torre de homenaje,
donde tú, libertad, velas las armas
que nunca te han de herir, oh ausencia mía.
Tan al pie de mi voz tu sombra nace.
(29 de octubre de 1942)
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DEL LIBRO DÍA DE ALONDRAS
ALONDRA DEL PALOMO TONTO
El palomo no salía
del tejado de la iglesia.
No sabiendo amar palomas,
arrullaba las veletas.
Tenía las patas rojas
y blanco el buche de seda;
mas de nada le servía
tan elegante librea.
Se ponían coloradas
las palomas ponederas
porque se echaba en los nidos
con arrumacos de hembra.
¡Qué culpa tenía él
de sus interiores nieblas!
Un día se partió un ala
porque quiso, en su ceguera,
posarse en el silbo de humo
de una negra chimenea.
Andaba a pasos de oca
a la hora de la siesta.
Si picaba la albahaca,
bebía sorbos de menta.
Al divisarle, gritaban
los chicos de las escuelas:
«Ahí viene el palomo tonto».
Y le llovían las piedras.
Y se marchaba volando
a palomarse en la iglesia.
En un Domingo de Ramos
lo encontraron dando vueltas,
loco de arrullos y alas,
en torno a un panal de cera.
Desde entonces, el palomo
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pasa las noches enteras
con una flor en el pico
haciendo sombras chinescas.
¡Y hasta la veleta siente
su flecha muerta de pena!
DEL LIBRO LA ESPERANZA ME MANTIENE
A LA MAR FUI POR MI SUEÑO
Esta noche he soñado con la mar.
Ningún silencio puntiagudo,
ni la más leve arista de angustia,
ni las nieblas del fondo perdido en la memoria
me quedaron en pie.
Todo estaba en una caracola de rumores,
confundido en la sal como al principio,
antes de que tuviese el agua
la primera ilusión de eternidad,
antes de que germinasen las algas una sonrisa.
Sólo tenía conciencia de que iba a nacer de nuevo
para estrechar la mano a los volcanes,
a la luz que se hiere en pestañas de ausencia,
a los barcos que no encuentran los puertos,
a los hombres que añoran su libertad perdida,
a las penas que salieran a recibirme por los caminos.
Pero penas felices como granos de menta,
penas con labios de mujer,
penas tan naturales como el ponerse la camisa,
penas de hombres sin miedo,
que ignoran el ataque y la defensa,
como las olas de desnudo torso,
como la hierba que medita y rumia,
como los que duermen en el mismo lecho
juntando los dedos y flores del descanso,
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PEDRO GARCÍA CABRERA, POR MARÍA JESÚS PABLO GIMENO
uniendo los cabellos derramados
en su mutua confianza de almohada,
amigos en el grito que taladra la noche
y en el calor de una copa de vino,
en la lágrima que deforma el colibrí de los contornos
y en la barca que rema su ternura de pueblo.
Soñaba con un mundo sin traiciones,
que no me tase el precio de mi hambre
ni me racione afectos ni palabras,
que no me despilfarre en latidos inútiles,
que no insulte los campos con trincheras
ni nos recuerde que manamos sangre.
En medio de mi sueño,
toda la sal del mar la sentía en mí mismo
cantando como un pájaro.
Si ahora os lo cuento al levantarme
es para que suceda y se haga carne un día
por montañas y valles y ciudades
aquí y en los planetas adonde el hombre llegue.
Con la mano en la mar así lo espero.
A LA MAR VOY TODAVÍA
Dime, tú, mar, ahora ¿a qué naranja
he de tender mi frente?
¿Debo arrancar de cuajo tus arenas,
golpear tus rumores,
escupir tus espumas,
matar tus olas de gallina de oro
que sólo ponen huevos de esperanza?
La paz te he suplicado y me la niegas,
mi ternura te ofrezco y no la quieres.
Pero algo he de pedirte todavía:
que no hagas naufragar a mi palabra
ni apagar el amor que la mantiene.
Aún mi mano en la mar, así lo espero.
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PEDRO GARCÍA CABRERA, POR MARÍA JESÚS PABLO GIMENO
DEL LIBRO LAS ISLAS EN QUE VIVO
Un brote de la mar ha llegado a mis pies.
Inesperadamente
se ha nacido del vientre de una ola
con su cuerpo de llantos y rumores
como si fuera de verdad una vida.
Tan pura exhalación,
tan leche hirviendo
coronó su existir apresurado,
que ni aun al recuerdo dejó brecha
su centella de agua.
Apenas si he podido retener un instante
su tiempo de morir,
su nacer velocísimo a la muerte.
Y acaso toda el alma de una isla,
más que obsesión de rocas a pie firme,
sea un brote de mar encadenado.
Un día habrá una isla
que no sea silencio amordazado.
Que me entierren en ella,
donde mi libertad dé sus rumores
a todos los que pisen sus orillas.
Solo no estoy. Están conmigo siempre
horizontes y manos de esperanza,
aquellos que no cesan
de mirarse la cara en sus heridas,
aquellos que no pierden
el corazón y el rumbo en las tormentas,
los que lloran de rabia
y se tragan el tiempo en carne viva.
Y cuando mis palabras se liberen
del combate en que muero y en que vivo,
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PEDRO GARCÍA CABRERA, POR MARÍA JESÚS PABLO GIMENO
la alegría del mar le pido a todos
cuantos partan su pan en esa isla
que no sea silencio amordazado.
DEL LIBRO OJOS QUE NO VEN
PARIENTES ONTOLÓGICOS
Un perro de la calle,
fiel amigo del viento y las esquinas,
me acompañaba a veces
a mi rincón de párvulo
aprendiz de la mar.
Ignoraba su nombre si acaso lo tenía.
Era un perro de base,
sin que un collar lo distinguiera
ni tuviese educados los ladridos.
Un perro que era un puro
manantial de alegría
y un trotador del hambre.
Uno a otro nos dábamos presencia,
ambos nos compartíamos:
yo despertaba en su descanso
y él se echaba a dormir en un poema.
Resonando de atrás,
de las cureñas del azar del agua,
ritmos de la igualdad, fraternizábamos
un perro de la calle y un hombre sin fronteras,
dos cuentagotas de la eternidad.
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PEDRO GARCÍA CABRERA, POR MARÍA JESÚS PABLO GIMENO
DEL LIBRO HACIA LA LIBERTAD
DONDEQUIERA
Dondequiera que mueras viviendo,
dondequiera.
Tomando chocolate o comiendo madroños,
dondequiera.
Horneando la ausencia o caminando a gatas,
dondequiera.
En la melancolía o en los ásperos mares,
dondequiera.
Mirando lagartijas o rompiendo aguijones,
dondequiera.
En el canto del gallo o en los dientes de un peine,
dondequiera.
Dondequiera que vivas muriendo,
dondequiera,
eres amigo mío
dondequiera.
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