boletín 3610-13 - Libertad y Desarrollo

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BOLETÍN 3610-13
ACTUALIZACIÓN
12 de noviembre de 2004
ISSN 0787-0415
I. DESCRIPCIÓN
REFERENCIA
:
Modifica el Código del Trabajo con el objeto de proteger el
patrimonio de las organizaciones sindicales
INICIATIVA
:
Moción de los diputados Sra. Muñoz (Adriana) y de los
diputados Sres. Muñoz (Pedro), Aguiló, Pérez (José), Meza,
Rossi y Tapia
COMISIÓN
:
De Trabajo y Seguridad Social
ORIGEN
:
Cámara de Diputados; pasó al Senado en segundo trámite
constitucional
INGRESO
:
14 de julio de 2004
CALIFICACIÓN
:
Sin urgencia
ARTICULADO
:
Artículo único, que agrega cuatro incisos al artículo 257 del
Código del Trabajo
OBJETO, SEGÚN LA INICIATIVA
1.-
Exigir, para enajenar bienes inmuebles1 de un sindicato, un acuerdo de la
asamblea, ante notario público, por los 2/3 de los afiliados que estén con sus
cuotas al día.
2.-
Establecer restricciones respecto de la forma de pago y destino de los recursos
provenientes de la venta de un inmueble de propiedad del sindicato.
1
La exigencia se aplica a inmuebles de avalúo fiscal superior 14 UTA (unos $5.000.000), o a inmuebles de cualquier valor,
si fuere el único que posee el sindicato.
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3.-
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Señalar la sanción civil por el incumplimiento de las normas del proyecto
(nulidad relativa del acto o contrato).
CONTENIDO ESPECÍFICO
Artículo único2.-
Modifícase el Código del Trabajo, de la siguiente forma: Incorpóranse, en el
artículo 2573, los siguientes incisos tercero, cuarto, quinto y sexto, nuevos:
Inciso tercero.
Tratándose de inmuebles cuyo avalúo fiscal exceda el equivalente a catorce
unidades tributarias anuales4 o que siendo inferior a dicha suma, sean el único
bien raíz de una organización, su enajenación, la promesa de ésta y cualquier
otra convención destinada a gravarlos, donarlos, darlos íntegramente en
arriendo o ceder completamente su tenencia por más de cinco años, si fueran
urbanos o por más de ocho, si fueran rústicos, incluidas las prórrogas, deberá
ser aprobada por, a lo menos, dos terceras partes de los afiliados que se
encuentren al día en el pago de sus cuotas sindicales, en asamblea
extraordinaria convocada al efecto, con la presencia de un Notario Público que
certifique haberse alcanzado dicho quórum.
Quórum de 2/3.
Inciso cuarto.
Pago del precio.
Inciso quinto.
Destino de los recursos.
Inciso sexto.
Sanción.
Las organizaciones solo podrán recibir como pago del precio, en caso de
enajenación, otros inmuebles o dinero. En este último caso, con los recursos
provenientes de la venta se deberá abrir una cuenta bancaria especial,
administrada de acuerdo a lo dispuesto en el inciso final del articulo 2635. El
Conservador de Bienes Raíces que inscriba la transferencia deberá comprobar
la existencia de la cuenta antes de proceder a dicho trámite.
Los recursos depositados en la cuenta especial sólo podrán destinarse a la
compra de otros inmuebles sociales, la realización de mejoras en los ya
existentes o la adquisición de bienes muebles destinados al equipamiento y
mantención de unos y otros.
Los actos realizados en infracción a lo dispuesto en los incisos precedentes
adolecerán de nulidad relativa6.
2
Se transcribe el texto aprobado por la Cámara de Diputados, que no difiere del proyecto inicial.
3
El artículo 257 tiene actualmente dos incisos: el primero permite a las organizaciones sindicales adquirir, conservar y
enajenar cualquier clase de bienes, y a cualquier título; el segundo exige para la enajenación, que se trate en una asamblea
citada, por la directiva, para discutir ese punto.
4
A noviembre de 2004 son $5.071.244.
5
Este inciso exige que para girar desde la cuenta corriente o de ahorro del sindicato, actúen conjuntamente el presidente y
el tesorero, los que, además, serán solidariamente responsables de ingresar en la cuenta todos los depósitos.
6
La nulidad relativa puede ser saneada, si se cumple posteriormente con las exigencias legales (por ejemplo, que la
asamblea ratifique la venta por el quórum de 2/3, ante notario público, si se hubiere omitido este trámite).
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FUNDAMENTO, SEGÚN LA INICIATIVA
El proyecto se funda en las siguientes consideraciones:
Que para la consecución de sus fines las organizaciones, en general, reciben
erogaciones, cuotas sociales y otros aportes, con las que, en muchos casos,
adquieren bienes inmuebles.
Que tales bienes constituyen un activo especialmente importante y representa
el esfuerzo de muchas generaciones de dirigentes y socios.
Que, sin embargo, ello no siempre es sopesado por los nuevos dirigentes,
siendo muchos los casos en que se privilegia la obtención de capital líquido
por sobre la mantención del dominio de los inmuebles, especialmente cuando
ellos, habiendo sido adquiridos largas décadas atrás, tienen, por su tamaño o
ubicación, precios muy significativos.
Que pese a que el Código del Trabajo actual establece normas especiales
respecto del patrimonio sindical, ellas son insuficientes para cautelar
adecuadamente bienes tan importantes, más aún cuando los ex - afiliados,
una vez pensionados, abandonan sus antiguas organizaciones.
Que lo anterior hace necesaria una modificación de las normas vigentes
tendiente a dificultar la enajenación de los inmuebles sociales y a asegurar el
buen destino de los fondos recaudados en caso que ello ocurra.
ACTUALIZACIÓN
Con fecha 20 de octubre de 2004 la Cámara de Diputados remitió al Senado el
proyecto aprobado por ella en primer trámite constitucional.
DIFERENCIAS
No hay.
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II. COMENTARIOS DE LIBERTAD Y DESARROLLO
IMPLICANCIAS CONSTITUCIONALES
1.- Materia de ley.
Las organizaciones sindicales tienen un régimen constitucional establecido a
través de varias disposiciones. Desde luego, son materias de ley, las normas
básicas del régimen sindical (artículo 60, N° 4, de la Constitución Política). El
derecho de sindicarse está establecido como garantía constitucional en el
artículo 19, N° 19. Se establece que la afiliación a un sindicato será siempre
voluntaria, y que los sindicatos gozarán de personalidad jurídica por el solo
hecho de registrar sus estatutos de conformidad a la ley.
Sin embargo, la materia específica sobra la que versa el proyecto se
encuentra en el artículo 19, N° 24, relativo al derecho de dominio. En efecto,
lo que el proyecto busca es regular el ejercicio de las facultades propias del
dueño respecto de un inmueble, cuando ese dueño sea un sindicato. Así la
base constitucional para legislar en esta materia se encuentra en la recién
citada disposición constitucional.
COMENTARIOS DE MÉRITO
2.- Autonomía
sindical.
Tanto por el reconocimiento constitucional como por las normas del Código
del Trabajo (artículo 212 y siguientes), las organizaciones sindicales gozan de
autonomía, no requieren permiso previo para constituirse, pueden asociarse, y
nadie puede ser obligado a pertenecer a un sindicato. Tampoco se puede
condicionar el empleo a que el trabajador se afilie o desafilie a una
organización sindical.
Tal autonomía tiene su razón de ser. Si, como alguna vez sucedió en el
pasado, el sindicato es utilizado por fuerzas políticas o patronales para lograr
objetivos que van más allá de la organización sindical misma, el resultado es
una distorsión de las relaciones laborales, eventualmente, de los niveles
remuneratorios y en todo caso, una pérdida de productividad y competitividad
de las actividades económicas.
Ahora bien, el respeto a la autonomía sindical no solo se manifiesta en la no
intervención político partidista o de organizaciones gremiales, sino también en
la libertad que el legislador les debe reconocer.
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3.- Desconfianza en
la dirigencia.
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La iniciativa desconfía del buen sentido que deben tener los dirigentes
sindicales y se pone en el caso de que no se adopten las decisiones
adecuadas respecto de la administración de los bienes raíces que sean de
propiedad del sindicato, especialmente cuando se trata de una venta u otra
forma de enajenación, o de su arrendamiento por más de 5 años o donación.
En primer lugar, cabe destacar que corresponde a los propios afiliados al
sindicato ejercer sus derechos frente a los directores. Incluso, el artículo 244
del Código del Trabajo destaca que los trabajadores afiliados tienen derecho a
censurar a su directorio.
Pero más que eso, son los estatutos del sindicato, acordados libremente por
los trabajadores, los que tienen competencia para resolver en qué casos, con
cuáles quórum y de qué manera se adoptan los acuerdos relativos a los
bienes sindicales y a las demás materias que les son propias.
Luego, como la afiliación es (y debe ser) voluntaria, cuando un trabajador
decide afiliarse, sabrá en qué organización ingresa. Si después le parece que
los estatutos no con los correctos, o bien puede desafiliarse libremente o bien
puede instar por su modificación.
Siendo así, aunque no sea contrario a la Constitución que la ley regule las
decisiones sobre el patrimonio sindical, no corresponde que el legislador,
desconfiando de las personas, se sobreponga a la voluntad asociativa de los
trabajadores para señalarles de qué manera deben adoptar determinados
acuerdos. Para eso están ellos mismos y sus estatutos.
4.- Contenido
del
proyecto de ley.
En la medida que la realidad pueda haber demostrado cierta validez para la
proposición legislativa, lo único que podría tener algún sentido, dentro de la
proposición, es que, a falta de una regulación estatutaria, la ley pudiera suplir
la voluntad de las partes respecto de la venta u otra forma de enajenación de
los inmuebles del sindicato, y solamente en cuanto al quórum necesario para
autorizar la venta. Ese quórum podría ser de la mayoría absoluta de los
trabajadores afiliados y con sus cuotas al día. El quórum propuesto, de 2/3,
parece excesivamente alto y entrabaría las facultades de administración y
disposición del patrimonio. Pero dicho quórum solo tiene sentido en silencio de
los estatutos.
Lo que excede toda prudencia legislativa, es la norma que señala qué puede
hacer el sindicato una vez que hubiere vendido el inmueble: solo puede
adquirir otro. Para ello deberá abrir una cuenta bancaria especial con el dinero
del precio, abierta antes de la inscripción del contrato de venta de la propiedad
sindical. Ello tiene otra consecuencia desproporcionada, puesto que quien le
compre al sindicato no podrá inscribir el contrato mientras el sindicato
vendedor no hubiere abierto la cuenta. Ello afecta los derechos de alguien
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ajeno al sindicato; y mientras éste no abra la cuenta especial, el tercero
adquirente no podrá inscribir a su nombre la propiedad comprada. Al efecto,
señala la parte final del nuevo inciso cuarto del artículo 257: “El Conservador
de Bienes Raíces que inscriba la transferencia deberá comprobar la existencia
de la cuenta antes de proceder a dicho trámite”.
Luego también se le dice al sindicato qué otras cosas podría comprar con el
dinero obtenido en la venta, aparte de otro inmueble: también puede realizar
mejoras en otros inmuebles sociales o adquirir muebles para equipamiento o
gastos de mantención.
Es probable que los sindicatos, cuando venden un inmueble de su propiedad,
hagan algo similar a lo que les obliga el proyecto de ley. Pero, entonces, ¿por
qué obligarlos? ¿Y si el interés sindical se radicara en una operación distinta?
¿Sabe mejor el legislador, qué necesidades experimenta una persona
cualquiera, que esa misma persona?
De no circunscribirse la iniciativa a una norma supletoria de la voluntad de la
asamblea (que es la competente para resolver la venta según la norma
vigente), estableciendo un quórum razonable, sería preferible abstenerse de
incluir en el Código del Trabajo las limitaciones a la voluntad de los sindicatos,
de cuya mínima capacidad para administrar lo propio, se dejaría constancia en
la ley.
5.- Conclusión.
No corresponde que el legislador se superponga a la voluntad de los
sindicatos manifestada en sus respectivos estatutos. Es este instrumento el
idóneo para establecer el quórum requerido para que la asamblea acuerde la
enajenación de un inmueble de propiedad sindical. A lo sumo, la ley podría
señalar un quórum aplicable en silencio de los estatutos. En caso alguno
corresponde que la ley le diga al sindicato qué puede y qué no puede hacer
con el precio de venta; ni menos afectar a terceros adquirentes que nada
tienen que ver con el sindicato.
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