Transporte: Regulación jurídica general

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TEMA 21
EL TRANSPORTE: REGULACIÃ N JURÃ DICA GENERAL
EL TRANSPORTE: REGULACIÃ N JURÃ DICA GENERAL. EL TRANSPORTE DE
MERCANCÃ AS PELIGROSAS POR CARRETERA. LOS TRANSPORTES PÃ BLICOS DE
VIAJEROS, DE MERCANCÃ AS Y MIXTOS.
INTRODUCCIÃ N
Abordamos en este tema el estudio especÃ−fico de la legislación sobre transportes, haciendo referencia a la
regulación del transporte de mercancÃ−as peligrosas, a los transportes públicos de viajeros, el de
mercancÃ−as y mixtos, tomando como referencia la normativa vigente en la materia.
Al finalizar este tema el opositor deberá ser capaz de conocer la reglamentación básica en materia de
transporte.
1. EL TRANSPORTE DE MERCANCÃ AS PELIGROSAS POR CARRETERA
Esta materia se encuentra regulada en el Real Decreto 2115/1998, de 2 de octubre, sobre transporte de
mercancÃ−as peligrosas por carretera.
1.1. Ã MBITO DE APLICACIÃ N Y DEFINICIONES
1.1.1. à mbito de aplicación
Las normas del Acuerdo europeo sobre el transporte internacional de mercancÃ−as peligrosas por carretera
(ADR) serán de aplicación a los transportes que se realicen Ã−ntegramente dentro del territorio nacional, y
sin perjuicio de lo dispuesto en la legislación sobre residuos peligrosos.
Asimismo, se aplicarán al transporte interno las normas contenidas en los acuerdos internacionales
bilaterales o multilaterales que, conforme a lo dispuesto en el ADR, sean suscritos por España.
No podrán exigirse condiciones o requisitos relativos a la fabricación de los vehÃ−culos más rigurosos
que los establecidos en el ADR.
Las normas contenidas en los capÃ−tulos II a IV del Real Decreto 2115/1998, de 2 de octubre serán
aplicables al transporte interno e internacional de mercancÃ−as peligrosas por carretera dentro del territorio
español, en tanto no resulten contrarias al ADR.
Lo dispuesto en el CapÃ−tulo III de la norma anterior será aplicable a las empresas establecidas en España
o a las que deseen obtener certificaciones de conformidad de tipo u homologaciones de organismos de control
españoles o de autoridades españolas.
Quedan excluidos, del ámbito de aplicación de este Real Decreto, los transportes de mercancÃ−as
peligrosas por carretera realizados por las Fuerzas Armadas y Guardia Civil o bajo su responsabilidad, que se
regirán por lo dispuesto en su normativa especÃ−fica, cuyo contenido se ajustará, en lo posible, a las
condiciones técnicas y de seguridad exigidas en la reglamentación vigente.
1.1.2. Definiciones
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La terminologÃ−a es la siguiente:
a) ADR: el Acuerdo europeo sobre transporte internacional de mercancÃ−as peligrosas por carretera,
celebrado en Ginebra el 30 de septiembre de 1957, con sus modificaciones.
b) MercancÃ−as peligrosas: aquellas materias y objetos cuyo transporte por carretera está prohibido o
autorizado exclusivamente bajo las condiciones establecidas en el ADR o en la normativa especÃ−fica
reguladora del transporte de mercancÃ−as peligrosas.
c) Transporte: toda operación de transporte por carretera realizada total o parcialmente en vÃ−as públicas,
incluidas las actividades de carga y descarga de las mercancÃ−as peligrosas. No se incluyen los transportes
efectuados Ã−ntegramente dentro del perÃ−metro de un terreno cerrado.
d) Expedidor: la persona fÃ−sica o jurÃ−dica por cuya orden y cuenta se realiza el envÃ−o de la mercancÃ−a
peligrosa, para lo cual se realiza el transporte figurando como tal en la carta de porte.
e) Transportista: la persona fÃ−sica o jurÃ−dica que asume la obligación de realizar el transporte, contando,
a tal fin, con su propia organización empresarial.
f) Cargador-descargador: la persona fÃ−sica o jurÃ−dica bajo cuya responsabilidad se realizan las
operaciones de carga y descarga de la mercancÃ−a, de acuerdo con las normas establecidas en el artÃ−culo
22 de la Ley 16/1987, de 30 de julio, de Ordenación de los Transportes Terrestres.
g) VehÃ−culo: todo vehÃ−culo de motor destinado a ser utilizado en carretera, esté completo o
incompleto, que tenga por lo menos cuatro ruedas y alcance una velocidad máxima de diseño superior a 25
km/h y sus remolques o semirremolques, a excepción de los vehÃ−culos que circulan sobre raÃ−les, los
tractores forestales y agrÃ−colas, y toda la maquinaria móvil.
1.3. NORMAS DE CONDUCCIÃ N Y CIRCULACIÃ N
Los transportistas adoptarán las medidas precisas para que los vehÃ−culos cumplan las condiciones
reglamentarias y para que los conductores sean informados sobre las caracterÃ−sticas especiales de los
vehÃ−culos y tengan la adecuada formación.
Los conductores que, de acuerdo con lo dispuesto en el ADR, necesiten una formación especÃ−fica,
deberán proveerse de una autorización especial que le habilite para ello, la cual será expedida por la
Jefatura Provincial de Tráfico en la que se solicite conforme se determina en el Reglamento General de
Conductores, aprobado por Real Decreto 772/1997, de 30 de mayo, y disposiciones complementarias. Dicha
autorización especial será equivalente al certificado de formación previsto en el ADR.
Serán aplicables al transporte de mercancÃ−as peligrosas las normas establecidas en la legislación sobre
Tráfico, circulación de vehÃ−culos a motor y seguridad vial, sobre conducción de vehÃ−culos bajo la
influencia de bebidas alcohólicas, drogas tóxicas, estupefacientes, psicotrópicos, estimulantes u otras
sustancias análogas, y en concreto los artÃ−culos 20 al 28 del Reglamento General de Circulación,
aprobado por Real Decreto 13/1992, de 17 de enero.
Serán aplicables al transporte de mercancÃ−as peligrosas las normas sobre tiempos de conducción y
descanso, y sobre instalación y uso del tacógrafo en el sector de los transportes por carretera. Sin perjuicio
de lo anterior, en el caso del transporte de explosivos, los tiempos de vigilancia y escolta se computarán
como «otros trabajos» a los efectos establecidos en el apartado 4 del artÃ−culo 7 del Reglamento CEE
3820/85, del Consejo, de 20 de diciembre.
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Serán de aplicación a los conductores de vehÃ−culos que transporten mercancÃ−as peligrosas las normas
que, sobre lÃ−mites de velocidad, establece la legislación sobre tráfico, circulación de vehÃ−culos a
motor y seguridad vial.
La Dirección General de Tráfico o, en su caso, la autoridad autonómica responsable de la regulación, el
control y la vigilancia de la circulación podrá fijar restricciones a la circulación de vehÃ−culos que
transporten mercancÃ−as peligrosas, en virtud de lo dispuesto en los artÃ−culos 37 y 39 del Reglamento
General de Circulación.
Deberá contar, para ello, con el informe previo del Consejo Superior de Tráfico y Seguridad de la
Circulación Vial, que dictaminará la procedencia de las medidas y propondrá las modificaciones que se
estimen oportunas para lograr la indispensable coordinación interterritorial en esta materia.
Los vehÃ−culos que transporten mercancÃ−as peligrosas, cuando existan itinerarios alternativos por
autopista, autovÃ−a o plataforma desdoblada para ambos sentidos de circulación, en todo o parte de su
recorrido, deberán seguirlos obligatoriamente, salvo en aquellos tramos que sean objeto de las restricciones a
que se refiere el punto anterior.
Asimismo, cuando existan circunvalaciones, variantes o rondas exteriores a las poblaciones deberán
utilizarlas inexcusablemente, pudiendo entrar en la población únicamente para realizar operaciones de
carga y descarga o por causas justificadas de fuerza mayor. Tales vÃ−as deberán estar debidamente
señalizadas para la circulación de estos vehÃ−culos.
Por las fuerzas de vigilancia encargadas de la regulación y control del tráfico se adoptarán las medidas
oportunas tendentes a que se lleve a efecto lo establecido en la LOTT, desviando y encauzando la circulación
de estos vehÃ−culos por los itinerarios que se consideren más idóneos en cada momento, tanto desde el
punto de vista de la seguridad vial como del de la fluidez del tráfico.
Lo anterior no será de aplicación al transporte de mercancÃ−as peligrosas realizado de acuerdo con alguna
de las exenciones recogidas en el ADR por razón del cargamento, cantidad limitada o por el tipo de
transporte.
Los transportistas que hayan de utilizar tramos de carretera o vÃ−as urbanas, cuando estén sometidos a
restricciones o prohibiciones de circulación para los vehÃ−culos que transporten mercancÃ−as peligrosas,
deberán solicitar del órgano que estableció aquéllas, previa justificación de la necesidad, permiso
especial en el que constará calendario, horario, itinerario, la necesidad de acompañamiento, en su caso, y
demás circunstancias especÃ−ficas, de acuerdo con lo dispuesto en el artÃ−culo 39 del Reglamento General
de Circulación.
De acuerdo con lo dispuesto en el ADR, se podrá autorizar temporalmente, previo informe de la Comisión
para la Coordinación del Transporte de MercancÃ−as Peligrosas, la realización de operaciones de
transporte en condiciones distintas a las establecidas en el ADR con el fin de llevar a efecto los ensayos
necesarios que posibiliten la modificación de las disposiciones del mismo, de acuerdo con la evolución de
la técnica y los usos industriales. Esta autorización se completará con las instrucciones que, con respecto
a la circulación, proceda dictar por la Dirección General de Tráfico.
A estos efectos, los interesados en obtener estas autorizaciones deberán presentar ante el órgano
competente una solicitud acompañada de un estudio técnico que la justifique, que deberá completarse, a
petición de dicho órgano, con los documentos y estudios que, en su caso, se estimen pertinentes.
1.4. NORMAS DE ACTUACIÃ N EN CASO DE AVERÃ A O ACCIDENTE
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En caso de inmovilización, por accidente o averÃ−a, de un vehÃ−culo que transporte mercancÃ−as
peligrosas se actuará de la siguiente forma:
• Actuación del conductor o de su ayudante, en su caso: el conductor o su ayudante adoptarán
inmediatamente las medidas que se determinen en las instrucciones escritas para el conductor, facilitadas
por el fabricante o el expedidor, para cada materia o clase de materia transportada y aquellas otras que
figuran en la legislación sobre tráfico, circulación de vehÃ−culos a motor y seguridad vial o en el
ADR, procediendo seguidamente a informar de la averÃ−a o accidente al teléfono de emergencia que
corresponda, de acuerdo con la relación que, a tal efecto, se publica, con carácter periódico, en el
«BoletÃ−n Oficial del Estado» mediante resolución de la Dirección General de Protección Civil.
• Actuación de terceros: en caso de imposibilidad de actuación del conductor o su ayudante para la
aplicación de medidas de prevención o protección, cualquier persona que advierta la anormal
inmovilización o estado de un vehÃ−culo que transporte mercancÃ−as peligrosas se abstendrá de actuar
sobre las mercancÃ−as y facilitará información inicial del hecho a la autoridad o su agente más cercano
por el medio más rápido que tenga a su alcance. Asimismo, procurará alertar del peligro existente a
quienes puedan resultar afectados e, igualmente auxiliar, en su caso, a las vÃ−ctimas.
En este supuesto la autoridad o su agente más cercano, que ha recibido la información inicial del hecho, se
asegurará que sean informados inmediatamente los responsables en materia de tráfico y de seguridad vial y
los responsables de activar los planes especiales de protección civil ante el riesgo de accidentes en los
transportes de mercancÃ−as peligrosas por carretera, para que, en cada caso, según corresponda, se adopten
las medidas de prevención o protección que resulten más adecuadas, contando para ello con lo dispuesto
en las fichas de intervención de los servicios operativos en situaciones de emergencia provocadas por
accidentes en el transporte de mercancÃ−as peligrosas por carretera, aprobadas por Orden del Ministro del
Interior de 2 de junio de 1997.
En cuanto a la forma de comunicación, se efectuará por el medio más rápido posible e incluirá, los
siguientes aspectos:
• Localización del suceso.
• Estado del vehÃ−culo implicado y caracterÃ−sticas del suceso.
• Datos sobre las mercancÃ−as peligrosas transportadas.
• Existencia de vÃ−ctimas.
• Condiciones meteorológicas y otras circunstancias que se consideren de interés para valorar los posibles
efectos del suceso sobre la seguridad de las personas, los bienes o el medio ambiente y las posibilidades de
intervención preventiva.
En función de las necesidades de intervención derivadas de las caracterÃ−sticas del accidente y de sus
consecuencias ya producidas o previsibles, las autoridades competentes aplicarán las medidas previstas en
los planes especiales de protección civil ante el riesgo de accidentes en los transportes de mercancÃ−as
peligrosas por carretera y ferrocarril.
Por el Ministerio del Interior o por los órganos competentes de las Comunidades Autónomas, en cada caso,
asÃ− como por aquellas entidades que representen sectores profesionales interesados (expedidores,
transportistas, etc.), y con el fin de colaborar en las actuaciones en caso de accidente, se fomentarán
acuerdos o pactos de ayuda mutua entre las propias empresas de los sectores profesionales, y acuerdos o
convenios de colaboración de dichas empresas con las autoridades competentes en tales circunstancias. De
los mismos, se dará información a la Comisión Nacional de Protección Civil, y según proceda, a la
Comisión para la Coordinación del transporte de mercancÃ−as peligrosas.
Los daños que se deriven directa o indirectamente del empleo de personal y materiales de las empresas
incorporadas a los acuerdos o convenios de colaboración con las autoridades competentes, las lesiones
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producidas a las personas por estas actividades de colaboración en los planes de protección civil frente a
estos accidentes y, asimismo, los daños que causen a terceros, por la acción de aquéllos en tales
circunstancias, serán indemnizables de conformidad con lo dispuesto en la legislación sobre
responsabilidad de la Administración por el funcionamiento de los servicios públicos, sin perjuicio de su
resarcimiento por la misma con cargo al responsable del accidente.
De las actuaciones que realicen las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad o los órganos competentes en materia de
transportes, como consecuencia de accidentes o averÃ−as de vehÃ−culos de mercancÃ−as peligrosas, donde
se hayan producido fugas, derrames o deformaciones de cisternas o pérdida de la carga, se remitirá un
informe a la Comisión de Coordinación del Transporte de MercancÃ−as Peligrosas, pudiendo proponer a la
vez, al órgano competente en materia de industria, la inspección excepcional de la cisterna o el vehÃ−culo,
tras su reparación.
1. 5. OPERACIONES DE CARGA Y DESCARGA
1.5.1. Normas generales
El expedidor deberá proporcionar al transportista la información necesaria para la elección del vehÃ−culo
al contratar el transporte, y éste se responsabilizará de que el vehÃ−culo reúna las condiciones exigidas
por aquél, asÃ− como las exigidas en la normativa vigente para la mercancÃ−a transportada.
La carta de porte, con los datos exigidos en el ADR, asÃ− como las instrucciones escritas para el conductor,
deberán ser entregadas a éste antes de iniciarse el transporte.
El cargador podrá firmar, por delegación del expedidor, la carta de porte y deberá hacer constar en la
misma, o en declaración aparte, que la mercancÃ−a se admite al transporte por carretera y que su estado y
acondicionamiento y, en su caso, el envase y etiquetaje responden a las prescripciones del ADR.
Los intermediarios en el contrato de transporte deberán recabar del expedidor la documentación
obligatoria, que transmitirán al transportista juntamente con la carta de porte que suscriban.
El conductor se instruirá sobre las particularidades de la materia que va a transportar, leyendo detenidamente
las instrucciones escritas que se le hayan entregado y recabando del expedidor, cargador o intermediario
cuantas aclaraciones precise.
El cargador exigirá la presentación de la siguiente documentación:
• Tarjeta de Inspección Técnica (ITV) correspondiente a la unidad de transporte.
• Certificado de aprobación que autorice a la unidad de transporte a realizar el transporte de la mercancÃ−a
peligrosa en los casos en que el ADR lo exija.
• El certificado de formación o autorización especial del conductor en los casos en que el ADR lo exija.
Asimismo, el cargador exigirá la utilización de las marcas y paneles, y por delegación del expedidor
fijará las etiquetas que sean exigibles.
Por cada cargamento, el cargador deberá comprobar, al menos, el cumplimiento reglamentario de los
epÃ−grafes aplicables en cada caso de la Lista de comprobaciones para carga de mercancÃ−as peligrosas que
figura en el anejo 2. El cargador no podrá iniciar la carga de un vehÃ−culo si no cumple con los requisitos
reglamentarios de los epÃ−grafes incluidos en los apartados:
documentación, estado del equipamiento del vehÃ−culo, comprobaciones previas a la carga. Igualmente no
se permitirá la salida del vehÃ−culo si no se han realizado los controles de los epÃ−grafes incluidos en el
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apartado, controles después de la carga.
El personal que realice la carga o la descarga, de acuerdo con las normas establecidas en este Real Decreto,
deberá conocer, bajo responsabilidad del cargador-descargador, los siguientes extremos:
• Las caracterÃ−sticas de peligrosidad de la mercancÃ−a.
• El funcionamiento de las instalaciones.
• Los sistemas de seguridad y contra incendios, que deberán estar cualificados para su uso.
• Los equipos de protección personal requeridos en la instalación y su utilización.
Asimismo, deberá mantener al personal ajeno a las operaciones de carga y descarga apartado del lugar donde
se realizan e impedir cualquier trabajo incompatible con la seguridad de la operación en las inmediaciones.
En todo caso, deberá tenerse en cuenta que el vehÃ−culo deberá estar inmovilizado durante la carga y
descarga.
En todo caso el cargador-descargador se responsabilizará del cumplimiento de todas las obligaciones
establecidas en este Real Decreto y en el ADR relativas a la carga y descarga del vehÃ−culo y a las
operaciones necesarias para llevarlas a cabo, con la única excepción de la descarga domiciliaria a
particulares de combustibles para usos domésticos, de la que, salvo pacto en contrario, se responsabiliza el
transportista.
En todo momento se respetarán las prohibiciones, tanto de embalaje como de transporte en común de las
materias, asÃ− como las limitaciones de carga y condiciones de transporte prescritas en el ADR,
comprobándose, por parte del cargador, tales extremos antes de la salida del vehÃ−culo de la planta
cargadora.
Antes de permitir la salida del vehÃ−culo después de su carga o descarga, el cargador-descargador
realizará una inspección ocular para detectar posibles anomalÃ−as: vertidos no percibidos anteriormente,
mangueras conectadas, defectos en la estiba de los bultos, etc. En caso de vertidos no se permitirá la salida
del vehÃ−culo del recinto antes de haber procedido a su correcta limpieza.
Las instalaciones de carga y descarga dispondrán de áreas de estacionamiento apropiadas para el normal
desarrollo de su actividad. Cuando sea necesaria la vigilancia de los vehÃ−culos, ésta se adaptará a las
condiciones señaladas en el ADR.
1.6. RÃ GIMEN SANCIONADOR
Se considera infracción muy grave la realización de las operaciones de transporte de mercancÃ−as
peligrosas incumpliendo la normativa aplicable en los siguientes casos:
• Utilización de vehÃ−culos que no cumplan las condiciones técnicas reglamentarias exigidas para el
transporte de determinadas clases de mercancÃ−as peligrosas.
• Utilización de envases o embalajes no homologados, en caso necesario, o gravemente deteriorados.
• Utilización de cisternas, envases, embalajes o recipientes que presenten fugas.
• Incumplimiento de las prohibiciones de embalaje en un mismo bulto o de cargamento en común en un
mismo vehÃ−culo.
• Incumplimiento de las limitaciones de las cantidades a transportar.
• Incumplimiento de las normas sobre el grado de llenado de las cisternas.
• Incumplimiento de la prohibición de fumar en el curso de las manipulaciones, en las proximidades de
bultos colocados en espera de manipular, en la proximidad de los vehÃ−culos parados y en el interior de los
mismos durante las operaciones de carga y descarga.
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• Carecer de los extintores correspondientes al vehÃ−culo o a la carga o disponer de ellos en condiciones
inadecuadas para su servicio.
• No informar sobre la inmovilización del vehÃ−culo a causa de accidente o incidente, o no adoptar las
medidas de seguridad y protección reglamentadas para estos supuestos, excepto en caso de imposibilidad.
• No llevar los documentos de acompañamiento de la mercancÃ−a o no indicar en ellos, o indicar
inadecuada o erróneamente, la mercancÃ−a peligrosa transportada, o la falta de declaración del
expedidor sobre la conformidad de la mercancÃ−a y el envase para el transporte.
• Transportar mercancÃ−as, pertenecientes a clases limitativas, cuyo transporte no esté permitido, sin
permiso excepcional.
• Transportar mercancÃ−as peligrosas en régimen de ensayo sin la correspondiente autorización temporal
o acuerdo bilateral o multilateral para el transporte de mercancÃ−as peligrosas, o incumplir condiciones de
la autorización.
• Carecer de los paneles o etiquetas de peligro reglamentarios que sean obligatorios o utilizarlos
inadecuadamente.
• Carecer, cuando sea necesario de acuerdo con el ADR, del certificado de aprobación del vehÃ−culo donde
se acredite que el mismo responde a las prescripciones reglamentarias establecidas para el transporte a que
va destinado, o llevar uno no reglamentario.
• No llevar, en la cabina del vehÃ−culo, las instrucciones escritas para el conductor para casos de accidente
correspondientes a la materia que se transporta, o llevar unas inadecuadas.
• Carecer el conductor del certificado de formación o la autorización especial para el transporte de
mercancÃ−as peligrosas en los casos en que sea necesario.
Se consideran infracciones graves:
• No realizar en las plantas cargadoras las comprobaciones que sean obligatorias antes, durante y después
de la carga.
• Transportar viajeros en unidades que transporten mercancÃ−as peligrosas.
• Incumplir las limitaciones a la circulación reglamentariamente establecidas.
• Incumplir la obligación de estacionar el vehÃ−culo en las zonas de menor peligrosidad, en defecto de
zonas especÃ−ficamente previstas para ello.
• No respetar las condiciones de aislamiento, estiba o protección de la carga reglamentariamente
establecidas.
• Carecer del certificado de lavado de la cisterna, emitido por empresa autorizada por la Administración
pública competente, sobre la limpieza del vehÃ−culo, en los casos en que sea necesario.
• No incluir en los documentos de acompañamiento o indicar inadecuada o erróneamente alguno de los
datos que reglamentariamente deben figurar en ellos.
• Incumplimiento del equipamiento del vehÃ−culo requerido en el ADR (luces naranja, calzos, caja de
herramientas o material necesario para afrontar situaciones de emergencia).
• Las infracciones previstas anteriormente cuando, por su naturaleza, ocasión o circunstancia, no deban ser
calificadas como muy graves.
Se consideran infracciones leves, las siguientes:
• Realizar el transporte de mercancÃ−as peligrosas sin llevar a bordo los documentos que a continuación se
indican, poseyendo los mismos:
• El certificado de aprobación del vehÃ−culo.
• El certificado de formación o autorización especial del conductor para el transporte de mercancÃ−as
peligrosas.
• La copia de la autorización temporal, acuerdo bilateral o multilateral o permiso excepcional.
• Incumplir por los centros o entidades la normativa sobre formación de conductores.
• Las infracciones previstas anteriormente cuando, por su naturaleza, ocasión o circunstancia, no deban ser
calificadas como graves.
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2. LOS TRANSPORTES PÃ BLICOS DE VIAJEROS, DE MERCANCÃ AS Y MIXTOS
Esta materia se encuentra regulada en la Ley 16/ 1987, de 30 de julio, de Ordenación de los Transportes
Terrestres y en el Reglamento de la Ley Ordenación de los Transportes Terrestres, aprobado por el Real
Decreto 1211/1990.
2.1. SERVICIOS Y ACTIVIDADES DEL TRANSPORTE POR CARRETERA
Â
2.1.1. Clasificación
Los transportes por carretera se clasifican, según su naturaleza, en públicos y privados.
Son transportes públicos aquellos que se llevan a cabo por cuenta ajena mediante retribución económica.
Son transportes privados aquellos que se llevan a cabo por cuenta propia, bien sea para satisfacer
necesidades particulares, bien como complemento de otras actividades principales realizadas por
empresas o establecimientos del mismo sujeto, y directamente vinculados al adecuado desarrollo de
dichas actividades.
Â
Por razón de su objeto los transportes pueden ser:
- De viajeros, cuando estén dedicados a realizar los desplazamientos de las personas y sus equipajes en
vehÃ−culos construidos y acondicionados para tal fin.
- De mercancÃ−as, cuando estén dedicados a realizar desplazamientos de mercancÃ−as, en vehÃ−culos
construidos y acondicionados para tal fin.
- Mixtos, cuando estén dedicados al desplazamiento conjunto de personas y de mercancÃ−as en
vehÃ−culos especialmente acondicionados a tal fin, que realicen el transporte con la debida separación.
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2.1.1.1. Transporte de viajeros
Los transportes de viajeros podrán conducir objetos o encargos distintos de los equipajes de los viajeros y
los transportes de mercancÃ−as, personas distintas del conductor, cuando su transporte sea compatible con las
caracterÃ−sticas técnicas del vehÃ−culo, y el mismo sea autorizado por la Administración, en las
condiciones que en cada caso se establezcan.
Los transportes públicos de viajeros por carretera pueden ser regulares o discrecionales.
Son transportes regulares los que se efectúan dentro de itinerarios preestablecidos, y con sujeción a
calendarios y horarios prefijados. Son transportes discrecionales los que se llevan a cabo sin sujeción a
itinerario, calendario ni horario preestablecido.
Â
2.1.1.2. Transporte de mercancÃ−as
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Los transportes públicos de mercancÃ−as por carretera tendrán en todo caso la consideración de
discrecionales, aun cuando se produzca en los mismos una reiteración de itinerario, calendario u horario.
Los transportes se clasifican según el ámbito en que se realicen, en interiores e internacionales.
• Son transportes interiores los que tienen su origen y destino dentro del territorio del Estado español,
discurriendo como regla general Ã−ntegramente dentro de éste, si bien, por razón de sus rutas y
en régimen de transporte multimodal podrán atravesar aguas o espacios aéreos no
pertenecientes a la soberanÃ−a española.
• Son transportes internaciones aquellos cuyo itinerario discurre parcialmente por el territorio de
Estados extranjeros.
En razón a la especificidad de su objeto y de su régimen jurÃ−dico, los transportes se clasifican en
ordinarios y especiales.
• Son transportes especiales, aquellos en los que por razón de su peligrosidad, urgencia,
incompatibilidad con otro tipo de transporte, repercusión social, u otras causas similares están
sometidos a normas administrativas especiales, pudiendo exigirse para su prestación una
autorización especÃ−fica.
• La determinación concreta de los transportes de carácter especial, asÃ− como el establecimiento de
las condiciones especÃ−ficas aplicables a cada uno de los mismos, se realizará en las normas de
desarrollo de la Ley.
• En todo caso se considerarán transportes especiales el de mercancÃ−as peligrosas, productos
perecederos cuyo transporte haya de ser realizado en vehÃ−culos bajo temperatura dirigida, el de
personas enfermas o accidentadas y el funerario.
Â
2.1.2. Transportes públicos regulares de viajeros
Los transportes públicos regulares de viajeros pueden ser:
a) Por su continuidad, permanentes o temporales.
Son transportes públicos regulares permanentes los que se llevan a cabo de forma continuada, para atender
necesidades carácter estable. Son transportes públicos regulares temporales los destinados a atender
tráficos de carácter excepcional o coyuntural y de duración temporalmente limitada, si bien, puede darse
en los mismos una repetición periódica, tales como los de ferias, mercados, vacaciones, u otros similares.
Â
b) Por su utilización, de uso general o de uso especial.
Son transportes públicos regulares de uso general los que van dirigidos a satisfacer una demanda general,
siendo utilizables por cualquier interesado. Son transportes públicos regulares de uso especial los que están
destinados a servir, exclusivamente, a un grupo especÃ−fico de usuarios tales como escolares, trabajadores,
militares, o grupos homogéneos similares.
Para la realización de los distintos tipos de transporte regular de viajeros, será necesario que los
vehÃ−culos, con los que la misma se lleve a cabo estén amparados además de por la concesión o
autorización especial para transporte regular que en cada caso corresponda, por la autorización habilitante
9
para la realización de transporte discrecional de viajeros.
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Excepcionalmente, y de conformidad con lo que reglamentariamente se establezca, el requisito a que se
refiere el punto anterior podrá ser exceptuado en relación con todos o parte de los vehÃ−culos con los que
se presten los servicios regulares permanentes de uso general, cuando la adecuada prestación del servicio
exija la dedicación exclusiva de dichos vehÃ−culos a la realización del transporte de la correspondiente
concesión.
2.1.2.1. Transportes públicos regulares permanentes de viajeros de uso general
Â
Los transportes públicos regulares permanentes de viajeros de uso general, salvo en el supuesto previsto en
el artÃ−culo 87 de la LOTT, tienen el carácter de servicios públicos de titularidad de la Administración,
debiendo ser admitidas a su utilización todas aquellas personas que lo deseen y que cumplan las condiciones
reglamentarias establecidas.
La gestión de los servicios a que se refiere el punto anterior, se regirá, en lo no previsto en la ley y en sus
disposiciones de desarrollo, por las normas generales reguladoras de la contratación administrativa.
Â
La prestación de los servicios regulares permanentes de transporte de viajeros de uso general, deberá ser
precedida de la correspondiente y fundada resolución administrativa sobre el establecimiento o creación de
dichos servicios, la cual deberá ser acompañada de la aprobación del correspondiente proyecto de
prestación de los mismos.
Dicho establecimiento o creación, se acordará por la Administración, bien por propia iniciativa o de los
particulares, teniendo en cuenta las demandas actuales y potenciales del transporte, los medios existentes para
servirlas, las repercusiones de su inclusión en la red de transporte, y el resto de las circunstancias sociales
que afecten o sean afectadas por dicho establecimiento. En todo caso, la creación de nuevos servicios
deberá respetar las previsiones que en su caso se encuentren establecidas en los programas o planes de
transporte, y éstos deberán ser objeto de las necesarias actualizaciones cuando no incluyan servicios cuyo
establecimiento se demuestre necesario o conveniente con posterioridad a su aprobación.
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La prestación de los servicios públicos de transporte de uso general se realizará, como regla general, por
la empresa a la que se atribuya la correspondiente concesión administrativa para su prestación. Sin
embargo, cuando existan motivos que lo justifiquen, la Administración podrá decidir que la explotación se
lleve a cabo a través de cualquiera de los restantes procedimientos de gestión de servicios públicos
previstos en la legislación reguladora de la contratación administrativa.
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No obstante lo anterior, procederá la gestión pública directa de un servicio sin la realización del
correspondiente concurso, cuando la gestión indirecta resulte inadecuada al carácter o naturaleza del
mismo, sea incapaz de satisfacer los objetivos económicos o sociales que se pretenda conseguir, o venga
reclamada por motivos de interés público concreto o de carácter económico social. La apreciación de
las citadas circunstancias corresponderá al Gobierno, de conformidad con el procedimiento que se
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determine.
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Cuando se den las circunstancias previstas en el punto anterior, la Administración podrá prestar
directamente los servicios de transporte público permanente de uso general, utilizando para su gestión
cualquiera de las figuras que sobre la gestión empresarial pública admite la legislación vigente.
Las concesiones, se entenderán otorgadas con carácter exclusivo, no pudiendo establecerse mientras
estén vigentes otras concesiones que cubran servicios de transporte coincidentes, salvo los supuestos que
reglamentariamente se exceptúen por razones fundadas de interés público. De igual forma se
determinarán las circunstancias de apreciación de la coincidencia, poniendo especial atención a la
naturaleza de los servicios y la similitud de las prestaciones de los mismos, excluyéndose en todo caso la
zona de influencia de los grandes núcleos urbanos, de acuerdo con las distancias que en dicha
reglamentación se establezcan.
Â
Cuando el transporte entre las mismas localidades pueda realizarse por diferentes itinerarios, asÃ− como
cuando haya modificaciones en la red viaria que impliquen una comunicación entre puntos servidos por
concesiones ya existentes, reglamentariamente se determinarán las condiciones en que, en su caso, proceda
apreciar la coincidencia, pudiendo asimismo, en caso de no apreciarse ésta, preverse un régimen especial
en relación con los nuevos servicios que hayan de establecerse, teniendo en cuenta de forma especÃ−fica la
situación de los titulares de las concesiones ya existentes.
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La duración de las concesiones se establecerá en el tÃ−tulo concesional, de acuerdo con las
caracterÃ−sticas y necesidades del servicio y atendiendo a los plazos de amortización de vehÃ−culos e
instalaciones. Dicha duración no podrá ser inferior a ocho años, ni superior a veinte. Cuando finalice el
plazo concesional, sin que haya concluido el procedimiento tendente a determinar la subsiguiente prestación
del servicio, el concesionario prolongará su gestión hasta la finalización de dicho procedimiento, sin que
en ningún caso esté obligado el mismo a continuar dicha gestión durante un plazo superior a doce meses.
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Para el otorgamiento de la correspondiente concesión se seguirá el procedimiento de concurso, al cual
podrán concurrir las empresas que reúnan los requisitos previstos y los que reglamentariamente, o para
cada caso concreto se determinen.
En el citado concurso servirá de base al correspondiente pliego de condiciones, el proyecto aprobado por la
Administración, y en el mismo se incluirán los servicios básicos y los complementarios, los itinerarios,
los tráficos que puedan realizarse, las paradas, el régimen tarifario, el número mÃ−nimo de vehÃ−culos,
el plazo máximo de amortización de los mismos, las instalaciones fijas que, en su caso, resulten necesarias,
y el resto de circunstancias que delimiten el servicio y configuren su prestación.
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Las condiciones y circunstancias a que se refiere el punto anterior, podrán establecerse en los pliegos de
condiciones con carácter orientativo, pudiendo las empresas licitadoras, dentro de los lÃ−mites en su caso
establecidos, formular ofertas que incluyan precisiones, ampliaciones o modificaciones de las condiciones del
correspondiente pliego, siempre que no alteren las condiciones esenciales del servicio de su prestación.
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En la resolución del concurso se tendrán en cuenta las circunstancias de todo orden que concurran en las
distintas ofertas, y en las empresas que las formulen, debiendo establecerse con carácter general o en los
pliegos de condiciones, criterios de valoración especÃ−ficos.
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En el supuesto de que la oferta, que en su caso hubiese presentado el anterior concesionario, mereciera similar
valoración que otra u otras de las presentadas, deberá tener preferencia sobre las mismas, siempre que la
prestación del servicio se haya realizado en condiciones adecuadas, en los términos que
reglamentariamente se determinen.
En cualquier caso, deberán desestimarse las ofertas que establezcan condiciones económicas temerarias,
técnicamente inadecuadas, o que no garanticen debidamente la prestación del servicio en las condiciones
precisas, y la continuidad del mismo.
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El servicio deberá prestarse en las condiciones fijadas en el tÃ−tulo concesional, el cual recogerá las
establecidas en el pliego de condiciones con las precisiones o modificaciones ofrecidas por el adjudicatario,
que sean aceptadas por la Administración.
Reglamentariamente, o en el tÃ−tulo concesional, se determinarán aquellas circunstancias de prestación
incluidas en dicho tÃ−tulo que pueden ser libremente modificadas por la empresa concesionaria, en aras de
una mejor gestión del servicio, dando cuenta, en su caso, a la Administración, que podrá prohibirlas,
cuando resulten contrarias al interés público, o establecer lÃ−mites concretos a su ejercicio.
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La Administración podrá realizar de oficio o a instancia de los concesionarios o de los usuarios, las
modificaciones, en las condiciones de prestación, no previstas en el tÃ−tulo concesional, y las ampliaciones,
reducciones o sustituciones de itinerarios que resulten necesarios o convenientes para una mejor prestación
del servicio, estando obligada a respetar, en todo caso, el equilibrio económico de la concesión. Cuando
dichas modificaciones consistan en ampliaciones o hijuelas, únicamente procederán cuando constituyan un
mero apéndice del servicio principal que deba prestarse en unidad de explotación con éste, o cuando
carezcan de entidad propia para una explotación económicamente independiente.
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Cuando como consecuencia de lo establecido en la Ley, resulte adjudicataria de la concesión una empresa
distinta de la que hasta entonces hubiera explotado el servicio, se observarán respecto a la posible
subrogación de la misma en las relaciones con los trabajadores de la anterior, las normas establecidas en la
legislación laboral.
El nuevo concesionario no responderá de los derechos salariales devengados con anterioridad a la asunción
efectiva de los servicios, ni de las deudas a la Seguridad Social, fiscales o cualesquiera otras que hubiere
contraÃ−do el empresario anterior.
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Para hacer frente a intensificaciones de tráfico que no puedan ser atendidas por los vehÃ−culos adscritos a la
concesión podrán utilizarse otros vehÃ−culos, ya sean propios del concesionario, o bien cedidos con o sin
conductor, por otros transportistas a través de cualquier fórmula jurÃ−dica válida. Dichos vehÃ−culos
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deberán, en todo caso, estar amparados por la autorización habilitante para el transporte discrecional de
viajeros regulada en el CapÃ−tulo III de este TÃ−tulo para la clase y ámbito del transporte de que se trate.
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El servicio se considerará, en todo caso, tanto a efectos de las correspondientes relaciones jurÃ−dico
privadas, como de las obligaciones y responsabilidades de carácter administrativo, prestado por la empresa
concesionaria del servicio regular, considerándose los vehÃ−culos cedidos por otros transportistas
integrados en su organización.
Los vehÃ−culos adscritos a las concesiones de servicios regulares, podrán realizar, asimismo, servicios de
carácter discrecional, siempre que estén amparados por la autorización habilitante para los mismos, y
quede debidamente asegurada la correcta prestación del servicio regular.
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La Administración podrá autorizar, de conformidad con lo que reglamentariamente se establezca, que un
mismo vehÃ−culo sea utilizado en diversos servicios regulares cuya prestación corresponda a un mismo
lugar.
Podrá asimismo, autorizarse la utilización de vehÃ−culos para servir la red de itinerarios de dos o más
concesiones de distintos titulares, con tal que las mismas presenten puntos de contacto y el servicio se preste
sin solución de continuidad en el recorrido. Si embargo, únicamente procederá el otorgamiento de la
referida autorización cuando en el correspondiente expediente quede acreditada la no procedencia de
establecer como servicio independiente el itinerario correspondiente a las distintas concesiones que vaya a
servir el vehÃ−culo de que se trate.
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Como regla general, las concesiones se otorgarán, únicamente, para servicios predeterminados de carácter
lineal; no obstante, la Administración podrá otorgar concesiones zonales que comprenderán todos los
servicios regulares permanentes o temporales y de uso general o especial que hayan de prestarse en una
determinada zona, salvo los que expresamente se exceptúen. Será de aplicación a las concesiones zonales
el régimen jurÃ−dico establecido para las lineales en tanto resulte compatible con su especÃ−fica
naturaleza.
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Las concesiones se extinguirán por las causas siguientes:
a) Transcurso del tiempo por el que hubieren sido otorgadas.
b) Incumplimiento de las condiciones esenciales de la concesión
c) Muerte del empresario individual o extinción de la empresa gestora del servicio, salvo que se produzca la
transmisión de las mismas en los términos que reglamentariamente se determinen. No se considerará que
se ha producido la extinción de la empresa, cuando cambie simplemente su forma jurÃ−dica, pero se
mantenga aquélla en sus aspectos económico y laboral.
 d) Quiebra del concesionario o suspensión de pagos que imposibilite la prestación del servicio.
e) Supresión o rescate del servicio por razones de interés público.
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f) Renuncia del concesionario en los casos legal o reglamentariamente previstos.
g) Mutuo acuerdo entre la Administración y el concesionario.
h) Por las causas previstas en el artÃ−culo 48.2. de la LOTT
i) Aquellas que se establezcan expresamente en el contrato.
j) Unificación de varias concesiones de acuerdo con lo previsto en el artÃ−culo 81.2. de la LOTT
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2.1.2.2. Transportes regulares temporales y de uso especial
Se consideran transportes regulares temporales de viajeros:
1) Los que se prestan de forma continuada durante perÃ−odos de tiempo de duración limitada, tales como
los de vacaciones, estacionales, o ferias y exposiciones extraordinarias.
2) Los que se prestan de forma discontinua, pero periódica a lo largo del año, tales como los de mercados y
ferias, ordinarios y periódicos.
La prestación de servicios regulares temporales, deberá estar precedida del acuerdo sobre su
establecimiento y condiciones de prestación adoptado por la Administración de oficio o a instancia de
parte. El referido establecimiento únicamente podrá acordarse cuando, por el carácter temporal o
extraordinario de la demanda de transporte, esté suficientemente justificada la necesidad de establecimiento
de un servicio de transporte de uso general y se dé alguna de las siguientes circunstancias:
 - Que no exista un servicio regular permanente de uso general coincidente que pueda servir adecuadamente
las necesidades de transporte de que se trate.
- Que aun existiendo servicio regular permanente de uso general coincidente, se dé alguna de las dos
siguientes condiciones:
a) Que la adaptación a las necesidades de transporte, que hayan de cubrirse suponga una modificación
sustancial en las condiciones de explotación del servicio coincidente, establecidas en la correspondiente
concesión.
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b) Que las necesidades de transporte, que hayan de cubrirse, reúnan tales requisitos de especificidad que
hagan recomendable el establecimiento de un servicio independiente.
Los transportes regulares temporales únicamente podrán prestarse por las personas que obtengan la
autorización administrativa especial que habilite para la realización de los mismos. El régimen de
otorgamiento de dichas autorizaciones, que deberá ser público y objetivo, se establecerá
reglamentariamente, pudiendo, asimismo, arbitrarse procedimientos para que en la realización o
comercialización de dichos servicios participen conjuntamente diversas empresas o asociaciones de
transportistas.
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Para la prestación de los servicios, cuando resulten insuficientes los vehÃ−culos propios, podrán utilizarse
vehÃ−culos de otros transportistas que cuenten con la necesaria autorización de transporte discrecional, de
conformidad con el régimen que reglamentariamente se establezca.
Las correspondientes autorizaciones especiales determinarán las condiciones de prestación del servicio,
asÃ− como su plazo de duración, que podrá ser renovado de conformidad con lo que con carácter general
se disponga.
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Los transportes regulares de viajeros de uso especial únicamente podrán prestarse cuando se cuente con
cada tipo de estos servicios el sistema de otorgamiento, duración y extinción de las correspondientes
autorizaciones, pudiendo preverse la participación de los usuarios en el procedimiento de otorgamiento de
las mismas, para el cual podrá exigirse la previa contratación de aquéllos o sus representantes con el
transportista solicitante de la autorización. La Administración podrá, en su caso, establecer reglas sobre
dicha contratación. Las referidas autorizaciones especiales establecerán las condiciones especÃ−ficas de
explotación, asÃ− como su plazo de duración, que podrá ser renovado.
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Reglamentariamente se determinarán los supuestos en los que no procederá autorizar el establecimiento de
un servicio de uso especial, por existir uno de uso general coincidente que pueda atender adecuadamente las
necesidades surgidas, fundamentalmente, cuando ésta sea de débil tráfico, baja rentabilidad o carácter
rural, asÃ− como las condiciones en las que, en su caso, el mismo debe realizar el transporte especÃ−fico del
colectivo de que se trate.
Los servicios podrán realizarse, cuando resulten insuficientes los vehÃ−culos propios, utilizando
vehÃ−culos de otros transportistas que cuenten con la necesaria autorización de transporte discrecional, de
conformidad con el régimen que reglamentariamente se establezca.
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2.1.3. Los transportes públicos discrecionales de viajeros y mercancÃ−as
2.1.3.1. Disposiciones comunes
Los transportes públicos discrecionales de mercancÃ−as o de viajeros por carretera únicamente podrán
realizarse por las personas que cumplan los requisitos previsto en el artÃ−culo 48 de la LOTT y hayan
obtenido la correspondiente autorización administrativa que habilite para dicha realización.
Las autorizaciones se otorgarán para la realización de transportes de mercancÃ−as o de viajeros, pudiendo
ser de carácter general y de carácter especÃ−fico.
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Las autorizaciones de carácter general habilitarán en todo caso para la realización de transporte
discrecional de carácter ordinario y asimismo para la realización de transportes de carácter especial en
relación con los cuales no se exija una autorización especÃ−fica, debiendo someterse sus titulares, cuando
realicen estos últimos, a las normas especiales que regulen los mismos.
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Las autorizaciones de carácter especÃ−fico habilitarán para la realización de aquellos transportes de
carácter especial a los que estén expresamente referidas, pudiendo extenderse, en su caso, su validez a
otros tipos de transporte.
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Podrán establecerse diferentes clases de autorizaciones en razón al tipo de vehÃ−culos, número de plazas
o capacidad de carga para los que habiliten, o de ámbito territorial al que se refieran.
Por razón de su ámbito territorial las autorizaciones de transportes públicos discrecionales podrán ser de
ámbito nacional o de radio de acción limitado.
Las autorizaciones de ámbito nacional habilitarán para realizar servicios de la Ã−ndole de los referidos en
todo el territorio nacional.
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Las autorizaciones de radio de acción limitado habilitarán para realizar servicios en los ámbitos
territoriales concretos a los que las mismas estén referidas. La determinación de los ámbitos limitados
para los que puedan otorgarse dichas autorizaciones se realizará reglamentariamente, debiendo tenerse en
cuenta para su fijación criterios generales de carácter socioeconómico y de adecuada ordenación del
sistema de transportes.
En todo caso, habrán de respetarse en la fijación de los correspondientes ámbitos las reglas de
delimitación de competencia entre el Estado y las Comunidades Autónomas.
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Las autorizaciones de transporte público discrecional deberán determinar, en todo caso, la clase de
transporte y el ámbito o radio de acción autorizados, y podrán ser otorgadas según las siguientes
modalidades:
a) Autorización a la empresa transportista sin condicionar el volumen del transporte permitido ni los
vehÃ−culos concretos con los que el mismo haya de llevarse a cabo. Esta modalidad de autorización
únicamente podrá aplicarse a aquellos tipos o clases de transporte que no requieran limitación de la oferta
o en los que baste, en su caso, la limitación en el número de empresas que acceden al mercado.
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b) Autorización a la empresa transportista estableciendo un lÃ−mite máximo al volumen del transporte
permitido, pero sin condicionar los vehÃ−culos concretos con los que dicho transporte haya de llevarse a
cabo. Esta modalidad de autorización únicamente será de aplicación cuando, por razón de las
circunstancias previstas en el 49 de la LOTT, se establezcan limitaciones a la capacidad de la oferta de
transporte.
c) Autorización a la empresa transportista estableciendo limitaciones especÃ−ficas en relación con los
vehÃ−culos que hayan de utilizarse para el transporte y, en su caso, con la capacidad de carga u otras
caracterÃ−sticas de los mismos. Esta modalidad podrá ser utilizada en cualquiera de las dos variantes
reguladas en el punto siguiente, con independencia de que se establezcan o no limitaciones en la oferta de
transporte. En el primer caso, se limitará el número y/o condiciones de las nuevas autorizaciones que hayan
de otorgarse, mientras que en el segundo no existirán tales restricciones.
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Las autorizaciones a podrán revestir, a su vez, las dos siguientes modalidades:
a) Estar referidas, en cada momento, a uno o varios vehÃ−culos concretos. En este caso se establecerá
reglamentariamente el procedimiento para realizar, a instancia del autorizado, la citada referencia, a un
vehÃ−culo distinto que reúna las condiciones exigibles. Dicho procedimiento posibilitará que el cambio de
referencia sea realizado con el mayor grado de automatismo y simplificación de trámites.
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b) No estar referidas a priori a vehÃ−culo concreto alguno, pudiendo por tanto realizar transporte, al amparo
de las mismas, cualquier vehÃ−culo del que disponga el titular de la autorización, según lo previsto en el
54 de la LOTT que reúna las condiciones exigidas en la misma.
Las autorizaciones de transporte público discrecional de viajeros o mercancÃ−as en cualquiera de sus
modalidades, se otorgarán, salvo que se establezca expresamente un plazo concreto de duración para las
mismas, sin limitación especÃ−fica de plazo de validez, si bien ésta quedará condicionada a su visado en
los perÃ−odos que reglamentariamente se establezcan, el cual no será realizado cuando las empresas no
cumplan las condiciones legal o reglamentariamente exigidas para el ejercicio de la actividad.
2.1.3.2. Disposiciones especÃ−ficas sobre el transporte discrecional de mercancÃ−as
Las autorizaciones de transporte discrecional de mercancÃ−as habilitarán para:
- Realizar transporte con reiteración, o no, de itinerario, calendario y horario.
- Realizar en un mismo vehÃ−culo transporte en el que existan uno o varios remitentes, y uno o varios
destinatarios, siempre que se observen los requisitos establecidos en su caso por la Administración, en
relación con el peso, volumen, homogeneidad u otras caracterÃ−sticas de las cargas, asÃ− como con el
régimen tarifario aplicable.
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2.1.3.3. Disposiciones especÃ−ficas sobre el transporte discrecional de viajeros
Los transportes discrecionales de viajeros se deberán realizar, como regla general, mediante la contratación
global por el transportista de la capacidad total del vehÃ−culo.
No obstante lo anterior, reglamentariamente podrán determinarse los supuestos excepcionales en que, por
razones de adecuada ordenación del sistema de transportes, pueda admitirse la contratación por plaza, con
pago individual.
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Los transportes discrecionales de viajeros no podrán realizarse con reiteración de itinerario, calendario y
horario preestablecidos.
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2.1.4. Transportes privados
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Los transportes privados pueden revestir las dos siguientes modalidades:
- Transportes privados particulares.
- Transportes privados complementarios.
Se consideran transportes privados particulares los que cumplen conjuntamente los dos siguientes requisitos:
a) Estar dedicados a satisfacer las necesidades de desplazamiento de carácter personal o doméstico del
titular del vehÃ−culo y sus allegados. En ningún caso, salvo el supuesto de percepción de dietas o gastos de
desplazamiento para su titular, el transporte particular puede dar lugar a remuneraciones dinerarias directas o
indirectas.
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b) Realizarse en vehÃ−culos cuyo número de plazas, o capacidad de carga, no exceda de los lÃ−mites que
reglamentariamente se establezcan.
Los transportes privados particulares no están sujetos a autorización administrativa, y la actuación
ordenadora de la Administración únicamente les será aplicable en relación con las normas que regulen la
utilización de infraestructuras abiertas y las aplicables por razón de la seguridad en su realización.
Podrán darse, en su caso, asimismo, sobre dicho tipo de transportes, las actuaciones públicas previstas en el
artÃ−culo 14 de la LOTT.
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Son transportes privados complementarios los que se llevan a cabo en el marco de su actuación general por
empresas o establecimientos cuyas finalidades principales no son de transporte, como complemento necesario
adecuado para el correcto desarrollo de las actividades principales que dichas empresas o establecimientos
realizan.
Los transportes privados complementarios deberán cumplir conjuntamente las siguientes condiciones:
- Si se trata de transporte de mercancÃ−as, éstas deberán pertenecer a la empresa o establecimiento, o
haber sido vendidas, compradas, gestionada su venta o su compra, dadas o tomadas en alquiler, producidas,
extraÃ−das, transformadas o reparadas por ellas.
- Si se trata de transporte de viajeros, los usuarios deben ser los trabajadores o asalariados de los respectivos
centros o bien los asistentes a los mismos, según su naturaleza y finalidad en los términos que
reglamentariamente se determine a fin de asegurar el adecuado equilibrio del sistema de transportes. Los
transportes habituales de otro tipo de usuarios se presumirán, salvo prueba en contrario, como transportes
públicos.
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El transporte deberá servir:
1. Para conducir las mercancÃ−as o las personas a la empresa o establecimiento.
2. Para expedir o enviar las mercancÃ−as o las personas de la empresa o establecimiento.
3. Para desplazar las mercancÃ−as o personas, bien en el interior de una empresa o establecimiento, bien
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fuera de los mismos siempre que se trate de atender a sus propias necesidades internas.
- Los vehÃ−culos han de ser, como regla general, propiedad de las empresas o establecimientos, debiendo
estar matriculados a nombre de los mismos. No obstante, se admitirá la utilización de vehÃ−culos
arrendados cuando dicha posibilidad venga impuesta por Tratados Internacionales, cuando los vehÃ−culos no
superen la capacidad de carga o se cumplan los requisitos especÃ−ficos de las empresas que
reglamentariamente se determinen, asÃ− como en aquellos supuestos de averÃ−as de corta duración del
vehÃ−culo normalmente utilizado o cuando ello resulte necesario por la insuficiencia o inadecuación de la
oferta de transporte público para el transporte concreto de que se trate.
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- Los vehÃ−culos deben ir en todo caso conducidos por el personal propio de la empresa o establecimiento.
- El transporte no podrá ser contratado ni facturado de forma independiente. El coste del mismo deberá en
todo caso incorporarse al precio de los productos o servicios objeto de la actividad principal que realice la
empresa o establecimiento. No obstante, por excepción, la Administración podrá permitir la percepción
independiente del precio del transporte, cuando se trate de transporte complementario de viajeros y el precio
no exceda del estricto coste del transporte.
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