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Documento
Id. Cendoj: 28079140012005100188
Órgano: Tribunal Supremo. Sala de lo Social
Sede: Madrid
Sección: 1
Nº de Recurso: 448 / 2004
Nº de Resolución:
Fecha de Resolución: 02/03/2005
Procedimiento: SOCIAL
Ponente: JUAN FRANCISCO GARCIA SANCHEZ
Tipo de Resolución: Sentencia
Resumen:
Art. 72.1 LPL. Administración pública que, sin previa alegación de la
excepción material de "prescripción" al resolver la reclamación
administrativa, la alega sorpresivamente en el acto del juicio verbal.
Ha infringido el precepto citado, ya que verificó una alteración
sustancial de las "cantidades o conceptos" que se le reclamaban, y ello
produjo indefensión al demandante, al tratarse de un hecho
"excluyente" de su pretensión, que precisa de alegación expresa para
su apreciación por el juez, a diferencia de lo que sucede con los
hechos impeditivos y extintivos.
Voces:
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RECLAMACION PREVIA
EXCEPCION DE PRESCRIPCION
CONTRADICCION DE SENTENCIAS
PRINCIPIO DE CONGRUENCIA
INDEFENSION
SENTENCIA
En la Villa de Madrid, a dos de Marzo de dos mil cinco.
Vistos los presentes autos pendientes ante esta Sala en virtud del
recurso de casación para la unificación de doctrina interpuesto por el
MINISTERIO DE ADMINISTRACIONES PÚBLICAS, defendido por el
Abogado del Estado, contra la Sentencia dictada el día 3 de Noviembre
de 2003 por la Sala de lo Social con sede en Málaga del Tribunal
Superior de Justicia de Andalucía en el Recurso de suplicación
1888/03 , que a su vez había sido ejercitado frente a la Sentencia que
con fecha 11 de Febrero de 2003 pronunció el Juzgado de lo Social
número cinco de Málaga en el Proceso 396/02 , que se siguió sobre
reclamación de cantidad, a instancia de DON Jesus Miguel contra el
expresado recurrente.
Ha comparecido ante esta Sala en concepto de recurrido, Jesus Miguel
defendido por la Letrada Sra. Aguado Hernández.
Es Magistrado Ponente el Excmo. Sr. D. JUAN FRANCISCO GARCÍA
SÁNCHEZ
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ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO.- El 3 de Noviembre de 2003 la Sala de lo Social, con sede en
Málaga, del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía dictó sentencia ,
en virtud del recurso de suplicación interpuesto contra la sentencia del
Juzgado de lo Social nº 5 de Málaga, en los autos nº 396/02 ,
seguidos a instancia de DON Jesus Miguel contra el MINISTERIO DE
ADMINISTRACIONES PÚBLICAS sobre reclamación de cantidad. La
parte dispositiva de la Sentencia del Tribunal Superior de Justicia de
Andalucía es del tenor literal siguiente: "Que debemos estimar y
estimamos el recurso de suplicación interpuesto por DON Jesus Miguel
contra la sentencia dictada por el Juzgado de lo Social número Cinco
de Málaga con fecha 11 de Febrero de 2003 en autos 396-02 sobre
CANTIDAD, seguidos a instancias de dicho recurrente contra
MINISTERIO DE ADMINISTRACIONES PUBLICAS, y fijando la cantidad
objeto de condena en 5.950,09 euros, confirmamos el resto de
pronunciamientos del fallo de la sentencia recurrida. "
SEGUNDO.- La sentencia de instancia, de 11 de Febrero de 2003, dictada
por el Juzgado de lo Social nº 5 de Málaga , contenía los siguientes
hechos probados: "1º.- Que D. Jesus Miguel , mayor de edad y vecina
de Málaga viene prestando servicios para el Ministerio de
Administraciones Públicas en la Delegación de Sanidad de los Servicios
Periféricos de la Administración General del Estado, desde el día 4 de
octubre de 1.991, ostentando la categoría profesional de Auxiliar de
Laboratorio Grupo 6 y percibiendo un salario de 861, 83 E. con
inclusión de prorrata de pagas. ...2º.- Que el actor, con Licenciatura
en Ciencias Biológicas, desde el año 1.992 ha venido realizando, por
instrucciones de sus jefes de departamento debidamente comunicadas
por escrito, trabajos de superior categoría a la de Auxiliar de
Laboratorio, en concreto los análisis de droga y estupefacientes
intervenidos en actuaciones de la Policía y Guardia Civil, teniendo que
acudir con posterioridad como testigo al juicio para ratificarse en el
análisis realizado como único responsable del mismo, a consecuencia
de dicha actividad el demandante ha venido percibiendo el salario
correspondiente a la categoría de Titulado Superior (Grupo 1) durante
prácticamente todo el tiempo que ha durado su prestación de
servicios. ...3º.- Que el actor en el periodo comprendido entre el mes
de diciembre de 2.000 y el mes de junio de 2.001 ha venido
continuando desempeñando las mismas funciones que en épocas
anteriores sin contar con la habilitación para ello, pero sin prohibición
expresa de sus superiores que en todo momento, y ante la falta de
analistas le han venido dando esperanzas de que iba a percibir la
diferencia retributiva como en otras ocasiones; habiendo permanecido
de baja por I.T. en el periodo comprendido entre el 23 de mayo y el
22 de junio de 2.001. ...4.- Que la diferencia salarial entre un Auxiliar
de Laboratorio y un Titulado Superior asciende a la suma de 901,66 E.
en el año 2.000 y de 814,02 en el año 2.001. ...5º.- Que el actor
formuló reclamación previa el día 26 de diciembre de 2.001 ante el
Organismo Demandado reclamando las diferencias retributivas entre la
categoría profesional que ostenta de Auxiliar de Laboratorio y las
funciones que mantiene haber desempeñado de Titulado Superior en
el periodo comprendido entre el 1 de diciembre de 2.000 y el 30 de
junio de 2.001, incluida la paga extra de verano de dicho año,
ascendente a la suma de 6.459,83 E., siendo desestimada su
pretensión en resolución de 13 de junio de 2.002. ...6º.- Que la
demanda se presentó el día 26 de marzo de 2.002."
El fallo de dicha sentencia es del tenor literal siguiente: "Que debo
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estimar y estimo en parte la demanda sobre reclamación de cantidad
formulada por D. Jesus Miguel y consiguientemente debo de condenar
y condeno al Ministerio de Administraciones Públicas a abonarle al
demandante la suma de 4.748,43 E. por los conceptos reclamados; y
ello previa estimación de la excepción de prescripción alegada por
éste, respecto del mes de diciembre de 2.000. "
TERCERO.- El Abogado del Estado, mediante escrito de 3 de Marzo de
2004, formuló recurso de casación para la unificación de doctrina, en
el que: PRIMERO.- Se alega como sentencia contradictoria con la
recurrida la dictada por la Sala de lo Social del Tribunal Superior de
Justicia de Cantabria de fecha 25 de Abril de 1994 . SEGUNDO.- Se
alega la infracción del art. 72.1, en relación con el art. 85.2 de la Ley
de Procedimiento Laboral , y a su vez en relación con el art. 24 de la
Constitución .
CUARTO.- Por providencia de esta Sala de 9 de Marzo de 2004 se tuvo
por personado al recurrente y por interpuesto el presente recurso de
casación para la unificación de doctrina.
QUINTO.- Evacuado el traslado de impugnación, el Ministerio Fiscal
emitió informe en el sentido de considerar el recurso procedente, e
instruido el Excmo. Sr. Magistrado Ponente, se declararon conclusos
los autos, señalándose para la votación y fallo el día 24 de Febrero de
2005, en cuya fecha tuvo lugar.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO.- El objeto del presente recurso consiste en esclarecer si
resulta o no legalmente posible a un empleador dependiente de la
Administración pública, contra el que se entabló demanda en
reclamación de diferencias salariales por parte de uno de sus
empleados, alegar por primera vez en el acto del juicio verbal la
excepción de prescripción, cuando ésta no había sido aducida al
denegar la petición en la vía administrativa previa. Se trata, pues, de
interpretar el art. 72.1 de la Ley de Procedimiento Laboral (LPL ).
Del relato de hechos probados que contiene la resolución combatida literalmente transcrito en el lugar oportuno de la presente- interesa
destacar aquí que un trabajador al servicio de la Delegación de
Sanidad de los Servicios Periféricos de la Administración General del
Estado formuló demanda contra su empleadora -tras el agotamiento
sin éxito de la reclamación administrativa previa-, reclamando
diferencias salariales derivadas del desempeño de trabajos de superior
categoría durante el período comprendido entre el mes de Diciembre
de 2000 y el de Junio de 2001. La reclamación previa se había
presentado el 26 de Diciembre de 2001, y en la resolución
desestimatoria no se adujo como causa de desestimación la
prescripción. Sin embargo, en el acto del juicio verbal el Abogado de
Estado -además de oponerse a la demanda en su totalidad- alegó
prescripción de lo relativo al mes de Diciembre de 2000. El Juzgado de
instancia estimó parcialmente la demanda y condenó a la empleadora
a satisfacer al actor la suma de 4.748'43 euros, por entender que el
resto de lo reclamado correspondía al mes de Diciembre de 2000, y
que la deuda de ese período había prescrito.
Recurrió el actor en suplicación, y el recurso fue estimado por la Sala de
lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía con sede en
Málaga en Sentencia de fecha 3 de Noviembre de 2003 , en la que se
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razona que no puede apreciarse la excepción de prescripción, al ser
alegada por primera vez en el acto del juicio, lo que supone, en
opinión de la Sala, vulnerar el art. 72.1 de la LPL . En consecuencia,
revocó parcialmente la decisión del Juzgado y estimó la demanda por
su total importe de 5.950'09 euros. Contra esta Sentencia de
suplicación ha interpuesto la representación estatal el presente recurso
de casación para la unificación de doctrina.
Como resolución de contraste aporta el recurrente la Sentencia dictada el
día 25 de Abril de 1994 por la homónima Sala y Tribunal de Cantabria,
firme ya al recaer la recurrida. Enjuició esta resolución referencial el
supuesto de unos trabajadores al servicio del Ministerio Agricultura
que reclamaron judicialmente diferencias entre lo percibido en
concepto de plus de peligrosidad y lo que entendían adeudado por tal
concepto. El Juzgado había estimado la excepción de prescripción,
alegada por primera vez en sede judicial por la empleadora, sin previa
alusión a ella al resolver la reclamación administrativa, y la Sala
confirmó esta decisión, basándose en que no se había infringido el art.
72.1 de la LPL , pues, en su opinión, dicho precepto permite
implícitamente la alegación "ex novo" en el juicio de la excepción de
prescripción, excepción ésta que el Tribunal calificó de "procesal".
En contra de la opinión de la parte recurrida, entendemos que entre
ambas resoluciones concurren todas las identidades sustanciales a las
que se refiere el art. 217 de la LPL y, pese a ello, también la
diversidad en el signo de los respectivos pronunciamientos, pues las
situaciones fácticas eran idénticas (carece de relevancia el hecho de
que en un caso la deuda se atribuyera a realización de trabajos de
superior categoría y en el otro a diferencias en el plus de
peligrosidad), siendo lo realmente trascendente el hecho de que en los
dos casos la alegación de la prescripción por parte de la
Administración demandada se formuló por primera vez en el acto del
juicio; también lo eran las respectivas peticiones, consistentes en
reclamar cada actor lo que entendían adeudársele, así como el
fundamento de pedir, pese a lo cual recayeron en cada caso decisiones
divergentes, por sostener cada uno de los Tribunales criterios distintos
acerca de la posibilidad de aducir por primera vez en el juicio la
excepción de prescripción. Procede, pues, entrar en el estudio y
decisión de la controversia que con el recurso se nos plantea.
SEGUNDO.- En el único motivo del recurso -que se conduce, sin duda,
por la vía del art. 205.e) de la LPL , aun cuando el precepto no se
invoque- denuncia el recurrente como infringidos (amén de la
jurisprudencia que cita y a la que después haremos referencia) el art.
72.1 en relación con el art. 85.2, ambos de la LPL y en relación con el
art. 24 de la Constitución , sin especificar cuál sea el apartado de este
precepto constitucional que se pretende vulnerado, ni razonar
tampoco por qué lo considera así. Esto supone la infracción por parte
del recurrente del deber de fundamentar la infracción que aduce, tal
como le exige el art. 222 de la LPL y el art. 481, apartados 1 y 3, de la
vigente Ley de Enjuiciamiento Civil (LECv ), lo que es suficiente para
que no proceda examinar la presunta infracción del precepto
constitucional de referencia, pues lo contrario supondría que esta Sala
hubiera de construir el recurso, con el consiguiente olvido de su deber
de neutralidad, por haber llevado a cabo una actividad que solo a la
parte incumbe.
En relación con la infracción del art. 85.2 de la LPL , hemos de decir que
tal precepto, al conceder al demandado la posibilidad de alegar en la
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contestación a la demanda "cuantas excepciones estime procedentes", se
pronuncia con carácter general ordenando el momento en que el
interpelado puede argüir, en uso de su derecho de defensa, las
excepciones que crea convenientes contra la demanda; pero ello no
obstaculiza en modo alguno la posibilidad de que la propia ley,
contemplando supuestos especiales, arbitre para éstos determinadas
normas específicas, aunque ello suponga imponer determinadas
limitaciones al derecho que, de forma genérica, atribuye al litigante
pasivo el precepto de referencia. Precisamente a esta finalidad
responde el art. 72.1, concebido para regular el supuesto concreto de
que la demandada sea la Administración y, en lógica consonancia con
tal fín, este artículo forma parte del Capítulo II (rubricado como "de la
reclamación previa a la vía judicial"), Título V, Libro I de la Ley
procesal laboral. La aplicación de la regla interpretativa consistente en
entender que la norma especial deroga a la general respecto de la
especialidad que aquélla regula, obliga a entender que no ha sido
infringido el art. 85.2 de la LPL .
Respecto de las Sentencias de esta Sala de 28 de Junio de 1994
(Recurso 2946/93), 30 de Octubre de 1995 (Recurso 997/95) y 2 de
Febrero de 1996 (Recurso 1498/95 ), cuya doctrina también considera
el recurrente como vulnerada, llevaremos a cabo posteriormente los
pertinentes razonamientos; baste con anticipar, ya desde ahora, que
todas ellas recayeron en interpretación de otro precepto distinto al que
aquí nos ocupa: las tres se refieren a procesos de Seguridad Social
(regulados en el Capítulo VI, Título II, Libro II de la LPL) e
interpretaron el art. 141.2 (hoy, art. 142.2 ) de la propia Ley, cuya
redacción, por más que pueda tener concomitancias, no es igual que la
del art. 72.1.
Sin perjuicio de lo que posteriormente también razonaremos acerca del
repetido art. 72.1, procede poner de manifiesto, ya en este momento,
que tanto el recurrente como la resolución de contraste se apoyan,
para sostener sus tesis coincidentes, en calificar la prescripción como
excepción "procesal", pese a que la totalidad de la doctrina
procesalista entiende que se trata de una excepción material, esto es,
atinente al fondo de la controversia. Las excepciones procesales son
las contenidas hoy día en el art. 416 de la LECv ., y se caracterizan
porque la concurrencia de cualquiera de ellas impide la emisión por
parte del tribunal de un pronunciamiento sobre el fondo del debate. En
cambio, la prescripción atañe precisamente al fondo, de tal suerte que,
si prospera su alegación, ello ha de traer como consecuencia la
desestimación de la pretensión actora en aquella parte que esté
afectada por tal excepción material.
TERCERO.- Para dar adecuada respuesta al tratamiento de la posible
infracción del art. 72.1 de la LPL , es conveniente comenzar por
clarificar determinados conceptos que, acerca de las diferentes
categorías de hechos que pueden ser aducidos por la parte
demandada en su contestación, suministra la doctrina procesalista y
acoge la jurisprudencia, tal como se apunta ya en las Sentencias de
esta Sala de 28 de Junio de 1994 (Recurso 2946/93 , primera de las
alegadas ahora por el recurrente), y 27 de Mayo de 1997 (Recurso
3705/96), entre otras.
Además de negar los hechos aportados por el actor, o de matizarlos
conforme a su criterio, puede el demandado alegar hechos impeditivos
(su concurrencia no permite que nazca la relación procesal por la que
el demandante reclama; ejemplo de ellos serían la falta de capacidad
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de una de las partes intervinientes en un negocio jurídico, o la existencia
de un vicio esencial en su consentimiento); puede alegar también
hechos extintivos (que hacen fenecer la relación o la situación jurídica
que antes existió: así, la alegación del pago de una deuda, o de
cualquier otra causa de las previstas en el art. 1156 del Código Civil ),
y puede, finalmente, alegar hechos excluyentes, que no atacan el
nacimiento y existencia de la situación o relación jurídicas que son
objeto del proceso, ni tampoco su subsistencia, pero que producen el
efecto de hacer inexigibles las obligaciones que para el favorecido con
el hecho se derivaban de las aludidas situación o relación jurídica.
Para que el tribunal pueda apreciar la existencia de los hechos
impeditivos y de los extintivos, basta con que tal existencia se deduzca
de la prueba practicada en el proceso, sea cual fuere el litigante cuya
actividad probatoria los demuestre, y aun cuando no se hubieran
alegado de manera expresa. En cambio, para que pueda ser apreciada
la existencia de un hecho excluyente, no sólo se precisa su
acreditación por parte del litigante a quien favorece, sino que es
necesaria, además, su expresa alegación. Pues bien, conforme a
unánime doctrina científica y jurisprudencial, el hecho del que se
deriva la excepción material de prescripción es el prototipo de hecho
excluyente, de tal manera que dicha prescripción únicamente puede
apreciarse si el favorecido por ella expresamente la alega y la acredita.
CUARTO.- Llegados a este punto, es momento ya de ocuparnos del art.
72.1 de la LPL , que por el recurrente se invocó como infringido.
Establece este precepto que "en el proceso no podrán introducir las
partes variaciones sustanciales de tiempo, cantidades o conceptos
respecto de los formulados en la reclamación previa y en la
contestación a la misma".
Cuando la empleadora es una de las Administraciones públicas, en lugar
de estar legalmente previsto que el actor intente una conciliación
extrajudicial con carácter previo a la interposición de la demanda,
dispone la LPL -art. 69.1 - que en este caso "será requisito previo
haber reclamado en vía administrativa en la forma establecida en las
leyes". Se trata con ello de que la Administración tenga un
conocimiento adelantado de la pretensión que se va a interponer en su
contra, y esto con una doble finalidad: por un lado, tratando de evitar
la incoación de un proceso, por lo que se otorga a la futura
demandada -que está obligada a ajustar su actuación a la legalidad- la
posibilidad de reconocer por sí misma el derecho o prestación que se
le reclama; y por otro, con el fin de que esté alertada acerca de qué es
lo que posteriormente va a pretender en su contra el actor, y con base
en qué argumentos básicos se va a sustentar la pretensión. De esta
situación se deriva una exigencia de congruencia entre la fase
preprocesal y la procesal propiamente dicha, congruencia que, para
respetar el principio de igualdad de las partes en el proceso, impone a
ambos litigantes la carga de no introducir en el proceso variaciones
sustanciales acerca de lo que antes había sido objeto,
respectivamente, de ataque y de defensa, de tal manera que el actor
no podrá, en sede judicial, pedir más o cosa distinta de lo postulado
en vía administrativa, y la demandada tampoco podrá oponerse a más
de lo que, en su caso, hubiera resistido con anterioridad, ni tampoco
podrá alegar hechos o aducir motivos de oposición diferentes de los
puestos de manifiesto en el expediente administrativo.
Es cierto la jurisprudencia constitucional ha señalado que la congruencia
a la que antes nos hemos referido no debe exigirse de una forma tan
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excesivamente rígida que llegue a suponer, de hecho, un obstáculo a la
tutela judicial efectiva, porque tal congruencia no debe tener como
único criterio el contenido de la reclamación previa, sino también el
conjunto de pretensiones y argumentos suscitados en los trámites
previos al proceso ( Sentencia del Tribunal Constitucional número
15/1990 de 1 de Febrero ); pero del razonamiento de esta misma
sentencia se desprende que esa relativa flexibilidad nunca puede llegar
al extremo de que la falta de congruencia llegue a producir indefensión
a la parte correspondiente (que en el caso allí enjuiciado habría sido la
Entidad Gestora).
De igual modo, nuestra jurisprudencia se orienta por los mismos
derroteros, y de ello son muestra las tres Sentencias de esta Sala (28
de Junio de 1994 -recurso 2946/93-; 30 de Octubre de 1995 -Recurso
997/95-, y 2 de Febrero de 1996 -Recurso 1498/95 -), cuya doctrina
sostiene el recurrente que la resolución combatida ha infringido; pero,
como más arriba hemos hecho notar, estas tres resoluciones no
versaron sobre la interpretación del art. 72.1 de la LPL , sino sobre la
del art. 142.2 del propio Texto legal , cuya redacción es diferente de la
de aquél. En los tres casos se trataba de sendos procesos de
Seguridad Social, en los que no se había alegado por la Entidad
gestora, al resolver el expediente administrativo, la inexistencia de
uno de los requisitos necesarios para dar nacimiento a la prestación
que el actor reclamaba en el proceso; inexistencia que, sin embargo,
puso de manifiesto dicha Entidad al contestar la demanda, aparte de
que su realidad resultaba ya acreditada en el mencionado expediente
administrativo. En los tres supuestos, esta Sala entendió que no se
había llegado a quebrantar la congruencia entre la vía administrativa y
la judicial, porque ninguna indefensión causaba al demandante la
alegación, ya en el juicio, de un hecho del que había perfecta
constancia en el expediente.
Pero repárese en que la primera de las reseñadas Sentencias, votada en
Sala General y con fundamentación más abundante y detallada que las
otras dos (pues éstas últimas se limitan a seguir el criterio sentado por
la más antigua, remitiéndose a la fundamentación "in extenso" de la
misma), se ocupa ya de distinguir las tres clases de hechos
(impeditivos, extintivos y excluyentes) que la parte demandada puede
alegar en su contestación, y en su cuarto fundamento razona que
<<enel proceso de seguridad social se pide normalmente el
reconocimiento del derecho a una prestación mediante una acción
declarativa de condena, que es lo mismo que se ha solicitado en el
procedimiento administrativo. El actor tiene que probar los hechos
constitutivos de su derecho (la existencia de la situación protegida, la
concurrencia de los restantes requisitos de acceso a la protección.. ..)
y la entidad gestora tiene la carga de probar los hechos impeditivos,
los extintivos y los excluyentes. La ausencia de un hecho constitutivo
puede ser apreciada por el Juez, si resulta de la prueba, incluso
aunque no se haya alegado por la parte demandada y lo mismo
sucede con los hechos impeditivos y extintivos. La razón está, como
ha señalado la doctrina científica, en que los órganos judiciales están
vinculados por el principio de legalidad y no pueden otorgar tutelas
infundadas. Sólo los hechos excluyentes son excepciones propias en el
sentido de que el juez no puede apreciarlas si no son alegadas por la
parte a quien interesan y ello porque estos hechos no afectan a la
configuración legal del derecho. Pero en cuanto a los otros hechos el
juez debe apreciarlos cuando se prueben aplicando las normas
correspondientes, aunque no exista oposición del demandado o
aunque éste no comparezca en juicio para oponerse>>.
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El pasaje que acaba de transcribirse de nuestra Sentencia de 28 de Junio
de 1994 pone bien de manifiesto que en ella -y en las demás que han
seguido su doctrina- se consideró que no rompía la congruencia la
alegación "ex novo" en sede judicial de un hecho no aducido en el
expediente, pero que constaba acreditado en él; y esto se debió a que
se trataba de un hecho impeditivo respecto del nacimiento de la
pretensión del actor y, como ya hemos dicho, esta categoría de hechos
pueden ser apreciados por el juez en cuanto su existencia se
desprenda de la prueba. Por eso, su apreciación -aun sin alegación de
parte- nunca puede producir indefensión al demandante.
Cosa diferente sucede con la excepción material de prescripción, que,
por tratarse de un hecho excluyente, necesita de expresa alegación
para que pueda ser judicialmente apreciado, no bastando con que
simplemente su realidad pueda deducirse de la prueba. Esto trae como
consecuencia que su falta de alegación al resolver en vía
administrativa la petición impide también su alegación en el seno del
proceso, so pena de quebrantar la congruencia, pues la introducción
de esta excepción por primera vez en el acto del juicio es sorpresiva
para el actor y le causa indefensión, porque no le ha permitido
preparar debidamente su defensa, si es que pensara que podría rebatir
la alegación que en tal sentido se le hubiera hecho al resolver
administrativamente su petición, o, en otro caso (esto es, si opinara
que realmente su crédito hubiera prescrito), la falta de alegación
temporánea de la repetida excepción material le ha inducido a
interponer una demanda que de otro modo quizá no hubiera
ejercitado, o la habría planteado en otros términos.
En definitiva, la Administración recurrente incumplió la carga que le
imponía el art. 72.1 de la LPL , al introducir en el proceso una
variación sustancial "en las cantidades" y "en los conceptos" con
respecto a lo que antes adujo al resolver la reclamación previa.
QUINTO.- Lo anteriormente razonado pone de manifiesto que la
Sentencia recurrida se atuvo a la doctrina correcta. En consecuencia,
procede la desestimación del recurso, conforme al art. 226.3 de la
LPL , si bien nada habrá de acordarse acerca del depósito, pues en
este caso no procedía su constitución. Habrán de imponerse, en
cambio, las costas a la parte recurrente, conforme para el caso
dispone el art. 233.1 del propio Texto procesal .
Por lo expuesto, en nombre de S. M. El Rey y por la autoridad conferida
por el pueblo español.
FALLAMOS
Desestimamos el recurso de casación para la unificación de doctrina,
interpuesto por el MINISTERIO DE ADMINISTRACIONES PÚBLICAS
contra la Sentencia dictada el día 3 de Noviembre de 2003 por la Sala
de lo Social con sede en Málaga del Tribunal Superior de Justicia de
Andalucía en el Recurso de suplicación 1888/03 , que a su vez había
sido ejercitado frente a la Sentencia que con fecha 11 de Febrero de
2003 pronunció el Juzgado de lo Social número cinco de Málaga en el
Proceso 396/02 , que se siguió sobre reclamación de cantidad, a
instancia de DON Jesus Miguel contra el expresado recurrente, al que
condenamos en costas.
Devuélvanse las actuaciones al Orden Jurisdiccional correspondiente ,con
la certificación y comunicación de esta resolución.
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Así por esta nuestra sentencia, que se insertará en la COLECCIÓN
LEGISLATIVA, lo pronunciamos, mandamos y firmamos.
PUBLICACIÓN.- En el mismo día de la fecha fue leída y publicada la
anterior sentencia por el Excmo. Sr. Magistrado D. Juan Francisco
García Sánchez hallándose celebrando Audiencia Pública la Sala de lo
Social del Tribunal Supremo, de lo que como Secretario de la misma,
certifico.
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