Ayuntamiento de Gijón/Xixón

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Ayuntamiento
de Gijón/Xixón
Referencia: 027033/2011
Asesoría Jurídica
EJECUCIÓN DE SENTENCIAS QUE RECAIGAN SOBRE ASUNTOS PARA
CUYA APROBACIÓN EL PLENO TENGA ATRIBUIDA COMPETENCIA,
ASUNTO:
CONFORME AL ARTÍCULO 123 DE LA LEY 7/1985, DE 2 DE ABRIL,
REGULADORA DE LAS BASES DEL RÉGIMEN LOCAL
ANTECEDENTES
Por el Señor Secretario General del Pleno se devuelve a esta dependencia la
propuesta elaborada por la Asesoría Jurídica, así como la Resolución de la Alcaldía
elaborada conforme a la misma, que pone fin al expediente administrativo
027033/2011 iniciado en la Asesoría Jurídica como consecuencia del Recurso
presentado por el Colectivo de Vega en Defensa del Medio Rural. En los citados
escritos se proponía y ordenaba que, previa manifestación de darse por enterada de la
citada Sentencia, por los servicios de gestión correspondientes se proceda al
cumplimiento de la Sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Asturias de fecha 28
de febrero de 2013 que anuló el P.G.O. de 2011, que fue confirmada por la Sentencia
del Tribunal Supremo de 6 de mayo de 2015. Al respecto, manifiesta el Señor
Secretario que "la Alcaldía carece de competencias para acordar la ejecución de las
sentencias judiciales que recaigan sobre asuntos de competencia plenaria de acuerdo
con el artículo 104 de la LJCA".
Igualmente, acompaña informe de fecha de 11 de marzo pasado relacionado con
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este asunto, del que adjunta copia, manifestando que el Pleno ha validado el criterio
que en el mismo se recoge y que tratará de mantenerlo en el futuro. También hace
constar que los servicios urbanísticos se encargarán de remitir al Pleno la
correspondiente propuesta de acuerdo.
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Finalmente, recuerda el Señor Secretario General del Pleno a esta Asesoría
Jurídica, que el mismo "tiene atribuido el control de la legalidad de los actos y
resoluciones en los que estampe su firma, ya que el artículo 129 de la Ley de Régimen
Local al referirse a la Asesoría Jurídica, tiene buen cuidado en dejar a salvo las
funciones reservadas en la materia al Secretario del Pleno".
CONSIDERACIONES JURÍDICAS
1º .- Sobre los argumentos de la Secretaría General del Pleno recogidos en el
informe de 11 de marzo pasado
Se plantea por el Señor Secretario General del Pleno un conflicto de
competencias entre el Pleno y la Alcaldía por la ejecución de la sentencia judicial
referida. Sin embargo, tal conflicto no existe porque ni la Alcaldía ni el Pleno son
competentes para acordar la ejecución de sentencias como después veremos. Para
plantear este "conflicto" se apoya en el artículo 104 de la Ley Jurisdiccional, en cuanto
establece que la sentencia se comunicará al "órgano que hubiera realizado la
actividad", órgano éste a que se refiere el artículo 104 de la Ley Jurisdiccional que
identifica con el Pleno del Ayuntamiento. De entrada, ya nos llama la atención que
para justificar la competencia del Pleno, no para ejecutar sino para ordenar a los
órganos de gestión el cumplimiento de la sentencia, se acuda a la Ley Jurisdiccional y
no se acoja a la Ley Reguladora de las Bases del Régimen Local, razón esta que ya de
por si nos debe llevar a rechazar tal razonamiento, porque es evidente que en la Ley
Jurisdiccional no se regulan las competencias de los órganos del gobierno municipal,
ni las relaciones entre éstos y los órganos jurisdiccionales. Sin perjuicio de lo anterior,
nos parece un grave error el identificar "el órgano que hubiera realizado la actividad"
con el Pleno y no con el Ayuntamiento de Gijón, pues éste es el único órgano con
personalidad jurídica que puede comparecer ante los tribunales y fue el sujeto pasivo
de la demanda conforme permite el artículo 21.1.a) de la Ley Jurisdiccional; por tanto,
la sentencia se comunica a ese órgano, que es el Ayuntamiento de Gijón que tiene
personalidad jurídica comprensiva de todos los órganos políticos, es decir, Alcaldía,
Junta de Gobierno y Pleno, y que fue quien compareció como parte demandada.
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Además, porque incluso si aceptáramos el criterio del Señor Secretario de no
considerar que el artículo 104 de la Ley Jurisdiccional se refiere al órgano legitimado
como demandado, sino al órgano de la Administración que llevó a cabo la actividad,
también habríamos de concluir que éste es la Alcaldía ya que es quien tiene atribuida
la función de ordenar la publicación, ejecución y cumplimiento de los acuerdos
[artículo 21.1.r) y 124.4.f) de la Ley Reguladora de las Bases del Régimen Local], en
definitiva quien lleva a cabo la actividad.
También se argumenta que el artículo 123.1.m) de la Ley Reguladora de las
Bases del Régimen Local atribuye al Pleno "el ejercicio de acciones judiciales y
administrativas y la defensa jurídica del pleno en las materias de su competencia", y
el apartado i) del mismo precepto que atribuye al Pleno "la aprobación inicial del
planeamiento general..." de los que deduce, sin lógica alguna, que "ello quiere decir
que una vez notificada una sentencia que afecte de forma indubitada a materias
plenarias, deberá someterse a este órgano a fin de proceder a su cumplimiento...". Tal
interpretación de la norma, a nuestro entender, supone una deducción ilógica, forzada,
absurda y contraria a la literalidad del precepto, que atribuye las competencias que
expresamente refiere (ejercer acciones y aprobar inicialmente el planeamiento general,
y en nuestro caso, por delegación del Principado, también la aprobación definitiva), sin
que pueda ser extendido a otros casos que no prevé, y que claramente se otorgan a
otros órganos de gobierno en las normas que regulan las funciones de éstos como a
continuación expondremos.
2º.- Sobre la ejecución de sentencias
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Conforme al artículo 117.3 de la Constitución Española, "el ejercicio de la
potestad jurisdiccional en todo tipo de procesos, juzgando y haciendo ejecutar lo
juzgado, corresponde exclusivamente a los Juzgados y Tribunales determinados por
las leyes, según las normas de competencia y procedimiento que las mismas
establezcan". Se configura aquí nuestro actual sistema de ejecución de sentencias
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como una competencia exclusiva de los Jueces y Tribunales en detrimento de la
Administración Pública.
Según establece la Exposición de Motivos de la Ley de la Jurisdicción
Contencioso Administrativa:
"el punto de partida reside en la imperiosa obligación de cumplir las
resoluciones judiciales y colaborar en la ejecución de lo resuelto, que la
Constitución prescribe, y en la potestad de los órganos judiciales de hacer
ejecutar lo juzgado, que la propia Constitución les atribuye. Prescripciones
que entroncan directamente con el derecho a la tutela judicial efectiva (...).
La negativa, expresa o implícita, a cumplir una resolución judicial
constituye un atentado a la Constitución frente al que no caben excusas".
A su vez, el artículo 118 de la Constitución Española dispone, como un deber
constitucional, que "es obligado cumplir las sentencias y demás resoluciones firmes de
los Jueces y Tribunales, así como prestar la colaboración requerida por estos en el
curso del proceso y en la ejecución de lo resuelto". Este precepto se desarrolla en el
artículo 17.2 de la Ley Orgánica del Poder Judicial al señalar que "las
Administraciones Públicas, las Autoridades y funcionarios, las Corporaciones y
todas las entidades públicas y privadas, y los particulares, respetarán y, en su caso,
cumplirán las sentencias y demás resoluciones judiciales que hayan ganado firmeza o
sean ejecutables de acuerdo con las leyes"; asimismo el artículo 103.2 de la Ley
jurisdiccional señala, más específicamente, que "las partes están obligadas a cumplir
las sentencias en la forma y términos que en éstas se consignen".
Por tanto, una vez firme la sentencia ésta resulta imperativa, sin necesidad de
acuerdo o decisión posterior sobre la que deba pronunciarse órgano municipal alguno,
excepto para ordenar su cumplimiento, que también puede consistir en la emisión de
un acto o la práctica de una actuación jurídicamente obligatoria, ya que la sentencia ha
de llevarse a puro y debido efecto y practicar lo que exija el cumplimiento de las
declaraciones contenidas en el fallo, competencia ésta meramente ejecutiva que, en la
Administración Local, sin necesidad de acudir a la cláusula residual del artículo
124.4.n) de la Ley Reguladora de las Bases del Régimen Local, es indudable
corresponde a la Alcaldía en cuanto representa al Ayuntamiento y tiene atribuida la
dirección de la administración municipal, de conformidad con lo previsto en el artículo
124.4 a) y b) de la Ley 7/1985, de 2 de abril. Aún más, el propio cumplimiento de los
acuerdos de los órganos ejecutivos del Ayuntamiento es competencia de la Alcaldía,
conforme prevén los artículos 124.f) y 22.1.r) de la Ley 7/1985, de 2 de abril,
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reguladora de las Bases del Régimen Local, cuando establecen, entre las funciones del
alcalde "ordenar la publicación, ejecución y cumplimiento de los acuerdos de los
órganos ejecutivos del ayuntamiento". Así pues, también por este motivo existe razón
suficiente para sostener la competencia de la Alcaldía en el cumplimiento de las
sentencias firmes y la incompetencia de quien tampoco la tiene para ordenar la
ejecución y el cumplimiento de sus propios acuerdos.
Además, un exigible principio de eficacia también justifica este criterio pues la
Administración para evitar que el recurrente inste la ejecución de sentencia debe llevar
a efecto el contenido del fallo de la sentencia comunicada en el plazo general de dos
meses, debiendo remitirse el correspondiente acuse de recibo al órgano jurisdiccional
con potestad para la ejecución de la sentencia en el plazo de diez días desde la
comunicación recibida; y en el mismo plazo de diez días, debe comunicarse al
Tribunal o Juez ejecutor de la sentencia el órgano responsable del cumplimiento de
aquel fallo contra el que en definitiva se dirigirán, en última instancia, si fuera
necesario, las medidas coercitivas que el artículo 112 de la Ley Jurisdiccional prevé
(multas y exigencias de responsabilidad penal) en caso de falta de diligencia en el
cumplimiento de lo fallado. Actualmente, este trámite se cumplimenta por la Alcaldía
en escrito que dirige al Tribunal, y tras acusar recibo de la certificación de la sentencia
recibida manifiesta:"En relación al órgano municipal responsable de las Ejecuciones
de Sentencias, procede señalar que, si bien la orden de cumplimiento formal de las
obligaciones que de las mismas se deriven, se dicta por medio de Resolución de
Alcaldía, el cumplimiento material corresponde al Concejal Delegado de la Alcaldía
en materia de ........................., a quien se le ha dado traslado de las presentes
actuaciones".
Lo anterior no es óbice para que el Pleno del Ayuntamiento tenga conocimiento
de las sentencias que hayan recaído sobre materias cuya aprobación fuera de su
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competencia y que se incluiría en el correspondiente apartado del Orden del Día de la
sesión que se considere conveniente; pero este conocimiento del Pleno no debe excluir
la facultad de la Alcaldía para, igualmente, darse por enterada de la sentencia y
ordenar a los servicios municipales de gestión su cumplimiento. Además, la Alcaldía
de conformidad con lo previsto en el artículo 42 del Reglamento de Organización,
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Funcionamiento y Régimen Jurídico de las Entidades Locales, aprobado por Real
Decreto 2568/1986, de 28 de noviembre, dará cuenta a la Corporación en cada sesión
ordinaria del Pleno de las resoluciones que hubiera adoptado para el cumplimiento de
la Sentencia.
3º.- Sobre el control de la legalidad de los actos y resoluciones en los que estampe
su firma el Secretario General del Pleno.
También recuerda el Señor Secretario General del Pleno a esta Asesoría Jurídica
que "tiene atribuido el control de la legalidad de los actos y resoluciones en que
estampe su firma, ya que el artículo 129 de la Ley de Régimen Local al referirse a la
Asesoría Jurídica tiene buen cuidado en dejar a salvo las funciones reservadas en la
materia del Secretario del Pleno". Pues bien, tal afirmación no nos parece ajustada a
Derecho y desde luego no encuentra amparo en el artículo 129 de la Ley de Bases del
Régimen Local invocado que manifiesta:
"Sin perjuicio de las funciones reservadas al Secretario del Pleno por el
párrafo e) del apartado 5 del artículo 122 de esta Ley, existirá un órgano
administrativo responsable de la asistencia Jurídica al Alcalde, a la Junta
de Gobierno Local y a los órganos directivos, comprensiva del
asesoramiento jurídico y de la representación y defensa en juicio del
ayuntamiento, sin perjuicio de lo dispuesto en el apartado segundo del
artículo 447 de la Ley 6/1985, de 1 de julio, del Poder Judicial" (la
referencia al artículo 447 de la Ley Orgánica del Poder Judicial debe
hacerse al artículo 551 añadido por la Ley Orgánica 19/2003, de 23 de
diciembre).
A su vez, el párrafo e) del apartado 5 del artículo 122 de la Ley Reguladora de
las Bases del Régimen Local a que se refiere este artículo, manifiesta que:
"corresponderá al secretario general del Pleno, que lo será también de las
comisiones, las siguientes funciones:
e) El asesoramiento legal al Pleno y a las comisiones, que será preceptivo
en los siguientes supuestos:
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1º
Cuando así lo ordene el Presidente o cuando lo solicite un tercio
de sus miembros con antelación suficiente a la celebración de la sesión en
que el asunto hubiere de tratarse.
2º
Siempre que se trate de asuntos sobre materias para las que se
exija una mayoría especial.
3º
Cuando una ley así lo exija en las materias de la competencia
plenaria.
4º
Cuando, en el ejercicio de la función de control y fiscalización de
los órganos de gobierno, lo solicite el Presidente o la cuarta parte, al
menos, de los Concejales."
Por tanto, de la simple lectura de los preceptos transcritos resulta claro que
el secretario general del Pleno no tiene reservadas funciones de asesoramiento en
esta materia, es decir, cuando se ejerce la función de fe pública en las resoluciones de
los órganos unipersonales. Por el contrario, la Ley Reguladora de las Bases del
Régimen Local, establece claramente, como responsabilidad de la Asesoría Jurídica, la
asistencia jurídica comprensiva del asesoramiento jurídico al Alcalde, Junta de
Gobierno y órganos directivos.
No está de más recordar lo que el Tribunal Constitucional en las sentencias nºs
103 y 143 del año 2013, manifestó respecto a la Asesoría Jurídica:
"La asesoría jurídica como órgano de asistencia al que se ha venido en
denominar «órgano ejecutivo local» -Alcalde, Junta de Gobierno y órganos
directivos- responde a ese nuevo modelo municipal que como señala la
Exposición de Motivos de la Ley de Medidas para la Modernización del
Gobierno Local persigue atender a la necesidad de un liderazgo claro y
diáfano ante la sociedad, lo que exige ejecutivos con gran capacidad de
gestión para actuar rápida y eficazmente. Fruto de esta concepción, la
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Junta de Gobierno ha asumido la mayoría de las competencias de
ejecución que antes correspondían al Pleno lo que, agravado por la
complejidad de la gestión administrativa en los municipios de gran
población, justifica tanto la existencia preceptiva de este órgano, como la
atribución del nombramiento a la junta de gobierno de la que depende y
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ante la que debe responder[FJ 5 h)]. Así pues, la asesoría jurídica «sirve
para perfilar ese modelo común organizativo que se considera
imprescindible para garantizar una gestión adecuada de los intereses
locales en los municipios de especial complejidad»".
En segundo lugar, debemos plantearnos igualmente si la función de fe pública de
las resoluciones de los órganos unipersonales es función atribuida al Secretario
General del Pleno. En este sentido, y para los municipios de gran población, como es
Gijón, la letra d) de la Disposición Adicional Octava de la Ley Reguladora de las
Bases del Régimen Local dispone:
"Las funciones de fe pública de los actos y acuerdos de los órganos
unipersonales y las demás funciones de fe pública salvo aquellas que estén
atribuidas al secretario general del Pleno, al concejal secretario de la
Junta de Gobierno Local y al secretario del Consejo de Administración de
las entidades públicas empresariales, serán ejercidas por el titular del
órgano de apoyo al secretario de la Junta de Gobierno Local, sin perjuicio
de que pueda delegar su ejercicio en otros funcionarios del ayuntamiento"
Por tanto, tampoco corresponde al Secretario General del Pleno la función de
fe pública de los actos y acuerdos de los órganos unipersonales, sino que es función
atribuida al habilitado nacional que ocupe el puesto de trabajo del órgano de apoyo al
concejal secretario de la Junta de Gobierno Local. Ahora bien, en el Ayuntamiento de
Gijón desde su creación, obligatoria por ley, el puesto de trabajo del órgano de apoyo
al concejal secretario de la Junta de Gobierno Local no ha sido cubierto, sin razón
aparente que lo justifique, y ha venido siendo desempeñado por el Secretario General
del Pleno, que asumirá entonces las funciones de fedatario de los actos y acuerdos de
los órganos unipersonales, no como tal Secretario General del Pleno, sino como
habilitado que desempeña temporalmente el puesto de órgano de apoyo al concejal
secretario de la Junta de Gobierno Local.
En tercer lugar, debemos respondernos a la pregunta de si la función de fe
pública conlleva también el asesoramiento legal sobre el acto en el que se intervenga.
Pues bien, es doctrina consolidada la que considera que la fe pública deja constancia
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del contenido de la resolución rubricando todas las hojas en que se extienda la misma,
de su autor y de la fecha, sin extender esta función al asesoramiento legal.
A su vez, el Real Decreto 1174/1987, de 18 de septiembre, por el que se regula el
Régimen Jurídico de los funcionarios de la Administración Local con Habilitación de
carácter Nacional, precisa en su artículo 2 el contenido de la fe pública de la
Secretaría y únicamente contempla en relación a las resoluciones de la Alcaldía, las
siguientes funciones:
"d) Transcribir al Libro de Resoluciones de la Presidencia las dictadas por
aquella y por los miembros de la Corporación que resuelvan por
delegación de la misma.
e) Certificar de todos los actos o resoluciones de la Presidencia y los
acuerdos de los órganos colegiados decisorios, así como de los
antecedentes, libros y documentos de la entidad.
f) Remitir a la Administración del Estado y a la de la Comunidad
Autónoma, en los plazos y formas determinados reglamentariamente, copia
o, en su caso, extracto de los actos y acuerdos de los órganos decisorios de
la Corporación, tanto colegiados como unipersonales.
g) Anotar en los expedientes, bajo firma, las resoluciones y acuerdos que
recaigan".
Por tanto, en esta norma no se recoge que la función de fe pública conlleve un
control de legalidad genérico de las resoluciones de los órganos unipersonales,
reviviendo con ello el control previsto en la legislación preconstitucional, tal y como
se contemplaba en la Base 44.2 de la Ley 41/1975, de 19 de noviembre, de Bases del
Estatuto de Régimen Local cuando establecía que: "los Secretarios e Interventores, en
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su caso, están obligados a advertir a las Corporaciones de las manifiestas
infracciones legales en que puedan incurrir con sus actos y acuerdos"; esto fue
modificado por el artículo 4 del Real Decreto-Ley 3/1981, de 16 de enero, y
actualmente se delimita la función de asesoramiento legal preceptivo en el artículo 3
del Real Decreto 1174/1987, de 18 de septiembre, de Régimen Jurídico de los
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funcionarios de la Administración Local con Habilitación de carácter Nacional. Para el
caso de los municipios de gran población establecidos por la Ley 57/2003, donde
desaparece el Secretario General del Ayuntamiento, distribuyéndose las funciones que
al mismo se atribuían entre el secretario general del Pleno, el concejal secretario de la
Junta de Gobierno Local, el órgano de apoyo al concejal secretario de la Junta de
Gobierno Local y la Asesoría Jurídica, el artículo 122.5 de la Ley Reguladora de las
Bases del Régimen Local establece el asesoramiento legal preceptivo del Secretario
General del Pleno y delimita sus funciones en este aspecto. De todos estos preceptos
legales aplicables, tanto en los municipios de régimen general como en los de gran
población, tampoco se puede deducir que el asesoramiento legal del secretario general
del ayuntamiento y del secretario general del Pleno comprenda el control de legalidad
de las resoluciones de los órganos unipersonales.
En definitiva, actualmente, en nuestro régimen jurídico local no existe previsión
legal alguna que exija al secretario advertir sobre aquellas cuestiones que considerase
relevantes desde el punto de vista legal, y que afecten al acto en que se intervenga;
ninguna previsión legal existe al respecto en nuestro régimen jurídico que diferencia
claramente fe pública y asesoramiento legal (artículos 2 y 3 del Real Decreto
1174/1987, de 18 de septiembre). No obstante, la experiencia en este Ayuntamiento
nos dice que ningún responsable jurídico de un expediente, sin perjuicio de la
propuesta que finalmente realice, rechace la opinión que otro servicio emita con el
objeto de colaborar en la corrección jurídica de la decisión que haya de adoptarse,
cuestión ésta distinta a la presente, donde se trata de imponer un criterio para el que se
carece de competencia, y de cuyos resultados no se asume la responsabilidad, que en
última instancia recaerán en esta Asesoría Jurídica y en la Alcaldía.
En cuarto lugar, y aunque la práctica local española ha venido aceptando, de
manera más o menos pacífica, la firma del Secretario en las resoluciones de los
órganos de gobierno unipersonales, la doctrina ha cuestionado que la función de fe
pública exija la firma del Secretario en los actos y resoluciones de los órganos
unipersonales. Así, se ha manifestado que el artículo 2 del Real Decreto 1174/1987, de
18 de septiembre, anteriormente transcrito, regula el contenido de la fe pública de la
Secretaría y no recoge la firma de las resoluciones municipales como una más de las
funciones propias de la fe pública, y ello puede llevar a considerar que la única firma
necesaria en estos documentos es la de la Alcaldía. La cuestión se concreta en si para
el ejercicio de la fe pública, es preciso que el Secretario estampe su firma en dicho
documento a los efectos de verificar frente a terceros, que efectivamente firmó quien
aparece en el mismo, en la fecha que figura y con el contenido que reproduce, o por el
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contrario que el alcance de la fe pública se limita a la competencia exclusiva de
certificar, transcribir, anotar, remitir o notificar con posterioridad la existencia y
contenido de las resoluciones que, una vez firmadas por el órgano unipersonal
correspondiente, se le trasladen; la respuesta que la doctrina da a esta cuestión, como
ya manifestamos, es que no existe previsión legal alguna que expresamente exija a
los secretarios firmar las resoluciones de los órganos unipersonales, a diferencia de
los certificados, donde existe una norma específica que exige la fórmula "de orden y
con el visto bueno" del Alcalde o Presidente (artículo 205 del R.O.F. aprobado por
Real Decreto 2568/1986, de 25 de noviembre). Actualmente además, esta doctrina
añade que la firma electrónica avanzada y reconocida del Alcalde lo hacen no sólo
innecesario sino -incluso- improcedente.
Aclarado lo inconsistente de sostener hoy día la existencia de un control de
legalidad genérico entre las funciones del Secretario General del Pleno, conforme
hemos expuesto, también hemos de manifestar la peculiaridad que supone el bloqueo
en la tramitación de los expedientes de esta Asesoría Jurídica que conlleva la retirada
de hecho por la Secretaría de la documentación remitida a la Alcaldía, devolviéndola a
la oficina de procedencia en lugar de emitir el correspondiente informe, discrepante en
este caso, y someterlo a decisión a la superior autoridad. Como consecuencia de lo
anterior procede rehacer la documentación remitida de fecha 8 de junio pasado,
adaptándola a la realidad producida tras el Pleno de investidura del pasado 13 de junio,
documentación que junto con este informe se envía nuevamente a la Alcaldía a los
efectos oportunos.
CONCLUSIONES
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1.- La competencia exclusiva para la ejecución de las sentencias corresponde a los
Jueces y Tribunales.
2.- Las sentencias firmes son imperativas y su cumplimiento es obligación de la
Alcaldía, de conformidad con lo previsto en los apartados a) y b) del artículo 124 de la
Ley Reguladora de las Bases del Régimen Local.
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3.- El hecho de que sea sometida a conocimiento del Pleno la existencia de una
sentencia firme, y por tanto imperativa, recaída sobre asunto cuya aprobación sea de su
competencia, no es razón para que el cumplimiento de la misma no pueda ser realizado
por el órgano que legalmente tiene atribuida esta función, que es quien a la postre va a
asumir la responsabilidad ante los Tribunales como órganos encargados de la
ejecución de las sentencias
Este es nuestro parecer que sometemos a cualquier otro mejor fundado en
Derecho. No obstante, V.E. resolverá lo que estime más conveniente
.
En Gijón, a 19 de junio de 2015
EL JEFE DE LA ASESORÍA JURÍDICA
Fdo.: Abelardo Fidel Rodríguez González
EXCMA. SEÑORA ALCALDESA DEL AYUNTAMIENTO DE GIJÓN
Recibí un duplicado:
................................................................
En Gijón, a ……. de ……………………. de 2015
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