La evolución del concepto de ley natural en el pensamiento de

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Teología
y
Vida, Vol. XL (1999),
pp. 195-254
P. Concha B., s.j.
Docente de la Facultad de Teología.
Pontificia Universidad Católica de Chile
La evolución del concepto de ley natural
en el pensamiento de Josef Fuchs
l.
INTRODUCCION
Josef Fuchs, s.j., ha sido uno de los moralistas de mayor significación en el
desarrollo de la moral católica del postconcilio. Su obra, influida por la antropología
teológica de Karl Rahner, SJ., se ha referido a prácticamente todos los grandes
temas de la teología moral. Teólogos morales de la talla de Bruno Schüller, Franz
Bockle, Marciano Vidal, Lisa Cahill o Richard McCormick dan cuenta en su propia
obra de la influencia que el pensamiento de Fuchs ha tenido en la reflexión moral
actual.
El Concilio Vaticano n, en el que participa como experto, y particularmente su
actuación en la Comisión para el estudio de los Problemas de Población, Familia y
Nacimientos, convocada por Pablo VI, constituyen momentos centrales en la evolución de su pensamiento. Durante las múltiples sesiones de esta comisión es desafiado por médicos, teólogos y especialmente por las luchas de aquellos muchos
que sin éxito intentaban vivir sus matrimonios en honesta fidelidad a la Iglesia en lo
relativo al matrimonio y la anticoncepción. Estas experiencias ampliarán los horizontes de su reflexión, puesto que surgirán de ellas nuevos cuestionamientos,
preocupaciones y, en particular, una nueva concepción de la persona humana como
agente moral.
Este trabajo se centrará en la manera como fue evolucionando la concepción
de ley natural sustentada por Fuchs por efecto de estos eventos-experiencias.
De
qué manera, a partir de una concepción de la ley natural primariamente entendida
como el referente objetivo de la conducta humana, determinado, en sí mismo, por
la constitución (naturaleza) y destino de la humanidad, evoluciona hacia una concepción de esta en términos de la conciencia personal. Esto es, cómo a partir de
una concepción de ley natural, en términos de obediencia a la propia naturaleza
predefinida, él establece una que se encuentra fundada individualmente
en la capacidad de cada persona para discernir qué hacer y cómo decidir (conciencia, recta
ratio).
En primer lugar, se presentará el modo como Fuchs desarrolla la ley natural en
uno de sus primeros escritos, Natural Law. A theological Investigation. En segundo
P. CONCHA
196
Il.
lugar, cómo evoluciona hacia una concepción personalista de esta en sus principales
obras en inglés: Human Values and Christian Morality, Personal Responsibility
and Christian Morality, Christian Ethics in a Secular World, Christian Moralitv.
The Word Recomes Flesh, and Moral J)emands and Personal Obligations.
2.
LA ABSOLUTA
a)
Marco general
VALIDEZ DE LA LEY NATURAL
EN NATURAL LAW
En el prefacio del libro, Fuchs anuncia que su obra tendrú dos objetivos principales: 1) poner "de manifiesto que la ley natural es una abstracción de la realidad
total que es el hombre cristiano"; y 2), como consecuencia directa de lo anterior,
situar "esta ley en el contexto de un orden moral natural-sobrenatural"
(1). El segundo objetivo es el principal y su relevancia es evidente en toda la estructura del texto.
Fuchs comienza con una breve enunciación dc la concepción de ley natural según la
tradición de la Iglesia y de sus fundamentos filosóficos relacionados; sin embargo,
hace el mayor hincapié en el desarrollo teológico de dicho concepto.
Estas reflexiones establecen la base para una concepción teonómica de la ley
natural. Sin negar que la ley natural (como verdadera esencia de la humanidad) gobierna la auténtica realización de la persona humana en la historia, Fuchs demostrarú
que lo que dicha ley necesariamente gobierna es una actualización (2) concreta de la
persona humana como expresión del amor-revelación de Dios a la humanidad (3), y
no meramente la realización objetiva de lo que la naturaleza humana ya es.
Fuchs no presenta una concepción lineal de la ley natural. Existe una tensión
en la esencia de este argumento: una tensión/movimiento
entre dos paradigmas. Por
una parte, la ley natural es entendida como expresión histórica de algo previamente
determinado por Dios: el orden de la creación como designio de la Mente Divina
(4). Por otra parte, la ley natural es presentada como la humanidad que Dios está
permanente y continuamente creando. En las propias palabras de Fuchs, "los preceptos revelados en los diferentes períodos de la historia sobrenatural de salvación
nos fuerzan a considerar a la naturaleza humana 'en general' como el principal fundamento de la ley natural. Esta 'naturaleza humana en general' posee elementos
susceptibles de ser descubiertos en todas sus diversas modalidades de realización.
Más aún, la naturaleza permanece abierta a otros elementos consustanciales a aquellos constantes en las circunstancias
existentes de la historia, particularmente
en
nuestra historia sobrenatural de salvación" (5). La ley natural es entendida principal-
(1)
(2)
(3)
(4)
(5)
Para facilitar la lectura dcl texto prcsentaremos.
en el cuerpo del trabajo. traducciones caslellanas
de los originales en inglés. Natllml LaIV. p. xi.
CL Natllml LaIV, pp. 49-51.
CL Natllral LaIV. p. 175.
CL Natural LaIV, p. 10: "di vine law is to be underslood as posilive divine law whcreas the law of
nalure exisls independently
of any posilive hislorical inlcrvenlion by God ....
Nutuml LUIV, p. 49.
LA EVOLUCION
DEL CONCEPTO DE LEY NATURAL
EN EL PENSAMIENTO
DE JOSEF FUCHS
197
mente como el testigo -expresión- de lo que Dios está creando (haciendo, transformando, haciendo posible) dentro de la humanidad para posibilitar la respuesta humana a Dios, más que como la expresión definitiva de lo que los seres humanos
deberían realizar frente a Dios (6) para realizarse como criaturas. Esto es, comportarse adecuadamente como ser humano no consiste meramente en realizar la propia
naturaleza (como algo previamente determinado por Dios), sino más bien en encontrar el modo adecuado de realizar la humanidad en la historia.
Fuchs no se refiere formalmente a esta tensión en su obra. Más bien su metodología es lo que en realidad conduce su reflexión a una concepción de ley natural
en función de la historia de salvación del hombre. Su metodología, basada en las Escrituras, en particular en el pensamiento Paulina, se centra en la revelación -acciónde Dios, como Aquel que revela la ley, más que en la formulación objetiva de dicha
revelación. En otras palabras, fiel a la noción de ley de Pablo, Fuchs presentará un
concepto cristológico de la ley natural: "Cristo constituye, en consecuencia, el principio de la moralidad cristiana tomado en su propio sentido; sin embargo, por eso
mismo estamos obligados a aceptar la naturaleza humana de Cristo precisamente
porque estamos tratando con un Dios-hombre. Debemos hacerlo con la mayor seriedad, así como reconocer su semejanza a Dios como una norma para nosotros" (7).
En este capítulo pretenderemos mostrar por qué Fuchs se desplaza de un paradigma a otro. ¿Cómo de una comprensión de la ley natural como el "orden válido
para el estado de hombre caído y de la misma manera para el estado de hombre redimido" (8), llega a centrarse, principalmente,
en Jesucristo como condición de
posibilidad de toda posible consumación de la ley? 0, en otras palabras, ¿cómo
asume una noción de ley natural como la estructura -Iey- invariable de la naturaleza
humana (la naturaleza [ley] que debe ser obedecida para que cada ser humano logre
su plenitud) para de ahí establecer la ley natural en completa dependencia del acontecimiento de Cristo? Tal como él lo señala: "Un nuevo principio se ha introducido
al mundo con la abolición de la Ley. Dicho principio no ha surgido por medio de
la Ley. Se trata del espíritu de la caridad recibido como gracia. Este inspira y permite al hombre hacer el bien y a fortiori cumplir con lo dispuesto en la Ley también" (9).
b)
La ley natural como ley escrita en la naturaleza del ser
Tradicionalmente,
se ha entendido la ley natural como una expresión de lo que
constituye el orden objetivo de la realidad y como la norma de la estructura objetiva
de todos los seres. Se considera que la realidad posee un orden y manera de ser
específicos, puesto que se percibe como un efecto directo de la voluntad de Dios -la
(6)
(7)
(8)
(9)
CL Natural Law, p. 23: "The freedom of Ihe Christian from the Law is not in the first instance a
mere invalidation of the üld Covenant and its precepts. Much more and primarily. it means also
a release of man from his impotence to do that which is good. Liberty 1 this sense is freedom to
en ter into coml11union with God".
Natural Law. pp. 75-76.
Natural Law. p. 11.
Natural Law, p. 23.
In
P CONCHA
R.
ley eterna- O O). La manera adecuada de ser, entonces, consiste en obedecer dicha
voluntad. Esto es, si se entiende a la realidad como una manifestación históricotemporal de la ley eterna, el verdadero significado de toda la realidad es ser -realizar- su propio ser -naturalezaprecisamente como una manifestación concreta de
la voluntad de Dios. En palabras de Santo Tomás: "todas las cosas que se encuentran sometidas a la divina providencia están reguladas y medidas por la ley eterna ...
es manifiesto que participan en cierto modo de la ley eterna, a saber, en la medida
en que, bajo la impronta de esta ley, se ven impulsados a sus actos y fines propios ... [;] la criatura racional [por su parte] se encuentra sometida a la divina providencia de una manera muy superior a las demás, porque participa de la providencia
como tal, y es providente para sí misma y para las demás cosas ... hay [consecuentemente] también en ella una participación de la razón eterna en virtud de la cual se
encuentra naturalmente inclinada a los actos y fines debidos ... esta participación de
la ley eterna en la criatura racional se conoce como ley natural" (I.lI Q.9I.a.2).
La ley eterna, en este esquema, establece a la realidad como un orden objetivo,
es decir, la realidad como expresión de la voluntad de Dios respecto de todo lo
creado es considerada, esencialmente. como previamente determinada por Dios. Según ello, todos los seres, en cuanto son, poseen una manera objetiva de ser, es decir,
una manera correcta de realizarse a sí mismos (1). Dicha manera de ser constituye
una expresión de la verdadera naturaleza de toda criatura y, puesto que es una
expresión de la voluntad de Dios, domina toda realización histórica de un ser. De
ello se desprende, entonces, que la verdadera naturaleza de un ser, en cuanto criatura
de Dios, determina la ley natural, es decir, la manera adecuada de ser. En otras
palabras, tal como se ha entendido desde Pío XII (12), la ley natural está determinada por el telos y la naturaleza del hombre, es decir, "existe a causa de 'leyes escritas en la naturaleza de los seres' que se encuentran ontológicamente enraizadas en
la naturaleza" (3).
De ahí que la ley natural se establezca aquí a partir de lo que se percibe como
la estructura permanente e invariable de la realidad, es decir, a partir de lo que se
entiende por naturaleza de las cosas. En otras palabras, toda criatura realiza su
propia naturaleza como una participación específica en la ley eterna (14), obedeciendo su propia estructura física y psicológica, puesto que la voluntad de Dios se
entiende como presente en la estructura concreta de la humanidad.
Se distingue a la humanidad de otras criaturas en que ésta es capaz de leer por
medio de la razón las leyes escritas en la naturaleza de los seres: "La razón humana
(lO)
(11)
(12)
(13)
(l4)
"allthat is in things created by God whether it be eontingenl or neeessary, is sllbject to the eternal
law; while things pcrtaining lo lhe Divinc Nature 01' Essenee are nol subjccl lo lhe elernal law.
but are the elernallaw
ilself." (I.lI Q. 'J2.a.4).
Cr. Nolllral L,Il\'. 1'1'.6-7: "There is an objective order dcrined by natural law and this in the final
issue is based upon ·being'''.
Pius XII. Alloelltion, 19 May 1956. AAS 48 (1956) 471.
Narllml Law, p. 7.
Tomús de Aquino entiende la diferenle IJilrlicipoción en lo ley elemo, COIllO diferenciación
en el
ser oiJjelos de lo Providencia Divina (Cr. I.II Q.91.a.2), es decir, como el /l/odo de la Creación.
Divide a las criaturas en dos categorías principales: (1) los que participan de la lev elema por
razón del conocimiento;
y (2) los que lo hacen por razón de aclos de pasión (l.ll Q.92.a.6).
LA EVOLUCION
DEL CONCEPTO
DE LEY NATURAL
EN EL PENSAMIENTO
DE JOSEF
FUCHS
199
lee la ley natural en la naturaleza de todas las cosas y particularmente en la naturaleza del hombre" (15). Pero se la iguala a toda otra criatura, puesto que se considera
a la razón simplemente relacionando a la humanidad con el mundo en términos de
obediencia (16), en lugar de establecer, primariamente, una relación dialogante entre
el individuo y sus circunstancias. Esto es, puesto que la naturaleza preestablecida
de la humanidad es lo que se manifiesta a través de la ley natural (una naturaleza
que debe obedecerse en cuanto demuestra y realiza la plenitud humana), la razón
sólo revela lo que ya es la naturaleza de la humanidad. En palabras del propio
Fuchs: "Decir que la razón es capaz de leer la ley escrita en el corazón del hombre
significa simplemente que la razón es capaz de captar la ley de la naturaleza a partir
de la realidad ontológica del hombre y todas las cosas" (17).
c)
La ley natural
C0/l10
la natural inclinación a imitar/seguir
a Jesucristo
Un segundo paso en la presentación de Fuchs consistirá en examinar la concepción de ley de Pablo. Para Fuchs, en Pablo, la nueva ley desacraliza la ley escrita, pues se establece una distinción entre los preceptos de la ley y el bien o el mal
(18), es decir, el bien y el mal se encuentran en la naturaleza de las cosas (19) y no
dentro de los preceptos de la ley de Moisés. Pablo tiene la experiencia que Dios -el
Bien- es, primero que nada, naturalmente reconocible dentro de la realidad. Tiene
sentido, por tanto, que para Pablo los paganos hayan pecado sin siquiera poseer la
ley de Moisés, puesto que desobedecieron
la ley natural. Negaron que fue Dios
mismo quien estuvo presente en todos los bienes de sus vidas (20). Tal como lo
señala Fuchs, Puesto que la Ley no establece la diferencia entre el bien y el mal,
sino más bien enseña a los hombres lo que es ya bueno o malo, San Pablo puede
decir que las buenas obras del pagano constituyen el cumplimiento de las exigencias
de la Ley" (21). Al parecer, el anuncio de que Jesús no ha venido a suprimir la Ley
y los Profetas, sino a darle su forma definitiva (Mt 5: 17), debe entenderse en este
contexto como una proclamación de la primacía de la Ley sobre todas las leyes. O
(15)
(16)
(17)
(18)
(19)
(20)
(21)
Natura! Law. p. 8.
CL Natura! Law. p. 9: "The nalure in which rcason recognizes a nalural order is lhe work 01' God
lhe Crealor. Rcason engagcd upon lhe intelligibilities
01' nature musl be seen as God's work. Only
he has written thc law of nalure into man's heart when creating him. The voice of nalure lhal
admonishes,
ordcrs amI teaches, logcther with the reason lhat scans nature and our own hearts,
are thc lrue voiccs of divine reason. This natural law is as ccrtainly a manifestation
of God's
intcllect and will as his positively rcvcaled commandrnent".
Nalura! Law, p. 8.
CL Na/ura! Law. p. 21: "It is clear frorn this lhat there is good an devil and that each is quite
independent of the posilive law".
CL Natura! Law, p. 19.
CL Na/ura! Law. p. 15: "St. Paul was convinced that pagans have this knowledge allhough God
has not revealed himself lo thern through the Law of lhe Old Covenant 01' lhrough, Christ. They
know God by natural rneans. From lhe visible works of creation and by the use of natural reason
they have come lo a knowledge 01' lhcir God," al so CL Fuchs. p. 16: "He clearly has in rnind a
Ilatura! knowlcdge of God withoul Chrisl and without the Law".
Natura! Le"", p. 20
200
P. CONCHA B.
en otras palabras, que el requIsIto más básico y definitivo de la plenitud humana
siempre será perfeccionar a la humanidad en sí misma. El acontecimiento de Cristo,
entonces, ha hecho dos cosas simultáneamente.
Por una parte, ha revelado el más
profundo significado de la humanidad: la orientación básica del hombre hacia Dios
y, por otra, ha establecido la constitución de la ley de la naturaleza humana (22) como un acontecimiento meramente humano. Al liberar a la humanidad de todas las
reglas, Cristo ha atado, al mismo tiempo, a la humanidad a sí misma como criatura
de Dios, es decir, la humanidad en y a través de Cristo debe perfeccionar su propia
naturaleza. En palabras de Fuchs: "Ser en Cristo es precisamente liberarse de aquellas cosas que hicieron de los judíos y paganos unos pecadores (Rom I y 2). Lo que
los convirtió en pecadores fue exactamente hacer caso omiso del orden que los liga
a ambos a sus obligaciones. Esto es, como ya se ha dicho, un orden natural" (23). Lo
que ha cambiado el acontecimiento
de Cristo, sin embargo, no es meramente la
constitución de la ley de la naturaleza, como orden natural, sino que la naturaleza
misma del hombre. Cristo ha tornado en realidad una nueva creación. El acontecimiento de Cristo ha vuelto realidad, para todos los seres humanos, la posibilidad
misma de alcanzar la propia naturaleza como naturaleza en sí oricntada a lo sobrenatural (24). En suma, el acontecimiento de Cristo no ha cambiado los preceptos, las
reglas o las leyes, sino que ha establecido a la humanidad en un nuevo lugar con
respecto a Dios, puesto que la ha establecido como posesión personal dc Dios (cL
Ex 19, 5).
Cristo, el Dios-hombre, ha realizado toda la plenitud humana posible y consecuentemente El mismo se ha transformado en la realización paradigmática
de
la ley natural. De aquí, la realización de la humanidad, siguiendo la ley de la naturaleza humana, necesariamente
se ha convertido en el acto de seguir la regla de
humanización que ha establecido la humanidad (humanización)
paradigmática de
Cristo. Tal como lo puntualiza Fuchs: "Pertenccer a Cristo en realidad significa ser
de Cristo (l Cor 3: 23). Significa estar obligado a servirlo (Rom 14: 18; Col 3: 25)
siendo verdaderamente
siervo (Gal 1: 10; Eph 6: 6; Rom 6: 16-23). Significa que
realmente existe una ley de Cristo quc hace exigencias verdaderas a los cristianos
(Gal 6: 2; 1 Cor 9: 21)" (25).
La ley, la nueva ley, por lo tanto, incluye a la antigua porque exige actualizar
la bondad intrínseca de la humanidad: la realización de la naturaleza humana. Es
decir, la nueva ley puede ser presentada como la ley de la naturaleza y sus preceptos
como los "preceptos naturales que previamente estaban contenidos en la Ley" (26).
(22)
(23)
(24)
(25)
(26)
Dado el conlexto en que nos enconlramos,
lada referencia a la ley de la I/alu raleza será una
referencia a la ley natural en cuanto ley de la naturaleza humana en el todo de la Creación.
Na/lIml Law, p. 27. CL adcmás. p. 25: "This grace and charity lead to the achievemenl
01' the
good which was truly demanded by the Law. Jt is in Ihis sense lhat 'you are no longer under Ihe
Law (that was only a demand) but under grace which makes us hold to and accomplish
the
demands 01' the Law in a different way' (Rom. 6: 14)".
CL Nalural Law. p. 44: "Man in his total existence is and always has heen directed positively to a
supernatural end. Jt is from Ihis fact Ihal he receives his significance".
Nalural Law. pp. 24-25.
Nalural Law, p. 28.
LA EVOLUCION
DEL CONCEPTO
DE LEY NATURAL
EN EL PENSAMIENTO
No obstante,
puesto que cumplir con la ley se ha convertido
de la humanidad
como tal en la historia,
y la humanidad
DE JOSEF
FUCHS
201
en el acto de realización
se ha convertido
en lo
revelado -manifestadopor Dios a través y en Jesucristo,
la ley de la naturaleza se
ha convertido
en una realidad
total y definitivamente
paradójica:
se ha convertido
en la ley de Cristo. Esto es, la ley natural, precisamente
porque expresa y realiza la
naturaleza
humana
como salvada
por Dios en Cristo, descubre
su condición
de
posibilidad
en Dios y no en la capacidad
humana de lograrlo.
Para Fuchs, la solución a esta paradoja
deberá necesariamente
encontrarse
en la nueva constitución
de
la humanidad:
"pero ustedes son de Cristo y Cristo es de ustedes" (1 Cor 3: 23) (27).
El acontecimiento
de Cristo,
entonces,
ha liberado
a la persona
humana
de las
exigencias
de todas las leyes, pues ha hecho a la humanidad
capaz de lograr la
bondad de la vida humana:
la posibilidad
de relacionar
el sí mismo con Dios (28):
"La libertad
del cristiano
de la Ley no constituye
en primera
instancia
una mera
invalidación
de la Antigua Alianza y sus preceptos.
Mucho más y principalmente,
significa
también una liberación
del hombre de su impotencia
de hacer aquello que
está bien. La libertad en este sentido es aquella que nos permite entrar en comunión
con Dios (2 Cor 3: 15; Gal 2: 19ss)" (29).
Es posible decir ahora que, según la teología de Pablo, observar la ley ya no es
cuestión
de seguir los preceptos,
sino que se ha vuelto una cuestión
de seguir a
Cristo como presente
y actuante
y, por tanto, realizando
a la humanidad
en El
mismo. "Los preceptos
de la ley de Cristo y Dios atan al cristiano,
pero su obligación se encuentra
directamente
relacionada
con la persona de Cristo mismo en lugar
de la ley objetiva como
denomina
'conocimiento
tal. Por consiguiente,
el conocimiento
de la ley de Cristo se
de Cristo'
(Rom 14:14)" (30). Se concluye
que dicha ley
(la ley de Cristo) no nos obliga desde fuera, como cualquier
otra norma, sino desde
dentro: como consecuencia
directa de estar hechos a semejanza
de Dios. Esto es, "El
carácter
absoluto
de Dios comunica
el poder moral, normativo
y absoluto
a las
criaturas
hechas a su semajanza ... El propio ser del hombre dentro del ser del mundo
que lo rodea, constituye
en verdad la exigencia de Dios. Sólo en la medida en que el
ser del hombre ya haya sido actualizado
internamente
como la exigencia
de Dios,
será posible comprender
los requerimientos
morales de Dios desde fuera" (31). Para
Pablo, el cumplimiento
de la Ley a la que alude Jesús es, por sobre todo, fidelidad
humana y personal a la vida recibida de Dios como naturaleza
de la humanidad,
más
que la observancia
de cualquier
Por consiguiente,
puesto
paradigmática
de la ley natural
(27)
(28)
CL Na/ural La\\'. p. 25: "The condilion
01' being
and law 01' God (Eph. 6:6: ICor.
'.1: 21 J,"
CL
N{l/urul La\\'. pp, 44-45:
as receiving
his perreclion
cannot
attain by himselL
can be called . nature',"
(29)
(30)
(31)
regla concreta.
que Jesucristo,
el Dios-hombre,
es la manifestación
según esta interpretación,
podemos afirmar que Cris-
Na/ura! Law. p. 23,
N{l/ura! Law, p. 25.
Na/ura! Law, pp. 60-61.
"God's
crealion
bound
and
in lhe inncr Jire 01' lhe
In raCl there is no purely
to Cbrist
providential
signiries
knowlcdgc
Holy Trinily.
This
natural
perrection
being
has
bound
man
lo the will
in mind
only
is a rinalily
to which man
01' manís real being which
202
P. CONCHA B.
to es tanto la perfecta realización de la naturaleza humana en la realidad, es decir,
el total cumplimiento
de la ley de la naturaleza, como también la condición de
posibilidad -el poder- de todo posible cumplimiento humano de la ley natural como
resultado de su muerte y resurrección. Jesucristo, asumiendo plenamente la humanidad, ha transformado manifiestamente
la ley natural en una "condición necesaria
para la admisión al reino de Dios" (32). Jesucristo constituye la perfecta realización
de la humanidad y será cumplir la ley natural imitar el estilo de vida de Cristo,
porque es a través y al interior del acontecimiento de Cristo, que "el cristiano posee
un conocimiento e inclinación natural por (Rom 2: 15; 7: 14-25) lo que en verdad es
una imitación de Cristo (l Cor 2: 1) y una participación de su Reino" (33).
d)
La ley natural como la realización
de la humanidad
arquetípica
que Cristo hace
Cuando la ley ley natural se entiende como la imitación de Jesucristo, lo que
en realidad ha cambiado no es meramente nuestra concepción de dicha ley como
exposición de lo que es propiamente humano, sino nuestra concepción de la naturaleza humana. La fidelidad de Fuchs a la noción de la ley natural de Pablo es lo
que realmente ha movido su pensamiento de un paradigma a otro en este punto, es
decir, su fidelidad a Pablo es lo que lo ha llevado a comprender más profundamente
a la humanidad como criatura de Dios con respecto al acontecimiento de Cristo, y
no simplemente a una reelaboración de su idea primera de ley natural: "Cristo, el
Señor, como prototipo y norma del hombre, representa un valor positivo para la
naturaleza humana ... Esto es la ley natural, aun cuando su expresión en términos
naturales sigue siendo hipotética" (34).
La afirmación precedente relaciona a la ley natural, como realización de la
humanidad, con Jesucristo como realización arquetípica de la humanidad efectuada
por medio de y al interior del acontecimiento de Cristo. La realización arquetípica
de la humanidad ocurrida en Cristo se ha vuelto una obligación positiva para la
humanidad en cuanto a la ley natural (35). Tres precisiones aparecen como pertinentes en este punto. En primer lugar, no parece posible concluir que Fuchs está simplemente identificando la ley natural con Cristo. La ley natural es claramente la norma
que proviene del acontecimiento de Cristo, pero no (aún) Cristo mismo.
En segundo lugar, el Cristo histórico, como realización concreta de la humanidad, no puede entenderse meramente como precepto objetivo o norma. Lo que constituye la norma final de la humanización (la ley natural), en cuanto al acontecimiento de Cristo, es el modo y calidad de ser humano que Jesús hizo realidad en la
historia, pero no puede sostenerse que Jesús pretendiera representar un sistema de
moralidad cristiana o una recopilación de comportamientos
adecuados (36). Tal
(32)
(33)
(34)
(35)
(36)
Natural Law. p. 31. Cf., además, p. 31: "FlIlfilmenl 01' ils obligalions by lhe power 01' Chrisl is
now adivine serviee in lhe Kingdom uf God fOllnded by Chrisl (el'. Rom 6: 12fT and 13: 41'1)"
Natural Law. pp. 31-32.
Natural Law. p. 74.
Cf. Natural Law. p. 75-76.
CL Natural Law, p. 75.
LA EVOLUCION
DEL CONCEPTO
DE LEY NATURAL
EN EL PENSAMIENTO
DE JOSEF
FUCHS
203
como lo señala Fuchs: "la aparición del Cristo histórico [no I nos permite indicaciones o reglas precisas ... [sino que debemos] tomar la aparición de Cristo en un
sentido puramente formal, esto es, en su absoluta entrega al Padre y, por consiguiente, en su fidelidad a lo que se denomina naturaleza. No obstante, la naturaleza del
hombre debe analizarse desde esta perspectiva, y las relaciones morales necesarias
[para la vida humana] deben deducirse con el objeto de descubrir el real contenido
de la regla de vida [emanada]de Cristo" (37).
En tercer lugar, la naturaleza humana, en este sentido, se torna algo esencialmente abierta a una nueva y mejor realización de sí misma. La ley natural no puede
entenderse meramente como la manifestación concreta de lo que es y, por lo tanto,
lo que requiere el hecho de ser un ser humano, sino como el discernimiento permanente de aquello en lo que se ha convertido la humanidad en el transcurso del
tiempo y la historia: "la naturaleza humana requiere actualizar ciertos elementos -no
importa cuáles- en un modo concreto de vivir. Dichos elementos, siempre concertados, constituyen la base de la ley natural activamente significativa en cualquier
situación de la historia de salvación, pero adicionalmente y de manera hipotética, la
ley se establece en los elementos de una situación de salvación determinada. Estos
últimos elementos determinados históricamente no contradicen el primer y fundamental estrato de la ley natural. Más bien lo completan" (38).
Fuchs no ha renunciado, si n embargo, a comprender la ley natural como esas
leyes escritas en la naturaleza
de los seres, que se hallan ontológicamente
enraízadas en la naturaleza humana, y que son por tanto permanentes e invariables.
Más bien, está fijando la atención en Dios, como Aquel que da la ley, y no en la ley
en sí misma. Esto es central, porque lo que constituye, de hecho, el núcleo de la
plenitud humana no es una regla (sin importar cuán perfecta sea), sino la determinación salvífica del Dios que ha querido salvar a la humanidad por medio de y en
Cristo. En Jesucristo ha quedado de manifiesto que la realización de lo humano es,
por sobre todo, una cuestión del Dios que asume y salva a la humanidad haciéndose
El mismo hombre, más que un asunto, incluso, de fidelidad de los hombres a la
creación de Dios. La ley natural, entonces, develará el corazón de su esencia cuando
sea entendida (reconocida) como la humanidad que Dios ha/está creado/ando, revelado/ando, hecho/haciendo posible, y no cuando se la reduzca a una mera regla de
com portam ien to.
Extremando la afirmación anterior, es posible afirmar que en términos de ley,
de la ley de la naturaleza humana, es Cristo, al mismo tiempo, el único precepto
inmutable de la Mente Divina y la condición de posibilidad de todo cumplimiento
posible de la ley natural: "En el Dios-hombre, el Padre nos ha entregado el prototipo
del cristiano. Cristo es el prototipo de todo hombre y antes que nada del cristiano,
incluso con respecto a la esfera natural y al dominio de la ley natural. El es nuestro
prototipo, puesto que es verdaderamente hombre y realiza en sí mismo la esencia del
ser natural del hombre, ni más ni menos de lo que nosotros lo hacemos" (39).
(37)
(38)
(39)
Natura! Law. p. 75.
Natura! Law, p. 49.
Natura! Law, p. 75.
204
e)
P. CONCHA B.
Ley natural y comportamiento
humano
No es posible comprender a Jesús como la norma definitiva de la humanidad
fuera de las circunstancias humanas concretas. Jesucristo se torna la norma fundamental del comportamiento
humano cuando una persona es en realidad capaz de
seguirlo: cuando alguien es realmente capaz de reconocer a Cristo como Aquel que
efectúa lo humano y, por tanto, le hace un ofrecimiento concreto de plenitud humana (40). De otro modo, la ley natural sería una regla vana que obligaría externamente a la humanidad. Se volvería una contradicción en sí misma, ya que constituiría
una proposición de plenitud de humanidad, no auténticamente humana. Por lo tanto,
en clave cristológica, lo que realiza a la ley natural en la historia es la verdadera
historia de la humanidad y no aquello que pudiera ser entendido como esencia de la
humanidad. La ley natural, como norma del comportamiento humano, gobierna necesariamente la realización concreta de la humanidad en la historia. Ahora bien, si
lo gobernado por la ley natural es la realización circunstancial de la humanidad,
entonces, con necesidad, será en las circunstancias en donde acontezca lo humano
donde se deberá jerarquizar la relevancia de las exigencias de la ley natural. Tal
como lo expresa Fuchs: "Cuando consideramos los elementos que admite cada situación de la historia de salvación, la naturaleza humana por sí sola constituye la base
de una ley natural aplicable y realmente válida. En cuanto a los elemenos específicos de las diferentes situaciones en la historia de salvación, la misma naturaleza
constituye la base de la ley natural aplicable y válida sólo en estas situaciones" (41).
Sin embargo, si la ley natural debe aplicarse -como regla- a circunstancias
humanas concretas, es preciso establecer los criterios básicos de dicha aplicación,
es decir, lo que determine cuándo y cómo es posible aplicar dicha ley natural. Pero,
dado que la ley natural se entiende como un principio general de validez universal,
la problemática en torno a cómo normal' los efectos concretos de dicha regla, puede
volverse una paradoja sin solución para el desarrollo planteado por Fuchs. ¿Por qué?
Porque si se considera que la ley natural encuentra el principio de su validación (en
cuanto norma legítimamente exigible) en sí misma, es decir, que la ley natural sería
aplicable en toda circunstancia como consecuencia necesaria de su propia definición, preguntarse por los criterios de su legítima aplicación adolece de toda lógica.
La solución que plantea Fuchs para este punto no parece totalmente clara. Por una
parte, soluciona el problema relacionando la ley natural con su significado exis-
(40)
(41)
En los escritos posteriores Fuchs preferirá el uso de Ahso/u/o
en vez Cris/o o Dios. Si cstc cambio
debe ser entendido como un signo de su evolución posterior, queda como materia de discusión.
Aquí da la imprcsión que el uso de Cris/o como cl referente universal de toda la humanidad, sin
ninguna referencia específica al mundo no-cristiano,
debc ser contexlualizado
al interior de su
objetivo y grupo de referencia. Fuchs está hablando a teólogos católicos acerca de los peligros del
relativismo ético.
Na/ural
Law. pp. 92-93. er., además, pp. 105-106: "the SUIIIIII or in other words what the absolule
natural law requires (having rcgard to the demand) today, above all, is a difficult and not always
accurately achievablc effor! 01' inlellecl. But basieally the Sllllllll al' in other words whal lhe
absolute natural law requircs having regard to the concrete realization
01' human nature, is
dctermined 'objectively'
by that concrete realizalion 01' human nalure."
LA EVOLUCION DEL CONCEPTO DE LEY NATURAL EN EL PENSAMIENTO DE JOSEF FUCIIS
205
tencial (42). Esto es, la ley natural. en cuanto metafísica, es siempre universal, pero, en cuanto regla, es necesariamente percibida por un ser en referencia a una circunstancia humana concreta. Una cuestión, entonces, meramente referida a la aplicabilidad de la ley natural, puesto que "[sil ... las condiciones parecen cumplirse en
la situación presente, luego el principio general puede aplicarse a esta situación real"
(43). 0, en otras palabras, que "lo imposible nunca representa lo correcto o lo justo ...
(porque lo) correcto es siempre algo exigido en una situación concreta, a la luz de
principios generales (o de los más generales) y en este sentido el argumento es válido.
Esto permanece verdadero, incluso si simplemente se pretende señalar la dificultad
referida al cómo descubrir lo que está correcto, en este momento, mediante los
procesos de la razón. Aquí, sin duda, deberemos satisfacernos con lo 'posible'" (44).
Pero, por otra parte, señala que la base de los principios generales y absolutos
(la ley natural) "son en verdad principios metafísicos, en su validez general y abstracta, dominando a la persona y su situación, pero de manera tal que son válidos
para la persona y la realidad de esta situación, en su validez existencial" (45). Aquí
Fuchs no está meramente relacionando la aplicabilidad de la ley natural a las circunstancias de su aplicación, sino que condicionando la validez de una exigencia
específica surgida de la ley natural, en cuanto principio universal del comportamiento humano, a su realización existencial. No es posible decir, sin embargo, que Fuchs
persiga este punto. El claramente establece la categoría de lo correcto como el
criterio definitivo de todas las aplicaciones posibles de la ley natural: "Hablamos de
lo que es correcto en la situación presente de salvación y como una aplicación
genuina, por lo tanto, de la ley natural absoluta a la realidad que es el hombre
ahora" (46). El criterio final de aplicabilidad de la ley natural es la relación correcta
entre lo que es exigido y la posibilidad de respuesta a tal exigencia por una persona.
Lo correcto en una situación concreta, no compromete la validez de la ley natural en
sí misma, puesto que dicha norma encuentra el criterio último de su rectitud al
interior de la naturaleza humana como algo previamente determinado y fijo. Por lo
tanto, enfrentar una circunstancia humana de manera de poder dar la mejor respuesta
moral posible, necesariamente será cuestión de aplicar adecuadamente la ley natural,
y nunca una pregunta acerca de su validez interna en referencia a dicha circunstancia. Tal como él lo señala, "El hombre tiene sólo una obligación: tratar de entender
la realidad total de una situación dada con el objeto de escuchar claramente la
palabra del Dios que le exige en ella, y luego cumplir con esta exigencia. Dios ...
(42)
CL Na/lira!
LalV, p. 115: "It
selves
metaphysical
principIes
cxistential
individual
(43)
significancc
situation."
only
is lruc that thc principies
01' thc ahsolute
natural
law
which dominate
the person
and his situations.
They
from
thc physical
reality,
the particular
human
person
are in themreccive
thcir
and
from
thc
Na/lira!
Lmv, p. 117. CL. además,
p. 122: "The historicily
01' the natural
law throllgh
which the
new reality
01' the ordcr 01' Rcdemption
is galhercd
and mctaphysically
and noctically
eSlablished
as a normativc
rca1ily 1'01' man, is in sOllle lIIeasure /he sallle !mv according
to which licit human
reglllations
area acccpted
by men in virtue 01' the natural
law, so can there he no contradiction
betwecn
the natural
law and tbe dcmands
01' the reality 01' thc Rcdcmption."
(44)
Na/ura!
LalV, p. 127.
(45)
(46)
Na/lira!
N(l/lIra!
LalV, p. 115.
LalV. p. 127.
206
P. CONCHA H.
determina la respuesta fáctica que debe entregar el hombre según la realidad
ontológica de la situación; El mismo, no el hombre, es el moldeador último de la
realidad. Cualquier otro intento hace caso omiso de la realidad existencial y sustancial de la creación como imagen de Dios" (47).
3.
UNA CONCEPCION RENOVADA DE LA TEOLOGIA
LA TEOLOGIA MORAL y EL VATICANO II
a)
La persona como agente moral. La concepción
MORAL.
inicial
Aun cuando la primera investigación de Fuchs sobre la ley natural podía entenderse como el encuentro dialéctico de dos comprensiones di ferentes de la ley natural, el primer capítulo de este ensayo ha sido un intento por demostrar que Fuchs
claramente ha concluido sus reflexiones insistiendo en que la ley natural es, por
sobre todo, la previamente determinada exigencia que la naturaleza humana establece, en sí misma, a todo sujeto, siempre y en toda circunstancia. Que aunque comprender la ley natural, como la natural disposición-obligación
de la humanidad para
imitar-seguir-obedecer
la semejanza natural de Dios acontecida en la persona de
Jesús (48), el Cristo, podría haber establecido nuevas prioridades en el tratamiento
del tema, la preocupación definitiva de Natural Law fue insistir, ontológicamente,
en el carácter inmutable de la ley natural, como norma última del comportamiento
humano. Dicha concepción puede resumirse de la siguiente manera.
Lo que se entiende/percibe
como la realidad de la humanidad, se presenta
como la constitución permanente e invariable de ésta, es decir, como naturaleza
humana. Dicha realidad, en cuanto fáctica (en cuanto dada) establece una exigencia
permanente e inmutable sobre el agente moral. La naturaleza humana, como criatura
de Dios, debe ser entendida como exigencia moral venida directamente de Dios, es
decir, como expresión permanente de la voluntad de Dios: la naturaleza humana
establece las obligaciones morales básicas para todos los seres humanos, puesto que
expresa la voluntad de Dios respecto de los seres humanos.
Por consiguiente, también se considera al agente moral como predeterminado
por su naturaleza individual. Todas las personas humanas, corno criaturas de Dios,
poseen una naturaleza predefinida y deberían realizar dicha naturaleza a través de
sus acciones morales. La realidad, por lo tanto, es percibida como exigencia de
Dios, y responder a tal exigencia es lo que constituye la verdadera esencia de la
moralidad, es decir, un agente moral percibe la realidad como exigencia de Dios ya
que hacerlo es precisamente su naturaleza.
(47)
(48)
Natural Law. pp. 137-138. Cr., además, pp. 134-135: "lhe Holy Office. in lhe Instruelion on
siluation-ethics
which we have already quoled. insisls on lhis point as eerlain: a feeling 01' inncr
judgmenl 01' any man cannol be lhe non11 deeiding 1Iltimately the objcelive eorreclness 01' an ael.
The only deeiding faclor is lhe objective moral oruer based upon heing. God cOlllu. throllgh his
inspiration, demand and act 01' thc inuividual which is nol givcn wilh lhe onlologieal realily 01' lhe
concrete silllalion."
el'. Natural L",v. p. 76.
LA EVOLUCION DEL CONCEPTO DE LEY NATURAL EN EL PENSAMIENTO DE JOSEF FUCIIS
207
Es posible decir, luego, que la persona humana (como agente moral) es considerada aquí como ubicada en el medio de una dualidad predefinida. Por una parte,
posee una naturaleza definitivamente establecida por Dios como exigencia de Dios
y, por otra parte, todas las respuestas posibles a dicha exigencia han sido ya determinadas por Dios en la constitución ontológica de su naturaleza. Llevar a cabo el
acto moral adecuado será, en este sentido, necesariamente
obedecer -seguirla
constitución interna de la realidad, es decir, de la ley de la naturaleza humana (49).
Es posible formular dos reflexiones si la naturaleza humana, como invariable y
previamente determinada, es entendida como el criterio último de rectitud. En primer lugar, el acto correcto será la realización histórica de la naturaleza humana en
función, precisamente, ha como está siendo percibida, históricamente, la tal naturaleza. En segundo lugar, la ley de la naturaleza (la ley natural) encontrará, siempre y
necesariamente,
en sí misma la fuente de su validez. Esto es, las circunstancias de
un acto nunca podrán comprometer la legitimidad de las exigencias de tal norma,
sino sólo las consecuencias/modo
de su aplicación.
En las siguientes páginas se pretende mostrar cómo Fuchs, no negando los
fundamentos de su concepción inicial de ley natural, claramente intentará una forma
nueva y distinta de abordar la vida moral en el ulterior desarrollo de su pensamiento: 1) una insistencia en Aquel que da la ley, en lugar de en el significado de la ley
en sí misma; 2) una concepción de la perfecta realización de la humanidad (la ley
natural) como la mejor realización posible del humanum, en vez de comprender tal
realización como la concreción posible de una forma predefinida de conducta (naturaleza humana); 3) un desarrollo de la ley natural como entidad esencialmente personal -individual-,
es decir, sostenida y realizada en la capacidad de cada persona
para discernir qué debe hacer y cómo debe hacerlo (conciencia, recIa ralio), en
lugar de una primariamente
entendida como la obediencia a una naturaleza preestablecida.
Fuchs, en Natural Law, iniciará una concepción de la ley de la naturaleza (la
ley natural) como arquetípicamente
manifestadalrealizada
en la naturaleza humana
de Cristo (50). Afirmará que Cristo, el Dios-hombre, puesto que realiza en sí mismo
la esencia del ser natural del hombre, constituye el principio de la moralidad cristiana: " ... Cristo constituye el principio de la moralidad cristiana tomada en su sentido
más propio; sin embargo, estamos consecuentemente ... obligados a aceptar la humanidad de Cristo, precisamente porque estamos tratando con el Dios-hombre" (51).
Aquí el cumplimiento de la ley de la naturaleza (la ley natural) se ha transformado
en imitar la manera como Jesús realiza lo humano y la naturaleza humana se ha
vuelto necesariamente ser!siendo-cn-Crislo
(52). Seguir la ley natural no podrá me-
(49)
(50)
(51)
(52)
CL Nmural Lmv,
CL Natural Law,
Natural Law, pp.
CL Natl/ral Lmv,
obligation
rol' '111
pp. 137-l3R.
pp. 75-76.
man.
to the
According
(and lhus
realities."
75-76.
p. 76: "The
mcn rcgarding
lhe natural
way
law)
slalemenl.
.. lhal Christ's
humanily
rcprcscnts
a ncw
lhe natural
¡aw is equally
valid ror Ollr bcing-in-Chrisl.
in which
we conccive
is conrirmcd
in diffcrcnt
this
ways
union
with
peculiar
Christ,
lO each
lhe
natural
01' lhe lwo
and
positivc
the God-
man
in us
supernalural
P. CONCHA B.
20X
ramente ser el seguimient%bediencia
de una normativa objetiva, sino que necesariamente se ha vuelto el desafío de seguir/obedecer
a una Persona: un asunto de
discipulado: "La ley natural indica en qué caso y en quién debemos creer y en quién
uno puede o incluso debe abandonarse" (53).
Parecería que comprender la naturaleza humana como serlsiendo-en-Cristo
casi necesariamente debería conducir al planteamiento de la ley natural, de la moralidad y las normas morales en términos personalísticos. Esto es, a) que desde una
concepción de la naturaleza humana como serlsiendo-en-Cristo,
Fuchs debería desarrollar la noción de moralidad hasta transformarla en la relación de un indi viduo con
Cristo; y b) que la ley natural debería ser presentada como la realización de dicha
relación, necesariamente, en términos de la autorrealización de un individuo en la
historia. Sin embargo, como se ha mostrado, esta línea de argumentación no es desarrollada por Fuchs en Natural Law. Sólo con posterioridad al Concilio Vaticano
1I, Fuchs desarrollará plenamente esta noción, es decir, desarrollará una concepción
de la ley natural como la posibilidad/obligación/desafío
de realización actual de un
individuo en la historia, que ha sido establecida en el ser mismo de la naturaleza
humana por Dios, el Creador. Esto es, que la verdadera realización de la persona
humana es inevitablemente el criterio básico para descubrir (definir) lo que constituye o no la ley natural. Tal como lo señala Fuchs en la reunión final de la Comisión
para el estudio de los Problemas de Población, Familia y Nacimientos: "Hemos
procurado encontrar una forma de reconciliar ... las tareas de procreación con las necesidades de la pareja, para el bien de la pareja, los niños y la familia como un
todo ... " (54). Fuchs comenzará donde ha ubicado e identificado la norma básica de
la conducta humana: la realización arquetípica de la humanidad acontecida en Jesús,
el Cristo; y desde allí elaborará una concepción renovada de la humanidad como
encuentro personal de Dios en Cristo a través del Espíritu Santo. La persona humana, como agente moral, será entendida como realizándose en cuanto se entre!?a al
recibe la comunicación de Dios, y la ley de la naturaleza (la ley natural) será, por
consiguiente, la realización misma de dicho encuentro. Es decir, la persona humana
sólo en cuanto se abandone a Aquel que está haciendo posible su misma vida,
realizará su propia naturaleza.
Elementos nucleares para una hermenéutica de la metodología que Fuchs desarrollará en adelante serán a) su compromiso explícito de pensar en fidelidad con la
teología proclamada por la Iglesia en los documentos del Vaticano 11; y b) el efecto
causado en su preocupación intelectual por su participación en la Comisión para el
estudio de los Problemas de Población, Familia y Nacimientos. A partir de ambas
experiencias, él elaborará una concepción de la moralidad que remueve el asiento
primordial de la verdad moral del contenido de las normas, principios y preceptos
objetivos (como la verdad de la naturaleza humana), y la ubica dentro de la conciencia del individuo. Lo que constituirá la esencia de la moralidad cristiana, en cuanto a
la exigencia de normas objetivas, no será primariamente obedecerlas, sino confron-
(53)
(54)
Natural Law, p. 74.
TI/milll! Poillt, p. 126.
LA EVOLUCION
DEL CONCEPTO
DE LEY NATURAL
EN EL PENSAMIENTO
DE JOSEF
FUCHS
209
tar la exigencia surgida de dichas normas con la realización razonable (recta ratio)
del individuo dentro de sus actuales circunstancias (55). Tal como lo señala: "La
continuidad de una enseñanza no consiste en repetir lo que ha sido dicho antes en
otras circunstancias, sino que en continuar determinando si dichos pronunciamientos
previos tomaron en consideración valores permanentes. No estamos hablando de
fidelidad o infidelidad a las enseñanzas anteriores; ...intentamos ver si existen nuevas perspectivas verdaderas que requerirían nuevas respuestas" (56).
b)
La persona humana como agente moral. Una perspectiva
i)
La influencia del Vaticano II
renovada
En las publicaciones aparecidas de 1970 en adelante, Fuchs se dejará explícitamente determinar por los desafíos operativos y, principalmente, teológicos planteados por el Concilio Vaticano II (57): "El Concilio requiere que se enseñe la teología
moral no sólo y principalmente como código de principios y preceptos morales.
Debe presentarse como un desdoblamiento, una revelación y explicación del mensaje gozoso, la buena nueva, del llamado de Cristo a nosotros, de la vocación de los
creyentes en Cristo" (58). Fuchs asumirá la humanidad a la luz de la Dei Verbum y
elaborará desde allí su propio punto de partida (la base de su metodología en teología moral), es decir, si Cristo y nuestro ser en Cristo deben ser el centro y foco de la
humanidad (de la naturaleza humana), "la característica fundamental de la moralidad cristiana es un llamado, una vocación, en lugar de una ley" (59). Puesto que la
(55)
(56)
(57)
(58)
(59)
Cf. Tllrning Poinl. pp. 122-123: "Fuchs' s candid account 01' his theological journey provided a
fourth boon to those hoping for changc. He said he, like Bernard Haring and other theologians on
the Commission,
had al so served as experts at the Vatican Council, and they had all made this
change, 'somc sooner, some later." His own doubts started in 1963; in 1965 they intensified and
he withdrew permission from his publishers to reprint his popular textbook on Catholic morality,
which presented Casli Connllbii in glowing terms. Earlier in 1966 he had stopped teaching moral
theology at the Gregorian University because he no longer wished to defend a position he did not
personally accept. He had come to understand how doctrine develops, said Fuchs, how a specific
condemnation
must be withdrawn when the rationale behind it is no longer persuasive. "There has
been an evolution in doctrine since Casli Connubii under Pius XlI and at Vatican TI," he said.
"And this evolution
has been moving in one direction:
away from the notion that each
contraceptive
acl is intrinsically
evil." Además cL Keenan, "Can you help someone to do the
wrong." (To be published).
p. 8: "Fuchs then began writing essays not on what was right or
wrong, but rather on what was right reasoning, and, more importantly on the primacy 01' the
conscience and its responsibility
to reason rightly. That is, he no longer wanted to be a prohibitor
or a permitter 01' particular action; rather, he wanted to be a teacher who helped all people, priests
and laity to reason well."
Turning Poinl, p. 99.
Ver, por ejemplo, HUII/{lIl Va/ues, Ce. 1 y 3; Chrislian Mora/ily, e.2; y Persona/ Responsibilily,
e.3.
Human Va/ues, p. 3.
Human Va/lles, p. 3. Vidal, p. 134, haciendo referencia a OT, 16, entiende el estímulo del
Concilio en torno a la renovación de la teología moral en los siguientes términos: "Se trata de una
auténtica exortación, un volum, del Concilio para que se ponga especia/ empeño en renovar la
Teología Moral. Este énfasis hay que interpretarlo a partir de la situación desfavorable en que se
encontraba. Hay, pues, un mandato expreso del Conclio en orden a promover la renovación de la
Moral."
210
P. CONCHA
B.
historia de la humanidad es la historia del llamado de Dios (acción salvífica) a la
humanidad, "aunque de manera oculta y siempre aún en progreso hasta la última y
definitiva interpretación" (60), la tarea más básica de la teología moral (como ofrecimiento de plenitud humana) debe ser anunciar que la salvación del hombre (a
través de específicos actos de bondad) está efectivamente siendo llevada a cabo por
la gracia de Dios en el mundo de hoy, más que el desarrollo/especificación
de estándares objetivos de perfección humana.
El Concilio está promoviendo, en consecuencia, una concepción de la teología
moral como disciplina establecida cristológicamente
(61). El Concilio está fomentando un cambio en el fundamento mismo de la teología moral como un esfuerzo
teológico, porque está dando a la teología moral un nuevo punto de partida y una
nueva tarea principal: "De la misma manera, permitamos la renovación de las otras
disciplinas teológicas mediante un contacto más vivo con el misterio de Cristo y la
historia de salvación. Debe prodigarse un cuidado especial al perfeccionamiento
de
la teología moral". (OT, 16) El Concilio, a pesar de dar cabida a diferentes perspectivas, está presentando "el problema de la 'humanidad'
(la ley moral natural) de la
moralidad cristiana ... en una nueva forma y de la misma manera la cuestión de la
'cristiandad' específica de la moralidad humana del cristiano" (62). Asumiendo dicho desafío, Fuchs intentará renovar la teología moral "a través de una actitud más
enérgica hacia el misterio de Cristo y la historia de salvación humana" (63). De ahí
que, como teólogo moral, él redescubrirá (y redefinirá) el significado de la ley
natural como surgiendo de el Dios que crea la naturaleza humana.
ii)
La naturaleza
humana como ser!sielldo-en-Cristo
La esencia misma de la naturaleza humana, como lo ha sido tradicionalmente,
constituirá la definición básica de la moralidad según este concepto: todos los comportamientos humanos necesariamente se derivan del ser del hombre (64). La particularidad del concepto de moralidad desarrollado por Fuchs, deberá entonces buscarse al interior de sus nociones de humanidad y persona humana; en coherencia con
la concepción bíblica de la humanidad, Fuchs establece que '''nuestro'
ser divinamente creado y orientado, significa, de hecho, un ser en Cristo" (65).
Cinco serán las principales consecuencias de tal afirmación. En primer lugar,
que el objetivo esencial de la vida moral de un cristiano no será meramente, por así
decirlo, su naturaleza humana, sino que su naturaleza en cuanto explícitamente sal-
(60)
RAHNER, Foundarions.
(6t)
El Concilio
presenta
el misterio.
la constitución,
"Since
the Church
is in Christ
like a sacramenl
knit
union
with
to lhe I"aithful
(LG,l)
(62)
(63)
(64)
(65)
God
p. 41.
and of lhe unity
01" the Church
Human Va/ues. p. vii.
Human Va/ues. p. 2.
Cl'. Hllman Va/lles. p. 6.
Human Va/ue.l. pp. 4-5.
and
de la Iglesia,
como I"undado crislológicamentc:
or as a sign ami inslrument
both 01" a very eloscly
01" lhe wholc
lo thc wholc
human
world
raee,
its own
il dcsircs
inncr
nature
now
and
lo unl"old
universal
more
I"ully
mission."
LA EVOLUCION
DEL CONCEPTO
DE LEY NATURAL
EN EL PENSAMIENTO
DE JOSEF FUCHS
21 I
vada por Cristo (66). Lo más propiamente /latural de la humanidad es el {¡aber sido
llamada por Dios, en Cristo, y por la acción del Espíritu Santo a ser un ser humano
y, en consecuencia, será un acto de reconocimiento del llamado de Dios lo que constituirá
la esencia de la naturaleza moral de la humanidad. En otras palabras, debido a que la
humanidad está siendo llamada a ser humanidad por medio de y al interior del
acontecimiento
de Cristo (que equivale a decir que ser un ser humano es, en sí
mismo, una cuestión de haber sido llamado a ser tal), lo que define a la humanidad,
y por lo tanto lo que será la esencia de la moralidad cristiana, es la vocación que
todos los seres humanos han recibido para ser ellos mismos con respecto a Dios: "La
'vocación' siempre indica una iniciativa de amor en la que Dios se vuelve el horizonte del ser del Hombre: es más aún, un activo "llegar a ser" por medio de Dios en
el corazón de cada individuo de tal forma que el hombre, a su vez, abre la propia
esencia de su ser a la vocación divina mediante la libre aceptación de esta" (67).
En segundo lugar, el paradigma de la adecuada realización de la humanidad (el
modelo del comportamiento
humano adecuado) necesariamente serán los seres humanos en cuanto han sido "bautizados en Cristo, en su muerte y en su resurrección"
(68). El hecho que los seres humanos se encuentren "muertos para el pecado y vivos
para Dios en Cristo Jesús" (69), determina, necesariamente, que la norma última del
comportamiento
humano deba encontrarse al interior de la capacidad/posibilidad
de la persona para hacer el bien (agradar a Dios; ser fiel a su vocación), y no en la
obediencia a una humanidad (naturaleza) entendida como radicalmente condicionada para llevar a cabo un específico modo de comportarse previamente determinado
por Dios en la constitución de su propio ser. Una concepción de la humanidad como
esencialmente "atada porque es el hombre quien se somete a Dios" (70). En breve,
puesto que la humanidad que es la materia de la moralidad cristiana es siempre una
naturaleza a la vez reconciliada y que está siendo reconciliada por Cristo por medio
de y en el Espíritu Santo, el criterio básico de la plenitud humana, siempre y necesariamente, será "la aceptación del hombre de la reconciliación ofrecida: 'Póngase en
paz con Dios' (2 COI' 5: 20)" (71). De ello se desprende, entonces, que el significado
más radical de la obediencia a la voluntad de Dios es siempre y necesariamente más
una cuestión de dejar a Dios salvar a la humanidad (establecer una relación con la
humanidad) que una cuestión de hacer algo sin importar cuán buena pueda ser dicha
acción. La persona humana no está, antes que nada, bajo la obligación de hacer algo
para realizarse ella misma. La ley más fundamental de la humanidad, la ley ele
Cristo, es esencialmente la presencia misma de Dios haciendo posible la auténtica
realización de la humanidad. Tal como lo señala Fuchs: "Tanto el Espírtu ele Cristo,
(66)
ef. RAHNER, Teo. rllvesligaliolls
rv., p. 183: "Our actual Naturc is ncvcr 'pure'
Nalurc.
11 is a
Naturc
installcd
in a supcrnatural
order
which
man can never
leave,
even
as a sinncr
and
unbclicver.
It is a Nature
which is eontinually
bcing dclermined
(which
docs not mean justil"icd)
(67)
(68)
Persolla/ Resl'ollsibilily,
Humall Va/ues, p. S.
Humall Va/ues, p. S.
Humall Va/ues, p. 4.
Humall Va/ues. p, 4.
by the supernatural
(69)
(70)
(71)
grace
01" salvalion
p. 33.
offercd
to it."
212
P. CONCHA B.
viviendo y actuando en nosotros, como el Espíritu mismo, expresado en preceptos
y mandamientos, constituyen la ley de Cristo" (72). Por lo tanto, el criterio definitivo para evaluar una respuesta genuina al llamado de Cristo deberá formularse en
términos de evaluar la recepción/rechazo
de tal llamado más que en términos de
comportamientos
concretos, porque, como ha sido tradicionalmente
entendido, la
condición de posibilidad de todo posible comportamiento humano es necesariamente la identidad misma de la humanidad (73): lo que la humanidad es, constituye la
única y definitiva posibilidad de realización de la humanidad.
En tercer lugar, la ley de Cristo (la ley de la naturalez.a) es una ley personal. Si
el acontecimiento
de Cristo establece una relación de salvación entre Dios y la
humanidad, dicha relación, en cuanto humana, necesariamente debe ser personal. De
otro modo, la salvación humana se vuelve un imposible, en razón de que sería
entendida como la relación entre la voluntad de un Dios metafísico y nadie. Si el
Espíritu de Dios (la ley de Cristo) no se encuentra en realidad al interior de una
persona humana concreta, no es posible comprender la ley de la naturaleza como
retratando la plenitud humana, ya que no existe plenitud humana posible cuando no
está presente la humanidad. La "gracia del Espíri tu de Cristo I entonces] no es una
ley establecida ante todos los hombres de la misma manera, sino una guía interna y
con ello una ley para cada persona desde dentro" (74).
En cuarto lugar, Cristo es el dador de ley. Dentro del contexto antes explicado,
dicha afirmación revela no sólo el contenido de la ley de la naturaleza (la ley
natural), sino principalmente las condiciones de posibilidad para cualquier posible
cumplimiento de dicha ley. En este caso, precisamente puesto que lo que se entiende
como plenitud humana es una relación entre el Dios que salva y uno que permite que
esta relación ocurra, lo que define a la ley natural es el Dios que ha facultado a la
humanidad para establecer esta relación, y esto por sobre cualquier posible realización humana (75). Tal como lo expresa Fuchs: "El es el dador ele ley no tanto
porque El mismo se vuelve una norma para nosostros, o nos hace exigencias, sino
porque vence 'al hombre ele la carne' y causa en nosotros por obra ele gracia la
realización que exige el amor" (76).
(72)
(73)
(74)
(75)
(76)
Hllmall Valllcs, p. 76.
CL RAIINER, FOlllldatiolls.
p. 128: "Jusi as ll1anís essential being, his spirilual personhood.
in
spile 01' lhe fact that it is and rell1ains an inescapahle given for cvery free subjeet, is given to his
freedoll1 in such a way lhal lhe frec subjeet can possess hill1self in lhe ll10de 01' 'yesO 01' in the
1l10de 01' 'yes' or in the mode 01' deliberale and obedient acceplanee or in the mode 01' protesl
against this essenlia! being 01' his which has been entrusled lo freedom, so loo lhe exislential 01'
man's absolule immediacy lo God in and lhrough this divine self-coll1I11unicalion as perI11anently
offered lo freedom ean exist merely in the moJe 01' an antecedenl offer, in the mode 01' acceptanee
and in the mode 01' rejeetion."
Hllmall Valllcs, p. 84.
CL RAHNER. FOlllldaliolls,
p. 128: "God's self-coI11ll1unication is given not only as gift, bUl also
as lhe neeessary condition which ll1akes possible an acceptanee 01' lhe gift which can allow the
gift really lo be God, and can prevent the gift in its aeceplance froI11 being changed froI11 God into
a finite and erealcd gift whieh only rcprcscnts God. but is nol God himselL"
Humall Values, p. 84.
LA EVOLUCION DEL CONCEPTO DE LEY NATURAL EN EL PENSAMIENTO DE JOSEF FUCHS
213
En quinto lugar, cuando se ha entendido la naturaleza humana como ser/siendo-en-Cristo, lograr la propia realización (cumplir/obedecer
la ley de la naturaleza)
es necesariamente una cuestión de recepción/realización
personal de lo que constituye la esencia misma de la humanidad. La ley de la naturaleza se vuelve una ley de
Cristo. Dicha ley, precisamente porque no puede reducirse a ningún precepto formulado, sino que más bien debe entenderse como la presencia misma de Cristo al
interior de un ser humano concreto, establece que un encuentro cara a cara con
Cristo es la única ley definitiva de la humanidad. En otras palabras, que habría que
afirmar aquí, que la ley de la humanidad (la ley natural) ha permitido que Cristo
pueda ser/sea efectivamente el Emmanuel para una humanidad concreta. Tal como
lo señala Haring: "'La gracia nos enseña'. Este es el gozo y el poder de la nueva ley.
Nosotros, los hijos de Dios, no estamos enfrentados a ninguna torre de estatuas
individuales, órdenes y amenazas; estamos frente a Emmanuel (Dios con nosotros),
con la bondad y amorosa delicadeza de Dios nuestro Salvador' (Tito 3: 4). Entonces,
no somos nosotros los que debemos diseñar un completo plan o una nueva ley para
nuestras vidas. No estamos basándonos en nuestros propios cimientos. Desde el día
en que Cristo vino por primera vez para conocernos personalmente,
haciéndose
conocido
para nosotros
mediante
los sacramentos,
nuestras vidas han sido
perceptivamente
objeto de exigencias de su gracia. No sólo hemos visto los signos
sacramentales ni oído la palabra sacramental; la marca de Cristo se nos ha estampado en el alma" (77).
En las siguientes páginas procuraremos presentar la concepción de ley de la
naturaleza de Fuchs deducida de estos cinco puntos.
c)
El llamado de Cristo constituye la esencia de la ley de la naturaleza
(moralidad cristiana)
i)
Una moralidad de la libertad -opción
fundamental
Mt 4, 18-20, dado que ilustra la manera como Jesús convoca al discipulado,
puede ser legítimamente presentada como la noción bíblica de moralidad: "Caminaba Jesús a orillas del lago de Galilea y vio a dos hermanos: Simón, llamado después
Pedro, y a Andrés ... y Jesús les dijo: 'Síganme y los haré pescadores de hombres'"
Sin pretender una exégesis acusiosa del texto, muy por sobre nuestras capacidades,
hay dos rasgos que es posible destacar. A) Jesús toma la iniciativa. B) Ser llamado
constituye un movimiento de Dios hacia la humanidad por medio de y en el establecimiento de una relación: una invitación personal de Dios a estar con El (78).
Precisamente, entonces, debido a que dicha invitación proviene de Dios, es una
invitación a ser verdaderamente
uno mismo: una invitación a realizar la propia
identidad. Existirá aquí, ciertamente, una relación directa entre el llamado de Jesús y
el comportamiento
humano que constituya la respuesta adecuada a éste, pero la
condición de posibilidad de todo comportamiento
adecuado (aquel que realiza la
(77)
(78)
HARING. Thc Ncw Co\'cllanl, p. 56.
eL Jcronzc Biblical COlllnzclltary. p. 639.
P. CONCHA B.
214
humanidad/persona
en referencia al Dios que llama) no es un acto categorialmente
bueno surgido como consecuencia del llamado de Dios, sino, primaria y esencialmente, un acto de consciente reconocimiento-asentimiento-recepción
de la autocomunicación de Dios.
En fidelidad con esta noción, Fuchs entcnderá la moralidad cristiana como la
respuesta personal que un individuo concreto está dando al Dios que está estableciendo una relación con él: "[el] elemento distintivo de la moralidad cristiana es
dicha intcncionalidad cristiana específica que trasciende y cumple los valores morales humanos. ¿Cómo debería entenderse esta intención cristiana? Pregunto: ¿qué
exactamente hago cuando efectúo un acto moral bueno? .. [No es acaso que] ... más
allá y por medio de un solo acto, realizo mi propia personalidad humana, de hecho,
en verdad en referencia a un Absoluto? Pero si ello es así (y es así) luego esta
realización de sí mismo en relación al Absoluto constituye el elemento decisivo de
la moralidad: porque el simple acto como tal no es más que una expresión de esta
relación personal con el Absoluto" (79). Tal respuesta, como ya se ha expresado,
encuentra su condición de posibilidad en el llamado de Jesús a la humanidad, puesto
que dicho llamado no sólo es revelación de Dios a la humanidad sino que también
faculta a la humanidad para recibirlreconocer
la presencia de Dios (SO): "El cristiano se ha convertido en hijo de Dios en el espíritu de Cristo, que se le ha dado, y de
ahí que se relaciona con Cristo como hijo del Padre de la salvación que ha sido
alcanzada en Cristo" (81). Por lo tanto, cuando la moralidad cristiana se entiende
como el total abandono de la humanidad al Dios que está revelándose a Sí mismo,
dicho abandono es principalmente entendido como el efecto concrcto que la gracia
de Dios está haciendo en la humanidad, y no, primariamente,
como una acción
humana con respecto a Dios: "el cristiano que verdaderamente cree y cuya fe es una
fe viva que determina su vida en concreto, se sabe salvado en Cristo, bautizado en
Cristo, llamado en Cristo, y llamado ante todo para entregarse a sí mismo al Padre
de Cristo en el espíritu de un hijo de Dios. Consiguientemente,
procura vivir ante el
Padre en verdadero abandono de sí mismo, como un hombre salvado, bautizado y
llamado" (82). Dicho abandono de sí mismo, cn cuanto dispone al individuo para
recibir la manifestación de Dios, es lo que Fuchs y otros teólogos han denominado
la opción jimdamcntal que todo ser humano realiza ante Dios (el Absoluto). De ahí
se desprende, entonces, que cuando Fuchs establece que el llamado de Cristo es la
esencia de la moralidad cristiana, no sólo está describiendo la respuesta humana más
adecuada (la ley de la naturaleza-la ley natural), sino también está estableciendo sus
condiciones mismas de posibilidad.
(79)
(SO)
(81)
(82)
p. 123. Cf., además, Rigali, en Moral Theology p. SO: "[1'01' Fuchs} the decisive
and essential elcment 01' Christian morality is Christian intentionalily,
while in ils maleriality 01'
categorical orientation Christian moralily 'is basically and subslantially
a Illo/1 W 111 111
, thal is, a
morality 01' gcnuinc bcing-human'."
CL H;i,RING, The New Cove/1a/1I, p. 57: "Gracc is not somelhing extra which helps us to fulfil all
commandmenls.
11is more than thal. tt is the presence of God, who teaches us what he has made
possible for us by his gifts and what he dcmands from us bccause 01' his gifts. As childrcn of God
by grace wc can all cry out with joy: 'Abba, Fathcr!' (Rom S: 15)."
HUll1a/1 Valllcs, p. 124.
HUlI1a/1 Values, p. [30.
HUlI1a/1 Values,
LA EVOLUCION
DEL CONCEPTO
DE LEY NATURAL
EN EL PENSAMIENTO
DE JOSEF
FUCHS
215
Lo que Fuchs entiende como opción fundamental puede presentarse de la siguiente manera: 1) "La optio fundamcntalis que cada persona realiza constituye o el
total abandono de sí mismo plenamente aceptado (por el sujeto) o el rechazo desesperanzado del Dios personal desde el centro de sí mismo" (83); y (2) la optio
fundamentalis,
o sea la disposición de las personas como tales (esto es, como un
todo), constituye la total realización de la esencia misma del sujeto, y por esta razón
no es plenamente objeto de reflexión conceptual, sino que en último término es
atemática (84). Cinco puntos para intentar clarificar esta noción.
En primer lugar, Fuchs no está meramente refiriéndose a una opción humana,
es decir, a una disposición positiva del agente moral en orden a realizar su identidad
personal a través de una acción específica, sino más bien a la verdadera identidad de
la persona humana como tal. La opción fundamcntal no es realmente una opción, en
el sentido moral corriente, puesto que una opción supone per se la posibilidad de no
realizar la tal opción o de concretar una opción distinta. La opción fúndamcntal es la
respuesta básica a Dios -el Absoluto- de parte de alguien que es él mismo tal
disposición específica ante Dios. De aquí que cuando la persona humana se dispone
a sí misma con respecto al llamado de Dios, está, en primera instancia, actualizando
su esencia en sí (radicalmente respecto del Dios que llama), lo que es previo a la
elección de un comportamiento a través del cual realizarse en la historia. Tal como
lo señala Fuchs: "la respuesta genuina al llamado de Cristo surge de las profundidades del corazón del hombre, donde el hombre (en su libertad) opta no por este o
aquel bien (o mal) en particular, pero donde decide comprometer todo su ser personal al bien o el mal, esto es, donde hace una opción de fe, por amor, y para seguir a
Cristo, o donde decide no aceptar el llamado de Cristo" (85).
En segundo lugar, dicha opción no constituye, en consecuencia, un acto moral
según se lo comprende regularmente, es decir, una acción de aproximación o distanciamiento de Dios como efecto de comportamiento concreto, sino que, como se ha
señalado, es la condición de posibilidad de todos los actos morales posibles. Actuar
moralmente es, en sí mismo, la realización histórico-temporal
de la referencia de un
sujeto al Absoluto, por lo que no existiría acto moral posible si el agente moral no
(83)
(84)
(85)
Personal ResponsibiliTy. p. '14.
CL ChrisTian MoraliTy. p. 30.
Personal ResponsibiliTy.
p. 36. It seems convenient. at this point, to illustrate through a biblical
exegesis of Rm 1: Sf how Fuchs's fundamental
option is established upon the Scriptures: "lesus
Christ, our Lord, through whom we havc received grace and our apostolic mission of winning the
obediencc o{fóiTh among all the nations for the honor 01' his namc". It is possible to conclude that
Paul's obcdience of faith is not mcrcly the obedience that all Christians owe to the Gospel
message but an obedience implicit in the virtue of faith. namely, that "Paui conceives ... faith as a
something
that begins with akoe. "hearing" (10: 17) and cnds with personal commitment
or
submission (hypakoe)" (Jeromp Biblical CommenTary. p. 833). In other words. that since hypakoe
pisTeos means "the 'submission'
or thc 'commitmcnt'
of the whole person to God in Christ"
(Jerome Biblical CommenTary. p. 14(7). whieh is the direct effeet of the new creatioll that God
has made by and within Christ, sueh an obedienee
is "an ontological
reality that is not
immediately perceived by human conseiousness
but must be allowed to pervade the psychological
levcl of existence so that one's conscious activity ... [be] guided by it" (lbidem). Such a conseious
aeTivity. thcrcfore, is understood as the a posTeriori moment 01' ohligatory fulfillment of an act of
faith.
P. CONCHA B.
216
se ha situado, a sí mismo, ante o distante del Absoluto con anterioridad (formal, no
necesaria ni primariamente temporal) al ejercicio de sus propias facultades.
En tercer lugar, esta noción se deriva de una concepción de la humanidad como
potentia oboedentialis (86). Aquí, la persona se entiende como alguien que realiza
su propia identidad en un acto de disposición radical de sí misma ante Dios, puesto
que se entiende a dicha persona en sí misma como un acto de autodonación a Dios.
Todas las respuestas humanas posibles al Dios que se manifiesta a sí mismo como
Aquel que es la comunicación de Dios con la humanidad, necesariamente deben ser
el resultado del reconocimiento
de la comunicación con Dios como el verdadero
significado de la vida humana. Entendiendo el acto moral como actuar acercándose
o alejándose de Aquel que ha sido reconocido como el verdadero significado de la
propia vida, no existirá acto moral posible si el agente no ha reconocido a Alguien
como Aquel que llama a su propia humanidad a ser (realizar, actualizar) su propio
significado. Utilizando la noción de salvación de Rahner, diremos que la opción
fundamental es "la validez definitiva de la verdadera autocomprensión y realización
de sí misma de una persona en libertad ante Dios [que es realizada] por el hecho que
acepta su propio ser como le es revelado y ofrecido en la elección de trascendencia
como interpretado en libertad" (87). Podemos volver a insistir, por tanto, en que
dicha opción es la condición de posibilidad de todos los actos morales posibles,
en razón de que actuar de manera moral es precisamente ejercer, ante Dios y con
respecto a este, una autocomprensión concreta del agente moral como realizado ante
y con respecto a Dios.
En cuarto lugar, el auténtico criterio para evaluar adecuadamente
los actos
morales concretos será aquí el grado de compromiso/expresión
de la opción fundamental (88): "En este caso, el factor decisivo es más bien el grado en el que un
individuo como persona, en sus buenas o malas accciones y propósitos libremente
escogidos, se determina a sí mismo como un todo, es decir, en libertad básica, [por
tanto] de ahí que se determine a sí mismo como bueno o malo, y ordene sus actos y
propósitos de acuerdo con dicha determinación"
(89). El criterio definitivo para
juzgar un comportamiento
moral determinado será la vinculación existente entre
quién está actuando y el Absoluto por Quién lo está haciendo, y no primariamente
analizar cuáles son los factores objetivos y medibles de sus acciones: los comportamientos (actos) morales concretos. Si la vida moral es, en sí misma, el intento de
una persona por expresar su compromiso definitivo con Dios, el Absoluto, se puede
sostener que el significado de todas sus acciones morales se encontrará en el modo y
(86)
(87)
(88)
CL Teo. Illvestigatiolls IV, p. l86:"Man is only really known in his 'inderinable'
esscncc whcn he
is understood as 'potentia obocdcntialis'
for thc divine life and whcn this is his ·nature·. His
nature is such that il must look to grace for its absolute fulfillmcnt. and hcncc. as rcgards itsclf, il
must rcckon with a 'non-frustrating'
absence 01' an absolutc fulfillmcnt."
Foulldotiolls. p. 39.
VIDAL, p. 138, en diálogo con Fuchs. cxponc cstc critcrio como sigue: "el compromiso
de la
persollo en un acto concreto dependc la rcspuesta a csta pregunta: ¿en qué medida la persona
entra cn cada acto? De aquí el grado diverso que hay quc atribuir a la bondad o maldad dc una
acción",
(89)
flU/1101lValues. p. 94.
LA EVOLUCION
DEL CONCEPTO
DE LEY NATURAL
EN EL PENSAMIENTO
DE lOSEF
FUCHS
217
calidad en que estas expresen dicho compromiso y no, primariamente, en el resultado histórico específico de dichos actos. Tal como lo señala Fuchs: "Precisamente,.·
por esta razón aun cuando una obra categorial constituye verdaderamente
una
obra correcta y no simplemente aparente, no constituirá el factor determinante en la
comunión del amor con el Padre (y por ende de la salvación) meramente por ser
correcta. En cambio, el factor determinante será el esfuerzo moralmente posible y
sincero de aplicar en la realidad de manera verdaderamente
correcta la decisión
profunda y fundamental de la persona" (90).
ii)
La opción-libertad
fundamental:
corazón de la ley de la naturaleza
Cuando por opcirJn-libertadjillufwllental
ha sido entendida la relación de aceptación/rechazo
de la comunicación con Dios por parte de un sujeto, se ha hecho
posible concluir que lo que en definitiva define tal opción no es el sujeto moral en
sí, sino el Dios que se manifiesta a Sí mismo de tal forma a sujetos morales específicos. ¿,Por qué? Porque si se ha entendido a la naturaleza humana como un ser!
siendo-en-Cristo,
lo que se considera la verdadera esencia de toda realización posible de dicha naturaleza es su identidad misma: que la naturaleza humana es una
naturaleza salvada porque ha sido llamada y hecha capaz por Cristo para ser sí misma. La opción-libertad júndamental,
en consecuencia, puede entenderse como la
condición de posibilidad de la ley de la naturaleza (la ley natural), puesto que todas
las posibles realizaciones de la humanidad constituyen, necesariamente,
actos de
autodonación/abandono
de lo humano al llamado de Dios. Responder positivamente
al Dios que llama a la humanidad a ser sí misma (obedecer la ley de la naturaleza (la
ley natural)), es necesariamente actuar desde, y como consecuencia de, un siempre
previo acto de reconocimiento/recepción
de la autocomunicación
de Dios. De aquí
que no existirá forma posible de comprender la ley moral natural (91) como "la totalidad de esas normas morales que en principio pueden ser aprehendidas en independencia lógica de la (positiva) revelación divina" (92), si no se establece que
aquel que es capaz de aprehender/cumplir
libremente la norma moral es, en sí mismo, uno que se ha sido hecho capaz de hacerlo.
Sintetizando. Esta comprensión de la opción-libertad fundamental en términos
de la verdadera constitución de la naturaleza humana ha surgido en Fuchs al relacionar una noción de naturaleza humana como ser/siendo-e n-Cristo, con la concepción
que el Vaticano II tiene de la revelación de Dios: el Dios que se revela a la humanidad es al mismo tiempo el Dios que hace capaz a la humanidad de recibir tal revelación (93). Fuchs ha evolucionado desde un concepto de humanidad como algo fijo
(90)
(91)
(92)
(93)
Perso/lal
Res¡Jo/lsibilily.
p. 36.
Cf. HlIma/l
Valllcs.
p. 114: "Under
the heading
of human
morality
we are conccrned
explicitly
with man's
morality
as man, that is, not with his morality
in so far aS he is Christian
01' humanist.
One can al so say that we are conccrned
with the moralily
of lile /la/lIral
moral
1m\', which
hasically
mean s the same thing."
SCIIÜLLER,
en Moral Tileology,
p. 75.
Cf. Dei VerlJUm, 2: "In His goodness
and wisdom
God chose
10 reveal
Himsclf
and to make
known
lo us the hiddcn
purpose
01' His will (see Eph 1: 9) hy which through
Christ,
the Word
made flesh.
man might
in the Holy Spirit
have acccss
to the Father
and come to share in the
divinc
naturc (scc Eph 2: 18: 2 Peter 1: 4)."
P. CONCHA B.
218
en términos de tareas y constitución interna, a un concepto de humanidad como algo
esencialmente dinámico-histórico.
Asumiendo la antropología de Rahner, él ha establecido que la moralidad humana, precisamente en cuanto humana es "Oo. ante todo
una cuestión de profunda respuesta personal, de aceptación y profundización
del
amor facultador de Dios dentro de mi ser, o en contraste, la ratificación del pecado
en el desdoblamiento
de mi vida" (94). Fuchs entiende que la naturaleza humana,
como ser/siendo-en-Cristo,
debe ser comprendida como ser/siendo-en-la-revelación-de-Dios. O sea, que realizar la humanidad a través de y al interior del comportamiento humano adecuado es esencialmente (y ante todo) una cuestión de total
abandono de una humanidad específica al llamado de Dios.
Las siguientes páginas constituirán un intento por desarrollar las tres principales consecuencias de dicho concepto de ley de la naturaleza (la ley natural). En
primer lugar, la moralidad cristiana como expresión de una respuesta personal. En
segundo lugar, la realización de sí mismo de la persona como la norma moral
última. En tercer lugar, la conciencia como fuente de decisión personal.
4.
LA MORALIDAD CRISTIANA
RESPUESTA PERSONAL
a)
Dos niveles de moralidad:
COMO EXPRESION
DE UNA
bondad y rectitud
Entender a la persona humana, como agente moral, en términos de la opciónlibertad fundamental,
cambiará la concepción de moralidad de Fuchs. Una breve
síntesis de lo presentado hasta aquí. Inicialmente, él está preocupado, por sobre
todo, del establecimiento
metafísico más que, estrictamente, ético de la ley natural
como norma última de humanidad (95). Moralidad, en este sentido, será primariamente obedecer la permanente voluntad creacional de Dios que se manifiesta en la
estructura invariable de la naturaleza humana (la ley natural). Las circunstancias
constuirán el lugar de la aplicación concreta de dicha ley, pero tal aplicación nunca
podrá modificar aquello que ha sido entendido como componente básico de la naturaleza humana. Fuchs, porque está básicamente interesado en presentar la absoluta
validez de la ley natural en Natural Law, culminará toda su reflexión insistiendo en
una concepción de moralidad como el perfeccionamiento
de una forma predefinida
de conducta (naturaleza humana): moralidad es, esencialmente,
la realización del
orden dado de la naturaleza humana (96), ejercida por un individuo concreto, a
(94)
(95)
(96)
MCCORMICK, The Crilical Callillg, p. 11.
Cf. Nalllral Law. p. 122.
CL Natural Law, p. 91: "The order given us with natura as such can be callcd 'absolute'
natural
law. Part 01' it is the general principie which, though poor in conlent, remains: that man must
avoid everylhing that endangers the wholc moral order, including lhe sexual order. The 'concrele'
l'orms 01' lhis principie in lhe differenl situalions ol' our history~l'or example l'or man in lhe
original stale or in the slate ol' sin-eould aceordingly be called 'rclalivc' natural law. It is rclative
in lhe sen se 01' being an al'l'liCalioll 01' lhc ahsolutc nalural law 10 a cerlain siluation in salvalionhislory. tI is rclalive bUI nol in thc sense 01' being a modil'ication ol' an absolute order ol' the
original slale which would adapl that slate ill Ihe very lI10de o!, ils beillg."
LA EVOLUCION
DEL CONCEPTO DE LEY NATURAL
EN EL PENSAMIENTO
DE JOSEF FUCHS
219
través de acciones morales concretas. En segundo lugar, desafiado por el Vaticano II
y su propuesta de renovación de la teología moral (OT 16), Y por su participación en
la Comisión para el estudio de los Problemas de Población, Familia y Nacimientos,
(97), Fuchs desarrollará un concepto de moralidad esencialmente entendido como
respuesta personal del agente ético al llamado de Cristo. Cuando Cristo y nuestro
ser-en-Cristo han sido explícitamente establecidos como el centro y foco de toda la
vida humana, se hará necesario desarrollar un concepto de moralidad -cristiana- que
atienda decididamente
al hecho que lo esencial de la vida humana -cristianano
es la obediencia a una ley (sin importar cuán perfecta y/o fundamental pudiera ser),
sino la respuesta individual a un llamado personal (98).
No parece posible afirmar, sin embargo, que Fuchs esté proponiendo una concepción subjeti va de la moralidad o sugiriendo la no existencia de una relación
directa entre la vinculación de un agente ético con Dios y el ejercicio de sus acciones morales concretas; más bien, deberá entenderse que está estableciendo las condiciones de posibilidad de la moralidad, de la moralidad cristiana. Un asunto, por
sobre todo, de disposición personal. Si lo que define a la persona humana, como
agente moral, es el hecho que Dios se revela, a sí mismo, a esta y lo faculta para
recibir dicha comunicación de Dios, más que todas las respuestas personales posibles a dicho llamado, moralidad necesariamente deberá ser, en su misma esencia, el
disponerse personalmente de un individuo para recibir el llamado de Dios, en orden
a la realización de actos específicos que expresen históricamente
la disposición
básica del sujeto en cuanto tal (99). "El amor que compromete a una persona como
un todo, no es un acto de amor específicamente
diferente de otros actos, sino que
el comprometerse trascendentalmente
que un individuo realiza desde su libertad básica. Tal compromiso se realiza y ejerce a través de específicos actos de libertad de
elección" (lOO). Aquí está, entonces para Fuchs, " ... la libertad que nos habilita no
sólo a decidir libremente acerca de actos y propósitos particulares sino que, mediante estos, a determinarnos a nosotros totalmente como personas y no meramente en
un área en particular de nuestro comportamiento" (la 1).
(97)
(98)
(99)
(100)
(101)
cr.
KEENAN, "Can you help sorneone do the wrong" (To be publishcd) p. 8: "Fuchs and the others
changed their position bccause they hcard Ihe testimony 01" married peoplc talking about their
struggles and aboul their moral reasoning. This had an enormous impacl not only on lhe tapie of
birth control. bul. 1 think. more importanlly. On moral reasoning. Fuchs no longer say himself and
olhers as the judges 01' determiners
of whal was right or wrong. Rather in listening to lhese
married eouples who suffered from Ihe dclcrminalion
of eadier moral theologians and who were
foreed to re aso n on their own, Fuehs heard Ihal adult Catholics could indeed rcason morally".
cr. Humall Valuc.'. p. 3.
cr. Teo. Illvestiga/iolls
IV, p. 183.
Humall
Values.
p. 99.
Humall
Valucs,
p. 93, Además eL RAIINER, Foullda/iolls,
p. 128: "Jusl as man's essential being,
his spiritual personhood ... is given lo his freedorn in sueh a way that lhe free subjeet can possess
himself in the rnode of "yes" 01' in Ihe mode of "no," in the mode af delibcrale and obedienl
acceplance 01' in lhe mode of prolesl againsl this essential being of his which has bcen entrusled
to freedam, so too lhe exislcntial of manís absolute il11mcdiacy lo God in ancl through his divinc
self-communication
as permanently
ollered lo freedom can exisl merely in the mode af an
antecedenl offer, in Ihe mode of aeeeptanee and in the mode of rejeclion".
220
P. CONCHA
primer
Son tres las consecuencias
principales
lugar, la realización
de la humanidad
!l.
de esta concepclOn
de moralidad.
En
(lograr la plenitud humana) es la reali-
zación de una doble dinámica.
manera más perfecta de darse
Por una parte, la persona siempre debe procurar una
a sí misma a la comunicación
con Dios, y por otra,
este acto de darse uno mismo
como lo señala Fuchs:
a Dios
debe
traducirse
en actos
concretos
(102).
Tal
"Por un lado, el hombre debe realizarse
a sí mismo en concordancia
con la
naturaleza
de su ser persona: realización
de la persona como persona, es decir,
aceptarse
a sí mismo como dado/don
y también como compromiso
para completar dicha realización
de esta realidad personal múltiple
la naturaleza
de dichas realidades.
Dicha autorrealización
(la naturaleza
de) ser una persona
se conoce a menudo
en concordancia
con
en concordancia
con
hoy en día como la
bondad moral de la persona;
mientras
que a la realización
de las realidades
personales
múltiples
en concordancia
con las particularidades
de su naturaleza
que se nos entregan
(vida, sexualidad,
relaciones
interpersonales,
etc.) se le
conoce como la rectitud moral de la acción, no de la persona en el campo de
las realidades
del mlllldo interior,
puesto que estas representan
también
algo
dado/un don y una misión" (103).
En segundo
lugar, tal como se ha señalado,
la cuestión
principal
y definitiva
para juzgar en forma adecuada
un comportamiento
moral es evaluarlo
en función de
la manera como dicho acto ha comprometido
la totalidad de la relación de la persona
con
Dios.
La bondad
y la maldad
de lo humano
se encuentran,
propiamente,
en
aquello que realiza o no realiza a la humanidad
en sí misma: en la disposición
básica
de toda persona para recibir o rechazar el llamado de Dios. La bondad o maldad de
un acto humano se encuentra
en lo que realiza o impide que el núcleo mismo de la
libertad personal
se abandone
a la comunicación
con Dios, es decir, al interior del
acto por el que se da la propia individualidad
a Dios a través y por medio de un acto
de radical autodonación.
La bondad o maldad de la humanidad
estará, consecuentemente y en último término, decidida
por Dios, y sólo por El. Y esto, precisamente,
porque se trata de la disposición
básica del sujeto ante Dios y no de la expresión
conductual
de esta disposición.
Tal como lo expresa Rahner:
(102) Si moralidad es entendida como transformación
del mundo, como acción humana que busca hacer
de este mundo un cada vez mejor lugar para la humanidad, podemos decir que la distinción/
dialéctica entre bondad y rectitud es, cn este contexto, ella misma la definición ele moralidad:
"But the person with his moral gooelncss can never presenl himself as he is in his entirety: he
manifests himself only in a particular acls which. for lheir parto ncver louch more than a ralher
small area 01' lhe full horizontal realily 01' lhe individual. or 01' humanily. or 01' he subhuman
world. Anel precisely when a personal human being is morally good and, thercfore, aman 01' the
gracc 01' sal val ion, he accorelingly lakes care thal his particular self-manil'cstation
in its cffcct in
the world can be inlegrateel inlo the cnlircty 01' lhis whole worlel, i.c., into lhe worlel 01' the human
person and 01' humanity: il is in this that rightness 01' behavior in this world consisls. Such
righlness shares by analogy in lhe moral goodness 01' lhe person ands is lhercfore also called, by
analogy, moral." (Christial/ Morality, pp. 116-1(7).
(103) Christian Ethics. p. 93.
LA EVO LUCIO N DEL CONCEPTO DE LEY NATURAL EN EL PENSAMIENTO DE JOSEF FUCHS
221
"la aceptación de la autocomunicación
de Dios debe basarse y está basada en
el ofrecimiento de Dios mismo, y por ende la aceptación de la gracia es una
vez más un acontecimiento
de la gracia en sí mismo, ello se deriva de la
relación última entre trascendencia humana como conocimiento y libertad y
el período y fuente mediante los cuales dicha trascendencia se manifiesta y
sobre la cual se basa. De ello se desprende además y esencialmente que el acto
creacional de aceptar la comunicación divina permite que lo que se ha aceptado permanezca realmente divino, y no lo reduce a algo creado sólo si este acto
creado, subjetivo, surge una vez más de Dios que se comunica a sí mismo y es
aceptado" (104).
Existe, por lo tanto, una distinción que se encuentra en la constitución mIsma
de la humanidad, entre lo que toca a la humanidad como tal, y lo que toca a su realización en un momento concreto de la historia.
En tercer lugar, la moralidad en cuanto dimensión humana, es esencialmente
una cuestión de relación personal entre Dios y un individuo. Dios se relaciona con
toda la creación, pero establece una relación sólo con la humanidad. Dios se manifiesta, a sí mismo, a una persona y dicha revelación, en cuanto que recibida por un
sujeto humano-personal,
constituye la identidad misma de tal individuo. La esencia
de la moralidad, por lo tanto, puede ser comprendida bajo la categoría del intento: el
intento por expresar histórico-temporalmente
el compromiso radical con Dios, que
una persona realizará en los distintos actos de su vida, a partir de su experienciarecepción-acogida
de la revelación de Dios. De aquí, entonces, que sea posible
afirmar que la gravedad definitiva de todo acto moral debería ser juzgada, principalmente, en función de su capacidad para expresar dicho compromiso. Tal como lo
señala Fuchs:
"De hecho, la moralidad en sentido estricto pertenece a la persona, al yo y a
sus actitudes internas; sólo la persona libre puede ser moral o inmoral en el
estricto sentido de la palabra: el yo con sus actitudes libres ... Los actos no
son moralmente buenos o malos en el sentido estricto de la palabra, sino correctos o incorrectos en cuanto pueden ser juzgados adecuados o inadecuados
a la realidad de la persona humana y su mundo, o tendientes a acercarse o a
alejarse del bien del individuo humano, del género humano, de la humanidad" (105).
b)
Una moralidad
de la salvación humana. Una moralidad de la bondad
Si la persona, como agente moral, es entendida como primariamente realizándose en términos de abandono a la Revelación de Dios (es decir, en términos
de bondad) la moralidad
humana será esencialmente
una cuestión de salva-
(104)
(105)
RAHNER, en Foundations,
pp. 118-119.
Christian Mora/ity, p. 106.
222
P. CONCHA
H.
ción (l06) Y comportarse adecuadamente, por lo tanto, necesariamente un asunto de
realización personal al interior de la relación personal con Dios: un asunto de situarse uno mismo frente a la autocomunicación
de Dios y, recibiéndola, realizar el
propio ser. Aquí la libertad humana es comprendida como la posibilidad misma de
realización de la humanidad ante Dios: como el acto mediante el cual una persona
realiza su propia identidad como siendo, ella misma, en relación con Dios. Es decir,
que la moralidad (como el intento-realización
del comportamiento humano adecuado) es esencialmente el desarrollo de una relación personal entre Dios y la persona
humana como un todo. La persona es entendida, sobre todo, como esencialmente
enfrentada a la autocomunicación
de Dios: "la moralidad de "lo que importa por
sobre todo" es la moralidad de la salvación; es la moralidad de la ética personal. La
moralidad personal no significa moralidad individual. La moralidad personal trata
de la bondad moral. Es una dimensión referida a los problemas de la moralidad
individual, de la misma manera como aquellos referidos a la rectitud propiamente
mundana de la acción humana lo son de moralidad social" (l07). Realizar verdaderamente la humanidad, frente a Dios, no podrá nunca ser, en primer lugar, una
cuestión referida al qué hacer, sino esencialmente una cuestión de hacerse uno mismo en la historia, frente y a partir, del Dios que llama y se revela en ella (l08).
Pueden extraerse tres concl usiones de este concepto de moral idad en térmi nos
de bondad. En primer lugar, ya que la moralidad es esencialmente la disposición de
la persona a recibir la autocomunicación
divina, un acto moral es una tendencia
hacia Dios en sí mismo. Esto es, un acto moral, precisamente puesto que manifiesta
-realiza- históricamente la disposición básica de la persona con respecto a Dios, es
la consecuencia (la encarnación) del compromiso básico de la persona con Dios. En
palabras del propio Fuchs: "la rectitud de la conducta humana se acepta y asume en
la conducta humana mediante moralidad personal, esto es, mediante la bondad moral
de la persona-sujeto.
La moralidad personal, precisamente puesto que es bondad,
busca encarnarse en las realizaciones correctas del mundo-objeto; esto es, puesto
que siempre anhela lo bueno, anhela también lo bueno del mundo-objeto"
(109).
Es posible decir, por lo tanto, que la rectitud esencial de un acto, precisamente
como respuesta humana al llamado de Cristo, se encontrará siempre en el núcleo
de la persona como agente moral (l10): en su capacidad para la bondad, pues el
(106)
CL Christiall Morality, p. 111: "It' lhc qucslion inlcnus lo rcfer lo whal is "goou" in lhe sensc of
personal moral goouncss, i.c., lo moralily in lhe propcr scnse of lhc woru. lhe queslion of lhc
salvalion of he human person is involvcd, becausc il is clear lhal whoever as a pcrson -i.c .. in his
interior altiluuesis nol good, docs not seriously intcnded whal is goou. has nol acccpleu lhe
interior graee of convcrsion lhat is offercu by Gou lo everyone in his inmosl self and lhus remains
outside lhc grace of salvalion. Ir. however, lhe qucstion refcrs lo "goou" in lhe sensc of right
behavior in the world of human persons -whal is righl 01' pcrmissiblc
anl! wha! is nol- lhe
queslion directly involvcs neither lhe moral gool!ness of lhe person nor his salvalion: fol'. as
alrcady been seen, one who does whal is unfilting, huI docs this in error or in good failh, can be
morally good and can be saved in his rclationship wilh God".
(107) Christiall Morality, p. 97.
(lOX) CL RAHNER, FOlllldatiolls. p. 94.
(l09) Moral Delllallds, p. 97.
(110) CL Christiall Morality. p. 97: "Bolh lhe individual and socialmoralily
ofinnerworluly
behavior arc
moral queslions only in a inl!irecl scnse, i.e" becallse 01' lheir relalionship lo personal gool!-lIess."
LA EVOLUCION
DEL CONCEPTO
DE LEY NATURAL
EN EL PENSAMIENTO
DE JOSEF
FUCHS
223
acto moralmente correcto debe ser la expresión -realizaciónde la bondad del agente ético (111).
En segundo lugar, dado que la moralidad realiza el compromiso del individuo
con Dios, un acto moral (en sentido propio) será un acto de bondad moral: un acto
evaluado en función del modo como compromete y expresa la disposición de la
persona respecto de Dios. Se desprende de ello, entonces, que "juzgar la rectitud de
la conducta humana, no es per se un juicio "moral" o una norma moral. Más bien,
constituye una respuesta a una cuestión que es "neutra" desde un punto de vista
moral: ¿cuál realización de la realidad es humanamente apropiada o inapropiada? Dicho juicio es un juicio de rectitud "moral", por la única razón que la moralidad, en el sentido estricto de la palabra (es decir, como la bondad de la persona
humana), requiere de una realización del mundo-objeto que no es arbitraria, sino
correcta" (112).
En tercer lugar, si la bondad (salvación humana) se entiende como el fin (último) de todo comportamiento humano, es decir, actos morales como tendencias hacia
lo bueno, es posible decir que "El único acto moral que puede ser llamado 'grave' es
esencialmente aquel que emana desde, y está imbuido de, la personalidad de aquel
que lo realiza, que lo controla libremente; su acción pone en práctica su decisión
básica (sea una primera decisión o una renovación) respecto de su vocación en
Cristo, porque este acto trae consigo favor divino o divina condena" (113).
c)
Una moralidad
i)
El discernimiento
de discernimiento
comprende
a la persona como tal. Un asunto de bondad
La noción que Fuchs tiene de discernimiento puede presentarse de la siguiente
manera: a) discernir es un asunto de salvación, esto es, que actualiza a la persona
como necesariamente situada en el tiempo y la historia: discernir significa responder
a las dos preguntas básicas de todo ser humano: ¿qué ser?, ¿cómo serlo?; y b)
discernir no podrá ser igualado a un acto moral cualquiera, sino que deberá entenderse como el fundamento de dichos actos. La razón es que discernir confronta a un
(111)
CL Christian Morality, p. 110: "il is clear lhal a person who is morally good will seek lo idenlil'y
whal is righl in lil'e in lhe human world, so lhat he or she can realize it."
(112) Moral Demands, pp. 97-98. Además cL Human Values, p. 109: "Aecordingly
speeil'ie, individual
moral aets as sueh are not the aeceplanee or rejeetion ol' graee. Aeeeptanee and rejeelion, as selfaelivation in basie l'reedom, oecm much more through specil'ic acls of free choice. And individual
aets thal are moral in lhe full sense, in which aman disposes of himself as a whole, are, ralher, as
speeifie and individual aels (justiee, loyally, merey), lhe expression and outeome of lhe free
aeeeptanee
or rel'usal (in basic l'reedom) ol' graee, and wilh il lhe effeet of grace or lhe
consequenee of lack 01' gracc".
(113) Hllman Va!lIes, p. 46. Además el'. MCCORMICK,
Noles 011 Mora! Theo!ogr, p. S3 (explaining
Fuehs and Janssens's understanding):
..... it is impossible lo pronounce a final moral judgmenl on
an exterior aetion eonlaining ontie evil (e.g., killing, l'alsehood. eonlraceplion)
wilhoUI attending
to the end ol' lhe inner acl 01' lhe will. Por a lrue moral evaluation, lwo lhings musl be eonsidered:
(1) the end of lhe agenl, lhe moral goodness or badness of lhe end: (2) lhe debita proportio ol' lhe
exlerna] aelion lo lhe em!.". 1'0 see how this underSlanding
is found in Aquina's, see KEENAN,
Goodlless and Rig/Illless ..... pp. 66-67: 73-76.
P. CONCHA B.
224
individuo con la necesidad de hacerse a sí mismo en términos históricos: lo confronta con la necesidad de actuar en función de un siempre previo acto de acogida o
rechazo de Dios. Discernir relaciona a Dios con un individuo en cuanto este se
encuentra en búsqueda de la voluntad de Dios manifestada en la realidad, y por lo
tanto es posible decir que en el discernir se expresa, -realiza- la totalidad de la
constitución de la persona humana como agente mora!. Realizar en la historia lo
que se ha manifestado y reconocido en y a través del discernimiento, será aquello
que permitirá hacer realidad a la humanidad como tal y, por lo tanto, será necesariamente materia de salvación humana.
Dos puntos con el objeto de desarrollar el párrafo anterior. En primer lugar, si
el acto de discernir puede ser entendido como la respuesta a la siguiente pregunta:
"¿Qué, exactamente, quiere Dios de mí personalmente, y cómo puedo reconocerlo'?"
(114), se hace necesario preguntarse qué hace posible un acto de discernimiento. O,
en otras palabras, preguntarse si es posible que mediante el discernimiento un individuo concreto descubra la voluntad de Dios para él. Para Fuchs, la respuesta a esta
interrogante debe encontrarse en la constitución misma de la autocomunicación
de Dios a la humanidad: en el hecho que Dios se revela a sí mismo en términos
humanos, y en que la humanidad haya sido hecha capaz de descubrir-comprenderrecibir la revelación de Dios en la historia. Es debido a la constitución misma de la
realidad como criatura de Dios, por tanto, que es posible descubrir la voluntad de
Dios por medio de un acto de discernimiento. Fuchs, aquí, está entendiendo explícitamente el discernimiento en el marco de los Ejercicios Espirituales de Ignacio de
Loyola, como el discernimiento de espíritus:
"es en último término la experiencia existencial de la voluntad divina para el
individuo, la que entrega la respuesta a la persona que busca. El punto es cómo
Dios nos hace saber la voluntad individual de Dios. Tal como ya se ha expresado, los datos concretos e individuales a nuestra disposición y nuestra interpretación de dichos datos toman su lugar como acontecimiento esperado. Pero
dichos datos e interpretaciones por sí solas no manifiestan "la voluntad individual de Dios" como ta!. .. el discernimiento de los espíritus (objeto de criterio
teológico y psicológico) permite esta posibilidad. Quizás, hoy en día, preferiríamos referirnos al discernimiento de las tendencias que pueden percibirse en
nosotros. La tradición cristiana nos enseña que lo que proviene del espíritu de
Dios puede distinguirse en principio de lo que proviene de otras tendencias que
nos presionan" (115).
En segundo lugar, es posible sostener que discernir relaciona a un individuo
con su propia salvación porque este acto compromete su misma identidad: un ser
que es ser/estar en-relación-con-Dios,
o lo que es lo mismo. que discernir supondrá
entender su ser en términos de la opción-libertad fundamental, porque tal como se
ha señalado, la opción-libertad fundamental constituye, en sí misma, la condición de
(114)
(lIS)
Moral
Moral
Demallds.p.118.
Demallds.p.118.
LA EVOLUCION
DEL CONCEPTO
DE LEY NATURAL
EN EL PENSAMIENTO
DE JOSEF
FUCHS
225
posibilidad de toda posible recepción (acogida, experiencia) humana de la Revelación de Dios: 1) Dios se revela a sí mismo en la realidad y dicha revelación
constituye la verdadera identidad de la realidad; 2) Dios se presenta a sí mismo a la
humanidad y permite -faculta- a la humanidad para descubrir la presencia de Dios
en la realidad: en la historia. En otras palabras, si la persona es entendida como
siendo-al interior-de-la-revelación-de-Dios,
reconocer la presencia de Dios en la
realidad es lo que constituye la indentidad misma de la humanidad como ser/estaren-La-historia.
Ahora bien, es fundamental insistir que la autocomunicación
de Dios en la
historia acontece, ante todo, por medio de un ser humano. La revelación de Dios,
siempre presente y manifiesta en toda la realidad, es siempre una revelación por
medio de y en la Encarnación de Jesucristo. El acontecimiento de Cristo es, consecuentemente, tanto la condición de posibilidad como el significado de todo discernimiento. La materia de un discernimiento, por tanto, será siempre una encarnación
especifica de Dios por medio de y al interior de la Encarnación del Dios-hombre.
Sostener que discernir impacta directamente la salvación humana significa, entonces, que discernir es siempre alcanzar a la humanidad de la manera como ha sido
revelada por Dios en la historia: la humanidad como ha sido y está siendo manifestada en el acontecimiento de Cristo. Aquí, discernir se refiere a confrontar el propio
ser con el Dios que se revela a sí mismo en términos humanos (con el Dios que
revela humanidad) y, en consecuencia, necesariamente será un intento por lograr
la propia realización -humanización-.
No podrá haber diferencia, entonces, entre
encontrar a Cristo, como verdadero significado de humanidad, por medio de un
acto de discernimiento,
y mover el propio ser hacia su realización personal en la
historia (116).
Discernir refiere a la persona como tal: a su actitud con respecto a Dios como
Aquel que le manifiesta a Dios mismo. Discernir, en cuanto relaciona a un individuo
con la persona de Cristo, es esencialmente un asunto de bondad, y no puede ser
simplemente equiparado a sus resultados. Una acción histórica concreta, como efecto de un acto de discernimiento, no compromete, definitivamente y en sí misma, la
actitud -relaciónbásica de la persona con Dios, sino más bien, compromete la
realización históricamente especificada y definida de su ser-en-el-mundo. Pero, y es
necesario insistirlo, una auténtica hermenéutica de estos conceptos supone aceptar
(entender) que Fuchs no está estableciendo distinciones temporales, sino precisando
la jerarquia formal del acto moral: "la moral, según su significado propio y formal,
sólo se refiere a las personas y sus actitudes y decisiones libres, pero puesto que la
bondad humana personal conlleva preocupación por el bienestar del mundo humano,
como tarea moral, urge un accionar 'recto' dentro de dicho mundo; y sólo producto
de esta relación entre bondad personal y rectitud material, dicha rectitud se denomi-
(116)
eL Christian Ethics. p. 51: "Salvation
is lherefore the moral goodness 01' lhe person as persono
given by grace. Salvalion as grace brings about the moral goodness 01' the persono Moral goodness
is bolh cffcct and sign 01' lhe grace 01' sal vation. What ean be said about the moral goodncss 01' the
pcrson is therefore the truth 01' salvalion."
226
P. CONCHA B.
na también rectitud moral". Quedan, por tanto, establecidos los ámbitos en que
Fuchs entiende el ejercicio del discernimiento y su nomenclatura correspondiente: a)
discernir (como búsqueda personal de la voluntad -presenciade Dios en la realidad) es una cuestión de bondad; y b) la realización concreta de ello (aquellos actos
específicos en los que acontece la realización histórico-temporal
del sí mismo personal) constituye el ámbito de la 'rectitud moral'.
Para Fuchs, intentar la propia realización no sólo constituye un deber (117),
sino que define a la humanidad en sí misma como siendo en la realidad-historia:
"la
realización de sí misma de la persona como persona histórica, esto es, vivir la propia
historia, acerca aún más al sujeto al hecho de ser uno mismo en la historia y por
ende a la plenitud de ser un sujeto y persona constitutivamente
histórico" (118). La
realización del sí mismo, a través de un proceso de continua humanización, se ha
constituido en el deber primordial y la razón de ser de toda persona. En la definición
de moralidad: "será aún más natural para el hombre a medida que cae en la cuenta,
luego de cierta reflexión, que su tarea es modelar al género humano y la humanidad
para lograr un mundo más 'humano' y una humanidad más 'humana'. Será el hombre mismo, entonces, quien -a 'la luz del Evangelio' - sea llamado para buscar y
descubrir el modelo de un auténtico (es decir, verdaderamente humano) modo de
comportamiento y compromiso activo dentro del mundo" (119).
La persona se hace a sí misma sólo en cuanto logra nueva y más humanidad
por medio de actos concretos, puesto que en esta dinámica de humanización se
encuentra la única manera posible de encontrar al Dios-hombre como encarnado en
la historia. No puede existir diferencia, entonces, entre lo que se discierne como
voluntad-presencia
de Dios y lo que se percibe, simultáneamente,
como la realización de la humanidad en un momento de la historia: "Existe un consenso de
Jacto acerca de que existe un orden moral verdadero tendiente a la realización
concreta del hombre, de la sociedad y el mundo, y que este orden corresponde a
la naturaleza humana, no importa cuán variadas sean las manifestaciones
de esta" (120).
ii)
El discernimiento, como una cuestión referida al tipo y modo del acto que debe
ser realizado. Un asunto de rectitud
El principio más universal del actuar humano es haz el bien y evita el mal. Tal
imperativo encuentra su universalidad en la posibilidad de aplicarse a todos los
actos humanos, en todas las circunstancias. Para un agente moral cualquiera siempre
existirá la obligación moral de actuar dentro del marco establecido por este princi-
(1l7)
ef. Moral Demands. p. 94: "The historicity of the human person as subject has its own special
importance when we see that the human being as subject and person always perceives oneself
(1 do not sayo "recognizes oneself' in a ref1exive or explicitly accepted way) as a moral being
(moral conscience). that is. as a being who is always aware of having the moral duty of one's own
self-development
in history".
(1 18) Moral Demands, p. 94.
(119) Personal Responsibilily,
p. 42.
(120) Personal Responsibilily.
p. 85.
LA EVOLUCION
DEL CONCEPTO DE LEY NATURAL
EN EL PENSAMIENTO
DE JOSEF FUCHS
227
pio·. intentar auténticamente \0 correcto, por medio de un acto moral, debe siempre
manifestarse en la realización histórica de dicho princi pio uni versal (121).
Dicho principio, sin embargo, no especifica qué acción concreta debe llevarse
a cabo ni su modo de realización. Dicho principio constituye la orientación esencial
de todos los actos humanos, pero precisamente debido a su universalidad, no especifica qué acción en particular debe efectuarse: "Haga el bien y evite el mal" en el
lenguaje de los diversos ámbitos de la vida ... (sólo dice) que la persona buena
siempre buscará hacer lo correcto en dichos ámbitos; no indica qué acto debe llevar
a cabo la persona buena en estos ámbitos para actuar correctamente. La conducta
correcta se refiere al reino no absoluto del mundo humano contingente que se altera
en el curso de la historia" (122). De ello se desprende que todos los agentes morales
deben procurar el bien y evitar el mal en todos los actos y circunstancias, pero la
determinación del acto específico que debería llevarse a cabo y cuál será su modo de
realización, necesariamente
será el resultado de un discernimiento:
se tratará de
descubrir -definir- cómo debe procurarse lo recto a través de actos concretos. "La
persona se realiza a sí misma y a su bondad no 'en ella misma', esto es, aparte de la
realización del mundo del hombre. En lugar de ello, lo hace en y por medio de la
realización del mundo. Puesto que la persona es 'buena' y [está] al interior del
ámbito de la 'salvación',
intenta la realización del hombre y su mundo de manera
buena para el género humano. No puede estar contenta con una realización arbitraria
del mundo del hombre; está preocupada de lograr una 'correcta' realización de su
mundo; ello significa ... de lo bueno para el hombre" (123).
Por lo tanto, discernir no puede identificarse con un proceso de eliminación o
discusión acerca de la mejor alternativa posible. Ambos elementos participan ciertamente de un buen discernimiento,
pero discernir es básicamente el resultado de
encontrar la voluntad de Dios en términos de realización personal. Actuar adecuadamente (intentar la realización humana), cuando la persona ha sido entendida como,
en último término, realizándose en un acto de opción-libertad fundamental.
será
necesariamente encontrar la manera como Dios se está revelando a sí mismo en la
humanidad; la manera como Dios está revelando (haciendo posible) la humanidad en
la historia. Dicho encuentro constituye el fundamento de todo acto moral, porque es
allí donde la persona es llamada por Dios a realizar el sí mismo como ser histórico,
como persona. Realizar la humanidad en la historia, será necesariamente encontrarse
a sí mismo como persona: como alguien que, en la historia, realiza su propio yo en y
a través de una relación personal con el Dios de la historia. En el decir de Fuchs:
"puesto que el ser humano debe continuar realizándose a sí mismo personalmente
(como persona-espíritu-cuerpo-mundo
responsable en un punto determinado en el
Mor,,! De"",,,ds. pp. 19-20: '''00 good and avoid evil" is lhcrefore more lhan a personal
moral impcrativc; it is a!so a commission lo achicvc the good (though nol yct the elhica! good) in
lhis realily lhat is entrusled lo one; thal is. lo achieve good for lhe person or persons in lhc world.
and lo avoid or (20) prevcnl as far as possiblc evil in lhe world. Whcn one rcalizes lhe imperalive
lo 'do good and avoid evil' underslood in lhis way. one is also good in lhe personal elhica! sense
and lives the impcrative, 'do good and avoid evil' pcrsonally."
(122) Moral Demands, p. 20.
e 123) Chri.l'lian E¡hics, p. 51.
(121)
el'.
228
P. CONCHA B.
tiempo y el espacio), la persona humana como sujeto se ve continuamente
tada con la necesidad de discernir qué hacer y cómo decidir" (124).
iii)
Discernimiento,
verdad moral, y el descubrimiento
confron-
de un orden moral
Para Fuchs, las normas morales expresan una concepción cultural de la voluntad de Dios. Son las expresiones objetivas de lo que se ha entendido, como voluntad
de Dios, en un momento específico de la historia. De aquí que, aunque se refieran a
actos concretos, serán siempre un imperativo a la bondad del corazón del hombre
(125): "No se trata de que estas realidades cristianas nos señalen de manera simple
la moralidad del comportamiento correcto en este mundo; más bien nos dan un ethos
cristiano, y normas del correcto comportamiento que se creía en ciertas épocas era
compatible con la fe. Nos proporcionan una visión específica de la persona y del
mundo que facilitan el intento por discernir válidas normas de rectitud. De ahí que
exista una fuerte continuidad histórica en nuestra visión de lo que es normativo
como rectitud moral" (126). No es posible en principio, entonces, evitar someterse
al imperativo de obediencia que surge de una norma, porque se trata de una formulación concreta de la experiencia de Dios tenida por la Iglesia, el Pueblo de Dios, en
un tiempo determinado de su historia. Las normas son el resultado de un acto
específico de interpretación de la voluntad de Dios para un tiempo determinado de
la Iglesia (127). Ahora bien, y como es obvio, por esta misma razón, no pueden
entenderse, en la medida en que ordenen o prohíban un comportamiento específico,
como conteniendo en sí mismas la expresión última y definitiva de todo comportamiento adecuado posible: "Dichas normas explican el comportamiento
que puede
esperarse de los individuos en la sociedad humana. Pero las normas morales entendidas de esta forma se distinguen necesariamente por ser más bien generales. Su
intención es ayudar, pero no logran ofrecer sic et simpliter una verdad moral concreta para todos los momentos de la vida del individuo o incluso la verdad de una
comunidad particular o sociedad en el transcurso de la historia" (128).
¿Cómo es posible entender, entonces, el discernimiento personal dentro de este
contexto? ¿Cómo se sitúa, en la realidad, el resultado de un discernimiento personal,
en cuanto comportamiento correcto, en referencia a las normas morales? El discernimiento personal trata del encuentro entre Dios y un individuo en un momento con-
(124) Mora! Delllalli/s, p. 92.
(125) CL Chrisriall
Erhics, p. 52: "01' themselvcs.
material moral norms 01' behavior say only what
belongs lo righl human behavior in lhe various arcas 01' human life: hut they add an appeal to lhe
moral goodness 01' the person lo incarnate itself in this world 01' space and time only through
hehavior which has been judged as righl. Only thc added appeal to moral goodness is therefore. in
lhis formal sen se. directly moral. and nol lhe judgmenl on innerworldly activily".
(126) Mora! Delllallds, p. 102.
(127) CL Christiall
Etizics, p. 46: "Moral nonns can comc from the mosl varied sources, and can he
handed on through lhe mosl varied instances. nol necessarily only official inslances. Inasmuch as
lhey are direcled lO concrete moral trulh, i.e., lo eorreet behavior. lhcy arc a possible, valuable,
indeed frequently necessary help-but never an 'imposed'
help-in the establishmcnt
0l concrete
moral truth".
(128) Mora! Demands, p. 93.
LA EVOLUCION
DEL CONCEPTO DE LEY NATURAL EN EL PENSAMIENTO
DE JOSEF FUCHS
229
creto de la historia. El discernimiento
personal se refiere al encuentro entre una
experiencia concreta (personal) de Dios, y una concepción sociocultural acerca de
cómo y dónde se revela Dios a sí mismo (como promesa de humanización) en un
momento particular de la historia. El resultado de un acto de discernimiento, por lo
tanto, necesariamente será el encuentro histórico-cultural
entre una concepción/experiencia objetiva y subjetiva de Dios como ofreciendo plenitud de humanidad (129)
al interior de la humanidad. Un acto de discernimiento (socioculturalmente
contextualizado) es necesariamente
un doble acto (humano) de interpretación.
Por una
parte, desde una experiencia personal de la presencia-voluntad
de Dios, un individuo
interpreta el tipo de comportamiento que debe ejecutarse, y por otra, este individuo
y su comunidad interpretan el significado de sus normas morales en cuanto a la
situación humana actual. Tal como Fuchs lo señala: "sólo en la influencia mutua de
norma y sujeto, considerando la situación humana real, es finalmente posible descubrir lo que es la verdad moral concreta a la luz de las normas morales generales; ello
ocurre concordantemente
tras una profunda comprensión de dichas normas, sin excluir la subjetividad" (130).
Sin embargo, si las normas morales son comprendidas como conteniendo en
ellas mismas toda la verdad moral, tal hermenéutica necesariamente debería entenderse como un intento por negar el valor objetivo de cualquier (o toda) norma
preexistente, precisamente en cuanto tal: una concepción relativista de la ley natural.
Pero cuando se ha entendido la ley natural, esencialmente y, ante todo, como un
asunto de prqfunda respuesta personal a Aquel que permite el amor en mi ser o, por
el contrario, como la ratificación del percado en el desdoblamiento
de mi vida
(131), dicha hermenéutica es totalmente necesaria con el objeto de definir-discernir
el comportamiento
humano adecuado (132). Si un acto de discernimiento es entendido como la condición esencial de la moralidad (el intento por encontrar la voluntad-presencia de Dios como un ofrecimiento actual de plenitud), dicha hermenéutica consistirá en "las condiciones trascendentales de posibilidad ... en orden al establecimiento de la verdad moral de las situaciones humanas concretas en referencia
a las normas morales" (133); porque comportarse correctamente consiste, precisamente, en actualizar de modo correcto la voluntad-presencia
de Dios en la historia.
Se puede afirmar, entonces, que la referencia a las normas morales, como un momento esencial de un auténtico discernimiento, "no se refiere básicamente a la observancia de dichas normas morales como tales (normas que no hayan sido positi-
(129)
CL Christian
(130)
does not mean an egocenlric
or an egotislical
ils full individual.
inlerpcrsonal.
ami societal
Christian Ethics. p. 45.
(131)
(132)
(133)
Ethies, p. 119: "1 should
like
lo point
out and
CL MCCORMICK. The Critical Calling. p. 11.
CL Christian Ethics. p. 45: "Today
there is incrcasing
explicitly
consciOllS
behavior
in the
01' lhe
search
for
absolute
concrele
nccessity
moral
insist
that
lhe lerm
"self-rcalization"
interest.
bul ralher lhe task 01' rcalizing
sclf-transccnding
meaning
and openness".
ror lhe
lrulh.
This
subjcctivism
in lhe moral cvaluation
01' concrete
human
nOI"l11S. bul on lhe on conlrary.
to a grcater
objcClivity."
Christian Ethics, p. 44.
acknowledgmenl
hermenelllical
does
nol
siluations
Ihis
self
01' lhis stance,
which
llnderslanding
01' norms
lead
in the
lo a (conslantly
lighl
01' accepted
in
is
01'
feared)
moral
P. CONCHA B.
230
vamente impuestas),
sino que favorece directamente
el establecimiento
de la
verdad moral concreta, y de ahí al reconocimiento del comportamiento
moral correcto" (134).
Este acto de recta actualización de la voluntad-presencia
de Dios realiza a la
persona como individuo en la sociedad-y-en-Ia-historia.
Por una parte, establece que
la identidad del individuo es ser un buscador de la voluntad-presencia
de Dios en la
realidad, y por otra, establece que el único resultado de dicha búsqueda constituye
un acto categorial de humanización. El principal resultado de un acto de discernimiento personal, por tanto, serán los lugares (posibilidades,
maneras) de humanización que el individuo descubra en su vida, su historia, su cultura ... como miembro de una comunidad, haciéndose capaz, de este modo, de comprender que "la
primera obligación [moral] del hombre [el agente ético] no es satisfacer un orden
concreto [previamente] impuesto, sino más bien proyectar y descubrir tal orden de
realización personal de sí mismo" (135).
(
iv)
Discernimiento
y mejor realización
posible del /wlllanulll
Cuando el asunto relativo al comportamiento
humano (que es de índole
categorial) no se ha entendido, en sí mismo, como una cuestión de bondad (salvación) de un individuo, sino más bien en referencia a lo que es recto en cuanto a la
realización concreta de la persona (136) en la historia, se hace necesario preguntarse
por el significado de esta realización personal del sí mismo como asunto de rectitud.
Fuchs señala que la realización de la bondad de la persona debe expresarse por
medio de actos de realización categorial (137) necesariamente,
pero dicha afirmación no especifica las condiciones del acto moralmente correcto. Esto es, que se
hace necesario preguntarse cómo y en qué medida la verificación de una dinámica
de auténtica realización personal está llevando a cabo la 'correcta' realización de
este mundo.
Si la rectitud dice relación "con la interrogante acerca de cuál forma de realización de los datos terrenales es realmente humana y por lo tanto precisamente
correcta (tanto en términos abstractos como en general) en el aquí y ahora concretos" (138), la autorrealización
categorial de un individuo puede ser entendida
como su propia realización circunstancial.
Y, por lo tanto, el modo y el alcance de
un acto de realización individual (sus condiciones de realización) necesariamente
serán determinados por las circunstancias concretas (datos) de ello. Si un acto moralmente correcto es esencialmente la realización categorial de un individuo, lo que
determine el tipo y modo de un acto moral específico, deberá ser un juicio sobre sus
Christiall Ethics, p. 46.
Christiall Ethics, p. 119.
cr. Christiall Ethics, p. 52.
Cf. Christiall Ethics, p. 51 (el mismo
gares).
(138) Cf. Christiall Ethics, pp. 51-52.
(134)
(135)
(136)
(137)
concepto
se encuentra
desarrollado
en muchos
otros lu-
LA EVOLUCION
DEL CONCEPTO
DE LEY NATURAL
EN EL PENSAMIENTO
DE JOSEf'
circunstancias
-imposible-
concretas:
"[la] realización
de sí mismo no significa
de todas las tendencias,
incluso de aquellas incompatibles
FUCHS
231
la realización
y aún contra-
dictorias ... sino la distinción
y elección con miras a la mejor realización
posible
lo hUlI1anul1l"
(139).
La autorrealización
del individuo
es entendida,
aquí, como la relación entre
de
un
sujeto (histórico)
y las circunstancias
concretas
de su realización.
No existe un
individuo
distinto del que está históricamente
realizado-determinado.
La realización
de uno mismo constituye
el intento histórico
por ser uno mismo en responsabilidad
y verdad (140) con uno mismo, es decir, el discernimiento
de la voluntad-presencia
de Dios, y el juicio del comportamiento
adecuado
en relación con dicha voluntadpresencia,
en vistas a intentar la mejor realización
posible de ello. No existe otra
forma de ser un ser humano:
de intentar responsablemente
la rectitud. Ahora bien,
dicha dinámica
no es autorreferencia
independiente
(en soledad)
de un individuo
respecto de sí mismo, sino la condición
de posibilidad
de todo encuentro
auténtico
entre la mismísima
esencia de la persona y su realización
en la historia.
¿Por qué')
Porque es "oo. precisamente
y sólo sobre la base de la comprensión
de sí misma de la
persona
humana
como tal (es decir, entender
que tiende esencialmente
hacia la
realización
de sí misma y, por lo tanto, a la humanización
progresiva)
que es posible
descubrir
y juzgar
cuáles de las diversas
formas posibles
de comportamiento
y
actitudes
en la totalidad
de la persona
humana
in concreto sirven para la mejor
realización
de sí misma de la persona y son por ello moralmente
valiosas o incluso
dictadas"
(141).
Intentar
la realización
de uno mismo, significa
buscar el comportamiento
humano correcto
en el mundo de lo humano,
y la decisión
personal
de realizar
ese
mundo en la mayor medida posible (142). Dicho acto realiza a la persona humana en
las dos características
(formas)
básicas de su vida. Por un lado, realiza la propia
individualidad
desde y en el Dios que está haciendo posible su vida: "Si se entiende
al yo no como el autor de su propio ser, sino como algo objetivamente
existente
y
dado, luego la aceptación
de sí mismo se entenderá
como la autoafirmación
requerida, rechazando
cualquier
autoalienación
y exigiendo
una positiva realización
de sí
mismo que procede
del significado
del sí mismo dado" (143). Y por otra parte,
realiza la propia individualidad
como siendo llamada por Dios a recibir y buscar la
comunicación
con Dios dentro de las manifestaciones
históricas
(presencias)
de la
Encarnación
(139)
(140)
en la realidad.
Christian
Moralily,
pp. 146-147.
CL Moral [Jellland.l. pp. 92-93: "Sincc the person is ealled lo live rcsponsibly. lhe lruth lhul one
must seek and live is nol Illcrely lhe truth of being u person: it is not being lhis spccific pcrson 01'
lhe truth of one's own historieal becollling thal counts. It is al so lhe history 01' lhis trulh in lhe
fullncss 01' its 1ll0Illcnt-hY-ll1omenl concrete reality."
(141)
Christian
(142)
CL Christian
Mora/ity.
(143)
Christian
p. 147.
p. 114.
p. 147.
Mora/in'.
Morality,
232
P CONCHA
5.
LA NORMA CONDUCTUAL ABSOLUTA. LA LEY
DE LA NATURALEZA (LA LEY NATURAL)
a)
La persona humana como norma moral
B.
La proposición de Fuchs en cuanto al valor absol uta de las normas morales se
desarrollará como crítica del siguiente concepto de ley moral natural (144): 1) una
naturaleza 'inmutable' refiere a un individuo capaz de leer y comprender cuál puede
y debe ser, en este preciso momento y siempre, el comportamiento correcto en las
diversas áreas de la realidad; 2) un concepto de este tipo termina en una suma
codificable de numerosos preceptos de ley natural, los que, en cuanto que enraizados en una naturaleza que no cambia, son invariables y universales; 3) se
concluye, por tanto, que todos estos preceptos (normas) deberán aplicarse inequívocamente en las circunstancias
específicas en las que el individuo deba decidir
éticamente (145). Esta noción de ley natural se sostiene en dos presupuestos centrales. Por una parte, se entiende que la estructura psicofísica de la humanidad (naturaleza) es invariable, ya que expresa la voluntad de Dios como creador de esta. La
naturaleza humana, como está siendo de hecho descubierta y percibida, actualiza lo
que Dios ha deseado como constitución definitiva de la humanidad. Por otra parte y,
precisamente, porque Dios está expresando su voluntad respecto del ser humano
en la constitución (percibida) de la humanidad, la exigencia primera de todo individuo, en orden a la obtención de su propia realización (salvación), deberá ser seguir
su propio modo de ser.
Para Fuchs, entender el comportamiento humano adecuado (el comportamiento propiamente natural) a partir de una comprensión de la humanidad como esencialmente invariable, sólo puede encontrar su fundamento de autoridad al interior de
una tautología: "Esta noción de sistema estático-universal
de normas es válido al
grado de creer que el hombre es y siempre será un hombre (¡tautología!) y que debe
conducirse siempre en forma correcta, esto es, como un hombre" (146). Dicha tautología, porque presenta la constitución invariable de la naturaleza humana como tal,
es teológicamente exacta y no será negada por Fuchs. Fuchs sostendrá que la naturaleza humana es lo que Dios ha hecho de ella y que es, desde ahí, de donde es posible
señalar que la principal tarea del individuo será, necesariamente, la realización de sí
mismo como criatura de Dios en la historia. Pero, sin embargo, argumentará que
comprender la naturaleza humana en dicha forma "no supone como consecuencia
necesaria un sistema estático universal de normas morales" (147). Esto es, que
(144)
"Ley moral natural" refiere a la moralidad humana en cuanto humana. en oposición a una comprensión de moralidad en términos exclusivamente
cristianos. Para Fuchs esta noción de moralidad es central. Términos como "el orden moral natural", "el orden de la Creación" y "ley natural"
son consecuentemente
sinónimos en este contexto (Ver, por ej., Human Vallles. p. 114, Y Personal Responsibilily,
p. 125.)
(145) CL Personal Respollsibilily,
pp. 125-126 (aquí Fuchs se refiere a "The natural law yesterday and
toclay", an study by E. Chiavacci).
(146) Personal Responsibilily,
p. 126.
(147) Personal Responsibilily,
p. 126.
LA EVOLUCION
DEL CONCEPTO
DE LEY NATURAL
EN EL PENSAMIENTO
DE JOSEF
FUCHS
233
sostener un concepto de naturaleza humana como expresión invariable de la voluntad de Dios respecto de la humanidad, no contradice a una afirmación de esta misma
naturaleza como realizándose a sí misma (precisamente según la voluntad de Dios)
J
históricamente.
Por otra parte, entender a la naturaleza humana como estructura suprapersonal
históricamente invariable, no se sostiene, tampoco, en una comprensión de la naturaleza humana como expresión de la invariable voluntad de Dios con respecto al destino
y consecuente modo de ser de la humanidad. Lo que es invariable en la naturaleza
humana, y precisamente como expresión de la voluntad de Dios, no es la expresión
histórica de su ser invariable, sino el hecho que la humanidad (naturaleza humana)
es la realización, la actualización, de un individuo personal en la historia. La naturaleza humana, que es en sí misma el elemento normativo de todos los seres humanos,
es una naturaleza humana que sólo existe actualizada por medio de y en individuos
concretos. Cuando se sostiene, por lo tanto, que la naturaleza humana es la norma
invariable de conducta de todos los seres humanos, lo que se entiende como realidad
común, como estructura normativa para todo ser humano, no es su condición psicofísica material, sino el que dicha naturaleza se actualice (realice) por medio de y
en un individuo. En otras palabras, que se ha hecho posible afirmar que aquello que
es percibido como la constitución esencial de todos los individuos no es su naturaleza, en cuanto estructura común (aunque exista una), sino más bien el que dicha
naturaleza sea actualizada por un individuo en el tiempo y la historia: "Persona y
naturaleza pueden ubicarse opuesta la una a la otra, de tal manera que la naturaleza
expresa el don intrapersonal del hombre y su mundo, mientras que la persona representa el yo, poseyéndose y moldeándose a sí misma en términos de la naturaleza
dada ... El hombre consiste ante todo en ser una persona (es decir, poseer ratio). La
naturaleza no se entiende como humana, a menos que se le considere una naturaleza
personal" (148).
Sintetizando, diremos que Fuchs ha querido resituar el fundamento de la ética,
desplazándolo de la naturaleza, en cuanto entidad independiente del sujeto, en cuanto metafísica, para situarlo en la naturaleza humana personal. Para Fuchs, la naturaleza humana será siempre un individuo intentando la realización histórica de sí
mismo, y la norma final del comportamiento humano no estará constituida por una
naturaleza suprapersonal, sino por una persona-en-una-naturaleza:
"el hombre es esencialmente persona y debe entenderse a sí mismo, por lo
tanto, como persona -'en una naturaleza humana'- y lograr la realización de sí
mismo de acuerdo con esta concepción. La realización de sí mismo conlleva
que él mismo debe descubrir las posibilidades disponibles para su acción y
desarrollo, y determinar en base a la comprensión presente de sí mismo cuál de
estas posibilidades son correctas, razonables, humanas (en todo sentido y en
sentido positivo de estas palabras), y, entonces, contribuyen al progreso humano. De tal manera llega simultáneamente al juicio moral de una situación concreta y a la afirmación de normas morales" (149).
(148)
(149)
Personal
Personal
Responsihilily.
Responsihilily,
p. 127.
p. 127.
234
P. CONCHA
13.
No eXlstl[la, en este sentido, una ley (universal) de la naturaleza normando
todas las realizaciones concretas posibles de la naturaleza humana, en función de la
constitución arquetípica (ahistórica) de la naturaleza humana. La norma final y única de moralidad humana debería ser (en cristiano) necesariamente la persona humana en relación individual con el Dios creador a través de Cristo, el Dios-hombre, y
en el Espíritu Santo (150), en la manifestación histórica de su vida. La moralidad,
precisamente en cuanto humana, deberá ser entendida como un acto (un intento) de
respuesta personal a Aquel que nos ha revelado a Dios como llamándonos a nuestra
propia plenitud. Porque, si ser, hacerse, un individuo es personalizarse a sí mismo
por medio de y en la realización de un encuentro personal con Cristo, necesariamente la regla básica y definitiva de todo comportamiento humano posible será la recepción-respuesta de un individuo al Dios que llama a la plenitud. En una palabra, que
la regla final del comportamiento humano, tal como se ha señalado, es primeramente
una cuestión de bondad.
Para determinar el comportamiento
correcto, por tanto, será necesario determinar el significado de una acción como valor o no-valor para el individuo, en
referencia a sus relaciones interpersonales como miembro de la sociedad, en conexión, evidentemente, con la realidad total del hombre y su sociedad en el contexto
de su cultura (151).
Ahora bien, no parece posible que esta subordinación del valor moral de un
acto moral a su sujeto, pueda ser entendido en el pensamiento de Fuchs como una
negación del valor intrínseco de una norma con respecto, precisamente, a la realización definitiva de su agente. La obediencia a una regla objetiva, para Fuchs, actualiza objetivamente la apertura del sujeto a Dios: "Uno puede ciertamente distinguir
entre aquellos modos conductuales de estar en el mundo y de acción interpersonal
humana capaces de expresar la apertura amorosa del hombre al Dios de la creación y
redención, y dichos modos conductuales que no expresan la apertura del amor"
(152). Por lo tanto, entender las normas morales como subordinadas, esencialmente,
a la realización de la persona no supone, en este contexto, una negación de su valor
objeti va como norma, como prescribiendo comportamientos concretos, sino más un
intento por situar sus exigencias en contexto de humanidad. Lo que gobierna, en
último término, un comportamiento
humano no es la expresión normativa de la
naturaleza de una persona humana, en cuanto actualizada en un acto (153), sino que
la persona humana misma en cuanto actualizada en apertura amorosa a Dios mediante el ejercicio de un acto correcto. Como lo señala Fuchs: "la objetividad de la
moralidad no se basa necesariamente en un ser invariable (en otras palabras, en una
comprensión "perceptiva" de la ley natural), sino en la correspondencia indispensa-
(150)
(151)
(152)
(153)
Cf. Perso/lal
Respo/lsibility,
p, 127: "Thc tcrm 'Iaw of nature'
is not mcrcly opcn lo
misunderstanding:
il frcqucntly
is rcsponsiblc
for il. It would bc possiblc and pcrhaps morc
Il1caningful to speak 01' 'pcrson' as moral norll1 instead of 'naturc"'.
CL Perso/lal
Respo/lsibility,
p. 131.
Persollal Respo/lsibility,
p. 34.
Cf. Persollal Respo/lsibility,
p. 125: "Natural law is undcrstood lo be thc summary of prcccpls
which arc hascd on lhe givcn and unvarying nature of ll1an as such and which can be dcduced
from it".
LA EVOLUCION
DEL CONCEPTO
DE LEY NATURAL
EN EL PENSAMIENTO
DE JaSE!'
FUCHS
ble entre acto y ser" (154): la última norma de uno que es (naturaleza),
te apertura amorosa a Dios, debe ser la realización de su naturaleza.
b)
235
esencialmen-
Recta ratio. La ley moral natural
¿Qué gobierna la realización categorial del mundo? Fuchs critica una comprensión de la naturaleza humana como naturalmente subordinada a su propia constitución. Aquí, tanto la plenitud de la humanidad como los actos mediante los cuales
se procura históricamente dicha plenitud son lo mismo. Aquí, la ley de la naturaleza
ejerce una influencia universal sobre todas las circunstancias humanas, puesto que
su validez no es circunstancial, sino interna, es decir, su autoridad se encuentra al
interior de la constitución predefinida de la naturaleza humana, o como ya se ha
señalado, en la organización tautológica de su estructura: a) el individuo tiene y
siempre tendrá una constitución natural invariable; y b) debe realizar históricamente
lo que es: su naturaleza humana. Según esta concepción, la realización categorial
de la persona estará gobernada necesariamente por lo que se perciba como la constitución invariable de la naturaleza humana. La ley natural ejercerá una influencia
absoluta sobre el comportamiento humano, dado que la realización histórica de un
individuo ya ha sido determinada al interior de su propia constitución (naturaleza).
Una tautología.
Sin embargo, tal como lo señala Fuchs, debido a que lo que gobierna la realización categorial de un individuo es su verdadera actualización en la realidad (155),
"el carácter absoluto de las normas morales está constituido fundamentalmente
por
su objetividad efectiva en referencia a la realidad dada y por ende no primordialmente por su universalidad o validez universal" (156). La efectividad objetiva de
una norma moral específica se decide, entonces, en referencia a la realización del
agente y no, pri mariamente, en función de su validez en sí. La cuestión referente a la
manera de decidir la aplicabilidad de una norma moral pertenecerá, por lo tanto, a la
naturaleza misma de la persona humana, y no podría ser legítimamente entendida
como una cuestión referida al cómo aplicar adecuadamente una norma conductual
universal (siempre válida). Es la persona humana, la que realiza su naturaleza (identidad como persona) evaluando y juzgando la realidad con el objeto de determinar
cuáles son las acciones adecuadas (correctas) para realizarse (expresarse) a sí misma
en apertura amorosa a Dios (157). La validez de toda norma conductual estará
(154)
Personal
Responsibilily.
p. 133. (Fuchs se reficrc a "La Leggc Naturale icri e oggi" de CIIIATambién cL p. 128: "Here wc are obviously dealing with moral perccptions
of an
absolutc naturc, but it is equally obvious that absolulc means al least primarily correspondence
of
behavior personal human rcality: objeclivity, lhcrefore, and not, or at least nol primarily, universal validity".
CL Person(/I Responsibilily,
p. 192: "what ought lO be of primary importance is not the norm.
which is formally and humanly stated. but Ihe "truc" actualization
of man in any given concrete
situation. 1 use lhe lerm "true actualization":
to refer to the non-written
natural law. which
provides recIa ralio".
Personal Responsibilily,
p. 133.
CL Human Values, p. 99: "If we are right to considcr and assess separately lhe lwo aspccls of our
freedom -basic frcedom and frccdom of choicc- thcn it follows that the actual value 01' a moral
VACC!).
(155)
(156)
(157)
236
1'. CONCHA
!.l.
determinada, necesariamente, por el agente moral en cuanto realizándose a sí mismo
en la historia y no por una naturaleza humana prederminada: "un juicio moral acerca
de una conducta ética correcta no puede deducirse de lo que está dado en la naturaleza, sino que deberá descubrirse por medio de un acto humano de reflexión
evaluativa, racional, al interior de la realidad humana como un todo" (158). Esta
capacidad natural para discernir-juzgar en la realidad la respuesta adecuada al llamado de Dios es lo que desde Santo Tomás se ha entendido como recta ratio. La
persona humana, como criatura de Dios, se entiende como naturalmente capaz de
amar a Dios por medio de y en actos moralmente correctos, porque hacerlo responde
precisamente a su propia naturaleza. La naturaleza humana, en cuanto realización
personal de un individuo en la historia, es en sí misma la capacidad de un individuo
para discernir la presencia misma de Dios en la realidad y actuar coherentemente
con dicho discernimiento.
La norma ética objetiva, por consiguiente, "no es otra
cosa que la recta ratio, no sólo en cuanto "conocimiento en conciencia" al momento
de actuar, sino que también, en un cierto grado, "fuera de la situación" ... En este
caso, la "razón" no significa tanto un razonamiento discursivo, sino más bien una
comprensión evaluativa, dado que uno está enfrentando valores morales" (159). En
otras palabras, que la tautología verdadera y definitiva de la naturaleza humana es la
identificación natural entre lo que un individuo concibe (mediante el razonamiento)
como un valor intrínseco de la realidad (rectitud) y su capacidad natural para comportarse de manera coherente con dicho valor. La ley de la naturaleza humana (la
ley moral natural), entonces, está grabada en la naturaleza del hombre, pero en
cuanto que es el hombre mismo quien descubre y reconoce en la correcta realización
de su ser corpóreo-espiritual,
la manera de vivir y comportarse que corresponde a
esta persona en su humanidad concreta (160).
Tres puntos para desarrollar esta idea. En primer lugar, debido a que la naturaleza humana sólo existe como naturaleza humana de un individuo, la obligación
absoluta de realizar tal naturaleza humana en la historia, que todas las personas humanas tienen, es la única norma absoluta (determinación inevitable) determinada
por naturaleza. Dicha norma, como se ha señalado, no es propiamente una norma
(un requisito conductual), sino que es el compromiso más básico de un individuo,
act depends more on the basic free self-commitment
01' the person than on the various virtues
arising out 01' free choice ... Jt is not justice and loyalty and mercy as such that are meritorious, but
only justice, loyalty and mercy as expressing the gift 01' self to the Absolute. The specific act of
free choice -justice, loyalty, merey- may be canied out as a preliminary movement towards God
without true self-commitment
(love) for him. But the particular
act 01' free choicc is only
meritorious if it expresses the real commitment 01' the self in an act of basic freedom, that is
love".
(158) Moral Demands. p. 33.
(159) Personal Resl'0nsibilily,
p. 46. Además el'. Moral Demallds. p. 55: "Values are understood as the
enrichment 01' the person and humanity. They are concerned with the physieal reality of the
person, oneís life and health. and they establish the effect 01' the world on the person's culture,
and deepen one's intellectual, moral. and religious dimensions".
(160) CL Human Vallies. p. 142. CL SIIÜLLER, p. 92: "Now ethical value, graspcd intrinsically and with
logicai priority lo faith, is nothing else than the content of the natural law. Thus faith understanding of the gospel as a 'criterion of value' always already includes the understanding
of the
natural law based on intrinsic reason".
LA EVOLUCION
DEL CONCEPTO
DE LEY NATURAL
EN EL PENSAMIENTO
DE JOSEF
FUCIIS
237
como un todo, en referencia al Dios que se revela a Sí mismo a la persona humana,
es decir, una cuestión de bondad. Tal como lo señala Fuchs: "El libre compromiso
de nosotros mismos como personas es más que una acción o varias acciones en
particular y más que la suma de estas; les sirve de fundamento a estas, las impregna,
y las trasciende, sin llegar nunca a ser una de ellas. El compromiso personal libre y
básico de un hombre, que consiste en último término en el don o rechazo de sí
mismo al amor a Dios, no debería igualarse a ningún acto moral en particular. La
realización de sí mismo en libertad básica es por ende un acto total, en cuanto
significa la determinación de la persona como un todo frente a la total exigencia
que Dios le hace" (161). De ello se desprende que todas las normas morales, como
requisitos conductuales, necesariamente encontrarán validez en referencia a su aptitud para permitir la realización histórica de la persona humana, y no podrán ser
entendidas como teniendo un valor universal en sí mismas (un valor absoluto por
definición (naturaleza)). "De hecho, la única cosa que podemos captar del don de la
naturaleza (por ejemplo, de la sexualidad) es lo que es, cómo funciona, y cuál es su
meta natural (quizás una meta alcanzada mediante una variedad de formas). Por sí
misma, por lo tanto, la naturaleza sólo nos revela su ser, no una obligación ética. De
ahí que la cuestión de cómo deberíamos hacer uso de lo que se nos da en la naturaleza de manera humana y racional es exclusivamente
una cuestión ética que debe
resolverse mediante la razón humana; es una cuestión de interpretar y evaluar la
relevancia de la naturaleza para la realidad humana como un todo" (162).
Segundo, puesto que Dios no creó a la humanidad y le superpuso su voluntad
como ley natural, sino más bien invita-llama a todo ser humano a la realización de sí
mismo, precisamente en cuanto tal (la recepción de la comunicación de Dios acontece, para el hombre, por sobre todo en la realización de su identidad personal) (163),
es más exacto hablar de recta ratio que de ley natural para explicitar la regla
fundamental del comportamiento humano (164): "la ley natural no es en sí misma un
código escrito o dado de normas morales, sino más bien es el hombre en sí mismo
en cuanto puede entender y formular proposiciones morales normativas y juicios de
manera correcta" (165). En este sentido, podremos afirmar que son los juicios morales de un individuo, en cuanto correctos, los que constituyen la ley natural y, por
consiguiente, que es ahí donde acontecerá la participación humana en la ley eterna
de Dios.
(161)
(162)
HIIman Va/IIes. p. 96.
Moral Demands.
p. 33. Además
eL Chrisrian Ethics, p. 97: "Precisely beeause rcason reflcels nol
only on the parlicular realities given us by nature but also on their existenee within the whole
rcalily 01' personal and interpersonal
man (this reality too being given to us), man has within
himsclf the capaeily to evaluale ancl judgc whieh interventions
for transforming
the particular
natural realilies are justificd or cven ncccssarily.
Such behavior corresponds
lo manís beingl
nalure as such".
(163) CL HIIman Vallles, p. 182: "Man is supposed to bc a man, aman among men, aman ofthis world,
a worldly man; such is -in a horizontal calcgorical respect- the contenl 01' the natural law. What
lhis means in concrcte terms it is up to man, i.e., humanily. lO find out for himself: that belongs to
the essenee 01' the nalural moral law as the law 01' the nature 01' mano Should this 'nalure 01' man'
be more closely dcfined. we musl lake into consideration
that man is a personal and historieal
bcing."
(164) CL HIIman Va/IIes. p. 142.
(165) Christian
Erhics, p. 120.
P. CONCHA B.
238
En tercer lugar, no parece posible argumentar que Fuchs esté proponiendo un
subjetivismo rígido cuando entiende la recta ratio como el criterio final del comportamiento humano. Recta ratio no es la dinámica privada de la propia personalidad,
sino la realización-actualización
de un individuo en comunidad-sociedad-e-historia:
"Cuando nos referimos al 'hombre' y su razón, se entiende que el hombre individual
no existe de hecho en una isla, descubriendo en aislamiento la forma potencial de
una conducta verdaderamente
humana, sino que dicho conocimiento, dicha 'recta
ratio' es lograda por el género humano en su vida y acciones en común" (166).
Recta ratio es la plena realización de la persona humana en la historia, puesto que
sólo cuando la persona asume el desafío y la tarea de determinar sus propias acciones, puede comportarse como un ser humano. Como Franz Bockle indica, en la
noción de recta ratio se explicita la noción de ley moral natural de Tomás de
Aquino como, precisamente,
"participación
(por parte de un ser racional) en la
razón eternal, mediante la cual el ser posee una natural inclinación por las acciones
y el objetivo apropiados para su existencia (I.ILQ.91.a.2). Porque para Tomás de
Aquino la ley natural no consiste, simplemente, en un código moral natural o en
una colección de normas, principios o preceptos existentes, sino en la ley interna
de la humanidad: en la ley estructural de la razón práctica" (167): es decir, que "la
ley moral natural es, conforme a ello, nada más que la estructural e instrínseca ley
de la razón que controla las acciones humanas, por medio de la cual la razón subordina su autodeterminación
y autoevaluación a las exigencias del bien ilimitado. En
esta autodeterminación
por medio de la razón y la libre voluntad sujetas a las exigencias del bien yace la imago Dei de la persona y consecuentemente
la base de la
dignidad" (168),
c)
Recta ratio. El criterio de rectitud moral
Comprender la ley moral natural como la habilidad natural de la persona, para
discernir y realizar el comportamiento
adecuado en orden a la realización de sí
misma, resuelve la principal limitación del concepto inicial de Fuchs acerca de la
ley moral natural: una concepción de la vida moral como predefinida
y prederminada por la constitución psicofísica de la humanidad (naturaleza humana). La
realización humana es comprendida ahora como el desafío de autorrealización de un
individuo, "en la naturaleza humana" (169) por medio de actos concretos (170), en
lugar de precisamente lo opuesto, es decir, la realización de una naturaleza por
medio de los actos de un individuo. El cumplimiento de la ley moral natural se
referirá necesariamente, entonces, al tipo de comportamiento que en el ámbito defi-
(166)
(167)
(168)
(169)
Valllcs, p. 142.
el'. BOCKLE, p. 394.
BOCKLE. pp. 395-396.
Cf. BOCKLE, p. 407: "Personal entity is an cntity 01" human existcnce and vice versa. Thc person
is, lhercrorc, not an immatcrial entity withoul csscnce, since one always "exists" in ami lhrough
one nature. This implies an inseparabilily
01' person and nalure, or 01' "csscncc" and "cxistcnce,"
which excludes an opposition 01' both without ncutralizing their difl"crences".
(170) CL Human Valllcs, p. 98.
HlIman
LA EVOLUCION
DEL CONCEPTO
DE LEY NATURAL
EN EL PENSAMIENTO
DE JOSEF
FUCHS
239
nitivo de la realidad y tomando todo en cuenta, un individuo ha determinado, por el
ejercicio de su razón, que es el comportamiento más razonable, humano y originador
de valores humanos (171).
Sin embargo, aún es necesario responder a la pregunta acerca de cuál es el
criterio objetivo de las normas morales. Esto es, concebir a la persona humana como
capaz en sí misma de discernir la presencia de Dios en la realidad y actuar coherentemente con dicho discernimiento, no explica plenamente de qué manera el individuo es entendido como el modelo final de sus acciones morales. Para lograrlo,
Fuchs demostrará que pertenece a la constitución misma de la persona humana,
como criatura de Dios en comunidad y sociedad, conocer y determinar adecuadamente la rectitud de sus acciones. De no hacerlo así, Fuchs dejaría la determinación
del acto correcto meramente a la decisión personal de un individuo en el contexto de
su circunstancia específica, es decir, el acto correcto no sería más que la autorreferida determinación de un beneficio individual.
Tres puntos y una breve conclusión acerca de lo anterior. En primer lugar, la
naturaleza en sí misma no puede constituir el modelo moral final de un acto moral,
debido a que la naturaleza explicita los hechos naturales, pero no establece la moralidad de estos (172). La naturaleza, como constitución histórico-temporal
de una
persona, no puede entenderse como la medida de un acto, porque no es posible
extraer un comportamiento
simplemente a partir de los datos de la naturaleza: "la
naturaleza en verdad nos habla, pero sólo de hechos, de lo que es, y de lo que
ocurrirá, quizás o probablemente o ciertamente, bajo condiciones específicas en la
esfera de las realidades humanas, por ende proporcionando a la bioética fragmentos
de información acerca de lo que es, lo que ocurre o ocurrirá, en la vasta esfera del
bios" (173). Es necesario informar a la naturaleza con el criterio de la razón; con
evaluaciones y juicios para establecer el modelo moral de una acción moral: para
determinar cuál es la mejor alternativa posible. Como lo señala Fuchs: "La razón es
la medida para establecer lo que podemos o debemos hacer frente a la declaración
de los hechos de la naturaleza, por cuanto la razón percibe, evalúa, y juzga la realidad natural que nos informa acerca de sí misma, por cuanto ella es la naturaleza del
hombre (ya sea que dicho proceso de razonamiento ocurra como reflexión explícita
o como un acto producto de la intuición (aunque nunca sin "razones")). Esta información, que actúa como medida moral que surge de la razón, es inmediatamente
asimilada por la "experiencia moral", o conciencia, es decir, por la obligación moral" (174).
(171)
(172)
(173)
(174)
CL HlIlI/all Valllcs. pp. 97-98.
CL Chrisliwl
Elhics.
p. 95: "Now il is a facl that nature speaks to us 01' many things. while
remaining silcnt about olhcrs. c.g .. morals. Reason. on lhe other hand. can speak a word which
hecomes for us a moral standard 01' measure. hut in ordcr to do this it absolutely must listcn to lhe
word 01' naturc."
Chri.l'/iall
Ethics.
p. 95.
Chrisliall
E/hics.
p. 96. Adcmás cL Persollal
Resl'ollsibility.
p. 47: "Ir norms 01' correct bchavior
in man's world are substantially
'human'
norms (i.c., from the natural moral law), thcir ohjectivity consists only in the ncccssity 01' man's right rcason rightly judging prccisely what human
bchavior hest corrcsponds to thc givcn human reality."
240
P. CONCHA B.
En segundo lugar, actuar de otro modo, descubrir presuntamente los imperativos éticos en los datos de la naturaleza y, por lo tanto, negar toda pluralidad posible
de interpretación bajo la determinación de un comportamiento
adecuado (175), es
para Fuchs una falacia naturalista (176). La naturaleza es el necesario punto de
partida de todo comportamiento humano posible, pero el modelo objetivo de un acto
humano no puede determinarse mediante uno u otro dato de la naturaleza "sino [sólo
y necesariamente] mediante el significado relativo de dichos hechos en la totalidad
de la realidad y conducta humanas" (177). Un acto humano, precisamente como humano, es la respuesta personal que un individuo da a los hechos de la realidadnaturaleza en la que le toca vivir. Es la manera como una persona sitúa su individualidad en la historia cumpliendo con la tarea más básica de su naturaleza: con el
deber de ser persona siendo, precisamente, ella misma. Por lo mismo, Fuchs va a
insisitir que ["una auténtica comprensión de la ley moral natural] no consiste meramente en una colección de exigencias u órdenes que deben aceptarse, sino más bien,
en la exigencia de aceptarnos a nosotros mismos como mandato del Creador ... [y
que, en consecuencia, una] concepción de ley moral natural producida por sobre y
más allá de la creación del género humano (y su mundo) al que de alguna manera se
'agrega', en el sentido de una colección de principios y exigencias, sería básicamente voluntarista y por ende en directa oposición a la ley natural" (178).
En tercer lugar, el carácter absoluto de una norma de conducta no se encuentra
en su objetividad, como norma, sino más bien en el agente moral como quien debe
seguir las exigencias de su razón (recta ratio-ley moral natural). La moralidad, en
este sentido, se refiere a todos los movimientos positivos hacia la propia realización
(175)
Cf Moral Demallds.p.44:
..Thisvarietyhasnothingtodowith(arbitrary)slIbjeclil.islII.
bul wilh
lhe necessarily subjective acIal' evaluation thal must be dclcrmincd by the suhjccl. This does not
exclude lhc possibility 01' a genuine evaluation by several persons in a group 01' in a society, who
arrive at the same result".
(176) Cf. Moral Demands, pp. 27-28: "for example, in questions about medical ethics, sexuality, and
truthfulness, moral theology has believcd that an unambiguous and unique, correet instruction for
conduct was inscribcd by lhc Crcator on nature, whieh precisely because il was unique, was
universal and obligatory wilh no exceptions. lt was customary to call any form 01' eonduct that
contradicted
this understanding
(held as the only correet underslanding)
an illlrinsic malum, al',
intrinsically
bad moral acl. .. The tendency now is to see in lhis formulation of lhe absolute a
naturalistic fallacy (i.e., lhe supposed discovery 01' e¡hical imperatives in the data al' nature) and
the denial al' the plurality of inlerpretalion".
(177) Moral Demallds, p. 48. Además cf. Mora! Demallds, p. 40: "A c1assieal undcrslanding
01' nalural
law is basically a "posilivist" undcrstanding
of natural law (a stalic law "wrillen on naturc"), and
precisely does not offer genuine nalural law as thc living and aclive creaturely parlicipation
in
God's elernal wisdom. The !ex al/omey, un the uther hand, is "wriltcn on the hcarl," lhat is, on
rcasun (Rom 2: 15)".
(178) Humall Va/ues, p. 182. Además cf. Mora! Demallds, pp. 48-49: "Moral norll1s that are based on a
naturalistic fallacy eannol be gradually applied in diffcrcnt situations; they know no epikeia; lhcir
negative formulas al' prohibition bespeak only and illlrillsie lIIalllm; lhey are applieable lilerally in
lerll1s 01' whal they sayo It is olherwisc wilh the natural law lhal pcrll1its no naturalistic fallacy.
Natural law refleclions perll1il slatell1ents thal have not yel taken into accounl all possibilities uf
self-realization
(thal is, "prill1afacie duties") thal require a different moral judgment forll1 the one
that was previously
made when a differcnt kind al' self-realizalion
was envisaged.
And they
demand such a situalionaljudgments
1'01' the sake of the objectivity
required by lhe moral lruth in
lhe entirety 01' an action".
LA EVOLUCION
DEL CONCEPTO
DE LEY NATURAL
EN EL PENSAMIENTO
DE JOSEF
FUCHS
241
mediante los mejores actos posibles. Dichos actos no pueden entenderse, como se ha
dicho, como la solitaria realización de un agente en la total referencia a sí mismo,
sino como la única forma posible de intentar la propia realización (179). Hacerlo, no
niega la posibilidad de llevar a cabo un acto equivocado por una mala interpretación
de los hechos de la naturaleza o debido a una mala comprensión de las tareas del
agente moral con respecto a su realidad concreta. N o obstante, "esta búsqueda reflexiva es la única forma posible y justificada que poseen las personas para encontrar normas éticas y juicios en coherencia con la ley natural (iluminada por el
Evangelio); la otra vía de la falacia naturalista se encuentra fundamentalmente
cerrada" (180).
En conclusión, para Fuchs, es a través del establecimiento
de la recta ratio,
como principio intrínseco de la moralidad humana-personal, como se configura legítimamente el modelo definitivo del comportamiento moral: (1) la ley moral natural,
como la exigencia invariable de la naturaleza humana, corresponde precisamente a
la tarea inevitable, de toda persona, de discernir, juzgar y evaluar cuál es la mejor
acción humana posible en la historia; en otras palabras, que el verdadero contenido
de la ley moral natural es un acto de recta ratio, o mejor, que la ley moral natural
es, en sí misma, recta ratio; y (2) la naturaleza humana, como manifestación de la
voluntad de Dios a la humanidad, es en sí misma la voluntad de Dios, es decir,
que entender la presencia de la voluntad de Dios en la humanidad como ley
natural exige concebir la verdadera constitución de la humanidad como voluntad
de Dios.
"Precisamente porque la moralidad de la ley natural no se nos entrega en forma
de código de proposiciones morales normativas, sino que estas proposiciones
deben ser buscadas y encontradas por los seres humanos mismos, la mayoría de
las normas morales de conducta y acción no son metafisicamente evidentes. Se
encuentran en las evaluaciones humanas que, como tales, no entregan certeza
metafísica, sino sólo una razonable, práctica llamada certeza' moral'. La fuerza
obligatoria absoluta de las normas y juicios morales a que nos referimos anteriormente no suponen introspecciones sobre estas normas y juicios metafísicamente evidentes y ciertos; se refieren más bien a normas y juicios morales que,
en el ámbito de la conducta y acción humanas, no pueden fácilmente trascender la "certeza moral". Siempre y cuando dichas proposiciones, y las introspecciones y evaluaciones expresadas sobre ellas, no cambien, las proposiciones y
juicios normativos, prácticamente los únicos posibles aquí y ahora, poseen una
fuerza obligatoria absoluta" (181).
(179)
(180)
(181)
CL Moral Demolld.\', p. 44:
lhe cnoeavor.
in lhe lighl
elscwhcre.
lo be guioco in
evalualion. This realily musl
mere "gODo inlention".
Moral Demollds, p. 41.
Christiall E¡hics, p. 122.
"Thc objCClivily 01' the act 01' evaluation lics ... in lhe
01' evaluations
lhat have alreaoy been carrieo out
onc's own acl by lhe enlirely 01' lhe human reality
be inlerpreleo in a human ano Chrislian way; ano il is
scriousness 01'
ano observeo
lhal is unoer
anylbing bul a
242
P. CONCHA B.
6.
LA CONCIENCIA PERSONAL. IMPERATIVO
AUTORREALIZACION
PERSONAL
a)
Un imperativo
DE
que surge de la persona como un todo
Fuchs ha criticado una concepción de ley natural que entiende la realización
de la humanidad como realización de la naturaleza por medio de y en las acciones
morales de los individuos concretos. La principal virtud de dicho concepto, como se
ha señalado, era comprender toda acción humana como interviniendo directamente
en la salvación del agente moral. Aquí, si la naturaleza humana es la manifestación
de la voluntad de Dios, la moralidad humana es (y debe ser) la concreta realización
de la voluntad de Dios, y todos los actos humanos, en cuanto realicen o no la voluntad de Dios manifestada en la naturaleza humana, comprometen, necesariamente,
la salvación del agente moral.
Es importante precisar, entonces, que Fuchs no está proponiendo negar el valor
de la naturaleza humana como fundamento de todos los imperativos morales (la ley
natural), sino pretendiendo impulsar una renovación en torno al concepto de voluntad de Dios, como expresada en términos humanos, o sea en cuanto constituyendo a
la persona y su moralidad: "la ley divina-eterna no se le entrega al hombre a la
usanza antigua, sino que de la misma manera en que le ha sido dada la humanidad
misma. En el ser humano y su moralidad, Dios se ha traducido a la realidad del ser
humano en la forma de una participación: una "encarnación" dentro de la moralidad
humana. De ello se desprende, pues, que nuestra moralidad humana, también denominada ley natural ética, es la misma ley divina-eterna, aunque sólo por participación. De ahí que podamos también decir que la moralidad humana es idéntica a lo
que es ser un ser humano, de la misma manera como lo divino es idéntico a lo que
es ser Dios" (182). Para Fuchs el individuo es lo que constituye la naturaleza humana: la realización de la creación-voluntad de Dios en la humanidad. El deber primordial del individuo (aquel referido a su propia salvación) es, necesariamente, el que él
deba disponerse como tal (como un todo) al Dios que le revela su propio ser. Y el
modelo definitivo de moralidad humana, de rectitud moral (la ley natural), deberá
ser la recta ratio: "la correcta introspección de la razón que interpreta el ser personal del hombre con miras a una realización dinámica de sí mismo" (183).
El fundamento de todo imperativo moral no puede ser la naturaleza humana
como expresión predeterminada de lo que Dios ha prescrito como la perfecta realización de la humanidad, sino, más bien, debe ser la tarea inevitable que la persona
tiene de realizarse a sí misma como un individuo en comunidad e historia. Tal tarea,
en cuanto impulsa la recepción de la persona del llamado de Dios, es lo que Fuchs
entiende por conciencia: " ... la moralidad considera básicamente que el sujeto personal debe aceptarse a sí mismo como es y autorrealizarse como ese sí mismo. Este es
el auténtico imperativo hecho por la conciencia en su sujeto y orientación funda-
(182)
(183)
Chrislioll Morolily.
CJ¡rislioll Moralily.
p. 52.
pp. 52-53.
LA EVOLUCION
DEL CONCEPTO DE LEY NATURAL
EN EL PENSAMIENTO
DE JGSU' FIJC\\S
'2.'\3
mental. En otras palabras, el auténtico y por lo tanto principal interés de la conciencia es la bondad moral del sujeto personal como tal. Y es solamente dicha moralidad
personal la que constituye moralidad en el significado verdadero y original de la
palabra. Cualquier otro uso de la palabra es análogo, por ejemplo, "rectitud moral"
en la vida, normas morales para actuar, etc." (184).
En primer lugar, la conciencia, como la experiencia que la persona tiene de sí
misma, es esencialmente una realidad dada. Esto es, la experiencia que la persona
tiene de sí misma como siendo entre y desde otros, constituye el hecho básico de la
existencia humana: su verdadera identidad (185). Dicha experiencia de comprensión
de sí misma, en cuanto sitúa a la persona como individuo en la historia, constituye la
esencia de la libertad humana y, por lo tanto, puede ser entendida como la verdadera
definición de la moralidad humana: la actualización de sí, en el tiempo y la historia,
que la persona realiza a través del ejercicio de sí misma. Para fuchs, ·'.,.len] su ser
más íntimo, la experiencia del hombre es, que en el intento por formar relaciones
con los
'datos' de su experiencia (entendidos como extensiones esenciales de su
propio ser), no sólo procura determinar dicha interacción, sino que al mismo tiempo,
y ante todo, realiza su propio ser en su totalidad como un ser libre, interpersonal,
que se determina a sí mismo" (186).
En segundo lugar, la persona, a medida que realiza su ser como capaz de
determinarse a sí misma, hace realidad el que ha sido hecha capaz de libertad, Es
decir, que ser libre no es primordialmente una cuestión en torno al cómo realizar el
sí mismo en referencia a lo que se ha entendido como la propia identidad, sino, más
bien, la respuesta a la pregunta por el cómo procurar la mejor realización posible de
lo que ha sido recibido (donado), precisamente, como uno mismo (187), Ser libres
no refiere propiamente, entonces, a la libertad comprometida en las decisiones particulares, sino a la libertad que permite al individuo ser sí mismo en cuanto uno que
compromete y realiza su propia identidad sólo con respecto a Dios (el Absoluto)
(188). La libertad personal acontece necesariamente mediante [as acciones y opciones concretas del individuo, Sin embargo, dado que la condición de posibilidad de
oo.
(184)
(185)
Christiall Moralitv, p, 125,
CL Persollal Res¡}()llsihility, p. 216: "Thc human pcrson is characterizcd
by a self-consciousness
which allows him to view himsclf as a pcrson growing to greater maturity lhrollgh encounters
with other persons (who likewisc enjoy sclf-consciousness).
wilh a socicty eomposed of slleh
persons. and with the nonhuman world which surrounds socicty and stands at its disposal",
(186) Persollal Respoll.lihiliry, p. 216,
(187) CL Persollal Respollsibility,
pp. 216-217: "As a person who has been endowed with freedom he
knows himself as having been olTcred and having aeeepted freedom. and thus not as a primordial
and self-sufficient
absolule, As a resull. lhe man who has alrcady come to maturily has al all time
actualized that freedom of his which is directed loward self-determinalion
(himself in his totality
as person), To be sure, he has eithcr truly rcalized himself by acecpting the self given to him, or
he has alicnated himself by insisting on his absolule sclf-sufficiency,
Eaeh malure person,
prccisely as such, is freedom not as a mere possibility, bul as an alrcady freely accomplished selfrealization or alicnation: there is no middle oplion, but only lhe possibility either of standing by
lhis free sclf-determination
or 01' changing it",
(188) CL Persollal Res¡}()llsihilily, p, 217: "Thus, lhal frcedom which allows man lo be a personal self
is lruly his only when it causes him to decide about himself as a whole, and not when il allows
him lo make individual dccisions and enables him to select a particular option",
244
1'. CONCHA H.
toda libre elección
capaz de libertad,
no es simplemente
un sujeto libre sino uno que ha sido hecho
la libertad
personal
se resuelve
primariamente
en la relación
personal del individuo
opción fundamental.
En tercer
lugar,
con su Creador
la fortaleza
(el Absoluto):
y autoridad
un asunto,
de la conciencia
primariamente,
como
fundamento
de
de
todos los imperativos
humanos
no se encuentra
en sí misma, como si cada conciencia personal
fuera el fundamento
absoluto
para la libertad de la persona,
sino en
Dios como última fuente de toda libertad: "la experiencia
valiosa y acuciante
de la
persona humana, que surge de la dimensión
más íntima de la autoconciencia,
es la
participación
en absoluta
libertad; por lo tanto, la propia libertad no es en sí misma
original y absoluta,
sino que está sometida
por la obligación"
(I89). Lo que constituye la identidad
básica de la persona, es ese acto primero -concienciade reconocimiento basal, de haber sido llamado a recibir y responder al llamado de Dios. La
realización
realización
de la persona
en libertad
básica (como un todo),
de la propia disposición
de la persona para responder
es en sí misma la
a la exigencia total
que Dios hace de ella, es decir, la opción-libertad fundamental
(190). En una palabra, que es la conciencia
personal,
entonces,
en sí misma la condición
de posibilidad de la moralidad
del agente ético. Para Fuchs esta dinámica posee dos momentos
principales:
conciencia
fundamental
y conciencia
situacional.
siendo
La conciencia
fundamental
se refiere a la experiencia
fundamentalmente
en Dios: la persona
como creada
de la persona
como
por Dios a imagen y
semejanza
de Dios y viviendo,
de lacto, bajo la presencia
del Espíritu
Santo. Tal
experiencia
fundamental,
en cuanto permite
al individuo
el reconocimiento
de sí
mismo, constituirá
tanto la motivación
como la orientación
esencial
de todas las
acciones
humanas:
ciencia fundamental
"el ser humano
personal
que percibe su propio ser en la condebe procurar en el libre desarrollo
de su vida actuar en concor-
dancia con lo que la conciencia
fundamental
lo hace experimentar"
(I 91). Esto es,
puesto que la experiencia
más básica de la libertad humana consiste en entenderse
a
sí mismo como esencialmente
orientado
hacia la bondad (hacia la bondad ética de la
persona como tal), también
pertenecerá
a esta bondad "la disposición
interna para
comportarse
adecuadamente
en la estructuración
personal
de la propia vida y del
mundo: tomar en cuenta, al tender hacia el propio bien, a la realidad que existe .... "
(I92):
la realidad
en que se es. A partir de una experiencia
de ser-en-Cristo
la
persona
se realiza
a sí misma
como
"libertad
orientada
absolutamente
no a la arbi-
(189) Christian Morality, p. 120.
(190) CL CS, 16: "In lhe deplhs 01' his conscience, man dclecls a law which he does nol impose upon
himself, bul which holds him lo obedience. Always sUl11moning him lo ¡ove good and avoiu evil.
lhe voice 01' conscience whcn necessary speaks lo his hearl: do lhis. shun lhal. For man has in his
hearl a law wrillen by Gou: lo obey il is lhe very dignily 01' man: aecording lO il he will be
jlluged. Conscience is lhe mosl secrel core and sancluary 01' aman. There hc is alone wilh God.
Whose voice echoes in his deplhs. In a wonderrlll manner eonscience reveals lhal law which is
flllfilled by love 01' Gou and neighbor. In fiuelily lo conscience. Chrislians are joined wilh lhc resl
01' men in lhe seareh
1'01' lrlllh, and 1'01' lhe genuine
solulion lO lhe nUl11erous problems which arise
in lhe life 01' individuals from social rclalionships."
(191) FUCHS, en Moral Theology, p. 111.
(l92) FUCHS, en Moral Theology, pp. 111-112.
LA EVOLUCION
DEL CONCEPTO
DE LEY NATURAL
EN EL PENSAMIENTO
DE JOSEF
FUCHS
245
trariedad, sino a lo que es objetivamente bueno y correcto" (193). La conciencia
situacional, por su parte, referirá a la experiencia personal que surge del comportamiento: de la realización histórica de la experiencia de la conciencia fundamental.
Por lo tanto, será en la: " ... experiencia concreta de 'juicio' de conciencia, la conciencia fundamental de la persona que toma la decisión está, por supuesto, siempre
presente como el origen último del juicio. Esto requiere formular de manera responsable este juicio de conciencia (tomando en cuenta todas las ayudas disponibles y
circunstancias personales) y la decisión a favor de lo que requiere un juicio responsable para ser objetivamente
correcto" (194). En otras palabras, que conciencia
situacional es lo que generalmente se entiende por conciencia: el último 'juicio'
ético interno de la persona que toma una decisión para efectuar una acción o una
conducta (195). Lo que establecerá al acto moralmente correcto, por tanto, será
necesariamente el mismo acto en cuanto exprese-realice la percepción que el individuo tiene de sí mismo (identidad) y no el acto en sí mismo en cuanto realización
histórica de un comportamiento (196).
b)
Conciencia.
razón práctica y moralmente
correcto
El juicio que realiza un individuo en referencia al acto moral, es decir, el juicio
del individuo respecto de una situación concreta, posee tres momentos principales:
el juicio de la conciencia acerca de la corrección moral; la evaluación de la conciencia orientada hacia el sujeto; y la decisión moral personal (197). Este juicio, en un
sentido formal, es lo que generalmente se denomina como el acto de la razón práctica: una decisión (juicio concreto), basado en un juicio de autoconciencia (198),
Tileology. p. 111.
Tilcology, p. 1 12.
(195) CL FUCIIS, en Moral Thcology.
p. 112: "In neo-Thomist
theology, as well as in the moral
theology 01' the church's magisterium, it has becn gencrally less common to speak 01' the function
01' conscience as fundamental consciencc, and rather to speak of it as the ultimate interior elhical
'judgment'
01' the person who makes a deeision
for action or conduct. This judgmenl
is
silllllllaneolls wilh thc cthical decision-as
ils 'lighl'; il priorily over the personal decision is lhus
not to be understood chronologically,
but logically. Conscience, understood in this way, is oftcn
called the 'situational conscicnce' today, or commonly even simply 'the conscience'''.
(196) Una precisión para evitar una comprensión
relativista de esta afirmación. Situar la rectitud definitiva del acto en el ámbito de la conciencia situacional,
no cstá contradiciendo
la necesidad/
existencia de un criterio objetivo de verificación
de los actos correctos (normas, costumbres,
tradición), sino estableciendo
quc tal verificación
no se determina, simple y primordialmente,
confirmando que el acto en cuestión se ajusta a los estándares aplicables, sino en determinar que
lo obrado era, precisamente,
lo que debía ser obrado por el individuo en cuestión.
(197) CL Christían Moralíly. p. 129: "Judgment made by eonscience in a specific situation, that is, with
respect to the person in a concrete situation, is exclusively judgment by the subject who has to
reach some decision on the spot. Conscience's
judgment on moral correctness. the conscience's
subject-orientatcd
assessment
and the personal moral decision '111 take place simultaneously.
Therc is neithcr a preceding nor a subsequent situation form the point of view 01' time, only from
a logical point 01' view. This is why the moral subject is quite alone with its conscientious
decision, theologically speaking, with and berore God".
(198) CL Christian
Moralily.
p. 119: "Morality
thus presupposes
that human aclion is not a
sponlaneous
reaction but rollows dccision based on insight of conscience. Such insight is, in a
rormal sensc, the rcsult 01' that which is generally termed practical reason".
(193)
(194)
FUCIIS, en Moral
FUCIIS, en Moral
246
1'. CONCHA 13.
respecto de un acto moralmente correcto. Un acto específico de juicio moral en
referencia al mundo objeto-categorial,
en cuanto comprometiendo
la manifestación
del agente ético en la realidad, debe ser entendido como involucrando al agente
como un todo: como comprometiendo
el significado que para la persona tiene la
vida y la radical apertura a Dios (199). Tal apertura, tal amor, acontecerá pri meramente en y a través un acto de radical abandono-donación
al Dios que llama, pero
precisamente en cuanto auténtica apertura del sujeto a Dios, supondrá, con necesidad, que tal anhelo de realización personal acontezca en y a través actos moralmente correctos: como un intento persistente por hacer el bien (200).
Aquí la decisión moral personal será siempre una cuestión de razón práctica y
las normas morales objetivas no podrán ser entendidas, en sí mismas, como modelo
definitivo del acto moralmente correcto. Porque dado que pertenece a la verdadera
esencia de la norma moral el que deba aplicarse in sitllatione, la rectitud objetiva de
un acto no puede deducirse si mplemente de una norma objeti va, sino que necesariamente es cuestión del juicio moral de la persona: "oo. para la conciencia orientada
hacia el objeto dichas normas morales de conducta correcta y otras autoridades
normativas que provienen de fuera no ofrecen básicamente nada más que asistencia,
asistencia real, pero no obstante, meramente asistencia en la evaluación de decisiones morales correctas tomadas en la conciencia". Además, ya que la recta ratio es lo
que constituirá definitivamente
la objetividad (la exigencia objetiva) de una norma
conductual, una norma comprometerá a un individuo sólo y en cuanto lo exigido
pueda ser juzgado como recta ratio por la conciencia de la persona (20 1): "Puesto
que sólo la ratio (recta ratio) de la conciencia juzga en última instancia y exhaustivamente la realidad en términos del elemento concreto que en ella debe actualizarse, la ratio (recta ratio) de las normas conductuales ejercerá una [unción meramente auxiliar. Como consecuencia de ello, el aspecto decisivo de dichas normas
es que son recta ratio, de ahí su objetividad; en la medida en que son objetivas, son
absolutas. Por supuesto, podrán ser normas conductuales sólo en la medida en que
sea discernibles por anticipado; por lo tanto, son necesariamente
abstractas y de
alguna manera generales" (202).
(t 99)
CL Christian Morality,
p. 129: "The moment the conscience
reaches an actual decision. it
becomes clear that it is also a matter concerning the moral person as a whole - not only a
particular action, but al so the pcrsonís meaning 01' life and his fate as a persono This is. in any
case, valid in those situations in which demands are made on a personís elltire being alld inIlermost existence".
(200) CL Christian Morality, p. 130: "The formulation
that deems the norms are to be "applied, 01'
coursc, in aecordanee with the concrete eircumstances"
makes it elear that the way in which the
application is made in sit/latione, in rcspeet 01' the particular eireumstallees,
is still a matter 1'01'
moral judgment, since this cannot be dcduced from the 'objective norms' ,done".
(201) CL Personal Resl'0nsibility,
p. 128: "Now the behavioral Ilorms 01' the moral law should also be
recta ratio; only insofar as they are recta ratio, are they behavioral norms and can they, as such.
objectively have a meaning 1'01' the I'ullction 01' cOllscience as recta ralio in action".
(202) Personal
Resl'0llsibilily,
p. 129. Además cL Christia/l Moralily. p. 132: "According
to some
moralist (the author included), closer examination 01' the problems to he sol ved woule! show that
norms regardillg eorrect eone!uet within the world always reflect the earthly, ane! thercfore, the
limitee! gooe!/values possessee! by human beings. Such limitee! good/valucs call, 01' course, prove
themselves incompatible
in a concrete and confined situatioll. Thc c¡uestion is then which 01' the
LA EVOLUCION
DEL CONCEPTO DE LEY NATURAL EN EL PENSAMIENTO DE JOSEF FUCHS
247
Un acto de rectitud, precisamente como acto auténtico de realización de uno
mismo, es lo que ha sido reconocido (por y en la conciencia de la persona) como la
manera correcta de actualizarse en la historia. Actuar correctamente, es efectuar en
concreto lo que ha sido definido como la mejor forma posible de realización de uno
mismo en la historia, por medio de la propia conciencia: como auténtico cumplimiento de la ley de la naturaleza. Un acto recto, en consuecuencia, precisamente en
cuanto que tal será un acto que surga y tienda a la bondad.
c)
Conciencia y verdad ¡noral
Si la bondad moral no es simplemente entendida como la acclOn correcta de
un individuo en el mundo (203), sino que, en cuanto que comprometiendo
a la
salvación del individuo, como un acto de acuerdo a lo que su conciencia ha reconocido como recto (204), la verdad moral puede entenderse como sigue. En primer
lugar, la verdad moral (205) se encontrará primariamente al interior de la conciencia
de la persona y no estará nunca simplemente sujeta a una comprensión objetiva del
acto moralmente correcto (206). Como lo señala Fuchs: "Entonces, se entenderá
claramente que las propias decisiones personales del sujeto son morales o inmorales
no tomando en cuenta al sujeto en cuanto de hecho aceptando o rechazando la
conducta "moralmente correcta" del mundo-objeto, sino que en cuanto que asume o
no los dolores necesarios ... la bondad moral, ser persona, es exclusivamente
algo
existiendo al interior del sujeto (conciencia) como lo son la verdad moral, y la
decisión moral que existen y ocurren internamente; es decir, que refieren finalmente
no a la verdad en sí misma sino a la verdad en mí mismo" (207).
En segundo lugar, situar la verdad moral en la conciencia no supone afirmar
que la persona se refiera exclusivamente a su propia conciencia en cuanto al valor
de sus acciones o que la persona se realice a sí misma, como agente moral, sólo en
solitaria referencia al juicio interno de su conciencia. La conciencia personal es el
lugar donde se toma la determinación definitiva de la moralidad del individuo, pero,
qualilies/valucs
that are under considcration
in a situution 01' incompalibility
are to bc givcn
precedencc
by reason 01' thcir hicrarchical
order or their concrete urgency. A solution to a
problematic situation arrived at in such a way, perhaps in the conscience alone, would at any rate
be a compromise,
huI nol a moral compromise in rcspect 01' a demand which is considercd to be
absolulely binding; it would be a compromise made within lhc limitcd sphere 01' human bcings'
good/valucs lhat are nol ncccssarily demanding".
(203) CL HlIman Valllcs, p. 96.
(204) CL Christian Moralily, p. 125.
(205) cr. Christian Morality, pp. 125-126: "Thomas Aquinas agrees wilh Aristotlc when he says that
lhe 'moral lrulh' with rcfcrence
lO personal dceisions
is nol determined
by lhe objective
correctness
01' lhe action but by the corrccl moral orienlalion
applied by the acting subjcct
("appetitlls
recllls" j. 1I is obvious lhal here Aquinas has in mind the conccpt "moral truth" as
personal
goodness
which exisls exclusivcly
in lhe person, i.e., in the decisions
made in
aecordanee with the conseience".
(206) CL Christian Moralily,
p. 125: "Moral goodness,
being personal, is exclusively
something
existing wilhin Ihe subjcct (conscience), as is likewise Ihe "moral lruth" and the "moral decision"
which cxist and lakc placc inlernally; lhc lattcr rcfers no! lo a truth "in ilself' bu! lO a truth "in
mysell".
(207) Christian Morality, p. 125.
P. CONCHA B.
248
como sugiere Fuchs: "el sujeto se realiza a sí mismo sólo cuando emerge de sí
mismo, pasa hacia el mundo objeto categorial y se vuelve activamente responsable
allí" (208). La conciencia personal se encuentra necesariamente orientada hacia el
objeto, puesto que un individuo se expresa a sí mismo simbólicamente en la realización del mundo objeto (209). La conciencia de la persona, por lo tanto, incluso más
que el lugar en donde un individuo se realiza a sí mismo como alguien que ha sido
llamado por Dios, es la dinámica por medio de la cual dicha realización personal es
a una, intentada-buscada
y hecha realidad (210). La conciencia personal, como primariamente una orientación a la bondad, será la condición de posibilidad de todos
los actos de realización personal, puesto que la posibilidad de actuar correctamente
acontece en y al interior de la radical disposición de la persona a la bondad: todo
acto de realización de sí mismo es un acto que surge de la bondad.
"[desde] su propia bondad cada uno debe buscar actuar responsablemente
de
acuerdo con la invitación objetiva que surja de la humanidad (del mundo).
Sostenido en su propia bondad personal, cada uno procurará comportarse correctamente en este mundo, actuando en haras del bienestar de la comunidad
humana mundial como extensión de la esencia del propio ser" (211).
7.
CONCLUSION
Dos objetivos íntimamente vinculados han orientado el desarrollo de este trabajo. El primero, mostrar cómo Fuchs ha desarrollado una concepción de Ley Natural sustentada en una antropología de la opción-libertad fundamental. Y el segundo,
establecer que tal desarrollo ha supuesto una comprensión de las normas y la responsabilidad moral en clave personalista. El pensamiento de Fuchs se ha ido desarrollando en referencia a determinados acontecimientos histórico-eclesiales
y a partir de específicos contenidos teológicos. De aquí que ha sido necesario mostrar
cómo se ha alimentado de los escritos paulinos, y del pensamiento de Karl Rahner;
de qué manera, en el transcurso de su proceso intelectual, se vio impelido, por la
aparición de Jesucristo, a asumir la pregunta fundamental de la ética cristiana: ¿en
qué ha quedado convertida la ley natural, la ley de la naturaleza humana, luego de
(208) Christian Morality, p. 125.
(209) Cf. Christian Morality, p. 125.
(210) Cf. FUCHS, en Moral Theology, p. 111: "The basis 01' everylhing is lhe fundamental experienee
which alone makes il possible lo lalk al all aboul morality and ethics: viz. the experience lhat weas human persons who have only and ethics: viz. the experience that we -as human persons who
have only a "share" in absolute personal freedom- are moral beings, i.e., we are a freedom which
is oriented absolutely not to arbitrariness. but to what is objectively good and right".
(211) Christian Morality, p. 125. Además cf. KEENAN, "Josef Fuchs at eighty". p. 138: "Fuchs argues
that we must dislinguish
between whether we are slriving out 01' conscience to answer God's
call ("good" or "bad" conscience)
and whal we actually do in conscience ("right" or "wrong"
judgmenl in conscience). He distinguishes,
first, whether we try to find the right goals in life, and
calls that "goodness" and, then. whether the ways we in tended or choose are correcto and calls
that "right" thinking and living".
LA EVOLUCION DEL CONCEPTO DE LEY NATURAL EN EL PENSAMIENTO DE ]OSEF FUCHS
249
reconocerla cumplida sólo en Jesucristo?; y cómo, por su participación en la Comisión para el estudio de los Problemas de Población, Familia y Nacimientos, se vio
desafiado por los dolores, las historias personales, las dificultades y preguntas de
muchos. Particularmente,
hemos querido destacar el que Fuchs ha ido desplegando
su pensamiento desde y en el contexto planteado por el Vaticano Ir. Será la complejidad de estos desafíos, en cuanto tocarán radicalmente su ser teólogo, católico
y jesuita, los que lo van a forwr a no generar, simplemente, respuestas parciales a
problemas específicos sino la propuesta de una nueva metodología en teología moral: una renovada manera de comprender a la persona como agente moral. Fuchs se
desplazará, esencialmente, desde una comprensión de la vida moral como obediencia fundamental a la propia constitución (naturaleza), en cuanto dicha constitución
expresa la voluntad de Dios respecto de lo humano, hasta proponer una noción de
moralidad fundada en la habilidad intrínseca (natural) de la persona humana para
discernir y alcanzar la voluntad de Dios con respecto de su vida.
De esta manera tres tareas caracterizarán consistentemente
su metodología.
Primeramente, Fuchs estará siempre en diálogo. Siempre teniendo ante sí una circunstancia determinada para intentar explicitar, desde la ética, una respuesta adecuada. En segundo lugar, orientará su metodología al desarrollo de una comprensión de
la ley natural y la moralidad como cimentadas teológicamente en los contenidos
fundamentales del pensamiento de Karl Rahner, S.J. Esto últi mo, formalmente presentado en su primera investigación -Natural Law- será desarrollado en sus futuros
estudios y se tornará en el núcleo de su propuesta moral: una moralidad de la
opción-libertad fÍlndal7lental, una moralidad de la bondad. En tercer lugar, el punto
de referencia de su comprensión de la persona humana evolucionará desde uno
clásico a uno histórico. En todo este movimiento reconoceremos que la línea fuerza
inamovible habrú sido siempre una pregunta persistentemente planteada: ¿cómo establecer la ley natural y la moralidad expresando la voluntad fundamental de Dios
respecto de la humanidad?
En Natural Law, Fuchs concibe a la humanidad frente a la realización que
Cristo hace de la ley natural. Claramente en clave paulina, Cristo es presentado
como siendo, en sí mismo, la realización arquetípica de la humanidad en la historia.
Cristo, el Dios-hombre, realización perfecta de la humanidad, plenamente hombre y
plenamente Dios, debe ser reconocido como el verdadero principio de la moralidad
cristiana y la norma de toda posible realización de la humanidad. Cristo ha realizado
la humanidad de manera paradigmática y desde este hecho todo logro posible de la
ley de la naturaleza humana, la ley natural, necesariamente
se ha convertido en
seguir (imitar) la manera como Jesús ha hecho humanidad, es decir, en Cristo y por
Cristo la ley de la naturaleza humana se ha vuelto la ley de Cristo.
Cristo, siendo el Emmalluel, ha dispuesto a la humanidad para recibir, para
intentar recibir, la salvación de Dios. Este estar dispuestos en Cristo para la salvación no ha sido meramente una cuestión de nuevas habilidades o capacidades, sino
una verdadera y definitiva transformación
de la esencia misma de la naturaleza
humana, porque en Cristo ser humano se ha vuelto ser-en-Cristo. En este sentido, la
ley de la naturaleza ya no puede constituirse, primariamente, en una exigencia externa de obediencia o sumisión, sino que precisamente en cuanto es naturaleza humana
en y por Cristo, debe ser entendida como la obligación que todo individuo posee, en
250
1'. CONCHA B.
cuanto humano, de ser adecuadamente él mismo en el hoy de su tiempo e historia.
La humanidad ha sido liberada de la exigencia de toda ley, porque ha sido hecha
capaz de alcanzar su propia salvación por la muerte y resurrección del Hijo de Dios.
Sin embargo, esta noción de humanidad no conducirá a Fuchs en Natural Law
a una comprensión de la ley natural claramente en términos de la persona humana.
Natural Law, a partir de una comprensión de la naturaleza humana como ser-enCristo, no entenderá la moralidad como la relación de un individuo con Cristo, ni a
la ley natural como la propuesta/proyecto
de realización de dicha relación en función, necesariamente, de la plenificación histórico-temporal
del sí mismo. Al contrario, esta investigación finalizará con una insistencia en la ley natural como la exigencia moral prederminada que la naturaleza humana establece (necesariamente en
referencia a sí misma) a toda persona siempre y en toda circunstancia, y con una
afirmación relati va a la validación interna de todo precepto de la ley natural. Dos
consideraciones
respecto de este último punto. Primero, en este contexto queda
sentado que las circunstancias en las que se realiza un acto de ley natural (un acto
ético que haga realidad un imperativo surgido de la ley natural) constituyen simplemente las condiciones de su aplicación y no podrán nunca, por definición, comprometer la validez-legitimidad
que una exigencia de ley natural posea en sí misma.
Segundo, lo correcto (lo que debe ser hecho en una circunstancia específica), no
encuentra en las circunstancias en las que acontece la fuente definitiva de su validación como acto (acto en sí mismo específico y circunstancial) porque el último
criterio de rectitud se encontrará siempre al interior de la naturaleza humana entendida como dada y, por lo tanto, fija.
Serán sólo el Concilio Vaticano n, como momento de renovación y reflexión
acerca de los temas básicos de la Iglesia, y su experiencia en la Comisión para el
estudio de los Problemas de Población, Familia y Nacimientos, los que harán posible que Fuchs elabore una concepción decididamente personalista de la teología
moral, la moralidad y la ley natural. De aquí elaborará una concepción de moralidad
que remueve el asiento primordial de la verdad moral de las normas, principos y/o
preceptos objetivos (como la verdad de la naturaleza humana) para situarla radicalmente al interior de la conciencia personal. Lo que constituirá, por tanto, la esencia
de la moralidad cristiana en cuanto a la exigencia de normas objetivas, no será
meramente el obedecerlas, sino el confrontar las exigencias de dichas normas con la
realización razonable y posible de un individuo en sus circunstancias actuales. Lo
que ha sucedido en Fuchs no puede ser entendido sólo como una modificación de su
apreciación sobre la validez de la ley natural como norma conductual absoluta, sino,
más bien, como el establecimiento de una propuesta moral que ha decidido situar su
punto de partida en el reconocimiento de la primacía invariable y definitiva de la
conciencia personal en referencia a la exigibilidad y obligatoriedad de toda norma
moral.
Confundirá la verdadera esencia de la proposición de Fuchs quien, no queriendo mantenerse en el delicado equilibrio que aquí se ha establecido, afirmara que
Fuchs está simplemente proponiendo una ética de la circunstancia y/o una de la
experiencia subjetiva.
Primero, no es posible sostener que son las circunstancias personales las que
constituyen, por sí mismas, el criterio definitivo para la adecuada aplicación-realiza-
LA EVOLUCION
DEL CONCEPTO
DE LEY NATURAL
EN EL PENSAMIENTO
DE JOSE!'
FUClIS
251
ción de la ley natural. Afirmación que negaría la existencia de toda norma moral,
debido a que la circunstancia se establecería como el único absoluto ético. Lo pretendido por Fuchs no es negar la validez de una exigencia surgida de la ley natural,
sino dejar establecido que no es posible sostener la existencia de una ley de la
naturaleza humana que sea distinta de la habilidad natural de cada individuo para
realizar el sí mismo en su tiempo y su historia. En otras palabras, que no es posible
la existencia de una diferencia entre lo que constituye la dignidad más básica de la
persona humana (su habilidad-tarea
para efectivamente
realizar-personalizar
circunstancialmente
el propio yo) y la esencia misma de la ley natural: la moralidad
humana es idéntica a lo que es ser Ull humano, de la misma manera como lo que lo
que es divino es idéntico a lo que es ser Dios. Es en este contexto, por tanto, que
Fuchs sostendrá que de hecho no existe una ley de la naturaleza suprapersonal que
defina y determine todos los comportamientos
humanos posibles, pues la única y
real norma del comportamiento
humano (en cuanto esencialmente personal) es la
persona humana en sí misma: la naturaleza humana considerada como suprapersonal no puede ser la norma del comportamiento moral. La humanidad es, siempre y
necesariamente, una persona en una naturaleza h/lmana, que debe comprenderse a sí
misma como tal y lograr la realización de sí misma de acuerdo a esta concepción de
sí. La realización-personalización
de la naturaleza humana a imagen y semejanza de
Dios significa, necesariamente, que cada persona ha sido llamada por Dios a realizarse en el tiempo y la historia por medio del descubrimiento de las posibilidades
de su acción, y a determinar de acuerdo a la comprensión actual de ella misma,
cuáles de dichas posibilidades de acción son correctas, realizables, razonables y
humanas.
Segundo, tampoco es posible sostener que aquí se está estableciendo, para cada
individuo, simplemente que la realización espacio-temporal de la experiencia subjetiva es la norma básica del comportamiento humano. Fuchs, como hemos indicado,
establece con claridad la primacía de la conciencia personal sobre todas las reglas
y, por lo tanto, niega la existencia de una ley de la naturaleza suprapersonal distinta
de la habilidad natural de la persona para discernir la presencia y voluntad de Dios
en la realidad y actuar de acuerdo a ello. Pero esta afirmación es el resultado de
comprender lo humano en clave bíblica y no subjetivista. Fuchs insiste en la conciencia de la persona como última norma de conducta respecto de la autorrealización
personal; pero la condición de posibilidad de dicha afirmación es haber concebido al
sujeto humano como siendo-en-Cristo y por ende radicalmente orientado hacia Dios.
La ley de la naturaleza humana es la ley de Cristo, y esta ley, precisamente porque
no puede reducirse a ningún precepto formulado, sino más bien debe entenderse
como presencia verdadera de Cristo en cada ser humano, establece que un encuentro
cara a cara con Cristo en el núcleo vital del corazón humano es la única ley definitiva de la humanidad. Moralidad en clave cristiana, entonces, deberá ser entendida
como la invitación y la propuesta que, surgiendo de la mismísima naturaleza personal, impelen al individuo a abandonarse completamente al Dios que le revela a Sí
mismo. Abandono que sólo puede ser el principal resultado, concreto, del efecto
que la Gracia de Dios tiene sobre la humanidad, y no, en primer lugar, consecuencia
de alguna acción positiva de respuesta personal a Dios, sin importar cuán noble
esta acción pudiera ser. Dicho abandono de sí mismo debe ser entendido como
252
P. CONCHA B.
la respuesta más adecuada al llamado que Dios hace a la humanidad, y por ende,
la condición de posibilidad de toda realización histórica posible de la persona humana.
La persona humana es entendida como realizando su identidad a través y en un
acto de radical disposición de sí misma a la revelación de Dios (la opción-libertad
fundamental).
De hecho, dado que ella es, en sí, un acto de donación del mismísimo
Dios, es posible sostener que toda respuesta humana posible al Dios que se manifiesta a Sí mismo como Aquel que es comunicación de Sí con la persona humana,
con la humanidad, deberá necesariamente ser el resultado de un acto de reconocimiento de la autocomunicación
divina como el verdadero significado de la vida
humana. Es decir, si un acto moral es una acción personal de aproximación o distanciamiento de Aquel que ha sido reconocido como el verdadero significado de la
propia vida, no hay acto moral posible cuando el agente moral no ha reconocido a
Nadie como Aquel que llama a la humanidad a ser/realizar su propio significado. Lo
que define a la persona humana como agente moral, por consiguiente, es el hecho
que Dios le revela a Sí mismo y la faculta para recibir tal comunicación de Dios,
más que cualquier respuesta personal específica a dicho llamado. Moralidad en su
más propia esencia, es el disponerse de un individuo, como tal, a recibir el llamado
de Dios: propiamente, una cuestión de bondad personal (de recepción de la oferta
Divina de salvación) y no de rectitud (del ejercicio de actos morales específicos).
¿Por qué? Porque es desde y en el compromiso (o negación) primordial del individuo ante la automanifestación
de Dios (la opción-libertad fúndamental), que acontecerán los auténticos actos de bondad o maldad (los actos rectos o incorrectos),
puesto que es a causa de la propia bondad que uno debe procurar, como responsabilidad personal, actuar de acuerdo con el llamado objetivo surgido del mundo
(212). En una palabra, la realización de la humanidad respecto de Dios no es finalmente una cuestión de hacer algo (y ello incluye la obediencia a toda norma), sino
radicalmente una cuestión de hacerse a sí mismo con respecto a Dios.
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(212)
Dos consideracione
críticas. A) Con lodo. distinguir los dos ámbitos de la realidad moral del
sujeto con los términos bondad y rectitud puede llevar fácilmente a error dehido al uso y significado corriente de estos términos. Hubiéramos preferido que Fuchs, lisa y llanamente, hubiera
acuñado una nueva terminología
para establecer claramente la primacía ontológica del ámbito de
la bondad. B) Aunque Fuchs entiende, sin duda, al individuo como esencialmente
en-socicdad, es
evidente que en los textos analizados no hay un desarrrollo de las categorías éticas fundamentales
desde la condición social de la persona humana. Esta es una tarea que Fuchs deja iniciada, pero
que una auténtica asunción latinoamericana
de su pensamiento deberá necesariamente
enfrentar.
LA EVOLUCION
-------,
DEL CONCEPTO
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RESUMEN
Ley natural es un concepto nuclear para elaboración de una propuesta de teología moral.
En su interior estarán contenidas las preguntas fundamentales
acerca de la dignidad del hombre, como hijo de Dios y hermano de sus hermanos los hombres. Para Josef Fuchs, la principal
consecuencia
del imperativo de renovación de la moral, surgido del Vaticano 11,fue asumir que
cuando la moral se funda sobre el hecho que sólo en Jesucristo la humanidad ha alcanzado su
más perfecta realización,
la ley natural se ha convertido,
ontológica y prácticamente,
en el
seguimiento
del Dios-hombre.
Es al interior y a través del acontecimiento
de Cristo que el
cristiano posee un conocimiento
y una inclinación natural por lo que en verdad es una imitación
de Cristo y una participación de su Reino.
Cristo, siendo el Emmanuel,
ha dispuesto a la humanidad para recibir, para intentar
recibir, la salvación de Dios. Este estar dispuestos en Cristo para la salvación no ha sido
meramente una cuestión de nuevas habilidades o capacidades,
sino una verdadera y definitiva
transformación
de la esencia misma de la naturaleza humana, porque en Cristo ser humano se
ha vuelto ser-en-Cristo.
La ley de la naturaleza humana (la ley natural), por tanto, no podría ser
meramente entendida como una exigencia de obediencia o sumisión de carácter heterónomo,
sino que, precisamente
en cuanto es naturaleza humana en y por Cristo, deberá ser entendida
como la obligación
que todo individuo posee, en cuanto humano, de ser adecuadamente
él
mismo en el hoy de su tiempo e historia.
254
P. CONCHA B.
En una palabra, la realización de la humanidad respecto de Dios no puede ser, primaria
y delinitivamente,
una cuestión de hacer algo (y ello incluye la obediencia a toda norma) sino,
por sobre todo, una cuestión de hacerse a sí mismo respecto del Dios que llama al hombre a
ser tal.
ABSTRACT
Natural Law is a nuclear concept lar the elaboration 01 a Moral Theology proposal. The
notion will include the lundamental questions about the dignity 01 man, as a son 01 God and
brother 01 his brothers. For Josel Fuchs the main consequence 01 the moral renewal imperative,
which came lorth in Vatican 11,was the assumption that when morallaw is understood as rooted
on the lact that only in Jesus Christ humanity has reached its most perlect realization, then the
Natural Law has turned ontologically and practically, into the going alter 01 the God-man. It is
within and through the turning point 01 Christ that the Christian gets an insight and a natural
inclination lor a true imitation 01 Christ and a share 01 his Kingdom.
Christ, being the Emmanuel, ha disposed humanity to receive God's salvation. This being
available in Christ lar salvation has not been a sheer maller 01 new abilities or capacities, but a
true and delinite translormation 01 the very escence 01 the human nature, because within Christ
being human, has become being-in-Christ.
The Law 01 the human nature (The natural Law),
therelore, should not be merely understood as a demand 01 obedience or submision 01 external
character, but, preceisely because it is human nature, within and through Christ, it should be
understood as the main obligation that every human being has to be himsell in the day 01 today
01 his history and time.
In a word, the realization 01 humanity with regards to God can not be primarily and
delinitively, a maller 01 doing something (and this includes the obedience to every norm) but,
aboye all, a maller 01 making onself regards to God.
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