documento completo - ELLA

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SERIE DOCUMENTOS DE INVESTIGACIÓN
The Evolution of Collective Land Tenure Regimes in Pastoralist
Societies: Lessons From Andean Countries
Área ELLA: Desarrollo Económico
Tema ELLA: Gobernanza de la Tierra
DOCUMENTO DE
EVIDENCIA REGIONAL
La Evolución de los
Regímenes de Tenencia
Colectiva de Tierras en
Sociedades Pastoriles:
Lecciones desde Países
Andinos
Grupo de Análisis para el Desarrollo (GRADE)
Perú
DOCUMENTOS DE EVIDENCIA REGIONAL DEL PROGRAMA ELLA
Los Documentos de Evidencia Regional son un producto del programa ELLA. Ofrecen una perspectiva
general de la evidencia regional en el tema, así como análisis de investigación primaria sobre temas
específicos. Sobre cada uno de los temas investigados se han desarrollado dos Documentos de
Evidencia Regional: uno centrado en América Latina y el otro en África. En ambos casos se utiliza
un mismo diseño de investigación. Este documento es el par de otro que lleva por título “La
evolución de los regímenes de acceso a territorios colectivos en sociedades pastoriles:
lecciones desde países del este de África, publicado por el Instituto Tegemeo de Política
Agraria y Desarrollo, de la universidad Egerton, de Kenia). Sobre la base de estos
dos documentos regionales, se crea un Documento de Evidencia Comparativa, que
contrasta y analiza las experiencias de ambas regiones con el propósito de favorecer
el aprendizaje interregional. Todas las publicaciones están disponibles en el sitio
web del programa de ELLA.
AUTORES*
Los autores son investigadores principales en GRADE. Gerardo Damonte conduce proyectos en tres áreas temáticas interrelacionadas:
industrias extractivas y sociedad rural; conocimiento local y cambio climático, y; territorios y movimientos sociales. Manuel Glave
es un especialista en desarrollo rural, economía del medio ambiente y recursos naturales, sistemas de producción campesinos en
ecosistemas montañosos y análisis de las políticas públicas en la agricultura y el medio ambiente. Sandra Rodríguez es asistente de
investigación en GRADE, especializada en temas de ecología política , políticas de conservación y desarrollo rural. Andrea Ramos es
también asistente de investigación en GRADE y trabaja en proyectos relacionados con el desarrollo rural y la agricultura; recursos
naturales , industrias extractivas y conflictos sociales .
ACERCA DEL PROGRAMA ELLA:
ELLA (Evidence and Lessons from Latin America, por sus siglas en inglés) es un programa de conocimientos e intercambio Sur-Sur
que combina la investigación, el intercambio y el aprendizaje para inspirar el desarrollo de políticas y prácticas basadas en la evidencia
de lo que funciona en diversos contextos de países. Practical Action Consulting (PAC) Latin America ha diseñado y coordinado el
programa según los objetivos acordados con el donante, el Departamento para el Desarrollo Internacional del Reino Unido (DFID). El
Instituto de Estudios de Desarrollo (Institute of Development Studies- IDS), la Universidad de Sussex, Reino Unido, brinda su apoyo en
la investigación, los métodos y los resultados. Para conocer más acerca del programa ELLA entre a nuestra página web, donde podrá
acceder a nuestras otras publicaciones en este y otros temas.
AGRADECIMIENTOS
Los autores agradecen a los comentaristas de las versiones preliminares de este documento: Shandana Mohmand, Jim Sumberg, Don
Leonard , y Mark Lewis. Diseño: equipo de comunicaciones de Practical Action Perú.
*Las opiniones expresadas en este documento pertenecen a los autores, y no necesariamente reflejan el puntos de vista del programa ELLA .
Foto de portada: Rebaño de Alpacas en los Andes
Crédito: Practical Action
Abril 2016
La Evolución de los Regímenes de Tenencia Colectiva de Tierras en
Sociedades Pastoriles: Lecciones desde Países Andinos
RESUMEN
Mucho se ha dicho sobre la importancia de los medios de vida pastoriles en el uso efectivo y sostenible de las
tierras áridas alrededor del mundo. Más aún, las presiones ejercidas actualmente sobre el modo de vida de las
sociedades pastoriles no tienen precedente. Estas presiones y las tendencias cambiantes ponen en peligro los
medios de vida pastoriles y la sostenibilidad de los recursos de las tierras áridas.
Frente a una realidad adversa, este documento pretende analizar cómo se han transformado los regímenes de
tenencia de la tierra de las sociedades pastoriles que viven en el altiplano andino durante los últimos 50 años.
Asimismo, tratamos las implicancias de las transformaciones para la sostenibilidad del manejo de recursos en
estas zonas, basándonos en la premisa de que un mejor entendimiento de los regímenes consuetudinarios de
tenencia de la tierra puede ayudar a informar la política pública y la toma de decisiones.
La tendencia actual entre las sociedades pastoriles tradicionales consiste en tratar los pastizales como recursos
comunes que se pueden usar, controlar y acceder a ellos de manera colectiva, normalmente bajo regímenes
de acceso abierto o de tenencia comunal de la tierra. El presente análisis se fundamenta en el marco teórico
propuesto por Schlager y Ostrom (1992) para distinguir entre el conjunto de derechos diversos que tienen los
usuarios de los recursos comunes. Sobre esta base, se ha elaborado una tipología de regímenes de tenencia de
la tierra para analizar las que están presentes en las sociedades pastoriles andinas.
Apoyados en este esquema, empleamos un método histórico de análisis institucional para examinar un estudio
de caso específico: los regímenes de tenencia de la tierra en las alturas de la provincia de Caylloma (Arequipa,
Perú). Explicamos los cambios en los regímenes de tenencia de la tierra y sus principales agentes, y luego
exploramos las implicancias de estos procesos para la sostenibilidad del manejo de recursos. Elegimos la
provincia de Caylloma porque es una zona de actividad pastoril de larga data y cuenta con estudios previos, lo
que nos permite los cambios en los regímenes de tenencia de la tierra.
Los resultados demuestran que, con el tiempo, los regímenes de tenencia de la tierra en las sociedades pastoriles
han cambiado para poder adaptarse a las nuevas condiciones medioambientales, políticas y económicas. En el
caso de la provincia de Caylloma, los dos principales agentes externos de cambio constituyen la intervención
estatal y el desarrollo del mercado.
Las dinámicas de cambio en la tenencia de la tierra no son lineales. A pesar de los cambios en las condiciones
externas, algunos regímenes resilientes de tenencia de la tierra han perdurado en los últimos 50 años. Se han
identificado dos tipos de sistemas de tenencia de la tierra: el Condominial (F/F) y el Condominial Comunal (C/F).
En ambos sistemas, los derechos de nivel operacional se apoyan sobre una base familiar, lo que quiere decir que
la legitimidad del acceso de cualquier pastoralista a la tierra depende de su pertenencia a un grupo corporado
familiar. Asimismo, en ambos sistemas, los derechos de elección colectiva relacionados con asuntos de manejo,
exclusión y alienación están en manos de grupos colectivos: en el primer caso, un grupo corporado familiar (F/F)
y en el segundo caso, un grupo corporado comunal (C/F).
El análisis también demuestra que en las últimas dos décadas ha surgido una nueva tendencia por la cual los
derechos basados en la familia, las extendidas y las nucleares, se han restringido más en ambos niveles de
elección, operacional y colectivo. En concordancia con esta tendencia, ha surgido un nuevo modelo de tenencia
de la tierra, el régimen Individual (I/I), bajo el cual solo el dueño conserva los derechos a nivel de elección
3
La Evolución de los Regímenes de Tenencia Colectiva de Tierras en
Sociedades Pastoriles: Lecciones desde Países Andinos
operacional y colectiva. Esta investigación sostiene que el nuevo régimen de tenencia de la tierra afectará
negativamente la sostenibilidad del modo de vida pastoril a largo plazo, a menos que el estado intervenga. De lo
contrario, es posible que los costos sociales vinculados con estos cambios continúen reduciendo la viabilidad
de las actividades pastoriles.
A partir de estos resultados, se recomienda que las políticas gubernamentales (1) tomen en cuenta la variedad
y la complejidad de los regímenes consuetudinarios de tenencia de la tierra en las sociedades pastoriles; (2)
reconozcan que, a pesar de su vulnerabilidad a la intervención estatal y al desarrollo del mercado, los regímenes
de tenencia de la tierra por familias comunales y extendidas han demostrado una mayor resiliencia porque
soportan mejor los sistemas productivos pastoriles; (3) promuevan los regímenes colectivos de tenencia de la
tierra, estimulando la formación de asociaciones de pastores como una medida para mejorar el acceso a las
pasturas colectivas; (4) promuevan el desarrollo de programas integrales para el mejoramiento genético de la
alpaca y apoyen las prácticas de manejo sostenible de recursos; (5) inviertan en el mejoramiento tecnológico para
ayudar a los pastores a encarar el creciente deterioro de los recursos en el altiplano; y (6) estén desarrolladas
sobre una base de claro entendimiento de cómo las actividades pastoriles impactan en el medioambiente y
en cómo los pastores, especialmente los más pobres y vulnerables, se ven afectados por el cambio climático.
4
TABLA DE CONTENIDOS
3
Resumen
6
Introducción
7
Diseño y métodos de investigación 7
Marco teórico
8
Objetivos y preguntas de investigación
9
Marco analítico
12
14
Metodología para la recopilación de datos
Síntesis de evidencia regional
15
Descripción del altiplano
18
Sociedades pastoriles en el altiplano andino
22
Regímenes de tenencia de la tierra en el altiplano andino
25
Tendencias generales de cambio
26
Estudio de caso: Análisis histórico institucional de los Regímenes de
tenencia de la tierra en Caylloma
28
Caylloma antes de la reforma agraria
30
La reforma agraria (décadas del sesenta y setenta)
31
Crisis de la reforma agraria (décadas del setenta y ochenta)
32
Situación actual (a partir de la década del noventa)
37
Evaluación de la estabilidad institucional y la sostenibilidad del manejo de los recursos
38
Conclusiones
40
Recomendaciones de políticas
42
Referencias
La Evolución de los Regímenes de Tenencia Colectiva de Tierras en
Sociedades Pastoriles: Lecciones desde Países Andinos
INTRODUCCIÓN
Mucho se ha dicho sobre la importancia de los medios de vida pastoriles en el uso efectivo y sostenible de las
tierras áridas del mundo, las cuales cubren aproximadamente un 40 % de la superficie terrestre. En general,
las tierras áridas proporcionan medios de vida a unos dos mil millones de personas, 90 % de los cuales viven
en países en vías de desarrollo (UN, 2011). El pastoralismo es el principal sistema de producción ejercido en las
tierras áridas de todo el mundo, en gran medida porque las prácticas pastoriles maximizan el uso de los escasos
recursos energéticos, apacentando los animales a la vez que se preservan los servicios ecosistémicos. Sin
embargo, las sociedades pastoriles del mundo están enfrentándose a cada vez más presiones en su modo de
vida. Si bien los agentes varían ampliamente de región en región, traen como consecuencia una tendencia hacia
la mercantilización de la economía pastoril, la individualización de los derechos sobre la tierra y la disminución
de la movilidad del ganado. Tales tendencias no solo ponen en riesgo la sostenibilidad de los medios de vida
pastoriles, empujando a los pastores hacia enclaves crecientes de pobreza en las zonas urbanas, sino que
también arriesgan la sostenibilidad del manejo de los recursos en las tierras áridas.
De cara a estos desafíos, este trabajo busca analizar la manera cómo se han transformado los regímenes
de tenencia de la tierra de las sociedades pastoriles en el altiplano andino. Trata, además, las implicancias
de estas transformaciones para la sostenibilidad del manejo de recursos, sobre la premisa de que un mejor
entendimiento de los regímenes consuetudinarios de tenencia de la tierra puede ayudar a informar la política
pública y la toma de decisiones.
En las últimas décadas, los gobiernos de varios países en vías de desarrollo y agencias multilaterales han
promovido la liberalización de las políticas del mercado de tierras basadas en los derechos de propiedad
individual como parte de un paquete más amplio de reformas estructurales promovidas por la agenda neoliberal.
Se creía que las fuerzas del mercado eran clave para aumentar el acceso a la tierra y mejorar los medios de vida
de los campesinos y los indígenas de estos países. Estas políticas dieron prioridad a los títulos de propiedad
de tierras (o registro catastral) como un medio para garantizar la seguridad en la tenencia de su terreno y así,
mejorar los medios de vida rurales.
Sin embargo, las políticas de liberalización no han tenido los resultados esperados, especialmente entre las
sociedades pastoriles (Fratktin y Mearns, 2003). Las políticas de liberalización han provocado la concentración
de tierras y una mayor desigualdad social (Zoomers y van der Haar, 2001; Löhr, 2012; Ghimire, 2001; Jansen
y Roquas, 1998). Por ejemplo, las comunidades marginales más pobres demostraron limitada habilidad para
participar en los mercados de la tierra (Löhr, 2012) y no necesariamente se han beneficiado del incremento
de la inversión, producción y del acceso al crédito (Atwood, 1990; Deininger y Binswanger, 1999; De Janvry y
Saudolet, 2001; Zoomers y van der Haar, 2001; Place, 2009; Obeng-Odoom, 2012).
En contraste con la perspectiva neoliberal, la literatura reciente sugiere que manteniendo los derechos de
acceso a la tierra colectiva realmente se pueden tener efectos positivos en los medios de vida rurales. Las
comunidades con acceso a la tierra colectiva pueden beneficiarse de las economías de escala en la producción,
dividir el riesgo y evitar los costos de reforzar los derechos sobre la propiedad individual (Nugent y Sánchez,
1998; De Janvry y Sadoulet, 2001). Adicionalmente, el acceso a tierras colectivas puede garantizar un mejor
acceso de recursos para los pobres, un mayor control sobre los recursos comunes y puede, además, sentar
las bases para el desarrollo de regímenes de aseguramiento mutuo por medio de la cooperación (De Janvry y
Sadoulet, 2001; Zoomers, 2001; Hvalkof, 2008).
6
La Evolución de los Regímenes de Tenencia Colectiva de Tierras en
Sociedades Pastoriles: Lecciones desde Países Andinos
Las formas colectivas de tenencia de la tierra han sido un componente esencial en la vida de los pastores de
los Andes a lo largo de la historia. En el Perú, por ejemplo, más de 7500 comunidades campesinas e indígenas
mantienen propiedad comunitaria y diferentes clases de derechos colectivos de uso, controlan un 21.5 % del
territorio nacional y un 60.5 % de los terrenos usados para la agricultura y la producción ganadera. El diálogo en
torno a los beneficios de las formas colectivas de tenencia de la tierra ha sido el centro de los debates políticos
sobre el desarrollo rural y agrícola durante todo el siglo XX. Luego de dos décadas de reformas neoliberales, se
sigue debatiendo sobre cómo promover un manejo colectivo de los recursos de manera eficiente y sostenible.
Uno de los vacíos en este asunto tiene que ver con los impactos relacionados con promover el manejo colectivo
de los recursos en las comunidades pastoriles, ya que la información acerca de los regímenes de tenencia
de sus tierras y la manera en que estos han cambiado en las últimas décadas es limitada. Las políticas de
tierra han sido diseñadas, en su mayoría, siguiendo modelos basados en generalizaciones relacionadas con
la dinámica del sector agrícola. Por ejemplo, en el Perú, aún no se han desarrollado políticas específicas para
los productores pastoriles.
Incluso, ante la presión global de las políticas de liberalización para la individualización de los derechos sobre
la tierra, las comunidades pastoriles de todo el mundo han seguido manteniendo regímenes colectivos de
tenencia. En el caso de los Andes, si bien existe literatura disponible que evidencia los cambios en los regímenes
de tenencia de la tierra, la tenencia de la tierra no ha sido el eje del análisis en la mayoría de los estudios previos,
de ahí que existe un limitado entendimiento de las causas y la dirección de esta evolución. Se ha demostrado
que la concesión de títulos de propiedad sobre la tierra refuerza la seguridad en la tenencia, sin embargo, es
necesario entender, primero, los regímenes para la tenencia de la tierra de pastoreo y, segundo, sus agentes, a fin
de diseñar e implementar políticas adecuadas que puedan reforzar la administración de la tenencia de la tierra.
En este contexto, este estudio apunta a contribuir con nueva evidencia para la elaboración de políticas mediante
el análisis de los regímenes tradicionales de tenencia de la tierra y de las maneras en las cuales estos han
cambiado a lo largo del tiempo. Se espera que al cambiar el foco de análisis desde la propiedad hacia los regímenes
habituales que actualmente definen los derechos sobre las tierras en las sociedades pastoriles, el presente
estudio sea capaz de fomentar la elaboración de políticas en dos maneras. Primero, informando el diseño y
la implementación de políticas de tierra especificas relacionadas con las comunidades pastoriles. Segundo,
esperamos que el presente estudio proporcione la información de apoyo necesaria para que las agencias del
estado estén más conscientes de las tendencias de cambio en los regímenes de tenencia de la tierra, así como
de los efectos y la sostenibilidad de las políticas de gobierno en términos del acceso de las sociedades pastoriles
a la tierra y de sus medios de vida.
DISEÑO Y MÉTODOS DE INVESTIGACIÓN
Marco teórico
El pastoralismo se define generalmente como el pastoreo extensivo en pastizales para la alimentación y la
producción de ganado, y es uno de los principales sistemas productivos empleados en las tierras áridas del
mundo que, a menudo, no pueden usarse para la agricultura convencional, debido a la escasez de recursos
energéticos (Blench, 2001; Weistreicher et al., 2006). Por ende, una sociedad o comunidad pastoril puede
ser considerada como «una agrupación social cuya reproducción material y cultural se basa en el pastoreo
7
La Evolución de los Regímenes de Tenencia Colectiva de Tierras en
Sociedades Pastoriles: Lecciones desde Países Andinos
tradicional extensivo» (Del Pozo-Vergnes, 2004). El PNUMA estima que en el mundo hay entre 200 y 500 millones
de personas que practican el pastoralismo. 1
Existen determinadas formas de categorizar las sociedades pastoriles; sin embargo, los tres criterios más
importantes son los siguientes: (i) grado de movilidad migratoria; (ii) condiciones medioambientales; (iii) especies
de ganado. La categorización más común es el grado de movilidad que abarca desde la altamente nómada, la
trashumante y la agropastoril (Arbos, 1922)2. Según Galaty y Johnson (1990), hay una distinción clave que se
relaciona entre los modelos de pastoreo y las condiciones medioambientales donde se practican: planicies,
desiertos, tundras o montañas. Con respecto a las especies de ganado, los sistemas pastoriles pueden dividirse
en los que se basan en especies únicas y los que se basan en una producción integral de diversas especies
(Blench, 2001).
En América generalmente se puede distinguir entre las áreas donde se desarrolló el pastoralismo después
de la conquista europea — América del Norte y del Sur, por ejemplo— y las zonas donde el pastoralismo fue
desarrollado por indígenas americanos en la era precolombina —regiones altas de los Andes o altiplano—. El
pastoralismo andino puede categorizarse como pastoralismo de montaña y se caracteriza por una estratificación
vertical de los recursos según la altitud (Gil et al., 2009). La vida en este entorno obliga a los pastores andinos
de montaña a ser trashumantes, llevan sus animales de las regiones bajas a las altas según la disponibilidad
estacional de las pasturas. Dado que los recursos vitales, como el agua y las pasturas están distribuidos de
manera irregular en este territorio, el control de las pasturas de estación seca es una estrategia esencial para
la sostenibilidad del pastoralismo en el altiplano. La movilidad residencial es algo más baja en los Andes que
en otras regiones del mundo (Orlove, 1982). Por un lado, el pastoralismo andino puede ser considerado de tipo
multiespecie, que implica la crianza de una combinación de alpacas, llamas y ovejas. Por otro lado, existe una
tendencia creciente para especializar la producción de alpaca, a fin de abastecer la industria textil.
Una tendencia común entre las sociedades pastoriles tradicionales de todo el mundo consiste en tratar las
praderas como recursos de uso común y libre acceso, y que se usan y se controlan de manera colectiva,
usualmente bajo acceso abierto o bajo regímenes comunales de tenencia de la tierra (McCarthy et al., 2000). Como
las tierras áridas tienden a ser demasiado frágiles y variables para su uso intensivo, los pastores desarrollan
acuerdos de tenencia que permiten un modo extensivo de producción a la vez que evitan la concentración
del acceso a los recursos distribuidos desigualmente. Actualmente, las sociedades pastoriles del mundo se
encuentran bajo una creciente presión (Blench, 2001; Salzman, 2004). Históricamente, las respuestas del
gobierno a tales presiones se enfocan en la privatización de los recursos comunales (Blench, 2001). Sin embargo,
tal como otros estudios ya lo han demostrado, la fragmentación de pastizales complica el manejo sostenible
de los recursos (Fratkin y Mearns, 2003; Scoones, 1995 y 1996; Lane, 1997).
Objetivos y preguntas de investigación
La pregunta de investigación general en este estudio es la siguiente:
¿Cómo han cambiado los regímenes de tenencia de la tierra en las sociedades pastoriles y cuáles son las
implicancias para la sostenibilidad del manejo de los recursos naturales entre las sociedades pastoriles?
1
UNEP sitio web “Sustainable Pastoralism and Post 2015 agenda”, consultado el 25 de marzo del 2016.
El nomadismo involucra el movimiento de pastores por vastas extensiones de terreno para acompañar a sus rebaños durante la migración. La trashumancia es el
movimiento regular de rebaños entre puntos fijos para explotar la disponibilidad estacional de pasturas. En las regiones montañosas, este movimiento es vertical.
Las comunidades agropastoriles complementan el manejo del ganado con actividades agrícolas, combinación que restringe su grado de movilidad. Los agropastores
procuran tener menos rebaños, ya que no solamente subsisten del ganado.
2
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La Evolución de los Regímenes de Tenencia Colectiva de Tierras en
Sociedades Pastoriles: Lecciones desde Países Andinos
Esta pregunta general se complementa con las siguientes cuatro preguntas en el contexto especifico de la
investigación:
a.¿Cuáles han sido las principales características de los regímenes de tenencia de la tierra de pastoreo en
el altiplano andino?
b.¿Qué cambios y qué puntos coherentes pueden observarse en estos regímenes de tenencia de la tierra a
lo largo del tiempo?
c.¿Cuáles son los principales agentes de cambio en los regímenes de tenencia de la tierra de pastoreo?
d.¿Cuán sostenibles son los actuales regímenes de tenencia de la tierra de pastoreo en el altiplano andino?
Marco analítico
La unidad de análisis de este estudio está conformada por los regímenes que controlan la tenencia de la tierra en
las sociedades pastoriles del altiplano andino, con un enfoque en los 50 años comprendidos entre la puesta en
marcha de la reforma agraria en la década del sesenta y la actualidad. Con el fin de contextualizar este análisis,
hemos seleccionado la provincia de Caylloma (Arequipa) como estudio de caso.
El alcance general de este estudio está enmarcado por la amplia literatura existente sobre los regímenes
de propiedad común a partir de diferentes disciplinas, sobre todo de la economía, las ciencias políticas y la
antropología. Específicamente, este estudio está guiado por el destacado trabajo de Ostrom (1990); Schlager y
Ostrom (1992); Ostrom, Gardner y Walker (1994), y su aproximación institucional para analizar cómo se rigen
las tierras públicas y bajo qué condiciones pueden funcionar de manera eficiente y sostenible.
La siguiente sección contiene (i) definiciones de conceptos clave; (ii) una tipología de los regímenes de tenencia
de la tierra; (iii) una explicación de los métodos usados para analizar los procesos de cambio; y (iv) los criterios
adoptados para la evaluación de las implicancias de los cambios en el manejo sostenible de los recursos.
Conceptos Claves
Los regímenes de tenencia de la tierra son configuraciones institucionales que establecen la relación entre las
personas, como individuos o grupos, con respecto a las tierras. Estas instituciones funcionan sobre la base de un
conjunto de reglas, derechos y deberes. Las reglas son definidas como «prescripciones generalmente acordadas
y reforzadas que requieren, prohíben o permiten acciones específicas para más de un individuo» (Schlager y
Ostrom, 1992). Las reglas generan derechos —entendidos como las determinadas acciones autorizadas— y
deberes concomitantes o responsabilidades asociadas.
Un derecho de propiedad es la facultad que permite emprender determinadas acciones relacionadas con un
dominio específico; en este caso, la tierra. La variedad de derechos de propiedad que pueden ser ejercidos
por diferentes personas o grupos ha originado el concepto de «conjunto de derechos». Este conjunto se
simplifica, generalmente, identificando los derechos de uso, control y transferencia (FAO, 2002). Sin embargo,
esta investigación sigue el esquema conceptual más complejo para presentar los regímenes de derecho de
propiedad propuestos por Schlager y Ostrom (1992), que distinguen entre los diversos tipos de derecho que
podrían tener los usuarios de recursos de uso común.
De acuerdo con Schlager y Ostrom (1992), los individuos participan en ambos niveles de acción, operacional (NO)
y de elección colectiva (NEC), y cada nivel de acción se rige por un reglamento. En lo concerniente a los recursos
de uso común, los niveles operacionales más comunes de derecho de propiedad son «acceso» y «usufructo».
9
La Evolución de los Regímenes de Tenencia Colectiva de Tierras en
Sociedades Pastoriles: Lecciones desde Países Andinos
Las reglas operacionales se cambian por acciones de elección colectiva, las cuales se adoptan dentro de otro
grupo de reglas. Mientras que los derechos operacionales se refieren a la capacidad de ejercer un derecho, los
derechos de elección colectiva se refieren a la capacidad de definir los futuros derechos que se ejercerán. En
otras palabras, los derechos de elección colectiva se refieren a la autoridad de legar futuros derechos de nivel
operacional. En relación con los recursos de uso común, el nivel de elección colectiva incluye los derechos de
manejo, exclusión y alienación. Por un lado, el derecho de manejo autoriza a sus usuarios a idear cómo, cuándo
y dónde se usará un recurso, es decir, a idear los derechos de usufructo de nivel operacional. Por otro lado,
el derecho de exclusión autoriza a sus usuarios a identificar quién accederá a los recursos, o sea, a legar los
derechos de acceso de nivel operacional. El derecho de alienación actúa sobre el nivel de elección colectiva
en sí mismo, y se refiere a la capacidad del titular de transferir (vender o alquilar) los derechos de manejo, de
exclusión o de ambos. En la tabla 1, se puede encontrar un resumen de este conjunto de derechos.
Tabla 1. Conjunto de derechos
Nivel operacional (NO)
Acceso (A)
Usufructo (U)
Manejo (M)
Nivel de elección colectiva
(NEC)
Derecho de ingresar a una propiedad física definida.
Derecho de obtener «productos» de un recurso.
Derecho de regular patrones de uso interno y de transformar el
recurso, implementando mejoras.
Exclusión (E)
Derecho de determinar quién tendrá derechos de acceso, y cómo
transferir ese derecho.
Alienación (Al)
Derecho de vender o arrendar uno o ambos derechos de manejo y
exclusión.
Fuente: Schlager y Ostrom (1992)
Elaboración propia.
Tipología de los Regímenes de tenencia de la tierra
Basados en la definición de Schlager y Ostrom del conjunto de derechos, Villarroel et al. (2014) desarrollaron
un esquema para analizar el uso de las tierras y de los recursos hídricos dentro de un ayllu aimara —una forma
tradicional de organización que rige las decisiones relacionadas con el uso de la tierra regional— en Sajama
(Bolivia). Habiendo identificado que cada uno de estos derechos pueden ser ejercidos sobre una base individual,
familiar o comunal, Villarroel et al. desarrollaron modelos de lo que ellos llaman «manejo territorial local», que
se definen como sistemas de control colectivo y de regulación al acceso individual y colectivo, así como del uso
de los recursos naturales.
Considerando estas tipologías, los regímenes de tenencia de la tierra pueden definirse como sistemas de
control y regulación individuales o colectivos (derechos de nivel de elección colectiva) de acceso y uso de tierras
individuales o colectivos (derechos de nivel operacional). A partir de esta definición, se ha diseñado una matriz
conceptual para que nuestro extienda una tipología de regímenes de tenencia de la tierra que combine ambos
niveles de acción y derecho de tierra sobre una base individual, familiar, comunal o externa. La categoría individual
se refiere específicamente a la unidad doméstica, mientras que familiar se refiere a la familia nuclear (primer
grado) o extendida (segundo grado en adelante). La categoría comunal se refiere a las instituciones formales
que agrupan familias pastoriles, y la categoría externa se refiere a un agente ajeno a la unidad doméstica, a la
familia o a la comunidad, que ejerce su poder sobre ellos; por ejemplo, el propietario de una hacienda.
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La Evolución de los Regímenes de Tenencia Colectiva de Tierras en
Sociedades Pastoriles: Lecciones desde Países Andinos
La matriz que se muestra en la tabla 2 está simplificada y pretende ser un instrumento heurístico para explorar
la variación. Cada régimen de tenencia de la tierra (RTT) puede ser analizado mediante la identificación de los
derechos que contiene, tal como se muestra en la tabla 3 para los tres tipos de RTT. La tabla 3 también advierte que
para determinado RTT es posible que un tipo específico de derecho se comparta entre la familia y la comunidad
(F+C), o que un agente externo (I+E) conceda el derecho de usufructo a una unidad doméstica.
Tabla 2. Tipos de régimen de tenencia de la tierra (RTT)
Derechos de nivel operacional
Derechos de nivel de elección
colectiva
Individual (I)
Individual (I)
Individual/Individual
Familiar (F)
Familiar/Individual
Familiar/Familiar
Comunal (C)
Comunal/Individual
Comunal/Familiar
Comunal/Comunal
Externo (E)
Externo/Individual
Externo/Familiar
Externo/Comunal
Familiar (F)
Comunal (C)
Elaboración propia
Tabla 3. Descripción de los RTT
Regímenes de tenencia de la tierra
Conjunto de derechos
Familiar/Familiar
Comunal/Familiar
Externo/Familiar
Acceso
F
F
F
Usufructo
I
F
I+E
Manejo
F
F+C
E
Exclusión
F
F+C
E
Alienación
F
C
E
Elaboración propia
Análisis del cambio
Usando un método de análisis histórico institucional (Grief, 1998; Mahoney y Thelen, 2010; Thelen, 2003), el
presente estudio intenta identificar los procesos y los agentes de cambio en los regímenes de tenencia de la tierra
de la provincia de Caylloma, en Arequipa. El análisis cubre un período de 50 años, que se remonta a la década
de 1960, cuando se puso en marcha la reforma agraria en el Perú, hasta la actualidad. A fin de contextualizar
estos cambios, el estudio proporciona una breve descripción de los antecedentes históricos para el estudio de
caso, usando información secundaria, como los estudios históricos y etnográficos.
Para analizar los cambios en todos estos años, el esquema temporal se divide en períodos específicos, cada
cual abarca una combinación de regímenes de tenencia de la tierra diferente al anterior. El objetivo es explicar la
lógica detrás de estos cambios institucionales basados en información primaria recopilada a través de métodos
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La Evolución de los Regímenes de Tenencia Colectiva de Tierras en
Sociedades Pastoriles: Lecciones desde Países Andinos
cuantitativos (análisis de datos de censos) y cualitativos (entrevistas semiestructuradas y grupos de discusión),
e información secundaria, específicamente: estudios etnográficos y reportes publicados por el Gobierno del
Perú y organizaciones no gubernamentales (ONG).
Un segundo objetivo es entender los vínculos entre estos cambios mediante la identificación de sus principales
agentes. Adicionalmente, este estudio apunta a entender cómo funcionan estos agentes en combinación, ya
que estos podrían no inducir cambios independientemente uno del otro.
En la tabla 4, se presenta la dinámica de estos cambios y se conecta con una flecha los tipos de regímenes de
tenencia de la tierra encontrados en un período específico con el período subsiguiente. A modo de ejemplo, la
tabla 4 muestra que los regímenes de tenencia de la tierra encontrados en el primer período son C/I y F/F. En el
siguiente período, el régimen de tenencia de la tierra F/F evoluciona simultáneamente en dos diferentes tipos
de regímenes (I/I y C/C), en tanto que el régimen de tenencia de la tierra C/I permanece constante.
Tabla 4. Dinámicas de cambio de los RTT
Nivel de elección
colectiva
Nivel operacional
Individual
Individual
Comunal
I/I
Familiar
Comunal
Familiar
F/F
C/I
C/C
Externo
Elaboración propia.
Tal como se identifica cada dinámica de cambio, la explicación se amplía con la tabla 3, que muestra en detalle
cómo ha sido modificada la base de cada conjunto de derechos.
Evaluación de sostenibilidad
El presente estudio evalúa la sostenibilidad de los regímenes de tenencia de la tierra de pastoreo en términos
institucionales, teniendo en cuenta las implicancias para el manejo de recursos. A fin de evaluar la sostenibilidad
institucional, se identificarán las características institucionales que guían hacia un cambio de régimen. Esta
evaluación se realiza solo para los regímenes de tenencia de la tierra en los 50 años cubiertos por este estudio,
ya que no existe información suficiente para los períodos anteriores.
Metodología para la recopilación de datos
Estudio de caso
Este estudio analiza los regímenes de tenencia de la tierra de las alturas de la provincia de Caylloma, localizada
en la región sur del Perú, en el departamento de Arequipa. Seleccionamos el presente estudio de caso por los
siguientes motivos:
12
La Evolución de los Regímenes de Tenencia Colectiva de Tierras en
Sociedades Pastoriles: Lecciones desde Países Andinos
1. La provincia de Caylloma alberga la más grande población de alpacas del Perú. Esta cifra fue de 312,525
en 2012, lo que representa el 8.48 % del total nacional (IV CENAGRO 3, 2012).
2. Caylloma es la provincia peruana con la mayor extensión de pasturas, esto es un total de 848,761 ha (IV
CENAGRO, 2012).
3. Esta provincia tiene una larga historia de producción pastoril y vínculos con el mercado de exportación de
lana. Por consiguiente, es considerada una de las regiones más importantes para la producción pastoril
en el altiplano andino.
4. Hay información secundaria disponible a partir de algunos estudios etnográficos y técnicos llevados a
cabo en varias comunidades pastoras de esta provincia.
5. Las características territoriales de la provincia de Caylloma no son uniformes, y han existido diferentes
tipos de regímenes de tenencia de la tierra a lo largo del tiempo, que actualmente coexisten. Esto nos
brinda la oportunidad de analizar una variedad de regímenes de tenencia de la tierra en el altiplano y su
coexistencia en diferentes condiciones.
Recopilación de datos
Este estudio sigue principalmente una aproximación cualitativa por dos razones. Primero, se requiere información
cualitativa para captar la lógica detrás del establecimiento y la evolución de los regímenes de tenencia de la
tierra. Segundo, no se cuenta con información estadística suficiente para realizar un sólido análisis cuantitativo.
Como tal, se ha usado la información cuantitativa a partir de fuentes secundarias para contextualizar el estudio
de caso y complementar la información cualitativa recolectada.
Inicialmente, se revisaron más de 50 estudios de sociedades pastoriles de los Andes en Argentina, Chile,
Bolivia, y especialmente del Perú. A la vez, se entrevistaron a cuatro expertos académicos en materia de tierras,
conjuntamente con seis especialistas del gobierno de diferentes divisiones de desarrollo rural y manejo de
ganado dentro del Ministerio de Agricultura del Perú (MINAGRI).
Durante el segundo escenario de recopilación de datos, se llevó a cabo un trabajo de campo de una semana en
Arequipa y en la provincia de Caylloma. En Arequipa, se recopiló información secundaria a partir de las agencias
del gobierno regional, de ONG especialistas en las zonas de pastoreo de Arequipa, dos representantes de las
más importantes empresas exportadoras de fibra, y los líderes de una cooperativa de pastores de la provincia
de Caylloma
En Caylloma, se usaron instrumentos cualitativos para recolectar información primaria. Se completaron hojas
de datos, especificando los tipos de rebaño y las prácticas de manejo de pasturas en 16 unidades domésticas
pastoras. Además, se llevaron a cabo 17 entrevistas semiestructuradas con pastores, se congregaron ocho
grupos de discusión en los distritos de Callalli (2), Caylloma (3) e Imata (3). Toda la información sin referencias
proviene de estas fuentes primarias.
3
Censo Nacional Agropecuario – Perú
13
La Evolución de los Regímenes de Tenencia Colectiva de Tierras en
Sociedades Pastoriles: Lecciones desde Países Andinos
Foto: Alpaca herd in the Andes
Crédito: Practical Action
SÍNTESIS DE EVIDENCIA REGIONAL
El presente documento se enfoca en la altiplanicie de la región central de América del Sur, conocida como altiplano,
que comprenden áreas de Perú, Bolivia, Chile y Argentina (ver el recuadro 1 y la figura 1). La mayor parte de las
sociedades pastoriles de América Latina ha vivido en el altiplano desde tiempos precolombinos, aunque hay
evidencia de la existencia de otras sociedades pastoriles en la región, tales como en el norte de Brasil (Blench,
2001), en la parte este de la cordillera colombiana (Etter y Villa, 2000) y en la cordillera de Mérida, en Venezuela
(Molinillo y Monasterio, 1997). Las comunidades pastoriles del altiplano son comparables con las comunidades
pastoriles tradicionales en otras partes del mundo, ya que se ha mantenido algunos derechos colectivos sobre
los territorios bajo regímenes tradicionales de tenencia de tierras, los cuales han sido desarrollados para
adaptarse a las condiciones semiáridas del entorno y a los cambios globales. Así, las lecciones aprendidas a
partir de las experiencias de las comunidades altiplánicas pueden ayudar a un mejor entendimiento de otras
comunidades pastoriles a lo largo de la región y en todo el mundo.
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La Evolución de los Regímenes de Tenencia Colectiva de Tierras en
Sociedades Pastoriles: Lecciones desde Países Andinos
Recuadro 1. Regiones del Altiplano
• Oeste de Bolivia: La Paz, Cochabamba, Chuquisaca, Oruro, Potosí and Tarija
• Sur del Peru: Puno, Arequipa, Cusco, Moquegua and Tacna
• Norte de Chile: The highlands of the Tarapacá, Antofagasta and Atacama
• Noroeste Argentina: Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca, La Rioja and Santiago del Estero
Fuente: Civallero, 2012; Ministerio del Interior y Transporte de Argentina, No Date; Faúndez & Escobar, 2007.
Descripción del altiplano
Figura 1. Mapa de la región del Altiplano
El altiplano abarca cerca de 250,000 km² y alcanza
los 3500 m s. n. m. La región cuenta, por el oeste, con
enormes montañas de volcanes activos, que miden
entre 5000 y 6000 m s. n. m (Browman, 1983; Gade,
1999). El desierto de Atacama se ubica al sudoeste
de Chile y, por su parte, la región húmeda de la selva
amazónica, hacia el este.
El clima en el altiplano se caracteriza por una
prolongada estación seca, precipitaciones irregulares
y bajas temperaturas con frecuentes heladas, lo que
crea severas limitaciones para la agricultura y como
consecuencia, impide el desarrollo económico (Sumar,
1998). El ecosistema altiplánico puede describirse
como una estepa andina seca en donde predominan
los pastos (Cueto et al., 1985), y donde, según Tosi
(1960), hay dos tipos de vegetación: la maleza
desértica subalpina y tundra húmeda alpina. Se pueden
encontrar tres tipos importantes de pasturas nativas
de diferente calidad: tolares (secos, con brezos bajos),
pajonales (bastante secos, con pastos altos) y bofedales
(húmedos, con pastos y hierbas) (Mocaer, 2006).
Fuente: University of Rochester sitio web ‘Fossils of the Andes’, accedido
el 19 de Marzo 2016
En toda la zona altiplánica, hay marcadas diferencias en cuanto a precipitaciones, lo que distingue al más
húmedo norte del más árido sur. Así, en las regiones del norte se puede encontrar una mayor densidad de
población humana, de poblaciones de animales y cultivos agrícolas de gran altitud, como papas y quinua. Por
el contrario, en el sur, es inusual encontrarse con asentamientos aldeanos, y la población es más dispersa e
itinerante (Gil, 2009).
Actualmente, el altiplano es el hogar de 17 millones de habitantes, la mayoría de ellos vive en Bolivia (40.4 %),
seguido por Argentina (28.9 %), Perú (23.8 %) y en una proporción más pequeña en Chile (6.9 %). Las regiones con
los más altos porcentajes de población son La Paz (39.6 %), en Bolivia; Puno (31.4 %), Cusco (29.0 %) y Arequipa
(28.5 %), en el Perú; Tucumán (29.5 %) y Salta (24.3 %), en Argentina; y Antofagasta (42 %), en Chile.
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La Evolución de los Regímenes de Tenencia Colectiva de Tierras en
Sociedades Pastoriles: Lecciones desde Países Andinos
Con relación a la distribución de la población por área geográfica, la tabla 5, a continuación, muestra que más
del 30.3 % vive en áreas rurales. En particular, algunas zonas pertenecientes al altiplano del Perú y de Bolivia
son el hogar de los más altos porcentajes de población rural, con un 38.4 % y un 37.9 %, respectivamente. Por
el contrario, en Argentina y Chile la población de la región alta vive principalmente en áreas urbanas. Este
panorama está cambiando constantemente, debido a la permanente migración de adultos en edad laboral hacia
áreas urbanas en las últimas décadas (Mocaer, 2006).
Tabla 5. Población del altiplano, por área geográfica
País
Población urbana
%
Población rural
%
Argentina
3,981,292
81.06
930,120
18.94
Bolivia
4,265,862
62.10
2,603,788
37.90
Chile
1,118,303
95.02
58,611
4.98
Perú
2,490,007
61.60
1,552,454
38.40
Total
11,855,464
69.74
5,144,973
30.26
Elaboración propia
Fuentes: INDEC Argentina, 2010; INE Bolivia, 2012; INE Chile, 2002; INEI Perú, 2007.
Este territorio alberga una considerable población indígena, estimada en 6,277,106 habitantes, lo que representa
el 36.9 % de la población total del altiplano, como se observa en la tabla 6. Sin embargo, la población indígena
es considerable solo en Bolivia y en el Perú, ya que representa el 52.8 % y el 59.4 %, respectivamente, de la
población total del altiplano. Estas cifras son solo un estimado porque la definición de «población indígena»
varía entre países.
Tabla 6. Población nativa en el altiplano
País
Argentina
Bolivia
(2)
Chile (3)
Perú
(4)
Total
(1)
Población indígena
%
173,436
3.53
3,624,358
52.76
79,857
6.79
2,399,455
59.36
6,277,106
36.92
Elaboración propia
(1)
Se considera población indígena a las personas que se reconocen como descendientes de indígenas o personas que pertenecen a un grupo reconocido
oficialmente como indígena o comunidad nativa. Fuente: INDEC, 2010.
(2)
Cualquier individuo perteneciente a cualquiera de las comunidades indígenas o nativas. Fuente: INE Bolivia, 2001.
(3)
Cualquier individuo perteneciente a cualquiera de las comunidades indígenas o nativas. Fuente: INE Chile, 2002.
(4)
En el Perú, la población indígena es considerada como el grupo de personas que vive en una unidad doméstica, cuyo líder es un hablante nativo de
algún idioma indígena, como el quechua, el aimara o cualquier otro. Fuente: INEI, 2007.
16
La Evolución de los Regímenes de Tenencia Colectiva de Tierras en
Sociedades Pastoriles: Lecciones desde Países Andinos
La mayor parte de los sistemas de producción en el altiplano son mixtos: cultivo y ganado. El ganado juega un
papel importante en la sostenibilidad de estos sistemas de producción heterogéneos porque —en comparación
con los cultivos— es menos susceptible a los ampliamente conocidos riesgos climáticos. Además, los animales
representan el principal activo económico y de trabajo como fondo de capital, una importante fuente de alimento,
tracción, fertilización, y como medio de transporte para relacionarse con los mercados locales. En consecuencia,
la principal fuente de recursos para las familias que viven en el altiplano es el pastoralismo con rebaños mixtos:
camélidos sudamericanos, ovejas, vacunos y caprinos (Kuznar, 1991). Aun cuando algunas familias puedan
criar diferentes especies de ganado, cultivar la tierra y producir lácteos, los habitantes de las zonas más altas
solo pueden depender del pastoreo de camélidos.
Los camélidos se encuentran en todos los países del altiplano. Como se muestra en la tabla 7 abajo. Los animales
domesticados (llamas y alpacas) superan ampliamente en número a las especies salvajes, tales como vicuñas y
guanacos. Comparando estas cifras con aquellas estimadas por el censo de camélidos de 1990 (para Argentina y
Perú) y de 1989 (para Bolivia y Chile), se puede advertir que el total de la población de alpacas se ha incrementado
en 34.4 %; llamas, en 30.2 %; vicuñas, en 135.1 % y guanacos, en 10.3 %. El incremento en las poblaciones de
camélidos silvestres está relacionado con las mejoras en las políticas de conservación (tales como la creación
de reservas naturales y prohibiciones de cacería) aplicadas como respuesta a la peligrosa reducción numérica
durante la década del sesenta, debido a la caza indiscriminada para la obtención de fibra y la liberalización de
pasturas (en áreas donde los camélidos coexistían con otro ganado) (Lichtenstein, 2009).
Tabla 7. Población estimada de dos especies silvestres y dos especies domesticadas de camélidos en el Perú, Bolivia, Chile y Argentina
País
Argentina
Camélidos sudamericanos
Alpaca
less than 1,000
Llama
(1)
161,402
Vicuña
(2)
127,072
Guanaco
(3)
401,612(4)
Bolivia
373,907 (5)
2,628,091(5)
112,250 (6)
54(7)
Chile
26,147 (8)
48,989 (8)
27,921 (9)
27,150 (9)
Perú
3,685,516 (10)
1,192,953 (10)
208,899 (11)
3,810 (12)
Elaboración propia
(1)
Subsecretaría de Ganadería de Argentina, 2008.
(2)
INDEC, 2002.
(3)
Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Argentina, 2008.
(4)
Estimación de la densidad de guanacos en la Patagonia (Amaya et al., 2001).
(5)
INE, 2008.
(6)
Censo Nacional de Vicuñas, 2009 (Maydama, 2012).
(7)
Scherf, 1997.
(8)
INDEC, 2008.
(9)
Parraguez et al., 2004. (Quispe et al., 2009).
(10)
INEI, 2012.
(11)
MINAGRI, 2012.
(12)
Censo Nacional de Guanacos (CONACS), 1996 (INEI, 2014).
En el altiplano, las condiciones de vida de los pastores son más que precarias. Los recursos naturales se
ven, a menudo, perjudicados por la sobrexplotación, particularmente por el sobrepastoreo, y una decreciente
población de animales por familia evita que estos alcancen los medios necesarios para su subsistencia
(Yeckting, 2008). Otro aspecto desfavorable al que se enfrentan estas familias es el creciente fenómeno
climático de sequía y heladas. Una vez más en este contexto, un creciente número de pastores está tratando
de proveer mejores condiciones de vida a sus familias más allá de sus comunidades; esto es, en pueblos
cercanos y en las ciudades, adonde migran de manera temporal o permanente en busca de más ingresos y
de una mejor educación.
17
La Evolución de los Regímenes de Tenencia Colectiva de Tierras en
Sociedades Pastoriles: Lecciones desde Países Andinos
Foto: Peruvian Andes
Crédito: Practical Action
Sociedades pastoriles en el altiplano andino
El pastoralismo en América del Sur ha estado prácticamente ignorado hasta la década del sesenta, ya que
se creía que este sistema de producción solo podía encontrarse en el Viejo Mundo. Si bien hoy se sabe que el
pastoralismo sudamericano es extremadamente antiguo (Rick, 1980), en comparación con otras regiones, las
publicaciones sobre el pastoralismo andino son escasas.
En América del Sur, el pastoralismo se concentra en las regiones semiáridas de los Andes, entre los 3700 y los
5000 m s. n. m. Pueden identificarse dos grandes zonas donde se realiza esta práctica: i) los Andes centrales,
que incluyen el altiplano central y sur del Perú, y el altiplano boliviano; y ii) los Andes del sur, que abarcan el
norte de Chile y el noroeste de Argentina (Westreicher et al., 2006) 4.
También hay otro tipo de pastoralismo en el centro-norte de Chile y el sur de Argentina. Sin embargo, estas áreas no pueden ser consideradas como altiplano por
razones geográficas. Además, en dichos lugares, los pastores crían diferentes especies animales, especialmente cabras y ovejas.
4
18
La Evolución de los Regímenes de Tenencia Colectiva de Tierras en
Sociedades Pastoriles: Lecciones desde Países Andinos
Una breve historia del pastoralismo andino
El trabajo pionero de Flores Ochoa (1968) y Nachtigall (1966) terminó con el mito de que exclusivamente las
sociedades pastoriles andinas no existían. De la misma manera, las investigaciones históricas y arqueológicas
(Rick, 1980) han demostrado que el pastoreo contemporáneo era un eco de una cultura nativa estrechamente
ligada con la crianza de camélidos, y no meramente un préstamo cultural de las tradiciones europeas. En
efecto, las tierras altoandinas son reconocidas como uno de los más importantes centros de domesticación de
mamíferos en el mundo (Browman, 1989; Mengoni y Yacobaccio, 2006). Los habitantes oriundos de los Andes
domesticaron la vicuña y el guanaco (hace 5000 y 7000 años respectivamente), y posteriormente desarrollaron
la llama y la alpaca a partir de estas especies mediante la crianza selectiva.
El altiplano presenta una gran variedad étnica y lingüística. Sus habitantes fueron conquistados por los incas,
probablemente unas décadas antes de la llegada de los españoles (Pärssinen, 2003). Durante el dominio inca,
las comunidades pastoriles del altiplano se vieron obligadas a designar rebaños para el inca y para el dios Sol,
así como para personas de linaje especial e individuos importantes. Estos animales fueron utilizados para la
obtención de lana y carne, como medio de transporte y con fines militares. Las conquistas sucesivas y guerras
civiles afectaron dramáticamente a los habitantes de la región, lo que tuvo como resultado una considerable
migración de la población y su reubicación (Gil, 2009).
Con la incorporación de los Andes al imperio español, las regiones donde habitaron los pastores, se convirtieron
en importantes centros económicos y de actividad política y, las poblaciones pastoras llegaron a ser agentes
económicos indispensables (Gil, 2009). Fue en el altiplano adonde se llevó la principal actividad económica de
los conquistadores: la minería. Los dos nuevos centros mineros —uno en las zonas centrales altoandinas del
Perú y el otro en el altiplano— no solo dependieron de las poblaciones de ganado para trabajar en los socavones
de las minas y transportar minerales y otras provisiones desde las zonas mineras y hacia estas, sino también
para la producción de lana. Con el establecimiento de las minas, llegó la fundación de ciudades y pueblos en
donde residían las autoridades coloniales. Estas ciudades también dependían de los pastores para transportar
muchas de sus provisiones y comida. Incluso posterior a la declinación de la producción minera, estos centros
urbanos continuaron dependiendo de los productores indígenas, ya que las caravanas de pastores seguían
proporcionando los principales medios de transporte hasta el siglo XX.
El período republicano temprano se caracteriza por el desarrollo y la expansión de territorios privados conocidos
como haciendas. En un contexto donde las tierras indígenas carecían de cualquier reconocimiento institucional
formal, el incremento de la demanda sobre la tierra causado por la intensificación del crecimiento de la población
y la expansión del mercado resultó en el retroceso de los territorios indígenas en beneficio de las familias criollas5.
En lo que hoy en día son las regiones altas del Perú y el altiplano boliviano, esta expansión fue conducida por
el importante paso firme en el desarrollo de la fibra de alpaca para la exportación. Este mercado emergió por
primera vez en 1834, se consolidó durante el siglo XIX y se mantuvo como un importante sector productivo del
sur peruano hasta 1960 (Flores Galindo, 1993 [1977]; Thorp y Bertram, 1985) 6. En este sector, la usurpación
de haciendas dentro de territorio indígena fue elegida como principal estrategia para responder a la creciente
demanda antes que invertir en transformación tecnológica. A diferencia de otras industrias, tales como la
producción de la caña de azúcar en el norte del Perú, la expansión de este capital comercial no condujo a una
modernización de la producción de ganado ni a la transformación de relaciones de producción. Por el contrario, su
expansión reforzó una baja productividad y un bajo régimen de rentabilidad de la tierra además de la explotación
de la mano de obra denominada gamonalismo (Valdivia, 2013; Yepes, 1979; Thorp y Bertram, 1985).
5
Este proceso fue incluso más agresivo durante el primer siglo de la república, ya que la tierra indígena la tierra no fue oficialmente reconocida hasta 1925 (Sendón, 2008).
En Bolivia, el sistema del mercado de la lana parece haber desarrollado, como un adjunto, al sistema peruano del sur. Por consiguiente, no había centro económico
—como lo era Arequipa— desarrollado en torno al mercado de la lana en Bolivia.
6
19
La Evolución de los Regímenes de Tenencia Colectiva de Tierras en
Sociedades Pastoriles: Lecciones desde Países Andinos
A mediados del siglo XX, las áreas rurales se vieron profundamente transformadas por una ola de reformas
agrarias implementadas en toda la región. En el altiplano, todos los países excepto Argentina lanzaron reformas
agrarias como política gubernamental durante la década del cincuenta y del sesenta. Según algunos autores
(Browman, 1982 y 1984; Gómez, 1977; Mejía, 1977), a pesar de sus características «modernizadoras», el modelo
de producción propuesto por las reformas no cambió las fuerzas fundamentales de la estructura de la agricultura,
y las relaciones sociales de producción persistieron, o en otras palabras, el estado suplantó al hacendado. En el
Perú y Bolivia, esta situación llevó al colapso de los modelos de producción propuestos y a sucesivas invasiones
de tierras desde 1977. En el frente social, no obstante, las reformas habían significado impactos más allá de la
redistribución de la tierra, tales como proporcionar oficial legitimidad a las formas tradicionales de organización
social y política en el Perú y Bolivia, por ejemplo, comunidades campesinas y ayllus.
Hasta la década del noventa, los gobiernos del Perú y Bolivia se enfocaron en implementar políticas de
proteccionismo para el sector de la fibra. Por ejemplo, durante la década del setenta, ambos gobiernos trataron
de intervenir en el mercado de la lana mediante la creación de propiedades sociales, en el caso del Perú, y una
empresa nacional en el caso de Bolivia, a fin de comprar la lana y mejorar el precio. Aunque débiles e inefectivas,
las políticas implementadas en estos dos países trascendieron considerablemente lo que se había desarrollado
en Chile y Argentina. Luego de la década del noventa, el acercamiento de las políticas de gobierno hacia las
sociedades pastoriles cambió. Con el advenimiento de la era neoliberal, se abandonó el enfoque de implementar
políticas para impulsar las capacidades productivas. En su lugar, como explica Valdivia (2013), los espacios de
pastoreo dejaron de considerarse como parte de una política de desarrollo de la agricultura. Actualmente se
incluyen en programas de alivio a la pobreza.
Producción y economía del pastoralismo
El pastoralismo andino representa una adaptación cultural de las condiciones ecológicas del altiplano, un
ecosistema de tierras semiáridas de pastizales que puede dar alimento a animales y que aun no está bien
adecuado para la agricultura (Browman, 1974; Flores Ochoa, 1975). Este proceso de adaptación está marcado
por un desarrollo técnico limitado y por una alta dependencia del forraje, por lo cual los ganaderos de camélidos
andinos son considerados pastores antes que criadores (Charbonneau, 2009).
El sistema del pastoralismo se basa en una estrategia interdependiente de doble enfoque: especialización y
articulación (Flores Ochoa, 1975; Browman 1974; Custred, 1977). La estrategia principal consiste en maximizar
los escasos recursos energéticos mediante la alimentación de los animales. Los pastores han desarrollado
conocimientos y tecnologías específicas para el cuidado de sus animales, a fin de usar su fibra, carne, pieles,
guano, etc. Esto esta ligado a la segunda estrategia, la cual involucra lazos económicos con valles agrícolas para
obtener otros productos, principalmente alimentos. Esta estrategia se logra 1) por medio del control directo
de los valles agrícolas, siguiendo un principio de verticalidad que se encuentra en las sociedades de montaña
y descrito por Mura (1975) como «el control vertical de un máximo de pisos ecológicos»; o 2) a través de la
participación en sistemas no mercantiles o sistemas de mercado de intercambio. Son estos lazos interzonales
los que permiten a los pastores residir permanentemente en estas regiones altas de la montaña 7.
Ambas estrategias requieren un alto grado de movilidad, considerado por muchos autores como el principio
estructural alrededor del cual se organizan las familias pastoriles (Custrid, 1977; Carbonea, 2009; Medinaceli,
2005; Lanita y Valdivia, 2009). Por lo tanto, se han identificado dos tipos de movilidad: 1) movilidad para la
producción; y 2) movilidad para el intercambio. Ambos son integrados en un patrón de usos de recursos
7
En palabras de Custred (1977): «la estrategia primaria del modo de subsistencia de los pastores tiene que ser definida como comercio de pastoreo».
20
La Evolución de los Regímenes de Tenencia Colectiva de Tierras en
Sociedades Pastoriles: Lecciones desde Países Andinos
conformados por cambios estacionales según la disponibilidad de pasturas, del mismo modo que ciclos diarios
y anuales en el manejo de rebaños.
La movilidad para la producción se refiere a lo que la mayoría de autores denomina trashumancia. Ya que el
pastoralismo es un modo extensivo de producción basado en el forraje natural, los pastores se trasladan con
sus rebaños guiados por la disponibilidad estacional y la calidad del agua y de las pasturas.
La movilidad para el intercambio se refiere —como algunos autores lo entienden— a la movilidad del intercambio
interzonal (Flores Ochoa, 1975; Custrid, 1977; Medinaceli, 2005). Los pastores emprenden viajes de largos
(más de un mes) y viajes cortos (1-3 días) hacia los valles agrícolas para intercambiar productos por medio de
trueque y, en menor medida, por dinero. Estos viajes pueden ser categorizados de acuerdo con su propósito
(Concha, 1975). El primer tipo de viaje es de tipo preliminar, el cual permite a los pastores adquirir productos
específicos (tales como sal, hojas de coca, alcohol, pimienta y frutas) que posteriormente serán intercambiados
en comunidades agrícolas en las que son más apreciados.
El segundo tipo de viaje es de intercambio principal hacia las comunidades que se encuentran localizadas a
mediana y gran altura, donde se producen maíz, papas y chuño (papa seca), alimentos esenciales sobre los cuales
depende su subsistencia para todo el año. Estos productos son intercambiados para la propia producción pastoril
(fibra, carne fresca y carne seca, cuero) del mismo modo que los artículos adquiridos en sus viajes previos. Por
medio de los viajes elementales de intercambio, los pastores juegan un rol vital como intermediarios sociales
y económicos, enlazando una región con otra y facilitando no solo la transferencia de productos sino también
el intercambio de información entre las regiones altas y las regiones más bajas (Gómez, 1977; Lanita y Valdivia,
2009; Medinaceli, 2005). Ellos son «los tejedores del espacio» como los llaman Lanita y Valdivia (2009).
Su participación en el sistema de intercambio interzonal implica que los pastores están solo parcialmente
ligados al mercado (Valdivia, 2013). Esto quiere decir que solo algunos de los ingresos requeridos por los
pastores provienen del mercado, con otros elementos provenientes de su sistema de intercambio no mercantil.
Consecuentemente, como los pastores participan simultáneamente en dos esferas económicas, se puede decir
que las estrategias de su modo de vida están doblemente determinadas (Golpe y De la Cadena, 1983). Muchos
autores resaltan la actual participación de pastores en el sistema de trueque, como un medio para acceder a
artículos que de otra manera no podrían solventarse, garantizando por este medio estabilidad y bajo riesgo
(Casaverde, 1977). En otras palabras, a pesar de la expansión del mercado capitalista de fibra, los pastores han
continuado manteniendo el sistema de trueque como un medio para su propia conveniencia. De hecho, Valdivia
(2013) cree que la expansión del mercado capitalista de fibra ha sido posible en parte gracias a la participación
de los pastores en otras esferas económicas.
Los patrones de movilidad también influyen en las formas de organización social pastoril. Primero, los modos
extensivos de producción están asociados con patrones dispersos de asentamiento. Segundo, dado que la
trashumancia responde a la estratificación vertical de los recursos según la altitud (Gil, Jon y Chitan, 2009),
la movilidad también está ligada a la estrategia de las familias pastoriles de residencia múltiple, a fin de
maximizar el acceso a los recursos. Los patrones de asentamiento disperso y de múltiple residencia han dado
como resultado la ausencia de aldeas pastoriles. Este contexto deja a la familia como unidad económica y
social básica y, a la vez, como una organización social predominantemente basada en lazos de parentesco más
que de pertenencia individual a un grupo político más grande, tales como una comunidad o una parcialidad
(Custred, 1977; Charbonneau, 2009). Además, las modalidades de la movilidad para el intercambio determinan
el abastecimiento diferenciado de mano de obra durante el año, concentrado en los meses de diciembre y
enero, cuando se realizan las labores productivas, como la crianza controlada, esquila, curación de la sarna y
prevención de diarreas.
21
La Evolución de los Regímenes de Tenencia Colectiva de Tierras en
Sociedades Pastoriles: Lecciones desde Países Andinos
Regímenes de tenencia de la tierra en el altiplano andino
Con los recursos desigualmente distribuidos en el territorio y con las diferentes demandas y necesidades dentro
de cada rebaño (que varían según cada especie animal, crianza y sexo), hay una necesidad definida para que los
pastores tengan acceso a los diversos pastizales a lo largo de todo el año, como una estrategia que garantiza
la autosuficiencia y como herramienta de manejo de riesgos climáticos (Villarroel et al., 2014). Esta necesidad
está satisfecha por la rotación a través de varios fundos durante el ciclo anual. El acceso a estos fundos está
garantizado por una combinación de derechos de propiedad individual, familiar y colectivos, o lo que la literatura
refiere como sistemas mixtos (Villarroel et al., 2014).
Dentro de los sistemas de derecho de propiedad mixta, las reglas que rigen el acceso a las pasturas, a la
propiedad y a la herencia responden a una compleja interacción entre la lógica individual, familiar y comunal.
La literatura sugiere que en estos sistemas mixtos, los derechos individuales predominan para la propiedad y
el manejo de los rebaños; los derechos basados en la familia son determinantes para mediar accesos (Sendón,
2008; Casaverde, 1985; Postigo, Young y Crews, 2008); mientras que los derechos basados en la comunidad
desempeñan un papel central en la administración de recursos y rebaños (Browman, 1974).
La base de solidaridad por parentesco en las sociedades pastoriles es la relación entre hermanos; así, los
derechos de acceso, uso y control de la tierra se distribuyen entre ellos. Los hermanos y sus familias nucleares
forman grupos corporados que comparten el acceso común a una porción específica de tierras. En algunos
casos, estos grupos corporados consisten en más de dos generaciones de adultos (familiares de segundo
grado). Cada fundo tiene un conjunto de socios («tenencia condominial» en palabras de Casaverde [1985]) y, en
consecuencia, cada pastor tiene derechos sobre varios fundos dentro de su comunidad. Incluso en el caso de
fundos privados, el derecho de acceso y uso es compartido por una larga cadena de grupos con cierto parentesco
(Casaverde, 1985; Valderrama, 2012).
Este sistema permite el acceso colectivo a diferentes tipos de pastizales y al mismo tiempo evita la fragmentación
de la tierra. Estas dos características son centrales para la sostenibilidad del modo extensivo de producción
practicado por los pastores. Aun, para mantener el balance, el sistema necesita controlar la presión sobre
la tierra. Esto se logra restringiendo la transferencia de los derechos de acceso, el tiempo de acceso y el uso
concedido a cada socio.
La primera estrategia está estrechamente ligada al principio patrilineal. Los derechos de acceso a la tierra
son principalmente transferidos por herencia o matrimonio. Sin embargo, para mantener la unidad productiva
de las pasturas (y algunas veces incluso de los rebaños), los derechos de acceso se otorgan únicamente a los
herederos hombres, mientras que el acceso femenino a la tierra se da mediante el matrimonio. En algunas
comunidades pastoriles, la herencia es incluso más restringida en donde solo un hijo, usualmente el más joven,
heredará los derechos de acceso (propiedades en diferentes fundos) del padre. Al mismo tiempo, el principio
patrilineal dicta acceso a los pastizales de acuerdo a su calidad. El acceso a territorios no irrigados está abierto,
en primer grado, a los familiares consanguíneos o por matrimonio, mientras que el acceso a los pastizales
irrigados —o bofedales— está restringido a familiares de sangre de descendencia patrilineal. Así, los bofedales
vienen a estar asociados a una familia específica. A pesar de esto, restringir el acceso no es suficiente para
evitar el sobrepastoreo.
Ya que mantener la unidad productiva de la tierra es una prioridad, los pastores fragmentan el tiempo de acceso y
uso a una específica parcela, en lugar de dividir el espacio de la parcela en sí mismo (fragmentación en el tiempo
en lugar de fragmentar la tierra). Por esta razón, Valderrama (2012) los denomina «parceleros del tiempo». A
fin de mantener el balance de este sistema, existe una figura central de autoridad llamada kapaqkamachiq o
titular (Valderrama, 2012) —usualmente el mayor de los socios— responsable de monitorear el cumplimiento
de las reglas, definir sanciones graduales por el no cumplimiento y mediar en los conflictos entre usuarios de
los recursos.
22
La Evolución de los Regímenes de Tenencia Colectiva de Tierras en
Sociedades Pastoriles: Lecciones desde Países Andinos
Finalmente, la comunidad juega un papel fundamental en la administración de recursos para evitar el
sobrepastoreo. Primero, la comunidad puede tener un voto en el manejo de rebaños, por ejemplo, mediante el
establecimiento de una cota en la cantidad absoluta de animales o sobre los animales que cada familia puede
poseer. Si una familia tiene un excedente de animales y decide no venderlos, tendrá que comprar derechos de
pastoreo a los vecinos con cuotas menores. El control comunitario puede ser también impuesto sobre el tiempo
(meses, semanas o incluso horas al día) de pastoreo permitido para cada familia. Segundo, la comunidad también
ejerce cierto grado de control sobre el acceso a las tierras de las familias. Por ejemplo, en algunas comunidades,
los propietarios de ganado tienen que pagar a la comunidad un tipo de renta para tener el derecho de usar
las pasturas de la comunidad, conocido como derecho de herbaje (Postigo et al., 2008). Cuando la comunidad
es el propietario privado de la tierra, los derechos de intercambio y de alienación también se restringen a las
familias. Así, si el jefe de la unidad doméstica quiere alquilar o vender su parcela, la comunidad puede imponer
restricciones sobre el perfil del comprador (por ejemplo, puede ser únicamente otro miembro de la comunidad
o comunero) y tiene que aprobarse colectivamente esta decisión en una asamblea general.
Regímenes de tenencia de la tierra pastoril andina
Para caracterizar la tipología de los regímenes de tenencia de la tierra encontrados en las sociedades
pastoriles andinas, el presente estudio emplea el repertorio de conceptos propuesto en la sección
de metodología, basados en una revisión sistemática de la literatura. La tabla 8 muestra los tipos de
regímenes de tenencia de la tierra que pueden ser encontrados en las sociedades pastoriles andinas.
Tabla 8. Tipos de Regímenes de tenencia de la tierra en sociedades pastoriles andinas
Derechos de nivel operativo
Derechos de nivel de elección
colectiva
Individual (I)
Individual (I)
I/I Individual
Familiar (F)
Familiar (F)
Comunitario (C)
F/F Condominial
Comunitario (C)
C/I Comunal fragmentado
C/F Condominial comunal
Externo (E)
C/C Comunal
E/F Condominial externo
Elaboración propia
Tabla 9. Descripción del RTT entre las sociedades pastoriles andinas
Regímenes de tenencia de la tierra
Conjunto de
derechos
I/I Individual
Comunal
Fragmentado
F/F
Condominial
C/F
Condominial
Comunal
E/F
Condominial
Externo
C/C Comunal
Acceso
I
I
F
F
F
C
Usufructo
I
I
I
F
I+E
I+C
Manejo
I
I
F
FoC
F+E
C
Exclusión
I
I
F
FoC
E
C
Alienación
I
C
C
C
E
C
Elaboración propia
23
La Evolución de los Regímenes de Tenencia Colectiva de Tierras en
Sociedades Pastoriles: Lecciones desde Países Andinos
En el primer régimen de tenencia de tierras, Individual (I/I), ambos derechos en el nivel operacional y en el nivel de
elección colectiva son ejercidos por la unidad doméstica. Si un individuo posee todo un conjunto de derechos, se le
considera —de acuerdo al esquema conceptual de Schlager y Ostrom (1992)— «propietario». Por lo general, este
modelo se asocia con la existencia de propiedad privada individual. Se parece al régimen general de tenencia de tierras
de Argentina (Göbel, 2002), aunque también puede encontrarse en otros países andinos con territorios pastoriles.
En el segundo régimen, Comunal Fragmentado (C/I), un propietario tiene derechos de acceso, usufructo, manejo y
exclusión. Sin embargo, la comunidad retiene el derecho de alienación; esto quiere decir que el propietario no puede
vender ni alquilar los derechos de manejo o exclusión. Este modelo puede ser encontrado en aquellas comunidades
en donde la tierra ha sido parcelada, incluso los comuneros no pueden alquilar ni vender sus terrenos a quienes
no son miembros de su comunidad. Este modelo puede observarse en Chile, Bolivia y, en menor medida, en el Perú.
El condominio es otra categoría relacionada con los grupos pastoriles de Arequipa (Perú), que se
refiere al sistema de acceso colectivo familiar y, al mismo tiempo, al fundo al que varios socios tienen
acceso. Este documento se refiere a este concepto para describir el tercer régimen de tenencia de
tierras (F/F). En este modelo, los derechos de acceso, manejo, exclusión y alienación residen con la
familia (nuclear o extendida) mientras que el derecho de usufructo lo conserva la unidad doméstica.
El régimen condominial comunal (C/F) se refiere a la tenencia de tierras donde el acceso al territorio reside en
la familia (nuclear o extendida), mientras que los derechos de usufructo son ejercidos por la unidad doméstica.
Sin embargo, en contraste con el modelo F/F, y dependiendo del caso específico, el nivel de derechos de
elección colectiva de manejo y exclusión son compartidos por la familia y la comunidad. Así, por ejemplo, la
comunidad puede tener el derecho para tomar decisiones asociadas con el manejo familiar del rebaño tal
como establecer el máximo de animales que poseen. En otros casos, los miembros de la comunidad ganan
su derecho a usar las pasturas comunales mediante una renta de pago anual a la comunidad, y su derecho de
acceso y uso debe renovarse continuamente mediante la participación en labores colectivas. La comunidad
tiene el poder de legitimar los derechos de sus miembros a usar las pasturas comunales o excluirlos de su
uso si se considera que han cometido una falta. Este modelo puede encontrarse en aquellos lugares donde
el institucionalismo comunal tiene una larga presencia histórica, como Ayacucho, Cusco y Puno, en el Perú.
Bajo el quinto régimen, Condominial Externo (E/F), el derecho de acceso de la familia es mediado por un
agente externo. De manera similar, los derechos de usufructo no son exclusivos de la unidad doméstica.
Los derechos de elección colectiva están bajo el control del agente externo. Este tipo de manejo local de
la tierra fue encontrado bajo el régimen de hacienda. Luego de la expansión de las haciendas dentro de
los territorios indígenas, los pastores mantuvieron acceso al territorio de la hacienda a cambio de mano
de obra (no remunerada), que incluía el cuidado de los ejemplares animales del propietario de la hacienda.
Finalmente, bajo el régimen Comunal (C/C) la comunidad tiene un grado de control sobre los derechos
de nivel operacional (acceso y usufructo), y control exclusivo sobre los derechos de nivel de elección
colectiva (manejo, exclusión y alienación). Este modelo puede encontrarse en las empresas establecidas
durante la reforma agraria en el Perú, lo cual apuntó a crear formas asociativas de producción, a saber
las Sociedades Agrícolas de Interés Social o SAIS, y las Cooperativas Agrícolas de Producción o CAP8.
La principal diferencia entre las dos consiste en su diseño institucional. Las CAP fueron formadas por un número de miembros que tenían igual participación en las
ganancias. Las SAIS, por su parte, emplearon un modelo mixto que podía incluir personas naturales o jurídicas como miembros con distintas responsabilidades y
derechos. Por ejemplo, algunas comunidades campesinas podían ser miembros de las SAIS y, según su rol productivo, podían tener una parte de las ganancias sin tener
que participar en tareas productivas (Sánchez y Lovón, 1991). Browman (1983) describe las SAIS como «una forma de compromiso entre derechos cooperativos totales
como las CAP y el sistema de propiedad anterior». Las haciendas ganaderas de las tierras altas habían sido rodeadas por comunidades pastoriles semiautónomas.
Los hacendados se apoyaron en estas comunidades por sus necesidades estacionales de mano de obra, y les permitieron a cambio pacer su ganado en una parte
de los territorios de la hacienda. Las SAIS eran una clase especial de cooperativa para unirse a estos dos grupos disparejos, con un concejo de gobierno formado por
representantes de las comunidades circundantes, los empleados de pastoreo de tiempo completo (los antiguos empleados de las haciendas) o socios, y los técnicos
del gobierno, además del personal de gestión de las SAIS».
8
24
La Evolución de los Regímenes de Tenencia Colectiva de Tierras en
Sociedades Pastoriles: Lecciones desde Países Andinos
Tendencias generales de cambio
Ya que este documento se enfoca en explicar los cambios en los regímenes locales de tenencia de la tierra,
es necesario presentar brevemente las tendencias generales de cambio encontradas en las sociedades
pastoriles andinas como se identifica en la literatura previa. Esta sección logra tal objetivo señalando los agentes
medioambientales, económicos, sociales, estatales e institucionales de estas tendencias.
Primero, varios autores identifican un importante cambio en el sistema productivo pastoril. El uso extensivo
de la tierra trae una más alta productividad de mano de obra y permanece en el lugar tanto como la provisión
de recursos dentro de un territorio particular (productividad de la tierra) lo permite. Algunos autores sugieren
que el desbalance entre la productividad de la tierra y la productividad de la mano de obra podría ser una razón
importante por la que han persistido los sistemas pastoriles (Gil et al., 2009). No obstante, la literatura sugiere que
los procesos de intensificación del uso de la tierra están tomando lugar como resultado de la presión demográfica
y el crecimiento numérico del ganado; una situación que se ve empeorada por la disminución de la disponibilidad
y de la calidad de recursos, principalmente el agua y las pasturas. Valdivia (2013) sugiere que las sociedades
pastoriles han alcanzado los límites de sostenibilidad de sus modos de producción. De manera similar, Villarroel
et al. (2014) sostienen que estas condiciones han guiado hacia una crisis de sostenibilidad, lo que trajo consigo la
caída de la productividad del ganado.
Esta situación empuja a las familias a buscar nuevas estrategias productivas. Una de ellas es la incorporación de
producción de forraje para complementar la alimentación del ganado durante la temporada seca. Otra estrategia es
generar nuevas fuentes de ingreso, principalmente a través de la venta de mano de obra. Esta diversificación agrava
una reducción general en la disponibilidad de mano de obra para labores productivas asociadas con el pastoreo.
Así, algunas comunidades pastoriles (o familias) han recurrido a reestructurar o a formular nuevos arreglos
para el acceso y el uso de las tierras, que requieren menos mano de obra familiar. Por ejemplo, la delimitación de
territorios pastoriles e incluso el cercado de recursos priorizados, tales como los bofedales (Villarroel et al., 2014).
Una segunda tendencia de cambio indicada por la literatura es la disminución de la importancia de la movilidad, a
menudo mencionada como la característica que define a las sociedades pastoriles (Concha, 1975; Charbonneau,
2009; Göbel, 1998). Esto es a la vez un resultado directo e indirecto de los cambios en las relaciones económicas
producidas por la expansión de la economía de mercado. Primero, la multiplicación de caminos no pavimentados
y la popularización de los vehículos motorizados han transformado la direccionalidad de los viajes de intercambio
desde viajes exclusivamente de descenso, lo que quiere decir que los pastores descienden a tierras más bajas
para acceder a los productos hasta la creciente importancia de viajes de ascenso, en los que los comerciantes de
las zonas más bajas del valle organizan ferias semanales en las zonas más altas. Segundo, el crecimiento de los
centros urbanos incrementa la demanda de productos agrícolas. Esto estimula la incorporación de agricultores
en la economía de mercado, agregando valor económico a sus productos y dándoles acceso al dinero necesario
para participar en el mercado. Esto implica una reducción gradual en la importancia económica del intercambio
interzonal, la base de la interdependencia entre las economías agrícola y pastoril (Concha, 1975). Como consecuencia,
el área geográfica cubierta por los pastores en el viaje se reduce cada año, ya que su rol económico es reemplazado
por otros comerciantes, o sus productos están en menor demanda en la costa o los agricultores andinos, quienes,
en cambio, incrementan el valor de su propia producción —ajustando el trueque a su equivalente de mercado— lo
que provoca que no pueda ser solventado por los pastores. La reducción de la movilidad esta acompañada por un
aumento en los procesos de sedentarización fuera de los fundos o estancias (ranchos), los cuales han dado paso a
la creación de nuevos centros urbanos alrededor de espacios de producción pastoril. Mientras tanto, el mercado ha
impulsado la concentración de casas alrededor de nuevos centros urbanos, también se ha mantenido por el deseo
de las familias para acceder a servicios públicos, particularmente educación para sus hijos (Charbonneau, 2009).
25
La Evolución de los Regímenes de Tenencia Colectiva de Tierras en
Sociedades Pastoriles: Lecciones desde Países Andinos
Finalmente, algunos autores también consideran alteraciones en los valores culturales como agentes foráneos
de cambio. Por ejemplo, las vistas discriminatorias representan a las familias pastoriles como marginales y
atrasadas. El valor cultural del pastoralismo llega a estar tan denigrado que la población joven está desalentada
al asumir tal posición como suya y sin nuevos pastores, el medio de vida del pastoralismo es incapaz de continuar
(Salzman, 2004).
Foto: Mujeres en Los Andes
Crédito: Practical Action
ESTUDIO DE CASO: ANÁLISIS HISTÓRICO
INSTITUCIONAL DE LOS REGÍMENES DE TENENCIA
DE LA TIERRA EN CAYLLOMA
Caylloma es una provincia en la región Arequipa, al sur del Perú (v. figura 2). Los residentes son, en su mayoría,
agricultores y pastores, y están agrupados en veinte distritos en el valle del río Colca. El pastoralismo en esta
región se sustenta en el trabajo familiar para criar camélidos, ovejas y ganado vacuno. De acuerdo con el Censo
Nacional Agrícola del 2012, 4013 de 16,630 unidades domésticas agrícolas crían alpacas, lo que representa el
24.13 % de todas las unidades domésticas en Caylloma. Las ventas de la fibra de alpaca y carne constituyen la
fuente primaria de ingresos para estas familias.
26
La Evolución de los Regímenes de Tenencia Colectiva de Tierras en
Sociedades Pastoriles: Lecciones desde Países Andinos
Figura 2. Mapa de la provincia de Caylloma
Elaboración propia
27
La Evolución de los Regímenes de Tenencia Colectiva de Tierras en
Sociedades Pastoriles: Lecciones desde Países Andinos
Esta sección explora la lógica detrás de los cambios en los regímenes locales de tenencia de la tierra en
Caylloma por un período de 50 años, desde que se impulsó la reforma agraria a fines de la década del sesenta
hasta la actualidad. Para esto, el estudio identifica los agentes que, a lo largo del tiempo, han promovido y
desencadenado estos cambios. Estos agentes pueden ser clasificados como: 1) presión demográfica externa;
2) presión demográfica interna; 3) intervención del estado; y 4) expansión del mercado. Aunque este estudio
se enfoca en un período reciente, vale la pena revisar brevemente la historia de Caylloma entre el siglo XVII y
mediados del siglo XX para apreciar el contexto alrededor de este estudio.
La información presentada en esta sección ha sido obtenida de fuentes primarias y secundarias. Los datos
secundarios han sido principalmente recopilados a partir de literatura académica y bases de datos de censos.
Adicionalmente, algunas fuentes secundarias han sido recopiladas a partir de exportadores de fibra, comuneros
y personal estatal calificado y expertos técnicos. Los datos primarios han sido recopilados usando instrumentos
cualitativos, tales como discusiones semiestructuradas y grupos de discusión durante una visita de trabajo de
campo de una semana. Toda la información no referenciada proviene de tales fuentes primarias.
Caylloma antes de la reforma agraria
Al comienzos del siglo XVII, Caylloma empezó a ganar importancia en la región debido al descubrimiento de
depósitos minerales en de su territorio. La actividad minera trajo consigo la afluencia de mano de obra desde
los valles cercanos conjuntamente con la élite española, lo que revitalizó la provincia y restó importancia a las
áreas de menor altitud. Sin embargo, esta afluencia de población foránea ocurrió simultáneamente con una
considerable migración de población nativa hacia la ciudad de Arequipa como resultado del abuso generado por
el sistema de minería mita9. Luego de la abolición de la mita en 1720, Caylloma experimentó un continuo aumento
en la población. A fines del siglo XVIII, la actividad minera en Caylloma decayó en una crisis debido a agitación
social, cambios radicales dentro de la institucionalidad del virreinato, y a la escasez de azogue (mercurio). Esta
crisis causó que la población española se reubicara en el valle del Colca. En consecuencia, Caylloma se mantuvo
con una población predominantemente nativa (Manrique, 1985).
Aunque la crisis minera causó la fragmentación de los Andes del sur, con el incremento de la demanda internacional
por lana de oveja y de alpaca, y de fibra de llama, la región se llegó a reintegrar económica y comercialmente.
La revolución industrial que tomó lugar en Inglaterra durante el siglo XIX generó una significante demanda de
fibra a partir de la creciente industria textil; demanda que empezó a ser satisfecha por los países andinos. Aun
cuando las exportaciones peruanas de lana de oveja se estancaron en el tiempo de la crisis experimentada en
el sistema capitalista británico en la década comprendida entre 1870 y 1879, la venta de fibra de alpaca y llama
despegó en la década de 1880 a 1889. A diferencia de la lana de oveja, la demanda global de alpaca y fibra de
llama era principalmente abastecida por el Perú y Bolivia, de ahí que la demanda de fibra no se vio perjudicada
por la crisis. Además, al finalizar la Guerra del Pacífico, la construcción del ferrocarril del sur en 1896, facilitó
la expansión del comercio de alpaca y fibra de llama (Manrique, 1985; Gómez, 1976).
En este contexto, surgió un grupo de gamonales (algunas veces referidos como mistis)10 y fueron ellos quienes
ganaron poder económico y político mediante su participación como intermediarios en la industria de la lana
y la fibra. En la provincia de Caylloma, los mistis empezaron a ganar acceso a las tierras en las zonas altas
por medio de lazos de matrimonio con mujeres locales o a través de la compra de prados (como es el caso de
Mariano Apaza, el principal terrateniente de tierras en Caylloma). La alta demanda internacional de fibra generó
9
“«… un sistema de trabajo forzado instituido por el gobierno español en el Perú y Bolivia en 1573, y abolido en 1812» (Dell, 2010).
«Gamonal» es una categoría asociada con una larga historia de abuso sobre la población indígena del Perú. Los gamonales son frecuentemente comparados con
los señores feudales y «emergieron como un poder económico y político en las tierras altas durante el periodo colonial…» y supieron mantener el control hasta la
década del sesenta (González, 2010). Misti se traduce como «hombre de raza blanca» y en este caso se refiere a alguien originario de fuera de la comunidad.
10
28
La Evolución de los Regímenes de Tenencia Colectiva de Tierras en
Sociedades Pastoriles: Lecciones desde Países Andinos
gran presión por el control de los territorios altos y en
respuesta las comunidades locales buscaron asegurar
sus tierras a través de títulos de propiedad. La práctica
de la delimitación de la tierra produjo conflictos entre
los propietarios, y tuvo como resultado, en ocasiones,
disputas legales. Los propietarios locales consideraban
a los mistis como «padrinos» y esperaban obtener
su protección y ayuda en las disputas judiciales. Sin
embargo, los mistis aprovecharon estos vínculos, su
dominio del idioma español y su competencia legal y
comercial para apropiarse de las tierras (Manrique,
1985; Markowitz, 2006).
A diferencia de otras áreas en donde se producían
lana y fibra, la concentración de la tierra en grandes
haciendas por parte de los mistis solo ocurrió en
Caylloma durante el último cuarto del siglo XIX. Cabe
destacar que con la concentración territorial, los
mistis no solo ganaron acceso a la tierra sino también
Foto: Alpacas
a la mano de obra, ya que los antiguos terratenientes
Crédito: Practical Action
pudieron permanecer en sus territorios pagando un
alquiler (a los nuevos propietarios) por medio del
trabajo, ya sea pastoreando los rebaños de los mistis, llevando a cabo labores productivas como la esquila y
participando en otros trabajos colectivos. A cambio, los pastores podían conservar el acceso a los pastizales para
apacentar su propio ganado y podían vivir en las cabañas o en los hogares familiares, pudiendo eventualmente
recibir como pago por su labor cabezas de ganado (Manrique, 1985; Markowitz, 2006; Gómez, 1976). Este tipo
de pastor ha recibido el nombre de huaccha, un pastor sin tierras que ofrece su trabajo a cambio del acceso a
los pastizales para apacentar sus propios rebaños. Sus animales son conocidos como ganado huaccha.
Desde el siglo XIX hacia la primera mitad del siglo XX —antes del establecimiento de la reforma agraria— hubo
un cambio gradual en los regímenes de tenencia de la tierra en la provincia de Caylloma, principalmente como
resultado de la intensificación de la demanda internacional de fibra de alpaca y llama. Originalmente, hubo dos
tipos de regímenes de tenencia de la tierra en los que los derechos de nivel operacional fueron ejercidos sobre una
base familiar: el régimen Condominial (F/F) y el Condominial Comunal (C/F). Sin embargo, mientras los derechos
de acceso fueron conservados por la familia extendida, los derechos de usufructo fueron conservados por las
unidades domésticas. El conjunto completo de derechos de elección colectiva (manejo, exclusión y alienación)
fueron conservados por la familia extendida bajo el régimen F/F. Los derechos de manejo y exclusión fueron
compartidos por la familia extendida y la comunidad, mientras que el derecho de alienación era conservado
solamente por la comunidad bajo el régimen C/F. Con la expansión de las haciendas estos dos regímenes de
tenencia de la tierra se transformaron en un régimen Condominial Externo (E/F), en el cual los derechos de
nivel de elección colectiva fueron alienados a partir de la familia o de la comunidad. Aunque los derechos de
acceso siguieron basándose en la familia, los derechos de usufructo llegaron a ser parcialmente controlados
por agentes externos, específicamente el hacendado.
29
La Evolución de los Regímenes de Tenencia Colectiva de Tierras en
Sociedades Pastoriles: Lecciones desde Países Andinos
Tabla 10. Primera dinámica de cambio: la expansión de las haciendas
Nivel operacional
Nivel de elección
colectiva
I
F
C
I
F
F/F
C
C/F
E
E/F
Transformación del RTT
Conjunto de derechos
Antes
Después
F/F
C/F
Acceso
F
F
F
Usufructo
I
F
I+E
Manejo
F
F+C
E
Exclusión
F
F+C
E
Alienación
F
C
E
Elaboración propia
La reforma agraria (décadas del sesenta y setenta)
En primera instancia, la reforma agraria de 1969 expropió los territorios de grandes haciendas y luego hizo lo
mismo con las parcelas pequeñas y de mediano tamaño de tierras que no estuvieran manejadas directamente
(tierras con terratenientes ausentes, trabajadas por pastores huaccha). Estas extensas áreas llegaron a ser
la propiedad de empresas con formas asociativas de producción. Adicionalmente, se instigó en Caylloma la
implementación del Proyecto Integrado de Asentamiento Rural (PIAR) que involucró a 310 pequeñas y medianas propiedades que fueron manejadas indirectamente y cuatro antiguas haciendas pertenecientes a Apaza
que más tarde tomaron la forma de dos SAIS (Pusa Pusa y Kuska Sayurisum) y dos CAP (Huisca y Ayavirini).
Los PIAR en Caylloma incorporaron 1,186,300 ha que se distribuyeron de la siguiente manera: 310 pequeñas y medianas propiedades con manejo no directo representan el 39.8 % del total, las cuatro antiguas haciendas de Apaza representan el 4.7 % del total, 8521 pequeñas propiedades con manejo directo (minifundistas) representan el 15.4 % del total, 10 comunidades rurales con 10.1 % del total y territorios públicos
que representan el 29.9 % del total. La SAIS de Pusa-Pusa fue formada por las haciendas que previamente
pertenecieron a Apaza y algunas de las pequeñas y medianas propiedades sin manejo directo. Un mayor problema afrontado por la SAIS fue que los pastores se negaron a ser socios porque esto implicaba que
sus rebaños huaccha serían expropiados y absorbidos por la SAIS para convertirse en fuerza laboral agrícola. También implicó el emprendimiento de una nueva clase de hacendado: la empresa rural (Gómez, 1976).
Mientras la reforma agraria logró la expulsión y desmantelamiento de la clase social terrateniente de las tierras altoandinas, no tuvo el mismo éxito en transformar el sistema del uso de la tierra. Extensas unidades fueron transferidas a las
cooperativas campesinas que no respetaron las formas tradicionales de cooperación (Toro et al., 2001; Browman, 1964).
Se puede afirmar que la reforma agraria produjo dos patrones de transformación. Primero, el régimen de tenencia
de la tierra de las haciendas (Condominial Externo E/F) fue disuelto para dar paso a la formación de 1) empresas con
formas asociativas de producción (SAIS y CAP), con un régimen de tenencia de tierras basado en los derechos de
nivel operacional y de elección colectiva sostenidos en una base comunal (C/C), 2) las comunidades campesinas, con
un régimen de tenencia de tierras Condominial Comunal (C/F), y 3) Condominios sobre una base familiar (F/F) bajo
los cuales fueron diseñados los derechos de nivel operacional y de elección colectiva. El segundo patrón de transformación visto, el régimen Condominial (F/F) evolucionó en el régimen Condominial Comunal (C/F) que conllevó
a la creación de comunidades campesinas. Dos importantes características de estos procesos son que, en primer
lugar, el control externo de los derechos de nivel de elección colectiva fue eliminado, y en segundo lugar, que mientras
los derechos de usufructo fueron conservados por la unidad doméstica bajo el régimen C/F, continuaron siendo
parcialmente controlados por el régimen C/C (por el modo asociativo de producción en lugar de el de hacienda).
30
La Evolución de los Regímenes de Tenencia Colectiva de Tierras en
Sociedades Pastoriles: Lecciones desde Países Andinos
Tabla 11. Segunda dinámica de cambio: la reforma agraria
Nivel operacional
Nivel de elección colectiva
I
F
Regímenes de tenencia de la
tierra Transformación
C
Tendencia 1
Tendencia 2
F/F
C/F
E/F
C/C
Acceso
F
F
F
F+C
Usufructo
I
I
I+E
I+C
Manejo
F
F
E
C
Exclusión
F
F+C
E
C
Alienación
F
C
E
C
Conjunto de Derechos
I
F
F/F
C
C/F
E
E/F
C/C
Elaboración propia
Crisis de la reforma agraria (décadas del setenta y ochenta)
La reforma agraria no estableció una nueva estructura productiva, ya que las empresas campesinas reprodujeron
el orden de las haciendas: ellas tenían los mejores pastizales, concentraron las tierras debido a la presión
demográfica, privilegiaron patrones que tenían más ganado con trabajos permanentes mientras que los pastores
sin animales fueron forzados a someterse a una clase de relación servil, parecida a la establecida por las
haciendas, pero no con la empresa rural (Gómez, 1976; Markowitz, 2006). También hubo problemas entre las
SAIS y las comunidades rurales, porque las SAIS se apropiaron de pastizales de mejor calidad que previamente
pertenecieron a los campesinos y habían sido expropiados por el terrateniente Apaza.
Durante este período, pueden identificarse dos tendencias de cambio en los regímenes de tenencia de la tierra.
Primero, como consecuencia de la falla y la disolución de los modos de producción asociativos (SAIS y CAP), los
regímenes de tenencia de la tierra fueron reorganizados en Condominial (F/F) y Condominial Comunal (C/F).
Lo inadecuado de las SAIS y las CAP parece haber residido en su intento de controlar los derechos de nivel
operacional, especialmente el derecho de usufructo.
Simultáneamente, las comunidades campesinas continuaron proporcionando un conveniente arreglo institucional
para asegurar la tenencia de tierras, y tales transformaciones pueden ser observadas desde régimen Condominial
(F/F) hasta el Condominial Comunal (C/F).
31
La Evolución de los Regímenes de Tenencia Colectiva de Tierras en
Sociedades Pastoriles: Lecciones desde Países Andinos
Tabla 12. Tercera dinámica de cambio: el colapso de los modos asociativos de producción y la perseverancia de las comunidades
campesinas
Regímenes de tenencia de la tierra
Transformación
Nivel operacional
Nivel de elección colectiva
I
F
Tendencia1
C
Tendencia 2
Conjunto de derechos
I
F
F/F
C
C/F
C/C
E
C/C
F/F
C/F
Acceso
F+C
F
F
Usufructo
I+C
I
I
Manejo
C
F
F
Exclusión
C
F
F+C
Alienación
C
F
C
Elaboración propia
Situación actual (a partir de la década del noventa)
A fines de los ochentas, se produjo la coexistencia de las comunidades rurales (mayormente formadas luego
de la reforma agraria para asegurar el territorio) y los condominios de familias extendidas. Por un lado, las
comunidades rurales tuvieron un arreglo por el que los derechos de acceso y usufructo fueron ejercidos por
la familia, mientras que los derechos de nivel de elección colectiva fueron conservados por la familia y por la
comunidad. Por otro lado, en los condominios, los derechos de acceso y usufructo fueron controlados por la unidad
doméstica individual en tanto que los derechos de elección colectiva fueron conservados por la familia extendida.
Tal como lo describió Valderrama (2012), los condominios estaban compuestos por familias extendidas dentro
de las cuales los procesos de fusión o fisión entre unidades domésticas se desdoblaron según las actividades
pastoriles. Como se explicó previamente, cada unidad doméstica sostenía derechos de propiedad en varios
condominios donde tenían el derecho de pastar sus animales por un tiempo específico. Este tipo de régimen de
tenencia de tierras usó la estrategia de «tiempo particionado» en lugar de tierra para maximizar el acceso de
las unidades domésticas a las pasturas.
Sin embargo, actualmente nos encontramos frente a un escenario muy diferente, en el cual los condominios
son controlados por familias nucleares como resultado de un intenso proceso de fragmentación de la tierra. Por
un lado, dicha fragmentación ha continuado hasta el punto que en algunos casos los propietarios ahora tienen
acceso a la tierra y control individual sobre esta. Por otro lado, las comunidades rurales con acceso familiar y
control comunal de la tierra todavía existen en la provincia de Caylloma. Aunque los procesos de fragmentación
de la tierra pueden observarse en algunas de estas comunidades, no hay caso alguno en que la comunidad haya
sido dividida en condominios o propiedades individuales.
A partir de la década del noventa, ocurrieron cambios evidentes en la forma en que los residentes de Caylloma
controlaron las tierras y accedieron a estas, con una clara tendencia hacia la individualización de la propiedad y
la fragmentación de la tierra. Hay cuatro factores interrelacionados que parecen estar conduciendo este cambio:
(1) El creciente deterioro de las pasturas debido a la variabilidad climática; (2) el aumento de la población de
alpacas; (3) la expansión de carreteras y caminos; y (4) los cambios en las reglas relacionadas con la herencia
de la tierra.
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La Evolución de los Regímenes de Tenencia Colectiva de Tierras en
Sociedades Pastoriles: Lecciones desde Países Andinos
Mientras la provincia de Caylloma, particularmente la puna o cuenca superior (por encima de los 4000 m s. n. m),
siempre ha estado caracterizada por una cubierta de pasturas naturales de baja calidad y áreas improductivas
(con peñascos, nieves perpetuas, canales, etc.) (Gómez, 1976; Toro et al., 2001), sus residentes declaran que
en las últimas décadas, el clima se ha tornado más variable. Esto ha resultado ha traído como consecuencia
eventos de clima extremo (por ejemplo, más heladas y nieve en la estación seca, y fuertes lluvias, aunque
dispersas, durante la estación lluviosa) y una disponibilidad reducida de recursos hídricos. Por consiguiente,
la habilidad de la gente para anticipar y lidiar con climas extremos se ha visto reducida. Asimismo, la reducción
en la disponibilidad de agua y la presencia de climas más extremos contribuyen al deterioro de las pasturas
en cantidad y calidad.
Simultáneamente, los residentes de Caylloma reconocen la presencia de iniciativas para el pastoreo de alpacas
en este período. Como se registró en el Censo Nacional de Agricultura (IV CENAGRO, 2012), en las tierras altas de
Caylloma, el número total de alpacas entre 1994 y 2012 incrementó en 103.4 % (de 132,315 a 269,193 alpacas),
las Unidades Agrícolas (UA)11 con alpacas rosadas en 51.1 % (de 2119 a 3201 UA), y el número de alpacas por
UA se incrementó en 42.9 % (de 60 a 85 alpacas en promedio).
Parece haber tres factores conductores del crecimiento de la población de alpacas: 1) la demanda internacional
de fibra de alpaca (especialmente alpaca Suri); 2) el apoyo del gobierno y de las ONG en labores de pastoreo de
alpacas; y 3) la creciente presencia de patrullas de comuneros. Por décadas ha habido una considerable demanda
de fibra de alpaca, sin embargo en el presente, a diferencia del siglo XIX, existe más competencia, con más países
produciéndola y más productos sustitutos, tales como la fibra sintética. Varios pastores de alpacas recuerdan
que en los últimos años de la década de los noventa, el precio de la fibra de alpaca alcanzó su pico (alrededor
de USD 10 por libra), lo que generó el incremento en el número de alpacas que la UA mantuvo entre su ganado.
Asimismo, en 1985, el DESCO12 inició una intervención en Caylloma con el inicio del Programa de desarrollo
rural en el valle del Colca PDRVC, el cual por los primeros cinco años se enfocó en impulsar la productividad
de los pastores mediante la consolidación del circuito de producción de ganado centrado en el refuerzo de las
organizaciones productoras. El DESCO promovió la formación de la Asociación de Criadores de Alpaca de la
Provincia de Caylloma (ADECALC), la cual estuvo activa durante la década del noventa hasta que se disolvió en
el 2000 como resultado de una mala gestión. Durante una segunda fase, las principales acciones del DESCO se
enfocaron en el mejoramiento genético, tecnologías de transferencia, capacidad de desarrollo y construcción de
nuevos productos y mercados. También antes de los noventa, hubo un fuerte apoyo por parte del gobierno para
mejorar la producción y la comercialización de la fibra de alpaca. Las intervenciones hechas por el gobierno y el
DESCO impulsaron el número de alpacas y de las UA que albergaban alpacas en la provincia de Caylloma (Toro
et al., 2001). Finalmente, algunos pastores mencionaron que, en la primera mitad de la década del noventa, se
establecieron patrullas campesinas en respuesta a la falta de seguridad en el área y fue esta organización la
responsable de la reducción del robo de ganado, lo que permitió a los pastores expandir sus rebaños de alpacas.
El agudo deterioro de las pasturas como resultado de la variabilidad climática junto con el gran incremento en
el número de alpacas intensificaron los problemas de sobrepastoreo en Caylloma. El deterioro de las pasturas
debido al sobrepastoreo causó conflictos entre los miembros de los condominios, ya que esto puso en desventaja
a los miembros que tenían más animales que el resto, y puso en riesgo la sostenibilidad de los recursos naturales.
Además, estos dos factores contribuyeron a la fragmentación de la tierra, los cuales empezaron con desintegrarse
a partir de la familia extendida y la posterior formación de condominios de familias nucleares. Con este cambio
estructural, la estrategia familiar de «dividir el tiempo» se volvió irrealizable, ya que las familias empezaron a
11
«Unidades agrícolas» es un término usado por el CENAGRO para definir el territorio agrícola que es ocupado como una unidad para fines agrícolas.
12
Centro de Estudios y Promoción del Desarrollo
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La Evolución de los Regímenes de Tenencia Colectiva de Tierras en
Sociedades Pastoriles: Lecciones desde Países Andinos
dividir las zonas de pastoreo. Los condominios de familias nucleares están conformados, generalmente, por
padres e hijos (cada uno representa una unidad doméstica con independencia económica) o por hermanos que
comparten decisiones relacionadas con el acceso y el control de la tierra, pero cada quien con sus propios rebaños.
Pueden observarse dos tipos de condominios de familia nuclear en Caylloma: aquellos con suficientes recursos
naturales (agua y pasturas) para garantizar la sostenibilidad del condominio, y aquellos con insuficientes
recursos naturales que habían sido consecuentemente divididos en parcelas.
En el segundo caso, se emplean tres estrategias para enfrentar la escasez de recursos. Primero, el acceso a las
pasturas y al agua puede obtenerse mediante el alquiler o la compra de terrenos (aunque los casos de compra
son todavía raros). Segundo, los padres o un hermano puede quedarse a cargo de los rebaños mientras que
los otros miembros de la familia migran a la ciudad para trabajar en otras actividades y apoyar a la familia
económicamente. Los miembros de la familia que migran retornan en ciertos momentos del año para asistir
con las actividades del ganado. Tercero, uno de los hermanos permanece y continúa el pastoreo mientras que
los otros miembros de la familia venden la parcela que corresponde a aquellos que migraron permanentemente
a la ciudad.
Este segundo tipo de condominio de familia nuclear marca el fin del condominio y el inicio de la propiedad
individual. En Caylloma, parece haber una clara tendencia hacia el control y el acceso individual a la tierra,
aunque este cambio es incipiente. Si el manejo de la tierra es individual se pueden desdoblar dos escenarios.
Ya sea que la propiedad individual tiene suficientes recursos para mantener el rebaño y permitir al propietario
vivir de esta actividad o que la propiedad individual tiene insuficientes recursos naturales porque el proceso
de fragmentación de la tierra alcanzó su límite. En la segunda instancia, pueden observarse tres escenarios
adicionales: 1) los propietarios alquilan o compran tierras para acceder a pasturas y agua para sus rebaños;
2) el territorio está tan fragmentado que el propietario tiene que venderlo o alquilarlo para migrar a la ciudad y
trabajar en otras actividades; o 3) el propietario vende los terrenos y se convierte en un pastor huaccha.
El desarrollo y el mejoramiento de la red de caminos en Caylloma trajeron significativas reducciones en los costos
de transacción. Hacia la segunda mitad del siglo XX se construyeron carreteras principales, lo que permitió unir
Caylloma al circuito de la producción de lana y facilitar la formación de importantes centros poblados. Las ferias
y los mercados se establecieron en estos nuevos centros, y también servicios públicos, como colegios y puestos
de salud. La construcción del camino Chivay-Arequipa (así como los caminos adicionales que unen Chivay con
otros pueblos del valle) ayudó a transformar Chivay en un mayor centro de distribución. En 1950, el pueblo de
Callalli se convirtió en un importante centro de comercio debido a su proximidad a los sitios de producción de
fibra (Manrique, 1985). El desarrollo de carreteras también generó la formación de sitios secundarios para el
comercio de fibra y ha facilitado el establecimiento de una relación directa entre el área ganadera de Caylloma
y la ciudad de Arequipa. Arequipa es el principal centro de comercio de la región y alberga a las principales
empresas compradoras, procesadoras y exportadoras de fibra del país. Desde la década del ochenta, las ferias
comerciales han estado operando en sitos secundarios de comercio de lana a lo largo de toda la provincia,
tales como las ferias de Chichas, Chalhuancalchuhuayco y Challuta, en donde se compran fibra y carne para su
posterior venta en la ciudad de Arequipa (Toro et al., 2001).
Crecientes relaciones mercantiles han generado cambios en los patrones de consumo entre los pastores quienes
ahora prefieren consumir productos industrializados y demandar más servicios públicos. El problema es que
la dependencia de estos artículos los hace más vulnerables hacia la inflación de servicios. Estos cambios en
los patrones de consumo últimamente dieron lugar a la monetización de la economía local; así, mientras los
pastores llegaron a ser más dependientes del mercado, también se hicieron más vulnerables a los cambios de
precio. Para enfrentarse a esta vulnerabilidad y para satisfacer el nuevo tipo de consumo, algunos miembros de
condominio se vieron forzados a trabajar en actividades no pastoriles, lo que aceleró el proceso de migración
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La Evolución de los Regímenes de Tenencia Colectiva de Tierras en
Sociedades Pastoriles: Lecciones desde Países Andinos
basado en la percepción de «no poder vivir del pastoreo de alpacas». Esta nueva visión del pastoralismo como una
actividad que no es lo suficientemente rentable para generar suficientes ingresos, ocasionó que las poblaciones
más jóvenes migraran hacia las ciudades para acceder a la educación básica y superior. Esto explica la edad
avanzada de los pastores de alpacas en las alturas de Caylloma, ya que son las personas mayores quienes
permanecen en el condominio para cuidar los rebaños y a los miembros menores de la familia.
Finalmente, uno de los agentes más importantes que explica los cambios en los regímenes de tenencia de la
tierra es la transformación de las reglas de la herencia. Para mantener la unidad productiva de la tierra, los
derechos de acceso (propiedades en diferentes fundos) fueron solo heredadas por herederos hombres —en
algunos casos por solo un heredero— (Valderrama, 2012). En la actualidad, sin embargo, tanto los hijos como
las hijas demandan iguales reglas de herencia, que podrían implicar, además, la fragmentación de la tierra. En
algunos casos, ellos podrían migrar y abandonar las actividades pastoriles; por lo tanto, las parcelas podrían
ser percibidas como capital para ser invertido en su nuevo modo de vida. No obstante, cabe mencionar que
algunos de los pastores que deciden quedarse están considerando restablecer las restricciones de la herencia,
a fin de evitar una mayor fragmentación de la tierra por la nueva generación.
En general, se pueden observar dos patrones de cambio en relación con la transformación de los regímenes de
tenencia de la tierra durante este período. Primero, dentro del régimen Condominial Comunal, hay una tendencia
a restringir los derechos basados en la familia —desde familia extendida hasta familia nuclear— en los niveles
operacional y de elección colectiva13. Segundo, esta tendencia es más aguda dentro del régimen Condominial.
Aparece, además, una mayor restricción, un nuevo modelo de tenencia de la tierra: el Régimen Individual (I). Bajo
este nuevo régimen de tenencia de la tierra, solo la unidad doméstica ejerce los derechos de nivel operacional
y de elección colectiva.
Tabla 13. Cuarta dinámica de cambio: Restringir derechos basados en la familia y la aparición del régimen individual de
tenencia de la tierra
Nivel de elección colectiva
Nivel operacional
I
F
Transformación de regímenes de tenencia
de la tierra
C
Conjunto de derechos
I
I/I
Tendencia 1
Tendencia 2
C/ex F
C/ nu F
F/ex F
F/nu F
I/I
Acceso
F
F
F
nuF
I
N
nuF/F
Usufructo
I
I
I
I
I
E
F/F
Manejo
F
nuF
F
nuF
I
Exclusión
F+C
nuF + C
F
nuF
I
Alienación
C
C
F
nuF
I
C
E
Elaboración propia
C/F
ex = extendida / nu = nuclear
Los derechos de familia nuclear no fueron previamente diferenciados de los derechos de familia extendida, ya que en anteriores regímenes de tenencia de la tierra
los derechos fueron ejercidos sobre una base de familia extendida.
13
35
La Evolución de los Regímenes de Tenencia Colectiva de Tierras en
Sociedades Pastoriles: Lecciones desde Países Andinos
En resumen, una exploración de los agentes de cambio en los regímenes de tenencia de la tierra ilustra que,
en el caso de la provincia de Caylloma, las tendencias no son lineales. Antes de la reforma agraria, el control
familiar y comunal de la tierra cambió a control externo, debido a la creciente demanda internacional de fibra
de llama y alpaca, mientras que el acceso a la tierra continuó teniendo una base familiar. La reforma agraria
cambió el control de la tierra y el acceso a esta, y la llevó a un manejo colectivo. En este caso, el agente fue la
intervención estatal.
Con la crisis de la reforma agraria, el manejo de la tierra retornó a su estado original antes del desarrollo de las
haciendas. El derecho de acceso a la tierra era sostenido por la familia otra vez y los derechos de control retornaron
a la familia y a la comunidad. Estos cambios pueden ser explicados por el éxito de la organización interna entre los
pastores sobre el Estado, que fue el responsable de la imposición de la reforma agraria. Finalmente, a principios
del siglo XXI, las presiones volvieron en tal magnitud que ahora parecen estar conduciendo a los pastores de
Caylloma hacia la individualización del manejo de la tierra, aunque los cambios en el acceso y el control son
todavía incipientes. Los principales factores detrás de esto son la demanda internacional por la fibra de alpaca,
la creciente promoción de programas de crianza de alpacas por parte de las ONG y del Estado, la aparición de
patrullas campesinas, la construcción de caminos y los cambios en las reglas de sucesión.
Foto: Pastora en los Andes
Crédito: Practical Action
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La Evolución de los Regímenes de Tenencia Colectiva de Tierras en
Sociedades Pastoriles: Lecciones desde Países Andinos
Evaluación de la estabilidad institucional y la sostenibilidad del manejo de los recursos
En Caylloma, hay dos tipos de regímenes de tenencia de la tierra que se han preservado a través del tiempo:
el Condominial (F/F) y el Condominial Comunal (C/F). Pese a perdurar por décadas, estos regímenes parecen
estar enfrentando una crisis por las condiciones presentes. Son dos los factores que explican esta situación: la
congestión de los condominios y la pérdida de la fuerza laboral.
Como se incrementa la densidad de pastores que usan los condominios debido a los cambios en las normas de
herencia, la estrategia de fragmentación del tiempo en lugar de la fragmentación de la tierra para el mantenimiento
de la unidad productiva parece alcanzar sus límites. La variabilidad climática y la escasez del agua empeoraron
esta situación, y se propaga la sobreexplotación de recursos. Esto incrementa el conflicto entre los usuarios y
responde a la autoridad del kapaqkamachiq (o «titular») para resolver conflictos y mediar en ellos, monitorear
el cumplimiento de las normas y establecer las sanciones correspondientes por incumplimiento.
Al mismo tiempo, debido a la creciente dependencia del mercado y los valores culturales cambiantes, los pastores
migran por largos períodos para vender su fuerza laboral en campos agrícolas o en la ciudad de Arequipa,
mientras que los miembros más jóvenes de la familia migran para acceder a la educación y muchos de ellos
esperan abandonar las actividades pastoriles en el futuro. Esto ha disminuido la fuerza laboral disponible para
llevar a cabo las actividades pastoriles. Así, el acceso restringido a los condominios, de la familia extendida
a la nuclear, parece estar simultáneamente incrementando los usuarios y reduciendo la disponibilidad de la
fuerza de trabajo.
Una de las ventajas de los tipos de régimen Condominiales (ambos F/F y C/F) consistió en que garantizaron
a varios usuarios el acceso a diferentes tipos de pasturas (pastos y bofedales), una condición esencial para
sostener un modo de producción multiespecie. Diferentes especies han demostrado diferentes preferencias
según ciertas características, como el sexo y la edad. Así, los modos de producción pastoril dependen de la
movilidad del ganado entre las pasturas disponibles, lo cual ha constituido una estrategia de manejo de riesgos
fundamental para los pastores (Browman, 1985) y parece haber sido la razón principal detrás de la resiliencia de
estos regímenes. Estos tipos de regímenes también han actuado como una red de seguro social para las unidades
domésticas más pobres, ya que les proporcionan formas de asistencia mutua y dividiendo el riesgo. Si estos
regímenes se desvanecen y el estado falla en reemplazar la función de esta red de seguridad, es probable que se
incrementen los riesgos y la vulnerabilidad medioambientales para las unidades domésticas pastoriles pobres.
Ahora que la unidad productiva de la tierra ha sido interrumpida, algunos usuarios tendrán restringido el acceso
a diversas pasturas. En consecuencia, puede incrementarse la desigualdad, de modo que el acceso a varios tipos
de pasturas solo se conseguirá por la concentración de tierras, lo que incapacitará a las familias a reproducir su
modo de vida pastoril. A esto se le añade que la creciente diferenciación en la riqueza de los pastores aumenta
las diferencias de intereses entre ricos y pobres, lo que debilita el cumplimiento de las normas y las costumbres
relacionadas con el uso y el manejo de las pasturas.
Finalmente, el régimen Condominial involucra la evaluación colectiva de la capacidad del recurso necesario
para mantener los rebaños, con derechos de acceso y usufructo distribuidos según corresponda. El nuevo
modelo que restringe el número de usuarios que acceden a pasturas o que individualiza el acceso elimina estos
mecanismos comunales planteando así una posible amenaza a la sostenibilidad del pastoralismo en la región.
37
La Evolución de los Regímenes de Tenencia Colectiva de Tierras en
Sociedades Pastoriles: Lecciones desde Países Andinos
CONCLUSIONES
Esta sección del estudio, proporciona respuestas a las preguntas de investigación que guían el análisis. En
primer lugar, los regímenes de tenencia de la tierra en sociedades pastoriles son instituciones tradicionales
locales que funcionan sobre la base de un conjunto de derechos individuales y colectivos sobre la tierra. Con
el tiempo, estos derechos han cambiado en respuesta a diversos agentes, a fin de adaptarse a las nuevas
condiciones medioambientales, políticas y económicas. Los dos principales agentes externos para el cambio
han sido identificados como la intervención estatal y el desarrollo del mercado. La reforma agraria iniciada por
el estado ha tenido un impacto certero en reforzar el control colectivo de la tierra. Las reformas reconocieron
las formas antiguas de tenencia colectiva de la tierra y permitió la creación de nuevas comunidades pastoriles.
Además, las reformas promovieron modos asociativos de producción y regímenes colectivos de tenencia de la
tierra. Sin embargo, en las últimas décadas, el estado ha orientado su política en otra dirección, limitando las
intervenciones en el manejo de la producción local para algunos proyectos aislados centrados en las pasturas y
en el mejoramiento genético del ganado, y también facilitando el desarrollo y la expansión de los activos públicos
(infraestructura, telecomunicaciones y servicios) y mercados según las políticas neoliberales vigentes. En este
nuevo contexto, el estado ya no promueve las organizaciones productivas ligadas a los regímenes colectivos
de tenencia de la tierra.
La expansión del mercado también parece ser un agente importante. La expansión del mercado de fibra de
alpaca durante el último siglo creó una nueva fuente de ingresos monetarios para los pastores de montaña
mientras se incrementa la presión sobre sus territorios debido a los agentes externos. Más recientemente, la
expansión de la red de caminos y la popularización de los vehículos motorizados tuvieron un decisivo (directo
e indirecto) impacto en la economía de las unidades domésticas pastoriles. Los pastores se han ido convertido
en cada vez más dependientes de las transacciones mercantiles, y su participación en el sistema de trueque
se ha ido reduciendo significativamente. La economía pastoril ha llegado a ser más dependiente del ingreso en
efectivo. En consecuencia, algunos productores han visto incrementar sus ingresos monetarios con el trabajo
agrícola en las ciudades o con el aumento de alpacas, lo que ha generado un mayor uso de las pasturas. Estas
prácticas individuales están desafiando los regímenes colectivos en los cuales el acceso a la tierra y la provisión
de fuerza laboral son reguladas colectivamente. Estos, también llamados, «agentes libres» están conduciendo
a los regímenes de tenencia de la tierra hacia modelos más individualizados.
En segundo lugar, analizando los cambios en los regímenes de tenencia de la tierra, ha sido posible identificar
algunos tipos resilientes y observar que los cambios son no lineales. En particular, los de tipo F/F y C/F han
persistido y han seguido apareciendo en todos los períodos cubiertos por este estudio, a pesar de las condiciones
externas cambiantes. Incluso contra el contexto de la individualización del acceso a la tierra desencadenado
por las fuerzas del mercado, la gran mayoría de los pastores en Caylloma producen bajo los tipos F/F y C/F o
los subtipos Fn/Fn C/Fn. Parece que estos regímenes han sido muy fuertes porque facilitan la sostenibilidad
del sistema de producción extensiva adoptados por los pastores en las condiciones de montaña semiárida.
Por un lado, las actividades de los pastores dependen de su acceso al forraje natural (por consiguiente, la
trashumancia guiada por la disponibilidad de pasturas es una actividad inevitable), dado su limitado desarrollo
tecnológico. En los regímenes de tenencia de la tierra F/F y C/F se previene la fragmentación. Por otro lado,
Los pastores dependen de una cierta cantidad de fuerza laboral para manejar adecuadamente sus rebaños.
En los regímenes F/F y C/F, las necesidades de mano de obra son proporcionadas y reguladas colectivamente
por las familias y los comuneros.
38
La Evolución de los Regímenes de Tenencia Colectiva de Tierras en
Sociedades Pastoriles: Lecciones desde Países Andinos
El mantenimiento de los regímenes F/F y C/F ha dependido de algunos arreglos institucionales duraderos que
evitan el uso excesivo de los recursos comunes que limitan el número de socios y maximizan el acceso colectivo
de tierras. La transferencia intergeneracional de derechos se restringen mediante normas de herencia, que
prescriben que únicamente algunos de los hijos varones —y, en ocasiones, solo uno— pueden convertirse en
herederos oficiales de un conjunto de copropiedades en los diferentes condominios que tiene el pastor. Además,
estos regímenes fragmentan el tiempo de pastoreo en lugar de fragmentar la tierra de pastoreo. En Caylloma, los
pastores priorizan el mantenimiento de la unidad productiva de las pasturas, en vez de incrementar la cantidad
de socios, que obtuvieron sus derechos de nivel operacional mediante relaciones de parentesco.
A pesar de esto, ambos regímenes, F/F y C/F, están ahora en crisis principalmente debido a los cambios
institucionales. Las antiguas reglas de herencia están siendo contestadas por los hermanos quienes previamente
fueron excluidos de este arreglo, lo que desencadena un cambio en las reglas de herencia de patrilineal a
bilateral, queriendo decir que algunos de los otros hermanos hombres o mujeres pueden ahora reclamar sus
derechos como herederos oficiales. Estrechar el grado de acceso colectivo desde uno de familia extendida hacia
uno de familia nuclear o de territorio de base individual está volviéndose crecientemente fragmentado. Esto
ha desencadenado en la aparición de tres nuevos regímenes de tenencia de la tierra: Fn/Fn, C/Fn y I/I. Los dos
primeros son los más comunes y pueden ser considerados como los de subtipo F/F y C/F en donde los derechos
de acceso colectivo a la tierra de la familia extendida están restringidos a la familia nuclear. El tercer subtipo,
I/I, se refiere a un régimen en el cual el acceso a la tierra es un derecho individual.
En tercer lugar, el análisis muestra que los nuevos regímenes de tenencia de la tierra (Fn/Fn, C/Fn, y I/I) serán
incapaces de sostener el modo de vida pastoril por un largo período adicional, a menos que el estado intervenga
de alguna manera. La mayoría de pequeñas propiedades bajo estos regímenes carecen de suficientes pasturas
para alimentar un rebaño lo suficientemente grande como para mantener la reproducción de una familia nuclear
pastoralista o de una sola unidad doméstica, lo cual significa que estos sistemas generalmente sufren el uso
excesivo de recursos. Además, bajo estos regímenes los rebaños de animales no están bien manejados.
Los pastores que deciden quedarse han desarrollado dos estrategias para lidiar con esta situación. Algunos han
decidido restablecer las restricciones de la herencia, evitando de este modo la posible división de las tierras por
parte de las generaciones más jóvenes. El éxito de esta iniciativa, sin embargo, dependerá de la aceptación social
de regresar a las reglas antiguas y de la sostenibilidad económica de los usuarios colectivos. Otros pastores
han procurado incrementar su acceso a las pasturas mediante el alquiler o la compra de nuevos terrenos. El
éxito de esta estrategia dependerá de la capacidad financiera del pastor y del desarrollo de lo que es todavía
un muy pequeño mercado de tierras. En las condiciones actuales, esta estrategia solo ha funcionado para unas
pocas familias nucleares o individuos con el suficiente capital económico y social para impulsar sus vínculos
con el sistema de mercado.
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La Evolución de los Regímenes de Tenencia Colectiva de Tierras en
Sociedades Pastoriles: Lecciones desde Países Andinos
Foto: Pastoralist in the Andes tending to their herd
Crédito: Practical Action
RECOMENDACIONES DE POLÍTICAS
Las iniciativas gubernamentales de desarrollo para las áreas pastoriles del Perú han tenido dos enfoques
principales: la política de tierras y la política orientada al mercado. Primero, en relación con la política de tierras,
los intentos para establecer territorios comunales bajo la forma de comunidades campesinas o empresas
rurales han evolucionado en iniciativas que desmantelan este sistema de comunes y fomentar la privatización
individual. Segundo, con relación a las políticas orientadas al mercado, el estado empezó interviniendo el mercado
de lana mediante la creación de empresas estatales para comprar y vender lana, e hizo intentos débiles para
promover la formación de asociaciones pastoriles para mejorar sus ingresos a partir de la venta de lana. El actual
desarrollo iniciado por las estrategias del estado sobre las áreas pastoriles, están más enfocadas en proteger a
las familias en situaciones vulnerables, tales como durante severas sequías, que en promover la productividad.
Actualmente, existen varios programas estatales para mejorar la genética y la comercialización de la fibra
de alpaca. Estos programas funcionan principalmente con grandes comunidades, representan la mayoría de
la población de pastores con acceso a abundantes pasturas. Este estudio muestra que hay una significativa
población de pastores quienes luchan por mantener su actividad de subsistencia en crecientes condiciones
insostenibles. Por consiguiente, se recomienda que el estado diseñe políticas públicas específicas para apoyar
a esta población vulnerable.
40
La Evolución de los Regímenes de Tenencia Colectiva de Tierras en
Sociedades Pastoriles: Lecciones desde Países Andinos
Recientes estudios e informes han demostrado que los sistemas productivos pastoriles son uno de los sistemas
más productivos en el planeta (McGahey et al., 2014; Pearce, 2016) y existen varias intervenciones por medio
de las cuales la política estatal podría contribuir apoyando a los sistemas productivos de pastoreo y mejorar
la sostenibilidad de las familias pastoriles vulnerables, promoviendo regímenes de tenencia de la tierra
más sostenibles. Sobre la base de las conclusiones del presente estudio, podemos ofrecer las siguientes
recomendaciones:
a. La política pública debe tener en cuenta la variedad y complejidad de los regímenes habituales de tenencia
de la tierra que combinan derechos individuales y colectivos en el altiplano, a fin de identificar formas
alternativas de fortalecimiento de la tenencia de la tierra. Nuestro estudio considera que los regímenes
habituales de tenencia de la tierra que combinan derechos individuales y colectivos son más capaces de
apoyar el modo de producción pastoril. Sin embargo, existen en el altiplano diferentes regímenes de tenencia
de la tierra tales como el comunal y el basado en la familia. Ello así, las políticas de territorios deberían ser
ajustadas regionalmente.
b. Los planes estatales para apoyar a los grupos pastoriles deben tener en cuenta que algunos regímenes
de tenencia de la tierra son resilientes y que la mayoría es sensible a la intervención estatal y al desarrollo
del mercado. La intervención estatal debería enfocarse en los grupos más vulnerables, apenas capaces de
reproducir sus sistemas productivos debido a los cambios en los regímenes de tenencia de la tierra hacia
la individualización del acceso a los terrenos.
c. Estimular la formación de pequeñas y medianas asociaciones pastoriles para incrementar su acceso a
una mayor variedad y calidad de pasturas. Esto ayudaría a apoyar un manejo de recursos más sostenible.
d. Entender que los programas para el mejoramiento de la genética de la alpaca no funcionarán a menos que
los pastores implementen prácticas de manejo sostenible de recursos. El mejoramiento genético necesita
adecuar el manejo de rebaños que, en cambio, requieren acceso a amplios y diversos territorios de pasturas.
Los regímenes tradicionales de la tenencia de la tierras facilitan este acceso, en tanto que cuanto más
individualizados sean los regímenes de tenencia de la tierra podrían evitar dicho acceso. Por lo tanto, los
programas para el mejoramiento genético de la alpaca deberían también tomar en cuenta la capacidad de
los pastores beneficiarios para acceder a suficientes territorios. Tal como lo demuestra nuestro estudio,
algunos regímenes de tenencia de la tierra permiten un acceso más amplio a las pasturas que otros.
e. Invertir en el mejoramiento tecnológico para desarrollar sistemas productivos sostenibles entre los
pastores. En particular, las tecnologías para el manejo del agua serán vitales para el mejoramiento de las
pasturas. Sin embargo, la introducción de tales tecnologías deberían ser basadas en costumbres, prácticas
y conocimientos tradicionales. Se debería tomar en cuenta las instituciones locales, a fin de acceder a los
territorios para evitar la individualización del acceso a la tierra. Especialmente deben implementarse las
tecnologías para el mejoramiento de la producción, tales como los sistemas de manejo de aguas o pastizales
mejorados, respetando los acuerdos comunales y de instituciones locales de familias extendidas para el
acceso a la tierra.
f. Las políticas deben ser desarrolladas sobre la base de un claro entendimiento de cómo las actividades
pastoriles impactan en el medioambiente y de cómo los pastores —especialmente los más pobres y más
vulnerables— están siendo afectados por el cambio climático. Como lo demuestra nuestro estudio, los
diferentes regímenes de tenencia de la tierra sostienen diversas actividades de manejo de recursos naturales
que tienen diferentes impactos en el medioambiente, particularmente en el contexto del cambio climático.
Se espera que las recomendaciones de políticas aquí resumidas contribuyan a reforzar los sistemas de manejo
de tierras sostenibles entre los pastores andinos, incentivando así regímenes colectivos de tenencia de la tierra.
41
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49
LISTA DE TABLAS
10
Tabla 1: Conjunto de derechos
11
Tabla 2: Tipos de régimen de tenencia de la tierra (RTT)
11
Tabla 3: Descripción de los RTT
12
Tabla 4: Dinámicas de cambio de los RTT
16
Tabla 5: Población del altiplano, por área geográfica
16
Tabla 6: Población nativa en el altiplano
17
Tabla 7: Población estimada de dos especies silvestres y dos
especies domesticadas de camélidos en el Perú, Bolivia,
Chile y Argentina
23
Tabla 8: Tipos de Regímenes de tenencia de la tierra en sociedades
pastoriles andinas
23
Tabla 9: Descripción del RTT entre las sociedades pastoriles andinas
30
Tabla 10: Primera dinámica de cambio: la expansión de las haciendas
31
Tabla 11: Segunda dinámica de cambio: la reforma agraria
32
Tabla 12: Tercera dinámica de cambio: el colapso de los modos
asociativos de producción y la perseverancia de las
comunidades campesinas
35
Tabla 13: Cuarta dinámica de cambio: Restringir derechos basados
en la familia y la aparición del régimen individual de
tenencia de la tierra
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