1. INTRODUCCIÓN El tomate (Lycopersicon esculentum Mill) es una de las hortalizas de mayor importancia a nivel mundial debido a su gran difusión comercial. Sus frutos se consumen frescos y también son materia prima para la agroindustria. Es una de las plantas que ha sido más investigada por los estudiosos en todos sus aspectos básicos y agrícolas (GIACONI Y ESCAFF, 1993; CHAMARRO, 1995). En Chile, se estima que su superficie cubre unas 18.800 ha, de las cuales 11.200 ha corresponden a tomate industrial, 6.300 ha de tomate al aire libre y 1.300 ha bajo invernadero. Es la hortaliza con mayor superficie a nivel nacional (ODEPA, 2002). El cultivo bajo invernadero frío, se concentra en la V región, principalmente en la provincia de Quillota (INDAP, 1998). En la zona central de Chile, el principal objetivo de la producción es cosechar tomates fuera de la época estival, para así entrar al mercado cuando la oferta de tomates para consumo fresco es baja, alcanzando de este modo los mejores precios. Es importante destacar la diferencia que existe entre la incidencia de enfermedades en el mismo cultivo al aire libre o bajo plástico, debido a que en este último se modifican las condiciones ambientales y aumentan el desarrollo de enfermedades, especialmente las causadas por hongos y bacterias (BESOAIN, 1989). 2 El medio ambiente tiene gran influencia en la multiplicación de las bacterias, especialmente con alta humedad relativa y temperatura entre 20-22 °C se beneficia su difusión (BLANCARD, 1990; RECHE, 1991; APABLAZA, 1999). Esta combinación de factores en cultivos bajo plásticos se ve favorecida sobre todo por la humedad relativa, al permitir que existan condiciones de sobresaturación o agua libre por varias horas (BESOAIN, 1989). Durante la temporada pasada (2003) se diagnosticó una patología asociada a la presencia de Pseudomonas syringae en tomate, afectando principalmente al cultivar Fortaleza en invernaderos de la V región. Esta enfermedad se caracteriza por la presencia de manchas necróticas rodeadas de halo clorótico en los folíolos, y por sobre todo un severo atizonamiento de los tallos, caracterizado por la presencia de lesiones corticales necróticas sin comprometer el tejido vascular. Las plantas severamente atacadas detienen su crecimiento, fructifican pobremente y eventualmente mueren (BESOAIN, McLEAN y LATORRE, 2004). Estos síntomas difieren de la enfermedad conocida como peca bacteriana, la que se caracteriza por producir sólo manchas necróticas en hojas y frutos. A partir de un total de 12 muestras de cv. Fortaleza, recolectadas en cinco diferentes predios ubicados en Quillota, Limache y La Cruz, se efectuaron aislamientos en medio B de King, obteniéndose en forma consistente la presencia de colonias bacterianas fluorescentes, a las cuales se les realizó el test de LOPAT y se probó patogenicidad en limones y cerezas. Las cepas aisladas se identificaron tentativamente como Pseudomonas syringae. Tres de estos aislamientos fueron patogénicos en tomate luego de asperjar y frotar levemente una suspensión bacteriana. Los síntomas aparecieron luego de siete días de la inoculación y a los 35 días las plantas presentaron un atizonamiento similar al inicialmente descrito. Se reaisló Pseudomonas 3 syringae cumpliéndose de este modo con los postulados de Koch (BESOAIN, McLEAN y LATORRE, 2004). Debido a la gran importancia que tiene la V región como zona productora de tomates bajo plástico y a la magnitud de los daños observados, surge la necesidad de realizar nuevos estudios que permitan incrementar el conocimiento de esta nueva sintomatología. De acuerdo a ello, esta investigación tuvo como objetivos: • Determinar a qué patovar de Pseudomonas syringae, corresponden las cepas asociadas a una nueva sintomatología que afecta a plantas de tomate cv. Fortaleza, en la V región. • Comparar daño y comportamiento de las cepas bacterianas obtenidas, en comparación con Pseudomonas syringae pv. syringae. • Evaluar la susceptibilidad de cuatro variedades de tomate con la cepa más virulenta causante de la nueva sintomatología. 4 2. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA 2.1. Antecedentes generales de Pseudomonas syringae: El género Pseudomonas Migula 1894 (EUZÉBY, 2005), pertenece a la familia Pseudomonadacea Winslow et al. 1917 (EUZÉBY, 2005), del Reino Bacteria. Corresponde a un organismo ampliamente distribuido en cultivos hospederos y malezas, esto significa que en ausencia de síntomas aún es posible detectar poblaciones bacterianas en diversos órganos de la planta (BRUNA, 1993). Pseudomonas syringae van Hall 1902 (DYE et al., 1980) es una de las especies fitopatógenas que se denominan fluorescentes, debido a que al crecer en un medio nutritivo con bajo contenido de hierro, produce pigmentos fluorescentes, de color verde amarillo, con capacidad de difundirse (SMITH et al., 1992). Se trata de un organismo estrictamente aerobio, gram-negativo, que posee forma de bastón y se moviliza utilizando un flagelo polar. Esta bacteria, responde en forma negativa a la producción de citocromo coxidasa, a la de arginina dihidrolasa y que aún siendo muy patogénica para muchas plantas, no produce pudrición en papa. Además, causa una reacción de hipersensibilidad cuando se infiltra en hojas de tabaco, esta reacción es utilizada para el diagnóstico entre pseudomonas fitopatógenas de las no fitopatógenas (HIRANO y UPPER, 1990). BRADBURY (1986); BRAUNKIEWNICK y SANDS (2001) y GONZÁLEZ, RODICIO y MENDOZA (2003) concuerdan con lo citado anteriormente y añaden que Pseudomonas syringae origina colonias convexas en un medio hipersacarosado dando una respuesta positiva a la producción de levano. 5 De acuerdo a la clasificación recién mencionada, Pseudomonas syringae puede ser diferenciada de las otras Pseudomonas fluorescentes, y esto se resume en el denominado perfil LOPAT que está compuesto por las siguientes pruebas: Levano (+), Oxidasa (-), Papa (-), Arginina (-) e hipersensibilidad en Tabaco (+) (LELLIOTT, BILLING y HAYWARD, 1966). 2.2. Sistema de agrupación de Pseudomonas syringae: Entre las pseudomonadas fluorescentes la más representativa es Pseudomonas syringae, que comprende 45 diferentes patovares, los que se basan en la patogenicidad específica en relación con la planta hospedera. Sin embargo, de acuerdo a las características fenotípicas y a la patogenicidad cruzada que presenta un patovar, confrontado a hospederos específicos de otros patovares, se ha evidenciado que muchos de éstos presentan notable parecido y pueden inducir síntomas en plantas que normalmente se clasifican como no hospederas (SCORTICHINI, 1995). 2.3. Peca bacteriana, mancha del halo o “bacterial speck”: 2.3.1. Agente causal El agente causal de esta enfermedad corresponde a Pseudomonas syringae pv. tomato (Okabe 1933) Young, Dye y Wilkie 1978 (DYE et al., 1980). Se han reportado dos razas, denominadas “0” y “1” (GABOR y WIEBE, 1997). Pseudomonas syringae pv. tomato raza 0 corresponde al primer registro de la peca bacteriana a nivel mundial, esta raza se logró controlar mediante la utilización de cultivares resistentes, estos poseían el gen PTO de resistencia a Pseudomonas syringae pv. tomato. En 1986 aparece el primer reporte de 6 Pseudomonas syringae pv. tomato raza 1 (LAWNTON y MAcNEILL, 1986). Posteriormente en 1998, la enfermedad fue encontrada nuevamente en numerosos cultivos resistentes a raza 0 en campos a través del valle de Sacramento, California, Estados Unidos. En varios de estos predios causó defoliación severa de los plantines de tomate, los síntomas incluían hojas café oscuras hasta negras y lesiones en los tallos rodeadas por halos amarrillos, por lo tanto corresponden a los mismos síntomas descritos para la raza 0 (ARREDONDO y DAVIS, 2000). El gen PTO de resistencia a la raza 0 fue introducido en numerosas variedades de tomates orientadas principalmente al mercado fresco. Sin embargo, este gen no confiere resistencia a la raza 1 de Pseudomonas syringae pv. tomato (WILSON et al., 2002). 2.3.2. Hospederos Pseudomonas syringae pv. tomato ataca exclusivamente a las solanáceas pimentón (Capsicum annuum L) y tomate (Lycopersicon esculentum Mill), sin embargo, existen reportes que también puede ser patogénica al realizar inoculaciones en berenjena (Solanum melongena L) (BRADBURY, 1986). 2.3.3. Sintomatología La sintomatología se manifiesta sobre hojas, tallos, pedúnculos y sépalos, en forma de pústulas negras de 2 a 3 mm de diámetro que adquieren una morfología redondeada, pudiendo o no estar rodeadas por un halo amarillo (RECHE, 1991; LATORRE, 1992; MESSIAEN et al., 1995; FLOYD, 2004). Otros autores señalan que las lesiones en tallos y pecíolos se pueden 7 desarrollar con formas ovaladas a elongadas de color café oscuro (JONES, 1993; POHRONEZNY y VOLIN, 2002; DAVIS et al., 2003). Las lesiones negras con bordes amarillos también pueden ocurrir en los márgenes de las hojas donde se acumulan las gotas por efecto del proceso de gutación; cuando estas lesiones se unen, grandes áreas de tejido foliar pueden morir. Generalmente las lesiones en el fruto son pequeñas (1 mm), con forma de lunar y superficiales, sin embargo, también pueden ser más grandes y hendidas, y en frutos inmaduros están rodeadas por un halo verde (GABOR y WIEBE, 1997). En los frutos las manchas se desarrollan superficialmente y no afectan la pulpa (RECHE, 1991). JONES (1993) señala que también en los frutos se desarrollan lesiones o punteados minúsculos de coloración oscura y rara vez con diámetro mayor a un mm. El tejido alrededor de cada punto puede ser de un verde más intenso que en las áreas no afectadas. Las lesiones pueden ser levemente elevadas o inicialmente planas. En algunas instancias los puntos son hendidos y un halo verde oscuro puede estar asociado. Además, VENETTE, LAMEY y SMITH (1996) indican que al ser los tejidos inmaduros son más susceptibles, al infectarse la fruta temprano, las lesiones con forma de punto pueden causar orificios, debido a que el tejido fino infectado crece más lento que tejido fino sano. Las frutas maduras son resistentes como resultado de su alta acidez. La multiplicación de esta enfermedad puede generar un amarillamiento generalizado, seguido de desecación foliar (MESSIAEN et al., 1995). En casos severos, las plantas infectadas presentan retraso en la madurez de su fruta y reducen la producción (DAVIS et al., 2003). 8 2.3.4. Diseminación y sobrevivencia Es una enfermedad que puede penetrar por heridas, estomas y que se puede transmitir por semilla contaminada y a través del suelo (RECHE, 1991). Además puede sobrevivir en la rizosfera de las raíces y en restos vegetales, en forma epífita en tomate y malezas, pudiendo también sobrevivir en las semillas (RISTA, 2005). GABOR y WIEBE (1997), concuerdan con lo citado en el párrafo anterior ya que argumentan que el organismo puede sobrevivir en el suelo y en hojas de muchos cultivos y malezas, además de semillas que también pueden infectarse. Sin embargo, señalan que la transmisión por semilla es usualmente de menor importancia, JONES (1993) añade que algunos autores no reconocen a dicho órgano como una vía de transmisión, aun cuando sería una forma de explicar el incremento de los reportes mundiales de esta enfermedad. El mismo autor indica que entre plantas de un mismo cultivo la bacteria es diseminada por las salpicaduras de gotas de lluvia y por los utensilios usados en el proceso de transplante de almácigos. En condiciones de verano la bacteria puede sobrevivir en la superficie de plantas voluntarias de tomate, pero en una cantidad muy baja (POHRONEZNY y VOLIN, 2002). 2.3.5. Factores predisponentes La enfermedad se favorece por un clima frío (13-20°C), y condiciones de alta humedad y lluvias. Usualmente se requiere de un día de elevada humedad constante en la hoja para que la enfermedad se desarrolle (BRUNA, 1993; 9 JONES, 1993; GABOR y WIEBE, 1997; RISTA, 2005). Los síntomas de la enfermedad se hacen presentes 8 a 10 días después de la inoculación (RISTA, 2005) MESSIAEN et al. (1995) señalan que esta enfermedad es muy dañina en primaveras lluviosas o bajo plástico, por generarse condiciones demasiado húmedas. Además POHRONEZNY y VOLIN (2002), mencionan que en el año 1977-1978 en la localidad de Homestead, Florida del Sur, Estados Unidos, el invierno se desarrolló en condiciones inusuales de altas precipitaciones y de bajas temperaturas, favoreciendo un fuerte brote de Pseudomonas syringae pv. tomato. Esta bacteria a menudo aparece en zonas con agroclimas secos y donde se usa riego por aspersión, pero muy pocas veces ocurre cuando en dichos lugares se usa goteo o riego por surco (GABOR y WIEBE, 1997). 2.3.6. Incidencia e importancia económica La peca bacteriana ha llegado a ser económicamente importante en todo el mundo, desde mediados de la década de 1970 (AGRIOS, 1996). JONES (1993) señala un incremento en los reportes de esta enfermedad en esta última década. 2.3.7. Estrategias de control Según RECHE (1991), el control se basa en eliminar restos vegetales y de plantas enfermas, utilizar semilla sana y certificada, favorecer la aireación del invernadero para disminuir la humedad y aplicar productos bactericidas. 10 JONES (1993) concuerda y sugiere además evitar plantar en el mismo terreno por dos años consecutivos, producir plantines libre de la enfermedad en lugares donde no se haya producido tomate anteriormente, y el tratamiento a las semillas debe ser un procedimiento de rutina. Por otro lado, se deben mantener todos los terrenos de producción libres de malezas y plantas voluntarias, y no amontonar desechos vegetales en o cerca de las zonas de producción. Referente al tratamiento a las semillas FLOYD (1990) y VENETTE, LAMEY y SMITH (1996) indican que se deben utilizar sólo semillas tratadas. Una opción consiste en sumergir las semillas por 25 minutos en agua caliente a 50 °C, con este proceso se logra controlar las bacterias al interior de las semillas, pero reduce la germinación. Otra alternativa consiste en bañar las semillas por un minuto en hipoclorito de sodio al 1 %, en este caso se eliminan sólo las bacterias superficiales de la semilla. Por otra parte SIKORA, GAZAWAY y MULLEN (1998) sugieren tratar las semillas con una solución de ácido acético al 0,6 %, para asegurar que las semillas estén libres de la enfermedad. GABOR y WIEBE (1997) señalan que el uso de variedades resistentes es una forma efectiva de controlar la enfermedad. Los autores también mencionan que la aspersión temprana de cobre puede reducir su ocurrencia. El riego por aspersión aumenta la incidencia cuando la bacteria está presente, y por lo tanto se debe usar en lo posible riego por goteo o surcos. Referente al uso de variedades resistentes VENETTE, LAMEY y SMITH (1996) señalan que no existen cultivares de tomate totalmente resistentes a la peca bacteriana y que sólo algunas líneas soportan la enfermedad mejor que otras. 11 POHRONEZNY y VOLIN (2002) y ZITTER (2005), indican que aun cuando no se conocen productos químicos específicos para el control de la peca bacteriana, el uso de mancozeb, cobre y antibióticos como la estreptomicina pueden utilizarse como estrategias de control. JETT (2003) y RISTA (2005) agregan que aplicaciones de cobre en forma preventiva como caldo bordelés o como oxicloruro de cobre, pueden disminuir la incidencia y la dispersión del organismo patógeno, y concuerda con la utilización de mancozeb, ya que trabajos recientes han demostrado que el cobre asociado con este fungicida de la familia de los ditiocarbamatos aumenta la eficacia del cobre. Del mismo modo, WICK (1991); SIKORA, GAZAWAY y MULLEN (1998) y DAVIS et al. (2003) señalan que al adicionar hidróxido de cobre y mancozeb se aumenta la efectividad del cobre y lo sugieren como una medida de control efectiva. En otro ámbito, recientes experiencias indican que Actigard 50WG (Acibenzolar-S-metil) tiene la habilidad de inducir la resistencia sistémica adquirida SAR para un gran número de patógenos en diferentes cultivos. Esto se evaluó en el manejo de la peca bacteriana en experimentos realizados en tomate en distintas localidades de Estados Unidos, concluyendo después de un periodo de cuatro años de estudio que Actigard 50WG puede ser integrado como una alternativa viable junto a bactericidas a base de cobre para el manejo de esta enfermedad, particularmente donde predominen las poblaciones resistentes al cobre (LOUWS et al., 2001). En relación con esto, JETT (2003) añade que actuales estudios de la Universidad de Kentucky, indican que programas de aspersiones de 14 días con Actigard 50WG pueden proporcionar un aceptable control de la enfermedad, al igual que MAcNAB (2004a) que también lo sugiere como una herramienta de control. 12 RIEDEL (2000) señala que Actigard 50WG tiene un modo de la acción único, distinto al de los fungicidas y bactericidas actualmente disponibles, puesto que no tiene ninguna actividad directa sobre los patógenos de la planta, por lo tanto la probabilidad de desarrollar resistencias o insensibilidad en el patógeno es escasa. Es importante destacar que el cobre proporciona un control parcial de la enfermedad, por lo cual se debe aplicar al aparecer los primeros síntomas y repetir a intervalos de 10 o 14 días si las condiciones frescas y húmedas prevalecen. Se utiliza idealmente como producto preventivo, por lo cual debe ser aplicado antes de que ocurra el periodo de la infección. Una o dos aplicaciones serán suficientes para proteger a las plantas de tomates durante las etapas más susceptibles del crecimiento (DAVIS et al., 2003). Por otra parte, el uso de la estreptomicina debe ser restringida exclusivamente a aplicaciones en plántulas de tomate previo al transplante, idealmente cuando la primera hoja verdadera aparezca, continuando las aplicaciones cada cuatro o cinco días hasta transplantar (WICK, 1991; VENETTE, LAMEY y SMITH, 1996; MAcNAB, 2004b; ZITTER, 2005). Finalmente DAVIS et al. (2003) se refieren a los controles culturales. Los autores mencionan el retraso de las plantaciones para escapar de las condiciones frescas y húmedas que favorecen el desarrollo de la enfermedad, y las aspersiones de cobre tempranas en la temporada, ambos como métodos de control aceptados para la producción orgánica certificada. 13 Además RISTA (2005), añade que para complementar un manejo integrado en invernaderos es conveniente el control de la humedad, evitando la presencia de agua libre en las plantas, ventilando en forma constante. 2.4. Mancha foliar de syringae o “syringae leaf spot”: 2.4.1. Agente causal El agente causal de esta enfermedad es Pseudomonas syringae pv. syringae van Hall 1902 (DYE et al., 1980). 2.4.2. Hospederos Pseudomonas syringae pv. syringae, es sin lugar a dudas la bacteria fitopatógena más polífaga y ubicua, capaz de causar infección en alrededor de 170 especies diferentes y además puede ser encontrada fácilmente en forma epífita (SCORTICHINI, 1995). 2.4.3. Sintomatología En tomate los síntomas en las hojas pueden variar desde manchas café que no tienen halo, hasta manchas negras con aureolas amarillo fuerte, que se asemejan bastante a aquellas causadas por el patovar tomato, pero de mayor tamaño. Sin embargo, es necesario aislar la bacteria y realizar pruebas de laboratorio para determinar qué patógeno está involucrado (GABOR y WIEBE, 1997). GITAITIS (1993) indica que los síntomas varían desde pequeñas lesiones color café sin halos a lesiones casi negras con halos color amarillo fuerte, 14 igual a aquellos causados por P. syringae pv. tomato. En ocasiones el patógeno puede originar necrosis marginal aislada, extensas áreas marchitas y tejidos que aparentemente han sufrido heladas, siendo difícil reproducir los síntomas en un invernadero. 2.4.4. Diseminación y sobrevivencia P. syringae pv. syringae en plantas de tomate es considerado un patógeno débil y oportunista, que se encuentra frecuentemente en heridas y como un organismo secundario, presente en infecciones mixtas con otros patógenos que causan manchas en hoja (GITAITIS, 1993; GABOR y WIEBE, 1997). La bacteria sobrevive tanto en plantas hospederas como no hospederas en un estado no parasitario, y puede diseminarse desde esas plantas cuando las condiciones medio ambientales frías y húmedas favorecen el desarrollo de la enfermedad (GABOR y WIEBE, 1997). En frutales de carozo la infección se produce a través de estomas, la bacteria se propaga intercelularmente produciendo el colapso y muerte de las células, dando origen a pequeñas manchas de forma irregular. Cuando el clima es húmedo, las bacterias exudan de las manchas y se propagan hacia otras hojas por contacto directo, a través de insectos, lluvia y otros factores (AGRIOS, 1996) 2.4.5. Factores predisponentes El patógeno requiere de heridas para infectar el tejido vegetal y puede invadir lesiones ya existentes causadas por otra enfermedad (GABOR y WIEBE, 1997). 15 GITAITIS (1993) coincide señalando que el desarrollo de la enfermedad en tomate se favorece por alta humedad y heridas. Además, las únicas fuentes conocidas de inóculo son otros hospederos, siendo los más comunes: el centeno, que se usa como cubierta verde de invierno y árboles de cerezo silvestre que bordean las plantaciones. Áreas con gran número de cerezos tiene una alta incidencia de P. syringae pv. syringae cada año. En el estado de Georgia, Estados Unidos, esta enfermedad se concentra en abril durante la época fría, en cambio, P. syringae pv. tomato y Xanthomonas campestris pv. versicatoria se desarrollan en mayo, cuando las temperaturas promedio durante el día han aumentado. 2.4.6. Incidencia e importancia económica Esta enfermedad usualmente no se encuentra en tomate y en caso de presentarse no es común que se produzca daño económico (GABOR y WIEBE, 1997). GITAITIS (1993) señala que el diagnóstico correcto es crítico, ya que P. syringae pv. syringae es relativamente inocua. Consecuentemente, en el programa de certificación para la producción de plantines de tomate del Estado de Georgia (Estados Unidos), sólo las plántulas que tienen P. syringae pv. syringae se les permite mantener su certificado libre de enfermedades, y las plantas que tienen P. syringae pv. tomato o Xanthomonas campestris pv. versicatoria son puestas en cuarentena. El mismo autor indica que en la zona del sureste de Estados Unidos se presentó una mayor incidencia de P. syringae pv. syringae, y por lo tanto, fue necesario un análisis de laboratorio más específico y costoso en el programa de certificación de esta área. 16 2.4.7. Estrategias de control GABOR y WIEBE (1997) recomiendan hacer aspersiones de cobre, pero al no ser comunes los daños económicos esta práctica generalmente no es necesaria. Si se sospecha de esta enfermedad se debe verificar que los síntomas son causados por P. syringae pv. syringae y no por otra enfermedad bacterial que requeriría un control más estricto. GITAITIS (1993) coincide con los autores mencionados en el párrafo anterior y además recomienda aplicaciones semanales de bactericidas para controlar esta enfermedad adecuadamente. Asimismo, advierte la importancia de comprobar que efectivamente P. syringae pv. syringae es el causante del problema, para lo cual se debe realizar una caracterización acuciosa y rigurosa del agente causal, especialmente en aquellos casos en que la enfermedad requiera tratamientos de control más duros. 2.5. Caracterización de los aislados: La correcta identificación de enfermedades bacterianas que causan manchas pequeñas sobre hojas de plantines de tomate, es muy difícil si el diagnóstico está basado exclusivamente en los síntomas. Sin embargo, existen pruebas útiles para distinguir entre P. syringae pv. syringae y P. syringae pv. tomato, patógenos que probablemente pueden ser confundidos (GITAITIS, 1993). Similares antecedentes entrega SCORTICCHINI (1995), quien indica que la gran versatilidad bioquímica de las bacterias, permite discriminar entre las especies y patovares. Ello se realiza en base a la capacidad del aislado de utilizar compuestos orgánicos particulares, producir pigmentos, crecer en 17 condiciones de temperatura específicas y provocar reacciones características de hipersensibilidad, entre otras pruebas específicas. Otra característica fenotípica útil para caracterizar un aislado en etapa de estudio, es la producción de proteínas que desarrollan funciones catalizadoras en la formación de núcleos de hielo. Este es uno de los factores de virulencia más desarrollados entre las bacterias fitopatógenas y que permite discriminar entre ellas (BRAUN-KIEWNICK y SANDS, 2001). Por su parte YOUNG y TRIGGS (1994) indican que existen ensayos claves para la caracterización de los patovares syringae y tomato de Pseudomonas syringae, estos son el estudio de la capacidad para formar núcleos de hielo “ice nucleation” y la utilización de los sustratos orgánicos eritritol y DL-lactato como únicas fuentes de carbono. Los dos organismos mencionados en el párrafo anterior también se pueden diferenciar por sus perfiles de ácidos grasos. Aunque los dos perfiles son casi idénticos, el patovar syringae contiene una cantidad significativa de ácido δ-cis-9 hexadecanoico, 10-metileno, compuesto que está ausente en el patovar tomato. Por lo tanto, las pruebas más importantes para discriminar entre estos patovares son la utilización de eritritol, y DL-lactato por parte de P. syringae pv. syringae, que lo diferencia de P. syringae pv. tomato el cual no utiliza estos compuestos. Además, las cepas de P. syringae pv. syringae son activas a la nucleación de hielo, lo cual también puede diferenciar éste organismo de P. syringae pv. tomato (Cuadro 1). Es importante destacar que las cepas de P. syringae pv. syringae inducen una reacción de patogenicidad marcada en el cultivar caupí (Vigna unguiculata (L.)), variedad California Blackeye N°3, lo cual también puede 18 diferenciar éste organismo de P. syringae pv. tomato. (GITAITIS, 1993). Referente a esto, OTTA y ENGLISH (1971) junto a LAY y HASS (1973), coinciden en señalar al test de patogenicidad en frejol caupí como una instancia adecuada para el reconocimiento de P. syringae pv. syringae, por ser una planta indicadora específica para este patovar y no así para patovar tomato. CUADRO 1. Identificación de cepas de Pseudomonas syringae pv. syringae y Pseudomonas syringae pv tomato Test Reacción gram Arginina dihidrolasa Reacción citocromo oxidasa Hipersensibilidad en tabaco Fluorescencia en MB de King Utilización de eritritol Utilización DL-lactato Formación de núcleos de hielo Fuente: BRADBURY (1986) Reacción P. syringae pv. P. syringae pv syringae tomato + + + + + + + - Esta información aún está vigente y ha sido citada por SCHAAD (1980), JONES (1993), GITAITIS (1993), YOUNG y TRIGGS (1994), SCORTICCHINI (1995), LUDWIG y KLENK (2001) y BRAUN-KIEWNICK y SANDS (2001). El sistema de clasificación en patovares se adapta a las necesidades prácticas de los patólogos vegetales, pero no refleja necesariamente las relaciones genéticas reales entre las cepas. Sin embargo, la llegada de la biología molecular ha causado un cambio significativo en el tipo de herramienta utilizada, permitiendo una caracterización y clasificación mucho más rápida y fiable. Los protocolos que analizan ácidos nucleicos reducen el 19 tiempo utilizado, parecen producir resultados más estables y repetitivos, con frecuencia reflejan más fielmente las relaciones filogenéticos y son útiles para ordenar las cepas en grupos (ROSALES, 2005). CINTAS, BULL y KOIKE (2002) mencionan que una alternativa actualmente muy utilizada corresponde a la caracterización genotípica mediante rep-PCR, donde una reacción en cadena de la polimerasa reconoce cadenas repetidas de ADN bacteriano. Con esta reacción de la polimerasa de ADN en cadena usando iniciadores de óligonucleótidos dirigidos a distintas secuencias, se pueden generar patrones de fragmentos de ADN, dichos patrones se llaman huellas digitales del ADN. Estos métodos se usan tanto para investigar la diversidad genética dentro de las poblaciones de cepas como para agrupar las cepas bacterianas, y se basan en la variación genética en las secuencias blanco localizadas en los genomas que sirven para anclar a los iniciadores. Los productos sintetizados por la reacción de PCR se separan por electroforesis en base a su tamaño molecular y su secuencia de nucleótidos. Los iniciadores comunes usados en la caracterización de bacterias son los de las secuencias “BOX” (BOX-PCR) y los que sirven para las secuencias repetidas extragénicas y palindrómicas (rep-PCR) entre otros (WANG y MARTÍNEZ-ROMERO, 2000). 2.6. Principales variedades de tomate utilizadas en la provincia de Quillota, V región: Fortaleza. Híbrido indeterminado precoz, para producciones de ciclo corto en condiciones de frió y baja luminosidad. Variedad multilocular estructural, de vigor moderado, con hojas pequeñas que permite una alta densidad de plantación, una buena ventilación, penetración de luz y productos fitosanitarios, estas características hacen que sea una variedad ampliamente 20 utilizada en el valle de Quillota para el tomate de cultivo primor (BIOAMERICA, 2004). Naomi. Híbrido indeterminado precoz y de cosecha concentrada. Variedad multilocular estructural, caracterizada por un excelente vigor, abierta con buena ventilación, se utiliza como tomate de otoño en la zona central de Chile, por el mayor rendimiento en comparación con los multiloculares tradicionales (BIOAMERICA, 2004). FA-593. Variedad larga vida indeterminada, caracterizada por un buen vigor, tendiente al crecimiento vegetativo. Se utiliza como cultivo trastomate o tomate de otoño en el valle central de Chile (DEVIA, 2004)*. Yonit. Al igual que FA-593, es una variedad larga vida. Tomate hibrido indeterminado, que se caracteriza principalmente por su escaso vigor, su gran precocidad y rusticidad. Ideal para el uso en invernadero (TATTERSALL, 2003). * DEVIA, J. Ing.Agr. 2004. Profesor cátedra cultivos forzados. Universidad Católica de Valparaíso. Facultad Agronomía. Comunicación personal. 21 3. MATERIALES Y MÉTODOS Los ensayos fueron llevados a cabo en el Laboratorio e Invernadero del área de Fitopatología de la Facultad de Agronomía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, ubicada en la comuna de Quillota, V región (coordenadas 32º Lat Sur y 71º Long Oeste). Se trabajó en un invernadero de madera tipo capilla con cubierta de polietileno transparente, de dimensiones: 9 m de ancho, 15 m de longitud y una altura de 3,10 m en el punto más alto. En el Anexo 1, se presenta el comportamiento térmico y de humedad relativa, registrados en un invernadero similar en la localidad de La Palma. Los aislados de Pseudomonas se obtuvieron a partir de 12 muestras de tomate cv. Fortaleza de cinco diferentes predios, las cuales fueron identificadas tentativamente como Pseudomonas syringae. La sintomatología que presentaron las plantas naturalmente infectadas (Figura 3 a), a partir de las cuales se aislaron las cepas bacterianas, se caracterizó por la presencia de manchas necróticas rodeadas de halo clorótico en los folíolos y un severo atizonamiento de pecíolos y tallos, esta presencia de lesiones corticales necróticas no comprometía el tejido vascular y su movimiento a través del tallo se iniciaba desde la zona basal de las plantas hasta la parte alta, donde se detiene el atizonamiento sin comprometer frutos. Los aislados 627.1, 627.2, 627.3, 593.1, 593.2 593.3, 593.4, 588.1 588.2, 290, Sta. Rosa y McLean, fueron recuperadas a partir de conservados liofilizados, los que habían sido aislados desde plantas enfermas en la primavera del año 2003. Para su reactivación las cepas se sembraron sobre 22 un medio B de KING (MBK) (LELLIOTT y STEAD, 1987) y tras cinco días de incubación a 23ºC se repicaron a partir de una colonia sobre placas del mismo medio de cultivo, para purificar y obtener nuevo inóculo. 3.1. Caracterización de aislados de Pseudomonas syringae (in vitro): 3.1.1. Utilización de sustratos orgánicos A todos los aislados mencionadas en el párrafo anterior, junto con la cepa 112 correspondiente a P. syringae pv. syringae, se les realizó pruebas de crecimiento de colonias sobre dos distintas fuentes de carbono: eritritol y DL- lactato. Se utilizó 1 g de la fuente de carbono en 1000 ml del medio de sales minerales Ayers, el cual para un litro de medio requiere: 1 g de NH4H2PO4, 0,2 g de KCl, 0,2 g de MgSO4x7H2O, 1 ml de bromotimol azul 1,6% p/v en 95% de etanol y 12 g de agar. Antes de autoclavar el medio se ajustó el pH a 7,2. Luego de 20 minutos en autoclave se dejó enfriar, se traspasó a placas Petri, luego de dos días se sembró las bacterias mediante un estriado y se incubó a 27°C por 3, 7 y 14 días. El crecimiento se comparó con placas que no contenían una fuente de carbono (LELLIOTT y STEAD, 1987; SCORTICHINI, 1995). 3.1.2. Capacidad de formar núcleos de hielo Inicialmente los aislados 290, 588, 593, Sta Rosa y 112 se hicieron crecer por dos días a 25ºC sobre el medio LPGA, el cual está compuesto por 5 g de extracto de levadura, 5 g de peptona, 5 g de glucosa y 15 g de agar. Luego de dos días de crecimiento se preparó una suspensión de 1x109 u.f.c./ml que se introdujo en tubos estériles, además se prepararon tubos control que contenían sólo agua destilada estéril. Posteriormente los tubos se 23 sumergieron por cinco minutos en un recipiente de plástico con una solución anticongelante (NaCl 2 M) a una temperatura estable de -4°C, que se logró utilizando un congelador horizontal con termostato ajustable, el cual se instaló dentro de una cámara frigorífica a temperatura constante de -1°C perteneciente al Laboratorio de Poscosecha. Se registró un resultado positivo, cuando el líquido contenido en el tubo donde fue puesta la suspensión bacteriana, se congeló claramente. Se verificó que en los tubos control no se presentara congelación. Esta prueba se repitió dos veces (SCORTICHINI, 1995; CINTAS, BULL y KOIKE, 2002). 3.2. Ensayos de virulencia, susceptibilidad varietal y patogenicidad (in vivo): Se realizaron tres ensayos bajo condiciones de invernadero, el primero consistió en evaluar en un cultivo de tomate cv. Fortaleza, la virulencia de cinco cepas de las cuales, una era P. syringae pv. syringae y las cuatro restantes correspondieron a aislados causantes de la nueva sintomatología en plantas de tomate. En el segundo ensayo se utilizó uno de los cuatro aislados anteriormente analizados causantes de la nueva sintomatología, para evaluar susceptibilidad en cuatro variedades de tomate. En el tercer ensayo se realizó la prueba de patogenicidad en frejol caupí, utilizando las mismas cepas del Ensayo 1. 3.2.1. Ensayo 1: Evaluación de virulencia de cuatro aislados de P. syringae causantes de la nueva sintomatología. Este primer ensayo constó con seis tratamientos, con cinco cepas bacterianas y un testigo en plantas de tomate con cinco hojas verdaderas. Se empleó una cepa de Pseudomonas syringae pv. syringae contrastada con 24 cuatro aislados de Pseudomonas syringae causantes de la nueva sintomatología. Se trabajó con plántulas de tomate variedad Fortaleza donadas por Quintil S.A., las cuales fueron sembradas el 20 de abril en bandejas almacigueras de 286 alvéolos. El día 28 de mayo fueron transplantadas en bolsas individuales de polietileno negro con un volumen de sustrato de siete litros y llevadas a invernadero frío, donde se mantuvieron todo el ensayo. El sustrato consistió en una mezcla de 60% de tierra de hoja, 20% de suelo franco arcilloso y 20 % de arena, el cual fue vaporizado y esterilizado el día 26 de mayo. Una semana después del transplante se inoculó con las cepas correspondientes a cada uno de los tratamientos (ver sección 3.2.1.2.), conservadas en forma liofilizada y estriadas a MBK para su purificación y multiplicación. El cultivo presentó durante el periodo del ensayo ataques de mosquita blanca (Trialeurodes vaporariorum) y de polilla del tomate (Tuta absoluta). Para su control se utilizó productos tales como Confidor 350 SC (i.a. imidacloprid) y Evisect-S (i.a. thiocyclam) en dosis comerciales para mantener la sanidad vegetal de la parte aérea mediante aspersiones foliares. Durante el ensayo no se empleó ningún bactericida o fungicida. En cuanto al manejo de riego y fertilización, se realizaron riegos semanales y para esto se utilizó un sistema de riego presurizado, formado por una matriz a la cual estaban conectadas cuatro líneas de riego de 16 mm y a estas los microtubos con gasto de 4 l/h (un emisor por planta). La fertilización consistió 25 en la aplicación semanal vía riego de tres fertilizantes, las dosis utilizadas se presentan en el Anexo 2. 3.2.1.1. Método de obtención y aislamiento del inóculo Las cinco cepas se obtuvieron a partir de la recuperación de conservados liofilizados. Para reactivarlas se sembraron sobre un MBK. Tras cuatro días de incubación a 23°C se repicaron nuevamente sobre otras placas del mismo medio para aumentar la cantidad del inóculo. Una vez recuperadas las cinco cepas a inocular, se procedió a repicar nuevamente cada una de ellas, a partir de una colonia en una nueva placa de MBK, con el fin de obtener un cultivo puro para todas las cepas. Una vez transcurridas 48 horas (máximo) desde el repique se realizó el test de LOPAT (LELLIOTT, BILLING y HAYWARD, 1966) a todas las cepas. 3.2.1.2. Forma de inoculación Para la obtención del inóculo de las cinco cepas, se procedió a sembrar en placas con cada una de ellas. Luego de dos días de incubación con un crecimiento bacteriano abundante, se diluyó el contenido de cada placa en 40 ml de agua destilada estéril, midiendo posteriormente la transmitancia de la suspensión en un espectrofotómetro a 580 nm, aceptándose una lectura de 50% para asegurar una adecuada concentración del patógeno (en este caso corresponderá a 1 x 108 ufc/ml, cantidad suficiente para lograr un adecuado y homogéneo nivel de desarrollo de Pseudomonas syringae). La solución bacteriana se aplicó sobre las hojas de las plantas de tomate una semana luego del transplante (4 de junio). Previo a la inoculación, las hojas 26 de las plantas de cada tratamiento se asperjaron con carborundum, y luego la superficie se rozó para generar microheridas en la epidermis de las plantas y facilitar el ingreso del patógeno. Luego se utilizó un asperjador manual estéril, hasta dejar la epidermis notoriamente húmeda con la suspensión bacteriana. Es importante destacar que las plantas testigo también fueron frotadas con carborundum y posteriormente rociadas con agua destilada estéril. Inmediatamente post inoculación de cada planta, se cubrió cada una de ellas con una bolsa de polietileno transparente, cerrándola con un elástico para evitar el contagio entre tratamientos y lograr un efecto de cámara húmeda. El plástico se retiró luego de tres días. Para evitar el contagio entre tratamientos se inició la inoculación por los testigos (T1) y siguiendo uno a uno en orden con los otros tratamientos. En la medida que se avanzó en la inoculación, luego de cada tratamiento por bloque (10 plantas) se realizó una minuciosa desinfección de manos con hipoclorito de sodio (0,1%). 3.2.1.3. Tratamientos Con el fin de evaluar y comparar el comportamiento y daño ocasionado por los aislados causantes de la nueva sintomatología versus P. syringae pv. syringae, se realizaron los siguientes tratamientos: Tratamiento 1: Testigo, sin inoculación Tratamiento 2: Cepa 112 de P. syringae pv. syringae Tratamiento 3: Aislado Cepa 290 Tratamiento 4: Aislado 588 27 Tratamiento 5: Aislado 593 Tratamiento 6: Aislado Sta. Rosa 3.2.1.4. Diseño estadístico El experimento se condujo mediante un diseño de bloques completos al azar. La unidad experimental correspondió a 10 plantas, las que fueron observadas y evaluadas. Se realizaron seis tratamientos incluyendo un testigo, los cuales se distribuyeron aleatoriamente sobre cada una de las cuatro repeticiones (cuatro bloques) en el invernadero del ensayo. Los factores de bloqueo fueron riego y luminosidad dentro del invernadero. La distribución de este ensayo se representa en el Anexo 3. Para la evaluación del experimento, los datos se sometieron a un análisis de varianza mediante la Prueba de significancia de Fisher (prueba F) y cuando el valor P asociado al estadístico F fue ≤ 0,05, se realizó una comparación de medias con el test de Tukey (α=0,05). 3.2.1.5. Variables evaluadas Las variables se eligieron de acuerdo al tipo de daño ocasionado por el patógeno, por tratarse de una enfermedad que se caracteriza por producir lesiones a nivel foliar y de tallo, se evaluó el efecto del patógeno en la planta considerando daños en el follaje, pecíolos y tallo, a través del estudio del porcentaje de incidencia de la enfermedad (usando como criterio la observación de presencia y ausencia de síntomas en las plantas de cada tratamiento mediante un seguimiento de éstos), y estimaciones del índice de daño de la enfermedad (utilizando una escala de daño o lesiones causadas por las distintas cepas de Pseudomonas syringae). 28 La fórmula utilizada es la siguiente: % de Incidencia (I) = Nº de plantas enfermas por unidad x 100 Total de plantas observadas (sanas más enfermas) (COMMONWEALTH MYCOLOGICAL INSTITUTE, 1985). Para efectos del índice de daño, se utilizó la siguiente escala: 0 Ausencia de síntomas, planta sana. 1 Manchas necróticas puntiformes en escaso número sobre las hojas. 2 Manchas necróticas puntiformes sobre las hojas y atizonamiento de pecíolos. 3 Manchas necróticas puntiformes esparcidas sobre las hojas y atizonamiento del tallo. A través de la observación visual se estableció una nota dentro de la escala de 0 a 3 para cada una de las plantas y posteriormente se obtuvieron los promedios para cada tratamiento. La evaluación fue realizada un mes después del transplante, cuando se evidenciaron los síntomas en las plantas (2 de julio). 3.2.2. Ensayo 2: Evaluación de la susceptibilidad de cuatro variedades de tomate al aislado 593. En este ensayo se trabajó con plántulas de tomate de diferentes variedades: Fortaleza, Naomi, FA 593 y Yonit. Estas fueron producidas por Euro Plant 29 Chile S.A., con siembra el 15 de junio en bandejas almacigueras de 286 alvéolos para la obtención del almácigo. El día 26 de julio de 2004 fueron transplantadas en bolsas individuales de polietileno negro con un volumen de sustrato de siete litros y llevadas a invernadero frío. El sustrato fue formulado de igual manera que en el Ensayo 1. El día 5 de agosto se procedió con la inoculación de los tratamientos. El testigo con agua destilada estéril y el resto con el aislado 593 recuperado desde frascos conservados en forma liofilizada. En relación a los manejos fitosanitarios, de riego y fertilización de cultivo, éstos se desarrollaron del mismo modo que los descritos en el Ensayo 1. 3.2.2.1. Método de obtención y aislamiento del inóculo Para obtener el aislado 593 se procedió con la recuperación de conservados liofilizados, se reactivó la cepa sembrándose sobre un medio B de King y tras cuatro días de incubación se repicó nuevamente sobre otras placas de este mismo medio para aumentar la cantidad del inóculo. Luego se volvió a repicar sobre 20 placas, cada una de ellas a partir de colonias individuales. 3.2.2.2. Forma de inoculación Luego de dos días de incubación con un crecimiento bacteriano abundante, se diluyeron las 20 placas en 800 ml de agua destilada estéril y al igual que el Ensayo 1, se midió su transmitancia a 580 nm en un espectrofotómetro, ajustada a una lectura de 50%. 30 El proceso de inoculación fue el mismo realizado en el Ensayo 1 (también los tratamientos testigos). La solución bacteriana fue aplicada sobre hojas de las plantas de tomate el día 5 de agosto de 2004, 10 días después de la plantación utilizando un asperjador manual estéril, hasta dejar la epidermis a punto de escurrimiento. Luego de la inoculación, al igual que el Ensayo 1, se procedió a cubrir cada planta con una bolsa de polietileno transparente. El plástico se retiró el 7 de agosto. 3.2.2.3. Tratamientos El ensayo constó de los siguientes tratamientos: Tratamiento 1: Variedad Fortaleza sin inoculación Tratamiento 2: Variedad Fortaleza inoculada con aislado 593 Tratamiento 3: Variedad Naomi sin inoculación Tratamiento 4: Variedad Naomi inoculada con aislado 593 Tratamiento 5: Variedad FA 593 sin inoculación Tratamiento 6: Variedad FA 593 inoculada con aislado 593 Tratamiento 7: Variedad Yonit sin inoculación Tratamiento 8: Variedad Yonit inoculada con aislado 593 3.2.2.4. Diseño estadístico Los experimentos fueron conducidos mediante un diseño de bloques completos al azar. La unidad experimental correspondió a 10 plantas, las que fueron observadas y evaluadas. Se realizaron ocho tratamientos incluyendo 31 un testigo los cuales se distribuyeron aleatoriamente sobre cada una de los cuatro bloques en la nave de invernadero del ensayo. Se procedió a bloquear los tratamientos debido a las variables riego y luminosidad dentro del invernadero. La distribución de los tratamientos se observa en el Anexo 4. El análisis de datos fue igual al Ensayo 1. 3.2.2.5. Variables evaluadas Al igual que en el Ensayo 1, el daño fue estudiado mediante estimaciones del índice de daño y el porcentaje de incidencia de la enfermedad. Se consideraron además las variables altura, peso fresco y peso seco, con la intención de establecer diferencias en la agresividad del ataque de acuerdo a la variedad. La evaluación de la escala de daño fue realizada un mes después de la inoculación, el día 2 de septiembre de 2004, cuando se evidenciaron los síntomas en la parte aérea de las plantas. Para la evaluación de las variables altura de plantas, peso fresco y peso seco, se cosecharon las plantas extrayéndolas con el sistema radical lo más íntegro posible. La altura de la planta se obtuvo midiendo la distancia desde el cuello hasta el ápice de las plantas, utilizándose una huincha graduada en centímetros. Consecutivamente se procedió a lavar las raíces, las cuales fueron secadas con papel absorbente y debidamente pesadas junto con el follaje. Posteriormente cada planta se secó a 62ºC hasta lograr un peso constante, para luego medir el peso seco. 32 Para el análisis estadístico de estas tres variables se procedió a realizar un test de Tukey a las diferencias obtenidas entre los tratamientos testigos y los tratamientos inoculados para cada variedad. El objetivo fue obtener el porcentaje de disminución de cada una de las variables, para las cuatro variedades. 3.2.2.6. Recuperación de Pseudomonas syringae desde lesiones y tejido sano de plantas de tomate con nueva sintomatología. Se realizó un seguimiento de la bacteria a lo largo de la planta, para lo cual se eligieron al azar dos plantas enfermas por variedad y se efectuaron aislamientos a partir de tejido de tres puntos de las plantas enfermas: desde la zona de avance considerada como zona basal, a 5 cm del punto anterior hacia el ápice o zona media y a 10 cm de la zona de avance o zona alta. Los trozos de tallo se cortaron con un bisturí estéril. Los tejidos fueron desinfectados bajo cámara de flujo laminar del laboratorio, con hipoclorito de sodio al 1 % por 15 segundos; luego, se lavaron tres veces con agua destilada estéril, se maceraron, y el extracto fue sembrado con un asa en placas Petri en MBK. Estas placas se identificaron, se sellaron con parafilm y luego se colocaron en estufa a 23ºC por dos días, para posteriormente verificar la fluorescencia de las placas bajo luz cercana a ultravioleta (320 nm). Se evaluó desde que zona existía crecimiento bacteriano, para estudiar si la enfermedad se desarrolla en forma sistémica. 3.2.3. Ensayo 3: Test de patogenicidad en frejol caupí. Para efectuar el test de patogenicidad se emplearon las semillas de frejol caupí variedad Blackeye, las cuales fueron facilitadas por el Ingeniero Agrónomo, M. Sc. Gabriel Bascur B. del Departamento de Horticultura y 33 Cultivos del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria, CRI-INIA La Platina. El día 11 de noviembre de 2004, se inició el proceso de imbibición de las semillas en agua destilada estéril por 24 horas; posteriormente se introdujeron en placas Petri con papel absorbente levemente húmedo. Las placas se incubaron a 23°C en estufa durante dos días para inducir el proceso de germinación. El día 15 de noviembre de 2004, se sembraron semillas previamente germinadas y a las tres semanas de crecimiento se procedió con la inoculación de las plantas. Al igual que en el primer y segundo ensayo se utilizó carborundum, para generar microheridas en los folíolos de las plantas y facilitar el ingreso del patógeno. La recuperación de los aislados 588, 593, Sta Rosa, Mclean y 112 correspondió al mismo proceso realizado en los ensayos anteriores, y la inoculación de las soluciones bacterianas se realizó mediante un asperjador manual estéril, hasta dejar las hojas de las plantas de caupí notoriamente húmedas. Las plantas testigo también fueron rociadas con carborundum y posteriormente fueron asperjadas con agua estéril. Post inoculación todas las plantas fueron cubiertas en bolsas transparentes de polietileno por 36 hrs para proveer de alta humedad. Las plantas fueron ubicadas en un invernadero climatizado en un rango de temperatura entre 15 y 25ºC. Los síntomas fueron registrados 15 días después de la inoculación. 34 3.3. Análisis realizados por IMI, Inglaterra: El día 28 de diciembre 2004 fue enviado el aislado 593 al CAB International Mycological Institute, Inglaterra, para corroborar la identificación del agente causal. En este instituto se identificó la especie y patovar mediante análisis de ácidos grasos y descripción molecular utilizando la técnica rep-PCR. 35 4. PRESENTACIÓN Y DISCUSIÓN DE RESULTADOS 4.1. Caracterización de los aislados de Pseudomonas syringae (in vitro): 4.1.1. Utilización de sustratos orgánicos A través del cambio en la coloración en el medio de cultivo Ayers y a la fluorescencia bajo luz ultra violeta, que indica crecimiento de la cepa bacteriana a causa de la utilización de la fuente de carbono adicionada, se evaluó el uso tanto de eritritol como DL-lactato, por parte de los aislados causantes de la nueva sintomatología y de P. syringae pv. syringae (cepa 112), cuyos resultados se presentan en el Cuadro 2. CUADRO 2. Análisis de aislados de Pseudomonas syringae enfrentándose a diferentes fuentes de carbono. Medio Cepa 112 (pv. syringae) Aislados 290 - 593 - 588 McLean - Fdo. Sta Rosa Ayers Medio base de color celeste. Medio base de color celeste . Sin fluorescencia en UV. Sin fluorescencia en UV. Ayers con Medio de color celeste amarillo. Eritritol Medio de color celeste claro. Con fluorescencia No presentan fluorescencia Cepa 112 eritritol positivo Respuesta negativa Ayers con Medio vira a azul. Medio de color celeste claro. DL-lactato Con fluorescencia No presentan fluorescencia Cepa 112 DL-lactato positivo Respuesta negativa 36 Se debe considerar que el medio base de sales minerales Ayers se utiliza como control. El análisis muestra en el Cuadro 2, que sólo la cepa 112 correspondiente a P. syringae pv. syringae presenta un viraje en la coloración del medio, lo cual corrobora lo descrito por SCORTICCHINI (1995), que indica un cambio de coloración en el medio de cultivo como la respuesta positiva, debido al crecimiento bacteriano. Además SCHAAD (1980), GITAITIS (1993), YOUNG y TRIGGS (1994), SCORTICCHINI (1995) y BRAUN-KIEWNICK y SANDS (2001), señalan que P. syringae pv. syringae tiene respuesta positiva a la utilización de eritritol y DL-lactato y no así P. syringae pv. tomato. Asimismo, JONES, McCARTER y GITAITIS (1986), obtuvieron crecimiento y fluorescencia, al analizar la utilización de DL-lactato como fuente de carbono para las cepas de P. syringae pv. syringae; la misma respuesta obtuvieron al utilizar como sustrato orgánico de crecimiento a eritritol. Por otro lado, las pruebas realizadas a las cepas de P. syringae pv. tomato no mostraron crecimiento ni fluorescencia para ambas fuente de carbono. 4.1.2. Capacidad de formar núcleos de hielo La capacidad de formar núcleos de hielo por las bacterias en estudio, se evaluó mediante la congelación de las suspensiones bacterianas a -4°C. Los resultados se visualizan en la Figura 1 a, donde se evidencia claramente que sólo una suspensión bacteriana se congela y es la correspondiente a la cepa 112 de P. syringae pv. syringae. Ninguno de los aislados causantes de la nueva sintomatología fue capaz de congelarse. 37 Estos resultados coinciden con lo señalado por GITAITIS (1993) y LUDWIG y KLENK (2001) quienes indican que las cepas de P. syringae pv. syringae son activas a la nucleación de hielo, lo cual diferencia este organismo de P. syringae pv. tomato. Además los resultados concuerdan con estudios anteriores (JONES, McCARTER y GITAITIS, 1981; BONN y GITAITIS, 1987; SCORTICHINI, 1995; CINTAS, KOIKE y BULL, 2002) que ratifican la capacidad de formar núcleos de hielo en diferentes cepas de Pseudomonas syringae y concuerdan con la utilidad de esta técnica para discriminar entre los patovares en estudio. 38 a b FIGURA 1. (a) Respuesta a la capacidad de formar núcleos de hielo de diferentes aislados bacterianos causantes de la nueva sintomatología, una cepa de P. syringae pv. syringae (2ª de izq. a derech.) y un tratamiento testigo. (b) Recuperación del aislado 593 desde tres puntos de la planta en placas con medio B de King observadas bajo luz ultravioleta. Las placas desde izquierda a derecha corresponden a la zona de avance, zona media (a 5 cm de la zona de avance hacia el ápice) y zona alta (a 5 cm de la zona anterior). 39 4.2. Ensayos de virulencia, susceptibilidad varietal y patogenicidad (in vivo): 4.2.1. Ensayo 1: Evaluación de virulencia de cuatro aislados de P. syringae causantes de la nueva sintomatología. De acuerdo a los resultados obtenidos en el Cuadro 3, se puede afirmar que se observaron diferencias significativas en cuanto a incidencia de la enfermedad, ya que se visualiza en forma clara que sólo los aislados causantes de la nueva sintomatología tienen el máximo porcentaje de incidencia, mientras que los tratamientos testigo (T1), como los inoculados con la cepa 112 (T2) no presentan síntomas de enfermedad. CUADRO 3. Efecto de diferentes aislados bacterianos causantes de la nueva sintomatología, una cepa de P. syringae pv. syringae y un tratamiento testigo sobre la incidencia de la nueva sintomatología en plantas de tomate cv. Fortaleza. Tratamiento Incidencia de la Enfermedad (%) T1: Testigo (planta sin inocular) 0 a T2: Cepa P. syringae pv. syringae 0 a T3: Aislado 290 100 b T4: Aislado 588 100 b T5: Aislado 593 100 b T6: Aislado Sta. Rosa 100 b Promedios con letras iguales dentro de una columna no presentan diferencias significativas (α=0,05), según test de Tukey. Por otro lado, el máximo índice de daño es alcanzado por todos los tratamientos inoculados con los aislados causantes de la nueva 40 sintomatología, los cuales difieren significativamente de los tratamientos testigo (T1) y los inoculados con la cepa 112 (T2) (Figura 2). Tanto el Cuadro 3 como la Figura 2, revelan que todas las cepas causantes de la nueva sintomatología son igualmente virulentas, con una incidencia del 100% y con el grado de daño mayor de la escala. Lo anterior deja en evidencia que las cepas en estudio no corresponden a P. syringae pv. syringae y que todas ellas poseen igual capacidad para desarrollar la enfermedad. Estos resultados concuerdan con lo experimentado por LAWNTON y MAcNEILL (1986) y CINTAS, KOIKE y BULL (2002), quienes señalan que no hay desarrollo de la enfermedad en plantas de tomate al inocular con cepas de P. syringae pv. syringae y si hay desarrollo de la enfermedad en las plantas inoculadas con P. syringae pv. tomato. Lo observado concuerda con lo descrito por GITAITIS (1993), quien advierte que es sumamente difícil reproducir los síntomas de P. syringae pv. syringae bajo condiciones de invernadero. Una posible explicación a esto es que P. syringae pv. syringae en plantas de tomate actúa como un patógeno débil y oportunista, que se encuentra frecuentemente en heridas y como un organismo secundario en infecciones mixtas, sin desarrollar sintomatología, pero presente en forma epífita en el vegetal (GITAITIS, 1993; GABOR y WIEBE, 1997). Referente a la sintomatología observada, esta se presentó igual a la descrita en plantas naturalmente infectadas (Figura 3 a). Post-inoculación los síntomas se iniciaron en los folíolos en forma de pecas o pequeñas manchas necróticas rodeadas de halo clorótico, posteriormente se ennegrecieron los pecíolos y luego avanzó en forma contagiosa hacia la base del tallo de la planta, iniciando un movimiento ascendente (Figura 3 b), el cual se detuvo en 41 la parte superior, produciendo un severo atizonamiento a lo largo de los tallos el cual no se prolongó a las hojas superiores ni a los frutos. El daño se traduce en un menor desarrollo de las plantas (Figura 3 c). Cabe destacar que estas lesiones corticales necróticas son superficiales y no comprometen el tejido interno, lo que se visualiza al hacer cortes transversales. Esto permite confirmar que la bacteria posee un movimiento periférico vía células epidermicas o subepidérmicas. Llama la atención la forma autónoma de avance de la lesión dentro de la planta. Esto puede ser explicado por la falta de medios que propicien la difusión de la bacteria como son la lluvia, el riego por aspersión, la manipulación, el roce entre plantas por viento, maquinarias, etc. Factores que ayudan a la dispersión y movimiento de la bacteria tanto dentro de las plantas como entre ellas. Estas condiciones no se ven favorecidas bajo invernadero, lo cual podría aclarar lo ocurrido tanto en los ensayos realizados como en plantas naturalmente infectadas, donde se detiene el movimiento de la bacteria y no hay presencia de síntomas en frutos y hojas superiores. Por otra parte esta particular forma de avance de la lesión y el severo atizonamiento en los tallos no corresponde a la tradicional descripción de la sintomatología que ocasiona P. syringae pv. tomato, donde destaca el daño en los frutos. En Chile ha sido descrita únicamente en tomate cultivado al aire libre en la VI y VII región, específicamente en las zonas de Talca, Rengo, Pelequen y Requinoa. En estos lugares la sintomatología origina manchas negras de pequeño tamaño rodeadas de halo amarillo en las hojas que pueden confluir llegando a secar foliolos. Tallos, pecíolos y bordes de los sépalos, también pueden presentar manchas negras de contorno irregular. Los frutos se afectan en estado verde, donde se observan pequeñas manchas deprimidas (APABLAZA, 2000). 42 b Indice de Daño 3 b b b 2 1 0 a Fortaleza s/inocular a Fortaleza + cepa Fortaleza + pv. syringae aislado290 Fortaleza + aislado588 Fortaleza + Fortaleza + aislado593 aisladoSta.Rosa Tratamientos FIGURA 2. Efecto de diferentes aislados bacterianos causantes de la nueva sintomatología, una cepa de P. syringae pv. syringae y un tratamiento testigo, sobre el índice de daño de la nueva sintomatología en plantas de tomate cv. Fortaleza. Tratamientos seguidos por letras iguales no presentan diferencias significativas (α=0,05), según test de Tukey. 43 b a c Plantas testigo FIGURA 3. Plantas inoculadas Plantas de tomate con nueva sintomatología provocada por aislados de Pseudomonas syringae (a) Planta de tomate naturalmente infectada. (b) Planta de tomate con manchas necróticas puntiformes sobre las hojas y atizonamiento de tallo (nivel de daño 3). (c) Plantas de tomate variedad Fortaleza inoculadas con aislado 593 en comparación con sus testigos. 44 4.2.2. Ensayo 2: Evaluación de la susceptibilidad de cuatro variedades de tomate al aislado 593. De acuerdo a los resultados obtenidos en la evaluación de la susceptibilidad de cuatro variedades de tomate (Cuadro 4), se puede afirmar que hay diferencias significativas en cuanto a incidencia de la enfermedad, ya que se observa que todas la variedades inoculadas con el aislado 593 tienen el máximo porcentaje de incidencia y cada uno de sus respectivos tratamientos testigo (sin inoculación) no desarrollan la enfermedad en las plantas. CUADRO 4. Incidencia del aislado 593 causantes de la nueva sintomatología inoculado sobre diferentes variedades de tomate y sus respectivos testigos. Tratamiento T1: Variedad Fortaleza sin inocular Incidencia de la Enfermedad (%) 0 a T2: Variedad Fortaleza inoculada con aislado 593 T3: Variedad Naomi sin inocular T4: Variedad Naomi inoculada con aislado 593 T5: Variedad FA 593 sin inocular T6: Variedad FA 593 inoculada con aislado 593 T7: Variedad Yonit sin inocular T8: Variedad Yonit inoculada con aislado 593 100 0 b a 100 0 b a 100 0 100 b a b Promedios con letras iguales dentro de una columna no presentan diferencias significativas (α=0,05), según test de Tukey. Como se puede observar en la Figura 4, el máximo índice de daño es alcanzado en todas las variedades en estudio por los tratamientos inoculados con el aislado 593, causante de la nueva sintomatología, los cuales difieren significativamente de sus respectivos tratamientos testigo. 45 a Indice de Daño 3 a a a 2 1 b b b b Fortaleza Naomi FA 593 Yonit 0 Tratamientos FIGURA 4. Índice de daño de la aislado 593 causantes de la nueva sintomatología inoculada sobre diferentes variedades de tomate y sus respectivos testigos. Tratamientos seguidos por letras iguales no presentan diferencias significativas (α=0,05), según test de Tukey. 46 4.2.2.1. Altura, peso fresco y peso seco En relación con la altura de planta, el peso fresco y el peso seco, se buscó medir la diferencia existente entre las plantas testigos y las inoculadas, con la intención de estudiar el comportamiento de las variables evaluadas para cada una de las variedades. CUADRO 5. Porcentaje de variación entre plantas testigos e inoculadas con aislado 593 en las variedades de tomate Fortaleza, FA 593, Yonit y Naomi, para las variables altura, peso fresco y peso seco. Variedad Disminución de altura (%) Disminución de peso fresco (%) Disminución de peso seco (%) Fortaleza 35,02 a 66,88 a 67,08 a 47,07 b 49,34 b FA 593 22,42 b Yonit 34,82 a 54,63 a b 46,42 b Naomi 29,28 a b 57,39 a b 50,03 b Promedios con letras iguales dentro de una columna no presentan diferencias significativas (α=0,05), según test de Tukey. Al analizar el Cuadro 5, la variable altura, se observa que la variedad FA 593 puede ser catalogada como la variedad que se ve significativamente menos disminuida en tamaño en comparación con Fortaleza y Yonit. Lo anterior deja en evidencia que si bien en el presente ensayo se obtuvo diferencia en el tamaño de la parte aérea, estos resultados no expresan que la variedad FA 593 sea resistente o tolerante, ya que en los ensayos 47 realizados previamente se comprobó que todas las variedades obtienen el máximo índice de daño y 100 % de incidencia de la enfermedad. En relación con la disminución del peso fresco de las plantas inoculadas y sus respectivos testigos, Yonit y Naomi mostraron estadísticamente el mismo comportamiento, el cual se encuentra en un sitial intermedio entre FA 593 y Fortaleza. FA 593 al igual que en la variable altura se ve menos afectada en la disminución del peso fresco y se diferencia significativamente de Fortaleza, variedad que se ve mayormente afectada por el aislado bacteriano. Esto se acentúa aun más en la disminución de peso seco donde Fortaleza marca una diferencia notable por un altísimo porcentaje de disminución, el cual es significativamente mayor en comparación con las otras variedades. Estos estudios concuerdan con lo observado en la Figura 3 c, puesto que en lo referente al peso fresco, y altura de las plantas inoculadas en comparación con sus respectivos testigos presentan diferencias evidentes. Finalmente, se puede afirmar que la bacteria tuvo una influencia detrimental en el desarrollo de las plantas inoculadas, y aun cuando todos los tratamientos se ven severamente afectados en comparación con sus respectivos testigos, en general es la variedad Fortaleza quien tiene la diferencia mayor en todas las variables, por lo tanto, se convierte a la más susceptible al ataque en comparación con las otras tres variedades incluidas en este ensayo. Esto concuerda con lo observado a nivel de campo, donde todos los predios que presentaron este problema utilizaban la variedad Fortaleza. 48 4.2.2.2. Recuperación de Pseudomonas syringae desde lesiones y tejido sano de plantas de tomate con nueva sintomatología En relación a los resultados obtenidos mediante el aislamiento de tejidos, desde distintos puntos de las plantas enfermas (Cuadro 6), se puede ver que en ocho de las doce zonas muestreadas se aisló P. syringae. La zona de la cual no se logró aislar la bacteria correspondió a la zona alta ubicada a 10 cm de la zona de avance hacia el ápice (Figura 1 b). CUADRO 6. Respuesta del crecimiento bacteriano de los aislados 593 recuperados desde distintas alturas de las plantas de tomate, para las diferentes variedades, post-incubación en medio B de King a 23°C. Variedad Zona de Avance Zona Media Zona Alta Fortaleza +++ + − FA 593 +++ + − Yonit +++ + − Naomi +++ + − +++ Abundante crecimiento bacteriano + Escasas colonias − No hubo presencia de colonias De los ocho aislados que si se lograron recuperar, se constató mediante luz ultravioleta y la fluorescencia (Figura 1 b), que el número de colonias en la zona media era muy escasa, sin embargo en la zona de avance la cantidad de bacteria fue abundante. Estos resultados confirman que la enfermedad no se desarrolla en forma sistémica. 49 4.2.3. Ensayo 3: Test de patogenicidad en frejol caupí Como se observa en el Cuadro 7, los aislados de P. syringae pv. syringae produjeron lesiones necróticas rodeadas por halos en todas las repeticiones de frejol caupí a los 15 días después de ser inoculadas. Ningún testigo ni aislado de P. syringae produjo la reacción típica de síntomas. CUADRO 7. Respuesta de las inoculaciones realizadas en frejol caupi con diferentes aislados bacterianos causantes de la nueva sintomatología, una cepa de P. syringae pv. syringae (cepa 112) y un tratamiento testigo. Se inocularon un total de cuatro plantas por aislado. Aislado Plantas sanas Plantas con síntomas 593 4 0 Sta. Rosa 4 0 588 2 2* McLean 4 0 112 0 4 Testigo 4 0 * Sintomatología diferente: áreas de foliolos con síntomas de escaldado. Las dos plantas con síntomas correspondientes al aislado 588 no presentaron los mismos síntomas que la cepa 112, sino que produjeron aureolas blancas (escaldado). Se pueden considerar como una reacción posible ya que ha sido descrita por JONES, McCARTER y GITAITS (1981), quienes además señalan que la reacción típica de patogenicidad corresponde a lesiones necróticas rodeadas por halos cloróticos, como los manifestados en este ensayo, por lo que podemos decir que el test con frejol 50 caupí resultó de acuerdo a lo esperado, es decir, positivo sólo para P. syringae pv. syringae. Estos resultados concuerdan con lo descrito por GITAITIS (1993), quien señala que la mayoría de las cepas de P. syringae pv. syringae recuperadas desde tomate, inducen una reacción en frejol caupí cultivar California Blackeye Nº3. 4.3. Análisis realizados por IMI, Inglaterra: Los resultados de los análisis realizados por el Dr. L. Offord del IMI, registro número 392758 (Anexo 5), revelaron que el agente causal corresponde a Pseudomonas syringae y la respuesta al rep-PCR realizado reveló un perfil idéntico al registrado tanto para P. syringae pv. tomato, como para P. syringae pv. maculicola. Al ser el aislado 593 inicialmente recuperado desde tomate, el IMI afirma con un alto grado de confianza que esta cepa corresponde a P. syringae pv. tomato. Lamentablemente la caracterización de P. syringae pv. tomato y P. syringae pv. maculicola es idéntica, por lo cual tanto las pruebas bioquímicas como biológicas arrojan la misma respuesta (LUDWIG y KLENK, 2001; BRAUNKIEWNICK y SANDS, 2001). De acuerdo a esto, ZHAO et al. (2000) señalan en su estudio que al analizar los perfiles oxidativos de la utilización de sustratos orgánicos entre cepas de estos patovares, el porcentaje de semejanza corresponde a un 79,5%. Por su parte WIEBE y CAMPBELL (1993) se refieren a la estrecha relación existente entre P. syringae pv. maculicola y P. syringae pv. tomato y 51 aseveran que dentro de la especie P. syringae, estos son los patovares más cercanos, debido a que poseen más del 75% de homología en su ADN. Es importante destacar que P. syringae pv. maculicola en la caracterización del rep-PCR posee dos perfiles definidos posibles, A o B. Esto indica que puede haber convergido de al menos dos líneas evolucionarias. Por lo tanto, al analizar los patrones de banda entre este patovar y P. syringae pv. tomato puede ocurrir que este último revele el patrón de banda correspondiente al grupo A de P. syringae pv. maculicola (ZHAO et al., 2001). Por su parte CINTAS et al. (2001) y BRADBURY (1986) indican que todos los hospederos de P. syringae pv. maculicola corresponden a crucíferas y la mayor parte pertenece al género Brassica. Además LOPEZ y MONTESINOS (2000) especifican como hospederos naturales a la col y la coliflor. Sin embargo WIEBE y CAMPBELL (1993) prueban que al inocular en tomate y coliflor cepas de los patovares maculicola y tomato, ambos fueron capaces de infectar en tomate. No obstante la respuesta obtenida, aseveran que estos patovares corresponden a entidades diferentes, ya que aún cuando las cepas de P. syringae pv. maculicola causaron lesiones en hojas de tomate, estas fueron diferentes a las naturalmente originadas por patovar tomato, el cual no logró ser patogénico en coliflor. Esto concuerda con los estudios realizados por CINTAS, BULL y KOIKE (2002) quienes indican que P. syringae pv. tomato no fue patogénica en las crucíferas por ellos utilizadas (sí en tomate), mientras que todas las cepas de P. syringae pv. maculicola si reprodujeron enfermedad en crucíferas, y en tomate se describe una reacción variable. 52 Esta información del rango de hospederos apoya la hipótesis de que el patovar en estudio no se considera como una bacteria capaz de ocasionar enfermedad en tomate y además no ha sido descrita en Chile (BRADBURY, 1986). A partir de lo anterior, y considerando que no hay reportes que incluyan al tomate como hospedero de P. syringae pv. maculicola, se puede afirmar que el perfil descrito por el IMI corresponde a P. syringae pv. tomato. 4.4. Resumen de pruebas biológicas, bioquímicas y patogénicas: De acuerdo a las diferentes pruebas biológicas, bioquímicas y de patogenicidad realizadas (Cuadro 8), la nueva sintomatología originada por los aislados en estudio, se ajusta a la especie y patovar P. syringae pv. tomato, lo que concuerda con los resultados obtenidos por, las pruebas bioquímicas conseguidas por LAWNTON y MAcNEILL (1986); CINTAS, KOIKE y BULL (2002) y MALAVOLTA et al. (2002) y a la respuesta negativa observada por JONES, McCARTER y GITAITIS (1986) en la formación de núcleos de hielo. Lo anterior, más la respuesta del IMI que corrobora que el aislado 593 corresponde a P. syringae pv. tomato permite afirmar que esta bacteria causante de una sintomatología nunca antes reportada, corresponde a una nueva variante o raza, sobre todo al considerar la magnitud del daño ocasionado en las plantas afectadas a nivel de campo. 53 CUADRO 8. Caracterización de cepas de Pseudomonas syringae pv. syringae y Pseudomonas syringae causantes de la nueva sintomatología. Test Levano Oxidasa Pudrición en Papa Arginina dihidrolasa Hipersensibilidad en Tabaco Fluorescencia en MB de King Utilización de Eritritol Utilización DL-Lactato Formación de núcleos de hielo Patogenicidad en caupí Reacción P. syringae pv. P. syringae causante de nueva syringae sintomatología + + + + + + + + + + - 54 5. CONCLUSIONES En los tratamientos in vivo, se puede concluir que los aislados 290, 593, 588 y Sta. Rosa atacan con igual nivel de daño a la variedad Fortaleza, actuando todas con igual grado de virulencia. Las cuatro variedades evaluadas resultaron ser altamente susceptibles al aislado bacteriano en estudio. Sin embargo FA-593 resultó ser más tolerante y Fortaleza fue la variedad más susceptible. De acuerdo a los resultados obtenidos en los ensayos in vitro, junto a la respuesta del análisis molecular realizado por el CAB International Mycological Institute, se puede concluir que los aislados causantes de la nueva sintomatología corresponden a Pseudomonas syringae pv. tomato. De acuerdo a la sintomatología observada, correspondería a una nueva variante o raza de este patovar. 55 6. RESUMEN Durante el año 2003, se observó una nueva sintomatología asociada a Pseudomonas syringae afectando plantas de tomate en invernadero frío. Se detectaron manchas necróticas rodeadas de halo clorótico en los folíolos y por sobre todo un severo atizonamiento en pecíolos y tallos. En un estudio preliminar se determinó que la especie correspondía a P. syringae [Fitopatología 39(1):54-55 (2004)]. En la presente investigación se realizaron pruebas bioquímicas para diferenciar patovares. Las pruebas de eritritol y DLlactato indicaron que se trataría de P. syringae pv. tomato. Igual resultado se obtuvo al evaluar la capacidad de formar núcleos de hielo a -4ºC. Posteriormente se evaluó la virulencia de cuatro aislados en estudio (290, 588, 593 y Sta. Rosa) en comparación a P. syringae. pv. syringae (cepa 112, aislada de cerezo) y los respectivos testigos. Los cuatro aislados fueron capaces de producir síntomas iniciales de manchas necróticas circulares y halo clorótico en hojas, y al cabo de 10 días un atizonamiento de los tallos y pecíolos, aspectos que no fueron observados en las plantas tratadas con P. syringae pv. syringae, ni en las plantas testigo. Luego se diseñó un segundo ensayo, inoculándose el aislado 593 utilizado en el Ensayo 1, en los cvs. Fortaleza, FA 593, Naomi y Yonit. Todas las variedades presentaron una reducción en la altura, peso fresco y peso seco, en comparación con sus respectivos testigos. Sin embargo, se afectó en mayor grado el cv. Fortaleza. Paralelamente fue enviado el aislado 593 al CAB International Mycological Institute, Inglaterra, para la identificación del agente causal mediante repPCR. La respuesta del análisis molecular coincide con la caracterización de este aislado como patovar tomato. En base a estos resultados, y de acuerdo con los síntomas observados, que difieren a los descritos para P. syringae pv. tomato, se concluye la presencia de una nueva variante o raza de este patovar afectando a plantas de tomate bajo invernadero en la zona de Quillota y Limache, V región, Chile, problema denominado atizonamiento bacteriano del tomate. 56 7. ABSTRACT During the year 2003, new symptoms related to Pseudomonas syringae were observed, affecting unheated greenhouse tomato plants. Severe necrotic spots surrounded by chlorotic halos and an overall blight in petioles and stems were detected. A preliminary study determined that this species corresponded to P. syringae [Fitopatología 39(1):54-55 (2004)]. In this study biochemical tests were done in order to differentiate pathovars. The erythritol and DL-lactate tests suggested that it could be P. syringae pv. tomato. The same result was obtained from evaluating the ice nucleation activity at -4ºC. Subsequently, the virulence of four isolates being studied (290, 588, 593 and Sta. Rosa) was evaluated and compared to P. syringae. pv. syringae (strain 112, isolated from cherry tree) and the corresponding negative controls. The four isolates produced the initial symptoms of circular necrotic spots and chlorotic halos on leaves, and after 10 days, blighting of stems and petioles, none of which were observed on plants treated with P. syringae. pv. syringae, nor in the negative control plants. A second test was then designed, in which the tomato cultivars Fortaleza, FA 593, Naomi and Yonit, were inoculated with isolate 593, used in Test 1. All of the varieties showed a reduction in height, fresh weight and dry weight, compared with their respective negative controls. Nevertheless, cv Fortaleza was the most strongly affected. At the same time, isolate 593 was sent to the CAB International Mycological Institute, England, for an identification of the causal agent by rep-PCR. The result of the molecular analysis coincided with the characterization of this strain as pathovar tomato. Based on these results, and on the symptoms observed, which differ from those described for P. syringae pv. tomato, the presence of a new variant of this pathovar is deduced, which affects greenhouse tomato plants in the area of Quillota and Limache, V region, Chile, and has been designated bacterial blight of tomatoes. 57 8. LITERATURA CITADA AGRIOS, G. 1996. Fitopatología. Segunda Edición. México D.F., Editorial Limusa. 838 p. APABLAZA, G. 2000. Patología de cultivos. Epidemiología y control holístico. 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