estudio "jovenes reclusos: realidad, derechos, mejoramiento de su

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ESTUDIO
"JOVENES RECLUSOS: REALIDAD,
DERECHOS, MEJORAMIENTO DE SU
SITUACION Y PERSPECTIVAS DE
REHABILITACION"
Realizado por Consultora Ceis, para el Instituto Nacional de la Juventud.
1998
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INFORME FINAL
"JOVENES RECLUSOS: REALIDAD, DERECHOS, MEJORAMIENTO DE SU
SITUACION Y PERSPECTIVAS DE REHABILITACION"
1.- PRESENTACION
A pesar de que en los últimos años se han realizado importantes esfuerzos
tendientes a situar la problemática de los jóvenes en el ámbito de la elaboración de
políticas sociales, aún existen importantes carencias en diversas áreas, respecto de las
cuales este segmento de la población resulta especialmente afectado. Esto se traduce
en problemas tales como la falta de capacitación, desempleo, escasez de espacios de
recreación e incluso situaciones que caen dentro del ámbito de la salud pública como
son la drogadicción y el alcoholismo.
Dentro de estos problemas, la delincuencia juvenil constituye un tema al que no
se le ha dado la importancia necesaria. A pesar de que incluso en la opinión pública el
tema de la seguridad ciudadana ha tomado fuerza, se puede constatar un déficit en
relación al estudio de este fenómeno. Como consecuencia, las pocas políticas públicas
que se aplican carecen del sustento necesario para hacerlas efectivas. En Chile faltan
investigaciones teóricas y empíricas que se refieran exclusivamente a la delincuencia
en este grupo etario. Por otro lado, no se han producido avances legislativos
significativos al respecto, que permitan enfrentar este problema de manera eficaz. Esto
contrasta con otros ámbitos del quehacer nacional, como el área económica, en el cual
se han logrado importantes avances.
El proceso de paso de la infancia a la adultez, se caracteriza por sucesivos
cambios que tienen, entre sus fines, que la persona adquiera la independencia parental
y consolide una identidad propia que le permita reconocerse como un ser único y, al
mismo tiempo, diferenciarse del resto. Debido a estos cambios, tanto físicos como
comportamentales, es que se puede hablar de la juventud como una etapa del
desarrollo con características propias y que difiere cualitativamente de otras. Sin
embargo, en el momento en que el joven entra en contacto con el sistema penal, es
tratado como niño o como adulto, sin que se tomen en cuenta estas características. Es
decir, no existe un tratamiento jurídico diferenciado que permita abordar en mejor forma
los conflictos del joven con su entorno.
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Durante 1996 Carabineros realizó 72.414 aprehensiones1 de las cuales el 62.6%
fueron jóvenes entre 15 y 29 años. Por otro lado, Investigaciones puso a disposición de
los juzgados con competencia criminal a 17.800 personas, de las que el 65.2% tenía
entre 16 y 30 años. En el año 1995 fueron condenadas 18.291 personas, 63.2%
jóvenes de 15 a 29 años. Estos datos revelan que más de la mitad de los sujetos que
en los últimos años han entrado en conflicto con la justicia son jóvenes. Dentro del alto
porcentaje de delitos por los que fueron condenados, un 75% corresponde a delitos
contra la propiedad (robo, robo con homicidio, robo con violencia, robo con fuerza y
hurto).
De estos datos se puede desprender que una política de control delictual y de
rehabilitación de los delincuentes debe, necesariamente, prestar especial atención a
este grupo etario y al tipo de acto delictivo que éstos mayormente cometen. Para esto
es indispensable estudiar las características socio-culturales del joven infractor y de los
motivos que lo llevan a delinquir. Se precisa entonces contar con un perfil del joven en
conflicto con la justicia, que incluya aspectos psicológicos como sociales. Además se
requiere conocer en sus caracterísiticas el contacto que los jóvenes tienen con los
organismos policiales y judiciales. Al respecto no es de menor importancia interiorizarse
en la realidad que viven los jóvenes internos en recintos penitenciarios y de que
manera esta situación puede afectarlos, considerando la etapa del desarrollo en que se
encuentran. Por otro lado es conveniente analizar la normativa legal que rige el actuar
de estas personas y de que manera se hace cargo de esta realidad. De surgir un juicio
negativo al respecto, deberán diseñarse políticas legislativas tendientes a abordar este
fenómeno de manera más adecuada.
La presente investigación tiene por objetivo general el realizar un estudio
descriptivo de la situación actual del joven que entra en conflicto con la justicia. Este
trabajo se llevó a cabo desde una perspectiva que aunó criterios legislativos y
psicosociales, con el fin de lograr una visión integral de la temática en estudio. Se
pretende también proponer orientaciones e iniciativas para políticas en materia de
jóvenes transgresores de la legislación penal.
En primer lugar se efectuó un análisis comparativo entre la legislación procesal
penal vigente y los tratados internacionales suscritos por Chile y que contienen normas
de este tipo. A través de este estudio se pretendió verificar si estos preceptos
internacionales se cumplen en nuestro país en su fase normativa. Posteriormente se
analizó aquellas sugerencias internacionales que abordan la temática descrita y que no
se traducen en tratados internacionales. Nuevamente se las cotejó con la legislación
interna vigente. El análisis jurídico del tema se concluye con entrevistas a diversos
actores judiciales que expresaron su opinión en relación a temas atingentes a la
delincuencia juvenil.
Por otra parte se confeccionó, a partir de una encuesta aplicada a un grupo de
jóvenes internos en recintos penales, un perfil del joven en conflicto con el sistema
1
Anuario de estadísticas criminales, fundación paz ciudadana, que sólo toma en cuenta los delitos de homicidio,
violación, lesiones, daños, drogas, robo, robo con homicidio, robo con violencia, robo con fuerza y hurto.
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penal. Este incluye aspectos psicológicos, familiares, educacionales, económicos y
sociales, lo que permite hacerse una idea de las características generales de los
jóvenes que se encuentran actualmente privados de libertad debido a conductas
delictivas. Se indagó también sobre las características del proceso penal en el cual
están insertos, desde el momento de la detención hasta la actualidad, en términos de
calidad de trato, cumplimiento de garantías procesales, calidad de la defensa y
conocimiento de los derechos que los asisten. Esta información se complementó con el
análisis de expedientes judiciales en los cuales el inculpado era un joven. A
continuación se indagó en la calidad de vida al interior del penal, expectativas de
rehabilitación y de reinserción social.
Finalmente se elaboraron propuestas legales y sociales que orienten acciones
dirigidas a mejorar la situación del joven enfrentado al sistema procesal penal y penal
sustantivo, en términos de mejorar el cumplimiento de las garantías en esta materia.
Por otro lado se sugieren medidas para poder llevar a cabo una efectiva labor de
rehabilitación y readaptación a la sociedad del joven infractor, ya se encuentre interno o
en el medio libre.
2.-ANALISIS DE NORMAS DE DERECHO COMPARADO
I.- Nociones Preliminares
Antes de entrar a desarrollar los temas expuestos, consideramos necesario
hacer unas precisiones acerca del objeto en estudio y que permitirán orientar al lector
en forma más clara respecto a la noción de joven y a su tratativa en materia penal.
En los tratados internacionales, la palabra joven no tiene una significación
jurídica. Los tratados solamente distinguen entre la población en general y el niño (por
ejemplo la Declaración Universal de Derechos del Niño, Convención sobre los
Derechos del Niño). Se denominan niños a las personas de dieciocho años, como lo
señala el artículo 1º de la Convención sobre los Derechos del Niño, que define como tal
a: “Todo ser humano menor de dieciocho años, salvo que, en virtud de la ley que le sea
aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de edad”. Toda la investigación, en lo
referente a tratados internacionales, se entenderá comprender a éste grupo etáreo.
En la legislación nacional, tampoco existe la distinción respecto del joven,
existiendo solamente los menores y los adultos regidos por dos cuerpos normativos
distintos. En primer lugar la ley 16.618, llamada ley de Menores, que se aplica a los
sujetos menores de dieciséis años y a los mayores de dieciséis pero menores de
dieciocho que hayan sido declarados sin discernimiento en conformidad a la ley. En
segundo lugar, el Código Penal y el Código de Procedimiento Penal y sus respectivas
leyes especiales, aplicables a las personas mayores de dieciocho años y a los mayores
de dieciséis pero menores de dieciocho años que hayan sido declarados con
discernimiento.
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A continuación haremos una breve reseña del procedimiento penal aplicable a
las personas mayores de dieciocho años y a los mayores de dieciséis pero menores de
dieciocho que hayan sido declarados con discernimiento.
II.- El Proceso Penal en Chile
Para hablar del proceso penal es básico entender previamente el objetivo de éste. Al
respecto como todo proceso, busca la solución de un conflicto de intereses de relevancia
jurídica, pero tiene como particularidad que este conflicto se da específicamente entre la
pretensión punitiva del Estado, esto es, la intención del Estado de intervenir mediante la
imposición de una pena al culpable frente a una conducta delictiva, y por otro lado el
derecho a la libertad individual del individuo.
Cabe señalar que frente a la comisión de un delito no hay un único proceso, sino que
el proceso dependerá de la naturaleza del ilícito cometido, no obstante esto, existe un
proceso penal de aplicación general, denominado procedimiento por crimen o simple delito
de acción penal publica , que es el que a continuación estudiaremos.
Garantías que han de reconocerse a las personas en todo Proceso Penal
Derecho al Debido proceso
Esto se traduce en las siguientes garantías:
i)
ii)
iii)
El tribunal juzgador debe ser designado por ley y con anterioridad a la comisión del
delito
El tribunal debe ser competente
El derecho a un racional y justo procedimiento (art. 19 Nº3 inc. 5º de la Constitución
de la República de Chile), el cual contempla los siguientes derechos:
a) Existencia de oportunidad para oponerse a los cargos (bilateralidad de la
audiencia)
b) Derecho a probar los hechos
c) La sentencia del órgano jurisdiccional debe ser fundada
d) El hecho de que no se pueda presumir de derecho la responsabilidad penal
e) El hecho de que nadie pueda ser detenido sino por la autoridad competente
f) Derecho a la libertad provisional durante el proceso, salvo que la ley por causales
explícitamente consagradas en ella, restrinja su concesión
Todos estos principios se encuentran recogidos en las siguientes normas positivas:
Art. 14 del Pacto de Derechos Civiles y Políticos
Art. 8 del Pacto de San José de Costa Rica
Art. 19 Nº3 de la Constitución de la República de Chile
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Art. 42 del Código de Procedimiento Penal
Derecho a un Proceso público
Normas positivas:
Art. 14 del Pacto de derechos civiles y políticos
Art. 8 del Pacto de San José de Costa Rica: " El proceso penal debe ser público salvo en lo
que sea necesario para preservar la justicia".
En el proceso penal chileno este principio no se cumple a cabalidad, puesto que toda
la etapa del sumario es secreta, con lo cual se menoscaba la posibilidad de defensa del
sujeto pasivo del proceso penal, quedando reservada para la etapa de plenario, en el
evento que el sujeto sea objeto de una acusación fiscal. Cabe mencionar que este plazo
tiene un límite, ya que el art. 80 del C.P.P. establece que en caso de prolongarse el
sumario por más de cuarenta días desde que el inculpado hubiere sido sometido a proceso,
éste tendrá derecho para que se ponga en su conocimiento todo lo obrado, salvo que esto
fuere peligroso para el éxito de la investigación. En todo caso en virtud de una reforma de
1991 se estableció que transcurridos 120 días del procesamiento, el procesado tendrá
siempre derecho al conocimiento del sumario, norma que en la práctica no se cumple,
puesto que los jueces han hecho una interpretación errada de dicha reforma señalando que
sólo se aplica tratándose de los delitos de hurto y robo.
Derecho a no autoincriminarse
Normas positivas:
Art. 14 letra g, Pacto de Derechos Civiles y Políticos; "toda persona tendrá derecho a no
declarar contra sí misma y a no confesarse culpable".
Art. 8 Nº2 Pacto de San José de Costa Rica
Art. 19 Nº7, letra f de la C.P.R. "En las causas criminales no se podrá obligar al inculpado a
que declare bajo juramento sobre hecho propio"
Art. 481 Nº5 C.P.P. Que señala los requisitos para la validez de la confesión.
Derecho a la defensa
Normas positivas:
Art. 14 Nº3 Pacto de Derechos Civiles y Políticos: “toda persona tendrá tiempo y medios
para preparar su defensa y a comunicarse con un defensor a su elección”
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Art. 8. Pacto de San José de Costa Rica
Art. 19 Nº3 de la C.P.R. Que establece el derecho a la defensa jurídica y a la debida
intervención del letrado.
Art. 278 C.P.P. Que hace obligatoria la defensa del procesado.
Art. 448 inc.3º C.P.P. La contestación de la acusación por el acusado constituye un trámite
esencial que no puede darse por evacuado en su rebeldía.
Art. 322 inc.3º C.P.P. Se integra dentro del derecho a la defensa, la obligación del juez de
dar conocimiento al inculpado, al tomarle la declaración indagatoria, del hecho que se le
atribuye y de la posibilidad de hacerle saber las pruebas que existen en su contra.
Derecho a contar con un letrado, dentro del ámbito del derecho a la defensa
Normas Positivas:
a-
Art.8 letra e del Pacto San José de Costa Rica . Establece el derecho irrenunciable a
ser asistido por un defensor nombrado por el Estado si el inculpado no lo hace.
b-
Art. 67 . El primer derecho que se reconoce al inculpado es el de designar abogado
patrocinante y procurador.
c-
Art. 278 inc.2º En el acto que al procesado se le notifique el auto de procesamiento,
debe designar abogado patrocinante y procurador, de lo contrario le quedaran
asignados abogado y procurador de turno.
Derecho a ser juzgado sin dilaciones
Normas positivas:
a-
Art.14 Nº3 Pacto de derechos civiles y políticos
b-
Art.8 Nº1 Pacto San José de Costa Rica
Estos principios no se encuentran incorporados en nuestra legislación penal, pero
como se trata de tratados internacionales aprobados y ratificados por Chile, en virtud del
art.5 de la C.P.R. debe entenderse que tales normas tienen rango legal.
Derecho al non bis in idem (no ser juzgado dos veces por la misma materia)
Normas Positivas:
Art.14 Nº7 Pacto de Derechos Civiles y Políticos "nadie puede ser juzgado ni sancionado
por un delito por el que ya se haya pronunciado sentencia firme".
Art. 8 Nº4 Pacto San José de Costa Rica "el inculpado absuelto por una sentencia firme no
podrá ser sometido a nuevo juicio por los mismos hechos".
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Art. 42 inc. 2º C.P.P. El cual señala que el procesado condenado, absuelto o sobreseído
definitivamente por sentencia ejecutoriada, no podrá ser sometido a un mismo proceso por
los mismos hechos.
El Ejercicio de la Acción Penal
Al cometerse un delito, el Estado busca aplicar una pena al transgresor, sin
embargo también están involucrados los intereses del ofendido, quien busca una
sanción y la reparación del daño.
En palabras del jurista Alcalá Zamora, la acción penal es el poder jurídico de
promover la actividad jurisdiccional a fin de que el juzgador se pronuncie acerca de la
punibilidad de hechos que el titular de la acción reputa constitutivos de delito.
Ahora bien, atendiendo a su titular, la acción puede ser clasificada como pública,
privada y mixta. Tratándose de la pública, ésta puede ser ejercida por cualquier persona
capaz de parecer en juicio. La privada puede ser ejercida sólo por el ofendido o ciertas
personas determinadas por la ley; la mixta se concede a éstas mismas personas, con la
diferencia que una vez iniciada, continúa tramitándose conforme a las reglas de la acción
penal pública.
En el proceso penal puede haber también un actor civil, quien es aquel que ejerce la
acción civil para obtener la reparación del daño.
Por ende, son partes en el proceso penal, como sujetos activos:
-
En el sumario: el querellante (única forma de hacerse parte en el proceso penal,
calidad que da la facultad de solicitar que se decreten diligencias por parte del
tribunal) y el actor civil (cabe hacer notar que querellante y actor civil pueden ser
una misma persona)
-
En el plenario: el acusador particular (cuando el querellante no se conforma con la
acusación fiscal y presenta una propia) y el actor civil.
El sujeto pasivo, por otro lado, es aquel contra quien se dirige la acción y la facultad
punitiva del Estado, la cual sólo puede dirigirse contra el personalmente responsable.
A lo largo del proceso éste puede ir presentando distintas calidades:
a) Simple imputado: es la persona que aparece como implicado en el posible
delito por el sólo hecho de aparecer su nombre en la querella o denuncia. Luego
de que el juez da curso a la acción e instruye sumario, el sujeto pasivo pasa a la
calidad de;
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b) Inculpado: es la persona contra la cual existen sospechas fundadas de que ha
participado en un hecho que reviste los caracteres de delito. Existe
consenso en la doctrina de que el inculpado no es parte, sin perjuicio de que
pueda ejercer ciertos derechos consagrados en forma enunciativa en el art. 67 del
C.P.P.
c) Procesado: el sujeto pasivo pasa a tener esta calidad cuando a su respecto se
dicta el auto de procesamiento, pasando ya a tener la calidad de parte en el
proceso penal. Los requisitos para que una persona pueda ser sometida a proceso
se señalarán con posterioridad.
d) Acusado: una vez cerrado el sumario, el juez tiene dos alternativas, sobreseer
o acusar (sin perjuicio de que la ley le permita sobreseer en cualquier estado del
juicio). El acusado es por ende el sujeto pasivo, cuando la causa se ha elevado a
plenario y a su respecto se ha dictado la acusación fiscal.
e) Condenado: es el sujeto pasivo del proceso penal cuando en su contra se ha
dictado una sentencia condenatoria. Luego de esta etapa, el sujeto pasivo pasa al
estado de;
f) Rematado: cuando la sentencia condenatoria se encuentra firme, vale decir,
cuando contra la sentencia no procede recurso alguno, o procediendo éstos, ya ha
transcurrido el término legal para interponerlos.
La acción civil, respecto del sujeto pasivo, se puede dirigir contra:
-
-
el responsable del hecho punible
el tercero civilmente responsable: es aquellas persona que responde civilmente
del hecho ajeno, por estar vinculado de alguna forma al responsable del hecho
punible (ejemplo: el que obtiene provecho del dolo ajeno sin ser cómplice en él,
responde pecuniariamente hasta el monto del beneficio). Cabe hacer notar que la
existencia de esta parte en el proceso penal es eventual.
Los herederos de unos y otros
Juicio Ordinario por Crimen o Simple Delito de Acción Penal Pública
Es un procedimiento general por cuanto procede en todos los casos en que el delito
es perseguible de oficio; consta de dos etapas llamadas Sumario y Plenario: el primero
puede definirse como aquella parte del juicio criminal, que tiene por objeto preparar el
plenario por medio de las investigaciones tendientes a comprobar el hecho punible y
determinar al delincuente, asegurar a la persona de éste y asegurar a la vez las
responsabilidades pecuniarias de los que intervinieron en el delito.
Características:
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- Secreto: elemento propio del sistema inquisitivo, se manifiesta en dos formas, desde un
punto de vista material, siendo las actuaciones secretas para todos los interesados, y
formal, ya que las actuaciones del sumario deben mantenerse en secreto por todos aquellos
que participan en el proceso. Este se encuentra limitado por el artículo 80, antes visto.
-
Escrito.
- No es contradictorio: por aplicación del principio inquisitivo no hay contradicción entre
partes, ya que de acuerdo al artículo 104 inc. 4 queda al arbitrio del juez permitir o decretar
alguna diligencia.
- Orden consecutivo discrecional: no tiene una tramitación ordenada ni se señalan plazos
para la práctica de diligencia alguna, facultándose al juez para decretarles cuando lo estime
conveniente.
- Por regla general no tiene plazo.
- Es preparatorio y provisional: es la naturaleza jurídica del sumario que sea preparatorio,
preparando el juicio penal propiamente tal que es el plenario. Además es provisional porque
todo lo que ocurra en él puede ser dejado sin efecto.
Iniciación del Sumario
a.- Pesquiza judicial o de oficio: Procede cuando el juez toma conocimiento de un hecho
que reviste ser un delito de acción penal pública, a través de su conocimiento personal,
avisos confidenciales, por pública notoriedad o por cualquier otro medio, dictando una
resolución que se conoce como auto cabeza de proceso.
b.- Requisición del Ministerio Público: El artículo 26 bis permite actuar a éste en forma
facultativa tanto en la iniciación del proceso, como en uno o alguno de los actos de éste. En
la práctica nunca ocurre, ya que en virtud del Decreto con Fuerza de Ley Nº426 de 1927,
fueron suprimidos los promotores fiscales, pasando a ocupar todas sus funciones los
jueces, siendo ésta una de las principales críticas que se le hacen al actual sistema penal.
Actualmente se ha reimplantado legalmente el órgano del Ministerio Público el cual estará a
cargo de la etapa de la investigación en el futuro proceso penal y determinar si se acusa o
no, para lo cual fue necesario una reforma constitucional en su artículo 73.
c.- Denuncia: Cuando se pone en conocimiento de la justicia o de sus agentes el hecho
que constituye el delito y por lo regular el nombre del delincuente o los datos que lo
identifiquen, no con el objeto de figurar como parte en el proceso sino con el de informar al
tribunal a fin de que proceda a la instrucción del respectivo sumario.
d.- Querella: Escrito en que un particular capaz de comparecer en juicio y que no tiene
especial prohibición de la ley, ejercita la acción penal con la intención de figurar como parte
en el proceso.
Objetivos del Sumario
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El artículo 76 del CPP señala tres objetivos:
- Comprobar el hecho punible y determinar a la persona del delincuente.
- Asegurar a la persona del delincuente; esto se logra a través de medidas de diversa
importancia y gradualidad:
a.- Citación
b.- detención
c.- prisión preventiva
d.- arraigo
CITACION: Es el llamamiento que se hace al presunto culpable de determinados delitos,
que tenga domicilio conocido, para que comparezca al tribunal a prestar declaración y para
que el sometido a proceso lo haga a determinados actos del proceso. Sólo procede en
aquellos delitos que no tienen una pena superior a la de reclusión menor en su grado
mínimo, o delitos a los que la ley asigne penas pecuniarias o privativas de derechos,
siempre y cuando la persona tenga domicilio conocido.
DETENCION: Es la privación por breve tiempo de la libertad personal de un individuo,
contra quien aparecen fundadas sospechas de responsabilidad de un hecho que reviste los
caracteres de delito, o aquel contra quien aparezca motivo que induzca a creer que no ha
de prestar a la justicia la cooperación oportuna a la que lo obliga la ley.
La detención ordenada por el juez tiene una duración máxima de cinco días desde que la
persona fue puesta a disposición del tribunal, no obstante si la detención fue ordenada por
la autoridad administrativa (ejemplo: intendentes, alcaldes; y sólo por determinados delitos y
circunstancias) el plazo máximo es de 48 horas, tratándose de delitos flagrantes (en los
cuales la detención se puede verificar sin previa orden por órganos policiales o cualquier
persona) es de 24 horas, ambos ampliables hasta por cinco días por resolución judicial y en
caso de conductas terroristas hasta 10 días.
PRISION PREVENTIVA: Mutación semántica de la detención, es una privación indefinida
de la libertad personal como consecuencia de haberse sometido a proceso al detenido,
siempre que se trate de delitos que admiten esta medida.
SOMETIMIENTO A PROCESO: Es la resolución del juez que somete a proceso al
inculpado, cuando de los antecedentes aparece que se encuentra justificada la existencia
del delito que se investiga y existen presunciones fundadas de que el inculpado ha tenido
participación en él como autor, cómplice o encubridor.
Requisitos para someter a proceso:
a.- Que la persona haya sido interrogada (declaración indagatoria)
b.- Que esté justificada la existencia del delito que se investiga.
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c.- Que aparezcan en el proceso presunciones fundadas para estimar que el inculpado ha
tenido participación en el delito como autor, cómplice o encubridor.
La oportunidad para hacerlo es en cualquier momento del sumario o dentro de los
quince días siguientes al cierre del mismo, ya sea de oficio o a petición del querellante.
Efectos del auto de procesamiento:
a.- Dentro:
-
el inculpado pasa a ser parte en el proceso penal
por regla general trae aparejada la prisión preventiva del detenido
se pueden decretar medidas para asegurar la responsabilidad pecuniaria del
procesado
b.- Fuera:
-
si el delito tiene asignado pena aflictiva, o se trata de aquellos que la ley califica
como conducta terrorista, el procesado queda inhabilitado para ejercer sus
derechos políticos.
no pude ingresar a la administración pública ni al poder judicial
el juez ordena la filiación del procesado (prontuario)
Derechos del Detenido o Preso
a.-
La detención debe hacerse de la forma menos gravosa a su persona y reputación.
b.-
Tiene derecho a que se informe a su familia o al abogado o a quien él indique el
hecho de su detención o prisión.
c.-
Tiene derecho a conferenciar con su abogado hasta 30 minutos al día.
d.-
En caso de detención con plazo especial (5 o 10 días) tiene derecho a ser
examinada por un médico para comprobar que la persona no haya sido sometida a
tortura.
Cabe destacar que en Chile a diferencia de otros países no existe la obligación de
informar al afectado de sus derechos al momento de la detención.
Libertad Provisional
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Su fuente se encuentra en la Constitución en el artículo 19 número 7 letra d),
consagrado como un derecho esencial del detenido o preso. De acuerdo al artículo 356
inciso 1º es un derecho de todo detenido o preso, por lo tanto el principio general es que el
juez debe siempre conceder la libertad y sólo pueden restringirla excepcionalmente cuando
la ley los faculta.
Se puede definir como la prerrogativa de que disponen los detenidos y los sujetos a prisión
preventiva para obtener su libertad en la forma y condiciones establecidas por la ley
mientras se sustancia el proceso.
Formas en que se concede:
a.- Sin caución
b.- con caución personal
c.- con caución calificada
a.- Sin caución: procede por regla general en todos aquellos delitos sancionados sólo con
penas pecuniarias o privativas de derechos o con penas privativas de libertad no superior a
la de presidio menor en su grado mínimo (no más de 540 días).
b.- Con caución personal o fianza: la libertad se otorga pero debe garantizarse al tribunal
mediante fianza que la persona que obtiene la excarcelación va a continuar presentándose
a todas las diligencias que sean necesarias en el proceso. Procede en todos aquellos casos
en que el delito no esté sancionado con una pena aflictiva.
c.- Con caución calificada: Se concede la libertad pero previamente es necesario el depósito
de dinero en la cuenta corriente del tribunal, constituir una hipoteca o un depósito de efectos
públicos de valor equivalente, si el delito tiene asignado por ley pena aflictiva.
Limitaciones a la libertad provisional:
De acuerdo al artículo 363 sólo podrá negarse por resolución fundada basada en
antecedentes calificados del proceso en tres casos:
a.- Cuando sea estimada estrictamente indispensable para el éxito de diligencias precisas y
determinadas de la investigación: no son de este tipo aquellas que no dependen de la
voluntad del procesado como por ejemplo el extracto de filiación.
b.- Cuando la libertad del detenido o preso sea peligrosa para la seguridad del ofendido.
c.- Cuando la libertad del detenido o preso sea peligrosa para la seguridad de la sociedad:
Tanto en esta como en la causal anterior, deben existir antecedentes concretos en el
proceso que hagan presumir el peligro.
La libertad provisional puede ser solicitada en cualquier momento del proceso y el tribunal
debe pronunciarse en el plazo de 24 horas desde la petición.
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Arraigo
Consiste en prohibir al inculpado de un delito que abandone el territorio de la
república por temor a que eluda la acción de la justicia.
Se distingue entre arraigo judicial y de pleno derecho, el primero es aquel que se
puede decretar antes de someter a proceso cuando existan antecedentes que apreciados
en conciencia sean bastantes para estimar que en el sumario podrá ser decretada la
detención del inculpado o que este podrá sustraerse de la acción de la justicia. Su duración
máxima es de 60 días. El segundo consiste en la prohibición de salir del territorio de la
república como consecuencia de una orden de detención, auto de procesamiento, o una
sentencia condenatoria que imponga penas restrictivas de libertad.
Con esto se pone término a las medidas tendientes a asegurar a la persona del
delincuente.
Asegurar responsabilidades pecuniarias del procesado y terceros civilmente
responsables (tercer objetivo del sumario).
Término del Sumario
Una vez agotada la investigación, el juez debe dictar una resolución por la cual se declara
cerrado el sumario, abriéndose un plazo de 5 días para que las partes se opongan a esta
resolución. Una vez ejecutoriada la resolución que declara cerrado el sumario el juez debe
estudiar los antecedentes teniendo dos posibilidades:
si el inculpado no ha sido sometido a proceso y el juez decide no hacerlo, debe
sobreseer.
- si estima que respecto del procesado existe mérito suficiente, procede a dictar acusación
en su contra y eleva la causa a plenario.
Sobreseimiento
Es una resolución judicial en virtud de la cual se termina o suspende el proceso
penal. Este puede ser temporal o definitivo según suspenda o ponga término a la causa, y
total o parcial según si beneficia a todos los procesados y por todos los delitos, o solo a
algunos de ellos o respecto de determinados delitos.
El Plenario
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Se puede definir como la etapa contradictoria del juicio criminal que viene a
continuación de la instructora (sumario) y que tiene por objeto dar plena aplicación al
principio de la bilateralidad de la audiencia, brindando a las partes del proceso la
oportunidad de plantear sus tesis y antítesis; rendir pruebas y formular sus ataques y
defensas, terminando generalmente por sentencia, sea absolutoria o condenatoria.
Características:
a)
b)
c)
d)
Es público
Tiene una tramitación cuyo desarrollo está consagrado legalmente
Es contradictorio
Es escrito
El plenario es el verdadero juicio penal donde se produce la controversia entre juez,
querellante y procesado.
Tramitación del plenario: Tiene tres etapas: discusión, prueba y fallo.
a.- Discusión: se inicia con una resolución judicial llamada acusación, la cual puede
definirse como aquella resolución judicial motivada, en la que se deja testimonio de los
antecedentes que acreditan la existencia del delito y de los cargos que resultan en contra
de los procesados, la que debe dictarse una vez ejecutoriada la resolución que declara
cerrado el sumario.
El plazo para dictarla es de 15 días desde que se encuentra ejecutoriada la resolución que
declara cerrado el sumario, de esta acusación hay que conferir traslado al querellante
particular, si lo hay, el cual tiene el plazo de 10 días para adherirse o formular su acusación
particular. Posteriormente se da traslado al acusado, el cual tiene el plazo de 6 días si es
uno solo o de 10 días si son varios; considerándose esta última un trámite esencial sin el
cual el procedimiento no puede continuar.
b.-Período de prueba: la cuestión controvertida queda determinada por los escritos de
acusación, adhesión, acusación particular y contestación a la acusación.
El sistema de apreciación de la prueba es la prueba legal o tasada, y recae sobre
todos los hechos controvertidos ya que no existen puntos de prueba.
Si bien existe la prueba legal o tasada, si todos los medios de prueba no convencen
al juez, éste puede absolver en virtud del artículo 456 bis del C.P.P. que señala que el juez
para condenar debe formarse la íntima convicción de la culpabilidad del procesado.
Trámites posteriores al término probatorio:
El
secretario
debe
certificar
vencido el término probatorio.
en
15
el
expediente
que
se
encuentra
- El juez tiene el plazo
medidas para mejor resolver.
de
6
días
para
examinar
el
proceso
y
decretar
c.- Fallo
El juez debe dictar sentencia absolviendo o condenando; siempre está obligado a
dictar sentencia aunque carezca de antecedentes (absuelve porque existe duda razonable).
El plazo para dictar sentencia es de 5 días desde que ha vencido el término para dictar
medida para mejor resolver
III.- Estudio Comparativo de Normas Internacionales y Legislación Nacional
Como es sabido, los tratados internacionales, especialmente en materia de
derechos humanos, consagran directrices que los estados suscriptores de dichos
textos se comprometen a seguir en sus legislaciones internas.
De esta forma, el Derecho Internacional, se ha transformado en un importante
motor en los esfuerzos hacia un mayor respeto por los derechos del individuo frente al
Estado. En este sentido, el Derecho Procesal Penal no ha sido una excepción, como
quedará demostrado más adelante.
En este capítulo se hará un análisis de las normas procesales penales
reconocidas internacionalmente, y que en virtud del artículo 5 de nuestra Constitución
Política, forman parte de nuestro ordenamiento jurídico.
En primer lugar se procederá a enumerar dichos textos legales en orden
cronológico. Posteriormente se identificarán las normas procesales penales que
conciernen a los jóvenes. Finalmente se contrastarán dichas normas con la legislación
interna en materia procesal penal que es actualmente aplicable a ese segmento de la
población. A través de este análisis trataremos de demostrar la incongruencia de las
leyes internas vigentes con las obligaciones contraídas por el Estado chileno mediante
los tratados internacionales que rigen estas materias.
En el campo internacional se han suscrito los siguientes tratados internacionales
que de alguna u otra forma abordan las garantías procesales:
16
1. Declaración de Ginebra (1924)
2. Declaración Universal de Derechos Humanos (1948)
3. Declaración Universal de Derechos del Niño (1959)
4. Pacto de Derechos Civiles y Políticos y Pacto de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales(1966)
5. Pacto de San José de Costa Rica (1969)
6. Convención Contra La Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles,
Inhumanos o Degradantes (1984)
7. Convención sobre los Derechos del Niño (1989)
Declaración de Ginebra
Respecto a los conflictos en que pudieran verse involucrados los niños la
declaración no hace referencia expresa a infracciones penales, sino que las trata en
conjunto con situaciones muy diversas y adhiere a un ideal de corrección y
rehabilitación.
La declaración no establece derechos específicos; sin embargo se orienta en la
línea de no aplicar el sistema penal a los niños, tanto en la definición de las conductas
como en la reacción social. El número 2 de la declaración señala:
“El niño hambriento debe ser alimentado; el niño enfermo debe ser asistido; el
niño retrasado en su educación debe ser alentado a proseguirla; el niño desviado de la
buena senda debe ser vuelto a ella; el huérfano y el abandonado deben ser corregidos
y socorridos.”
La referencia a la desviación, la corrección y el deber de devolver al niño “a la
buena senda” presentan una propuesta alternativa a la aplicación del sistema penal
para el tratamiento jurídico de las infracciones a la ley penal.
Lo incompleto de esta declaración reafirma la idea de que los niños son “un
objeto jurídico”, una “categoría de personas que debe ser protegida” más que un sujeto
al que se le reconocen derechos en sus relaciones sociales.
Como señala el profesor Miguel Cillero2 su mayor valor se expresa en que los
niños comienzan a salir de la indiferencia jurídica y del ámbito de la subordinación
2
Cuadernos de Análisis Jurídico N°6 “ Sistema Jurídico y Derechos Humanos”
17
privada, para pasar a convertirse en un asunto público, en una existencia valiosa y
vulnerable, que debe ser protegida.
En idea de Therborn, corresponde a una de las fases, tal vez la última, del
proceso de “constitución del concepto moderno de menor que definió lo que es minoría
de edad y menor”, a la que le seguirá la de “emancipación” que, a juicio del profesor
Cillero sólo culmina sesenta y cinco años después con la aprobación de la Convención
de los Derechos del Niño.
Declaración Universal de Derechos Humanos
La Declaración Universal de Derechos Humanos contempla derechos y
garantías vinculados a la aplicación del sistema penal que debieran considerarse en la
legislación de infancia y que han sido posteriormente recogidos por la Convención
sobre los Derechos del Niño.
Entre estas disposiciones pueden citarse la prohibición de torturas, penas o
tratos crueles, inhumanos o degradantes (art. 5 Declaración, recogida por el art. 37
letra a de la Convención sobre los Derechos del Niño); la prohibición de la detención,
prisión o destierro arbitrarios (art. 9 Declaración y 37 b Convención sobre los Derechos
del Niño); el derecho a un recurso efectivo ante los tribunales de justicia y a ser oído
por un tribunal imparcial (art.9 y 10 Declaración, recogido por el art. 40.2.a de la
Convención); la presunción de inocencia, la irretroactividad de la ley penal y el derecho
a la defensa (art.11 de la Declaración y 40.2.a de la Convención).
No profundizaremos más en el presente texto, porque como se dijo
anteriormente, todas las normas atingentes al tema son posteriormente desarrolladas y
complementadas en la Convención sobre los Derechos del Niño.
Declaración Universal de Derechos del Niño
El contenido de la declaración no aborda los aspectos más directamente
vinculados a la relación del niño con el sistema penal; sin embargo, establece el
derecho del niño a gozar de una protección especial y a que se considere su interés
superior por las personas encargadas de su educación y orientación.
Más que nada se reitera que el joven debe ser objeto de una supraprotección en
el sentido que complementa lo establecido en la Declaración Universal. Sin embargo
aún no se señala la forma concreta en que se debe llevar a cabo esta protección
especial.
Pactos de Derechos Civiles y Políticos y de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales
18
En el ámbito de las disposiciones penales aparecen en el Pacto de Derechos
Civiles y Políticos las que se podrían denominar las primeras garantías y derechos
específicos de los niños ante el sistema penal contenidas en un instrumento universal
de carácter vinculante :
Articulo 6 N°5 :”No se impondrá la pena de muerte por delitos cometidos por
personas de menos de dieciocho años de edad ni se aplicará a las mujeres en
estado de gravidez.”
Artículo 10 N°2 a :”Los menores procesados estarán separados de los adultos,
y deberán ser llevados a los tribunales de justicia con la mayor celeridad posible
para su enjuiciamiento”.
Artículo 10 N°2 b :”Los menores delincuentes estarán separados de los adultos y
serán sometidos a un tratamiento adecuado a su edad y
condición jurídica”.
Artículo 14 inc. 1°:”...toda sentencia en materia penal o contenciosa será pública,
excepto en el caso que el interés de menores de edad exija lo
contrario...”.
Artículo 14.4 :”En el procedimiento aplicable a menores de edad, a efectos
penales, se tendrá en cuenta esa circunstancia y la importancia de estimular su
readaptación social”.
Cabe comentar que el artículo referente a la prohibición de la pena de muerte,
es preciso al referirse al menor de dieciocho años, a diferencia de los demás artículos
en los que se refiere genéricamente a menores.
Como se puede apreciar, estos constituyen un gran avance en la legislación
internacional, ya que dan cumplimiento en forma concreta a los principios consagrados
en tratados anteriores.
Pacto de San José de Costa Rica
Además de contener todos los derechos aplicables a la población en general,
este instrumento consagra numerosas disposiciones específicas acerca de los niños,
tanto en el ámbito penal como en las relaciones de familia y otras áreas de derechos.
En el ámbito penal consagra en su artículo 5.5: ”El derecho a una justicia
especializada y a un tratamiento cuando puedan ser procesados”. En su artículo 4.5
impone además la prohibición de la pena de muerte.
En seguida, al referirse al sujeto titular de los derechos reconocidos, señala que
“ persona es todo ser humano “, por lo que se comprende al niño en todas las
disposiciones y, en especial, en el completo catálogo de garantías ante el sistema
penal.
19
Por último,
en lo relativo a la suspensión de las garantías en casos
excepcionales, excluye expresamente los derechos del niño contemplados en el
artículo 19 que señala lo que sigue: ” Todo niño tiene derecho a las medidas de
protección que por su condición de menor requieren por parte de su familia, la sociedad
y del Estado”.
Convención contra la Tortura y otros Tratos
Degradantes
o Penas Crueles, Inhumanos o
Su contenido es íntegramente aplicable a los jóvenes ya que es una norma
orientadora para todos los Estados y demás entidades que ejerzan un poder efectivo.
Este tratado reconoce una dignidad inherente y derechos iguales e inalienables a “
todos los miembros de una familia humana”.
Finalmente nos remitimos a los artículos 1.1 y 16.1 en cuanto a la definición de
lo que se entiende por tortura, tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes.
Convención sobre los Derechos del Niño
Al igual que la Declaración Universal de los Derechos del Niño, esta convención
es parcialmente aplicable al joven ya que se aplica a “todo ser humano menor de
dieciocho años de edad, salvo que en virtud de la ley que le sea aplicable, haya
alcanzado antes la mayoría de edad”.
Las infracciones a la ley penal cometidas por menores de dieciocho años son
una materia de especial importancia de la Convención, consagrando un sistema de
reacción social ante tales infracciones, señalando principios orientadores y garantías de
los niños “acusados o declarados culpables de infringir la ley penal” (artículo 40 de la
Convención).
Esta Convención forma parte de lo que en América Latina se conoce como la
“Doctrina de la Protección Integral” que son el conjunto de principios, directrices y
derechos contenidos en los instrumentos internacionales de Naciones Unidas para la
protección de los derechos de la infancia y la adolescencia.
La Convención sobre los Derechos del Niño constituye la culminación de un
proceso de reconocimiento de los derechos de las personas menores de dieciocho
años, que se inicia en 1924 con la Declaración de Ginebra y pasa por la Declaración de
Derechos del Niño de 1959. Esta doctrina se funda en la concepción del niño como
sujeto de derechos, dejando atrás idea de que el niño es sólo un objeto de protección y
control, sea de parte del Estado, sea de parte de su familia.
20
Respecto al tema que nos concierne, las disposiciones de la Convención son
susceptibles de agruparse, siguiendo el criterio del profesor Cillero3, de la siguiente
manera:
a) Principios Generales de actuación frente a las Infracciones
b) Garantías, Límites Específicos o Derechos para los infractores
a) Principios Generales de Actuación
-art. 40.1 “Los Estados partes reconocen el derecho de todo niño que sea
considerado, acusado o declarado culpable de infringir las leyes penales a ser tratado
de manera acorde con el fomento de la dignidad y el valor, que fortalezca el respeto del
niño por los derechos humanos y las libertades de terceros y en las que se tengan en
cuenta la edad del niño y la importancia de promover la reintegración del niño y de que
éste asuma una función constructiva en la sociedad.”
Esta disposición orienta la finalidad o sentido de la reacción social ante las
infracciones a la ley penal. Ella entrega una clara orientación acerca de los límites de la
acción estatal y las finalidades de la intervención jurisdiccional.
-art. 37: Derecho a la protección del infractor de tratos o penas crueles,
inhumanos o degradantes y prohibición de la tortura.
-art. 39: Derecho a la reintegración social y a la recuperación física y psicológica
de todo niño que haya sufrido torturas, tratos o penas crueles, inhumanos o
degradantes.
Como se desprende de los dos artículos transcritos, la Convención en esta
parte, simplemente reitera las garantías establecidas para toda persona en el tratado
citado anteriormente.
b) Régimen de Garantías en la Convención
La Convención consagra un catálogo de derechos que deben ser tenidos en
cuenta al regular la reacción estatal frente a las infracciones de la ley penal cometidas
por niños y jóvenes. Estos derechos actúan a la vez como límites a la acción estatal (en
cuanto debe respetarlos) y como garantías que el niño podrá exigir de las agencias
estatales que corresponda.
-art. 6.2: Derecho a que se favorezca y garantice en la máxima medida posible la
supervivencia y desarrollo del niño.
-art. 8: Derecho a preservar la identidad, incluidos el nombre, la nacionalidad y
las relaciones familiares, sin ingerencias ilícitas.
3
Cuadernos de Análisis Jurídico N°6 “Sistema Jurídico y Derechos Humanos”
21
-art. 16: Derecho a la honra y a la reputación
-art. 37: Derecho a la integridad personal y a un trato humanitario
-art. 37 y 40 b) N°III, entre otros: Derecho a un proceso y a las garantías que
ello significa.
-art. 37 d) y 40 b) N°III: Derecho a la defensa jurídica
-art. 37 b): Derecho a no ser privado de libertad en forma ilegal o arbitraria y a
que ella proceda sólo como último recurso.
-art. 40 N°IV: Derecho a que se apliquen diversas medidas alternativas a la
internación, que aseguren su bienestar.
Luego de haber realizado un breve recuento de las disposiciones internacionales
que se relacionan con la situación procesal del niño y del joven corresponde analizar de
qué manera dichas normas se recogen en nuestra legislación interna representada
básicamente por la Ley de Menores (ley 16618), el Código de Procedimiento Penal y el
Código Penal.
Como constatación preliminar se puede afirmar que, a medida de que la
comunidad internacional avanza en la redacción de los tratados comentados va
enriqueciendo su contenido, no sólo en cantidad de disposiciones que se refieren a los
niños y adultos, sino que también en su precisión y desarrollo doctrinario, lo que
aumenta las exigencias hacia los estados suscriptores, en cuanto a adecuar sus
legislaciones internas. En lo que sigue trataremos de demostrar que existen múltiples
incoherencias entre una y otra legislación, a pesar de tener la misma obligatoriedad.
CONTRASTACION DE NORMA
Sobre la Declaración de Ginebra
Como ya se dijo, esta declaración impone solamente la exigencia de separar el
tratamiento del menor del tratamiento general que se da al adulto en materia penal.
Esta exigencia se cumple parcialmente en nuestra legislación al establecerse la ley
16618, que se aplica a todo niño y a los jóvenes entre los dieciséis y dieciocho años
que no tengan suficiente discernimiento. Los demás jóvenes, es decir los declarados
con discernimiento y los mayores de dieciocho años, son sometidos al sistema penal
común.
Decimos parcialmente porque no todos los jóvenes (en el concepto de derecho
internacional) están sometidos a un régimen jurídico especial en materia penal. Esto
resulta de la posibilidad de que un joven mayor de dieciséis años pero menor de
22
dieciocho pueda ser sometido al régimen penal de adulto, si resulta declarado con
discernimiento.
Cabe señalar que las legislaciones modernas han abandonado el sistema del
discernimiento para fijar un límite más preciso a los dieciocho años. Este tema será
desarrollado más adelante en las proposiciones para modificar nuestra legislación.
Por otro lado, esta Declaración promueve un sistema de protección del niño que
tiende a considerarlo más bien como un objeto, sustrayéndolo así del cúmulo de
garantías que la doctrina moderna reconoce al niño en cuanto sujeto de derechos.
En nuestra legislación, toda vez que el niño o joven cae dentro del ámbito de la
ley 16618, se le priva de varias garantías procesales básicas y se le somete a un
control y protección, que si bien es acorde a la Declaración comentada no se adecua a
las normas internacionales más modernas que se comentarán más adelante.
Sobre la Declaración Universal de Derechos Humanos
Esta declaración tiene por objeto recoger los derechos más fundamentales y
básicos que tiene toda persona. Por ende comprende también derechos procesales
penales y protege en forma directa al niño y al joven. Como ya señalamos al tratar
dicha Declaración, todos ellos son posteriormente recogidas en la Convención sobre
los Derechos del Niño (1989) por lo que nos remitimos a la comparación que más
adelante se hará entre dicha Convención y la legislación interna.
Sobre la Declaración Universal de los Derechos del Niño
Al igual que la Declaración Universal de Derechos Humanos, esta Declaración
se caracteriza por su amplitud temática. En materia procesal penal no presenta
mayores avances que los descritos en la Declaración de Ginebra.
Sobre el Pacto de Derechos Civiles y Políticos y Pacto de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales
En cuanto a la norma que prohibe la aplicación de la pena de muerte a menores
de dieciocho años, ésta se recoge indirectamente en nuestro Código Penal al
establecerse una atenuante genérica para el mayor de dieciséis pero menor de
dieciocho declarado con discernimiento (art. 72). Así, en cualquier delito que en nuestra
legislación contemple la pena de muerte, por el sólo hecho de ser cometido por un
menor de dieciocho años, se le rebaja la sanción, lo que evita la aplicación de la pena
capital.
Por otro lado, de ser declarado sin discernimiento le será aplicada la ley 16618,
que en el catálogo de medidas aplicables al menor tampoco contempla dicha sanción.
En cuanto a la exigencia de separar a los menores procesados de los adultos y
de ser llevados ante el tribunal con la mayor celeridad posible, el reglamento carcelario
23
establece que los menores deberán permanecer en secciones separadas de las de los
adultos (art.17).
Respecto al precepto que ordena separar al menor delincuente de los adultos y
de darle un tratamiento adecuado a su edad y condición jurídica, nuestro Código Penal
señala en el artículo 87 que “los menores de veintiún años y las mujeres cumplirán sus
condenas en establecimientos especiales. En los lugares donde éstos no existan,
permanecerán en los establecimientos carcelarios comunes, convenientemente
separados de los condenados adultos y varones, respectivamente.”
No cabe duda que dicha norma da pleno cumplimiento a la norma internacional y
más aún la excede al establecer un límite a los veintiún años, ya que el tratamiento
general que se da al joven en nuestra legislación, establece que, a partir de los
dieciocho años, éste se integra al régimen penal común sin ningún privilegio.
La Ley 19343 señala que se debe acoger a los menores necesitados de
asistencia y protección en los Centros de Tránsito y Distribución. A los menores
infractores de la ley penal se les envía a los Centros de Observación y Diagnóstico.
Terminado el proceso tanto infractores como no infractores pueden ser enviados al
mismo centro de rehabilitación.
Sin embargo debe hacerse notar que la realidad penitenciaria no permite dar
estricto cumplimiento a la norma comentada ya que la mayoría de los jóvenes
delincuentes (que no entran en el ámbito de la ley 16618) no son convenientemente
separados de los condenados adultos, recibiendo las influencias nocivas que la norma
internacional pretende evitar.
Por último, esta declaración consagra que la minoría de edad debe tenerse en
cuenta para efectos penales como también para estimular la readaptación social.
Como ya se ha señalado, en nuestro sistema penal puede quedar un joven
mayor de dieciséis años bajo el imperio de la legislación penal común para adultos, por
lo que sería necesario trazar la frontera divisoria entre la legislación de menores y la de
adultos a los dieciocho años, eliminando el trámite de la declaración de discernimiento
si es que se quiere cumplir con el mandamiento internacional.
Sobre el Pacto de San José de Costa Rica
El Pacto se refiere específicamente al menor al consagrar el derecho a una
justicia especializada y a un tratamiento. Esto se cumple con la dictación de la ley
16618 respecto de los menores de dieciséis años y parcialmente respecto de los
menores de dieciocho años en los términos ya explicados.
Respecto a la pena de muerte nos remitimos a los párrafos anteriores atingentes
al tema.
24
Sobre la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles,
Inhumanas o Degradantes.
El contenido de esta Convención impregna toda nuestra legislación procesal
penal y emana de nuestra Constitución Política especialmente del artículo 19 N°1 que
consagra: “La Constitución asegura a todas las personas:
1º El derecho a la vida y a la integridad física y psíquica de la persona”.
La presente Convención define la tortura de la siguiente manera: “...todo acto por
el cual se inflija intencionalmente a una persona dolores o sufrimientos graves, ya sean
físicos o mentales...”. Respecto a penas o tratos crueles, constituye una figura residual,
el que incluye cualquier acto inhumano o degradante que no se traduzca en tortura
como se definió anteriormente y que sea cometida por un funcionario público u otra
persona que actúe en ejercicio de funciones oficiales.
Acerca de la Convención sobre los Derechos del Niño
Considerando que la citada convención es la más reciente y avanzada en cuanto
al problema que se está analizando, se procederá a hacer una revisión más
pormenorizada de su contenido. Para comparar la Convención con la legislación
nacional, nos ceñiremos al esquema empleado por Miguel Cillero:
a) Reglas de exclusión del sistema penal (art. 40 de la Convención)
Como ya se ha dicho un sistema juvenil debe diferenciarse del de adultos tanto
en sus formalidades de procedimiento como en su orientación y consecuencias, todo lo
cual debe estar dirigido a lograr la integración social del adolescente ya que este
asume una función constructiva en la sociedad.
Nuestra legislación recoge parcialmente este principio estableciendo la
inimputabilidad absoluta para todos los menores de dieciséis años, regulando un
procedimiento distinto para ellos. Decimos parcialmente porque solamente se aplica a
los menores de dieciocho pero mayores de dieciséis, si es que estos actuaron sin
discernimiento. Persiste por lo tanto un grupo importante de jóvenes menores de
dieciocho años que son juzgados y sancionados conforme a las reglas establecidas
para los adultos.
Por otra parte el sistema aplicable a los inimputables tampoco puede
caracterizarse como un sistema no penal, ya que recurre frecuentemente, a la
aplicación de medidas propias de un sistema penal, incluida la privación de libertad en
recintos penales.
b) Principio de resolución jurisdiccional (art.40.2 b iii y 37 Convención)
Este principio conocido también como de legalidad del tribunal se encuentra
también consagrado en el artículo 19 N°3 inciso 4 de nuestra Constitución Política
25
señalando: “Nadie podrá ser juzgado por comisiones especiales, sino por el tribunal
que le señale la ley y que se encuentre establecido con anterioridad por ésta.” Esta
garantía se complementa con el artículo 7 y 73 del citado cuerpo legal.
Tanto el Código Penal como el Orgánico de Tribunales, de Procedimiento Penal
y la Ley de Menores reconocen y desarrollan este principio debidamente.
c) Tipicidad y legalidad de la pena (art. 40.2 a Convención)
La tipicidad significa que sólo pueden considerarse delitos aquellas conductas
que se encuentran descritas como tales en la ley, y que lo estén desde antes de su
comisión. La tipicidad es una derivación más general de la legalidad.
La Constitución Política en su artículo 19 N°3 en su inciso penúltimo y final,
consagra los ya señalados principios. Por ser una garantía constitucional, estos
principios son aplicables a todas las personas y a todos los procedimientos.
Sin embargo la ley de Menores no los acoge adecuadamente. Esta ley habla de
“crimen, simple delito o falta” (art. 26 n°8 y 28) y de “hecho que, cometido por un
mayor, constituiría delito” (art.32). Sin embargo estas no son las únicas hipótesis en
que se pueden aplicar medidas a los jóvenes. Por otra parte, si bien se enumeran
cuatro posibles medidas, con ello no se satisface el principio de legalidad de la pena,
por cuanto se trata de medidas demasiado amplias y sin un límite de tiempo
determinado. Esto tradicionalmente se justificaba por cuanto las medidas no son
concebidas como penas, sino que como medidas de protección establecidas en
beneficio del niño.
Las hipótesis para la aplicación de medidas de protección, incluida la
internación, contenidas en la ley de Menores son las siguientes:
- Participación en un hecho delictivo
- Peligro material o moral
- Irregularidad
- Por petición de los padres en ejercicio del derecho de corrección
d) Tratamiento jurídico diferenciado entre infractores de ley penal y no infractores
(art. 40.2 a Convención)
Nuestra Constitución no dispone normas especiales para los menores
inimputables, por lo que se aplican sus disposiciones generales. El Código Penal y las
leyes penales especiales no establecen penas para los menores inimputables
remitiendo a la ley de menores el conocimiento del caso y la aplicación de medidas de
protección.
La Ley de Menores no distingue entre infractores y no infractores, ya que, de
acuerdo a la doctrina que la inspira, declarada la inimputabilidad, lo importante es
26
determinar las necesidades de protección del niño, más que la sanción de una
determinada conducta.
En este sentido, el art. 32 de la Ley de Menores es aclaratorio :” Antes de
aplicarse a un menor de dieciocho años, alguna de las medidas contempladas en la
presente ley, por un hecho que, cometido por un mayor constituiría delito, el juez
deberá establecer la circunstancia de haberse cometido tal hecho y la participación que
en él ha cabido al menor. Sin embargo, aunque se llegue a la conclusión que el hecho
no se ha cometido, o que al menor no le ha cabido participación alguna en él, el juez
podrá aplicarle las medidas de protección que contempla esta ley, siempre que el
menor se encontrare en peligro material o moral.”
Es decir, la ley reconoce la diferencia objetiva entre la participación en hechos
delictivos y no delictivos, pero autoriza a un trato conjunto de ambas situaciones,
aplicando a ambos un mismo procedimiento y las mismas medidas de protección.
Cabe señalar, que a partir de la ley 19.343 se debe acoger a los menores
necesitados de asistencia y protección en los Centros de Tránsito y Distribución los que
no son privativos de libertad. En cambio a los menores infractores de la ley penal se les
envía a los Centros de Observación y Diagnóstico y que se entienden privativos de
libertad. Terminado el proceso tanto infractores como no infractores pueden ser
enviados al mismo centro de rehabilitación.
e) Derecho a la Libertad Personal (art 37 b,c y d Convención)
La Convención Internacional establece que:
- Ningún niño será privado de libertad ilegal o arbitrariamente (art 37 b)
- La detención, encarcelamiento o prisión de niño sólo se utilizará como medida
de último recurso y durante el período más breve que proceda. (art 37 b)
Derechos del privado de libertad:
- Derecho a un trato conforme a su dignidad humana (art 37 c)
- Derecho a que se tengan en cuenta las necesidades físicas, sociales,
culturales, morales y psicológicas de las personas de su edad (art 37 c)
- Derecho a estar separado de los adultos (art 37 c)
- Derecho a mantener contacto con su familia (art 37 c)
- Derecho a una pronta asistencia jurídica (art 37 d)
- Derecho a impugnar la legalidad de su privación de libertad ante un tribunal u
otra autoridad imparcial e independiente (art 37 d)
27
- Derecho a una pronta resolución sobre las impugnaciones que haga. ( art 37
d)
Legislación Chilena:
a) Derecho a no ser privado de libertad en forma ilegal o arbitraria
La Constitución consagra el derecho a la libertad personal en su artículo 19 N° 7.
En la letra b prohibe la privación o restricción de libertad salvo en los casos y en la
forma determinados por la Constitución y las leyes. En la letra c sólo autoriza la
detención por un funcionario público expresamente facultado por la ley o en caso de
delito flagrante. En la letra d establece las garantías de un lugar de detención.
Todas estas normas encuentran su concreción y garantía en el recurso y/o
acción de amparo (art 21)
El Código de Procedimiento Penal desarrolla estos principios en los artículos 42
bis, 253 y ss. y art 306 y ss. Respecto al recurso de amparo tanto la doctrina como la
jurisprudencia reconocen su aplicabilidad a los menores inimputables.
En el caso de los menores en estudio del discernimiento se establece un plazo
máximo para su determinación de quince días y se señala expresamente que “la
internación necesaria para tal efecto se considera privación de libertad para todos los
efectos legales.” (art 347 bis y 347 bis A)
Las leyes de menores no contemplan directamente normas sobre privación de
libertad. Sin embargo, se consagra la posibilidad de internación en las Casas de
Menores durante el proceso, y la internación en “ Establecimientos especiales de
Educación” como una de las posibles medidas de protección, medidas ambas muy
recurridas por los jueces de menores y que en el hecho constituyen formas de privación
de libertad.
Estas disposiciones de las leyes de menores no son concordantes con las
normas de la Convención, especialmente porque al aplicarlas el juez de menores como
medidas de protección, se restringen los recursos para impugnarlas: no procede la
solicitud de libertad provisional, cuando son aplicadas como medidas provisorias no
son siquiera apelables (art 40 y 37) y finalmente no se respeta el principio de legalidad
por cuanto la ley no describe las hipótesis que autorizan la privación de libertad.
b) Derecho a que la detención, encarcelamiento o prisión de un niño sólo se utilizará
como medida de último recurso y durante el período más breve que proceda (art 37 b)
Este derecho, consagrado en la Convención, no tiene un correlato en nuestra
legislación. Las reglas de privación de libertad en materia penal (que se aplica mientras
dure el pronunciamiento sobre el discernimiento o para los que sean declarados
28
imputables), tienen una lógica diversa que se vincula a las necesidades de la
investigación, a la seguridad del ofendido o a la seguridad de la sociedad (art 19 N° 7 e
de la Constitución y 363 del CPP). En la Convención en cambio este principio se
vincula con la necesidad de proteger el interés del niño, su vida y su desarrollo.
La Ley de Menores por su parte, no contiene limitaciones específicas a la
privación de libertad en cuanto a su duración. La internación podrá durar el tiempo
necesario para el diagnóstico, la protección y educación.
En este sentido se observa un vacío en la legislación nacional, producido por la
aplicación del sistema penal como efecto de la mantención del discernimiento y por la
regulación excesivamente flexible de las facultades de la justicia de menores.
c) Derecho a estar separado de los adultos durante la privación de libertad.
El Código Penal y el de Procedimiento Penal señala que los menores que
ingresen a los recintos penitenciarios para adultos, deberán permanecer separados de
éstos. El reglamento carcelario hace una especial mención de este punto, señalando
que los menores deberán permanecer en secciones separadas de la de los adultos (art
17) y creando los “Centros Penitenciarios para Menores” (art 17).
En su aplicación práctica, sin embargo, la falta de recinto y la carencia de
garantías reales, convierten éstas normas en meramente programáticas.
d) Derecho al debido proceso
La Convención no señala expresamente este derecho pero contempla un
conjunto de elementos que lo configuran:
- Presunción de inocencia (40,2 b)
- Prueba Legal (40.2 b)
- Atribución y Notificación de Cargos ( 40.2 b)
- Defensa jurídica (40.2 b y 37 d)
- Organo Jurisdiccional competente, independiente e imparcial (40.2 b)
- Resolución sin demora de la causa (40.2 b)
- Audiencia equitativa en conformidad a la ley (40.2 b)
- Derecho a ofrecer testigos, solicitar que se interroguen y participar en
su interrogatorio (40.2 b)
29
- Derecho a no ser obligado a prestar testimonio o declararse culpable (40.2 b)
- Derecho a la impugnación y revisión de lo obrado (40.2 b)
- Derecho a que se respete su integridad e intimidad personal (40. 2 b)
- Derecho a que se le aplique medidas alternativas a la internación (40.4)
La legislación penal de adulto consagra estos principios, pero no así la ley de
menores. En este sentido, paradógicamente, los jóvenes declarados con discernimiento
resultan más favorecidos que los inimputables a los que se supone proteger.
e) Prohibiciones
La Convención prohibe determinadas prácticas con respecto a los niños:
torturas, tratos o penas crueles o degradantes (art 37 c) y la aplicación de la pena de
muerte o presidio perpetuo (que en este caso es una prohibición para todos los
menores de dieciocho años). Estas prohibiciones son recogidas expresamente por el
artículo 72 del Código Penal a través de la atenuante genérica para el mayor de
dieciséis pero menor de dieciocho que haya sido declarado con discernimiento.
CONCLUSIONES PARCIALES
Como se puede apreciar, luego de la confrontación de los textos internacionales con la
legislación interna, nuestro país, a pesar de haber suscrito dichos tratados y por ende haber
consagrado su obligatoriedad, no ha emprendido la tarea de adecuación que se hace necesario por
las innumerables contradicciones que existen entre ambas legislaciones. Vemos una evidente
contradicción entre el discurso internacional adoptado por nuestro país y la realidad que en nuestro
país impera.
A nuestro entender esto revela una falta de interés por parte de las autoridades por el tema de
la infancia y la juventud. Este panorama puede explicarse de distintas maneras, como por ejemplo la
falta de recursos o las deficiencias de la globalidad de nuestra legislación procesal penal y penal
sustantiva que no permite insertar adecuadamente la legislación internacional, pero nos parece que la
gravedad de las contradicciones, en la forma expuesta en este y otros múltiples trabajos revelan la
urgencia de modificar las prioridades del Estado en cuanto a sus políticas sociales.
Si bien es sabido que la realidad no se modifica únicamente a partir de reformas legales, éstas
representan un sustrato que permite que los esfuerzos que realiza la sociedad no se desperdicien en
un terreno infértil.
Sin embargo consideramos que la responsabilidad no radica sólo en los poderes del Estado
encargados de la elaboración de las leyes (poder ejecutivo y legislativo), sino que también en el
órgano jurisdiccional, que tiene la obligación de aplicar estas normas internacionales ratificadas por
nuestro país, pero que escasamente las invocan en sus resoluciones judiciales.
30
IV.- Sugerencias Internacionales
En este ítem se busca se busca estudiar las normas procesales penales
reconocidas internacionalmente, que no tengan el carácter de vinculante, sea que no
estén contenidas en tratados internacionales ratificados y suscritos por Chile, sea que
sólo tengan el carácter de recomendaciones internacionales y que en Chile, no han
sido objeto de legislación positiva.
Reseña de los Acuerdos Internacionales Aprobados por el Comité de Prevención
del Delito y Lucha Contra la Delincuencia (Naciones Unidas)
Serán analizados los principales textos, es decir las Reglas de Beijing, las
Reglas de Riad y las Reglas de Tokio.
a) Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para la Administración de Justicia de
Menores (Reglas de Beijing)
En 1980, el Sexto Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito
y Tratamiento del Delincuente, celebrado en Caracas, formuló varios principios básicos
que, a su entender, debían quedar reflejados en un conjunto de reglas que habían de
elaborarse para la administración de justicia de menores a fin de proteger los derechos
humanos fundamentales de los menores que se encontraran en conflicto con la justicia.
En los años siguientes, en colaboración con el Instituto de Investigación de las
Naciones Unidas para la Defensa Nacional, los Institutos Regionales de las Naciones
Unidas y la Secretaría de las Naciones Unidas, el Comité formuló un proyecto de reglas
mínimas.
Con las reglas, adaptadas a las aspiraciones y al espíritu de los sistemas de
justicia de menores de todo el mundo, sistemas que funcionan en el marco de
condiciones nacionales y estructuras jurídicas diferentes, se estableció lo que se
consideraba que constituía un principio general y una práctica satisfactoria para la
administración de la justicia de menores. Las Reglas representan las condiciones
mínimas aceptadas por las Naciones Unidas para el tratamiento de los delincuentes
juveniles en todo el sistema de tratamiento de esas personas.
Estas Reglas contienen una clasificación señalada en su mismo texto, a la cual
atenderemos. Por lo tanto no se hará una transcripción de normas, sino que se
entregará un breve resumen de su contenido. Esta agrupación temática permitirá
realizar con mayor facilidad una comparación con la legislación nacional en esta
materia.
- Orientaciones Fundamentales
31
Estas orientaciones básicas se refieren a la política social en su conjunto, y
tienen por objeto promover el bienestar del menor en la mayor medida posible. Se
proponen medidas de atención a los menores con fines de prevención del delito y antes
del comienzo de la vida delictiva, y constituyen requisitos básicos de política destinados
a obviar la necesidad de aplicar las presentes reglas.
Estas orientaciones fundamentales apuntan a un ámbito de políticas públicas
que no incluyen la legislación procesal penal y que, por lo tanto, no tiene por objeto
regular la situación del individuo una vez que ha entrado en conflicto con la justicia,
sino que tiende a prevenir esta situación.
- Alcance de las reglas y definiciones utilizadas
Las reglas mínimas se han formulado deliberadamente de manera que sean
aplicables en diferentes sistemas jurídicos y, al mismo tiempo, establezcan algunas
normas mínimas para el tratamiento de los menores delincuentes con arreglo a
cualquier definición de la noción de joven y a cualquier sistema de tratamiento de los
menores delincuentes. Las Reglas se aplicarán siempre con imparcialidad y sin
distinción alguna.
Por el hecho de que las Reglas han sido redactadas en la forma señalada en el
párrafo anterior, implica que el legislador no se puede sustraer de su aplicación, con el
pretexto de ser incongruente con la normativa interna.
- Ampliación del ámbito de aplicación de las reglas
Esta ampliación se hace de modo que abarque:
1. - Los llamados “delitos en razón de condición“ previstos en diversos sistemas
jurídicos nacionales con arreglo a las cuales se considera delito en los menores una
gama de comportamiento distinta y, por lo general más amplia que en el caso de los
adultos (por ejemplo ausencias injustificadas, desobediencia en la escuela y en la
familia, ebriedad en público, etc.).
2.- Los procedimientos relativos a la atención del menor y su bienestar.
3.- El procesamiento de los delincuentes adultos jóvenes, aunque en este caso
la aplicación de las reglas dependerá de las disposiciones pertinentes sobre la mayoría
de edad.
Nuestra legislación de menores tiene por objeto precisamente abarcar los
llamados delitos en razón de condición, a través de las hipótesis que contempla para la
aplicación de una medida de protección como son: la irregularidad, peligro material o
moral, participación en un hecho delictivo y petición de los padres en el ejercicio del
derecho de corrección.
32
También se consagra en la legislación de menores procedimientos específicos
que pretenden proteger su bienestar.
En nuestra legislación el mayor de dieciséis con discernimiento y el mayor de
dieciocho es considerado adulto para todos los efectos penales. Por lo tanto la
ampliación del ámbito de aplicación de la normativa no abarca a este segmento de la
población, para lo cual se debería modificar la legislación interna, ya sea a través de
una ley de responsabilidad juvenil o a través de una solución parcial como sería la
eliminación del trámite del discernimiento.
- Mayoría de edad penal
La edad mínima para efectos de responsabilidad penal varía considerablemente
en función de factores históricos y culturales. El enfoque moderno consiste en examinar
si los niños pueden hacer honor a los elementos morales y psicológicos de
responsabilidad penal. Si el comienzo de la mayoría de edad penal se fija a una edad
demasiado temprana, o si no se establece edad mínima alguna, el concepto de
responsabilidad perdería todo sentido. Por consiguiente, es necesario que se hagan
esfuerzos para convenir en una edad mínima, razonable que pueda aplicarse a un nivel
internacional.
En nuestro país se fija la edad penal mínima a los dieciséis años (cuando se
obra con discernimiento) o a los dieciocho años. Al sistema del discernimiento se han
hecho variadas criticas por parte de la doctrina, por lo cual se hace necesario eliminarlo
para adecuarse a las tendencias más modernas. En América Latina el trámite del
discernimiento ha sido eliminado, salvo en Chile, lo que revela su incongruencia con las
Reglas comentadas.
La legislación de responsabilidad juvenil pretende crear un segmento de
población intermedio, entre la legislación de menores y la de los adultos, lo cual
permitiría desarrollar adecuadamente los postulados de las Reglas comentadas.
- Objetivos de la justicia de menores
Dos son los más importantes objetivos de la justicia de menores. El primero es el
fomento del bienestar del menor. Se debe hacer un especial hincapié en el bienestar de
los menores en los sistemas judiciales que siguen el modelo del tribunal penal.
El segundo objetivo, es el principio de la proporcionalidad, este principio es
conocido como un instrumento para restringir las sanciones punitivas, y se expresa
principalmente mediante la fórmula de que el autor ha de llevarse su merecido según la
gravedad del delito. La respuesta a los jóvenes delincuentes no sólo deberá basarse en
el examen de la gravedad del delito, sino también en circunstancias personales.
Por el mismo motivo, las respuestas destinadas a asegurar el bienestar del joven
delincuente pueden sobrepasar lo necesario y, por consiguiente infringir los derechos
33
fundamentales del joven, como ha ocurrido en algunos sistemas de justicia de
menores.
Si bien nuestra legislación de menores pretende dar cumplimiento a estos
postulados, las medidas de protección que contempla han sido criticada por no respetar
derechos del joven en los términos expuestos al contrastarse las normas de la
Convención sobre los Derechos del Niño con la legislación nacional, a lo cual nos
remitimos en este punto.
- Alcance de las facultades discrecionales
Para una administración de justicia de menores eficaz, justa y humanitaria se
establece la necesidad de permitir el ejercicio de las facultades discrecionales en todos
los niveles importantes del procedimiento, para así adoptar la medida más adecuada
para cada caso particular. Por otro lado también se establece la necesidad de
establecer controles y equilibrios a fin de restringir cualquier abuso de las facultades
discrecionales, siendo la competencia y el profesionalismo los instrumentos más
adecuados para salvaguardar los derechos del joven delincuente. Importante son
también la formulación de directrices para el establecimiento de un sistema de revisión
y de apelación u otro análogo a fin de permitir el examen de las decisiones y la
competencia. Este último medio no se concretan en el presente documento por la
dificultad de incorporarlos en reglas mínimas internacionales, debido a la diferencia que
existen en cada sistema judicial.
Para cumplir con esta línea de argumentación, que se puede resumir en el
otorgamiento de facultades discrecionales a los jueces de menores, pero sujeto a
efectivas medidas de control que se traducen en el respeto de las garantías procesales
contempladas en la legislación procesal penal de adultos, se deberían introducir
diversas reformas a la legislación de menores vigente y en los términos expuestos al
analizarse la Convención sobre los Derechos del Niño .
- Derecho de los menores
En este aspecto se hace hincapié en importantes elementos fundamentales de
todo juicio imparcial y justo y que son internacionalmente reconocidos en los
instrumentos de derechos humanos vigentes, tales como: la presunción de inocencia,
el derecho de ser notificado de la acusación, el derecho a no responder, derecho al
asesoramiento, el derecho a la presencia de los padres o tutores, etc.
Una de las críticas más frecuentes a nuestra legislación de menores es la falta
de desarrollo de esta garantía constitucional. Esta carencia se debe a que no se
reconoce debidamente al menor su calidad de sujeto de derecho, por lo que se omiten
muchas garantías procesales. Especial mención requieren los artículos 41 inciso
primero en relación con el inciso segundo del mismo artículo, que no permiten la
oposición de los padres sino una vez impuesta la medida y no en la etapa previa, que
se sigue sin forma de juicio. Nuevamente debemos remitirnos a lo expuesto al tratarse
de la Convención sobre los Derechos del Niño.
34
- Derecho a la intimidad
Para evitar que la publicidad indebida o el proceso de difamación perjudiquen a
los menores, se respetará en todas las etapas el derecho de los menores a la
intimidad.
En principio, no se publicará ninguna información que pueda dar lugar a la
individualización de un menor delincuente.
- Cláusulas de salvedad
Estas tienen por objeto evitar que ninguna disposición de las presentes reglas
puede ser interpretada en el sentido de excluir a los menores del ámbito de la
aplicación de las Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos aprobados por
las Naciones Unidas y de otros instrumentos y normas reconocidos por la comunidad
internacional relativas al cuidado y protección de los jóvenes.
Se establece, por lo tanto, que las presentes Reglas buscan enriquecer otros
textos internacionales y por ende obligan al legislador a analizar toda la normativa
internacional como un todo.
- Primer contacto
Al respecto estas reglas disponen que cada vez que un menor sea detenido,
ésta sea notificada de inmediato o en el menor plazo posible a los padres o tutores.
El juez, funcionario u organismo competente debe examinar sin demora la
posibilidad de poner en libertad al menor. Los organismos encargados de hacer cumplir
la ley deben reducir al mínimo el daño al menor en primera instancia. Ello es de
particular importancia en el primer contacto con las organizaciones encargadas de velar
por el orden institucional, que pueden influir profundamente en la actitud del menor
hacia el Estado y la sociedad.
En nuestra legislación procesal penal se desarrolla esta garantía para toda
persona a través de toda una reglamentación de la institución de la detención que no
viene al caso explicar.
En la legislación de menores debería intensificarse esta garantía por los motivos
señalados en las Reglas. Sin embargo en opinión de Carla Albasini4 esto no se cumple
adecuadamente, porque en la práctica los menores son recluidos en los centros
policiales, interrogados y fichados, debido a que en la mayor parte del país no existe la
policía de menores.
Los mayores abusos se producen antes de que el menor sea puesto a
disposición de los organismos policiales pertinentes (Policía de Menores) o ante la
4
“Visión de los Nuevos Profesionales” Ensayos sobre la Delincuencia. Fundación Paz Ciudadana, 1997
35
presencia del juez. Es posible constatar que la aprehensión física y los interrogatorios,
se ven marcado por diversas formas de violencia física y sicológica.
- Remisión de casos
Estas directrices prevén la necesidad de que, cuando proceda, se examine la
posibilidad de que se resuelvan los casos sin recurrir a las autoridades competentes.
La policía, el ministerio fiscal y otros organismos que se ocupen de la delincuencia de
menores estarán facultados para fallar dichos casos discrecionalmente, sin necesidad
de vista oficial con arreglo a los criterios de sus respectivos sistemas jurídicos y a los
principios de las presentes reglas.
Este principio no se contempla en nuestra ley de menores, ya que tanto
Carabineros de Chile como Policía de Investigaciones, al detener a un menor inculpado
de haber cometido un hecho constitutivo de crimen o simple delito, deben ponerlo
directa e inmediatamente a disposición del tribunal competente, según lo señala el
artículo 16 de la citada ley. Si lo anterior no fuera posible, deberán ingresarlo al Centro
de Observación y Diagnóstico respectivo dentro de las veinticuatro horas y luego lo
pondrán a disposición del juez, a primera hora de la audiencia más próxima o antes, si
éste así lo ordena.
Cabe hacer notar, a partir de la creación del sistema procesal acusatorio y oral
(que entrará a regir en Chile próximamente), se contemplan diversas formas nuevas de
solución de conflictos, que evitan la dictación de sentencia por parte del juez. Junto a
esto el gobierno ha planteado, como uno de los principios de una ley de
responsabilidad penal juvenil, una necesario adecuación a esta nueva legislación
procesal penal. Esto permitiría introducir la remisión de casos en la forma indicada en
las Reglas.
- Especialización policial
Los agentes de policía que traten a menudo con menores o que se dediquen
fundamentalmente a la prevención de su delincuencia, recibirán instrucción y
capacitación especial. La finalidad de esto es tanto como garantía de la aplicación de
los principios de este instrumento, como para mejorar la prevención y represión de la
delincuencia de menores y su tratamiento.
Nuestro ordenamiento, si bien contempla la especialización de la policía en
cuanto a menores, esto no se ha cumplido debidamente en la práctica, ya que en
amplios sectores del país los jóvenes son tratados por policía no especializada.
- Prisión preventiva
Según el presente documento, éste se aplicará como último recurso y durante el
plazo más breve posible. Se privilegian medidas sustitutorias a ésta, como la
supervisión estricta, la custodia permanente, la asignación a una familia o el traslado a
una institución educativa.
36
Cuando se aplique la prisión preventiva, los menores gozarán de todos los
derechos y garantías previstos en las reglas mínimas para el tratamiento de reclusos
aprobados por Naciones Unidas, entre estas el estar separados de los adultos y
recluidos en establecimientos distintos o separados de ellos.
La Constitución Política se remite a la ley en el artículo 19 Nº 7 letra b. La ley de
menores no contempla esta garantía. Respecto de las medidas que contempla dicha
ley, esta carencia se desprende del artículo 29 inciso final, que señala que “durarán el
tiempo que determine el juez de letras de menores”.
En cuanto a la separación de los menores de los adultos en establecimientos
penitenciarios, el Código Penal y el de Procedimiento Penal, señalan que los menores
que ingresan a éstos, deberán permanecer separados de los adultos. El Reglamento
Carcelario hace especial mención a este punto en su artículo 17 y creando los “Centros
Penitenciarios par Menores”. En su aplicación práctica, sin embargo, en opinión de M.
Cillero5, la falta de recintos y la carencia de garantías reales, convierten estas normas
en meramente programáticas, como lo demuestran las estadísticas de ingreso de
menores a recintos penales de Gendarmería, servicio que no cuenta con ningún recinto
dedicado exclusivamente para menores, a excepción de la recientemente inaugurada
Comunidad Tiempo Joven, en la ciudad de Santiago, administrada conjuntamente por
Sename y Gendarmería de Chile.
- Autoridad competente para dictar sentencia
En el evento que el caso del menor delincuente no sea objeto de remisión, éste
será puesto a disposición de la autoridad competente (Corte, tribunal, Consejo, etc.),
que decidirá con arreglo a los principios de un juicio imparcial y equitativo.
En Chile todo joven debe ser puesto a disposición del juez lo antes posible. En
tal sentido no se contempla la posibilidad de alguna forma de remisión, que
permitiría la intervención de otros organismos.
Por lo tanto, el joven es puesto a disposición de alguno de los 42 Juzgados de
Menores existentes, los cuales ejercen la totalidad de la competencia de menores.
Dicha competencia es, a juicio de los autores, amplísima (civil, penal y laboral), lo cual
es perjudicial para llevar a cabo de manera adecuada la labor jurisdiccional que les
corresponde. Particularmente, la doctrina aconseja que en materia de infracciones
juveniles se opte por una máxima especialización.
En tal sentido, existen diversos proyectos que tienden a alterar esta situación,
como es la creación de los Tribunales de Familia, en los que existirían tres jueces, uno
de los cuales se dedicaría a las infracciones penales de menores. También se alteraría
sustancialmente esta situación si se aprueba una ley de responsabilidad penal juvenil,
5
Cuadernos de Análisis Jurídico N°6 “ Sistema Jurídico y Derechos Humanos”
37
el que debería recoger un sistema acusatorio, en que la investigación y acusación no
son funciones del juez.
- Asesoramiento Jurídico y Derecho de los Padres y Tutores
El menor tiene derecho a hacerse representar por un asesor jurídico o a solicitar
asistencia jurídica gratuita cuando esté prevista en la legislación interna.
Por otro lado los padres o tutores tienen derecho a participar en las actuaciones
del proceso, pudiendo la autoridad competente denegar dicha participación si existen
motivos para presumir que la exclusión es necesaria para la defensa del menor.
En cuanto al asesoramiento jurídico, en nuestra legislación no existen normas
sobre comparecencia en juicio ni sobre asesoría letrada, puesto que el niño no es
considerado parte en el procedimiento. Esto porque se sigue la antigua tendencia
dentro del derecho de menores de desconocer la necesidad de asistencia jurídica,
dado que el proceso tiene por finalidad la protección del niño y quien asume la
representación de sus intereses es el propio juez que conoce y resuelve el asunto.
- Informe, previo a la sentencia, sobre el medio social en que se desenvuelve el
menor
- Principios rectores de la sentencia y de la resolución
Principios:
La respuesta que se da al delito será proporcionada tanto a las circunstancias y
gravedad del delito como a la necesidad del menor y de la sociedad.
La restricción a la libertad personal del menor se reducirá al mínimo posible.
La privación de libertad se impondrá sólo en caso de acto grave de violencia
contra otra persona o por reincidencia de otros delitos graves.
- Pluralidad de medidas resolutorias
Las Reglas de Beijing proponen, en orden a evitar la internación, las siguientes
medidas:
Ordenes en materia de atención, orientación y supervisión
Libertad vigilada
Ordenes de prestación de servicios a la comunidad
Sanciones económicas, indemnizaciones y devoluciones
38
Ordenes de tratamiento
Ordenes relativas a hogares de guarda y establecimientos educativos
Nuestra Ley de Menores contempla en su artículo 29 las siguientes medidas:
1º.- Devolver al menor a sus padres, guardadores o personas a cuyo cargo
estuviere, previa amonestación
2º.- Someterlo al régimen de libertad vigilada
3º.- Confiarlo, por el tiempo que estime necesario, a los establecimientos
especiales
de educación que la ley señala
4º.- Confiarlo al cuidado de una persona que se preste para ello, a fin de que
viva con su familia, y que el juez considere capacitada para dirigir su educación,
quedando en este caso sometido, además, al régimen de libertad vigilada.
Si bien nuestra normativa contempla una gama de medidas, se le han hecho
diversas críticas, en primer lugar la amplitud que tiene el juez para aplicar las medidas
enumeradas. En segundo lugar, la libertad para fijar el plazo de duración de éstas. Por
último la facultad que tiene el juez de modificar con posterioridad dichas medidas si
varían las circunstancias.
Esto es particularmente grave si se consideran que todas éstas medidas
implican siempre limitación o restricción de derechos de los menores.
- Carácter excepcional del confinamiento en establecimientos penitenciario
- Prevención de demoras innecesarias en la tramitación del proceso
- Registros
De acuerdo a las presentes reglas los registros de menores delincuentes serán
de carácter estrictamente confidencial, no pudiendo ser consultado por terceros.
Los registros de menores delincuentes no se utilizarán en procesos de adultos.
- Objetivo del tratamiento en establecimientos penitenciarios
Cuidado y protección, así como su educación y formación profesional
Asistencia social, educacional, profesional, psicológica, médica y física
Separación de los adultos
39
Tratamiento equitativo para la delincuente joven como para el delincuente joven
Derecho de acceso por parte de padres y tutores
- Aplicación de las Reglas mínimas para el tratamiento de los reclusos aprobadas
por las Naciones Unidas
Con objeto de satisfacer las diversas necesidades del menor específicas a su
edad, sexo y personalidad se procurará aplicar los principios pertinentes de las
mencionadas Reglas Mínimas para el tratamiento de los reclusos en toda la medida de
lo posible.
- Frecuente y pronta concesión de la libertad condicional
Cuando las circunstancias lo permitan, se deberá optar por conceder la libertad
condicional. Cuando se tengan pruebas de un progreso satisfactorio hacia la
rehabilitación, siempre que sea posible, se podrá conceder, incluso a delincuentes que
se consideraron peligrosos al momento de su confinamiento.
- Sistemas intermedios
Se podrán establecer sistemas intermedios como establecimientos de transición,
hogares educativos, centros de capacitación y otros sistemas pertinentes que puedan
facilitar la adecuada reintegración de los menores a la sociedad.
b) Reglas Mínimas sobre Medidas No Privativas de Libertad (Reglas de Tokio)
Estas reglas fueron adoptadas en el Octavo Congreso de Naciones Unidas
sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente en La Habana.
En primer lugar es necesario aclarar, que estas reglas contienen solamente
parámetros generales que todo Estado debiera respetar, en cumplimiento de los
principios internacionales que rigen la materia. Sin embargo, se ha discutido su
carácter obligatorio para los estados. En opinión de O`Donnell respecto de las Reglas
Mínimas para el tratamiento de los reclusos, antecedentes de las de Tokio, no se
pueden considerar obligatorias en su totalidad ya que las mismas “Observaciones
Preliminares“ así lo señalan. Estas no se pueden aplicar indistintamente en todas
partes y en todo tiempo. Además se reconoce que puede haber cierta flexibilidad en la
aplicación de las reglas debido a la evolución constante de las ciencias penales.
40
El citado autor sostiene que algo similar ocurre con las Reglas de Tokio. Esto
porque en las consideraciones iniciales, la Asamblea General señaló que reconocía “la
necesidad de elaborar enfoques y estrategias locales, nacionales, regionales,
internacionales en la esfera del tratamiento no institucional del delincuente, así como la
necesidad de formular reglas mínimas”. Refuerzan estos argumentos lo que el mismo
texto señala en su parte preliminar: “Se exhorta a los Estados Miembros a que apliquen
las Reglas de Tokio en sus políticas y prácticas”. No obstante, en contraposición a lo
anterior, la Asamblea le pide a los Estados Miembros “que se presenten informes
quinquenales sobre la aplicación de las Reglas de Tokio, a partir de 1994”.
En segundo lugar es necesario aclarar también qué se entiende por medidas no
privativas de libertad. Las reglas de Tokio no las definen, pero en opinión del profesor
Juan Enrique Vargas Viancos, del conjunto de éstas se puede desprender la siguiente
definición: “Cualquier sanción, impuesta en cualquier oportunidad procesal, que no
implique privación absoluta de libertad en circunstancias de que hubiese“.
Con el fin de un mejor análisis de éstas reglas citadas nos ceñiremos al criterio
utilizado por el profesor Vargas en la mencionada obra, la que atiende al momento en
que ellas son establecidas en relación a la comisión del hecho delictivo.
- Acciones adoptadas en términos generales con anterioridad a la comisión de la
conducta específica
Son éstas de resorte del legislador y tiene por consecuencia excluir a priori el
uso de la cárcel para sancionar determinadas conductas. Pueden presentar tres
modalidades:
desjudicialización de conflictos (se excluye el conflicto de la competencia
judicial, y pueden ser de corte administrativo o entregado a las partes con un
soporte estatal como en la mediación y conciliación).6
descriminalización (exclusión del catálogo de conductas punibles. No
confundir con desjudicialización, ya que no se excluye la competencia de los
tribunales sino que se aplica sanción no penal).
establecimiento de penas no privativas de libertad para el delito7
- Acciones adoptadas por quien dispone de la acción penal pública
Ellas son de resorte generalmente de los ministerios públicos en los sistemas de corte
acusatorio, pudiendo o no estar entregadas al control jurisdiccional. Implican darle una
salida distinta al conflicto judicial, evitando llegar a una sentencia:
6
7
Reglas de Tokio 2.5
Tokio 2.8
41
Ejercicio del principio de oportunidad (consagra la posibilidad de no dar inicio
al proceso penal o ponerle término anticipadamente, por consideraciones de
interés general, con el objetivo de adoptar políticas racionales de selección
en el sistema penal. Parte de la realidad de que el sistema penal no es capaz
de procesar todas las conductas ilícitas que se producen dentro de la
comunidad y que las selecciona con criterios oscuros y no sujetos a
escrutinio público).8
Medidas Presentenciales (conceden la facultad para que, sin esperar la
sentencia, se impongan sanciones al individuo, poniendo término al
procedimiento. Contiene tres requisitos: delitos menores, inculpado confeso y
que consienta en darle término al proceso de esa forma).
- Acciones adoptadas para evitar la detención o prisión durante el proceso
Se reconoce expresamente el carácter excepcional de la prisión preventiva9 y se
recomienda la aplicación de otras medidas pero sin señalarse nada sobre el tipo
de éstas y sus características.10
La celeridad de la puesta en libertad o en la aplicación de una medida
sustitutoria de ésta resulta fundamental para evitar el contagio criminógeno que
implica la cárcel.
En el Informe del Secretario General para el Congreso en que se aprobaron las
Reglas de Tokio permite dar luz sobre el tipo de medidas mentadas :
*
Restricción de Movimientos (exige que el sospechoso permanezca en una
zona determinada que suele ser su domicilio. Su cumplimiento suele
asegurarse mediante una vigilancia constante de la policía local, la cual
puede realizarse también por medios electrónicos).
*
Supervisión (menos restrictiva ya que exige al presunto culpable presentarse
a la policía o a otro organismo en determinados plazos. En otras modalidades
se incluye las inspecciones no anunciadas y restricciones directamente
relacionadas con el delito, por ejemplo la inhablitación para conducir en caso
de delito de circulación o prohibición de dedicarse a cierta actividad comercial
en caso de delito económico).
*
Pago de Fianza (se le critica que el depósito de bienes o de dinero como
garantía puede resultar discriminatorio para personas de escasos medios
económicos, por lo que se ha ideado la variante del “binding over” u orden
vinculante que consiste en una orden judicial de guardar la paz bajo pena de
ser multado o detenido).
8
Tokio 5.1
9
Tokio 6.1
Tokio 6.2
10
42
*
Libertad con obligación de comparecer (consiste en la promesa de
presentarse al tribunal cuando la causa llegue a juicio sin la obligación de
depositar bienes o dinero como garantía. Se aplica generalmente a delitos
leves).
- Acciones adoptadas al momento de dictarse la sentencia
Consiste en posibilidades que se le dan al juez para no aplicar una sanción
privativa de libertad al momento de condenar por un delito. Se dividen en penas
alternativas y las que más propiamente se conocen como medidas alternativas.
En el caso de las primeras, el legislador sanciona la conducta típica con alguna
de dos sanciones posibles, una privativa de libertad y otra sin ese carácter.
En cambio en la segunda, se trata de un beneficio que se le concede al
condenado a quien, pese a corresponderle una pena de cárcel por el delito cometido,
no se le aplica ésta y se adopta otra acción sobre su persona. A diferencia de las
primeras puede estar sujeta a condiciones y, en el caso de quebrantamiento de éstas,
el beneficiario puede verse obligado a cumplir la pena privativa de libertad.
Las Reglas de Tokio aparentemente sólo se hacen cargo de las medidas
alternativas propiamente tales, al enumerar las obligaciones a las que quedan sujetas11
y al establecer la revocación de la medida ante el incumplimiento de la misma.12 Sin
embargo, el punto no queda claro al emplear también la expresión “pena” al referirse a
sanciones que se enumeran como alternativas.
Las medidas alternativas enumeradas son:13
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
Sanciones Verbales, como la amonestación, la reprensión y la advertencia
Liberación condicional
Penas privativas de derechos o inhabilitaciones
Sanciones económicas y penas en dinero, como multas, multas sobre los
ingresos calculadas por días
Incautación o confiscación
Mandamiento de restitución a la víctima o de indemnización
Suspensión de la sentencia o condena diferida
Libertad condicional y vigilancia judicial
Imposición de servicios a la comunidad
Obligación de acudir regularmente a un centro determinado
Arresto domiciliario
Cualquier otro régimen que no entrañe internamiento
Alguna combinación de las sanciones precedentes
11
Tokio 12.1
Tokio 14.1
13
Tokio 8.2
12
43
Como la mayoría de la doctrina sostiene, las medidas alternativas no deben
considerarse como beneficio para el sujeto sino como lo que realmente son: penas y
cargas que en definitiva permiten al Estado ampliar sus atribuciones en materia de
control social.
En consideración a esto las Reglas de Tokio señalan que las medidas
sustitutivas de la prisión no podrán ser aplicadas para el caso de sanciones no
privativas de libertad. Además deben adecuarse al principio de mínima intervención y a
las tendencias de despenalización y destipificación de delitos.14
En opinión del profesor Vargas Viancos, los factores para caracterizar a éstas
medidas son: los requisitos para su concesión, el tipo de condiciones u obligaciones
que pueden llevar aparejadas y, fundamentalmente, las consecuencias que implica su
quebrantamiento.
En cuanto a los requisitos y obligaciones que conllevan, las Reglas de Tokio sólo
establecen disposiciones de carácter general sin señalar específicamente en qué
consisten, limitándose a señalar los términos y autoridades en que éstos pueden
establecerse.
Respecto a los requisitos, resulta interesante recalcar lo que nos dicen las reglas
3.2 y 8.1, al establecer la primera ciertos criterios para seleccionar la medida alternativa
tales como “ el tipo y gravedad del delito, la personalidad y antecedentes del
delincuente, los objetivos de la condena y el derecho de las víctimas”. La regla 8.1 por
su parte, señala que la autoridad al adoptar su decisión debe tomar en cuenta “las
necesidades de rehabilitación del delincuente, la protección de la sociedad y los
intereses de la víctima, quién será consultada cuando corresponda”.
En cuanto a las obligaciones, la regla 12.2 señala “ Las obligaciones que ha de
cumplir serán prácticas, precisas y tan pocas como sea posible y tendrán por objeto
reducir las posibilidades de reincidencia en el comportamiento delictivo e incrementar la
posibilidades de reinserción social del delincuente, teniendo en cuenta las necesidades
de la víctima.”
Por último, respecto del quebrantamiento, se consagra una regulación más
detallada para impedir que el incumplimiento lleve automáticamente a la cárcel al
sujeto. Así, el incumplimiento puede llevar a la modificación de la medida, lo cual es
determinado por la autoridad competente, previo alegato del funcionario supervisor y
del delincuente. Además, sólo se impondrá la pena de prisión cuando no haya otra
medida sustitutiva adecuada.15
14
15
Tokio 2.6, 2.7 y 2.8
Tokio 14.1 a 14.4
44
- Acciones adoptadas con posterioridad a la sentencia
Se trata de modalidades que reviste el sistema de ejecución penitenciaria. Las
Reglas de Tokio regulan estas medidas a la par de las otras alternativas a la cárcel,
señalando que la autoridad competente tendrá a su disposición medidas sustitutivas
posteriores a la sentencia para evitar el encarcelamiento y lograr una pronta reinserción
social.
Las medidas enunciadas son las siguientes:
*
*
*
*
*
Permisos y centros de transición
Liberación con fines laborales o educativos
Distintas formas de libertad condicional
La remisión
El indulto16
c) Directrices de las Naciones Unidas para la prevención de la delincuencia
juvenil (Directrices de Riad)
Estas normas, al igual que las Reglas de Tokio, tienen su origen en el Octavo
Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del
Delincuente. Si bien éstas directrices no tienen fuerza vinculante, no se puede
desmerecer su importancia en la elaboración futura de políticas a nivel nacional,
tendientes a erradicar la comisión de delitos en la sociedad.
Debemos destacar que estas directrices entran en un ámbito previo al de la
comisión del delito y del consiguiente proceso penal, toda vez que éstas tienden a la
prevención y no al tratamiento del joven una vez que éste ya ha entrado en conflicto
con la justicia, tema ya abordado por otros textos internacionales.
Por esta misma razón es que explicaremos brevemente su contenido sin entrar a
desarrollarlo como lo hicimos con otros tratados más atingentes al tema al tema.
En primer lugar se plantean ciertos principios fundamentales tales como la
necesidad de enmarcar la delincuencia juvenil dentro de la prevención del delito en la
sociedad, para lo cual se requiere un esfuerzo de toda la sociedad, para el desarrollo
armonioso del adolescente. Se debe fomentar una participación activa de los jóvenes
en la sociedad y se debe procurar el bienestar de ellos desde su primera infancia.
Las políticas progresistas deben incluir el suministro de oportunidades
especialmente educativas, aplicación de doctrinas y criterios especializados para la
prevención de la delincuencia con una intervención oficial que vele por los intereses del
joven. Por último se hace notar que la conducta de los jóvenes que no se ajustan a las
16
Tokio 9.1 y 9.2
45
normas generales frecuentemente forman parte de un proceso de madurez y que
tienden a desaparecer espontáneamente.
En segundo lugar se señala el alcance de las directrices señalándose que las
directrices deben aplicarse e interpretarse de acuerdo a los distintos tratados que rigen
a la comunidad internacional y que debe considerarse el contexto en que se desarrolla
cada Estado.
En tercer lugar, en el título de la prevención general, se señala que ésta se debe
desarrollar a través del análisis del problema, formulación de programas, recursos
disponibles, funciones bien definidas de las instituciones pertinentes, coordinación de
los organismos gubernamentales y no gubernamentales, participación de la comunidad,
especialmente de los jóvenes, etc.
En cuarto lugar se hace referencia a los procesos de socialización, entre los
cuales se destaca el importante rol que cumple la familia, la educación, la comunidad y
los medios de comunicación.
En quinto lugar se señala respecto de la política social, se exhorta a los
organismos gubernamentales a dar una elevada prioridad a los programas dedicados a
los jóvenes, lo que debe incluir fondos e instalaciones suficientes. Se reitera la
necesidad de evitar la reclusión de jóvenes, y la necesidad de permitirles continuar su
educación. Finalmente éstas políticas deben basarse en estudios científicos que
desarrollen medidas y estrategias dentro y fuera del sistema de justicia penal.
En sexto lugar, respecto a la legislación y administración de la justicia de
menores se destaca el deber de promulgar leyes y procedimientos especiales, de evitar
castigos severos, limitar el acceso a armas de cualquier tipo, promulgar legislación que
evite la estigmatización y victimización de los jóvenes. Además se promueve el
establecimiento del ombudsman para los jóvenes el cual deberá supervisar la
aplicación de las Directrices de Riad, las Reglas de Beijing y las Reglas para la
protección de los menores privados de libertad.
Las Reglas analizadas se caracterizan por constituir un avance en materia de
legislación de menores y de jóvenes. Plantean nuevos requerimientos a los Estados y
versan sobre materias que presentan mayor complejidad en cuanto a su
implementación en el plano interno.
Por constituir un Derecho, en cierta medida, aún en formación, se plantea en
términos amplios que permitan concitar un mayor apoyo internacional. Esto mismo
permite que los Estados las interpreten con mayor amplitud y las adecuen a sus
necesidades y capacidades. Se pretende posicionar de esta manera nuevos temas y
desafíos, que a medida que vayan siendo acogidos por los Estados puedan ser
precisados y luego incorporados en tratados internacionales.
Nosotros consideramos que nuestro país no se encuentra preparado para
incluirlos de manera satisfactoria en su legislación interna, considerando que aun no
46
subsana las diversas contradicciones que presenta respecto de la Convención sobre
los Derechos del Niño, en los términos ya analizados.
Pero no por eso carecen de importancia para nuestro país. En la actualidad se
están desarrollando diversos proyectos legales en materia de legislación de menores y
juventud, que necesariamente deben incorporar los postulados de la Convención sobre
los Derechos del Niño y que, además, se deberían enriquecer en todo lo que los
Reglas analizadas excedan dicha Convención.
3.- PERFIL PSICOSOCIAL DE LOS JÓVENES RECLUSOS
Con el fin de complementar el estudio legislativo en torno al joven en conflicto con la
justicia, se elaboró un perfil del joven recluso, tomando en cuenta aspectos tanto
psicológicos como socioeconómicos. Se espera que los antecedentes recabados permitan
facilitar, por un lado, la comprensión de esta problemática, y por otro, la implementación de
políticas de tratamiento y rehabilitación adecuadas para este segmento social.
I.- ASPECTOS METODOLÓGICOS
El diseño adoptado en esta investigación es descriptivo, ya que el objetivo es
conocer cómo se presentan los diferentes aspectos psicosociales y criminógenos en la
problemática del joven en conflicto con la justicia. Es también de carácter no experimental,
ya que no se manipularon deliberadamente las variables, sino que se observaron los
fenómenos tal y como se presentan en su contexto natural, para luego analizarlos (ésto
posee la ventaja de presentar mayor validez externa). Finalmente, es un estudio
transversal, ya que los datos se recolectaron en un sólo momento.
Definición y características del Universo y Muestra
La unidad de análisis que se utilizó estuvo constituida por jóvenes varones de edades
entre 18 y 29 años, que se encontraban recluidos por delitos contra la propiedad en los
recintos penitenciarios escogidos para aplicar el instrumento.
Se optó por excluir a las jóvenes mujeres del universo, ya que el fenómeno de la
delincuencia femenina constituye un tema específico que difiere cualitativa y
cuantitativamente de la delincuencia masculina (Cooper, 1994). De esta manera, el hecho
de estudiar el fenómeno de la delincuencia femenina desde el mismo paradigma que la
delincuencia masculina, se ha traducido históricamente en políticas generales para ambos
sexos, que, al no incorporar la perspectiva de género, no siempre resultan acertadas. Sin
embargo, considerando la imperiosa necesidad de no invisibilizar a las mujeres en las
investigaciones sociales, más aún en un tema tan relevante como el de los jóvenes en
conflicto con la justicia, se las incluyó en el análisis del proceso penal y en el estudio de la
calidad de vida al interior de la cárcel y las perspectivas de rehabilitación y reinserción
social, como se explicará más adelante.
47
Se decidió acotar el Universo al rango etario mencionado anteriormente, sin
considerar a los menores de 18 años, ya que, dadas las características diferenciales tanto
en el procedimiento judicial como en el sistema de reclusión como tal, merecería un análisis
específico y acabado para poder derivar de éste resultados concluyentes para ese grupo
específico, que pudieran ser generalizados a los demás componentes del mismo .
Se resolvió también delimitar el Universo a jóvenes que se hallan involucrados sólo
en delitos contra la propiedad, ya que, investigaciones precedentes señalan la existencia de
diferencias cualitativas en los sujetos que presentan diferentes formas de conducta delictiva
(Cooper, 1994). Según estadísticas proporcionadas por Gendarmería de Chile, los jóvenes
que se hallan procesados o condenados por robo, constituyen alrededor del 70% de la
población joven reclusa.
De esta manera, el Universo quedó conformado por jóvenes varones de entre 18 y
29 años de edad, que se encuentren recluidos en los penales de Colina I, CDP San Miguel
y CDP Puente Alto, ya sea procesados o cumpliendo condena, por estar involucrados en
delitos contra la propiedad.
Una muestra extraída de este Universo permitirá extrapolar los resultados del estudio
a más de la mitad de los jóvenes reclusos, evitando al máximo diferencias que pudieran
deberse a las características, histórico-familiares y/o sociales que motivan la comisión de
los diversos tipos de delitos.
En cuanto a la elección de la muestra, ésta se realizó de manera estratificada
aproporcional, recogida de manera intencionada (o de selección razonada). Se procedió así
debido a las dificultades que existen en los recintos penitenciarios para llevar a cabo este
tipo de estudio empírico, ya sea por las características de funcionamiento y organización
que cada uno posee, como por la carencia de estadísticas que permitan conoce el número
exacto de jóvenes que se encuentran recluidos en los penales.
Para que el Universo quedara totalmente representado, se elaboraron estratos de
acuerdo a las variables edad y situación procesal.
Considerando la dificultad de encontrar jóvenes de 18 a 20 años, por el hecho de ser
comparativamente pocos los que se encuentran recluidos ya a esa edad, se optó por
ampliar el primer rango etario. De esta manera, se conformaron 4 estratos : el primero de
edades entre 18 y 21 años, el segundo de 22 a 24 años, el tercero de 25 a 27 años y el
cuarto de 28 a 29 años.
Por otro lado, el joven puede , actualmente, estar siendo procesado o cumpliendo
condena, lo que implica diferencias principalmente en la percepción subjetiva que pueden
tener de la situación en que se encuentran.
Finalmente, la muestra quedó compuesta por 80 sujetos de los recintos penales
nombrados. La aplicación de la encuesta fue realizada de manera individual, y estuvo a
cargo de alumnos de los últimos años de carreras del área social, quienes fueron
48
capacitados para estos efectos. Los tests fueron administrados de manera grupal por
egresados de la carrera de Psicología. Ambas actividades fueron debidamente
supervisadas por las investigadoras a cargo.
Las variables psicosociales escogidas para caracterizar al joven en conflicto con
la justicia, fueron las siguientes:
VARIABLES SOCIO-DEMOGRÁFICAS
Estas variables serán recopiladas con el fin de realizar una identificación general de los
jóvenes reclusos. En este sentido, se indagará la edad, estado civil, nivel de
instrucción, y distribución geográfica.
VARIABLES FAMILIARES :
En esta área se indagarán características familiares propias del joven interno.
Esto se evaluará mediante las siguientes variables : estructura y cohesión familiar,
estilos de socialización de los padres o figuras sustitutas, antecedentes de violencia
intrafamiliar y antecedentes criminógenos familiares.
VARIABLES EDUCACIONALES:
Esta área intenta determinar algunos aspectos relacionados con la calidad y nivel
educacional al cuál han accedido los entrevistados. En este punto se abordarán temas
como fracaso y deserción escolar, grado de escolaridad, comportamiento en la escuela,
relación con compañeros y profesores.
VARIABLES RELACIONALES :
Esta área dice relación con la calidad de las relaciones sociales del joven con
otros que no sean familiares, tanto en su infancia como en su adolescencia. Con este
objetivo se preguntará acerca de tipos de relaciones establecidas, en calidad y
cantidad, grupo etario y género, ocupación del tiempo libre, consumo de alcohol y
drogas, calidad criminógena de los pares y desarrollo moral.
En este mismo punto se investigará sobre las relaciones de pareja y su calidad,
sondeando edad de inicio, tipo de relaciones, edad de inicio de actividad sexual,
existencia de pareja e hijos en la actualidad.
VARIABLES ATINGENTES A LA RELACIÓN CON LA JUSTICIA :
En este ámbito se buscará interiorizarse en el historial delictual de los jóvenes
entrevistados, en relación a sus primeras detenciones, tipos de delito, paso por
instituciones de rehabilitación, imagen de los organismos de seguridad (Carabineros,
Investigaciones) y justicia, enjuiciamiento de la reclusión en recintos penales como
forma de control y prevención de la delincuencia.
49
VARIABLES RELACIONALES INTRAMUROS :
Intentaremos hacer un análisis cualitativo del tipo de interacción que el joven
establece con los otros reos y gendarmes al interior del recinto penal, así como con
quienes se encuentran fuera de éste. Así también se indagará tanto en la calidad de
vida que existe en el penal, como en la percepción que tiene el joven de sí mismo, de
su rehabilitación y posibilidades de reinserción social y laboral.
VARIABLES PSICOLOGICAS :
En este punto se utilizarán instrumentos para la evaluación de las variables de
inteligencia y personalidad de la población reclusa entrevistada. Con este objetivo se
aplicará el Test de Catell-Factor G, en la medición de inteligencia global y EPQ-R, para
indagar sobre características de personalidad.
La pauta de entrevista correspondiente a esta etapa es la siguiente:
I.- IDENTIFICACION
EDAD
ESTADO CIVIL
DELITO
ESTADO PROCESAL
NIVEL DE INSTRUCCION
COMUNA DE PROCEDENCIA
ACTIVIDAD LABORAL
II.- ANTECEDENTES FAMILIARES
ESTRUCTURA FAMILIAR
FRAGMENTACION FAMILIAR
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
PASO POR INSTITUCIONES DE PROTECCION
III.- ANTECEDENTES EDUCACIONALES
RENDIMIENTO ACADEMICO
CONDUCTA
FRACASO Y DESERCION ESCOLAR
RELACIONES SOCIALES
IV.- ANTECEDENTES RELACIONALES EXTRA-FAMILIARES
RELACION CON PARES EN INFANCIA Y ADOLESCENCIA
50
GRUPO ETAREO Y GENERO
PRINCIPALES ACTIVIDADES EN INFANCIA Y ADOLESCENCIA
RELACIONES DE PAREJA
RELACIONES SEXUALES
V. ANTECEDENTES CRIMINÓGENOS
ANTECEDENTES CRIMINÓGENOS FAMILIARES
ANTECEDENTES CRIMINÓGENOS DE LOS PARES
ANTECEDENTES CRIMINÓGENOS PERSONALES
VI. CONSUMO DE ALCOHOL Y DROGAS
VII. DESARROLLO MORAL
ANALISIS DE LOS RESULTADOS
La muestra se distribuyó, respecto al lugar de procedencia y al estado procesal,
de la siguiente manera:
CUADRO N°1
DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA SEGÚN LUGAR DE RECLUSIÓN
f
Puente Alto
Colina
San Miguel
TOTAL
%
25
27
28
80
31.3
33.7
35.0
100.0
CUADRO N°2
DISTRIBUCIÓN POR ESTADO PROCESAL
f
Procesado
Condenado/Rematado
TOTAL
%
40
40
80
II.- ANTECEDENTES SOCIO- ECONÓMICOS Y DEMOGRÁFICOS
51
50.0
50.0
100.0
En esta sección se pretende dar a conocer las principales características socioecónomicas de la población encuestada. Con este objeto, se seleccionaron las
siguientes variables : Edad, Estado Civil, Nivel de Instrucción, Calificación Laboral y
Comuna de Procedencia.
Con el fin de que la población seleccionada representase a todo el espectro en
estudio, es que los sujetos fueron escogidos de manera intencionada según 4
categorías de edad, considerando un mismo número de sujetos para cada una de ellas.
Así se puede observar a continuación :
CUADRO N°3
DISTRIBUCIÓN POR GRUPOS ETARIOS
f
18-21 años
22-24 años
25-27 años
28-29 años
TOTAL
%
20
20
20
20
80
25.0
25.0
25.0
25.0
100.0
No se observaron diferencias significativas entre los diversos grupos etarios, por
lo tanto, no se considerará esta variable en el análisis de los resultados.
Con respecto al Estado Civil, se obtuvo que la gran mayoría de los sujetos no
había establecido un vínculo legal de pareja, y sólo un 13,8% de ellos, había contraido
matrimonio alguna vez , situación que no se asocia a ningún rango de edad en
particular.
CUADRO N°4
DISTRIBUCIÓN POR ESTADO CIVIL
f
%
Soltero
Casado
Conviviente
Separado
TOTAL (*)
51
10
18
1
80
52
63.8
22.5
12.5
1.2
100.0
Por otra parte, los resultados obtenidos relativos al Nivel de Instrucción de la
población reclusa abordada se resumen en el cuadro expuesto a continuación :
CUADRO N°5
DISTRIBUCIÓN POR NIVEL DE INSTRUCCIÓN
f
No Asistió a la Escuela
Básica Incompleta
Básica Completa
Media Incompleta
Media Completa
Técnica Incompleta
Técnica Completa
TOTAL (*)
%
4
35
17
20
2
1
1
80
5.0
43.6
21.3
25.0
2.5
1.3
1.3
100.0
Podemos ver que un 5% de los jóvenes encuestados nunca asistió a la escuela,
sin embargo, ninguno de ellos era analfabeto. Resultó también que un alto porcentaje
no completó su educación básica ( 43,8%), y que el promedio de escolaridad es de 7
años. De lo anterior se deduce que casi la mitad de la población reclusa encuestada
posee un bajo nivel de instrucción.
En cuanto a la calificación laboral de los sujetos, tenemos que un 51,3% no
posee un oficio. El 48,7% restante se repartió entre los tipos de oficio o actividad que
se exponen en el Cuadro n° 6:
CUADRO N° 6
CALIFICACIÓN LABORAL
f
Tenía ocupación u oficio
No tenía
TOTAL (*)
%
39
41
80
48.8
51.2
100.0
CUADRO N°7
TIPO DE OCUPACIÓN U OFICIO RECONOCIDO POR LOS ENTREVISTADOS
ANTES DE INGRESAR AL PENAL
53
f
Obreros y Empleados
a) Obrero
b) Empleado
Oficios Diversos No Especializados
a) Ayudante de Carpintero
b) Ayudante de Gásfiter
c) Pioneta
d) Pintor
e) Fletes
f) Jardinero
g) Garzón
Oficios Diversos Semi Especializados
a) Chofer
b) Cerrajero
c) Panificador
d) Electricista
e) Soldador
f) Mecánico
g) Zapatero
Técnicos y Comerciantes
a) Peluquero
b) Comerciante
Sin Remuneración
a) Estudiante
TOTAL (*)
10
1
9
11
1
1
1
4
1
2
1
14
4
1
1
3
1
3
1
3
2
1
1
1
39
%
25.6
2.6
23.0
28.2
2.6
2.6
2.6
10.2
2.6
5.0
2.6
36.0
10.2
2.6
2.6
7.7
2.6
7.7
2.6
7.6
5.0
2.6
2.6
2.6
100.0
(*)El total corresponde sólo a los reclusos que reconocen poseer alguna ocupación u oficio. Se excluye
actividad delictiva.
De esta manera, podemos ver que el porcentaje más alto se concentra en
Oficios Semi Especializados (36%), seguido por Oficios No Especializados (28,2%) y
Obreros y Empleados (25,6%). Así también, un porcentaje mínimo de la población
entrevistada manifestó tener ocupaciones que requieren un mayor nivel de instrucción,
como peluquero.
Estos datos indican que, en general, la población joven reclusa se desempeña
en ocupaciones que requieren un escaso nivel de calificación, o no lo requieren en
absoluto y que, consecuentemente, reportan un bajo nivel de ingresos.
Posteriormente, se consultó acerca de la principal actividad realizada al
momento de la detención. El porcentaje de sujetos que manifestó realizar alguna,
aumentó a un 52,5%, distribuyéndose de la siguiente manera :
CUADRO N°8
54
SITUACIÓN LABORAL AL MOMENTO DE LA DETENCIÓN
f
Tenía actividad
detuvieron
No tenía
TOTAL
remunerada
cuando
lo
%
42
52.5
38
80
47.5
100.0
CUADRO N°9
TIPO DE ACTIVIDAD REALIZADA AL MOMENTO DE LA DETENCIÓN
f
Trabajador Dependiente
a) Obreros
b) Empleados
Trabajador Independiente
a) Independiente
b) Comerciante Establecido
c) Comerciante Semiestablecido
d) Comerciante Transportista
TOTAL (*)
%
50.0
7.1
42.9
50.0
35.7
2.4
7.1
4.8
100.0
21
3
18
21
15
1
3
2
42
(*)El total se refiere sólo a la población reclusa que realizaba alguna actividada al momento de la
detención
De lo anterior se desprende que del grupo de jóvenes que realizaba alguna
actividad remunerada al momento de la detención, la mitad lo hacía de manera
independiente, desempeñándose en variados trabajos como sacar escombros,
cuidador de autos, taxista, pintor, artista callejero o haciendo “pololitos”. Quienes se
encuentran en esta situación carecen, por lo tanto, de la garantías laborales que
supone el depender de un empleador.
Respecto a la Comuna de Residencia del joven antes de la reclusión, se puede
observar que la mayoría proviene de comunas populares de la Región Metropolitana,
en su mayoría periféricas, y que se caracterizan por albergar predominantemente a
grupos de población de escasos recursos (Casen 1994). Los resultados se presentan
en el siguiente cuadro.
CUADRO N°10
DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA DE LA POBLACIÓN ENTREVISTADA
f
% (*)
Lo Espejo
Puente Alto
La Granja
La Pintana
La Cisterna
7
7
6
5
5
55
8.75
8.75
7.5
6.25
6.25
Macul
San Ramón
La Florida
San Bernardo
Pedro Aguirre Cerda
Lo Prado
Pudahuel
El Bosque
San Joaquín
Peñaflor
Las Condes
Conchalí
Colina
San Miguel
Maipú
Santiago
Quinta Normal
Cerrillos
Provincia
No Contesta
TOTAL
5
4
4
3
3
3
3
3
3
2
2
2
2
1
1
1
1
1
2
4
80
6.25
5.0
5.0
3.75
3.75
3.75
3.75
3.75
3.75
2.5
2.5
2.5
2.5
1.25
1.25
1.25
1.25
1.25
2.5
5.0
100.0
En suma, los resultados obtenidos acerca de las características
socioeconómicas de los jovenes reclusos, nos indican que se trata de un grupo con
escaso Nivel de Instrucción y de Calificación Laboral, que se desempeña en
ocupaciones mal remuneradas y que además, provienen mayoritariamente de las
Comunas de menores recursos de la Región Metropolitana. Estos indicadores revelan
que la población entrevistada forma parte de uno de los sectores sociales más
desprotegidos y que, por lo tanto, tienen alto riesgo de incurrir en conductas delictivas.
III.- ANTECEDENTES FAMILIARES
Uno de los aspectos considerados como determinantes para el desarrollo
individual humano, es el grupo familiar en que la persona se desenvuelve durante los
primeros años de su vida. En este período el niño requiere de protección y cuidado
para su subsistencia, necesidades que son satisfechas por esta institución primaria que
pasa a constituir, de esta manera, un primer modelo interaccional social mediante el
cual se representa la realidad. Es así como, mediante el proceso de socialización
primaria, la familia cumple diversas funciones relacionadas con la crianza y la
educación, proporcionando pautas de relación y de conducta. En este sentido, las
normas de conducta que se internalicen en esta etapa del desarrollo, constituirán la
base de la manera en que el sujeto se relacionará al establecer nuevos vínculos.
56
Es por estos motivos que la caracterización del grupo familiar del cual proviene
la población joven entrevistada merece ser incorporada en la elaboración del presente
perfil.
Los antecedentes sociodemográficos recabados reflejan que la mayor parte de
estos jóvenes pertenecen a los sectores más marginados de nuestra sociedad. D. Asún
y E. Neumann (1992), señalan que la familia de la que proviene del joven popular
aparece, por un lado, como un grupo humano estructurado rígidamente, con una clara
delimitación de los roles paternos y maternos, organizada mediante pautas y normas
rígidas articuladas en torno a la imagen del padre, quien concentra y administra el
poder. Por otra parte, esta familia aparece como un grupo humano con dificultades de
estructuración, dado que la inestabilidad del empleo paterno y la deficiencia de sus
ingresos hacen que pierda su rol e proveedor. El poder paterno, entonces, se ve
legitimado sólo a través del castigo, en lugar de generar una integración familiar que
proporcione seguridad.
De esta manera, al volverse el poder del padre poco efectivo y legítimo, la
estructura normativa de esta familia se torna difusa, perdiendo su efectividad
moralizante. Esta familia, débilmente socializadora, carece de las condiciones
adecuadas para el normal desarrollo del menor, caracterizándose por :
1.- Poca claridad en relación a normas y conductas, generando un vacío en
cuanto a la posibilidad de contar con modelos de identificación
2.- Un ambiente de soledad, inseguridad e inestabilidad, que genera la vivencia
de familias incapaces de brindar apoyo emocional, reconocimiento y sentimiento de
valer
3.- Desintegración familiar, que genera un sentimiento de no pertenencia al
grupo.
En relación a lo anterior, la Teoría Ecléctica de los Gluecks (1956) plantea que,
entre las causas asociadas a la delincuencia juvenil, la familia desestructurada juega un
papel relevante. En efecto, familias con padres separados, con empleo ocasional o
desempleo y problemas de alcoholismo, son situaciones típicas de la mayoría de los
jóvenes delincuentes
Por estos motivos, se indagó en áreas como estructura y cohesión familiar,
estilos de crianza y presencia de agresiones en el hogar (VIF), con el fin de caracterizar
la familia de origen del joven en conflicto con la justicia.
En primer lugar, se obtuvo que, del total de entrevistados, un 73.8% vivió con
uno o ambos padres y sus hermanos, y un 15% lo hizo en una familia extendida. Del
resto de los sujetos, un 8.8% tuvo una familia adoptiva y el 2.5% restante, vivió en
situación irregular, alternando su familia con períodos de internación en instituciones de
protección. Al consultar a los jóvenes acerca de la existencia de fragmentación en sus
familias, ésta situación ocurrió en el 53.8% de los casos, más de la mitad de los cuales
correspondieron a la ausencia del padre.
57
Se sondeó también en la percepción que los jóvenes tenían de la calidad
cohesiva de la familia de procedencia, es decir, si consideraban que ésta había sido
unida o más bien disgregada. Al respecto, un 71.3% señaló encontrar alta cohesión
familiar en su grupo de origen, un 6.3% poca cohesión y un 22.5% la describió como
sin cohesión.
El segundo aspecto abordado se refiere al estilo de crianza utilizado por los
padres, considerando la calidad afectiva y el estilo disciplinario de cada uno de ellos. Al
respecto, se presenta el siguiente cuadro :
CUADRO N°11
CALIDAD AFECTIVA DE LOS PADRES
Padre
f
Cálido
Indiferente
Hostil
Ausente
NS/NC
TOTAL (*)
30
12
17
6
1
66
Madre
%
45.4
18.2
25.8
9.1
1.5
100.0
f
75
4
%
94.9
5.1
79
100.0
NOTA El total corresponde a los sujetos que reconocieron tener figura paterna o materna.
Como se puede ver, de los sujetos que reconocieron algún tipo de relación con
su padre, un 45.5% que su éste (o su figura sustituta) era cálido, un 25.8% lo
consideró hostil, en tanto que un 18.2% percibió indiferencia de parte de éste. Cabe
destacar, que un 10.5% de la población encuestada manifestó no haber tenido una
relación de tipo afectivo con esta figura. En contraste con ésto, el 94.9% de los sujetos
describió a su madre como cálida, y sólo el 5.1% percibió indiferencia de su parte.
CUADRO N°12
ESTILO DISCIPLINARIO DE LOS PADRES
Padre
f
Estricto
Permisivo
Dialogante
Errático
Ausente
TOTAL (*)
29
6
12
8
11
66
Madre
%
43.9
9.1
18.2
12.1
16.7
100.0
f
%
7
30
27
14
1
79
NOTA El total corresponde a los sujetos que reconocieron tener figura paterna o materna.
58
8.9
38.0
34.2
17.7
1.2
100.0
En relación al estilo disciplinario ejercido por el padre, resultó que el 43.9%
consideró que su padre era estricto, un 18.2% refirió que utilizaba el diálogo y sólo un
9.1% manifestó que era permisivo. Un 12.1% lo definió como errático en su manera de
educar, mientras que el 16.7% restante simplemente no percibió al padre como figura
educadora. Al consultar respecto al estilo de la madre, un 38% la definió como
permisiva y un 34.2% manifestó que usaba el diálogo. Un 17.7% consideró que ella
había sido errática al educarlo y sólo el 1.3% la percibió como ausente en el proceso
educativo.
Estos resultados demuestran que la mayor parte de las familias de procedencia
de los jóvenes entrevistados utilizaban la firmeza y el cariño como métodos de
educación, siendo la madre percibida como más permisiva y dialogante que el padre, y
éste como más estricto. La madre también fue caracterizada como más cariñosa y
cercana que el padre, el que fue descrito como hostil por un gran número de sujetos.
Estas diferencias se pueden entender a partir de los roles y actitudes que socialmente
se asignan a cada género, en que la madre asume la misión de criar a los hijos,
entregando cariño y cuidados, y en que el padre se hace cargo del rol de proveedor,
teniendo, por lo tanto, menor incumbencia en la educación de los niños. Por lo mismo,
un grupo no despreciable de sujetos percibió a la figura paterna como periférica,
situación que casi no se vio representada en el caso de la figura materna.
Se puede deducir entonces que las familias de origen de los jóvenes reclusos
encuestados no difieren, en sus patrones de crianza, de los característicos de nuestro
país, siendo la madre la principal responsable en el proceso educativo.
Se preguntó también por la existencia de supervisión adulta cuando el niño no se
encontraba en la escuela, con el fin de detectar casos en que los menores no se
hallaban bajo la responsabilidad de un tercero a quien acudir en caso de así
necesitarlo.
CUADRO N°13
FORMAS DE SUPERVISIÓN RECIBIDA EN LA INFANCIA
f
Con Supervisión
Adulto (familiar o extrafamiliar)
Hermano Mayor
Hermano de la misma edad
Sin Supervisión
TOTAL
47
36
7
4
33
80
%
58.8
45.0
8.8
5.0
41.2
100.0
En el 58.8% de los casos se constató la existencia de supervisión, de los cuales
el 76.5% refirió que contaba con la vigilancia de un adulto, familiar o extra-familiar,
mientras que al resto (23.5%), lo cuidaba un hermano/a de similar edad o mayor. Por
59
otro lado, el 41.2% restante expresó haber carecido de supervisión adulta, quedando,
por lo tanto, desprotegido ante eventuales riesgos.
En relación a la ocurrencia de agresiones en el hogar, se obtuvieron los
siguientes resultados :
CUADRO N°14
PRESENCIA DE AGRESIONES INTRAFAMILIARES
Presencia VIF
a) Niño
b) Padres
c) Ambos
f
41
7
17
17
%
51.3
17.0
41.5
41.5
Ausencia VIF
a) Ausencia real
b) Ausencia
familia
TOTAL
39
30
9
48.7
76.9
23.1
80
100.0
de
Como se puede observar, algo más de la mitad de los sujetos (51.3%)
reconoció episodios de violencia intrafamiliar durante su infancia, siendo, en el 58.5%
de los casos, el mismo entrevistado la víctima.
CUADRO N°15
FORMAS DE MALTRATO RECIBIDAS POR LOS JÓVENES DURANTE LA INFANCIA
f
Maltrato físico, verbal y psicológico
Maltrato físico
Maltrato verbal
Maltrato psicológico
Maltrato y negligencia
TOTAL
%
15
5
2
1
1
24
62.5
20.8
8.3
4.2
4.2
100.0
NOTA El total corresponde a los sujetos que refirieron agresiones por parte de sus padres durante la
infancia.
Respecto a las formas de agresión, un 62.5% reveló haber recibido maltrato
físico, verbal y psicológico, un 20.8% refirió sólo maltrato físico, un 8.3% sólo
agresiones verbales y un 4.2% exclusivamente maltrato psicológico. Finalmente, otro
60
4.2% refirió haber experimentado diversas formas de maltrato junto a situaciones de
negligencia por parte de sus progenitores.
CUADRO N°16
FORMAS DE MALTRATO CONYUGAL EN LA FAMILIA DE ORIGEN
f
Más de una forma
Verbal
Físico
Psicológico
TOTAL (*)
%
22
6
5
1
34
64.7
17.6
14.7
3.0
100.0
NOTA El total corresponde a los sujetos que refirieron agresiones conyugales en su familia de origen.
En los casos en que se reportaron agresiones entre los los padres (83%), un
64.7% de los entrevistados indicó más de una forma de maltrato, en las que
nuevamente se incluyen maltrato físico, verbal y psicológico, un 17.6% refirió
exclusivamente violencia verbal, un 14.7% maltrato físico y un 3.0% sólo maltrato
psicológico.
Estos resultados indican que, en la mayoría de los hogares de procedencia de
los jóvenes encuestados, existían patrones más o menos constantes de conducta
violenta. Esta situación supone, además de importanrtes carencias afectivas, la
internalización de modelos agresivos de conducta, devaluación de los otros y pautas
inadecuadas de resolución de conflictos.
Posteriormente se preguntó a los jóvenes si es que habían sido internados en
alguna institución cuando eran menores de edad, y las razones que motivaron este
hecho. A continuación se presentan los resultados obtenidos :
CUADRO N°17
MOTIVOS DE INTERNACIÓN REFERIDOS POR LOS RECLUSOS
f
Estuvo en Institución
a) Por Conducta Delictual
b) Vagancia
c) Por Problemas de Drogas
d) Problemas Familiares
e) Mala Conducta
f) NS/NC
No estuvo en Institución
TOTAL
20
10
4
2
2
1
1
60
80
61
%
25.0
50.0
20.0
10.0
10.0
5.0
5.0
75.0
100.0
La cuarta parte de la población entrevistada registra paso por instituciones de
protección, siendo los motivos más usuales de la internación, en primer lugar, la
presencia de conductas delictivas (50%), vagancia (20%), y problemas familiares y
consumo de drogas con un 10% cada uno. Se puede observar entonces que un
importante grupo de sujetos ha tenido problemas conductuales y cometido delitos
desde la infancia.
En cuanto a la edad de ingreso a estos centros, un 55% lo hizo entre los 8 y los
12 años, y un 15% antes de los 8 años, lo que indica que el 70% de ellos se incorporó
al circuito institucional a corta edad, situación que incide de manera negativa en su
socialización.
IV.- ANTECEDENTES EDUCACIONALES
Como se indicó al comienzo de esta sección, el 95% de los jóvenes encuestados
asistió a la escuela, siendo la edad promedio de ingreso 7 años.
CUADRO N°18
f
Repitió curso 1 vez
Repitió 2 veces
Repitió 3 veces
Repitió 4 o más veces
No repitió curso
NS/NC
TOTAL (*)
(*)
%
26
16
7
1
24
2
76
34.2
21.1
9.2
1.3
31.6
2.6
100.0
El total se refiere sólo a la población reclusa que asistió alguna vez a la escuela.
El 65% repitió algún curso, y de éstos, un 52% lo hizo una vez, un 32% dos
veces, un 14% tres veces y el 2% restante, cuatro veces o más. En el 94.7% de los
casos, los jóvenes desertaron de la escuela antes de completarla, siendo los
principales motivos aducidos, los siguientes :
CUADRO N°19
RAZONES DE DESERCIÓN ESCOLAR REFERIDAS POR LOS ENTREVISTADOS
62
f
Deserción Escolar
Por mal rendimiento
Por mala conducta
Por motivos económicos
Por drogadicción
Por delincuencia
Por falta de interés /
decisión propia
Otros motivos
Más de una de las anteriores
Sin Deserción
TOTAL (*)
(*)
72
1
21
14
4
5
18
%
94.7
1.4
29.2
19.4
5.6
6.9
25.0
8
1
4
76
11.1
1.4
5.3
100.0
El total se refiere sólo a la población reclusa que asistió alguna vez a la escuela.
Los jóvenes explican el abandono escolar en un 29.2% por mala conducta,
seguido por falta de interés con un 25% y luego por motivos económicos (19.4%).
Resulta interesante observar que sólo un 1.4% de los jóvenes expresó haber dejado la
escuela por mal rendimiento, lo que indica que la gran mayoría de los encuestados
abandonó la educación formal por motivos relacionados con despreocupación de los
padres o tutores más que por un deficiente desempeño escolar.
A continuación se hicieron varias preguntas dirigidas a indagar en las
características del paso por la escuela de estos jóvenes. Se consultó primero por
rendimiento escolar, en que más de la mitad de los sujetos señaló haber tenido buenas
calificaciones, un 32.9% regular rendimiento y sólo un 13.2% reconoció mal
rendimiento escolar.
CUADRO N°20
RENDIMIENTO ESCOLAR
f
Buen Rendimiento
Regular
Mal Rendimiento
NS/NC
TOTAL
%
39
25
10
2
76
51.3
32.9
13.2
2.6
100.0
En relación a la conducta en la escuela la calidad disminuye, ya que sólo un
27.6% expresó haber presentado buen comportamiento, un 38.2% regular y el 34.2%
indicó haber tenido mala conducta en la escuela. Sin embargo, la mayoría refirió haber
63
gozado de una buena relación con sus compañeros (68.4%) y con sus profesores
(65.8%).
V.- AREA DE RELACIONES EXTRAFAMILIARES
A pesar de que la familia y la escuela son instituciones claves en la
incorporación de pautas de conducta, es necesario que el niño las utilice en su relación
con otros, para agregarlas definitivamente a su repertorio comportamental. Es
importante entonces que el menor cuente, durante su infancia, con un grupo de amigos
que constituyan un referente válido para él, con los cuáles aprender y ensayar formas
de relación que le permitan desarrollarse como ser social. Si ésto no sucede, el sujeto
puede presentar problemas de relación en su vida futura, al carecer de las habilidades
sociales necesarias para su natural desenvolvimiento.
Durante la adolescencia, el grupo de pares cobra mayor importancia como
referente para el joven, mientras que la influencia de la familia disminuye. Hay una
tendencia a nuclearse en agrupaciones juveniles debido a que la participación en la
familia es insuficiente para alcanzar la plena madurez social, por lo que el adolescente
busca cierto marco para el desarrollo y cristalización de su identidad que le permitan
lograr la autonomía personal y la eficaz transición al mundo adulto.
Por esta razón resulta importante indagar en la calidad de los vínculos que el
joven recluso estableció, durante la niñez y adolescencia, con otros ajenos a su familia.
Relaciones con los Pares durante la Infancia y Adolescencia
En este sentido, el 91.3% de los reclusos dijo haber contado con un grupo de
pares durante la infancia. En el 47,9% de los casos el joven se refirió a un número
extenso de amistades y en otro 37% los reclusos manifestaron haber tenido un grupo
de amigos. Se puede decir, por lo tanto, que la población entrevistada, en general, no
tuvo problemas en el establecimiento de vínculos horizontales en este período del ciclo
vital. Resultó también, que se relacionaban en un 74% con niños de su de su edad o
de varias edades y, en relación al género de sus amistades, en un 56.2% de los casos
éstas eran de ambos sexos y en un 41% eran preferentemente niños varones.
Al consultar acerca de las principales actividades que los jóvenes encuestados
realizaban en la infancia, se obtuvo :
CUADRO N°21
PRINCIPALES ACTIVIDADES REALIZADAS EN LA INFANCIA
f
Jugar en la casa o en los alrededores
Vagancia o actividades delictivas
Trabajar
Trabajar y actividades recreativas
%
52
9
8
8
64
65.0
11.2
10.0
10.0
Actividades recreativas
TOTAL
3
80
3.8
100.0
Más de dos tercios de la población (68,8%) dijo que sus principales actividades
eran jugar en su casa, en los alrededores de ésta, o realizar actividades recreativas
como deportes. Estas actividades son las esperadas para la etapa del desarrollo
psicosocial en que se encuentran, en que, como se expuso con anterioridad, el niño
lleva a cabo sus primeros contactos extrafamiliares, estableciendo vínculos con otros
niños quienes comienzan a constituirse como importantes referentes para él.
Sin embargo, se detectó que un 20% de los reclusos ya había comenzado a
trabajar en este período, fundamentalmente en comercio ambulante, y un 11.2% iba a
los flippers, salas de pool, consumía drogas o realizaba actividades delictivas. Se
puede deducir, entonces, que casi un tercio de la población entrevistada pasó su
infancia realizando actividades discordes con su período vital, o que denotan
abandono por parte de las figuras adultas a su cargo. Esta situación de abandono y
desprotección interfiere, por una parte, en el desarrollo psicosocial del menor,
suponiendo responsabilidades que éste muchas veces no será capaz de cumplir, con
consecuencias en la autoestima y en la formación del concepto de sí mismo. Por otro
lado, este menor ingresa al sistema social sin guía ni seguridad, teniendo que
implementar, por sí mismo, estrategias que aseguren su supervivencia en un mundo
percibido como carente de oportunidades y poco contenedor. Más aún, para D. Cooper
(1994), el acceso a la contracultura delictual es paulatino, comenzando a partir de los
seis años, generalmente en el marco de la vagancia y mendicidad.
Entrada la adolescencia, el porcentaje de jóvenes que dijo haber tenido un grupo
de referencia fue de un 92.5%, manteniéndose la proporción anterior. El 51.4% de ellos
señaló poseer muchas amistades, en tanto que un 28.4% dijo tener un grupo. Nos
encontramos entonces, con personas que continuaron estableciendo vínculos
horizontales o manteniendo los anteriores, demostrando un alto índice de sociabilidad.
En relación a la edad de su grupo, un 44% tenía amigos de su misma edad, en un 35%
eran mayores que él y en un 27% de los casos los amigos eran menores. El 17.6%
restante señaló tener amigos de variadas edades. En este sentido, cambia la
distribución porcentual, que se reparte entre todos los rangos de edad.
Al consultarles por las actividades en que ocupaban su tiempo libre durante la
adolescencia, se obtuvieron los siguientes resultados :
CUADRO N°22
PRINCIPALES ACTIVIDADES REALIZADAS EN LA ADOLESCENCIA
f
Estar en la casa o con los amigos
En la casa con los amigos y “carretear”
Trabajar
Trabajar y Delinquir
%
11
16
13
4
65
13.8
45.0
16.3
5.0
Delinquir
Actividades Recreativas (deportes,otros)
NS/NC
TOTAL
9
6
1
80
11.1
7.5
1.3
100.0
Los datos muestran que un 21,3% de los reclusos se reunía con sus amigos,
realizaba algún deporte o participaba en grupos comunitarios o sociales.
Un porcentaje similar al anterior mencionó que la principal actividad que
realizaba en este período era trabajar, sin embargo, un 5% de ellos realizaba, al mismo
tiempo, actividades delictivas. De esta manera, resulta que más de un 15% de la
población reclusa entrevistada realizaba principalmente actividades delictivas durante la
adolescencia.
Se puede observar además, que casi la mitad (45%) de los jóvenes, refirió como
su distracción fundamental estar en la calle con los amigos o ir a fiestas, consumiendo
frecuentemente drogas y alcohol.
Consumo de Alcohol y Drogas
No es de extrañar que casi la mitad de los jóvenes entrevistados hayan
mencionado el consumo de drogas y alcohol como una de las principales distracciones
en su tiempo libre durante la adolescencia. Es principalmente en este período en donde
se inica la búsqueda de una identidad propia, que pasa por la necesidad de adoptar un
rol en la comunidad y de proyectarse a futuro. Sin embargo, en el sector marginal de la
población, los jóvenes no poseen las herramientas que podrían mediar para dar
respuesta a esta búsqueda, debido a la inmensa deprivación en los ámbitos cultural,
educacional, relacional y afectivo. En estas condiciones, el joven debe generar
mecanismos adaptativos alternativos para poder vivir en sociedad, que lo ayuden a
construír un concepto de sí mismo que pueda aceptar y a combatir la confusión
respecto a su rol y a su identidad. Esta confusión genera grandes dosis de angustia,
“respecto al futuro ; a las tareas sociales ; a la responsabilidad de vivir como miembro
de una comunidad ; a los valores por los que vales la pena vivir, y también respecto a
los vínculos afectivos privados y sociales” (D. Asún y E. Neumann, 1992).
El consumo de drogas y alcohol aparece, por tanto, como una estrategia de
supervivencia, que permite llenar un tiempo que se hace interminable por la falta de
actividades concretas y que provoca estados que permiten alejarse de la dura realidad,
transformándose en canales de expresión de la frustración (D.Cooper,1994) y de
interacción social.
A continuación se exponen los resultados obtenidos respecto de este punto en la
población entrevistada :
CUADRO N°23
66
CONSUMO DE ALCOHOL EN LA POBLACIÓN RECLUSA ENTREVISTADA
f
Ha Consumido Alcohol
Tomaba todos los días
Dos s tres veces a la semana
Sólo fines de semana
Dos a tres veces al mes
Una vez al mes
Menos de 1 vez al mes
No ha Consumido
TOTAL (*)
%
93.8
1.3
4.0
74.7
13.0
5.3
2.7
6.2
100.0
75
1
3
56
9
4
2
5
80
Tal como se observa en el cuadro, la mayor parte de los reclusos (93,8%) ha
consumido alcohol, declarándose el 74,7% de ellos, bebedores de fin de semana,
distribuyéndose el resto entre las demás categorías.
Se obtuvo además que casi dos tercios de la población entrevistada (65,3%)
comenzó la ingesta alcohólica entre los 12 y los 17 años, es decir durante la
adolescencia. Cabe destacar que, un 12% de los jóvenes inició el consumo antes de
los 12 años, reflejando un precoz contacto con el alcohol.
CUADRO N°24
MOTIVOS DE CONSUMO DE ALCOHOL REFERIDOS POR LOS RECLUSOS
f
Para compartir y celebrar
Por inducción del grupo
Por costumbre
Para ocupar el tiempo
Por soledad, fracaso, angustia
Para alegrarse y relajarse
No sabe
TOTAL
%
40
11
13
2
5
3
1
75
53.3
14.7
17.3
2.7
6.7
4.0
1.3
100.0
NOTA El total se refiere sólo a los reclusos que dijeron haber consumido alcohol.
Del cuadro se desprende que casi el 70% de la población entrevistada refirió
como razón principal para el consumo la participación en un grupo, que brinda un
sentido de pertenencia y seguridad que el joven no ha podido encontrar fuera de éste.
Se desprende también que un 20% de ellos tendría incorporado el consumo de alcohol
a su vida cotidiana, desdibujándose la motivación asociada y trocándose en un fin en sí
mismo o en una actividad concreta a realizar. Finalmente, el resto de los jóvenes aludió
a las capacidades antidepresivas del alcohol, considerándolo como un antídoto contra
67
estados emocionales que desean ser evitados y como activador de nuevos estados
deseables.
El análisis que se realiza en torno al consumo de drogas se diferencia del
referido al consumo de alcohol debido, en primer lugar, a la multiplicidad de sustancias
existentes que poseen, por un lado, diversos efectos sobre Sistema Nervioso Central
(estimulante o depresor) y, por otro, distinto potencial de adicción. En segundo lugar,
este fenómeno se puede considerar como emergente, en relación a la problemática
que históricamente ha desencadenado el alcoholismo, que además trasciende los
estratos etarios, a diferencia de la drogadicción, que se ha constituído como un
fenómeno que atañe principalmente al sector joven de la población.
En relación a lo anterior, se obtuvieron los siguientes resultados :
CUADRO N°25
CONSUMO DE DROGAS EN LA POBLACIÓN RECLUSA ENTREVISTADA
f
Ha Probado Drogas
Cuatro o más drogas distintas
Dos o tres tipos de drogas
Sólo pasta base
Sólo fármacos
No ha Probado Drogas
TOTAL
76
43
21
10
2
4
80
%
95.0
56.6
27.6
13.2
2.6
5.0
100.0
Nuevamente, casi el total de la población joven entrevistada refiere haber
consumido drogas y, de quienes lo han hecho, el 84,2% reconoce haber tenido acceso
a múltiples tipos de sustancias, entre la cuales se encuentran principalmente la
marihuana, la pasta base, la cocaína y distintas clases de fármacos.
En cuanto al tipo de droga con que se inició el consumo, se obtuvo que un
64,5% de los jóvenes comenzaron con marihuana y un 17,1% con neoprén, drogas
tradicionales de inico en el sector marginal. Al consultarles sobre la droga de consumo
más frecuente, la marihuana alcanzó el 50% de los casos y la pasta base el 26,3%,
reflejando la emergencia y masificasión de esta última droga en los sectores populares.
Respecto a la edad de inicio del consumo, otra vez coincide con la del alcohol,
concentrándose la mayor parte de la población (60,5%) en la etapa de la adolescencia
y manifestando un 12,1% de ellos un precoz contacto con dichas sustancias.
CUADRO N°26
FRECUENCIA CON QUE LOS JÓVENES CONSUMÍAN DROGAS ANTES DE LA
RECLUSIÓN
68
f
Consumía todos los días
Dos a tres veces a la semana
Sólo fines de semana
Una vez al mes
Menos de una vez al mes
Cuando había
TOTAL (*)
%
44
8
20
1
2
1
76
57.9
10.5
26.3
1.3
2.7
1.3
100.0
NOTA El total corresponde a los reclusos que dijeron haber consumido drogas.
En relación a la frecuencia del consumo de drogas en los jóvenes reclusos
entrevistados, resultó que el 57,9% lo hacía todos los días, demostrando así, un
elevado nivel de dependencia de sustancias.
CUADRO N°27
MOTIVOS DE CONSUMO DE DROGAS REFERIDOS POR LOS RECLUSOS
f
Por compartir con los amigos
Por inducción del grupo
Por costumbre
Por ocupar el tiempo
Por vivio, adicción
Para olvidar los problemas
Para relajarse y sentirse bien
Por soledad, para olvidar las penas
Por ignorancia
TOTAL (*)
%
4
9
17
3
15
7
17
3
1
76
5.3
11.8
22.4
3.9
19.7
9.2
22.4
3.9
1.2
100.0
A diferencia del consumo de alcohol, los motivos que refieren los jóvenes para el
consumo de drogas se relacionan, en un 19,7% a la adicción, que unido al porcentaje
que mencionó la costumbre o la ocupación del tiempo como motivo principal,
constituyen casi la mitad de los casos. De esta manera, se puede ver nuevamente que
el consumo se vuelve una actividad concreta a realizar día a día, conformándose en
una rutina estable y segura.
La segunda mayoría (35,5%) se relaciona con la capacidad antidepresiva de las
drogas, provocando una felicidad arificial que hace que el joven evite el contacto con su
realidad.
69
El rol socializador de la droga, aparece menos acentuado por los reclusos,
adquiriendo, sin embargo, un porcentaje nada despreciable.
Relaciones de pareja Durante la Adolescencia y en la Actualidad
Otra forma de interacción social que cobra importancia durante la adolescencia
es la relación de pareja. Al igual que en el caso del grupo de pares, el “pololear” o
“andar” con alguien del sexo opuesto otorga la posibilidad de aprender y disfrutar de la
intimidad que esta forma de relación brinda, con consecuencias positivas para la
autoestima del adolescente y para la consolidación de su identidad. De la posibilidad de
tenerlas, y de la calidad de estas primeras experiencias dependerá en gran medida el
que el sujeto desarrolle, durante la edad adulta, un proyecto de vida en pareja. Por otro
lado, es en el marco de una relación sentimental que la mayoría de las personas
comienza su actividad sexual, hecho que, según investigaciones anteriores, en nuestro
país ocurre alrededor de los 15 ó 16 años, con variaciones dependiendo del sexo y
estrato social del sujeto.
Se consideró importante consultar a los jóvenes reclusos acerca del
establecimiento de relaciones de pareja y edad de comienzo, así como por el inicio de
la actividad sexual. Los resultados se exponen a continuación.
CUADRO N°28
ESTABLECIMIENTO DE RELACIONES DE PAREJA
f
Tuvo pareja
Antes de los 12 años
Entre 13-15 años
Entre 16-18 años
19 años en adelante
No tuvo pareja
TOTAL
78
16
47
14
1
2
80
%
97.5
20.5
60.3
17.9
1.3
2.5
100.0
Tal como aparece en el cuadro 28, casi la totalidad de los jóvenes refirió haber
establecido este tipo de vínculo alguna vez. Más de la mitad de ellos (60.3%)
mencionó haber tenido su primera pareja entre los 13 y los 15 años de edad. El resto
de los sujetos se dividió principalmente entre los que lo hicieron antes de los 12 años
(20.5%), o entre los 16 y 18 años (17.9%).
Respecto al tipo de relación establecida con mayor frecuencia, se observó que el
61.3% “pololeaba”, el 12% “andaba” (relación que implica un menor compromiso que
pololear) y un pequeño porcentaje (5%) mantenía relaciones pasajeras, como se
observa a continuación.
70
CUADRO N°29
FORMA MÁS FRECUENTE DE RELACIÓN
f
Pololear
Andar
Relaciones pasajeras
Otras
Más de una
TOTAL (*)
%
49
10
4
1
16
80
61.3
12.5
5.0
1.2
20.0
100.0
NOTA El total corresponde a los sujetos que manifestaron haber establecido relaciones de pareja.
La
mayor parte de los jóvenes evaluó positivamente estas relaciones
sentimentales (80%), mientras que un 18.8% dijo que habían sido regulares. Sólo el
1.3% las calificó de manera negativa. Se puede concluir por lo tanto, que en general el
grupo de jóvenes entrevistados no presentó conflictos en el área, pudiendo
caracterizarse su comportamiento como normal para su edad.
Resultó también que el 97.5% había tenido relaciones sexuales, las que, en un
61.5% de los casos, fueron experimentadas entre los 13 y los 15 años, y en un 20.5%
de los sujetos, entre los 16 y los 18 años. Un 12.8% de los jóvenes inició su actividad
sexual antes de los 13 años, lo que revela cierta precocidad en relación al promedio
nacional. Sin embargo, esta situación se puede explicar a partir de las circunstancias
que rodean el despertar sexual de los jóvenes populares. El hacinamiento, la
promiscuidad y la escasez de expresiones de afecto, mezcladas con una negación de
la sexualidad y la consecuente falta de información al respecto, hacen que a menudo,
los adolescentes tengan estas experiencias de manera inadecuada para su óptimo
desarrollo, con consecuencias tales como embarazos no deseados, madres y padres
adolescentes y altas probabilidades de contagio de ETS y SIDA.
En suma, se puede decir que gran parte de la población entrevistada ha
establecido relaciones de pareja que se han iniciado en la adolescencia o preadolescencia, etapas en las que ésto ocurre normalmente. Además han sido, en su
mayoría, relaciones relativamente estables, consideradas como satisfactorias por los
propios entrevistados. En cuanto al inicio de la actividad sexual, la mayoría se
concentra en un rango etario similar al del establecimiento de las primeras relaciones
de pareja, levemente por debajo del promedio esperado para su sexo y estrato social.
Al indagar acerca del establecimiento de una pareja en la actualidad, resultó que
la mitad de los reclusos manifestaron mantener algún tipo de relación, como se ve en el
cuadro que sigue :
CUADRO N°30
PAREJA ACTUAL
f
Tiene pareja actualmente
40
71
%
50.0
Esposa
Conviviente
Polola
Otra
No tiene pareja
TOTAL
10
25
18
45
10
25
2
5
40
50.0
80 100.0
A pesar de la situación de aislamiento en que se encuentran los reclusos, casi
tres cuartas partes de ellos dijeron mantener una relación de pareja estable. Sin
embargo, las limitaciones en términos de condiciones y frecuencia en que se dan las
visitas, fácilmente provocarán un deterioro de la relación, en un período del desarrollo
en que las personas deben consolidarse con una pareja, para establecer,
posteriormente, una familia.
VI.- DESARROLLO MORAL
Otro antecedente que se considera relevante para el análisis, es la
descripción del nivel de desarrollo moral en que se encuentran los sujetos
entrevistados. Según Kolhberg los individuos, junto al desarrollo del pensamiento
lógico, desarrollan el razonamiento moral, es decir, la forma en que el sujeto enjuicia su
propio comportamiento y el de otras personas, eligiendo entre lo correcto y lo
incorrecto, lo cual sienta un precedente para desarrollar la conducta moral.
El desarrollo moral tiene un componente básico cognitivo estructural, pero
depende también del proceso de socialización. De esta manera, a través de la
interacción con otros y de la imitación de la conducta de los padres y otros agentes
socializadores, se produce la internalización de las reglas culturales. Así el sujeto
adquiere las normas morales básicas, en un proceso que, como Kolhberg señala, se
produce en tres niveles.
En el nivel preconvencional, el individuo no ha llegado todavía a entender y
mantener las normas sociales convencionales, lo bueno o malo está dado por las
consecuencias directas que el hecho tiene para el sujeto, es decir, si es premiado o
castigado. El nivel convencional implica conformidad y mantenimiento de las normas,
expectativas y acuerdos de la sociedad o autoridad, por el mero hecho de ser reglas,
expectativas y acuerdos de la sociedad. El nivel autónomo entiende y acepta, en
general, las normas de la sociedad, pero esta aceptación se basa en la formulación y
aceptación de los principios morales generales que subyacen a estas reglas.
El nivel preconvencional es el nivel de la mayoría de los niños menores de nueve
años, de algunos adolescentes y de muchos adolescentes y adultos delincuentes. En el
nivel convencional se encuentra la mayor parte de los adolescentes y adultos. El
autónomo es alcanzado por una minoría de adultos, y sólo después de los veinte años.
Al respecto, se intentó hacer una aproximación a la etapa del desarrollo moral en
que se encontraban los jóvenes reclusos, en torno al tema de la existencia de las leyes
72
y lo correcto o incorrecto de su transgresión. Las respuestas se analizaron a través de
la puntuación intuitiva del contenido de las mismas, es decir, se indagó en las ideas
que el sujeto juzgó o valoró en torno a la pregunta formulada. Los resultados obtenidos
se presentan a continuación :
CUADRO N° 31
DISTRIBUCIÓN SEGÚN ETAPA DE DESARROLLO MORAL
ETAPAS
DE
MORAL
Preconvencional
Convencional
Autónomo
TOTAL
DESARROLLO
f
%
24
53
3
80
30.0
66.3
3.7
100.0
Se puede observar entonces, que la mayor parte (66,3%) de los jóvenes se
encuentran en la etapa convencional, con respuestas como “las leyes están hechas
para cumplirlas” o “para mantener el orden social”, y que un porcentaje considerable se
encuentra en la etapa preconvencional (30%), diciendo que “es malo infringir la ley
porque después te encierran”. Una mínima parte corresponde a la etapa autónoma de
desarrollo (3,7%), en la que se encontraron las personas que aludieron a la justicia y al
respeto a las personas.
Por lo tanto, el discurso de los sujetos entrevistados, en relación al porqué de la
existencia de las leyes y su transgresión, se focalizó en los dos primeros niveles de
desarrollo, es decir, se trata de un grupo cuyo enjuiciamiento moral se rige
principalmente por el bienestar personal y el acatamiento a las normas impuestas,
hechos que deben ser considerados al momento de diseñar programas de
rehabilitación.
VII.- ANTECEDENTES CRIMINÓGENOS
Son múltiples las teorías que intentan explicar el origen de la conducta delictiva.
Sin embargo, debido a la heterogeneidad y constante cambio del fenómeno, esta tarea
resulta a menudo imposible. Es por esta razón que se decidió acotar la muestra a los
jóvenes que se encuentran procesados por delitos contra la propiedad (robos), ya que
así resulta más fácil encontrar puntos de referencia similares.
La teoría de la Asociacón Diferencial (Sutherland, 1974), señala que la
delincuencia se aprende en los grupos primarios, en la medida en que en ellos haya
una mayoría de definiciones favorables a la comisión de conductas delictuales., las que
se transmiten a los nuevos inyegrantes a través de las motivaciones, percepciones y
actitudes.
73
Por otro lado, Merton (1964) plantea que en la cultura capitalista se pone énfasis
en las metas de éxito económico. El valor internalizado es obtener prestigio social
mediante la posesión estable de gran cantidad de dinero, lo que otorga el éxito y el
reconocimiento social. Como para los estratos bajos es difícil alcanzar estas metas,
debido a la falta de acceso a la educación y a la estructura laboral adecuada, se
presentarán en este sector social las mayores proporciones de conducta delictual,
siendo los individuos varones la categoría más involucrada, debido a que, por su rol de
proveedores, esta meta-valor cobra mayor fuerza.
Ambas teorías constituyen acercamientos al fenómeno de la delincuencia
masculina urbana, en el que se inserta la situación de los jóvenes involucrados en
delitos contra la propiedad. Con el propósito de confirmar la incidencia del grupo
familiar y el grupo de pares en el cometimiento de estas transgresiones, se indagó en
aspectos del historial de la familia de origen del recluso y de su grupo de pares, que se
consideró podrían estar relacionados con la conducta delictual de los jóvenes.
En relación a los antecedentes criminógenos familiares se obtuvieron los
siguientes datos :
CUADRO N°32
PRESENCIA DE ANTECEDENTES DELICTUALES FAMILIARES
f
Con Antecedentes Delictuales Familiares
Delitos contra la propiedad
Delitos contra la propiedad más otros
delitos
Delitos contra la vida
Delitos contra la familia y la moral
Delitos contra la seguridad y el
orden público
Drogas
Motivos políticos
Más de una, excluyendo delitos contra la
propiedad
No sabe
Sin Antecedentes Delictuales
TOTAL (*)
38
23
5
%
47.5
60.5
13.4
1
1
1
2.6
2.6
2.6
1
1
1
2.6
2.6
2.6
4
10.5
42
52.5
80 100.0
Se observa que un porcentaje cercano a la mitad de los sujetos (47.%)%
reconoció tener familiares que habían cometido delitos, de los cuales el 65,8%
correspondía a integrantes del nucleo familiar inmediato (padres y hermanos). De
éstos, la gran mayoría (73%) se había visto involucrado en robos y asaltos. Se puede
deducir entonces que, en la mitad de los casos, los jóvenes encuestados pertenecían a
familias en las que se observan precedentes de comportamiento delictivo, siendo, en
74
un alto porcentaje conductas similares a las que motivaron la actual reclusión del
joven. Lo anterior confirma el aprendizaje de modelos de conducta desviada a través
de la socialización en los grupos primarios.
A continuación se exploró en los antecedentes delictivos del grupo de amigos del
joven recluso. Se espera que mediante la proyección personal, el sujeto incluya su
propia experiencia al referirse al grupo de pertenencia.
CUADRO N°33
ANTECEDENTES DELICTUALES DEL GRUPO DE PARES
f
Tenía amigos que delinquían
Todos los amigos delinquían
La mayoría
Algunos
Pocos/Uno
No tenía
TOTAL
%
67.5
25.9
25.9
31.5
16.7
32.5
100.0
54
14
14
17
9
26
80
CUADRO N°34
DELITOS MÁS FRECUENTES COMETIDOS POR EL GRUPO DE PARES
f
Robo a personas
Robo a casas
Asalto
Más de una de las anteriores
Otros
NS/NC
TOTAL (*)
%
23
9
1
19
1
1
54
42.6
16.7
1.9
35.0
1.9
1.9
100.0
NOTA El total corresponde a los sujetos que reconocieron actividad delictual de su grupo de pares
En este punto, el porcentaje de sujetos que reconoció poseer amigos que
delinquían se elevó al 67.5% de los casos. Al consultar por los delitos que cometían, el
96.4% expresó diversos tipos de delitos contra la propiedad, en que el robo a personas
fue la modalidad más frecuente. Un 16.7% se refirió al robo a casas, y un 35.0%
declaró que sus amigos se dedicaban a más de una forma de robo. Estos resultados
demuestran en general, que los jóvenes no presentan una especialización en una
actividad delictiva en especial, sino que más bien se dedican al “cogoteo” o “lanzazo” ,
y, eventualmente, al robo a casas.
75
Enseguida se indagó por las motivaciones que conducían a los jóvenes a
cometer estos delitos. Las razones expuestas se observan en el siguiente cuadro.
CUADRO N°35
MOTIVOS REFERIDOS POR LOS RECLUSOS PARA LA PERPETRACIÓN DE
DELITOS POR PARTE DEL GRUPO DE PARES
f
Por necesidad
Por las drogas
Para gastos personales
Porque es más fácil que trabajar
Como forma de trabajo
Más de una razón
Otros
TOTAL (*)
%
24
10
5
4
1
7
3
54
44.4
18.5
9.3
7.4
1.8
13.0
5.6
100.0
NOTA El total corresponde a los sujetos que reconocieron actividades delictuales en su grupo de pares.
En primer lugar, el 44.4% expresó robar por “necesidad económica”, es decir,
como estrategia de supervivencia ante la carencia de los medios validados
socialmente. En el mismo sentido, otro grupo de jóvenes (9.3%), puso el acento en el
acceso a bienes de consumo personal, como “plata para el fin de semana, para mis
cosas” “si yo tenía hasta moto”, es decir, se trata de jóvenes que han internalizado la
cultura consumista dominante, e intentan alcanzar las metas materiales y de status que
ésta propone, a través del robo. Un 10.3% señaló la actividad delictual como “una
forma de trabajo”, “más fácil que trabajar”, lo que demuestra la incorporación de estos
patrones de conducta delictiva a la vida cotidiana del joven, a través de la percepción
de ésta como una actividad ocupacional.
Otra razón esgrimida por los jóvenes fue, en un 18.5% de los casos, “a
consecuencia de las drogas”, ya sea para conseguir dinero para el consumo, o por
haber actuado bajo los efectos de las mismas. D. Cooper (1994) describe el fenómeno
de la delincuencia juvenil marginal asociado al consumo de alcohol y drogas, y al
accionar en grupos o pandillas. Al respecto, la autora señala que “..la mayoría de los
delitos cometidos por este grupo se relacionan con formas de obtención de dinero para
seguir consumiendo alcohol, fármacos y marihuana, o para lograr adquirir un status
virtual”, caracterizando su accionar como ocasional y en grupo.
A continuación se indagó acerca del grado de responsabilidad que el joven se
atribuye con respecto al delito en que se encuentra involucrado, resultó que más de la
mitad (60%) se consideró responsable, y que un 38,8 % no aceptaba esta
responsabilidad. El 1,2% restante prefirió no contestar a esta pregunta.
76
Quienes no se consideraron responsables dijeron, en su mayoría (90,3%), que
no habían cometido el delito, culpando a otras personas de ello, o justificando el
encontrarse en esta situación debido al error e ineficiencia de los organismos de
seguridad y/o justicia. Esta justificación podría deberse al hecho de que la participación
del sujeto en el delito por el que se encuentra procesado, aún se encuentra en período
de investigación, por lo que resulta esperable la negación del acto en esos casos.
El resto de los sujetos que no asumió esta responsabilidad, (9,7%) mencionó
que el haber estado bajo los efectos de alguna droga fue el detonante del hecho
delictivo, lo que ejemplifica la estrecha relación existente entre consumo de drogas y
conducta delictual.
Con respecto a las personas que se encontraron efectivamente responsables del
delito imputado, mencionaron el siguiente espectro de motivaciones para su comisión :
CUADRO N° 36
CAUSAS A LAS QUE LOS RECLUSOS ATRIBUYEN LA COMISIÓN DEL
DELITO
f
Necesidad económica
Drogas
Ambición
Rabia / venganza
Es una forma de trabajo
Influencia de los amigos
TOTAL
%
23
13
4
4
3
1
48
47.9
27,1
8,3
8,3
6,3
2,1
100
NOTA El total corresponde a los sujetos que reconocieron responsabilidad en el delito.
Los resultados reflejan que la causa referida más frecuentemente por los
reclusos es la necesidad económica (47,9%). En segundo lugar se encuentra el
obtener dinero para el consumo de drogas o el haber actuado bajo el efecto de éstas.
Luego, un 8,3 % de los jóvenes dijo que lo hacía por ambición, reflejando la
internalización de valores consumistas y, un porcentaje similar, justificó el hecho por
“rabia o venganza”, constituyéndose el accionar delictivo en un canalizador de
frustración. El 6,3% expresó que la actividad delictiva constituía una forma de trabajo.
Se puede decir entonces, que estos jóvenes conforman un grupo que presenta
conductas desviadas como respuesta a la falta de oportunidades de participación
social y laboral que les brinda el sistema, y que, debido a su ingreso a circuitos de
creciente criminalización, como la cárcel, estas conductas pueden ser reforzadas. Esto
se puede observar concretamente en los índices de reincidencia que presentan los
jóvenes entrevistados.
77
CUADRO N° 37
ÍNDICE DE REINCIDENCIA DE LA POBLACIÓN RECLUSA ENTREVISTADA
f
Ha estado preso antes
Una vez
Dos a tres veces
Cuatro a cinco veces
Seis a ocho veces
Más de ocho veces
NS/NC
No ha estado preso antes
TOTAL (*)
68
13
30
9
9
6
1
12
80
%
85.0
19.2
44.1
13.2
13.2
8.8
1.5
15.0
100.0
El 85% de los jóvenes presentó reincidencia, y para el 80% de éstos, la presente
detención constituye la tercera vez que se encuentran recluidos. Por lo tanto, es posible
deducir que se trata de jóvenes que han estado en continuo contacto con el sistema
penal.
VIII.- ANÁLISIS DE LAS VARIABLES DE INTELIGENCIA Y PERSONALIDAD EN EL
JOVEN RECLUÍDO POR DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD
La inteligencia fue considerada por mucho tiempo como el indicador fundamental
de las diferencias individuales. Sin embargo, en la actualidad se considera que, a pesar
de ser de gran importancia, es sólo una de un amplio espectro de cualidades que
posee el individuo y cuyo conocimiento podría hacernos comprender y predecir el
comportamiento humano.
En relación a la medición de la inteligencia, se hace difícil la elección de un
instrumento adecuado para un grupo tan específico debido, por un lado, a la carencia
de normas para este grupo, y por otro, debido a que las pruebas usualmente
aplicadas en los recintos de reclsuión están viciadas por el hecho de que los reos ya
conocen las respuestas, como es el caso del Test de Matrices Progresivas de Raven,
que sería bastante adecuado para este grupo. Con el objeto de evaluar la inteligencia
general de los jóvenes reclusos se aplicó, por tanto, el Test de factor “g” de Catell, que
se caracteriza por ser perceptivo y no verbal y, por ende, acultural, lo que reduce al
mínimo las posibles interferencias para la medida pura de la inteligencia. Sin embargo,
este test aún no ha sido estandarizado para la población chilena. Las normas se han
confeccionado para la población española, y en el caso de que los resultados brutos de
la presente muestra difieran significativamente de los de la población normativa, la
transformación a este C.I. de referencia no podría ser llevada a cabo. Si este fuera el
caso, de todas formas los resultados aportan una información relevante en relación a
la diferencia respecto de la muestra normativa.
78
La comparación entre ambas muestras fue realizada mediante la aplicación de
las diferencias de medias (t de Student) para muestras independientes, cuyos
resultados se presentan en el siguiente cuadro :
CUADRO N°38
COMPARACIÓN ENTRE LA MUESTRA NORMATIVA ESPAÑOLA Y LA MUESTRA
DE JÓVENES RECLUÍDOS POR DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD
EN EL TEST DE INTELIGENCIA DE CATELL
N
Muestra
española
Muestra
reclusos
g.l. = 2019
Media
D.S.
1941
29.92
5.84
80
22.05
5.05
t
11.871
P
0.000
Estos datos indican que ambas muestras son significativamente diferentes, no
pudiendo obtenerse el C.I. de la población entrevistada hasta elaborar normas propias
para la población chilena, y para este grupo en particular.
En el cuadro 39 se puede ver que el promedio de puntaje alcanzado por los
jóvenes reclusos es bastante menor que el de la población española, en base a esto,
se puede deducir, un desarrollo cognitivo inferior, aún cuando no es posible clarificarlo
en toda su magnitud. Esta diferencia se puede explicar por un déficit en la estimulación
del proceso de maduración intelectual desde muy temprana edad, que se asocia al
hecho de estar inmerso en una situación de extrema deprivación sociocultural.
Por otra parte, el concepto de personalidad, en sus diversas definiciones, apunta
a designar patrones típicos de conducta que caracterizan la adaptación del individuo a
situaciones de la vida.
Con el fin de detectar la presencia de características de personalidad
diferenciales de estos jóvenes reclusos, en relación a la población normativa nacional,
se aplicó el Cuestionario de Personalidad de Eysenck, versión revisada17. Este
cuestionario es un inventario de personalidad de tipo autodescriptivo que, como todos
los tests nos sirve sólo como una pista para interpretar la dinámica de la personalidad.
H.J.Eysenck distingue tres dimensiones básicas de la personalidad :
Neuroticismo-Estabilidad (N), Extraversión-Introversión (E)y Psicoticismo-Normalidad
(P), las que, en conjunto, dan origen a una determinada estructura de personalidad.
Descriptivamente, estas variables deben ser consideradas como extremos idealizados
en un continuo dentro del cual las personas pueden ser ubicadas en algún punto.
Para Eysenck, un alto grado de neuroticismo indica labilidad emocional e
hiperactividad, estados de ansiedad y preocupación, en oposición a la
17
Adaptado para la población chilena por C. Meneses y M. Bustos, Universidad Diego Portales
79
despreocupación, calma y control del individuo estable. Por otro lado, los sujetos
típicamente extrovertidos tienden a ser expansivos, impulsivos y desinhibidos y con
numerosos contactos sociales, en contraposición al sujeto introvertido, que es tranquilo,
retraído e introspectivo. Finalmente, un sujeto con alto grado de psicoticismo es
solitario, aproblemado, puede ser cruel e inhumano, parco en sentimientos, carece de
empatía y es insensitivo.
La norma nacional para estas tres dimensiones se presenta junto a la muestra
extraída para el presente estudio en los cuadros que siguen :
CUADRO N°39
COMPARACIÓN ENTRE LA MUESTRA NORMATIVA NACIONAL Y LA MUESTRA DE
JÓVENES RECLUÍDOS POR DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD EN EL TEST DE
PERSONALIDAD DE EYSENCK PARA LA DIMENSIÓN NEUROTICISMO
N
Muestra
nacional
Muestra
reclusos
g.l = 301
Media
D.S.
223
10.19
4.62
80
16.375
4.496
t
-10.345
P
0.000
CUADRO N°40
COMPARACIÓN ENTRE LA MUESTRA NORMATIVA NACIONAL Y LA MUESTRA DE
JÓVENES RECLUÍDOS POR DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD EN EL TEST DE
PERSONALIDAD DE EYSENCK PARA LA DIMENSIÓN EXTRAVERSIÓN
N
Muestra
nacional
Muestra
reclusos
g.l = 301
Media
D.S.
223
14.72
3.95
80
15.663
3.684
CUADRO N°41
80
t
-1.864
P
0.063
COMPARACIÓN ENTRE LA MUESTRA NORMATIVA NACIONAL Y LA MUESTRA DE
JÓVENES RECLUÍDOS POR DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD EN EL TEST DE
PERSONALIDAD DE EYSENCK PARA LA DIMENSIÓN PSICOTICISMO
N
Muestra
nacional
Muestra
reclusos
g.l. = 301
Media
D.S.
t
223
7.14
6.2
80
6.675
3.133
P
0.642
0.522
En los datos expuestos en estos cuadros, se puede observar que no hay una
diferencia estadística significativa entre los grupos para las variables Extraversión y
Psicoticismo, es decir, la población entrevistada no difiere en estos aspectos del común
de las personas en este país. Sin embargo, en el caso de la dimensión de Neuroticismo
nos encontramos con que sí hay una diferencia estadística significativa entre ambos.
Los jóvenes reclusos poseen un mayor grado de Neuroticismo que el resto, como se
observa en un promedio de puntaje muy superior.
Este Cuestionario incluye además una Escala de Mentira (L), que tiene como
objetivo medir la motivación del sujeto a simular sus respuestas.
CUADRO N°42
COMPARACIÓN ENTRE LA MUESTRA NORMATIVA NACIONAL Y LA MUESTRA DE
JÓVENES RECLUiDOS POR DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD PARA LA ESCALA
L (MENTIRA)
N
Muestra
nacional
Muestra
reclusos
g.l. = 301
Media
D.S.
t
223
10.65
4.8
80
8.188
3.755
P
4.153
0.000
Nuevamente se obtuvo una diferencia estadística significativa entre los grupos,
con un promedio de puntaje más bajo en el caso de los reclusos. Esto podría reflejar
deseabilidad social.
4.- DINÁMICA DEL PROCESO
81
En esta sección se intentó describir en sus características, el proceso penal que
tiene como sujeto pasivo un joven. Se investigaron aspectos como : si se había dado
cumplimiento a las normas procesales, calidad del trato recibido por los jóvenes y
grado de conocimiento de éstos en torno a sus derechos en cada etapa. Los datos se
recabaron de dos fuentes :
- Aplicación de una encuesta a los jóvenes reclusos
- Análisis de expedientes judiciales de causas penales
En esta etapa se decidió incluir jóvenes de sexo femenino con el fin de conocer
su experiencia en torno al proceso penal y señalar diferencias, si es que existen, en
relación a los hombres.
Para la selección de la muestra a encuestar, se trabajó con los mismos criterios
de estratificación de la etapa anterior, incluyéndose mujeres involucradas en delitos
contra la propiedad y , debido al emergente fenómeno del tráfico femenino de drogas, a
mujeres procesadas o condenadas por infracción a la ley 19.366. Ambos delitos
constituyen los principales motivos de reclusión de la población penal femenina. Cabe
destacar, que lel número de mujeres procesadas y condenadas por tráfico de
estupefacientes va progresivamente en ascenso, en tanto que el número por delitos
contra la propiedad se mantiene elevado.
Con este fin se aplicó una encuesta a una muestra de 100 jóvenes, de los cuáles
80 fueron los mismos entrevistados para la obtención del perfil psicosocial, a los que se
sumó 20 mujeres provenientes del CPF Santiago.
Para el análisis de expedientes se examinaron 66 causas en lo criminal,
radicadas en cuatro Tribunales del Crimen de la Jurisdicción de la Corte de
Apelaciones de Santiago, Región Metropolitana. No se acotó esta muestra a ningún
delito en especial.
La pauta de entrevistas en este caso fue la siguiente:
PAUTA DE ENTREVISTA DE DINÁMICA DEL PROCESO PENAL
I. ETAPA DE LA DETENCIÓN
Circunstancias de la Detención
Organismo que la efectuó
Observancia y conocimiento de derechos estipulados
Presencia de agresiones
Tiempo de detención
II. ETAPA DEL PROCESO
Observancia y conocimientos de derechos estipulados
Cumplimiento de normas procesales
82
Acceso y Características de la Defensa Jurídica
Concesión de Libertad Provisional
III. ETAPA DE LA EJECUCIÓN PENAL
Grado de Conocimiento de las Medidas Alternativas y Beneficios
ANALISIS DE RESULTADOS
I.- ETAPA DE DETENCIÓN
Origen de Detención y Organismo Policial que la practica
En este punto, y con el fin de dar a conocer las causas que dan lugar a la
detención, se elaboró una serie de categorías en las cuales se encuentran diversas
modalidades que, a grosso modo, representan las alternativas que otorga la ley. Sólo
tres de ellas resultaron representativas, ya que el resto obtuvo porcentajes muy bajos.
CUADRO N° 43
ORIGEN DE LA DETENCIÓN
f
Delito Flagrante
Detención en la Calle (por sospecha)
Orden de Detención
Prisión Preventiva
Entrega Voluntaria
TOTAL
%
60
22
16
1
1
100
60.0
22.0
16.0
1.0
1.0
100.0
De esta manera, la causa de detención primordial resultó ser por delito flagrante, que
asciende al 60 % de los casos, es decir, más de la mitad de ellos. Cabe señalar que
nuestra ley procesal contempla un concepto amplio de delito flagrante, por lo que
incluye diversas situaciones, que exceden el instante mismo en que se comete el delito.
La segunda causal es la detención en la calle que abarca un 22% y que se refiere
a la detención por sospecha. La tercera causa mayoritaria de detención es la orden de
detención, la cual está precedida por una resolución judicial, y que asciende a un 16 %.
Tanto la detención por sospecha como la detención por delito flagrante (que
abarcan en su conjunto un 82%) corresponden a situaciones en que el joven se ve
enfrentado al órgano policial sin que medie orden del tribunal. Por ende, se trata de
eventos en que el control jurisdiccional se produce con posterioridad a la privación de
libertad.
83
CUADRO N°44
ORGANISMO QUE PRACTICÓ LA DETENCIÓN
f
Carabineros
Investigaciones
Particular (delito flagrante)
Otros (guardias privados, etc.)
Entrega Voluntaria
TOTAL
%
67
27
3
2
1
100
67.0
27.0
3.0
2.0
1.0
100.0
Respecto al organismo que efectuó la detención se puede observar que
Carabineros realizó el 67% de las detenciones, en tanto que Investigaciones llevó a
cabo el 27 %. El resto de las detenciones fueron efectuadas principalmente por otros
particulares, como el propio afectado, en un 3% , o por vigilantes privados en un 2%. El
1% restante corresponde a la entrega voluntaria del inculpado.
Cabe hacer notar, entonces que en la gran mayoría de los casos el joven entra
en contacto con la justicia a través de la actuación de un órgano público.
Grado de conocimientos de los derechos en la Detención
Al indagar acerca del conocimiento que los jóvenes entrevistados tenían acerca
de sus derechos en la etapa de la detención, resultó que un 41% percibía no tener
derechos en esta etapa. El 58%, en cambio, manifestó tenerlos. Es importante
destacar que más de la mitad de los jóvenes dice estar al tanto de la existencia de
derechos en esta etapa inicial de la privación de libertad. Sin embargo, el cuadro 46
revela una confusión respecto al contenido y alcance de ellos. En este sentido, un
41,4% señaló uno o más de los derechos consagrados en nuestra legislación procesal
para esta etapa. El porcentaje restante se dividió entre un 25,9% que manifestó los
derechos humanos más básicos, mencionando “que no te golpeen” o “que te traten
como persona”, y un 12,1% que se refirió a derechos que no corresponden a esta
etapa, en la que el joven aún no es parte en el proceso.
CUADRO N°45
DERECHOS RECONOCIDOS DURANTE LA ETAPA DE DETENCIÓN
f
Se poseen derechos al estar detenidos
Derechos Humanos
Derechos estipulados legalmente para esta
84
58
15
24
%
58.0
25.9
41.4
etapa
Derechos y beneficios correspondientes a
etapas posteriores del proceso y condena
Derechos relativos a calidad de vida al interior
del penal
Derechos humanos y derechos estipulados
para esta etapa
No sabe
No se poseen derechos al estar detenidos
No sabe
TOTAL (*)
7
12.1
4
6.9
5
8.5
3
5.2
41 41.0
1
1.0
100 100.0
Duración de la Detención
Con respecto a este tema, llama la atención que a casi la mitad (48%) de los
jóvenes no se les respetó el plazo legal para ser puestos a disposición del tribunal,
como se puede ver en el cuadro que sigue :
CUADRO N°46
DURACIÓN DE LA DETENCIÓN POR AUTORIDADES ADMINISTRATIVAS
f
%
Hasta 48 horas detenido
Más de 48 horas
TOTAL
52
48
100
52.0
48.0
100.0
Nuestra legislación señala que, en caso de delito flagrante, el plazo máximo de la
detención es de veinticuatro horas, plazo que asciende a cuarenta y ocho horas en
casos de detenciones practicadas por otras autoridades distintas al juez de la causa.
CUADRO N°47
DURACIÓN DE LA DETENCIÓN ORDENADA POR EL JUEZ
f
%
Más de 5 días detención total
22
22.0
Menos de 5 días
78
78.0
TOTAL
100
100.0
A un 22% de los jóvenes se les mantuvo detenidos por un plazo superior al que
autoriza la ley, mientras que en un 78% de los casos se cumplió formalmente con los
plazos. Nuevamente nos encontramos con un amplio margen de jóvenes que es tratado
en forma ilegal, con el agravante de que, en esta etapa, el sujeto está bajo el control
jurisdiccional como lo señala claramente el artículo 272 del Código de Procedimiento
Penal.
85
En el análisis de expedientes, se pudo constatar que en un 24.1% de los casos
se excedió el término legal de la detención, lo que concuerda con lo señalado por los
jóvenes encuestados.
Trato recibido por los jóvenes por parte de Organismos Policiales durante la
Detención
Entre los jóvenes encuestados, un 87% consideró que el trato que recibió
durante la Detención fue malo. Esta situación resulta grave, considerando el hecho de
que en esta etapa a lo sumo “...aparecen fundadas sospechas de ser responsable de un
delito...” respecto del joven inculpado (art. 252 del C.P.P).
CUADRO N°48
TRATO RECIBIDO EN LA ETAPA DE DETENCIÓN
f
Fue troturado
Recibió golpes e insultos
Recibió golpes, insultos y coacción
Recibió buen trato
Trato regular / Sólo lo amenazaron
Algunos la trataron bien, otros mal
TOTAL
%
38
34
15
10
2
1
100
38.0
34.0
15.0
10.0
2.0
1.0
100.0
El cuadro 49 revela que un 38% de la población entrevistada fue objeto de
diversas formas de tortura, refiriendo situaciones como “me pusieron corriente” o “me
colgaron de los pies”. Un alto porcentaje (34%) recibió maltrato físico y verbal, un 15%
recibió además coacción (amenazas o promesas) y, sólo un 10% recibió un trato
repetuoso y con apego estricto a la ley.
CUADRO N°49
CONSECUENCIAS EMOCIONALES DEL MALTRATO
f
Impotencia y humillación
Rabia / Rencor
Miedo y temor
Desconcierto / Estado de shock
%
52
18
8
7
86
59.1
20.5
9.0
8.0
Efectos físicos de maltrato
TOTAL (*)
3
88
3.4
100.0
NOTA El total corresponde a los sujetos que refirieron maltrato durante la detención
Del cuadro se desprende que el mayor porcentaje de los jóvenes sintió
impotencia y humillación (59,1%) al verse expuesto a los distintos tipos de maltrato que
se señalaron anteriormente. Además, un 20,5% de los sujetos sintió rabia o rencor hacia
quien(es) los estaba(n) agrediendo y un 9,0% sintió miedo o temor. Resultó también que
un 8% tuvo una reacción de desconcierto ante la situación de agresión, ya que “no
entendía por qué pasaba esto” o “no pensaba, declaraba no más”.
De tal modo, podemos observar que casi el 90% de los entrevistados recibió un
trato que vulnera gravemente sus derechos como persona, con efectos victimizantes,
tanto en el corto como en el largo plazo.
Se les pidió luego a los jóvenes que hicieran una evaluación del desempeño general de
los organismos de seguridad pública. A continuación se presentan los resultados.
CUADRO N°50
OPINIÓN DE LOS RECLUSOS ACERCA DEL DESEMPEÑO DE LOS ORGANISMOS
DE FUERZA PÚBLICA
37.2
Los organismos de fuerza pública cumplen
bien su función
Cumplen su función regularmente
Cumplen mal la función
NS/NC
TOTAL
f
%
22
22
34
43
1
100
34
43
1
100.0
CUADRO N°51
MOTIVOS REFERIDOS POR LOS RECLUSOS PARA JUSTIFICAR SU EVALUACIÓN
DEL DESEMPEÑO DE LOS ORGANISMOS DE FUERZA PÚBLICA
37.3
f
Son corruptos
Maltratan, abusan del poder
No son efectivos, no cumplen su función de
manera eficaz
87
%
26
26
18
26.3
26.3
18.2
Ayudan a la sociedad
Algunas veces lo hacen bien, otras mal
No sabe
TOTAL
25
3
1
99
25.3
3.0
1.0
100.0
Se observa que un 43% de los encuestados considera que Carabineros e
Investigaciones cumplen mal sus funciones, mientras que un 34% cree que lo hacen
regular. Es decir, el 77% de los jóvenes no se encuentra conforme con la forma en que
estos organismos realizan su trabajo. Al preguntarles luego por los motivos por que
habían evaluado así el desempeño, más de la mitad, (52.6%) expresó que éstos eran
corruptos y que abusaban del poder que tenían, mientras que un 18.2% consideró que
no eran eficaces, ya que “se llevan presa a gente inocente, no siempre le achuntan”.
Estas respuestas reflejan el descontento que los jóvenes tienen, con
conocimiento de causa, de la labor efectuada por los organismos encargados de
mantener el orden, muchas de las cuales denotan situaciones que incluso atentan
contra los derechos humanos.
Antecedentes Penales y/o Policiales de la población entrevistada
Al indagar acerca de la existencia de Antecedentes en la población entrevistada,
resultó que un 71% los presentaba.
CUADRO N°52
ANTECEDENTES PENALES Y/O POLICIALES EN LA POBLACIÓN ENTREVISTADA
f
%
71 71.0
19 26.8
22 31.0
29 40.8
1
1.4
29 29.0
100 100.0
Tenía antecedentes
Policiales
Penales
Policiales y Penales
No sabe
No tenía antecedentes
TOTAL
Con respecto al tipo de Antecedentes que presentaban, un 26,8% correspondía a
Antecedentes Policiales, un 31% a Antecedentes Penales y un 40,8% tenía
Antecedentes Penales y Policiales. Podemos deducir entonces, que más de la dos
tercios de los sujetos que registraron antecedentes (71,8%) tenía experiencia de
reclusión anterior.
II.- ETAPA DE INSTRUCCIÓN DEL PROCESO
Grado de conocimiento de los jóvenes acerca de sus derechos durante el proceso
CUADRO N°53
DERECHOS RECONOCIDOS EN LA ETAPA DEL PROCESO
88
f
Posee derechos como procesado
Derechos humanos
Derecho a libertad provisional
Derechos estipulados legalmente en esta
etapa
Medidas alternativas y beneficios
Derechos relativos a calidad de vida al interior
del penal
Libertad provisional y beneficios
Otros
No sabe
No posee derechos como procesado
NS/NC
TOTAL (*)
%
68
4
23
19
68.0
5.9
33.8
27.9
4
5
5.9
7.4
9
2
2
26
6
100
13.3
2.9
2.9
26.0
6.0
100.0
Como se puede observar, los jóvenes revelan un mayor grado de conocimiento
acerca de los derechos que poseen luego de ser sometidos a proceso, en relación al
grado de conocimiento referido por ellos en la etapa de la Detención (cuadro 52). En
efecto, un 68% dice tener derechos como procesado, un 26% señala no tenerlos y un
6% no sabe o no contesta. Sin embargo, dentro de los sujetos que declararon tener
derechos, sólo un 27,9% se refirió a más de uno de los derechos estipulados legalmente
en esta etapa, otro 33,8% nombró únicamente la libertad provisional y un 13,3% nombró
esta última junto a beneficios carcelarios. Del resto de los sujetos, un 22,1% mencionó
otros derechos, relativos principalmente a la calidad de vida al interior del penal,
medidas alternativas y beneficios y derechos humanos.
Cumplimiento de formalidades en la declaración indagatoria
CUADRO N°54
TIEMPO QUE MEDIA ENTRE ESTAR A DISPOSICIÓN DEL TRIBUNAL Y LA
DECLARACIÓN INDAGATORIA
f
Hasta 24 hrs. en interrogar
Más de 24 hrs.
Lo condenaron sin interrogarlo
NS/NC
TOTAL
%
66
32
1
1
100
89
66.0
32.0
1.0
1.0
100.0
Como podemos ver, un 66% de los encuestados señaló haber sido interrogado
dentro de las veinticuatro horas, como lo señala el artículo 319 del Código de
Procedimiento Penal. A diferencia de ellos, un 32% se vio afectado por una infracción
legal en esta materia, al ser interrogados con posterioridad a dicho plazo e incluso uno
de los jovenes entrevistados señaló haber sido condenado sin mediar interrogatorio
alguno. Nuestra ley autoriza, en un caso, que una persona sea sometida a proceso sin
interrogatorio preliminar, pero para que esto sea factible es necesario que, al ponérsele
a disposición del juez, estén ya suficientemente comprobados el cuerpo de delito y la
participación que en él haya cabido al inculpado, situación que en el caso expuesto no
se da, ya que el afectado dijo haberle sido impuesta su declaración.
CUADRO N°55
FUNCIONARIO QUE TOMÓ LA DECLARACIÓN INDAGATORIA
f
%
El Juez lo interrogó
Actuario
TOTAL
39
61
100
39.0
61.0
100.0
De las respuestas dadas sólo un 39% manifestó haber sido interrogado por el
juez, mientras que un 61% lo fue por el actuario. Esto revela una importante delegación
de funciones del juez en la persona del actuario, en una materia tan relevante como la
declaración indagatoria, la cual es una de las diligencias más importante que consta en
autos. A esto debe agregarse la información presentada a continuación :
CUADRO N°56
NUMERO DE VECES EN QUE EL RECLUSO HA CONVERSADO CON EL JUEZ
f
No ha conversado con el Juez
Ha conversado una vez con el Juez
2 a 3 veces
4 a 6 veces
7 y más
No sabe
TOTAL
%
46
21
15
8
1
9
100
90
46.0
21.0
15.0
8.0
1.0
9.0
100.0
El cuadro indica que casi la mitad de los jóvenes no tuvo acceso directo al juez en
ningún momento del proceso. Un 21% conversó una sola vez con el juez, un 15% lo
hizo entre dos y tres veces, y sólo un 8% entre cuatro y seis veces.
CUADRO N°57
CUMPLIMIENTO DE LA NORMA PROCESAL DE SEÑALAR CARGOS
f
%
Le dijeron los cargos en su contra
No le dijeron los cargos en su contra
TOTAL
82
18
100
82.0
18.0
100.0
El cuadro señala que en el 82% de los casos se cumplió la norma del artículo 322
del Código de Procedimiento Penal, que impone al juez la obligación de informar al
inculpado del hecho que se le atribuye.
CUADRO N°58
CUMPLIMIENTO DE LA NORMA PROCESAL DE SEÑALAR PRUEBAS
f
Le dijeron las pruebas
No le dijeron las pruebas
TOTAL
%
56
44
100
56.0
44.0
100.0
Se puede ver que a un 56% de los sujetos se le dieron a conocer las pruebas
existentes en su contra. En este caso, a diferencia del primero, no estamos en
presencia de una obligación legal. Sin embargo, también se trata de una actuación
judicial de gran utilidad para una buena defensa. A lo anterior deben agregarse los datos
que aparecen en el cuadro que se presenta a continuación :
CUADRO N°59
CUMPLIMIENTO DE LA GARANTÍA DE LIBERTAD EN LA DECLARACIÓN
f
Tuvo libertad para declarar
No tuvo libertad para declarar
NS/NC
TOTAL
%
71
28
1
100
71.0
28.0
1.0
100.0
De lo anterior se desprende que un 28% de los jóvenes no tuvo libertad para
declarar. Este hecho contraviene abiertamente nuestra legislación, en particular el
artículo 323 del C.P.P, el cual prohibe el empleo de toda coacción, promesa o amenaza.
CUADRO N°60
91
CUMPLIMIENTO DE LA GARANTÍA DE HACER LA LECTURA DE LA DECLARACIÓN
f
%
Le leyeron la declaración
No le leyeron la declaración
NS/NC
TOTAL
80
19
1
100
80.0
19.0
1.0
100.0
Finalmente, el cuadro 60 demuestra que el 19% de los jóvenes no leyó o no les
fue leída su declaración. PIE :Cabe hacer notar, que el inculpado tiene primeramente
derecho a leer por sí mismo la declaración y en su defecto, deben leérsela./fin del PIE
Esta situación, en conjunto con las señaladas anteriormente, configuran un cuadro
desfavorable en materia de garantías en la declaración indagatoria.
Libertad provisional y criterios en su aplicación
CUADRO N°61
CONCESIÓN DE LIBERTAD PROVISIONAL SEGÚN ENTREVISTA A INTERNOS
f
Le dieron la libertad provisional
No se la dieron
TOTAL
%
27
73
100
27.0
73.0
100.0
CUADRO N°62
RAZONES POR LAS CUALES LA POBLACIÓN ENTREVISTADA CREE QUE NO LE
HAN CONCEDIDO LA LIBERTAD PROVISIONAL
f
No se la concedieron por considerarlo un peligro para la sociedad
Por diligencias pendientes
Otros
Por peligro para la seguridad del ofendido
Más de una
No le informaron
No sabe
TOTAL (*)
38
9
8
3
3
4
8
73
%
52.0
12.3
11.0
4.1
4.1
5.5
11.0
100.0
NOTA El total corresponde a los sujetos que no se les concedió la libertad provisional.
Respecto de la libertad provisional entonces, el 73% de los encuestados señaló
no haber podido gozar de este derecho constitucional. Al consultárseles sobre las
92
razones por las que no se les concedió, más de la mitad (52,0%) manifestó que la
causal aducida por el juez fue el hecho de “ser un peligro para la sociedad”. Las dos
causales legales restantes, diligencias pendientes y peligro para el ofendido, ascienden
a un 16,4%. Llama la atención que el 11% invocó causales no contempladas en la ley
para justificar su mantención bajo prisión preventiva, como “no tener dinero”, “llevar
poco tiempo” o “porque los jueces son neuróticos”. Un 16,5% reveló un desconocimiento
en cuanto a las razones por las cuales se les negó la libertad provisional. Esto
demuestra una falta de explicación, por parte de los funcionarios, al momento de
notificar la negativa de la concesión de la libertad provisional.
Del 27% de los jóvenes que tuvieron acceso a la libertad provisional, al 22,2% les
fue concedida de oficio, mientras que el 77,8% restante señaló haberla solicitado. Esto
revela que, muchas veces, la prisión preventiva se extiende más allá del tiempo
necesario para cumplir con los objetivos propios de esta institución, a raíz de lo cual los
sujetos deben solicitarla. A través del análisis de expedientes se pudo observar que,
muchas veces, esta solicitud que en un principio había sido denegada, posteriormente
fue concedida sin haber cambiado sustancialmente las circunstancias del proceso.
Los expedientes analizados revelaron que en 69.7% de los casos hubo prisión
preventiva respecto de los procesados. La duración de ésta osciló entre los 29 meses y
los 2 días, con una media de 191 días (6.3 meses).
La prisión preventiva es de duración indefinida, vale decir, ni la ley ni el Tribunal
le fijan un término. Esta no es una pena, pero cumple con todas sus características al
ser una medida privativa de libertad, más la agravante de que, el plazo en que el sujeto
se encuentra recluido, no se encuentra determinado con antelación. El art. 275 inc. 3°
del Código dispone que, en la misma resolución que somete a proceso, se concederá la
excarcelación al procesado, a menos de que exista motivo para mantenerlo en prisión
preventiva, el que deberá expresar el juez en la resolución. Estos motivos no pueden ser
otros que los que obstan a conceder la libertad provisional y que están consagrados en
el art. 363.
Opinión en torno a la celeridad del juicio
CUADRO N°63
OPINIÓN DE LOS RECLUSOS ACERCA DE LA CELERIDAD DEL JUICIO
f
Considera que se ha retrasado el proceso
Por excesiva burocracia
Por retrasado en evacuar las diligencias
Por negligencia por parte de los funcionarios
Por ineficiencia
No sabe
Considera que no se ha retrasado el proceso
93
%
53
17
10
8
8
10
38
53.0
32.0
18.9
15.1
15.1
18.9
38.0
No sabe
TOTAL (*)
9
100
9.0
100.0
En cuanto al hecho de si la población entrevistada considera que se ha retrasado
o no su proceso, más de la mitad de ellos (53%) manifestó que su proceso ha llevado un
trámite lento. Las razones más esgrimidas apuntan hacia deficiencias en la
substanciación del proceso penal tales como excesiva burocracia (32,0%), retraso en
evacuar las diligencias (18,9%) y negligencia por parte funcionarios (15,1%).
De los casos analizados a través de los expedientes judiciales, el promedio del
plazo transcurrido entre la acusación y la contestación, fue de 120 días. El art. 447 del
CPP señala que “El acusado y el civilmente responsable tienen para contestar, el plazo
de seis días. Si son varios los acusados, o varios los demandados civiles, tendrán el
témino común de diez díaz...”
En virtud de una modificación efectuada al CPP del año 1989, es agregado un
tercer inciso al art. 448, en virtud del cual “ La contestación de la acusación por el
acusado constituye un trámite esencial que no puede darse por evacuado en su
rebeldía. Vencido que sea el plazo, si no se evacuare el trámite, el juez arbitrará las
medidas para que se conteste la acusación, ya sea por el abogado que el inculpado
hubiere nombrado, o por el de turno, o por el que señalare, o por la Corporación de
Asistencia Judicial...”.
La finalidad de esta modificación era evitar que el acusado quedara en la
indefensión ante la irresponsabilidad de su mandatario, o lo que resultaba más grave,
que por la referida irresponsabilidad, muchos inocentes, por falta de defensa que
desvirtuara los cargos que los incriminaban, resultaban injustamente condenados.
Sin embargo, la citada norma en la práctica no se cumple, comolo señala el
examen de expedientes. Por un lado, los jueces no arbitran las medidas para quese
conteste prontamente la acusación, ni se lo encomiendan a otro abogado habiéndole
aplicado con anterioridad una sanción disciplinaria al defensor negligente, y, por otro,
los abogados (sobretodo en defensoría pública) rara vez contestan dentro del término
legal. Todo esto redunda lógicamente en el procesado, máxime si éste se encuentra
sometido a prisión preventiva.
Término Probatorio
De un total de 66 causas, sólo el 28,8% de ellas tuvo término probatorio. Esto
refleja el carácter eventual de dicho período, toda vez que las partes pueden renunciar
a él. Sin embargo, para que esto suceda, es necesario que todas ellas renuncien.
Cabe destacar, por ende, el gran número de procesos en los cuales no hubo
este término. En el sumario, el juez va recogiendo las pruebas que sirven para
comprobar el hecho punible y la averiguación del delincuente. Es en el plenario, por
tanto, y precisamente en el período probatorio, en el cual se pueden desvirtuar los
94
cargos formulados contra el procesado. Grave resulta entonces, el hecho de que el
abogado defensor renuncie a este término, pues si a ello le sumamos el hecho de que
es escaso el contacto con el patrocinado, que rara vez solicitan diligencias y la
tardanza en la contestación a la acusación, aún contando con defensa jurídica la
indefensión del acusado no podría ser mayor.
III.- DEFENSA JURÍDICA EN EL PROCESO PENAL
Respecto a la defensa letrada del joven procesado, se pueden distinguir los
siguientes datos :
CUADRO N°64
ACCESO A LA DEFENSA JURÍDICA
f
%
Cuenta o contó con abogado
No contó con abogado
TOTAL
77
23
100
77.0
23.0
100.0
Un 23% de los jóvenes señaló no haber contado con abogado en todo el
proceso. Esta situación en la práctica no se puede dar, toda vez que, al ser una persona
sometida a proceso, su defensa jurídica pasa a ser obligatoria bajo el apercibimiento de
que si el procesado no designa un abogado, el juez de oficio le designará uno de turno
el que estará bajo la obligación de actuar so pena de recibir una sanción . Por otro lado,
nadie puede ser condenado si no ha sido contestada la acusación fiscal, trámite
esencial que debe ser realizado por un abogado. Debemos presumir, por ende, que se
trata de una falta de contacto del defendido con su defensor.
CUADRO N°65
RAZONES EXPUESTAS ANTE EL HECHO DE CARECER DE DEFENSA JURÍDICA
f
Por no tener medios para pagarlo
Porque son malos
No supo si le habían asignado
Otros
No hay abogado para el tráfico
TOTAL
%
8
5
5
4
1
23
34.8
21.7
21.7
17.4
4.4
100.0
NOTA El total corresponde a los sujetos que dijeron no haber contado con abogado hasta la fecha.
95
En el cuadro anterior se indican las razones por las cuales el joven señaló no
haber tenido abogado, siendo el motivo principal (34,8%) la falta de medios ecónomicos.
Esto revela desconocimiento hacia el derecho constitucional de contar con una defensa
jurídica gratuita a quien no pueda procurárselo por sí mismo.
CUADRO N°66
TIPO DE DEFENSOR DE LA POBLACIÓN ENTREVISTADA
f
%
Abogado asignado
Particular
Ambos
TOTAL
45
30
2
77
58.4
39
2.6
100.0
NOTA El total corresponde a los sujetos que dijeron haber contado con abogado en algún momento del
proceso.
Dentro de los jóvenes que señalan haber tenido abogado, un 47% de los
encuestados tuvo un abogado designado, de los cuales la inmensa mayoría
corresponde a la Corporación de Asistencia Judicial (91,48%).
CUADRO N°67
RAZONES POR LAS CUALES EL RECLUSO FUE REPRESENTADO POR UN
DEFENSOR PRIVADO
f
Tiene medios para pagarlo
Los abogados particulares son mejores
No le asignaron abogado
No hay abogado para el tráfico
TOTAL (*)
%
15
14
2
1
32
46.9
43.8
6.2
3.1
100.0
NOTA El total corresponde a los sujetos que contaron con defensor privado.
Respecto a los motivos por los cuales los jóvenes recurrieron a un abogado
particular, un 46,9% señaló haberse procurado uno por contar con los medios para ello,
mientras que un un 43,8% señaló mayor eficacia en relación con la defensoría pública.
El resto de los sujetos manifestaron un contacto inexistente con el defensor,
argumentando que no les había sido asignado (6,2%) o refiríendose a la inexistencia de
defensor para los casos de tráfico (3,1%), lo que refleja una carencia de contacto entre
defensor y defendido.
CUADRO N°68
EVALUACIÓN DE LOS ENCUESTADOS ACERCA DEL CONTACTO CON LA
DEFENSA
96
f
%
Vio al abogado poco para llevar bien el caso
Vio al abogado lo suficiente para llevar bien el caso
No lo ha visto / No lo conoce
NS/NC
TOTAL
39
21
11
6
77
50.6
27.3
14.3
7.8
100.0
NOTA El total corresponde a los sujetos que dijeron haber contado con abogado en algún momento del
proceso.
Del cuadro se desprende que solamente un 27,3% de los sujetos señaló haber
tenido un contacto satisfactorio con el abogado, en tanto un 50,6% de ellos considera
haberlo visto insuficiente cantidad de veces como para llevar bien el caso. Cabe señalar,
que un 14,3% de los entrevistados dijo no conocer al abogado.
Para que el abogado pueda lograr una defensa eficaz debe tener contacto con su
patrocinado, en primer lugar, porque existe un mayor compromiso con la causa y en
segundo lugar, porque se alcanza un mayor conocimiento de los hechos del proceso en
concreto.
CUADRO N°69
OPINIÓN DE LA POBLACIÓN ENTREVISTADA ACERCA DEL DESEMPEÑO DE SU
DEFENSOR
f
Mal desempeño
Buen desempeño
Regular desempeño
No sabe
TOTAL (*)
%
27
19
17
14
77
35.0
24.7
22.1
18.2
100.0
NOTA El total corresponde a los sujetos que dijeron haber contado con abogado en algún momento del
proceso.
Respecto a la forma en que el defensor había llevado el caso, un 35,0% consideró
que lo había hecho mal y un 22,1% que lo había hecho regular. Esto revela que más de
la mitad de los encuestados no estaba satisfecho con la defensa que había recibido. Más
aún, un 18,2% de los encuestados no respondió la pregunta, por desconocimiento acerca
de la labor del abogado.
CUADRO N°70
ROTACIÓN DE LA DEFENSA
f
97
%
Ha tenido un solo abogado
Ha tenido más de un abogado
Dos abogados
Tres abogados
Cuatro abogados
Cinco abogados en adelante
No sabe
TOTAL (*)
60
16
7
5
3
1
1
77
77.9
20.8
43.8
31.3
18.8
6.1
1.3
100.0
NOTA El total corresponde a los sujetos que dijeron haber contado con abogado en algún momento del
proceso.
CUADRO N°71
PERCEPCIÓN DE LOS RECLUSOS ACERCA DE LAS CAUSAS DE LA ROTACIÓN
f
%
Porque era de la Corporación
Porque el/los primeros eran de mala calidad
El particular cobraba mucho
Ninguno ha podido arreglar su caso
TOTAL (*)
12
2
1
1
16
75.0
12.4
6.3
6.3
100.0
NOTA El total se refiere a los sujetos que han contado con más de un abogado durante el proceso
El cuadro 70 demuestra que un 77,9% ha tenido sólo un abogado, mientras que
un 20,8% ha tenido más de uno. Al respecto, el cuadro 71 nos indica las razones de
esta pluralidad de abogados, siendo la más frecuente el hecho de que, por pertenecer a
la Corporación de Asistencia Judicial, tienen una alta rotación en sus funciones (75%).
CUADRO N°72
OPINIONES ACERCA DE LA ROTACIÓN DE LA DEFENSA
f
Es perjudicial
No influye en nada
Es bueno
Depende del abogado
No sabe
TOTAL (*)
%
7
3
2
1
3
16
43.6
18.8
12.5
6.3
18.8
100.0
NOTA El total se refiere a los sujetos que han contado con más de un abogado durante el proceso.
Al consultársele sobre la apreciación que tienen respecto de esta rotación, el
43,6% consideró que era perjudicial, fundamentalmente porque el abogado no alcanza a
interiorizarse en forma acabada de la causa.
Todo esto revela que los jóvenes poseen un juicio negativo respecto de la
defensa jurídica que han recibido. Esto se debe principalmente a una falta de contacto
entre defensor y defendido, lo que se hace más evidente en la defensoría pública.
98
Por otro lado, es importante recalcar que los encuestados manifestaron como
principal impedimento para una adecuada defensa la falta de medios económicos. La
CPE consagra el derecho de toda persona a la defensa jurídica, señalando en su
artículo 19 N°3 inc. 3° : “la ley arbitrará los medios para otorgar asesoramiento y
defensa a quienes no puedan procurárselos por sí mismos”. Estos medios recién
aludidos son, entre otros, la Corporación de Asistencia Judicial y los abogados de turno,
respecto de los cuales existe escepticismo en lo refernte a la eficiencia de sus
integrantes, sea por el hecho de que su atención es gratuita, por un escaso o inexistente
contacto con el defendido, por el excesivo traspaso de causas que existe entre los
postulantes debido a que su práctica forense dura por un mandato legal seis meses,
siendo ésta un requisito para acceder al título de abogado.
IV.- ETAPA DE EJECUCIÓN PENAL
Grado de conocimiento de los jóvenes acerca de medidas alternativas y
beneficios
Las medidas alternativas a la privación de libertad que, en forma taxativa
contempla la ley 18216 de nuestro ordenamiento jurídico son :
1.-Remisión Condicional de la Pena
2.- Reclusión Nocturna
3.- Libertad Vigilada
La primera consiste en una conmutación del cumplimiento de la pena privativa de
libertad por una indiscreta vigilancia de parte de la autoridad, la cual se traduce en un
certificado de trabajo y residencia, más la carga de ir a firmar una vez al mes al
patronato de reos por el lapso que el juez señale en la sentencia. Cabe hacer notar que
al ser una resolución de carácter condenatoria, conlleva arraigo de pleno derecho.
La reclusión nocturna consiste en la confinación del rematado a un recinto penal,
durante el tiempo que media entre las veintidós y seis de la madrugada. Como se
desprende de la definición anterior, ésta corresponde a una alternativa sólo parcial a la
privación de libertad.
En la tercera, el condenado se somete a un régimen de libertad a prueba, en que
a su cargo hay un delegado. El período de observación no es inferior a la pena (entre
tres y seis años), durante la cual también hay que cumplir con ciertas cargas similares a
la de remisión condicional.
Las citadas medidas se otorgan al momento de la dictación de la sentencia
condenatoria, y para poder acceder a ellas, se deben cumplir distintos requisitos que
dependen de cual se adopte, cuya concesión está regulada por ley. Así, para poder
acceder a la remisión condicional, es necesario no haber sido nunca antes condenado,
mientras que en la reclusión nocturna se exige inexistencia de condena por crimen o
simple delito y, si la hay, que haya sido inferior a dos años. Además, en ninguno de
99
estos dos casos la pena puede ser aflictiva, vale decir, de más de tres años, mientras
que la libertad vigilada se aplica a condenas entre dos y cinco años.
CUADRO N°73
GRADO DE CONOCIMIENTO REFERIDO PORLOS RECLUSOS ACERCA DE LAS
MEDIDAS ALTERNATIVAS A LA PENA
f
Conoce las medidas alternativas
No las conoce
No sabe
TOTAL
%
27
22
1
50
54.0
44.0
2.0
100.0
NOTA El total incluye sólo a la población Condenada.
CUADRO N°74
MEDIDAS MENCIONADAS POR LA POBLACIÓN CONDENADA
f
Al menos una medida
Beneficios
otorgados
por
gendarmería
Calidad de vida al interior de penal
Otros
No sabe
TOTAL (*)
%
1
13
3.7
48.2
5
7
1
27
18.5
25.9
3.7
100.0
(*)
El total está referido a la población Condenada que respondió conocer las medidas alternativas
a la pena.
En relación al grado de conocimiento de dichas medidas , el 54% dijo conocerlas
(cuadro 73). Sin embargo, como se observa en el cuadro 74 sólo un porcentaje inferior
al cinco por ciento pudo nombrar al menos una. En cambio, casi la mitad de los sujetos
señaló beneficios posteriores al proceso como la salida dominical, la libertad condicional
o la salida diaria. Un 18,5% se refirió a calidad de vida y un 25,9% manifestó una gan
confusión en torno a esta pregunta, nombrando por ejemplo “tener un abogado” o “pena
de muerte”, los que no tienen relación con el tema aludido.
Con respecto a la petición de beneficios, cuya asignación compete al ámbito
administrativo del propio penal, se constató que un poco más de la mitad (52%) de los
encuestados solicitó alguno de ellos, destacándose la salida dominical con un 73%. Un
19,3% solicitó dos o más beneficios y un 7,7% señaló equivocadamente haber
100
solicitado la “libertad bajo fianza” (cuadro 75), como se puede ver en el cuadro que
sigue :
CUADRO N°75
GRADO DE CONOCIMIENTO DE LOS JÓVENES ACERCA DE LOS BENEFICIOS
OTORGADOS POR GENDARMERÍA
f
Ha solicitado algún beneficio
Salida dominical
Libertad bajo fianza
Dos o más beneficios
No ha solicitado
TOTAL (*)
%
26
19
2
5
24
50
52.0
73.0
7.7
19.3
48.0
100.0
NOTA El total corresponde a los reclusos refirieron haber solicitado algún beneficio.
Al preguntárseles si se había accedido a su solicitud, sólo el 18,2% respondió
afirmativamente, ascendiendo el pocentaje de sujetos a los que les fue denegada a un
72,7%. La razón manifestada para esto fue, en más de la mitad de los casos (55,6%),
que aún no se había resuelto acerca de su solicitud. Un 33,3% de ellos aludió a la falta
de algún requisito. El 11,1% restante señaló desconocimiento acerca de la negativa de
su solicitud.
5.- CALIDAD DE VIDA, REHABILITACION Y REINSERCION
I.- CALIDAD DE VIDA AL INTERIOR DEL PENAL
En esta sección se intentó hacer un acercamiento a la realidad que viven
diariamente los jóvenes reclusos, en términos de condiciones de vida, calidad del trato
recibido, y relaciones internas y externas.
Ante la necesidad de profundizar en ciertos tópicos que no han sido abordados
del todo, se escogió una metodología cualitativa que permitiera descubrir los puntos
más importantes relacionados con la situación carcelaria. Debido a que la realidad
intrapenitenciaria difiere en el caso de hombres y mujeres, se optó por hacer un
análisis separado de ambos grupos, tomando en cuenta, tanto para la elaboración de
los temas a tratar, como para su posterior análisis, la perspectiva de género.
El Universo se constituyó, en ambos casos por los mismos jóvenes que ya
habían sido encuestados en las anteriores etapas de la investigación, de manera de
aprovechar el vínculo de confianza creado.
Los criterios de selección de la muestra que finalmente se conformó, se
fundamentan en la perspectiva estructural que guía las investigaciones de tipo
cualitativo. Por tanto, la selección de los casos se realizó de manera intencionada,
101
tratando de agotar, de acuerdo a los requerimientos que plantea el marco teórico del
estudio, la estructura de posiciones posibles de acuerdo a las características de los
jóvenes18.
El instrumento de medición usado para recolectar la información fue la
“Entrevista Semiestructurada” o también llamada “Entrevista en Profundidad”.
MUJERES JÓVENES RECLUIDAS
La selección de la muestra se efectúo en el C.P.F. de Santiago, considerando
las siguientes características:
- Calidad Procesal (procesadas y condenadas).
- Tipo de delito (delitos contra la propiedad y tráfico de
estupefacientes).
- Tiempo de reclusión.
- Primerizas y reincidentes.
- Participación en la escuela, los talleres y trabajos dictados y
ofrecidos por el penal.
- Sección a la que pertenece. (Materno-infantil, C.O.D., Patio por
Día, Esperanza).
-Características personales específicamente femeninas : maternidad,
embarazo durante la reclusión, convivencia con hijos durante la reclusión.
Las mujeres entrevistadas fueron las siguientes:
18
De allí que no interese, a diferencia de los diseños cuantitativos, la selección al azar de la muestra.
102
• Ivonne, 27 años, 2 hijos, primeriza, condenada rematada, tiempo de reclusión: 1 año
3 meses, robo con intimidación, Sección Materno-Infantil (cumple condena con su hija
de 10 meses).
• María, 27 años, 3 hijos, reincidente, condenada rematada, tiempo de reclusión: 4
años 5 meses, robo con intimidación, Sección Patio por día.
• Evelyn, 18 años, 1 hijo, reincidente, procesada, tiempo de reclusión: 2 meses, robo
con intimidación, Sección C.O.D 2.
• Lidia, 25 años, 1 hijo, reincidente, procesada, tiempo de reclusión: 8 meses, robo
con violencia, Sección Patio por día.
• Roxana, 18 años, 1 hijo, primeriza, procesada, tiempo de reclusión: 2 meses, tráfico
de estupefacientes, Sección Esperanza.
• Susana, 26 años, 5 hijos (embarazada de 38 semanas), primeriza, procesada,
tiempo de reclusión 2 meses, tráfico de estupefacientes, Sección Materno-Infantil.
El proceso de análisis de la información contempló una pauta de análisis que
contenía los grandes temas desarrollados en las entrevistas. Esta pauta permitió
clasificar y ordenar la información obtenida por áreas temáticas.
La pauta de entrevista abarcó las siguientes áreas temáticas:
Calidad de vida al interior del penal
Relaciones sociales establecidas al interior del penal.
Agresiones al interior del penal.
ondiciones materiales de vida.
Atención médica.
Relaciones personales externas
Visitas
Problemáticas femeninas
Embarazo.
Atención médica ginecológica.
Lactancia y permanencia de menores en el penal.
Función rehabilitadora de la cárcel
Función de la cárcel.
Rehabilitación.
Enseñanza de oficios y estudios.
Disponibilidad de trabajo durante la reclusión.
Reinserción laboral
Expectativas laborales.
Antecedentes.
103
Utilidad del estudio, oficio y trabajo adquirido durante la reclusión para su
posterior vida afuera.
ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS
El análisis de los resultados se realizó siguiendo la misma pauta de entrevista
CALIDAD DE VIDA
Relaciones sociales establecidas al interior del penal:
Esta temática abarca también el tema de las agresiones acaecidas al interior del
penal, debido a que durante las entrevistas, las reclusas al proponérseles el tema de
las relaciones sociales, hicieron mención a las agresiones como un elemento
constituyente de éstas.
En la evaluación que las reclusas hacen de su relación con las gendarmes,
cabe destacar que ellas sienten que el manejo de esta relación depende principalmente
de ellas mismas, de su comportamiento.
“te tratan como te ven” (Roxanna).
“...va todo en uno no más, y si uno quiere ser rebelde, porfia’ y todo ahí adentro
lo es, pero pasaríamos castiga’.....entonces nosotras no queremos ser así, tratamos de
vivir lo mejor posible” (María).
A pesar de lo expresado anteriormente por las entrevistadas, la relación
gendarmes-reclusas es evaluada mayoritariamente de manera negativa; esto en base a
dos ejes: abuso e indiferencia.
En cuanto al abuso, las reclusas reconocieron la existencia de problemas con la
autoridad, los que estaban relacionados principalmente a con el abuso de poder, lo que
se expresaba por medio de insultos, arbitrariedades y castigos.
“No te dejan opinar, usted se calla, usted no tiene na’ que decir’; no hay derecho
a expresión” (Roxanna).
“No, no nos tienen respeto, porque aveces uno tiene la razón y no les puede
decir na’ porque altiro nos castigan” (Ivonne).
104
Se debe resaltar que la mayoría de las entrevistadas no negaron la existencia de
golpes, sino que expresaron no haberlos vistos personalmente. Sin embargo, una de
ellas denunció la existencia de golpes, pero al interior de los calabozos (los rosados19).
“...Cuando las castigan, la otra vez una compañera le faltó el respeto a una
teniente, la amenazó con un cuchillo...después la llevaron a los rosados y después en
la noche le fueron a pegar los funcionarios”(Ivonne).
El abuso de poder adquiere, según lo dicho por una de las entrevistadas, una
dimensión especial en la sección materno-infantil, donde el hecho de permanecer con
los niños es utilizado por las gendarmes como un elemento de chantaje.
“....en la sección de nosotros es donde más se aprovechan porque por los
hijos....nos amenazan que nos van a mandar los hijos pa’ fuera”(Ivonne).
En relación a la indiferencia, ésta se expresa por medio de que las gendarmes
sólo se limitan a cumplir sus obligaciones sin brindar ningún tipo de apoyo. Existe la
sensación, entre la mayoría de las reclusas entrevistadas, de que a las gendarmes no
les importa lo que a ellas le suceda; su interés principal está centrado en la mantención
del orden al interior del penal, sin que se establezca una relación más personal con
ellas. Este aspecto es de suma importancia para las entrevistadas, lo cual se expresa
en su sentimiento de abandono y en la necesidad de apoyo y ayuda que esperan
recibir por parte de su entorno social más directo. Este tema se volverá a tocar en la
temática de la rehabilitación.
“...en el fondo somos todas iguales, somos todas bandidas...no importa si yo
cometí un error o soy inocente y me acusan de algo, no...a ellas no les importa na’, o
sea como que ellas tienen su corazón duro, no saben valorizar las cosas...somos todas
iguales, todas merecen el mismo trato, todas estamos aquí presas por algo malo,
somos todas bandidas” (Roxanna).
“...es como más bien indiferente, ellas cumplen con su trabajo, su labor de
gendarme, tampoco nosotras vamos a andar detrás de ellas” (Lidia).
Acerca de la relación que se establece entre reclusas, ellas afirmaron que la
convivencia era difícil, los problemas se caracterizaban por violencia y mala calidad en
las relaciones (robo, peleas y agresiones, envidia, problemas de comunicación,
“cagüines”) y por el lesbianismo. Además, en general, los conflictos se producen entre
los grupos que se forman en cada sección.
Aunque la afirmación mayoritaria dice relación con tratar de mantener una buena
convivencia, principalmente para evitar ser castigadas, en este punto se hará una
19
De esta forma se denomina al interior del penal a aquel recinto destinado a los castigos, en donde permanecen
aisladas,sin luz, sin colchón y sin derecho a once. Se puede, según la gravedad de la infracción, permanecer desde
un día hasta un mes en los “rosados”.
105
diferenciación por secciones, ya que en cada una de ellas existen distintas y
específicas razones para evitar los problemas. En la sección Materno-Infantil, la
tranquilidad y las buenas relaciones se tratan de mantener en consideración a los
niños. En la sección Esperanza esto ocurre debido a que en dicho lugar hay sólo
primerizas, las cuales se esfuerzan por no provocar problemas, principalmente
intentando mantener esta sección “sana”. En cuanto al Patio por Día, se intenta evitar
roces, porque al interior del penal, estar en esta sección es “casi” un privilegio, por
poseer más espacio y vista hacia el resto del penal (no está encerrada). Sin embargo,
en la sección C.O.D.2 la situación es diferente ya que aquí la diversidad y exceso de
reclusas genera mayor cantidad de conflictos y peleas; lo anterior puede deberse a la
poca identificación por parte de las reclusas con el lugar (identificación que es
observada en las otras secciones).
“... es que uno trata de evitar también por los mismos niños, porque si a una la
mandan castiga’ quedan los niños ahí, solos, entonces se la llevan a uno castiga’ no
más, y los niños se quedan ahí no más poh, al cuidado de cualquiera, entonces por eso
uno evita eso (peleas)”(Ivonne).
“...pero la sección sí,...nosotras, al menos la mayoría, queremos que sea la
sección esperanza que se llama, la sección bonita, la sección buena, que no cambie,
que no se ensucie...porque todas las que llegan ahí son primerizas y para que no se
lleven una tan mala impresión también” (Roxanna).
“...a veces hay discusiones, discusiones...como que una queda así y después no
se pueden ver y como están ahí mismo es como una guerra y así se arma...explotan y
pelean...cuchillas, palos, lo que sea...pero en general se pegan no más” (Evelyn).
Pese al reconocimiento de que existen problemas entre las reclusas, éstos son
considerados “normales”, es decir, ellas opinan que los conflictos que se dan al interior
del penal son los mismos que se dan en “todas partes”. Esto puede explicarse en
relación al ámbito social que viven estas mujeres cuando están “en la calle”:
poblaciones periféricas, condiciones de hacinamiento, convivencia con otros
delincuentes (tanto familiares como amigos y vecinos), pobreza, consumo de droga,
violencia intrafamiliar, etc.20
Condiciones materiales de vida.
La evaluación de la infraestructura hecha por las entrevistadas es relativamente
buena, aunque existen problemas puntuales relacionados con cada sección. De esta
manera, la mayoría de las secciones presenta problemas con la impermeabilidad de la
humedad (se llueven, hongos, humedad, mal olor). El problema más importante
20
Esta información no se obtuvo a través de la entrevista, sino mediante la conversación informal que sostuvimos
con estas mujeres antes o después de la entrevista y con otras reclusas con las cuales interactuamos durante nuestras
visitas al C.P.F. de Santiago.
106
detectado a través de las entrevistas dice relación con la falta de espacio y, por ende,
el hacinamiento en que estas mujeres viven.
“El espacio es sumamente chico, porque de repente hay sobre exceso de
internas” (Roxanna).
“Es muy chico, los dormitorios igual, no pueden andar los niños, está todo lleno
de camas...los niños que caminan les cuesta” (Ivonne).
“En mi sección es muy chico el espacio, el lugar es muy chico de la sección
cuna...hay espacio así, pa’ jugar, pero el asunto dormitorio es muy chico” (Susana).
“...hay veces que llegan detenidas y no hay camas, hay que dormir de dos, tenís
que acogerla no más poh y dormir de a dos” (Evelyn).
Esta falta de espacio también se ve reflejada en la denuncia que ellas hacen
acerca de los lavaderos, el espacio para caminar, los colgadores de ropa, etc.
En cuanto a la privacidad, la totalidad de las entrevistadas afirmó que ésta no
existía. Esto se debe tanto a la falta de espacio como al hacinamiento.
“No, no hay pa’ na’...el baño no más...si yo quiero llorar tengo que ir a
encerrarme al baño, y ni eso porque te escuchan sollozar...’quién está ahí, por qué
estai llorando, qué te pasa’...” (Roxanna).
“...si trataí de estar sóla altiro llegan tus compañeras... además el espacio es
muy chico” (Susana).
“...los rosados son el único lugar donde podís estar sola, donde podí llorar, gritar
hacer lo que queremos” (Evelyn).
Los servicios básicos como la luz y el agua son evaluados de manera positiva,
no se observa en la información recogida una carencia de estos (aunque el servicio de
luz es suspendido a las diez de la noche21). No ocurre lo mismo con la calefacción,
durante el invierno las reclusas no reciben más ropa de cama ni estufas por ejemplo, lo
que hace que su evaluación acerca de este tema sea negativa.
En lo que respecta a la alimentación la evaluación mayoritaria fue positiva,
argumentando que la comida era buena y que les daban “de todo”. Esta situación no
tiene la misma evaluación en la sección materno-infantil, tema que será tratado en el
ítem destinado especialmente a la situación de los menores que viven con sus madres
al interior del penal.
21
Excepto las mujeres que están en la sección materno-infantil quienes tienen la posibilidad de encender una
ampolleta durante la noche ante cualquier imprevisto.
107
La higiene al interior del penal es evaluada por las reclusas entrevistadas como
positiva, esto desde el hecho que son ellas mismas las encargadas de este tipo de
oficios, se organizan en turnos semanales. A pesar de que se trata de mantener la
limpieza, las reclusas se quejaron de falta de materiales de aseo ya sea porque
escasean o porque directamente gendarmería no les entrega estos elementos (aunque
sí les exige cumplir con estas tareas).
Se debe destacar en relación a la higiene personal, específicamente durante el
ciclo menstrual, que existe permanente disponibilidad de toallas higiénicas para las
reclusas.
Atención médica
El acceso a los servicios de salud al interior del penal es especialmente difícil.
No sólo depende de la gravedad de la enfermedad sino que también depende mucho
de las disposición de las gendarmes (las reclusas deben esperar que las llamen). A raíz
de lo anterior las reclusas pueden llegar a esperar meses para ser atendidas como
resultado de la sobrepoblación existente al interior del penal.
Cuatro de las seis entrevistadas llevan como promedio dos meses esperando la
atención médica, para la cual se inscribieron, por lo tanto no otorgaron información al
respecto por “no saber cómo es”.
La evaluación que las reclusas hacen acerca de la calidad de la atención y del
servicio de salud, no es del todo buena, si bien argumentan un buen trato se quejan de
las condiciones higiénicas y de la disponibilidad de remedios, los cuales se limitan a
dipironas, aspirinas y derivados. Si necesitan remedios específicos deben encargarlos
afuera con la debida autorización, lo que claramente dificulta el acceso a ellos.
“...claro, para todo cuesta aquí, siempre va a haber un pero, no le creen a veces
a uno que está enferma, nada, creen que uno se va a ir a lesear pa’lla, entonces esa es
la mente de ellas con uno” (María).
“Cuesta que la atiendan...hay que estar muriéndose para que la lleven al
hospital...pueden pasar meses esperando, esperando que nos llamen” (Roxanna).
Cambios en las relaciones familiares y sociales a raíz de la reclusión.
Las reclusas opinan mayoritariamente que sí ha habido un cambio en las
relaciones familiares desde una perspectiva positiva. Esto se expresa en que los lazos
que estaban débiles o no existían, se han fortalecido o se han reestablecido. En cuanto
a la relación con los hijos, esta es una de las principales preocupaciones de las
mujeres entrevistadas, los hijos constituyen a la vez la principal motivación para salir
pronto en libertad. Ellas sostienen que el estar recluidas les ha hecho reconsiderar sus
relaciones familiares, revisar a la vez su actuar anterior y desear contar con tiempo en
el futuro para suplir todo el cariño y la preocupación que antes no dieron.
108
Las relaciones que más se ven fortalecidas como resultado de la reclusión, es la
relación entre las reclusas y sus madres, y la relación entre las reclusas y sus hijos;
pasando mayoritariamente, la relación de pareja a un segundo plano.
También las expectativas de contar con familia en el momento de salir en
libertad, se remiten a la madre y al círculo familiar más cercano.
“ No, yo creo que uno acá aprende apreciar más lo que uno tiene.” (Lidia).
“...he valorizado más a mi familia, a mis hermanos, quiero estar con ellos, mis
hijos, un amor de madre que me ha salido ahora, me nació con ellos, porque en
realidad yo antes en la calle andaba a todo ritmo, yo andaba robándole y volándome,
no me preocupaba tanto de que...me preocupaba de que comieran, que tuvieran ropa,
de cariño no tanto como ahora porque ahora yo veo y pienso también que yo estuve
mal antes....pero aquí me ha servido harto sí y ahora estoy ahí con mi familia, quiero
estar con ellos, quiero irme luego....” (María)
“Es diferente ya el cariño, yo lo sigo queriendo igual pero él (hijo) ya no pasa
tanto conmigo...yo ya no sé lo que le falta, que necesita...porque...cuando llegan las
visitas es poco lo que conversamos, casi nada” (Ivonne).
“El papá de mi hija no viene, ya dejó de venir...antes venía pero después como
que se aburrió, es que como aquí le hacen sacarse la ropa, le revisan todo...entonces
eso ya les molesta, cambia todo...y aparte no hay privacidad para conversar, hay bulla
por todos lados...yo no sé nada de él...sé que se fue para Valdivia” (Ivonne)
Las relaciones sociales (amigos, conocidos, vecinos etc.) en general se
distancian a medida que pasa el tiempo de reclusión. En una primera etapa siguen
manteniendo estas relaciones, en una segunda, éstas tienden a hacerse cada vez
menos frecuentes, las cuales eventualmente desaparecen en la mayoría de los casos.
Visitas
Este penal recibe visitas los días martes, miércoles, jueves, sábado y domingo;
cada sección puede recibir visitas dos veces a la semana durante tres horas en la
mañana y dos horas y media en la tarde.
La mayoría de las visitas que reciben las reclusas son por parte de sus familiares
más cercanos (especialmente madre e hijos). Cada visita debe pasar por una revisión
exhaustiva tanto de los bolsos que portan y paquetes que traen a las reclusas, como de
su persona (en una pieza especial se desnudan y revisan a cada una de las visitas).
Alcohol, drogas, armas, frutas, verduras, medicamentos sin autorización de ingreso,
son algunas de las cosas requisadas por gendarmería durante esta revisión.
En general las entrevistadas afirmaron sentirse disconforme tanto con la
duración como con la calidad de las visitas. Afirman que éstas no duran el tiempo
establecido debido a la demora en el ingreso de las visitas, en las revisión de los
109
paquetes, en la revisión de las personas y en el tiempo que toma llamar a cada una de
las reclusas. Además, estiman que las condiciones durante las visitas no son las
mejores, en este sentido afirman que el ruido es excesivo, que el desorden es
generalizado, que no existe privacidad y la comunicación se hace muy difícil a raíz de
lo anterior. Por lo general las entrevistadas terminan sus visitas con una sensación de
vacío, de que el tiempo y la calidad de las visitas es insuficiente.
“...depende también la hora que nos llaman, porque a veces no te llaman hasta
las cuatro de la tarde y uno tiene como una hora, así depende, porque de afuera llaman
pa’ acá pa’ adentro y al último nunca ocupamos toda la hora porque empieza a correr
desde que nos llaman, tocan el pito y tenimos que venirnos pa’ adentro, o sea la que
tuvo visitas tuvo y la que no, no, y la que pudo estar con sus visitas estuvo, y la que no,
no no más.”(María).
“ ...siempre hay gendarmes que abren el portón a las tres, y uno no alcanza casi
na’, no alcanza, dos horas y media con la familia, me gustaría que fueran más largas”.
(Susana).
Problemáticas femeninas
Embarazo.
El embarazo vivido y desarrollado al interior del penal tiene una dimensión
especial, aunque existe control y seguimiento adecuado de éste, el embarazo es vivido
con mucha angustia, principalmente a raíz de las condiciones de vida al interior del
penal y también por la inseguridad que les genera a las madres el hecho de que en
algún momento tendrán que separarse de sus hijos (cuando los niños cumplen dos
años).
Existe alimentación especial para embarazadas pero sólo en el caso de que
éstas estén bajo peso, sí se les entrega vitaminas.
Los niños nacen en el Hospital Barros Luco con la permanente vigilancia por
parte de gendarmería y las mujeres esposadas a las camas, frente a ésta situación las
mujeres sienten vergüenza y humillación, además del nerviosismo asociado
típicamente a la situación de parto. En relación a la calidad de la atención las mujeres
sostienen que esta es buena excepto por las condiciones antes descritas.
“...bueno, ahora a uno la engrillan...a la cama...todos miran, uno se siente mal
poh’...es incómodo porque están ahí mismo las funcionarias...y las visitas...si uno va al
baño allá van ellas” (Ivonne).
“ Bueno el embarazo aquí no ha sido como los otros, aquí me he sentido más
decaída, me he sentido con dolores, pero todos me dicen que son los nervios”
(Susana).
110
“ Dicen que son los problemas que tengo metidos en la cabeza que hacen que la
guagua no se me de vuelta por los nervios” (Susana).
Atención médica ginecológica.
Existe al interior del penal servicio ginecológico, prioritario para embarazadas.
Esta atención es brindada por una matrona quien es la encargada de los seguimientos
y controles de las mujeres embarazadas. Para el resto de las reclusas la atención
médica ginecológica funciona de la misma manera que el resto de los servicios de
salud, es decir, hay difícil acceso, demora en la atención, y desconfianza en relación a
la higiene por parte de las reclusas.
Cabe destacar, que al interior del penal no existe una política destinada al
control de la natalidad como resultado de la privación de que son objeto las reclusas en
el ámbito sexual, a causa del miedo por parte de la autoridad de elevar el número de
población en estado gestacional.
“Sí, pero cuesta un mundo que nos atiendan...o sea atienden más a las
embarazadas. Si uno pide hora pa’ la matrona, cuesta cualquier cantidad...igual que
para médico también” (Ivonne).
“ Yo desconfié un tiempo, sabe porque, porque bueno ellas la atienden a uno
bien, pero las cosas que usan con nosotras, yo desconfío de eso porque me da la
impresión que ellas las ocupan con unas y con otras, así que no van limpiando las
cosas...igual que las agujas tengo desconfianza en el dentista” (María).
Lactancia y permanencia de menores al interior del penal.
Los menores que nacen al interior del penal tienen derecho a permanecer con
sus madres hasta los dos años de edad, posteriormente se van con familiares de las
reclusas, si esto no ocurre ellos son trasladados a hogares de menores.
Los niños que están bajo peso (al igual que las madres embarazadas) reciben
complementos alimenticios adicionales, generalmente leche.
El pediatra visita el penal una vez a la semana, con los consiguientes problemas
que acarrea el no tener un médico- infantil disponible permanentemente.
Se percibe en las entrevistadas que las madres que tienen hijos al interior del
penal denotan una importante preocupación acerca de la situación psicológica de estos
menores, puesto que ellas sienten que la reclusión también les afecta. Los notan más
decaídos y propensos a enfermarse.
“Los niños de la sección son como más tristes, están más débiles....los niños
pasan enfermos del estómago” (Susana).
111
“...el médico que hay es más o menos no más...no es buen pediatra. O sea viene
el día jueves no más el pediatra...o sea si están enfermos los días que no viene...de
repente tenemos que mandarlos afuera, o a veces van a la enfermería, no sé, ahí
ven...si hacen una salida, a veces los mandan al González Cortés” (Ivonne).
A diferencia de la evaluación hecha por parte de las entrevistadas acerca de la
alimentación que reciben las reclusas, la evaluación tanto de la calidad como de la
cantidad de la alimentación recibida por los menores que viven con sus madres al
interior del penal es negativa. Aquí las principales quejas dicen relación con la
insuficiencia (o inexistencia de esta durante los fines de semana22), y también con la
poca información que ellas reciben acerca de las características e ingredientes de la
comida de los menores. Frente a lo anterior las madres han solicitado que se les
permita recibir alimentos adicionales del exterior (como verduras, frutas y yoghurt), pero
la respuesta ha sido siempre negativa por parte de las autoridades.
“....el puro, de lunes a viernes nos mandan comida de ahí del párvulo, pero el fin
de semana no, nosotros les hemos reclamado pero dicen que son órdenes de arriba”
(Ivonne).
REHABILITACIÓN Y REINSERCIÓN LABORAL
FUNCIÓN REHABILITADORA DE LA CÁRCEL
Enseñanza de oficios y estudios
Al abordar el tema de estudios al interior del penal ninguna de las entrevistadas
pudo referirse al tema ya que la escuela existente solo cumple labores de nivelación
hasta octavo básico.
En cuanto a los talleres, las reclusas se mostraron disconformes con ellos
puesto que la mayoría se asociaba a actividades típicamente realizadas por mujeres y
con una baja probabilidad de favorecer la inserción laboral postpenitenciaria. Los
talleres eran evaluados más bien en relación a su efecto distractor, es decir, son
tomados como para “pasar el tiempo”, para “distraer la mente”.
“Yo creo que hacer un chocolate...claro que te sirve para lo personal, es rico
aprender a hacer chocolate, es rico aprender a hacer un bolsito, para ocupar el tiempo
también puede ser, pero algún día tendrás que salir...y yo creo que hacer un bolsito de
hilo no creo que te sirva mucho”.(Roxanna).
“...como para aprenderlos, yo creo que a cualquiera le gustaría aprenderlos, pero
para aprender para saber, pero policromía, esa cuestión de los yesos, uno no va a salir
a trabajar en eso, no le va a servir de mucho a uno en la calle...”.(Lidia).
22
Frente a la falta de alimentación para los niños los fines de semana, las reclusas han optado por separar parte de
su comida de la semana para tener con que alimentar a sus hijos esos días.
112
Disponibilidad de trabajos durante la reclusión
Existe la percepción de que el acceso al trabajo es limitado, limitado por
múltiples razones, ya sea porque es condicionado principalmente por la conducta,
trabajos que llegan sólo para condenadas o para una sección
específica.
Mayoritariamente las reclusas evalúan que este es un aspecto que le hace mucha falta,
puesto que no tendrían tanto tiempo para pensar y se mantendrían ocupadas. El tipo
de trabajo más típico ofrecido por el penal es el de operarias (revisar guantes, pegar
etiquetas, embolsar revistas etc.).
La evaluación acerca del trabajo, presenta la falencia de que a ellas aspiran a
que el trabajo obtenido al interior del penal se prolongara una vez en libertad23.
Las principales razones para trabajar dicen relación con el ámbito económico y
porque haber trabajado sirve como un antecedente positivo para postular a los
beneficios. (libertad condicional, salida dominical y salida diaria). La impresión de las
mujeres entrevistadas frente al trabajo es que este no sirve de forma considerable para
la reinserción laboral por la precariedad de los trabajos ofrecidos.
“...tú no aprendes nada, no hay enseñanza, no hay apoyo, no hay surgimiento
para la interna...hay muchas internas que son inteligentes, hay internas que quieren
aprender, pero es que aquí el medio no te lo da, te tienes que conformar con pegar una
etiqueta en una bolsa y eso es un trabajo y listo” (Roxanna).
“Aquí les hacen contrato a las niñas que están trabajando ahí en Madegom, es
como que les abren una oportunidad para cuando salgan a la calle, ir a trabajar en eso
mismo, ellos les dan trabajo aquí...pero faltaría algo, como que, para salir a la calle y
tener algo, o sea, algo diferente que uno pueda hacer” (Ivonne).
Función de la cárcel.
La opinión acerca de la función de la cárcel se divide en dos tipos de respuesta,
una que se refiere al desconocimiento acerca de su función y otra que se relaciona
principalmente con el concepto de cárcel como una institución de reclusión y castigo,
donde no existe mayor preocupación e interés por las reclusas, ellas sienten que las
encierran y que se olvidan de ellas.
“ Hacer pagar las culpas, yo creo” (Ivonne).
“ Es recibir a las internas, tomarles sus datos, las mandan a diferentes secciones
y que ahí se las arreglen como puedan...es tenerte encerrada aquí, porque de que
puede la institución hacer algo por uno, en realidad no puede hacer nada”. (Roxanna).
23
Actualmente la empresa Madegom ofrece trabajo a condenadas que tienen a prueba tres meses, otorgándoles un
contrato que seguirá siendo efectivo una vez en libertad.
113
Se puede apreciar en los tipos de respuesta dadas que las reclusas tampoco
reconocen en la cárcel una función de rehabilitación, ven en ella sólo un organismo de
reclusión.
Rehabilitación.
La opinión más común frente a la rehabilitación es que ésta no existe, que las
posibilidades brindadas por el penal son escasas por no decir inexistentes, y que la
rehabilitación tiene más relación con una actitud personal que con herramientas y
oportunidades entregadas por el penal.
Uno de los principales aspectos en los cuales reside la rehabilitación para las
reclusas es la oportunidad de trabajo al interior del penal y al momento de salir en
libertad. Ellas evalúan el trabajo como una medida efectiva desde la perspectiva de la
rehabilitación.
También se aprecian opiniones acerca de que la cárcel actúa más como escuela
del delito que como elemento de rehabilitación, esto debido a las características de la
reclusión, la constante interacción con otras reclusas y los contactos que se establecen
entre ellas.
Otra propuesta por parte de las reclusas para hacer efectiva la rehabilitación es
el desarrollo personal de éstas por medio de talleres, terapias en donde se les escuche,
apoye y guíe.
“...va en uno eso, la que quiere cambiar, va a cambiar y la que quiere seguir
haciendo sus cosas las va a hacer igual, va en uno”. (Lidia).
“ Trabajo, que pueda haber más trabajo...que aquí por último tuviéramos una
oportunidad de trabajo para salir afuera, cosa de salir y trabajar altiro...así que hubieran
más posibilidades de trabajo”. (Ivonne).
“ Yo creo que debería haber algo o alguien o un grupo, no sé alguien que viera,
que viera realmente como es la situación aquí, que realmente hay internas que
necesitan mucho apoyo, mucha ayuda y que aquí no la encuentran, si la encuentran la
encuentran en la compañera de pieza, en la amiga de la sección, ahí encuentran
apoyo, pero aquí en la institución no hay nada en lo que uno se pueda apoyar”.
(Roxanna).
“... de repente puede que sea un taller de, de como le dijera, que hagan puras
terapias.. que hagan un taller donde las niñas vayan y dialoguen y que unas a otras se
ayuden”. (Evelyn).
“Sí, porque uno...de repente hay personas que no han caído nunca, que es la
primera vez y se encuentran con otra gente que ha caído, que ha tenido experiencia en
diferentes cosas, van conversando...entonces ya van teniendo más contactos para
hacer otras cosas”. (Ivonne).
114
REINSERCIÓN LABORAL
Expectativas laborales y papel de antecedentes.
En relación a las expectativas laborales, éstas no son muy altas, la mayoría
desea y quiere encontrar trabajo al salir, pero piensan que, por el papel de
antecedentes las posibilidades de acceder a un trabajo son escasas o nulas. Ven la
reinserción laboral como difícil, en una buena parte de los casos no existía
antecedentes de experiencia de trabajo , lo que ven más cercano a la reinserción
laboral es el trabajo independiente y/o en el mercado informal.
“ Yo quiero trabajar pero no de emplea’, por último hacer aseo en edificios,
porque antes yo trabajaba de mantenedora de edificios, pero el trabajo se me acabó y
de ahí me quedé sin trabajo, me gustaría conseguir trabajo así pa’ mantener a mis hijos
o cualquier cosa pero no de empleá, por la ficha”. (Susana).
“Difícil encontrar (trabajo) por los mismos antecedentes que uno ya tiene...en
ninguna parte le van a querer dar trabajo a alguien que haya estado preso”. (Ivonne).
La posibilidad de reincidir es alta, se asocia principalmente a problemas con los
antecedentes y a la inseguridad frente al mercado laboral, por otra parte la reincidencia
también se asocia a un sentimiento de que las circunstancias y el ambiente al que se
enfrentarán al salir, será el mismo o peor al anterior; sumándole a esto las nuevas
relaciones delictuales establecidas al interior del penal
“Como pasa muchas veces, pucha’, yo no quiero robar más, me gustaría
cambiar, pero salí a la calle, y te encontraí con la misma realidad que entraste, o sea,
te enfrentaí al mismo mundo y te encontraí igual o peor todavía” (Roxanna).
115
JÓVENES VARONES RECLUSOS
La selección de la muestra se llevó a cabo en los penales de Puente Alto, San
Miguel y Colina I, de acuerdo a laas siguientes características :
•
•
•
•
•
Lugar de reclsuión
Calidad Procesal (Procesado - Condenado)
Tiempo de Reclusión
Primerizo/ Reincidente
Participación en cursos y trabajos ofrecidos por el penal
Los jóvenes entrevistados fueron fueron los siguientes :
• Jorge, 22 años, reincidente, procesado, tiempo de reclusión : 6 meses, Puente
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
Alto
Alberto, 22 años, primerizo, condenado , tiempo de reclusión :10 meses,
Colina I
César, 25 años, reincidente, tiempo de reclusión :15 meses, procesado, San
Miguel
Alex, 24, reincidente, tiempo de reclusión : 4 meses, procesado, San Miguel
Cristian, 28 años, condenado, tiempo de reclusión : 12 meses, reincidente,
Colina I
Mario, 27 años, reincidente, tiempo de reclusión : 8 meses, procesado , San
Miguel
Luis, 23 años, primerizo, tiempo de reclusión : 4 meses, procesado, Puente
Alto
Héctor, 25 años, reincidente, condenado, tiempo de reclusión : 2 años y
medio, Colina I
Sergio, 24 años, primerizo, tiempo de reclsuión : 7 meses, condenado, San
Miguel
Marcelo, 20 años, primerizo, procesado, tiempo de reclsuión : 2 meses,
Puente Alto
Patricio, 23 años, reincidente, tiempo de reclsuión : 3 años y medio,
condenado, Colina I
La pauta de entrevista abarcó, en este caso, las siguientes áreas temáticas:
116
PAUTA DE ENTREVISTA SOBRE REALIDAD PENITENCIARIA Y PERSPECTIVAS
DE REHABILITACIÓN Y REINSERCIÓN PARA RECLUSOS
Calidad de vida al interior del penal
Relaciones sociales establecidas al interior del penal.
Agresiones al interior del penal.
Condiciones materiales de vida.
Atención médica.
Relaciones personales externas
Visitas
Función rehabilitadora de la cárcel
Función de la cárcel.
Rehabilitación.
Enseñanza de oficios y estudios
Disponibilidad de trabajos durante la reclusión
Reinserción laboral
Expectativas laborales.
Antecedentes.
Utilidad del estudio, oficio y trabajo adquirido durante la reclusión para su posterior vida
afuera.
Alternativas a la cárcel.
ANÁLISIS DE RESULTADOS
El análisis de los resultados obtenidos se realizó utilizando la misma pauta de
entrevista.
CALIDAD DE VIDA
Relaciones sociales establecidas al interior del penal
En este punto, se hizo la distinción a priori de la relación de los reclusos con los
gendarmes y la relación entre los mismos reclusos, partiendo de la base de que existen
características diferenciales entre las dos.
Al referirse a la relación con los gendarmes, los jóvenes hicieron una evaluación
negativa respecto de ésta, aludiendo principalmente a una diferencia
intrínseca al
rol que cada uno posee, y por otro lado referido al trato recibido por parte de los
gendarmes.
117
Al referirse a las diferencias ya aludidas, los jóvenes sienten que es imposible
establecer una buena relación con quienes se encargan de mantenerlos privados de
libertad. Ellos perciben una barrera infranqueable que no les permite lograr una
adecuada comunicación, lo que se ve acentuado por la indiferencia de los gendarmes,
las características de su trato, y la manera de relacionarse que tienen.
“...no lo’ quieren y nosotros no lo’ queremos a ellos...” (Patricio)
“...son pacos no ma’, parecen pacos, hacen custiones de paco... a las finales son
puros pacos...” (Alex)
“...(la relación con los gendarmes) nunca ha sido buena, ellos son pacos y nosotros
estamos presos...” (Héctor)
Respecto al trato recibido por los gendarmes, los jóvenes se refieren al mismo de
manera negativa, aludiendo al maltrato y abuso de que son objeto, en una relación
vertical en donde no tienen el control de la situación. De esta manera los gendarmes
son percibidos como autoritarios, se sienten menospreciados por ellos, víctimas de
toda clase de vejaciones.
“...los tratan terriblemente mal, te mandan a hacer lo que ellos quieren, y si no, te
castigan...” (Juan Carlos)
“...los gendarmes son abusadores, se aprovechan de que uno no puede hacer nada,
son muy autoritarios con uno...”(Luis)
“...a uno lo tratan mal, no dan permiso para nada, lo humillan no ma´a uno...” (Alex)
“...Los gendarmes no los respetan como persona, para ellos somos como perros
enjaulados...” (Alberto)
“...si me meto en problemas, no voy contra ellos porque si no, nos muelen a palos...”
(Mario).
Respecto a las relaciones entre los reclusos, las opiniones se dividieron entre
quienes consideraban que éstas eran buenas, regulares y malas.
Los jóvenes que evaluaron bien esta relación, se centraron en dos aspectos : por
un lado poniendo el acento en la solidaridad entre los presos, que responde a una
necesidad de mutuo apoyo en la situación de aislamiento social en que se encuentran,
como una manera de crear redes y mantener el sentido de pertenencia a un grupo. Por
otro lado, porque es necesario mantener buenas relaciones para proteger la integridad
personal. Esto refleja la percepción de la cárcel como un lugar de constante peligro,
incluso de muerte, en el que se deben evitar los conflictos.
“...nosotros tenimos comunicación y unida’...estamos todos en la misma...” (Sergio).
118
“...porque si no te llevai bien te tirai las penas del infierno, te pueden violar, te pueden
hacerte un tajo en la guata...” (Mario).
Quienes dijeron que la relación era regular, aludieron a las diferencias naturales
entre las personas, y la imposibilidad de que todos se lleven bien.
“...todos son distintos y uno se lleva bien con algunos no ma’...”(Cristian).
Los que evaluaron negativamente la relación entre los reclusos, refirieron
situaciones de envidia y rivalidades debido a diferencias en el acceso a bienes
materiales proporcionados desde el exterior. También se hizo alusión a peleas entre
reclusos, asociadas al consumo de alcohol y drogas.
“...porque hay muchas peleas, corre mucho la envidia, si tú teni’ algo así...como tele o
video” (Jorge).
“...todo se pone mal cuando se ponen a tomar chicha, fuman pasta y se ponen a
pelear...”(Héctor).
Uno de los jóvenes tocó el tema de las agresiones sexuales que ocurrían al interior del
penal, refiriéndose a la existencia de éstas como producto de la inexistencia de visitas
conyugales. Sin embargo, en el último tiempo éstas se habían restituido, bajando,
consecuentemente, el número de agresiones.
“...antes había (agresiones sexuales), pero ahora que hay ‘camaros’, yo creo que hay
menos...” (César)
Condiciones materiales
Refiriéndose al tema de las condiciones de vida, la mayoría de los jóvenes evaluó de
manera negativa la infraestructura del penal. Problemas como el hacinamiento, la
consecuente falta de privacidad, problemas de higiene y la mala calidad de la comida,
fueron indicados como señalados como las principales deficiencias, producto, a su
parecer, de la falta de interés de Gendarmería ante sus necesidades básicas. Expresan
no sentirse tratados como seres humanos, denigrados.
“...no hay nada de espacio aquí, no se puede estar en ningún lado, yo puedo tener
todas las comodidades, por ser la tele, el personal, pero igual no soy feliz...” (Jorge).
“...la comida que te dan es denigrante, no podi’ almorzar eso, teni’ que hacerte tu
propia comida, con lo que te traen de afuera...” (César).
“...no hay condiciones de higiene, los baños están todos hediondos...” (Marcelo).
Atención médica
En relación al acceso a la salud y a la atención médica, los jóvenes lo perciben
como un derecho que no se les respeta, incluso en situaciones de extrema urgencia.
119
El acceso a la enfermería es difícil y controlado, por lo tanto los internos lo consideran
inexistente. Como consecuencia, los jóvenes sienten que, en caso de enfermedad, se
encuentran rendidos a su suerte, no quedando otra opción que recuperarse mediante
sus propios recursos. Sin embargo, ninguno de los entrevistados había solicitado
atención, por lo que se refirieron brevemente a este tema.
“...aquí teni’ que tener pura salud no ma’ , porque podi’ estar entero enfermo, igual los
pacos no te dan la pas’a pa’ la enfermería...creen que quer’i ir a puro pasear...” (Luis)
“...uno tiene derecho a ir al médico, pero cuando lo necesitai po’, no un mes
después...”(Cristian)
Otro tema que fue abordado por algunos jóvenes fue la salud mental al interior
del penal, expresando que es fácil desarrollar un trastorno de tipo angustioso por las
condiciones de encierro y aislamiento, lo que unido al exceso de tiempo ocioso
provoca lo que los internos llaman “psicosearse”.
“...aquí las personas se psicosean...es que afecta mucho a la mente, el encierro... se
pueden llegar a enfermar...hasta volverse locos...” (Sergio)
Relaciones personales externas
En torno al tema de si ha cambiado la relación con la familia, debido a la
reclusión, los entrevistados sostuvieron que sí había cambiado, pero al caracterizar el
tipo de cambio, algunos lo consideraron positivo y otros negativo, refiriéndose los
primeros al hecho de que, al estar preso, se tiene mucho tiempo para pensar y
cuestionarse las cosas, aprendiendo a valorar a la familia, más aún cuando se siente
un apoyo por parte de ésta. En este sentido, los jóvenes expresaron sentir que había
mejorado la comunicación, y había más unión, tratando de aprovechar al máximo el
escaso tiempo que tienen para estar juntos (durante las visitas).
“...con mi familia ha cambiado la comunicación, en sentido más fuerte, puedo afirmarme
en ellos...” (Alberto).
“...uno aprende a valorizar lo que tiene, ahora uno valora más la familia, ellos me
quieren...” (Jorge).
Quienes consideraron negativo el cambio, perciben un distanciamiento de la
familia,
producto del encierro, aduciendo que la distancia física conlleva un
distanciamiento afectivo. Uno de los entrevistados señaló que su familia estaba
enojada con él debido al delito cometido, por lo que no lo iban a ver. Esta situación lo
hacía sentirse profundamente rechazado y aislado por ésta.
“...yo ahora sé lo que viven ellos por carta nomá’, es cada vez peor. Antes pasabamo’
siempre juntos...ahora no lo’ veo nunca...” (Sergio).
120
“...están todos sentidos conmigo, no me quieren ni venir a ver... es que ahora sí que me
hicieron la cruz... es que yo los hice sufrir...” (Marcelo).
En relación a los amigos, la mayor parte de los jóvenes señaló que se había
producido un cambio radical respecto a ellos. No los habían vuelto a ver y manifestaron
no querer reestablecer ningún tipo de relación con ellos, sino más bien, crear un nuevo
círculo de amistades que realmente valga la pena, esto es, que no desaparezcan una
vez que él cayera preso. Otros señalaron que su relación con los amigos no había
sufrido cambios, ya que sus amigos estaban recluidos en el mismo recinto penal, por lo
que los veía casi a diario.
“...a las finales no son verdaderos amigos, se olvidan de ti y no vuelven a aparecer
hasta que sali’, y ahí te saludan, pero ya no vale, porque ya demostraron que no eran
verdaderos amigos...” (Mario)
“...si po’ mis amigos los veo siempre, si siempre vamos a ser amigos. Es que estamos
en la misma... ellos también están aquí...es que caímos los tres juntos pero en otra
torre...igual los veo todos los días...nos arreglamos pa’ vernos todos los días..”
(Patricio).
Visitas
En relación a las visitas, tanto en el penal de Puente Alto como en el de San
Miguel, se puede concurrir casi todos los días (de lunes a viernes), pero cada día
corresponde a una o dos torres solamente, mientras que en Colina I, éstas se realizan
durante los fines de semana. Para la mayoría de los reclusos, la visita suele ser la
instancia de contacto con el medio externo, por lo que el tiempo es siempre percibido
como muy breve. Es además el momento en que los famliares le traen comida y ropa,
ayuda sin la cual la supervivencia al interior del recinto se haría aún más penosa, dada
la dificultad de conseguir ciertos artículos de primera necesidad. Los jóvenes
nombraron como quienes más los visitaban, a los propios padres y hermanos, y en
menor frecuencia a otros familiares y vecinos. Los amigos estaban ausentes de las
visitas.
Se quejaron del maltrato dado por los gendarmes a las visitas, a quienes
muchas veces les faltaban el respeto. También señalaron que el lugar donde se llevan
a cabo, no es el más cómodo (gimnasio, patio techado y patio al aire libre), y un recluso
explicó que deben bajar sus pertenencias de la torre para hacer el lugar un poco más
agradable de estar.
“...por ser, uno debiera poder recibir a las visitas en la torre, porque cuando vienen las
visitas, uno tiene que bajar todas sus custiones al patio, los bancos, porque uno tiene
que tener un lugar cómodo para atender sus visitas...y después, de vuelta pa’ arriba a
guardar las cosas. Mejor recibir a las visitas en la torre porque es como la casa de uno,
y uno los atiende mejor..” (Patricio).
121
“...aquí tratan mal a las visitas, cuando las revisan los gendarmes, no las tratan con
respeto, y se sienten mal. Si nos vienen a ver, uno quiere que las traten con respeto, o
si no, ¿a quién le van a dar ganas de venir ?...”(Juan Carlos).
Uno de los sujetos refirió el hecho de la imposibilidad de recibir visitas
conyugales, como un problema que afectaba la calidad de vida de los reclusos, por ser
un derecho que no tendría relación con el estar privados de libertad. Al respecto,
señaló que la torre 5 y 6 (Colina I) no tenían acceso a los ‘camaros’, no pudiendo
explicar las razones de esta diferencia.
REHABILITACIÓN Y REINSERCIÓN LABORAL
FUNCIÓN REHABILITADORA DE LA CÁRCEL
Enseñanza de oficios y educación
En relación a la existencia de cursos escolares, en los tres penales funcionaba
una escuela con Profesores de Estado. En ésta se realizaban principalmente cursos de
nivelación de enseñanza básica , pero también hay de enseñanza media. Se imparten
además talleres de expresión artística y clases de religión. La visión generalizada de
los jóvenes fue que asistir a la escuela servía principalmente para “hacer conducta”
(expresión que indica participar de las actividades con un fin utilitario, juntar requisitos
para postular de mejor manera a los beneficios), mientras que unos pocos señalaron
asistir porque es útil aprender algo, aprovechando una oportunidad que no tuvieron
antes de entrar a la cárcel..
“...es bueno ir a la escuela po’, porque por buena conducta, puedes salir más luego...es
que la conducta es un como un tipo de beneficio de la cárcel, y sirve para poder irse...”
(Alberto).
“......es bueno para que uno aprenda lo que uno nunca aprendió cuando era chico, para
cambiar lo que ha sido mi vida antes...” (César).
En torno a los talleres laborales y de capacitación, a pesar de que en los tres penales
se impartían, se observaron claras diferencias entre ellos. En Puente Alto y San Miguel
se desarrollaban talleres de artesanía, carpintería y pintura, es decir labores poco
especializadas y por ende, mal remuneradas. Algunos jóvenes perciben que estas
actividades, una vez fuera del recinto, no favorecerían, en la práctica, la reinserción
laboral.
“...en la calle todo es distinto, estos cursos no sirven afuera ¿quién va a vivir haciendo
chaucheros de cuero ? ¿a dónde las vai a vender ?...es difícil...” (Sergio).
El penal de Colina I, por ser un Centro de Readaptación Social, y tener entre sus
principales objetivos propender a la reinserción laboral y social de los internos,
implementa cursos de capacitación de mayor especialización, a través de convenios
con instituciones externas (INACAP, CHILEJOVEN entre otros). Al interior del penal
122
funcionan empresas que proporcionan trabajo remunerado. el acceso a los talleres era
limitado, y dependía de ciertos requisitos para poder postular. Los internos en general
perciben que sí tienen acceso, y los califican de manera positiva. Sin embargo, esta
evaluación se centra, una vez más, en la utilidad de los cursos al acceder a beneficios.
Sólo algunos sujetos refirieron sentir que participar en ellos los ayudaría a rehabilitarse
y reinsertarse una vez fuera del recinto, dando la posiblidad de conseguir un trabajo y
dejar de delinquir. Otros señalaron que los talleres servían para salir de la rutina,
ocupar el tiempo y no pensar en el hecho de estar recluido.
“...uno se prepara para el futuro y trata de dejar de delinquir, para que uno pueda vivir
de manera más digna, porque al final eso es lo que uno quiere...” (Héctor)
“...Pa’ encontrar pega más fácil, la que aprendiste sí po’, ya no tendríai en la mente que
querís robar, porque después ten’is algo que te sirve... si uno se lo propone y quiere
cambiar, demás que le sirve...(Alberto)
“..por ser, cuando estaba en San Miguel y estaba procesado, no podís tener beneficios,
pero ahora que estoy rematado (condenado) sí,porque aquí dan beneficios, y no es la
misma mente carcelaria de uno...la tenis ocupada en otras cosas, ya no pensai ni en la
chicha ni en pasarlo bien, todo lo hacís por los puros beneficios....” (Cristian).
“...salgo un poco... me sirve para despejar la mente porque te poní a hacer algo ...para
hacer algo, por que aquí hay mucha rutina, todo el día entre cuatro paredes, sin na’ que
hacer...” (César).
Hubo quienes dijeron que, a pesar de que los cursos y el trabajo sirven para ocupar el
tiempo o ganar plata durante la reclusión, la realidad una vez fuera, es muy distinta.
Estos jóvenes percibían el mundo externo como hostil, sin posibilidades de encontrar
trabajo, hace difícil sobrevivir.
“...en la calle todo es distinto que acá...tenís que escurrirte...tenís que salvarte como
sea...” (Alex).
“...no sé... he vivido toda mi vida como delincuente, puedo cambiar, pero me va a
costar, uno no se va a acostumbrar en un mes con 100 o 90 lucas, lo que puedo ganar
en un día...” (Héctor).
Función de rehabilitación de la cárcel
La mayor parte de los jóvenes, percibió la cárcel como un lugar de castigo, creado para
escarmentar por los delitos que se han cometido , más que como un centro de
rehabilitación. Los argumentos que los jóvenes dieron para justificar su opinión acerca
de la deficiencia de la cárcel en el cumplimiento de su función rehabilitadora, se
concentraron en dos ejes principales. Por una parte, se refirieron a la dificultad en el
acceso a los talleres, al trabajo, e incluso a la escuela, sintiendo un escaso apoyo y
más aún, obstaculización por parte de los funcionarios del recinto para salir adelante.
Por lo tanto, la rehabilitación para estos jóvenes dependería exclusivamente de cada
123
persona, del deseo de cambiar que tenga cada uno y del esfuerzo invertido para
lograrlo.
“...la cárcel es para el delincuente, para taparlo de años...porque no hay ni un progreso,
algunos quieren aprender y no les dan la oportunidad...” (Patricio)
“...no apoyan al reo para poder rehabilitarse...te ponen obstáculos para estudiar, no se
dan las condiciones para aprender lo que ellos enseñan...al final depende de uno, si
querís cambiar vai a cambiar...” (Marcelo)
“...hay que ver los diarios no ma’, los que salen caen de nuevo...alcanzan aestar un
mes, dos meses, porque no hay oportunidades pa’ los cursos ni los oficios... o sea, te
llaman a cursos, pero que la edá, el delito, son puros requisitos...” (Luis).
Por otra parte, los jóvenes consideraron que la cárcel era un lugar que, en vez
de servir para dejar la delincuencia, servía para especializarse, dado el contacto que se
tiene en ese lugar con distintos tipos de delincuentes, que les enseñan a los que saben
menos o a los que deseen aprender y seguir en la delincuencia. Junto a esto, aludieron
a los sentimientos negativos que se producían debido al encarcelamiento, como el odio
y la envidia, que hacen imposible la rehabilitación.
“...aquí es pa’ puro darle pega a los pacos, porque se hacen más ladrones, por ser una
escuela de la delincuencia. El encierro no te cambia tu manera de pensar, te hace más
rebelde...” (Jorge)
“...uno no aprende nada, uno sale más malo...tanto envidia a uno lo pone mal, te dan
ganas de echarle la línea a alguien...no sé..de acriminarse...” (Juan Carlos)
Por otro lado, unas pocas personas dijeron que la cárcel cumplía efectivamente
con su función rehabilitadora, ya que, al tener acceso a la educaciión y al trabajo, se
adquieren habilidades que estos jóvenes percibieron como útiles una vez fuera del
recinto, y que los ayudaría a abandonar la delincuencia..
“..dan hartas cosas buenas que a uno le sirven...cosas que uno aprende, y ya no querís
más...” (Alberto)
REINSERCIÓN SOCIAL
Expectativas laborales y papeles de antecedentes
En torno a las posiblidades de reinserción, una vez fuera del recinto penal, los jóvenes
se refirieron a dos aspectos en particular : por un lado, la reinserción laboral, centrada
en las perspectivas de lograr o no encontrar una fuente de trabajo estable. Esta
situación se encuentra muy ligada al hecho de tener antecedentes penales.
Por otro lado, las expectativas de lograr una favorable reinserción en el ámbito social,
se ven truncadas por el rechazo y aislamiento de que suelen ser objeto por parte de
vecinos, amigos y a veces hasta la misma familia. De esta manera, los jóvenes se
124
sienten rotulados como delincuentes por el resto de la sociedad, incluyendo los
organismos de control como Carabineros, que suelen llevarlos detenidos al constatar la
presencia de antecedentes.
“..porque nadie le va a tener confianza a uno, son pocos los empresarios que se la
juegan por los que han estado presos, si yo quisiera cambiar para conseguir un trabajo,
me costaría mucho...tendría que salir por mi mismo, ser comerciante...porque si tú hai
visto, los que venden helados en las micros, hay caleta que estaban presos antes, y les
piden el papel de antecdentes en los trabajos...entonces mejor venden helados...”
(Jorge)
“... tú volví así a tu pobla, pero nadien quiere estar contigo...las señoras no querían que
sus cabros ni me hablaran...les decían que ese es delincuente, que es malo...si me
tenían miedo donde vivía...la gente que te conoce no quiere estar cerca tuyo...” ( Mario)
“...afuera te pueden detener en cualquier momento los pacos, y ser sospechoso de
todos los delitos que hay...” (César)
“...a uno lo paran, se lo llean, le pegan y todo, y lo traen de nuevo pa’ acá...aunque uno
no esté haciendo nada...” (Alex)
Alternativas a la cárcel
En torno al tema de posibles alternativas a la cárcel, que efectivamente
rehabilitaran, los jóvenes señalaron principalmente la necesidad de crear centros
abiertos o cerrados, con infraestructura adecuada, profesionales a cargo, y que se
centraran en las necesidades concretas de los reos, como el uso del tiempo ocioso,
oportunidades de trabajo, orientación y apoyo, etc. También se abordó la problemática
social de la relación pobreza-delincuencia, situación en la que, a opinión de los
reclusos, urge más bien una tarea de prevención.
“...que hubiera un centro abierto donde le enseñen a trabajar a la gente, donde no
hubiera ninguna droga o alcohol o esas pastllas, porque aquí venden pasta, marihuana
y alcohol los pacos...la gente de afuera también. Uno necesita alguien que lo aconseje,
porque la cárcel enseña más a robar...” (César)
“...centros de rehabilitación reales, más que nada para los adolescentes, para que
expliquen que es lo que está bueno y qué malo...que se preocupen de hacer
responsables de chicos a los niños...” (Juan Carlos)
“...colonias donde hagan trabajar, pero que remuneren ese trabajo, que no haya tantos
fierros, que lo cuiden a uno pero no en un régimen tan estricto. Podría ser en un
campo, así, donde cada uno ganara de lo que cosecha...que le dieran un espacio para
ganar y ayudar a la familia...” (Cristian)
“...la cárcel no debería existir, con el maltrato no se rehabilita...deberían haber más
hogares construidos, ayudar a los pobres antes que vayan a delimquir...darles una
125
oportunidad, ayudarlos psicológica y materialmente.Lo que pasa es que donde hay
pobreza siempre va a haber delincuencia...” (Patricio)
HOMBRES JÓVENES EX-RECLUSOS.
Con el fin de complementar la información recabada anteriormente, se entrevistó
a un grupo de jóvenes que habían estado recluídos en algún recinto penal de Santiago
por delito contra la propiedad o por tráfico de estupefacientes, y que ahora se
encontraban en libertad plena. Estos delitos fueron escogidos principalmente por su
estrecha relación con la reinserción laboral, la rehabilitación y la reincidencia, ya que la
principal motivación para cometer estos delitos reside en la necesidad económica de
estos sujetos, tanto en relación con la mantención del hogar como para la obtención de
droga.
Los criterios de selección de la muestra se justifican por las mismas razones
que se utilizaron para el estudio realizado en los jóvenes reclusos de ambos sexos
.
La selección de la muestra consideró las siguientes características:
- Reincidentes y “rehabilitados”
- Pertenecientes al mercado laboral informal y formal.
- Condenados.
La justificación con respecto al tamaño de la muestra (de tres individuos) radica
principalmente en la dificultad de acceder a estos sujetos debido, en primer lugar, al
hecho de que no hay seguimiento de ex presidiarios por parte de ninguna institución,
en segundo lugar, por la dificultad de acceso a la información, lo que se expresa en la
negativa a reconocer que alguna vez estuvieron detenidos y, en tercer lugar, por temor
y desconfianza a que, frente a su situación de ex presidiarios, sean blanco fácil de
sospechas.
Por lo tanto la muestra se conformó por los siguientes sujetos:
• Armando, 25 años, robo con violencia, tiempo de reclusión: 12 meses.
• Eduardo, 28 años, hurto, tiempo de reclusión: 10 meses.
• Michael, 24 años , robo con intimidación, tiempo de reclusión: 6 meses.
PAUTA DE ENTREVISTA SOBRE REHABILITACIÓN Y REINSERCIÓN PARA EX
RECLUSOS
Función rehabilitadora de la cárcel
Acceso a oficios y trabajos durante la reclusión
Rehabilitación personal
Reinserción social
126
Reinserción laboral
Reincidencia
ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS
En este punto, el análisis de los resultados también se llevó a cabo utilizando
como base la pauta de entrevista.
REHABILITACIÓN.
La totalidad de la muestra opina que la cárcel no posee una función
rehabilitadora, esto debido a la constante interacción durante la reclusión con otros
individuos más experimentados delictualmente. También porque no se llevan a cabo
actividades productivas; existe el sentimiento de que la cárcel “sólo encierra”.
“No, yo creo que no, porque la cárcel es llegar a un...a un demonio, es llegar
como donde viven todos los grandes, ahí cada uno se cuida sólo...la cárcel funciona
más como escuela para delinquir” (Michael).
“ Fome...estai encerrado no más, todo el día encerrado” (Armando).
“Pienso que no, no rehabilita la cárcel...porque los juntan a todos, los primerizos
con los más antiguos” (Eduardo).
En relación a la rehabilitación personal, la totalidad de los entrevistados se
sienten rehabilitados, no por razones relacionadas al sistema, sino más bien por
razones personales (razones específicamente asociadas a la familia).
“Sí, me rehabilité, pero eso va en la familia, en la familia de uno” (Armando).
REINSERCIÓN SOCIAL, LABORAL Y VIDA FAMILIAR.
En este punto la muestra sostiene que existen problemáticas laborales para la
reinserción, como consecuencia fundamental de la existencia de antecedentes.
Los tres entrevistados se encontraron en distintas posiciones frente a la
reinserción laboral. Así, Eduardo encontró trabajo sin mayores problemas (debido a
que su empleador lo conocía con anterioridad); Armando no busca trabajo porque sabe
que no le van dar; y en Michael, se percibe un temor frente al proceso de búsqueda de
trabajo, lo que se relaciona directamente al papel de antecedentes.
“Gracias a Dios ninguna...ninguna porque cuando yo terminé ahí, salí de eso, yo
a la semana siguiente me inicié a trabajar al tiro” (Eduardo).
127
“...por haber estado preso no he buscado trabajar en ninguna parte...porque no,
porque los papeles de antecedentes están sucios” (Armando).
“Cuando yo salí, me costó, harto, harto, harto...me costó... me dieron trabajo
pero nunca estuve más de tres días trabajando, porque me revisaban los
antecedentes” (Michael).
En su vida social, aprenden a vivir con la rotulación, sienten que la gente
siempre piensa: ”mira, ahí va el ladrón”, y que actúan en conformidad con esto. En el
caso de los que trabajan en el mercado informal (en la venta de helados), sienten a
diario esta discriminación en base a su presencia.
“...hay mucha gente que cuando uno se sube a la micro abrocha su cartera,
asegura su cartera, lo ven a uno como delincuente, y eso a mi me da rabia”. (Michael).
En lo que respecta a su vida familiar, esta sufre cambios, generalmente
positivos, asociados principalmente a una revalorización de los hijos y de su condición
de padres y esposos; antecedentes ellos prioritarios para buscar salir en libertad.
Reincidencia.
Frente a la posibilidad de volver a delinquir, la totalidad de la muestra, los
tres casos, expresaron una negativa respaldada en el hecho de que ellos sentían que
estaban rehabilitados, o que el haber delinquido antes era un error y que no volvería a
suceder, también argumentaron como razón que la experiencia del encierro es muy
negativa y más si se le suma el juicio social. Las razones para negarse al hecho de
volver a delinquir, también se solventa en condiciones familiares, en los hijos, las
esposas etc.
“...porque yo ya estuve en la cárcel, y volver a la misma cuestión, no creo,
porque después toda la gente te anda apuntando con el deo’ “. (Michael).
“...ahora yo ya tengo hijos, tengo que trabajar para ellos, pero lo que pasó fue
por malas juntas...fue un error mío, un error mío por dejarme llevar” (Eduardo).
OFICIOS Y TRABAJOS DURANTE LA RECLUSIÓN (CALIDAD Y UTILIDAD)
La utilidad de haber adquirido un oficio al interior del penal se centra
principalmente en el efecto distractor de estas labores. Se percibe una grave
discordancia entre los oficios y trabajos ofrecidos por el penal y los requerimientos
efectivos del mercado, razón por la cual la evaluación acerca de la utilidad de haber
estudiado y/o trabajado durante la reclusión para su posterior vida afuera, es negativa;
la evaluación positiva sólo se remite como ya se ha planteado, a la utilidad de estudiar
y/o trabajar como una forma de mantenerse activo durante la reclusión.
Sólo uno de los entrevistados había adquirido un oficio durante su reclusión y no
se desempeña hoy en esas labores. Consultados los otros dos casos acerca de si han
sentido la falta de un oficio y/o estudio ahora que están en libertad, las opiniones fueron
disímiles, por un lado se reconoce la falta de estos, pues, en particular los oficios son
128
considerados como una herramienta para trabajar de forma independiente,
solucionando así los problemas derivados de la exigencia del papel de antecedentes.
Por otro lado, no se reconoce la falta de estos a raíz de la percepción de que no hay
trabajo y menos para un ex recluso.
6.- CONCLUSIONES
I.- CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES RELATIVAS AL ÁREA PSICOSOCIAL
El joven recluso
La mayoría de los jóvenes que se encuentran recluidos en los recintos
penitenciarios del país provienen de sectores que se caracterizan por ser los más
marginales de la sociedad. Quienes viven esta realidad, deben enfrentarse día a día
con la problemática de la supervivencia, básicamente la consecución de alimento y
abrigo, situación que se constituye como el principal foco de atención para los jefes de
familia.
Como consecuencia a esta dinámica de permanente estrés psicosocial, en que los
progenitores se ven imposibilitados para cumplir, incluso precariamente, los roles
proveedores básicos que les corresponden, la estructura y organización familiar
comienza a desmoronarse, pudiendo cumplir difícilmente con el resto de sus roles
primarios, como lo son la protección, la educación y la crianza de sus hijos.
129
Es así como las funciones empiezan a redistribuirse equívocamente con el fin de lograr
estabilidad económica, lo que conlleva una percepción de las figuras de autoridad
como débiles e inestables, que no parecen poder hacerse cargo, y con quienes, por lo
tanto, no se puede establecer vínculos seguros. Esta situación de precaria inestabilidad
económica, conlleva también inestabilidad emocional, transmitiéndose a los hijos un
deficiente manejo en la expresión y canalización de emociones, donde las
expresiones de afecto se encuentran ligadas a la satisfacción de las necesidades
básicas.
Por lo tanto, estos jóvenes crecen incorporando modelos de relación negativos y
pautas morales y normativas poco claras que parecieran no poder desarrollarse en un
contexto más precario, donde las condicio es, que a menudo adquieren
responsabilidades económicas para con su familia de origen, tempranamente se
transforman también en jefes de hogar al formar una nueva familia con su pareja e
hijos, perpetuándose así la situación de inestabilidad psicosocial y económica en que
se encuentran.
Muchos de los familiares y amigos de estos jóvenes, que se han encontrado en la
misma situación de urgencia económica y de incertidumbre frente al futuro, ya han
desarrollado estrategias alternativas, que se adecuen de alguna manera a su realidad y
que, en muchos casos, corresponden a la actividad delictual. Por lo tanto, gran parte de
estos jóvenes han sido socializados en grupos que tienen como característica la
aceptación y confirmación de ciertos patrones de conducta desviada, en un sector con
escaso sentido de pertenencia social y que se percibe como imposibilitado para surgir.
Todo lo anterior, unido a una falta de acceso real a oportunidades laborales, así
como las condiciones en que se desarrollan los trabajos a los cuales pueden aspirar,
hacen mucho más gratificadora la experiencia de tipo delictivo, existiendo, por tanto, un
mecanismo psicosocial que facilita el desarrollo de la conducta delictiva.
De esta manera, nos encontramos finalmente con jóvenes desamparados
socialmente, sin oportunidades de expresión activa, ni de toma de decisiones, es decir,
jóvenes que no pueden constituirse como actores sociales. En una situación en que el
acceso a canales saludables de expresión se ve obstruido, el consumo de drogas y
alcohol se constituye por una parte, como válvula de escape a las emociones producto
de la marginalidad, y por otra, como forma de respuesta transgresora de las normas
sociales.
Es en este momento en que el joven se transforma en protagonista, y lo hace a través
de los únicos medios que tiene a su alcance, en este caso, la conducta violenta.
Incluso, a decir de los mismos jóvenes, después de la necesidad económica (o junto a
ella), el consumo de drogas aparece como la segunda causa de conducta delictiva, ya
sea de manera directa o indirecta. Es por esta razón que muchos de los delitos en que
se ven involucrados sujetos jóvenes, se caracterizan por ser cometidos en grupo,
teniendo como objetivo conseguir dinero para el consumo.
130
El proceso penal
Debido al circuito de creciente criminalización que conforma la cárcel, las
conductas desviadas se refuerzan y mantienen, sin posibilidades reales de
rehabilitación. Es por esta razón que este fenómeno debe ser abordado con la seriedad
y urgencia que necesita.
La mayor parte de los delitos cometidos por sujetos jóvenes, dice relación con diversas
formas de robo y hurto, y con el tráfico de drogas. Se observa un alza de la
participación femenina en la comisión de este último tipo de delito. El hecho de que
estas formas de conducta delictiva sean las más frecuentes en este sector, dice
relación con la situación socio económica y las motivaciones del mismo.
En relación al proceso penal, no se encontraron diferencias significativas en el
tratamiento recibido por hombres y mujeres, por lo que este tópico se abordará de
manera conjunta.
Al abordar temáticas referidas al conocimiento de los jóvenes recluidos acerca
de los derechos que poseen en las distintas etapas del proceso desde la detención
hasta el cumplimiento de la pena, se constató que los jóvenes poseen escaso
conocimiento de ellos, destacando el constante atropello a sus derechos en las
distintas etapas.
Se pudo observar también un alto índice de abuso y maltrato físico, psicológico y
emocional, en las distintas etapas del proceso por parte de los organismos de
seguridad pública, como Carabineros e Investigaciones durante la detención, y por
parte de Gendarmería, durante la reclusión. Esta situación constituye un atentado a los
derechos humanos, la cual permanece en el más absoluto silencio e impunidad.
En relación al proceso penal propiamente tal, se pudo observar que no se cumplían
todas las garantías que otorga la ley, mayoritariamente en relación al respeto de plazos
de detención y normas procesales. Se constató también el desconocimiento de los
jóvenes de las normas básicas del procedimiento legal. Es así como una vez más los
jóvenes ven vulnerados sus derechos, en este caso a un debido proceso.
En cuanto al derecho a una Defensa Jurídica, se advierte que la mayoría de los
jóvenes recluidos cuenta con un defensor público. Sin embargo, en estos jóvenes
existe una percepción negativa respecto a la calidad de dicha defensa, evidenciada
principalmente en quejas referidas al escaso contacto y deficiente desempeño del
defensor, situación que se desprende del modo de funcionamiento del sistema público
de defensa.
Respecto a los beneficios y medidas alternativas a los que pueden acceder los jóvenes
que ya han sido condenados, se constató nuevamente un escaso conocimiento de los
mismos.
Calidad de vida al interior del penal
131
En este punto se encontraron diferencias por género, por lo que se abordarán ambos
casos por separado.
La población femenina juvenil que se halla recluida, posee características específicas
que la diferencia de otros grupos que se encuentran en condiciones similares. De esta
manera, surgen problemáticas puntuales dada la confluencia de tres dimensiones
particulares: reclusión, juventud y género.
Las mujeres jóvenes ingresan al sistema penal principalmente por dos tipos de
delitos : tráfico de estupefacientes y delitos contra la propiedad. Se puede observar que
las motivaciones que conducen a estas jóvenes a incurrir en actos delictivos son de
carácter económico, convirtiéndose esta conducta, en una vía de consecución del
solvento necesario para la subsistencia de sus familias.
Junto a esto, se debe considerar el hecho de que un gran porcentaje de las
entrevistadas son madres y jefas de hogar, constituyéndose en el único sustento
económico del grupo familiar, ya que, o no contaban con una pareja o ésta se
encontraba también recluida. De esta manera, y unido al hecho de que en su mayoría
las jóvenes provienen de los grupos más marginados social y económicamente, es que
la conducta delictiva surge como una estrategia de supervivencia.
Una de las consecuencias que surgen a raíz de la reclusión femenina, es la
separación de la madre -pilar y fuente de sustento- del resto del grupo familiar,
situación que revela, una vez más, el papel central de la mujer al interior de la familia.
Como consecuencia de esto, las reclusas deben implementar una serie de estrategias
para mantener la organización familiar. De esta manera, el cuidado de los hijos es
depositado en los familiares más cercanos, generalmente la madre u otros de la línea
materna. Paralelamente, estas mujeres intentan generar recursos para apoyar a sus
familias desde el interior del penal, situación que se dificulta debido a la falta de
alternativas laborales que les permitan obtener ingresos significativos
Por otro lado, muchos de estos delitos se encuentran asociados directa e
indirectamente al consumo de drogas. Es decir, son cometidos bajo la influencia de
determinadas sustancias, o con el fin de conseguir dinero para el consumo, lo que
constituye una problemática principalmente juvenil.
En relación a la calidad de vida durante la reclusión, las propias internas destacan
como principal problema las dificultades que surgen en el establecimiento de relaciones
humanas al interior del penal, ya sea con las propias internas o con las gendarmes. En
efecto, señalan ser objeto de frecuente maltrato físico y/o psicológico por parte de la
autoridad, y problemas de convivencia entre las reclusas.
En torno a las condiciones materiales de la reclusión las entrevistadas señalaron
principalmente falencias en la infraestructura del penal, aludiendo a la falta de espacio
y como consecuencia de éste, hacinamiento y falta de privacidad. También
132
mencionaron déficits en las condiciones generales de vida, como problemas de higiene,
calefacción y alimentación para los niños.
En relación a la maternidad, surgen problemáticas específicas que se refieren al
embarazo y a la crianza de niños al interior del penal. Estas dicen relación,
principalmente, con una atención médica deficiente, la carencia de una alimentación
preferencial, salvo en casos extremos. Existe la percepción de que la reclusión afecta
física y psicológicamente a los menores. En general estas situaciones son vividas por
las mujeres con altas cuotas de angustia y preocupación.
Cabe destacar la preocupación y esfuerzo que despliegan estas madres en el
cuidado de sus familias y en la mantención de la cohesión familiar, a pesar de hallarse
físicamente distantes. Esta situación resulta congruente con sus expectativas de asumir
nuevamente la conducción de la familia una vez en libertad.
Por su parte, los jóvenes varones destacan también la importancia de las
relaciones sociales que se establecen al interior del penal, diferenciando los vínculos
con gendarmes de los creados con los otros reclusos. En el primer caso, los jóvenes
evaluaron negativamente la relación con los gendarmes, señalando maltrato, abuso e
indiferencia por parte de éstos. En el caso de las relaciones que se establecen con los
otros reclusos, las opiniones se dividieron entre quienes opinaban que éstas eran
buenas -aludiendo a la solidaridad y apoyo entre quienes se encuentran en las mismas
condiciones de encierro-, los que consideraban que la relación era regular “como en
todas partes”, y quienes señalaron problemas de envidia y rivalidades, a menudo con
peleas, y que por lo tanto evaluaron de manera negativa la relación entre los reos.
Al referirse a las condiciones materiales en que se encontraban, se señalaron
nuevamente problemas de infraestructura de los recintos. En efecto, situaciones como
hacinamiento, falta de privacidad e higiene se presentaron en todos los penales, lo que
unido a la mala calidad de la alimentación y de la atención médica, hace que la
evaluación general de las condiciones en que viven los jóvenes reclusos sea negativa.
Se refieren incluso trastornos graves de salud mental que se encuentran sin atención
profesional.
En torno a las relaciones sociales externas, ya sean familiares o amigos, la única
instancia de contacto son las visitas que éstos realizan a los internos. En general, los
jóvenes perciben un cambio positivo con la familia, señalando una mayor comunicación
y apoyo por parte de ésta. Por otro lado, la mayor parte de los entrevistados menciona
un deterioro de la relación con los amigos, producto del distanciamiento ocurrido a raíz
de la reclusión. Con respecto a la forma en que se llevan a cabo las visitas, los jóvenes
señalaron situaciones de mal trato hacia ellas por parte de Gendarmería, mencionando
también la precariedad de los lugares destinados para esos fines y la dificultad para
recibir visitas conyugales, situaciones que también afectan la calidad de vida.
Rehabilitación y Reinserción
133
Las conclusiones referentes a este punto nuevamente se desarrollarán
desagregadas por género.
En el caso de la rehabilitación en las mujeres, la capacitación por lo general se
traduce en pequeños cursos de corta duración centrados en manualidades típicamente
asociadas a la condición femenina (es decir, bordado, costura, policromía, etc) las
cuales generalmente no responden a las necesidades de calificación que necesitarán
estas jóvenes al salir del penal.
Por otra parte, en relación a la actividad laboral durante la reclusión, hay una
escasa oferta de trabajo formal por parte del sistema penitenciario. Los trabajos son
esporádicos y la retribución económica que ofrecen éstos son mínimas. Así, se dificulta
el acceso de las jóvenes al mercado del trabajo, perpetuándose de esta forma la
precaria inserción laboral que las mujeres tenían antes de la reclusión.
Al abordar el tema de la reinserción, se observa una discordancia entre los
trabajos, talleres y oficios enseñados al interior del penal, y los requerimientos prácticos
del mercado laboral externo, situación que las reclusas consideran una de las
principales dificultades para la reinserción laboral y social. También es posible observar
que la oferta y la calidad de las actividades organizadas al interior del penal han sido
insuficientes para dar cuenta de las necesidades específicas de las mujeres jóvenes
recluidas.
En torno a la rehabilitación, los reclusos varones, en su mayoría consideran que
la cárcel no cumple esta función, aseveración que se basa en dos factores centrales.
Por un lado, se encuentra la dificultad para acceder a los pocos cursos y talleres que
imparte Gendarmería, que en su mayoría brindan una deficiente preparación y que no
corresponden a los requerimientos del mercado laboral externo. Por otra parte, los
internos perciben la cárcel como una “escuela del delito”, debido al constante y cercano
contacto que se establece con sujetos más avezados en esta materia, lo que
contribuye al desarrollo de la carrera delictual.
Por lo tanto, la rehabilitación no es percibida po mediatos, a través de rechazo y
el aislamiento, como en los organismos de seguridad pública, quienes actúan de
manera prejuiciosa hacia ellos.
Se indagó acerca de las posibles alternativas a la cárcel que los mismos
reclusos pudieran proponer como forma de control social para la delincuencia.
En este tópico pudimos recopilar variadas opiniones que convergieron en 2
propuestas.
La primera de ellas hace alusión al mejoramiento de los recintos ya existentes,
tanto en la infraestructura como en la calidad y cantidad de profesionales y funcionarios
a cargo de su rehabilitación. Así también, se menciona un mejoramiento en la
administración al interior de los recintos, contemplando la distribución del tiempo ocioso
134
y del trabajo, con el objeto de que estos centros se constituyan como reales agentes
rehabilitadores.
La segunda propuesta está dirigida a la creación de nuevos centros, con fines
rehabilitadores centrados en la educación y en el trabajo, en donde la reclusión dejara
de ser el aspecto prioritario y pudieran encontrar apoyo y herramientas últiles no sólo
para salir del ciclo de delincuencia, sino también de la situación marginal en que se
encuentran.
Orientaciones y propuestas
De lo antes expuesto se puede concluir que la delincuencia juvenil no debe
abordarse exclusivamente desde un punto de vista penal, es decir, los jóvenes reclusos
no pueden considerarse sólo como individuos carentes de libertad, sino que también
debe observarse su condición de jóvenes, de marginalidad, atendiendo también a las
diferencias de género. Estas consideraciones deben asumirse a priori y de manera
global, es decir, desde el diseño de los recintos penales hasta las políticas de
rehabilitación y reinserción laboral aplicadas a hombres y mujeres en reclusión. La
importancia de que estas políticas incorporen el concepto de juventud, se debe a que
ésta es una etapa del desarrollo definitoria para todo ser humano, durante la cual las
mujeres reclusas deben hacerse cargo además de la crianza y educación de sus hijos,
generalmente de corta edad.
Por lo tanto, para lograr efectividad en cualquier intervención de carácter
psicosocial que se desee implementar en materia de jóvenes en conflicto con la justicia,
se deben considerar las características distintivas de este grupo social.
Tomando lo anterior en consideración, se puede proponer intervenciones en las
siguientes direcciones :
1.- Por una parte, parece conveniente realizar un mejoramiento de las iniciativas que
ya han sido implementadas en los recintos penitenciarios, como son los cursos de
capacitación y talleres que se imparten en los mismos.
a.- Respecto a la educación formal, se debe mejorar el sistema de acceso a los cursos
destinados a completar la enseñanza básica y media, con el fin de brindar las
oportunidades necesarias para una satisfacción más eficiente de esta demanda.
b.- En relación a los talleres que actualmente se dictan en dichos recintos, favorecer
en áreas recreativas, deportivas, artísticas y de desarrollo personal, con el fin de
promover el adecuado uso del tiempo ocioso y de estimular las potencialidades
individuales, y de esta manera favorecer la reinserción social de los sujetos.
c.- En torno a la capacitación laboral que se realiza al interior de los penales, se sugiere
la implementación de cursos que, por una parte, correspondan a las demandas reales
del mercado laboral externo y que, por otra, capaciten en oficios que se traduzcan en
posibilidades de trabajo concretas, favoreciendo una real reinserción de los jóvenes en
135
materia laboral. En este punto, sería importante incentivar el apoyo de empresarios, a
través de un aumento en la oferta de empleos para los jóvenes reclusos al interior de
los penales, con remuneraciones acordes al mercado y con posibilidades de
continuidad una vez cumplida la pena.
2.- Por otra parte, se requiere intervenir, específicamente en el fenómeno de la
drogadicción al interior de los penales, ya que esta problemática se ha constituido
como un importante detonante de la conducta delictual. Se debe favorecer el desarrollo
de programas de prevención y rehabilitación al interior de los recintos penitenciarios,
implementados por profesionales del área de la salud mental. Sin embargo, a pesar de
que la existencia del consumo de drogas al interior de los penales no es desconocida,
se requiere realizar investigaciones específicas que describan y caractericen la
dinámica del desarrollo de este fenómeno.
3.- Para llevar a cabo estas propuestas de intervención, es fundamental que los
profesionales y funcionarios que participen en la implementación de las mismas, sean
previamente capacitados para el desempeño adecuado de su labor, considerando las
características particulares del grupo con el que se está tratando, las que ya fueron
mencionadas anteriormente. Es importante que se desarrollen instancias de
perfeccionamiento en el tema, y de apoyo psicológico tanto para los profesionales
como para funcionarios.
4.- Es importante realizar jornadas educativas de sensibilización y apoyo en salud
mental para todos los funcionarios de Gendarmería que se encuentran en contacto con
los internos, de manera de desarrollar mejores relaciones entre ambos grupos.
5.- Se hace necesario crear instancias de apoyo psicosocial y económico tanto para
reclusos como para ex reclusos, que favorezcan la reinserción social y ayuden a la
superación del “trauma de la cárcel”. En este sentido se destaca el trabajo desarrollado
por los profesionales del C.R.S. de Santiago, dirigido a integrar la experiencia de la
cárcel de manera adaptativa para el sujeto.
6.- En el caso específico de las jóvenes reclusas, se torna urgente implementar un
mejoramiento de las condiciones de vida al interior de los recintos penales,
principalmente en el caso de las jóvenes embarazadas y las madres con niños de corta
edad, de manera de proveer de los elementos básicos para enfrentar estas etapas de
manera adecuada. En este sentido, se sugiere optimizar la atención médica y
psicológica, y el cuidado, alimentación e higiene de la madre y el niño.
7.- Finalmente, no se debe restar importancia al papel de la prevención de la conducta
delictual. En este sentido, se hace necesario impulsar y desarrollar el trabajo que se
realiza a nivel comunitario, favoreciendo la creación y establecimiento de redes
sociales, y reforzando las iniciativas dirigidas a jóvenes y niños.
136
II.- CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES RELATIVAS AL ÁREA JURÍDICA
Luego de analizar la legislación penal que se aplica a los jóvenes, y los distintos
problemas que conlleva su aplicación, sumados a los datos empíricos que se han
recogido en la presente investigación, no podemos quedarnos indiferentes ante las
injusticias que al amparo de la actual legislación se cometen.
Consideramos necesaria la reforma urgente del ordenamiento jurídico. Es
necesario recalcar que si bien la legislación de un país es importante, ella no es
suficiente para frenar el problema de la delincuencia juvenil por sí sola. Debe cumplir
con los recursos suficientes, tanto humannos como materiales, para lograr sus
objetivos. Creemos que también es necesario realizar importantes esfuerzos en torno a
la pobreza, las drogas y el desempleo en forma eficiente, crear canales de participación
para el joven, con el fin de lograr una definitiva reinserción social.
En el aspecto puramente normativo, sostenemos que es necesario hacer
hincapié en diferentes tópicos, los cuales se pasarána desarrollar a continuación.
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
Detención por sospecha
Se le da el nombre de detención por sospecha a la facultad que tiene la policía
de detener al que se encontrare a deshora o en lugares o en circunstancias que
presten motivo fundado para atribuirle malos designios si las explicaciones que diese
de su conducta no desvanecieren las sospechas (art. 260 Nº 4 CPP).
Si bien la Constitución Política del Estado permite la detención “por orden de
autoridad” y “por delito flagrante” (art. 19 Nº7 c), nuestro Código de Procedimiento
Penal va aún más allá del mandamiento constitucional, al permitir la detención por
sospecha en los términos anteriormente descritos. A esto debe agregarse la
interpretación extensiva que se hace en este mismo código respecto del concepto de
delito flagrante, lo que aumenta las facultades discrecionales con que se dota a la
policía. Estas situaciones, según la mayoría de la doctrina, no permiten dar una
adecuada protección a la libertad personal, garantía consagrada en el art. 19 Nº 7 de
nuestra Constitución.
Por otro lado, esta detención tiende a consagrar una forma de derecho penal de
autor (es decir, un derecho penal que se aplica por las características del individuo) ya
que no exige ni siquiera ser sospechoso de cometer un delito para proceder a la
detención, sino que, por el sólo hecho de “ser sospechoso”. Esto se confirma, en
opinión del profesor Cristián Riego24 , en dos características de esta detención: por un
24
Riego, “Juventud y Represión Penal”
137
lado no es necesario imputarle al sujeto más tarde un delito y, por otro lado, no existe
un procedimiento destinado a esclarecer la efectividad o falsedad de la sospecha.
Cristián Riego, recogiendo los principios generalmente aceptados por la doctrina,
sostiene que un derecho penal debe estar limitado por un sistema de derechos y
garantías. Sostiene que no resulta concebible un derecho penal en un Estado
Democrático sin que se reconozcan las garantías que han sido decantadas durante
siglos por los sistemas constitucionales, entre los cuales se resalta el principio de
legalidad, el de culpabilidad, el derecho a un debido proceso, la presunción de
inocencia y todas las demás aceptadas de modo general por el sistema constitucional y
por el Derecho Internacional de los Derechos Humanos.
La actividad policial cada vez que restringe la libertad de las personas debiera
someterse a éstos parámetros, lo cual pugna con la existencia de la detención por
sospecha en los términos consagrados en nuestra legislación.
Actualmente existe un proyecto de ley aprobado ya por la sala del Senado cuya
moción fue por parte de los diputados Juan Pablo Letelier y Andrés Palma cuya idea
central es la eliminación de la detención por sospecha, al exigir que para que haya una
“detención legal”, sea necesaria una orden judicial o que el individuo sea sorprendido
cometiendo el delito (interpretación restrictiva de delito flagrante).
Nos parece sin embargo que una reforma de estas características no resulta
suficiente, ya que se insertaría en un sistema procesal penal de corte inquisitivo,
actualmente vigente en el país. Este sistema, en opinión del profesor Juan Bustos25, se
caracteriza por presumir en definitiva la culpabilidad del individuo, al permitir que el
individuo se mantenga por largos períodos privado de libertad, en circunstancias de
que aun está en curso la investigación y, por ende, aun no existe sentencia
condenatoria en su contra. Este efecto es producto de una característica estructural del
sistema que parte de la lógica de que el individuo debe estar privado de libertad
mientras no se dicte sentencia absolutoria en su favor. Es posible por ejemplo
especificar las causales de la prisión preventiva (como ya ocurrió con la ultima
modificación legal en esta materia), pero no por eso se modifica la lógica intrínseca de
un sistema procesal penal inquisitivo. Lo mismo se puede decir para la detención, que
puede ser detalladamente regulada, pero que se inserta en este sistema proclive al
ejercicio de esta medida de seguridad.
En opinión de Juan Bustos estamos en presencia de lo que autores como
Galtung y otros sociólogos denominan violencia estructural, Es decir, más allá de las
intenciones que puedan mover a los órganos policiales o al mismo juez, su actuación
se verá marcada por esta presunción de culpabilidad.
Sin embargo, un proyecto más ambicioso sería un cambio en la forma en que el
Estado enfrenta los conflictos sociales en que se ve envuelta la juventud. Nos parece
25
J.Bustos, “Pena Privativa de Libertad y Política Criminal: Los Establecimientos de Máxima Seguridad”, en
Privaciones de Libertad y Derechos Humanos, Barcelona 1987, pp 93 - 103
138
que una política represiva no es la manera de resolver el problema de la seguridad
ciudadana, sino un enfoque global de carácter social tendiente a satisfacer las
necesidades de los jóvenes. Consideramos que más allá de un sistema procesal penal
oral y acusatorio, la mentalidad de las personas encargadas de ejercer el control social
(que excede el proceso penal) actualmente presenta una fuerte influencia represiva,
como respuesta a la exigencia de la población por una adecuada seguridad ciudadana.
Esto no debe extrañar, ya que, siguiendo los planteamientos de Juan Bustos,
toda persona surge de un quehacer social y éste nos da un conjunto de reglas. Por
ende nuestra forma de pensar y de actuar queda fuertemente determinado por las
reglas sociales existentes y no es posible exigirle a los órganos policiales o a los jueces
y en general a todo órgano encargado de definir los instrumentos de control social que
se sustraigan de estas reglas represivas. Por lo tanto pensamos que, inevitablemente
se trasladará la represión estatal dirigida al joven, hacia otras figuras “lícitas” que
encubran la detención por sospecha, si no se procura avanzar más allá de las reformas
legales.
Si bien la mayoría de la doctrina penal coincide en la necesidad de eliminar
estas expresiones de legislación inquisitiva y contradictorias con un Derecho Penal
democrático, nos parece que se requiere una discusión más profunda en que participen
todos los actores sociales y que, en definitiva, permitan diseñar una política criminal
coherente con los planteamientos teóricos que desde la dogmática penal se plantean
casi sin contrapeso desde hace décadas. Hemos considerado oportuno plantear
algunas ideas respecto de la detención por sospecha porque constituye seguramente el
ejemplo más claro de incoherencia en el sentido expuesto y porque representa un
problema emblemático en los esfuerzos que deben realizarse para mejorar la situación
de los jóvenes en conflicto con la justicia, pero sin duda no el único.
Delitos de Bagatela
El poder punitivo del Estado, en su expresión legislativa, define qué conductas
son sancionadas, y parte de ellas son abordadas por el derecho penal a través de los
delitos. Estas definiciones muchas veces incluyen conductas cuyo reproche no es
compartido por toda la comunidad, como son por ejemplo la ebriedad, la vagancia, el
mero consumo de drogas. Precisamente estas conductas son mayormente ejercidas
por los jóvenes, las cuales muchas veces corresponden a un proceso de búsqueda de
identidad del joven y que tienden a desaparecer en forma espontánea a medida que la
persona madura. En este sentido los autores anglosajones han llegado a sostener que
la delincuencia juvenil es una creación del sistema penal. Se criminaliza a los jóvenes
por conductas que no se pueden comparar con aquellas que muy probablemente
comenzarán a realizar si se les incluye en el sistema de represión penal y
consecuentemente se les inserta en el mundo criminal de adultos.
El derecho penal es un instrumento de protección de bienes jurídicos y es
además la forma más radical de defenderlos, por lo tanto sólo corresponde aplicarlo
como protección de las bases más elementales de la convivencia social y respecto de
atentados más serios en su contra. En definitiva, para que se aplique el derecho penal
139
no deben existir otros instrumentos de política social capaces de solucionar el conflicto,
esto es lo que la doctrina denomina la “extrema ratio”.
El problema reside en lo atrasado de nuestra legislación penal y en la falta de
una redefinición de cuáles son los valores sociales más importantes y que
consecuentemente deben ser protegidos penalmente (lo que se grafica en el hecho de
que en nuestra legislación hasta hace muy poco tiempo se penalizaban conductas
como el adulterio). En un Estado Democrático es necesario darle espacio a la
participación ciudadana a través de una discusión libre, informada y responsable, lo
cual debería cristalizarse a través de reformas legales en el Congreso. En este sentido,
nuestra sociedad se rige por definiciones que surgieron a partir de discusiones
efectuadas en una comunidad del siglo pasado (al momento de dictarse nuestro Código
Penal, que no a sufrido desde entonces modificaciones importantes). Hoy en día
surgen como temas relevantes delitos tales como la corrupción, lavado de dinero, el
narcotráfico y atentados contra el medio ambiente. Figuras que provocan mayor
consternación en la opinión pública y que producen un gran daño social, en contraste
con otras que la doctrina desde hace tiempo critica por el hecho de estar aún
penalizadas como la vagancia, la sodomía, ciertas formas de hurto, el consumo privado
de drogas, etc.
Hay al menos dos formas de enfrentar el problema, de dimensionar
correctamente la intervención penal. Una procesal, que se denomina principio de
oportunidad, el cual apunta a un problema de eficiencia de la actividad jurisdiccional.
Se sostiene que el órgano jurisdiccional no es capaz de dar solución a todos los
conflictos de carácter penal y que por ende se requiere una selección racional que
permita eliminar los delitos insignificantes que mayormente saturan el sistema. Se trata
por ende, de una solución de índole práctico, que no atiende al fondo del problema,
como se ha explicado hasta ahora. Entre las distintas soluciones que ha dado la
legislación comparada, hemos escogido la austríaca para graficar esta forma de
solución.
Párrafo 42.1. “ Si el hecho es perseguible de oficio y sólo está amenazado con
pena de multa, pena privativa de libertad no superior a un año o pena privativa de
libertad de esta magnitud y multa, no será punible si concurren las siguientes
condiciones:
1) la culpabilidad del autor es pequeña;
2) el hecho no ha tenido consecuencia o éstas sólo son insignificantes y,
además,
3) la sanción no es necesaria para que el autor se abstenga de otras acciones
punibles o para disuadir a otros de la comisión de acciones punibles.
2. La decisión sobre la concurrencia de los presupuestos establecidos en el
párrafo 1 está reservada al tribunal; si estos se cumplen el proceso debe
sobreseerse independientemente de la situación en la que se encuentra.”
140
Cabe hacer notar que el proceso penal, próximo a entrar a regir en nuestro país,
contempla el principio de la oportunidad como forma de someter la selección de casos
que opera en forma oscura y arbitraria hoy en día en nuestros tribunales a parámetros
más racionales y transparentes.
La segunda forma apunta hacia una mínima intervención del derecho penal, que
recoja de una forma más coherente lo que en doctrina se denomina extrema ratio.
Como ejemplos se pueden citar el artículo 26.1 del Código Penal polaco que define
legalmente que “un hecho cuya peligrosidad social es pequeña, no constituye un hecho
punible”; y, en el derogado artículo 3 del Código Penal de la ex República Democrática
Alemana, que expresaba que “ si la acción se corresponde con el texto de un tipo legal,
pero los efectos del hecho sobre los intereses de los ciudadanos o de la sociedad, y la
culpabilidad del autor son insignificantes no constituyen ni crimen ni delito”.
Esta simple aproximación al tema no excluye otras formas de tratar la pequeña
criminalidad y que no coinciden con el criterio despenalizador, pero que igual plantean
la necesidad de abordar de otra manera la actual forma de tratar los conflictos sociales
de dudosa relevancia.
Discernimiento
Al analizarse la edad en la legislación penal nacional, se le puede ver como
factor que determina la legislación aplicable, en razón de la imputabilidad penal. Así a
una persona menor de dieciséis años se le aplica la llamada ley de menores (ley
16618), a una persona mayor de dieciséis años, pero menor de dieciocho años, que
sea declarada sin discernimiento, se le aplica la misma ley y a una persona en la
misma situación declarada con discernimiento o mayor de dieciocho años, se le aplica
la legislación penal de adultos (Código de Procedimiento Penal, Código Penal y leyes
especiales).
Como se aprecia, a esta simple distinción de edad se le introduce un elemento
distinto que es la declaración del discernimiento. Para tratar de definir este concepto
deben exponerse las distintas posiciones doctrinarias que existen al respecto.
El enfoque clásico distingue entre una vertiente moral y otra jurídica. La moral (entre
cuyos autores podemos citar a Carrara y Rossi) señala que “discernimiento, en general,
expresa la potencia de discernir entre el bien y el mal; haber obrado con discernimiento
significa haber aprovechado de tal potencia en el acto especial a que se dió vida.”26
La vertiente jurídica (Franz von Lizt) sostiene que el discernimiento se basa en la
inteligencia sobre la antijuricidad del acto, en tener la consciencia necesaria para el
conocimiento de la punibilidad, en la noción de la responsabilidad penal y sus
consecuencias.
26
“Visión de los Nuevos Profesionales”, Ensayos sobre la Delincuencia, Fundación Paz Ciudadana 1997
141
El enfoque positivista niega el principio del libre albedrío y, por ende, no lo
considera como factor de imputabilidad penal.
El enfoque moderno se basa en el carácter tutelar del derecho de menores y
postula que el discernimiento debe definirse a partir de serie de presupuestos
psicológicos que diferencian al niño del adulto. Por lo tanto se conceptualiza el
discernimiento como “una aptitud psíquica que coloca al sujeto que ha alcanzado cierto
grado de madurez en situación de distinguir el bien del mal y, más concretamente, la
ilicitud del hecho delictivo reprobado por las normas legales como punible, de manera
de poder determinar su voluntad conforme a esta comprensión.” 27
La aplicación de este concepto en nuestra legislación ha recibido diversas
críticas, todas las cuales apuntan a la necesidad de erradicar esta institución de
nuestra legislación. Por lo demás, pocos países aun la conservan, siendo Chile el único
en Latinoamérica en mantenerla.
En opinión de Carla Albasini28 las críticas más importantes se refieren a la
ambigüedad del concepto de discernimiento y la forma de determinarlo, considerando
todos los factores que entran en juego y que el juez debe evaluar. Además existe una
amplia discrecionalidad entregada al juez de menores para declarar a un menor con o
sin discernimiento, lo que puede llevar a arbitrariedades. A esto debe agregarse las
críticas que pueden hacerse al procedimiento que se utiliza, desprovisto de toda
garantía. Por último debe agregarse la agravante de que no se está ante
consecuencias menores, ya que, como se ha señalado, la legislación de menores se
inspira en principios radicalmente diversos a la legislación de adultos, lo que implica
que el futuro del menor dependa de una declaración judicial que adolece de las
deficiencias señaladas.
Nos parece que los argumentos expresados demuestran que se está ante una
de las deficiencias más importantes de nuestra legislación penal aplicable a los jóvenes
y que a diario debe ser aplicada por nuestros jueces.
Ya que una legislación penal de jóvenes requiere de un estudio más exhaustivo
y de discusiones que inevitablemente requerirán de algún tiempo, debiera aprobarse
con prontitud una reforma legal que elimine esta institución, máxime si se considera
que se trata de una materia respecto de la cual la doctrina se encuentra conteste y
nuestro país representa un vestigio de legislación arcaica.
Medidas alternativas
27
28
Idem 26
Idem 26
142
La doctrina penal desde hace décadas ha sostenido, casi unánimemente, el
fracaso de la pena privativa de libertad. Lo que alguna vez se trató de justificar
teóricamente, a través de los fines de la pena (que se ejemplificaban en la pena
privativa de libertad), se ha ido derrumbando con el devenir del tiempo a raíz de la
experiencia práctica que han podido hacer todos los países.
Hoy en día, ante dicho fracaso, se avanza hacia formas alternativas de pena que
permitan darle al castigo penal algún sentido dentro de la dogmática penal moderna,
que se desarrolla dentro del marco de un Estado democrático de Derecho y de los
Derechos Humanos. Si alguna vez se introdujo la pena de cárcel como una forma de
terminar con los efectos perniciosos de las penas corporales, de la misma forma, hoy
en día se plantean las penas alternativas como una forma de evitar los efectos nocivos
de la cárcel.
Como sostiene el profesor Juan Enrique Vargas29, una interpretación progresiva
del Derecho Internacional de los Derechos Humanos permite, sin lugar a dudas,
avanzar en el sentido expuesto y llegar a que la pena de cárcel tenga en el futuro una
posición tan frágil en el concierto internacional como hoy la tiene la de muerte.
Hoy en día, superadas las posiciones retribucionistas, se le asigna generalmente
dos funciones distintas a la pena de cárcel:
Por un lado la teoría de la prevención general o intimidación asigna a la pena
una función desmotivadora respecto de la comisión del delito respecto de la totalidad
de los miembros de la sociedad, ya sea por su solo establecimiento legislativo, lo que
se denomina prevención general abstracta, ya sea por su aplicación específica a un
delincuente, denominada prevención general concreta.
Por otro lado la teoría de la prevención especial o resociabilización sostiene que
la pena debe perseguir una readaptación del individuo al que se le impone la sanción.
A través de lo que se llama un tratamiento se busca que el individuo no vuelva a
delinquir y se transforme en un ciudadano útil para la sociedad.
Ambas teorías han recibido, sin embargo, diversas críticas, que se resumen en
los siguientes planteamientos.
Juan Bustos30 indica que es reconocido por los propios seguidores de la
prevención general que “ciertas penas (pena de muerte) o en relación a ciertos delitos
(delitos económicos) no tienen efecto preventivo alguno. Por eso sus defensores tienen
que atemperar los postulados preventivo generales a un determinado grupo de penas,
delitos y autores.”
Juan Enrique Vargas31 sostiene respecto de la prevención especial que, siendo
una teoría evidentemente más atractiva, ya que permite asignarle sentido a la pena de
29
Revista de Ciencias Penales, “Aportes del Derecho Internacional a la Restricción del uso de la Carcel”
Idem 25
31
Idem 29
30
143
cárcel desde la perspectiva de los propios individuos que son sometidos a ella, ya no
exclusivamente de la sociedad, la propia realidad penitenciaria atenta en contra de su
concreción. Sostiene que se ha demostrado que la cárceles generan dos fenómenos
negativos en ese sentido: el de la prisionización, conforme al cual los privados de
libertad adquieren los hábitos y costumbres del medio presidiario, signados por la
agresividad, la mentira y otros igualmente negativos; y el de la des-socialización,
consistente en la pérdida de los vínculos y lazos con el mundo exterior y la sociedad en
general, alejando a los presos de sus familias, empleos amistades, etc.
En general se ha sostenido que existe una profunda contradicción en el hacho
de preparar a una persona para vivir en un medio libre a través del encierro; el de
intentar formar una persona “normal” en un medio “anormal”. Esto sin considerar los
reparos de índole filosófico que se pueden hacer a estos planteamientos, al
considerarse temas como la libertad y autonomía ética de la persona y el derecho del
Estado a forzar a una persona a convivir conforme a reglas de una sociedad que no es
perfecta tampoco. Por eso cualquier “tratamiento” que se intente ejercer respecto de la
persona debiera, según la mayoría de los autores, contar siempre con el
consentimiento del individuo.
Todo lo planteado se refiere únicamente a la privación de libertad ejercida por el
Estado mediante un juicio condenatorio respecto de alguna actuación del sujeto. Más
grave aun se presenta el problema cuando se le priva de libertad por largos espacios
de tiempo durante el proceso, en el cual goza como toda persona de la presunción de
inocencia. Con mucha razón se ha denominado a la prisión preventiva pena anticipada,
ya que en cuanto a sus efectos nocivos no difiere de la pena de cárcel.
Sin embargo nos concentraremos en el tratamiento alternativo de la pena
privativa de libertad, dejando en claro que las buenas intenciones de evitar al sujeto el
ingreso a la cárcel, se pueden ver frustradas, si éste debe permanecer durante el
proceso en dicha situación. Para evitar esto se debe proceder a una profunda revisión
de nuestra legislación procesal penal. Sin embargo tal esfuerzo ya se encuentra muy
avanzado en nuestro país, al entrar próximamente en vigor un nuevo procedimiento
penal de corte acusatorio y oral. Para un mayor conocimiento de la situación de la
privación de la libertad en nuestro país durante el proceso recomendamos ver “La
prisión durante el proceso penal en Chile” de Cristián Riego.
A continuación nos referiremos a las deficiencias que presentan en nuestro país
dichas medidas alternativas en opinión de la profesora María Angélica Jiménez, para
finalmente señalar algunas medidas consagradas en la legislación comparada y que
nos parece conveniente introducir en nuestro país.
En nuestro país, la ley 18216 consagra tres formas de alternativa a la pena
(remisión condicional de la pena, reclusión nocturna y libertad vigilada), todas las
cuales se pueden enmarcar en una serie de deficiencias que la profesora María
144
Angélica Jiménez32 hace extensivas a la mayoría de las medidas alternativas
promulgadas en Latinoamérica.
La primera de ellas se refiere a lo que la autora llama alternatividad fallida, en el
sentido de que las medidas adoptadas solo se refieren a medidas tradicionales,
parciales, aisladas del conjunto del sistema penal, de manera que éstas resultan ser un
virtual “agregado” al sistema de Ejecución Penal y no un Sistema de Alternatividad a la
Privación de Libertad. Así en Chile solamente se contemplan las tres medidas
enumeradas con requisitos estrictos, que por ende solo benefician a un grupo muy
pequeño de condenados.
Por otro lado la autora sostiene que con el sistema actualmente en vigor se
produce una proyección del ámbito institucional al no institucional o medio libre. Los
fines del ámbito carcelario se trasladan al llamado no institucional. Por ejemplo se
busca la “resocialización” propio del ámbito carcelario, a través de lo que nuestra ley
consagra como “sujeción a la vigilancia y orientación permanente de un delegado por el
término del período fijado, debiendo el reo cumplir las normas de conducta e
instrucciones que aquél imparta, respecto a educación, trabajo, morada, cuidado del
núcleo familiar, empleo del tiempo libre y cualquiera otra que sea pertinente para un
eficaz tratamiento en libertad”
Como se aprecia se trata de un control muy amplio, discrecional y generalizado
sobre el individuo, que por lo demás ha demostrado su rotundo fracaso en el ámbito
carcelario.
Otra deficiencia que plantea la autora se refiere a la reducida cobertura de las
medidas alternativas. Para sustentar esto la autora agrupa las medidas
tradicionalmente aplicadas en Latinoamérica en tres:
La Libertad Vigilada/Suspención Condicional de la Pena representa en nuestro
país no más de un 10% de las medidas alternativas aplicadas y además, como todas
las medidas alternativas, se aplican únicamente a delitos con penalidad baja de un
máximo cinco a ocho años.
La Remisión Condicional de la Pena/Sometimiento a Juicio que en Chile queda
bajo control administrativo. Se establecen también para los delitos más leves y
corresponden a las medidas mayormente otorgadas, representando un 88% del total de
las medidas. Cabe hacer notar, que los sistemas penales modernos ante este tipo de
delito leve contemplan un cúmulo mucho más amplio de medidas que van desde la
multa, el trabajo comunitario hasta otras medidas de solución de conflictos tales como
la conciliación, la reparación o el perdón judicial.
32
Jimenez, Revista de Ciencias Penitenciarias y Derecho Penal, “Núcleos Problemáticos de las Medidas
Alternativas a la Privación de Libertad”
145
La Reclusión Nocturna/Establecimiento Abierto que constituye una forma
progresiva de tratamiento penitenciario, en opinión de la autora, constituye una medida
de complemento de la pena y como tal pertenece al campo de la sanción institucional.
Ellas representan un 2% de las medidas otorgadas.
En opinión de la autora el segundo grupo de medidas alternativas, que son las
mayormente aplicadas, debieran encontrarse despenalizados o descriminalizados,
como los son en otros países. De esta forma no representan avance alguno dentro de
un sistema penal moderno. Las demás alternativas carecen de importancia con el
agregado de que una de ellas ni siquiera constituye una medida alternativa
propiamente tal.
Otra crítica que se puede formular a las actuales medidas alternativas radica en
la selectividad con que operan. Los requisitos que la ley señala para que opere el
sistema son básicamente tres:
a) El delito debe ser leve y la pena impuesta por la sentencia no debe
exceder los tres años y respecto de la libertad vigilada debe oscilar entre
los dos y cinco años. Esto se agrava al considerarse el marco de penas
que rige en el país, el cual es muy anticuado y muy alto incluyendo incluso
la pena de muerte.
b) Las medidas sólo pueden beneficiar a sujetos primarios no reincidentes.
Esto excluye en Chile a más de la mitad de los reclusos. Incluye además
la agravante de considerar una circunstancia personal del sujeto que nada
tiene que ver con el hecho en el que reincide. Para esta segunda situación
se le vuelve a considerar el delito cometido anteriormente, lo que atenta
contra el non bis in idem.
c) Debe existir un Pronóstico Favorable lo que nuevamente resulta
discriminatorio por basarse en un derecho penal de autor y en definitiva
en criterios de peligrosidad social.
En cuanto a las medidas que pudieran aplicarse en Chile, considerando todas
las precisiones ya formuladas, no pretendemos innovar en cuanto a las medidas ya
existentes. Simplemente nos interesa demostrar lo reducido que resulta la solución
adoptada en nuestro país. Un análisis de cuáles resultan más convenientes o la
posibilidad de idear nuevas medidas acorde a nuestra realidad debiera ser objeto de
otro trabajo y para su implementación debiera abrirse espacio a un amplio debate. Sin
embargo nos parece que la realidad expuesta en este trabajo, en cuanto a la situación
de los jóvenes reclusos y de las características de estas medidas en nuestro país,
constituye un suficiente fundamento para emprender dichas tareas.
a)
-
Medidas relacionadas con la imposición de una pena privativa de libertad:
semidetención
permiso de trabajo
detención de fin de semana
146
-
arresto domiciliario
cumplimiento en una institución externa, en lugar de la prisión
b) Medidas alternativas que imponen sanciones diferentes a las privativas de
libertad:
- sanciones pecuniarias y económicas en general
- sanciones que restringen o suspenden derechos (inhabilitación para manejar
automóviles, confiscación, restitución de los productos del delito,
inhabilitación para dedicarse a determinada ocupación, medidas educativas,
sanciones morales, libertad sujeta a vigilancia)
- medidas probation
- servicio o trabajo comunitario
c) Medidas tendentes a evitar la imposición de la pena
- medidas que suspenden la ejecución de la pena (pena de prisión suspendida,
sentencia condicional, sistema de suspensión)
- medidas encaminadas a diferir la sentencia (aplazamiento de la sentencia,
sentencia diferida)
- medidas encaminadas a la no imposición de pena (binding over, perdón
judicial)
Proyecto de ley de responsabilidad penal juvenil
Si bien todos los planteamientos de reforma desarrollados hasta aquí son
importantes y urgentes, tienen por característica la de ser parciales. Por ende, si bien
apuntan en la dirección correcta, resultan insuficientes. Hemos seleccionado estos
temas porque consideramos que son los más representativos de una problemática que
los excede y que exige una profunda reformulación de nuestra legislación procesal
penal y penal sustantiva, en la forma que, por lo demás, la gran mayoría de los países
ya la han efectuado.
Además han sido seleccionados porque constituyen los núcleos más
importantes en cuanto a las deficiencias legislativas que presenta nuestro país en
materia de delincuencia juvenil regida por la legislación de adultos. Por último
sostenemos que el problema de delincuencia juvenil excede ampliamente las
deficiencias legislativas en materia penal.
La presente investigación revela la urgente necesidad de apuntar a una reforma
global en cuanto a la legislación que rige al segmento de población objeto de este
estudio. Nos parece que un esfuerzo serio y consistente en materia penal debe abordar
necesariamente una legislación especializada en materia de responsabilidad penal
juvenil y cuyos principales lineamientos pasaremos a exponer a continuación.
Paralelamente debe ir acompañada de una profunda reforma al Código Penal y
a las leyes especiales en materia penal, que la actualicen y la dejen a la par con la
reforma procesal penal, que en la actualidad se están implementando. Sin embargo, la
reforma penal sustantiva, que afecta a toda la población y no sólo a un segmento,
147
excede con creces el propósito de este trabajo. No obstante ello, nos parece urgente
que se creen las condiciones propicias para avanzar hacia una profunda y pluralista
discusión respecto a la reforma penal sustantiva, como la que fue necesaria para la
aprobación de la reforma procesal penal. Pensamos que estos dos caminos permitirían
mejorar en forma importante los problemas expuestos en este trabajo y que por el
momento se ha tratado de enfrentar a través de estas soluciones parciales y que sólo
así se puede lograr una efectiva y profunda modernización y democratización del país.
En cuanto a la legislación penal juvenil no pretendemos agotar el tema, sino que
desarrollar lineamientos generales que respondan al análisis de los diversos tópicos
que ha abordado el presente trabajo y a los comentarios, que a nuestro entender,
merecen los proyectos que actualmente se discuten en nuestro país.
En nuestro país existen en la actualidad intentos legislativos que abordan el
tema de la delincuencia juvenil. El primero ya fue presentado formalmente al Congreso
Nacional el 9 de Marzo de 1994 y se titula “Protección de Menores en Materia Penal”.
Un segundo proyecto se encuentra en elaboración por parte del Ministerio de Justicia.
El primer proyecto enunciado pretende introducir en nuestro país una reforma
parcial, que en opinión de sus autores resulta más conveniente para desarrollar
posteriormente criterios doctrinarios y jurisprudenciales. Además plantean que nuestra
realidad presenta escollos técnicos y normativos que no sería posible superar a través
de una reforma integral.
No compartimos estos planteamientos, ya que hemos reiterado a lo largo del
trabajo la necesidad de buscar soluciones globales al problema. Pensamos que,
atendiendo a los avances teóricos alcanzados por la legislación internacional, a la
abundante literatura existente en la materia y a lo evidente de las deficiencias que
presenta nuestro actual tratamiento de este problema, no se requiere un mayor
desarrollo doctrinario. Consideramos que las condiciones actuales permiten abordar el
tema en forma definitiva y que nuestro país se encuentra preparado para lograr un
verdadero avance en el tema que no se limite a soluciones intermedias.
Además se corre el riesgo de desperdiciar un esfuerzo legislativo para el cual se
deben sortear múltiples problemas, se deben aunar criterios y en definitiva lograr
mayorías políticas. La idea es evitar que la complacencia que generalmente surge en
los distintos sectores políticos cuando se satisface un requerimiento urgente de la
opinión pública, provoque un retardo significativo en una solución posterior y definitiva
en materia de delincuencia juvenil.
Nos parece que a través de este proyecto de ley se evita una prolongación de
los importantes esfuerzos empleados en la reforma procesal penal, que precisamente
enfrenta el problema en forma global y exhaustiva.
En todo caso, este proyecto aborda los siguientes aspectos que a nuestro
entender requieren un comentario especial:
148
El título primero “Disposiciones generales”, comprende dos párrafos. En el
primero de ellos se determina el ámbito personal de aplicación de la ley sobre la base
de las reglas actualmente vigentes acerca de la imputabilidad en razón de la edad. Las
críticas respecto de esta posición ya han sido analizadas en este trabajo.
Los menores de dieciséis años o mayores de esa edad, pero menores de
dieciocho que actúan sin discernimiento se les sigue aplicando la ley 16618. El
proyecto sólo se limita a ofrecer al tribunal de menores la posibilidad de adoptar alguna
medida tutelar, que el mismo proyecto señala. Pensamos que este proyecto adolece de
los vicios anteriormente señalados y que se debe consagrar una jurisdicción penal
especial respecto de los inimputables.
El Título II contempla medidas aplicables a los menores, distinguiendo entre
medidas tutelares y disciplinarias. Las primeras tienen por finalidad asegurar el futuro
desarrollo personal del menor, pudiendo el juez decretar otras no contempladas cuando
cuente con el consentimiento de los padres o guardadores del menor. De más está
decir las críticas que se pueden plantear a estas amplias facultades del juez, lo cual no
constituye ningún avance en el fortalecimiento de los derechos del menor,
especialmente en lo que se refiere al principio de legalidad.
Dentro de las segundas se contempla el arresto como medida disciplinaria lo
que, al constituir una privación de libertad, debiera cumplir con todos los principios
garantistas de una legislación de adultos. Especial mención merece el hecho que el
proyecto disponga la posibilidad de que el arresto se lleve a cabo en un establecimiento
penal común, lo que desmejora la precaria situación actual de los menores. Por último
se establece un plazo máximo de diez años para una pena privativa de libertad, lo que
resulta excesivo a la luz de los principios del derecho internacional de menores.
En vista de que el proyecto de gobierno al momento de concluirse este trabajo,
aún se encuentra en estudio y por ende no se ha redactado un proyecto con carácter
definitivo, nos limitaremos a exponer los lineamientos fundamentales que deben
informar una futura ley de responsabilidad juvenil.
Consideramos que un futuro proyecto debe tener como orientación básica, el
ceñirse de manera estricta a la Convención sobre los Derechos del Niño. En tal sentido,
nuestra legislación debería recoger íntegramente el principio de exclusión de los
menores del sistema penal. Esto hace incompatible, por ende, el trámite del
discernimiento por las críticas ya señaladas. La edad mínima de ingreso a un sistema
penal puede oscilar entre los doce y catorce años, pero sin salirse de este rango
porque una edad menor atenta contra un adecuado desarrollo del niño y una edad
superior también puede afectar una correcta internalización del sentido de la
responsabilidad. El límite máximo para una aplicación de ésta ley debiera ser de
dieciocho años ya que por lo general las personas en Chile asumen a esta edad roles
sociales, los cuales presuponen cierto grado de madurez como lo son el ingreso al
mundo laboral (en calidad de adulto), la vida universitaria, plena capacidad contractual
y derechos políticos.
149
También es necesario, establecer con precisión el hecho punible por el cual se
puede aplicar el procedimiento especial que consagraría esta ley y sancionar al joven.
Respecto al hecho punible en sí, sólo se debe castigar al joven por un hecho que de
ser cometido por un adulto, constituiría un ilícito penal. Con esto se cumple con la
garantía constitucional de la tipicidad y la legalidad del delito.
Asimismo, a este grupo etáreo debieran reconocérseles todas las garantías
procesales que se aplican a los adultos (por ejemplo la presunción de inocencia,
derecho a ser oído, presentar testigos, posibilidad de revisión de la resolución
jurisdiccional, defensa jurídica durante todo el proceso, etc.). Por otro lado, es
necesario la implementación de un procedimiento oral y acusatorio, basándose en las
mismas instituciones que el que tendrá el de adultos, por las consabidas críticas que
hace la doctrina al actual sistema de corte inquisitivo. Este procedimiento debiera
complementarse con una función educativa, de manera que el menor, de acuerdo a su
capacidad intelectiva, comprenda la razón por la cual se ve afectado por la acción de la
justicia, que logre internalizar valores como el respeto a los derechos humanos y
aquellos que son protegidos por el derecho penal, vale decir, se realiza un esfuerzo por
lograr la futura reinserción social en forma previa a la sentencia.
Este mismo procedimiento debiera contemplar una especialización tanto en
relación a los jueces de la causa, al ministerio público encargado de llevar a cabo la
instrucción, como los profesionales que prestan su asesoría al juez en esta materia.
Por último, este proyecto debiera contemplar una gama de medidas alternativas,
medidas que a diferencia del sistema que se aplica a los adultos, pongan énfasis en la
educación del joven y que no impliquen una ruptura con su entorno familiar. Por otro
lado deben existir medidas alternativas que eviten la privación de libertad al joven (la
cual sólo debiera aplicarse en casos graves y por un espacio de tiempo que no frustren
su posibilidad de reinsertase en sociedad).
Consideramos que si bien debe existir un catálogo amplio de medidas que
permitan adecuarse al perfil de cada joven en particular, las medidas a aplicarse por los
jueces deben ser específicas y determinadas en cuanto a su duración, para evitar así
un abuso de la discrecionalidad, que implique un excesivo ejecicio del poder punitivo
del Estado.
A partir de las directrices planteadas, se pueden redactar proyectos con distintas
variantes (sobretodo en los aspectos técnicos que todo procedimiento contiene), pero
que de manera alguna debieran contradecir los lineamientos esbozados.
7.- ANEXOS
I.- ENTREVISTAS A ACADÉMICOS
150
La finalidad de estas entrevistas es conocer la opinión de personas conocedoras
del tema y que, desde su particular perspectiva, puedan aportar a la discusión de los
problemas más importantes relativos a la delincuencia juvenil.
A continuación se reproduce la entrevista efectuada a la criminóloga Sra. María
Angélica Jiménez quien se desempeña como investigadora y profesora titular de la
Facultad de Derecho de la Universidad Diego Portales, de la Universidad Andrés Bello
y del Instituto de Criminología de la Universidad del Zulia.
Entrevista N° 1
- Las Medidas Alternativas, en un principio, se conciben como un gran
avance en nuestra legislación al ser consideradas como una alternativa a la
privación de libertad, lo cual impide, a primera vista, identificar cuáles son los
problemas concretos que se producen en su aplicación. De estas dificultades,
¿Cuáles cree Ud. que son las fundamentales, considerando que, dentro de los
destinatarios de estas medidas, los jóvenes constituyen su mayor porcentaje?
Las Medidas Alternativas son para el ámbito penal y, dentro de él, han sido
definidas para adultos. Cuando hablemos de medidas alternativas, lo vamos a tratar en
todo el espectro penal adulto. Si bien la faja etárea de 18 a 29 años puede ser
considerada como joven, dentro del espectro penal es considerada adulta En el ámbito
de los menores también se han usado medidas alternativas similares a las de adultos,
porque cuando son declarados con discernimiento, son tratados como tales. Los
problemas que presentan las medidas alternativas en ésta franja de 16 años
declarados con discernimiento hasta la de 29 años, que son personas que están en
formación, en el ámbito latinoamericano y especialmente en Chile, se debe a que el
tema no ha sido tratado ni desde un punto de vista de la política criminal ni de la
política penal, lo cual confluye en:
Primero, que éstas medidas son aisladas y fragmentarias, esto es, cuando éstas
emergen, lo hacen como alternativas a la institución carcelaria. Cuando ese objetivo se
plantea a nivel de Naciones Unidas, por el fracaso de la pena privativa de libertad, se
entiende que es necesario la creación de toda una nueva política criminal, para tratar
en forma distinta o penalizar en forma distinta a los sujetos. Al hablar de distinto me
refiero al ámbito institucional.
¿Qué ha pasado cuando se crean medidas alternativas, sobretodo en el medio
chileno (que son básicamente dos medidas alternativas y otra de complemento de
pena, que lo llamo yo)?. Son medidas de prolongación del ámbito institucional, esto es,
las medidas alternativas en ningún momento son creadas para sustituir plenamente la
institución carcelaria, sino que constituyen su prolongación. Si se supone que hay una
medida alternativa a la cárcel, el sujeto no debería pasar por pena privativa de libertad.
En nuestro sistema procesal penal, mientras el individuo está sometido a
proceso, lo normal es que se encuentre sometido a prisión preventiva. La prisión
151
preventiva es pena privativa de libertad, por ese sólo hecho ya no hay una alternativa a
la pena, en el sentido de que la medida no evita la institución carcelaria, lo cual es
pernicioso porque impide que al sujeto se le de una alternativa en un medio libre. Se
aplica una alternativa bajo el supuesto de una penalización previa, no se concibe en la
ley como una alternativa desde su inicio que eviten la cárcel.
Por otro lado, el sujeto sometido a una medida alternativa se encuentra
controlado por la autoridad, el cual es discrecional, indeterminado, que no tiene
prácticamente finalidad porque en el fondo es un control en el medio libre. Eso no
tiende a los fines de la pena y a sus necesidades fundamentales, porque éstas
personas en el fondo forman parte de una población carenciada, a la cual no se le han
satisfecho sus necesidades básicas y fundamentales e inclusive, desde ese punto de
vista, son violatorias de derechos humanos. Como el problema es jurídico el problema
es de control, sin preocupación por su capacitación y sin facultarla para que después
de que salga de la privación de libertad pueda reintegrarse a un medio económico y
alternativo. El sistema judicial no puede punir si el Estado no se ha preocupado
previamente del individuo, no lo puede suplir si el Estado no aplica políticas sociales
básicas.
Segundo problema, como está concebida la medida alternativa desde el punto
de vista de la promulgación de la ley, también obstaculiza las garantías, en el sentido
de que son medidas discriminatorias. Por ejemplo, por el sólo hecho de ser reincidente,
no se le otorga la medida. La reincidencia es una condición de autor, o sea se le
penaliza al individuo por el sólo hecho de ser reincidente, siendo que desde un punto
de vista garantista, no es posible, porque si tú le niegas esta medida, estás penalizando
por un mismo delito con diferentes penas para las personas.
Un tercer defecto que se encuentra en la ley, es que también se exige para
otorgar la medida alternativa, un informe en virtud del cual emiten un juicio respecto del
sujeto, el cual es meramente psico-social, esto es, nada tiene que ver con el delito, sino
en razón de condiciones de autor, de peligrosidad, por lo tanto un sujeto en condiciones
más precarias que otro, tiene menos posibilidades de acceder a una medida
alternativa. Se aplican estas medidas con condiciones de autor y no de acto.
A la vista de estos problemas ¿ Cómo se debería enfrentar la situación
planteada?
Los sistemas penales modernos, conciben una gama de medidas como
alternativas a las restrictivas de libertad desde el inicio, a diferencia de Chile en que
dentro del derecho penal hay por así decirlo, un monopolio de las penas privativas de
libertad. El Código Penal contempla para el 90% de los delitos, una pena privativa de
libertad. Las medidas alternativas nunca se concibieron como una pena directa.
Cuando se penaliza en América Latina, juega un espectro ideológico muy fuerte,
tanto en la opinión pública como en el ámbito de la justicia. Cuando se habla de
medidas alternativas, el término ya está mal concebido. Las medidas alternativas son
penas. Cuando los jueces las conceden creen que están aplicando un beneficio, y no
152
una pena que se cumple parcialmente en un medio libre. Hay que considerar que al
individuo se le imponen una serie de restricciones, con lo cual ya se le está
penalizando. El sólo hecho que no se le deje salir del país, se le deje bajo la vigilancia
de un delegado y se le aplique un tiempo de control, constituye una pena.
En definitiva, no se quiere legislar como pena, sino como si fuera una concesión
de la autoridad. Eso es lo que impide legislar realmente con transparencia y
responsabilidad respecto de las medidas alternativas. Es necesario crear un sistema
alternativo de penas en el que se atienda a las causas de por qué se delinque y no con
fines meramente de control. Se podría combinar este tipo de control con aquel que
podrían ejercer los operadores sociales como las asistentes sociales, los psicólogos;
esto es, con medidas que fueran realmente capacitadoras y crecedoras que es
precisamente, lo que se debe hacer con los jóvenes.
En los sistemas modernos judiciales y que tienen un estado de derecho mucho
más fuerte, hay una gama grande de medidas alternativas y que están concebidas
inclusive desde el inicio. Estas medidas son plenamente alternativas en el sentido de
que no entran en el circuito de penalización y son concebidas de por sí como una
alternativa de solución de conflicto.
Yo creo que deben crearse dos gamas de medidas, alternativas de solución de
conflictos como son la reparación a la víctima, la indemnización, la mediación, la
conciliación, que no tienen por qué ser comprendidas en el ámbito judicial, pudiendo
entrar en una instancia paralela, sin perjuicio de que puedan tener la supervisión del
ámbito judicial, o que puedan funcionar en forma autónoma. Y otros que son penas
alternativas propiamente tales como lo son el trabajo comunitario,
medidas
terapéuticas, como por ejemplo para personas drogadictas o alcohólicas.
Todas las dificultades descritas, como la promulgación de las medidas, las
garantías, el control de las medidas, los fines que éstas persiguen, surgen con más
fuerza en el espectro desde los dieciocho a los veintinueve años. En ese sentido el
avance que se va a lograr con la reforma procesal, recientemente aprobada en Chile es
bastante importante, pero no es tan significativa como lo sería una reforma más
profunda que también contemplara el aspecto sustantivo. Porque no se ha hecho un
proceso tanto de despenalización como de descriminalización. Entonces, lo que
sucederá en una serie de delitos en que va a poder utilizarse, por ejemplo, el principio
de oportunidad (con el cual yo estoy de acuerdo) se entrará en un gran margen de
discrecionalidad, por mucho que se reglamente, como lo demuestran los estudios
criminológicos. En el ámbito anglosajón, especialmente en Estados Unidos, en que se
aplica el sistema oral desde hace décadas, los procesos que llegan a juicio constituyen
más o menos 6 a 7% del total de la población que ingresa al sistema procesal. Esto, a
mi juicio, es bueno, por un lado, porque cuando se va a juicio, implica un problema de
costo, de eficiencia, un problema de garantías, por lo que en la práctica resulta positivo
el hecho de que existan pocos juicios. Pero lo perjudicial es que existe otro 93% de la
población que sale del sistema por otras vías. Por ejemplo, en el sistema de
suspensión condicional de la pena, muchas veces las personas prefieren declararse
153
culpable, sin serlo, para evitar el juicio y en el fondo se someten a un control muy fuerte
(por ejemplo el sistema de pulseras).
Otro tema es el de la discrecionalidad que tiene la fiscalía para acusar o no a
una persona y de ahí se deriva la posibilidad de aplicar o no una medida alternativa.
Por ejemplo en Estados Unidos el sistema de la probation afecta a una gran cantidad
de jóvenes, por el hecho de ser tales. Cada vez más los jóvenes están sujetos a
controles bastante discrecionales.
Por eso las medidas alternativas no son inocuas. Deben establecerse los fines
de ellas. Hoy en día no se discute qué es lo que se persigue. En el fondo se discute
que se quiere penalizar y que se quiere evitar la reincidencia. Pero esto es un circuito
perverso porque la reincidencia se produce por el circuito de criminalización. Por eso
en los jóvenes estas medidas son particularmente delicadas.
Al legislarse en el ámbito penal debieran verse los aspectos criminológicos más
modernos. No se tiene una visión del funcionamiento real del sistema, sino que se tiene
una imagen del sistema normativo.
Pareciera que todo apunta entonces a evitar el contacto del joven con la cárcel
La respuesta no puede ser tan simple, porque como lo demuestran los procesos
desinstitucionalizadores y descarcelatorios de las décadas del 70 y 80 por ejemplo en
Estados Unidos, en los que se trató de aplicar una política de prohibición casi absoluta
de aplicar medidas, sobre todo a los jóvenes. En estos casos no se tomó casi ninguna
medida de índole social y por ende estos sujetos volvían al circuito de la delincuencia,
lo que provocó una contrarreforma, ya que la opinión pública expresó un malestar en
cuanto al problema de la seguridad.
Por eso es necesario la aplicación de medidas públicas dirigidas a la satisfacción
de las necesidades, especialmente de los jóvenes. Además es necesario trabajar en la
opinión pública el tema de la diversidad cultural y la tolerancia. Se trata de que el
sistema procesal penal se desligue, pero por otro lado que el Estado adopte su
responsabilidad como tal. Que tenga realmente un diseño de políticas públicas en ese
ámbito. Cuando se comienza a hablar de la criminología crítica, a partir de la década
del 80, se trata mucho de la satisfacción de las necesidades fundamentales.
Respecto al tema de la seguridad ciudadana no se ha diseñado una política
criminal, sino que solamente una política reactiva. Esto es, frente a determinados
problemas, tal medida. Pero resultan totalmente incoherentes, porque no tienen
patrones, directrices que atiendan en forma integral el problema, más bien son medidas
de parche.
Por ejemplo si analizamos la detención por sospecha, si se elimina
legislativamente, se procederá seguramente a detener por otros motivos que no serán
la detención por sospecha, pero que cubrirán el problema por igual. En países
europeos que tienen sistemas penales garantistas donde el estado de derecho es más
154
fuerte, se ha producido un fenómeno de “administralización” del control policial. Existe
un fuerte control de los inmigrantes, el control de la identidad, que están encubriendo
este fenómeno. Así se abre un gran espectro de discrecionalidad para la policía, con
grandes atribuciones para detener a las personas, lo cual constituye una privación de
libertad. En el fondo el hecho de que exista la detención por sospecha, es una forma de
discriminar la pobreza, una forma de controlar los conflictos que el estado no puede
solucionar por otra vía.
¿ Considera Ud. positivo que aún exista el trámite del discernimiento en nuestra
legislación, tomando en cuenta de que Chile es el único país en Latinoamérica en
el cual aún se aplica?
Por el sólo hecho de haberse suscrito la Convención sobre los Derechos del
Niño, nuestra legislación entra en inmediata contradicción con los principios
consagrados en ella. Nuestra legislación permite declarar a un joven sin discernimiento,
lo cual constituye una figura totalmente ambigua.
Por otro lado, los mismos criterios que se establecen para determinar si un joven
actuó con discernimiento, son totalmente discrecionales. Son criterios de autor y no de
acto, en el fondo son criterios positivistas, peligrosistas. El discernimiento no es más
que un informe psico-social con criterios de autor y no de acto, porque el informe nada
tiene que ver con el acto delictivo en sí. Se refiere más bien a la familia, escolaridad,
entorno, etc.; es decir todas condiciones del joven y no del hecho. En vez de utilizarlo
en beneficio de sus propias necesidades, para lo que se usa, es para determinar si es o
no culpable. No se trata de un instrumento jurídico, ni de prueba, sino un presupuesto
de procesabilidad. La justicia debe dar respuesta a estas situaciones acorde a un
estado de derecho y que en él se respeten las garantías fundamentales.
Lo que se debe hacer para evitar esto es legislar, establecer un proyecto de
responsabilidad juvenil, para así evitar que en delitos graves no se dejen de aplicar los
principios generales de responsabilidad, que no se produzca, de tal manera, la
impunidad.
Entrevista Nº 2
A continuación, se reproduce la entrevista efectuada a la criminóloga y profesora
de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile Sra. Carmen Antony
1.¿Qué directrices debiera tener en Chile una política criminal
específicamente orientada hacia los jóvenes, considerando que es el segmento
dentro de la población que en la práctica mayormente se ve afectada por el poder
punitivo del Estado?
155
En primer lugar debo decir que yo creo que no existe en Chile una política
criminal específica en esta materia. Creo también que la política criminal del país tiene
muchas incongruencias. A pesar de las buenas intenciones del gobierno, creo que no
tiene una visión política de enfrentar realmente como debe ser el problema de los
jóvenes infractores y los derechos del niño.
La política criminal respecto de los menores infractores debería partir por la
aplicación efectiva de la Convención sobre los Derechos del Niño y su implementación
dentro de la legislación interna, además de las reformas pertinentes.
Yo creo que la falta de aplicación de dicha Convención, se debe a una falta de
decisión política. Como el segmento criminalizado es principalmente el pobre, no hay
realmente una preocupación preferente. Se adoptan medidas “cosméticas” para
arreglar el edificio, pero una reparación a fondo no existe.
Es una política criminal que si bien puede existir en la teoría, como existe
probablemente en el Sename, ésta no se ve en la práctica. No hay una decisión de
llevar a efecto realmente esto. Con el nuevo Congreso también lo veo muy
problemático que pase alguna de estas reformas por este problema de la seguridad
ciudadana.
Al parecer este problema de la seguridad ciudadana sigue una tendencia adversa
a lo que se plantea a nivel de política criminal.
Todo esto es un problema de tipo político. El problema de la seguridad
ciudadana en el tiempo de la dictadura era un problema destinado a erradicar el
terrorismo. Contra ello se dirigió todo el peso de la ley. Pero como hoy estamos en
democracia y supuestamente no hay terrorismo, ahora hay que inventar un nuevo
“caballito de batalla” que se llama seguridad ciudadana. Y esto es una política de la
derecha, destinada a reforzar los mecanismos de represión. Yo pienso que el gobierno
no ha tenido la visión de actuar con más firmeza, en el sentido de hacer una campaña
con los medios y con la opinión pública destinada a decir que el problema de la
delincuencia no es un problema de Chile, sino que lo es a nivel mundial, y a medida
que la tecnificación, el desarrollo y la ciudad criminógena vayan creciendo, el problema
de la delincuencia también lo va a hacer.
Desde mi punto de vista es necesario disminuir la política de represión y
aumentar la de prevención. Pero tú ves que la primera preocupación de la ciudadanía
es la seguridad ciudadana, no es la pobreza. Y esa es una maniobra de la derecha.
Entonces se afirma que vivimos en una ciudad insegura, lo cual no es verdad. Si tú
miras las estadísticas de la delincuencia, ésta no ha sufrido grandes cambios, salvo en
materia de menores y en de drogas, por las razones que vamos a ver después. Si tú
ves, las cárceles están hacinadas de gente por tráfico de drogas, lo que es
consecuencia de una ley represiva.
Por lo tanto se requiere de una aplicación efectiva de la Convención, la
implementación de la reglamentación relacionada con la Convención y una
156
modificación de todas las estructuras legales que están en contraposición con este
texto. Y sobretodo campañas de prevención comunitaria, destinada a concientizar,
educar y preparar a la población en el tema de la delincuencia, que es un hecho social
normal, que sucede en todas las sociedades del mundo y que hay que aprender a
enfrentar. Pero no lo vamos a solucionar con más represión.
En cuanto a la seguridad ciudadana, si se va a traducir en mayor vigilancia, es
mejor que se haga en las poblaciones, que es en donde ocurre el mayor número de
delitos convencionales. Porque este tema de la seguridad ciudadana está enfocada a la
delincuencia convencional, la delincuencia callejera. No se mira la delincuencia de
“cuello blanco”. O los delitos ambientales, los delitos contra la seguridad en el trabajo.
Todo este movimiento de la seguridad ciudadana está destinada a reprimir a las clases
desposeídas, especialmente jóvenes, desviando la atención del verdadero problema,
que consiste en la delincuencia no convencional que es la que mayor daño produce.
Ese enfoque, es a mi modo de ver, el gran promotor de todas estas
consecuencias y de la falta de una política criminal en este país. Una cosa es lo que
dice el discurso y otra es lo que sucede en la realidad.
Por otro lado yo no veo que se apliquen los tratados internacionales que nuestro
país ha ratificado. A modo de ejemplo, yo no veo que los pactos relativos a Derechos
Humanos sean invocados por los jueces. Hay un abismo entre la ley y el cumplimiento
de la ley. Creo que falta preparación en la protección de los Derechos Humanos por
parte del órgano jurisdiccional.
En opinión del gobierno uno de los principios básicos que debe cumplir un
proyecto de responsabilidad juvenil es la adecuación de éste a las disposiciones
de la Convención sobre los Derechos del Niño. ¿Cómo se puede cumplir esto?
En primer lugar hay que eliminar el trámite del discernimiento, que está en
contraposición a toda la ideología de la Convención. Además Chile es el único país que
aun mantiene esta norma.
Otro anacronismo lo constituye el Código Penal. Es necesario modificar toda la
legislación penal en lo que sea contrario a la Convención. Se deben aplicar principios
de alternativa a la pena, y aplicar la privación de libertad como último recurso
solamente. Sin embargo los jueces se someten al juicio de la opinión pública y por eso
no se atreven a aplicar la Convención. No es que los jueces no conozcan la
Convención, sino que de aplicarla, deberían dejar a muchos jóvenes en medio libre.
Sobretodo porque hay un gran segmento de jóvenes que no son infractores, sino que
se encuentran en situación de riesgo. En la práctica todos reciben el mismo
tratamiento, tanto menores infractores como aquellos no infractores, lo que a su vez
lleva a un fuerte contagio criminógeno.
Por otro lado, bien es sabido, no existe un tratamiento jurídico adecuado, en el
sentido de que se está tratando al joven como un objeto de derecho y no como un
sujeto de derecho. Con el criterio de protección se ha abusado mucho, dejándolo en
157
una indefensión jurídica muy grande, es decir, sin las garantías que tienen los adultos.
Por lo tanto, es necesario modificar la legislación de menores.
En breve tiempo más comenzará a regir en Chile un nuevo sistema procesal
penal que, en opinión de la doctrina, entre otras cosas tiende a garantizar de
mejor forma los derechos del inculpado; esto tiende a beneficiar directamente al
joven. En su opinión, para avanzar en esta línea, qué reformas al derecho penal
sustantivo serían necesarias.
A mí el proyecto de reforma al procedimiento penal me parece excelente, pero
primero que todo hay que entender que el derecho penal y el derecho procesal penal
deben ir absolutamente unidos. No se puede hacer una división entre ambos. Por lo
tanto primero es necesario hacer un nuevo Código Penal. A lo menos debe hacerse
una reforma conjunta, de manera congruente. Así, se puede evitar el desfase entre
ambos textos legales. A modo de ejemplo se puede mencionar la penalización del
duelo o del homosexualismo.
En mi opinión va a ser muy difícil poder avanzar en esta línea. Por
ejemplo para lograr formas de mediación en el campo penal, como ya existe en
Alemania, Estados Unidos y Canadá. O diversas formas de alternativa a la pena de
cárcel, que ayudarían mucho a descongestionarlas. Pensemos en los delitos de
bagatela en que se podría aplicar la reparación del daño causado, un servicio a la
comunidad. Por otro lado hay que lograr una proporcionalidad de las penas en relación
al daño causado. Por ejemplo en el Código Penal se protege más la propiedad que la
vida. Existen penas muy represivas para los delitos contra la propiedad pero no por
ejemplo contra el medio ambiente.
En los textos internacionales se contempla una gama de medidas alternativas
para la pena de cárcel. ¿Considera usted que es factible aplicar estas medidas en
Chile?
Todo cambio de ley de cualquier tipo, no solo penal, requiere de una campaña
de difusión, de educación y de concientización en la opinión pública. Que se entienda
por qué se promulga la ley.
En segundo lugar requiere que participe en la discusión todo aquel que tiene
algo que decir. No solamente los senadores y diputados, sino que también psicólogos,
sociólogos, criminólogos y los historiadores. Esto para que la ley corresponda a una
realidad.
En tercer lugar debe haber toda una infraestructura necesaria. Un buen ejemplo
es la ley de violencia intrafamiliar, la cual a pesar de ser una buena ley, ha sido un
fracaso, porque se dejó bajo la competencia de los jueces civiles, a los cuales no se les
preparó debidamente, ya que no se crearon los tribunales de familia, que pudieran
atender un tema tan complejo. Por otro lado los jueces delegan en personal menos
preparado, como son los actuarios. Además entre las medidas que pueden aplicar está
158
el trabajo comunitario, pero en la realidad nunca se han aplicado, porque las
municipalidades no han entregado las listas de las instituciones donde se puede
cumplir esta medida. Por lo tanto falta la infraestructura necesaria.
II.- Proyectos de Ley Actualmente en Tramitacion en el Poder Legislativo
Detencion por Sospecha
- actualmente en segundo trámite constitucional, Boletín Nº 914-07
- aprobado en general por la sala del Senado y evacuado el Primer Informe de la Comisión
de Constitución, Legislación y Justicia de esta misma Cámara, con fecha 31 de Marzo de
1997.
Principales Normas:
- Obligación de practicar información de derechos a los detenidos y aprehendidos al
ingresar a la unidad policial.
- Si se hace por orden judicial y, no existe resistencia a su cumplimiento, se informará,
también, al afectado de sus derechos y del motivo de la detención, al momento de practicar
la medida.
- Existencia de un cartel destacado, en todo lugar de detención, el cual deberá contener una
relación de los derechos consagrados en favor del detenido, conteniendo los artículos 293,
294 y 120 bis N 5 del C.P.P.
- Modifica el artículo 260 C.P.P. eliminando los números 3 y 4 que permiten:
a) detener, al que anduviere con disfraz o de otra manera que dificulte o disimule su
verdadera identidad y/o rehusare darla a conocer,
b) al que se encontrare en lugares o en circunstancias, que presten motivo para atribuirle
malos designios.
- Garantiza al detenido o preso, el derecho a que se le debe comunicar el hecho de su
privación de libertad.
- Fija un plazo de 24 horas para que el juez practique la primera interrogación del detenido.
Con el objeto de hacer efectiva esta garantía:
- invalida la declaración del detenido y ordena la desagregación de estos antecedentes,
oficiando a la autoridad correspondiente para que aplique las sanciones pertinentes, si no
se le practica la información de derechos
- tipifica y castiga el delito de tortura.
159
La define como todo acto por el cual se inflija intencionadamente a una persona
dolores o sufrimientos graves, ya sean físicos o mentales, con el fin de obtener de ella o de
un tercero información o una confesión, de castigarla por un hecho que haya cometido, o se
sospeche que haya cometido, o de intimidar o coaccionar a esa persona o a otras, o por
cualquier razón basada en cualquier tipo de discriminación, cuando dicho dolores o
sufrimientos sean infligidos por un funcionario público u otra persona en el ejercicio de
funciones públicas, a instigación suya o con su consentimiento o aquiescencia.
- deroga el Párrafo 13, titulado "De la vagancia y mendicidad", eliminando estos delitos del
ordenamiento jurídico chileno. Puesto que estos tipos penales no protegen en la actualidad
bien jurídico alguno.
Modificacion de la Ley de Alcoholes
Se encuentra en la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento del
Senado.
Segundo Trámite Constitucional.
- establece multas relacionadas a la infracción de ingesta de alcohol en lugares públicos.
- establece como medida alternativa la asistencia de los infractores a programas de
rehabilitación.
- establece una escala de multas para los infractores, de 3 a 10 U.T.M.
- exige la exhibición de cédula de identidad a los menores de 18
acreditar su edad
años de edad para
- crea una comisión interministerial integrada por los Ministerios de Educación, Salud y
Trabajo
- señala la obligación de la presencia de advertencias que deban contener los envases de
bebidas alcohólicas.
- la rehabilitación de menores, es de carácter obligatoria pudiendo ser internado, aún contra
su voluntad.
- los locales que expendan bebidas alcohólicas solo podrán hacerlo entre las 09:00 hasta
las 20:00 horas.
160
- Se prohibe la venta de alcohol a menores de 18 años, la adquisición de alcohol por éstos y
el consumo en lugares públicos. Si el sujeto aparenta ser menor de edad, se le debe pedir
que demuestre su edad de acuerdo a la Ley.
- Se propone crear una Comisión Interministerial para la elaboración y aplicación de planes
y programas de prevención al consumo y rehabilitación a consumidores de alto riesgo.
- Si el infractor a las normas establecidas en el Proyecto es un menor de edad, se
sancionará con multa a sus padres o guardadores.
Protección de Menores en Materia Penal
Primer Trámite Constitucional en la Comisión de Constitución de la Cámara Baja.
- Se establecen medidas tutelares y disciplinarias alternativas que benefician a los menores
de 18 años y mayores de 16 años de edad, en el caso que se les declare con
discernimiento.
- Tutelares: aseguraran el futuro desarrollo personal del menor.
- Disciplinarias: Amonestación, obligación de servicios a la comunidad y, arresto de tiempo
libre, de corto tiempo y de duración prolongada.
- Penas: Sólo en casos calificados, con un límite máximo de 10 años.
- Contiene un título especial, referido a los que este proyecto señala como "menores
adultos", que son aquellos mayores de 18 y menores de 21 años, posibilitando la aplicación
de medidas tutelares o disciplinarias, como excepción a la aplicación de una pena.
Derecho de los Menores a la Defensa Jurídica
Para cuenta en la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia de la Cámara de
Diputados.
- exime del tramite de la rendición de fianza de calumnia a los que ejerzan la acción penal
derivada de delitos cometidos en contra de menores y el delito de asociación ilícita que
pueda afectar a menores.
- asegura la efectiva celeridad en la protección del menor.
161
- evita que estos delitos queden en la impunidad y permite impetrar oportunamente medidas
tutelares o de protección en favor de los menores.
Comunicación Oportuna de la Detención de una Persona
En la Comisión de Constitución de la Cámara Baja, en Primer Trámite Constitucional para
Primer Informe.
- artículo único que modifica el inciso segundo del artículo 293 del Código de Procedimiento
Penal, otorgándole al detenido o preso, aunque se encuentre incomunicado, el derecho de
que se informe, por sí mismo, por la policía o por el tribunal a cuya disposición estuviere, a
su familia, a su abogado o a la persona que él indique, el hecho de su detención o prisión.
- Por su parte Carabineros de Chile y la Policía de Investigaciones deberán proporcionarle
al detenido en esos recintos policiales los medios adecuados para el ejercicio de este
derecho.
Modifica Ley de Drogas
Radicada en la Comisión de Constitución de la Cámara de Diputados en su Primer Trámite
Constitucional para Primer Informe.
- Mantiene en reserva la identidad de las personas que se sometan a tratamiento de
prevención y rehabilitación por consumir drogas.
- Protege a quienes denuncien a los traficantes de drogas, mediante el secreto de su
identidad.
- Crea Centros Comunales de denuncias a cargo de personal policial especializado.
- Destina los bienes que se incauten del tráfico de drogas a instituciones públicas y privadas
que realicen labores de rehabilitación de los consumidores.
- Establece un agravante de la responsabilidad penal de los narcotraficantes, cuando:
.
Utilizan a adictos para la venta de drogas
.
Se aprovechen sexualmente de sus víctimas
.
Si con ocasión de la comisión del delito de tráfico, se produce la muerte a algún
consumidor de drogas.
- El derecho a libertad provisional se restringe debiendo considerársele un peligro para la
sociedad.
162
Improcedencia de la Facultad Presidencial en el Otorgamiento de Indultos
Particulares por Delitos Sancionados en la Ley de Drogas.
En Primer Trámite Constitucional para Primer Informe en la Comisión de Constitución de la
Cámara Baja.
- impide la procedencia del indulto particular en favor de los condenados por delitos de
tráfico de drogas,
- incluye en los exceptuados para ser indultado, a los condenados por delitos de tráfico de
drogas.
III.- RESUMEN EJECUTIVO
En el presente estudio se realiza un análisis de legislación internacional, a través
del cual se enumeran los tratados internacionales suscritos por Chile (y que tienen
fuerza vinculante), que contengan normas procesal penales o normas penales
sustantivas.
Luego se procede a identificar, dentro de estos tratados las normas que, dentro
de este ámbito son aplicables a los jóvenes. Para una mejor comprensión del objeto de
estudio se define qué se entiende, en la legislación internacional, por joven.
Posteriormente se comparan estas normas con la legislación nacional que regula
la situación de los jóvenes en conflicto con la justicia, pudiendo constatarse importantes
deficiencias y contradicciones.
El cuadro que se presenta a continuación enumera en orden cronológico estos
tratados y resume el trabajo señalado.
TRATADOS
INTERNACIONALES
PRINCIPALES NORMAS
CUMPLIMIENTO
EN
LEGISLACION INTERNA
DECLARACION DE GINEBRA
1924
Primera propuesta de aplicación
de un sistema penal alternativo al
sistema
penal
de
adultos
respecto a las personas que no lo
son
Se cumple parcialmente a través
de la ley 16.618, ya que todo
joven mayor de 18 años queda
sometido al sistema penal de
adultos sin distinción alguna, al
igual que los jóvenes entre 16 y
18
años
declarados
con
discernimiento
DECLARACION UNIVERSAL DE Consagra derechos procesales
DERECHOS HUMANOS 1948
penales aplicables a todos los
individuos,
que
luego
son
desarrollados
específicamente
para los jóvenes(y niños) en la
Convención sobre los Derechos
del Niño
Las posibles contradicciones en
materia interna se abordan en el
cuadro referido a esta última
convención
163
LA
DECLARACION UNIVERSAL
SOBRE LOS DERECHOS DEL
NIÑO 1959
Establece el derecho del niño a
gozar de una protección especial,
sin señalar la forma concreta en
que debe llevarse a cabo esta
protección
La protección especial que se
propone, se aplica en Chile con
las restricciones descritas a
proposito de la Declaración de
Ginebra
PACTO DE DERECHOS
CIVILES Y POLITICOS Y PACTO
DE DERECHOS ECONOMICOS,
SOCIALES Y CULTURALES
1966
Consagra las primeras garantías
y derechos específicos an al
ámbito penal, como la no
aplicación de la pena de muerte a
menores de 18 años; separación
de los delincuentes jóvenes de la
población penal adulta, desde su
procesamiento; hace especial
mención a la necesidad de
estimular la readaptación social
En nuestra legislación no se
aplica la pena de muerte a
menores de 18 años declarados
con
discernimiento
por
la
atenuante consagrada en el art.
72 del código penal ni a los
jóvenes que se le aplica la ley
16.618, ya que dicha ley no
consagra esta medida. En cuanto
a la separación de los jóvenes de
la población penal adulta el C.
Penal lo prescribe respecto de las
personas menores de 21 años y
se desarrolla la idea en la ley
19.343, pero nuestra realidad
penitenciaria no permite cumplir
dichos preceptos, con lo que se
produce respecto del joven un
peligroso contacto criminógeno,
dificultando
enormemente
la
readaptación social de los
jóvenes
PACTO DE SAN JOSÉ DE
COSTA RICA 1969
Consagra la necesidad de una
justicia especializada para este
grupo etáreo y de un tratamiento
particular, además reconoce el
derecho a medidas de protección
La exigencia de una justicia
especializada y un tartamiento,
se
cumple
parcialmenteal
excluirse a gran parte de los
jóvenes que no entran en el
ámbito de aplicación de la ley
16.618
CONVENCION CONTRA LA
TORTURA Y OTROS TRATOS O
PENAS CRUELES, INHUMANO
O DEGRADANTES 1984
La prohibición de las conductas
que aborda el tratado se aplica
integramente a los jóvenes como
parte de una familia
En Chile se da plena aplicación a
lo prescrito por el tratado, aunque
en la práctica se han efectuado
diversas denuncias en el sentido
opuesto
CUMPLIMIENTO DE NORMAS EN LA LEGISLACION CHILENA
TRATADOS
INTERNACIONALES
PRINCIPALES NORMAS
ANALISI S DE CADA PRINCIPIO
CONVENCION SOBRE LOS
DERECHOS DEL NIÑO 1989
Contiene un importante desarrollo
de
las
normas
procesales
penales
aplicables
a
los
jóvenes(hasta 18 años) que
a) Se aplica parcialmente en los
términos de la ley 16.618 e
incluso
esta
ley
puede
dificilmente considerarse como
164
puede agruparse como sigue:
a) Regla de exclusión del sistema
penal
b)
Principio
de
resolución
jurisdiccional
c) Tipicidad y legalidad de la
pena
d)
Tratamiento
jurídico
diferenciado entre infractores de
la ley penal y no infractores
e) Derecho a la libertad personal
no penal puesto que aplica
frecuentemente medidas propias
de un sistema penal
b)
Principio
desarrollado
debidamente
por
nuestra
legislación interna
c) La ley 16.618 no lo recoge
adecuadamente(a pesar de ser
un mandato constitucional) al
consagrar medidas demasiado
amplias y sin límite de tiempo lo
que en la práctica significan
verdaderas penas
d) Al joven que se le aplica la
legislación de adulto se le respeta
este principio, sin embargo, la ley
16.618 permite un tratamiento
conjunto de estas situaciones, al
aplicar un mismo procedimiento y
las medidas de protección
e)
Se
refiere
a
varios
subprincipios:
1.- Derecho a no ser privado de
libertad en forma ilegal o
arbitraria, que es correctamente
desarrollado por la legislación de
adultos, sin embargo no lo es en
la ley 16.619, ya que restringe
recursos para impugnar las
resoluciones que la decretan; no
procede la libertad provisional, la
ley no describe bien las hipótesis
en que se autoriza la restricción
de libertad, etc.
2.- Derecho a que la detención,
encarcelamiento o prisión de un
niño sólo se utilice como medida
de último recurso y durante un
período breve, que la ley 16.618
no respeta en forma adecuada al
no
contener
limitaciones
específicas
3.- Derecho aestar separado de
los adultos durante la privación d
e libertad, que si bien se
reconoce en el Código Penal y en
el Reglamento Penitenciario no
se respeta debidamente en la
realidad
4.- Derecho al debido proceso,
que en la Convención se
desprende a partir de diversas
normas que se respetan en
165
nuestra legislación de adultos, no
asi en la ley 16.618
En un segundo capítulo se exponen aquellos textos internacionales que aun no
adoptan forma de tratado y que, por ende, no tienen fuerza vinculante, pero que
realizan importantes aportes al mejoramiento de la situación de los jóvenes en conflicto
con la justicia. Nuevamente se extractan y comentan los aspectos más relevantes, para
luego compararlas con la legislación interna.
A través de este análisis se puede constatar el atraso de nuestra legislación en
comparación a las directrices internacionales más modernas.
El cuadro que se presenta a continuación resume este trabajo.
RECOMENDACIONES
INTERNACIONALES
QUE NO TIENEN
FUERZA VINCULANTE
EN CHILE
ASPECTOS MÁS RELEVANTES QUE DICEN RELACIÓN CON LA
DELINCUENCIA JUVENIL
REGLAS MÍNIMAS DE
LAS NACIONES UNIDAS
PARA LA
ADMINISTRACIÓN DE
JUSTICIA DE MENORES
(REGLAS DE BEIJING)
- Ampliación del ámbito de aplicación de las reglas de modo que
abarque:
1. - Los llamados “delitos en razón de condición“ con arreglo a
las cuales se considera delito en los menores una gama de
comportamiento distinta y, por lo general más amplia que en el caso de
los adultos (por ejemplo ausencias injustificadas, desobediencia en la
escuela y en la familia, ebriedad en público, etc.).
2.- Los procedimientos relativos a la atención del menor y su
bienestar.
3.- El procesamiento de los delincuentes adultos jóvenes,
aunque en este caso la aplicación de las reglas dependerá de las
disposiciones pertinentes sobre la mayoría de edad.
- Mayoría de edad penal
La edad mínima para efectos de responsabilidad penal varía
considerablemente en función de factores históricos y culturales. El
enfoque moderno consiste en examinar si los niños pueden hacer
honor a los elementos morales y psicológicos de responsabilidad
penal. Si el comienzo de la mayoría de edad penal se fija a una edad
demasiado temprana, o si no se establece edad mínima alguna, el
concepto de responsabilidad perdería todo sentido. Por consiguiente,
es necesario que se hagan esfuerzos para convenir en una edad
mínima, razonable que pueda aplicarse a nivel internacional.
166
- Objetivos de la justicia de menores
Dos son los más importantes objetivos de la justicia de
menores. El primero es el fomento del bienestar del menor,
especialmente donde se sigue un modelo de tribunal penal.
El segundo objetivo, es el principio de la proporcionalidad, este
principio es conocido como un instrumento para restringir las sanciones
punitivas, y se expresa principalmente mediante la fórmula de que el
autor ha de llevarse su merecido según la gravedad del delito. La
respuesta a los jóvenes delincuentes no sólo deberá basarse en el
examen de la gravedad del delito, sino también en circunstancias
personales.
Por el mismo motivo, las respuestas destinadas a asegurar el
bienestar del joven delincuente pueden sobrepasar lo necesario y, por
consiguiente infringir los derechos fundamentales del joven, como ha
ocurrido en algunos sistemas de justicia de menores.
- Alcance de las facultades discrecionales
Para una administración de justicia de menores eficaz, justa y
humanitaria se establece la necesidad de permitir el ejercicio de las
facultades discrecionales en todos los niveles importantes del
procedimiento, para así adoptar la medida más adecuada para cada
caso particular. Por otro lado también se establece la necesidad de
establecer controles y equilibrios a fin de restringir cualquier abuso de
las facultades discrecionales, siendo la competencia y el
profesionalismo los instrumentos más adecuados para salvaguardar los
derechos del joven delincuente. Importante son también la formulación
de directrices para el establecimiento de un sistema de revisión y de
apelación u otro análogo a fin de permitir el examen de las decisiones y
la competencia. Este último medio no se concretan en el presente
documento por la dificultad de incorporarlos en reglas mínimas
internacionales, debido a la diferencia que existen en cada sistema
judicial
- Derecho de los menores
En este aspecto se hace hincapié en importantes elementos
fundamentales de todo juicio imparcial y justo y que son
internacionalmente reconocidos en los instrumentos de derechos
humanos vigentes, tales como: la presunción de inocencia, el derecho
de ser notificado de la acusación, el derecho a no responder, derecho
al asesoramiento, el derecho a la presencia de los padres o tutores,
etc.
- Primer contacto
Al respecto estas reglas disponen que cada vez que un menor
sea detenido, ésta sea notificada de inmediato o en el menor plazo
posible a los padres o tutores.
167
El juez, funcionario u organismo competente debe examinar sin
demora la posibilidad de poner en libertad al menor. Los organismos
encargados de hacer cumplir la ley deben reducir al mínimo el daño
que podría provocarse.
Cuando se aplique la prisión preventiva, los menores gozarán
de todos los derechos y garantías previstos en las reglas mínimas para
el tratamiento de reclusos aprobados por Naciones Unidas, entre estas
el estar separados de los adultos y recluidos en establecimientos
distintos o separados de ellos.
- Autoridad competente para dictar sentencia
En el evento que el caso del menor delincuente no sea objeto
de remisión, éste será puesto a disposición de la autoridad competente
(Corte, tribunal, Consejo, etc.), que decidirá con arreglo a los principios
de un juicio imparcial y equitativo.
- Asesoramiento Jurídico y Derecho de los Padres y Tutores
El menor tiene derecho a hacerse representar por un asesor
jurídico o a solicitar asistencia jurídica gratuita cuando esté prevista en
la legislación interna.
Por otro lado los padres o tutores tienen derecho a participar en
las actuaciones del proceso, pudiendo la autoridad competente
denegar dicha participación si existen motivos para presumir que la
exclusión es necesaria para la defensa del menor.
- Pluralidad de medidas resolutorias
Las Reglas de Beijing proponen, en orden a evitar la
internación, las siguientes medidas:
-Ordenes en materia de atención, orientación y supervisión
-Libertad vigilada
-Ordenes de prestación de servicios a la comunidad
-Sanciones económicas, indemnizaciones y devoluciones
-Ordenes de tratamiento
-Ordenes relativas a hogares de guarda y establecimientos
educativos
REGLAS MÍNIMAS
SOBRE MEDIDAS NO
PRIVATIVAS DE
LIBERTAD (REGLAS DE
TOKIO)
Acciones adoptadas en términos generales con anterioridad a la
comisión de la conducta específica
Son éstas de resorte del legislador y tiene por consecuencia excluir a
priori el uso de la cárcel para sancionar determinadas conductas.
Pueden presentar tres modalidades:
-Desjudicialización de conflictos
-Descriminalización
-Establecimiento de penas no privativas de libertad para el delito
Acciones adoptadas por quien dispone de la acción penal público
Ellas son de resorte generalmente de los ministerios públicos en los
sistemas de corte acusatorio, pudiendo o no estar entregadas al control
168
jurisdiccional. Implican darle una salida distinta al conflicto judicial,
evitando llegar a una sentencia.
-Ejercicio del principio de oportunidad
-Medidas Presentenciales que contengan tres requisitos:
delitos menores, inculpado confeso y que consienta en darle término al
proceso de esa forma).
- Acciones adoptadas para evitar la detención o prisión durante el
proceso
Se reconoce expresamente el carácter excepcional de la prisión
preventiva y se recomienda la aplicación de otras medidas pero sin
señalarse nada sobre el tipo de éstas y sus características.
La celeridad de la puesta en libertad o en la aplicación de una medida
sustitutoria de ésta resulta fundamental para evitar el contagio
criminógeno que implica la cárcel.
En el Informe del Secretario General para el Congreso en que se
aprobaron las Reglas de Tokio permite dar luz sobre el tipo de medidas
mentadas :
Restricción de Movimientos
Supervisión
Pago de Fianza
Libertad con obligación de comparecer
- Acciones adoptadas al momento de dictarse la sentencia
Consiste en posibilidades que se le dan al juez para no aplicar
una sanción privativa de libertad al momento de condenar por un delito.
Se dividen en penas alternativas y las que más propiamente se
conocen como medidas alternativas.
En el caso de las primeras, el legislador sanciona la conducta
típica con alguna de las sanciones posibles, unas privativas de libertad
y otras sin ese carácter.
En cambio en la segunda, se trata de un beneficio que se le
concede al condenado a quien, pese a corresponderle una pena de
cárcel por el delito cometido, no se le aplica ésta y se adopta otra
acción sobre su persona. A diferencia de las primeras puede estar
sujeta a condiciones y, en el caso de quebrantamiento de éstas, el
beneficiario puede verse obligado a cumplir la pena privativa de
libertad.
- Acciones adoptadas con posterioridad a la sentencia
Se trata de modalidades que reviste el sistema de ejecución
penitenciaria. Las Reglas de Tokio regulan estas medidas a la par de
las otras alternativas a la cárcel, señalando que la autoridad
competente tendrá a su disposición medidas sustitutivas posteriores a
la sentencia para evitar el encarcelamiento y lograr una pronta
reinserción social.
DIRECTRICES DE LAS
Estas directrices entran en un ámbito previo al de la comisión del
169
NACIONES UNIDAS
PARA LA PREVENCIÓN
DE LA DELINCUENCIA
JUVENIL (DIRECTRICES
DE RIAD)
delito y del consiguiente proceso penal, toda vez que éstas tienden a la
prevención y no al tratamiento del joven una vez que éste ya ha
entrado en conflicto con la justicia, tema ya abordado por otros textos
internacionales.
En primer lugar se plantean ciertos principios fundamentales
tales como la necesidad de enmarcar la delincuencia juvenil dentro de
la prevención del delito en la sociedad, para lo cual se requiere un
esfuerzo de toda la sociedad, para el desarrollo armonioso del
adolescente. Se debe fomentar una participación activa de los jóvenes
en la sociedad y se debe procurar el bienestar de ellos desde su
primera infancia.
. Por último se hace notar que la conducta de los jóvenes que no se
ajustan a las normas generales frecuentemente forman parte de un
proceso de madurez y que tienden a desaparecer espontáneamente.
En segundo lugar, en el título de la prevención general, se
señala que ésta se debe desarrollar a través del análisis del problema,
formulación de programas, recursos disponibles, funciones bien
definidas de las instituciones pertinentes, coordinación de los
organismos gubernamentales y no gubernamentales, participación de
la comunidad, especialmente de los jóvenes, etc.
En tercer lugar se hace referencia a los procesos
de
socialización, entre los cuales se destaca el importante rol que cumple
la familia, la educación, la comunidad y los medios de comunicación.
En cuarto lugar se señala respecto de la política social, se
exhorta a los organismos gubernamentales a dar una elevada prioridad
a los programas dedicados a los jóvenes, lo que debe incluir fondos e
instalaciones suficientes. Se reitera la necesidad de evitar la reclusión
de jóvenes, y la necesidad de permitirles continuar su educación.
En quinto lugar, respecto a la legislación y administración de la
justicia de menores se destaca el deber de promulgar leyes y
procedimientos especiales, de evitar castigos severos, limitar el acceso
a armas de cualquier tipo, promulgar legislación que evite la
estigmatización y victimización de los jóvenes. Además se promueve el
establecimiento del ombudsman para los jóvenes el cual deberá
supervisar la aplicación de las Directrices de Riad, las Reglas de
Beijing y las Reglas para la protección de los menores privados de
libertad.
CUMPLIMIENTO DE ESTAS RECOMENDACIONES EN LA LEGISLACIÓN INTERNA
Nuestra legislación de menores tiene por objeto precisamente abarcar los
llamados delitos en razón de condición, a través de las hipótesis que contempla para la
aplicación de una medida de protección como son: la irregularidad, peligro material o
moral, participación en un hecho delictivo y petición de los padres en el ejercicio del
derecho de corrección.
170
También se consagra en la legislación de menores procedimientos específicos que
pretenden proteger su bienestar.
En nuestra legislación el mayor de dieciséis con discernimiento y el mayor de
dieciocho es considerado adulto para todos los efectos penales. Por lo tanto la
ampliación del ámbito de aplicación de la normativa no abarca a este segmento de la
población, para lo cual se debería modificar la legislación interna, ya sea a través de
una ley de responsabilidad juvenil o a través de una solución parcial como sería la
eliminación del trámite del discernimiento.
En nuestro país se fija la edad penal mínima a los dieciséis años (cuando se
obra con discernimiento) o a los dieciocho años. Al sistema del discernimiento se han
hecho variadas criticas por parte de la doctrina, por lo cual se hace necesario eliminarlo
para adecuarse a las tendencias más modernas. En América Latina el trámite del
discernimiento ha sido eliminado, salvo en Chile, lo que revela su incongruencia con las
Reglas comentadas.
La legislación de responsabilidad juvenil pretende crear un segmento de
población intermedio, entre la legislación de menores y la de los adultos, lo cual
permitiría desarrollar adecuadamente los postulados de las Reglas comentadas.
Si bien nuestra legislación de menores pretende dar cumplimiento a estos
postulados, las medidas de protección que contempla han sido criticada por no respetar
derechos del joven en los términos expuestos al contrastarse las normas de la
Convención sobre los Derechos del Niño con la legislación nacional, a lo cual nos
remitimos en este punto.
Para cumplir con esta línea de argumentación, que se puede resumir en el
otorgamiento de facultades discrecionales a los jueces de menores, pero sujeto a
efectivas medidas de control que se traducen en el respeto de las garantías procesales
contempladas en la legislación procesal penal de adultos, se deberían introducir
diversas reformas a la legislación de menores vigente y en los términos expuestos al
analizarse la Convención sobre los Derechos del Niño .
Una de las críticas más frecuentes a nuestra legislación de menores es la falta
de desarrollo de esta garantía constitucional. Esta carencia se debe a que no se
reconoce debidamente al menor su calidad de sujeto de derecho, por lo que se omiten
muchas garantías procesales. Especial mención requieren los artículos 41 inciso
primero en relación con el inciso segundo del mismo artículo, que no permiten la
oposición de los padres sino una vez impuesta la medida y no en la etapa previa, que
se sigue sin forma de juicio. Nuevamente debemos remitirnos a lo expuesto al tratarse
de la Convención sobre los Derechos del Niño.
171
En nuestra legislación procesal penal se desarrolla esta garantía para toda
persona a través de toda una reglamentación de la institución de la detención que no
viene al caso explicar.
En la legislación de menores debería intensificarse esta garantía porque en la
práctica los menores son recluidos en los centros policiales, interrogados y fichados,
debido a que en la mayor parte del país no existe la policía de menor.
Este principio no se contempla en nuestra ley de menores, ya que tanto
Carabineros de Chile como Policía de Investigaciones, al detener a un menor inculpado
de haber cometido un hecho constitutivo de crimen o simple delito, deben ponerlo
directa e inmediatamente a disposición del tribunal competente, según lo señala el
artículo 16 de la citada ley. Si lo anterior no fuera posible, deberán ingresarlo al Centro
de Observación y Diagnóstico respectivo dentro de las veinticuatro horas y luego lo
pondrán a disposición del juez, a primera hora de la audiencia más próxima o antes, si
éste así lo orden.
Nuestro ordenamiento, si bien contempla la especialización de la policía en
cuanto a menores, esto no se ha cumplido debidamente en la práctica, ya que en
amplios sectores del país los jóvenes son tratados por policía no especializada.
La ley de menores no contempla esta garantía. Respecto de las medidas que
contempla dicha ley, esta carencia se desprende del artículo 29 inciso final, que señala
que “durarán el tiempo que determine el juez de letras de menores”.
En cuanto a la separación de los menores de los adultos en establecimientos
penitenciarios, el Código Penal y el de Procedimiento Penal, señalan que los menores
que ingresan a éstos, deberán permanecer separados de los adultos. El Reglamento
Carcelario hace especial mención a este punto en su artículo 17 y creando los “Centros
Penitenciarios par Menores”. En su aplicación práctica, sin embargo, la falta de recintos
y la carencia de garantías reales, convierten estas normas en meramente
programáticas.
En Chile todo joven debe ser puesto a disposición del juez lo antes posible. En
tal sentido no se contempla la posibilidad de alguna forma de remisión, que permitiría la
intervención de otros organismos.
Por lo tanto, el joven es puesto a disposición de alguno de los 42 Juzgados de
Menores existentes, los cuales ejercen la totalidad de la competencia de menores.
Dicha competencia es, a juicio de los autores, amplísima (civil, penal y laboral), lo cual
es perjudicial para llevar a cabo de manera adecuada la labor jurisdiccional que les
corresponde. Particularmente, la doctrina aconseja que en materia de infracciones
juveniles se opte por una máxima especialización.
En cuanto al asesoramiento jurídico, en nuestra legislación no existen normas
sobre comparecencia en juicio ni sobre asesoría letrada, puesto que el niño no es
considerado parte en el procedimiento
172
Si bien nuestra normativa contempla una gama de medidas, se le han hecho
diversas críticas, en primer lugar la amplitud que tiene el juez para aplicar las medidas
enumeradas. En segundo lugar, la libertad para fijar el plazo de duración de éstas. Por
último la facultad que tiene el juez de modificar con posterioridad dichas medidas si
varían las circunstancias.
Esto es particularmente grave si se consideran que todas éstas medidas
implican siempre limitación o restricción de derechos de los menores.
En nuestra legislación se encuentra pendiente un amplio debate respecto de la
desjudicialización de conflictos y de descriminalización de los mismos, presupuestos
necesarios para la introducción de reformas legales ya sea en el ámbito adulto o en el
juvenil.
De aprobarse la reforma procesal penal en actual discusión parlamentaria, se
habrá dado un importante paso en el cumplimiento de estas directrices.
En nuestro país se percibe una tendencia opuesta a la propuesta por las
directrices en el sentido de solucionar los conflictos delictuales con mayores
restricciones de libertad, por lo que un pronto cumplimiento de estos principios requiere
de un profundo debate respecto de los principios que deben regir en el procedimiento
penal, especialmente cuando se aplica a jóvenes.
En nuestra legislación las medidas alternativas tienen una aplicación muy
restringida, quedando reducidas a tres formas (reclusión nocturna, remisión condicional
de la pena y libertad vigilada) y se aplica a un número reducido de situaciones.
En general se puede sostener que el sistema penitenciario se encuentra dotado
de un restringido número de herramientas legales y de recursos económicos como para
poder sustituir la aplicación de la pena de cárcel por medidas más modernas.
Consideramos que nuestro país no se encuentra preparado para incluirlos de
manera satisfactoria en su legislación interna, considerando que aun no subsanan las
diversas contradicciones que presenta respecto de la Convención sobre los Derechos
del Niño, en los términos ya analizados.
Pero no por eso carecen de importancia para nuestro país. En la actualidad se
están desarrollando diversos proyectos legales en materia de legislación de menores
y juventud, que necesariamente deben incorporar los postulados de la Convención
sobre los Derechos del Niño y que, además, se deberían enriquecer en todo lo que los
Reglas analizadas excedan dicha Convención.
Por otro lado este estudio presenta, a modo de resumen, un esquema explicativo
de las normas procesales penales que regulan las situaciones de conflicto de jóvenes
con la justicia, para que el lector pueda familiarizarse con conceptos e instituciones
jurídicas, que resultan difíciles de entender para personas ajenas al ámbito del
Derecho.
173
Finalmente se proponen lineamientos para un futuro trabajo legislativo, que
pueda mejorar la actual situación del joven en conflicto con la justicia, analizando los
núcleos problemáticos más relevantes en la actual legislación procesal penal y penal
sustantiva.
Estos problemas están constituidos por la existencia de instituciones como la
detención por sospecha, el trámite del discernimiento, los delitos de bagatela, la falta
de una gama más amplia de medidas alternativas y su reformulación conceptual y en
definitiva la falta de una ley de responsabilidad penal juvenil.
Todos estos temas se desarrollan someramente en este trabajo, sin querer
agotar su estudio, pero como un planteamiento indispensable para avanzar en el
mejoramiento de la situación del joven en conflicto con la justicia.
Detención por sospecha
Si bien la Constitución Política del Estado permite la detención “por orden de
autoridad” y “por delito flagrante” (art. 19 Nº7 c), nuestro Código de Procedimiento
Penal va aún más allá del mandamiento constitucional, al permitir la detención por
sospecha. Esta situación, según la mayoría de la doctrina, no permiten dar una
adecuada protección a la libertad personal, garantía consagrada en el art. 19 Nº 7 de
nuestra Constitución.
Por otro lado, esta detención tiende a consagrar una forma de derecho penal de
autor (es decir, un derecho penal que se aplica por las características del individuo) ya
que no exige ni siquiera ser sospechoso de cometer un delito para proceder a la
detención, sino que, por el sólo hecho de “ser sospechoso”.
Sin embargo, una reforma que simplemente elimine la detención por sospecha
no resulta suficiente, ya que se insertaría en un sistema procesal penal de corte
inquisitivo, actualmente vigente en el país.
Un proyecto más ambicioso sería un cambio en la forma en que el Estado
enfrenta los conflictos sociales en que se ve envuelta la juventud. Una política represiva
no es la manera de resolver el problema de la seguridad ciudadana, sino un enfoque
global de carácter social tendiente a satderecho penal a través de los delitos. Estas
definiciones muchas veces incluyen conductas cuyo reproche no es compartido por
toda la comunidad, como son por ejemplo la ebriedad, la vagancia, el mero consumo
de drogas. Precisamente estas conductas son mayormente ejercidas por los jóvenes,
las cuales muchas veces corresponden a un proceso de búsqueda de identidad del
joven y que tienden a desaparecer en forma espontánea a medida que la persona
madura. En este sentido los autores anglosajones han llegado a sostener que la
delincuencia juvenil es una creación del sistema penal. Se criminaliza a los jóvenes por
conductas que no se pueden comparar con aquellas que muy probablemente
174
comenzarán a realizar si se les incluye en el sistema de represión penal y
consecuentemente se les inserta en el mundo criminal de adultos.
El problema reside en lo atrasado de nuestra legislación penal y en la falta de
una redefinición de cuáles son los valores sociales más importantes y que
consecuentemente deben ser protegidos penalmente En un Estado Democrático es
necesario darle espacio a la participación ciudadana a través de una discusión libre,
informada y responsable, lo cual debería cristalizarse a través de reformas legales en el
Congreso. Hoy en día surgen como temas relevantes delitos tales como la corrupción,
lavado de dinero, el narcotráfico y atentados contra el medio ambiente.
Figuras que provocan mayor consternación en la opinión pública y que producen un
gran daño social, en contraste con otras que la doctrina desde hace tiempo critica por
el hecho de estar aún penalizadas como la vagancia, la sodomía, ciertas formas de
hurto, el consumo privado de drogas, etc.
Discernimiento
Al analizarse la edad en la legislación penal nacional, se le puede ver como
factor que determina la legislación aplicable, en razón de la imputabilidad penal. Así a
una persona menor de dieciséis años se le aplica la llamada ley de menores (ley
16618), a una persona mayor de dieciséis años, pero menor de dieciocho años, que
sea declarada sin discernimiento, se le aplica la misma ley y a una persona en la
misma situación declarada con discernimiento o mayor de dieciocho años, se le aplica
la legislación penal de adultos (Código de Procedimiento Penal, Código Penal y leyes
especiales).Como se aprecia, a esta simple distinción de edad se le introduce un
elemento distinto que es la declaración del discernimiento.
La aplicación del trámite de discernimiento en nuestra legislación ha recibido
diversas críticas, todas las cuales apuntan a la necesidad de erradicar esta institución
de nuestra legislación. Por lo demás, pocos países aun la conservan, siendo Chile el
único en Latinoamérica en mantenerla.
Las críticas más importantes se refieren a la ambigüedad del concepto de
discernimiento y la forma de determinarlo, considerando todos los factores que entran
en juego y que el juez debe evaluar. Además existe una amplia discrecionalidad
entregada al juez de menores para declarar a un menor con o sin discernimiento, lo
que puede llevar a arbitrariedades. A esto debe agregarse las críticas que pueden
hacerse al procedimiento que se utiliza, desprovisto de toda garantía. Por último debe
agregarse la agravante de que no se está ante consecuencias menores, ya que, como
se ha señalado, la legislación de menores se inspira en principios radicalmente
diversos a la legislación de adultos, lo que implica que el futuro del menor dependa de
una declaración judicial que adolece de las deficiencias señaladas.
Nos parece que los argumentos expresados demuestran que se está ante una
de las deficiencias más importantes de nuestra legislación penal aplicable a los jóvenes
y que a diario debe ser aplicada por nuestros jueces.
175
Medidas alternativas
La doctrina penal desde hace décadas ha sostenido, casi unánimemente, el
fracaso de la pena privativa de libertad. Ante dicho fracaso, se avanza hacia formas
alternativas de pena que permitan darle al castigo penal algún sentido dentro de la
dogmática penal moderna, que se desarrolla dentro del marco de un Estado
democrático de Derecho y de los Derechos Humanos. Si alguna vez se introdujo la
pena de cárcel como una forma de terminar con los efectos perniciosos de las penas
corporales, de la misma forma, hoy en día se plantean las penas alternativas como una
forma de evitar los efectos nocivos de la cárcel.
Todo lo planteado se refiere únicamente a la privación de libertad ejercida por el
Estado mediante un juicio condenatorio respecto de alguna actuación del sujeto. Más
grave aun se presenta el problema cuando se le priva de libertad por largos espacios
de tiempo durante el proceso, en el cual goza como toda persona de la presunción de
inocencia. Con mucha razón se ha denominado a la prisión preventiva pena anticipada,
ya que en cuanto a sus efectos nocivos no difiere de la pena de cárcel.
Las medidas actualmente existentes en Chile (libertad vigilada, reclusión
nocturna y remisión condicional de la pena) han sido criticadas por diversos autores, a
pesar de constituir un avance en nuestra legislación penal. En cuanto a las nuevas
medidas que pudieran aplicarse en Chile, no parece necesario innovar respecto de las
medidas ya existentes en las legislaciones extranjeras. Un análisis de cuáles resultan
más convenientes o la posibilidad de idear nuevas medidas acorde a nuestra realidad
debiera ser objeto de otro trabajo y para su implementación debiera abrirse espacio a
un amplio debate. Sin embargo nos parece que la realidad expuesta en este trabajo, en
cuanto a la situación de los jóvenes reclusos y de las características de estas medidas
en nuestro país, constituye un suficiente fundamento para emprender dichas tareas.
Proyecto de ley de responsabilidad penal juvenil
Si bien todos los planteamientos de reforma desarrollados hasta aquí son
importantes y urgentes, tienen por característica la de ser parciales. Por ende, si bien
apuntan en la dirección correcta, resultan insuficientes. Se han seleccionado estos
temas porque considera que son los más representativos de una problemática que los
excede y que exige una profunda reformulación de nuestra legislación procesal penal y
penal sustantiva, en la forma que, por lo demás, la gran mayoría de los países ya la
han efectuado.
Además han sido seleccionados porque constituyen los núcleos más importantes
en cuanto a las deficiencias legislativas que presenta nuestro país en materia de
delincuencia juvenil regida por la legislación de adultos. Por último se puede sostener
que el problema de delincuencia juvenil excede ampliamente las deficiencias
legislativas en materia penal.
176
La presente investigación revela la urgente necesidad de apuntar a una reforma
global en cuanto a la legislación que rige al segmento de población objeto de este
estudio. Un esfuerzo serio y consistente en materia penal debe abordar
necesariamente una legislación especializada en materia de responsabilidad penal
juvenil.
Paralelamente debe ir acompañada de una profunda reforma al Código Penal y
a las leyes especiales en materia penal, que la actualicen y la dejen a la par con la
reforma procesal penal, que en la actualidad se están implementando. Sin embargo, la
reforma penal sustantiva, que afecta a toda la población y no sólo a un segmento,
excede con creces el propósito de este trabajo. No obstante ello, resulta urgente que se
creen las condiciones propicias para avanzar hacia una profunda y pluralista discusión
respecto a la reforma penal sustantiva, como la que fue necesaria para la aprobación
de la reforma procesal penal. Estos dos caminos permitirían mejorar en forma
importante los problemas expuestos en este trabajo y que por el momento se ha
tratado de enfrentar a través de estas soluciones parciales ya que sólo así se puede
lograr una efectiva y profunda modernización y democratización del país.
En cuanto a la legislación penal juvenil no se pretende agotar el tema, sino que
desarrollar lineamientos generales que respondan al análisis de los diversos tópicos
que ha abordado el presente trabajo.
En nuestro país existen en la actualidad intentos legislativos que abordan el
tema de la delincuencia juvenil. El primero ya fue presentado formalmente al Congreso
Nacional el 9 de Marzo de 1994 y se titula “Protección de Menores en Materia Penal”.
Un segundo proyecto se encuentra en elaboración por parte del Ministerio de Justicia.
El primer proyecto enunciado pretende introducir en nuestro país una reforma
parcial, que en opinión de sus autores resulta más conveniente para desarrollar
posteriormente criterios doctrinarios y jurisprudenciales. Además plantean que nuestra
realidad presenta escollos técnicos y normativos que no sería posible superar a través
de una reforma integral.
Estos planteamientos no parecen adecuados, ya que, como se ha reiterado a lo
largo del trabajo, existe una necesidad de buscar soluciones globales al problema.
Atendiendo a los avances teóricos alcanzados por la legislación internacional, a la
abundante literatura existente en la materia y a lo evidente de las deficiencias que
presenta nuestro actual tratamiento de este problema, no se requiere un mayor
desarrollo doctrinario.
En vista de que el proyecto de gobierno al momento de concluirse este trabajo,
aún se encuentra en estudio y por ende no se ha redactado un proyecto con carácter
definitivo, sólo se expondrán los lineamientos fundamentales que deben informar una
futura ley de responsabilidad juvenil.
Un futuro proyecto debe tener como orientación básica, el ceñirse de manera
estricta a la Convención sobre los Derechos del Niño. En tal sentido, nuestra legislación
177
debería recoger íntegramente el principio de exclusión de los menores del sistema
penal. Esto hace incompatible, por ende, el trámite del discernimiento por las críticas ya
señaladas. La edad mínima de ingreso a un sistema penal puede oscilar entre los doce
y catorce años, pero sin salirse de este rango porque una edad menor atenta contra un
adecuado desarrollo del niño y una edad superior también puede afectar una correcta
internalización del sentido de la responsabilidad. El límite máximo para una aplicación
de ésta ley debiera ser de dieciocho años ya que por lo general las personas en Chile
asumen a esta edad roles sociales, los cuales presuponen cierto grado de madurez
como lo son el ingreso al mundo laboral (en calidad de adulto), la vida universitaria,
plena capacidad contractual y derechos políticos.
También es necesario, establecer con precisión el hecho punible por el cual se
puede aplicar el procedimiento especial que consagraría esta ley y sancionar al joven.
Respecto al hecho punible en sí, sólo se debe castigar al joven por un hecho que de
ser cometido por un adulto, constituiría un ilícito penal. Con esto se cumple con la
garantía constitucional de la tipicidad y la legalidad del delito.
Asimismo, a este grupo etáreo debieran reconocérseles todas las garantías
procesales que se aplican a los adultos (por ejemplo la presunción de inocencia,
derecho a ser oído, presentar testigos, posibilidad de revisión de la resolución
jurisdiccional, defensa jurídica durante todo el proceso, etc.). Por otro lado, es
necesario la implementación de un procedimiento oral y acusatorio, basándose en las
mismas instituciones que el que tendrá el de adultos, por las consabidas críticas que
hace la doctrina al actual sistema de corte inquisitivo. Este procedimiento debiera
complementarse con una función educativa, de manera que el menor, de acuerdo a su
capacidad intelectiva, comprenda la razón por la cual se ve afectado por la acción de la
justicia, que logre internalizar valores como el respeto a los derechos humanos y
aquellos que son protegidos por el derecho penal, vale decir, se realiza un esfuerzo por
lograr la futura reinserción social en forma previa a la sentencia.
Este mismo procedimiento debiera contemplar una especialización tanto en
relación a los jueces de la causa, al ministerio público encargado de llevar a cabo la
instrucción, como los profesionales que prestan su asesoría al juez en esta materia.
Por último, este proyecto debiera contemplar una gama de medidas alternativas,
medidas que a diferencia del sistema que se aplica a los adultos, pongan énfasis en la
educación del joven y que no impliquen una ruptura con su entorno familiar. Por otro
lado deben existir medidas alternativas que eviten la privación de libertad al joven (la
cual sólo debiera aplicarse en casos graves y por un espacio de tiempo que no frustren
su posibilidad de reinsertarse en sociedad).
Si bien debe existir un catálogo amplio de medidas que permitan adecuarse al
perfil de cada joven en particular, las medidas a aplicarse por los jueces deben ser
específicas y determinadas en cuanto a su duración, para evitar así un abuso de la
discrecionalidad, que implique un excesivo ejercicio del poder punitivo del Estado.
178
A partir de las directrices planteadas, se pueden redactar proyectos con distintas
variantes (sobretodo en los aspectos técnicos que todo procedimiento contiene), pero
que de manera alguna debieran contradecir los lineamientos esbozados.
PERFIL PSICOSOCIAL
Nuestras cárceles albergan jóvenes que en su mayoría provienen de los
sectores más marginados de la sociedad, en donde la problemática familiar gira en
torno a constantes luchas por sobrevivir en una sociedad en donde los recursos no se
distribuyen de manera igualitaria. Como consecuencia a esto, la estructura familiar se
desmorona en la imposibilidad de los progenitores de desempeñar los roles
proveedores y protectores básicos, constituyéndose en figuras parentales débiles,
inmersas en una realidad incierta y desfavorable, que los hace incapaces de establecer
vínculos seguros con sus hijos. De esta manera, los jóvenes crecen careciendo de
modelos adecuados de relación, de expresión y canalización de emociones, y de
pautas morales y normativas que parecieran no poder desarrollarse en un contexto
más precario, en donde las expresiones de afecto de los padres se encuentran ligadas
a la satisfacción de las necesidades básicas y en donde las condiciones de vida hacen
imposible la elaboración de proyectos a futuro, priorizándose el salir del paso aquí y
ahora.
En este contexto, no nos debe extrañar la falta de preocupación y el abandono,
en cuanto a supervisión y guía, que esta familia inhabilitada en dicho aspecto hace
respecto de la educación de los niños, en el ámbito de la transmisión de normas y en el
ámbito de la educación formal, constituyéndose en jóvenes desprovistos de estrategias
adecuadas para la inserción social y laboral.
Es así como, mediante la ejecución práctica realizada en el presente estudio se
constató que, en el área de la educación formal, un 43.8% de los sujetos no había
completado su enseñanza básica, y sólo un 2.5% de ellos había completado la
enseñanza media.
Se obtuvo también que un 48.8% de los jóvenes carece de calificación laboral, y
un 52.5%% realizaba alguna actividad lucrativa al momento de la detención.
En cuanto a la ocurrencia de violencia intrafamiliar, un 51.3% de los
entrevistados refirió la existencia este tipo de situaciones durante su infancia, mientras
que el 58% de éstos reconoció haber sido él mismo objeto de agresiones de diverso
tipo.
En un 25% de los casos, los jóvenes registraron paso por Instituciones de
protección durante su infancia.
Junto a esto, muchos de los familiares y amigos de estos jóvenes, que se han
encontrado en la misma situación de urgencia económica y de incertidumbre frente al
futuro, ya han desarrollado estrategias alternativas, que se adecúan de alguna manera
a su realidad y que, en muchos casos, corresponden a la actividad delictual. Por lo
tanto, gran parte de estos jóvenes han sido socializados en grupos que tienen como
179
característica la aceptación y confirmación de ciertos patrones de conducta desviada,
en un sector con escaso sentido de pertenencia social y que se percibe como
imposibilitado para surgir.
En efecto, se pudo constatar que un 47.5% de los jóvenes poseían antecedentes
criminógenos familiares, de los cuáles un 73% correspondía a delitos contra la
propiedad. Asimismo, un 11.2% de mencionó como principal actividad realizada
durante la niñez la vagancia y las conductas delictivas, cifra que aumenta a un 16.3% al
referirse a la adolescencia.
Por otra parte, un 67.5% de los jóvenes entrevistados refirió antecedentes
criminógenos de los pares, en que los delitos contra la propiedad alcanzaban un
96.4%.
Todo lo anterior, unido a una falta de acceso real a oportunidades laborales, así
como las condiciones en que se desarrollan los trabajos a los cuales pueden aspirar,
hacen mucho más gratificadora la experiencia de tipo delictivo que la de tipo laboral,
existiendo también un mecanismo psicosocial que facilita el desarrollo de la conducta
delictiva.
Así, al consultárseles por las motivaciones que los habrían conducido a incurrir
en acciones delictivas, un 44.4% mencionó que constituían una estrategia de
supervivencia ante la necesidad económica, mientras que un 10.3% consideraba esta
conducta como una forma de trabajo.
Nos encontramos, finalmente, con jóvenes desamparados socialmente, sin
oportunidades de expresión activa, ni de toma de decisiones, es decir, jóvenes que no
pueden constituirse como actores sociales. En una situación en que no se puede
acceder a canales saludables de expresión, el consumo de drogas y alcohol se
constituye por una parte, como válvula de escape a las emociones producto de la
marginalidad, y por otra, como forma de respuesta transgresora de las normas
sociales.
Efectivamente, un 45% de los jóvenes reconoció como principal actividad
durante la adolescencia el “carretear” con los amigos, siendo esta la edad de inicio en
el consumo de alcohol en un 65% de los casos.
Un 93.8% de los jóvenes refirió consumir alcohol, de los cuales un 74.7% lo
hacía durante los fines de semana. Al referirse a los motivos para el consumo, un 70%
de los entrevistados se refirió al rol socializador del alcohol, y un 11% a las cualidades
antidepresivas del mismo.
Así también, un 95% de los jóvenes reclusos señaló consumir drogas, de los
cuáles un 57.9% dijo hacerlo todos los días, mientras que un 26.3% lo hacía los fines
de semana. En este caso, y a diferencia del alcohol, un 19.7% de los jóvenes se refirió
a la adicción como causa del consumo, lo que, unido a la costumbre y a la ocupación
del tiempo, asciende a poco menos de la mitad de los entrevistados. Finalmente, un
180
35.5% de los reclusos nombró las cualidades antidepresivas de las drogas como
principal motivación para el consumo.
Más aún, a decir de los mismos jóvenes, después de la necesidad económica (o
junto a ella), el consumo de drogas aparece como la segunda causa de conducta
delictiva (18.5%), ya sea de manera directa o indirecta. Es por esta razón que muchos
de los delitos en que se ven involucrados sujetos jóvenes, se caracterizan por ser
cometidos en grupo, teniendo como objetivo conseguir dinero para el consumo.
Proceso Penal
La mayor parte de los delitos cometidos por sujetos jóvenes, dice relación con
diversas formas de robo y hurto, y con el tráfico de drogas. Se observa un alza de la
participación femenina en la comisión de este último tipo de delito. El hecho de que
estas formas de conducta delictiva sean las más frecuentes en este sector, dice
relación con la situación socio económica y las motivaciones del mismo.
En relación al proceso penal, no se encontraron diferencias significativas en el
tratamiento recibido por hombres y mujeres, por lo que este tópico se abordará de
manera conjunta.
Debido al circuito de creciente criminalización que conforma la cárcel, las
conductas desviadas se refuerzan y mantienen, sin posibilidades reales de
rehabilitación. Al consultar a los jóvenes se pudo constatar que un 85% de éstos era
reincidente.
En relación a la detención por parte de organismos policiales, existe la denuncia
de altos índices de abusos y maltrato por parte de funcionarios. En efecto, un 49% de
los entrevistados dijo haber recibido golpes, insultos o coacción o más de uno de ellos
durante la detención, y un 38% dijo haber sido torturado. Estas situaciones constituyen
verdaderos atentados a los derechos humanos los cuales permanecen en el más
absoluto silencio e impunidad.
Al abordar temáticas referidas al conocimiento de los jóvenes recluidos acerca
de los derechos que poseen en las distintas etapas del proceso desde la detención
hasta el cumplimiento de la pena, se constató que los jóvenes poseen escaso
conocimiento de ellos. Es así como, solo un 58% de los jóvenes reconoció poseer
algún derecho durante la detención, y menos de la mitad de ellos (41.4%) mencionaron
al menos un derecho estipulado Esta cifra se incrementa levemente (68%) al
consultárseles por los derechos que poseen en la etapa del proceso propiamente tal de
los cuales un 61.7% mencionó al menos un derecho estipulado legalmente..
En relación al proceso penal, se pudo observar que no se cumplían todas las
garantías que otorga la ley, mayoritariamente en relación al respeto de plazos de
detención y normas procesales. Se constató también el desconocimiento de los
181
jóvenes de las normas básicas del procedimiento legal. Es así como una vez más los
jóvenes ven vulnerados sus derechos, en este caso a un debido proceso.
En cuanto al derecho a una Defensa Jurídica, se advierte que la mayoría de los
jóvenes recluidos (77%) cuenta con un defensor, del cual un 58.4% es un defensor
público. La evaluación que estos jóvenes hacen de la calidad de la defensa es
negativa, lo que se evidencia principalmente en quejas referidas al escaso contacto
(50%) y deficiente desempeño del defensor (35%), situación que se desprende del
modo de funcionamiento del sistema público de defensa.
Respecto a los beneficios y medidas alternativas a los que pueden acceder los
jóvenes que ya han sido condenados, se constató nuevamente un escaso conocimiento
de los mismos. Sólo un 54% de los reclusos dijo conocer las medidas alternativas a la
pena, de los cuáles un 3.7% pudo mencionar al menos una de ellas.
Calidad de vida al interior del penal
En este punto se encontraron diferencias por género, por lo que se abordarán
ambos casos por separado.
La población femenina juvenil que se halla recluida, posee características
específicas que la diferencia de otros grupos que se encuentran en condiciones
similares. De esta manera, surgen problemáticas puntuales dada la confluencia de tres
dimensiones particulares: reclusión, juventud y género.
Las mujeres jóvenes ingresan al sistema penal principalmente por dos tipos de
delitos : tráfico de estupefacientes y delitos contra la propiedad. Se puede observar que
las motivaciones que conducen a estas jóvenes a incurrir en actos delictivos son de
carácter económico, convirtiéndose esta conducta, en una vía de consecución del
solvento necesario para la subsistencia de sus familias.
Junto a esto, se debe considerar el hecho de que un gran porcentaje de las
entrevistadas son madres y jefas de hogar, constituyéndose en el único sustento
económico del grupo familiar, ya que, o no contaban con una pareja o ésta se
encontraba también recluida. De esta manera, y unido al hecho de que en su mayoría
las jóvenes provienen de los grupos más marginados social y económicamente, es que
la conducta delictiva surge como una estrategia de supervivencia.
Una de las consecuencias que surgen a raíz de la reclusión femenina, es la
separación de la madre -pilar y fuente de sustento- del resto del grupo familiar,
situación que revela, una vez más, el papel central de la mujer al interior de la familia.
Como consecuencia de esto, las reclusas deben implementar una serie de estrategias
para mantener la organización familiar. De esta manera, el cuidado de los hijos es
depositado en los familiares más cercanos, generalmente la madre u otros de la línea
materna. Paralelamente, estas mujeres intentan generar recursos para apoyar a sus
familias desde el interior del penal, situación que se dificulta debido a la falta de
alternativas laborales que les permitan obtener ingresos significativos
182
Por otro lado, muchos de estos delitos se encuentran asociados directa e
indirectamente al consumo de drogas. Es decir, son cometidos bajo la influencia de
determinadas sustancias, o con el fin de conseguir dinero para el consumo, lo que
constituye una problemática principalmente juvenil.
En relación a la calidad de vida durante la reclusión, las propias internas
destacan como principal problema las dificultades que surgen en el establecimiento de
relaciones humanas al interior del penal, ya sea con las propias internas o con las
gendarmes. En efecto, señalan ser objeto de frecuente maltrato físico y/o psicológico
por parte de la autoridad, y problemas de convivencia entre las reclusas.
En torno a las condiciones materiales de la reclusión las entrevistadas señalaron
principalmente falencias en la infraestructura del penal, aludiendo a la falta de espacio
y como consecuencia de éste, hacinamiento y falta de privacidad. También
mencionaron déficits en las condiciones generales de vida, como problemas de higiene,
calefacción y alimentación para los niños.
En relación a la maternidad, surgen problemáticas específicas que se refieren al
embarazo y a la crianza de niños al interior del penal. Estas dicen relación,
principalmente, con una atención médica deficiente, la carencia de una alimentación
preferencial, salvo en casos extremos. Existe la percepción de que la reclusión afecta
física y psicológicamente a los menores. En general estas situaciones son vividas por
las mujeres con altas cuotas de angustia y preocupación.
Cabe destacar la preocupación y esfuerzo que despliegan estas madres en el
cuidado de sus familias y en la mantención de la cohesión familiar, a pesar de hallarse
físicamente distantes. Esta situación resulta congruente con sus expectativas de asumir
nuevamente la conducción de la familia una vez en libertad.
Por su parte, los jóvenes varones destacan también la importancia de las
relaciones sociales que se establecen al interior del penal, diferenciando los vínculos
con gendarmes de los creados con los otros reclusos. En el primer caso, los jóvenes
evaluaron negativamente la relación con los gendarmes, señalando maltrato, abuso e
indiferencia por parte de éstos. En el caso de las relaciones que se establecen con los
otros reclusos, las opiniones se dividieron entre quienes opinaban que éstas eran
buenas -aludiendo a la solidaridad y apoyo entre quienes se encuentran en las mismas
condiciones de encierro-, los que consideraban que la relación era regular “como en
todas partes”, y quienes señalaron problemas de envidia y rivalidades, a menudo con
peleas, y que por lo tanto evaluaron de manera negativa la relación entre los reos.
Al referirse a las condiciones materiales en que se encontraban, se señalaron
nuevamente problemas de infraestructura de los recintos. En efecto, situaciones como
hacinamiento, falta de privacidad e higiene se presentaron en todos los penales, lo que
unido a la mala calidad de la alimentación y de la atención médica, hace que la
evaluación general de las condiciones en que viven los jóvenes reclusos sea negativa.
Se refieren incluso trastornos graves de salud mental que se encuentran sin atención
profesional.
183
En torno a las relaciones sociales externas, ya sean familiares o amigos, la única
instancia de contacto son las visitas que éstos realizan a los internos. En general, los
jóvenes perciben un cambio positivo con la familia, señalando una mayor comunicación
y apoyo por parte de ésta. Por otro lado, la mayor parte de los entrevistados menciona
un deterioro de la relación con los amigos, producto del distanciamiento ocurrido a raíz
de la reclusión. Con respecto a la forma en que se llevan a cabo las visitas, los jóvenes
señalaron situaciones de mal trato hacia ellas por parte de Gendarmería, mencionando
también la precariedad de los lugares destinados para esos fines y la dificultad para
recibir visitas conyugales, situaciones que también afectan la calidad de vida.
Rehabilitación y Reinserción
Las conclusiones referentes a este punto nuevamente se desarrollarán
desagregadas por género.
En el caso de la rehabilitación en las mujeres, la capacitación por lo general se
traduce en pequeños cursos de corta duración centrados en manualidades típicamente
asociadas a la condición femenina (es decir, bordado, costura, policromía, etc) las
cuales generalmente no responden a las necesidades de calificación que necesitarán
estas jóvenes al salir del penal.
Por otra parte, en relación a la actividad laboral durante la reclusión, hay una
escasa oferta de trabajo formal por parte del sistema penitenciario. Los trabajos son
esporádicos y la retribución económica que ofrecen éstos son mínimas. Así, se dificulta
el acceso de las jóvenes al mercado del trabajo, perpetuándose de esta forma la
precaria inserción laboral que las mujeres tenían antes de la reclusión.
Al abordar el tema de la reinserción, se observa una discordancia entre los
trabajos, talleres y oficios enseñados al interior del penal, y los requerimientos prácticos
del mercado laboral externo, situación que las reclusas consideran una de las
principales dificultades para la reinserción laboral y social. También es posible observar
que la oferta y la calidad de las actividades organizadas al interior del penal han sido
insuficientes para dar cuenta de las necesidades específicas de las mujeres jóvenes
recluidas.
En torno a la rehabilitación, los reclusos varones, en su mayoría consideran que
la cárcel no cumple esta función, aseveración que se basa en dos factores centrales.
Por un lado, se encuentra la dificultad para acceder a los pocos cursos y talleres que
imparte Gendarmería, que en su mayoría brindan una deficiente preparación y que no
corresponden a los requerimientos del mercado laboral externo. Por otra parte, los
internos perciben la cárcel como una “escuela del delito”, debido al constante y cercano
contacto que se establece con sujetos más avezados en esta materia, lo que
contribuye al desarrollo de la carrera delictual.
Por lo tanto, la rehabilitación no es percibida por los sujetos como un proceso
alentado por la internación en un recinto penitenciario, sino más bien como un trabajo
184
interno desarrollado a partir de una decisión personal, motivada y apoyada por el grupo
familiar.
La reinserción por su parte, es concebida por los jóvenes varones desde dos
aspectos que se superponen : la reinserción laboral y la reinserción social.
El principal obstáculo para la reinserción laboral está constituido por el hecho de
poseer antecedentes penales, lo que provoca un constante rechazo por parte de los
empleadores y un consecuente temor que paraliza la búsqueda de trabajo en el
mercado laboral formal. De esta manera, el ex-recluso debe insertarse en el mercado
informal, con toda la inestabilidad y desventajas que esta situación acarrea, o incurrir
nuevamente en conductas delictivas.
La reinserción social, por otra parte, se dificulta en extremo por la rotulación que
efectúa la misma sociedad a quienes han estado recluidos, que se expresa tanto en los
grupos sociales más inmediatos, a través de rechazo y el aislamiento, como en los
organismos de seguridad pública, quienes actúan de manera prejuiciosa hacia ellos.
Se indagó acerca de las posibles alternativas a la cárcel que los mismos
reclusos pudieran proponer como forma de control social para la delincuencia.
En este tópico pudimos recopilar variadas opiniones que convergieron en 2
propuestas.
La primera de ellas hace alusión al mejoramiento de los recintos ya existentes,
tanto en la infraestructura como en la calidad y cantidad de profesionales y funcionarios
a cargo de su rehabilitación. Así también, se menciona un mejoramiento en la
administración al interior de los recintos, contemplando la distribución del tiempo ocioso
y del trabajo, con el objeto de que estos centros se constituyan como reales agentes
rehabilitadores.
La segunda propuesta está dirigida a la creación de nuevos centros, con fines
rehabilitadores centrados en la educación y en el trabajo, en donde la reclusión dejara
de ser el aspecto prioritario y pudieran encontrar apoyo y herramientas útiles no sólo
para salir del ciclo de delincuencia, sino también de la situación marginal en que se
encuentran.
Orientaciones y propuestas
De lo antes expuesto se puede concluir que la delincuencia juvenil no debe
abordarse exclusivamente desde un punto de vista penal, es decir, los jóvenes reclusos
no pueden considerarse sólo como individuos carentes de libertad, sino que también
debe observarse su condición de jóvenes, de marginalidad, atendiendo también a las
diferencias de género. Estas consideraciones deben asumirse a priori y de manera
global, es decir, desde el diseño de los recintos penales hasta las políticas de
rehabilitación y reinserción laboral aplicadas a hombres y mujeres en reclusión. La
importancia de que estas políticas incorporen el concepto de juventud, se debe a que
ésta es una etapa del desarrollo definitoria para todo ser humano, durante la cual las
185
mujeres reclusas deben hacerse cargo además de la crianza y educación de sus hijos,
generalmente de corta edad.
Por lo tanto, para lograr efectividad en cualquier intervención de carácter
psicosocial que se desee implementar en materia de jóvenes en conflicto con la justicia,
se deben considerar las características distintivas de este grupo social.
Tomando lo anterior en consideración, se puede proponer intervenciones en las
siguientes direcciones :
1.- Por una parte, parece conveniente realizar un mejoramiento de las iniciativas que
ya han sido implementadas en los recintos penitenciarios, como son los cursos de
capacitación y talleres que se imparten en los mismos.
a.- Respecto a la educación formal, se debe mejorar el sistema de acceso a los cursos
destinados a completar la enseñanza básica y media, con el fin de brindar las
oportunidades necesarias para una satisfacción más eficiente de esta demanda.
b.- En relación a los talleres que actualmente se dictan en dichos recintos, favorecer
en áreas recreativas, deportivas, artísticas y de desarrollo personal, con el fin de
promover el adecuado uso del tiempo ocioso y de estimular las potencialidades
individuales, y de esta manera favorecer la reinserción social de los sujetos.
c.- En torno a la capacitación laboral que se realiza al interior de los penales, se sugiere
la implementación de cursos que, por una parte, correspondan a las demandas reales
del mercado laboral externo y que, por otra, capaciten en oficios que se traduzcan en
posibilidades de trabajo concretas, favoreciendo una real reinserción de los jóvenes en
materia laboral. En este punto, sería importante incentivar el apoyo de empresarios, a
través de un aumento en la oferta de empleos para los jóvenes reclusos al interior de
los penales, con remuneraciones acordes al mercado y con posibilidades de
continuidad una vez cumplida la pena.
2.- Por otra parte, se requiere intervenir, específicamente en el fenómeno de la
drogadicción al interior de los penales, ya que esta problemática se ha constituido
como un importante detonante de la conducta delictual. Se debe favorecer el desarrollo
de programas de prevención y rehabilitación al interior de los recintos penitenciarios,
implementados por profesionales del área de la salud mental. Sin embargo, a pesar de
que la existencia del consumo de drogas al interior de los penales no es desconocida,
se requiere realizar investigaciones específicas que describan y caractericen la
dinámica del desarrollo de este fenómeno.
3.- Para llevar a cabo estas propuestas de intervención, es fundamental que los
profesionales y funcionarios que participen en la implementación de las mismas, sean
previamente capacitados para el desempeño adecuado de su labor, considerando las
características particulares del grupo con el que se está tratando, las que ya fueron
mencionadas anteriormente. Es importante que se desarrollen instancias de
186
perfeccionamiento en el tema, y de apoyo psicológico tanto para los profesionales
como para funcionarios.
4.- Es importante realizar jornadas educativas de sensibilización y apoyo en salud
mental para todos los funcionarios de Gendarmería que se encuentran en contacto con
los internos, de manera de desarrollar mejores relaciones entre ambos grupos.
5.- Se hace necesario crear instancias de apoyo psicosocial y económico tanto para
reclusos como para ex reclusos, que favorezcan la reinserción social y ayuden a la
superación del “trauma de la cárcel”. En este sentido se destaca el trabajo desarrollado
por los profesionales del C.R.S. de Santiago, dirigido a integrar la experiencia de la
cárcel de manera adaptativa para el sujeto.
6.- En el caso específico de las jóvenes reclusas, se torna urgente implementar un
mejoramiento de las condiciones de vida al interior de los recintos penales,
principalmente en el caso de las jóvenes embarazadas y las madres con niños de corta
edad, de manera de proveer de los elementos básicos para enfrentar estas etapas de
manera adecuada. En este sentido, se sugiere optimizar la atención médica y
psicológica, y el cuidado, alimentación e higiene de la madre y el niño.
7.- Finalmente, no se debe restar importancia al papel de la prevención de la conducta
delictual. En este sentido, se hace necesario impulsar y desarrollar el trabajo que se
realiza a nivel comunitario, favoreciendo la creación y establecimiento de redes
sociales, y reforzando las iniciativas dirigidas a jóvenes y niños.
187
IV.- BIBLIOGRAFIA
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188
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Cont:
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ii - Instrumentos internacionales de DDHH - 1. Tratados internacionales de DDHH
ratificados por Chile que se encuentran vigentes - 2. Declaraciones
Exs.: U.D.Portales.
"Instrumentos internacionales de DDHH vigentes en Chile"
López Danson, Carlos
Santiago - Edición Nacional de DDHH - 1994
Cont: 1. Ordenamiento internacional y derecho internacional 2. Recursos judiciales 3. El
acceso del individuo al sistema de protección internacional 4. Conclusiones 5. Indice de
instrumentos internacionales 6. Indice de instrumentos internacionales clasificados 7.
Declaración Universal sobre DDHH
Materia: NU, Unesco, OIT, OEA, OUA; Consejo de Europa, Comité de persecusión del
delito y .... contra la delicuencia, Convención de Ginebra, Tratados internacionales,
Instrumentos internacionales, Recursos judiciales, O.I., Convenciones internacionales,
Declaraciones internacionales, Chile.
Exs.: U.D.Portales.
"Protección procesal de los DDHH ante los tribunales ordinarios"
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Madrid - Montecorvo - 1987.
Mater: Derecho procesal - DDHH
"El recurso de protección ante el derecho comparado"
Paillás, Enrique
Santiago - Juridica de Chile - 1990
189
Cont: 1.Introducción
2.El referé (Francia y Bélgica) 3.El amparo en algunas
legislaciones latinoamericanas 4.El recurso de protección en Chile.
Mat: Recurso de protección, Recursos amparo, Derecho comparado, Argentina, Brasil,
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"La garantía constitucional de los derechos fundamentales: Alemania, España,
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Exs.: U.D.Portales.
"Derecho penal latinoamericano comparado - parte general"
Bustos R., Juan - Valenzuela B., Manuel
Buenos Aires - Depalma - 1983
Abs.: Se realiza un estudio del código penal tipo en Latinoamérica y un esbozo histórico
del derecho penal en la región. El análisis de derecho comparado contempla temas
como la ley penal en el tiempo y en el espacio, en relación a las personas, el delito,
antijuricidad y causales de justificación, culpabilidad, etc.. Todo esto en el v.1. En el v.3
se se presenta el conjunto de los códigos penales latinoamericanos, sus proyectos y
anteproyectos, además de una revisión de la legislación alemana.
Mat. Código penal, Derecho comparado, ley penal, delitos, culpablidad tipicidad
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Exs.: U.D.Portales.
"Delincuencia juvenil y sociedad en transformación: derecho penal y procesal de
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Cantareno, Rozío
190
Madrid, Montecorvo - 1988
Cont: 1.Las desviaciones de jóvenes 2.La delincuencia de menores y jóvenes
3.Derecho procesoral de menores (3.1. La Constitución como referencia obligatoria
3.2. La Jurisdicción 3.3. La Constitución y los derechos jurisdiccionales del menor de
edad penal 3.4. Sistema de recursos) 4. Alternativas legislativas.
Mat: Criminología, Delincuencia juvenil, Problemas sociales, Derecho Penal y Procesal,
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Exs.: U.D.Portales.
"Bases críticas de un nuevo Derecho Penal"
Bustos, Juan
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Mat: Derecho Penal
Código: CEFM F01855
"Criminología crítica y crítica de derecho penal: Introducción a la sociología
juridico-penal"
Baratta, Alessandro
México, SXXI - 1986
Abs.: El autor hace un recuento de las más importantes teorías criminológicas tanto
desde el punto de vista de la sociología jurídica como de la sociología jurídico-penal:
escuela liberal clásica, criminología positivista, la ideología de la defensa nacional.
teorías psicoanalíticas, teoría estructural-funcionalista de la desviación y la anomia,
teoría de las subculturas criminales. Luego presenta el nuevo paradigma criminológico
del labelling approach o enfoque de la reacción social, basado fundamentalmente en
tres críticas: negación del principio del fin o de la prevensión, negación del principio de
igualdad, y negación del principio del interés social y del delito natural. La superación
de este modelo se comprenderíacomo la construcción de un nuevo modelo integrado
de ciencia jurídica.
Mat: Criminología, Derecho Penal, Criminología - Sociología, Capitalismo, Positivismo,
America Latina, Europa.
Exs.: U.D.Portales.
191
"Sistemas penales y DDHH en las Americas Latinas: Primer Informe"
Institutot Interamericano de DDHH
Buenos Aires - Depalma - 1984
Cont: Primer Informe - 1. Documento de discusión para el seminario de San José (1115 de Julio 1983) 2. Introducción 3. Consideraciones básicas 3.1. Previsiones
conceptuales 3.2. Encuadramiento teórico mínimo a nivel jurídico y su crítica ideologica
3.3. Limitaciones y al conocimiento de los efectos practicos 4. Principales contenidos
de la investigación 4.1. Información juridica (represividad) 4.2.Inf. Pra.: inefiancia 5.
Mecánica 5.1. Programación 6. apendice 6.1. Criminalidad y desarrollo en AL.
Mat: Derecho Penal, Criminología, sitema penales, AL
Exs.: U.D.P.ortales.
IBIDEM - 1986
Cont: Informe final - 1. Legislación penal 2. Legislación procesal 3. Legislación
contravencional, de peligrosidad y policia 5. Legislación tutelares 6. Legislación penal
militar 7. Omisiones legales y fácticas que implican con otras violaciones de los DDHH
8. Encuardamientos ideólogicos generales en perspectivas historíca 9. Fenómenos
Fácticos violativos de DDHH Doc: final del Programa de investigación desarrollafda por
el Inst. Interam. de DDHH.
Exs.: U.D.Portales.
"El sol en la ciutad: estudios sobre prevención del delito y modernización
penitenciaria"
Dominiguez Vial, Andrés
Escolar Aguirres, Fernando
Santiago - Editore Nac. de DDHH - 1993
Cont: Primera Parte: De la prevención general a la prevención especial 1.1. pólitica de
prevención integral 1.6. Prevención especial: sistema intromuros 1.7. Medidas
sustitutivas a la prisón en Chile 1.8. Modernización de la política penitenciara
Exs.: U.D.Portales.
"Seminario DDHH: desafio para un nuevo contexto"
Aylwin, Jose
192
Comisión chilena de DDHH
Santiago, Com. chilena DDHH - 1992
Cont:.... 3. Derechos del niño y del adolescente
Mat.: Dº del niño, jóvenes, mujer, pobreza, Mºambiante, Pueblo indigenes
Exs.: U.D.Portales.
"Derecho penal juvenil"
Péroz Ferreiro, Maria de los Angeles
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abs,: Luego de algunas breves consideraciones teóricas sobre control social
marginalidad y subculturas, la autora presenta un informe de una investigación sobre
menores infractores y la aplicación de medidas de seguridad educativas. como
conclusión presenta una serie de consideraciones sobre el derecho y la justicia de
menores, y en particular sobre el artíclo 45 del código penal uruguayo.
Mat: Menores, Derecho penal, delincuencia juvenil, Jóvenes, Control social, Menores
de edad, Uruguay.
Existencia: U. D. Portales
"Constitución y DDHH: jurisprudencia nacional e internacional y técnicas para su
interpretación"
Miller, Jonathan
Gelli, María Angélica
Cayuso, Susana
Buenos Aires, Asteria - 1991
Mat: DDHH, Libertad de expresión, recurso procesal, igualidad, JP, debido proceso,
control constitucional
Exs.: U.D.Portales.
“Comentario Procesales"
Tavolari Oliveros, Raúl
Vlpso Edeval - 1994
abs.: En su capítulo quinto, Tavolari hace una lectura del proceso civil chileno desde el
debido proceso y la eficacia de la jurisdicción de cara a la reforma. En el sexto una
193
revisión de los pactos internacionales en relación al proceso, y luego en el séptimo un
panorama iberoamericano del Habeas Corpus.
Mat: Enajenación forzada, error judicial, debido proceso, habeas corpus.
Exs.: U.D.Portales.
"Peculiaridad.. y función de los derechos fundamentales en el estado
constitucional democrático.. "
Scheiner, Hans-Peter
en : "Derecho y societad: Rev. de CCSS (Santiago de Chile" Año 1, n8 2 Prim. 1988, p.
9-32.
Cont: I. Aparición y evolución de los derechos fundamentales. 1. Derecho fund. como
Derecho conferidos de "status" 2. Clases de Derecho Fun. 3. Aplicación de los Derecho
fun. II. P ... de los derechos fundamentales III. Funciones de los derechos
fundamentales.
Mat: Derechos civiles - Alemania - Derecho comparado
Exs.: Congreso.
"Observaciones sobre la detención ilegal cometida por funcionario público en los
Códigos españoles y chilenos."
Bazaman Rodriguez, Antonio
en: Dercho y Sociedad - Rev. CCSS - Santiago Chile, Año 1, n°2, primav. 1988, p. 7486
Mat: Chile, Cod. Pen, España, Cod. Pen., Derecho Comparado, Detención de
personas.
Exs.: Congreso.
"La protección de las personas frente a los organos del Estado brindada por
normas constitucionales: estudio de derecho comparado".
Connelly, thomas john
en: Serie estudios - Biblioteca del Congreso Nacional -Santiago - Volumen 3 (abril
1993) P 15-28.
194
Cont: Introducción - Mecanismos constitucionales para la defensa de las personas
frente al Estado en la legislación positiva internacional: 1. Chile 2. Reino Unido 3.
Holanda 4. Francia 5. EEUU 6. España 7. Suecia 8. Canadá 9. Brasil .
Abs: Se revisan las constituciones de diversos países. Se enuncian derechos
individuales y sociales, en términos generales y específicos, los que generalmente no
son respetados por la administración pública que tiende m,as a fiscalizar deberes que a
garantizar derechos. Luego se enuncian los derechos ciudadanos sin explicitar
mecanismos para su defensa.
Mat: Defensor del Pueblo - Exceso de poder (Derecho adm.) - Derecho comparado.
Exs.: Congreso.
"Hacia la codificación del Derecho° procesal consttitucional"
Tavolari Oliveros, Raúl
en: Revista de Derecho: Derecho, Sociedad, Cultura - Facultad de Derecho Univ.
Centr. Sant., Año IV, n8 2 (publ/diciembre 1990), p. 83-88.
Abs.: Se manifiesta la importancia de plantear el tema de la Codificación de la Justicia
Constitucional. Tener en cuenta la naturaleza de los conflictos y los problemas que esta
justicia, o esta jurisdicción, habrá de asumir. Lo inquietante en torno a si la Codificación
es posible dice relación con los derechos, los mecanismos constitucionales y los
distintos procedimientos de cautela de los derechos fundamentales.
Mat: Garantias constucionales - Constitucionalidad de la Ley -Derecho Comparado.
Exs.: Congreso.
"Presente y futuro de la victimología".
Bustos R, Juan
en: Revista de ciencias penales - Instituto de ciencias penales - Santiago - , Tomo XL.
N8 1 (1990/1993), p. 9-48.
Cont: I El planteanmiento del problema - II. Victimología del Derecho penal - III.
Víctima y proceso penal - IV. Victimología y seguridad ciudadana - V. Qué queda de la
victimología.
abs.: Se refiere a las diferentes perspectivas que han surgido en el ültimo tiempo
ecerca de la Víctima, las cuales abandonan los planteamientos positivistas, y que al
igual que el caso del delincuente, se vuelven al proceso de victimización. Se considera
195
además, a la relación entre la victimología, el derecho penal y la seguridad ciudadana,
tema que en la actualidad resulta fundamental en la posición del estado para la
protección del derecho a las personas.
Mat: Criminología, Procedimiento Penal.
Exs.: Congreso.
"Critica del Derecho Penal de hoy: norma, interpretación, procedimiento: limites
de la prisón preventiva."
Hassemer, Wienfried
Buenos Aires, Argentina - AD-HOC. 1995.
Cont: Un Derecho correcto mediante un lenguaje correcto ? Acerca de la prohibición de
analogía en el Derecho penal. El destino de los Derechos del ciudadano en el Derecho
penal "eficiente" - Lienamientos de un proceso penal en el estado de Derecho - Los
presupuestos de la Prisón preventiva.
Mat: Derecho penal, Procedimiento penal, Derecho del lenguaje, prisión preventiva.
Exs.: Congreso Vlpo.
"Orientaciones básicas del Derecho penal en un estado democrático de
Derecho8"
Feller Schleger, Claudio.
en: Rev. de Ciencias penales / Instituto de ciencias penales (Santiago, Chile) Tomo XL,
n°1 (1990/93) p. 36-48.
Cont: I.Derecho Penal y Estado - II. El Derecho Penal como carta magna del
delincuente - II. El Derecho Penal al servicio de la sociedad y el individuo (componente
social del Derecho Penal democrático).
Abs.: Se refiere a las estrechas relaciones entre el derecho penal y el modelo de
estado en el que se inserta y al cual sirve. Dice el autor que desde hace tiempo que la
literatura jurídica destaca estas relaciones. Agrega que el llamado "estado de derecho
democrático" adquiere una dimensión social, cuando se le atribuye no sólo la función
de garante del respeto a los derechos de las personas, sino también cuando se le
asigna una función activa de promoción material, a tavés de su intervención en las
relaciones sociales, de los derechos reconocidos formalmente.
Mat: Estado de derecho, derecho penal, derecho comparado.
Exs.: Congreso.
196
“Teoría y estructura sociales”
Merton, Robert
México, F.C.E., 1964
Mat.: Teoría sociológica, conducta desviada.
Abst.: Merton construye una nueva teoría de la anomia, como teoría de alcance medio.
Constituye ésta una superación de la noción de anomia como mera falta de normas.
Distingue dos elementos fundamentales de lo que llama estructura cultural de la
sociedad: los objetivos culturalmente definidos y los medios institucionalizados para
alcanzarlos. La conducta desviada se origina apartir del desajuste entre ambos
elementos. Rechazando la concepción de mérito de Durkheim de base biológicosicológica, se centra en las derivaciones sociales del egoísmo y rechaza la idea de que
la anomia sea resultado de que la sociedad no puede impedir que el impulso biológico
halle su "vía de escape". Merton construye una tipología de las respuestas ("modos de
adaptación individual") ante la sociedad norteamericana imperfecta: conformidad,
innovación, ritualismo, retraimiento y rebelión, de las cuales sólo la primera no
constituye una adaptación desviada.
“Principles of criminology”
Sutherland, Edwin H.
Filadelfia, J.P. Lippincott. 7a ed. 1966.
Mat.: Criminología, teoría sociológica, conducta desviada.
Abst.: La teoría de la asociación diferencial sostiene que una persona se hace
delincuente por un exceso de definiciones favorables a la violación de la ley respecto
de definiciones nofavorables a dicha violación. Estas definiciones se aprenden
mediante un proceso de aprendizaje normal, que incluye técnicas para cometer delitos,
y el sentido específico de los motivos, impulsos, racionalizaciones y actitudes.Esto se
pone en marcha gracias a la asociación en grupos personales íntimos. La eficacia de
ese proceso de aprendizaje es función de la frecuencia, duración, prioridad e intensidad
de la asociación diferencial. La teoría no se opone solamente a la idea de que la causa
del delito es la patología individual, sino también a la idea de que los motivos del delito
son simples "racionalizaciones" de procesos inconcientes para impulsos biológicos
ocultos. En resumen, se dice que en las sociedades industriales complejas hay normas
heterogéneas en conflicto, todas las cuales implican su propia organización particular:
están orientadas a diferentes fines y medios. La organización diferencial trata de
explicar la existencia de normas delictivas, mientras que la asociación diferencial
procura entender su transmisión.
"A differential assosiation-reinforcement theory of criminal behavior"
197
Chicago, Social Problems, v.14. 1966.
Mat.: Criminología, conducta desviada.
Abst.: Miembro, junto a Park, de la escuela del positivismo biológico de Chicago, se ve
influído, en su interés por la forma en que la ecología del mundo material plasma y
estructura la interacción, por la corriente interaccionista de Simmel y Cooley. En el
núcleo de la teoría ecológica se encuentra una "lucha por el espacio" ( que depende de
una secuencia de movimientos de población, invasión-dominio-sucesión), que
constituye la base de las investigaciones sociológicas contemporáneas sobre la vida en
la ciudad. Utiliza una analogía biológica: la relación simbiótica entre las diferentes
"especies" de hombres ha entrado en un estado de desequilibrio. La conducta desviada
aparece cuando la competencia se hace tan dura que altera el equilibrio biótico, y ésto,
a su vez, es producto de la velocidad de la migración hacia las zonas delictivas, como
también del cambio de población dentro de ellas. Cuando esta analogía biológica se
traduce en términos sociales, nos encontramos con una idea de "organización" (la
sociedad), y con una imagen de desorganización social dentro de ciertas zonas
residuales.
“Los derechos humanos ante la criminología y el derecho penal”
Universidad del país vasco. Inst. Vasco de criminología.
Belloch, Juan Alberto.
Beristaín, Antonio comp.
Cuesta, José Luis de la comp.
San Sebastián:Instituto vasco de criminología.
Abs.: Partiendo de un comentario en torno a la noción de "presunsión de inocencia", el
autor tematiza la cuestión de la universalización de los Derechos Humanos, la
democracia parlamentaria y la Razón de estado. Finalmente desarrolla un estudio
estadístico y teórico sobre el internamento de menores en Francia y en regiones del
país vasco.
Mat.: Derecho penal, DDHH,criminología.
Exs.: Congreso Vlpo.
“Constitución, bien jurídico y derecho penal: revisión de una teoría del conflicto”
En: Gaceta jurídica. Stgo., Chile. No. 167( mayo 1994)
Medina Jara, Rodrigo.
198
Cont.: Debate acerca de la idea de estado y la idea de constitución. Discución sobre los
principios. El problema de los tratados internacionales. Perfeccionamiento del régimen
legal de filiación.
Abs.: Se pretende hacer un repaso general del estado e importancia de las relaciones
entre constitución y derecho penal, a través del principio límite de la exclusiva
protección de bienes jurídicos a que éste se supone estaba destinado, teniendo como
trasfondola idea general de conflicto o tensión de intereses.
Mat.: Derecho constitucional, derecho penal.
Exs.: Congreso.
“La incorporación de los tratados en el derecho internacional chileno: análisis
desde la perspectiva del derecho internacional”
En: Ius et Praxis: derecho en la región. U.de Talca, Talca, Chile, Año 2 1997.
Bustos valderrama, Crisólogo
Cont.: Convención de Viena sobre el derecho de los tratados. Los tratados
internacionales y la constitución chilena.
Abs.: La comunidad internacional cuenta con un universo de normas e instituciones de
las cuales regula la coexistencia y cooperación de los estados. Dentro de los principios
obligatorios del derecho internacional general destacan tres: el principio del libre
consentimiento ( el estado no esta obligado a celebrar un tratado mas que por su
propia voluntad); el principio de la buena fe( obligación de lealtad al otro contratante,
lealtad a la convivencia y al sentido de las interacciones) ; y el principio pacta sunt
servanda( hace obligatorio el cumplimiento de lo pactado). Las normas del DDII que
regulan las relaciones entre estados en materia de tratados, se encuentran codificadas
en la Convención de Viena sobre el dercho de los tratados.
Mat.: Chile constitución 1980, derecho internacional, tratados internacionales.
Exs.: Congreso.
“Los tratados de DDHH y la constitición política de la república”
En: Ius et Praxis: ibidem
Cea egaña, José Luis.
Cont.: Incorporación de los tratados. Principios del derecho internacional. Aplicación
directa de normas fundamentales.Identidad de Constitució y tratados. Problemas
políticos que obstryen soluciones jurídicas. Unidad del dercho.
199
Abs.: Se plantean consideraciones de caracter doctrinario pensando en una mejor
interpretación de lo conjugable entre constitución y tratados de DDHH. SE reflexiona
respecto de las razones por las cuales se tiene un problema en esta materia.
Mat.: Chile constitución 1980, DDHH, acuerdos internacionales, tratados.
Exs.: Congreso.
“Los tratados internacionales y el Artículo 5° de la constitución”
En: ibidem
Cumplido Cereceda, Francisco.
Abs.: Se analiza el contexto político en que se hiciera la reforma constitucional de 1989.
En 1984 se pensó que era posible asumir la propia institucionalidad del gobierno militar
y derrotarlo políticamente. Se había pueto en duda la estrategia de la no violencia
activa.Esa evaluación política condujo a que en 1984, en un seminario realizado por
ICHEH, se planteara la posibilidad de cambiar dicha estrategia, etc. Se interpreta que,
como resultado de dicho proceso, el pacto constitucional engendró algunos productos
imperfectos de control constitucional de los derechos humanos, entre ellos la génesis y
redacción del inciso segundo del art. 5 .
Mat.: Chile constitución 1980 Tratados internacionales, DDHH.
Exs.: Congreso.
“Jerarquía normativa de los tratados internacionales sobre DDHH”
En: Ibidem.
Abs.: Se trata dilucidar la furza y jerarquía normativa de los tratados internacionales
que versan sobre DDHH en el derecho interno chileno. La discusión se origina en la
reforma constitucional introducida por la ley 18.825 de 1989 que agrega una oración,
en la parte final al inciso segundo del art. 5 de la constitución. Se hace una suscinta
revisión a algunas constituciones tanto europeas como americanas. En términos
generales, puede afirmarse en algunas, una vez incorporadas al derecho interno,
siguen un régimen semejante a la ley; en otras tienen fuerza interpretativa e
integradora del derecho nacional; en otras se les reconoce mayor jerarquía que la ley.
Mat.: Tratados internacionales, Chile. Análisis comparativo, DDHH, acuerdos
internacionales.
Exs.: Congreso.
200
“Práctica legislativa: participación de Chile em tratados internacionales”
En:. Estudios. Sociedad chilena de Derecho internacional
Laarson, Gabriela.
Abs.: Recopilación de decretos supremos relativos a la aprobación y promulgación de
convenios y protocolos con diversos países en variadas materias.
Mat.: Tratados internacionales, Chile. Legilación.
Exs.: Congreso.
“La Convención de los derechos del niño y la legilación nacional”
En: Esos esquivos derechos. Santiago, Chile, UNICEF, 1992
Mayorga Lorca, Roberto.
Abs.: El texto está dividido en dos capítulos. El primero sobre antecedentes generales
de la convención. El segundo, trata sobre la Convención de derechos del niño y la
legilación nacional, donde se hace un análisis por capítulo.
Mat.: Derechos del niño, instrumentos y tratados internacionales.
Exs.: UNICEF.
“Defensa de los derechos del niño: antecedentes desde la perspectiva de Chile.
Santiago, Chile. PIDEE, 1991”
Toledo, Ida. Co-aut.
Abs.: El texto entrega antecedentes históricos sobre la infancia en distintas ëpocas y
culturas. Se describe el desarrollo de los derechos del niño en Chile a través de la
historia. Se analiza la situación de la infancia durante la dictadura militar, destacándose
tres situaciones: la situación alimentaria, el trabajo infantil y la prostitución infantil.
Finalmente se exponen las principales leyes que regulan la situación de la infancia en
Chile.
Mat.: Derechos del niño, historia social, legilación.
Exs.: PIDEE.
201
“Ser niño en América Latina. De las necesidades a los derechos. Buenos aires,
Argentina, Unicri, Galema, 1986”
Garcí Mendez, Emilio. Co-aut.
Abs.: Seminario donde se plantea la problemática de la infancia y la adolescencia en el
contexto americano. Se estudia las situaciones del niño y el adolescente sometidos a
procedimientos judiciales por situaciones irregulares como delitos, desde el punto de
vista de la declaración de los derechos del niño. Contiene un análisis de la situación de
la infancia en América Latina dividido por países, realizado por ONGs relacionadas con
el tema de cada país.
Mat.: Delincuencia juvenil, Niños socialmente desfavorecidos.
Exs.: SENAME.
“Convención de los Derechos del niño. O.N.U. , 1989”
Organización de las Naciones Unidas.
Abs.: La declaración se inicia con un preámbulo en el que se reafirman los principios de
N.U., la necesidad de proporcionar cuidado y asistencia especial a los niños y la
responsabilidad de la familia en la protección de los mismos. Contiene 54 artículos
divididos en dos partes: la primera da cuenta de los derechos que tienen los niños y
los responsables de satisfacerlos y respetarlos; la segunda plantea la obligación de los
estados respecto a la convención, la creación de un Comité de los derechos del niño y
quiénes pueden participar en ël.
Mat.: Instrumentos internacionales, derechos del niño.
Exs.: Congreso.
“Reglas mínimas de las N.U. para la administración de la justicia de menores.
Reglas de Beijing. Nueva York, EEUU, Deto. de información pública de las N. U.,
1986”
Organización de las Naciones Unidas.
Abs.: Resolución 40/33 de la Asamblea general de las N.U., aprobada el 29 de
Noviembre de 1985 que contiene las reglas a ser aplicadas a menores delincuentes de
acuerdo a los sistemas y conceptos jurídicos existentes en cada país.
202
Mat.: Instrumentos internacionales, Reglas de Beijing, delincuencia juvenil
Exs.:Congreso.
“Pacto internacional de Derechos civiles y políticos. O.N.U., 1986”
Organización de las Naciones Unidas.
Abs.: El pacto contiene 53 artículos divididos en seis partes.
Se establecen los derechos que bajo ninguna cirscunstancia pueden ser suspendidos,
y las libertades y derechos que en el ámbito jurídico, político y civil toda persona tiene.
A partir del art. 28 se especifican las funciones que tendrá el Comité de DDHH. Existe
un Protocolo facultativo del Pacto que se adjunta al final, el que a través de 14 artículos
establece el procedimiento para que individuos víctimas de violaciones a los DDHH
presenten sus situaciones al Comité. Chile ratificó el Pacto en 1989.
Mat.: Instrumentos internacionales, derechos civiles y políticos.
Exs.: Congreso.
INDICE
CAPITULOS
PAGINAS
203
1.- PRESENTACION ....................................................
1-3
2.- ANALISIS DE NORMAS DE
DERECHO COMPARADO
3 - 48
..................................
3.- PERFIL PSICOSOCIAL DE LOS
JOVENES RECLUSOS ............................................
48 - 82
4.- DINAMICA DEL PROCESO PENAL ..........................
83 - 102
5.- CALIDAD DE VIDA, REHABILITACION
Y REINSERCION ......................................................
102 - 133
6.- CONCLUSIONES Y
RECOMENDACIONES .............................................
133 - 155
7.- ANEXOS
209
................................................................
204
155 -
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