ESTUDIO "JOVENES RECLUSOS: REALIDAD, DERECHOS, MEJORAMIENTO DE SU SITUACION Y PERSPECTIVAS DE REHABILITACION" Realizado por Consultora Ceis, para el Instituto Nacional de la Juventud. 1998 1 INFORME FINAL "JOVENES RECLUSOS: REALIDAD, DERECHOS, MEJORAMIENTO DE SU SITUACION Y PERSPECTIVAS DE REHABILITACION" 1.- PRESENTACION A pesar de que en los últimos años se han realizado importantes esfuerzos tendientes a situar la problemática de los jóvenes en el ámbito de la elaboración de políticas sociales, aún existen importantes carencias en diversas áreas, respecto de las cuales este segmento de la población resulta especialmente afectado. Esto se traduce en problemas tales como la falta de capacitación, desempleo, escasez de espacios de recreación e incluso situaciones que caen dentro del ámbito de la salud pública como son la drogadicción y el alcoholismo. Dentro de estos problemas, la delincuencia juvenil constituye un tema al que no se le ha dado la importancia necesaria. A pesar de que incluso en la opinión pública el tema de la seguridad ciudadana ha tomado fuerza, se puede constatar un déficit en relación al estudio de este fenómeno. Como consecuencia, las pocas políticas públicas que se aplican carecen del sustento necesario para hacerlas efectivas. En Chile faltan investigaciones teóricas y empíricas que se refieran exclusivamente a la delincuencia en este grupo etario. Por otro lado, no se han producido avances legislativos significativos al respecto, que permitan enfrentar este problema de manera eficaz. Esto contrasta con otros ámbitos del quehacer nacional, como el área económica, en el cual se han logrado importantes avances. El proceso de paso de la infancia a la adultez, se caracteriza por sucesivos cambios que tienen, entre sus fines, que la persona adquiera la independencia parental y consolide una identidad propia que le permita reconocerse como un ser único y, al mismo tiempo, diferenciarse del resto. Debido a estos cambios, tanto físicos como comportamentales, es que se puede hablar de la juventud como una etapa del desarrollo con características propias y que difiere cualitativamente de otras. Sin embargo, en el momento en que el joven entra en contacto con el sistema penal, es tratado como niño o como adulto, sin que se tomen en cuenta estas características. Es decir, no existe un tratamiento jurídico diferenciado que permita abordar en mejor forma los conflictos del joven con su entorno. 2 Durante 1996 Carabineros realizó 72.414 aprehensiones1 de las cuales el 62.6% fueron jóvenes entre 15 y 29 años. Por otro lado, Investigaciones puso a disposición de los juzgados con competencia criminal a 17.800 personas, de las que el 65.2% tenía entre 16 y 30 años. En el año 1995 fueron condenadas 18.291 personas, 63.2% jóvenes de 15 a 29 años. Estos datos revelan que más de la mitad de los sujetos que en los últimos años han entrado en conflicto con la justicia son jóvenes. Dentro del alto porcentaje de delitos por los que fueron condenados, un 75% corresponde a delitos contra la propiedad (robo, robo con homicidio, robo con violencia, robo con fuerza y hurto). De estos datos se puede desprender que una política de control delictual y de rehabilitación de los delincuentes debe, necesariamente, prestar especial atención a este grupo etario y al tipo de acto delictivo que éstos mayormente cometen. Para esto es indispensable estudiar las características socio-culturales del joven infractor y de los motivos que lo llevan a delinquir. Se precisa entonces contar con un perfil del joven en conflicto con la justicia, que incluya aspectos psicológicos como sociales. Además se requiere conocer en sus caracterísiticas el contacto que los jóvenes tienen con los organismos policiales y judiciales. Al respecto no es de menor importancia interiorizarse en la realidad que viven los jóvenes internos en recintos penitenciarios y de que manera esta situación puede afectarlos, considerando la etapa del desarrollo en que se encuentran. Por otro lado es conveniente analizar la normativa legal que rige el actuar de estas personas y de que manera se hace cargo de esta realidad. De surgir un juicio negativo al respecto, deberán diseñarse políticas legislativas tendientes a abordar este fenómeno de manera más adecuada. La presente investigación tiene por objetivo general el realizar un estudio descriptivo de la situación actual del joven que entra en conflicto con la justicia. Este trabajo se llevó a cabo desde una perspectiva que aunó criterios legislativos y psicosociales, con el fin de lograr una visión integral de la temática en estudio. Se pretende también proponer orientaciones e iniciativas para políticas en materia de jóvenes transgresores de la legislación penal. En primer lugar se efectuó un análisis comparativo entre la legislación procesal penal vigente y los tratados internacionales suscritos por Chile y que contienen normas de este tipo. A través de este estudio se pretendió verificar si estos preceptos internacionales se cumplen en nuestro país en su fase normativa. Posteriormente se analizó aquellas sugerencias internacionales que abordan la temática descrita y que no se traducen en tratados internacionales. Nuevamente se las cotejó con la legislación interna vigente. El análisis jurídico del tema se concluye con entrevistas a diversos actores judiciales que expresaron su opinión en relación a temas atingentes a la delincuencia juvenil. Por otra parte se confeccionó, a partir de una encuesta aplicada a un grupo de jóvenes internos en recintos penales, un perfil del joven en conflicto con el sistema 1 Anuario de estadísticas criminales, fundación paz ciudadana, que sólo toma en cuenta los delitos de homicidio, violación, lesiones, daños, drogas, robo, robo con homicidio, robo con violencia, robo con fuerza y hurto. 3 penal. Este incluye aspectos psicológicos, familiares, educacionales, económicos y sociales, lo que permite hacerse una idea de las características generales de los jóvenes que se encuentran actualmente privados de libertad debido a conductas delictivas. Se indagó también sobre las características del proceso penal en el cual están insertos, desde el momento de la detención hasta la actualidad, en términos de calidad de trato, cumplimiento de garantías procesales, calidad de la defensa y conocimiento de los derechos que los asisten. Esta información se complementó con el análisis de expedientes judiciales en los cuales el inculpado era un joven. A continuación se indagó en la calidad de vida al interior del penal, expectativas de rehabilitación y de reinserción social. Finalmente se elaboraron propuestas legales y sociales que orienten acciones dirigidas a mejorar la situación del joven enfrentado al sistema procesal penal y penal sustantivo, en términos de mejorar el cumplimiento de las garantías en esta materia. Por otro lado se sugieren medidas para poder llevar a cabo una efectiva labor de rehabilitación y readaptación a la sociedad del joven infractor, ya se encuentre interno o en el medio libre. 2.-ANALISIS DE NORMAS DE DERECHO COMPARADO I.- Nociones Preliminares Antes de entrar a desarrollar los temas expuestos, consideramos necesario hacer unas precisiones acerca del objeto en estudio y que permitirán orientar al lector en forma más clara respecto a la noción de joven y a su tratativa en materia penal. En los tratados internacionales, la palabra joven no tiene una significación jurídica. Los tratados solamente distinguen entre la población en general y el niño (por ejemplo la Declaración Universal de Derechos del Niño, Convención sobre los Derechos del Niño). Se denominan niños a las personas de dieciocho años, como lo señala el artículo 1º de la Convención sobre los Derechos del Niño, que define como tal a: “Todo ser humano menor de dieciocho años, salvo que, en virtud de la ley que le sea aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de edad”. Toda la investigación, en lo referente a tratados internacionales, se entenderá comprender a éste grupo etáreo. En la legislación nacional, tampoco existe la distinción respecto del joven, existiendo solamente los menores y los adultos regidos por dos cuerpos normativos distintos. En primer lugar la ley 16.618, llamada ley de Menores, que se aplica a los sujetos menores de dieciséis años y a los mayores de dieciséis pero menores de dieciocho que hayan sido declarados sin discernimiento en conformidad a la ley. En segundo lugar, el Código Penal y el Código de Procedimiento Penal y sus respectivas leyes especiales, aplicables a las personas mayores de dieciocho años y a los mayores de dieciséis pero menores de dieciocho años que hayan sido declarados con discernimiento. 4 A continuación haremos una breve reseña del procedimiento penal aplicable a las personas mayores de dieciocho años y a los mayores de dieciséis pero menores de dieciocho que hayan sido declarados con discernimiento. II.- El Proceso Penal en Chile Para hablar del proceso penal es básico entender previamente el objetivo de éste. Al respecto como todo proceso, busca la solución de un conflicto de intereses de relevancia jurídica, pero tiene como particularidad que este conflicto se da específicamente entre la pretensión punitiva del Estado, esto es, la intención del Estado de intervenir mediante la imposición de una pena al culpable frente a una conducta delictiva, y por otro lado el derecho a la libertad individual del individuo. Cabe señalar que frente a la comisión de un delito no hay un único proceso, sino que el proceso dependerá de la naturaleza del ilícito cometido, no obstante esto, existe un proceso penal de aplicación general, denominado procedimiento por crimen o simple delito de acción penal publica , que es el que a continuación estudiaremos. Garantías que han de reconocerse a las personas en todo Proceso Penal Derecho al Debido proceso Esto se traduce en las siguientes garantías: i) ii) iii) El tribunal juzgador debe ser designado por ley y con anterioridad a la comisión del delito El tribunal debe ser competente El derecho a un racional y justo procedimiento (art. 19 Nº3 inc. 5º de la Constitución de la República de Chile), el cual contempla los siguientes derechos: a) Existencia de oportunidad para oponerse a los cargos (bilateralidad de la audiencia) b) Derecho a probar los hechos c) La sentencia del órgano jurisdiccional debe ser fundada d) El hecho de que no se pueda presumir de derecho la responsabilidad penal e) El hecho de que nadie pueda ser detenido sino por la autoridad competente f) Derecho a la libertad provisional durante el proceso, salvo que la ley por causales explícitamente consagradas en ella, restrinja su concesión Todos estos principios se encuentran recogidos en las siguientes normas positivas: Art. 14 del Pacto de Derechos Civiles y Políticos Art. 8 del Pacto de San José de Costa Rica Art. 19 Nº3 de la Constitución de la República de Chile 5 Art. 42 del Código de Procedimiento Penal Derecho a un Proceso público Normas positivas: Art. 14 del Pacto de derechos civiles y políticos Art. 8 del Pacto de San José de Costa Rica: " El proceso penal debe ser público salvo en lo que sea necesario para preservar la justicia". En el proceso penal chileno este principio no se cumple a cabalidad, puesto que toda la etapa del sumario es secreta, con lo cual se menoscaba la posibilidad de defensa del sujeto pasivo del proceso penal, quedando reservada para la etapa de plenario, en el evento que el sujeto sea objeto de una acusación fiscal. Cabe mencionar que este plazo tiene un límite, ya que el art. 80 del C.P.P. establece que en caso de prolongarse el sumario por más de cuarenta días desde que el inculpado hubiere sido sometido a proceso, éste tendrá derecho para que se ponga en su conocimiento todo lo obrado, salvo que esto fuere peligroso para el éxito de la investigación. En todo caso en virtud de una reforma de 1991 se estableció que transcurridos 120 días del procesamiento, el procesado tendrá siempre derecho al conocimiento del sumario, norma que en la práctica no se cumple, puesto que los jueces han hecho una interpretación errada de dicha reforma señalando que sólo se aplica tratándose de los delitos de hurto y robo. Derecho a no autoincriminarse Normas positivas: Art. 14 letra g, Pacto de Derechos Civiles y Políticos; "toda persona tendrá derecho a no declarar contra sí misma y a no confesarse culpable". Art. 8 Nº2 Pacto de San José de Costa Rica Art. 19 Nº7, letra f de la C.P.R. "En las causas criminales no se podrá obligar al inculpado a que declare bajo juramento sobre hecho propio" Art. 481 Nº5 C.P.P. Que señala los requisitos para la validez de la confesión. Derecho a la defensa Normas positivas: Art. 14 Nº3 Pacto de Derechos Civiles y Políticos: “toda persona tendrá tiempo y medios para preparar su defensa y a comunicarse con un defensor a su elección” 6 Art. 8. Pacto de San José de Costa Rica Art. 19 Nº3 de la C.P.R. Que establece el derecho a la defensa jurídica y a la debida intervención del letrado. Art. 278 C.P.P. Que hace obligatoria la defensa del procesado. Art. 448 inc.3º C.P.P. La contestación de la acusación por el acusado constituye un trámite esencial que no puede darse por evacuado en su rebeldía. Art. 322 inc.3º C.P.P. Se integra dentro del derecho a la defensa, la obligación del juez de dar conocimiento al inculpado, al tomarle la declaración indagatoria, del hecho que se le atribuye y de la posibilidad de hacerle saber las pruebas que existen en su contra. Derecho a contar con un letrado, dentro del ámbito del derecho a la defensa Normas Positivas: a- Art.8 letra e del Pacto San José de Costa Rica . Establece el derecho irrenunciable a ser asistido por un defensor nombrado por el Estado si el inculpado no lo hace. b- Art. 67 . El primer derecho que se reconoce al inculpado es el de designar abogado patrocinante y procurador. c- Art. 278 inc.2º En el acto que al procesado se le notifique el auto de procesamiento, debe designar abogado patrocinante y procurador, de lo contrario le quedaran asignados abogado y procurador de turno. Derecho a ser juzgado sin dilaciones Normas positivas: a- Art.14 Nº3 Pacto de derechos civiles y políticos b- Art.8 Nº1 Pacto San José de Costa Rica Estos principios no se encuentran incorporados en nuestra legislación penal, pero como se trata de tratados internacionales aprobados y ratificados por Chile, en virtud del art.5 de la C.P.R. debe entenderse que tales normas tienen rango legal. Derecho al non bis in idem (no ser juzgado dos veces por la misma materia) Normas Positivas: Art.14 Nº7 Pacto de Derechos Civiles y Políticos "nadie puede ser juzgado ni sancionado por un delito por el que ya se haya pronunciado sentencia firme". Art. 8 Nº4 Pacto San José de Costa Rica "el inculpado absuelto por una sentencia firme no podrá ser sometido a nuevo juicio por los mismos hechos". 7 Art. 42 inc. 2º C.P.P. El cual señala que el procesado condenado, absuelto o sobreseído definitivamente por sentencia ejecutoriada, no podrá ser sometido a un mismo proceso por los mismos hechos. El Ejercicio de la Acción Penal Al cometerse un delito, el Estado busca aplicar una pena al transgresor, sin embargo también están involucrados los intereses del ofendido, quien busca una sanción y la reparación del daño. En palabras del jurista Alcalá Zamora, la acción penal es el poder jurídico de promover la actividad jurisdiccional a fin de que el juzgador se pronuncie acerca de la punibilidad de hechos que el titular de la acción reputa constitutivos de delito. Ahora bien, atendiendo a su titular, la acción puede ser clasificada como pública, privada y mixta. Tratándose de la pública, ésta puede ser ejercida por cualquier persona capaz de parecer en juicio. La privada puede ser ejercida sólo por el ofendido o ciertas personas determinadas por la ley; la mixta se concede a éstas mismas personas, con la diferencia que una vez iniciada, continúa tramitándose conforme a las reglas de la acción penal pública. En el proceso penal puede haber también un actor civil, quien es aquel que ejerce la acción civil para obtener la reparación del daño. Por ende, son partes en el proceso penal, como sujetos activos: - En el sumario: el querellante (única forma de hacerse parte en el proceso penal, calidad que da la facultad de solicitar que se decreten diligencias por parte del tribunal) y el actor civil (cabe hacer notar que querellante y actor civil pueden ser una misma persona) - En el plenario: el acusador particular (cuando el querellante no se conforma con la acusación fiscal y presenta una propia) y el actor civil. El sujeto pasivo, por otro lado, es aquel contra quien se dirige la acción y la facultad punitiva del Estado, la cual sólo puede dirigirse contra el personalmente responsable. A lo largo del proceso éste puede ir presentando distintas calidades: a) Simple imputado: es la persona que aparece como implicado en el posible delito por el sólo hecho de aparecer su nombre en la querella o denuncia. Luego de que el juez da curso a la acción e instruye sumario, el sujeto pasivo pasa a la calidad de; 8 b) Inculpado: es la persona contra la cual existen sospechas fundadas de que ha participado en un hecho que reviste los caracteres de delito. Existe consenso en la doctrina de que el inculpado no es parte, sin perjuicio de que pueda ejercer ciertos derechos consagrados en forma enunciativa en el art. 67 del C.P.P. c) Procesado: el sujeto pasivo pasa a tener esta calidad cuando a su respecto se dicta el auto de procesamiento, pasando ya a tener la calidad de parte en el proceso penal. Los requisitos para que una persona pueda ser sometida a proceso se señalarán con posterioridad. d) Acusado: una vez cerrado el sumario, el juez tiene dos alternativas, sobreseer o acusar (sin perjuicio de que la ley le permita sobreseer en cualquier estado del juicio). El acusado es por ende el sujeto pasivo, cuando la causa se ha elevado a plenario y a su respecto se ha dictado la acusación fiscal. e) Condenado: es el sujeto pasivo del proceso penal cuando en su contra se ha dictado una sentencia condenatoria. Luego de esta etapa, el sujeto pasivo pasa al estado de; f) Rematado: cuando la sentencia condenatoria se encuentra firme, vale decir, cuando contra la sentencia no procede recurso alguno, o procediendo éstos, ya ha transcurrido el término legal para interponerlos. La acción civil, respecto del sujeto pasivo, se puede dirigir contra: - - el responsable del hecho punible el tercero civilmente responsable: es aquellas persona que responde civilmente del hecho ajeno, por estar vinculado de alguna forma al responsable del hecho punible (ejemplo: el que obtiene provecho del dolo ajeno sin ser cómplice en él, responde pecuniariamente hasta el monto del beneficio). Cabe hacer notar que la existencia de esta parte en el proceso penal es eventual. Los herederos de unos y otros Juicio Ordinario por Crimen o Simple Delito de Acción Penal Pública Es un procedimiento general por cuanto procede en todos los casos en que el delito es perseguible de oficio; consta de dos etapas llamadas Sumario y Plenario: el primero puede definirse como aquella parte del juicio criminal, que tiene por objeto preparar el plenario por medio de las investigaciones tendientes a comprobar el hecho punible y determinar al delincuente, asegurar a la persona de éste y asegurar a la vez las responsabilidades pecuniarias de los que intervinieron en el delito. Características: 9 - Secreto: elemento propio del sistema inquisitivo, se manifiesta en dos formas, desde un punto de vista material, siendo las actuaciones secretas para todos los interesados, y formal, ya que las actuaciones del sumario deben mantenerse en secreto por todos aquellos que participan en el proceso. Este se encuentra limitado por el artículo 80, antes visto. - Escrito. - No es contradictorio: por aplicación del principio inquisitivo no hay contradicción entre partes, ya que de acuerdo al artículo 104 inc. 4 queda al arbitrio del juez permitir o decretar alguna diligencia. - Orden consecutivo discrecional: no tiene una tramitación ordenada ni se señalan plazos para la práctica de diligencia alguna, facultándose al juez para decretarles cuando lo estime conveniente. - Por regla general no tiene plazo. - Es preparatorio y provisional: es la naturaleza jurídica del sumario que sea preparatorio, preparando el juicio penal propiamente tal que es el plenario. Además es provisional porque todo lo que ocurra en él puede ser dejado sin efecto. Iniciación del Sumario a.- Pesquiza judicial o de oficio: Procede cuando el juez toma conocimiento de un hecho que reviste ser un delito de acción penal pública, a través de su conocimiento personal, avisos confidenciales, por pública notoriedad o por cualquier otro medio, dictando una resolución que se conoce como auto cabeza de proceso. b.- Requisición del Ministerio Público: El artículo 26 bis permite actuar a éste en forma facultativa tanto en la iniciación del proceso, como en uno o alguno de los actos de éste. En la práctica nunca ocurre, ya que en virtud del Decreto con Fuerza de Ley Nº426 de 1927, fueron suprimidos los promotores fiscales, pasando a ocupar todas sus funciones los jueces, siendo ésta una de las principales críticas que se le hacen al actual sistema penal. Actualmente se ha reimplantado legalmente el órgano del Ministerio Público el cual estará a cargo de la etapa de la investigación en el futuro proceso penal y determinar si se acusa o no, para lo cual fue necesario una reforma constitucional en su artículo 73. c.- Denuncia: Cuando se pone en conocimiento de la justicia o de sus agentes el hecho que constituye el delito y por lo regular el nombre del delincuente o los datos que lo identifiquen, no con el objeto de figurar como parte en el proceso sino con el de informar al tribunal a fin de que proceda a la instrucción del respectivo sumario. d.- Querella: Escrito en que un particular capaz de comparecer en juicio y que no tiene especial prohibición de la ley, ejercita la acción penal con la intención de figurar como parte en el proceso. Objetivos del Sumario 10 El artículo 76 del CPP señala tres objetivos: - Comprobar el hecho punible y determinar a la persona del delincuente. - Asegurar a la persona del delincuente; esto se logra a través de medidas de diversa importancia y gradualidad: a.- Citación b.- detención c.- prisión preventiva d.- arraigo CITACION: Es el llamamiento que se hace al presunto culpable de determinados delitos, que tenga domicilio conocido, para que comparezca al tribunal a prestar declaración y para que el sometido a proceso lo haga a determinados actos del proceso. Sólo procede en aquellos delitos que no tienen una pena superior a la de reclusión menor en su grado mínimo, o delitos a los que la ley asigne penas pecuniarias o privativas de derechos, siempre y cuando la persona tenga domicilio conocido. DETENCION: Es la privación por breve tiempo de la libertad personal de un individuo, contra quien aparecen fundadas sospechas de responsabilidad de un hecho que reviste los caracteres de delito, o aquel contra quien aparezca motivo que induzca a creer que no ha de prestar a la justicia la cooperación oportuna a la que lo obliga la ley. La detención ordenada por el juez tiene una duración máxima de cinco días desde que la persona fue puesta a disposición del tribunal, no obstante si la detención fue ordenada por la autoridad administrativa (ejemplo: intendentes, alcaldes; y sólo por determinados delitos y circunstancias) el plazo máximo es de 48 horas, tratándose de delitos flagrantes (en los cuales la detención se puede verificar sin previa orden por órganos policiales o cualquier persona) es de 24 horas, ambos ampliables hasta por cinco días por resolución judicial y en caso de conductas terroristas hasta 10 días. PRISION PREVENTIVA: Mutación semántica de la detención, es una privación indefinida de la libertad personal como consecuencia de haberse sometido a proceso al detenido, siempre que se trate de delitos que admiten esta medida. SOMETIMIENTO A PROCESO: Es la resolución del juez que somete a proceso al inculpado, cuando de los antecedentes aparece que se encuentra justificada la existencia del delito que se investiga y existen presunciones fundadas de que el inculpado ha tenido participación en él como autor, cómplice o encubridor. Requisitos para someter a proceso: a.- Que la persona haya sido interrogada (declaración indagatoria) b.- Que esté justificada la existencia del delito que se investiga. 11 c.- Que aparezcan en el proceso presunciones fundadas para estimar que el inculpado ha tenido participación en el delito como autor, cómplice o encubridor. La oportunidad para hacerlo es en cualquier momento del sumario o dentro de los quince días siguientes al cierre del mismo, ya sea de oficio o a petición del querellante. Efectos del auto de procesamiento: a.- Dentro: - el inculpado pasa a ser parte en el proceso penal por regla general trae aparejada la prisión preventiva del detenido se pueden decretar medidas para asegurar la responsabilidad pecuniaria del procesado b.- Fuera: - si el delito tiene asignado pena aflictiva, o se trata de aquellos que la ley califica como conducta terrorista, el procesado queda inhabilitado para ejercer sus derechos políticos. no pude ingresar a la administración pública ni al poder judicial el juez ordena la filiación del procesado (prontuario) Derechos del Detenido o Preso a.- La detención debe hacerse de la forma menos gravosa a su persona y reputación. b.- Tiene derecho a que se informe a su familia o al abogado o a quien él indique el hecho de su detención o prisión. c.- Tiene derecho a conferenciar con su abogado hasta 30 minutos al día. d.- En caso de detención con plazo especial (5 o 10 días) tiene derecho a ser examinada por un médico para comprobar que la persona no haya sido sometida a tortura. Cabe destacar que en Chile a diferencia de otros países no existe la obligación de informar al afectado de sus derechos al momento de la detención. Libertad Provisional 12 Su fuente se encuentra en la Constitución en el artículo 19 número 7 letra d), consagrado como un derecho esencial del detenido o preso. De acuerdo al artículo 356 inciso 1º es un derecho de todo detenido o preso, por lo tanto el principio general es que el juez debe siempre conceder la libertad y sólo pueden restringirla excepcionalmente cuando la ley los faculta. Se puede definir como la prerrogativa de que disponen los detenidos y los sujetos a prisión preventiva para obtener su libertad en la forma y condiciones establecidas por la ley mientras se sustancia el proceso. Formas en que se concede: a.- Sin caución b.- con caución personal c.- con caución calificada a.- Sin caución: procede por regla general en todos aquellos delitos sancionados sólo con penas pecuniarias o privativas de derechos o con penas privativas de libertad no superior a la de presidio menor en su grado mínimo (no más de 540 días). b.- Con caución personal o fianza: la libertad se otorga pero debe garantizarse al tribunal mediante fianza que la persona que obtiene la excarcelación va a continuar presentándose a todas las diligencias que sean necesarias en el proceso. Procede en todos aquellos casos en que el delito no esté sancionado con una pena aflictiva. c.- Con caución calificada: Se concede la libertad pero previamente es necesario el depósito de dinero en la cuenta corriente del tribunal, constituir una hipoteca o un depósito de efectos públicos de valor equivalente, si el delito tiene asignado por ley pena aflictiva. Limitaciones a la libertad provisional: De acuerdo al artículo 363 sólo podrá negarse por resolución fundada basada en antecedentes calificados del proceso en tres casos: a.- Cuando sea estimada estrictamente indispensable para el éxito de diligencias precisas y determinadas de la investigación: no son de este tipo aquellas que no dependen de la voluntad del procesado como por ejemplo el extracto de filiación. b.- Cuando la libertad del detenido o preso sea peligrosa para la seguridad del ofendido. c.- Cuando la libertad del detenido o preso sea peligrosa para la seguridad de la sociedad: Tanto en esta como en la causal anterior, deben existir antecedentes concretos en el proceso que hagan presumir el peligro. La libertad provisional puede ser solicitada en cualquier momento del proceso y el tribunal debe pronunciarse en el plazo de 24 horas desde la petición. 13 Arraigo Consiste en prohibir al inculpado de un delito que abandone el territorio de la república por temor a que eluda la acción de la justicia. Se distingue entre arraigo judicial y de pleno derecho, el primero es aquel que se puede decretar antes de someter a proceso cuando existan antecedentes que apreciados en conciencia sean bastantes para estimar que en el sumario podrá ser decretada la detención del inculpado o que este podrá sustraerse de la acción de la justicia. Su duración máxima es de 60 días. El segundo consiste en la prohibición de salir del territorio de la república como consecuencia de una orden de detención, auto de procesamiento, o una sentencia condenatoria que imponga penas restrictivas de libertad. Con esto se pone término a las medidas tendientes a asegurar a la persona del delincuente. Asegurar responsabilidades pecuniarias del procesado y terceros civilmente responsables (tercer objetivo del sumario). Término del Sumario Una vez agotada la investigación, el juez debe dictar una resolución por la cual se declara cerrado el sumario, abriéndose un plazo de 5 días para que las partes se opongan a esta resolución. Una vez ejecutoriada la resolución que declara cerrado el sumario el juez debe estudiar los antecedentes teniendo dos posibilidades: si el inculpado no ha sido sometido a proceso y el juez decide no hacerlo, debe sobreseer. - si estima que respecto del procesado existe mérito suficiente, procede a dictar acusación en su contra y eleva la causa a plenario. Sobreseimiento Es una resolución judicial en virtud de la cual se termina o suspende el proceso penal. Este puede ser temporal o definitivo según suspenda o ponga término a la causa, y total o parcial según si beneficia a todos los procesados y por todos los delitos, o solo a algunos de ellos o respecto de determinados delitos. El Plenario 14 Se puede definir como la etapa contradictoria del juicio criminal que viene a continuación de la instructora (sumario) y que tiene por objeto dar plena aplicación al principio de la bilateralidad de la audiencia, brindando a las partes del proceso la oportunidad de plantear sus tesis y antítesis; rendir pruebas y formular sus ataques y defensas, terminando generalmente por sentencia, sea absolutoria o condenatoria. Características: a) b) c) d) Es público Tiene una tramitación cuyo desarrollo está consagrado legalmente Es contradictorio Es escrito El plenario es el verdadero juicio penal donde se produce la controversia entre juez, querellante y procesado. Tramitación del plenario: Tiene tres etapas: discusión, prueba y fallo. a.- Discusión: se inicia con una resolución judicial llamada acusación, la cual puede definirse como aquella resolución judicial motivada, en la que se deja testimonio de los antecedentes que acreditan la existencia del delito y de los cargos que resultan en contra de los procesados, la que debe dictarse una vez ejecutoriada la resolución que declara cerrado el sumario. El plazo para dictarla es de 15 días desde que se encuentra ejecutoriada la resolución que declara cerrado el sumario, de esta acusación hay que conferir traslado al querellante particular, si lo hay, el cual tiene el plazo de 10 días para adherirse o formular su acusación particular. Posteriormente se da traslado al acusado, el cual tiene el plazo de 6 días si es uno solo o de 10 días si son varios; considerándose esta última un trámite esencial sin el cual el procedimiento no puede continuar. b.-Período de prueba: la cuestión controvertida queda determinada por los escritos de acusación, adhesión, acusación particular y contestación a la acusación. El sistema de apreciación de la prueba es la prueba legal o tasada, y recae sobre todos los hechos controvertidos ya que no existen puntos de prueba. Si bien existe la prueba legal o tasada, si todos los medios de prueba no convencen al juez, éste puede absolver en virtud del artículo 456 bis del C.P.P. que señala que el juez para condenar debe formarse la íntima convicción de la culpabilidad del procesado. Trámites posteriores al término probatorio: El secretario debe certificar vencido el término probatorio. en 15 el expediente que se encuentra - El juez tiene el plazo medidas para mejor resolver. de 6 días para examinar el proceso y decretar c.- Fallo El juez debe dictar sentencia absolviendo o condenando; siempre está obligado a dictar sentencia aunque carezca de antecedentes (absuelve porque existe duda razonable). El plazo para dictar sentencia es de 5 días desde que ha vencido el término para dictar medida para mejor resolver III.- Estudio Comparativo de Normas Internacionales y Legislación Nacional Como es sabido, los tratados internacionales, especialmente en materia de derechos humanos, consagran directrices que los estados suscriptores de dichos textos se comprometen a seguir en sus legislaciones internas. De esta forma, el Derecho Internacional, se ha transformado en un importante motor en los esfuerzos hacia un mayor respeto por los derechos del individuo frente al Estado. En este sentido, el Derecho Procesal Penal no ha sido una excepción, como quedará demostrado más adelante. En este capítulo se hará un análisis de las normas procesales penales reconocidas internacionalmente, y que en virtud del artículo 5 de nuestra Constitución Política, forman parte de nuestro ordenamiento jurídico. En primer lugar se procederá a enumerar dichos textos legales en orden cronológico. Posteriormente se identificarán las normas procesales penales que conciernen a los jóvenes. Finalmente se contrastarán dichas normas con la legislación interna en materia procesal penal que es actualmente aplicable a ese segmento de la población. A través de este análisis trataremos de demostrar la incongruencia de las leyes internas vigentes con las obligaciones contraídas por el Estado chileno mediante los tratados internacionales que rigen estas materias. En el campo internacional se han suscrito los siguientes tratados internacionales que de alguna u otra forma abordan las garantías procesales: 16 1. Declaración de Ginebra (1924) 2. Declaración Universal de Derechos Humanos (1948) 3. Declaración Universal de Derechos del Niño (1959) 4. Pacto de Derechos Civiles y Políticos y Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales(1966) 5. Pacto de San José de Costa Rica (1969) 6. Convención Contra La Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes (1984) 7. Convención sobre los Derechos del Niño (1989) Declaración de Ginebra Respecto a los conflictos en que pudieran verse involucrados los niños la declaración no hace referencia expresa a infracciones penales, sino que las trata en conjunto con situaciones muy diversas y adhiere a un ideal de corrección y rehabilitación. La declaración no establece derechos específicos; sin embargo se orienta en la línea de no aplicar el sistema penal a los niños, tanto en la definición de las conductas como en la reacción social. El número 2 de la declaración señala: “El niño hambriento debe ser alimentado; el niño enfermo debe ser asistido; el niño retrasado en su educación debe ser alentado a proseguirla; el niño desviado de la buena senda debe ser vuelto a ella; el huérfano y el abandonado deben ser corregidos y socorridos.” La referencia a la desviación, la corrección y el deber de devolver al niño “a la buena senda” presentan una propuesta alternativa a la aplicación del sistema penal para el tratamiento jurídico de las infracciones a la ley penal. Lo incompleto de esta declaración reafirma la idea de que los niños son “un objeto jurídico”, una “categoría de personas que debe ser protegida” más que un sujeto al que se le reconocen derechos en sus relaciones sociales. Como señala el profesor Miguel Cillero2 su mayor valor se expresa en que los niños comienzan a salir de la indiferencia jurídica y del ámbito de la subordinación 2 Cuadernos de Análisis Jurídico N°6 “ Sistema Jurídico y Derechos Humanos” 17 privada, para pasar a convertirse en un asunto público, en una existencia valiosa y vulnerable, que debe ser protegida. En idea de Therborn, corresponde a una de las fases, tal vez la última, del proceso de “constitución del concepto moderno de menor que definió lo que es minoría de edad y menor”, a la que le seguirá la de “emancipación” que, a juicio del profesor Cillero sólo culmina sesenta y cinco años después con la aprobación de la Convención de los Derechos del Niño. Declaración Universal de Derechos Humanos La Declaración Universal de Derechos Humanos contempla derechos y garantías vinculados a la aplicación del sistema penal que debieran considerarse en la legislación de infancia y que han sido posteriormente recogidos por la Convención sobre los Derechos del Niño. Entre estas disposiciones pueden citarse la prohibición de torturas, penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes (art. 5 Declaración, recogida por el art. 37 letra a de la Convención sobre los Derechos del Niño); la prohibición de la detención, prisión o destierro arbitrarios (art. 9 Declaración y 37 b Convención sobre los Derechos del Niño); el derecho a un recurso efectivo ante los tribunales de justicia y a ser oído por un tribunal imparcial (art.9 y 10 Declaración, recogido por el art. 40.2.a de la Convención); la presunción de inocencia, la irretroactividad de la ley penal y el derecho a la defensa (art.11 de la Declaración y 40.2.a de la Convención). No profundizaremos más en el presente texto, porque como se dijo anteriormente, todas las normas atingentes al tema son posteriormente desarrolladas y complementadas en la Convención sobre los Derechos del Niño. Declaración Universal de Derechos del Niño El contenido de la declaración no aborda los aspectos más directamente vinculados a la relación del niño con el sistema penal; sin embargo, establece el derecho del niño a gozar de una protección especial y a que se considere su interés superior por las personas encargadas de su educación y orientación. Más que nada se reitera que el joven debe ser objeto de una supraprotección en el sentido que complementa lo establecido en la Declaración Universal. Sin embargo aún no se señala la forma concreta en que se debe llevar a cabo esta protección especial. Pactos de Derechos Civiles y Políticos y de Derechos Económicos, Sociales y Culturales 18 En el ámbito de las disposiciones penales aparecen en el Pacto de Derechos Civiles y Políticos las que se podrían denominar las primeras garantías y derechos específicos de los niños ante el sistema penal contenidas en un instrumento universal de carácter vinculante : Articulo 6 N°5 :”No se impondrá la pena de muerte por delitos cometidos por personas de menos de dieciocho años de edad ni se aplicará a las mujeres en estado de gravidez.” Artículo 10 N°2 a :”Los menores procesados estarán separados de los adultos, y deberán ser llevados a los tribunales de justicia con la mayor celeridad posible para su enjuiciamiento”. Artículo 10 N°2 b :”Los menores delincuentes estarán separados de los adultos y serán sometidos a un tratamiento adecuado a su edad y condición jurídica”. Artículo 14 inc. 1°:”...toda sentencia en materia penal o contenciosa será pública, excepto en el caso que el interés de menores de edad exija lo contrario...”. Artículo 14.4 :”En el procedimiento aplicable a menores de edad, a efectos penales, se tendrá en cuenta esa circunstancia y la importancia de estimular su readaptación social”. Cabe comentar que el artículo referente a la prohibición de la pena de muerte, es preciso al referirse al menor de dieciocho años, a diferencia de los demás artículos en los que se refiere genéricamente a menores. Como se puede apreciar, estos constituyen un gran avance en la legislación internacional, ya que dan cumplimiento en forma concreta a los principios consagrados en tratados anteriores. Pacto de San José de Costa Rica Además de contener todos los derechos aplicables a la población en general, este instrumento consagra numerosas disposiciones específicas acerca de los niños, tanto en el ámbito penal como en las relaciones de familia y otras áreas de derechos. En el ámbito penal consagra en su artículo 5.5: ”El derecho a una justicia especializada y a un tratamiento cuando puedan ser procesados”. En su artículo 4.5 impone además la prohibición de la pena de muerte. En seguida, al referirse al sujeto titular de los derechos reconocidos, señala que “ persona es todo ser humano “, por lo que se comprende al niño en todas las disposiciones y, en especial, en el completo catálogo de garantías ante el sistema penal. 19 Por último, en lo relativo a la suspensión de las garantías en casos excepcionales, excluye expresamente los derechos del niño contemplados en el artículo 19 que señala lo que sigue: ” Todo niño tiene derecho a las medidas de protección que por su condición de menor requieren por parte de su familia, la sociedad y del Estado”. Convención contra la Tortura y otros Tratos Degradantes o Penas Crueles, Inhumanos o Su contenido es íntegramente aplicable a los jóvenes ya que es una norma orientadora para todos los Estados y demás entidades que ejerzan un poder efectivo. Este tratado reconoce una dignidad inherente y derechos iguales e inalienables a “ todos los miembros de una familia humana”. Finalmente nos remitimos a los artículos 1.1 y 16.1 en cuanto a la definición de lo que se entiende por tortura, tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes. Convención sobre los Derechos del Niño Al igual que la Declaración Universal de los Derechos del Niño, esta convención es parcialmente aplicable al joven ya que se aplica a “todo ser humano menor de dieciocho años de edad, salvo que en virtud de la ley que le sea aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de edad”. Las infracciones a la ley penal cometidas por menores de dieciocho años son una materia de especial importancia de la Convención, consagrando un sistema de reacción social ante tales infracciones, señalando principios orientadores y garantías de los niños “acusados o declarados culpables de infringir la ley penal” (artículo 40 de la Convención). Esta Convención forma parte de lo que en América Latina se conoce como la “Doctrina de la Protección Integral” que son el conjunto de principios, directrices y derechos contenidos en los instrumentos internacionales de Naciones Unidas para la protección de los derechos de la infancia y la adolescencia. La Convención sobre los Derechos del Niño constituye la culminación de un proceso de reconocimiento de los derechos de las personas menores de dieciocho años, que se inicia en 1924 con la Declaración de Ginebra y pasa por la Declaración de Derechos del Niño de 1959. Esta doctrina se funda en la concepción del niño como sujeto de derechos, dejando atrás idea de que el niño es sólo un objeto de protección y control, sea de parte del Estado, sea de parte de su familia. 20 Respecto al tema que nos concierne, las disposiciones de la Convención son susceptibles de agruparse, siguiendo el criterio del profesor Cillero3, de la siguiente manera: a) Principios Generales de actuación frente a las Infracciones b) Garantías, Límites Específicos o Derechos para los infractores a) Principios Generales de Actuación -art. 40.1 “Los Estados partes reconocen el derecho de todo niño que sea considerado, acusado o declarado culpable de infringir las leyes penales a ser tratado de manera acorde con el fomento de la dignidad y el valor, que fortalezca el respeto del niño por los derechos humanos y las libertades de terceros y en las que se tengan en cuenta la edad del niño y la importancia de promover la reintegración del niño y de que éste asuma una función constructiva en la sociedad.” Esta disposición orienta la finalidad o sentido de la reacción social ante las infracciones a la ley penal. Ella entrega una clara orientación acerca de los límites de la acción estatal y las finalidades de la intervención jurisdiccional. -art. 37: Derecho a la protección del infractor de tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes y prohibición de la tortura. -art. 39: Derecho a la reintegración social y a la recuperación física y psicológica de todo niño que haya sufrido torturas, tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes. Como se desprende de los dos artículos transcritos, la Convención en esta parte, simplemente reitera las garantías establecidas para toda persona en el tratado citado anteriormente. b) Régimen de Garantías en la Convención La Convención consagra un catálogo de derechos que deben ser tenidos en cuenta al regular la reacción estatal frente a las infracciones de la ley penal cometidas por niños y jóvenes. Estos derechos actúan a la vez como límites a la acción estatal (en cuanto debe respetarlos) y como garantías que el niño podrá exigir de las agencias estatales que corresponda. -art. 6.2: Derecho a que se favorezca y garantice en la máxima medida posible la supervivencia y desarrollo del niño. -art. 8: Derecho a preservar la identidad, incluidos el nombre, la nacionalidad y las relaciones familiares, sin ingerencias ilícitas. 3 Cuadernos de Análisis Jurídico N°6 “Sistema Jurídico y Derechos Humanos” 21 -art. 16: Derecho a la honra y a la reputación -art. 37: Derecho a la integridad personal y a un trato humanitario -art. 37 y 40 b) N°III, entre otros: Derecho a un proceso y a las garantías que ello significa. -art. 37 d) y 40 b) N°III: Derecho a la defensa jurídica -art. 37 b): Derecho a no ser privado de libertad en forma ilegal o arbitraria y a que ella proceda sólo como último recurso. -art. 40 N°IV: Derecho a que se apliquen diversas medidas alternativas a la internación, que aseguren su bienestar. Luego de haber realizado un breve recuento de las disposiciones internacionales que se relacionan con la situación procesal del niño y del joven corresponde analizar de qué manera dichas normas se recogen en nuestra legislación interna representada básicamente por la Ley de Menores (ley 16618), el Código de Procedimiento Penal y el Código Penal. Como constatación preliminar se puede afirmar que, a medida de que la comunidad internacional avanza en la redacción de los tratados comentados va enriqueciendo su contenido, no sólo en cantidad de disposiciones que se refieren a los niños y adultos, sino que también en su precisión y desarrollo doctrinario, lo que aumenta las exigencias hacia los estados suscriptores, en cuanto a adecuar sus legislaciones internas. En lo que sigue trataremos de demostrar que existen múltiples incoherencias entre una y otra legislación, a pesar de tener la misma obligatoriedad. CONTRASTACION DE NORMA Sobre la Declaración de Ginebra Como ya se dijo, esta declaración impone solamente la exigencia de separar el tratamiento del menor del tratamiento general que se da al adulto en materia penal. Esta exigencia se cumple parcialmente en nuestra legislación al establecerse la ley 16618, que se aplica a todo niño y a los jóvenes entre los dieciséis y dieciocho años que no tengan suficiente discernimiento. Los demás jóvenes, es decir los declarados con discernimiento y los mayores de dieciocho años, son sometidos al sistema penal común. Decimos parcialmente porque no todos los jóvenes (en el concepto de derecho internacional) están sometidos a un régimen jurídico especial en materia penal. Esto resulta de la posibilidad de que un joven mayor de dieciséis años pero menor de 22 dieciocho pueda ser sometido al régimen penal de adulto, si resulta declarado con discernimiento. Cabe señalar que las legislaciones modernas han abandonado el sistema del discernimiento para fijar un límite más preciso a los dieciocho años. Este tema será desarrollado más adelante en las proposiciones para modificar nuestra legislación. Por otro lado, esta Declaración promueve un sistema de protección del niño que tiende a considerarlo más bien como un objeto, sustrayéndolo así del cúmulo de garantías que la doctrina moderna reconoce al niño en cuanto sujeto de derechos. En nuestra legislación, toda vez que el niño o joven cae dentro del ámbito de la ley 16618, se le priva de varias garantías procesales básicas y se le somete a un control y protección, que si bien es acorde a la Declaración comentada no se adecua a las normas internacionales más modernas que se comentarán más adelante. Sobre la Declaración Universal de Derechos Humanos Esta declaración tiene por objeto recoger los derechos más fundamentales y básicos que tiene toda persona. Por ende comprende también derechos procesales penales y protege en forma directa al niño y al joven. Como ya señalamos al tratar dicha Declaración, todos ellos son posteriormente recogidas en la Convención sobre los Derechos del Niño (1989) por lo que nos remitimos a la comparación que más adelante se hará entre dicha Convención y la legislación interna. Sobre la Declaración Universal de los Derechos del Niño Al igual que la Declaración Universal de Derechos Humanos, esta Declaración se caracteriza por su amplitud temática. En materia procesal penal no presenta mayores avances que los descritos en la Declaración de Ginebra. Sobre el Pacto de Derechos Civiles y Políticos y Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales En cuanto a la norma que prohibe la aplicación de la pena de muerte a menores de dieciocho años, ésta se recoge indirectamente en nuestro Código Penal al establecerse una atenuante genérica para el mayor de dieciséis pero menor de dieciocho declarado con discernimiento (art. 72). Así, en cualquier delito que en nuestra legislación contemple la pena de muerte, por el sólo hecho de ser cometido por un menor de dieciocho años, se le rebaja la sanción, lo que evita la aplicación de la pena capital. Por otro lado, de ser declarado sin discernimiento le será aplicada la ley 16618, que en el catálogo de medidas aplicables al menor tampoco contempla dicha sanción. En cuanto a la exigencia de separar a los menores procesados de los adultos y de ser llevados ante el tribunal con la mayor celeridad posible, el reglamento carcelario 23 establece que los menores deberán permanecer en secciones separadas de las de los adultos (art.17). Respecto al precepto que ordena separar al menor delincuente de los adultos y de darle un tratamiento adecuado a su edad y condición jurídica, nuestro Código Penal señala en el artículo 87 que “los menores de veintiún años y las mujeres cumplirán sus condenas en establecimientos especiales. En los lugares donde éstos no existan, permanecerán en los establecimientos carcelarios comunes, convenientemente separados de los condenados adultos y varones, respectivamente.” No cabe duda que dicha norma da pleno cumplimiento a la norma internacional y más aún la excede al establecer un límite a los veintiún años, ya que el tratamiento general que se da al joven en nuestra legislación, establece que, a partir de los dieciocho años, éste se integra al régimen penal común sin ningún privilegio. La Ley 19343 señala que se debe acoger a los menores necesitados de asistencia y protección en los Centros de Tránsito y Distribución. A los menores infractores de la ley penal se les envía a los Centros de Observación y Diagnóstico. Terminado el proceso tanto infractores como no infractores pueden ser enviados al mismo centro de rehabilitación. Sin embargo debe hacerse notar que la realidad penitenciaria no permite dar estricto cumplimiento a la norma comentada ya que la mayoría de los jóvenes delincuentes (que no entran en el ámbito de la ley 16618) no son convenientemente separados de los condenados adultos, recibiendo las influencias nocivas que la norma internacional pretende evitar. Por último, esta declaración consagra que la minoría de edad debe tenerse en cuenta para efectos penales como también para estimular la readaptación social. Como ya se ha señalado, en nuestro sistema penal puede quedar un joven mayor de dieciséis años bajo el imperio de la legislación penal común para adultos, por lo que sería necesario trazar la frontera divisoria entre la legislación de menores y la de adultos a los dieciocho años, eliminando el trámite de la declaración de discernimiento si es que se quiere cumplir con el mandamiento internacional. Sobre el Pacto de San José de Costa Rica El Pacto se refiere específicamente al menor al consagrar el derecho a una justicia especializada y a un tratamiento. Esto se cumple con la dictación de la ley 16618 respecto de los menores de dieciséis años y parcialmente respecto de los menores de dieciocho años en los términos ya explicados. Respecto a la pena de muerte nos remitimos a los párrafos anteriores atingentes al tema. 24 Sobre la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanas o Degradantes. El contenido de esta Convención impregna toda nuestra legislación procesal penal y emana de nuestra Constitución Política especialmente del artículo 19 N°1 que consagra: “La Constitución asegura a todas las personas: 1º El derecho a la vida y a la integridad física y psíquica de la persona”. La presente Convención define la tortura de la siguiente manera: “...todo acto por el cual se inflija intencionalmente a una persona dolores o sufrimientos graves, ya sean físicos o mentales...”. Respecto a penas o tratos crueles, constituye una figura residual, el que incluye cualquier acto inhumano o degradante que no se traduzca en tortura como se definió anteriormente y que sea cometida por un funcionario público u otra persona que actúe en ejercicio de funciones oficiales. Acerca de la Convención sobre los Derechos del Niño Considerando que la citada convención es la más reciente y avanzada en cuanto al problema que se está analizando, se procederá a hacer una revisión más pormenorizada de su contenido. Para comparar la Convención con la legislación nacional, nos ceñiremos al esquema empleado por Miguel Cillero: a) Reglas de exclusión del sistema penal (art. 40 de la Convención) Como ya se ha dicho un sistema juvenil debe diferenciarse del de adultos tanto en sus formalidades de procedimiento como en su orientación y consecuencias, todo lo cual debe estar dirigido a lograr la integración social del adolescente ya que este asume una función constructiva en la sociedad. Nuestra legislación recoge parcialmente este principio estableciendo la inimputabilidad absoluta para todos los menores de dieciséis años, regulando un procedimiento distinto para ellos. Decimos parcialmente porque solamente se aplica a los menores de dieciocho pero mayores de dieciséis, si es que estos actuaron sin discernimiento. Persiste por lo tanto un grupo importante de jóvenes menores de dieciocho años que son juzgados y sancionados conforme a las reglas establecidas para los adultos. Por otra parte el sistema aplicable a los inimputables tampoco puede caracterizarse como un sistema no penal, ya que recurre frecuentemente, a la aplicación de medidas propias de un sistema penal, incluida la privación de libertad en recintos penales. b) Principio de resolución jurisdiccional (art.40.2 b iii y 37 Convención) Este principio conocido también como de legalidad del tribunal se encuentra también consagrado en el artículo 19 N°3 inciso 4 de nuestra Constitución Política 25 señalando: “Nadie podrá ser juzgado por comisiones especiales, sino por el tribunal que le señale la ley y que se encuentre establecido con anterioridad por ésta.” Esta garantía se complementa con el artículo 7 y 73 del citado cuerpo legal. Tanto el Código Penal como el Orgánico de Tribunales, de Procedimiento Penal y la Ley de Menores reconocen y desarrollan este principio debidamente. c) Tipicidad y legalidad de la pena (art. 40.2 a Convención) La tipicidad significa que sólo pueden considerarse delitos aquellas conductas que se encuentran descritas como tales en la ley, y que lo estén desde antes de su comisión. La tipicidad es una derivación más general de la legalidad. La Constitución Política en su artículo 19 N°3 en su inciso penúltimo y final, consagra los ya señalados principios. Por ser una garantía constitucional, estos principios son aplicables a todas las personas y a todos los procedimientos. Sin embargo la ley de Menores no los acoge adecuadamente. Esta ley habla de “crimen, simple delito o falta” (art. 26 n°8 y 28) y de “hecho que, cometido por un mayor, constituiría delito” (art.32). Sin embargo estas no son las únicas hipótesis en que se pueden aplicar medidas a los jóvenes. Por otra parte, si bien se enumeran cuatro posibles medidas, con ello no se satisface el principio de legalidad de la pena, por cuanto se trata de medidas demasiado amplias y sin un límite de tiempo determinado. Esto tradicionalmente se justificaba por cuanto las medidas no son concebidas como penas, sino que como medidas de protección establecidas en beneficio del niño. Las hipótesis para la aplicación de medidas de protección, incluida la internación, contenidas en la ley de Menores son las siguientes: - Participación en un hecho delictivo - Peligro material o moral - Irregularidad - Por petición de los padres en ejercicio del derecho de corrección d) Tratamiento jurídico diferenciado entre infractores de ley penal y no infractores (art. 40.2 a Convención) Nuestra Constitución no dispone normas especiales para los menores inimputables, por lo que se aplican sus disposiciones generales. El Código Penal y las leyes penales especiales no establecen penas para los menores inimputables remitiendo a la ley de menores el conocimiento del caso y la aplicación de medidas de protección. La Ley de Menores no distingue entre infractores y no infractores, ya que, de acuerdo a la doctrina que la inspira, declarada la inimputabilidad, lo importante es 26 determinar las necesidades de protección del niño, más que la sanción de una determinada conducta. En este sentido, el art. 32 de la Ley de Menores es aclaratorio :” Antes de aplicarse a un menor de dieciocho años, alguna de las medidas contempladas en la presente ley, por un hecho que, cometido por un mayor constituiría delito, el juez deberá establecer la circunstancia de haberse cometido tal hecho y la participación que en él ha cabido al menor. Sin embargo, aunque se llegue a la conclusión que el hecho no se ha cometido, o que al menor no le ha cabido participación alguna en él, el juez podrá aplicarle las medidas de protección que contempla esta ley, siempre que el menor se encontrare en peligro material o moral.” Es decir, la ley reconoce la diferencia objetiva entre la participación en hechos delictivos y no delictivos, pero autoriza a un trato conjunto de ambas situaciones, aplicando a ambos un mismo procedimiento y las mismas medidas de protección. Cabe señalar, que a partir de la ley 19.343 se debe acoger a los menores necesitados de asistencia y protección en los Centros de Tránsito y Distribución los que no son privativos de libertad. En cambio a los menores infractores de la ley penal se les envía a los Centros de Observación y Diagnóstico y que se entienden privativos de libertad. Terminado el proceso tanto infractores como no infractores pueden ser enviados al mismo centro de rehabilitación. e) Derecho a la Libertad Personal (art 37 b,c y d Convención) La Convención Internacional establece que: - Ningún niño será privado de libertad ilegal o arbitrariamente (art 37 b) - La detención, encarcelamiento o prisión de niño sólo se utilizará como medida de último recurso y durante el período más breve que proceda. (art 37 b) Derechos del privado de libertad: - Derecho a un trato conforme a su dignidad humana (art 37 c) - Derecho a que se tengan en cuenta las necesidades físicas, sociales, culturales, morales y psicológicas de las personas de su edad (art 37 c) - Derecho a estar separado de los adultos (art 37 c) - Derecho a mantener contacto con su familia (art 37 c) - Derecho a una pronta asistencia jurídica (art 37 d) - Derecho a impugnar la legalidad de su privación de libertad ante un tribunal u otra autoridad imparcial e independiente (art 37 d) 27 - Derecho a una pronta resolución sobre las impugnaciones que haga. ( art 37 d) Legislación Chilena: a) Derecho a no ser privado de libertad en forma ilegal o arbitraria La Constitución consagra el derecho a la libertad personal en su artículo 19 N° 7. En la letra b prohibe la privación o restricción de libertad salvo en los casos y en la forma determinados por la Constitución y las leyes. En la letra c sólo autoriza la detención por un funcionario público expresamente facultado por la ley o en caso de delito flagrante. En la letra d establece las garantías de un lugar de detención. Todas estas normas encuentran su concreción y garantía en el recurso y/o acción de amparo (art 21) El Código de Procedimiento Penal desarrolla estos principios en los artículos 42 bis, 253 y ss. y art 306 y ss. Respecto al recurso de amparo tanto la doctrina como la jurisprudencia reconocen su aplicabilidad a los menores inimputables. En el caso de los menores en estudio del discernimiento se establece un plazo máximo para su determinación de quince días y se señala expresamente que “la internación necesaria para tal efecto se considera privación de libertad para todos los efectos legales.” (art 347 bis y 347 bis A) Las leyes de menores no contemplan directamente normas sobre privación de libertad. Sin embargo, se consagra la posibilidad de internación en las Casas de Menores durante el proceso, y la internación en “ Establecimientos especiales de Educación” como una de las posibles medidas de protección, medidas ambas muy recurridas por los jueces de menores y que en el hecho constituyen formas de privación de libertad. Estas disposiciones de las leyes de menores no son concordantes con las normas de la Convención, especialmente porque al aplicarlas el juez de menores como medidas de protección, se restringen los recursos para impugnarlas: no procede la solicitud de libertad provisional, cuando son aplicadas como medidas provisorias no son siquiera apelables (art 40 y 37) y finalmente no se respeta el principio de legalidad por cuanto la ley no describe las hipótesis que autorizan la privación de libertad. b) Derecho a que la detención, encarcelamiento o prisión de un niño sólo se utilizará como medida de último recurso y durante el período más breve que proceda (art 37 b) Este derecho, consagrado en la Convención, no tiene un correlato en nuestra legislación. Las reglas de privación de libertad en materia penal (que se aplica mientras dure el pronunciamiento sobre el discernimiento o para los que sean declarados 28 imputables), tienen una lógica diversa que se vincula a las necesidades de la investigación, a la seguridad del ofendido o a la seguridad de la sociedad (art 19 N° 7 e de la Constitución y 363 del CPP). En la Convención en cambio este principio se vincula con la necesidad de proteger el interés del niño, su vida y su desarrollo. La Ley de Menores por su parte, no contiene limitaciones específicas a la privación de libertad en cuanto a su duración. La internación podrá durar el tiempo necesario para el diagnóstico, la protección y educación. En este sentido se observa un vacío en la legislación nacional, producido por la aplicación del sistema penal como efecto de la mantención del discernimiento y por la regulación excesivamente flexible de las facultades de la justicia de menores. c) Derecho a estar separado de los adultos durante la privación de libertad. El Código Penal y el de Procedimiento Penal señala que los menores que ingresen a los recintos penitenciarios para adultos, deberán permanecer separados de éstos. El reglamento carcelario hace una especial mención de este punto, señalando que los menores deberán permanecer en secciones separadas de la de los adultos (art 17) y creando los “Centros Penitenciarios para Menores” (art 17). En su aplicación práctica, sin embargo, la falta de recinto y la carencia de garantías reales, convierten éstas normas en meramente programáticas. d) Derecho al debido proceso La Convención no señala expresamente este derecho pero contempla un conjunto de elementos que lo configuran: - Presunción de inocencia (40,2 b) - Prueba Legal (40.2 b) - Atribución y Notificación de Cargos ( 40.2 b) - Defensa jurídica (40.2 b y 37 d) - Organo Jurisdiccional competente, independiente e imparcial (40.2 b) - Resolución sin demora de la causa (40.2 b) - Audiencia equitativa en conformidad a la ley (40.2 b) - Derecho a ofrecer testigos, solicitar que se interroguen y participar en su interrogatorio (40.2 b) 29 - Derecho a no ser obligado a prestar testimonio o declararse culpable (40.2 b) - Derecho a la impugnación y revisión de lo obrado (40.2 b) - Derecho a que se respete su integridad e intimidad personal (40. 2 b) - Derecho a que se le aplique medidas alternativas a la internación (40.4) La legislación penal de adulto consagra estos principios, pero no así la ley de menores. En este sentido, paradógicamente, los jóvenes declarados con discernimiento resultan más favorecidos que los inimputables a los que se supone proteger. e) Prohibiciones La Convención prohibe determinadas prácticas con respecto a los niños: torturas, tratos o penas crueles o degradantes (art 37 c) y la aplicación de la pena de muerte o presidio perpetuo (que en este caso es una prohibición para todos los menores de dieciocho años). Estas prohibiciones son recogidas expresamente por el artículo 72 del Código Penal a través de la atenuante genérica para el mayor de dieciséis pero menor de dieciocho que haya sido declarado con discernimiento. CONCLUSIONES PARCIALES Como se puede apreciar, luego de la confrontación de los textos internacionales con la legislación interna, nuestro país, a pesar de haber suscrito dichos tratados y por ende haber consagrado su obligatoriedad, no ha emprendido la tarea de adecuación que se hace necesario por las innumerables contradicciones que existen entre ambas legislaciones. Vemos una evidente contradicción entre el discurso internacional adoptado por nuestro país y la realidad que en nuestro país impera. A nuestro entender esto revela una falta de interés por parte de las autoridades por el tema de la infancia y la juventud. Este panorama puede explicarse de distintas maneras, como por ejemplo la falta de recursos o las deficiencias de la globalidad de nuestra legislación procesal penal y penal sustantiva que no permite insertar adecuadamente la legislación internacional, pero nos parece que la gravedad de las contradicciones, en la forma expuesta en este y otros múltiples trabajos revelan la urgencia de modificar las prioridades del Estado en cuanto a sus políticas sociales. Si bien es sabido que la realidad no se modifica únicamente a partir de reformas legales, éstas representan un sustrato que permite que los esfuerzos que realiza la sociedad no se desperdicien en un terreno infértil. Sin embargo consideramos que la responsabilidad no radica sólo en los poderes del Estado encargados de la elaboración de las leyes (poder ejecutivo y legislativo), sino que también en el órgano jurisdiccional, que tiene la obligación de aplicar estas normas internacionales ratificadas por nuestro país, pero que escasamente las invocan en sus resoluciones judiciales. 30 IV.- Sugerencias Internacionales En este ítem se busca se busca estudiar las normas procesales penales reconocidas internacionalmente, que no tengan el carácter de vinculante, sea que no estén contenidas en tratados internacionales ratificados y suscritos por Chile, sea que sólo tengan el carácter de recomendaciones internacionales y que en Chile, no han sido objeto de legislación positiva. Reseña de los Acuerdos Internacionales Aprobados por el Comité de Prevención del Delito y Lucha Contra la Delincuencia (Naciones Unidas) Serán analizados los principales textos, es decir las Reglas de Beijing, las Reglas de Riad y las Reglas de Tokio. a) Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para la Administración de Justicia de Menores (Reglas de Beijing) En 1980, el Sexto Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente, celebrado en Caracas, formuló varios principios básicos que, a su entender, debían quedar reflejados en un conjunto de reglas que habían de elaborarse para la administración de justicia de menores a fin de proteger los derechos humanos fundamentales de los menores que se encontraran en conflicto con la justicia. En los años siguientes, en colaboración con el Instituto de Investigación de las Naciones Unidas para la Defensa Nacional, los Institutos Regionales de las Naciones Unidas y la Secretaría de las Naciones Unidas, el Comité formuló un proyecto de reglas mínimas. Con las reglas, adaptadas a las aspiraciones y al espíritu de los sistemas de justicia de menores de todo el mundo, sistemas que funcionan en el marco de condiciones nacionales y estructuras jurídicas diferentes, se estableció lo que se consideraba que constituía un principio general y una práctica satisfactoria para la administración de la justicia de menores. Las Reglas representan las condiciones mínimas aceptadas por las Naciones Unidas para el tratamiento de los delincuentes juveniles en todo el sistema de tratamiento de esas personas. Estas Reglas contienen una clasificación señalada en su mismo texto, a la cual atenderemos. Por lo tanto no se hará una transcripción de normas, sino que se entregará un breve resumen de su contenido. Esta agrupación temática permitirá realizar con mayor facilidad una comparación con la legislación nacional en esta materia. - Orientaciones Fundamentales 31 Estas orientaciones básicas se refieren a la política social en su conjunto, y tienen por objeto promover el bienestar del menor en la mayor medida posible. Se proponen medidas de atención a los menores con fines de prevención del delito y antes del comienzo de la vida delictiva, y constituyen requisitos básicos de política destinados a obviar la necesidad de aplicar las presentes reglas. Estas orientaciones fundamentales apuntan a un ámbito de políticas públicas que no incluyen la legislación procesal penal y que, por lo tanto, no tiene por objeto regular la situación del individuo una vez que ha entrado en conflicto con la justicia, sino que tiende a prevenir esta situación. - Alcance de las reglas y definiciones utilizadas Las reglas mínimas se han formulado deliberadamente de manera que sean aplicables en diferentes sistemas jurídicos y, al mismo tiempo, establezcan algunas normas mínimas para el tratamiento de los menores delincuentes con arreglo a cualquier definición de la noción de joven y a cualquier sistema de tratamiento de los menores delincuentes. Las Reglas se aplicarán siempre con imparcialidad y sin distinción alguna. Por el hecho de que las Reglas han sido redactadas en la forma señalada en el párrafo anterior, implica que el legislador no se puede sustraer de su aplicación, con el pretexto de ser incongruente con la normativa interna. - Ampliación del ámbito de aplicación de las reglas Esta ampliación se hace de modo que abarque: 1. - Los llamados “delitos en razón de condición“ previstos en diversos sistemas jurídicos nacionales con arreglo a las cuales se considera delito en los menores una gama de comportamiento distinta y, por lo general más amplia que en el caso de los adultos (por ejemplo ausencias injustificadas, desobediencia en la escuela y en la familia, ebriedad en público, etc.). 2.- Los procedimientos relativos a la atención del menor y su bienestar. 3.- El procesamiento de los delincuentes adultos jóvenes, aunque en este caso la aplicación de las reglas dependerá de las disposiciones pertinentes sobre la mayoría de edad. Nuestra legislación de menores tiene por objeto precisamente abarcar los llamados delitos en razón de condición, a través de las hipótesis que contempla para la aplicación de una medida de protección como son: la irregularidad, peligro material o moral, participación en un hecho delictivo y petición de los padres en el ejercicio del derecho de corrección. 32 También se consagra en la legislación de menores procedimientos específicos que pretenden proteger su bienestar. En nuestra legislación el mayor de dieciséis con discernimiento y el mayor de dieciocho es considerado adulto para todos los efectos penales. Por lo tanto la ampliación del ámbito de aplicación de la normativa no abarca a este segmento de la población, para lo cual se debería modificar la legislación interna, ya sea a través de una ley de responsabilidad juvenil o a través de una solución parcial como sería la eliminación del trámite del discernimiento. - Mayoría de edad penal La edad mínima para efectos de responsabilidad penal varía considerablemente en función de factores históricos y culturales. El enfoque moderno consiste en examinar si los niños pueden hacer honor a los elementos morales y psicológicos de responsabilidad penal. Si el comienzo de la mayoría de edad penal se fija a una edad demasiado temprana, o si no se establece edad mínima alguna, el concepto de responsabilidad perdería todo sentido. Por consiguiente, es necesario que se hagan esfuerzos para convenir en una edad mínima, razonable que pueda aplicarse a un nivel internacional. En nuestro país se fija la edad penal mínima a los dieciséis años (cuando se obra con discernimiento) o a los dieciocho años. Al sistema del discernimiento se han hecho variadas criticas por parte de la doctrina, por lo cual se hace necesario eliminarlo para adecuarse a las tendencias más modernas. En América Latina el trámite del discernimiento ha sido eliminado, salvo en Chile, lo que revela su incongruencia con las Reglas comentadas. La legislación de responsabilidad juvenil pretende crear un segmento de población intermedio, entre la legislación de menores y la de los adultos, lo cual permitiría desarrollar adecuadamente los postulados de las Reglas comentadas. - Objetivos de la justicia de menores Dos son los más importantes objetivos de la justicia de menores. El primero es el fomento del bienestar del menor. Se debe hacer un especial hincapié en el bienestar de los menores en los sistemas judiciales que siguen el modelo del tribunal penal. El segundo objetivo, es el principio de la proporcionalidad, este principio es conocido como un instrumento para restringir las sanciones punitivas, y se expresa principalmente mediante la fórmula de que el autor ha de llevarse su merecido según la gravedad del delito. La respuesta a los jóvenes delincuentes no sólo deberá basarse en el examen de la gravedad del delito, sino también en circunstancias personales. Por el mismo motivo, las respuestas destinadas a asegurar el bienestar del joven delincuente pueden sobrepasar lo necesario y, por consiguiente infringir los derechos 33 fundamentales del joven, como ha ocurrido en algunos sistemas de justicia de menores. Si bien nuestra legislación de menores pretende dar cumplimiento a estos postulados, las medidas de protección que contempla han sido criticada por no respetar derechos del joven en los términos expuestos al contrastarse las normas de la Convención sobre los Derechos del Niño con la legislación nacional, a lo cual nos remitimos en este punto. - Alcance de las facultades discrecionales Para una administración de justicia de menores eficaz, justa y humanitaria se establece la necesidad de permitir el ejercicio de las facultades discrecionales en todos los niveles importantes del procedimiento, para así adoptar la medida más adecuada para cada caso particular. Por otro lado también se establece la necesidad de establecer controles y equilibrios a fin de restringir cualquier abuso de las facultades discrecionales, siendo la competencia y el profesionalismo los instrumentos más adecuados para salvaguardar los derechos del joven delincuente. Importante son también la formulación de directrices para el establecimiento de un sistema de revisión y de apelación u otro análogo a fin de permitir el examen de las decisiones y la competencia. Este último medio no se concretan en el presente documento por la dificultad de incorporarlos en reglas mínimas internacionales, debido a la diferencia que existen en cada sistema judicial. Para cumplir con esta línea de argumentación, que se puede resumir en el otorgamiento de facultades discrecionales a los jueces de menores, pero sujeto a efectivas medidas de control que se traducen en el respeto de las garantías procesales contempladas en la legislación procesal penal de adultos, se deberían introducir diversas reformas a la legislación de menores vigente y en los términos expuestos al analizarse la Convención sobre los Derechos del Niño . - Derecho de los menores En este aspecto se hace hincapié en importantes elementos fundamentales de todo juicio imparcial y justo y que son internacionalmente reconocidos en los instrumentos de derechos humanos vigentes, tales como: la presunción de inocencia, el derecho de ser notificado de la acusación, el derecho a no responder, derecho al asesoramiento, el derecho a la presencia de los padres o tutores, etc. Una de las críticas más frecuentes a nuestra legislación de menores es la falta de desarrollo de esta garantía constitucional. Esta carencia se debe a que no se reconoce debidamente al menor su calidad de sujeto de derecho, por lo que se omiten muchas garantías procesales. Especial mención requieren los artículos 41 inciso primero en relación con el inciso segundo del mismo artículo, que no permiten la oposición de los padres sino una vez impuesta la medida y no en la etapa previa, que se sigue sin forma de juicio. Nuevamente debemos remitirnos a lo expuesto al tratarse de la Convención sobre los Derechos del Niño. 34 - Derecho a la intimidad Para evitar que la publicidad indebida o el proceso de difamación perjudiquen a los menores, se respetará en todas las etapas el derecho de los menores a la intimidad. En principio, no se publicará ninguna información que pueda dar lugar a la individualización de un menor delincuente. - Cláusulas de salvedad Estas tienen por objeto evitar que ninguna disposición de las presentes reglas puede ser interpretada en el sentido de excluir a los menores del ámbito de la aplicación de las Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos aprobados por las Naciones Unidas y de otros instrumentos y normas reconocidos por la comunidad internacional relativas al cuidado y protección de los jóvenes. Se establece, por lo tanto, que las presentes Reglas buscan enriquecer otros textos internacionales y por ende obligan al legislador a analizar toda la normativa internacional como un todo. - Primer contacto Al respecto estas reglas disponen que cada vez que un menor sea detenido, ésta sea notificada de inmediato o en el menor plazo posible a los padres o tutores. El juez, funcionario u organismo competente debe examinar sin demora la posibilidad de poner en libertad al menor. Los organismos encargados de hacer cumplir la ley deben reducir al mínimo el daño al menor en primera instancia. Ello es de particular importancia en el primer contacto con las organizaciones encargadas de velar por el orden institucional, que pueden influir profundamente en la actitud del menor hacia el Estado y la sociedad. En nuestra legislación procesal penal se desarrolla esta garantía para toda persona a través de toda una reglamentación de la institución de la detención que no viene al caso explicar. En la legislación de menores debería intensificarse esta garantía por los motivos señalados en las Reglas. Sin embargo en opinión de Carla Albasini4 esto no se cumple adecuadamente, porque en la práctica los menores son recluidos en los centros policiales, interrogados y fichados, debido a que en la mayor parte del país no existe la policía de menores. Los mayores abusos se producen antes de que el menor sea puesto a disposición de los organismos policiales pertinentes (Policía de Menores) o ante la 4 “Visión de los Nuevos Profesionales” Ensayos sobre la Delincuencia. Fundación Paz Ciudadana, 1997 35 presencia del juez. Es posible constatar que la aprehensión física y los interrogatorios, se ven marcado por diversas formas de violencia física y sicológica. - Remisión de casos Estas directrices prevén la necesidad de que, cuando proceda, se examine la posibilidad de que se resuelvan los casos sin recurrir a las autoridades competentes. La policía, el ministerio fiscal y otros organismos que se ocupen de la delincuencia de menores estarán facultados para fallar dichos casos discrecionalmente, sin necesidad de vista oficial con arreglo a los criterios de sus respectivos sistemas jurídicos y a los principios de las presentes reglas. Este principio no se contempla en nuestra ley de menores, ya que tanto Carabineros de Chile como Policía de Investigaciones, al detener a un menor inculpado de haber cometido un hecho constitutivo de crimen o simple delito, deben ponerlo directa e inmediatamente a disposición del tribunal competente, según lo señala el artículo 16 de la citada ley. Si lo anterior no fuera posible, deberán ingresarlo al Centro de Observación y Diagnóstico respectivo dentro de las veinticuatro horas y luego lo pondrán a disposición del juez, a primera hora de la audiencia más próxima o antes, si éste así lo ordena. Cabe hacer notar, a partir de la creación del sistema procesal acusatorio y oral (que entrará a regir en Chile próximamente), se contemplan diversas formas nuevas de solución de conflictos, que evitan la dictación de sentencia por parte del juez. Junto a esto el gobierno ha planteado, como uno de los principios de una ley de responsabilidad penal juvenil, una necesario adecuación a esta nueva legislación procesal penal. Esto permitiría introducir la remisión de casos en la forma indicada en las Reglas. - Especialización policial Los agentes de policía que traten a menudo con menores o que se dediquen fundamentalmente a la prevención de su delincuencia, recibirán instrucción y capacitación especial. La finalidad de esto es tanto como garantía de la aplicación de los principios de este instrumento, como para mejorar la prevención y represión de la delincuencia de menores y su tratamiento. Nuestro ordenamiento, si bien contempla la especialización de la policía en cuanto a menores, esto no se ha cumplido debidamente en la práctica, ya que en amplios sectores del país los jóvenes son tratados por policía no especializada. - Prisión preventiva Según el presente documento, éste se aplicará como último recurso y durante el plazo más breve posible. Se privilegian medidas sustitutorias a ésta, como la supervisión estricta, la custodia permanente, la asignación a una familia o el traslado a una institución educativa. 36 Cuando se aplique la prisión preventiva, los menores gozarán de todos los derechos y garantías previstos en las reglas mínimas para el tratamiento de reclusos aprobados por Naciones Unidas, entre estas el estar separados de los adultos y recluidos en establecimientos distintos o separados de ellos. La Constitución Política se remite a la ley en el artículo 19 Nº 7 letra b. La ley de menores no contempla esta garantía. Respecto de las medidas que contempla dicha ley, esta carencia se desprende del artículo 29 inciso final, que señala que “durarán el tiempo que determine el juez de letras de menores”. En cuanto a la separación de los menores de los adultos en establecimientos penitenciarios, el Código Penal y el de Procedimiento Penal, señalan que los menores que ingresan a éstos, deberán permanecer separados de los adultos. El Reglamento Carcelario hace especial mención a este punto en su artículo 17 y creando los “Centros Penitenciarios par Menores”. En su aplicación práctica, sin embargo, en opinión de M. Cillero5, la falta de recintos y la carencia de garantías reales, convierten estas normas en meramente programáticas, como lo demuestran las estadísticas de ingreso de menores a recintos penales de Gendarmería, servicio que no cuenta con ningún recinto dedicado exclusivamente para menores, a excepción de la recientemente inaugurada Comunidad Tiempo Joven, en la ciudad de Santiago, administrada conjuntamente por Sename y Gendarmería de Chile. - Autoridad competente para dictar sentencia En el evento que el caso del menor delincuente no sea objeto de remisión, éste será puesto a disposición de la autoridad competente (Corte, tribunal, Consejo, etc.), que decidirá con arreglo a los principios de un juicio imparcial y equitativo. En Chile todo joven debe ser puesto a disposición del juez lo antes posible. En tal sentido no se contempla la posibilidad de alguna forma de remisión, que permitiría la intervención de otros organismos. Por lo tanto, el joven es puesto a disposición de alguno de los 42 Juzgados de Menores existentes, los cuales ejercen la totalidad de la competencia de menores. Dicha competencia es, a juicio de los autores, amplísima (civil, penal y laboral), lo cual es perjudicial para llevar a cabo de manera adecuada la labor jurisdiccional que les corresponde. Particularmente, la doctrina aconseja que en materia de infracciones juveniles se opte por una máxima especialización. En tal sentido, existen diversos proyectos que tienden a alterar esta situación, como es la creación de los Tribunales de Familia, en los que existirían tres jueces, uno de los cuales se dedicaría a las infracciones penales de menores. También se alteraría sustancialmente esta situación si se aprueba una ley de responsabilidad penal juvenil, 5 Cuadernos de Análisis Jurídico N°6 “ Sistema Jurídico y Derechos Humanos” 37 el que debería recoger un sistema acusatorio, en que la investigación y acusación no son funciones del juez. - Asesoramiento Jurídico y Derecho de los Padres y Tutores El menor tiene derecho a hacerse representar por un asesor jurídico o a solicitar asistencia jurídica gratuita cuando esté prevista en la legislación interna. Por otro lado los padres o tutores tienen derecho a participar en las actuaciones del proceso, pudiendo la autoridad competente denegar dicha participación si existen motivos para presumir que la exclusión es necesaria para la defensa del menor. En cuanto al asesoramiento jurídico, en nuestra legislación no existen normas sobre comparecencia en juicio ni sobre asesoría letrada, puesto que el niño no es considerado parte en el procedimiento. Esto porque se sigue la antigua tendencia dentro del derecho de menores de desconocer la necesidad de asistencia jurídica, dado que el proceso tiene por finalidad la protección del niño y quien asume la representación de sus intereses es el propio juez que conoce y resuelve el asunto. - Informe, previo a la sentencia, sobre el medio social en que se desenvuelve el menor - Principios rectores de la sentencia y de la resolución Principios: La respuesta que se da al delito será proporcionada tanto a las circunstancias y gravedad del delito como a la necesidad del menor y de la sociedad. La restricción a la libertad personal del menor se reducirá al mínimo posible. La privación de libertad se impondrá sólo en caso de acto grave de violencia contra otra persona o por reincidencia de otros delitos graves. - Pluralidad de medidas resolutorias Las Reglas de Beijing proponen, en orden a evitar la internación, las siguientes medidas: Ordenes en materia de atención, orientación y supervisión Libertad vigilada Ordenes de prestación de servicios a la comunidad Sanciones económicas, indemnizaciones y devoluciones 38 Ordenes de tratamiento Ordenes relativas a hogares de guarda y establecimientos educativos Nuestra Ley de Menores contempla en su artículo 29 las siguientes medidas: 1º.- Devolver al menor a sus padres, guardadores o personas a cuyo cargo estuviere, previa amonestación 2º.- Someterlo al régimen de libertad vigilada 3º.- Confiarlo, por el tiempo que estime necesario, a los establecimientos especiales de educación que la ley señala 4º.- Confiarlo al cuidado de una persona que se preste para ello, a fin de que viva con su familia, y que el juez considere capacitada para dirigir su educación, quedando en este caso sometido, además, al régimen de libertad vigilada. Si bien nuestra normativa contempla una gama de medidas, se le han hecho diversas críticas, en primer lugar la amplitud que tiene el juez para aplicar las medidas enumeradas. En segundo lugar, la libertad para fijar el plazo de duración de éstas. Por último la facultad que tiene el juez de modificar con posterioridad dichas medidas si varían las circunstancias. Esto es particularmente grave si se consideran que todas éstas medidas implican siempre limitación o restricción de derechos de los menores. - Carácter excepcional del confinamiento en establecimientos penitenciario - Prevención de demoras innecesarias en la tramitación del proceso - Registros De acuerdo a las presentes reglas los registros de menores delincuentes serán de carácter estrictamente confidencial, no pudiendo ser consultado por terceros. Los registros de menores delincuentes no se utilizarán en procesos de adultos. - Objetivo del tratamiento en establecimientos penitenciarios Cuidado y protección, así como su educación y formación profesional Asistencia social, educacional, profesional, psicológica, médica y física Separación de los adultos 39 Tratamiento equitativo para la delincuente joven como para el delincuente joven Derecho de acceso por parte de padres y tutores - Aplicación de las Reglas mínimas para el tratamiento de los reclusos aprobadas por las Naciones Unidas Con objeto de satisfacer las diversas necesidades del menor específicas a su edad, sexo y personalidad se procurará aplicar los principios pertinentes de las mencionadas Reglas Mínimas para el tratamiento de los reclusos en toda la medida de lo posible. - Frecuente y pronta concesión de la libertad condicional Cuando las circunstancias lo permitan, se deberá optar por conceder la libertad condicional. Cuando se tengan pruebas de un progreso satisfactorio hacia la rehabilitación, siempre que sea posible, se podrá conceder, incluso a delincuentes que se consideraron peligrosos al momento de su confinamiento. - Sistemas intermedios Se podrán establecer sistemas intermedios como establecimientos de transición, hogares educativos, centros de capacitación y otros sistemas pertinentes que puedan facilitar la adecuada reintegración de los menores a la sociedad. b) Reglas Mínimas sobre Medidas No Privativas de Libertad (Reglas de Tokio) Estas reglas fueron adoptadas en el Octavo Congreso de Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente en La Habana. En primer lugar es necesario aclarar, que estas reglas contienen solamente parámetros generales que todo Estado debiera respetar, en cumplimiento de los principios internacionales que rigen la materia. Sin embargo, se ha discutido su carácter obligatorio para los estados. En opinión de O`Donnell respecto de las Reglas Mínimas para el tratamiento de los reclusos, antecedentes de las de Tokio, no se pueden considerar obligatorias en su totalidad ya que las mismas “Observaciones Preliminares“ así lo señalan. Estas no se pueden aplicar indistintamente en todas partes y en todo tiempo. Además se reconoce que puede haber cierta flexibilidad en la aplicación de las reglas debido a la evolución constante de las ciencias penales. 40 El citado autor sostiene que algo similar ocurre con las Reglas de Tokio. Esto porque en las consideraciones iniciales, la Asamblea General señaló que reconocía “la necesidad de elaborar enfoques y estrategias locales, nacionales, regionales, internacionales en la esfera del tratamiento no institucional del delincuente, así como la necesidad de formular reglas mínimas”. Refuerzan estos argumentos lo que el mismo texto señala en su parte preliminar: “Se exhorta a los Estados Miembros a que apliquen las Reglas de Tokio en sus políticas y prácticas”. No obstante, en contraposición a lo anterior, la Asamblea le pide a los Estados Miembros “que se presenten informes quinquenales sobre la aplicación de las Reglas de Tokio, a partir de 1994”. En segundo lugar es necesario aclarar también qué se entiende por medidas no privativas de libertad. Las reglas de Tokio no las definen, pero en opinión del profesor Juan Enrique Vargas Viancos, del conjunto de éstas se puede desprender la siguiente definición: “Cualquier sanción, impuesta en cualquier oportunidad procesal, que no implique privación absoluta de libertad en circunstancias de que hubiese“. Con el fin de un mejor análisis de éstas reglas citadas nos ceñiremos al criterio utilizado por el profesor Vargas en la mencionada obra, la que atiende al momento en que ellas son establecidas en relación a la comisión del hecho delictivo. - Acciones adoptadas en términos generales con anterioridad a la comisión de la conducta específica Son éstas de resorte del legislador y tiene por consecuencia excluir a priori el uso de la cárcel para sancionar determinadas conductas. Pueden presentar tres modalidades: desjudicialización de conflictos (se excluye el conflicto de la competencia judicial, y pueden ser de corte administrativo o entregado a las partes con un soporte estatal como en la mediación y conciliación).6 descriminalización (exclusión del catálogo de conductas punibles. No confundir con desjudicialización, ya que no se excluye la competencia de los tribunales sino que se aplica sanción no penal). establecimiento de penas no privativas de libertad para el delito7 - Acciones adoptadas por quien dispone de la acción penal pública Ellas son de resorte generalmente de los ministerios públicos en los sistemas de corte acusatorio, pudiendo o no estar entregadas al control jurisdiccional. Implican darle una salida distinta al conflicto judicial, evitando llegar a una sentencia: 6 7 Reglas de Tokio 2.5 Tokio 2.8 41 Ejercicio del principio de oportunidad (consagra la posibilidad de no dar inicio al proceso penal o ponerle término anticipadamente, por consideraciones de interés general, con el objetivo de adoptar políticas racionales de selección en el sistema penal. Parte de la realidad de que el sistema penal no es capaz de procesar todas las conductas ilícitas que se producen dentro de la comunidad y que las selecciona con criterios oscuros y no sujetos a escrutinio público).8 Medidas Presentenciales (conceden la facultad para que, sin esperar la sentencia, se impongan sanciones al individuo, poniendo término al procedimiento. Contiene tres requisitos: delitos menores, inculpado confeso y que consienta en darle término al proceso de esa forma). - Acciones adoptadas para evitar la detención o prisión durante el proceso Se reconoce expresamente el carácter excepcional de la prisión preventiva9 y se recomienda la aplicación de otras medidas pero sin señalarse nada sobre el tipo de éstas y sus características.10 La celeridad de la puesta en libertad o en la aplicación de una medida sustitutoria de ésta resulta fundamental para evitar el contagio criminógeno que implica la cárcel. En el Informe del Secretario General para el Congreso en que se aprobaron las Reglas de Tokio permite dar luz sobre el tipo de medidas mentadas : * Restricción de Movimientos (exige que el sospechoso permanezca en una zona determinada que suele ser su domicilio. Su cumplimiento suele asegurarse mediante una vigilancia constante de la policía local, la cual puede realizarse también por medios electrónicos). * Supervisión (menos restrictiva ya que exige al presunto culpable presentarse a la policía o a otro organismo en determinados plazos. En otras modalidades se incluye las inspecciones no anunciadas y restricciones directamente relacionadas con el delito, por ejemplo la inhablitación para conducir en caso de delito de circulación o prohibición de dedicarse a cierta actividad comercial en caso de delito económico). * Pago de Fianza (se le critica que el depósito de bienes o de dinero como garantía puede resultar discriminatorio para personas de escasos medios económicos, por lo que se ha ideado la variante del “binding over” u orden vinculante que consiste en una orden judicial de guardar la paz bajo pena de ser multado o detenido). 8 Tokio 5.1 9 Tokio 6.1 Tokio 6.2 10 42 * Libertad con obligación de comparecer (consiste en la promesa de presentarse al tribunal cuando la causa llegue a juicio sin la obligación de depositar bienes o dinero como garantía. Se aplica generalmente a delitos leves). - Acciones adoptadas al momento de dictarse la sentencia Consiste en posibilidades que se le dan al juez para no aplicar una sanción privativa de libertad al momento de condenar por un delito. Se dividen en penas alternativas y las que más propiamente se conocen como medidas alternativas. En el caso de las primeras, el legislador sanciona la conducta típica con alguna de dos sanciones posibles, una privativa de libertad y otra sin ese carácter. En cambio en la segunda, se trata de un beneficio que se le concede al condenado a quien, pese a corresponderle una pena de cárcel por el delito cometido, no se le aplica ésta y se adopta otra acción sobre su persona. A diferencia de las primeras puede estar sujeta a condiciones y, en el caso de quebrantamiento de éstas, el beneficiario puede verse obligado a cumplir la pena privativa de libertad. Las Reglas de Tokio aparentemente sólo se hacen cargo de las medidas alternativas propiamente tales, al enumerar las obligaciones a las que quedan sujetas11 y al establecer la revocación de la medida ante el incumplimiento de la misma.12 Sin embargo, el punto no queda claro al emplear también la expresión “pena” al referirse a sanciones que se enumeran como alternativas. Las medidas alternativas enumeradas son:13 * * * * * * * * * * * * * Sanciones Verbales, como la amonestación, la reprensión y la advertencia Liberación condicional Penas privativas de derechos o inhabilitaciones Sanciones económicas y penas en dinero, como multas, multas sobre los ingresos calculadas por días Incautación o confiscación Mandamiento de restitución a la víctima o de indemnización Suspensión de la sentencia o condena diferida Libertad condicional y vigilancia judicial Imposición de servicios a la comunidad Obligación de acudir regularmente a un centro determinado Arresto domiciliario Cualquier otro régimen que no entrañe internamiento Alguna combinación de las sanciones precedentes 11 Tokio 12.1 Tokio 14.1 13 Tokio 8.2 12 43 Como la mayoría de la doctrina sostiene, las medidas alternativas no deben considerarse como beneficio para el sujeto sino como lo que realmente son: penas y cargas que en definitiva permiten al Estado ampliar sus atribuciones en materia de control social. En consideración a esto las Reglas de Tokio señalan que las medidas sustitutivas de la prisión no podrán ser aplicadas para el caso de sanciones no privativas de libertad. Además deben adecuarse al principio de mínima intervención y a las tendencias de despenalización y destipificación de delitos.14 En opinión del profesor Vargas Viancos, los factores para caracterizar a éstas medidas son: los requisitos para su concesión, el tipo de condiciones u obligaciones que pueden llevar aparejadas y, fundamentalmente, las consecuencias que implica su quebrantamiento. En cuanto a los requisitos y obligaciones que conllevan, las Reglas de Tokio sólo establecen disposiciones de carácter general sin señalar específicamente en qué consisten, limitándose a señalar los términos y autoridades en que éstos pueden establecerse. Respecto a los requisitos, resulta interesante recalcar lo que nos dicen las reglas 3.2 y 8.1, al establecer la primera ciertos criterios para seleccionar la medida alternativa tales como “ el tipo y gravedad del delito, la personalidad y antecedentes del delincuente, los objetivos de la condena y el derecho de las víctimas”. La regla 8.1 por su parte, señala que la autoridad al adoptar su decisión debe tomar en cuenta “las necesidades de rehabilitación del delincuente, la protección de la sociedad y los intereses de la víctima, quién será consultada cuando corresponda”. En cuanto a las obligaciones, la regla 12.2 señala “ Las obligaciones que ha de cumplir serán prácticas, precisas y tan pocas como sea posible y tendrán por objeto reducir las posibilidades de reincidencia en el comportamiento delictivo e incrementar la posibilidades de reinserción social del delincuente, teniendo en cuenta las necesidades de la víctima.” Por último, respecto del quebrantamiento, se consagra una regulación más detallada para impedir que el incumplimiento lleve automáticamente a la cárcel al sujeto. Así, el incumplimiento puede llevar a la modificación de la medida, lo cual es determinado por la autoridad competente, previo alegato del funcionario supervisor y del delincuente. Además, sólo se impondrá la pena de prisión cuando no haya otra medida sustitutiva adecuada.15 14 15 Tokio 2.6, 2.7 y 2.8 Tokio 14.1 a 14.4 44 - Acciones adoptadas con posterioridad a la sentencia Se trata de modalidades que reviste el sistema de ejecución penitenciaria. Las Reglas de Tokio regulan estas medidas a la par de las otras alternativas a la cárcel, señalando que la autoridad competente tendrá a su disposición medidas sustitutivas posteriores a la sentencia para evitar el encarcelamiento y lograr una pronta reinserción social. Las medidas enunciadas son las siguientes: * * * * * Permisos y centros de transición Liberación con fines laborales o educativos Distintas formas de libertad condicional La remisión El indulto16 c) Directrices de las Naciones Unidas para la prevención de la delincuencia juvenil (Directrices de Riad) Estas normas, al igual que las Reglas de Tokio, tienen su origen en el Octavo Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente. Si bien éstas directrices no tienen fuerza vinculante, no se puede desmerecer su importancia en la elaboración futura de políticas a nivel nacional, tendientes a erradicar la comisión de delitos en la sociedad. Debemos destacar que estas directrices entran en un ámbito previo al de la comisión del delito y del consiguiente proceso penal, toda vez que éstas tienden a la prevención y no al tratamiento del joven una vez que éste ya ha entrado en conflicto con la justicia, tema ya abordado por otros textos internacionales. Por esta misma razón es que explicaremos brevemente su contenido sin entrar a desarrollarlo como lo hicimos con otros tratados más atingentes al tema al tema. En primer lugar se plantean ciertos principios fundamentales tales como la necesidad de enmarcar la delincuencia juvenil dentro de la prevención del delito en la sociedad, para lo cual se requiere un esfuerzo de toda la sociedad, para el desarrollo armonioso del adolescente. Se debe fomentar una participación activa de los jóvenes en la sociedad y se debe procurar el bienestar de ellos desde su primera infancia. Las políticas progresistas deben incluir el suministro de oportunidades especialmente educativas, aplicación de doctrinas y criterios especializados para la prevención de la delincuencia con una intervención oficial que vele por los intereses del joven. Por último se hace notar que la conducta de los jóvenes que no se ajustan a las 16 Tokio 9.1 y 9.2 45 normas generales frecuentemente forman parte de un proceso de madurez y que tienden a desaparecer espontáneamente. En segundo lugar se señala el alcance de las directrices señalándose que las directrices deben aplicarse e interpretarse de acuerdo a los distintos tratados que rigen a la comunidad internacional y que debe considerarse el contexto en que se desarrolla cada Estado. En tercer lugar, en el título de la prevención general, se señala que ésta se debe desarrollar a través del análisis del problema, formulación de programas, recursos disponibles, funciones bien definidas de las instituciones pertinentes, coordinación de los organismos gubernamentales y no gubernamentales, participación de la comunidad, especialmente de los jóvenes, etc. En cuarto lugar se hace referencia a los procesos de socialización, entre los cuales se destaca el importante rol que cumple la familia, la educación, la comunidad y los medios de comunicación. En quinto lugar se señala respecto de la política social, se exhorta a los organismos gubernamentales a dar una elevada prioridad a los programas dedicados a los jóvenes, lo que debe incluir fondos e instalaciones suficientes. Se reitera la necesidad de evitar la reclusión de jóvenes, y la necesidad de permitirles continuar su educación. Finalmente éstas políticas deben basarse en estudios científicos que desarrollen medidas y estrategias dentro y fuera del sistema de justicia penal. En sexto lugar, respecto a la legislación y administración de la justicia de menores se destaca el deber de promulgar leyes y procedimientos especiales, de evitar castigos severos, limitar el acceso a armas de cualquier tipo, promulgar legislación que evite la estigmatización y victimización de los jóvenes. Además se promueve el establecimiento del ombudsman para los jóvenes el cual deberá supervisar la aplicación de las Directrices de Riad, las Reglas de Beijing y las Reglas para la protección de los menores privados de libertad. Las Reglas analizadas se caracterizan por constituir un avance en materia de legislación de menores y de jóvenes. Plantean nuevos requerimientos a los Estados y versan sobre materias que presentan mayor complejidad en cuanto a su implementación en el plano interno. Por constituir un Derecho, en cierta medida, aún en formación, se plantea en términos amplios que permitan concitar un mayor apoyo internacional. Esto mismo permite que los Estados las interpreten con mayor amplitud y las adecuen a sus necesidades y capacidades. Se pretende posicionar de esta manera nuevos temas y desafíos, que a medida que vayan siendo acogidos por los Estados puedan ser precisados y luego incorporados en tratados internacionales. Nosotros consideramos que nuestro país no se encuentra preparado para incluirlos de manera satisfactoria en su legislación interna, considerando que aun no 46 subsana las diversas contradicciones que presenta respecto de la Convención sobre los Derechos del Niño, en los términos ya analizados. Pero no por eso carecen de importancia para nuestro país. En la actualidad se están desarrollando diversos proyectos legales en materia de legislación de menores y juventud, que necesariamente deben incorporar los postulados de la Convención sobre los Derechos del Niño y que, además, se deberían enriquecer en todo lo que los Reglas analizadas excedan dicha Convención. 3.- PERFIL PSICOSOCIAL DE LOS JÓVENES RECLUSOS Con el fin de complementar el estudio legislativo en torno al joven en conflicto con la justicia, se elaboró un perfil del joven recluso, tomando en cuenta aspectos tanto psicológicos como socioeconómicos. Se espera que los antecedentes recabados permitan facilitar, por un lado, la comprensión de esta problemática, y por otro, la implementación de políticas de tratamiento y rehabilitación adecuadas para este segmento social. I.- ASPECTOS METODOLÓGICOS El diseño adoptado en esta investigación es descriptivo, ya que el objetivo es conocer cómo se presentan los diferentes aspectos psicosociales y criminógenos en la problemática del joven en conflicto con la justicia. Es también de carácter no experimental, ya que no se manipularon deliberadamente las variables, sino que se observaron los fenómenos tal y como se presentan en su contexto natural, para luego analizarlos (ésto posee la ventaja de presentar mayor validez externa). Finalmente, es un estudio transversal, ya que los datos se recolectaron en un sólo momento. Definición y características del Universo y Muestra La unidad de análisis que se utilizó estuvo constituida por jóvenes varones de edades entre 18 y 29 años, que se encontraban recluidos por delitos contra la propiedad en los recintos penitenciarios escogidos para aplicar el instrumento. Se optó por excluir a las jóvenes mujeres del universo, ya que el fenómeno de la delincuencia femenina constituye un tema específico que difiere cualitativa y cuantitativamente de la delincuencia masculina (Cooper, 1994). De esta manera, el hecho de estudiar el fenómeno de la delincuencia femenina desde el mismo paradigma que la delincuencia masculina, se ha traducido históricamente en políticas generales para ambos sexos, que, al no incorporar la perspectiva de género, no siempre resultan acertadas. Sin embargo, considerando la imperiosa necesidad de no invisibilizar a las mujeres en las investigaciones sociales, más aún en un tema tan relevante como el de los jóvenes en conflicto con la justicia, se las incluyó en el análisis del proceso penal y en el estudio de la calidad de vida al interior de la cárcel y las perspectivas de rehabilitación y reinserción social, como se explicará más adelante. 47 Se decidió acotar el Universo al rango etario mencionado anteriormente, sin considerar a los menores de 18 años, ya que, dadas las características diferenciales tanto en el procedimiento judicial como en el sistema de reclusión como tal, merecería un análisis específico y acabado para poder derivar de éste resultados concluyentes para ese grupo específico, que pudieran ser generalizados a los demás componentes del mismo . Se resolvió también delimitar el Universo a jóvenes que se hallan involucrados sólo en delitos contra la propiedad, ya que, investigaciones precedentes señalan la existencia de diferencias cualitativas en los sujetos que presentan diferentes formas de conducta delictiva (Cooper, 1994). Según estadísticas proporcionadas por Gendarmería de Chile, los jóvenes que se hallan procesados o condenados por robo, constituyen alrededor del 70% de la población joven reclusa. De esta manera, el Universo quedó conformado por jóvenes varones de entre 18 y 29 años de edad, que se encuentren recluidos en los penales de Colina I, CDP San Miguel y CDP Puente Alto, ya sea procesados o cumpliendo condena, por estar involucrados en delitos contra la propiedad. Una muestra extraída de este Universo permitirá extrapolar los resultados del estudio a más de la mitad de los jóvenes reclusos, evitando al máximo diferencias que pudieran deberse a las características, histórico-familiares y/o sociales que motivan la comisión de los diversos tipos de delitos. En cuanto a la elección de la muestra, ésta se realizó de manera estratificada aproporcional, recogida de manera intencionada (o de selección razonada). Se procedió así debido a las dificultades que existen en los recintos penitenciarios para llevar a cabo este tipo de estudio empírico, ya sea por las características de funcionamiento y organización que cada uno posee, como por la carencia de estadísticas que permitan conoce el número exacto de jóvenes que se encuentran recluidos en los penales. Para que el Universo quedara totalmente representado, se elaboraron estratos de acuerdo a las variables edad y situación procesal. Considerando la dificultad de encontrar jóvenes de 18 a 20 años, por el hecho de ser comparativamente pocos los que se encuentran recluidos ya a esa edad, se optó por ampliar el primer rango etario. De esta manera, se conformaron 4 estratos : el primero de edades entre 18 y 21 años, el segundo de 22 a 24 años, el tercero de 25 a 27 años y el cuarto de 28 a 29 años. Por otro lado, el joven puede , actualmente, estar siendo procesado o cumpliendo condena, lo que implica diferencias principalmente en la percepción subjetiva que pueden tener de la situación en que se encuentran. Finalmente, la muestra quedó compuesta por 80 sujetos de los recintos penales nombrados. La aplicación de la encuesta fue realizada de manera individual, y estuvo a cargo de alumnos de los últimos años de carreras del área social, quienes fueron 48 capacitados para estos efectos. Los tests fueron administrados de manera grupal por egresados de la carrera de Psicología. Ambas actividades fueron debidamente supervisadas por las investigadoras a cargo. Las variables psicosociales escogidas para caracterizar al joven en conflicto con la justicia, fueron las siguientes: VARIABLES SOCIO-DEMOGRÁFICAS Estas variables serán recopiladas con el fin de realizar una identificación general de los jóvenes reclusos. En este sentido, se indagará la edad, estado civil, nivel de instrucción, y distribución geográfica. VARIABLES FAMILIARES : En esta área se indagarán características familiares propias del joven interno. Esto se evaluará mediante las siguientes variables : estructura y cohesión familiar, estilos de socialización de los padres o figuras sustitutas, antecedentes de violencia intrafamiliar y antecedentes criminógenos familiares. VARIABLES EDUCACIONALES: Esta área intenta determinar algunos aspectos relacionados con la calidad y nivel educacional al cuál han accedido los entrevistados. En este punto se abordarán temas como fracaso y deserción escolar, grado de escolaridad, comportamiento en la escuela, relación con compañeros y profesores. VARIABLES RELACIONALES : Esta área dice relación con la calidad de las relaciones sociales del joven con otros que no sean familiares, tanto en su infancia como en su adolescencia. Con este objetivo se preguntará acerca de tipos de relaciones establecidas, en calidad y cantidad, grupo etario y género, ocupación del tiempo libre, consumo de alcohol y drogas, calidad criminógena de los pares y desarrollo moral. En este mismo punto se investigará sobre las relaciones de pareja y su calidad, sondeando edad de inicio, tipo de relaciones, edad de inicio de actividad sexual, existencia de pareja e hijos en la actualidad. VARIABLES ATINGENTES A LA RELACIÓN CON LA JUSTICIA : En este ámbito se buscará interiorizarse en el historial delictual de los jóvenes entrevistados, en relación a sus primeras detenciones, tipos de delito, paso por instituciones de rehabilitación, imagen de los organismos de seguridad (Carabineros, Investigaciones) y justicia, enjuiciamiento de la reclusión en recintos penales como forma de control y prevención de la delincuencia. 49 VARIABLES RELACIONALES INTRAMUROS : Intentaremos hacer un análisis cualitativo del tipo de interacción que el joven establece con los otros reos y gendarmes al interior del recinto penal, así como con quienes se encuentran fuera de éste. Así también se indagará tanto en la calidad de vida que existe en el penal, como en la percepción que tiene el joven de sí mismo, de su rehabilitación y posibilidades de reinserción social y laboral. VARIABLES PSICOLOGICAS : En este punto se utilizarán instrumentos para la evaluación de las variables de inteligencia y personalidad de la población reclusa entrevistada. Con este objetivo se aplicará el Test de Catell-Factor G, en la medición de inteligencia global y EPQ-R, para indagar sobre características de personalidad. La pauta de entrevista correspondiente a esta etapa es la siguiente: I.- IDENTIFICACION EDAD ESTADO CIVIL DELITO ESTADO PROCESAL NIVEL DE INSTRUCCION COMUNA DE PROCEDENCIA ACTIVIDAD LABORAL II.- ANTECEDENTES FAMILIARES ESTRUCTURA FAMILIAR FRAGMENTACION FAMILIAR VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PASO POR INSTITUCIONES DE PROTECCION III.- ANTECEDENTES EDUCACIONALES RENDIMIENTO ACADEMICO CONDUCTA FRACASO Y DESERCION ESCOLAR RELACIONES SOCIALES IV.- ANTECEDENTES RELACIONALES EXTRA-FAMILIARES RELACION CON PARES EN INFANCIA Y ADOLESCENCIA 50 GRUPO ETAREO Y GENERO PRINCIPALES ACTIVIDADES EN INFANCIA Y ADOLESCENCIA RELACIONES DE PAREJA RELACIONES SEXUALES V. ANTECEDENTES CRIMINÓGENOS ANTECEDENTES CRIMINÓGENOS FAMILIARES ANTECEDENTES CRIMINÓGENOS DE LOS PARES ANTECEDENTES CRIMINÓGENOS PERSONALES VI. CONSUMO DE ALCOHOL Y DROGAS VII. DESARROLLO MORAL ANALISIS DE LOS RESULTADOS La muestra se distribuyó, respecto al lugar de procedencia y al estado procesal, de la siguiente manera: CUADRO N°1 DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA SEGÚN LUGAR DE RECLUSIÓN f Puente Alto Colina San Miguel TOTAL % 25 27 28 80 31.3 33.7 35.0 100.0 CUADRO N°2 DISTRIBUCIÓN POR ESTADO PROCESAL f Procesado Condenado/Rematado TOTAL % 40 40 80 II.- ANTECEDENTES SOCIO- ECONÓMICOS Y DEMOGRÁFICOS 51 50.0 50.0 100.0 En esta sección se pretende dar a conocer las principales características socioecónomicas de la población encuestada. Con este objeto, se seleccionaron las siguientes variables : Edad, Estado Civil, Nivel de Instrucción, Calificación Laboral y Comuna de Procedencia. Con el fin de que la población seleccionada representase a todo el espectro en estudio, es que los sujetos fueron escogidos de manera intencionada según 4 categorías de edad, considerando un mismo número de sujetos para cada una de ellas. Así se puede observar a continuación : CUADRO N°3 DISTRIBUCIÓN POR GRUPOS ETARIOS f 18-21 años 22-24 años 25-27 años 28-29 años TOTAL % 20 20 20 20 80 25.0 25.0 25.0 25.0 100.0 No se observaron diferencias significativas entre los diversos grupos etarios, por lo tanto, no se considerará esta variable en el análisis de los resultados. Con respecto al Estado Civil, se obtuvo que la gran mayoría de los sujetos no había establecido un vínculo legal de pareja, y sólo un 13,8% de ellos, había contraido matrimonio alguna vez , situación que no se asocia a ningún rango de edad en particular. CUADRO N°4 DISTRIBUCIÓN POR ESTADO CIVIL f % Soltero Casado Conviviente Separado TOTAL (*) 51 10 18 1 80 52 63.8 22.5 12.5 1.2 100.0 Por otra parte, los resultados obtenidos relativos al Nivel de Instrucción de la población reclusa abordada se resumen en el cuadro expuesto a continuación : CUADRO N°5 DISTRIBUCIÓN POR NIVEL DE INSTRUCCIÓN f No Asistió a la Escuela Básica Incompleta Básica Completa Media Incompleta Media Completa Técnica Incompleta Técnica Completa TOTAL (*) % 4 35 17 20 2 1 1 80 5.0 43.6 21.3 25.0 2.5 1.3 1.3 100.0 Podemos ver que un 5% de los jóvenes encuestados nunca asistió a la escuela, sin embargo, ninguno de ellos era analfabeto. Resultó también que un alto porcentaje no completó su educación básica ( 43,8%), y que el promedio de escolaridad es de 7 años. De lo anterior se deduce que casi la mitad de la población reclusa encuestada posee un bajo nivel de instrucción. En cuanto a la calificación laboral de los sujetos, tenemos que un 51,3% no posee un oficio. El 48,7% restante se repartió entre los tipos de oficio o actividad que se exponen en el Cuadro n° 6: CUADRO N° 6 CALIFICACIÓN LABORAL f Tenía ocupación u oficio No tenía TOTAL (*) % 39 41 80 48.8 51.2 100.0 CUADRO N°7 TIPO DE OCUPACIÓN U OFICIO RECONOCIDO POR LOS ENTREVISTADOS ANTES DE INGRESAR AL PENAL 53 f Obreros y Empleados a) Obrero b) Empleado Oficios Diversos No Especializados a) Ayudante de Carpintero b) Ayudante de Gásfiter c) Pioneta d) Pintor e) Fletes f) Jardinero g) Garzón Oficios Diversos Semi Especializados a) Chofer b) Cerrajero c) Panificador d) Electricista e) Soldador f) Mecánico g) Zapatero Técnicos y Comerciantes a) Peluquero b) Comerciante Sin Remuneración a) Estudiante TOTAL (*) 10 1 9 11 1 1 1 4 1 2 1 14 4 1 1 3 1 3 1 3 2 1 1 1 39 % 25.6 2.6 23.0 28.2 2.6 2.6 2.6 10.2 2.6 5.0 2.6 36.0 10.2 2.6 2.6 7.7 2.6 7.7 2.6 7.6 5.0 2.6 2.6 2.6 100.0 (*)El total corresponde sólo a los reclusos que reconocen poseer alguna ocupación u oficio. Se excluye actividad delictiva. De esta manera, podemos ver que el porcentaje más alto se concentra en Oficios Semi Especializados (36%), seguido por Oficios No Especializados (28,2%) y Obreros y Empleados (25,6%). Así también, un porcentaje mínimo de la población entrevistada manifestó tener ocupaciones que requieren un mayor nivel de instrucción, como peluquero. Estos datos indican que, en general, la población joven reclusa se desempeña en ocupaciones que requieren un escaso nivel de calificación, o no lo requieren en absoluto y que, consecuentemente, reportan un bajo nivel de ingresos. Posteriormente, se consultó acerca de la principal actividad realizada al momento de la detención. El porcentaje de sujetos que manifestó realizar alguna, aumentó a un 52,5%, distribuyéndose de la siguiente manera : CUADRO N°8 54 SITUACIÓN LABORAL AL MOMENTO DE LA DETENCIÓN f Tenía actividad detuvieron No tenía TOTAL remunerada cuando lo % 42 52.5 38 80 47.5 100.0 CUADRO N°9 TIPO DE ACTIVIDAD REALIZADA AL MOMENTO DE LA DETENCIÓN f Trabajador Dependiente a) Obreros b) Empleados Trabajador Independiente a) Independiente b) Comerciante Establecido c) Comerciante Semiestablecido d) Comerciante Transportista TOTAL (*) % 50.0 7.1 42.9 50.0 35.7 2.4 7.1 4.8 100.0 21 3 18 21 15 1 3 2 42 (*)El total se refiere sólo a la población reclusa que realizaba alguna actividada al momento de la detención De lo anterior se desprende que del grupo de jóvenes que realizaba alguna actividad remunerada al momento de la detención, la mitad lo hacía de manera independiente, desempeñándose en variados trabajos como sacar escombros, cuidador de autos, taxista, pintor, artista callejero o haciendo “pololitos”. Quienes se encuentran en esta situación carecen, por lo tanto, de la garantías laborales que supone el depender de un empleador. Respecto a la Comuna de Residencia del joven antes de la reclusión, se puede observar que la mayoría proviene de comunas populares de la Región Metropolitana, en su mayoría periféricas, y que se caracterizan por albergar predominantemente a grupos de población de escasos recursos (Casen 1994). Los resultados se presentan en el siguiente cuadro. CUADRO N°10 DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA DE LA POBLACIÓN ENTREVISTADA f % (*) Lo Espejo Puente Alto La Granja La Pintana La Cisterna 7 7 6 5 5 55 8.75 8.75 7.5 6.25 6.25 Macul San Ramón La Florida San Bernardo Pedro Aguirre Cerda Lo Prado Pudahuel El Bosque San Joaquín Peñaflor Las Condes Conchalí Colina San Miguel Maipú Santiago Quinta Normal Cerrillos Provincia No Contesta TOTAL 5 4 4 3 3 3 3 3 3 2 2 2 2 1 1 1 1 1 2 4 80 6.25 5.0 5.0 3.75 3.75 3.75 3.75 3.75 3.75 2.5 2.5 2.5 2.5 1.25 1.25 1.25 1.25 1.25 2.5 5.0 100.0 En suma, los resultados obtenidos acerca de las características socioeconómicas de los jovenes reclusos, nos indican que se trata de un grupo con escaso Nivel de Instrucción y de Calificación Laboral, que se desempeña en ocupaciones mal remuneradas y que además, provienen mayoritariamente de las Comunas de menores recursos de la Región Metropolitana. Estos indicadores revelan que la población entrevistada forma parte de uno de los sectores sociales más desprotegidos y que, por lo tanto, tienen alto riesgo de incurrir en conductas delictivas. III.- ANTECEDENTES FAMILIARES Uno de los aspectos considerados como determinantes para el desarrollo individual humano, es el grupo familiar en que la persona se desenvuelve durante los primeros años de su vida. En este período el niño requiere de protección y cuidado para su subsistencia, necesidades que son satisfechas por esta institución primaria que pasa a constituir, de esta manera, un primer modelo interaccional social mediante el cual se representa la realidad. Es así como, mediante el proceso de socialización primaria, la familia cumple diversas funciones relacionadas con la crianza y la educación, proporcionando pautas de relación y de conducta. En este sentido, las normas de conducta que se internalicen en esta etapa del desarrollo, constituirán la base de la manera en que el sujeto se relacionará al establecer nuevos vínculos. 56 Es por estos motivos que la caracterización del grupo familiar del cual proviene la población joven entrevistada merece ser incorporada en la elaboración del presente perfil. Los antecedentes sociodemográficos recabados reflejan que la mayor parte de estos jóvenes pertenecen a los sectores más marginados de nuestra sociedad. D. Asún y E. Neumann (1992), señalan que la familia de la que proviene del joven popular aparece, por un lado, como un grupo humano estructurado rígidamente, con una clara delimitación de los roles paternos y maternos, organizada mediante pautas y normas rígidas articuladas en torno a la imagen del padre, quien concentra y administra el poder. Por otra parte, esta familia aparece como un grupo humano con dificultades de estructuración, dado que la inestabilidad del empleo paterno y la deficiencia de sus ingresos hacen que pierda su rol e proveedor. El poder paterno, entonces, se ve legitimado sólo a través del castigo, en lugar de generar una integración familiar que proporcione seguridad. De esta manera, al volverse el poder del padre poco efectivo y legítimo, la estructura normativa de esta familia se torna difusa, perdiendo su efectividad moralizante. Esta familia, débilmente socializadora, carece de las condiciones adecuadas para el normal desarrollo del menor, caracterizándose por : 1.- Poca claridad en relación a normas y conductas, generando un vacío en cuanto a la posibilidad de contar con modelos de identificación 2.- Un ambiente de soledad, inseguridad e inestabilidad, que genera la vivencia de familias incapaces de brindar apoyo emocional, reconocimiento y sentimiento de valer 3.- Desintegración familiar, que genera un sentimiento de no pertenencia al grupo. En relación a lo anterior, la Teoría Ecléctica de los Gluecks (1956) plantea que, entre las causas asociadas a la delincuencia juvenil, la familia desestructurada juega un papel relevante. En efecto, familias con padres separados, con empleo ocasional o desempleo y problemas de alcoholismo, son situaciones típicas de la mayoría de los jóvenes delincuentes Por estos motivos, se indagó en áreas como estructura y cohesión familiar, estilos de crianza y presencia de agresiones en el hogar (VIF), con el fin de caracterizar la familia de origen del joven en conflicto con la justicia. En primer lugar, se obtuvo que, del total de entrevistados, un 73.8% vivió con uno o ambos padres y sus hermanos, y un 15% lo hizo en una familia extendida. Del resto de los sujetos, un 8.8% tuvo una familia adoptiva y el 2.5% restante, vivió en situación irregular, alternando su familia con períodos de internación en instituciones de protección. Al consultar a los jóvenes acerca de la existencia de fragmentación en sus familias, ésta situación ocurrió en el 53.8% de los casos, más de la mitad de los cuales correspondieron a la ausencia del padre. 57 Se sondeó también en la percepción que los jóvenes tenían de la calidad cohesiva de la familia de procedencia, es decir, si consideraban que ésta había sido unida o más bien disgregada. Al respecto, un 71.3% señaló encontrar alta cohesión familiar en su grupo de origen, un 6.3% poca cohesión y un 22.5% la describió como sin cohesión. El segundo aspecto abordado se refiere al estilo de crianza utilizado por los padres, considerando la calidad afectiva y el estilo disciplinario de cada uno de ellos. Al respecto, se presenta el siguiente cuadro : CUADRO N°11 CALIDAD AFECTIVA DE LOS PADRES Padre f Cálido Indiferente Hostil Ausente NS/NC TOTAL (*) 30 12 17 6 1 66 Madre % 45.4 18.2 25.8 9.1 1.5 100.0 f 75 4 % 94.9 5.1 79 100.0 NOTA El total corresponde a los sujetos que reconocieron tener figura paterna o materna. Como se puede ver, de los sujetos que reconocieron algún tipo de relación con su padre, un 45.5% que su éste (o su figura sustituta) era cálido, un 25.8% lo consideró hostil, en tanto que un 18.2% percibió indiferencia de parte de éste. Cabe destacar, que un 10.5% de la población encuestada manifestó no haber tenido una relación de tipo afectivo con esta figura. En contraste con ésto, el 94.9% de los sujetos describió a su madre como cálida, y sólo el 5.1% percibió indiferencia de su parte. CUADRO N°12 ESTILO DISCIPLINARIO DE LOS PADRES Padre f Estricto Permisivo Dialogante Errático Ausente TOTAL (*) 29 6 12 8 11 66 Madre % 43.9 9.1 18.2 12.1 16.7 100.0 f % 7 30 27 14 1 79 NOTA El total corresponde a los sujetos que reconocieron tener figura paterna o materna. 58 8.9 38.0 34.2 17.7 1.2 100.0 En relación al estilo disciplinario ejercido por el padre, resultó que el 43.9% consideró que su padre era estricto, un 18.2% refirió que utilizaba el diálogo y sólo un 9.1% manifestó que era permisivo. Un 12.1% lo definió como errático en su manera de educar, mientras que el 16.7% restante simplemente no percibió al padre como figura educadora. Al consultar respecto al estilo de la madre, un 38% la definió como permisiva y un 34.2% manifestó que usaba el diálogo. Un 17.7% consideró que ella había sido errática al educarlo y sólo el 1.3% la percibió como ausente en el proceso educativo. Estos resultados demuestran que la mayor parte de las familias de procedencia de los jóvenes entrevistados utilizaban la firmeza y el cariño como métodos de educación, siendo la madre percibida como más permisiva y dialogante que el padre, y éste como más estricto. La madre también fue caracterizada como más cariñosa y cercana que el padre, el que fue descrito como hostil por un gran número de sujetos. Estas diferencias se pueden entender a partir de los roles y actitudes que socialmente se asignan a cada género, en que la madre asume la misión de criar a los hijos, entregando cariño y cuidados, y en que el padre se hace cargo del rol de proveedor, teniendo, por lo tanto, menor incumbencia en la educación de los niños. Por lo mismo, un grupo no despreciable de sujetos percibió a la figura paterna como periférica, situación que casi no se vio representada en el caso de la figura materna. Se puede deducir entonces que las familias de origen de los jóvenes reclusos encuestados no difieren, en sus patrones de crianza, de los característicos de nuestro país, siendo la madre la principal responsable en el proceso educativo. Se preguntó también por la existencia de supervisión adulta cuando el niño no se encontraba en la escuela, con el fin de detectar casos en que los menores no se hallaban bajo la responsabilidad de un tercero a quien acudir en caso de así necesitarlo. CUADRO N°13 FORMAS DE SUPERVISIÓN RECIBIDA EN LA INFANCIA f Con Supervisión Adulto (familiar o extrafamiliar) Hermano Mayor Hermano de la misma edad Sin Supervisión TOTAL 47 36 7 4 33 80 % 58.8 45.0 8.8 5.0 41.2 100.0 En el 58.8% de los casos se constató la existencia de supervisión, de los cuales el 76.5% refirió que contaba con la vigilancia de un adulto, familiar o extra-familiar, mientras que al resto (23.5%), lo cuidaba un hermano/a de similar edad o mayor. Por 59 otro lado, el 41.2% restante expresó haber carecido de supervisión adulta, quedando, por lo tanto, desprotegido ante eventuales riesgos. En relación a la ocurrencia de agresiones en el hogar, se obtuvieron los siguientes resultados : CUADRO N°14 PRESENCIA DE AGRESIONES INTRAFAMILIARES Presencia VIF a) Niño b) Padres c) Ambos f 41 7 17 17 % 51.3 17.0 41.5 41.5 Ausencia VIF a) Ausencia real b) Ausencia familia TOTAL 39 30 9 48.7 76.9 23.1 80 100.0 de Como se puede observar, algo más de la mitad de los sujetos (51.3%) reconoció episodios de violencia intrafamiliar durante su infancia, siendo, en el 58.5% de los casos, el mismo entrevistado la víctima. CUADRO N°15 FORMAS DE MALTRATO RECIBIDAS POR LOS JÓVENES DURANTE LA INFANCIA f Maltrato físico, verbal y psicológico Maltrato físico Maltrato verbal Maltrato psicológico Maltrato y negligencia TOTAL % 15 5 2 1 1 24 62.5 20.8 8.3 4.2 4.2 100.0 NOTA El total corresponde a los sujetos que refirieron agresiones por parte de sus padres durante la infancia. Respecto a las formas de agresión, un 62.5% reveló haber recibido maltrato físico, verbal y psicológico, un 20.8% refirió sólo maltrato físico, un 8.3% sólo agresiones verbales y un 4.2% exclusivamente maltrato psicológico. Finalmente, otro 60 4.2% refirió haber experimentado diversas formas de maltrato junto a situaciones de negligencia por parte de sus progenitores. CUADRO N°16 FORMAS DE MALTRATO CONYUGAL EN LA FAMILIA DE ORIGEN f Más de una forma Verbal Físico Psicológico TOTAL (*) % 22 6 5 1 34 64.7 17.6 14.7 3.0 100.0 NOTA El total corresponde a los sujetos que refirieron agresiones conyugales en su familia de origen. En los casos en que se reportaron agresiones entre los los padres (83%), un 64.7% de los entrevistados indicó más de una forma de maltrato, en las que nuevamente se incluyen maltrato físico, verbal y psicológico, un 17.6% refirió exclusivamente violencia verbal, un 14.7% maltrato físico y un 3.0% sólo maltrato psicológico. Estos resultados indican que, en la mayoría de los hogares de procedencia de los jóvenes encuestados, existían patrones más o menos constantes de conducta violenta. Esta situación supone, además de importanrtes carencias afectivas, la internalización de modelos agresivos de conducta, devaluación de los otros y pautas inadecuadas de resolución de conflictos. Posteriormente se preguntó a los jóvenes si es que habían sido internados en alguna institución cuando eran menores de edad, y las razones que motivaron este hecho. A continuación se presentan los resultados obtenidos : CUADRO N°17 MOTIVOS DE INTERNACIÓN REFERIDOS POR LOS RECLUSOS f Estuvo en Institución a) Por Conducta Delictual b) Vagancia c) Por Problemas de Drogas d) Problemas Familiares e) Mala Conducta f) NS/NC No estuvo en Institución TOTAL 20 10 4 2 2 1 1 60 80 61 % 25.0 50.0 20.0 10.0 10.0 5.0 5.0 75.0 100.0 La cuarta parte de la población entrevistada registra paso por instituciones de protección, siendo los motivos más usuales de la internación, en primer lugar, la presencia de conductas delictivas (50%), vagancia (20%), y problemas familiares y consumo de drogas con un 10% cada uno. Se puede observar entonces que un importante grupo de sujetos ha tenido problemas conductuales y cometido delitos desde la infancia. En cuanto a la edad de ingreso a estos centros, un 55% lo hizo entre los 8 y los 12 años, y un 15% antes de los 8 años, lo que indica que el 70% de ellos se incorporó al circuito institucional a corta edad, situación que incide de manera negativa en su socialización. IV.- ANTECEDENTES EDUCACIONALES Como se indicó al comienzo de esta sección, el 95% de los jóvenes encuestados asistió a la escuela, siendo la edad promedio de ingreso 7 años. CUADRO N°18 f Repitió curso 1 vez Repitió 2 veces Repitió 3 veces Repitió 4 o más veces No repitió curso NS/NC TOTAL (*) (*) % 26 16 7 1 24 2 76 34.2 21.1 9.2 1.3 31.6 2.6 100.0 El total se refiere sólo a la población reclusa que asistió alguna vez a la escuela. El 65% repitió algún curso, y de éstos, un 52% lo hizo una vez, un 32% dos veces, un 14% tres veces y el 2% restante, cuatro veces o más. En el 94.7% de los casos, los jóvenes desertaron de la escuela antes de completarla, siendo los principales motivos aducidos, los siguientes : CUADRO N°19 RAZONES DE DESERCIÓN ESCOLAR REFERIDAS POR LOS ENTREVISTADOS 62 f Deserción Escolar Por mal rendimiento Por mala conducta Por motivos económicos Por drogadicción Por delincuencia Por falta de interés / decisión propia Otros motivos Más de una de las anteriores Sin Deserción TOTAL (*) (*) 72 1 21 14 4 5 18 % 94.7 1.4 29.2 19.4 5.6 6.9 25.0 8 1 4 76 11.1 1.4 5.3 100.0 El total se refiere sólo a la población reclusa que asistió alguna vez a la escuela. Los jóvenes explican el abandono escolar en un 29.2% por mala conducta, seguido por falta de interés con un 25% y luego por motivos económicos (19.4%). Resulta interesante observar que sólo un 1.4% de los jóvenes expresó haber dejado la escuela por mal rendimiento, lo que indica que la gran mayoría de los encuestados abandonó la educación formal por motivos relacionados con despreocupación de los padres o tutores más que por un deficiente desempeño escolar. A continuación se hicieron varias preguntas dirigidas a indagar en las características del paso por la escuela de estos jóvenes. Se consultó primero por rendimiento escolar, en que más de la mitad de los sujetos señaló haber tenido buenas calificaciones, un 32.9% regular rendimiento y sólo un 13.2% reconoció mal rendimiento escolar. CUADRO N°20 RENDIMIENTO ESCOLAR f Buen Rendimiento Regular Mal Rendimiento NS/NC TOTAL % 39 25 10 2 76 51.3 32.9 13.2 2.6 100.0 En relación a la conducta en la escuela la calidad disminuye, ya que sólo un 27.6% expresó haber presentado buen comportamiento, un 38.2% regular y el 34.2% indicó haber tenido mala conducta en la escuela. Sin embargo, la mayoría refirió haber 63 gozado de una buena relación con sus compañeros (68.4%) y con sus profesores (65.8%). V.- AREA DE RELACIONES EXTRAFAMILIARES A pesar de que la familia y la escuela son instituciones claves en la incorporación de pautas de conducta, es necesario que el niño las utilice en su relación con otros, para agregarlas definitivamente a su repertorio comportamental. Es importante entonces que el menor cuente, durante su infancia, con un grupo de amigos que constituyan un referente válido para él, con los cuáles aprender y ensayar formas de relación que le permitan desarrollarse como ser social. Si ésto no sucede, el sujeto puede presentar problemas de relación en su vida futura, al carecer de las habilidades sociales necesarias para su natural desenvolvimiento. Durante la adolescencia, el grupo de pares cobra mayor importancia como referente para el joven, mientras que la influencia de la familia disminuye. Hay una tendencia a nuclearse en agrupaciones juveniles debido a que la participación en la familia es insuficiente para alcanzar la plena madurez social, por lo que el adolescente busca cierto marco para el desarrollo y cristalización de su identidad que le permitan lograr la autonomía personal y la eficaz transición al mundo adulto. Por esta razón resulta importante indagar en la calidad de los vínculos que el joven recluso estableció, durante la niñez y adolescencia, con otros ajenos a su familia. Relaciones con los Pares durante la Infancia y Adolescencia En este sentido, el 91.3% de los reclusos dijo haber contado con un grupo de pares durante la infancia. En el 47,9% de los casos el joven se refirió a un número extenso de amistades y en otro 37% los reclusos manifestaron haber tenido un grupo de amigos. Se puede decir, por lo tanto, que la población entrevistada, en general, no tuvo problemas en el establecimiento de vínculos horizontales en este período del ciclo vital. Resultó también, que se relacionaban en un 74% con niños de su de su edad o de varias edades y, en relación al género de sus amistades, en un 56.2% de los casos éstas eran de ambos sexos y en un 41% eran preferentemente niños varones. Al consultar acerca de las principales actividades que los jóvenes encuestados realizaban en la infancia, se obtuvo : CUADRO N°21 PRINCIPALES ACTIVIDADES REALIZADAS EN LA INFANCIA f Jugar en la casa o en los alrededores Vagancia o actividades delictivas Trabajar Trabajar y actividades recreativas % 52 9 8 8 64 65.0 11.2 10.0 10.0 Actividades recreativas TOTAL 3 80 3.8 100.0 Más de dos tercios de la población (68,8%) dijo que sus principales actividades eran jugar en su casa, en los alrededores de ésta, o realizar actividades recreativas como deportes. Estas actividades son las esperadas para la etapa del desarrollo psicosocial en que se encuentran, en que, como se expuso con anterioridad, el niño lleva a cabo sus primeros contactos extrafamiliares, estableciendo vínculos con otros niños quienes comienzan a constituirse como importantes referentes para él. Sin embargo, se detectó que un 20% de los reclusos ya había comenzado a trabajar en este período, fundamentalmente en comercio ambulante, y un 11.2% iba a los flippers, salas de pool, consumía drogas o realizaba actividades delictivas. Se puede deducir, entonces, que casi un tercio de la población entrevistada pasó su infancia realizando actividades discordes con su período vital, o que denotan abandono por parte de las figuras adultas a su cargo. Esta situación de abandono y desprotección interfiere, por una parte, en el desarrollo psicosocial del menor, suponiendo responsabilidades que éste muchas veces no será capaz de cumplir, con consecuencias en la autoestima y en la formación del concepto de sí mismo. Por otro lado, este menor ingresa al sistema social sin guía ni seguridad, teniendo que implementar, por sí mismo, estrategias que aseguren su supervivencia en un mundo percibido como carente de oportunidades y poco contenedor. Más aún, para D. Cooper (1994), el acceso a la contracultura delictual es paulatino, comenzando a partir de los seis años, generalmente en el marco de la vagancia y mendicidad. Entrada la adolescencia, el porcentaje de jóvenes que dijo haber tenido un grupo de referencia fue de un 92.5%, manteniéndose la proporción anterior. El 51.4% de ellos señaló poseer muchas amistades, en tanto que un 28.4% dijo tener un grupo. Nos encontramos entonces, con personas que continuaron estableciendo vínculos horizontales o manteniendo los anteriores, demostrando un alto índice de sociabilidad. En relación a la edad de su grupo, un 44% tenía amigos de su misma edad, en un 35% eran mayores que él y en un 27% de los casos los amigos eran menores. El 17.6% restante señaló tener amigos de variadas edades. En este sentido, cambia la distribución porcentual, que se reparte entre todos los rangos de edad. Al consultarles por las actividades en que ocupaban su tiempo libre durante la adolescencia, se obtuvieron los siguientes resultados : CUADRO N°22 PRINCIPALES ACTIVIDADES REALIZADAS EN LA ADOLESCENCIA f Estar en la casa o con los amigos En la casa con los amigos y “carretear” Trabajar Trabajar y Delinquir % 11 16 13 4 65 13.8 45.0 16.3 5.0 Delinquir Actividades Recreativas (deportes,otros) NS/NC TOTAL 9 6 1 80 11.1 7.5 1.3 100.0 Los datos muestran que un 21,3% de los reclusos se reunía con sus amigos, realizaba algún deporte o participaba en grupos comunitarios o sociales. Un porcentaje similar al anterior mencionó que la principal actividad que realizaba en este período era trabajar, sin embargo, un 5% de ellos realizaba, al mismo tiempo, actividades delictivas. De esta manera, resulta que más de un 15% de la población reclusa entrevistada realizaba principalmente actividades delictivas durante la adolescencia. Se puede observar además, que casi la mitad (45%) de los jóvenes, refirió como su distracción fundamental estar en la calle con los amigos o ir a fiestas, consumiendo frecuentemente drogas y alcohol. Consumo de Alcohol y Drogas No es de extrañar que casi la mitad de los jóvenes entrevistados hayan mencionado el consumo de drogas y alcohol como una de las principales distracciones en su tiempo libre durante la adolescencia. Es principalmente en este período en donde se inica la búsqueda de una identidad propia, que pasa por la necesidad de adoptar un rol en la comunidad y de proyectarse a futuro. Sin embargo, en el sector marginal de la población, los jóvenes no poseen las herramientas que podrían mediar para dar respuesta a esta búsqueda, debido a la inmensa deprivación en los ámbitos cultural, educacional, relacional y afectivo. En estas condiciones, el joven debe generar mecanismos adaptativos alternativos para poder vivir en sociedad, que lo ayuden a construír un concepto de sí mismo que pueda aceptar y a combatir la confusión respecto a su rol y a su identidad. Esta confusión genera grandes dosis de angustia, “respecto al futuro ; a las tareas sociales ; a la responsabilidad de vivir como miembro de una comunidad ; a los valores por los que vales la pena vivir, y también respecto a los vínculos afectivos privados y sociales” (D. Asún y E. Neumann, 1992). El consumo de drogas y alcohol aparece, por tanto, como una estrategia de supervivencia, que permite llenar un tiempo que se hace interminable por la falta de actividades concretas y que provoca estados que permiten alejarse de la dura realidad, transformándose en canales de expresión de la frustración (D.Cooper,1994) y de interacción social. A continuación se exponen los resultados obtenidos respecto de este punto en la población entrevistada : CUADRO N°23 66 CONSUMO DE ALCOHOL EN LA POBLACIÓN RECLUSA ENTREVISTADA f Ha Consumido Alcohol Tomaba todos los días Dos s tres veces a la semana Sólo fines de semana Dos a tres veces al mes Una vez al mes Menos de 1 vez al mes No ha Consumido TOTAL (*) % 93.8 1.3 4.0 74.7 13.0 5.3 2.7 6.2 100.0 75 1 3 56 9 4 2 5 80 Tal como se observa en el cuadro, la mayor parte de los reclusos (93,8%) ha consumido alcohol, declarándose el 74,7% de ellos, bebedores de fin de semana, distribuyéndose el resto entre las demás categorías. Se obtuvo además que casi dos tercios de la población entrevistada (65,3%) comenzó la ingesta alcohólica entre los 12 y los 17 años, es decir durante la adolescencia. Cabe destacar que, un 12% de los jóvenes inició el consumo antes de los 12 años, reflejando un precoz contacto con el alcohol. CUADRO N°24 MOTIVOS DE CONSUMO DE ALCOHOL REFERIDOS POR LOS RECLUSOS f Para compartir y celebrar Por inducción del grupo Por costumbre Para ocupar el tiempo Por soledad, fracaso, angustia Para alegrarse y relajarse No sabe TOTAL % 40 11 13 2 5 3 1 75 53.3 14.7 17.3 2.7 6.7 4.0 1.3 100.0 NOTA El total se refiere sólo a los reclusos que dijeron haber consumido alcohol. Del cuadro se desprende que casi el 70% de la población entrevistada refirió como razón principal para el consumo la participación en un grupo, que brinda un sentido de pertenencia y seguridad que el joven no ha podido encontrar fuera de éste. Se desprende también que un 20% de ellos tendría incorporado el consumo de alcohol a su vida cotidiana, desdibujándose la motivación asociada y trocándose en un fin en sí mismo o en una actividad concreta a realizar. Finalmente, el resto de los jóvenes aludió a las capacidades antidepresivas del alcohol, considerándolo como un antídoto contra 67 estados emocionales que desean ser evitados y como activador de nuevos estados deseables. El análisis que se realiza en torno al consumo de drogas se diferencia del referido al consumo de alcohol debido, en primer lugar, a la multiplicidad de sustancias existentes que poseen, por un lado, diversos efectos sobre Sistema Nervioso Central (estimulante o depresor) y, por otro, distinto potencial de adicción. En segundo lugar, este fenómeno se puede considerar como emergente, en relación a la problemática que históricamente ha desencadenado el alcoholismo, que además trasciende los estratos etarios, a diferencia de la drogadicción, que se ha constituído como un fenómeno que atañe principalmente al sector joven de la población. En relación a lo anterior, se obtuvieron los siguientes resultados : CUADRO N°25 CONSUMO DE DROGAS EN LA POBLACIÓN RECLUSA ENTREVISTADA f Ha Probado Drogas Cuatro o más drogas distintas Dos o tres tipos de drogas Sólo pasta base Sólo fármacos No ha Probado Drogas TOTAL 76 43 21 10 2 4 80 % 95.0 56.6 27.6 13.2 2.6 5.0 100.0 Nuevamente, casi el total de la población joven entrevistada refiere haber consumido drogas y, de quienes lo han hecho, el 84,2% reconoce haber tenido acceso a múltiples tipos de sustancias, entre la cuales se encuentran principalmente la marihuana, la pasta base, la cocaína y distintas clases de fármacos. En cuanto al tipo de droga con que se inició el consumo, se obtuvo que un 64,5% de los jóvenes comenzaron con marihuana y un 17,1% con neoprén, drogas tradicionales de inico en el sector marginal. Al consultarles sobre la droga de consumo más frecuente, la marihuana alcanzó el 50% de los casos y la pasta base el 26,3%, reflejando la emergencia y masificasión de esta última droga en los sectores populares. Respecto a la edad de inicio del consumo, otra vez coincide con la del alcohol, concentrándose la mayor parte de la población (60,5%) en la etapa de la adolescencia y manifestando un 12,1% de ellos un precoz contacto con dichas sustancias. CUADRO N°26 FRECUENCIA CON QUE LOS JÓVENES CONSUMÍAN DROGAS ANTES DE LA RECLUSIÓN 68 f Consumía todos los días Dos a tres veces a la semana Sólo fines de semana Una vez al mes Menos de una vez al mes Cuando había TOTAL (*) % 44 8 20 1 2 1 76 57.9 10.5 26.3 1.3 2.7 1.3 100.0 NOTA El total corresponde a los reclusos que dijeron haber consumido drogas. En relación a la frecuencia del consumo de drogas en los jóvenes reclusos entrevistados, resultó que el 57,9% lo hacía todos los días, demostrando así, un elevado nivel de dependencia de sustancias. CUADRO N°27 MOTIVOS DE CONSUMO DE DROGAS REFERIDOS POR LOS RECLUSOS f Por compartir con los amigos Por inducción del grupo Por costumbre Por ocupar el tiempo Por vivio, adicción Para olvidar los problemas Para relajarse y sentirse bien Por soledad, para olvidar las penas Por ignorancia TOTAL (*) % 4 9 17 3 15 7 17 3 1 76 5.3 11.8 22.4 3.9 19.7 9.2 22.4 3.9 1.2 100.0 A diferencia del consumo de alcohol, los motivos que refieren los jóvenes para el consumo de drogas se relacionan, en un 19,7% a la adicción, que unido al porcentaje que mencionó la costumbre o la ocupación del tiempo como motivo principal, constituyen casi la mitad de los casos. De esta manera, se puede ver nuevamente que el consumo se vuelve una actividad concreta a realizar día a día, conformándose en una rutina estable y segura. La segunda mayoría (35,5%) se relaciona con la capacidad antidepresiva de las drogas, provocando una felicidad arificial que hace que el joven evite el contacto con su realidad. 69 El rol socializador de la droga, aparece menos acentuado por los reclusos, adquiriendo, sin embargo, un porcentaje nada despreciable. Relaciones de pareja Durante la Adolescencia y en la Actualidad Otra forma de interacción social que cobra importancia durante la adolescencia es la relación de pareja. Al igual que en el caso del grupo de pares, el “pololear” o “andar” con alguien del sexo opuesto otorga la posibilidad de aprender y disfrutar de la intimidad que esta forma de relación brinda, con consecuencias positivas para la autoestima del adolescente y para la consolidación de su identidad. De la posibilidad de tenerlas, y de la calidad de estas primeras experiencias dependerá en gran medida el que el sujeto desarrolle, durante la edad adulta, un proyecto de vida en pareja. Por otro lado, es en el marco de una relación sentimental que la mayoría de las personas comienza su actividad sexual, hecho que, según investigaciones anteriores, en nuestro país ocurre alrededor de los 15 ó 16 años, con variaciones dependiendo del sexo y estrato social del sujeto. Se consideró importante consultar a los jóvenes reclusos acerca del establecimiento de relaciones de pareja y edad de comienzo, así como por el inicio de la actividad sexual. Los resultados se exponen a continuación. CUADRO N°28 ESTABLECIMIENTO DE RELACIONES DE PAREJA f Tuvo pareja Antes de los 12 años Entre 13-15 años Entre 16-18 años 19 años en adelante No tuvo pareja TOTAL 78 16 47 14 1 2 80 % 97.5 20.5 60.3 17.9 1.3 2.5 100.0 Tal como aparece en el cuadro 28, casi la totalidad de los jóvenes refirió haber establecido este tipo de vínculo alguna vez. Más de la mitad de ellos (60.3%) mencionó haber tenido su primera pareja entre los 13 y los 15 años de edad. El resto de los sujetos se dividió principalmente entre los que lo hicieron antes de los 12 años (20.5%), o entre los 16 y 18 años (17.9%). Respecto al tipo de relación establecida con mayor frecuencia, se observó que el 61.3% “pololeaba”, el 12% “andaba” (relación que implica un menor compromiso que pololear) y un pequeño porcentaje (5%) mantenía relaciones pasajeras, como se observa a continuación. 70 CUADRO N°29 FORMA MÁS FRECUENTE DE RELACIÓN f Pololear Andar Relaciones pasajeras Otras Más de una TOTAL (*) % 49 10 4 1 16 80 61.3 12.5 5.0 1.2 20.0 100.0 NOTA El total corresponde a los sujetos que manifestaron haber establecido relaciones de pareja. La mayor parte de los jóvenes evaluó positivamente estas relaciones sentimentales (80%), mientras que un 18.8% dijo que habían sido regulares. Sólo el 1.3% las calificó de manera negativa. Se puede concluir por lo tanto, que en general el grupo de jóvenes entrevistados no presentó conflictos en el área, pudiendo caracterizarse su comportamiento como normal para su edad. Resultó también que el 97.5% había tenido relaciones sexuales, las que, en un 61.5% de los casos, fueron experimentadas entre los 13 y los 15 años, y en un 20.5% de los sujetos, entre los 16 y los 18 años. Un 12.8% de los jóvenes inició su actividad sexual antes de los 13 años, lo que revela cierta precocidad en relación al promedio nacional. Sin embargo, esta situación se puede explicar a partir de las circunstancias que rodean el despertar sexual de los jóvenes populares. El hacinamiento, la promiscuidad y la escasez de expresiones de afecto, mezcladas con una negación de la sexualidad y la consecuente falta de información al respecto, hacen que a menudo, los adolescentes tengan estas experiencias de manera inadecuada para su óptimo desarrollo, con consecuencias tales como embarazos no deseados, madres y padres adolescentes y altas probabilidades de contagio de ETS y SIDA. En suma, se puede decir que gran parte de la población entrevistada ha establecido relaciones de pareja que se han iniciado en la adolescencia o preadolescencia, etapas en las que ésto ocurre normalmente. Además han sido, en su mayoría, relaciones relativamente estables, consideradas como satisfactorias por los propios entrevistados. En cuanto al inicio de la actividad sexual, la mayoría se concentra en un rango etario similar al del establecimiento de las primeras relaciones de pareja, levemente por debajo del promedio esperado para su sexo y estrato social. Al indagar acerca del establecimiento de una pareja en la actualidad, resultó que la mitad de los reclusos manifestaron mantener algún tipo de relación, como se ve en el cuadro que sigue : CUADRO N°30 PAREJA ACTUAL f Tiene pareja actualmente 40 71 % 50.0 Esposa Conviviente Polola Otra No tiene pareja TOTAL 10 25 18 45 10 25 2 5 40 50.0 80 100.0 A pesar de la situación de aislamiento en que se encuentran los reclusos, casi tres cuartas partes de ellos dijeron mantener una relación de pareja estable. Sin embargo, las limitaciones en términos de condiciones y frecuencia en que se dan las visitas, fácilmente provocarán un deterioro de la relación, en un período del desarrollo en que las personas deben consolidarse con una pareja, para establecer, posteriormente, una familia. VI.- DESARROLLO MORAL Otro antecedente que se considera relevante para el análisis, es la descripción del nivel de desarrollo moral en que se encuentran los sujetos entrevistados. Según Kolhberg los individuos, junto al desarrollo del pensamiento lógico, desarrollan el razonamiento moral, es decir, la forma en que el sujeto enjuicia su propio comportamiento y el de otras personas, eligiendo entre lo correcto y lo incorrecto, lo cual sienta un precedente para desarrollar la conducta moral. El desarrollo moral tiene un componente básico cognitivo estructural, pero depende también del proceso de socialización. De esta manera, a través de la interacción con otros y de la imitación de la conducta de los padres y otros agentes socializadores, se produce la internalización de las reglas culturales. Así el sujeto adquiere las normas morales básicas, en un proceso que, como Kolhberg señala, se produce en tres niveles. En el nivel preconvencional, el individuo no ha llegado todavía a entender y mantener las normas sociales convencionales, lo bueno o malo está dado por las consecuencias directas que el hecho tiene para el sujeto, es decir, si es premiado o castigado. El nivel convencional implica conformidad y mantenimiento de las normas, expectativas y acuerdos de la sociedad o autoridad, por el mero hecho de ser reglas, expectativas y acuerdos de la sociedad. El nivel autónomo entiende y acepta, en general, las normas de la sociedad, pero esta aceptación se basa en la formulación y aceptación de los principios morales generales que subyacen a estas reglas. El nivel preconvencional es el nivel de la mayoría de los niños menores de nueve años, de algunos adolescentes y de muchos adolescentes y adultos delincuentes. En el nivel convencional se encuentra la mayor parte de los adolescentes y adultos. El autónomo es alcanzado por una minoría de adultos, y sólo después de los veinte años. Al respecto, se intentó hacer una aproximación a la etapa del desarrollo moral en que se encontraban los jóvenes reclusos, en torno al tema de la existencia de las leyes 72 y lo correcto o incorrecto de su transgresión. Las respuestas se analizaron a través de la puntuación intuitiva del contenido de las mismas, es decir, se indagó en las ideas que el sujeto juzgó o valoró en torno a la pregunta formulada. Los resultados obtenidos se presentan a continuación : CUADRO N° 31 DISTRIBUCIÓN SEGÚN ETAPA DE DESARROLLO MORAL ETAPAS DE MORAL Preconvencional Convencional Autónomo TOTAL DESARROLLO f % 24 53 3 80 30.0 66.3 3.7 100.0 Se puede observar entonces, que la mayor parte (66,3%) de los jóvenes se encuentran en la etapa convencional, con respuestas como “las leyes están hechas para cumplirlas” o “para mantener el orden social”, y que un porcentaje considerable se encuentra en la etapa preconvencional (30%), diciendo que “es malo infringir la ley porque después te encierran”. Una mínima parte corresponde a la etapa autónoma de desarrollo (3,7%), en la que se encontraron las personas que aludieron a la justicia y al respeto a las personas. Por lo tanto, el discurso de los sujetos entrevistados, en relación al porqué de la existencia de las leyes y su transgresión, se focalizó en los dos primeros niveles de desarrollo, es decir, se trata de un grupo cuyo enjuiciamiento moral se rige principalmente por el bienestar personal y el acatamiento a las normas impuestas, hechos que deben ser considerados al momento de diseñar programas de rehabilitación. VII.- ANTECEDENTES CRIMINÓGENOS Son múltiples las teorías que intentan explicar el origen de la conducta delictiva. Sin embargo, debido a la heterogeneidad y constante cambio del fenómeno, esta tarea resulta a menudo imposible. Es por esta razón que se decidió acotar la muestra a los jóvenes que se encuentran procesados por delitos contra la propiedad (robos), ya que así resulta más fácil encontrar puntos de referencia similares. La teoría de la Asociacón Diferencial (Sutherland, 1974), señala que la delincuencia se aprende en los grupos primarios, en la medida en que en ellos haya una mayoría de definiciones favorables a la comisión de conductas delictuales., las que se transmiten a los nuevos inyegrantes a través de las motivaciones, percepciones y actitudes. 73 Por otro lado, Merton (1964) plantea que en la cultura capitalista se pone énfasis en las metas de éxito económico. El valor internalizado es obtener prestigio social mediante la posesión estable de gran cantidad de dinero, lo que otorga el éxito y el reconocimiento social. Como para los estratos bajos es difícil alcanzar estas metas, debido a la falta de acceso a la educación y a la estructura laboral adecuada, se presentarán en este sector social las mayores proporciones de conducta delictual, siendo los individuos varones la categoría más involucrada, debido a que, por su rol de proveedores, esta meta-valor cobra mayor fuerza. Ambas teorías constituyen acercamientos al fenómeno de la delincuencia masculina urbana, en el que se inserta la situación de los jóvenes involucrados en delitos contra la propiedad. Con el propósito de confirmar la incidencia del grupo familiar y el grupo de pares en el cometimiento de estas transgresiones, se indagó en aspectos del historial de la familia de origen del recluso y de su grupo de pares, que se consideró podrían estar relacionados con la conducta delictual de los jóvenes. En relación a los antecedentes criminógenos familiares se obtuvieron los siguientes datos : CUADRO N°32 PRESENCIA DE ANTECEDENTES DELICTUALES FAMILIARES f Con Antecedentes Delictuales Familiares Delitos contra la propiedad Delitos contra la propiedad más otros delitos Delitos contra la vida Delitos contra la familia y la moral Delitos contra la seguridad y el orden público Drogas Motivos políticos Más de una, excluyendo delitos contra la propiedad No sabe Sin Antecedentes Delictuales TOTAL (*) 38 23 5 % 47.5 60.5 13.4 1 1 1 2.6 2.6 2.6 1 1 1 2.6 2.6 2.6 4 10.5 42 52.5 80 100.0 Se observa que un porcentaje cercano a la mitad de los sujetos (47.%)% reconoció tener familiares que habían cometido delitos, de los cuales el 65,8% correspondía a integrantes del nucleo familiar inmediato (padres y hermanos). De éstos, la gran mayoría (73%) se había visto involucrado en robos y asaltos. Se puede deducir entonces que, en la mitad de los casos, los jóvenes encuestados pertenecían a familias en las que se observan precedentes de comportamiento delictivo, siendo, en 74 un alto porcentaje conductas similares a las que motivaron la actual reclusión del joven. Lo anterior confirma el aprendizaje de modelos de conducta desviada a través de la socialización en los grupos primarios. A continuación se exploró en los antecedentes delictivos del grupo de amigos del joven recluso. Se espera que mediante la proyección personal, el sujeto incluya su propia experiencia al referirse al grupo de pertenencia. CUADRO N°33 ANTECEDENTES DELICTUALES DEL GRUPO DE PARES f Tenía amigos que delinquían Todos los amigos delinquían La mayoría Algunos Pocos/Uno No tenía TOTAL % 67.5 25.9 25.9 31.5 16.7 32.5 100.0 54 14 14 17 9 26 80 CUADRO N°34 DELITOS MÁS FRECUENTES COMETIDOS POR EL GRUPO DE PARES f Robo a personas Robo a casas Asalto Más de una de las anteriores Otros NS/NC TOTAL (*) % 23 9 1 19 1 1 54 42.6 16.7 1.9 35.0 1.9 1.9 100.0 NOTA El total corresponde a los sujetos que reconocieron actividad delictual de su grupo de pares En este punto, el porcentaje de sujetos que reconoció poseer amigos que delinquían se elevó al 67.5% de los casos. Al consultar por los delitos que cometían, el 96.4% expresó diversos tipos de delitos contra la propiedad, en que el robo a personas fue la modalidad más frecuente. Un 16.7% se refirió al robo a casas, y un 35.0% declaró que sus amigos se dedicaban a más de una forma de robo. Estos resultados demuestran en general, que los jóvenes no presentan una especialización en una actividad delictiva en especial, sino que más bien se dedican al “cogoteo” o “lanzazo” , y, eventualmente, al robo a casas. 75 Enseguida se indagó por las motivaciones que conducían a los jóvenes a cometer estos delitos. Las razones expuestas se observan en el siguiente cuadro. CUADRO N°35 MOTIVOS REFERIDOS POR LOS RECLUSOS PARA LA PERPETRACIÓN DE DELITOS POR PARTE DEL GRUPO DE PARES f Por necesidad Por las drogas Para gastos personales Porque es más fácil que trabajar Como forma de trabajo Más de una razón Otros TOTAL (*) % 24 10 5 4 1 7 3 54 44.4 18.5 9.3 7.4 1.8 13.0 5.6 100.0 NOTA El total corresponde a los sujetos que reconocieron actividades delictuales en su grupo de pares. En primer lugar, el 44.4% expresó robar por “necesidad económica”, es decir, como estrategia de supervivencia ante la carencia de los medios validados socialmente. En el mismo sentido, otro grupo de jóvenes (9.3%), puso el acento en el acceso a bienes de consumo personal, como “plata para el fin de semana, para mis cosas” “si yo tenía hasta moto”, es decir, se trata de jóvenes que han internalizado la cultura consumista dominante, e intentan alcanzar las metas materiales y de status que ésta propone, a través del robo. Un 10.3% señaló la actividad delictual como “una forma de trabajo”, “más fácil que trabajar”, lo que demuestra la incorporación de estos patrones de conducta delictiva a la vida cotidiana del joven, a través de la percepción de ésta como una actividad ocupacional. Otra razón esgrimida por los jóvenes fue, en un 18.5% de los casos, “a consecuencia de las drogas”, ya sea para conseguir dinero para el consumo, o por haber actuado bajo los efectos de las mismas. D. Cooper (1994) describe el fenómeno de la delincuencia juvenil marginal asociado al consumo de alcohol y drogas, y al accionar en grupos o pandillas. Al respecto, la autora señala que “..la mayoría de los delitos cometidos por este grupo se relacionan con formas de obtención de dinero para seguir consumiendo alcohol, fármacos y marihuana, o para lograr adquirir un status virtual”, caracterizando su accionar como ocasional y en grupo. A continuación se indagó acerca del grado de responsabilidad que el joven se atribuye con respecto al delito en que se encuentra involucrado, resultó que más de la mitad (60%) se consideró responsable, y que un 38,8 % no aceptaba esta responsabilidad. El 1,2% restante prefirió no contestar a esta pregunta. 76 Quienes no se consideraron responsables dijeron, en su mayoría (90,3%), que no habían cometido el delito, culpando a otras personas de ello, o justificando el encontrarse en esta situación debido al error e ineficiencia de los organismos de seguridad y/o justicia. Esta justificación podría deberse al hecho de que la participación del sujeto en el delito por el que se encuentra procesado, aún se encuentra en período de investigación, por lo que resulta esperable la negación del acto en esos casos. El resto de los sujetos que no asumió esta responsabilidad, (9,7%) mencionó que el haber estado bajo los efectos de alguna droga fue el detonante del hecho delictivo, lo que ejemplifica la estrecha relación existente entre consumo de drogas y conducta delictual. Con respecto a las personas que se encontraron efectivamente responsables del delito imputado, mencionaron el siguiente espectro de motivaciones para su comisión : CUADRO N° 36 CAUSAS A LAS QUE LOS RECLUSOS ATRIBUYEN LA COMISIÓN DEL DELITO f Necesidad económica Drogas Ambición Rabia / venganza Es una forma de trabajo Influencia de los amigos TOTAL % 23 13 4 4 3 1 48 47.9 27,1 8,3 8,3 6,3 2,1 100 NOTA El total corresponde a los sujetos que reconocieron responsabilidad en el delito. Los resultados reflejan que la causa referida más frecuentemente por los reclusos es la necesidad económica (47,9%). En segundo lugar se encuentra el obtener dinero para el consumo de drogas o el haber actuado bajo el efecto de éstas. Luego, un 8,3 % de los jóvenes dijo que lo hacía por ambición, reflejando la internalización de valores consumistas y, un porcentaje similar, justificó el hecho por “rabia o venganza”, constituyéndose el accionar delictivo en un canalizador de frustración. El 6,3% expresó que la actividad delictiva constituía una forma de trabajo. Se puede decir entonces, que estos jóvenes conforman un grupo que presenta conductas desviadas como respuesta a la falta de oportunidades de participación social y laboral que les brinda el sistema, y que, debido a su ingreso a circuitos de creciente criminalización, como la cárcel, estas conductas pueden ser reforzadas. Esto se puede observar concretamente en los índices de reincidencia que presentan los jóvenes entrevistados. 77 CUADRO N° 37 ÍNDICE DE REINCIDENCIA DE LA POBLACIÓN RECLUSA ENTREVISTADA f Ha estado preso antes Una vez Dos a tres veces Cuatro a cinco veces Seis a ocho veces Más de ocho veces NS/NC No ha estado preso antes TOTAL (*) 68 13 30 9 9 6 1 12 80 % 85.0 19.2 44.1 13.2 13.2 8.8 1.5 15.0 100.0 El 85% de los jóvenes presentó reincidencia, y para el 80% de éstos, la presente detención constituye la tercera vez que se encuentran recluidos. Por lo tanto, es posible deducir que se trata de jóvenes que han estado en continuo contacto con el sistema penal. VIII.- ANÁLISIS DE LAS VARIABLES DE INTELIGENCIA Y PERSONALIDAD EN EL JOVEN RECLUÍDO POR DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD La inteligencia fue considerada por mucho tiempo como el indicador fundamental de las diferencias individuales. Sin embargo, en la actualidad se considera que, a pesar de ser de gran importancia, es sólo una de un amplio espectro de cualidades que posee el individuo y cuyo conocimiento podría hacernos comprender y predecir el comportamiento humano. En relación a la medición de la inteligencia, se hace difícil la elección de un instrumento adecuado para un grupo tan específico debido, por un lado, a la carencia de normas para este grupo, y por otro, debido a que las pruebas usualmente aplicadas en los recintos de reclsuión están viciadas por el hecho de que los reos ya conocen las respuestas, como es el caso del Test de Matrices Progresivas de Raven, que sería bastante adecuado para este grupo. Con el objeto de evaluar la inteligencia general de los jóvenes reclusos se aplicó, por tanto, el Test de factor “g” de Catell, que se caracteriza por ser perceptivo y no verbal y, por ende, acultural, lo que reduce al mínimo las posibles interferencias para la medida pura de la inteligencia. Sin embargo, este test aún no ha sido estandarizado para la población chilena. Las normas se han confeccionado para la población española, y en el caso de que los resultados brutos de la presente muestra difieran significativamente de los de la población normativa, la transformación a este C.I. de referencia no podría ser llevada a cabo. Si este fuera el caso, de todas formas los resultados aportan una información relevante en relación a la diferencia respecto de la muestra normativa. 78 La comparación entre ambas muestras fue realizada mediante la aplicación de las diferencias de medias (t de Student) para muestras independientes, cuyos resultados se presentan en el siguiente cuadro : CUADRO N°38 COMPARACIÓN ENTRE LA MUESTRA NORMATIVA ESPAÑOLA Y LA MUESTRA DE JÓVENES RECLUÍDOS POR DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD EN EL TEST DE INTELIGENCIA DE CATELL N Muestra española Muestra reclusos g.l. = 2019 Media D.S. 1941 29.92 5.84 80 22.05 5.05 t 11.871 P 0.000 Estos datos indican que ambas muestras son significativamente diferentes, no pudiendo obtenerse el C.I. de la población entrevistada hasta elaborar normas propias para la población chilena, y para este grupo en particular. En el cuadro 39 se puede ver que el promedio de puntaje alcanzado por los jóvenes reclusos es bastante menor que el de la población española, en base a esto, se puede deducir, un desarrollo cognitivo inferior, aún cuando no es posible clarificarlo en toda su magnitud. Esta diferencia se puede explicar por un déficit en la estimulación del proceso de maduración intelectual desde muy temprana edad, que se asocia al hecho de estar inmerso en una situación de extrema deprivación sociocultural. Por otra parte, el concepto de personalidad, en sus diversas definiciones, apunta a designar patrones típicos de conducta que caracterizan la adaptación del individuo a situaciones de la vida. Con el fin de detectar la presencia de características de personalidad diferenciales de estos jóvenes reclusos, en relación a la población normativa nacional, se aplicó el Cuestionario de Personalidad de Eysenck, versión revisada17. Este cuestionario es un inventario de personalidad de tipo autodescriptivo que, como todos los tests nos sirve sólo como una pista para interpretar la dinámica de la personalidad. H.J.Eysenck distingue tres dimensiones básicas de la personalidad : Neuroticismo-Estabilidad (N), Extraversión-Introversión (E)y Psicoticismo-Normalidad (P), las que, en conjunto, dan origen a una determinada estructura de personalidad. Descriptivamente, estas variables deben ser consideradas como extremos idealizados en un continuo dentro del cual las personas pueden ser ubicadas en algún punto. Para Eysenck, un alto grado de neuroticismo indica labilidad emocional e hiperactividad, estados de ansiedad y preocupación, en oposición a la 17 Adaptado para la población chilena por C. Meneses y M. Bustos, Universidad Diego Portales 79 despreocupación, calma y control del individuo estable. Por otro lado, los sujetos típicamente extrovertidos tienden a ser expansivos, impulsivos y desinhibidos y con numerosos contactos sociales, en contraposición al sujeto introvertido, que es tranquilo, retraído e introspectivo. Finalmente, un sujeto con alto grado de psicoticismo es solitario, aproblemado, puede ser cruel e inhumano, parco en sentimientos, carece de empatía y es insensitivo. La norma nacional para estas tres dimensiones se presenta junto a la muestra extraída para el presente estudio en los cuadros que siguen : CUADRO N°39 COMPARACIÓN ENTRE LA MUESTRA NORMATIVA NACIONAL Y LA MUESTRA DE JÓVENES RECLUÍDOS POR DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD EN EL TEST DE PERSONALIDAD DE EYSENCK PARA LA DIMENSIÓN NEUROTICISMO N Muestra nacional Muestra reclusos g.l = 301 Media D.S. 223 10.19 4.62 80 16.375 4.496 t -10.345 P 0.000 CUADRO N°40 COMPARACIÓN ENTRE LA MUESTRA NORMATIVA NACIONAL Y LA MUESTRA DE JÓVENES RECLUÍDOS POR DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD EN EL TEST DE PERSONALIDAD DE EYSENCK PARA LA DIMENSIÓN EXTRAVERSIÓN N Muestra nacional Muestra reclusos g.l = 301 Media D.S. 223 14.72 3.95 80 15.663 3.684 CUADRO N°41 80 t -1.864 P 0.063 COMPARACIÓN ENTRE LA MUESTRA NORMATIVA NACIONAL Y LA MUESTRA DE JÓVENES RECLUÍDOS POR DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD EN EL TEST DE PERSONALIDAD DE EYSENCK PARA LA DIMENSIÓN PSICOTICISMO N Muestra nacional Muestra reclusos g.l. = 301 Media D.S. t 223 7.14 6.2 80 6.675 3.133 P 0.642 0.522 En los datos expuestos en estos cuadros, se puede observar que no hay una diferencia estadística significativa entre los grupos para las variables Extraversión y Psicoticismo, es decir, la población entrevistada no difiere en estos aspectos del común de las personas en este país. Sin embargo, en el caso de la dimensión de Neuroticismo nos encontramos con que sí hay una diferencia estadística significativa entre ambos. Los jóvenes reclusos poseen un mayor grado de Neuroticismo que el resto, como se observa en un promedio de puntaje muy superior. Este Cuestionario incluye además una Escala de Mentira (L), que tiene como objetivo medir la motivación del sujeto a simular sus respuestas. CUADRO N°42 COMPARACIÓN ENTRE LA MUESTRA NORMATIVA NACIONAL Y LA MUESTRA DE JÓVENES RECLUiDOS POR DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD PARA LA ESCALA L (MENTIRA) N Muestra nacional Muestra reclusos g.l. = 301 Media D.S. t 223 10.65 4.8 80 8.188 3.755 P 4.153 0.000 Nuevamente se obtuvo una diferencia estadística significativa entre los grupos, con un promedio de puntaje más bajo en el caso de los reclusos. Esto podría reflejar deseabilidad social. 4.- DINÁMICA DEL PROCESO 81 En esta sección se intentó describir en sus características, el proceso penal que tiene como sujeto pasivo un joven. Se investigaron aspectos como : si se había dado cumplimiento a las normas procesales, calidad del trato recibido por los jóvenes y grado de conocimiento de éstos en torno a sus derechos en cada etapa. Los datos se recabaron de dos fuentes : - Aplicación de una encuesta a los jóvenes reclusos - Análisis de expedientes judiciales de causas penales En esta etapa se decidió incluir jóvenes de sexo femenino con el fin de conocer su experiencia en torno al proceso penal y señalar diferencias, si es que existen, en relación a los hombres. Para la selección de la muestra a encuestar, se trabajó con los mismos criterios de estratificación de la etapa anterior, incluyéndose mujeres involucradas en delitos contra la propiedad y , debido al emergente fenómeno del tráfico femenino de drogas, a mujeres procesadas o condenadas por infracción a la ley 19.366. Ambos delitos constituyen los principales motivos de reclusión de la población penal femenina. Cabe destacar, que lel número de mujeres procesadas y condenadas por tráfico de estupefacientes va progresivamente en ascenso, en tanto que el número por delitos contra la propiedad se mantiene elevado. Con este fin se aplicó una encuesta a una muestra de 100 jóvenes, de los cuáles 80 fueron los mismos entrevistados para la obtención del perfil psicosocial, a los que se sumó 20 mujeres provenientes del CPF Santiago. Para el análisis de expedientes se examinaron 66 causas en lo criminal, radicadas en cuatro Tribunales del Crimen de la Jurisdicción de la Corte de Apelaciones de Santiago, Región Metropolitana. No se acotó esta muestra a ningún delito en especial. La pauta de entrevistas en este caso fue la siguiente: PAUTA DE ENTREVISTA DE DINÁMICA DEL PROCESO PENAL I. ETAPA DE LA DETENCIÓN Circunstancias de la Detención Organismo que la efectuó Observancia y conocimiento de derechos estipulados Presencia de agresiones Tiempo de detención II. ETAPA DEL PROCESO Observancia y conocimientos de derechos estipulados Cumplimiento de normas procesales 82 Acceso y Características de la Defensa Jurídica Concesión de Libertad Provisional III. ETAPA DE LA EJECUCIÓN PENAL Grado de Conocimiento de las Medidas Alternativas y Beneficios ANALISIS DE RESULTADOS I.- ETAPA DE DETENCIÓN Origen de Detención y Organismo Policial que la practica En este punto, y con el fin de dar a conocer las causas que dan lugar a la detención, se elaboró una serie de categorías en las cuales se encuentran diversas modalidades que, a grosso modo, representan las alternativas que otorga la ley. Sólo tres de ellas resultaron representativas, ya que el resto obtuvo porcentajes muy bajos. CUADRO N° 43 ORIGEN DE LA DETENCIÓN f Delito Flagrante Detención en la Calle (por sospecha) Orden de Detención Prisión Preventiva Entrega Voluntaria TOTAL % 60 22 16 1 1 100 60.0 22.0 16.0 1.0 1.0 100.0 De esta manera, la causa de detención primordial resultó ser por delito flagrante, que asciende al 60 % de los casos, es decir, más de la mitad de ellos. Cabe señalar que nuestra ley procesal contempla un concepto amplio de delito flagrante, por lo que incluye diversas situaciones, que exceden el instante mismo en que se comete el delito. La segunda causal es la detención en la calle que abarca un 22% y que se refiere a la detención por sospecha. La tercera causa mayoritaria de detención es la orden de detención, la cual está precedida por una resolución judicial, y que asciende a un 16 %. Tanto la detención por sospecha como la detención por delito flagrante (que abarcan en su conjunto un 82%) corresponden a situaciones en que el joven se ve enfrentado al órgano policial sin que medie orden del tribunal. Por ende, se trata de eventos en que el control jurisdiccional se produce con posterioridad a la privación de libertad. 83 CUADRO N°44 ORGANISMO QUE PRACTICÓ LA DETENCIÓN f Carabineros Investigaciones Particular (delito flagrante) Otros (guardias privados, etc.) Entrega Voluntaria TOTAL % 67 27 3 2 1 100 67.0 27.0 3.0 2.0 1.0 100.0 Respecto al organismo que efectuó la detención se puede observar que Carabineros realizó el 67% de las detenciones, en tanto que Investigaciones llevó a cabo el 27 %. El resto de las detenciones fueron efectuadas principalmente por otros particulares, como el propio afectado, en un 3% , o por vigilantes privados en un 2%. El 1% restante corresponde a la entrega voluntaria del inculpado. Cabe hacer notar, entonces que en la gran mayoría de los casos el joven entra en contacto con la justicia a través de la actuación de un órgano público. Grado de conocimientos de los derechos en la Detención Al indagar acerca del conocimiento que los jóvenes entrevistados tenían acerca de sus derechos en la etapa de la detención, resultó que un 41% percibía no tener derechos en esta etapa. El 58%, en cambio, manifestó tenerlos. Es importante destacar que más de la mitad de los jóvenes dice estar al tanto de la existencia de derechos en esta etapa inicial de la privación de libertad. Sin embargo, el cuadro 46 revela una confusión respecto al contenido y alcance de ellos. En este sentido, un 41,4% señaló uno o más de los derechos consagrados en nuestra legislación procesal para esta etapa. El porcentaje restante se dividió entre un 25,9% que manifestó los derechos humanos más básicos, mencionando “que no te golpeen” o “que te traten como persona”, y un 12,1% que se refirió a derechos que no corresponden a esta etapa, en la que el joven aún no es parte en el proceso. CUADRO N°45 DERECHOS RECONOCIDOS DURANTE LA ETAPA DE DETENCIÓN f Se poseen derechos al estar detenidos Derechos Humanos Derechos estipulados legalmente para esta 84 58 15 24 % 58.0 25.9 41.4 etapa Derechos y beneficios correspondientes a etapas posteriores del proceso y condena Derechos relativos a calidad de vida al interior del penal Derechos humanos y derechos estipulados para esta etapa No sabe No se poseen derechos al estar detenidos No sabe TOTAL (*) 7 12.1 4 6.9 5 8.5 3 5.2 41 41.0 1 1.0 100 100.0 Duración de la Detención Con respecto a este tema, llama la atención que a casi la mitad (48%) de los jóvenes no se les respetó el plazo legal para ser puestos a disposición del tribunal, como se puede ver en el cuadro que sigue : CUADRO N°46 DURACIÓN DE LA DETENCIÓN POR AUTORIDADES ADMINISTRATIVAS f % Hasta 48 horas detenido Más de 48 horas TOTAL 52 48 100 52.0 48.0 100.0 Nuestra legislación señala que, en caso de delito flagrante, el plazo máximo de la detención es de veinticuatro horas, plazo que asciende a cuarenta y ocho horas en casos de detenciones practicadas por otras autoridades distintas al juez de la causa. CUADRO N°47 DURACIÓN DE LA DETENCIÓN ORDENADA POR EL JUEZ f % Más de 5 días detención total 22 22.0 Menos de 5 días 78 78.0 TOTAL 100 100.0 A un 22% de los jóvenes se les mantuvo detenidos por un plazo superior al que autoriza la ley, mientras que en un 78% de los casos se cumplió formalmente con los plazos. Nuevamente nos encontramos con un amplio margen de jóvenes que es tratado en forma ilegal, con el agravante de que, en esta etapa, el sujeto está bajo el control jurisdiccional como lo señala claramente el artículo 272 del Código de Procedimiento Penal. 85 En el análisis de expedientes, se pudo constatar que en un 24.1% de los casos se excedió el término legal de la detención, lo que concuerda con lo señalado por los jóvenes encuestados. Trato recibido por los jóvenes por parte de Organismos Policiales durante la Detención Entre los jóvenes encuestados, un 87% consideró que el trato que recibió durante la Detención fue malo. Esta situación resulta grave, considerando el hecho de que en esta etapa a lo sumo “...aparecen fundadas sospechas de ser responsable de un delito...” respecto del joven inculpado (art. 252 del C.P.P). CUADRO N°48 TRATO RECIBIDO EN LA ETAPA DE DETENCIÓN f Fue troturado Recibió golpes e insultos Recibió golpes, insultos y coacción Recibió buen trato Trato regular / Sólo lo amenazaron Algunos la trataron bien, otros mal TOTAL % 38 34 15 10 2 1 100 38.0 34.0 15.0 10.0 2.0 1.0 100.0 El cuadro 49 revela que un 38% de la población entrevistada fue objeto de diversas formas de tortura, refiriendo situaciones como “me pusieron corriente” o “me colgaron de los pies”. Un alto porcentaje (34%) recibió maltrato físico y verbal, un 15% recibió además coacción (amenazas o promesas) y, sólo un 10% recibió un trato repetuoso y con apego estricto a la ley. CUADRO N°49 CONSECUENCIAS EMOCIONALES DEL MALTRATO f Impotencia y humillación Rabia / Rencor Miedo y temor Desconcierto / Estado de shock % 52 18 8 7 86 59.1 20.5 9.0 8.0 Efectos físicos de maltrato TOTAL (*) 3 88 3.4 100.0 NOTA El total corresponde a los sujetos que refirieron maltrato durante la detención Del cuadro se desprende que el mayor porcentaje de los jóvenes sintió impotencia y humillación (59,1%) al verse expuesto a los distintos tipos de maltrato que se señalaron anteriormente. Además, un 20,5% de los sujetos sintió rabia o rencor hacia quien(es) los estaba(n) agrediendo y un 9,0% sintió miedo o temor. Resultó también que un 8% tuvo una reacción de desconcierto ante la situación de agresión, ya que “no entendía por qué pasaba esto” o “no pensaba, declaraba no más”. De tal modo, podemos observar que casi el 90% de los entrevistados recibió un trato que vulnera gravemente sus derechos como persona, con efectos victimizantes, tanto en el corto como en el largo plazo. Se les pidió luego a los jóvenes que hicieran una evaluación del desempeño general de los organismos de seguridad pública. A continuación se presentan los resultados. CUADRO N°50 OPINIÓN DE LOS RECLUSOS ACERCA DEL DESEMPEÑO DE LOS ORGANISMOS DE FUERZA PÚBLICA 37.2 Los organismos de fuerza pública cumplen bien su función Cumplen su función regularmente Cumplen mal la función NS/NC TOTAL f % 22 22 34 43 1 100 34 43 1 100.0 CUADRO N°51 MOTIVOS REFERIDOS POR LOS RECLUSOS PARA JUSTIFICAR SU EVALUACIÓN DEL DESEMPEÑO DE LOS ORGANISMOS DE FUERZA PÚBLICA 37.3 f Son corruptos Maltratan, abusan del poder No son efectivos, no cumplen su función de manera eficaz 87 % 26 26 18 26.3 26.3 18.2 Ayudan a la sociedad Algunas veces lo hacen bien, otras mal No sabe TOTAL 25 3 1 99 25.3 3.0 1.0 100.0 Se observa que un 43% de los encuestados considera que Carabineros e Investigaciones cumplen mal sus funciones, mientras que un 34% cree que lo hacen regular. Es decir, el 77% de los jóvenes no se encuentra conforme con la forma en que estos organismos realizan su trabajo. Al preguntarles luego por los motivos por que habían evaluado así el desempeño, más de la mitad, (52.6%) expresó que éstos eran corruptos y que abusaban del poder que tenían, mientras que un 18.2% consideró que no eran eficaces, ya que “se llevan presa a gente inocente, no siempre le achuntan”. Estas respuestas reflejan el descontento que los jóvenes tienen, con conocimiento de causa, de la labor efectuada por los organismos encargados de mantener el orden, muchas de las cuales denotan situaciones que incluso atentan contra los derechos humanos. Antecedentes Penales y/o Policiales de la población entrevistada Al indagar acerca de la existencia de Antecedentes en la población entrevistada, resultó que un 71% los presentaba. CUADRO N°52 ANTECEDENTES PENALES Y/O POLICIALES EN LA POBLACIÓN ENTREVISTADA f % 71 71.0 19 26.8 22 31.0 29 40.8 1 1.4 29 29.0 100 100.0 Tenía antecedentes Policiales Penales Policiales y Penales No sabe No tenía antecedentes TOTAL Con respecto al tipo de Antecedentes que presentaban, un 26,8% correspondía a Antecedentes Policiales, un 31% a Antecedentes Penales y un 40,8% tenía Antecedentes Penales y Policiales. Podemos deducir entonces, que más de la dos tercios de los sujetos que registraron antecedentes (71,8%) tenía experiencia de reclusión anterior. II.- ETAPA DE INSTRUCCIÓN DEL PROCESO Grado de conocimiento de los jóvenes acerca de sus derechos durante el proceso CUADRO N°53 DERECHOS RECONOCIDOS EN LA ETAPA DEL PROCESO 88 f Posee derechos como procesado Derechos humanos Derecho a libertad provisional Derechos estipulados legalmente en esta etapa Medidas alternativas y beneficios Derechos relativos a calidad de vida al interior del penal Libertad provisional y beneficios Otros No sabe No posee derechos como procesado NS/NC TOTAL (*) % 68 4 23 19 68.0 5.9 33.8 27.9 4 5 5.9 7.4 9 2 2 26 6 100 13.3 2.9 2.9 26.0 6.0 100.0 Como se puede observar, los jóvenes revelan un mayor grado de conocimiento acerca de los derechos que poseen luego de ser sometidos a proceso, en relación al grado de conocimiento referido por ellos en la etapa de la Detención (cuadro 52). En efecto, un 68% dice tener derechos como procesado, un 26% señala no tenerlos y un 6% no sabe o no contesta. Sin embargo, dentro de los sujetos que declararon tener derechos, sólo un 27,9% se refirió a más de uno de los derechos estipulados legalmente en esta etapa, otro 33,8% nombró únicamente la libertad provisional y un 13,3% nombró esta última junto a beneficios carcelarios. Del resto de los sujetos, un 22,1% mencionó otros derechos, relativos principalmente a la calidad de vida al interior del penal, medidas alternativas y beneficios y derechos humanos. Cumplimiento de formalidades en la declaración indagatoria CUADRO N°54 TIEMPO QUE MEDIA ENTRE ESTAR A DISPOSICIÓN DEL TRIBUNAL Y LA DECLARACIÓN INDAGATORIA f Hasta 24 hrs. en interrogar Más de 24 hrs. Lo condenaron sin interrogarlo NS/NC TOTAL % 66 32 1 1 100 89 66.0 32.0 1.0 1.0 100.0 Como podemos ver, un 66% de los encuestados señaló haber sido interrogado dentro de las veinticuatro horas, como lo señala el artículo 319 del Código de Procedimiento Penal. A diferencia de ellos, un 32% se vio afectado por una infracción legal en esta materia, al ser interrogados con posterioridad a dicho plazo e incluso uno de los jovenes entrevistados señaló haber sido condenado sin mediar interrogatorio alguno. Nuestra ley autoriza, en un caso, que una persona sea sometida a proceso sin interrogatorio preliminar, pero para que esto sea factible es necesario que, al ponérsele a disposición del juez, estén ya suficientemente comprobados el cuerpo de delito y la participación que en él haya cabido al inculpado, situación que en el caso expuesto no se da, ya que el afectado dijo haberle sido impuesta su declaración. CUADRO N°55 FUNCIONARIO QUE TOMÓ LA DECLARACIÓN INDAGATORIA f % El Juez lo interrogó Actuario TOTAL 39 61 100 39.0 61.0 100.0 De las respuestas dadas sólo un 39% manifestó haber sido interrogado por el juez, mientras que un 61% lo fue por el actuario. Esto revela una importante delegación de funciones del juez en la persona del actuario, en una materia tan relevante como la declaración indagatoria, la cual es una de las diligencias más importante que consta en autos. A esto debe agregarse la información presentada a continuación : CUADRO N°56 NUMERO DE VECES EN QUE EL RECLUSO HA CONVERSADO CON EL JUEZ f No ha conversado con el Juez Ha conversado una vez con el Juez 2 a 3 veces 4 a 6 veces 7 y más No sabe TOTAL % 46 21 15 8 1 9 100 90 46.0 21.0 15.0 8.0 1.0 9.0 100.0 El cuadro indica que casi la mitad de los jóvenes no tuvo acceso directo al juez en ningún momento del proceso. Un 21% conversó una sola vez con el juez, un 15% lo hizo entre dos y tres veces, y sólo un 8% entre cuatro y seis veces. CUADRO N°57 CUMPLIMIENTO DE LA NORMA PROCESAL DE SEÑALAR CARGOS f % Le dijeron los cargos en su contra No le dijeron los cargos en su contra TOTAL 82 18 100 82.0 18.0 100.0 El cuadro señala que en el 82% de los casos se cumplió la norma del artículo 322 del Código de Procedimiento Penal, que impone al juez la obligación de informar al inculpado del hecho que se le atribuye. CUADRO N°58 CUMPLIMIENTO DE LA NORMA PROCESAL DE SEÑALAR PRUEBAS f Le dijeron las pruebas No le dijeron las pruebas TOTAL % 56 44 100 56.0 44.0 100.0 Se puede ver que a un 56% de los sujetos se le dieron a conocer las pruebas existentes en su contra. En este caso, a diferencia del primero, no estamos en presencia de una obligación legal. Sin embargo, también se trata de una actuación judicial de gran utilidad para una buena defensa. A lo anterior deben agregarse los datos que aparecen en el cuadro que se presenta a continuación : CUADRO N°59 CUMPLIMIENTO DE LA GARANTÍA DE LIBERTAD EN LA DECLARACIÓN f Tuvo libertad para declarar No tuvo libertad para declarar NS/NC TOTAL % 71 28 1 100 71.0 28.0 1.0 100.0 De lo anterior se desprende que un 28% de los jóvenes no tuvo libertad para declarar. Este hecho contraviene abiertamente nuestra legislación, en particular el artículo 323 del C.P.P, el cual prohibe el empleo de toda coacción, promesa o amenaza. CUADRO N°60 91 CUMPLIMIENTO DE LA GARANTÍA DE HACER LA LECTURA DE LA DECLARACIÓN f % Le leyeron la declaración No le leyeron la declaración NS/NC TOTAL 80 19 1 100 80.0 19.0 1.0 100.0 Finalmente, el cuadro 60 demuestra que el 19% de los jóvenes no leyó o no les fue leída su declaración. PIE :Cabe hacer notar, que el inculpado tiene primeramente derecho a leer por sí mismo la declaración y en su defecto, deben leérsela./fin del PIE Esta situación, en conjunto con las señaladas anteriormente, configuran un cuadro desfavorable en materia de garantías en la declaración indagatoria. Libertad provisional y criterios en su aplicación CUADRO N°61 CONCESIÓN DE LIBERTAD PROVISIONAL SEGÚN ENTREVISTA A INTERNOS f Le dieron la libertad provisional No se la dieron TOTAL % 27 73 100 27.0 73.0 100.0 CUADRO N°62 RAZONES POR LAS CUALES LA POBLACIÓN ENTREVISTADA CREE QUE NO LE HAN CONCEDIDO LA LIBERTAD PROVISIONAL f No se la concedieron por considerarlo un peligro para la sociedad Por diligencias pendientes Otros Por peligro para la seguridad del ofendido Más de una No le informaron No sabe TOTAL (*) 38 9 8 3 3 4 8 73 % 52.0 12.3 11.0 4.1 4.1 5.5 11.0 100.0 NOTA El total corresponde a los sujetos que no se les concedió la libertad provisional. Respecto de la libertad provisional entonces, el 73% de los encuestados señaló no haber podido gozar de este derecho constitucional. Al consultárseles sobre las 92 razones por las que no se les concedió, más de la mitad (52,0%) manifestó que la causal aducida por el juez fue el hecho de “ser un peligro para la sociedad”. Las dos causales legales restantes, diligencias pendientes y peligro para el ofendido, ascienden a un 16,4%. Llama la atención que el 11% invocó causales no contempladas en la ley para justificar su mantención bajo prisión preventiva, como “no tener dinero”, “llevar poco tiempo” o “porque los jueces son neuróticos”. Un 16,5% reveló un desconocimiento en cuanto a las razones por las cuales se les negó la libertad provisional. Esto demuestra una falta de explicación, por parte de los funcionarios, al momento de notificar la negativa de la concesión de la libertad provisional. Del 27% de los jóvenes que tuvieron acceso a la libertad provisional, al 22,2% les fue concedida de oficio, mientras que el 77,8% restante señaló haberla solicitado. Esto revela que, muchas veces, la prisión preventiva se extiende más allá del tiempo necesario para cumplir con los objetivos propios de esta institución, a raíz de lo cual los sujetos deben solicitarla. A través del análisis de expedientes se pudo observar que, muchas veces, esta solicitud que en un principio había sido denegada, posteriormente fue concedida sin haber cambiado sustancialmente las circunstancias del proceso. Los expedientes analizados revelaron que en 69.7% de los casos hubo prisión preventiva respecto de los procesados. La duración de ésta osciló entre los 29 meses y los 2 días, con una media de 191 días (6.3 meses). La prisión preventiva es de duración indefinida, vale decir, ni la ley ni el Tribunal le fijan un término. Esta no es una pena, pero cumple con todas sus características al ser una medida privativa de libertad, más la agravante de que, el plazo en que el sujeto se encuentra recluido, no se encuentra determinado con antelación. El art. 275 inc. 3° del Código dispone que, en la misma resolución que somete a proceso, se concederá la excarcelación al procesado, a menos de que exista motivo para mantenerlo en prisión preventiva, el que deberá expresar el juez en la resolución. Estos motivos no pueden ser otros que los que obstan a conceder la libertad provisional y que están consagrados en el art. 363. Opinión en torno a la celeridad del juicio CUADRO N°63 OPINIÓN DE LOS RECLUSOS ACERCA DE LA CELERIDAD DEL JUICIO f Considera que se ha retrasado el proceso Por excesiva burocracia Por retrasado en evacuar las diligencias Por negligencia por parte de los funcionarios Por ineficiencia No sabe Considera que no se ha retrasado el proceso 93 % 53 17 10 8 8 10 38 53.0 32.0 18.9 15.1 15.1 18.9 38.0 No sabe TOTAL (*) 9 100 9.0 100.0 En cuanto al hecho de si la población entrevistada considera que se ha retrasado o no su proceso, más de la mitad de ellos (53%) manifestó que su proceso ha llevado un trámite lento. Las razones más esgrimidas apuntan hacia deficiencias en la substanciación del proceso penal tales como excesiva burocracia (32,0%), retraso en evacuar las diligencias (18,9%) y negligencia por parte funcionarios (15,1%). De los casos analizados a través de los expedientes judiciales, el promedio del plazo transcurrido entre la acusación y la contestación, fue de 120 días. El art. 447 del CPP señala que “El acusado y el civilmente responsable tienen para contestar, el plazo de seis días. Si son varios los acusados, o varios los demandados civiles, tendrán el témino común de diez díaz...” En virtud de una modificación efectuada al CPP del año 1989, es agregado un tercer inciso al art. 448, en virtud del cual “ La contestación de la acusación por el acusado constituye un trámite esencial que no puede darse por evacuado en su rebeldía. Vencido que sea el plazo, si no se evacuare el trámite, el juez arbitrará las medidas para que se conteste la acusación, ya sea por el abogado que el inculpado hubiere nombrado, o por el de turno, o por el que señalare, o por la Corporación de Asistencia Judicial...”. La finalidad de esta modificación era evitar que el acusado quedara en la indefensión ante la irresponsabilidad de su mandatario, o lo que resultaba más grave, que por la referida irresponsabilidad, muchos inocentes, por falta de defensa que desvirtuara los cargos que los incriminaban, resultaban injustamente condenados. Sin embargo, la citada norma en la práctica no se cumple, comolo señala el examen de expedientes. Por un lado, los jueces no arbitran las medidas para quese conteste prontamente la acusación, ni se lo encomiendan a otro abogado habiéndole aplicado con anterioridad una sanción disciplinaria al defensor negligente, y, por otro, los abogados (sobretodo en defensoría pública) rara vez contestan dentro del término legal. Todo esto redunda lógicamente en el procesado, máxime si éste se encuentra sometido a prisión preventiva. Término Probatorio De un total de 66 causas, sólo el 28,8% de ellas tuvo término probatorio. Esto refleja el carácter eventual de dicho período, toda vez que las partes pueden renunciar a él. Sin embargo, para que esto suceda, es necesario que todas ellas renuncien. Cabe destacar, por ende, el gran número de procesos en los cuales no hubo este término. En el sumario, el juez va recogiendo las pruebas que sirven para comprobar el hecho punible y la averiguación del delincuente. Es en el plenario, por tanto, y precisamente en el período probatorio, en el cual se pueden desvirtuar los 94 cargos formulados contra el procesado. Grave resulta entonces, el hecho de que el abogado defensor renuncie a este término, pues si a ello le sumamos el hecho de que es escaso el contacto con el patrocinado, que rara vez solicitan diligencias y la tardanza en la contestación a la acusación, aún contando con defensa jurídica la indefensión del acusado no podría ser mayor. III.- DEFENSA JURÍDICA EN EL PROCESO PENAL Respecto a la defensa letrada del joven procesado, se pueden distinguir los siguientes datos : CUADRO N°64 ACCESO A LA DEFENSA JURÍDICA f % Cuenta o contó con abogado No contó con abogado TOTAL 77 23 100 77.0 23.0 100.0 Un 23% de los jóvenes señaló no haber contado con abogado en todo el proceso. Esta situación en la práctica no se puede dar, toda vez que, al ser una persona sometida a proceso, su defensa jurídica pasa a ser obligatoria bajo el apercibimiento de que si el procesado no designa un abogado, el juez de oficio le designará uno de turno el que estará bajo la obligación de actuar so pena de recibir una sanción . Por otro lado, nadie puede ser condenado si no ha sido contestada la acusación fiscal, trámite esencial que debe ser realizado por un abogado. Debemos presumir, por ende, que se trata de una falta de contacto del defendido con su defensor. CUADRO N°65 RAZONES EXPUESTAS ANTE EL HECHO DE CARECER DE DEFENSA JURÍDICA f Por no tener medios para pagarlo Porque son malos No supo si le habían asignado Otros No hay abogado para el tráfico TOTAL % 8 5 5 4 1 23 34.8 21.7 21.7 17.4 4.4 100.0 NOTA El total corresponde a los sujetos que dijeron no haber contado con abogado hasta la fecha. 95 En el cuadro anterior se indican las razones por las cuales el joven señaló no haber tenido abogado, siendo el motivo principal (34,8%) la falta de medios ecónomicos. Esto revela desconocimiento hacia el derecho constitucional de contar con una defensa jurídica gratuita a quien no pueda procurárselo por sí mismo. CUADRO N°66 TIPO DE DEFENSOR DE LA POBLACIÓN ENTREVISTADA f % Abogado asignado Particular Ambos TOTAL 45 30 2 77 58.4 39 2.6 100.0 NOTA El total corresponde a los sujetos que dijeron haber contado con abogado en algún momento del proceso. Dentro de los jóvenes que señalan haber tenido abogado, un 47% de los encuestados tuvo un abogado designado, de los cuales la inmensa mayoría corresponde a la Corporación de Asistencia Judicial (91,48%). CUADRO N°67 RAZONES POR LAS CUALES EL RECLUSO FUE REPRESENTADO POR UN DEFENSOR PRIVADO f Tiene medios para pagarlo Los abogados particulares son mejores No le asignaron abogado No hay abogado para el tráfico TOTAL (*) % 15 14 2 1 32 46.9 43.8 6.2 3.1 100.0 NOTA El total corresponde a los sujetos que contaron con defensor privado. Respecto a los motivos por los cuales los jóvenes recurrieron a un abogado particular, un 46,9% señaló haberse procurado uno por contar con los medios para ello, mientras que un un 43,8% señaló mayor eficacia en relación con la defensoría pública. El resto de los sujetos manifestaron un contacto inexistente con el defensor, argumentando que no les había sido asignado (6,2%) o refiríendose a la inexistencia de defensor para los casos de tráfico (3,1%), lo que refleja una carencia de contacto entre defensor y defendido. CUADRO N°68 EVALUACIÓN DE LOS ENCUESTADOS ACERCA DEL CONTACTO CON LA DEFENSA 96 f % Vio al abogado poco para llevar bien el caso Vio al abogado lo suficiente para llevar bien el caso No lo ha visto / No lo conoce NS/NC TOTAL 39 21 11 6 77 50.6 27.3 14.3 7.8 100.0 NOTA El total corresponde a los sujetos que dijeron haber contado con abogado en algún momento del proceso. Del cuadro se desprende que solamente un 27,3% de los sujetos señaló haber tenido un contacto satisfactorio con el abogado, en tanto un 50,6% de ellos considera haberlo visto insuficiente cantidad de veces como para llevar bien el caso. Cabe señalar, que un 14,3% de los entrevistados dijo no conocer al abogado. Para que el abogado pueda lograr una defensa eficaz debe tener contacto con su patrocinado, en primer lugar, porque existe un mayor compromiso con la causa y en segundo lugar, porque se alcanza un mayor conocimiento de los hechos del proceso en concreto. CUADRO N°69 OPINIÓN DE LA POBLACIÓN ENTREVISTADA ACERCA DEL DESEMPEÑO DE SU DEFENSOR f Mal desempeño Buen desempeño Regular desempeño No sabe TOTAL (*) % 27 19 17 14 77 35.0 24.7 22.1 18.2 100.0 NOTA El total corresponde a los sujetos que dijeron haber contado con abogado en algún momento del proceso. Respecto a la forma en que el defensor había llevado el caso, un 35,0% consideró que lo había hecho mal y un 22,1% que lo había hecho regular. Esto revela que más de la mitad de los encuestados no estaba satisfecho con la defensa que había recibido. Más aún, un 18,2% de los encuestados no respondió la pregunta, por desconocimiento acerca de la labor del abogado. CUADRO N°70 ROTACIÓN DE LA DEFENSA f 97 % Ha tenido un solo abogado Ha tenido más de un abogado Dos abogados Tres abogados Cuatro abogados Cinco abogados en adelante No sabe TOTAL (*) 60 16 7 5 3 1 1 77 77.9 20.8 43.8 31.3 18.8 6.1 1.3 100.0 NOTA El total corresponde a los sujetos que dijeron haber contado con abogado en algún momento del proceso. CUADRO N°71 PERCEPCIÓN DE LOS RECLUSOS ACERCA DE LAS CAUSAS DE LA ROTACIÓN f % Porque era de la Corporación Porque el/los primeros eran de mala calidad El particular cobraba mucho Ninguno ha podido arreglar su caso TOTAL (*) 12 2 1 1 16 75.0 12.4 6.3 6.3 100.0 NOTA El total se refiere a los sujetos que han contado con más de un abogado durante el proceso El cuadro 70 demuestra que un 77,9% ha tenido sólo un abogado, mientras que un 20,8% ha tenido más de uno. Al respecto, el cuadro 71 nos indica las razones de esta pluralidad de abogados, siendo la más frecuente el hecho de que, por pertenecer a la Corporación de Asistencia Judicial, tienen una alta rotación en sus funciones (75%). CUADRO N°72 OPINIONES ACERCA DE LA ROTACIÓN DE LA DEFENSA f Es perjudicial No influye en nada Es bueno Depende del abogado No sabe TOTAL (*) % 7 3 2 1 3 16 43.6 18.8 12.5 6.3 18.8 100.0 NOTA El total se refiere a los sujetos que han contado con más de un abogado durante el proceso. Al consultársele sobre la apreciación que tienen respecto de esta rotación, el 43,6% consideró que era perjudicial, fundamentalmente porque el abogado no alcanza a interiorizarse en forma acabada de la causa. Todo esto revela que los jóvenes poseen un juicio negativo respecto de la defensa jurídica que han recibido. Esto se debe principalmente a una falta de contacto entre defensor y defendido, lo que se hace más evidente en la defensoría pública. 98 Por otro lado, es importante recalcar que los encuestados manifestaron como principal impedimento para una adecuada defensa la falta de medios económicos. La CPE consagra el derecho de toda persona a la defensa jurídica, señalando en su artículo 19 N°3 inc. 3° : “la ley arbitrará los medios para otorgar asesoramiento y defensa a quienes no puedan procurárselos por sí mismos”. Estos medios recién aludidos son, entre otros, la Corporación de Asistencia Judicial y los abogados de turno, respecto de los cuales existe escepticismo en lo refernte a la eficiencia de sus integrantes, sea por el hecho de que su atención es gratuita, por un escaso o inexistente contacto con el defendido, por el excesivo traspaso de causas que existe entre los postulantes debido a que su práctica forense dura por un mandato legal seis meses, siendo ésta un requisito para acceder al título de abogado. IV.- ETAPA DE EJECUCIÓN PENAL Grado de conocimiento de los jóvenes acerca de medidas alternativas y beneficios Las medidas alternativas a la privación de libertad que, en forma taxativa contempla la ley 18216 de nuestro ordenamiento jurídico son : 1.-Remisión Condicional de la Pena 2.- Reclusión Nocturna 3.- Libertad Vigilada La primera consiste en una conmutación del cumplimiento de la pena privativa de libertad por una indiscreta vigilancia de parte de la autoridad, la cual se traduce en un certificado de trabajo y residencia, más la carga de ir a firmar una vez al mes al patronato de reos por el lapso que el juez señale en la sentencia. Cabe hacer notar que al ser una resolución de carácter condenatoria, conlleva arraigo de pleno derecho. La reclusión nocturna consiste en la confinación del rematado a un recinto penal, durante el tiempo que media entre las veintidós y seis de la madrugada. Como se desprende de la definición anterior, ésta corresponde a una alternativa sólo parcial a la privación de libertad. En la tercera, el condenado se somete a un régimen de libertad a prueba, en que a su cargo hay un delegado. El período de observación no es inferior a la pena (entre tres y seis años), durante la cual también hay que cumplir con ciertas cargas similares a la de remisión condicional. Las citadas medidas se otorgan al momento de la dictación de la sentencia condenatoria, y para poder acceder a ellas, se deben cumplir distintos requisitos que dependen de cual se adopte, cuya concesión está regulada por ley. Así, para poder acceder a la remisión condicional, es necesario no haber sido nunca antes condenado, mientras que en la reclusión nocturna se exige inexistencia de condena por crimen o simple delito y, si la hay, que haya sido inferior a dos años. Además, en ninguno de 99 estos dos casos la pena puede ser aflictiva, vale decir, de más de tres años, mientras que la libertad vigilada se aplica a condenas entre dos y cinco años. CUADRO N°73 GRADO DE CONOCIMIENTO REFERIDO PORLOS RECLUSOS ACERCA DE LAS MEDIDAS ALTERNATIVAS A LA PENA f Conoce las medidas alternativas No las conoce No sabe TOTAL % 27 22 1 50 54.0 44.0 2.0 100.0 NOTA El total incluye sólo a la población Condenada. CUADRO N°74 MEDIDAS MENCIONADAS POR LA POBLACIÓN CONDENADA f Al menos una medida Beneficios otorgados por gendarmería Calidad de vida al interior de penal Otros No sabe TOTAL (*) % 1 13 3.7 48.2 5 7 1 27 18.5 25.9 3.7 100.0 (*) El total está referido a la población Condenada que respondió conocer las medidas alternativas a la pena. En relación al grado de conocimiento de dichas medidas , el 54% dijo conocerlas (cuadro 73). Sin embargo, como se observa en el cuadro 74 sólo un porcentaje inferior al cinco por ciento pudo nombrar al menos una. En cambio, casi la mitad de los sujetos señaló beneficios posteriores al proceso como la salida dominical, la libertad condicional o la salida diaria. Un 18,5% se refirió a calidad de vida y un 25,9% manifestó una gan confusión en torno a esta pregunta, nombrando por ejemplo “tener un abogado” o “pena de muerte”, los que no tienen relación con el tema aludido. Con respecto a la petición de beneficios, cuya asignación compete al ámbito administrativo del propio penal, se constató que un poco más de la mitad (52%) de los encuestados solicitó alguno de ellos, destacándose la salida dominical con un 73%. Un 19,3% solicitó dos o más beneficios y un 7,7% señaló equivocadamente haber 100 solicitado la “libertad bajo fianza” (cuadro 75), como se puede ver en el cuadro que sigue : CUADRO N°75 GRADO DE CONOCIMIENTO DE LOS JÓVENES ACERCA DE LOS BENEFICIOS OTORGADOS POR GENDARMERÍA f Ha solicitado algún beneficio Salida dominical Libertad bajo fianza Dos o más beneficios No ha solicitado TOTAL (*) % 26 19 2 5 24 50 52.0 73.0 7.7 19.3 48.0 100.0 NOTA El total corresponde a los reclusos refirieron haber solicitado algún beneficio. Al preguntárseles si se había accedido a su solicitud, sólo el 18,2% respondió afirmativamente, ascendiendo el pocentaje de sujetos a los que les fue denegada a un 72,7%. La razón manifestada para esto fue, en más de la mitad de los casos (55,6%), que aún no se había resuelto acerca de su solicitud. Un 33,3% de ellos aludió a la falta de algún requisito. El 11,1% restante señaló desconocimiento acerca de la negativa de su solicitud. 5.- CALIDAD DE VIDA, REHABILITACION Y REINSERCION I.- CALIDAD DE VIDA AL INTERIOR DEL PENAL En esta sección se intentó hacer un acercamiento a la realidad que viven diariamente los jóvenes reclusos, en términos de condiciones de vida, calidad del trato recibido, y relaciones internas y externas. Ante la necesidad de profundizar en ciertos tópicos que no han sido abordados del todo, se escogió una metodología cualitativa que permitiera descubrir los puntos más importantes relacionados con la situación carcelaria. Debido a que la realidad intrapenitenciaria difiere en el caso de hombres y mujeres, se optó por hacer un análisis separado de ambos grupos, tomando en cuenta, tanto para la elaboración de los temas a tratar, como para su posterior análisis, la perspectiva de género. El Universo se constituyó, en ambos casos por los mismos jóvenes que ya habían sido encuestados en las anteriores etapas de la investigación, de manera de aprovechar el vínculo de confianza creado. Los criterios de selección de la muestra que finalmente se conformó, se fundamentan en la perspectiva estructural que guía las investigaciones de tipo cualitativo. Por tanto, la selección de los casos se realizó de manera intencionada, 101 tratando de agotar, de acuerdo a los requerimientos que plantea el marco teórico del estudio, la estructura de posiciones posibles de acuerdo a las características de los jóvenes18. El instrumento de medición usado para recolectar la información fue la “Entrevista Semiestructurada” o también llamada “Entrevista en Profundidad”. MUJERES JÓVENES RECLUIDAS La selección de la muestra se efectúo en el C.P.F. de Santiago, considerando las siguientes características: - Calidad Procesal (procesadas y condenadas). - Tipo de delito (delitos contra la propiedad y tráfico de estupefacientes). - Tiempo de reclusión. - Primerizas y reincidentes. - Participación en la escuela, los talleres y trabajos dictados y ofrecidos por el penal. - Sección a la que pertenece. (Materno-infantil, C.O.D., Patio por Día, Esperanza). -Características personales específicamente femeninas : maternidad, embarazo durante la reclusión, convivencia con hijos durante la reclusión. Las mujeres entrevistadas fueron las siguientes: 18 De allí que no interese, a diferencia de los diseños cuantitativos, la selección al azar de la muestra. 102 • Ivonne, 27 años, 2 hijos, primeriza, condenada rematada, tiempo de reclusión: 1 año 3 meses, robo con intimidación, Sección Materno-Infantil (cumple condena con su hija de 10 meses). • María, 27 años, 3 hijos, reincidente, condenada rematada, tiempo de reclusión: 4 años 5 meses, robo con intimidación, Sección Patio por día. • Evelyn, 18 años, 1 hijo, reincidente, procesada, tiempo de reclusión: 2 meses, robo con intimidación, Sección C.O.D 2. • Lidia, 25 años, 1 hijo, reincidente, procesada, tiempo de reclusión: 8 meses, robo con violencia, Sección Patio por día. • Roxana, 18 años, 1 hijo, primeriza, procesada, tiempo de reclusión: 2 meses, tráfico de estupefacientes, Sección Esperanza. • Susana, 26 años, 5 hijos (embarazada de 38 semanas), primeriza, procesada, tiempo de reclusión 2 meses, tráfico de estupefacientes, Sección Materno-Infantil. El proceso de análisis de la información contempló una pauta de análisis que contenía los grandes temas desarrollados en las entrevistas. Esta pauta permitió clasificar y ordenar la información obtenida por áreas temáticas. La pauta de entrevista abarcó las siguientes áreas temáticas: Calidad de vida al interior del penal Relaciones sociales establecidas al interior del penal. Agresiones al interior del penal. ondiciones materiales de vida. Atención médica. Relaciones personales externas Visitas Problemáticas femeninas Embarazo. Atención médica ginecológica. Lactancia y permanencia de menores en el penal. Función rehabilitadora de la cárcel Función de la cárcel. Rehabilitación. Enseñanza de oficios y estudios. Disponibilidad de trabajo durante la reclusión. Reinserción laboral Expectativas laborales. Antecedentes. 103 Utilidad del estudio, oficio y trabajo adquirido durante la reclusión para su posterior vida afuera. ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS El análisis de los resultados se realizó siguiendo la misma pauta de entrevista CALIDAD DE VIDA Relaciones sociales establecidas al interior del penal: Esta temática abarca también el tema de las agresiones acaecidas al interior del penal, debido a que durante las entrevistas, las reclusas al proponérseles el tema de las relaciones sociales, hicieron mención a las agresiones como un elemento constituyente de éstas. En la evaluación que las reclusas hacen de su relación con las gendarmes, cabe destacar que ellas sienten que el manejo de esta relación depende principalmente de ellas mismas, de su comportamiento. “te tratan como te ven” (Roxanna). “...va todo en uno no más, y si uno quiere ser rebelde, porfia’ y todo ahí adentro lo es, pero pasaríamos castiga’.....entonces nosotras no queremos ser así, tratamos de vivir lo mejor posible” (María). A pesar de lo expresado anteriormente por las entrevistadas, la relación gendarmes-reclusas es evaluada mayoritariamente de manera negativa; esto en base a dos ejes: abuso e indiferencia. En cuanto al abuso, las reclusas reconocieron la existencia de problemas con la autoridad, los que estaban relacionados principalmente a con el abuso de poder, lo que se expresaba por medio de insultos, arbitrariedades y castigos. “No te dejan opinar, usted se calla, usted no tiene na’ que decir’; no hay derecho a expresión” (Roxanna). “No, no nos tienen respeto, porque aveces uno tiene la razón y no les puede decir na’ porque altiro nos castigan” (Ivonne). 104 Se debe resaltar que la mayoría de las entrevistadas no negaron la existencia de golpes, sino que expresaron no haberlos vistos personalmente. Sin embargo, una de ellas denunció la existencia de golpes, pero al interior de los calabozos (los rosados19). “...Cuando las castigan, la otra vez una compañera le faltó el respeto a una teniente, la amenazó con un cuchillo...después la llevaron a los rosados y después en la noche le fueron a pegar los funcionarios”(Ivonne). El abuso de poder adquiere, según lo dicho por una de las entrevistadas, una dimensión especial en la sección materno-infantil, donde el hecho de permanecer con los niños es utilizado por las gendarmes como un elemento de chantaje. “....en la sección de nosotros es donde más se aprovechan porque por los hijos....nos amenazan que nos van a mandar los hijos pa’ fuera”(Ivonne). En relación a la indiferencia, ésta se expresa por medio de que las gendarmes sólo se limitan a cumplir sus obligaciones sin brindar ningún tipo de apoyo. Existe la sensación, entre la mayoría de las reclusas entrevistadas, de que a las gendarmes no les importa lo que a ellas le suceda; su interés principal está centrado en la mantención del orden al interior del penal, sin que se establezca una relación más personal con ellas. Este aspecto es de suma importancia para las entrevistadas, lo cual se expresa en su sentimiento de abandono y en la necesidad de apoyo y ayuda que esperan recibir por parte de su entorno social más directo. Este tema se volverá a tocar en la temática de la rehabilitación. “...en el fondo somos todas iguales, somos todas bandidas...no importa si yo cometí un error o soy inocente y me acusan de algo, no...a ellas no les importa na’, o sea como que ellas tienen su corazón duro, no saben valorizar las cosas...somos todas iguales, todas merecen el mismo trato, todas estamos aquí presas por algo malo, somos todas bandidas” (Roxanna). “...es como más bien indiferente, ellas cumplen con su trabajo, su labor de gendarme, tampoco nosotras vamos a andar detrás de ellas” (Lidia). Acerca de la relación que se establece entre reclusas, ellas afirmaron que la convivencia era difícil, los problemas se caracterizaban por violencia y mala calidad en las relaciones (robo, peleas y agresiones, envidia, problemas de comunicación, “cagüines”) y por el lesbianismo. Además, en general, los conflictos se producen entre los grupos que se forman en cada sección. Aunque la afirmación mayoritaria dice relación con tratar de mantener una buena convivencia, principalmente para evitar ser castigadas, en este punto se hará una 19 De esta forma se denomina al interior del penal a aquel recinto destinado a los castigos, en donde permanecen aisladas,sin luz, sin colchón y sin derecho a once. Se puede, según la gravedad de la infracción, permanecer desde un día hasta un mes en los “rosados”. 105 diferenciación por secciones, ya que en cada una de ellas existen distintas y específicas razones para evitar los problemas. En la sección Materno-Infantil, la tranquilidad y las buenas relaciones se tratan de mantener en consideración a los niños. En la sección Esperanza esto ocurre debido a que en dicho lugar hay sólo primerizas, las cuales se esfuerzan por no provocar problemas, principalmente intentando mantener esta sección “sana”. En cuanto al Patio por Día, se intenta evitar roces, porque al interior del penal, estar en esta sección es “casi” un privilegio, por poseer más espacio y vista hacia el resto del penal (no está encerrada). Sin embargo, en la sección C.O.D.2 la situación es diferente ya que aquí la diversidad y exceso de reclusas genera mayor cantidad de conflictos y peleas; lo anterior puede deberse a la poca identificación por parte de las reclusas con el lugar (identificación que es observada en las otras secciones). “... es que uno trata de evitar también por los mismos niños, porque si a una la mandan castiga’ quedan los niños ahí, solos, entonces se la llevan a uno castiga’ no más, y los niños se quedan ahí no más poh, al cuidado de cualquiera, entonces por eso uno evita eso (peleas)”(Ivonne). “...pero la sección sí,...nosotras, al menos la mayoría, queremos que sea la sección esperanza que se llama, la sección bonita, la sección buena, que no cambie, que no se ensucie...porque todas las que llegan ahí son primerizas y para que no se lleven una tan mala impresión también” (Roxanna). “...a veces hay discusiones, discusiones...como que una queda así y después no se pueden ver y como están ahí mismo es como una guerra y así se arma...explotan y pelean...cuchillas, palos, lo que sea...pero en general se pegan no más” (Evelyn). Pese al reconocimiento de que existen problemas entre las reclusas, éstos son considerados “normales”, es decir, ellas opinan que los conflictos que se dan al interior del penal son los mismos que se dan en “todas partes”. Esto puede explicarse en relación al ámbito social que viven estas mujeres cuando están “en la calle”: poblaciones periféricas, condiciones de hacinamiento, convivencia con otros delincuentes (tanto familiares como amigos y vecinos), pobreza, consumo de droga, violencia intrafamiliar, etc.20 Condiciones materiales de vida. La evaluación de la infraestructura hecha por las entrevistadas es relativamente buena, aunque existen problemas puntuales relacionados con cada sección. De esta manera, la mayoría de las secciones presenta problemas con la impermeabilidad de la humedad (se llueven, hongos, humedad, mal olor). El problema más importante 20 Esta información no se obtuvo a través de la entrevista, sino mediante la conversación informal que sostuvimos con estas mujeres antes o después de la entrevista y con otras reclusas con las cuales interactuamos durante nuestras visitas al C.P.F. de Santiago. 106 detectado a través de las entrevistas dice relación con la falta de espacio y, por ende, el hacinamiento en que estas mujeres viven. “El espacio es sumamente chico, porque de repente hay sobre exceso de internas” (Roxanna). “Es muy chico, los dormitorios igual, no pueden andar los niños, está todo lleno de camas...los niños que caminan les cuesta” (Ivonne). “En mi sección es muy chico el espacio, el lugar es muy chico de la sección cuna...hay espacio así, pa’ jugar, pero el asunto dormitorio es muy chico” (Susana). “...hay veces que llegan detenidas y no hay camas, hay que dormir de dos, tenís que acogerla no más poh y dormir de a dos” (Evelyn). Esta falta de espacio también se ve reflejada en la denuncia que ellas hacen acerca de los lavaderos, el espacio para caminar, los colgadores de ropa, etc. En cuanto a la privacidad, la totalidad de las entrevistadas afirmó que ésta no existía. Esto se debe tanto a la falta de espacio como al hacinamiento. “No, no hay pa’ na’...el baño no más...si yo quiero llorar tengo que ir a encerrarme al baño, y ni eso porque te escuchan sollozar...’quién está ahí, por qué estai llorando, qué te pasa’...” (Roxanna). “...si trataí de estar sóla altiro llegan tus compañeras... además el espacio es muy chico” (Susana). “...los rosados son el único lugar donde podís estar sola, donde podí llorar, gritar hacer lo que queremos” (Evelyn). Los servicios básicos como la luz y el agua son evaluados de manera positiva, no se observa en la información recogida una carencia de estos (aunque el servicio de luz es suspendido a las diez de la noche21). No ocurre lo mismo con la calefacción, durante el invierno las reclusas no reciben más ropa de cama ni estufas por ejemplo, lo que hace que su evaluación acerca de este tema sea negativa. En lo que respecta a la alimentación la evaluación mayoritaria fue positiva, argumentando que la comida era buena y que les daban “de todo”. Esta situación no tiene la misma evaluación en la sección materno-infantil, tema que será tratado en el ítem destinado especialmente a la situación de los menores que viven con sus madres al interior del penal. 21 Excepto las mujeres que están en la sección materno-infantil quienes tienen la posibilidad de encender una ampolleta durante la noche ante cualquier imprevisto. 107 La higiene al interior del penal es evaluada por las reclusas entrevistadas como positiva, esto desde el hecho que son ellas mismas las encargadas de este tipo de oficios, se organizan en turnos semanales. A pesar de que se trata de mantener la limpieza, las reclusas se quejaron de falta de materiales de aseo ya sea porque escasean o porque directamente gendarmería no les entrega estos elementos (aunque sí les exige cumplir con estas tareas). Se debe destacar en relación a la higiene personal, específicamente durante el ciclo menstrual, que existe permanente disponibilidad de toallas higiénicas para las reclusas. Atención médica El acceso a los servicios de salud al interior del penal es especialmente difícil. No sólo depende de la gravedad de la enfermedad sino que también depende mucho de las disposición de las gendarmes (las reclusas deben esperar que las llamen). A raíz de lo anterior las reclusas pueden llegar a esperar meses para ser atendidas como resultado de la sobrepoblación existente al interior del penal. Cuatro de las seis entrevistadas llevan como promedio dos meses esperando la atención médica, para la cual se inscribieron, por lo tanto no otorgaron información al respecto por “no saber cómo es”. La evaluación que las reclusas hacen acerca de la calidad de la atención y del servicio de salud, no es del todo buena, si bien argumentan un buen trato se quejan de las condiciones higiénicas y de la disponibilidad de remedios, los cuales se limitan a dipironas, aspirinas y derivados. Si necesitan remedios específicos deben encargarlos afuera con la debida autorización, lo que claramente dificulta el acceso a ellos. “...claro, para todo cuesta aquí, siempre va a haber un pero, no le creen a veces a uno que está enferma, nada, creen que uno se va a ir a lesear pa’lla, entonces esa es la mente de ellas con uno” (María). “Cuesta que la atiendan...hay que estar muriéndose para que la lleven al hospital...pueden pasar meses esperando, esperando que nos llamen” (Roxanna). Cambios en las relaciones familiares y sociales a raíz de la reclusión. Las reclusas opinan mayoritariamente que sí ha habido un cambio en las relaciones familiares desde una perspectiva positiva. Esto se expresa en que los lazos que estaban débiles o no existían, se han fortalecido o se han reestablecido. En cuanto a la relación con los hijos, esta es una de las principales preocupaciones de las mujeres entrevistadas, los hijos constituyen a la vez la principal motivación para salir pronto en libertad. Ellas sostienen que el estar recluidas les ha hecho reconsiderar sus relaciones familiares, revisar a la vez su actuar anterior y desear contar con tiempo en el futuro para suplir todo el cariño y la preocupación que antes no dieron. 108 Las relaciones que más se ven fortalecidas como resultado de la reclusión, es la relación entre las reclusas y sus madres, y la relación entre las reclusas y sus hijos; pasando mayoritariamente, la relación de pareja a un segundo plano. También las expectativas de contar con familia en el momento de salir en libertad, se remiten a la madre y al círculo familiar más cercano. “ No, yo creo que uno acá aprende apreciar más lo que uno tiene.” (Lidia). “...he valorizado más a mi familia, a mis hermanos, quiero estar con ellos, mis hijos, un amor de madre que me ha salido ahora, me nació con ellos, porque en realidad yo antes en la calle andaba a todo ritmo, yo andaba robándole y volándome, no me preocupaba tanto de que...me preocupaba de que comieran, que tuvieran ropa, de cariño no tanto como ahora porque ahora yo veo y pienso también que yo estuve mal antes....pero aquí me ha servido harto sí y ahora estoy ahí con mi familia, quiero estar con ellos, quiero irme luego....” (María) “Es diferente ya el cariño, yo lo sigo queriendo igual pero él (hijo) ya no pasa tanto conmigo...yo ya no sé lo que le falta, que necesita...porque...cuando llegan las visitas es poco lo que conversamos, casi nada” (Ivonne). “El papá de mi hija no viene, ya dejó de venir...antes venía pero después como que se aburrió, es que como aquí le hacen sacarse la ropa, le revisan todo...entonces eso ya les molesta, cambia todo...y aparte no hay privacidad para conversar, hay bulla por todos lados...yo no sé nada de él...sé que se fue para Valdivia” (Ivonne) Las relaciones sociales (amigos, conocidos, vecinos etc.) en general se distancian a medida que pasa el tiempo de reclusión. En una primera etapa siguen manteniendo estas relaciones, en una segunda, éstas tienden a hacerse cada vez menos frecuentes, las cuales eventualmente desaparecen en la mayoría de los casos. Visitas Este penal recibe visitas los días martes, miércoles, jueves, sábado y domingo; cada sección puede recibir visitas dos veces a la semana durante tres horas en la mañana y dos horas y media en la tarde. La mayoría de las visitas que reciben las reclusas son por parte de sus familiares más cercanos (especialmente madre e hijos). Cada visita debe pasar por una revisión exhaustiva tanto de los bolsos que portan y paquetes que traen a las reclusas, como de su persona (en una pieza especial se desnudan y revisan a cada una de las visitas). Alcohol, drogas, armas, frutas, verduras, medicamentos sin autorización de ingreso, son algunas de las cosas requisadas por gendarmería durante esta revisión. En general las entrevistadas afirmaron sentirse disconforme tanto con la duración como con la calidad de las visitas. Afirman que éstas no duran el tiempo establecido debido a la demora en el ingreso de las visitas, en las revisión de los 109 paquetes, en la revisión de las personas y en el tiempo que toma llamar a cada una de las reclusas. Además, estiman que las condiciones durante las visitas no son las mejores, en este sentido afirman que el ruido es excesivo, que el desorden es generalizado, que no existe privacidad y la comunicación se hace muy difícil a raíz de lo anterior. Por lo general las entrevistadas terminan sus visitas con una sensación de vacío, de que el tiempo y la calidad de las visitas es insuficiente. “...depende también la hora que nos llaman, porque a veces no te llaman hasta las cuatro de la tarde y uno tiene como una hora, así depende, porque de afuera llaman pa’ acá pa’ adentro y al último nunca ocupamos toda la hora porque empieza a correr desde que nos llaman, tocan el pito y tenimos que venirnos pa’ adentro, o sea la que tuvo visitas tuvo y la que no, no, y la que pudo estar con sus visitas estuvo, y la que no, no no más.”(María). “ ...siempre hay gendarmes que abren el portón a las tres, y uno no alcanza casi na’, no alcanza, dos horas y media con la familia, me gustaría que fueran más largas”. (Susana). Problemáticas femeninas Embarazo. El embarazo vivido y desarrollado al interior del penal tiene una dimensión especial, aunque existe control y seguimiento adecuado de éste, el embarazo es vivido con mucha angustia, principalmente a raíz de las condiciones de vida al interior del penal y también por la inseguridad que les genera a las madres el hecho de que en algún momento tendrán que separarse de sus hijos (cuando los niños cumplen dos años). Existe alimentación especial para embarazadas pero sólo en el caso de que éstas estén bajo peso, sí se les entrega vitaminas. Los niños nacen en el Hospital Barros Luco con la permanente vigilancia por parte de gendarmería y las mujeres esposadas a las camas, frente a ésta situación las mujeres sienten vergüenza y humillación, además del nerviosismo asociado típicamente a la situación de parto. En relación a la calidad de la atención las mujeres sostienen que esta es buena excepto por las condiciones antes descritas. “...bueno, ahora a uno la engrillan...a la cama...todos miran, uno se siente mal poh’...es incómodo porque están ahí mismo las funcionarias...y las visitas...si uno va al baño allá van ellas” (Ivonne). “ Bueno el embarazo aquí no ha sido como los otros, aquí me he sentido más decaída, me he sentido con dolores, pero todos me dicen que son los nervios” (Susana). 110 “ Dicen que son los problemas que tengo metidos en la cabeza que hacen que la guagua no se me de vuelta por los nervios” (Susana). Atención médica ginecológica. Existe al interior del penal servicio ginecológico, prioritario para embarazadas. Esta atención es brindada por una matrona quien es la encargada de los seguimientos y controles de las mujeres embarazadas. Para el resto de las reclusas la atención médica ginecológica funciona de la misma manera que el resto de los servicios de salud, es decir, hay difícil acceso, demora en la atención, y desconfianza en relación a la higiene por parte de las reclusas. Cabe destacar, que al interior del penal no existe una política destinada al control de la natalidad como resultado de la privación de que son objeto las reclusas en el ámbito sexual, a causa del miedo por parte de la autoridad de elevar el número de población en estado gestacional. “Sí, pero cuesta un mundo que nos atiendan...o sea atienden más a las embarazadas. Si uno pide hora pa’ la matrona, cuesta cualquier cantidad...igual que para médico también” (Ivonne). “ Yo desconfié un tiempo, sabe porque, porque bueno ellas la atienden a uno bien, pero las cosas que usan con nosotras, yo desconfío de eso porque me da la impresión que ellas las ocupan con unas y con otras, así que no van limpiando las cosas...igual que las agujas tengo desconfianza en el dentista” (María). Lactancia y permanencia de menores al interior del penal. Los menores que nacen al interior del penal tienen derecho a permanecer con sus madres hasta los dos años de edad, posteriormente se van con familiares de las reclusas, si esto no ocurre ellos son trasladados a hogares de menores. Los niños que están bajo peso (al igual que las madres embarazadas) reciben complementos alimenticios adicionales, generalmente leche. El pediatra visita el penal una vez a la semana, con los consiguientes problemas que acarrea el no tener un médico- infantil disponible permanentemente. Se percibe en las entrevistadas que las madres que tienen hijos al interior del penal denotan una importante preocupación acerca de la situación psicológica de estos menores, puesto que ellas sienten que la reclusión también les afecta. Los notan más decaídos y propensos a enfermarse. “Los niños de la sección son como más tristes, están más débiles....los niños pasan enfermos del estómago” (Susana). 111 “...el médico que hay es más o menos no más...no es buen pediatra. O sea viene el día jueves no más el pediatra...o sea si están enfermos los días que no viene...de repente tenemos que mandarlos afuera, o a veces van a la enfermería, no sé, ahí ven...si hacen una salida, a veces los mandan al González Cortés” (Ivonne). A diferencia de la evaluación hecha por parte de las entrevistadas acerca de la alimentación que reciben las reclusas, la evaluación tanto de la calidad como de la cantidad de la alimentación recibida por los menores que viven con sus madres al interior del penal es negativa. Aquí las principales quejas dicen relación con la insuficiencia (o inexistencia de esta durante los fines de semana22), y también con la poca información que ellas reciben acerca de las características e ingredientes de la comida de los menores. Frente a lo anterior las madres han solicitado que se les permita recibir alimentos adicionales del exterior (como verduras, frutas y yoghurt), pero la respuesta ha sido siempre negativa por parte de las autoridades. “....el puro, de lunes a viernes nos mandan comida de ahí del párvulo, pero el fin de semana no, nosotros les hemos reclamado pero dicen que son órdenes de arriba” (Ivonne). REHABILITACIÓN Y REINSERCIÓN LABORAL FUNCIÓN REHABILITADORA DE LA CÁRCEL Enseñanza de oficios y estudios Al abordar el tema de estudios al interior del penal ninguna de las entrevistadas pudo referirse al tema ya que la escuela existente solo cumple labores de nivelación hasta octavo básico. En cuanto a los talleres, las reclusas se mostraron disconformes con ellos puesto que la mayoría se asociaba a actividades típicamente realizadas por mujeres y con una baja probabilidad de favorecer la inserción laboral postpenitenciaria. Los talleres eran evaluados más bien en relación a su efecto distractor, es decir, son tomados como para “pasar el tiempo”, para “distraer la mente”. “Yo creo que hacer un chocolate...claro que te sirve para lo personal, es rico aprender a hacer chocolate, es rico aprender a hacer un bolsito, para ocupar el tiempo también puede ser, pero algún día tendrás que salir...y yo creo que hacer un bolsito de hilo no creo que te sirva mucho”.(Roxanna). “...como para aprenderlos, yo creo que a cualquiera le gustaría aprenderlos, pero para aprender para saber, pero policromía, esa cuestión de los yesos, uno no va a salir a trabajar en eso, no le va a servir de mucho a uno en la calle...”.(Lidia). 22 Frente a la falta de alimentación para los niños los fines de semana, las reclusas han optado por separar parte de su comida de la semana para tener con que alimentar a sus hijos esos días. 112 Disponibilidad de trabajos durante la reclusión Existe la percepción de que el acceso al trabajo es limitado, limitado por múltiples razones, ya sea porque es condicionado principalmente por la conducta, trabajos que llegan sólo para condenadas o para una sección específica. Mayoritariamente las reclusas evalúan que este es un aspecto que le hace mucha falta, puesto que no tendrían tanto tiempo para pensar y se mantendrían ocupadas. El tipo de trabajo más típico ofrecido por el penal es el de operarias (revisar guantes, pegar etiquetas, embolsar revistas etc.). La evaluación acerca del trabajo, presenta la falencia de que a ellas aspiran a que el trabajo obtenido al interior del penal se prolongara una vez en libertad23. Las principales razones para trabajar dicen relación con el ámbito económico y porque haber trabajado sirve como un antecedente positivo para postular a los beneficios. (libertad condicional, salida dominical y salida diaria). La impresión de las mujeres entrevistadas frente al trabajo es que este no sirve de forma considerable para la reinserción laboral por la precariedad de los trabajos ofrecidos. “...tú no aprendes nada, no hay enseñanza, no hay apoyo, no hay surgimiento para la interna...hay muchas internas que son inteligentes, hay internas que quieren aprender, pero es que aquí el medio no te lo da, te tienes que conformar con pegar una etiqueta en una bolsa y eso es un trabajo y listo” (Roxanna). “Aquí les hacen contrato a las niñas que están trabajando ahí en Madegom, es como que les abren una oportunidad para cuando salgan a la calle, ir a trabajar en eso mismo, ellos les dan trabajo aquí...pero faltaría algo, como que, para salir a la calle y tener algo, o sea, algo diferente que uno pueda hacer” (Ivonne). Función de la cárcel. La opinión acerca de la función de la cárcel se divide en dos tipos de respuesta, una que se refiere al desconocimiento acerca de su función y otra que se relaciona principalmente con el concepto de cárcel como una institución de reclusión y castigo, donde no existe mayor preocupación e interés por las reclusas, ellas sienten que las encierran y que se olvidan de ellas. “ Hacer pagar las culpas, yo creo” (Ivonne). “ Es recibir a las internas, tomarles sus datos, las mandan a diferentes secciones y que ahí se las arreglen como puedan...es tenerte encerrada aquí, porque de que puede la institución hacer algo por uno, en realidad no puede hacer nada”. (Roxanna). 23 Actualmente la empresa Madegom ofrece trabajo a condenadas que tienen a prueba tres meses, otorgándoles un contrato que seguirá siendo efectivo una vez en libertad. 113 Se puede apreciar en los tipos de respuesta dadas que las reclusas tampoco reconocen en la cárcel una función de rehabilitación, ven en ella sólo un organismo de reclusión. Rehabilitación. La opinión más común frente a la rehabilitación es que ésta no existe, que las posibilidades brindadas por el penal son escasas por no decir inexistentes, y que la rehabilitación tiene más relación con una actitud personal que con herramientas y oportunidades entregadas por el penal. Uno de los principales aspectos en los cuales reside la rehabilitación para las reclusas es la oportunidad de trabajo al interior del penal y al momento de salir en libertad. Ellas evalúan el trabajo como una medida efectiva desde la perspectiva de la rehabilitación. También se aprecian opiniones acerca de que la cárcel actúa más como escuela del delito que como elemento de rehabilitación, esto debido a las características de la reclusión, la constante interacción con otras reclusas y los contactos que se establecen entre ellas. Otra propuesta por parte de las reclusas para hacer efectiva la rehabilitación es el desarrollo personal de éstas por medio de talleres, terapias en donde se les escuche, apoye y guíe. “...va en uno eso, la que quiere cambiar, va a cambiar y la que quiere seguir haciendo sus cosas las va a hacer igual, va en uno”. (Lidia). “ Trabajo, que pueda haber más trabajo...que aquí por último tuviéramos una oportunidad de trabajo para salir afuera, cosa de salir y trabajar altiro...así que hubieran más posibilidades de trabajo”. (Ivonne). “ Yo creo que debería haber algo o alguien o un grupo, no sé alguien que viera, que viera realmente como es la situación aquí, que realmente hay internas que necesitan mucho apoyo, mucha ayuda y que aquí no la encuentran, si la encuentran la encuentran en la compañera de pieza, en la amiga de la sección, ahí encuentran apoyo, pero aquí en la institución no hay nada en lo que uno se pueda apoyar”. (Roxanna). “... de repente puede que sea un taller de, de como le dijera, que hagan puras terapias.. que hagan un taller donde las niñas vayan y dialoguen y que unas a otras se ayuden”. (Evelyn). “Sí, porque uno...de repente hay personas que no han caído nunca, que es la primera vez y se encuentran con otra gente que ha caído, que ha tenido experiencia en diferentes cosas, van conversando...entonces ya van teniendo más contactos para hacer otras cosas”. (Ivonne). 114 REINSERCIÓN LABORAL Expectativas laborales y papel de antecedentes. En relación a las expectativas laborales, éstas no son muy altas, la mayoría desea y quiere encontrar trabajo al salir, pero piensan que, por el papel de antecedentes las posibilidades de acceder a un trabajo son escasas o nulas. Ven la reinserción laboral como difícil, en una buena parte de los casos no existía antecedentes de experiencia de trabajo , lo que ven más cercano a la reinserción laboral es el trabajo independiente y/o en el mercado informal. “ Yo quiero trabajar pero no de emplea’, por último hacer aseo en edificios, porque antes yo trabajaba de mantenedora de edificios, pero el trabajo se me acabó y de ahí me quedé sin trabajo, me gustaría conseguir trabajo así pa’ mantener a mis hijos o cualquier cosa pero no de empleá, por la ficha”. (Susana). “Difícil encontrar (trabajo) por los mismos antecedentes que uno ya tiene...en ninguna parte le van a querer dar trabajo a alguien que haya estado preso”. (Ivonne). La posibilidad de reincidir es alta, se asocia principalmente a problemas con los antecedentes y a la inseguridad frente al mercado laboral, por otra parte la reincidencia también se asocia a un sentimiento de que las circunstancias y el ambiente al que se enfrentarán al salir, será el mismo o peor al anterior; sumándole a esto las nuevas relaciones delictuales establecidas al interior del penal “Como pasa muchas veces, pucha’, yo no quiero robar más, me gustaría cambiar, pero salí a la calle, y te encontraí con la misma realidad que entraste, o sea, te enfrentaí al mismo mundo y te encontraí igual o peor todavía” (Roxanna). 115 JÓVENES VARONES RECLUSOS La selección de la muestra se llevó a cabo en los penales de Puente Alto, San Miguel y Colina I, de acuerdo a laas siguientes características : • • • • • Lugar de reclsuión Calidad Procesal (Procesado - Condenado) Tiempo de Reclusión Primerizo/ Reincidente Participación en cursos y trabajos ofrecidos por el penal Los jóvenes entrevistados fueron fueron los siguientes : • Jorge, 22 años, reincidente, procesado, tiempo de reclusión : 6 meses, Puente • • • • • • • • • • Alto Alberto, 22 años, primerizo, condenado , tiempo de reclusión :10 meses, Colina I César, 25 años, reincidente, tiempo de reclusión :15 meses, procesado, San Miguel Alex, 24, reincidente, tiempo de reclusión : 4 meses, procesado, San Miguel Cristian, 28 años, condenado, tiempo de reclusión : 12 meses, reincidente, Colina I Mario, 27 años, reincidente, tiempo de reclusión : 8 meses, procesado , San Miguel Luis, 23 años, primerizo, tiempo de reclusión : 4 meses, procesado, Puente Alto Héctor, 25 años, reincidente, condenado, tiempo de reclusión : 2 años y medio, Colina I Sergio, 24 años, primerizo, tiempo de reclsuión : 7 meses, condenado, San Miguel Marcelo, 20 años, primerizo, procesado, tiempo de reclsuión : 2 meses, Puente Alto Patricio, 23 años, reincidente, tiempo de reclsuión : 3 años y medio, condenado, Colina I La pauta de entrevista abarcó, en este caso, las siguientes áreas temáticas: 116 PAUTA DE ENTREVISTA SOBRE REALIDAD PENITENCIARIA Y PERSPECTIVAS DE REHABILITACIÓN Y REINSERCIÓN PARA RECLUSOS Calidad de vida al interior del penal Relaciones sociales establecidas al interior del penal. Agresiones al interior del penal. Condiciones materiales de vida. Atención médica. Relaciones personales externas Visitas Función rehabilitadora de la cárcel Función de la cárcel. Rehabilitación. Enseñanza de oficios y estudios Disponibilidad de trabajos durante la reclusión Reinserción laboral Expectativas laborales. Antecedentes. Utilidad del estudio, oficio y trabajo adquirido durante la reclusión para su posterior vida afuera. Alternativas a la cárcel. ANÁLISIS DE RESULTADOS El análisis de los resultados obtenidos se realizó utilizando la misma pauta de entrevista. CALIDAD DE VIDA Relaciones sociales establecidas al interior del penal En este punto, se hizo la distinción a priori de la relación de los reclusos con los gendarmes y la relación entre los mismos reclusos, partiendo de la base de que existen características diferenciales entre las dos. Al referirse a la relación con los gendarmes, los jóvenes hicieron una evaluación negativa respecto de ésta, aludiendo principalmente a una diferencia intrínseca al rol que cada uno posee, y por otro lado referido al trato recibido por parte de los gendarmes. 117 Al referirse a las diferencias ya aludidas, los jóvenes sienten que es imposible establecer una buena relación con quienes se encargan de mantenerlos privados de libertad. Ellos perciben una barrera infranqueable que no les permite lograr una adecuada comunicación, lo que se ve acentuado por la indiferencia de los gendarmes, las características de su trato, y la manera de relacionarse que tienen. “...no lo’ quieren y nosotros no lo’ queremos a ellos...” (Patricio) “...son pacos no ma’, parecen pacos, hacen custiones de paco... a las finales son puros pacos...” (Alex) “...(la relación con los gendarmes) nunca ha sido buena, ellos son pacos y nosotros estamos presos...” (Héctor) Respecto al trato recibido por los gendarmes, los jóvenes se refieren al mismo de manera negativa, aludiendo al maltrato y abuso de que son objeto, en una relación vertical en donde no tienen el control de la situación. De esta manera los gendarmes son percibidos como autoritarios, se sienten menospreciados por ellos, víctimas de toda clase de vejaciones. “...los tratan terriblemente mal, te mandan a hacer lo que ellos quieren, y si no, te castigan...” (Juan Carlos) “...los gendarmes son abusadores, se aprovechan de que uno no puede hacer nada, son muy autoritarios con uno...”(Luis) “...a uno lo tratan mal, no dan permiso para nada, lo humillan no ma´a uno...” (Alex) “...Los gendarmes no los respetan como persona, para ellos somos como perros enjaulados...” (Alberto) “...si me meto en problemas, no voy contra ellos porque si no, nos muelen a palos...” (Mario). Respecto a las relaciones entre los reclusos, las opiniones se dividieron entre quienes consideraban que éstas eran buenas, regulares y malas. Los jóvenes que evaluaron bien esta relación, se centraron en dos aspectos : por un lado poniendo el acento en la solidaridad entre los presos, que responde a una necesidad de mutuo apoyo en la situación de aislamiento social en que se encuentran, como una manera de crear redes y mantener el sentido de pertenencia a un grupo. Por otro lado, porque es necesario mantener buenas relaciones para proteger la integridad personal. Esto refleja la percepción de la cárcel como un lugar de constante peligro, incluso de muerte, en el que se deben evitar los conflictos. “...nosotros tenimos comunicación y unida’...estamos todos en la misma...” (Sergio). 118 “...porque si no te llevai bien te tirai las penas del infierno, te pueden violar, te pueden hacerte un tajo en la guata...” (Mario). Quienes dijeron que la relación era regular, aludieron a las diferencias naturales entre las personas, y la imposibilidad de que todos se lleven bien. “...todos son distintos y uno se lleva bien con algunos no ma’...”(Cristian). Los que evaluaron negativamente la relación entre los reclusos, refirieron situaciones de envidia y rivalidades debido a diferencias en el acceso a bienes materiales proporcionados desde el exterior. También se hizo alusión a peleas entre reclusos, asociadas al consumo de alcohol y drogas. “...porque hay muchas peleas, corre mucho la envidia, si tú teni’ algo así...como tele o video” (Jorge). “...todo se pone mal cuando se ponen a tomar chicha, fuman pasta y se ponen a pelear...”(Héctor). Uno de los jóvenes tocó el tema de las agresiones sexuales que ocurrían al interior del penal, refiriéndose a la existencia de éstas como producto de la inexistencia de visitas conyugales. Sin embargo, en el último tiempo éstas se habían restituido, bajando, consecuentemente, el número de agresiones. “...antes había (agresiones sexuales), pero ahora que hay ‘camaros’, yo creo que hay menos...” (César) Condiciones materiales Refiriéndose al tema de las condiciones de vida, la mayoría de los jóvenes evaluó de manera negativa la infraestructura del penal. Problemas como el hacinamiento, la consecuente falta de privacidad, problemas de higiene y la mala calidad de la comida, fueron indicados como señalados como las principales deficiencias, producto, a su parecer, de la falta de interés de Gendarmería ante sus necesidades básicas. Expresan no sentirse tratados como seres humanos, denigrados. “...no hay nada de espacio aquí, no se puede estar en ningún lado, yo puedo tener todas las comodidades, por ser la tele, el personal, pero igual no soy feliz...” (Jorge). “...la comida que te dan es denigrante, no podi’ almorzar eso, teni’ que hacerte tu propia comida, con lo que te traen de afuera...” (César). “...no hay condiciones de higiene, los baños están todos hediondos...” (Marcelo). Atención médica En relación al acceso a la salud y a la atención médica, los jóvenes lo perciben como un derecho que no se les respeta, incluso en situaciones de extrema urgencia. 119 El acceso a la enfermería es difícil y controlado, por lo tanto los internos lo consideran inexistente. Como consecuencia, los jóvenes sienten que, en caso de enfermedad, se encuentran rendidos a su suerte, no quedando otra opción que recuperarse mediante sus propios recursos. Sin embargo, ninguno de los entrevistados había solicitado atención, por lo que se refirieron brevemente a este tema. “...aquí teni’ que tener pura salud no ma’ , porque podi’ estar entero enfermo, igual los pacos no te dan la pas’a pa’ la enfermería...creen que quer’i ir a puro pasear...” (Luis) “...uno tiene derecho a ir al médico, pero cuando lo necesitai po’, no un mes después...”(Cristian) Otro tema que fue abordado por algunos jóvenes fue la salud mental al interior del penal, expresando que es fácil desarrollar un trastorno de tipo angustioso por las condiciones de encierro y aislamiento, lo que unido al exceso de tiempo ocioso provoca lo que los internos llaman “psicosearse”. “...aquí las personas se psicosean...es que afecta mucho a la mente, el encierro... se pueden llegar a enfermar...hasta volverse locos...” (Sergio) Relaciones personales externas En torno al tema de si ha cambiado la relación con la familia, debido a la reclusión, los entrevistados sostuvieron que sí había cambiado, pero al caracterizar el tipo de cambio, algunos lo consideraron positivo y otros negativo, refiriéndose los primeros al hecho de que, al estar preso, se tiene mucho tiempo para pensar y cuestionarse las cosas, aprendiendo a valorar a la familia, más aún cuando se siente un apoyo por parte de ésta. En este sentido, los jóvenes expresaron sentir que había mejorado la comunicación, y había más unión, tratando de aprovechar al máximo el escaso tiempo que tienen para estar juntos (durante las visitas). “...con mi familia ha cambiado la comunicación, en sentido más fuerte, puedo afirmarme en ellos...” (Alberto). “...uno aprende a valorizar lo que tiene, ahora uno valora más la familia, ellos me quieren...” (Jorge). Quienes consideraron negativo el cambio, perciben un distanciamiento de la familia, producto del encierro, aduciendo que la distancia física conlleva un distanciamiento afectivo. Uno de los entrevistados señaló que su familia estaba enojada con él debido al delito cometido, por lo que no lo iban a ver. Esta situación lo hacía sentirse profundamente rechazado y aislado por ésta. “...yo ahora sé lo que viven ellos por carta nomá’, es cada vez peor. Antes pasabamo’ siempre juntos...ahora no lo’ veo nunca...” (Sergio). 120 “...están todos sentidos conmigo, no me quieren ni venir a ver... es que ahora sí que me hicieron la cruz... es que yo los hice sufrir...” (Marcelo). En relación a los amigos, la mayor parte de los jóvenes señaló que se había producido un cambio radical respecto a ellos. No los habían vuelto a ver y manifestaron no querer reestablecer ningún tipo de relación con ellos, sino más bien, crear un nuevo círculo de amistades que realmente valga la pena, esto es, que no desaparezcan una vez que él cayera preso. Otros señalaron que su relación con los amigos no había sufrido cambios, ya que sus amigos estaban recluidos en el mismo recinto penal, por lo que los veía casi a diario. “...a las finales no son verdaderos amigos, se olvidan de ti y no vuelven a aparecer hasta que sali’, y ahí te saludan, pero ya no vale, porque ya demostraron que no eran verdaderos amigos...” (Mario) “...si po’ mis amigos los veo siempre, si siempre vamos a ser amigos. Es que estamos en la misma... ellos también están aquí...es que caímos los tres juntos pero en otra torre...igual los veo todos los días...nos arreglamos pa’ vernos todos los días..” (Patricio). Visitas En relación a las visitas, tanto en el penal de Puente Alto como en el de San Miguel, se puede concurrir casi todos los días (de lunes a viernes), pero cada día corresponde a una o dos torres solamente, mientras que en Colina I, éstas se realizan durante los fines de semana. Para la mayoría de los reclusos, la visita suele ser la instancia de contacto con el medio externo, por lo que el tiempo es siempre percibido como muy breve. Es además el momento en que los famliares le traen comida y ropa, ayuda sin la cual la supervivencia al interior del recinto se haría aún más penosa, dada la dificultad de conseguir ciertos artículos de primera necesidad. Los jóvenes nombraron como quienes más los visitaban, a los propios padres y hermanos, y en menor frecuencia a otros familiares y vecinos. Los amigos estaban ausentes de las visitas. Se quejaron del maltrato dado por los gendarmes a las visitas, a quienes muchas veces les faltaban el respeto. También señalaron que el lugar donde se llevan a cabo, no es el más cómodo (gimnasio, patio techado y patio al aire libre), y un recluso explicó que deben bajar sus pertenencias de la torre para hacer el lugar un poco más agradable de estar. “...por ser, uno debiera poder recibir a las visitas en la torre, porque cuando vienen las visitas, uno tiene que bajar todas sus custiones al patio, los bancos, porque uno tiene que tener un lugar cómodo para atender sus visitas...y después, de vuelta pa’ arriba a guardar las cosas. Mejor recibir a las visitas en la torre porque es como la casa de uno, y uno los atiende mejor..” (Patricio). 121 “...aquí tratan mal a las visitas, cuando las revisan los gendarmes, no las tratan con respeto, y se sienten mal. Si nos vienen a ver, uno quiere que las traten con respeto, o si no, ¿a quién le van a dar ganas de venir ?...”(Juan Carlos). Uno de los sujetos refirió el hecho de la imposibilidad de recibir visitas conyugales, como un problema que afectaba la calidad de vida de los reclusos, por ser un derecho que no tendría relación con el estar privados de libertad. Al respecto, señaló que la torre 5 y 6 (Colina I) no tenían acceso a los ‘camaros’, no pudiendo explicar las razones de esta diferencia. REHABILITACIÓN Y REINSERCIÓN LABORAL FUNCIÓN REHABILITADORA DE LA CÁRCEL Enseñanza de oficios y educación En relación a la existencia de cursos escolares, en los tres penales funcionaba una escuela con Profesores de Estado. En ésta se realizaban principalmente cursos de nivelación de enseñanza básica , pero también hay de enseñanza media. Se imparten además talleres de expresión artística y clases de religión. La visión generalizada de los jóvenes fue que asistir a la escuela servía principalmente para “hacer conducta” (expresión que indica participar de las actividades con un fin utilitario, juntar requisitos para postular de mejor manera a los beneficios), mientras que unos pocos señalaron asistir porque es útil aprender algo, aprovechando una oportunidad que no tuvieron antes de entrar a la cárcel.. “...es bueno ir a la escuela po’, porque por buena conducta, puedes salir más luego...es que la conducta es un como un tipo de beneficio de la cárcel, y sirve para poder irse...” (Alberto). “......es bueno para que uno aprenda lo que uno nunca aprendió cuando era chico, para cambiar lo que ha sido mi vida antes...” (César). En torno a los talleres laborales y de capacitación, a pesar de que en los tres penales se impartían, se observaron claras diferencias entre ellos. En Puente Alto y San Miguel se desarrollaban talleres de artesanía, carpintería y pintura, es decir labores poco especializadas y por ende, mal remuneradas. Algunos jóvenes perciben que estas actividades, una vez fuera del recinto, no favorecerían, en la práctica, la reinserción laboral. “...en la calle todo es distinto, estos cursos no sirven afuera ¿quién va a vivir haciendo chaucheros de cuero ? ¿a dónde las vai a vender ?...es difícil...” (Sergio). El penal de Colina I, por ser un Centro de Readaptación Social, y tener entre sus principales objetivos propender a la reinserción laboral y social de los internos, implementa cursos de capacitación de mayor especialización, a través de convenios con instituciones externas (INACAP, CHILEJOVEN entre otros). Al interior del penal 122 funcionan empresas que proporcionan trabajo remunerado. el acceso a los talleres era limitado, y dependía de ciertos requisitos para poder postular. Los internos en general perciben que sí tienen acceso, y los califican de manera positiva. Sin embargo, esta evaluación se centra, una vez más, en la utilidad de los cursos al acceder a beneficios. Sólo algunos sujetos refirieron sentir que participar en ellos los ayudaría a rehabilitarse y reinsertarse una vez fuera del recinto, dando la posiblidad de conseguir un trabajo y dejar de delinquir. Otros señalaron que los talleres servían para salir de la rutina, ocupar el tiempo y no pensar en el hecho de estar recluido. “...uno se prepara para el futuro y trata de dejar de delinquir, para que uno pueda vivir de manera más digna, porque al final eso es lo que uno quiere...” (Héctor) “...Pa’ encontrar pega más fácil, la que aprendiste sí po’, ya no tendríai en la mente que querís robar, porque después ten’is algo que te sirve... si uno se lo propone y quiere cambiar, demás que le sirve...(Alberto) “..por ser, cuando estaba en San Miguel y estaba procesado, no podís tener beneficios, pero ahora que estoy rematado (condenado) sí,porque aquí dan beneficios, y no es la misma mente carcelaria de uno...la tenis ocupada en otras cosas, ya no pensai ni en la chicha ni en pasarlo bien, todo lo hacís por los puros beneficios....” (Cristian). “...salgo un poco... me sirve para despejar la mente porque te poní a hacer algo ...para hacer algo, por que aquí hay mucha rutina, todo el día entre cuatro paredes, sin na’ que hacer...” (César). Hubo quienes dijeron que, a pesar de que los cursos y el trabajo sirven para ocupar el tiempo o ganar plata durante la reclusión, la realidad una vez fuera, es muy distinta. Estos jóvenes percibían el mundo externo como hostil, sin posibilidades de encontrar trabajo, hace difícil sobrevivir. “...en la calle todo es distinto que acá...tenís que escurrirte...tenís que salvarte como sea...” (Alex). “...no sé... he vivido toda mi vida como delincuente, puedo cambiar, pero me va a costar, uno no se va a acostumbrar en un mes con 100 o 90 lucas, lo que puedo ganar en un día...” (Héctor). Función de rehabilitación de la cárcel La mayor parte de los jóvenes, percibió la cárcel como un lugar de castigo, creado para escarmentar por los delitos que se han cometido , más que como un centro de rehabilitación. Los argumentos que los jóvenes dieron para justificar su opinión acerca de la deficiencia de la cárcel en el cumplimiento de su función rehabilitadora, se concentraron en dos ejes principales. Por una parte, se refirieron a la dificultad en el acceso a los talleres, al trabajo, e incluso a la escuela, sintiendo un escaso apoyo y más aún, obstaculización por parte de los funcionarios del recinto para salir adelante. Por lo tanto, la rehabilitación para estos jóvenes dependería exclusivamente de cada 123 persona, del deseo de cambiar que tenga cada uno y del esfuerzo invertido para lograrlo. “...la cárcel es para el delincuente, para taparlo de años...porque no hay ni un progreso, algunos quieren aprender y no les dan la oportunidad...” (Patricio) “...no apoyan al reo para poder rehabilitarse...te ponen obstáculos para estudiar, no se dan las condiciones para aprender lo que ellos enseñan...al final depende de uno, si querís cambiar vai a cambiar...” (Marcelo) “...hay que ver los diarios no ma’, los que salen caen de nuevo...alcanzan aestar un mes, dos meses, porque no hay oportunidades pa’ los cursos ni los oficios... o sea, te llaman a cursos, pero que la edá, el delito, son puros requisitos...” (Luis). Por otra parte, los jóvenes consideraron que la cárcel era un lugar que, en vez de servir para dejar la delincuencia, servía para especializarse, dado el contacto que se tiene en ese lugar con distintos tipos de delincuentes, que les enseñan a los que saben menos o a los que deseen aprender y seguir en la delincuencia. Junto a esto, aludieron a los sentimientos negativos que se producían debido al encarcelamiento, como el odio y la envidia, que hacen imposible la rehabilitación. “...aquí es pa’ puro darle pega a los pacos, porque se hacen más ladrones, por ser una escuela de la delincuencia. El encierro no te cambia tu manera de pensar, te hace más rebelde...” (Jorge) “...uno no aprende nada, uno sale más malo...tanto envidia a uno lo pone mal, te dan ganas de echarle la línea a alguien...no sé..de acriminarse...” (Juan Carlos) Por otro lado, unas pocas personas dijeron que la cárcel cumplía efectivamente con su función rehabilitadora, ya que, al tener acceso a la educaciión y al trabajo, se adquieren habilidades que estos jóvenes percibieron como útiles una vez fuera del recinto, y que los ayudaría a abandonar la delincuencia.. “..dan hartas cosas buenas que a uno le sirven...cosas que uno aprende, y ya no querís más...” (Alberto) REINSERCIÓN SOCIAL Expectativas laborales y papeles de antecedentes En torno a las posiblidades de reinserción, una vez fuera del recinto penal, los jóvenes se refirieron a dos aspectos en particular : por un lado, la reinserción laboral, centrada en las perspectivas de lograr o no encontrar una fuente de trabajo estable. Esta situación se encuentra muy ligada al hecho de tener antecedentes penales. Por otro lado, las expectativas de lograr una favorable reinserción en el ámbito social, se ven truncadas por el rechazo y aislamiento de que suelen ser objeto por parte de vecinos, amigos y a veces hasta la misma familia. De esta manera, los jóvenes se 124 sienten rotulados como delincuentes por el resto de la sociedad, incluyendo los organismos de control como Carabineros, que suelen llevarlos detenidos al constatar la presencia de antecedentes. “..porque nadie le va a tener confianza a uno, son pocos los empresarios que se la juegan por los que han estado presos, si yo quisiera cambiar para conseguir un trabajo, me costaría mucho...tendría que salir por mi mismo, ser comerciante...porque si tú hai visto, los que venden helados en las micros, hay caleta que estaban presos antes, y les piden el papel de antecdentes en los trabajos...entonces mejor venden helados...” (Jorge) “... tú volví así a tu pobla, pero nadien quiere estar contigo...las señoras no querían que sus cabros ni me hablaran...les decían que ese es delincuente, que es malo...si me tenían miedo donde vivía...la gente que te conoce no quiere estar cerca tuyo...” ( Mario) “...afuera te pueden detener en cualquier momento los pacos, y ser sospechoso de todos los delitos que hay...” (César) “...a uno lo paran, se lo llean, le pegan y todo, y lo traen de nuevo pa’ acá...aunque uno no esté haciendo nada...” (Alex) Alternativas a la cárcel En torno al tema de posibles alternativas a la cárcel, que efectivamente rehabilitaran, los jóvenes señalaron principalmente la necesidad de crear centros abiertos o cerrados, con infraestructura adecuada, profesionales a cargo, y que se centraran en las necesidades concretas de los reos, como el uso del tiempo ocioso, oportunidades de trabajo, orientación y apoyo, etc. También se abordó la problemática social de la relación pobreza-delincuencia, situación en la que, a opinión de los reclusos, urge más bien una tarea de prevención. “...que hubiera un centro abierto donde le enseñen a trabajar a la gente, donde no hubiera ninguna droga o alcohol o esas pastllas, porque aquí venden pasta, marihuana y alcohol los pacos...la gente de afuera también. Uno necesita alguien que lo aconseje, porque la cárcel enseña más a robar...” (César) “...centros de rehabilitación reales, más que nada para los adolescentes, para que expliquen que es lo que está bueno y qué malo...que se preocupen de hacer responsables de chicos a los niños...” (Juan Carlos) “...colonias donde hagan trabajar, pero que remuneren ese trabajo, que no haya tantos fierros, que lo cuiden a uno pero no en un régimen tan estricto. Podría ser en un campo, así, donde cada uno ganara de lo que cosecha...que le dieran un espacio para ganar y ayudar a la familia...” (Cristian) “...la cárcel no debería existir, con el maltrato no se rehabilita...deberían haber más hogares construidos, ayudar a los pobres antes que vayan a delimquir...darles una 125 oportunidad, ayudarlos psicológica y materialmente.Lo que pasa es que donde hay pobreza siempre va a haber delincuencia...” (Patricio) HOMBRES JÓVENES EX-RECLUSOS. Con el fin de complementar la información recabada anteriormente, se entrevistó a un grupo de jóvenes que habían estado recluídos en algún recinto penal de Santiago por delito contra la propiedad o por tráfico de estupefacientes, y que ahora se encontraban en libertad plena. Estos delitos fueron escogidos principalmente por su estrecha relación con la reinserción laboral, la rehabilitación y la reincidencia, ya que la principal motivación para cometer estos delitos reside en la necesidad económica de estos sujetos, tanto en relación con la mantención del hogar como para la obtención de droga. Los criterios de selección de la muestra se justifican por las mismas razones que se utilizaron para el estudio realizado en los jóvenes reclusos de ambos sexos . La selección de la muestra consideró las siguientes características: - Reincidentes y “rehabilitados” - Pertenecientes al mercado laboral informal y formal. - Condenados. La justificación con respecto al tamaño de la muestra (de tres individuos) radica principalmente en la dificultad de acceder a estos sujetos debido, en primer lugar, al hecho de que no hay seguimiento de ex presidiarios por parte de ninguna institución, en segundo lugar, por la dificultad de acceso a la información, lo que se expresa en la negativa a reconocer que alguna vez estuvieron detenidos y, en tercer lugar, por temor y desconfianza a que, frente a su situación de ex presidiarios, sean blanco fácil de sospechas. Por lo tanto la muestra se conformó por los siguientes sujetos: • Armando, 25 años, robo con violencia, tiempo de reclusión: 12 meses. • Eduardo, 28 años, hurto, tiempo de reclusión: 10 meses. • Michael, 24 años , robo con intimidación, tiempo de reclusión: 6 meses. PAUTA DE ENTREVISTA SOBRE REHABILITACIÓN Y REINSERCIÓN PARA EX RECLUSOS Función rehabilitadora de la cárcel Acceso a oficios y trabajos durante la reclusión Rehabilitación personal Reinserción social 126 Reinserción laboral Reincidencia ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS En este punto, el análisis de los resultados también se llevó a cabo utilizando como base la pauta de entrevista. REHABILITACIÓN. La totalidad de la muestra opina que la cárcel no posee una función rehabilitadora, esto debido a la constante interacción durante la reclusión con otros individuos más experimentados delictualmente. También porque no se llevan a cabo actividades productivas; existe el sentimiento de que la cárcel “sólo encierra”. “No, yo creo que no, porque la cárcel es llegar a un...a un demonio, es llegar como donde viven todos los grandes, ahí cada uno se cuida sólo...la cárcel funciona más como escuela para delinquir” (Michael). “ Fome...estai encerrado no más, todo el día encerrado” (Armando). “Pienso que no, no rehabilita la cárcel...porque los juntan a todos, los primerizos con los más antiguos” (Eduardo). En relación a la rehabilitación personal, la totalidad de los entrevistados se sienten rehabilitados, no por razones relacionadas al sistema, sino más bien por razones personales (razones específicamente asociadas a la familia). “Sí, me rehabilité, pero eso va en la familia, en la familia de uno” (Armando). REINSERCIÓN SOCIAL, LABORAL Y VIDA FAMILIAR. En este punto la muestra sostiene que existen problemáticas laborales para la reinserción, como consecuencia fundamental de la existencia de antecedentes. Los tres entrevistados se encontraron en distintas posiciones frente a la reinserción laboral. Así, Eduardo encontró trabajo sin mayores problemas (debido a que su empleador lo conocía con anterioridad); Armando no busca trabajo porque sabe que no le van dar; y en Michael, se percibe un temor frente al proceso de búsqueda de trabajo, lo que se relaciona directamente al papel de antecedentes. “Gracias a Dios ninguna...ninguna porque cuando yo terminé ahí, salí de eso, yo a la semana siguiente me inicié a trabajar al tiro” (Eduardo). 127 “...por haber estado preso no he buscado trabajar en ninguna parte...porque no, porque los papeles de antecedentes están sucios” (Armando). “Cuando yo salí, me costó, harto, harto, harto...me costó... me dieron trabajo pero nunca estuve más de tres días trabajando, porque me revisaban los antecedentes” (Michael). En su vida social, aprenden a vivir con la rotulación, sienten que la gente siempre piensa: ”mira, ahí va el ladrón”, y que actúan en conformidad con esto. En el caso de los que trabajan en el mercado informal (en la venta de helados), sienten a diario esta discriminación en base a su presencia. “...hay mucha gente que cuando uno se sube a la micro abrocha su cartera, asegura su cartera, lo ven a uno como delincuente, y eso a mi me da rabia”. (Michael). En lo que respecta a su vida familiar, esta sufre cambios, generalmente positivos, asociados principalmente a una revalorización de los hijos y de su condición de padres y esposos; antecedentes ellos prioritarios para buscar salir en libertad. Reincidencia. Frente a la posibilidad de volver a delinquir, la totalidad de la muestra, los tres casos, expresaron una negativa respaldada en el hecho de que ellos sentían que estaban rehabilitados, o que el haber delinquido antes era un error y que no volvería a suceder, también argumentaron como razón que la experiencia del encierro es muy negativa y más si se le suma el juicio social. Las razones para negarse al hecho de volver a delinquir, también se solventa en condiciones familiares, en los hijos, las esposas etc. “...porque yo ya estuve en la cárcel, y volver a la misma cuestión, no creo, porque después toda la gente te anda apuntando con el deo’ “. (Michael). “...ahora yo ya tengo hijos, tengo que trabajar para ellos, pero lo que pasó fue por malas juntas...fue un error mío, un error mío por dejarme llevar” (Eduardo). OFICIOS Y TRABAJOS DURANTE LA RECLUSIÓN (CALIDAD Y UTILIDAD) La utilidad de haber adquirido un oficio al interior del penal se centra principalmente en el efecto distractor de estas labores. Se percibe una grave discordancia entre los oficios y trabajos ofrecidos por el penal y los requerimientos efectivos del mercado, razón por la cual la evaluación acerca de la utilidad de haber estudiado y/o trabajado durante la reclusión para su posterior vida afuera, es negativa; la evaluación positiva sólo se remite como ya se ha planteado, a la utilidad de estudiar y/o trabajar como una forma de mantenerse activo durante la reclusión. Sólo uno de los entrevistados había adquirido un oficio durante su reclusión y no se desempeña hoy en esas labores. Consultados los otros dos casos acerca de si han sentido la falta de un oficio y/o estudio ahora que están en libertad, las opiniones fueron disímiles, por un lado se reconoce la falta de estos, pues, en particular los oficios son 128 considerados como una herramienta para trabajar de forma independiente, solucionando así los problemas derivados de la exigencia del papel de antecedentes. Por otro lado, no se reconoce la falta de estos a raíz de la percepción de que no hay trabajo y menos para un ex recluso. 6.- CONCLUSIONES I.- CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES RELATIVAS AL ÁREA PSICOSOCIAL El joven recluso La mayoría de los jóvenes que se encuentran recluidos en los recintos penitenciarios del país provienen de sectores que se caracterizan por ser los más marginales de la sociedad. Quienes viven esta realidad, deben enfrentarse día a día con la problemática de la supervivencia, básicamente la consecución de alimento y abrigo, situación que se constituye como el principal foco de atención para los jefes de familia. Como consecuencia a esta dinámica de permanente estrés psicosocial, en que los progenitores se ven imposibilitados para cumplir, incluso precariamente, los roles proveedores básicos que les corresponden, la estructura y organización familiar comienza a desmoronarse, pudiendo cumplir difícilmente con el resto de sus roles primarios, como lo son la protección, la educación y la crianza de sus hijos. 129 Es así como las funciones empiezan a redistribuirse equívocamente con el fin de lograr estabilidad económica, lo que conlleva una percepción de las figuras de autoridad como débiles e inestables, que no parecen poder hacerse cargo, y con quienes, por lo tanto, no se puede establecer vínculos seguros. Esta situación de precaria inestabilidad económica, conlleva también inestabilidad emocional, transmitiéndose a los hijos un deficiente manejo en la expresión y canalización de emociones, donde las expresiones de afecto se encuentran ligadas a la satisfacción de las necesidades básicas. Por lo tanto, estos jóvenes crecen incorporando modelos de relación negativos y pautas morales y normativas poco claras que parecieran no poder desarrollarse en un contexto más precario, donde las condicio es, que a menudo adquieren responsabilidades económicas para con su familia de origen, tempranamente se transforman también en jefes de hogar al formar una nueva familia con su pareja e hijos, perpetuándose así la situación de inestabilidad psicosocial y económica en que se encuentran. Muchos de los familiares y amigos de estos jóvenes, que se han encontrado en la misma situación de urgencia económica y de incertidumbre frente al futuro, ya han desarrollado estrategias alternativas, que se adecuen de alguna manera a su realidad y que, en muchos casos, corresponden a la actividad delictual. Por lo tanto, gran parte de estos jóvenes han sido socializados en grupos que tienen como característica la aceptación y confirmación de ciertos patrones de conducta desviada, en un sector con escaso sentido de pertenencia social y que se percibe como imposibilitado para surgir. Todo lo anterior, unido a una falta de acceso real a oportunidades laborales, así como las condiciones en que se desarrollan los trabajos a los cuales pueden aspirar, hacen mucho más gratificadora la experiencia de tipo delictivo, existiendo, por tanto, un mecanismo psicosocial que facilita el desarrollo de la conducta delictiva. De esta manera, nos encontramos finalmente con jóvenes desamparados socialmente, sin oportunidades de expresión activa, ni de toma de decisiones, es decir, jóvenes que no pueden constituirse como actores sociales. En una situación en que el acceso a canales saludables de expresión se ve obstruido, el consumo de drogas y alcohol se constituye por una parte, como válvula de escape a las emociones producto de la marginalidad, y por otra, como forma de respuesta transgresora de las normas sociales. Es en este momento en que el joven se transforma en protagonista, y lo hace a través de los únicos medios que tiene a su alcance, en este caso, la conducta violenta. Incluso, a decir de los mismos jóvenes, después de la necesidad económica (o junto a ella), el consumo de drogas aparece como la segunda causa de conducta delictiva, ya sea de manera directa o indirecta. Es por esta razón que muchos de los delitos en que se ven involucrados sujetos jóvenes, se caracterizan por ser cometidos en grupo, teniendo como objetivo conseguir dinero para el consumo. 130 El proceso penal Debido al circuito de creciente criminalización que conforma la cárcel, las conductas desviadas se refuerzan y mantienen, sin posibilidades reales de rehabilitación. Es por esta razón que este fenómeno debe ser abordado con la seriedad y urgencia que necesita. La mayor parte de los delitos cometidos por sujetos jóvenes, dice relación con diversas formas de robo y hurto, y con el tráfico de drogas. Se observa un alza de la participación femenina en la comisión de este último tipo de delito. El hecho de que estas formas de conducta delictiva sean las más frecuentes en este sector, dice relación con la situación socio económica y las motivaciones del mismo. En relación al proceso penal, no se encontraron diferencias significativas en el tratamiento recibido por hombres y mujeres, por lo que este tópico se abordará de manera conjunta. Al abordar temáticas referidas al conocimiento de los jóvenes recluidos acerca de los derechos que poseen en las distintas etapas del proceso desde la detención hasta el cumplimiento de la pena, se constató que los jóvenes poseen escaso conocimiento de ellos, destacando el constante atropello a sus derechos en las distintas etapas. Se pudo observar también un alto índice de abuso y maltrato físico, psicológico y emocional, en las distintas etapas del proceso por parte de los organismos de seguridad pública, como Carabineros e Investigaciones durante la detención, y por parte de Gendarmería, durante la reclusión. Esta situación constituye un atentado a los derechos humanos, la cual permanece en el más absoluto silencio e impunidad. En relación al proceso penal propiamente tal, se pudo observar que no se cumplían todas las garantías que otorga la ley, mayoritariamente en relación al respeto de plazos de detención y normas procesales. Se constató también el desconocimiento de los jóvenes de las normas básicas del procedimiento legal. Es así como una vez más los jóvenes ven vulnerados sus derechos, en este caso a un debido proceso. En cuanto al derecho a una Defensa Jurídica, se advierte que la mayoría de los jóvenes recluidos cuenta con un defensor público. Sin embargo, en estos jóvenes existe una percepción negativa respecto a la calidad de dicha defensa, evidenciada principalmente en quejas referidas al escaso contacto y deficiente desempeño del defensor, situación que se desprende del modo de funcionamiento del sistema público de defensa. Respecto a los beneficios y medidas alternativas a los que pueden acceder los jóvenes que ya han sido condenados, se constató nuevamente un escaso conocimiento de los mismos. Calidad de vida al interior del penal 131 En este punto se encontraron diferencias por género, por lo que se abordarán ambos casos por separado. La población femenina juvenil que se halla recluida, posee características específicas que la diferencia de otros grupos que se encuentran en condiciones similares. De esta manera, surgen problemáticas puntuales dada la confluencia de tres dimensiones particulares: reclusión, juventud y género. Las mujeres jóvenes ingresan al sistema penal principalmente por dos tipos de delitos : tráfico de estupefacientes y delitos contra la propiedad. Se puede observar que las motivaciones que conducen a estas jóvenes a incurrir en actos delictivos son de carácter económico, convirtiéndose esta conducta, en una vía de consecución del solvento necesario para la subsistencia de sus familias. Junto a esto, se debe considerar el hecho de que un gran porcentaje de las entrevistadas son madres y jefas de hogar, constituyéndose en el único sustento económico del grupo familiar, ya que, o no contaban con una pareja o ésta se encontraba también recluida. De esta manera, y unido al hecho de que en su mayoría las jóvenes provienen de los grupos más marginados social y económicamente, es que la conducta delictiva surge como una estrategia de supervivencia. Una de las consecuencias que surgen a raíz de la reclusión femenina, es la separación de la madre -pilar y fuente de sustento- del resto del grupo familiar, situación que revela, una vez más, el papel central de la mujer al interior de la familia. Como consecuencia de esto, las reclusas deben implementar una serie de estrategias para mantener la organización familiar. De esta manera, el cuidado de los hijos es depositado en los familiares más cercanos, generalmente la madre u otros de la línea materna. Paralelamente, estas mujeres intentan generar recursos para apoyar a sus familias desde el interior del penal, situación que se dificulta debido a la falta de alternativas laborales que les permitan obtener ingresos significativos Por otro lado, muchos de estos delitos se encuentran asociados directa e indirectamente al consumo de drogas. Es decir, son cometidos bajo la influencia de determinadas sustancias, o con el fin de conseguir dinero para el consumo, lo que constituye una problemática principalmente juvenil. En relación a la calidad de vida durante la reclusión, las propias internas destacan como principal problema las dificultades que surgen en el establecimiento de relaciones humanas al interior del penal, ya sea con las propias internas o con las gendarmes. En efecto, señalan ser objeto de frecuente maltrato físico y/o psicológico por parte de la autoridad, y problemas de convivencia entre las reclusas. En torno a las condiciones materiales de la reclusión las entrevistadas señalaron principalmente falencias en la infraestructura del penal, aludiendo a la falta de espacio y como consecuencia de éste, hacinamiento y falta de privacidad. También 132 mencionaron déficits en las condiciones generales de vida, como problemas de higiene, calefacción y alimentación para los niños. En relación a la maternidad, surgen problemáticas específicas que se refieren al embarazo y a la crianza de niños al interior del penal. Estas dicen relación, principalmente, con una atención médica deficiente, la carencia de una alimentación preferencial, salvo en casos extremos. Existe la percepción de que la reclusión afecta física y psicológicamente a los menores. En general estas situaciones son vividas por las mujeres con altas cuotas de angustia y preocupación. Cabe destacar la preocupación y esfuerzo que despliegan estas madres en el cuidado de sus familias y en la mantención de la cohesión familiar, a pesar de hallarse físicamente distantes. Esta situación resulta congruente con sus expectativas de asumir nuevamente la conducción de la familia una vez en libertad. Por su parte, los jóvenes varones destacan también la importancia de las relaciones sociales que se establecen al interior del penal, diferenciando los vínculos con gendarmes de los creados con los otros reclusos. En el primer caso, los jóvenes evaluaron negativamente la relación con los gendarmes, señalando maltrato, abuso e indiferencia por parte de éstos. En el caso de las relaciones que se establecen con los otros reclusos, las opiniones se dividieron entre quienes opinaban que éstas eran buenas -aludiendo a la solidaridad y apoyo entre quienes se encuentran en las mismas condiciones de encierro-, los que consideraban que la relación era regular “como en todas partes”, y quienes señalaron problemas de envidia y rivalidades, a menudo con peleas, y que por lo tanto evaluaron de manera negativa la relación entre los reos. Al referirse a las condiciones materiales en que se encontraban, se señalaron nuevamente problemas de infraestructura de los recintos. En efecto, situaciones como hacinamiento, falta de privacidad e higiene se presentaron en todos los penales, lo que unido a la mala calidad de la alimentación y de la atención médica, hace que la evaluación general de las condiciones en que viven los jóvenes reclusos sea negativa. Se refieren incluso trastornos graves de salud mental que se encuentran sin atención profesional. En torno a las relaciones sociales externas, ya sean familiares o amigos, la única instancia de contacto son las visitas que éstos realizan a los internos. En general, los jóvenes perciben un cambio positivo con la familia, señalando una mayor comunicación y apoyo por parte de ésta. Por otro lado, la mayor parte de los entrevistados menciona un deterioro de la relación con los amigos, producto del distanciamiento ocurrido a raíz de la reclusión. Con respecto a la forma en que se llevan a cabo las visitas, los jóvenes señalaron situaciones de mal trato hacia ellas por parte de Gendarmería, mencionando también la precariedad de los lugares destinados para esos fines y la dificultad para recibir visitas conyugales, situaciones que también afectan la calidad de vida. Rehabilitación y Reinserción 133 Las conclusiones referentes a este punto nuevamente se desarrollarán desagregadas por género. En el caso de la rehabilitación en las mujeres, la capacitación por lo general se traduce en pequeños cursos de corta duración centrados en manualidades típicamente asociadas a la condición femenina (es decir, bordado, costura, policromía, etc) las cuales generalmente no responden a las necesidades de calificación que necesitarán estas jóvenes al salir del penal. Por otra parte, en relación a la actividad laboral durante la reclusión, hay una escasa oferta de trabajo formal por parte del sistema penitenciario. Los trabajos son esporádicos y la retribución económica que ofrecen éstos son mínimas. Así, se dificulta el acceso de las jóvenes al mercado del trabajo, perpetuándose de esta forma la precaria inserción laboral que las mujeres tenían antes de la reclusión. Al abordar el tema de la reinserción, se observa una discordancia entre los trabajos, talleres y oficios enseñados al interior del penal, y los requerimientos prácticos del mercado laboral externo, situación que las reclusas consideran una de las principales dificultades para la reinserción laboral y social. También es posible observar que la oferta y la calidad de las actividades organizadas al interior del penal han sido insuficientes para dar cuenta de las necesidades específicas de las mujeres jóvenes recluidas. En torno a la rehabilitación, los reclusos varones, en su mayoría consideran que la cárcel no cumple esta función, aseveración que se basa en dos factores centrales. Por un lado, se encuentra la dificultad para acceder a los pocos cursos y talleres que imparte Gendarmería, que en su mayoría brindan una deficiente preparación y que no corresponden a los requerimientos del mercado laboral externo. Por otra parte, los internos perciben la cárcel como una “escuela del delito”, debido al constante y cercano contacto que se establece con sujetos más avezados en esta materia, lo que contribuye al desarrollo de la carrera delictual. Por lo tanto, la rehabilitación no es percibida po mediatos, a través de rechazo y el aislamiento, como en los organismos de seguridad pública, quienes actúan de manera prejuiciosa hacia ellos. Se indagó acerca de las posibles alternativas a la cárcel que los mismos reclusos pudieran proponer como forma de control social para la delincuencia. En este tópico pudimos recopilar variadas opiniones que convergieron en 2 propuestas. La primera de ellas hace alusión al mejoramiento de los recintos ya existentes, tanto en la infraestructura como en la calidad y cantidad de profesionales y funcionarios a cargo de su rehabilitación. Así también, se menciona un mejoramiento en la administración al interior de los recintos, contemplando la distribución del tiempo ocioso 134 y del trabajo, con el objeto de que estos centros se constituyan como reales agentes rehabilitadores. La segunda propuesta está dirigida a la creación de nuevos centros, con fines rehabilitadores centrados en la educación y en el trabajo, en donde la reclusión dejara de ser el aspecto prioritario y pudieran encontrar apoyo y herramientas últiles no sólo para salir del ciclo de delincuencia, sino también de la situación marginal en que se encuentran. Orientaciones y propuestas De lo antes expuesto se puede concluir que la delincuencia juvenil no debe abordarse exclusivamente desde un punto de vista penal, es decir, los jóvenes reclusos no pueden considerarse sólo como individuos carentes de libertad, sino que también debe observarse su condición de jóvenes, de marginalidad, atendiendo también a las diferencias de género. Estas consideraciones deben asumirse a priori y de manera global, es decir, desde el diseño de los recintos penales hasta las políticas de rehabilitación y reinserción laboral aplicadas a hombres y mujeres en reclusión. La importancia de que estas políticas incorporen el concepto de juventud, se debe a que ésta es una etapa del desarrollo definitoria para todo ser humano, durante la cual las mujeres reclusas deben hacerse cargo además de la crianza y educación de sus hijos, generalmente de corta edad. Por lo tanto, para lograr efectividad en cualquier intervención de carácter psicosocial que se desee implementar en materia de jóvenes en conflicto con la justicia, se deben considerar las características distintivas de este grupo social. Tomando lo anterior en consideración, se puede proponer intervenciones en las siguientes direcciones : 1.- Por una parte, parece conveniente realizar un mejoramiento de las iniciativas que ya han sido implementadas en los recintos penitenciarios, como son los cursos de capacitación y talleres que se imparten en los mismos. a.- Respecto a la educación formal, se debe mejorar el sistema de acceso a los cursos destinados a completar la enseñanza básica y media, con el fin de brindar las oportunidades necesarias para una satisfacción más eficiente de esta demanda. b.- En relación a los talleres que actualmente se dictan en dichos recintos, favorecer en áreas recreativas, deportivas, artísticas y de desarrollo personal, con el fin de promover el adecuado uso del tiempo ocioso y de estimular las potencialidades individuales, y de esta manera favorecer la reinserción social de los sujetos. c.- En torno a la capacitación laboral que se realiza al interior de los penales, se sugiere la implementación de cursos que, por una parte, correspondan a las demandas reales del mercado laboral externo y que, por otra, capaciten en oficios que se traduzcan en posibilidades de trabajo concretas, favoreciendo una real reinserción de los jóvenes en 135 materia laboral. En este punto, sería importante incentivar el apoyo de empresarios, a través de un aumento en la oferta de empleos para los jóvenes reclusos al interior de los penales, con remuneraciones acordes al mercado y con posibilidades de continuidad una vez cumplida la pena. 2.- Por otra parte, se requiere intervenir, específicamente en el fenómeno de la drogadicción al interior de los penales, ya que esta problemática se ha constituido como un importante detonante de la conducta delictual. Se debe favorecer el desarrollo de programas de prevención y rehabilitación al interior de los recintos penitenciarios, implementados por profesionales del área de la salud mental. Sin embargo, a pesar de que la existencia del consumo de drogas al interior de los penales no es desconocida, se requiere realizar investigaciones específicas que describan y caractericen la dinámica del desarrollo de este fenómeno. 3.- Para llevar a cabo estas propuestas de intervención, es fundamental que los profesionales y funcionarios que participen en la implementación de las mismas, sean previamente capacitados para el desempeño adecuado de su labor, considerando las características particulares del grupo con el que se está tratando, las que ya fueron mencionadas anteriormente. Es importante que se desarrollen instancias de perfeccionamiento en el tema, y de apoyo psicológico tanto para los profesionales como para funcionarios. 4.- Es importante realizar jornadas educativas de sensibilización y apoyo en salud mental para todos los funcionarios de Gendarmería que se encuentran en contacto con los internos, de manera de desarrollar mejores relaciones entre ambos grupos. 5.- Se hace necesario crear instancias de apoyo psicosocial y económico tanto para reclusos como para ex reclusos, que favorezcan la reinserción social y ayuden a la superación del “trauma de la cárcel”. En este sentido se destaca el trabajo desarrollado por los profesionales del C.R.S. de Santiago, dirigido a integrar la experiencia de la cárcel de manera adaptativa para el sujeto. 6.- En el caso específico de las jóvenes reclusas, se torna urgente implementar un mejoramiento de las condiciones de vida al interior de los recintos penales, principalmente en el caso de las jóvenes embarazadas y las madres con niños de corta edad, de manera de proveer de los elementos básicos para enfrentar estas etapas de manera adecuada. En este sentido, se sugiere optimizar la atención médica y psicológica, y el cuidado, alimentación e higiene de la madre y el niño. 7.- Finalmente, no se debe restar importancia al papel de la prevención de la conducta delictual. En este sentido, se hace necesario impulsar y desarrollar el trabajo que se realiza a nivel comunitario, favoreciendo la creación y establecimiento de redes sociales, y reforzando las iniciativas dirigidas a jóvenes y niños. 136 II.- CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES RELATIVAS AL ÁREA JURÍDICA Luego de analizar la legislación penal que se aplica a los jóvenes, y los distintos problemas que conlleva su aplicación, sumados a los datos empíricos que se han recogido en la presente investigación, no podemos quedarnos indiferentes ante las injusticias que al amparo de la actual legislación se cometen. Consideramos necesaria la reforma urgente del ordenamiento jurídico. Es necesario recalcar que si bien la legislación de un país es importante, ella no es suficiente para frenar el problema de la delincuencia juvenil por sí sola. Debe cumplir con los recursos suficientes, tanto humannos como materiales, para lograr sus objetivos. Creemos que también es necesario realizar importantes esfuerzos en torno a la pobreza, las drogas y el desempleo en forma eficiente, crear canales de participación para el joven, con el fin de lograr una definitiva reinserción social. En el aspecto puramente normativo, sostenemos que es necesario hacer hincapié en diferentes tópicos, los cuales se pasarána desarrollar a continuación. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES Detención por sospecha Se le da el nombre de detención por sospecha a la facultad que tiene la policía de detener al que se encontrare a deshora o en lugares o en circunstancias que presten motivo fundado para atribuirle malos designios si las explicaciones que diese de su conducta no desvanecieren las sospechas (art. 260 Nº 4 CPP). Si bien la Constitución Política del Estado permite la detención “por orden de autoridad” y “por delito flagrante” (art. 19 Nº7 c), nuestro Código de Procedimiento Penal va aún más allá del mandamiento constitucional, al permitir la detención por sospecha en los términos anteriormente descritos. A esto debe agregarse la interpretación extensiva que se hace en este mismo código respecto del concepto de delito flagrante, lo que aumenta las facultades discrecionales con que se dota a la policía. Estas situaciones, según la mayoría de la doctrina, no permiten dar una adecuada protección a la libertad personal, garantía consagrada en el art. 19 Nº 7 de nuestra Constitución. Por otro lado, esta detención tiende a consagrar una forma de derecho penal de autor (es decir, un derecho penal que se aplica por las características del individuo) ya que no exige ni siquiera ser sospechoso de cometer un delito para proceder a la detención, sino que, por el sólo hecho de “ser sospechoso”. Esto se confirma, en opinión del profesor Cristián Riego24 , en dos características de esta detención: por un 24 Riego, “Juventud y Represión Penal” 137 lado no es necesario imputarle al sujeto más tarde un delito y, por otro lado, no existe un procedimiento destinado a esclarecer la efectividad o falsedad de la sospecha. Cristián Riego, recogiendo los principios generalmente aceptados por la doctrina, sostiene que un derecho penal debe estar limitado por un sistema de derechos y garantías. Sostiene que no resulta concebible un derecho penal en un Estado Democrático sin que se reconozcan las garantías que han sido decantadas durante siglos por los sistemas constitucionales, entre los cuales se resalta el principio de legalidad, el de culpabilidad, el derecho a un debido proceso, la presunción de inocencia y todas las demás aceptadas de modo general por el sistema constitucional y por el Derecho Internacional de los Derechos Humanos. La actividad policial cada vez que restringe la libertad de las personas debiera someterse a éstos parámetros, lo cual pugna con la existencia de la detención por sospecha en los términos consagrados en nuestra legislación. Actualmente existe un proyecto de ley aprobado ya por la sala del Senado cuya moción fue por parte de los diputados Juan Pablo Letelier y Andrés Palma cuya idea central es la eliminación de la detención por sospecha, al exigir que para que haya una “detención legal”, sea necesaria una orden judicial o que el individuo sea sorprendido cometiendo el delito (interpretación restrictiva de delito flagrante). Nos parece sin embargo que una reforma de estas características no resulta suficiente, ya que se insertaría en un sistema procesal penal de corte inquisitivo, actualmente vigente en el país. Este sistema, en opinión del profesor Juan Bustos25, se caracteriza por presumir en definitiva la culpabilidad del individuo, al permitir que el individuo se mantenga por largos períodos privado de libertad, en circunstancias de que aun está en curso la investigación y, por ende, aun no existe sentencia condenatoria en su contra. Este efecto es producto de una característica estructural del sistema que parte de la lógica de que el individuo debe estar privado de libertad mientras no se dicte sentencia absolutoria en su favor. Es posible por ejemplo especificar las causales de la prisión preventiva (como ya ocurrió con la ultima modificación legal en esta materia), pero no por eso se modifica la lógica intrínseca de un sistema procesal penal inquisitivo. Lo mismo se puede decir para la detención, que puede ser detalladamente regulada, pero que se inserta en este sistema proclive al ejercicio de esta medida de seguridad. En opinión de Juan Bustos estamos en presencia de lo que autores como Galtung y otros sociólogos denominan violencia estructural, Es decir, más allá de las intenciones que puedan mover a los órganos policiales o al mismo juez, su actuación se verá marcada por esta presunción de culpabilidad. Sin embargo, un proyecto más ambicioso sería un cambio en la forma en que el Estado enfrenta los conflictos sociales en que se ve envuelta la juventud. Nos parece 25 J.Bustos, “Pena Privativa de Libertad y Política Criminal: Los Establecimientos de Máxima Seguridad”, en Privaciones de Libertad y Derechos Humanos, Barcelona 1987, pp 93 - 103 138 que una política represiva no es la manera de resolver el problema de la seguridad ciudadana, sino un enfoque global de carácter social tendiente a satisfacer las necesidades de los jóvenes. Consideramos que más allá de un sistema procesal penal oral y acusatorio, la mentalidad de las personas encargadas de ejercer el control social (que excede el proceso penal) actualmente presenta una fuerte influencia represiva, como respuesta a la exigencia de la población por una adecuada seguridad ciudadana. Esto no debe extrañar, ya que, siguiendo los planteamientos de Juan Bustos, toda persona surge de un quehacer social y éste nos da un conjunto de reglas. Por ende nuestra forma de pensar y de actuar queda fuertemente determinado por las reglas sociales existentes y no es posible exigirle a los órganos policiales o a los jueces y en general a todo órgano encargado de definir los instrumentos de control social que se sustraigan de estas reglas represivas. Por lo tanto pensamos que, inevitablemente se trasladará la represión estatal dirigida al joven, hacia otras figuras “lícitas” que encubran la detención por sospecha, si no se procura avanzar más allá de las reformas legales. Si bien la mayoría de la doctrina penal coincide en la necesidad de eliminar estas expresiones de legislación inquisitiva y contradictorias con un Derecho Penal democrático, nos parece que se requiere una discusión más profunda en que participen todos los actores sociales y que, en definitiva, permitan diseñar una política criminal coherente con los planteamientos teóricos que desde la dogmática penal se plantean casi sin contrapeso desde hace décadas. Hemos considerado oportuno plantear algunas ideas respecto de la detención por sospecha porque constituye seguramente el ejemplo más claro de incoherencia en el sentido expuesto y porque representa un problema emblemático en los esfuerzos que deben realizarse para mejorar la situación de los jóvenes en conflicto con la justicia, pero sin duda no el único. Delitos de Bagatela El poder punitivo del Estado, en su expresión legislativa, define qué conductas son sancionadas, y parte de ellas son abordadas por el derecho penal a través de los delitos. Estas definiciones muchas veces incluyen conductas cuyo reproche no es compartido por toda la comunidad, como son por ejemplo la ebriedad, la vagancia, el mero consumo de drogas. Precisamente estas conductas son mayormente ejercidas por los jóvenes, las cuales muchas veces corresponden a un proceso de búsqueda de identidad del joven y que tienden a desaparecer en forma espontánea a medida que la persona madura. En este sentido los autores anglosajones han llegado a sostener que la delincuencia juvenil es una creación del sistema penal. Se criminaliza a los jóvenes por conductas que no se pueden comparar con aquellas que muy probablemente comenzarán a realizar si se les incluye en el sistema de represión penal y consecuentemente se les inserta en el mundo criminal de adultos. El derecho penal es un instrumento de protección de bienes jurídicos y es además la forma más radical de defenderlos, por lo tanto sólo corresponde aplicarlo como protección de las bases más elementales de la convivencia social y respecto de atentados más serios en su contra. En definitiva, para que se aplique el derecho penal 139 no deben existir otros instrumentos de política social capaces de solucionar el conflicto, esto es lo que la doctrina denomina la “extrema ratio”. El problema reside en lo atrasado de nuestra legislación penal y en la falta de una redefinición de cuáles son los valores sociales más importantes y que consecuentemente deben ser protegidos penalmente (lo que se grafica en el hecho de que en nuestra legislación hasta hace muy poco tiempo se penalizaban conductas como el adulterio). En un Estado Democrático es necesario darle espacio a la participación ciudadana a través de una discusión libre, informada y responsable, lo cual debería cristalizarse a través de reformas legales en el Congreso. En este sentido, nuestra sociedad se rige por definiciones que surgieron a partir de discusiones efectuadas en una comunidad del siglo pasado (al momento de dictarse nuestro Código Penal, que no a sufrido desde entonces modificaciones importantes). Hoy en día surgen como temas relevantes delitos tales como la corrupción, lavado de dinero, el narcotráfico y atentados contra el medio ambiente. Figuras que provocan mayor consternación en la opinión pública y que producen un gran daño social, en contraste con otras que la doctrina desde hace tiempo critica por el hecho de estar aún penalizadas como la vagancia, la sodomía, ciertas formas de hurto, el consumo privado de drogas, etc. Hay al menos dos formas de enfrentar el problema, de dimensionar correctamente la intervención penal. Una procesal, que se denomina principio de oportunidad, el cual apunta a un problema de eficiencia de la actividad jurisdiccional. Se sostiene que el órgano jurisdiccional no es capaz de dar solución a todos los conflictos de carácter penal y que por ende se requiere una selección racional que permita eliminar los delitos insignificantes que mayormente saturan el sistema. Se trata por ende, de una solución de índole práctico, que no atiende al fondo del problema, como se ha explicado hasta ahora. Entre las distintas soluciones que ha dado la legislación comparada, hemos escogido la austríaca para graficar esta forma de solución. Párrafo 42.1. “ Si el hecho es perseguible de oficio y sólo está amenazado con pena de multa, pena privativa de libertad no superior a un año o pena privativa de libertad de esta magnitud y multa, no será punible si concurren las siguientes condiciones: 1) la culpabilidad del autor es pequeña; 2) el hecho no ha tenido consecuencia o éstas sólo son insignificantes y, además, 3) la sanción no es necesaria para que el autor se abstenga de otras acciones punibles o para disuadir a otros de la comisión de acciones punibles. 2. La decisión sobre la concurrencia de los presupuestos establecidos en el párrafo 1 está reservada al tribunal; si estos se cumplen el proceso debe sobreseerse independientemente de la situación en la que se encuentra.” 140 Cabe hacer notar que el proceso penal, próximo a entrar a regir en nuestro país, contempla el principio de la oportunidad como forma de someter la selección de casos que opera en forma oscura y arbitraria hoy en día en nuestros tribunales a parámetros más racionales y transparentes. La segunda forma apunta hacia una mínima intervención del derecho penal, que recoja de una forma más coherente lo que en doctrina se denomina extrema ratio. Como ejemplos se pueden citar el artículo 26.1 del Código Penal polaco que define legalmente que “un hecho cuya peligrosidad social es pequeña, no constituye un hecho punible”; y, en el derogado artículo 3 del Código Penal de la ex República Democrática Alemana, que expresaba que “ si la acción se corresponde con el texto de un tipo legal, pero los efectos del hecho sobre los intereses de los ciudadanos o de la sociedad, y la culpabilidad del autor son insignificantes no constituyen ni crimen ni delito”. Esta simple aproximación al tema no excluye otras formas de tratar la pequeña criminalidad y que no coinciden con el criterio despenalizador, pero que igual plantean la necesidad de abordar de otra manera la actual forma de tratar los conflictos sociales de dudosa relevancia. Discernimiento Al analizarse la edad en la legislación penal nacional, se le puede ver como factor que determina la legislación aplicable, en razón de la imputabilidad penal. Así a una persona menor de dieciséis años se le aplica la llamada ley de menores (ley 16618), a una persona mayor de dieciséis años, pero menor de dieciocho años, que sea declarada sin discernimiento, se le aplica la misma ley y a una persona en la misma situación declarada con discernimiento o mayor de dieciocho años, se le aplica la legislación penal de adultos (Código de Procedimiento Penal, Código Penal y leyes especiales). Como se aprecia, a esta simple distinción de edad se le introduce un elemento distinto que es la declaración del discernimiento. Para tratar de definir este concepto deben exponerse las distintas posiciones doctrinarias que existen al respecto. El enfoque clásico distingue entre una vertiente moral y otra jurídica. La moral (entre cuyos autores podemos citar a Carrara y Rossi) señala que “discernimiento, en general, expresa la potencia de discernir entre el bien y el mal; haber obrado con discernimiento significa haber aprovechado de tal potencia en el acto especial a que se dió vida.”26 La vertiente jurídica (Franz von Lizt) sostiene que el discernimiento se basa en la inteligencia sobre la antijuricidad del acto, en tener la consciencia necesaria para el conocimiento de la punibilidad, en la noción de la responsabilidad penal y sus consecuencias. 26 “Visión de los Nuevos Profesionales”, Ensayos sobre la Delincuencia, Fundación Paz Ciudadana 1997 141 El enfoque positivista niega el principio del libre albedrío y, por ende, no lo considera como factor de imputabilidad penal. El enfoque moderno se basa en el carácter tutelar del derecho de menores y postula que el discernimiento debe definirse a partir de serie de presupuestos psicológicos que diferencian al niño del adulto. Por lo tanto se conceptualiza el discernimiento como “una aptitud psíquica que coloca al sujeto que ha alcanzado cierto grado de madurez en situación de distinguir el bien del mal y, más concretamente, la ilicitud del hecho delictivo reprobado por las normas legales como punible, de manera de poder determinar su voluntad conforme a esta comprensión.” 27 La aplicación de este concepto en nuestra legislación ha recibido diversas críticas, todas las cuales apuntan a la necesidad de erradicar esta institución de nuestra legislación. Por lo demás, pocos países aun la conservan, siendo Chile el único en Latinoamérica en mantenerla. En opinión de Carla Albasini28 las críticas más importantes se refieren a la ambigüedad del concepto de discernimiento y la forma de determinarlo, considerando todos los factores que entran en juego y que el juez debe evaluar. Además existe una amplia discrecionalidad entregada al juez de menores para declarar a un menor con o sin discernimiento, lo que puede llevar a arbitrariedades. A esto debe agregarse las críticas que pueden hacerse al procedimiento que se utiliza, desprovisto de toda garantía. Por último debe agregarse la agravante de que no se está ante consecuencias menores, ya que, como se ha señalado, la legislación de menores se inspira en principios radicalmente diversos a la legislación de adultos, lo que implica que el futuro del menor dependa de una declaración judicial que adolece de las deficiencias señaladas. Nos parece que los argumentos expresados demuestran que se está ante una de las deficiencias más importantes de nuestra legislación penal aplicable a los jóvenes y que a diario debe ser aplicada por nuestros jueces. Ya que una legislación penal de jóvenes requiere de un estudio más exhaustivo y de discusiones que inevitablemente requerirán de algún tiempo, debiera aprobarse con prontitud una reforma legal que elimine esta institución, máxime si se considera que se trata de una materia respecto de la cual la doctrina se encuentra conteste y nuestro país representa un vestigio de legislación arcaica. Medidas alternativas 27 28 Idem 26 Idem 26 142 La doctrina penal desde hace décadas ha sostenido, casi unánimemente, el fracaso de la pena privativa de libertad. Lo que alguna vez se trató de justificar teóricamente, a través de los fines de la pena (que se ejemplificaban en la pena privativa de libertad), se ha ido derrumbando con el devenir del tiempo a raíz de la experiencia práctica que han podido hacer todos los países. Hoy en día, ante dicho fracaso, se avanza hacia formas alternativas de pena que permitan darle al castigo penal algún sentido dentro de la dogmática penal moderna, que se desarrolla dentro del marco de un Estado democrático de Derecho y de los Derechos Humanos. Si alguna vez se introdujo la pena de cárcel como una forma de terminar con los efectos perniciosos de las penas corporales, de la misma forma, hoy en día se plantean las penas alternativas como una forma de evitar los efectos nocivos de la cárcel. Como sostiene el profesor Juan Enrique Vargas29, una interpretación progresiva del Derecho Internacional de los Derechos Humanos permite, sin lugar a dudas, avanzar en el sentido expuesto y llegar a que la pena de cárcel tenga en el futuro una posición tan frágil en el concierto internacional como hoy la tiene la de muerte. Hoy en día, superadas las posiciones retribucionistas, se le asigna generalmente dos funciones distintas a la pena de cárcel: Por un lado la teoría de la prevención general o intimidación asigna a la pena una función desmotivadora respecto de la comisión del delito respecto de la totalidad de los miembros de la sociedad, ya sea por su solo establecimiento legislativo, lo que se denomina prevención general abstracta, ya sea por su aplicación específica a un delincuente, denominada prevención general concreta. Por otro lado la teoría de la prevención especial o resociabilización sostiene que la pena debe perseguir una readaptación del individuo al que se le impone la sanción. A través de lo que se llama un tratamiento se busca que el individuo no vuelva a delinquir y se transforme en un ciudadano útil para la sociedad. Ambas teorías han recibido, sin embargo, diversas críticas, que se resumen en los siguientes planteamientos. Juan Bustos30 indica que es reconocido por los propios seguidores de la prevención general que “ciertas penas (pena de muerte) o en relación a ciertos delitos (delitos económicos) no tienen efecto preventivo alguno. Por eso sus defensores tienen que atemperar los postulados preventivo generales a un determinado grupo de penas, delitos y autores.” Juan Enrique Vargas31 sostiene respecto de la prevención especial que, siendo una teoría evidentemente más atractiva, ya que permite asignarle sentido a la pena de 29 Revista de Ciencias Penales, “Aportes del Derecho Internacional a la Restricción del uso de la Carcel” Idem 25 31 Idem 29 30 143 cárcel desde la perspectiva de los propios individuos que son sometidos a ella, ya no exclusivamente de la sociedad, la propia realidad penitenciaria atenta en contra de su concreción. Sostiene que se ha demostrado que la cárceles generan dos fenómenos negativos en ese sentido: el de la prisionización, conforme al cual los privados de libertad adquieren los hábitos y costumbres del medio presidiario, signados por la agresividad, la mentira y otros igualmente negativos; y el de la des-socialización, consistente en la pérdida de los vínculos y lazos con el mundo exterior y la sociedad en general, alejando a los presos de sus familias, empleos amistades, etc. En general se ha sostenido que existe una profunda contradicción en el hacho de preparar a una persona para vivir en un medio libre a través del encierro; el de intentar formar una persona “normal” en un medio “anormal”. Esto sin considerar los reparos de índole filosófico que se pueden hacer a estos planteamientos, al considerarse temas como la libertad y autonomía ética de la persona y el derecho del Estado a forzar a una persona a convivir conforme a reglas de una sociedad que no es perfecta tampoco. Por eso cualquier “tratamiento” que se intente ejercer respecto de la persona debiera, según la mayoría de los autores, contar siempre con el consentimiento del individuo. Todo lo planteado se refiere únicamente a la privación de libertad ejercida por el Estado mediante un juicio condenatorio respecto de alguna actuación del sujeto. Más grave aun se presenta el problema cuando se le priva de libertad por largos espacios de tiempo durante el proceso, en el cual goza como toda persona de la presunción de inocencia. Con mucha razón se ha denominado a la prisión preventiva pena anticipada, ya que en cuanto a sus efectos nocivos no difiere de la pena de cárcel. Sin embargo nos concentraremos en el tratamiento alternativo de la pena privativa de libertad, dejando en claro que las buenas intenciones de evitar al sujeto el ingreso a la cárcel, se pueden ver frustradas, si éste debe permanecer durante el proceso en dicha situación. Para evitar esto se debe proceder a una profunda revisión de nuestra legislación procesal penal. Sin embargo tal esfuerzo ya se encuentra muy avanzado en nuestro país, al entrar próximamente en vigor un nuevo procedimiento penal de corte acusatorio y oral. Para un mayor conocimiento de la situación de la privación de la libertad en nuestro país durante el proceso recomendamos ver “La prisión durante el proceso penal en Chile” de Cristián Riego. A continuación nos referiremos a las deficiencias que presentan en nuestro país dichas medidas alternativas en opinión de la profesora María Angélica Jiménez, para finalmente señalar algunas medidas consagradas en la legislación comparada y que nos parece conveniente introducir en nuestro país. En nuestro país, la ley 18216 consagra tres formas de alternativa a la pena (remisión condicional de la pena, reclusión nocturna y libertad vigilada), todas las cuales se pueden enmarcar en una serie de deficiencias que la profesora María 144 Angélica Jiménez32 hace extensivas a la mayoría de las medidas alternativas promulgadas en Latinoamérica. La primera de ellas se refiere a lo que la autora llama alternatividad fallida, en el sentido de que las medidas adoptadas solo se refieren a medidas tradicionales, parciales, aisladas del conjunto del sistema penal, de manera que éstas resultan ser un virtual “agregado” al sistema de Ejecución Penal y no un Sistema de Alternatividad a la Privación de Libertad. Así en Chile solamente se contemplan las tres medidas enumeradas con requisitos estrictos, que por ende solo benefician a un grupo muy pequeño de condenados. Por otro lado la autora sostiene que con el sistema actualmente en vigor se produce una proyección del ámbito institucional al no institucional o medio libre. Los fines del ámbito carcelario se trasladan al llamado no institucional. Por ejemplo se busca la “resocialización” propio del ámbito carcelario, a través de lo que nuestra ley consagra como “sujeción a la vigilancia y orientación permanente de un delegado por el término del período fijado, debiendo el reo cumplir las normas de conducta e instrucciones que aquél imparta, respecto a educación, trabajo, morada, cuidado del núcleo familiar, empleo del tiempo libre y cualquiera otra que sea pertinente para un eficaz tratamiento en libertad” Como se aprecia se trata de un control muy amplio, discrecional y generalizado sobre el individuo, que por lo demás ha demostrado su rotundo fracaso en el ámbito carcelario. Otra deficiencia que plantea la autora se refiere a la reducida cobertura de las medidas alternativas. Para sustentar esto la autora agrupa las medidas tradicionalmente aplicadas en Latinoamérica en tres: La Libertad Vigilada/Suspención Condicional de la Pena representa en nuestro país no más de un 10% de las medidas alternativas aplicadas y además, como todas las medidas alternativas, se aplican únicamente a delitos con penalidad baja de un máximo cinco a ocho años. La Remisión Condicional de la Pena/Sometimiento a Juicio que en Chile queda bajo control administrativo. Se establecen también para los delitos más leves y corresponden a las medidas mayormente otorgadas, representando un 88% del total de las medidas. Cabe hacer notar, que los sistemas penales modernos ante este tipo de delito leve contemplan un cúmulo mucho más amplio de medidas que van desde la multa, el trabajo comunitario hasta otras medidas de solución de conflictos tales como la conciliación, la reparación o el perdón judicial. 32 Jimenez, Revista de Ciencias Penitenciarias y Derecho Penal, “Núcleos Problemáticos de las Medidas Alternativas a la Privación de Libertad” 145 La Reclusión Nocturna/Establecimiento Abierto que constituye una forma progresiva de tratamiento penitenciario, en opinión de la autora, constituye una medida de complemento de la pena y como tal pertenece al campo de la sanción institucional. Ellas representan un 2% de las medidas otorgadas. En opinión de la autora el segundo grupo de medidas alternativas, que son las mayormente aplicadas, debieran encontrarse despenalizados o descriminalizados, como los son en otros países. De esta forma no representan avance alguno dentro de un sistema penal moderno. Las demás alternativas carecen de importancia con el agregado de que una de ellas ni siquiera constituye una medida alternativa propiamente tal. Otra crítica que se puede formular a las actuales medidas alternativas radica en la selectividad con que operan. Los requisitos que la ley señala para que opere el sistema son básicamente tres: a) El delito debe ser leve y la pena impuesta por la sentencia no debe exceder los tres años y respecto de la libertad vigilada debe oscilar entre los dos y cinco años. Esto se agrava al considerarse el marco de penas que rige en el país, el cual es muy anticuado y muy alto incluyendo incluso la pena de muerte. b) Las medidas sólo pueden beneficiar a sujetos primarios no reincidentes. Esto excluye en Chile a más de la mitad de los reclusos. Incluye además la agravante de considerar una circunstancia personal del sujeto que nada tiene que ver con el hecho en el que reincide. Para esta segunda situación se le vuelve a considerar el delito cometido anteriormente, lo que atenta contra el non bis in idem. c) Debe existir un Pronóstico Favorable lo que nuevamente resulta discriminatorio por basarse en un derecho penal de autor y en definitiva en criterios de peligrosidad social. En cuanto a las medidas que pudieran aplicarse en Chile, considerando todas las precisiones ya formuladas, no pretendemos innovar en cuanto a las medidas ya existentes. Simplemente nos interesa demostrar lo reducido que resulta la solución adoptada en nuestro país. Un análisis de cuáles resultan más convenientes o la posibilidad de idear nuevas medidas acorde a nuestra realidad debiera ser objeto de otro trabajo y para su implementación debiera abrirse espacio a un amplio debate. Sin embargo nos parece que la realidad expuesta en este trabajo, en cuanto a la situación de los jóvenes reclusos y de las características de estas medidas en nuestro país, constituye un suficiente fundamento para emprender dichas tareas. a) - Medidas relacionadas con la imposición de una pena privativa de libertad: semidetención permiso de trabajo detención de fin de semana 146 - arresto domiciliario cumplimiento en una institución externa, en lugar de la prisión b) Medidas alternativas que imponen sanciones diferentes a las privativas de libertad: - sanciones pecuniarias y económicas en general - sanciones que restringen o suspenden derechos (inhabilitación para manejar automóviles, confiscación, restitución de los productos del delito, inhabilitación para dedicarse a determinada ocupación, medidas educativas, sanciones morales, libertad sujeta a vigilancia) - medidas probation - servicio o trabajo comunitario c) Medidas tendentes a evitar la imposición de la pena - medidas que suspenden la ejecución de la pena (pena de prisión suspendida, sentencia condicional, sistema de suspensión) - medidas encaminadas a diferir la sentencia (aplazamiento de la sentencia, sentencia diferida) - medidas encaminadas a la no imposición de pena (binding over, perdón judicial) Proyecto de ley de responsabilidad penal juvenil Si bien todos los planteamientos de reforma desarrollados hasta aquí son importantes y urgentes, tienen por característica la de ser parciales. Por ende, si bien apuntan en la dirección correcta, resultan insuficientes. Hemos seleccionado estos temas porque consideramos que son los más representativos de una problemática que los excede y que exige una profunda reformulación de nuestra legislación procesal penal y penal sustantiva, en la forma que, por lo demás, la gran mayoría de los países ya la han efectuado. Además han sido seleccionados porque constituyen los núcleos más importantes en cuanto a las deficiencias legislativas que presenta nuestro país en materia de delincuencia juvenil regida por la legislación de adultos. Por último sostenemos que el problema de delincuencia juvenil excede ampliamente las deficiencias legislativas en materia penal. La presente investigación revela la urgente necesidad de apuntar a una reforma global en cuanto a la legislación que rige al segmento de población objeto de este estudio. Nos parece que un esfuerzo serio y consistente en materia penal debe abordar necesariamente una legislación especializada en materia de responsabilidad penal juvenil y cuyos principales lineamientos pasaremos a exponer a continuación. Paralelamente debe ir acompañada de una profunda reforma al Código Penal y a las leyes especiales en materia penal, que la actualicen y la dejen a la par con la reforma procesal penal, que en la actualidad se están implementando. Sin embargo, la reforma penal sustantiva, que afecta a toda la población y no sólo a un segmento, 147 excede con creces el propósito de este trabajo. No obstante ello, nos parece urgente que se creen las condiciones propicias para avanzar hacia una profunda y pluralista discusión respecto a la reforma penal sustantiva, como la que fue necesaria para la aprobación de la reforma procesal penal. Pensamos que estos dos caminos permitirían mejorar en forma importante los problemas expuestos en este trabajo y que por el momento se ha tratado de enfrentar a través de estas soluciones parciales y que sólo así se puede lograr una efectiva y profunda modernización y democratización del país. En cuanto a la legislación penal juvenil no pretendemos agotar el tema, sino que desarrollar lineamientos generales que respondan al análisis de los diversos tópicos que ha abordado el presente trabajo y a los comentarios, que a nuestro entender, merecen los proyectos que actualmente se discuten en nuestro país. En nuestro país existen en la actualidad intentos legislativos que abordan el tema de la delincuencia juvenil. El primero ya fue presentado formalmente al Congreso Nacional el 9 de Marzo de 1994 y se titula “Protección de Menores en Materia Penal”. Un segundo proyecto se encuentra en elaboración por parte del Ministerio de Justicia. El primer proyecto enunciado pretende introducir en nuestro país una reforma parcial, que en opinión de sus autores resulta más conveniente para desarrollar posteriormente criterios doctrinarios y jurisprudenciales. Además plantean que nuestra realidad presenta escollos técnicos y normativos que no sería posible superar a través de una reforma integral. No compartimos estos planteamientos, ya que hemos reiterado a lo largo del trabajo la necesidad de buscar soluciones globales al problema. Pensamos que, atendiendo a los avances teóricos alcanzados por la legislación internacional, a la abundante literatura existente en la materia y a lo evidente de las deficiencias que presenta nuestro actual tratamiento de este problema, no se requiere un mayor desarrollo doctrinario. Consideramos que las condiciones actuales permiten abordar el tema en forma definitiva y que nuestro país se encuentra preparado para lograr un verdadero avance en el tema que no se limite a soluciones intermedias. Además se corre el riesgo de desperdiciar un esfuerzo legislativo para el cual se deben sortear múltiples problemas, se deben aunar criterios y en definitiva lograr mayorías políticas. La idea es evitar que la complacencia que generalmente surge en los distintos sectores políticos cuando se satisface un requerimiento urgente de la opinión pública, provoque un retardo significativo en una solución posterior y definitiva en materia de delincuencia juvenil. Nos parece que a través de este proyecto de ley se evita una prolongación de los importantes esfuerzos empleados en la reforma procesal penal, que precisamente enfrenta el problema en forma global y exhaustiva. En todo caso, este proyecto aborda los siguientes aspectos que a nuestro entender requieren un comentario especial: 148 El título primero “Disposiciones generales”, comprende dos párrafos. En el primero de ellos se determina el ámbito personal de aplicación de la ley sobre la base de las reglas actualmente vigentes acerca de la imputabilidad en razón de la edad. Las críticas respecto de esta posición ya han sido analizadas en este trabajo. Los menores de dieciséis años o mayores de esa edad, pero menores de dieciocho que actúan sin discernimiento se les sigue aplicando la ley 16618. El proyecto sólo se limita a ofrecer al tribunal de menores la posibilidad de adoptar alguna medida tutelar, que el mismo proyecto señala. Pensamos que este proyecto adolece de los vicios anteriormente señalados y que se debe consagrar una jurisdicción penal especial respecto de los inimputables. El Título II contempla medidas aplicables a los menores, distinguiendo entre medidas tutelares y disciplinarias. Las primeras tienen por finalidad asegurar el futuro desarrollo personal del menor, pudiendo el juez decretar otras no contempladas cuando cuente con el consentimiento de los padres o guardadores del menor. De más está decir las críticas que se pueden plantear a estas amplias facultades del juez, lo cual no constituye ningún avance en el fortalecimiento de los derechos del menor, especialmente en lo que se refiere al principio de legalidad. Dentro de las segundas se contempla el arresto como medida disciplinaria lo que, al constituir una privación de libertad, debiera cumplir con todos los principios garantistas de una legislación de adultos. Especial mención merece el hecho que el proyecto disponga la posibilidad de que el arresto se lleve a cabo en un establecimiento penal común, lo que desmejora la precaria situación actual de los menores. Por último se establece un plazo máximo de diez años para una pena privativa de libertad, lo que resulta excesivo a la luz de los principios del derecho internacional de menores. En vista de que el proyecto de gobierno al momento de concluirse este trabajo, aún se encuentra en estudio y por ende no se ha redactado un proyecto con carácter definitivo, nos limitaremos a exponer los lineamientos fundamentales que deben informar una futura ley de responsabilidad juvenil. Consideramos que un futuro proyecto debe tener como orientación básica, el ceñirse de manera estricta a la Convención sobre los Derechos del Niño. En tal sentido, nuestra legislación debería recoger íntegramente el principio de exclusión de los menores del sistema penal. Esto hace incompatible, por ende, el trámite del discernimiento por las críticas ya señaladas. La edad mínima de ingreso a un sistema penal puede oscilar entre los doce y catorce años, pero sin salirse de este rango porque una edad menor atenta contra un adecuado desarrollo del niño y una edad superior también puede afectar una correcta internalización del sentido de la responsabilidad. El límite máximo para una aplicación de ésta ley debiera ser de dieciocho años ya que por lo general las personas en Chile asumen a esta edad roles sociales, los cuales presuponen cierto grado de madurez como lo son el ingreso al mundo laboral (en calidad de adulto), la vida universitaria, plena capacidad contractual y derechos políticos. 149 También es necesario, establecer con precisión el hecho punible por el cual se puede aplicar el procedimiento especial que consagraría esta ley y sancionar al joven. Respecto al hecho punible en sí, sólo se debe castigar al joven por un hecho que de ser cometido por un adulto, constituiría un ilícito penal. Con esto se cumple con la garantía constitucional de la tipicidad y la legalidad del delito. Asimismo, a este grupo etáreo debieran reconocérseles todas las garantías procesales que se aplican a los adultos (por ejemplo la presunción de inocencia, derecho a ser oído, presentar testigos, posibilidad de revisión de la resolución jurisdiccional, defensa jurídica durante todo el proceso, etc.). Por otro lado, es necesario la implementación de un procedimiento oral y acusatorio, basándose en las mismas instituciones que el que tendrá el de adultos, por las consabidas críticas que hace la doctrina al actual sistema de corte inquisitivo. Este procedimiento debiera complementarse con una función educativa, de manera que el menor, de acuerdo a su capacidad intelectiva, comprenda la razón por la cual se ve afectado por la acción de la justicia, que logre internalizar valores como el respeto a los derechos humanos y aquellos que son protegidos por el derecho penal, vale decir, se realiza un esfuerzo por lograr la futura reinserción social en forma previa a la sentencia. Este mismo procedimiento debiera contemplar una especialización tanto en relación a los jueces de la causa, al ministerio público encargado de llevar a cabo la instrucción, como los profesionales que prestan su asesoría al juez en esta materia. Por último, este proyecto debiera contemplar una gama de medidas alternativas, medidas que a diferencia del sistema que se aplica a los adultos, pongan énfasis en la educación del joven y que no impliquen una ruptura con su entorno familiar. Por otro lado deben existir medidas alternativas que eviten la privación de libertad al joven (la cual sólo debiera aplicarse en casos graves y por un espacio de tiempo que no frustren su posibilidad de reinsertase en sociedad). Consideramos que si bien debe existir un catálogo amplio de medidas que permitan adecuarse al perfil de cada joven en particular, las medidas a aplicarse por los jueces deben ser específicas y determinadas en cuanto a su duración, para evitar así un abuso de la discrecionalidad, que implique un excesivo ejecicio del poder punitivo del Estado. A partir de las directrices planteadas, se pueden redactar proyectos con distintas variantes (sobretodo en los aspectos técnicos que todo procedimiento contiene), pero que de manera alguna debieran contradecir los lineamientos esbozados. 7.- ANEXOS I.- ENTREVISTAS A ACADÉMICOS 150 La finalidad de estas entrevistas es conocer la opinión de personas conocedoras del tema y que, desde su particular perspectiva, puedan aportar a la discusión de los problemas más importantes relativos a la delincuencia juvenil. A continuación se reproduce la entrevista efectuada a la criminóloga Sra. María Angélica Jiménez quien se desempeña como investigadora y profesora titular de la Facultad de Derecho de la Universidad Diego Portales, de la Universidad Andrés Bello y del Instituto de Criminología de la Universidad del Zulia. Entrevista N° 1 - Las Medidas Alternativas, en un principio, se conciben como un gran avance en nuestra legislación al ser consideradas como una alternativa a la privación de libertad, lo cual impide, a primera vista, identificar cuáles son los problemas concretos que se producen en su aplicación. De estas dificultades, ¿Cuáles cree Ud. que son las fundamentales, considerando que, dentro de los destinatarios de estas medidas, los jóvenes constituyen su mayor porcentaje? Las Medidas Alternativas son para el ámbito penal y, dentro de él, han sido definidas para adultos. Cuando hablemos de medidas alternativas, lo vamos a tratar en todo el espectro penal adulto. Si bien la faja etárea de 18 a 29 años puede ser considerada como joven, dentro del espectro penal es considerada adulta En el ámbito de los menores también se han usado medidas alternativas similares a las de adultos, porque cuando son declarados con discernimiento, son tratados como tales. Los problemas que presentan las medidas alternativas en ésta franja de 16 años declarados con discernimiento hasta la de 29 años, que son personas que están en formación, en el ámbito latinoamericano y especialmente en Chile, se debe a que el tema no ha sido tratado ni desde un punto de vista de la política criminal ni de la política penal, lo cual confluye en: Primero, que éstas medidas son aisladas y fragmentarias, esto es, cuando éstas emergen, lo hacen como alternativas a la institución carcelaria. Cuando ese objetivo se plantea a nivel de Naciones Unidas, por el fracaso de la pena privativa de libertad, se entiende que es necesario la creación de toda una nueva política criminal, para tratar en forma distinta o penalizar en forma distinta a los sujetos. Al hablar de distinto me refiero al ámbito institucional. ¿Qué ha pasado cuando se crean medidas alternativas, sobretodo en el medio chileno (que son básicamente dos medidas alternativas y otra de complemento de pena, que lo llamo yo)?. Son medidas de prolongación del ámbito institucional, esto es, las medidas alternativas en ningún momento son creadas para sustituir plenamente la institución carcelaria, sino que constituyen su prolongación. Si se supone que hay una medida alternativa a la cárcel, el sujeto no debería pasar por pena privativa de libertad. En nuestro sistema procesal penal, mientras el individuo está sometido a proceso, lo normal es que se encuentre sometido a prisión preventiva. La prisión 151 preventiva es pena privativa de libertad, por ese sólo hecho ya no hay una alternativa a la pena, en el sentido de que la medida no evita la institución carcelaria, lo cual es pernicioso porque impide que al sujeto se le de una alternativa en un medio libre. Se aplica una alternativa bajo el supuesto de una penalización previa, no se concibe en la ley como una alternativa desde su inicio que eviten la cárcel. Por otro lado, el sujeto sometido a una medida alternativa se encuentra controlado por la autoridad, el cual es discrecional, indeterminado, que no tiene prácticamente finalidad porque en el fondo es un control en el medio libre. Eso no tiende a los fines de la pena y a sus necesidades fundamentales, porque éstas personas en el fondo forman parte de una población carenciada, a la cual no se le han satisfecho sus necesidades básicas y fundamentales e inclusive, desde ese punto de vista, son violatorias de derechos humanos. Como el problema es jurídico el problema es de control, sin preocupación por su capacitación y sin facultarla para que después de que salga de la privación de libertad pueda reintegrarse a un medio económico y alternativo. El sistema judicial no puede punir si el Estado no se ha preocupado previamente del individuo, no lo puede suplir si el Estado no aplica políticas sociales básicas. Segundo problema, como está concebida la medida alternativa desde el punto de vista de la promulgación de la ley, también obstaculiza las garantías, en el sentido de que son medidas discriminatorias. Por ejemplo, por el sólo hecho de ser reincidente, no se le otorga la medida. La reincidencia es una condición de autor, o sea se le penaliza al individuo por el sólo hecho de ser reincidente, siendo que desde un punto de vista garantista, no es posible, porque si tú le niegas esta medida, estás penalizando por un mismo delito con diferentes penas para las personas. Un tercer defecto que se encuentra en la ley, es que también se exige para otorgar la medida alternativa, un informe en virtud del cual emiten un juicio respecto del sujeto, el cual es meramente psico-social, esto es, nada tiene que ver con el delito, sino en razón de condiciones de autor, de peligrosidad, por lo tanto un sujeto en condiciones más precarias que otro, tiene menos posibilidades de acceder a una medida alternativa. Se aplican estas medidas con condiciones de autor y no de acto. A la vista de estos problemas ¿ Cómo se debería enfrentar la situación planteada? Los sistemas penales modernos, conciben una gama de medidas como alternativas a las restrictivas de libertad desde el inicio, a diferencia de Chile en que dentro del derecho penal hay por así decirlo, un monopolio de las penas privativas de libertad. El Código Penal contempla para el 90% de los delitos, una pena privativa de libertad. Las medidas alternativas nunca se concibieron como una pena directa. Cuando se penaliza en América Latina, juega un espectro ideológico muy fuerte, tanto en la opinión pública como en el ámbito de la justicia. Cuando se habla de medidas alternativas, el término ya está mal concebido. Las medidas alternativas son penas. Cuando los jueces las conceden creen que están aplicando un beneficio, y no 152 una pena que se cumple parcialmente en un medio libre. Hay que considerar que al individuo se le imponen una serie de restricciones, con lo cual ya se le está penalizando. El sólo hecho que no se le deje salir del país, se le deje bajo la vigilancia de un delegado y se le aplique un tiempo de control, constituye una pena. En definitiva, no se quiere legislar como pena, sino como si fuera una concesión de la autoridad. Eso es lo que impide legislar realmente con transparencia y responsabilidad respecto de las medidas alternativas. Es necesario crear un sistema alternativo de penas en el que se atienda a las causas de por qué se delinque y no con fines meramente de control. Se podría combinar este tipo de control con aquel que podrían ejercer los operadores sociales como las asistentes sociales, los psicólogos; esto es, con medidas que fueran realmente capacitadoras y crecedoras que es precisamente, lo que se debe hacer con los jóvenes. En los sistemas modernos judiciales y que tienen un estado de derecho mucho más fuerte, hay una gama grande de medidas alternativas y que están concebidas inclusive desde el inicio. Estas medidas son plenamente alternativas en el sentido de que no entran en el circuito de penalización y son concebidas de por sí como una alternativa de solución de conflicto. Yo creo que deben crearse dos gamas de medidas, alternativas de solución de conflictos como son la reparación a la víctima, la indemnización, la mediación, la conciliación, que no tienen por qué ser comprendidas en el ámbito judicial, pudiendo entrar en una instancia paralela, sin perjuicio de que puedan tener la supervisión del ámbito judicial, o que puedan funcionar en forma autónoma. Y otros que son penas alternativas propiamente tales como lo son el trabajo comunitario, medidas terapéuticas, como por ejemplo para personas drogadictas o alcohólicas. Todas las dificultades descritas, como la promulgación de las medidas, las garantías, el control de las medidas, los fines que éstas persiguen, surgen con más fuerza en el espectro desde los dieciocho a los veintinueve años. En ese sentido el avance que se va a lograr con la reforma procesal, recientemente aprobada en Chile es bastante importante, pero no es tan significativa como lo sería una reforma más profunda que también contemplara el aspecto sustantivo. Porque no se ha hecho un proceso tanto de despenalización como de descriminalización. Entonces, lo que sucederá en una serie de delitos en que va a poder utilizarse, por ejemplo, el principio de oportunidad (con el cual yo estoy de acuerdo) se entrará en un gran margen de discrecionalidad, por mucho que se reglamente, como lo demuestran los estudios criminológicos. En el ámbito anglosajón, especialmente en Estados Unidos, en que se aplica el sistema oral desde hace décadas, los procesos que llegan a juicio constituyen más o menos 6 a 7% del total de la población que ingresa al sistema procesal. Esto, a mi juicio, es bueno, por un lado, porque cuando se va a juicio, implica un problema de costo, de eficiencia, un problema de garantías, por lo que en la práctica resulta positivo el hecho de que existan pocos juicios. Pero lo perjudicial es que existe otro 93% de la población que sale del sistema por otras vías. Por ejemplo, en el sistema de suspensión condicional de la pena, muchas veces las personas prefieren declararse 153 culpable, sin serlo, para evitar el juicio y en el fondo se someten a un control muy fuerte (por ejemplo el sistema de pulseras). Otro tema es el de la discrecionalidad que tiene la fiscalía para acusar o no a una persona y de ahí se deriva la posibilidad de aplicar o no una medida alternativa. Por ejemplo en Estados Unidos el sistema de la probation afecta a una gran cantidad de jóvenes, por el hecho de ser tales. Cada vez más los jóvenes están sujetos a controles bastante discrecionales. Por eso las medidas alternativas no son inocuas. Deben establecerse los fines de ellas. Hoy en día no se discute qué es lo que se persigue. En el fondo se discute que se quiere penalizar y que se quiere evitar la reincidencia. Pero esto es un circuito perverso porque la reincidencia se produce por el circuito de criminalización. Por eso en los jóvenes estas medidas son particularmente delicadas. Al legislarse en el ámbito penal debieran verse los aspectos criminológicos más modernos. No se tiene una visión del funcionamiento real del sistema, sino que se tiene una imagen del sistema normativo. Pareciera que todo apunta entonces a evitar el contacto del joven con la cárcel La respuesta no puede ser tan simple, porque como lo demuestran los procesos desinstitucionalizadores y descarcelatorios de las décadas del 70 y 80 por ejemplo en Estados Unidos, en los que se trató de aplicar una política de prohibición casi absoluta de aplicar medidas, sobre todo a los jóvenes. En estos casos no se tomó casi ninguna medida de índole social y por ende estos sujetos volvían al circuito de la delincuencia, lo que provocó una contrarreforma, ya que la opinión pública expresó un malestar en cuanto al problema de la seguridad. Por eso es necesario la aplicación de medidas públicas dirigidas a la satisfacción de las necesidades, especialmente de los jóvenes. Además es necesario trabajar en la opinión pública el tema de la diversidad cultural y la tolerancia. Se trata de que el sistema procesal penal se desligue, pero por otro lado que el Estado adopte su responsabilidad como tal. Que tenga realmente un diseño de políticas públicas en ese ámbito. Cuando se comienza a hablar de la criminología crítica, a partir de la década del 80, se trata mucho de la satisfacción de las necesidades fundamentales. Respecto al tema de la seguridad ciudadana no se ha diseñado una política criminal, sino que solamente una política reactiva. Esto es, frente a determinados problemas, tal medida. Pero resultan totalmente incoherentes, porque no tienen patrones, directrices que atiendan en forma integral el problema, más bien son medidas de parche. Por ejemplo si analizamos la detención por sospecha, si se elimina legislativamente, se procederá seguramente a detener por otros motivos que no serán la detención por sospecha, pero que cubrirán el problema por igual. En países europeos que tienen sistemas penales garantistas donde el estado de derecho es más 154 fuerte, se ha producido un fenómeno de “administralización” del control policial. Existe un fuerte control de los inmigrantes, el control de la identidad, que están encubriendo este fenómeno. Así se abre un gran espectro de discrecionalidad para la policía, con grandes atribuciones para detener a las personas, lo cual constituye una privación de libertad. En el fondo el hecho de que exista la detención por sospecha, es una forma de discriminar la pobreza, una forma de controlar los conflictos que el estado no puede solucionar por otra vía. ¿ Considera Ud. positivo que aún exista el trámite del discernimiento en nuestra legislación, tomando en cuenta de que Chile es el único país en Latinoamérica en el cual aún se aplica? Por el sólo hecho de haberse suscrito la Convención sobre los Derechos del Niño, nuestra legislación entra en inmediata contradicción con los principios consagrados en ella. Nuestra legislación permite declarar a un joven sin discernimiento, lo cual constituye una figura totalmente ambigua. Por otro lado, los mismos criterios que se establecen para determinar si un joven actuó con discernimiento, son totalmente discrecionales. Son criterios de autor y no de acto, en el fondo son criterios positivistas, peligrosistas. El discernimiento no es más que un informe psico-social con criterios de autor y no de acto, porque el informe nada tiene que ver con el acto delictivo en sí. Se refiere más bien a la familia, escolaridad, entorno, etc.; es decir todas condiciones del joven y no del hecho. En vez de utilizarlo en beneficio de sus propias necesidades, para lo que se usa, es para determinar si es o no culpable. No se trata de un instrumento jurídico, ni de prueba, sino un presupuesto de procesabilidad. La justicia debe dar respuesta a estas situaciones acorde a un estado de derecho y que en él se respeten las garantías fundamentales. Lo que se debe hacer para evitar esto es legislar, establecer un proyecto de responsabilidad juvenil, para así evitar que en delitos graves no se dejen de aplicar los principios generales de responsabilidad, que no se produzca, de tal manera, la impunidad. Entrevista Nº 2 A continuación, se reproduce la entrevista efectuada a la criminóloga y profesora de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile Sra. Carmen Antony 1.¿Qué directrices debiera tener en Chile una política criminal específicamente orientada hacia los jóvenes, considerando que es el segmento dentro de la población que en la práctica mayormente se ve afectada por el poder punitivo del Estado? 155 En primer lugar debo decir que yo creo que no existe en Chile una política criminal específica en esta materia. Creo también que la política criminal del país tiene muchas incongruencias. A pesar de las buenas intenciones del gobierno, creo que no tiene una visión política de enfrentar realmente como debe ser el problema de los jóvenes infractores y los derechos del niño. La política criminal respecto de los menores infractores debería partir por la aplicación efectiva de la Convención sobre los Derechos del Niño y su implementación dentro de la legislación interna, además de las reformas pertinentes. Yo creo que la falta de aplicación de dicha Convención, se debe a una falta de decisión política. Como el segmento criminalizado es principalmente el pobre, no hay realmente una preocupación preferente. Se adoptan medidas “cosméticas” para arreglar el edificio, pero una reparación a fondo no existe. Es una política criminal que si bien puede existir en la teoría, como existe probablemente en el Sename, ésta no se ve en la práctica. No hay una decisión de llevar a efecto realmente esto. Con el nuevo Congreso también lo veo muy problemático que pase alguna de estas reformas por este problema de la seguridad ciudadana. Al parecer este problema de la seguridad ciudadana sigue una tendencia adversa a lo que se plantea a nivel de política criminal. Todo esto es un problema de tipo político. El problema de la seguridad ciudadana en el tiempo de la dictadura era un problema destinado a erradicar el terrorismo. Contra ello se dirigió todo el peso de la ley. Pero como hoy estamos en democracia y supuestamente no hay terrorismo, ahora hay que inventar un nuevo “caballito de batalla” que se llama seguridad ciudadana. Y esto es una política de la derecha, destinada a reforzar los mecanismos de represión. Yo pienso que el gobierno no ha tenido la visión de actuar con más firmeza, en el sentido de hacer una campaña con los medios y con la opinión pública destinada a decir que el problema de la delincuencia no es un problema de Chile, sino que lo es a nivel mundial, y a medida que la tecnificación, el desarrollo y la ciudad criminógena vayan creciendo, el problema de la delincuencia también lo va a hacer. Desde mi punto de vista es necesario disminuir la política de represión y aumentar la de prevención. Pero tú ves que la primera preocupación de la ciudadanía es la seguridad ciudadana, no es la pobreza. Y esa es una maniobra de la derecha. Entonces se afirma que vivimos en una ciudad insegura, lo cual no es verdad. Si tú miras las estadísticas de la delincuencia, ésta no ha sufrido grandes cambios, salvo en materia de menores y en de drogas, por las razones que vamos a ver después. Si tú ves, las cárceles están hacinadas de gente por tráfico de drogas, lo que es consecuencia de una ley represiva. Por lo tanto se requiere de una aplicación efectiva de la Convención, la implementación de la reglamentación relacionada con la Convención y una 156 modificación de todas las estructuras legales que están en contraposición con este texto. Y sobretodo campañas de prevención comunitaria, destinada a concientizar, educar y preparar a la población en el tema de la delincuencia, que es un hecho social normal, que sucede en todas las sociedades del mundo y que hay que aprender a enfrentar. Pero no lo vamos a solucionar con más represión. En cuanto a la seguridad ciudadana, si se va a traducir en mayor vigilancia, es mejor que se haga en las poblaciones, que es en donde ocurre el mayor número de delitos convencionales. Porque este tema de la seguridad ciudadana está enfocada a la delincuencia convencional, la delincuencia callejera. No se mira la delincuencia de “cuello blanco”. O los delitos ambientales, los delitos contra la seguridad en el trabajo. Todo este movimiento de la seguridad ciudadana está destinada a reprimir a las clases desposeídas, especialmente jóvenes, desviando la atención del verdadero problema, que consiste en la delincuencia no convencional que es la que mayor daño produce. Ese enfoque, es a mi modo de ver, el gran promotor de todas estas consecuencias y de la falta de una política criminal en este país. Una cosa es lo que dice el discurso y otra es lo que sucede en la realidad. Por otro lado yo no veo que se apliquen los tratados internacionales que nuestro país ha ratificado. A modo de ejemplo, yo no veo que los pactos relativos a Derechos Humanos sean invocados por los jueces. Hay un abismo entre la ley y el cumplimiento de la ley. Creo que falta preparación en la protección de los Derechos Humanos por parte del órgano jurisdiccional. En opinión del gobierno uno de los principios básicos que debe cumplir un proyecto de responsabilidad juvenil es la adecuación de éste a las disposiciones de la Convención sobre los Derechos del Niño. ¿Cómo se puede cumplir esto? En primer lugar hay que eliminar el trámite del discernimiento, que está en contraposición a toda la ideología de la Convención. Además Chile es el único país que aun mantiene esta norma. Otro anacronismo lo constituye el Código Penal. Es necesario modificar toda la legislación penal en lo que sea contrario a la Convención. Se deben aplicar principios de alternativa a la pena, y aplicar la privación de libertad como último recurso solamente. Sin embargo los jueces se someten al juicio de la opinión pública y por eso no se atreven a aplicar la Convención. No es que los jueces no conozcan la Convención, sino que de aplicarla, deberían dejar a muchos jóvenes en medio libre. Sobretodo porque hay un gran segmento de jóvenes que no son infractores, sino que se encuentran en situación de riesgo. En la práctica todos reciben el mismo tratamiento, tanto menores infractores como aquellos no infractores, lo que a su vez lleva a un fuerte contagio criminógeno. Por otro lado, bien es sabido, no existe un tratamiento jurídico adecuado, en el sentido de que se está tratando al joven como un objeto de derecho y no como un sujeto de derecho. Con el criterio de protección se ha abusado mucho, dejándolo en 157 una indefensión jurídica muy grande, es decir, sin las garantías que tienen los adultos. Por lo tanto, es necesario modificar la legislación de menores. En breve tiempo más comenzará a regir en Chile un nuevo sistema procesal penal que, en opinión de la doctrina, entre otras cosas tiende a garantizar de mejor forma los derechos del inculpado; esto tiende a beneficiar directamente al joven. En su opinión, para avanzar en esta línea, qué reformas al derecho penal sustantivo serían necesarias. A mí el proyecto de reforma al procedimiento penal me parece excelente, pero primero que todo hay que entender que el derecho penal y el derecho procesal penal deben ir absolutamente unidos. No se puede hacer una división entre ambos. Por lo tanto primero es necesario hacer un nuevo Código Penal. A lo menos debe hacerse una reforma conjunta, de manera congruente. Así, se puede evitar el desfase entre ambos textos legales. A modo de ejemplo se puede mencionar la penalización del duelo o del homosexualismo. En mi opinión va a ser muy difícil poder avanzar en esta línea. Por ejemplo para lograr formas de mediación en el campo penal, como ya existe en Alemania, Estados Unidos y Canadá. O diversas formas de alternativa a la pena de cárcel, que ayudarían mucho a descongestionarlas. Pensemos en los delitos de bagatela en que se podría aplicar la reparación del daño causado, un servicio a la comunidad. Por otro lado hay que lograr una proporcionalidad de las penas en relación al daño causado. Por ejemplo en el Código Penal se protege más la propiedad que la vida. Existen penas muy represivas para los delitos contra la propiedad pero no por ejemplo contra el medio ambiente. En los textos internacionales se contempla una gama de medidas alternativas para la pena de cárcel. ¿Considera usted que es factible aplicar estas medidas en Chile? Todo cambio de ley de cualquier tipo, no solo penal, requiere de una campaña de difusión, de educación y de concientización en la opinión pública. Que se entienda por qué se promulga la ley. En segundo lugar requiere que participe en la discusión todo aquel que tiene algo que decir. No solamente los senadores y diputados, sino que también psicólogos, sociólogos, criminólogos y los historiadores. Esto para que la ley corresponda a una realidad. En tercer lugar debe haber toda una infraestructura necesaria. Un buen ejemplo es la ley de violencia intrafamiliar, la cual a pesar de ser una buena ley, ha sido un fracaso, porque se dejó bajo la competencia de los jueces civiles, a los cuales no se les preparó debidamente, ya que no se crearon los tribunales de familia, que pudieran atender un tema tan complejo. Por otro lado los jueces delegan en personal menos preparado, como son los actuarios. Además entre las medidas que pueden aplicar está 158 el trabajo comunitario, pero en la realidad nunca se han aplicado, porque las municipalidades no han entregado las listas de las instituciones donde se puede cumplir esta medida. Por lo tanto falta la infraestructura necesaria. II.- Proyectos de Ley Actualmente en Tramitacion en el Poder Legislativo Detencion por Sospecha - actualmente en segundo trámite constitucional, Boletín Nº 914-07 - aprobado en general por la sala del Senado y evacuado el Primer Informe de la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia de esta misma Cámara, con fecha 31 de Marzo de 1997. Principales Normas: - Obligación de practicar información de derechos a los detenidos y aprehendidos al ingresar a la unidad policial. - Si se hace por orden judicial y, no existe resistencia a su cumplimiento, se informará, también, al afectado de sus derechos y del motivo de la detención, al momento de practicar la medida. - Existencia de un cartel destacado, en todo lugar de detención, el cual deberá contener una relación de los derechos consagrados en favor del detenido, conteniendo los artículos 293, 294 y 120 bis N 5 del C.P.P. - Modifica el artículo 260 C.P.P. eliminando los números 3 y 4 que permiten: a) detener, al que anduviere con disfraz o de otra manera que dificulte o disimule su verdadera identidad y/o rehusare darla a conocer, b) al que se encontrare en lugares o en circunstancias, que presten motivo para atribuirle malos designios. - Garantiza al detenido o preso, el derecho a que se le debe comunicar el hecho de su privación de libertad. - Fija un plazo de 24 horas para que el juez practique la primera interrogación del detenido. Con el objeto de hacer efectiva esta garantía: - invalida la declaración del detenido y ordena la desagregación de estos antecedentes, oficiando a la autoridad correspondiente para que aplique las sanciones pertinentes, si no se le practica la información de derechos - tipifica y castiga el delito de tortura. 159 La define como todo acto por el cual se inflija intencionadamente a una persona dolores o sufrimientos graves, ya sean físicos o mentales, con el fin de obtener de ella o de un tercero información o una confesión, de castigarla por un hecho que haya cometido, o se sospeche que haya cometido, o de intimidar o coaccionar a esa persona o a otras, o por cualquier razón basada en cualquier tipo de discriminación, cuando dicho dolores o sufrimientos sean infligidos por un funcionario público u otra persona en el ejercicio de funciones públicas, a instigación suya o con su consentimiento o aquiescencia. - deroga el Párrafo 13, titulado "De la vagancia y mendicidad", eliminando estos delitos del ordenamiento jurídico chileno. Puesto que estos tipos penales no protegen en la actualidad bien jurídico alguno. Modificacion de la Ley de Alcoholes Se encuentra en la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento del Senado. Segundo Trámite Constitucional. - establece multas relacionadas a la infracción de ingesta de alcohol en lugares públicos. - establece como medida alternativa la asistencia de los infractores a programas de rehabilitación. - establece una escala de multas para los infractores, de 3 a 10 U.T.M. - exige la exhibición de cédula de identidad a los menores de 18 acreditar su edad años de edad para - crea una comisión interministerial integrada por los Ministerios de Educación, Salud y Trabajo - señala la obligación de la presencia de advertencias que deban contener los envases de bebidas alcohólicas. - la rehabilitación de menores, es de carácter obligatoria pudiendo ser internado, aún contra su voluntad. - los locales que expendan bebidas alcohólicas solo podrán hacerlo entre las 09:00 hasta las 20:00 horas. 160 - Se prohibe la venta de alcohol a menores de 18 años, la adquisición de alcohol por éstos y el consumo en lugares públicos. Si el sujeto aparenta ser menor de edad, se le debe pedir que demuestre su edad de acuerdo a la Ley. - Se propone crear una Comisión Interministerial para la elaboración y aplicación de planes y programas de prevención al consumo y rehabilitación a consumidores de alto riesgo. - Si el infractor a las normas establecidas en el Proyecto es un menor de edad, se sancionará con multa a sus padres o guardadores. Protección de Menores en Materia Penal Primer Trámite Constitucional en la Comisión de Constitución de la Cámara Baja. - Se establecen medidas tutelares y disciplinarias alternativas que benefician a los menores de 18 años y mayores de 16 años de edad, en el caso que se les declare con discernimiento. - Tutelares: aseguraran el futuro desarrollo personal del menor. - Disciplinarias: Amonestación, obligación de servicios a la comunidad y, arresto de tiempo libre, de corto tiempo y de duración prolongada. - Penas: Sólo en casos calificados, con un límite máximo de 10 años. - Contiene un título especial, referido a los que este proyecto señala como "menores adultos", que son aquellos mayores de 18 y menores de 21 años, posibilitando la aplicación de medidas tutelares o disciplinarias, como excepción a la aplicación de una pena. Derecho de los Menores a la Defensa Jurídica Para cuenta en la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia de la Cámara de Diputados. - exime del tramite de la rendición de fianza de calumnia a los que ejerzan la acción penal derivada de delitos cometidos en contra de menores y el delito de asociación ilícita que pueda afectar a menores. - asegura la efectiva celeridad en la protección del menor. 161 - evita que estos delitos queden en la impunidad y permite impetrar oportunamente medidas tutelares o de protección en favor de los menores. Comunicación Oportuna de la Detención de una Persona En la Comisión de Constitución de la Cámara Baja, en Primer Trámite Constitucional para Primer Informe. - artículo único que modifica el inciso segundo del artículo 293 del Código de Procedimiento Penal, otorgándole al detenido o preso, aunque se encuentre incomunicado, el derecho de que se informe, por sí mismo, por la policía o por el tribunal a cuya disposición estuviere, a su familia, a su abogado o a la persona que él indique, el hecho de su detención o prisión. - Por su parte Carabineros de Chile y la Policía de Investigaciones deberán proporcionarle al detenido en esos recintos policiales los medios adecuados para el ejercicio de este derecho. Modifica Ley de Drogas Radicada en la Comisión de Constitución de la Cámara de Diputados en su Primer Trámite Constitucional para Primer Informe. - Mantiene en reserva la identidad de las personas que se sometan a tratamiento de prevención y rehabilitación por consumir drogas. - Protege a quienes denuncien a los traficantes de drogas, mediante el secreto de su identidad. - Crea Centros Comunales de denuncias a cargo de personal policial especializado. - Destina los bienes que se incauten del tráfico de drogas a instituciones públicas y privadas que realicen labores de rehabilitación de los consumidores. - Establece un agravante de la responsabilidad penal de los narcotraficantes, cuando: . Utilizan a adictos para la venta de drogas . Se aprovechen sexualmente de sus víctimas . Si con ocasión de la comisión del delito de tráfico, se produce la muerte a algún consumidor de drogas. - El derecho a libertad provisional se restringe debiendo considerársele un peligro para la sociedad. 162 Improcedencia de la Facultad Presidencial en el Otorgamiento de Indultos Particulares por Delitos Sancionados en la Ley de Drogas. En Primer Trámite Constitucional para Primer Informe en la Comisión de Constitución de la Cámara Baja. - impide la procedencia del indulto particular en favor de los condenados por delitos de tráfico de drogas, - incluye en los exceptuados para ser indultado, a los condenados por delitos de tráfico de drogas. III.- RESUMEN EJECUTIVO En el presente estudio se realiza un análisis de legislación internacional, a través del cual se enumeran los tratados internacionales suscritos por Chile (y que tienen fuerza vinculante), que contengan normas procesal penales o normas penales sustantivas. Luego se procede a identificar, dentro de estos tratados las normas que, dentro de este ámbito son aplicables a los jóvenes. Para una mejor comprensión del objeto de estudio se define qué se entiende, en la legislación internacional, por joven. Posteriormente se comparan estas normas con la legislación nacional que regula la situación de los jóvenes en conflicto con la justicia, pudiendo constatarse importantes deficiencias y contradicciones. El cuadro que se presenta a continuación enumera en orden cronológico estos tratados y resume el trabajo señalado. TRATADOS INTERNACIONALES PRINCIPALES NORMAS CUMPLIMIENTO EN LEGISLACION INTERNA DECLARACION DE GINEBRA 1924 Primera propuesta de aplicación de un sistema penal alternativo al sistema penal de adultos respecto a las personas que no lo son Se cumple parcialmente a través de la ley 16.618, ya que todo joven mayor de 18 años queda sometido al sistema penal de adultos sin distinción alguna, al igual que los jóvenes entre 16 y 18 años declarados con discernimiento DECLARACION UNIVERSAL DE Consagra derechos procesales DERECHOS HUMANOS 1948 penales aplicables a todos los individuos, que luego son desarrollados específicamente para los jóvenes(y niños) en la Convención sobre los Derechos del Niño Las posibles contradicciones en materia interna se abordan en el cuadro referido a esta última convención 163 LA DECLARACION UNIVERSAL SOBRE LOS DERECHOS DEL NIÑO 1959 Establece el derecho del niño a gozar de una protección especial, sin señalar la forma concreta en que debe llevarse a cabo esta protección La protección especial que se propone, se aplica en Chile con las restricciones descritas a proposito de la Declaración de Ginebra PACTO DE DERECHOS CIVILES Y POLITICOS Y PACTO DE DERECHOS ECONOMICOS, SOCIALES Y CULTURALES 1966 Consagra las primeras garantías y derechos específicos an al ámbito penal, como la no aplicación de la pena de muerte a menores de 18 años; separación de los delincuentes jóvenes de la población penal adulta, desde su procesamiento; hace especial mención a la necesidad de estimular la readaptación social En nuestra legislación no se aplica la pena de muerte a menores de 18 años declarados con discernimiento por la atenuante consagrada en el art. 72 del código penal ni a los jóvenes que se le aplica la ley 16.618, ya que dicha ley no consagra esta medida. En cuanto a la separación de los jóvenes de la población penal adulta el C. Penal lo prescribe respecto de las personas menores de 21 años y se desarrolla la idea en la ley 19.343, pero nuestra realidad penitenciaria no permite cumplir dichos preceptos, con lo que se produce respecto del joven un peligroso contacto criminógeno, dificultando enormemente la readaptación social de los jóvenes PACTO DE SAN JOSÉ DE COSTA RICA 1969 Consagra la necesidad de una justicia especializada para este grupo etáreo y de un tratamiento particular, además reconoce el derecho a medidas de protección La exigencia de una justicia especializada y un tartamiento, se cumple parcialmenteal excluirse a gran parte de los jóvenes que no entran en el ámbito de aplicación de la ley 16.618 CONVENCION CONTRA LA TORTURA Y OTROS TRATOS O PENAS CRUELES, INHUMANO O DEGRADANTES 1984 La prohibición de las conductas que aborda el tratado se aplica integramente a los jóvenes como parte de una familia En Chile se da plena aplicación a lo prescrito por el tratado, aunque en la práctica se han efectuado diversas denuncias en el sentido opuesto CUMPLIMIENTO DE NORMAS EN LA LEGISLACION CHILENA TRATADOS INTERNACIONALES PRINCIPALES NORMAS ANALISI S DE CADA PRINCIPIO CONVENCION SOBRE LOS DERECHOS DEL NIÑO 1989 Contiene un importante desarrollo de las normas procesales penales aplicables a los jóvenes(hasta 18 años) que a) Se aplica parcialmente en los términos de la ley 16.618 e incluso esta ley puede dificilmente considerarse como 164 puede agruparse como sigue: a) Regla de exclusión del sistema penal b) Principio de resolución jurisdiccional c) Tipicidad y legalidad de la pena d) Tratamiento jurídico diferenciado entre infractores de la ley penal y no infractores e) Derecho a la libertad personal no penal puesto que aplica frecuentemente medidas propias de un sistema penal b) Principio desarrollado debidamente por nuestra legislación interna c) La ley 16.618 no lo recoge adecuadamente(a pesar de ser un mandato constitucional) al consagrar medidas demasiado amplias y sin límite de tiempo lo que en la práctica significan verdaderas penas d) Al joven que se le aplica la legislación de adulto se le respeta este principio, sin embargo, la ley 16.618 permite un tratamiento conjunto de estas situaciones, al aplicar un mismo procedimiento y las medidas de protección e) Se refiere a varios subprincipios: 1.- Derecho a no ser privado de libertad en forma ilegal o arbitraria, que es correctamente desarrollado por la legislación de adultos, sin embargo no lo es en la ley 16.619, ya que restringe recursos para impugnar las resoluciones que la decretan; no procede la libertad provisional, la ley no describe bien las hipótesis en que se autoriza la restricción de libertad, etc. 2.- Derecho a que la detención, encarcelamiento o prisión de un niño sólo se utilice como medida de último recurso y durante un período breve, que la ley 16.618 no respeta en forma adecuada al no contener limitaciones específicas 3.- Derecho aestar separado de los adultos durante la privación d e libertad, que si bien se reconoce en el Código Penal y en el Reglamento Penitenciario no se respeta debidamente en la realidad 4.- Derecho al debido proceso, que en la Convención se desprende a partir de diversas normas que se respetan en 165 nuestra legislación de adultos, no asi en la ley 16.618 En un segundo capítulo se exponen aquellos textos internacionales que aun no adoptan forma de tratado y que, por ende, no tienen fuerza vinculante, pero que realizan importantes aportes al mejoramiento de la situación de los jóvenes en conflicto con la justicia. Nuevamente se extractan y comentan los aspectos más relevantes, para luego compararlas con la legislación interna. A través de este análisis se puede constatar el atraso de nuestra legislación en comparación a las directrices internacionales más modernas. El cuadro que se presenta a continuación resume este trabajo. RECOMENDACIONES INTERNACIONALES QUE NO TIENEN FUERZA VINCULANTE EN CHILE ASPECTOS MÁS RELEVANTES QUE DICEN RELACIÓN CON LA DELINCUENCIA JUVENIL REGLAS MÍNIMAS DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA DE MENORES (REGLAS DE BEIJING) - Ampliación del ámbito de aplicación de las reglas de modo que abarque: 1. - Los llamados “delitos en razón de condición“ con arreglo a las cuales se considera delito en los menores una gama de comportamiento distinta y, por lo general más amplia que en el caso de los adultos (por ejemplo ausencias injustificadas, desobediencia en la escuela y en la familia, ebriedad en público, etc.). 2.- Los procedimientos relativos a la atención del menor y su bienestar. 3.- El procesamiento de los delincuentes adultos jóvenes, aunque en este caso la aplicación de las reglas dependerá de las disposiciones pertinentes sobre la mayoría de edad. - Mayoría de edad penal La edad mínima para efectos de responsabilidad penal varía considerablemente en función de factores históricos y culturales. El enfoque moderno consiste en examinar si los niños pueden hacer honor a los elementos morales y psicológicos de responsabilidad penal. Si el comienzo de la mayoría de edad penal se fija a una edad demasiado temprana, o si no se establece edad mínima alguna, el concepto de responsabilidad perdería todo sentido. Por consiguiente, es necesario que se hagan esfuerzos para convenir en una edad mínima, razonable que pueda aplicarse a nivel internacional. 166 - Objetivos de la justicia de menores Dos son los más importantes objetivos de la justicia de menores. El primero es el fomento del bienestar del menor, especialmente donde se sigue un modelo de tribunal penal. El segundo objetivo, es el principio de la proporcionalidad, este principio es conocido como un instrumento para restringir las sanciones punitivas, y se expresa principalmente mediante la fórmula de que el autor ha de llevarse su merecido según la gravedad del delito. La respuesta a los jóvenes delincuentes no sólo deberá basarse en el examen de la gravedad del delito, sino también en circunstancias personales. Por el mismo motivo, las respuestas destinadas a asegurar el bienestar del joven delincuente pueden sobrepasar lo necesario y, por consiguiente infringir los derechos fundamentales del joven, como ha ocurrido en algunos sistemas de justicia de menores. - Alcance de las facultades discrecionales Para una administración de justicia de menores eficaz, justa y humanitaria se establece la necesidad de permitir el ejercicio de las facultades discrecionales en todos los niveles importantes del procedimiento, para así adoptar la medida más adecuada para cada caso particular. Por otro lado también se establece la necesidad de establecer controles y equilibrios a fin de restringir cualquier abuso de las facultades discrecionales, siendo la competencia y el profesionalismo los instrumentos más adecuados para salvaguardar los derechos del joven delincuente. Importante son también la formulación de directrices para el establecimiento de un sistema de revisión y de apelación u otro análogo a fin de permitir el examen de las decisiones y la competencia. Este último medio no se concretan en el presente documento por la dificultad de incorporarlos en reglas mínimas internacionales, debido a la diferencia que existen en cada sistema judicial - Derecho de los menores En este aspecto se hace hincapié en importantes elementos fundamentales de todo juicio imparcial y justo y que son internacionalmente reconocidos en los instrumentos de derechos humanos vigentes, tales como: la presunción de inocencia, el derecho de ser notificado de la acusación, el derecho a no responder, derecho al asesoramiento, el derecho a la presencia de los padres o tutores, etc. - Primer contacto Al respecto estas reglas disponen que cada vez que un menor sea detenido, ésta sea notificada de inmediato o en el menor plazo posible a los padres o tutores. 167 El juez, funcionario u organismo competente debe examinar sin demora la posibilidad de poner en libertad al menor. Los organismos encargados de hacer cumplir la ley deben reducir al mínimo el daño que podría provocarse. Cuando se aplique la prisión preventiva, los menores gozarán de todos los derechos y garantías previstos en las reglas mínimas para el tratamiento de reclusos aprobados por Naciones Unidas, entre estas el estar separados de los adultos y recluidos en establecimientos distintos o separados de ellos. - Autoridad competente para dictar sentencia En el evento que el caso del menor delincuente no sea objeto de remisión, éste será puesto a disposición de la autoridad competente (Corte, tribunal, Consejo, etc.), que decidirá con arreglo a los principios de un juicio imparcial y equitativo. - Asesoramiento Jurídico y Derecho de los Padres y Tutores El menor tiene derecho a hacerse representar por un asesor jurídico o a solicitar asistencia jurídica gratuita cuando esté prevista en la legislación interna. Por otro lado los padres o tutores tienen derecho a participar en las actuaciones del proceso, pudiendo la autoridad competente denegar dicha participación si existen motivos para presumir que la exclusión es necesaria para la defensa del menor. - Pluralidad de medidas resolutorias Las Reglas de Beijing proponen, en orden a evitar la internación, las siguientes medidas: -Ordenes en materia de atención, orientación y supervisión -Libertad vigilada -Ordenes de prestación de servicios a la comunidad -Sanciones económicas, indemnizaciones y devoluciones -Ordenes de tratamiento -Ordenes relativas a hogares de guarda y establecimientos educativos REGLAS MÍNIMAS SOBRE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LIBERTAD (REGLAS DE TOKIO) Acciones adoptadas en términos generales con anterioridad a la comisión de la conducta específica Son éstas de resorte del legislador y tiene por consecuencia excluir a priori el uso de la cárcel para sancionar determinadas conductas. Pueden presentar tres modalidades: -Desjudicialización de conflictos -Descriminalización -Establecimiento de penas no privativas de libertad para el delito Acciones adoptadas por quien dispone de la acción penal público Ellas son de resorte generalmente de los ministerios públicos en los sistemas de corte acusatorio, pudiendo o no estar entregadas al control 168 jurisdiccional. Implican darle una salida distinta al conflicto judicial, evitando llegar a una sentencia. -Ejercicio del principio de oportunidad -Medidas Presentenciales que contengan tres requisitos: delitos menores, inculpado confeso y que consienta en darle término al proceso de esa forma). - Acciones adoptadas para evitar la detención o prisión durante el proceso Se reconoce expresamente el carácter excepcional de la prisión preventiva y se recomienda la aplicación de otras medidas pero sin señalarse nada sobre el tipo de éstas y sus características. La celeridad de la puesta en libertad o en la aplicación de una medida sustitutoria de ésta resulta fundamental para evitar el contagio criminógeno que implica la cárcel. En el Informe del Secretario General para el Congreso en que se aprobaron las Reglas de Tokio permite dar luz sobre el tipo de medidas mentadas : Restricción de Movimientos Supervisión Pago de Fianza Libertad con obligación de comparecer - Acciones adoptadas al momento de dictarse la sentencia Consiste en posibilidades que se le dan al juez para no aplicar una sanción privativa de libertad al momento de condenar por un delito. Se dividen en penas alternativas y las que más propiamente se conocen como medidas alternativas. En el caso de las primeras, el legislador sanciona la conducta típica con alguna de las sanciones posibles, unas privativas de libertad y otras sin ese carácter. En cambio en la segunda, se trata de un beneficio que se le concede al condenado a quien, pese a corresponderle una pena de cárcel por el delito cometido, no se le aplica ésta y se adopta otra acción sobre su persona. A diferencia de las primeras puede estar sujeta a condiciones y, en el caso de quebrantamiento de éstas, el beneficiario puede verse obligado a cumplir la pena privativa de libertad. - Acciones adoptadas con posterioridad a la sentencia Se trata de modalidades que reviste el sistema de ejecución penitenciaria. Las Reglas de Tokio regulan estas medidas a la par de las otras alternativas a la cárcel, señalando que la autoridad competente tendrá a su disposición medidas sustitutivas posteriores a la sentencia para evitar el encarcelamiento y lograr una pronta reinserción social. DIRECTRICES DE LAS Estas directrices entran en un ámbito previo al de la comisión del 169 NACIONES UNIDAS PARA LA PREVENCIÓN DE LA DELINCUENCIA JUVENIL (DIRECTRICES DE RIAD) delito y del consiguiente proceso penal, toda vez que éstas tienden a la prevención y no al tratamiento del joven una vez que éste ya ha entrado en conflicto con la justicia, tema ya abordado por otros textos internacionales. En primer lugar se plantean ciertos principios fundamentales tales como la necesidad de enmarcar la delincuencia juvenil dentro de la prevención del delito en la sociedad, para lo cual se requiere un esfuerzo de toda la sociedad, para el desarrollo armonioso del adolescente. Se debe fomentar una participación activa de los jóvenes en la sociedad y se debe procurar el bienestar de ellos desde su primera infancia. . Por último se hace notar que la conducta de los jóvenes que no se ajustan a las normas generales frecuentemente forman parte de un proceso de madurez y que tienden a desaparecer espontáneamente. En segundo lugar, en el título de la prevención general, se señala que ésta se debe desarrollar a través del análisis del problema, formulación de programas, recursos disponibles, funciones bien definidas de las instituciones pertinentes, coordinación de los organismos gubernamentales y no gubernamentales, participación de la comunidad, especialmente de los jóvenes, etc. En tercer lugar se hace referencia a los procesos de socialización, entre los cuales se destaca el importante rol que cumple la familia, la educación, la comunidad y los medios de comunicación. En cuarto lugar se señala respecto de la política social, se exhorta a los organismos gubernamentales a dar una elevada prioridad a los programas dedicados a los jóvenes, lo que debe incluir fondos e instalaciones suficientes. Se reitera la necesidad de evitar la reclusión de jóvenes, y la necesidad de permitirles continuar su educación. En quinto lugar, respecto a la legislación y administración de la justicia de menores se destaca el deber de promulgar leyes y procedimientos especiales, de evitar castigos severos, limitar el acceso a armas de cualquier tipo, promulgar legislación que evite la estigmatización y victimización de los jóvenes. Además se promueve el establecimiento del ombudsman para los jóvenes el cual deberá supervisar la aplicación de las Directrices de Riad, las Reglas de Beijing y las Reglas para la protección de los menores privados de libertad. CUMPLIMIENTO DE ESTAS RECOMENDACIONES EN LA LEGISLACIÓN INTERNA Nuestra legislación de menores tiene por objeto precisamente abarcar los llamados delitos en razón de condición, a través de las hipótesis que contempla para la aplicación de una medida de protección como son: la irregularidad, peligro material o moral, participación en un hecho delictivo y petición de los padres en el ejercicio del derecho de corrección. 170 También se consagra en la legislación de menores procedimientos específicos que pretenden proteger su bienestar. En nuestra legislación el mayor de dieciséis con discernimiento y el mayor de dieciocho es considerado adulto para todos los efectos penales. Por lo tanto la ampliación del ámbito de aplicación de la normativa no abarca a este segmento de la población, para lo cual se debería modificar la legislación interna, ya sea a través de una ley de responsabilidad juvenil o a través de una solución parcial como sería la eliminación del trámite del discernimiento. En nuestro país se fija la edad penal mínima a los dieciséis años (cuando se obra con discernimiento) o a los dieciocho años. Al sistema del discernimiento se han hecho variadas criticas por parte de la doctrina, por lo cual se hace necesario eliminarlo para adecuarse a las tendencias más modernas. En América Latina el trámite del discernimiento ha sido eliminado, salvo en Chile, lo que revela su incongruencia con las Reglas comentadas. La legislación de responsabilidad juvenil pretende crear un segmento de población intermedio, entre la legislación de menores y la de los adultos, lo cual permitiría desarrollar adecuadamente los postulados de las Reglas comentadas. Si bien nuestra legislación de menores pretende dar cumplimiento a estos postulados, las medidas de protección que contempla han sido criticada por no respetar derechos del joven en los términos expuestos al contrastarse las normas de la Convención sobre los Derechos del Niño con la legislación nacional, a lo cual nos remitimos en este punto. Para cumplir con esta línea de argumentación, que se puede resumir en el otorgamiento de facultades discrecionales a los jueces de menores, pero sujeto a efectivas medidas de control que se traducen en el respeto de las garantías procesales contempladas en la legislación procesal penal de adultos, se deberían introducir diversas reformas a la legislación de menores vigente y en los términos expuestos al analizarse la Convención sobre los Derechos del Niño . Una de las críticas más frecuentes a nuestra legislación de menores es la falta de desarrollo de esta garantía constitucional. Esta carencia se debe a que no se reconoce debidamente al menor su calidad de sujeto de derecho, por lo que se omiten muchas garantías procesales. Especial mención requieren los artículos 41 inciso primero en relación con el inciso segundo del mismo artículo, que no permiten la oposición de los padres sino una vez impuesta la medida y no en la etapa previa, que se sigue sin forma de juicio. Nuevamente debemos remitirnos a lo expuesto al tratarse de la Convención sobre los Derechos del Niño. 171 En nuestra legislación procesal penal se desarrolla esta garantía para toda persona a través de toda una reglamentación de la institución de la detención que no viene al caso explicar. En la legislación de menores debería intensificarse esta garantía porque en la práctica los menores son recluidos en los centros policiales, interrogados y fichados, debido a que en la mayor parte del país no existe la policía de menor. Este principio no se contempla en nuestra ley de menores, ya que tanto Carabineros de Chile como Policía de Investigaciones, al detener a un menor inculpado de haber cometido un hecho constitutivo de crimen o simple delito, deben ponerlo directa e inmediatamente a disposición del tribunal competente, según lo señala el artículo 16 de la citada ley. Si lo anterior no fuera posible, deberán ingresarlo al Centro de Observación y Diagnóstico respectivo dentro de las veinticuatro horas y luego lo pondrán a disposición del juez, a primera hora de la audiencia más próxima o antes, si éste así lo orden. Nuestro ordenamiento, si bien contempla la especialización de la policía en cuanto a menores, esto no se ha cumplido debidamente en la práctica, ya que en amplios sectores del país los jóvenes son tratados por policía no especializada. La ley de menores no contempla esta garantía. Respecto de las medidas que contempla dicha ley, esta carencia se desprende del artículo 29 inciso final, que señala que “durarán el tiempo que determine el juez de letras de menores”. En cuanto a la separación de los menores de los adultos en establecimientos penitenciarios, el Código Penal y el de Procedimiento Penal, señalan que los menores que ingresan a éstos, deberán permanecer separados de los adultos. El Reglamento Carcelario hace especial mención a este punto en su artículo 17 y creando los “Centros Penitenciarios par Menores”. En su aplicación práctica, sin embargo, la falta de recintos y la carencia de garantías reales, convierten estas normas en meramente programáticas. En Chile todo joven debe ser puesto a disposición del juez lo antes posible. En tal sentido no se contempla la posibilidad de alguna forma de remisión, que permitiría la intervención de otros organismos. Por lo tanto, el joven es puesto a disposición de alguno de los 42 Juzgados de Menores existentes, los cuales ejercen la totalidad de la competencia de menores. Dicha competencia es, a juicio de los autores, amplísima (civil, penal y laboral), lo cual es perjudicial para llevar a cabo de manera adecuada la labor jurisdiccional que les corresponde. Particularmente, la doctrina aconseja que en materia de infracciones juveniles se opte por una máxima especialización. En cuanto al asesoramiento jurídico, en nuestra legislación no existen normas sobre comparecencia en juicio ni sobre asesoría letrada, puesto que el niño no es considerado parte en el procedimiento 172 Si bien nuestra normativa contempla una gama de medidas, se le han hecho diversas críticas, en primer lugar la amplitud que tiene el juez para aplicar las medidas enumeradas. En segundo lugar, la libertad para fijar el plazo de duración de éstas. Por último la facultad que tiene el juez de modificar con posterioridad dichas medidas si varían las circunstancias. Esto es particularmente grave si se consideran que todas éstas medidas implican siempre limitación o restricción de derechos de los menores. En nuestra legislación se encuentra pendiente un amplio debate respecto de la desjudicialización de conflictos y de descriminalización de los mismos, presupuestos necesarios para la introducción de reformas legales ya sea en el ámbito adulto o en el juvenil. De aprobarse la reforma procesal penal en actual discusión parlamentaria, se habrá dado un importante paso en el cumplimiento de estas directrices. En nuestro país se percibe una tendencia opuesta a la propuesta por las directrices en el sentido de solucionar los conflictos delictuales con mayores restricciones de libertad, por lo que un pronto cumplimiento de estos principios requiere de un profundo debate respecto de los principios que deben regir en el procedimiento penal, especialmente cuando se aplica a jóvenes. En nuestra legislación las medidas alternativas tienen una aplicación muy restringida, quedando reducidas a tres formas (reclusión nocturna, remisión condicional de la pena y libertad vigilada) y se aplica a un número reducido de situaciones. En general se puede sostener que el sistema penitenciario se encuentra dotado de un restringido número de herramientas legales y de recursos económicos como para poder sustituir la aplicación de la pena de cárcel por medidas más modernas. Consideramos que nuestro país no se encuentra preparado para incluirlos de manera satisfactoria en su legislación interna, considerando que aun no subsanan las diversas contradicciones que presenta respecto de la Convención sobre los Derechos del Niño, en los términos ya analizados. Pero no por eso carecen de importancia para nuestro país. En la actualidad se están desarrollando diversos proyectos legales en materia de legislación de menores y juventud, que necesariamente deben incorporar los postulados de la Convención sobre los Derechos del Niño y que, además, se deberían enriquecer en todo lo que los Reglas analizadas excedan dicha Convención. Por otro lado este estudio presenta, a modo de resumen, un esquema explicativo de las normas procesales penales que regulan las situaciones de conflicto de jóvenes con la justicia, para que el lector pueda familiarizarse con conceptos e instituciones jurídicas, que resultan difíciles de entender para personas ajenas al ámbito del Derecho. 173 Finalmente se proponen lineamientos para un futuro trabajo legislativo, que pueda mejorar la actual situación del joven en conflicto con la justicia, analizando los núcleos problemáticos más relevantes en la actual legislación procesal penal y penal sustantiva. Estos problemas están constituidos por la existencia de instituciones como la detención por sospecha, el trámite del discernimiento, los delitos de bagatela, la falta de una gama más amplia de medidas alternativas y su reformulación conceptual y en definitiva la falta de una ley de responsabilidad penal juvenil. Todos estos temas se desarrollan someramente en este trabajo, sin querer agotar su estudio, pero como un planteamiento indispensable para avanzar en el mejoramiento de la situación del joven en conflicto con la justicia. Detención por sospecha Si bien la Constitución Política del Estado permite la detención “por orden de autoridad” y “por delito flagrante” (art. 19 Nº7 c), nuestro Código de Procedimiento Penal va aún más allá del mandamiento constitucional, al permitir la detención por sospecha. Esta situación, según la mayoría de la doctrina, no permiten dar una adecuada protección a la libertad personal, garantía consagrada en el art. 19 Nº 7 de nuestra Constitución. Por otro lado, esta detención tiende a consagrar una forma de derecho penal de autor (es decir, un derecho penal que se aplica por las características del individuo) ya que no exige ni siquiera ser sospechoso de cometer un delito para proceder a la detención, sino que, por el sólo hecho de “ser sospechoso”. Sin embargo, una reforma que simplemente elimine la detención por sospecha no resulta suficiente, ya que se insertaría en un sistema procesal penal de corte inquisitivo, actualmente vigente en el país. Un proyecto más ambicioso sería un cambio en la forma en que el Estado enfrenta los conflictos sociales en que se ve envuelta la juventud. Una política represiva no es la manera de resolver el problema de la seguridad ciudadana, sino un enfoque global de carácter social tendiente a satderecho penal a través de los delitos. Estas definiciones muchas veces incluyen conductas cuyo reproche no es compartido por toda la comunidad, como son por ejemplo la ebriedad, la vagancia, el mero consumo de drogas. Precisamente estas conductas son mayormente ejercidas por los jóvenes, las cuales muchas veces corresponden a un proceso de búsqueda de identidad del joven y que tienden a desaparecer en forma espontánea a medida que la persona madura. En este sentido los autores anglosajones han llegado a sostener que la delincuencia juvenil es una creación del sistema penal. Se criminaliza a los jóvenes por conductas que no se pueden comparar con aquellas que muy probablemente 174 comenzarán a realizar si se les incluye en el sistema de represión penal y consecuentemente se les inserta en el mundo criminal de adultos. El problema reside en lo atrasado de nuestra legislación penal y en la falta de una redefinición de cuáles son los valores sociales más importantes y que consecuentemente deben ser protegidos penalmente En un Estado Democrático es necesario darle espacio a la participación ciudadana a través de una discusión libre, informada y responsable, lo cual debería cristalizarse a través de reformas legales en el Congreso. Hoy en día surgen como temas relevantes delitos tales como la corrupción, lavado de dinero, el narcotráfico y atentados contra el medio ambiente. Figuras que provocan mayor consternación en la opinión pública y que producen un gran daño social, en contraste con otras que la doctrina desde hace tiempo critica por el hecho de estar aún penalizadas como la vagancia, la sodomía, ciertas formas de hurto, el consumo privado de drogas, etc. Discernimiento Al analizarse la edad en la legislación penal nacional, se le puede ver como factor que determina la legislación aplicable, en razón de la imputabilidad penal. Así a una persona menor de dieciséis años se le aplica la llamada ley de menores (ley 16618), a una persona mayor de dieciséis años, pero menor de dieciocho años, que sea declarada sin discernimiento, se le aplica la misma ley y a una persona en la misma situación declarada con discernimiento o mayor de dieciocho años, se le aplica la legislación penal de adultos (Código de Procedimiento Penal, Código Penal y leyes especiales).Como se aprecia, a esta simple distinción de edad se le introduce un elemento distinto que es la declaración del discernimiento. La aplicación del trámite de discernimiento en nuestra legislación ha recibido diversas críticas, todas las cuales apuntan a la necesidad de erradicar esta institución de nuestra legislación. Por lo demás, pocos países aun la conservan, siendo Chile el único en Latinoamérica en mantenerla. Las críticas más importantes se refieren a la ambigüedad del concepto de discernimiento y la forma de determinarlo, considerando todos los factores que entran en juego y que el juez debe evaluar. Además existe una amplia discrecionalidad entregada al juez de menores para declarar a un menor con o sin discernimiento, lo que puede llevar a arbitrariedades. A esto debe agregarse las críticas que pueden hacerse al procedimiento que se utiliza, desprovisto de toda garantía. Por último debe agregarse la agravante de que no se está ante consecuencias menores, ya que, como se ha señalado, la legislación de menores se inspira en principios radicalmente diversos a la legislación de adultos, lo que implica que el futuro del menor dependa de una declaración judicial que adolece de las deficiencias señaladas. Nos parece que los argumentos expresados demuestran que se está ante una de las deficiencias más importantes de nuestra legislación penal aplicable a los jóvenes y que a diario debe ser aplicada por nuestros jueces. 175 Medidas alternativas La doctrina penal desde hace décadas ha sostenido, casi unánimemente, el fracaso de la pena privativa de libertad. Ante dicho fracaso, se avanza hacia formas alternativas de pena que permitan darle al castigo penal algún sentido dentro de la dogmática penal moderna, que se desarrolla dentro del marco de un Estado democrático de Derecho y de los Derechos Humanos. Si alguna vez se introdujo la pena de cárcel como una forma de terminar con los efectos perniciosos de las penas corporales, de la misma forma, hoy en día se plantean las penas alternativas como una forma de evitar los efectos nocivos de la cárcel. Todo lo planteado se refiere únicamente a la privación de libertad ejercida por el Estado mediante un juicio condenatorio respecto de alguna actuación del sujeto. Más grave aun se presenta el problema cuando se le priva de libertad por largos espacios de tiempo durante el proceso, en el cual goza como toda persona de la presunción de inocencia. Con mucha razón se ha denominado a la prisión preventiva pena anticipada, ya que en cuanto a sus efectos nocivos no difiere de la pena de cárcel. Las medidas actualmente existentes en Chile (libertad vigilada, reclusión nocturna y remisión condicional de la pena) han sido criticadas por diversos autores, a pesar de constituir un avance en nuestra legislación penal. En cuanto a las nuevas medidas que pudieran aplicarse en Chile, no parece necesario innovar respecto de las medidas ya existentes en las legislaciones extranjeras. Un análisis de cuáles resultan más convenientes o la posibilidad de idear nuevas medidas acorde a nuestra realidad debiera ser objeto de otro trabajo y para su implementación debiera abrirse espacio a un amplio debate. Sin embargo nos parece que la realidad expuesta en este trabajo, en cuanto a la situación de los jóvenes reclusos y de las características de estas medidas en nuestro país, constituye un suficiente fundamento para emprender dichas tareas. Proyecto de ley de responsabilidad penal juvenil Si bien todos los planteamientos de reforma desarrollados hasta aquí son importantes y urgentes, tienen por característica la de ser parciales. Por ende, si bien apuntan en la dirección correcta, resultan insuficientes. Se han seleccionado estos temas porque considera que son los más representativos de una problemática que los excede y que exige una profunda reformulación de nuestra legislación procesal penal y penal sustantiva, en la forma que, por lo demás, la gran mayoría de los países ya la han efectuado. Además han sido seleccionados porque constituyen los núcleos más importantes en cuanto a las deficiencias legislativas que presenta nuestro país en materia de delincuencia juvenil regida por la legislación de adultos. Por último se puede sostener que el problema de delincuencia juvenil excede ampliamente las deficiencias legislativas en materia penal. 176 La presente investigación revela la urgente necesidad de apuntar a una reforma global en cuanto a la legislación que rige al segmento de población objeto de este estudio. Un esfuerzo serio y consistente en materia penal debe abordar necesariamente una legislación especializada en materia de responsabilidad penal juvenil. Paralelamente debe ir acompañada de una profunda reforma al Código Penal y a las leyes especiales en materia penal, que la actualicen y la dejen a la par con la reforma procesal penal, que en la actualidad se están implementando. Sin embargo, la reforma penal sustantiva, que afecta a toda la población y no sólo a un segmento, excede con creces el propósito de este trabajo. No obstante ello, resulta urgente que se creen las condiciones propicias para avanzar hacia una profunda y pluralista discusión respecto a la reforma penal sustantiva, como la que fue necesaria para la aprobación de la reforma procesal penal. Estos dos caminos permitirían mejorar en forma importante los problemas expuestos en este trabajo y que por el momento se ha tratado de enfrentar a través de estas soluciones parciales ya que sólo así se puede lograr una efectiva y profunda modernización y democratización del país. En cuanto a la legislación penal juvenil no se pretende agotar el tema, sino que desarrollar lineamientos generales que respondan al análisis de los diversos tópicos que ha abordado el presente trabajo. En nuestro país existen en la actualidad intentos legislativos que abordan el tema de la delincuencia juvenil. El primero ya fue presentado formalmente al Congreso Nacional el 9 de Marzo de 1994 y se titula “Protección de Menores en Materia Penal”. Un segundo proyecto se encuentra en elaboración por parte del Ministerio de Justicia. El primer proyecto enunciado pretende introducir en nuestro país una reforma parcial, que en opinión de sus autores resulta más conveniente para desarrollar posteriormente criterios doctrinarios y jurisprudenciales. Además plantean que nuestra realidad presenta escollos técnicos y normativos que no sería posible superar a través de una reforma integral. Estos planteamientos no parecen adecuados, ya que, como se ha reiterado a lo largo del trabajo, existe una necesidad de buscar soluciones globales al problema. Atendiendo a los avances teóricos alcanzados por la legislación internacional, a la abundante literatura existente en la materia y a lo evidente de las deficiencias que presenta nuestro actual tratamiento de este problema, no se requiere un mayor desarrollo doctrinario. En vista de que el proyecto de gobierno al momento de concluirse este trabajo, aún se encuentra en estudio y por ende no se ha redactado un proyecto con carácter definitivo, sólo se expondrán los lineamientos fundamentales que deben informar una futura ley de responsabilidad juvenil. Un futuro proyecto debe tener como orientación básica, el ceñirse de manera estricta a la Convención sobre los Derechos del Niño. En tal sentido, nuestra legislación 177 debería recoger íntegramente el principio de exclusión de los menores del sistema penal. Esto hace incompatible, por ende, el trámite del discernimiento por las críticas ya señaladas. La edad mínima de ingreso a un sistema penal puede oscilar entre los doce y catorce años, pero sin salirse de este rango porque una edad menor atenta contra un adecuado desarrollo del niño y una edad superior también puede afectar una correcta internalización del sentido de la responsabilidad. El límite máximo para una aplicación de ésta ley debiera ser de dieciocho años ya que por lo general las personas en Chile asumen a esta edad roles sociales, los cuales presuponen cierto grado de madurez como lo son el ingreso al mundo laboral (en calidad de adulto), la vida universitaria, plena capacidad contractual y derechos políticos. También es necesario, establecer con precisión el hecho punible por el cual se puede aplicar el procedimiento especial que consagraría esta ley y sancionar al joven. Respecto al hecho punible en sí, sólo se debe castigar al joven por un hecho que de ser cometido por un adulto, constituiría un ilícito penal. Con esto se cumple con la garantía constitucional de la tipicidad y la legalidad del delito. Asimismo, a este grupo etáreo debieran reconocérseles todas las garantías procesales que se aplican a los adultos (por ejemplo la presunción de inocencia, derecho a ser oído, presentar testigos, posibilidad de revisión de la resolución jurisdiccional, defensa jurídica durante todo el proceso, etc.). Por otro lado, es necesario la implementación de un procedimiento oral y acusatorio, basándose en las mismas instituciones que el que tendrá el de adultos, por las consabidas críticas que hace la doctrina al actual sistema de corte inquisitivo. Este procedimiento debiera complementarse con una función educativa, de manera que el menor, de acuerdo a su capacidad intelectiva, comprenda la razón por la cual se ve afectado por la acción de la justicia, que logre internalizar valores como el respeto a los derechos humanos y aquellos que son protegidos por el derecho penal, vale decir, se realiza un esfuerzo por lograr la futura reinserción social en forma previa a la sentencia. Este mismo procedimiento debiera contemplar una especialización tanto en relación a los jueces de la causa, al ministerio público encargado de llevar a cabo la instrucción, como los profesionales que prestan su asesoría al juez en esta materia. Por último, este proyecto debiera contemplar una gama de medidas alternativas, medidas que a diferencia del sistema que se aplica a los adultos, pongan énfasis en la educación del joven y que no impliquen una ruptura con su entorno familiar. Por otro lado deben existir medidas alternativas que eviten la privación de libertad al joven (la cual sólo debiera aplicarse en casos graves y por un espacio de tiempo que no frustren su posibilidad de reinsertarse en sociedad). Si bien debe existir un catálogo amplio de medidas que permitan adecuarse al perfil de cada joven en particular, las medidas a aplicarse por los jueces deben ser específicas y determinadas en cuanto a su duración, para evitar así un abuso de la discrecionalidad, que implique un excesivo ejercicio del poder punitivo del Estado. 178 A partir de las directrices planteadas, se pueden redactar proyectos con distintas variantes (sobretodo en los aspectos técnicos que todo procedimiento contiene), pero que de manera alguna debieran contradecir los lineamientos esbozados. PERFIL PSICOSOCIAL Nuestras cárceles albergan jóvenes que en su mayoría provienen de los sectores más marginados de la sociedad, en donde la problemática familiar gira en torno a constantes luchas por sobrevivir en una sociedad en donde los recursos no se distribuyen de manera igualitaria. Como consecuencia a esto, la estructura familiar se desmorona en la imposibilidad de los progenitores de desempeñar los roles proveedores y protectores básicos, constituyéndose en figuras parentales débiles, inmersas en una realidad incierta y desfavorable, que los hace incapaces de establecer vínculos seguros con sus hijos. De esta manera, los jóvenes crecen careciendo de modelos adecuados de relación, de expresión y canalización de emociones, y de pautas morales y normativas que parecieran no poder desarrollarse en un contexto más precario, en donde las expresiones de afecto de los padres se encuentran ligadas a la satisfacción de las necesidades básicas y en donde las condiciones de vida hacen imposible la elaboración de proyectos a futuro, priorizándose el salir del paso aquí y ahora. En este contexto, no nos debe extrañar la falta de preocupación y el abandono, en cuanto a supervisión y guía, que esta familia inhabilitada en dicho aspecto hace respecto de la educación de los niños, en el ámbito de la transmisión de normas y en el ámbito de la educación formal, constituyéndose en jóvenes desprovistos de estrategias adecuadas para la inserción social y laboral. Es así como, mediante la ejecución práctica realizada en el presente estudio se constató que, en el área de la educación formal, un 43.8% de los sujetos no había completado su enseñanza básica, y sólo un 2.5% de ellos había completado la enseñanza media. Se obtuvo también que un 48.8% de los jóvenes carece de calificación laboral, y un 52.5%% realizaba alguna actividad lucrativa al momento de la detención. En cuanto a la ocurrencia de violencia intrafamiliar, un 51.3% de los entrevistados refirió la existencia este tipo de situaciones durante su infancia, mientras que el 58% de éstos reconoció haber sido él mismo objeto de agresiones de diverso tipo. En un 25% de los casos, los jóvenes registraron paso por Instituciones de protección durante su infancia. Junto a esto, muchos de los familiares y amigos de estos jóvenes, que se han encontrado en la misma situación de urgencia económica y de incertidumbre frente al futuro, ya han desarrollado estrategias alternativas, que se adecúan de alguna manera a su realidad y que, en muchos casos, corresponden a la actividad delictual. Por lo tanto, gran parte de estos jóvenes han sido socializados en grupos que tienen como 179 característica la aceptación y confirmación de ciertos patrones de conducta desviada, en un sector con escaso sentido de pertenencia social y que se percibe como imposibilitado para surgir. En efecto, se pudo constatar que un 47.5% de los jóvenes poseían antecedentes criminógenos familiares, de los cuáles un 73% correspondía a delitos contra la propiedad. Asimismo, un 11.2% de mencionó como principal actividad realizada durante la niñez la vagancia y las conductas delictivas, cifra que aumenta a un 16.3% al referirse a la adolescencia. Por otra parte, un 67.5% de los jóvenes entrevistados refirió antecedentes criminógenos de los pares, en que los delitos contra la propiedad alcanzaban un 96.4%. Todo lo anterior, unido a una falta de acceso real a oportunidades laborales, así como las condiciones en que se desarrollan los trabajos a los cuales pueden aspirar, hacen mucho más gratificadora la experiencia de tipo delictivo que la de tipo laboral, existiendo también un mecanismo psicosocial que facilita el desarrollo de la conducta delictiva. Así, al consultárseles por las motivaciones que los habrían conducido a incurrir en acciones delictivas, un 44.4% mencionó que constituían una estrategia de supervivencia ante la necesidad económica, mientras que un 10.3% consideraba esta conducta como una forma de trabajo. Nos encontramos, finalmente, con jóvenes desamparados socialmente, sin oportunidades de expresión activa, ni de toma de decisiones, es decir, jóvenes que no pueden constituirse como actores sociales. En una situación en que no se puede acceder a canales saludables de expresión, el consumo de drogas y alcohol se constituye por una parte, como válvula de escape a las emociones producto de la marginalidad, y por otra, como forma de respuesta transgresora de las normas sociales. Efectivamente, un 45% de los jóvenes reconoció como principal actividad durante la adolescencia el “carretear” con los amigos, siendo esta la edad de inicio en el consumo de alcohol en un 65% de los casos. Un 93.8% de los jóvenes refirió consumir alcohol, de los cuales un 74.7% lo hacía durante los fines de semana. Al referirse a los motivos para el consumo, un 70% de los entrevistados se refirió al rol socializador del alcohol, y un 11% a las cualidades antidepresivas del mismo. Así también, un 95% de los jóvenes reclusos señaló consumir drogas, de los cuáles un 57.9% dijo hacerlo todos los días, mientras que un 26.3% lo hacía los fines de semana. En este caso, y a diferencia del alcohol, un 19.7% de los jóvenes se refirió a la adicción como causa del consumo, lo que, unido a la costumbre y a la ocupación del tiempo, asciende a poco menos de la mitad de los entrevistados. Finalmente, un 180 35.5% de los reclusos nombró las cualidades antidepresivas de las drogas como principal motivación para el consumo. Más aún, a decir de los mismos jóvenes, después de la necesidad económica (o junto a ella), el consumo de drogas aparece como la segunda causa de conducta delictiva (18.5%), ya sea de manera directa o indirecta. Es por esta razón que muchos de los delitos en que se ven involucrados sujetos jóvenes, se caracterizan por ser cometidos en grupo, teniendo como objetivo conseguir dinero para el consumo. Proceso Penal La mayor parte de los delitos cometidos por sujetos jóvenes, dice relación con diversas formas de robo y hurto, y con el tráfico de drogas. Se observa un alza de la participación femenina en la comisión de este último tipo de delito. El hecho de que estas formas de conducta delictiva sean las más frecuentes en este sector, dice relación con la situación socio económica y las motivaciones del mismo. En relación al proceso penal, no se encontraron diferencias significativas en el tratamiento recibido por hombres y mujeres, por lo que este tópico se abordará de manera conjunta. Debido al circuito de creciente criminalización que conforma la cárcel, las conductas desviadas se refuerzan y mantienen, sin posibilidades reales de rehabilitación. Al consultar a los jóvenes se pudo constatar que un 85% de éstos era reincidente. En relación a la detención por parte de organismos policiales, existe la denuncia de altos índices de abusos y maltrato por parte de funcionarios. En efecto, un 49% de los entrevistados dijo haber recibido golpes, insultos o coacción o más de uno de ellos durante la detención, y un 38% dijo haber sido torturado. Estas situaciones constituyen verdaderos atentados a los derechos humanos los cuales permanecen en el más absoluto silencio e impunidad. Al abordar temáticas referidas al conocimiento de los jóvenes recluidos acerca de los derechos que poseen en las distintas etapas del proceso desde la detención hasta el cumplimiento de la pena, se constató que los jóvenes poseen escaso conocimiento de ellos. Es así como, solo un 58% de los jóvenes reconoció poseer algún derecho durante la detención, y menos de la mitad de ellos (41.4%) mencionaron al menos un derecho estipulado Esta cifra se incrementa levemente (68%) al consultárseles por los derechos que poseen en la etapa del proceso propiamente tal de los cuales un 61.7% mencionó al menos un derecho estipulado legalmente.. En relación al proceso penal, se pudo observar que no se cumplían todas las garantías que otorga la ley, mayoritariamente en relación al respeto de plazos de detención y normas procesales. Se constató también el desconocimiento de los 181 jóvenes de las normas básicas del procedimiento legal. Es así como una vez más los jóvenes ven vulnerados sus derechos, en este caso a un debido proceso. En cuanto al derecho a una Defensa Jurídica, se advierte que la mayoría de los jóvenes recluidos (77%) cuenta con un defensor, del cual un 58.4% es un defensor público. La evaluación que estos jóvenes hacen de la calidad de la defensa es negativa, lo que se evidencia principalmente en quejas referidas al escaso contacto (50%) y deficiente desempeño del defensor (35%), situación que se desprende del modo de funcionamiento del sistema público de defensa. Respecto a los beneficios y medidas alternativas a los que pueden acceder los jóvenes que ya han sido condenados, se constató nuevamente un escaso conocimiento de los mismos. Sólo un 54% de los reclusos dijo conocer las medidas alternativas a la pena, de los cuáles un 3.7% pudo mencionar al menos una de ellas. Calidad de vida al interior del penal En este punto se encontraron diferencias por género, por lo que se abordarán ambos casos por separado. La población femenina juvenil que se halla recluida, posee características específicas que la diferencia de otros grupos que se encuentran en condiciones similares. De esta manera, surgen problemáticas puntuales dada la confluencia de tres dimensiones particulares: reclusión, juventud y género. Las mujeres jóvenes ingresan al sistema penal principalmente por dos tipos de delitos : tráfico de estupefacientes y delitos contra la propiedad. Se puede observar que las motivaciones que conducen a estas jóvenes a incurrir en actos delictivos son de carácter económico, convirtiéndose esta conducta, en una vía de consecución del solvento necesario para la subsistencia de sus familias. Junto a esto, se debe considerar el hecho de que un gran porcentaje de las entrevistadas son madres y jefas de hogar, constituyéndose en el único sustento económico del grupo familiar, ya que, o no contaban con una pareja o ésta se encontraba también recluida. De esta manera, y unido al hecho de que en su mayoría las jóvenes provienen de los grupos más marginados social y económicamente, es que la conducta delictiva surge como una estrategia de supervivencia. Una de las consecuencias que surgen a raíz de la reclusión femenina, es la separación de la madre -pilar y fuente de sustento- del resto del grupo familiar, situación que revela, una vez más, el papel central de la mujer al interior de la familia. Como consecuencia de esto, las reclusas deben implementar una serie de estrategias para mantener la organización familiar. De esta manera, el cuidado de los hijos es depositado en los familiares más cercanos, generalmente la madre u otros de la línea materna. Paralelamente, estas mujeres intentan generar recursos para apoyar a sus familias desde el interior del penal, situación que se dificulta debido a la falta de alternativas laborales que les permitan obtener ingresos significativos 182 Por otro lado, muchos de estos delitos se encuentran asociados directa e indirectamente al consumo de drogas. Es decir, son cometidos bajo la influencia de determinadas sustancias, o con el fin de conseguir dinero para el consumo, lo que constituye una problemática principalmente juvenil. En relación a la calidad de vida durante la reclusión, las propias internas destacan como principal problema las dificultades que surgen en el establecimiento de relaciones humanas al interior del penal, ya sea con las propias internas o con las gendarmes. En efecto, señalan ser objeto de frecuente maltrato físico y/o psicológico por parte de la autoridad, y problemas de convivencia entre las reclusas. En torno a las condiciones materiales de la reclusión las entrevistadas señalaron principalmente falencias en la infraestructura del penal, aludiendo a la falta de espacio y como consecuencia de éste, hacinamiento y falta de privacidad. También mencionaron déficits en las condiciones generales de vida, como problemas de higiene, calefacción y alimentación para los niños. En relación a la maternidad, surgen problemáticas específicas que se refieren al embarazo y a la crianza de niños al interior del penal. Estas dicen relación, principalmente, con una atención médica deficiente, la carencia de una alimentación preferencial, salvo en casos extremos. Existe la percepción de que la reclusión afecta física y psicológicamente a los menores. En general estas situaciones son vividas por las mujeres con altas cuotas de angustia y preocupación. Cabe destacar la preocupación y esfuerzo que despliegan estas madres en el cuidado de sus familias y en la mantención de la cohesión familiar, a pesar de hallarse físicamente distantes. Esta situación resulta congruente con sus expectativas de asumir nuevamente la conducción de la familia una vez en libertad. Por su parte, los jóvenes varones destacan también la importancia de las relaciones sociales que se establecen al interior del penal, diferenciando los vínculos con gendarmes de los creados con los otros reclusos. En el primer caso, los jóvenes evaluaron negativamente la relación con los gendarmes, señalando maltrato, abuso e indiferencia por parte de éstos. En el caso de las relaciones que se establecen con los otros reclusos, las opiniones se dividieron entre quienes opinaban que éstas eran buenas -aludiendo a la solidaridad y apoyo entre quienes se encuentran en las mismas condiciones de encierro-, los que consideraban que la relación era regular “como en todas partes”, y quienes señalaron problemas de envidia y rivalidades, a menudo con peleas, y que por lo tanto evaluaron de manera negativa la relación entre los reos. Al referirse a las condiciones materiales en que se encontraban, se señalaron nuevamente problemas de infraestructura de los recintos. En efecto, situaciones como hacinamiento, falta de privacidad e higiene se presentaron en todos los penales, lo que unido a la mala calidad de la alimentación y de la atención médica, hace que la evaluación general de las condiciones en que viven los jóvenes reclusos sea negativa. Se refieren incluso trastornos graves de salud mental que se encuentran sin atención profesional. 183 En torno a las relaciones sociales externas, ya sean familiares o amigos, la única instancia de contacto son las visitas que éstos realizan a los internos. En general, los jóvenes perciben un cambio positivo con la familia, señalando una mayor comunicación y apoyo por parte de ésta. Por otro lado, la mayor parte de los entrevistados menciona un deterioro de la relación con los amigos, producto del distanciamiento ocurrido a raíz de la reclusión. Con respecto a la forma en que se llevan a cabo las visitas, los jóvenes señalaron situaciones de mal trato hacia ellas por parte de Gendarmería, mencionando también la precariedad de los lugares destinados para esos fines y la dificultad para recibir visitas conyugales, situaciones que también afectan la calidad de vida. Rehabilitación y Reinserción Las conclusiones referentes a este punto nuevamente se desarrollarán desagregadas por género. En el caso de la rehabilitación en las mujeres, la capacitación por lo general se traduce en pequeños cursos de corta duración centrados en manualidades típicamente asociadas a la condición femenina (es decir, bordado, costura, policromía, etc) las cuales generalmente no responden a las necesidades de calificación que necesitarán estas jóvenes al salir del penal. Por otra parte, en relación a la actividad laboral durante la reclusión, hay una escasa oferta de trabajo formal por parte del sistema penitenciario. Los trabajos son esporádicos y la retribución económica que ofrecen éstos son mínimas. Así, se dificulta el acceso de las jóvenes al mercado del trabajo, perpetuándose de esta forma la precaria inserción laboral que las mujeres tenían antes de la reclusión. Al abordar el tema de la reinserción, se observa una discordancia entre los trabajos, talleres y oficios enseñados al interior del penal, y los requerimientos prácticos del mercado laboral externo, situación que las reclusas consideran una de las principales dificultades para la reinserción laboral y social. También es posible observar que la oferta y la calidad de las actividades organizadas al interior del penal han sido insuficientes para dar cuenta de las necesidades específicas de las mujeres jóvenes recluidas. En torno a la rehabilitación, los reclusos varones, en su mayoría consideran que la cárcel no cumple esta función, aseveración que se basa en dos factores centrales. Por un lado, se encuentra la dificultad para acceder a los pocos cursos y talleres que imparte Gendarmería, que en su mayoría brindan una deficiente preparación y que no corresponden a los requerimientos del mercado laboral externo. Por otra parte, los internos perciben la cárcel como una “escuela del delito”, debido al constante y cercano contacto que se establece con sujetos más avezados en esta materia, lo que contribuye al desarrollo de la carrera delictual. Por lo tanto, la rehabilitación no es percibida por los sujetos como un proceso alentado por la internación en un recinto penitenciario, sino más bien como un trabajo 184 interno desarrollado a partir de una decisión personal, motivada y apoyada por el grupo familiar. La reinserción por su parte, es concebida por los jóvenes varones desde dos aspectos que se superponen : la reinserción laboral y la reinserción social. El principal obstáculo para la reinserción laboral está constituido por el hecho de poseer antecedentes penales, lo que provoca un constante rechazo por parte de los empleadores y un consecuente temor que paraliza la búsqueda de trabajo en el mercado laboral formal. De esta manera, el ex-recluso debe insertarse en el mercado informal, con toda la inestabilidad y desventajas que esta situación acarrea, o incurrir nuevamente en conductas delictivas. La reinserción social, por otra parte, se dificulta en extremo por la rotulación que efectúa la misma sociedad a quienes han estado recluidos, que se expresa tanto en los grupos sociales más inmediatos, a través de rechazo y el aislamiento, como en los organismos de seguridad pública, quienes actúan de manera prejuiciosa hacia ellos. Se indagó acerca de las posibles alternativas a la cárcel que los mismos reclusos pudieran proponer como forma de control social para la delincuencia. En este tópico pudimos recopilar variadas opiniones que convergieron en 2 propuestas. La primera de ellas hace alusión al mejoramiento de los recintos ya existentes, tanto en la infraestructura como en la calidad y cantidad de profesionales y funcionarios a cargo de su rehabilitación. Así también, se menciona un mejoramiento en la administración al interior de los recintos, contemplando la distribución del tiempo ocioso y del trabajo, con el objeto de que estos centros se constituyan como reales agentes rehabilitadores. La segunda propuesta está dirigida a la creación de nuevos centros, con fines rehabilitadores centrados en la educación y en el trabajo, en donde la reclusión dejara de ser el aspecto prioritario y pudieran encontrar apoyo y herramientas útiles no sólo para salir del ciclo de delincuencia, sino también de la situación marginal en que se encuentran. Orientaciones y propuestas De lo antes expuesto se puede concluir que la delincuencia juvenil no debe abordarse exclusivamente desde un punto de vista penal, es decir, los jóvenes reclusos no pueden considerarse sólo como individuos carentes de libertad, sino que también debe observarse su condición de jóvenes, de marginalidad, atendiendo también a las diferencias de género. Estas consideraciones deben asumirse a priori y de manera global, es decir, desde el diseño de los recintos penales hasta las políticas de rehabilitación y reinserción laboral aplicadas a hombres y mujeres en reclusión. La importancia de que estas políticas incorporen el concepto de juventud, se debe a que ésta es una etapa del desarrollo definitoria para todo ser humano, durante la cual las 185 mujeres reclusas deben hacerse cargo además de la crianza y educación de sus hijos, generalmente de corta edad. Por lo tanto, para lograr efectividad en cualquier intervención de carácter psicosocial que se desee implementar en materia de jóvenes en conflicto con la justicia, se deben considerar las características distintivas de este grupo social. Tomando lo anterior en consideración, se puede proponer intervenciones en las siguientes direcciones : 1.- Por una parte, parece conveniente realizar un mejoramiento de las iniciativas que ya han sido implementadas en los recintos penitenciarios, como son los cursos de capacitación y talleres que se imparten en los mismos. a.- Respecto a la educación formal, se debe mejorar el sistema de acceso a los cursos destinados a completar la enseñanza básica y media, con el fin de brindar las oportunidades necesarias para una satisfacción más eficiente de esta demanda. b.- En relación a los talleres que actualmente se dictan en dichos recintos, favorecer en áreas recreativas, deportivas, artísticas y de desarrollo personal, con el fin de promover el adecuado uso del tiempo ocioso y de estimular las potencialidades individuales, y de esta manera favorecer la reinserción social de los sujetos. c.- En torno a la capacitación laboral que se realiza al interior de los penales, se sugiere la implementación de cursos que, por una parte, correspondan a las demandas reales del mercado laboral externo y que, por otra, capaciten en oficios que se traduzcan en posibilidades de trabajo concretas, favoreciendo una real reinserción de los jóvenes en materia laboral. En este punto, sería importante incentivar el apoyo de empresarios, a través de un aumento en la oferta de empleos para los jóvenes reclusos al interior de los penales, con remuneraciones acordes al mercado y con posibilidades de continuidad una vez cumplida la pena. 2.- Por otra parte, se requiere intervenir, específicamente en el fenómeno de la drogadicción al interior de los penales, ya que esta problemática se ha constituido como un importante detonante de la conducta delictual. Se debe favorecer el desarrollo de programas de prevención y rehabilitación al interior de los recintos penitenciarios, implementados por profesionales del área de la salud mental. Sin embargo, a pesar de que la existencia del consumo de drogas al interior de los penales no es desconocida, se requiere realizar investigaciones específicas que describan y caractericen la dinámica del desarrollo de este fenómeno. 3.- Para llevar a cabo estas propuestas de intervención, es fundamental que los profesionales y funcionarios que participen en la implementación de las mismas, sean previamente capacitados para el desempeño adecuado de su labor, considerando las características particulares del grupo con el que se está tratando, las que ya fueron mencionadas anteriormente. Es importante que se desarrollen instancias de 186 perfeccionamiento en el tema, y de apoyo psicológico tanto para los profesionales como para funcionarios. 4.- Es importante realizar jornadas educativas de sensibilización y apoyo en salud mental para todos los funcionarios de Gendarmería que se encuentran en contacto con los internos, de manera de desarrollar mejores relaciones entre ambos grupos. 5.- Se hace necesario crear instancias de apoyo psicosocial y económico tanto para reclusos como para ex reclusos, que favorezcan la reinserción social y ayuden a la superación del “trauma de la cárcel”. En este sentido se destaca el trabajo desarrollado por los profesionales del C.R.S. de Santiago, dirigido a integrar la experiencia de la cárcel de manera adaptativa para el sujeto. 6.- En el caso específico de las jóvenes reclusas, se torna urgente implementar un mejoramiento de las condiciones de vida al interior de los recintos penales, principalmente en el caso de las jóvenes embarazadas y las madres con niños de corta edad, de manera de proveer de los elementos básicos para enfrentar estas etapas de manera adecuada. En este sentido, se sugiere optimizar la atención médica y psicológica, y el cuidado, alimentación e higiene de la madre y el niño. 7.- Finalmente, no se debe restar importancia al papel de la prevención de la conducta delictual. En este sentido, se hace necesario impulsar y desarrollar el trabajo que se realiza a nivel comunitario, favoreciendo la creación y establecimiento de redes sociales, y reforzando las iniciativas dirigidas a jóvenes y niños. 187 IV.- BIBLIOGRAFIA “ Delincuencia común en Chile” Cooper M, Doris Santiago: Editorial LOM 1994 “Características Sociocriminológicas de Delincuencia Juvenil en Chile” Tesis Universidad de Chile. G.Espinoza y E.Lagos 1983 “Delincuencia y Personalidad” Eysenck, H.J. Madrid: Editorial Marova 1976 “Adaptaciones Test EPQ-R a la Población Penal Adulta del Area Metropolitana de Chile” Meneses C y Bustos M.T. Tesi UDP 1991 "Constitución, tratados y derechos esenciales" Medina Cecilia 188 Santiago: Corporación Nacional de Rep. y Rec. - 1994 Cont: i - El derecho Internacional de los DDHH y el ordenamiento jurídico chileno (Cecilia Medina). ii - Instrumentos internacionales de DDHH - 1. Tratados internacionales de DDHH ratificados por Chile que se encuentran vigentes - 2. Declaraciones Exs.: U.D.Portales. "Instrumentos internacionales de DDHH vigentes en Chile" López Danson, Carlos Santiago - Edición Nacional de DDHH - 1994 Cont: 1. Ordenamiento internacional y derecho internacional 2. Recursos judiciales 3. El acceso del individuo al sistema de protección internacional 4. Conclusiones 5. Indice de instrumentos internacionales 6. Indice de instrumentos internacionales clasificados 7. Declaración Universal sobre DDHH Materia: NU, Unesco, OIT, OEA, OUA; Consejo de Europa, Comité de persecusión del delito y .... contra la delicuencia, Convención de Ginebra, Tratados internacionales, Instrumentos internacionales, Recursos judiciales, O.I., Convenciones internacionales, Declaraciones internacionales, Chile. Exs.: U.D.Portales. "Protección procesal de los DDHH ante los tribunales ordinarios" Torre, Jose Antonio Madrid - Montecorvo - 1987. Mater: Derecho procesal - DDHH "El recurso de protección ante el derecho comparado" Paillás, Enrique Santiago - Juridica de Chile - 1990 189 Cont: 1.Introducción 2.El referé (Francia y Bélgica) 3.El amparo en algunas legislaciones latinoamericanas 4.El recurso de protección en Chile. Mat: Recurso de protección, Recursos amparo, Derecho comparado, Argentina, Brasil, Chile, Mexico, Francia, Bélgica. Exs.:U.D.Portales. "La garantía constitucional de los derechos fundamentales: Alemania, España, Francia, Italia." López Pina, Antonio Madrid - Civitas - 1991 (374 pgs) Mat: Derechos fundamentales, garantías constitucionales, Derecho comparado. Exs.: U.D.Portales. "Derecho penal latinoamericano comparado - parte general" Bustos R., Juan - Valenzuela B., Manuel Buenos Aires - Depalma - 1983 Abs.: Se realiza un estudio del código penal tipo en Latinoamérica y un esbozo histórico del derecho penal en la región. El análisis de derecho comparado contempla temas como la ley penal en el tiempo y en el espacio, en relación a las personas, el delito, antijuricidad y causales de justificación, culpabilidad, etc.. Todo esto en el v.1. En el v.3 se se presenta el conjunto de los códigos penales latinoamericanos, sus proyectos y anteproyectos, además de una revisión de la legislación alemana. Mat. Código penal, Derecho comparado, ley penal, delitos, culpablidad tipicidad antijuricidad. Exs.: U.D.Portales. "Delincuencia juvenil y sociedad en transformación: derecho penal y procesal de menores" Cantareno, Rozío 190 Madrid, Montecorvo - 1988 Cont: 1.Las desviaciones de jóvenes 2.La delincuencia de menores y jóvenes 3.Derecho procesoral de menores (3.1. La Constitución como referencia obligatoria 3.2. La Jurisdicción 3.3. La Constitución y los derechos jurisdiccionales del menor de edad penal 3.4. Sistema de recursos) 4. Alternativas legislativas. Mat: Criminología, Delincuencia juvenil, Problemas sociales, Derecho Penal y Procesal, Menores - Derecho Penal, Legislación, Derecho Comparado, España. Exs.: U.D.Portales. "Bases críticas de un nuevo Derecho Penal" Bustos, Juan Bogota, Temias - 1982 Mat: Derecho Penal Código: CEFM F01855 "Criminología crítica y crítica de derecho penal: Introducción a la sociología juridico-penal" Baratta, Alessandro México, SXXI - 1986 Abs.: El autor hace un recuento de las más importantes teorías criminológicas tanto desde el punto de vista de la sociología jurídica como de la sociología jurídico-penal: escuela liberal clásica, criminología positivista, la ideología de la defensa nacional. teorías psicoanalíticas, teoría estructural-funcionalista de la desviación y la anomia, teoría de las subculturas criminales. Luego presenta el nuevo paradigma criminológico del labelling approach o enfoque de la reacción social, basado fundamentalmente en tres críticas: negación del principio del fin o de la prevensión, negación del principio de igualdad, y negación del principio del interés social y del delito natural. La superación de este modelo se comprenderíacomo la construcción de un nuevo modelo integrado de ciencia jurídica. Mat: Criminología, Derecho Penal, Criminología - Sociología, Capitalismo, Positivismo, America Latina, Europa. Exs.: U.D.Portales. 191 "Sistemas penales y DDHH en las Americas Latinas: Primer Informe" Institutot Interamericano de DDHH Buenos Aires - Depalma - 1984 Cont: Primer Informe - 1. Documento de discusión para el seminario de San José (1115 de Julio 1983) 2. Introducción 3. Consideraciones básicas 3.1. Previsiones conceptuales 3.2. Encuadramiento teórico mínimo a nivel jurídico y su crítica ideologica 3.3. Limitaciones y al conocimiento de los efectos practicos 4. Principales contenidos de la investigación 4.1. Información juridica (represividad) 4.2.Inf. Pra.: inefiancia 5. Mecánica 5.1. Programación 6. apendice 6.1. Criminalidad y desarrollo en AL. Mat: Derecho Penal, Criminología, sitema penales, AL Exs.: U.D.P.ortales. IBIDEM - 1986 Cont: Informe final - 1. Legislación penal 2. Legislación procesal 3. Legislación contravencional, de peligrosidad y policia 5. Legislación tutelares 6. Legislación penal militar 7. Omisiones legales y fácticas que implican con otras violaciones de los DDHH 8. Encuardamientos ideólogicos generales en perspectivas historíca 9. Fenómenos Fácticos violativos de DDHH Doc: final del Programa de investigación desarrollafda por el Inst. Interam. de DDHH. Exs.: U.D.Portales. "El sol en la ciutad: estudios sobre prevención del delito y modernización penitenciaria" Dominiguez Vial, Andrés Escolar Aguirres, Fernando Santiago - Editore Nac. de DDHH - 1993 Cont: Primera Parte: De la prevención general a la prevención especial 1.1. pólitica de prevención integral 1.6. Prevención especial: sistema intromuros 1.7. Medidas sustitutivas a la prisón en Chile 1.8. Modernización de la política penitenciara Exs.: U.D.Portales. "Seminario DDHH: desafio para un nuevo contexto" Aylwin, Jose 192 Comisión chilena de DDHH Santiago, Com. chilena DDHH - 1992 Cont:.... 3. Derechos del niño y del adolescente Mat.: Dº del niño, jóvenes, mujer, pobreza, Mºambiante, Pueblo indigenes Exs.: U.D.Portales. "Derecho penal juvenil" Péroz Ferreiro, Maria de los Angeles Montevido: Universidad 1993 abs,: Luego de algunas breves consideraciones teóricas sobre control social marginalidad y subculturas, la autora presenta un informe de una investigación sobre menores infractores y la aplicación de medidas de seguridad educativas. como conclusión presenta una serie de consideraciones sobre el derecho y la justicia de menores, y en particular sobre el artíclo 45 del código penal uruguayo. Mat: Menores, Derecho penal, delincuencia juvenil, Jóvenes, Control social, Menores de edad, Uruguay. Existencia: U. D. Portales "Constitución y DDHH: jurisprudencia nacional e internacional y técnicas para su interpretación" Miller, Jonathan Gelli, María Angélica Cayuso, Susana Buenos Aires, Asteria - 1991 Mat: DDHH, Libertad de expresión, recurso procesal, igualidad, JP, debido proceso, control constitucional Exs.: U.D.Portales. “Comentario Procesales" Tavolari Oliveros, Raúl Vlpso Edeval - 1994 abs.: En su capítulo quinto, Tavolari hace una lectura del proceso civil chileno desde el debido proceso y la eficacia de la jurisdicción de cara a la reforma. En el sexto una 193 revisión de los pactos internacionales en relación al proceso, y luego en el séptimo un panorama iberoamericano del Habeas Corpus. Mat: Enajenación forzada, error judicial, debido proceso, habeas corpus. Exs.: U.D.Portales. "Peculiaridad.. y función de los derechos fundamentales en el estado constitucional democrático.. " Scheiner, Hans-Peter en : "Derecho y societad: Rev. de CCSS (Santiago de Chile" Año 1, n8 2 Prim. 1988, p. 9-32. Cont: I. Aparición y evolución de los derechos fundamentales. 1. Derecho fund. como Derecho conferidos de "status" 2. Clases de Derecho Fun. 3. Aplicación de los Derecho fun. II. P ... de los derechos fundamentales III. Funciones de los derechos fundamentales. Mat: Derechos civiles - Alemania - Derecho comparado Exs.: Congreso. "Observaciones sobre la detención ilegal cometida por funcionario público en los Códigos españoles y chilenos." Bazaman Rodriguez, Antonio en: Dercho y Sociedad - Rev. CCSS - Santiago Chile, Año 1, n°2, primav. 1988, p. 7486 Mat: Chile, Cod. Pen, España, Cod. Pen., Derecho Comparado, Detención de personas. Exs.: Congreso. "La protección de las personas frente a los organos del Estado brindada por normas constitucionales: estudio de derecho comparado". Connelly, thomas john en: Serie estudios - Biblioteca del Congreso Nacional -Santiago - Volumen 3 (abril 1993) P 15-28. 194 Cont: Introducción - Mecanismos constitucionales para la defensa de las personas frente al Estado en la legislación positiva internacional: 1. Chile 2. Reino Unido 3. Holanda 4. Francia 5. EEUU 6. España 7. Suecia 8. Canadá 9. Brasil . Abs: Se revisan las constituciones de diversos países. Se enuncian derechos individuales y sociales, en términos generales y específicos, los que generalmente no son respetados por la administración pública que tiende m,as a fiscalizar deberes que a garantizar derechos. Luego se enuncian los derechos ciudadanos sin explicitar mecanismos para su defensa. Mat: Defensor del Pueblo - Exceso de poder (Derecho adm.) - Derecho comparado. Exs.: Congreso. "Hacia la codificación del Derecho° procesal consttitucional" Tavolari Oliveros, Raúl en: Revista de Derecho: Derecho, Sociedad, Cultura - Facultad de Derecho Univ. Centr. Sant., Año IV, n8 2 (publ/diciembre 1990), p. 83-88. Abs.: Se manifiesta la importancia de plantear el tema de la Codificación de la Justicia Constitucional. Tener en cuenta la naturaleza de los conflictos y los problemas que esta justicia, o esta jurisdicción, habrá de asumir. Lo inquietante en torno a si la Codificación es posible dice relación con los derechos, los mecanismos constitucionales y los distintos procedimientos de cautela de los derechos fundamentales. Mat: Garantias constucionales - Constitucionalidad de la Ley -Derecho Comparado. Exs.: Congreso. "Presente y futuro de la victimología". Bustos R, Juan en: Revista de ciencias penales - Instituto de ciencias penales - Santiago - , Tomo XL. N8 1 (1990/1993), p. 9-48. Cont: I El planteanmiento del problema - II. Victimología del Derecho penal - III. Víctima y proceso penal - IV. Victimología y seguridad ciudadana - V. Qué queda de la victimología. abs.: Se refiere a las diferentes perspectivas que han surgido en el ültimo tiempo ecerca de la Víctima, las cuales abandonan los planteamientos positivistas, y que al igual que el caso del delincuente, se vuelven al proceso de victimización. Se considera 195 además, a la relación entre la victimología, el derecho penal y la seguridad ciudadana, tema que en la actualidad resulta fundamental en la posición del estado para la protección del derecho a las personas. Mat: Criminología, Procedimiento Penal. Exs.: Congreso. "Critica del Derecho Penal de hoy: norma, interpretación, procedimiento: limites de la prisón preventiva." Hassemer, Wienfried Buenos Aires, Argentina - AD-HOC. 1995. Cont: Un Derecho correcto mediante un lenguaje correcto ? Acerca de la prohibición de analogía en el Derecho penal. El destino de los Derechos del ciudadano en el Derecho penal "eficiente" - Lienamientos de un proceso penal en el estado de Derecho - Los presupuestos de la Prisón preventiva. Mat: Derecho penal, Procedimiento penal, Derecho del lenguaje, prisión preventiva. Exs.: Congreso Vlpo. "Orientaciones básicas del Derecho penal en un estado democrático de Derecho8" Feller Schleger, Claudio. en: Rev. de Ciencias penales / Instituto de ciencias penales (Santiago, Chile) Tomo XL, n°1 (1990/93) p. 36-48. Cont: I.Derecho Penal y Estado - II. El Derecho Penal como carta magna del delincuente - II. El Derecho Penal al servicio de la sociedad y el individuo (componente social del Derecho Penal democrático). Abs.: Se refiere a las estrechas relaciones entre el derecho penal y el modelo de estado en el que se inserta y al cual sirve. Dice el autor que desde hace tiempo que la literatura jurídica destaca estas relaciones. Agrega que el llamado "estado de derecho democrático" adquiere una dimensión social, cuando se le atribuye no sólo la función de garante del respeto a los derechos de las personas, sino también cuando se le asigna una función activa de promoción material, a tavés de su intervención en las relaciones sociales, de los derechos reconocidos formalmente. Mat: Estado de derecho, derecho penal, derecho comparado. Exs.: Congreso. 196 “Teoría y estructura sociales” Merton, Robert México, F.C.E., 1964 Mat.: Teoría sociológica, conducta desviada. Abst.: Merton construye una nueva teoría de la anomia, como teoría de alcance medio. Constituye ésta una superación de la noción de anomia como mera falta de normas. Distingue dos elementos fundamentales de lo que llama estructura cultural de la sociedad: los objetivos culturalmente definidos y los medios institucionalizados para alcanzarlos. La conducta desviada se origina apartir del desajuste entre ambos elementos. Rechazando la concepción de mérito de Durkheim de base biológicosicológica, se centra en las derivaciones sociales del egoísmo y rechaza la idea de que la anomia sea resultado de que la sociedad no puede impedir que el impulso biológico halle su "vía de escape". Merton construye una tipología de las respuestas ("modos de adaptación individual") ante la sociedad norteamericana imperfecta: conformidad, innovación, ritualismo, retraimiento y rebelión, de las cuales sólo la primera no constituye una adaptación desviada. “Principles of criminology” Sutherland, Edwin H. Filadelfia, J.P. Lippincott. 7a ed. 1966. Mat.: Criminología, teoría sociológica, conducta desviada. Abst.: La teoría de la asociación diferencial sostiene que una persona se hace delincuente por un exceso de definiciones favorables a la violación de la ley respecto de definiciones nofavorables a dicha violación. Estas definiciones se aprenden mediante un proceso de aprendizaje normal, que incluye técnicas para cometer delitos, y el sentido específico de los motivos, impulsos, racionalizaciones y actitudes.Esto se pone en marcha gracias a la asociación en grupos personales íntimos. La eficacia de ese proceso de aprendizaje es función de la frecuencia, duración, prioridad e intensidad de la asociación diferencial. La teoría no se opone solamente a la idea de que la causa del delito es la patología individual, sino también a la idea de que los motivos del delito son simples "racionalizaciones" de procesos inconcientes para impulsos biológicos ocultos. En resumen, se dice que en las sociedades industriales complejas hay normas heterogéneas en conflicto, todas las cuales implican su propia organización particular: están orientadas a diferentes fines y medios. La organización diferencial trata de explicar la existencia de normas delictivas, mientras que la asociación diferencial procura entender su transmisión. "A differential assosiation-reinforcement theory of criminal behavior" 197 Chicago, Social Problems, v.14. 1966. Mat.: Criminología, conducta desviada. Abst.: Miembro, junto a Park, de la escuela del positivismo biológico de Chicago, se ve influído, en su interés por la forma en que la ecología del mundo material plasma y estructura la interacción, por la corriente interaccionista de Simmel y Cooley. En el núcleo de la teoría ecológica se encuentra una "lucha por el espacio" ( que depende de una secuencia de movimientos de población, invasión-dominio-sucesión), que constituye la base de las investigaciones sociológicas contemporáneas sobre la vida en la ciudad. Utiliza una analogía biológica: la relación simbiótica entre las diferentes "especies" de hombres ha entrado en un estado de desequilibrio. La conducta desviada aparece cuando la competencia se hace tan dura que altera el equilibrio biótico, y ésto, a su vez, es producto de la velocidad de la migración hacia las zonas delictivas, como también del cambio de población dentro de ellas. Cuando esta analogía biológica se traduce en términos sociales, nos encontramos con una idea de "organización" (la sociedad), y con una imagen de desorganización social dentro de ciertas zonas residuales. “Los derechos humanos ante la criminología y el derecho penal” Universidad del país vasco. Inst. Vasco de criminología. Belloch, Juan Alberto. Beristaín, Antonio comp. Cuesta, José Luis de la comp. San Sebastián:Instituto vasco de criminología. Abs.: Partiendo de un comentario en torno a la noción de "presunsión de inocencia", el autor tematiza la cuestión de la universalización de los Derechos Humanos, la democracia parlamentaria y la Razón de estado. Finalmente desarrolla un estudio estadístico y teórico sobre el internamento de menores en Francia y en regiones del país vasco. Mat.: Derecho penal, DDHH,criminología. Exs.: Congreso Vlpo. “Constitución, bien jurídico y derecho penal: revisión de una teoría del conflicto” En: Gaceta jurídica. Stgo., Chile. No. 167( mayo 1994) Medina Jara, Rodrigo. 198 Cont.: Debate acerca de la idea de estado y la idea de constitución. Discución sobre los principios. El problema de los tratados internacionales. Perfeccionamiento del régimen legal de filiación. Abs.: Se pretende hacer un repaso general del estado e importancia de las relaciones entre constitución y derecho penal, a través del principio límite de la exclusiva protección de bienes jurídicos a que éste se supone estaba destinado, teniendo como trasfondola idea general de conflicto o tensión de intereses. Mat.: Derecho constitucional, derecho penal. Exs.: Congreso. “La incorporación de los tratados en el derecho internacional chileno: análisis desde la perspectiva del derecho internacional” En: Ius et Praxis: derecho en la región. U.de Talca, Talca, Chile, Año 2 1997. Bustos valderrama, Crisólogo Cont.: Convención de Viena sobre el derecho de los tratados. Los tratados internacionales y la constitución chilena. Abs.: La comunidad internacional cuenta con un universo de normas e instituciones de las cuales regula la coexistencia y cooperación de los estados. Dentro de los principios obligatorios del derecho internacional general destacan tres: el principio del libre consentimiento ( el estado no esta obligado a celebrar un tratado mas que por su propia voluntad); el principio de la buena fe( obligación de lealtad al otro contratante, lealtad a la convivencia y al sentido de las interacciones) ; y el principio pacta sunt servanda( hace obligatorio el cumplimiento de lo pactado). Las normas del DDII que regulan las relaciones entre estados en materia de tratados, se encuentran codificadas en la Convención de Viena sobre el dercho de los tratados. Mat.: Chile constitución 1980, derecho internacional, tratados internacionales. Exs.: Congreso. “Los tratados de DDHH y la constitición política de la república” En: Ius et Praxis: ibidem Cea egaña, José Luis. Cont.: Incorporación de los tratados. Principios del derecho internacional. Aplicación directa de normas fundamentales.Identidad de Constitució y tratados. Problemas políticos que obstryen soluciones jurídicas. Unidad del dercho. 199 Abs.: Se plantean consideraciones de caracter doctrinario pensando en una mejor interpretación de lo conjugable entre constitución y tratados de DDHH. SE reflexiona respecto de las razones por las cuales se tiene un problema en esta materia. Mat.: Chile constitución 1980, DDHH, acuerdos internacionales, tratados. Exs.: Congreso. “Los tratados internacionales y el Artículo 5° de la constitución” En: ibidem Cumplido Cereceda, Francisco. Abs.: Se analiza el contexto político en que se hiciera la reforma constitucional de 1989. En 1984 se pensó que era posible asumir la propia institucionalidad del gobierno militar y derrotarlo políticamente. Se había pueto en duda la estrategia de la no violencia activa.Esa evaluación política condujo a que en 1984, en un seminario realizado por ICHEH, se planteara la posibilidad de cambiar dicha estrategia, etc. Se interpreta que, como resultado de dicho proceso, el pacto constitucional engendró algunos productos imperfectos de control constitucional de los derechos humanos, entre ellos la génesis y redacción del inciso segundo del art. 5 . Mat.: Chile constitución 1980 Tratados internacionales, DDHH. Exs.: Congreso. “Jerarquía normativa de los tratados internacionales sobre DDHH” En: Ibidem. Abs.: Se trata dilucidar la furza y jerarquía normativa de los tratados internacionales que versan sobre DDHH en el derecho interno chileno. La discusión se origina en la reforma constitucional introducida por la ley 18.825 de 1989 que agrega una oración, en la parte final al inciso segundo del art. 5 de la constitución. Se hace una suscinta revisión a algunas constituciones tanto europeas como americanas. En términos generales, puede afirmarse en algunas, una vez incorporadas al derecho interno, siguen un régimen semejante a la ley; en otras tienen fuerza interpretativa e integradora del derecho nacional; en otras se les reconoce mayor jerarquía que la ley. Mat.: Tratados internacionales, Chile. Análisis comparativo, DDHH, acuerdos internacionales. Exs.: Congreso. 200 “Práctica legislativa: participación de Chile em tratados internacionales” En:. Estudios. Sociedad chilena de Derecho internacional Laarson, Gabriela. Abs.: Recopilación de decretos supremos relativos a la aprobación y promulgación de convenios y protocolos con diversos países en variadas materias. Mat.: Tratados internacionales, Chile. Legilación. Exs.: Congreso. “La Convención de los derechos del niño y la legilación nacional” En: Esos esquivos derechos. Santiago, Chile, UNICEF, 1992 Mayorga Lorca, Roberto. Abs.: El texto está dividido en dos capítulos. El primero sobre antecedentes generales de la convención. El segundo, trata sobre la Convención de derechos del niño y la legilación nacional, donde se hace un análisis por capítulo. Mat.: Derechos del niño, instrumentos y tratados internacionales. Exs.: UNICEF. “Defensa de los derechos del niño: antecedentes desde la perspectiva de Chile. Santiago, Chile. PIDEE, 1991” Toledo, Ida. Co-aut. Abs.: El texto entrega antecedentes históricos sobre la infancia en distintas ëpocas y culturas. Se describe el desarrollo de los derechos del niño en Chile a través de la historia. Se analiza la situación de la infancia durante la dictadura militar, destacándose tres situaciones: la situación alimentaria, el trabajo infantil y la prostitución infantil. Finalmente se exponen las principales leyes que regulan la situación de la infancia en Chile. Mat.: Derechos del niño, historia social, legilación. Exs.: PIDEE. 201 “Ser niño en América Latina. De las necesidades a los derechos. Buenos aires, Argentina, Unicri, Galema, 1986” Garcí Mendez, Emilio. Co-aut. Abs.: Seminario donde se plantea la problemática de la infancia y la adolescencia en el contexto americano. Se estudia las situaciones del niño y el adolescente sometidos a procedimientos judiciales por situaciones irregulares como delitos, desde el punto de vista de la declaración de los derechos del niño. Contiene un análisis de la situación de la infancia en América Latina dividido por países, realizado por ONGs relacionadas con el tema de cada país. Mat.: Delincuencia juvenil, Niños socialmente desfavorecidos. Exs.: SENAME. “Convención de los Derechos del niño. O.N.U. , 1989” Organización de las Naciones Unidas. Abs.: La declaración se inicia con un preámbulo en el que se reafirman los principios de N.U., la necesidad de proporcionar cuidado y asistencia especial a los niños y la responsabilidad de la familia en la protección de los mismos. Contiene 54 artículos divididos en dos partes: la primera da cuenta de los derechos que tienen los niños y los responsables de satisfacerlos y respetarlos; la segunda plantea la obligación de los estados respecto a la convención, la creación de un Comité de los derechos del niño y quiénes pueden participar en ël. Mat.: Instrumentos internacionales, derechos del niño. Exs.: Congreso. “Reglas mínimas de las N.U. para la administración de la justicia de menores. Reglas de Beijing. Nueva York, EEUU, Deto. de información pública de las N. U., 1986” Organización de las Naciones Unidas. Abs.: Resolución 40/33 de la Asamblea general de las N.U., aprobada el 29 de Noviembre de 1985 que contiene las reglas a ser aplicadas a menores delincuentes de acuerdo a los sistemas y conceptos jurídicos existentes en cada país. 202 Mat.: Instrumentos internacionales, Reglas de Beijing, delincuencia juvenil Exs.:Congreso. “Pacto internacional de Derechos civiles y políticos. O.N.U., 1986” Organización de las Naciones Unidas. Abs.: El pacto contiene 53 artículos divididos en seis partes. Se establecen los derechos que bajo ninguna cirscunstancia pueden ser suspendidos, y las libertades y derechos que en el ámbito jurídico, político y civil toda persona tiene. A partir del art. 28 se especifican las funciones que tendrá el Comité de DDHH. Existe un Protocolo facultativo del Pacto que se adjunta al final, el que a través de 14 artículos establece el procedimiento para que individuos víctimas de violaciones a los DDHH presenten sus situaciones al Comité. Chile ratificó el Pacto en 1989. Mat.: Instrumentos internacionales, derechos civiles y políticos. Exs.: Congreso. INDICE CAPITULOS PAGINAS 203 1.- PRESENTACION .................................................... 1-3 2.- ANALISIS DE NORMAS DE DERECHO COMPARADO 3 - 48 .................................. 3.- PERFIL PSICOSOCIAL DE LOS JOVENES RECLUSOS ............................................ 48 - 82 4.- DINAMICA DEL PROCESO PENAL .......................... 83 - 102 5.- CALIDAD DE VIDA, REHABILITACION Y REINSERCION ...................................................... 102 - 133 6.- CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES ............................................. 133 - 155 7.- ANEXOS 209 ................................................................ 204 155 -