DAVIDOVICH, Iván Andrés

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“EL IMPACTO DE LA TEORÍA DE LA RELATIVIDAD
ESPECIAL Y LA MECÁNICA CUÁNTICA EN LA VIDA
COTIDIANA DEL HOMBRE Y SUS DIFERENTES ASPECTOS”
DAVIDOVICH, Iván Andrés
Instituto Politécnico Superior Gral. San Martín, Rosario, Santa Fe
Profesor Guía: FARINA, Juan Alberto
INTRODUCCIÓN
“La diferencia respecto a lo anterior es que el mundo
se ha dado cuenta de lo que significa
la física para los seres humanos;
y que percibe que ella hace historia universal”
Dessauer (1947)
En 1905, hace ya un siglo, Albert Einstein que, hasta ese momento, no era más que un
empleado de la Oficina Federal para la Propiedad Intelectual de Berna en Suiza con mala reputación
en la comunidad científica, envió tres artículos a la renombrada publicación científica Annalen der
Physik que revolucionaron la visión que los científicos tenían del mundo. Mi labor a través de este
trabajo será la de descubrir si esta revolución tuvo también un impacto en la vida del hombre
cotidiano, o no-científico, o si este cambio quedó sólo en el campo de la ciencia. Para ello
estructuraré este trabajo en tres partes: esta breve introducción, un desarrollo donde analizaré el
posible impacto de estas teorías en la vida cotidiana, y las conclusiones donde daré respuesta a la
interrogante planteada en la introducción. Para todo esto citaré diferentes fuentes y autores que
fundamentarán ciertos puntos de vista.
DESARROLLO
Para empezar este desarrollo del posible impacto de la Relatividad Especial y la Mecánica
Cuántica en la vida cotidiana, quisiera primero analizar cuál fue la reacción del público en la
formulación de estas teorías en la primera mitad del siglo pasado. Es importante destacar que estas
revoluciones científicas contaron con una difusión mucho mayor que las de Newton o Copérnico
gracias en gran parte a los medios de comunicación; mucho más desarrollados aquí que en cualquier
momento del pasado. Es por eso que comenzaré por los medios de difusión para este análisis; así el
28 de enero de 1928 el The New York Times publicaba un artículo en el que expresaba la gran
confusión e incertidumbre que sin duda sentía la mayor parte de la sociedad frente a estas teorías.
Tomando algunos extractos del artículo:
“Tennyson llamaba fe al ejercicio de creer lo que no podemos demostrar. La nueva física
está peligrosamente próxima a probar lo que la mayoría de nosotros no podemos creer; al
menos hasta que nos deshagamos por completo de nociones y formas de pensamiento
establecidas. La relatividad traduce el tiempo a términos de espacio, y el espacio, a términos
de tiempo. La Mecánica Cuántica nos invita a pensar en algo que puede estar en dos sitios a
la vez, o que puede moverse de un lugar a otro sin pasar por el espacio intermedio. (...)
Innumerables libros de texto sobre relatividad han hecho el valiente intento de explicarla, y
lo más que han conseguido es comunicar una vaga sensación de analogía o metáfora,
débilmente perceptible mientras uno sigue penosamente palabra por palabra el argumento y
que se pierde en el momento en que la mente se despega del texto. Rara es la exposición de la
relatividad que no estime preciso advertir al lector que aquí y allá es mejor que no intente
comprender lo que se dice.”
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Es este el sentimiento que predominaba en cuanto a estas teorías. La gente sentía que eran
confusas, muy difíciles de comprender y hasta misteriosas. Esta imagen de las teorías no quedaba
reservada únicamente a los no-científicos, sino que en ocasiones incluso algunos físicos tenían
problemas para entenderlas. En palabras de Jordan:
“Si el cuanto de acción de alguna manera entraba en juego, entonces, todo era muy diferente
de lo que razonablemente debía esperarse”
Y los pocos que contaban con un buen nivel de esclarecimiento en ocasiones no hacían más
que agravar esta impresión. Se sacaron a colación analogías en relación a estas teorías que no
hacían más que despertar la imaginación del público y aumentar este grado de complejidad y
misterio con el que las teorías ya contaban (en especial la Mecánica Cuántica).
Pero estas dificultades no desanimaron a la gente, por el contrario, existía un interés bastante
fuerte por estas dos teorías. Así Eddington escribía a Einstein el 1 de diciembre de 1919:
“He estado muy ocupado dando conferencias y escribiendo sobre su teoría. Mi Report on
Relativity se ha agotado y ahora se está volviendo a imprimir. Esto demuestra un ansia de
conocer el tema, ya que no es un libro fácil de digerir. Hace algunos días tuve una enorme
audiencia en la Cambridge Philosophical Society y cientos fueron rechazados incapaces de
acercarse a la sala.”
Descubrí también que tanto el interés como el desconocimiento del contenido de las teorías
son asuntos que siguen vigentes hoy en día. Al comenzar este trabajo pregunté de manera informal
a la gente de mi entorno si consideraba que la Teoría de la Relatividad (incluí la distinción entre
Especial y General, aunque ninguno de los encuestados la conocía) y la Mecánica Cuántica habían
impactado en sus vidas. Lo que descubrí fue que en general o bien desconocían por completo la
existencia de la Mecánica Cuántica o confundían sus logros con los de la Relatividad. Más allá de
esto todos acordaban en que el mundo moderno (y sus vidas) no serían las mismas sin estas teorías
y lo explicaban en función de las aplicaciones tecnológicas que derivaban de las teorías; en
particular las telecomunicaciones, la informática y la energía nuclear. Este aspecto, el de los
avances tecnológicos, es también algo importante a analizar cuando se estudia el impacto de estas
teorías en la vida cotidiana y es por eso que lo desarrollaré en el párrafo siguiente.
En el mundo moderno damos por sentadas varias cosas. Entre ellas podría nombrar el estar
escribiendo esta monografía en una computadora (un producto de la informática y la electrónica),
usando algunos recursos que podría haber obtenido de Internet (un producto de la informática y las
telecomunicaciones), y todo alimentado por energía eléctrica (que bien podría provenir de alguna de
las centrales nucleares de nuestro país). Es importante para este trabajo destacar que ninguna de
estas cosas que se dan por sentadas serían posibles sin la Mecánica Cuántica o la Teoría Especial de
la Relatividad. La primera de las teorías dio lugar al estudio íntimo del átomo y sus constituyentes y
al desarrollo de la electrónica y la informática como las conocemos hoy. Así, la revista mensual
Selecciones, del Reader´s Digest publicaba en su edición de este mes (junio) sus “10 maneras en
que la Red nos ha facilitado las cosas en la última década”.También hay que considerar que las
predicciones de la Teoría Especial de la Relatividad son esenciales para las comunicaciones
satelitales; sin ellas los satélites “no darían en el blanco”. Y de las dos teorías surge el
aprovechamiento, tanto pacífico como destructivo, de la energía atómica, gracias a los ya
nombrados estudios de las partículas atómicas y subatómicas y la equivalencia entre masa y energía
(E = m.c2 ). Es este último avance el que ha despertado más controversia en los campos de la ética y
la moral y en cuanto a si el beneficio que genera justifica los posibles peligros. La imagen de la
energía atómica y de los físicos en general se vio manchada con el lanzamiento de las bombas
atómicas en Hiroshima y Nagasaki a fines de la Segunda Guerra Mundial. No es mi papel en este
trabajo el de debatir sobre cuestiones éticas, pero si podría citar a algunos de los protagonistas de
esta historia:
“No parece necesario destacar las ventajas de cualquier índole que se tendría si el mundo,
simultáneamente con la noticia de las terribles armas destructivas que el hombre ha
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obtenido, supiera que el gran progreso científico y técnico ha contribuido a erigir una base
sólida para la futura colaboración pacífica entre los pueblos”
Bohr (1944)
“Hablábamos a grupos cívicos, escribíamos artículos, tratábamos de crear comités de gente
muy conocida, como los Emergency Committees of Atomic Scientists , encabezados por
Albert Einstein. ¿Era un sentimiento de culpa por haber participado en diseñar la nueva
arma que nos empujaba? Puede ser que sí, pero la razón más importante era nuestra visión
abrumadora de un conflicto nuclear real, basada en nuestro conocimiento particular de la
potencia del arma que habíamos construido”
Weisskopf(1985)
Más allá de expresar lo que estos científicos sentían respecto de la energía nuclear esto nos
da lugar a ingresar en otro campo en el que las teorías tuvieron repercusión: la filosofía. El
planteamiento de estas teorías (en particular de conceptos como la incertidumbre) y algunas
catástrofes masivas, como las dos Guerras Mundiales, hicieron que el hombre común y en particular
los filósofos adoptasen una visión menos estricta y más liberal y despreocupada ante la vida. Así se
sentaron las bases para corrientes filosóficas como el postmodernismo, que toma una postura mucho
más relajada ante la vida y que cree que el hombre no debe de preocuparse de más por las cosas,
sino que en cambio debería superar rápidamente los cambio y disfrutar de los nuevo. También como
consecuencia de estas revoluciones científicas aparecieron la filosofía de la ciencia y el
operacionalismo. Algunos aspectos de las teorías, como la incertidumbre fueron aprovechadas
también por la teología, para la que esta no significaba otra cosa que “la voluntad de Dios”.
Algo muy similar al caso de la filosofía ocurrió en el arte. El analizar el arte en este trabajo es de
especial importancia, ya que el arte es una manera de expresión de los pensamientos y sentimientos
de un individuo y en muchos casos de una sociedad, en un tiempo y lugar determinados. En la
literatura aparecieron obras como The Gravity´s Rainbow de Thomas Pynchon o The Poet and the
City de W. Auden. Este último escribe:
“La ciencia moderna ha destruido nuestra fe en la observación ingenua de los sentidos: no
podemos saber siquiera, nos dice, cómo es realmente el universo físico”
En la pintura aparecieron también un buen número de pintores y obras que muestran un
reflejo de estas dos teoría o de las interpretaciones que estas proponían. Hay algunos autores que
opinan que ciertos artistas no reaccionaron genuinamente antes las teorías, sino que aparentaron
reaccionar. En mi opinión, tanto reaccionar ante una cosa como aparentar reaccionar ante eso, es en
definitiva una reacción ante esa cosa. Tenemos así una obra como la siguiente, de Salvador Dalí,
que muestra la distorsión y dilatación temporal (plantada por la Teoría Especial de la Relatividad):
Esta época es la de surgimiento de los movimientos de vanguardia como el cubismo, el
surrealismo, el impresionismo, el dadaísmo, el expresionismo y el ultraísmo; todos consecuencia de
ciertos sucesos como los estudios de Sigmund Freud, las dos Guerras Mundiales y la aparición de la
Teoría de la Relatividad y la Mecánica Cuántica, que en conjunto planteaban la existencia de un
mundo más allá de las percepciones y la abolición del determinismo, el comienzo de una era de
incertidumbre e inseguridad. En palabras del pintor Kandinsky (refiriéndose al descubrimiento de
las partículas subatómicas):
“Para mí, el colapso del átomo fue como si colapsara el mundo en su totalidad. De repente,
los pilares más firmes se desmoronaron... Parecía como si la ciencia se hubiera destruido,
como si su base más importante fuera una ilusión, un error de los eruditos...”
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Las obras de Kandinsky a partir de este período reflejan este sentimiento de pérdida total del
sentido y de un colapso de las bases preexistentes en una conversión a la abstracción. En la
siguiente página se puede ver una de sus obras, seguida por la famosísima Guernica, de Pablo
Picasso, una obra de su etapa cubista, que retrata la destrucción de la ciudad de Guernica a manos
de los alemanes a través de una fragmentación de la mirada.
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CONCLUSIONES
Luego de analizar las distintas fuentes y la evidencia expuesta aquí no tengo dudas de que la
Teoría Especial de la Relatividad y la Mecánica Cuántica han tenido un impacto importante en la
vida del hombre cotidiano, así como en otros aspectos de esta como son la filosofía y el arte, más
allá de este pueda o no discernir tal influencia. Los avances tecnológicos han cambiado
radicalmente nuestra vida de lo que era a principios del siglo XX, de la misma manera que las
nuevas corrientes de pensamiento han modificado la forma en que vemos el mundo y en que
aplicamos y utilizamos los progresos técnicos y científicos. Esta influencia ha llegado incluso a
otros campos de la ciencia, llegando a hablarse por ejemplo de una Biología Cuántica.
Lo que tal vez podría quedar por preguntarse, pero que no corresponde en este trabajo, es si
estos avances se hubiesen dado de todos modos o no; si la figura de Albert Einstein y otros
científicos reconocidos, como Max Planck, Niels Bohr o Erwin Schrödinger, fue determinante en
este proceso o si sus personalidades particulares no tuvieron nada que ver en todo esto.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
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El Siglo de la Física: Interacciones Ciencia-Sociedad a la vista de las grandes Revoluciones
de la Física Moderna, S. Bergia, L. Boya, K. Von Meyenn, A. Molina, F. Rohrlich, J.M.
Sánchez Ron, editorial Tusquets Editores, 1992
La Teoría de la Relatividad, Albert Einstein y otros, de la colección Grandes Obras del
Pensamiento, editorial Altaya, 1993
Revista Mensual Selecciones, del Reader´s Digest, junio de 2005
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Historia del Tiempo, Stephen W. Hawking, editorial Planeta Agostini, 1992
Buscador de Imágenes de www.google.com.ar
Olga´s Gallery, www.abcgallery.com
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