Revisa el discurso del Decano Davor Harasic.

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Premio Montenegro 2015
A no dudarlo,ingresamos a esta Facultad de Derecho con
distintas historias, ideas y sueños, pero tarde o temprano,
todos asumimos un mismo desafío: estar a la altura de sus
exigencias y de su tradición.
Durante los primeros meses tanto los profesores como los
estudiantes se encargan de informarnos acerca de esta
tradición, y del lugar privilegiado que ha ocupado la Facultad
durante su historia en la formación de los principales líderes y
los juristas más renombrados y prestigiados del país.
Escuchamos que 16 Presidentes de la República se han
formado en sus aulas, además de un sinnúmero de
destacados políticos, jueces, empresarios, intelectuales,
académicos y hombres y mujeres de Derecho y hasta artistas.
La tercera mujer en obtener un título universitario egresó de
nuestra Facultad, convirtiéndose en la primera abogada
chilena, marcando un hito en la historia de nuestro país y
permitiendo que hoy en día contemos con un número similar
de estudiantes hombres y mujeres.
De esta manera, desde el inicio aprendemos a sentirnos
orgullosos de ser parte de esta institución que pasa a ser una
parte importante de nuestras vidas y que muchos llamamos
con cariño nuestra Casa.
Pero toda esta historia y estos logros que han mantenido el
prestigio de esta Facultad no son más que el producto de las
personas que han formado parte de ella y que con su esfuerzo
y dedicación han permitido que se destaque por su
excelencia, diversidad y compromiso con el servicio público.
Por la naturaleza de esta reunión, me siento obligado a
compartir algunas decisiones con estedes.
Porque, lo que hasta acá hemos señalado y que a ustedes los
han vivido, desde el primer día, nos impone un fuerte deber
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como autoridades, pues no podemos ser indiferentes al
prestigio y tradición de nuestra Casa, y tenemos el deber de
responder a la excelencia y compromiso de nuestra
comunidad universitaria.
Como lo estamos tratando de cumplir?
Con unión, consideracion y respeto.
Incluyendo, en nuestras decisiones, a todos y reiterando
constantemente nuestra voluntad para recibir todas las
propuestas y críticas.
Entendemos que es necesario canalizar todas las inquietudes
y necesidades para lograr, no sólo mantener la grandeza de
nuestra Facultad, sino incrementarla. Por esto, todas nuestras
decisiones las comunicamos con la mayor transparencia
posible, y para resolver las políticas más relevantes hemos
creado un sistema en el que se ponen en conocimiento previo
de toda la comunidad universitaria, otorgando un plazo para
formular observaciones.
Uno de nuestros compromisos prioritarios consiste en
fortalecer las tres funciones principales que nos encomiendan
los Estatutos que rigen la Universidad de Chile. Hemos
comenzado por la que considerábamos tenía mayores
deficiencias: la investigación, para lo cual aumentamos
significativamente
el
número
de
doctores
que
se
comprometan a realizar investigaciones y que cuenten con
dedicación exclusiva.
A su vez, implementamos diversas políticas para fomentar la
publicación de artículos y libros y para incentivar el
perfeccionamiento de nuestros académicos. Pero no nos
hemos limitado a fortalecer la investigación, también
estimamos prioritario perfeccionar la docencia, para lo cual
trabajamos continuamente por conocer los requerimientos
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que existen y proponer un plan para mejorar la importante
función de docencia que debe cumplir nuestra Facultad.
Por último, hemos entendido la importancia de la función de
extensión, que muchas veces queda relegada frente a las
otras funciones, pero que es fundamental para que nuestra
Facultad se sitúe en el mundo, permitiéndonos interactuar con
la sociedad y cumplir la misión que nos caracteriza de
contribuir con nuestra República. Esta interacción nos
beneficia por cuanto nos permite conocer la realidad y los
problemas actuales, de manera que podemos estudiarlos y
abordarlos de mejor manera, y, a su vez, permite que
podamos colaborar y ser un apoyo para nuestra sociedad.
En este corto periodo, nuestra coordinación de extensión se
ha fortalecido, concluyendo importantes logros: se firmó un
convenio con la municipalidad de Recoleta que permitirá el
trabajo con la comunidad, desarrollando la investigación y
docencia. A su vez, se organizó la semana de la discapacidad
que tuvo grandes repercusiones y que esperamos se repita
todos los años.
Entre tanto, también hemos analizado otros temas que a
nuestra sociedad le interesan: las controvertidas reformas
tributarias y laboral; nos hemos ocupado de reflexionar sobre
las nuevas relaciones que desafían a las instituciones
tradicionales
del
Derecho
de
Familia;
los
nuevos
procedimientos establecidos en la reciente Ley sobre
Insolvencia y Reemprendimiento; los problemas de la justicia,
en especial de las pequeñas causas, las que interesan a la
inmensa mayoría de los chilenos; los desafíos de las nuevas
tecnologías; las relaciones entre el Derecho Penal y la
protección del Medio Ambiente; las nuevas tendencias en
materia de delincuencia trasnacional; las relaciones
internacionales y el fallo de La Haya y el juicio subsecuente;
las formas de abordar y enfrentar la discapacidad y la
autodeterminación de los pueblos indígenas, entre muchos
otros.
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Pero como señalé en un comienzo, esta Facultad la
construimos todos y no es más que un grupo de personas con
objetivos quizás dispares pero que, al juntarse, permiten
lograr esta comunidad universitaria que nos hace sentir tan
orgullosos. Esto no podemos olvidarlo y por esto resulta
prioritario que logremos una convivencia armónica y cercana.
La diversidad de nuestra comunidad es precisamente lo que
nos caracteriza y es también la diversidad de habilidades y
desafíos las que permiten que destaquemos en las distintas
áreas.
Por ello, lo mas importante de todo es privilegiar la unidad y
el respeto entre todos y casa uno de los miembros de la
comunidad y en eso estamos empeñados y de ello nada nas
alejará: la diversidad es nuestra característica y la unidad en
la diversidad nuestro sello.
Podemos estar orgullosos de contar con estudiantes y
egresados que han destacado participando en concursos
internacionales y nacionales, en congresos, publicando
artículos, libros y revistas, posicionando a esta Facultad en el
mundo académico. Pero también tenemos que reconocer la
importante participación de nuestros estudiantes en el mundo
político, donde han propuesto reformas y cambios, donde han
luchado por alcanzar un país más justo e inclusivo, lo que
muchas veces ha traído repercusiones académicas. Por
nuestras aulas se han discutido los temas más relevantes y
controversiales del país, en nuestros seminarios se han
abordado los debates que han dado forma a nuestras
instituciones. Cada estudiante ha librado sus propias batallas,
ya sea para poder aprobar un ramo, como para luchar por sus
ideales.
Hoy, precisamente, nos hemos reunido para reconocer el
mérito y el esfuerzo académico que me parece caracteriza a
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todos nuestros egresados, porque no podemos negar que
para egresar de esta Facultad es imprescindible contar con
estas cualidades.
Por lo mismo, este premio es aún más especial, ya que
reconoce a quien destaca dentro de los que ya destacan.
Quienes lo han recibido se han convertido en abogados y
profesores destacados, como Edmundo Fuenzalida, Antonio
Bascuñán Valdés, Pablo Rodríguez Grez y tantos otros. Este
premio reconoce la perseverancia, el estudio y el esfuerzo que
sin duda merecen distinción, pero también conllevan la
responsabilidad de todos los que tienen grandes capacidades
y que estudian en esta Facultad: ser un aporte para nuestra
sociedad. Sin duda, se deben reconocer los grandes logros
académicos, pero creo que esta Facultad apunta a formar
hombres y mujeres públicos, que colaboren con la creación de
un país más justo, inclusivo y democrático, sin necesidad de
reconocimientos. Recordemos lo que nos aconseja Albert
Einstein:
“Debe evitarse hablar a los jóvenes del éxito
como si se tratase del principal objetivo en la
vida. La razón más importante para trabajar en
la escuela y en la vida es el placer de trabajar,
el placer de su resultado y el conocimiento del
valor del resultado para la comunidad.”
Egresar de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile
parece un hito que marca el término de una época, sin
embargo, me parece que más bien marca el inicio de un
largo camino lleno de desafíos y que denominamos “vida
profesional”.
Los egresados de esta Facultad tenemos la presión de la
historia y tradición, sin embargo, tenemos también la
obligación de recuperar el compromiso con nuestras
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instituciones y nuestro país que nos caracterizan y diferencian
del resto y que en el camino del éxito algunos olvidan.
Son las nuevas generaciones las que deben comenzar su
camino construyendo un futuro, sin olvidarse del pasado.
Esperamos que la educación de nuestra Facultad no sólo
concluya con la adquisición de conocimientos, sino que sea
una inspiración para las futuras decisiones y logros. Si bien
los egresados de esta Facultad deben destacarse por su
excelencia y profesionalismo, nos parece aún más relevante
que destaquen por sus cualidades humanas, su apertura de
mente, sus facultades para escuchar, para adaptarse a los
distintos contextos y comprometerse con la sociedad.
La mayor contribución que podemos hacer es influir en los
demás, colaborando con la construcción de nuestro país y
estas palabras nunca han tenido más sentido que en este
momento, en que discutimos una nueva Constitución,
discusión en la que la Facultad se ha visto profundamente
comprometida con los Conversatorios por Chile que está
desarrollando.
Se dice que la sociedad exige cambios, somos nosotros, los
egresados de esta Facultad, quienes tenemos que aportar no
sólo con nuestras opiniones, sino también generando las
posibilidades de que el debate sea libre e incusivo. No
podemos dejar de recordar lo dicho por Alain Touraine:
“La educación no solo enriquece la cultura... Es
la primera condición para la libertad, la
democracia y el desarrollo sostenible.”
Felicito pues muy cordialmente a David Saldías Candia,
quien producto de este merecido reconocimiento tiene
una mayor obligación que todos los otros egresados de
su generación, ser el o la mejor entre los mejores es
un privilegio pero también un tremendo desafío que la
Universidad y el país les demandarán.
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Muchas gracias!
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