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9 al 15 de diciembre de 2013
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FINANZAS
Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo, ha asegurado que el futuro supervisor único comenzará a operar antes de un año.
En menos de un año, el Banco de España habrá traspasado la mayoría de sus competencias sobre la banca al
Mecanismo Único de Supervisión (MUS), con sede en
Fráncfort. España está llamada a recuperar su asiento
en Europa tras la marcha de González Páramo del BCE
y tendría al menos un representante en el organismo que
F. MORENO
presidirá la francesa Daniele Nouy. Se trata de Ramón
Quintana, actual director general de Supervisión del BdE,
preseleccionado para ocupar una de las cuatro direcciones generales. Un segundo nombre español es el de Margarita Delgado, que actualmente supervisa a los bancos
procedentes de las antiguas Cajas de Ahorros.
Ramón Quintana y Margarita Delgado, dos pesos pesados de BdE,
entre los candidatos a ocupar un asiento en el supervisor bancario único
La banca española aspira
a recuperar su sitio en Europa
■ Esmeralda Gayán
La sustitución de José Manuel
González-Páramo en julio de 2012
como miembro del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo, el
máximo órgano de decisión de la
institución,dejó a la banca española sin representantes en el máximo
organismo bancario europeo.
El gobernador del Banco de
Luxemburgo, Yves Mersch, fue elegido sustituto de González-Páramo,
lo que dejaba fuera a su posible sustituto español, Antonio Sáinz de
Vicuña, director de los Servicios
Jurídicos de la institución que preside Mario Draghi.
España se convertía así en el primer gran país de la Eurozona que
perdía su puesto en el directorio del
desde su fundación en el año 1999.
La creación del supervisor bancario único europeo es una oportu-
nidad para que la banca española
ecupere el terreno perdido y se cuele en el Mecanismo Único de
Supervisión (MUS), con sede en
Fráncfort, que será el máximo órgano de gobierno para el sector financiero en el viejo continente.
El propio Draghi ha anunciado que
la previsión es actuar como supervisor único en menos de un año, a
partir del 4 de noviembre de 2014,
y para ello ha comenzado ya su proceso de selección de personal.
El Banco Central Europeo (BCE)
ha iniciado el fichaje de lo que será
todo el equipo del nuevo organismo
de supervisión única. De los cuatro
los candidatos españoles que se
barajaron en un principio, dos suenan con más fuerza para ocupar una
dirección general de este nuevo
organismo que controlará a 127 entidades europeas, de las cuales 16
son españolas.
El primer nombre es el de Ramón
Quintana, director general de supervisión del Banco de España. La
prensa española ha comenzado a
especular con su nombre para ocupar una de las cuatro direcciones
generales de las que constará el
organismo. Este bilbaíno de 52 años
podría tener un mandato corto en el
Banco de España, donde actualmente ocupa un puesto clave, la
dirección general de Supervisión,
desde octubre de 2012,
El futuro supervisor
europeo necesita cubrir
también los puestos de un
centenar de inspectores,
procedentes de toda
Europa. El objetivo es
contar en 2014 con unos
800 en total
Quintana forma parte del organismo supervisor desde hace 27 años,
cuando entró para inspeccionar las
cooperativas. Posteriormente pasó
a vigilar a las Cajas entre los años
1990 y 1992, para luego controlar
los bancos hasta 2000, año en el
que fue nombrado jefe de grupo.
De 2003 ascendió a coordinador
del grupo II de los grandes bancos
hasta 2008. Con el estallido de la
crisis, y bajo el mandato de Miguel
Fernández Ordóñez, fue nombrado director de esta división.
Pero fue en 2012, con la llegada de
Luis Linde como gobernador, cuando éste le eligió para llevar una de las
carteras más relevantes de la institución con sede en Cibeles: la dirección
general de Supervisión en lugar de
Jerónimo Martínez Tello, quemado
por la crisis de las Cajas de ahorros.
Fuentes del sector señalan que
Quintana está bien considerado pro-
Una metodología acorde con el nuevo sistema del BdE
■ Pese a iniciar su
andadura el 4 de
noviembre de 2014,
dentro casi de un año, el
organismo único
supervisor ya ha
comenzado a pedir a los
diferentes bancos
centrales nacionales
información sobre las 127
entidades europeas a las
que va a vigilar a partir de
esa fecha: las que tengan
unos activos superiores a
los 30.000 millones de
euros, de las que 16 son
españolas.
El Banco Central
Europeo (BCE) ha
acotado su petición a los
últimos cinco años, ya
que estima que con estos
datos tiene información
suficiente para conocer la
trayectoria y salud de una
entidad determinada.
Durante el último lustro el
sistema financiero
europeo ha sufrido su
mayor transformación a
causa de la crisis
económica y financiera.
En el caso de España, el
sistema financiero ha
padecido la mayor
reconversión de su
historia, que le ha llevado
a solicitar ayudas públicas
directas por más de
61.300 millones de euros,
a la vez que han
desaparecido
prácticamente todas las
Cajas de ahorros tras su
trasformación en bancos.
Una de las principales
novedades que pretende
introducir el futuro
supervisor europeo es
cambiar la forma en la
que se estudiarán las
observaciones que se
realicen a las entidades
supervisadas.
Para empezar, será
obligatorio entregar al
banco inspeccionado una
relación de hechos con
los asuntos que se hayan
detectado en la
inspección.
Pero además, se
someterán estos informes
hacia arriba, hacia la
cúpula del BCE, con lo
que gran parte de los
estamentos del organismo
de supervisión podrán
analizar las debilidades de
una entidad en cuestión.
Esta metodología es,
precisamente, la que
llevan años reclamando
los inspectores del Banco
de España y que, a su
juicio, habría evitado
muchos fallos de
supervisión que
posteriormente han
supuesto la intervención y
nacionalización de
entidades en España.
El Mecanismo Único de
Supervisión (MUS)
“trabajará estrechamente
con las autoridades
nacionales”, según ha
informado el organismo
que preside Mario
Draghi. “Los objetivos
principales del
mecanismo único de
supervisión serán velar
por la seguridad y la
solidez del sistema
bancario europeo y
aumentar la integración y
la estabilidad financieras
en Europa”, apunta el
BCE.
fesionalmente dentro de la institución que dirige Linde y también goza
de prestigio entre los grandes banqueros españoles.
Pero España aspira a que por el
peso de su banca le correspondan
dos direcciones generales, aunque
una de ellas sea adjunta.
En este segundo caso estaríamos
hablando de Margarita Delgado,
otra española que también se ha formado en las filas del Banco de España que también pueda sentarse en
el organismo único de supervisión .
Delgado es responsable del grupo
1 de Inspección que se ocupa de la
supervisión de los bancos procedentes de las antiguas Cajas de ahorros y estaría entre los posibles
directores generales adjuntos.
Al contrario de Quintana, la ejecutiva española ha realizado una carrera relativamente rápida para esta institución, pero goza de un alto prestigio en la inspección y en el sector.
De hecho en el sector financiero tiene fama de ser excesivamente firme
en sus decisiones. Tuvo un papel
relevante en las últimas pruebas de
resistencia de septiembre de 2012.
Entre los aspirantes españoles
también ha llegado a sonar un ejecutivo de Price Waterhouse Coopers (PwC), Alberto Calles, que
procede de la empresa privada pero
también trabajó en el Banco de
España .En el proceso de selección
de profesionales no se contempla el
requisito de desempeñar un puesto de trabajo en la Administración,
con lo que Calles también podría
entrar en las quinielas.
Estructura del organismo
El futuro organismo con sede n
Francfort estará divicido en cuatro
direcciones generales alas que estarán adscritos siete directores generales adjuntos.
La primera dirección general estará apoyada por otros dos adjuntos.
Estará dividida en siete grandes grupos que controlarán a los 43 bancos europeos más significativos de
los 127 bajo supervisión en Europa,
entre ellos, Banco Santander, BBVA
y CaixaBank, y es posible que también Bankia, según ha publicado
Expansión.
La segunda dirección general controlará a los 84 bancos restantes, de
tamaño menor. Se dividirá en ocho
subgrupos y también tendrá un
director general y dos adjuntos.
La tercera dirección general coordinará la supervisión que seguirán
ejerciendo directamente los bancos
centrales nacionales de los países
miembros.
Finalmente, la cuarta dirección
general: será transversal y prestará
servicios y asesoramiento especializado a las otras tres con tres directores generales adjuntos.
La máxima autoridad será la francesa Daniele Nouy, hasta ahora
secretaria general de la Autoridad de
Control Prudencial y de Regulación
en Francia, y elegida por Mario Draghi, el 20 de noviembre pasado.
Será ella quien presida el consejo supervisor y que contará además
con un vicepresidente, que será un
miembro de la Comisión Ejecutiva
del BCE, cuatro representantes del
BCE y un representante de cada
supervisor nacional.
Pero además de estar en marcha
el proceso de selección de la cúpula del futuro supervisor europeo,
también será necesario cubrir los
puestos de casi un centenar de inspectores, procedentes de toda Europa. El objetivo es contar en 2014 con
unos 800 en total, según fuentes
europeas.
En el Banco de España ya se
observa movimiento en este sentido, según fuentes internas del organismo, donde algunos inspectores
han mostrado su interés en emigrar
a Fráncfort.
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