Poder Judicial de la Nación AMPARO. REVOCACIÓN CAUTELAR. TRABAJOS EJECUCIÓN SUSPENSIÓN ELECTRODUCTO ALTA TENSIÓN. FALTA DE LEGITIMACIÒN ACTIVA. CALIDAD DE TENEDORES DE LOS LOTES DEL CASO. EL CASO: recursos interpuestos por las demandadas ENARSA, y ENRE, contra la decisión que hizo lugar a la cautelar solicitada por los actores, y dispuso “la suspensión preventiva de todos los trabajos de obra tendientes a la ejecución del Electroducto de alta tensión que se extenderá entre Hudson y La Plata (Res. ENRE n°0191/2011), exclusivamente en el tramo de 900 metros que abarcaría al Barrio P.T.”.Con motivo de la ejecución de obras USO OFICIAL dispuestas para la construcción de un electroducto de alta tensión, iniciaron los demandantes esta acción de amparo, con el fin de obtener una sentencia que ordene que el tendido de cables que se prevé que pasen por el Barrio P.T., se efectúe en forma subterránea..El tribunal revocó la medida admitiendo la defensa de falta de legitimación activa. EN EL CASO: “…estos elementos que exponen un entramado de cuestiones harto complejas que exceden el marco del amparo, su exposición permite al tribunal llegar a la convicción de que, por el momento, los accionantes no poseen la titularidad de los derechos acerca de los cuales solicitan su amparo.Esto es así, por cuanto estas personas se presentan como adquirentes de lotes y agregan que lo hacen “con animus domini”, originado en un título de adquisición reconocido por la sentencia de verificación recaída en los autos “P.T. s/quiebra”, del 27/12/2004. Empero, esta calidad de poseedor con la que aparecen no corresponde a la verdadera situación en la que se encuentran.En efecto, los amparistas cuando se vincularon con P.T. S.A. no adquirieron un título diáfano, transparente. Se disfrazó una operación de compraventa con otro ropaje jurídico, por razones de conveniencia, pudiendo mencionarse -incluso- por evasión impositiva. Con lo cual, de esta forma, pasaron a formar parte de la sociedad fallida, como accionistas. En este primer estadio de la relación con P.T. S.A., surge la posesión. Pero, de la lectura de la acción planteada, ellos mismos reconocen que no tienen la propiedad, sino que es de otro, de la fallida. El llamado adquirente del lote lo que tiene es una acción. Los amparistas no son poseedores, son, en definitiva, tenedores.En este momento, es preciso recordar que el tenedor tiene un derecho precario.Aún y pese a la supuesta buena fe en la adquisición del lote por parte de los accionistas, éstos no pasaron de ese nivel.Por otra parte, si bien el síndico de la quiebra menciona que algunos accionistas que compraron acciones preferidas comenzaron a realizar usufructos, este dato no aparece corroborado con ningún elemento de prueba aportado en la acción.Además, aún cuando sea posible que en estas operaciones haya habido fraudes, tanto a la ley societaria, como en relación con el Fisco o en perjuicio de compradores de lotes, la situación de iure de los demandantes es que son precaristas que, a su vez, tienen acciones.Con este marco de análisis, el Tribunal considera que, por el momento, no puede hablarse de títulos que permitan invocar derechos merecedores de tutela judicial.En definitiva, el reclamo se basa en el ejercicio del derecho de propiedad, entre otros mencionados en la acción, que no pertenece a los amparistas y que no queda en claro, el momento presente, en cabeza de quien está.En esta larga cadena de negocios jurídicos sucesivos y con aspectos sin resolver, es imposible extraer legítimos títulos de dominio para los actores, al menos en este momento.En apoyo de esta conclusión, de la lectura del informe del síndico también podemos obtener datos acerca del perfil de instrucción de los adquirentes -inversores- de lotes, que también nos permiten considerar que aquéllos estaban en condiciones de entender las características y las consecuencias del negocio jurídico que celebraban.Como también las razones y sus beneficios.En este párrafo se explica cuál era la información recibida al momento de contratar y se expone lo que razonablemente pudo entender el inversor en esa oportunidad:“…En cuanto a la información recibida al momento de la venta, la misma surge objetivada en el memorándum de información que la fallida entregaba a cada inversor… se lee:“...Condiciones de Compraventa de Acciones... CONSIDERANDO...Que es voluntad del Comprador adquirir acciones de la Sociedad de las que es actualmente titular G. Corporation NV, una sociedad organizada bajo las leyes de las Antillas neerlandesas...Que se define como Comprador a aquella persona que haya dado inicio al cronograma de pagos...que se anexa al presente y que forma parte integrante del presente contrato de compraventa y que corresponde a la compra de un cierto número de acciones preferidas rescatables clase 7 de P.T. S.A. y acciones ordinarias clase A de la misma Sociedad...III – DERECHO DE LAS ACCIONES ORDINARIAS CLASE A...las acciones ordinarias clase A tienen derecho a un voto por acción ... IV – DERECHO DE LAS ACCIONES PREFERIDAS...Las acciones preferidas rescatables que suscribe en este acto le dan derecho al suscriptor a solicitar el rescate de dichas acciones por parte de la Sociedad, una vez que haya completado el Cronograma de Pagos establecido en la Boleta de Depósito y estén cumplimentados los requisitos legales para que el lote de terreno pueda ser escriturado....Una vez verificado el cumplimiento de todas las obligaciones y deberes a cargo del tenedor de las acciones y concluida la división del terreno, se procederá al rescate de dichas acciones entregando el instrumento que acredite el título de propiedad del o los lotes correspondientes a las Acciones Preferidas que son rescatadas...;…”.También dice que:“…Del documento resulta entonces que al tercero inversor se le informó y conoció que concertaría un negocio de compraventa de acciones, que a través del mismo adquiriría derechos políticos plenos sobre la sociedad con la tenencia de acciones ordinarias clase A, y que Poder Judicial de la Nación adquiriría también derecho a escriturar cuando cumplidas ciertas condiciones se presentara a reclamar de la fallida el rescate de las acciones preferidas recibidas…”.También, se pregunta si ¿Pudieron razonablemente entender -más allá de la figura particular usada- los “compradores de lotes” que el acuerdo que celebraban los vinculaba a G. Corp., los convertía en accionistas de PTSA -o si se quiere accionistas de PTSA con derecho a un lote de terreno-, y en consecuencia que adquirían derechos y obligaciones en cuanto tales?.El propio síndico responde que “así parecería”…“…es razonable entender que los futuros “lotistas” estuvieron en condiciones de comprender, comprendieron o debieron comprender que al celebrar con G. Corp. un contrato de compraventa de acciones se transformarían, efectivamente, en accionistas de P.T.…Aunque el tema no es tan lineal como parece…”.En definitiva, pese a que no cabe excluir que en ciertos casos haya habido fraude en relación a algunos adquirentes de acciones, con todo lo reseñado, se estima no hay evidencia de título legítimo que autorice amparo judicial sobre la base de un derecho real de legítima USO OFICIAL apariencia.Ahora bien, sobre estas fracciones de terreno, aún sin subdivisión, el Estado Nacional a través del ENRE, aprobó el paso del electroducto de alta tensión, cuya construcción se encuentra suspendida en el tramo correspondiente al emprendimiento inmobiliario por la decisión cautelar apelada.Asimismo, con motivo de esta obra se estableció una servidumbre administrativa en los lugares por donde pasaría su traza y, en relación con las fracciones que mencionan los actores, la ejecución de los actos administrativos de esta decisión se dirigieron al expediente de la quiebra, por cuanto –como vimos- la fallida es la titular registral actual del inmueble.Por su parte, el representante de ENARSA aportó documentación e informó el pago de parte de la indemnización correspondiente a la propietaria, aún cuando se espere una resolución judicial acerca de la titularidad del dominio del predio donde se asentaría el barrio conforme lo exponen los actores…Al respecto, cabe reflexionar que la tutela aquí solicitada tendría por objeto el resguardo de meras expectativas, o de operaciones en buena parte ilusorias, o de nebulosos proyectos de negocios futuros e inciertos. Empero, la acción de amparo ha sido instituida para proteger derechos de raigambre constitucional que –a la fase cautelar del proceso- al menos deben quedar prima facie acreditados.Como hemos visto, esta necesaria demostración está ausente en el caso lo cual lleva a admitir la defensa de falta de legitimación activa para sustentar el remedio precautorio ahora buscado”. (del voto del Juez SCHIFFRIN con adhesión de la Jueza CALITRI y el Juez ÁLVAREZ). 29/3/2012.SALA SEGUNDA.Expte.17.699,“I., M. y Otros c/ ESTADO NACIONAL –ENRE Y ENARSA- s/ AMPARO”.Juzgado Federal de Quilmes. PODER JUDICIAL DE LA NACIÓN La Plata, 29 de marzo de 2012.- R.S. 2 T 223 f* 136/144 AUTOS Y VISTOS: este expediente n°17.699 caratulado “I., M. y Otros c/ ESTADO NACIONAL –E. Y E.- s/ AMPARO” proveniente del Juzgado Federal de Primera Instancia de Quilmes. Y CONSIDERANDO QUE: EL JUEZ SCHIFFRIN DIJO: I. Llegan los autos a la alzada en virtud de los recursos de apelación interpuestos por las demandadas E., a fs.226/232 y E., a fs.261/265, contra la decisión de primera instancia que hizo lugar a la medida cautelar solicitada por los actores, y dispuso “la suspensión preventiva de todos los trabajos de obra tendientes a la ejecución del Electroducto de alta tensión que se extenderá entre Hudson y La Plata (Res. ENRE n°0191/2011), exclusivamente en el tramo de 900 metros que abarcaría al Barrio P.T.”. II. 1. Cabe señalar que, con motivo de la ejecución de obras dispuestas para la construcción de un electroducto de alta tensión, iniciaron los demandantes esta acción de amparo, con el fin de obtener una sentencia que ordene que el tendido de cables que se prevé que pasen por el Barrio P.T., se efectúe en forma subterránea. 2. De la lectura de la demanda se observa que los actores M. I., M. d. P. A., F. E. N., F. O. B., M. B., N. F. y J. O. fundamentan su legitimación para esta acción en el hecho de ser adquirentes de lotes del Barrio Náutico , con derecho a escriturar emergente de la sentencia de verificación recaída en los autos “P. T. s/quiebra”, del 27 de diciembre de 2004. En este sentido, manifiestan que poseen los lotes con “animus domini”, originado en un título de adquisición que se encuentra reconocido por sentencia firme (art.2351 Cód. Civil). Agregan, también, que algunos de ellos han edificado sus casas sobre los lotes descriptos. Explican que en el año 1997 P. T. S.A. comenzó el desarrollo de una urbanización privada en la localidad de Hudson, que se denominaría B. N. P. T.. Hacia el año 2000 se habían vendido aproximadamente 1.000 lotes de un total de 1.800. Agregan que este emprendimiento consistía en una urbanización completa y compleja que incluía un puerto deportivo, amarras, edificios de condominios, colegio, shoppings y/o oficinas sobre la parte del predio que da sobre la autopista Buenos Aires – La Plata. Por razones que no indican, mencionan que la sociedad no pudo seguir con el proyecto y que finalmente fue declarada en quiebra el 4 de noviembre de 2003. 3. Asimismo, manifiestan que la empresa E. inició la obra cuestionada, construyendo un poste soporte de cables de alta tensión dentro del barrio que, por razones que expresan, colocan en riesgo la defensa hidráulica del predio como, también, su seguridad. Además, consideran que no se trata de terrenos rurales, donde los cables van por encima de la tierra, sino de una urbanización donde se han vendido mil lotes y donde ya Poder Judicial de la Nación existen casas construidas, que cuenta con la aprobación de factibilidad hidráulica y de impacto ambiental. Esta última aprobación –dicen- determina que no esté permitida la existencia de cables de alta tensión aéreos que pasen por el Barrio. En este marco, transcriben la resolución del E. n°0191/2011, relativa a la implementación de las obras del electroducto, y concluyen que la misma prevé tramos aéreos y subterráneos con fundamento en el paso de la traza por lugares urbanos, debido a razones ambientales y de salud. 4. También, informan que la ejecución de las obras de finalización del barrio se encuentran suspendidas a la espera de una resolución judicial relativa a la titularidad del dominio del predio donde se asienta el proyecto inmobiliario. Resuelta esta cuestión, sostienen, existen inversores que se han presentado en el expediente de la quiebra con el objeto de formular una oferta de desarrollo de las obras del barrio, propuestas que – entienden- se frustrarán si finalmente las torres de alta tensión pasan por el medio del predio, porque éste perderá su atractivo. De esta manera, aseveran, se afectará el derecho de USO OFICIAL propiedad de los mil lotistas que adquirieron su parcela. 5. Por último, en su escrito solicitan una medida de no innovar que suspenda las obras iniciadas y mantenga el estado de cosas existente al promoverse la demanda. La medida se obtuvo mediante la resolución del 30 de noviembre de 2011, según constancia de fs.139/141, y ahora se encuentra impugnada. Empero, cabe señalar que el decreto precautorio lo que ordenó es la suspensión de la construcción del electroducto en el tramo concreto, sin adelantar opinión acerca de la posibilidad técnica del paso subterráneo del cableado de la obra, cuya traza resultó aprobada, como señalamos anteriormente. III. Pues bien, previo a la consideración de los agravios, cabe señalar que este expediente tuvo trámite durante la feria judicial de enero pasado, en virtud de su habilitación, dispuesta en la instancia de origen. En efecto, la demandada E. se presentó en la causa señalando cuestiones que a su criterio no admitían demora. Entre sus consideraciones, esta demandada informó que, producto de la medida cautelar dictada el 30/11/2011, se habían paralizado de forma inmediata las obras de conexión entre la central y la sub-estación de trasformación. Pero, indicó, la decisión adoptada por el a quo no tuvo en cuenta que quedarían colgando “roldanas” y “poleas” propias de la construcción que entrañaban un severo peligro. Ante ello, por la urgencia demostrada a través de la inspección ocular realizada el 03/01/2011 y habilitada la feria judicial, se dispuso ordenar a E. que, en forma inmediata, procediera al retiro de poleas y roldanas que colgaban de las torres de alta tensión, en virtud de los riesgos de accidentes tanto para terceros transeúntes, como para los habitantes del barrio y/o los operarios que trabajan en el lugar. La remoción ordenada fue concluida por la demandada, conforme la presentación de fs.317. IV. Luego del trámite del expediente durante la feria judicial, nos hallamos ante la consideración de las impugnaciones presentadas por el Estado Nacional. La síntesis de lo planteado por las demandadas es la siguiente: 1. Recurso de apelación de E. S.A. (fs.226/232): En primer lugar, desarrolla una serie de aspectos que sirven de antecedentes para la litis. Con ese fin, realiza una descripción de la “Central Termoeléctrica Ensenada de Barragán”, obra cuestionada en el tramo que es de interés de los actores, expresando que la razón de aquélla es la necesidad de incrementar la generación de energía eléctrica, que se destinará a la provisión y entrega al Sistema Interconectado Nacional y que forma parte de una obra pública que abarca la construcción de cinco centrales de generación eléctrica. Sostiene, asimismo, que es facultad del Ente la aprobación de la traza de la línea y lo atinente al trámite para la constitución de las servidumbres administrativas de electroducto. Luego, menciona la situación jurídica en la que se encuentra el predio sobre el cual se conformaría la urbanización privada denominada P.T., afirmando, en relación a su dominio, la precariedad en la que se encuentran los actores. Acerca de ello, menciona que el inmueble sujeto a servidumbre forma parte del patrimonio de una empresa que se encuentra en estado de quiebra. Asimismo, refiere que los actores son un grupo de adquirentes de lotes del predio de la fallida P. T. S.A., desapoderada de sus bienes por efecto de la resolución judicial de quiebra, antes de la subdivisión parcelaria. Por último, cierra el capítulo de antecedentes, refiriéndose a la autorización del juez de la quiebra para el paso de la línea de alta tensión por el predio, para las construcciones necesarias y, en relación con la instrumentación de la servidumbre, expresa que se llegó a un acuerdo de constitución y pago de la indemnización correspondiente. Ahora bien, su crítica a la medida cautelar concretamente se refiere a que los actores carecen de legitimación para esta acción. En este sentido, mencionan que el predio, sin subdividir, es el activo de la quiebra de su titular de dominio, la sociedad P. T. Y, además, que todos los trámites que debió hacer la entidad recurrente, previos a la construcción del electroducto, los realizó ante el juez de la quiebra con la intervención del síndico. Asimismo, entiende que el amparo deducido y la medida cautelar aneja al mismo son inadmisibles por cuanto afectan de modo directo o indirecto a un servicio público y, además, sostiene que existen otros medios de impugnación idóneos. También, con diversos argumentos, afirman que la medida cautelar dispuesta afecta la potestad jurisdiccional de otro juez y que la actitud de los actores demuestra un obrar de mala fe, arriesgando la finalización de una obra pública nacional, con lo cual se afecta un servicio público federal. 2. Recurso de apelación del E. (fs.261/265): Poder Judicial de la Nación El organismo estatal se agravia de la decisión recurrida afirmando que no se encuentra acreditada la verosimilitud del derecho invocado ni el peligro en la demora. En este sentido, dice que, por su parte ha cumplido con todos los recaudos legales que hacen a su cometido. Estos son publicidad de la audiencia pública, su realización, otorgamiento del “certificado de necesidad y conveniencia públicas”, así como también lo que hace a la afectación a servidumbre de electroducto referida al inmueble del emprendimiento “P. T.”. Igualmente, menciona que no puede oponerse el eventual perjuicio de los particulares con el mayor daño que se genera a la comunidad, en tanto la medida decretada impide continuar con la construcción de una obra que sirve al interés general. En este orden de ideas reitera, con cita de las normas correspondientes, que el transporte de electricidad es un servicio público esencial y que la construcción paralizada por la medida cautelar sirve para poder concretar una significativa ampliación de la red existente, a fin de satisfacer el aumento de la demanda de energía y evitar la producción de USO OFICIAL cortes a la población. Por último, realiza una crítica concreta a los argumentos con los que se ha sostenido el dictado de la sentencia precautoria. En este sentido, insiste en que, respecto a las cuestiones de salud y de calidad de vida planteadas por los actores, la obra cuenta con la autorización expresa de la autoridad administrativa ambiental y que, en cuanto a la violación del derecho de propiedad, menciona el pago de la indemnización de la servidumbre administrativa y sostiene que la posible afectación del patrimonio de algunos no puede sostenerse contra el abastecimiento eléctrico normal de todo el país. V. 1. Entrando a analizar los agravios, se observa, de los elementos arrimados a la causa, que esta obra fue aprobada por resolución del E. n°0191/2011 que dispuso: “Otorgar el Certificado de Conveniencia y Necesidad Pública para las ampliaciones a la Capacidad de Transporte existente presentada por la empresa ENERGIA ARGENTINA SOCIEDAD ANONIMA para la construcción de una nueva línea de extra Alta Tensión en 220 kV entre las E.E.T.T. ENSENADA DE BARRAGÁN y HUDSON de EDESUR S.A; una nueva playa de maniobras en la E.T. HUDSON y dos doble ternas en 132 kV hasta las E.T. DIQUE y TOLOSA de EDELAP S.A., para el acceso de su C.T. ENSENADA DE BARRAGÁN de 540 MW” (B.O. 24/05/2011). Entre sus considerandos, la mencionada resolución establece que las instalaciones se incorporarán al sistema argentino de interconexión y servirán para fortalecer el abastecimiento de energía (ver fs.44). 2. Antes de examinar la cuestión básica a decidir, o sea, la falta de legitimación de los actores, sostenida por E. S.A., conviene sintetizar el marco regulatorio de la energía eléctrica en nuestro país. Este se funda en la ley 24.065 que, junto con normas complementarias, establece las principales reglas en torno a las cuales se desarrolla esta actividad, principalmente en los aspectos de su generación, transporte y distribución. Se han mencionado como principios fundamentales de ese marco regulatorio eléctrico: la creación de un ente regulador (E.), con facultades de regulación, de control y jurisdiccionales; la desregulación y promoción de la competencia allí donde es posible; la aplicación de la técnica del servicio público a la organización de las actividades de transporte y distribución, con transferencia de la gestión a operadores privados, a cambio de tarifas justas y razonables; organización de un mercado mayorista (de generación) de compraventa de energía eléctrica; coordinación operativa y económica de este mercado mayorista de generación con las actividades de transporte y distribución, de resultas de lo cual el usuario final de la distribuidora es el destinatario del producto final que resulta de esa coordinación, y por ello es también el encargado de sostener, con el pago de su factura, el costo del funcionamiento de todo el sistema (conf. D., J. C., “El marco regulatorio eléctrico en la emergencia”, Rev. El Derecho, del 28/02/05, suplemento Administrativo, pg.1). VI. Como ya dijimos, el presupuesto esencial de todo este asunto versa sobre la determinación, prima facie, del derecho para actuar de los amparistas, aspecto que definirá la suerte de la cuestión planteada. Con esta perspectiva, en el ámbito de derecho público que estamos analizando, los actores pretenden una protección judicial, pero este grupo de personas necesita acreditar que son prima facie titulares de derechos sobre los cuales no se extienda la sombra de la duda respecto de la legitimidad de la adquisición de los bienes sobre los cuales requieren el amparo. Este principio se acentúa cuando la protección de esta acción que se busca es frenar el ejercicio de la realización de obras destinadas a servicios de utilidad general. 2. Con este marco y con la finalidad de incorporar a la causa elementos que permitan analizar la existencia de derechos merecedores de tutela judicial, el Tribunal estimó necesario ordenar una medida para mejor proveer, según consta a fs.324. Por estos motivos se requirió al Juzgado Nacional de 1° instancia en lo Comercial n°3 (secretaría n°6), copia del Informe General del Síndico de los autos n°91371 “P. T. S.A. s/ quiebra” y a la Inspección General de Justicia, las actuaciones llevadas adelante por este organismo en relación a una sociedad extranjera denominada G. C. N.V. que, como se verá, tuvo participación en el desarrollo del proyecto del barrio náutico señalado por los actores. Ante la demora de lo solicitado, a fs.327/328, se resolvió incorporar a los autos copias extraídas de sitios de internet correspondientes al Informe General del Síndico (fs.329/372 vta.) y, también, un fallo de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial, Sala D, del 12/04/2007, “Inspección General de Justicia c. G. C. N.V.” (fs.373/374). Con posterioridad, a fs.376/486, se agregaron las copias remitidas por el Juzgado Nacional de 1° instancia en lo Comercial n°3, en respuesta de la medida para mejor proveer señalada. Poder Judicial de la Nación 3. Pues bien, como se expresara en el punto II.2., los accionantes se presentan en autos como adquirentes de lotes de un proyecto de urbanización privada comercializado por una empresa denominada P. T. S.A. Del escrito de inicio surge, también, que este emprendimiento inmobiliario ubicado en la localidad de Hudson se denominaría Barrio Náutico P. T.. Sin embargo, la idea quedó trunca y la sociedad responsable fue declarada en quiebra, el 4 de noviembre de 2003. Efectivamente, de la documentación agregada se observa que, en el año 1997, P. T. S.A. inició la comercialización de una “urbanización náutica”. El proyecto publicitado se asentaría sobre dos fracciones de terreno de aproximadamente 336 hectáreas, de propiedad de la ofertante, adquiridas a través de una compraventa con garantía real de hipoteca por saldo de precio. Este saldo, que representaba el 93% del valor acordado con el vendedor M. C. S.A., se pagaría en 7 cuotas (ver fs.398/399). A su respecto, en el informe general, el síndico de la quiebra de P. T. S.A. dice (v. fs.395): USO OFICIAL “El desarrollo inmobiliario prometía parque de oficinas, centro comercial, áreas deportivas, clubhouse, hotel, colegio, puerto deportivo, junto con un sector destinado a lotes unifamiliares que sumaba un total de aproximadamente 1800 lotes...”. “…el flujo de fondos que permitirían atender la ejecución del desarrollo provendrían sustancialmente de los recursos que se generarían con la comercialización de los 1800 lotes precitados…”. También señala que: “…el capital propio inyectado a P. T. S.A. al tiempo de su constitución, e inclusive al tiempo de adquirirse el inmueble asiento del proyecto inmobiliario, fue escaso en comparación con la magnitud de la inversión tenida en vista para completar el desarrollo…”. En este primer dato obtenido, observamos que el emprendimiento comenzó su desarrollo con la “venta de lotes” que se realizaba a partir de un plano de subdivisión proyectado sobre las dos fracciones de terreno, pero que, en los hechos, ninguna de las tierras de propiedad de “P.T.” habían sido subdivididas catastralmente. Con lo cual, estaba postergada la posibilidad de realizar una traslación de dominio respecto de los lotes. Pero, entonces, ¿Cómo se “vendían” lotes de fracciones de terrenos sin subdividir? La transcripción siguiente, del informe del Síndico, ilustra el punto: “…el letrado apoderado de P.T. S.A….apuntó que…a fin de atender al pago de las cuotas por el saldo de precio ...(de la compra de las fracciones de terreno por parte de la empresa), como así también para hacer frente a todas las obras que requería la construcción del Proyecto P.T., los accionistas de mi mandante celebraron una asamblea general extraordinaria el día 28 de abril de 1997, en la que resolvieron aumentar el capital social a la suma de $ 56.865,32 representando el capital emitido por una determinada cantidad de acciones ordinarias y preferidas de clases diversas...”. Las acciones a las que el letrado de la fallida hizo alusión fueron suscriptas por G. C. NV, sociedad extranjera constituida al efecto y para ser vehículo de la colocación de las acciones emitidas por P.T. en manos de terceros inversores… “…Las acciones así suscriptas se fueron adquiriendo por aquellas personas que aspiraban a la titularidad de un lote de terreno en el Proyecto P.T. y que no habían participado directamente como suscriptores en el antedicho aumento de capital. Como la integración de las acciones originariamente suscriptas por G. era indispensable para que P.T. S.A. pudiera cumplir con su objeto, G. cedió en forma irrevocable a favor de P.T. S.A. el derecho a percibir el precio de las acciones vendidas a terceros...”(fs.396). “…Al aumentar su capital accionario P.T. S.A. tuvo emitidas acciones ordinarias que conferían derechos políticos, habilitando a sus tenedores a formar la voluntad social en asamblea de accionistas, y acciones preferidas que obtenidos los permisos para subdividir el predio y cancelado el precio de la compraventa de acciones celebrada con G. Corp. NV, conferían al inversor accionista el derecho a exigir a la sociedad el rescate de las acciones preferidas, entregando la sociedad al accionista lotes a tal efecto. G. Corporation NV se constituyó entonces en sociedad controlante de P.T. y el vehículo a través del cual las acciones de P.T. llegaron, acuerdos de compraventa mediante, a terceros atraídos por el proyecto inmobiliario. Así las acciones preferidas permitirían a los inversores adquirir el dominio de lotes canjeables por ellas. Pero, dado que G. Corp NV era el titular de los créditos originados en la venta de acciones que eran propias ¿cómo llegaban a P.T. S.A. los flujos de fondos necesarios para ejecutar las obras y completar el desarrollo?. Las acciones suscriptas por G. para ser transferidas a terceros cargaron una prima de emisión que representaba un valor por acción equivalente al valor del metro cuadrado de lote que el inversor esperaba finalmente recibir en canje. G. entonces adeudaba prima de emisión a P.T.. Pro solvendo de esa deuda G. cedió a P.T. S.A. los derechos de cobro de los que era titular originados en el convenios de compraventa de acciones; de manera que los pagos que realizaban los compradores de acciones llegaban a la caja de P.T., en virtud de la cesión hecha por G. C., para cancelar parcialmente la deuda que ésta tenía en concepto de prima de emisión.” (fs.397). Del extracto transcripto, se observa el detalle de la conformación inicial del capital social de la fallida y la necesidad que tenía de contar con mayor cantidad de recursos para hacer frente al emprendimiento. Asimismo, el síndico precisa la estructuración jurídica que utilizó la empresa para el negocio inmobiliario. Entonces, de lo dicho se desprende que los llamados “lotistas”, en realidad se constituyeron en accionistas, celebrando un negocio jurídico con P.T. S.A. que no revistió la forma de una compraventa tradicional de un inmueble, sino que, a través de una compraventa de acciones ordinarias y preferidas, a través de una sociedad vinculada (G. Corporation N.V. -controlante de la fallida-), ficticiamente se realizaba la “adquisición de Poder Judicial de la Nación uno o más lotes” dentro del proyecto. Pero, como se ve, no había traslación de dominio. La titular registral seguía siendo la fallida. Los propios amparistas acompañaron copia de la resolución del art.36 de la ley 24.522, del expediente de la quiebra, en la cual se menciona toda esta operatoria (v. fs.8/22). También surge de la resolución citada (ver fs.19/20) que muchos de los denominados “lotistas” se presentaron como acreedores en la quiebra con el fin de verificar un crédito como obligación de hacer, consistente en “escriturar el lote”, en los términos siguientes: “…no existen dudas del carácter de accionistas de la hoy fallida que revisten estos acreedores, quienes (la mayoría) ejercieron sus derechos políticos, concurriendo a las asambleas para formar la voluntad social; participación que les compete en su calidad accionistas (v. libro de "Depósito de acciones y registro de Asistencia. Asambleas Generales", reservado en Secretaría). USO OFICIAL El capital social de la fallida -como se dijo- estaba dividido en acciones ordinarias y preferidas rescatables. Las acciones ordinarias conferían derechos políticos, en tanto que las preferidas conferían el derecho de exigir rescate por parte de la sociedad, una vez integrados los montos correspondientes al valor nominal y a la prima de emisión. El rescate de las acciones preferidas debía realizarse exclusivamente con la entrega de lotes de terreno ubicados en el predio sobre el cual se desarrollaría el proyecto P.T.. Las acciones preferidas permitían a los inversores adquirir lotes de terreno. El mecanismo adoptado "canje de acciones preferidas por lotes" representaba para las partes beneficios con relación a la celebración de los boletos de compra venta... No ignora este juez que el fin de las partes era vender y comprar un lote de terreno, pero dicha operación -reitero- no fue instrumentada mediante un boleto de compraventa sino por medio de la suscripción de acciones preferidas rescatables conjuntamente con la suscripción de acciones ordinarias…”. Por lo expresado, y pese al disfraz jurídico que se le otorgó a la compra de los lotes, privilegiando probablemente la situación de buena fe de los “terceros inversores”, en la citada resolución el juez de la quiebra accedió finalmente a verificar como “obligación de hacer (de escriturar)” la pretensión de los llamados “lotistas”, en las condiciones establecidas en el proyecto, que eran: pago del 100%, subdivisión catastral, inexistencia de acreedores preferentes, además de que el inmueble permanezca en cabeza de P.T. S.A. 4. En esta compleja situación, el tribunal consideró necesario conocer más datos referidos a la sociedad extranjera G. C. N.V., que aparece desde el comienzo de la conformación de este emprendimiento inmobiliario. Por esta razón se ofició a la Inspección General de Justicia, para que acompañara documentación a su respecto. Ante la demora en la respuesta, la Sala incorporó a los autos la copia de una sentencia de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial, Sala D, del 12/04/2007, referida a la Inspección General de Justicia y G. C. N.V. (v.fs.373/374). De la copia del fallo agregado a la causa, se desprende que el organismo del Estado dispuso –por resolución n°201, del 01/03/2006- la promoción de las acciones judiciales de nulidad, disolución, declaración de inoponibilidad de la personalidad jurídica y cancelación de la inscripción registral de esta sociedad extranjera por considerarla nula al mediar simulación ilícita en su constitución o, subsidiariamente, una sociedad utilizada para fines extrasocietarios en los términos del art. 54 de la Ley de Sociedades. Esta resolución del organismo estatal fue apelada y la Sala D de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial desestimó el recurso. Con lo cual, el tribunal comercial, al confirmar la resolución del organismo estatal, dejó expedita la vía ordinaria para que la Inspección General de Justicia pueda interponer la acción correspondiente. Asimismo, el fallo citado confirmó la multa a otra sociedad, denominada B. V. D. S.A., que también se encontró vinculada, en sus orígenes, al proyecto inmobiliario que estamos siguiendo, según informa el síndico de la quiebra (ver fs.461 y siguientes). Empero, el profesional citado explica que, por desavenencias entre esta sociedad y P.T. S.A, principalmente cuando la mayoría del paquete accionario de esta última pasó a manos de la sociedad extranjera G., B. V. D. S.A. se retira del negocio y sus socios denuncian una maniobra defraudatoria contra ella. 5. Hay otro aspecto que cabe mencionar en este análisis y es el referido a la propiedad de las fracciones de terreno. Como anteriormente hemos mencionado, P.T. S.A. adquirió el inmueble por U$S10.000.000, abonando en efectivo U$S700.000 y acordando con el vendedor que el saldo de precio –el 93% de su valor, esto es U$S9.300.000- se pagaría en 7 cuotas, constituyéndose una importante hipoteca, como garantía de su pago. Que por sucesivas cesiones parciales del crédito hipotecario, aparecen como últimos acreedores, con esta garantía real, ABN-A. N.V. en su carácter de fiduciario del FIDEICOMISO DE GARANTÍA HIPOTECA P.T. y COSTA DE HUDSON SOCIEDAD CIVIL. De la documentación reunida (informe del síndico, resolución del art.36, ley 24522 en la quiebra, etc.), se observa que estos acreedores hipotecarios iniciaron procesos de ejecución y que, en uno de ellos, se dictó sentencia y el 03/10/2003 se aprobó el remate extrajudicial realizado. De este acto, aparecen como adquirentes –en condominio- de porcentajes a su favor sobre el inmueble los mismos que habían solicitado su subasta. Empero, cuando se insinuaron en la quiebra para verificar el crédito de cada uno referido –entre otras cosas- a la inscripción a su nombre del inmueble adquirido en subasta extrajudicial, junto con la cancelación de hipotecas y el levantamiento de las inhibiciones al efecto de transferir el dominio del bien, el juez de la quiebra entendió –entre otros razonamientos- que este acto –la subasta- no podía oponerse al juicio universal y fueron declarados inadmisibles. Es decir, el inmueble seguía considerándose de la fallida (“la Poder Judicial de la Nación subasta extrajudicial no tiene eficacia de cosa juzgada material para el tribunal concursal. El alcance de los actos cumplidos en el trámite de ejecución ley 24.441, no admite contradictorio ni defensas por parte de la ejecutada. Dichos actos procesales no hacen cosa juzgada material, por lo que son revisables en el proceso universal…”). Sobre estos temas, cabe remitirse, por su extensión y la complejidad, al informe del síndico y a la resolución del art.36 mencionada, documentos en los que se explica y analiza la constitución del fideicomiso Hipoteca P.T., su finalidad, su desarrollo en el tiempo y el análisis que realiza el síndico sobre dicha operatoria. De la misma forma, respecto de los detalles acerca de C. de H. S.A. y de la cesión del crédito hipotecario a su favor. En ambas estructuras jurídicas aparecen como integrantes “lotistas” del emprendimiento. Esta situación afirma una idea que sobrevuela todo el relato: implica que los compradores de los futuros lotes poseen un doble carácter, como dos caras de la misma moneda. Por una lado, porque el negocio jurídico se estructuró de esa forma, son accionistas de la fallida y, por otro lado, se insinuaron en la quiebra para obtener la USO OFICIAL verificación de un potencial crédito contra ella; tanto de manera individual, por su lote, como a través del fideicomiso o de C. de H., buscando una situación privilegiada sobre el pasivo por su crédito hipotecario. Es decir, de todo este entramado, surge que los lotistas son acreedores de sí mismos. Por último, también en autos, se ha acompañado un acuerdo de tenencia compartida del predio celebrado el 03/06/2003 entre los que luego participaron de la subasta extrajudicial y una COOPERATIVA DE VIVIENDA, CRÉDITO Y CONSUMO LOTISTAS B. D. P. L., más un número de personas que, en conjunto, se denominaban RESIDENTES y que se definen en este acuerdo como “compradores de buena fe de lotes a desarrollar en el emprendimiento y, como tales, se encuentran ocupando el predio en forma pacífica desde hace varios años y, en el caso de la cooperativa, ante el abandono del predio por parte de P.T. S.A., realizado con fecha 23 de marzo de 2002”. En el acuerdo señalado, se establecen una serie de cláusulas en defensa de los propios intereses de cada una de las partes en el asunto, siempre en relación a la tenencia del mismo inmueble. Cabe remitirse a su lectura a fs.23/28. 6. Ahora bien, con todos estos elementos que exponen un entramado de cuestiones harto complejas que exceden el marco del amparo, su exposición permite al tribunal llegar a la convicción de que, por el momento, los accionantes no poseen la titularidad de los derechos acerca de los cuales solicitan su amparo. Esto es así, por cuanto estas personas se presentan como adquirentes de lotes y agregan que lo hacen “con animus domini”, originado en un título de adquisición reconocido por la sentencia de verificación recaída en los autos “P.T. s/quiebra”, del 27/12/2004. Empero, esta calidad de poseedor con la que aparecen no corresponde a la verdadera situación en la que se encuentran. En efecto, los amparistas cuando se vincularon con P.T. S.A. no adquirieron un título diáfano, transparente. Se disfrazó una operación de compraventa con otro ropaje jurídico, por razones de conveniencia, pudiendo mencionarse -incluso- por evasión impositiva. Con lo cual, de esta forma, pasaron a formar parte de la sociedad fallida, como accionistas. En este primer estadio de la relación con P.T. S.A., surge la posesión. Pero, de la lectura de la acción planteada, ellos mismos reconocen que no tienen la propiedad, sino que es de otro, de la fallida. El llamado adquirente del lote lo que tiene es una acción. Los amparistas no son poseedores, son, en definitiva, tenedores. En este momento, es preciso recordar que el tenedor tiene un derecho precario. Aún y pese a la supuesta buena fe en la adquisición del lote por parte de los accionistas, éstos no pasaron de ese nivel. Por otra parte, si bien el síndico de la quiebra menciona (v. fs.399) que algunos accionistas que compraron acciones preferidas comenzaron a realizar usufructos, este dato no aparece corroborado con ningún elemento de prueba aportado en la acción. Además, aún cuando sea posible que en estas operaciones haya habido fraudes, tanto a la ley societaria, como en relación con el Fisco o en perjuicio de compradores de lotes, la situación de iure de los demandantes es que son precaristas que, a su vez, tienen acciones. Con este marco de análisis, el Tribunal considera que, por el momento, no puede hablarse de títulos que permitan invocar derechos merecedores de tutela judicial. En definitiva, el reclamo se basa en el ejercicio del derecho de propiedad, entre otros mencionados en la acción, que no pertenece a los amparistas y que no queda en claro, el momento presente, en cabeza de quien está. En esta larga cadena de negocios jurídicos sucesivos y con aspectos sin resolver, es imposible extraer legítimos títulos de dominio para los actores, al menos en este momento. En apoyo de esta conclusión, de la lectura del informe del síndico también podemos obtener datos acerca del perfil de instrucción de los adquirentes -inversores- de lotes, que también nos permiten considerar que aquéllos estaban en condiciones de entender las características y las consecuencias del negocio jurídico que celebraban. Como también las razones y sus beneficios. En este párrafo se explica cuál era la información recibida al momento de contratar y se expone lo que razonablemente pudo entender el inversor en esa oportunidad (pág.400/402): “…En cuanto a la información recibida al momento de la venta, la misma surge objetivada en el memorándum de información que la fallida entregaba a cada inversor… se lee:“...Condiciones de Compraventa de Acciones... CONSIDERANDO...Que es voluntad del Comprador adquirir acciones de la Sociedad de las que es actualmente titular G. C. NV, una sociedad organizada bajo las leyes de las Antillas neerlandesas...Que se define como Comprador a aquella persona que haya dado inicio al cronograma de pagos...que se anexa al presente y que forma parte integrante del presente contrato de compraventa y que corresponde a la compra de un cierto número de acciones preferidas rescatables clase 7 de P.T. S.A. y acciones ordinarias clase A de la misma Poder Judicial de la Nación Sociedad...III – DERECHO DE LAS ACCIONES ORDINARIAS CLASE A...las acciones ordinarias clase A tienen derecho a un voto por acción ... IV – DERECHO DE LAS ACCIONES PREFERIDAS...Las acciones preferidas rescatables que suscribe en este acto le dan derecho al suscriptor a solicitar el rescate de dichas acciones por parte de la Sociedad, una vez que haya completado el Cronograma de Pagos establecido en la Boleta de Depósito y estén cumplimentados los requisitos legales para que el lote de terreno pueda ser escriturado....Una vez verificado el cumplimiento de todas las obligaciones y deberes a cargo del tenedor de las acciones y concluida la división del terreno, se procederá al rescate de dichas acciones entregando el instrumento que acredite el título de propiedad del o los lotes correspondientes a las Acciones Preferidas que son rescatadas...;…” También dice que: “…Del documento resulta entonces que al tercero inversor se le informó y conoció que concertaría un negocio de compraventa de acciones, que a través del mismo USO OFICIAL adquiriría derechos políticos plenos sobre la sociedad con la tenencia de acciones ordinarias clase A, y que adquiriría también derecho a escriturar cuando cumplidas ciertas condiciones se presentara a reclamar de la fallida el rescate de las acciones preferidas recibidas…”. También, se pregunta si ¿Pudieron razonablemente entender -más allá de la figura particular usada- los “compradores de lotes” que el acuerdo que celebraban los vinculaba a G. Corp., los convertía en accionistas de PTSA -o si se quiere accionistas de PTSA con derecho a un lote de terreno-, y en consecuencia que adquirían derechos y obligaciones en cuanto tales?. El propio síndico responde que “así parecería”… “…es razonable entender que los futuros “lotistas” estuvieron en condiciones de comprender, comprendieron o debieron comprender que al celebrar con G. Corp. un contrato de compraventa de acciones se transformarían, efectivamente, en accionistas de P.T.…Aunque el tema no es tan lineal como parece…”. En definitiva, pese a que no cabe excluir que en ciertos casos haya habido fraude en relación a algunos adquirentes de acciones, con todo lo reseñado, se estima no hay evidencia de título legítimo que autorice amparo judicial sobre la base de un derecho real de legítima apariencia. VII. Ahora bien, sobre estas fracciones de terreno, aún sin subdivisión, el Estado Nacional a través del E., aprobó el paso del electroducto de alta tensión, cuya construcción se encuentra suspendida en el tramo correspondiente al emprendimiento inmobiliario por la decisión cautelar apelada. Asimismo, con motivo de esta obra se estableció una servidumbre administrativa en los lugares por donde pasaría su traza y, en relación con las fracciones que mencionan los actores, la ejecución de los actos administrativos de esta decisión se dirigieron al expediente de la quiebra, por cuanto –como vimos- la fallida es la titular registral actual del inmueble. Por su parte, a fs.302, el representante de E. aportó documentación (fs.193/218) e informó el pago de parte de la indemnización correspondiente a la propietaria, aún cuando se espere una resolución judicial acerca de la titularidad del dominio del predio donde se asentaría el barrio conforme lo exponen los actores a fs.130. VIII. Al respecto, cabe reflexionar que la tutela aquí solicitada tendría por objeto el resguardo de meras expectativas, o de operaciones en buena parte ilusorias, o de nebulosos proyectos de negocios futuros e inciertos. Empero, la acción de amparo ha sido instituida para proteger derechos de raigambre constitucional que –a la fase cautelar del proceso- al menos deben quedar prima facie acreditados. IX. Como hemos visto, esta necesaria demostración está ausente en el caso lo cual lleva a admitir la defensa de falta de legitimación activa para sustentar el remedio precautorio ahora buscado. X. En consecuencia, propongo al Acuerdo revocar la resolución apelada y dejar sin efecto la medida cautelar concedida en primera instancia, difiriéndose el pronunciamiento sobre costas hasta la oportunidad de sentenciar. Asimismo, cabe ordenar que, en origen, se subsane el error de foliatura a partir de la foja 275. Regístrese, notifíquese a las partes y, mediante oficio, al juez de la quiebra. Fecho, devuélvase.EL JUEZ ÁLVAREZ Y LA JUEZA CALITRI DIJERON: Que adhieren al voto que antecede. Por ello, SE RESUELVE: 1) Revocar la resolución apelada y dejar sin efecto la medida cautelar concedida en primera instancia, difiriéndose el pronunciamiento sobre costas hasta la oportunidad de sentenciar. 2) Ordenar que, en origen, se subsane el error de foliatura a partir de la foja 275. Regístrese, notifíquese a las partes y, mediante oficio, al juez de la quiebra. Fecho, devuélvase..Fdo: Jueces Sala II César Álvarez – Olga Calitri – Leopoldo Héctor Schiffrin.