REPUBLICA DEL ECUADOR Juicio No: 17711-2013

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REPUBLICA DEL ECUADOR
Juicio No: 17711-2013-0897
Resp: FANNY PATRICIA INSUASTI AVALOS
Quito, miércoles 5 de agosto del 2015
A: SANCHEZ BASANTES MONICA BETANIA
Dr./Ab.:
En el Juicio Verbal Sumario No. 17711-2013-0897 que sigue AVILES BASANTES
FRANCISCO VIRGILIO en contra de SANCHEZ BASANTES MONICA BETANIA,
SANCHEZ BASANTES MONICA BETANIA, hay lo siguiente:
JUEZ PONENTE: DR. WILSON ANDINO REINOSO
CORTE NACIONAL DE JUSTICIA DEL ECUADOR. - SALA DE LO CIVIL Y
MERCANTIL.- Quito, miércoles 5 de agosto del 2015, las 16h54.- VISTOS: Francisco
Virgilio Avilés Basantes, en el juicio verbal sumario de Inquilinato que sigue en contra de
Mónica Betania Sánchez Basantes, interpone recurso de casación en el que impugna la
sentencia dictada por la Segunda Sala de lo Civil, Mercantil, Inquilinato y Materias
Residuales de la Corte Provincial de Justicia del Guayas, el 16 de julio de 2013, las 12h00,
que confirma la sentencia dictada por el Juez Primero de Inquilinato y Relaciones
Vecinales del Guayas que declara sin lugar la demanda. Para resolver, se considera:
PRIMERO:- JURISDICCIÓN Y COMPETENCIA
El Tribunal tiene jurisdicción en virtud de que los jueces que lo integramos fuimos
constitucionalmente designados mediante Resolución Nº. 004-2012 de 25 de enero del
2012; conforme Resolución del Pleno de la Corte Nacional de Justicia Nº. 01-2015 de 28 de
enero de 2015; y la competencia, en mérito a lo dispuesto por los artículos: 184.1 de la
Constitución de la República del Ecuador; 190.1 del Código Orgánico de la Función
Judicial; 1 de la Ley de Casación; y, por el sorteo de rigor cuya acta obra del proceso. La
Sala de Conjueces de lo Civil y Mercantil de la Corte Nacional de Justicia, analiza el
recurso y lo admite a trámite, en cumplimiento del artículo 6 de la Ley de Casación.
SEGUNDO: ALGUNOS ELEMENTOS DEL RECURSO DE CASACIÓN
2.1. El recurso de casación como medio de impugnación extraordinario, es el derecho de
objeción del justiciable sobre una sentencia o auto finales, esto es de las que deciden el
fondo del asunto, que pongan fin a los juicios de conocimiento (artículo 2 Ley de
Casación). Su propósito es restaurar el imperio de la ley transgredida en la sentencia o auto
en garantía del debido proceso (artículo 76 Constitución de la República del Ecuador),
resolución que asume el carácter de obligatoria en el proceso dictado, la que tiene
trascendencia no solo para las partes procesales sino para toda la sociedad, y por los
resultados significativos para la solución de otros litigios o casos análogos a presentarse en
lo posterior, y que, inmersos en un Estado constitucional de derechos y justicia cambia
radicalmente la administración de justicia. La casación debe garantizar los derechos
fundamentales de los justiciables, la Corte Nacional al ser el máximo Tribunal de Justicia
Ordinaria realiza un control de legalidad, su rol es el de desarrollar los precedentes
jurisprudenciales con fundamento en los fallos de triple reiteración, garantizando la efectiva
vigencia de todos los derechos, acorde a lo que manda la Constitución.
2.2. En la actualidad “En el Ecuador y en algunos países de América Latina se ha afincado
el Neoconstitucionalismo y ha provocado un cambio cualitativo en el pensar y en el actuar
jurídico: se ha construido otro marco jurídico-político dentro del cual tenemos que actuar,
razonar y elaborar los juicios lógicos y axiológicos para desarrollar la actividad jurídica,
con la calidez humana que debe primar en las relaciones de este tipo. Este nuevo marco está
constituido por el denominado Neoconstitucionalismo y, específicamente para América
Latina, por el Neoconstitucionalismo latinoamericano. Hoy existe otra óptica y otra lógica
para comprender y aplicar el Derecho: la del Neoconstitucionalismo y, por tanto la
organización del poder político como la del poder judicial y otros poderes e instituciones
estatales, deben responder a esta nueva realidad” (Cueva Carrión, Luis, La Casación en
Materia Civil, 2da edición, Ediciones Cueva Carrión, Ecuador, 2011. Pág.32). Se ha de
tener en cuenta que en materia de casación la parte relativa con la fundamentación, se
asimila a un ejercicio de comparación y contraste entre las normas que fueron empleadas
como presupuestos de derecho en el fallo cuestionado que pronunció el Tribunal, y las de
quien recurre señala debieron haberse empleado y, demostrar con claridad que,
efectivamente, la normativa expresada por el casacionista es la idónea o apropiada para el
juzgamiento del caso en cuestión. A decir de Humberto Murcia Ballén, quien recoge el
criterio expuesto por Toboada Roca: “…son aún mayores las dificultades, porque, además
de tener que expresarse con claridad y precisión la pretensión procesal, hay que cumplir
unos determinados requisitos de designación de la vía impugnada que se utiliza, norma
concreta que se reputa infringida, modo o forma que se supone cometida esa infracción
legal, con separación absoluta, enumerada y ordenada de las diversas tesis impugnativas
con que se pretende combatir los supuestos básicos de la sentencia recurrida…” (Humberto
Murcia Ballén, La Casación Civil, Editorial Temis, Bogotá, 1997, Pág. 604). Jaime Guasp
sobre los motivos de las partes para interponer el recurso de casación y las limitaciones de
los poderes de los juzgadores, considera que: “Las partes no pueden acudir a ella a base de
su simple interés, sino que tienen que contar con una causa legalmente determinada, es
decir, con un motivo: el motivo de casación precisamente, por su parte, el órgano
jurisdiccional no puede conocer los problemas litigiosos en los mismos términos de
amplitud en que lo hicieron los tribunales de instancia, sino que encuentra limitados sus
poderes a temas determinados y taxativos coincidentes precisamente con las circunstancias
que funcionan como motivo de casación.” (Jaime Guasp, Derecho Procesal Civil, T II,
Madrid – Edición, 1977).
TERCERO: NORMAS INFRINGIDAS
El recurrente señala que se han infringido los artículos 2 y la Primera Disposición
Transitoria de la Ley de Inquilinato; 825 inciso segundo, 826, 702 inciso segundo y 1857
del Código Civil. Funda su recurso en la causal primera del artículo 3 de la Ley de
Casación.
CUARTO: FUNDAMENTOS DEL RECURSO
Indica el casacionista que el artículo 2 de la Ley de Inquilinato determina que de forma
supletoria se aplicarán las disposiciones del Código Civil, debiendo por lo tanto aplicarse lo
preceptuado por el artículo 1857 inciso segundo del referido cuerpo legal, norma que regula
el arriendo de cosa ajena.
Así también señala que la Segunda Sala de lo Civil de la Corte Provincial de Justicia del
Guayas inaplicó el artículo 825 inciso segundo del Código Civil, que establece el derecho
de habitación, así como tampoco se ha aplicado el artículo 826 del mismo cuerpo legal, por
la falta de aplicación de los artículos enunciados anteriormente se ha desconocido la calidad
de arrendador en la persona del accionante y se reconoce el derecho de habitación a favor
de la demandada.
QUINTO:- EXAMEN DEL CASO EN RELACIÓN A LA CAUSAL
ARTICULO 3 DE LA LEY DE CASACION
PRIMERA DEL
5.1.- La causal primera del artículo 3 de la Ley de Casación y única alegada por el
recurrente, procede por: “Aplicación indebida, falta de aplicación o errónea interpretación
de normas de derecho, incluyendo los precedentes jurisprudenciales obligatorios, en la
sentencia o auto, que hayan sido determinantes de su parte dispositiva”. El vicio que la
causal primera imputa al fallo es el de violación directa de la norma sustantiva, incluyendo
los precedentes jurisprudenciales obligatorios, porque no se ha dado la correcta subsunción
del hecho en la norma; no se ha originado la conexión lógica de la situación particular que
se juzga con la previsión hipotética y genérica efectuada de antemano por el legislador;
yerro que se puede provocar por los tres diferentes tipos de infracción ya señalados, y que
el recurrente debe fundamentar adecuadamente. La aplicación indebida ocurre cuando la
norma ha sido entendida rectamente en su alcance y significado; más se la ha utilizado para
un caso que no es el que ella contempla. La falta de aplicación se manifiesta si el juzgador
yerra ignorando la norma en el fallo, lo que efectivamente no es aplicable al caso que se
decide. La errónea interpretación tiene lugar cuando, siendo la norma cuya transgresión se
señala la pertinente para el caso, el juzgador le ha dado un sentido y alcance que no tiene,
que es contrario al espíritu de la Ley. Tiene lugar entonces esta causal cuando se han
violado normas de derecho, o, los precedentes jurisprudenciales obligatorios. Caben tres
formas o tres conceptos, según esta causal cuando se quebranta la normatividad jurídica, a
saber: Aplicación indebida de las normas de derecho o de los precedentes jurisprudenciales
obligatorios; falta de aplicación de las normas de derecho o de los precedentes
jurisprudenciales obligatorios; y, errónea interpretación de las normas de derecho o de los
precedentes jurisprudenciales obligatorios.
5.2. La acusación del casacionista refiere sobre la falta de aplicación del artículo 2 de la
Ley de Inquilinato que determina: “En lo no previsto en esta Ley, se aplicarán las
disposiciones de los Códigos Civil y de Procedimiento Civil, en lo que fueren pertinentes”;
por lo tanto se debió aplicar el segundo inciso del artículo 1857 del Código Civil, el cual
establece: “Puede arrendarse aún la cosa ajena, y el arrendatario de buena fe tendrá acción
de saneamiento contra el arrendador, en caso de evicción.”
El recurrente manifiesta que en la sentencia impugnada se desconoce el citado artículo y se
aplica un criterio no existente en ninguna norma legal, al señalar que solo desde la fecha de
fallecimiento de la usufructuaria, Piedad Basantes, podía celebrarse un contrato de
arrendamiento. La referida norma si bien prevé el arrendamiento de cosa ajena, el artículo
1857 del Código Civil establece que en caso de producirse situaciones como la señalada, es
el legítimo propietario del bien que fue arrendado quien tiene la facultad para iniciar un
juicio verbal sumario de inquilinato, en caso de producirse algún tipo de controversia. En la
sentencia recurrida los juzgadores puntualizan que existe una demanda posesoria entre el
actor y la demandada y como respuesta de ello se inició esta demanda de terminación de
contrato de arrendamiento, no existiendo una relación contractual en materia de inquilinato,
es así que en la confesión judicial el propio demandante alega que no existió contrato de
arriendo ni pago de canon arrendaticio alguno, es decir, que no concurrieron los elementos
que deben estar presentes en cualquier tipo de contrato y que de esta manera esta
desvirtuada la figura de contrato de arrendamiento. Si bien reconoce el actor que él llegó a
tener el dominio absoluto sobre el bien inmueble en el momento que se dejó sin efecto el
usufructo, acto que se produjo con la muerte de la señora Piedad Basantes, momento en el
que se consolidó la nuda propiedad y el goce.
5.3. Todo contrato debe estar válidamente celebrado y revestido de los siguientes
elementos: capacidad, consentimiento, causa y objeto lícito. El contrato es ley para las
partes y conforme lo determina el artículo 1454 del Código Civil: “contrato o convención
es un acto por el cual una parte se obliga para con otra a dar, hacer o no hacer alguna cosa.
Cada parte puede ser una o muchas personas”. Contrato es el: “Convenio obligatorio entre
dos o más partes, relativo a un servicio, materia, proceder o cosa” (Guillermo Cabanellas,
Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual, Tomo II, Editorial Heliasta, pág. 337). Es el
acuerdo de dos o más personas, cuyo carácter propio consiste en ser productor de
obligaciones. Con relación a los contratos de arrendamiento nuestra legislación en el
artículo 1856 del Código Civil señala que: “Arrendamiento es un contrato en que las dos
partes se obligan recíprocamente, la una a conceder el goce de una cosa, o a ejecutar una
obra o prestar un servicio, y la otra a pagar por este goce, obra o servicio un precio
determinado, salvo lo que dispongan las leyes de trabajo y otras especiales”. Es decir que el
contrato de arrendamiento es aquel en el cual una persona llamada arrendador se obliga a
transferir el uso temporal de una cosa a otra parte llamada arrendatario quien a su vez se
obliga a pagar un precio cierto y determinado.
En el presente caso entre los litigantes no existe contrato de arrendamiento y de las
excepciones a la demanda que son analizadas en la sentencia recurrida, se desprende, que la
demandada habita el bien inmueble mucho antes de que el accionante tenga el dominio
absoluto del bien materia de la litis, por lo que entre ellos no existieron obligaciones
recíprocas que hayan sido incumplidas y por las cuales se pueda iniciar una acción, pues no
se contempló entre los litigantes obligaciones como la de entregar el bien para su uso y
goce y el pago por dicha prestación. El recurrente para iniciar esta demanda realizó una
declaración juramentada indicando el tiempo de arrendamiento, ya que no existe contrato
por escrito que de forma fehaciente respalde la fecha de inicio de esta relación contractual y
las condiciones del mismo, que conforme queda oportunamente expuesto, en ningún
momento se celebró el contrato, pues la accionada no tuvo la calidad de arrendataria, de ahí
que cabe precisar, que la declaración juramentada si bien está determinada en la ley a fin de
especificar las condiciones de un arrendamiento y que el espíritu de la ley es proteger al
inquilino de posibles atropellos, en la presente litis no se estipuló sobre el arrendamiento
tampoco se cumplió con los elementos que conlleva la celebración de un contrato.
La causal primera se produce porque no se han subsumido adecuadamente los elementos
fácticos que han sido probados y se hallan admitidos por las partes dentro de la hipótesis
normativa correspondiente o porque se aplica una norma jurídica que no corresponde o
porque no se ha aplicado la que corresponde o se realiza una errónea interpretación de la
norma de derecho sustantivo. En la especie el recurrente no realiza un detalle de cómo la
Sala no aplicó las normas sustantivas por él alegadas, es decir que no pormenoriza cómo los
juzgadores no realizaron la adecuación de los hechos a la norma, pues para que se produzca
esta causal no solo basta la enunciación de las normas, sino particularizar como a pesar de
que los hechos definen una situación jurídica específica los jueces la encajan en una
diferente o no la consideran o realizan erróneamente tal adecuación, por tanto en el libelo
de casación el demandante no realiza la proposición jurídica completa en relación a la
causal primera del artículo 3 de la Ley de Casación dado que “no es suficiente señalar una
norma de derecho sustantivo, sino que deberá examinarse si ella contiene una proposición
jurídica completa, ya que de no serlo, es necesario precisar todas las disposiciones legales
que la constituyen” (Resolución No. 245 de 11 de noviembre de 2002, juicio no. 240-02
publicada en el Registro Oficial No. 28 de 24 de febrero de 2003). Por lo expuesto, se
rechazan los cargos acusados.
5.4. En relación al cargo de que la Sala inaplicó el inciso segundo del artículo 825, 826 e
inciso segundo del 702 del Código Civil, dichas normas establecen:
Artículo 825: “El derecho de uso es un derecho real que consiste generalmente, en la
facultad de gozar de una parte limitada de las utilidades y productos de una cosa”. Artículo
826: “Los derechos de uso y habitación se constituyen y se pierden de la misma manera que
el usufructo”.
Normas que si bien son sustantivas y que pueden ser atacadas por la casual primera del
artículo 3 de la Ley de Casación, no son concordantes con la relación de arrendamiento que
se está pretendiendo reconocer y disolver, pues, son instituciones jurídicas diferentes con
características propias, mismas que se ventilan a través de un juicio ordinario mediante un
proceso declarativo de derechos. El vicio contemplado en la causal primera del artículo 3
de la Ley de Casación se da en tres casos: “1.- Cuando el juzgador no subsume la situación
fáctica específica y concreta en la norma o normas de derecho que correspondan; y que de
haberlo hecho la parte resolutiva de la sentencia hubiera sido distinta a la adoptada; 2.Cuando el juzgador no obstante entender correctamente la norma la subsume en situaciones
fácticas diferentes de las contempladas en ella, y 3.- Cuando el juzgador subsume el caso en
la situación prevista por la norma, pero le atribuye a esta en un sentido y alcance que no le
corresponde.” (Resolución No. 479 de 09 de septiembre de 1999, juicio No. 141-99
publicado en el Registro Oficial No. 332 de 03 de diciembre de 1999).
Las controversias que se generan de relaciones entre arrendador y arrendatario deben ser
ventiladas ante el Juez de Inquilinato o quien haga sus veces conforme lo dispone el
artículo 42 de la Ley de Inquilinato.
De acuerdo al artículo 702 inciso segundo del Código Civil: “Se efectuará la tradición del
dominio de bienes raíces por la inscripción del título en el libro correspondiente del
Registro de la Propiedad. De la misma manera se efectuará la tradición de los derechos de
usufructo o de uso, de habitación o de servidumbre constituidos en bienes raíces, y del
derecho de hipoteca”.
Nuevamente el accionante yerra al traer a estudio una norma que en nada tiene relación con
la figura de arrendamiento, si bien el actor llega a asumir el dominio del bien una vez
cumplida la condición que da por finiquitado el usufructo no es menos verdad que cualquier
controversia, en cuanto al bien, debe ser ventilada en un juicio ordinario, no verbal sumario
de inquilinato, pues este último resuelve las controversias generadas de los contratos de
arrendamiento que tiene trámite especial contemplado en la ley. Por tal razón se desecha el
cargo acusado.
DECISIÓN: Por estas motivaciones, este Tribunal de la Sala de lo Civil y Mercantil de la
Corte Nacional de Justicia, “ADMINISTRANDO JUSTICIA, EN NOMBRE DEL
PUEBLO SOBERANO DEL ECUADOR, Y POR AUTORIDAD DE LA
CONSTITUCIÓN Y LAS LEYES DE LA REPÚBLICA”, NO CASA la sentencia dictada
por la Segunda Sala de lo Civil, Mercantil, Inquilinato y Materias Residuales de la Corte
Provincial de Justicia del Guayas, el 16 de julio de 2013, las 12h00. Notifíquese y
devuélvase, para los fines de ley. f).- DR. WILSON ANDINO REINOSO, JUEZ
NACIONAL, f).- DRA. MARIA ROSA MERCHAN LARREA, JUEZA NACIONAL, f).DR. EDUARDO BERMÚDEZ CORONEL, JUEZ NACIONAL. Certifico.
Lo que comunico a usted para los fines de ley.
DRA. LUCIA DE LOS REMEDIOS TOLEDO PUEBLA
NSECRETARIA RELATORA
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