D. FERNANDO LAMPRE …................, con DNI

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D. FERNANDO LAMPRE …................, con DNI …................, en representación de la
PLATAFORMA EN DEFENSA DEL AGUA Y LA TIERRA, con C.I.F. G-42182840, con domicilio
a efectos de notificaciones en Bijuesca (Zaragoza), plaza de la Herrería nº 2, ante la
VICECONSEJERA DE POLITICA ECONOMICA, EMPRESA Y EMPLEO DE LA CONSEJERIA
DE ECONOMIA Y EMPLEO DE LA JUNTA DE CASTILLA Y LEON comparece, y, como mejor
proceda en Derecho, EXPONE:
Que con fecha 14 de junio del año en curso, se ha notificado resolución del Director
General de Energía y Minas de la Junta de Castilla y León de fecha 4 de Junio de 2013 por la
que se otorga a la entidad MAGNESITAS Y DOLOMIAS DE BOROBIA, S.L. la concesión directa
de explotación denominada “San Pablo” nº 1373, para recursos de la Sección C, magnesitas, con
una superficie de 16 cuadrículas mineras.
Que habida cuenta de lo anterior, siendo esta concesión disconforme a derecho, y
teniendo ésta la consideración de acto administrativo que no pone fin a la vía administrativa, se
procede mediante el presente escrito, al amparo de lo dispuesto en los artículos 114, 115 de la
Ley 4/1999, de 13 de enero, de modificación de la Ley 30/1992, a formular en contra del mismo y
ante la Viceconsejera de Política Económica, Empresa y Empleo de la Consejería de Economía y
Empleo de la Junta de Castilla y León, RECURSO DE ALZADA que basa en las siguientes
ALEGACIONES
PREVIA- En primer lugar, hay que señalar que la resolución por la que se procede a
otorgar a la entidad Magnesitas y Dolomías de Borobia la concesión directa de explotación, evita
dar respuesta a las alegaciones presentadas por esta asociación a lo largo del procedimiento.
Ante una decisión de tanta importancia, la Dirección General de referencia, no da
respuesta de las alegaciones realizadas por esta asociación, haciendo una negación generalista
de las mismas.
Sobre el Punto 3 de los Antecedentes de Hecho decir que NO entendemos el traspaso de
referencias, el traspaso del expediente de la evaluación de impacto ambiental y la D.I.A. de la
solicitud de concesión de explotación DERIVADA de investigación “San Pablo 1.280”, y del año
2009, a la nueva solicitud de concesión de explotación DIRECTA “San Pablo 1.373” y del año
2013. Los expedientes de ambas solicitudes son diferentes y en esos 4 años de una solicitud a
otra han aparecido nueva normativa y legislación que afecta a la evaluación de impacto ambiental
de proyectos y a su D.I.A. Y nuevos fenómenos geológicos en la zona de importancia como el
ocurrido a las 06:17:56 hora oficial (GMT 05:17:56) de magnitud 3'3 según el Instituto Geográfico
Nacional y que tuvo su epicentro prácticamente en la vertical del terreno donde se ubica el
proyecto y donde anualmente se van a explosionar 50 toneladas de explosivos de muy alta
energía y este hecho que viene a demostrar que el proyecto esta en una zona riesgo sismico ha
ocurrido con mucha anterioridad a la concesión de explotación. Es a la Sección de Minas de la
Junta de Castilla-León y en primer lugar, y según la Ley de Minas, a quien le compete identificar
las consecuencias de este hecho y de que este proyecto este ubicado en una falla geológica
activa, y ya sea antes, o después, de otorgar esta concesión de explotación minera a cielo abierto
y con arranque de mineral con explosivos.
En el Punto 4 de los Antecedentes de Hecho se dice que: “se requirió que acreditasen su
interés en este expediente a todos aquellos que no habían justificado inicialmente (...)”. En este
sentido hay que señalar, que pese a que a la administración le constaba el carácter de
interesados, TODOS los que ya habían comparecido tuvieron que volver a acreditar tal condición.
Sobre este punto 4 de los Antecedentes de Hecho (* apertura de un periodo de
información pública”) decir también que en los Boletines Oficiales de Soria y Castilla y León del 3
y 5 de diciembre de 2013 todavía NO se ha publicado nada sobre ningún “San Pablo” y en los del
3 y 5 de diciembre de 2012 NO se publicó la información pública del proyecto San Pablo 1.373 y
unicamente se publicó el anuncio de la admisión definitiva de la solicitud de concesión de
explotación directa “San Pablo 1.373”.
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Respecto al Punto 10 de los Antecedentes de Hecho no se ajusta a la realidad al señalar
que la zona a ocupar son 62,9 hectáreas, cuando el permiso de explotación se solicitó para 480
ha.
En la página 4 y 7 de la resolución objeto de este recurso pone de manifiesto que “se
ocuparán por esta explotación únicamente 62,9 ha.”, faltando a la verdad, ya que en la Memoria
del Estudio Hidrológico e Hidrogeológico y Sistema Integral de Gestión de Aguas del proyecto de
explotación de magnesitas en Borobia (Soria) Marzo de 2009 consta que “El proyecto de
explotación del yacimiento de magnesitas de Borobia se realizará sobre seis cuadrículas de la
propuesta de paso a concesión minera de P.I. San Pablo, dentro del término municipal de
Borobia (Soria).” Y 6 cuadrículas mineras son 180 ha. en lo que denominan en el recurso “zona
de explotación”.
Por tanto, 62,9 ha. corresponden a 2,096 cuadriculas mineras, NO a 6 cuadrículas. Es
patente la confusión de la administración concedente puesto que resuelve el otorgamiento de la
Concesión Directa de Explotación denominada “San Pablo” 1.373, objeto de este recurso, que no
concuerda con la que consta en el proyecto presentado al solicitar la concesión.
Por otra parte, el permiso se concede para 16 cuadrículas mineras (480 ha.), superficie a
la que en la resolución objeto de este recurso se refieren así: “siendo la superficie de la
concesión” - 16 cuadrículas- “la correspondiente a la zona susceptible de aprovechamiento actual
y futuro del recurso minero”. Precisamente porque es susceptible de aprovechamiento es por lo
que es obligatorio, conforme a la Ley, presentar un Estudio de Impacto Ambiental sobre esas 16
cuadrículas y no sobre la superficie menor que han presentado, las 62,9 Ha que ahora dicen que
ocupa el proyecto, y las 417 ha. que puede ocupar en un futuro y con otros E.I.A. parciales o
fracmentados (esa zona susceptible de aprovechamiento futuro que dice la Sección de Minas de
la Junta de Castilla-León).
PRIMERA.- Disconformidad a derecho de la resolución por la que se otorga la
resolución que incurre en varios vicios de antijuridicidad.
I.- Se viene a señalar que durante la vigencia del permiso de investigación no se
recibió ninguna denuncia o queja por parte de ningún propietario, señalando que carece
de importancia no tener autorización por parte de algún propietario.
“Durante la vigencia del permiso de investigación (...) no se recibió ninguna denuncia o
queja por parte de ningún propietario”.
ESTO NO ES CIERTO y así consta en la tramitación administrativa.
En todas las alegaciones y recursos, desde 2005, se ha venido manifestando que varios
de los propietarios no habían autorizado ni las investigaciones ni el acceso. Tal es así, que en la
estimación del recurso interpuesto en 2006, la propia Junta reconoce, en 2011, que la empresa
NO tenía autorización de los propietarios.
Una de las primeras cuestiones que hay que tener en cuenta en este asunto es la
importancia de ser propietario de las fincas que van a ser objeto de concesión de explotación. En
este sentido hay que tener en cuenta dos artículos: el art 350 del Código Civil, que establece que
“ El propietario de un terreno es dueño de su superficie y de lo que está debajo de ella, y
puede hacer en él las obras, plantaciones y excavaciones que le convengan, salvas las
servidumbres, y con sujeción a lo dispuesto en las leyes sobre Minas y Aguas y en los
reglamentos de policía”. Y por otro lado es obligado acudir a la Ley de Minas y a su reglamento
de desarrollo para precisar el concepto de propietario en el caso que nos ocupa: El artículo 2 de
la Ley de Minas establece que “1. Todos los yacimientos de origen natural y demás recursos
geológicos existentes en el territorio nacional, mar territorial y plataforma continental, son
bienes de dominio público, cuya investigación y aprovechamiento el Estado podrá asumir
directamente o ceder en la forma y condiciones que se establecen en la presente Ley y
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demás disposiciones vigentes en cada caso”; de la misma manera se pronuncia el artículo 2
del Reglamento de Minas.
Visto lo expuesto, lo que está claro es que existe una contradicción entre lo que determina
el código civil y la normativa minera, ya que mientras la normativa común extiende la propiedad
de un terreno a su superficie y a lo que hay bajo de ella, con la excepción de lo establecido en la
legislación de minas, en esta última normativa habla de yacimientos, los cuales, como regla
general son de dominio público. Esto lleva a pensar, al igual que ha hecho la doctrina científica,
una separación de propiedades, la propiedad del suelo y la propiedad del yacimiento, admitiendo
un derecho dominical del Estado sobre determinadas porciones del subsuelo sustraídas ab
origine a la propiedad privada. El problema se suscita cuando el yacimiento, como es el caso que
nos ocupa, forma parte del suelo y del subsuelo, ya que la mina se va explotar a cielo abierto.
Dicho esto, cabe decir, que el Reglamento de minas en el artículo 3 , señala que “ No
podrán abrirse calicatas, efectuar sondeos ni hacerse labores mineras a distancia menor
de cuarenta metros de edificios, ferrocarriles, puentes o conducciones de agua; a menos
de las distancias áticas que establezcan las leyes sobre carreteras, autovías y autopistas;
a menos de cien metros de alumbramientos, canales, acequias y abrevaderos o fuentes
públicas; ni dentro de los perímetros de protección de baños o aguas minero-medicinales
o minero-industriales o termales, y recursos geométricos; a menos de 1.400 metros de los
puntos fortificados, a no ser que en este último caso se obtenga licencia de la autoridad
militar, y en los otros de la autoridad que correspondan, si se trata de obras y
servidumbres públicas, o del dueño, cuando se trate de edificios o derechos de propiedad
particular.” Una de las interpretaciones de este artículo nos lleva a entender que es preciso el
permiso de los dueños de los terrenos afectados para poder acometer estas actuaciones.
Respecto a esto último, parece claro, que en ningún caso, salvo delegación expresa al
respecto, el Ayuntamiento de Borobia es competente para otorgar autorización respecto de unos
terrenos de los que no es titular. En este caso, y en el supuesto que así sea, esta actuación es
nula de pleno derecho, y por lo tanto al ser un órgano incompetente por razón de la materia su
actuación es nula de pleno derecho, no debiéndose tener en cuenta para actuaciones posteriores
que hayan redundado en otra actuación administrativa que proceda de otro órgano administrativo.
Llegados a este punto es necesario traer a colación que aunque la finca donde se va
actuar es un proindiviso, es cierto también que está divididos en fincas lo suficientemente
delimitadas y segregadas de posesión continuada y que de manera particular se obtiene el
rendimiento que dispone su propietario.
Contrariamente a lo recogido en el EIA, el carácter proindiviso se aplica a la TOTALIDAD
del dicho polígono 10, lo que el promotor denomina dehesa, sin excepción, y no sólo a los
Quintos. Es decir a TODA la dehesa, y los Quintos están en dicho polígono.
Por otra parte hay que tener en cuenta que si la empresa, como reconoce en documento
“Antecedentes”, ha realizado investigaciones en esos terrenos lo ha hecho VULNERANDO, entre
otros, la ley de Minas, el artº 421 del Código Civil: “En terrenos de propiedad privada no se
podrán abrir calicatas sin que preceda permiso del dueño o del que le represente” o el artículo 76
del Real Decreto 2857/1978 por el que se aprueba el Reglamento General para el Régimen de la
Minería.
El derecho a la propiedades un derecho constitucional y, por tanto, en este caso se han
vulnerado el artículo 33. 1 y 3. de la Constitución Española. este último reza: “Nadie podrá ser
privado de sus bienes y derechos sino por causa justificada de utilidad pública o interés social,
mediante la correspondiente indemnización y de conformidad con lo dispuesto por las leyes”.
También se han VULNERADO los artículos 348 y 349 del Cídigo Civil.
Dicha falta de autorización de los propietarios de los terrenos comprendidos en las 16
cuadrículas mineras, sitas en la parcela 1 del polígono 10, de Borobia (Soria), está reconocida
por la propia Junta de Castilla y León que, a pesar de ello sigue adelante con un expediente que
vulnera la Ley
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La “falta de acuerdo con los dueños de los terrenos implicados/necesarios para el
desarrollo de los trabajos o para el acceso a dichos terrenos” está reconocida hasta en la
Resolución de la Dirección General de Energía y Minas por la que se estima el recurso de alzada
interpuesto contra la resolución de 22 de diciembre de 2005 de la Delegación Territorial de la
Junta de Castilla y León (Servicio Territorial de Industria, Comercio y Turismo) fechada el 24 de
octubre de 2011.
Por lo tanto, y ya por esta razón, el presente recurso de alzada debería ser estimado.
II.- Se viene a señalar en relación al acto demarcación que aun en el caso de que no
se hubieran citado a todos los interesados, esto no implica que dicho acto fuera conforme
a derecho, por cuanto éstos pudieron hacer alegaciones en el trámite de audiencia
posterior.
Sobre el acto de demarcación reseñado en el fundamento de derecho tercero, hay que
decir que ni la empresa ni la Administración tenían autorización para acceder a los terrenos. Por
tanto, han VULNERADO la ley, en concreto el artículo 70.3 del Reglamento General para el
Régimen de la Minería,
Al hilo de lo expresado algunos interesados recibieron la citación de la Junta cuando ya se
había realizado el acto presentando escritos solicitando que se declarara NULO. Como la
administración actuante no contestó, se volvió a manifestar en las alegaciones, y ahora, en la
respuesta a dichas alegaciones se despachan con “cualquier supuesto defecto en la citación de
algún interesado, habría quedado subsanado con la audiencia concedida al mismo en el siguiente
trámite”.
El hecho de que no se citara correctamente a los interesados no es un vicio que pueda
subsanarse por el hecho de que se pueda hacer alegaciones en el trámite de audiencia, por lo
que también en este punto, la resolución recurrida debe ser anulada.
III.- Se viene a señalar que la realización de una explotación minera en la zona de
policía del dominio público hidráulico se puede llevar a cabo si la Confederación
Hidrográfica competente lo autoriza.
En relación a esta cuestión, hay que manifestar que los trámites y autorización NO son
ajenos a esta Administración porque, por ejemplo, el artículo 3 del Reglamento General del
régimen de la minería es muy claro sobre las distancias que hay que guardar y los lugares donde
se pueden o no hacer sondeos y trabajos mineros.
El art.º 3 del Real Decreto 2857/1978, de 25 de agosto, por el que se aprueba el
Reglamento General para el Régimen de la Minería dice:
“No podrán abrirse calicatas, efectuar sondeos ni hacerse labores mineras a distancia
menor de cuarenta metros de edificios, ferrocarriles, puentes o conducciones de agua; a menos
de las distancias áticas que establezcan las leyes sobre carreteras, autovías y autopistas; a
menos de cien metros de alumbramientos, canales, acequias y abrevaderos o fuentes públicas;
(...); a menos de 1.400 metros de los puntos fortificados, a no ser que en este último caso se
obtenga licencia de la autoridad militar, y en los otros de la autoridad que correspondan, si se
trata de obras y servidumbres públicas, o del dueño, cuando se trate de edificios o derechos de
propiedad particular. En las proximidades de las presas o embalses, vasos de pantanos y sus
obras anexas, como aliviaderos, desagües de fondo y tomas de agua, la distancia mínima la
fijará, en cada caso, el organismo administrativo que tenga a cargo la vigilancia y conservación
de las obras, pero los interesados afectados podrán acudir ante la Delegación provincial del
Ministerio de Industria y Energía correspondiente, y en el supuesto de que ésta discrepase de la
fijación efectuada, lo comunicará a dicho organismo, y de no haber avenencia, se someterá a la
decisión del Consejo de Ministros. Las reglas anteriores regirán únicamente para las obras y
servidumbres que existieran antes de ser otorgados los permisos, autorizaciones o concesiones”.
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Conforme al contenido del dicho art.º, 3 NO se puede realizar sondeos ni labores mineras
en las 16 cuadrículas para las que la empresa minera solicita concesión de explotación minera,
ya que dichas labores y trabajos se situarían a distancias menores que las permitidas de los
recursos existentes en dicha zona, algunos de ellos recogidos en el mapa hidrológico -nº 09- del
EIA:
• Fuente Antón Pastor y toma de agua de boca para abastecimiento de Borobia
• Fuente de la Tía Isidra y toma de agua de boca para abastecimiento de Borobia
• Fuente de la Tía Isidra 2
• Fuente de las Redondillas y toma de agua de boca
• Manantial de las Redondillas
• 4 manantiales sin nombre
• Canalizaciones de agua de boca
• Nacimiento y curso del río Manubles
• Acuíferos de los que nacen los ríos Manubles, Isuela, Aranda y Ribota
• Rezumes, acequias y arroyos
• Abrevaderos de ganado
• Parideras de ganado y casas de labranza
• Camino Borobia-Purujosa
• Camino Ágreda-Aranda del Moncayo
• Cañada Real, que en algún tramo comprende superficie de los términos de
Borobia y Pomer y se adentra en Aragón por Calcena y Purujosa.
• Pasos de ganados y descansaderos de ganados
• Salegal
• 2 zonas arqueológicas: El Cajao y Antón Pastor.
• Parcelas de cereal y pastos.
• 60 ha de pino silvestre.
Por lo tanto, y por esta razón, también el presente recurso de alzada debe ser anulada.
IV.- Se viene a señalar que el hecho de que no aparezca la firma del Ingeniero
Actuario carece de importancia, por cuanto era el mismo que el Jefe de Sección y no
pueden aparecer dos firmas de la misma persona.
No se viene a señalar (por cuanto no existe) que norma señala que no pueda aparecer en
un documento la misma firma dos veces, si, como parece ser, la persona actúa por dos
conceptos.
En cualquier caso, el plano de demarcación no está suscrito por los órganos competentes
según lo establecido en el artículo 70 apartado cuarto del Real Decreto 2857/1978, de 25 de
agosto, del Reglamento General para el Régimen de Minería, que establece que “Se entenderá
por demarcación, a los efectos de los dispuesto en la Ley de Minas y en el presente Reglamento,
el señalamiento sobre un plano a escala, previo el conjunto de operaciones facultativas
necesarias, del terreno que corresponda a las autorizaciones, permisos o concesiones otorgadas.
Dicho plano se entregará al interesado suscrito por el ingeniero actuario con el visto
bueno del jefe de la sección de minas y el conforme por el Delegado provincial del
Ministerio de Industria y Energía”.
Tal y como se desprende del plano de demarcación, ni está suscrito por el ingeniero
actuario, ni consta el visto bueno del jefe de la sección de minas ni el conforme por el Delegado
provincial del Ministerio de Industria y Energía.
Por lo tanto, dicho plano no puede desplegar los efectos correspondientes por cuanto no
se haya suscrito por los encargados de dar valor al mismo y en consecuencia invalida el
procedimiento de otorgamiento de la concesión de la explotación de referencia.
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Creemos, además, que la Sección de Minas de la Junta de Castilla-León debería de
actualizar sus aplicaciones informáticas para poder cumplir con la Ley y el Reglamento de Minas
y así, como poco, sus jefes y actuarios no firmen mal los planos de demarcación de derechos
mineros que otorgan.
V.- Se sigue manteniendo que la concesión únicamente afecta a una comunidad
autónoma, Castilla y León.
En relación a esta cuestión, hay que manifestar que aunque la explotación se encuentra
en el término municipal de Borobia en Soria, también es cierto que las afecciones de dicha
explotación se extienden más allá de la Comunidad Autónoma de Castilla y León, llegando a la
Comunidad Autónoma de Aragón.
El proyecto de explotación minera se encuentra a menos de un kilómetro de la línea
fronteriza con la Comunidad Autónoma de Aragón, motivo más que suficiente para que la
Declaración de Impacto Ambiental del Proyecto sea realizada por la Administración del Estado. El
olvido y desprecio con el que, sistemáticamente, el equipo redactor del Estudio de Impacto
Ambiental deja al margen cualquier impacto sobre el medio ambiental y socioeconómico del
territorio aragonés, con más de 30 municipios implicados de las comarcas de Calatayud y
Aranda, como así lo han hecho constar en repetidas ocasiones, es motivo suficiente para que la
no apruebe el proyecto presentado por el promotor.
A tenor de lo establecido en el artículo 4 de la Ley de Evaluación de Impacto Ambiental de
proyectos, el Ministerio de Medio Ambiente será el órgano ambiental en relación con los
proyectos que deban ser autorizados o aprobados por la Administración General del Estado. Para
los casos –como en el que nos ocupa- que corresponda a la Administración General del Estado
formular la declaración de impacto ambiental, será consultado el órgano ambiental de la
comunidad autónoma en donde se ubique territorialmente el proyecto.
Tal y como se ha ido acreditando a lo largo del presente procedimiento, son obvias las
afecciones del proyecto a territorio aragonés del proyecto presentado, tanto a municipios muy
próximos a la explotación como a entornos naturales como el Parque Natural del Moncayo, ZEPA
de Beratón o a la Sierra del Tablado, afecciones a cuencas, etc.
De hecho a la propia Administración de la Comunidad Autónoma de Castillo León en el
periodo de consultas previas, consultó a varias administraciones aragonesas (Confederación
Hidrográfica del Ebro y varios Ayuntamientos y Comarcas de la zona de Calatayud y el Aranda) y
sin embargo, se ha tramitado el proyecto como si no tuviera incidencia alguna en la comunidad
aragonesa.
Por lo tanto y en virtud de lo anterior, el estudio de impacto ambiental no puede tramitarse
ante el órgano ambiental de la Comunidad Autónoma de Castilla y León, sino que debe ser
tramitado ante el órgano que corresponda de la Administración General del Estado, al ser un
proyecto que afecta a dos Comunidades Autónomas.
A mayor abundamiento de lo anterior, también hay que manifestar que en el presente
caso no se ha seguido el procedimiento legalmente establecido para aprobar un proyecto de
estas características.
En este sentido, el artículo 5 de la Ley de Evaluación de Impacto Ambiental de proyectos,
recoge en su Sección Primera la evaluación de impacto ambiental de los proyectos como el que
nos ocupa.
Pues bien, como segunda actuación y tras la solicitud de sometimiento del proyecto a
evaluación de impacto ambiental por el promotor, se ha de determinar el alcance del estudio de
impacto ambiental por el órgano ambiental, previa consulta a las administraciones públicas
afectadas y, en su caso, a las personas interesadas.
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Pues bien, este trámite no se ha efectuado correctamente por el órgano ambiental de la
Comunidad Autónoma de Castilla León, por cuanto que haya tenido conocimiento esta
Plataforma no se ha consultado a una Administración Pública que debía de figurar en ese periodo
de consultas, como es el Gobierno de Aragón, a través de la Dirección General de Calidad
Ambiental y Cambio Climático del Gobierno de Aragón.
Esta Administración pese a haber solicitado información en varias ocasiones a la Junta de
Castilla y León, en orden a que se le tuviera como parte interesada en el expediente de la
explotación minera a cielo abierto en Borobia de la empresa Magnesitas y Dolomías de Borobia,
S.L., no ha sido hasta mayo del 2009 cuando se accedido a su solicitud.
La fase de consultas previas en el presente procedimiento se realizó en octubre de 2008,
se consultó a varias Administraciones públicas aragonesas, sin embargo no se giró consulta al
Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón , pese al existir varias solicitudes de
esta administración de ser parte interesada en dichas consultas, muy anteriores al periodo de
consultas, y pese a ser una Administración que obviamente tenía y tiene mucho que decir en
relación a las afecciones del proyecto en territorio aragonés.
Es indiscutible que el proyecto de explotación de recursos de la Sección c) denominado
“San Pablo” nº 1280 (Ahora San Pablo 1373), en el término municipal de Borobia afecta a valores
ambientales de la Comunidad Autónoma de Aragón y por lo tanto esta Administración ambiental
debería de haber sido consultada en la fase de consultas previas.
Por lo tanto, siendo que este periodo de consultas no se realizó conforme a derecho,
habrá que colegir que también por esta razón procede la estimación del presente recurso de
alzada.
VI.- Por último y en relación a la multitud de afecciones de las que se acusa al
proyecto, se viene a señalar que no procede entrar a valorar cuestiones medioambientales,
por cuanto ya se aprobó el Estudio de Impacto Ambiental.
Ante esta afirmación hay que manifestar con rotundidad que precisamente era en este
momento donde la Administración debía de dar respuesta a las cuestiones medioambientales,
por cuanto no es posible procesalmente alegar contra el Estudio de Impacto Ambiental, sino que
precisamente los vicios de antijuridicidad que se derivan de dicho estudio hay que traerlos a
colación con motivo de la aprobación del proyecto del que se trate.
La solicitud de evaluación de impacto ambiental carecía de la documentación
preceptiva requerida por la normativa y la propia Administración debió de haber mostrado
su disconformidad ante las carencias de la solicitud del promotor. Y es que el ámbito de
estudio sometido a evaluación de impacto ambiental no abarca la totalidad del terreno
afectado por el proyecto.
Como se ha señalado y debido a las afecciones del proyecto sometido a evaluación, debía
de ser la Administración General del Estado la administración pública ante la que se debió de
tramitar la presente evaluación de impacto ambiental.
No obstante y en cualquier caso, la Comunidad Autónoma de Castilla León, una vez
recibió la solicitud del promotor con el estudio de impacto ambiental, debió de mostrar su
disconformidad con el proyecto y requerir al promotor para que subsanara la falta de
determinados requisitos en la solicitud que incorporaba el documento inicial del proyecto.
Efectivamente en el artículo 6 de la Ley de Evaluación de Impacto Ambiental, establece
que la solicitud se acompañará de un documento inicial del proyecto, con al menos el siguiente
contenido: a) la definición, características y ubicación del proyecto, b) las principales alternativas
que se consideran y análisis de los potenciales impactos de cada una de ellas y c) un diagnóstico
territorial y del medio ambiente afectado por el proyecto.
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Pues bien, a mayor abundamiento de la falta de valoración de la alternativa 0 que se
abordará en la siguiente alegación, hay que manifestar que el documento inicial con el proyecto
carece de un diagnóstico real y completo del territorio y del medio ambiente afectado por el
proyecto. Y ello, por cuanto, no solo no se han valorado las incidencias en el medio ambiente
más allá del ámbito de la explotación, sino que ni siquiera se ha realizado una valoración de los
efectos medioambientales en todo el territorio de la explotación.
Y es que el ámbito del estudio no abarca la totalidad del terreno de la concesión. El
estudio se realiza de 2 cuadrículas mineras, señalando que el resto de las 16 cuadrículas son
para reservas de mineral, bien por aumento del ritmo de explotación, bien por futuras
renovaciones del período de otorgamiento de la concesión.
Es decir, que las 16 cuadrículas son susceptibles de utilizarse como mina a cielo abierto,
pero sin embargo, el proyecto sometido a estudio únicamente se realiza sobre una superficie
minera de 60 Ha, las correspondientes a 2cuadrículas mineras.
Resulta inaudito el fraccionamiento del proyecto real de explotación, escamoteando
cualquier análisis serio sobre las implicaciones sociales y ambientales del proyecto global. Si a
esto se suma la incertidumbre o falta de información sobre la presencia de una planta de
calcinación de magnesita, necesaria en este tipo de explotaciones, planta con gravísimas
emisiones contaminantes e impactos sobre el medio natural, y que por ninguna parte se define
dónde irá instalada y en qué condiciones (entorno de Borobia, junto a la carretera SO-P-2102), es
imposible establecer una foto fija sobre lo que supone un proyecto de explotación y
transformación de este calado en el medio ecológico y socioeconómico de la zona.
En definitiva el estudio de impacto ambiental presentado por el promotor no determinaba
las afecciones medioambientales en la totalidad de la concesión minera, 16 cuadrículas mineras,
y se limita, únicamente y vagamente, determinarlas en un 13% de la superficie delimitada en la
solicitud de concesión de explotación, lo que conlleva a afirmar la improcedencia de la aprobación
del proyecto presentado.
El estudio presentado debió de incluir y valorar la alternativa 0.
El proyecto de constante referencia de explotación minera, no ha incluido un valorado
todas las alternativas posibles, entre las que debe concurrir la alternativa cero, consistente en no
realizar la explotación, principios fundamentales y legales de un Estudio de Impacto Ambiental.
Como afirma textualmente el propio estudio y ante el previsible agotamiento de la
explotación de la cantera Azcárate en Eugui (Navarra) en el plazo de unos 7 años, “la búsqueda
de nuevos recursos que permitan la continuidad de la actividad es una necesidad imperiosa y de
supervivencia para la empresa”. Objetivo legítimo para dicha empresa, pero ello no puede
significar que dicho objetivo empresarial se convierta en interés público, sin que ni siquiera se
estudien las diferentes alternativas de emplazamientos, entre las que debe de estar la alternativa
cero (ausencia de explotación).
Efectivamente, la Ley de Evaluación de Impacto Ambiental “introduce la variable
ambiental en la toma de decisiones sobre los proyectos con incidencia importante en el medio
ambiente”. Señala también que “proporciona una mayor fiabilidad y confianza a las decisiones
que deban adoptarse, al poder elegir, entre las diferentes alternativas posibles, aquella que mejor
salvaguarde los intereses generales desde una perspectiva global e integrada y teniendo en
cuenta todos los efectos derivados de la actividad proyectada”
Esto quiere decir que la realización de los proyectos de una cierta entidad, como el que
nos ocupa, o aquellos ubicados en entornos medioambientalmente destacables, como el que nos
ocupa, es necesaria la presentación de un estudio de la incidencia en el medio ambiente, que
incluye el natural y el humano. La importancia de estas incidencias puede en su caso llegar a
imposibilitar la ejecución del proyecto en su formato original o primer planteamiento o en ningún
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caso. Por eso la Ley, muy razonablemente, contempla la posibilidad de poder elegir entre
distintas alternativas aquella cuyo impacto medioambiental sea el más asumible, “aquella que
mejor salvaguarde los intereses generales desde una perspectiva global e integrada”.
Tal y como venimos manifestando, esto implica realizar un estudio y un análisis serio de
alternativas reales al proyecto, con sus respectivos estudios comparativos ambientales y de
impactos (incluida la alternativa 0). Estudios que deben tener la misma calidad y profundidad si
realmente se quiere “poder elegir, entre las diferentes alternativas posibles”.
Sin embargo este proyecto no realiza ningún estudio comparativo de alternativas posibles,
ni analiza la alternativa cero, consistente en no realizar la explotación. Por lo tanto, existe una
imposibilidad a priori de poder elegir la alternativa que mejor salvaguarde los intereses generales
y por ello, y también por esta razón, procede que la no aprobación del proyecto presentado.
El proyecto sometido a impacto ambiental, carece de utilidad pública y de interés
social.
No existe acreditación alguna en el proyecto de que la actuación sea de utilidad pública e
interés social. La afirmación de que supone la continuidad de la actual explotación de Eugui deja
claro que el interés de la explotación es privado, el de los dueños de aquella explotación a la que
le quedan solo 7 años de vida.
En relación a que sea una oportunidad social para la comarca, hay que señalar que esta
afirmación carece de toda base cuando lo que se plantean son 20 puestos de trabajo
especializados en una comarca eminentemente agrícola. Parece claro que sólo una mínima parte
de ellos van a salir de las poblaciones vecinas.
En el estudio no se realiza un estudio minucioso y pormenorizado del grado de aceptación
o repulsa social en las comarcas afectadas. No aparecen las afecciones a las personas y el
estudio del grado de aceptación o repulsa social del proyecto, tal y como obliga el RD 1131/1988,
de 30 de septiembre, por el que se aprueba el Reglamento para la ejecución del Real Decreto
Legislativo 1302/1986, de 28 de junio, de Evaluación de Impacto Ambiental.
El estudio de impacto ambiental presentado por el promotor ni evalúa de forma
completa el impacto de la explotación, ni hace un estudio pormenorizado de las afecciones
posibles dentro y fuera del ámbito del proyecto.
La ley de Evaluación de Impacto Ambiental de Proyectos, aprobada por Real Decreto
Legislativo 1/2008, viene a establecer que esta Ley pretende asegurar la integración de los
aspectos ambientales en el proyecto de que se trate mediante la incorporación de la evaluación
de impacto ambiental en el procedimiento de autorización o aprobación de aquél por el órgano
sustantivo.
Sin embargo, el estudio de impacto ambiental presentado por el promotor no contempla
todos los aspectos importantes que produciría el proyecto, ni evalúa la afección que tendrán
todas las acciones, ni caracteriza de forma adecuada los impactos.
Y es que el Estudio de Impacto Ambiental de referencia no evalúa los impactos en base a
criterios objetivos, incumpliendo lo establecido en relación al contenido que deben de tener este
tipo de proyectos que establecía la normativa.
Esta Ley en su artículo 1.3 viene a señalar que la evaluación del impacto ambiental
identificará, describirá y evaluará de forma apropiada, los efectos directos e indirectos sobre los
siguientes factores: a) el ser humano, la fauna y la flora, b) El suelo, el agua, el aire, el clima y el
paisaje, c) Los bienes materiales y el patrimonio cultural y d) la interacción entre los factores
mencionados anteriormente.
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9
Siguiendo con esta cuestión, el artículo 7 de esta Ley, viene a describir lo que deben de
incluir los proyectos que han de someterse a evaluación de impacto ambiental: Descripción
general del proyecto, exposición de las principales alternativas estudiadas, justificación de las
principales razones de la solución adoptada, evaluación de los efectos previsibles directos o
indirectos del proyecto sobre la población, la flora, la fauna, el suelo, el aire, el agua, los factores
climáticos, el paisaje y los bienes materiales, incluido el patrimonio histórico artístico y el
arqueológico, medidas previstas para reducir, eliminar o compensar los efectos ambientales
significativos, programa de vigilancia ambiental y resumen del estudio y conclusiones en términos
fácilmente comprensibles.
Como veremos, el proyecto presentado adolece de un estudio real y completo de las
afecciones al medio ambiente del proyecto presentado. Pasamos a abordar las carencias más
importantes:
Aguas.- Afecciones del proyecto que se omiten en el Estudio de Impacto Ambiental
presentado.
La Directiva Marco del Agua (Directiva 2000/60/CE) establece que los ríos y masas de
agua de la Comunidad Europea deben alcanzar el buen estado para el año 2015. El buen estado
de las masas de agua superficiales se refiere al estado de los ecosistemas que constituyen esas
masas de agua. En la Memoria en ningún momento se mencionan los ecosistemas acuáticos de
los ríos o arroyos, o incluso de los humedales asociados, como el valor guía de calidad a
preservar. Se menciona la cantidad de agua aportada o sustraida a las masas de agua
superficiales (el río Manubles exclusivamente), se analizan (de una manera superficial y muy
poco significativa) los parámetros fisicoquímicos y microbiológicos del agua, pero en ningún
momento se analiza el estado ecológico de las masas de agua superficiales afectadas por la
explotación.
Esta carencia es muy grave e inutiliza el Estudio de Impacto Ambiental. Solo conociendo
el estado ecológico de las masas de agua superficiales se podrá prevenir su deterioro y alcanzar
(si no lo tiene) el buen estado de dichas masas de agua, objetivo de la Directiva Marco del Agua y
de su transposición a la legislación española.
El primer objetivo medioambiental para conseguir el buen estado de las masas de agua
superficiales consiste en prevenir todo deterioro adicional de los ecosistemas acuáticos: “Los
estados miembros habrán de aplicar las medidas necesarias para prevenir el deterioro del buen
estado de todas las masas de agua superficial”. En el caso planteado no es de aplicación la
excepción para el caso de un deterioro permanente, caso que exigiría una justificación imposible
para le tipo de obra contemplado, y más después de la valoración de impactos que se hace en la
Memoria Resumen. Por otra parte tampoco se avendría a la excepción de deterioro temporal ya
que no encaja en los considerandos contemplados en la Directiva: “ El deterioro temporal del
estado de las masas de agua no constituirá infracción de las disposiciones de la presente
Directiva si se debe a causas naturales o de fuerza mayor que sean excepcionales o no hayan
podido preverse razonablemente, en particular graves inundaciones y sequía prolongadas, o al
resultado de circunstancias derivadas de accidentes que no hayan podido preverse
razonablemente”.
El Estudio de Impacto Ambiental, debe pues asegurar que no se deteriora el buen estado
en la masa de agua del río Manubles o de cualquier otra masa de agua a causa de la actuación
planteada. El desvío de los cauces superficiales en todo el perímetro de explotación tenga una
afección clara y directa sobre el tramo superior del río Manubles, pero el bombeo de agua del
freático para posteriormente devolverá a los cursos superficiales de agua tributarios del
Manubles, podría tener una afección sobre los aportes y, con ello, sobre la rica comunidad
faunística que existe en esta cuenca.
En el estudio hidrogeológico que acompaña el estudio no se incide en la afección directa o
indirecta a todos los manantiales, arroyos y acuíferos durante la explotación, ni las afecciones
después de la explotación. Tampoco se incluyen las medias para evitar la contaminación directa
PLATAFORMA EN DEFENSA DEL AGUA Y LA TIERRA
10
o indirecta de acuífero, manantiales y arroyos durante la fase de explotación y medias para evitar
la contaminación de la laguna después de la explotación.
El análisis microbiológico de una muestra puntual es completamente irrelevante. Su valor
se circunscribe a la determinación de la potabilidad o no de esa muestra puntual. La disparidad
de los datos obtenidos y su escasa coherencia es clara consecuencia de esa limitación. Las
deducciones que hacen los redactores del Estudio Hidrogeológico y de la Memoria a partir de
esos datos puntuales son también irrelevantes y carentes de significado. Es imposible además
saber si esa contaminación (o su ausencia en otras fuentes) es excepcional, puntual, temporal,
estacional o permanente. Es imposible saber la causa de la contaminación en cada caso, a partir
de una sola muestra, y no tiene sentido intentar relacionar esos datos microbiológicos puntuales
con la caracterización química del agua muestreada. Lo mismo puede decirse respecto al
muestreo del agua del río Manubles.
Buena parte de ya señalado también es aplicable a los parámetros fisicoquímicos del
agua: un único muestreo no es válido para hacer afirmaciones sobre algunos parámetros
fisicoquímicos indicadores de contaminación. Las afirmaciones que se realizan a partir de esta
información sobre contaminación o valores de esos parámetros carecen de valor.
Con respecto a las masas de agua subterráneas los objetivos son aplicar las medidas
necesarias para evitar o limitar la entrada de contaminantes en las aguas subterráneas y evitar el
deterioro del estado de todas las masas de agua subterránea. Además “los Estados miembros
habrán de proteger, mejorar y regenerar todas las masas de agua subterránea y garantizarán un
equilibrio entre la extracción y la alimentación de dichas aguas con objeto de alcanzar un buen
estado de las aguas subterráneas”. Es decir hay que evitar la contaminación de las aguas
subterráneas y garantizar el equilibrio hídrico de dichas aguas. En la memoria y en el estudio
Hidrogeológico no se plantea la contaminación de las aguas subterráneas.
Con respecto al equilibrio entre extracciones y alimentación de las aguas subterráneas el
proyecto plantea claramente el vaciado del acuífero y la extracción completa del agua que lo
conforma durante el periodo de funcionamiento de la mina. Más aún, los materiales objeto de
extracción minera son aquellos que constituyen el acuífero, con lo que el planteamiento es la
desaparición del mismo y de las aguas subterráneas de la zona. Esto contraviene completamente
la DMA.
Aunque no se dice abiertamente el planteamiento de extracciones de agua puede suponer
un cambio importante en los caudales del río Manuble. Esta afección no ha sido considerada. En
consecuencia debería hacerse un estudio de caudales del río Manubles y como la explotación de
la mina afectaría a esos caudales. Valorar los respectivos impactos y aplicar las respectivas
medidas preventivas, compensatorias y correctoras.
Los redactores del estudio parecen asumir un riesgo elevado cuando proponen
dimensionar los canales perimetrales para caudales punta de un periodo de retorno T=50 años
cuando la actividad de la mina se ha planificado por un periodo de 30 años, casi en el límite del
periodo de retorno. Siendo así, deberían analizar las consecuencias de la probable ocurrencia de
puntas superiores a las planificadas y plantear las acciones preventivas y correctoras pertinentes.
Se considera necesario tratar como residuos peligrosos los sólidos de decantación de las
balsas de decantación, y en consecuencia llevarlos a un gestor autorizado.
No se plantean las medidas preventivas o correctoras en el caso de superarse los valores
límite en los muestreos de control de las aguas. No tiene sentido plantear una analítica y unos
límites si no se planifican conjuntamente unas acciones correctoras cuando se sobrepasen esos
límites. Solicitamos la devolución de la Memoria ambiental al objeto de corregir estas carencias.
El proyecto de explotación minero destruye la cabecera o área de nacimiento de un río, el
Manubles, vulnerando la Directiva Marco del Agua (Directiva 2000/60/CE). En concreto
desmantela el principal acuífero de cabecera, la formación carbonatada cámbrica de magnesita y
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dolomía, objeto de la explotación, y que recoge la escorrentía de la ladera meridional de la sierra
de Tablado. El EIA reconoce en su entorno hasta 15 puntos de agua, 5 de ellos de
abastecimiento de agua de boca para Borobia. El proyecto minero supone una modificación de tal
calibre en la cabecera del Manubles que, aún teniendo en cuenta las posibles o supuestas
correcciones, resulta completamente inadmisible desde la mencionada Directiva. Las
correcciones hablan de reponer caudales mediante la aportación de las aguas subterráneas
extraídas por los sondeos de drenaje y en “mejores condiciones de captación que las de los
manantiales actuales”. Pero no se puede concluir cómo realizarán semejante afirmación con la
mina en marcha. Y es que la puesta en marcha de la mina supone modificaciones o cambios,
reconocidos en el EIA, en los contenidos naturales de las aguas de cabecera del Manubles: pH,
sólidos en suspensión, DQO, aceites y grasas, amonio, sulfatos y nitratos, hidrocarburos. La
contaminación actual del Manubles es exclusivamente orgánica y microbiológica, debida a la falta
de depuración de los vertidos de Borobia. La mejora de este punto en nada requiere del concurso
de una actividad minera que, lo único que conseguirá, será la pérdida de la calidad y cantidad del
recurso agua en el río Manubles.
Si bien el estudio hidrogeológico se permite concluir que no existen conexiones
hidrogeológicas entre la cuenca del río Manubles y otras cuencas fluviales inmediatamente
vecinas (Isuela y Aranda, fundamentalmente), se echa en falta un estudio sobre los impactos
derivados de la mina en toda la cuenca hidrográfica del Manubles -ya que es la única cuenca
fluvial implicada según el equipo redactor del EIA-, desde su cabecera donde se encuentra el
proyecto de explotación hasta su desembocadura en el Jalón, atravesando de arriba a abajo los
siguientes municipios: Borobia, Ciria, Torrelapaja, Berdejo, Bijuesca, Torrijo de la Cañada,
Villalengua, Moros y Ateca. Cualquier modificación realizada en cabecera tiene implicaciones
aguas abajo (la cuenca define una unidad de conservación y gestión). Cuando se habla de los
22,6 hm3 de aportación media del Manubles, el estudio reconoce, con datos de la Confederación
Hidrográfica del Ebro, que el promedio de los últimos 20 años ha descendido a 20,8 hm3. La
reducción de caudales, lejos de obedecer a un incremento de la demanda –regadío por ejemplo-,
responde a una menor disponibilidad debido a la disminución del volumen anual de
precipitaciones ligado al cambio climático, aspecto que para nada se tiene en cuenta en el EIA: el
estudio no contempla las implicaciones de la mina, afecciones sobre el caudal del Manubles y
cambio climático esperable. Sencillamente no se aportan datos, ni previsiones en diferentes
escenarios temporales.
Respecto a la conexión hidrogeológica con otras cuencas, resulta sorprendente que el
estudio hurta cualquier existencia de freáticos (hasta la cartografía presentada a lo largo del
estudio ofrece cortes y escalas heterogéneas que propician ocultar siempre los aspectos más
conflictivos). Por ejemplo, resulta imposible ocultar el acuífero cámbrico, precisamente objeto de
explotación. Pero es malintencionado escamotear, en texto y mapas, el importantísimo y extenso
afloramiento de materiales permeables, calizas del Jurásico básicamente, que se sitúan
inmediatos al núcleo de Borobia y desde aquí hasta la vecina localidad de Ciria, cortados por el
valle que ha abierto el Manubles en su seno, la unidad hidrogeológica conocida como BorobiaAranda de Moncayo. Su funcionamiento, con una visible infiltración y merma de los caudales del
Manubles hacia el freático –repetimos, inmediatamente aguas abajo de la localidad de Borobiaalimenta el sistema de cabecera del río Aranda (manantial de Lagüén, en Aranda de Moncayo).
Ni una sola mención a las afecciones sobre este acuífero, con implicaciones en el valle del río
Aranda (en 6 municipios: Aranda de Moncayo, Jarque, Gotor, Illueca, Brea de Aragón y Arándiga)
y en el abastecimiento de agua de boca de Ciria (manantial del Ojo ubicado en pleno cañón del
Manubles, entre Ciria y Borobia).
El supuesto confinamiento en profundidad del acuífero cámbrico de cabecera entre
formaciones impermeables y su funcionamiento hidrogeológico se derivan de unas supuestas
catas, realizadas por la empresa, de 30 metros de profundidad. Los flujos profundos han sido
desestimados por insignificantes, sin aportar más datos. En cuanto a la migración o continuación
longitudinal también debe ser, a criterio de los redactores del EIA, como para no tener en cuenta
–afirman que existe una importante interrupción de fallas- y esto, a pesar de que se reconoce que
el paquete dolomítico donde se encuentra la magnesita atraviesa hasta el este del collado de
Tablado. Parece olvidarse que al este del collado de Tablado se encuentra el término municipal
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12
de Purujosa y el Parque Natural del Moncayo (Comunidad Autónoma de Aragón), donde
casualmente también se había solicitado cuadrícula minera para la explotación de la magnesita.
Se pasa por alto cualquier afección sobre este aspecto y sobre los municipios situados aguas
abajo del Isuela: Purujosa, Calcena, Trasobares, Tierga, Mesones de Isuela y Nigüella.
Tal y como se desprende de lo anteriormente manifestado, las carencias son tan
importantes que hacen inviable la aprobación del estudio de impacto ambiental presentado en su
actual redacción.
A continuación hay que abordar la biodiversidad existente en los terrenos comprendidos
en el ámbito del proyecto, por cuanto el análisis de estos aspectos es absolutamente inexistente:
la flora y la fauna se resuelven con cuatro generalidades manifiestamente insuficientes, sin
inventarios científicos sobre las especies presentes y las repercusiones sobre las mismas.
Fauna.- Afecciones del proyecto que se omiten en el Estudio de Impacto Ambiental
presentado.
El análisis de los impactos en la fauna es del todo punto de vista incompleto. En especial
destaca el no haber llevado a cabo un inventario estacional y anual y no haber realizado
suficiente esfuerzo en los dos grupos que mayor impacto pueden tener: las aves esteparias y las
rapaces.
Uno de los objetivos de la Directiva 85/337/CEE, relativa a la evaluación de las
repercusiones de determinados proyectos públicos y privados sobre el medio ambiente y
modificada por la Directiva 97/11/CE es, según su prólogo, velar por el mantenimiento de la
diversidad de especies. Por lo que es importante evaluar para todas y cada una las alternativas
de este proyecto, su afección a la diversidad de especies.
De hecho, independientemente que la Ley de Evaluación de Impacto Ambiental obligue a
la evaluación de las afecciones de este tipo de proyectos sobre la fauna, la evaluación ha de
realizarse de forma adecuada ya que las administraciones públicas tienen la obligación de
adoptar las medidas necesarias para garantizar la conservación de las especies, de la flora y
fauna que viven en estado silvestre en el territorio español, con especial atención a las especies
autóctonas (Art. 52, Ley 42/2007). Además, las administraciones deberán hacer cumplir la
prohibición de dar muerte, dañar, molestar o inquietar intencionadamente a los animales
silvestres (Art. 52, Ley 42/2007). Por lo tanto, con el fin de garantizar que no se incumplen estos
preceptos a la hora de conceder autorizaciones a un proyecto de este tipo es necesario que la
administración conozca el efecto que el proyecto tendrá sobre cada una de las especies situadas
en el área del proyecto.
La imposibilidad de realizar el estudio sobre todas las especies requiere identificar
aquellas más sensibles atendiendo a su catalogación, riesgo de extinción o por ser motivo de
medidas especiales de conservación. Esto requiere en primera instancia la realización de un
inventario de fauna en el ámbito del estudio, de al menos un ciclo anual, realizado por expertos
de los diferentes grupos faunísticos y en los que se destaque las especies catalogadas en el
Catálogo Nacional de Especies Amenazadas, Catálogo Regional de Especies Amenazadas,
Anexo I de la Directiva de aves, anexos de los convenios internacionales para conservación de
especies, etc. Esta información es básica e imprescindible para poder valorar la posible afección
negativa del proyecto en la avifauna.
Por lo tanto, para aquellas especies prioritarias, los promotores deberían haber realizado
un análisis detallado sobre el impacto que producirá sobre ellas el proyecto, que tenía que haber
incluido un análisis detallado sobre presencia, densidad, comportamiento y uso del territorio de
las especies comprendidas en el ámbito de estudio, así como el riesgo de verse afectadas por
cada uno de los proyectos.
El análisis de la fauna es deficiente: no se certifica la presencia de ninguna de las
especies mencionadas, solo la posibilidad de su presencia, pero tampoco se justifica su ausencia,
PLATAFORMA EN DEFENSA DEL AGUA Y LA TIERRA
13
o la presencia o ausencia de otras no mencionadas. En estas circunstancias los redactores de la
Memoria no pueden afirmar, como hacen, que no está presente ninguna especie catalogada en
las legislaciones de la Comunidad Autónoma, Española o Europea. Esta carencia como es
evidente hace imposible la evaluación de los impactos sobre una fauna que no se ha localizado ni
definido. En consecuencia tampoco se pueden plantear las medidas preventivas, compensatorias
o correctoras pertinentes.
Pasamos a abordar, a continuación, los impactos que para la fauna del lugar, tendría la
puesta en marcha de la explotación.
Los impactos directos sería la destrucción del hábitat (la pérdida y alteración del hábitat
es, sin duda, una de las amenazas más importantes para la fauna, en el caso de que la pérdida
suceda en áreas de reproducción, se expresará en una reducción poblacional), Molestias (las
voladuras y los trabajos en la mina pueden provocar que las aves eludan utilizar toda la zona
ocupada por el proyecto) Efecto barrera (fragmentación de las áreas de alimentación, invernada
cría y muda) y Destrucción de puestas y camadas (posible afección directa a lugares de
reproducción de las especiales).
También se pueden producir impactos indirectos, por cuanto la construcción y la
explotación del proyecto puede conllevar la construcción e instalación de elementos auxiliares
como viales de acceso y de mantenimiento, líneas eléctricas de suministro etc. Estos elementos
pueden generar impactos negativos para el medio ambiente que en absoluto han sido valorados
por el proyecto sometido a evaluación.
El proyecto presentado debería de haber incluido un inventario de la fauna existente en
los terrenos correspondientes al proyecto (a todo el proyecto) así como estudiar las especies
presentes en el catálogo nacional de especies amenazadas que puedan encontrarse en los
terrenos del ámbito del proyecto (Se debe incluir en el estudio de impacto ambiental todas las
especies del anexo I de Especies de la Directiva 79/409/CEE, presentes en el ámbito del
proyecto y analizar en detalle su impacto, tanto directo como indirecto e inducido, que tendrá el
proyecto en estas especies).
La Sociedad Española de Ornitología, SEO/Birdlife, ha detectado las siguientes especies
de interés especial en Soria (Castilla León): ganga ortega, alcaraván, aguilucho cenizo, aguilucho
pálido, alcotán común, cernícalo vulgar, aguililla calzada, mochuelo común, ratonero común y
alondra común, terrera común y bisbita campestre.
Esta misma Sociedad ha detectado en Aragón, en el ámbito de afección del proyecto, la
presencia de dos territorios de águila-azor perdicera en la provincia de Zaragoza situadas sobre
el río Manuble, considera en peligro de extinción. También se puedan localizar en Zaragoza las
mismas especies de aves presentes en Soria, debido a su proximidad. También se afectaría a
numerosas poblaciones de otras especiales rupícolas.
También resulta sorprendente que no se analice en el estudio presentado el impacto
sobre las comunidades acuáticas de la cuenca del Manubles. Las especies que se encuentran en
el tramo superior del río en dicha cuenca son: la trucha, el barbo culirroyo, la madrilla, la
bermejuela y el pez lobo. Río abajo se encuentra la Madrilla, así como el gobio. También se han
constatado la presencia de otras especies de interés ligadas al ámbito fluvial: la nutria (especie
sensible a la alteración del hábitat en el catálogo de especies amenazadas en Aragón) el
musgaño de cabrera (especie de interés especial) y el mirlo acuático (especie de interés
especial).
En definitiva ni se han evaluado correctamente los posibles impactos a la fauna que
pueden concurrir si se pone en marcha el proyecto, ni se han incluido las medidas correctoras
que deberían de adoptarse para paliar todos los impactos en la fauna de los terrenos que
comprenden el ámbito del proyecto, por lo que la tramitación del proyecto resulta improcedente.
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14
Flora.- Afecciones del proyecto que se omiten en el Estudio de Impacto Ambiental
presentado.
Según la Memoria de impacto ambiental, en la zona en estudio aparece una especie
vegetal catalogada como especie “en peligro de extinción” por la consejería de Medio Ambiente
de la Comunidad de Castilla-León: Erodium paularense (DECRETO 63/2007, de 14 de junio, por
el que se crean el Catálogo de Flora Protegida de Castilla y León y la figura de protección
denominada Microrreserva de Flora), y aunque no se menciona, aparece también en la lista de
especies de interés comunitario para cuya conservación es necesario designar zonas especiales
de conservación de la Directiva Hábitats (Directiva 92/43/CEE). Además, este carácter singular y
de escasez se acentúa al ser muy reducido el catálogo de especies vegetales en peligro de
extinción el la Comunidad de Castilla y León.
Sin embargo, en la Memoria no se define su ubicación, frecuencia, estado de
conservación ni extensión.
La Memoria no describe el impacto del proyecto sobre esta especie catalogada en
ninguna de las fases del proyecto, ni de ninguna de las partes del proyecto: excavación, terrenos
adyacentes, viales, líneas electricas, etc. No se plantean ningún tipo de medidas preventivas,
compensatorias o correctoras.
El EIA también debería de haber incorporado el estudio de un botánico independiente,
especializado en corología de plantas, que certificase con precisión la presencia o ausencia de
dos especies amenazadas dentro del área del proyecto minero (las 16 cuadrículas mineras) o en
su zona de influencia: la geraniácea Erodium paularense Fern. Gonz. & Izco, que según el EIA
está a 2.100 m de distancia de la mina, y la crucífera Cochlearia aragonensis Coste & Soulié.
Ambas se mencionan en la lista de especies de plantas vasculares citadas en el cuadrado UTM
de 10 km x 10 km 30TWM91 de la web ANTHOS del Real Jardín Botánico de Madrid. La especie
Erodium paularense está catalogada como “en peligro de extinción” en el Decreto 63/2007, de 14
de junio, por el que se crean el Catálogo de Flora Protegida de Castilla y León y la figura de
protección denominada Microrreserva de Flora. Por su parte Cochlearia aragonensis está
catalogada como “de atención preferente” en el decreto mencionado. Esta última también figura
en el Libro Rojo de la Flora Vascular Española (2008), con la categoría, según la UICN (2001), de
VU D2, es decir, que está enfrentándose a un riesgo alto de extinción en estado silvestre por
conocerse menos de 1.000 individuos maduros (VU=vulnerable) y que tiene una área de
dispersión inferior a 20 km2 o cuenta con menos de 5 poblaciones conocidas (=D2). Se trata,
pues de una planta muy rara que debería haberse incluido en la memoria del EIA y no se ha
incluido.
Estas carencias provocan la conveniencia de que no se apruebe el estudio de impacto
ambiental presentado por el promotor.
Espacios Protegidos.- Afecciones del proyecto que se omiten en el Estudio de
Impacto Ambiental presentado.
En España se ha optado por basar una parte importante de la conservación de nuestro
patrimonio natural en la conservación de espacios. De esta forma hemos designado espacios
derivados de la legislación internacional (LIC y ZEPA), de la legislación nacional y autonómica
(espacios naturales protegidos) o de convenios internacionales suscritos por el Estado Español
(Reservas de la Biodiversidad, Humedales Ramsar, etc.). Por ello, en la evaluación se debe
hacer un gran esfuerzo por determinar el área de afección del proyecto y si dentro de esa área
pueden producirse efectos negativos en alguno de estos espacios. Además, debe tenerse en
cuenta los efectos jurídicos que tienen cada una de estas figuras y en el caso de tener planes de
ordenación o gestión que el proyecto no sea incompatible con ellos. Debe también hacerse un
gran esfuerzo en identificar para cada uno de los espacios los valores por los que se declararon y
evaluar el efecto del proyecto sobre cada uno de estos valores.
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Respecto a la afección a la Red Natura 2000, en la Memoria se afirma repetidas veces
que no se producen afecciones sobre espacios protegidos puesto que no hay ninguno cerca. Si
bien es cierto que el emplazamiento elegido no se ubica exactamente sobre ningún espacio
incluido en esta red, pero si lo está a menos de 1000 m. de la Zona Especial de Protección
para las Aves (ZEPA) ES4170044 Sierra del Moncayo, también declarada por SEO/BirdLife
Área Importante para las Aves (IBA) 92 “Sierra de Moncayo” (De Juana, 1990; SEO/BirdLife,
1992; Viada, 1998), y en las estribaciones del Parque Natural del Moncayo. Ninguno de estos
espacios protegidos es mencionado en el estudio, ni por supuesto se describen los impactos que
el proyecto produciría sobre los mismos.
En la Memoria se afirma repetidas veces que no se producen afecciones sobre espacios
protegidos puesto que no hay ninguno cerca. Textualmente se señala en el proyecto lo siguiente:
“no existen espacios protegidos en el dominio minero ni en sus inmediaciones”.
Sin embargo los redactores de la Memoria no pueden ignorar la presencia del Parque
Natural del Moncayo muy cerca de la zona objeto de estudio, además de la presencia de la ZEPA
(código ES4170044) de Beratón. Ninguno de los dos es mencionado en el estudio. No se
describen los impactos sobre el Parque Natural del Moncayo ni sobre la ZEPA de Beratón. Por
ello solicitamos se formule Declaración de Impacto Ambiental negativa del Proyecto de
explotación de magnesitas en Borobia (Soria). Existencia a menos de un kilómetro de espacios
de la Red Natura 2000 de la Unión Europea (Zona Especial de Protección para las Aves (ZEPA)
ES4170044 Sierra del Moncayo), o de un Parque Natural del Moncayo, por cierto recientemente
ampliado por el Gobierno de Aragón hasta la misma raya del collado del Tablado (término de
Purujosa), merecen cuando menos un análisis serio y riguroso.
El EIA no resuelve el impacto directo generado por la explotación minera sobre un
sendero señalizado interprovincial, el GR 260, más conocido como Vuelta al Moncayo o
“Calcenada” y declarada recientemente por Aragón como “Actividad de Interés Turístico”,
fundamentado en una prueba deportiva no competitiva de 104 km y de gran prestigio que se lleva
organizando desde el año 2002, apoyado por las instituciones autonómicas y por los grupos
LEADER o de desarrollo rural de las comarca de ambos lados de la frontera. El deterioro y/o
modificación del sendero mencionado conlleva una serie de repercusiones no valoradas en el
estudio, desde sus implicaciones económicas o turísticas hasta le destrucción de paisaje del
entorno de una montaña mítica y legendaria como es el Moncayo, tanto en Soria (Castilla y
León), como en Zaragoza (Aragón).
Estas deficiencias impiden que el estudio de impacto ambiental pueda ser aprobado, sin
vulnerar la normativa vigente.
Otras deficiencias detectadas en el proyecto de referencia.El Estudio de Impacto Ambiental no dice absolutamente nada de las afecciones por las
lineas eléctricas de alta tensión (Documento de Síntesis del E.I.A.) para la alimentación a la
planta de tratamiento de mina y mina, y que aparecen descritas en el PROYECTO DE
EXPLOTACIÓN, TOMO 1, MEMORIA, PRESUPUESTO Y COSTOS OPERACION, Paginas 122
a 131, como de 6.160 metros de longitud y alojadas en una zanja de igual distancia, para un
consumo ahí estimado de 24.354.105 KW/H. Y el E.I.A. debería de haberlo contemplado las
afecciones por esas líneas eléctricas de más de 6 Km. de longitud
En definitiva, las carencias que presenta el Estudio de Impacto Ambiental presentado son
notorias, e impiden que se conozcan las afecciones reales del proyecto sometido a tramitación, si
a esto sumamos que el órgano encargado de la tramitación y aprobación del estudio de impacto
ambiental debe ser la Administración General del Estado (por cuanto el proyecto afecta a dos
Comunidades Autónomas por mucho que la Sección de Minas de la Junta de Castilla-León
consienta que Aragón desaparezca de todos sus mapas de afecciones de este proyecto que
explosionara más de 50 toneladas anuales de explosivos y que se ubica a menos de 500 metros
de alguno de sus términos municipales) y que además ni siquiera se han tenido en cuenta en el
PLATAFORMA EN DEFENSA DEL AGUA Y LA TIERRA
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proyecto las diferentes alternativas posibles para el mismo (incluida la alternativa 0) se debe
colegir que no procede la autorización y aprobación del estudio de impacto ambiental presentado.
Por lo tanto, y en función de todo lo anterior, a la vista que son múltiples los
incumplimientos de los que adolece el proyecto que ha sido aprobado, procede la anulación del
mismo en aplicación delo establecido en los artículos 62 y/o 63 de la Ley 30/1992, de 26 de
noviembre de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y Procedimiento Administrativo
Común.
En virtud de lo expuesto,
DE LA VICECONSEJERA, SOLICITA: Que teniendo por presentado este escrito, se sirva
admitirlo y tenga por formulado RECURSO DE ALZADA contra la resolución de 4 de junio de
2013 del Director General de Energía y Minas, y en su virtud y tras los trámites legales
pertinentes, proceda a anular dicha resolución y con ella la concesión de la explotación de
referencia.
Es Justo
Zaragoza, a 12 de julio de 2013
Fdo. Fernando Lampre
ANTE LA VICECONSEJERA DE POLITICA ECONOMICA, EMPRESA Y EMPLEO DE
LA CONSEJERIA DE ECONOMIA Y EMPLEO
DE LA JUNTA DE CASTILLA Y LEON
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