Mareantes y machucos - Museo Virtual Submarino

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Baudilio Domingo Navarro Quintero
MAREANTE Y MACHUCO
Apuntes para la historia pesquera de la isla
de El Hierro
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Baudilio Domingo Navarro Quintero
Ateneo Cultural Insular Añofe
2
© Baudilio Domingo Navarro Quintero.
© Supermercados Terencio.
Prefijo editorial: 930062
Portada: Roger Manuel Gutiérrez Sánchez, con
apuros sujetando la más grande vieja en la isla
pescada. Vieja pescada por su querido tío Humberto
Gutiérrez Reboso. (BERTO)
Prólogo: Roger Manuel Gutiérrez Sánchez.
Resumen: Matías Fonte Padilla.
Poesías: Carlos Rey.
Banaqui.
Correcciones:
Eloísa Rodríguez Fuentes.
María del Mar Navarro Brito.
Miguel Ángel Ruiz Fernández.
Asesor Literario:
Inocencio Padrón Reboso.
Fotografías Submarinas:
Juan Ramón Marcelino Rivero
Alberto Brito Hernández.
Fotografías de especies.
Alberto Brito Hernández.
Archivos del Autor.
Fotografías :
Ralf Bubrowski.
Luis Alejandro Navarro Brito.
Ana Febles Rodríguez.
Bar Yesimar La Caleta.
3
Esperanza Toledo.
Antonio Reboso Padrón.
Elvira Reboso Padrón.
Inés Padrón Fernández.
Diana Rodríguez Espinosa.
Matilde Sánchez Sánchez.
Ramón Ayala Álamo.
Pablo Gutiérrez Reboso.
Olga Sánchez Navarro.
Dolores Hernández Saa.
Juan Pujol.
Rodolfo Méndez.
Blanca Edelma Padrón.
Máximo Padrón Quintero.
Isabel Crespo.
Eladio Acosta González.
Clotilde Fernández.
Carmen Cabrera.
Maximino Fernández Cabrera.
Natividad Casañas Quintero.
Apartamentos y Restaurante “EL REFUGIO”.
Ana Torres Baute.
Severo González Mora.
Ángel Padrón (Lelo).
Juan Agustín Arteaga Barbuzano.
Antonio Curbelo Padrón.
Archivos Hotel Restaurante Casa Kai Marino.
Ángel Francisco Acosta Padrón.
Edelmira Sánchez Castañedas.
4
Dora Armas.
Oriol Martín Guerrero.
Rafael Maestre Limas.
Terencín Acosta Armas.
Gonzalo Pérez Rodríguez.
Carlos Andrés Pérez Rodríguez.
Dolores Padrón.
Marcial Cejas Lima.
Salomé Pérez Rodríguez.
Ángeles Febles.
Dolores Acosta.
Nina Sánchez Espinosa.
José Rodríguez Arteaga.
Luis Espinosa Kawrani.
Rosalía Pérez Febles.
Alejandro Fernández.
Eduardo Febles Padrón.
Cristina Sabina Ramos.
Mauricio Méndez.
Familia Pérez.
Concha y Mariola.
Victorio Padrón Armas.
Juan Luis González Padrón.
Juan Francisco Cejas Fonte.
Pedro Tadeo Hernández Cabrera.
Javier Quintero.
Manuel Trujillo Padrón.
Familia Nepomuceno.
Francisca Peraza.
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Berto Mora.
Ignacio Quintero.
Adolfo Quintero.
Juan Padrón.
María Luisa Santos.
Manolo Sánchez.
Luis Quintero Hernández.
Vidal Zamora.
Pedro Barrera Sánchez.
Juan Pablo Martín González.
Isabel Rodríguez León.
Jonay Cejas Sánchez
Álvaro Morales Carballo.
Antonio Abreu.
Máximo Padrón Quintero (Chano)
Archivos del Autor.
Dibujos:
Joke Volta.
Kitabo.
Banaqui.
.Composición:
Baltasar González.
Aitor Pérez Navarro.
Óliver Armas Carballo.
Miguel Ángel Ruiz Fernández.
Impresión:
Depósito legal: TF- ISBN:84-930062- 5 -4
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Dedicatoria.
A la memoria de mi querido bisabuelo D. Francisco
Navarro García por haber sido el libro abierto más
completo por mis ojos leídos y a la memoria de D.
José Olegario Abreu. ¡JOSE EL DEL MUDO!
quienes junto con mí querido padre me inculcaron
mi gran amor a la Mar.
Y a todas y todos los que aman ¡LA MAR!
especialmente a los que días y noches entre sus
mareas, calmas y temporales en ella navegan y
pescan.
El Autor.
Dibujo. Joke Volta.
7
Agradecimientos.
En su celestial paz a D. Carmelo García Cabrera,
Profesor y Ex - director del Instituto Oceanográfico
de Canarias, por sus enseñanzas, buenos consejos y
su amor a la Mar.
A D. Alberto Brito Hernández. Doctor en Biología,
por sus fotografías y datos extraído de su
maravilloso libro “Catálogo de los peces de las islas
Canarias”
A D. Juan Ramón Padrón Pérez, D. Cándido Padrón
Padrón y D. Pablo Gutiérrez Reboso por sus grandes
ánimos para con mí escribir.
A los pescadores profesionales y de recreo que con
afecto y entusiasmo durante diez años contribuyeron
con mi persona facilitándome sus observaciones.
A mis queridos amigos Roger Manuel Gutiérrez
Sánchez, por su amistad y sincero prologo, Juan
Ramón Marcelino Rivero, por sus grandiosas
fotografías submarinas de los fondos y especies de
nuestra querida isla de El Hierro.
Matías Fonte Padilla, Biólogo y Ex - director de la
Reserva Marina del Mar de Las Calmas, por el
resumen de este trabajo.
Y como no a todas las personas y entidades que de
una forma u otra contribuyeron para que este trabajo
escrito viera la luz pública.
El Autor.
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Foto. Rafl Bubrowski
Presentación.
Una década de madrugadas, sanos cabreos y las más
de abundantes pescas, obligan a mí inquieto espíritu
y a mi respetuosa pluma realizar este trabajo escrito
para perpetuar con azul tinta, un emotivo homenaje
de recuerdo y admiración a quienes junto con mi
querido padre fueron mis amigos en tierra y en la
Mar. No siendo otros sino mi querido bisabuelo
Francisco Navarro García- ¡Pancho quiriji! y José
Olegario Abreu- ¡José del mudo! quienes además de
enseñarme el conocimiento de las mareas y el
comer de las distintas especies marinas también me
impregnaron su gran amor a La Mar.
9
¡José el del mudo! quien a pesar de que tanto amaba
la Mar, debido a los avatares de la vida se dejó
arrastrar y trabucar por las asesinas guiñadas de las
mareas del alcohol que a trozos le arrancaron el
hígado, siendo causa de que muchas veces los
habitantes del lugar prudentemente le reprocharan su
tanto beber y beber, pero antes de que las asesinas
guiñadas del alcohol le arrancaran el hígado, tuvo
tiempo para sin ser Simplísimo ni Juan Salvador
Gaviota; aunque a veces con ellas quería volar,
impregnarme y contagiarme su gran amor a la Mar y
a todo su contenido y a buen seguro que lo consiguió
ya que entre lección y lección se transformaba en
poeta y a través de su poesía me trasmitía que según
el estado del cielo la Mar en ella refleja su color y
por eso todos los Mareantes montones de veces, al
igual que lo hacen los Labradores lo miran. Incluso
en la oscura noche sin luna lo miran para ver las
partidas de las brumas y los barruntos del viento.
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Foto. Luis Alejandro Navarro Brito.
La Mar, siempre la Mar la que a veces se eleva a las
alturas queriendo acariciar el cielo, la que en días se
camufla en la calma para en otros desatar su rabia
rompiendo escolleras, timonera de las mareas y
dominadora de la Rosa de los Vientos que
convertida en furiosa espuma blanca, en la negrura
de la noche y en la claridad del día delata el nivel de
su altura, ofreciendo a sordos oídos y ciegos ojos lo
nunca visto y lo nunca escuchado, despreciando a
los que en ella tiran sus basuras. La Mar, para él
siempre la Mar, la que algún día reclamará lo que le
hemos quitado, siendo también mi pretensión
rendirle homenaje a todas las mujeres y hombres que
días tras días y noches tras noches en ella navegan y
pescan a la vez que respetuosamente intentar que
usted lectora, usted lector, amen a la Mar igual o
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más de lo que yo la amo, si es así, les puedo
asegurar que me sentiré satisfecho.
El Autor.
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Prólogo
Estaba a punto de viajar a Tenerife después de
disfrutar de las cortas vacaciones de Semana Santa
cuando mi querido amigo Baudilio me llamó por
teléfono para preguntarme que si le hacía el honor de
prorrogarle su próximo libro, Mareante y machuco.
Inmediatamente lo corregí, pues el honor iba a ser
mío, máxime cuando añadió que en la portada iba a
aparecer, si yo lo autorizaba, una foto mía, de
cuando tenía ocho años, sosteniendo, sin suspender
del todo del suelo, una vieja de cuatro kilos y pico
que mi tío Berto –que en la Gloria esté- pescó allá
por la Semana Santa de 1983. Conociéndonos como
nos conocemos, no hizo falta que le diera mi
consentimiento; bastó mi reacción para que Baudilio
comprendiera que me entusiasmaba la idea.
Unos días más tarde me hizo llegar a Tenerife el
borrador de las pruebas iniciales (texto y fotografías)
de lo que iba a ser el trabajo definitivo y, casi de
inmediato, comencé a leerlo. Y debo decir -después
de haber leído otras obras suyas como Hablando con
la isla de El Hierro, “El Segundo Cuentos Apuntes y
Poesías”Sajaima y Ajones y La isla de Orreih” “El
Agua, El Fuego y la Electricidad en la isla de El
Hierro”además de otros muchos poemas sueltos que
me ha facilitado a lo largo de su experiencia
literaria- que Mareante y Machuco no es una obra
más, sino que representa la esencia misma del autor
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como persona que siente, que se emociona, que nos
invita a compartir sus experiencias, sus anhelos, sus
preocupaciones, al mismo tiempo que nos muestra,
haciendo copartícipe de la narración a su pluma, las
maravillas de eso que él llama LA MAR, así, con
letras mayúsculas. Baudilio conoce a la perfección
todo lo relacionado con el mar, desde las pautas de
las mareas, pasando por la pesca de caña y de barco
(a remos y a motor, con caña de timón o mando a
bordo), hasta las partes de que consta una
embarcación o las especies marinas que habitan las
costas de El Hierro (sus hábitats, época de cría,
modo de pescarlas, costumbres...), amén de sus
vastos conocimientos sobre historia, no sólo de las
Islas, sino universal. Su mérito está en no haber
pisado jamás una universidad, o sí, la de la vida, la
de la experiencia, la de tener que buscar el sustento
para él y para su familia desde muy joven, la de
trabajar incansablemente por salir adelante y abrirse
paso a través de caminos tortuosos y angostos en
muchas ocasiones. Aunque quizás lo más loable sea
que quiera compartir con nosotros todas esas
experiencias que marcaron su vida desde su llegada
al Puerto de la Estaca, cuando sólo era un niño con
ganas de saber y descubrir por sí mismo todos los
misterios que encerraba el mundo de los adultos.
Con sus páginas me identifico y viajo hacia mi
infancia en el Puerto de la Estaca, en permanente
contacto con el mar, con el olor a maresía, con los
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temporales del Sur que hacían que los barcos de
pesca fondeados en la bahía se fueran a pique, con
las pescas de agujas, abades, viejas, cabrillas, bogas,
las salidas nocturnas en el Pilarín con mi tío José
Manuel a la pesca de alfonsiños, con mi abuelo
Pablo a cabrillas, con los días de verano sumergido
casi permanentemente en el agua cristalina que
bañaba los Morros del Pozo...
Pero Mareante y Machuco cumple un requisito
fundamental en toda obra literaria, pues además de
hacernos pasar un rato agradable al disfrutar de su
lectura, es una obra didáctica para todas las edades.
A los mayores les hará disfrutar con los recuerdos de
otros tiempos del Puerto, hoy casi convertido en un
puerto moderno y con perspectivas prometedoras
para todos los herreños. A los de mi edad les hará
identificarse con esa infancia de la que hablo. Y
también sumergirá a los más pequeños en un mundo
que sólo conocen por lo que sus padres o abuelos les
han contado. Cuántas veces he hablado con mis
amigos y conocidos de la infancia y hemos
coincidido en que “el Puerto ya no es lo que era”.
Ciertamente, los niños que hoy pueblan el Puerto de
la Estaca, apenas una docena, no se identifican con
el mar como lo hacíamos nosotros cuando teníamos
su edad: no pescan juntos, no se reúnen en el
varadero de los barcos a jugar al fútbol o a,
simplemente, hablar de sus cosas en el “ventorrillo”
o bajo la plancha del ferry, no hacen competiciones
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para ver quién se lanza mejor de cabeza al agua o da
el salto más espectacular con la bicicleta.
Todo eso ha sido sustituido por el patinete, la Play
Station, la Game Boy, el ordenador o el abstractivo
mundo de los teléfonos móviles y sus mensajes sms
y multimedia; Dios mío, ¿tanto tiempo ha pasado?
Parece que, en esta sociedad trepidante, veinte años
son un abismo insalvable, y no como dijo Gardel.
Los niños de ahora van a lo suyo, sólo se ven en el
colegio o en alguna fiesta de cumpleaños, y poco
más. Esta nueva sociedad tecnológica y del bienestar
los ha convertido –y, en cierto modo, también a
nosotros- en seres que no son conscientes del valor
de las cosas y a los que se les da todo hecho. Por
supuesto, y como en todo, siempre hay excepciones.
Te invito, querido lector, al disfrute de Mareante y
machuco, que sería algo así como pescador y
engodo, a embarcarte y embaucarte en este viaje
marinero junto con el autor, a través de sus páginas
cargadas de emotividad, cariño hacia el mar y hacia
nuestra querida isla, y motivo de orgullo para quien
escribe este humilde prólogo. No te arrepentirás.
Róger Manuel Gutiérrez Sánchez.
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Mi querido amigo Roger Gutiérrez Sánchez, dispuesto a
contemplar la gran belleza del fondo de la Mar.
D. José Reboso Pérez. Mareante de los Llanos Blancos, dando
lecciones de pesca a su querido nieto Humberto Gutiérrez
Reboso. (Berto)
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D. Pablo Gutiérrez Sánchez. Mareante de El Puerto de La
Estaca felicitando a su querido hijo Humberto, por haber
pescado la más grande vieja en la isla pescada. Fotos. Pablo
Gutiérrez Reboso.
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Óleo sobre lienzo. Sasi Brito Sosa.
Conversaciones con mi pluma.
Un año cualquiera de un verano cualquiera pareciale
que agosto y siroco se habían puesto de acuerdo en
querer arrebatarle la fresca sombra que el tronco del
robusto pino forrado de vieja esmira le daba, tanto
uno como otro, celosos o envidiosos no permitían a
sus ojos dormir placentera siesta, por lo que cansado
de discutir con agosto y siroco decidió bajar hasta la
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costa para desde lo alto del Letime recibir cientos de
salados besos dados por otras tantas olas a la vez que
pedirle a su inquieta pluma mantener con ella
conversación.
-¿Y de que quieres que hablemos?
-Podríamos hablar de mis amigas y amigos.
-¿Y de cual de ellas o ellos pues tienes tantas, tantos
y tan raros?
-Había pensado que podríamos hablar de mi querida
amiga llamada La Mar.
-¡Ves como tengo razón al decirte que tienes
amistades raras!
-¿Porqué tu empeño en decirme que son raras y
raros? Mis amigas y amigos son como son y punto.
¿Acaso tú no eres rara? ¿Acaso tú no tienes
defectos? ¡Acaso cuando has terminado un lustroso
escrito! no sé porqué razón tu plumín se abre
escarranchándose y lo caga con un manchón y ale
vuelta escribir, gastar papel y lo más importante a
gastar tiempo!
-Bueno no te metas con mi plumín porqué entonces
la has jodido.
-Vale querida pluma, no me meteré con tu plumín,
pero prométeme que tú no te meterás con mis
amigas y amigos y te limitarás enseñarme a través de
tu azul tinta y en blanco papel, renglón a renglón lo
que de ellas y ellos sabes.
-Pues si te parece empezaré hablándote de tu querida
amiga llamada la Mar de la que según nos dice la
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historia es tan vieja, tan vieja que mis escasos
conocimientos de matemáticas me impiden decirte
exactamente la cantidad de ceros que su edad
contiene, por lo que si tú sacas la cuenta, te darás
cuenta de que tu amiga es muy, pero que muy vieja,
siendo la razón de antes decirte que tienes amigas y
amigos raros.
- De acuerdo que mi amiga llamada Mar es vieja
muy vieja, pero la amistad no tiene edades.
- No te pongas poético que puedes hacerme llorar y
mis lágrimas podrían borrar lo que ya te he escrito.
- Pues limítate a tu trabajo como lo es el escribir y
escribir, que por cierto es un bello trabajo ya que lo
escrito, escrito queda y déjate de burlarte de mi
sentir.
- Vez ya empiezas otra vez con tus cabreos y
arrebatos, por lo que no comprendo que expresar mi
opinión sea motivo de esto y por cierto déjate de
hacerme la pelota diciéndome que mi escribir es
bello.
- Creo querida pluma que hoy escogí un mal día para
contigo mantener conversación pues aparte de estar
vago tu escribir, también estas envalentonada,
obligándome a que sin quererlo te mande para el
carajo.
- Puedes si quieres mandarme al carajo y a donde
quieras, pero no olvides que iremos juntos, así que
como veo que la ensalitrada brisa no ha sido
suficiente para aplacar tus arrebatos te recomiendo
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que bajes hasta la playa y metas tu calenturienta
cabeza en algunos de los charcos que la bajada de la
Mar deja al descubierto y a la vez puedas
relajantemente contemplar el nadar de las
barrigudas, cabosos y el ir y venir de los saltones
verdes camarones, pues lo tengo más que visto que
cuando no duermes placentera siesta no hay quien te
aguante.
Dibujo sobre encerado, realizado por el Autor.
Después de haber pasado unos meses desde su
última conversación con su querida pluma a quien
debido a sus altanerías tenía encerrada en su estuche
y más queriendo que no, mantener nuevamente con
ella conversación la sacó de su estuche y la acaricio
tiernamente comprobando que su engomada tripa
estaba repleta de liquida azul tinta, por lo que
decidió morderse su orgullo pidiéndole disculpas.
-Disculpas aceptadas ¿Y de que quieres que
hablemos?
-Bueno podríamos a la vez que hablamos, dar un
paseo por la isla comenzando por el lugar llamado
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“Tigulahe” para impregnarnos de la energía del
antiguo árbol Garoé.
-Me parece una idea estupenda pues además de la
energía que desprende ese lugar, también desprende
gran tranquilidad que a buen seguro le vendría como
anillo al dedo a tus inquietos nervios y arrebatos.
-¿Vas a empezar con tus ironías?
-Nada de ironías ya veraz como tengo razón y es
más, no sé porqué, pero presiento que vamos a tener
larga conversación.
-¿Lo dices pensando en los muchos meses que has
estado encerrada en tu estuche?
-Lo digo porqué hoy hace un día radiante. ¿Acaso no
te has dado cuenta?
-¡Es verdad! ya estamos en “Tigulahe y hasta la
bruma es limpia.
-Pues prepárate cuando atravesemos “Aragando y
“Azofa” y veas el contraste del amarillo, rojo y
verde de la Meseta de “Nisdafe.”
-¿Qué cansado de la jira?
-Si he de serte sincero te diré que si.
-Pero no me negaras que ha valido la pena haber
empleado el día recorriendo y admirando la isla.
-¡Y tanto si valió la pena!
-¿Apreciaste como estaba el Mar de Las Calmas?
-¡Tanto que lo aprecie! fíjate que cuando estábamos
sentados a la sombra deje trasponer mi mente hasta
el año de 1402 y no me extrañó que los invasores
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cuando llegaron a la isla, escogieran el lugar llamado
“Isanca” o “Iramase” para en ella desembarcar.
-¡Y que me dices del lugar llamado “Vascos”!
-Pues te diré que siempre he creído que este lugar al
igual que otros de la isla rebosa naturaleza y cuando
en el estoy no puedo dejar de contemplar y admirar
las letras que desde su altura veo formadas por la
orchilla en los bajíos de la playa y hasta imagino a
los vascos elaborando con la madera de las Sabinas
sus carianas, pitos, chácaras, tambores y gavetas.
-¡Naturaleza divina ¡ divina Naturaleza!
-Oye ahora que nombras la Naturaleza, perdona un
momento que voy a apagar la luz de la terraza para
poder ver mejor a mis amigas las estrellas y la salida
de mi amiga blanca luna.
-¿Mucho amas a la naturaleza verdad?
-Bueno siento por ella una especial atracción que
contiene amor, respeto y admiración.
-Si ya he notado en ti que cuando hablas de la
naturaleza se te iluminan los ojos y al referirte a ella
empleas términos femeninos tales como marea,
sorimba, calina, resaca, brisa, leva y hasta el mar
llamas La Mar.
-La verdad es que no me había dado cuenta, pero si
tú lo dices.
-También he notado que te pregustas y preguntas el
porqué de las cosas y eso en mi opinión debe ser
estresante.
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-Sabes porque bien me conoces que el preguntarme
el porque de las cosas se debe a que muchas de ellas
no las entiendo, pero a la vez intento aceptar que
estén donde están.
-¿Qué tales cosas no entiendes?
-La vida, la muerte o como ahora mismo que la
marea lleva más de media agua arriba no entiendo y
me pregunto el porqué las nubes pasan por delante
de la luna y nunca las he visto pasar por detrás.
-Ya que en todo el día y las horas de la noche que
son no hemos tenido ninguna broca cosa extraña
entre nosotros, si quieres te podría aclarar algunas
cosas naturales que no entiendes y que a veces te
inquietan.
-Razón tienes al decir que no hemos tenido bronca
alguna y como me siento a gusto si tú quieres
podemos seguir hablando.
-¡Ah que reconfortante es verte tan tranquilo! ¡lo que
daría porque todos los días estuvieras igual que lo
estas en estos momentos!
–Debo reconocer y de hecho lo reconozco que me
siento tranquilo, tanto que hoy no me he acordado de
que el TRANKIMAZIN existe y menos me acuerdo
ahora que estoy viendo la grandeza de mi amigo el
Cielo y la blancura de mi amiga Luna.
–Hace un momento me dijiste que una de las cosas
por ti no entendida los es el porque las nubes pasan
por delante de la luna y si me lo permites a eso te
podría dar fácil explicación.
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Foto. Archivos del Autor.
-¿Fácil explicación?
-Tan fácil como lo es el que, la luna se encuentra a
383.000 kilómetros de la Tierra y las nubes que más
altura alcanzan son las que se encuentran en el
sistema Boreal que alcanzan 8.000 metros u ocho
kilómetros de altura y esa altura ya es mucho para
una nube, siendo ese y no otro el motivo de que
siempre veas pasar las nubes por delante de la luna.
De la vida y la muerte te puedo decir que la natura
mueve los rodillos para que estos giren y giren.
-Lo de la luna es compresible y te agradezco mucho
tu enseñanza, pero el tema de los rodillos la verdad
que no lo entiendo.
-Quiero decir que al referirme a rodillos lo he hecho
al igual que hubiera empleado cualquier otro término
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y como a veces eres duro de cocorota, más las horas
de la noche que son vamos a dejar nuestra
conversación para otra ocasión.
Dadas las insistencias y recomendaciones de su
pluma decidió bajar hasta la playa y en los parceles
y charcos de marea vacía contemplando el colorido
de las ronchaderas, la rubia orchilla, el nadar de las
ariscas azules fulas, los inquietos “pejeverdes” el
blanco de la resaca y el contar las olas logró
tranquilizase.
-¿Qué, más tranquilo?
-Si te he de ser sincero confieso que ésta hora y
media que llevo contemplando el contenido de los
charcos me ha tranquilizado un montón de
montones.
-Bien puesto que ya estas más sosegado, si quieres
podemos seguir hablando de tu querida amiga
llamada la Mar, aunque has de reconocer que todas y
todos tus amigos son especiales.
- ¿Vas a empezar otra vez con tu irónico plumín?
- ¿Y tú te vas a meter otra vez con mi plumín?
- Es que por mucho que lo intento no te comprendo
ya que primero me dices que mis amigos son raros y
ahora me dices que son especiales.
- ¿La verdad chacho, que no sé a que viene ese
pronto?
- Este pronto viene a que primero mis amigos eran
raros y ahora son especiales.
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- ¿Qué pasa querido? Últimamente te noto tenso, por
lo que te aconsejo por tu bien que no tengas la
navaja abierta si no tienes necesidad de pelar la
manzana, además piensa que has sido tú quien me ha
pedido conversación y apenas la empiezo estas más
pendiente del debate que querer saber lo que yo sé
de tu querida amiga llamada Mar, así que si me
prometes dejar las replicas seguiremos hablando y si
no, como tu tienes el poder que no la razón, me
metes en el estuche y asunto acabado.
- Vale intentaré contenerme para que hables sólo tú.
- ¡Pero coño! ¿Tanto te cuesta escuchar a quien le
has pedido que hable contigo? y a la vez que me
escuchas, relajantemente contemples como la resaca
peina la rubia melena de la orchilla y el letargo de
los cangrejos.
- Bueno tampoco hace falta que te escarranches
tanto no seas que te des un jeito en las ingles.
-Me escarrancho lo necesario, pero si el más
escarrancharme te hiciera entrar en razón no me
importaría darme un jeito donde sea siempre y
cuando por una vez comprendas que por mucho que
le des vueltas y vueltas las cosas son como son.
- ¿A que viene tanta retórica y filosofía barata?
- Si querido mío no reconoces o no quieres
reconocer que además de ser rarillo tienes cosas de
marciano.
- ¿Sólo me faltaba que tú mi querida pluma pienses
que estoy trabucado o loco?
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- Ya veo que no quieres entender, pues parece ser
que el decirte que eres rarillo y que tienes cosas de
marciano, para ti es estar loco y no te paras a pensar
que por quererte tanto y ser tu querida pluma, me
veo en la agradable obligación de estudiar tus
reacciones, reacciones tales como las que en el
monte tuviste.
- ¿De que reacciones me hablas?
- ¿Te las digo?
-¡Como tan sabihonda eres dímelas!
- No es que sepa tanto como tú dices, sólo que llegas
al monte y acomodas tu rechoncho culo contra la
pinocha y con ella te cabreas porque te pica y sin
pedirle permiso al verde y viejo pino dejas caer
contra el tus anchas espaldas importándote un carajo
deformar o romper su protectora esmira,
importándote también un carajo escachar y matar
vida.
- ¡Pero que es eso de escachar y matar vida! ¿No te
parece que exageras bastante?
- De exagerar nada de nadad, pues calcula tus
ochenta kilos respaldados contra el pino, la cantidad
de orugas y hormigas que puedes escachar y matar y
además que encima con las hormigas te cabreas
porque para defenderse de tu pesado culo te dan
picotazos.
- ¡Bueno ya el conejo me riscó la perra!
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- Ves como no te gusta que te diga tus reacciones y
lo que más de ti me jode, es que no quieres
reconocerlas.
- Mira muchacha date un clareo y no me jeringues,
¿A eso llamas reacciones anómalas?
- Y como quieres que las llames acaso crees que es
normal que también te cabrees con agosto y siroco
hasta el punto de pretender que no cumplan con sus
responsabilidades naturales de calentar y hacer sudar
en el verano, para tales reacciones o mejor dicho
llameémoslas por su nombre que lo es calenturientos
arrebatos, mejor te quedas en casa y agosto y siroco
se hubieran “jodido” al no poder asarte ni hacerte
sudar.
- ¡Ahora si que estoy seguro que escogí un mal día
para pedirte conversación!
- No chiquitín, no culpes a el día pues los días, días
son, con la diferencia de que tú quieres que bailen al
son de tu copla y a veces la misma copla cansa
- ¡La verdad que quisiera comprenderte pero me es
imposible!
- ¿Tan difícil de comprender soy?
- Comprender quizás no sea la palabra, es tu saña
contra mi la que no comprendo.
- No cariñito mío, mucho te quiero, pero el tanto
quererte no me impide reprocharte que confundas mi
nobleza al tan claro hablarte, con saña, al tiempo que
creyéndote mi dueño quieras imponerme que escriba
a tu gusto y capricho, no chiquitín reconozco que tú
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cargas mi goma de tinta así como también reconozco
que quien me sostiene es tu mano, pero has de
reconocer que la que escribo soy yo y aunque te
duela tengo que decirte las verdades.
- ¿Ahora son verdades?
- Si verdades como son, el que tengas arrebatos
cuando hace levante, cuando hace brisa, cuando hace
sol, cuando hace sombra, cuando hace norte, cuando
hace sur, cuando hace calor y cuando hace frío.
- ¿Y lo de rarillo a que viene?
- Vamos ya me dirás si es normal decir lo que dijiste
en la entrevista periodística que te hicieron.
- ¡Escuchemos decir a sabelotoda! lo anormal de mi
entrevista.
- ¿Pero a ti te parece normal lo que dijiste?
- Vamos, vamos y que fue lo que dije que a ti tan
anormal te pareció.
- ¡Te parece normal decir que te gustaría acabar con
las mangas y tratos de favores!
- ¿Acaso querías que hubiera dicho lo clásico?
Como lo es, el decir que se acaben las guerras y el
hambre en el mundo.
- Vez como eres rarillo, vez como tienes cosas de
marciano al pretender que se acabe con las mangas y
tratos de favores en la isla, sin pararte a pensar que
eso es más difícil que operar un piojo de la apéndice
en un cuarto oscuro, además de lo que también
dijiste de tus comidas preferidas ¡ya me dirás!
- ¿Que tampoco te gustó lo de las comidas?
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- No, si no me deja de gustar o si gustar ya que tu
cerebelo te impide que veas que está mal dicho decir
que el mejor desayuno lo es un puño de higos
pasados y una rala de leche y gofio.
- ¿Y que hay de rarillo y marciano en ello?
- Pues lo hay, ya que en los tiempos que corren
suena desfasado y eso debes reconocerlo.
- ¿Qué quieres, que niegue mi sentir y diga
mentiras?
- A veces y sin negar sentires podrías ser un poco
más del día y caminar con los cambios y progresos
diciendo leche y cereales.
- ¿Pues ya me dirás que es el gofio y que diferencia
tiene el decir rala de gofio y leche que leche y
cereales?
- Aunque no lo quieras aceptar la hay, ya que si
dices leche y cereales te comprende la mayoría de
los que no están desfasados, en cambio si dices rala
de leche y gofio sólo te comprenden los desfasados.
- Bueno no te parece que mucho te has desviado del
tema de nuestra conversación. ¿O acaso se te olvido
que te pedí que hablemos de mis amigos?
- Ni mucho menos, solamente he querido que de una
vez por todas te des cuenta de que la realidad no es
un sueño y tú mucho sueñas.
- De acuerdo doña pluma tiene usted toda la razón.
-¿Me das la razón porqué la tengo o lo es que te
cansa mi escribir?
33
- Ni lo uno ni lo otro, sólo pienso que soy
insignificante para que pierdas tu tiempo hablando
de mis rarezas y marcianadas.
- En fin para evitar que te vuelvas a arrebatar voy a
cumplir con mi palabra dada que lo es hablarte de
tu querida amiga por ti llamada Mar. Diciéndote que
el 70 por 100 de ella abraza a tu otra amiga a la que
también quieres mucho llamada Tierra, a quien tu
otro amigo llamado Viento a veces la salpica con
miles de blancas olas dando lugar a las corrientes de
aire necesario para el vuelo de tus muchas amigas
aves marinas. A la vez que sus olas pueden alcanzar
20 y en algunos casos 30 metros de altura, siendo
poderosas en fuerza las llamadas de fondo o de leva.
Foto. Rafl Bubrowski.
34
En tu amiga llamada Mar dependiendo de su
profundidad existe inmensidad de vida, siendo sus
mareas movimientos periódicos de bajadas y subidas
de sus niveles, causadas por oscilaciones máximas y
mínimas con pauta de 14 días que ejercen tu querida
amiga llamada Luna y tu querido amigo llamado Sol
quienes emplean su atracción cuando están en
conjunción y en oposición.
Son sus hijos llamados Pacífico con 181,34 millones
de kilómetros cuadrados en extensión y profundidad
de 11.080 metros.
Atlántico con 106,57 millones de kilómetros
cuadrados y profundidad de 9.219 metros.
Índico con 74, 12 millones de kilómetros cuadrados
y profundidad de 7.455 metros.
Sus nietos llamados Mediterráneo con 2,9 millones
de kilómetros cuadrados y profundidad de 5.121
metros. Caribe con 2,6 millones de kilómetros
cuadrados y profundidad de 7.680 metros.
Norte con 580.000 kilómetros cuadrados y
profundidad de 108 metros.
Báltico con 385.000 kilómetros cuadrados y
profundidad de 450 metros.
Y sus bisnietos llamados Arábigo, Glacial,
Tirreno, Egeo, y Rojo constituyen todo su poderío
y riqueza en cuanto a flora marina, invertebrados
marinos, peces marinos, mamíferos marinos y aves
marinas. Siendo por esto obligado cumplimiento el
que los seres racionales llamados humanos cuiden,
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mimen y conserven limpia de toda impureza la
grandeza que contiene tu querida amiga por ti
llamada ¡MAR! propietaria del 90% del oxigeno
necesario para la vida, enamorando con su belleza a
quienes de verdad la aman aportándoles y
ofreciéndoles generosamente todo su ¡NATURAL
CONTENIDO!
Foto. Archivos del Autor.
Diciéndote que un año es la duración de la orbita
que describe tu amiga Tierra alrededor de tu amigo
llamado Sol. Un mes corresponde a la duración de la
orbita que sigue tu amiga Luna alrededor de tu
amiga Tierra formando doce meses un año.
Un día es el tiempo que emplea tu amiga Tierra en
realizar una rotación alrededor de su propio eje.
Por lo tanto, siete días forman una semana, cuatro
semanas forman un mes y doce meses forman un
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año, que lo realiza tu amiga Tierra con su orbita
completa alrededor de tu amigo Sol cada 365 días, 5
horas y 48 minutos.
-Mucho agradezco tus enseñanzas e información
sobre mi amiga Mar y ya que de ella me has
hablado, también mucho te agradecería me hablaras
de otro de mis amigos llamado Mareante quien
mucho tiene que ver con ella.
-No es que no quiera hablarte de tu amigo Mareante
ya que pienso que para hablar de él, tú estás más
preparado a la vez que también pienso que tus
sentires y escribires son muy capaces de relatar sus
avatares y vivencias, así que suavemente sostieneme
en tu mano y utiliza mi azul tinta y al final ya
veremos.
- Difícil me lo has puesto, pero intentaré como tú
dices que mis sentires y escribires sean capaces de
hablar de mi amigo llamado Mareante a la vez que
rendirle homenaje de admiración y recuerdo.
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Puerto de La Estaca, década de los años cincuenta. Foto.
Archivos del Autor
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Foto. Archivos del Autor.
Mi amigo Mareante.
Su paso por la escuela para aprender el
conocimiento de las tablas de sumar, multiplicar,
restar, dividir, escribir dictados, palotes, rayas y
puntos sin salirse de las cuadriculas y líneas de los
cuadernos y el saber los ríos de España fue rápido y
fugaz, siendo culpable de ello el haber dibujado un
burro de cinco patas mientras en la clase se rezaba el
rosario, siendo también culpable la señorita maestra
que escandalizada por la exageración del dibujo y la
postura del burro, lo expulsó de la escuela,
motivando a que a partir de ahí su obligada escuela
fuera el ver las llegadas y salidas de los barcos, el
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ajetreo de los trabajadores portuarios, la terminación
del muelle.
Foto. Juanito Padrón.
Y el aprender las cuentas para que estas les salieran
en la venta del pescado, llegando a comprender que
un mercado de amarrado pescado con pitas de
piteras pesaba un cuarto más que el kilo, que dos
cortadas verticales trazadas en el rabo de un abade
significaba que este pesaba dos kilos, que si a esas
dos cortadas verticales las atravesaba una cortada
horizontal el abade pesaba dos kilos y medios y si a
su vez tenía cortado un lado de la parte superior de
su rabo pesaba dos kilos tres cuartos, es decir que a
cuanta más cortadas verticales más cuentas tenía que
sacar, aprendiendo que no todo el pescado tenía el
mismo precio pues las cabrillas y viejas costaban 15
pesetas, el pescado sanguino 12 pesetas y las
morenas y escolares 10 pesetas.
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Boca negra y salmón cuya cortadas en su rabo indican que
pesan un kilo y medio. Foto. Archivos del Autor.
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Ajetreo portuario en el Puerto de La Estaca. Década de los años
sesenta. Foto Ramón Ayala Álamo.
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Grabando en su memoria las letras de unas
canciones que a bordo del Motovelero Sancho II y la
Falúa Santa Rosa escuchaba cantar a los pescadores
gomeros cuando estos terminaban la zafra de la
pesca del bonito en el Mar de Las Calmas y
contentos regresaban a su querido Puerto de
Santiago en la isla de La Gomera. Letras de las
canciones que así cantaban.
¡Yo no me explico como el perico teniendo un
hueco debajo el pico pueda comer, no puede ser!
¡Ahora si con el maíz que canta el gallo
quiquiriquí!
Fiesta de San Telmo Santo Patrón de El Puerto de La Estaca y
de los Mareantes. Foto Inés Padrón Fernández.
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El Vapor Correo Ciudad de Mahón, el primer día que besó el
muelle de La Estaca 07-09-60 Foto. Ramón Ayala Álamo.
Desde entonces y con el paso de los años, día si y
día no, sentado frente al sol poniente intentó
aprender la justa proporción de saber lo que ocurría
más allá del horizonte, gustándole escuchar el
chirriar del asa del balde al entrar en el brocal del
aljibe y ver el rebosar del agua en el hormigón, ver
la luz de la luna llena, el despertar y dormir del sol,
el vuelo de las gaviotas y las pardelas, el lento
caminar de los burgados.
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Foto. Archivos del Autor.
Las pegadas lapas en los cantos rodados y los
veriles, el subir y bajar de las mareas, el letargo de
los cangrejos, el caminar de los erizos en los
charcos, el nadar de las barrigudas, escuchar el
silencio del gris abrillantado de la calma
compitiendo con el romper de las blancas olas en la
orilla.
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Fotos. Archivos del Autor.
Escuchar el quiquiriquí de los gallos envalentonados
colaborando con el cielo reclamándole a la negra
noche el color azul del día, ver las ordenadas nubes
en su caminar para el oeste en busca de las mojadas
lluvias.
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Inauguración oficial del Muelle de La Estaca.
07-09-60 -Foto Juanito Padrón.
A la vez que por el crecimiento de pelo en su pecho
y barba intuía que algo estaba cambiando en su
metabolismo, mejor dicho algo había cambiado,
pues un día mientras miraba a las chicas nadar,
entrar y salir del agua, sintió que de su cuerpo salía
un liquido blanco y pegajoso que lo hizo jadear y
jadear hasta terminar su total expulsión, siendo la
primera vez que le sucedía y a pesar de ser la
primera vez no sintió temor, invadiéndole el deseo
de saber que mágico cambio lo hacía sentirse tan
feliz a la vez que tan dichoso. Cambio que también
experimentó al darse cuenta que sin mucho esfuerzo
pasó de cargarse la lata de cinco litros de agua a
cargarse el garrafón y el barril a la vez que su
infantil voz dejó de ser cantarina achacándoselo a la
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nuez que le había crecido en la garganta y a los
barros que afeaban su cara, regalo que la Naturaleza
le hace a quienes pasan de niño a ser adulto.
Contándole su abuelo que a él le contó el suyo y al
suyo le contó el suyo, que hace muchos años, tantos
como los que ya han pasado en los charcos de las
orillas de la Mar, la cuajada sal se recogía para
conservar los muchos abades, meros, viejas, galanes,
sargos, bogas, agujas, palometas, morenas y
“pejeperros” que en la isla los mareantes pescaban.
Recordando su primer “peje” pescado que lo fue una
pequeña, plateada y amarilla boga que en la
balaustrada que estaba frente al Cabildo al lado de la
caliente corredera de la Eléctrica en santa cruz de
Tenerife pescó.
Foto. Archivos del Autor.
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Recordando también como sus queridos tíos
queriendo que el sobrino niño se sintiera importante,
le clavaban en el pequeño anzuelo de su caña, secos
y muertos “pejeverdes” y romeros haciéndole ver
que habían sido por él pescados. Inteligencia adulta
carente de astucia disimuladora por no clavárselos al
menos vivos, niño de diez para once años si, pero no
tonto, no dejando de quererlos ya que el paso de los
años le hicieron comprender que las intenciones de
sus tíos lo fue verlo feliz aunque pescara “pejes”
muertos, siendo testigo de ello la punta llamada de
“Guanil” que carente de carretera a través de
veredas y saltos de paredes de piedra se encontraba a
considerable distancia del bello Puerto de La Caleta
de su querida isla de El Hierro, ocurriendo que ese
día uno de sus tíos a causa de romperle el aparejo un
gran “peje” que había pegado, pies en las veredas y
saltos de las paredes nombradas, traspuso hasta el
pajero de sus queridos padres, para a la media hora
volver con nuevo aparejo que enganchado a la caña
lanzó para el agua y como las cosas de la Mar son
grandes recuperó el “peje” además del aparejo que
media hora antes había perdido, preguntándose
muchas veces el porqué el dichoso “peje” a pesar
que tenía cinco cañas en el agua esperó al dueño del
aparejo que en su boca tenía clavado. No sabiendo
por qué después de pasado cuarenta y tres años ha
tenido junto con su inquieta pluma la imperiosa
necesidad de darle para atrás al tiempo y volver a las
49
galletas caseras, los higos pasados, los tunos
amarillo canario de La Caleta y los dulces blancos
de Tiñor, las coles y baraza, el bocadillo de sardinas
y cebolla, la leche recién ordeñada, los granos
tostados a mano y convertidos en el nutritivo gofio,
el sancocho de vieja con papas partidas, la pimienta
verde de la puta la madre, el suave mojo verde de
cilantro, el rabioso y colorado picón, el caliente
rancho, potaje, champurrio y puchero, el lleno
mortero de caldo de la cazuela de pescado, el
amasado y escaldado canelo gofio, el trozo de queso
y a la dures del pan de unos días después, la muerte
del cochino y el vaso de vino de la tierra.
Barriada de pescadores, General García Escames, Puerto de La
estaca. año 1947- Foto. Archivos del Autor.
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Foto. Archivos del Autor.
Mareante de caña
Mientras bajaba por la vereda que lo llevaba al
pesquero llamado”Roque de los Hoyos” pudo ver
como la mar de leva furiosamente embestía con sus
gruesos labios blancos, la rubia barba del pesquero
llamado “Toscón” lo que lo hizo desistir en su
bajada pues bien sabía que no hay, ni a habido ni
habrá mareante que se atreva desafiar los espumosos
besos de la mar de leva, pero como la
responsabilidad de contribuir con el ganado sustento
lo obligaba a ser responsable, después de sacar la
pauta de las mareas, buscó un pesquero donde el
viento levante y la mar de leva lo dejaran pescar
tranquilo y sin sobresaltos.
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Embelesado miraba la estrella del agua que en su
caminar por el cielo le guiñaba los ojos hasta
trasponer por la montaña de Tigulahe. Sus muchas
noches de pescas le daban propiedad, para afirmar
que nadie guiña mejor los ojos que las estrellas y la
del agua era su preferida, no sólo por ser la más
grande y luminosa sino que por su trasponer sabía la
hora del cielo. Cinco horas de pesca y los dichosos
alfonsiños con sus barruntos no comían bien y
estaban relancines, además el viento a la tierra
bajaba por los picos con una furia incontenible que
con sus constantes variaciones, le parecía querían
comerse la sombra negra que entre amarillentas
luces le dejaban ver la balanceante silueta del
“Vapor Correo La Palma” que insultante con su
recta proa desafiaba las rompientes olas a la vez que
las humaredas de su chimenea median la velocidad
del viento. Uno, dos, tres o más grilletes de cadena,
campanadas tras campanadas iban indicando al
Puente de Mando el izamiento de la pesada ancla, lo
que le hizo preguntarse la manía que tenían algunos
Capitanes en alejar sus barcos de la punta del
desembarcadero de La Estaca.
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Vapor Correo “La Palma” el primero que extraoficialmente
besó el Muelle de La Estaca. 22-06-60 Foto Archivos del
Autor.
Foto. Archivos del Autor.
Viendo como doña Luna trasponía por el pico de
“Aragando” indicándole que debía ser cerca de las
dos de la madrugada a la vez que embelesado con el
negro horizonte su vista observaba como el “Vapor
Correo” se alejaba y alejaba con rumbo a la isla de
53
La Gomera hasta dejar de ver sus amarillentas luces.
Evitando que el aburrimiento producido por el
barrunto de los alfonsiños en su mal comer y las
horas de la noche que eran, se negaba a que la
modorra le cerrara los ojos y traspusiera su mente al
país del necesario sueño, por lo que sacó la caña del
agua y se dirigió a un charco donde zambulló su
cabeza logrando que el frescor del agua lo
espabilara. Abrió el morral y a tientas consiguió un
trozo de queso y un puño de higos pasados y entre
bocado y bocado quitó el aparejo de la caña y metió
en la talega los ochos alfosiños pescados y tras
encender el chozo de cardón seco, morral a la
espalda y caña en el hombro derecho para evitar que
la punta tocara en la fuga y le cayera una piedra en
la cabeza, comenzó a subir la vereda que lo sacaría
del pesquero llamado “El Pinque” preguntándose
mientras subía de donde salía tanto viento que lo
amenazaba con no dejarlo rebasar la fuga del Puerto
Viejo. Zarandeado de acá para allá cual velero sin
vela en su mástil, caña al hombro logró llegar al
Letime y acompañado por los graznidos de las
pardelas en celo, prosiguió su caminar por la
vericueta vereda que lo hacia bajar y subir la
hondura del barranco. Un luminoso destello se
desprendió del cielo y en su casete mental grabó un
deseo a la vez que esbozó una incrédula sonrisa
haciendo cómplice a la Mar, pues siempre había
oído decir que cuando una estrella corre se dirige al
54
Paraíso y el así verla da lugar a ensoñación. Total
con soñar, daño alguno no causaba y soñar lo hacía
feliz para seguir vereda adelante, sintiendo en sus
labios las nocturnas saladas brisas que a la vez
refrescaban la vaharada del caluroso siroco,
pudiendo ver a doña media Luna ansiosa por acunar
al oeste y despertar al este, haciéndolo pensar cual
de los dos tenía más sueño ya que aún se distinguían
el blanco y el negro de las sombras que mezcladas
con los ruidos y los silencios lo hacían sentirse pleno
por ser propietario de tanta natural riqueza.
¡Gracias a la fuerza, salud y reflejos de sus juveniles
años! llegó a su casa e intentó dar con la vela y los
fósforos, lográndolo gracias a su querido padre
quien con la linterna traída de Venezuela, con su haz
de luz le indicó el lugar donde estaba la vela y los
dichosos fósforos a la vez que su querida madre
levantándose de la cama se dirigió a la cocina de
donde al poco rato le trajo una taza de caliente leche
acompañada de varias crujientes truchas elaboradas
por ¡sus mágicas manos!
55
Foto. Ralf Bubrowski.
Mareante de caña
Aunque mucho le gustaba pescar en el pesquero
llamado “La Papa Entera” en el perdía la mitad de su
tiempo de pesca ya que frente a él y debajo de sus
pies le quedaba el fresco charco donde iba poniendo
las coloradas, pardas, meladas y moradas viejas
pescadas, pareciéndoles que con sus nadares, ires y
venires por el charco le pedían que las devolviera a
la Mar, siendo causa de con ellas mantener
conversación en la que insistentemente les explicaba
que él no era asesino alguno, que él sólo era un
Mareante que las necesitaba para su sustento y el de
su familia, haciéndoles que procuraran entender que
un Mareante por sentimientos no podía desprenderse
de su pesca, bastante hacía con devolver a la Mar las
chifletas siempre y cuando no estuvieran
56
embuchadas. Por más y más que se los explicaba las
obstinadas viejas en sus inquietudes por la estrechez
del charco no paraban de nadar, jadear y jadear hasta
que cansado de así verlas, soltaba la caña y una a
una las sacaba del charco y una tras otra recibían en
la parte trasera de sus cabezas una mordida
acabadora de sus vidas, pensando que al menos les
ahorraría inútiles sufrimientos, siendo causa de que a
pesar de que el pesquero era buenísimo, deseaba que
por otro Mareante estuviera ocupado. Cosas de la
Mar y encontrados sentimientos
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Fotos. Archivos del Autor.
Mareante de caña
Ilusionado caminaba de prisa dejando marcadas sus
huellas sobre las escachadas y verdes Chiriminas a
la vez que pegadas a la lona y cordones de sus
alpargatas, transportaba sin él quererlo montones de
semillas de cebadilla. Tenía prisa, pues doña Luna
en el horizonte se encontraba a la altura de un cuarto
de marea arriba, además que la necesidad lo
obligaba llegar antes que otros al pesquero, pero su
prisa se convirtió en decepción al ver como la Mar
de Leva furiosamente embestía con su blanca
espuma el pesquero. Sentado al borde del Letime y
metido en sus pensamientos, el graznido de una
Gaviota lo sacó de ellos, pareciéndole que la Gaviota
le hablaba y que con su hablar le decía.
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-Tranquilo, tranquilo que aunque los vientos arrecien
y los horizontes se alteren, la isla siempre tendrá
días malos y buenos de pesca y hoy ha sido uno de
los malos ¿Acaso crees? Que yo todos los días
pesco, ¿Acaso crees? Que yo por capricho salgo de
mi hábitat habitual y vuelo hasta la meseta de
Nisdafe a buscar Cigarrones.
Foto. Archivo del Autor.
Se despidió de la Gaviota y con el morral vacío de
pescado, de vuelta a casa rebuscaba en su casete
mental la inquietud que le producía la
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responsabilidad adquirida de tener que buscar el
sustento para alimentar dos bocas más que con la de
él ya sumaban tres, sacándolo de su casete mental el
sonido de los cascabeles de las cabras a la vez que
las carreras de los asustados conejos salvajes entre
las Calcosas y los Verodes lo hacían reír con una
risa tan tentada, que el pastor que lo escuchaba
seguro pensó que estaba trabucado o majareta.
Foto. Luis Alejandro Navarro Brito.
Siguiendo su caminar hasta llegar a la vista que le
permitió ver que ese día no encontraría pesquero
donde pescar y acordándose de la conversación
mantenida con la Gaviota, en sus profundos
pensamientos le dio la razón en cuanto a que ya
vendrán días mejores de pesca. Por otro lado, dado
que la Mar de Leva enrrestaba y enrrestaba en su
tormenta aprovecharía para empatar nuevos
60
anzuelos, lavar las talegas de carnadas, endulzar los
aparejos de alambre, torcer hilaza, buscar secos
moñicos de burro para curar la miñoca, arrancar
raíces de algarroba para darle tinte a la tarrafa y la
marrajera a la vez que hacer llorar a las Tabaibas
para obtener de sus lágrimas la blanca leche, que una
vez seca utilizaría para rejuntar las grietas de su
india caña.
Foto. Luis Alejandro Navarro Brito.
61
Mareante de caña
Sabía por los años que en ella llevaba viviendo y por
los informes de sus queridos abuelos, que en la isla
llovía poco y que los inviernos eran escasos, ¡pero
ese invierno! los barrancos resbalaron por ellos las
dulces y achocolatadas aguas que ansiosas querían
sentir el salado sabor de la Mar a la vez que
contribuir al crecimiento de la orchilla y al
acercamiento de muchas especies a la orilla.
Sacando la pauta de la marea comprobó que le
faltaba un día para ser reconocimiento de mareas
buenas, sintiéndose contento al ver que la Mar de
Leva había cesado en su levantamiento pareciéndole
que hasta los cangrejos, erizos, lapas y burgados al
igual que él estaban contentos por ver los caminos
del este sobre la calma.
Foto. Archivos del Autor.
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Acompañado por la marea vio como doña Luna
camino del oeste escondía sus cuernos tras el pico de
“Arangando” por lo que sin cansancio abrió el banco
hasta llegar a la arena donde se escondían las
preciadas y necesarias miñocas, hullonas y jacas.
Alzó la cabeza y con el agua hasta las rodillas, giró
el cuello de derecha a izquierda haciendo volver sus
cervicales vértebras a sus nacimientas posiciones
naturales. Ya derecho palpó con sus manos la
mojada talega que tenía colgada a la cintura
calculando que la carnada cogida le daba para dos o
tres pescas y dirigiéndose al pesquero del paso de las
viejas de rancho, sombrero calado y caña en remojo
para amorosar la punta de cuerno de macho cabrío,
largó el aparejo “pa” el agua y en menos de lo que
canta un gallo, los silbidos del tensado alambre y la
curvada india caña le delataban que estaba pegado¡Coño fuerte viejote del carajo! con el saber de todo
buen mareante de caña, le dio agua a la vieja hasta
que aprovechando un jacío la varó sobre el parcel de
rubia orchilla. Aún no habían traspuesto tres cuartos
de marea arriba miró “pa” el fresco charco donde
tenía las viejas pescadas y viendo que estas
rebosarían la boca del morral, decidió dejar de
pescar marchándose hasta el rancho donde tenía la
blanca sal recogida días atrás. Con maestría que ya
querrían para si algunos cirujanos, afilado cuchillo
canario en sus manos, marcando el centro del lomo
de las viejas una tras una las abría dejando ver sus
63
blancas carnes, tripas y condumios, tripas y
condumios que la resaca alejaba de la orilla para que
agradecidas gaviotas, listos sargos y morenos
machos saciaran su hambre.
Foto. Luis Alejandro Navarro Brito.
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Mareante de caña
El viento había rolado al sur y presagiaba la llegada
de mojadas lluvias, la superficie del agua estaba
dividida en colores predominando el gris plateado
que le permitía ver el intenso amarillo de las aletas
de los júreles que formando era rebuscaban con sus
bembudos y succionadores labios, el desove del
Guelde en el fondo a la vez que en el saltío de la
tarde los ruyeros de bicudas dejaban ver su
aluminado color y sus negras rayas. Entusiasmado
por la abundancia, aparejó la caña y procedió a
separar del montón los Gueldes más grandes para
que estos taparan el total del anzuelo y lograr
engañar a algunos de los inteligentes júreles que sus
ojos estaban viendo. Con paciencia de Mareante a la
vez que cabreado comprobaba que los júreles
comían y comían todos los Gueldes que del
machuco les tiraba, pero ninguno de los muchos que
habían comían los de el anzuelo.
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Foto. Ralf Bubrowski.
La oscura noche despidió a don Sol y esto le hizo
recordar que en la oscuridad pegados al veril de el
Muelle solían estar unos rojos bichitos llamados
Camarones Petudos, por lo que viendo que los listos
Júreles de él se reían, escachó el aro de la pandorga
con el fin que ésta abarcara más longitud en el veril
y dando varios rastrillazos de abajo a arriba logró
sacar mezclados entre los picudos Erizos, unos
cuantos granos de Camarones Petudos a los que sin
quitarle cabeza, caparazón ni rabo, enganchó uno de
ellos al anzuelo y lo largó al agua contemplando a
pesar de la oscuridad de la noche, las alhentías de
los Júreles en su rápido nadar que desde el fondo
subían hasta media agua en busca del suelto Guelde
del Machuco. Sorpresa para él lo fue comprobar
como aun el aparejo no había llegado a su
verticalidad, el curvado cuerno de macho de cabra le
66
indicaba que estaba pegado, los silbidos del tensado
alambre a la vez que la india caña desde su punta
hasta el tronco formaba un arco intentando ahogar lo
que tenía pegado. La sensación que le producía el
jalar del bembudo Júrel, le hacía latir el corazón al
mil por mil, arriba, abajo, carreras para la derecha,
para la izquierda dándole las gracias al Muelle por
tan cómodo permitirle en su pescar. Por fin, cansado
más el Júrel que él, caña para atrás, mano al aparejo
y ¡cinco kilos y medio de Júrel sobre el Muelle!. Sin
saberlo y aún viéndolo y parpándolo, había
descubierto una carnada que podía más que la
inteligencia de los listos Júreles, siendo muchas las
noches que esperaba a que el Muelle estuviera
solitario para que no lo vieran pescar Camarón
Petudo, pero como ¡El Puerto es El Puerto! poco le
duró mantener en secreto su descubrimiento,
ocurriéndole lo mismo con sus otros dos como lo
fueron la pesca de Viejas con boya y la pesca de los
Galanes al fondo.
67
Foto. Ralf Bubrowski.
Dibujo del Autor.
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Mareante de caña
La furnalla de viento empujado por el nordestazo
sobrepasaba los altos pesqueros, lo que lo obligaba
contemplar el no poder pescar. Fuera en toda La Mar
miles y miles de enrolladas y encrestadas blancas
olas le quitaban su azul color. Las Gaviotas
conocedoras de la fuerza del viento de verano
permanecían juntas y calladas en los posaderos de
las altas fugas. En el horizonte la semisumergida
silueta de un cargado petrolero, proa a La Mar
rompía amuras salpicado y empañando los cristales
de su alto Puente de Mando, mientras que por
sotavento buscando el abrigo de la isla, “El Vapor
Correo” cabeceando y cabeceando reafirmaba su no
operatividad en El Puerto. La barra del levante
luchaba contra las escasas nubes del este
impidiéndole que impusiera su calma, pareciéndole
normal dado que la estación natural dentro del año
así lo requería pues junio, julio y agosto pertenecen
al norte, septiembre, octubre y noviembre al este,
diciembre, enero y febrero al sur y oeste y marzo,
abril y mayo a la brisa que teniendo el mismo
semblante que el levante suele transformarse alguna
que otra vez en arbolado y peligroso tiempo canario
o sudeste causantes de la llegada de la
¡EMPAÑADA CALINA! empujada por el caluroso
Siroco.
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Foto. Ralf Bubrowski.
Mareante de caña.
Pasaron los días y llegaron los que las calmas
encierran. Dos horas de pesca y el correr de sus
tripas le requirieron el ansiado yantar, por lo que
sacando la caña del agua se encaminó hasta el
abrigado rancho asilo de fresca sombra y refugio de
azotadora brisa. Nada más entrar en el rancho
comprendió que algo anormal había sucedido, pues
en el suelo encontró el descolgado morral donde
guardaba su yantar y partes de sus aparejos tales
como tres zocalas hechas con duro y horneado barro
provistas de relucientes plumas de pardelas. Las tres
zocalas que tanto trabajo le había costado elaborar,
70
desparramadas por el rancho dejaban ver sus
desnudos esqueletos desprovistos de sus plumones,
sólo los tres tuertos anzuelos empatados con
amarillo alambre le indicaban que aquello habían
sido sus zocalas a la vez que estrelladas huellas
marcadas en el polvoriento suelo delataban al intruso
destrozador. Intruso que a unos veinte metros sobre
una pared y sin atragantarse picotazo tras picotazo se
daba una hartanga con la pella de canelo y amasado
gofio de su yantar a la vez que lo había dejado sin
sus preciadas zocalas. Encabronado por lo sucedido
se preguntaba y preguntaba como el azabachado
negro cuervo había podido descolgar el morral,
pareciéndole imposible ya que bien lo había colgado
de unos de los sobresalientes picachos de las paredes
del rancho, picacho que una vez inspeccionado
comprobó que el peso del morral había roto cayendo
éste al suelo dado pie, patas, alas y pico al
azabachado negro cuervo para hacer y deshacer a su
libre antojo. Desde entonces y valiéndose de la
experiencia adquirida nunca más colgó su morral en
endeble picacho, sucediéndole que cada vez que a
ese pesquero iba a pescar, volando a media altura y
dando círculos sobre su cabeza aparecía el dichoso
cuervo, pareciéndole que le reclamaba tributo por
allí pescar.
Total nada le costaba repartir tripas y condumios de
las viejas pescadas entre las gaviotas, cangrejos y
cuervo.
71
Mi amigo Azabache, el cuervo parlante de Las Puntas El
Golfo. Foto. Maruca.
Mareante de caña
Sentado a la espera de la bajada de la marea,
escuchando y contemplando el ir y venir de la
resaca, sus ojos centraron toda su visión en un
“hallo” que a unos veinte metros de la orilla flotaba
sobre el agua y pareciéndole ver lo que veía, sabedor
de que tal “hallo” cambiaría su situación económica
y teniendo la seguridad de que sería una de las
pescas más grandes que en su vida haría, se lanzó al
agua y nadó hasta el, reafirmándose en lo que desde
tierra le había parecido que era. ¡UNA “PACA” DE
CAUCHO! que con todas sus fuerzas remolcó y
logró vararla a la vez que dándole vueltas y vueltas
72
la situó fuera del limite de las olas aplicándole la ley
de La Mar, no siendo otra que colocar encima de ella
mediano majano de cantos rodados, señal de respeto
entre los Mareantes, pero acordándose de la
sabandija rapíñera que lo era el cabo de marina en
cuanto al requisamiento de lo encontrado en la Mar,
procedió con motones de ramas de Iramas y Moles a
tapar su preciado tesoro, emprendiendo camino hasta
El Puerto con el fin de buscar personas de su
confianza que lo ayudaran en el transporte, teniendo
la gran suerte de que al rebasar la fuga llamada “La
Galga” vio que por fuera del Roque llamado de “Las
Morenas” se encontraban dos Mareantes de barco a
remos a quienes les hizo señas a la vez que les
indicaba para que no se alarmaran que no le sucedía
nada, llegado el barco a la cercanía del veril les
informó de lo por él en la Mar encontrado,
proponiéndoles partir a tres partes el importe
conseguido por la venta del “HALLO” llegados a
un acuerdo y para no espavientar las sueltas lenguas,
esperaron la llegada de la noche y amparándose en
las sombras silenciosas a golpe de remos remolcaron
el “hallo” hasta llegar a un lugar seguro donde bien
lo escondieron, no haciéndoles falta elaborar escrito
alguno dado que por aquellos tiempos no había
zorrerias, trampas ni falta a la palabra dada que para
ellos era sello del más estricto cumplimiento.
Dejando pasar prudentes días, propusieron a un
Marchante de la isla la compra de la “PACA” DE
73
CAUCHO ¡Ciento ocho kilos de la más pura goma!
les proporcionó tal capital a los tres, que uno de ellos
con su parte compró una pequeña Pensión en la isla
de Tenerife, otro compró cercados, huertas y cabras
y dejó de ser Mareante fijo y él además de comprar
un considerable cercado provisto de abundantes
higueras resguardas por circulares Gorones de
piedras, también compró la necesaria madera,
herramientas y materiales, para ver cumplido uno de
sus mayores deseos como lo era construir un barco a
su gusto y medidas con el que pasaría a dejar de ser
Mareante de caña para seguir siéndolo de barco a
remos.
74
Fotos. Archivo del Autor.
Mareante de barco a remos
Con ojos locos de contentos, ufano desde lo alto de
La Estaca contemplaba el suave cabeceo de su
flamante barco a remos, deseando para evitar
razonables risas y algunas burlonas, que el
hinchamiento de la madera y el cierre del
calafateado fueran secos compartimientos estancos a
la vez que las bailonas bandas con él fueran
benévolas y comprendieran su novata experiencia.
Como niño a estrenar zapatitos nuevos, contrario a
lo que era su costumbre esa mañana no desayunó,
siendo culpable de ello el nerviosismo que le
producía tener que a ojos de todos, por primera vez
embarcar en un barco a remos. Disimulando su
nerviosismo y a la vez temor, mirando fijamente la
línea de flotación, despacio jalaba por el cabo de
tierra logrando que el cuerno de proa provisto de
amarrado y grueso cabo de fuera le dejara acercar el
leito de popa un metro de la orilla, pareciéndole que
75
aun estaba a media bahía. Con aparente valor y
pensando que como mal menor aparte de tener que
escuchar alguna que otra burlona risa, en caso de no
lograr saltar al leito se caería al agua y se remojaría
como un pato, decidió saltar, siendo verdad que más
saltó a cuatro patas que a dos, viendo con gran alivio
que al agua pato nada de nada, pues sin él creerlo se
veía cual Patrón dentro de su barco, comprobando
que en los chazos debajo de las panas estos se
encontraban sequísimos, comprobando que las
bandas eran sólidas y bien soportaban el peso de su
cuerpo. Interiormente algo le dijo que sin
envalentonarse podía confiar en los cuatro metros
ochenta centímetros de eslora, lo cero setenta y
cinco centímetros de puntal, el metro cuarenta
centímetros de manga y el metro cúbico de arqueo,
que conformaba la ciudad flotante con la que a partir
de ese día compartiría su vida y comprendiendo que
el saltar del barco a tierra le sería muy difícil,
pantalón y camisa fuera de su cuerpo, cabeza “pa” el
agua nadó hasta las escalinatas, diciéndose a si
mismo, que al igual que otros Mareantes de barco a
remos con maestría saltaban del barco a tierra y de
tierra al barco, él también lo lograría y si no, su
reputación de amante de la Mar caería por tierra.
76
Ensenada de Tacorón. Década de los años sesenta. Foto.
Archivos del Autor.
Mareante de barco a remos.
Atreviéndose dejarse apoyar en la banda de babor y
relajando sus nervios, metió su cabeza en el
mirafondo y a través del limpio cristal admiró la
hermosa y larga melena rubia de la orchilla que
insinuante oscilaba con el ir y venir de la resaca a la
vez que extasiado comprobó que su amiga Mar es la
legitima dueña de todos los colores.
Canelos y moteados lagartos semienterrados en la
arena, juguetonas bogas a media agua, vivaces
galanes, inteligentes y rayados sargos, veloces
plateadas palometas, besucones júreles, majestuosos
meros propietarios de sus parcelas, vigorosos
nadadores chuchos, pacientes miradores abades,
vigorosos medregales, grises y rayadas vicudas,
coloradas, pardas, meladas, moradas y matreras
viejas, juguetones “pejeverdes” acariciadores de los
veriles, azules ariscas fulas, negras morenas, canelos
77
morenos machos, anudados cardúmenes de
cristalinos gueldes, amarillentas doradas, rosados
bocinegros, dentudos “pejeperros” alardeando el
blanco marfil de sus afilados dientes, puntiagudos
azúlenos erizos, sonrientes lisas, amorosos chopos,
lentas y voraces estrellas, barbudos salmonetes,
negras rayadas cabrillas, camuflados pulpos, rojas y
moradas doncellas, coloridas aguasvivas y
ronchaderas, asustadizas arañas, tímidas langostas,
rayadas blancas herreras, enterrados abanicos,
recubiertas centollas, semiabiertas almejas, verdosos
“pejegallos”, expertos desiscadores amarillosos
canelos tamboriles y tímidos y moteados alfonsiños.
Siendo tanto su sentir al ver tanta natural grandeza
que decidió estudiar en la universidad de la vida para
aprender el comer, desove, hábitat, migración,
costumbres y barruntos de las especies marinas.
Aprendiendo también a elaborar y usar artes de
pesca como la pandorga, la barestilla, chumbo,
ganzúa, nasa, tambor, guinche, arganeo, vara,
bichero, trenzado de hilaza, trenzado de alambre,
parada de acero, estorbar o empatar anzuelos tuertos,
ciegos, de pata corta, de pata larga, cucharas,
curriquías, zocalas, aguaciles, numerar alambre,
plomadas, giratorios, separadores así como las partes
que componen un barco tales como amuras,
codastes, crujía, quilla, sobrequilla, popa, proa,
babor, estribor, banda, sobrebanda, cubierta, leitos,
78
costillaje, toletes, galápagos, chumbaceras, cuernos
y rodas.
Puerto de La Estaca. Motovelero. MARI – CARMEN,
cargando pinocha para llevarla a Tenerife. Década de los años
sesenta. Foto. Clotilde Fernández.
79
Foto. Ralf Bubrowski.
Mareante de barco a remos
Las alhentías de los remos dentro de el agua y el
chirriar de los galápagos en los toletes le impedía
que la modorra del necesario sueño le hiciera cerrar
los ojos, la voz del Patrón desde la popa suavemente
ordenaba, más de medio, mas de proa, para después
de tres horas o más de rema que te rema llegar al
pesquero elegido para iniciar la faena de sacarle
“pejes” a la Mar. El amanecer norteño lo recibió
lleno de negras y grises nubes que acompañadas de
regular brisa descargaban desde sus intestinos las
dulces aguas de la lluvia que mezclada con el salitre
de la Mar por su cara resbalaba hasta llegarle a sus
labios deleitándose con tal sabor.
80
La proa machacante y juguetona subía y bajaba
pareciéndole que en una de sus bajadas no iba a
subir más. Agarrado fuertemente a la serreta del
barco y afirmando sus píes sobre las panas, miraba
la cara del Patrón, deseando y esperando que
ordenara virar popa a La Mar, quien como si hubiera
adivinado su pensamiento gritó -¡Aflojen! ¡aflojen
remos! y viren “pa” el sur, siendo motivo de alegría
a la vez que también de tristeza por no poder pescar
ese día en el norte. Con la Mar a la popa peligrosa y
traicionera más que a la proa, pero con navegar más
sereno aprovechó para sacar de debajo del leito el
termo y beberse una caliente taza de agua de cebada
a la vez que deleitaba su vista contemplando el nadar
y saltos de delfines y toninas que por proa, popa,
babor y estribor en su navegar le acompañaban.
El atardecer sureño lo recibió con placida Mar
cristalina a la vez que don Sol lentamente le decía
adiós para irse a dormir el oeste. Anocheció y en los
leitos de proa y popa las rabadas de carnadas dejaron
de ser molestadas por las ruidosa verdes y azules
moscas. Doña Luna toda redonda le ofrecía su
blanca luz y la suave brisa le regalaba su nocturno
frío. A lo lejos entre nubarrones y la raya del
horizonte destacaba el radiante alumbrado de un
Trasatlántico que culpable de su gran tamaño, le
hizo pensar en la gran pequeñez de su humilde y
pequeño barco pesquero, sacándolo de su
81
pensamiento el ruido producido por los saltos del
primer Escolar pescado.
Foto. Ralf Bubrowski.
Las alhentías de los aparejos de alambre con sus
fulgurantes fosforescencias al sacarlos del agua se le
asemejaban a los colores de los fuegos artificiales
empleados en la Fiesta de ¡La Bajada de la Virgen
de Los Reyes! a la vez que las siluetas de algunas
montañas le recordaban tersos pechos de mujer.
El ajetreo del ruido de los aparejos, los graznidos de
las pardelas en celo y los puntos cubanos cantados
por el buen José, impedían que sus ojos fueran
vencidos por la modorra del necesario sueño.
Y llegaron los celajes que debido a la despedida de
doña Luna se rendían ante el canto de los gallos y la
82
claridad del Alba que le permitía ver, el rebosar de
conejos y escolares de las llenas canastas.
Mareante de Barco a Motor
Pasaron los años y con ellos la vida, empezándose a
ver fondeados en la bahía los primeros barcos
provistos de motores. Reconociendo que estos
ahorraban montones de horas de pesca así como
evitar el cansancio y sudores producidos por el
constante remar y remar para llegar al lugar de
pesca. Por lo que recurriendo a sus pocos dineros y a
alguna que otra renovable letra pagaré, decidió
comprar un motor de centro y adaptárselo a su
marinerito barco, motor que a pesar de su pequeño
tamaño y ligero peso le parecía el más grande que
barco alguno tuviera, ocurriéndole que debido al
progreso tenía que aprender conocimientos de
mecánica y aprender nombres tales como bujía,
culata, camisa, aro, pistón, carburador, revoluciones,
depósito,
presiones,
temperaturas,
válvulas,
admisión, escape, transmisión, bocina, cardán, buje,
hélice, relentín, arranque por soga, arranque por aire,
arranque por manivela, arranque por batería, parada
por cierre de combustible, parada por corte eléctrico,
filtro, de aire, filtro de aceite, descompresión,
combustible además de también aprender nuevas
técnicas de navegación y maniobras, por lo que con
algunos años más de los que tenía cuando dibujó el
burro de cinco patas, de nuevo se vio sentado ante
83
un pupitre para escuchar atentamente por la cuenta
que le tenía las lecciones explicativas de sus
profesores de náutica, aprendiendo el cuarteo de la
rosa de los vientos y los treinta y dos rumbos que la
componen, la declinación anual, la interpretación de
una carta náutica hallando en ella la longitud y
latitud del lugar, millas grados, paralelos,
meridianos,
navegación
diurna,
navegación
nocturna, estima, derrotero, rumbo de aguja, rumbo
magnético, rumbo verdadero, código internacional
de banderas, balizas, luces de torotito, de tope, de
horizonte, de situación, sin gobierno, calando, a la
deriva, al pairo, buque mayor de veinticinco pies,
menor de veinticinco pies, buque de vela, mercante,
trasatlántico, petrolero, de guerra, pesquero, yate,
tamaran, y tritamaran aprendiendo la situación en el
cielo de la estrella polar y memorizando bonitos
dichos marineros tales como.
¡Si ambas luces de un vapor por tu proa has
avistado debes caer a estribor dejando ver tu
encarnado!
¡Estar siempre vigilante y ten presente además, si
ves riesgo por delante modera, para o ve a atrás!
Logrando gracias a su tesón y amor a la Mar,
obtener el necesario titulo de Patrón de Pesca que lo
autorizaba a navegar y tener mando a bordo,
sintiéndose pleno por lo aprendido y sintiéndose
también agradecido a los profesores náuticos que
con paciencia, nobleza y saber tanto le enseñaron.
84
Mareante de barco a motor con mando a bordo.
Extendiendo la carta náutica sobre la mesa del
puente, transportador de ángulos en manos trazó
rumbo sintiéndose emocionado no sólo por ser su
primera navegación abierta y sin visibilidad de costa
sino que de nuevo, después de dieciocho meses
volvía a su querida isla de El Hierro. Sintiéndose un
Ulises ya que el buque pesquero a su mando tenía
por nombre Telémaco a la vez que su Penélope
ansiosa en la isla lo esperaba, por lo que a través de
las ventanas del puente de mando acariciando con
ternura la rueda del timón, extasiado contemplaba
los planeados vuelos de las pardelas que a ras de
agua buscaban cardúmenes a la vez que más
cercanas a la isla las gaviotas vigilantes asechaban
formaciones de averías para lograr sustento.
El viento rachado presagiaba soplar fuerte del oeste
y las grises nubes encaramadas en las montañas
dibujaban erizadas figuras queriéndoles quitar al
cielo su azul color. Encendió la radio y a través de el
escuchó la voz de D. José Padrón Machín quien
desde el Centro Emisor del Atlántico daba las
noticias referentes a la isla de El Hierro, noticias que
fueron la caída de un camión al agua cuando se
efectuaba su descarga desde el motovelero
85
“Arguineguin” hasta el muelle y las celebraciones de
la Bajada de la Virgen de los Reyes, viendo que el
Faro de la punta de El Muelle frontero de adioses y
arribadas majestuoso se alzaba ante la proa que
ansiosa hasta el quería llegar a la vez que la banda
de estribor saludaba a la Virgen del Carmen Patrona
del Puerto de La Caleta, haciendo lo mismo la de
babor con el horizonte.
Foto. Ralf Bubrowski.
Era la hora sur que le permitía ver el destacado
canelo negro de la lava y el salpicado verde de las
iramas, moles, calcosas, verodes y la salpicada
blancura de las casas de La Villa. Agradeciendo
inmensamente el placer que a sus ojos le ofrecía su
amiga llamada Naturaleza, sintiendo un profundo
respeto hacía ella.
86
Poco a poco la proa se fue acercando al muelle y el
motor cambió su ruido reduciendo sus revoluciones,
cabo de popa, cabo de proa “pa” tierra y el Telémaco
suavemente recostó su banda de babor en las
engomadas defensas enmudeciendo el motor
principal dejando oír solamente el motor de sus
viveros, metiéndose de lleno en el ajetreo portuario y
pesquero de El Puerto de La Estaca.
87
Mareante de barco a motor con mando a bordo.
Los últimos destello de la tarde dieron paso a la
penumbra de la noche, la proa rumbo al “Guanche”
saltarina jugaba con las pequeñas olas que toda
marejadilla contiene y a medida que el barco
avanzaba separaba con su juvenil vista la negralla
producida por las fugas de “Funsianes”
distinguiendo los salpicados puntos de amarillentas
luces de los caseríos de Tesbabo, Erese y
Guarazoca luces que con el cabeceo y vaivén del
barco constantemente oscilaban ante sus ojos,
mientras en popa, en la blancura de la estela que
dejaba la giratoria hélice se formaban espectaculares
fosforescencias que casi lo dejaban hipnotizado.
Sentado en el banco de medio y queriendo secar sus
mojadas alpargatas, acercaba sus pies al cálido aire
expulsado por el motor a la vez que se apretaba la
nariz y soplaba hacía fuera con la intención de que
sus oídos contrarrestaran el machacante ruido
producido por las explosiones del motor. Por fin el
motor calló su ruidosa conversación y la potala
formada por medio saco de callaos, como era su
costumbre ávida se precipitó hondura abajo deseosa
de besar al fondo.
¡Divino silencio! poco duradero, roto por el ajetreo
del ruido del alambre y los puntos cubanos cantados
por el buen José. ¡Bichero! ¡bichero que este es
88
bueno! encendida candileja fuego a la banda
¡Pámpano embicherado! ¡Escolar! ¡Conejo! y como
no aparición del rompedor de toda pesca ¡Don
majestuoso Janequín! que aparte de comerse lo
pegado, sabiéndose fuerte y seguro jugaba con el
barco
Foto. Archivos del Autor.
haciéndolo zarandear con sus roces y empujones, lo
que obligaba pescar más cercano a la costa
notándose el tardío comer de conejos y escolares así
como su reducido tamaño y peso en relación con los
anteriormente pescados más a fondo, notándose
también la insistente presencia del molesto don
Janequín, por lo que evitando querer mirar el celaje
formado por semejante “peje”, alzaba la vista a el
cielo buscando en el la estrella polar, sintiendo a
pesar de que la noche era fría, correr por su frente el
engotado sudor del miedo, alegrándose de que el
norte despertara su soplar transformando marejadilla
89
en marejada que en poco tiempo se convirtió en
arbolada, parando la necesaria pesca.
Mareante de barco a motor con mando a bordo.
Puesto en marcha el motor, el tensado cabo despertó
al rozón de su dormir en el fondo y la proa enfilando
el norte junto con la claridad del alba le permitió ver
las besuconas alhentías besando las amuras a la vez
que bandadas y bandadas de salvajes palomas desde
la costeras cuevas enfilaban su vuelo rumbo a la
Meseta de Nisdafe. Ellas igual que él, iban en busca
del sustento, pues ellas y él tenían la imperiosa
necesidad de comer. A lo lejos casi a ras de la raya
del horizonte divisó la blanca vela de un yate que
con su insignificante tamaño, provocativo desafiaba
olas de gran altura.
Foto. Archivos del Autor.
90
A la Villa, vieja y señorial miraba buscando bruma
que lo ayudara predecir
brisa o
levante y
marcándose por el Monte de Ajare y el Roque del
“Tagao” hallaba la marca.
Noble porfía entre popa y proa, aparejos “pa” el
agua, barestilla y chumbo con pesada plomada y
empatados anzuelos envueltos en camarones y
gueldes reconocían el fondo. Coralinas cabrillas,
lance a lance sin ellas quererlo iban tapando el fondo
de la canasta y como si quisieran volver a la Mar,
acompañadas de abades burreros, júreles,
bocinegros, y “pejeperros” caían a las panas del
barco. Caliente don Sol de media mañana, secador
natural de la mojada ropa, hora del yantar con
apetito voraz no importándole que el canelo gofio
amasado y el trozo de blanco queso tuvieran sabor
ensalitrado, haciendo aparición don nordeste quien
con su primera ráfaga de su insistente soplar se llevó
parte de la carnada que estaba sobre los leitos a la
vez que la primera ola embravecida arrancó de cuajo
el timón sacándolo de sus pasadores, mientras la isla
se alejaba y alejaba de su vista hasta ser tragada por
las nubes.
91
Foto. Archivos del Autor.
El terror atenazaba los cuerpos al ver como el agua
uno a uno llenaba los chazos haciendo flotar las
panas.
A lo lejos entrelazada con el horizonte la isla al igual
que la de San Borondón aparecía y desaparecía
mientras que la popa empujada por locas olas media
la distancia.
-Estas tablas no se pueden rejuntar y aún nos queda
un buen pedazo de noche.
Lalo Patrón del San José se agacha y con sus ojos
acaricia las agrietadas tablas a la vez que cuchillo en
mano saca tiras de su algodonada camisa que a
modo de calafeteado introduce entre las grietas
logrando parar en mucho el entrante caudal de
salada agua, permitiendo a la bomba de achique
92
ganar batalla y permitiendo también que cuatro
corazones de momento pararan sus pavorosas
carreras del temor.
Lalo llamó a Miguel y le dijo.
– Mira a ver si eres capaz de con el calor del tubo de
escape derretir algunas de las boyas de gomas que
llevamos a bordo e intenta echársela en los chazos y
rejuntar un poco mejor la vía de agua que aún
tenemos.
Presuroso Miguel cortó y cortó boyas de goma que
en forma de tiras colocó sobre el caliente tubo de
escape, recogiendo en el cacharro de café el licuoso
liquido producido por la derretida goma y acercando
la picuda canaleta del cacharro a las tiras de la
camisa logró formar un compacto cuerpo estanco.
Loco de contento le comunicó a Lalo el logro
conseguido a la vez que alababa la inteligencia
demostrada por tan buen Patrón de Mar.
–Vale, vale no me alabes tanto, en tan caso alaba a la
situación en la que nos encontrábamos la cual me
obligó a pensar, ahora traerme un poco de aguado
café a ver si logro que estas jodidas tripas paren de
tanto correr y correr y dile a los otros que no quiten
ojos a la vía de agua a ver si por lo menos
empezamos a ver isla.
Amaneció y por mucho que buscaron isla no la
veían, viendo solamente cielo y mar que de vez en
cuando el subir y bajar de las olas les ofrecía en el
93
lejano horizonte caprichosas nubes imitadoras de
montañas.
-No está lejos esta cabrona y lo que nos falta saber
es si está a la popa, la proa, babor o estribor.
– ¡Por favor Lalo, búscala, búscala!
Lalo no le contesta y un poco ido acerca su cintura a
la banda y en forma de orina lanza sus temores a la
mar. ¡Consejo de popa! desplegada carta náutica
sobre la cubierta y cuatro desesperantes pares de
ojos ven sobre el papel dibujada su tan ansiada isla.
–Llevamos 27 horas de mar, lo que hace un día y
tres horas, por lo que no debemos trabucarnos con
nuestro miedo y pensar que ya nuestra gente nos
estarán buscando.
-Dinos la verdad Lalo, ¿estamos perdidos?
– ¿Que quieren que les diga? Acaso no están viendo
que no hay isla ninguna a nuestra vista, pues si eso
es estar perdidos, ¡perdidos estamos!
94
Mareante de Barco a motor con mando a bordo.
Madrugada mañana como otras tantas, viento a la
proa hasta Punta Amaca, antes pasando “El
Pinque” “Las Toscas” “ Roque Los Hoyos” “El
Toscón” “Cueva del Diablo”, “Los Palos” “Los
Tableros” “El Barranquillo” “Los Morros”,
“Puntita Negra” “Lajita Ahogada” “Roque de La
Caleta” “Los Pajeros” “Punta Guanil” “Quiebra
Cañas” “Los de Reyes” “Las Playas Largas”
“Los Cangrejos”“Roque Tagao” “El Tamaduste”
“El Picacho” “Baja Guillermo” “Punta del
Malpaís” “Roque de Los Gaviotos” “Punta de
Las Salinas” Viento a la popa que guiñada tras
guiñada lo hacen rebasar “Los Bufaderos”
“Afonsianes” “La Piedra” “Punta del Guanche”
“Roque de Las Palomas” “Los Arcos” “El
Barbecho” “Playa Salvaje” “Las Chiriminas”
“La Tafetana” “Punta Chica” “Punta Grande”
“Bahía Tianica” “Boca Barranco” “La Papelera”
“Galisorda” “Jamama” y “Punta de Agache,”
para admirado contemplar los esbeltos y rodeados de
furiosa espuma blanca “Roques del Salmor” que
crecían antes sus ojos pareciéndole querer comerse
al barco o impedirle el paso entre ellos. “La Baja de
La Palometa” cual mamífero buscando aire emergía
de su negra profundidad hasta flor de agua
95
mezclando azulados remolinos de mareas con la
blanca estela de la popa.
Foto. Archivos del Autor.
Y sin darse cuenta ¡El Majestuoso Golfo! desde la
playa del Cantadal hasta Las Puntas lo alzan en su
Mar de Leva. El viejo desembarcadero camuflando
su negrura con el amarillo de la orchilla, el azul de
su profundidad y el verde de sus veriles, imposible
intentar desembarcar y mucho menos parar motor y
al relentín guiñada tras guiñada la popa despide a
Las Puntas a la vez que la amura de babor en la
altura de la ola saluda a la verde cumbre de la isla a
96
la montaña Juapira y a su alto campanario que con
su blanca cal compite con el rojizo color del jable.
¡Proa arriba! que lo hacía ver la punta de la Dehesa.
¡Proa abajo! que escondía a sus ojos la salpicada
blancura del pueblo de Sabinosa, nordeste de
invierno empuja, empuja suavemente sin sacudidas,
sin peligrosas guiñadas y haz que rebase las
arrastradoras mareas de la playa de “La Madera”
“Arenas Blancas” “Tosca Amarilla”, “Los
Arcos” y la “Punta del Verodal” hasta llegar al
momentáneo remanso de La Bahía de Los Reyes,
para después enfrentar la proa a las mareas de “Los
Negros” “El Barbudo” y “El Pejeperro” donde la
popa dirá adiós al viejo desembarcadero de
Orchilla, para proa a tierra desembarcar en la playa
de “Anamoza” donde la grava de la gruesa arena se
quejará al sentir el peso de su cuerpo y podrá
escuchar el silencio y a la vez que lo escucha
contemplar el grandioso espejo del Mar de Las
Calmas donde los cardúmenes de plateados Bonitos
con sus rápidos nadares lo agrietan. ¡Cielo y mar que
se funden en uno sólo! caliente sol que lo hace
refrescar el leito con llenos mirafondo de fresca y
salada agua.
97
Foto. Archivos del Autor.
Y en la distancia poder oir el cancaneo de los
motores y ver por fuera de “Tacorón” los barcos
precipitarse sobre los gambotes de Barrilotes,
Rabiles, Patudos, Albacoras y Petos escondiendo
algunos de ellos sus líneas de flotación debajo del
agua. ¡Gaviotas y más gaviotas! ¡Pardelas y más
pardelas! que fabrican nubes de averías convertidas
en cientos y cientos de picos pescadores de caballas,
mayas y picudos. ¡Es la abundancia de la huerta bien
arada, abonada y regada! donde crecerá el ruame y
el sustento de los hombres de la Mar.
98
Pasando Tacorón piensa en el viento que en la
Punta de La Restinga lo espera. Primero a la proa y
llegando a “Playa Icota” atravesado y traicionero.
Mareas enrolladas las de “Frontones de Amaro”
“Los Corrales” “El Chinchorro” “La Higuera
Negra” y la playa de “Las Almorranas”
Que una vez rebasada la proa contenta besa ¡El
Majestuoso Roque de La Bonanza! donde
exhausto de tanto vaivén su barco a el se abraza y su
motor calla.
Dibujo. Kitabo.
Pella Gofio, trozo de queso, higos pasados y trago de
agua. Rozón “pa” el fondo, cabo a la tierra y tiempo
a que pase la noche negra. Furnia de viento que de
las fugas arrastra piedras, inquietas cabras que su
99
balar no callan. Sale la luna y muchas sombras.
Llega el Alba y con ella el viento amaina.
Motor en marcha, rozón “pa” arriba cabo “pa” el
barco, mano al timón. Proa “pa” fuera rumbo directo
a “La Bremeja” “Punta del Fraile” “Cueva Los
Barcos” “Atravesados” “Punta de Ajones”
“Punta del Guincho” y rebasando “El Feo” ¡La
Mar lo baña! “Pejes” voladores despavoridos saltan
del agua. Popa pescadora dile adiós a “Las Lajas”
“Lajita Juana” “Las Playecillas” “Fardón” y
“Los Resbaladeros” Proa cortante besa la mar
arbolada que hace poner un nudo en su garganta.
Amuras que ayudadas por giratoria hélice rompan
espuma para vencer las atravesadas mareas de la
“Punta de Timijiraque” rebasando su natural
playa, “El Rincón” “Los Tableros” “Baja del
Risco” “Los Calzones” “Roque de Las Morenas”
y por vencer les queda la playa de “Las Tijeretas”
con su Punta y sus Bajíos, haciéndolo llegar al
remanso artificial del muelle de La Estaca. PUERTO
Y BASE DEL MARINERITO BARCO de mi
querido y recordado amigo José Olegario Abreu
¡JOSÉ DEL MUDO! Que en paz descanse.
100
D. José Olegario Abreu. Foto Águeda Abreu.
¡JOSÉ EL DEL MUDO!
PARA MI, UNO DE LOS MÁS GRANDES MAREANTES
DE MI QUERIDA ISLA DE EL HIERRO.
101
Foto. Ralf Bubrowski.
-Bello relato el que me has hecho de tu amigo
llamado Mareante y por haberme emocionado
escuchándote te premiaré contándote otro mío que
encierra los nombres científicos y vulgares de las
especies marinas pertenecientes o relacionadas con
nuestra querida isla, pero antes de empezar con
dichos nombres, te diré que ella se ve afectada desde
marzo a octubre por los vientos llamados alisios que
son vientos de componente nordeste predominantes
en los meses de junio, julio y agosto, siendo estos
vientos a veces confundidos con los vientos
levantes, ya que según un dicho, brisa y levante
tienen el mismo semblante, diferenciándose en que
la brisa es fría y el levante es caliente.
102
Estando dominada desde octubre a marzo por los
vientos del sur, suroeste y oeste, intercalándose en
estos meses los vientos del este y sueste que suelen
ser muy azotadores, encontrándose su parte sur y
suroeste resguardada de los vientos alisios siendo
llamado el mar de Las Calmas, su mes bonancible en
toda ella es septiembre, encontrándose rodeada de
agua oceánica baja en nutrientes que la hacen
vulnerable a un bajo contenido pesquero, oscilando
la temperatura de su mar entre 17 y 18 grados
centígrados en invierno y 22 y 23 en el verano,
estando sometida a una corriente marina fría llamada
corriente de Canarias descubierta en la década de los
años ochenta que desde el sur y suroeste produce
sus mareas oceánicas compuesta por dos pleamares
y dos bajamares por día lunar, siendo las mayores
las de los meses de marzo y septiembre.
103
Foto. Ralf Bubrowski.
Su formación escarpada la hace ser escasa de playas
de arena, siendo abundante en playas de cantos
rodados y callaos donde desembocan sus muchos
barrancos, produciéndose en ella ecosistemas
marinos que van desde la franja bentónica que la
forman las especies fijas o móviles en relación con
el fondo marino, llamándose pelágicas las especies
que habitan las aguas sin relación con el fondo,
siendo la franja litoral la que llegan las salpicaduras
de las olas que en las grandes mareas y temporales
permanece sumergida, la franja intermareal es la
que abraza las mareas estado sometida a sus niveles
de altura y bajura permaneciendo siempre
sumergida, la franja circalitoral es la que llega poca
luz solar 200 metros de profundidad, la Batial la que
abraza la nula luz solar desde los 201 metros hasta
104
los 3.000 metros de profundidad, la Abisal que
abraza la profundidad de 3.001 metros hasta 6.000
metros de profundidad y la franja Hadar que abraza
las fosas submarinas de más de 6.001 metros de
profundidad. Encontrándose en estas franjas muchas
de las especies submarinas con las que tu amigo
llamado Mareante a lo largo de su vida tuvo con
ellas relación. Advirtiéndote que en mis estudios y
apuntes hechos durante diez años he observado que
algunas de ellas están en peligro de extinción y otras
en altos porcentajes han mermado en mucho su
número, como es la Cystoceira abie = Orchilla que
desde los 0,25 centímetros hasta los 20 metros de
profundidad ha experimentado
en diez años un descenso del 98 %
Foto. Juan Ramón Marcelino Rivero.
105
No compartiendo por mí parte que se deba a los
Antillarum = Erizo diadema ya que en las décadas
1960,1970 y 1980 eran grandes los manchones que
había de estos erizos y abundante la vegetación de
orchilla.
Foto. Archivos del Autor.
Creyendo que la desaparición de una y otro más se
deba a la contaminación de las aguas costeras
estando por esto en peligro de extinción, existiendo
en nuestra querida isla de El Hierro una extremada
ignorancia y apatía por parte de quienes tienen el
deber de cuidar y conservar el liquido medio de
abrigadoras escamas, resbaladizas y porosas pieles
provistas de pequeñas y grandes aletas
106
estabilizadoras, impulsoras, timoneras y de rápidos
arranques para esquivar los muchos ataques que
reciben por parte de algunos depredadores
desprovistos de tales escamas y pieles, pero
provistos de inteligencia que los hace ser egoístas,
insensibles y ruines al no pensar en el mañana
negando dejar legado marino a venideras
generaciones que por nacer tienen el grandísimo
derecho de recibirlo lleno de vida submarina.
Foto. Juan Ramón Marcelino Rivero.
Padina pavonica = Orchilla orejuda.
Bentónica desde los 0,50 centímetros hasta los 25
metros de profundidad en fondos rocosos y veriles.
Descenso en diez años 92%
107
Fotos. Juan Ramón Marcelino Rivero.
Thalassoma pavo = Pejeverde hembra.
Pejeverde
macho.
Bentónico desde los
0,25 centímetros hasta
los 20 metros de
profundidad, actividad
diurna en veriles y
fondos
rocosos
recubiertos de orchilla.
Descenso en diez años
47%
108
Abudefduf luridus = Fula azul o negra.
Bentónica desde 1 metro hasta los 15 metros de profundidad,
actividad diurna en veriles y fondos algales.
Descenso en diez años 44%
Fotos. Juan Ramón Marcelino Rivero.
Chromis limbatus = Fula blanca o canela.
Bentónica desde los 7 metros hasta los 25 metros de
profundidad en veriles y bajones, actividad diurna en veriles y
blanquizales. Descenso en diez años 41%
109
Pseudolelidaplois scrofa. = Pejeperro macho.
Bentónica desde los 10 metros hasta los 150 metros de
profundidad, actividad diurna en veriles y fondos rocosos.
Descenso en diez años 79 %
Pseudoolepidaplois scrofa Catalineja pejeperro hembra.
Descenso en diez años 85% Fotos Juan Ramón Marcelino.
110
Muarena augusti = Morena negra.
Bentónica desde los 0,10 centímetro hasta los 30 metros de
profundidad, en fondos rocosos y veriles verticales, actividad
diurna y nocturna. Descenso en diez años 85 %
Gymnothorax unicolor = Moreno macho.
Bentónico desde los 0,5 centímetros hasta los treinta metros de
profundidad, en fondos rocosos y cantos rodados, actividad
diurna y nocturna. Descenso en diez años 87 %
Fotos. Juan Ramón Marcelino Rivero.
111
Muarena Helena = Morena pintada.
Bentónica desde los 45 metros hasta los 75 metros de
profundidad, en fondos rocosos y veriles verticales, actividad
nocturna. Descenso en diez años 69 %
Gymnothorax polygonius = Morena papuda.
Bentónica desde los 45 metros hasta los 145 metros de
profundidad, en fondos rocosos, taludes y veriles verticales.
Descenso en diez años 81 % Fotos. Alberto Brito Hernández
112
Serranus cabrilla = Cabrilla rubia.
Bentónica desde los 35 metros hasta los 250 metros de
profundidad, en fondos rocosos y veriles verticales, actividad
diurna. Descenso en diez años 92 %
Serranus scriba = Cabrilla negra. Bentónica desde los 5
metros hasta los 35 metros de profundidad, en fondos rocosos y
blanquizales, actividad diurna. Descenso en diez años 98 %
Fotos. Juan Ramón Marcelino Rivero.
113
Epinephelus guaza = Mero.
Bentónico desde 1 metro hasta los 125 metros de profundidad,
en fondos rocosos encuevados y veriles verticales, actividad
diurna y nocturna. Descenso en diez años 97 %
Foto. Juan Ramón Marcelino Rivero.
114
Micteroperca rubra = Abade.
Bentónico desde los 0,50 centímetros hasta los 90 metros de
profundidad en fondos rocosos, veriles verticales y cantadales,
actividad diurna y nocturna. Descenso en diez años 94 %
Fotos. Juan Ramón Marcelino Rivero.
115
Abade amarillo o Abade Capitán.
Heteropriacanthus cruentatus = Alfonsiño.
Bentónico desde los 2 metros hasta los 45 metros de
profundidad, en fondos rocosos, actividad nocturna desde el
fondo hasta la superficie. Descenso en diez años 64 %
Fotos. Juan Ramón Marcelino Rivero.
116
Pseudocaranx dentex = Jurel.
Epibentonico y pelágico desde los 2 metros hasta los 150
metros de profundidad, actividad diurna y nocturna en fondos
rocosos, arenosos, fangales, superficie y media agua. Descenso
en diez años 51% Foto. Juan Ramón Marcelino Rivero.
Gymnothorax miliaris = Morena de fondo. Bentónica desde
los 45 metros hasta los 450 metros de profundidad, en fondos
rocosos y veriles verticales, actividad nocturna. Descenso en
diez años 47% Foto. Alberto Brito Hernández.
117
Seriola fasciata = Loquillo medregal.
Epibentonico y pelágico desde los 2 metros hasta los 50 metros
de profundidad, en fondos arenosos, fangales, rocosos,
superficie y media agua, actividad diurna. Descenso en diez
años 67 % Foto. Alberto Brito Hernández.
Seriola rivoliana = Medregal negro.
Epibentonico y pelágico desde los 10 metros hasta 150 metros
de profundidad en fondos rocosos y veriles verticales, actividad
diurna y nocturna. Descenso en diez años 74 %
Foto. Juan Ramón Marcelino Rivero.
118
Seriola carpenteri = Medregal. Epibentónico y pelágico desde
los 5 metros hasta 120 metros de profundidad, en fondos
arenoso, rocosos, fangales, veriles verticales, superficie y
media agua, actividad diurna y nocturna. Descenso en diez
años 63 %
Trachinotus ovatus = Palometa o palometón.
Pelágica en aguas cercanas al litoral, actividad nocturna y
diurna. Descenso en diez años 64 %
Fotos. Juan Ramón Marcelino Rivero.
119
Coriphaena hippurus = Dorado.
Pelágico oceánicos, actividad diurna.
Descenso en diez años 68 %
Coriphaena hippulus = Chicharro. Pelágico, actividad diurna
y nocturna. Descenso en diez años 35 %
Fotos. Alberto Brito Hernández.
120
Serranus scriba = Vaca. Bentónica desde los 0,25 centímetros
hasta los 10 metros de profundidad en fondos rocosos y veriles,
actividad diurna. Descenso en diez años 66 % Foto. Alberto
Brito Hernández.
Pomadasys incisus = Roncador tonelero. Bentónico desde los
7 metros hasta los 45 metros de profundidad en fondos
arenosos y fangales, actividad diurna. Descenso en diez años
67 % Foto. Juan Ramón Marcelino Rivero.
121
Parapristipoma octolineatum = Burro o burrito. Bentónico
desde los 3 metros hasta los 100 metros de profundidad en
fondos rocosos, fangales y arenosos, actividad diurna.
Descenso en diez años 75 %
Mullus sarmuleto = Salmonete. Bentónico desde los 4 metros
hasta los 40 metros de profundidad, en fondos arenosos y
fangales, actividad diurna. Descenso en diez años 71 %
Fotos. Juan Ramón Marcelino Rivero.
122
Diplodus cervinus = Sargo breado. Bentónico desde los 0,25
centímetros hasta los 80 metros de profundidad, en fondos
rocosos y veriles verticales, actividad diurna. Descenso en diez
años 72 % Foto. Juan Ramón Marcelino Rivero.
123
Diplodus annularis = Mojarra. Bentónica desde los 5 metros
hasta los 25 metros de profundidad, en fondo arenosos,
cebadales y fangales, actividad diurna. Descenso en diez años
77 % Foto. Alberto Brito Hernández.
Boops boops = Boga. Epipelágica y pelágica desde los 2
metros hasta los 40 metros de profundidad, en fondos arenosos,
rocosos, fangales, veriles verticales, superficie y media agua,
actividad diurna. Descenso en diez años 31 %
Foto. Juan Ramón Marcelino Rivero.
124
Diplodus sargus cadenati. Sargo blanco. Bentónico desde 1
metro hasta los 40 metros de profundidad en fondos arenosos,
rocosos, fangales y veriles verticales, actividad diurna.
Descenso en diez años 74 % Foto. Juan R. Marcelino.
Lithognnthus mormyrus = Herrera. Bentónica desde los 2
metros hasta los 45 metro de profundidad, en fondos arenoso y
fangales, actividad diurna. Descenso en diez años 79%
Foto. Alberto Brito Hernández.
125
Pagrus auriga = Sama roquera. Bentónica desde los 7 metros
hasta los 200 metros de profundidad en fondos rocosos,
actividad diurna. Descenso en diez años 71% Foto. Alberto
Brito Hernández.
Pagrus pagrus = Bocinegro. Bentónico desde los 3 metros
hasta los 250 metros de profundidad, en fondo arenoso,
fangales y cantadales, actividad diurna y nocturna. Descenso en
diez años 72% Foto. Juan R. Marcelino Rivero.
126
Kyphosus sectator = Chopa perezosa. Epibentónica desde 1
metro hasta los 35 metros de profundidad, en fondos de veriles,
bajones, playas y bahías, actividad diurna. Descenso en diez
años equilibrado. Foto. Juan Ramón Marcelino Rivero.
127
Oblada melanura = Galán. Epibetonico desde 1 metro hasta
los 25 metros de profundidad, en fondos rocosos, arenosos,
fangales, veriles verticales, bajones y playas, actividad diurna y
nocturna. Descenso en diez años 74%
Foto. Juan Ramón Marcelino Rivero.
128
Polyprión amecanus = Cherne. Bentónico desde los 200
metros hasta los 700 metros de profundidad en taludes, veriles
verticales y fondos rocosos. Actividad diurna. Descenso en
diez años 87% Foto. Consejería de Pesca.
Anthias anthias = Fula amarilla de fondo. Bentónica desde los
30 metros hasta los 250 metros de profundidad, en fondos
rocosos. Actividad diurna. Descenso en diez años equilibrado.
Foto. Juan Ramón Marcelino Rivero.
129
Enchelycore anatina = Bogavante o morena pico pato.
Bentónica desde los 5 metros hasta los 45 metros de
profundidad, actividad diurna. Descenso en diez años 71%
Foto. Juan Ramón Marcelino Rivero.
130
Dalatías licha = Gata lija.
Bentónica desde los 400 metros hasta los 900 metros de
profundidad en fondos de gravas, arenoso y fangosos, actividad
diurna. Descenso en diez años 81%
Carcharhinus falciformis = Jaqueta.
Epipelágica media agua y superficie, actividad diurna y
nocturna. Descenso en diez años 82%
Fotos. Alberto Brito Hernández.
131
Sphyrna spyrna = Cornuda o pez martillo. Epipelágica media
agua y superficie, actividad diurna. Descenso en diez años 84%
Foto. Archivos del Autor.
Mutelus mustelus = Cazón. Bentónico desde 2 metros hasta
los 100 metros de profundidad, en fondos arenosos y fangales,
actividad diurna. Y nocturna. Descenso en diez años 81%
Foto. Alberto Brito Hernández.
132
Galeus malastomus = Tintorera.
Bentónica desde los 350 metros hasta los 700 metros de
profundidad en fondos rocosos, arenosos y fangales, actividad
diurna. Descenso en diez años 81%
Isurus oxyrinchus = Janequín marrajo. Epipelágico media
agua y superficie, actividad diurna y nocturna. Descenso en
diez años 88%
Hexanchus griseus = Marfara. Bentónica desde los 250 metros
hasta los 500 metros de profundidad en fondos arenoso,
rocosos y fangales, actividad diurna. Descenso en diez años
74% Fotos. Alberto Brito Hernández.
133
Torpedo marmorata = Tembladera. Bentónica desde los 5
metros hasta los 80 metros de profundidad en fondos arenosos
y fangales. Descenso en diez años 92%
Dasyatis pastinaca = Chucho.
Bentónico desde los 2 metros hasta los 75 metros de
profundidad en fondos arenosos y fangales, actividad diurna y
nocturna. Descenso en diez años 71%
Fotos. Juan Ramón Marcelino Rivero.
134
Taenuria grabata = Chucho negro. Bentónico desde los 5
metros hasta los 200 metros de profundidad en fondos arenosos
y fangales, actividad diurna y nocturna. Descenso en diez años
63% Foto. Archivos del Autor.
Gymnura altavela = Raya mariposa. Bentónica desde los 5
metros hasta los 80 metros de profundidad en fondos rocosos,
arenosos y fangales, actividad diurna y nocturna. Descenso en
diez años 81% Foto. Alberto Brito Hernández.
135
Mobula mobular = Manta maroma. Epipelágica media agua y
superficie, actividad diurna. Descenso en diez años 77%
Foto. Juan Ramón Marcelino Rivero.
Macroramphosus scolopax = Picudo. Pelágico media agua y
superficie, actividad diurna. Descenso en diez años equilibrado.
Tylosurus acus =Aguja. Epipelágica media agua y superficie,
actividad diurna y nocturna. Descenso en diez años
equilibrado. Fotos. Alberto Brito Hernández.
136
Cheilopogon heterurus heterurus = “Pejevolador”.
Pelágico media agua y superficie, actividad nocturna y diurna.
Descenso en diez años 67 %
Hippocampus ramulosus = Caballito de mar.
Bentónico desde los 2,50 hasta los 35 metros de profundidad
en fondos rocosos, cebadales, algales y fangales, actividad
diurna. Descenso en diez años 77%
Fotos. Alberto Brito Hernández.
137
Mora moro = Merluza canaria. Bentónica desde los 300
metros hasta los 700 metros de profundidad en taludes y
veriles verticales rocosos, actividad diurna. Descenso en diez
años 45%
Phycis phycis = Briota. Bentónica desde los 15 metros hasta
los 200 metros de profundidad en fondos rocosos, actividad
diurna. Descenso en diez años 67%
Fotos. Alberto Brito Hernández.
138
Polymixia nobilis = Salmón de fondo. Bentónico desde los
250 metros hasta los 700 metros de profundidad, en taludes,
veriles verticales y rocosos, actividad diurna. Descenso en diez
años 74%
Beryx dacadactylus = Palometa roja. Bentopelágica desde los
250 metros hasta los 850 metros de profundidad, en taludes y
veriles verticales, actividad diurna. Descenso en diez años 71%
Fotos. Alberto Brito Hernández.
139
Beryx splendens = Alfonsiño de fondo. Bentopelágico desde
los 250 metros hasta los 900 metros de profundidad en taludes
y veriles verticales, actividad diurna. Descenso en diez años
62% Foto. Alberto Brito Hernández.
Cotys julis = Doncella o pejerey hembra. Bentónica desde los
1,50 metros hasta los 20 metros de profundidad, en fondos
algales y rocosos arenosos actividad diurna. Descenso en diez
años 77% Foto. Juan Ramón Marcelino Rivero.
140
Pejerey macho.
Xyrichthys nocacula . = Pejepeine. Bentónico desde los 2
metros hasta los 20 metros de profundidad en fondos arenosos
y fangales, actividad diurna. Descenso en diez años 67%
Fotos. Juan Ramón Marcelino Rivero.
141
Centrolabrus trutta = Romero macho el verde, romero
hembra el canelo. Bentónico desde los 1,50 metros hasta los 15
metros de profundidad en fondos algales y rocosos arenosos,
actividad diurna. Descenso en diez años 77%
Labrus bergylta = Romero Capitán. Bentónico desde los 5
metros hasta los 30 metros de profundidad en fondos rocosos
arenosos y algales, actividad diurna. Descenso en diez años
82% Fotos. Alberto Brito Hernández.
142
Spariosoma cretence = Vieja.
143
Bentónica las fijas residentes en la isla desde 1 metro hasta los
25 metros de profundidad en fondos rocosos y algales y
Epipelágica las que en los meses de verano la isla visitan que
son llamadas viejas de rancho, actividad diurna. Descenso en
diez años para las residentes 91% para las de rancho 67%
Fotos. Juan Ramón Marcelino Rivero.
Tachinus araneus = Araña venenosa de piedra. Bentónica
desde los 10 metros hasta los 45 metros de profundidad,
actividad diurna. Descenso en diez años 47%
Foto. Alberto Brito Hernández.
144
Tachinus draco = Araña venenosa. Bentónica, desde los 4
metros hasta los 25 metros de profundidad en fondos arenosos,
actividad diurna. Descenso en diez años 57% Foto. Juan
Ramón Marcelino Rivero.
Tachinus radiatus = Araña venenosa de fondo. Bentónica
desde los 40 metros hasta los 110 metros de profundidad en
fondos rocosos y arenosos, actividad diurna. Descenso en diez
años 56% Foto. Alberto Brito Hernández.
145
Promethichthys prometheus = Conejo.
Bentopelagico desde los 350 metros hasta los 750 metros de
profundidad, actividad nocturna. Descenso en diez años 79%
Ruvettus pretiosus = Escolar rasposo.
Bentónico desde los 200 metros hasta los 550 metros de
profundidad, actividad nocturna en fondos rocosos, media agua
y superficie. Descenso en diez años 69%
Tetragonurus atlanticus = Escolar chino.
Bentónico desde los 300 metros hasta los 550 metros de
profundidad en fondos rocosos, media agua y superficie,
actividad diurna. Descenso en diez años 51%
Fotos. Alberto Brito Hernández.
146
Acanthcylium solanbri = Peto.
Pelágico media agua y superficie, actividad diurna.
Descenso en diez años 41 %
Katsuwonus pelamis = Bonito listado. Pelágico media agua y
superficie, actividad diurna. Descenso en diez años 71%
Fotos. Alberto Brito Hernández.
147
Sarda = Sierra. Pelágica media agua y superficie, actividad
diurna. Descenso en diez años 66%
Auxis rochei = Melva o caballa mora.
Pelágica media agua y superficie, actividad diurna y nocturna.
Descenso en diez años 71%
Fotos. Alberto Brito Hernández.
148
Thunnus albacares = Rabil. Pelágico media agua y superficie,
actividad diurna. Descenso en diez años 67%
Foto. Alberto Brito Hernández.
Sphyranea viridensis = Bicuda. Epipelágica media agua y
superficie, actividad diurna y nocturna. Descenso en diez años
44% Foto. Archivos del Autor.
149
Chelon labrosus = Lisa. Bentónica media agua y superficie,
actividad diurna. Descenso en diez años 37%
Foto. Alberto Brito Hernández.
Atherina presbyter = Guelde. Epipelágico media agua y
superficie, actividad diurna. Descenso en diez años 98%
Foto. Archivos del Autor.
150
Ecorpaena canarinsis = Rascacio. Bentónico en fondos
rocosos desde 1 metro hasta los diez metros de profundidad,
actividad diurna y nocturna. Descenso en diez años 45% Foto.
Alberto Brito Hernández.
Ecorpaena maderensis = Roncas. Bentónico en fondos
rocosos y algales desde 1 metro hasta los 10 metros de
profundidad, actividad diurna y nocturna. Descenso en diez
años 52% Foto. Juan Ramón Marcelino Rivero.
151
Pontinus kuhlii = Volón. Bentónico desde los 110 metros
hasta los 250 metros de profundidad en fondos rocosos y
veriles verticales, actividad diurna. Descenso en diez años 89%
Bothus podas maderensis = Tapaculo. Bentónico desde los 2
metros hasta los 15 metros de profundidad en fondos arenosos
y fangales, actividad diurna. Descenso en diez años 81%
Fotos. Alberto Brito Hernández.
152
Aluterus scriptus = Gallo moro. Bentónico y Epipelágico
media agua y superficie, actividad diurna. INCREMENTO
EN DIEZ AÑOS 97% Especie no perteneciente a la isla y
que desde hace unos quince años se adueñó de ella
rompiendo su ecosistema marino. Foto. Juan Ramón
Marcelino Rivero.
153
Stephanolepis hispidus = Gallo verde gallito. Bentónico en
fondos algales y arenosos, actividad diurna. Descenso en diez
años 97% Foto. Juan Ramón Marcelino Rivero.
Scomber japonicus = Caballa. Pelágica, actividad diurna y
nocturna. Descenso en diez años 37%
Foto. Alberto Brito Hernández
154
Microchirus ocellatus = Lenguado. Bentónico desde los 2
metros hasta los 30 metros de profundidad en fondos arenosos,
actividad diurna. Descenso en diez años 88% Foto. Alberto
Brito Hernández.
Thunnus obesus = Patudo.
Pelágico, actividad diurna. Descenso en diez años 66%
Foto. Consejería de Pesca.
155
Thunnus Thynnus = Atún gigante. Pelágico, actividad diurna.
Descenso en diez años 71% Foto. Archivos del Autor.
Xiphias gladius = Pez espada. Pelágico, actividad diurna.
Descenso en diez años 69% Foto. Consejería de Pesca.
156
Diadema Antillarum = Erizo o eriza. Bentónico desde los 4
metros hasta los 25 metros de profundidad en fondos de gravas
y veriles rocosos, actividad diurna y nocturna. Descenso en
diez años 97% Foto. Juan R. Marcelino Rivero.
Ascidia mentula = Ostrón. Bentónico desde los 5 metros hasta
los 25 metros de profundidad en fondos rocosos. Descenso en
diez años 98% Foto. Alberto Brito Hernández.
157
Osilinus atatus = Burgado. Intermareal en playas y charcos,
actividad diurna y nocturna.
Descenso en diez años 92%
Thais hemastoma = Burgado macho. Bentónico e intermareal
en playas, charcos y veriles, actividad diurna y nocturna.
Descenso en diez años 97% Fotos. Alberto Brito Hernández.
158
Eichinia verrucosa = Jaca peluda. Intermareal en charcos y
playas, actividad nocturna y diurna. Descenso en diez años
98% Foto. Consejería de Pesca.
Chthamakus stellatus = Sacabocado. Intermareal en veriles y
charcos. Descenso en diez años 77% Foto. Alberto Brito
Hernández
159
Patella candei = Lapa. Intermareal en playas, charco y veriles,
actividad diurna y nocturna. Descenso en diez años 98%
Paracentrus lividus Erizo cachero. Intermareal en playas y
charcos. Descenso en diez años 98% Fotos. Juan Ramón
Marcelino Rivero.
160
Anemonia sulcata = Ronchadera. Intermareal en charcos,
playas y veriles. Descenso en diez años 97% Foto. Juan
Ramón Marcelino Rivero.
161
Arbalia lixula = Erizo cachero. Bentónico desde los 4 metros
hasta los 10 metros de profundidad en veriles y escolleras.
Descenso en diez años 98%
Sphaerechinus granularis = Erizo de colores.
Intermareal en playas y charcos. Descenso en diez años 99%
Fotos. Alberto Brito Hernández.
162
Charonia variegata = Busio caracol marino. Bentónico desde
4 metros hasta 20 metros de profundidad en fondos rocosos y
algales, actividad nocturna. Descenso en diez años 91%
Foto. Juan Ramón Marcelino Rivero.
163
Stenorhy nchus lanceolatus = Cangrejo araña de tambor.
Bentónico desde los 5 metros hasta los 25 metros de
profundidad en fondos rocosos y algales, actividad nocturna.
Descenso en diez años 91%
Foto. Juan Ramón Marcelino Rivero.
164
Dardanus callidus = Cangrejilla. Intermareal en charcos y
playas, actividad diurna y nocturna. Descenso en diez años
81%
Pisa = Centollita. Bentónica desde los 2 metros hasta los 12
metros de profundidad, actividad diurna y nocturna. Descenso
en diez años 97% Fotos. Alberto Brito Hernández.
165
Maja squinado= Centolla. Bentónica desde los 2 metros hasta
los 20 metros de profundidad en fondos rocosos y algales.
Descenso en diez años 92%
Ophioderma longicauda = Perrachica de tambor. Bentónica
desde los 4 metros hasta los 20 metros de profundidad en
fondos rocosos y algales. Descenso en diez años 90%
Fotos. Alberto Brito Hernández.
166
Pollicipes cornucopiae = Percebe. Intermareal. Descenso en
diez años 98%
Pinna rudis = Abanico. Bentónico desde los 2 metros hasta los
25 metros de profundidad en fondos rocosos arenosos.
Descenso en diez años 98%
Fotos. Alberto Brito Hernández.
167
Luria lurida = Ballenita galana. Intermareal en playas y
charcos. Descenso en diez años 97%
Brisus unicolor = Erizo de arena. Bentónico desde los 10
metros hasta los 30 metros de profundidad en fondos arenosos.
Descenso en diez años 99% Fotos. Alberto Brito Hernández.
168
Raja clavata = Raya.
Bentónica desde los diez metros hasta los 80 metros de
profundidad en fondos arenosos, fangales y algales, actividad
diurna y nocturna. Descenso en diez años 66% Foto. Alberto
Brito Hernández.
Sardina pilchardus= Sardina.
Pelágica media agua y superficie, actividad diurna y nocturna.
Incremento en diez años 88%
Foto. Consejería de Pesca.
169
Sardinella maderensis = Arenque. Pelágico media agua y
superficie, actividad diurna. Descenso en diez años 71%
Aulopus filamentosus = Lagarto de fondo. Bentónico desde
los 70 metros hasta los 300 metros de profundidad en fondos
arenoso y fangales, actividad diurna. Descenso en diez años
82%
Synodus saurus = Lagarto de arena. Bentónico desde los
0,50cm. Hasta los25 metros de profundidad en fondos arenosos
y fangales, actividad diurna. Descenso en diez años 82%
Fotos. Alberto Brito Hernández.
170
Synodus synodus = Lagarto de piedra. Bentónico desde los 2
metros hasta los 20 metros de profundidad, en fondos rocosos y
gruesos arenosos, actividad diurna y nocturna. Descenso en
diez años 77%
Conger conger = Congrio. Bentónico en fondos rocosos desde
los 10 metros hasta los 350 metros de profundidad, actividad
nocturna. Descenso en diez años 82%
Aulostomus strigosus = Violín. Epibentónico en fondos
rocosos, arenosos, algales y cebadales, desde los 2 metros hasta
los 25 metros de profundidad, actividad diurna. Incremento en
diez años 92% Fotos. Juan R. Marcelino Rivero.
171
Masturus lanceolatus = Peje luna. Epipelágico, media agua y
superficie, actividad diurna. Descenso en diez años equilibrado.
Chilomycterus atriga = Peje clavo tamboril. Bentónico, desde
los 5 hasta los 45 metros de profundidad, actividad diurna.
Descenso en diez años equilibrado. Fotos. Archivos del
Autor.
172
Sphoeroides spengleri = Tamboril amarillo canelo.
Bentónico en fondos arenoso, rocosos y fangales, actividad
diurna. Descenso en diez años 37 %
Alusterus scriptus = Gallo azul.
Epipelágico, media agua y superficie, actividad diurna.
Incremento en diez años 82%
Fotos. Juan Ramón Marcelino Rivero.
173
Pagellus acarne = Besugo. Epibentonico desde los 2 metros
hasta los 250 metros de profundidad en fondos arenoso,
rocosos, cebadales y fangales, actividad diurna. Descenso en
diez años equilibrado.
Epinephelus alexandrinus = Abade Burrero.
Bentónico desde los 25 metros hasta los 80 metros de
profundidad en fondos rocosos, actividad diurna. Descenso en
diez años 88% . Foto. Alberto Brito Hernández.
Fotos. Alberto Brito Hernández.
174
Apogon imberbis = Goraz. Bentónico desde los 2 metros hasta
los 25 metros de profundidad en fondos rocosos y veriles,
actividad diurna. Descenso en diez años equilibrado. Foto.
Juan R. Marcelino Rivero.
Mauligobius maderensis = Caboso. Bentónico desde los 0,25
centímetros hasta los 10 metros de profundidad en fondos
rocosos y arenosos, pero mayormente en los charcos
intermareales, actividad diurna. Descenso en diez años 77%
Coryphobcennius galerita = Barriguda. Bentónica desde los
0,10 centímetros hasta los 7 metros de profundidad en fondos
rocosos, mayormente en los charcos intermareales, actividad
diurna. Descenso en diez años 88% Fotos. Alberto Brito
Hernández.
175
Parablennius parvicornis= Barriguda. Bentónica desde los
0,10 centímetros hasta los 5 metros de profundidad en fondos
rocosos arenoso, preferentemente en los charcos intermareales,
actividad. Descenso en diez años 82%
Ophioblennius atlanticus = Barriguda de veril. Bentónica
desde los 0,50 centímetros hasta los 10 metros de profundidad,
en veriles y taludes, actividad diurna. Descenso en diez años
89%
Labrisomus muchipinnis = Vaca marina. Bentónica desde los
0,50 centímetros hasta los diez metros de profundidad,
actividad diurna. Descenso en diez años 89% Fotos. Alberto
Brito Hernández.
176
Schesophilus ovalis = Pampano. Bentónico pelágico desde los
250 metros hasta los 500 metros de profundidad en taludes y
veriles verticales, actividad diurna y nocturna. Descenso en
diez años 91% Foto. Alberto Brito Hernández.
Canthigaster rostrata= Tamboril chiquito. Bentónico
pelágico desde los 0,50 centímetros hasta los 20 metros de
profundidad en todos los fondos, actividad diurna. Descenso en
diez años 67% Foto. Juan Ramón Marcelino Rivero.
177
Loligo vulgaris = Calamar de ley. Pelágico, media agua,
superficie y ras de fondo, actividad nocturna. Descenso en diez
años equilibrado. Foto. Archivos del Autor.
Sepia officinalis = Chopo.
Bentónico fondos arenosos, fangales y algales, actividad
diurna y nocturna. Descenso en diez años 87%
Foto. Juan Ramón Marcelino Rivero.
178
Rynchocinetes rigens = Camarón Petudo.
Bentónico desde los 0,50 centímetros hasta los 15 metros de
profundidad en fondos rocosos, veriles y grietas, actividad
nocturna. Descenso en diez años 61%
Foto. Juan Ramón Marcelino Rivero.
179
Palaemon elegans = Camarón verde o saltón.
Bentónico mayormente en los charcos, actividad diurna y
nocturna. Descenso en diez años 81%
Stenopus spinosus = Camarón de fondo.
Bentónico desde los 25 metros hasta los 350 metros de
profundidad en fondos rocosos y veriles verticales, actividad
nocturna. Descenso en diez años 67%
Fotos. Alberto Brito Hernández.
180
Grapsus grapsus = Cangrejo negro macho.
Actividad diurna y nocturna en playas rocosas, charcos, bajíos
y veriles. Descenso en diez años 97%
Fotos. Archivos del Autor.
181
Marthasterias glacialis = Estrella espinosa. Bentónica desde
los 0,50 centímetros hasta los 15 metros de profundidad en
fondos rocosos y algales, actividad diurna y nocturna.
Descenso en diez años 77%
Echinaster sepositus = Estrella roja. Bentónica desde los 10
metros hasta los 45 metros de profundidad en fondos rocosos y
veriles, actividad nocturna. Descenso en diez años 81%
Fotos. Juan Ramón Marcelino Rivero.
182
Chelonia mydas. = Tortuga verde. Pelágica, no residente en la
isla, pero en los meses de verano suele visitarla.
Dendrophyllia ramea = Coral anaranjado. Bentónico desde
los 30 metros hasta los 75 metros de profundidad en fondos
rocosos y veriles verticales. Descenso en diez años equilibrado.
Fotos. Juan Ramón Marcelino Rivero.
183
Octopus vulgaris = Pulpo. Bentónico en fondos rocosos,
arenosos, playas y charcos intermareales., actividad diurna y
nocturna. Descenso en diez años 89% Foto. Miguel Ruiz.
Hermocide carunculata = Gusano de fuego o de tambores.
Bentónico desde los 0,50 centímetros hasta los 80 metros de
profundidad, en fondos rocosos, arenoso, fangales, playas
rocosas y charcos intermareales, actividad diurna y nocturna.
Descenso en diez años 89% Foto. Juan R. Marcelino Rivero.
184
Panulirus echinatus. = Langosta real o herreña. Bentónica en
fondos rocosos, veriles y cuevas, actividad nocturna. Descenso
en diez años 97%
Sarpa salpa = Dorada. Epibentónica en fondos rocosos y
algales, actividad diurna. Descenso en diez años 87%
Fotos. Juan Ramón Marcelino Rivero.
185
Diplodus vulgaris = Saifía. Epibentónica en fondos rocosos y
algales, actividad diurna. Descenso en diez años 89%
Medusa aguaviva. Descenso en diez años 45%
Fotos. Juan Ramón Marcelino Rivero.
186
Plagusia depressa = Cangrejo moro. Descenso en diez años
90%
Holothuria =Lechoso. Bentónico en fondos rocosos y algales.
Descenso en diez años 88%
Fotos. Juan Ramón Marcelino Rivero.
187
Aplysia dactylomela =Conejo. Epibentónico.
Descenso en diez años 91%
Aplysia = Conejo macho. Descenso en diez años 94%
Fotos. Juan Ramón Marcelino Rivero.
188
Fragata portuguesa = Agua viva. Pelágica nadando en
superficie. Descenso en diez años 91%
Foto. Archivos del Autor.
Xantho poressa = Jaca de playa. Descenso en diez años 92%
Foto. Consejería de Pesca. Gobierno de Canarias.
189
Percnon gibbesi = Araña de playa y veriles. Descenso en diez
años 77%
Pachygrapsus marmoratus = Huyona de playa. Descenso en
diez años 97% Fotos. Consejería de Pesca. Gobierno de
Canarias.
190
Almeja de una tapa. Descenso en diez años = 97% Foto.
Juan Ramón Marcelino Rivero.
Perineris Cultrifera. = Miñoca lombriz de mar.
Descenso en diez años 97 % en algunas playas
desaparecidas total.
191
-Atentamente escuchado lo por ti relatado,
permíteme querida pluma que también te relate que
siempre he creído que cuando por parte de alguien se
realiza un estudio de investigación además de
impregnarlo de rigurosa seriedad, también debe
impregnarlo con los sentimientos de quienes día tras
día, semana tras semana, mes tras mes y año tras año
por ser conocedores del medio que se estudia e
investiga sus testimonios dan fe de ello. Por eso
agradezco muy mucho sus valiosas aportaciones,
vivencias y colaboraciones, para con quien
directamente lleva a cabo tal estudio y tal
investigación. Pues ellos en torno a la Gran Azul,
Blanca, Gris y Verde Dama han podido ver
preocupados, año tras año el gran descenso de
especies que ha experimentado, además de los
fenómenos en ella observados. Por lo que la elección
de los informantes debe ser en mí opinión exquisita
ya que sus fuentes orales, además de sus
conocimientos de flora marina, especies marinas y
lugares de pesca los hacen acreedores de ser serios
con sus conciencias que los obliga al igual que yo,
profundamente amar a nuestra querida amiga
llamada Mar. Y como a través del paso de los años
me lo han demostrado, gustoso paso a relatarte sus
porcentajes en cuanto al descenso pesquero habido
en estos diez años pasados.
192
Informante
Municipio
Localidad
Sánchez Quintero Cándido
Valverde
Puerto de La Estaca
Edad 72 años
Pescador
Su porcentaje
Profesional jubilado
Descenso pesquero en diez 90%
años
Informante
Municipio
Localidad
Pescador
Su porcentaje
Morales Rodríguez Andrés
Edad 46 años
Frontera
Las Puntas
Profesional inactivo
Descenso pesquero en diez 85%
años
Informante
Municipio
Localidad
Pescador
Su porcentaje
Castilla Morales Ramón
Valverde
Timijiraque
De recreo
Descenso pesquero en diez
Informante
Municipio
Localidad
Pescador
Su porcentaje
Mendoza Fernández Matías
Edad 39 años
Valverde
Las Playas
De recreo con embarcación
Descenso pesquero en diez 80%
años
Informante
Municipio
Localidad
Pescador
Su porcentaje
Cejas Machín Jony
Valverde
Timijiraque
De recreo con embarcación
Descenso pesquero en diez
Informante
Municipio
Localidad
Pescador
Navarro Salas José
Valverde
Timijiraque
Profesional jubilado
Edad 47 años
85%
Edad 42 años
85%
Edad 85 años
193
Su porcentaje
Descenso pesquero en diez 90%
años
Informante
Municipio
Localidad
Pescadora
Su porcentaje
Machín Padrón Dolores
Edad 57años
Valverde
Timijiraque
De recreo y mariscadora
Descenso pesquero en diez 75%
años
Informante
Pérez
Rodríguez
Carlos Edad 27 años
Andrés
Valverde
Puerto de La Estaca
De recreo con embarcación
Descenso pesquero en diez 80%
años
Municipio
Localidad
Pescador
Su porcentaje
Informante
Municipio
Localidad
Pescador
Su porcentaje
Informante
Municipio
Localidad
Pescador
Su porcentaje
Navarro
Quintero
José Edad 62 años
Antonio
Valverde
Timijiraque
Profesional jubilado
Descenso pesquero en diez 80%
años
Informante
Municipio
Localidad
Pescador
Carballo Peraza Enrique
Edad 53 años
Valverde
Puerto de La Estaca
Profesional jubilado
Descenso pesquero en diez 90%
años
Navarro García José
Edad 34 años
Valverde
Guarazoca
De recreo con embarcación
Su porcentaje
Descenso pesquero en diez
85%
194
Informante
Municipio
Localidad
Pescador
Su porcentaje
Acosta Armas Ángel
Edad 67 años
Valverde
Puerto de La Estaca
Profesional jubilado
Descenso pesquero en diez 90%
años
Informante
Municipio
Localidad
Pescador
Su porcentaje
Padrón Quintero Máximo
Edad 62 años
Valverde
El Cabo
De recreo
Descenso pesquero en diez 85%
años
Informante
Municipio
Localidad
Pescador
Su porcentaje
Valverde
Betenama
De recreo
Descenso pesquero en diez
75%
Informante
Municipio
Localidad
Pescadora
Su porcentaje
Navarro Quintero María
Edad 50 años
Valverde
Puerto de La Estaca
De recreo y mariscadora
Descenso pesquero en diez 85%
años
Informante
Municipio
Localidad
Pescador
Su porcentaje
Carballo Navarro Enrique
Edad 32 años
Valverde
Timijiraque
De recreo con embarcación
Descenso pesquero en diez 87%
años
Informante
Municipio
Localidad
Padrón Reboso Inocencio
Valverde
El Cabo
Edad 42 años
195
Pescador
Su porcentaje
De recreo con embarcación
Descenso pesquero en diez 85%
años
Informante
Municipio
Localidad
Pescador
Su porcentaje
Lima Zamora Juan
Edad 56 años
Valverde
La Caleta
De recreo con embarcación
Descenso pesquero en diez 89%
años
Informante
Municipio
Localidad
Pescador
Su porcentaje
García Emiliano
Edad 73 años
Valverde
Guarazoca
De recreo
Descenso pesquero en diez 87%
años
Informante
Municipio
Localidad
Pescador
Su porcentaje
Sánchez Sánchez Raimundo
Edad 42 años
Valverde
Puerto La Estaca
De recreo con embarcación
Descenso pesquero en diez 88%
años
Informante
Municipio
Localidad
Pescador
Su porcentaje
Gamez Juan
Edad 52 años
Valverde
Trinista
De recreo
Descenso pesquero en diez 90%
años
Informante
Municipio
Localidad
Jorge Lemes Carlos
Valverde
Timijiraque
Pescador
De recreo
Su porcentaje
Descenso pesquero en diez 85%
años
Edad 39 años
196
Informante
Municipio
Localidad
Pescador
Su porcentaje
Barrera Brito Domingo
Edad 30 años
Valverde
Timijiraque
De recreo
Descenso pesquero en diez 80%
años
Informante
Municipio
Localidad
Pescador
Su porcentaje
Padrón Fernández Carlos
Valverde
Puerto de La Estaca
Profesional jubilado
Descenso pesquero en diez
años
Salas Arteaga Ángel
Valverde
El Tamaduste
Profesional
Descenso pesquero en diez
Informante
Municipio
Localidad
Pescador
Su porcentaje
Edad 67 años
80%
Edad 56 años
60%
Informante
Municipio
Localidad
Pescador
Su porcentaje
Padrón Fernández Francisco
Edad 60 años
Valverde
Las Tijeretas
De recreo con embarcación
Descenso pesquero en diez 80%
años
Informante
Municipio
Localidad
Pescador
Su porcentaje
Tavio Morales Octavio
Edad 50 años
Valverde
Guarazoca
De recreo
Descenso pesquero en diez 85%
años
Informante
Municipio
Localidad
Martín Guerrero Oriol
Valverde
Las Barranqueras
Edad 30 años
197
Pescador
Su porcentaje
De recreo con embarcación
Descenso pesquero en diez 85%
años
Informante
Municipio
Localidad
Pescador
Su porcentaje
Cury Álvarez Samuel
Edad 59 años
Valverde
Puerto de La Estaca
De recreo con embarcación
Descenso pesquero en diez 85%
años
Informante
Municipio
Localidad
Pescador
Su porcentaje
Del Toro Álvarez Rosendo
Edad 55 años
Valverde
Echedo
De recreo con embarcación
Descenso pesquero en diez 80%
años
Informante
Municipio
Localidad
Pescador
Su porcentaje
Fumero León Julio
Edad 47 años
Valverde
Timijiraque
De recreo
Descenso pesquero en diez 50%
años
Informante
Municipio
Localidad
Pescador
Su porcentaje
Lima Gutiérrez Juan Ángel
Edad 30 años
Valverde
Timijiraque
De recreo con embarcación
Descenso pesquero en diez 85%
años
Informante
Municipio
Localidad
Pescador
Su porcentaje
Morales Brito Pedro
Edad 72 años
Valverde
El Tamaduste
De recreo
Descenso pesquero en diez 90%
años
198
Informante
Municipio
Localidad
Pescador
Su porcentaje
Padrón Acosta Ángel
Edad 40 años
Valverde
Las Tijeretas
De recreo con embarcación
Descenso pesquero en diez 85%
años
Informante
Municipio
Localidad
Pescador
Su porcentaje
Padrón Acosta Eugenio
Edad 38 años
Valverde
Timijiraque
De recreo con embarcación
85%
Descenso pesquero en diez
años
Informante
Municipio
Localidad
Pescador
Su porcentaje
Quintero Padrón Edmundo
Valverde
Mocanal
De recreo
Descenso pesquero en diez
Informante
Municipio
Localidad
Pescador
Su porcentaje
Brito García Levi
Edad 24 años
Valverde
Santiago
De recreo con embarcación
Descenso pesquero en diez 85%
años
Informante
Municipio
Localidad
Pescador
Su porcentaje
Brito García José
Edad 28 años
Valverde
Valverde
De recreo con embarcación
Descenso pesquero en diez 85%
años
Informante
Municipio
Localidad
Reyes Padrón Juan
Valverde
Los Carretones
Edad 29 años
80%
Edad 81 años
199
Pescador
Su porcentaje
De recreo
Descenso pesquero en diez 80%
años
Informante
Municipio
Localidad
Pescador
Su porcentaje
Chávez Padrón Francisco
Edad 45 años
Valverde
Mocanal
De recreo
Descenso pesquero en diez 85%
años
Informante
Municipio
Localidad
Pescador
Su porcentaje
Simancas Padrón Alberto
Edad 75 años
Valverde
Esquina La Romera
De recreo
Descenso pesquero en diez 85%
años
Informante
Municipio
Localidad
Pescador
Su porcentaje
Cruz Esteban
Edad 58 años
Valverde
La Caleta
De recreo con embarcación
Descenso pesquero en diez 85%
años
Informante
Municipio
Localidad
Pescador
Su porcentaje
Padrón Padrón Francisco
Edad 30 años
Valverde
Tesine
De recreo
Descenso pesquero en diez 85%
años
Informante
Municipio
Localidad
Pescador
Su porcentaje
Cabrera Zamora Lino
Edad 67 años
Valverde
Timijiraque
De recreo
Descenso pesquero en diez 85%
años
200
Informante
Municipio
Localidad
Pescadora
Su porcentaje
Hernández Saa Dolores
Edad 61 años
Valverde
Timijiraque
De recreo
Descenso pesquero en diez 85%
años
Informante
Municipio
Localidad
Pescador
Su porcentaje
Febles Morales Manuel
Edad 56 años
Valverde
Trinista
De recreo
Descenso pesquero en diez 75%
años
Informante
Municipio
Localidad
Pescador
Su porcentaje
González Machín Ramón
Frontera
La Restinga
Profesional jubilado
Descenso pesquero en diez
Informante
Municipio
Localidad
Pescador
Su porcentaje
Quintero Machín Francisco
Edad 32 años
Frontera
La Restinga
Profesional en activo
Descenso pesquero en diez 50%
años
Informante
Municipio
Localidad
Pescador
Su porcentaje
Rodríguez Eugenio
Valverde
Valverde
De recreo con embarcación
Descenso pesquero en diez
Informante
Municipio
Localidad
Pescador
Hernández Morales Longino
Frontera
La Restinga
Profesional
Edad 71 años
50%
Edad 38 años
60%
Edad 60 años
201
Su porcentaje
Descenso pesquero en diez 60%
años
Informante
Municipio
Localidad
Vendedor
Su porcentaje
Hernández Morales Juan
Edad 62 años
Frontera
La Restinga
De pescado
Descenso pesquero en diez 60%
años
Informante
Municipio
Localidad
Pescador
Su porcentaje
Hernández Padrón J. Carlos
Edad 36 años
Frontera
La Restinga
Profesional
Descenso pesquero en diez 60%
años
Informante
Municipio
Localidad
Pescador
Su porcentaje
Navarro García Víctor M.
Edad 32 años
Frontera
La Restinga
Profesional
Descenso pesquero en diez 70%
años
Informante
Municipio
Localidad
Pescador
Su porcentaje
Hernández Morales Francisco Edad 50 años
Frontera
La Restinga
Profesional
Descenso pesquero en diez 60%
años
Informante
Municipio
Localidad
Pescador
Su porcentaje
Álvarez Álvarez Marino
Edad 32 años
Frontera
La Restinga
Profesional
Descenso Pesquero en diez 70%
202
años
Informante
Municipio
Localidad
Pescador
Su porcentaje
Padrón Padrón Matías
Edad 66 años
Frontera
La Restinga
Profesional jubilado
Descenso pesquero en diez 70%
años
Informante
Municipio
Localidad
Pescador
Su porcentaje
Mora Francisco
Edad 76 años
Frontera
La Restinga
Profesional jubilado
Descenso pesquero en diez 80%
años
Informante
Municipio
Localidad
Pescador
Su porcentaje
Fernández Hernández Antonio Edad 74 años
Frontera
La Restinga
Profesional jubilado
Descenso pesquero en diez 80%
años
Informante
Municipio
Localidad
Pescador
Su porcentaje
Álvarez Álvarez Santiago
Edad 64 años
Frontera
La Restinga
Profesional
Descenso pesquero en diez 90%
años
Informante
Municipio
Localidad
Pescador
Su porcentaje
Morales Padrón Ezequiel
Frontera
Las Puntas
Profesional jubilado
Edad 76 años
Descenso pesquero en diez años
90%
Informante
Municipio
Padrón Ayala Gaspar Isidro
Valverde
Edad 69 años
203
Localidad
Pescador
Su porcentaje
Informante
Municipio
Localidad
Pescador
Su porcentaje
Informante
Municipio
Localidad
Pescador
Su porcentaje
La Caleta
De recreo
Descenso pesquero en diez 85%
años
Edad 51 años
Pérez Castañeda Andrés
Valverde
El Cabo
De recreo
Descenso pesquero en diez
85%
años
Padrón Toledo Olvino
Edad 56 años
Frontera
Las Puntas
Profesional inactivo
Descenso pesquero en diez 85%
años
Informante
Municipio
Localidad
Pescador
Su porcentaje
Brito Rodríguez José
Valverde
Valverde
De recreo con embarcación
Descenso pesquero en diez
Edad 54 años
Informante
Municipio
Localidad
Pescador
Su porcentaje
Salas Herrera Roberto
Edad 37 años
Valverde
El Cangrejo
De recreo
Descenso pesquero en diez 80%
años
Informante
Municipio
Localidad
Pescador
Su porcentaje
Morales Rodríguez Eduardo
Edad 56 años
Frontera
Las Puntas El Golfo
Profesional
Descenso pesquero en diez 80%
años
Pescadores de caña
Municipio de Valverde
90%
377
204
Pescadores de caña
Municipio de Frontera
Embarcaciones
de recreo.
Municipio de Valverde
419
52
Embarcaciones de Municipio de Valverde
pesca Profesional.
3
Embarcaciones de Municipio de Frontera
pesca profesional.
47
Embarcaciones de Municipio de Frontera
pesca de recreo.
Centros de buceo
Centros de buceo
Club de pesca
Club de pesca
Municipio de Valverde
Municipio de Frontera
Municipio de Valverde
Municipio de Frontera
54
3
11
1
1
Terminado el apartado de los informantes, podrás
observar querida pluma que a pesar que ninguno de
ellos sabía la contesta del otro, la mayoría han
coincidido con sus porcentajes en cuanto al descenso
pesquero habido en estos diez años pasados.
Al igual que también han coincidido con los tuyos.
Por lo que gustosamente te seguiré informando,
insertándote el contorno pesquero de nuestra querida
isla en cuanto a las sondas de pesca desde los 5, 10,
15, 20, 25 50, 100 y 500 metros de profundidad.
205
206
207
208
209
210
211
Una vez insertadas las sondas de pesca, te mostraré
antiguos y modernos aparejos utilizados por nuestros
Mareantes.
212
213
214
215
216
217
218
219
220
Diversos nudos empleados por nuestros Mareantes
221
Código Internacional de Banderas que los hoy modernos
Mareantes tienen obligación de conocer.
222
Rueda del timón, remos, hélice, bichero de atraque y
desatraque, barrilote y anclan de cruceta.
223
Antigua tijeras para pescar morenas. Foto. Pablo Gutiérrez
Reboso.
Maqueta de la isla de El Hierro, realizada en madera por el
Autor. Foto archivos del Autor.
224
MAR.
Orquesta de infinitas melodías y colores regida por
su principal maestra de ceremonias LA LUNA y
como decoradores de su piel el VIENTO y el SOL.
ESCULTURA liquida en movimiento. Útero de
variedad e infinidad de vida que el hombre intenta
convertir en cementerio estéril de residuos tóxicos,
lo que la obliga en ocasiones a descargar su ira,
generando
maremotos
con
gigantescas
y
devastadoras olas en defensa propia.
MAR, habitante primero de este PLANETA, que por
derecho propio reclama el respeto que le
corresponde. ANSIOLÍTICO visual y auditivo
cuando se la contempla y se le escucha.
Trabajadora vocacional y altruista proveedora que
espera algún día no muy lejano la sepan apreciar.
Carlos Rey.
225
226
HABLANDO CON LA ISLA DE EL HIERRO
Y CON LOS MIEMBROS DE LA BIOSFERA.
Hola querida isla, un año más y con este son ya
cuarenta y cuatro los que llevamos juntos, años en
los que he podido apreciar los cambios habidos en
mi metabolismo, cambios tales como pasar de lo
infantil a lo adulto, etapa en la que he visto mi cara
llenarse de pelos, mi barriga coger la llamada curva
de la felicidad, mis sienes perder su negro color y
cada día poder menos que ayer. Pero con el pasar de
estos cuarenta y cuatro años, también he podido ver
como tu metabolismo también ha cambiado o mejor
dicho te lo hemos hecho cambiar.
Bien sabes porque bien me conoces que mucho amo
el contenido de tus quemados e hirientes 278
kilómetros, pero también sabes que mucho amo a
¡LA GRAN AZUL! que te rodea y todo lo que ella
contiene, siendo esta la causa de pedirte, me
permitas mantener respetuosa conversación con los
miembros del Consejo de la Biosfera que a finales
del mes de enero se celebrará en ti.
Estimados y respetados miembros del Consejo de la
Biosfera, nada está más lejos de mi mente que
molestar concientemente, todo lo contrario, mi
inquieta y respetuosa pluma con esta mi
conversación con ustedes, quiere gustosa ofrecerles
una recopilación de apuntes que tienen que ver y
mucho con el acontecer de mí y supongo que
227
también de ustedes querida isla de El Hierro, apuntes
tales como la desaparición del ¡RUAME! = Guelde,
la desaparición de millones de Erizas o Erizos
Diadema y los fenómenos que de 15 años para acá
vienen aconteciendo, fenómenos como los son la
gran abundancia de “Pejes” Gallos = Pez Ballesta, la
gran abundancia de Violines = Pez trompeta y para
mí más inquietantes como lo es la desaparición de la
¡ORCHILLA! alga costera base de la alimentación
de muchas especies marinas que días tras días se
alejan de su lugares de asentamiento en busca de
alimentos. Pudiéndoles asegura estimados señores,
que estos mis apuntes y sentires son tan ciertos,
como lo es el que en diez años nuestro fondo marino
en sonda de rompiente de ola hasta los 15 metros se
ha convertido en ¡BLANCO CANTADAL! carente
de la bella y larga melena rubia de la ¡ORCHILLA!
y carente del armonioso y bello colorido de los ayer
abundantes y hoy escasos “Pejeverdes” las Fulas
negras, las Fulas blancas, los rayados blancos
Sargos, los rayados Sargos negros, los anaranjados y
marrones Meros, los curiosos y nobles Abades, los
cardúmenes de Doradas, amarillas Bogas, grises y
negros Galanes, plateadas Palometas, agresivas y
rayadas Vicudas, vigorosos Medregales sin olvidar
las panzudas, matreras, moradas, meladas, pardas y
coloradas Viejas. Por lo que año tras año me
pregunto que pasa con la ¡RUBIA ORCHILLA! no
valiéndome la opinión de quienes dicen que se la
228
come el Erizo Diadema, ni la opinión de quienes
dicen que se la come el “Pejegallo” y mucho menos
me vale la apatía y decidía de quienes dicen amar a
la ¡GRAN AZUL! importándoles un pepino lo que
en ella ocurre. Valiéndome mucho más emplear la
sensatez en la busca del porqué del problema y una
vez encontrado, darle si se puede solución y procurar
saber si lo que le pasa a la ¡RUBIA ORCHILLA!
¿tiene relación? Con lavabos, bañeras, lavadoras,
cisternas y los cientos de productos de limpieza que
utilizamos, no estando mi pensamiento en contra del
progreso, pero que a veces añora el cajón de coñac
agujerado hace años usado como hoy se usa
moderno “Wate Roca” sabiendo porque bien me
conozco, que carezco de titulación en biología de
fondos marinos que me darían conocimientos para
analizar el agua de ¡LA GRAN AZUL! sobre todo
aquellas aguas cercanas a los pueblos que en estos
últimos veinte años se han construido.
Pueblos como Las Calcosas, El Tamaduste, La
Caleta, La Estaca, Timijiraque, Las Playecillas, Las
Playas, La Restinga y Las Puntas, A la vez que los
invito a que vean que en estos lugares donde
abundaba ¡LA RUBIA Y BELLA ORCHILLA!
esta nace y crece no superior a los diez centímetros,
para después agónicamente morir y ser por las
corrientes marinas arrastradas y varadas en las
playas.
229
Adjuntándoles en esta mi respetuosa conversación
con ustedes, fotografías en las que pueden ver
masivo varamiento de muerta Orchilla, deseando y
esperando que mí romántico sentir, los contagie de
inquietud por saber que le pasa a ¡LA RUBIA Y
BELLA ORCHILLA DE LA GRAN AZUL! que
tiernamente abraza a nuestra querida isla de El
Hierro. Aportándoles si lo aceptan, estos apuntes a
manera de sugerencia ante el Consejo de la Biosfera.
Atentamente.
Fdo.
Baudilio Domingo Navarro Quintero.
Miembro del Consejo de La Biosfera.
230
Año 2002 mes de enero, masivo varamiento de orchilla en la
playa de Timijiraque. Fenómeno anormal ya que no
corresponde con la natural estación del año y por supuesto con
la gran cantidad de orchilla muerta y varada.
Bello relato de D. Antonio Expósito Hernández, extraído del
libro “Guías Raras y completas de territorios y habitantes de
España” “ La isla de El Hierro” 1982
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Parando mi vena poética y mis inventivos dibujos, te
seguiré informando querida pluma que, no sin
muchos esfuerzos, dado lo difícil que es conseguir
antiguas fotografías, he tenido la gran suerte de
contar con personas que gustosas han querido
colaborar con mi escribir facilitándome de sus
albúmenes familiares las que con mucho cariño
durante años han guardado. Por lo que si te parece
las insertaré pueblo por pueblo empezando por Las
Puntas El Golfo a la vez que recordándolos también
le rendimos un emotivo homenaje a los Mareantes
que por la ley de la vida ya no están entre nosotros y
como no, a los que gracias a Dios aún viven.
243
El Golfo, año 1957. Fotos. Luis Espinosa.
244
Las Puntas El Golfo, años ochenta. Foto, archivos del Autor.
Ezequiel y Olvino, lavando la canasta para meter las coloradas
y pardas viejas. Foto. Esperanza Toledo.
245
D. Marcelino Morales, construyendo el arte de pesca más noble
y selectivo que La Mar ha tenido. ¡LA PANDORGA!
Foto. Ana Febles Rodríguez.
246
D. Marcelino y sus queridos hijos Andrés y Marcelino. Las
Puntas. Foto. Ana Febles Rodríguez.
D. José Brito Padrón ¡MARAÑUELA! Patrón de pesca. Las
Puntas. Foto. José Brito Rodríguez.
247
D. María, D. José y su nieto. Década de los ochenta. Las
Puntas El Golfo. Foto. José Brito Rodríguez.
248
D. Ezequiel Morales Padrón. Patrón de pesca. Las Puntas.
Su hijo Olvino Morales Toledo
Fotos. Esperanza Toledo.
249
Mareantes de Las Puntas afanados en la pesa de mercados =
kilos de viejas. Década de los años 70.
D. Esperanza, Ezequiel y su nieta. Al abrigo de los Roques de
Salmor. Fotos. Esperanza Toledo.
250
D. Esperanza, Ezequiel y su nieta. Década de los años 70.
Mareantes de Las Puntas, felices por el sustento pescado.
Década de los años 80. Fotos. Esperanza Toledo.
251
D. Esperanza y D. Margarita, preparando el llamado de las
morenas. Las Puntas El Golfo, playa en la que se puede
observar la abundancia y crecimiento de la orchilla. Década
de los años 90.
Jóvenes Mareantes de Las Puntas, posando con la morena por
ellos pescada. Fotos. Esperanza Toledo.
252
Mareantes de Las Puntas posando para la historia.
Foto. Andrés Morales Rodríguez.
Juan Campos. Mareante de Las Puntas
Foto. Archivos del Autor.
253
Mareante de Las Puntas y de El Puerto. Foto. Esperanza.
D. Francisco Pérez Armas. Mareante de Las Puntas y vendedor
de pescado. Foto. Andrés.
254
D. María Esther Febles Morales y su esposo D. Prudencio
Pérez Padrón, Mareante de Las Puntas. Foto. Andrés.
D. Gabriel Padrón. Vendedor de pescado. Foto Juan.
255
D. Francisco Toledo. (Panchillo) Mareante de Las Puntas, que
vivió la odisea del Comandante Galvao cuando secuestró el
Trasatlántico Santa María. Foto. Andrés.
256
Foto archivos del Autor.
Dos vigías, sin igual son tus Roques de Salmor, que
cuando estoy en La Peña no les quito mi visión, por
eso admiro al ¡CREADOR! por la gran idea que
tuvo, de alejar sus orillas de las pisadas de algunos.
Poesía del Autor.
257
Mareantes de El Puerto de La Estaca.
Mi querido Bisabuelo D. Francisco Navarro García. Mareante
del Puerto La Estaca y de Las Tijeretas. 1860- 1965.
Foto. Olga Sánchez Navarro.
M querido tío D. Raimundo Sánchez Navarro. Mareante y
estibador portuario. Foto. Natalia Sánchez Espinosa.
258
D. Heriberto Pérez León. Estibador portuario y vendedor de
pescado. Foto. Carlos Andrés Pérez Rodríguez.
D. Rafael Fernández Sánchez. Mareante y estibador portuario.
Foto. Archivos del Autor.
259
San Telmo subiendo para su ermita. Foto. Cristina.
Mi querido tío D. Guillermo Sánchez Navarro. Foto. Nina.
260
Puerto de La Estaca. Año 1915 Foto Fernando Rivera.
Puerto de La Estaca. Año 1929 Foto. Luis Espinosa Kawrani.
261
Desde las escalinatas hasta el Correillo, para hacer viaje a
Tenerife. Década de los años cincuenta. Foto. Nina.
Puerto de La Estaca. año 1954 Foto. Archivos del Autor.
262
D. Rosalía Armas Acosta. La Voz del Puerto. Década de los
años 50 Foto. Inés Padrón Fernández.
Parte de la población infantil de El Puerto. Década de los años
sesenta. Foto. Terencín.
263
El Vapor Correo La Palma, fondeado en la bahía de El Puerto
de La Estaca. Década de los años 50. Fotos. Rafael Maestre
Limas.
264
D. Eloísa y D. Pedro Mendoza. Maestro cantero, Mareante y
vendedor de pescado. Foto. Severiano Mendoza.
Mareantes del Puerto de La Estaca a bordo del “El Torre” uno
de los primeros barcos a motor. Década de los años 60.
265
Descarga de petos en las escalinatas. Década de los años
sesenta. El Puerto. Fotos Inés Padrón Fernández.
D. Juan Nazario Peraza. Mareante del Puerto de La Estaca.
Foto. Diana Rodríguez Espinosa.
266
D. Heriberto Pérez Hernández. Mareante del Puerto La Estaca.
Foto. Diana Rodríguez Espinosa.
D. Francisco Padrón. Mareante del Puerto La Estaca.
Foto. Juan Pujol.
D. Terencio Reboso Rodríguez. Foto. José Rodríguez.
267
Mareantes del Puerto. Cándido Sánchez Quintero, Antonio
Álamo y Carlos Padrón Fernández con el Celador de Pesca D.
Lino Cejudo. Década de los años sesenta. Foto. Natalia
Sánchez Espinosa.
Generación pesquera contemplando los petos pescados.
Puerto de La Estaca Década de los años sesentas. Foto. Inés
Padrón Fernández.
268
El Autor y los meros pescados por José el del “Mudo” y Ángel
el de D. Rosalía. Década de los años sesenta. ¡DIVINOS
TIEMPOS DE JUVENTUD Y DE ABUNDANTES PESCAS
IDOS! Foto. Inés Padrón Fernández.
269
En los prismes y varadero preparando los petos pescados, para
llevarlos a su venta. Década de los años sesenta. Foto. Inés
Padrón Fernández.
270
Terencio el de D. Rosalía. Con sus pescados meros.
Década de los años sesenta. Foto. Inés Padrón Fernández.
Mi querido tío D. Fernando Sánchez Navarro. Industrial y
mareante propietario de uno de los chinchorros de la isla.
Foto. Dolores Sánchez.
271
Puerto de La Estaca. La Guagua esperando el pasaje, año 1957.
Foto Luis Espinosa.
El Autor con un cherne de cuarenta y cinco kilos.
Década de los años sesenta. Foto. Jaime Gil Mallot.
272
Añorado varadero, década de los años sesenta.
Mi querido primo y amigo Pablo Gutiérrez Reboso, con
pachorra de buen Mareante, espera el jalón del moreno macho.
Década de los años setenta. Foto. Pablo Gutiérrez.
273
D. Tomás Acosta Armas. Mareante y vendedor de pescado.
Foto. Lola.
Fiesta de San Telmo, abril del año 1956. Foto Trujillo.
274
D. Antonio Fernández Sánchez y D. Samuel Cury Álvarez.
Foto. Luisa Febles.
275
Puerto de La Estaca visto desde Las Tijeretas a través de los
Cardones. Década de los años sesenta.
D. Emilio. D. Rafael y D. Antonio. ¡LOS HERMANOS
PEPOS! grandes Mareantes. Foto. Clotilde Fernández.
276
D. Emilio y D. Rafael, preparando el barco par ir en busca de
las viejas. Década de los años sesenta.
En el Muelle esperando al Vapor Correo para vender pescado.
Década de los años sesenta. Fotos. Clotilde Fernández.
277
D. Pedro Álvarez y D. Antonio Mateo Gutiérrez Morella.
Mareantes de El Puerto. Año 1957. Foto archivos del Autor.
Atuneros vascos atracados al muelle de El Puerto de La Estaca.
Año 1967. Foto archivos del Autor.
278
Puerto de La Estaca, año 1918.
Puerto de La Estaca, año 1962. Fotos archivos del Autor.
279
D. Antonio Simanca Padrón, Mareante de El Puerto, el día de
la inauguración del muelle año1960. Foto. Simanca.
D. Severiano Mendoza Mendoza. Mareante de El Puerto.
Foto. Severiano.
280
Futura generación de Mareantes pescando en las escalinatas de El
Puerto. Década de los años sesenta.
El ayer Mareante y hoy Dr. en Psiquiatría D. Juan Elías
Sánchez Armas, cuando marcaba los tamboriles para saber sus
recorridos.
281
El Tere Lourdes, barco a motor más grande que había en la
isla. Bahía de El Puerto de La Estaca. Década de los años
sesenta.
Palangrero andaluz atracado al muelle de La Estaca. Década de
los años sesenta.
282
Trasera casa vivienda de la Autoridad Portuaria. La Mar
reclamando lo que es de ella. Temporal del año 1979
Fotos Dora Armas.
D. Raimundo Sánchez Espinosa. Foto. Elena.
283
Padre e hijo alistados en la Armada española. Angelín e Iván
Mareantes de El Puerto. Foto. Angelín.
Fiesta de San Telmo año 1993. Foto archivos del Autor.
284
José Juan a disfrutar de la pesca.
José Juan, futuro Mareante poniendo carnada a los anzuelos.
285
José Juan, pegado con un “peje” y su querido padre le da
instrucciones pesqueras. Década de los años ochenta. Foto.
Juani.
Seguro que Levi, con su infantil sonrisa, hace 18 años ¿Pensó?
¡Fuerte vieja parda pescó mi padre! Foto. José Brito
Rodríguez.
286
El ayer buen Mareante y hoy el mayor abastecedor comestible
de la isla .D. Terencio Acosta Armas. Foto archivos del
Autor.
287
¡Medregal más grande que Brito! Foto. José Brito Rodríguez.
¿Qué se preguntara Montse chico? Foto. Brito.
288
¡LA PACIENCIA! del buen Mareante es la mejor de las
carnadas. Foto archivos del Autor.
Mi querido amigo Miguel Ángel, se pregunta ¿que es? la
especie pescada.
289
Mi feliz amigo Miguel Ángel, con su negro Medregal por él
pescado.
Mis queridos amigos Vidal y Miguel Ángel ¿Quién se atreve
romper? Tanta felicidad en nuestra querida isla pasada. ¡Yo
desde luego que no! Fotos Miguel Ángel Ruiz.
290
¿Quién se atreve romper? Tanta felicidad a mis queridos
alumnos de pesca. Foto archivos del Autor.
Moderno barco de fibra. Puerto de La Estaca.
Foto. Jony Cejas Machín.
291
Ángel, Angelín, Geni e Iván, tres generaciones de Mareantes
de el Puerto. Foto Angelín Acosta Padrón.
Puerto de La Estaca. Gran temporal del año 1999. Foto
Gonzalo Pérez Rodríguez
292
Puerto de La Estaca año 1999. La Mar reclamando lo que es de
ella. Foto Carlos Andrés Pérez Rodríguez.
Gran temporal de Mar de Leva o tiempo canario, año 1999.
Playa de Las Tijeretas. Foto Gonzalo Pérez Rodríguez.
293
Puerto de La Estaca. Fiesta de San Telmo año 1999. Foto.
Carlos Andrés Pérez Rodríguez.
Sergio, Rosendo y Angelín. Mareantes de El Puerto. Foto
Archivos del Autor.
294
D. Cristina, con paciencia de buena Mareanta, espera la picada
de la vieja.
D. Juan Jesús, se pregunta si su esposa D. Cristina le dejara
pasar alguna vieja para su pesquero. Fotos. Cristina
295
El Puerto de La Estaca, luciendo una apacible noche. Foto
Miguel Ángel Ruiz.
296
Libreta de inscripción marítima a favor de D. Lorenzo Peraza
Castañeda.
297
D. Lorenzo Peraza Castañeda, con paciencia de buen Mareante,
espera la bajada de la Marea. Fotos Paqui.
298
Puerto de La Estaca en la tranquilidad de una bonancible
nocturna calma. Foto. Miguel Ruiz.
299
Ángel el de D. Rosalía, con su gran Medregal por él pescado.
Década de los años sesenta.
Ángel, Angelín y José Manuel, en el Varadero de La Estaca.
Años setenta.
300
Mí querido amigo Sotero y su primo Ángel el de D. Rosalía.
Década de los años sesenta. Foto. Inés Padrón Fernández.
301
D. Armando Pérez Hernández. Mareante de El Puerto y uno de
los tres pasajero herreños del Trasatlántico Santa María
secuestrado el año de 1961 por el Comandante Garvao.
Barco de la arena que acabó con ¡EL GRAN CEBADAL! de El
Puerto de La Estaca año 2003, todo sea por el progreso. Foto.
Rafl Duboski.
302
Juan José, con su buena pesca por él pescada. Fotos Ursula
Padrón Brito.
El Gran Mareante Lalo, a la espera del jalón del Medregal.
Foto. Archivo del Autor.
303
304
Cartel indicativo del nuevo Puerto de La Estaca, año 1999.
Foto archivos del Autor.
305
San Telmo, Santo Patrón de El Puerto y de los Mareantes.
Fotos. Archivos del Autor.
306
Mareantes de La Caleta
D. Isidro Álamo y D. Inocencio Padrón. Década de los años
cincuenta. Foto. Flora Lilia Barrera Álamo.
307
Cuando era abundante de tunos canarios y especies marinas.
Foto. Bar Yesimar La Caleta.
Plaza de La Caleta rebosando de buena gente. Década de los
años cincuenta. Foto. D. Amadeo Ayala Sánchez.
308
Barco a remo Toña, con su Patrón D. Juan Reboso, sus hijos
Elvira y Aniceto y su nieto Gaspar.
Fiesta de La Caleta, barco a remo Brillante, con la Virgen del
Carmen a su bordo, junto con D. Felipe Benítez y Carlos el del
Puerto. Década de los años cincuenta. Fotos. Antonio Reboso
Padrón.
309
D. Juan Reboso Rodríguez y D. Isidro Álamo
Mareantes de La Caleta.
D. Pedro Valdemoro Suárez. Mareante y barbero.
Quien se siente orgulloso de que una playa de La Caleta lleve
su nombre. Fotos. Antonio Reboso Padrón, Juan Pujol y
Archivos del Autor.
310
Elvira, hija de D. Juan, arreglando las viejas para el sancocho.
La Caleta 19 de octubre del año 1965. Pucho, acariciando el
engodo, para llamar al Guelde.
311
Pucho, con paciencia de buen Mareante espera a que el guelde
entre en la pandorga.
La Caleta, Lajita ahogada, década de los años sesenta.
Fotos. Elvira Reboso Padrón.
312
Barco a remo Sol, con la Virgen del Carmen Patrona de La
Caleta y de los Mareantes. Década de los años sesenta.
Foto. D. Amadeo Ayala Sánchez.
Mi querido abuelo D. Tomás Navarro Espinosa. Foto. Josefina
Navarro González.
313
Joya fotográfica alusiva a felices tiempos pasados. Mostrando
buenos Mareantes de La Caleta.
Foto. Bar Yesimar.
La Caleta año 1979. Foto. Guillermo Panizo Álamo
314
Participantes Concurso de Pesca año 1981 La Caleta, el
¡CAMPEÓN LO FUE EL QUE ESTÁ EN LOS HOMBROS!
Foto. Nino.
Plato de viejas esperando voluntario, para arreglarlas. Foto.
Honoria Padrón.
315
En la choza de los barcos un día de excursión. La Caleta años
sesenta. Foto Dora Armas.
D. Amadeo Ayala Álamo a la espera de la picada de la vieja.
Foto Ana.
316
Pucho, sacando pecho a su negra morena pescada en la Punta
de Ajones, 7 kilos 300 gramos y 143 centímetros de largo.
Agosto de 1983.
Su yerno Andrés, demostrando su paciente pachorra de
Mareante. Fotos. Elvira Reboso Padrón.
317
Mi querido tío. D. Manuel Navarro Salas. Foto. Honoria
Padrón.
318
D. Andrés Gutiérrez y su querido nieto Sergio Gutiérrez
Trujillo, metido en la talega del pescado.
Foto. Sergio Gutiérrez.
319
Mi querido tío D. Francisco Navarro Salas.
Mareantes de La Caleta. ¿ Quien se atreve romper tan buena
unión? ¡Yo desde luego que no!
Fotos. Josefina Navarro González.
320
Mareantes de La Caleta a la espera, para saborear lo pescado.
Mareantes participantes del concurso a la espera de la señal del
Juez de pesca. Fotos. Josefina Navarro González.
321
La Caleta, cuando tenia su playita de carnada. Foto. Josefina
Navarro González.
322
Mareantes de La Caleta a la espera de que el Juez de pesca,
ordene el comienzo de la misma. Foto. Josefina Navarro
González.
La Caleta. Concurso de pesca año 1980
323
Después de la pesca ¡ LA COMIDA!
Poco pescado, para tanta gente.
324
A falta de pescado, buenas son las papas y el mojo picón.
Fotos. Antonio Curbelo Padrón (Toño)
La Caleta y El Tamaduste desde las alturas. Foto archivos del
Autor.
325
La Caleta azotada por el más grande temporal llegado a la isla
el día 8 de enero del año 1999, destrozador de la Central
eléctrica de Unelco y del Parador Nacional de Turismo de Las
Playas. Fotos Guillermo Panizo Álamo.
326
Mareantes de La Caleta y El Puerto en estrecha unión. Foto.
Elena Sánchez Sánchez.
327
D. Eduardo Febles Padrón. Mareante de La Caleta luciendo su
gran Rape por él pescado. Foto. Eduardo Febles Padrón.
Mi querida amiga Ada, con su plateado amarillo Jurel por ella
pescado. Foto Miguel Ángel Ruiz.
328
D. Fermín Ruidrejo Páez con su mero de 23 kilos por él
pescado a caña el año 1963. Foto. Chano.
329
D. Amadeo Ayala Sánchez, Mareante, agricultor y fotógrafo de
la isla e impulsor del pueblo de La Caleta. Foto Ana.
330
Cueva de la playa de La Tormenta, rebosando de buena gente.
La Caleta año 1956.
Baile en la plaza de La Caleta. Fiesta del Carmen. Año 1956.
Fotos. Trujillo.
331
D. Eugenio Rodríguez Hernández y su querido hijo D.
Guillermo Rodríguez Sánchez. ¡EL Gran Bolívar! Fotos Isabel
Rodríguez León.
332
Mareantes de El Tamaduste.
El Tamaduste visto desde el interior de la cueva de La Ballena
o de los huesos. Año 1959. Foto Luis Espinosa.
333
Majestuoso río de El Tamaduste año 1963, cuando su parte
central alcanzaba más de diez metros de profundidad y en el se
emborrachaba la rubia orchilla. Foto. Archivos del Autor.
El Tamaduste, año 1964. Foto. Luis Espinosa.
334
El Tamaduste, pesca de la lista lisa. Década de los años
ochenta. Foto. Milagros Zamora.
D. Juan Pujol Vicenta. Mareante de El Tamaduste, con su
amiga la Mar al fondo.
335
D. Juan Pujol y su familia arreglando lo pescado mientras el
caldero paciente espera. Fotos. Juan Pujol.
336
D. Alejandrina y D. Eusebio, en la cueva bar de el
Barranquillo, con su gran Abade por ellos pescado.
El Tamaduste década de los años sesenta.
D. Alejandrina y D. Eusebio, con sus dos Bicudas y una
Dorada por ellos pescadas. Década de los años sesenta.
337
Mareantes de El Tamaduste, en la cueva bar de El
Barranquillo, años ochenta.
338
Mareantes D. Ricardo Peraza Chinea y su querido padre,
disfrutando de un día de pesca en El Cantil. El Tamaduste.
339
Mareante de El Tamaduste D. Eusebio Peraza Castañeda,
felicidad en sus manos, pero más en su cara. Fotos.
Alejandrina Chinea.
340
D. Pedro Gutiérrez Febles. Mecánico y Mareante de El
Tamaduste. Foto. Ángel Francisco Acosta Padrón.
La hoy plaza de El Tamaduste con bellas señoritas y un
atractivo galán. Década de los años sesenta. Foto. Dora
Armas.
341
342
D. José Gamez, con su mero por él pescado.
Foto. (Pepe Gamez)
D. Pedro Morales Brito. Mareante de El Tamaduste.
¿Quién se atreve quitar tanta felicidad? ¡Yo no!
Foto. Pedro “Corino”
343
El Tamaduste. Década de los años setenta. Foto archivos del
Autor.
El Tamaduste. Deleite de ojos que lo miran. Foto. Miguel
Ruiz Fernández.
344
El Tamaduste. Década de los años noventa. Foto archivos del
Autor.
El río de El Tamaduste a marea vacía.
345
Plato de vivas huyonas y jacas para pescar pardas y coloradas
viejas.
346
El río de El Tamaduste a media marea abajo.
Con la carnada en el río cogida aquí están las viejas pescadas.
Fotos Miguel Ángel Ruiz Fernández.
347
Mareantes de El Tamaduste a la espera de el sancocho de las
coloradas y pardas viejas pescadas.
Después de el sancocho de viejas, el asado de las mariscadas
lapas. Fotos. Juan Francisco Cejas Fonte.
348
Mi querido amigo Luis Espinosa, probando la primera canoa
hecha en la isla de El Hierro. El Tamaduste año 1956.
En la misma canoa, mis queridos amigos Luis Espinosa y
Manuel Trujillo. El Tamaduste año 1956. Fotos Trujillo.
349
Barco a remos dentro del río de El Tamaduste. Año 1956
El Tamaduste visto desde El Jorado año 1956. Fotos. Trujillo.
350
D. Pedro Quintero, de pesca en su querido Cantil de El
Tamaduste. Foto. Javier Quintero.
351
D. Domingo Arteaga Febles. Maestro albañil y Mareante.
Foto. Norberto Arteaga Morales.
D. Nicolás Hernández Cabrera. Foto. María Luisa.
352
El Tamaduste década de los años cuarenta.
D. Feliz Sánchez Padrón. Mareante de las morenas.
Fotos. Manolo Sánchez.
353
Mareantes de Las Salinas, Amacas y Echedo
La odisea de cuatro jóvenes que el año 1956 a remos fueron
desde El Tamaduste hasta el charco Manso donde metieron el
barco. Foto. Trujillo
El Charco Manso, refrescando a la buena gente del pueblo de
Echedo.
354
D. Ángel Padrón, a la espera de la bajada de la marea para
coger carnada.
Plaza de Echedo, rebosando de buena gente.
355
Un merecido descanso, después de comer lo pescado.
Fotos. Ángel Padrón.
D. Rodolfo Méndez y su familia arreglando las viejas para el
sancocho.
356
El caldero, paciente espera la llegada del sabroso bocinegro
pescado por D. Rodolfo Méndez. Fotos. Rodolfo Méndez.
Pedrito Barrera Sánchez, posando con una negra morena por él
no pescada. Foto. Dolores Sánchez.
357
D. Antonio Rodríguez Rodríguez y su yerno D. Emilio Acosta
Taguele. Mareantes de Amacas. Foto cedida por su familia.
358
Octavio Padrón Armas. Mareante y buen cocinero.
Foto. Octavio.
359
D. Victorino Padrón Benítez. Mareante de Las Salinas y de
Amacas. Foto. Nati.
D. Juan Padrón Sánchez, D. Santiago Gutiérrez Machín y D.
José María Padrón Melenchón. Decidiendo a que pesquero
bajar a pescar. Década de los años sesenta.
360
D. Santiago Gutiérrez Machín y D. José María Padrón
Melenchón, en amena conversación, para decidir que pesquero
ocupar.
D. Nieves Armas, preparando las viejas para el sancocho y las
lapas para el escabeche. Fotos. Nieves Armas
361
Antonio Grillo, Juan y Santiago. Añorados tiempos de buenas
pescas pasados.
Dos buenos Mareantes, con su pesca de Alfonsiños.
362
Santiago, Antonio Grillo, Luis y Juan. Buenos Mareantes de
Amacas y Las Salinas.
363
Evaristo, con cara de sueño, pero feliz y orgulloso luce el
tremendo bocinegro pescado por su querido padre.
364
Juan. (Juanito Chispa) explica al fotógrafo, como le ganó la
batalla al gran bocinegro. Fotos. Juan Agustín Arteaga
Barbuzano.
365
D. Francisco Padrón Padrón y Francisco Barquero Padrón,
(Panchín) dos buenos Mareantes. Foto. Salomé Pérez
Rodríguez.
D. José Sánchez Padrón, comerciante y Mareante.
366
Olida Padrón Padrón. Una gran Mareanta.
Valentín Ramón Padrón Padrón. Preparando la tarrafa para
pescar morenas y morenos machos. Fotos. Olida Padrón.
367
D. Ángel Padrón. Foto archivo del Autor.
D. Dolores Sánchez y su esposo D. Ángel Barrera,
contemplando asombrados la pesca de viejas, realizada por un
grupo de Mareantes de Echedo. Foto. Dolores Sánchez.
368
Mareantes del Norte.
Pozo de Las Calcosas. Foto. Isabel Crespo.
D. Emiliano Casañas Hernández. Mareante del norte. Foto.
Tely.
369
D. Manuel Padrón Sánchez. No todos los Mareantes han
pescando con caña desde el “Roque Grande” de Salmor.
Foto. Manuel Padrón Sánchez.
Pozo de Las Calcosas, con sus bajones de rubia orchilla
convertidos en blanco cantadal. Foto archivos del Autor.
370
D. Edelmira y D. Juan. Mareantes del norte con su vieja parda
y colorada. ¿ Quien se atreve a quitar tanta felicidad? Yo desde
luego que no. Fotos Edelmira.
371
D. Francisco Rodríguez (QUICO) con sus queridos hijos a la
espera de la bajada de la marea, para pescar viejas.
Mareantes del norte con una Jaqueta pescada a la marrajera.
372
Lapas de hace diez años. Fotos. Teresa Molina.
Ermita de El Pozo de Las Calcosas, año 1961. Foto. Trujillo.
373
El gran (TATO) con una vieja de un kilo ochocientos gramos,
por él pescada. Foto. Tato.
374
D. Juan Antonio Brito, Agricultor y Mareante. Foto archivos
del Autor.
375
Mis queridos amigos Antonio y Tato.
D. Benito González Brito a la espera del jalón de la vieja.
Fotos archivos del Autor.
376
Primero se engodan las doradas para que vengan al pesquero.
Pedro y Dani, con maestría de buenos Mareantes pescan las
doradas.
377
Entre la blanca espuma, se pescan sargos, galanes y doradas.
Cristian, atento a la enseñanza pesquera de su querida madre.
378
Cristian, ufano junto a su querido padre, posa entre las dos
agujas pescadas. Fotos. Pedro Tadeo Hernández Cabrera.
379
Excursión al Pozo de Las Calcosas, año 1961. Foto. Trujillo.
Agricultores y Mareantes del norte. Foto Andrés Padrón.
380
Mientras Ignacio hijo pega, Ignacio padre, con paciencia de
buen Mareante espera. Foto. Ignacio Quintero.
381
D. Diego Barquero Padrón. Mareante y mecánico. Foto. Vidal
Zamora.
D. Luís Quintero Hernández. Agricultor y Mareante de El.
Mocanal Foto. Maruca. Y D. Álvaro Morales Carballo.
Mareante de Erese. Foto. Álvaro.
382
La proa rumbo a los Roques.
Juan Pablo desembarcado en los Roques con los aparejos y
talegas en el rancho.
383
Luis en el Roque Grande, con su pejeperro pescado. Fotos
Juan Pablo Martín González.
384
D. Juan Hernández. Resignado, ya que la Mar de Leva no lo
deja pescar en el norte, pesca en el muelle de la Estaca. Foto
archivos del Autor.
385
Mareantes de La Restinga.
Calle principal de La Restinga, año 1960
Mareantes de La Restinga en un momento de descanso.
Año 1961
386
La Restinga. Punta Los Saltos, año 1961
Muellito y varadero, La Restinga año 1961.
387
De La Restinga al Pinar en busca de víveres, año 1961
Mareante D. José Quintero y D. Vera Fiessini, pionera del
turismo en la parte sur de la isla, con una Corvina de las que se
pescaban antes, año 1963
388
Fachada de la Factoría de pescado. Rodríguez López. La
Restinga. Década de los años sesenta. Foto archivos del
Autor.
La Restinga con su muellito y su playita, año 1963
389
Mareantes de La Restinga, de reposo por la tarde, año 1963.
El joven Severo González Mora, luciendo un joven Janequín.
La Restinga año 1961.
390
No sólo los pastores cargan a La Gran Señora. Los Mareantes
también. A la derecha de ella y cargándola D. Juan “Piloto”
Mareante de La Restinga. Foto. Dora Armas
Mareantes de La Restinga en la descarga de pardas y coloradas
viejas. Foto archivos del Autor.
391
Barco boca abajo, para calafetearlo. La Restinga año 1963
392
La Restinga, varando el barco para guardarlo en el garaje, año
1963.
Mareantes de La Restinga en la faena del pesado de mercados
de pescado, año 1962
393
Mareante de La Restinga con un Pez San Pedro por él pescado,
año 1963
D. José Quintero y D. José Dorta. Mareantes de La Restinga,
año 1963.
394
Autoridades civiles y militares junto al cronista D. José Padrón
Machín, en la terraza del Hotel Restaurante. Casa Kai Marino.
La Restinga año 1962
Varando los barcos. La Restinga año 1964
395
Mareante D. José Quintero, con su gran Abade por él pescado.
La Restinga año 1964.
La Restinga. Década de los años setenta.
396
En el muellito contemplando el pescado. La Restinga año
1963. Fotos archivos Hotel Restaurante Casa Kai Marino.
397
La Restinga. Década de los años sesenta.
La Restinga. Varamiento del barco.
398
La Restinga, década de los años sesenta.
Mareantes de La Restinga descansando, años sesenta.
399
Descarga de bonitos en el muellito de La Restinga, años
sesenta.
Futuros Mareantes de La Restinga, con D. Antonio Fernández
Padrón (Ñico) años sesenta.
400
Mareante D. Antonio Fernández
sesenta.
(Ñico) La Restinga años
401
La Restinga, descarga de bonitos, años setenta. Fotos.
Alejandro Fernández.
La Restinga y sus buenos tiempos de pescas pasados. Foto
archivos del Autor.
402
El Padre D. Antonio María, junto con el Arcipreste de la isla,
feliz saludando a los Mareantes de La Restinga el día de la
inauguración del abastecimiento de agua potable.
D. Francisco Mora. Mareante de La Restinga, rodeado de
bellas mujeres. Fotos archivos del Autor.
403
D. Aurelio Abreu, arreglando las cabrillas para la cazuela.
Pesquero Elio I en busca de la pesca.
404
Elio, satisfecho con el sustento por él pescado. Fotos.
Apartamentos y Restaurante “EL REFUGIO” La Restinga.
405
D. Ana y D. Severo, Patrona y Patrón de pesca en busca del
rojo camarón.
406
Medregal de 58 kilos, pescado por D. Ana. Patrona de pesca.
407
D. Severo, luciendo su congrio de 16 kilos, por él pescado.
408
D. Severo, luciendo su gran sarda de trescientos veinticinco
kilos por él pescada. Fotos. Ana y Severo.
409
Mareantes de La Restinga en la descarga de los plateados
petos. Foto archivos del Autor.
410
Llamando gente para terminar de varar el barco. Foto.
Alejandro Fernández.
Berto Mora. Mareante de La Restinga con su bien y merecido
ganado sustento.
411
Berto Mora, con alegría de buen Mareante muestra sus dos
Medregales pescados en el mismo lance. Fotos Berto Mora.
412
413
Artículo periodístico de D. José Padrón Machín.
414
Extraído de su libro. “EL HIERRO SÉPTIMA ISLA”
415
416
417
Artículo periodístico de D. José Padrón Machín.
Extraído de su libro. “EL HIERRO SÉPTIMA ISLA”
418
419
420
Artículo periodístico de D. José Padrón Machín, extraído
de su libro “EL HIERRO SÉPTIMA ISLA”
La hoy moderna, turística y pesquera bella Restinga. Foto
archivos del Autor.
421
Mi querido amigo Vidal, disfrutando con su caña en La
Restinga.
La Pesquera Restinga al oscurecer. Foto. Miguel Ruiz.
422
423
424
425
Relato del Mareante de La Restinga. D. Vicente Machín,
extraído del libro. “Guías Raras y completas de territorios y
habitantes de España” “La isla de El Hierro” 1982
426
D. Vicente Machín, disfrutando de su buen hacer, que lo es la
pesca y la Mar. Foto. Gladis.
Mareante de La Restinga, pescando palometa roja a bordo de
El Faraón. Foto archivos de La Reserva Marina.
427
Factoría de Lloret Linares La Gomera año 1944. Patudo de 389
kilos pescado en el Mar de Las Calmas. La Restinga El Hierro.
Foto archivos del Autor.
428
Mi amigo El Faro. Foto archivos del Autor.
Escribe inquieta pluma y hazme sentir junto al amigo sincero el
rugir de la Mar de leva en su competir con el llorar de las
pardelas en celos. Escribe y relátame el ir y venir de estelas,
que en el gran azul sus huellas dejan, ofreciendo su blanca y
salada espuma al amigo solitario que con su haz de luz dice
adiós de despedida y alegría de arribada.
429
Escribe y hazme sentir al amigo sincero que guía navegantes
que se adentran en el ocaso buscando el lecho donde duerme el
cálido sol. El amigo cumplidor, en su loable labor de noche tras
noche, ayudado por las alhetías de los Alfonsiños y por su haz
de luz, con ternura abraza los plateados Bonitos que duermen
la noche en el Mar de Las Calmas. A la vez que guía proas,
popas, babores, estribores, esperanzas y sinsabores.
Mi querido y sincero amigo ¡EL FARO! que de día me permite
escuchar su silencio y en la oscura noche con su intermitente
haz de luz me habla de sentimientos.
Poesía del Autor.
Miembros de vigilancia Pesquera y Reserva Marina a bordo de
la embarcación Guincho atracado en El Muelle de La Restinga.
Foto archivos de La Reserva Marina.
430
Escrito extraído del la Revista de información insular editada
por el Excmo. Cabildo Insular de El Hierro, año 2002.
431
Artículo extraído de la revista “La Voz de El Hierro” año 1996.
432
Gran aguja paladar pescada por los Mareantes Carlos Padrón
Padrón y Víctor Manuel Navarro García. La Restinga año
1998. Foto Víctor.
433
Mareantes de La Restinga en la Lonja del pescado año 2004.
434
Mareantes de La Restinga, disfrutando de un merecido
descanso, año 2004 Fotos archivos del Autor.
Victorio y Daniel, como dos buenos hermanos, después de la
pesca las equitativas partes. Foto. Victorio
435
436
Artículos extraídos de la revista informativa del Excmo.
Cabildo Insular de El Hierro.
437
Mareantes de Timijiraque.
D. Florencio Castañeda y D. Juan Miguel Casañas.
Agricultores y Mareantes de Timijiraque. Foto. Blanca
Edelma Padrón
438
D. Eladio González Padrón
Su yerno D. Juan R. Acosta Padrón y su nieto D. Eladio Padrón
González. Mareantes de Timijiraque. Foto. Eladio.
439
D. Andrés Padrón Rodríguez y su hermano D. Juan.
Agricultores y Mareantes de Timijiraque. Foto. Blanca
Edelma Padrón.
440
D. Juan Miguel Casañas y su nieto Antonio.
Mareantes de Timijiraque. Fotos. Blanca E. Padrón.
D. Tadeo Cabrera y su Hermano D. Aquilino.
Mareantes de Timijiraque. Fotos. D. Rosa y D. Dacila.
441
D. Julián Machín Morales, su esposa D. María Padrón
Rodríguez y su querida hija D. Dolores Machín Padrón.
Mareante y mariscadoras de Timijiraque.
Fotos. Lola.
442
D. Marcelino Padrón Rodríguez, agricultor, gran luchador de la
lucha canaria y gran Mareante. Foto. Angelita Febles.
D. Maximiliano Cejas y D. Tomás Padrón Rodríguez, grandes
Mareantes de Timijiraque. Década de los años setenta.
443
¿ Quien se atreve a romper tan buena unión? Yo desde luego
que no. Fotos. Dolores Padrón.
Los dos ¡CHANOS! disfrutando del salitre de La Mar.
Foto. Chano.
444
D. Olegario Morales Padrón. Foto. Isabel Crespo.
D. Juan Acosta Quintero.
Foto. Juan Acosta.
445
D. Marcial Cejas Lima, deszanzuelando una parda vieja por él
pescada. Foto. Marcial.
Domingo Barrera Brito. Con uno de los escasos Pargos en la
isla pescado. Foto. Ana Mari.
446
Marcelino Padrón Febles y Quique Carballo Navarro, con su
cherne de 47 kilos por ellos pescado. Foto. Marcelino Padrón.
447
D. Juan Luis González Padrón y su querido hijo Oliver,
dispuestos para ir de pesca.
D. Juan Luis, mostrándonos lo pescado. Fotos Ana.
448
D. Juan Nepomuceno Zamora. Pionero en los años treinta del
primer Chinchorro que llegó a la isla y que se calaba en la
playa de Timijiraque. Foto cedida por sus familiares.
449
Playa de Timijiraque, la única de arena natural que tiene mi
querida isla. Foto archivos del Autor.
D. Domingo Armas a la pesca de la vieja. Foto archivos del
Autor.
450
Playa de Timijiraque. Fiesta del Chichorro, año 2000
El Chinchorro en la playa, para limpiar sus paños y bandas.
451
Caras de desconsuelo mirando lo poco pescado.
A pesar de lo poco pescado, alcanzó para todos. Besuguitos
fritos ¡Que buenos son!
452
No tengo ninguna duda de que, la Fiesta del Chinchorro
aunque se pesque poco, acerca a los pueblos de mi querida isla
de El Hierro.
453
Timijiraque. Fiesta de San Agustín y Fiesta del Chinchorro año
2000. Fotos archivos de la Asociación de Vecinos “El
Progreso”
Mis queridas amigas Amalia y Concha, asombradas con la gran
vieja parda por ellas pescada. Foto. Mariola.
454
Mis queridas amigas Mariola y Concha a la espera de la picada.
Foto Mariola.
455
Sr. Bethencurt.
Mi amigo Alfredo, disfrutando de su gran pasión ¡La Pesca!
Fotos archivos del Autor.
456
D. Jhony Cejas Machín y su querido hijo Jonay, posando junto
a uno de los Medregales más grande en la isla pescado. 68
kilos, un metro ochenta y tres centímetros de largo y 108
centímetros
de
perímetro.
Foto
Jonay.
Patrullera de la Guardia Civil inspección pesquera, fondeada en
la playa de Timijiraque. Foto. archivo del Autor.
457
Mareantes de Las Playas.
Ermita de San Mariano. Santo Patrón de Las Playas.
Foto. Ralf Bubrowski.
Parador Nacional de Turismo antes del temporal del año 1.999
458
Impresionante temporal ocho de enero del año 1999. Parador
Nacional de Turismo.
El Parador Nacional de Turismo después del temporal del año
1999
459
Parador Nacional de Turismo año 2001
La Mar reclamando lo que es de ella. Parador de Turismo.
Segundo temporal del día 8 de enero del año 2002. Fotos
archivos de El Parador Nacional de Turismo.
460
D. Victoriano Acosta Castañeda. Desde Isora hasta Las Playas
a pescar el caldero. Fotos. Alfonso
461
Vidal y Zamorita. Desde Isora hasta Las Playas de pesca a las
partes. Foto. Zamorita.
462
Mi querido amigo Miguel. Mareante de caña en la Laja de La
Bonanza. Foto. Miguel Ángel Ruiz.
D. Maximino Fernández Cabrera. Foto. Maximino.
463
Matías Mendoza Fernández. Foto. Matías.
No hay duda de que, el “peje” grande se come al chico. Foto.
Miguel Ángel Ruiz.
464
D. Mariano Armas. Mareante de Las Playas. Foto. Archivos
del Autor.
465
D. Dimas, D. Lalo y D. Indalecio. Mareantes de Las Playas.
Foto. Archivos del Autor.
Las Playas, vista desde el mirador de Isora. Foto archivos del
Autor.
466
Majestuoso Roque de La Bonanza, vigía de Las Playas. Foto
archivos del Autor. Con tus figuras de Oso y de Dinosaurio
prehistórico, con tus trasparentes aguas de diversidad de
colores. Invitas a soñar ¡A REALIZAR EL AMOR. Poesía del
Autor.
467
D. Luis, su esposa D. Carmen y su querida hija Ana, quien
tenazas en manos muestra las morenas pescadas al llamado.
Foto. Ana.
D. Cristina y su querida hija, de pesca en el pesquero de El
Fraile Las Playas. Foto. Cristina.
468
Mareantes de Las Barranqueras.
D. José Reboso Quintero. Pastor Cabrero y Mareante.
Foto. Archivos del Autor.
469
D. Tito Irene Castañeda Rodríguez y su esposa D. Carmen
Cabrera Castañeda. Fotos. D. Carmen.
D. Felipe Armas González. Agricultor y Mareante. Foto.
Terencín.
470
D. Clorindo Acosta Cabrera. Gran Mareante de Las
Barranqueras. Foto. Archivos del Autor.
471
D. Elfidio Padrón Barbuzano. Mareante y mejor cocinero.
Foto Elfidio.
Oriol. Con su pescado Abade de diez kilos. Quien se atreve
quitar tanta felicidad. ¡Yo, desde luego que no!
472
Juan y Oriol, con su pescado Peto.
Oriol y Juan, con sus pescados Escolares. Fotos Oriol Martín
Guerrero.
473
D. Carmen y D. Loly a la pesca de pardas y coloradas viejas.
Fotos. D. Pilar.
474
Mareantes de Sabinosa.
Dos bellos símbolos de Sabinosa y de mi querida isla de El
Hierro. Fotos. Archivos del Autor.
475
Plaza de Sabinosa. Rebosando de buena gente. Década de los
años sesenta Foto. Isabel Crespo.
.D. Ramón García, Mareante de Sabinosa, micrófono en mano
da la bienvenida a las autoridades insulares que un día visitaron
su pueblo. Década de los años setenta. Foto. Carmen
González.
476
Grupo de Mareantes de Sabinosa, atentos a las instrucciones de
D. Juan Pérez Pérez.
Arcadio y Taso a la espera de la bajada de la marea, para coger
carnada de viejas. Fotos. Carmen González.
477
D. Mercedes Casañas Hernández, tejedora y mariscadora junto
a su esposo D. Juan Quintero Padrón y algunos Mareantes de
Sabinosa. Foto. Mercedes Casañas Hernández.
Pastor y Mareante. D. Cecilio González y su querida nieta
Dalila. Foto. Carmen González.
478
D. Antonio Pérez y su querido hijo D. Juan. Foto cedida por
su familia.
479
D.
D. Adolfo Quintero y un compañero Mareante, cogiendo
cangrejos para pescar pardas y coloradas viejas.
480
D. Adolfo Quintero, atento al tirón de la vieja. Fotos. Adolfo
Quintero.
Teniente General, D. Anatolio fuentes, su señora y D. Antonio
Espinosa Machín, de visita al pueblo de Sabinosa año 1954.
Foto. Luis Espinosa.
481
Mareante de Sabinosa a caña fija en busca de las coloradas y
pardas viejas. Foto. Archivos del Autor.
Por agua al Pozo de La Salud. Sabinosa año 1944. Foto
Mauricio Méndez.
482
D. Manuel Abreu Gutiérrez, tarrafa en mano esperando el jalón
de la morena.
483
D. Manuel y su querido hijo Antonio, cargados de pardas y
coloradas viejas.
484
D. Manuel Abreu Gutiérrez, su querida esposa y su querido
hijo Antonio, mostrando al fotógrafo las viejas pescadas.
D. Manuel, estuvo durante 33 años de ayudante del torrero en
el Faro de Orchilla, además fue hermano del gran José el del
Mudo. Fotos. Antonio Abreu.
485
Mareantes de Las Tijeretas y Los Llanos Blancos
D. Sebastián Padrón. Propietario de uno de los primeros
Chinchorros que tuvo la isla. Foto. Chano.
486
D. José Reboso Pérez. Foto. Pablo Gutiérrez Reboso.
D. Antonio Donoso Casado. Mareante de los Llanos Blancos
con su pescada vieja parda. Foto. Milagros Zamora.
487
Cuevas viviendas de los Mareantes de Las Tijeretas.
Foto archivos del Autor.
488
489
490
Resumen extraído del libro del Autor, titulado
“HABLANDO CON LA ISLA DE EL HIERRO”
editado el año 1995
491
492
493
494
495
496
497
498
499
500
501
502
503
Licencia marítima de recreo año 1982.
504
Licencia marítima de recreo año 1999.
505
Libreta de inscripción marítima del Autor. Año 1963.
506
Primer embarco del Autor.
507
Último embarco del Autor año 1994.
508
Título de Patrón de Pesca a favor del Autor.
509
Bibliografía.
Obras, Autores y Archivos consultados.
510
511
512
513
514
515
516
517
518
519
520
521
522
523
Archivos de Juan Ramón Marcelino Rivero.
Archivos de Matías Fontes Padilla.
Archivos Excmo. Cabildo Insular de El Hierro.
Archivos M. I. Ayuntamiento de Valverde.
Archivos Cofradía de Pescadores
Virgen de Los Reyes.
Archivos de Tadeo Casañas Reboso.
Archivos de Venancio Acosta Padrón.
Archivos de Juan Ramón Padrón Pérez.
Archivos de Inocencio Padrón Hernández.
Archivos de Aurelio Ayala Fonte.
Archivos de Luis Espinosa Kawrani.
Archivos de Herbert Nowak.
Archivos Universidad de La Laguna.
Archivos Consejería de Pesca Gobierno de
Canarias.
Archivos Instituto Social de La Marina.
Archivos Parador Nacional de Turismo.
Archivos Hotel Kay Marino La Restinga.
Archivos del Autor.
524
Biografía
Baudilio Domingo Navarro Quintero, nace en Santa
Cruz de Tenerife en 1949. Hijo de padres herreños.
Cursa sus primeros estudios en la Academia Bayco
de Santa Cruz de Tenerife. Radio ECCA, Escuela de
Formación Profesional de Valverde, y por
correspondencia en la Academia Radio Enseñanza
de Madrid y Escuela Profesional Superior de
Barcelona, terminando estudios Náuticos Pesqueros
y en la actualidad realizando el Curso de Acceso a
la Universidad Nacional de Educación a Distancia.
525
Desde 1971 trabaja en la Central Eléctrica de Unelco
en la isla de El Hierro, estando en posesión de las
medallas de Bronce, Plata y Oro por los veinte,
veinticinco y treinta cuatro años de trabajo en dicha
Compañía.
Desde 1979 a 1990 fue Delegado de la Federación
Insular de Ajedrez en la isla de El Hierro
impartiendo gratuitamente clases de Ajedrez en los
Colegios públicos de Valverde y Puerto de La
Estaca. Ha llevado a cabo diversas exposiciones
individuales y colectivas de pinturas dentro y fuera
de la isla de El Hierro. Colaborador del Periódico
“Tagoror” editado por el Partido Comunista de la
isla de El Hierro. Colaborador del periódico “El
Hierro Informaciones” Ha dado clases de historia de
la isla de El Hierro y facilitado sus archivos a
alumnos que lo han necesitado. Ha colaborado con
sus escritos en varios diarios y revistas Insulares,
Regionales, Nacionales e Internacionales dando a
conocer historia sobre la isla de El Hierro. El año de
1995, fue por unanimidad en Sesión Plenaria por el
Ayuntamiento de La Frontera Nominado al Premio
Canarias en el área de Literatura, ese mismo año
colabora durante un tiempo con la Emisora de
Radio. “Radio Garoé” El año de 1996, junto con
otras personas funda el ¡ATENEO CULTURAL
INSULAR AÑOFE! de la isla de El Hierro del cual
es Presidente. Cofundador del Boletín “El Gorón”
editado por el Ateneo Cultural Insular “Añofe”
526
Ha dado por invitación, diversas charlas en el
Parador de Turismo sobre historia de la isla de El
Hierro. Colaborador de la revista “La Voz de El
Hierro”Consejero del Patronato Insular de Turismo
de la isla de El Hierro.
Colaborador de la Emisora Radio Bimbache.
Colaborador de la Emisora Onda Herreña.
Desde el año 1989 es Corresponsal en la isla de El
Hierro de la Emisora Radio Nirvana.
Segundo Premio de poesía Casa de la Juventud de
Valverde el año de 1989.
Miembro del Consejo Insular de la Biosfera.
Autor de los libros “Hablando con la isla de El
Hierro” editado en 1995 y traducido al idioma
Alemán el año de 1999.
“El Segundo” Cuentos, Apuntes y Poesía.
“Sajaima, Ajones y la isla de Orreih” de
imaginación e historia, editados el año de 1999.
“El Agua, El Fuego y La Electricidad en la isla de
El Hierro” Editado el año 2003.
Primer premio comunicación José Padrón Machín
V edición Excmo. Cabildo Insular de El Hierro
Autor de las obras inéditas tituladas “Cuaderno de
Bitácora Apuntes históricos de las islas Canarias”
“Anamoza y Anacón” “Conversaciones con mi
pluma” “Me leerá en un Pis, Pas” “De Viva Voz”
“En Memoria del Pasado” “Historias y
Vicisitudes”
527
MAR A TUS COLORES
Y CONTENIDO ESCRIBO
El Pulpo pone la tinta,
la Aguja pone la pluma,
la Chopa pone el veril para realizar mi escrito.
La Palometa su plata,
el Jurel pone su oro,
el Alfonsiño y Goraz juntos con el Camarón ponen el color
rojo.
El Peto pone figura,
el Salmón pone la altura,
la Bicuda su finura,
el azul pone la Fula.
El verde el Pejeverde,
el amarillo el Romero,
el marrón lo pone el Mero,
el negro pone el cangrejo.
El gris el Escolar,
eL Calamar el cristal junto con el Conejo.
El Galán su buen nadar,
el blanco pone el Lenguado,
el Lagarto camuflado pone el arenal.
El Arenque pone suerte,
la Cabrilla maravilla,
la Sardina simpatía,
la Saifía alegría,
la Lisa pone la risa,
la Caballa la batalla,
528
la Catalineja la espera,
el Chicharro su salero,
la Vieja pone el pesquero,
el Roncas pone el roquero.
La Dorada sus escamas,
la Morena su destreza,
el Abade su nobleza,
el Cherne su robustez,
el Guelde su pequeñez.
La Langosta sus tenazas,
el Tamboril su coraza,
el bocinegro su empeño,
la Boga su candidez,
el Pámpano su exquisitez,
el Bonito su belleza,
el Medregal su fuerza,
la Herrera pone la queja,
el Burgado el trabajo,
la Lapa la torpeza,
el Erizo su paciencia.
¡EL HOMBRE SU EGOISMO Y DESTRUCCIÓN!
¡OH QUERIDA MAR! HE NOMBRADO AL TIBURÓN.
529
Poesía del Autor.
Dibujo del Autor.
ISLA
A veces por ti querida isla quisiera convertirme en
lluvia y rebosar de tus fuentes,
para barranco abajo llegar
a tus veriles de blanca espuma rugiente
y en el subir y bajar de tus mareas
navegar en tus olas y tus corrientes,
para tiernamente acariciar la rubia melena de la hoy
tu escasa ¡ORCHILLA!
y en tus fondos marinos
pinchar mi sentir con las azuladas púas de
tus ¡ERIZOS MURIENTES!
y compartir sobresalto, caminar y nadar de
caracolas y peces.
A veces por ti querida isla quisiera convertirme en
lluvia para poder empapar y despertar a tantas
dormidas mentes
530
de algunas y algunos biólogos marinos que me han
demostrado que tú para ellas y ellos eres indiferente.
A veces a veces por ti querida isla quisiera
convertirme en lluvia,
pero sé muy bien que no puedo nadar contra tantas
¡IGNORANTES MENTES!
Poesía del Autor.
A LA ISLA DE EL HIERRO
Vivo y trabajo en esta isla bella
y por vivir y trabajar en ella.
Me regala su cielo, su sol, su luna, sus estrellas y
me duerme con el ruido de su Mar.
Y cuando problemas tengo
a sus Letimes me asomo, para las olas contar.
Olas de labios ensalitrados que día a día, noche a
noche no la dejan de besar.
Y mí alma o espíritu se tranquiliza, se embelesa al
contemplar ¡LA GRANDEZA!
que esta isla “tan pequeña” encierra.
Ganando toda apuesta
¡AL RUIN PENSAMIENTO MATERIAL!
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Poesía del Autor.
Mar
Mar grande, mar azulada,
¡ay! mi niño marinero tan rubito y tan galán.
Tan guapo y tan pirulero
más puro y bueno que el pan.
Que harás pescador de oro
allá en las mares saladas de la mar hallaste mi tesoro
secreto de los pescados,
deja mi niño el Roque del Salmor
y vete al Sabinar de El Golfo
y sácame el cielo de los peces
y en tu anzuelo engancha tu corazón
y entrégamelo mi niño marinero pescador.
Con todo mi amor tu madre.
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Índice
Página
7 .............................................................dedicatoria
8 .....................................................Agradecimientos
9 ...........................................................Presentación
13.................................................................. Prólogo
20..............................Conversaciones con mi pluma
40................................Mi amigo llamado Mareante
52..................................................Mareante de caña
75..................................Mareante de barco a remos
83..................................Mareante de barco a motor
85Mareante de barco a motor con mando a bordo
102............................Conversaciones con mi pluma
105.....................................Especies y sus descensos
192.......................................Cuadro de informantes
206...................................Sondas de pesca en la isla
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214............Modernos y antiguos aparejos de pesca
Hasta aquí hemos llegado lectora, lector, mi querida
pluma y yo con este trabajo escrito, teniendo la sana
y noble intención de darle un repaso a la historia
pesquera de nuestra querida isla de El Hierro a la
vez que también rendir homenaje de admiración y
recuerdo a todos los Mareantes, pero no queremos
acabar sin antes reiterar nuestro más profundo
agradecimiento a todas y todos los que nos
facilitaron fotografías de familiares y amigos.
Y también como no, nuestro pesar para aquellas y
aquellos que sin entenderlos, nos negaron tales
fotografías alegando no querer protagonismos, por lo
que vaya para ellas y ellos, lamentar mí no
entendimiento en querer comparar historia con
protagonismo. Estando seguros que, para quienes no
aman a nuestra querida amiga llamada Mar, valdrá
poco esta obra escrita, pero para nosotros vale un
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tesoro, porqué históricamente alude lo que ella en
sus olas, temporales, calmas, fondos, playas, bajíos,
veriles, cuevas y superficie generosamente guarda
ofreciéndoselo a quienes la saben amar
reconociendo su grandeza.
Siendo esta obra escrita el resultado de nuestras
inquietudes, pretendiendo ser moderados y a la vez
serios y exigentes con quienes desprecian a nuestra
querida amiga llamada Mar no mimándola y no
cuidándola, máxime si ella día a día, noche a noche
abraza a nuestra querida amiga llamada isla de El
Hierro Reserva de la Biosfera.
Sintiéndonos muy orgullosos al saber que nuestras
conciencias están tranquilas, pero que muy
tranquilas. Expresando una vez más nuestra gratitud,
para aquellas y aquellos que no vieron en nosotros
protagonismo y si vieron muchos sentimientos en
nuestro quehacer que no es otro, sino intentar que
nuestras raíces y sentires no vayan a para a la
canasta del olvido y si, en forma de libro, ocupen un
lugar en las bibliotecas.
Reconociendo que tú y yo querida pluma somos
unos insignificantes recopiladores amantes de la
historia, pero eso si, ajustándonos estrictamente a lo
pasado, pues nada está más lejos de la verdad, como
lo está la mentira.
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El Autor y su Pluma.
Resumen.
Mareante y Machuco nace como un dialogo
interior de lo más profundo del alma, entre el autor
y su pluma, conversando sobre la Mar de nuestra
amada Isla de El Hierro. Desde el más intenso
amor y conocimiento que posee Baudilio Domingo
Navarro Quintero de la isla, nos adentra en el
pasado, presente y futuro de su costa y sus gentes.
En este dialogo la isla se vuelve transparente,
cercana, con una descripción de todas las puntas y
pesqueros, las zonas ricas y las más frágiles y de
cómo el oscilante movimiento de la Mar va
moldeando la historia de los herreños, muchos de los
cuales han tenido en ella su único sustento. Nos
permite conocer las técnicas de pesca, los aparejos,
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las embarcaciones, los abrigos y embarcaderos. El
tiempo ha modificado las antiguas costumbres
marineras. El presente está cambiando la costa
herreña, mucho más rápido que el mordiente oleaje,
configurador natural del agreste paisaje.
Es su propia historia personal. Nos relata su viaje
por la inocencia de la niñez, la transformación de la
juventud y la plenitud de la madurez, una vida
siempre ligada a la Mar, queriéndola y respetándola.
La defiende, con una critica acertada, de algunos que
sólo buscan el beneficio personal, esos que no
merecen siquiera pisar la tierra amada.
Realiza un merecido homenaje a los mareantes de
toda la isla, del pasado y del presente. Hombres y
mujeres que han sabido extraer de la Mar sólo lo
necesario para el sustento, siempre con un profundo
respeto a aquella que abriga sus aguas a veces
complaciente y a veces rompiente, para que todos
los herreños pudieran subsistir.
También es un profundo estudio de la realidad actual
de nuestros fondos, una descripción exhaustiva de
las principales especies, una acertada valoración de
cómo estamos perdiendo nuestra biodiversidad; El
fondo que hemos conocido hasta ahora se está
transformando, quizás de forma irreversible.
Rescatando del olvido del tiempo el profundo
conocimiento que tienen los mareantes de su amada,
y gracias a la colaboración desinteresada de muchos
herreños y herreñas, analiza las causas de algo de lo
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que todos somos concientes, y a lo que hay que
poner remedio: la estamos perdiendo.
Durante este dialogo de hombre y pluma, que
envuelve y conmueve a todo aquel que ame la Mar,
utiliza un lenguaje de mareante, de pescador, que
nos empapa de sal haciéndonos sentir que estamos
también ahí, en ese pesquero, esperando a que
nuestra caña se doble.
Matías Fonte Padilla.
Exdirector de La Reserva Marina del Mar de Las
Calmas en la isla de El Hierro.
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El Autor con su caña, su talega y su cubo de engodo,
en busca de los bocinegros payetes de Las Playas,
por supuesto con veinte años menos y con su negra
barba. Foto Hidergal Perden.
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Contra portada de El Libro.
Mar de Leva en Las Puntas El Golfo. Foto archivos del
Autor.
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