r U \ ;a o T i« « > S -l M Á 3 .ó V 6 ^ S « í (i<\ A -10-W Ä 3T c ^ y EXC’ D E P K . Á20> t ^ (V) " 2 i¿ ^ ^ i h S PUNTOS DE SÜSCRICION Y VMTA. H n d r t d : libreria» de Cuenta, Biaíute *Pnblicidad, 3íoniery W^Utaverde. PR O V IN C IA S. Albacete. A koy. A lg e cira t. A licante. A lm ería . A r a n ju e z . A v ila . Badajoz. Barcelona. Barcelona. Bilbao. Burgo$. Cáceres. C ádiz. Córdoba. Cuenca. Castellón. Ciudad-R eal. Coruña. Carmona. Cartagena. Ferrol. G erona. G ijon. Granada. Guadalajara. Haro. Huelva. Huesca. Jaén. Jerez. León. León. L érid a . Lugo. L o rca. Logroño. Loja. Málaga. M urcia. tforo». Gil y M ontes. S « rn a . A ra u n a . M érida M artí é hijos. G óm ez P a rd o . M anzanares. M uro. D elgado. Ib a rra . Mondoñedo . V e rg a ra y C om ­ Medina del Campo. V elayo. N ovoa. p a ñ ía. Orense. C. F e rn a n d e z . Oviedo. Saiiiz. M ontero. O suna. Gayoso. G u tie rre z é V. d e C arrillo . Palencia. hijos. S au ri. R u lla n -H e rm a ­ Oliva. P-alma. nos. A stuy. O choa. Pam plona. Ile rv ia s. C u b eiro . Pontevedra. V a lien te. Puerto de Sania M oraleda. V ald erram a. Maria. L . d e la T o rre . P rin s . M ariana. R eus. M oreti. G. O te ro . R onda. Sanlucar. E sp e r. G onzales. M eneses. S . Fernando. P e re z . S ta . C ruz de Tene­ M oreno. B onnet. rife . M oreno. C a rab an tes. T a o n era. Santander. Santiago. S an c h e z y R u n . F a ahi. R ioja. Soria. E z c u rd ia . A lejandro. Z am o ra. Segovia. G arra ld a. P erez. S . Sebastian. F e e é H idalgo. Sevilla. Q u in tan a. Salam anca. T o rre s. O sorno. Tarragona. P u v g ru b i. G u illen . T e je d o r. Toro. S ag ristá. H e rn á n d e z . Toledo. B u en o . C astillo. P a rc e ro . Teruel. B id a rte . V iu d a d e Miñón. Talavera. M. G arin. Sol. Valencia B asso. Valladolid. P u jo l y M asía. O rm ilu g u e . Vitoria. D elgado. F e rn a n d e z Dios Vigo. V e r d e jo . P im e n te l. Zam ora. Cano. Cwallifa y ' C oro­ Zaragoza. Moya. nas. A d rio n . A D M IN ISTRA CIÓ N r ^ I F t l O O - O R A VI A T I O A . m 1 ■ JU «E MSIEIIKIS BÜ PONAOA LÍRÍCA EN UN ACTO Y T R E S C U A D R O ? . EN VE RS O B A 8 A 0 A { N E L A ftS U M E N T O D£ U N C U E N T O JO N IO l.K T R A I>K R IC A R D O C U R R O S C Á P U A JUAN LORENTE DE URRAZA m iiaira del m aestru D. ARTURO SACO DEL VALLE 1994 -- 'í^;* -> >» ■ .' ^. ^*Í . * >'>• í e" , 'í- '•i * - .'. j'si . ■- - - '■ • '. •■ '- s >'■. '• •' s •-. :»r' , f ¿, ■•'-••:• - -r í ^>u-v.:,v,rS 'S i / r >, j t K T i á t f - i i i i v ' - A _ < f ^ - . ^•e, ••■«__ ^ EL nm MISTERIOSO / ^ ^ S Î À o FÔÛF s t ? 8 WflDRlÜ. E sta o b n ea propiadad de so s a a to re s, y nadie podrá, t n perm iso, reim prim irla ni rep re sen tarla «n B spafia y su s posesiones de U ltram ar, ni en los paisee con lo t eo ales h ay a celebrados 6 se celebren en ade­ la n te tra ta d o s internacionales de propiedad litera ria. Los au to res se reserv an el derecho de tradaccióa. Los com isionados de la A dm inistración L írico-dra­ m ática d e DON BDUARDO HIDALGO, son loaencarerados ex clusivam ente de conceder 6 n e g ^ r el perm ito d e representación y del cobro de los derechos de pro* piedad. Queda heebo el depósito que m area la ley. « íd IL TMJi ilSTÍ BUFONADA LÍRICA EN ÜN ACTO Y TRES CUADROS. EN VERSO liSlDl » IL IICDIIIHT« U DH CUm« JIHI9 LETRA DE RICARDO CURROS CÁPUA Y JUAN LORENTE DE URRAZA m ú sica del m aestro D. ARTURO SACO DEL VALLE E «renída con extraordinario é iilo en el TKATRO ESLIVA U noche del 16 de Enoro de 1 S 94 MADRID R . VELASCO, IM PRESOR, RUBIO, 2 0 f »»4 REPARTO F E S S 0K ¿JE 3 ¿C T0B E3 MERLIN (paje).................................................... Se t a , ábana . AZUCENA................................................. Sr a . M a e is c a l . GEDEÓN X C IX ....................................... S r. Ca s t il l a . SIMEÓN..................................................... * ü bta s. C A C A 8 E N 0 .... j I babrola. 1 BERTOLDO. . . ' (MídísIfos de Gedeón)........ ■ Abana. BERTOLDINO. ( C a e e ió n . P A JE 1 . 0 .............................................................. ( S r t a . E s p in o s a . IDEM 2 .0 .............................................................. Ca m po s. IDEM 3 .0 .............................................................. SASTRE 1.0 ............................................. B a b e a g ín . Se. U N U J I E R ........................................................ Z a l d ív a b . Toha. Fajes, sastres, dam as, cortesanos, hom bres y m ujeres del pueblo, soldados y acom paùam leato L a acción se desettvuelve en un reino im aginario y en cualquiera época que no sea la moderna Derecha é izquierda, las del actor Para el cuadro tercero de esta obra pintó una decoración el reputado escenógrafo Sr. Muriel. A C T O U N IC O CU A D RO PRIMERO 'Salón del palaeio del Bey Gededn XCIX. P u ertas laterales. Al. for* co lum nata y b alau strad a de piedra. F o rillo de jard ín . E S C E N A P R IM E R A Coro de pajes de Pataolo B lü s ic a C o ro M añana se casa la bella Azucena; m añ an a h ab rá baile y opípara cena, y toda la corte del Rey Gedeón prepara sus galas p ara esta función. Sim eón, el vejete ridículo com pañero de M atusalén, se u n irá á la princesa bellísim a que el palacio convierte en edén; pero está el infeliz ta n raquítico que se dice con m u ch a razón, q ue ta l vez no haya infantes legítim os en la corte del Rey Gedeón. ¡Já, já, já, já! ¡Risa m e da, de ese Cupido tan especial! jJá, já, já, já! ¡Qué diversión, ver á ese viejo h ab lar de amorl Y aunque in sp ira al vejete gran jú b ilo esa boda que m e hace reir, y aunque así logrará sin obstáculos la corona que quiere ceñir, hay coronas que pesan m uchísim o y se dice porque es proverbial, que á los viejos casados con jóvenes las coronas les sientan m uy mal. J á , já, já, jál R isa m e da, etc. H ablado P a je 1.® P a je 2.® P a je 1." P a je 2.® P a je 3 .“ P a je 1 .“ Basta de m urm uraciones, pues de que u n viejo se case, deben te n e r los donceles motivo para alegrarse. Sim eón, u n vejestorio delicado y con achaques, y Azucena, la princesa de m ás retozona sangre, n o podrán vivir dich o so s.. Ni h an de poder soportarse, y de este enlace risible se adivina el desenlace. Y á propósito, muchachos, ¿no sabéis que en tre los pajes h a y uno á quien no hace gracia que la princesa se case? Tom a, vaya u n a noticia... E se es M erlín, y a se sabe... Bien, pero es que desde anoche tiene u n a cara tan grave. P a je 2.'* P a je 1.® P a je 2." P a je 1 .“ y u n aire tan displicente, y u n a facha tan chocante, que se com prende en seguida Que m ed ita u n disparate. Y aunque él huye de nosotros, y a u n cuando no h ab la con nadie, se dice que alguien le ha oído esta ó parecida frase; « ¡Azucena no se casa; lo im pediré á todo trance! > ¡Já, já... debe de estar locol... ¿Q^é pensará ese tunante? jCompañerosl... ¡El Rey viene! Pues m archém onos á escape, (Vanse todos por la izquierda ) E S C E N A II GEDEÓN XCIX, SIMEÓN y AZUCENA, p o r el for* G ed. Pasad, m is queridos hijos, príncipes de regia sangre, los herederos del trono m ás refulgente y m ás grande d e todas las m onarquías ai'chi-constitucionales,.. Yo os m ando q ue os queráis tan to como yo quise á tu m adre, (D irigiéndose á AzoccDft.) SiM. G ed. que no os zurréis la badana, ( a que no hagais barbaridades, y que á su debido tiem po deis á la p atria u n infante. Será, Gedeón preclaro, respetado lo que m andes, y has de ver en breve tiem po jugar en tu s regios parques no ya u n infan te tan solo, sino diez ó doce infantes... Pues... coa ta n ta in fantería va á ser preciso el desarm e. H ija m ía, ¿tú qué dices, Azucena de los valles? ios dos.) AzüC. Yo, papii, no digo nada... (con dispiiceücía.) G ed. ¡Q ué in o c e n te l SiM. Azuc. (¡Qué... salvaje!) (M eiiin sin d u d a h a olvidado que se aproxim a el instante.) j Y qué ta l es el program a de las fiestas? S iM . G ed . Azuc. G ed. ¡A d m irab le !... es u n program a que consta de grandes solem nidades y en el (jue tam bién se incluyen varias fiestas populares, con objeto de que el pueblo se divierta, ya que paeue. Veréis. A l raj’a r el alba sale el sol... Claro que sale. Y a l salir el sol saldrem os todos jun to s á la calle; m archarem os precedidos de clarines y tim bales, cuyos acordes sonoros se d ifundan por el aire... y detrás, ejecutando sus m ás sorprendentes bailes, los danzantes de la corte, que por cierto son bastantes. Después irem os nosotros, luciendo el airoso talle, llevando, cual corresponde en funciones de esta clase, el traje de los dom ingos por ser el m ás elegante. Irá n en pós de nosotros los M inistros responsables. A rchipám panos y Prestes, In te n d e n te s y Magnates, con sus pajes, escuderos, y pendones y estandartes, ¡que no h a n de faltar pendones ^ en las cerem onias reales! Irá n los Gentiles-hombree con sus {tariferas llaves, y M eninas, y Meninos SiM. Az0c. G ed . y Azafatas, y Azafates y dam as, y caballeros, y curas, m onjas y frailes. Detrás, irán á caballo nuestros bravos generales, luciendo sus uniform es ostentosos y brillantes, que es m uy justo que ios luzcan, pue^ para algo se los hacen. Y, finalm ente, cerrando este séquito brillante, los-chiquillos del Hospicio, que es do rigor que no falten, y u n pelotón Aguerrido de guardias m unicipales. Al pasar la com itiva el pueblo h a de entusiasm arse; se agolpará en los paseos, en las plazas, en las calles, y sintiéndose m onárquico al ver m i facha arrogante, con já b ilo indescriptible gritará: «¡Viva tu mare!» Azucena, qué felices (Apajionadamenle.) vam os á ser... (¡Qué cargante!) ¡C a ra m b ita , m e e n tu s ia s m a n e sto s c u a d ro s fa m ilia re s ! E S C E N A III DICHOS y un U JIER, desd« el foro U jie r G ed. U jie r G ed. Azüc. Señor... el paje M erlín... es decir, Merlín el paje... quiere... pide... solicita... H ab la de u n a vez, carape. Que le concedáis audiencia. E stá bien. D ile que pase, (va»# el (¿Se le h a b rá ocurrido algo? ¿Qué intentará^ ¡Dios lo sabe!) D jier.) E S C E N A IV AZUCENA, GEDEÓN, SIMEÓN y MERLÍN H ií8 l« a M tR . G ed. Mer. Con m ucho respeto, (por ei foro.) con m ucha hum ildad, suplico que m e oiga vuestra m ajestad, D im e lo que quieras que á escucharte voy, m as no pidas cuartos que no te los doy. Y o s o y M e rlín , e l p a je m á s re v o lto so d e e s ta m a n s ió n , e l v e n c e d o r c o n s ta n te d e la s b a ta lla s d e l co ra z ó n . E n lid e s a m o ro sa s ja m á s m i n o m b r e tu v o riv a l, y h e p e rs e g u id o s ie m p re l a v a g a fo rm a d e lo id e a l. Y s ie m p re a n h e la n te d e a m o r y firm e z a , b u s q u é con e m p e ñ o y e n v a n o b u sq u é ; s o ñ a b a v ir tu d e s , a n s ia b a p u re z a , y a m o r e s liv ia n o s ta n sólo e n c o n tré . M as q u is o la f o r tu n a q u e e n e l a lc á z a r p u d ie s e v e r, e l id e a l a n s ia d o b a jo la fo rm a d e u n a m u je r. D e r u b ia c a b e lle ra , m i r a d a d u lc e c o m o el a m o r, y el talle m ás esbelto que la palm era de Mogador. Y al verla lan bella sentlm e vencido, rendido á sus plantas am or la pedí; y al verm e dichoso por ella querido, pensé que los cielos estaban aquí. Hablado G ed. M e r. G ed. S iM , G ed. Azuc. G ed. M er. E so e s tá b ie n , M e rlín , p e ro co n fieso que yo no he com prendido nada de eso. Pues bien, señor; yo estoy enam orado, y aunque m i am or parece u na locura, p o r ser tan elevada como p ura la dam a que m i juicio ha trastornado, en m i am orosa pretensión no cedo; sé que juego m i vida en esta empresa, pero declaro sin rubor ni miedo que estoy m uerto de am or por la Princesa, ¡Mira tú qué pillín! (Con cólera grotesca. ) E s UU desdoro consentir tal lenguaje á u n insolente y m iserable paje..» ¿ y t ú q u é dices, niña? ( a Azucena.) (Con deciBión.) Que le adoro. _ ¿Conque es decir, mocosa, que le quieres? ¡¡Fíate, Simeón, de las mujeres!! V os o fre c iste is c o n c e d e r la m a n o d e la re g ia h e re d e ra , a l q u e in v e n t a r a y p a ra v o s h ic ie ra u n o b je to t a n re g io y so b e ra n o q u e ig u a l n o lo tu v ie r a n i m o n a r c a n i p r ín c ip e c ris tia n o . Los años h a n corrido y el invento en cuestión no ha parecido; y al ver que no parece el tal invento, casar á la Princesa habéis queiido con ese prehistórico esperpento. (señ alan d o á Sim«ón.) <je d . M er . S iM . íteü . Pues bien; M erlín,el paje, os ofrece mi presente, que consiste en u n traje de magnificas telas del Oriente. Preciados y riquísim os m etales enriquecen la regia vestidura, y un ceñidor de perlas y corales la tú n ica sujeta á la cintura. Piedras tornasoladas, de vividos colores m atizadas, tan lím{)idas y bellas que parecen estrellas desprendidas del cielo por las hadas. Purísim os brillantes, que lágrim as sem ejan de querubes, V em ulan con sus mágicos cam biantes los reflejos del sol sobre las nubes... Y tules y brocados adornando las telas purpurinas, q ue parecon bordados por sílfides y ondinas... E sto avalora y constituye el traje que os ofrece, señor, M erlín el paje. ¿Conque tiene brillantes? {Pchs! No es m alo. Me dignaré aceptar ese regalo. No vayáis tan deprisa, que para que realice m i promesa, •es condición precisa que m e dejéis casar con la Princesa. ¡Horror! ¡¡Terror!! ¡¡¡Furorlil ¿Cómo toleras esas frases indignas y altaneras? ¿Y puedes escucharlas tan sereno? ¡Bueno está el pajecito, bueno, bueno! (Con calm a ) ¿Conque usté, bribonzuelo, se figura que el valor de u n a dam a regia y pura se puede com parar al de u n vestido de los m ás elegantes, aunque esté guai-necido de pedruscos con cam bios y cam biantes? ¡Es usted, señor paje, u n atrevido! (^Transición brusca, y aparle A M erlln.) M e r. ¿Pero, dim e, son finos los brillantes? Perdonadm e, señor, m i atrevim iento. pero el traje en ciiestion es u n portento y está de tuodo tiil constituido, QUE SÓI.O LA-' PERSONAS DE TALENTO PUEDEN VER SU FINÍSIMO TEJIDO. G ei>. ¡físo 68 iiic o iiip re n sib k ;! ¿Qué has querido decir? Me r . Que e l h om bre rudo piensa que el que lo lleva vii desnudo, PUES SU TEJIDO MÁGICO V FLEXIBLE, PARA EL HOMBKE VULGAR ES INVISIBLE. G ed. Mer. G ed. Mer. G ed. ¿D e m o d o , q u e lo s to n to s? ... N o v e n n a d a ... ¿ y el h o m b r e d e ta le n to ? ... SiM. A dm ira e l traje. (¿Me estiu’á dando a c a so la tostada este m aldito y revoltoso paje?) E res u n eiiü)nstero y u n menguaclo... M er. S i so is v o so tro s h o m b r e s d e ta le n to , os podréis convencer de que no m iento viendo el traje encantado. G ed . Mer. G ed. ¿M e lo v a s á e n tre g a r? p ro m e s a de que m e he de casar con la Princesa. P u e s , m ira, Sim eón, esto es m uy serio, vámonos á pensarlo sin demora... No puedo contestarte por ahora ( a M eriin.) hastsi ver lo q ue opina el M inisterio. (V a n sti p o r l a d e rG c b a to d o s iuüdos ESCEN A V MERLÍN M er. No es hidalga la intención ni m uy correcto el bromazo, j)ero con esta invención haré que caiga en elluzo nuestro buen i*ey Gedeón. Y á ese cortesano ruin, de n a d a le servirá lu ch ar contra m i, que al fin, sin novia se quedará como m e llam o Merlin. ir e tlín .) (V olviéndose bacín la p u e ita por doiida salieroa el Rey, Azucena y Slme<!o.) Principes y cortesanos, caballeros y villanos, tiodos m e habéis de creer y habéis de ver tan ufanos lo que no es posible ver. Todos tendréis ia m anía <Je enaltecerm e á porfía, y elogiaréis de m il modos lo que es u n a invención mía para engañaros á todos. V uestra inm ensa vanidad fué base de m is proyectos, pues tengo la habilidad de utilizar los defectos de esta pobre sociedad. Y sé que si en lengua ignota charla cualquier atrevido, os seduce y alborota a u n q u e no entendáis ni jota d e lo que le habéis oído. Porque sois tan m ajaderos, tan vulgares y ram plones, que os hacen los em busteros ver carneros á m ontones donde no hay tales carneros... Por eso, gente m enguada, (con fuerza.) vivirás siem pre engañada; p o r eso, M erlín el paje, te hará ver u n rico traje donde no h ay traje ni hay nada. E SC E N A VI DICHO y AZUCENA p o r el foro M ú s ic a A^uc. Mer. •Aüuc. M erlín... A z u c e n a ... ¡Qué dicha es amar!... Por íin en m i s brazos te puedo estrechar. (A brazándola.) A zuc. Mer. M e a s u s ta e l p e lig ro q u e a r r o s tr a s p o r m í. N o te m o á la m u e r te s i m u e r o p o r tí. E s m i cariño inra«nso ta n atroz y m i pasión ardiente tan tenaz, que á jugarm e la vida voy por tí. sin que m e haga el peligro vacilar. U n trono se interpone entre los dos, m as no m e h a de im portar... que el trono que te eleva sobre mí, lo puedo conquistar. Azuc. Si es tu cariño inm enso tan atroz, y tu pasión ardiente tan tenaz, que á jugarte la vida vas por mí, sin que te haga el peligro vacilar, te ju ro que en m i am or, m i dulce bien, el prem io has de encontrar; que el trono que m e eleva sobre tí, lo puedes conquistar. Azuc. M erlín... M er. Azucena... Mi vida, m i amor... L a luz de tu s ojos m e infunde valor. AzüC. Me r . Los DOS Azuc. Mer. Azuc. Mer. Los DOS Pronto el lazo d e am or á los dos unirá, y u n delirio sin fin n u estra vida será. Merlín... A z u c e n a ... Mi vida... M i b ie n ... S iem p re, am or mió, te adoraré. Hablado Mer. Azuc. M er. Azuc. M br . ¿Conque ese vejestorio quiere casarse y aspira á la corona de tu s mayores? Pueíi yo le Juro, hermosa, que h a de quedarse coronado de espinas y sin amores. ¿Cómo vas á intentarlo, M erlín querido? H aciendo u na diablura querida mía; regalando al m onarca rico vestido, q ue va á ser un desastre de sa stre ría .. ¿Tú sastre? Me parece q ue eso es patraña. ¿Y cómo harás el traje? Con estas manos... No com})rendo, Azucena, p o r qué te extraña; ¿pues qué, no cortan trajes los cortesanos? H as de ver cómo venzo, pues ya te he dicho que en los trances supiem os jam ás m e apuro. Nada, yo m e hago sastre por el capricho de sentar las costuras á tu futuro. Pero vete, Azucena, que yo no quiero que viéndonos m urm uren los envidiosos... ¿Me querrás como siempre? Azuc, M er. S ie m p re , lu cero ; )'a verás cómo pronto somos dichosos. (Vase A zucena p o r el foro precipitadam ente.) E S C E N A VII MERLÍN, fíEDEÓN, CACASENO, BERTOLDO y BERTOLDINO. Los p iiatro últim os en tran por la derecha A delante, ilustres hom bres, prez y gloria de m is reinos; como consejeros áulicos, tenéis que darm e consejos sobre u n a cuestión m uy grave que yo resolver no puedo. G ed . (O irlgióudose alternativam ente á cada tres.) T ú, m i querido Bertoldo, general de m is ejércitos: sim pático Bertoldino, notario m ayor del reino, y tú , m inistro de Estado, bondadoso Cacaseno... vosotros, que sois m inistros, y á m ás d e m inistros... feos, vais á resolver al p u n to i^Seúalando á M erlín.) Cac. j Ged. lo que este^Mwío h a propuesto. Vuestra m ajestad y a sabe que tengo m ucho talento... y que estos tam bién lo tienen .. tenemos!... A hora vais á dem ostrarlo... E l caso es que este m uñeco (señalando nuevam ente ¿ M erlln.) es el autor de ese traje uno d« los C ac. B ertoldo Ber t. G eo de tan mágicos efectos, que sólo lo ven Ioh sabios y nunca lo ven los necios... ¿Esto cabe en lo posible, ó éste m e ha tom ado el pelo? Pueden ser entram bas cosas... >Justo, entram bas pueden serlo. Me h a entusiasm ado la idea que ha tenido este chicuelo, pues con el traje encantjido podré saber, desde luego, si yo soy u n alcornoque y lo son m is consejeros, porque si no veis el traje... Los TRES ¡Sí, señor; sí lo veremos! (con rapidez) G ed. Vosotros idos con éste, y si el vestido es ta n bueno como M erlín lo describe, h abrá que darle algún premio... Ca c. Le harem os p aje honorario... M er. No es eso lo que yo quiero. V uestra m ajestad ya sabe que el prem io de m is desvelos es la m ano de Azucena... Ca c . ¡Caramba, qué atrevim iento! Ged. No, pues no está m al pensado.., porque como éste no es viejo, podrá darm e descendencia, que es hoy m i constante anhelo. Soy Gedeón noventa y nueve y Gedeón será m i nieto, para que esta dinastía entre en el núm ero ciento. 'Saleu lus oineo por eJ foro.) n iJ T 4 C I 0 !V CUADRO SEGUNDO Telón corto. Sala blanca ♦ E S C E N A P R IM E R A C oro de sastres do la Real Cana M ú sic a C o ro Somos los eastref! de la Real Casa; somos los sastres de Gedeón, y iiquí venim os como peritos, porque nos piden nuestra opinión. ^ Según nos han dicho, ya está term inado el mágico traje del paje Merlín, y el rey nos ordena que demos d ictam en del ancho y del largo de su casaquín. Y dice la gente que el traje encantado tan sólo los sabios podrán conucer; mas no noS im porta, tranquilos oetamu^, pues somos tan listos que lo hem os de ver. Y no hay que dudar que en esta ocasión, podrá com probar el rey Gedeón que los sastres de casa y de corte que visten [al rey listísim os son. Nosotros veremos cou esta m edida si está bien el traje de Su M ajestad, y si h ay que añadirle, ponerle ó q uitarle, al p unto lo harem os con toda equidad. A guja y ovillos tenem os dispuestos, tenem os tijeras por si hay que cortar, y si es necesaria cualquiera reform a tan sólo nos queda coser y cantar. Mas hay que m irar con m ucha atención, por si hay que estrechar el traje en cuestión; pues las cosas que están m uy estrechas le "[suelen gustar al rey Gedeón. Hablado S a s 'í k e 1 .0 C um plam os nuestro deber, y vam os al pun to á ver ese portentoso traje, que su autor, Merlín el paje, nos espera en el taller. (Vaae p or la Izquierda, seguido coro.) E S C E N A II GRDEÓN. CACASKNO, BERTOLDO y BERTOLDINO. E n tran p o r Ifi derecha (4 k d . C ac. G ed. ¡Caramba con este chico, qué casa tiene tan fea! Por cierto que no es m u y propio n i es u n a cosa correcta que venga todo u n m onarca á probarse ropas hechas al dom icilio de u n sastre como si fuese u n hortera, qué dices, Cacaseno? Que en eso no encuentro mengua. Yo tam bién visito al sastre con m uchísim a frecuencia... y le e n tr e te n d r á s c o n c u e n to s p o rq u e n o te h a b le d e c u e n ta s . E S C E N A III DICHOS y SASTRE 1 después MERLÍN y un SASTRE que lie v i u u a bandeja grftnde vacia S a stre I.» Señor, el paje M erlín Ca c . pide vuestra real licencia para enseñaros el traje... Pues que nos lo enseñe, ¡ea! adm irem os el prodigio. Mano al lente y ojo alerta. Mer. (E1 Rey y los tres m luistrus se agrupan en la iz q u ie r­ da, dando frente al público y eti el orden siguiente: El Rey á la izquierda, eu p rim er térm ino. Cacaseno á su derecha, á la de éste B ertoldo, y p o r últim o, Ber­ toldino. Los m inistros ’sacan grandes leules pare o b ­ se rv ar el traje.) (Sale p o r la izquierda, acom pañado del sastre.) Ct e d . Aquí está el traje encantado. ¿Dónde, dónde? Ct e d . Mer, E n la b a n d e ja . (Adem anes de ex traü eza on el Rey y los m inisiros. Estos aproxim an á la bandeja sus lentes p ara descu­ b r ir el supuesto tra je . Todo m uy exagerado para que resu lte .bufo.) \"os, que sois el m ás ilustre m onarca que h a y en la tien-a. y vosotros, los m inistros de m ás clara inteligencia que gobiernan los estados y á los reyes aconsejan, adm iraréis los prim ores de esta m agnífica tela, contem plaréis em bebidos su incom parable riqueza y os deslum brarán los rayos de ta n ta preciosa piedra. (Pansa d u ra n te la cual se m iran los m inistros unos á otros, y el Rey exam ina y palpa la bandeja qne el Sastre tiene en las m anos.) ¿Qué m e decís de m i obra?... C4ed Oac . B ert . C ac . Bert. G ed, C ac . B er toldo Bert. (Coti a c e u to d e se a p erad o .) ((Caracoles, soy m uy bestial...) Dejad... que... nos enteremos... Eso... que... nos dem os cuenta... (Resulta que soy m uy bruto...' (Caramba, si el Rey se entera de que yo no veo nada...) Cacaseno... ¿Tú qué piensas? ^,Y tú qué opinas, Bertoldo? T ú, B ertoldino, contesta. (jVaya, pues yo m e decido!.,.) (c o u aconto de adm iración exagerHdtt.) ¡Ksta es u na obra maestra!... ¡qué riqueza de colores!... qué labores tan bien hechas! G ed. ¡Caracoles, qué talento!... (M irande á BertoW ino ' Cac. (Pues lo que es por m í no queda.) ¡Son preciosos los calzones! Be r lOLDO Y... ¡son divinas las medias! Cac . ¡Qué talento tiene el paje! (Y yo, ¡qué poca vergüenza!) Ge p , (Pues señor, estos m inistros m e han resultado eminencias; pues yo no quedo por tonto...' Mérlin, aplaudo tu idea, me gusta el vestido, pero... (m e gusta m ás la bandeja.) M ek. Gracias, señor, si os parece procedam os á la prueba. Geo. ¡Ah! ¿Conque probarlo y todo? Mer. U nicam ente dos prendas... Ged. Bien: m e quitaré esta ro p a .. M ek. No es necesario; sobre e s ta .. ayúdam e tú. (ai Sastre i.®) S astre Corriente. Mer. Venga la túnica. S astre M er. La s t r e Mer. (lla ce como que coge de ln bnndt<ja una prenda y se la entrega á Merlili.) Tenga... Pero si esto no es la túnica, es el manto... (Azorado ) ¡Qué torpezíi!... Al Sastrequemanotea desesperadamente en la bandeja) La túnica es lo de encima... lo (le raso color crema... Sastre hace nuevam ente como que coge tina preiid a y se la entrega á M erlín.) Ajajá... G ed. (M irando lo que supone que Merlín tiene en la m ano ) M er. ¡^Haciendo como que pone al Roy la lú n ic a ) ¡Qué primorosa! i n c l in a d m á s l a cab eza. ¿Os oprim e la cintura?... Ged. N o se s ie n te ... n o m o le sta ... M er. (Hace la m ism a operación.) A hora el m anto de escarlata. Ya estáis vestido. G ed. Mek. ( ted. ¿D e v eras? Q u izá el m a n to p e s e m u c h o . N o te in q u ie te s , s i n o pesa... (co n iro n ía.) C ac. ¡Qué m agnifica figura! (íE D . (M irándose y contoneándose anle un espejo que oí sa stre le pone d elante.) Mkr . (ted. Es verdad... ¡Qué bien m e sienta!... l)í, sastre... ¿Qué te parece? ¡Que.es u n a ropa soberbia!... ( ¡Y o soy m ás bruto que el sastre! (Desesperado.) ¡Hasta el sastre ve la tela!) A unque el traje me enam ora ( a Merim.) he de hacer una advertencia,.. Como es así... tan finito... parece que se clarea, y habrá que llevar debajo alguna otra vestim enta, porque no digan los tontos que el Rey no tiene vergüenza. Yo os pondré unaf] enagüillas [¡orquelos tontos no vean... {¡Un m onarca con enaguas!...) Bueno, pues, haz lo q ue quiei'as... Pero ya sabéis que el premio es la m ano de Azucena. Ya lo sé, esta m ism a tarde vas á casarte con ella. Venid á ver m is talleres.,, Bueno... Cac. ; a Merlín, con g ran respeto.) S a s tre G ed. Mek . G ed. Mer. G fd. Pase vuestra alteza. (ìì:d . Coged la cola del m anto (a. los m iuistros.) que arrastrando se estropea. ( los tres ministroB hacen adem án de eogerla.) Pero no tiréis ta n fuerte, que acabaréis por rom perla. (Salen todos p or la izquierda. Los m inistros haciendo como que llevan la cola d el m anto.) H lJ X A C IO ilí CUADRO TER C ER O Decorarióit de plaza ab ierta.—A la derecha, fachada del Palacio real - GrupoR de gente del pueblo, paseando por la escena E S C E N A P R IM E R A CORO GENERAL m ú s ic a Se }ia casado Azucena por fin con el célebre paje M erlín, y se dice que el rey Gedeóu con el traje v en ará á la función. Deseosos estam os de ver el vestido que hicieron ayer, pues es ta n ta su celebridad que disculpa la curiosidad. Ya suenan las cornetas; sus toques belicosos anuncian que ya llegan los jóvenes esposos. L a regia com itiva está saliendo yá, 5’^a asom an los heraldo» de Su M ajestad. ¡Viva nuestro rey, viva Gedeón, vìva el soberano de iiuestra nación! (La coinltlv-t regia sale <ìe Palacio en el elgnienta orden; Prim ero loa heraldos y alabarderos. Detrá« Azúcena de la m ano de Merlíu, seguidos p o r pajei, »Umas y cortesanos. Después el rey Gedeón con 'calzoncillos y cam iseta rayada»; en la cabeza la co­ rona real y en in in>ino derecha el cetro. Cacaseno, Bertoldo y Bertoldino, detrás del m onarca con los brazos extendidos como si llevaran la cola del m an­ to. El pueblo, al ver al rey, prorrum pe en fuertes murmuJloR. L«s m ujeres se tapan los ojos.) K S C E N A II DICHOS, GEDEÓN' XCIX, AZUCENA, MERLÍN, C.4.CA8EN0. BER. TOLDO, BERTOLDINO, DAMAS, CABALLEROS, PAJES, HERALDOS y SOLDADOS y luego SIMEÓN Hablado ( t ED. H H ombre ombre ( a1 s a lir e s to riiu d á re p a tid a s v eco s.) iCiimcolitos, qué frío!... Pero, ¿qué, se asusta el pueblo? 1 .“ ¡Su M ajestad va desnudo! 2.° ¡El r e y v ie n e c a s i e n c u e ro s!... G ed . ¡Oh, g ra c ia s, g r a d a s , iJ ío s m ío , y a n o soy y o sólo e l necio! SlM . (salien d o p or U izq u ierd a.) ¡Basta de farsas ^:rotescas; yo con el vulgo protesto de esta m ascarada in<ligna y de este engaño Imrlesco! Su M ajestad va desnudo, digo como dice el pueblo; y á pesar de lo que opinan m inistros y palaciegos que por presum ir de sabios ' dicen que lo blanco es negro, so s te n g o q u e n o h a y ta l tr a je n i h a e x is tid o ta l in v e n to . (M uestras de asom bro en tre los eorlesauos y da »pr&baclón en tre los del pueblo.) Cac. Be r t. Confiesa el pobre que es tonto... C ac . G ed . ¡E stá is fresco! Q u ie n e s tá fresco so y y o h a c e y a b a s ta n te tie m p o . Mer. ¿ y n o lo v é is ? (A delantándose al proscenio.) ¡Silencio, dejadm e hablar! Asi os podré'dem ostrar que, arrostrando vuestra ira, he inventado u n a m entira para poderm e casar. No fué hidalga la intención, n i m uy correcto el bromazo, pero con esta invención cayó, inocente, en el lazo la corte de Gedeón. V uestra inm ensa vanidad fué base de m is proyectos, pues tengo la habilidad de utilizar los defectos de esta pobre sociedad. Pues sé que si en lengua ignota charla cualquier atrevido, os seduce y alborota, aunque no entendáis ni jota de lo que le habéis oído. Por eso, gente m enguada, (Mucho vivirás siem pre engañada; por eso, M erlín el paje, t e h iz o v e r u n r i c o t r a j e donde no hay traje ni hay nada. TELON brío.) Escena y couplet añadidos £ 1. TSM E KISTKRIOSO C u a d r o 2 .® ^T)esjmes del coro de sastres ^ la cjaintUla que le si^ae^ cuando aíjaellos hacen m u tis. E s c e n a II Cíicíijma, cBcttofSinc N o tengo ni un m om ento de reposo desde el fatal m om ento que supe (|ue ese traje misterioso solo lo ven los hom bres de talento. (Paca^jíjj N egar que lo tenemos fuera ofensa; por lo tanto verem os el vestido y quedará el m onarca convencido de que valemos mas de lo que piensa. Y podrem os decir á la Nación: (B río) ( Tratisícioti) cBct-totSo (3y.ica:>cno cBctíotSino «Sin razón y sin lógica alborotas y nos haces tan ruda oposición. N o todos tus ministros son id io ta s.. . ¡aun(]ue hay muchos ministros ({ue lo son. Se me ocurre una idea. . . . j (Con rapidez) ¡No es posible! Com o el traje es visible solo para la gente despejada, seguram ente el R ey no verá nada. <Paca:>cn<> N o te falta razón en lo que dices, pues el Rey es ya cosa dem ostrada (jue no ve más allá de sus narices. c B c tto lS in o ¿Y si el Rey no lo viera? (Baca:>cno Nos dejaba á los tres sin la cartera. c B c zto Îd in o N o te ocurra jam ás esa pamplina que se me pone carne de gallina. {Conmovido) La cartera adorada es el bello ideal de nuestros sueños. ¡Por ella vivo yo sin hacer nada! ¡¡Por ella comen pan nuestros pequeños!! Prestándom e atención yo os conver.ciera de lo que es un m inistro sin cartera. MUSICA. ■4» <•>- E s c e n a III Dichos, Gedeón con. Caram ba con este chico, etc. ONIVERSIDAD DE NAVARRA BIBLIOTECA ' " '** ' PUNTOS 'd e V EN TA M A D R ID Librerías de los Sre* Ìlijos de Cuesta., calle de Carretas, 9; de D. Fernando Fe, Carrera de San Jerónimo, 2, do D. A ntonio San M artin, Puerta del Sol, tt; de D. M. M urillo, calle de Alcalá, 7, de D. M anuel Rosàdo, calle de Esparteros, 11; de Gutenberg, ca­ lle del Principe, 14; de los Sres. Simán y C.*, calle de las Infan­ tas, 18, y del Sr. Escribano, plaza del Angel, ?. P R O V IN C IA S y E X T R A N JE R O £ d oasa los corresponsales de esta Administración. También pueden hacerse los pedidos de ejemplares directa* mente á esta casa editorial, acompañando su importe en sellos de franqueo ó letras de fácil cobro, sin cuyo requisito no aeran lervidos. Æ.*' • I, •- J» ( ' S&k: i 1 ■' -L- 3 ^ î ‘'îÆ '.^C fÎ f- ''î4 ZVm fjJÇ'•■»• 'V'' ^yK ’ M m