Bogotá D

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220-9048, febrero 7 de 2003
Asunto:DE LOS INTERESES MORATORIOS EN LOS CONCURSOS LIQUIDATORIOS.
Me refiero a su escrito radicado en la Intendencia Regional de Manizales el día 31 de octubre del presente año
con el No. 2002-05-004234, en el cual, previa la exposición de unas consideraciones acerca del eventual
reconocimiento de intereses moratorios a los acreedores de obligaciones reconocidas en la providencia de
calificación y graduación de créditos, en el escenario de un concurso liquidatorio, solicita concepto de esta
Oficina sobre el particular.
Como quiera que el asunto consultado se circunscribe a establecer si resulta procedente reconocer y, por
tanto, incluir en el plan de pagos de las obligaciones a cargo de un deudor en liquidación obligatoria, la
liquidación de intereses moratorios sobre aquellas, este despacho se permitirá hacer las siguientes precisiones
y consideraciones de orden legal a efectos de darle respuesta, advirtiendo que abordará el análisis del caso
desde la perspectiva de la legislación civil y comercial pertinente.
1-
De los intereses moratorios en la legislación nacional.
En la legislación nacional los intereses son los frutos del dinero, lo que él está llamado a producirle al acreedor
de una obligación pecuniaria, durante el tiempo que perdure la deuda, y se calculan sobre la base de una cuota
o porcentaje del capital.1
La jurisprudencia ha definido el interés como “ el precio que se paga por la disponibilidad del capital, el cual,
dentro de los factores de la oferta y la demanda del capital disponible, se halla determinado por el tiempo que
se preste y por una prima de compensación a los riesgos inherentes al préstamo” .2
A su vez, el artículo 884 del Código de Comercio, subrogado por el artículo 111 de la Ley 510 de 1999, dispone:
Cuando en los negocios mercantiles haya de pagarse créditos de un capital, sin que se especifique por convenio
el interés, éste será el bancario corriente; si las partes no han estipulado el interés moratorio, será equivalente
a una y media veces del bancario corriente y en cuanto sobrepase cualquiera de estos montos el acreedor
perderá todos los intereses, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 72 de la Ley 45 de 1990. (… )
Sin entrar a dilucidar las no pocas contradicciones doctrinales y jurisprudenciales suscitadas por la deplorable
redacción gramatical del artículo citado3, lo verdaderamente importante para los efectos que nos ocupa es que
los intereses moratorios “ cumplen la función de resarcimiento tarifado o indemnización de los perjuicios que
se presume padece el acreedor por no tener consigo el dinero en la oportunidad debida, presunción iuris et de
iure de la producción de un quebranto por la sola mora del deudor, lo que no obsta para que el acreedor pueda
optar por la pretensión del resarcimiento ordinario, caso en el cual tendrá que probar el monto del perjuicio
sufrido. Se considera que el dinero es un bien productivo, sus frutos son los intereses. Y por esta razón, cuando
el acreedor no entra en posesión del dinero a él debido, se reconoce el perjuicio que injustamente está
recibiendo con la mora del deudor; perjuicio que no será menor del interés legal, dispensado de prueba, pero
que puede ser superior, caso en el cual han de probarse su realidad y su cuantía” .4
2-
Del tratamiento de los intereses moratorios en el proceso concursal de liquidación obligatoria.
Por lo dispuesto en la ley los intereses guardan una estrechísima relación con el crédito, de tal manera que se
considera como dueño de aquellos a quien es propietario del capital principal exigible, de allí que para el cobro
ejecutivo del interés éste se considera parte inherente del crédito principal.
1
Código Civil, artículo 717: Se llaman frutos civiles los precios, pensiones o cánones de arrendamiento o censo,
y los intereses de capitales exigibles o impuestos a fondo perdido. (-) Los frutos civiles se llaman pendientes
mientras se deben; y percibidos desde que se cobran.
2
Corte Suprema de Justicia, Sala Plena, Sentencia de 25 de febrero de 1937, XLIV, 615.
3
En efecto, se mantiene viva la pregunta de qué es lo que pierde el acreedor: ¿será todo lo que ha percibido por
concepto de intereses, o tan sólo el exceso?
4
HINESTROSA Fernando, “ Tratado de las Obligaciones, concepto, estructura, vicisitudes” , Tomo I,
Universidad Externado de Colombia, 2002, págs. 165, 166.
En ese orden de ideas, en opinión de esta oficina, no podría entenderse que su reconocimiento y pago en el
escenario del concurso liquidatorio rompe el derecho a la igualdad entre los acreedores, cuando los titulares
de acreencias cobran parte de su obligación representada en intereses, ya sean producto de una convención
con el deudor o de lo establecido en la ley.
Tampoco pueden desconocerse los negocios jurídicos celebrados o realizados válidamente en el pasado por
las sociedades admitidas o convocadas al trámite de liquidación obligatoria, en los cuales el sujeto acreedor
pretendió producir una renta del capital (bajo el entendido que siempre han de respetarse las normas que
establecen límites en su estipulación y las sanciones por la extralimitación en su fijación). Así mismo, no se
pueden desconocer las normas relativas al pago de intereses por el no pago oportuno de la obligación.
Es decir, cuando una persona reclama intereses reconocidos en la ley o por convención no comete un acto de
inequidad, sino un ejercicio legítimo de su derecho a la propiedad sobre el crédito principal y lo que le es
accesorio. Ni ello significa que el juez del concurso le dispense un trato preferencial respecto de otros
acreedores; simplemente se deberá identificar y reconocer la consecuencia jurídica querida por la voluntad de
las partes involucradas o por el querer del legislador.
Ahora bien, el auto de apertura del trámite de liquidación obligatoria, ya sea proferido de oficio o a petición de
parte, constituye sin duda un auto de autoridad ejercido por un funcionario público (Arts.90, 149, 150 de la
Ley 222 de 1995), que no es posible de resistir una vez se encuentra en firme, y que produce unos efectos
particulares, tanto sobre las relaciones del deudor con sus acreedores, como respecto del funcionamiento y
desarrollo de la sociedad; por consiguiente, la mora causada por esta fuerza mayor (Art.64 del Código Civil),
en principio, no da lugar a la indemnización de perjuicios, es decir no hay lugar al pago de intereses moratorios
a partir del decreto de la apertura del trámite liquidación obligatoria, sin embargo, la estipulación de las partes
puede cambiar esa regla, al igual que una disposición legal (Art.1616 del C.C.)
En todo caso, debe tenerse en cuenta que si el caso fortuito o la fuerza mayor, esto es, la admisión al concurso,
sobrevino por culpa del deudor, éste será responsable de los intereses moratorios, hasta el pago de la
obligación.
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