Tórax. Abdomen

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Anatomía descriptiva del tórax
y del abdomen
A partir del eje óseo vertebral se constituyen en sentido ventral los arcos viscerales. Sin embargo, solamente
en la región torácica es donde ostentan toda la posibilidad formando arcos completos que se cierran por
delante originando un armazón óseo, que constituye el tórax, cuya misión fundamental consiste en proteger al
contenido visceral integrado a este nivel por los pulmones y el corazón.
Sin embargo, si la misión exigida fuese exclusivamente protectora estaría justificada la presencia de un
armazón fundamentalmente rígido, pero hace falta que simultáneamente la capacidad de la cavidad torácica se
modifique para permitir la distensión de los pulmones por el aire que incorpora durante la inspiración, y de la
misma forma atender a la disminución de la capacidad torácica, correspondiente a la expulsión del contenido
gaseoso en la espiración. Ello exige, por tanto, un tórax integrado por piezas articuladas que hagan posible
estas modificaciones de capacidad mediante el aumento y disminución de los tres diámetros torácicos:
vertical, antero−pos−terior y transversal.
En consecuencia, con los doce somitas torácicos se constituyen a cada lado doce arcos que no pueden soldarse
a las vértebras torácicas, sino que quedan solamente apoyados y articulados para poder modificar sus
diámetros.
Por otra parte, las arcadas óseas exigen también por delante la constitución de un punto de apoyo articular y
para ello se constituye ventralmente un dispositivo óseo para el engranaje de las arcadas: el esternón.
2.1. Arcos costales.
Para evitar la rigidez que supondría la total osificación de cada arcada, éstas quedan integradas a expensas de
un segmento posterior yuxta−vertebral de osificación cartilaginosa −que constituye la costilla−, y otro
segmento anterior yuxta−esternal que se mantiene cartilaginoso, facilitando con su elasticidad la movilidad de
dicha zona y que constituye el cartílago costal.
Las costillas son huesos planos de forma alargada unidas al esternón por medio de los cartílagos costales.
Existen doce de cada lado:
− Costillas verdaderas−. Son las siete primeras costillas articula das adelante con el esternón por medio de un
cartílago que le es propio.
− Costillas falsas−. Son la 8ª, 9ª y 10ª costilla, unidas por su cartílago a un cartílago común que se articula con
el esternón.
− Costillas flotantes−. Son la 11ª y 12ª costilla, libres adelante sin contacto con el esternón. Cumplen una
función de anclaje de las masas musculares y de protección lumbar.
En una costilla se distinguen las siguientes partes:
− Cabeza−. Se articula con los cuerpos vertebrales correspondientes mediante dos caras articulares, superior e
inferior, separadas por la cresta costal. Ésta es horizontal, redondeada, rugosa; su vértice corresponde al disco
intervertebral y da inserción a un ligamento.
− Cuello costal−. Es la porción de la costilla intermedia entre la cabeza y el tubérculo costal.
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− Tubérculo costal−. Se articula con la apófisis transversa de la vértebra correspondiente. Presenta una
superficie articular.
− Cuerpo−. Fuertemente aplanado en sentido transversal, es alar gado y curvado. En éste se describen:
− Una cara lateral, convexa y lisa a pesar de las numerosas inserciones musculares (músculos de la caja
torácica, de la escápula y de la pared abdominal.
− Una cara medial, cóncava hacia el interior de la caja torácica. Su altura depende del desarrollo del canal
costal situado en su par−te inferior.
− Un borde superior, redondeado y liso.
− Un borde inferior, que limita lateralmente con el canal costal. Este canal está formado a expensas del borde
inferior y de la cara medial de la costilla, y es la parte más importante del cuerpo. En él se aloja el paquete
vasculonervioso intercostal y los músculos intercostales que se insertan en los bordes de este canal.
− Extremidad anterior−. Da inserción al cartílago costal.
Una parte muy importante en la costilla es el ángulo costal, que marca el cambio de posición, la curvatura.
El cuerpo de la primera costilla puede dividirse en una porción posterior muscular −donde se insertan los
serratos menores posteriores y el serrato mayor, entre otros− y una porción anterior vascular. Ésta última está
levantada en su parte media e interna por el tubérculo del músculo escaleno anterior o tubérculo de Lisfranc.
Delante de él, en el hueso se aplica la vena subclavia. Atrás de dicho tubérculo, un surco marca el pasaje de la
arteria subclavia y del tronco primario inferior del plexo braquial.
2.2. Esternón.
Es un hueso esponjoso cargado de sangre que se caracteriza por:
− Ser una fuente de extracción de muestras de médula ósea.
− Al estar altamente irrigado permite la proliferación tumoral y es destino de metástasis.
− Poseer una alta facilidad para soldarse ante fracturas.
El esternón es un hueso plano impar, mediano y simétrico, situado en la parte anterior del tórax, entre los
cartílagos costales derechos e izquierdos.
Este hueso, cuyo espesor disminuye gradualmente de arriba hacia a−bajo, está constituido por tres segmentos:
− Superior, que recibe el nombre de manubrio.
− Medio, que recibe el nombre de cuerpo.
− Inferior, más conocido como apófisis xifoides.
Estas piezas están habitualmente soldadas en el adulto y se describen en el esternón:
− Cara anterior−. Está caracterizada por una serie de líneas transversales paralelas que van de un borde del
hueso al otro. La más neta separa el manubrio del cuerpo y forma un ángulo saliente adelante: el ángulo
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esternal o de Louis, que puede palparse bajo la piel.
Por encima de la unión del cuerpo con la xifoides existe una depresión cóncava hacia adelante: la fosa
supraxifoidea.
− Cara posterior−. En conjunto es cóncava atrás. A nivel del manubrio existen rugosidades que traducen la
inserción de músculos y ligamentos.
− Bordes−. El borde derecho y el izquierdo son semejantes. Cada borde presenta:
− Escotaduras articulares o condrales, en número de siete donde se insertan los seis primeros cartílagos
costales, y en el séptimo el cartílago costal común.
− Escotaduras no articulares o intercondrales, en número de seis corresponden a los espacios intercostales.
− Extremidad superior−. Está marcada por una depresión o escotadura: la horquilla esternal, cóncava arriba,
regular y roma. A cada lado de esta depresión se sitúan dos superficies articulares: las incisuras claviculares,
destinadas a articularse con la extremidad medial o esternal de cada clavícula.
− Extremidad inferior−. La apófisis xifoides puede ser ósea o cartilaginosa. Su longitud y forma son variables,
y puede presentarse perforada en su base.
2.3. Articulaciones costo−vertebrales.
Las costillas se articulan con la columna vertebral en dos puntos diferentes:
− La cabeza de la costilla en la parte lateral de dos cuerpos vertebrales: articulación costovertebral
propiamente dicha.
− El tubérculo costal con el vértice de la apófisis transversa: articulación costotransversaria.
• Articulación costovertebral costocorporal.
a.1) Superficies articulares.
Son:
− En la costilla; la cabeza costal, con sus dos caras articulares planas que se articulan con las dos vértebras
contiguas.
− En las vértebras; dos caras similares, una en cada vértebra, separadas entre sí por el disco intervertebral;
ambas forman un ángulo abierto lateralmente en la que se aloja la cabeza costal (articulación artrodia).
a.2) Medios de unión.
La cápsula articular está reforzada por tres ligamentos:
− Ligamento radial−. Se inserta por su vértice en la parte anterior de la cabeza costal, y por su base en las dos
vértebras adyacentes y en el disco intervertebral.
− Ligamento posterior−. Son dos fascículos que, extendidos de la parte posterosuperior del cuello costal, se
dirigen medialmente para terminar en la cara posterior del cuerpo vertebral.
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− Ligamento intraarticular−. Se inserta en la cresta saliente de la cabeza costal y sobre la cara lateral del disco
intervertebral.
a.3) Excepciones.
Las articulaciones costovertebrales a nivel de la 1ª, 11ª, 12ª costillas presentan caracteres propios: se articulan
con una sola vértebra, presentando apenas una articulación artrodia con un ligamento intraarticular
rudimentario o ausente.
• Articulación costotransversaria.
Reúne el tubérculo costal al vértice de la apófisis transversa correspondiente de la vértebra subyacente.
Es una articulación artrodia simple que falta en la 11ª y 12ª costillas.
b.1) Superficies articulares.
La cara costal, articular del tubérculo, es ligeramente convexa; del lado de la apófisis transversa se observa
una cara similar configurada en sentido inverso.
Las caras articulares se acercan más al borde inferior de la costilla cuanto más baja es su ubicación en el tórax.
De ello resulta que:
− Las costillas superiores están situadas al mismo nivel que las apófisis correspondientes.
− Las costillas medias e inferiores están algo por encima de las transversas tanto más cuanto ellas son más
inferiores.
b.2) Medios de unión.
Existe una pequeña cápsula que se disimula en medio de un conjunto de ligamentos potentes pero elásticos:
− Ligamento interno−. Se extiende desde el borde superior de la costilla al borde inferior de la apófisis
transversa situada por encima.
− Ligamento inferior−. Se extiende del borde inferior del cuello costal al vértice de la apófisis transversa
situado debajo.
− Ligamento superior−. Se extiende desde el tubérculo costal al vértice de la apófisis transversa.
− Ligamento interóseo−. Es corto y potente. Se inserta sobre la parte posterior e inferior del cuello costal, y
desde aquí sobre la cara anterior de la transversa.
A estos ligamentos se une el ligamento externo, que se extiende lateralmente desde el borde superior de la
costilla hasta el borde inferior de la lámina vertebral de la vértebra superior, cerca de la base de la apófisis
transversa.
2.4. Musculatura intercostal.
Se encuentra entre las costillas. Está auxiliada por otros músculos más o menos rudimentarios de poca
efectividad que se pueden dividir en tres grupos:
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− Músculos supracostales.
− Músculos subcostales.
− Músculo triángulo del esternón.
Protegen el paquete intercostal (vena−arteria−nervio). Se le ha pretendido dar importancia en el proceso
respiratorio. Salvo excepciones, desempeñan más bien funciones estructurales y protectoras: están más en
relación con el fortalecimiento del esqueleto que del movimiento respiratorio.
En circunstancias se produce la disnea (acompañada de la taquicnea) y entran en juego toda una serie de
músculos de la respiración (la prensa abdominal y el diafragma). Con ese ahogo (sensación de sopladores), se
llama a muchas musculaturas auxiliares: la musculatura del cuello va en auxilio e intenta tirar de éstos. Como
resultado, se hunden los espacios intercostales.
Los músculos intercostales ocupan el espacio intercostocondral limitado atrás por la articulación
costotransversaria, adelante por el esternón (para los seis primeros espacios) y el cartílago costal común (para
los cuatro espacios siguientes). Formaciones membranosas aponeuróticas limitan adelante los dos últimos
espacios comprendidos debajo de la 10ª costilla con las costillas flotantes.
Para cada espacio se describe un músculo intercostal externo, un intercostal medio y un intercostal interno.
a) Músculo intercostal interno.
Se inserta en el borde medial del canal costal por arriba y en el borde superior de la costilla subyacente. Está
situado por dentro del músculo intercostal externo atrás, y del músculo intercostal medio adelante. Sus fibras
son oblicuas abajo y atrás.
Se extiende desde la articulación condroesternal por delante, al ángulo costal posterior por detrás.
b) Músculo intercostal medio.
Se inserta en los bordes inferior y superior de las costillas y de los cartílagos suprayacentes y subyacentes, por
dentro del intercostal externo. Sus fibras son oblicuas de arriba hacia abajo y de adelante hacia atrás. Ocu−pa
la parte anterior del espacio desde la línea axilar media al esternón.
Sus fibras cubren al precedente, pero se originan mucho más adelan−te en el espacio.
Algunos autores piensan que es un desdoblamiento del anterior: toma ataduras abajo y se abre para albergar al
paquete intercostal.
c) Músculo intercostal externo.
Se inserta en los bordes inferior y superior de las costillas supraya−centes y subyacentes. Sus fibras son
oblicuas de arriba hacia abajo y de a−tras hacia delante.
Es un músculo delgado y aplanado que se extiende desde la articula−ción costotransversaria, en un plano más
externo en el espacio que los ante−riores, hasta la proximidad de la articulación condrocostal.
Sus fibras se agotan antes que las del intercostal interno.
Hay una serie de membranas aponeuróticas que van constantemente por dentro del intercostal externo y llagan
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hasta el esternón.
Otra membrana de gran personalidad es la facia endotorácica, que va por dentro del intercostal interno. En un
plano más posterior estaría la pleu−ra.
Una lámina fibroconjuntiva llena el espacio comprendido entre los músculos intercostales (el paquete
intercostal se organiza pasando por el in−tercostal medio) que contiene:
− La arteria y la vena intercostales situadas en el canal subcos−tal.
− El nervio intercostal situado más abajo.
− Una arteriola supracostal que sigue el borde superior de la costilla.
− Nódulos linfáticos intercostales.
La arteria que recorre este espacio lanza colaterales a planos más su−perficiales del tórax, y enlaza con la
arteria mamaria externa que recorre el espacio paracostal.
2.5. Músculos supracostales.
Se extienden desde el vértice de las apófisis transversas de la 7ª vér−tebra cervical y las once vértebras
torácicas hacia el borde superior y a la cara lateral de la costilla subyacente.
Van por encima de la musculatura del espacio intercostal.
Están inervados por nervios intercostales.
Son músculos inspiradores pero poco potentes.
2.6. Músculos subcostales o infracostales.
Se trata de músculos rudimentarios situados entre la pleura parietal y la extremidad posterior de los músculos
intercostales internos (van por den− tro del intercostal interno y por fuera de la facia endotorácica).
Se encuentran extendidos desde la parte posterointerna de una costi−lla suprayacente a la subyacente.
Van de dos en dos.
2.7. Músculo triangular del esternón.
Se inserta en la cara profunda o posterior del cuerpo y de la apófisis xifoides del esternón. Se dirige hacia
arriba y afuera y termina en la cara profunda de los 3º, 4º, 5º y 6º cartílagos costales.
Es una lámina muscular poco espesa y extendida en abanico.
A través de él veremos salir la arteria mamaria interna (viene de la subclavia).
Está inervado por los nervios intercostales y su acción fisiológica es mínima.
Está tapado por la facia endotorácica.
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2.8. Musculatura del fondo lumbo−ilíaco.
Desde un punto de vista parietal, el abdomen queda delimitado por paredes musculares integradas en su
aspecto organizativo por un fondo o pared posterior, un techo (constituido por la bóveda diafragmática), y
unas paredes antero−laterales que limitan el contenido visceral. Sin embargo, queda por abajo una falta de
limitación que permite amplia comunicación entre el contenido pelviano y el abdominal.
a) Músculo psoas−ilíaco.
Sobre el fondo muscular lumbar destaca una nueva banda muscular que se lanza desde la columna lumbar
hacia el miembro inferior para tomar atadura en el trocánter menor del fémur, contribuyendo a la flexión del
muslo sobre el tronco.
La potente masa muscular así constituida, viene a tomar una doble a−tadura en la columna lumbar. Por un
plano muscular más profundo tiende a fijarse en el borde inferior y cara anterior de todas las apófisis
costiformes. Por un plano muscular superficial viene a insertarse lateralmente en la co−lumna lumbar a nivel
de los discos intervertebrales y en la porción vecina de los cuerpos, así como en unos arcos fibrosos que
resultan de la unión de dichas inserciones intervertebrales. Estos arcos contribuyen a delimitar con las caras
laterales de los cuerpos vertebrales unos orificios ósteo−fibrosos, por los cuales se introduce la
correspondiente rama metamérica lumbar pro cedente de la aorta.
La masa muscular del psoas desciende destacando sobre la pared pos terior del abdomen y trata de abordar al
miembro para tomar sus ataduras fi nales a nivel del trocánter menor.
Está inervado por nervios procedentes del plexo lumbar.
b) Músculo cuadrado de los lomos.
Es un músculo bien desarrollado que se extiende entre la 12ª costilla, las apófisis transversas lumbares y la
cresta iliaca. De constitución comple−ja, se pueden describir:
− Porción costo−ilíaca−. Se extiende desde el borde inferior de la 12ª costilla hasta el tercio posterior de la
cresta ilíaca.
− Porción costo−transversa−. Se extienden desde el borde infe−rior de la 12ª costilla hasta el extremo lateral
de la apófisis costiforme de las cuatro últimas lumbares.
− Porción íleo−transversa−. Se dirige desde la extremidad de la quinta apófisis costiforme lumbar a la parte
posterolateral de la cresta iliaca.
Este músculo está envuelto por la aponeurosis del músculo transver−so.
2.9. El músculo diafragma.
Es un músculo plano, ancho y delgado que forma un septo entre el tó rax y el abdomen. Tiene la forma de una
cúpula con convexidad superior to rácica ( el lóbulo derecho es más grande que el izquierdo).
Se inserta en la circunferencia inferior del tórax y está escotado atrás por la saliente de la columna vertebral
toraco−lumbar. Presenta en su centro una formación tendinosa: el centro frénico (es de comportamiento
digástri−co) . Este músculo es atravesado por numerosos órganos que pasan del tó−rax al abdomen, y
viceversa.
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a) Pilares del diafragma.
Son cordones fibrotendinosos, sólidos e inextensibles.
a.1) Pilar principal.
Se distinguen dos: uno a la derecha y otro a la izquierda de la línea mediana.
El pilar derecho se inserta en la cara anterior de las 1ª, 2ª y 3ª vérte−bras lumbares y sobre los discos
intervertebrales correspondientes. A veces desciende hasta la 4ª lumbar.
El pilar izquierdo desciende menos, se inserta sobre las 1ª y 2ª lum−bares y sobre los discos correspondientes.
A veces desciende hasta la 3ª lumbar.
Los dos pilares emiten fibras por su borde medial que se entrecruzan entre sí en la línea mediana. Delante de
la concavidad de los cuerpos verte−brales pueden formar arcos fibrosos bajo los cuales pasan las arterias
lumba res.
La extremidad superior de cada pilar emite fibras musculares:
− Fibras mediales que se superponen a las procedentes del lado opuesto para formar delante de la columna
vertebral el hiato aórtico.
− Fibras laterales que se adosan al pilar accesorio o secundario.
− Fibras medianas, unas verticales, dirigidas al centro frénico; otras oblicuas entrecruzadas y dispuestas en
ocho alrededor de los hiatos a−órtico y esofágico.
a.2) Pilares secundarios o accesorios.
Están situados a la derecha y a la izquierda de los pilares precedentes. Cada uno de ellos se inserta sobre la
cara lateral del cuerpo vertebral de la 2ª lumbar y del disco L1−L2, por detrás y lateral al pilar
correspondiente. Desde la inserción vertebral se dirige hacia arriba y adelante y origina:
− Fibras mediales que se adosan a fibras procedentes del pilar principal.
− Fibras laterales que describen una curva cóncava para ir a fi−jarse sobre la extremidad de la apófisis
costiforme de la 1ª lumbar. Así se constituye el Arco del psoas, debajo del que pasa el músculo psoas. Por su
concavidad se adhiere a la aponeurosis del músculo (fascia ilíaca). De su convexidad se originan fibras
musculares oblicuas hacia arriba y adelante.
También hay un segundo arco: el Arco del cuadrado de los lomos, fruto de la existencia de un tercer pilar
−representa la transición entre las inserciones vertebrales y costales del diafragma−, que se desprende del
vér−tice de la costiforme L1, y que al pasar delante del músculo cuadrado de los lomos describe una curva
cóncava hacia abajo que lo conduce al vértice de la 12ª costilla (o de la 11ª cuando la 12ª es corta).
Posteriormente, las fibras musculares saltan de la costilla y se aplican al reborde costal. Otras fibras también
se dirigen hacia arriba y adelante hacia el centro frénico. En su ori−gen se hallan a veces separadas las unas de
las otras por un espacio triangu−lar: el Trígono lumbocostal.
Finalmente las fibras se anclan sobre la cara posterior de la xifoides por dos fascículos, a veces separados por
un pequeño espacio conjuntivo la xo: el Espacio de Marfan. Las inserciones esternales se hallan separadas del
fascículo condral por el Espacio de Larrey. Las fibras musculares que se o−riginan en la xifoides son cortas y
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horizontales y se dirigen en sentido ante−roposterior hacia el centro frénico.
b) Centro frénico.
Se encuentra interpuesto entre todas las fibras musculares originadas en la circunferencia inferior del tórax.
Constituye una lámina fibrosa brillan te y nacarada. Tiene la forma de un trébol de tres folíolos, cuyo pedículo
está reemplazado por una escotadura posterior:
− Folíolo anterior−. Es el más ancho y corto de los tres. Su bor−de anterior se encuentra cerca del esternón.
− Folíolo derecho−. Es oblicuo hacia atrás y a la derecha. Está unido al folíolo anterior por una porción más
estrecha donde se encuentra el orificio de la vena cava inferior.
− Folíolo izquierdo−. Se expande hacia atrás y a la izquierda.
El centro frénico está constituido por fibras originadas de los múlti−ples fascículos musculares y por fibras de
asociación dispuestas en Cintas semicirculares:
− Cinta semicircular superior−. Oblicua, más visible en la cara torácica del centro frénico, aparece en la parte
más posterior del folíolo de−recho. Pasa por dentro y detrás del orificio de la vena cava inferior, y se pierde en
el folíolo anterior.
− Cinta semicircular inferior−. Es más visible en la cara abdomi nal del centro frénico. Tiene la forma de una
herradura que une los folíolos laterales derecho e izquierdo y pasa por delante y lateralmente al orificio de la
vena cava inferior.
c) Forámenes del diafragma.
c.1) Orificio aórtico.
Es un verdadero conducto cuyas paredes laterales están formadas por la cara medial muscular de los pilares
principales prolongados por su inser−ción vertebral. La pared posterior está constituida por los cuerpos
vertebra−les de T11 y T12. Por detrás de la aorta se encuentra una almohadilla adipo sa y el origen del
conducto torácico (principal vaso linfático del cuerpo).
c.2) Foramen esofágico.
Está adelante, arriba y a la izquierda del orificio aórtico.
Por este hiato transcurren el X par craneal, el neurogástrico, y el esó−fago.
c.3) Orificio de la vena cava inferior.
Por él pasa la vena cava inferior y la rama abdominal del nervio fré−nico derecho (el diafragma está inervado
por el nervio frénico).
c.4) Hiatos accesorios.
Entre el pilar principal y el arco del psoas hay un pequeño intersticio que da paso al tronco simpático y, a
veces, al nervio esplácnico menor.
Lateralmente por fuera y arriba del arco del psoas se desliza el nervio esplácnico mayor.
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c.5) Trígono de Larrey.
Por delante de este espacio pasan los vasos mamarios internos a la pa red abdominal.
La vena lumbar asciende por el agujero aórtico, y por los forámenes de los pilares.
d) El nervio frénico.
El diafragma está altamente vascularizado por la mamaria interna, que acompañará al nervio frénico.
El nervio frénico se constituye a partir de ramas ventrales de los ner−vios cervicales. Su raíz principal se
origina en el 4º nervio cervical (C4), sus raíces accesorias en el 3er y 5º nervio (C3, C5). Estas raíces
constituyen un nervio que se encuentra formado principalmente por fibras motoras, pe−ro que contiene
también fibras sensitivas vegetativas.
Las raíces, situadas en el espacio interescalénico, se reúnen en el bor−de lateral del músculo escaleno anterior.
El tronco nervioso contornea este borde, desciende vertical y se inclina medialmente cruzando la cara anterior
y el borde medial del músculo. Se desliza entre las arterias y venas subcla−vias, adelante, y de ahí pasa a la
cúpula pleural. Penetra así en el tórax y lo atraviesa de arriba hacia abajo para terminar en el diafragma.
El trayecto torácico y la terminación son diferentes a la derecha y a la izquierda (diafragma doblemente
inervado). El frénico izquierdo es más anterior y se encuentra rechazado lateralmente y adelante por la punta
del corazón, penetra en el músculo adelante y a la izquierda del folíolo anterior; el ~ derecho llega al centro
frénico próximo a la vena cava superior.
Este nervio se relaciona con el cuello −región del músculo esterno−cleidomastoideo− y con el trígono
omoclavicular y con el tórax.
2.10. Musculatura de las paredes antero−laterales del abdomen.
Las paredes antero−laterales del abdomen responden a una disposi−ción músculo−aponeurótica sometida al
control neural motor de los últimos nervios intercostales y de los primeros lumbares, y cuya organización
estra−tificada se asemeja al de las paredes torácicas, ya que, la pared abdominal puede ser considerada como
un amplio espacio intercostal delimitado entre el reborde inferior del tórax y el límite antero−superior de la
pelvis.
Así, cabe considerar un plano muscular profundo que a nivel del ab−domen va a recibir la denominación de
músculo transverso, por la orienta−ción transversal de sus fibras musculares hacia el centro.
Un segundo plano viene a constituir
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