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Imagen Divina: Sanar Nuestra Alma
– Aplicando el Poder de la Resurrección –
Cuando recibimos al Mesías Cristo Jesús como nuestro salvador y justicia de Dios,
nuestro espíritu se volvió instantáneamente perfecto, sellado, lleno. Nada nos falta
en nuestro espíritu. Somos un nuevo ser en nuestro espíritu, una nueva creación.
Nuestro espíritu no está llegando a ser una nueva creación sino que es. No es un
proceso sino que fue un evento instantáneo del Nuevo Nacimiento o Regeneración.
La IMAGEN de nuestro espíritu es PERFECTA, según Jesús Resucitado..
2 Cor. 5:17 De modo que si alguno está en Cristo, NUEVA CRIATURA ES; las cosas
viejas pasaron; he aquí TODAS SON HECHAS NUEVAS.
18 Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y
nos dio el ministerio de la reconciliación;
21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros
fuésemos HECHOS JUSTICIA DE DIOS EN ÉL.
Pero fallamos en comprender el trabajo necesario de salvación para nuestra ALMA.
Nuestra alma ha pasado por traumas, heridas, fortalezas, y engaños.
Y el Alma es como un FILTRO para nuestro espíritu. Si nuestra alma está herida,
cargada, traumada, ofendida, condenada e insegura entonces va detener el flujo
del Rio de Agua Viva que fluye de nuestro espíritu.
Nuestra alma ha recibido una IMAGEN atrofiada y falsa. Todavía nos aferramos a la
imagen de esclavitud, escasez, pobreza, y condenación. Y según la imagen que
sostenemos así vamos a funcionar, en este caso, así vamos a hablar.
Israel aunque era totalmente libre de la esclavitud de Egipto y aunque había visto
la conquista de Faraón con señales poderosas, durante 400 años de esclavitud se
forjó una imagen atrofiada en sus almas. Ellos eran esclavos de IMAGEN y por lo
tanto pensaban, juzgaban y razonaban como esclavos.
Todo lo que hablaban era ingratitud, inseguridad, incredulidad, murmuración y
envidias. Esas actitudes nunca podrían heredar la Tierra Prometida.
Y así sucede con nosotros hoy. La IMAGEN de esclavitud nunca heredara la libertad
ni el reposo de Dios. La IMAGEN de esclavitud nunca confiara en lo espiritual sino
en sus propios medios.
Recordemos el sistema en que Dios funciona y nosotros funcionamos: Primero se
ES y luego se HABLA. Dios ES y luego Dios HABLA. Según la IMAGEN de Dios así es
Su SEMEJANZA (Su Hablar).
Cada vez que nos ofendemos hacemos un corto circuito o un obstáculo para
movernos en la presencia de Dios. El pecado hiere nuestra alma dejando huellas
profundas y heridas que nos enferman. Nuestra IMAGEN en nuestra alma debe ser
sanada para luego poder funcionar según el Sistema de Dios.
El profeta Isaías 30:12-33 habla que Dios sana nuestras heridas con Su poderosa luz
y derribará las torres que nos oprimen con Su fuego.
Aquí Isaías no está hablando de heridas físicas sino en el alma. Y los enemigos y
reyes que nos oprimen no se refieren a reyes políticos sino a fortalezas espirituales
que oprimen nuestra alma.
Y cuando nuestra alma está herida y oprimida, todas las áreas de nuestra vida son
muy afectadas: el matrimonio no funciona bien, las finanzas sufren en gran manera,
no podemos ministras bien a nuestros hijos, etc. Aún nuestro cuerpo se enferma
cuando nuestra alma está herida.
Juan habla de la relación del alma y la salud del cuerpo.
3 Juan 1:2 Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas
salud, ASÍ COMO PROSPERA TU ALMA.
3 Pues mucho me regocijé cuando vinieron los hermanos y dieron testimonio de tu
verdad, de cómo andas en la verdad.
La prosperidad en cada área en mi vida depende directamente de la PROSPERIDAD
EN MI ALMA. Dios quiere que prosperemos en TODAS LAS COSAS, en la salud, así
como prospera nuestra alma.
El amado a quien Juan escribió tenía una prosperidad evidente a tal modo que
todos daban testimonio. LA PROSPERIDAD EN TODO ERA EVIDENCIA DE ANDAR EN
LA VERDAD.
La prosperidad en mi alma determina el grado que prospero en la vida. Si mi alma
no prospera mi vida no prospera. Mi alma tiene que prosperar o la salud no va estar
allí. Mi alma tiene que prosperar o las finanzas no van estar allí. Mi alma tiene que
prosperar o la unción no va fluir. Un alma arruinada es una vida arruinada, más un
alma prosperara, es una vida prospera.
La prosperidad de una familia está determinada de la prosperidad de su alma. Y la
prosperidad de una iglesia depende de la sanidad del alma de sus líderes.
El fluir del mover del Espíritu de Dios en nuestra vida es proporcional al nivel de
sanidad de nuestra alma. En otras palabras, la salud de nuestra alma determinará
la evidencia del dúnamis (poder de resurrección), porque nuestra alma es el canal
o medio del fluir de nuestro espíritu.
Por ejemplo, encontramos a Jesús ofreciendo sanidad a un hombre paralitico
durante 38 años: ¿Quieres ser sano? Para lo cual, aquel hombre contestó con una
imposibilidad: No tengo a nadie.
Juan 5:6 Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le
dijo: ¿Quieres ser sano?
7 Señor, le respondió el enfermo, NO TENGO QUIEN me meta en el estanque
cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo.
¿Podemos ver la enfermedad del alma? Jesús le ofrece sanidad completa y aquel
hombre le contestó con una imposibilidad: “no tengo a nadie”. Esa era la fuente de
su enfermedad física – “no tengo a nadie”. “Nadie me ama, nadie me ayuda, nadie
me presta atención, yo no soy valioso, yo no soy amado.” Era un alma culpando a
los demás.
Delante tan glorioso ofrecimiento de parte de Jesús, aquel hombre no podía hablar
más allá del nivel de salud de nuestra alma. Según el nivel de nuestra alma así será
nuestro hablar.
Ya sabemos que no toda enfermedad es por causa de un pecado. Pero aquella
enfermedad de 38 años vino a causa de algún pecado pasado. ¿Cómo sabemos
esto? Porque Jesús se encontró aquel hombre más tarde y le advirtió.
Juan 5:14 Después le halló Jesús en el templo, y le dijo: Mira, has sido sanado; no
peques más, para que no te venga alguna cosa peor.
Así que aquí vemos que el pecado hiere nuestra alma y nos hace enfermos y
detiene el poder de Dios.
Veamos otro ejemplo, la historia del endemoniado de Gadara.
Observemos al hombre endemoniado y fijémonos por qué estaba en total bajo
control de aquellos demonios. ¿Por qué tal control? Era por las heridas creadas por
el pecado. ¿Cómo lo sabemos? Observemos dónde él vivía.
Mar. 5:1 Vinieron al otro lado del mar, a la región de los gadarenos.
2 Y cuando salió él de la barca, en seguida vino a su encuentro, DE LOS
SEPULCROS, un hombre con un espíritu inmundo,
3 QUE TENÍA SU MORADA EN LOS SEPULCROS, y nadie podía atarle, ni aun con
cadenas.
4 Porque muchas veces había sido atado con grillos y cadenas, mas las cadenas
habían sido hechas pedazos por él, y desmenuzados los grillos; y nadie le podía
dominar.
5 Y siempre, de día y de noche, andaba dando voces en los montes y en los
SEPULCROS, e hiriéndose con piedras.
Tres veces afirma que él vivía entre los sepulcros, entre las tumbas. La palabra
tumba o sepulcro en griego significa recordar o traer a la memoria continuamente.
También significa un monumento levantado dentro de ti para recordarte día y
noche. Aquellas tumbas proveían un recordatorio perpetuo.
Aquella legión de demonios tenía total dominio por las heridas en el alma. Aquellas
heridas se habían levantado como un monumento que proveían un recordatorio
perpetuo de las cosas horribles que le habían acontecido. Un recordatorio de dolor
y dolor. Ese era el derecho legal de aquellas tinieblas.
¿Tienes recordatorios dentro de ti? ¿Vives continuamente recordando las
heridas? Si es así, entonces las tinieblas prevalecen contra ti y detienen el fluir de
la vida de Jesús.
Después de esto, Jesús permitió que los demonios entraran en hato de cerdos los
cuales se precipitaron por un despeñadero. Así que la gente en esa región se
ofendió porque había perdido su fuente de ingreso. Cada vez que tenemos miedo
por perder nuestra fuente de ingreso o nuestra fuente de ingreso se encuentra
amenazada, nuestra alma se endurece, se hiere o se agrieta.
Cada vez que tenemos miedo de perder nuestra fuente de ingresos el enemigo
tiene un derecho legal en las personas. Una grieta profunda del alma es la mentira
que nuestro trabajo es nuestra fuente de ingresos. Esa es la manera de vivir de los
impíos, los que no tiene un Dios Todopoderoso.
Tú eres un hijo del Rey, sentado en Su Trono. Eres muy amado. Si eso es cierto, ¿por
qué soportas abusos verbales, emocionales, manipulación en los trabajos. Yo
prefiero morirme de hambre antes de dejarme maltratar por el dinero.
Yo me salgo de un trabajo y busco otro porque es Dios quien me prospera y no una
empresa. Obviamente que por la Gracia de Dios voy a ser muy diligente, excelente,
disciplinado y respetuoso y esforzado en mi trabajo, pero lo mejor de mí no le da
derecho a ninguna persona a gritarme.
¿Sabes por qué soportamos la miseria y la explotación? Por el temor en el alma.
Nuestra alma tiene una grieta que no confía en el BANQUETE continuo del Señor.
Jesús te hizo portador de la invitación de la Gran Cena. Espero que respondas cada
día a la abundancia.
Un alma sana sigue a Jesús más un alma atrofiada hay que arrastrarla a buscar lo
bueno. Aquel hombre en su sano juicio ahora quería seguir a Jesús y se convirtió en
una luz de la misericordia de Dios.
Mar. 5:18 Al entrar Él en la barca, el que había estado endemoniado le rogaba que
le dejase estar con Él.
19 Mas Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: VETE A TU CASA, A LOS TUYOS, Y
CUÉNTALES CUÁN GRANDES COSAS EL SEÑOR HA HECHO CONTIGO, Y CÓMO HA
TENIDO MISERICORDIA DE TI.
20 Y se fue, y comenzó a publicar en Decápolis cuán grandes cosas había hecho
Jesús con él; Y TODOS SE MARAVILLABAN.
Cuando nacemos de nuevo por el Agua y el Espíritu, esto es, cuando somos
regenerados, nuestro espíritu se vuelve instantáneamente perfecto. Totalmente
libre de condenación, libre de pecados, sellado por el Espíritu de la Promesa y sobre
todo nuestro espíritu se vuelve morada de Jesús.
Nuestro Señor Jesucristo mora en nosotros en la forma del Espíritu de Dios. Así
nuestro espíritu y el Espíritu de Dios son UNO. Es una unidad espiritual, eterna e
irreversible.
Nuestro espíritu recibe toda la adopción del Padre y toda la PLENITUD de bendición
de Dios, de tal modo que nada nos falta. Ya tenemos toda la obra terminada de
Dios. Ya fuimos bendecidos. Ya tenemos toda Su Unción, Su Mente, Su Fe, Su Voz,
Su Presencia y Sus Dones. Es una obra de REPOSO porque ya está terminada.
Nuestra vida espiritual victoriosa consiste en tomar de nuestro espíritu y aplicarlo
a nuestra alma y a nuestro cuerpo.
¿Cuántos sabemos que el maligno ni ningún demonio pueden atormentar ni tocar
nuestro espíritu? Es un área de nuestro ser sumamente santa y perfecta.
Por otra parte, nuestra alma consiste básicamente de tres partes: la mente, la
voluntad y las emociones. Cada una de estas partes es un vehículo para poder
expresar y fluir el Rio de Agua Viva que ya tenemos en nuestro espíritu.
Si alguna de estas áreas del alma está herida o atrofiada va afectar el nivel de
salvación que experimentaremos. Podemos tener toda la plenitud de Dios en
nuestro espíritu pero si el filtro está sucio o tapado, nada podrá fluir.
Y en nuestra alma sí enfrentaremos una lucha continua de conquista contra las
huestes de maldad. Es allí donde se nos exhorta no dar lugar al diablo porque está
buscando como león rugiente a quien devorar.
Las heridas en nuestra alma hacen que tomemos decisiones equivocadas y acciones
erróneas. Hacen que tengamos emociones nocivas y hacen que hablemos con
condenación, incredulidad, miseria y esclavitud. Conforme sean las heridas y
fortalezas en nuestra alma así será nuestro proceder.
Estas heridas harán que sintamos los dolores del alma como rechazo, soledad,
inseguridad, insuficiencia, depresión. Estos dolores del alma a su vez harán que
nuestro cuerpo se enferme con fragilidad, debilidad y condiciones crónicas.
Nuestro hombre espiritual es perfecto pero nuestro hombre síquico (referente al
alma) no lo es. Y es un proceso a largo plazo sanar nuestra alma.
Escuchemos lo que afirman las Escrituras y veamos si podemos distinguir a qué área
el maligno ataca:
Salmo 143:1 Oh Jehová, oye mi oración, escucha mis ruegos;
Respóndeme por tu verdad, por tu justicia.
2 Y no entres en juicio con tu siervo;
Porque no se justificará delante de ti ningún ser humano.
3 PORQUE HA PERSEGUIDO EL ENEMIGO MI ALMA;
HA POSTRADO EN TIERRA MI VIDA;
Me ha hecho habitar en tinieblas como los ya muertos.
4 Y mi espíritu se angustió dentro de mí;
Está desolado mi corazón.
5 Me acordé de los días antiguos;
Meditaba en todas tus obras;
Reflexionaba en las obras de tus manos.
6 Extendí mis manos a ti,
MI ALMA A TI COMO LA TIERRA SEDIENTA. Selah
7 Respóndeme pronto, oh Jehová, porque desmaya mi espíritu;
No escondas de mí tu rostro,
No venga yo a ser semejante a los que descienden a la sepultura.
8 Hazme oír por la mañana tu misericordia,
Porque en ti he confiado;
Hazme saber el camino por donde ande,
Porque a ti he elevado mi alma.
9 LÍBRAME DE MIS ENEMIGOS, OH JEHOVÁ;
EN TI ME REFUGIO.
10 Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios;
Tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud.
11 POR TU NOMBRE, OH JEHOVÁ, ME VIVIFICARÁS;
POR TU JUSTICIA SACARÁS MI ALMA DE ANGUSTIA.
12 Y por tu misericordia disiparás a mis enemigos,
Y destruirás a todos LOS ADVERSARIOS DE MI ALMA,
Porque yo soy tu siervo.
¿Pudimos identificar el centro de ataque del enemigo? Es nuestra ALMA y vemos
como sí afecta a nuestro espíritu. Inclusive detiene el fluir del GOZO del espíritu. Es
verdaderamente asombroso.
Tenemos que entender algo sumamente importante: La razón que el enemigo
puede atormentarnos y afligirnos en nuestra alma y detenernos de la plenitud de
nuestro llamado es por las GRIETAS, HERIDAS, TEMORES y TRAUMAS en nuestra
alma.
¿Por qué muchas veces oramos y nada sucede? ¿Por qué reprendemos y atamos y
todavía nos sentimos débiles y frágiles? Es por el derecho legal que el enemigo
tiene debido a nuestras grietas síquicas.
Jesús vino como hombre y el enemigo no tenía nada en Él. Jesús vino como hombre
para mostrarnos lo que podíamos lograr y alcanzar cuando estamos en relación
correcta con Dios.
Jesús era tan libre que sólo hacía la voluntad del Padre. Esa es verdadera libertad y
esa es la mayor excelencia del alma, hacer la voluntad del Padre. No hay mayor
poder moral del alma que vivir para el Padre.
Juan 5:19 Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No
puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo
lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente.
30 No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es
justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre.
Como Jesús vino como hombre quiere decir que también tenía espíritu, alma y
cuerpo. El espíritu de Jesús era perfecto. Nosotros recibimos nuestro espíritu
perfecto de Él.
Pero a diferencia de nosotros, el alma de Jesús no tenía heridas ni grietas algunas
por causa del pecado. Su alma era perfecta también. Por lo tanto toda la capacidad
de Su espíritu podía fluir libremente a través del vehículo de Su alma.
No había pecado en Jesús por lo tanto el enemigo no tenía derecho legal de
atormentarlo, oprimirlo o afectarlo.
No había nada en común entre el maligno y Jesús. El maligno no tenía nada en
Jesús. No tenía poder sobre Jesús.
Juan 14:30 No hablaré ya mucho con vosotros; porque viene el príncipe de este
mundo, Y ÉL NADA TIENE EN MÍ (nada en común).
Jesús como hombre tenía completo dominio sobre el maligno porque no había
nada en Jesús que perteneciera a él. No había nada con la mente de Jesús que
estuviese en común con las tinieblas. No había nada en Sus emociones o voluntad
que tuviese lo mínimo en común con el enemigo. Y es por ello que el enemigo no
tenía poder sobre Jesús.
Mar. 5:6 Cuando vio, pues, a Jesús de lejos, corrió, y se arrodilló ante Él.
7 Y clamando a gran voz, dijo: ¿QUÉ TIENES CONMIGO (Qué hay en común entre
nosotros), Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no me atormentes.
Aquellos espíritus atormentando al endemoniado de Gadara reconocieron que
había algo muy diferente en Jesús. Ellos reconocieron que el reino de las tinieblas
no tenía absolutamente nada en Jesús. Sabían que en lugar de ellos poder
atormentar a Jesús, era todo lo contrario. Reconocieron que Jesús los podía
atormentar a ellos y ordenarles.
Jesús como hombre tenía todo dominio sobre el reino de las tinieblas porque no
había nada en Su Alma que tuviese algo en común con ese reino. Jesús era
totalmente LUZ y las tinieblas no prevalecen contra la luz.
Juan 1:4 En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
5 LA LUZ EN LAS TINIEBLAS RESPLANDECE, Y LAS TINIEBLAS NO PREVALECIERON
CONTRA ELLA.
6 Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan.
7 Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos
creyesen por Él.
8 No era él la luz, sino para que diese testimonio de la Luz.
9 AQUELLA LUZ VERDADERA, QUE ALUMBRA A TODO HOMBRE, VENÍA A ESTE
MUNDO.
Si queremos liberación, salvación, poder y conquista, no podremos tener nada en
común con las tinieblas. La medida que nuestras tinieblas son alumbradas en
nuestra alma así será le medida de nuestra victoria. La salud de nuestra alma es
vital para vivir la vida abundante.
Pastor Johel LaFaurie
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