TOMÁS MORO

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TOMÁS MORO
Antes que todo, me parece esencial relatar en forma breve la vida de Tomás Moro, para que así sea más fácil
comprender el tema que desarrollaré a lo largo del escrito.
Tomás Moro, nació el 7 de febrero de 1478 en la ciudad de Cheapside, Londres. Su padre fue un gran
abogado y juez, y su madre murió cuando él tenía la edad de 4 años. Se crió en una familia muy conservadora
y respetable, pero a los 13 años entró a trabajar como mensajero del arzobispo de Canterbury Juan Morton.
Este al percatarse de la gran inteligencia del joven decide enviarlo a estudiar a un colegio de la Universidad de
Oxford, donde después estudiaría leyes, terminando su carrera en New Inn. A los 22 años este ya era un
doctor en abogacía. Pero Tomás Moro no sólo se interesó por el derecho, sino que también se inclinó por la
cultura, la teología y la literatura clásica. Aprendió muy bien el griego, y tuvo una buena amistad con grandes
personajes, tales como Colet, Vives, y Erasmo de Rotterdam. Para él, su vocación nunca estuvo realmente
clara. Primero se unió al grupo de los cartujos, pero después de 4 años se percató que el ser parte de un grupo
de monjes que nunca hablan, ni comen carne, y que oran muchísimas horas diarias no era para él. Luego
intentó relacionarse con los franciscanos, lo que tampoco lo convenció. Finalmente decidió llevar una vida
corriente, y en 1505 se casó con Jane Colt, con la que tuvo cuatro hijos, esta murió 6 años más tarde. Se casó
en segundas nupcias con Alice Middleton. Juntos formaron una familia muy dedicada a la educación
intelectual, moral y religiosa de sus hijos. Después de ocupar varios cargos políticos, en el año 1529 el rey lo
nombró Canciller del Reino. Moro aceptando la importancia de este puesto, debió afrontar un periodo de crisis
tanto política como económica, pero gracias a que siempre fue fiel a sus principios, fue capaz de promover la
justicia, e impedir que tiranos se apropiaran del poder. Pero en 1532, debió enfrentarse a uno de los más
terribles sucesos históricos que ha atravesado la Iglesia Católica. El rey Enrique VIII, luego de serle rechazada
su nulidad con Catalina de Aragón, se declara Jefe Supremo de la Iglesia en el país. Por supuesto, Tomas
Moro, siempre consecuente con su fe, se negó rotundamente a este hecho, lo que le costó la destitución de su
cargo, la confiscación de sus bienes, e incluso más tarde la muerte.
El primer aspecto que me gustaría desarrollar, debido a que fue lo que más me llamó la atención del caso, es
cómo su fidelidad al catolicismo y su conciencia llevaron a Tomás Moro a ser el protagonista de uno de los
juicios más crueles de la historia. Desde muy pequeño, el siempre fue una persona muy católica y apegada a la
religión. Asistía diariamente a misa, y su vida familiar le permitía largos tiempos para la oración común. Esto
sumado al hecho de que siempre fue un excelente abogado y juez, lo llevó a ser estimado por muchos por su
indiscutible integridad moral y fortaleza interior. Fue admirado por su brillante participación en la
administración política. Enrique VIII siempre fue muy cercano a Moro, incluso llegaron a ser amigos, y este
también reconocía su excelente trabajo, pero cuando el Parlamento aprobó el Acta de Supremacía
(otorgándole así poder total al rey sobre sus súbditos) se le solicita a Moro que jure ante el Acta, pero este
siguiendo su conciencia se negó a aceptarlo, ya que esta iba en contra de la autoridad del papa. Según él,
cualquier asunto que tocara su conciencia, como en este caso, porque se estaba desobedeciendo las leyes de
Dios, el se veía obligado a estimar más a su propia fe y alma más que cualquier otra cosa en el mundo. Moro
en todo momento actuó conforme a su conciencia. Nunca cedió al rey. Enrique VIII era un rey absolutista, y
quería por sobre todas las cosas imponer su voluntad, y en este caso haría todo lo posible para que Tomás
Moro firmara el Acta de Supremacía. Pero ni siquiera con todo su poder pudo lograr su objetivo, ya que
Tomás Moro siempre fue fiel a sus principios católicos y siguió a su conciencia.
Frente a esto surge la siguiente interrogante: ¿Merece una persona ser juzgada por seguir a su propia
conciencia? A mi propio juicio, el proceso llevado a cabo por el Rey Enrique VIII no fue necesario. A una
persona siempre se le debe respetar su libertad de expresión, y su dignidad. En este caso Tomás Moro no fue
respetado, se pasaron a llevar sus creencias personales, se le estaba obligando a hacer algo que no quería, pero
gracias a su fuerte apego a la fe católica fue capaz de mantener su postura y no ser corrompido por el poder
del rey. Frente a esta situación, Moro fue juzgado injustamente ya que el derecho no puede ordenar cualquier
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cosa, existen límites que debe respetar, y uno de esos es justamente que el gobierno no puede obligar a los
ciudadanos a realizar acciones que atenten la conciencia de éstos. Por lo tanto, Tomás Moro no debió ser
procesado por el gobierno inglés debido a que no es justo que una persona sea culpada por no aceptar algo que
va en contra de su fe.
Otra cosa que me interesa destacar es el hecho de que muchos años después Tomás Moro haya canonizado por
el papa Pío XI en 1935, y proclamado patrono de los gobernantes y de los políticos por Juan Pablo II en el año
2000. Para esto existen diversas razones. Una de ellas es que este hombre da un ejemplo notable para el
mundo político debido a que muestra la verdad y la justicia en un periodo de mucha corrupción y problemas
político. Moro fue un excelente juez, muy honrado y justo en sus acciones, por lo que muestra un real ejemplo
a seguir para el mundo político y jurídico actual, porque este se distinguió por ser fiel a las autoridades,
debido a que quería servirlas a ellas y no al poder, quería servir al ideal supremo de la justicia. Fue capaz de
ejercer un cargo político con mucho esfuerzo y con un gran sentido de equidad. Gracias a todas estas
características que siempre mostró en su actuar, es hoy un ejemplo a seguir para todos los políticos, ya que les
enseña una idea de la política de justicia y equidad. De actuar con transparencia y de acuerdo a su conciencia,
de no dejarse llevar por las problemas externos, y no dejarse influenciar por las tiranías del poder. Por lo tanto,
que su valentía les inspire para mantenerse firmes e íntegros en la verdad, sin guardar odios ni venganzas.
Entonces se puede decir que Tomás Moro fue un hombre que supo unir la política con la moral, que siempre
fue capaz de hacer prevaler su conciencia ante todo.
Podemos notar que Tomás Moro se destacó por ser una persona íntegra, y como un ejemplo imperecedero de
la coherencia moral. Para él era imposible aceptar el divorcio entre Enrique VIII y Catalina de Aragón, y
menos el matrimonio en segundas nupcias con Ana Bolena, al no tranzar su decisión, nos demuestra que su
acción fue un acto de real obediencia a su propia conciencia. En la hora del conflicto siempre prevaleció la
fidelidad al Señor.
Para mí lo que más me llamó la atención del caso, fue la gran valentía que tuvo Moro para enfrentarse ante el
rey y sus súbditos, y para oponerse por sobre todas as cosas a los caprichos de Enrique VIII. Siempre mantuvo
su postura, y nunca cambió su opinión, ni siquiera por el hecho de que podría ser ejecutado. Este era un
hombre tan apegado a su fe y a sus creencias, que siempre hizo prevalecer su conciencia rectamente formada,
la cual le imponía no aceptar el objetivo del rey, y oponerse a eso a pesar de cualquier obstáculo que pudiese
presentársele. Y es así exactamente como lo hizo hasta el momento de su muerte, en el andamio de la
ejecución este dijo morir como El buen servidor del rey, pero primero ante Dios analizando sus propias
palabras podemos notar claramente que para Moro lo primero era Dios, y que no le importaba tener que
oponerse frente al rey y todo el parlamento, ya que su fe era lo más importante y esta por sobre todo. Esto
también incluía el hecho de tener que sufrir grandes injusticias, como la destitución de su puesto político, la
retención de sus bienes, incluso la muerte. Para el nada generaba una mayor satisfacción que cumplir
debidamente con sus principios cristianos.
Como señala el autor alemán Peter Berglar En la hora de Tomás Moro, con la fuerza de su conciencia, fue
capaz de no negar su fe, y con la fuerza de su fe, fue capaz de obedecer a su conciencia hasta la muerte. Bajo
mi punto de vista esto nos da un ejemplo para nuestro actuar. En nuestra vida cotidiana muchas veces nos
enfrentamos a obstáculos, y si nos apoyamos en nuestra fe y seguimos nuestra conciencia, siempre actuaremos
debidamente. La frase del autor alemán resume todo el actuar de Moro, el cual fue totalmente válido. Creo
que este personaje histórico no sólo es un ejemplo para los gobernadores y políticos, sino que también para
cada uno de los seres humanos. No hay nada más importante en la vida cotidiana de las personas que actuar
conforme a nuestras creencias, ya que si nos dejamos influenciar por decisiones de funcionarios políticos que
van en contra de nuestras creencias, se está pasando a llevar nuestra libertad, y así también nuestra dignidad.
Tal como lo dice el título, Tomás Moro nunca dudó en cambiar su opinión porque se le iba a juzgar, siempre
se mantuvo firme ante su postura, y no cedió ante Enrique VIII. Para el no había mayor satisfacción que
actuar conforme a Dios. Siempre se mantuvo alegre y con ganas de vivir, hasta el momento de su ejecución,
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porque tenía claro que aunque su condena no era justa, él estaba actuando conforme a su fe, y en el reino de
los cielos sería bien recibido y premiado por su actuar. Durante ese periodo histórico se cometieron miles de
juicios y ejecuciones injustas, debido a los monarcas absolutistas, pero también muchas otras personas se
sometieron a los ideales de los políticos por miedo a ser condenados y no fueron capaces de hacer prevalecer
sus pensamientos. Tomás Moro tuvo la valentía de no caer bajo el poder de el rey, y ser consecuente con su fe
hasta el final, hasta el día de su ejecución.
Finalmente, puedo señalar que para mí, este juicio fue injusto e inválido ya que no habían razones suficientes
para condenar a Tomás Moro. No se puede procesar a alguien por el hecho de ser consecuente con su propia
conciencia, el derecho tiene ciertos límites, y en este caso los sobrepasaron. Este proceso ha sido conocido a
través de la historia, debido a que se le reconoce por su valentía, y por su excelente desempeño tanto político,
como personal. Tomás Moro fue un hombre realmente íntegro que le muestra a toda la humanidad que por
sobre todas las cosas debemos regirnos por nuestras creencias, y que debemos ser justos y consecuentes en
nuestros actos.
Lo que yo pude aprender de este caso es que debemos actuar conforme a nuestra fe, y siguiendo la fuerza de
nuestra conciencia, ya que esa es la única manera de ser fiel a nuestros principios y ser premiados por Dios. El
caso planteado era muy interesante, y tenía muchos temas que tocas, por ejemplo los aspectos jurídicos, pero
personalmente me llamó más la atención la cuestión de la fe, ya que Moro nos da un ejemplo para ser
consecuentes con nuestras creencias, y que siempre debemos regirnos por ella. Hasta los últimos momentos él
siempre tuvo presentes a sus hijos, especialmente a su hija Margarita la cual le escribió un par de cartas
mientras estaba prisionero en la torre de Londres. En ellas demuestra que para él lo más importante era lo que
decía Dios, y que no le importaba tener que sufrir por él.
"Ten, pues, buen ánimo, hija mía, y no te preocupes por mi, sea lo que sea que me pase en este mundo.
Nada puede pasarme que Dios no quiera. Y todo lo que él quiere, por muy malo que nos parezca, es en
realidad lo mejor".
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