Relaciones de semejanza y diferencia de Marx y otro autor o corriente filosófica. He elegido a Tomás de Aquino para establecer algunas relaciones de semejanza y diferencia con Karl Marx. Aunque llamen mucho más poderosamente la atención las diferencias que las semejanzas entre estos dos autores, sí señalaremos algunas notas comunes entre ambos. Empezando por las semejanzas cabría decir lo siguiente. - En relación al contexto histórico en el que vivieron (y desarrollaron su filosofía) ambos pensadores. El siglo XIII, en que vivió Tomás de Aquino, constituyó el momento de máximo apogeo del mundo medieval, pues se produjo en Europa una gran prosperidad debido al aumento demográfico y a los avances técnicos. Ello provocó el renacimiento de las ciudades y la prosperidad de los comerciantes y artesanos que iniciaron un gran comercio local e internacional. En el plano político, la naciente burguesía controló la vida municipal y la dirección económica de las ciudades. Mutatis mutandis, el siglo XIX –en el que vivió Marx- también supuso que la burguesía, dueña del poder económico e instalada ahora en el poder político, consiguiera altas cotas de prosperidad y bienestar. Los avances técnicos (mecanización del trabajo) transformaron la industria, mejorando así los sistemas de transporte que permitieron, a su vez, ampliar los mercados. - Otro de los puntos comunes, ya en tema filosófico, es el referido a una de sus ideas antropológicas básicas. Tanto Tomás de Aquino como Marx atribuyeron una importancia decisiva a la idea aristotélica de que los seres humanos somos “sociales por naturaleza”. Los seres humanos necesitamos de los demás, no sólo para sobrevivir sino también para llegar a un pleno desarrollo ético y político. Marx incluso llega a afirmar que “somos nuestras relaciones sociales” y que un individuo sólo se puede aislar de la sociedad dentro de la propia sociedad. Marx se considera así uno de los pensadores del comunitarismo político, es decir, aquella doctrina política que antepone los intereses comunes antes que los individuales (liberalismo político) - Y la última semejanza entre ambas filosofías, aunque suene a paradoja, es la revalorización que realizan ambos del mundo sensible-material, aunque con distintos objetivos. Tomás de Aquino, para demostrar la existencia de Dios, recurre a los fenómenos del mundo sensible (movimiento, causas, etc.) y Marx, para evitar caer en alienaciones filosóficas –contra la filosofía de la historia hegeliana- y religiosas –la “religíón es el opio del pueblo” que adormece el instinto de justicia, prometiendo el consuelo en un más allá ilusorio-, señala las condiciones materiales de la vida como motor que mueve la historia. Pasemos ahora a las diferencias entre Marx y Tomás de Aquino. 1. El primer lugar, debemos decir que pertenecen, según la clasificación de la historia dada por Comte, a estadios históricos diferentes. Tomás de Aquino pertenece al estadio teológico, en el que el principio rector –verdad- de la vida personal y política era Dios; en cambio, Marx pertenece al estadio positivo, es decir, aquella época de la historia dominada por el positivismo o filosofía que reconoce en la verdad de las ciencias particulares el modelo de saber y principio a aplicar en la vida social y colectiva. 2. En segundo lugar, la forma opuesta de entender el tema religioso. Marx reivindica un humanismo, es decir, una forma de llegar a ser plenamente humano rechazando a Dios, es decir, siendo ateo; la razón que arguye es que la creencia religiosa aliena al ser humano pues le hace buscar consuelo a las injusticias terrenales en un mundo de ultratumba, es decir, después de la muerte. Con ello, pierde fuerza para luchar contra las injusticias de este mundo, la que debería ser su auténtica obligación; la ideología religiosa respalda los intereses de la clase dominante. En cambio, para Tomás de Aquino la mejor y auténtica aspiración de todo ser humano es la beatitud; la contemplación de Dios es la fuente de toda verdad, belleza y bondad, nada más lejos de la alienación religiosa marxista. Con ello, se convierte en uno de los referentes básicos del humanismo cristiano. 3. En tercer lugar, tanto Marx como Tomás de Aquino tienen puntos de vista divergentes en la forma de organización social y política. Mientras Marx, para tratar de evitar teóricamente las desigualdades sociales, cree como mejor sistema social el régimen comunista con dos poderes paralelos (el Partido y las instituciones del Estado), Tomás de Aquino, con el objetivo de promover una sociedad cristiana, apuesta por el sistema monárquico como modo más adecuado de ordenar la sociedad.