Número de registro: 19615 Novena Época Instancia: Tribunales

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AMPARO EN REVISIÓN 47/2006.
Número de registro: 19615
Novena Época
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: Tomo XXIV, Agosto de 2006
Página: 1940
AMPARO EN REVISIÓN 47/2006. ALEJANDRO GABRIEL GONZÁLEZ MARTÍNEZ.
CONSIDERANDO:
SEXTO. Para mejor comprensión del asunto y de la solución a la que se arribará, enseguida
se reseñan sus antecedentes.
El diez de septiembre de dos mil cinco, Roberto O'Farril González, presentó demanda de
amparo indirecto a favor de Alejandro Gabriel González Martínez ante la Secretaría del
Juzgado Segundo de Distrito en Materia Administrativa en el Estado de Nuevo León, en la
que reclamó del Cabildo, presidente municipal, secretario del Ayuntamiento, secretario de
seguridad pública y vialidad, director de Jueces calificadores de San Pedro, director de
policía; director de tránsito; Juez Calificador en turno, agente del Ministerio Público
investigador en averiguaciones previas y delegado del Ministerio Público, todos
pertenecientes al Municipio San Pedro Garza García, Nuevo León, los actos siguientes:
La inconstitucionalidad de los artículos 12, párrafo segundo, 14, fracción IX y 26, párrafo
segundo, del Reglamento de Policía y Buen Gobierno del Municipio de San Pedro Garza
García, Nuevo León; la ejecución material de privarle de su libertad por una orden de arresto
hasta por treinta y seis horas, coaccionando con medidas corporales de tormento y tortura
psicológica para pagar una multa, así como la aplicación de medidas económicas tales como
multas excesivas y desproporcionadas, el aseguramiento de bienes de su propiedad fuera de
juicio (vehículos automotores) y sus consecuencias mediatas e inmediatas, la orden de
retención o desposesión de documentos o papeles hasta por tres meses consistente en su
licencia de conducir vehículos automotores, así como la orden de traslado al Centro de
Reclusión de Readaptación Social Topo Chico y la orden de identificación de ficha
signalética.
El Juez Segundo de Distrito en Materia Administrativa admitió la demanda de garantías, y
fijó fecha para la audiencia constitucional, la que concluyó con sentencia, en la cual por una
parte sobreseyó en el juicio y por otra parte negó la protección constitucional.
Asimismo, previo al examen de fondo del asunto, se efectúan las siguientes precisiones:
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AMPARO EN REVISIÓN 47/2006.
En el único concepto de violación de la demanda de amparo, cuya sentencia ahora se revisa,
la parte quejosa señaló:
"a) Que los artículos tildados de inconstitucionales violan las garantías de legalidad y
seguridad jurídica tuteladas por los artículos 14 y 16 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, en virtud de que, sin ser oído ni vencido en juicio ante los
tribunales previamente establecidos y sin que se cumplan las formalidades establecidas por la
ley se está ejecutando una orden de arresto.
"b) Que el arresto y el reglamento del que emana resultan inconstitucionales porque se
aplican todas las sanciones a la vez y no en forma escalonada, cuando lo debido es aplicar en
primer término un apercibimiento, después la multa y por último el arresto, también, la falta
de graduación de la culpabilidad (leve, grave y gravísima) y que no permite la adecuada
individualización de la pena.
"c) Que se violan los artículos 21 y 22 constitucionales, pues el reglamento señala que en
caso de no pagarse la multa ésta se conmutará por un arresto hasta por treinta y seis horas.
"d) Que se viola la garantía de audiencia toda vez que el grado de intoxicación alcohólica se
establece por medio de aparatos inocuos.
"e) Que se aplicó el máximo de la multa, cuando corresponde a la autoridad justificar su
ingreso económico, ya sea que labora como un empleado de una empresa o negocio, lo que
no se le ha permitido demostrar (que sea jornalero, obrero o trabajador), lo cual constituye
una multa excesiva y confiscatoria en términos del artículo 22 de la Constitución Federal.
"f) Que aparentemente se está privando de la posesión de bienes muebles mediante orden de
aseguramiento.
"g) Que el Juez Calificador no tiene facultades para decretar secuestro, embargo o
aseguramiento de bienes muebles fuera de todo procedimiento."
El Juez de Distrito, al resolver sostuvo:
Que al régimen de sanciones administrativas no le son aplicables todas las restricciones
constitucionales relacionadas con la aplicación de sanciones penales que el sistema de
legalidad de nuestra Constitución establece restricciones específicas para las sanciones
penales aplicables solamente por autoridad judicial y parámetros distintos para el régimen de
sanciones administrativas.
Que se ha establecido en diversos criterios en qué casos estas sanciones son constitucionales
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y en qué casos las mismas deben ser consideradas inconstitucionales, puso como ejemplo la
tesis P. LXX/96, del Pleno la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de rubro:
"PROTECCIÓN AL CONSUMIDOR. EL ARTÍCULO 131 DE LA LEY FEDERAL
RELATIVA OBSERVA LAS GARANTÍAS DE LEGALIDAD Y SEGURIDAD JURÍDICA
CONTENIDAS EN LOS ARTÍCULOS 14 Y 16 CONSTITUCIONALES.". Asimismo, del
propio Tribunal Pleno la tesis P. LXXI/96, de rubro: "PROTECCIÓN AL CONSUMIDOR.
EL ARTÍCULO 132 DE LA LEY FEDERAL RELATIVA ES CONSTITUCIONAL AL
RELACIONARSE CON LOS ARTÍCULOS 123 Y 131.". Tesis P. LXXXV/2000, de rubro:
"EQUILIBRIO ECOLÓGICO Y PROTECCIÓN AL AMBIENTE. EL ARTÍCULO 170,
FRACCIÓN I, DE LA LEY GENERAL RELATIVA, QUE FACULTA A LA AUTORIDAD
ADMINISTRATIVA PARA IMPONER UNA CLAUSURA TEMPORAL, PARCIAL O
TOTAL, NO TRANSGREDE LAS GARANTÍAS DE LEGALIDAD Y SEGURIDAD
JURÍDICA CONTENIDAS EN EL ARTÍCULO 16 CONSTITUCIONAL."
Que de dichos criterios se advertía que las leyes que establecen la posibilidad de aplicación
de sanciones administrativas no vulneran el principio de legalidad y seguridad jurídica,
siempre y cuando establezcan los elementos para que la actuación de la autoridad se
encuentre acotada y la misma pueda pronunciarse de manera objetiva sobre la imposición de
sanciones a las infracciones.
Que la norma que prevé una sanción o afectación cuya imposición corresponde a una
autoridad administrativa, respeta los principios de legalidad y seguridad jurídica cuando el
legislador acota de tal manera la actuación de aquélla, que aun cuando le dé un margen que le
permita valorar las circunstancias en que aconteció la respectiva infracción o conducta
antijurídica, permita al gobernado conocer las consecuencias de su actuar, e implique que la
determinación adoptada por la autoridad, dentro del marco legislativamente permitido, se
encuentre debidamente fundada y motivada, de manera tal que la decisión tomada se
justifique por las circunstancias en que se suscitó el hecho.
Que el reglamento impugnado en su artículo 33, prevé el procedimiento para la calificación
de la infracción y en él, se otorga a la infractora la oportunidad de ser oída en defensa de sus
intereses, de presentar pruebas y de alegar lo que a su derecho corresponda.
Respecto del acto de aplicación, dijo que no es violatorio de garantías, ya que de la lectura
del acta de procedimiento de calificación (foja 28 de autos), suscrito por el Juez Calificador
en turno de San Pedro Garza García, el catorce de julio de dos mil cinco, se advertía que en
dicha diligencia se le otorgaron a la infractora, todas las prerrogativas que derivan del artículo
33 del Reglamento de Policía y Buen Gobierno en cuestión, entre otros se le dio la
oportunidad de manifestarse en su defensa, así como de ofrecer pruebas de su intención.
De ello concluyó que el Reglamento de Policía y Buen Gobierno de San Pedro Garza García,
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en particular el artículo 33, prevé un procedimiento de calificación de infracciones y
determinación de sanciones acorde con los principios de legalidad y seguridad jurídica, en el
que se acatan los principios de audiencia previa y debido proceso a que se refieren los
artículos 14 y 16 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Posteriormente, señaló que era infundado el argumento de inconstitucionalidad del
reglamento, porque se aplica el arresto y la multa a la vez, y no en forma escalonada, la falta
de graduación de la culpabilidad de la infractora y el hecho de que el reglamento señala que
en caso de no pagarse la multa ésta se conmutará por un arresto hasta por treinta y seis horas.
Dijo que el Juez Calificador no se encuentra obligado a imponer las sanciones en la forma
que dice la impetrante de amparo (escalonada), ya que de la lectura y análisis del texto de los
artículos 21 y 22 de la Ley Fundamental, no se advierte la obligación en que se funda el
alegato que se contesta, que además el diverso 25 del propio reglamento, prevé que el
impositor tendrá la facultad para decidir, según su criterio y circunstancias cualquiera de las
sanciones.
Asimismo, que era inexacto que el reglamento impugnado violentara los artículos 21 y 22
constitucionales, por no prever la graduación de culpabilidad (leve, grave y gravísima)
porque los artículos en cuestión no disponen, en todo su contenido, cuestión alguna que se
asemeje a la supuesta obligación de la autoridad administrativa para que, previamente a la
imposición de una sanción, ésta gradúe la culpabilidad de la infractora de acuerdo con los
parámetros que la quejosa señaló.
De igual manera señaló que los artículos reclamados no son inconstitucionales, al señalar que
si el infractor no paga la multa se le aplicará el arresto, merced a que el artículo 29 constriñe
en el mismo sentido que lo hace el artículo 21 constitucional. Después estudió el argumento
de violación a la garantía de audiencia en virtud de que el grado de intoxicación alcohólica se
establece por medio de aparatos inocuos, para lo cual dijo que la práctica del examen médico
para determinar el grado de intoxicación de la infractora, más que un acto de molestia,
constituye para la infractora un procedimiento que le otorga certeza jurídica.
Finalmente, dio contestación al alegato de que se le aplicó el máximo de la multa sin
permitirle al infractor demostrar su calidad de obrero o trabajador y, por tanto, constituía una
multa excesiva y confiscatoria en términos del artículo 22 de la Constitución Federal, para lo
cual dijo que no era verdad que se le haya impuesto la multa máxima, pues la multa máxima
lo es de quinientas cuotas, y a ella se le impuso una de ciento ochenta salarios mínimos; que
tampoco era verdad que no se le haya permitido acreditar su calidad de jornalero u obrero, ya
que ella fue quien le contestó al Juez Calificador que era terapeuta física.
Bien, por principio debe señalarse que el orden de estudio de los agravios se hará de manera
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diferente a la planteada, debido a que en ellos se insiste en la inconstitucionalidad del
reglamento y también de los actos de aplicación por vicios propios, luego, en acatamiento de
la jurisprudencia 2a./J. 71/2000, de la Novena Época, pronunciada por la Segunda Sala de la
Suprema Corte de la Justicia de la Nación, visible en el Semanario Judicial de la Federación y
su Gaceta, Tomo XII, agosto de 2000, página 235, cuyos rubro y texto dicen:
"LEYES, AMPARO CONTRA. REGLAS PARA SU ESTUDIO CUANDO SE
PROMUEVE CON MOTIVO DE UN ACTO DE APLICACIÓN. Conforme a lo dispuesto
en la jurisprudencia número 221, visible en las páginas 210 y 211 del Tomo I del Apéndice al
Semanario Judicial de la Federación, compilación 1917-1995, de rubro: ‘LEYES O
REGLAMENTOS, AMPARO CONTRA, PROMOVIDO CON MOTIVO DE SU
APLICACIÓN.’, cuando se promueve un juicio de amparo en contra de una ley o reglamento
con motivo de su aplicación concreta en perjuicio del quejosa, el Juez de Distrito no debe
desvincular el estudio de la disposición impugnada del que concierne a su acto de aplicación.
De ahí que el juzgador de garantías debe analizar, en principio, si el juicio de amparo resulta
procedente en cuanto al acto de aplicación impugnado, es decir, si constituye el primero que
concrete en perjuicio del peticionario de garantías la hipótesis jurídica controvertida y si en
relación con él no se actualiza una diversa causa de improcedencia; de no acontecer así, se
impondrá sobreseer en el juicio respecto del acto de aplicación y la norma impugnada. Por
otra parte, de resultar procedente el juicio en cuanto al acto de aplicación, debe analizarse la
constitucionalidad de la disposición impugnada determinando lo conducente y, únicamente
en el caso de que se determine negar el amparo por lo que corresponde a ésta, será factible
abordar el estudio de los conceptos de violación enderezados por vicios propios, en su caso,
en contra del acto de aplicación; siendo incorrecto, por ello, el estudio de estas últimas
cuestiones antes de concluir sobre la constitucionalidad de la norma reclamada."
Asimismo, debe hacerse la precisión que en términos del artículo 79 de la Ley de Amparo, se
analizará la constitucionalidad del artículo 25 del Reglamento de Policía y Buen Gobierno, ya
que éste es el que se refiere a la imposición de las sanciones, como la multa y el arresto.
Bien, son infundados e inoperantes los agravios que se hacen valer.
En el primer agravio, sostiene que se viola lo previsto por el artículo 80 de la Ley de Amparo;
349, 350 a contrario sensu, 351, 352 del Código Federal de Procedimientos Civiles, de
aplicación supletoria a la materia de amparo, toda vez que en términos de lo establecido por
el artículo 76 Bis, fracción II, de la Ley de Amparo, existe una violación manifiesta al
artículo 16 de la Constitución Federal, toda vez que el acto que ordena el arresto por 12-doce
horas para hacer cumplir el cobro de la multa excesiva, porque se trata de un acto de imperio
que afecta a la libertad del quejoso, por lo que al Juez de Distrito le correspondía suplir la
deficiencia de la queja en los conceptos de violación.
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Es infundado e inoperante el agravio de previa síntesis.
Efectivamente, de conformidad con la jurisprudencia P./J. 16/98 del Pleno de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, cuando se reclama el arresto como medida de apremio,
procede suplir la deficiencia de la queja en el juicio de amparo.
Sin embargo, el criterio mencionado no fue desatendido por el Juez Federal, ya que si bien no
hizo mención de que al resolver iba a suplir la deficiencia de la queja, formalmente sí lo hizo,
y para ello basta ver el cúmulo de argumentos que vertió en su sentencia, ante un solo
concepto de violación en el que únicamente se efectuó la causa de pedir.
Además, es insuficiente sostener que el Juez de amparo debió suplir la deficiencia, si no se
pone en evidencia o no se manifiesta mediante agravio que el proceder del Juez le acarreó un
perjuicio, ya que pensar así, implicaría tener el criterio de que cuando deba suplirse la
deficiencia de la queja, necesariamente deba concederse el amparo, de ahí que sea a su vez
inoperante.
Asimismo, no debe pasar inadvertido que la jurisprudencia invocada se refiere al arresto
como acto de aplicación, que conlleva a la privación de la libertad personal, pero no se refiere
a la inconstitucionalidad de las normas reclamadas, en la que incluso no basta la causa de
pedir, excepto aquella que se funde en la fracción I del artículo 76 Bis de la Ley de Amparo,
que opera cuando la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha declarado la
inconstitucionalidad de determinado precepto legal, en la que no obstante no se haga valer,
debe aplicarse a fin de hacer prevalecer la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos como Ley Suprema.
Además las deficiencias que le imputa al artículo 33 del reglamento tildado de
inconstitucional, sí fueron extensamente analizadas por el a quo, y sí determinó que se
ajustan al texto constitucional, por lo que de manera alguna implica que se haya violado el
artículo 76 Bis de la Ley de Amparo.
El segundo agravio es inoperante por novedoso.
En efecto, en el agravio en mención el recurrente afirma que por haber sido llamado como
autoridad responsable el Cabildo de la ciudad de San Pedro Garza García, Nuevo León, se
debió haber analizado la constitucionalidad de sus actos, al tenor de los artículos 115 de la
Constitución General de la República; 123 y 166 de la Orgánica de la Administración Pública
Municipal, relativos a la participación ciudadana en la expedición de los reglamentos
municipales.
Empero, ese argumento es totalmente novedoso en el asunto de trato, es decir, constituye una
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cuestión no planteada en el libelo de garantías, que ni las autoridades responsables ni el Juez
de Distrito pudieron en su caso justificar y analizar respectivamente, por lo que este tribunal
no puede pronunciarse sobre ese tema, ya que hacerlo implicaría dejar en estado de
indefensión a las autoridades, a las cuales les correspondería probar que en el procedimiento
de expedición del reglamento reclamado se siguieron los lineamientos legales.
Es aplicable la jurisprudencia de la Novena Época, sustentada por la Primera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, publicada en el Semanario Judicial de la Federación
y su Gaceta, Tomo XXII, diciembre de 2005, tesis 1a./J. 150/2005, página 52, de rubro y
texto:
"AGRAVIOS INOPERANTES. LO SON AQUELLOS QUE SE REFIEREN A
CUESTIONES NO INVOCADAS EN LA DEMANDA Y QUE, POR ENDE,
CONSTITUYEN ASPECTOS NOVEDOSOS EN LA REVISIÓN. En términos del artículo
88 de la Ley de Amparo, la parte a quien perjudica una sentencia tiene la carga procesal de
demostrar su ilegalidad a través de los agravios correspondientes. En ese contexto, y atento al
principio de estricto derecho previsto en el artículo 91, fracción I, de la ley mencionada,
resultan inoperantes los agravios referidos a cuestiones no invocadas en la demanda de
garantías, toda vez que al basarse en razones distintas a las originalmente señaladas,
constituyen aspectos novedosos que no tienden a combatir los fundamentos y motivos
establecidos en la sentencia recurrida, sino que introducen nuevas cuestiones que no fueron
abordadas en el fallo combatido, de ahí que no exista propiamente agravio alguno que dé
lugar a modificar o revocar la resolución recurrida."
En el cuarto agravio en la parte media, sostiene que la multa impuesta constituye una multa
excesiva de las prohibidas por el artículo 22 constitucional, al no permitir a la autoridad
administrativa apreciar las condiciones económicas del infractor con el objeto de determinar
la cuantía adecuada de la multa que se pretenda imponer, las cuales incluso, señala, deben
ajustarse a un criterio protector de proporcionalidad y equidad, por tanto, para que no sea
excesiva una multa deben considerarse los elementos consistentes en que exista
correspondencia entre la cuantía de la multa y las condiciones económicas del infractor y, que
la sanción pecuniaria tome en cuenta la gravedad de la falta.
Los artículos del Reglamento de Policía y Buen Gobierno del Municipio de San Pedro Garza
García, Nuevo León, son del tenor literal siguiente:
Artículo 12, segundo párrafo.
"Artículo 12. Para los efectos del presente reglamento, las infracciones son:
"I. Al orden público;
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"II. A la seguridad de la población;
"...
"Se consideran infracciones con agravante, todas aquellas acciones y omisiones que
contravengan las disposiciones de este reglamento, siempre y cuando la persona a quien se le
impute la acción u omisión infractora se encuentre en estado de ebriedad o bajo los efectos de
alguna droga o sustancia que produzca efectos similares, para lo cual el Juez Calificador
atenderá los resultados del examen médico a que se refiere el artículo 34 de este reglamento."
"Artículo 14. Son infracciones a la seguridad de la población:
"I.
"...
"IX. Conducir vehículos, en estado de ebriedad o bajo los efectos de drogas o tóxicos;
"Para los efectos de la fracción IX, todos los elementos de policía y tránsito deberán poner al
presunto infractor a disposición del Juez Calificador en turno para la realización del
procedimiento administrativo de calificación establecido en este reglamento y aplicar la
sanción correspondiente, quedando el vehículo a disposición de la Dirección de Tránsito y
Vialidad de este Municipio para los efectos administrativos a que hubiere lugar."
"Artículo 26. Si la sanción a aplicar fuese una multa, ésta podrá ser de entre 1-una y hasta
250-doscientas cincuenta cuotas. Se entiende como cuota, el equivalente a un día de salario
mínimo general vigente de la zona económica a la que corresponda el Municipio.
"El párrafo que antecede se observará para la imposición de las multas relacionadas con
infracciones no agravadas, ya que en el caso de encontrarse con el supuesto de una infracción
con agravante, la sanción deberá ser entre 1-una cuota como mínimo y las 500-quinientas
cuotas como máximo.
"En ambos supuestos se le cobrará conjuntamente con la multa impuesta el dictamen médico
que se elabore a la persona detenida, cuyo valor será de 2-dos cuotas."
Bien, el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación estableció en la jurisprudencia
P./J. 10/95, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo II,
correspondiente a julio de 1995, página 19, que lleva por rubro: "MULTAS FIJAS. LAS
LEYES QUE LAS ESTABLECEN SON INCONSTITUCIONALES.", que las leyes que
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prevén multas fijas son violatorias de los artículos 22 y 31, fracción IV, de la Constitución
Federal, en razón de que no contienen reglas que permitan a las autoridades sancionadoras
cuantificar su monto tomando en cuenta la gravedad de la infracción, la capacidad económica
del infractor y todas las demás circunstancias que les permitan individualizar la sanción,
obligándolas a aplicarla de manera invariable e inflexible, lo que provoca excesos y
tratamiento desproporcionado en contra de los gobernados, empero también es verdad, que el
mencionado criterio no es aplicable a las multas contenidas en el Reglamento de Policía y
Buen Gobierno del Municipio de San Pedro Garza García, Nuevo León, toda vez que del
contenido del artículo 26 del citado reglamento, no se advierte que prevean multas fijas, ya
que en éste hace un mínimo y un máximo para la imposición de multas para las infracciones
cometidas con agravantes y sin agravantes, tomando en cuenta precisamente estos elementos
que a la postre permiten determinar la gravedad o levedad de la sanción, atendiendo a la
naturaleza de las infracciones cometidas así como el grado de riesgo en que se coloca a la
sociedad.
Por tanto, este órgano jurisdiccional considera que las multas impuestas por infracciones al
Reglamento de Policía y Buen Gobierno, son constitucionales, pues basta únicamente con
que al momento de su imposición se tome en cuenta si la infracción fue cometida con
agravantes o sin agravantes y la naturaleza misma de la conducta cometida y, si el diverso 12
señala cuando se van a considerar agravadas las infracciones, es evidente que sí se toma en
cuenta la gravedad o levedad de la infracción y la naturaleza misma de la conducta cometida,
resulta inconcuso que en dicho precepto no se establecen multas excesivas, como lo alega el
recurrente.
De tal forma que, se puede concluir, que las distintas infracciones y multas ahí descritas no
tienen la naturaleza de multas fijas, sino de un sistema de imposición de sanciones que
atiende a la multiplicidad de eventos que, finalmente, marcan la pauta para determinar la
mayor o menor magnitud de la conducta concreta desplegada por el infractor y en función de
ello su sanción, cuya teleología se advierte de su contenido, va dirigida fundamentalmente a
que la comunidad no resienta los daños graves que se puedan producir por los conductores de
vehículos si no adquieren el hábito de abstenerse de manejar en estado de ebriedad o bajo los
efectos de alguna droga o sustancia tóxica; situación anterior que es lógica, pues la
graduación respectiva atiende no a una circunstancia económica, sino a la naturaleza del acto
desplegado por el infractor y del perjuicio o riesgo causado a la sociedad, pues no debe
soslayarse que no se está en presencia de contribuciones que tienen como punto de partida el
ámbito patrimonial del gobernado, sino de la aplicación de sanciones por conductas
contrarias al orden social que no alcanzan el grado de delito, pero que administrativamente
son reprochables porque alteran el orden social, atentando contra los principios de la
comunidad; por ende, no puede estimarse inconstitucional la norma reclamada, porque las
sanciones o infracciones administrativas previstas en el reglamento cuestionado, no pueden
tener idéntico tratamiento al de una multa que tiene relación directa con la materia tributaria,
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en la que obviamente el parámetro a ponderar lo constituye el factor económico y no el riesgo
a que se expone la seguridad pública, que es precisamente el bien jurídico tutelado por el
reglamento de tránsito referido.
Resulta aplicable, en lo conducente, el criterio que se reproduce, con los datos de
identificación, en la Novena Época, sustentado por la Segunda Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo XII, diciembre
de 2000. Página 448. Tesis 2a. CLXIV/2000. Tesis Aislada, Materia(s): Constitucional,
Administrativa, que establece:
"MULTAS. LOS PRECEPTOS QUE LAS ESTABLECEN ENTRE UN MÍNIMO Y UN
MÁXIMO, DENTRO DE UN CONTEXTO NORMATIVO QUE NO PREVÉ LOS
ELEMENTOS QUE DEBE VALORAR LA AUTORIDAD PARA FIJAR EL MONTO POR
EL QUE SE IMPONDRÁN, NO TRANSGREDEN EL DERECHO A LA SEGURIDAD
JURÍDICA. Esta Suprema Corte de Justicia de la Nación ha sostenido en diversos
precedentes el criterio de que el derecho fundamental a la seguridad jurídica, garantizado en
su expresión genérica en los artículos 14 y 16 constitucionales, se respeta por el legislador en
las disposiciones de observancia general mediante las cuales establece sanciones
administrativas a los gobernados, si con la regulación respectiva se genera certidumbre a
éstos sobre las consecuencias jurídicas de su conducta y, además, se acota en la medida
necesaria y razonable tal atribución, impidiendo a la autoridad actuar de manera arbitraria o
caprichosa. En tal virtud, tratándose de sanciones pecuniarias el referido derecho se acata
cuando en la norma respectiva se establece un tope o máxima cuantía monetaria a la cual
puede ascender el monto de la multa, con independencia de que en el propio cuerpo jurídico
no se prevean los elementos que debe considerar la autoridad sancionadora para calcular el
monto al que ascenderá su imposición, pues ante ese contexto normativo la autoridad
sancionadora tendrá plenamente acotado su campo de acción ya que, por una parte, no podrá
sobrepasar el máximo legal y, por la otra, la decisión que adopte sobre la cuantía a la que
ascienda la sanción, superior al mínimo, en términos de lo dispuesto en el párrafo primero del
mencionado artículo 16 deberá plasmarse por escrito, expresando las circunstancias de hecho
que justifiquen el monto determinado; valoración en la que la autoridad deberá atender tanto
a la afectación que la conducta ilícita ha generado al bien jurídico tutelado en el respectivo
ordenamiento, como a la capacidad económica del infractor, la reincidencia o cualquier otro
elemento del que pueda inferirse la levedad o gravedad de aquélla."
En el quinto agravio, sostiene que el artículo 33 del Reglamento de Policía y Buen Gobierno
vulnera las garantías contempladas en el artículo 20 constitucional.
El artículo mencionado dice:
"Artículo 33. El procedimiento para la calificación de las infracciones, se sujetará a las
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siguientes reglas:
"I. El Juez Calificador pondrá en conocimiento del detenido la causa o causas que hubieren
motivado su detención, así como también la persona o personas que hubieren presentado la
queja en su contra;
"II. El detenido podrá comunicarse con una persona de su confianza.
"III. Sumariamente será celebrada una audiencia oral, sin sujeción a formalismo alguno y a la
cual comparecerá, el detenido, y las personas implicadas en los hechos;
"IV. El Juez Calificador procederá en la audiencia, a:
"a. Interrogar al arrestado en torno a los hechos que se le imputan; previo que se le solicite
documento fehaciente con que acredite su identidad;
"b. Oír al agente de la autoridad que hubiere intervenido en el arresto;
"c. Formulará las preguntas que estime pertinentes, tanto a la persona que hubiere presentado
la queja, como a los testigos que asistan a la audiencia;
"d. Practicar, si lo estimare conveniente, careos entre las partes que comparezcan ante él;
"e. Recibir los elementos de prueba que llegaren a aportarse;
"f. Ordenar la práctica de cualquier diligencia que le permita esclarecer la verdad del caso
sometido a su conocimiento;
"g. Apreciar y valorar los hechos que se le planteen y las pruebas que se le aporten en
conciencia; y
"h. Si al momento de interrogar al arrestado, éste admite y confiesa los hechos que se le
imputan y la comisión de la infracción, sin más trámites se emitirá la resolución que
corresponda.
"V. Dictará y notificara la resolución que en derecho corresponda, tomando en consideración,
la condición social del infractor, las circunstancias en que se hubiere producido la infracción
y demás elementos que le permitan formarse un recto criterio del caso a resolver, imponiendo
la sanción correspondiente, o en su caso absolviendo al arrestado o arrestados."
De lo anterior se concluye que el Reglamento de Policía y Buen Gobierno de San Pedro
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Garza García, sí prevé un procedimiento de calificación de infracciones y determinación de
sanciones, acorde con los principios de legalidad y seguridad jurídica ya que, dicho sistema
puntualiza la actuación de la autoridad en cada una de las etapas del procedimiento, obliga a
la autoridad a considerar y valorar las circunstancias en que aconteció la respectiva
infracción, permite al infractor conocer las consecuencias de su actuar, se reitera el deber de
fundamentar y motivar sus determinaciones; además, se establecen los elementos para que la
actuación de la autoridad se encuentre acotada y la misma pueda pronunciarse de manera
objetiva sobre la imposición de sanciones a las infracciones de la misma ley y, por más se
acatan los principios de audiencia previa y debido proceso a que se refieren los artículos 14 y
16 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Además, es infundado el agravio, ya que el artículo 20 constitucional, tutela las garantías del
inculpado, víctima u ofendido, en el proceso penal, de manera tal que ese precepto
constitucional no rige tratándose de sanciones administrativas (arrestos de hasta treinta y seis
horas), ya que es el diverso 21 de la Norma Suprema, que estatuye "Compete a la autoridad
administrativa la aplicación de sanciones por las infracciones de los reglamentos
gubernativos y de policía, las que únicamente consistirán en multa o arresto hasta por treinta
y seis horas" de ahí que no pueda equipararse una sanción administrativa a un procedimiento
del orden penal, pues no obstante que en ambas se pueden ventilar actos privativos de la
libertad, aquél por ser un acto de molestia, debe cumplir con las garantías de fundamentación
y motivación.
De lo considerado, se concluye que los agravios encaminados a demostrar la
inconstitucionalidad del reglamento resultan infundados y, por ende, debe subsistir la
negativa del amparo en cuanto hace al ordenamiento reclamado; y, enseguida se analizarán
los agravios formulados por la recurrente por vicios propios.
En los agravios tercero y quinto, señala que en la demanda de amparo se reclamó la ejecución
del arresto, coaccionado con medidas corporales de tormento y tortura psicológica, y que
entonces le correspondía al Juez Calificador demostrar que no fue mediante esas medidas
como se le impuso, además de demostrar que la sanción se encontraba fundada y motivada,
aunado a que no se le dio oportunidad de estar asesorado.
Efectivamente, de la demanda de amparo se advierte como acto reclamado de las autoridades
ejecutoras el arresto, coaccionado con medidas corporales de tormento y tortura psicológica,
sin embargo en los informes justificados las autoridades a las que se le imputó tal violación
fueron enfáticas en negar el acto reclamado, situación que evidentemente le corresponde
comprobar, de ahí que no prospera ese agravio.
Por otra parte, también es infundado que no se le haya dado la oportunidad de tener
asesoramiento, ya que de la lectura del acta de procedimiento de calificación (foja 33), se
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aprecian las siguientes circunstancias:
a) El oficial que lo detuvo puso a disposición del Juez Calificador al infractor, por la presunta
comisión de las faltas administrativas consistentes en manejar en estado de ebriedad el
vehículo automotor que conducía y no portar el cinturón de seguridad.
b) Que se presentó como prueba el dictamen médico número 14906, con resultado de
ebriedad incompleta y copia de la infracción de tránsito número 446761;
c) Que el Juez Calificador inició la audiencia preguntando al infractor si contaba con persona
de su confianza para que lo asistiera en la audiencia, a lo que contestó que no.
Luego, es falso que no se le haya dado la oportunidad de estar asesorado, pues se le otorgó la
oportunidad de nombrar a un defensor.
En cuanto a que el acto reclamado carece de la fundamentación y motivación, también es
infundado ya que el Juez Calificador examinó los elementos de prueba presentados por las
partes, la condición social del infractor, las circunstancias en que se produjo la infracción y,
con fundamento en los artículos 8o, 14, 25 y 33 del reglamento impugnado, resolvió declarar
responsable al hoy recurrente y, con fundamento en los artículos 12 y 26 del Reglamento de
Policía y Buen Gobierno de ese Municipio, le aplicó al infractor una sanción administrativa
consistente en el pago de una multa por la cantidad de $8,163.00 (ocho mil ciento sesenta y
tres pesos 00/100 moneda nacional), equivalente a ciento ochenta salarios o a cumplir un
arresto administrativo de doce horas.
Los artículos invocados por el Juez Calificador en lo conducente señalan:
"Artículo 12. Para los efectos del presente reglamento, las infracciones son:
"I. Al orden público;
"II. A la seguridad de la población;
"III. A la moral y a las buenas costumbres;
"IV. Al derecho de propiedad;
"V. Al ejercicio del comercio y del trabajo;
"VI. Contra la salud; y
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"VII. Contra la ecología.
"Se consideran infracciones con agravante, todas aquellas acciones y omisiones que
contravengan las disposiciones de este reglamento, siempre y cuando la persona a quien se le
impute la acción u omisión infractora se encuentre en estado de ebriedad o bajo los efectos de
alguna droga o sustancia que produzca efectos similares, para lo cual el Juez Calificador
atenderá los resultados del examen médico a que se refiere el artículo 34 de este reglamento."
"Artículo 14. Son infracciones a la seguridad de la población:
"I. ...
"IX Conducir vehículos, en estado de ebriedad o bajo los efectos de drogas o tóxicos;
"Para los efectos de la fracción IX, todos los elementos de policía y tránsito deberán poner al
presunto infractor a disposición del Juez Calificador en turno para la realización del
procedimiento administrativo de calificación establecido en este reglamento y aplicar la
sanción correspondiente, quedando el vehículo a disposición de la Dirección de Tránsito y
Vialidad de este Municipio para los efectos administrativos a que hubiere lugar."
"Artículo 26. Si la sanción a aplicar fuese una multa, ésta podrá ser de entre 1-una y hasta
250-doscientas cincuenta cuotas. Se entiende como cuota, el equivalente a un día de salario
mínimo general vigente de la zona económica a la que corresponda el Municipio.
"El párrafo que antecede se observará para la imposición de las multas relacionadas con
infracciones no agravadas, ya que en el caso de encontrarse con el supuesto de una infracción
con agravante, la sanción deberá ser entre 1-una cuota como mínimo y las 500-quinientas
cuotas como máximo.
En ambos supuestos se le cobrará conjuntamente con la multa impuesta el dictamen médico
que se elabore a la persona detenida, cuyo valor será de 2-dos cuotas."
"Artículo 31. El Juez Calificador, para hacer cumplir sus determinaciones o para imponer el
orden y disciplina podrá hacer uso indistinto de los siguientes medios de apremio:
"I. Apercibimiento;
"II. Multa;
"III. Arresto hasta por 36 treinta y seis horas; y"
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Pues bien, contrario con lo que estima el recurrente, la orden de arresto se encuentra
debidamente fundada y motivada, pues si bien es cierto, en ella se mencionan los numerales
aplicables cuando se circula manejando un vehículo en estado de ebriedad, ello resulta ser la
fundamentación.
Además, el hecho de haberlo declarado detenido con ese fundamento, teniendo como
antecedente la declaración del infractor en el sentido de que iba circulando a bordo de su
vehículo, y que ingirió tres cervezas, y el dictamen médico que arrojó como resultado
ebriedad incompleta, es suficiente para indicar que existe la debida motivación, pues esos
hechos encuadran perfectamente en los supuestos normativos que sirvieron de fundamento al
Juez Calificador, por ello se estima que se cumple con dichos requisitos constitucionales.
No es óbice para arribar a la conclusión anterior, la circunstancia de que el infractor no haya
acreditado que tiene el oficio de empleado, ya que ello no constituye como una falta de
fundamentación y motivación, porque ese dicho es de la persona física, no fue determinado
por la autoridad, por lo que en todo caso debió acreditar para la imposición de una multa de
un salario de su jornal, era precisamente que era jornalero u obrero.
En el sexto agravio, alega el inconforme que el Juez Calificador acudió a un dictamen
médico, en el que no se menciona el tipo de estudio que se realizó para establecer los niveles
de alcohol en la sangre, por lo que la sanción deviene carente de fundamentación y
motivación.
Al igual que en párrafos anteriores esa afirmación es infundada, ya que en el dictamen de la
Cruz Verde de Monterrey (foja 36) se aprecia un grado de intoxicación de 0.11, luego en el
acta de calificación y puesta a disposición se aprecia que se le dio conocimiento al Juez
Calificador con ese dictamen, quien en términos del artículo 5o. del Reglamento de Tránsito
y Vialidad de San Pedro Garza García, tuvo conocimiento de la ingesta de alcohol en la
sangre y por ello determinó como sanción el arresto.
Además con ello se contesta el argumento de que el Juez Calificador no tiene facultades para
aplicar el reglamento apenas citado, porque el artículo 8o. del Reglamento de Policía y Buen
Gobierno dispone, "Los Jueces Calificadores tendrán las siguientes atribuciones y
responsabilidades: I. Conocer, calificar y sancionar las infracciones al presente reglamento y
a los demás reglamentos municipales, en su calidad de auxiliares del presidente municipal;"
de ahí que se derive la competencia del Juez Calificador para vigilar y sancionar la
inobservancia de cualquier reglamento de la entidad.
Ante lo infundado e inoperante de los agravios, lo procedente es confirmar la sentencia
recurrida y negar el amparo y protección de la Justicia Federal que demanda Alejandro
Gabriel González Martínez, contra actos del Municipio de San Pedro Garza García y otras
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autoridades.
Similar criterio sostuvo este Tribunal Colegiado al resolver el amparo en revisión 91/2006,
por unanimidad de votos, en sesión de veintiocho de abril de dos mil seis.
Por lo expuesto y fundado y con apoyo, además, en los artículos 91 y 192 de la Ley de
Amparo, se resuelve:
PRIMERO. En la materia, se confirma la sentencia reclamada.
SEGUNDO. La Justicia de la Unión no ampara ni protege a Alejandro Gabriel González
Martínez, contra los actos que reclamó del Municipio de San Pedro Garza García, Nuevo
León, y otras autoridades, por los razonamientos vertidos en el considerando sexto de esta
ejecutoria.
Notifíquese.
Así, por unanimidad de votos, lo resolvió el Primer Tribunal Colegiado en Materia
Administrativa del Cuarto Circuito, integrado por los Magistrados Eduardo López Pérez,
Rodolfo R. Ríos Vázquez y Sergio Eduardo Alvarado Puente, el primero como presidente y
el segundo de los mencionados como ponente.
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