Excmo. Sr. D. Benigno Varela Autrán CONVENIOS COLECTIVOS

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Jurisdicción: Social
Recurso de Casación núm. 146/2004.
Ponente: Excmo. Sr. D. Benigno Varela Autrán
CONVENIOS COLECTIVOS: acuerdo logrado en conflicto colectivo: carácter de convenio
extraestatutario
El TS desestima el recurso de casación (núm. 146/2004) interpuesto por la Confederación
de Asociaciones Empresariales de Baleares contra la Sentencia de fecha 25-02-2004, del
TSJ de Baleares, dictada en autos promovidos por la Confederació de la Petit i Mitjana
Empresa de Balears contra la recurrente y otras, sobre impugnación de convenio colectivo.
En la Villa de Madrid, a veintinueve de noviembre de dos mil cinco.
Vistos los presentes autos pendientes ante esta Sala, en virtud del recurso de casación,
promovido por el Procurador, D. Santos de Gandarillas Carmona, en nombre y
representación de la Confederación de Asociaciones Empresariales de Baleares (C.A.E.B)
contra la sentencia dictada por la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de
Baleares, de fecha 25 de febrero de 2004, en Recurso núm. 5/2003, deducidos por la
Confederació de la Petita i Mitjana Empresa de Balears (Pime Balears), frente a La
Direcció General de Treball i Salut Laboral, la Confederación de Asociaciones
Empresariales de Baleares (AEB), la Federación de Servicios de UGT, la Federació de
Servicios Financieros y Administrativos (COMFIA CC.OO) y la Unión Sindical Obrera
(USO) y Ministerio Fiscal, sobre CONVENIO COLECTIVO.
Han comparecido ante esta Sala, en concepto de recurridos La Federación de Servicios
Financieros y Administrativos de la Confederació Sindical de CCOO, representada por el
Letrado D. Juan Calatayud Llorca; la Unión General de Trabajadores, representada por el
Letrado D. Manuel Riera Martínez y la Comunidad Autónoma de Les Illes Balears,
representada por la Letrada Dª Mª José Marco Landazábal.
Es Magistrado Ponente el Excmo. Sr. D. Benigno Varela Autrán.
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO Por D. Pedro Miguel, se remitió mediante oportuna comunicación a la Sala de lo
Social del Tribunal Superior de Justicia de Baleares, expediente de DEMANDA SOBRE
IMPUGNACIÓN DEL CONVENIO COLECTIVO, denominado de «Oficinas y Despachos»
con fecha 6 de noviembre de 2003, contra las siguientes Entidades: La Direcció General de
Treball i Salut Laboral, la Confederación de Asociaciones Empresariales de Baleares
(CAEB), la Federación de Servicios de UGT, la Federación de Servicios Financieros y
Administrativos (COMFIA CC.OO), la Unión Sindical Obrera (USO) y el Ministerio Fiscal.
Tras exponer los Hechos y Fundamentos que estimó de aplicación, suplica se dicte
sentencia por la que se declare la nulidad del Convenio colectivo denominado de «oficinas y
despachos ( LIB 2003, 256) », ordenando su inscripción en el libro registro y publicación en
el BOIB, para general conocimiento.
SEGUNDO Admitida a trámite la demanda, se celebró el acto del juicio en el que la parte
actora se afirmó en la misma, oponiéndose la demandada, según consta en Acta. Recibido el
pleito a prueba, se practicaron las propuestas y declaradas pertinentes.
TERCERO Con fecha 25 de febrero de 2004, se dictó sentencia por la Sala de lo Social del
Tribunal Superior de Justicia de Baleares en la que consta la siguiente parte dispositiva.FALLO: «Que estimando la demanda de impugnación de Convenio Colectivo formulada por la
Petita i Mitjana Empresa de Balears (PIMEB), debemos declarar y declaramos nulo el
Convenio Colectivo de Oficinas y Despachos de Baleares para los años 2003 y 2004,
publicado en el BOIB de 14 de octubre de 2003 ( LIB 2003, 256) , todo ello sin perjuicio
de su eficacia como pacto extraestatutario entre las partes firmantes del mismo».
CUARTO En dicha sentencia se declararon probados los siguientes hechos:
I.-En fecha 14 de octubre de 2003 ( LIB 2003, 256) el Boletín Oficial de las Islas Baleares
(BOIB) publicó el Convenio Colectivo de Oficinas y Despachos para los años 2003 y 2004,
en virtud de la resolución administrativa del Director General de Treball i Salut Laboral de
1 de octubre de 2003, que ordena su inscripción y publicación.
II.-El citado Convenio Colectivo fue negociado y firmado por el Sindicato U.G.T. y la
organización empresarial CAEB, al que se adhiere al día siguiente el sindicato CCOO, y
extiende su ámbito a las oficinas y despachos y servicios en general. La suscripción de
dicho Convenio tuvo lugar en virtud de un acuerdo alcanzado ente la UGT y CAEB, a quien se
reconoció legitimación para negociar, en el intento de reconciliación ante el Tamib de un
conflicto colectivo formulado por UGT contra el Sindicato CCOO y la asociación
empresarial CAEB, tras el intento de UGT y de USO, en fecha 29.01.01, de que se
extendiera al sector de oficinas y despachos de las Baleares el Convenio Colectivo de dicho
sector de Cataluña ( LCAT 2000, 530) , ante la falta de representación empresarial con
quien negociar.
III.-En fecha 5 de mayo de 2003, la Direcció General de Treball i Salut Laboral, tras
haber requerido a las partes firmantes la aportación de varios documentos para proceder a
su inscripción y publicación, formula demanda de oficio ante el Juzgado de lo Social de
Palma de Mallorca, correspondiendo en reparto al núm. 3, que lo admite a trámite, quien
procede a su archivo tras escrito de autoridad laboral en el que solicitaba su remisión a la
Sala de lo Social del TSJ de Balears, al ser competente funcionalmente.
IV.-Tras el cambio de Gobierno en la Comunidad Autónoma de las Islas Baleares, tras las
elecciones de junio de 2003, la nueva Directora General de Treball i Salut Laboral ordena
la inscripción y publicación del referido Convenio Colectivo, cuando con anterioridad los
sindicatos CCOO y USO habían solicitado la extensión del Convenio Colectivo de Cataluña
de Oficinas y Despachos, estando tramitándose por la Direcció General de Treball i Salut
Laboral.
V.-La asociación empresarial de la Petita i Mitjana Empresa de Balears (PIMEB), tiene la
condición de asociación empresarial más representativa en Baleares, en virtud de resolución
del Conseller de Trabajo y Formación de 30.03.98 (BOIB 16.04.98), resolución que fue
anulada por al sentencia de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del TSJ de Baleares
de fecha 26 de noviembre de 2003.
VI.-En la reunión del Comité Ejecutivo de la PIME-Balears de 7 de mayo de 2003, se
acordó la impugnación del Convenio Colectivo de Oficinas y Despachos, designando al
Graduado Social D. Pedro Miguel para asesorar y representar a la PIME.
VII.-En el sector de oficinas y despachos de Baleares, tras la celebración de elecciones
sindicales se han obtenido los siguientes resultados: CCOO 16 delegados; UGT 7; USO 3,
CSIF 1.
VIII.-Según los Estatutos, la PIME-Balears es una confederación de pequeñas y medianas
empresas de diversos sectores (comercio, calzado, construcción, transportes..) y está
constituida por las federaciones de Pime-Mallorca (89 asociaciones empresariales), PimeMenorca (36 asociaciones) y PIMEEF de Eivissa i Formentera (42 asociaciones)».
QUINTO Preparado el recurso de casación por el Procurador D. Santos de Gandarillas
Carmona, se formalizó ante esta Sala, mediante escrito de 19 de noviembre de 2004,
alegándose los siguientes motivos:
I.-Al amparo de la letra d) del art. 205 de la LPL ( RCL 1995, 1144, 1563) y denuncian el
error que comete la sentencia recurrida en la apreciación de la prueba practicada que
determina la revisión de determinados hechos declarados probados en base a documentos
indubitados que obran en autos, que desvelan la equivocada formulación que de tales hechos
hace la referida sentencia.
II.-Infracción por inaplicación de los arts. 16.5 y 18.1 de la vigente LPL en relación a los
arts. 80, 81, 85.2, 88.1 y 97.2 del mismo texto legal y a los arts. 1, 4, 7.4 y 418 de la Ley
1/2000, de 7 de enero ( RCL 2000, 34, 962 y RCL 2001, 1892) de Enjuiciamiento Civil, así
como de la doctrina legal contenida en varias sentencias del Tribunal Supremo.
III.-Infracción por indebida aplicación del art. 154.2 de la LPL
IV.-Infracción por indebida aplicación de los arts. 87.3 y 88.1.2º del Estatuto de los
Trabajadores y de la doctrina legal contenida en varias sentencias del Tribunal Supremo.
SEXTO No evacuado el traslado de impugnación por las partes recurridas personadas,
pasaron las actuaciones al Ministerio Fiscal, que presentó Informe en el sentido de
considerar el recurso PROCEDENTE, señalándose para Votación y Fallo el 22 de noviembre
de 2005 en que tuvo lugar.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO La demanda rectora del Conflicto Colectivo, actualmente en fase de recurso de
casación, fue promovida por la Confederación de la Petita i Mitjana Empresa de Baleares
(Pime-Balears), en solicitud de que se declarase la nulidad del Convenio Colectivo ( LIB
2003, 256) , denominado de «oficinas y despachos», suscrito por la empresa, hoy
recurrente, Confederación de Asociaciones Empresariales de Baleares -CAEB- con los
Sindicatos UGT y CC.OO. y cuyo texto fue publicado en el BOIB de fecha 14 de octubre de
2003.
Para un mejor entendimiento de la problemática litigiosa a la que se contrae el presente
recurso conviene poner de relieve que la suscripción del meritado Convenio surge como
consecuencia de una situación conflictual colectiva entre las Centrales Sindicales CC.OO.,
UGT y la Confederación Patronal CAEB, a la que puso término un acuerdo obtenido en
trámite de conciliación administrativa, inicialmente, entre CAEB y UGT, el día 24 de marzo
de 2003 y al siguiente día con, el Sindicato CC.OO.
Dicho Convenio Colectivo, suscrito en tales circunstancias, fue impugnado, de oficio, en un
primer momento, por la Dirección General de Treball i Salut Laboral de Baleares que, tras
advertir el error padecido al plantear el contencioso laboral ante un Órgano Judicial,
manifiestamente, incompetente para conocer del mismo no insistió, entonces, en la
prosecución del proceso judicial impugnatorio por ilegalidad.
Posteriormente, la propia Dirección General, ya mencionada, ordenó la inscripción y
publicación del referenciado Convenio Colectivo que es, ahora, objeto de impugnación en los
presente autos.
Las razones esgrimidas para la impugnación planteada son las siguientes: a) Ausencia de
constitución formal de una Mesa de Negociación; b) Falta de representatividad de CAEB,
en cuanto constituye una confederación empresarial, cuyos socios no son empresas sino
asociaciones y federaciones empresariales y c) Ausencia de participación en la negociación
colectiva de dos Sindicatos CC.OO. y USO, el primero de los que solo se adhirió,
posteriormente, al Convenio Colectivo suscrito.
Es de significar, asimismo, que con antelación a la suscripción del Convenio Colectivo que,
ahora, es objeto de impugnación, por el Sindicato UGT se instó de la competente Autoridad
Laboral la extensión del Convenio Colectivo de Oficinas y Despachos de Cataluña ( LCAT
2000, 530) , al ámbito sectorial correspondiente de la Comunidad Autónoma Balear, como
ya se había intentado, anteriormente, con el homólogo Convenio Colectivo de la Comunidad
del Principado de Asturias ( LPAS 1997, 147) , habiendo propiciado ello el que,
posteriormente, hubiera hecho lo mismo el Sindicato CC.OO.
SEGUNDO Expuestos los precedentes del litigio planteado por PIME-Baleares ante la Sala
de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Autónoma Balear, por ésta,
en sentencia de 25 de febrero de 2004, se estima la demanda y se declara la nulidad del
Convenio Colectivo de Oficinas y Despachos de Baleares para los años 2003 y 2004,
publicado en el BOIB de 14 de octubre de 2003 ( LIB 2003, 256) , sin perjuicio de la
eficacia que, el mismo, pudiera tener, como pacto extraestatutario entre las partes que lo
suscribieron.
Contra dicha sentencia se alza en recurso de casación CAEB, proponiendo cinco motivos
revisorios de hechos probados con correcto amparo procesal en el artículo 205.d) del
Texto Refundido de la Ley de Procedimiento Laboral ( RCL 1995, 1144, 1563) y tres
motivos de infracción jurídica, sustentados, también correctamente, en el apartado e) del
mencionado precepto procesal laboral.
Antes de entrar en el concreto examen de los motivos impugnatorios propuestos, conviene
poner de relieve que la parte promovente de la impugnación del Convenio Colectivo
planteado no se ha personado en el presente recurso de casación, en el que, sí, lo hicieron
los Sindicatos UGT y CC.OO., que, sin embargo, no formularon impugnación al mismo, y la
Comunidad Autónoma de Baleares, que se limitó a solicitar una sentencia ajustada a
Derecho, en atención a que, a su juicio, la función revisora de un Convenio Colectivo, ya
inscrito y publicado, corresponde, en exclusiva, a la Jurisdicción Social.
TERCERO Entrando en el examen pormenorizado de los motivos de casación propuestos y
centrando la atención en el primero de ellos, referido la adición del hecho probado sexto
de la sentencia impugnada, para hacer constar que, conforme a su norma estatutaria, la
capacidad para promover un litigio, como el de estos autos, incumbe a la Junta Directiva y
no, en cambio, al Comité Ejecutivo de Pime Baleares, es de significar que ni, con el mismo,
se advierte un error manifiesto de la Sala de instancia, ni los documentos que, a tal fin, se
invocan -los Estatutos de la propia Asociación Empresarial- se revelan hábiles para producir
la modificación fáctica pretendida ni, en definitiva y por lo que se habrá de razonar la
adición de hechos postulada llegaría a tener trascendencia en orden al signo del fallo a
adoptar en esta vía recursal, siendo de significar que la valoración de la legitimación
procesal el órgano competente empresarial para promover un proceso judicial es labor que
corresponde, en este caso, al Tribunal de Casación, al analizar la infracción jurídica en que
haya podido incurrir la sentencia impugnada.
Por todas esas razones el motivo no puede ni debe merecer una favorable acogida.
CUARTO Igual suerte desestimatoria y por similares razones a las que ya se dejan
expuestas tienen que correr el motivo revisorio de hechos 2º, por cuanto la adición del
hecho probado 4º de la sentencia recurrida, que, con él, se pretende, ni revela error alguno
de apreciación por parte de la Sala de instancia, ni es trascendente en orden al signo del
fallo a adoptar ni, tampoco, aparece avalada por una prueba documental que se revele
idónea al fin revisorio pretendido. Debe, por tanto desestimarse.
En cuanto al tercero de los motivos de impugnación propuestos, ciertamente, la
modificación del tiempo verbal que propone en la redacción del hecho probado 5º de la
sentencia recurrida tiene que ser admitida, por cuanto se halla avalada por una prueba
documental idónea, revela un claro error de apreciación por parte de la Sala de instancia y
aunque en definitiva, pueda carecer de relevancia en orden al signo del fallo a adoptar, tal
redacción se ajusta, más adecuadamente, a la realidad fáctica a enjuiciar. Ha de estimarse,
en consecuencia, este motivo revisorio de hechos.
La adición fáctica que se pretende en el 4º de los motivos revisorios de hechos propuestos
y que se apoya en una certificación del SMAC de Baleares, obrante al folio 58 de la prueba
de la parte actora (folio 342 del total de la documentación obrante en los autos) y,
también, al folio 51 de la Pieza Separada, Documentos núm. 2, en cuanto fija como fecha de
constatación de la representación sindical en diversos tipos de actividad empresarial en la
Comunidad Autónoma de las Islas Baleares el 16 de abril de 2003, siendo así, que el
acuerdo constitutivo del Convenio Colectivo ( LIB 2003, 256) , objeto de impugnación en
estos autos, es de fecha anterior, el 3 de marzo del mismo año 2003, no se revela, sin
embargo, de trascendencia suficiente en orden al signo del fallo a adoptar en el presente
recurso, por lo que no merece ser estimado.
El último de los motivos -el quinto de casación- revisorio de hechos probados, en cuanto
pretende acreditar la intervención de la Entidad recurrente en otros expedientes relativos
a extensión de Convenios Colectivos, aun cuando pudiera admitirse que, en parte,
solamente, se sustenta en prueba documental hábil al fin revisorio pretendido, sin embargo,
es lo cierto que, en orden a la verdadera problemática planteada en el recurso y referida, a
la validez como Convenio Colectivo Estatutario del que es objeto de impugnación en los
presentes autos resulta, manifiestamente, innecesaria no poniendo de relieve, por otra
parte, error alguno de apreciación a cargo de la Sala de instancia. Por estas razones, este
último motivo de revisión de hechos, tampoco, puede merecer una favorable acogida.
QUINTO Entrando ya, en el examen de los motivos por infracción jurídica que propone la
parte recurrente, con amparo en el art. 205.e) del Texto Refundido de la Ley de
Procedimiento Laboral ( RCL 1995, 1144, 1563) , es de señalar que, en el primero de ellos,
se alega infracción por inaplicación de los arts. 16.5 y 18.1 de la mencionada Ley Procesal
Laboral en relación con los arts. 80, 81, 85.2, 88.1 y 97.2 del repetido Texto de
Procedimiento Laboral y con los arts. 1, 4, 7.4 y 418 de la Ley 1/2000 de 7 de enero ( RCL
2000, 34, 962 y RCL 2001, 1892) , de Enjuiciamiento Civil, así como de la doctrina
jurisprudencial, contenida en las sentencias de este Tribunal Supremo y del Tribunal
Constitucional que cita y que se dan por reproducidas.
En el segundo de los motivos de infracción jurídica alega infracción por indebida aplicación
del art. 154.2 de la Ley de Procedimiento Laboral y en el último de los motivos de esta clase
formulados se alega infracción, asimismo, por aplicación indebida de los arts. 87.3 y 81.1.2º
del Estatuto de los Trabajadores ( RCL 1995, 997) en relación con la jurisprudencia de
esta Sala que expresamente, cita y transcribe y que, igualmente, se da por reproducida.
Analizando el primero de estos motivos de impugnación jurídica propuesta, es conveniente
poner de relieve que los Estatutos para la Confederación de la Petita i Mitjana empresa de
Balears -PIME Balears- en su Capítulo 2º, referido a la Junta Directiva, y, más
concretamente, en el art. 23, apartados g) y h) se establece como competencia de dicho
Órgano de Gobierno, «el ejercicio de acciones judiciales ante cualquier jurisdicción o
instancia» y «otorgar poderes a terceras personas», y que, por su parte, en el Capítulo 3º
de dichos Estatutos y en el art. 28 regulador del Comité Ejecutivo, solamente se establece
que este último Órgano de Gobierno actuará como Delegado Permanente de la Junta
Directiva y asistirá en las funciones propias al Presidente de la Confederación Empresarial
de referencia.
Al respecto, es de significar que bien es cierto que el art. 163.1.a) de la Ley de
Procedimiento Laboral otorga legitimación activa para la impugnación de los Convenios
Colectivos, entre otros, a las asociaciones empresariales interesadas, no lo debe ser menos
que estas últimas, para poder actuar, legítimamente, habrán de hacerlo a través de los
órganos a los que estatutariamente les está reservada tal posibilidad de actuación ante el
Órgano Judicial competente.
Ahora bien, en el caso enjuiciado y pese a lo establecido, en los Estatutos por los que se
rige la Confederación de la Petita i Mitjana empresa de Baleares, no puede desconocerse,
de una parte, que el Comité Ejecutivo actúa como «órgano permanente» de la Junta
Directiva, la que, según resulta de lo actuado en el proceso, apenas se reúne y, de otra
parte, que en el Poder Notarial otorgado por el Presidente y Secretario de dicha
Confederación empresarial (folios 59 y 60 del Tomo i de los autos) se dice que ambos se
encuentran, especialmente, habilitados para actuar procesalmente, según certificación que
obra protocolizada y que el Presidente actúa en representación de la Confederación.
Si a esto se añade la composición del referenciado Comité Ejecutivo -formado por el
Presidente, dos Vicepresidentes, cinco Vocales por Mallorca, dos por Menorca y dos por
Ibiza y Formentera-, sin gran dificultad, se llega a la convicción de la suficiente y adecuada
legitimación procesal de la repetida Confederación Empresarial a los fines de promoción del
presente litigio.
Por estas razones no cabe, en buena lógica jurídica, negar legitimación procesal a la Pime de
Baleares para el planteamiento del contencioso laboral al que se contraen estos autos, por
el alegado hecho de que, al respecto, hubiera actuado su Comité Ejecutivo y no su Junta
Directiva, lo que lleva a la desestimación del primero de los motivos de casación planteados
frente a la sentencia de instancia.
SEXTO Antes de proseguir en el enjuiciamiento de los restantes motivos de impugnación
planteados conviene aclarar la confusa mezcla conceptual que se advierte en la formulación
del recurso promovido entre la legitimación «ad intra», ya rechazada, de la Pime-Baleares y
la representatividad de la misma a los fines de la negociación colectiva y teniendo en cuenta
lo que en orden a la representatividad de las Organizaciones Sindicales y Asociaciones
Patronales se establece tanto en los arts. 83.2, como en el 87.3 y 5 del Estatuto de los
Trabajadores ( RCL 1995, 997) , y, también, en el artículo 6-3-b) de la Ley de Libertad
Sindical de 2 de agosto de 1985 ( RCL 1985, 1980) . No puede ni debe ignorarse que la
sentencia núm. 937 de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de
Justicia de las Islas Baleares, dictada el 26 de noviembre de 2003, anuló la resolución de la
Conselleria de Treball i Formacio del Gobern de la Comunidad Autónoma de las Islas
Baleares, de fecha 30 de marzo de 1998, por la que se había reconocido a la Confederación
de la Petita y Mitjana Empresa de Balears, la condición de Asociación Empresarial más
representativa en el ámbito de la Comunidad Autónoma de las Islas Baleares.
Y aún cuando, ciertamente, esa misma sentencia, que es de fecha posterior a la suscripción
del Convenio Colectivo ( LIB 2003, 256) hoy impugnado y a la demanda rectora de estos
autos, no excluye la realidad de la mayor representatividad de la Confederación
empresarial de referencia, a la que viene a negar tal carácter por razones de forma y no de
fondo, sin embargo, lo que no se puede desconocer es la inhabilidad retroactiva para la
negociación colectiva que, de la expresada resolución judicial de la Sala de lo ContenciosoAdministrativo del Tribunal Superior de Justicia de Baleares, se derivó para la expresada
Pime, por más que su implantación, que es concepto distinto a la representatividad, dentro
de la actividad de la pequeña y mediana empresa de las Islas Baleares la dote de
legitimación suficiente para la impugnación del Convenio Colectivo al que se contrae el
presente recurso.
SÉPTIMO Rechazado que queda el primero de los motivos de impugnación propuestos ha de
entrase en el examen de los otros dos formulados con amparo procesal en el artículo 205.e)
del Texto Refundido de la Ley de Procedimiento Laboral ( RCL 1995, 1144, 1563) y por
infracción, de una parte, del artículo 154 de dicho texto procesal y, de otra, de los
artículos 87.3 y 88.1.2º del Estatuto de los Trabajadores ( RCL 1995, 997) y de la
jurisprudencia de esta Sala que cita y transcribe.
El artículo 154 otorga validez y eficacia de Convenio Colectivo ( LIB 2003, 256) al Acuerdo
logrado en Conciliación ante el Órgano Administrativo competente -en este caso el TAMIBpor quienes ostente legitimación suficiente para concertar la negociación colectiva.
Por su parte los artículos 87.3 y 88.1.2 del Texto Estatutario hace alusión a la legitimación
empresarial pero, también, a la sindical para la concertación de Convenios Colectivos.
Y aquí radica la esencia de la cuestión litigiosa sometida al enjuiciamiento de esta Sala y
que se cifra en determinar si quienes suscribieron el acuerdo conciliatorio que puso fin a un
conflicto colectivo, curiosamente, surgido entre los Sindicatos UGT y CC, OO, y que vino
precedido por anteriores intentos sindicales fallidos de extender a la Comunidad Autónoma
Balear el Convenio Colectivo de Oficinas y Despachos de Cataluña ( LCAT 2000, 530) o de
Asturias ( LPAS 1997, 147) , se hallaban, o no, plenamente legitimados para la adopción de
dicho acuerdo, en términos tales que dote al mismo de la eficacia propia de Convenio
Colectivo Estatutario o si, por el contrario y como resuelve la sentencia impugnada, tal
acuerdo no puede merecer, sino el carácter de un pacto extraestatutario con virtualidad
obligacional, únicamente, para las partes que lo firmaron.
La parte demandante en el presente proceso colectivo aduce la falta de constitución formal
de la mesa negociadora del Convenio Colectivo impugnado, la falta de representatividad de
la única parte empresarial firmante de dicho Convenio -la hoy CAEB recurrente- y la
ausencia, también, de otros Sindicatos, entre ellos CC.OO. y USO.
Respecto a la falta de constitución formal de la mesa negociadora es de señalar que la
peculiar formación de la voluntad concordada colectiva en este caso, que se revela
consecuente a un Conflicto Colectivo suscitado por los propios Sindicatos que hoy aparecen
como partes recurridas y que, sin embargo, no impugnaron el recurso de casación planteado,
hace que pierda consistencia ese aspecto de la impugnación y que, en cambio, la discusión se
centre en determinar si quienes suscribieron el acuerdo de referencia que puso fin al
conflicto planteado ante la Autoridad Administrativa competente tenían, o no, legitimación
suficiente para otorgar a dicho acuerdo el carácter de un propio y verdadero Convenio
Colectivo Estatutario.
Difícilmente puede negarse a la Confederación Empresarial que, ahora recurre, legitimación
para la negociación colectiva, dada su implantación y amplitud representativa en el ámbito
empresarial de la Comunidad Autónoma de las Islas Baleares. En otro aspecto, tampoco la
parte demandante de autos llegó a probar, como era su deber procesal, esa falta de
representatividad que, sustentada en meras afirmaciones carentes de adecuada
justificación, alega en el escrito de demanda.
Por lo que hace a la legitimación de los Sindicatos CC.OO. y USO son de hacer las
siguientes precisiones.
Para empezar, el Sindicato CC.OO. aparece como promovente ante la Autoridad
Administrativa del conflicto colectivo que desembocó en el Convenio Colectivo, ahora,
impugnado. Su postura fue, por tanto, la de parte en dicho conflicto y, si bien es cierto que
demoró en solo unas horas la firma del acuerdo que solventó el mismo y que dio lugar al
Convenio Colectivo sujeto, ahora, a impugnación, tal conducta no puede merecer, en sentido
estricto, el calificativo de adhesión, sino, por el contrario, el de parte -e incluso parte
promovente, se podría decir- suscribiente del mismo en cuyo origen estuvo y se mantuvo el
precitado Sindicato.
Por lo que hace al Sindicato USO, conviene hacer, también, algunas aclaraciones.
Es cierto que conforme a lo establecido en los artículos 6.3.b) y 7.1. b) de la Ley de
Libertad Sindical ( RCL 1985, 1980) no cabría negarle el carácter de Sindicato más
representativo a los fines de la negociación colectiva en el ámbito de una Comunidad
Autónoma como es la de las Islas Baleares.
En otro aspecto y según las certificaciones de la Consellería de Trebail i Formacio de
Govern de Les Isles Baleares el Sindicato USO acredita más de un 10% de los miembros de
Comites de Empresa y Delegados de Personal y su condición de Sindicato más
representativo, conforme a lo previsto en el artículo 87.3 y 4 del Estatuto de los
Trabajadores ( RCL 1995, 997) , y así se recoge en el hecho probado 7º de la Sentencia
combatida.
Desde esta perspectiva enjuiciadora no cabe duda, como así lo viene a aceptar el propio
Sindicato UGT en el acto de juicio, si bien con carácter meramente subsidiario, que al no
haberse citado al Sindicato USO a la negociación del acuerdo que puso fin al conflicto
colectivo suscitado ante el Tamib y que dio lugar al controvertido Convenio Colectivo de
autos, este último no puede ni debe merecer la consideración de Convenio Estatutario de
eficacia general, sin perjuicio de que, con carácter extraestatutario, puedan surtir efectos
obligacionales entre las partes que lo firmaron.
Como se razona en nuestra sentencia de 25 de septiembre de 2003 -Recurso 147/2002 (
RJ 2003, 8380) .
«Y aunque no cuestiona su eficacia, bueno es señalar que el pacto impugnado tiene la que le
otorga el 154.2 LPL ( RCL 1995, 1144, 1563) , conforme al cual lo acordado en la conciliación
que pone fin a un conflicto colectivo tiene «la misma eficacia atribuida a los convenios
colectivos por el art. 82 del Estatuto de los Trabajadores ( RCL 1995, 997) »; precepto
este último que solo contempla y regula, como es sabido, los convenio estatutarios. Es
cierto, empero, que la norma procesal exige para reconocer tal eficacia «que las partes que
concilien ostenten legitimación y adopten el acuerdo conforme a los requisitos exigidos por
dicha norma», remisión que, según la doctrina de esta Sala ( Sentencia de 15-12-97, rec.
452/97 [ RJ 1997, 9180] ; 4-12-2000, rec. 3867/99 [ RJ 2001, 2055] , 26-9-02, rec.
3543/00 [ RJ 2002, 10658] ; y 29-10-02, rec. 1244/01 [ RJ 2003, 462] ) debe entenderse
referida a la totalidad de las reglas del Estatuto de los Trabajadores relativas a la
negociación de convenios y no solo al art. 82; de modo que, si éstas no se respetan, el pacto
(?) extraestatutario».
También en nuestra anterior sentencia de 4 de diciembre de 2000 -R. 3867/1999 ( RJ
2001, 2055) - dijimos lo siguiente:
«Ahora bien, el art. 154.2 de la Ley de Procedimiento Laboral ( RCL 1995, 1144, 1563) , a la
hora de reconocer a los acuerdos conciliatorios «la misma eficacia atribuida a los convenios
colectivos por el art. 82 del texto refundido de la Ley del Estatuto de los Trabajadores (
RCL 1995, 997) », no se limita a requerir tal legitimación, sino que a ella añade un plus de
exigencia: que «el acuerdo se adopte conforme a los requisitos exigidos por la citada
norma», es decir, por el ET Y entre los requisitos que establece el Estatuto para negociar
convenios o pactos colectivos que vinculen a «todos los trabajadores incluidos dentro de su
ámbito de aplicación y por todo el tiempo de su vigencia», cobra en este caso capital
importancia, el de legitimación plena que prevé su art. 88.1. A tal fin este exige, por
remisión al art. 87.1 que, en el ámbito empresarial, la comisión negociadora este constituida
por los representantes de los trabajadores, o lo que es igual, por todos los delegados de
personal o por todas las representaciones sindicales existentes en su seno, a salvo por
supuesto la voluntaria incomparecencia o el rechazo expreso a negociar de alguno de los
formalmente llamados a ella.
Así lo destacamos en nuestras anteriores sentencias de 18-I-93 ( rec. 1682/91 [ RJ 1993,
94] ) 13-X-95 ( rec. 1045/95 [ RJ 1995, 8668] ) y 1-VII-99 ( rec. 4055/1998 [ RJ 1999,
5272] ) antes citada, en las que rechazamos la posibilidad de concertar pactos de eficacia
general excluyendo la intervención de algunos de los representantes de los trabajadores. Y
en la última negamos -por cierto que en relación con un acuerdo conciliatorio de similares
características formalizado también entre las mismas partes que han suscrito el que se
impugna- que la Sección Sindical de CC.OO., ahora demandada en este proceso, tuviera
legitimación plena para concertar pactos, ya que no es posible legalmente que lo pactado sin
haber participado en la negociación los demás delegados, «que también gozan de
legitimación inicial, tenga eficacia general, pues lo contrario constituiría un atentado a la
libertad sindical. El art. 37 CE ( RCL 1978, 2836) y los artes. 28.1 CE y 2 LOL Sindical (
RCL 1985, 1980) , garantizan a cada Sindicato -o a sus delegados en la empresa cuando el
pacto tiene ese ámbito y son las representaciones sindicales las que negocian, precisamos
ahora- la libertad para promover los fines del modo que estimen más conveniente,
concertando Convenios Colectivos estatutarios y extraestatutarios más acordes con la
defensa de sus intereses, pero sin que pueda excluirse indebidamente a otro Sindicato -y lo
mismo cabe afirmar respecto de los delegados sindicales cuando el pacto es empresarialcon derecho a formar parte de la Comisión Negociadora (Ss. TC 73/1984 [ RTC 1984, 73] y
184/1981 [ RTC 1981, 184] ) (...) En consecuencia el pacto, tiene naturaleza
extraestatutaria por no haber sido negociado y concluido de acuerdo con las reglas del
Título III del ET, teniendo plena validez y eficacia, como reconoció el Tribunal
constitucional entre otras, en las sentencia de 4/1983 de 28 de enero ( RTC 1993, 4) ,
12/1983 de 22 de febrero ( RTC 1983, 12) ; 73/1984 de 27 de junio ( RTC 1984, 73) y
98/1985 de 29 de julio ( RTC 1985, 98) , y en el ámbito de la legalidad ordinaria el art. 150
de la LPL, de 1990 ( RCL 1990, 922, 1049) (151-1 de la vigente 1995 [ RCL 1995, 1144, 1563]
) y la doctrina de esta Sala en sus sentencias de 23 de octubre de 1993 ( RJ 1993, 8060) ;
14 de diciembre de 1996 ( RJ 1996, 9462) y 24 de enero de 1997 ( RJ 1997, 572) , entre
las partes que lo concertaron y quienes estaban directamente representadas en la
negociación (empresa y afiliados de CC.OO), pero no respecto al personal (..) restante»».
Todo lo razonado lleva, a la desestimación de los motivos de impugnación 2 y 3 analizados, lo
que comporta la desestimación del recurso, sin que a tenor del artículo 233.2 del Texto
Refundido de la Ley de Procedimiento Laboral ( RCL 1995, 1144, 1563) proceda hacer
imposición de costas.
Por lo expuesto, en nombre de SM El Rey y por la autoridad conferida por el pueblo
español.
FALLAMOS
Desestimamos el recurso de casación promovido por el Procurador, D. Santos de
Gandarillas Carmona, en nombre y representación de la Confederación de Asociaciones
Empresariales de Baleares (C.A.E.B) contra la sentencia dictada por la Sala de lo Social del
Tribunal Superior de Justicia de Baleares, de fecha 25 de febrero de 2004, en Recurso
núm. 5/2003, deducidos por la Confederació de la Petita i Mitjana Empresa de Balears
(Pime Balears), Frente A la Direcció General de Treball i Salut Laboral, la Confederación de
Asociaciones Empresariales de Baleares (AEB), la Federación de Servicios de UGT, la
Federació de Servicios Financieros y Administrativos (COMFIA CC.OO) y la Unión Sindical
Obrera (Uso) y Ministerio Fiscal, Sobre Convenio Colectivo ( LIB 2003, 256) . Sin hacer
expresa imposición de costas.
Devuélvanse las actuaciones al Órgano Jurisdiccional correspondiente, con la certificación
y comunicación de esta resolución.
Así por esta nuestra sentencia, que se insertará en la COLECCIÓN LEGISLATIVA, lo
pronunciamos, mandamos y firmamos.
PUBLICACIÓN.-En el mismo día de la fecha fue leída y publicada la anterior sentencia por
el Excmo. Sr. Magistrado D. Benigno Varela Autrán hallándose celebrando Audiencia Pública
la Sala de lo Social del Tribunal Supremo, de lo que como Secretario de la misma, certifico.
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