EL CRÉDITO DOCUMENTARIO EN EL COMERCIO INTERNACIONAL Mª Dolores Ortiz Vidal Licenciada en Derecho Universidad de Murcia. Resumen Abstract El crédito documentario es un instrumento de pago que tiene por finalidad potenciar la seguridad jurídica y la certeza en el complejo acto de una transacción comercial internacional y garantizar su efectiva realización. La presencia del crédito documentario permitirá a las partes intervinientes incrementar su confianza respecto de la realización de un efectivo intercambio internacional. Ahora bien, el cumplimiento de la finalidad indicada requiere una idónea calificación de las relaciones jurídicas entre los sujetos intervinientes. En consecuencia, dicha calificación permitirá determinar, en caso de concurrencia de obstáculos o dificultades, el Tribunal competente para conocer la controversia y la Ley aplicable a la cuestión controvertida. E incluso más, con el fin de paliar la confusión creada por ciertos países que aplicaban sus propias reglas nacionales respecto a las prácticas con créditos documentarios, surgen las Reglas y Usos uniformes sobre crédito documentario que imponen uniformidad respecto a las transacciones comerciales. The documentary letter of credit is a payment instrument which aims to increase legal certainty and the effective realization of a commercial transaction. The documentary letter of credit will allow the parties to increase their confidence towards the realization of an effective international exchange. However, to achieve the objective, documentary letter of credit requires an adequate description of the legal relationship between the subjects involved. Accordingly, this description will determine, in the event of multiple obstacles or difficulties, the competent Court to hear the dispute and predict what the applicable law will be. And even more, to overcome the confusion created by certain countries which apply their own rules respect the documentary letter of credit, arise Uniform Customs and Practice for Documentary Credits, which impose uniformity in commercial transactions. 39 SUMARIO I. Introducción. II. El problema de la calificación de las relaciones jurídicas entre los sujetos intervinientes. III. El crédito documentario en las operaciones de comercio internacional. 1. Determinación de la competencia judicial internacional. 2. Precisión de la ley aplicable a las relaciones jurídicas derivadas del crédito documentario. IV. Función de las Reglas y Usos uniformes sobre créditos documentarios de la CCI. V. Conclusión. I. INTRODUCCIÓN El comercio internacional necesita al crédito documentario. Cuando dos sujetos deciden contratar es porque ambos reciben un beneficio. Por ejemplo, en un contrato de compraventa de mercancías, una de las partes recibirá el precio estipulado en el contrato; la otra parte, dispondrá de las mercancías. En consecuencia, las prestaciones de ambos individuos son satisfechas. Visto así, todo parece muy fácil. Sin embargo, el comercio internacional va más allá. El intercambio internacional es, en sí mismo, un acto complejo. Dos sujetos contratantes de diferentes Estados miembros pueden plantearse muchas cuestiones. ¿Si una de las partes no cumple lo estipulado en el contrato, ante qué tribunales debe plantear la demanda? ¿Cuál será la ley aplicable al litigio? ¿Tendré derecho a una indemnización? ¿Qué puedo hacer si la parte incumplidora no asume la sanción que el tribunal le imponga? El crédito documentario incrementa la confianza mercantil entre las partes intervinientes en el contrato-base y dota de seguridad jurídica internacional a la transacción comercial. Es una operación bancaria mercantil por la que, previa celebración de un contrato-base entre el ordenante y el beneficiario que prevé la cláusula “pago contra documentos”, el ordenante solicita al banco que abra a su favor un crédito con el fin de que, una vez que el beneficiario presente los documentos, de conformidad con las instrucciones dadas por el ordenante, el banco le pague el importe del crédito1. La mediación del banco en la operación mercantil 1 La más completa y valiosa aproximación al crédito documentario desde el prisma del DIPr. es la de M. CHECA MARTÍNEZ, El crédito documentario en el Derecho del comercio internacional, Madrid, 1994. Vid. también, entre otros muchos y aparte de los citados en este trabajo, M. CHECA MARTÍNEZ, “Medios de pago internacionales”, EJB, 1995, pp. 4250-4253; ID., “Ley modelo de CNUDMI sobre transferencias internacionales de crédito de 15 de mayo de 1992”, REDI, 1993, vol.XLV, pp. 626-629; B.M. CREMADES, “El crédito documentario en el momento actual del comercio internacional”, RJ La Ley, 1985-I, núm.1103, pp. 962-963; J. FERNÁNDEZ ARMESTO, Los créditos documentarios irrevocables en la RUU y en el Derecho español, La Coruña, 1984: ID., “Créditos documentarios con banco notificador y Reglas y Usos Uniformes” (sentencia del Tribunal Supremo de 27 octubre 1984”, RDBB, 1985, núm.20, págs.907-911; C. FERNÁNDEZ NOVOA, “Créditos documentarios transferibles y subsidiarios”, RDM, RDM 1969, pp. 7-29; L. TAPIA HERMIDA, “Reglas y usos relativos a los créditos documentarios. Revisión”, RDBB, 1983, pp. 43-69; A. ALONSO UREBA, “Crédito documentario”, EJB, 1995, págs.1799-1805; ID., “Naturaleza y régimen del crédito documentario”, Contratos bancarios, Madrid, 1992, pp. 438-468; C.E. BALOSSINI, Norme ed usi uniformi relativi ai crediti documentari, 3 vols., Milán, 1978; M.J. BONELL, “Il credito documentario, norme ed usi uniformi”, Operazioni Bancarie, tomo II, Milán, 1978; E.A. CAPRIOLI, “La loi applicable aux contrats de crédit 40 dota de certeza el negocio jurídico internacional. Ni ordenante comprador ni beneficiario vendedor desconfían. El crédito documentario es un medio de pago muy seguro pero también algo caro. El ordenante comprador debe soportar el importe de la comisión y los intereses durante el período de financiación y el beneficiario vendedor, asumirá unos costes bastante elevados en concepto de tramitación de documentos por el banco2. Como instrumento internacional, sus funciones son diversas: En primer lugar, puede actuar como instrumento de pago –el crédito documentario es un medio de pago– y de crédito –el ordenante comprador no reembolsará al banco emisor el importe del crédito y la comisión mercantil pactada hasta el momento en que el banco emisor le entregue los documentos presentados por el beneficiario vendedor–. Además, también realiza las funciones derivadas de la garantía –la intervención de la entidad financiera en la operación mercantil garantiza el cobro del precio al beneficiario vendedor y la puesta a disposición de las mercancías al ordenante comprador–. II. EL PROBLEMA DE LA CALIFICACIÓN DE LAS RELACIONES JURÍDICAS ENTRE LOS SUJETOS INTERVINIENTES El crédito documentario es una operación mercantil compuesta, a su vez, por varias relaciones jurídicas diferentes: A) Relación ordenante – beneficiario: celebración del contrato-base La relación entre el ordenante y el beneficiario se sustenta en la celebración del contrato-base que normalmente, suele ser un contrato de compraventa en el que se acuerda, entre otras, la cláusula “pago contra documentos”. En virtud de esta cláusula, el comprador u ordenante no sólo está facultado para solicitar al banco la apertura de un crédito por el importe del montante fijado en el contrato de compraventa, sino que, en caso de no obtener el crédito en la fecha prevista, el comprador incurre en responsabilidad contractual. Incumple una de las cláusulas acordadas en el contrato de compraventa. documentaire, approche de droit comparé”, IBLJ, 1991-VII, pp. 905-944; L.M. COSTA, “The Applicant and the New Uniform Customs and Practice for Documentary Credits”, IBLJ, 1995-3, pp. 361-370; ID., “Le formalisme dans le crédit documentarie, contestion ou Consecration?”, IBLJ, 1993-6, pp. 707-728; J.F. DOLAN, “Weaking the Letter of Credit Product, the New Uniform Customs and Pratice for Documentary Credits”, IBLJ, 1994-2, pp. 149-178; D. DRISCOLL, “The Role of Standby Letters of Credit in International Commerce”, Virginia Journal of International Law, 1980, pp. 473-497; F. EISEMANN / C. BONTOUX, Le crédit documentaire dans le commerce extérieur, Paris, 1977; F. EISMANN Y OTROS, Le crédit documentaire dans le commerce extérieur, París, Jupiter, 1985; K. KAWAN, “La fraude dans le crédit documentaire. Confusion ou cohésion?”, IBLJ, 1991-VI, pp. 797-836; B. KOZOLCHYK, “The Financial Standby Letters of Credit”, IBLJ, 1995-4, pp. 405-436; F.P. DE ROOY, Documentary Credits, Deventer Kluwer, 1984; S. SORDO, “Il credito documentario trasferibile”, DCI, 1989, pp. 283-289. 2 R. ESPINOSA CALABUIG, “Medios de cobro y pago internacionales” en AA.VV C. ESPLUGUES MOTA, G. PALAO MORENO, E. FERNÁNDEZ MASIÁ, Derecho del comercio internacional, Tirant lo Blanch, Valencia, 2006, p. 305. 41 Por su parte, el beneficiario, en virtud de la cláusula “pago contra documentos”, ve garantizado el cobro de la cantidad establecida en el contrato de compraventa. El banco emisor, o en su caso, el banco intermediario confirmante, previa recepción y verificación de los documentos presentados quedan obligados al pago del precio. Así, por ejemplo, no queda afectado el beneficiario vendedor aunque el ordenante comprador devenga insolvente. B) Relación ordenante – banco emisor: contrato de mandato de crédito El ordenante solicita al banco emisor la apertura de un crédito por el importe del montante que figura en el contrato de compraventa. El banco emisor valora los datos facilitados a fin de conceder o no el crédito a su cliente. El ordenante, en virtud de las instrucciones dadas al banco emisor, le exige que (contrato de mandato de crédito) única y exclusivamente deberá pagar el importe del crédito al beneficiario cuando éste le presente los documentos pertinentes de conformidad con las condiciones y características pactadas en el contrato de compraventa. Por tanto, el banco queda obligado al pago del precio a favor de un tercero (concretamente, el beneficiario vendedor). Es un contrato a favor de tercero. El banco emisor recibirá, de manos del ordenante, la cantidad correspondiente al importe del crédito concedido más la comisión que se hubiere fijado por ambas partes. Así, el comprador queda obligado a pagar al banco emisor cuando éste, previamente, haya pagado al beneficiario. Con carácter general, el ordenante comprador, en virtud de una “póliza de cobertura para operaciones de comercio exterior”3, podrá satisfacer el importe del crédito al banco emisor con plazo de vencimiento superior al que se establece con carácter general. C) Relación banco emisor – banco intermediario: contrato de mandato mercantil La intervención del banco intermediario suele manifestarse, con carácter general, ante la ausencia de sucursales del banco emisor en el Estado donde tuviere que hacer efectivo el pago, ante la carencia de una estructura financiera en dicho Estado, o bien, ante cualquier otra circunstancia que impida hacer efectivo el pago del precio en el Estado del beneficiario vendedor. La relación jurídica entre el banco emisor y el banco intermediario es siempre, y en todo caso, un contrato interbancario de mandato mercantil. La peculiaridad que afecta a la relación jurídica radica en la calificación que reciba el banco intermediario. Su calificación depende de la función que desarrolle: 3 J. CARRASCOSA GONZÁLEZ, “Contratos Internacionales. Cap. V. Medios de pago internacionales” en AA.VV A.L. CALVO CARAVACA, P. BLANCO MORALES LIMONES. Contratos internacionales, Madrid, 1997, Tecnos, p. 756. C. PÉREZ, “Financiación de importaciones mediante créditos documentarios”, El comercio internacional al día, 1994, núm. 252, pp. 3-5. 42 Si el banco intermediario actúa como banco-avisador (es decir, como mero notificador de la existencia del crédito al beneficiario) o ejerce la función de banco-pagador (como mandatario del banco emisor en el pago del importe del crédito), no existe un compromiso firme frente al beneficiario. El banco intermediario avisador y el banco intermediario pagador no asumen la obligación de pago del importe del crédito a favor del beneficiario como obligación propia. Si el banco intermediario actúa como banco-confirmante, pagará al beneficiario vendedor el importe del crédito. En consecuencia, asume las mismas obligaciones que el banco emisor. Se compromete firmemente a pagar el precio al beneficiario. En caso de que el banco intermediario no cumpliere el mandato que el banco emisor le ordena, éste puede exigirle responsabilidad contractual por la incorrecta realización de las actividades encomendadas D) Relación banco emisor – beneficiario La relación jurídica entre el banco emisor y el beneficiario vendedor plantea un problema de calificación. Dependiendo de la calificación que reciba la relación jurídica, la ley aplicable al litigio variará. Una precisión de la ley aplicable favorece a los sujetos intervinientes, puesto que les ofrece seguridad y certeza en el litigio. Si las partes creen que existe un alto riesgo en la contratación, aún cuando ambas puedan beneficiarse del resultado, optarán por no celebrar el negocio. Por tanto, en los casos internacionales, la calificación es necesaria para precisar la norma de conflicto aplicable, que es la que determinará el Derecho estatal que rige la relación jurídico-privada. ¿Cómo debe realizarse la calificación? Dos formas son posibles: En primer lugar, la calificación puede efectuarse conforme a lo dispuesto en el art. 12.1 CC “La calificación para determinar la norma de conflicto aplicable se hará siempre con arreglo a la Ley española”. A través de esta tesis, se trata de investigar la naturaleza jurídica, en Derecho español, de la relación jurídica entre banco emisor y beneficiario, tras lo cual debe aplicarse la norma de conflicto que corresponda a la institución jurídica debatida, norma que determinará la Ley aplicable a la relación jurídica4. Una vez calificada la situa- 4 Vid. en la doctrina española S. ÁLVAREZ GONZÁLEZ, “Art. 12.1 Cc.”, Comentarios al Código Civil y a las Compilaciones forales, dirigidos por M. ALBALADEJO Y S. DÍAZ ALABART, tomo I, vol.II, 2ª ed., Edersa, Madrid, 1995, pp. 842-880; A. BORRÁS RODRÍGUEZ, Calificación, reenvio y orden público en el Derecho interregional, Bellatera, UAB, 1984; ID., “Art.12.1 Cc.,” Com.Cc. Min.Justicia, 1991, pp. 139-140, y las clásicas pero insustituibles aportaciones, entre otros muchos, de G. BARILE, “Qualificazione (Diritto internazionale privato)”, EdD, 1988, vol.XXXVIII, pp. 1-22; E. BARTIN, “La doctrine des qualifications et ses rapports avec le caractere national du conflit de lois”, RCADI, 1930, vol.31, pp. 561-620; ID., “De lʼimpossibilité dʼarriver a la suppression définitive des conflits de lois”, JDI Clunet, 1897, pp. 225-255, 466-495 y 722-728; P. LALIVE, “Tendances et méthodes en droit international privé (Cours Général droit international privé)”, RCADI, 1977, vol.155, pp. 1-424, concr.pp. 326422; H. LEWALD, “Regles générales des conflits de lois (Contribution a la technique du droit international privé)”, RCADI, 1939, vol.69, pp. 1-147, concr.pp. 67-72; L. RAAPE, “Les rapports juridiques entre parents et enfants comme point de départ dʼune explication pratique dʼanciens et de nouveaux problemes du droit international privé”, RCADI, 1934, vol.50, pp. 405-544. 43 ción privada internacional, se aplicará la norma de conflicto que corresponda a la naturaleza jurídica que se ha atribuido a dicha relación. Ello conduce a investigar cómo califica esta relación jurídica el Derecho sustantivo español. En segundo lugar, la calificación puede fundamentarse en el principio de coherencia estipulado en el Considerando 7 del Reglamento Roma I: “El ámbito de aplicación material y las disposiciones del presente Reglamento deben garantizar la coherencia con el Reglamento (CE) n º 44/2001 del Consejo, de 22 de diciembre de 2000 [...] (Bruselas I) y el Reglamento (CE) n º 864/2007 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 11 de julio de 2007 [...] (Roma II)”. En esta segunda opción, el art. 12 CC resulta inaplicable, porque las normas que pugnan por su aplicación a la relación jurídica banco-beneficiario, son normas contenidas en instrumentos legales internacionales y tales textos disponen de sus propios mecanismos para resolver la cuestión de la calificación5. Este segundo modo de calificación es preferible. Garantiza una calificación unívoca o uniforme en todos los Estados miembros. Escoger la segunda calificación impide que la relación banco - beneficiario sea considerada un contrato por un juez alemán y una promesa unilateral y extracontractual por un juez portugués, por ejemplo. En consecuencia, garantiza uniformidad de concepto e interpretación. ¿Cómo calificar la relación jurídica entre el banco emisor y el beneficiario? La doctrina mayoritaria6, opina que la relación jurídica entre el banco emisor y el beneficiario puede calificarse como un negocio atípico e innominado. Su idea se resume en lo siguiente: “Para explicar el fundamento de la relación del Banco con el beneficiario se han ensayado distintas construcciones (teoría de la representación, del mandato de crédito, de la fianza, del contrato a favor de tercero, de la delegación, etc.), pero, en realidad, ninguna de ellas es plenamente satisfactoria. Estamos, [...] ante una de esas figuras atípicas del Derecho mercantil moderno, que presentando rasgos comunes con distintas instituciones no se acomodan exactamente a ninguna de ellas.”7. En opinión distinta a la doctrina mayoritaria, la relación jurídica entre el banco emisor y el beneficiario vendedor puede sustentarse sobre una promesa unilateral de pago. 5 S. BARIATTI, “Qualificazione e interpretazione nel diritto internazionale privato comunitario: prime riflessioni”, en S. BARIATTI (Coord.), La famiglia nel diritto internazionale privato comunitario, Milano, Dott. A. Giuffrè Editore, S.p.A., 2007, pp. 153-173. 6 J. HERNÁNDEZ MARTÍ, “Las operaciones bancarias y parabancarias de mediación de los pagos, Cap. III. Créditos documentarios” en AA.VV C. ESPLUGUES MOTA, S. BARONA VILAR Contratación internacional, Tirant lo blanch, Valencia, 1999, p. 465. F. EISEMANN, CH. BONTOUX, M. ROWE, Le crédit documentaire dans le commerce extérieur, Editorial Jupiter, 1985, p.15. M. MEDINA DE LEMUS, Contratos de Comercio Exterior, DYKINSON, 2000, p. 465. R. ESPINOSA CALABUIG, “Medios de cobro y pago internacionales” en AA.VV C. ESPLUGUES MOTA, G. PALAO MORENO, E. FERNÁNDEZ MASIÁ, Derecho del comercio internacional, Tirant lo Blanch, Valencia, 2006, p. 309. J. ALBERTO RODRÍGUEZ, La Nueva Reglamentación Internacional del Crédito Documentario. “IV. Forma y notificación de los créditos documentarios”, Madrid, 1985, p. 77. R. ARENAS GARCÍA, “Cap. 6: Medios de pago, garantías y financiación”, en AAVV J. C. FERNÁNDEZ ROZAS, P. A. DE MIGUEL ASENSIO, Derecho de los Negocios Internacionales, iustel, Madrid, 2009, p. 451-452. 7 L. J. CORTÉS, “Lección 30 Los Contratos Bancarios (II)”, en AAVV A. MENÉNDEZ Lecciones de Derecho mercantil, Civitas, 2004, p.674. 44 Para ofrecer una correcta calificación de la relación jurídica es imprescindible partir de la noción siguiente: ¿qué es un contrato? El R. 44/2001, con el propósito de garantizar la coherencia del concepto “materia contractual”8 con los instrumentos internacionales, otorga la siguiente definición9: “La “materia contractual” comprende los litigios derivados de una “vinculación jurídica voluntaria entre las partes”. En virtud de dicha definición, la relación jurídica entre banco emisor y beneficiario vendedor no parece contractual porque: en primer lugar, no hay vinculación jurídica voluntaria entre las partes –únicamente, una de las partes (el banco emisor) podría quedar afectada–. En segundo lugar, la obligación podría serlo sólo para una de las partes –el banco emisor, o en su caso, el banco intermediario confirmante, podría obligarse (unilateralmente) al pago del precio a favor del beneficiario vendedor–. En último lugar, no es necesaria la aceptación del beneficiario vendedor –un contrato se perfecciona con la aceptación de la oferta hecha por el oferente–. ¿Cómo funciona la promesa unilateral de pago? El banco emite una carta de crédito a favor del beneficiario. La carta implica la única obligación de pago del banco frente al beneficiario vendedor una vez que éste haya presentado los documentos. La emisión de la carta de crédito no vincula al beneficiario vendedor (es una declaración de voluntad unilateral del banco). En virtud de la emisión de la carta de crédito, la relación que surge entre el banco y el beneficiario vendedor es una promesa unilateral de pago, esto es, un negocio unilateral no recepticio que da lugar a una obligación no contractual. El banco se vincula al pago desde la emisión de la carta de crédito mientras que el beneficiario, al que ni siquiera le es exigible su aceptación, sólo queda vinculado a la presentación de los documentos de conformidad con las instrucciones dadas por el ordenante. En definitiva, “la carta de crédito no es un contrato”10. Ahora bien, esta segunda postura también plantea cuestiones controvertidas. En concreto, la siguiente: ¿cuándo alguien promete algo, en este caso el pago del importe del crédito documentario, queda intencionadamente vinculado, aun cuando nadie acepte la promesa? En otras palabras, ¿obliga la promesa no aceptada? La doctrina no es pacífica. La opinión mayoritaria de la doctrina española11 parte de aceptar que “la declaración de voluntad unilateral produce efectos obligatorios en casos excepcionales”. Ahora bien, ¿cuáles son esos casos excepcionales?12 8 la noción materia contractual es autónoma y propia del Reglamento 44/2001 (STJCE 22 marzo 1983, Peters, STJCE 8 marzo 1988, Arcado, STJCE 27 septiembre 1988, Kalfelis, STJCE 17 junio 1992, Handte, STJCE 27 octubre 1998, Réunion, STJCE 17 septiembre 2002, Tacconi, STJCE 1 octubre 2002, Henkel, STJCE 5 febrero 2004, Frahuil). 9 A. L. CALVO CARAVACA / J. CARRASCOSA GONZÁLEZ, Derecho Internacional Privado, Vol. II, 2008-2009, Comares, Granada, p. 458. 10 J.F. DOLAN, “Weaking the Letter of Credit Product: the New Uniform Customs and Pratice for Documentary Credits”, IBLJ, 1994-2, pp. 149-178. 11 LACRUZ, DÍEZ PICAZO Y GULLÓN, CASTÁN TOBEÑAS Y HERNÁNDEZ GIL. 12 C. MARTÍNEZ DE AGUIRRE ALDAZ, “Capítulo I. La obligación: concepto y fuentes”, en AAVV P. DE PABLO CONTRERAS, M. A. PÉREZ ÁLVAREZ, M. A. PARRA LUCÁN, Curso de Derecho Civil II: Derecho de Obligaciones, COLEX, Madrid, 2008, p. 61. 45 Con carácter general, la fuerza de la promesa unilateral se aprecia en la promesa pública de recompensa y en aquellos casos en que lo demanden los intereses del comercio para favorecer el intercambio internacional13 e incluso más, su fuerza también se observa respecto a las “estipulaciones para otro”14. “En la naturaleza del supuesto se encuentra que el tercero que realiza el acto u obtiene el resultado adquiere el derecho a que la promesa sea cumplida, aun cuando no haya actuado en atención a la misma”15. En consecuencia, varias razones permiten calificar la relación jurídica como promesa unilateral de pago: a) La promesa unilateral de pago es funcionalmente abstracta e independiente de los avatares que pueda sufrir el contrato-base. b) La promesa unilateral de pago es un negocio unilateral no recepticio16. Una última cuestión controvertida es preciso analizar: ¿Qué ocurre si el banco no cumple aquello a lo que se comprometió? ¿El beneficiario vendedor puede exigirle responsabilidad antes de reclamar el cumplimiento de la promesa de pago? ¿Qué acción podría ejercitar contra él? En caso de que el banco no cumpliere correctamente con lo dispuesto en la carta de crédito, el beneficiario vendedor puede exigirle responsabilidad por la incorrecta realización de aquello a lo que se comprometió. El beneficiario vendedor está protegido en virtud del art. 1902 CC “El que por acción u omisión causa daño a otro, interviniendo culpa o negligencia, está obligado a reparar el daño causado”. En consecuencia, el banco emisor repararía el daño (por ejemplo, si efectúa un pago de cantidad inferior al estipulado en la carta de crédito) que pudiere causar al beneficiario vendedor. Una tercera posición presenta, a su vez, dos formas: es una postura “mixta”. En dicho sentido, “cuando [el crédito] tiene carácter irrevocable, el beneficiario no sólo dispone de la posibilidad de perfeccionar el contrato [...]. Ello supone afirmar la naturaleza contractual de la relación entre el Banco Emisor y el Beneficiario, lo cual no es pacífico en la doctrina porque aquella relación también es explicable desde la perspectiva de una declaración unilateral de voluntad del Banco, que no tiene carácter recepticio”17. 13 J. CASTÁN TOBEÑAS, Derecho Civil Español común y foral, REUS, Madrid, 1992, p. 106. 14 B. BOGGERO, La declaración unilateral de voluntad como fuente de obligaciones, pp. 125-129. 15 L. DÍEZ-PICAZO, A. GULLÓN, Sistema de Derecho Civil II, Tecnos, Madrid, 1999, p. 125. 16 S. BARIATTI, “Riforma del sistema italiano di diritto internazionale privato”, Gazzetta Ufficiale, n.218, suppl. Ord., 3 giugno 1995 p. 1393. B. BAREL / S. ARMELLINI, Manuale Breve Diritto Internazionale Privato, DOTT.A. GIUFFRÈ EDITORE, Milano, 2006, p.214. 17 J. HERNÁNDEZ MARTÍ, “Las operaciones bancarias y parabancarias de mediación de los pagos, Cap. III. Créditos documentarios” en AA.VV C. ESPLUGUES MOTA, S. BARONA VILAR Contratación internacional, Tirant lo blanch, Valencia, 1999, p. 465. 46 E) Relación banco intermediario – beneficiario La relación entre el banco intermediario y el beneficiario vendedor tendrá mayor o menor relevancia en función de la calificación que el banco intermediario reciba: si actúa como banco-avisador o como banco-pagador la relación que les une es “auxiliar”. El banco intermediario, con sede social en el Estado miembro del beneficiario vendedor, incrementa la confianza del beneficiario vendedor. El banco intermediario cumple la actividad encomendada por el banco emisor. La auténtica relación jurídica sólo tendrá lugar si el banco intermediario actúa como banco-confirmante. La relación es similar a la existente entre el banco emisor y el beneficiario, puesto que, si el banco intermediario actúa como banco-confirmante, lleva a cabo las mismas funciones que el banco emisor respecto a la relación citada. En consecuencia, la relación jurídica entre el banco intermediario confirmante y el beneficiario vuelve a plantear las mismas cuestiones controvertidas. En este sentido, “cuando la calificación del crédito documentario no reciba una calificación contractual sino extracontractual, por ejemplo, respecto a la relación entre el banco intermediario o confirmante y el beneficiario, la solución pasaría por aplicar la norma de conflicto del art. 10.9.I Cc.”18. En cualquier caso, y con independencia de lo que diga el Código Civil español, es conveniente acudir a la definición e interpretación que puedan ofrecer los instrumentos jurídicos internacionales en vigor sobre la materia (principio de coherencia internacional, art. 7 Reglamento Roma I). III. EL CRÉDITO DOCUMENTARIO EN LAS OPERACIONES DE COMERCIO INTERNACIONAL 1) Determinación de la competencia judicial internacional La determinación de la competencia judicial internacional se efectuará en virtud de las disposiciones contenidas en el Reglamento 44/2001 del Consejo, de fecha 22 diciembre de 2000 relativo a la competencia judicial, el reconocimiento y la ejecución de resoluciones judiciales en materia civil y mercantil. Ahora bien, el R. 44/2001 se aplica en el territorio de los Estados miembros respecto a cuestiones internacionales en materia civil y mercantil no excluidas expresamente por el propio R. 44/2001 (Art. 1.1 y Art. 1.2 R. 44/2001). El crédito documentario es generador de obligaciones de carácter patrimonial. En consecuencia, es una operación mercantil que forma parte del ámbito material del Reglamento. 18 R. ESPINOSA CALABUIG, “Medios de cobro y pago internacionales” en AA.VV C. ESPLUGUES MOTA, G. PALAO MORENO, E. FERNÁNDEZ MASIÁ, Derecho del comercio internacional, Tirant lo Blanch, Valencia, 2006, p. 309. 47 La problemática de la calificación de la relación jurídica entre el banco emisor, o en su caso, el banco intermediario confirmante se traslada a la hora de determinar la competencia judicial internacional. La competencia judicial internacional de los tribunales españoles para conocer cualquier controversia que pueda suscitarse en la práctica del crédito documentario, se fija en función de los foros contenidos en el R. 44/2001. En concreto, son los siguientes: el foro de la sumisión expresa (Art. 23 R.44/2001) o tácita (Art. 24 R. 44/2001) –serán competentes los tribunales del Estado miembro al que las partes intervinientes en el contrato hayan decidido someterse–; el foro del domicilio del demandado (Art. 2 R.44/2001) –la competencia corresponderá a los tribunales del Estado miembro en el que tuviere su domicilio el demandado–; y el foro especial por razón de la materia (Art. 5.1 R. 44/2001) –los tribunales del Estado miembro del lugar en el que debiere ser cumplida la obligación contractual que sirve de base a la demanda podrán conocer de la controversia–. Por tanto, los foros citados en el párrafo anterior asumen la determinación de la competencia judicial internacional respecto de los contratos celebrados entre las partes intervinientes en la operación bancaria internacional. En concreto, la celebración del contrato-base19, el contrato de mandato de crédito20 y el contrato interbancario de mandato de crédito21. La relación entre el banco emisor y el beneficiario vendedor presenta grandes dificultades en el ámbito de la competencia judicial internacional. En función de la calificación que reciba –contractual o extracontractual– el tribunal competente será distinto: – Si la relación jurídica es contractual: la competencia judicial internacional de los tribunales españoles se determina, al igual que sucede en el resto de las relaciones contractuales, conforme los foros contenidos en el R. 44/2001. En consecuencia, ante la ausencia de sumisión expresa o tácita de las partes (arts 23 y 24 R. 44/2001), se opta alternativamente, por el foro del domicilio del demandado (art. 2 R. 44/2001) o el foro especial por razón de la materia (art. 5.1 R. 44/2001). En éste último caso, serán com- 19 En la relación jurídica entre el ordenante comprador y el beneficiario vendedor, el contrato-base puede ser distinto en función del objeto que lo caracterice: aʼ) si es un contrato de compraventa de mercaderías, la obligación que sirve de base a la demanda es la entrega de las mercancías. En consecuencia, los tribunales del Estado miembro donde tenga lugar la entrega de las mercancías, son competentes para conocer de las controversias suscitadas en dicha relación contractual. bʼ) si es un contrato de prestación de servicios, la obligación que sirve de base a la demanda es la prestación del servicio. En consecuencia, son competentes los tribunales del Estado miembro en el que tenga lugar la prestación del servicio. cʼ) otros contratos: si el contrato-base no pertenece a la categoría de contrato de compraventa de mercaderías ni al contrato de prestación de servicios, el tribunal competente se determina a través del “método analítico distributivo” (J. CARRASCOSA GONZÁLEZ). El tribunal del lugar en que debiere ser cumplida la obligación que sirviere de base a la demanda (la obligación presuntamente incumplida) es competente para conocer la controversia. Para determinar el lugar de cumplimiento de la obligación que sirve de base a la demanda debe consultarse la ley que rige el contrato. Dicha ley fija el lugar de cumplimiento y, en consecuencia, el tribunal competente. 20 En el contrato de mandato de crédito, la obligación que sirve de base a la demanda es la prestación del servicio. Son competentes los tribunales del Estado miembro en el que tenga lugar la prestación del servicio. En consecuencia, el contrato de mandato de crédito forma parte del concepto amplio de “prestación de servicios” que ofrece el R. 44/2001. 21 En el contrato de mandato de crédito, la obligación que sirve de base a la demanda es la prestación del servicio. Son competentes los tribunales del Estado miembro en el que tenga lugar la prestación del servicio. 48 petentes los tribunales del Estado miembro en que debiere cumplirse la obligación que sirve de base a la demanda. – Si la relación jurídica se erige sobre una promesa unilateral de pago: la competencia judicial internacional de los tribunales españoles para conocer la controversia que pueda suscitarse respecto a las obligaciones extracontractuales en el crédito documentario, se fija en función de los foros contenidos en el R. 44/2001. Son de aplicación todos los foros citados en materia contractual a excepción del foro especial por razón de la materia (art. 5.1 R. 44/2001). En sustitución del art. 5.1. R. 44 /2001, será aplicable el art. 5.3 R. 44/2001 relativo a las obligaciones extracontractuales: “Las personas domiciliadas en un Estado miembro podrán ser demandadas en otro Estado miembro: En materia delictual o cuasidelictual, ante el tribunal del lugar donde se hubiere producido o pudiere producirse el hecho dañoso”. Por tanto, para la resolución de cualquier controversia que surja respecto a la promesa de pago, serán competentes los tribunales del Estado miembro en el que se hubiere emitido la carta de crédito. En caso de que el R. 44/2001 resulte inaplicable (por ejemplo, porque una de las partes intervinientes en la operación de crédito documentario no forme parte del territorio de la UE), la competencia judicial internacional de los tribunales españoles se fijará con arreglo a lo dispuesto en los artículos 21 y 22 LOPJ22. En la praxis, no suele alcanzarse el estadio judicial para resolver la cuestión controvertida derivada de la operación de crédito documentario. El banco tratará de evitar, por todos los medios, su presencia ante el órgano judicial. El banco ofrecerá soluciones a la controversia suscitada, e incluso más, es posible que prefiera soportar pérdidas antes que someterse a una decisión judicial. 2) Precisión de la Ley aplicable a las relaciones jurídicas derivadas del crédito documentario El Reglamento n º 593/2008 del Parlamento Europeo y del Consejo de fecha 17 de junio de 2008 sobre ley aplicable a obligaciones contractuales (Reglamento Roma I), precisa la ley aplicable a los contratos celebrados entre las partes intervinientes. En concreto, el 22 Dice el art. 22 LOPJ en sus dos primeros apartados: “En el orden civil, los Juzgados y Tribunales españoles serán competentes: 1. con carácter exclusivo […]. 2. Con carácter general, cuando las partes se hayan sometido expresa o tácitamente a los juzgados españoles, así como cuando el demandado tenga su domicilio en España”. También contempla competencias especiales por razón de la materia (art. 22.3, 22.4 y 22.5 LOPJ). La LOPJ contempla los mismos foros que el R. 44/2001. El legislador español “copió” los foros contenidos en el R. 44/2001 y los plasmó en la LOPJ. No obstante, “legislar mediante “copia” no garantiza siempre resultados positivos, por muy bueno que sea el modelo. En este caso, el legislador español cometió, al menos, los siguientes errores: 1º) Copia por exceso (=los foros se hacen aplicables al Derecho de la persona, Familia y Sucesiones), 2º) Copia defectuosa (=no hace referencia a la litispendencia, al régimen jurídico de la sumisión, etc), 3º) Copia imposible, (=la jerarquía de los foros sólo tiene sentido en normas de competencia judicial contenidas en instrumentos internacionales). (A. L. CALVO CARAVACA / J. CARRASCOSA GONZÁLEZ). 49 contrato base23, el contrato de mandato de crédito24 y el contrato interbancario de mandato de crédito25. Es conveniente destacar que, tanto la aplicación del Reglamento Roma I como la aplicación de las condiciones generales de contratación impuestas por el banco conducen al mismo resultado: la ley aplicable al contrato de mandato de crédito es la ley del Estado miembro donde tenga su sede social el banco emisor. Otros aspectos contractuales, tales como la capacidad de las partes, la forma del contrato y la ejecución de las obligaciones, deben precisar la ley aplicable26. Nuevamente, la pluralidad de calificaciones que recibe la relación jurídica existente entre el banco emisor y el beneficiario vendedor afecta en la precisión de la ley aplicable: 23 ¿Cuál es la ley aplicable al contrato base? En virtud del art. 3 Reglamento Roma I, las partes intervinientes en la celebración del contrato-base pueden elegir la ley aplicable al mismo. Si las partes intervinientes no hubieren elegido la ley aplicable, ésta se determinará en función de la calificación que el contrato reciba: 1º) el contrato de compraventa de mercaderías se regirá por la ley del Estado miembro en el que el vendedor tenga su residencia habitual (art. 4.1.a) Reglamento Roma I). 2º) el contrato de prestación de servicios se regirá por la ley del Estado miembro en el que el prestador del servicio tenga su residencia habitual (art. 4.1.b) Reglamento Roma I). 3º) el contrato que tenga por objeto un derecho real inmobiliario o el arrendamiento de un bien inmueble se regirá por la ley del Estado miembro donde esté sito el bien inmueble (art. 4.1.c) Reglamento Roma I). 4º) sin perjuicio de lo dispuesto en el art. 4.1.c) el arrendamiento de un bien inmueble celebrado con fines de uso personal temporal para un período máximo de seis meses consecutivos se regirá por la ley del Estado miembro en el que el propietario tenga su residencia habitual, si el arrendatario es persona física y tiene su residencia habitual en ese mismo Estado miembro (art. 4.1.d) Reglamento Roma I). 5º) el contrato de franquicia se regirá por la ley del Estado miembro en el que el franquiciado tenga su residencia habitual (art. 4.1.e) Reglamento Roma I). 6º) el contrato de distribución se regirá por la ley del Estado miembro donde el distribuidor tenga su residencia habitual (art. 4.1.f) Reglamento Roma I).7º) el contrato de venta de bienes mediante subasta se regirá por la ley del Estado miembro en el que tenga lugar la subasta, si dicho lugar puede determinarse (art. 4.1.g) Reglamento Roma I). 8º) el contrato celebrado en un sistema multilateral que reúna o permita reunir los diversos intereses de compra y de venta sobre instrumentos financieros de múltiples terceros, se regirá por el artículo 4, apartado 1, punto 17, de la Directiva 2004/39/CE. 24 El contrato de mandato de crédito forma parte de la amplia noción del contrato de prestación de servicios. Si las partes intervinientes en el contrato de mandato de crédito no estipulan la ley aplicable al mismo, el contrato se regirá, en virtud del artículo 4.1.b) Reglamento Roma I, por la ley del Estado miembro en el que el prestador del servicio tenga su residencia habitual. Ahora bien, con carácter general, en los contratos en los que un banco es parte, suele aplicarse la “ley del banco”. Los bancos disponen de formularios standards que contienen una cláusula de elección de ley. Tales formularios forman parte de las condiciones generales de contratación establecidas por las entidades bancarias. Ello incide en el comercio internacional de modo decisivo, pues el contratante más fuerte (el banco) tiende a imponer sus condiciones generales de la contratación al contratante más débil (el ordenante comprador). 25 La ley aplicable a dicho contrato, será precisada por las entidades bancarias de mutuo acuerdo. 26 ley aplicable a otros aspectos contractuales: a) la capacidad de las partes: se regula por la ley nacional de cada parte interviniente en el contrato (art. 9.1 CC y art. 1.2.a) Reglamento Roma I). b) la forma del contrato: si las partes que celebran el contrato se hallan en el mismo país en el momento de celebración, el contrato es válido en cuanto a la forma si reúne los requisitos de forma de la ley que lo rija en cuanto al fondo o de la ley del país donde se haya celebrado (art. 11.1 Reglamento Roma I). No obstante, si las partes intervinientes en el contrato se hallan en países distintos en el momento de la celebración, el contrato será válido en cuanto a la forma si reúne los requisitos de forma de la ley que lo rija en cuanto al fondo o de la ley del país en el que se encuentre cualquiera de las partes en el momento de la celebración o la ley del país en que cualquiera de las partes tuviera su residencia habitual en el momento de la celebración (art. 11.2 Reglamento Roma I). c) la ejecución de las obligaciones: se rigen por la ley del contrato. No obstante, se tendrá en cuenta la ley del país donde tenga lugar el cumplimiento (art. 12.2 Reglamento Roma I). 50 – Si la relación se calificare contractual: El Reglamento n º 593/2008 del Parlamento Europeo y del Consejo de fecha 17 de junio de 2008 sobre ley aplicable a obligaciones contractuales (Reglamento Roma I), precisa la ley aplicable al contrato. El contrato, puesto que es un contrato atípico e innominado de consentimiento implícito, no pertenece a las categorías citadas en el art. 4.1 Reglamento Roma I27 ni los elementos del contrato pertenecen a más de una de las letras (“a-h”). La relación jurídica se regirá por la ley del Estado miembro en el que tenga su residencia habitual la parte que deba realizar la prestación característica del contrato, es decir, la prestación no dineraria o en todo caso, la más compleja, la que constituye el centro de gravedad del contrato (art. 4.2 Reglamento Roma I). -– Si la relación jurídica presenta carácter extrancontractual, es aplicable el Reglamento nº 864/207 del Parlamento Europeo y del Consejo de fecha 11 de julio 2007 relativo a la ley aplicable a las obligaciones extracontractuales (Reglamento Roma II). A falta de elección de ley y de residencia habitual común de las partes 28, la ley aplicable a la obligación extracontractual es la ley del Estado miembro donde se produjere o hubiere de producirse el hecho dañoso (Lex loci delicti commissi, art. 4.1 Reglamento Roma II). “No es relevante el país donde haya tenido lugar el “hecho generador del daño”. Tampoco es relevante el país donde se “manifiesta el daño”29. La promesa de pago, vinculante para el banco, se efectúa en el lugar de emisión de la carta de crédito. En consecuencia, la ley aplicable a la promesa de pago es la ley del lugar la ley del lugar donde debe pagarse el importe del crédito a favor del beneficiario. De esta forma, el banco que dirige su actividad hacia el territorio del Estado miembro del beneficiario vendedor conocerá cual es la ley aplicable30. 27 El art. 4.1 RRI menciona los siguientes contratos: 1º) el contrato de compraventa de mercaderías (art. 4.1.a) Reglamento Roma I). 2º) el contrato de prestación de servicios (art. 4.1.b) Reglamento Roma I). 3º) el contrato que tenga por objeto un derecho real inmobiliario o el arrendamiento de un bien inmueble (art. 4.1.c) Reglamento Roma I). 4º) el arrendamiento de un bien inmueble celebrado con fines de uso personal temporal para un período máximo de seis meses consecutivos 5º) contrato de franquicia (art. 4.1.e) Reglamento Roma I). 6º) el contrato de distribución (art. 4.1.f) Reglamento Roma I).7º) el contrato de venta de bienes mediante subasta (art. 4.1.g) Reglamento Roma I). 8º) el contrato celebrado en un sistema multilateral que reúna o permita reunir los diversos intereses de compra y de venta sobre instrumentos financieros de múltiples terceros. 28 El Reglamento Roma II, con el fin de respetar la autonomía de la voluntad de las partes y reforzar la seguridad jurídica, permite a las partes elegir la ley aplicable a una obligación extracontractual (cons. 31 y art. 14 Reglamento Roma II). Aún cuando la elección de ley respecto a una obligación extracontractual no es frecuente entre las partes, se mantiene el punto de conexión en el Reglamento Roma II porque implica una “reducción de los costes de transacción conflictuales” (A. L. CALVO CARAVACA / J. CARRASCOSA GONZÁLEZ). Las partes elegirán una ley cuyo contenido conozcan. Una ley que sea beneficiosa para ambas partes. 29 A. L. CALVO CARAVACA / J. CARRASCOSA GONZÁLEZ, Derecho Internacional Privado, Vol. II, 2008-2009, Comares, Granada, p.719. 30 La carta de crédito puede emitirla: 1º) El banco emisor. Si la carta de crédito es emitida por el banco emisor, es aplicable la ley del Estado miembro en el que se emitió la misma. La ley del Estado miembro donde se halle la sede del banco emisor. 2º) Una sucursal del banco emisor ubicada en un país distinto del de su sede principal. La ley aplicable a la promesa de pago es la ley del país en el que el banco emisor tiene su sede principal. 3º) El banco intermediario confirmante. La ley aplicable es la ley del país del lugar de emisión de la carta de crédito. La ley aplicable es la ley del país donde tenga sede el banco intermediario confirmante. 51 IV. LA NUEVA VERSIÓN DE LAS “REGLAS Y USOS UNIFORMES SOBRE CRÉDITOS DOCUMENTARIOS” DE LA CCI La CCI, con sede en París y fundada en 1919, tuvo como objetivo principal facilitar el intercambio en el comercio internacional en un momento en que el nacionalismo y el proteccionismo constituían serias amenazas para el comercio mundial. Ahora bien, el alcance de las Reglas y Usos uniformes sobre el crédito documentario va más allá de facilitar el intercambio internacional. Su propósito es mitigar la confusión creada por determinados países que aplicaban sus propias reglas nacionales respecto a las prácticas con créditos documentarios. La carencia de unas adecuadas Reglas y Usos uniformes sobre crédito documentario genera inseguridad jurídica internacional. El comercio internacional demandaba la creación de un conjunto de reglas contractuales que impusieran uniformidad respecto a las transacciones comerciales, de forma que las partes intervinientes no tuvieran que lidiar con una pluralidad de regímenes nacionales, con frecuencia contradictorios. En virtud de lo dispuesto en el art. 1 RRUU 200731, la incorporación al contrato de las Reglas y Usos uniformes relativos a los créditos documentarios, ejerce la función de pacto privado entre las partes. “No son Derecho objetivo”32. En definitiva, son cláusulas incorporadas por referencia al contenido del contrato. Esta revisión de las Reglas y Usos uniformes para créditos documentarios que entró en vigor el 1 de julio de 2007 es la sexta desde que se promulgaron por vez primera en 1933. El 25 de octubre del 2006 la Cámara de Comercio internacional aprobó en París las nuevas <<Uniform Customs and Practice for Documentary Credits>> (UCP 600). La versión anterior, llamada UCP 500, no cubría algunos aspectos relativos a la interpretación de términos oscuros ni la aplicación particular de conceptos como negociación y tiempo razonable. Por ello, era necesaria una nueva versión. La UCP 600 es ambiciosa. Todos los artículos fueron revisados intensamente por un grupo de trabajo de 9 miembros en conjunto con un grupo de consulta formado por 41 miembros de 26 países. Opiniones de la Cámara Internacional de comercio, documentos de posición, decisiones de la Cámara Internacional de Comercio, casos jurídicos y comentarios del Comité Nacional de la Cámara Internacional de Comercio se tomaron en consideración en las 15 sesiones que se llevaron a cabo para desarrollar la UCP 600. En definitiva, esta revisión de las UCP es la culminación de más de tres años de exhaustivo análisis, revisión, debate y compromiso entre los diversos miembros del Grupo Redactor, de la Comisión Bancaria y de los respectivos comités nacionales de la CCI. También se han recibido valiosas observaciones de la Comisión de Transporte y Logística de la CCI, y de la Comisión de Derecho y Prácticas Mercantiles. 31 Dice el art. 1 RRUU “Las Reglas y usos uniformes para créditos documentarios, son de aplicación a cualquier crédito documentario cuando el texto del crédito indique expresamente que está sujeto a estas reglas”. 32 J. CARRASCOSA GONZÁLEZ, La Ley aplicable a los contratos internacionales: El Reglamento Roma I, 2009 (en prensa, consultado por gentileza del autor). 52 Con carácter general, las Reglas y Usos uniformes sobre créditos documentarios defienden los intereses de las entidades bancarias facilitando la contratación bancaria internacional (por ejemplo, reducen los costes de transacción conflictuales, utilizan formularios <<standards>> que contienen una cláusula de elección de ley, otorgan certeza en la precisión de la ley aplicable, etc). En consecuencia, las Reglas y Usos uniformes no participan del conocimiento de nuevos problemas ajenos a la intervención bancaria33. La aceptación universal de las UCP, a pesar de los sistemas jurídicos y económicos discrepantes de los distintos países que las utilizan, es ejemplo de la eficiencia y del éxito de las reglas. V. CONCLUSIÓN Dada la situación económica actual, los sujetos desconfían unos de otros a la hora de celebrar un negocio. Si ambas partes contratantes son españolas, las posibilidades de éxito del intercambio son elevadas. Las partes intervinientes conocen con exactitud qué hacer si una de ellas no cumple aquello a lo que se comprometió. Por el contrario, si el contrato es internacional, miles de interrogantes acechan a las partes contratantes. El riesgo y la incertidumbre es tal, que incluso puede que el negocio no se realice. La no celebración del contrato perjudica a ambos sujetos. Dotar al comercio internacional de seguridad jurídica y certeza así como incrementar la confianza entre las partes contratantes es la finalidad de la operación bancaria de crédito documentario. La calificación, contractual o extracontractual, de cada una de las relaciones jurídicas que forman parte del crédito documentario, determinan respecto de un litigio, quién es el Tribunal competente y cual va a ser la ley aplicable al litigio. Además, la Entidad bancaria garantizará en todo momento los intereses de ambas partes. El beneficiario, previa presentación de los documentos específicos que se exigen en el contrato, cobrará el precio de manos del banco. No importa que el ordenante sea insolvente, el beneficiario está protegido en la celebración del contrato. El ordenante recibirá las mercancías en las condiciones y con las características que se hubieren pactado en el contrato. El banco se encargará de examinar toda la documentación que el beneficiario le ha presentado y sólo desde el momento en que todo sea conforme a las instrucciones del ordenante, le pagará al beneficiario. Por tanto, el ordenante no recibirá mercancías defectuosas o en mal estado. La intervención de la Entidad bancaria asegura el correcto cumplimiento de lo estipulado en el contrato. Ninguna de las partes se verá perjudicada. 33 J. CARRASCOSA GONZÁLEZ, “Contratos internacionales. Cap. V. Medios de pago internacionales” en AA.VV A.L. CALVO CARAVACA, P. BLANCO MORALES LIMONES, Contratos internacionales, Madrid, 1997, Tecnos, p.771772. Recoge algunos problemas : 1º) aspectos procesales. 2º) fraude en la ejecución de crédito documentario. 3º) formación del contrato. 4º) identificación de las relaciones jurídicas. 5º) responsabilidad contractual derivada del crédito documentario (las Reglas y Usos uniformes sólo regulan la exoneración de responsabilidad del banco (art. 34 RRUU 2007) y no por ejemplo, los intereses moratorios o la indemnización por incumplimiento contractual). 6º) quiebra o insolvencia sobre el crédito documentario. 7º) control de cambios. 8º) designación de la ley estatal aplicable. 9º) jurisdicción competente. 53