^AMERICANA tirili' i?VID LzAjftt ¡vjj : \j$¡¡ | | f r W ' '. sì sí i-A t Ai •V »-i ,1 ti'fci P R E C IO S DE ¿ SU S C R IC IO N -- ------ -----AÑO. SEM ESTRE. .ai iid ' f :«e P R E C IO S AÑO XXIV. — NÚM. XXXIII. DE S U ó C R IC lO N . ,vXO. ^ r iv in c it e E x t r a n je r o 35 40 50 pcsctoSi id. ul. iS 3X 20 pea la s. id. id. 1 EN ORO. SEMESTRE. T R IM E S T R E . A D M IN IS T R A C IO N : Madrid . - ............... PA G A D E R O ' xo i x C A R L E T A S , pcsctiu», id. »4 id. ? Madrid , 8 de 1 2 , S e tie m b re SUMARIO.—TEXTO. — Gr.inica general, por D. José Fernandez Breraon. — Nuestros grabados, >rl). Manuel Bosch. — Mis Memorias intimas (coniinuao>n ), por el Lxcmo. <r. D. Fernando ernandez de Córdova, marqués de Mcntligorrín.— La Escultura en Barcelona (conclusión I, porD. Luis Alfonso.— La Jaqueca del poeta, por D. J. Ortega Manilla. — Las Academias lite­ rarias del siglo de los Austrias (conclusión), por 1L Juan l’erez de Guzman. — IV/«/ t im b r a . poe­ sía, por D. Manuel del l’alacio.—Averiguaciones, por D. F.. Martínez de Velases.— Libros 1 presentados á esta Redacción por autores o editores. p< r M. R. — Anuncios. Gradados.— I-a catástrofe del puente solante de Logroño. La escena del desastre, al sumer­ f F il ip in a . * ............... M é j i c o y K i u d e l a P la t a .. E n los dem ás Estados d P R I N C I P A L . d e 1S80. i ; p e s o s fu ertes. 7 p e s o s fuer tes. 15 id. S id. i; id . 1 * A m é r i c a fijan e l p r e c i o l o s S rcs . A g e n t e s . ? girse la compuerta que conducía fuerzas del regimiento de Valencia. Extracción de cadáveres; Depósito de ahogados ; Conducción de las víctimas al deposito del Hospital ; Balsa instalada después del siniestro.— Retrato del doctor D. Rafael Nuñez, actual Presidente de los Estadosl'ntd 'j de Colombia.—Melbourne (Australia ): Interior de la galería principal de la Exposi­ ción que se ha de inaugurar el i." de Octubre próximo. — Bellas Artes : In d o le n c ia , cuadro de Llo­ vera. — Bruselas : El cortejo de Felipe e l B u e n o desfilando por la P la c e R oy a le. — Tipos populares de Galicia: Patrón de una barca pescadora de Relato. — Goettingue ( Alemania): L’n duelo de estudiantes de la L'niv ¡rsidad.— Francfort: L'na fiesta de las sociedades populares de gimnasia. T.A CATASTROFE DEL PITENTE VOLANTE DE LOGROÑO. LA ESCENA DEL DESASTRE AL SUMERGIRSE LA COMPUERTA QUE CONDUCIA TUERZAS DEL REGIMIENTO DE VALENCIA. ( Com posición y id- dibujo de / -erra n /, en vista de u n croq u is re m itid o p o r e l testigo p re s e n c ia l D . R ic a r d o de O jcd a .) LA 1 . » ILUSTRACION HS L A Ñ O L A V AMERICANA. N-" XXXIII CRONICA GENERAL. ru ó momentos en que recordamos el Diluvio y nos alegrábamos de estar en los mon­ tes Pirineos: si las tempestades arreciaban, si las lluvias no disminuían, aquella monta­ ña era una especie tic barrera : casi todas las lineas férreas de España estaban interrumpiL>y~L~? das : las Empresas ignoraban el paradero de los & ? ' trenes: cobraban lama en pocas horas de ríos l , f * imponentes, oscuros v miseros arroyos : las arrugas de los montes se convertían en cauces y cascadas : las * aguas bajaban impetuosamente de las cimas, atrope­ llando. para buscar su nivel, sombrados, chozas y ciudades : ¡ oh ! si la nalm ale/.a no causase daño alguno ai hombre en estos movimientos, ¡q u é espectáculos tan bellos, qué jue­ gos de aguas tan magníficos. entre las nubes y los montes, los torrentes y los mares: 'qué despedida tan oportuna la de Agosto con un baño general ! Pero esas inundaciones inesperadas son catástrofes que tienen alivio si se localizan : cuando el estrago se difunde a todas las comarcas, la resignación es el único remedio. V como el bien existe basta en el fondo de los males, la tempestad que ha causado lautos daños materiales ha res­ petado la vida de ios hombres. Kn cambio, un simple m ovim iento, un desequilibrio ins­ tantáneo ha causado la muerte á cerca de cien soldados en el libro a la vista de Logroño. Los pormenores de esta horrible desgracia se han consignado en iodos los periódi­ cos. difundiéndose por todas las lineas telegráficas del mun­ do. ('.edamos la pluma á un amigo, que nos da la descrip­ ción técnica del hecho. «H it Logroño se había construido, para el paso sobre el K h ro.n o un puente militar, sino una compuerta de em ­ barque que, con el auxilio de un cable tendido de tina ori­ lla á otra, hacia las veces de puente volante: esta com ­ puerta consistía en un tablero apoyado en dos flotantes de hierro, y compuesto aula uno de éstos de cuatro piezas de pontón. •»Salió el dia primero a .instrucción el regimiento de in­ fantería de Valencia, y tenia que pasar el F.bro para ir al campo. KI capitán de Ingenieros halda encargado al coro­ ne! del citado regimiento que le avisara, para estar presen­ te. en el momento del paso: el coronel cumplió el encargo, pero no se encontró al capitán donde se le buscaba, y se llevó consigo ai teniente de Ingenieros 1). Manuel Massó y (iarriga. •»Embarcaron cu la compuerta un batallón, y ademas la música, que fue tocando durante el trayecto, y ocupando, por consiguiente. un espacio mayor que el «pie le hubiera correspondido -i hubiera ido en las condiciones de los de­ mus soldados; había, por consiguiente, un desequilibrio en la colocación de la carga sobre la compuerta, ejtic no iba igualmente repartida en toda su superficie. Desatraca­ ron sin novedad, y al llegar al centro del rio, sin duda por una virada rápida é inesperada, el cable hubo de mover la gente hacia popa, ocasionando el balance correspondien­ te y la entrada de alguna cantidad de agua en los ponto­ nes. En vista de esto, con el susto natural, é instintiva­ mente, se fueron todos á proa, produciéndose otro balan­ ce mucho más considerable, que determinó el que los pontones se llenasen de agua v que la compuerta se tuese á pique, sin que se rompiera una sola pieza ni se soltase una limera, quedando integra en el fondo del rio : muchos soldados se tiraron al rio, y ¡ludieron salvarse los que quedaron sobre el tablero, porque no los cubría el agua. •»Perecieron ochenta y nueve hombres, entre ellos el teniente Massó y el centinela Félix A rizm eiid i, únicos in­ genieros (¡lie había en la compuerta, porque el manejo de esta estaba encomendado á los operarios que tenia allí em­ pleados el Ayuntamiento de L ogroñ o.» Como se ve. lité una catástrofe imprevista : el bote que trasporta diariamente pasajeros desde el muelle de un puerto á los buques con el mar agitado se va á pique en un dia de calma, porque un movimiento nervioso é instin­ tivo de los viajeros destruye el contrapeso, inclinando la mayoría hacia una de las bandas : tatito el Ayuntamiento de Logroño al proyectarla obra, como el ingeniero al coiistm irla . el ¡efe del regimiento al embarcar sus tropas, el des­ dichado oficial facultativo <|tic presidió esta operación, y los operarios que le secundaban. todos tenían gran ínteres en evitar cualquier desgracia. Ignoramos la verdad legal del sumario, en que se buscan culpas mru castigarlas con arre­ glo á la le v ; pero creemos que solo ha de encontrarse mía gran desgracia, producida por el instinto de conservación de aquellos que perecieron ¡i ir el mismo deseo de sal­ varse. Pero la catástrofe es á la vez terrible v dolí irosa : muje­ res desoladas, niños sin padre tienden las manos al cielo y a los hombres ; sólo hay dos remedios humanos para esa gran desgracia : la oración ¡gira los muertos, y la caridad para los vivos. La prensa francesa trata do procurarlos un socorro. Saludémosla con gratitud. Volvamos el ánimo Inicia otros asuntos menos desgarra­ dores : el corazón estallaría si no se templase lo triste con lo cómico. Felizmente la Empresa del Ierro-carril de Ma­ drid á Zaragoza nos ayuda a producir ese contraste higié­ nico. Antes debemos elogiar iinparcialmente la actividad con que lia reconstruido la vía y reparado las enormes ave­ rias di- la linea entre \teca y Albania . \ cumplido este deber, pasemos á consignar un rasgo especialisimo. En los últimos dias. cuando el trasbordo estaba reducido á un corto trecho, los viajeros Inician á pié aquél breve trayec­ to. tomándose la molestia de cargar con los sacos de noche para variar de tren. Los viajeros satisfacían por esta incomodidad tul peque­ ño aumento en el precio del billete. Felizmente no se obli­ gaba al pasajero a llevar á cuestas los baúles ; si hubiera .sucedido asi, la Fm presa le Imbii-ra hecho pagar la contri luición que pagan por ejercer su oficio los mozos de cordel. Discutan otros las liases del tratado de paz entre las re­ públicas del Pacifico: nosotros no queremos ver. si el he­ cho resulta cierto, nada más qué la ventaja terminante de la paz : creemos que los beneficios de la nación favorecida por la guerra, son menores de lo que la paz bien aprove­ chada la hubiera reportado. l n peruano amigo nuestro nos decía : Como político, vivía en guerra con mis adversarios : como casado, vivía en guerra con mi suegra : pero cuando se rompieron las hostilidades con Chile abandoné mi ¡latria; eran demasiadas para un solo hombre tres guerras á un tiempo. Don Ilermogenes no puede transigir con Inglaterra: ja más la perdonará la pérdida de los galeones en V igo , ni la destrucción de la lábfica de loza del Retiro : en vano lie­ mos querido convencerle de que el triunfo del general Ro herís en el Afglianistan es el de la civilización contra la barbarie. Mis simpatías están por los al'ghunos -replicaba. N o desearía V. poder via jar en ferro-carril por el centro del A s ia , como recorre V. la Furopa : ; \ o preferi­ ría V. que en aquellas comarcas sustituyese al Kornm el Evangelio? Pites es preciso que abran el camino á ese pro­ greso. ejércitos europeos. — Rusia 1.> abrirá. N o : las rivalidades de aquellas dos nací mes retarda­ ran la civilización del Asia. Desengáñese V. replicó D. I lermógenes. haciendo punto redondo con un puñetazo en la mesa; sólo un acto de Inglaterra podría merecer mi aprobación : la devolución de Cibraltar. D ig a lo que quiera I). Herm ógenes. la humillación su­ frida por Inglaterra en sil- recientes reveses era desfavo­ rable á los intereses del mundo civilizado, y debe regoci­ jarnos <u última é impórtame victoria. por el que la concibió y preparó sus material.. ■ i pn, el inteligente y laborioso archivero del A ' .Ul.c® tiemTim >teo Domingo Palacios, es una lástima .llmc'P¡0 don iado (le aplicarse á su continuación la escasa l” 6 ■ >'a dosupttestada para dar a luz los documentos' Prc* Archivo ¡i >r aquel celoso funcionario, y CUv ‘ ‘ul(?s en c] e s t á n útil para el de la historia de "Madrid Ayimtamient > la c intitulación de aquella obró ec' i,nWal Recordaran nuestros lectores que. sin cons¡ nion ion determinada respecto del puerto español -,V Una°Pila |-.« preferencia sèi-1'i|•< liria de corresponder ,....... . ... iv i u i u ., para ser p*Ue ,.| “ V tranco, a lin de servir de escala en la corriente L ura,'° que fia de producir la apertura del Istmo <1,.* Panò tu.nier.• cai,l'l,l la apertura del Istmo de’ vi »nocimos la liierza de las razones alegadas por "a A'*1' rc' de Moyagücz , en la exposición que elevé) al ('»(»biern"1^ '- 0 citanil ten su tau importante franquicia de Mayagiiez, -ui número del ¡: de A-mstì» YÒ v C>Ua la v .ir /, en articulo notable. eu que _ demuestra las v e_n _ ta jé d e '?_ _ _ • I l l i l v <1 Ut * m i l l ' l l ! 'Ill .disputárselas l i o n « « * A.. i . puerto sobre los demasque pudieran tra débil voz llegase a las alturas. suplicaríamos ai S” \r’ lustro de ritram .tr que leyese v meditase uquefart' i cuyas razones persuaden. ( llétuleriatiins al Sr. S-.uiche-P°* tillo suponiendo que dudaba un solo instante de )■, . Jus* nictici i deque un puerto español reportase |„s beneficios de esa escala : debe, pues. Iver el alegato i ’¡ ¡ /isa en lavor de .Mayagiiez. (.leem os que se le presentó como Ministro de l Itramar, una ocasión de ilustra J' nom bre. creando¿|n germen de riqueza nacional uue desaprovecharía nunca un gobierno en países donde se ad ministra mirando al porvenir. La prosperidad del islote de Si. Tilomas, conseguida a costa nuestra, debió ser un re­ mordimiento para fi>s gobiernos españoles que pudieron evitarlo; el Sr. Sanclu-z Bustillo está en el caso de elegir entre la responsabilidad moral de haber desatendido ios intereses generales ó la gloria de haber procurado 4 su ¡uis los beneficios que debe producir la navegación del ca­ nal interoceánico. La satisláocion duda a la ('.amara de los Lores por el m i­ nistro Mr. Forster nos parece insuficiente. Fl lenguaje parlamentario exige la mayor circunspección en los minis­ tros. sobre todo al ocuparse de uno de los cuerpos en quie­ nes reside la soberanía del país, l ’ n ministro constitucio­ nal no puede expresarse sino con el mayor respeto cuando alude á cualquiera de las cámaras, y el lenguaje de mister Forster fue una amenaza clara y directa al Senado inglés, parecida á la que usan los radicales franceses cada vez que están en desacuerdo con las votaciones del Senado. Lo extraño én este asunto es que, desautorizado el M i­ nistro de los Negocios de Irlanda por el .lele de! (■ ibierno, no haya producido este incidente una crisis parcial. ¿Tuvo el Ministerio inglés el propósito de tantear la opinión , y retrocedió de su provecto? La continuación de Mr. Fors­ ter en el ( 'iabincte permite abrigar esa sospecha, pues no parece natural que siga formando parte del Gobierno un ministro que espontánea y particularmente comete una agresión tan grave contra uno de los cuerpos en que tiene que apoyarse el Ministerio. Comprendemos que sintiese Mr. Forster la necesidad política de disminuir las facultades de la ('.amara de los lores, y que el Ministerio de lord Giadstonc acometiese esa empresa atrevida. Pero excederse en el lenguaje sin intención deliberada hasta el punto á que llego Mr. Fors­ ter, no se comprende en la habilidad y prudencia de los poli ticos ingleses. (Ireemos que en el fondo del asunto hay algo más grave que una simple ligereza. * * Las aguas de Pan ticosa van a sufrir un nuevo análisis en el que se prometen dos químicos ilustres descubrir nue­ vas sustancias que expliquen con mayor claridad la indu­ dable virtud medicinal de aquellos ricos manantiales: dos problemas so presentan para la temporada del año que viene : el resultado del análisis y las mejoras que habrán realizado en aquel impórtame establecimiento los propie­ tarios ile los baños. I na hay. independiente de su volun­ tad , que liaría mas accesible a los en termos graves aquel centro sanitario : nos referimos al Ierro-carril aragonés,que si no tuviera otras ventajas que facilitar la subida á Pantioosa, serian suficientes para determinar su construcción como cuestión de salud pública, porque Pauticosa es la ca­ pital de los tísicos eií el sentido lato que tiene la palabra. N o basta ya la diligencia, aunque el servicio se baga hoy con esmero por las empresas de la 1 'nion , Correo.,' Foítís y (luallart v la de los Altos Pirineos : es preciso abreviar el trayecto en coche, que ¡Hiede reducirse con el ferro-car­ ril a un paseo de tres lloras en vez de un molimiento de veinte horas, mortales á veces para los enfermos de cui­ dado. — l'sted es de los nuestros, nos decia el amable perio­ dista aragonés l>. Valentín Marín en la Estación de Zara­ goza. l'sted es de los que creen que se liará el ferro-carril I i-ngo, por lo menos, un interes sanitario......\dcinas, como la razón principal contra el proyecto es el peligro de una invasión por Francia, creo que a Aragón le defiende la Virgen del Pilar. l-.s muy exagerado suponer que los franceses deseen si­ tiar otra vez á Zaragoza. Apenas nos atrevemos á tocar la cuestión del dia .qu e estando por resolverse al escribir estos apuntes, puede ha­ ber quedado resuelta al recibirse nuestras cuartillas en la imprenta. S. M. la Reina Madre, la Scrmu. Sra. Archidu­ quesa Isabel, el (iohicrnn, las c imísimics que batí de asis­ tir á la presentación del regio vástago, reunidas en Madrid, esperan el alumbramiento de la Reina. l,a curiosidad se halla reconcentrada en este asunto, que ha hecho pasar inadvertida la renovación de las Diputaciones provinciales. Los cañonazos de un ejercicio de fuego hicieron creer al vecindario hace dos dias que eran salvas que anunciaban el nacimiento de un principe, y la prolongación de los dis­ paros, que se balda dilatado la familia Real extraordinaria­ mente : altos funcionarios cu traje de ceremonia acudieron á Palacio al estruendo de la artillería : hasta las lavanderas salieron de sus bancas, dirigiéndose Inicia ia Punta del Dia­ mante, donde se coloca la bandera cuyo color indica si es hembra ó varón el recien nacido. -¿Cóm o es que no colocan las banderas?—-decía una mujer al oir la continuación de los disparos. Inmediatamente se discurrió una explicación satisfactoria. - E s . sin duda — repuso un guardia -p orqu e no habrá en Palacio tela suficiente. Cuando el pueblo comprendió el error, ve retiró lenta­ mente de las inmediaciones de Palacio. ¿También se equivocó tu amo?— oímos que pregun­ taba al cochero de un alto personaje otro cochero. — Es la décima vez que se equivoca— respondió el pri­ m ero;— anoche se vistió de gala tres veces, creyendo que eran salvas los aldabonazos que daban en las puertas. ♦ * * Y pites hablamos de periodistas aragoneses, seria im­ perdonable no dar las gracias al Director y redactor del Diario </r Huesca, Sres. (¡am o y Ik-rned, pur su fraternal v cariñosa acogida , asi eoimi al hablar de I luesca tíos peritatiré-mos hacer una súplica a la (¡omisión provincial de Mo­ lí omentos. En los uli¡m >s dias ile nuestra estancia en Panticoe* tuvimos el gusto de abrazara nuestro compañero el artista Sr. D miee. y hablando de las antigüedades de H u e s e a , nos manifestó que halda visitado mi edificio, notable á su pa­ recer. v en riesgo de perderse. Estas fueron, sobre poc más ó monos, sus palabras : En una posada de la calle de I lerrerias , núm. 20, exis­ ten los restos suficientes para asegurar que aquello « s mezquita ó algún importante edificio civil arábigo-hispan f anterior indiid iblemente á la Aljaferia , que conserva a g nas inscripciones en caracteres cúficos; un rosetón Og, val hace sospechar si la que probablemente lué|tncaj se habilitarla para el culto cristianó después de la exPn * . . de los árabes en tiempo de D. Pedro IV. aunque es ex (¡lie no se bava conservado en épocas devotas la tnn t- ^ del santuario : también ¡nulo convertirse en vivien * algún noble la mezquita, pues se e niserva un cscut >• ^ vas lajas, inclinadas de derecha á izquierda, se ven «- ^ "portal de la posada, y cuyo estudio indicaría ,al . ' c¡. quién perteneció. I) is columnas, de las cuales una I . pálmenle demuestra en su capitel que pertenece ' ‘ mera los « lárabes, indican al * observador * se 111V. • • 1 'época t de *^ i a i R , . . i . /|U6 lancia del edificio, asi conio un trozo de ahcatai H ona (leselibre en una pareti del portai, en donde se. •_ ,. r donde va calie diala de,„..riores • de las cuadras ias, pero iiiiu iiuiiuii .i no v..-" oe monument, d del edificio es subiendo a los pisos s P serva intacto el artesoiiado de alerce, * 4 ^ alii se e mserv ennegrecido, lleno de inscripciones en los entiep-u n,¿s tres naves. de las cuales, la centra . bió constar de elevada : allí si-• ven en el muro d " we,on " T de éste . á bastante distancia, los tres arcos « v con que debieron servir de ingreso, lo d o hace cuj- H y.piuna restauración inteligente, derribando lo s U .,¡o v cOlOsos añadidos para convertir en vivienda el U*m| ‘ ’ -scrvan» cando dos columnas iguales á las dos que se i llagamos un paréntesis en la crónica. Entre los pocos libros e-n cuya le-Ctura invertimos los ocios del veraneo, acabamos de terminar uno que nos lia dejado la impresión de esas novelas cuya lectura queda in­ terrumpida por la fórmula periodistica (se continuará). Nos referimos á la importantísima colección de documentos inéditos v curiosos del Archivo de Madrid, libro cuya mo­ desta edición costeaba el Ayuntamiento de la córte, y cuya publicación se suspendió por economía. Dirigida esa obra i i i v w v v ii íierratluru LA V ILUSTRACIO N Y AM ERICANA. l:;i X X X IU •t mczt|i>',a parecida á la tlel Cristo de Toledo, «uc<larlU ‘n-.poca anterior. iinqllC ‘1 . ‘1 paso por Huesea visitamos la posada.com \ nue. cl;ict¡,ud de la descripción de nuestro amigo. — .-.tirlIlllO I'* T' e n el, 1-1.,.., n i . i i i n n i . t r f . i J Ivn- r , - I .-i, ,n -rol)a'u*° libro Huesca niiiiiiuiiciila/ hay relación \osabe'P'.’^r i . nus inclinamos a la duda, porque n > ¡je este e<u ^i7()'n t[t. él personas ilustradas , á quienes pedi nos diere”1 ■. ' v noticias, v porque la Comisión de Mohecho algo para impedir el abandono en jiUinef»10^ ‘.ntta. I-'.n electo, el bunio de una cocina con­ que se viendo más y más aquel hermoso artesonad i litiúaen'1e levctldas : los adornos que en otro tiempo r b(>rra,u v v¡stosos colores están cubiertos de hollín. fucron(l ¡ominadas en cabezas de león, toscas, pero yl®s!WU 1jca's, que sostienen el artesonado. son hoy ne¿aractcn^ ^ i>n |a nsemádad de unos desvanes. «T‘lS "r- n.,s á la prensa, al (iobierno y a la (Inmisión Stipno| ^ ^[(I]UII,„-utos que examinen el edifu io y le merece ffi^ürn baj«, su protección, s i , como creemos. t i . trode Lara, situado en la Corredera Baja de San Hl os un lindo salon en l'orma de herradura, que imita Pablo.es un luid* u decorai decorado. aunque en pequeño. al teatro de la Co*" ?r .. :. i... i.,c ,,, ñutieres mi una tina canastilla eanastuia t® las n niel es parecen allí llores en blanca, i, dorada dorad v roja. Las Sras. Vaiverde. Abril v k ,dr¡(omea k¡que!me y otros actores que euez.con con los Sres. K« mtt, fform rnn1 ' un buen cuadro de comedia, lian estrenado . . . . aquel , an un lu ,wtro • ¿cuál será su suerte en esta temporada: Se la de,Wmos próspera. porque los teatros, como los hombres, ** felices ó desgraciados desde el momento de nacer. - W , . sus i)fueriis. revista de espectáculo de los seiVi ■ Hcrrañz v Campo Arana, estrenada en el circ i did l’riti Alfonso.tS l,n:1 n|,,'a agradable é ingeniosa, que se ve diversas veces cotí placer : la música . de Bretón ; los pro ‘ isos bailes que auiettizan la rev ista, bellas decoraciones, mies pintorescos y la variedad de los cuadros hacen al es fcetador pasar un rato agradable en un espectáculo a la vez culto v ameno. ¿tí»'V* T I Pero ¿qué hacemos: Sin a d v e r t i r l o , v contra nuestra costumbre v propósitos, estábam os hablando de teatros. Las aguas del l.ozova se batí enturbiado otra vez. Tero, señores empresarios, ¿eso es un canal ó una h >rehateiia ? „ Las mangas de riego, en vez de arrojar agua, llenan de polvo al tránsenme. —¿Qué masca esc niño: — preguntaba ayer una intuiré ala nodriza:— le ha prohibido el médico que coma. _Es que ha bebido - contesto el ama; esta mascando agua del l.ozova. .h »K E‘ i-k \ a m >i-:z B kkmd .n . NUESTROS G RA BA DOS. I.A CATÀSTROFI: llt; UK.KOÑo. t'n eco de dolor y de conmiseración lia respondido desde todos lo» ámbitos de la Península a los telegramas oficiales y i-articula­ res que, ron su terrible laconismo, dieron cuenta en los primeros pnentos de la sensible desgracia que la capital de Iti kioja pre­ mati aterrorizada en la tarde del t.” del actual. La penosa im­ presión producida por aquella lúgubre noticia lia ido en aumen­ toi medida que la prensa ha dado ¡t conocer los tristes detalles del suceso, ávida mente recogidos por el público. Horas después de haberse tenido en .Madrid conocimiento de 1» catástrofe. la Dirección de nuestro periodico hizo salir para Logroño al artista Sr. Meiendez . con la misión tic lomar apuntes vjnreel lugar de los sucesos, y el mismo diti 5. en que regreso nuestro dibujante, tuvimos el Iùnior de recibir por mano del ex­ celentísimo Sr. Marqués de San Nicolas, digno Alcalde de I.o(grofio, un detallado croquis, hecho expresamente para nuestro lico.que debemos á la atención del señor D. k¡curdo de , testigo presencial del desgraciado acontecimiento, asunto tit nuestros grabados de las páginas primera y 1 ' 2 del presente número. Según los datos más fidedignos que liemos podido obtener, ®y que buscar en el pasado el germen del origen de la reciente catastrofe. Resultando insuficiente para las necesidades del tráli¡B-h puente de piedra que cruza el Kliro á su paso por Logroño, «tet ano de 1855 fué acordado su ensanche, v se llevaron a cabo “ Snbrasnecesarias al efecto : pero una considerable avenida del no destruyó gran parte de la nueva fibrica en inerii de 1S71. «riendo necesaria una reparación. Aprobado el proyecto por la penoridad. se procedi-- al derribo de cinco arcos del pílenle, r “1 sustituirlos por--iros, liabilit indose mientras tanto un puenjptovusional, que a su vez q u e jó inutilizuilo el 11 del me- úlli, por hundimiento de dos desús tramos, felizmente en 1110,nt" en quc n¡l.|ie transitaba por él. la necesidad imprescindible de establecer una nueva coj_racion entre ambas márgenes del rio. la Municipalidad de ! acudió al Gobierno en solici'ud de que -e le olorgíra un *Quel? r cainpaf|u ; petición cine fué concedida, á título de rpie j¡j|. Ia Lorporacion sufragase los gastos de trasporte del mate(| r? no permitiendo los recursos del Municipio incurrir en g2"jM>boUo que aquéllos representaban, se opto por la cons*tonó ¡ - í - n PUenl1' volante militar, como lo más expeditivo y K i|j I?'co-Encomendado el.estableciinieiuo -leí puente volante t f « f f i n‘ comP;tf|la del primer regimiento de pontoneros, se a|cu o. V*:* Logroño con el material necesario, procediendo , j^-Púmienio de su cometido, previas las medidas y -m-le-:os .W .I0ni, s,PO ciencia militar para semejantes casos. K1 Ivi 2o 20 de d ^fetto u'r Ia 1,1 taenci.i l^ é n d l'm° dieron los ingenieros por terminado su trabajo, i'spu ^0*0 en conocimiento de la (.'oinamlancia general, la que ^*toOstfSe SOm.e!.'e' ;i vi puente volante á una prueba previa, que tiaas¡[aase suficientemente su solidez, como se verificó. haciendo SjiDir - Flrros y caballerías cargadas, sin que nada hiciera pre­ ti di- ",',lel5I° accidente. «Urtel | | ' actual, á las cunlm ile la larde, salieron de su Q» -.i L)s . s batallones del regimic-iiLo de infantería de Valen.. > mauri,. -i- . - .• • ■pálido de su coronel, Sr. .Suez -le Miera, ion objeto de 5 j I se ®n las maniobras militares en los llanos que se cxlien^tierne ° lra barlc del Kbro, cuyo nivel liabia ere- ido cunsideftode u*e a Ct*tosecuencia d é l a s últimas lormeiuas. I-.I embart'úiente 1 l.r" I ,as principi-- bajo la dirección del iiilbriumido t"bjtruc v ' i " 1'* ¡"genier-’ - Si. Masso, que liabia dirigido la N o e l , -?n “ l'l puente, siendo el misnio uficial el primero que A g n v é,e" B pintaf.-iuva , acompañado de un pontonero. « naier nías inteligible para nuestros lectores el relato í ESPAÑOLA de la catástrofe, esta 111paremos aqtif los pormenores que hemos podido adquirir respecto á la construcción del puente volante. Constaba C-sie de dos ponioneS, formados ñ s„ vez por cuatro charnelas cada uno, y unidos jmr vigas y tablones que coaipoiii.in una plataforma de 7 metros de longitud por 9.38 metros de la­ titud- I-I puente, balsa, plataforma -> compuerta c-m fiadorque todas estas denominaciones le dan las corresponilenci.is y telegramas recibidos del teatro -le] sin eso- era lo suliiieuiemente sólido para trasport-n 250 hombres de cada v ez. Tuerzas del primer batallón j en número de 2<> jefes v oficiales (incluso el coronelI. 30 cabos y sargentos y 148 soldados ocupa­ ron el puente, cuya parte de proa resultaba algo más recargada qtie la de popa, p--i I - que el oficial «le ingenieros que dirigía el embarque hubo de proponer al Coronel de Valencia que se res­ tableciera el equilibrio dando entrada á Lis caball—: : pero en el lemorde que éstos pudieran inquietarse, introduciendo el desór-Icm consiguiente, decidió el Coronel que e nb.uvase la banda del regimiento, compuesta de 27 músicos. Ocupando éstos y sus instrumentos mu- espacio del disponible, diqiúso-e que se siuiáran hacia el c;ntro, h- cual motivo un movimiento ue avance hacia proa, con lo -pie empezó ¡i sumergirse el ponlou corres­ pondiente sin que lo notaran lo- soldados, dirruidos en escu­ char los acordes ríe la música, que alegraba la corta travesía. Al llegar al centro del rio zozobro súbitamente la parte de proa , siendo precipitados al rio soldados, músico; y oficiales en horrible racimo. T.icil será á nuestros lectores imaginaise la escena de horror y confusión que siguió al hundimiento del puente. Los pocos que sal-i 111 nadai eran arrastrados al li-ndo del rio por los que no sa­ ínan . fines todos se asían unos de otros con la desesperación del que sealiogi. I 11 medio de tanta »les-dación hubo rasgos de valor heroico, lealizudos muchos de ellos por fieles asistentes. que tra­ tando <le salv ar a sus amos , fueron víeunias de su abnegación. Id coronel del regimiento fué eximido del agua en bastante mal es­ tado, pilr dos valientes gastadores , llamado- Lafuentc el uno y Solo el otro huiré los héroes sin f--ritma de esta triste jornada se cuenta I). Angel López Alcalá, hijo del teniente coronel iefe de la reserva de ¡‘alalia , y que servia como cabo en el regimien­ to tle Valencia , que pereció ahogad" después de.haher salvad" .1 vari is de sus compañeros. La tropa al mando del teniente coronel Sr. Olio, tiue se hall 1bu prevenida para el segundo embarque, asi como las persynaque desde la orilla preseiu ial-an el deplorable siniestio, hicieron esfuerzos sobrehumanos para auxiliar á los náufragos. echándo­ les tablones, cuerdas \ euant • hallaron á mano y era susceptible de poder salvar una vida, siendo muchos los que expusieron la suya, llevados de generosos sentimientos, y todos cuantos es­ pectadores. militares o pai-anos. sabían nad ir se precipitaron al agua para socorrer.-i aquellos infelices. Siete músico;, entre ellos el director de la banda, pudieron salvarse asidos al bombo. Igual fortuna cupo al que locaba el redoblante, amparado también por su instrumento. I n corneta consigui - también ganar la orilla . nadando con el brazo derecho y llevando en el izquierdo su fusil y la cometa en la boca. S u tardó en cundir por la población la iitfa.ustn noticia, acu­ diendo ¡lime liatamcute al sitio del siniestro las autoridades mi­ litares v civiles, el clero y gran parle del vecindario, animad- todos del deseo de aminorar en lo posible la catástrofe. Autorida­ des y vecinos rivalizaron en celo, viéndose personas de todas las cla.-es de la sociedad que ;e apresuraban á despojarse de susropas para cubrir con ellas tí los que eran salvados y llegaban ateridos ti la orilla. Inútil parece decir que Lis mujeres eran las más solícitas en prestar sus cuidados a los que todavía estaban en disposición de recibirlos. Los seftnre.- sacerdotes cumplían -u santo ministerio administrando los últimos auxilios de la reli­ gión á las victimas que eran eximidas de las aguas sin esperan­ za; Je vida. Cuentan los que han prescnci ido aquella escena tle destilación, que los mismos militares, endurecidos en los horro­ res de la guerra, no podían contener su emoción ti la vista del f 11a1 desastre. ’Luda la tarde y noche de aquel din se invirtió cu buscar cadá­ veres en el fondo tlel rio, y a medida que se les extraía iban sien­ do conducidos cu camillas al hospital, dándose sepultura a las victimas, en número de 89, en el cementerio de la ciudad. I ñire los ahogados se cuenta el teniente Sr Mu-- », (pie dirigía el em­ barque tle la; tropas. \l recibir su inlóitumula viuda, en Zara­ goza, la infausta noticia, impresionóse hasta el punto de inten­ tar poner término á su vida con fósforos ilisuello; en petróleo. "I al es, sumariamente referida 1 sin (pie podamos responde! tle la perfecta exactitud tic los detalles apuntados, la catástrofe que lia venido á entristecer todos los ánimos v á sumir á mu­ chas familias en el desconsuelo. ¡ Di,,- lutya recibido cu su seno las almas de las víctimas! Como corolario de la desgracia que tenemos el sentimiento «le registrar, organízanse suscriciones voluntarias y se preparan fun­ ciones para arbitral recursos con -pie hacer menos triste la .suel­ te de las familias tpie quedan privadas de su sosten v i educidas, por consiguiente. á la miseria. Kl Jefe del listado \ su augusta familia han sido los primeros en acudir r >n importantes donati­ vos ai socorro de tanto infortunio. lil periódico ue Parts, /-• <¡mln/.s, lia iniciado la i-lea perfectamente acogida, de que se adjudi­ que en favor de las familias de las victimas el importe del prime! premio de la lotería franc-i-espafn-la, que, romo es sabido, no lia sido reclamado. Nos complacemos en consignar este nuevo rasgo de simpatía de la prensa Irancesa liú ia nuestras desgracias. Kl señor Alcalde de Logroño y algunos señores concejales se hallan en Madrid haciendo gestiones cerca del Gobierno-le S. M. para que. por el departamento de la Guerra, se Ies facilite el puente tle barcas que tiene en Zaragoza el Cuerpo de Ingenieros militares mientra; tanto -pie pueda emprenderse la reconstruc­ ción del de piedra. Ln el ínterin, el tránsito entre ambas orillas del Kbro se verifica por medio de una balsa, representada en uno de los apuntes del Sr. Meiendez. * * * IIOCTOK DON RAIA til. Nt.ÑtiZ, I’lvsiilvntc -It- la R.-|-i’ il¡( - ilt- ln, Ksl.iáos-loiitliis -te <'-•!>m)'óu. Kl nuevo Presidente de los Estados ! nidos de Colombia, cuyo retrato tenemos el gusto de publicar en la pág. 133, nació en la ciudad de Cartagena de aquella República en 1823. y curso Hu ­ manidades , Tilosof.a y Jurisprudencia en la 1*ni ver siJad de su ciudad natal. En 1854 dio principio iL 511 carrera política y administrativa, desempeñando dignamente la Secretaria de Hacienda en el Go­ bierno del presi lente Mallarino. De 1863 a 1875 visitó la Améri­ ca del Norte v I->- principales países de I-atropa, residiendo algún tiempo en Liverpool en calidad de cónsul colombiano. Desde allí envió á los periódicos de Ib-gotá, Caracas y Lima una serie de correspondencias que acreditan la seriedad v espíritu practico con que se dio a estudiar las instituciones y costumbres del Anti­ guo .Mundo. Lna parte de aquellas cartas se baila coleccionada en un volumen muv leido y apreciado por los hombres políticos de la Aniel Í-.1 del Sur. En 1874 loé- piorlaimulo candidato á la Presidencia por la " p o ­ sición liberal, mu el apoyo di la- individualidades mas respeta­ ble- del partid-- roii-ei vadoi . pero el ex-I'icsidente Pérez logró sacar triunfante al candidato oficial Sr. Parra , no sin que sensi­ bles ludias ensangrentaran el territorio de la República. A pesar de aquellos sucesos, h fortuna fue- prospera al Dr. N11ñez en las elecciones verificadas el año próximo pasad", _\ li>>v cierre el poder ejecutivo, rodeado de popularidad y tic prestigio, lia proclamado sen-ata y cuerdamente la regeneración adminis­ trativa fundamental fumo lema tle su Gobierno, y como prenda ile tolerancia y concordia, lia dado participación cu el poder al partido conservador. Bajo su gobierno se ha llevado a cabo el tratado con España últimamente firmad - en París, por virtud tlel cual amba- parto contratantes se conceden en primer término y mutuamente 11 fa­ cultad de establecer legaciones v consulados en I--- punto.; que juzguen más a pronos itu. be estipula después el derecho tle ob­ tener en todo tiempo, y sin perjuicio de nuevos convenio? co­ merciales. todos |. privilegios, excepciones y ventajas conce­ didos a la tuición más favorecida p--r ambos países, respecto de su; tarifas aduaneras, tránsito por vías férrea- ú .aras practica­ bles. l'Npuna adquiere igual derecho ñor lo que se refiere .1 la na­ vegación por el proyectado canal de Panamá. Deseamos al Dr. Nuftcz un período presidencial tranquilo y abundante en pro-peridades para el pak que administra. vi - I R vi. 1 v : bili-iioi -leí |<iiuii'íii iti ti* |-Nl-i-.'ii iim t'niv-i-.il «ti Millotnm I I día l." de ( leudare próximo debe verificarse la apertura tic la Exposición l 'uivcrs.il tic Mclbourne, cuya convocatoria oficial pllbli.ó I.A ll.l STR.Vt lo \ T.SIWÑIIl A V A’ m I'RI i \\A e n c i m e s de Marzo del pasado año, con toda clase -le explicaciones y de­ talles acerca de la importante ciudad tle Mi-Ib,nune, cq ú ia l-le la ll-írcriente colunia Victoria til. El palacio donde lia de celebraisc la Exposición lia sido cons­ truido c-mforme al proyecto «pie dimos a conocer p--r medio del grabado, cu nuestro número correspondiente al 8 de A biil de 187-1. El que hoy publicamos en la pág. 133 representa una sec­ ción de la gran galería central, cuya longitud e- tic 160 metro-. Según la- últimas noticia; recibida;, la Exposición de Mclb-iurne promete estar mucho mas concurrida que la que acaba tle verificarse en Sidncy, y cuya clausura t m - lugai el 31 tle luli El Comité directivo c-mlnl-a ya con cerca tle - i neo mil e\p--it,res entre industriales ingleses, alemanes y frunce:e-. .iimidopor el éxito de la Exposición tle Siditey y por la seguridad tle encontrar buen mercado para sus productos en las principales ciudades tle la colonia, cuya inqvt.u unía mercantil se acrecienta cada din. La estadística eonicrcial tle 1878, ultima que conoce­ mos. acusa una importan.-n de 404 niillonc= tic pesetas contra una exportación tle 2 9 S millones. De estos totales, el 85 y el 76 por too 1espectivámente etirrcspundicnm al ptien misino de Alelbouriie. Asombran la- anteriores - tina? cuando se considera que la fundación de la capital de Victoria data solamente tle cuarenta 1 cinco años. En 1831 . antes de descubrirse los almud.unes depó­ sitos aurífero.; tle la colonia, la población contaba sol.úneme 15.000 habitantes: ln — años después ;c elevaban c;to.- a 72.000, v boy ascieiiden a DiS.ooc. mi liallámli -e t oiiipu-in.litlt en e-te número los pobladores tle las aldeas -pie han ido agrupándose en torno de la ciudad, actualmente la primera de Australia pm to­ dos conceptos. * • * lili.!-A > A R T E S : h:ti<'¿t ü, t.t cuntir«! ili l.luvt ni. El Sr. Llovera, amor del cuadro que, según dibujo del mi mío artista, reproduce nuestro grabad" de la pág. 13b, c- un pintor catalán. que gusta de vestir á los personajes de sus composicio­ nes c -u el pintoresco traje español de I"- litioes y heroína; del Dos de May-. Ninguno tan a propósito, v sobre lodo cuando se trata de representar al bello sexo, para hacer valer la morbidez y el artístico contorno de las formas. N o hay. pité;, que extrañar -pie /•/ fuiiofciti-: 1 sea en el cua­ dro del Si. Llovera una maja de los buenos tiempo; |.il decir de los que los conocieron I. El esbelto cuerpo reposa en el antiguo Canapé, en actitud muelle v abandonada : los labio; m- euirt-abren para dar paso a esa respiración dulce y acompasada que rev ela un espíritu peifec.iameiile exento de preocupaciones, v I -- tor­ neados dedó? apenas si sostienen el b-iida-lo pañuelo. Kl señor Llovera ha sabido hacer agradable la iiuloleucia. ItKfSIvI.AS : I.A UKAX l VKAl.t.A I A I I I; f(iRtl A V \t El.OKti'A, Entre las magníficas fiestas con que la capital de Bélgica lia celebrado el quincuagésimo aniversario de la I mlepeiitlencia no - ¡--nal, ninguna tan adecuada por -11 índole para excitar el bíte­ res de los lectores á nuestro periódico, como la gran cal-algala histórica y alegórica, a la que dedicamos nuestro grabado de la pág. 137, según dibujo que desde Brusela; nos lia rem'iudu nues­ tro asiduo colaborador Si ( o nl-a. Esta brillante fiesta bistorio--artística. en cuyo; largos pre­ parativos se lian invenido suma; tle mucha consideración, re corrió Ti- -alies de la capital el 19 tic \gosio último, por el orden siguiente: Í’ RIVITR iiR t'l’U. / ‘,’r¡o,/,‘ Cviiiiniiil. T>le periodo tle la lii loria -le Bélgica, y una de su; mejores páginas, iba representa-lo por sesenta jinetes, \e.-tido; e->n stintuosos trajes de terciopelo bordados de oro, a la manera de I » ; siglo; \H ¡, XIV, XV y XVI, y i'ondlicienili) l--s c-iandartc? tle las antiguas coinuniilades. Se guian I>*—porta-estandarte.; tle los célebres gtlde* tltr San Jorge y San Sebastian, y el carro tle la? libertades comunales, arrastra­ do por diez caballos luios.miente enjaezados. y ornado -mi em­ blemas de las principales artes y oficios. Sf-r.rN'iio i ; h i t o . P ro v in cia l Abrían la marcha diez 3’ siete amazonas, en representación de las prov incias bel­ ga; . precedida; de trompeteros y acompañadas -It- pajes v he­ raldos. Seguía Felipe e l HueUo (2), tiuque de Borgoña. v el cor­ tejo del Toisón tle Oro, que ofrecía la mas lujosa y variada co­ lección de trajes antiguos -pie pueda imaginarse. I.".- mo-lel. que lian servido para confeccionar dichos traje; y los amases dé­ lo? caballos fueron dibujados por el reputado pintor de Historia Mr. V. i.ugye. Detras marchaban cantores a pié, tocadores tle cornamusa y oboe, y los trompeteros V timbalero.-; del Toisón, de ( >ru. I KRCI- R ( , K r m . Cortejo de M uría 7T/w/. La época tlel pre­ dominio tle Austria. personificado en la .emperatriz María Tere­ sa. tenía en la cabalgata tm color local perfectamente caracteri1r j Yerinst* i-n musirá volt »tíoii riel piiuiri bcim-vlrv «k jí»';'» nudillos iii«cru>s ni l:i> iñ^. nm. .mñ > 144 I«» j -* Ki-llpl* I*/ Huvuo , I I I í! l -II lio il ll il v . (lu«|UV lil ÜoliM'íVl . tlt IR l l » llltc ^ •1* I. u \ i' iii lit ii4 « n , c o i i i l r t!» M : ‘i ! h U > . «1« A r i o i s , 1 , lii)«« v . u i v - m tlt* |n;m Sin nt/.'ih) nat'iñ t n D i j u n . m |imin «1« 1 ;«if» Siiv« li«*« ji sji j v it li v m » v i l l o i m u lo . vvitilindio tifio» tU «ti i*l. I*ut un t I T tm • m D -U v íbiih * h.D I"p " \ i i t ' n u . t i io i 1. .mi' - »i* i . m Ii i .* *ii t , 1•m r * «i«'ii i !••• . » l o . • 11«í • * • ' 1« n .l il o \ (•14 111110 -111 1«• - |* . 1 • ll« •U'Mliti |.1 .’mil ti .ll I | O m i «li O l o lll*'- <« i -|«|.« I«oí <| » » i | mi o- «1« .» i UiM-.. •'••'! tm •! i \• * *I«' t • • n n k u l t t v n l u » í 1 t ini|»« 1.1 . .-it 1 I liii.i d i l u » Jw m I «U l ' o i t u ^ i i l )'!'1 1oo ) LA LA K X T K .V re tO N 15A l . S A IN S T A L A D A I )!•: D L S IT 'L S ILUSTRACIO N CATASTROFE A H O G A D O S , D L L l'O li S 1N 1L S T K O . I.O S ESPAÑOLA DEL PU E N T E IU /.O S i'O X M 'C C lO N \ D L I \\( LAS II.\ S A l AM ERICANA MOLANTE X M .L V K Is .- V ÍC T IM A S Y A L LOS D L I'Ó S IT « DE LOGROÑO. LA x x x in ILUSTRACIO N ESPAÑOLA Y AM ERICANA da de magníficos hoteles de dos pisos construidos en un estilo elegante y uni­ forme. con arreglo á los planos del arqui­ tecto Gtiimard. F.n el centro se eleva la grandiosa estatua ecuestre en bronce de Godofredo de Bouillon. reputada por una de las mejores obras de bimonis, y que fué inaugurada el 15 de Agosto de iNDi. A espaldas de la estatua se eleva la igle­ sia de Saiul-^aceyues-sur-Caiidenlierg, cons­ truida en 1776 sobre los cimientos de otra edificada en tiempos de Luis el Benigno. Al decir de personas que han presencia­ do la cabalgata histórica de Bruselas, y que vieron también la que organizó el pin­ tor vienés Mac kart para celebrar las boda de plata del Emperador de Austria, la de la capital de Bélgica podía rivalizar digna­ mente con aquélla, tanto por el lujo des­ plegado, como por la escrupulosa exacti­ tud en los mas mínimos accesorio-: .,nse en él locadores d e//m (nitambores, galanamenu ven,Jos & * > ® n c o s y « u l e s - María Teresa. vestid3 h ba á caballo deiras del csmifi«-.fdcAustria, escoltada pordraeotjndarl c ; L s „obles é individuos de los ^ ’ •^ent'de los lita d o s genera es. tres °r^e banderas, ornadas con los reMUCV lo= hombres ilustre.; del país en tratos Je * aSt faCil¡iab¡in la transición b r i l l o antiguo á la época moderna. de l l Tria con la música de los cosm os f * £ l ? o de la Mease (U s o ). 1 U rKr r o .— Periodo de 1830, ó CIíeAl eopoldo I y las libertades belfas. 5t, rosaros de la Mease seguían los paAl°sCÜJe ,s;o y el magnilico carro de m o t a s , - j u c i e n d o una gigantesca I ^ o P j e aquel R ev. símbolo de los cin{Staiua “ i y prosperidad que tan • g S Í t e ! ¡ n ¿ í r i d . , para la Bd gifc Fl oaso de este carro provoco unan,m entusiastas onlausos por todas las 5y .q * * TIPOS POPULARES DE GALICIA. Patrón de una lancha pescadora de U i Iikí » S i« del tránsito. ( Punu-vidm). QUISTO í;K lT O .-/ j' ■ Igrirnl/nra. Fste Kg^tante ramo de la riqueza pública, jjgjtHpara el b,cestair de las naciones, ¡L representulo en la cabalgata .. «-• ,por un Nuestro grabado de la pág. 140, segura dibujo del natural por el Sr. Gtiisasol.i, re­ produce Uno de los tipos más característi­ cos de los pequeños puertos de la provin­ cia de Pontevedra: tal es el /’airón de una de las infinitas lanchas que en las lias bajas de Galicia se emplean en la pesca de la sardina por medio de la red llamada xei/o. con cuyo vocablo se han formado la : frases pescar ao xei/o y lanchas d'o vello, tan vulgares c u it e la gente de mar de aquel país, El dibujo del Sr. Guisasola e- copia de una de la# acuarelas del mismo artista, que, reproducidas al cromo, han de for­ mar el Album de Galicia pintoresca y /</.,mímenla!, publicación cuyo solo título in­ dica su índole. Privada de medios de comunicación que permitan a viajero visitarla con la rapidez y comodidad que requieren la . exigencias de la vida moderna, Galicia ve desconocidas é ignoradas sus muchas bellezas naturales, de las que general­ mente se tiene una idea falsa. A destruir­ la tiende el Album del Sr. Guisasola, pro­ ducto de siete años ele excursiones artís­ ticas á través de aquella pintoresca co­ marca. ¡ ¡ ¿ a n o alegórico tirado por 2± bueyes, C cíes rodeada .1 de jsa Céle# 2e conducía á la diosa >, grupos de imi­ Avenes campesinas. Líos 9 lililí- 1 to, 4 caballo y de jinetes con atributos ESvwTlw diversos ramos de lanza agrícola precedían al carro ie Léa , K S d servían de escolta numerosos MStorcs del Luxemburgo. vestidos con trajes de pieles de carnero. Sexto OKtU’O — Industria. Esplén­ dido carro alegórico de las principales in­ dustrias que tanto contribuyen a la pros.«rulad de la nación belga »cristalería. Armas, fabricación de papel i : escolla de peones y jinetes vistiendo trajes b í z m e n ­ te combinados. Los demas grupos, hasta completar el número de diez, que componían la cabal­ gara, representaban /:'/ Comercio y La X a ttw io", Los Caminos de hierro. L a s .1 rtes y Lis Lelras, y L o Prensa. Cerraban el cortejo el cario de la Bélgica neutral é litJtptndi/nte, y la legión de los cantones belgas con sus estandartes. Desde la una hasta las seis y media de la tarde recorrió el cortejo histórico el it i­ nerario anunciado, por entre una compac­ ta muchedumbre, que saludaba calurosa­ mente aquel gran espectáculo, tributo de (mor4 la patria. 1.a familia Real obtuvo también su parte en la ovación. El Sr. Comba ha elegido para su dibujo el momento del destile de Felipe e l Buen. y bu cortejo por la Place Royale. Esta pla­ za, la más regular de Bruselas, está t'odea- » * ALEMANIA : Fita fiesta de las Sociedades gimnásticas alemanas, en Francfort. — F n duelo dé estudiantes <E. la D k\ D. R a f a e l N i ñ e z , a c t u a l P r e s id e n t e de los E stad o s -U n id o s de C o l o m b ia . Universidad de Góettingue. Hace pocas semanas tuvo lugar en la ciudad de Francfort sobre el Mein la fiesta nacional á que se refiere nuestro segundo LA 134 ILUSTRACIO N ii. j- grabado de la |>:ig. 141. quinta de las que vienen celebrando pe1Índicamente cada dos ó tres años las Sociedades gimnásticas de Alemania. Han concurrido á ella más d e d o s mil gimnastas, entre los caíale «e contaban algunos ittdiv iduos de las sociedades análogas que existen en Austria, Italia y los lvstudos-1 nidos, convocadas al efecto por las riel Imperio aleman. A l terminarse la fiesta, que revistió el carácter de una especie de concurso de gimnasia, fue­ ron distribuidos los premios á las sociedades que mas se distinuicron por la unidad y destreza con que ejecutaron los diversos ¡ercicios. I.a gimnasia popular, tal como hoy se practica por las socie­ dades de Alemania, comprende, no sólo los ejercicios destinados a fortalecer y desarrollar los músculos. como el trapecio, la barra lija , las paralelas , etc., etc., sino también la esgrima. La creación de tales sociedades obedece á la conveniencia, sobre lodo para las naciones belicosas , de tener tina juventud sólida bajo el pun­ to de vista de la educación física, garantía de una progenitura vigorosa, y de irla acostumbrando a la regularidad y unidad en los movimientos para el di.t en que hubieran de empuñar las ar­ mas en defensa de la patria. Kn Alemania rev i-ten estas sociedades un carácter popular y eminentemente patriótico, existiendo »na en cada población que cuenta mas de 2 000 habitantes. Cada una de ella- lia enviado, con arreglo 1 -u importancia, cierto número de su- individuos a la tiesta de l 'r.incliirt. que atrajo numerosos forasteros, proceden­ te- de las nriitcipali- ciud.ule- «leí Imperio. No pueden ménos «le aparecer dignas de respeto 1¡cria- insti­ tuciones populares, cuando á ellas preside la idea de la patria, volito en esta que lio- ocupa. \ puesto que de preparación á los ejercicios belicosos y de liomu nacional se trata, hagámonos cargo de una costumbre., tan original como profundamente arraigada, que existe entre los es­ tudiante-de las l uiversivlailes de Alemania, s señaladamente entre los que concurren a la antigua y lamosa de (¡oetlihgue. 1¡enea los estudiantes de Alemania la pretensión, harto jtisti!iea«l.i por diversos hechos históricos, de ser firmes baluartes del patriotismo y dechados'de pundonor. A s i , pites, y por más que Lis duelos estén prohibido? por la legislación común y por los reglamentos universitarios, basta la más leve ofensa de palabra ó de libra inferida por un estudiante aotro para Jai por ultrajado el honor, v la consecuencia inmediata é inevitable es un combate, que 110 puede ser rehusado por el ofensor ni por el ofendido sin tener que dejai la l niversidad, tachado r » n una nota infamante. listos duelos se verifican con ciertas precauciones, que. garan­ tizan la vida, ya que no la integridad de la piel do 1"- comba­ tientes, cuyos'ojos están protegidos por unas gafas que tienen un lino enrejado de alambres. y el busto y piernas, por un de­ lantal de cuero. Las espadas no son agudas por la punta, pero =1 « orlantes. La duración del duelo 11o debe exceder de quince minutos, y cada combatiente tiene á su lado un padrino, arma­ da también con su espada. A estos padrinos corresponde el de­ recho de interrumpir el duelo si un combatiente ha recibido he­ rida grave, a-t como el de parar toda estocada desleal y fuera de la- reglas caballeresca- de la esgrima, que un combatiente diri­ la a su contrario. Igualmente pueden dar por terminado el duelo, ante- de trascurridos h>s quince minutos, si á su juicio ha queda­ do el honor satisfecho. Siempre que se celebra un duelo de ¿-tos es en presencia de numerosos estudiantes, y asisten á ¿1 uno o dos médico- dispues­ tos a coser las cuchillada- que los honorables futuros doctores -e dan en la cara por los má- fútiles pretextos. bu la misma l 'niversidad de (¡oettingue. hace cuarenta y cin­ co años, fué uno de fi>- ma- hábiles duelista- el actual Canciller del Imperto. principe de HUmstrck . entonces estudiante de De­ recho. bis f inta qtie su último duelo fué con uno de sus compa­ ñeros originario i le la l’ omerania. que dejó al futuro Canciller bastante malparado. Felicitémonos de que esa costumbre no exista en nuestras I ’ ni­ vel sidades. 1 11abogado o 1111 médico con cicatrices de arma blan­ ca en la cara inspirarla aquí poca confianza a sus clientes. M a s t u i . Bost'll. MIS MEMORIAS ÍNTIMAS. N T ! N T A C IO N . I lIK S rt'H S MK A R L A B A N .— SAN A D R IA N ( i ) . ¿ A * ''* , , , / cao 1,1,0 eco causaron en el país las o p e ra ciones victoriosas d el ejército sobre A r f> Q&'wJ biban cu E n e r o d e i g * 6 t qu e fueron cclebradas p or todos los qu e defendían f\ -*»■* con tra el carlism o á la reina Isabel. P e r o las ansas más legítim as y populares encuentranesiem pre críticos, y las ventajas obten i ¿ y das en estos combates habían d e tener contradicción. Se n e g ó á las tropas d e la R e in a la v ic t o r ia , por no haber p erm an ecid o en aquellas desamparadas p o s ic io n e s ; c o m o si e l hecho m ism o d e haberlas to m a d o á v i v a fuerza no dem ostrara el tr iu n fo qu e afirm ara ta m b ién el d e haberse rechaza­ d o todos los ataques qu e para recuperarlas in ten tó el e n e m ig o qu e las h abía perdido. E n asuntos m i l i ­ tares 110 h a y tie m p o más mal ni peor em plead o qu e el qu e se p ierd e en sostener polémicas d e esta clase, y en cuestiones q u e la o p in ió n h a resuelto bajo su verd ad ero aspecto desde los p rim eros dias de plantearse. P o r o tra p a rte , y o no escribo para iiacer historia docum entada. M u c h o habré con trib u id o A ( i ) listé artículo cierra en Mi< Memorv.vs intim as la serie de ios que comprenden la campaña del N o rte, en que serví durante el ¡ii'dvidanle mando de mi hermano el general I). Luis Fernandez de Córdova, cuya brillante figura militar, al lado de la cual se formaron l"= más ilustres capitanes de aquel tiempo, no ha po­ dido ser oscurecida por los que la envidia y el Ínteres convirtie­ ron en detractores suyos. A q u í, pues, acaban también los que me prometí dar co no episodio interesante de la historia de aquel tiempo y de mi vida, y puesto que el favor público les ha dis­ pensado una indulgencia muy agradecida por mi parte, y de que no lian podido ménos de llegar inestimables pruebas á la oscuri­ dad del aislado retiro á que rne reducen mis padecimientos y mi- desengaños, contando siempre con la amabilidad del Sr. Di­ rector de l.A 1 1. t ' S T K A C I O N F . S l ’ A Ñ O L A V A M E R I C A N A , OOtSÍon tendré, y no tarde, de v o lv e r á la comunicación de mis lectores con otro episodio, no ménos grato para mi, con el de la vW/<ion lint ejército español <i /os Estados Pontificios vw 184«), que el (¿ohierno de la reina Isabel confió a mi matulo. ESPAÑOLA Y AMERICANA. e lla si n o dejo o lv id a r algunos d e los más in tere­ santes episodios qu e deban perpetuar ciertos hechos dignos de trascribirse á sus páginas para qu e no se pierdan en el o lv id o . A q u e l in v ie r n o del 35 al 30 fué de los más crudos. D o s ó más varas de n ie v e cubrían el suelo. Las n ie ­ blas eran tan densas, qu e 110 se podían continuar las operaciones sin exponerse á caer á cada paso en e m ­ boscadas ó sorpresas inevitables. A las nieblas, á los h ielos y nieves sucedieron en los meses de p r im a ­ vera las lluvias torrenciales, que sacaban los rios de m a d re , inundaban los v a lle s, arrastraban los p uen ­ tes, hacían perecer infinitos animales, y áun nos q u i­ taban muchos h o m b res, qu e fallecían en las penosas marchas qu e en m e d io d e estos elem entos desatados tenía el ejército q u e afrontar para ir al au xilio de un pueblo, d e un fuerte ó de una fuerza atacada con superioridad tic n úm ero. N o he de malgastar, sin e m b a rg o , el tie m p o describiendo m inuciosam ente otras muchas acciones parecidas entre si, y que en esta época ocu rrie ro n , sólo por h a b í a n l e mi persona ó d e hechos que hagan relación con ella. Del m ism o m o d o h ago gracia á mis lectores de un parlam en to á qu e asistí cerca del general M o r e n o en el mes d e F e ­ brero. y en e l q u e , h abién dom e recibido E l í o en las Dos H e rm an a s, tu ve ocasión d e concertar el desafio con el batallón tercero d e N a v a rra , llam ad o e l R e ( ¡ u e t i q u e , con otro nuestro y cincuenta caballos de ca.la parte, debía tener lu g a r, en condiciones igu a ­ le-, en los llanos d e M e n d a v ia ó de Sesma. E l asun­ to . por demasiado personal, no creo deber publicarlo aq u í, aunque entonces se h ab ló m u ch o d e é l , y áun -e publicaron las cartas qu e m ediaron en la cuestión. P e r o no haré caso omiso d e las operaciones ejecuta­ das segunda vez sobre la cordillera d e A r l a b a n . tan in tim a m e n te ligadas con la g lo r ia m ilita r del e jérci­ to y la d e mi herm ano, cu ya m em oria deseo recordar en los últim os días d e m i vida, para dejar á mis hijos el deber de sostenerla c o m o y o la h e sostenido, ha­ cien d o h o n o r al qu e fué tan buen soldado c o m o e x ­ celen te ciudadano. E n el mes de M a y o y a estaba la legión inglesa de E v a n s en las lineas de San Sebastian , adonde las condiciones propias del soldado inglés debían dem os­ trarse más y ser m a y o r el ínteres y cooperación que la escuadra inglesa prestara á la causa de la reina Isabel. Lo s resultados correspondieron á los cálculos. E v a n s y su> batallones conquistaron en los pueblos qu e avecinan á San Sebastian muchas glorias y v e n ­ tajas. L a d e B ern ell fué á ocupar la d e Xubiri con algunas fuerzas españolas, y en la fro n tera francesa prestaron á la causa d e la R e in a servicios señalados, que sellaron con abundante y generosa sangre en muchos y victoriosos combates. H ic im o s nuevos re­ conocim ientos sobre G uevara, y d e ellos resultó que no tenía el ejército el m aterial de sitio necesario para atacar este castillo. ; N o era elocuente prueba de la im p o ten cia á qu e estaba redu cid o el ejército, cuando carecía hasta de los medios necesarios para reducir una fortaleza d e tan poca fuerza? P o r aquel tie m p o el C o n d e d e A l m o d ó v a r salió de V i t o r i a para regresar á M adrid. A c o m p a ñ ó le hasta M ira n d a el G eneral en je fe , en un coche, sin lleva r escolta algu n a, c o m o dem ostración d e la seguridad con que se cam inaba por aquella línea d e su sistema, que nos p erm itía d o m in a r un te rrito rio p or la simple operación d e haber fortificado el puente d e N a n c lá res y reforzar la gu arn ición tic la P u e b la para d o m i­ n ar el curso del Zaborra. Bien fácilm en te c o m p re n ­ d ió el e n e m ig o cuánto iba á sufrir p o r el estableci­ m ie n to d e las lineas, y qu e el país sería el q u e más pagaría sus in evitables y fatales consecuencias. P ara evitarlas e m p le ó las expediciones q u e, verificadas con fuerza d e batallones castellanos, o bligab an al g e n e ­ ral C ó rd o v a á d esm em brar los suyos, destacando las columnas qu e debían perseguirlas, por carecer el G o ­ bierno d e M a d rid d e otros soldados con qu e hacerlas frente. N o q u ería mi h erm a n o im p e d ir p o r las líneas qu e las expediciones salieran de las P ro v in c ia s pasan­ d o el E b ro . L o que preten día d e sus lugartenientes, y á este fin se en cam in a ro n sus instrucciones, fue qu e las expediciones carlistas encontraran obstáculos y derrotas en las líneas, ó detenciones suficientes para ser alcanzadas p or las columnas lanzadas en su p er­ secución. L o s cursos d e agua ó los obstáculos le va n ­ tados por o tra clase d e líneas debían ser para los car­ listas tan fatales corno lo fueron para los vendeanos en circunstancias p erfectam en te an álogas, lo cual lo sabía el gen era l C ó r d o v a , qu e conocía y habia estu­ diad o la historia de aquella famosa guerra. E l 14 y 15 de M a r z o las tropas hicieron dos fuer­ tes recon ocim ien tos sobre V illa r e a l y G u e v a r a , en los cuales sacamos al e n e m ig o de sus posiciones, tray é n d o lo á terren o más ab ierto, en don d e era cons­ ta n tem en te derrotado. P a r a c om ba tir tenían qu e salir d e lo más espeso d e sus m ontañas, y si no lo hacían, eran los generales carlistas acusados á don Carlos corno traidores por el p artido más apostólico. I.a v ictoria se habia fijado en nuestras filas. E l e n tu ­ siasmo d e las tropas rayaba en locura, y la confianza N.« SXXIII e n e l G e n e r a l e r a c o m p le ta . M a s e n M a d ri 1 _ tic a e s te r iliz a b a lo q u e a d e la n ta b a el e jé rc ito t pol‘ n is te r io d e M e n d iz á b a l h a b ia c u id o . I s t ú r i z ° r v el D u q u e d e R iv a s , q u e fo r m a b a n p a rte d 1 'an° G o b ie r n o , a b a n d o n a ro n su a n tig u o n a rria n“ ev° v ie r o n la s C o r te s . T a le s fu e r o n las n o tic ia s ^ ta l e s ta tlo lle v ó al e jé r c it o e l c o r r e o d e M adrid ^ tn N o q u ie r o d e ja r ig n o r a r a q u í la ú n ica disén ■ q u e c o n m i h e r m a n o tu v e d u r a n te la g u e rra nSl0n d u r ó p o ca s h o ra s . N o s h a llá b a m o s e n L o g r o ñ ’ ^ T 6 ja d o s , c o m o s ie m p r e , e n c a s a d e E s p a rte r o su s e ñ o r a se e n c o n tr a b a n a u s e n te s d e la c iu d D y n o s o tr o s é ra m o s lo s ú n ic o s h a b ita n te s d e la cas h im n o s m a r c h a r á N a v a r r a , y e l G e n e r a l s e * ^ e' c o s tu m b r e , h a b ia tr a b a ja d o to d a la n o c h e ^ m a ñ a n a d o r m ía b a jo e l p e so tic la fa tig a , y como na d io le d e s p e r ta r a , p a s o la h o r a s e ñ a la d a p ara m ch .tr. G u a r d a b a n su s u e ñ o lo s a y u d a n te s d e senX •"* y los c r ia d o s , y c u id a b a n n o in te r r u m p ir lo ,c o m o 100 a liv io ñ sus p a d e c im ie n to s . C u a n d o d e s p e rtó ne Vn h an y a las tro p a s d o s h o ra s d e c a m in o . N o p 0r e s? ' se p e r ju d ic a b a el s e r v ic io , p o r q u e e l C u a rte l general m a r c h a b a s e p a ra d o d e e lla s . S a c u d ió e l G e n e ra l e s u e ñ o c o n e l m a l h u m o r q u e e x p e r im e n ta to d o el eme s u fre d e l e s tó m a g o . A l le v a n ta r s e , a d v e r tid o d é la ho ra . e m p e z ó á g r it a r á t o d o e l m u n d o : «-¿Dónde está e l c o ro n e l Córelo? 01? r a i g a a<¡ni e l coron el Córdova » V al a p a r e c e r y o . d e la n te d e to d o e l E s ta d o M a y o r lle n á n d o m e d e im p r o p e r io s : « ¿ P o r qué 110 me has lla m a d o / m e d e d a . — H a b rá s estado durmiendo ■ no s irv e s fia r a nada : eres i n ú t i l » ; c o n o tra s frases n o m e n o s o fe n s iv a s y p e rs o n a le s , q u e n i era n m ere­ c id a s . n i te n ia n fu n d a m e n to . S in d u d a n o estaba y o a q u e l d ia d e m e jo r ta la n te , n i ta n p re p a ra d o á sufrir su s d e s a h o g o s c o m o o tra s v e c e s . « N o soy tu ayuda de cá m a ra n i tu ayudante de g u a rd ia — le dije.__ E r e s in ju s to y v io le n to y no tienes ra zón. N i puedo n i q u ie ro s u f r ir más. Respeta los tres galones que llevo en ¡as m a n ga s s i q uieres que yo respete tu fa­ j a . » Todo esto le contesté irrita d o y con un aire del qu e h o y m ism o n o m e p e rd o n o , á pesar d e haber pa­ sado cuarenta y cin co años, y áun le añadí que no qu ería estar más tie m p o á su lado. « P u e s márchate m e d ijo entonces creciendo su irritación y gritan­ d o descompasadamente. — « ¡ B a t a l l a dijo al se­ cretario del v ir e in a to de P a m p lo n a , que así se llama­ b a ; pa sa porte a l c o ro n e l C órd ova p a ra que vaya á Z a r a g o z a á esp e ra r órdenes f u e r a de este ejército que y o m a n d o .’ - E s tá b ie n » — le contesté quitándome los cordones, y fui á m i habitación del cuarto se­ gu n d o á d isponer las cosas para el viaje. N i media hora habia trascurrido después de esta escena, pre­ senciada en el salón in m e d ia to por su numeroso Es­ tado M a y o r , cuando el G e n e ra l apareció en él lla­ m a n d o á Escosura y p reg u n tá n d o le delante de todos: « ¿ D ó n d e está e l c o ro n e l C órd ova ? — Escosura le contestó '• D isp on e sus cosas p a ra ir á Zaragoza. Y q u é f — re p lic ó mi h erm a n o con frase sosteni­ d a, p ero con los ojos h u m e d e c id o s — ¿ firm a ría yo ja m a s las órd enes? Q ue re n g a a l momento mi her­ m ano v p r im e r a yuda n te. » A este hombre de tan gra n de corazón se le llenaban los ojos de llanto ante la m e n o r e m o ció n d e fam ilia. Escosura vino á mi cuarto y m e e n c o n tró arreg la n d o las cuentas y mi equipaje. Y o d ejé una y o tra cosa. V o lé al cuarto de mi herm ano. A u n rne esperaba en el salón de mis com pa ñeros, v no fué necesaria explicación alguna. En en c o n tré v m e recib ió con los brazos abiertos. O iie r ia ciarme asi una satisfacción, y me abrazó con los ojos llenos d e lágrim as, que se mezclaron con las mias. U11 cuarto de h o ra más tarde estábamos en ca­ m in o para N a v a rra . N o s esperaba á los dos uno de los más san grien tos com bates d e X u b iri, en el que a él la v icto ria o fr e c ió nuevos lauros y á m í la satisfac­ ción d e h ab er c o n trib u id o á la gloria del hermano y del gen era l más querido. E n el ejército carlista E g u ía h abia sido relevado del m a n d o , sustituyéndole V illa r e a l; y aunque m* h erm an o ten ía d e éste m u y buen concepto, e s c « * al G o b ie r n o , al d ar cuenta d e tal cam bio, que « C a rlo s habia p e rd id o un buen g e n e r a l de dWW* s in h a b er g a n a d o un g e n e ra / en je fe .-» Su JUlC1° . realizó. P o r aquel tie m p o tam bién un hecho, suyo insignificante, d ió lugar á q u e algún Pen0 d e M a d r id atacara A m i h erm a n o violentamente, aquella injusticia con que p o r lo general se cierta clase d e oposiciones. H a b ia ven id o al cu general un p arla m en tario carlista, y m i h e « n a : d ió para el gen era l V illa r e a l un paquete d e ciga* puros d e la Habana. P o r otra parte, S °p c a • habia h e c h o el encargo de una g o rra , y yo v e z á V illa r e a l el d e un par de pistolas ue V illa r e a l m a n d ó dos pares, uno d e ellos \ . h erm an o, y el o tro para m í. Estos actos ue ue g a la n te ría , y qu e n o podían ser obstáculo P ^ con aquellas mismas armas se combatiera a je fué causa de tales ataques y calumnias por p ^ la prensa, qu e m i h erm an o m e aconsejo clev pistolas, c o m o lo h icim os. A n t e s de qu e se re tir Ara del G obiern o c \fen- Ñ.° XXX11I LA ILUSTRACION i hacía nii h erm a n o los p rep arativos con veJizába^ _ 0pCVar otra vez sobre A r la b a n y castillo nieOe¿ l ('r;i g c había retiniilo en V it o r ia el material de C u.c' conveniente y las p rovisiones necesarias. Is. de ' ie estaba en buenas relaciones con el G e n e túrlZ’ j fe cXigia ile éste operaciones y victorias que ral en .1^ ^ dar fuerza al e fím e r o poder qu e había le* * * Madrid. E l general C ó rd o v a re s o lv ió em vantaisus operaciones sobre A r l a b a n , procurando e v iy los ataques • j o s combates cornual'-' de frente .• ........... “ “á posiciones r '.^ m a n té s , d e fe n d id a s p o r e l g r u e s o d e las fuerzas Cnem igas- E Í e jé r c ito d e la R e in a e s ta b a acantonado aca i i ■ fas trcs lineas que siem pre ocupaba, y y a sabe*°br ]os tres caminos de la B o ru n d a á Pam plona, Tr?; Francia por Salinas, atravesando la posición de \ laban.y el de V iz c a y a p o r V illa r e a l y O ehan diaSobre la carretera d e M iran d a, qu e v a á B ilb ao n° Oriluña, y en V ito ria , tem am os parte del ejérci^ E s p a r t e r o estaba sobre la d e V i l l a r e a l , y R i v e r o t0 la de Pamplona. Las domas d ivis io n e s , bien m a n ­ dadas y dispuestas, se hallaban igu alm en te en posi­ ciones simuladas. £1 el de M a y o , y m u y d e m a ñ a n a , to d o e l e jé r­ cito se puso en m o v im ie n t o sobre los cam inos de Francia. Vizcaya y otros secundarios, en la dirección de Arlaban. L o s carlistas no sabían los proyectos del general de la R e in a , pero sus principales fuerzas es­ taban acampadas sobre la cordillera ó acantonadas en los pueblos in m ediatos, prontas á ocupar sus „estos. El secreto d e la operación era igual al que siempre había observado el General. M a r c a d o y a el movimiento, qu e los carlistas desde las cum bres de sus posiciones descu brían , los batallones enem igos corrieron á ocupar sus puestos. Los carlistas podían ya considerar, y alegrarse, de qu e el ejército cristino marchára á atacar d e frente, c o m o en E nero, las posiciones d e A r l a b a n , que habían preparado aumentando las defensas con varias líneas d e p ara­ petos, con frecuentes plazas d e armas para sus reser­ vas, y con cam inos cubiertos d e com u n icación y seguridad. Cuando nadie lo esperaba, cerca d e A r ­ laban, como á tres cuartos d e legu a del e n e m igo , súbitamente las cabezas de las colum nas variaron de dirección á la d erecha, y d eja n d o á la izq u ierd a las posiciones contrarias, se’ d irig ie ro n rectam ente hacia el castillo de G uevara. E l gen era l carlista c r e y ó e n ­ tonces que los cristinos íbamos á sitiar esta fortaleza, que nos proponíamos aquel d ia em b e s tir, v qu e para verificarlo teníamos preparado en V i t o r i a un tren de sitio. Algunas fuerzas se acercaron bastante al casti­ llo hasta ob lig ar al e n e m ig o á ro m p er su fuego. E l que hizo con la a rtillería nos d io á conocer su poco alcance é inferior calibre, asi c o m o su m a lísim o ser­ vicio. Los carlistas siguieron p ara lela m en te con sus batallones el m o v im ie n t o general d e nuestras tropas, como observándonos, d ism in u y en d o el n u m ero de las que tenían en posición sobre A r la b a n . Y a persua­ dido el enem igo del objeto d e nuestro p rim e r m o v i ­ miento, las tropas continu aron liácia Salvatierra, camino d é l a B o ru n d a y la A m c s c o a , y d o rm im o s aquella noche en aquel pueblo y los inm ediatos. Para los carlistas no era y a A r la b a n ni G u e v a ra nuestro objetivo, y acabó el dia y parte d e la noche s igu ié n ­ dola marcha p aralelam en te sobre la izquierda. A l siguiente, 22, al am anecer, con tin u ó el ejército en v a ­ rias columnas, en la m ism a d ire c c ió n , su marcha sobre Alsasua, y no qu ed an d o ya á los carlistas duda alguna de que íbamos á N a v a r r a , se d i v i d i ó en b r i­ gadas de dos y tres batallones para verificar sus m a r­ chas más fácil y rá p id a m e n te , d irig ié n d o se lo d o s á la boca de la B o ru n d a para hacernos allí frente cu las buenas posiciones cubiertas d e bosques qu e el te r ­ reno ofrece. Lanzadas en esta dirección las tropas, bien marcado nuestro m o v im ie n t o y el de los carlis­ tas para preven irn os, el g e n era l C ó r d o v a m a n d ó á Espartero, R i v e r o y O rá a qu e variasen rápid am en te de dirección sus tropas sobre l a izq u ierd a, y en tres columnas distintas y en una m ism a lín ea atacasen todo lo que encontráran á su frente en la dirección de la sierra d e San A d r i á n , qu e debían coronar, c o m o principal o b je tiv o del m o v im ie n t o g e n e r a l, ly é g o que batieran los batallones qu e encontráran en su marcha sobre la sierra qu e por aquella parte cubre á Cuate com o una cortina. A s í lo ejecu taro n , en efec­ to, los generales. R iv e r o resultó fo rm a n d o la d ere ­ cha, Espartero la izquierda, y O r á a , je fe d e E stad o -Mayor, el c e n tr o , cerca del cual m archaba el G e n e ­ ral en jefe. Nuestras colu m n as, fuertes d e doce ó más batallones cada una, atacaron á los carlistas en su marcha de flanco. D isem in ados y sorprendidos éstos, Sln poderse reu n ir, y sin órd en es, en presencia d e la nueva situación, no opusieron en n in gu n a parte m a ­ yor número de batallones qu e el de dos ó tres, los cuales en cuantos puntos qu erían ó p reten d ían resist¡r eran rechazados, e n v u e lto s , y en todas partes ba­ tidos. L e ía n te d e m i h e r m a n o , y en el cen tro, nos e n ­ contramos con G a la rre ta , pueblo ocupado por tres batallones y dos escuadrones alaveses. N u e s tro ataque fué tan v ig o ro s o , qu e el e n e m ig o tu v o qu e aban- ESPAÑOLA Y 135 AMERICANA. d o n a r lo , dispersándose con muchas pérdidas en m u e r­ tos y heridos. L a caballería in glesa del segundo de lanceros de la legión p e rd ió aquí la ocasión d e hacer m il ó dos m il prisioneros, p o r no haber sabido apro­ vechar el m o m e n to d e cargar los batallones cuando salimi dispersos del pueblo para en trar en el fondo del v a lle p o r el lado opuesto al ataque; p ero las lan ­ zas d e aquellos bravos soldados no dejaron d e teñirse en la sangre d e los valerosos alaveses de igual arma qu e les hicieron frente. N o es fácil describir las m u ­ chas y diferentes acciones parciales em peñadas por efecto del m o v im ie n t o de flanco que ejecutó el e jé r­ c ito , y en qu e los carlistas com batieron por b atallo­ nes y sin c o n c ierto , p ero con el v a lo r que siem pre acreditaban. L a s posiciones qu e p retendían defender batallones sueltos, al punto eran tomadas en la d i ­ rección d e San A d r ia n qu e las colum nas llevaban. E n algunos puntos d ivid ía n s e éstas ju r a atacar dos ó más en em iga s, las cuales n o podían resistir, por encontrarse en todas partes en in feriorid ad n u m é r i­ ca. N o había general a lg u n o e n e m ig o q u e pudiera reun ir más de dos ó tres batallones, ni disponer de ellos para con ten er nuestras numerosas é intrépidas colu m n as, cuyos soldados sentíanse fuertes p o r el n ú m e ro y satisfechos y confiados p or el m is m o m o ­ v im ie n t o estratégico, qu e les daba una superioridad tan marcada. E n una d e estas inútiles resistencias fué h e r id o , h ac ien d o nobles esfuerzos, el general e n e ­ m ig o D. S im ó n d e la T o r r e , tan b ra v o c o m o e n ten ­ d id o y sim pático. L a m a y o r resistencia qu e el ejér­ c ito carlista nos opuso fué la qu e im p ro v is ó en una de las cumbres d e San A d r ia n este valie n te é infati­ ga b le g e n e r a l, q u ie n , con los batallones que reunió, h iz o frente á los numerosos qu e con ducía Espartero, d efen d ien d o una de las posiciones más elevadas. H a ­ bía y a p erdido su cab allo , y al m o n ta r o tro , hízole una bala caer e n tie rra , h irié n d o le en un pié. V illa real, d e qu ien él era el a m ig o más q u e r id o , acudió á sostenerlo con tres batallones; p ero toda resistencia se hacía im p o sib le contra el n ú m e ro de soldados que á los dos generales c a r g a r o n , y c u y o entusiasmo y resolución los hacían invencibles. E n esta acción los jefes carlistas hicieron esfuerzos personales superio­ res á to d o elog io, y el p rim e ro en dar el e je m p lo era V illa r e a l. que anim aba á sus acosadas fuerzas con aquel v a lo r frió y c o m u n ic a tiv o d e qu e tantas prue­ bas d io en toda la guerra. S im o n d e la T o r r e , V illa real, E l i o , Sopelana y otros, en la fe y el va lo r que al 1í d em ostraron, recordaban á aquellos valerosos jefes vendeanos q u e , no con m a y o r fo r tu n a , d efen ­ dieron la causa realista en F ra n c ia , y qu e también cedieron al cabo, no á la d erro ta , sino al fa llo in ap e­ lable del tie m p o y del destino. M i h erm a n o , entre ta n to , corría al encuen tro de tropas victoriosas qu e subían á coron a r la cordillera, dan do á algunas la c o n v e n ie n te dirección. F o rm a b a G e ro n a una de las columnas. A c a b a b a de v en c er este r e g im ie n to á o tra colu m n a e n e m ig a á costa d e p ér­ didas sensibles, entre las qu e figuraba la de su b ravo 1 coronel O 'D o n n e ll. S obre un f la n e ó s e había d istin ­ g u id o , con no m e n o r b río , el r e g im ie n to d e Córdoba, qu e lle n o d e entusiasmo v al g r it o catalán d e « ¡ v iv a la P e t ita ! » , m archaba delante, v en c ien d o todos los obstáculos (1). C o m o después d e M e n d ig o r r ía , el G e ­ neral en jefe arengaba á los cuerpos cuando habían ejecutado un acto de b izarría, in flam an d o así e l es­ píritu d e aquellos soldados q u e la g lo r ia electrizaba. A q u e lla s tropas estaban tan entusiasmadas, que pa­ recían irresistibles ante cu alq u ier e n e m ig o y obs­ táculo qu e hubieran encontrado. A s í , animadas de aquel ardien te espíritu , en to d o lo largo d e su línea d e com bate ven cieron en cuantos puntos encontraban resistencia, y coronaron toda la sierra d e San A d r ia n , qu e era , según el parecer d e todos los prácticos, la p ro lon ga ció n d e A r la b a n . N o dejam os d e sufrir en estas operaciones pérdidas dolorosas, más por la ca­ lidad qu e por el núm ero. S o b re los altos d e G a la rre ­ ta m u r ió , á cuatro pasos d e m i . el sim pático capitan M a lib r a n , ayu d an te d e mi h erm a n o , jo ven d e g a ­ llarda figura, d e raro v a lo r y d e un trato am en o y d is tin g u id o , y que pertenecía á una n o b le fa m ilia de la Haban a. U n a bala en la cabeza le dejó muerto, sin d arle tie m p o para articular una palabra. M a lib ra n y San tiago, qu e había sucum bido antes, eran am igo s ; ambos se llam aban F e rn a n d o , v iv ía n en la i n t im i­ d a d , y los dos jó ve n es , d e interesante figura, e le g a n ­ tes, valientes, entusiastas y d e p o r v e n ir en la m i l i ­ cia, estaban enam orados y c o m p ro m e tid o s con dos herm anas d e V i t o r i a , d e m ucha belleza, para las que tan funestas fueron las batallas de A r l a b a n , qu e lle ­ naron d e aflicción sus corazones. E n uno de esos combates á qu e m e h e referid o to c ó le tam bién á G e ­ ron a atacar una posición in m e d ia ta á la de G ala rre(1) Y a figuraba en este cuerpo, y , aunque en el grado subal­ terno de teniente, llamaba la atención por su mérito, un joven y oscuro catalán llamado N ou vilas, que en todas las acciones se distinguía, habiendo recibido alguna herida, y que á su valor debió los elevados puestos á que llegó después en la milicia es­ pañola. A su muerte deben sus hijos ahora el reconocimiento de lo que valia, l.os últimos años de su vida han sido de dolor y de amargura. ta. E l b ra v o r e g im ie n t o l o verificó con bayon eta calad a; mas en el m o m e n to de decidirse el combate, su c o r o n e l. O ' D o n n e l l , re cib ió un balazo qu e le r o m ­ p ió el brazo izquierdo. N o sé si d eb o r e p e tir aquí el m é rito d e este je f e , tan con o cido d e todos. S ó lo c o n ­ signaré qu e en aquella época se h acia n o tar su valor p o r la sonrisa qu e adornaba sus labios en los m ayores p e lig r o s ; p o r aquella sonrisa que más ta rd e, cuando fué p od er, h a c í a l a desesperación d e s ú s contrarios en el P a rla m en to . C o n el m is m o m é r ito , p ero con m a y o r desgracia, c a y ó el h ijo d el gen era l O r á a , o fi­ cial de grandes esperanzas, d e p o r v e n ir sonriente, tan j o v e n é interesante c o m o M a lib ra n y Santiago, v en qu ien to d o el m u n d o v e ia al h ered ero d e las grandes cualidades del padre. A l atacar con un ba­ tallón o tro n av arro qu e d efen d ía fuerte p osición , una bala le atravesó los p u lm o n es cuando con su voz de m ando com unicaba su p ro p io va lo r á los soldados qu é d irigia. ¡¡¡C u á n to s otros jó ven es oficiales han s ucum b ido, d e igual m é r ito , en uno y o tro bando, cuyos nombres quedarán ign orados para la H i s t o ­ r i a ! ! ! A u n q u e en an terio r c om b a te en el • mes de E n e ro , n o dejaré y o o lv id a r para ella los nombres queridos d e tres com pañeros mips d e la G u a r d ia , qu e m u rieron en con trario c a m p o sobreestás terribles p o ­ siciones de A r la b a n , d efen dién dolas contra nosotros á la cabeza d e los batallones que mandaban. E l más jo v e n , D. V ic e n te F e r r e r de San J o rd i, fu é mi más q u e rid o a m ig o de la p r im e r a ju v e n tu d , y quizás el más v a lie n t e de todos. C u an do se batia en d u e lo, lo qu e era en él m u y frecu en te, dejaba siem p re á su con trario la elección d e armas, sitio y hora. E n la m ism a posición m u r ió T h o u s , más v ie jo y veterano, p ero no ménos v a lie n te y estim ado. Y en el m ism o d ia. y sobre el p ro p io te rre n o , sucumbió también A g u i r r e , á cuyos hechos d e v a lo r personal d eb ió el m a n d o d el famoso batallón R o q u e te , qu e se había h e ­ cho notable entre los otros batallones navarros por el frecuente uso qu e h acia de la b ayo n eta cuando peleaba con tra los cuerpos más valerosos del e jé r­ c ito cristi no. F e r n an d o F ernand ez de C ó r d o v a , Marqués (U- Mcndiiyirifu. ( Se c o n tin u a r á .) LA ESCULTURA EN BARCELONA. ( CON CU SIO N .) Y t lv Y A j (-/ .un, );ilT“ s 110 son muchos, mas si excelentes. Merecen sobre todos aplauso dos M ^''»carrón mam-liego agita la calabaza del - vino y sonríe con deleite al notar que sin' * na el liquido por él tan amado, y que tanto lia menester para correr tras su señor por mon•'l* tes y valles en demanda de aventuras. En la otra, pasa tino de los trances más apurados de su \ ida escuderil; aquel en que, hallándose de montería * con los Duques, ve llegar un furioso jabalí ; trepa espantado á mi árbol, deslizase y queda enganchado. con riesgo ile caer sobre la cerdosa llera, y —lo q u e casi más sentía— notando que « e l sayo verde se lo rasgaba», aquel tino sayo, regalo de los Duques. Las contorsiones de San­ cho, el miedo, la desesperación que le dominan están d o ­ nosamente interpretados, v la ligura , aunque cltiea.es. como la otra, de artístico valor. Enseña ademas Roig- que es bajo, rechoncho, colorado y alegre, con la sonrisa siempre en los labios , v también alguna observación discreta ú oportuna en ellos (denun­ ciando asi mi claro ingenio como su ilustración V, enseña, digo, estatuas yacentes; un Cupidillo disparando una He­ cha ; el retrato de un pobre cojo, que se enriqueció y lego su efigie á sus herederos ( la cual. coloreada hábilmente, tenía tal realidad, que la creyeron un ser viviente los que entraron por vez primera en el aposento en que se halla­ b a ): una baranda de escalera de soberana magnificencia, labrada en mármol, calada más bien, y con preciosas ligo ras en completo relíet e ( rotule W , com o los franceses dicen ), y una chimenea con relieves á la griega, no a ma­ nera de cuadro (que fué uno de los errores artísticos del Renacimiento). Esta chimenea es. aunque muy sencilla, muy curiosa. En el cornisamento resaltan tres medallones; el central. Cervantes; los laterales, D. Quijote y Sancho: bajo de cada uno de éstos, en las jambas, hay trofeos ade­ cuados, como guirnaldas de llores y atributos poéticos para el caballero andante ; frutos v emblemas positivos y pro­ saicos para el escudero. En los intervalos de medallón á medallón corre un iriso, en el que, á un lado, se ve la dueña dolorida á los pies de D. Quijote, y al otro, á éste en su descomunal batalla con los cueros de vino tinto. Hchanse de ver en estos detalles, asi la perspicacia como el buen gusto de Roig, cualidades no tan comunes ni aun en escultores que manejan con firmeza y maestría el cincel. Que ha sido achaque algo frecuente en nuestros artistas, como en nuestros militares, el ser más valerosos y brillan­ tes en la acción que sabios en el consejo. Ved ahora un joven alto, esbelto, elegante; de morena tez y negra barba; de palabras escaso y parco de adema­ nes; con cierto empaque inglés v cierta prosopopeya fran­ cesa: un excelente muchacho á la postre. Este tal empezó á los catorce años sus estudios en la Academia de ¡Barcelo­ na : fuese, andando el tiempo, n París (porel 1873) ¿ c o m ­ pletarlos bajo la dirección de maestros tales como Carriel' y ( ¡arpeaux; regresó para exponer en Madrid (1876) su grupo F.t Criterio de Verdad, que le valió una segunda me- ^ Xì Ì?h ; fc/'' ■'■• Vvs. Èjs. Vv a ma (Cl lì E L L A S A R T INDOLENCIA. I ADRO DK D . J. L l.O M -.K A , DIBCJO DKI. MISMO.) X 138 LA ILUSTRACIO N dalla, v hov trabaja en un taller, donde al propio tiempo su hermano, artista también , pinta. De José Revnés y (iiirgui, que asi el escultor se lla­ ma, pocas obras be visto; bastan, empero, para ¡uzearle. Si nada más hubiera modelado que dos bustos, L a Altivez y L o Coquetería, podría con ellos revalidarse de maestro. Son en barro y de tamaño natural. Dos mujeres, como es de presumir, retratan estas dos inclinaciones del espíritu (ó estas dos manifestaciones del carácter 1. Las dos son bellas; pero mientras la belleza coqueta sonríe, y ¿¡niña, y se mue­ ve. v, por decirlo asi. se ensancha, la belleza altiva mira con ■ desden, pliega los labios, se inmoviliza , y. por decirlo asi, se iergtte. No lian sido vanas las lecciones de ('.arpeaos para Revnés; aquella exquisita gracia con que trazó los bus­ tos de mujer el autor de E l M ido ttc. autores la ha heredado Stt discípulo : pero revela éste ademas ( particularmente en J.o A ltivez) una gallardía de contorno y una soberana ele­ gancia que no ha aventajado hasta el día ningún art ista es­ pañol, pues en lo antiguo, como en lo moderno, nuestro arte ha sillo el arte del monasterio, de la galería, del cam­ po, del soporta!, del huerto, de la iglesia......pero no del salón. Ignoro lo que estudiará Revnés v io que Revnés adelan­ tará.; mas si á alguien puede excusarse el que se muestre altivo por una obra suya, es al autor de T.a Altivez. limpieza Rafael Atollé con voluntad y arrojo. Su modes­ to taller está sembrado de ensayos y tentativas, señalados apénas en el barro, listos esbozos demuestran, quizás me­ jor que nada, el instinto del artista y la ligereza de stt ma­ no al manejarlos palillos de plasmar. Atché trabajé) cinco años con los Yallmitjana : allí aprendió escultura; tiene apénas veintisiete años: no ha salido jamas de Cataluña; no ha \isto museos ni colecciones, ni nada donde el arte se despliega ordenadamente, l’ara producirse en castellano necesita pesar las palabras y dejarlas salir con lentitud, lo cual sucede á la mayor parte de sus colegas, til circulo de su actividades, por lo tatito, estrecho. Pero el instinto. como apuntado queda, suple en él á las cualidades que se ad­ quieren. y con él produce figuras de una viveza y una ex­ presión notables. N o lo son menos los retratos que lleva concluidos. C u fíg a ro , que recientemente inventó, retine prendas que superan los defectos. /;/ Horbero ¡te Sevll/o vis­ tiendo el clásico traje de chupa, calzón y montera, senta­ do en una silla, que echa atras, apoyándola en la pared de su tienda, puntea la vihuela, entonando á la par alguna picaresca copla, á juzgar por la alegre malicia de su sem­ blante. Debajo de la silla un perro roe receloso un hueso que ha cogido: algunos accesorios completan la compo­ sición. El autor no ha sido ni pretendido ser un Heaumarehais o un Rossini ; mas su fíga ro es un Fígaro muy español, que denota destreza, garbo y juventud en el artista que lo ha creado. Español á lo Ramón de la Cruz se muestra (iamot en sus obras, (insta principalmente de las chulos \ que han ve­ nido á sustituir á las manólas 1. y si fuese licito el vocablo, hablando con seriedad artística, diria de él que es un escul­ tor....por lo flamenca, (ionio quiera que sea. ántes de la chuta que voy á citar ha modelado lindas figurillas, no desposeídas de elegancia, y chicuelos rebosando donaire. La chulo es un modelo en su género, admitido éste en el arte. Al reparar en el ademan con que echa atras la cabeza provocativa y salada . de alto moño y pañuelo cuido sobre el mantón de flecos, que cae á su vez sobre la crujiente falda. tiesa como una cartulina y ruidosa como una sierra.... ; al reparar, repito, en el aire con que. puesto un brazo en jarras, se pasa por la cara la otra mano, rozando la pumita de la remangada nariz, se adivina desde luego que excla­ ma, dirigiéndose á una rival vencida é> á un gafan burla­ do.... «¡ Limpíate, que estás de huevo !...... * Font l’tié premiado poruña figura de mujer en barro. E l Remordimiento. que expuso en Madrid y en París. La obra denuncia un artista que busca afanoso y solícito la verdad. Font sigue buscándola V la encontrará sin duda. No puedo mentar de él ninguna obra que declare sus adelantos, por­ que se ocupa en ensayos y en estudios, á la vez que-en los consabidos trabajos de oficio. Recuerdo, sin embargo, una niña que lie á carcajadas de un libro que lee é> mira; un Increíble y una MonrriHoso ; alguna cabeza, alguna figu­ ra, como la de un negro herido y moribundo, expresada v modelada con briosa inteligencia. Font es joven, muv mo­ desto, dócil al consejo y la reflexión; procede, como tan­ tos otros, de la fecunda escuela de los Yalhniljana, y nece­ sita, á no dudar, una coyuntura para arriesgar un esfuerzo, producir una belleza artística y alcanzar renombre. Análogas consideraciones me sugiere Fuxá, v también éste ha sido expositor premiado en artístico certámcn. L o Muerte de!justo, estatua un tanto gafa y puliré delineas, pero en cuyo rostro brilla una ardiente chispa del cerebro del autor, es la obra que obtuvo el premio. Fuxá se aper­ cibe. con laudable tesón, á ganar otro y de más cuantía, y el pensamiento que para ello acaricia. y que he adivinado más que visto, en ligerisimo boceto, puede ganarle la pal­ ma á que el artista, mozo asimismo aún, aspira. Muchos más son los que en la ciudad condal esculpen, tallan ó cincelan. A leu, al que la estatua ecuestre de Son Jorge (primera medalla en 1X71 ) dió notoriedad c impor­ tancia, encargado hoy de la estatua conmemorativa del Marqués del Duero. Talarn, anciano ya, y apegado, como es de presumir, á las tradiciones, pero digno de mención v respeto. Ragés y Serratos», muy joven, por el contrario, que maneja con igual facilidad ía madera que el mármol, y que delata muy felices disposiciones. Flutnts, dado á la estatuaria decorativa, á juzgar por los trabajos que tuve ocasión de ver.... Por otra parte, en los talleres de los maestros despuntan á menudo muchachos, y aun niños, con aptitud singular para la estatuaria. Y a es, en el taller de los Yallmitjana, el hijo de uno y sobrino del otro her­ mano, cuyos barros cocidos empiezan á llamar la atención de los inteligentes, y en cuyas obras, de estilo adquirido en tan buena escuela, hay barruntos lie confundirse á pri­ mera vista con las de sus deudos y profesores. Ya es, en el taller de Nidias, un asilado del Hospicio, llamado Sorra, ESPAÑOLA V AM ERICANA. N-° X X X IU que pagaba de sus ahorrillos una mujer para que le sirviese p u n ta , y la suela, n u e v a y barnizada, cruiia v, • de modelo, utilizaba para el propio lin á los chiquillos de peso del vejete. P o r q u e era un vejete tenibl baj0 el la calle, retribuyéndolos á cuarto la hora.... y con tales tieso; caduco, pero arriscado. una v o lu n ta T ’ per° elementos ha modelado un grupo. L o Caridad', de eualidauien do un siglo. L l e g ó á la ú ltim a casa de L S° Ste* dcs serias v de sentimiento 110 escaso, que ha merecido el na , lla m ó á un p orton a n tig u o , d e arco peralt??0* " honor de ser colocado en el patio del Hospicio, triste ho­ ab ierto qu e fué uno de sus postigos, que má LaÜ0’ ^ gar paterno del escultor naciente. Ya es. en el taller de d e ventana qu e d e p u erta , colóse el viejo ' S- Parecia (Iamot, otro rapaz ( cuyo nombre no recuerdo, y me pesa) que plasmé), con gracia infinita, la cabeza de un pilludo sos de g a rza desplum ada sonaron en la escafUS que lie , ostentando un gran tricornio de papel en la ca­ pied ra y lu e g o en el e n ta rim a d o , qu e por estar K ^ beza.... nizado con cera relucia c o m o espejo. Era u 1 ' Florece la Escultura, como en terreno propio, en ('.ata- I g ra n d ís im o , ilu m in a d o con velas de cera puesr ° n Infla; la simiente prende á maravilla y produce brotes, vástagos v árboles frondosos. No es ciertamente la escul­ coruscantes cornucopias, y sus reflejos se queh 1 ^ y partían en hacecillos m ú ltip les d e claridad e r tura clásica, el arte olímpico y sublime de (írecia. Roma y arañas centrales, d e c om plicad a y artificiosa • 38 Florencia, pero es escultura y es arte. Responde a las ten­ dencias y gusto del momento; ofrece un carácter de pro- | leria, d o n d e la m ano del m oldeador habia v T t q f " paganda y generalización ( gracias á las figuras chicas y á gotas de agua s ó lid a . creando una m á gica vegetar, ios barros cocidos I que le gana en cantidad lo que en cali­ de sarmientos de v id r io , d e q u e arrancában flores?/1 dad pierde. Y esto no significa que sea incapaz de elevados I c ard o , concluidas en cuerpos d e nereidas I as h ^ conceptos v de majestuosas concepciones. se colum piaban en los espejuelos de las cornuconL? Deparad á algunos de es los artistas ocasiones análogas á .V m irándose en ellos, simulaban las pupilas l u i S la que la fortuna lia deparado a los Yallmiljaita : trocad el sas y encendidas del espíritu d e la sensualidad ai" palillo por el cincel, el blando barro por el mármol recio; la efigie devota o el juguete de salón por la figura monu­ tliendo en su p ro p io fu ego v enamoradas de las cosai mental éi la estatua conmemorativa: dad alas al paja Hilo, qu e veían desde arriba al cruzar bajo ellas las esen tadas mujeres. tierra á la planta, y veréis á la golondrina convertirse en águila, v al arbusto convertirse en cedro. A l entrar, el v ejete del sombreron despojóse del Entonces se evitaría el dolor y la mengua (que para mí capote y descubrió) su cabeza, domada d e peluca gris tales lo han sido! de encargar al extranjero las obras e s­ culturales destinadas á perpetuar la memoria de genios es- 1 «-'»yo cabello se acom odaba en dos alas rizosas sobre la nuca. l i r a eW-vejete una cuaresma, todo huesos pañoles; de mandar que se labrasen en Italia las estatuas y n in gun a carn e; afilado d e nariz; de largo labio de ('.enantes y Calderón. Y t-s que el arte hermosísimo do la Escultura, poco conocido, ménos apreciado, y . hasta rasurado con tal esm ero, que brillaba; de pupila chi’ ayer, apénas ejercido en España, creíase muerto porque el qu ita é in qu iri.lo ra , y tanto fu lg o r en la mirada,qué gran Alonso Cano, en su calidad de sacerdote, no piulo sus ilos ojos parecían agnjerillos abiertos en un horno dejar hijos ni legar á herederos directos y legítimos su cin­ S o y el p r im e r o - dijo. cel. No es así ; io s Yallmitjana han visto fructificar su he­ D ió una v u e lta p or el salón, contoneando su talle rencia en vida: dilatada familia de escultores ha nacido de y h acien d o on dear los paños d e la casaca de roja ellos, v como las pléyades del firmamento, esparce un re­ púrpura ga lon ead a d e oro. R e q u ir ió el espadín, quc guero de luz. más allá de la cual resplandece la estrella era una lín ea d e acero, de vaina d e cuero rojo y nie­ polar con fulgor eterno. F! hecho es que en F.spaña, en Cataluña, existe la E s­ la d o p u ñ o , del qu e cadenetas y sortijones pendían cultura, y constituye escuela. Suñol, Saiftsó y Unís, cata­ revueltas y sonajeantes. T e n d ió s e en un sillón de lanes también, pero ausentes de stt pais. la continúan y la armadura dorada, y puso un pié sobre otro, y ambos engrandecen. Bell ver la ilustra, por otra parte, y tras él encim a d e una piel d e tig re qu e delante de él habia. ('.andanas. Moratilla y alguno más. En Yalencia. merced ; C u á n d o ven d rán esas damas? ¿Faltarán á la á esfuerzos generosos , pasa de la adolescencia á la virilidad c ita ? A n s i o v e r damas d e m i edad vestidas al uso con Aixa , (ielabert, Hierro y otros.... cristiano. E l s iglo puede más qu e e l buen g u s t o : se Y asi como el audaz M errurio. de Juan de Bolonia, pa­ las lle v a , las arrebata, sopla el aristocrático polvo recía volar de su pedestal ligero para anunciar por donde d e su ca b ello , h iela su corazón , infla sus vestidos, quiera el Renacimiento del arte en Italia, así E l Angel de Yallmitjana. más grave y reposado que la pagana estatua cose volantes en sus faldas, baja sus cinturas, des­ lloretilina. puede llevará ios labios la dorada trompeta que peina sus bucles.... y á to d o eso lo llaman toilette.... con la derecha mano ciñe, y anunciar al mundo del arte la ; Palabra d ia b ó lic a ! E s c o m o el conjuro de las mo­ bueno une- o : el Renacimiento d éla Escultura en España. das infernales. E l figurín del siglo es el de las arpias L ris Ai.Foxso. cuando daba fiestas P lu to n . LA JAQUECA DEL POETA. r / •' ü m o el poeta se d u rm ió , el lib ro se e>[e\ capó d e sus m anos, y el buen v iejo se ) f Ml|edó con la cabeza sobre el pecho y l°s brazos apoyados en la mesa. I n r a v o é 'A v j ' - ' d e sol p on ien te iluminé) el tin tero de í AX j cristal, los pisapapeles de fiut-g/as tallado, ■<L - A " ' 1 his plumas y la cabeza del lector, el cual ( C soñé» ile esta m anera : j L a cosa ocurría d e noche. L o s faroles rompían con puntos d é o ro la n e g ru ra , y stts reflejos corrían p o r las mojadas aceras. L o s paraguas y las capas chorreaban la llu v ia , qu e desde tres dias antes no dejaba d e caer. F.I paisaje q u e se d ivis a desde las V istillas se borraba, se desvanecía, parecía d iso l­ verse al través d e las rayas d e cristal qu e la lluvia trazaba en el aire. E l silencio era c o m p le to en aq u e ­ lla explanada. U n a g o te r a , escurriendo sus perlas de agua en un farol, sonaba al m o d o de un reloj que contase la vid a del p ára m o som brío y desierto. D e p r o n t o , en lo le ja n o , más a llá de la linea blancuzca que un puente diseñaba en la m o v ib le reverb eración <lc sus faroles sobre el rio , una vociferación aflau­ tada, g a n g o s a , estriden te, una escala d e silbidos, que se confundían unos en o tro s , r o m p ió el silencio, y la lo c o m o to r a apareció) c o m o un fantasma rojo, arrojan­ d o un balín lu m in o s o , despidiendo chispazos d e c a r­ bón , pedrisco d e ascuas, e n v u e lta en o tra ola de ru i­ dos y una ola d e fuego. E n to n c e s , d e la esquina que con la calle de Don P e d r o fo rm a el palacio de Osuna, salió un som brajo largu iru ch o y anguloso. E r a un h o m b re qu e cam in ab a á saltitos, parándose, v o l v i e n ­ d o atras ía cabeza, qu e adornaba un som breron dis­ fo rm e y asombroso. Ib a e n v u e lto en un la r g o capote con e sclavin a, qu e casi le lle gab a á los to b illo s ; pero no era . con ser tan la r g o , lo bastante para ocultar qu e las piernas de aquel singu lar sujeto iban al des­ cub ierto y sin o tro a b rig o qu e unas medias d e seda. A l cruzar bajo un farol, su rostro se d iseñ ó en la p a ­ red c o m o un con ju n to d e lineas agudas, rem atado atras p or un c ole to qu e se retorcía en c u rv a bajo la falda peluda del som breron. Sus zapatos d e charol p i ­ saban q u e d o en las losas más lim p ias, y h u y e n d o de los charcos, levantaban el ta có n , se apoyaban en la O y ó s e en esto ru id o d e coches y pisadas de caba­ llos q u e, caracolean do, entraban en el pórtico d éla casa. L e v a n t ó s e con juvenil presteza el anciano, y ap o ya d o el p u ñ o en el p o m o del espadín, tirantes y en graciosa curva las pantorrillas, y derribada hácia atras la cabeza, esperó á que la antigua y ruinosa carroza qu e se habia d eten id o en el zaguan desem­ baulase su carga, q u e tro era floja, si se atiende áque se c om pon i a d e dos apopléticas damas quintañonas y b arb ipon ientes, qu e se esforzaban por andar con g a r r id o p o r te y subir la escalera con donosura. Yino después o t r o carruaje arrastrado por vieja muía, y más t a r d e — eran las n u e ve — úna lechigada de som­ bras . envueltas en capas rojas, en gabanes amplios, en anchos p añolones, qu e al desembozarse, al abrir­ se v al deshacer sus pliegues echaban fuera una mul­ titud d e señoras y caballeros, viejísimos todos, y todos adornados á uso del año o?. Se saludaban fina y cere m o n io sa m en te, alargándose unos á otros dos dedos helados d e mi m ano d erecha, y haciendo á par un a m a g o d e g e n u fle x ió n , grotesca d e puro rendida y cortesana. Pasaban al salón, y a llí, en medio deja luz qu e d e candelabros, arañas y cornucopias venia, más a m a rillo se juzgaba el raso ele los vestidos de ellas, más estrecho, aquilatad o é inverosímil el talled e los hombres. Las mujeres traían la cintura en e seno, y éste, parapetado tras corsé de coraza; plumas y garzotas m u lticolo res sobre las pelucas; abundan­ cia de esmeraldas en el c u e llo y orejas; ninguna ll..r del tiem p o . Y h abia en la concurrencia circulo .le toses, manos qu e tomaban rapé perfumado co m a cu b a en cajas d e o r o , sonreír gla cia l, y una ur 11a respetuosidad m u tu a , saturada del más hno med i miento. — ¡ A h ! — e xc lam ó el v e je te , á quien todos llama­ ban D uque. — P e r m i t i d m e qu e m e regocije, años hace qu e n o nos vem os. H ab é is sido pun • C ondesa.... P r i m o B a rru e c o, habéis venido b ie n .... E u la lia , C lo t ild e , Presentación...... das, todas habéis sido fieles á la palabra «lue Sala fiasteis aquella n o c h e .... A c o rd a o s bien : e » e jjj nos hallábam os reunidos. H a c e cien años de _ \ tas noche. ¡C u á n t o lia l lo v id o desde entonces. , ^ espigas d e t r ig o y cuántas cabezas humanas c o r ta d o ! E l hacha y la lmz han trabajado ^ ^ poten cia.... L a cita era para esra noche del 1 • S etiem bre. V o so tro s habéis v e n id o de vuestr ^ re s, d e vuestras p ro v in c ia s , d e vuestras cas riegas. ¡ G r a c i a s ! .... E l siglo x v i n esta aquí.... N.° LA X X X 11I ILUSTRACION E': T AÑ O LA Y puertas, cerradlas bien. L a historia se ha rad , aL en la calle. L a historia es un epitafio, y cree ^ ■1 escribir el nuestro nos h a m a ta d o .... ¡ A h , natural blanca parecia un (ruñado d e algas n evad as; los párpados, pasas de C o r in t o ; las m andíbulas, sa­ lientes, m ovíanse bajo la piel con un te m b lo r e n o ­ joso. afit an',oCes de aquellos seres que habían s ob re viv ¡L aS V ^ o x v m tenían sonido desagradable y casdo aL ',] o-arcrarismo y la ronqu era formaban el tim b re ca^ ° ’ hablar1, y sus palabras eran anticuadas, o lien d o de SUivó de los Diccionarios arcaicos. a' -Abrazadme to d o s! H o m b res y m u jeres, estreEl entusiasmo no tien e pudor, efusión de cariño petrificado an im ó á las mo. sonaron besos c o m o bostezos y abrazos llenos ID' aS'nidos : esqueletos de brazos se desarticulaban brechar pechos sin carne ni a m o r : labios húm ei % cerdosos y encías desdentadas c h o c a b a n , bus° do entre las'sepulturas de sus perdidas muelas el nfina de un beso olvidado. Pasaban de doscientos los contertulios, y todos lu• las abigarradas ropas de la generación oficial C'a ilustró los salones palaciegos cuando Carlos IV ^ra monarca de las Espadas. E ra n las plumas del colibrí adornando la desgarbada figura del flam enco; ^cigüeñas vestidas d e c a n a rio ! 1 “Quién fue la dam a qu e se sentó en la c la v e ? Su loníbre quedó en el o l v i d o ; pero n o las notas estri­ dentes del instrumento, qu e se pulsaba c o m o un pia­ no y sonaba com o una guitarra. A r p e g io s y escalas corrieron sobre el teclad o, y en las decrépitas pan­ torrillas de los venerables currutacos, alineadas en la (¡ia de los sillones, sobre el en tarim ad o reluciente y brillante, advirtióse la im p acien cia del baile. ¡ B a i ­ le extraño! Unos frente á otros, en posturas acadé­ micas. alargados los cuellos, enarcados los brazos, oscilantes los pies, m ovíanse le n tam e n te c o m o s om ­ bras danzantes. Crujian los chapines reto rcien d o sus tacones bajo el peso d e tanto siglo. A l rozarse las telas de damasco y raso simulaban el ru id o d e la llu ­ via, y estrechadas las manos para cam b iar de figura, hacían un rem o lin o graciosísim o en el cen tro del círculo de bailarines una casaca v io le ta y una saya amarilla. A las doce e m p e zó la cena. O p íp a ra la cocina de nuestros abuelos, d io d e sí la más hermosa y sucu­ lenta prueba de v a lo r y m érito. L a mesa era e x t e n ­ sa: un paseo vestid o d e b lan co, un k iló m e tro de tablas adornadas con adamascada m a n tele ría , cuyos dobleces delataban los siglos q u e habia pasado e n ­ cerrada en hondos y preñados arcenes. L a plata abundaba, y la luz rielaba en la v a jilla d e loza del Retiro, de coralino b ord e y h o n d a cavidad. E l vino, servido en copas finísimas, anchas y profundas com o cálices, tenía más antigüedad q u e los c i preses de Damasco, y su a rom a pun zan te h e r ía gra ta m e n te el olfato, y las agujas dulces d e su sabor deleitaban el gusto. — ¡Hermanos m ios. nobles hijos d e la edad san­ ta!— exclamó el Duque. — E ste es el v in o qu e ha conservado nuestras vidas. E l v id u e ñ o d e la v o lu n ­ tad, que y o c u ltiv o en mis tierras de A n d a lu c ía , echa de sus cepas este zu m o , q u e contraresta el tiempo. Si cae una g o ta d e este v in o en un sepulcro, oiréis bajo la tierra el desperezam ien to d e los esque­ letos, que se incorporan y recobran la vida. Un chorro de este v in o arrojado al aire le ilum ina. ¡E s el ascua y la luz, el arom a y el g u s t o , la v id a y la inteligencia, la d ich a y el a m o r ! B e b e d y besad.... ¡Qué alegría d ifu n d e ! E l a liñ a s e re ju v en e ce , el des­ engañóse aleja, v o la n d o con sus negras alas d e pa­ jarraco agorero.... ¡ E l d es en ga ñ o ! E se es el buitre de Prometeo.... L a noche d e mi v eje z se ilu m in a de mil puntos brillantes. L a s pupilas d e F l é r i d a chis­ pean enamoradas ante las mias....E l am or m e mece en sus brazos ¡ A h , ah . ah ! M e parece un niño arrastrando un esqueleto.... ¡ L o s ojos d e F lé r id a ! Nuestro d iv in o M e le n d e z lo dice : Pise es el poeta repitió. —A l l í está la belleza suma. E l hace hablar á los c a m p o s ; despierta sus ecos ; a g ita las esquilas de plata de los rebaños ; silba en la cornamusa d e las pastoras y en la za m p oñ a de B a tiío ; reproduce el aleteo d e las mariposas qu e ena­ moradas se persiguen ; d e los besos d e los amantes | sabe hacer rosarios musicales, c u y o r it m o de o ro h e ­ chiza al qu e le e s c u c h a ; deja á Dáfnis y C lo e suspen- ; didos sobre un la g o en un c o lu m p io industriado de m im b r e s ; v a c ie g o p o r los bosques palpan do los n i­ dos de las avecicas, a n im a n d o sus h u eve c illos con besos, y tocan do con su m á g ic a vara en todas las a l­ mas, en todos los corazones, en toda v iv ie n d a de se­ res capaces d e a m a r.... ¡ E l poeta del a m o r ! refu n fu ñó un n egro per­ sonaje. c u yo a m a rillo y cad avérico rostro parecia hecho de cera d e cirios funerales. Púsose en p ié, ala rgó los brazos d elgadísim os y em bu tidos en una ro p illa n e g ra , y p ro ru m p ió lu e g o : ¡E n d e m o n ia d o sujeto sin duda, d ig n o del fue­ g o e te rn o , seria ese T e ó c r i t o ! E l poeta gra n d e áun no lia n acido; el poeta m a y o r d e cuantos escribieron h a d e ser el poeta d e la vida in fin ita ; el qu e abofetea al a m o r , el qu e m oja su p lu m a d e cisne n egro en el ó le o d e las lámparas sepulcrales; el qu e en vez de acercar á su o id o la caracola de nácar don d e d u rm ió V é n u s , acerca un cráneo hu eco , d o n d e h a d e resonar la eterna y única palabra qu e en cierra la verdad de la v id a ; / M is e r ia ! el qu e en v ez d e ascender al O lim p o en busca d e musas desvergonzadas y desnu­ das, desciende á las galerías subterráneas d e las c rip ­ tas á sorpren der el silabeo d e los sapos y el roer del gu sano.... — ¡S ile n c io ! — ¡ O n e se c a l l e ! — ¡O u e se s ien te! — ¡ M e n t e c a t o s !— g r it ó el Duque. — ¿Q u eréis v e r d ó n d e reside la belleza suma? V e d la aquí. A lz ó s e d e su asiento, fué á una puerta del salón, ab rióla, y d e una estancia c o n tig u a sacó á una s om ­ bra blanca, alta, esbelta y gallardísim a. Después tiró del cendal que la cubria, y apareció la desnudez más bella y profana qu e pudo idear artista g rie go . E ra una muchacha com o d e qu in ce años, que por to d o traje ten ía una m a n tilla española d e n egro e n ­ caje en ía cabeza. — ¡ L a d écim a m usa! — d ijo un viejo. ¡ L a única musa! — o b je tó otro. ¡ L a musa e tern a! F lé r id a - a firm ó el Duque. L o c ierto es que F lé r id a , áun cuando parecia una musa por lo bella, no pasaba d e ser m o rtal m uehac h illa . y el espectáculo d e la e n o rm e mesa, d el c o n ­ curso d e gim ia s , y ademas la v erg ü e n z a de verse des­ nuda la hizo em purpurarse p rim e ro y palid ecer más tarde. Su ga lla rd o cu erpo, p u lid o y terso c o m o de á g a ta , se estrem eció d e horror. ¡ D é jen m e , d é je n m e ! ¡ P o r la V i r g e n d e la A n ­ t i g u a ! — g i m i ó , arrojándose al suelo y procurando cubrir con sus manos to d o su p u d or ofendido. F.I D u q u e la m iró con jú b ilo . — E ste era mi secreto e x c la m ó .— ¿ N o os ofrecí hace cien años una sorpresa? ¿ N o os p ro m etí qu e mi ciencia sabría conservar con su ju v e n t u d y su gracia, á través d e los años, la m u jer qu e m e diese ga n a ? Pues v ed la aquí. L a noche d e nuestro festín.... aquel festín qu e celebrábamos en esta m ism a estancia.... em p e ñ é mi palabra de n o ble y m i h o n o r cien tífico en presentaros h o y , j o v e n c o m o entonces lo fuese, á la p rim e ra muchacha que encontrase en la calle. Es és­ ta. Se llam a Flé rid a . L a poesía, la ju v e n t u d , la g r a ­ cia no han e n v e je c id o .... Pasead vuestros ojos cansa­ dos por estas líneas curvas, d o n d e la luz resbala com o el agua en un torso de m árm ol. — T a p a d l a — d ijo escandalizada una decrépita da­ ma, cu ya barba pun tiaguda salía en tre las chorreras de artificiosa gola. « Si evitan . arteros. Encontrar los m ios. Sus falsos desvíos Me son lisonjeros. Negándome fieros Su dulce favor, Tus lindos ojuelos Me matan de amor.« — Prefiero á N o r o ñ a — afirm ó el P r í n c i p e de A n ­ tuerpia, levantan do su lo m o jo ro b a d o . — E se es mi Poeta. Oid . «Cuando miro, Fernando, congregadas Lis huestes sobre el llano....» i A b a jo N o r o ñ a ! — d ijo el más jo v e n d e los coqu e habia c u m p lid o y a los dos s iglos.— Ml v ate es Jovellános. — ¡H e re je ! ~~ i Que se calle! — Jovellános es un im p ío , un diab lo qu e h abla en c°nsonantes. ~^Pido que se coron e en m i persona al m e jo r poe’ **¡ Teócrito — balbuceó el más viejo. El rostro hácia el cual todos se v o lv ie r o n para vere era un conjunto de canas y arrugas. L a cabellera 139 AMERICANA. — H é aquí mi capa. E l qu e la ofreció levantóse del sillón qu e ocupaba, e x te n d ió la en el aire, y el paño ro jo d e e lla cayó sobre el cuerpo d e Flé rid a . N o sólo ocu ltó ésta su cuerpo en los p liegu es del p a ñ o , sino ta m b ién su ros­ tro enten ebrecido por el llanto. I .as musas clásicas están de en h o ra bu en a— g r it ó el poeta m e le n d ia n o ; — F lé r id a resucita la suave y dulce poesía d e nuestra época, en m e d io de los es­ pantosos h orrores de la musa ro m á n tica , esa dep ra­ vación del gusto m oderno. — Y a no h ay poetas clásicos n i en la A c a d e m ia — e x c la m ó con lúgubre to n o el jo ro b a d o p rin cipe de A n tu e rp ia . — P e r o ¿ c ó m o habéis realizado el p r o d ig io de d e ­ tener la v id a en esa m u je r ? — in te r r o g ó in teresada­ m en te la M arq u e sa d e L a n z a r o te , que traia ocultas sus arrugas bajo un re v o c o d e a lb ayald e y pintura. — M i ciencia lo ha hecho. E n c e rra d a en un c a m a ­ rín de rni p alac io , h a v i v i d o en la más com p le ta i g ­ norancia de los crím enes de la época. H e tapado bien las rendijas d e las puertas y no han lle g a d o allí esa nube de papeles y libros qu e el s ig lo arroja sobre las conciencias. N o ha leído á V í c t o r H u g o ni á (Jaldos. Desde el año o ; , el tie m p o no h a pasado para ella. — ¡ E s o es im p o s ib le ! ¿ A c a s o nos ha sucedido á nosotros cosa dis­ tin ta ? E l sueño d el poeta se desvaneció. L a s figuras se levantaron del suelo y se d iso lv iero n . L a s cornucopias v las arañas se ap ag aro n , lanzan l o cada v e la un c h o rro d e hum o. Sin e m b a r g o , la m e n te , curiosa, buscó el desenlace d e lo s oñ a d o , y palpan do en las sombras del sueño, p u d o encon trar algo. V o l v i ó á v e r al D u q u e , qu e entraba en casa del P r ín c ip e de A n t u e r p ia , v qu e le d ecia i n d ig n a d o : ¡ F l é r i d a ! .... ¡ F l é r i d a ! .... ¿S a b e V . ? ..... ¡S e lia escapado con un escritor naturalista! J. O r te g a M rx n .i.A . LAS ACADEMIAS LITERARIAS |)KI. SIGI.O I)K I.O'S A T S T R I A S . I riiNCi.rsios ) ■ A m TQ S’i'A carta tien e fecha d e 23 d e N o v iieme bre d e 161 1, y en efecto, á poco conclui / 2 veron las reuniones. P e r o no tardé) en m inaugurarse E l P a ra u s o éi A ca d e m ia S elva g e de D. Francisco d e S ilv a , y ^ * L o p e , escribiendo á Sessa, se lo anunW W Ciaba en los térm in os siguientes : « H o y T j ^ h a em pezado una famosa A c a d e m ia que se 11aW '' nía E ! P a rn a s o , en la sala d e I). Francisco de < S ilva. N o b u h o s eñ o res, que áun no deben saber­ lo. D u rará hasta que lo s e p a n . » L a s costumbres h a ­ bían c a m b ia d o , p or lo v is to , y en Suarez d e F ig u e roa no hubo com p le ta ju s tic ia , cuando escribía : « E n esta c on fo rm id ad descubrieron los años pasados a l­ gunos in genios d e M a d rid semejantes impulsos, ajus­ tándose con este in ten to en algunas casas de señores; mas no consiguieron el fin. Fu é la causa qu izá , p o r ­ que o lvid ad o s d e lo p rin c ip a l, frecuentaban solam en ­ te los versos aplicados á diferentes asuntos. N a cie ro n d e las censuras, fiscalías v em ulaciones, diferencias no pocas veces, pasando tan adelante las presuncio­ nes, arrogancias y a r ro ja m ie n to s . que p or instantes, no sólo ocasionaron m enosprecio y demasías, mas tam bién peligrosos enojos y pendencias, siendo cau­ sa d e qu e cesasen tantas juntas con toda b r e v e d a d .» C u an do estas A ca d e m ia s con cluyeron con la S et7'a g e . y a por las demasías d e los in gen io s, y a p o r las befas d e los m agnates, to d a v ía se pensó en una nue­ v a, cuyos estatutos qu edaron escritos, p ero sin e je ­ cutar. Esta fué la P e r e g r in a . T e n i a por lem a: « C o n ­ v ó c a s e Á l.A VIRTTOf DESPÍDESE El. OCIO ; I’ RKMIANSK i.os i n g e n i o s . » E l D r. D . Sebastian Francisco d e M e ­ dran o d io la disposición y reglas para constituirse, p o r las cuales se habían d e recon ocer tres P r o te c to ­ res, qu e serian el D u q u e d e H i j a r , el C o n d e de O ñ ato y el d e Bástago; se nom brarían ademas dos A s is te n ­ tes para to m a r las órd en es, a d v e rtir las dificultades y reparar los daños; un J u e z qu e dispusiera los m o ­ dos, decidiera las dudas, señalara los tie m p o s, p u ­ siera los lauros, diese las órdenes y estuviese á su arbitrio lo d o l<> preciso; un S e c re ta rio para escribir lo qu e se o freciera, repartiera los asuntos dados pór el P res id en te y reco gie ra los escritos; un B ib lio te ­ c a rio y A r c h iv e r o qu e cuidára d e los libros y c o n ­ servase los papeles; un M a e s tro de cerem on ia s para la observancia d e las ó rd e n e s , reglas y le y es ; un P a rte ro y un Tesorero. E11 la A c a d e m ia habia d e tratarse d e las siete . Ir le s lib era les en los siete dias d e la semana, d iscretam ente distribu idos, v cada fa ­ cultad correspondiente tendría su P re s id e n te p erp e­ tuo , en cuyos atributos se hallaría el d e n om brar T is e a t cada cuatro semanas. U n o , al m en os, de los P ro te c to re s se habia de h alla r presente para c o m e n ­ zar cada A c a d e m ia , sin p erm itirse sustitución. E l de J u e z era cargo d e asistencia precisa, y el B ib lio te c a ­ r io y A r c h iv e r o no p od ia facilitar papel ó lib ro sin perm iso escrito del P r o te c to r ó del Juez. A ninguna persona e xtrañ a p od ría el P o r t e r o franquear la e n ­ trada, y él recibiría las pretensiones d e los aspirantes á form ar parte d e la corporación. N o p od ia obtener n o m b re de A c a d é m ic o qu ien no fuese in sign e ó fa ­ moso en la facultad q u e profesáre, ó por haber es­ tam p ad o libro, escrito c o m e d ia ó sacado á luz algun a obra gra n d e aprobada p o r tal y que bastase á d a r ­ le nombre. N o obstante, á n in g ú n A c a d é m ic o era lí­ cito, una v ez a d m it id o , sacar c om ed ia , lib ro ni obra algun a á lu z , sin ser p rim e ro registra da , censurada y correg id a p o r los de su facu lta d, qu ed an d o el b or­ rador depositado en el arch iv o de tres lla v e s, cada una de las cuales te n d ría uno de los tres P ro te cto re s . Im p re s o el lib r o , el au tor entregaba á la A ca d e m ia ilos ejem plares, uno para la B ib lio te c a y o tro para ayuda de los gastos de la corporación. Cada in d iv i­ duo que ingresara en la A c a d e m ia debía regalar un $31 TIPOS P o r n . AKKS DK GALICIA fl.o XXX III LA ILUSTRACION M v A N C F O R 'l ESPAÑOLA Y AMERICANA U N A l-'IKSTA DM L A ' SO IKD ADKS DOMI LA«MS DI'. GIM NASIA 111 1 12 LA ILUSTRACIO N lib r o ó papel d e cada una de las obras qu e hubiese antes publicado. Se habían d e laurear los hombres insignes, c o m o se acostumbraba en las A c a d e m ia s famosas d e Italia y d e otras partes, y para m erecer esta h onra y grado, con cuya fam a la A c a d e m ia se p ro p o n ía hacerlos l l e ­ g a r á lo más r e m o to , era indispensable haber hecho, c o m o poetas cóm icos, d oce actos d e doce com edias aplaudidas por g r a n d e s ; los p intores, doce pinturas adm irables, y todos, cada uno en su facultad, sacado á lux algun a obra su m a m en te p erfecta, ó sustentado doce veces conclusiones públicas d e las materias que en su arte se le señalaran con aprobación d e todos los señores J Rute d o re s existentes. J u e z y A c a d e m i­ ces, ateniéndose á los más votos, y en caso desigual, d ecidien do el Juez, qu e los habría de re g u la r c a n ó n i­ cam ente, siendo sólo excepción d e esta regla el p oe­ ta h e ro ic o , qu e bastaría para ser laureado haber es­ crito un poema á quien aprobaran los demas por famoso. E n el acto del lauro se oraría con gran majestad y p om pa en alabanza del qu e lo recibiese, v se le daría toda a u to rid ad , g ra n d e za , fiesta, m ú si­ ca v ad o rn o , q u ed an d o el laureado en la obligación de entregar el m ism o d ia. tintes d e recibir el grado, un retrato suyo á la .A ca d e m ia , con coron a d e laurel y to d o , para que en ella quedaran m em orias d e su fam a y tu viese la posteridad cop ia del o rig in a l tan celebérrim o. Cada mes habría un acto p ú b lico de-cada facultad ; p ero ninguna A c a d e m ia podría d u ra r más d e una hora d e rig o r, v otra d e dispensa, si el P r o te c to r exis­ tente la otorgaba c o m o gracia. El p rim e r d o m i n g o d e cada mes se destinaba á toda la D ia lé c tic a v á toda la L ó g i c a ; el segundo, á la M e d ic in a n a tu r a l y a d q u ir id a : á la naturaleza y virtudes d e las p la n ­ tas y hierbas { B o t á n ic a ), d e bis piedras ( M in e r a lo ­ g í a ) v d e los animales ( Z o o lo g í a ) , según P lin io , Dioscórides v o tr o s ; el te rc ero , á toda la F ilo s o fía m o r a l, ju r is p r u d e n c ia , . ir t e de g o b e rn a r ( A d m i n i s ­ tración y P o lic ía p ú b lic a ) y á to d a la P o lít ic a y R a z ó n de E s ta d o ; el cuarto, á la C o rte s ía , L 'rb a n id a d v R espetos, y d e qu é m a nera y á quién son d e ­ bidos. E l p rim e r l i n t s , á la G r a m á tic a g e n e ra l, uso de todas las L e n g u a s y d e las más necesarias o r ­ dinariam en te. E l segundo, á los J e ro g lífic o s . E m b le ­ m as, E n ig m a s , E p ig r a m a s y diferentes Sentencias, al uso de ellas, con la in te lige n c ia d e todo, e xp lic a n ­ d o lugares dificultosos; el te rc ero , al m o d o d e la re ­ presentación { D r a m á t i c a ) , al sentido d e los versos, al m o d o de ajustar las orac io n es , locuciones, voces y verbos en nuestra lengua y en otras, y el cu arto , á t o j a la (l it o g r a f ía y m ejo r uso d e e lla , según lo a n ­ tig u o v lo m o d e rn o , y al más d ive rs o m o d o d e p r o ­ nunciar. E l p rim e r m .v r t k s d e cada mes se in v e rtía de igual m anera en la R e t o r ic a , sus tropos y figuras, y el m e jo r m o d o de o rar { D e c la m a c ió n ), según C i ­ c eró n , y asimismo d e todas las letras h u m a n as; el segu n do, á la P o e s ía h eroica y á la B u c ó lic a : el te r ­ c ero , á la P o e s ía t r á g ic a , E le g ia c a y S a t ír ic a . v el cuarto, á toda la P o e s ía cóm ica y jo c o s a , con form e al arte a n tigu o y m od ern o. L a P o e s ía l í r i c a , d iv i­ n a , a m orosa r m o r a l se reservaban para el p rim er MiiÍKCOl.Ks d e cada m e s; pero en el segundo se trata­ ba d e A s tro n o m ía y d e .is / ro / o g íii; en el tercero, de la M a g i a , F ig r o m a n c d a , C .hirom a ncia y otras hijas d e la primera, pero n atu ralm en te con tra las disposi­ ciones diabólicas, hechicerías y to d o m aleficio hasta la fascinación, y en el cuarto, d e S ecretos n a tu ra le s V experiencia d e ellos. Poda la M ú s ic a , con las d ife ­ rencias de C antos y . /r m oni a d e las esteras, entraba en el p rogram a del p rim er .u ' k v k s ; en el del segu n ­ d o , la diversidad d e los In stru m en tos y el m ejor uso tle e llo s ; el C an to de la g u it a r r a al uso m oderno, en el del tercero, y en el del cu a rto , el C anto lla n o y los modos que h a y de é l , asi en lo d iv in o c o m o en lo profano. L a G eom etría corresp on d ía al p rim er viKKXKS de cada m es; la E s f e r a , al s e g u n d o ; la C o s m o g ra fía , G e o g r a fía , Labias v M ilp a s , al terce­ ro , y al cuarto, la P in t u r a y la P ersp e ctiva . F in a l­ m e n te , el s á b a d o p rim e ro d e cada mes se disertaba sobre las M a te m á tic a s y sus p artes; sobre la A r i t ­ m é tic a , F o r tific a c ió n y m o d o d e ju g a r las armas ( E s ­ g r i m a ) , el s e g u n d o ; el tercero, sobre A r q u ite c tu r a an tigu a y m o d ern a , según V it r u b io y otros, y acerca de edificios antiguos (. Irqu eo/ o gia ) desde X e m r o i l . y el cuarto, d e E s c u lt u r a , E sta tu a s y E s ta tu a rio s en lo pasado y en lo presente. C u an do el I.)r. M e d ra n o propu so este sabio plan d e A c a d e m ia s , y a la m onarquía d e F e lip e I V no se hallaba tan rozagante c o m o á los principios de su reinado. X ¡ la p olítica , ni las armas, ni la a d m in is ­ tración . ni la moral pública mismas se prestaban s i­ no á las más sérias preocupaciones. T o d a s las d ispu­ tas literarias habían cedido su puesto á las cuestio­ nes más palpitantes, c u c u y o s problemas se resolvían el malestar presente, las eclipsadas glo ria s d e la tra­ d ic ió n , la in certid u m b re del p o r v e n ir v la in segu ri­ dad He todo. Los grandes in genios habían ido des­ apareciendo por la muerte. L a pobreza tenia e n c o g i­ dos los ánimos más abiertos, y y a no era m o t iv o de ESPAÑOLA Y AM ERICANA. gen era l interes una sátira con tra C ervan tes y o l Q u i­ jo te , una com ed ia n ueva d el F é n ix de los Ingenios, un disparo en c u lto d e G ó n g o r a y A r g o t e con tra los poetas claros, ó una jácara festiva del gran T). F r a n ­ cisco de O u e v e d o V ille g a s . Las A c a d e m ia s habían acabado: habían acabado los señores opulentos que las fa v o rec ía n , los grandes poetas q u e 'la s a lim e n ta ­ ban . y va en sus últim os años L o p e d e V e g a se re­ sistió á to m a r participación n in gu n a en las pocas asambleas (pie tu vieron poetastros chabacanos, p o ­ bres d e e n te n d im ie n to , pobres d e corazón , y ruines d e igual m o d o en obrar qu e en pensar y sentir. L a decadencia litera ria lle g ó al p u n ió qu e puede colegirse del siguien te relato qu e A g u i l a r y ¡V a d o hace por p r ó lo g o de una d e sus obras : « Después de h ab er hecho este escrito, d ijé ro n m e algunos am igos; E n v ia d lo á M a d r i d , que e l h is to ria d o r no esco­ g e los asuntos : e l tiem po se los envía de la m anera que e l q u ie re . — Q u ed a d con D io s , les respondí, que h abrá en G ra d a s de S a n F e lip e otra s relacion es m ejo­ res que e s ta , s i bien no tan v e rd a d e ra s . que se vende­ rá n tres a l cu a rto . A tanta h u m ild ad m ia , respon­ d ié ro n m e h acien d o á mi corto talen to in finitos fa v o ­ res, ta n to , qu e m e d ijo uno qu e la dedicase á algún P rín c ip e : - ¡ O h , que m a l debéis de saber e l em b a ra ­ zo de esos señores.' d ijo o tro qu e debia conocer á -Madrid ; M ila g r o será que tengan lu g a r de le er una ca rta , cu a n to m as un escrito tan la r g o como éste : lo que h a rá a lg u n o , s i H ig a a sus m anos, será d e c ir : — ¡ M i r a qu é es eso. secretario! Y en respondiendo re la c ió n v p ro s a , d ir á lu e g o : Dejadlas, por mi amor, qu e será can sa da ." X o son de este lugar las graves consideraciones críticas á qu e se presta este estudio, qu e en suma no es sino un capitulo d e lo qu e algún dia será la H is ­ to ria de la D ite ra t u r a española, si a lg u n o se siente con capacidad y án im o para estudiarla y escribirla. Con to d o , qu ed aría in co m p le to el cuadro si aquí no añadiera qu e otra v ez hubo A ca d e m ia s en M ad rid en el s iglo sigu ien te, creadas por F e lip e V al patrón francés, pero no arregladas al g e n io nacional ni al im p ulso a c tiv o de los progresos modernos. Seniles desde su cuna, perseveran en perfecta in m o v ilid a d y las hace subsistir el e s p irito apático d e la decadencia presente, mil veces más ag ravad a que aquella que ponderam os ta n to , cuando to d a v ía en los últimos años de F e l i p e I V y aun de Cárlos II éramos dueños del m a y o r Im p e r io que los hombres han visto sobre la tierra. Jt'AN P kkkx me G r z M . w . VELl'T r.MRRA. Guarda la playa desierta Kl tminmtllo de las olas. K! vaso guarda el perfume , La lira guarda la nota; La bóveda carcomida Guarda el eco que la asorda . V basta del cadáver IVio La tierra guarda la forma. V yo . con haberle amado . Mujer bella cual no hay otra, V más que ninguna ingrata Por distinguirle de todas, I >e aquel amor tan inmenso Xo guardo ni la memoria. Kspejo pufo y brillante . One ajenos encantos copia, I lié para li el alma mia Mientras reflejó tu sombra , ¡ V el espejo nada guarda Guando la i mugen se borra ! M a m t i. nía I' \i a < ti» . AVERIGUACIONES. l ’ K’ l'Xíl N'TAS. 3t.4 l'A KM A ('f: u t i c o s ROMANOS. - Poseemos escritos del si­ glo II de la era cristiana, en los cuales se denomina sep/nssarn a los mercaderes que vendían drogasen la I /•/ S a c r a ; el mismo G a len o , médico de los emperadores Marco Aurelio y Septimio Severo, y a ta vez droguista, menciona repetidamente á los sefihsM trií en sus curiosos tratados D e simplieium medica mentar um /tu ut/a/ibiis, v D e Medicina, ; Por que razón los farmacéuticos ó droguistas romanos eran llamados s ep h ssa riit ; ( Jué-relación existe éntre esta palabra y la profesión de aquéllos? .7. / ‘eren. 22.1 Ill-Sí l HKIMII V i o IIK!. RlO DE t.A PLA TA .— A la vista tengo ilns historiadores argentinos, igualmente aprocialiles y arredilados honrosamente; pero el uno dice que el descubridor del Rio d é l a Plata fue Diego García , y el otro, que fué Juan D- de Solis : ; Ouién fué, en resumen, el descubrido) Je dicho v io ? — Buenos A ires , ~ Julio tS8o.— .1 lejnndro Rosa, 2 y * A T N A M A N I I A y A i . M A Z A N . — ; i la existido la ciudad de A /m iin u nlia . y e s , en efecto, como expresan algunos autores, la actual villa de Alunizan? listando situada esta villa de Alunizan en la antigua Celtiberia , ; en qué pasaje de la Historia antigua figura o se menciona esa ciudad de A/n im anti i .‘ Guien ha po­ seído el señorío y marquesado de Alunizan , y quién lo disfruta en la actualidad ?— (.'asino de A linaza» , I " de Setiembre de 1880. A nombre de varios socios, L tim Romeen. k'KSIM'KSTAS. I 1 l.l l'KAS DI CAMBIO. N o habiendo recibido todavía la copia ( y aun la esperamos ) de la prim era tetra ¡te cambio (pie el Gobierno francés presento en la Kxposicion de P permítanos el honorable Dio fue Thehusscm añ;n|¡r * 1878 á los que ya liemos presentado 'Moteros' a m erio rr"-08^ la historia dea q u ellos documentos de comercio ' ,s, acerca que en Francia existe, según el Catálogo de ¡a F , j .'r.anc¡al y. ' D - e l ejemplar auténtico de aquella prim era tetra*!?0" l,e E Lmpezamos por decir que el economista M. . Ca"iiig. atribuye .i los florentinos la invención de i;v{ ¿ 0,^ j ler' Gnccs do aquéllos, expulsados de Italia a ’A “ 5" ' L L s discorítu.’. CUan* Sueltos y gtbehnos , se refugiaron en Atnstcrdani d o n 1 Cnlre la letra de cambio para reintegrarse del valor de L j nae Wearon que habían dejado en su país. ‘ s Proptedade* Vcse, por lo tanto, que un autor francés niega nUP 1 , cambio haya sido inventada en Francia. * “ '*“ * « ' « r a d e Muratori afuma que en Italia se conoce la /lotiza d a ~ de mediados del siglo XIII, y sabido es que el céleb/ ""ó"0 des Iremóllense, publicado en I ’ q j . contiene un i-mtn.t 6 titula ; D e h u e r a camba. P • lü as( se Insistimos en que el primer documento público .JUe t Francia, de las letras de cambio es la Ordenanza Real de I ■a Ve" expedida en 1462, y e n cuyo preámbulo se dice: « (•„_ 'Uls-M, ferias 1p ir e s ) los metcutieres tienen costumbre de emnl° en *as liio s . todas to da s las las iiers onas d e d í a I m i i e r iestajo, s n I.......... os, personas, de cualquier nación óJ .e,ir . A Cattl™ * qlllte sean, pueden dar. tomar y expedir /ellees i/e , qutet país, con excepción de Inglaterra [excepD ta i J u o í T a Í pleterre 1.« ; Ouién explica los mol i tos de esa excepción, que textual™ te reproducimos ? ’4 iexlualmen. I na ordenanza de 1(>7.;, expedida por Luis X I V dictak gl.ts precisas acerca dei asumo. ’ 1 aba reI.uis X V I . queriendo poner remedio ,á los fraudes «ue « rimúan en la Bolsa de París con las letras de cambio laA* ntio por completo. ’ supn« I l u la época revolucionaria fueron restablecida^, por dec de la t ’oí, vención V i dona I . y en el (M ig o ,te Comercio ha« un libro especialmente consagrado á las letras de cambio. - n Resulta, pues, indudablemente demostrado que estos d mentíis se emplearon en Barcelona 1I,V}2| antes que en Frandá 11,4021. y es probable que existieran en Italia, como aseguran M111ai.n1 v M. Nougter, antes que en la Ciudad Condal. S i’ nr lo demás, extraño os que ni este último economista fran ces, ni su colega M. Garniel mencionen esa primera ¡Mea de cambio que se guarda en el archivo del Ministerio de lo Interior en Francia. ■o.4 F a k m a i i i t i c o . A la amplia y erudita respuesta dada por el Si'. D. Luis de la Cuadra en el m'itn. X X V I I de este pevindico, pudiera agregarse que el D i e w n i n o d e Autoridades l 1726-31)) no din cabilla a la voz R h n rm a d a . que luégo inserto la Academia en las sucesivas ediciones de su vocabulario, publi­ cadas á fines del siglo x v it l. r I N o será inonortuno, por la relación que guarda con el tema de que se trata, dar a la estampa copia de un titulo de Boticario expedido en 1755. LI original, (pie tengo á la vista, se halla escri­ ta sobre un pliego de papel sellado del Sello Drimero, y dice así: .-.NOS i.os D o c t o r e s D o s Jo .-i i- S i So l , d e l C onsejo de S. M .. su primer Médico y de la Kevna nuestra Señora, Pre­ sidente del Real Prot, - Medícalo ; Don Gaspar Casal, Don Joscf Amar y Don Andrés Piqtter, Médicos de Cámara del Rey nues­ tro señor, y sus Proto-.Médicos generales. Alcaldes examinado­ res mayores en sus reinos y señoríos de los Médicos-Cirujanos y B0/1•tirios. etc. : I lacemos saber como ante nos y en nuestro tri­ bunal pareció presente M a r t i n Jos El DE l k o i 'IKTA , natural de la \ illa de Nl irquina, Diócesis de C alahorra, que es un hom­ bre de buena estatura, con una cicatriz en el dedo índex déla mano izquierda, v pelo rubio, á quien por haber ejercido másele quatro años con Maestros aprobados, el A r te de Boticario y hécholo conocer por la información que presentó, recibimos á exi­ men en dicho arte y examinamos en la teoría y práctica en él, haciéndole qttnntas preguntas y repreguntas fueran conducente«, y por haber satisfecho a ellas con puntualidad le aprobamos; en cuya consecuencia damos licencia y facultad cumplida al dicho M a r t i n Jo s k f d e l 'u n r iE T A para que libremente, sin pena ni calumnia alguna . pueda usar y ejercer el mencionado A r le te Boticario, los casos y cosas dél tocantes v consecuentes, en todas las ciudades, cillas v lugares de los remos y señoríos de S. M., asentar y poner su B o lita pública cu ellos. Y del susodicho reci­ bimos juramento de que defenderá el misterio de la Purísima Concepción de la Virgen María nuestra Señora, de usar bien y belmente su corle, y de dar A los pobres las medicinas que pi­ dieren de limosna, lo que prometió cumplir. Por tanto, de parte del R e v nuestro señor, exhortamos y requerimos á todos y qualesqtiier su- jueces y justicias, le dejen y consientan usar el Arte referido sin ponerle impedimento alguno, ni que sobre ello sea vejado ni molestado, so las penas en que incurren los que se en­ trometen a conocer en ¡ni ¡«dicción (pie no tienen poder para ello, v de diez mil marav edís para la Cámara de S. M . ; ántes le guar­ den y bagan guardar toda- las honras, gracias, mercedes, fran­ quezas, libertades, prerogativas é inmunidades que á semejan­ tes Maestros suelen y deben ser guardadas, haciendo se le pa­ guen qualesqiiier maravedís y otras cosas que por razón de su arte le fueren debidos. ^ declaramos que el susodicho ha pagado el derecho de la media ¡innata. Dado en Madrid a 3 de DicietUbre de 1755 años — D e. Joseph Suñvt— D r . Cuspar Casal — Doc­ tor jo s e p t A m a r D r . A mires Pi./uer. - Yo Baltasar Fernandez, escribano publico y del Real Proto Medícalo, contó teniente del Secretario propietario, este ‘Pitido y licencia hice escribir de acuerdo de dichos señores Proto Médicos que lo firmaron, y M signé v firmé. Rubricaron lo- Lxaminadores Lope, Sedaño y l.eoi|.= I n testimonio de verdad. B alta sa r Fernandez.* lio circular sobre oblea con las armas de Fspafia y leyenda ct cular Ft R e a i . I’ k o t o M i :d k a t u . ) Poseo otro documento, original también, que por hallarse IR gado y prestar algún interes al anterior citaré en este "'F A .* h>s treinta y dos años de ser el M a r t i n Jos k e de I Maestro de! tu te de B olita n o , se le antojo ordenarse y 01tu dispensa sapee 111 o iinit/ue ii regn/ari/n/eper enm f * exerii/10 1 < /ir iir/i.s DÍartnncopolir r/uiimoi/o/ibet contracta . Ha lá m'1 , stanti....pruno cterien/i cuntí tere...., etc. Hsta licencia [tara qu ^ ^ expresado boticario pudiese recibir las sagradas ordenes se ' lia escrita en latín, sobre excelente vitela, y expedida ¡1_n° de Hipólito Antonio Mareri, Nuncio y Legado del 10 , en v el año' uvt tlécimoiercio de cu su i’vu*......... pontificado, be dirtg ^ • i«'1 V* I , vil .» iiti' iiiu'i.vu.n/ uv. a» obispo de (.'alahorru, lleva la data en Madiid á 7 J jc 17X7, las firmas de .V. D. Antonias to p es Sam hez de Chave- > .1/. /hum illa ( ?) t'oi/ina . l/A., y un sello sobre oblea , cuja y empresa no se distinguen. _ , , r..io r de Volviendo ;i nuestro tema, creo, con el discreto colabor ^ la I l.i « i K A U i'N . que ni las Farm acias ni las O ficia"*ja’ ,-ca, ticas ni los Laboratorios anímicos, etc., destruyen A la . |a Y esto, según mi entetuíer, no por la lentitud con que c " , ‘ J8 instrucción popular en l-.spafia, sino por otras razones ,tnmdia para expolio cu este lugar, y que quizá manifestaré a le. en un trabajillo especial consagrado al delicadísimo nia de los caminos de nombres en los cargos, ofiu >1 q-V|g. lies. Mfi/iiia S iitin ia , último t/e ,7libo de 1880. LI. Id >si:.M. Ln el niím. próximo t porque en el presente 11 >hay aprovci liando la oc.isioii de contestar .» la pregunta - jj o X X X 111 LA 1L U S T KAO ION E S P A Ñ O L A « O M A S O S , que nos .dirige el Sr. D. K. Pere«, ile C'âU¿0t*c'o> -moj :il lectoi algunos dalos relativos à l..s a/iolhhaji*1ofreie,t. .. ]„* hot:: trios españoles, á los sefilassaru routa- r^<írf CT c.' n0S,eK", M|(. K l suscritor D. ,1. I. A., de Sanificar de Bur,6â, «os remitela respuesta que ?igue: ’ ittica acreditada en e-i:i localidad clocar un lnie.-o ♦ E* U 11. / .„¡meras horcajadur.is del i ronco de lo- arbole? •miniai en ' ¡¡«pedir une suban lus hormigas. He visto praetîWB'leS'Pjloesia 'sencilla • peraci n. y fácil es lincei pruebas. earcoj1ex ^ eficacísimo revestir ima zona del trunco. en 1 - Ia ».Vieni-1 t|t. ¡¡z-l n ulva i ierra lina. << con cernadas di­ su circuì’ e i rlia . pprquc secándose Osta, queda adherido el polque ^'Tcual in'l'idc subir a las hormigas, y hace caer a las..... Gtr0 Hsirado suscritor coniesia así: ,,ue se ir.ita d e la - liurm ig a s p r o p i a m e n l e t a l e - \ de . * T > ¡ , ,io d e la- h o rm ig a s blancas d e los países in l e l tr o p ipuestro P‘ .,|ui„)a - con l o - n o m b r e s d e coiueiu cu A i n t i i caleS’ .COV¡rw.í r c n f i l i p i n a s , núes a l g u n a - d e e l l a - caii-un .i los f 3 ,1 | 1 perjuicios d e c o n sid e r a c ió n . p e l o n o solí li. n u i g a - : ni rege™ 1 „ n e . en los países c a l i d o - , d e s p o j a n d e n d i- s n - Im dé»<lue ‘ je, ; , 1 ¡irliol mas f r o n d o s o , o c a s i o n á n d o l e los daM Cn>iísieu¡eiUe-- Kn tal c a - o . p u e s , os d e c i r , tratán d os e ñuiC° t e ae l a - e s p e c i e s d e h o r m i g a s c o m u n e s d e nues tr o p a ís , et®?" > .¡rsc que no se c o n o c e m e d i o a l g u n o -en. il b . v d i c a z de irles sus paseos por la- jilanlas : pero que lamo.... hace la1 "E " le. poique la- hormigas no causan daño a b - vcgciale-, W¡ rn¿nos llegan á hacer perecer á tos árboles . como supone la P^gt-cierto estl, ¡deadel perjuicio-le las hormiga- á la- planestá muv extendida entre los agrieuhores poco ilu-tiado-, y "*.* antiguas obras de Agricultura se proponen diver-y-mc‘ra evitar que súban las hormiga- a los arbole-, ninguno áellos eficaz : pero boy dia . en ludas la- obras de Agí indulta ' m í a s con arreglo a los conocimientos modernos , -c prescinde 1 5 U pues la j lisiar ia Natural ha enseñado que la-hormigas. I subir á los arboles v a las demas plantas, van casi -icinpre en busca de los pulgones, veril.uleros causantes de la muerte de éS»Examinando con cuidado un vegetal que se vea frvcucnud" nor las hormigas. no lardara en encontrar-e en mis tallo- tiernos, ensus hojas ó en otro- puntos a proposito los pulgonc-. a teco» muy dimintÍB's. une -e alimentan de los jugos de la- plantas, v oue segregan un lu|uido azucarado que e- loque buscan la liormfeasfv que 1c- agrada tanto, que se la- ha vr-io alguna vez trasportar pulgones'á la? plantas próximas á su hormiguero, pa­ la que no les fuera molesto el viaje que ejecutaban con Ircouciicia á la distancia en que estaban dicho- insectos. »Como todo esto e- Ir y dia indiscutible y. se halla en cualquiei obra de Zoobgra mcdiaiiamentc exien-a . eren, Sr. Director, ex­ cusado aducir pruebas en «poyo de las afirmaciones aiueriorme.ute expuestas.- En Sus.ri/jr. » También el suscritor Sr. I). Bonifacio Ramírez Moreno, de llerrin de Campos, nos escribe, con fecha 2 .; de Agesto, si­ guiente : «Al girar, después de algún tic upo, una visita aun jaidi licito que poseo extra-radium. piule apreciar que un ncral joven habiu envejecido: su corteza, áiues lustrosa y lina, la hallé a-pera y costrosa, y las ramas y hojas habían perdido su b>zr¡ía y verdín natural. Observándole con atención le vi acometido de infinito número de hormiga-, que á su antojo subi.in y bajaban a lo large del árbol. Instantáneamente pensé en el riioilo de exterminar aquellos insectos, y vino á mi mente el proyecto de hacer ti-o del aceite común en la" siguiente forma : Arrollar Inicia la mitad del tronco una grue-a torcida de algodón, de longitud bastante para daf cuattu o rinco vueltas en espiral, y con una distancia entre jfdédosceniiiueiTos. empapándola previamente en el antedicho liquido. ¡Cual no seria mi s,.rpre-a. cuntid 1 al siguiente dia la gheontré plagada de aquellos insecto- muertos ! 1-1resultado no pudo ser más práctico. « Otro resultad" igualmente práctico lia obtenido por el mismo Stocedimienti» el Sr. I). be lenco l ’agé- y (libe, de Rupia |(»erona i, quien escribe con íeclia 24 de Agosto : »Con el (mico objeto de prestar un servicio ¡i la Agricultura. \ l-> r.\ \ Uii.-ío axrad.ihki t,m- it im n 1■■ m |»ar.i hacer ili:sa|Mii-ivr l.i Ililis, l.i íIciiiii» V lus lumi,1res Por |„ i|iii'||¡imIimís y cura la riinsli|i,ir¡nn.|)i'|iositoen Irisiirmnii ili-s »"' k »- h" ÏSPAS.l.,1,' CÜIUy *le las AMfcKlBAS. ■--------------------- ^ ---------------------- ROLLET FRERES, LACROIX et O Especialidad en máquinas para (M edalla de oro). 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Luis Pon v Bonel. premiada por la Real Sociedad b.conóniica Mallorquína de Amigos del I’ais, en el concurso público abierto por dicha corporación en Noviembre de 1X70. 1Palma de Mallorca, i.sxo, tipografía de Pedro I. (¡elaheri.i Recomendamos á los viticultores la lectura de la Manon 1del Sr. Pon. basada sobre los anteriores trabaji>le h - 'Se-. ( iraells y Mirct. cuyos e-crito.- hanheéhu.tanta luz -• bre esta importante cuestión. M. I!. RECO M EN DA DAS. P i e r r e HAFFNER ¡j 1 0 y 1 2 . P a s s a g = J o u ffr o y . BEL'VALLETTE hermanos. — Sin competencia posible. Fábrica de carruajes. — 24, Avenue des Champs E ly­ sées, París. (M edalla de oro ex 1867.) A iniacin de la >.. i t,i . 11 .!///■ /.' de - ••..ito¿ mutuo-, autorizada por el (¡obieruo en Real orden de 1 1de Octubre de i-Sj.S. v l oiistiuiida legal .nenie en Junio de taño. ( Madrid, imprenta de / ¡ ( i ’rri'.'fitiiltirii. :u </c /{'p tiht. Pieiede a este trubajo la discreta JIrtiw m redactada \ leída poi el Secretario déla Sociedad. Sr. limeño, en la Inula general celebrada en el Conservatorio de Música para «lar cuenta de los trabajos de la temporada de i.Sjq-tSXp. 1.a v c /N/im'. Jrfís/itit-J/tt'nifi/a-Htinci.i un c.ert.irnen para premiar las dos mejores obras musicales que se nre-euten. escritas en forma de mótele coral á cuatro voces.-de tiple primera y segunda, tenor y bajo, -in acompañamiento ¡nsirumeiual. adaptadas á la letra de un cántico á Santa Cecilia. \ Pídase el programa al Presidente. 1«. Manuel Alaria de Santa Ana, Mayor, 120, Madrid.) CASAS D E P A R Í S Ijl 1878.— Exposición Universal de París.— 1878. LI15ROS PRESENTADOS COMISION-EXPORTACION. todo Hierro i ta F.nvio del catálogo ilustrado à quien lo pida en carta franqueada. 2, rue Fiéchior, Paris. COFRES-FORTS AM ERICANA. creo oportuno manifestar que la experiencia me ha demostrado | que el remedio para evitar que la hormigas suban á los arboles es muy sencillo y seguro.:—Consiste en rodear el tronco del tru- | tal de un prn-u de lana sucia . á distancia de unos ocho centíme­ tros del suelo, tintándola con aceite de olivas hasta que este bien I empapada. y repitiendo la operávion. sin cambiar la lana, siem­ pre que desaparezca el aceite por causa del sol, lu lluvia ■el pol­ vo, etc. «Aunque el .nene reblandece algo la corteza del frutal, éste no sufre ningún daño, siendo aquél de olivas, como queda di­ cho; 1.. cual no sucedería -i la lana -i- empapa-r en petróleo ñ otra sustancia oleaginosa, vegetal o mineral, demasiado fuerte. «Siempre he usado de este sistema en lo- trescientos frutales que tengo en la huerta, y ni tina sola vez me ha dado uval resul­ tado. -in que tampoco le haya dado á muchos agricultores y hortelanos que. por mi cun-ejo. lian empleado el mismo re­ medio. » Para concluir, propondremos monteo.- un remedio tan sencillo como el anterior: rociar el tronco dei árbol con una disolución I no muv cargada ) de pni isa caustica, v .-1 no se bailase a mano esa sustancia . con agua 1le jal mui IInstará esto, do- 11.tres días icpcliilo. para que de-upare/i .111. lio solo la- hormigas. sino los pulgones, las orugas pequeña-, etc. 17.■' Al t Muv vi'i» i'i ni ico. 1-1 Si D. José Zellei, -uscritor, contesta lo siguiente : » Recuerdo haber leiilo un artículo -obro t—te asnillo en la (<’./ir,’ 1 /adusta hd; v bojeando la colección, veo que aparece insecto en el ni'iuiero 14 de i.syt), png. cii Según este articulo, los apa­ ratos de lo--Síes. Maiiiig v Mvnzson los más convenientes, no solamente para alumbradlo de méiios de loo luces, sino también para una lias nía-, lie hablado con un -eñor lubricante de Barce­ lona . que lia instalado dicho- aparato- cu la fabril a que posee en l oiello. v afirma que está muv satisfecho de -u ¡nsi ilación. KD. luán \ i1a v Jo.vé. Medice también que puede emplearse cual­ quier petróleo brillo v desperdicios oleosos de toda clase, y que lo? 1on-iructote- lienen un rcpio-enianie en Barcelona, que eM l’eri in de Üizv. » bu un m'nucro próximo no- •■ctiparénios . n alguna exteu-ion en examinar este importante asunto. K. M a k t t m -z in \ 11 \stc.i, ADOLFO E W I G , único agente en francia . de San Eustaiyuio). Y de C H AM PB ARO N CONTEMPORÁNEA. P a r ís , 30, ru é de P r o v e n c e , P a r ís Este producto maravilloso, sin rival y completamente inofensivo, borra las arrugas mas rebeldes y da al culis la frescura y e! aterciopelado de la juventud. A lfredo «lo San Sebastian. ESTERILIDAD DE LA MUJER Constitucional ó accidental, completamente destruida con el tratamiento de Madame L a c h a p e lle . Consultas todos los dias de 3 á 5 , r u e d u M o n t h a b o r , 2 7 , e n P a r is , cerca de las Tullerias. NEURALGIAS con las Pildoras Alili- 1 Neurálgicas del 1Licteur C R O N I E R , Paris.— Precio en Paris : 3 1rs. la caja. — Principales ¡■'anuncias. ASM A Todos los médicos aconse­ jan lOS TlllMIN I.CVMNMCIir contra los accesos de Asma, las Opresiones y las Sufocaciones, y todos con­ vienen en decir que oslas aireaciones cesan ins­ tantáneamente con su uso. T e so ro del Pecho PATE DÉGENÉTAIS TOS, CATARRO, BRONQUERA, OPRESION S r encuentra en I. s buenas farm acias do America neuralgias ; Se curan al íns­ tame, con las Pildoras %ni¡.\ i-u iiilgieoN del Ductútir CHONIEK. — Precio en París: 3 fr. la caja. Exíjase sobre la cubierta do lu cuja la Urnia cu negro del Doctor C l I O . V I l l i l . P n r ú , L E V A .S S E L K , p/»««, 2 .’S, r . ,1,- (<« I f o n » i f < i e , y en las p rincip íales ¡''a rm a d a s. llirn -o , 2. ed itor. segundo, M.vmtlf. OBRAS IWBLK'ADAS, Be I. (J k TI-h.A M i 'MI.I.A. /.a (.'marni (seguit­ ila edición, adicionada ñor el autor con los cuen­ tos Cuatro paisajes, M i P rim a Antonia y E ! 4.444). Precio, 10 rs .cn toda España: S o r L u cila , con­ tinuación de La C ig a rra , S rs. en Madrid y 10 en prov incia.-. Be J-.MH.lo Zoi. V : f'n a P àgina de am or; pre­ c i " . 5 rs. en .Madrid y b en provincias : X an a |iralucida al castellano de la 80.» edición francesa i; precio, 12 rs. en toda España los dos tomos. Be X a v i l k d k M o n t i í i 'IN : E l Médico d é la s /<" as 1tercera edición |; precio, 12 rs. los dos to­ mos. bistri próxima á agolarse. Be ( t i i i i .i .Ek m h ( •i, \ i :li : L a Escuela d e!g ra n inundo; prec io, 8 rs. en Madrid y 10 en provincias. Los peti ¡dos, acompañados de su im porte. de­ ben dirigirse al editor. 1>. Al.i'KKDO til: ( '. I I i f i í K O , San Sebastian, 2. segundo, Madrid. 1U X X X 1 ÏI ELAGUA^SUEZfD0L0RES4 UELAS y por consiguiente, la aerificación y la extracción. — hl análisis lia probado que este agua no contiene ácido alguno. ni ninguna sustancia tóxica. metálica o narcótica. H] AGITA Tvt> S U E Z , hilo verde, empleada como dentífrico diario, e- la úna a y W,/ que ha resuello el doble problema de la supresión de la odontalgia y de la conserva, ion de la dentadura. I a ® anaranjada de Suez asegura su blancura sin ningún peligro.— El Vinagrillo lácteo de Suez , para el tocador, destruye la causa principal del cáncer en la mujer; pero es preciso tener muE* cuidado en no usarlo como dentífrico. porque todo ácido corrompe el aliento v pone amarillos los dientes. que acaban por desesmaltursc y caerse.— Dirigirse a M. S U E Z 10 r c i A.npcre, Parts.— Depósito en Madrid, en la BOTICA de R . J . C H A V A R R I , Atocha. 87. * ’ rue Ue POLVOS deCANDOR CHAMBRES I.os P o l v o s d e C a n d o r , sin rival, compuestos de materias balsaminas, dejan muy atras a todos los productos similares empleados hasta e l día. I.os P o l v o s t l e C a n d o r loldllcati, refrescan y blanquean el culis, que mantienen en un estado coimtaulo de belleza ,\ de freseura, y -e imponen a las damas para la conservaeioii <lc su .juven­ tud, por la higiene, que latí mal librada sale de las pastas y afeites de todo género.— No nos es­ trada, pues, que el Doctor UlCUKH. de la I acollad de Medicina de París, afirme en su dictamen que los P o l v o s d e C a n d o r o t a n llamados ¡1 rem­ plazar toda clase de polvos do arroz, y merecen el eslraoi'db.atio éxito que bao alcanzado. a fro s A rticu la s <1 .e recomendé/otos A C E I T E d e C A N D O R , hecho con Ib.res naturales G R A N F A B R I C A D E M U E B L E S SALLES O COUCHER P A R I S — 7 1 . F a u b o u r g S a i n t - A n t o i n e . 71 — P A R I S MANGER E m b a l a d o s y p u e s t o s e n la . e s t a c i ó n d e P a r i s , 5 • » d e a u m e n t o ¡ H IE R R O B R ly ju H [ G0TAS « » » « « * » * , D. HIERRO BRAVA.» ' 1 E/ mejor Iónico que exista. El raoontM #.. 'por escelencia en la Anemia inrí!^!!uf ^Debilidad,/* P o 8 trao io n ,/¿ E jS «S S fia Pobreza de Bangre, ato. Ua£lt —« j . Qlltp” G“ , enPiris, 43, r. LiluelU, j »j t»4u a I ncpositarini tn. Madrid rVlcenU M0~„„ I K U-rnSndM. KorrO y M¡.,u.l , q «q«al;TI i »• Sanche* O ^a sV n h S S S o í S Í L Vario* llturrun. Aleare* V G«ro|V v ¡- ? JO* '*•▼1 FAI FAUTEUII mitNI MdtïaCNF O 6a f ESENCIA de OLORES c o n c e n tra d o s . C A S A AI. l'OIt M A Y O « : o Félix HANENT, Ummico, CU, rué Poutaine-au-Roi, FAKIS C REME-ORIZA p . n » IO S LETS e NO MAS TINTURAS PROGRESIVA» m . A v r o « . _______ c a b e l l o s ¡i^ ^ A N D .P W F U M Í û ‘ rnisseur de plusieurs Coi D E L “ ' R " r ST HONORÉ■ P^l D U L IU K James SilIT H SO N Para volver inmediata­ mente à rabellos y à 1» barba su color naturai eu todos matices. 13S ' ST H O N O R E C A S A Tintura no b » . , 3Ídad de lavar la cabeza m ^ g( ni después, su aplicación e cilla v pronto e l resultan ■ mancha la piel ni daña la ° ,___ fri .rfuiaerves 42, Faub- S t-A n toin e, 42 P A R IS /Oxj MOSAICO NOLLA MUEBLES y TAPICERIAS *>/r - Cata L, LEGRAN D pf £*£!,.L París, y en R O L L L. MULLER, AUDOYNAUD aillé&C Con esta L a caja completa E-ta incíimpa able preparación es i i ntnos-i y so lumia con facilidad: da frescura y brillantez al cutis, impide que se formen arrugas en él, y destruye y hace desaparecer las (pie se lian formado ya, y con­ serva la hermosuia hasta la edad mas avanzada. e ie las p r in c ip a le s r e ¡ c ü fe a r e n .'t e s P A R A DAMMI:.NEOS. C a b a lle ro de é p o c a s . G r a c ia . rias de América. \JUVENTUD I EXTRACTO JfimTTTTTIIITmimiTIITI ! EXPOSITION UNIVERS"0 1878 1 RIGAUD & Ca, Perfumistas (E l è- E . C O U D R A Y Recomendada por las Celebridades medicales de París: PARA TODAS LAS NECESIDADES DEL TOCADOR = parís f á b r ic a |j 13, rué d’Enghien, 13 parís | A g u a AGUA ANTIPELlCULAR DE BAYLE POMADA ANTIPELlCULAR DE BAYLE d e / de g a n a n g a A c e it e de ,K a n o n ip a , 1,laraa<?°nl a ™™(u u cm v—* S—j * o 9 le ra ; hermosea y hace crecei ios cabellos,previene su caída y les comunica un olor delicioso. J_ a b ó n de iK a n a n _g a , __ r ^ %<> — u n AxiÉPBÉLiqrE — pura a mezclada oon agua, disipa PEG A S , L E N T E J A S , T E Z ASOLEADA S A R P U L L I D O S , T E Z BA RR O SA X» A R R U G A S PRECOCES C« \m°.ArE F L O R E S C E N C IA S ROJECES - el mas mas p e r fe c t o de jabones de locador; conserva al dis su belleza, aterciopelado, su frescura y su trasparencia. P o lv o s de .K a n a n g a , blanquean la tez. la preservan del asoleo causado por el ‘ .... sol a el’ vicino, dan al culis el blanco mate tan buscado por las parisienses. aiimimiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiimijiiiiiiiiiuiin L e c h e de f ia n a n g a , CARNE y Q U IN A contra las pecas, la coloración de la piel El a lim e n to asociado con el mas precioso do los tó n ic o s . y el paño del embarazo. VI N A R O U D a u QUI NA Los S rrs. R I G A U D y C 1 so n ig u a lm e n te lo s fa b r ic a n te s d r lo s n a r r o s p e r fu m e s , C h a m p a c c a d e L a b o r e y M é l a t i d e C h i n a , t/ue ta n [irá n é x it o ha n a lc a n z a d o en la E x p o s ic ió n l n i v e rsa l d e P a r í s d e is ~ s . y con todos los principios nutritivos solubles de la CARNE Tísicos, anémicos, convalecientes, ancia­ nos, niños débiles, personas delicadas, sin apetito y sin Tuerzas, recu rrirá esto Devuelve el apetito, facilita las dlgesliones, disípalos vahídos nerviosos, ToiTiflcay recons­ tituye la economía. Precio : 5 Trancos. P o r ¡nayor en P a r ís : En casa de J. FERRÉ. Farmacéutico, Sucesor de AROUD 102, rué Richclieu, 102 Y KN TODAS l-.VS KARMVCIVS / rL A LECHE ANTEFÉLICA Nuevo y delicioso perfume para el pañuelo, adoptado por la sociedad elegante. Depósitos en casas (le los principales iVrfumistas, 3 Boticarios y Peluqueros de ambas Am ricas. 3 F O R T IF IC A N T E P O R E X C E L E N C IA Deposito general ; 23, RDE BEAUTRE1LL1S, PARIS. < K a n a n g a es la loción mas refrescante que pueda imaginarse para los cuidados del culis y del rostro; vertida en el agua destinada a lavarse,<Ui vigor al cutis. Lo blan­ quea y suaviza dejándole un perfume delicado que aprecian las damas mas elegantes. cE x t r a c t o PRODUCTOS ESPECIALES T ÍT u BAYLE Coli tra . P e líc u la s , B a r r o s , Comezones, la c a íd a d e l c a b e llo y su descoloracion. LACTEINA se vendeV de P e l l e : a . F r e s c u r a , B r illa n te z . PERFUMERIA ESPECIAL = = TABON de LACTEINA. pan el I n.br. E CREMA y POLVOS tle JABON de LACTEINA rara la tarta E S POMADA a la LACTEINA para el cabello. = í COSMETICO a la LACTEINA pira alisar el cabello. ; AGUA de LACTEINA para el tocador. — ACEITE de LACTEINA para eiuteUc r el cabello. = ESENCIA de LACTEINA para el pafiurlo. K POLVOS y AGUA DENTIFRICOS d- LACTEINA. 2 CREMA LACTEINA llamada rase del cütis. E LACTEIN1NA para blanquear el culis. = FLOR de ARROZ de LACTEINA para blanquear el culis- E LIRIO Contra ■ A r r u g a s , Pecas, B o c h o rn o , P a ñ o , Empei­ n es, G ra n o s , S a rp u llid o en e l ro stro , y para dar al cutis, P A R IS , 8, RueVivienne y 47. Avenue de l ’Opéra, P A R IS L E S PLU S H A U TES RÉCO M PEN SES de ¡B E L L E Z A 1 QUÍMICO, CAtlALLKRODKLALEGION BE IIONOB. KANANG AM JAPO N nnmniniiTTìnmiTma | Médaille d Or j&jb CroixueChevalier! = ~(>, M ad rid. CALLIFLORE FLOR de BELLEZA ■ b Administración - GRANDE-GRILLE. Alecciones U n fa « « * ¿ enfermedades d>- las vías digestivas, d e n b . 3 v del bazo, obstrucciones viscerales, cal biliosos, etc. in v is ib le s . Por el nuevo nimio de . m picados estos polvos __ comunican al roslro una inaravillosay delicada belleza y le deja un pciTunie de esignisila suavidad. Además de su color blanco de una pureza notable, hay \ matices do Raeliel y de Rosa, desde el mas pálido basta el mas subido. Cada cual aliara pues exactam en te el color que conviene a su roslm. E n l a P e r f u m e r í a c e n t r a l d e A C M E I , 11, r o e M o l i è r e y e n l a s 5 Perfumerías sucursales que posee en Paris, asi como cu todas las buenas perfumerías. R e s e r v a d o s Lodos lo:, d e r e c h o s d e p r o p i e d a d a r i i b l i c a y literaria, PARIS, 22. Boulovard Montmartn HOPITAL. — A lecciones de las vi. ^ / , gc,„at>opesadez de estómago, digestión tillicil, i v lencia. gastralgia, dispepsia. c e l e s t i n s . — Alecciones de .iosI rlñio n ^ de la vejiga, gravóla, cálculos urinarios, g diabela, albuminuria. h a u t e r i v e . — Afecciones de los r W o n e y de la vejiga, gravóla, cálculos urinarios, e dlabeta, albuminuria. EXIJIR el NOMBRE del MANANTIAL sobre IaCAPSULALo s producios arriba mencionados. se en M iitlriil: Josó María M o ren o , 93, calleM i y en las principales iarmaclas. M A D R I D . — Imprenta, cMco-otipia y Rulvau«iplabti.i de Aribau y IM 1R L .30 K L S 1-h CAM ARA DC » M. C , a , su ce s or es d e R i v a d t n c y 1* » ^