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REVISTA
DE
BELLAS ARTES.
CRÍTICATEATRAL.-PINTURA.-MÚSICA.-ESCULTURA.-ARQUITECTURA.
s
piracion en el arte cristiano. Empezó sus estudio
en la misma capital, ejecutando dos frescos bíblicos,
que se titulan «La esplicacion de los sueños de
Al ocuparnos de la pintura religiosa en el exaFaraón» y «José dándose á conocer á sus hermanos.»
men critico de la Exposición nacional de Bellas arEn 1817 salió de Roma para volver á Alemania, y
tes, trazamos á grandes rasgos su historia en los
después de haber dirigido durante algún tiempo la
tiempos que alcanzamos, indicando los orígenes del
Academia de Dusseldorf, obtuvo del rey de Baviera
neo-clasisismo alemán, fuente principal donde aquela dirección de la de Munich.
lla ha intentado regenerarse. Aunque en la ocasión
Puede decirse que Cornelius es el pintor de la
mencionada emitimos nuestro juicio sobre la con diCruz y de la Biblia. En el museo de escultura de
cion actual y el porvenir de ese género pictórico,
Munich pintó el «Cristo de la Cruz» y «el Juicio fiteniendo en cuenta que la pintura al fresco, que es
nal.» en cuyas dos obras se advierte que el artista
la manifestación mas característica de esa escuela,
se ha formado en la lectura y meditación del Anticontinua cultivándose en Francia y en Alemania
guo Testamento y de la Divina Comedia; que Moicon éxito, mientras en Roma se la emplea con presés le inspira y Dante le instruye, y que ha creado
ferencia á otra alguna en el embellecimiento de los
su personalidad siguiendo la senda de los Cimabué
templos, no hemos vacilado en reproducir el siy de los Giotto. A veces fué á buscar la inspiración
guiente estudio que, con relación á Cornelius, jefe
en Homero, habiendo representado la Iliada en los
verdadero del neo-clasisismo, después deOwerbeck,
frescos de la Glyptoteca de Munich; pero Moisés y
ha escrito una pluma autorizada y competente. CoDante son sus poetas predilectos.
mo nuestros lectores advertirán, aunque el objeto
Sus pintores no eran ni Rafael ni Rubens: la esdel trabajo que les ofrecemos parece no ser otro sino
cuela de Munich no reconoce ascendientes, y ha
juzgar al eminente pintor cuya reciente muerte llovenido al mundo después de un largo eclipse del arra el arte, encierra una apreciación perspicua del
te alemán. La escuela de Munich, que, más bien
renacimiento neo-clásico, y en este sentido no será
que al mérito de la ejecución y de la forma, aspira
infructuoso el darlo á conocer á los artistas y afiá la gloria de la inspiración, significa en pintura
cionados españoles. Dice asi:
respecto de los alemanes, lo que en literatura signiEl arte cristiano acaba de esperimentar una dofica la escuela de Alejandría respecto de los griegos;
lorosa pérdida con la muerte de Pedro Cornelius, el
apareciendo después de una gran época cuya vitaliFra Angélico de la Alemania moderna. Francia ha
dad había concluido, de un período casi borrado de la
tenido á Ingres y á Delacroix, dos grandes pintores
memoria de los hombres, después, en fin, de Alberto
de historia y de mitología: Alemania ha tenido á
Durero, de Holbein y de Cranach. Esa época es tan
Cornelius y á Owerbeck, dos pintores de inspiración
remota para Alemania, como para ios griegos de
maravillosamente cristiana. Adviértese en CorneAlejandría era el ciclo de Esquiles, de Sófocles y
lius riqueza de imaginación, profundidad, delicadede Aristófanes. A la manera que la escuela de Aleza de sentimiento: su ejecución es atrevida, su majandría trató de renovar las letras, la escuela de
nera grandiosa. Owerbeck tiene composiciones llenas
Munich ha querido renovar la pintura: nótase en
de gracia, de sencillez, de delicaaeza, de corrección
ambas idénticos conatos , iguales tendencias resde dibujo: Cornelius y Owerbeck representan los
pecto de la antigüedad: Munich adora la edad meverdaderos artistas católicos de la edad media; el
dia como Alejandría rinde culto á la caduca mitogenio de su escuela es la inspiración religiosa.
logía.
El más célebre de los dos esPedro Cornelius, quien
Así, pues, el centro princi])al del arte alemán
durante la época que fué director de la Academia
contemporáneo es Munich; del mismo modo que
de Munich, disfrutó el monopolio de todas las pintuWeymar lo es de la literatura. El rey de Baviera
ras de los palacios y de las nuevas iglesias de la cahabia repartido entre Cornelius y todos sus amigos
pital de Baviera. Habiendo salido muy joven de
Dusseldorf, su pueblo natal, recorrió las orillas del alemanes de Roma la Glyptoteca, el Jardín de la
Rhin, inspirándose en los últimos restos del arte Corte, el Palacio Real, el Odeon, la iglesia de San
bizantino y de la antigua escuela pictórica de Luis, la iglesia Evangélica y el Palacio del príncipe
Colonia. Fué á Roma, á la patria de Rafael; pero Max, á fin de que los embellecieran. Cornelius y sus
abandonó muy pronto la escuela de este maestro: compatriotas se consagraron en cuerpo y alma al
que el arte pagano le asustaba y solo hallaba ins- estudio de la historia profana y sagrada, de las crónicas locales, de las crónicas griegas, de los poetas
NüM. 30.—28 DE ABRIL DB 1867.
EL RENACIMIENTO NEO-CLÁSICO.
M
234
REVISTA DE BELLAS ARTES.
trájicos, de las tradiciones y el romanticismo, de la
poesía moderna, y reuniéronlo todo para crear un
nuevo imperio de formas, de figuras y de colores.
En la Glyptoteca (Museo de antigüedades) ha pintado Cornelius los episodios del primer poema de Homero, la Diada, ó sea la guerra de Troya. En los salones de la Residencia, Schwanthaler hace lo mismo con el primer poema de Hesiodo, la Teogonia, ó
expedición de los argonautas. Hess pinta los techos
de la iglesia Bizantina, reproduciendo escenas del
Antiguo yNuevo Testamento; y finalmente, Schnorr
adorna los salones bajos de la Residencia con grandes asuntos tomados délos Niebelungen, del primer
poema de la Germania.
Mientras que el Museo de Munich se poblaba de
obras maestras de la estilaría griega y se transformaba en el Pecilo délos antiguos griegos, Cornelius
trazaba en sus muros las escenas del Olimpo pagano;
en las galerías de la Pinacoteca (Museo de pinturas)
donde están representadas todas las escuelas, pintaba veinte y cinco logias, cual en otro Vaticano,
y escribía con su pincel la historia mas ó menos
completa de la pintura, empleando para cada época
el estilo que en ella había predominado; así pasó sucesivamente de Giotto á Caraccio, de Rafael á Pablo Veronese y á Rembrandt; aunque no afirmaremos que Rembrandt y Veronese se hubieran reconocido en aquellos frescos.
Sus cartones, destinados á la capilla Bizantina,
fueron compuestos para pintarse sobre fondodeoro,
á la manera de Cimabué y de los primeros pintores
de la era cristiana. Supo imprimir á los frescos de
la iglesia gótica de San Luis el carácter sombrío y
la exaltación misteriosa del catolicismo, y logró dar
vida al antiguo arte cristiano entre los modernos
panteistas. Cornelius no fué solíimente pintor, sino
arquitecto, escultor y grabador; los grandiosos edificios que actualmente forman la gloria de Munich
fueron levantados con arreglo á sus planos, ó á los
de los prácticos elegidos por él; y Munich le debe
esa pléyade de estatuarios que no hallaba en Alemania ocupación suficiente para sus cinceles.
En 1825 pintó su famoso fresco de la conquista
de Troya; recibiendo en premio la orden civil de
Baviera, que le otorgó el rey Luis juntamente con
un título de nobleza. Desde Rubens no había habido artista en Alemania que gozase de tan gran favor; y la protección del rey de Prusía, que siguió á
la que desde un principio le dispensara el de Baviera, proporcionaron al afortunado artista, además
de honores y consideración, la hacienda suficiente
para llevar la vida espléndida y fastuosa, en que
tanto se distinguieron los pintores italianos del siglo XVI.
Cornelius se consagró á la pintura al fresco, porque este género ee el mas propio para los asuntos
místicos y sublimesde la religión y de la poesía, ofreciéndolos en grupos grandiosos que reclaman todas
las fuerzas de la concepción y obligan al talento á
crearse una manera atrevida, una voluntad resuelta y firme, toda vez que lo pintado, pintado se queda, sopeña de derribar un lienzo de pared. ¡Cuántos
artistas inliábiles serian causa de la destrucción de
preciados monumentos!
Cornelius poseyó en el mas alto grado la personalidad de un maestro; pues era uno de esos carac-
teres que no impresionan ni entusiasman, ni enardecen sino por medio del ejemplo, llegando á adquirir su genio tal preponderancia en Munich, que
subyugó las facultades de todos sus discíj)ulos y cautivó sus imaginaciones, hasta el extremo de que
sus obras no son mas que reflejos de la originalidad
del maestro, mas ó menos modificados por la diferencia de carácter y de sentimiento: los mismos rasgos de audacia, igual predilección por las figuras
colosales y hasta sus mismas incorrecciones, á saber faltas de naturalidad y color frío. Es esto tan
exacto que cuando no es Cornelius el que sirve de
norma, cuando no es el maestro, el gran maestro,
qaíen ejecuta, sino plagiarios que no han pasado de
la medianía, entonces se ven carnes rojas, como
sangre, ó verdescomo la achicoria, músculos tan tirantes, que parecen exostosisó degeneran en tumores: dislócase la acción y la espresion no es mas que
una caricatura.
Teófilo^Gautier, que ha estudiado los frescos y los
cuadros délas escuelas de Dusseldorf y de Berlín,
juzga del siguiente modo á los pintores de la joven
Alemania, á cuya cabeza se encuentra Cornelius:
«Diríase que los pintores alemanes no poseen la
facultad de ver un objeto directamente, y que solo
llega á ellos reflejado por un cuadro. Una educación demasiado perfecta los hace insensibles al espectáculo de las cosas, y se asemejan á esas gentes
que lloran en una tragedia y que permanecen insensibles á la vista de una desgracia real. Así se nota que la ejecución les causa hastío, que la paleta se
les cae de las manos y que no ven la hora de arrojar el pincel para tomar el lápiz. El lado plástico
del arte les parece demasiado material, y una vez
espresada la idea, dejan gustosos á principiantes ó
artesanos el trabajo de revestirlas de colores.
Un cuadro de Decamps, que represente un lienzo de pared negruzco y desconchado, lleno de pegotes, calcinado por el sol é incandescente de luz,
sobre el cual se dibuja lasombra azulada deunborriquillo descansando, debe de ser para ellosdespreciable é insignificante; y sin embargo, hay en él
mas verdad artística que en las inmensas composiciones, por otra parte inatacables y razonadas,
de la Glyptoteca y de la Pinacoteca, que satisfacen
tanto á la inteligencia como desagradan á la vista.
No es esto decir que exijamos al fresco las tinta.s
animadas, verdaderas y llenas de variedad del cuadro al oleo; sabemos que aquel género de pintura
debe limitarse á tonos locales de una neutralidad
armoniosa, en una escala apacible, formando cuerpo
con la arquitectura, aunque Masaccio y Andrés del
Sarto, en Florencia, Lippi, en Orvieto, y otros maestros italianos en otros puntos hayan sabido, á tiempo, deleitar la vista por medio de un colorido celeste y de una serenidad luminosa; comprendemos
que en la pintura mural la composición es lo importante, pero no juzgamos necesario que la ejecución haya de ser desagradable, oscureciendo de este
modo otras cualidades meritorias.»
Cornelius consideraba la composición y el dibujo
como las únicas cualidades esenciales de una obra
de arte, y el color no era para él mas que un accesorio; censurando toda imitación, toda mezcla, singularmente la de las maneras y de los estilos. Su
rival Owerbeck bebió la inspiración en los libros
Ú
#
REVISTA DE BELLAS ARTES.
sagrados, y refirió el arte en su totalidad á la pintura religiosa: mostróse mas esclusivo todavia que
Coruelius, menos libre y aun menos desenvuelto. Pero de todos modos,Cornelius yOwerbeck son los que
lian comenzado la regeneración de la pintura religiosa en la época moderna.
X . de Villarceaux.
EXPOSICIONES LIBRES DE PINTURAS
EN INGLATERRA.
• Mucho se habla del mercantilismo de los hijos de
la orguUosa Albion; mucho se les censura porque,
según se afirma, atienden con mayor ahinco á satisfacer las necesidades de los sentidos que las del alma; pero es lo cierto que Inglaterra es quizás el
país donde con más empeño se procura fomentar la
cultura del espíritu y estender los beneficios de la
verdadera civilización. Si se trata de las ciencias físico-matemáticas, Inglaterra nada tiene que envidiar
ala activa Francia ni á la profunda Alemania. Si nos
fijamos en la literatura, la inglesa ocupa un elevado
puesto entre las europeas, por sus altos fines y sus
recomendables tendencias; si en las artes, en sus
varios modos, la Gran Bretaña es el entusiasta Mecenas que trabaja por enaltecerlas con mano pródiga
y liberal empeño.
La música sabia y popular se cultiva con éxito en
todos los ámbitos del Reino-Unido; empléasela en
la educación del pueblo; sirve para morigerar las
costumbres y constituye una de las aficiones preferentes de las clases acomodadas.
La pintura, la escultura, la arquitectura, el grabado, han alcanzado en nuestros dias un gradode esplendor estraordinario entre los insulares. Sus grandes las protejen, empleando paradlo sus riquezas; su
clase media admira las obras que producen y rodea
de aplauso el nombre de los artistas. Asi se comprende el que la Gran Bretaña sea el país donde se celebran más certámenes y exposiciones artísticas, y esa
misma circunstancia esplica la holgura en que allí
viven los artistas, á quienes no se ocurre ni por un
momento la idea de quejarse de que el Estado no les
proteje cual debiera y de que se les abandona en el
antro de la miseria.
Pero esto no puede, no debe sorprendernos. Inglaterra, por regla general, todo lo refiere al individuo, que es la base primera de su organización social. España, como los demás pueblos de la raza
latina, todo lo espera del Estado, inmensa entidad
que absorve á las individualidades. El Estado, para
nosotros, es la providencia en la tierra, es el sol fecundante, sin cuyos rayos los gérmenes más poderosos no pueden desenvolverse; y el arte, como las
ciencias, como ]a literatura, no saben vivir sino
bajo la influencia de su tutela y de su patronazgo. 1
Fijándonos en las exposiciones, no hace muchos
dias que leímos en el volumen que, con referencia
al Salón de 1866 ha escrito Edman o About, lo siguiente :
«Asisto á la décimasegunda ó décimaquinta de
estas modestas fiestas, y en verdad que no he presenciado apertura de exposición sin que me haya i
tentado el deseo de decir á cada uno de los artistas I
áí5
lo que el rey Enrique IV escribía familiarmente á
Sully:
«Amigo mío, sois un pobre diablo.»
»Gon efecto, los artistas son por lo menos mil, dos
mil quizás: tienen mucho tiempo que perder, puesto que lo pierden realmente; ganan muy buenos escudos en el momento que tienen una apariencia siquiera de talento; sus eminencias nadan en el oro; al
morir un pintor un poco notable, se recoje medio
millón, si no uno entero, vendiéndose hasta los trastos viejos de su estudio, y sin embargo, los artistas
no saben arreglarse sus negocios por sí mismos.
Ayer leí en La Opinión nationale estas líneas: «La
sociedad civil de obreros picapedreros, fundada hace ocho años, ha obtenido tan buenos resultados,
que es indispensable buscar un local donde definiI tivamente se constituyan sus oficinas.
«¿Cuántos años trascurrirán antes de que los artistas franceses', conquistando su independencia,
í lleguen á ser moralmente iguales á esos apreciables
' picapedreros? ¿Cuándo los veremos guardar en común la centésima parte de sus ahorros, crear un
capital é instalar sus obras en un local que les pertenezca?... Luis XIV ha muerto hace siglo y medio, y
sin embargo, el arte se arrastra todavía bajo el peso
del régimen del patronazgo y del vasallaje: el arte
se ve reducido a mendigar, no solo los encargos y
las recompensas, sino también ellugarqueocupay Ja
luz que lo ilumina. ¿De quién es la falta? ¿del poder?
de ningún modo. La administración de las bellas artes no es infalible, pero peca por bondadosa. En vez
de sostener sus privilegios, ha favorecido las exposiciones libres, que nuestros artistas no han querido
sostener.»
Después de consignar tan preciosas observaciones,
M. About demuestra las ventajas que reportarían
al arte y á los artistas las exposiciones libres, esplicando la manera de llevarlas á cabo con facilidad.
Otro día volveremos á ocuparnos de la crítica que
del sistema actual hace el escritor mencionado, crítica que en gran escala alcanza también á nuestros
pintores. Volviendo á Inglaterra, consuela contemplar el incremento que las exposiciones libres de
pinturas van adquiriendo.
Son varias las que ahora se anuncian ó acaban de
abrirse. Próximamente se inaugurará la que celebra periódicamente la Real Academia de Inglaterra
(Royal English Academy). Entre los lienzos que figurarán en sus salones, se enumeran los que indicamos enseguida.
Un cuadro de Mr. Frith relativo á la escena ocurrida en Whitehall el último domingo de la vida de
Carlos II.
De Mr. Pbillip, recientemente muerto, se expondrán: «Antonio,» estudio de tipos españoles; dos
cuadros de costumbres inglesas, y «Una gitana
española descansando después de bailar; Mr. Hook
expone también cuatro cuadros de costumbres; mister Faed expone un lienzo, representando un ciego
pidiendo limosna á una familia de pescadores; mister F. Goodall presenta: «Entrevista de Abraham y
Rebeca», y «Raquel;» Mr. Elmore, una ciudad
oriental; Mr. Millais, varios cuadros con asuntos bíblicos; Mr. Maclise, dos ilustraciones pictóricas de
Shakespeare; Mr. Ward, un cuadro también inspirado por las obras de Shakespeare; Missis Ward, un
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REVISTA DE BELLAS ARTES.
lienzo relativo á la historia de Juana de Arco; mister Horslty exhibe «La Dueña y los convidados;»
Mr. Cooke, varios paisajes; Mr. Webster, el «Interior
de una aldea;» Mr.Calderón,«Elhogar despuesdela
pelea;» Mr. Pettie, «La traición;» Mr. Leighton, un
asunto mitológico; también expone «Una escena en
la bahia de Cádiz;» Mr. Watts, un estudio del desnudo y «Una joven orando;» Mr. Armitage, un cuadro religioso y otro histórico sobre Savonarola; mister 0'Neil,un asunto tomado de la juventud de LuteTo,yalTiziano pintando la puesta del sol desde una
góndola; Mr. Yeames, un escena del principio de la
Reforma; Mr. NicoL un cuadro de costumbres.
Mr. Ansdell contmúa la serie de sus paisajes españoles.
Ahora presenta «Una visita á la Alhambra,» «Un
calvario en la llanura de Granada.» Además de estos pintores, que pertenecen á la Academia, espondrán Mr. Wynfield, «La muerte de Cromwell;»
Mr. Hodgson, «Una escena en la iglesia de Evensons;» Mr. M. Stone, «Un cuadro de costumbres;»
Mr. Orchardson, «Una escena dramática;» Mr. Leslie, «Varios cuadros de costumbres;» Mr. Marks,
«Falstaff y su haraposo contingente;» Mr. Boughton, «Una escena sobre la nieve;» Mr. Graham,
«Varios paisajes;» Mr. Chester, «Un molino;» Misis
Chester, «Un episodio británico.»
En cuanto á retratos, el presidente de la Academia, Sir Francis Graham, expone entre otros, los
de la duquesa de Sutherland y de Lord Stanley.
Mr. Williams, otro del deán de Chichester. Además
exponen retratos: M. M. Boxall, Knignt, Richmond
y Wels.
Como se vé, el número de cuadros es considerable, y entre los enumerados muchos encieran asuntos de entidad. Otra circunstancia digna de notarse
es que todos los académicos artistas exponen obras;
sistema que también siguen la Academia de Edimburgo y las demás instituciones pictóricas de Inglaterra.
Entre las exposiciones libres, inauguradas recientemente, citaremos la especial de pintores franceses
y flamencos. (Exhibitiou of the french and flemish
schools.)—Esta exposición, cuyo establecimiento se
debe á Mr. Gambart, ha adquirido mayor importancia bajo la iniciativa de su actual director Mr. Wallis.
Tiene por objeto dar á conocer en Inglaterra á los
pintores franceses y flamencos de nuestros dias, pro.
porcionando compradores á sus obras. Muchos son
los lienzos notables que registra esta galería, tal
como acaba de ofrecerse al publico.
Llaman la atención un cuadro de Gerome, que representa una escena entre Luis XVI y Moliere.—
«Luis XVI en la herrería,» por Caraud; «Maria Antonieta acompañada de una de sus favoritas,» por el
mismo; «Alberto Durero recibiendo un mensaje de
la duquesa de Parma,» por G. Koll, pintura notable
por el colorido; varios cuadros con pinturas arqueológicas, por Coomans; y «Arte y libertad,»
por Gallait. También contiene la mencionada galería una notable serie de lienzos de costumbres y variedades con las firmas de Stevens, Schalten, Plassin, Pecrus, Trayer, De Yonglie, Schelesinger,
Baugment, De Noter, Knarren, célebre por sus floreros, y Serrure: varios cuadritos ejecutados por discípulos de Messonier, entre los que se distingue
nuestro compatriota Ruiperez, por su notable «Albanés vendiendo naranjas.» Todos estos pintores
son ya conocidos del público inglés: otros aparecen
por primera vez este año ante su criterio; entre ellos
se anuncia ventajosamente Vibert, autor de un lienzo de gran mérito titulado «Danex y Cloe,» y de
otros cuadros sobre asuntos españoles. Rosa Bonheur, y su hermano Augusto, exponen cuadros de
animales, en cuyo camino les sigue sin desventaja
el pintor belga Schveyer.
El paisaje está representado por cuadros del difunto Troyon y de Teodore Reusseau, Corot y Daubigny, eminencias en este género en Francia, y
por Lambinet, Veyrassat y Ludwig, que siguen las
tendencias de la escuela moderna alemana.
Asimismo debemos mencionar otra exposición que
acaba de abrirse, y es la que celebra la sociedad de
artistas británicos, «Society of british artists.» Si la
anterior tiene por objeto, aparte de los ya indicados, el familiarizar al público y á los artistas ingleses con los adelantamientos y las tendencias del arte continental, la exposición de que ahora se trata
dirijese á servir de estimulo á los pintores nacionales, exhibiendo sus lienzos ante el fallo inapelable
de la pública opinon. Muchos nombres reputados se
leen en el catálogo de este certamen, donde todos
ios géneros están representados. Para no hacer demasiado largo este artículo, solo nombraremos entre los pintores británicos que exponen obras este
año, á M. M. Bromley, Rossiter, Dowling, Heaphy
Lucas, Holyoake, émulo del finado y célebre Mister Phillip; tan aficionado á los asuntos españoles,
á M. M. Munno, Hurlstoue, que presenta un cuadro
de mérito titulado «La niña española,» á Woolmer
Hill, Coole, Cárter, Hering, Cobbett, Ludovici',
Munro, Bonavia, Gilbert, Moore y Webb. Abundan los paisajes, los estudios de animales y las acuarelas.
Tub'mo.
ESTRAVIOS DE LA CRITICA.
No es cosa nueva ni para nosotros estraña, el que los
críticos de allende el Pirineo cometan las mayores injusticias al ocuparse de las instituciones, usos y costumbres
de nuestra patria. Achaque común fué siempre de los escritores que sin la debida experiencia y la imparcialidad
necesaria se deciden á hablar de otros países, el dejarse
llevar de sus primeras y fugaces impresiones, asentando
así juicios erróneos ó apasionados, que ellos mismos rechazarían de examinarlos con más ilustrado criterio y
ocasión menos apremiante.
Pero aunque creemos que esta es una dolencia universal y al parecer incurable, los franceses están padeciendo
de ella con relación á España en grado superlativo, desde
hace muchos años. En ninguna otra parte de la Europa
civilizada, se escriben tantas inconveniencias respecto á
nuestros usos como en Francia. Limitándonos al orden
artístico,-porque cuanto digamos debe entenderse con referencia á él,-hace sobre cien años que Du Bos, secretario perpetuo de la Academia francesa, nos calificaba de
infortunados porque, según su opinión, nuestro clima no
permitía el desarrollo del arte, haciendo notar que España
solo había producido uno ó dos pintores de segundo orden.
Desde Du Bos hasta ia época actual, los dislates se han
continuado sin tregua ni medida. Y no ha sido parte á
evitarlos el que los pintores españoles lleven sus cuadros
á los certámenes extranjeros, ni que las vías férreas fací-
liten el estudio de nuestros museos y galerías, sin sacrificios considerables. La sección artística española de la
Exposición de Londres de 1862, donde figuraban lienzos
de Gisbert, Manzano y otros reputados artistas, nos proporcionaba la crítica de M. Fernando de Lasteyrie, que por
lo injusta é inaudita debe recordarse. La facilidad en las
comunicaciones ha sido ocasión para que M. Beulé, el autorizado y célebre propagador del renacimiento griego en
Francia, escriba artículos sobre Murillo^ que no pueden
leerse sin experimentar impresiones enojosas. Pero no es
esto todo. Acaba de abrirse la Exposición universal de
París, y cuando era de esperar que se hiciera justicia á
nuestros progresos, el crítico del Temps nos anuncia seriamente que los Murillos, Velazquez y Riberas están
muertos y muy muertos. Esto dice ese concienzudo escritor que tiene la ocurrencia de llamar la atención del público sobre el cuadro de Palmaroli, clasificando á este
entre los artistas italianos. No hay que sorprenderse.
Durante la Exposición de Londres, ya citada, hubo quien
aseveró con toda formalidad que la Escuela española había desaparecido por completo, confundiendo los cuadros
españoles que en ella figuraron con los de las escuelas italiana y romana.
No es este el momento de refutar la errada aseveración
del Temps. Si Murillo, Velazquez y Ribera están muertos»
hoy se levanta en España otra generación que cultiva e
arte con privilegiadas facultades, comprendiendo sus fines
contemporáneos y el carácter que le han dado las modificaciones de los tiempos. El aliento de aquellas emitíencias no se ha extinguido. El crítico francés está equivocado. Las gloriosas tradiciones pictóricas de España inflaman todavía el entusiasmo de nuestros artistas, quienes
con enérgica voluntad pugnan por volver á las artes patrias el brillo que un día tuvieron y de que múltiples
causas las han tenido privadas durante un período de
inevitable decadencia. Negar el renacimiento de la pintura
española, de aquella pintura á que dieron fama universal
los lienzos de los maestros que cita el colega traspirenaico,
es negar lo evidente. Y cuenta que no es este un hecho
que en Francia deje de tener sostenedores de gran valía.
Sin ir más lejos, la Revista del siglo xix, en torno de la
cual se agrupa una pléyade de distinguidos y celebrados
escritores, dijo ocupándose de la Exposición de bellas artes
celebrada allí el año anterior:
«Debemos registrar un hecho importante en la historia
del arte contemporáneo y es el nacimiento de una nueva
escuela en Europa, la escuela española. Muchas obras notables lo anuncian en esta Exposición.»
Enseguida la Revista emite su juicio sobre los cuadros
expuestos por los Sres. Ferrandiz, Zamacois, Rui Pérez,
Escosura y Mercado, elogiando sin reserva sus tendencias
y apuntando sus defectos con la mayor consideración y
benevolencia.
No creemos que sea la cometida por el Tempsla. última
equivocación que nos veamos obligados á deshacer, mas
también se nos figura que escritores serios, como ahora
se dice, nos han de estudiar sin pasión y con calma á orillas del Sena, y que en el mismo punto donde se ha creído
que Murillo , Velazquez y Ribera habían muerto para
siempre, habrá quien reconozca los grandes progresos que
en artes hemos hecho en pocos años, demostrando que el
fuego que animara á aquellas inteligencias aun no se ha
apagado entre nosotros.
EXPOSICIÓN UNIVERSAL DE 1867.
ARQUEOLOGÍA.
Además de las obras de arte y de industria antigua que
en números anteriores hemos mencionado, la comisión
francesa de la historia del trabajo ha recibido:
El tesoro de huchas y utensilios de piedra, pertenecien-
7
tes á la época prehistórica, hallados bajo el dolmen de
Mane-Kroek, remitidos por la sociedad filomátíca del Morbihan, con otros objetos también importantes que han enviado el museo de Tolosa y el alcalde de aquella ciudad
M. Fílhol.
Magníficos brazaletes de oro cincelado, que corresponden
á la época de la Galia independiente y que envía también
el museo de Tolosa; varias monedas de oro y plata, utensilios de barro y un casco de bronce, todo de la misma
época.
Las fíbulas de bronce esmaltado, procedentes del museo
arqueológico de Reims, y la preciosísima colección de bronces encontrados en Evreux, de la época déla Galia bajo la
dominación romana.
Los vasos negros, con adornos blancos y amarillos, del
litoral de la Mancha, que ha prestado el museo de Boulogne-sur-Mer.
Las notabilísimas armas y joyas estraidas de los cementerios del Boulonnais, que representan la Francia merovingiana.
Dos manuscritos de la biblioteca de Laon, uno de los
cuales es el Benediccionario, célebre por el viaje literario
de dos religiosos benedictinos, y un cofrecillo de márfíl del
museo de Reims; ambos objetos de la época de los CarlovíDgios.
La edad media es hasta ahora la época mejor representada en la sección francesa. Después de los ornamentos
eclesiásticos y de las obras de plata y bronce que hemos citado, se ha recibido un sin número de objetos de marfil,
estatuas del siglo xir, cofrecitos del siglo xiii, procedentes de los museos de Lilla y Tolosa, y la magnífica Virgen
del hospital de Villeneuve.
Entre los manuscritos, merecen especialísima mención
Los Milagros de la Virgen, de Gautier de Coincy, magníficamente iluminado á fines del siglo xin y que envía el seminario de Soissons; wxBreviario y l&s Horas, delsígloxv,
perteneciente el primero á M. E. Dutuít y las segundas á
la biblioteca de Laon.
Las tapicerías de la catedral de Angers, las mas antiguas que se conocen, dan principio á la serie de los monumentos de una industria que estará representada por numerosos ejemplares.
Una espada con incrustaciones de plata en la guarnición, del museo arqueológico de Mans, y un cuchillo de
Felipe el Atrevido, representan hasta ahora la armería.
A las preciosas colecciones de esmaltes pintados del
barón de Theis y de E. Dutuit, hay que añadir un cuadro
pintado por el gran esmaltador Leonardo Limosin, y que
representa, con figuras de tamaño natural, La incredulidad de Santo Tomás, cuadro expuesto por el museo de Limoges, que además ha remitido una importante colección
de esmaltes.
Entre las bellas obras del siglo xviii merecen notarse
varios objetos de plata, pertenecientes al señor conde da
Pontgíbault, algunos abanicos y numerosas joyas y adornos de bronce.
El vizconde de Le Pie ha enviado bellísimos muebles de
Riesner.
Pero de tedas las colecciones de objetos arqueológicos
con que la ilustración y el desprendimiento de algunos
particulares contribuyen al brillo de esta magnífica exposición, única en su género, ninguna tan rica, tan completa, tan importante como la del aficionado y escritor de
Fontenay, M. Benjamín Fillon. Hé aquí una breve reseña
de esta colección:
La totalidad de los instrumentos, utensilios y vasos
hallados en el sepulcro de la Mujer pintora del siglo ni,
en Saint-Medard-les-Prés, cerca de Fontenay-le-Comte:
son unos objetos rarísimos y de gran utilidad para el estudio de los procedimientos que usaban los pintores antiguos.—Una serie de objetos merovingianos, de oro, entre
los cuales se encuentra una sortija sigilaría del siglo vi,
atribuida á Santa Radegonda.—Dos espadas cariovíngía-
233
REVISTA DE BELLAS ARTES.
ñas.—Algunas sortijas y anillos de los siglos xii y xiii,
y una Virgen de marfil, de principios del siglo xv.—El
medallón de Andrés Tiraqueau, el primer arqueólogo de
Fontenay, modelado en Roma en 1552.—Varios vidrios
poitevinos de los siglos xvi y xvii.—Una fuente de barro
esmaltado, de la época de Carlos IX, adornada con escenas
de caza y juegos de Tritones, pieza inédita y de grandísimo interés ceramográñco.—Y por último, la miniatura
del devocionario de Claudio Gouffier, que puso á Fillon
sobre la pista de las famosas porcelanas de Oiron.
Las bellas artes españolas tendrán representación en el
jurado de la Exposición universal, ya que la negligencia
de nuestros comisionados nos priva de muchas otras clases
de reconocida importancia: se ha nombrado al Sr. Soriano
Murillo para las clases reunidas de «pintura al óleo, pinturas diversas y dibujos;» y al conde de Moriana para la
de «escultura y grabados en medallas.»
En una carta de Paris, referente á la Exposición, leemos
lo siguiente:
«Se verifica diariamente la reunión de los jurados de la
Exposición para distribuir los premios. A nuestro compatriota el señor Rosales le han faltado Tínicamente cuatro
votos para obtener la medalla de honor en pintura, y al
fin la ha obtenido Francia. De todos modos, en esta sección España está considerada como la tercer nación, y solo
se le anteponen, en concepto de la comisión. Francia y
Bélgica.»
ARTES Y ARQUEOLOaiA.
Habiendo manifestado á la Real Academia de arqueología el distinguido artista belga Mr. Weiner, que tenia
preparados para la publicación numerosas vistas del interior de las catedrales más notables de todos los paises,
en magníficas medallas de plata, y que desearía se le facilitasen dibujos de las principales de España, la REVISTA,
de acuerdo con la Academia, cree de su deber escitar el
celo de los aficionados á nuestras artes para que remitan
á la secretaría de dicha corporación, Hortaleza, 116,2.° derecha, ó á la redacción de este periódico, los dibujos que
obren en su poder, que les serán devueltos bajo recibo.
El dia 16 se inauguró en Sevilla la Exposición de pintura, escultura y arquitectura, que celebran la Academia
y la Escuela de bellas artes de aquella ciudad.
La reina de Inglaterra ha expuesto en la Galería nacional de retratos de Londres, nueva exposición permanente,
un retrato de cuerpo entero de su difunto esposo, ejecutado por Winterhalter. El príncipe Alberto aparece con
el uniforme de coronel de la brigada de rifleros.
La comisión de monumentos históricos y artísticos de
Sevilla ha redactado un luminoso informe sobre las escavaciones que deban emprenderse para desenterrar las
interesantes ruinas de Itálica. Otro dia nos haremos cargo
de este documento.
Ya que hablamos de Itálica, debemos llamar la atención sobre una circunstancia importantísima, relacionada
con el hecho de su despoblación y ruina. Generalmente se
ha creído que esta debe referirse al último periodo de la
dominación romana; pues bien, las escavaciones practicadas hasta ahora han hecho descubrir, entre muchas y
magníficas esculturas romanas, algunas de la época visigoda: mas todavía, según se nos ha afirmado por persona
respetable, se han extraído de aquellos parajes objetos árabes, lo cual demuestra que el sitio de que se trata tuvo
población hasta nna época mucho más reciente de lo que
hasta ahora se habia pensado.
m-
Cerca de Leicester se acaban de descubrir varios vasos
Y utensilios de la época romana. La Ilustración inglesa,
del dia 13 de abril, se ocupa de ellos y publica además
una lámina que contiene la representación de los más
notables. Son dignos de mencionarse un ánfora y varios
vasos de cristal. El dueño de estos objetos los ha cedido
al museo de Leicester.
El dia 18 de este mes verificóse en el hotel Drouot, de
Paris, la venta de los últimos cuadros de la galería del
mariscal Soult, que á su debido tiempo anunciamos. Los
precios á que han sido adjudicados los lienzos principales,
son como sigue:
El alma de San Felipe elevándose al cielo, firmado por
Murillo, fué vendido en 16,000 francos; El bandido deteniendo á un fraile, del mismo, en 12,000 francos; el Cristo
en la crv,z, del mismo, en 3,800 francos; los tres cuadros
de Zurbarán han producido 18,450 francos; los dos de Ribera 16,350; Ahraham ofreciendo hospitalidad á los ángeles,
de Fernandez de Navarrete, 18,100, y otros diez y seis
caadros de menor importancia, han dado un total de
5,520 francos.
Los coros que se cantarán definitivamente en el festival
internacional de que ya tienen noticias nuestros lectores,
y que ha de celebrarse á últimos de julio, son:
¡Bebamos! ¡Bebamos! de '^oaaim. —¡Paris!
¡Francia,!
¡Francia! de Ambrosio Thomas.—Aníbal pasando los Alpes, de F . Bazin.—Oración q%e precede al combate
de F . Kucken.—.Sí arco, de Camilo de \os.—Domine
salvum, de Carlos Vervoitte.—El cazador negro, de Carlos
María Weber.—Plegaria, de Méhul.
La Exposición anual de Bellas artes se abrió el dia 15 en
París, en el palacio de la Industria, ante un concurso no
tan numeroso como el de otros años, á causa de la Exposición universal, que escita toda la atención de parisienses y extranjeros. Este año se advierte la abstención de
muchos artistas distinguidos, que habían expuesto en anteriores certámenes, contentándose, por lo visto, con tomar
parte en el concurso internacional. El catálogo de esta Exposición registra 1581 obras de pintura, 535 dibujos, aguadas, pasteles, etc., y 381 esculturas y grabados enhueco
y piedras preciosas. En los centros de los cuatro frentes
del salón cuadrado, que es el de honor, se han colocado:
Un gran lienzo de Gustavo Doré, titulado El tapete verde
asunto inspirado por las escenas de la vida en las estaciones de baños durante el verano; El sueño de Puvis, por
Chavannes; La muerte de César, por A. Clement, y la
Junta de Cádiz, original del artista gaditano Sr. Rodríguez, pensionado de aquella Academia. Este cuadro llama
con justicia la atención de los críticos. Representa el momento en que los proceres se niegan á entregar la plaza á
los franceses.
Habiéndose recibido el dia 25 un telegrama de Zamora
dando parte á la Academia de San Fernando de haberse
empezado á demoler la torre de San Salvador, de la mencionada ciudad, que es un monumento histórico de grandes recuerdos, esta corporación, con un celo que le honra,
ofició en el mismo dia al señor ministro de la Gobernación,
para que ordenase por telégrafo al gobernador de Zamora
que mande suspender la demolición, Ínterin se forma el
oportuno espediente.
Para llevar á cabo lo dispuesto en el artículo 6.» del
Real decreto de 20 de marzo último, sobre creación de
Museos arqueológicos, se ha espedido una Real orden
mandando á la Academia de San Fernando que dé posesión del cargo de vocales natos de las Comisiones provinciales de Monumentos históricos, á los jefes y oficiales del
cuerpo facultativo de archiveros bibliotecarios, que se eapresan á continuación:
D. Juan Eugenio Hartzembusch, jefe de la Biblioteca
REVISTA DE BELLAS ARTES.
Nacional, y D. Tomás Muñoz y Romero, del Archivo histórico nacional.—Madrid.
D. Manuel de Bofarull, jefe del Archivo de la Corona de
Aragón, y D. Gregorio Romero Larrañaga, de la Bibloteca
pública.—Barcelona.
D. Ventura Camacho y Hernández, jefe de la Biblioteca
pública.—Sevilla.
D. Luis Igartuburu, jefe de la Biblioteca provincial.—
Cádiz.
D. José María Cuadrado, jefe del Archivo general.—Mallorca.
D. Vicente Somoza y Carabero, jefe del Archivo de Galicia.—Coruña.
D. Miguel Velasco y Santos, jefe del Archivo provincial.
—Valencia.
En la Exposición francesa de bellas artes de 1866, ocurre un suceso sin precedente en la historia de aquellas exposiciones.
Juan Federico Maximiliano de Waldek, nacido en Viena (Austria) el 16 de marzo de 1766, y naturalizado en
Francia, habiendo cumplido por consiguiente ciento y
un años el 16 de marzo último, figura en el palacio de los
Campos Elíseos con dos pinturas al oleo, terminadas, según declaración del autor, á últimos de 1866.
Waldek es discípulo de Vien, de David y de Prudhon.
El Sr. Jareño ha terminado los planos que han de servir
para la construcción del teatro de la ciudad de las Palmasde Canarias.
A principios de junio tendrá lugar en París la venta de la
magnífica galería de pinturas, del marque's de Salamanca,
según ya hemos anunciado. Dicho señorha hecho reunir en
París lo mejor de sus colecciones, 300 cuadros escogidos entre 500 ó 600 que adornan su palacio de la corte y su quinta
de Vista-Alegre; unos 20 de Murillo, entre ellos la «Muerte de Santa Clara,» por el cual dio más de 80.000 francos;
la hermosa serie del «Hijo pródigo;» varias madonas, una
docena de lienzos de Velazquez, entre los cuales hay magníficos retratos: una docena de obras de Goya, que serán la
alegría de los artistas, y cuadros de casi todos los demás
maestros españoles, desde Joanes hasta principios del siglo xvin. Hay también bellísimos cuadros italianos de
Bellin, de Garofalo, de Guido y otros; flamencos, de Rubens, Van-Dyck, SuydersyTeniers; holandeses, entre ellos
el Metsu de la venta de Marny, y hasta franceses, dePoussin, Rigaud, etc.
España verá desaparecer de su suelo estas riquezas, sin
hacer nada por rescatarlas.
Por pereona competente se ha dirigido desde Sevilla á
la Real Academia de San Fernando un extenso y razonado informe acerca del proyecto de demolición de la
histórica Puerta de Triana de aquella ciudad, manifestando los fútiles pretestosque para llevarla á cabo se aduceny
proponiendo, como medio único de salvar de la piqueta destructora este monumento, una pronta y completa restauración, cuya forma indica. En su vista, la Academia
acordó, en junta de 10 del mes actual, dirigirse al señor gobernador presidente de la Comisión de Monumentos de Sevilla, para que proceda inmediatamente á su restauración,
remitiendo al efecto un plano de las obras que han de hacerse en ella, acompañado de una Memoria y del presupuesto detallado de dichas obras.
Hace años que la Academia remitió un informe al gobierno, indicando las reformas que debían hacerse, á fin de
facilitar el tránsito entre la ciudad y el puente de Triana
sin demoler la puerta. De desear fuera que se tuviera eñ
cuenta lo que entonces se acordó.
Tenemos preparada una reseña de la magnífica colección de obras artísticas que en esta corte posee el señor
conde de Adanero. El esceso de material nos impide darla
á luz en este número.
Un vocal de la Comisión de Monumentos de Córdoba,
acompañado del arquitecto del distrito de Montoro, acaba
de hacer un reconocimiento en el término de Fuente Tojar, que ha producido los más lisonjeros resultados. Parece que han descubierto una fortaleza y población romanas,
de las cuales ningún historiador se habia ocupado hasta
ahora, y que han recogido, en el cementerio de la misma,
multitud de objetos interesantes en solo dos dias que practicaron las escavaciones. Estos objetos, que pronto figurarán en el Museo arqueológico de Córdoba, ascienden á 142,
y consisten en urnas, jarrones y ollas cinerarias, vasos,
platos, armas, monedas, broches y anillos de variadas formas y metales.
Hoy comenzará sus lecciones sobre Arqueología cristiana
en la Academia de arqueología y geografía, el consiliario'
déla misma Sr. Pulido.Parece que estas lecciones, que tie
nen por objeto popularizar un ramo tan importante de l-i
ciencia de la antigüedad, se publicarán además en un voumen, a fin de que puedan utilizarse por los que no se hallen en posibilidad de asistir á las conferencL. También
publicaremos un extracto de ellas en la REVISTA.
«
' '
'
_ La Comisión que ha de calificar las obras que, optando
a los premios ofrecidos por la mencionada acLem^a p'e
senten los alumnos de sus cátedras, se compone de b s se
ñores marques de Gerona, presidente; Pulido (D Tose')"
ZatTí^^VSS.'"^^'^^^^--^^-^^^^^^^^^^
Se ha recibido á informe de la Academia de San Fernán
d Í p L n r z * ° ' ' ' T ' ' P ' " '^ ''"^^'^ n.etropolitano
del Pilar de Zaragoza. Los autores de este provecto <,on ln=
arquitectos D. José Yarza y D. Antonio A t S
En la última junta general celebrada por la Academia
de San Fernando, se dio cuenta de dos informes de D. Valentín Carderera, referente el uno al monasterio de Ripoll,
y el otro al de San Juan de la Peña. El académico D. Pedro
Madrazo presentó asimismo un dictamen sobre la restauración de la casa de Cortés, en Medellín.
De estos interesantes documentos nos ocuparemos oportunamente.
La Comisión de Monumentos de Cáceres se ha organizado con los señores siguientes:
D. Manuel Semdianes, D. Felipe Calzado Revilla, don
Alejandro Millan, D. Gonzalo Liñan, jefe de Fomento; don
León Mora, arquitecto provincial.
Aun faltan por designar otros, cuyos nombres anunciaremos oportunamente.
El señor Castro Serrano ha publicado en la
Revista de la Exposición de Paris, que dá á luz
en aquella capital, el siguiente articulo que creemos
verán con gusto nuestros lectores:
CASA DE ESPAÑA.
No es una ilusión del amor propio nacional, ni menos
un exagerado arranque de interés patriótico, lo que nos
induce á decir que el mas bello de los edificios levantados en el Campo de Marte es el pabellón de España. Colocado en la parte mas elevada del terreno; elevado él por
sí en hombros de su gallardía, y ostentando los signos
de la severa y noble arquitectura á que pertenece, se diría
que nuestro país, trasladado á tiempos antiguos, preside
k^
REVISTA DE BELLAS ARTES.
240
una reuQÍoa de naciones implantadas al rededor del representante de Castilla.—Portugal y Suiza, Austria y
Prusia, Noruega y Suecia, Rusia, Dinamarca, y otros
paises secundarios cercan el pabellón español en uno de
los mas vistosos departamentos del parque, contribuyendo con sus construcciones populares y en cierta manera
humilde, á realzar la grandeza del palacio de Monte Rey.
Es, en efecto, el pabellón un recuerdo muy semejante
de ese bellísimo palacio que por fortuna se conserva íntegro en Salamanca, como muestra de los tiempos caballerescos de Castilla. Sus dimensiones son mayores que las
de todos los edificios contiguos, y su altura, que también
lo es bastante sobre ellos, le presta nueva importancia á
la que él propio tiene en sí por su forma arrogante, por lo
rico y delicado de sus adornos, por la esbeltez de sus líneas y disposición general. Construido á imitación de piedra ennegrecida por el sol de las llanuras castellanas,
resiste hoy con su tono al plomizo cielo que lo cubre; y
cuando el sol de Francia se permita mostrarnos su alegre
faz dentro de un par de meses, los españoles nos creeremos
trasportados á Zamora, Valladolid ó Palencia, mirando
este palacio.
Consta de un cuerpo central, que mide diez y siete metros
de largo por ocho de fondo, y dos torres laterales de seis
por diez cada una, que, saliendo en el frente y en el testero, avanzan su fachada sobre la del cuerpo principal. Este
se compone de un primer piso con cinco grandes arcadas
que suministran abundante luz al salón bajo, cuya superficie de ciento veinte metros, ó sean dos mil quinientos
pies próximamente, ha de servir de local de exposición.
Una nave semejante encima, con aberturas en proporción
menores, pero del mismo estilo, completa el cuerpo de que
hablamos. Las torres, que son elegantísimas, presentan
asimismo grandes arcadas sobre muros lisos, y tienen
dos cuerpos que se unen á los del edificio principal, con
otros dos propios en que le esceden: el primero sirve como de zócalo al superior, y el segundo, abierto con arcadas en los lados esteriores, constituye un mirador agradable, desde donde se domina toda la estension del cuartel
en que se halla situado el palacio. Por último, una hermosa azotea, hábilmente acusada al esterior en las cubier tas de las torres, ofrece de una ojeada la perspectiva de
todo el parque. La altura de estas torres es de diez y seis
metros.
introducir, como ahora se dice, ante el público, á una joven tiple que con ella hace su debut, y el segundo es un
juguete sin pretensiones de ningún género. Aunque la
temporada de ejercicio termina pronto, aun se anuncian
algunas novedades en este teatro. Parece que el señor Arderíus, con su troupe, se trasladará desde la corte á Zaragoza y después á Barcelona.
—El sábado 30, á eso de las tres do la tarde, en ocasión
que el señor Barbieri ensayaba en el salón grande del Conservatorio de música y declamación las piezas del concierto que habia de tener lugar al dia siguiente, se declaró
un violento incendio en el edificio, consumiendo una parte
de sus dependencias. El salón mencionado ha desaparecido, v con él las esculturas que lo exornaban y el magnífico órgano que existia en uno de sus extremos, el busto
de la Lagrange y otros efectos de valor y mérito artístico.
Entre los objetos salvados se cuentan el retrato del célebre Rubini y el de la Lema, que han sido entregados al
señor Eslava, con otros varios, por el inspector general
de la compañía de la Union.
—El octavo concierto dado por el señor Barbieri agradó
al público tanto como los anteriores. La circunstancia de
tocarse por primera vez la marcha del Tannhauser, llevó
al circo del Príncipe Alfonso, tanto á gran número de aficionados á la música novísima alemana, como á otros que,
rechazando sus tendencias, desean estudiar las producciones que la caracterizan: la marcha de Tannhauser ofrece
novedades que/ no es posible apreciar en una sola audición. Hoy se celebra el noveno y último concierto de la
temporada, con arreglo al siguiente programa:
1.° Marcha de la ópera Tannhauser por los coros y la
orquesta, .Wagner.—2.° Scherzo del célebre compositor
ruso Glinka.—3." Quando corpus morietur, por los coros
á voces solas, Rossini.—4.° Overtura de Oberon, Weber.
5.° Primer Allegro de la 5." Sinfonía , en do menor,
obra 67, Beethoven.—6." Andante de idem, ídem.—7.*
Scherzo y Allegro, final de idem, idem.
8.° Introducción y coro de Sras. de la ópera Gli Orazi e
Curiazi, Mercadante.—9.° Andante de la 4." Sinfonía, obra
60, Mendelssohn.—10. Aleluya del célebre oratorio Et Mesías, compuesto en 1741, ejecutada por los coros y la orquesta. (Instrumentación de Mozart), Handel.—II. El Trémolo, tanda de v^alses (á petición), Strauss.
Está decorada la parte baja del pabellón con la sencillez
que exige el carácter severo de las construcciones ,que encarnan, digámoslo así, el feudalismo de la época á que se
refieren.
Sin embargo, el artista constructor ha querido enriquecer su obra con otro bellísimo recuerdo de Castilla, amenazado hoy de muerte por nuestra proverbial incuria: nos
referimos á la fachada de la antigua casa de Expósitos de
Toledo, convertida ahora en escuela militar. Los finos y
delicados detalles de las ventanas principales del pabellón,
así como los más grandiosos aun de las aberturas de las
torres, muestran sobre bases áticas las columnas estriadas
sobre cuyos capiteles corre el airoso remate central y los
candelabros que completan esta admirable forma decorativa; la cual en nada afecta á la severidad del conjunto del
edificio, sino antes bien lo caracteriza y avalora.
Nuestra casa del Campo de Marte, que en su traza y ejecución se debe al renombrado arquitecto Sr. Gándara, va á
servir de punto de exposición á los objetos enviados áParís
por la provincias españolas de Ultramar.
ÚLTIMA HORA.
CRÓNICA GENERAL.
MADRID.
Los Bufos continúan iUcreciendo los favores del público de buen humor, no obstante lo avanzado de la estación. Últimamente se han puesto en escena en dicho coliseo dos piezas nuevas, tituladas Bl ajuste de una tiple y
Un muerto de buen humor. El objeto de la primera es solo
Al cerrar este número recibimos de Paris una noticia
que no queremos aplazar para el venidero: la referente á
los pintores que, en la Exposición universal, han obtenido
las medallas de primera clase según el fallo del Jurado.
Hé aquí sus nombres:
M. Meissimnier, que ha expuesto catorce cuadros entre ellos «Mil ochocientos catorce,» «El Emperador en Solferino.» «Una lectura encasa de Diderot,» y «El mariscal
Ferrant.»
M. Cabanel, que ha presentado «El Nacimiento de Venus,» «El retrato del Emperador,» y «El Paraíso perdido.»
M. Gerome, que ha expuesto «Los Gladiadores,» «Friné
ante el tribunal,» «El Prisionero,» «La Almea» y «La
muerte de César.»
M. Th. Rousseau, que presenta ocho paisajes. Estos
cuatro pintores son franceses.
M. Khaus, alemán, autor del «Saltimbanco» y del
«Inválido.»
M. Leys, belga, expositor de diez cuadros relativos á
la historia flamenca.
M. Kaulbach, bávaro, director de la Academia de bellas
artes de Munich, ha presentado el dibujo de su fresco,
titulado «La Reforma,» una de las seis grandes composiciones que decoran el museo de Berlín.
MADRID.—IMPRENTA EUROPEA, HUERTAS, 58.
Gerente, don Francisco Aranda ,
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