la esclavitud moderna en américa

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LA ESCLAVITUD MODERNA EN AMÉRICA:
DESAFÍOS Y EL ROL DE LA ORGANIZACIÓN DE LOS ESTADOS AMERICANOS (OEA)
Esther Serruya Weyl
Flávia Batista da Silva
Jéssica Carreiro Matias
Júlia Pastore Cintra
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1. Introducción
La esclavitud es una práctica social que existe desde la Antigüedad, en la cual una persona se encuentra bajo dominio de otra, por
medio de coacción física o moral, y ha sido sometida a una situación
en que es considerada propiedad de otro sujeto, careciendo, así, de
su libertad. Para la sociedad actual, la esclavitud es vista como una
situación de total vulnerabilidad, abuso y violación a los derechos fundamentales de los seres humanos, motivo por lo cual cada vez más se
buscan maneras de garantizar su erradicación.
Aunque haya sido formalmente prohibida hace muchos años
en la mayoría de los países del mundo, todavía subsisten regímenes
de explotación laboral, que hoy se traducen en la llamada esclavitud
moderna o contemporánea. Así, el trabajo forzoso, la servidumbre por
deudas, las formas ilegales de subcontratación, la prostitución forzada
y la esclavitud de mujeres y niños son algunas de la facetas de como la
esclavitud se presenta en los tiempos actuales.
El problema tiene cobertura global, y, en América, millones
de personas se encuentran en situación análoga a la de esclavos. El
lío de la esclavitud y sus formas contemporáneas es un tema de gran
importancia y largamente debatido entre los países de la región, que,
en su gran mayoría, enfrentan situaciones similares de violaciones a los
derechos fundamentales más básicos de los seres humanos. De hecho,
la esclavitud moderna adopta diversas formas y afecta a personas de todas las edades, géneros y razas en el continente americano, razón por
la cual la construcción de estrategias de combate al problema se torna
cada vez más necesaria.
Varios países han buscado tomar medidas para combatir este
problema, pero la complejidad de la esclavitud y de los problemas
traídos en su consecuencia requiere una respuesta interdisciplinaria
y coordinada, que necesita de la cooperación de todos los países del
continente. Las dificultades enfrentadas por los países americanos son
extremadamente similares, lo que permite crear maneras de enfrentamiento uniforme al problema. Por medio de la Organización de los
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Estados Americanos – OEA, es posible pensar en la creación de una
red interamericana de cooperación, en la cual la capacitación y la
creación de herramientas entre los países miembros se enseñan
como las maneras más efectivas de mantener la lucha contra la esclavitud y promover su eliminación.
Así, el presente artículo pretende analizar el trabajo esclavo
moderno, las maneras en que se presenta en la sociedad actual y
los problemas que provienen de esa práctica. También se pretende
demostrar la importancia de la cooperación entre los países miembros de la OEA en busca de una solución conjunta para la erradicación de la esclavitud, haya vista que el trabajo análogo a lo de
esclavo no es compatible con los derechos fundamentales de las
personas y su erradicación es uno de los objetivos de Desarrollo
Sostenible del Milenio.
El artículo será dividido en cinco tópicos: el primero tratará del trabajo esclavo, su definición y las amenazas impuestas por
la esclavitud a las estructuras sociales de América; el segundo abordará los problemas que se derivan de la esclavitud, como la trata de
personas, la esclavitud de niños y la de mujeres; el tercero analizará
el régimen de subcontratación laboral en condiciones precarias de
trabajo, con énfasis en el panorama del continente americano; el
cuarto versará sobre el caso de Zara, que ocurrió en Brasil, y sobre
la transnacionalización del trabajo esclavo; y, por fin, el quinto tópico analizará formas de cooperación y el rol de la OEA para que,
finalmente, la esclavitud en América sea eliminada.
2. El trabajo esclavo y la amenaza a las estructuras
sociales
Las estructuras sociales del continente americano están
amenazadas por el creciente número de personas en condiciones de
esclavitud. Dados estiman que más de 1,2 millones de personas son
víctimas del trabajo esclavo en el continente americano (OIT, 2015).
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En este sentido, la presente sección busca presentar las definiciones del trabajo esclavo y su relación con el trabajo forzoso segundo
la Organización Internacional del trabajo (OIT). Así, se dividirá la
sección en tres partes: i) definiciones del trabajo esclavo y forzoso;
ii) formas de la esclavitud moderna; y iii) panorama acerca de los
riesgos de estos problemas para las estructuras sociales del continente americano.
2.1.La definición de trabajo esclavo y su relación
con el trabajo forzoso
Aunque la esclavitud haya sido abolida en el siglo pasado,
los datos indican y demuestran su existencia hodierna alrededor
del globo. En 2005, la OIT afirmó que existían más de 12,3 millones
de personas que en algún momento de la vida habían sido víctimas
del trabajo esclavo o forzoso (Confederación Sindical Internacional
[CSI], 2008). Así, hoy en día, la esclavitud, que muchos piensan
estar erradicada, solo ha adquirido una nueva forma, representada,
esencialmente, por la privación de la libertad (Kelly, 2013). En este
sentido, la OIT define el trabajo esclavo como siendo “el estado o
condición de las personas sobre las que se ejercen todos o parte
de los poderes atribuidos al derecho de propiedad1” (CSI, 2008, p.
21).
Cuanto al trabajo forzoso, considerado como una forma de
esclavitud moderna por la OIT, el Convenio 29 de la organización
lo define como siendo “todo trabajo o servicio exigido a un individuo bajo la amenaza de una pena cualquiera y para el cual dicho
individuo no se ofrece voluntariamente” (CSI, 2008, p. 6). O sea,
1 “(..) cuando un individuo está obligado a trabajar contra su voluntad, bajo la amenaza de
la violencia o cualquier otra forma de castigo, su libertad está restringida y se ejerce sobre él
cierto grado de propiedad” (CSI, 2008, p. 21).
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“
[t]rabajo forzoso es el término utilizado por la comunidad internacional para denominar situaciones en las cuales las personas involucradas – mujeres y hombres, niñas y niños – tienen que trabajar
contra su voluntad, obligadas por sus contratistas o empleadores,
a través de, por ejemplo, la violencia y amenazas de violencia, o de
medios más sutiles como la acumulación de deudas, la retención de
documentos de identidad o las amenazas de denuncia ante las autoridades de inmigración. Estas situaciones pueden además incluir
casos de trata de seres humanos y prácticas similares a la esclavitud,
los cuales son términos similares pero no idénticos desde el punto
de vista legal (OIT, 2015, p. 01).
Este tipo de crimen se detecta, principalmente, en las industrias que utilizan mano de obra intensiva, tales como las de agricultura,
textil de manufacturas, de comercio y de prostitución (Anti-Slavery,
2015). El principal motivo por lo cual millares de personas están trabajando en condiciones análogas a la de esclavos, en su mayoría víctimas
del trabajo forzoso, es la ganancia de los individuos que buscan ganar
sobre la explotación de otros (Anti-Slavery, 2015). Así, para la determinación del trabajo forzoso en la práctica, es necesario que haya ausencia de consentimiento por parte de la víctima y una amenaza por parte
de otro individuo, tal como la violencia física, sexual y/o psicológica, la
encarcelación, la exclusión, la supresión de derechos y la privación de
la libertad (CSI, 2008).
En el Convenio de 1957 firmado por la OIT para la erradicación del trabajo forzoso, es apuntado que “no se puede recurrir nunca
al trabajo forzoso con fines de fomento económico, como medio de
educación política o como medida de discriminación, de disciplina en
el trabajo o de castigo por haber participado en huelgas” (OIT, 2015,
p. 01). Todavía, más de 20 millones de personas están en estas categorías, siendo el instrumento inapto en resolver la cuestión (OIT, 2015).
Asimismo, algunos países del continente americano como Estados Unidos y República Dominicana no han ratificado los convenios de la OIT
acerca de la esclavitud, lo que empeora la situación de los trabajadores
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en la región (OIT, 2015). Sin embargo, a fin de resolver la cuestión del
trabajo esclavo en el continente y buscando ofrecer mayor protección a
los trabajadores, es necesario que la Organización de los Estados Americanos (OEA) trabaje en conjunto para que todos los países además de
ratificaren las convenciones de protección a las relaciones laborales,
tengan políticas públicas efectivas en contra la esclavitud en sus territorios (CSI, 2008).
Por otro lado, a pesar de la correlación y proximidad entre
trabajo forzoso y esclavo, hay una diferencia clara entre ellos: mientras
el trabajo forzoso se vincula a la restricción de la libertad, el trabajo esclavo puede ocurrir mismo donde no hay restricciones de este
tipo (Haddad, 2013). Así, el trabajo esclavo “se caracteriza cuando hay
restricciones, por cualquier medio, de la libertad de locomoción, debido a la deuda contraída con el empleador o agente o cuando hay la
retención de documentos u objetos personales del trabajador” (Haddad, 2013, p. 01). O sea, el trabajo forzoso abarca menos situaciones
que la esclavitud, siendo esa más amplia (Haddad, 2013). Aunque haya
una diferencia clara entre los dos conceptos, la OIT ha equiparado el
trabajo forzoso a la condición análoga a de los esclavos – siendo los
términos utilizados aquí como sinónimos (Haddad, 2013).
En este sentido, las principales formas de coacción o factores
que facilitan el trabajo forzoso son la servidumbre por deudas1, la falta
de protección estatal, las restricciones a la libertad de circulación y las
intimidaciones (CSI, 2013). Con relación al primero, es importante
afirmar que las deudas representan el principal vínculo entre el empleado y el empleador y, así, pueden llevar las personas a perder el
control sobre su trabajo y por consiguiente a trabajar en condiciones
similares a de esclavitud (CSI, 2013). No obstante, las manipulaciones
traídas con las prácticas análogas a la esclavitud suelen ser sutiles y
pueden ser vistas en el pago de salarios inferiores al sueldo mínimo
1 “El estado o la condición que resulta del hecho de que un deudor se haya comprometido a
prestar sus servicios personales, o los de alguien sobre quien ejerce autoridad, como garantía
de una deuda, si los servicios prestados, equitativamente valorados, no se aplican al pago de la
deuda, o si no se limita su duración ni se define la naturaleza de dichos servicios” (CSI, 2008,
p. 22).
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y en el cobro de precios excesivos por el transporte, alimentación y
herramientas, por ejemplo (CSI, 2008).
Con relación a la ausencia de protección estatal, el Estado puede ser culpado directamente por el trabajo forzoso cuando
se aprovecha de las explotaciones económicas de los individuos, por
ejemplo (CSI, 2008). Asimismo, indirectamente el aparato estatal puede ser responsable por la esclavitud cuando es “incapaz de ofrecer una
protección adecuada a los trabajadores debido a su limitada capacidad institucional, presencia o poder local, o a la corrupción, o si se
niega a ofrecer dicha protección dada la ilegalidad o irregularidad de
la actividad laboral” (CSI, 2008, p. 13). Las intimidaciones pueden
ser en forma de violencia o amenazas, pasando por diversos tipos de
privaciones. Cuanto a las privaciones, pueden ser ejemplificados los
trabajadores enjaulados en viviendas particulares, las mujeres que son
obligadas a trabajar en prostíbulos y las personas desplazadas en zonas precarias sin posibilidad de regreso a su región natal (CSI, 2008).
Según la OIT, hay el trabajo forzoso impuesto por el Estado y
lo impuesto por agentes privados – siendo para fines de explotación
sexual o económica. Con relación al trabajo forzoso impuesto por el
Estado, se puede citar el servicio militar obligatorio y la participación en obras públicas (CSI, 2008). Ya el trabajo forzoso impuesto por
agentes individuales se refiere a las mujeres y hombres que entran en
la prostitución forzada, en la servidumbre por deudas y en el trabajo
doméstico forzoso, por ejemplo. La imagen ejemplifica lo presentado:
(CSI, 2008, p.24)
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En este sentido, es necesario que hayan políticas públicas direccionadas por la OEA en contra las imposiciones del trabajo forzoso,
sean ellas impuestas por el Estado o por agentes individuales. Solo así
actividades como la prostitución y la servidumbre por deudas – que
son las nuevas formas de la esclavitud moderna – serán eliminadas
(CSI, 2008).
2.2. La esclavitud moderna
Las prácticas análogas a la esclavitud han ganado un aspecto
moderno y sencillo. La gran diferencia entre la esclavitud moderna y
la tradicional es que la primera es oculta y difícil de ser identificada,
en cuanto que la segunda – oriunda del siglo pasado – era vista y de
conocimiento de todos. En este sentido, la esclavitud no ha sido erradicada por los tratados señalados en el siglo pasado, sino que sigue
fuerte y afecta millares de personas en todo el mundo (Anti-Slavery,
2015). Según especialistas, actualmente las principales víctimas del trabajo esclavo moderno son las mujeres y niñas, además de los indígenas
(Bazán, 2010).
En efecto, es importante apuntar que existen características
que diferencian la esclavitud de otras violaciones a los derechos humanos: primero, el esclavo es obligado a trabajar – en grande parte de los
casos, bajo amenazas físicas o psicológicas; él se torna propiedad del
empleador, es deshumanizado, tratado como mercancía, y posee restricciones cuanto a su locomoción (Anti-Slavery, 2015). Entre los tipos
de esclavitud moderna, se puede destacar la prostitución forzada, la
subcontratación ilegal, los matrimonios forzados, el trabajo realizado
por muchas familias para pagar sus atrasos generacionales1 y el trabajo
infantil (Anti-Slavery, 2015). Todas las formas de esclavitud moderna
son consideradas crímenes, como proscrito en la convención suplementaria de 1956 de las Naciones Unidas (OIT, 2015).
1 Atrasos generacionales son los débitos dejados de generación para generación de una familia. De esta forma, la deuda que era del padre pasa al hijo y así sucesivamente (Kelly, 2013).
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De acuerdo con las determinaciones de la OIT, las puniciones
sugestionadas para las personas que practican el trabajo esclavo en sus
empresas e industrias es la detención, que puede ser de hasta veinte
años. Además de eso, define que para las víctimas debe haber toda
la ayuda del aparato estatal, para que esas sean indemnizadas por el
daño generado (OIT, 2015). Todavía, como mencionado, ni siempre
las políticas propuestas por los ordenamientos y convenciones de la
OIT son incorporadas a nivel nacional (OIT, 2015). Además de eso, es
importante apuntar que cada país posee su jurisdicción acerca de la esclavitud definida, lo que empeora las decisiones de la OEA con relación
al tema. Así, es importante que el órgano proponga medidas conjuntas
para la prevención y punición de las empresas, personas o industrias
que practiquen el trabajo forzoso o esclavo (CSI, 2008).
Como una forma moderna de la esclavitud, la prostitución es
definida como “cualquier acto sexual ofrecido a cambio de una recompensa o con fines de lucro” (ACNUR, 2002, p. 33) y se hace presente
en casi todos los países de América y afecta millares de niñas, mujeres
y hombres. Todavía, la prostitución forzada – definida por la prostitución que ocurre cuando personas son obligadas a realizar actos sexuales,
contra su voluntad y bajo amenazas e intimidaciones a cambio de dinero – es la que interesa para ese artículo, haya vista que la prostitución
de los mayores de 18 años, que la hacen por su propia voluntad, es
permitida en algunos países de la región (ACNUR, 2002). Generalmente, las personas que son víctimas de la prostitución forzada pierden el
control de sus hijos, que pasan a ser propiedad del dueño de sus madres, además de vivieren bajo la pobreza y amenazas (ACNUR, 2002).
Es decir, los hijos de las mujeres acaban por entrar en el mercado de la
prostitución infantil y, así, la posibilidad de tornarse víctimas de la trata
de personas en el futuro es casi cierta (ACNUR, 2002).
Con relación al matrimonio forzoso, las mujeres son especialmente vulnerables, aunque mujeres y hombres sean víctimas del
mercado sexual (ACNUR, 2002). En este sentido, las Naciones Unidas
han añadido “la adquisición de niñas mediante compra disimulada en
forma de pago de dote, siempre y cuando no sea la costumbre normal
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de casamiento” (ACNUR, 2002, p. 39) como una de las prácticas análogas a la de
esclavos. Hay tres tipos de instituciones/acciones consideradas por la Convención
de las Naciones Unidas1 como esclavitud con relación a los matrimonios: primero
cuando una mujer es dada a un hombre en cambio de dinero – el pago de un
dote2; después cuando ella es ofrecida por el propio esposo a un tercero; y por
último, cuando la mujer es ofrecida por medio de herencia al hermano o miembro
de la familia de su marido muerto (ACNUR, 2002). Así, fue declarado que todos
los países signatarios de la convención deberían definir edades mínimas para los
matrimonios, además de crear procedimientos por los cuales los novios expresen
su voluntad y consentimiento con relación a la boda (ACNUR, 2002).
Ya los atrasos generacionales pagos por muchas familias a través del trabajo forzoso pueden ser relacionados con la servidumbre por deudas. En este tipo
de servicio los salarios son menores que los atrasos, para que así la familia no se
pueda desinvolucrar de la deuda y, de esta manera, no cese nunca de trabajar
(Kelly, 2013). Así, hay una descent-based slavery en la familia, o sea, las personas
que nacen ya se quedan involucradas con las deudas generacionales, se quedando
esclavos por algo que no hicieron (Kelly, 2013). Dado que ese servicio afecta millares de personas – principalmente de las regiones menos favorecidas –, la OIT exige
su eliminación, visto que también es considerado como análogo a la esclavitud
(Kelly, 2013).
Por último, el trabajo infantil o servidumbre infantil es considerado un
crimen gravísimo, dado que todos los niños son protegidos por la Declaración de
los derechos de los niños. Todavía, los números demuestran que el trabajo infantil
existe y se hace presente en la realidad del continente americano. Una de las medidas tomadas por la OIT para disminuir el número de niños trabajando es exigir de
los estados miembros el establecimiento de una edad mínima3 para el trabajo y de
1 Convención Suplementaria de 1956.
2 Es importante ser apuntado que la dote no es visto como comercio por muchas sociedades,
a ejemplo de India. Todavía, en la mayoría de los países de región americana, tal acto es visto
como ilegal y como un tipo de esclavitud moderna.
3 “El Convenio se adoptó con el fin de prevenir la explotación del trabajo infantil mediante el
establecimiento de una edad mínima para trabajar no menor de la edad en que cesa la obligación escolar pero no inferior a 15 años (14 años para los países cuya economía y medios de
educación estén insuficientemente desarrollados). El Convenio permite que los niños de entre
13 y 15 años (12 años en los países en desarrollo) realicen trabajos ligeros. La edad mínima
para los trabajos arriesgados que puedan resultar peligrosos para la salud, la seguridad o la
moralidad de los menores está fijada en 18 años” (ACNUR, 2002, p. 42).
Será abordado en la sección 5.
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esta manera, garantizar el desarrollo mental y físico de los niños (ACNUR, 2002).
Haya vista todos los tipos de esclavitud moderna, que millares
de personas se encuentran en condiciones análogas a de los esclavos
en América. La existencia de relaciones laborales abusivas en la región
es una amenaza a las estructuras sociales de todo los países, siendo necesarias acciones conjuntas de la OEA en contra los efectos de tamaño
problema social.
2.3. La amenaza impuesta por la esclavitud a las estructuras sociales del Continente Americano
Como visto, el continente americano es una de las regiones
donde más hay personas víctimas de los trabajos análogos a la esclavitud. Según la OIT, en Haití, uno en cada diez niños se encuentra en
condiciones de trabajo forzoso y esclavo; en Bolivia, más de 21 mil
personas sufren con la esclavitud en sus empleos (Bazán, 2010). En
este sentido, se estima que existen más de 1,3 millones de personas
eslavizadas en la región de América Latina, siendo Argentina (77.300
personas) y Venezuela (60.900 personas) líderes en los casos de trabajo
forzoso (Fundación Walk Free, 2014). La realidad brasileña también no
es distinta: en 2013, trabajadores bolivianos fueron encontrados en
condiciones análogas a la esclavitud en una fábrica en la ciudad de São
Paulo1(Fundación Walk Free, 2014). De hecho, Brasil está enfrentando
juicio de la Corte Interamericana de Derechos Humanos por denuncias de trabajo esclavo en la Hacienda Brasil Verde, donde personas
estarían enjauladas desde 1998 en condiciones análogas a la esclavitud
(AGENCE FRANCE-PRESSE, 2016). Tal caso demuestra que la acción
unilateral de los países americanos en contra el trabajo esclavo no es
efectiva (CDI, 2009).
Así, la instabilidad del continente con relación a los derechos
humanos es perceptible, pues la esclavitud es una violación gravísima de la dignidad humana. Además de eso, la existencia del problema
1 Será abordado en la sección 5
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señala la vulnerabilidad del continente con relación a los niveles de
desarrollo económico y social (Fundación Walk Free, 2014). En este
sentido, las personas en condiciones de esclavos en la región, en su
mayoría, se encuentran en condiciones de miseria, dado que no es
permitido a esas personas el derecho de desarrollo y, así, ellas trabajan solamente para comer y pagar sus deudas ( Valdeci, 2013). Luego,
todo el panorama de inestabilidad contribuye para el desgaste de las
estructuras sociales, que se tornan incapaces de ofrecer la seguridad
y protección a las cuales todas las personas tienen derecho ( Valdeci,
2013).
De esta manera, es necesario que los países reconozcan el problema y elaboren políticas públicas efectivas para el combate al trabajo
esclavo. Además de eso, es necesario que el estado movilice fondos
para la erradicación del problema, por medio de anuncios e informes
acerca del peligro ofrecido por la esclavitud a las estructuras sociales.
(Bazán, 2010). Por fin, es necesario dedicar atención y apoyo - por intermedio de instituciones que se queden responsables por eso – a todas las víctimas del trabajo forzoso, ofreciendo la posibilidad y garantía
de retorno a sus vidas normales.
En verdad, existen iniciativas en este sentido, a ejemplo del
Centro Demostrativo de Indumentaria (CDI)1, que recibe y agrupa
personas víctimas de la esclavitud (Castro, 2012). O sea, una de las
soluciones podría ser la creación de una ley que sancione criminalmente a las tiendas o industrias responsables por someter personas
a condiciones de trabajo análogas a la de esclavos, formando, en su
lugar, cooperativas sostenibles donde los trabajadores puedan ejercer
sus actividades de forma digna (CDI, 2009). Todavía, hay que tener
una atención especial en el cumplimiento de las leyes, pues muchas
existen y no son debidamente aplicadas (CDI, 2009). En este sentido,
la OEA puede ser el órgano responsable por observar el cumplimiento
de las normas por los países miembros (CDI, 2009).
1 “Espacio que se creó en 2009 para modificar la situación actual de la industria textil en
Argentina, fijando parámetros que permitan desarrollar un modelo de producción y comercialización sustentable y dando trabajo a víctimas de talleres clandestinos.” (CDI, 2009, p. 01).
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Algunos países de la región ya han iniciado la lucha en contra
los efectos de este problema regional, como Estados Unidos y Brasil,
que lideran los números de políticas en favor de la erradicación del
problema (Agencia EFE, 2013). Todavía, aún es necesario que la indiferencia con los derechos humanos y la contradictoria aplicación de
las leyes en algunos países1 sean eliminadas, para que los riesgos de
la esclavitud permanecer en el continente sean nulos (Agencia EFE,
2013).
3. América Latina y el trabajo esclavo: el efecto dominó
“
La instrucción es muy difícil. No les importa que llueva o haga sol.
Si estás demasiado cansado y no puedes seguir, te dan una paliza.
Una vez, poco después de enrolarme, me mareé. No podía seguir
y pedí que me dejasen descansar. Me contestaron: ‘Somos los Tigres. No puedes descansar’. Y luego me golpearon (Becker, 2008,
p. 191).
Como visto en el tópico anterior, las manifestaciones de la
esclavitud moderna2, en muchos casos, suelen ir acompañadas de otras situaciones de violación a los derechos humanos que están ligadas
a la condición social, política y económica de las sociedades. La lista de
circunstancias agravantes que acompañan la esclavitud y sus prácticas
análogas es prácticamente ilimitada. En los casos más graves abarca
la privación de la identidad (al cambiar el nombre de la persona por
otro correspondiente a una religión o identidad étnica distinta, por
ejemplo), la obligación de hablar en otro idioma y de cambiar de religión
o el ejercicio de coerción sobre la víctima (Farbey, 2007; Weissbrodt,
1 Contradictoria se refiere al modo erróneo con el cual países como EE.UU, República Domi-
nicana, Haití y Argentina tratan la cuestión del trabajo esclavo, pues, a despecho de leyes que
sancionan y condenan el problema, los números indican que el trabajo forzoso aún se hace
presente.
2 Ver la subsección 2.2
194
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2002). Por eso, serán analizados tres fenómenos, de acuerdo con el
contexto del continente americano, que están ligados al problema de
la esclavitud moderna: la trata de personas, la vulnerabilidad que tienen los niños y, a partir de una perspectiva de género, los agravantes
que sufren las mujeres.
3.1 Vidas transnacionales y la esclavitud: el problema de la trata de personas
En la Convención sobre la Esclavitud (1926) se definió la trata
de esclavos como:
“
[t]odo acto de captura, de adquisición o de disposición de una
persona con intención de someterla a esclavitud; todo acto de adquisición de un esclavo con intención de venderlo o de cambiarlo;
todo acto de cesión por venta o cambio de una persona, adquirida
con intención de venderla o cambiarla, y, en general, todo acto de
comercio o de transporte de esclavo (Sociedad de Naciones, 1926,
p. 10)
De hecho, la trata de personas es efecto y causa del proceso
de esclavitud y hoy en día es cada vez más difícil vigilarla y controlarla,
frente al enorme aumento de la migración mundial, al carácter secreto
de la trata y a las amenazas de violencia asociadas a ella, particularmente cuando se involucra al crimen organizado (Farbey, 2007; Weissbrodt, 2002).
Inicialmente, es necesario constatar que la trata de personas y
la esclavitud contemporánea en el continente americano demuestran y
son consecuencias de los problemas sociales, económicos, criminales y
de migración de la región (Carbajal, 2008; Acharya & Stevanato, 2005).
Eso porque, en contextos de vulnerabilidad económica y/o social, se
queda muy probable que las personas sean obligadas, conscientemente o no, a aceptar situaciones extremas que hacen con que sean esclavizadas o víctimas de la trata (Farbey, 2007; Acharya & Stevanato, 2005).
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Además, el tráfico de personas es una operación comercial extremadamente rentable, una vez que la inversión es mínima y el lucro es
altísimo - de acuerdo con la OIT, el tráfico de personas está en el tercer
lugar de los negocios ilegales más rentables a nivel mundial (Bayón,
2013; Carbajal, 2008). Así, tenemos todo un contexto regional que
propicia la práctica de la trata de personas y, consecuentemente, la
esclavitud.
Además, otro agravante de la trata (y, consecuentemente, de la
esclavitud) son los movimientos de migración transnacional, que han
crecido en los últimos años y, así, están cada vez más difíciles de controlar. Con eso, la situación ha ganado mucha importancia en las discusiones internacionales, que desean crear una gestión internacional
de la migración1 (Kron, 2011). Eso porque, en los últimos años, hubo
un gran cambio en la perspectiva que la sociedad internacional tiene
de los migrantes; antes existía una visión de “detener o coaccionar a
las personas y cerrar las fronteras” (Kron, 2011, p. 54), pero hoy los
discursos y prácticas de migración suelen ir acompañados por políticas
que visan ordenar estos movimientos y también gobernar las fronteras,
permitiendo así la mejora del impacto de la migración y el control de
la trata de personas (Kron, 2011).
La idea de regularizar y controlar de forma más eficaz la migración es muy importante, especialmente en una región como América,
en la cual la migración irregular está directamente relacionada al crimen organizado, al tráfico de drogas y armas y a la prostitución. Añadida a las dificultades sociales, culturales y económicas, también se nota
una gran dificultad política: la corrupción, que facilita el trabajo de los
criminosos y, ya que impide el control efectivo de las fronteras, sigue
siendo uno de los mayores obstáculos en la lucha contra el crimen
1 La noción de la gestión internacional de la migración es basada en discursos y prácticas que
pretenden optimizar el impacto de la migración internacional por medio de la creación de un
nuevo régimen global de regulaciones y normas para la gobernanza de la movilidad transfronteriza (Kron, 2011). Esta noción fue formulada por Bimal Gosh en la época posterior al fin de
la Guerra Fría, a solicitud de la Comisión de las Naciones Unidas sobre Gobernanza Global
(Global Governance), y es propuesta en un modelo con tres pilares: (i) armonizar la política y
los intereses de todos los estados interesados; (ii) crear un nuevo acuerdo internacional sobre
movilidad global; y (iii) fortalecer el rol de actores distintos de los gobiernos en la elaboración
de políticas migratorias (Ghosh, 2000; Kron, 2011)
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organizado, la trata y el tráfico en el continente americano. Asimismo, el continente “no es solo corredor para la trata, sino que
además son países de origen, de tránsito y de destino, con trata de
personas tanto interna como a nivel internacional” (Bayón, 2013,
p. 2).
De esta forma, se comprende que el continente americano,
especialmente Latinoamérica, presenta un gran cuadro de trata y
esclavitud, y que esta se manifiesta tanto a nivel continental, como
a nivel nacional. Así es necesario atentar a la calidad de vida social
y económica del continente, internacionalmente pero, incluso, en
el interior de cada país. Un ejemplo es el Plan de Acción Nacional,
creado en Brasil, que se tornó un modelo para la lucha contra la
trata y el tráfico. Eso porque el Plan fue elaborado de forma distinta del común; primeramente, buscaba incorporar y fortalecer los
interlocutores fundamentales en el marco de la lucha contra el trabajo forzoso del país; después, tuvo un enfoque en la situación de
las víctimas, con el aumento de su apoyo y reparación y de mayor
incremento de las condenas, a fin de “rehabilitar a los trabajadores
rescatados e impedir que sean nuevamente presas” (Departamento
de Trabajo de los Estados Unidos, 2007, para. 6).
Así, se puede concluir que la gestión efectiva contra el crimen organizado, además de la protección de fronteras, tiene inicio
en la lucha contra el origen del problema - las dificultades sociales,
económicas y políticas. Lo que significa que se la debe pensar de
forma a articular la gestión internacional de la migración con leyes eficaces, mecanismos contra la corrupción y políticas públicas
que mejoren la calidad de vida en todos los países de la América
(Bayón, 2013) Así, la OEA actuaría como personaje central en esta
tarea, siendo el órgano de unión y cooperación de los países para
elaborar la gestión de la migración, pero también actuaría a fin de
proponer y realizar la elaboración de las medidas necesarias a este
combate.
3.2 La vulnerabilidad de los niños
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197
La flaqueza física, la inmadurez, la ingenuidad. Los niños están
muchas veces más vulnerables que todos los otros a sufrir con la trata y la
esclavitud, especialmente en un contexto de desequilibrio social, político
y económico. Sin embargo, la necesidad de proteger a los niños de las
prácticas de explotación fue reconocida oficialmente a nivel internacional
solamente a principios del siglo XX, cuando la Sociedad de las Naciones incluyó la protección del niño en el ámbito de su trabajo sobre la eliminación
de la esclavitud y la trata de esclavos. En 1999, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) adoptó el Convenio No 182, sobre la prohibición de
las peores formas de trabajo infantil y la acción inmediata para su eliminación, cuyo artículo 3 define las peores formas de trabajo infantil como:
“
Todas las formas de esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud, como la venta y el tráfico de niños, la servidumbre por deudas
y la condición de siervo, y el trabajo forzoso u obligatorio, incluido
el reclutamiento forzoso u obligatorio de niños para utilizarlos en
conflictos armados (OIT, 1999, art 3);
De hecho, el combate a la esclavitud de los niños, además del
combate al trabajo infantil forzoso, debe ocurrir junto a medidas para
protegerlos de una situación muy común en la región: el reclutamiento
con miras a participar en un conflicto armado (Weissbrodt, 2002). Son
los llamados “niños-soldados”, que son utilizados en todo el mundo, sea
por grupos armados, sea por Estados, en los campos de guerra. Muchos
comandantes de los grupos armados buscan a los niños justamente por
su inmadurez e ingenuidad, características que los hacen más vulnerables.
Ellos creen que los niños cumplen órdenes con más rapidez, ya que no las
cuestionan, y también que suelen ser adoctrinados con más facilidad que
adultos (Becker, 2008). Sin embargo, es importante notar que el mismo
contexto que deja los niños vulnerables a estos peligros también los puede
motivar a participar de los conflictos, como es el caso de los niños que
tienen motivaciones económicas para envolverse en el trabajo infantil o
aquellos que, debido a las atrocidades cometidas por las fuerzas armadas
de su país contra su pueblo o familia, se sienten motivados a luchar contra
ellas (Becker, 2008; Weissbrodt, 2002).
198
19th AMUN / AMERICAS MODEL UNITED NATIONS
Eso significa que las dificultades económicas y sociales de los
países que integran la OIT, principalmente de los países de Latinoamérica y Caribe, propician el fenómeno del trabajo infantil, donde,
según datos de la organización (2013), existen 13 millones de niños
en esta situación. Un agravante es que, además de la explotación, las
condiciones de vida, alimentación, trabajo e higiene a que son expuestas las víctimas del trabajo infantil afecta todo su desarrollo mental
y físico, incluso su salud (ACNUR, 2012). Sin embargo, el sector que
más concentra los niños en situación de trabajo infantil, la agricultura,
con 59%, es también uno de los que ofrecen más riesgos de muertes
relacionadas con el trabajo, accidentes no mortales o enfermedades
profesionales (OIT, 2013).
Por otro lado, los niños-soldados, además de vivir en condiciones degradantes, son expuestos a un contexto que los cambia completamente (Becker, 2008); eso porque reciben un entrenamiento militar
extremadamente fuerte y adoctrinador, que los enajena a comportarse
como quieran los grupos armados. Así, están presos a un sistema donde sufren psicológicamente y físicamente, ya que, en la mayoría de los
casos, no tienen ni el derecho de descansar, con riesgo de sofrieren
más con los castigos. En los contextos más graves, como de los niños
comandados por las FARC-EP, el castigo suele ser su asesinato, no solamente si intentan huir, pero también si duermen durante la guardia o
si pierden una arma (Becker, 2008).
Incluso, cuando un conflicto termina o se consigue un acuerdo de paz, se tiene un momento de desmovilización de los grupos
armados; lo que significa que los niños-soldados están se reintegrando
a la sociedad. La realidad es que, en la mayoría de las veces, no hay
medios eficaces de rehabilitación y reinserción en la sociedad, así que
los niños muchas veces no consiguen rehabilitarse solos. Por eso, sufren peores consecuencias sociales: ellos no consiguen reingresar en la
comunidad y así suelen recurrir a la criminalidad o volver a integrarse
a grupos armados; en el caso de las niñas, ellas se quedan con sus traumas psicológicos, resultado de los años de explotación física, militar
y sexual, ya que es más difícil tener programas de rehabilitación para
ellas (Becker, 2008).
19th AMUN / AMERICAS MODEL UNITED NATIONS
199
Así como en la discusión de la trata de personas, se hace necesario que el combate internacional contra la esclavitud y la explotación de los niños, además de hacer un trabajo preventivo, se preocupe
también en hacer un trabajo correctivo. También porque ya se ha admitido en el plano internacional que los niños, debido a su inmadurez
y vulnerabilidad, necesitan de una protección especial a sus derechos
fundamentales ( Weissbrodt, 2002). Así, además de crear mecanismos
que los protejan y aseguren que sus derechos no sean violados, se
necesita desarrollar programas y trabajos de reintegración, educación,
desarme, desmovilización y rehabilitación de los niños. De este modo,
así que los niños se queden libres del trabajo infantil o de grupos armados, serán logrados medios de rehabilitarlos y reintegrarlos en la
sociedad de que fueran retirados ( Weissbrodt, 2002).
Como fue afirmado en la Conferencia Mundial sobre trabajo
infantil (2010), en Haya, además de la obvia razón ética, la eliminación
del trabajo infantil presenta también un gran factor económico y social.
Eso porque el trabajo infantil degrada el capital humano de una nación (Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil,
2011); con eso, su eliminación efectiva produce beneficios sociales y
económicos “dado que contribuye a que los hogares rompan el ciclo
de la pobreza, y ayuda a los países a avanzar en el desarrollo humano”
(Hoja de ruta, 2010, p. 1)
En estudio realizado sobre el trabajo infantil y las medidas que
deben ser tomadas para resolver la situación, el IPEC (2011) presenta
tres respuestas clave para avanzar en esta lucha: (i) prevenir que los
niños más pequeños realicen trabajos peligrosos; (ii) proteger a los
adolescentes del trabajo peligroso; y (iii) crear el marco de políticas
adecuado. Para lograr el primer objetivo, se hace necesario el aumento
de los esfuerzos para que los niños cumplan toda la jornada escolar o,
por lo menos, estudien hasta que tengan la edad mínima para trabajar; así los gobiernos harían una evaluación del sistema educacional de
cada país y los obstáculos que impiden la completa educación de los
niños. A menudo se encontrarían “soluciones a nivel local para proporcionar al menos medidas provisionales que permitan” (IPEC, 2011,
p.77) la (re)inserción escolar de los niños.
200
19th AMUN / AMERICAS MODEL UNITED NATIONS
Sin embargo, es primordial a la segunda respuesta la mejora
de las condiciones de seguridad y salud de los trabajadores, incluyendo salvaguardias específicas a los niños. Para eso es necesario que se
atente a las leyes que controlan el mercado de trabajo de cada país, a
fines de que ellas protejan a los niños. Ya con vista a la tercera clave,
es necesario un movimiento político para solucionar las causas fundamentales del problema, la pobreza y la falta de acceso a una educación
de calidad y a oportunidades, incluso las oportunidades ofrecidas a los
adultos, para que ellos puedan garantizar que sus hijos puedan estudiar (IPEC, 2011).
3.3 Las particularidades de la esclavitud de las mujeres
“
Los dueños de esclavos necesitaban demostrar que eran hombres
fuertes, violentos y viriles que gobernaban como querían los pequeños reinos de la autocracia blanca que eran las plantaciones
jamaicanas. ¿Qué mejor manera de hombres blancos demostraren
quién estaba en el control que tener la escoja de mujeres negras
siempre que eligieran? (Burnard, 2004, p. 160, traducción propia)
Lo que se comprende del extracto es que la esclavitud siempre
ha sido (y sigue siendo) una relación de alta dominación de género,
con una compleja interacción de factores económicos y socioculturales
de las sociedades; y como es comprobado en el artículo de Patterson
(2011), la mayoría de las personas esclavizadas en el mundo son mujeres. En una perspectiva histórica, eso se explica por la vulnerabilidad física y la invariabilidad económica de la mujer; cuando no eran necesarias en las actividades económicas, las mujeres siempre han sido útiles
como reproductoras o como objetos sexuales ( Weissbrodt, 2002).
En las principales formas contemporáneas de esclavitud y trata
de personas, las mujeres suelen continuar siendo las que más sufren y
la naturaleza de género de estas prácticas se centra en la dominación y
la explotación sexual de la mujer, que tienen sus principales manifestaciones en la prostitución, el turismo sexual, el matrimonio forzoso y
19th AMUN / AMERICAS MODEL UNITED NATIONS
201
la venta de esposas. En algunos casos de esclavitud también se impide
a las mujeres que ejerzan su derecho a contraer matrimonio, tener
hijos y a fundar una familia ( Weissbrodt, 2002). Por ejemplo, de acuerdo al Informe Mundial sobre la Trata de Personas 2012 de UNODC,
de las víctimas de la trata en el mundo, 76% son mujeres y niñas; ya
según datos de la OIT, es estimado que de las personas explotadas
económicamente 54% sean mujeres y niñas y, según un informe de
2005 divulgado pela misma organización, de las personas que son explotadas sexualmente 98% son del sexo femenino. Así, es importante
atentar para las peculiaridades de género que existen en la realidad
de personas esclavizadas, las relaciones de dominación de género y
la explotación sexual (Patterson, 2011; Bayón, 2013; Krahe; Temikin
2008; Weissbrodt, 2002).
Inicialmente, para tratar de la realidad femenina en la esclavitud, es necesario analizar la violencia contra la mujer en la sociedad
que se analiza. La noción actual de violencia contra la mujer abarca
todo acto que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico, en la vida pública o privada (Acharya & Stevanato, 2005). Así, según Heyzer (2002), la violencia basada
en el género, entre 1995 y 2000, había aumentado 50 por ciento, lo
que llevaba a una estadística de que las muertes o inhabilitaciones de
las mujeres entre los 15 y los 44 años de edad eran más frecuentes debido a la violencia de género que por el cáncer, la malaria, los accidentes de tránsito y las guerras, por ejemplo (Acharya & Stevanato, 2005).
Ya según datos del Mapa de la Violencia 2015, que trae estudios de lo período entre 1980 y 2013, el número de mujeres víctimas
de homicidio en Brasil ha aumentado en 252%. Aún según datos de
este mismo estudio, entre los cinco países con las mayores tasas de
feminicidios, cuatro son latinoamericanos (Brasil - 5º, Colombia - 2º,
El Salvador - 1º y Guatemala - 3º) y entre los 40 primeros, 16 son países
que integran la OEA ( Waiselfisz, 2015).
En este sentido, el contexto americano social, cultural y
económico, añadido de la idea de la naturaleza de género de la esclavitud, es primordial para comprender esta otra característica. El continente
202
19th AMUN / AMERICAS MODEL UNITED NATIONS
americano continúa a tener una sociedad extremadamente patriarcal, machista y desigual, donde las mujeres están más sujetas a enfrentar las consecuencias de la dominación masculina. Según datos
del Banco Mundial, “en los Estados Unidos cada 15 segundos una
mujer es violada por su marido, mientras que en México cada tres
minutos existe una violación” (Acharya & Stevanato, 2005, p. 511;
Weissbrodt, 2002).
Así, sobre el caso más mediático de trata y esclavitud de
América actualmente, en entrevista a BBC (2014), una joven desmovilizada de las FARC explicó la realidad de su vida como niña (fue
reclutada a los 12 años) y mujer en un grupo armado: ”Las FARC
querían contratar a niñas por esta razón, porque nadie sospecha
de una niña” (Los niños que escaparon de la guerrilla colombiana,
para. 9, 2014;). Además, ella relató casos en que las mujeres eran
prohibidas de tener hijos. Según ella, no importa cuánto tiempo
estén embarazadas, no serán libertas y ni van poder descansar, pues
las FARC, de cualquier manera, hacen con que aborten sus hijos.
De este modo, es posible ver una otra forma de violencia de género
con que las mujeres sufren en situaciones de trata o esclavitud (Los
niños que escaparon de la guerrilla colombiana, 2014).
En Centroamérica, no es raro que los padres vendan sus
hijas a traficantes con el objetivo de que ella consiga un empleo
mejor en ciudades extranjeras. Eso se pasa mucho en México, país
que también presenta una peculiaridad en el tema: la mayoría de
las mujeres víctimas de la trata continúan en el país. Según la justificativa de los traficantes, eso ocurre porque ya que el tráfico de
México suele ser conducido a los Estados Unidos y Canadá y la vigilancia es muy fuerte tanto en los aeropuertos como en las fronteras
terrestres. Por eso, es mucho más complicado y menos rentable
trasladarlas a estos países que traficarlas en territorio mexicano.
También porque, en México, hay una gran necesidad de mano de
obra femenina, y cuando las venden internamente, los traficantes
reciben una porcentaje por el trabajo que la mujer realiza (Acharya
& Stevanato, 2005).
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203
Utilizando de la perspectiva de género para analizar el tema
de la esclavitud y la trata, verificase que, así como los niños, las mujeres presentan vulnerabilidades específicas en estas situaciones. Con
eso, se hace necesario que los estudios, debates y formulaciones de
políticas públicas y leyes tengan, en consideración la transversalidad
de género1 a fin de lograr la ciudadanía plena de las mujeres y la
eliminación de la discriminación y la violencia de género. De hecho,
la OEA ya tiene, en su cuerpo de trabajo, un órgano que trata específicamente de la situación de las mujeres, la Comisión Interamericana
de Mujeres (CIM), establecida en 1928, siendo el primer órgano intergubernamental para asegurar el reconocimiento de los derechos
humanos de las mujeres (OEA, 2015).
La CIM tiene diversas funciones, pero tres de ellas se destacan por promover medidas que pueden resolver dos de los problemas a la lucha contra la esclavitud y la trata en América, la falta de
cooperación y las diferencias legislativas de los Estados Miembros. La
CIM, entre otros, i) apoya a los Estados Miembros en el cumplimiento de sus respectivos compromisos adquiridos a nivel internacional
e interamericano; ii) trabaja junto a los Estados Miembros, las organizaciones internacionales, grupos de la sociedad civil, la academia
y, también, el sector privado; y iii) promueve la adopción o adecuación de medidas de carácter legislativo necesarias para eliminar toda
forma de discriminación contra las mujeres (OEA, 2015). El funcionamiento de la CIM todavía cuenta con los planos estratégicos que
sirven como guía orientador de su trabajo; el último Plan Estratégico
fue elaborado para el período de 2011 a 2016 y tiene como principales estrategias de implementación:
1 El reconocimiento de que las políticas públicas interfieren de manera diferente en la vida de
hombres y mujeres; en la forma tradicional de desarrollo de estas políticas, ellas terminan contribuyendo al mantenimiento de las desigualdades basadas en el género. Así se hace necesario
reconocer a las mujeres como sujetos de derechos, con autonomía para participar en la vida
pública. También permite la diferenciación conceptual entre políticas de género – orientadas
a estrategias de ejercicio de derechos – políticas para las mujeres – que adoptan una lógica
asistencialista y contribuyen para mantener los roles tradicionales de hombres y mujeres en el
mantenimiento de la familia (UNODC, 2011).
204
19th AMUN / AMERICAS MODEL UNITED NATIONS
“
a. La alineación, articulación y coordinación del trabajo de la CIM
con las prioridades y las acciones de las Secretarías y demás órganos
de la OEA […] c. La institucionalización de un enfoque de derechos y de igualdad de género, que utilice el análisis de la dimensión
de género como un medio o herramienta y no como un fin en sí
mismo […] d. El impulso y apoyo al diálogo y a la cooperación
entre países. […] g. el monitoreo y la evaluación periódica de la
implementación del Plan Estratégico, al final de cada año con base
en el establecimiento de una línea de base institucional en la OEA.
(Comisión Interamericana de las Mujeres, 2011, p. 59-60)
Se puede ver que la CIM busca, por medio de sus objetivos
y estrategias, ampliar la cooperación entre países y garantizar la eficacia de los esfuerzos para acabar con la violencia de género en la
región. Sin embargo, esto no es suficiente; eso porque i) la sociedad
continúa muy machista y el tema todavía es visto como cuestión privada, y no como responsabilidad pública; ii) las medidas institucionales de punición, reparación y protección todavía no son eficaces;
iii) los sistemas de información precisan de más desarrollo; iv) los
recursos no son invertidos de forma eficaz; v) las personas que asisten las mujeres en situaciones de riesgo no están muy bien preparadas; y vi) todavía existen muchos obstáculos legislativos en los países
(UNODC, 2011).
Como constatado en informe de la UNODC (2011), los años
que siguen 1980 son un marco para los compromisos internacionales
de la región americana, principalmente de Latinoamérica, visto que
después de diversos procesos de democratización los países pasaron
por reformas legislativas y pudieron reconocer tratados internacionales que cambiaron la cuestión de los derechos humanos en la región,
lo que incluye el derecho de las mujeres. No obstante, estos cambios
necesitan de atención para enfrentar los obstáculos ya listados, así
que el “desarrollo de mecanismos de control social es esencial para
la ejecución de esta tarea” (UNDOC, 2011, p. 64).
19th AMUN / AMERICAS MODEL UNITED NATIONS
205
De este modo, los países que integran la OEA necesitan reconocer las dificultades y obstáculos presentes en cada país para que
puedan fortalecer esta lucha. Así, es importante, por ejemplo, investir
en i) el desarrollo de sistemas de información confiables y accesibles,
y que los datos e informaciones presentes en ellos tengan grande extensión y sean pasibles de las variables e interseccionalidades de raza,
etnia, origen, situación social, entre otras; ii) fortalecimiento de los
mecanismos de género y servicios especializados, así como una mejora en el manejo de los recursos humanos y financieros de estos; iii)
garantizar atendimiento digno a las mujeres en la justicia, seguridad,
salud y asistencia social; iv) la modificación de las legislaciones para
incorporar la transversalidad de género; v) la educación y creación de
cursos de capacitación para alumnos y profesionales en el ámbito del
género, para garantizar que la asistencia a mujeres en situación de riesgo sea eficaz; vi) la creación y aplicación de medidas institucionales
que incluyan sanción a los perpetradores, protección y reparación a las
víctimas y prevención de la situación de violencia (UNODC, 2011).
4. La esclavitud moderna: el régimen de subcontratación y precarización del trabajo
La necesidad de reglamentación y de mayor atención a las
condiciones precarias a que son sometidos, actualmente, algunos trabajadores, son factores que demuestran la importancia de un debate sobre las formas de esclavitud moderna en el ámbito laboral. La
subcontratación (también conocida como tercerización), no obstante
pueda ser ventajosa al trabajador en algunos casos, muchas veces se
presenta como una manera de encubrimiento de formas fraudulentas,
razón por la cual ha sido definida por algunos estudiosos como una
forma de esclavitud del siglo XXI (Sirias, 2008). En efecto, el trabajador
implicado en una relación de subcontratación no tiene garantizada su
protección laboral ni en la legislación ni en la práctica y generalmente
goza de peores condiciones de trabajo (Falvo, 2009).
206
19th AMUN / AMERICAS MODEL UNITED NATIONS
Así, la sección será dividida en tres partes: la primera abordará las definiciones, causas y consecuencias de la subcontratación;
la segunda ofrecerá un panorama acerca del continente latinoamericano; y la tercera una reflexión sobre la importancia de una cooperación entre los países de la OEA en la reglamentación de la tercerización.
4.1 La subcontratación laboral: definiciones, causas
y consecuencias
Las nuevas transformaciones económicas, tecnológicas y de
organización en el mundo actual han cambiado considerablemente
los mercados de trabajo. Antes, la estructura de empleo suponía un
vínculo de subordinación de tipo patrón-empleado en una empresa
determinada. Todavía, con el tiempo ha surgido un modelo fuera
del marco jurídico clásico, en que la relación no es pautada por un
contrato de trabajo entre empleado y destinatario final del producto
o servicio – la llamada subcontratación laboral (OIT, 1997).
También conocida como tercerización o externalización, la
subcontratación laboral es una práctica en la cual los trabajadores
están vinculados al beneficiario final del producto de su trabajo por
medio de una relación jurídicamente no-laboral. Son esencialmente aquellas relaciones de trabajo que implican una dependencia
económica bajo una forma contractual distinta a la del contrato laboral con el destinatario final del bien o servicio (Arias, 2015).
En otras palabras, el obrero es empleado de una empresa intermediaria, que fornece la fuerza de trabajo de sus trabajadores a la destinataria final. Luego, hay una relación triangular entre el trabajador,
la empresa contratada y la empresa contratante, como ilustrado a
seguir:
19th AMUN / AMERICAS MODEL UNITED NATIONS
207
(Palomino & Aloy, 2000)
En efecto, la subcontratación de la fuerza de trabajo tratase
siempre de una relación entre tres y que sólo existe y funciona en forma triangular. Se desarrollan siempre tres distintas relaciones reales,
pero se formalizan sólo dos de ellas – un contrato entre la empresa
intermediaria y la empresa final y otro entre la empresa intermediaria
y el trabajador. En la práctica, el trabajador está frente a un doble empleador (Tortello, 2010).
Durante los últimos años, la subcontratación laboral se ha
convertido en la herramienta preferida de las corporaciones transnacionales (Arias, 2015). Las razones que han llevado a la preeminencia de
la subcontratación laboral dentro de las estrategias empresariales son
diversas, pero gran parte de los estudios de caso, en diferentes países,
identifican como su objetivo principal la búsqueda por abaratamiento
del costo de la mano de obra (Ospina, 2012) como una manera de
aumentar los lucros y reducir los gastos.
Actualmente, la subcontratación laboral es una de las problemáticas laborales más graves a nivel global. La principal cuestión
tiene relación con los impactos negativos sobre las condiciones de
trabajo de los subcontratado y, para estudiosos, las subcontrataciones
laborales pueden ser consideradas como la nueva forma de esclavitud
del siglo XXI (Sirias, 2008), ya que el trabajador no tiene garantizados
algunos de sus derechos fundamentales, como el derecho a un seguro
social, vacaciones, décimo tercer mes, salud ocupacional, jornada laboral, salario fijos, y esto nada más sería que una forma de explotación
laboral (Ospina, 2012).
208
19th AMUN / AMERICAS MODEL UNITED NATIONS
Además, según Ricardo Antunes (2015), la relación triangular ya mencionada, en la cual las empresas contratan trabajadores por
medio de empresas intermediarias, es bastante similar a la relación
de esclavitud que ocurría en los siglos anteriores, donde los señores
propietarios de las tierras compraban esclavos y su fuerza de trabajo
de los comerciantes que vivían del tráfico (Mascarenhas, 2015). O sea,
respetadas las debidas diferencias, había una cierta tercerización de la
mano de obra, ya que la relación comercial no se daba directamente
entre el señor y el esclavo, pero si entre el señor y los traficantes que
intermediaban la venta.
Casi todos los estudios coinciden en que la atracción principal
de la subcontratación es la reducción de dichos costos por la vía de la
desprotección y precarización de los trabajadores (Fressman, 2005).
En efecto, los subcontratados acusan un alto nivel de precariedad laboral, bajos salarios y ninguna garantía de seguridad, salud y estabilidad.
Esto sucede en razón de las características de desmembración de las
relaciones de empleo y la ocultación de responsabilidades por incumplimiento de normas laborales en el trabajo (Arias, 2015). Aunque no
sea el objetivo del empleador, la relación triangular puede fácilmente
generar el encubrimiento de formas fraudulentas, “ampliamente observado en términos de precariedad laboral, condiciones de trabajo
y de impedimentos a la libertad sindical y a la negociación colectiva”
(Uriarte & Colotuzzo, 2009, p. 5).
Las peores condiciones de trabajo se traducen, por ejemplo,
en i) la remuneración, que es variable y no se adecua a los parámetros
aplicables al personal interno de la empresa contratante; ii) la inestabilidad laboral, que se queda sujeta a las oscilaciones productivas de
la empresa beneficiaria final, que puede realizar contratos por tiempo
determinado; iii) la total falta de protección en materia de salud, seguridad e higiene; iv) la necesidad de afiliarse en la seguridad como
asegurados voluntarios, ya que figuran como trabajadores independientes; y v) las dificultades en cuanto al ejercicio del derecho de sindicalización (Falvo, 2009).
19th AMUN / AMERICAS MODEL UNITED NATIONS
209
La cuestión de la sindicalización es muy relevante pues la
organización de los trabajadores es una manera de unir demandas y
concentrar esfuerzos en la lucha por la protección de sus derechos. El
problema es que la estructura sindical en Latinoamérica, generalmente
impuesta por la legislación, es descentralizada, lo que resulta en una
gran debilidad del sindicalismo (Falvo, 2009).
Aunque la subcontratación traiga muchas desventajas al
obrero, es importante apuntar que ese régimen puede, en algunos casos, traer ventajas al trabajador. Según el Informe VI (1) de la Conferencia Internacional del Trabajo sobre el Trabajo en régimen de subcontratación, “en una situación de exceso de mano de obra y de escasez
de puestos de trabajo, los acuerdos de subcontratación pueden ser la
única oportunidad que tengan los trabajadores para acceder al empleo” (OIT, 1997, p. 22). Además, “para determinadas categorías de demandantes de empleo que desean un tipo de trabajo menos rígido, el
trabajo en régimen de subcontratación se ha convertido en un importante instrumento de flexibilidad que les permite hacer compatibles
sus aspiraciones con las exigencias del mercado laboral” (OIT, 1997, p.
22).
Aun así, el aumento de la impunidad frente a los casos de flexibilización y precarización laboral, donde las empresas contratantes
niegan su responsabilidad y no ofrecen formas de protección a los derechos laborales de los trabajadores, trae la necesidad de construcción
de un debate a nivel mundial sobre posibles maneras de buscar una
mayor regularización del régimen de subcontratación. Eso porque,
aunque la subcontratación sea totalmente legal, las empresas tienen
la obligación de asegurarse de que no haya signos de esclavitud en los
procesos que las componen.
4.2 El régimen de subcontratación en el panorama latinoamericano
Aunque la subcontratación sea un fenómeno global, Latinoamérica está entre los destinos más populares para la realización de servicios
210
19th AMUN / AMERICAS MODEL UNITED NATIONS
de subcontratación, debido a la posibilidad de ofrecer mano de obra
calificada, infraestructura y desarrollo tecnológico a bajos costos
(KPMG, 2014).
Hoy, el fenómeno dominante son las multinacionales que
toman el trabajo forzoso, pagan muy poco y fabrican el producto en
sus subsidiarias en América Latina (Zamagni, 2015), siendo un claro
ejemplo de eso la industria textil (Pires de Carvalho, 2015). Por esa
razón, el presente tópico va a enfatizar la situación de los países latinoamericanos, que son los mayores destinatarios de las empresas
contratantes.
Con la crisis financiera de 2008, Latinoamérica surgió como
una importante alternativa a los centros de subcontratación en India,
China y Malasia. Desde entonces, ha ganado mucha fuerza, en razón
de la proximidad territorial con los Estados Unidos, afinidad cultural,
incentivos fiscales, y desvalorización de las monedas, como el real brasileño y el peso argentino, entre otros factores (KPMG, 2014).
Según el KPMG Outsourcing Report, divulgado en marzo de
2014, ocho países de Latinoamérica están en la lista de los 50 mayores
proveedores de servicios de subcontratación. Las naciones que más
tienen destaque son México, Chile, Brasil, Costa Rica, Argentina, Panamá, Uruguay y Colombia (KPMG, 2014)1. Eso demuestra la fuerza
del sector de subcontratación en el continente latinoamericano.
Además, fue destacado, en un estudio publicado en febrero
de 2016, el funcionamiento de 37.000 empresas de tercerización en
Latinoamérica (Brasil abriga 35.000 de éstas, aunque la legislación brasileña sea muy restrictiva) (CNN Expansión, 2016). Otro ejemplo es
México, que, por tener una industria regulada, recibe el impacto de la
informalidad en este mercado, pues de las 900 empresas registradas
bajo esta actividad, sólo 100 cuentan con registro ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), y de las cuales solamente 40% pagan
impuestos (CNN Expansión, 2016).
1 En América Latina, Colombia es un destino muy atractivo para el sistema de tercerización,
por ser un país poco burocrático y porque es el segundo país que ofrece mayor facilidad para
negociaciones, perdiendo apenas para Chile, que también posee ambiente muy favorable a las
empresas que buscan entrar en su mercado. Costa Rica y Panamá, por su vez, son destinos
populares de las empresas multinacionales debido a la proximidad con los Estados Unidos
(KPMG, 2014).
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211
En efecto, en los países latinoamericanos el aumento de la
subcontratación se ha manifestado en distintos sectores de la actividad
económica (Falvo, 2009). A nivel mundial, la actividad por excelencia
en la que prolifera la subcontratación es la relativa a la industria de
la construcción. Todavía, “podemos señalar que según el país de que
se trate pueden determinarse actividades específicas donde habitualmente se desarrolla esta modalidad de descentralización productiva”
(Uriarte & Colotuzzo, 2009, p. 41), lo que demuestra el cuadro abajo:
(Falvo, 2009, p. 04)
Aunque haya diferencias entre las actividades realizadas1, los
perjuicios de los trabajadores subcontratados son muy similares y evidentes. En Latinoamérica, la precarización del trabajo generada por las
políticas de subcontratación ha sido mucho más grave que en los países
desarrollados, ya que todavía no se ha creado una reglamentación que
pudiera ofrecer algún resguardo a los trabajadores que se encuentran
en esa situación (Iranzo y Richter, 2012). Eso porque, en la mayor parte
de los países latinoamericanos, se verificó una desregulación impuesta
por el Estado: Chile, Panamá, Ecuador, Perú, Colombia y, con diversas
modalidades, Argentina, Brasil, Uruguay y Venezuela.
1 La subcontratación se puede presentar en cualquier tipo de empresa, pero no hay duda que
las que más llaman la atención son las que forman parte de las cadenas globales, transnacionales o de grandes empresas nacionales. En estas cadenas de subcontratación se puede utilizar
servicios conexos de alto valor agregado (como diseño, contabilidad, control especializado de
calidad, etc.) como también los servicios de bajo valor agregado (vigilancia, limpieza, restaurante) (Toledo, 2012).
212
19th AMUN / AMERICAS MODEL UNITED NATIONS
Los aspectos centrales de esa política podrían resumirse en
dos grandes líneas. La primera fue la disminución de los beneficios
laborales concretos y la instauración de los denominados contratos
basura (contratos con nulos o escasos derechos, que llevaban a precarizar la relación de trabajo), y la desaplicación de la legislación laboral
(vía tercerización, subcontratación, creación de falsas cooperativas o
utilización inapropiada de ellas, empresas unipersonales, etc.) (Uriarte, 2007). “La segunda línea fue la privatización de los regímenes de
pensiones que se produjo en doce países latinoamericanos – Chile, Argentina, Colombia, Uruguay, México, Bolivia, El Salvador, Perú, Costa
Rica, Ecuador, Nicaragua y República Dominicana –, aunque no llegó a
implementarse en todos ellos” (Uriarte, 2007, p. 7).
Aun así, estudios demuestran que la tercerización en Latinoamérica, no obstante muchas veces traiga problemas de precarización
de las condiciones de los trabajadores, ha sido una manera de reducir
el desempleo. Según la OIT, el desempleo en Brasil, por ejemplo, ha
caído de 9,5% en 2000 para 6,8% en 2014.; pero 66,9% de los trabajadores viven en contratos temporarios. En los países desarrollados,
solamente 17% de los trabajadores no tienen contratos permanentes
(Chade, 2015).
Frente al expuesto, es seguro afirmar que la práctica de externalización de la producción y del trabajo, en los últimos años, se
ha extendido considerablemente en los países de Latinoamérica, tanto
como estrategia desarrollada en forma abierta, que ha proporcionado
más empleos a la población, como de modo soterrado, para disimular
o evadir algún problema laboral (Tortello, 2006). Ese aumento debería
estar acompañado de reglas y legislaciones que tengan como objetivo
proteger a los trabajadores, bajo pena de violar los derechos fundamentales en hipótesis de situación de esclavitud y condiciones precarias de trabajo.
4.3 Cooperación entre los países americanos: importancia para la regulación del régimen de subcontratación
19th AMUN / AMERICAS MODEL UNITED NATIONS
213
Desde la Carta de la Organización de los Estados Americanos
se han dado avances de grande importancia para el fortalecimiento y
mejoramiento de la cooperación jurídica y judicial entre los miembros
de la OEA, lo que ha permitido la creación de mejores mecanismos
de desarrollo y protección de los derechos humanos. No se tratan de
simples acciones aisladas, inconexas o puntuales – por lo contrario.
La cooperación regional es indispensable pues, por intermedio del intercambio de información y experiencias, la coordinación de políticas
públicas y la consolidación de las relaciones entre los miembros, es
posible unir la fuerza de los Estados en busca de un objetivo común
(OEA, 2015).
De hecho, la complejidad de las relaciones de trabajo requiere
una respuesta interdisciplinaria y coordinada, que necesita de la ayuda
de varios actores de la sociedad, en todos los países del continente
americano. De hecho, la capacitación y la creación de herramientas de
cooperación entre los países miembros en la lucha contra las condiciones precarias en la subcontratación y la esclavitud es la mejor manera
de promover su eliminación (OEA, 2015).
Como mencionado, la cuestión de la subcontratación todavía
no ha sido reglada de manera conjunta entre las diferentes naciones
del continente americano, aunque cada país tenga sus propias disposiciones sobre el tema. La mayoría de los instrumentos normativos que
regulan las relaciones de tercerización establecen que la empresa contratante tiene responsabilidad solidaria1 sobre el obrero y debe, por
eso, responder también por los derechos laborales. La responsabilidad
solidaria es una herramienta muy importante que la legislación dispone al trabajador para asegurar sus créditos laborales, pero al final es
insuficiente pues el obrero en muchos países tiene que recorrer un
gran camino jurídico para alcanzar la garantía de sus derechos (Falvo,
2009).
1 La responsabilidad solidaria es aquella en que la empresa principal responde conjuntamente
con la empresa intermediaria, según el caso, respecto de las deudas laborales y previsionales
que tengan estas con sus trabajadores. El trabajador debe entablar la demanda en contra de su
empleador directo y en contra de todos aquellos que puedan responder de sus derechos. De
esta forma la responsabilidad solidaria permite perseguir el pago de las obligaciones indistintamente del empleador directo o de la empresa principal (Dirección del trabajo del Gobierno
del Chile, 2016).
214
19th AMUN / AMERICAS MODEL UNITED NATIONS
Sin embargo, han ocurrido intentos de crear normas internacionales que traten sobre la subcontratación, por medio del proyecto
de Convenio Internacional del Trabajo sobre Trabajo en régimen de
subcontratación, que no tuvo éxito en razón de dos principales puntos: “i) los aspectos idiomáticos relacionados con la expresión “trabajo en régimen de subcontratación” que tiene significados distintos,
particularmente en francés y en inglés; y ii) aún en países con sistemas jurídicos similares, el alcance de esta expresión difiere según la
legislación interna aplicable en los mismos”1 (Uriarte & Colotuzzo,
2009, p. 31).
No obstante, la Organización Internacional del Trabajo
(OIT) dedicó dos Conferencias Internacionales del Trabajo al tema
de la subcontratación. Para ello, se preparó un proyecto de Convenio
y un proyecto de Recomendación, pero al final no se llegó a acuerdos
teóricos ni operativos, respecto de qué es el fenómeno de la subcontratación ni, por lo tanto, respecto de cómo enfrentar el problema
(Tortello, 2010).
Los primeros pasos para la construcción de políticas internacionales de protección y garantía de los derechos laborales en los
casos de subcontratación serían i) determinar la existencia de esa
relación de trabajo distinta entre trabajadores asalariados e independientes; ii) luchar contra las relaciones de trabajo encubiertas; iii)
asegurar la aplicación de normas contractuales y de la legislación;
iv) formar adecuadamente mediadores e inspectores del trabajo; v)
permitir el acceso efectivo de los obreros a procedimientos y mecanismos rápidos, baratos, justos y eficaces para solución de controversias; y vi) adaptar el ámbito de aplicación de la legislación con
el objetivo de garantizar una protección efectiva a los trabajadores,
entre otros (Uriarte & Colotuzzo, 2009).
1 Durante las discusiones, “el grupo de los empleadores señaló que el trabajo en régimen de
subcontratación no era un tema adecuado para la adopción de un convenio debido a la variedad de enfoques nacionales y de la existencia de modalidades en que participan trabajadores
que no son empleados. (…)A pesar de ello, al final de la segunda discusión los empleadores
reconocieron que existía una serie de cuestiones vinculadas al tema del trabajo en subcontratación que reclamaba una mayor atención, aun cuando no hubieran sido detectadas en su
totalidad” (Uriarte & Colotuzzo, 2009, p. 33).
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215
También sería exitoso realizar consultas con las organizaciones más representativas de empleadores y de trabajadores, promover
el papel de la negociación colectiva y el diálogo social como medios
de solucionar cuestiones relativas al ámbito de la relación de trabajo
y extender el análisis de la relación de trabajo al ámbito transnacional
a través del intercambio de información entre los Estados (Uriarte &
Colotuzzo, 2009).
En esta medida, sería de particular interés para América “profundizar no sólo en posibles legislaciones referidas a la subcontratación, sino en la función económica con sus consecuencias laborales de
la subcontratación internacional a través de filiales de corporaciones
internacionales o empresas nacionales ubicadas dentro del territorio”
americano (Toledo, 2012, p. 30), de manera a asegurar conjuntamente
la protección de los trabajadores del continente, garantizar sus principales derechos fundamentales y erradicar las situaciones de esclavitud
y restricción de libertad.
5. Brasil y la transnacionalización del trabajo esclavo: el caso de Zara
Datos gubernamentales brasileños estiman que 6.826 trabajadores se encontraban en situación de trabajo en situación análoga a la
de esclavos en el último año (Nascimento, 2015). Dicha realidad brasileña desafortunadamente no es un caso singular, en realidad acercase a
la de otros países de Latinoamérica, en especial, como demostrado en
la sección anterior, en consecuencia de la tercerización y su proximidad con el trabajo análogo a lo de esclavos. De tal manera la presente
sección se dedica a exponer un caso que ocurrió en 2011 y una vez más
en 2015 en Brasil, con la empresa Zara, que tiene filiales en todos los
países americanos (Maciel, 2015).
En el caso, la fiscalía del Ministerio del Trabajo brasileño encontró infracciones en dos empresas subcontratadas por Zara, que
negó su responsabilidad en el proceso, justificando que la responsabilidad real era de hecho de la subcontratada, pero el judiciario brasileño
216
19th AMUN / AMERICAS MODEL UNITED NATIONS
rechazó los argumentos de la defensa de la empresa y fue condenada
(Maciel, 2015). En esta sección analizaremos las normas y tratados internacionales relevantes al caso y la conexión entre la tercerización, las
migraciones y los riesgos del trabajo análogo a lo de esclavos. También
analizaremos cómo las Américas viven el problema de forma similar, y,
por lo tanto, podrían beneficiarse de una reacción unida para erradicarlo.
5.1 El caso Zara y de la red INDITEX y la reacción del
judiciario brasileño
En 2011 la fiscalía brasileña denunció la mundialmente conocida marca Zara por mantener 24 trabajadores en situación análoga a
la de esclavos. Se generó la denuncia por medio de una investigación
que permanece en curso, como parte de la operación del programa de
Erradicación del Trabajo Esclavo Urbano de la Superintendencia Regional del Trabajo y Empleo de São Paulo. En dos fábricas subcontratadas
por la empresa, la fiscalía brasileña constató diversas situaciones de
contratos y migrantes ilegales, trabajo infantil, sueldos bajo al mínimo,
horas excesivas, ambiente antihigiénico y el uso del sistema de truck
system1 (Campos, 2015). La fiscalía del Ministerio del Trabajo, a su turno, hizo la denuncia formal tan pronto se constató que Zara era la real
empleadora de dichos trabajadores (Campos, 2015).
Entre los trabajadores había no solo brasileños, sino que también bolivianos y peruanos – los cuales no poseían visa permitiendo
que trabajasen en Brasil, o sea, se encontraban en situación de inmigrantes ilegales. Dentro de esos casos también se averiguó situaciones en
que los inmigrantes trabajaban en una servidumbre por deudas, lo que
es clasificado como, además de trabajo esclavo, trata de personas (Trafficking in Persons Report, 2015). El Ministerio del Trabajo brasileño
1 Truck system es un sistema de servidumbre por deudas aún presente en Brasil. Los traba-
jadores, brasileños o extranjeros, son atraídos a otra región a través de promesas de empleo,
pero cuando llegan al destino final son forzados a pagar los gastos de viaje y de acomodación
(Campos, 2006). Todos los viajes a trabajo para localidad diversa de su origen, según el gobierno brasileño, deben ser certificadas por la Delegacia Regional do Trabalho.
19th AMUN / AMERICAS MODEL UNITED NATIONS
217
se pronunció sobre el caso y esclareció que los inmigrantes fueron
debidamente asistidos para legalizar su situación y retornar a sus países de origen, pero no hubo otras noticias sobre el destino de los
trabajadores en los periódicos brasileños, tampoco fue mencionado
el tema de la tercerización (Campos, 2015).
El caso expuesto es compatible con la definición de trabajo
forzoso por agentes privados para fines de explotación económica.
Por lo tanto, la empresa fue actuada por el Ministerio del Trabajo y
Empleo y responsabilizada por 48 diferentes infracciones, que les
rindió una penalización de multas y sanciones, a fines de que cambiase su política de trabajo y contratación (Maciel, 2015). Para el Poder
Judicial brasileño era esencial, ya que Zara es una empresa globalmente conocida, usar este caso como ejemplo educativo para otras
empresas.
De acuerdo con las leyes brasileñas, los hechos de Zara
justificarían la instauración de una persecución criminosa, pero la
empresa logró hacer un acuerdo extrajudicial con la fiscalía (Pires
de Carvalho, 2015). En este acuerdo, la multinacional concordó en
adherir a un termo de cambio de conducta y al Pacto Nacional por La
Erradicación del Trabajo Esclavo en Brasil además de pagar multas y
obligarse a fiscalizar a las empresas que contratar. El Pacto Nacional
por La Erradicación del Trabajo Esclavo en Brasil exige que las empresas signatarias no negocien con empresas que fueron actuadas
por explotación del trabajo esclavo. Esa condición es fiscalizada a
través de una “lista sucia”1, elaborada por el Ministerio del Trabajo
Brasileño y que contiene el nombre de todas las empresas que los
signatarios del Pacto no pueden contratar (Pires de Carvalho, 2015).
La lista sucia es una manera muy interesante que el gobierno brasileño emplea desde 2003 para inspeccionar las empresas actuadas
por trabajo esclavo. El nombre de la empresa se queda en la lista
por dos años, periodo ofrecido por el gobierno para que la empresa
realice los cambios necesarios para erradicar el trabajo esclavo en su
producción (Repórter Brasil, 2015).
1 La lista sucia fue instituida por la Portaría n. 540/2004 y está de acuerdo con los parámetros
de la Organización Internacional del Trabajo.
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19th AMUN / AMERICAS MODEL UNITED NATIONS
La elaboración de la lista sucia fue considerada como un modelo a ser seguido, de acuerdo con la relatoría especial de las Naciones
Unidas sobre Formas Contemporáneas de Esclavitud, pero algunas empresas alegan que la manutención de la lista es inconstitucional (BBC
Brasil, 2014). Lo mismo pasó con Zara, que, después de firmado el
acuerdo, ingresó con un pedido en el Poder Judicial de Brasil alegando
la inconstitucionalidad de la lista sucia y contestando la legalidad de la
actuación del Ministerio del Trabajo brasileño en las empresas subcontratadas (Pires de Carvalho, 2015), se juzgó al pedido como improcedente y Zara tuvo que seguir con lo acordado en el termo de cambio
de conducta.
Sin embargo, en 2015, la multinacional fue nuevamente multada por no cumplir con el acuerdo firmado en diciembre de 2011 con
la fiscalía (Maciel, 2015). Lo que se quedó constatado fue que Zara
había contratado 67 empresas para la manufactura de sus productos,
y una auditoría especial apuntó 433 diferentes irregularidades en esas
empresas. Los resultados de la nueva investigación son preocupantes,
pues demuestran evidentemente que el sistema de funcionamiento de
Zara no cambió para adecuarse a los derechos humanos de los trabajadores y a los termos anteriormente firmados con la fiscalía (Pires de
Carvalho, 2015). La aplicación de las leyes brasileñas falló en prohibir
la empresa de contratar fábricas que utilicen trabajo forzoso. Aún más
significante, Brasil falló en prevenir la ocurrencia del trabajo esclavo
en su territorio, lo que torna esencial hacer un análisis crítico sobre la
efectividad de las acciones tomadas por el país.
5.2 La problemática de la tercerización en el caso
Zara
El caso Zara es importante para nuestro análisis por tratarse
de una transnacional que opera el sistema de fast fashion y que es globalmente famosa. Marcas como Zara y otras de la red INDITEX, la más
grande empresa de ropas del mundo, representan un nuevo sistema de
funcionamiento de la industria textil, el dicho sistema de fast fashion,
19th AMUN / AMERICAS MODEL UNITED NATIONS
219
que busca producir enormes y baratas cantidades de ropas para tiendas
de vendas en masa sin grande preocupación con la calidad de producción (Pires de Carvalho, 2015). Este sistema es basado en la tercerización, o sea, subcontratar otras empresas para hacer parte o la totalidad
de sus productos a fin de baratear el costo de producción. De esa manera, como vimos en la sección 4, la empresa vive un distanciamiento,
una desvinculación con los trabajadores (Paixão, 2014), lo que permite
una situación más favorable al no cumplimiento de sus derechos.
En el caso de 2011, 90% de todos los productos hechos por
la empresa AHA, subcontratada por Zara, eran destinados solamente a
Zara (Campos, 2015). Por lo tanto, la relación de trabajo era clara y fue
comprobada por la justicia brasileña, pero aun así Zara negó su rol de
empleadora, demostrando visiblemente los problemas que ese distanciamiento puede causar.
Actualmente la subcontratación genera la posibilidad de tratar
el trabajador como una mercadería – se contrata a la empresa con servicios más baratos para hacer su producto, o sea, se busca un resultado final sin el compromiso de atentarse para el debido cumplimiento
de los derechos laborales, lo que sería responsabilidad exclusiva de la
subcontratada (Pires de Carvalho, 2015). La empresa que subcontrata
pierde el vínculo con su responsabilidad de promotora de justicia social (Pires de Carvalho, 2015), que es el seguimiento del principio de
la función social de la empresa que, de acuerdo con la Constitución
brasileña, determina que las empresas invistan en la protección de los
trabajadores y sus derechos. Es importante resaltar que este principio
recibe críticas por no dilucidar la forma que las empresas deben ponerlo en práctica, de tal manera que muchas veces no es cumplido de
manera satisfactoria (Silveira, 2011), como se nota en el caso estudiado
en este artículo.
No obstante, es necesario dilucidar que la tercerización no es,
por si, dañosa a la economía o al trabajador (Paixão, 2014), por lo tanto
no cabe a este artículo proponer el término de contratos como ese,
pero sí un cuidado más grande a esos contratos y a las intenciones de
los empleadores que escogen subcontratar sus producciones. Son las
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19th AMUN / AMERICAS MODEL UNITED NATIONS
intenciones originarias de mala fe o negligencia que tornan la tercerización peligrosa, hechas en situaciones precarias de descumplimiento de
los derechos humanos, como ocurrió en el caso Zara (Campos, 2015).
Por lo tanto, el hecho que la fiscalía encontró diversas ilegalidades en las
empresas contratadas por Zara en 2015 evidencia la indispensabilidad
que la legalidad de la subcontratación y que los derechos de los trabajadores sean especialmente fiscalizadas por el gobierno, puesto que las
empresas no manifiestan voluntad en fiscalizar a las que subcontratan,
incluso cuando están obligadas por ley (Pires de Carvalho, 2015).
En realidad, es fundamental que las empresas siguieran directrices éticas universales, como las que se encuentran en el Guía de Principios Rectores sobre las Empresas y los Derechos Humanos y en los 10
Principios del Pacto Global de las Naciones Unidas. El Pacto Global de las
Naciones Unidas incentiva que empresas adhieran y sigan los principios
basados en los derechos humanos con el propósito de ser una empresa que crezca de manera sustentable (United Nations Global Compact,
2015), y el Guía de Principios Rectores sobre las Empresas y los Derechos
Humanos establece maneras de cómo enfrentar el trabajo degradante y
no asociarse con empresas o situaciones contrarias a los derechos humanos.
En el año de 2015, una investigación sobre el Pacto Global de
las Naciones Unidas comprobó cómo lo ha afectado positivamente a la
economía. El informe afirma que el Pacto ha claramente influenciado el
desarrollo de la sustentabilidad, con 25% de las más grandes empresas
del mundo como signatarias, y presente en 156 países (Leirgulen, 2015).
Pero el informe expresa que aún es necesario evocar empresas de todo
el mundo para juntarse a la ideología del pacto, en especial para cumplir
las nuevas metas de 2030 (Leirgulen, 2015).
Ya el Guía de Principios Rectores especifica que la responsabilidad de las empresas en respetar a los derechos humanos no depende
de la capacidad y/o voluntad de los Estados en cumplir esas obligaciones
(Naciones Unidas, 2011). Es una responsabilidad a parte de la de cumplir
las leyes y normas nacionales de protección de los derechos humanos y
laborales, sin embargo, un gran desafío es hacer con que las empresas de
hecho cumplan con esa responsabilidad.
19th AMUN / AMERICAS MODEL UNITED NATIONS
221
5.3 Normas y acuerdos internacionales relevantes al
caso Zara
La lista de acuerdos internacionales sobre derechos del trabajador y de la erradicación del trabajo análogo a lo de esclavos son
extensas, por lo tanto este artículo pretende discurrir sobre aquellos
firmados por los países americanos. Los acuerdos internacionales esenciales al tema son aquellos especialmente firmados por todos los tres
países (Brasil, Perú y Bolivia) involucrados en el caso que ocurrió en
Brasil en 2011. De acuerdo con el Derecho Internacional, los tratados
internacionales generan responsabilidades internacionales para los
signatarios que deben ser cumplidas. (Accioly, Silva; Casella, 2012).
Los principales tratados que incentivan la fiscalización del trabajo esclavo son: La Declaración Universal de Derechos Humanos; El
Protocolo de 2014 sobre la Convención de Trabajo Forzado de 1930;
Las convenciones 29 y 105 de la Organización Internacional de Trabajo; La Convención de las Naciones Unidas sobre Esclavitud de 1926,
enmendada por el Protocolo de 1953; La Convención Suplementaria
sobre la Abolición de la Esclavitud de 1956; El Pacto de San José de
Costa Rica de 1969; El Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la
trata de personas, especialmente mujeres y niños y el Protocolo contra
la trata de personas de 2000, firmado en Palermo.
Entre esos tratados, la Convención 29 de la OIT de 1930 es
quizás la más específica sobre el tema. La Convención establece que
todos los miembros de la Organización Internacional del Trabajo que
ratificaron el Convenio se obligarían a suprimir, lo más pronto posible,
el empleo del trabajo forzoso u obligatorio en todas sus formas en
su territorio (OIT, 1930), pero no especifica qué acciones pueden ser
hechas para la supresión del trabajo esclavo.
Es necesario, por lo tanto, cuestionar separadamente las acciones que han sido tomadas por los países y analizar dónde se ha
sucedido o fallado en esa importante misión. En relación a las actitudes
internas, las inspecciones a sitios de producción por las fiscalías del gobierno son de grande importancia para cumplir los tratados firmados.
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19th AMUN / AMERICAS MODEL UNITED NATIONS
Esa es una manera de hacer con que las empresas cumplan con los derechos de los trabajadores, averiguar casos de trabajos análogo a lo de
esclavos y, si necesario, hacer rescates (Fernandes de Campos, 2006).
También se nota esencial, visto la reincidencia de Zara en 2015, que la
fiscalización venga acompañada de una política de responsabilización
de las empresas y garantías de no repetición (Fernandes de Campos,
2006).
La cooperación internacional entre los países americanos,
que comparten el lío de trabajos análogos a lo de esclavos, necesita de
cambios puntuales pertinentes a los problemas vividos por ellos, en
especial aquellos que comparten fronteras (Orozco & Malloy, 2012).
Los tratados multilaterales o bilaterales de países fronterizos que ya
existen necesitan ofrecer una mejor aplicabilidad de cuidado de las
fronteras, fiscalizaciones eficaces y de asistencia a los trabajadores que
se encuentran en situación de trabajo análogo a lo de esclavos para
que las víctimas tengan sus derechos restablecidos. De acuerdo con las
recomendaciones hechas en el informe Diagnóstico sobre el Tráfico de
Personas en las Áreas de Frontera en Brasil, hecho por el Ministerio de
Justicia brasileño en 2014, la cooperación bilateral es necesaria pues
las fronteras representan un área de grande vulnerabilidad para la trata
de personas con fines de trabajo esclavo y también de explotación sexual.
El informe reveló que Brasil, Perú y Bolivia son países que enfrentan el problema de trata de personas través de sus fronteras. En el
caso estudiado en esta sección se quedó comprobado la ocurrencia de
tráfico de personas con los inmigrantes que trabajaban en las fábricas
(Campos, 2015) – por lo tanto se nota la fuerte correlación entre la
trata de personas y el trabajo esclavo, siendo esencial que el enfrentamiento de los dos estén conectados (Maciel, 2015).
El informe sugiere que los países actúen conjuntamente, algo
que puede ser hecho de distintos modos, uno de los más conocidos es
la producción de tratados. Sobre eso, la Organización de los Estados
Americanos incentiva la producción de acuerdos multilaterales y/o bilaterales entre los países, y su secretaria de Asuntos Jurídicos garantiza
19th AMUN / AMERICAS MODEL UNITED NATIONS
223
su ratificación (OEA, 2015). La necesidad de acuerdos entre los países se ve necesaria principalmente en la temática de trata de personas
en las fronteras, temática entrelazada al tema del trabajo análogo a lo
de esclavos y existente en el caso estudiado. En suma, son muchos
los principios y leyes de protección a los trabajadores, pero todavía
muchas personas sufrieron con el trabajo esclavo en Brasil en 2015.
Por lo tanto, es inminente aclarar que el problema no se encuentra
solamente en escribir nuevos tratados, pero en hacer con que ellos de
hecho sean aplicables y aplicados.
5.4 La transnacionalización del problema del trabajo
análogo a lo de esclavos
Hay poca información sobre los inmigrantes ilegales que trabajaron en las fábricas inspeccionadas en 2011. No se sabe en qué
condiciones específicas llegaron a Brasil, pero la considerable presencia de extranjeros en situaciones de trabajo análogas a la de esclavos
engendra una necesidad de discurrir sobre las migraciones modernas
en América.
La pobreza, desigualdad y desempleo han tornado Latinoamérica una zona de fuerte emigración, con distintos destinos, como
América del Norte o países latinoamericanos con mejores condiciones
que el país de origen (Echandi, 2012). En un estudio publicado en
2012 por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, se comprobó que 53% de los latinoamericanos aceptarían salir de su país si
surgiera la oportunidad y que actualmente 20 millones de personas residen fuera de su país (Echandi, 2012). El lazo que une esos migrantes
cuando llegan a su destino final es la precaria situación social y laboral
que los afectan (Herrera, 2012), sea por cuenta de la presente y cada
vez más grande xenofobia en los países o por falta de informaciones
de sus derechos, lo que cría un ambiente permisivo para trabajos en
situación precaria y análoga a lo de esclavos.
La población vulnerable – mujeres, niños, personas afectadas
por la pobreza y por conflictos – es aún más susceptible a los riesgos
224
19th AMUN / AMERICAS MODEL UNITED NATIONS
que el desplazamiento causa (Echandi, 2012), y de acuerdo con la Organización Internacional de Migraciones (2015), 44.462 personas fueron traficadas en 2014. En se tratando de la emigración de mujeres
es necesario discurrir sobre los motivos creados por la desigualdad de
género que hacen con que las mujeres emigren - como la dificultad en
acceder a la educación; al mercado laboral, y la violencia intrafamiliar
(Gonsalez, 2012). Por tales motivos hay que comprender que el fin
de la desigualdad y la erradicación de la violencia contra las mujeres,
meta de los objetivos de desarrollo del Milenio, es esencial para la
disminución del trabajo esclavo. Para la no repetición de la violencia
social contra las mujeres en su país de origen, es necesario una política
de protección direccionada a migrantes en situaciones vulnerables, así
como se necesita desarrollar la temática de género de manera integral
en las políticas sociales direccionadas a toda la población (Gonsalez,
2012).
La pobreza, la falta de oportunidades y un sistema político
inestable son las raíces del problema de migraciones, que incentiva
personas a salir de sus países en busca de mejores oportunidades (Echandi, 2012). Como ha sido explicado, las migraciones de una parcela
vulnerable de la población predisponen la ocurrencia de situaciones
de trabajo análogas a la de esclavos, por lo tanto ese es un problema
que ultrapasa fronteras – y debe ser tratado por todos los países del
continente americano.
6. La cooperación y la importancia de la OEA: el fin
del trabajo esclavo
En esta sección será discutido el importante papel de la OEA
no solo en la resolución del actual problema de la esclavitud en el continente americano, pero también de los otros problemas traídos con él.
De tal manera, la cooperación regional y la acción conjunta de los países son elementos clave para la erradicación de las condiciones análogas a la esclavitud en la región, visto que muchos países tienen sus
problemas transnacionalizados y, por lo tanto, el problema es regional.
19th AMUN / AMERICAS MODEL UNITED NATIONS
225
La sección se desdobló en dos partes: la primera discutirá los desafíos
para la cooperación y utilización de la OEA como órgano regional; y la
segunda reforzará el papel de la OEA en la erradicación de la esclavitud.
6.1. Los desafíos impuestos a la cooperación
regional
La OEA fue creada para se tornar un sistema interamericano de
resolución de conflictos y problemas (OEA, 2015). Como puesto en su
primer artículo, el órgano busca “un orden de paz y de justicia para sus
países miembros, fomentar su solidaridad, robustecer su colaboración
y defender su soberanía, su integridad territorial y su independencia”
(OEA, p. 01, 2015). De hecho, el problema de la esclavitud no permite
que los países tengan niveles de paz y justicia como firmado en los objetivos de la OEA, y, así, son necesarias acciones conjuntas y solidarias
entre los países, haya vista que el problema es interamericano (Bazán,
2010). Todavía, el órgano es subutilizado, puesto que existen diversos
desafíos a la integración y cooperación entre los países del continente
americano (Bazán, 2010).
Uno de los desafíos es la falta de colaboración entre los países,
pues cada uno tiene intereses distintos con relación a la cooperación
y utilización de la OEA como herramienta regional (Riveros, 2013). En
efecto, los países acaban por responder aisladamente al problema de la
esclavitud, pues no existe la cooperación necesaria para una respuesta
puntual en cada región (Riveros, 2013). Eso se ejemplifica por las diversas formas nacionales de combate dadas al problema: Brasil, como
presentado, ha creado el Plan de Acción Nacional contra el Trabajo
Esclavo en 2003, que propone sanciones más duras a los empleadores
que utilicen la esclavitud en sus relaciones con los empleados; Bolivia
creó la Comisión Nacional para la Erradicación del Trabajo Forzoso en
2004, que busca crear estrategias más eficaces en contra la esclavitud;
y en Perú está siendo elaborada una comisión para diseñar políticas
nacionales en contra las altísimas tasas de personas en condiciones
226
19th AMUN / AMERICAS MODEL UNITED NATIONS
análogas a la esclavitud en el país (OIT, 2005). A pesar de la importancia de todos los planes para la erradicación del problema, no existe un
plan regional para la lucha contra el trabajo forzoso, siendo que cada
país actúa de forma aislada en el combate al problema (Riveros, 2013).
El aislamiento de los países también es presente en las formas
de detención creadas para el problema. En cuanto la mayoría de los
países respetan y practican las recomendaciones de la OIT – aplicar
detenciones a todas las formas del trabajo esclavo y ofrecer apoyo a las
víctimas – Estados Unidos y República Dominicana no han ratificado
tales indicaciones (OIT, 2015). En este sentido, la utilización de la OEA
como herramienta de resolución de problemas no ocurre, visto que
las acciones unilaterales impiden una acción regional y refuerzan el
argumento de la desconfianza entre los países (Riveros, 2013).
Además, muchas veces una cooperación o acuerdo es impedido entre los países debido a sus diferencias legislativas (OIT, 2015). Las
leyes y aplicaciones de ellas en cada país todavía son distintas y pueden
ofrecer grandes obstáculos, especialmente cuando están involucrados
los distintos intereses de sus sociedades, organizaciones y sectores
privado, además de la corrupción de los gobiernos (OEA, 2015; OIT,
2015). Eso porque las diferencias de punición, reparación y aplicación
en casos de esclavitud pueden variar bastante, lo que impide que la
cuestión sea tratada de la misma forma en la región (CSI, 2008; OIT,
2015).
Otro grande obstáculo es la corrupción del continente latinoamericano. La presente corrupción de los gobiernos hace con que los
intereses de los productores y empresas estén, por veces, arriba de las
cuestiones sociales. Eso puede ser visto en la falta de regularización
y mejora de las condiciones de la subcontratación; además de los gobiernos corruptos que por veces también están involucrados en ciertas
actividades ilegales citadas en el artículo, lo que impide todavía más el
combate a la esclavitud y sus desarrollos en ciertos países (CSI, 2008).
Así, el trabajo de la OEA debe ser conducido a fin de apoyar y
fomentar el fortalecimiento de la cooperación de los países. Buscando
disminuir las diferencias de aplicabilidad jurídica, la OEA puede promover,
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así como es hecho por la CMI, la adecuación de las medidas legislativas necesarias en los diversos países (CMI, 2015). Además, como propuesto en la subsección 2.2, es importante que la OEA proponga medidas conjuntas del combate a la esclavitud, sean ellas de prevención,
punición o reparación. Igualmente, la OEA puede, y debe, también hacer un trabajo de fiscalización de la aplicación de las medidas definidas
en los acuerdos, del trabajo hecho por las naciones y de los cambios
necesarios en cada país miembro (CMI, 2015). De esa forma, la OEA
trabajará en el sentido de apoyar y fiscalizar la cooperación, siendo el
principal órgano para la resolución de problemas regionales.
6.2. Los mecanismos de la OEA y su papel en la erradicación del trabajo esclavo
La OEA busca proteger a la democracia, los derechos humanos, la seguridad y al desarrollo del continente americano. Para eso, en
un continente con políticas especialmente distintas, es esencial que
haya cooperación y diálogo político entre los países miembros (OEA,
2016). El Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, firmado por
parte de los Países Miembros de la OEA, explica que la cooperación es
esencial para una política de construcción de la paz y de los derechos
humanos (OEA, 1945), y demuestra la importancia que el organismo
agrega a la solidaridad entre los países, por lo tanto es esencial para ese
artículo discurrir sobre la cooperación.
Como organismo internacional, la OEA posee mecanismos e
instrumentos jurídicos para fiscalizar el seguimiento de los acuerdos y
tratados firmados por los países miembros, los llamados mecanismos
de protección y seguimiento (OEA, 2016). Ellos son una herramienta
para evaluar el proceso de rendición de cuentas en los países, y actualmente han cinco de esos mecanismos en operación en la OEA. Ellos
analizan el progreso de la lucha contra las drogas ilegales, la corrupción y la violencia doméstica.
Los mecanismos formulan recomendaciones periódicas y específicas a los Estados Miembros y permiten el intercambio de métodos
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y tecnologías aplicadas en esas luchas por los países. Además, ha sido comprobada la efectividad de los mecanismos, en especial en el caso hondureño, que en 2016 tuvo el apoyo de la OEA para la implementación de un
Plan de Acción Nacional Contra la Corrupción para implementar las recomendaciones hechas por el mecanismo de seguimiento de la Convención
Americana contra la Corrupción (Jimenéz, 2016).
Sin embargo, se nota que la OEA no ofrece ningún mecanismo de
protección y seguimiento para el combate al problema de la esclavitud. Es
posible que la base de eso sea la carencia de un entendimiento conjunto
sobre el problema de la esclavitud. Un ejemplo de la falta de entendimiento conjunto sobre el tema es el hecho que los EEUU y la República
Dominicana no han ratificados los Convenios de la OIT sobre esclavitud.
De alguna manera se hace fundamental el intercambio de métodos y tecnologías traídos por el mecanismo de seguimiento para los países
americanos que sufren con el trabajo esclavo (Sada, 2014). Compartir esas
informaciones sería esencial, pues es una manera que los países tienen de
aplicar métodos que ya fueron testados anteriormente y debatir sobre la
aplicabilidad de ellos. Un ejemplo de mecanismo que podría ser adoptado
por otros países de Latinoamérica es la “lista sucia” brasileña, discutida
anteriormente en ese artículo, que ha sido visto por la ONU como un
modelo de combate al trabajo esclavo a ser seguido (BBC BRASIL, 2014).
Por fin, la cooperación existe para que las experiencias sean compartidas a
fin de que se camine en conjunto para un futuro mejor (Alonso, Gleenie,
2015).
La OEA detiene fuerza de vigilancia intergubernamental, y el Organismo refuerza constantemente en sus tratados y acciones la necesidad
de respetar los derechos humanos, pero es necesario ir más allá y hacer
con que esas recomendaciones sean aplicables a todos los países americanos. Aun así, se puede ver que la OEA intenta poner en práctica sus
mecanismos. Un ejemplo es la audiencia pública realizada por la Corte
Interamericana – institución judiciaria responsable por aplicar la Convención Americana sobre Derechos Humanos entre los estados miembros de
la OEA – que está analizando una denuncia por ocurrencias de trabajo
en condiciones análogas a la de esclavitud en Brasil en la década de 1980
(Rodrigues, 2016).
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La denuncia fue presentada por la Comisión Pastoral de la
Tierra (CPT) y por el Centro por la Justicia y por el Derecho Internacional (Cejil), que apuntan que el Estado Brasileño no adoptó las
medidas necesarias para evitar y, posteriormente, punir los responsables. Al someter en 2015 el caso para apreciación de la Corte,
la Comisión Interamericana apuntó que Brasil es responsable por
la situación de trabajo forzado y servidumbre por deudas y por
la situación de impunidad – fatos que violan la Convención Americana de Derechos Humanos. La Comisión ha recomendado que
Brasil repare de manera adecuada todas las víctimas e investigue las
denuncias de esclavitud y sospechas de desaparecimientos, entre
otras medidas (Rodrigues, 2016).
Otros ejemplos del resultado de las acciones del sistema interamericano de protección de los Derechos Humanos, coordinado
por la OEA1, son la creación en Brasil de la Ley Maria da Penha - que
castiga a los hombres agresores de mujeres ( Westin, 2013) - y las
medidas cautelares interpuestas contra el Presidio de Pedrinhas, en
el estado de Maranhão, donde fueron constatadas graves violaciones a los derechos humanos de los presos (Canes, 2016).
Así, por todo lo expuesto, se puede concluir que la
construcción de una red de cooperación e integración entre los
países miembros de la OEA, en busca de estrategias y mecanismos que alcancen el objetivo común de protección a los derechos
fundamentales y erradicación de la esclavitud, es la medida más
eficiente de combate a las situaciones de precariedad y falta de
dignidad a que están sometidas millares de personas en todo el
continente americano. Para eso, no se debe olvidar que la OEA es
una fuerte herramienta para garantizar cada vez más la una unión
y cooperación en Latinoamérica - por lo contrario, se debe utilizar
en todo su potencial.
1 La Comisión y la Corte Interamericana de Derechos Humanos son órganos de la Organización de los Estados Americanos (OEA).
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7. Conclusión
De la discusión presentada en el artículo, se puede concluir
que el continente americano presenta un cuadro muy grande y extremadamente complejo de formas contemporáneas de esclavitud (o
las formas de trabajo análogo a lo de esclavo). Se notó evidente que
el trabajo de un solo país no es suficiente para combatir la esclavitud
y sus formas análogas, mismo que dentro de su propio territorio, eso
porque las fronteras de los países americanos, sobretodo en situaciones como estas, son porosas, y, por eso, el combate a la esclavitud
contemporánea y a todas las problemáticas que a ella están ligadas es
una cuestión transnacional.
Así, la resolución del problema empieza con la fomentación crítica de la cooperación entre los países de la OEA; este pedido constante de las diversas organizaciones internacionales por cooperación, a su
turno, nos es suficiente para resolver la cuestión. Eso porque se hace
necesario ir más allá y definir cómo se trabajará esta cooperación: por
medio de cuales programas e iniciativas, cuál será la atribución de cada
parte del acuerdo y cuál es el fin deseado en los trabajos conjuntos. Así,
es esencial que los países se reúnan para trocar experiencias y estudios
que proporcionen datos e informaciones necesarias a la formulación
y coordinación de las políticas públicas, leyes y otras medidas de combate a las formas contemporáneas de esclavitud, lo que consolida las
relaciones de ayuda mutua entre los países miembros (OAS, 2015).
Con eso, es primordial entender los principales obstáculos y las necesidades más profundas presentadas por la lucha contra
la esclavitud contemporánea en América. Inicialmente, como ya fue
puesto, la mala condición de vida en los países es uno de los elementos
que más dificulta la resolución de esta lucha. Además, las situaciones
como la trata de personas, el crimen organizado y de otros tipos de
vulnerabilidad, involucradas con la cuestión del trabajo forzoso, tornan la situación aún más compleja, ya que el combate a uno de esos
fenómenos debe venir añadido y apoyado del combate a todos los otros conjuntamente.
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No suficiente, las diferencias de legislación entre los países de
la región presentan dificultades para la resolución del problema, ya que
la situación tiene carácter transnacional. Un ejemplo de cómo esas diferencias pueden dificultar el combate al trabajo análogo a lo de esclavos
son las diferencias legislativas en el ámbito de la subcontratación, que en
algunos países es más permisible mientras en otros es más vigilada.
En realidad, el lío de la divergencia entre los países no solamente atinge el tema de las diferentes legislaciones; de hecho un gran
dilema enfrentado por la OEA en el combate al trabajo esclavo moderno
es la divergencia de entendimiento sobre el concepto del trabajo esclavo,
como vimos en la primera sección del artículo. La falta de coordinación
entre los países puede impedir que los países firmen los acuerdos y tratados internacionales y que esos verdaderamente funcionen, además de
también prevenir posibles cooperaciones.
Asimismo, un gran y primordial obstáculo es la aplicación efectiva de los derechos humanos. Los países de la región ya son signatarios de
diversas convenciones y tratados internacionales en el tema de esclavitud
y también poseen leyes que incluyen el tema del trabajo esclavo; no obstante, la aplicabilidad de esas leyes y tratados, en la mayoría de las veces,
fallan, sea en medidas de reparación o preventivas - lo que denuncia
que el combate al trabajo análogo a lo de esclavos todavía necesita más
efectividad.
Pero aún con las divergencias es posible que del debate entre
los países salgan poderosas colaboraciones, en especial la cooperación
sobre tácticas y tecnologías para el combate al trabajo esclavo. De tal
manera, los debates y acuerdos de los países miembros de la OEA deben
ser incentivados a priorizar una serie de medidas. En la investigación
anterior al presente artículo se quedó demostrada la escasez de estudios
hechos sobre recomendaciones para el fin del trabajo esclavo moderno. Por lo tanto, la necesidad de una más grande y efectiva producción
de datos sobre el trabajo esclavo en América es necesaria. Dicha falta
de información es evidente cuando analizamos el caso Zara, pues el gobierno brasileño no sabía cómo habían llegado a Brasil los inmigrantes
peruanos y bolivianos, algo que es esencial para el combate a la trata de
personas asociada al trabajo esclavo.
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Además, sería importante para una cooperación efectiva la creación de
un grupo de trabajo y estudio que pueda investigar no solo los principales problemas por país, pero, también, las medidas y políticas ya
puestas en práctica por eses países, su aplicación, resultados, progresos y desafíos. Así, este estudio podría guiar de la mejor manera posible
los miembros en la formulación tanto de acuerdos transnacionales, así
como de políticas internas en cada territorio.
En suma, se notó que las políticas deben actuar en los puntos clave del
combate a la esclavitud, se haciendo necesario i) mejorar la calidad de
vida en los países – para que la inmigración vulnerable no ocurra, así
como la trata de personas; ii) considerar las necesidades particulares
de los grupos vulnerables; iii) estimular programas de carácter social y
cultural; iv) combatir la corrupción de los Estados; v) crear un mecanismo para verificar la efectividad de la aplicación de medidas, políticas y
leyes; y vi) aumentar y facilitar el acceso real a los medios y servicios de
reparación de las víctimas.
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