resumen abstract 1. introducción dos profesores de

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La formación en Biblioteconomía y Documentación
con compromiso social: la educación sobre Derechos
Humanos en las titulaciones de España y Portugal
Genaro Luis García López
Universidade de Salamanca (Espanha)
Maria da Graça Simões
Universidade de Coimbra (Portugal)
Ana Maria Miguéis
Universidade de Coimbra (Portugal)
Resumen
Se analiza cuál es la situación de los Derechos Fundamentales en el mundo, se comentan
los planes de acción de Naciones Unidas para la educación en Derechos Humanos y se enfatiza
en la necesidad de incluir contenidos, competencias y destrezas sobre estas cuestiones en los
currícula de los distintos niveles educativos. A continuación, se han estudiado los planes de
estudio de los grados en Información y Documentación en España y Portugal, para analizar el
nivel de cumplimiento con las pautas establecidas por la ONU y se realizan propuestas para
futuras modificaciones con el fin de que se puedan adecuar a las recomendaciones internacionales
sobre este asunto.
Abstract
The notion of education as fundamental Human Right, which is considered to be essential
for the exercise of other human rights by United Nations and UNESCO, are discussed. The need
to introduce contents and skills about this matter at all educational level, especially Library and
Documentation graduation studies in Spain and Portugal are analysed in comparison to United
Nations recommendations. An outline of proposals to change current situation and implement
curriculum for these graduation studies in line with international recommendations. 
1. Introducción
Dos profesores de la Universidad Complutense de Madrid, Pedro López López e
Inmaculada Vellosillo (2008: 13), comienzan un libro reciente refiriendo como poco
después del 11-S en una universidad brasileña, bajo una foto de Osama Bin Laden
aparecía el letrero «Bin Laden. Ingeniero. Formar un profesional es fácil; lo difícil es
formar un ciudadano».
Leer información de ese tipo seguramente nos puede llamar la atención, pero también
nos hará reflexionar sobre la finalidad última de todos esos años que niños, adolescentes
y adultos jóvenes (o no tan jóvenes) pasan en las aulas a lo largo de sus vidas.
345
En este artículo 1 se expone cómo la Educación en Derechos Humanos tiene
que estar presente en las aulas en todos los niveles educativos, mostrando algunas
experiencias y poniendo de manifiesto que ése es el camino para conseguir un mundo
mejor. Si queremos que el eslogan que afirma que «Otro mundo (mejor) es posible»
se haga realidad, tendremos que comenzar por inculcar a nuestros hijos la esperanza
de una vida mejor marcada por el respeto, la tolerancia y los valores de ciudadanía,
el compromiso y la defensa de los valores universales.
2. La educación en valores y derechos universales en la sociedad actual
El Plan de acción del programa mundial para la educación en Derechos Humanos
de la ONU (Naciones Unidas, 2006) vigente hasta este año señala que la educación
en Derechos Humanos debe proporcionar conocimientos sobre los DD.HH. y los
mecanismos para protegerlos, y además transmitir las aptitudes necesarias para promover,
defender y aplicar los Derechos Fundamentales en la vida cotidiana; debiendo además
transmitir los principios fundamentales de los Derechos Humanos, consolidando su
interdependencia, indivisibilidad y universalidad.
Siguiendo a Naciones Unidas (2006) podemos afirmar que el enfoque que se le
ha de dar a la educación debe tener su base en los Derechos Fundamentales y « […]
la educación en derechos humanos forma parte del derecho del niño a recibir una
educación de alta calidad, en que no sólo se enseñe lectura, escritura o aritmética, sino
que además se fortalezca la capacidad del niño de disfrutar todos los derechos humanos
y se fomente una cultura en que prevalezcan los valores de los derechos humanos».
Para conseguir ese gran objetivo Naciones Unidas identifica cinco grandes
componentes que incidirán en su consecución:
a) Políticas educativas: compromisos de los gobiernos, leyes, planes de acción,
planes de estudio… que deben elaborarse de forma participativa y con el enfoque de
los Derechos Humanos.
b) Aplicación de políticas: seguir una estrategia coherente de aplicación, con
suficientes recursos, rendición de cuentas, implicación de distintos agentes…
c) Entorno de aprendizaje: desarrollo cognitivo, pero también desarrollo social y
emocional, en un ambiente de comprensión, respeto y responsabilidad mutuos.
d) Enseñanza y aprendizaje: enfoque holístico de la enseñanza y el aprendizaje,
integrando los conceptos y prácticas de los Derechos Básicos lo antes posible en todos
los aspectos de la educación.
e) Formación y perfeccionamiento profesional del personal docente: fomentar el
conocimiento de los Derechos Esenciales por parte del profesorado con el fin de que
puedan transmitir sus valores.
1 Esta comunicación es una adaptación, para aplicarla al campo de las titulaciones en Información y
Documentación, de la ponencia presentada al II Congreso Internacional de Derecho Educativo, celebrado
en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas (México) en marzo de 2009 titulada: La formación en Derechos Humanos:
hacia una educación con sentido.
346
En ese contexto se considera la educación en DD.HH. como una prioridad nacional
de cualquier país, que quiera solucionar los problemas de los sistemas educativos
actuales, así como aumentar la eficacia de su sistema nacional de enseñanza con el
fin de que sirva para el desarrollo económico, social y político.
Un «amante» de los valores que venimos comentando, como es el chileno
Roberto Garretón (2006) nos recuerda a Paulo Freire para señalar la importancia
de la educación en Derechos Humanos, así como la necesidad de acometer desde
un punto de vista político la defensa de los Derechos Fundamentales, comenzando
desde la educación:
Tiene razón, como siempre, Paulo Freire, al afirmar que no existe “educación neutral”.
Busca objetivos políticos, porque la justicia es tanto conmutativa (responsabilidad, no
a la impunidad, nunca más) como distributiva (derechos económicos y sociales).
Pero al hablar del sentido político de la educación, y justamente, la educación en
derechos humanos, debemos aceptar otra regla, que el mismo Paulo Freire describe
así: “¡qué insensatez es pretender educar para los derechos humanos encerrados en
un aula algunas horas a la semana!”. La educación en derechos humanos desde luego
comprende los códigos formales de los derechos humanos: declaraciones, tratados,
sentencias, etc., pero ello no basta, sino que se requiere una educación transversal,
a través de todas las cátedras, que es lo que los especialistas llaman el “currículo
oculto”, que más allá de conocimientos, van formando cultura.
3. La formación de ciudadanos responsables y conocedores de sus derechos en los
distintos niveles educativos
Si concebimos la ciudadanía «como participación en la vida social y política, una
participación que, si falta, vacía de contenido la democracia» (López López, Vellosillo
González, 2008 : 13) podemos comprobar también la necesidad de que en las aulas se
impartan contenidos sobre democracia, participación política y Derechos Humanos;
pues no se trata sólo de transmitir determinados conocimientos, sino también ciertos
valores, actitudes, así como formas de estar y de entender el mundo.
Si queremos una democracia plenamente desarrollada, necesitamos también
ciudadanos: formados, informados, que conozcan los asuntos públicos y que desarrollen
una actividad proactiva por el bien común. Y para ello se necesita tanto derechos
reconocidos como «una ciudadanía proactiva» (Giner, 2004 : 146).
López López y Vellosillo González (2008 : 14) proponen cuatro campos en los que
actuar para avanzar hacia una ciudadanía proactiva:
• El reforzamiento de la esfera pública.
• La potenciación de vías de participación ciudadana.
• La independencia de los medios de comunicación.
• El sistema educativo.
El dilema sobre si hay que formar o no a los ciudadanos parece residir
fundamentalmente en la importancia que se le quiera dar a la esfera pública y a las
políticas (en este caso educativas y de información). Así, siguiendo a Mattelart (2002),
347
podríamos concluir que en la actual sociedad neoliberal el centro de gravedad se
traslada de la esfera de la ciudadanía a la del consumo.
En este sentido, según Jares (2005), la concepción neoliberal de la educación
supone que:
• La educación pasa de ser un derecho a un bien de consumo.
• Los centros educativos se conviertan en empresas.
• El mercado y la libre competencia entre centros se consideran como garantes de
calidad y libertad.
• Se vuelva a una supuesta neutralidad y objetividad.
• Se refuerce la concepción utilitarista de la calidad y la eficacia.
• Se fomente el individualismo y el conformismo.
Para contrarrestar todos esos efectos negativos es necesaria una educación en
valores democráticos y de Derechos Fundamentales. En realidad la participación activa
comporta diversos beneficios (Escámez Sánchez, 2003 : 197-198):
• La elección compartida de las prioridades sociales: posibilidad de discutir, debatir
y seleccionar los valores que rigen las prioridades de la sociedad.
• El ejercicio de la autonomía responsable: avanzar en un comportamiento a la
altura de la dignidad humana, al convertir a cada persona en actor de su propia vida
y de la de su comunidad.
• La creación de capital social: donde es más fácil resolver los dilemas de la acción
colectiva.
• El desarrollo económico de los pueblos: se reducen las hambrunas y los dirigentes
se ven obligados a atender las necesidades económicas de los ciudadanos (según indica
el premio Nobel de economía Amartya Sen).
4. Bases normativas del derecho internacional sobre la educación en Derechos
Fundamentales
El artículo 26 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos establece que:
1. Toda persona tiene derecho a la educación. La Educación debe ser gratuita, al menos
en lo concerniente a la instrucción elemental y fundamental. La instrucción elemental
será obligatoria. La instrucción técnica y profesional habrá de ser generalizada; el acceso
a los estudios superiores será igual para todos, en función de los méritos respectivos.
2. La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y
el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales;
favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos
los grupos étnicos o religiosos; y promoverá el desarrollo de las actividades de las
Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz.
Esto ha servido de base para diversos acuerdos internacionales que han considerado
la educación en Derechos Humanos como pilar fundamental de la educación para
promover la tolerancia y el respeto. Así, diversos instrumentos internacionales (que
han desarrollado la Declaración Universal) han incorporado disposiciones relativas a
la educación en DD.HH.
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Entre éstos, podemos destacar:
• El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1966):
artículo 13.1.
• La Declaración de los Derechos del Niño (1959): principio 7.
• La Convención sobre los Derechos del Niño (1989): artículo 29.
• La Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra
la mujer (1979): artículo 10.
• La Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las formas de
Discriminación Racial (1965): artículo 7.
• La Convención de la UNESCO relativa a la lucha contra la discriminación en
la esfera de la enseñanza (1960): artículo 5.1.a.
• El Convenio 169 de la OIT sobre pueblos indígenas y tribales en países
independientes (1989): artículos 26 y 28.
• La Declaración y Programa de Acción de Viena (1994): parte I.
• La Carta de la Organización de Estados Americanos (1948): artículo 3.
Así, por ejemplo, la citada Declaración y Programa de Acción de Viena de 1994
señala en su apartado «D. Educación en materia de derechos humanos»:
78. La Conferencia Mundial de Derechos Humanos considera que al educación,
la capacitación y la información pública en materia de derechos humanos son
indispensables para establecer y promover relaciones estables y armoniosas entre las
comunidades y para fomentar la comprensión mutua, la tolerancia y la paz.
79. Los Estados deben tratar de eliminar el analfabetismo y deben orientar la
educación hacia el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento
del respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales. La Conferencia
Mundial de Derechos Humanos pide a todos los Estados e instituciones que incluyan
los derechos humanos, el derecho humanitario, la democracia y el imperio de la ley
como temas de los programas de estudio de todas las instituciones de enseñanza
académica y no académica.
80. La educación en materia de derechos humanos debe abarcar la paz, la democracia,
el desarrollo y la justicia social, tal como se dispone en los instrumentos internacionales
y regionales de derechos humanos, a fin de lograr la comprensión y sensibilización de
todos acerca de los derechos humanos con objeto de afianzar la voluntad de lograr su
aplicación a nivel universal.
5. Pautas y programas de Naciones Unidas sobre educación en Derechos Humanos
Ya en la Conferencia Mundial sobre Derechos Humanos, que se celebró en Viena
en junio de 1993, se concluyó solicitar a los Estados e instituciones «la introducción
de los DD.HH., el derecho internacional humanitario, la democracia y el imperio de
la ley como temas de los programas de estudio de todas las instituciones de enseñanza
académica y no académica».
Dos años después, arrancó el Decenio de las Naciones Unidas para la educación en
la esfera de los Derechos Humanos 1995-2004 (Naciones Unidas: 1996) que definía
la educación en la esfera de los DD.HH. como: «[…] el conjunto de actividades de
349
capacitación, difusión e información encaminadas a crear una cultura universal en la
esfera de los derechos humanos, actividades que se realizan transmitiendo conocimientos
y moldeando actitudes».
El citado documento establecía los siguientes fines:
a) Fortalecer el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales.
b) Desarrollar plenamente la personalidad humana y el sentido de la dignidad del
ser humano.
c) Promover la comprensión, la tolerancia, la igualdad entre los sexos y la amistad
entre todas las naciones, las poblaciones indígenas y los grupos raciales, nacionales,
étnicos, religiosos y lingüísticos.
d) Facilitar la participación eficaz de todas las personas en una sociedad libre.
e) Intensificar las actividades de las Naciones Unidas en la esfera del mantenimiento
de la paz.
Ese mismo documento insistía en la concepción de los Derechos Humanos como:
• Indivisibles.
• Herramienta de inclusión de la mujer en pie de igualdad con el hombre.
• Formación fundamental, tanto en la educación formal, como en la educación
profesional, así como en la no reglada.
• Conocimientos importantes en la vida cotidiana de la gente, para que no sean
sólo normas abstractas, sino que se integren en la realidad de las circunstancias sociales,
económicas, culturales y políticas de las comunidades.
• Elemento para propiciar la participación democrática y para promover el progreso
económico y social, así como el desarrollo sostenible.
• Medio para luchar contra prejuicios por razones de sexo, raza o de otro tipo.
• Medio para inculcar aptitudes y conocimientos, influyendo en las actitudes y
conducta de los educandos.
Como se puede comprobar una formación en valores de respeto, compromiso y
tolerancia que deberían ser objetivos comunes de cualquier norma sobre educación.
Además, consideramos muy acertada la postura de Garretón (2006) que señala que todo
programa de educación de Derechos Humanos deberá tener como hilos conductores
los principales valores que emanan de la Declaración Universal de los DD.HH. y los
textos declarativos y convencionales ulteriores:
• El principio de la dignidad de todos los miembros de la familia humana: que es
intrínseco e inderogable en toda persona.
• El principio de no discriminación: exigencia de igualdad de todos los seres
humanos. Desarrollado específicamente, en materia educativa, en una Convención
de la UNESCO, adoptada en 1960.
• El principio de democracia: punto de partida para garantizar el respeto a los
Derechos Fundamentales.
En el mismo sentido otras organizaciones internacionales han incidido en la necesidad
de contar con contenidos de Derechos Humanos en los currícula universitarios.
Así, la Sección Española de Amnistía Internacional (2008 y 2008a) ha pedido a las
autoridades españolas:
350
• Que se incluyan contenidos obligatorios de DD.HH. en los planes de estudio
de todos los niveles educativos.
• Que se promueva el incremento de las horas lectivas obligatorias de estos
contenidos, para asimilarnos a otros países europeos.
• Que se incluya la educación en DD.HH. en la formación y capacitación
profesional de los docentes, garantizando también la formación permanente del
profesorado responsable de impartir la asignatura de Educación para la Ciudadanía
y los Derechos Humanos.
• Que se introduzcan contenidos de DD.HH. en los criterios de verificación de los
nuevos planes de estudio que deben aplicar las agencias externas de evaluación.
• Que las autoridades universitarias incorporen el conocimiento en DD.HH.
dentro de la relación de destrezas, capacidades y competencias generales que cualquier
estudiante debe adquirir durante su formación universitaria.
• Que siguiendo las recomendaciones internacionales, los materiales didácticos
sean revisados por expertos en educación en Derechos Humanos (en el caso de la
enseñanza primaria y secundaria).
• Que el Gobierno cree una Comisión Nacional de Seguimiento de la Educación
en Derechos Humanos.
• Que la adaptación de las leyes educativas garantice el cumplimento de las metas y
objetivos establecidos por el Programa Mundial de Educación en Derechos Humanos.
6. La impartición de Derechos Humanos en los grados de Información y Documentación
en universidades de España y Portugal
En lo concerniente a nuestro objeto de estudio, es importante resaltar, entre otros
textos legislativos, tanto nacionales como internacionales, la Recomendación relativa a
la Convención Europea de los Derechos del Hombre sobre la Educación Universitaria
y la Formación Profesional emitida por el Comité de Ministros del Consejo de Europa
(2004)2, que se aplica naturalmente a Portugal y España.
El motivo de su interés se desprende del hecho de que subraya, en particular, la
importancia de la educación universitaria y de los programas de formación profesional
como medio de sensibilizar, aplicar, dar cumplimiento y garantizar en la práctica sus
principios. Entre otros propósitos intenta que los Estados miembros:
• Aseguren una educación universitaria y una formación profesional, a nivel
nacional, adecuados a la referida Convención y jurisprudencia del Tribunal Europeo
de los Derechos Humanos.
• Incluyan estas materias como troncales en los planes de estudio de los cursos de
derecho, así como en los cursos de ciencias políticas y administrativas.
• Que los DD.HH. sean objeto de estudio de los programas de preparación para
los exámenes nacionales de acceso a diversas profesiones jurídicas, así como de la
formación inicial y continua destinada a los jueces, fiscales y abogados.
2 http://www.gddc.pt/direitos-umanos/Recomendacoes/RECOMENDA%C7%C3O%20REC%20(2
004)%204%20do%20Comit%E9%20de%20Ministros.doc
351
• Proporcionen formación profesional inicial y continua al personal de otros
sectores responsables de la aplicación de las leyes y al personal que se encuentra en
contacto permanente y directo con personas privadas de libertad, tales como: policía,
miembros de las fuerzas de seguridad, personal penitenciario y de hospitales. Se añade
a esto el personal de de los servicios de inmigración, como por ejemplo: los servicios
de extranjería y fronteras.
Además, con su aplicación se pretende también:
• El refuerzo y la eficacia en la educación universitaria y en la formación
profesional.
• El apoyo a iniciativas cuyo objetivo sea formar docentes y formadores especializados
en esta área.
• Fomentar iniciativas no estatales que promuevan la sensibilización y el conocimiento
del sistema de la Convención, como la implementación de estructuras especializadas
en la enseñanza y en la investigación en materia de Derechos Humanos o campañas
de sensibilización.
Con base en lo anteriormente expuesto, y en particular en esta Convención, la
educación superior en Portugal y España ha debido venir paulatinamente a integrar
y a desarrollar, en sus planes curriculares, materias relacionadas con los Derechos
Humanos y las actividades con ellos relacionadas.
Testimonio de esta preocupación curricular es lo que se viene observando,
especialmente en la década de los años noventa e inicios del siglo XXI, sobre todo
con la adecuación de los contenidos curriculares al marco del Espacio Europeo de
Educación Superior.
En este contexto, apuntamos, para el caso de Portugal, la creación del Centro
de Derechos Humanos (CDH) del Ius Gentium Conimbrigae, en el año 2000, en la
Faculdade de Direito da Universidade de Coimbra. Este es el primer centro universitario
de enseñanza e investigación en el área de los Derechos Humanos en Portugal,
pudiéndose destacar entre sus objetivos principales los siguientes:
• La realización de actividades de investigación en esta área.
• La enseñanza y formación a través de la realización de conferencias, seminarios,
cursos de verano…
• La realización del curso de posgraduación en Derechos Humanos y Democratización,
cuyo propósito se centra en la formación especializada en esta temática de los Derechos
Humanos.
• La divulgación y promoción de acciones junto a las entidades que lo soliciten.
En lo relativo a nuestro objeto de análisis, que se circunscribe a las Ciencias de
la Información Documental, en general en los grados y posgrados, los planes de
estudio están mayoritariamente exentos de estas materias; situación que nos parece
preocupante, dada la importancia que las mismas tienen en la formación intelectual
y personal de cualquier estudiante.
Tras la revisión de los planes de estudio de los grados integrados en los currícula
de acuerdo con las orientaciones del EEES y que se encuentran en vigor desde el
curso lectivo 2008-2009, podemos verificar que en ninguno de los dos países existen
352
disciplinas específicas sobre Derechos Humanos, observándose no obstante disciplinas
relacionadas con ellos como son las de Ética y Deontología.
En concreto, registramos en España, el caso de la Universidad de Salamanca3, donde
se enseña, en este grado, la asignatura de Ética de la información y la documentación,
y de la Universidad Carlos III de Madrid4, donde se imparte la asignatura de Ética y
deontología profesional.
Basándonos en idénticos criterios de análisis observamos la misma situación en las
universidades portuguesas. Disciplinas sobre Derechos Humanos propiamente dichos
tampoco existen. Así todo, se observa, como en el caso de las universidades españolas,
la introducción de asignaturas relacionadas con los mismos, siendo el caso de la
Universidade Católica Portuguesa y de la Universidade de Evora, las cuales integran
en sus planes de estudio, las disciplinas de Direito e Ética5 da Informação y de Ética e
Deontologia6, respectivamente.
En relación también con Portugal, nos parece especialmente relevante la ausencia
de materias sobre Derechos Humanos en los planes de estudio de las Universidades
de Coimbra y Porto. Su ausencia es más evidente por el hecho de ser referencia en el
mundo académico y científico en el área de las Ciencias de la Información, producto
de su larga experiencia. Además, se trata de universidades públicas y por lo tanto
tienen, desde nuestro punto de vista, una mayor responsabilidad en la sensibilización
y divulgación de todos los aspectos relacionados con los Derechos Humanos, al
erigirse en garantes del respeto y dignidad del ser humano. Así, si estas universidades
comtemplaran estas materias en sus planes de estudio serían un modelo a seguir para
otros instituciones académicas similares.
Como docentes y ciudadanos conscientes del interés de estas materias no podemos
dejar de manifestar con especial satisfacción el hecho de que la Universidad Complutense,
en su plan de estudios de Grado de Información y Documentación (2009-2010),
ya incluye una asignatura específica7: Derechos Humanos, Ciudadanía y Sociedad de
la Información. Algo similar se registra en Portugal, en el caso de la Universidade
Portucalense la cual introduce en los planes de estudio 8 de la Licenciatura en Ciências
da Informação e Documentação una disciplina relacionada con los Derechos Humanos:
Direito e aspectos éticos da informação.
Por ello, considerando estas disciplinas como muy próximas a las propósitos de
los Derechos Humanos, entendemos que los planes de estudio no se encuentran
adecuados a los objetivos y competencias que se pretenden inculcar en quien estudia
y que en el futuro ejercerá en esta área profesional. Por ello pensamos que deberían
existir más disciplinas orientadas, de forma concreta y específica, a los DD.HH., y
otras relacionadas con ellos, con el fin de responder cabalmente a las complejidades
emergentes de la globalización.
3
http://www.usal.es/webusal/files/plan_estudios_grado_Informacion_documentacion.pdf.
4
http://www.uc3m.es/portal/page/portal/titulaciones_grado/info_doc/plan.
5
http://www.facfil.ucp.pt/1ciclo/cid/1ciclo.html#PLANO%20CURRICULAR
6
http://www.uevora.pt/ensinos/cursos/11_ciclo/curso/plano_de_estudos/(codigo)/148
7http://www.ucm.es/pags.php?tp=Grados&a=estudios&d=muestragrado3.php&idgr=23
8
http://wwwa.uportu.pt/siaa/Destaques/Dr_Ciencia_Informacao.pdf
353
7. Conclusiones: Propuestas para la reforma, y elaboración, de planes de estudio en
Información y Documentación
Consideramos que los problemas actuales que tiene que afrontar el mundo (el
hambre, la mala distribución de la riqueza, la crisis económica, la crisis de valores,
la falta de concienciación sobre el deterioro del medio ambiente…) necesitan de un
compromiso conjunto de toda la sociedad y eso sólo se podrá lograr si desde la escuela
(y continuando por todos los niveles educativos) comenzamos a formar a las futuras
generaciones en los valores de respeto, compromiso y tolerancia. Lo cual se plasma en
el conocimiento de nuestros más elementales derechos, que todos tenemos reconocidos
simplemente por haber nacido como personas.
Parafraseando al chileno Roberto Garretón (2006) podemos acabar afirmando
que:
La influencia de los derechos humanos -y su instrumento matriz, la Declaración
Universal- se ha extendido a todos los ámbitos de la cultura: la filosofía, la ética, la
política, la historia, las artes, el derecho, las relaciones internacionales, la economía,
la sociología, la antropología, las comunicaciones, la arquitectura, la medicina, la
educación, etc. hoy no pueden evitar el tratamiento del tema. En lo jurídico, hoy los
derechos humanos ejercen -o debieran ejercer- una influencia cada vez mayor en los
derechos constitucional, penal, procesal, civil, laboral, administrativo, penitenciario,
policial, militar, ambiental, médico legal, internacional, la filosofía del derecho, sin
perjuicio de constituir una nueva y autónoma rama del derecho.
Colocando a los Derechos Humanos en el centro de nuestra vida, en el centro de
nuestra actividad educativa, algún día podremos afirmar que la educación, además de
formar profesionales, sirve también (y sobre todo) para formar buenas personas. Un
reto que tenemos todos por delante y que está en nuestras manos asumir.
Si no queremos, parafraseando al Director de la Sección Española de Amnistía
Internacional (Beltrán, 2009) que nuestra sociedad esté regida por «derechos torcidos»
será necesaria una implicación colectiva por la defensa de los valores comunes.
Con vistas a la previsible modificación de los planes de estudio ya implantados,
así como a la creación de nuevos planes de estudio, se propone incluir distintas
competencias, criterios para validación de propuestas de planes de estudio, inclusión
de asignaturas específicas, etcétera. Muchas de estas propuestas han sido extraídas de
los distintos documentos elaborados por la organización de defensa de los Derechos
Humanos Amnistía Internacional (2007, 2008, 2008a, 2008b), ya señaladas en el
apartado 5.
Será recomendable mencionar la necesidad de que los alumnos adquieran valores
y competencias entre los que estarán:
• Avanzar en el respeto y promoción de los Derechos Humanos.
• Promover la interdependencia, la indivisibilidad y la universalidad de los Derechos
Humanos, incluso los derechos civiles, políticos, económicos, sociales, culturales y
medioambientales, así como el derecho al desarrollo.
• Fomentar el respeto y la valoración de las diferencias, así como la oposición a la
discriminación por motivos de raza, sexo, orientación sexual, identidad sexual, idioma,
354
religión, opinión política o de otra índole, origen nacional, étnico o social, condición
física o mental, o por otros motivos.
• Alentar el análisis de problemas críticos e incipientes en materia de Derechos
Humanos, en particular la pobreza, los conflictos violentos y la discriminación, para
encontrar soluciones compatibles con las normas relativas a los Derechos Humanos.
• Dotar a las comunidades y a las personas de los medios necesarios para determinar
sus necesidades en materia de Derechos Humanos y velar por su satisfacción.
• Inspirarse en los principios de Derechos Humanos consagrados en los distintos
contextos culturales, y tener en cuenta los acontecimientos históricos y sociales de
cada país.
• Fomentar los conocimientos sobre instrumentos y mecanismos para la protección
de los Derechos Humanos y la capacidad de aplicarlos a nivel mundial, local, nacional
y regional.
• Utilizar métodos pedagógicos participativos que incluyan conocimientos, análisis
críticos y técnicas para promover los Derechos Humanos.
• Fomentar entornos de aprendizaje y enseñanza sin temores ni carencias, que
estimulen la participación, el goce de los Derechos Humanos y el desarrollo pleno de
la personalidad humana.
• Ser pertinentes en la vida cotidiana de los educandos, haciendo que éstos participen
en un diálogo sobre los medios de transformar los Derechos Humanos de la expresión
de normas abstractas a la realidad de sus condiciones sociales, económicas, culturales
y políticas.
Igualmente será necesario elaborar criterios que sirvan para la validación de
planes y programas de estudios, entre los cuales deben estar: Incluir competencias y
contenidos de Derechos Humanos, defensa de la cultura de la paz, acciones contra
la discriminación de distintos tipos, fomento de una cultura cívica, promoción del
desarrollo sostenible y protección del medio ambiente.
Finalmente, y no menos importante, es necesario:
• Que se impartan asignaturas obligatorias sobre Derechos Humanos en los grados
en Información y Documentación.
• Que se regule el número mínimo de horas lectivas obligatorias de estos
contenidos.
• Que se establezca la creación de una Comisión Nacional de Seguimiento de la
Educación en Derechos Humanos.
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